Mimnervo PDF
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La rima entre los cuatro términos, más acusada aún por parejas, en
quiasmo, contribuye a mostrar la relevancia del amor. Asimismo, con el
final del v. 3 (dvfi, igualmente como símbolo de amor) y con el inicio del
v. 4 (qpqs), enredando más y más las asociaciones y engarzando funda-
mentalmente con la palabra-clave, qpq.
Sin embargo, en la segunda parte no se aprecian ya tantos efectos au-
ditivos; no parecen quizás apropiados los adornos para el lado siniestro y
feo de la existencia. Y la fuerza expresiva se logra mediante el insistir en
epítetos negativos (seis, diferentes y aplicados todos -a excepción de
uno- a la vejez misma o al hombre viejo: Ó6uvqgóv7a i a x ~ ó vnanaí, , EX-
6eós, &tipaatog, &gyahÉov). Observemos el predominio casi absoluto de
adjetivos entre las palabras de valor negativo: esos seis frente a sólo dos
substantivos (ygeag, v. 6 y 10 y p É ~ i p v aV. ~ ,7). Mientras que en el pasaje
de la juventud abundan mucho más los substantivos temáticos: píos ...
taexvbv ... 'Arpeo6izqs (v. l ) , cp~hótqs ... 6 8 e a ... ~ 6 v f(V.
i 3), $qs aveea
(v. 4), a los que hay que añadir a6yas ... fiahíou en v. 8: diez en total fren-
te a tres únicos adjetivos (xeuogs, v. 1, peíhixa, V. 3 y OrexaMa, v. 4).
La proporción
- - d e tres a u n o - es exactamente la contraria.
Y, en especial, se consigue la expresividad por los contrastes con la
parte positiva; ya que al final del tema de la «vejez» recuerda estrecha-
mente el cierre de la «juventud»: el término clave en cada uno (qpqg, v.
4, y ygeas, v. lo), su epíteto respectivo (&exahÉa, v. 4, que acompaña
a $qs &v6&a7 frente a &eyahÉov, v. 10; parónimos, lo que subraya más
su fuerte contraposición), y la referencia al sentimiento que inspira una
y otra etapa de la vida en las mujeres y en otros seres en oposición: &v-
Geáa~vr6i: yvvai?gív (v. 5 ) / n a ~ a í ...
v 66 y v v a i ~ í v(v. 9).
El evidente paralelismo está además acentuado por la disposición
quiástica del conjunto e incluso entre las palabras-clave y sus epítetos:
f l p q (cv6aa).
~ .. ágnahéa v. 4
En la juventud
v. 5a
v. 9
En la vejez v. 10
Epít. Subst.
Pasando al fr. 2, observamos bastante simetría respecto al fr. 1'. Sin
embargo, se introduce una variación estructural; pues comienza igual-
SCHMIEL, o . ~, p.
. 285, confronta la composición de los fr. 1 y 2, haciendo pa-
tente su gran paralelismo.
24 ALICIA ESTEBAN SANTOS
mente hablando del aspecto feliz, de la juventud (v. 1-5a), pero se inter-
cala después el tema negativo, «la vejez dolorosa y la muerte» (v. 5b-7a),
para volver a la «juventud» (v. 7b-9) y, tras el v. 10, de cierre o más bien
de transición, acabar con una nueva disertación sobre el lado malo (v. 11-
16: en total, ocho versos, uno más que el conjunto de los positivos, lo
mismo que en el fr. 1). Es decir, se van alternando los temas: juventud
/ vejez y muerte / juventud / muerte y vejez8.
Ahora bien, cierta mezcla de temas también se puede apreciar en el fr.
1, donde, en la parte positiva, aparece el deseo de muerte (~eihaiqv,v. 2)
y en la negativa se habla del «complacerse con los rayos del sol» (v. 8).
Pero no se suceden ordenadamente como en el fr. 2; no es una cuestión es-
tructural. Sirve para acentuar el pesimismo del pensamiento, pues, en rea-
lidad, el pasaje del tiempo feliz está todo en forma negativa: «sin la dorada
Afrodita», «ojalá muera cuando ya no me importe el amor ni...».
Respecto a los conceptos más significativos en el fr. 2, en la parte po-
sitiva se equipara la juventud a la primavera florida. Es la idea fundamen-
tal: «juventud = primavera»; mientras que en el fr. 1 era la de «juventud
= amor». Así rpúhha rpúe~,rcohváv6~po~ ó ~ Eaeos
q («la muy florida es-
tación de la primavera», v. 1-2), & V ~ E ( S L YqPqs (<<lasflores de la juven-
tud», en v. 3, lo mismo que en el v. 4 del fr. l), fipqs xaexós (v. 7-8)9.
También se insiste en el nexo de la juventud con la luz del sol (a&
yCrs.. . fiehíou). Y, como en fr. 1, asimismo aparece el tema del placer:
ze~nÓ@a, v. 4.
En cuanto a la parte negativa, la oscuridad ( ~ É h a ~ vv.a ~5), se asocia
a la vejez y a la muerte, como el brillo se relaciona con la juventudlo. Y,
otra vez, se vincula la vejez principalmente con el dolor: yipaog &@ya-
hÉou (v. 6 , igual que en fr. 1, lo), 6 6 u q ~ (v.
á 12, el mismo adjetivo em-
pleado en fr. 1, 5).
l6
La historia completa se narra en el Himno Homérico a Afrodita, w. 218-38:
enamorada de Titono, la diosa Eos pidió a Zeus para él la vida eterna, pero olvidó
pedir también la juventud eterna. La descripción es sobrecogedora y llena de un pe-
simismo sólo comparable al que encontramos en los poemas de Mimnermo: el mismo
odio obsesivo a la vejez, el mismo culpar a los dioses del infortunio humano. Cf.A.
ESTEBAN SANTOS, Himnos Homéricos «Maiores» 1: análisis estilístico y estructural,
Madrid, 1983, pp. 190-2. H. PODBIELSKI, La structure de I'Hymne homérique a
Aphrodite a la lumi2re de la tradition littéraire, Wroclaw, 1971, p. 72, comenta que en
toda la poesía griega, excepto en la elegtaca del s. VI1 y VI, no se encuentra una con-
densación tal de epítetos reflejando la desgracia, crueldad, terror y repugnancia con
que la vejez agobia a los hombres (respecto a H. Afr. 244-6).
28 ALICIA ESTEBAN SANTOS
"' Esta corrección la aceptan, entre otros, D. A . CAMPBELL, Greek Lyric Poetry,
New York, 1967, p. 225; D . E. GERBER, Euterpe? Amsterdam, 1970, p. 107. También
S. SZÁDECZKY-KARDOSS («Die handschriftliche Uberlieferung»: Studi Filologici e sto-
rici in onore di Vittorio di Falco, Napoli, 1971, pp. 69-85: pp. 78-9), que se funda en
el fr. 5 y en que en la Literatura griega posterior es más corriente el uso adversativo
de 6yws xaí que el coordinante de by&< xai, lo que llevaría a los copistas a reem-
plazar el originario xaxbv por xahbv.
Sin embargo, lo rechaza SCHMIEL, o.c., p. 286, n. 1, como poco acorde con el
sentido.
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CONCLUSIONES
Alicia ESTEBANSANTOS
Universidad Complutense
ALICIA ESTEBAN SANTOS
ESTRUCTURA GLOBAL
1 (1 D.)
Tis 6E píos, t i 6É t e ~ n v b v&te@ 'Acp~o6itqs;
1. Deseo de muerte
.. .-
~ v yvva&ív. Enei O' ó6vvq~bvEnÉA&
& v S ~ á o 46E
yijeas, 6 t' a i q p o v 6pW5 nai xahbv & v a g a ti&L, 2. Irreconocible
aieí p ~ vrp~Évasápcpi xaxai t e i ~ o v o r~ É Q L ~ v ~ L , y repulsivo hace
o6 6' a6ya5 n ~ o o o ~ Wtéenezar
v 4eAíov, al hombre
&hh' Zp9pdq pEV naraív, b z í p a a o q 6E yvvargiv. 3. Odioso y deshonroso
4. La dolorosa vejez.
o i h o s oipyaAÉov yvjpaq E'B~xE&Óq. 5. Dios responsable 1
2 (2 D.)
6 (6 D.)
a i y&@&te@vo-íiaoy TE xai &eyahÉwv p ~ A ~ 6 ó v o v
E~qxovtaétqpoiea xixor 6avátov. 1