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3/10/16

COMPRAVENTA INTERNACIONAL y LOS CONTRATOS


ELECTRÓNICOS
(Seguridad preventiva, jurisdiccional, respeto al derecho del consumidor y la
posibilidad del arbitraje)1

Efraín Hugo RICHARD2

INDICE: I - LA COMPRAVENTA INTERNACIONAL Y SU GLOBALIZACIÓN. II -


LA COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS. III - LA COMPRAVENTA
ELECTRÓNICA. 1.LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. 2. NEGOCIOS Y COMERCIO
ELECTRÓNICO ENTRE CONSUMIDORES. 3. NEGOCIOS Y COMERCIAL ELECTRÓNICO
CON CONSUMIDORES. 3.1. Cambios psicológicos. 3.2. Cambios electrónicos. 4. Leyes Modelos.
4.1. Forma. 4.2.¿Quién se responsabiliza por un error sustancial? 4.3. Lugar de celebración. 4.4.
Firma de los contratos. 4.4.1. Firma Digital. 5. EL MARCO NORMATIVO ARGENTINO. 6. LA
CERTIFICACIÓN EN PARAGUAY. 6.1. EL SISTEMA EN ESPAÑA. 6.2. DETERMINACIÓN
DE FECHA EXACTA EN ARGENTINA Y ESPAÑA. 7. LA FORMACIÓN DE
CONTRATOS POR INTERNET. 8. CONTRATOS DE ADHESIÓN Y FIRMA DIGITAL.
9.DOMICILIO LEGAL Y DOMICILIO ELECTRÓNICO. JURISDICCIÓN. 10.PRUEBA DE
LOS CONTRATOS ELECTRÓNICOS. 11. TRIBUTACIÓN EN INTERNET. 12.FACTURA
ELECTRÓNICA. IV - VENTAS A CONSUMIDORES. 1.SITUACIÓN DEL DERECHO
ESPAÑOL EN RELACIÓN CON LA PROTECCIÓN DE LOS CONSUMIDORES EN LOS
CONTRATOS ELECTRÓNICOS. 1.bis. LAS NOTAS EXPLICATIVAS DEL TEMA EN EL
CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL ARGENTINO DEL 2015. 2. LAS NORMAS
RESPECTIVAS EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL ARGENTINO. 3. OTRAS
NORMATIVAS. V - LA CLÁUSULA ABUSIVA. 1.LA LEGISLACIÓN PARAGUAYA. 2.
CONTRATO DE ADHESIÓN SEGÚN ESA LEY Y LA PERSONA JURÍDICA COMO
CONSUMIDOR. 3. LAS NOTAS EXPLICATIVAS DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL
ARGENTINO. VI – SEGURIDAD PREVENTIVA. 1. LA FACULTAD REVOCATORIA
DEL COMPRADOR CONSUMIDOR. 1.1. Regulación paraguaya. 1.2.Naturaleza del derecho
de revocación en la relación de consumo. 1.3. Revocación y uso. 2. LA SEGURIDAD
PREVENTIVA: EL DEBER DE INFORMACIÓN Y EL DERECHO A LA
CONFIDENCIALIDAD. 3.LA SEGURIDAD PREVENTIVA Y LOS CONTRATOS
CONEXOS AL PRINCIPAL DE COMPRAVENTA ELECTRÓNICA. 3.1. Reticencia por la

1
Informe presentado en calidad de coordinador Internacional en el IX Congreso Iberoamericano de Academias
Jurídicas y Sociales de Iberoamérica, desarrollado en la Ciudad de Asunción (Paraguay) los días 22 a 24 de septiembre
de 2016.
2
Miembro de Número de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, Director de su Instituto de
la Empresa y de las publicaciones conjuntas con la Universidad Nacional de Córdoba Ensayos de Derecho Empresario y
Estudios de Derecho Empresario (electrónica), Revisor de Cuentas de la Institución. Catedrático Emérito de la
Universidad Nacional de Córdoba. Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad Nacional del Litoral.
Doctor Honoris Causa por las Universidades Nacional de Tucumán, Católica de Salta y del Norte Santo Tomás de
Aquino. www.acaderc.org.ar, richardefraí[email protected]
2

seguridad en el pago. 3.2.Sistemas de pago electrónicos. 3.3.Tipos de Sistemas de pago


electrónicos que tienden a dar seguridad. VII – SEGURIDAD Y JURISDICCIÓN.
1.CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL ARGENTINO. 2. ACCION CONTRA EL
PROVEEDOR O VENDEDOR EN PARAGUAY. VIII - LA SEGURIDAD Y LAS
ACCIONES COLECTIVAS. 1.CONVENIENCIA DE LAS ACCIONES COLECTIVAS. 2.EL
MEJOR ACCESO DEL CONSUMIDOR A LA JUSTICIA. 3.JURISPRUDENCIA DE LA
CORTE SUPREMA DE LA NACIÓN ARGENTINA. 4.LA LEGITIMACIÓN EN LA
ACCIÓN COLECTIVA. 5.LAS REFORMAS A LA LEY ARGENTINA. IX -
JURISDICCIÓN Y POSIBILIDAD DEL ARBITRAJE. 1.LIMITACIÓN DEL ARBITRAJE
PARA CONSUMIDORES. 2. UN RECIENTE FALLO. 3. “Compraventa internacional y los
contratos electrónicos”. EL DERECHO ESPAÑOL DE DEFENSA AL CONSUMIDOR Y EL
ARBITRAJE. X – MEDITACIONES PARA EL DEBATE.

I - LA COMPRAVENTA INTERNACIONAL Y SU GLOBALIZACIÓN.

En la compraventa internacional distinguimos la realizada entre empresas, y las destinadas al


consumo, incluso en nuestro país –la República Argentina- en favor de empresas. La segunda
categoría está sujeta a reglas especiales.
A su vez el advenimiento de medios electrónicos de contratación y de pago ha incorporado
nuevos desafíos normativos.

Un informe presentado por Pyramid Research (2010) demuestra que se prevé para el
comercio electrónico en el país un crecimiento anual del 36% en los próximos cinco años, a la vez
que el 90% de los compradores electrónicos de la Argentina planean gastar lo mismo o más durante
los próximos dos años.3 Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico el comercio
electrónico alcanzó en 2015 ventas por 68 M. de pesos. El 79% de la facturación fue bajo la
modalidad empresa a consumidor (business to consumer o B2C), el 16% en operaciones enre
consumidores (consumer to consumer o C2C) y el 9% entre empresas (business to business o B2B) 4.
Centraremos nuestra atención en las primeras que, a su vez son las de mayor magnitud en el mundo

3
El Comercio Electrónico en Argentina es el 7,4 % del comercio electrónico en la Región de Latinoamérica y Caribe.
Un dato complementario de la relevancia de Internet en el total del comercio es que además de las ventas que se realizan
en línea, más de un 75 % de los usuarios de Internet consulta regularmente en la web para analizar sus opciones de
compra en el mundo físico, y un 51 % del total manifiesta tomar la decisión en línea, aunque efectúe la compra tiempo
después en un establecimiento. Esto hace que el tamaño real de Internet medido en ventas sea varias veces mayor al
comercio electrónico directo, estimándose su impacto total en 10 veces lo efectivamente vendido en línea. Y en el año
2009, más de 50 mil millones de pesos, lo que en base a proyecciones gruesas, representaría entre un 4 y un 5 % de la
ventas totales minoristas de Argentina. Varios elementos se han conjugado para este impresionante desarrollo, como por
ejemplo el continuo crecimiento del número total de usuarios de Internet en el país: de 3,7 millones en 2001 a 23
millones a fin de 2009 y más de 26 millones a fines de 2010. También, un aumento constante de empresas que
comercializan en la red: un 20 % de la PyMEs vende o compra en línea, frente a unas pocas decenas de empresas hace
menos de 10 años.
4
La especialidad del tema que estamos tratando se advierte también en que a la compraventa internacional de
mercaderías a consumidores no se les aplican en las previsiones para pagos de las Uniform Rules and Guidelines for
Electronic Trad and Settlements (URGENTS) CREADAS POR LA Cámara de Comercio Internacional (ICC), aplicables
exclusivamente a las relaciones B2B.
3

del intercambio. Por ello debe preocupar la liberación de un mercado de compra internacional que
puede alterar previsiones impositivas y afectar seriamente al comercio minorista, y quizá también al
mayorista de un país, afectado por precios relativos más altos, por costo social o por dumping
social5, que beneficia subrepticipamente a países con trabajo mal remunerado.
No se necesitó de mucho tiempo para que de la codicia del panadero surgieran iniciativas
destinadas a utilizar esta inmensa red de comunicación y circulación de voluntades y datos
personales, que se estima en mil trescientos millones de usuarios en el mundo que disponen de
ciento sesenta y dos mil millones de sitios web, como un fantástico mercado global de oferta y
demanda de bienes y servicios, que cambió los paradigmas de la economía “física”.
La contratación electrónica en sus muy variadas formas se está consolidando cada vez más
en el ámbito internacional y nacional, donde las partes utilizan las herramientas de comunicación
modernas para convenir los parámetros que regirán una relación comercial. 6
Estos parámetros se inician en la oferta, en la aceptación de ella, en la negociación de los
términos contractuales, donde entra plenamente en escena la modalidad electrónica y sus diversos
aspectos, que a su vez son los temas a encarar normativa o doctrinariamente, como son la entrega
del producto o la ejecución del servicio contratado, su forma de pago, los procedimientos para
reclamar la garantía, la revocación, el retiro del producto, y para solucionar las diferencias que no se
hayan podido subsanar amigablemente entre las partes involucradas.

Mientras siga avanzando la tecnología, seguirá consolidándose el contrato electrónico, por lo


que todos los actores sociales deberán integrarlo a su actividad diaria. Los comerciantes, y las
empresas estableciendo preventivamente claras reglas de juego para minimizar los impactos; el
Estado, en el aspecto impositivo definiendo si son actividades alcanzadas o no por sus impuestos y
en el aspecto reglamentario buscando dictar las normas que sean necesarias para brindar en las
transacciones, y en el aspecto judicial resolviendo los conflictos aplicando las leyes que mejor
regulen las nuevas situaciones, entendiendo que no es posible establecer un paralelo directo con las
relaciones y problemáticas que se generaban tradicionalmente.

II - LA COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS.

Se indica referirse a la compraventa internacional de mercaderías. Por esta razón no nos


referiremos a otros contratos electrónicos, internacionales o no, destinados a consumidores, como es
el contrato electrónico internacional de transporte7. Excluimos así, para circunscribir algo el tema de
por si vasto, otros contratos.

5
RICHARD, Efraín Hugo “DAÑOS CAUSADOS POR DUMPING pág. 57 y ss. en libro colectivo DAÑOS
Globalización – Estado – Economía, Editorial Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires 2000.
6
El Código Civil y Comercial argentino dispone en su art. 985 en relación a los contratos con cláusulas generales
predispuestas: “Requisitos. Las cláusulas generales predispuestsas deben ser comprensibles y autosuficientes. La
redacción debe ser clara, completa y fácilmente legible. Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío a
textos o documentos que no se facilitan a la contraparate del predisponente, previa o simultánemante a la conclusión del
contrato. La presente disposición es aplicable a la contratación telefónica, electrónica o similares”.
7
GOMEZ, Hernán Adrián “El contrato electrónico internacional de transporte aéreo en el ámbito del MERCOSUR.
Consideraciones sobre la cláusula arbitral”, CEDEA, Dic. 19, 2012 www.cedaeonline.com.ar
4

Respecto de estos contratos internacionales, la Convención de las Naciones Unidas para la


compraventa internacional de mercaderías de 1980 fue preparada por la United Nations Commission
on International Trade Law (UNCITRAL) y adoptada por una conferencia diplomática el 11 de
Abril de 1980, culminando una labor de preparación que empezó en 1930, en el International
Institute for the Unification of Private Law (UNIDROIT) en Roma, a la que adhirió la República
Argentina por Ley 22.765. Entro en vigor en 1988, con la finalidad de prever un régimen moderno,
uniforme y equitativo para los contratos de compraventa internacional de mercancías, para
contribuir a dar seguridad jurídica a los intercambios comerciales y a reducir los gastos de las
operaciones. En su texto se compaginan cuidadosamente los intereses del comprador con los del
vendedor.
La Convención de Naciones Unidas sobre compraventa internacional de 1980 concebida como
un intento de unificar la legislación aplicable a los contratos internacionales, es el resultado de una labor
de varias décadas que se remontan incluso a las iniciativas de finales del siglo XIX que produjeron como
resultados la ley uniforme sobre ventas de mercancías de 1905 de los países escandinavos, The sale of
goods act de 1893 de Gran Bretaña y de la primera etapa del siglo XX como es el trabajo de la
Internacional Law Association reunida en el año de 1924 en Estocolmo, donde se trabajó en un proyecto
de ley uniforme para la unificación de la legislación sobre compraventa internacional. 8
El contrato de compraventa constituye el fundamento del comercio internacional en todos los
países, independientemente de su tradición jurídica o de su nivel de desarrollo económico. Por esta
razón, se considera que la Convención sobre la Compraventa es uno de los instrumentos clave del
comercio internacional que debería ser adoptado por todos los países del mundo.
Pero la Convención sobre la Compraventa de Viena rige los contratos de compraventa
internacional de mercancías entre empresas privadas –B2B-, con excepción de las ventas a
consumidores -B2C, que trataremos más adelante- y las ventas de servicios (que no trataremos), así
como las ventas de tipos concretos de mercancías.

Los Estados que adoptaron la Convención (77) disponen de una legislación moderna y
uniforme que rige la compraventa internacional de mercancías y que se aplica a toda operación de
compraventa concertada entre partes que tengan un establecimiento en alguno de los Estados
Contratantes. En tales casos, la Convención se aplica directamente, sin necesidad de recurrir a las
reglas de derecho internacional privado 9 para determinar la ley aplicable al contrato, lo cual
contribuye notablemente a dar certeza y previsibilidad a los contratos de compraventa internacional.
Las pequeñas y medianas empresas y los comerciantes de países en desarrollo suelen tener
poco acceso a asesoramiento jurídico al negociar un contrato. Esto los hace más vulnerables a los
problemas causados por los contratos que no regulan adecuadamente las cuestiones de la ley
aplicable. Esas empresas y esos comerciantes también pueden encontrarse en situación de desventaja
como partes contratantes y experimentar dificultades por la falta de equilibrio entre las partes. Por
8
OVIEDO ALBAN, Jorge La Convención sobre compraventa internacional de mercaderías Antecedentes y desarrollos
alternativos, Ed. ILADEN, Bogotá 2011 p. 7 ; GARRO, ALEJANDRO MIGUEL - ZUPPI, ALBERTO LUIS,
Compraventa internacional de mercaderías, La Rocca, Buenos Aires, 1990, p. 29 y 30.
9
Además, la Convención puede aplicarse a un contrato de compraventa internacional de mercaderías cuando en virtud
de las reglas de derecho internacional privado la ley aplicable al contrato sea la de un Estado Contratante, o cuando las
partes hayan convenido en ello, independientemente de si sus respectivos establecimientos se encuentren en un Estado
Contratante. En tal caso, la Convención prevé un conjunto de normas neutrales que pueden ser de fácil aceptación
habida cuenta de su carácter transnacional y de la existencia de abundante material interpretativo.
5

consiguiente, esos comerciantes se beneficiarían especialmente de la aplicación a título supletorio


del régimen equitativo y uniforme de esa Convención sobre la Compraventa a los contratos que
entraran en su ámbito de aplicación.
La segunda parte de la Convención regula la formación del contrato, que se concierta
mediante una oferta y su aceptación. La tercera parte trata de las obligaciones de las partes en el
contrato. Entre las obligaciones de los vendedores figuran las de entregar las mercancías conforme a
la cantidad y la calidad estipuladas en el contrato, así como en documentos conexos, y la de
transferir la propiedad de los bienes. Por su parte, los compradores están obligados a pagar el precio
estipulado y a recibir las mercancías entregadas. Además, esta parte de la Convención prevé reglas
comunes sobre las vías de recurso aplicables en caso de incumplimiento del contrato. La parte
agraviada puede exigir el cumplimiento del contrato, reclamar daños y perjuicios o declarar resuelto
el contrato en caso de incumplimiento esencial. En disposiciones suplementarias se regula la
transmisión del riesgo, el incumplimiento previo del contrato, los daños y perjuicios, y la exención
del deber de cumplir el contrato.
La Convención sobre la Compraventa es únicamente aplicable a las operaciones
internacionales y su vigencia impide que los contratos que entran en su ámbito de aplicación se rijan
por reglas de derecho internacional privado, como apuntamos. Los contratos internacionales que no
entren en el ámbito de aplicación de la Convención, así como los contratos en los que las partes
hayan convenido en la aplicación de otra ley, no se verán afectados por la Convención. Los
contratos de compraventa puramente nacionales tampoco se verán afectados por la Convención y
seguirán rigiéndose por el derecho interno.10

III - LA COMPRAVENTA ELECTRÓNICA 11


En relación a una compraventa internacional de mercadería, por definición un contrato
a distancia, como subtipo de la misma –pero casi ocupando la totalidad del panorama- aparece
el contrato celebrado por medios electrónicos, cuya importancia y desarrollo hemos destacado
inicialmente.
El comercio por vía electrónica es una posibilidad que se ha tornado más novedosa
presentada por internet. “Éste ha transformado muchos de los métodos que operan en el
mundo de los negocios y el comercio…La cibernética también incide sobre la formación, la
forma y la prueba de los contratos e, incluso, sobre su cumplimiento y abre el largo panorama

10
En la serie de documentos CLOUT (jurisprudencia basada en textos de la CNUDMI) se reseñan numerosos casos en
que se ha aplicado la Convención. Existe también un compendio con una relación de esos casos. Instrumentos
pertinentes Convención sobre la Prescripción en materia de Compraventa Internacional de Mercaderías (Nueva York,
1974), Convención de las Naciones Unidas sobre la Utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los Contratos
Internacionales (Nueva York, 2005), Véase también: Resolución de la Asamblea General Travaux préparatoires Treinta
y cinco años del régimen uniforme sobre la compraventa: tendencias y perspectivas, Deliberaciones de la Mesa Redonda
de Alto Nivel celebrada durante el 48º período de sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional, Viena, 6 de julio de 2015. Proceedings of the UNCITRAL - VIAC Joint Conference:
"Celebrating success: 25 years United Nations Convention on Contracts for the International Sale of Goods (CISG)", 15-
16 March 2005, Vienna.
11
Agradecemos los aportes de Bernardo Carlino y su trabajo “LUCES Y SOMBRAS EN LA CONTRATACION POR
MEDIOS ELECTRÓNICOS”, y del ensayo del Prof. Dr. Héctor Alegría –Miembro de la Academia Nacional de
Derecho y Cs. Sociales de Buenos Aires- “Nuevas fronteras de la documentación, la forma y la prueba de las relaciones
comerciales” (LL, 1985 E-667).
6

del e-commerce”.12 Prácticas actuales que abruman el panorama de la organización comercial,


con las ofertas de hot sales –también black days o cyber days- y comenzando a referirse a un
post e-commerce: el omnia market.13
Si hablamos de comercio electrónico, tenemos que hablar de inmaterialidad y de fugacidad
de información. Es esta inmaterialidad y fugacidad de la información que pueden crear algunos
conflictos entre los proveedores de servicios y los clientes. Aún si el comercio electrónico ofrece
nuevos beneficios a los empresarios y a los consumidores, la confianza de los mismos debe ser
alentada por el desarrollo permanente de mecanismos de protección transparentes. El objetivo es
generar confianza.14
Es indispensable tener un entorno técnico-legal adecuado para el comercio electrónico 15, ya
que el incremento de intercambios mercantiles por Internet será proporcional a la confianza y a la
seguridad de los intercambios que se realicen en esta red. Para poder delimitar este sistema de
seguridad y confianza los gobiernos deben crear un marco legal y consistente, así como promover
un entorno competitivo en el que el comercio electrónico pueda crecer y asegurar la protección
adecuada de los objetivos de interés público como son el derecho a la intimidad 16, los derechos de la
propiedad intelectual, la prevención del fraude, la seguridad nacional y la protección al consumidor.
Lo impactante es que ni siquiera el clima recesivo y el mal humor social parecen frenar el
avance del comercio electrónico, particularmente por el avance del uso de los móviles (teléfonos
inteligentes, tablets, entre otros), y las prácticas comerciales giran hacia la omniacanabilidad, o sea a
la apertura de las ventas a distancia por vía electrónica.
En una última lectura de nuestro informe, en torno a la “Incidencia económica de la
contratación electrónica”17, extractamos: “Hay datos sobre la incidencia de la contratación
electrónica en la economía local, regional y mundial que realmente convencen al más escéptico
sobre la enorme relevancia de esta nueva modalidad de formalizar acuerdos. - El incremento
sostenido del número de transacciones vía electrónica no debería sorprender pues en un mundo
globalizado, donde lo que a nadie sobra es tiempo y donde la distancia es muchas veces un
obstáculo, dada la dificultad de movilizarse incluso dentro mismo de las ciudades que impiden la
traslación debido al colapso del tránsito; por ende, la forma de contratar a distancia es una opción
válida para superar todos estos inconvenientes. De hecho, dadas todas estas características
previamente señaladas –o mejor, de estos inconvenientes aludidos- de la vida de hoy, podría
pensarse en la imposición a corto tiempo –o por lo menos, en la generalización- de la modalidad

12
ALEGRÍA, Héctor “Globalización y Derecho”, pág. 1239, esp. 1258 y ss., en Ley de Sociedades Comerciales.
Estudios a los 25 años de su vigencia, AAVV director Ricardo Olivera García –Miembro Correspondiente de la
Academia Nacional de Derecho y Cs. Sociales de Córdoba-, Ed. La Ley Uruguay, Montevideo 2015, tomo II.
13
4° Encuentro de Comercio Electrónico, Córdoba 27 de julio de 2016.
14
OVILLA BUENO, Rocio “¿Quién le teme al Comercio electrónico ? Protección del consumidor en el ámbito digital :
el caso de México” (DEA Informatique et Droit, IRETIJ). El 29 de Abril de 2000 fueron publicadas en el Diario Oficial
de la Federación mexicana, las reformas legislativas en materia de comercio electrónico.
15
Para una ampliación de todos los temas vinculados a la contratación electrónica, formas, pago, arbitraje, aconsejamos
revisar el libro “CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA INTERNACIONAL. Una mirada desde el Derecho Internacional
Privado”. Directora SARA LIDIA FELDSTEIN de CARDENAS, Autoras SARA LIDIA FELDSTEIN de
CARDENAS, FLAVIA ANDREA MEDINA, MONICA SOFIA RODRIGUEZ, LUCIANA BEATRIZ SCOTTI,
Buenos Aires 2008.
16
DE SÁBATO, Gabriela “Algunas cuestiones sobre el consumidor y la alta tecnología en la República Argentina” pág.
111, esp. 117 en Revista de los Conratos, los Consumidores y Derecho de la Comopetencia, Ed. Fidas, Año 5, 2014, 2,
Buenos Aires 2014,
17
De ponencia homónima del Dr. Alberto Joaquín MARTINEZ SIMÓN, recibida a fines de agosto, cuando cerrábamos
esta versión final de nuestro informe, cuya lectura integral aconsejamos.
7

tele18 de la mayoría de las actividades del ser humano, entre ellas el teletrabajo, los telecontratos y
los telenegocios.- A ello, debemos sumar las ventajas financieras que implica esta forma de negociar
que se traduce en una notable reducción de costos operativos ya que desde la promoción –o
marketing- del producto o servicio que se ven sensiblemente disminuidos pasando por la
disminución de los costos de intermediación o distribución que se realizan evitando gastos
innecesarios, el comerciante puede obtener ahorros importantes en su operativa, debiendo tenerse en
cuenta que esta forma de operar posibilita también obtener otras ventajas en el manejo de la empresa
ya que le permite al mismo comerciante abrir su negocio a la clientela –dicho en forma metafórica-
durante las veinticuatro horas del día, ya que la negociación pasará por internet y éste está
disponible al inmenso público durante todas las horas del día, teniendo a su disposición un universo
muchísimo mayor de potenciales clientes, ya que esto se amplía –en la medida en que sea factible la
distribución de lo vendido- a prácticamente todo el mundo 19. - Pero esta nueva tecnología que hoy
aplicamos a los negocios no solo ha transformado sensiblemente la manera de realizarlos, sino que
nos ha llevado a la necesidad de volver a plantear cuestiones aún mucho más profundas como la
misma organización social, la forma de decidir en democracia, ha puesto en entredicho los
conceptos de vida privada o privacidad, de libertad cívica y ciudadana y, cómo no habrían de incidir
en la manera de hacer negocios y de contratar. - La posibilidad de realizar estos telenegocios a
través de internet ha transformado sustancialmente la manera de cerrar tratos y ha cambiado –
también sensiblemente- los modelos y paradigmas de la negociación, de la comunicación y hasta del
mismo marketing de las empresas inmersas en el ámbito de la contratación masiva. …. Dado que
internet es el medio por el cual se realiza el e-commerce y atendiendo a que oferta y la aceptación de
ella se exponen por dicha vía, son los mecanismos tecnológicos, digitales y electrónicos los que
materializan el perfeccionamiento de los contratos en ese ámbito. - Sin embargo, no toda la doctrina
nacional está conteste en este punto. En base a la idea aparente de que quienes contratan por medios
electrónicos se encuentran físicamente distantes –como en realidad ocurre-, es que parte de la
doctrina nacional ha afirmado que el comercio electrónico no constituye sino contratos entre
ausentes, formalizados en el entorno digital20. Debo manifestar mi posición contraria a esta tesis de
considerar a los contratos electrónicos como acuerdos entre ausentes, por la opción de solución
normativa propuesta por el art. 675 del Código Civil, aunque –obviamente- se ponderan los
fundamentos de la posición no compartida….No pasa desapercibido que las normas de la ley de
comercio electrónico tengan un marcado perfil tuitivo en beneficio del consumidor. Así, esta ley
establece una serie de previsiones en beneficio exclusivo de quien compra un bien o paga por un
servicio a través de los formatos electrónicos, considerándolo como la parte débil de la
transacción….De todo lo expuesto, queda en claro que el comercio electrónico llegó para quedarse.
Tenemos hoy día la evidencia de un creciente número de transacciones comerciales, que se
incrementa año a año en forma ostensible, lo que es puesto de manifiesto en los números de cada
estudio al respecto. Estos negocios electrónicos se dan en base a las normas jurídicas claras que

18
Prefijo de origen griego que se antepone a palabras del idioma castellano para indicar la idea de algo que se encuentra
“lejos” o “a distancia”.
19
“El comercio en internet presenta numerosos aspectos propios de la organización de un mercado: la disminución de
los costos y la organización de una estructura que facilite tanto la búsqueda de productos como la de consumidores; la
seguridad en las transacciones sobre todo en los medios de pago y el aseguramiento de la entrega de los productos”.
RIOS AVALOS, Bonifacio. Introducción al estudio de los hechos y actos jurídicos. Intercontinental Editora. 13ª. Ed.,
año 2014, p. 283.
20
Véase JIMENEZ ROLÓN, Eugenio. Lecciones de Derecho Comercial. Contratos y títulos de crédito. Intercontinental
Editora. 2ª Ed., p.42.
8

hemos sabido los paraguayos sancionar y poner en vigencia. Sin embargo, no debemos perder de
vista que, además de las normas jurídicas idóneas, debemos tener un soporte digital y electrónico
adecuado para que los negocios vía internet siga siendo una realidad creciente. De este tren, el país
no debe bajarse, pues el mismo nos lleva al futuro, al que ya se están dirigiendo los demás países”.

1.LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. Las relaciones comerciales en todos sus órdenes, es


decir entre particulares, entre empresas y particulares, entre las empresas y entre empresas o
particulares con el Estado, se han visto afectadas por las nuevas tecnologías, trastocando en muchos
casos los cimientos comerciales y legales que por años mantuvieron su vigencia y eficacia.

Hoy, el consumidor-comprador está en el mundo entero o al menos en más de un país o


ciudad distinta a la que se encuentra el vendedor. Las empresas han logrado mostrar sus productos y
servicios en muchos más lugares y a una cantidad muy superior de potenciales clientes con un
esfuerzo en recursos económicos, de gestión y humano ínfimo con relación al efecto. Asimismo, las
empresas han podido relacionarse con potenciales nuevos proveedores, distribuidores, asociados de
distintas partes del mundo, que le han exigido analizar cómo canalizar estas nuevas relaciones en
función de la legislación vigente.21

Son las “relaciones comerciales electrónicas” y no “comercio electrónico” principalmente


porque, como dice la Guía de la ICC –International Commercial Center-, no existe una definición
uniforme de comercio electrónico y la consulta a distintos autores encontrará particulares
definiciones con sus especiales distinciones, en función de si el comercio se realiza completamente
por medios electrónicos, si es la mitad y la otra es por medios tradicionales, o si solo sirve para
consulta de los potenciales clientes.

En cambio, “relaciones comerciales electrónicas” abarca a todas las alternativas posibles en


donde dos partes inician un vínculo con fines lucrativos, pudiendo este vínculo consolidarse en el
ámbito electrónico únicamente o requerir que determinados actos y procesos se materialicen por los
canales tradicionales. “Es el conjunto de transacciones comerciales y financieras realizadas por
medios electrónicos. Esto es, el procesamiento y la transmisión electrónica de datos, incluyendo
texto, sonido e imagen”.22

Las “relaciones comerciales electrónicas” también huyen de la distinción que algunos autores
efectúan, de si las partes involucradas se comunicaron en un portal interactivo o si lo hicieron por
correo electrónico o por mensajería instantánea, ya que lo importante es que las partes utilizaron la
plataforma electrónica y sus múltiples opciones de comunicación para estrechar vínculos
comerciales.

21
Puede verse: La Clave del Comercio Electrónico – Guía para pequeños y medianos exportadores editado por el Centro
de Comercio Internacional (CCI) http://www.tradeaction.com/Espanol/Download/Clave_Comercio_Electronico.pdf
22
RODRIGUEZ, Raquel “Los contratos electrónicos y su regulacion en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación
en relación con las formalidades que deben observarse” en Temas de Derecho Comercial Empresarial y del
Consumidor, Ed. Erreius, julio 2016, Buenos Aires, pág. 7 y ss., que se corresponden a las formalidades que habíamos
introducido en la primer versión de nuestro informe preliminar, de fecha anterior a la edición de esta Revista .
9

Internet ha extendido su influencia a múltiples áreas, de una herramienta de búsqueda de


información se transformó en un motor generador de gran cantidad de negocios.

Lo que sí se debe distinguir es la calidad de las partes que intervienen en las relaciones
comerciales, es decir si son consumidores, empresas o gobiernos. En este último caso, salvo en
contadas excepciones donde el gobierno actúa como contratista y se nivela a la par de la empresa,
normalmente es una cuestión de Gobierno Electrónico.

Nos quedamos con dos actores de las relaciones comerciales electrónicas, que son los
consumidores y las empresas. Estos actores pueden entablar relaciones entre sí, es decir
consumidores con consumidores y empresas con empresas, o entablar relaciones con los actores del
otro grupo, es decir consumidores con empresas.

Es muy importante caracterizar inmediatamente a los actores para, entre otros motivos,
analizar si entra en juego la legislación protectora del consumidor –como veremos-. Téngase en
cuenta que cuando el negocio es entre empresas, el legislador ha entendido que no existe una
desproporción entre las fuerzas, capacidades y posibilidades de las partes, aunque en muchos casos
no sea así. Como ejemplo, se puede evaluar la posibilidad que tiene una pequeña o mediana empresa
de negociar los términos y condiciones comerciales que le impone una empresa multinacional.
Normalmente sus posibilidades son nulas.

2. NEGOCIOS Y COMERCIO ELECTRÓNICO ENTRE CONSUMIDORES. Veamos


la relación comercial electrónica que se entabla entre consumidores cuando por ejemplo un usuario
publica para la venta en Internet un bien de su propiedad, en este caso, un juego de palos de golf,
porque su cuadro alérgico le dificulta jugar en la mayoría de los días del año. Entonces, un
interesado navegando por Internet se encuentra con esta oportunidad y como él está comenzando
con este deporte, porque su físico no le rinde como antes en fútbol, decide contactarse con el
vendedor para averiguar más detalles. Lo importante es que el vendedor no está dedicado con cierta
frecuencia a la comercialización de productos deportivos, ya que si así fuera, dejaría su perfil de
consumidor para pasar a ser comerciante. También es indispensable que el comprador no tenga por
actividad lucrativa la compra de productos deportivos usados para su posterior comercialización,
sino tendría el mismo destino. En este ejemplo, y luego de corroborado que uno de ellos no se
involucra en esta relación como comerciante, todo el proceso de difusión, negociación, oferta,
aceptación, entrega y garantía se seguirá por las normas civiles que sean aplicables a las partes.
Tengase en cuenta que si uno de ellos se encuentra en otro país, serán de aplicación las normas del
Derecho Internacional Privado en lo que pudieran ser aplicables. No hay razón de protección a un
consumidor, están contratando entre iguales.

3. NEGOCIOS Y COMERCIAL ELECTRÓNICO CON CONSUMIDORES (B2C). El


comerciante tiene un sinnúmero de posibilidades vía tecnológica de ofrecer sus productos y
servicios. Independientemente del modelo de negocio que el comerciante decida emprender, así
como del grado de presencia que su empresa tenga en Internet, es indispensable establecer el
mercado objetivo al que apuntará, dónde establecerá su base de operaciones y qué políticas
comerciales aplicará.

El comerciante ha dejado de tener a sus vecinos como principales clientes para pasar a jugar
en las grandes ligas sin efectuar las tradicionales grandes inversiones. Si se hace un poco de
memoria, hacen unos muy pocos años, para tener presencia regional, se debía realizar una inversión
10

importante, ya que se debía nombrar un distribuidor en el lugar, dependiendo del rubro alquilar un
local comercial, entre muchos otros costos que se debían asumir. Hoy las Nuevas Tecnologías le
aliviaron la carga al comerciante y le facilitaron llegar no sólo a las ciudades vecinas sino también a
los países vecinos y a los continentes vecinos y aún los rincones más lejanos del planeta.

Frente a esa impresionante posibilidad de llegar a todo el mundo, la gran pregunta que el
comerciante se debe efectuar es ¿Quiero realmente llegar a todos ellos? ¿Puedo, responsable y
eficazmente, brindarles el mismo servicio y/o producto de calidad que les brindo a mis actuales
vecinos? Si la respuesta es negativa, el problema concluye. Suponiendo que la respuesta sea por la
afirmativa, entonces deberá evaluar qué riesgos conexos implica esta decisión, además de los costos
de gestión administrativa típicos del negocio. Es entonces cuando aparecen los aspectos legales, es
decir ¿Qué reglas debo respetar?, ¿qué leyes regirán mi actividad? Y parte de esto lo avizoraremos
cuando nos refiramos a contratos de compraventa internacionales con consumidores.
Cuando escribíamos originariamente estas líneas, en el Boletín Oficial del día 27 de julio de
2016, de la República Argentina, se publicitaban las Resoluciones Generales de la AFIP 3915 y
3916, que regulan las llamadas compras puerta a puerta, limitando las compras internacionales de
consumidores radicados en el país a ciertos topes dinerarios –u$s 5.000-, al pago de ciertos
aranceles, a un tope de operaciones por año, etc., que no sabemos si protegerá adecuadamente al
comercio nacional tradicional, generador de empleo. No dudamos que es una decisión de política
económica de trascendencia, que puede tener efectos positivos pero también negativos.

3.1. Cambios psicológicos. Existe cierta desconfianza, particularmente de los adultos sobre
las posibilidades de Internet, tanto más referido al comercio electrónico utilizando redes de
comunicación. Hace al fenómeno de la seguridad de datos y de la operación misma.
Pero el fenómeno nominado como e-commerce permite una formidable fluidez en el trámite
comercial mediante el cual cualquier persona desde su casa tiene la oportunidad de adquirir bienes,
en el país o internacionalmente con simplemente operar clics en su computadora, ipad o teléfono
celular smart.
Fue la asombrosa velocidad de las innovaciones y la tendencia a fabricar dispositivos cada
vez más potentes, livianos y portátiles de comunicación y cómputo, la que impactó en forma
definitiva e inevitable en la manera en que actualmente los utilizamos.
Se utilizan cotidianamente nuevos “verbos” con que se vulgarizan los nombres propios de
este nuevo entorno: twittear, flashear, meilear, mensajear … y hasta se sospecha que el uso de
novedosas y complejas formas de abreviar el idioma, que tienden a universalizarse para el tráfico de
mensajes de texto por telefonía celular, pueda agraviar la correcta aplicación de nuestra lengua.
El hecho más difícil de admitir para el público en general es que Internet no tendría
propietarios, aparentemente nadie la mantiene operativa. Simplemente, son los ordenadores y las
telecomunicaciones de todo el mundo conectados en una única red integrada de comunicaciones,
que lo envuelve en una suerte de sistema nervioso global que por su propia naturaleza, derriba las
paredes y las fronteras. Haremos una referencia a una demanda contra una red social operadora en
Internet al finalizar la introducción del ap. VI Seguridad Preventiva.
Para los observadores de estos nuevos fenómenos, las redes globales de comunicación digital
tienen el efecto de crear un espacio social nuevo y totalizador que hace aparecer sobre la tierra una
segunda esfera suspendida en el éter del ciberespacio. La separación de la humanidad en estas dos
esferas de existencias bien diferentes -la llamada división digital- parece abrir una nueva etapa de la
historia y un desafío para los juristas.
11

La imprenta modificó la conciencia humana durante los últimos siglos, ahora es más que
probable que la integración mundial en redes ejerza un efecto similar durante los próximos dos
siglos. En los tiempos que corren nos relacionamos con el lenguaje hiper textual de la web, donde
los desplazamientos no están ya limitados por el viejo orden principio-fin, ni por la entrada
alfabética, ni por la temática: cada palabra es virtualmente un enlace o conexión que permite
encadenar con una nueva ventana de texto.
Estando el Derecho destinado a regular ordenadamente la vida de relación, resultaba
inevitable su inmersión en los emergentes patológicos de estas nuevas formas de comunicación, que
modifican las pautas de conductas sociales dentro de un marco de escasa visibilidad, a veces con
urgencia y sin tiempo de reflexión como cuando de ellas resultan nuevas formas de incitación a la
violencia, de discriminación o de lesión a la moral, los derechos del menor y las buenas costumbres.
Era de toda evidencia que el Derecho tendría que hacerse cargo, entre otras tareas de la
formación y firma de los contratos en soporte electrónico gestionados mediante redes.
Pero también enfrentar el anonimato de la titularidad de la red y la posible mera virtualidad
de alguno de los contratantes.

3.2. Cambios electrónicos. En la actualidad, todo proceso de contratación se está llevando


en un altísimo porcentaje por medios electrónicos, ya sea que estén previamente consentidos, como
es el caso del EDI –Electronic Data Intercharge-, ya sea que se canalicen por el correo electrónico
(en su gran mayoría) o finalmente que se instrumenten en un portal web con interacción de las
partes, para solo mencionar a los principales medios. No obstante ello, existen novedosos medios de
comunicación que están ganando sus lugares, como son los mensajes de texto (SMS o MMS) y los
sistemas de mensajería instantánea o chat.

El régimen del derecho comparado sobre la validez de esa forma de contratación tiene cierta
uniformidad. Por ejemplo el Código Civil Venezolano 23 no presenta diferencias en su esencia con el
derogado Código Civil Argentino, por lo que el análisis no variará en su fundamentación, aunque
ahora existen referencias concretas en el Codigo Civil y Comercial argentino, vigente desde el 1° de
agosto de 2016 –CCCA- al que haremos múltiples referencias por representar una normativa
actualizada.

4. LEYES MODELOS. La Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil


Internacional (CNUDMI o UNCITRAL) en la reunión de Nueva York de 2007, elaboró la
Convención sobre el Uso de las Comunicaciones Electrónicas en la Contratación Internacional24

23
SALGUEIRO, José Ovidio “Contratación Electrónica” sobre régimen venezolano, disponible en http://www.alfa-
redi.org/rdi-articulo.shtml?x=887
24
Disponible en http://www.uncitral.org/pdf/spanish/texts/electcom/06-57455_Ebook.pdf Agregamos alguna
información sobre la “Convención de New York sobre contratación electrónica, sobre la formacion y cmplimiento”: 1.
Las disposiciones de la presente Convención serán aplicables al empleo de comunicaciones electrónicas en lo
concerniente a la formación o el cumplimiento de un contrato al que sea aplicable cualquiera de los siguientes
instrumentos internacionales en los que un Estado Contratante de la presente Convención sea o pueda llegar a ser parte:
Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras (Nueva York, 10 de junio de
1958); Convención sobre la prescripción en materia de compraventa internacional de mercaderías (Nueva York, 14 de
junio de 1974) y su Protocolo (Viena, 11 de abril de 1980); Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de
Compraventa Internacional de Mercaderías (Viena, 11 de abril de 1980); Convenio de las Naciones Unidas sobre la
responsabilidad de los empresarios de terminales de transporte en el comercio internacional (Viena, 19 de abril de 1991);
12

para regular el empleo de las comunicaciones electrónicas en la formación o el cumplimiento de un


contrato entre partes cuyos establecimientos estén en distintos Estados.

Recordemos que la primera incógnita que surge comúnmente es si es válida y ejecutable una
comunicación o un contrato celebrado por medios electrónicos, a lo que la Convención responde
claramente que no se les negará validez ni fuerza ejecutoria por la sola razón de que estén en forma
de comunicación electrónica. En esta línea incorpora a los contratos celebrados sin interacción
humana, como cuando se publica un aviso clasificado vía web.

El contrato electrónico es válido, pero ¿cómo se sortean los requisitos de escritura, firma y
original?. La solución puede verse en el CCCA.

4.1. Forma. La exigencia de escritura se cumplirá si la información puede consultarse con


posterioridad, por ejemplo si se tienen copias de seguridad. Por otra parte, la exigencia de firma, si
se utiliza algún método para identificar a la otra parte y para indicar que aprobó la información
consignada en la comunicación electrónica, o si el método utilizado es fiable según corresponda a
los fines para los que se generó o se notificó la comunicación electrónica, atendidas todas las
circunstancias del caso, así como todo acuerdo aplicable. La primera opción se refiere a la firma
digital y la segunda es cuando no existe tal pero el procedimiento utilizado demuestra diligencia de
las partes intervinientes. Esto permite que quienes comúnmente contratan por e-mail y tienen
problemas en una de tantas transacciones, fundamenten su proceder “electrónico” en su historia
comercial conjunta –en sus comportamientos-, así como que argumenten que el monto de la
transacción no justifica económicamente la implementación de criptografía y firma digital. Son los
comportamientos de las partes los que deben ayudar a solucionar sus posteriores conflictos.

Se destaca en la Convención la amplitud de la definición “comunicación”, ya que será toda


exposición, declaración, reclamación, aviso o solicitud, incluida una oferta y la aceptación de una
oferta, que las partes hagan o decidan hacer con relación a la formación o el cumplimiento de un
contrato; especificándose que será considerada electrónica cuando las partes se comuniquen por
medio de mensajes de datos, definiendo a estos últimos como la información generada, enviada,
recibida o archivada por medios electrónicos, magnéticos, ópticos o similares, como pudieran ser,
entre otros, el EDI, e-mail, telegrama o telefax.

Respecto a la versión en original, se cumplirá si existe una garantía fiable de la integridad de


la información que contiene la comunicación o el contrato. Fiabilidad e integridad conforman, la
medida de valoración. El grado de fiabilidad se determinará a la luz de la finalidad para la que se
generó la información y todas las circunstancias del caso, y la “integridad” surgirá de determinar si
se ha mantenido completa y sin alteraciones sustanciales. Se exceptúan de esta regla las Cartas de
Crédito y garantías bancarias, en donde es indispensable la existencia de un solo original.

Convención de las Naciones Unidas sobre Garantías Independientes y Cartas de Crédito Contingente (Nueva York, 11
de diciembre de 1995); Convención de las Naciones Unidas sobre la cesión de créditos en el comercio internacional
(Nueva York, 12 de diciembre de 2001). 2. Las disposiciones de la presente Convención se aplicarán, además, a las
comunicaciones electrónicas relativas a la formación o el cumplimiento de un contrato al que sea aplicable otra
convención, tratado o acuerdo internacional, no mencionado expresamente en el párrafo 1 del presente artículo, en el que
un Estado Contratante sea o pueda llegar a ser parte, salvo que dicho Estado haya declarado, de conformidad con lo
previsto en el artículo 21, que no quedará obligado por el presente párrafo.
13

El contrato es válido, cumple las formas legales y se puede reclamar, pero ¿dónde?, ¿en el
lugar de emisión del e-mail (hotel, aeropuerto), en la ubicación del servidor (otro país), donde está
registrado el dominio. Ni la justicia ni los especialistas lo habían resuelto. La Convención habla del
“establecimiento”, disponiendo que si no se fijó y tiene más de uno, será el que tenga la relación
más estrecha con el contrato y si es una persona física, será su residencia habitual. Rechaza a la
ubicación de los equipos, servidor, al lugar de acceso, al dominio o e-mail vinculado a otro país
como establecimientos. Reforzando esta tesis, establece que las comunicaciones se tendrán por
enviadas desde el establecimiento del emisor y recibidas en el del destinatario y no donde
ocasionalmente alguna de las partes se encuentren.

El eje central de la Convención es la “buena fe comercial” sumado a las circunstancias que


rodearon la relación, devolviendo el viejo principio del Código Civil derogado: Los contratos deben
celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo que verosímilmente las partes
entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión. (Artículo 1198), y ahora
contenido genérica pero contundentemente en el art. 9 CCCA, integrando su Título Preliminar. 25

Esta Convención busca remover los obstáculos que se presentan al uso de las
comunicaciones electrónicas en los contratos internacionales, incluyendo aquellos contemplados en
los actuales instrumentos internacionales que fueron negociados mucho antes que el desarrollo y
explosión de las nuevas tecnologías.

4.2.¿Quién se responsabiliza por un error sustancial? Es común el error en apretar


Aceptar ¿ Qué hacer? Lo malo es que se cometió un error y lo bueno es que es un mal de muchos,
por lo que la situación fue contemplada por el Grupo de Trabajo IV sobre Comercio Electrónico de
la UNCITRAL (Naciones Unidas) en el Anteproyecto de Convención sobre contratos
(internacionales) celebrados o probados por mensajes de datos. En su artículo 12 párrafo 3° regula
los efectos jurídicos de los errores sustanciales cometidos por personas físicas que se comunican con
un sistema informático automatizado, estableciendo que los contratos no tendrán efectos jurídicos ni
serán ejecutorios cuando: a) el sistema informático automatizado no le brinda la oportunidad de
impedir o corregir el error; b) la persona, al percatarse del error, lo notifica lo antes posible; c) la
persona toma medidas razonables, incluida la devolución de los bienes o servicios recibidos a
consecuencia del error; y d) cuando no ha utilizado los bienes o servicios, ni obtenido beneficio de
ellos.

Volveremos sobre el punto al referirnos a la contratación con consumidores y al derecho de


revocar.

La Directiva 2000/31/CE de la Unión Europea establece en su artículo 11 párrafo 2° que


únicamente las personas que ofrecen bienes o servicios a través de sistemas informáticos
automatizados tienen la obligación de brindar medios para corregir errores. Tesis reflejada en el

25
RICHARD, Efraín Hugo “SOBRE EL TÍTULO PRELIMINAR DEL PROYECTO DE CÓDIGO CIVIL Y
COMERCIAL” en El Derecho, diario del 5 de abril de 2013, Buenos Aires. La referencia a la buena fe ha sido
incorporada también en forma expresa en la reforma parcial del Código Civil francés en febrero de 2016.
14

artículo 12 párrafo 2° del Anteproyecto de Convención. Esta postura no trata las consecuencias que
los errores generan sobre la validez del contrato en cuestión. 26

4.3. Lugar de celebración. Otro tema es el relativo al lugar de celebración del contrato. Al
respecto, mucho se dijo sobre la ubicación del servidor de cada una de las partes o si una de las
partes estaba viajando en barco transatlántico con conectividad satelital y desde allí manifestó su
voluntad de contratar. No vale la pena abundar en teorías y suposiciones, y conviene remitirse a lo
recomendado por UNCITRAL, concluyendo brevemente que el lugar de residencia y/o ubicación
principal de los negocios de las partes será considerado el domicilio de cada una de ellas. 27

4.4. Firma de los contratos. Firma digital. Tema que desvela es la firma, ya que todo
contrato comercial exige para su validez que contenga la firma de las partes contratantes. Ante esta
realidad la Comisión de Naciones Unidas sobre Derecho Mercantil Internacional ha elaborado una
Ley Modelo sobre Comercio Electrónico 28 para su incorporación al derecho interno de cada país,
estableciendo en su Artículo Séptimo que cuando la ley requiera la firma de una persona, ese
requisito quedará satisfecho con relación a un mensaje de datos: a) Si se utiliza un método para
identificar a esa persona y para indicar que esa persona aprueba la información que figura en el
mensaje de datos y b) Si ese método es tan fiable como sea apropiado para los fines para los que se
generó o comunicó el mensaje de datos, a la luz de todas las circunstancias del caso, incluido
cualquier acuerdo pertinente.

Este artículo se basa en el reconocimiento de las funciones que se atribuyen a una firma en
las comunicaciones consignadas sobre papel, entre las que se encuentran: identificar a una persona;
dar certeza a su participación en el acto de firmar; y asociar a esa persona con el contenido de un
documento.

Define las condiciones generales que, de cumplirse, autenticarían un mensaje de datos con
suficiente credibilidad para satisfacer los requisitos de firma que obstaculizan el comercio
electrónico. Se centra en las dos funciones básicas de la firma: la identificación del autor y la

26
Asimismo, los errores también pueden ser generados por el propio sistema automatizado, en cuyo caso el Grupo de
Trabajo consideró que deberían ser imputables a las personas en cuyo nombre funcionan, salvo que se demuestre que el
sistema generó mensajes erróneos imprevisibles por la persona responsable. En una y otra situación, las soluciones y
responsabilidades se distribuyen en función de la previsión y diligencia que han tenido las partes frente a un error u
omisión sustancial. Es decir, que el eje del análisis se basa en apreciar –con relación a los errores de las personas físicas–
cuán diligente fue el vendedor al elaborar el sistema informático automatizado y contemplar la posibilidad de enmendar
errores u omisiones por parte del comprador, por un lado, y por el otro, con cuánta celeridad actuó el comprador ante el
conocimiento del error. Con relación a los errores causados por el mismo sistema, el análisis valora en qué grado el
vendedor tenía control sobre el programa informático u otros aspectos técnicos utilizados en la programación de dicho
sistema automatizado.

27
Sobre todos estos aspectos y para profundizar, puede verse LORENZETTI, Ricardo L. Comercio Electrónico, Ed.
Abeledo-Perrot. Buenos Aires.

28
Puede ampliarse en http://www.uncitral.org/pdf/spanish/texts/electcom/05-89453_S_Ebook.pdf
15

confirmación de que el autor aprueba el contenido del documento. Para determinar si el método de
identificación seleccionado es apropiado, pueden tenerse en cuenta, entre otros, los siguientes
factores jurídicos, técnicos y comerciales: 1) la perfección técnica del equipo utilizado por cada una
de las partes; 2) la naturaleza de su actividad comercial; 3) la frecuencia de sus relaciones
comerciales; 4) el tipo y la magnitud de la operación; 5) la función de los requisitos de firma con
arreglo a la norma legal o reglamentaria aplicable; 6) la capacidad de los sistemas de comunicación;
7) la observancia de los procedimientos de autenticación establecidos por intermediarios; entre
otros. Establece una norma mínima de autenticación para los mensajes de datos intercambiados en
ausencia de una relación contractual previa y, al mismo tiempo, da orientación sobre lo que
eventualmente podría suplir la firma cuando las partes recurrieran a comunicaciones electrónicas en
el contexto de un convenio de comunicaciones.

Con arreglo a la Ley Modelo, la mera firma de un mensaje de datos mediante el equivalente
funcional de una firma manuscrita, no basta de por sí para dar validez jurídica al mensaje. La
cuestión de la validez jurídica de un mensaje de datos que cumple el requisito de una firma deberá
dirimirse con arreglo a la normativa aplicable al margen de la Ley Modelo.

La firma digital es un conjunto de datos asociados a un mensaje que asegura la identidad


del firmante y la integridad del mensaje, es decir que permite identificar al firmante (autoría) y
asegurar que los contenidos no se modificaron desde su firma, o detectar cualquier alteración
posterior (integridad). Tecnológicamente la firma digital es definida como un conjunto de datos
asociados a un “mensaje digital e incorporados a éste por un programa de computación desarrollado
al efecto que permite garantizar la identidad del firmante y la identidad del documento firmado”. Se
destaca que la misma equivale a la firma manuscrita, pero no es una copia de la misma, lo que
resulta de la ley 25506 de la República Argentina en su art. 2° “No es la imagen escaneada de la
firma manuscrita. Equivale a la firma manuscrita. Es la encriptaciones (criptografía) de un
documento con la llave privada del hash (huella)”. La definición técnica de una función de hasch es
un cálculo matemático en donde se obtiene como resultado un código. Siempre y cuando en ese
documento electrónico no se haya modificado ningún carácter, el cálculo del hash arrojará el mismo
código resultante. Con esta herramienta podemos garantizar la integridad del documento o archivo
que estemos analizando.29

La utilización de la tecnología en actos de la vida diaria y particularmente en el comercio, ha


requerido algo tan simple, como complejo en las transacciones electrónicas: identificar a las partes y
asegurar que el documento soporte permanezca inalterado; solo así podrá evitarse el repudio. Como
respuesta a esa necesidad, surge la firma digital, una herramienta cuya interpretación requiere
algunos recaudos. Por lo tanto, el documento físico firmado hológrafamente, aún hoy es considerado
autentico, no repudiable 30 y por lo tanto es un elemento de prueba valido (él elemento por
excelencia) en la mayoría de los sistemas legislativos.

29
ESCOBAR, Diego Sebastián “Análisis de las implicancias legales en el uso de firma digital, firma electrónica o
función de hash en contratos y documentos comerciales”, pág. 268 IX Jornada Nacional de Derecho Contable, 11 de
agosto, Córdoba 2016.
30
El repudio generalmente va asociado a la carga de la prueba, es decir, quien alega la autenticidad, una vez desconocida
en juicio debe correr con la prueba de la misma. En el sistema de firma digital, como se verá, esta carga se invierte
debiendo quien niega la validez de la firma, correr con la prueba de tal aseveración..
16

De esta manera, las transacciones que exigen la identificación de una de las partes, y precisan
de la inalterabilidad del soporte que contiene la manifestación de una voluntad negocial, requieren
de firma digital31.
No basta tener certeza de quien tenemos en frente (pantalla mediante) sino también hace falta
constatar (y poder acreditar en juicio) que ha dirigido (en el caso puntual y ante el acto que se
invoca) su voluntad en un sentido u otro en un documento que, una vez confeccionado, debe
mantenerse tal cual fue firmado, al menos, hasta que sea apreciado como prueba ante un juez.
La realidad en la cual vivimos, con esta doble dimensión (tangible e intangible 32), requería
que esta herramienta garantizara lo mismo que la firma hológrafa hacía en su dimensión: el no
repudio. Un documento firmado digitalmente 33 puede evidenciar mediante el procedimiento de
verificación, si dicho documento ha sufrido alteraciones o cambios, posteriores a la firma,
garantizándose así que el documento ha mantenido su integridad. En esto hay que establecer una
diferencia, la firma digital no asegura la “inalterabilidad” del documento electrónico firmado
digitalmente pero si asegura su integridad. Parece un juego de palabras: los documentos electrónicos
firmados digitalmente pueden ser alterados, pero dicha alteración será evidenciada posteriormente
mediante un procedimiento de verificación, y por ende no llegarán a ser íntegros; en cambio los
documentos físicos pueden sufrir alteraciones del contenido posteriores a la firma, y las mismas
quedaran sujetas a pericias, mas no a una simple verificación.
Hay normativa diseñada para ser tomada como guía (Ley modelo de UNCITRAL, Directiva
Europea34) y otras que han sido naturalmente adoptadas (ley de UTAH). Los ordenamientos
jurídicos de América Latina, han seguido los estándares de la Ley Modelo de Naciones Unidas 35 y
de la ley de Utah, recogiendo de la primera los principios de no discriminación y de equivalencia
funcional para los conceptos tradicionales de “escrito”, “firma” y “original”. Esto ha dado un marco
de cierta homogeneidad dentro de la diversidad normativa, y también ha permitido con una relativa
facilidad la celebración de acuerdos (privados) de reconocimiento reciproco de certificados
digitales, lo que permite su uso transfronterizo.
Estas legislaciones, han incorporado o reconocido herramientas que tienen diferente alcance
y denominación: firmas electrónicas (simples), firmas digitales y/o electrónicas avanzadas,
certificadas o calificadas según la denominación adoptada por cada país. En general, se parte de la

31
Esta denominación varía según el país de que se trate pudiendo ser: firma digital o electrónica avanzada, certificada o
calificada.
32
Preferimos utilizar esta concepción unicista, a la usual contraposición de “mundo virtual y mundo real”, puesto que
real es el mundo en el cual vivimos y hacemos negocios, ya sea en la dimensión tangible (papel) como intangible
(documentos electrónicos).
33 Básicamente el proceso de firma funciona de la siguiente manera: El firmante proporciona a un sistema, información
de exclusivo conocimiento del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control (art 2, ley 25506). Seguidamente, el
sistema ejecuta un procedimiento matemático que contiene tres términos: una clave pública, el contenido del documento
reducido a números binarios, y la clave privada del firmante (punto anterior) lo que genera un resultado matemático
único por documento. Si se modifica el documento (por mínimo que sea) esto impacta en uno de los términos que
intervienen en el procedimiento matemático, alterando su resultado y evidenciando la alteración. Si, el documento
electrónico firmado no se alteró, en el proceso de verificación se evidenciara tal coincidencia, la que se traducirá en la
integridad del documento, que no podrá ser repudiado.
34
Directiva 1999/93/CE del Parlamento Europeo y del Consejo del 13 de diciembre de 1999
35
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU). Ley Modelo sobre comercio electrónico de la Comisión
de la Naciones Unidas para el derecho mercantil internacional (CNUDMI – UNCITRAL) 1996 – 2005. “Principio de no
discriminación (Art. 5). No se privará de efectos jurídicos, validez o fuerza obligatoria a la información por la sola
razón de que esté en forma de mensajes de datos electrónicos y no en soporte de papel.” Criterio de “equivalencia
funcional” (Arts. 6, 7 y 8) Determinando qué función básica cumplen los requisitos formales de la documentación en
soporte de papel, cumplidos los mismos por un mensaje de datos se le podrá atribuir un reconocimiento legal
equivalente.
17

concepción de la firma electrónica como género y de la digital o de la electrónica avanzada como


una especie.36
Toda una problemática puede ser la presentación y valoración en juicio de un registro
informático y su atribución a un determinado autor, que en el sistema procesal clásico debería ser
autenticado documentalmente o sujeto a una prueba pericial. 37

5. EL MARCO NORMATIVO ARGENTINO. La Ley 25.506 impropiamente conocida


como de “firma digital” (en adelante “LFD”), sancionada y promulgada a fines de 2001, ha montado
una estructura excesivamente burocrática 38, y recién hace poco tiempo se cuenta con un Certificante
Licenciado para el sector privado y solo tres para el sector público: la AFIP, la ANSES y la ONTI
(Oficina Nacional de Tecnologías de la Información).39

36
PARDINI, Aníbal “Hacia un protocolo de pericia e incautación en sistema de registro informático”, en Revista de la
Universidad Austral, que el autor tuvo a bien enviarnos por vía electrónica. N° 1, agosto 2016, pág. 85.
37
IGLESIAS, Silvia - ESCOBAR, Diego Sebastián “Análisis de las implicancias legales en el uso de firma digital, firma
electrónica o función de hash en contratos y documentos comerciales”, pág. 268 IX Jornada Nacional de Derecho
Contable, 11 de agosto, Córdoba 2016.
38
En el acto de lanzamiento de la Infraestructura de Firma Digital de la República Argentina www.pki.gov.ar , el
subsecretario Abal Medina destacó que con la firma digital los trámites, certificados o expedientes, que antes obligaban
a los ciudadanos a concurrir a una dependencia del Estado ahora se van a poder realizar a través de una pantalla de
computadora, significando un gran ahorro de tiempo y dinero. Por ejemplo, si las notificaciones se realizarán por este
medio, se reducirían los tiempos de las acciones judiciales en un 40%, concluyó. Pero, ¿qué hace la Autoridad
Certificante Raíz? Habilita a los Certificadores Licenciados para otorgar certificados a los Titulares, alias los usuarios
finales de la firma digital. Sería básicamente como las normas que habilitan a los Colegios Profesionales a dar matrícula
a sus afiliados. Constituir la Autoridad Certificante Raíz fue para la Subsecretaría todo un logro, principalmente por los
obstáculos políticos y su desinterés asociado, y en ese aspecto deben augurarse los mejores deseos de éxitos, sin
embargo ahora resta un trabajo más arduo aún, que es conseguir que entidades públicas y privadas se interesen en primer
término por constituirse en Certificadores y luego cumplan con los estrictos requisitos tecnológicos, económicos,
societarios, impositivos y de garantía que conlleva tal función. En el acto de lanzamiento, la AFIP en la persona del Sr.
Alberto Abad, presentó la primera solicitud para ser Certificador Licenciado lo que, de ser admitida, habilitará a todos
los organismos que interactúen con dicha Entidad y a los contadores a solicitar a su vez ser titulares de firmas digitales,
que seguramente será una cuestión compulsiva más que voluntaria si se quiere mantener un fluido y amigable contacto
tributario y fiscal. A nivel privado, cualquier empresa podrá ser Certificador Licenciado, ya que específicamente la ley
establece que sus servicios se prestarán en régimen de competencia. Lo cierto es que el nivel de inversión exigido para
calificar requiere necesariamente un mercado dispuesto a firmar digitalmente cuanto documento se envíe y así hacer
rentable la inversión. ¿Es Latinoamérica un mercado atractivo? Hasta ahora parecería que no.
39
Desde sus comienzos, el Subgrupo de Trabajo N° 13, "Comercio Electrónico" del MERCOSUR, ha insistido sobre la
necesidad de llevar adelante negociaciones tendientes a lograr mecanismos que posibiliten el reconocimiento de
certificados digitales entre los Estados Partes, intercambiando información sobre los marcos normativos nacionales que
atañen al reconocimiento de las firmas electrónicas y digitales y de los documentos electrónicos e iniciando el proceso
de redacción de normativa sobre la materia. Que se conozca hasta el presente, dio como resultado dos proyectos de
resolución: “MERCOSUR/GMC EXT./RES. Nº 34/06 - Directrices para la celebración de acuerdos de reconocimiento
mutuo de firmas electrónicas avanzadas en el ámbito del MERCOSUR” y “MERCOSUR/GMC EXT./RES. Nº 37/06 -
Reconocimiento de la eficacia jurídica del documento electrónico, la firma electrónica y firma electrónica avanzada en
el ámbito del MERCOSUR”. Ambos fueron consensuados en Junio de 2006, pasaron por consultas internas en los
Estados Partes y han sido aprobados por el Grupo Mercado Común (GMC). La Asociación Latino Americana de
Integración (ALADI) se encuentra coordinando el proyecto de Digitalización de Certificados de Origen, utilizados como
documentación que acompaña cualquier proceso de importación-exportación entre los doce países de Latinoamérica que
actúan bajo acuerdo de dicha Asociación. A los efectos de definir de los requerimientos técnicos, normativos y
procedimentales, se ha creado un Grupo de Trabajo ad hoc en el marco de ALADI que tiene a su cargo esta tarea. En
Abril de 2006 la Delegación de Argentina, integrada por funcionarios de varios organismos nacionales presentó una
propuesta técnica de trabajo que conformó el documento base para el proyecto. En cuanto al sector público nacional, en
rápida reseña: se han llevado a cabo lentos pero considerables avances en el Poder Judicial de la Nación, rezagado en
relación a los de provincias, de acuerdo a lo sabido en la IV Conferencia Anual de Jueces (Bs. As. 03/09/2010), donde se
informó acerca de la ampliación e implementación de un sistema de ingresos de causas por la web, la tramitación
18

El Decreto Reglamentario 2628/02 en su art. artículo 1°, regula el empleo de la firma


electrónica y de la firma digital y su eficacia jurídica: “En los casos contemplados por los artículos
3°, 4° y 5° de la Ley N° 25.506 podrán utilizarse los siguientes sistemas de comprobación de
autoría e integridad: a) Firma electrónica, b) Firma digital basada en certificados digitales
emitidos por certificadores no licenciados en el marco de la presente reglamentación, c) Firma
digital basada en certificados digitales emitidos por certificadores licenciados en el marco de la
presente reglamentación, d) Firma digital basada en certificados digitales emitidos por
certificadores extranjeros que hayan sido reconocidos en los siguientes casos: 1. En virtud de la
existencia de acuerdos de reciprocidad entre la República Argentina y el país de origen del
certificador extranjero. ..”
El documento electrónico como una representación material destinada e idónea para producir
una cierta manifestación del pensamiento representativo de un hecho, y apta para producir efectos
jurídicos, se reconoce ya como documento-género.
El Código Civil y Comercial Argentino dispone en el art. 288 2ª parte “En los instrumentos
generados por medios elecrónicos, el requisito de la firma de una persona queda satisfecho si se
utiliza una forma digital, que asegure indubitalemente la autoria e integridad del instrumento”.
Su representación escrita, volcada en papel, es instrumento-especie. Al documento alojado
en el disco del ordenador no legible al ojo humano corresponde denominarlo documento electrónico,
y cuando se imprime en hoja papel legible e inteligible al ojo humano, instrumento informático.
Si bien fue fruto de una maduración doctrinaria, la sanción de la LFD puso fin a todas las
discusiones al establecer en su art. 6°, que “Se entiende por documento digital a la representación
digital de actos o hechos, con independencia del soporte utilizado para su fijación, almacenamiento
o archivo. Un documento digital también satisface el requerimiento de escritura.”
Se estableció el criterio de integridad en el art. 8°: “Si el resultado de un procedimiento de
verificación de una firma digital aplicado a un documento digital es verdadero, se presume, salvo
prueba en contrario, que este documento digital no ha sido modificado desde el momento de su
firma”.
El principio de conservación luce en el art. 12°: “La exigencia legal de conservar
documentos, registros o datos, también queda satisfecha con la conservación de los
correspondientes documentos digitales firmados digitalmente, según los procedimientos que
determine la reglamentación, siempre que sean accesibles para su posterior consulta y permita
determinar fehacientemente el origen, destino, fecha y hora de su generación, envío y/ o recepción.”
Arbitró en posiciones al dejarse sentado que “Los documentos electrónicos firmados
digitalmente y los reproducidos en formato digital firmados digitalmente a partir de originales de
primera generación en cualquier otro soporte, también serán considerados originales y poseen,

electrónica de oficios, la estandarización de las videoconferencias, la certificación de las firmas digitales, la


digitalización de la mesa de entradas, y un proyecto que busca digitalizar bases de datos. Según la Suprema Corte de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires, por año se generan 600 mil cédulas enviadas a domicilios constituidos, las que
insumen el sesenta por ciento del tiempo del proceso, por lo que se está implementando la notificación electrónica, las
subastas electrónicas, la generación de 15 mil puestos conectados a internet con una ancho de banda en crecimiento, la
firma digital y, finalmente, el digesto electrónico. Otras áreas del Estado han avanzado con mayor rapidez,
particularmente la AFIP, el BCRA y la CNV4. En cuanto al sector privado, no se cuenta con estadísticas o registros del
uso de la firma y el documento electrónico en nuestro país. Ello no obsta para que la utilización de la firma digital, a la
que el texto legal asigna el mismo valor probatorio que la manuscrita, sea convenida entre las partes de alguno de los
contratos a los que me voy a referir utilizando los servicios de un certificante no licenciado. Sintéticamente, la LFD y el
Dec. 2628/02, ponen a disposición de los usuarios la firma digital, la firma electrónica, el documento electrónico y la
certificación de un tercero licenciado o no. Cualquier persona física o jurídica que desee utilizarlas en nuestro país tiene
el camino expedito, pero no contamos con estadísticas sobre estas aplicaciones, a contrario de lo que sucede con el
comercio electrónico.
19

como consecuencia de ello, valor probatorio como tales, según los procedimientos que determine la
reglamentación” (art. 11°).
Conforme con nuestra legislación, cualquier tipo de información representada digitalmente
puede transformarse en un documento electrónico y es susceptible de ser firmada digitalmente. Es
por ello que la firma digital puede utilizarse para otorgar efectos jurídicos o valor probatorio a toda
declaración de voluntad o de conocimiento, con independencia de su extensión o de su medio de
almacenamiento, sin limitación alguna.
La ley citada ofrece dos alternativas de firma para estos soportes: la firma electrónica y la
firma digital. Al que utiliza la primera le corresponde la carga de la prueba judicial, lo que se
invierte con la segunda.
No se beneficia al consumidor obligándole a los costos de la firma digital. 40

6. LA CERTIFICACIÓN EN PARAGUAY.

Nos permitimos tomar de la comunicación “EL COMERCIO ELECTRONICO A LA


LUZ DE LA LEGISLACION PARAGUAYA”, del académico paraguayo Prof. Dr. Bonifacio
Ríos,al que hemos hecho referencia en la ADVERTENCIA PRELIMINAR y que aconsejamos
consultar en integridad, aspectos de los “37. REQUISITOS BÁSICOS QUE DEBEN CUMPLIR
LOS PRESTADORES DE SERVICIOS DE CERTIFICACIÓN: a) garantizar la utilización de un
servicio rápido y seguro de guía de usuarios y de un servicio de revocación seguro e inmediato; b)
garantizar que pueda determinarse con precisión la fecha y la hora en que se expidió o revocó un
certificado; c) comprobar debidamente, de conformidad con el derecho nacional, la identidad y, si
procede, cualesquiera atributos específicos de la persona a la que se expide un certificado
reconocido; d) emplear personal que tenga los conocimientos especializados, la experiencia y las
cualificaciones necesarias correspondientes a los servicios prestados, en particular: competencia
en materia de gestión, conocimientos técnicos en el ámbito de la firma electrónica y familiaridad
con los procedimientos de seguridad adecuados; deben poner asimismo en práctica los
procedimientos administrativos y de gestión adecuados y conformes a normas reconocidas; e)
utilizar sistemas y productos fiables que se requiera para prestar servicios de certificación y que
estén protegidos contra toda alteración y que garanticen la seguridad técnica y criptográfica de los
procedimientos con que trabajan; f) tomar medidas contra la falsificación de certificados y, en caso
de que el proveedor de servicios de certificación genere datos de creación de firma, garantizar la
confidencialidad durante el proceso de generación de dichos datos; g) disponer de recursos
económicos suficientes para operar de conformidad con lo dispuesto en la presente Ley, en
particular para afrontar el riesgo de responsabilidad por daños y perjuicios, pudiendo emplearse
para el efecto fianzas, avales, seguros o cualquier otro medio; h) registrar toda la información
pertinente relativa a un certificado reconocido durante un período de tiempo adecuado, en
particular para aportar pruebas de certificación en procedimientos judiciales. Esta actividad de
registro podrá realizarse por medios electrónicos; i) no almacenar ni copiar los datos de creación
de firma de la persona a la que el proveedor de servicios de certificación ha prestado servicios de
asignación de firmas electrónicas; j) utilizar sistemas fiables para almacenar certificados de forma
verificable, de modo que: - sólo personas autorizadas puedan hacer anotaciones y modificaciones; -

40
MARZORATI, Osvaldo J. “Las nuevas Tecnologías y el Impacto de la venta on-line en los sistemas tradicionales de
Distribución Comercial”, Buenos Aires, Agosto de 2016, en prensa en la Revista de Derecho Comercial y de las
Obligaciones, Ed. Abeledo Perrot.
20

pueda comprobarse la autenticidad de la información; - los certificados estén a disposición del


público para su consulta sólo en los casos en los que se haya obtenido el consentimiento del titular
del certificado; y - el agente pueda detectar todos los cambios técnicos que pongan en entredicho
los requisitos de seguridad mencionados. k) demostrar la honestidad de sus representantes legales,
administradores y funcionarios, a través de certificaciones de antecedentes policiales y judiciales”,
a los que siguen los “38. REQUISITOS DE VALIDEZ DE LOS CERTIFICADOS DIGITALES”,
las “39. OBLIGACIONES DEL PRESTADOR DE SERVICIOS DE CERTIFICACIÓN” y
obviamente “40. RESPONSABILIDADES”.

6.1. EL SISTEMA EN ESPAÑA. Relacionando la evolución de estos instrumentos con la


experiencia en países de similares características, su uso ha experimentado gran desarrollo en
España a partir del Real Decreto Ley 14/1999 (17/09/99) sobre firma electrónica, que fue aprobado
con el objetivo de fomentar la rápida incorporación de las nuevas tecnologías de seguridad de las
comunicaciones electrónicas en la actividad de las empresas, los ciudadanos y las Administraciones
públicas, en ese orden. Fue anterior a la Directiva1999/93/CE del Parlamento Europeo y del
Consejo, del 13 de diciembre de 1999, por la que se establece un marco comunitario para la firma
electrónica; y definió a la “firma electrónica reconocida” según las pautas impuestas luego en la
Directiva otorgando equivalencia funcional con la firma manuscrita respecto de los datos
consignados en forma electrónica. En ese país, la prestación de servicios de certificación no está
sujeta en ningún caso a la autorización previa por parte del Estado, inversamente de lo que sucede
en el nuestro; el marco normativo simplemente reforzó las capacidades de inspección y control del
Ministerio de Ciencia y Tecnología. La ley contiene, incluso, una regulación respecto del
documento nacional de identidad electrónico, que es en un certificado electrónico reconocido
llamado a generalizar el uso de instrumentos seguros de comunicación electrónica capaces de
conferir la misma integridad y autenticidad que la que actualmente rodea las comunicaciones a
través de medios físicos. Se limita a fijar el marco básico del nuevo DNI electrónico, poniendo de
manifiesto sus dos notas más características: acredita la identidad de su titular en cualquier
procedimiento administrativo y permite la firma electrónica de documentos remitiéndose a la
normativa específica en cuanto a las particularidades de su régimen jurídico. Actualmente son pocos
los lugares de ese país que no cuentan con dicho DNI. También esa ley avanzó respecto del Real
Decreto Ley de 1999, que sólo permitía a las personas jurídicas ser titulares de certificados
electrónicos en el ámbito de la gestión de los tributos, estableciendo el régimen aplicable a su
actuación como firmantes, a efectos de integrar a estas entidades en el tráfico telemático, dada la
enorme expansión que habían tenido estos certificados en dicho ámbito sin que haya aumento
alguno de la litigiosidad ni de la inseguridad jurídica en las transacciones.
Los certificados electrónicos de personas jurídicas no alteran la legislación civil y mercantil
en cuanto a la figura del representante orgánico o voluntario y no sustituyen a los certificados
electrónicos que se expidan a personas físicas en los que se reflejen dichas relaciones de
representación. Ante terceros, se limita su uso a los actos que integren la relación entre la persona
jurídica y las Administraciones públicas y a las cosas o servicios que constituyen el giro o tráfico
ordinario de la entidad, sin perjuicio de los posibles límites cuantitativos o cualitativos que puedan
añadirse.
Es de destacar que aunque el término “giro o tráfico ordinario”, como reconoce la
Exposición de Motivos, sea de cuño mercantil, la regulación sobre los certificados de personas
jurídicas no sólo se aplica a estas sociedades, sino a cualquier tipo de persona jurídica que quiera
hacer uso de la firma electrónica en su actividad.
21

Aún más: reconociendo que el instituto de la representación está ampliamente generalizado


en el tráfico económico, la ley española hace un acogimiento explícito de las relaciones de ese tipo
que pueden subyacer en el empleo de la firma electrónica, dotando de seguridad jurídica la
imputación a la esfera jurídica del representado de las declaraciones que se cursan por el
representante a través de la firma electrónica.
Para ello, se establece como novedad que en la expedición de certificados reconocidos que
admitan entre sus atributos relaciones de representación, ésta debe estar amparada en un documento
público que acredite fehacientemente dicha relación de representación así como la suficiencia e
idoneidad de los poderes conferidos al representante. Asimismo, se prevén mecanismos para
asegurar el mantenimiento de las facultades de representación.
La ley permite que los prestadores de servicios de certificación podrán, con el objetivo de
mejorar la confianza en sus servicios, establecer mecanismos de coordinación con los datos que
preceptivamente deban obrar en los Registros públicos, en particular, mediante conexiones
telemáticas, a los efectos de verificar los datos que figuran en los certificados en el momento de la
expedición de éstos.
Dichos mecanismos de coordinación también podrán contemplar la notificación telemática
por parte de los registros a los prestadores de servicios de certificación de las variaciones registrales
posteriores.

6.2. DETERMINACIÓN DE FECHA EXACTA EN ARGENTINA Y ESPAÑA.


Si bien la ley española no regula ni recoge la emisión de sellados de tiempo o time stamping,
la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, la Real Casa de la Moneda y Camerfirma, que son
Autoridades de Certificación y Autoridades de Fechado reconocidas por el Ministerio de Industria
de España, ya han autorizado a varios certificadores privados a prestar este servicio.
La importancia de este sellado de tiempo se deriva del mismo cómputo de cualquier tipo de
plazos que dé nacimiento, modifique o extinga el contrato mismo o relaciones jurídicas emergentes
de su ejecución, ya que requerirá de absoluta precisión en la determinación de la fecha (día y hora
exactos) por lo que no puede suceder que, electrónicamente, la hora dentro del mismo día sea
distinta, a menos que los relojes de los ordenadores intervinientes no estuvieran ajustados a un solo
patrón horario o fueran deliberadamente manipulados.
La seguridad en la determinación exacta de la hora tiene la misma importancia que la de la
fecha. Será un tema de importancia en la revocación del contrato, particularmente en las relaciones
de consumo.
Para evitar la “no repudiación” en la contratación electrónica, debe resultar imposible para
una parte negar falsamente que ha enviado un particular documento o mensaje mediante el cual se
ha alcanzado un acuerdo legal. Se requiere autenticación idónea ante un juez, jurado o un tercero
juzgador, que la negativa de una contraparte respecto al quién, qué o cuándo del documento, es
falsa.
Dentro de una estructura de criptografía de clave pública (o asincrónica) como la que
implementa la ley argentina, al solicitar un certificado para firmar digitalmente un correo
electrónico, el certificador licenciado emitirá un Certificado Digital (art. 13 LDF) que tiene día y
hora de fecha cierta del certificado, basando su vigencia en esa fecha (art. 15), lo que entre otras
cosas está relacionado con la vigencia del mismo, más no acredita la fecha del documento.
Sin embargo, cuando se firma un correo, la hora que tendrá esa firma es la que tiene la
máquina del remitente en el momento del envío, que puede ser distinto del momento en que lo
escribió e indicó que lo firmaba que es la que certificará una Autoridad de Certificación confiable,
como por ejemplo la Autoridad Certificante para Correo electrónico de la ONTI, Sub Secretaría de
22

la Gestión Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros que emite certificados digitales a


personas físicas que realicen trámites con el Estado.
Pero además, puede protegerse el valor jurídico de la hora de la firma de un documento o
correo con la participación de un tercero confiable como Certificador de Tiempo, quien emite un
sello fechador que asocia una fecha digital con un documento en un modo criptográficamente
seguro. El sellado digital de fecha y hora se puede utilizar con posterioridad para probar que un
documento electrónico existía en el momento que indican la fecha y hora digital.
Es el clásico ejemplo del caso en que a alguien se le ocurre una idea genial, la escribe en un
procesador de textos y le pone un sello fechador digital: el documento y la fecha pueden probar en
un futuro esa circunstancia. O bien cuando un documento debe ser firmado por varias personas, en
orden jerárquico, como una resolución donde debe firmar primero un secretario, luego el tesorero,
una vez que estos dos firmaron recién firma el presidente. La Autoridad de Certificación puede
emitir Sellos de Tiempo con cada firma para garantizar la secuencia y la fecha y hora en que se
efectuaron las firmas
También es esencial, para mantener la validez de los documentos a través de los años, ya que
recertificar las claves o volver a firmar los contratos requiere de la colaboración de ambas partes
varios años después de la firma original. Para evitar que una de las partes se rehúse a cooperar, se
interviene el contrato con el servicio de registro digital de fecha y hora en el momento de la firma,
recibiendo las partes copia de tal registro, el que podrá utilizarse años después para reclamar la
validez del contrato original.
La combinación de una estructura de clave pública más una autoridad de sellado de
contenido y tiempo es la que mejor asegura la no repudiación de un contrato perfeccionado por
medios electrónicos. Para que sea confiable, el registro de fecha y hora tendrá que evitar ser
falsificado, para lo cual existen estándares tecnológicos, entre los cuales se requiere que las fechas y
horas provengan de un reloj también inviolable, que no puede ser reprogramado y que mantendrá la
hora exacta durante muchos años.
En el caso de la ley española, las fuentes de tiempos utilizadas, se auto calibran por distintos
caminos, haciendo que la exactitud no disminuya por debajo de los requerimientos especificados
(500 milisegundos de desviación) utilizando como referencia la del Real Instituto y Observatorio de
la Armada en San Fernando (ROA) y la sincronización GPS (Global Positioning System) vía
satélite.
Este tipo de servicios de constatación de contenido y estampado electrónico de fecha y hora
no ha sido regulado por la legislación argentina; alguna mención se hace en el art. 12, como
requisito para la conservación de documentos, registros o datos, que queda satisfecha con la
conservación de los correspondientes documentos digitales firmados digitalmente, siempre que sean
accesibles para su posterior consulta y permita determinar fehacientemente el origen, destino, fecha
y hora de su generación, envío y/ o recepción.
En el Decreto 2628/02 reglamentario de la ley se encuentra una sola mención en el art. 16,
que entre los recursos del Ente Administrador incluye los de certificación digital de fecha y hora.
El Observatorio Naval Bs. As., es actualmente un organismo dependiente del Servicio de
Hidrografía Naval con las misiones -entre otras- de conservar y difundir la Hora Oficial Argentina,
que está asegurada con los relojes atómicos del Observatorio Naval, cuya principal característica es
la regularidad de su marcha, ya que el máximo error que se puede acumular es de un segundo en
más de 3000 años con la precisión de un milésimo de segundo.
La determinación de la hora se realiza mediante la inter comparación de tiempo con la
Oficina Internacional de la Hora, ya sea por comparación a distancia o en forma directa por
transporte de reloj, o mediante la transferencia de tiempo que provee la red satelital GPS.
23

Comparando el desarrollo en ambos países, surge a las claras que el intervencionismo del
Estado es en buena medida la causa del atraso en el nuestro.

7. LA FORMACIÓN DE CONTRATOS POR INTERNET. Conviene ensayar una


clasificación de los diversos tipos de redes de comunicación disponibles actualmente:
a) Redes públicas, de la que la más conocida es Internet, cuyos servicios de navegación si
bien son gratuitos, requieren de elementos de comunicación y de un proveedor de acceso, de los que
los hay gratuitos y pagos.
Internet se divide a su vez en distintos sectores con perfiles propios, entre los que se destacan
las llamadas “redes sociales”, las dedicadas al tráfico de videos, de correo electrónico, de
navegación, etc.
La integración de las redes de telefonía móvil celular y satelital con las de transferencias
multimedial de datos admite una reclasificación según desde dónde se posiciona el observador. La
telefonía celular todavía no provee facilidades para firmar digitalmente documentos electrónicos
según nuestro marco legal.
b) Redes privadas a las que se tiene acceso mediante una membresía, tales como las que
vinculan a los cajeros automáticos de entidades financieras, las de las empresas de transporte de
pasajeros con sus clientes, la CNV con sus socios, las universidades con sus miembros, los Colegios
Profesionales con sus matriculados, etcétera.
c) Redes totalmente privadas, como las que estructuran internamente las empresas para
vincular sus recursos informáticos, o las que se establecen dentro de un hogar o un estudio
profesional con idénticos propósitos.
A su vez, debe distinguirse a la contratación por medios informáticos, de los contratos
informáticos: la primera se realiza mediante la utilización de algún elemento electrónico de
comunicación, que gravita decisiva y realmente en el desenvolvimiento, la formación de la voluntad
o la interpretación de un acuerdo, mientras que los segundos son los que tienen por objeto bienes o
servicios informáticos tales como elementos “de máquina” o hardware, los programas o software,
manuales de procedimientos o de utilización y los diversos servicios de apoyo o ingeniería de
sistemas. Que son distintos a los que hemos individualizado como contratos electrónicos.
Hasta el momento existen dos maneras de contratar por medio de redes de comunicación, de
las cuales la más universal y gratuita es Internet:
1) mediante el consentimiento a contratos de adhesión disponibles en portales (o “vidrieras”)
de un “negocio” o empresa virtual que realiza ofertas innominadas.
2) Mediante contratos paritarios celebrados de la manera tradicional de regateo de cláusulas.
En principio, ambos son especies del género de contratos entre ausentes o celebrados a
distancia.
La contratación electrónica 41 abarca un arco de posibilidades que van desde la inclusión de
todos los contratos que se celebran por medios electrónicos o telemáticos hasta considerar tales al
intercambio electrónico de datos de ordenador a ordenador. Además, las comunicaciones y la
tecnología actual posibilitan la existencia de contratos sin registro alguno como en el caso de
reservas de vuelo telefónicas, o mediante tarjetas magnéticas u operaciones de transferencia de
fondos por “home banking” (Internet) o de compra de música.

BORDA, A.: “El contrato celebrado por medios informáticos y las XVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil”, LL,
41

LXVI-Nº 24, Bs. As., 2002.


24

8. CONTRATOS DE ADHESION Y FIRMA DIGITAL. Se generaliza la costumbre de


incluir entre las cláusulas predispuestas la prórroga de la jurisdicción a la solución por medio del
arbitraje de amigable composición del tipo reglamentado o institucional. A ello nos referiremos en
un último capítulo, al afrontarlo dubitativamente para las relaciones de consumo, conforme la
regulación particular.
Como pautas para la interpretación de los restantes contratos debe tenerse en cuenta que si se
trata de un contrato de consumo deberá ser interpretado conforme las normas de la Ley 24.240 –que
referiremos lateralmente en el capítulo siguiente-, debiendo admitirse en principio la validez de las
condiciones generales relativas al régimen de formación del consentimiento, cuando son
incorporadas por el proponente del contrato al iniciarse las tratativas y siempre que el adherente
haya conocido o podido conocer y entenderlas.
Los contratos de adhesión se despliegan desde un sitio web (página de Internet) que realiza
ofertas innominadas, generalmente con la ilustración de los productos desde diversos ángulos,
descripciones generales y técnicas y precios. Es común, por haberse popularizado mucho, la
utilización de sistemas conocidos como “carrito de supermercado” por usar dicha representación
icónica, en los que el interesado va eligiendo los que resultan de su interés y agregándolos
electrónicamente al carrito.
Finalizada esa etapa, que podemos denominar pre contractual, el interesado tiene la opción
de “comprar” mediante el clic en el botón correspondiente, momento a partir del cual se entra en la
etapa contractual propiamente dicha mediante el despliegue gradual y por etapas de las condiciones
predispuestas de la oferta. En cada uno de dichos pasos secuenciales, se va preguntando al
interesado si acepta las condiciones, y se solicita la por lo general la doble confirmación o doble
clic, para eliminar errores de manipulación.
Sea al principio o al final del proceso, se solicitan los datos personales del aceptante y la
elección de los diversos medios de pago alternativos.
¿Dónde interviene la firma digital? Es necesario introducir el concepto informático de
“Protocolo”: se trata de las reglas (convenciones de formato) que usan los programas para
transmitirse datos entre sí. Es el idioma de datos elegido para entenderse entre dos programas: así
como dos o más personas convienen en comunicarse a través del idioma castellano o francés, el
convenir en intercambiar datos en formato “Word” o “Excel” define un protocolo de transferencia
de datos.

9.DOMICILIO LEGAL Y DOMICILIO ELECTRÓNICO. JURISDICCIÓN. Una


evidencia de que el e-mail ha desplazado casi totalmente al transporte en soporte papel como medio
de comunicación de lo escrito, es que actualmente interesa más conseguir el domicilio electrónico de
un individuo, que su domicilio real, lugar que la ley fija como su asiento o sede para la producción
de determinados efectos jurídicos.
En cualquier relación jurídica resulta imprescindible que cada persona humana o jurídica
posea un domicilio -y no más que uno- en el cual resulten válidas y eficaces las comunicaciones que
allí se cursen, de manera de no dar lugar a dudas a la administración de Justicia ni a los particulares
sobre su existencia o, en caso de existir varios, cuál de ellos es el apropiado.
Así nació la firma digital, que nada tiene que ver con una firma, como venimos informando,
sino que es un proceso que asegura todas estas cosas y se lo denominó “firma” por su similitud con
los objetivos y efectos que tiene la firma manuscrita en un papel, de “prestar conformidad” o
“manifestar la voluntad”, que tiene dos componentes que la hacen más segura que la firma
manuscrita:
25

1) Tanto el contenido del documento firmado digitalmente, como la propia firma digital, se
encriptan con un algoritmo casi indescifrable, puesto que se necesitarían años de proceso de
computadoras potentes para descubrir el algoritmo encriptador.
2) Sólo el destinatario, contando con la clave apropiada, puede visualizar el contenido.
De lo que se sigue que si bien el mensaje es seguro mediante la aplicación de la firma digital,
el sistema de comunicación no brinda las garantías necesarias para que sea legalmente aceptado.
Existen soluciones técnicas pero no están legisladas en conjunto por una ley nacional, salvo la firma
digital; cada organismo estatal busca una solución parcial al problema basada en sus propios
intereses.
Resulta conveniente que sea opcional para cada persona física o jurídica tener un domicilio
electrónico y que en el caso de que las personas jurídicas opten por tener un domicilio electrónico,
cumplan con tal requisito como un agregado o extensión del domicilio legal anotado en el Registro.
Pero se advierte que, de no mediar una norma de alcance nacional que legisle sobre el
domicilio electrónico, cada ente podría establecer sus normas, independientemente de los otros,
pudiendo obligar a las personas a ingresar diariamente a numerosas páginas o e-ventanillas de
diferentes entes, para averiguar si tiene alguna notificación electrónica o requerimiento, como en el
caso de expedientes electrónicos, aunque el sistema se ha perfeccionado y suele enviarse una señal
de alerta de la necesidad de ingresar para notificarse de resoluciones que pueden generar caducidad
de derechos.
Parece no haber remedio más seguro para evitar futuras controversias judiciales que regular
legalmente el domicilio electrónico como domicilio especial y voluntario, permitiendo su
constitución a las personas físicas y/o Jurídicas, bajo ciertas condiciones. Como en la actualidad
coexisten numerosos domicilios electrónicos en una misma persona, incluido un domicilio fiscal
según la ley 26.044, desde la Comisión de Asesoramiento y Tecnologías de la Información de la
Federación Argentina de Consejos Profesionales en Ciencias Económicas se ha redactado un
Proyecto de Ley nacional que disponga un único domicilio legal electrónico.

10.PRUEBA DE LOS CONTRATOS ELECTRÓNICOS. La prueba es una cuestión bien


sensible para todas las operaciones electrónicas que no cuentan con encriptación de su contenido y
con firma digital, pero no por ello significa que sean imposibles de probar y que dejen a las partes
sin forma de validar sus acciones para defender los reclamos que entre las partes se realicen. 42

Toda acción electrónica puede probarse, solo que dependerá de las circunstancias que rodeen
cada relación comercial, la capacidad de probanza de cada parte y de los recaudos que cada una y
ambas hayan tomado. Un ejemplo sería convenir anticipadamente que el medio electrónico será su
canal exclusivo de comunicación, así como definir previo a iniciar la relación comercial, cuáles
serán las direcciones de correo electrónico válidas, quiénes y cuándo se podrán comunicar por
mensajería instantánea, de qué números de telefonía celular se podrá recibir solicitudes de compra,
entre tantas otras variables que incidirán en la ejecución del contrato.

La jurisprudencia ha valorizado particularmente esa vía de contratación electrónica,


habilitándola a todos sus efectos cuando ha sido elegida o usada. Incluso para notificar la rescisión.
Así lo resolvío la Cám. Nacional Comercial Sala D con fecha 3 de septiembre de 2015, en la causa

42
VILORIA, Mónica “Los Mensajes de Datos y la prueba de los negocios, actos y hechos con relevancia jurídica
soportados en formatos electrónicos”.
26

“E-CORP SA c/ ADECCO ARGENTINA SA s/ Ordinario”, entendiendo cumplido el recaudo


establecido en el segúndo párafo de la cláusula 10 del contrato, desde que cabe considerar al e-mail
como documento escrito al que corresponde otorgar fehaciencia según la norma convencional, en
tanto previo su utilización como medio de comunicación, lo que aparece sustentado en como fue
redactada dicha cláusula “Todas las notificaciones requeridas o permitidas por este contrato se
efectuarán por escrito y se remitirán por carta documento u otro documento de carácter fehaciente
que lo reemplace…”.43

11. TRIBUTACIÓN EN INTERNET. Los aportes al Estado por parte de las acciones en
Internet ha sido un tema que ha desvelado a los gobiernos, por un lado porque por sus estrictas
normas impositivas no se podía interpretar que las acciones en Internet estaban alcanzadas por un
impuesto determinado; y por el otro, porque si bien estaban interesados en percibir las cuantiosas
sumas que deberían aportar los contribuyentes, no querían desalentar las incursiones comerciales en
Internet.

Con el crecimiento progresivo apuntado, vender desde China o desde U.S.A., o dentro del
propio pais, seguramente las mayores diferencias legales estarán en el rubro impositivo, puesto que
las demás leyes de “orden público” (aplicables a todos) mantendrán su vigencia para toda la
Argentina. Si el crecimiento continúa hacia el MERCOSUR –o sobre acuerdos bilaterales o
multilaterales-, mucha legislación está siendo o deberá ser unificada, efectuando un análisis
preventivo, cuyo resultado seguramente será que no varían sustancialmente las leyes. Ya hemos
hecho referencia al “dumping”.

Parte de los aspectos tributarios se vinculan a la elección de una Base de Operaciones. La


decisión de dónde constituir la base de operaciones seguramente será un tema a tratar con una
expansión comercial consolidada, ya que difícilmente se decida cambiar la sede social al incursionar
en el comercio electrónico. En la oportunidad de evaluar si trasladar la base de operaciones o no,
también se deberá tener en cuenta la legislación aplicable, especialmente en lo que respecta al
ámbito laboral, a los beneficios impositivos y demás cuestiones tradicionales, porque si bien Internet
está “flotando entre las nubes” al momento de un reclamo baja inmediatamente a tierra44,
imponiendo una jurisdicción, tema bien complejo como veremos en una jurisprudencia.

En ponderado trabajo 45 se apunta que “La imposición directa en el comercio electrónico, la


existencia de un sitio en la red o un servidor en una jurisdicción … crea un establecimiento
permanente y, por lo tanto debería corresponder a dicha jurisdicción el derecho a gravar la renta que
se atribuye a esa empresa o personas visible que actúan como operadores. Sin embargo, para que
ello sea posible deben redefinirse los tratados tributarios por los estados mediante convenio bi-o
multilaterales, es decir, en este punto interesa la armonización internacional y la relevancia de los
Convenios de doble imposición donde se diseñen líneas sobre conceptos como residencia fiscal,

43
Fallo con nota de ELOIS, Maria A. “¿Puede rescindirse un contrato comercial mediante un correo electrónico?” en
Temas de Derecho Comercial, empresarial y del Colnsumidor, Ed. Erreius, Marzo 2016, pág. 51.
44
Complementarimente puede verse Situación de los Negocios por Internet y el Comercio Electrónico en Argentina
http://www.cace.org.ar/docs/Resumen_Situacion_Economia_Digitalv01.pdf
45
ROSAS VILLARUBIA, Ingrid – MARQUEZ, Analia Soledad “COMERCIO ELECTRÓNICO Y FISCALIDAD.
Problemáticas sobre la imposición directa e indirecta. Posible soluciones” (TRADE ELECTRONIC AND
TAXATION. Problems on direct and indirect taxation. Possible solutions) en Estudios de Derecho Empresario n° 9,
julio 2016, en portal de la Universidad Nacional de Córdoba.2016.
27

existencia de establecimiento permanente, calificación de rentas percibidas, distinción entre


residentes y no residentes, distinta tributación en función de la calificación de la renta, regular
vacíos legales que para evitar la doble tributación o la no imposición cuando corresponda, etc. . En
cuanto a la imposición indirecta destacamos la regulación efectuada en la Unión Europea conocida
informalmente como la 'tasa Amazon' para las operaciones de comercio directo (off online), donde
el IVA recaudado ya no irá a parar al país donde está la sede de la empresa, sino al país donde reside
el comprador, … Así por ejemplo Brasil y Argentina han suscripto un acuerdo bilateral para evitar la
doble tributación en el ámbito del Mercosur. Respecto al Impuesto a las Ganancias Brasil ha
firmado numerosos acuerdos bilaterales con diversos países europeos con el mismo objetivo 46. Si
bien en el ámbito del Mercosur se estableció un Grupo de Trabajo de Comercio Electrónico, sin
embargo, su tarea se limita a la regulación en materia de defensa al consumidor. Además no se
trabaja sobre otro punto álgido que refiere a la jurisdicción ante un conflicto entre países. En este
sentido la Organización Mundial del Comercio (OMC) 47 estableció que "la situación puede ser más
complicada en el caso de las transacciones internacionales, ya que la incertidumbre acerca de la
jurisdicción sobre el comercio realizado a través de Internet o teléfono, se considera uno de los
principales obstáculos al comercio internacional".

12.FACTURA ELECTRÓNICA. A los fines de reducir la evasión fiscal, los organismos de


control impositivo de cada país, han ido implementando la factura electrónica. Tal es el caso de la
Administración Federal de Ingresos Públicos de Argentina (AFIP) que dispuso que a partir del mes
de abril de 2007, la emisión de facturas electrónicas sea obligatoria para empresas proveedoras de
Internet, medicina prepaga y TV por cable o satelital. Por su parte, para las compañías de telefonía
celular la obligatoriedad comenzó a regir en el mes de julio de ese mismo año, y así gradualmente
hasta abarcar a todo el universo de contribuyentes. La factura electrónica otorga validez tributaria a
operaciones comerciales efectuadas mediante documentos generados electrónicamente, con una
importante economía de recursos respecto de los que son emitidos físicamente.48

Como principios rectores del sistema, reconoce al interés general de los actores involucrados;
la eficacia desde la óptica de la gestión empresarial y la posibilidad de control por parte de la
Administración tributaria.

Son ventajas de la Factura Electrónica: a) Que llegan a través del correo electrónico o se
pueden consultar en la web en forma instantánea; b) Son más comprensibles y se tiene la posibilidad
de conocer los detalles de consumo desde la web; c) Mejora de la relación empresa-cliente, ya que
éste último recibe antes la información y en un formato más sencillo de guardar y clasificar; d)
Genera un conjunto de servicios de valor añadido, ya que el emisor pone a disposición del cliente la
información que posee del mismo; e) Importa un ahorro de gastos en los envíos postales, así como
economía de recursos, ya que no se requiere imprimir talonarios con original y dos copias, porque la
factura electrónica se puede imprimir en cualquier papel y con la ventaja adicional de que no se
acumularán facturas en papel; y f) Reduce la deforestación y posterior contaminación por usar cloro
en el proceso de blanqueo del papel. Son ejemplos de las últimas ventajas, que el costo de emisión
de un recibo en papel asciende (conforme información de la UE) a 0.75 euros, mientras que en el
caso de la factura electrónica, su costo es de 0.05 euros, y el gasto de tiempo es prácticamente nulo;

46
ALTMARK, Daniel Ricardo y MOLINA QUIROGA, Eduardo, Tratado de Derecho Informático, T. II°, pág. 286,
Buenos Aires, La Ley, 2012.
47
El Comercio Electrónico y el papel de la OMC
48
VIEGA, María José Lecciones de Derecho Telemático, Ed. Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo, 2004.
28

y que en una empresa como Telefónica (Uruguay), la facturación electrónica permite el ahorro anual
en consumo de papel del 40% equivalente a más de 700 toneladas.

Si bien los grandes beneficios antes mencionados seguramente se generarán, el receptor


estará forzado a leer atentamente los correos electrónicos con facturas electrónicas recibidas, ya que
desde su recepción se contará el plazo legal para observarla por defectos en su elaboración. También
deberá asegurarse de rescatar aquellas facturas que el proveedor de Internet haya considerado spam.

Será otro tema de análisis las posibilidades de ser reclamadas judicialmente, ya que los
Tribunales no tienen la misma visión o posición que la Autoridad Recaudadora para analizar este
documento enviado por correo electrónico y del que surge una deuda dineraria líquida y exigible.

IV - VENTAS A CONSUMIDORES (B2C).


Hasta aquí nos hemos referido a la compra venta internacional y a la contratación
electrónica, vinculándolas tangencialmente con su relatividad frente a las relaciones de consumo.
Ahora nos dedicaremos, aunque brevemente, a avizorar problemas del “respeto al derecho del
consumidor” en aquel tipo de compraventa.
Uno de los grandes problemas metodológicos de protección al consumidor es sobre si el
mismo debe ser abordado también en la legislación que protege la libre competencia, e inclusive si
no deben introducirse modificaciones en la legislación impositiva –tema al que acabamos de hacer
referencia-. Son temas centrales de un posible debate. El Derecho de la Competencia tiene también
como objetivo la protección del consumidor y propulsar innovación en el mercado. Pero el
desarrollo del Derecho de la Competencia es lento, mientras el desarrollo del mercado es
vertiginoso.
En el análisis del Derecho de la Competencia, en especial en puntos de creciente conflicto
con prácticas y mercados de servicios innovadores (como Whatsapp 49, Uber50, Airbnb51, Google52,
etc.), y en la restricción de carácter preventivo de situaciones con mero potencial de actuación
desleal, se busca demostrar la necesidad de reformulación conceptual y legislativa frente al cambio
cultural, social y económico traída por esos avances tecnológicos, aumento poblacional y
globalización de la información, y de la incentivación de la compraventa internacional electrónica a
consumidores.

A ejemplo de la Comisión Europea, las autoridades de defensa de la competencia de diversos


otros países se han vuelto más voraces en la persecución de lo que juzgan como infracciones de
competencia. En tal proceso, mercados de rápida innovación y preocupaciones en cuanto a dominio
de mercado han sido los temas de mayor evidencia. No necesariamente debe entenderse la

49
Aplicativo de envío gratuito de mensajes de texto, audio e imágenes, y llamadas vía smartphone o computadora.
http:/www.whatsapp.com
50
Aplicativo que conecta conductores particulares con pasajeros que necesitan de transporte, como una alternativa al
transporte público o al taxi. http:/www.uber.com
51
Web sitio y aplicativo que permite que personas oferten hospedaje en sus propias casas a viajantes o demás público de
interés. http:/www.airbnb.com
52
Proveedor de búsquedas, entre otros productos. http:/www.google.com
29

innovación excesivamente superior a la de los adversarios como una desventaja desleal. Si no se


pasaría a perseguir a los que “vencen la competencia” y son más eficientes, no debiendo aceptarse
prácticas burocráticas que buscan crear situaciones de igualdad artificial, y penalidades a aquellos
que actúan legalmente con mayor eficacia o innovación, conquistando o intentando conquistar un
porcentaje del mercado muy superior a la de sus concurrentes.

En función de ello corresponde hacerse preguntas en nuestro particular análisis del comercio
electrónico y la protección a los consumidores desde el punto de vista del derecho de la
competencia: ¿Programas como Whatsapp son el resultado de una iniciativa empresarial sagaz e
innovación en la forma de ofertarse un servicio, y, así, podrían recibir cómo “premio” natural por
eso el dominio temporal53 del mercado de envío de mensajes de texto?, ¿O debe recibir
imposiciones que lo deje en una posición de mayor igualdad a los límites de las empresas de
telefonía, para garantizar que sea una competencia justa? ¿Cuál es el equilibrio y como poner coto a
la apetencia estatal de generar nuevos impuestos, no siempre constitucionales? ¿Las autoridades de
defensa de la competencia en verdad inhiben la competencia?, ¿Lo que ellas buscan es la
competencia equilibrada en la que ningún concurrente es muy superior a otro de la misma
categoría?, ¿Eso no sería el opuesto de libre competencia?, ¿Eso no afectaría negativamente el
consumidor?, ¿La idea no sería permitir que la selección natural de la competencia resultara en la
supervivencia de la mejor oferta al consumidor?, ¿Restringir nuevas tecnologías a las limitaciones
de la tecnología que ella ultrapasó no es un golpe contra la innovación?, ¿Por fin, el derecho de la
competencia no ha seguido una ideología contraria a los preceptos que debería proteger?
A través de la idea de que lo que se combate no es el monopolio, y sí el abuso de mercado
que se hace potencialmente posible a través de un monopolio; como las barreras artificiales de
entrada (en oposición a lo que se podría llamar de “barreras naturales positivas”54), el precio
predatorio, la fidelización ilegal, entre otras prácticas ilícitas; la persecución sufrida por algunas
empresas tiene carácter preventivo no justificado por indicios de ninguna de estas prácticas, y si por
la mera eventual posibilidad de una actitud dominante en el mercado, sancionada en el Título
Preliminar de nuestro Código Civil y Comercial argentino, en cuanto genere o pueda generar daño.
El fenómeno de la globalización y el efecto producido por las modernas tecnologías, a las
que nos hemos referido, sumado a otros factores económicos, políticos, legales y sociales han
ocasionado un cambio significativo en las relaciones de consumo, lo cual coloca siempre de relieve
la nocion del consumidor, el rol que este cumple como agente económico y social y la debida
protección que debiera gozar.55

A su vez, en la relación de consumo debemos apuntar a la noción de proveedor o profesional,


que es la contraparte del consumidor en esa relación. Puede definírselo como una persna física o
jurídica que actúa en el maraco de ua actividad habitual, interesada (lucrativa) y organizada de

53
Temporal porque se trata de una era de cambio rápido de tecnología. O sea, a partir del momento en que un servicio
pasa a dejar mucho que desear, cualquier uno que tenga una buena idea y acceso a los medios de crear un aplicativo,
puede ofertar y divulgarla a los consumidores. Y si esa oferta corresponder a una demanda existente real, los
consumidores migrarán a esa tecnología. El monopolio temporal se trata del mismo concebido y permitido a través de
patentes de explotación o producción exclusiva de un producto por tiempo determinado.
54
Siendo las barreras naturales en ese ejemplo factores como la satisfacción general de los consumidores con un servicio
o producto, la fidelidad del consumidor a la marca, precios bajos difíciles de ser alcanzados por otros competidores, etc.
55
Exposición de Motivos del Proyecto de Ley de Código de Defensa del consumidor y de Protección de la Economía
Popular de Perú.
30

producción y de distribución de bienes o de prestación de servicios –en el caso nos limitaremos a


aquella distribución-. Se trata de un concepto multidireccional; el profesional es generalmente un
comerciante, puede también serlo un industrial, un artesano o un profesional liberal. Puede ser una
persona física o jurídica.56

Hay situaciones híbridas, donde aparezca como profesional y consumidor, como cuando
aquel realiza un acto necesario para su furtura profesión, en cuyo caso la jurisprudencia francesa
hace prevalecer la finalidad profesional, descartando la aplicación de la tutela al consumidor, o la
adquisión para uso mixto o promiscuo, o del que contrata un bien para las necesidades de su
profesión pero fuera de su especialidad. 57

Nuestra sociedad es una sociedad de masas, de consumo, de consumidores que consumen en


masa, y el punto de partida fueron los Tratados Comunitarios en la Unión Europea, que se inicia en
la Cumbre de París del año 1972, deviniendo la creación en 1973 del Comité Consultivo de los
Consumidores, del que devienen otras organizaciones, y una primera intervención en el año 1976
del Tribunal de Justicia de las Comunidades (el “cassis de Dijon”). 58
En los lugares altamente industrializados y densamente poblados como Europa y Estados
Unidos de América, se ha desarrollado suficientemente esta parte del derecho y desde allí fueron
transmitidos a Sudamérica, donde los países componentes del bloque del MERCOSUR cuentan con
legislaciones reguladoras del mismo, así tenemos en la República Argentina una ley especial
(24240, modificada por la Ley 24999), que establece la responsabilidad objetiva del productor
fabricante, importador, distribuidor, proveedor del bien, vendedor y titular de marca. Igualmente en
el Brasil existe una ley especial de defensa del consumidor (Ley 8078) que también establece una
responsabilidad objetiva derivada por daños causados por productos y servicios y la
responsabilidad subjetiva derivada de hechos delictivos típicos calificados en la misma ley.
Finalmente en el Paraguay al igual que en la legislación uruguaya los casos de daños ocasionados
al consumidor en virtud de la relación jurídica de consumo reenvía a las disposiciones del Código
Civil. En América Latina recién después de la década del 60 comenzaron tímidamente a surgir la
inquietud para la protección de los intereses del consumidor, tal vez fue Colombia el primer país
preocupado por la suerte de aquél. Sin embargo, en esa época ya con claridad surgía como un
derecho autónomo en la Legislación europea y norteamericana; pero, en rigor recién en estas dos
últimas décadas que en los demás países alcanzaron fuerzas por el reconocimiento de este derecho
y se organizaron las instituciones destinadas a la protección de los consumidores. Siguiendo la
opinión de Gabriel Stiglitz y otros en la obra: “Defensa de los consumidores, de productos y
servicios”: “Las normas armónicas nacionales deben tender a lograr los standards comunes más
elevados si no queremos favorecer paraísos que pronto se transformen en infiernos para
consumidores y proveedores. A ello se deberán enfrentar los múltiples procesos de integración
subregional que se inician en América, y ello deberá ser tenido en cuenta en los acuerdos de

56
STIGLITZ, Rubén S. “Nuevos temas incorporados a la Teoría General del Contrato en el Código Civil y Comercial de
la Nación” en AAVV Contratos en el Nuevo Código Civil y Colmercial – Contratos – Pate General, Rubén S. Stiglitz
Director, Ed. Thompson Reuters La Ley, Buenos Aires 2015, tomo I pág. 3, esp. 18.
57
STIGLITZ, Rubén S. ob. cit. en nota anterior pág. 22 y ss.
58
CORRIENTES CÓRDOBA, José Antonio “La protección de los consumidores en la Europa Comunitaria: de los
Tratados Fundacionales al de la Unión Euopea (MAASTRICHT”, pág. 8 y ss. en AAVV Estudios Sobre el DERECHO
DE CONSUMO”, Ed. Iberdrola, Bilbao, 2ª. Edición 1994.
31

complementación económica que se están negociando actualmente. La solución más avanzada es la


que se ha logrado en la Comunidad Europea, donde se ha elaborado un verdadero nuevo orden
jurídico - el derecho comunitario - que se impone al derecho nacional de cada uno de sus Estados
miembros. Aunque por aquí estemos lejos de ello, mucha de esta experiencia debería servir y ser
recogida a los efectos de lograr las mejores leyes y disposiciones nacionales comunes. Un buen
ejemplo es el de la necesidad de legislar con criterios comunes en materia de publicidad, ya que
ésta circula por los más variados medios a través de todo el continente, donde emisor y receptor
pueden estar sujetos a legislaciones diversas. También aquí pueden ser buena guía la necesidad que
tuvieron los países miembros del Consejo de Europa de regular la publicidad transmitida por
televisión cuando ésta es recibida en países distintos al país emisor (Convención de Estrasburgo de
1989).59

Existe un orden público en materia de relaciones de consumo, incorporados a las normas que
las regulan. En México, en 1976 entra en vigor la Ley federal de protección de consumidor, que ha
tenido múltiples reformas. Esta Ley es de orden público e interés social, cuyo objetivo es de
promover y proteger los derechos de los consumidores y procurar la equidad y seguridad jurídica en
las relaciones entre proveedores y consumidores. Entre sus principios básicos se encuentran: "la
efectiva protección al consumidor en las transacciones efectuadas a través del uso de medios
electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología evitando en todo caso el manejo fraudulento de
la información proporcionada y la correcta utilización de los datos aportados." A nivel internacional,
el orden público e interés social son nociones a geometría variable, puesto que cada país interpreta
según sus usos y costumbres lo que está prohibido o no.60
El ARTÍCULO 7º del nuevo Código Civil y Comercial argentino, sobre “Eficacia temporal”
y en forma similar al art. 3° C.C. del Código derogado, dispone “A partir de su entrada en vigencia,
las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. La leyes
no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en contrario. La
retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías
constitucionales. Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de
ejecución, con excepción de las normas más favorables al consumidor en las relaciones de
consumo”. Aquí aparece el principio de protección a las relaciones de consumo y al orden público.
Por ello las leyes de protección de los consumidores, sean supletorias o imperativas, son de
aplicación inmediata, sobre la base de una razonable aplicación del principio protectorio propio del
derecho al consumo.61

1. SITUACIÓN DEL DERECHO ESPAÑOL EN RELACIÓN CON LA PROTECCIÓN DE LOS


CONSUMIDORES EN LOS CONTRATOS ELECTRÓNICOS.62

59
Hemos seguido la opinión del Académico paraguayo Prof. Dr. Ríos Avalos, antes de conocer su específica ponencia al
IX Congreso de Academias.
60
OBÓN LEÓN, Ramón “El orden público y el interés social en la nueva Ley federal del derecho de autor”, Estudios de
derecho intelectual en homenaje al profesor David Rangel Medina, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
México, 1998.
61
Que el CCC argentino recoge no sólo para los contratos en general (arts. 1096 a 1122 CCC), sino que también se
extiende a ámbitos específicos de tutela al consumidor, conforme ha resuelto la Cámara de Apelaciones en lo Civil y
Comercial de Mar del Plata, Buenos Aires, Sala III con fecha 9 de diciembre de 2015 en la causa V.M. de los A. c/ San
Cristóbal Seguros Geneales S.A. s( Daños y perjuicios, incumplimiento contractual. TAMBUSSI, Carlos E. “La
aplicación inmediata de la norma más favorable al consumidor” en Temas de Derecho Comercial, empresarial y del
Consumiodor, Ed. Erreius, Buenos Aires, Mayo 2016, pág. 89.
32

1.1. La situación que brevemente se expone tiene alcance general para el conjunto de la
contratación electrónica, de la que, obviamente, la compraventa, sea en el ámbito nacional o en el
internacional, es la figura contractual más habitual; ocurre, no obstante, que la protección del
consumidor o usuario está planteada como un problema que surge respecto del fenómeno del
comercio electrónico, sea cual sea el contrato en particular que se celebre en cada caso.

1.2. En efecto, atendiendo a ese criterio, la normativa de protección de carácter más amplio aparece
recogida en el Texto Refundido de la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios
(LGDCU), de 16 de noviembre de 2007, con diversas modificaciones posteriores, cuyos artículos 92
a 113 regulan, a partir de las Directivas europeas en la materia, los contratos celebrados a distancia y
los contratos celebrados fuera del establecimiento mercantil. La contratación electrónica, a estos
efectos, es tratada como una variante o modalidad de la contratación a distancia, a la que son
aplicables las reglas allí contenidas.

1.3. En los citados preceptos, la LGDCU agrupa en cuatro capítulos las siguientes cuestiones:
a) reglas de carácter general sobre el ámbito de aplicación, donde se consideran técnicas de
contratación a distancia el correo postal, internet, el teléfono y el fax, y donde se establecen algunas
excepciones de aplicación por el carácter especial de la materia; así mismo se contienen aquí reglas
sobre las comunicaciones comerciales electrónicas y a distancia y los servicios de intermediación,
(artículos 92 a 96)
b) reglas sobre la información precontractual que debe ser ofrecida al consumidor y sobre los
requisitos formales de los contratos a distancia, con posible sanción de nulidad por incumplimiento
y con expresa mención de la regla según la cual “la falta de respuesta a una oferta de contratación no
puede considerarse en ningún caso como aceptación de tal oferta” (artículos 97 a 101).
c) régimen del esencial derecho de desistimiento, que comprende el concepto y las excepciones, el
plazo de ejercicio, los efectos, las obligaciones y las responsabilidades (artículos 102 a 108); se trata
de un mecanismo fundamental de protección que permite el “descuelgue o abandono del contrato”
por parte del consumidor sin alegar causa y sin que ello suponga resolución o incumplimiento
indemnizable.
d) reglas sobre la ejecución del contrato a distancia, con previsiones especiales sobre el pago y la
sustitución del bien objeto del contrato (artículo 109 a 113)

1.4. Además de este marco general aplicable a la contratación a distancia, y dentro de ella a la
contratación electrónica, hay que tener en cuenta que la misma LGDCU contiene otras medidas de
protección de consumidores aplicables también con carácter general (así, el régimen de las
condiciones generales de la contratación y de las cláusulas abusivas, la garantía de conformidad en
los productos de uso y consumo, la responsabilidad civil derivada de daños causados por productos
defectuosos, etc.)

1.5. Asimismo, en la propia LGDCU está previsto el recurso a un Sistema arbitral de Consumo
(artículos 57 y 58), que ha sido ampliamente desarrollado por el Real Decreto de 15 de febrero de
2008, modificado por el de 14 de mayo de 2009. En estas normas de desarrollo se regula en detalle
62
Este apartado inicial del capítulo IV – VENTAS A CONSUMIDORES, es una colaboración de nuestro invitado, Jesús
Quijano González, Catedrático de Derecho Mercantil, de la Universidad de Valladolid (España), Miembro del Instituto
de la Empresa de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, a quién agradecemos su gesto, y al
que hemos hecho referencia en la ADVERTENCIA PRELIMINAR.
33

todo lo relacionado con tal sistema (objeto y ámbito de aplicación, organización a través de las
Juntas arbitrales de consumo, procedimiento de actuación, alcance del convenio arbitral) y se añaden
algunas especialidades precisamente para el arbitraje de consumo electrónico y para el arbitraje de
consumo colectivo.

1.6. Además del sistema arbitral, cabe la posibilidad de utilizar un mecanismo específico de
mediación como vía de resolución de conflictos, pues la Ley de 6 de julio de 2012, sobre Mediación
en Asuntos Civiles y Mercantiles, habilita esta opción voluntaria y por mutuo acuerdo entre las
partes de modo general y también de manera específica mediante procedimiento electrónico.

1.7. Fuera de la LGDCU hay que tener en cuenta que otras disposiciones mantienen reglas
particulares sobre alguno de los supuestos o figuras contractuales allí previstos con carácter general
(así, por ejemplo el artículo 38 de la ley de Ordenación del Comercio Minorista, de 15 de enero de
1996, sigue manteniendo un concepto particular de la venta a distancia), o adaptan el régimen de la
contratación a distancia a otros sectores (así, la Ley de 11 de julio de 2007, sobre comercialización a
distancia de servicios financieros destinados a consumidores, complementaria en ese aspecto de la
importante Ley de Contratos de Crédito al Consumo, de 24 de junio de 2011).

1.8. Hay que añadir también que el propio Código de Comercio, en su artículo 54, que fue redactado
de nuevo por la Ley de 11 de julio de 2002 que a continuación se mencionará, contiene la regla
general sobre momento y lugar de perfección del contrato celebrado entre ausentes, en estos
términos: “hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la aceptó, hay
consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación o desde que, habiéndosela remitido el
aceptante, no puede ignorarla sin faltar a la buena fe. El contrato, en tal caso, se presupone celebrado
en el lugar en que se hizo la oferta”. Pero tal regla general tiene una excepción expresa a
continuación, precisamente pensada para la contratación electrónica y en coherencia con la mayor
agilidad del tráfico informatizado: “En los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos
hay consentimiento desde que se manifiesta la aceptación”, lo que significa que no es necesario
remitir la perfección del contrato al momento en que el oferente conozca la aceptación.

1.9. Al marco hasta aquí descrito, hay que sumar la disposición que de manera más específico atañe
al fenómeno del comercio electrónico, aunque se trata más bien de una norma referida al uso de esa
técnica en la celebración de contratos y no tanto de una norma de protección de consumidores que
contratan online o en la red. La Ley en cuestión es la de 11 de julio de 2002, con algunas
modificaciones posteriores, denominada “de Servicios de la Sociedad de la Información y del
Comercio Electrónico”, que vino a introducir en el Derecho español la Directiva Comunitaria del
año 2000, sobre comercio electrónico. Junto a algunas reglas particulares sobre la contratación
electrónica en general (perfección, validez y eficacia, prueba, etc. del contrato celebrado online),
tiene interés destacar que en la citada ley se contemplan expresamente las dos vías procedimentales
(judicial y extrajudicial) a través de las que se pueden ejercer las acciones disponibles, y en
particular la acción de cesación, configurada como una acción colectiva –a las que nos referiremos
más adelante, acotamos-, complementaria de las que están previstas en la legislación de protección
de los consumidores (acciones declarativas, de remoción y rectificación, de indemnización, etc.) y
relacionada con los supuestos de legitimación activa que la Ley de Enjuiciamiento Civil contiene
para estos casos.

1.10. Finalmente, el uso habitual de firma electrónica para formalizar la contratación ha sido
expresamente contemplado por la Ley especial (Ley de Firma Electrónica, de 19 de diciembre de
34

2003, con posteriores modificaciones), donde se regula tanto la tipología de firmas, como las
condiciones de seguridad en la identificación del sujeto firmante y de protección de la invariabilidad
del contenido del mensaje transmitido con firma electrónica.

1.bis. LAS NOTAS EXPLICATIVAS DEL TEMA EN EL CÓDIGO CIVIL Y


COMERCIAL ARGENTINO DEL 2015. Nuestro Código Civil y Comercial Argentino sólo
atiende a la documentación electrónica en los contratos a distancia con un consumidor. El contrato
de consumo tiene una regulación dual. 63 Por ello focalizaremos nuestra atención en ese aspecto.
En el contexto de la reciente reforma del 1° de agosto de 2015, que implica un nuevo
Código Civil y Comercial, la cuestión es explicada en la Exposición de Motivos de elevación del
Anteproyecto, que transcribimos como el mejor aporte que podemos ofrecer, para considerar en los
debates del Congreso Iberoamericano de Academias:
“TITULO III. Contratos de consumo.
1. Método. De conformidad con la posición asumida en el punto primero del Título II, hemos decidido
incorporar la regulación de los contratos de consumo.
Hemos asumido que constituyen una fragmentación del tipo general de contratos, que influye sobre los tipos
especiales, y de allí la necesidad de incorporar su regulación en la parte general.
El problema que debemos resolver en este título es cuál es la extensión de la regulación, en particular, si es
adecuado reproducir en el Código Civil las reglas de la legislación de consumidores o bien sólo unos
principios y reglas generales.
La primera opción no ha sido seguida en la legislación comparada. Si bien hay Códigos que han
incorporado reglas específicas, lo han hecho de modo muy limitado. Hay dos tipos de razones que
fundamentan esta actitud: a). la dinámica constante de las relaciones de consumo hace que sean muy
cambiantes, y por eso es que resulta muy necesaria e insustituible la legislación especial, que puede ser
fácilmente modificada; b). La sectorialización de la legislación constituye una especie de descodificación del
propio subsistema. Hoy existen normas especiales sobre contratos financieros, bancarios, medicina privada,
publicidad y muchas otras que hacen muy difícil e inconveniente una sola regulación.
Por estas razones se propone incluir en el Código Civil una serie de principios generales de protección del
consumidor que actúan como una “protección mínima”, lo que tiene efectos importantes:
En materia de regulación, ello implica que no hay obstáculos para que una ley especial establezca
condiciones superiores.
Ninguna ley especial en aspectos similares pueda derogar esos mínimos sin afectar el sistema. El código,
como cualquier ley, puede ser modificado, pero es mucho más difícil hacerlo que con relación a cualquier
ley especial. Por lo tanto, estos “mínimos” actúan como un núcleo duro de tutela.
También es considerable el beneficio en cuanto a la coherencia del sistema, porque hay reglas generales
sobre prescripción, caducidad, responsabilidad civil, contratos, del Código Civil que complementan la
legislación especial proveyendo un lenguaje normativo común,
En el campo de la interpretación, se establece un “dialogo de fuentes” de manera que el código recupera
una centralidad para iluminar a las demás fuentes. El intérprete de una ley especial recurrirá al Código
para el lenguaje común de lo no regulado en la ley especial y, además, para determinar los pisos mínimos de
tutela conforme con el principio de interpretación más favorable al consumidor.
De conformidad con esta perspectiva, se produce una integración del sistema legal en una escala de
graduación compuesta por: a) Los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional; b) Los
principios y reglas generales de protección mínima y el lenguaje común del Código; c) la reglamentación

63
SANTARELLI, Fulvio G. “El contrato de consumo en el Código Civil y Comercial de la Nación” en AAVV
Contratos en el Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación – Contratos – Parte general- cit. tomo I pág. 539 y ss.. La
reciente reforma del Código Civil francés –febrero 2016- no introduce normas de tutela a los consumidores,
manteniéndose en ese país la regulación específica en un Código del consumo.
35

detallada existente en la legislación especial. Los dos primeros niveles son estables, mientras que el tercero
es flexible y adaptable a las circunstancias cambiantes de los usos y prácticas.
De modo complementario con esta concepción, es necesario dar cabida a críticas que ha hecho la doctrina a
la legislación especial de consumidores, y en los aspectos generales, solucionar algunos problemas. Por esta
razón es que se abordamos la noción de relación y de contrato de consumo y otros aspectos.
2. Definición de relación y contrato de consumo
La regulación del contrato de consumo requiere una definición legal, cuestión que, a su vez, depende de lo
que se entienda por relación de consumo. La solución más sencilla es remitir a la ley especial, pero ocurre
que la ley 24240, con las modificaciones de la ley 26.361, ha sido criticada ampliamente por la doctrina en
este aspecto.
Por esta razón se adoptan las siguientes definiciones normativas:
Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y un
consumidor. Se considera consumidor a la persona física o jurídica que adquiere o utiliza bienes o servicios
como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, siempre que no tenga vínculo
con su actividad comercial, industrial, artesanal o profesional.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en
ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios en forma gratuita u onerosa como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social, siempre que no tenga vínculo con su actividad comercial,
industrial, artesanal o profesional.
Contrato de consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con una
persona física o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o
prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o
servicios por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social, siempre que no
tenga vínculo con su actividad comercial, industrial, artesanal o profesional.
Estas definiciones receptan las existentes en la legislación especial, depurando su redacción y terminología
conforme a observaciones efectuadas por la doctrina. En especial cabe mencionar la figura del “consumidor
expuesto”, incluido en la ley especial dentro de la definición general de consumidor. Ello ha sido una
traslación inadecuada del Código de Defensa del Consumidor de Brasil (artículo 29), que contempla esta
noción en relación a las prácticas comerciales, pero no como noción general. Como se advierte, la fuente si
bien amplía la noción de consumidor, la limita a quien se halla expuesto a prácticas abusivas lo que aparece
como absolutamente razonable. En cambio, la redacción de la ley 26.361, carece de restricciones por lo que,
su texto, interpretado literalmente, ha logrado una protección carente de sustancialidad y de límites por su
amplitud. Un ejemplo de lo expuesto lo constituye el hecho que alguna opinión y algún fallo que lo recepta,
con base en a la frase “expuestas a una relación de consumo”, han considerado consumidor al peatón
víctima de un accidente de tránsito, con relación al contrato de seguro celebrado entre el responsable civil y
su asegurador. La definición que surge del texto, constituye una propuesta de modificación de la ley especial.
De todos modos, y tomando como fuente el artículo 29 del Código de Defensa del Consumidor de Brasil, la
hemos reproducido al regular las “Prácticas abusivas” ya que, en ese caso, su inclusión aparece como
razonable.
3. Consecuencias prácticas del método adoptado
Al separar en dos títulos, el régimen de contratos de consumo es totalmente diferente. Por esta razón, en los
contratos de consumo hay un control de incorporación y de contenido de la cláusula abusiva. Esta
característica hace que pueda ser declarada abusiva aun cuando el consumidor la apruebe; lo mismo ocurre
con la aprobación administrativa; nada impide la declaración de abuso. Esta regla se aplica aunque el
contrato de consumo sea de adhesión o no, porque la adhesión (que es un problema de incorporación de la
cláusula) es indiferente; lo que importa es que sea de consumo.
En el otro extremo están los contratos negociados, regulados en el primer título, a los que nada de lo
anterior se aplica. Dentro de los contratos negociados, puede haber una situación de debilidad que son los
de adhesión, donde la negociación no se produce. En estos casos distinguimos: si hay negociación, es válido;
si no la hay, puede haber declaración de abuso.
Es necesario definir la relación de consumo, porque esta comprende hechos, actos unilaterales y bilaterales.
Ello permite regular los fenómenos de responsabilidad derivados de hechos, prácticas negociales como la
36

publicidad, derivados de actos unilaterales, y contratos, que son actos bilaterales. - En la definición se
utilizan dos elementos: el consumo final y la ausencia de vínculo con su actividad comercial, industrial,
artesanal o profesional. De este modo no solo se incorpora el criterio más extendido actualmente, que es el
de la no profesionalidad, sino que también se resuelven muchos conflictos. En particular hay mucha
discusión sobre los vínculos que celebran empresas para su consumo final, que, con esta definición, quedan
excluidos. La tutela, en este último supuesto, surgirá de los contratos celebrados por adhesión. De esta
manera hay mayor consistencia con el derecho brasileño, ya que el Supremo Tribunal Federal consideró que
no es aplicable el Código de Defensa del Consumidor a una relación entre empresas, y la doctrina ha
comentado favorablemente esta interpretación, señalando que lo contrario haría que se borre toda distinción
entre comercio y consumo, lo que terminaría en una generalización que perjudicaría a los más débiles.
4. Formación del consentimiento. En este tema hay profundas diferencias con la parte general de
contratos regulada en el Titulo II, y además, no hay una regulación sistemática en el derecho argentino, lo
que justifica una mayor extensión en el tema. - En primer lugar se consagra una obligación general de
información, que hace a la transparencia informativa en los contratos de consumo. Preceptúa la norma que
los proveedores deben poner en conocimiento del consumidor, en la medida de sus conocimientos, las
características esenciales del bien o del servicio y toda otra circunstancia relevante para la celebración del
contrato. Esta disposición no es igual a la existente en los contratos en general, donde la parte que obtiene
información a su costo, no tiene, por regla general, que compartirla.
Se propone la regulación de las prácticas abusivas. Conforme con lo dicho en relación al método, debe
comenzarse con la Constitución Nacional que establece el ‘’trato digno’’, de manera que el Código es una
implementación de esa norma, efectuada con conceptos jurídicos indeterminados y dejando lugar a la ley
especial para que desarrolle reglas precisas y adaptables a un sector muy cambiante. En este aspecto se
incorpora la equiparación de consumidores a personas expuestas y se establecen normas generales.
La ley actual contiene la siguiente norma: ‘’Trato digno. Prácticas abusivas. Los proveedores deberán
garantizar condiciones de atención y trato digno y equitativo a los consumidores y usuarios. Deberán
abstenerse de desplegar conductas que coloquen a los consumidores en situaciones vergonzantes, vejatorias
o intimidatorias. No podrán ejercer sobre los consumidores extranjeros diferenciación alguna sobre precios,
calidades técnicas o comerciales o cualquier otro aspecto relevante sobre los bienes y servicios que
comercialice. Cualquier excepción a lo señalado deberá ser autorizada por la autoridad de aplicación en
razones de interés general debidamente fundadas. En los reclamos extrajudiciales de deudas, deberán
abstenerse de utilizar cualquier medio que le otorgue la apariencia de reclamo judicial. Tales conductas,
además de las sanciones previstas en la presente ley, podrán ser pasibles de la multa civil establecida en el
artículo 52 bis de la presente norma, sin perjuicio de otros resarcimientos que correspondieren al
consumidor, siendo ambas penalidades extensivas solidariamente a quien actuare en nombre del proveedor
(Artículo 8 bis incorporado por artículo 6° de la Ley N° 26.361 B.O. 7/4/2008).
Sin derogarla, se la amplia con base en principios claros: trato digno, trato equitativo, no discriminatorio,
protección de la dignidad de la persona, tutela de la libertad de contratar, con lo cual se alcanza un espectro
de situaciones amplio que la jurisprudencia, la doctrina o la legislación especial pueden desarrollar.
También se sugiere la regulación de la publicidad dirigida a los consumidores.
La ley vigente tiene la siguiente norma: “Efectos de la Publicidad. Las precisiones formuladas en la
publicidad o en anuncios prospectos, circulares u otros medios de difusión obligan al oferente y se tienen por
incluidas en el contrato con el consumidor. En los casos en que las ofertas de bienes y servicios se realicen
mediante el sistema de compras telefónicas, por catálogos o por correos, publicados por cualquier medio de
comunicación, deberá figurar el nombre, domicilio y número de CUIT del oferente. (Art 8.Párrafo
incorporado por el artículo 1º de la Ley Nº 24.787 B.O. 2/4/1997).
La regulación que proponemos es más amplia, sistemática y conforme a los criterios actuales de la
regulación de la publicidad dirigida a los consumidores. Se define la publicidad ilícita, incluyendo las
categorías de publicidad engañosa, comparativa, inductiva, discriminatoria en situaciones especiales y se
especifican las acciones que disponen los consumidores y los legitimados según las leyes especiales y
procesales. Al igual que la norma citada, se establece que la publicidad integra el contrato.
5. Modalidades especiales
37

En este capítulo se regulan modalidades especiales que constituyen prácticas muy extendidas en la
contratación de consumo: Contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales, celebrados a
distancia y celebrados por medios electrónicos. Se los define, se fijan las reglas generales aplicables y se
establecen algunas específicas derivadas del control del medio que, habitualmente, ejerce el proveedor, y
que son, entre otras, las siguientes:
El deber de información enfocado en la vulnerabilidad técnica derivada del medio utilizado,…La oferta que
se expone en estos medios está vigente durante el tiempo en que permanezca accesible, y el oferente debe
comunicar la recepción de la aceptación….”.
Hasta aquí la transcripción, recordando –conforme la referencia constitucional de estas notas
explicativas, que Paraguay incorporó la protección al consumo en su Constitución en el año 1992 y
la Argentina lo hizo recién dos años después. Volveremos sobre este punto, pero destacamos que
nuestro novel Código Civil y Comercial, que regula las relaciones de consumo y las normas
protectivas, reitera en su art. 1° ese principio constitucional “1. Fuentes y aplicación. Los casos que
este Código rige deben ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la
Constitución Nacional y los tratados…”. Es que la Constitución de cada país es un camino
normativo de diferente alcance y rango, dirigido a proteger en cualquier otro tipo de disposiciones
los derechos de los consumidores. Hay pocas materias como el consumo, tan idóneas para
comprobar como la fuerza normativa de la constitución despliega su eficacia en todas las
direcciones del ordenamiento.64

2. LAS NORMAS RESPECTIVAS EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL


ARGENTINO. Coherentemente con lo expuesto, para considerar temáticamente en las discusiones
de este Congreso, transcribimos también las soluciones normativas en el nuevo Código Civil y
Comercial argentino:

*TITULO III - Contratos de consumo CAPITULO 1 - Relación de consumo


ARTÍCULO 1092.- Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico
entre un proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que
adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en
beneficio propio o de su grupo familiar o social.
Queda equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como
consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u
onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social.

ARTÍCULO 1093.- Contrato de consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un


consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u
ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o
privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los
consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.

CAPITULO 3 Modalidades especiales


ARTÍCULO 1104.- Contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales.
Está comprendido en la categoría de contrato celebrado fuera de los establecimientos comerciales
del proveedor el que resulta de una oferta o propuesta sobre un bien o servicio concluido en el
domicilio o lugar de trabajo del consumidor, en la vía pública, o por medio de correspondencia, los
que resultan de una convocatoria al consumidor o usuario al establecimiento del proveedor o a otro

64
CASCAJO CASTRO, José Luis “Consideraciones sobre la proteccion constitucional de los consumidores”, pág. 38 y
ss. en AAVV Estudios Sobre el DERECHO DE CONSUMO”, Ed. Iberdrola, Bilbao, 2ª. Edición 1994.
38

sitio, cuando el objetivo de dicha convocatoria sea total o parcialmente distinto al de la


contratación, o se trate de un premio u obsequio.

ARTÍCULO 1105.- Contratos celebrados a distancia. Contratos celebrados a distancia son aquellos
concluidos entre un proveedor y un consumidor con el uso exclusivo de medios de comunicación a
distancia, entendiéndose por tales los que pueden ser utilizados sin la presencia física simultánea de
las partes contratantes. En especial, se consideran los medios postales, electrónicos,
telecomunicaciones, así como servicios de radio, televisión o prensa.

ARTÍCULO 1106.- Utilización de medios electrónicos. Siempre que en este Código o en leyes
especiales se exija que el contrato conste por escrito, este requisito se debe entender satisfecho si
el contrato con el consumidor o usuario contiene un soporte electrónico u otra tecnología similar.

ARTÍCULO 1107.- Información sobre los medios electrónicos. Si las partes se valen de técnicas de
comunicación electrónica o similares para la celebración de un contrato de consumo a distancia,
el proveedor debe informar al consumidor, además del contenido mínimo del contrato y la facultad
de revocar, todos los datos necesarios para utilizar correctamente el medio elegido, para
comprender los riesgos derivados de su empleo, y para tener absolutamente claro quién asume esos
riesgos.

ARTÍCULO 1108.- Ofertas por medios electrónicos. Las ofertas de contratación por medios
electrónicos o similares deben tener vigencia durante el período que fije el oferente o, en su
defecto, durante todo el tiempo que permanezcan accesibles al destinatario. El oferente debe
confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la aceptación.

ARTÍCULO 1109.- Lugar de cumplimiento. En los contratos celebrados fuera de los


establecimientos comerciales, a distancia, y con utilización de medios electrónicos o similares, se
considera lugar de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir la
prestación. Ese lugar fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del contrato. La
cláusula de prórroga de jurisdicción se tiene por no escrita.

Como se advertirá, y fue anticipado en sus Fundamentos, expresas soluciones tutelares en


favor del consumidor, aplicables a la compraventa internacional y la forma de contratación
electrónica.

3. OTRAS NORMATIVAS. La Convención sobre la Compraventa de Viena rige los


contratos de compraventa internacional de mercancías entre empresas privadas, con excepción de las
ventas a consumidores y las ventas de servicios, así como las ventas de tipos concretos de
mercancías. Aquí pasamos a acotar todo lo que hemos venido describiendo.

Esas Convenciones basaban la relación en la teoría clásica del contrato: libertad, igualdad y
orden público. Ahora se distinguen dos tipos de contrato: los paritarios y los de consumo donde las
partes no se ubican en un plano de igualdad.
Los contratos celebrados a distancia son una modalidad de ambas formas de contratación, y
los celebrados electrónicamente una modalidad de los celebrados a distancia.
39

Los contratos de adhesión, ya consolidados como el estándar en las modalidades de comercio


electrónico en Internet, contienen una oferta general e innominada, durante un tiempo. Si al lector le
interesa aceptar la oferta, habrá de ir desplegando información que, progresivamente, solicita su
conformidad para avanzar en las condiciones predispuestas. En todo momento dispone de las
condiciones de retractación para abandonar el proceso de aceptación. Ambas alternativas, la de
aceptación progresiva y la de retractación se confirman mediante la pulsación de un “botón”
informático a través del teclado o la ubicación del puntero del ratón (mouse) para hacer “clikc”. El
uso generalizado de este último y la costumbre de solicitar dos veces la orden, ha sido confirmada
por la jurisprudencial extranjera, que ha dado en denominarla o “click wrap agreement” o “web
wrap agreements”65.
En los Fundamentos del Código Civil y Comercial Argentino, reiteramos sin derogar la ley
de protección a los consumidores, se expresa: “En cuanto a la firma su efecto propio de la es la
asunción del texto, es decir de la declaración de voluntad, tal como se proyecta. Se agrega un
párrafo referido a los instrumentos generados por medios electrónicos que ya figura en el Proyecto
de 1998 y que está en consonancia con la ley 25506 de firma electrónica, de acuerdo al cual –si bien
luego se consignan excepciones- “cuando la ley requiera una firma manuscrita, esa exigencia
también queda satisfecha por una firma digital. Este principio es aplicable a los casos en que la ley
establece la obligación de firmar o prescribe consecuencias para su ausencia”.
En el derecho comparado hay distintos modelos.
Una opción es mantener separadas ambas regulaciones. Es el criterio del Códice del
Consumo Italiano (Decreto Legislativo nº 206 del 6 de setiembre de 2005), del texto refundido de la
Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias
española (Real Decreto Legislativo 1/2007 del 16 de noviembre de 2007) y del Anteproyecto de
Reforma al Código Civil francés en el Derecho de obligaciones y el Derecho de la prescripción,
dirigido por el profesor Pierre Catalá y presentado al Ministerio de Justicia en el año 2005, que
tampoco la incorpora al Código Civil. Todos los Estados Partes del Mercosur (Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay y Venezuela) así como todos los Estados Asociados (Bolivia, Chile, Perú,
Ecuador y Colombia) tienen leyes del consumidor separadas del Código Civil. El comentario 2 al
Preámbulo de los Principios de Unidroit señala el “propósito de excluir del ámbito de los Principios
las llamadas operaciones de consumo”.
Con otro criterio, la reforma del año 2002 el Código Civil alemán incorporó algunas normas
aplicables específicamente al Derecho del Consumidor (definición de consumidores y profesionales,
contratos celebrados fuera de los establecimientos mercantiles y a distancia, garantías en la venta de
bienes de consumo) junto con otras propias del Código (condiciones generales de la contratación,
morosidad en las operaciones comerciales, comercio electrónico). El Código Civil quebequés de
1991 incluyó disposiciones atinentes a los contratos de consumo y a los celebrados por adhesión
(arts. 1432, 1437, 1438) así como a la responsabilidad de los intervinientes en el proceso de
fabricación y comercialización de cosas muebles (arts. 1468 y 1469). El Código Civil holandés de
1992 reguló las condiciones generales de contratación (Libro 6, arts. 231 a 247), la responsabilidad

65
El método click-wrap fue presentado en las cortes en “ProCD v. Zeidenberg, 86 F.3d 1447 (7th Cir. 1996). Fue
confirmado en lo sucesivo en muchos otros casos como: Feldman v. Google, Inc., 513 F.Supp.2d 229 (E.D.Pa. 2007); In
re Real Networks, Inc. Privacy Litigation, No. No. 00-1366, 2000 WL 631341 (D. Ill. May 8, 2000); Hotmail Corp. v.
Van$ Money Pie, No. 98-20064, 1998 WL 388389 (N.D. Cal. Apr. 16, 1998). Specht v. Netscape Communications
Corp., 150 F.Supp.2d 585 (S.D.N.Y. 2001), aff'd, 306 F.3d 17 (2d. Cir. 2002), proporciona la más clara definición del
acuerdo o licencia clickwrap. GOMEZ, Hernán Adrián “El contrato electrónico internacional de transporte aéreo en el
ámbito del MERCOSUR. Consideraciones sobre la cláusula arbitral”, citado.
40

por productos (Libro 6, arts. 185 a 193) y las exigencias en cuanto a la publicidad (Libro 6, arts. 194
a 196).
En Perú el Código de Protección y Defensa del Consumidor esta integrado con las leyes
29571, 29888, 30040 y 30056.66
En el ordenamiento jurídico argentino hay que considerar el rango constitucional de los
derechos del consumidor, la amplia aplicación de estas normas en los casos judiciales y la opinión
de la mayoría de la doctrina. Siguiendo estos lineamientos, es necesario no sólo avanzar en cuanto a
la unificación de los contratos civiles y comerciales, sino también incorporar a los contratos de
consumo. Se establecen requisitos para las cláusulas generales predispuestas: deben ser
comprensibles y autosuficientes; su redacción debe ser clara, completa y fácilmente inteligible; se
tienen por no convenidas aquéllas que efectúen un reenvío a textos o documentos que no se faciliten
a la contraparte del predisponente, previa o simultáneamente a la conclusión del contrato.
Estos requisitos se extienden a la contratación telefónica o electrónica, o similares. Su
interpretación es en sentido contrario a la parte predisponente.
Ese rango constitucional esta instaurado también en la Constitución de Brasil, art. 5° inc. 31
dentro del Capítulo I “De los Derechos y Deberes Individuales y Colectivos – Titulo II “De los
derechos y Garantías Fundamentales”: “el Estado promoverá, en la forma de la ley, la defensa del
consumidor”.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela da protección al consumidor en el
art. 117, en el Capítulo VII “De los Derechos Económicos”: “los procedimientos de defensa del
consumidor”.
La Constitución de los Estados Unidos de México lo determina en el art. 28, Cap. I “De las
Garantías Individuales” con fijación de políticas económicas proteccionistas, finalizando “La ley
protegerá a los consumidores y propiciará su organización para el mejor cuidado de sus intereses”.
La Constitución de la República del Salvador lo hace en el art. 101, título V “Orden
Económico” con similares declaraciones, concluyendo “Con igual finalidad, fomentará los diversos
sectores de la producción y defenderá el interés de los consumidores”.
La Constitución de la República de Ecuador establece una sección expresa, y en la Sección
Tercera de la misma “De los Consumidores, prescribe en el art. 92 una serie de normas tuitivas.
La Constitución de Colombia lo hace en su art. 78, incluso disponiendo que “garantizará la
participación de las organizaciones de consumidores”.
Guatemala lo hace en el art. 119 de su Constitución sobre las Obligaciones del Estado, y en
su punto i) “La defensa de consumidores y usuarios en cuanto a la preservación de la calidad de los
productos de consumo interno y de exportación para garantizarles su salud, seguridad y legítimos
intereses económicos.
La Constitución de Perú lo hace en el Título III “Del régimen económico art. 65 “El Estado
defiende el interés de los consumidores y usuarios. Para tal efecto garantiza el derecho de la
información…”.
La República de Paraguay, anfitriona de este Congreso lo hace en el art. 38 determinando
“Toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a reclamar a las autoridades públicas
medidas para la defensa … de los intereses del consumidor y de otros que, por su naturaleza
jurídica, pertenezcan a la comunidad y hagan relación con la calidad de vida y con el patrimonio
colectivo”.
La Constitución de nuestro país, la República Argentina, lo hace en su art. 42: “Los
consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la

66
CARBONELL O’BRIEN, Esteban Análisis al Código de Protección y Defensa del Consumidor, Jurista Editores,
versión actualizada y ampliada, Lima 2015.
41

protección de su salud, seguridad e intereses económicos, a una información adecuada y veraz; a la


libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno.- Las autoridades proveerán a la
protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra
toda de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad
y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y
usuarios. – La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de
conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la
necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias
interesadas, en los organismos de control”. 67
Esa defensa de la competencia, a nivel mundial, impulsada originariamente por la legislación
europea y luego por la de la Comunidad Europea, se han prodigado en normas de conducta, tuitivas
de los consumidores, atribuyendo responsabilidades por la calidad de los productos, por la
transparencia de las operaciones y en el óptimo funcionamiento de los mercados. 68
El Competition Law de la Unión Europea y el Antitrust Law de Estados Unidos de América,
como son más comúnmente referidos, divergen en más de lo que la terminología que los denomina,
y, de forma generalizada, la mayor parte de los demás modelos internacionales de Defensa de la
Competencia se refleja, en un modelo o en el otro. Por ello deberían analizarse los marcos jurídicos
que representan ambas estructuras de defensa de la competencia, la europea 69 y la norteamericana70,
en la investigación de las raíces y futuras tendencias de la ideología de defensa de la libre
competencia.71

V - LA CLÁUSULA ABUSIVA.72
Un problema que debe atenderse es a la existencia de clausulas abusivas. Importante en toda
la contratación, pero potenciado en los contratos con consumidores, conforme la tutela normativa a
este contratante débil. Podríamos considerarlas dentro de las medidas de seguridad preventiva, pero
preferimos anticipar e independizar su tratamiento pues hacen a la formación del contrato.
En el derecho comparado la calificación de abusividad de una cláusula resulta de diversos
criterios, particularmente vinculado a su negociación.73 Otro aspecto son las “práctivas abusivas” en
los contratos de consumo.74

67
Sobre la diferencia entre relación de consumo y contrato de consumo, pero también sobre muchos de los temas que
abordamos, puede verse VITOLO, Daniel R. Defensa del Consumidor y del Usuario, Ed. Ad Hoc, Buenos Aires 2015.
68
Es imposible hacer una referencia a la bibliografía sobre el punto, apuntamos MICELE, Mario “La ley de defensa del
consumidor. Antecedente técnico legislativo y viabilidad. 1994, pág. 900.
69
Art. 3, 14, 101 - 106, 119 y 346 del TFEU; Council Regulation (EC) No 1/2003; Commission Regulation
773/2004/EC; Decision 2011/695/EU; Regulation 1182/71/EEC; Regulation No 1/58/EEC; Commission Notice on the
best practices for the conduct of proceedings concerning Articles 101 and 102 TFEU (OJ C 308/6, 20.10.2011);
Commission Notice on the definition of relevant market for the purposes of Community competition law (OJ C 372,
9.12.1997); Commission Notice: Guidelines on the effect on trade concept contained in Articles 81 and 82 of the Treaty
(OJ C 101/81, 27.4.2004); Commission Notice: Guidelines on the application of Article 81(3) of the Treaty (OJ C
101/97, 27.4.2004); Guidance on the Commission's enforcement priorities in applying Article 82 of the EC Treaty to
abusive exclusionary conduct by dominant undertakings (OJ C 45/7, 24.2.2009); Commission Notice on informal
guidance relating to novel questions concerning Articles 81 and 82 of the EC Treaty that arise in individual cases
(guidance letters) (OJ C 101/78, 27.4.2004).
70
Sherman Act of 1890; Clayton Act of 1914; y Federal Trade Commission Act of 1914.
71
ARMENTANO, Dominick T. 1982. Antitrust and Monopoly. New York: Wiley, y del mismo autor 17 años después,
1999. Antitrust. Auburn, Ala.: Mises.
72
Para ampliar este aspecto puede verse LOVECE, Graciela Isabel “Los contratos de consumo y las cláusulas abusivas
en el Código Civil y Comercial. La supremacía del criterio protectivo de la ley 24.240” en Revista de Derecho
Comercial y de las Obligaciones, n° 272, mayo-nio 2015, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, pág. 575.
73
Sobre el punto puede verse STIGLITZ, Rubén S. “Nuevos temas…” cit. pág. 27.
42

1.LA LEGISLACIÓN PARAGUAYA. Iniciamos este apartado con una referencia a la


legislación paraguaya, donde se realizará el Congreso Iberoamericano –para cuyo debate
preparamos este informe-, conforme información calificada. 75
“Se podría considerar, en la República del Paraguay, que este nuevo derecho del consumidor ,
reconoce como principal antecedente al Código Civil Paraguayo, del año 1985, donde numerosas
disposiciones contemplan el principio de la interrelación entre las prestaciones, la reciprocidad y la
justicia sinalagmática, reprobando cualquier abuso en las cláusulas o en las conclusiones de los
negocios jurídicos. Así se regula expresamente en el Código, las cláusulas abusivas en los contratos
de adhesión, en la disposición del Art. 691 al establecer: “Cuando los contratos por adhesión
contengan cláusulas restrictivas de carácter leonino, la parte adherente podrá ser dispensada de
cumplirlas, o pedir su modificación por el juez. Considérense tales especialmente las siguientes
cláusulas: a.Las que excluyen o limitan la responsabilidad del que las impulsó; b.Las que otorgan
la facultad de disolver el contrato o cambiar sus condiciones, o de cualquier manera priven al
adherente de algún derecho sin causa imputable a éste, c. Las que condicionan al consentimiento de
la otra parte el ejercicio de algún derecho contractual del adherente, d. Las que obligan al
adherente a recurrir al otro contratante o a un tercero determinado, en caso de cualquier necesidad
no directamente conexa con el objeto del contrato, o condicionan cualquier derecho contractual del
adherente a tal recurso, o limitan su libertad al estipular con terceros sobre cualquier necesidad de
la naturaleza expresada. e. Las que imponen al adherente renuncia anticipada a cualquier derecho
que podría fundar en el contrato en ausencia de tal cláusula. f.Las que autorizan a la otra parte a
proceder en nombre del adherente o en su substitución, para obtener la realización de un derecho
de aquel frente a este. g.Las que imponen al adherente determinados medios probatorios, o a la
carga de prueba; h.Las que sujetan a plazo o condición el derecho del adherente de valerse de las
acciones legales, o limitan la oponibilidad de excepciones, o la utilización de procedimientos
judiciales de los cuales el adherente podría hacer uso, i.Las que permiten la elección unilateral de
juez competente para resolver una controversia entre las partes”
“La ruptura del equilibrio en los convenios, por ellas producida, ha recibido particular
atención por parte de la doctrina reciente en el Derecho Comparado, con motivo del auge de la
normativa atinente a la protección del consumidor, a quien se pretende resguardar de la
anomalía”76.
2. CONTRATO DE ADHESIÓN SEGÚN ESA LEY Y LA PERSONA JURÍDICA COMO
CONSUMIDOR.
Establece la ley del consumidor que se debe entender por contrato de adhesión en los
siguientes términos: Art. 24º: “Se entenderá por contrato de adhesión, aquél cuyas cláusulas han
sido aprobadas por la autoridad competente o establecidas unilateralmente por el proveedor de
bienes o servicios, sin que el consumidor pueda discutir o modificar substancialmente su contenido
al momento de contratar”. …1.5. LEGISLACIÓN DERIVADA. La Ley N° 1334/98 “De Defensa del

74
KEMELMAJER de CARLUCCI, Aída “Prácticas abusivas en los contratos de consumo” en AAVV “Contratos en el
nuevo Código Civil y Comercial – Contratos – Parte general, cit. tomo I pág. 377 y ss..
75
RÍOS AVALOS, Bonifacio “DERECHOS DEL CONSUMIDOR Y SU INFLUENCIA EN EL DERECHO
GLOBAL” Miembro de número de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales (Secretario de la Directiva), de quién
recibimos una posterior colaboración que agregamos en Anexo.
76
MORENO RODRÍGUEZ, José Antonio “Cláusulas Abusivas en los Contratos. Intercontinental”, Editora. Asunción,
Paraguay. Año 1999, pág. 15
43

Consumidor y del Usuario” establece las normas de protección y de defensa de consumidores y


usuarios en el mercado paraguayo. Quedan sujetos a las disposiciones de la ley, todos los actos
celebrados entre proveedores y consumidores relativos a la distribución, venta, compra o cualquier
otra forma de transacción comercial de bienes y servicios que sean realizados en el territorio
nacional…. 1.7. LAS PERSONAS JURÍDICAS PODRÍAN CONSIDERARSE CONSUMIDORES.
La pregunta que se plantea es si las personas jurídicas ¿pueden ser conceptuadas como
consumidores?... Ante tal inconveniente, es necesario que reúnan los mismos requisitos que el
consumidor final o persona física, y por ello será necesario que la persona jurídica que adquiere
los bienes y servicios, no tenga por objeto la comercialización en el mercado de dichos bienes o
servicios. Es así, que podría considerarse como consumidores finales a las personas jurídicas sin
fines de lucro que adquieran bienes y servicios para su utilización en la realización de sus
propósitos sociales, como por ejemplo las fundaciones o asociaciones, etc. Igualmente, los
pequeños empresarios podrían hallarse protegidos por esta misma ley.

3. LAS NOTAS EXPLICATIVAS DEL CODIGO CIVIL Y COMERCIAL


ARGENTINO.
Nos hemos referido al derecho paraguayo, ahora lo haremos del argentino, el
normativamente más actual, que también permite que la persona jurídica pueda ser calificada como
consumidor.
La Exposición de Motivos de nuestro CCC argentino, expresa sobre el punto: “La definición
de cláusula abusiva es más extensa, ya que comprende los concluidos por adhesión y los que,
aunque no están celebrados por adhesión, contienen cláusulas predispuestas. La razón de esta
extensión es que no se trata de un control de incorporación, sino de contenido, en el que no importa
si hubo adhesión o consentimiento. Además, como lo indicamos arriba, hemos incorporado reglas
sobre las cláusulas predispuestas. - Son abusivas las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones
del predisponente; importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían
derechos del predisponente que resulten de normas supletorias; o por su contenido, redacción o
presentación, no sean razonablemente previsibles. - Las cláusulas abusivas se tienen por no
convenidas. Cuando el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe
integrar, si no puede subsistir sin comprometer su finalidad. La aprobación administrativa de las
cláusulas generales no obsta a su control judicial”.
Esta legislación toma un camino protectorio de los derechos del consumidor, máxime en esta
especial modalidad de contratación electrónica.
Se ha sostenido que a los fines de la identificación de una cláusula abusiva basta con que
cause, en detrimento del adherente/consumidor, o en beneficio exclusivo del predisponente, un
desequilibrio significativo entre los derechos y obligaciones de las partes, que se derivan de ese
contrato77, particularmente en esta modalidad, con ajenidad a la buena fe que se supone. Se advierte
asi que se ha apartado de lo dispuesto por la Directiva 93/13 de la Unión Europea que define la
cláusula abusiva mediante dos presupuestos escindibles y, sin embargo, errónea e inncesariamente –
se afirma- articulados entre sí: infracción a la buena fe a través de una cláusula que consagre un
detrimento significativo del consumidor. Generando la interpretacion de que es abusiva solamente

77
STIGLITZ, Rubén S. “Nuevos temas incorporados a la teoría General del contrato en el Código Civil y Comercial de
la Nación” en Código Civil y Comercial de la Nación. Contratos. Director Rubén S. Steiglitz, Suplemento Especial La
Ley, Febrero 2015 pág. 1 y ss., especialmente pág. 20 y ss..
44

cuando determina ese desequilibrio significativo que se halle en contradicción con el principio de
buena fe, por lo que sino la infrinje el desequilibrio no constituiría una cláusula abusiva. 78
La Exposición de Motivos del Anteproyecto del CCC argentino sigue con algunas
expresiones que nos interesan para el análisis en curso: “3.3. Tratativas contractuales. En esta
materia se comienza con la enunciación de un principio general, que, en este caso, es la libertad de
negociación, según la cual, las partes son libres para promover tratativas dirigidas a la formación
del contrato, así como para abandonarlas en cualquier momento. Seguidamente se desarrolla otro
principio, el de la buena fe, que dispone que las partes deben actuar de buena fe en el curso de las
negociaciones para no frustrarlas injustificadamente. - Puede parecer una regulación demasiado
austera, pero hay que tener en cuenta que es un área muy dinámica, con un amplio desarrollo
jurisprudencial y doctrinario, y en tales condiciones es conveniente sentar principios generales que
permitan esa labor. También debe considerarse que toda la temática de los periodos previos en las
relaciones de consumo está ampliamente tratada en el capítulo tercero. De tal modo, a partir de
una adecuada ponderación de la libertad de negociación y de la buena fe, se encuentran las
soluciones para la responsabilidad en los casos típicos en la negociación entre iguales. También se
regula el deber de confidencialidad, y las consecuencias del incumplimiento. 3.4. Contratos
preparatorios. En esta sección se regulan los contratos preparatorios, con un sentido también
amplio, dando cabida a diversas modalidades de acuerdos para negociar.” Creemos que nada más
hay que agregar.
No obstante, en último momento agregamos del magnífico ensayo “EL CONTRATO EN EL
CODIGO CIVIL DE BOLIVIA”, del Dr. MARIO CORDERO MIRANDA, Académico Fundador y
de Número79, como resumen y puesta en valor del principio de “buena fe”: “En consecuencia, la
buena fe es la pauta de comportamiento de las partes; propiamente, la norma de conducta a observar
en la vida jurídica, a contrario de la mala fe que corrompe la armonía de las relaciones jurídicas y
distorsiona los efectos naturales de los contratos. En suma, el contrato debe ser ejecutado de buena
fe lo que importa que las partes deben obrar conforme a lo pretendido a tiempo de celebrar el
contrato. En cuanto a las obligaciones desprendidas del contrato, el deber de buena fe implica para
una y otra parte las siguientes prestaciones: así por ejemplo en materia de contratos, el contratante
(solvens), el pago debe ser honrado de buena fe según lo convenido, tomando en cuenta las
circunstancias sobrevinientes que puedan modificar lo estipulado entre partes; y en cuanto al
contratista (accipiens) está obligado a realizar la obra o prestación en la forma convenida. De todo lo
dicho, se desprende que quien actúa de mala fe en perjuicio del otro contratante, debe ser
sancionado, conforme al pensamiento de Josserand que señaló que la defensa del más débil, en
sentido jurídico, es preocupación esencial del derecho, lo que permite la aplicación y puesta al día
de la regla clásica de favor debitoris (a favor del deudor).
Como su nombre lo dice, la buena fe es una cualidad que se atribuye a algo que nos inspira
confianza o creencia. Uno de los momentos más importantes en materia de buena fe es cuando se la
analiza a tiempo del cumplimiento de las obligaciones, por cuya razón la conducta de las partes no
se limita a observar lo establecido en el contrato, sino que, como dice la doctrina italiana sustentada
por Emilio Betti: ‘…la buena fe en la ejecución de los contratos es esencialmente una actitud de
colaboración, encaminada a cumplir la expectativa de la otra parte, lo que supone el deseo de

78
ROPPO, V. “La nueva disciplina delle clausule abusiva en el contratti fra imprese e consumitori” en Diritto ed
Economía del ‘Assicurazione, Ed. Giuffre, Milán 1994, n° 12 pág. 47. También puede verse KEMELMAJER de
CARLUCCI, Aida “Prácticas Abusivas en el contrato de consumo” en Código Civil y Comercial de la Nación.
Contratos. Director Rubén S. Steiglitz, Suplemento Especial La Ley, Febrero 2015 pág. 237.
79
Que recibimos en el momento que habíamos concluido la versión final de nuestro informe el último día de agosto,
pero cuyo comentario no podíamos soslayar por su importancia, aconsejando su completa lectura sobre la temática que
aborda.
45

ayudar y colaborar para que el otro pueda cumplir con lo que debe…’. En consecuencia, la buena
fe contractual implica satisfacer los intereses legítimos propios y también los del otro contratante,
esto es que se debe actuar precautelando no solo los propios intereses sino también los de la otra
parte. La buena fe es la esencia fundamental de los contratos, es el principio más importante al que
se hallan sometidas las partes contratantes, por lo que la buena fe es el alma de todo contrato, lo que
ha sido recogido por el citado art. 520 del Código Civil”, de la República de Boliva, terminamos.

VI – SEGURIDAD PREVENTIVA.
Esta es una temática que puede ser abordada desde múltiples facetas, desde la
seguridad en la contratación electrónica, el cumplimiento del contrato de compra venta
internacional celebrado a través de esa modalidad, la confidencialidad, el derecho a
información, la posibilidad de revocación sin causa del contrato y de asegurar el
cumplimiento, como la jurisdicción y la admisibilidad del arbitraje, además de las
incertidumbres hasta recibir la mercadería conforme. 80 Hemos tratado de afrontar algunos de
esos problemas con nuestra particular visión. No trataremos la sanción de daño punitivo que
puede ser considerada una sanción disuasoria de generar daños.
Obviamente toda la acción del Estado, como de las asociaciones de consumidores, para
vigilar el derecho a la información, la legalidad de las cláusulas y de las prácticas de abordar
el mercado deben entenderse como de seguridad preventiva, aunque también los métodos para
evitar fraude en las operaciones.81
Del principio general de la buena fe en las relaciones negociales, se desprende
primariamente el derecho a la información integral y a la confidencialidad, lo que se acentúa
en el caso de relaciones B2C, que también podrían tener tutela a través del principio del abuso
de la posición dominante, indubitable en estas relaciones y que también tiene referencia
específica en el Título Preliminar del Código Civil y Comercial Argentino de 2015.
No hay duda que la contratación electrónica, como la información intercambiada, hoy
esta sujeta a múltiples riesgos, tanto por la intervención de hackers, verdaderos piratas
informáticos, como por la posibilidad de simulaciones de posición comercial o de
intermediación de defraudadores profesionales. Por eso es muy importante para los
comerciantes que operan electrónicamente conocer los distintos tipos de análisis de seguridad
de sus sistemas, comprendiendo las amenazas a las que están expuestos, manejando auditorías
de análisis de vulnerabilidad y sus herramientas. Temas que escapan a nuestra visión.
Este tema de la seguridad preventiva en los contratos electrónicos tiene el enfoque de la
regulación de Internet, sobre lo que se ha expresado con gran autoridad 82: “IV. LOS
DISCURSOS SOBRE EL CYBERLAW. Entre los discursos que han aparecido en torno de
INTERNET, cabe mencionar en primer término, aquél que podría denominarse tradicionalista, que

80
HUET, Jérôme “Le commerce électronique”, Gazette du Palais, N° 255 y 256, septiembre 1996, Paris, p. 61. La
principal preocupación del ciberconsumidor es la relacionada con la seguridad de las transacciones comerciales (el
miedo de proporcionar información o el número de su tarjeta bancaria) y la pérdida de datos debido a la introducción de
virus en sus ordenadores personales.
81
¿Estamos preparados en Ciberseguridad? Informe de Ciberseguirdad 2016 Latinamérica y el Carible. Observatorio
de Seguridad de Amérita Latina y el Caribe BID y OEA
http://observatoriociberseguirdad.com/graph/conuhntries/ar/selected/ar/0/dimensions/1-2-3-4-5
82
De “CONTRATACIÓN ELECTRÓNICA INTERNACIONAL. Una mirada desde el Derecho Internacional
Privado”. Directora SARA LIDIA FELDSTEIN de CARDENAS, Autoras SARA LIDIA FELDSTEIN de
CARDENAS, FLAVIA ANDREA MEDINA, MONICA SOFIA RODRIGUEZ, LUCIANA BEATRIZ SCOTTI,
Buenos Aires 2008. De la parte I. DERECHO E INTERNET, del capítulo A. “INTERNET: UN GOLEM DE LA
POSTMODERNIDAD”, por SARA L. FELDSTEIN DE CÁRDENAS.
46

considera que el Estado es el ente más apropiado para encargarse de reglar, de regular el
ciberespacio. Ello por cuanto, el Estado es el único que ostenta la legitimación democrática, la
infraestructura así como las instituciones para hacer cumplir las reglas aun cuando ellas operen en
el espacio virtual. Según esta línea de pensamiento, son los derechos estaduales quienes ofrecen la
mejor, más legítima, más democrática opción en este tema. Un segundo discurso, el de los ciber-
separatistas, autonomistas, parte de la idea de que el ciberespacio es un espacio social separado,
distinto del mundo real. Consecuentemente, quienes propugnan esta corriente de pensamiento,
argumentan que las normas que existen en los derechos nacionales, no son o no deberían aplicarse
en el ciberespacio. En una posición extrema, habrá quienes llegan a pensar que ninguna ley,
ninguna regla debería regirlo 83. Precisamente en este aspecto, es cuando se introduce el
argumento, según el cual INTERNET debe ser gobernado por los propios usuarios, quienes son los
primeros interesados, los principalmente afectados. Se recurre en tal sentido, para sostener la
autonomía del ciberespacio, a la validez de la lex informática, a la analogía de pensar que tiene el
mismo origen que la lex mercatoria. Sus partidarios no dudan en encontrar profundas similitudes
entre las necesidades de los comerciantes que claman por la lex mercatoria y los requerimientos
por los que claman quienes interactúan en la net. Esta concepción parece ignorar que el entorno
cibernético donde se despliega la llamada sociedad internáutica, como consecuencia de la
interacción social, no es inmune a controversias. Dicho en otras palabras, ya han sobrevenido y
seguirán haciéndolo las desavenencias que perturbando el idilio entre los internautas, deberán ser
procesadas, ser resueltas, para restablecer la paz cibernética. Este discurso acerca de la
separación del espacio virtual del mundo jurídico estimula, a mi modo de ver, la ciberanarquía84.
No me convence la idea sobre la presunta, necesaria, conveniente separabilidad como objeto del
entorno cibernético, por cuanto descreo que sea un sitio distinto del mundo real; máxime cuando
advierto que quienes precisamente en él interactúan, son las mismas personas humanas que viven
en el mundo real. No ignoro que para explicar este fenómeno de círculos concéntricos, coexistentes,
habrá quienes podrán argüir, tratando de contestar esta objeción, que también en el mundo real
existen numerosos ejemplos de grupos que se reúnen en sociedades, organizaciones, cámaras, clubs
y ello no significa que la pertenencia a esas asociaciones y la sujeción a sus estatutos, reglamentos,
cuerpos normativos impliquen la imposibilidad de pertenecer a otras. Dicho de otra manera, la
pertenencia a varias organizaciones coetáneamente no implica que ellas no sean autónomas, que
puedan autogobernarse. Por otro lado, a mayor abundamiento, permítaseme preguntarme si quizás
no es un pensamiento tan prematuro como arriesgado, considerar que quienes navegan en la web
son personas con suficiente capacidad, con autosuficiencia, con aptitud para autorregularse
acabadamente.…¿Qué aptitudes tan especiales demuestran quienes operan en el comercio
electrónico que les permite llegar a regular el mercado cibernético?. En todo caso, ¿ellos decidirán
cuáles son las cibercontroversias que caen bajo la esfera de la lex informática?. ¿Serán las
vinculadas estrechamente con una actividad cibernética?, ¿o también aquellas disputas entre
usuarios de la net?. ¿Qué criterio diferenciador usar en este sentido?. ¿No se puede llegar a pensar
que quienes sostienen la separabilidad jurídica, la autonomía del mundo cibernético, se dejan llevar
por una suerte de falso lirismo, romanticismo?. ¿Será que en el comercio electrónico nadie

83
BARLOW, John P. “A Cyberspace Independence Declaration”. http://www.eff.org/Barlow. Quien enfáticamente
declara: "Governments of the Industrial World, you weary giants of flesh and steel, I come from Cyberspace, the new
home of Mind. On behalf of the future, I ask you of the past to leave us alone. You are not welcome among us. You
have no sovereignty where we gather". BOYLE, James, “Foucault in Cyberspace: Surveillance, Sovereignty and
Hardwired Censors”, 66, U. Cin. I. Rev. 177. 1997.
84
El término es empleado por muchos autores, entre los que se destaca: GOLDSMITH, Jack “Against Cyberanarchy”,
65, U.Chi.I.Rev.1200. 1998.
47

intentará la aceptación de cláusulas abusivas predispuestas por la parte que en el contrato


internacional tiene mayor poder de negociación?.¿No es creer falsamente que todos los internautas
que navegan en el ciberespacio, a diferencia de los que viven en el mundo real, son naturalmente
buenos, ingenuos, respetuosos de las reglas éticas, morales, jurídicas, deontológicas, con suficiente
entidad como para no solamente autorregularse sino para autosancionarse? No, realmente me
resisto a creerlo. El ciberespacio no debe ser considerado como un compartimiento estanco, inmune
e impenetrable a las reglas de los hombres, separado del mundo real; más allá de las creencias
religiosas, lo cierto que a pesar de la ficción creada para captar, para explicar un fenómeno
peculiar, respetuosamente creo que el mundo real es el único existente. No puedo convencerme que
las prácticas, las conductas, las costumbres, los usos reiterados, respetados, observados por y entre
quienes interactúan en la red, por ese mero hecho ostenten el sello de su juricidad”.
Una magnífica apertura para el debate jurídico y, particularmente en relación a las normas
protectorias de los consumidores. Son de público y notorio los cuestionamientos a ciertas
publicaciones o informaciones en Internet, que no pueden ser fácilmente neutralizadas aunque dañen
evidentemente a los que intentan suspenderlas. Relatamos un reciente caso. El abogado
constitucionalista cordobés y profesor Enrique Novo advirtió que existía un perfil falso suyo en
Internet –a través de Facebook-, cuando comenzó a recibir felicitaciones de cumpleaños lejos de la
real fecha, advirtiendo inmeditamente que el usuario falso había hecho amistad con jueces, alumnos
y ex alumnos. Promovió una acción contra la red social originaria de Estados Unidos, a cumplir
varias acciones ante una demanda por la existencia de un perfil falso. El fallo estaba firme, era de
2003 cuando el Juez Federal de Rio Cuarto ordenó a Facebook Argentina cerrar una cuenta falsa que
llevaba el nombre de Novo, y también, en el plazo de 48 horas informara a todos los contactos el
motivo por el cual se daba de baja. No fue una acción penal ni resarcitoria, pero como Facebook
Argentina habría incumplido con la orden judicial sobre esa información a contactos, un nuevo fallo
obligaba a pagar una multa de $ 270.000 (aproximadamente u$s 18.000), por una sanción diaria de $
30 por el incumplimiento. La información señala que Facebook Argentina SRL no puede eludir el
fallo y debe responder por Facebook Inc. porque este es su principal socio, que originariamente esa
sociedad pretendía litigar en Irlanda y exigir que se comuniquen a sus oficinas de Dublin las
resoluciones Judiciales, porque –según informaciones vía Varsovia- quienes no habitan en Estados
Unidos o en Canadá deben regirse por las leyes de Irlanda. Dos antecedentes de primera instancia,
apelados por la demandada, se registraron uno en Formosa en el año 2012 del Juzgado de Primera
Instancia en lo Civil y Comercial n° 6 que ordeno a Facebook Argentina eliminar un perfil en esa
red social. Otro del Juez Civil Carlos Eduardo Cadierno de Rosario, Pcia. de Santa Fe, que dispuso
que “la red social más popular del mundo” le pagará al actor un millón de pesos, por no cumplir una
sentencia anterior que la instaba a borrar de sus registros los perfiles de grupos creador para difamar
al actor.85
Otro aspecto de la seguridad preventiva es el código de rastreo electrónico que suele
proporcionar el vendedor al consumidor una vez formalizada la transacción, que le permite a
éste conocer online electrónicamente la “ubicación de su pedido”, despacho, traslado y
posición de entrega, que le permitirá ejercitar sus derechos irrenunciables, particularmente el
de revocación.

85
Las tres referencias se registran en el diario LA VOZ DEL INTERIOR, de la Ciudad de Córdoba, de fecha 7 de
septiembre de 2016, pág. 13. No hemos logrado más detalles.
48

1. LA FACULTAD REVOCATORIA DEL COMPRADOR CONSUMIDOR.

El Código Civil y Comercial Argentino (CCCA) se refiere expresamente a la contratación


electrónica en torno a las relaciones de consumo y a la facultad de revocación.

Dentro de la seguridad preventiva de la compra venta internacional, corresponde hacer una


referencia a la facultad revocatoria que tiene el consumidor mediante la cual puede dejar sin efecto
un contrato celebrado a distancia –incluyendo los electrónicos- sin la debida expresión de causa y
sin ningún tipo de responsabilidad para este último.86
Ese derecho a la revocación que integra los contratos de consumo ha sido regulado
uniformemente. En ese reciente Código Civil y Comercial Argentino, vigente desde el 1° de agosto
de 2015, se recoge así, con las siguientes normas: ARTÍCULO 1110.- Revocación. En los contratos
celebrados fuera de los establecimientos comerciales y a distancia, el consumidor tiene el derecho
irrenunciable de revocar la aceptación dentro de los diez días computados a partir de la
celebración del contrato. Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar
a correr desde que esta última se produce. Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el
primer día hábil siguiente. Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor
durante este período que tenga por resultado la imposibilidad de ejercer el derecho de revocación
se tienen por no escritos.

ARTÍCULO 1111.- Deber de informar el derecho a la revocación. El proveedor debe informar al


consumidor sobre la facultad de revocación mediante su inclusión en caracteres destacados en todo
documento que presenta al consumidor en la etapa de negociaciones o en el documento que
instrumenta el contrato concluido, ubicada como disposición inmediatamente anterior a la firma del
consumidor o usuario. El derecho de revocación no se extingue si el consumidor no ha sido
informado debidamente sobre su derecho.

O sea que ese derecho se vincula a otro derecho de seguridad preventiva cual es el
derecho de información. 87 Obviamente este derecho de información88 y la buena fe que se
impone en las relaciones de consumo se suele tratar como violaciones por publicidad engañosa,
claramente sancionable. 89

86
BORZONE, Leandro A.N. “El contrato de consumo celebrado por internet y su oportunidad para la revocación de
acuerdo con los lineamientos del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación” en Temas de Derecho Comercial,
Empresarial y del Consumidor, Ed. Erreius, junio 2016, pág. 37 y ss..
87
FERRER de FERNÁNDEZ, Esther H. S. “La información y la publicidad dirigida a consumidores en el Código Civil
y Comrcial de la Nación y normas subsistentes” en AAVV Contratos en el nuevo Código Civil y Comercial – Contratos
– Parte General cit. tomo I pág. 399 y ss..
91 La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con fecha 14
de abril de 2016, resolvió confirmar la multa impuesta a una empresa de transporte de mercaderías, por no haber
informado al consumidor que el sofá adquirido no sería ingresado a su departamento y por haber entregado un producto
cuyas características diferían de lo convenido, en tanto la empresa no aportó prueba que permita concluir que el
consumidor se encontraba debidamente informado acerca de las limitadas condiciones del servicio, las que por otra parte
no eran de lógica deducción, pues tratándose de un sofá cama lo ue debía ser transportado, generalmente va de suyo que
será llevado hasta el lugar indicado por quien solicita el servicio.

89
Derecho del consumo y lealtad comercial, infracciones y sanciones por promoción de un producto con propiedades
terapéuticas o estéticas no reconocidas ni autorizadas: zapatillas que ayudarían a perder peso y a corregir la postura
corporal. Ausencia de pruebas científicas. Desconocimiento de las recomendaciones a realizar a las personas con
49

ARTÍCULO 1112.- Forma y plazo para notificar la revocación. La revocación debe ser notificada
al proveedor por escrito o medios electrónicos o similares, o mediante la devolución de la cosa
dentro del plazo de diez días computados conforme a lo previsto en el artículo 1110.

ARTÍCULO 1113.- Efectos del ejercicio del derecho de revocación. Si el derecho de revocar es
ejercido en tiempo y forma por el consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones
correspectivas y deben restituirse recíproca y simultáneamente las prestaciones que han cumplido.

ARTÍCULO 1114.- Imposibilidad de devolución. La imposibilidad de devolver la prestación objeto


del contrato no priva al consumidor de su derecho a revocar. Si la imposibilidad le es imputable,
debe pagar al proveedor el valor de mercado que la prestación tiene al momento del ejercicio del
derecho a revocar, excepto que dicho valor sea superior al precio de adquisición, en cuyo caso la
obligación queda limitada a este último.

ARTÍCULO 1115.- Gastos. El ejercicio del derecho de revocación no debe implicar gasto alguno
para el consumidor. En particular, el consumidor no tiene que reembolsar cantidad alguna por la
disminución del valor de la cosa que sea consecuencia de su uso conforme a lo pactado o a su
propia naturaleza, y tiene derecho al reembolso de los gastos necesarios y útiles que realizó en ella.

ARTÍCULO 1116.- Excepciones al derecho de revocar. Excepto pacto en contrario, el derecho de


revocar no es aplicable a los siguientes contratos: a. los referidos a productos confeccionados
conforme a las especificaciones suministradas por el consumidor o claramente personalizados o
que, por su naturaleza, no pueden ser devueltos o puedan deteriorarse con rapidez; b. los de
suministro de grabaciones sonoras o de video, de discos y de programas informáticos que han sido
decodificados por el consumidor, así como de ficheros informáticos, suministrados por vía
electrónica, susceptibles de ser descargados o reproducidos con carácter inmediato para su uso
permanente; c. los de suministro de prensa diaria, publicaciones periódicas y revistas.

Como se advertirá el CCCA prevé una cantidad de supuestos de exclusión, pero


también una minuciosa regulación protectiva del consumidor ante dificultades nacidas de la
revocación y de la entrega del bien adquirido.

1.1. Regulación paraguaya. La Ley N° 1334/98 “De Defensa del Consumidor y del
Usuario”,de Paraguay se refiere a la “Protección contractual. Retractación”, la Ley confiere la
posibilidad de la retractación del contrato cuando éste fuera celebrado fuera del establecimiento
comercial, al disponer en el Art. 26 : “El consumidor tendrá derecho a retractarse dentro de un
plazo de siete días contados desde la firma del contrato o desde la recepción del producto
o servicio, cuando el contrato se hubiere celebrado fuera del establecimiento comercial,
especialmente si ha sido celebrado por teléfono o en el domicilio del consumidor. En el caso que
ejercite oportunamente este derecho, le serán restituidos los valores cancelados, debidamente
actualizados, siempre que el servicio o producto no hubiere sido utilizado o sufrido deterioro”.

factores de riesgo. Multa por infracción al art. 9 de la Ley 22.802. Publicidad engañosa. Quantum de la sanción.
Confirmación de sentencia en la causa Compañia Argentina de Marketing Directo S.A. c. DNCI s/ lealtad comercial Ley
22802 - Art. 22, fallo del 05/05/2016 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso administrativo Federal,
sala I, República Argentina.
50

1.2.Naturaleza del derecho de revocación en la relación de consumo. Esa decisión de


revocar, es hoy unánimemente aceptada que puede ser incausada –aunque no abusiva-.

Académicamente se duda si se trata de una revocación de la aceptación o del contrato


mismo. El derecho argentino se pronuncia en el art. 1110 CCC por esta última posición. Así se deja
de lado las posiciones que opinan que se trata de un instituto sui generis como de contrato de
compra venta con condición de satisfacción del comprador, o sea con condición suspensiva.

De todas formas se trata de un derecho irrenunciable, sujeto a un plazo riguroso, que debe ser
ejercitado formalmente –normalmente por el mismo medio de la contratación electrónica-.

Se vincula a esta cuestión las posibilidades de cambio de producto, otorgamiento de notas de


crédito, etc., que deben siempre definirse protegiendo ese derecho irrrenunciable, salvo su ejercicio
abusivo cuya prueba estará a cargo del vendedor.

Quizá uno de los problemas más arduos lo sea la negativa del vendedor al derecho de
revocación, la falta de retiro de la cosa por parte del proveedor o la generación de gastos por esa
devolución, o la imposibilidad de devolución, obligando a recurrir a la vía jurisdiccional, lo que
implica un costo dinerario y de tiempo. El art. 1115 CCC trata de este tema imponiendo que “el
ejercicio del derecho no debe implicar gasto alguno para el consumidor”.

1.3. Revocación y uso. Otro problema es el vinculado a la posibilidad de uso de la cosa, por
lo que debe distinguirse entre el derecho a probarla y su uso. Esto último veda el derecho de
revocación. Por eso el art. 1116 CCCA excepciona del derecho de revocación supuestos de
productos confeccionados a pedido del consumidor, la venta de grabaciones o de programas, o el de
prensa diaria.

2. LA SEGURIDAD PREVENTIVA: EL DEBER DE INFORMACIÓN Y EL


DERECHO A LA CONFIDENCIALIDAD. 90

El deber del oferente y el derecho de los consumidores a la información es un tema


central de la prevención de daños y conflictos. Precedentemente hemos vinculado la facultad de
revocación, máxime elemento de seguridad para el comprador-consumidor, con el derecho de
información –art. 1111 CCCA-.

Por eso dentro de la seguridad preventiva también consideramos el deber de información que
debe prestar el vendedor al consumidor en los contratos bajo análisis. Esa seguridad preventiva se
integra con las modalidades de pago, particularmente para poder ejercer el derecho de revocación,
que motiva un análisis de los contratos conexos de pago.

90
Puede ampliarse sobre esta temática en QUAGLIA, Marcelo A. “El deber de información en el marco de las
relaciones de consumo” en Revista de Derecho Comercial y de las Obligaciones, Ed. Abeledo Perrot, n° 272,
Mayo/junio 2015, Buenos Aires, pág. 561.
51

Como el oferente y el aceptante han entablado comunicación a través de un navegador o


browser de Internet y un Servidor de páginas Web, se utiliza un protocolo de seguridad que asegura
que la comunicación entre ellos sea confidencial, segura y se preserve la integridad de los datos
procesados durante la sesión mediante un encriptado de los datos transmitidos, a la vez que autentica
al Servidor y al Cliente. Es el protocolo usado por bancos y tarjetas de crédito, entre otros, para
transmitir datos sensibles con alto nivel de seguridad y suele identificarse mediante un ícono que
representa un candado amarillo en la parte inferior derecha de la pantalla. Si se hace clic encima de
él se accede a las condiciones técnicas de la firma digital, al certificado de clave pública y al
certificante de la comunicación.
Esto último hace al derecho de confidencialidad que debe asegurar el oferente al consumidor
frente a la decisión de uso de medios electrónicos de contratación.

Esa seguridad implica también garantizar el anonimato, que representa un factor


importante en algunos tipos de pago, en concreto en el pago mediante dinero electrónico, que
tratamos en el siguiente apartado.91
La protección del consumidor antes de la realización de una compra se refiere a la
publicidad que recibe y al respeto de sus libertades individuales. La mayor parte de las empresas han
creado su propia página Web, como soporte de comunicación. En ocasiones, esta página Web es
solo una página de información de los productos y servicios que la empresa ofrece, pero en otras
puede ser una verdadera publicidad de esos productos y servicios. Si tomamos en cuenta que la
publicidad es toda información susceptible de inducir a una persona a hacer una elección sobre un
producto o servicio determinado, advertiremos que la publicidad en Internet no se distingue
fácilmente de la información.
Más aún, nuevas formas de publicidad aparecen en Internet. Entre ellas, podemos distinguir
cuando un usuario utiliza los motores de búsqueda para encontrar la información deseada, conocido
como el pull, y que al momento de recibir los resultados de la búsqueda puede encontrarse
"inundado" de publicidad, la cual no le interesa. La búsqueda con la ayuda de portales de
clasificación de información vía temas y/o países tampoco está exenta de la publicidad. El orden de
presentación del conjunto no es aleatorio, es posible influenciar a un consumidor por este orden de
presentación. La segunda opción es cuando el usuario recibe mensajes que no pidió, llamado el
push. Es un negocio marginal de publicidad, de gran rendimiento económico.
La publicidad por Internet debe de respetar la legislación local y también la legislación de los
países hacia los cuales va dirigida. Una publicidad lícita en un país puede que no lo sea en otro. A la
hora actual, existen una serie de recomendaciones, códigos de conducta dirigidos a las empresas y
organizaciones para el control del comercio internacional, en lo relativo a actos ilícitos. Tal es el
caso de las Líneas directivas de la Cámara de Comercio Internacional, las cuales se aplican a todos
las actividades de publicidad y mercadotecnia en Internet, que tienen como finalidad la promoción
de toda forma de productos o de servicios. Estas líneas directivas definen normas deontológicas que
deben ser respetadas por todos los participantes a actividades de publicidad y mercadotecnia en
Internet. Entre los principios de base se encuentra establecido que la publicidad debe de ser lícita,
honesta, decente y verídica. El anunciante tiene la obligación de identificarse, de informar al usuario
las razones de una posible recopilación de datos nominativos, el respeto de la confidencialidad, se

91
De acuerdo con un reporte industrial de Riptech, en los primeros seis meses de 2002, los ataques dirigidos hacia los
sistemas de seguridad de Internet incrementaron de 28 por ciento. El reporte relativo a la ciberseguridad en más de 400
organizaciones pone en evidencia el éxito de los hackers en más de 180, 000 ocasiones. Más del 40 por ciento de estos
ataques fueron hechos a partir de ordenadores ubicados en Estados Unidos de América.
52

prohíbe utilizar la técnica de spamm, así como deben respetarse ciertas disposiciones particulares
sobre la publicidad infantil y el respeto de las sensibilidades diversas del público mundial. 92
Entre La Unión Europea y los Estados Unidos de América existe una divergencia de políticas
de protección, sin embargo era necesario un acercamiento de estas políticas. Es en ésta óptica que se
crearon los principios de "safe harbor"93. Los principios internaciones safe harbor en materia de
privacidad de datos hacen referencia a un proceso de coooperación por el que las organizaciones de
Estados Unidos cumplen con la Directiva 95/46/CE de la Unión Europea, relativa a la protección de
datos personales. Preparados originariamente para organizaciones que operen entre Estados Unidos
y la Unión Europea, pero extendidos a otros países, y que alojen datos personales de sus clientes y/o
usuarios, esos principios internacionales están pensados para prevenir pérdidas o filtraciones no
autorizadas de información. Para optar a incroporarse en ese programa las organizaciones deberán
cumplir con los siete principios de esa Directiva, que fueron desarrollados por el Departamento de
Comercio de Estados Unidos en colaboración con la Unión Europea. Esos siete principios clave son:
1.Información: los interesados deberán ser informados de que sus datos personales están siendo
recogidos y que serán tratados únicamente con la finalidad para la que fueron recogidos. 2.Elección:
los interesados tendrán el derecho de cancelación y oposición a que sus datos sean recogidos una
vez sean recabados y a oponerse a la cesión o transferencia a terceros. 3. Transferencia progresiva:
la cesión de datos a terceros se llevará a cabo con organizaciones que también garanticen un
adecuado nivel de cumplimiento de protección de datos. 4. Seguridad: se deben establecer y cumplir
determinadas medidas de seguridad para prevenir pérdidas de información y accesos no autorizados.
5. Integridad de los datos: los datos deberán ser relevantes y exactos para el propósito para el que
fueron recogidos. 6. Acceso: los interesados podrán acceder en todo momento a la información que
haya sido recabada acerca de ellos y podrán corregirla o eliminarla si es inexacta o nadecuada. Y 7.
Ejecución: se deben destinar medios y recursos para garantizar el debido cumplimiento de estos
principios. Tras ser aceptadas como safe harbor las organizaciones deberán renovar el certificado
anualmente94.
La protección de datos personales puede generar responsabilidad a los buscadores de
Internet, particularmente por la indebida desviación o uso de esos datos (“data mining”). 95

El CC mexicano dispone en lo directamente vinculado con esa protección de datos: Artículo


1834 bis.- Los supuestos previstos por el artículo anterior se tendrán por cumplidos mediante la
utilización de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, siempre que la
información generada o comunicada a través de dichos medios sea atribuible a las personas
obligadas y accesible para su ulterior consulta.
En los casos en que la ley establezca como requisito que un acto jurídico deba constar en
instrumento otorgado ante fedatario público, las partes obligadas podrán generar y comunicar la
información que contenga los términos exactos en que han decidido obligarse, mediante la

92
VARILLE, Nathalie “Publicité sur Internet, Droit et Déontologie”, Gazette du Palais, 22 de Noviembre de 1997,
Paris, p. 5.
93
GRYNBAUM, Luc “La directive commerce électronique ou l'inquiétant retour de l'individualisme juridique”, en:
Editions du Juris-Classeur, Communication et commerce électronique, Crónica N° 18, Agosto de 2001, pág. 9.
94
Las organizaciones que operan en la Unión Europea no están autorizadas a realizar transferencias internaciones de
datos ubicados fuera del espacio económico Eukropea, a no ser que los mismos ostenten niveles adecuados de
protección. El 6 de octubre de 2015 el acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea fue dejado de lado por las
revelaciones de Edward Snowden. Los tribunales argentinos amparan cualquier reclamo individual para eliminar la
comunicación de datos adversos al crédito u honorabilidad, existiendo serios problemas para actuar contra Google u
otros buscadores no individualizables para notificaciones.
95
Sobre estos aspectos puede verse BASTERRA, Marcela I. “Protección de datos personales – Internet”, en
Microjuris.com, Boletín Diario del 02.09.2016.
53

utilización de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología, en cuyo caso el fedatario
público correspondiente, deberá hacer constar en el mismo instrumento los elementos a través de
los cuales se atribuye dicha información a la persona obligada y conservar bajo su resguardo una
versión íntegra de la misma para su ulterior consulta."
Además, para sea considerado como válido, todo contrato de adhesión celebrado en territorio
mexicano, deberá estar escrito en español y sus caracteres deberán ser legibles a simple vista. Los
elementos esenciales de los contratos de comercio electrónico son: la determinación del bien o
servicio, las obligaciones del vendedor, las obligaciones del comprador, la cláusula del precio y la
cuestión relativa a la ley aplicable y juez competente. 96 En ese país, es la Ley Federal de protección
del consumidor la que impone a los comerciantes a no utilizar estrategias de venta o publicitarias
que no proporcionen al consumidor información clara y suficiente sobre los servicios ofrecidos, y
además el comerciante debe de cuidar las prácticas de mercadotecnia dirigidas a población
vulnerable, como niños, ancianos y enfermos, debiendo incorporar mecanismos que adviertan
cuando la información no sea apta para esa población.
Estas reglas materiales internacionales son consecuencia de las Convenciones internacionales
reguladoras del comercio internacional. Existe así una extra-comercialidad internacional que tiene
por objeto el reconocimiento de una lista de cosas que se encuentran fuera de comercio. Como
ejemplo de estas recomendaciones citamos la Recomendación de la Cámara de comercio
internacional sobre la exacción y la corrupción en las transacciones internacionales de 1997 y de la
Directiva CEE del 14 de Junio de 1989 que prohíbe la comercialización de cuerpo humano 97.

3.LA SEGURIDAD PREVENTIVA Y LOS CONTRATOS CONEXOS AL


PRINCIPAL DE COMPRAVENTA ELECTRÓNICA.

La seguridad preventiva para el consumidor en estos contratos puede estar condicionada por
los contratos conexos, vinculados normalmente con los medios de pago 98. En efecto el medio de
pago es electrónico, ya sea por tarjeta de crédito o débito o pago en moneda virtual, apareciendo
entonces un contrato principal, el de la compra del producto, y un contrato paralelo o accesorio
como lo es el de tarjeta de crédito correspondiente a una entidad financiera. Los contratos conexos
se integra con dos elementos configurantes: la pluralidad contractual y la finalidad económica
común. 99

96
RIBAS, Alejandro Javier Aspectos jurídicos del comercio electrónico, Editorial Arazandi, Navarra, 1998, p.. 79.
97
LORQUIN, Eric “Les manifestations de l'illicite, L'illicite dans le commerce international, Travaux du Centre de
Recherche sur le droit des marchés et des investissements internationaux, sous la direction de Philippe Kahn y Catherine
Kessedjian, Université de Bourgogne, CNRS, Volumen 6, Litec, 1996, pags. 274 y ss..
98
La legislación paraguaya introduce el Art. 17 de la Ley 4868: “Todos los proveedores de bienes y servicios deberán
establecer un mecanismo de rembolso del dinero pagado por el consumidor o usuario, en caso que el mismo no recibiera
el producto o servicio publicitado en el tiempo, cantidad y calidad prometidos, siempre y cuando ejerza este derecho a
través del reclamo, en un plazo máximo de cinco días hábiles de recibidos los bienes o servicios. Este mecanismo debe
ser público y accesible a cualquier usuario. - La presente disposición no limita, disminuye ni excluye las
responsabilidades penales que pudieran surgir por el actuar del proveedor” .
99
Estos contratos se han regulado por primera vez en Argentina en el Art. 1073 CCC argentino. Cfme. ARMELLA,
Cristina N. “Contratos conexos” en Código Civil y Comercial de la Nación. Contratos- Parte General Director Rubén S.
Stiglitz, La Ley, 2015 tomo I 333 y ss..
54

Recuérdese que en las relacioes B2C, que son las que estamos afrontando, no es de uso el
crédito documentado100, ni otros medios de pago usados en las relaciones B2B, que se encuentran
incluídos –como hemos anaticipado- en las URGENTS del ICC.

Una debilidad ampliamente percibida es la falta de seguridad de los pagos, y en especial el


temor al robo de números de tarjetas de crédito. Sin embargo, parece ser que este miedo es
infundado, pues se han presentado muy pocos casos de robos de tarjetas de crédito y las empresas
de tarjetas de crédito asumen la mayor parte de la responsabilidad. Es más común la copia de
tarjetas en compras dentro de un establecimiento que en las operaciones realizadas electronicamente.

¿Está cambiando el comercio electrónico los modelos de negocios tradicionales? Parece que
sí. El papel de los intermediarios de negocios está cambiando. Por ejemplo, ahora que los
fabricantes pueden vender directamente a los consumidores, los vendedores minoristas están siendo
reemplazados. Se están creando nuevos intermediarios. Estos últimos van desde agentes de compras
y sitios de clasificación hasta portales de Internet que funcionan como centros comerciales, y
agregadores que ofrecen una nueva manera de acumular poder adquisitivo. La diversidad temática
deriva al funcionamiento de las usinas de búsqueda, palabras claves, los diferentes sistemas
alternativos a la distribución tradicional por establecimientos reales que revenden con un precio que
fijaban sobre el costo del proveedor. Los e tailers (retaileres) o revendones conforman en Europa
una estructura verbal que reduce el costo de vender online a todos los revendedores, e incluso a los
mismos distribuidores, ya que su costo de partida es menor que el que los distribuidores pagan al
comprar al proveedor en razón del volumen de compra, pues logran precios menores y colocan una
orden que pagan a plazo y venden casi de contado -o cuasi-, los revendedores toman el dinero
electrónico y pagan a los proveedores. Sus utilidades son habitualmente mayores. Hay diversos
grupos de retailers o revendedores que tiene formatos de distribución diferentes de los tradicionales,
bien sea porque hay revendones que compran y redirigen las compras a su clientela o revendones
tipo agencia que intermedian mercancías tipo Amazon, que produce cualquier producto a un costo
menor y compite contra los proveedores en precio y producto. Otros mayoristas como Alibaba –
gigante mundicial del multimillonario chino Jack Ma- compra y vende online productos específicos
y best bay ofrece productos de terceros a buenos precios y ofrece igualar cualquier oferta menor. De
allí se pasa a venta multicanal y de ahí al omni canal o canal ómnibus, donde la venta se hace en
combinación el proveedor de marca a compradores específicos que le ofrecen todos los productos
que una tienda puede proveer para hombres o mujeres. Finalmente los distribuidores, las pymes
revendedoras apelan al geo blocking para vender a cualquiera, burlan normas que le prohíben
competir en ciertas zonas, lo que generó un estudio de una comisión de la competencia de la UE
para determinar si había efectos anticompetitivos en la negativa a vender a negocios o consumidores
establecidos en otro miembro de UE, lo que provocaba una restricción a la libre circulación de
mercaderías y restringia la venta a revendedores calificados en forma cualitativa y cuantitiva que
podían comprar de modo de eliminar a los restantes intermediarios en productos de marca.
Así como el teléfono inteligente ha revolucionado el uso del teléfono como una
computadora, el uso de internet y de los proveedores de servicios revolucionó la posibilidad de los
usuarios de tener acceso ilimitado a un gran caudal de información para poder comparar calidades
precios y disponibilidad. El geo blocking y el geo filtering intentan bloquear las violaciones a

100
Que impone la intervención de un banco emisor y un banco confirmador entre el exportador y el importador, en una
relación B2B. Dentro de este tipo de negocios que se garantizan por crédito documentado o documentario, se enrolan la
Standby Letter of Credit, los depósitos en garantías y las letras avaladas por un banco.
55

cláusulas de competencia territorial. Por sus parte los retailers evolucionaron a una tercera fase del
ecommerce: el omnichannel o canal ómnibus donde se vende en línea y se entrega off line en un
deposito o en negocios minoristas o mayoristas que perciben un reembolso por la entrega del
producto, para luego evolucionar a un showroom donde los retailers no venden, pero invitan a la
gente interesada a ver el producto real y probarlo sin comprarlo. La venta es online y la entrega
también en la casa del comprador. La fase final del showroom es atraer el cross-selling o venta de
otros productos y ofrecer igualar el menor precio posible del producto. 101

El 6 de mayo de 2015 la Comisión basada en la Regulación del Consejo EC 1/2003 que


dispone que cuando la rigidez de los precios u otras circunstancias sugieren que la competencia
puede ser restringida o distorsionada en el mercado interno la comisión puede disponer una
encuesta, ya que en el 2014 el 50% de la población europea compró en línea, pero solo el 15%
compró fuera de su país-, encuesta que ofreció datos: 1) Se encontró que el geo-blocking era
ampliamente usado en el e-commerce. La mayor parte por decisión unilateral de negocios. 2) Con
relación a bienes de consumo más de una tercera parte de los retailers que participaron informaron
que ellos recolectaban información para saber la ubicación del usuario y rechazarlo pero muchos no
vendían fuera de su país, pero usaban prácticas de geoblocking internamente. Con relación al
contenido digital online la gran mayoría de proveedores participantes usaban el geoblocking para
negar la venta a consumidores ubicados en miembros de la comunidad de otros estados miembros,
verificando su dirección. Se determinaron problemas a resolver, tales como incentivar la creación
de showrooms donde los consumidores ven y tocan los productos, pero éstos sólo están en centros
urbanos y no venden, convencen offline pero la venta y la entrega es online allí también se reúnen
marcas de diferentes productos se los conoce como canales ómnibus o multicanales. La regulación
propuesta por la Comisión en geo blocking del 25 /05/2016, fecha en que hizo público su informe
preliminar sobre esa práctica, aguarda comentarios para que entre en vigor en 2017, aplicándose a
consumidores y negocios.102 Dicha normativa se aplica a ventas entre empresas o entre estas y
consumidores. Aun así habrá que esperar el informe final con las propuestas de la comisión pero el
informe liberado dado en marzo de este año en Bélgica es concluyente: a) No hay una prohibición
general de la práctica de geoblocking. b) No se aplica a compras para revender. c) Permite bloquear
ventas o redirigirlas con consentimiento de las dos partes, entre otras previsiones. Por todo eso
muchos distribuidores se volcarán, si cuentan con el capital suficiente a volverse multimarca y
perder la tradicional exclusividad. Pero llegara un punto que en que la ventas on line pongan en
serios aprietos la existencia de los negocios establecidos, pero con un formato diferente tratando de
llegar directamente on-line a cualquier comprador en beneficio del consumidor, pero la distribución
exclusiva como la hemos conocida perderá sus atractivos y su situación privilegiada. No nos
olvidemos que en nuestro país no existe legalmente el principio de agotamiento de la marca a pesar
que la Argentina firmó el protocolo de Armonización en materia de propiedad intelectual del
Mercosur. 103
“El agotamiento de los derechos de marca cumple un rol fundamental en el comercio
internacional y la libre circulación de mercancías. En el Acuerdo, la regulación del tema ha sido

101
Cross selling o venta cruzada por la cual el proveedor requerido para adquirir un bien intenta vender otros bienes
vinculados al producto requerido para aumentar sus utilidades.
102
MARZORATTI, Osvaldo J. “El efecto de las ventas on line frente a los sistemas de distribución comercial”,
disertación en Congreso Internacional de Derecho Comercial, Bs. Aires 4/5 de julio de 2016.
103
MARZORATI, Osvaldo J. “Las nuevas Tecnologías y el Impacto de la venta on-line en los sistemas tradicionales de
Distribución Comercial”, Buenos Aires, Agosto de 2016, en prensa en la REvista de Derecho Comercial y de las
Obligaciones, Ed. Abeledo Perrot.
56

librada a la discrecionalidad de los Miembros. Con esta prerrogativa, y puesta en consideración


con la universalización de mínimos, respecto de las normas de contenido sustantivo -de obligatoria
implementación-, es dable pensar que se impone una regulación acorde al agotamiento
internacional del derecho de marcas. Tal postura resulta coherente con pautas elementales del
comercio internacional de mercancías, tales como la libre circulación de productos y servicios, en
el sentido de eliminar trabas y distorsiones en el libre comercio. Porque en un escenario que
trasciende las fronteras estatales, una eventual limitación a la importación, en territorio nacional,
de productos legítimos con marca auténtica (que fueron puestos en el comercio, oportunamente,
por su titular o con su consentimiento) produce sin más importantes inconvenientes para la
circulación de mercancías. Estos obstáculos pueden ser removidos con el agotamiento
internacional del derecho de marcas, como límite orgánico del derecho de exclusiva. - Sin
perjuicio de ello, y de nuestra adhesión por esta postura, regular la materia en distinto sentido no
produce un desajuste en relación al ADPIC, en virtud de la facultad dejada al efecto. - En términos
generales, Argentina y Paraguay se inclinan por el agotamiento internacional del derecho de
marcas. En particular, la ley de marcas argentina nada dice sobre el particular, pero tanto doctrina
como jurisprudencia se encuentran a favor de esta postura, que a falta de norma expresa, sustentan
en el multipropósito artículo 4. Entendemos que más allá del fundamento legal que se utilice para la
resolución de los casos, resultaría extraordinariamente oportuno que la legislación marcaria
argentina se actualice, plasmando en forma expresa, el criterio del agotamiento internacional de
los derechos de marca, tal como así lo han establecido tanto la doctrina como la jurisprudencia. -
Paraguay es el único de los cuatro miembros del MERCOSUR que ha concretado expresamente en su
legislación marcaria el agotamiento internacional de los derechos, en actitud que revela un
contenido sumamente actualizado, y en coherencia con los compromisos asumidos en el marco del
ADPIC. - En forma contraria, Brasil y Uruguay se han decantado por el agotamiento nacional de los
derechos de marcas. Consideramos que este criterio, si bien es proteccionista del mercado interno
frente al comercio exterior, resulta contrario a los compromisos asumidos en los convenios
internacionales (ADPIC y MERCOSUR), que intentan evitar restricciones al libre comercio
internacional, y garantizar la libre circulación de mercancías –respectivamente y en forma no
excluyente- por lo que aconsejamos una reconsideración del tema en ese sentido. - En relación al
Protocolo del MERCOSUR, la adopción del criterio del agotamiento internacional del derecho de
marcas adoptado por Argentina y Paraguay se encuentra por encima del estándar exigido por la
normativa regional del MERCOSUR, aún cuando se entienda que la interpretación que debe
otorgarse al artículo 13 del Protocolo es la del agotamiento regional, con correspondencia entre
todos sus Miembros. Sí es de remarcar que el criterio actual del agotamiento nacional de Brasil y
Uruguay importa una conculcación al Protocolo del MERCOSUR por ser contrario al artículo 1 TA,
que establece la libre circulación de productos y mercancías”.104

Destacamos de la precisa referencia comparatista precedente la posición innovadora de la


legislación paraguaya en torno al agotamiento del derecho de marca, particularmente por la
influencia que ello genera en el e-commerce.

104
RICHARD, Soledad: EL CONTENIDO DE LA PROTECCION JURIDICA DE LA MARCA EN EL ACUERDO
SOBRE LOS ASPECTOS DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL RELACIONADOS CON EL
COMERCIO. ESPECIAL CONSIDERACION DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS PROCESOS DE INTEGRACION DE
MERCADO Y PARTICULARMENTE DEL MERCOSUR, año 2011, publicado por la Academia Nacional de Derecho y
Ciencias Sociales de Córdoba, Premio Tesis Sobresalientes, República Argentina, pág. 429 y ss..
57

La logística del e-commerce puede introducir, como acabamos de deslizar, múltiples


contratos conexos, pues un vendedor puede tener diversas formas de disponer de la mercadería que
ha comprometido entregar al consumidor: tenerla que comprar a un tercero, disponerla en almacenes
centrales, o en distribuidores locales, o en sucursales, ligándose así la cuestión a contratos de
transporte, seguros, etc. todo lo que hace a una estrategia organizativa para atender al cliente.

El medio de pago es electrónico en estos contratos celebrados por internet, y aunque la


empresa proveedora anule la operación, suele existir ciertas complicaciones en cuanto a la
devolución, pudiendo quedar atado el consumidor a ciertos riesgos por el contrato conexo de pago
con tarjeta de crédito.
En materia de crédito al consumo, por medio de tarjeta y con soporte electrónico, han
generado muchas regulaciones, como la española ley 16/2011, concordante con la ley 22/2007 sobre
comercialización a distancia de servicios financieros destinados a consumidores, que implican
complejificar los contratos conexos, imponiendo en ciertos supuestos la contratación de un
seguro.105

Haremos algunas consideraciones, pero no existe duda que acreditada la revocación del
contrato principal el consumdor tiene derecho a exigir el cese del segundo contrato ante la compañía
emisora de la tarjeta de crédito y ante la empresa vendedora. No atender a esta solución implicaría
una verdadera frustración de la finalidad del contrato.106

3.1. Reticencia por la seguridad en el pago. Es interesante destacar que según surge de una
encuesta representativa realizada por Prince & Cook, entre los motivos que aún frenan a algunos
usuarios de Internet para comprar en línea no se cuenta ninguno referente a la forma y prueba del
contrato, sino que radican en la desconfianza por la seguridad en los pagos en línea (aparentemente
algunos desconocen o no consideran las opciones de pago fuera de línea), seguido de una clara
preferencia por la compra y observación del producto en el mundo físico.
Usando sofisticadas técnicas los proveedores buscan el perfeccionamiento del contrato por
parte del consumidor, siendo para este –en muchos casos- la oferta electrónica una circunstancia
inesperada, no programada, quien al recibir la propuesta no está informado del precio ni de la
calidad del bien, lo que suele ser aprovechado por el oferente vendedor.107 La oferta genérica le
llega de manera agresiva, penetrando en su domicilio, en su lugar de trabajo e incluso en su
correspondencia física o en su correo electrónico. 108
Garantizar la seguridad es quizás el mayor problema para la gente interesada en realizar
compras electrónicas. La mayor parte de la gente teme dar su número de tarjeta de crédito, número
de teléfono o dirección porque no sabe si alguien podrá utilizar esa información sin su
consentimiento. Es interesante comprobar que la mayoría de la gente no se lo piensa dos veces antes
de comprar cosas por teléfono, pero les incomoda hacerlo a través de su PC. El estándar SET está

105
ILLESCAS ORTIZ “Las nuevas responsabilidad electrónicas legales y su aseguramiento”, en Libor Amocorum
Fernando Sánchez Calero, Ed. Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, Tucumán, Rep. Argentina 2012, pág.
175, esp. 190.
106
STIGLITZ, Rubén S. – STIGLITZ, Gabriel A. Contratos por adhesión, clausulas abusivas y protección al
consumidor, 2ª Edición, La Ley, Buenos Aires pág. 594.
107
ARICÓ, Rodolfo “La oferta en la formación del contrato negocial (ley de defensa del consumidor) La Ley 1990-B-
1091.
108
LORENZETTI, Ricardo A. Consumidores, Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe, 2000, pág. 204.
58

alejando este miedo mediante un cifrado de los datos de la tarjeta, de forma que sólo el banco y el
cliente puedan leerlos.

3.2.Sistemas de pago electrónicos. Un sistema de pago electrónico es el que facilita la


aceptación de pagos electrónicos para las transacciones en línea a través de internet.
Los EPS o sistemas de pagos electrónicos, realizan la transferencia del dinero entre
compradores y vendedores en una acción de compra-venta electrónica a través de una entidad
financiera autorizada por ambos. Es, por ello, una pieza fundamental en el proceso de compra-venta
dentro del comercio electrónico.

Sistemas de pago: online y off-line. Es importante destacar que así como el contrato
electrónico puede ejecutarse total o parcialmente de manera electrónica, como en los casos en que se
entrega un automóvil adquirido vía web; el pago también se puede realizar personalmente o contra
reembolso. Como esta alternativa no es materia de nuestro análisis, focalizandonos en el pago
online. Este pago comúnmente se efectúa por transferencia electrónica de divisas y tiene un proceso,
sobre todo a nivel internacional, muy asegurado.

Los medios de pago posibles no se verán afectados por la plataforma de negociación que las
partes utilicen, es decir si es vía correo electrónico o chat o si es vía web, ya que siempre existirán
las mismas opciones de canalizar el pago.

Como ejemplo de las alternativas existentes, puede ingresarse a un portal web de subasta de
109
bienes , donde encontraremos que al producto seleccionado se lo puede abonar con tarjeta de
crédito, hoy el mayor canalizador de las operaciones comerciales de los consumidores. También se
puede abonar mediante la transferencia electrónica de divisas que es la operatoria consolidada entre
las empresas. 110 Otro ejemplo de sistemas de pago electrónico lo constituyen las pasarelas de
pago o TPV virtual para el pago con tarjeta, los sistemas electrónicos y los sistemas que se conectan
directamente con la banca electrónica del usuario.

En el pago con tarjeta, la pasarela de pago valida la tarjeta y organiza la transferencia del
dinero de la cuenta del comprador a la cuenta del vendedor.
El monedero electrónico, sin embargo, almacena el dinero del comprador en un formato
electrónico y lo transfiere al sistema durante el pago. El sistema de pago valida el dinero y organiza
la transferencia a la cuenta del vendedor. También existe la posibilidad de que el sistema de pago
transfiera el dinero electrónico al monedero electrónico del vendedor actuando en este caso como un
intermediario entre ambos monederos electrónicos.
El pago a través de la banca electrónica, enlaza un número de operación o venta realizada en
el comercio o tienda virtual con la cuenta bancaria del cliente en el mismo sitio del banco. Esto,
reduce el riesgo de fraude al no transmitir información financiera personal por la red.

3.3.Tipos de Sistemas de pago electrónicos que tienden a dar seguridad. Los sistemas de
pago empleados en Internet pueden englobarse en varias categorías: Cajeros Electrónicos que es un

109
Como puede verse en www.deremate.com o www.mercadolibre.com
110
RICO CARRILLO, Mariliana “El pago mediante el Dinero Electrónico”.
59

sistema en el cual los clientes abren unas cuentas con todos sus datos en unas entidades de Internet.
Estas entidades les proporcionan algún código alfanumérico asociado a su identidad que les permita
comprar en los vendedores asociados a las entidades.
El Dinero Electrónico (Anónimo e Identificado) es un concepto amplio y difícil de definir en
un medio tan extenso como el de los medios de pago electrónicos (EPS). A todos los efectos se
definirá el dinero electrónico como aquel dinero creado, cambiado y gastado de forma electrónica.
Este dinero tiene un equivalente directo en el mundo real: la moneda. Se usa para pequeños pagos.
Puede clasificarse en dos tipos: a.Dinero on-line: Exige interactuar con el banco (vía módem, red o
banca electrónica) para llevar a cabo el pago de una transacción con una tercera parte (comercio o
tienda online). Existen empresas que brindan esta triangulación con los bancos
como SafetyPay o PayPal, también existen divisas comerciales puramente electrónicas como Gold y
las que combinan varias formas de pago como Neopago, además se incluyen aquellas plataformas de
pago que funcionan sobre una plataforma móvil, lo cual lleva a mayor portabilidad de las soluciones
de pago y por tanto mayor posibilidad de uso sobre todo en lo referente a micro pagos. b.Dinero off-
line: Se dispone del dinero a través de internet, y puede gastarse cuando se desee, sin necesidad de
contactar para ello con un banco. Estos sistemas de dinero electrónico permiten al cliente depositar
dinero en una cuenta y luego usar ese dinero para comprar productos o servicios en Internet.
La tarjeta de crédito Visa ofrece en estos contratos conexos y como seguridad de la
transacción la adhesión a su programa Verified by Visa.
Otro sistema es el de transferencias bancarias, que se consideran también pagos electrónicos.
Ante el pago con Cheques Electrónicos los métodos para transferirlos a través de Internet no
están tan desarrollados como otras formas de transferencia de fondos. Los cheques electrónicos
podrían ser algo tan simple como enviar un email a un vendedor autorizándole a sacar dinero de la
cuenta, con certificados y firmas digitales asociados. Un sistema de cheques puede ser considerado
como un compromiso entre un sistema de tarjetas de crédito y uno de micropagos o dinero
electrónico (anónimo).
Reafirmamos que el medio más usual es el de Tarjetas de Crédito y Debito. Los sistemas
de tarjetas de crédito y débito en Internet funcionarían de forma muy similar a como lo hacen hoy en
día. El cliente podrá usar si lo desea su tarjeta de crédito actual para comprar productos en una
tienda virtual. La principal novedad consiste en el desarrollo del estándar de cifrado SET (Secure
Electronic Transaction) por parte de las más importantes compañías de tarjetas de crédito.
TRANSFAST es un sistema donde operan diversos operadores, interactúa –como contrato conexo-
con las tarjetas de crédito o débito. Dentro de esos operadores no se puede considerar PayPal como
un banco, por lo que no se rige por las mismas leyes que las entidades bancarias. A pesar de esto,
PayPal tiene que obedecer las reglas del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y de la
Autoridad de Servicios Financieros de la Unión Europea. Algunas de las reglas son para evitar el
lavado de dinero y las transacciones no autorizadas.

En orden a la seguridad preventiva y los contratos conexos, hay que destacar que PayPal
dispone de una política de protección al comprador, de hasta 2.500 USD (o equivalente en otra
divisa), donde se cubren problemas de "Artículo no recibido" o de "Artículo muy distinto al
descrito", incluyendo no solo el precio del artículo sino también los gastos de envío. Este tipo de
protección solo es válida para determinadas compras donde no se incluyan, por ejemplo, artículos
intangibles, servicios, vehículos, etc... El punto 13 de las Condiciones de uso del servicio de PayPal
informa más detalladamente sobre la protección al comprador. PayPal también percibe dinero por
60

aplicar la conversión de divisa (compuesta por una tarifa variable según "las condiciones del
mercado de divisas" que suele ser de entre el 2,5% y el 4%). Aunque a la hora de pagar en una
moneda distinta a la principal, PayPal permite que el cambio de divisa lo proporcione la entidad de
la tarjeta de crédito.

Descubrir otras formas de dar seguridad en los pagos podrá ser motivos enriquecedores del
debate. Así el CCC argentino dispone en su art. 1071 “Efectos. Según las circunstancias, probada la
conexidad, un contratante puede oponer las excepciones de incumplimiento total, parcial o
defectuoso, aún frente a la inejecución de obligaciones ajenas a su contrato. Atendiendo al
principio de la conservación, la misma regla se aplica cuando la extinción de uno de los contratos
produce la frustración de la finalidad económica común”. También se podría usar de las medidas
previstas en los arts. 1710 y ss. que autorizan una acción preventiva (art. 1711) a quiénes acrediten
un interés razonable en la prevención del daño (art. 1712), para intentar evitarlo o minimizarlo,
obteniendo una sentencia provisoria o definitiva (art. 1713).

VII – SEGURIDAD Y JURISDICCIÓN.

El lugar de cumplimiento es aquél en que el consumidor hubiera recibido la prestación y


fijando la jurisdicción, o sea donde el comprador-consumidor en una compraventa internacional
formalizada por vía elecrónica, podrá reclamar –en su caso- por incumplimientos contractuales,
particularmente vinculados al ejercicio de su derecho de retractación.
Una modalidad es la posibilidad de indemnización al consumidor en sede administrativa,
previsto por el art. 40 bis según ley 26361 que dispone “…La autoridad de aplicación podrá
determinar la existencia de daño directo al usuario o consumidor resultante de la infraccion del
proveedor… y obligar a éste a resarcirlo, hasta un valor máximo de cinco Canastas Básicas… El
acto administrativo de la autoridad de aplicación será apelable por el proveedor en los términos del
art. 45 de la presente ley, y, una vez firme, respecto del daño directo que determine constituirá título
ejecutivo a favor del consumidor. – Las sumas que el proveedor pague al consumidor en concepto
de daño directo determinado en sede administrativa serán deducibles de otras indemnizaciones que
por el mismo concepto pudieren corresponderle a éste por acciones eventualmente incoadas en sede
judicial”. 111 La recepción de ese título en un juicio monitorio podría facilitar la reparación del
consumidor. Esta norma tuitiva es normalmente neutralizada por la apelación, con las dificultades
consiguientes para el consumidor para instarla.

1.CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL ARGENTINO. El Código Civil y Comercial


argentino en las “Disposiciones de derecho internacional privado”, regula específicamente la
cuestión:
SECCIÓN 12ª Contratos de consumo
ARTÍCULO 2654.- Jurisdicción. “Las demandas que versen sobre relaciones de consumo pueden
interponerse, a elección del consumidor, ante los jueces del lugar de celebración del contrato, del
cumplimiento de la prestación del servicio, de la entrega de bienes, del cumplimiento de la obligación de
garantía, del domicilio del demandado o del lugar donde el consumidor realiza actos necesarios para la
celebración del contrato.

111
STIGLITZ, Gabriel A. “El Código Civil y Comrcial y la indemnizacion al consumidor en sese administrativa” en
Revista de Dercho Comecial y de las Obligaciones, n° 272 mayo-junio 2015, Buenos Aires, pág. 521.
61

También son competentes los jueces del Estado donde el demandado tiene sucursal, agencia o cualquier
forma de representación comercial, cuando éstas hayan intervenido en la celebración del contrato o
cuando el demandado las haya mencionado a los efectos del cumplimiento de una garantía contractual.
La acción entablada contra el consumidor por la otra parte contratante sólo puede interponerse ante los
jueces del Estado del domicilio del consumidor.
En esta materia no se admite el acuerdo de elección de foro.”
ARTÍCULO 2655.- Derecho aplicable. “Los contratos de consumo se rigen por el derecho del Estado del
domicilio del consumidor en los siguientes casos:
a. si la conclusión del contrato fue precedida de una oferta o de una publicidad o actividad realizada en el
Estado del domicilio del consumidor y éste ha cumplido en él los actos necesarios para la conclusión del
contrato;
b. si el proveedor ha recibido el pedido en el Estado del domicilio del consumidor;
c. si el consumidor fue inducido por su proveedor a desplazarse a un Estado extranjero a los fines de
efectuar en él su pedido;
d. si los contratos de viaje, por un precio global, comprenden prestaciones combinadas de transporte y
alojamiento.
En su defecto, los contratos de consumo se rigen por el derecho del país del lugar de cumplimiento. En
caso de no poder determinarse el lugar de cumplimiento, el contrato se rige por el derecho del lugar de
celebración”.
En lo que nos interesa: se requiere existencia de negocios establecidos, pero las ventas
online siguen su crecimiento a expensas de los negocios establecidos. Pero se busca mantener la
existencia de distribuidores. En nuestro país la modalidad online esta difundida pero la entrega es
generalmente dispuesta en un lugar designado por el vendedor y es retirado directamente por el
comprado luego de que el pago online es efectuado. La venta online está permitida en nuestro
sistema por medio de ofertas y de su aceptación por medios electrónicos aceptando previo
conocimiento de las condiciones generales, por un simple click al pulsar “acepto las condiciones
generales que he leído” -y que aparecen en la pantalla- se cierra la operación de la que queda
evidencia en las computadoras y en los servidores. El hecho de que sea por un sistema de clickwrap
es decir a distancia no cambia la circunstancia de que el consentimiento fue dado en forma expresa.
¿Pero entre quien se cerró la venta? En caso de que fuera con una estructura virtual como el retailer
detallado el vendedor no se encuentra en el país y el retailer es un intermediario, habrá que ver si lo
hace como intermediario vendedor o intermediario agente. Sin duda que hay clausulas como las de
jurisdicción que prohíben la prórroga de jurisdicción y se consideran abusivas, pero ello no habilita
ningún reclamo en un lugar específico de ladrillo y cemento sino un reclamo online. Al menos entre
el proveedor y su e tailer están claras. Y el e tailer no tiene domicilio sino virtual. Diferente es la
situación con el consumidor que compra online del e tailer porque lo único que puede hacer es
reclamar al retailer por internet, pero está reclamando a una empresa virtual. Ese es un tema que
todos los que compran nunca han pensado porque compran a alguien de carne y hueso en el país, o
alguien le entrega en el país, mientras que las compras online en el extranjero se entregan en forma
no personal.112
Lo que es importante es la evidencia, también en este aspecto, de la protección al
consumidor113

112
MARZORATTI, Osvaldo J. “El efecto de las ventas on line frente a los sistemas de distribución comercial”,
disertación en Congreso Internacional de Derecho Comercial, Bs. Aires 4/5 de julio de 2016 .
113
MISTRETTA, Carolina Valeria “La protección del consumidor en el Derecho Internacional Privado” en La Tesinas
de Belgrano, Ed. Universidad de Belgrano, tesis n° 550, Oct. 2012. Buenos Aires.
62

2. ACCION CONTRA EL PROVEEDOR O VENDEDOR EN PARAGUAY. La acción


del consumidor o usuario podrá dirigirse tanto contra el vendedor o proveedor del producto nocivo,
esta acción se funda en el contrato existente entre el usuario o consumidor y el vendedor o
proveedor, por lo que constituye una garantía114[7] o seguridad que se debe ofrecer por los
productos que se vende.

Para la Ley 1334 de Defensa del Consumidor y del Usuario, se denominará proveedor a
“toda persona física o jurídica, nacional o extranjera, pública o privada que desarrolla actividades
de producción, fabricación, importación, distribución, comercialización, venta o arrendamiento de
bienes o de prestación de servicios a consumidores o usuarios, respectivamente, por lo que cubre un
precio o tarifa”(Art. 4º inc. b), asimismo, la ley dispone que queda sujeto a sus disposiciones todos
los actos celebrados entre proveedores y usuarios, bajo cualquier forma de transacción comercial
(Art. 3º), por tanto, si bien la relación jurídica formada entre el proveedor y el consumidor es de
naturaleza especial al caer bajo la protección de la ley 1334, sin embargo, la acción que surge es
de naturaleza contractual, pero el fundamento real del deber de resarcir es el riesgo creado por la
elaboración de los productos que se ha distribuido masivamente al consumidor.
Al analizar rápidamente estas protecciones se concluye que la autonomía de la voluntad en
esta materia ha sido restringida ostensiblemente, el factor confianza fundado en la apariencia
demostrada por el ofertante constituye el fundamento de la protección legal.
La modificación de la carga de la prueba, es otra de las características basada en la
confianza depositada en la apariencia, en razón de que el contratante no estaría requiriendo al
sujeto que se encuentra en la ventanilla de un banco su representación convencional como factor.
Las leyes de protección a los consumidores incorporan normas que pretenden tutelarlos en el
ámbito del proceso, y al margen de expresas disposiciones, el principio de la carga dinámica de la
prueba, la razonabilidad y discrecionalidad judicial deben asegurar soluciones justas. 115

No descartamos la posibilidad de analizar y normativizar el uso de procedimientos


monitorios, con limitado trámite de conocimiento, basado en una demanda del consumidor-
comprador internacional, debidamente documentado, promovida con conocimiento del vendedor,
permitiendo tanto la sentencia ejecutiva como la promoción del contradictorio por el demandado
para enervar la acción monitoria.

VIII - LA SEGURIDAD Y LAS ACCIONES COLECTIVAS.


Hemos remarcado el gran problema de la sociedad moderna: la justicia lenta 116 –que se ha
llegado a decir que “no es justicia”. La obligatoriedad de la jurisprudencia parecería que podría
paliar esta cuestión, pero sabemos que ni en el orden nacional ni en el provincial, ni son obligatorios

114
HERNÁNDEZ, Carlos Alfredo. Publicación en la Ley Paraguaya, publicación del año 2010, citado por el Académico
cuyo trabajo mencionado venimos incorporado en cursiva.
115
Sobre el punto puede verse QUAGLIA, Marcelo Carlos “La carga de la prueba en el ámbito de las relaciones de
consumo” en Revista de Dercho Comercial, del Consumidor y de la Empresa, Ed. La Ley, año IV, n° 5, octubre 2015,
pág. 85.
116
RICHARD, Efraín Hugo “Justicia y Derecho”, págs. 419 a 430 para la Comisión nº 3 “Justicia y Derecho, en libro
Congreso de Academias Iboeroamericanas de Derecho, editado en Córdoba 1998.
63

los precedentes de los máximos Tribunales, ni se cumplen las sentencias judiciales, no sólo se exige
agotar innecesariamente todas las instancias recursivas. Ello satura el sistema judicial y genera una
discriminación en torno a derechos de los más débiles, particularmente los consumidores y los
jubilados. Sobre este punto podrían ser adecuados los procesos colectivos.
El centro de la cuestión debe ser el de asegurar una justicia eficientemente rápida y ejecutiva
para evitar la proliferación del incumplimiento, que luego satura el mercado y la actividad
productiva.
Pero el elemento más efectivo de seguridad para el consumidor es la posibilidad, ante
violaciones generalizadas, de la promoción de acciones colectivas a través del sistema de defensa
del consumidor. Hemos visto que las mismas tienen rango constitucional. Lo reafirmamos, y ello fue
recogido en el art. 14 del nuevo Código Civil y Comercial argentino “En este Código se reconocen:
… b) derechos de incidencia colectiva…”.
La Constitución Nacional Paraguaya, del año 1992, consagra la tutela de los intereses
difusos en forma expresa dentro del Título destinado a los deberes, derechos y garantías
fundamentales. Así, el Art. 38 Del Derecho a la defensa de los intereses difusos: “Toda persona
tiene derecho, individual o colectivamente, a reclamar a las autoridades públicas medidas para la
defensa del ambiente, de la integridad, del hábitat, de la salubridad pública, del acervo cultural
nacional, de los intereses del consumidor y de otros que, por su naturaleza jurídica, pertenezcan a
la comunidad y hagan relación con la calidad de vida y con el patrimonio colectivo”.
También la referida Ley especial 1334/98 de Paraguay en la materia, establece: “La
defensa en juicio de los derechos que esta ley precautela podrá ser ejercida a título individual
como a título colectivo. Será ejercida colectivamente cuando se encuentren involucrados intereses o
derechos difusos o colectivos”. Tendrán acción el consumidor o usuario, las asociaciones de
consumidores que cumplan con los requisitos de los Arts. 45, 46 y 47, la autoridad competente
nacional o local y la Fiscalía General de la República.
Es que la defensa de la relación de consumo y la protección al consumidor tiene una base
constitucional en algunos países. Tal el ejemplo del país anfitrión que la integró a su Constitución en
el año 1992, adelantándose en dos años a esa integración en la República Argentina.
Algún autor ha señalado que nos hallamos sobre un terreno movedizo y frágil,
particularmente partiendo de las experiencias en Estados Unidos y conforme a la teoría del “deekp-
pocket”, de que el pobre se agarra del bolsillo del rico (el consumidor al del gran fabricante). No
obstante lo cual se justifica la legitimación de grupos que resulten afectados a través de la “class
action”. 117 Obviamente que entendemos que esas asociaciones tienen un rol preventivo defendiendo
los intereses económicos de los consumidores e interviniendo en el proceso de toma de decisiones
administrativas respecto del sector del consumo, 118 pero ello no debe conllevar restarle legitimación
en los procesos judiciales mismos para la reparación de daños uniformes.

117
DE ANGEL YAGUES, Ricardo “La posición del consumidor y el ejercicio de sus derechos. Daños causados por
productos defectuosos”. Pág. 58 y ss. en AAVV Estudios Sobre el DERECHO DE CONSUMO”, Ed. Iberdrola, Bilbao,
2ª. Edición 1994.
118
ORTEGA ALVAREZ, Luis Ignacio “El papel de las Asociaciones de Consumidores y Usuarios”, pág. 226 en obra
citada en nota anterior.
64

1.CONVENIENCIA DE LAS ACCIONES COLECTIVAS. Es claro que las acciones


autónomas disponibles para cada individuo, no suplen las acciones colectivas, pues ¿son
iguales las consecuencias en materia de tasas fiscales, gastos, costas eventuales y, en
definitiva, la sensación de no ser un virtual pigmeo -aislado además- frente a un coloso, con
todo el menoscabo anímico que ello conlleva para un ciudadano por completo ajeno al
mundo de los pleitos judiciales?. Dicho de otra manera: brindar a los ciudadanos las
posibilidades de una protección judicial derivada de una acción como la que estamos
comentando, es mucho más sensata, moderna y elusiva de esos factores psicológicos que
tantas veces producen desaliento “a priori” y, por lo tanto, la decisión de nada hacer.
Máxime con el concepto colectivo que hoy está instalado en la sociedad acerca del sistema
judicial argentino. 119

Como expresa Lorenzetti120 “…en el derecho argentino, cabe señalar que la relación
de consumo tiene su causa fuente en un contrato o en un acto jurídico unilateral o en un
hecho jurídico, conforme surge claramente de la Constitución Nacional y de los arts. 1, 2 y
40 de la ley 24.240”.

Para hacer frente, entonces, a las organizaciones gubernamentales y empresarias


resultó necesario que individualmente los consumidores se organizaran. Extremo éste que en
los países centrales fueron cubiertas en las primeras décadas del siglo pasado pero que en
nuestro país recién nació con la reforma constitucional de 1994, al reconocerse legitimación
activa procesal a las asociaciones de defensa de los consumidores.

Al respecto, señala Andrés Gil Domínguez 121, que “Muchos desaciertos


epistemológicos se han cometido y se cometen alrededor de los derechos colectivos. Uno de
ellos es profesar que los derechos colectivos son “nuevos”, entendiéndose por tal, a una
irrupción histórica que presenta un carácter posterior a los “clásicos” derechos subjetivos.
Pero no es así. En el mundo de la historia de la humanidad puede parecer a primera vista
que los derechos subjetivos son de larga data. Mas su presentación como poder o facultad
de las personas frente al Estado o al resto de la sociedad sólo se concretó con el
iusnaturalismo racionalista y con los movimientos revolucionarios desarrollados en los EE
UU y en Francia. Los cuales originaron constituciones liberales en las que el derecho
subjetivo pasó a ocupar el centro del orden jurídico. En la antigüedad no existía la idea de
subjetividad independiente del derecho objetivo de la comunidad a la que se pertenecía. El
individuo era “sui iuris” por su integración en la colectividad social y no por su
personalidad. Así, el interés colectivo prevalecía por sobre cualquier interés
particular…Una de las grandes revoluciones de nuestro tiempo se hizo bajo el dogma de la
soberanía popular en nombre de un sujeto colectivo: el pueblo…La sanción de la
Constitución norteamericana se realizó sobre la base de un sujeto colectivo: el pueblo…En
la Argentina existen componentes históricos que permiten afirmar que los derechos

RICHARD, Efraín Hugo “Justicia y Derecho”, págs. 419 a 430 para la Comisión nº 3 “Justicia y Derecho, en libro
119

Congreso de Academias Iboeroamericanas de Derecho, citado.


120
LORENZETTI – SCHOTZ DEFENSA DEL CONSUMIDOR, Ed. Abaco, nov.2003, pág. 95.
121
Constitución socioeconómica y derechos económicos, sociales y culturales Ed. Ad Hoc 2009.
65

colectivos no son producto de la reforma constitucional de 1994. Por el contrario, estos


tienen una existencia histórica anterior a la sanción de la Constitución que se remonta al
proceso constituyente originario (1853-1860), en el que fueron incorporados a través del
art.33…”

Dicho autor también expresa que “Si bien con una estructura y extensión distinta de la que
presentan en la actualidad, los derechos colectivos fueron formulados antes que los derechos
subjetivos. Ello se verifica si observamos que la base de sustentación conceptual de los derechos
subjetivos y de los derechos humanos está significada por derechos colectivos. En la actualidad, los
mal llamados “nuevos derechos” son en realidad una “relectura de viejos derechos” en el marco
de un paradigma constitucional (el Estado constitucional de derecho) en el cual los derechos
fundamentales conforman la dimensión sustancial de la democracia. La preexistencia de los
derechos colectivos respecto de los derechos subjetivos (que más tarde devino en una coexistencia)
permite despejar cualquier clase de presunción que dote de una mayor jerarquía o proyección a los
derechos subjetivos sobre los derechos colectivos. Ambos concurren, cada uno con su propia
estructura, como derechos fundamentales en igualdad de condiciones en el campo de la regla de
conocimiento constitucional…”
La aparición de los llamados derechos colectivos o difusos, o derechos de incidencia
colectiva como los denomina nuestra Constitución Nacional (art. 43), obliga a buscar nuevas
herramientas que permitan su real ejercicio y protección judicial. Un "amparo colectivo", o sea, una
institución funcional congruente con la entidad de los intereses a proteger.
Estos nuevos derechos son los relativos a la defensa de los consumidores y usuarios, el
derecho a un medio ambiente sano, la protección del patrimonio natural y cultural, la defensa de
competencia y el resguardo contra la discriminación, entre otros (art. 43 C.N.). Los arts. 41 a 43 de
la Constitución Nacional establecen el marco constitucional para la protección de los derechos de
incidencia colectiva, a saber: derechos al ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano
y las actividades productivas, la utilización racional de los recursos naturales, la preservación del
patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, los derechos del consumidor y usuarios de
bienes y servicios, los derechos contra la discriminación y la protección de la competencia.
Estableciéndose además la acción de amparo colectivo para la tutela de estos intereses y
legitimándose para su ejercicio al afectado, al defensor del pueblo y a las asociaciones que
propendan a esos fines.
A su vez, contemporáneamente a la reforma constitucional se han dictado normas nacionales
y provinciales para regular la protección de tales derechos constitucionales. En efecto, en el ámbito
nacional la Ley de Defensa del Consumidor 24240 que contiene especiales previsiones procesales
para el trámite de los procesos colectivos al regular pormenorizadamente la legitimación y la
representatividad adecuada (arts. 52, 53, 55, 56 y 57 ley 24240), y la última establece los alcances
de la cosa juzgada (art. 33 ley 25675).

De la interpretación armónica de las disposiciones contenidas en la ley 24240) (y sus normas


modificatorias y reglamentarias, la última de las cuales fue por ley 26361 122 y en el art. 43 CN. es
posible concluir que el ordenamiento jurídico vigente contempla la posibilidad de que las
asociaciones de usuarios asuman la representación judicial de éstos, ya sea que se trate de la
afectación de un derecho subjetivo o de un derecho de incidencia colectiva.

122
B.O.7.4.08.
66

2.EL MEJOR ACCESO DEL CONSUMIDOR A LA JUSTICIA. La cuestión del acceso


del consumidor a la justicia es una de las principales claves de la eficacia del sistema de protección
jurídica del consumidor.
Ocurre que las normas de defensa del consumidor han consagrado a la vez soluciones
sustanciales y procesales.

Las soluciones sustanciales son verdaderamente revolucionarias dentro del Derecho Privado,
Civil y Comercial: la nulidad de cláusulas abusivas, las reglas en materia de información y
publicidad, el deber de seguridad y la responsabilidad objetiva por productos y servicios, etc.
Pero de poco servirían esas soluciones sustanciales si al mismo tiempo no hubieran venido
acompañadas por una notable transformación también en el campo procesal, como la que
efectivamente provocaron la Ley de Defensa del Consumidor 24240 (LA 1993-C-3012) (arts. 52 y
53) y la Constitución Nacional (art. 43).
Fundamentalmente, consistió en un tránsito desde el esquema clásico de acciones
individuales y estrictamente resarcitorias (o sancionatorias) hacia un sistema de acciones judiciales
colectivas y preventivas. El punto culminante en tal sentido es el art.54 de la ley 24240 (t.o.por ley
26361), cuando consagra la extensión de una sentencia favorable a la reclamante en un litigio
judicial, hacia todos los ciudadanos que estén en esa situación aunque no hayan sido parte de los
trámites judiciales.
Empero, esa condena de un actor individual no evitará el enorme costo social de múltiples
consumidores víctimas de la misma situación, que no encontrarían solución por no haber participado
individualmente del aludido e hipotetizado proceso judicial.
Acciones colectivas de ese tipo, por otro lado, desplegadas a través del ejercicio de una
legitimación activa amplia (art. 52 ley 24240), han sido las que efectivamente ejerció el GCBA en
casos como el aquí comentado (con resultado favorable) a través de la Dirección General de Defensa
y Protección del Consumidor.

3.JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE LA NACIÓN ARGENTINA. Este


Superior Tribunal ha brindado importantes (y a favor) antecedentes sobre problemáticas análogas,
sobre la acción colectiva, que consideramos aplicable a un planteo colectivo en torno a comopra
venta internacional por vía electrónica a consumidores, en cuanto a la promoción de una acción
colectiva de haber intereses homogeneos. Registramos el siguiente fallo, en el cual se citan otros
antecedentes, dictado en los autos "Mujeres por la Vida –Asociación Civil sin fines de lucro- Filial
Córdoba v. Estado Nacional", finalmente resuelta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En
dicho caso, el PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN dictaminó que: “el art. 43 CN.
reconoce expresamente, como legitimados para interponer la acción expedita y rápida de amparo, a
sujetos potencialmente diferentes de los afectados en forma directa -entre los que se encuentran las
asociaciones- por el acto u omisión que, en forma actual o inminente, lesione, restrinja, altere o
amenace, con arbitrariedad e ilegalidad manifiestas, derechos reconocidos por la Constitución, un
tratado o una ley, entre otros, los de incidencia colectiva. Así, esta Procuración General ha sostenido
que la reforma constitucional de 1994 amplió el espectro de los sujetos legitimados para accionar,
67

que tradicionalmente se limitaba a aquellos que fueran titulares de un derecho subjetivo individual
(conf. dictamen del 29/8/1996, in re A.95. LXXX, "Asociación de Grandes Usuarios de Energía
Eléctrica de la República Argentina v. Provincia de Buenos Aires y otro s/acción declarativa", en la
que V.E., por sentencia del 22/4/1997, rechazó la excepción de falta de legitimación, acogiendo la
opinión de este Ministerio Público [Fallos 320:690 [5]).” “En igual sentido se ha pronunciado el
procurador general en la causa A.186, LXXXIV, Asociación Benghalensis y otros v. Ministerio de Salud y
Acción Social - Estado Nacional s/amparo ley 16986" (dictamen del 22/2/1999, a cuyos términos se remitió
el tribunal -por mayoría- en su sentencia del 1/7/2000 [Fallos 323:1339]) y en el caso publicado en Fallos
325:524 ("Mignone").” “Pues bien, a mi modo de ver, las conclusiones de tales precedentes son aplicables al
sub índice, porque la actora es una asociación entre cuyos fines se encuentra -como surge de su estatuto
organizativo- promover y defender el establecimiento de condiciones sociales que posibiliten y favorezcan la
efectiva prestación del derecho a la vida de la persona desde el momento de la concepción y el goce del
respeto de su dignidad intrínseca a lo largo de la vida (ver fs. 38/42 y escrito de inicio de fs. 46/61, en
especial, fs. 46 vta., in fine/47), circunstancia que permite concluir que aquélla se encuentra legitimada para
demandar como lo ha hecho.”

LORENZETTI también expresó en su voto en dicho precedente: “Que en materia de legitimación


procesal corresponde, como primer paso, delimitar con precisión si la pretensión concierne a derechos
individuales, a derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto bienes colectivos, o a derechos de
incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos.” “Que los derechos de incidencia
colectiva que tienen por objeto bienes colectivos (art. 43 CN.) son ejercidos por el defensor del pueblo de la
Nación, las asociaciones que concentran el interés colectivo y el afectado.” “En estos supuestos existen dos
elementos de calificación que resultan prevalentes.” “En primer lugar, la petición debe tener por objeto la
tutela de un bien colectivo, lo que ocurre cuando éste pertenece a toda la comunidad, siendo indivisible y no
admitiendo exclusión alguna. Por esta razón sólo se concede una legitimación extraordinaria para reforzar su
protección, pero en ningún caso existe un derecho de apropiación individual sobre el bien ya que no se hallan
en juego derechos subjetivos. No se trata solamente de la existencia de pluralidad de sujetos, sino de un bien
que, como el ambiente, es de naturaleza colectiva. Es necesario precisar que estos bienes no tienen por
titulares a una pluralidad indeterminada de personas, ya que ello implicaría que si se determinara el sujeto en
el proceso éste sería el titular, lo cual no es admisible. Tampoco hay una comunidad en sentido técnico, ya
que ello importaría la posibilidad de peticionar la extinción del régimen de cotitularidad. Estos bienes no
pertenecen a la esfera individual sino social y no son divisibles en modo alguno.” “En segundo lugar, la
pretensión debe ser focalizada en la incidencia colectiva del derecho. Ello es así porque la lesión a este tipo
de bienes puede tener una repercusión sobre el patrimonio individual, como sucede en el caso del daño
ambiental, pero esta última acción corresponde a su titular y resulta concurrente con la primera.” “Puede
afirmarse, pues, que la tutela de los derechos de incidencia colectiva sobre bienes colectivos corresponde al
defensor del pueblo, a las asociaciones y a los afectados, y que ella debe ser diferenciada de la protección de
los bienes individuales, sean patrimoniales o no, para los cuales hay una esfera de disponibilidad en cabeza de
su titular.” “Que la Constitución Nacional admite una tercera categoría, conformada por derechos de
incidencia colectiva referentes a los intereses individuales homogéneos, cuando hace alusión, en su art. 43, a
los derechos de los consumidores y a la no discriminación.” “En estos casos no hay un bien colectivo, ya que
se afectan derechos individuales enteramente divisibles. Sin embargo, hay un hecho, único o continuado, que
provoca la lesión a todos ellos y por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea. Ese dato tiene
relevancia jurídica porque en tales casos la demostración de los presupuestos de la pretensión es común a
todos esos intereses, excepto en lo que concierne al daño que individualmente se sufre. Hay una
homogeneidad fáctica y normativa que lleva al legislador a considerar razonable la realización de un solo
juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte, salvo en lo que hace a la prueba del
daño.” “Frente a esa falta de regulación -la que, por lo demás, constituye una mora que el legislador debe
solucionar cuanto antes sea posible, para facilitar el acceso a la justicia que la Ley Suprema ha instituido-,
cabe señalar que la referida disposición constitucional es claramente operativa y es obligación de los jueces
darle eficacia, cuando se aporta nítida evidencia sobre la afectación de un derecho fundamental y del acceso a
la justicia de su titular.” “Que la procedencia de este tipo de acciones requiere la verificación de una causa
68

fáctica común, una pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de los efectos de ese hecho y la
constatación de que, en ausencia de un ejercicio colectivo, habría una afectación grave del acceso a la
justicia.” “El primer elemento es la existencia de un hecho único o complejo que causa una lesión a una
pluralidad relevante de derechos individuales.” “El segundo elemento consiste en que la pretensión debe
estar concentrada en los efectos comunes y no en lo que cada individuo puede peticionar, como ocurre en los
casos en que hay hechos que dañan a dos o más personas y que pueden motivar acciones de la primera
categoría. De tal manera, la existencia de causa o controversia, en estos supuestos, no se relaciona con el
daño diferenciado que cada sujeto sufra en su esfera, sino con los elementos homogéneos que tiene esa
pluralidad de sujetos al estar afectados por un mismo hecho.” “El tercer elemento está dado por la
constatación de una clara afectación del acceso a la justicia, en uno de sus aspectos, vinculado a las
denominadas acciones de clase, cual es la existencia de un interés individual que, considerado aisladamente,
no justifica la promoción de una demanda. En efecto, se trata de un grupo de personas para las cuales la
defensa aislada de sus derechos no es eficaz, debido a que la medida de la lesión, individualmente
considerada, es menos relevante que el costo de litigar por sí mismo (Fallos 322:3008, consid. 14, disidencia
del juez Petracchi)...”

4.LA LEGITIMACIÓN EN LA ACCIÓN COLECTIVA. La fenomenología de los derechos


colectivos dan marco a la figura de la legitimación extraordinaria la cual otorga validez a las llamadas
“realidades procesales colectivas” y, dentro de ellas la defensa de los derechos o intereses individuales
homogéneos, los cuales al ser ontológicamente individuales procede darles tratamiento “colectivo” por
razones de economía procesal y ventaja del acceso a la justicia.

Lenta pero inexorablemente, el tiempo fue generando una situación cambiante en materia procesal de
derechos colectivos. Se ha superado la inicial estrechez conceptual de categorías jurídicas que llevaban siglos
aplicándose en cuestiones de derecho ritual, y hoy están “heridas de muerte”. Señala al respecto Ricardo L.
Lorenzetti, que: “...las instituciones privatísticas del siglo XIX fueron ideadas para pocas personas;
generalmente se ocupan de problemas bilaterales. De conflictos contractuales entre acreedor y vendedor. No
está presente la contratación en masa (¡mal podía estarlo, claro, cuando no se tenía ni idea de la revolución
técnica y cultural que devendría tan solo un siglo después!). La propiedad era un problema del propietario,
pero no toma en cuenta el fenómeno que produce la presencia de una gran cantidad de propiedades
agrupadas. Este diseño avaro condiciona la utilización de esas herramientas cuando se las pretende utilizar
para el “acceso masivo e igualitario a la justicia”. “El proceso (en la concepción clásica) es un sistema de
posiciones rituales, ordenadas dialécticamente al modo de la tesis, antítesis y conclusión hegelianas. Está
focalizado en el análisis de problemas individuales, en conflictos bilaterales. Por otra parte, la idea de “debido
proceso” se conjuga con el “tiempo lento”, con “tomarse tiempo” para la reflexión y la solución de los
problemas. Una máquina procedimental ordenada en base a pretensiones individuales y ritos formales
rigurosos es lenta. La presentación de pretensiones masivas desequilibra el sistema, porque el mismo no está
preparado para atender a grandes grupos, sino a individuos. Asimismo, el sistema está demasiado preparado
para ocuparse de pequeños problemas...”. “…Las acciones basadas en intereses difusos o individuales
homogéneos, junto con el efecto expansivo de la cosa juzgada, provocan una disminución de gastos en la
justicia, pero un alza de costos en términos de lo que debe ceder el derecho clásico en sus formas de garantía
del debido proceso... Estos derechos apropiados para el acceso constituyen algo diferente de lo que estamos
acostumbrados a ver. Sus disposiciones son menos rigurosas y más flexibles, se ajustan poco a las
sistematizaciones clásicas, tienen un lenguaje jurídico impuro, en elaboración…. ¿se trata de un derecho de
segunda clase?”. El propio autor da la respuesta: en absoluto es así: “…Los denominados bienes colectivos
han adquirido relevancia tanto a nivel constitucional como en la legislación especial... Los derechos que
protegen al usuario y al consumidor, si bien son individuales tienen incidencia colectiva, puesto que hacen al
buen funcionamiento del mercado (art.43 de la C.N).

De la obra de Lorenzetti que estamos citando ella extraemos algunas otras consideraciones que nunca
está de más reiterar: “Derechos Humanos procedimentales” es la categoría que da sustento a la acogida
judicial de cuestiones como las que venimos desarrollando e “Intereses pluriindividuales homogéneos” una
de sus especies. Que se dan cuando no obstante ser un interés individual la base de un reclamo, el mismo es
69

homogéneo y susceptible de una sola decisión. Lo cual refleja que hay homogeneidad-imputación objetiva
que amplía el campo de la reparación (p.289), puesto que no sólo quienes demuestren –judicialmente- la
culpa podrán obtenerla, sino también aquellos que no estén en condiciones de hacerlo.”

Adecuado epílogo de esta reseña a favor de la legitimidad activa de una ONG y de los alcances
“erga omnes” que deben tener las sentencias originadas en reclamos de este tipo de Asociaciones, es señalar
las recientes manifestaciones sobre el particular expuestas en XXIII CONGRESO NACIONAL DE
DERECHO PROCESAL, una de cuyas Comisiones (la de Procesal Civil) se destinó específicamente a los
procesos colectivos y acciones de clase, analizando la problemática de la legitimación y de los alcances de la
cosa juzgada.- Es más: se constituyó esa problemática en el tema “emblemático” del evento, reflejado ello en
las conferencias de apertura y cierre, además del trabajo en comisión. Fue unánime el respaldo al criterio
expuesto como necesidad de los justiciables del siglo XXI, para no malograrles el acceso a la justicia en
mérito a un enfoque arcaico, por completo divorciado del avance no solo de las restantes ciencias del saber
(física cuántica, medicina nuclear, ingeniería espacial, etc.) sino también de la evolución del propio campo
jurídico, tan notoria en muchas de sus áreas (la de los modernos contratos inclusive por vía informática, firma
digital, en el ámbito de los negocios, en el derecho de familia también, etc.), a lo cual no puede permanecer
ajeno el derecho procesal, como si el mundo estuviera detenido en el tiempo de los romanos. Debido a la
relación que surge del propio texto constitucional, la legitimación procesal para interponer una acción de
amparo colectivo ("legitimación activa colectiva") es una función directa de la existencia de derechos de
incidencia colectiva. Cuando existan derechos de incidencia colectiva afectados, queda habilitada la
legitimación activa colectiva, postura que incluso comparte la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema de
Justicia de la Nación.

5.LAS REFORMAS A LA LEY ARGENTINA. La ley 26361 – Reformas a la ley de defensa del
consumidor 24240, cerro (a favor) el debate sobre legitimidad de las ONG. Dicha reforma -entre otros
cambios- introduce un artículo, el 54 (artículo 27 del despacho), dedicado a las ACCIONES DE
INCIDENCIA COLECTIVA que contiene tres párrafos: el primero, referido a la mecánica para un acuerdo
conciliatorio, el segundo a los alcances de la sentencia dictada en ese marco y el tercero, las pautas de
reparación cuando hubiese contenido patrimonial en la cuestión. Esa norma establece que: “ … La sentencia
que haga lugar a la presentación hará cosa juzgada para el demandado y para todos los consumidores o
usuarios que se encuentren en similares condiciones, excepto de aquellos que manifiesten su voluntad en
contrario previo a la sentencia en los términos y condiciones que el magistrado disponga. Si la cuestión
tuviese contenido patrimonial establecerá las pautas para la reparación económica o el procedimiento para su
determinación sobre la base del principio de la reparación integral. Si se trata de la restitución de sumas de
dinero se hará por los mismos medios que fueron percibidas; de no ser ello posible, mediante sistemas que
permitan que los afectados puedan acceder a la reparación y, si no pudieran ser individualizados, el juez fijará
la manera en que el resarcimiento sea instrumentado, en la forma que más beneficie al grupo afectado. Si se
trata de daños diferenciados para cada consumidor o usuario, de ser posible se establecerán grupos o clases de
cada uno de ellos y, por vía incidental, podrán estos estimar y demandar la indemnización particular que les
corresponda.

Por otro lado, el art. 55 de la ley 24240, ya desde origen atribuyó legitimidad a las asociaciones de
defensa del consumidor cuando se lesionaren intereses de los consumidores. Ahora sólo se le agregó un
párrafo referido al beneficio de litigar sin gastos, o, mejor dicho al carácter de “justicia gratuita” que tendrán
este tipo de procesos judiciales.

Analizando para el ejercición de una acción de clase tutelando derechos de incidencia colectiva,
aplicable a los consumidores –tanto como acciones preventivas como reparatorias-, se ha entendido “se
configuran los requisitos de: causa fáctica común, pretensión procesal enfocada al aspecto colectivo”, para
70

promover la demanda de “acción colectiva” “con sustento en los arts. 42 y 43, CN”, identificando así al
“colectivo”, o sea a la “clase”, aceptando a una Fundación la legitimación activa. 123

El análisis de las modalidades y legitimaciones en las acciones de clase puede ser un eje
para el debate.

IX - JURISDICCIÓN Y POSIBILIDAD DEL ARBITRAJE.

El principal aspecto en este crecimiento de público-consumidor en el comercio electrónico,


estará dado por la posibilidad de que el cliente le inicie una acción judicial en su lugar de residencia
y que éste no sea el mismo que el del comerciante. Entonces, mientras más lejos coloque los
productos y servicios el comerciante, más lejos tendrá que viajar a defenderse de una acción judicial
en su contra. Una manera de mitigar esta situación, es establecer un sistema de resolución de
disputas alternativo, ya sea vía Internet o vía los foros internacionales, como puede ser la Cámara
Internacional de Comercio y su muy reconocido sistema de Arbitraje. El arbitraje en el Código Civil
y Comercial Argentino ha sido regulado como “contrato”, aunque la mayor parte del articulado se
relaciona con el proceso arbitral, que desde los orígenes de nuestra institucionalidad ha sido
regulado por las leyes procesales.124

La preocupación central es la eficiencia de un sistema para devolver el equilibrio ante el


conflicto generado que impone al perjudicado recurrir a un sistema estatal o privado para asegurar
un cumplimiento.125

Para analizar el método que se utilizará para solucionar los diferendos y las disputas que
surjan de la contratación electrónica se deberá dividir entre las relaciones con consumidores B2C y
las relaciones entre empresas,. B2B.

En el primer caso, normalmente se habilita la sede judicial del domicilio del consumidor y la
norma protege ampliamente a éste. En el segundo caso, los empresarios están mayoritariamente
optando por los medios alternativos de solución de diferendos como son la Mediación y el Arbitraje.

Estos métodos son más amigables para las transacciones electrónicas porque sus normas de
procedimiento, por ejemplo si se siguen las de la Cámara de Comercio Internacional, están más
actualizadas que las legislaciones de cada país, y están orientadas a los comerciantes o a los
negocios, incluso para solucionar problemas de inversionistas. 126

123
Juzg. 44° CC Córdoba, fallo del 31 de mayo de 2016 en “Fundación Club de Derecho Argentino c/ Banco Itaú
Argentina S.A. – Abreviado – Otros – Exp. 2849064/36, publicado in extenso a pág. 173 y ss. en Semanario Jurídico,
tomo 114 – 1016 – B, Ed. Comercio y Justicia, diario 2065 del 28 de julio de 2016 año XXXIX, Fallos y Doctrina
SEMANARIO JURÍDICO.
124
CRISTIÁ, María José “Algunos aspectos del arbitraje en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación”, en
Revista de la Bolsa de Comercio de Rosario, Año CV – 1528, Mayo de 2016, Rosario, Argentina, pág. 38 y ss..
125
RICHARD, Efraín Hugo “Arbitraje interno de Derecho. Las Bolsas de Comercio de Córdoba, Rosario y Santa Fe”,
en Libro Colectivo Resolución Alternativa de Conflictos 2 tomos, Editorial Hammuraby, Buenos Aires 2010, Dirección
Raúl A. Etcheverry - Elena I. Highton, tomo I Arbitraje, pág. 235 y ss..
126
BELLO, Janeiro “EL ARBITRAJE INTERNACIONAL” en Congreso Iberoamericano de Academias de Derecho de
La Coruña, 2013, señaló CONCLUSIONES: “1. El arte y la técnica del arbitraje conocidos y practicados históricamente
y regulados en el derecho romano conoce gran auge en el S. XX como un medio importante para la resolución de
71

Entre estos métodos de resolución de diferendos, existe un método administrado por la


Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) que se ha instrumentado totalmente en
formato electrónico, aunque hoy solo se aplica a las disputas generadas en torno a los nombres de
dominio. De todas maneras es un procedimiento innovador y que seguramente pronto se podría
trasladar a los conflictos generados entre comerciantes y empresas, B2B.127
Sobre el punto la doctrina señala “El arbitraje es una justicia privada, de fuente convencional,
ya que su origen inmediato es el acuerdo a través de la cual las partes exteriorizan su voluntad de
excluir la intervención de los tribunales judiciales, y someterse a la decisión de árbitros. En
conclusión, este acuerdo o convenio arbitral configura un contrato en sí mismo y es la estructura
adecuada para su desarrollo… se puede evidenciar la naturaleza mixta del arbitraje —contractual
por su origen, jurisdiccional por las atribuciones que de él derivan a los árbitros—, circunstancia
recogida no solo por la doctrina y jurisprudencia internacional, sino también por nuestros tribunales
nacionales y ahora, por la legislación nacional”. 128
También se ha interpretado que “el nuevo Código –Civil y Comercial Argentino- acoge esta
posición ecléctica puesto que si bien reconoce al arbitraje la naturaleza de un verdadero contrato,
ello no excluye que los códigos locales regulen todo lo atinente al procedimiento en relación con la
administración de justicia, medidas precautorias, recursos, ejecución del laudo, etcétera”. 129
En algunos precedentes, la Corte Suprema se ha pronunciado a favor de dicha posición mixta
respecto de la naturaleza del arbitraje, en los siguientes términos: “no resulta razonable… aplicar a
los árbitros las pautas establecidas para la remuneración de los jueces de la Nación, pues la
naturaleza jurídica de unos y otros difiere sustancialmente. Ello es así, pues si bien los árbitros
poseen la facultad de resolver conflictos de intereses, no ejercen -como los jueces- la iurisdictio en

conflictos. 2. La flexibilidad, el antiformalismo y la máxima libertad hacen del arbitraje uno de los más recomendables
para la solución de conflictos internos e internacionales. 3. Para que el arbitraje sea verdaderamente eficaz y mantenga
su reputación como institución, es preciso adoptar unos niveles legales y éticos elevados, y respetarlos. … 6. Junto al
arbitraje comercial y financiero propiamente dicho se sugiere prestar especial atención, por su máxima relevancia, al
arbitraje de inversión. 7. La entrada en vigor de la Ley española 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje, supone un
cambio sustancial en el funcionamiento de esta institución, que propicia la creación de las condiciones necesarias para
hacer de España un referente en la materia por la celeridad, eficacia y flexibilidad de los arbitrajes que refuerza la
seguridad jurídica de los laudos y su ejecución y reconocimiento….9. En una economía global caracterizada por el
incremento constante de los flujos comerciales internacionales, es imprescindible armonizar el Derecho que la ordena, y,
singularmente, el régimen jurídico del arbitraje, tanto interno como externo, lo cual facilitaría que se pacten convenios
arbitrales….12. El arbitraje comercial internacional es manifestación de la libertad contractual de los ciudadanos. El
desconocimiento de la normativa y el incumplimiento de los laudos arbitrales, así como las denuncias de los tratados que
los contemplan bajo un régimen de inversiones para evitar su aplicación, afectan, no solo al desarrollo económico por
propiciar el aislacionismo, sino también a la seguridad jurídica propia del Estado democrático de Derecho y por
configurar un elemento de riesgo en materia de relaciones económicas internacionales.…14. Todos los países
iberoamericanos deberían de favorecer sus posibilidades como sedes de arbitrajes sobre conflictos comerciales
internacionales. España, y en particular Galicia, gracias a las singulares afinidades con Iberoamérica, que suponen una
importante ventaja competitiva, pueden aprovechar el nuevo marco normativo, para potenciarse como sede atractiva y
moderna de los futuros arbitrajes internacionales, para lo cual ha de tenerse en cuenta también el notable incremento del
volumen de inversión de las empresas españolas en el extranjero en sectores estratégicos”. Destacamos que integramos
los Tribunales institucionales de Arbitraje de las Bolsas de Comercio de Córdoba y de Rosario, República Argentina.
127
Para más sobre este procedimiento: http://www.wipo.int/amc/es/
128
SANDLER OBREGÓN, Verónica, “Contrato de arbitraje” (Capítulo 29, Título IV, Libro Tercero), en HERRERA,
Marisa, CARAMELO, Gustavo, PICASSO, Sebastián (dirs.), Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Tomo
IV, Sistema Argentino de Información Jurídica (INFOJUS), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015, p. 347.
129
CRACOGNA, Dante, “Contrato de arbitraje” (Capítulo 29, Título IV, Libro Tercero) en CAORDOBERA, Lidia;
BORDA, Alejandro y ALFERILLO, Pascual, Código Civil y Comercial. Comentado, anotado y concordado, Tomo 2,
Ed. Astrea, Buenos Aires, 2015, p. 959.
72

virtud de la soberanía del Estado que los inviste como funcionarios públicos, sino que generalmente
reciben sus poderes de una convención privada de forma tal que, no por actuar en esa calidad
pierden su carácter de particulares designados por disposición de las partes… [A] diferencia de los
jueces -órganos del Estado- los árbitros desempeñan una actividad mixta, jurisdiccional por su
naturaleza, pero convencional por su origen en la mayoría de los casos, pues la estructura de la
institución arbitral se explica sobre la base de la voluntad de los interesados, sin que, en
consecuencia, su participación en la administración de justicia tenga su fuente en una dependencia
directa del poder estatal… [P]or ende, tratándose de la función arbitral prevista en el art. 736 y
siguientes del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, la justificación del poder de dirimir
un conflicto debe encontrarse en una doble convención: entre las partes, por un lado, y entre el
árbitro y las partes, por otro, aun cuando la voluntad de los interesados no sea plenamente soberana
pues es el Estado el que reconoce el valor y garantiza la eficacia de esta convención”.130
Claro que por estas razones “el contrato de arbitraje, que es una expresión de la autonomía
privada, se aplica, fundamentalmente, en los conflictos comerciales y en aquéllos de naturaleza civil
de contenido patrimonial. En cambio, no es posible autorizar que, por vía de contrato, se someta a
los consumidores a un arbitraje que podría afectar gravemente sus derechos. Por las razones
aludidas, se aclara expresamente que no pueden ser sometidas a arbitraje las controversias que
recaen sobre el estado civil, las cuestiones no patrimoniales de familia y la capacidad de las
personas, ni tampoco es aplicable a las relaciones de consumo y laborales”. 131
Hay que tener en claro que la posibilidad de arbitraje local para consumidores, que puede
revestir conveniencia por su eficiencia, puedo no serlo en casos de compraventa internacional, para
más por vía electrónica. Son diferentes sistemas para distintos escenarios.
Se ha adoptado en la Comunidad Europea, donde España lo ha entronizado en el año 1993
con beneplácito general132, lo que introducimos en el apartado 3 siguiente.

1.LIMITACIÓN DEL ARBITRAJE PARA CONSUMIDORES. La posibilidad de


pactar o recurrir al arbitraje está acotada, como transcribimos, por el CCCA: ARTÍCULO
1109.- Lugar de cumplimiento. En los contratos celebrados fuera de los establecimientos
comerciales, a distancia, y con utilización de medios electrónicos o similares, se considera lugar
de cumplimiento aquel en el que el consumidor recibió o debió recibir la prestación. Ese lugar
fija la jurisdicción aplicable a los conflictos derivados del contrato. La cláusula de prórroga de
jurisdicción se tiene por no escrita.
Veremos que el mismo CCCA potencia ese criterio negativo.
Sobre esta posibilidad, en Paraguay se ha dicho Esta ley (del consumidor apuntamos),
tiene como objeto proteger al consumidor final en las relaciones de distribución, venta, compra o
cualquier otra forma de transacción comercial de bienes y servicios. Se aparta de la concepción
tradicional (autonomía de la voluntad) del Código Civil, y va más allá intentando proteger al
consumidor final, la parte más débil de la relación comercial de los contratos en masa que
caracterizan nuestras relaciones comerciales actuales. Justamente, buscando proteger a la parte
más débil en las negociaciones que se dan en las relaciones de consumo de masa, las normas de
esta ley prohíben la utilización cláusulas de arbitraje en los contratos de adhesión. Se consideran

130
CSJN, “Yacimientos Carboníferos Fiscales s/ Tribunal Arbitral”, 11/11/1997, Fallos 320:2379.
131
SCOTTI, Luciana B. “Luces y sombras de la regulación del arbitraje en el Código Civil y Comercial de la Nación” en
prensa en Revista de Derecho Comercial y de las Obligaciones, Ed. Thompson Reuters, Buenos Aires 2016.
132
DIAZ ALABARG, Silvia “El arbitraje de consumo (RD 636/1993, 3 de mayo)” pág. 170 y ss. en AAVV Estudios
Sobre el DERECHO DE CONSUMO”, Ed. Iberdrola, Bilbao, 2ª. Edición 1994.
73

cláusulas abusivas: i.Las que permiten la elección unilateral de juez competente para resolver una
controversia entre las partes”. Y Ríos Avalos nos ilustra indicando la norma específica
considerando abusiva la disposición obligatoria del arbitraje: Art. 28. “Se considerarán abusivas y
conllevan la nulidad de pleno derecho y, por lo tanto, sin que se puedan oponer al consumidor las
cláusulas o estipulaciones que: a) Desnaturalicen las obligaciones o que eliminen o restrinjan la
responsabilidad por daños; b) Importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o
amplíen los derechos de la otra parte; c) Contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la
carga de la prueba en perjuicio del consumidor; d) Impongan la utilización obligatoria del arbitraje; e)
Permitan al proveedor la variación unilateral del precio o de otras condiciones de contrato; f) Violen o
infrinjan normas medioambientales; g) Impliquen renuncia del consumidor al derecho a ser resarcido o
reembolsado de cualquier erogación que sea legalmente a cargo del proveedor; y, h) Impongan
condiciones injustas de contratación, exageradamente gravosas para el consumidor, o causen su
indefensión”

La autora mexicana que citamos133 señala: Puesto que en la ausencia de una ley específica o
en la presencia de una pluralidad de ellas, será la voluntad de las partes definida en el contrato que
predominará. Entre las cláusulas más importantes se encuentran : La identificación de las partes ;
la dirección geográfica (domicilio social) del establecimiento del proveedor de bienes o servicios;
las obligaciones de las partes; los gastos de entrega; las modalidades de pago, entrega o ejecución;
la cláusula de confidencialidad de datos personales, en la cual hay un compromiso de no utilizar los
datos personales de los clientes para fines diferentes a los previsto inicialmente; la legislación
aplicable, no hay que olvidar que se pueden realizar operaciones comerciales con personas físicas
o morales de diversos países en los cuales la legislación a aplicar será distinta y el consumidor no
conoce forzosamente; y por último si existe la posibilidad de un arbitraje y la jurisdicción
competente. En lo referente a los problemas de legislación aplicable y Juez competente, las partes
contratantes pueden explicitar la ley que se aplicará. En el caso del contrato de compraventa en
línea, la existencia de una cláusula de jurisdicción competente o de arbitraje puede bastar para
resolver los problemas eventuales. Con la única observación, que en algunos países la protección
del consumidor puede ser considerada como una Ley de policía y de seguridad pública, razón por
la cual esta cláusula puede llegar a ser considerada abusiva inmediatamente.
El Código Civil y Comercial Argentino se inclina, como anticipamos por la misma posición
señalada para Paraguay, copiamos la Exposición de Motivos del Anteproyecto sobre el punto: “XX).
Arbitraje . El arbitraje se ha desarrollado internacional y nacionalmente como un modo de resolver litigios y
su aceptación es creciente en los usos y prácticas de nuestro país. Ello justifica que se lo regule como
contrato, lo cual es una novedad respecto de los proyectos de reformas anteriores.
Este instituto se ha desarrollado en muchas materias diferentes: hay arbitrajes en materia laboral, conflictos
en las relaciones de consumo, comercial, y otros. Sin embargo, cabe tener en cuenta que cada uno de ellos
responde a principios y reglas muy disimiles y no es posible aplicar un modelo único. Por esta razón, el
contrato de arbitraje, que es una expresión de la autonomía privada se aplica, fundamentalmente en los
conflictos comerciales y en aquellos de naturaleza civil de contenido patrimonial. En cambio, no es posible
autorizar que, por vía de contrato, se someta a los consumidores a un arbitraje que podría afectar
gravemente sus derechos. Por las razones aludidas, se aclara expresamente que no pueden ser sometidas a
arbitraje las controversias que recaen sobre el estado civil, las cuestiones no patrimoniales de familia y la
capacidad de las personas ni tampoco es aplicable a las relaciones de consumo y laborales.
La fuente del articulado es el código civil de Québec, la ley modelo UNCITRAL y el reciente decreto francés
de enero 2011, aunque los principios que recoge son hoy prácticamente universales”.
Las controversias excluidas están expresadas en el art. 1651 CCCA “Quedan excluídas del contrato
de arbitraje las siguientes materias: c) las vinculadas a derechos de usuarios y consumidores; d) los contratos

133
Rocío OVILLA BUENO.
74

por adhesión cualquiera sea su objeto;…”. O sea que dos previsiones convergen en la exclusión del
arbitraje en el contrato de compraventa internacional electrónica con consumidores.
Si bien la norma no deja lugar a dudas en cuanto a que excluye del contrato de arbitraje a las
relaciones de consumo 134, para establecer si una relación jurídica es o no una relación de consumo,
muchas veces deberá realizarse un escrutinio que incluye al fondo de la controversia, quedando,
entones, este análisis reservado a los árbitros.
Una cuestión que podría llevar a interesantes beneficios para los consumidores es la posibilidad
de que generado el incumplimiento y/o el daño, el consumidor perjudicado pudiera libremente decidir llevar
la cuestión a decisión de un tribunal arbitral institucional, por la celeridad y eficiencia de los mismos. 135
Cabe apuntar que los contratos de consumo tienen por ley específica en Argentina un
proceso de arbitraje previsto, pero no ejecutado ni reglamentado, mientras los contratos comerciales
son en su gran mayoría de adhesión y por ende no son arbitrables.
Descubrir la uniformidad de estos enfoques nos motivará en el debate.

2.UN RECIENTE FALLO. Recientemente se ha pronunciado la Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Civil, Sala F, 16/12/2015 en nuestra República, en el caso “Blanco
Rodríguez, María de Las Mercedes c. Madero Urbana S.A. s/ cumplimiento de contrato”,136
donde ante una acción por daños derivada del incumplimiento contractual del vendedor de una
unidad funcional, la sentencia admitió la excepción de incompetencia opuesta por este teniendo en
cuenta la cláusula compromisoria pactada en el boleto. Apelado el decisorio, la Cámara declaró la
nulidad de esa estipulación y dispuso que las actuaciones debían seguir su trámite ante el juez que
previno.
Obviamente no se trataba de un contrato de compraventa internacional por vía electrónica,
pero señala la prohibición del arbitraje de manera genérica para toda relación de consumo, basada en
que “La cláusula compromisoria pactada en un boleto de compraventa de un inmueble es nula, pues,
como la pretensión se engarza en la Ley de Defensa del Consumidor, resulta aplicable, por imperio
del art. 7 del Código Civil y Comercial, el art. 1651 de esta normativa, el cual excluye del contrato
de arbitraje a las relaciones de consumo.”
Transcribimos la totalidad del fallo por la riqueza de sus considerandos ”2ª Instancia.—
Buenos Aires, diciembre 16 de 2015. Considerando: Estos autos para resolver los recursos de
apelación interpuestos a fs. 159 y 162 contra la resolución de fs 152/154 mediante la cual se hizo
lugar a la excepción de incompetencia imponiéndose las costas por su orden. El memorial de la
actora luce a fs. 170/177 sustanciado a fs. 190 y el de la demandada obra a fs. 169 sustanciado a fs.
179/181. El Sr. Fiscal General se expidió a fs. 197/198 en el sentido de confirmar la decisión
adoptada. Se agravia la actora en cuanto no receptó la nulidad de la cláusula compromisoria

134
Cam. Nac. Apel. Civ., Sala F, in re “Blanco Rodríguez, María de Las Mercedes c. Madero Urbana S.A. s/
cumplimiento de contrato”, Sentencia del 16-12-2015. En Revista Código Civil y Comercial, La Ley, Año II, N° 1,
Febrero 2016, pág. 260.
135
Esta posición excluye la posibilidad de la previsión del arbitraje en forma originaria, sino su advenimiento por
decisión negocial cuando el conflicto ya está planteado. Recuérdese que abogamos por la celeridad y eficiencia del
arbitraje ante la realidad de saturación de los tribunales naturales, desde nuestro punto de vista de integrantes de los
Tribunales de Arbitraje General de las Bolsas de Comercio de Córdoba y de Rosario. Para el contrato electrónico de
transporte puede verse GOMEZ, Hernán Adrián “El contrato electrónico internacional de transporte aéreo en el ámbito
del MERCOSUR. Consideraciones sobre la cláusula arbitral”, citado, que aboga por la legitimidad y conveniencia del
arbitraje en esta relación contractual. Con el mismo enfoque en beneficio del consumidor por la eficiencia, y la base de
disponibilidad voluntaria de la jurisdicción puede verse CRESPO PARRA, Guillermo “Litigios transfronterizos de
contratos de consumo. Competencia judicial, ley aplicable, medios alternativos de solución” 1999 –agradecemos al Dr.
Crhistian Sommer la disponibilidad de esta tesis extranjera).
136
Publicado en La ley 28/01/2016, Cita Online: AR/JUR/62392/2015.
75

contrariamente a la jurisprudencia y doctrina imperante en la materia que sostienen que en el ámbito


de la Ley de Defensa del Consumidor que estipulan la prórroga de la jurisdicción. Asimismo señala
que contrariamente a lo sostenido en la instancia de grado, la decisión recurrida le genera un claro
perjuicio al haberse sustraído la causa de la "jurisdicción natural". - También cuestiona que el juez
de grado se apartó de la Resolución 53/2003 de la Secretaría de Comercio Desregulación y la
Defensa del Consumidor. Por último alega que no se encuentra controvertida la aplicación de la
LDC y que en estos términos no existió voluntad de su parte de sustraer la competencia civil
ordinaria por tratarse de una relación de consumo con lo cual la cláusula fue impuesta en modo
abusivo por la demandada. - En autos se pretende la condena de daños y perjuicios en razón del
incumplimiento contractual en el que habría incurrido la demandada respecto del contrato de
compraventa de la unidad funcional N° 1704 del Piso 17 del edificio "B-ESTE" y su cochera
pertenecientes al emprendimiento denominado comercialmente "ArtMaría" ubicado en el inmueble
de la calle Elvira Rawson de Dellepiane 450, CABA en el que se pactó el precio de venta en
U$S400.000. - En este contexto, en la resolución recurrida se dijo que "en lo concerniente al
fundamento normativo, la pretensión se engarza en la ya mencionada Ley de Defensa del
Consumidor", aspecto que no fuera cuestionado por la demandada. Sentado ello, se define la
cláusula compromisoria como "un contrato de derecho privado, inserto habitualmente como cláusula
en un contrato principal, del mismo género que el compromiso, por el cual las partes contratantes se
obligan a someter las cuestiones litigiosas que puedan surgir en el futuro en relación con el contrato
principal al fallo de árbitros. - La configuración del arbitraje como cláusula, ubicada dentro de otro
contrato no implica que pierda su carácter de figura autónoma" (conf. ALTERINI, Jorge Horacio,
Cód. Civil y Comercial Comentado, Tomo VII, p. 965). En la especie se estipuló en la Cláusula
especial novena: Mediación y arbitraje: Si surgiere un conflicto originado en la interpretación o
cumplimiento del presente boleto, las partes acuerdan someterlo a "mediación" o, en caso de falta de
acuerdo, a "arbitraje", a través del "Centro Institucional de Mediación del Colegio de Escribanos de
la Ciudad de Buenos Aires" o del "Tribunal de Arbitraje General y Mediación del Colegio de
Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires...". - Corresponde señalar que el artículo 7 del Cód. Civil y
Comercial de la Nación prevé que "a partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las
consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. - Las leyes no tienen efecto
retroactivo, sea o no de orden público, excepto disposición en contrario. - La retroactividad
establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por garantías constitucionales..." A su
vez el art. 1651 prescribe que "quedan excluidas del contrato de arbitraje las siguientes materias: a)
las que se refieren al estado civil o capacidad de las personas; b) las cuestiones de familia; c) las
vinculadas a derechos de usuarios y consumidores; d) los contratos por adhesión cualquiera sea su
objeto; e) las derivadas de relaciones laborales. - Las disposiciones de este Cód. relativas al contrato
de arbitraje no son aplicables a las controversias en que sean parte los Estados nacional o local." -
En estos términos, al vedar el citado artículo a las relaciones de consumo, corresponderá
declarar la nulidad de la cláusula especial novena del boleto de compraventa de fs. 2/13. …
Eduardo A. Zannoni.— Fernando Posse Saguier.— José L. Galmarini.

3. “Compraventa internacional y los contratos electrónicos”137 EL DERECHO ESPAÑOL DE


DEFENSA AL CONSUMIDOR Y EL ARBITRAJE.

137
Agradecemos la contribución recibida por nuestro invitado, el catedrático español José Pajares, el día 29.07.2016 con
el título “Compraventa internacional y los contratos electrónicos”, muy completo sobre la regulación española, también
tratada en el punto IV.1 por el catedrático Jesús Quijano González, por cuanto en su parte final trata la posibilidad del
arbitraje, también por eso hemos ampliado el título de presentación. Ambos informes los reproducimos íntegramente.
76

La normativa que rige la contratación electrónica en el ordenamiento jurídico español es extensa y


se encuentra ampliamente disgregada. Junto con la regulación de las condiciones básicas de
contratación contenidas en el Código Civil español y las normas protectoras de consumidores y
usuarios previstas en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se
aprueba el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios
(TRLGDCU), es especialmente relevante la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad
de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI).
Esta última norma transpone al ordenamiento jurídico español la Directiva 2000/31/CE, de 8 de
junio, del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a determinados aspectos jurídicos de los
servicios de la sociedad de la información, en particular el comercio electrónico en el mercado
interior (Directiva sobre el comercio electrónico), y con ella se completa el marco jurídico que
regula la contratación de bienes y servicios a través de medios electrónicos.
En virtud de la antedicha normativa, se considera como "contrato electrónico" aquel en el que la
oferta y la aceptación se transmiten por medio de equipos electrónicos de tratamiento y
almacenamiento de datos, conectados a una red de telecomunicaciones.
Tal y como indica el art. 1 de la LSSI, en esta Ley se regula la contratación por vía electrónica, “en lo
referente a las obligaciones de los prestadores de servicios incluidos los que actúan como
intermediarios en la transmisión de contenidos por las redes de telecomunicaciones, las
comunicaciones comerciales por vía electrónica, la información previa y posterior a la celebración
de contratos electrónicos, las condiciones relativas a su validez y eficacia y el régimen sancionador
aplicable a los prestadores de servicios de la sociedad de la información”.
Se aplicará a los prestadores de servicios de la sociedad de la información establecidos en España y
a los servicios prestados por ellos (art. 2 LSSI), así como a los prestadores de servicios que se
encuentren en otro Estado miembro de la Unión Europea o del Espacio Económico Europeo
cuando el destinatario de los servicios radique en España (art. 3 LSSI).
A los efectos de esta Ley, se considera consumidor a “las personas físicas que actúen con un
propósito ajeno a su actividad comercial, empresarial, oficio o profesión” según la definición
prevista en el art. 3 TRLGDCU.
En los contratos de compraventa que se lleven a cabo en un marco internacional y en los que
intervenga un consumidor, las partes podrán elegir la Ley aplicable al contrato de compraventa. Sin
embargo, el Reglamento (CE) nº 593/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de junio
de 2008, sobre la Ley aplicable a las obligaciones contractuales (Roma I) prevé que dicha elección
no supondrá para el consumidor la pérdida de derechos reconocidos legalmente por la normativa
del lugar de residencia habitual del consumidor.
A falta de acuerdo expreso entre las partes, la ley aplicable que regirá dicho contrato será la
normativa material española, cuando el consumidor tenga su residencia habitual en España y
siempre que se cumplan las condiciones previstas en el Reglamento Roma I, o cuando no se haya
podido determinar el contenido de la ley extranjera (67.1 TRLGDCU). En tales casos, el contrato de
compraventa se regulará por lo previsto en el Título IV del Libro Cuarto del Código Civil (arts. 1445
y siguientes), en el que se prevé la naturaleza y forma de este contrato, así como los derechos y las
obligaciones de las partes.
77

El art. 8 TRLGDCU prevé una serie de derechos básicos e irrenunciables para los consumidores
entre los que se encuentran: asegurar su protección contra los riesgos que puedan afectar su salud
o seguridad; garantizar la protección de sus legítimos intereses económicos y sociales; derecho a la
indemnización y reparación de los perjuicios sufridos; recibir una información correcta y completa;
derecho a la representación, consulta y participación a través de asociaciones de consumidores en
la elaboración de disposiciones generales; y asegurar la protección de sus derechos en situaciones
de inferioridad, subordinación e indefensión.
En la fase precontractual el empresario tiene la obligación de proporcionar al consumidor toda la
información necesaria para que éste pueda prestar su consentimiento informado. Así, el
consumidor que contrata por medios electrónicos debe disponer de los datos identificativos del
empresario y debe poder conocer las características básicas del bien o servicio que pretende
contratar, ex artículo 10 LSSI.
Del mismo modo, en virtud del artículo 27 LSSI, el empresario debe poner a disposición del
consumidor las condiciones generales de contratación y, además, indicar de forma permanente,
fácil y gratuita:
i) La forma de tramitación del contrato;
ii) Si el prestador va a archivar el documento electrónico en que se formalice el contrato;
iii) Los medios técnicos disponibles para identificar y corregir errores;
iv) Las lenguas de formalización del contrato.
Respecto a la validez y eficacia de este tipo de contratos el art. 23.1 LSSI recuerda que los contratos
electrónicos serán válidos y eficaces una vez que concurran: 1) consentimiento de los contratantes;
2) objeto cierto que sea materia del contrato; y 3) causa de la obligación que se establezca; esto es,
los mismos requisitos previstos en el art. 1261 del Código Civil para la validez y eficacia de los
contratos ordinarios. No obstante, para que sea válido el contrato electrónico no es necesario el
previo acuerdo de las partes sobre la utilización de medios electrónicos.
En cuanto a la oferta que realiza el empresario, ésta tiene que fijar todos los elementos esenciales
del negocio y será válida durante el período fijado en la misma por el oferente o, si no ha
determinado un período de vigencia, durante todo el tiempo que permanezca accesible a los
consumidores (art. 27.3 LSSI).
En este tipo de contratos en los que no existe una unidad de acto, al llevarse a cabo una
contratación a distancia, es especialmente relevante la obligación que impone el art. 28 LSSI al
oferente, según la cual, éste debe confirmar la recepción de la aceptación que ha realizado el
consumidor a través de alguno de los siguientes medios:
i) Acuse de recibo electrónico en el plazo de 24 horas desde la recepción de la aceptación;
ii) La confirmación, por un medio equivalente al utilizado en el procedimiento de contratación, de
la aceptación recibida, tan pronto como el aceptante haya completado dicho procedimiento,
siempre que la confirmación pueda ser archivada por su destinatario.
No obstante, es preciso tener en cuenta que no es necesario confirmar la recepción de la
aceptación de la oferta cuando el contrato se haya celebrado exclusivamente a través de medios
78

electrónicos, siempre y cuando no se hayan utilizado estos medios con el exclusivo propósito de
eludir el cumplimiento de tal obligación.
A diferencia de los contratos a distancia no celebrados de forma electrónica, en los que se
considera que hay consentimiento desde que el empresario conoce la aceptación o desde que se le
ha remitido la aceptación y no puede ignorarla sin faltar a la buena fe, en el caso de los contratos
electrónicos deberá entenderse que hay consentimiento desde que el consumidor manifiesta su
aceptación de la oferta presentada (art. 1262 del Código Civil, inciso final).
Como especialidad, el art. 29 LSSI determina que el contrato electrónico celebrado con un
consumidor se presumirá celebrado en el lugar en que este último tenga su residencia habitual. De
esta forma, para el comercio electrónico, se ha venido entendiendo que “se ha fijado el momento y
lugar de celebración de los contratos electrónicos, adoptando una solución única, también válida
para otros tipos de contratos celebrados a distancia, quedando unificado el criterio dispar
contenido hasta ahora en el Código Civil, art. 1262.1 y en el Código de Comercio art. 54” (SAP Santa
Cruz de Tenerife, sec. 3ª, S 6-5-2011, nº 219/2011, rec. 259/2011).
Asimismo, la legislación en materia de defensa de consumidores y usuarios otorga el derecho al
consumidor a desistir del contrato sin penalización alguna y para ello dispondrá de un plazo
mínimo de catorce días naturales (art. 102 TRLGCU). Este derecho, que se configura como básico e
irrenunciable, obliga en tal caso al empresario a reembolsar todo pago recibido del consumidor,
incluidos los gastos de entrega (art. 107.1 TRLGCU), salvo que el consumidor haya optado por una
modalidad de entrega diferente a la modalidad menos costosa de entrega ordinaria.
Para resolver los conflictos que pudieran surgir entre las partes serán competentes los Tribunales
españoles si el consumidor tiene su residencia habitual en territorio español o si lo tuviera el
oferente, pero este último solo podrá litigar en España si el consumidor también tiene su
residencia habitual en territorio español (art. 22 quinquies de la Ley Orgánica del Poder Judicial).
Pero además, la propia LSSI prevé la posibilidad de resolver los conflictos que surjan entre el
empresario y el consumidor a través de formas alternativas a la solución jurisdiccional. Así, el
TRLGCU, junto con la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de Arbitraje, regula el arbitraje de consumo
como medio extrajudicial y voluntario de resolución de conflictos cuyas decisiones son vinculantes
y ejecutivas para las partes. En tales casos el laudo arbitral se resolverá en equidad, salvo que las
partes optasen expresamente por un arbitraje de Derecho.
Pero además, también se preen otros sistemas alternativos de resolución de conflictos como los
conocidos como Online Dispute Resolution (“ODR” o métodos de resolución online) y así indica que
“podrán someter sus conflictos a los arbitrajes previstos en la legislación de arbitraje y de defensa
de los consumidores y usuarios, y a los procedimientos de resolución extrajudicial de conflictos que
se instauren por medio de códigos de conducta u otros instrumentos de autorregulación” (art. 32.1
LSSI).
Por su parte, los empresarios que comercializan sus bienes o servicios a través de medios
electrónicos están sujetos al régimen sancionador impuesto en la LSSI. Así, se consideran
infracciones sancionables, entre otras, el incumplimiento habitual de la obligación de confirmar la
recepción de una aceptación, no facilitar la información esencial al consumidor y el envío masivo
de comunicaciones comerciales por correo electrónico (spamming). Por la comisión de las
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infracciones recogidas en el art. 38 LSSI la Administración podrá imponer al empresario multas que
pueden llegar hasta los 600.000 euros en el caso de las infracciones muy graves.
En definitiva, el comercio electrónico internacional tiene ya unos cauces y una regulación muy
específica que, sin embargo, la práctica irá puliendo.

X – MEDITACIONES PARA EL DEBATE.

Con la información precedente, que incrementamos desde el informe preliminar, con las
colaboraciones indicadas y actualizaciones, ponemos a disposición de los Congresistas las
cuestiones que podrán ser temática de debate o de recomendaciones.
Para ese momento pretendemos facilitar su aborde con el temario propuesto, sin perjuicio de
la libertad de los asistentes de centrar las cuestiones en temas que consideren fundamentales.
De no presentarse mociones de trabajo, podríamos iniciar el debate –después
de escuchar a ponentes-, haciendo observaciones a este informe, en errores y
carencias, agregando las referencias al derecho comparado que hemos limitado
metodológicamente, para centrar los temas de interés a debatir, particularmente
rescatando la interconexidad de los temas, determinando si nos centramos en el
comercio internacional de mercaderías por vía electrónica y la defensa del
consumidor, como proponemos, pese a los trascendentes temas sobre las
modalidades de comercialización y distribución que genera el ecommerce. Tema de
debate será la regulación de Internet, su posibilidad, conveniencia en la defensa del
consumidor; abordando las normas protectorias en relación a la modalidad de pagos,
particularmente en los contratos conexos, por tarjeta. Es apasionante la posibilidad
de acciones de clase, sus modalidades y condiciones de la legitimación activa, sin
dejar de analizar la conveniencia, controvertida legislativamente, del arbitraje de
consumo. Podremos también incursionar en el dificilísimo aspecto tributario. No
descartamos como motivo de debate un tema que no hemos tratado: la sanción de
daño punitivo, que puede ser una sanción disuasoria de dañar.

Cerramos este ensayo apuntado respecto a las relaciones de consumo que


las mismas corresponden a un tema originario del derecho comercial, la
compraventa mercantil, que ahora inunda las relaciones privadas y ha sido recogido
por el CCCA, como así también 16 nuevos contratos para la organización de la
producción o comercialización para el consumo.
Parece necesario señalar que se intenta mantener -o generar- un mercado
global de consumidores en favor de los estados o regiones más poderosos. Es que las
leyes de mercado sólo corresponden a un marco de libre y perfecta competencia, lo
que implica una utopía pues la posición dominante en las relaciones económicas y
jurídicas ha sido y es una realidad, y de allí las incuestionables leyes de protección a
la libre competencia, anti monopolios y de lealtad comercial.

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