Aróstegui, Julio - Guerra, Poder y Revolución PDF
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La República española
y el impacto de la sublevación
Julio Aróstegui
universidad Complutense de Madrid
AYER 50 (2003)
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7 Véase TUNÓN DE LARA, M., y otros: La guerra civil española. 50 años después,
Barcelona, Labor, 1985, pp. 45 y ss. (texto escrito por J. ARÓSTEGUl).
Guerra, poder y revolución 91
15 Concepto acuñado por NIN, A.: La situación política y las tareas del proletanado)
que era la tesis política que había de presentar en el Congreso del POUM de junio
de 1937 que nunca llegó a celebrarse (publicado en Los problemas de la revoluczón
española) 1931-1937) Barcelona, Ruedo Ibérico, 1977, con prólogo de]. ANDRADE, p. 219).
16 La mejor caracterización del fenómeno es la hecha por BRouÉ, P., y TÉMIME,
E.: La revolución y la guerra de España) 1, cap. V, México, FCE, 1977. Recientemente
H. Graham ha vuelto a señalar la característica de la «fragmentación» del poder repu-
blicano como la nota dominante en el primer momento de la guerra. Véase GRAlIMl,
H: The Spanish Republic at War) 1936-1939) Cambridge UP, 2002, pp. 79 Y ss., un
estudio que es hoy el más completo de los existentes sobre la trayectoria general de
la República en guerra aunque centrado únicamente en los aspectos políticos.
17 GODICHEAU, F.: Repression) op. cit.) cap. 1.
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propuestos pudieran ser eficaces sin más obstáculo que ciertos con-
flictos «controlados» 26.
N o tenemos métodos seguros para determinar cuándo un conflicto
social pasa el umbral de lo controlable políticamente, pero las inca-
pacidades políticas generan las situaciones más aptas para la ruptura
de la legitimidad. Sin mayor hipérbole, puede identificarse el objetivo
de la sublevación armada con un intento de restauración social, en
el sentido de restablecimiento pleno de las relaciones de preeminencia
típicas de la sociedad anterior a 1931. Sin embargo, el hecho es
que tales relaciones no habían sido, en modo alguno, destruidas,
aunque sí, indudablemente, amenazadas. En cualquier caso, no hay
fundamentos para asegurar que la inmediata situación de preguerra
fuera revolucionaria, y sigue siendo muy difícil establecer cuál es
el «umbral» en que una coyuntura histórica pasa a ser apta para
el desencadenamiento de un proceso revolucionario. Tampoco parece
dudoso, por el contrario, que la sublevación creara esas condiciones
preCIsas.
La imagen de una «República asediada», que ha sido la rotulación
adoptada por un interesante conjunto de trabajos sobre el problema,
no deja de ser afortunada 27. La trayectoria de la República en guerra
no deja de ser la de un sistema social y sistema de poder destruido
y la de los intentos, como veremos después, sucesivamente fracasados
de establecer un orden nuevo. En efecto, al analizar la evolución
sociopolítica de la República en guerra es posible constatar la apa-
rición, más que sucesiva, paralela, de intentos de articular nuevos
bloques de hegemonía social y nuevas estructuras de poder que,
en parte, prolongaban y, en parte, sustituían experiencias de preguerra.
32 Ibidem.
33 Elorza ha señalado, adecuadamente a nuestro juicio, que las posiciones de
Nin y, en general, del «leninismo» y trotskismo español eran el producto del intento
de aplicar miméticamente al caso de la revolución española las enseñanzas de la
soviética sin un análisis más detenido de las peculiaridades de la revolución española.
Aunque esto es afirmado en varios escritos, véase el ya citado de ELoRzA, A., y
BrzcARRoNDO, M.: Queridos camaradm~ op. cit.} pp. 291 y ss., y 351 y ss. (<<El POUM
o el comunismo imaginario»).
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Crisl~\~ 1936-1939, parte IlI, The Battle in the Party, 1937-1938, Cambridge UP, 1991.
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