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Este documento analiza la estructura y el estilo de los fragmentos de Mimnermo sobre la vejez y la juventud (fr. 1-6). Discute cómo Mimnermo emplea recursos para expresar su pensamiento sobre la fugacidad de la juventud y la horrible vejez. El fragmento 1 contrasta la juventud y la vejez a través del uso de palabras clave, epítetos y paralelismos. El fragmento 2 alterna entre la juventud, la vejez y la muerte de manera estructurada. A través de estos contrast

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Este documento analiza la estructura y el estilo de los fragmentos de Mimnermo sobre la vejez y la juventud (fr. 1-6). Discute cómo Mimnermo emplea recursos para expresar su pensamiento sobre la fugacidad de la juventud y la horrible vejez. El fragmento 1 contrasta la juventud y la vejez a través del uso de palabras clave, epítetos y paralelismos. El fragmento 2 alterna entre la juventud, la vejez y la muerte de manera estructurada. A través de estos contrast

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ESTRUCTURA Y ESTILO EN LOS FRAGMENTOS DE

MIMNERMO SOBRE LA VEJEZ

En este estudio de Mimnermo nos limitamos a los fragmentos que tra-


tan el tema de la vejez y la juventud (fr. 1-6 Diehl)'. Y se centra nuestra
atención en el aspecto estilística y estructural; en los recursos que emplea
el poeta para la expresión de su pensamiento, que es uniforme a lo largo
de los versos analizados.
En efecto, se palpa en todo momento un espíritu atormentado por la
angustia ante el destino humano irrevocable: la fugacidad de la juventud,
que conduce sin remisión a la horrenda vejez. Es la idea obsesiva, la ve-
jez, cúmulo de males sin cuento, tan aborrecible que, en su lugar, la
muerte es deseada y pedida con insistencia2. En contraste, la esplendoro-
sa juventud, efímera, es el símbolo de todo lo hermoso: de las dulzuras
del amor, de la primavera florida, de la luz, de la belleza, de la estima-
ción ajena. Mas todo halla su final en la vejez. Y el responsable es el dios,
que ha hecho al hombre sujeto a tan miserable sino.
Estas ideas se repiten constantemente y, desde el punto de vista for-
mal, son puestas en evidencia con gran riqueza de medios:
Analizando fragmento por fragmento, observamos en primer lugar
que cada uno en sí - d e los más extensos- está compuesto muy elabo-
radamente, siempre tendiendo a acentuar la citada contraposición juven-
tud/vejez3.
Conforme a esto, el fr. 1 se divide en dos partes: la primera (v. 1-5a)
expone el lado positivo de la existencia, el tiempo de la juventud (fifiq, en

' Véase en p. 32 el texto y un esquema de la estructura.


C. M. DAWSON(«Lnov~a~oyéhoiov: Random thoughts on occasional poems*,
YCIS 19, 1966, p. 37-76) advierte aquí una similitud con la elección de Aquiles (11.
IX 410 SS.), que prefirió una vida corta, pero llena de honores. Mimnermo, a su vez,
escoge una vida corta pero feliz, mientras dure la juventud (p. 44).
Contraposición que ya ha sido señalada por diversos investigadores, en espe-
cial respecto a los frs. 1 y 2 D. Así por ejemplo B. A. van GRONINGEN, La Compo-
sition Littéraire Archaique Grecque, Amsterdam, 1960, p. 124; B. GENTILI,~Mimner-
mo», Maia 17, 1965, pp. 3ó6-87: p. 380; D. BABUT,~Semónideet Mimnermen, REG
84, 1971, pp. 17-43: p. 37; R. SCHMIEL, «Youth and age: Mimnermus 1 and 2», RFIC
102, 1974, pp. 283-9; P. GIANNINI, «La giovinezza ignara del bene e del male», QUCC
1977, 25, pp. 23-7: p. 24 y p. 26, notas 15 y 17.
22 ALICIA ESTEBAN SANTOS

v. 4, que es una de las palabras-clave). Y la segunda parte (v. 5b-10, es


decir, incrernentada en un verso respecto a la anterior) trata del lado ne-
gativo, de la vejez4. Aquí es yijgas la palabra temática, que abre y cierra
el pasaje, acompañada en ambos casos de un epíteto de sentido afín5: 6-
6vvq~óv(V. 5) y &gyahÉov (V. 10, el epíteto clave, reiterado hasta cinco
veces6, el más usual para calificar a yqgas).
Además de la antítesis juventudlvejez, aparecen otras dos ideas bási-
cas, una al principio y otra al término del fragmento: el deseo de muerte
como preferible a la vejez (en v. 2) y el dios causante del mal (en v. 10).
Esta última se encuentra rematando el final del poema, en un verso a
modo de sentencia: «tan dolorosa hizo la vejez el dios».
Para dar mayor realce a los valores contradictorios (el positivo de la
juventud y el negativo de la vejez) se asocia cada uno de estos conceptos
a otros: con la juventud, ante todo, el amor ('ArpqoGizqs, v. 1, rp~hótqs ...
~fivq,V. 3). Y con éste, a su vez, la dulzura ( p ~ i h ~ xV.a , 3), el placer
(tagxvóv, v. 1) e incluso la vida misma ($íos, v. 1). También se pone en
relación con el brillo del oro (xguo?js, v. 1) y del sol (afiyas. .. +Aiou, v.
8) y con las flores (q$qs &v6aa, v. 4, un tema muy reiterado, que resume
aquí todos los aspectos dichosos de la juventud).
A la vejez se hermanan el dolor (6buvr\góv, v. 3 y &gyahÉov,v. lo),
la fealdad (aioxgóv, v. 6), el odio (Ex~QÓs,v. 9) y la deshonra (dtipao-
tog, v. 9).
Y --en la parte positiva- para adornar tan hermosos temas, en con-
formidad con su contenido de belleza, se recurre a armoniosos juegos fó-
nicos:
Así, en los primeros versos, se repiten exageradamente ciertos soni-
dos: 12 -t- en v. 1, 2 y 3a; 14 -1- en v. 1, 2 y 3. También la -e-
(4 en v. l , en palabras consecutivas). Son motivos componentes de un
motivo central, el amor, que encabeza el poema y que es expresado en
'ArpgocSítq~
- -- (v. l), rp~hótqs- (v. 3a), vocablos a su vez en fuerte asonancia.
Por otra parte, también en homeoteleuto se encuentran los comienzos
de v. 2 y 3: t a f h a í p / xgunza6ig, que, precisamente, han sido colocados
contiguos cada uno a una de 12s dos palabras-tema citadas:

La nuestra es la misma división que hizo Van GRONINGEN, o.c., p. 124.


SCHMIEL, o.c., p. 284 observa ya la repetición verbal entre v. 5-6 y v. 10, que
forma un marco o anillo.
Como dice GIANNINI, o.c., p. 24, la anegatividad de la vejez es subrayada con
una significativa adjetivación, en la que &eyahÉov se repite con una fijeza tal que ha
parecido fastidiosa a algunos, como a Diehlw.
ESTRUCTURA Y ESTILO EN MIMNERMO 23

La rima entre los cuatro términos, más acusada aún por parejas, en
quiasmo, contribuye a mostrar la relevancia del amor. Asimismo, con el
final del v. 3 (dvfi, igualmente como símbolo de amor) y con el inicio del
v. 4 (qpqs), enredando más y más las asociaciones y engarzando funda-
mentalmente con la palabra-clave, qpq.
Sin embargo, en la segunda parte no se aprecian ya tantos efectos au-
ditivos; no parecen quizás apropiados los adornos para el lado siniestro y
feo de la existencia. Y la fuerza expresiva se logra mediante el insistir en
epítetos negativos (seis, diferentes y aplicados todos -a excepción de
uno- a la vejez misma o al hombre viejo: Ó6uvqgóv7a i a x ~ ó vnanaí, , EX-
6eós, &tipaatog, &gyahÉov). Observemos el predominio casi absoluto de
adjetivos entre las palabras de valor negativo: esos seis frente a sólo dos
substantivos (ygeag, v. 6 y 10 y p É ~ i p v aV. ~ ,7). Mientras que en el pasaje
de la juventud abundan mucho más los substantivos temáticos: píos ...
taexvbv ... 'Arpeo6izqs (v. l ) , cp~hótqs ... 6 8 e a ... ~ 6 v f(V.
i 3), $qs aveea
(v. 4), a los que hay que añadir a6yas ... fiahíou en v. 8: diez en total fren-
te a tres únicos adjetivos (xeuogs, v. 1, peíhixa, V. 3 y OrexaMa, v. 4).
La proporción
- - d e tres a u n o - es exactamente la contraria.
Y, en especial, se consigue la expresividad por los contrastes con la
parte positiva; ya que al final del tema de la «vejez» recuerda estrecha-
mente el cierre de la «juventud»: el término clave en cada uno (qpqg, v.
4, y ygeas, v. lo), su epíteto respectivo (&exahÉa, v. 4, que acompaña
a $qs &v6&a7 frente a &eyahÉov, v. 10; parónimos, lo que subraya más
su fuerte contraposición), y la referencia al sentimiento que inspira una
y otra etapa de la vida en las mujeres y en otros seres en oposición: &v-
Geáa~vr6i: yvvai?gív (v. 5 ) / n a ~ a í ...
v 66 y v v a i ~ í v(v. 9).
El evidente paralelismo está además acentuado por la disposición
quiástica del conjunto e incluso entre las palabras-clave y sus epítetos:
f l p q (cv6aa).
~ .. ágnahéa v. 4
En la juventud
v. 5a
v. 9
En la vejez v. 10
Epít. Subst.
Pasando al fr. 2, observamos bastante simetría respecto al fr. 1'. Sin
embargo, se introduce una variación estructural; pues comienza igual-

SCHMIEL, o . ~, p.
. 285, confronta la composición de los fr. 1 y 2, haciendo pa-
tente su gran paralelismo.
24 ALICIA ESTEBAN SANTOS

mente hablando del aspecto feliz, de la juventud (v. 1-5a), pero se inter-
cala después el tema negativo, «la vejez dolorosa y la muerte» (v. 5b-7a),
para volver a la «juventud» (v. 7b-9) y, tras el v. 10, de cierre o más bien
de transición, acabar con una nueva disertación sobre el lado malo (v. 11-
16: en total, ocho versos, uno más que el conjunto de los positivos, lo
mismo que en el fr. 1). Es decir, se van alternando los temas: juventud
/ vejez y muerte / juventud / muerte y vejez8.
Ahora bien, cierta mezcla de temas también se puede apreciar en el fr.
1, donde, en la parte positiva, aparece el deseo de muerte (~eihaiqv,v. 2)
y en la negativa se habla del «complacerse con los rayos del sol» (v. 8).
Pero no se suceden ordenadamente como en el fr. 2; no es una cuestión es-
tructural. Sirve para acentuar el pesimismo del pensamiento, pues, en rea-
lidad, el pasaje del tiempo feliz está todo en forma negativa: «sin la dorada
Afrodita», «ojalá muera cuando ya no me importe el amor ni...».
Respecto a los conceptos más significativos en el fr. 2, en la parte po-
sitiva se equipara la juventud a la primavera florida. Es la idea fundamen-
tal: «juventud = primavera»; mientras que en el fr. 1 era la de «juventud
= amor». Así rpúhha rpúe~,rcohváv6~po~ ó ~ Eaeos
q («la muy florida es-
tación de la primavera», v. 1-2), & V ~ E ( S L YqPqs (<<lasflores de la juven-
tud», en v. 3, lo mismo que en el v. 4 del fr. l), fipqs xaexós (v. 7-8)9.
También se insiste en el nexo de la juventud con la luz del sol (a&
yCrs.. . fiehíou). Y, como en fr. 1, asimismo aparece el tema del placer:
ze~nÓ@a, v. 4.
En cuanto a la parte negativa, la oscuridad ( ~ É h a ~ vv.a ~5), se asocia
a la vejez y a la muerte, como el brillo se relaciona con la juventudlo. Y,
otra vez, se vincula la vejez principalmente con el dolor: yipaog &@ya-
hÉou (v. 6 , igual que en fr. 1, lo), 6 6 u q ~ (v.
á 12, el mismo adjetivo em-
pleado en fr. 1, 5).

Según la estructuración de Van GRONINGEN, las secciones serían VV. 1-7a y w.


7b-16, con contrastes en ambas entre juventudlvejez y con pasajes transicionales: w.
4b-5a en la primera y w. 9-10 en la segunda. Para SCHMIEL (PP. 284-5) es preferible
dividirlo en VV. 1-8 (juventud) y w. 9-16 (vejez), hallándose -añade- en w. 9-10 el
punto central del poema.
M. GRIFFITH,«Man and the leaves: a study o£ Mimnermos fr. 2», CSCA 1975,
7, pp. 73-88, examina el abundante uso que hace Mimnermo del material homérico
-lo que es especialmente notorio en este pasaje de las hojas y las flores de la prima-
vera-. Y muestra que, cuando emplea nuestro poeta expresiones épicas muy fami-
liares, al introducir variaciones, incrementa precisamente el impacto de su propio
pensamiento transformado del homérico. Y así da otra dimensión a su poesía. En este
pasaje en concreto señala Griffith que las hojas son sólo productos de la naturaleza,
como los hombres son meros recipientes de lo que los dioses les dan. Por el contrario,
Homero les presenta como objeto y sujeto alternativamente del proceso natural (Grif-
fith, p. 77).
'O GRIFFITH,p. 79, ya observa el contraste entre KT~QES yika~vaby adyño' q~kiov.
ESTRUCTURA Y ESTILO EN MIMNERMO 25

La idea de la muerte también es dominante; está en Kqeeg, 6 a v á t o ~ 0 ,


z ~ h á v a 'AíGqv,
~, 6upocp66eov. Si -como vimos en fr. 1- la juventud
es la vida, la vejez es la muerte.. . Pero no: ni siquiera eso, es mucho peor
que la muerte (según expresa el poeta en el v. 10: «estar muerto es mejor
que vivir» cuando ha pasado la juventud). En consecuencia, la muerte im-
porta más al poeta por su oposición a la vejez -como concepto positivo,
bueno, frente al negativo, malo, de la vejez- que por su afinidad.
De nuevo la repetición de sonidos ayuda a reforzar los pensamientos
en la parte positiva (lo mismo observamos ya en fr. 1). Así en v. 1 el em-
pleo abusivo de la aspiración: seis aspiradas, una en cada palabra y casi
siempre inicial:

Produce un bello efecto armonioso y, a la par, da mayor énfasis al


tema clave: n o A u a v 6 ~ p 0beq,
~ &v@ea~v
flpqs.
Apreciamos en v. 2 la aliteración a;$ 'avyfia' a 3 & t a ~ ,en tres pala-
bras consecutivas que, además de poseer en común la a- inicial en dip-
tongo y una -a-, van aumentando progresivamente su volumen fónico. Y,
en especial, es notable la semejanza de las dos últimas: un medio más
para llamar la atención sobre la importancia de la «luz del sol».
Pero lo más interesante en este fragmento es su estructuración, ya que
tanto la parte positiva como la negativa presentan una composición anu-
lar".
En lo que se refiere a la primera (v. 1-9), los tres temas vinculados en-
tre sí, primavera-sol-juventud, se hallan en posición destacada (a fin de
verso), dos veces cada uno, en simetría axial12:

l 1 Como muestra SCHMIEL (p. 285) y, respecto a la parte negativa, GRIFFITH


(p. 80 y n. 50).
l 2 SCHMIEL, p. 285, hace notar que las repeticiones de ~ ~ É ~ L(v.
o s 2 y S), rj$q< (V.
3 y 7) y xfixv~ov1 pivvvtla (v. 3 y 7) enmarcan la idea central. También GRIFFITH,
p. 79, aprecia el «eco rítmico» entre v. 1 y 9.
26 ALICIA ESTEBAN SANTOS

Observemos que en la primera mención cada palabra temática va


adornada, reforzada por otro de los términos significativos, mientras que
en la segunda aparece sola. Porque aquí se trata ya de la brevedad, del
ocaso de la juventud, y el poema ha caído en un tono más sombrío.
Tales repeticiones no sólo hacen resaltar la conexión entre los tres te-
mas, sino que también subrayan con gran viveza lo que queda envuelto
en el centro del triple anillo: por un lado, tres versos cuyas tres palabras
finales contrastan totalmente con las tres repetidas13 (xaxóv, v. 4, @al-
val, V. 5, tt~yahéov,v. 6), lo malo y oscuro frente a lo bello y luminoso.
Por otro, dos ideas fundamentales: primera, los dioses son responsables;
aquí concretamente de nuestro saber o no saber: «no conociendo de los
dioses ni el bien ni el mal» (v. 4b-5a)14. Y segunda, el destino malhadado
del hombre: «la vejez dolorosa» y la muerte (v. 5b-7a).
Intercalada, pues, entre juventud y juventud, sol y sol, primavera y
primavera, la gran obsesión de Mimnermo, la yqeas &eyahéov, es real-
zada al máximo.
Y, una vez cerrado este círculo y concluido por tanto el motivo de la
juventud, como colofón, expresa el poeta otro de sus pensamientos capi-
tales: «estar muerto es mejor que la vida» (v. 10). Esta sentencia tampoco
podía aparecer más en relieve: transición entre la parte positiva y la ne-
gativa y situada entre un anillo y otro anillo.
Porque también la parte negativa se enrosca sobre sí misma con la re-
petición, al comienzo y al final, de xaxti xohhá (marcada aún más por el
quiasm~)'~:

l 3 La construcción tnpartita es muy marcada: tres grupos de tres versos.


SCHMIELtambién señala en la segunda parte (VV.11-6) una triplicidad en el tema de
los males, y no sólo en este fragmento, sino asimismo en el fr. 1 (cf. pp. 285-6).
l4
Frase ésta ambigua, que ha sido objeto de numerosos comentarios. Una inter-
pretación bastante extendida es que «los jóvenes no conocen aún el mal y no pueden
disfrutar entonces de su felicidad,,. Así J. DEFRADAS,Les Élégiaques grecs, París,
1962, p. 67. Cf.F. WEHRLI,Studien zur altesten Ethik bei den Griechen, Leipzig y Ber-
lín, 1931, p. 22; H. FRANKEL,Dichtung und Philosophie des frühen Griechentums, 2.a
ed. Munich, 1962, pp. 228-38; B. LAURENTI,«Pessimismo e non pessimismo nella
poesia di Semonide i'Amorgino», Sophia 32, 1964, p. 87.
Pero, más recientemente, BABUT,o.c., p. 38, considera que el poeta se refiere a
que «la ignorancia del futuro, la ligereza de espíritu propias de la juventud, eran en
realidad la condición misma de la felicidad que vendrá a destruir inevitablemente la
vejez*. También para D. E. GERBER,~Mimnermus,Fragment 2. 4 - 5 , GRBS 16,
1975, pp. 263-8, significa que juventud es una época de felicidad, porque los jóvenes
no tienen aún conocimiento del bien o del mal. Más o menos ésta es la opinión de
GIANNINI,o.c., que reseña algunas de las interpretaciones hasta el momento.
l5 SCHMIEL (p. 285) y GRIFFITH(p. 80 y n. 50) señalan aquí la «Ringkomposition».
ESTRUCTURA Y ESTILO EN MIMNERMO

Constituye, sin duda, la frase primordial del pasaje: «muchos males»


que acarrea la vejez. Y, tras la enumeración de los males, se llega a que
es el dios el que los da al hombre (v. 16). Es decir, nos encontramos de
nuevo con la noción del dios responsable y, además, con la misma con-
clusión en sustancia que en el fr. 1: «Tan dolorosa hizo la vejez el dios»
(fr. 1, 10) 1 «Zeus da muchos males» (fr. 2, 16). Porque la vejez dolorosa
equivale en realidad a todos los males existentes.
Vemos, por tanto, que Mimnermo da vueltas constantemente a las
tres ideas esenciales: «la vejez dolorosa» (fea, odiada, deshonrosa, etc.)
ante la cual es muy preferible la muerte y de la que es causante el dios
(como de los demás males, siempre asociados a la vejez). Y sobre tales
ideas recae todo el acento precisamente en el fr. 2.
Los fragmentos que siguen son tan breves que ya resulta difícil un
análisis de los pasajes en sí, aunque intentamos conexionarlos con los
otros más extensos.
El fr. 3 -en dos versos- menciona la juventud (beq), pero en tér-
minos negativos: «cuando pasa la juventud el padre no es honrado ni que-
rido por sus hijos».
Repite temas del fr. 2: E X ~ Vn a e a p ~ i q m abeq ~ (fin de fr. 3, 1, igual
al final de fr. 2, 9), y, en especial, del fr. 1: la idea de que la vejez hace
al hombre repulsivo y deshonroso. Observemos la repetición formal:
Fr. 1, 9: ... r c a ~ a í v ,& t í p a r n o s...
Fr. 3, 2: 0662 ... n a ~ o i vt í p ~ o... s
El fr. 4, a su vez, habla sólo de la vejez: «A Titono Zeus le concedió
tener un mal eterno, la vejez, que es peor que la muerte dolorosa». En
sus dos versos concentra de nuevo, pues, los tres pensamientos medula-
res: el dios da el mal, y este mal es la vejez (dicho aquí expresamente),
que es peor que la muerte. Pero ahora es a un hombre en particular, a
Titono, a quien Zeus da el mal más terrible, la vejez eterna16.

l6
La historia completa se narra en el Himno Homérico a Afrodita, w. 218-38:
enamorada de Titono, la diosa Eos pidió a Zeus para él la vida eterna, pero olvidó
pedir también la juventud eterna. La descripción es sobrecogedora y llena de un pe-
simismo sólo comparable al que encontramos en los poemas de Mimnermo: el mismo
odio obsesivo a la vejez, el mismo culpar a los dioses del infortunio humano. Cf.A.
ESTEBAN SANTOS, Himnos Homéricos «Maiores» 1: análisis estilístico y estructural,
Madrid, 1983, pp. 190-2. H. PODBIELSKI, La structure de I'Hymne homérique a
Aphrodite a la lumi2re de la tradition littéraire, Wroclaw, 1971, p. 72, comenta que en
toda la poesía griega, excepto en la elegtaca del s. VI1 y VI, no se encuentra una con-
densación tal de epítetos reflejando la desgracia, crueldad, terror y repugnancia con
que la vejez agobia a los hombres (respecto a H. Afr. 244-6).
28 ALICIA ESTEBAN SANTOS

Emplea términos negativos usuales: nanov, y i j e a ~6avátou


, y el epí-
teto clave, tceyahéov, que acompaña, sin embargo, a «muerte» y no a
«vejez» como es habitual. Pero sirve tal variación para acentuar lo espan-
toso de la vejez, «que es peor todavía que la muerte dolorosa».
El fr. 5, ya más extenso, presenta una estructura pareja a la del.fr. 2
y, fundamentalmente, a la del fr. 1:
Se inicia -al igual que éstos- con el tema de la juventud (v. 1-2a, o
bien Teognis 1017-9 más v. 1-2a D)" y prosigue oponiendo la descripción
de la vejez (v. 2b-5). Y en ambas secciones encontramos la palabra-clave
respectiva: ijPq en v. 2 y ttgyahéov ... y f i e a ~en v. 2-3.
La parte positiva recuerda en su motivo, la brevedad de la juventud,
al fr. 2 (v. 3 y 7-8). Pero ahora se la compara, en su fugacidad, con un
sueño; mientras que antes, con la vida efímera de las flores primaverales
y con la de la luz del día.
Y en lo que respecta a la parte negativa, muestra estrecha correspon-
dencia con el fr. 1: en primer lugar, por la acumulación - c o m o allí- de
adjetivos de valor negativo (cinco frente a un único substantivo, yfieas,
v. 3)Is. Pero aquí es aún más llamativo el efecto, porque se concentran
en menor número de versos y se aplican casi todos a yijeag19 (a excepción
de &yvootov, v. 4, que alude al hombre viejo): tc~yahkovnai &po~cpov
(v. 2), E X ~ Q O ...
V nai & T L ~ O Y(V. 4; de nuevo el asunto tan reiterado de la
honra, que también aparece en la parte positiva, en el epíteto de ijPq,
, 2, y antes en el fr. 1, 9 y en el fr. 3,'2).
~ i p j a s o a V.
Y, principalmente, repite ideas y grupos de palabras del fr. 1, en or-
den inverso, para mayor relieve:
E n fr. 1:
...ó t' aiqebv.. . Q v 8 ~Ta L ~ E ~ v. 6 -
... E ~ f l ~,pEv.
b s .. tczípamo~6E.. .
... aeyaheov y f p a ~..
.................................................................
E n fr. 5:
.... tceyahkov... y j ~...a ~ v. 2-3
6 x 8 ~ 0.~. xai
. Qt~pov, v. 4a
6 t' &yvomov T L @ E ~Qv6ea v. 4b -
I7 Puesto que Thgn. 1020-22 son exactos a Mimn. 5, 1-3 D , se ha supuesto que
también Thgn. 1017-9 pertenecen a Mimnermo. Sin embargo, M. U. WILAMOWITZ-
MOELLENDORFT, Sappho und Sirnonides, Berlín/Zürich/Dublín, 19662,pp. 285-6, con-
sidera la transición (en Thgn. 1019) muy artificial, y cree que Mimn. 5, 1-3 D. ha sido
unido a un contexto diferente. Contra esta opinión, J. CARRIERE, «Nouvelles remar-
ques sur l'époque et sur le texte de Théognis», REG 67, 1954, pp. 64-5, ve excesivos
los escrúpulos de Wilamowitz. Y alega que Mimn. 1-3 D . es denunciado por su pri-
mera palabra, hhha, como sacado de un contexto en contraposicion; condición cum-
plida por el hemistiquio de Teognis (1019): h a i nhéov fiqehav aival.
l8 C', p. 3.
l9 De manera semejante en el H. Hom. Aphr. 244-6. 'C n. 16.
ESTRUCTURA Y ESTILO EN MIMNERMO 29

Además, el v. 4a de este fragmento 5 recuerda, por otra parte, al mis-


mo v. 6 del fr. 1:

Observemos la repetición de 6p.G~xaí, la misma colocación de los ad-


jetivos y la enorme semejanza formal e incluso fónica. Toda esta red de
conexiones entretejidas contribuye a acrecentar más y más la carga nega-
tiva de los epítetos de la vejez.
Sin embargo, la construcción de ambas frases no es tan exacta como
aparenta, ya que xahóv (fr. 1, 6) y a t ~ y o v(fr. 5 , 4) no se encuentran en
realidad en el mismo plano sintáctico: a t ~ y o vva unido a E X ~ Q Ó V(fr. 5 ,
4): «odiosa y deshonrosa al mismo tiempo (la vejez)»; mientras que xa-
hóv es atributo de ( r v 6 ~ a(fr. 1, 6), frente a a i o x ~ ó v el
, predicativo: «la
vejez, que hace feo incluso al hombre hermoso». Tal consideración po-
dría apoyar la conjetura de Hermann, que substituye el xahóv de los mss.
por xaxóvZ0.Esto se hallaría en consonancia además con el tono general
del pasaje -saturado de epítetos negativos, como señalamos (cf. p. 23)-
. Aunque xahóv, a su vez, podría ser defendido en base a xáhh~otogde
fr. 3, 1 (dado que dicho fr. 3 repite las ideas de la parte negativa del fr.
1 (cf. p. 27).
Por otro lado, si admitimos como pertenecientes a Mimnermo tam-
bién los versos de Teognis 1017-9 (que precederían entonces a los del fr.
5 DZ0),nos encontramos con que Thgn. 1019 comienza con una expresión
totalmente simétrica en la forma -y a un tiempo en absoluto contraste
en el contenido- a la que inicia el fr. 5 , 4 (expresión que es, precisamen-
te, la que acabamos de comentar como paralela a su vez al fr. 1, 6):
Thgn. 1019:
V. 4 Diehl:
t e ~ x v b v6 p 6 ~
Ex8ebv 6 p h ~
xai xahóv
xai a t ~ y o v 1
a principio de verso

En tal paralelismo -si efectivamente es original de Mimnermo-


apreciamos otro recurso que aiiadir a los muchos que, constantemente,

"' Esta corrección la aceptan, entre otros, D. A . CAMPBELL, Greek Lyric Poetry,
New York, 1967, p. 225; D . E. GERBER, Euterpe? Amsterdam, 1970, p. 107. También
S. SZÁDECZKY-KARDOSS («Die handschriftliche Uberlieferung»: Studi Filologici e sto-
rici in onore di Vittorio di Falco, Napoli, 1971, pp. 69-85: pp. 78-9), que se funda en
el fr. 5 y en que en la Literatura griega posterior es más corriente el uso adversativo
de 6yws xaí que el coordinante de by&< xai, lo que llevaría a los copistas a reem-
plazar el originario xaxbv por xahbv.
Sin embargo, lo rechaza SCHMIEL, o.c., p. 286, n. 1, como poco acorde con el
sentido.
30 ALICIA ESTEBAN SANTOS

proclaman la contraposición juventud/vejez2'. Pero también podría in-


terpretarse como una frase creada por otro (inspirándose en fr. 1, 6 y en
fr. 5, 422)para introducir con más verosimilitud los versos de Mimnermo.
Nos parece quizás una forma de antítesis demasiado marcada y no tan su-
til como acostumbra nuestro poeta.
Respecto a su afinidad, por otra parte, con la frase del fr. 1, 6, nos re-
sulta algo extraña también la misma construcción tres veces. Aunque, si
Thgn. 1019 fuera original de Mimnermo, parecería confirmar el nahóv de
fr. 1, 6. Sin embargo, nos sirve de igual manera el argumento inverso:
que es el xahóv de Thgn. 1019 -especialmente si pertenece a Mimner-
mo, pero incluso en el caso c o n t r a r i w el que ha llevado a los copistas
a cambiar nan.óv por nahóv.
El fr. 6, asimismo muy breve (dos versos), parece una adecuada cláu-
sula de cierre: «Ojalá sin enfermedades ni dolorosas preocupaciones (de
nuevo el epíteto clave cleyahÉov, v. 1) me llegue la muerte a los sesenta
años». Eleva una vez más su deseo de morir antes que envejecer.

CONCLUSIONES

Así, pues, nos topamos al final de nuestros fragmentos con la misma


idea exactamente que los encabezaba: «Ojalá muera antes de que llegue
la vejez»: t ~ Y a i q v(fr. 1, 2) / a t yag.. . p o i p X ~ X O Lt3avá~ov(fr. 6).
Idea en la que tanto se insiste a lo largo de los versos de Mimnermo,
y siempre en posición destacada.
Si pudiéramos confiar en que -a pesar de las evidentes lagunas- ésta
fuera más o menos la configuración y distribución originaria, nos encon-
traríamos con un poema o conjunto de poemas compuestos en gran uni-
dad, donde los conceptos fundamentales van repitiéndose en correspon-
dencia, envolviendo los unos a los otros a modo de anillos concéntricos
(véase el esquema de la estructura global, p. 32):

''Señala CARRIERE, o.c., p. 65: «En la correspondencia de las fórmulas no veo


más que la repetición legítima y natural de la oposición».
** Cf. WILAMOWITZ, o.c., p. 286: «La primera parte de Thgn. 1019 ha sido ajus-
tada a la horma de Mimn. 5 , 4».
ESTRUCTURA Y ESTILO EN MIMNERMO 31

1. El deseo de muerte antes que la vejez, que, desde el inicio al


término, recubre todo el pensamiento de Mimnermo (fr. 1,2;
fr. 6).
2. Lo irreconocible y repulsivo que hace al hombre (fr. 1, 6;
fr. 5 , 4a).
3. Lo aborrecible y deshonroso (fr. 1, 9; fr. 5 , 4a) que le hace
Y es
4. la dolorosa vejez (fr. 1, loa; fr. 5 , 2-3).
5. De todo lo cual el dios es responsable (f;. 1, 10; fr. 4, 1).
Y, entremedias, las mismas ideas, que se repiten y repiten y entremez-
clan y entremezclan, siempre abocando en los horrores de la vejez, en la
suma de males que ésta acarrea y simboliza (fr. 1, 5b-10; fr. 2, 6 y 11-16;
fr. 4; fr. 5, 2b-5). Entre dichos horrores, principalmente, la fealdad, la
deshonra y la pérdida del amor de los demás (fr. 1, 6 y 9;,fr. 3, 2; fr. 5,
4). Y de todo ello es causante la divinidad (fr. 1, 10; fr. 2, 4b-5a y 16; fr.
4, 1). En consecuencia, tan terrible es la vejez que la muerte resulta muy
preferible a ella (fr. 1, 2; fr. 2, 10; fr. 4, 2; fr. 6).
Y, como contrapartida, la efímera juventud, sinónimo de cuanto exis-
te de bello y honroso. Pero su mención está únicamente por antítesis: no
es más que un tránsito, tan fugaz como un sueño, o como la luz de un solo
día, o como la flor de una sola primavera. Un tránsito hacia la vejez, de
la cual la muerte es la única redención para el hombre.Ésta es, quizás,
la idea culminante, que se sitúa -según ya indicamos- al principio y al
fin y, probablemente, en el mismo centro o, al menos, en el centro del
fr. 2 (v. lo), entre uno y otro anillo, el del bien y el del mal.
Por eso no puede Mimnermo dejar de citar a Titono (en el fr. 4), el
ser más desgraciado posible; el semimortal-inmortal que posee la vida
eterna, mas no la juventud eterna; viejo por los siglos de los siglos sin si-
quiera el consuelo de la muerte.

Alicia ESTEBANSANTOS
Universidad Complutense
ALICIA ESTEBAN SANTOS

ESTRUCTURA GLOBAL
1 (1 D.)
Tis 6E píos, t i 6É t e ~ n v b v&te@ 'Acp~o6itqs;
1. Deseo de muerte

.. .-
~ v yvva&ív. Enei O' ó6vvq~bvEnÉA&
& v S ~ á o 46E
yijeas, 6 t' a i q p o v 6pW5 nai xahbv & v a g a ti&L, 2. Irreconocible
aieí p ~ vrp~Évasápcpi xaxai t e i ~ o v o r~ É Q L ~ v ~ L , y repulsivo hace
o6 6' a6ya5 n ~ o o o ~ Wtéenezar
v 4eAíov, al hombre
&hh' Zp9pdq pEV naraív, b z í p a a o q 6E yvvargiv. 3. Odioso y deshonroso
4. La dolorosa vejez.
o i h o s oipyaAÉov yvjpaq E'B~xE&Óq. 5. Dios responsable 1
2 (2 D.)

Eaeoq, ót' a i ~a6yña'


' a Ü & t a ~ Ijdíov,
sol =
juventud

6 (6 D.)
a i y&@&te@vo-íiaoy TE xai &eyahÉwv p ~ A ~ 6 ó v o v
E~qxovtaétqpoiea xixor 6avátov. 1

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