La Transparencia Del Sistema Ortográfico Del Español PDF
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Fernando Leal
Esmeralda Matute
Daniel Zarabozo
Universidad de Guadalajara
Fernando Leal
Universidad de Guadalajara,
Instituto de Neurociencias,
Departamento de Estudios Sociourbanos,
Paseo de los Robles 4169-4,
Villa Universitaria,
Zapopan, 45110, Jalisco
Correo electrónico: [email protected]
Esmeralda Matute
Universidad de Guadalajara,
Instituto de Neurociencias,
Departamento de Estudios en Educación,
Francisco de Quevedo 180, 44130,
Guadalajara, Jalisco.
Correo electrónico: [email protected]
Daniel Zarabozo
Universidad de Guadalajara,
Instituto de Neurociencias,
Francisco de Quevedo 180, 44130,
Guadalajara, Jalisco.
Correo electrónico: [email protected]
We present an empiric work in which we analyzed the frequency and types of written
errors in texts written by 120 Mexican children, half of them have reading disabilities
and the other half are normal readers. Our central hypothesis was that the shallowness/
opacity of the Spanish orthographic system will be evident in the frequency and the types
of errors in both groups. Results showed that performance of both groups differs; the
learning disability group compared to the normal readers, makes more errors; in the first
group a wider range of error types is evident as well as a different distribution of such
errors through out the established levels of shallowness. We conclude that the Spanish
orthographic system is not as shallow for writing as it was stated. The error typology
suggests that children with reading disabilities have phonological problems.
Transparencia del sistema ortográfico del español 129
Introducción
1 De la definición que da Catach (1996:16) para el grafema en francés consideramos pertinente para el español
los siguientes criterios: el grafema es la unidad distintiva más pequeña de la cadena escrita, compuesta por
una letra o por un grupo de letras que tiene un referente fónico en la cadena hablada. Por ejemplo: p, ch, ha,
e, se, r son ocho letras y seis grafemas. Los criterios para reconocer un grafema con relación a las letras son:
su grado de cohesión y de autonomía y su grado de relación directa con los fonemas. Existen, sin embargo,
precisiones a establecer para ciertos grafemas. Consideramos gü, ha, he, hi, ho, hu, uh como grafemas, y no
ü y h, dado que ü y h carecen de autonomía en español. Lo mismo para el grafema gu, el cual pudiera ser de
hecho dos grafemas gui, gue; sin embargo, tomamos gu como grafema probablemente influenciados por el
francés donde también se toma como un grafema. No incluimos la letra w ya que no aparece en los corpus
infantiles analizados; de hecho, en el diccionario de Moliner (1992) aparecen sólo 17 palabras que inician
con esa letra, y son tomadas de otros idiomas. A diferencia de nuestro trabajo anterior (Leal y Matute, 2001)
consideramos también ce, cz, xc como grafemas, ya que, al igual que x, se relacionan con /ks/.
130 F. Leal/E. Matute/D. Zarabozo
una por cada niño, a partir de un cuento corto que les fue leído individualmente
en voz alta. Para más detalles sobre los sujetos y materiales véase Matute, Leal y
Zarabozo (2000).
Como el problema a que se enfrentaban los dos grupos de niños era de escritura,
debemos considerar antes que nada la transparencia de la relación fonema-grafe-
Gráfica 2. Número global de errores por grupo según la transparencia del fonema
136 F. Leal/E. Matute/D. Zarabozo
asignación de grafemas a los fonemas que aceptan un solo fonema, dos fonemas
o seis fonemas (este último es solamente el fonema /s/). De particular interés es el
primer caso —o sea, los fonemas “transparentes” del esquema 2, cuyas cifras
absolutas aparecen en el cuadro 3—, dado que si el usuario no tiene problemas
lingüísticos, particularmente con el sistema fonológico de su lengua, ni proble
mas visuomotores al momento de trazar las letras, entonces no debería producir
ninguno de estos errores cuando resuelve una tarea de escritura. Sin embargo, los
niños de ambos grupos cometen errores que no podemos conceptualizar como
ortográficos en sentido estricto, como puede verse en el cuadro 5.
Por otro lado, los dos grupos no se comportan igual: en el caso de los fone
mas /ch/ y /d/ el GC no produjo ningún error, y para ningún fonema se observan
más de dos errores en ese grupo. En otras palabras, los niños del GE cometen más
errores y sus errores son más variados. En el proceso de enseñanza de la lectura y
la escritura del español de México, uno de los primeros pasos es identificar los
elementos (en este caso, los fonemas) transparentes; pero en estos niños, al pare
cer, este aprendizaje es deficitario.
Nota: En este cuadro se utiliza la siguiente convención: x/y significa que en lugar de
escribir x se escribió y.
Transparencia del sistema ortográfico del español 137
No todos los errores que cometen los niños son estrictamente ortográficos. El
estudio de los errores cometidos por los 120 niños nos ha llevado a la clasifica
ción que aparece en el esquema 4. Esta, como todas las clasificaciones, tiene algo
de arbitrario y artificial. En particular se podría pensar que errores como el del
ejemplo de la clase I podrían considerarse como pertenecientes a la clase VI. Pero
el hecho de que ciertas letras, grafemas, fonemas o sonidos puedan corresponder
a un morfema (como el de plural en el ejemplo) no afecta al lexema como tal. Lo
que sí afecta es la sintaxis, pero eso vale en principio para todas las clases. En
otro trabajo analizaremos las correlaciones entre errores de escritura en el sentido
de estas clases y variables más sintácticas y textuales.
Sin embargo, hay ejemplos que presentan problemas genuinos. El primer pro
blema nos lo presentan casos como la confusión de p con b (p.ej. escribir lopo en
lugar de lobo): ¿se trata de una confusión de dos labiales (clase II) o más bien de un
error de orientación debido a que las letras tienen simetría lateral y axial (clase III)?
Un segundo problema lo tenemos cuando, por ejemplo, un niño escribe cueda en
lugar de cueva. Aquí el error parece a primera vista ser de la clase II (confunde el
fonema /b/ con el fonema /d/), pero esto parece poco verosímil, ya que el único
rasgo que comparten, el modo de articulación, es demasiado general y no parece
haber un proceso fonológico imaginable que permita el paso de /b/ a /d/. Nosotros
sospechamos que el niño pasó de cueva a cueba por un error ortográfico muy co
mún (clase IV), y luego tuvo un problema de orientación a la hora de escribir el
grafema, pasando de cueba a cueda (clase III). Finalmente, hay casos que combi
nan los dos problemas: si un niño escribe cuepa en lugar de cueva, podemos decir
138 F. Leal/E. Matute/D. Zarabozo
que el eslabón intermedio es cueba (error de clase IV), pero no sabemos si el paso
de cueba a cuepa es de clase II o de clase III. Dado que estos problemas involucran
siempre la clase III, que es una clase en cierto modo especial toda vez que los
problemas de orientación de las letras son reconocidos por su valor diagnóstico en
caso de niños con problemas de lecto-escritura, hemos decidido incluir en la clase
III tanto los casos puros (a saber, b/d, d/b, p/d), como los impuros, sea que combi
nen criterio de la clase II (p/b, b/p, qu/g) o de la clase II y de la clase IV (v/d, v/p, p/
Transparencia del sistema ortográfico del español 139
v, qu/v). Resuelto esto, conviene preguntarse si podemos distinguir entre los dos
grupos de niños utilizando la clasificación propuesta.
El cuadro 4 muestra la distribución de todos los errores. De las seis clases sola
mente dos son errores ortográficos (clases IV y V). Aunque los dos grupos come
ten un número muy grande de estos errores, las diferencias no son estadísticamente
significativas. Obsérvese, sin embargo, que, si sumamos los errores ortográficos
(clases IV y V) y los comparamos con los no ortográficos (clases I, II, III y VI),
los niños del GC cometen casi tres errores ortográficos por cada uno de los otros,
mientras que la proporción en el caso del GE es casi de 1 a 1. En suma, los
problemas ortográficos son comunes a los dos grupos.
Errores GE GC
Ortográficos Relativos a /b/ 162 125
Relativos a /s/ 153 142
No ortográficos Relativos a /b/ 33 1
Relativos a /s/ 4 1
Total Relativos a /b/ 195 126
Relativos a /s/ 157 141
Transparencia del sistema ortográfico del español 143
confundir con otros fonemas. Ese es el caso de /p/, que puede confundirse más
fácilmente con otros fonemas de lo que puede confundirse /s/; y por otro lado, el
punto de llegada o meta de la tarea de escribir es el grafema, y éste presenta
problemas de transparencia a otro nivel, el visual y motor. Éste es el caso con el
grafemap cuya minúscula se puede confundir con las minúsculas de los grafemas
b, d, q. Es de esperar que tales confusiones no ortográficas sean cometidas por
niños del GE con mayor frecuencia que por niños del GC.
Pues bien, si comparamos los errores de sustitución (clases II-V) en los dos
grupos, nos damos cuenta que la diferencia intergrupo de los errores de sustitu
ción que involucran a /b/ es significativa, mientras que la relativa a /s/ no lo es.
Sin embargo, si separamos los errores ortográficos de los no ortográficos (clases
II-III vs. IV-V), vemos que son los errores no ortográficos que involucran a /b/ los
que permiten discriminar al GE del GC.
Conclusión
Referencias