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Criminologia

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TEORIA DE LA ANOMIA:

Esta propuesta teórica trata de explicar el crimen y el delito, la plantearon: el francés


Emile Durkheim, después el norteamericano Robert K. Merton y luego fue criticada y
ampliada por varios autores contemporáneos como Richard A. Cloward y Lloyd E. Ohlin
y la nueva propuesta tipológica de Robert Dubin y Frank Haray.

Esta teoría propone que el delito trasciende los “factores biológicos y psicológicos”,
donde “la conducta desviada y la criminalidad” tienen su origen en las “estructuras
sociales”.

Donde la “sociedad global” ejerce una gran influencia en la conducta desviada, por la
presión que ejerce entre la “ruptura del mundo cultural” en contradicción con la
“organización institucional”.

Todos los especialistas que estudian el crimen están de acuerdo que la Teoría de la
Anomia es la única eminentemente sociológica, por cuanto su lógica apela a
explicaciones sociales para demostrar que la conducta desviada esta muy relacionada
y recibe la influencia determinante de la sociedad.

Esta teoría se enmarca dentro de una de las grandes corrientes sociológicas


denominada el “Estructural-Funcionalismo”.

El concepto de anomia suele usualmente designarse para aludir a ciertos estados de


inexistencia de normas en un determinado contexto histórico y social. De allí se ha
asociado, inicialmente, que esta inexistencia de normas potencia la posibilidad de que
se produzcan y reproduzcan conductas desviadas.La idea de anomia surge con
Durkheim, en el marco del nuevo paradigma mundial que se deriva de la revolución
francesa de 1789, la industrialización, la estructura social del nuevo capitalismo, el
ascenso de la burguesía como nueva clase dominante y la aparición consecuente del
proletariado.

Este contexto hacía tambalear el viejo orden y las “inseguridades” y los “miedos” de la
modernidad acechaban la escala de valores, la cultura y el sistema de creencia que
hasta entonces había disciplinado al conjunto social.
De este problema se ocupó, precisamente, DURKHEIM, con su obra “La división del
trabajo social”, creando sus concepciones ya conocidas de solidaridad orgánica y
mecánica. Durkheim piensa que la anomia surge porque la división del trabajo no
produce contactos lo bastante eficaces entre sus miembros ni regulaciones adecuadas
de las relaciones sociales. Cree que los suicidios provocados por una situación de
anomia eran por tanto consecuencia del fracaso de los frenos sociales en lo que podría
llamarse ambiciones demasiado presuntuosas (“El suicidio”, 1857).Mientras que
Durkheim limitaba su aplicación de la anomia principalmente al suicidio, Merton trataba
de explicar no solo el suicidio, sino también el crimen, la delincuencia, los desórdenes
mentales, el alcoholismo...Para él, la conducta desviada incluye al exageradamente
conformista, al extremista, al revolucionario, al virtuoso burocrático,etc.

Según MERTON, las estructuras sociales ejercen una presión definida sobre ciertas
personas en la sociedad induciéndolas a una conducta de rebeldía antes que de
conformidad.A diferencia de Durkheim, Merton no consideraba la naturaleza biológica
del ser humana como importante para explicar la desviación.Al explicar la anomia y la
conducta desviada, Merton enfocaba no al individuo, sino el orden social. Postulaba
una dicotomía entre las metas culturales y los medios institucionales para lograr esas
metas. Cualquier meta cultural muy apreciada en una sociedad, es probable que afecte
los medios institucionalizados. Un equilibrio eficiente entre estas dos fases suele
mantenerse mientras los individuos obtengan satisfacciones conformándose tanto con
las metas culturales como con los medios institucionalizados.

La definición de Merton hace hincapié en el desequilibrio entre las metas culturales y


las normas institucionales en una sociedad. Concibe la anomia como un derrumbe de
la estructura cultural que acaece sobre todo cuando existe una discrepancia aguda
entre las normas y metas culturales y las capacidades sociales estructurales de los
miembros del grupo de obrar en concordancia con aquellas.

La relación entre anomia y estructura social puede resumirse como:

 Exposición a la meta cultural y normas que regulan la conducta orientada hacia


la meta.

 Aceptación de la meta o norma como mandatos morales y valores internalizados.

 Accesibilidad relativa de la meta: las posibilidades de vida en la estructura de


oportunidades.

 El grado de discrepancia, entre la meta aceptada y su accesibilidad.

 El grado de anomia

 Las tasas de conducta desviada de los distintos tipos manifestada en la topología


de los modos de adaptación.

La conducta desviada sobreviene en gran escala solo cuando un sistema de valores


culturales ensalza virtualmente por encima de todas las demás metas de éxito comunes
para la población en general, mientras que la estructura social restringe con vigor u
obstruye por completo el acceso a los modos aprobados de alcanzar esas metas para
una parte considerable de aquella misma población.

Según Merton existen cinco tipos de adaptaciones a una situación en que los medios
legítimos para alcanzar una meta son inalcanzables para ella:

1. Conformismo. El individuo comparte los medios y los fines socialmente


aceptados.

2. Ritualismo: consiste en abandonar las metas del éxito y de la rápida movilidad


social hasta un punto en que podemos satisfacer nuestras aspiraciones. La
persona comparte los medios pero no se motiva con los objetivos de éxito
económico y ascenso social.

3. Rebelión: donde se encuentran las posturas no conformistas con los fines


mayoritariamente aceptados, que proclaman que es posible vivir la vida con
arreglo a fines y valores no individualistas como los que propone el capitalismo
estadounidense. Merton cree ver allí el germen de conductas revolucionarias o
rebeldes.

4. La innovación: la persona comparte los fines pero no recorre los mismos caminos
sacrificales. Por ende, “corta camino” y en vez de medios lícitos utiliza medios
“eficaces”. Buena parte de la conducta delictiva se explica en base a este tipo de
respuestas a los problemas de ajuste.

5. Apatía: es el rechazo tanto a las metas culturales como de los medios


institucionales. El individuo se encuentra frustado. No renuncia a la meta del éxito
pero adopta mecanismos de escape, tales como el derrotismo, el quietismo etc.
Se da en los individuos alcohólicos, en los vagabundos, etc.

En síntesis, podríamos señalar que Robert Merton (1910-2004), en su recordado


artículo "Anomia y estructura social" (19389, inaugura una de las teorías más
importantes de las tradiciones intelectuales funcionalistas, cuya vigencia permaneció
intacta mientras se mantuvo en pie el paradigma del “buen capitalismo”. Basta con
observar de qué manera los gobiernos de Kennedy y Johnson ( aún en la década de
los 60'), intentaban aplicar las estrategias de política criminal sugeridas por Merton en
la lucha contra la criminalidad en los barrios estadounidenses marginales, a partir de la
mejora de las oportunidades de los jóvenes postergados.

Pese a que a partir de esa época la teoría de la anomia fue puesta en crisis por los
teóricos del control, muchos de sus postulados, actualizados, permiten el diseño de
alternativas actuales contra la criminalidad convencional.

Para Merton, la anomia no significa tanto, "ausencia de normas" sino que, en las
sociedades anómicas, "junto con la presión que las personas reciben para obedecer las
normas, reciben otras tendientes a desobedecerlas”.

Estas presiones sobrevienen de una excesiva importancia asignada a los fines


socialmente valorados, que en EEUU se resumen en el éxito económico y el "sueño
americano".

Se trata de "un desequilibro entre fines (metas) y medios". La desproporcionada


importancia que una sociedad confiere a ciertos fines, hace que en la búsqueda
colectiva de los mismos, algunos sujetos que carecen de la posibilidad de acceder a los
mismos por medios lícitos, apelen a medios ilícitos para alcanzarlos. Si bien Merton
elabora su teoría tomando como base la sociedad americana, muchas de sus ideas son
enteramente aplicables a otras sociedades occidentales donde el capitalismo inclusivo
-sobre todo de posguerra- produjo fenómenos masivos de inclusión social y pleno
empleo. La Argentina, por cierto, no es una excepción: “Mi hijo el doctor” y “Sociología
de la clase media argentina”, de Julio Mafud, dan cuenta de la aplicabilidad de estas
postulaciones a nuestro medio.
CARACTERÍSTICAS DE UNA SOCIEDAD ANÓMICA:

a) Desequilibrio cultural entre fines y medios: en sociedades anómicas como la


estadounidense, los canales de socialización (la flia, los pares, la escuela, los
medios de comunicación) son medios que transmiten "los mismos valores", que se
resumen en el éxito económico (esfuerzo y ascenso social). Por tanto, las personas
que no comulgan con estos valores son socialmente desvaloradas o despreciadas.
Por lo tanto, en esa búsqueda desesperada de status, las personas menos
favorecidas socialmente comienzan a buscar el éxito no por "medios lícitos" sino
por "medios eficaces". Aquí nacen las conductas desviadas.

b) Universalismo en la definición de los fines: la estructura cultural no limita el logro


de los fines a unos pocos, sino que los extiende a todos, incluso a aquellos más
desfavorecidos que participan de esta escala de valores (el sueño americano).

c) Desigualdad de oportunidades.

En definitiva, una sociedad anómica produce una tensión sobre muchos ciudadanos
cuando la estructura cultural (superestructura) induce a plantearse altas aspiraciones
y, en cambio, la estructura económica y social limita a ciertos grupos, solamente, las
oportunidades lícitas de alcanzar esas metas tan elevadas.
El modelo teórico de Merton presupone que una parte de los ciudadanos asumirán ese
este mensaje de éxito, pese a sus limitadas posibilidades de alcanzarlo, debido
justamente a que en ese medio cultural, la mayoría de la gente tiende a identificarse no
con la mayoría que no logra esas metas sino con la minoría que sí lo logra. Del juego
combinado de esos dos factores (fines y medios, o metas y oportunidades) concluye
que la presión anómica será especialmente sentida por aquellas personas de clase
baja. Al asumir que las “altas aspiraciones” son una de las fuentes de la presión
anómica, Merton está desarrollando una idea que anteriormente había utilizado
Durkheim para explicar las tasas de suicidio en la sociedad europea del siglo XIX. La
diferencia es que las “altas aspiraciones” en Durkheim se originan en el instinto
biológico de la persona, son naturales y se registran especialmente en momentos de
crisis en que las mismas no son reguladas socialmente, para Merton son inducidas
culturalmente y son permanentes.

Planteos de política Criminal: la Teoría de la anomia coincide que, para bajar los
indicadores de criminalidad debe estarse a una doble posibilidad. O bien se incide
desde el estado en la estructura cultural para que las personas rebajen sus aspiraciones
(y aprendan a vivir con apego a otros códigos que no incluyan el american way of life,
por ejemplo el desarrollo de actividades solidarias), o bien se incide en la estructura
social para que las personas aumenten sus oportunidades. Los planes de “lucha contra
la pobreza” y de “movilización de la juventud”, llevadas a cabo por Kennedy y Jonson,
están influidas por estas ideas, que a su vez adoptan muchas tesituras de la Escuela
de Chicago: tratan de organizar políticamente el barrio como premisa para la prevención
del delito, a la vez que intentan mejorar las oportunidades educativas y de trabajo de
los jóvenes.
ESTRATEGIAS DE POLÍTICA CRIMINAL:

 Evitar el deterioro físico: Un barrio organizado se caracteriza porque la gente


(convencional) que lo habita no quiere abndonarlo. Para que los habitantes del barrio
no deseen abandonarlo, éste no debe aparecer como deteriorado. Ello reclama un tipo
de intervención dirigido a la rehabilitación de viviendas y espacios comunes, para que
la gente perciba que el barrio está en un proceso de mejora (Sampson, 1925). La
inversión en tales áreas no sólo deberá detener el proceso de abandono sino que
también debe tratar de favorecer el traslado de personas de clase media a tales áreas.

 Evitar la homegeización social: En los barrios denominados “mixtos”, donde junto a


gente marginal convive gente trabajadora y de clase media, las primeras tienen más
oportunidades de asumir valores convencionales y de acceder al trabajo y a la cultura
del trabajo. Se debe tratar de evitar intervenciones de los poderes públicos dirigidas
concentrar a personas en situación de marginación social en determinados espacios de
la ciudad.

 Ayudar a las personas más carenciadas: Los poderes públicos deben intervenir para
proteger socialmente y para dar oportunidades de formación a las personas en
condiciones de pobreza, pero evitando la dádiva y/o el clientelismo, sino apuntando a
que esa ayuda coadyuve a que esa gente reasuma valores convencionales de clase
media o trabajadora.

 Fomentar el asociacionismo: En la medida en que aumentan las estructuras de relación


en el barrio, en especial las que vinculan a personas adultas y jóvenes, se genera mayor
nivel de cohesión social, produciendo mayor transmisión de valores convencionales y
mejorando el nivel de control informal.

 Operar con políticas de índole social sobre un colectivo en riesgo y no a través de


terapias individuales.

 Incrementar la vigilancia. Las anteriores medidas de prevención social deben ir


acompañadas de medidas de prevención situacional, incrementando el nivel de
vigilancia de los puntos negros de la delincuencia, evitando que el lugar aparezca a los
potenciales delincuentes como de “bajo control”.

Robert Dubin y Frank Harary, trataron de completar la tipología propuesta por Robert k.
Merton, proponiendo la creación 14 tipos:

Tipología del comportamiento desviado


Con relación a: normas y medios
institucionalizados

Metas
Tipo de comportamiento Culturales Normas Medios
desviado
Innovación en el
comportamiento:

+ +/- +/-
Invención institucional

+ +/- +
Innovación normativa

+ + +/-
Invención Operativa

Innovación en los valores:

+/- + +
Invenciones intelectuales

Invenciones +/- + +/-


organizacionales

+/- + +/-
Movimientos sociales

Ritualismo en el
comportamiento:

– + +
Nivelación de demandas

– + –
Moralista institucional

– – +
Autómata organizacional

Ritualismo en los valores:

+ – –
Demagogo

+ – +
Oportunista normativo

+ + –
Oportunista de los medios

– – –
Evasión del mundo
+/- +/- +/-
Rebelión

Simbología: + = Afirmación

– = Negación

+/- = Negación y sustitución (negación activa).

* = Citado por Siegfried Lamnek. Teoría de la


.

Las tipologías propuestas por Robert. Dubin tienen un valor “heurístico”, como
descripción de diversos comportamientos y constituyen un ejercicio teórico que puede
ser llevado hasta el infinito.

Mientras que Frank Haray criticando la ambivalencia de los símbolos usados por Robert
k. Merton “introduce símbolo “cero” para incluir la “indiferencia” de ciertos actores, llega
a 20 conceptos utilizados en una matriz muy parecida a la utilizada por R. Dubin, pero
sin llegar a completarla totalmente y deja esta propuesta con un valor provisional.

Mientras tanto la teoría de la anomia tendrá su desarrollo en la obra de K. D. Opp,


quien propondrá la prueba empírica para las hipótesis implícitas en el desarrollo teórico
de los conceptos utilizados por la explicación anómica, mediante una simplificación
susceptible de ser cuantificadas: “Cuanto más intensivas son las metas relevantes de
las personas para la realización de una clase de acciones, cuanto menos intensivas
son las normas relevantes legítimamente reguladoras para la realización de estas
metas para determinadas acciones conformistas de la clase de acciones mencionadas,
cuanto más intensivas son las normas relevantes ilegítimamente reguladoras para la
realización de estas metas para determinadas acciones desviadas de la clase de
acciones mencionada, cuanto menores son las posibilidades de alcanzar las metas de
acuerdo con las normas legítimamente reguladoras, cuanto mayores son las
posibilidades de alcanzar las metas de acuerdo con las normas ilegítimamente
reguladoras, más fácilmente las personas van a realizar acciones desviadas.” Lo cual
significaría para K. D. Opp la posibilidad metodológica de cuantificar las situaciones en
que las personas con “intensidad de meta elevada, intensidad de norma legítima baja,
bajo grado de posibilidades legítimas, alto grado de posibilidades ilegítimas” tendrían
más probabilidades en llegar a la delincuencia.

La anomia forma parte del conjunto de propuestas reconocidas por la criminología,


como las teorías del “paso al acto”, por cuanto busca explicar el porqué un ser humano,
de manera individual o social, avanza a cometer un acto delictivo. Ante la evidencia de
muchos casos, en que el autor del ilícito es mentalmente sano, este puede llegar a
cometer conductas desviadas, lo cual requiere de una explicación suficiente.
TEORÍA DE LAS SUBCULTURAS CRIMINALES

El concepto de subcultura nace en la sociología criminal para explicar la conducta


desviada de ciertas minorías, concretamente la criminalidad de jóvenes y adolescentes
de clases bajas organizados en bandas. Surge, en la época de los cuarenta,
adquiriendo carta de naturaleza con la famosa obra de Cohen “delinquen boys” (1995).
El concepto subcultura presupone la existencia de una sociedad plural con diversos
sistemas de valores en torno a los cuales se organizan los grupos desviados. En el
caso especifico de la delincuencia juvenil, como una decisión simbólica de rebeldía
hacia los valores oficiales de las clases medias, muy distinta de la actitud racional y
utilitaria de la criminalidad de los adultos.

La expresión “cultura” en un sentido sociológico o antropológico, se vincula a


significados atribuidos a costumbres, creencias y relaciones con los semejantes y con
las instituciones sociales. La cultura consiste en un conjunto de patrones explícitos
simbólicamente, que integran realizaciones de los grupos humanos, lo que forma la
cultura son las ideas es decir las acumulaciones de pensamientos, y sobre todo sus
valores inherentes; los sistemas culturales pueden considerarse como resultados de la
acción humana. “el delito no es un tumor, ni una epidemia, sino un doloroso “problema”
interpersonal y comunitario”.

Esto explica por qué casi nunca se ve a una persona delinquiendo solo, robando o
matando solo, esto se debe a que si se está acompañado se puede tomar más fuerza
y determinación ya que se actúa para gustarle al otro o ganar respeto, en el caso de
la delincuencia juvenil lo hacen más como una decisión simbólica o de rebeldía hacia
los valores que se les ha venido inculcando en sus hogares

En estas teorías se ven más enfocadas en las clases sociales, esto se debe a que las
personas tienden a etiquetar a las demás por su estrato o clase social, todos saben que
las persona de clases bajas son los marginados o por así decirlo, los delincuentes por
naturaleza, se dice que el lugar donde vives dice mucho de ti. Ahora bien, las personas
o jóvenes nacidos en una clase social alta de padres con situaciones económicas altas
son las personas más respetadas por la sociedad, los que merecen todo,privilegios
habidos y por haber. Las subculturas criminales son un producto del limitado acceso de
las clases bajas a los objetivos y metas culturales de las clases altas.

Para las teorías subculturas, la delincuencia no es consecuencia de la desorganización


social, sino de la organización social distinta de los valores que posee cada
subcultura en su entorno de desarrollo, ya que cada una posee una diferencia de
roles lo que hace que se diferencien una de la otra.

En estas teorías se ven más enfocadas en las clases sociales, esto se debe a que las
personas tienden a etiquetar a las demás por su estrato o clase social, todos saben que
las persona de clases bajas son los marginados o por así decirlo, los delincuentes por
naturaleza, se dice que el lugar donde vives dice mucho de ti. Ahora bien, las personas
o jóvenes nacidos en una clase social alta de padres con situaciones económicas altas
son las personas más respetadas por la sociedad, los que merecen todo,privilegios
habidos y por haber. Las subculturas criminales son un producto del limitado acceso de
las clases bajas a los objetivos y metas culturales de las clases altas.
Para las teorías subcultura les, la delincuencia no es consecuencia de la
desorganización social, sino de la organización social distinta de los valores que posee
cada subcultura en su entorno de desarrollo, ya que cada una posee una diferencia de
roles lo que hace que se diferencien una de la otra.

PRINCIPALES ENFOQUES:

El concepto de subcultura se utiliza por primera vez en la sociología por MCLUNG LEE
(levels of culture as levels of social generalization 1945) su posterior recepción se da
sin duda al hecho de que los estudiosos de la delincuencia juvenil en los años 40 vieron
en él un instrumento útil para describir una de sus características más llamativas: la
tendencia de los jóvenes a organizarse en bandas.

LA APORTACIÓN DE KOBRIN

En 1951 Kobrin, preocupado por el problema de la delincuencia juvenil de chicago


observo que en las áreas de más elevadas tases de criminalidad existía un auténtico
dualismo de valores o normas, los de la sociedad “oficial” por así llamarlos y los de las
ciertas minorías clases bajas tenían una tasa de criminalidad menor. Concluyo que tales
aéreas no se caracterizaban por una ausencia de valores, si no que en las mismas
coexistían ambos códigos axiológicos: el criminal y el convencional.

LA TEORÍA SUBCULTURAL DE COHEN

Él trató de verificar por qué se observaban tasas de criminalidad des


proporcionadamente elevadas entre los jóvenes de las clases bajas de los barrios
pobres, concluyendo que el comportamiento delictivo del joven refleja una protesta
contra las normas y valores de las clases altas de la cultura norteamericana. Puesto
que la estructura social impide al joven de las clases bajas el acceso al bienestar por
las vías legales, esto hace que el joven experimente un conflicto cultural o estado de
frustración, lo que determina la integración del mismo en una subcultura separada de
la sociedad o cultura oficial.

Según Cohen, la subcultura se caracteriza por varias notas:

Es gratuita (no lucrativa) “maliciosa destructiva, no utilitaria, en el sentido de que los


mismos hechos criminales no persiguen la obtención de un beneficio económico, sino
otros objetivos”.Esto quiere decir que los jóvenes delincuentes no buscan hacer crecer
su economía delinquiendo, ellos buscan satisfacer o hacer crecer su ego, les gusta
sentir la adrenalina, robar por el placer de robar independientemente de los beneficios
y provechos obtenibles en ello. Es negativa destructiva porque el joven se enorgullece
de hacer aquello que es incorrecto según los estándares de las clases altas.

Es una actitud valorativa ambivalente; cuando menos respeto se tiene a las normas
oficiales más llamativa y respetada será la persona y sus
actuaciones hedoísmo inmediato. Tiene un hedoísmo inmediato porque la subcultura
propugna una satisfacción inmediata “ya mismo” frente al placer que caracteriza la
actitud de las clases altas. Esto tiene un espíritu de grupo, además tienen una
intolerancia frente a toda reacción o limitación que trate de ejercerse desde el exterior
pues se sienten atacados frente a los comentarios y ayudas que les brindan.

Para Cohen, la subcultura criminal es una cultura de grupo como ya se mencionó antes,
que admite pluralidad de tipos de delincuentes juveniles, algunos de los cuales vendrán
determinados no por factores subculturales sino psicogenéticos, pero teniendo en
cuenta que su enfoque es sociológico.

El problema en definitiva es: como y porque surgen las subculturas y como se


relacionan estas con la sociedad oficial o mayoritaria, viendo así (los valores de las
clases bajas versus valores de las clases altas) conflicto y actitud ambivalente del joven
de las clases bajas y frustraciones más destacados de los jóvenes de clases altas y
bajas.

LA SUBCULTURA DE LOS DELINCUENTES JUVENILES DE COHEN

Si el conflicto fines-medios da origen a conductas desviadas solitarias, el castigo posible


produciría en el sujeto duda o incertidumbre. Ya que el problema que se enfrenta es de
estatus y autorrespeto, y la solución requiere de aceptación y reconocimiento por otras
personas y por ellos mismos, la respuesta debe ser por entes colectivos, para que esto
suceda los jóvenes deberían ser aceptados en la sociedad.

En cuanto atañe al contenido de la subcultura de los delincuentes juveniles, Cohen


rechaza la fácil identidad entre delitos de la misma naturaleza cometidos por jóvenes
y por adultos, la diferencia para el no supone enfrentar “aprendizaje” a “maestría” o
mayor o menos posibilidad de enmienda, sino básica discrepancia en cuanto a
significados y motivaciones de los actos criminales. Estos actos tienen unos rasgos
diferenciales profundos, porque “no todos los delitos cometidos por jóvenes postulan
rasgos de malicia y negativismo”.

Según lo que dice el autor se nota que las características o rasgos de malicia son “el
goce de los jóvenes ante el desconcierto de los otros” esta hostilidad se revela ante los
adultos y ante las personas que no están por decirlo de algún modo“en sus pandillas”.
El termino negativismo aparece muy ligado al anterior, acá el autor agrega otras
características distintivas, tales como la versatilidad y el hedonismo. La versatilidad
implica los diferentes cambios que se hacen en la actividad delictiva, porque no siempre
se delinque de la misma manera, siempre la ocasión formara al mejor delincuente. Así.
el hedonismo es como lo que esperan los jóvenes de cualquier esquina, ellos delinquen
pero no tienen una meta a largo plazo.

Cohen señala que un ingrediente muy importante para pertenecer a una pandilla es la
familia. “El nivel socioeconómico, la edad de los padres, el número de hijos y duración
de la pareja Son uno de los factores Influyentes en los comportamientos de los jóvenes,
la poca atención y la discriminación los convierte en delincuentes y personas no
aceptadas por la sociedad”. Eso se debe a que la poca comprensión y la falta de interés
hacia ellos hace que busquen el cariño y aceptación en los lugares equivocados, lo que
hace que cada vez quieran más estatus, pues esto lo hacen como una forma de
venganza con la sociedad e incluso con su familia porque han sido tan marginados que
crean en sus mentes una serie de secuelas difíciles de superar.
LA SUBCULTURA DE LA POBREZA

El concepto de subcultura de la pobreza debe vincularse necesariamente con las


proposiciones de Walter B. Miller, de Harold d. Lasswell, de Oscar Lewis, asimismo con
las reservas formuladas por j. Milton yinger.

Para Walter B Miller:“La subcultura de la pobreza es una generadora de delincuencia


en pandillas” Lo cual es relativo ya que como se ha visto, hasta de las familias más
pobres ha salido el mejor de los profesionales o la mejor de las personas. “Oscar
Lewis”desarrolla el concepto de “contramores”. Milton Yinger, por su parte en
penetrante ensayo de 1960, precisa una importante distinción entre subcultura y
contracultura.

La cultura de la pobreza es una teoría social que se expande en el ciclo de la pobreza.


Los defensores de esta teoría argumentan que los pobres no son simplemente carentes
de recursos, sino que también tienen un sistema de valores único. Según Oscar Lewis,
"La subcultura de los pobres se desarrolla mecanismos que tienden a perpetuarse,
sobre todo porque de lo que ocurre con la visión del mundo, las aspiraciones, y el
carácter de los niños que crecen en él." (Moynihan 1969, página. 199). Lewis luchó para
hacer "los pobres" como sujetos legítimos cuyas vidas fueron transformadas por la
pobreza.

La gente en la cultura de la pobreza tienen un fuerte sentimiento de marginalidad, de


impotencia, de dependencia, de no pertenecer, son como extranjeros en su propio país,
esto es un sentimiento generalizado. Los jóvenes de la llamada subcultura de la
pobreza son llamados delincuentes vandálicos, ya que los controles sociales son tan
pobres que los toman más bien como un juego. Esto es motivo de la deprivacion y las
múltiples frustraciones.Según esto la pobreza puede generar subculturas y evitar una
generalización ofensiva que haga concebir a todos los pobres como serios candidatos
a la conducta desviada.

Teoría de la Asociación Diferencial y Teoría del Aprendizaje

Parte de una concepción culturalista de la desorganización social, según la cual,


constituía el síndrome de la ruptura de los viejos cánones culturales y en este ámbito,
donde comienza a formarse los nuevos valores, aparecen comportamientos desviados
y criminales opuestos y negadores de los otros. Esta teoría trata de explicar con la
ayuda diferencial de los grupos, el proceso por el cual una persona se hace criminal.
Sutherland estudió al ladrón profesional y observo que el hurto y el
delincuente profesional no era una actividad individual y aislada, sino que era algo que
se aprendía en contacto con otras personas en relación con otros ladrones y
delincuentes que muestran cómo hacerlo: cuál es la técnica a usar y al
mismo tiempo proporcionan ciertas actitudes que justifican la criminalidad del acto.

El proceso del cual resulta el comportamiento criminal no difiere en nada del proceso
que conduce al comportamiento normal (el individuo hace su aprendizaje del crimen en
el seno de una familia “Probablemente la familia es la primera interacción que tiene el
ser humano en su vida, la cual debería ser una unidad básica de sociedad. En este
núcleo familiar se tiende a tener como propósito fundamental satisfacer las
necesidades más elementales de las personas, como: comer, dormir, alimentarse, etc”
Lamentablemente estas pautas de una familia unida son destruidos por el hecho de
que los jóvenes de hoy no quieren estar en su seno familiar si no construir una en la
calle.ya sea porque en su casa se siente rechazados o simplemente porque nace la
idea de la criminalidad, buscan una familia la cual acepte su vida delincuencial, y que
con halagos los haga sentir aceptados.

Las diferencias individuales no juegan papel alguno en el futuro de la persona criminal,


sino en la medida en que su participación en la cultura criminal sea más estrecha (un
niño está más predispuesto al crimen, más por su medio familiar deficiente que por
su herencia o por los efectos de su organismo).

Se concluye de aquí, que una integración satisfactoria en una buena sociedad, reduciría
considerablemente la influencia de los factores criminógenos personales en una
delicada cuestión de equilibrio entre las fuerzas pro y antisociales de orden individual y
colectivo.

Teoría del Patrón del Delito

A inicios de la década de los ochenta, Brantingham&Brantingham comenzaron a


trabajar en los movimientos (en el tiempo y el espacio) de las personas que cometen
delitos, desarrollando así la teoría de del patrón delictivo.

Esta teoría trata de dar explicación al hecho de que la distribución de los delitos en los
escenarios urbanos no es uniforme ni aleatoria, sino que presenta patrones claramente
identificables particularmente, estos autores estuvieron influenciados por el enfoque de
las actividades rutinarias, planteando que la distribución del delito se asocia a la
distribución de las actividades claves de la comunidad, y se relaciona con la familiaridad
que el infractor tiene con ciertos espacios urbanos y no con otros.

De modo que el delito ocurrirá en unas localizaciones concretas impredecibles, que


están definidas por la intersección entre las oportunidades para el delito que ofrecen
las actividades rutinarias de los ciudadanos y el conocimiento que el infractor tiene de
esos lugares. Como dice el dicho: “la ocasión hace el ladrón”, es imposible que un
ladrón no robe teniendo la oportunidad en frente, y que un joven marginado sin
oportunidades no se vuelva delincuente, ya que las circunstancias que lo rodean son
las propicias para este resultado. Estos autores señalan que incluso los infractores
habituales pasan la mayor parte del día realizando otras actividades no delictivas.

Asumen que los patrones de movimientos de los infractores en el espacio y en el tiempo


son iguales a los de cualquier otra persona y seguido las personas que en algún
momento cometen un delito pueden tener también un empleo y una familia y salen a
comer y a comprar como todo el mundo. El hecho de que un joven este parado en una
esquina no quiere decir que sea una mala persona, pues esos jóvenes tienen talentos
impresionantes y muchas veces, una forma de pensar mejor que la de un adulto.

Teoría General de la Delincuencia o del Autocontrol

Esta teoría señala la utilidad del control social como instrumento eficaz para que los
individuos puedan anticipar las consecuencias que les puede ocasionar la comisión de
una transgresión o delito. Llevándolos a sospesar esas consecuencias e inhibiéndolos
en algunos casos de la comisión de dichos actos.

Gottfreson & Hirschi parten de la premisa que cualquier persona ha tenido la tentación
en alguna ocasión de hacer algo "malo", pero la mayoría de la gente, ante la posibilidad
de ver expuesta su conducta a la luz pública, se inhibe de esta tentación. En cambio,
aquellos que tienen poco que perder se dejarán tentar en mayor proporción. “La
delincuencia juvenil es más que todo una delincuencia de frustración ya que algunos
de los jóvenes que se convierten en delincuentes son personas que carecen de amor
comprensión, aceptación, ya sea de su entorno familiar, o social[6]”

Parece un poco injusto la reacción que tiene la sociedad frente a lo que hace un joven
de una comuna, a diferencia del actuar de un joven de un barrio como el poblado, ya
que el actuar de un joven de una comuna será visto con desprecio o repudio y la de un
joven de mayor estrato será tapada, mejor vista, o incluso entendida.

Partiendo de que el control social es el conjunto de prácticas, actitudes y valores


destinados a mantener el orden establecido en las sociedades, y aunque a veces el
control social se realiza por medios coactivos o violentos, el control social también
incluye formas no específicamente coactivas, como los prejuicios, los valores y
las creencias.
En tal sentido estos autores, dimensionan al control social en su teoría de la siguiente
manera:

 Las relaciones sociales:

Las relaciones sociales fuertes fomentan la conformidad. Por el contrario, para aquellos
individuos que no se sientan muy vinculados con su familia, amigos o compañeros de
trabajo, los costos de la conducta desviada son mayores.

 La estructura de oportunidades:

Quienes cuentan con más oportunidades legítimas para satisfacer sus intereses
tendrán más ventajas en la conformidad. Los que tienen poco control o reducida
confianza en el futuro tienen más posibilidades de presentar pautas de conducta no
convencionales.

 La implicación:

Una fuerte implicación en actividades lícitas (trabajar, estudiar, practicar deportes)


inhibe el comportamiento desviado.

La sociología criminal funcionalista acuña el concepto de “subculturas criminales” para


intentar explicar la conducta de jóvenes infractores de clase bajas, que adquirían
durante la primera mitad del siglo XX niveles de organización preocupantes en la
sociedad norteamericana. La obra de Albert COHEN “Delinquent boys. The culture of
the gang”, publicada en 1956, opera como el soporte teórico fundamental de esta
corriente, que pretende analizar un fenómeno criminal bastante acotado: delitos
cometidos por bandas juveniles; infractores de extracción social desfavorable; delitos
violentos; delincuencia expresiva y no instrumental, maliciosa y por lo tanto mucho más
difícil de remover mediante estrategias de prevención social.

Una novedad que incorpora la teoría de las subculturas estriba en afirmar que estos
colectivos sociales organizados y “desviados” no profesan la misma escala de valores
que el resto de la sociedad. De hecho, la denominación subcultura refiere a entramados
culturales diversos, que se diferencian ex profeso de la escala de valores dominante en
la clase media del estado welfarista.
Esta actitud de rebeldía hacia los valores convencionales de clase media, canalizada a
través del delito, intenta no tanto satisfacer expectativas de lucro o ascenso económico
(delincuencia utilitaria) sino construir subjetividades y afirmar una identidad que el
propio sistema les escamoteaba a esos jóvenes marginados y olvidados por una
estructura social que les impedía acceder al bienestar por vías lícitas, frente a lo que
surgía la desviación como respuesta (delincuencia expresiva).
Este tipo de delincuencia juvenil no se explica, para las teorías subculturales, ni por
aspectos ecológicos ni por el desajuste entre metas y medios. El delito sería la
consecuencia de una organización social distinta, de una escala de valores alternativa
o al menos ambivalente , en la que la solidaridad interna de los grupos aparece tan
importante como la valentía, el hedonismo inmediato y la maliciosidad (la satisfacción
se extrae precisamente de la disconformidad de los otros o de su temor).
Por eso, Cohen no se preocupó en determinar por qué un joven se integra a una
subcultura, sino por qué existen las subculturas criminales, qué factores inciden en la
conformación de las mismas y de qué manera éstas se relacionan con la sociedad
convencional.
Y concluyó que la estratificación social de una sociedad dividida en clases, una suerte
de ambivalencia normativa (que tiene que ver con la manera en que en algún momento
de su vida esos jóvenes son influidos por valores de clase media y por valores
subculturales) y la frustración que produce la marginación, eran los elementos que
explicaban la existencia de las subculturas.
La frustración, a su vez, es –justamente- producto de una contradicción en la escala de
valores de los jóvenes de clase baja, que participan en buena medida de ambos
sistemas de creencias. Porque aunque pertenezcan a sectores sumergidos, sus propios
padres son inducidos a participar del estilo de vida y los patrones de la clase media,
contradicción que acentúan el sistema educativo y los medios de comunicación. Pero,
al intentar asomarse a esos valores, el joven de clase baja experimenta una sensación
de debilitamiento de su autoestima porque no les han sido proporcionados los
instrumentos de socialización para competir con éxito con los hijos de las familias de
clase media.
Esta identificación con los valores de su clase, conviviendo dificultosamente con las
presiones de los valores de clase media, lleva a esa ambivalencia y a esa frustración
(conflicto) que el joven de condición marginada resuelve con el recurso a tres
alternativas:
a)el “college boy”, o joven que se adapta a los valores de clase media asumiendo los
mismos a pesar de las desventajas objetivas en las que se encuentra.

b)el “corner boy”, que representa la respuesta mayoritaria, ubicua, acomodaticia,


probablemente más ambivalente, y radica en no romper con la sociedad oficial sino
pactar con ella o adaptarse a sus modelos.
c)el “delinquent boy”, que resuelve su frustración enfrentándose abiertamente a los
valores convencionales a partir de una conducta para aquellos “desviada”.

En materia político criminal, la existencia de grupos sociales que no participan de la


escala de valores convencionales supone una puesta en crisis del ideal socializador
inclusivo. El joven no va a socializarse porque ha elegido vvir al margen de los patrones
culturales de la clase media y la delincuencia violenta es su forma de vida habitual, en
la que se socializa él y su grupo de referencia.
Esto supone, para responder a la “conservación del orden” con las lógicas que
manejaba la sociología funcionalista conservadora, apelar lisa y llanamente a
estrategias estatales preventivas, disuasivas o conjurativas. Dicho en otros términos,
diseñar y poner en práctica una estrategia policial.
Para ello, la prevención situacional (mayor vigilancia policial) debe intensificarse,
incluso apelando a la disuasión como paso previo a la conjuración de los delitos que
eventualmente cometan estos grupos.

BIOGRAFIAS:

ÉMILE DURKHEIM
(Épinal, 1858 - París, 1917) Sociólogo, pedagogo y antropólogo francés, uno de los
pioneros en el desarrollo de la moderna sociología.
Hijo de un rabino, destacó pronto como estudiante,
lo que le permitiría acceder en 1879 a la Escuela
Normal Superior de París, por la que se licenció en
filosofía en 1882. Terminados sus estudios en la
Normal, inició su carrera docente en diversas
ciudades francesas. Durante el curso 1885-1886 se
trasladó a Alemania, donde conoció los métodos de
la psicología experimental de Wilhelm Wundt.
Desde Alemania envió a diversas revistas
francesas algunos artículos sobre filosofía y
ciencias positivas; gracias a estas colaboraciones fue nombrado profesor encargado de
la asignatura de ciencia social y pedagogía de la Universidad de Burdeos (1887). En
1896 se le otorgó la cátedra de filosofía social y fundó la revista L'année sociologique.
En 1902 fue nombrado profesor de la cátedra de ciencias de la educación de la
Universidad de París, donde ejercería la docencia hasta su fallecimiento.
En el ámbito de sus investigaciones, Durkheim pasó de un interés inicial por la
pedagogía a una mayor amplitud de miras que lo llevó al campo de la sociología, por
aquel entonces en sus comienzos tras la primera formulación positivista de Augusto
Comte. El primer trabajo importante de Émile Durkheim fue su tesis doctoral, Sobre la
división del trabajo social (1893). Tras examinar la excesiva especialización y
deshumanización del trabajo, tendencia en progresión ascendente desde la Revolución
Industrial, Durkheim subrayaba en este estudio los graves riesgos que tal evolución
suponía para el bienestar y el interés común de la sociedad.
Dos años después publicó su obra fundamental, Las reglas del método
sociológico (1895), que constituye un verdadero breviario de sociología; en ella acotó
Durkheim el campo de la nueva ciencia y propuso la metodología que había de seguir.
El objeto de estudio de la sociología no puede ser una suma de individuos (pues en la
misma configuración del individuo intervienen fuerzas sociales que operan sobre él),
sino el fenómeno o hecho social, una de cuyas principales características es
precisamente la coerción que ejerce sobre el individuo.

El hecho social es, además, exterior al indiviudo (existe antes de su nacimiento) y


producto de una colectividad. Las "representaciones colectivas" y las estructuras de la
sociedad imponen al individuo las normas de pensamiento, las reglas de conducta, el
canon de una existencia normal, y también sus aspiraciones más elevadas, sin que
todo ello excluya cierto margen de autonomía del individuo en el ámbito de la
colectividad.

En tanto que objeto de la sociología, el hecho social no debe ser juzgado (por ejemplo,
está fuera de su campo establecer si los ritos religiosos poseen o carecen de
fundamento), sino analizado y estudiado a partir de la observación y de los datos y
evidencias empíricas, aplicando métodos científicos y atendiendo a su función y a sus
causas inmediatas. El resultado de ello ha de ser la explicación de la conciencia
colectiva (término acuñado por Durkheim), formada por un conjunto de valores
compartidos que es completamente distinta de la suma de las conciencias individuales.
La conservación, cambio o pérdida de tales valores (morales, religiosos, etc.) determina
la estabilidad o evolución de una sociedad.
Aplicando su propia metodología, Émile Durkheim partió de datos estadísticos oficiales
para preparar su siguiente estudio: El suicidio (1897). La tesis de la obra se resume en
la siguiente frase: "El suicidio varía en proporción inversa al grado de integración del
individuo en la comunidad religiosa, familiar y política". Siguiendo la concepción
sociológica expuesta en su trabajo anterior, Durkheim parte del presupuesto de que el
individuo está guiado por una realidad moral colectiva. De la observación de que cada
pueblo tiene cierto porcentaje de suicidios, más constante que la mortalidad y regulado
por reglas fijas, se desprende que los países y sus instituciones son una fuerza motriz
independiente del individuo.

Pese a la rígida separación establecida entre lo sagrado y lo profano, el mismo


Durkheim reconoce que esta distancia no puede ser tan grande que impida toda
comunicación entre las dos esferas, puesto que lo sagrado no serviría de nada si no
pudiera entrar en relación con lo profano. La comunicación entre ambos universos es
posible y necesaria, pero exige una serie de precauciones, por lo que se realiza a través
de relaciones de tipo ritual. Esta condición pone de manifiesto la dualidad esencial de
los ámbitos; por ello el paso del estado laico (profano) al estado sacerdotal (sagrado)
se efectúa en todas las religiones a través de un rito de iniciación.

Junto a las obras ya reseñadas cabe citar Filosofía y sociología (1899) y una serie de
estudios, de entre los cuales los más importantes son Crimen y salud social (1895), La
prohibición del incesto y sus orígenes (1896), Sobre la definición de los fenómenos
religiosos (1879-1898), Las representaciones colectivas y las representaciones
individuales (1898), Determinación del hecho moral (1907) y Juicios de realidad y
juicios de valor (1911).
Publicó además numerosos artículos, singularmente en Revue de métaphysique et de
morale, Revue philosophique y L'année sociologique: entre ellos cabe destacar Sobre
el totemismo(1902), Algunas formas primitivas de clasificación (1903) y La
organización matrimonial de las sociedades australianas (1903). En la Rivista italiana
di sociologia aparecieron El suicidio considerado en el aspecto sociológico (1897) y La
sociología y su dominio científico (1900).

ROBERT KING MERTON

(Filadelfia, 1910 - Nueva York, 2003) Sociólogo


estadounidense. Sus investigaciones sobre la sociología
del conocimiento y la teoría sociológica y sus análisis
basados en un método funcional-estructural, según el
cual los hechos sociales y sus funciones deben ser
considerados como subsistemas del conjunto social, lo
convirtieron en una de las figuras más relevantes de la
sociología anglosajona.

Tras estudiar en Harvard, universidad de la que más


tarde fue profesor y director de su departamento de
Investigación Social Aplicada, Robert K. Merton, en consonancia con la línea
antiutópica de la sociología estadounidense, siguió la estela del funcionalismo
de Bronislaw Malinowski para definir las pequeñas estructuras desarticuladas de la
sociedad de los Estados Unidos, que se traducen en los grupos o comunidades
automarginados o autodiferenciados.
Entre los estudios de Robert Merton cabe citar Teoría social y estructura
social (1957), Sociología de la vivienda (1963), Teoría social y análisis funcional (1969)
y La sociología de la ciencia: investigaciones teóricas y empíricas (1973).
BIBLIOGRAFIA:

 DURKHEIM, Emile. “De la división del trabajo social”.1973


 MERTON, R. K. “Teoría y Estructura Sociales”.1964
 GRACÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio, “Tratado de criminología .2003
 VILLAVINCENCIO TERREROS, Felipe, “Introducción a la criminología”1997

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