Estilos Aprendizaje
Estilos Aprendizaje
Estilos Aprendizaje
Resumen
El artículo presenta un amplio análisis del concepto de estilos de aprendizaje que
abarca desde el surgimiento de los primeros estudios relacionados con estos,
pasando por las distintas perspectivas teóricas bajo las cuáles ha sido abordado, las
diversas formas de clasificarlos hasta la relación que guardan con el ámbito escolar.
El eje central dl trabajo, sin embargo, es el análisis de la relación que se establece
entre los estilos de aprendizaje y el modelo educativo del CCH, la forma en que
puede abordarse de manera más adecuada y productiva desde la docencia el
trabajo de hacer converger los estilos del modelo educativo, los estilos de
aprendizaje de los alumnos e incluso, los estilos docentes para promover el logro de
los aprendizajes escolares y un mejor desarrollo personal de los alumnos.
Presentación 1
Finalmente, para nuestro modelo educativo significa entender qué aspectos aporta
este enfoque sobre el desempeño estudiantil, y ampliar su visión académica en
nuestras prácticas educativas.
Particular sentido adquirió el estudio de los estilos cognitivos con los descubrimientos
operados en el campo de la neurología durante los años 60´s a partir de los trabajos
de Roger Sperry con relación a la especialización hemisférica del cerebro, que
brindaron evidencias científicas acerca por ejemplo, del desempeño del hemisferio
izquierdo del cerebro en las funciones relacionadas con el lenguaje, el razonamiento
lógico, la abstracción; y del hemisferio derecho en funciones referidas a
pensamiento concreto, la intuición, la imaginación, las relaciones espaciales y el
reconocimiento de imágenes, patrones y configuraciones.
Con el auge de las psicologías cognitivista y humanista en otros campos del saber y
en particular en la educación, los estudios desarrollados sobre los estilos cognitivos
pronto encontraron eco entre los pedagogos, principalmente en países como
Estados Unidos, donde desde los años 60´s venía generándose un amplio
movimiento de reformas curriculares que clamaban por transformaciones 2
cualitativas en el sector, con vistas a la renovación de las metodologías tradicionales
y el rescate del alumno como polo activo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Sin embargo, y a diferencia de los teóricos de la personalidad, los psicólogos de la
educación, en lugar del término estilo cognitivo, comenzaron en muchos casos a
hacer uso del término estilo de aprendizaje, explicativo del carácter
multidimensional del proceso de adquisición de conocimientos en el contexto
escolar. Ello a la vez derivó en una amplia diversidad de definiciones, clasificaciones
e instrumentos de diagnóstico, conformadores de los más disímiles enfoques y
modelos teóricos con relación al objeto-problema en cuestión.
Para R. Dunn, K. Dunn y G. Price (19779: 41) estilo de aprendizaje es “la manera por la
que 18 elementos diferentes (más adelante los aumentaron a 21, añadimos
Hunt (1979: 27) describe estilo de aprendizaje como “las condiciones educativas
bajo las que un discente está en la mejor situación para aprender, o qué estructura
necesita el discente para aprender mejor”.
Butler (1982) indica que los estilos de aprendizaje “señalan el significado por el que
una persona más fácil, efectiva y eficientemente se comprende a sí misma, el
mundo y la relación entre ambos”. Agrega también que “señalan manera distintiva
y característica por la que un discente se acerca a un proyecto o un episodio de
aprendizaje, independientemente de si incluye una decisión explícita o implícita por
parte del discente”.
Para Smith (1988: 24): los estilos de aprendizaje son “los modos característicos por los
que un individuo procesa la información, siente y se comporta en las situaciones de
aprendizaje”.
Los estilos educativos, según Leichter, se aprenden en la interacción con los demás,
y además se confirman, modifican o adaptan.
Los elementos del estilo educativo son dinámicos y están siempre en relación,
necesitan un espacio amplio de tiempo para que puedan ser estudiados a fondo.
Tienen un carácter social.
Consideraciones metodológicas
Una disposición es un estado físico o psicológico de una persona para realizar (o no)
una acción determinada. Al igual que las preferencias, las disposiciones tienen que
ver con la voluntad del sujeto y el gusto por hacer algo o dejar de hacerlo. Sin
embargo, la disposición está acompañada de la motivación o incentivo que la
acción pueda proveer al sujeto. Hay personas que deben realizar ciertas acciones
pero no las efectúan porque no se sienten motivados a hacerlas. No tienen
disposición para hacerlas por sí mismas.
Las preferencias nos remiten a los gustos y a las posibilidades de elección de entre
varias opciones. Una preferencia casi siempre es una actitud consciente y está
determinada por el control y la voluntad del individuo. Por ejemplo, cuando un
alumno acostumbra escribir en un tipo de cuaderno o a subrayar siempre sus libros,
en la mayoría de las ocasiones lo hará hasta que su preferencia cambie o se 5
transforme.
Los patrones conductuales son manifestaciones típicas que presenta un sujeto ante
una situación determinada. Un sujeto que acostumbra ser puntual en sus citas o
compromisos repetirá esa conducta en la mayor parte de las ocasiones. Cuando
una persona es tildada de “puntual”, quiere decir que el patrón conductual de
llegar a tiempo le ha sido identificado. De la misma manera, puede hablarse de
otras manifestaciones típicas como las reacciones ante ciertos estímulos. Las rutinas,
las costumbres y las tradiciones ejercen un papel preponderante en el desarrollo y la
continuidad de conductas específicas de un sujeto.
Una relación entre los estilos y las habilidades genera una sinergia más importante
que la simple suma de las partes. La consideración de lo quiere hacerse y de lo que
realmente puede hacerse es un aspecto importante para el éxito de una persona.
Cuanto más rápido conozca una persona para qué es buena, más rápido podrá
llevar una vida productiva. De aquí la importancia de saber orientar a los jóvenes
sobre las preferencias para la elección de una carrera. Por ejemplo, es más seguro
que sea exitoso un estudiante que desea ser médico porque le gusta tratar con los
pacientes, que un estudiante que desea ser médico porque sus papás así lo desean.
Las opciones de la vida necesitan encajar tanto en los estilos como en las
habilidades. En la década de los setenta ser profesor de primaria en algunos estados
de México era una buena oportunidad de ganar prestigio, dinero y status. En los
ochenta, la contaduría pública, la administración y la medicina pasaron a ser
buenas opciones para los estudiantes. Las universidades de México se saturaban
rápidamente en estas áreas. En los noventa, y hasta la fecha, la rama de la
computación y las nuevas tecnologías ha llamado la atención de las nuevas
generaciones. El magisterio, la administración y la medicina, han dado paso a otras
necesidades para las que la sociedad exige atención de los sujetos. Las habilidades
para manejar la información y las nuevas tecnologías son menester importante en la
conformación de los estilos de los profesionistas del mañana.
La gente tiene perfiles (o patrones) de estilos, no un solo estilo. Este principio parece
cuestionar a la mayoría de las teorías que se revisan en este documento. Sin 7
embargo, debemos resaltar que cada teoría deja entreabierta la posibilidad de
combinaciones entre los estilos enunciados. Hay una predominancia de un cierto
estilo, lo cual no quiere decir que un sujeto no manifieste características de otro.
Los estilos son variables de acuerdo con las tareas y las situaciones. Esto lo enuncian
Guild y Garger (1998) al decir que los estilos no son absolutos. Las personas pueden
adaptarse a las situaciones y a las tareas según determinados factores como el
estado de ánimo, la motivación, la disposición, la necesidad, etc. Por ejemplo, una
persona introvertida, al asistir a un evento social de su trabajo, puede hacer a un
lado su introversión por un momento y convivir con sus compañeros un poco más de
lo habitual.
La gente difiere en la fuerza de sus preferencias. Mientras hay algunas personas que
gustan de trabajar en grupos, hay otras que prefieren trabajar con una o dos
personas como máximo; otras más prefieren trabajar solas. El hecho de no querer
trabajar solas, no quiere decir que necesariamente sea en un grupo de cierto
número. Por citar otro ejemplo, hay personas que prefieren el chocolate en todas sus
modalidades, entre tanto, otras sólo lo toleran como bebida o en un pastel.
Las personas difieren en su flexibilidad estilística. Por un lado, hay gente que es
adaptable por su capacidad de ser flexible; por otro lado, hay quienes son
exageradamente rígidos y no son muy adaptables. Por ejemplo, un profesor que
toda la vida ha enseñado de manera autoritaria, difícilmente cambiará su forma de
enseñar, comparado con un profesor más joven que puede llegar a ser más flexible
en su proceso de ser mejor profesor.
Los estilos son socializados. Muchos de los expertos en educación que se han
dedicado al estudio de los estilos reconocen la importancia de la interacción en el
aprendizaje de modelos, en los estilos pasa algo similar. Los niños imitan lo que les
agrada de las conductas de las personas mayores y desechan lo que no. Los que
provienen de familias muy estrictas y dominantes tenderán a seguir los mismos
patrones cuando sean mayores. Sin embargo, si las experiencias no fueron del todo
agradables con esos modelos, tenderán a adoptar lo opuesto.
Los estilos pueden variar a lo largo de la vida. Muchos sujetos que en la infancia
fueron alumnos muy desorganizados se han vuelto profesionistas muy metódicos y
organizados. El hecho de que una persona adopte un patrón específico de
conducta o una preferencia específica durante un tiempo no quiere decir que lo
mantendrá hasta la muerte. Si hacemos un poco de memoria sobre nuestras propias
preferencias de hace algunos años a la fecha, podremos observar que éstas han
cambiado; no obstante, algunas se han mantenido, y tal vez sí las conservemos por
el resto de nuestra existencia. 8
Los estilos pueden ser mensurables. En educación, como en el resto de las ciencias
sociales, se realiza la medición de constructos teóricos. Los estilos no son la
excepción, cada autor o grupo de autores que ha desarrollado una teoría sobre
estilos (cognitivo, de aprendizaje, enseñanza y pensamiento), ha incluido un
instrumento que permite identificar los estilos mencionados en dicha teoría. Los
instrumentos más comunes son los inventarios. Las personas proporcionan
información sobre sí mismos contestando preguntas de sí o no, o seleccionado
opciones de entre varias. La desventaja de esta forma de instrumento radica en que
las personas que los contestan pueden reflejar lo que piensan que son más que la
realidad en sí misma. Hay también tests de figura (para estilos cognitivos), entrevistas,
reportes de observación y análisis de productos de aprendizaje (tareas y
actividades). Estas últimas formas de medición también tienen un sesgo
interpretativo por parte del evaluador.
Los estilos pueden enseñarse. Aunque hay factores que influyen en la adquisición de
los patrones y las preferencias que conforman los estilos (como los modelos de otras
personas que interactúan con un individuo en la socialización), los estilos pueden
enseñarse. Cuando un profesor ofrece a sus alumnos tareas que requieren ciertas
Los estilos no son, en promedio, buenos o malos sino una cuestión de enfoque. Al 9
igual que en el listado anterior, Stenberg (1997) también subraya la idea de que los
estilos tienen una función utilitaria de acuerdo con la situación y el ambiente en los
cuales se desempeñe el sujeto. Una empresa de productos para el hogar puede
requerir que sus empleados generen ideas creativas para satisfacer un mercado
cada vez más exigente. Una empresa dedicada a las ventas necesitará individuos
con habilidades sociales desarrolladas a un nivel de persuasión suficientemente
convincente para realizar contratos. ¿Qué pasa cuando las personas no tienen el
estilo requerido para un puesto? Un directivo sin un espíritu de líder de una institución
tal vez tenga problemas para realizar el buen funcionamiento de ésta. Un profesor
introvertido tal vez presente problemas de interacción con sus alumnos.
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Honey y Mumford, 1986 Activo; reflexivo; teórico; pragmático
1. Según se puede observar en la tabla anterior, Kolb (1984) afirma que existen
cuatro tipos:
2. Schmeck et. al. (1989) afirma que para medir los estilos de aprendizaje son
fundamentales cuatro factores o escalas:
Holístico: supone una preferencia por abordar la tarea desde la perspectiva más
amplia posible y utilizar la imagen visual y la experiencia personal para elaborar
la comprensión. Es equivalente al estilo cognitivo descrito como divergente,
impulsivo y global.
En relación con esta última clasificación, Beltrán (1993) apunta que las personas no
presentan un estilo en exclusiva, sino que tienden a uno u otro dependiendo de los
campos de la actividad y la situación.
Estratégico: destaca de la intención de sacar las notas más altas, el uso de tests
previos para predecir preguntas, la atención a pistas acerca de esquemas de
puntuación en el aseguramiento de materiales adecuados y condiciones de
estudio.
Cabrera (1998), realiza una crítica a las teorías de los estilos que se han centrado en
los aspectos meramente cognositivistas y, apoyándose en Vigotsky, resalta la
importancia de los aspectos histórico-culturales que se deben valorar. Para él, un
abordaje de los estilos de aprendizaje debe:
Para Vigotsky, lo que las personas pueden hacer con la ayuda de otros puede ser,
en cierto sentido, más indicativo de su desarrollo mental que lo que pueden hacer
por si solos. De aquí que considere necesario no limitarse a la simple determinación
de los niveles evolutivos reales si se quiere descubrir las relaciones de este proceso
evolutivo con las posibilidades de aprendizaje del estudiante, por lo que resulta
Eso último que se anotó, aborda una cuestión de suma importancia para las
escuelas: el cómo propiciar ambientes, actividades y condiciones que forjen las
experiencias de los estudiantes, y en consecuencia sus conocimientos, habilidades,
identidades y estilos.
percepción y acción dando lugar a sus aprendizajes, y por tanto a poseer ciertos
estilos para su adquisición.
a) El espacio escolar. Por factores diversos que definen a cada institución, para un
alumno no es lo mismo ingresar a una escuela particular que a una pública, a su
vez, entre estas últimas, no representa igual el ambiente de la UNAM que el del
IPN; pero también en las escuelas de la UNAM, los estudiantes perciben
ambientes relativamente distintos, si se encuentran en el plantel del CCH Sur que
en el del CCH Naucalpan; e incluso podemos distinguir algunos rasgos más de
diferencia entre el turno matutino y el vespertino de cada plantel.
Con todo ello lo que queremos destacar es que la escuela representa el espacio
organizacional formativo, donde el estudiante encontrará un conjunto de
referentes —algunos con decisivo peso normativo— que regularán su estancia y
convivencia en una cultura escolar (propia, dinámica y cambiante respecto a
otras escuelas) donde aprenderán cosas y formas de aprenderlas, es decir,
estilos.
b) Las asignaturas y su visión del mundo. Del ambiente escolar al que se enfrentan
los estudiantes, las materias del plan de estudios, representan su vínculo cognitivo
al mundo; ahí encuentran una variedad de campos de conocimiento sobre los 16
que se esperan determinados aprendizajes, pero también son referentes que
marcan y orientan sus preferencias y patrones conductuales.
conduce a que los estudiantes las aprendan de cierta manera; y con ello, a que
vayan incorporando determinados estilos.
Ahora bien, esos estilos que el medio escolar provee, sobre todo vistos en su historia
(las prácticas educativas de los primeros ciclos) son resignificados y presentificados
desde el bagaje cultural que los alumnos han adquirido en la familia, en los medios
de comunicación, con los amigos y en otros espacios educativos.
Así, el estilo cognitivo que adopta un estudiante frente a un problema o una tarea es
resultado de una combinación de experiencias no sólo educativas, sino sobre todo
personales, que pondrán en juego su singular manera de encararla, lo que generará
ciertos niveles de eficacia en los resultados y activará una disposición a privilegiar
formas analíticas, pragmáticas o meticulosas para desarrollarla.
El CCH, como cualquier otra escuela, tiene en su proyecto educativo una serie de
rasgos que caracterizan el perfil de egreso de sus estudiantes, en él se estipulan las
habilidades, conocimientos y actitudes que conformarán los aprendizajes y
estrategias esperados. Por lo tanto, esos elementos del modelo educativo dirigen y
regulan la adquisición de determinados estilos por parte de los alumnos en un
proceso de acoplamiento con los estilos que ellos traen.
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Describiremos a continuación lo que el modelo educativo del Colegio anota sobre
el tipo de estudiantes que desea formar:
f) Incorporar las ideas sobre los estilos en instituciones como las nuestras representa
un esfuerzo formativo en la población docente, ya que ésta deberá resolver el
asunto de identificar los estilos de aprendizaje que tienen sus alumnos, no como
rasgos de su personalidad solamente, sino como tendencias cognitivas
susceptibles de clasificación y atención. Esto es, el grupo puede ser organizado
manejando estilos activos, reflexivos, teóricos y pragmáticos (Modelo Honey y
Mumford), lo cual conduce a los docentes a idear e impulsar estrategias donde
no se pierdan de vista los contenidos disciplinarios.
Bibliografía básica
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