El Dragón Regadera Vale
El Dragón Regadera Vale
El Dragón Regadera Vale
Esta es la historia de un dragón que no era como los demás dragones. En lugar de echar
fuego, echaba agua. Por eso le llamaban Regadera.
A Regadera le hubiera gustado poder sacar fuego por su boca como hacían sus amigos, pero
no había manera. Cada vez que la abría, en lugar de fuego echaba un gran chorro de agua.
Un buen día en que los dragones de la ciudad se fueron de paseo, Regadera se quedó triste
y solo, sentado al borde del camino.
¿Qué te sucede? —le preguntó una niña que pasaba
— ¡Búa, búa! No puedo echar fuego. Sólo echo agua.
— ¿Por eso estás tan triste?
— Sí, porque no tengo trabajo. No sirvo para nada.
— No te preocupes —dijo la niña —. Te llevaré a mi ciudad y veremos cómo puedes
ayudarnos.
La niña llevó a Regadera a su ciudad y lo presentó al alcalde.
El señor alcalde llamó a sus tres ayudantes y les preguntó:
— ¿Creéis que este dragón nos será útil?
— ¡Claro que sí! —dijo el primero —. Con el calor que hace puede bañarnos a todos como
si fuera una ducha.
— ¡Claro que sí! —dijo el segundo—. Puede ayudar a los bomberos a apagar el fuego.
—Y a regar las flores del parque —exclamó el tercero. Regadera se sintió muy feliz.
Desde entonces trabaja en aquella ciudad y está muy contento porque ve que sirve para
muchas cosas.
Y el que no lo crea, ya sabe: que vaya y lo vea.
Espuma:
Viento:
Caramelos: