Criminologia
Criminologia
Criminologia
Esta teoría propone que el delito trasciende los “factores biológicos y psicológicos”,
donde “la conducta desviada y la criminalidad” tienen su origen en las “estructuras
sociales”.
Donde la “sociedad global” ejerce una gran influencia en la conducta desviada, por la
presión que ejerce entre la “ruptura del mundo cultural” en contradicción con la
“organización institucional”.
Todos los especialistas que estudian el crimen están de acuerdo que la Teoría de la
Anomia es la única eminentemente sociológica, por cuanto su lógica apela a
explicaciones sociales para demostrar que la conducta desviada esta muy relacionada
y recibe la influencia determinante de la sociedad.
Este contexto hacía tambalear el viejo orden y las “inseguridades” y los “miedos” de la
modernidad acechaban la escala de valores, la cultura y el sistema de creencia que
hasta entonces había disciplinado al conjunto social.
De este problema se ocupó, precisamente, DURKHEIM, con su obra “La división del
trabajo social”, creando sus concepciones ya conocidas de solidaridad orgánica y
mecánica. Durkheim piensa que la anomia surge porque la división del trabajo no
produce contactos lo bastante eficaces entre sus miembros ni regulaciones adecuadas
de las relaciones sociales. Cree que los suicidios provocados por una situación de
anomia eran por tanto consecuencia del fracaso de los frenos sociales en lo que podría
llamarse ambiciones demasiado presuntuosas (“El suicidio”, 1857).Mientras que
Durkheim limitaba su aplicación de la anomia principalmente al suicidio, Merton trataba
de explicar no solo el suicidio, sino también el crimen, la delincuencia, los desórdenes
mentales, el alcoholismo...Para él, la conducta desviada incluye al exageradamente
conformista, al extremista, al revolucionario, al virtuoso burocrático,etc.
Según MERTON, las estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas
personas en la sociedad induciéndolas a una conducta de rebeldía antes que de
conformidad.A diferencia de Durkheim, Merton no consideraba la naturaleza biológica
del ser humana como importante para explicar la desviación.Al explicar la anomia y la
conducta desviada, Merton enfocaba no al individuo, sino el orden social. Postulaba
una dicotomía entre las metas culturales y los medios institucionales para lograr esas
metas. Cualquier meta cultural muy apreciada en una sociedad, es probable que afecte
los medios institucionalizados. Un equilibrio eficiente entre estas dos fases suele
mantenerse mientras los individuos obtengan satisfacciones conformándose tanto con
las metas culturales como con los medios institucionalizados.
El grado de anomia
Según Merton existen cinco tipos de adaptaciones a una situación en que los medios
legítimos para alcanzar una meta son inalcanzables para ella:
4. La innovación: la persona comparte los fines pero no recorre los mismos caminos
sacrificales. Por ende, “corta camino” y en vez de medios lícitos utiliza medios
“eficaces”. Buena parte de la conducta delictiva se explica en base a este tipo de
respuestas a los problemas de ajuste.
Pese a que a partir de esa época la teoría de la anomia fue puesta en crisis por los
teóricos del control, muchos de sus postulados, actualizados, permiten el diseño de
alternativas actuales contra la criminalidad convencional.
Para Merton, la anomia no significa tanto, "ausencia de normas" sino que, en las
sociedades anómicas, "junto con la presión que las personas reciben para obedecer las
normas, reciben otras tendientes a desobedecerlas”.
c) Desigualdad de oportunidades.
En definitiva, una sociedad anómica produce una tensión sobre muchos ciudadanos
cuando la estructura cultural (superestructura) induce a plantearse altas aspiraciones
y, en cambio, la estructura económica y social limita a ciertos grupos, solamente, las
oportunidades lícitas de alcanzar esas metas tan elevadas.
El modelo teórico de Merton presupone que una parte de los ciudadanos asumirán ese
este mensaje de éxito, pese a sus limitadas posibilidades de alcanzarlo, debido
justamente a que en ese medio cultural, la mayoría de la gente tiende a identificarse no
con la mayoría que no logra esas metas sino con la minoría que sí lo logra. Del juego
combinado de esos dos factores (fines y medios, o metas y oportunidades) concluye
que la presión anómica será especialmente sentida por aquellas personas de clase
baja. Al asumir que las “altas aspiraciones” son una de las fuentes de la presión
anómica, Merton está desarrollando una idea que anteriormente había utilizado
Durkheim para explicar las tasas de suicidio en la sociedad europea del siglo XIX. La
diferencia es que las “altas aspiraciones” en Durkheim se originan en el instinto
biológico de la persona, son naturales y se registran especialmente en momentos de
crisis en que las mismas no son reguladas socialmente, para Merton son inducidas
culturalmente y son permanentes.
Planteos de política Criminal: la Teoría de la anomia coincide que, para bajar los
indicadores de criminalidad debe estarse a una doble posibilidad. O bien se incide
desde el estado en la estructura cultural para que las personas rebajen sus aspiraciones
(y aprendan a vivir con apego a otros códigos que no incluyan el american way of life,
por ejemplo el desarrollo de actividades solidarias), o bien se incide en la estructura
social para que las personas aumenten sus oportunidades. Los planes de “lucha contra
la pobreza” y de “movilización de la juventud”, llevadas a cabo por Kennedy y Jonson,
están influidas por estas ideas, que a su vez adoptan muchas tesituras de la Escuela
de Chicago: tratan de organizar políticamente el barrio como premisa para la prevención
del delito, a la vez que intentan mejorar las oportunidades educativas y de trabajo de
los jóvenes.
ESTRATEGIAS DE POLÍTICA CRIMINAL:
Ayudar a las personas más carenciadas: Los poderes públicos deben intervenir para
proteger socialmente y para dar oportunidades de formación a las personas en
condiciones de pobreza, pero evitando la dádiva y/o el clientelismo, sino apuntando a
que esa ayuda coadyuve a que esa gente reasuma valores convencionales de clase
media o trabajadora.
Robert Dubin y Frank Harary, trataron de completar la tipología propuesta por Robert k.
Merton, proponiendo la creación 14 tipos:
Metas
Tipo de comportamiento Culturales Normas Medios
desviado
Innovación en el
comportamiento:
+ +/- +/-
Invención institucional
+ +/- +
Innovación normativa
+ + +/-
Invención Operativa
+/- + +
Invenciones intelectuales
+/- + +/-
Movimientos sociales
Ritualismo en el
comportamiento:
– + +
Nivelación de demandas
– + –
Moralista institucional
– – +
Autómata organizacional
+ – –
Demagogo
+ – +
Oportunista normativo
+ + –
Oportunista de los medios
– – –
Evasión del mundo
+/- +/- +/-
Rebelión
Simbología: + = Afirmación
– = Negación
Las tipologías propuestas por Robert. Dubin tienen un valor “heurístico”, como
descripción de diversos comportamientos y constituyen un ejercicio teórico que puede
ser llevado hasta el infinito.
Mientras que Frank Haray criticando la ambivalencia de los símbolos usados por Robert
k. Merton “introduce símbolo “cero” para incluir la “indiferencia” de ciertos actores, llega
a 20 conceptos utilizados en una matriz muy parecida a la utilizada por R. Dubin, pero
sin llegar a completarla totalmente y deja esta propuesta con un valor provisional.
Esto explica por qué casi nunca se ve a una persona delinquiendo solo, robando o
matando solo, esto se debe a que si se está acompañado se puede tomar más fuerza
y determinación ya que se actúa para gustarle al otro o ganar respeto, en el caso de
la delincuencia juvenil lo hacen más como una decisión simbólica o de rebeldía hacia
los valores que se les ha venido inculcando en sus hogares
En estas teorías se ven más enfocadas en las clases sociales, esto se debe a que las
personas tienden a etiquetar a las demás por su estrato o clase social, todos saben que
las persona de clases bajas son los marginados o por así decirlo, los delincuentes por
naturaleza, se dice que el lugar donde vives dice mucho de ti. Ahora bien, las personas
o jóvenes nacidos en una clase social alta de padres con situaciones económicas altas
son las personas más respetadas por la sociedad, los que merecen todo,privilegios
habidos y por haber. Las subculturas criminales son un producto del limitado acceso de
las clases bajas a los objetivos y metas culturales de las clases altas.
En estas teorías se ven más enfocadas en las clases sociales, esto se debe a que las
personas tienden a etiquetar a las demás por su estrato o clase social, todos saben que
las persona de clases bajas son los marginados o por así decirlo, los delincuentes por
naturaleza, se dice que el lugar donde vives dice mucho de ti. Ahora bien, las personas
o jóvenes nacidos en una clase social alta de padres con situaciones económicas altas
son las personas más respetadas por la sociedad, los que merecen todo,privilegios
habidos y por haber. Las subculturas criminales son un producto del limitado acceso de
las clases bajas a los objetivos y metas culturales de las clases altas.
Para las teorías subcultura les, la delincuencia no es consecuencia de la
desorganización social, sino de la organización social distinta de los valores que posee
cada subcultura en su entorno de desarrollo, ya que cada una posee una diferencia de
roles lo que hace que se diferencien una de la otra.
PRINCIPALES ENFOQUES:
El concepto de subcultura se utiliza por primera vez en la sociología por MCLUNG LEE
(levels of culture as levels of social generalization 1945) su posterior recepción se da
sin duda al hecho de que los estudiosos de la delincuencia juvenil en los años 40 vieron
en él un instrumento útil para describir una de sus características más llamativas: la
tendencia de los jóvenes a organizarse en bandas.
LA APORTACIÓN DE KOBRIN
Es una actitud valorativa ambivalente; cuando menos respeto se tiene a las normas
oficiales más llamativa y respetada será la persona y sus
actuaciones hedoísmo inmediato. Tiene un hedoísmo inmediato porque la subcultura
propugna una satisfacción inmediata “ya mismo” frente al placer que caracteriza la
actitud de las clases altas. Esto tiene un espíritu de grupo, además tienen una
intolerancia frente a toda reacción o limitación que trate de ejercerse desde el exterior
pues se sienten atacados frente a los comentarios y ayudas que les brindan.
Para Cohen, la subcultura criminal es una cultura de grupo como ya se mencionó antes,
que admite pluralidad de tipos de delincuentes juveniles, algunos de los cuales vendrán
determinados no por factores subculturales sino psicogenéticos, pero teniendo en
cuenta que su enfoque es sociológico.
Según lo que dice el autor se nota que las características o rasgos de malicia son “el
goce de los jóvenes ante el desconcierto de los otros” esta hostilidad se revela ante los
adultos y ante las personas que no están por decirlo de algún modo“en sus pandillas”.
El termino negativismo aparece muy ligado al anterior, acá el autor agrega otras
características distintivas, tales como la versatilidad y el hedonismo. La versatilidad
implica los diferentes cambios que se hacen en la actividad delictiva, porque no siempre
se delinque de la misma manera, siempre la ocasión formara al mejor delincuente. Así.
el hedonismo es como lo que esperan los jóvenes de cualquier esquina, ellos delinquen
pero no tienen una meta a largo plazo.
Cohen señala que un ingrediente muy importante para pertenecer a una pandilla es la
familia. “El nivel socioeconómico, la edad de los padres, el número de hijos y duración
de la pareja Son uno de los factores Influyentes en los comportamientos de los jóvenes,
la poca atención y la discriminación los convierte en delincuentes y personas no
aceptadas por la sociedad”. Eso se debe a que la poca comprensión y la falta de interés
hacia ellos hace que busquen el cariño y aceptación en los lugares equivocados, lo que
hace que cada vez quieran más estatus, pues esto lo hacen como una forma de
venganza con la sociedad e incluso con su familia porque han sido tan marginados que
crean en sus mentes una serie de secuelas difíciles de superar.
LA SUBCULTURA DE LA POBREZA
El proceso del cual resulta el comportamiento criminal no difiere en nada del proceso
que conduce al comportamiento normal (el individuo hace su aprendizaje del crimen en
el seno de una familia “Probablemente la familia es la primera interacción que tiene el
ser humano en su vida, la cual debería ser una unidad básica de sociedad. En este
núcleo familiar se tiende a tener como propósito fundamental satisfacer las
necesidades más elementales de las personas, como: comer, dormir, alimentarse, etc”
Lamentablemente estas pautas de una familia unida son destruidos por el hecho de
que los jóvenes de hoy no quieren estar en su seno familiar si no construir una en la
calle.ya sea porque en su casa se siente rechazados o simplemente porque nace la
idea de la criminalidad, buscan una familia la cual acepte su vida delincuencial, y que
con halagos los haga sentir aceptados.
Se concluye de aquí, que una integración satisfactoria en una buena sociedad, reduciría
considerablemente la influencia de los factores criminógenos personales en una
delicada cuestión de equilibrio entre las fuerzas pro y antisociales de orden individual y
colectivo.
Esta teoría trata de dar explicación al hecho de que la distribución de los delitos en los
escenarios urbanos no es uniforme ni aleatoria, sino que presenta patrones claramente
identificables particularmente, estos autores estuvieron influenciados por el enfoque de
las actividades rutinarias, planteando que la distribución del delito se asocia a la
distribución de las actividades claves de la comunidad, y se relaciona con la familiaridad
que el infractor tiene con ciertos espacios urbanos y no con otros.
Esta teoría señala la utilidad del control social como instrumento eficaz para que los
individuos puedan anticipar las consecuencias que les puede ocasionar la comisión de
una transgresión o delito. Llevándolos a sospesar esas consecuencias e inhibiéndolos
en algunos casos de la comisión de dichos actos.
Gottfreson & Hirschi parten de la premisa que cualquier persona ha tenido la tentación
en alguna ocasión de hacer algo "malo", pero la mayoría de la gente, ante la posibilidad
de ver expuesta su conducta a la luz pública, se inhibe de esta tentación. En cambio,
aquellos que tienen poco que perder se dejarán tentar en mayor proporción. “La
delincuencia juvenil es más que todo una delincuencia de frustración ya que algunos
de los jóvenes que se convierten en delincuentes son personas que carecen de amor
comprensión, aceptación, ya sea de su entorno familiar, o social[6]”
Parece un poco injusto la reacción que tiene la sociedad frente a lo que hace un joven
de una comuna, a diferencia del actuar de un joven de un barrio como el poblado, ya
que el actuar de un joven de una comuna será visto con desprecio o repudio y la de un
joven de mayor estrato será tapada, mejor vista, o incluso entendida.
Las relaciones sociales fuertes fomentan la conformidad. Por el contrario, para aquellos
individuos que no se sientan muy vinculados con su familia, amigos o compañeros de
trabajo, los costos de la conducta desviada son mayores.
La estructura de oportunidades:
Quienes cuentan con más oportunidades legítimas para satisfacer sus intereses
tendrán más ventajas en la conformidad. Los que tienen poco control o reducida
confianza en el futuro tienen más posibilidades de presentar pautas de conducta no
convencionales.
La implicación:
Una novedad que incorpora la teoría de las subculturas estriba en afirmar que estos
colectivos sociales organizados y “desviados” no profesan la misma escala de valores
que el resto de la sociedad. De hecho, la denominación subcultura refiere a entramados
culturales diversos, que se diferencian ex profeso de la escala de valores dominante en
la clase media del estado welfarista.
Esta actitud de rebeldía hacia los valores convencionales de clase media, canalizada a
través del delito, intenta no tanto satisfacer expectativas de lucro o ascenso económico
(delincuencia utilitaria) sino construir subjetividades y afirmar una identidad que el
propio sistema les escamoteaba a esos jóvenes marginados y olvidados por una
estructura social que les impedía acceder al bienestar por vías lícitas, frente a lo que
surgía la desviación como respuesta (delincuencia expresiva).
Este tipo de delincuencia juvenil no se explica, para las teorías subculturales, ni por
aspectos ecológicos ni por el desajuste entre metas y medios. El delito sería la
consecuencia de una organización social distinta, de una escala de valores alternativa
o al menos ambivalente , en la que la solidaridad interna de los grupos aparece tan
importante como la valentía, el hedonismo inmediato y la maliciosidad (la satisfacción
se extrae precisamente de la disconformidad de los otros o de su temor).
Por eso, Cohen no se preocupó en determinar por qué un joven se integra a una
subcultura, sino por qué existen las subculturas criminales, qué factores inciden en la
conformación de las mismas y de qué manera éstas se relacionan con la sociedad
convencional.
Y concluyó que la estratificación social de una sociedad dividida en clases, una suerte
de ambivalencia normativa (que tiene que ver con la manera en que en algún momento
de su vida esos jóvenes son influidos por valores de clase media y por valores
subculturales) y la frustración que produce la marginación, eran los elementos que
explicaban la existencia de las subculturas.
La frustración, a su vez, es –justamente- producto de una contradicción en la escala de
valores de los jóvenes de clase baja, que participan en buena medida de ambos
sistemas de creencias. Porque aunque pertenezcan a sectores sumergidos, sus propios
padres son inducidos a participar del estilo de vida y los patrones de la clase media,
contradicción que acentúan el sistema educativo y los medios de comunicación. Pero,
al intentar asomarse a esos valores, el joven de clase baja experimenta una sensación
de debilitamiento de su autoestima porque no les han sido proporcionados los
instrumentos de socialización para competir con éxito con los hijos de las familias de
clase media.
Esta identificación con los valores de su clase, conviviendo dificultosamente con las
presiones de los valores de clase media, lleva a esa ambivalencia y a esa frustración
(conflicto) que el joven de condición marginada resuelve con el recurso a tres
alternativas:
a)el “college boy”, o joven que se adapta a los valores de clase media asumiendo los
mismos a pesar de las desventajas objetivas en las que se encuentra.
BIOGRAFIAS:
ÉMILE DURKHEIM
(Épinal, 1858 - París, 1917) Sociólogo, pedagogo y antropólogo francés, uno de los
pioneros en el desarrollo de la moderna sociología.
Hijo de un rabino, destacó pronto como estudiante,
lo que le permitiría acceder en 1879 a la Escuela
Normal Superior de París, por la que se licenció en
filosofía en 1882. Terminados sus estudios en la
Normal, inició su carrera docente en diversas
ciudades francesas. Durante el curso 1885-1886 se
trasladó a Alemania, donde conoció los métodos de
la psicología experimental de Wilhelm Wundt.
Desde Alemania envió a diversas revistas
francesas algunos artículos sobre filosofía y
ciencias positivas; gracias a estas colaboraciones fue nombrado profesor encargado de
la asignatura de ciencia social y pedagogía de la Universidad de Burdeos (1887). En
1896 se le otorgó la cátedra de filosofía social y fundó la revista L'année sociologique.
En 1902 fue nombrado profesor de la cátedra de ciencias de la educación de la
Universidad de París, donde ejercería la docencia hasta su fallecimiento.
En el ámbito de sus investigaciones, Durkheim pasó de un interés inicial por la
pedagogía a una mayor amplitud de miras que lo llevó al campo de la sociología, por
aquel entonces en sus comienzos tras la primera formulación positivista de Augusto
Comte. El primer trabajo importante de Émile Durkheim fue su tesis doctoral, Sobre la
división del trabajo social (1893). Tras examinar la excesiva especialización y
deshumanización del trabajo, tendencia en progresión ascendente desde la Revolución
Industrial, Durkheim subrayaba en este estudio los graves riesgos que tal evolución
suponía para el bienestar y el interés común de la sociedad.
Dos años después publicó su obra fundamental, Las reglas del método
sociológico (1895), que constituye un verdadero breviario de sociología; en ella acotó
Durkheim el campo de la nueva ciencia y propuso la metodología que había de seguir.
El objeto de estudio de la sociología no puede ser una suma de individuos (pues en la
misma configuración del individuo intervienen fuerzas sociales que operan sobre él),
sino el fenómeno o hecho social, una de cuyas principales características es
precisamente la coerción que ejerce sobre el individuo.
En tanto que objeto de la sociología, el hecho social no debe ser juzgado (por ejemplo,
está fuera de su campo establecer si los ritos religiosos poseen o carecen de
fundamento), sino analizado y estudiado a partir de la observación y de los datos y
evidencias empíricas, aplicando métodos científicos y atendiendo a su función y a sus
causas inmediatas. El resultado de ello ha de ser la explicación de la conciencia
colectiva (término acuñado por Durkheim), formada por un conjunto de valores
compartidos que es completamente distinta de la suma de las conciencias individuales.
La conservación, cambio o pérdida de tales valores (morales, religiosos, etc.) determina
la estabilidad o evolución de una sociedad.
Aplicando su propia metodología, Émile Durkheim partió de datos estadísticos oficiales
para preparar su siguiente estudio: El suicidio (1897). La tesis de la obra se resume en
la siguiente frase: "El suicidio varía en proporción inversa al grado de integración del
individuo en la comunidad religiosa, familiar y política". Siguiendo la concepción
sociológica expuesta en su trabajo anterior, Durkheim parte del presupuesto de que el
individuo está guiado por una realidad moral colectiva. De la observación de que cada
pueblo tiene cierto porcentaje de suicidios, más constante que la mortalidad y regulado
por reglas fijas, se desprende que los países y sus instituciones son una fuerza motriz
independiente del individuo.
Junto a las obras ya reseñadas cabe citar Filosofía y sociología (1899) y una serie de
estudios, de entre los cuales los más importantes son Crimen y salud social (1895), La
prohibición del incesto y sus orígenes (1896), Sobre la definición de los fenómenos
religiosos (1879-1898), Las representaciones colectivas y las representaciones
individuales (1898), Determinación del hecho moral (1907) y Juicios de realidad y
juicios de valor (1911).
Publicó además numerosos artículos, singularmente en Revue de métaphysique et de
morale, Revue philosophique y L'année sociologique: entre ellos cabe destacar Sobre
el totemismo(1902), Algunas formas primitivas de clasificación (1903) y La
organización matrimonial de las sociedades australianas (1903). En la Rivista italiana
di sociologia aparecieron El suicidio considerado en el aspecto sociológico (1897) y La
sociología y su dominio científico (1900).