LECTURA 3. Un Ensayo Sobre El SER Y DEBER SER Docente

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 26

Un ensayo más sobre el docente en busca de nuevas

perspectivas
LIC. FILOSOFIA. JOSE FERNANDO VASQUEZ AQUINO

EL PERSONAL DOCENTE EN BUSCA DE NUEVAS PERSPECTIVAS

Un elemento decisivo en el rendimiento del alumno es el ambiente de la escuela. El


reporte no da para entrar en detalles, pero seguramente se considera que las
condiciones materiales, el equipo, las relaciones entre maestros, el espíritu de
trabajo de la institución, todo ello, afecta el desarrollo escolar del alumno y
consecuentemente su aprendizaje.

En la misma línea de valoración se tiene la formación del maestro, su compromiso y


el logro de sus alumnos, el interés que presenta ante las características sociales y
particulares de cada educando, la forma como apoya los procesos de aprendizaje
individuales.

"Vemos el siglo próximo como una época en que los individuos y los poderes
públicos considerarán en todo el mundo la búsqueda de conocimientos no sólo como
un medio para alcanzar un fin sino, también, como un fin en si mismo."(1)

Se habla que hay que concientizar a cada individuo que se acerque a un aula que
aproveche al máximo las posibilidades de aprender ya que el que este frente a esos
individuos tiene que ser una persona que debe poseer conocimientos y ser
competente motivando a los alumnos a estudiar, pero para mejorar eso se dice "que
es bueno mejorar la contratación del personal docente".

Si bien es cierto que la escuela es una puerta abierta al mundo. Es bien cierto que los
niños llegan a clases cada vez mas marcados por la imprenta de un mundo donde la
TV influye mucho en la familia y los mensajes que se dan, si bien es cierto que son de
índole de esparcimiento, también es cierto que son de índole nocivo. Esto se refleja
en los niños y jóvenes y cuando llegan a la escuela y se dan cuenta que algunos
profesores les dicen que dichos valores no son buenos, a los jóvenes y los niños les
parece que los están regañando y contradiciéndolos con los que cada ratito les
bombardea. "Ante esta situación, hace falta un profesional competente". Es
importante alguien que sepa dirigir la construcción de orientación y competencias
esenciales como: orientar, corregir, analizar y organizar información, comunicar
ideas en forma oral y escrita, plantear y organizar acciones, enseñar a trabajar en
equipo y colectividad, sabiendo utilizar ideas y técnicas, siendo la educación junto
con el docente transversal, es decir, no encerrarse en una sola materia sino, intentar
resolver problemas haciendo del alumno, analítico, crítico y por ende creativo, solo
así podrá realizar una comprensión intercultural, de toda esa información que recibe
de los medios masivos.

Para el análisis de este tema será necesario hacer algunas consideraciones sobre las
condiciones actuales que la escuela formal en México viene guardando. Para ello,
iniciaré señalando que la escuela formal, como hasta ahora ha sido, no satisface los
requerimientos que socialmente le son planteados, sean éstos desde una perspectiva
de transformación o de simple reproducción. Esto puede apreciarse en los altos
índices de reprobación y deserción, así como en los perfiles de los egresados de las
escuelas formales de cualquier nivel educativo; para constatarlo, sólo hace falta dar
un vistazo a las estadísticas de la Secretaría de Educación Pública.

"Las crisis económicas que se han venido sucediendo en distintos períodos de las
dos últimas décadas ha puesto en evidencia algo, que la extensión de la demanda
social de educación, tanto horizontal –igualdad de oportunidades– como vertical –
educación permanente–, difícilmente podrá absorberse mediante la escolarización
convencional" ,1 esto es evidente desde el momento en que hacemos un análisis
presupuestal de lo que implicaría que en cada escuela se logre una mayor eficacia y
eficiencia educativas, considerando los recursos necesarios para ello.

Se ha podido constatar que el gasto creciente en formación, capacitación y


actualización de maestros, así como en mejoras a las condiciones saláriales y de
trabajo, han tenido poca repercusión en los resultados educativos, lo que lleva a
pensar que puede resultar conveniente considerar nuevas posibilidades o
alternativas educativas, que redunden en procesos educativos menos costosos y de
mayor calidad y, sobre todo, que sean acordes con la realidad que las nuevas
generaciones enfrentan en su vida cotidiana; ello a partir de que la escuela formal ha
quedado al margen de los avances científicos y tecnológicos, desvinculada de una
realidad en constante transformación.

Por otra parte "ha sido evidente la incidencia que los medios masivos de
comunicación tienen por sí solos en aspectos ligados al proceso de formación –o, en
su caso, de deformación– de la gente, obligando a la pedagogía a descentrarse de su
casi exclusiva atención a la escuela y a la familia, no quedándole mas remedio que
reconocer el hecho de que la educación se estaba produciendo también y de forma
muy considerable a través de los medios masivos de comunicación, produciéndose
sin propósitos ni orientaciones pedagógicas explícitas".
A partir del reconocimiento de los efectos educativos informales de los medios
masivos de comunicación en la transmisión de valores, en la producción de actitudes
y hábitos que se añaden, superponen o interfieren con la acción escolar, la pedagogía
tuvo que integrar a los medios de comunicación como un objeto dentro de su campo
de estudio, ello con el propósito de orientar o reorientar esta función educativa
implícita y reinstrumentalizarla para el logro de objetivos definido de formación o
aprendizaje.

Lo anteriormente expuesto, nos permite considerar que es necesario buscar


nuevas y mejores alternativas que apoyen los procesos de enseñanza y
aprendizaje,que es necesario, como sociedad, pensar en la mejor forma de
aprovechar los recursos con los que contamos en nuestros diferentes ámbitos, para
no descansar la responsabilidad educativa de las generaciones futuras sólo en la
escuela formal.

Ahora bien, se cuenta actualmente con recursos importantes que pueden


incorporarse a la escuela formal, y el maestro puede echar mano de ellos para apoyar
su práctica educativa; estos recursos, que están presentes en los diferentes ámbitos
de la sociedad, son los medios de comunicación (radio, televisión, periódico, revistas,
computadoras, videos, grabadoras, etc.), en ellos están inmersos diferentes lenguajes
comunicativos y una gama infinita de opciones didácticas que, al conjugarlas con la
acción creativa del docente, pueden aportar un sinnúmero de posibilidades
educativas. Esto puede parecer fácil de decir, pero no así el hacerlo, ya se han
iniciado, sin embargo, acciones que van encaminadas a favorecer este proceso. Al
inicio del presente ciclo escolar tuve la oportunidad de participar en un proyecto
piloto del Programa Nacional de Actualización Profesional (PRONAP), que tiene
como propósito capacitar a los docentes en el uso de los medios de comunicación
como recurso didáctico, proyecto que será dado a conocer en su oportunidad por la
autoridad correspondiente.

Se enumeran a continuación, algunos aspectos que, desde mi punto de vista,


estuvieron presentes durante el proceso de instrumentación y que, por su
importancia, deben ser tomados en cuenta por los maestros al integrar elementos
nuevos o distintos por la autoridad correspondiente.

• Es necesario señalar que al incorporar cualquier elemento a la práctica docente,


será a partir de las concepciones que el maestro tiene sobre los procesos de
enseñanza y de aprendizaje, construidos a partir de su experiencia, por lo que es
básico reconocer que, el hecho de usar recursos tecnológicos como elementos de
apoyo para favorecer su práctica cotidiana, implica considerar el proceso de
aprendizaje del maestro, en el que a partir del uso de estos recursos, se dé la
oportunidad de cuestionar su tarea cotidiana, de tal forma que pueda ser enriquecida
y transformada.

• Para poder identificar el grado de significación que se tiene en el tratamiento de


los contenidos, con un recurso distinto al usual, es necesario observar tanto los
productos como el proceso del grupo, y de uno mismo como docente, en relación con
el proceso interactivo del recurso didáctico, ya que de esto dependerá que estos
medios no se vuelvan monótonos y/o rutinarios.

• Es necesario asumir que, en la docencia, principalmente cuando se ha adquirido


cierta experiencia en nuestra labor cotidiana, en ocasiones cuesta trabajo romper con
viejas prácticas que nos hacían sentirnos seguros y confiados de que las cosas salían
con ellas, y que la puesta en práctica de estrategias nuevas o distintas siempre nos
dan inseguridad, pero, las ventajas de darnos la oportunidad de seguirnos
redescubriendo son incomparables y redundan en una práctica docente cada vez
mejor, sólo ello ya justifica el que lo sigamos intentando.

• Otro aspecto fundamental radica en reflexionar un poco acerca de los recursos


que cotidianamente usamos en el aula, así nos daremos cuenta de que, si bien es
cierto que se aprende a través de todos los sentidos, cuando mucho ponemos en
acción dos, el visual y el auditivo, y aún estos no los usamos al cien por ciento. Con el
uso de los medios podemos aprovechar de mejor manera nuestras diferentes formas
de comunicación con el entorno, ya que cada uno de ellos nos aportan distintas
formas de entender el mundo; como ejemplo mencionaremos el uso de la imagen,
con la que podemos reconocer formas, tamaños, colores, texturas, sabores,
sentimientos, situaciones, generar emociones, describir hechos, contextos, historia,
tradiciones, etc.

• ¿Por qué no redescubrir el mundo con lo ya conocido?, esto se señala


considerando que los medios de comunicación, si los usamos en el medio escolar
como un recurso educativo, pueden tener un sentido y una dimensión distinta para
el alumno y el maestro que los usa. A medida que usemos las cosas comunes desde
perspectivas y dimensiones distintas, se aprenderán cosas nuevas y distintas de lo ya
conocido. Quién nos dice que ésta no puede ser una opción de educación no formal.
Quizá podría ser un recurso importante para aprender en la educación del futuro, y
para ello sólo haga falta una investigación que fundamente cómo sería este proceso
de formación que fortalezca la educación formal, aunque tal vez esto ya está
sucediendo.
• No se pretende decir que los medios de comunicación sean la panacea para
resolver todas las vicisitudes que se presentan en el ámbito educativo, pero sí puede
ser que el docente, a través de ellos, pueda subsanar algunas de las carencias que en
cuestión de recursos y estrategias didácticas tiene. El uso de medios resulta de gran
utilidad para enriquecer y renovar la práctica educativa en el aula, y quizás este
recurso permita que el docente se dé cuenta de que abordar un contenido por el
contenido mismo no tiene sentido si para el alumno, eso que está intentando
aprender, no tiene significado en su cotidianidad.

• En el proceso de formación del alumno, los contenidos sólo deben ser utilizados
como detonador que favorezca el desarrollo de todas sus potencialidades, se debe
propiciar que él se vaya reconociendo a través de las diferentes actividades
propuestas, que sepa de lo que es capaz, que reflexione sobre sus acciones y la
trascendencia que tienen sus actitudes en interacción con las personas que le rodean.
A partir de estas acciones, que son parte principal de la función docente, se puede
afirmar que, independientemente de que se tengan los recursos científicos y
tecnológicos necesarios a nuestro servicio, de nada sirven si como maestros (padres,
abuelos, tíos, sociedad en general) no asumimos propósitos y acciones educativas
que incidan en la formación de las mujeres y los hombres de nuestra patria.

Así el docente debe establecer una relación con el alumno. Como puede advertirse,
los beneficios que se pueden lograr con el desarrollo de competencias y de
orientación son esenciales en el alumno, dando con ello el resultado o conexión de
un aprendizaje secuenciado que se inicia desde la escuela primaria, secundaria,
bachillerato y la universidad, hasta llegar a la vinculación de estos centros educativos
con el campo laboral dando así que el docente esté en un proceso constante de
formación en un marco de educación permanente.

EXPECTATIVAS Y RESPONSABILIDADES

Este logro en una educación basada en una orientación y desarrollo de habilidades


de pensamiento requiere una integración de saber, habilidades, actitudes,
responsabilidades y reflexión sobre el aprendizaje.

"Si bien la comprensión, el profesionalismo y la dedicación que se exige a los


docentes hacen que recaiga en ellos una ardua responsabilidad. Es mucho lo que se
les pide y las necesidades que han de satisfacer parecen casi ilimitados" (3)

Pero también este proceso de construcción exige que los docentes como
profesionales de la educación asimilen una nueva cultura académica donde se
promueva esta nueva sociedad global que ha sido provocada por el crecimiento
democrático y el avance de la ciencia y la tecnología.

El docente con esta visión requiere formarse en un ámbito donde la actualización sea
tomada como una disciplina que conlleve al desarrollo de habilidades para la
búsqueda y planeación de los contenidos del programa; a la postura de las
intenciones de aprendizaje; al diseño de proyecto de investigación y a la oportunidad
de participar en congresos, foros o simposios para confrontar ideas o propuestas que
contribuyan a su proceso de formación.

Enseñar: un arte y una ciencia

LA CALIDAD DEL PERSONAL DOCENTE

"Para casi todos los alumnos, sobre todo los que todavía no dominan los procesos de
reflexión y de aprendizaje, el maestro sigue siendo insustituible" (4)

si bien como dice el maestro Jarques Delors "El trabajo del docente no consiste tan
solo en transmitir información, ni siquiera conocimientos, sino presentarlos en
forma de problemática."

Muchos docentes piensan que enseñar es transmitir y dictar los contenidos tal como
están sin necesidad de analizarlos, mi experiencia como docente en el Bachillerato
"Citlalli", "EBON" y la "UGM", he visto que los alumnos están marcados o están
formados ya de esta manera, cuando se dan unas clases diferentes y ellos mismos les
cuesta trabajo analizar y comprender, y vincularlos con su realidad.

Se dice que la calidad de la educación requiere calidad del personal docente. Pero
educar en el contexto actual representa propiciar que el estudiante mantenga una
estrecha relación con la sociedad, con la cultura y que desarrolle sus capacidades
para saber hacer, pero hay que tener en cuenta que esta definición queda trunca si no
se comprende profundamente desde qué plataforma se quiere educar.

Si bien enseñar y educar es un arte y una ciencia hay que tener en cuenta que no es lo
mismo procesar información que comprender significados, un mono puede aprender
tan solo de una computadora, en cambio una persona necesita primero del otro ser
humano y después quizás de las computadoras.

Así entonces enseñar es formar configurarse en aprender de nuestros semejantes,


descubrir experiencias ejemplos, valores acompañarse de un sentido de vida y de
aspiración a una sociedad mejor, es decir, ir adquiriendo una dimensión humana.

EN LA CALIDAD DEL PERSONAL DOCENTE


"El rápido aumento de la población escolar mundial ha tenido como consecuencia la
contratación masiva de docentes. Esta contratación ha tenido que hacerse a menudo
con recursos financieros limitados y no siempre ha sido posible encontrar candidatos
calificados." Esto nos lleva una realidad totalmente opuesta a lo que se piensa que las
escuelas contratan a personas sin amor a lo que se están dedicando y obviamente
tampoco no cuentan con la mínima formación académica, sin profesionalización
alguna y consecuentemente sin idea para pararse frente a un grupo.

Esto muchas veces se da en las escuelas de gobierno y en los sistemas abiertos,


donde acuden, mucha gente a la aulas, porque sus plazos son heredados o
simplemente por amistad, lo cual provoca que esa sea un mal para la educación,
porque no tiene esa vocación de enseñar, y así donde cientos de jóvenes procedentes
de la clase baja media y media alta, que llegan con mucha información obtenida
mediante la computadora y el Internet, razón por la cual, al llegar a las aulas y
encontrase con gente que no le gusta la docencia o gente con problemas personales,
producen el primer gran efecto negativo: no hay autoridad didáctica frente al grupo y
de inmediato el alumno lo detecta y la clase se convierte en un "toma y ataca",
¿Quién gana?, quizá el profesor con sus intentos malogrados de impartir una clase o
simplemente en agotar los 50 minutos y el jovencito o jovencita, intentando ponerlo
a prueba, una y otra vez.

Posiblemente, algunos no todos de esos maestros son una eminencia en su materia,


perro sin duda, carecen de la mínima formación y actualización filosófica pedagógica
y psicológica. Obviamente, como el dador de la cátedra muchas veces no sabe nada
de técnicas de la enseñanza, entonces, recurre a dictar apuntes o a ejemplificar un
problema y se llega a respeto mutuo.

Torres Bodet poéticamente decía: "Muere un hombre en mi, cuando un hombre es


asesinado por otro hombre", esto entonces implica la pérdida total del valor a la
enseñanza-aprendizaje y por ende provoca que el clima de renovación de habilidades
competentes del pensamiento se lleve a la práctica.

Sobre la formación inicial y permanente del profesorado.

En los planes de formación y capacitación docente es necesario integrar contenidos


de carácter ético-filosófico y aquellos relativos a la psicología del desarrollo moral
que permitan al profesorado disfrutar de recursos informativos y conceptuales
suficientes para su formación como personas y como profesionales de la educación.
Pero, además, y de forma especial, deben integrarse, como mínimo, con la misma
intensidad, aquellos contenidos de aprendizaje de carácter procedimental y
actitudinal que les capaciten para ser hábiles en la creación de materiales
curriculares nuevos, en la selección y explotación de aquellos ya existentes, y en la
aplicación de estrategias en el aula que contribuyan al desarrollo de las diferentes
dimensiones que conforman la personalidad moral de sus educandos. Tal formación
debe familiarizar al profesorado en la elaboración y en el uso de criterios de
evaluación en el aula, que permitan optimizar su acción pedagógico-moral y obtener
información sobre el progreso de sus educandos tanto a nivel individual como
grupal.

Sexta:

Sobre la promoción y adecuación de las propuestas pedagógicas al contexto socio-


cultural-económico.

No es posible establecer acciones pedagógicas sobre educación en valores


descontextualizada y ajena a la realidad sociocultural y económica de las
comunidades a las que vayan dirigidas. Las condiciones socioeconómicas relativas al
empleo posible y al paro existente, la necesaria convivencia, multicultural o no, y los
efectos de los niveles culturales y educativos medios de las familias a las que
pertenecen los educandos, sujetos de la educación en valores que proponemos,
deben ser tenidos en cuenta en el diseño y desarrollo de las acciones pedagógicas que
podamos establecer para la promoción de la educación en valores éticos y para la
convivencia plural y democrática. De igual forma, deberán contemplarse las
expectativas y posibilidades reales de incorporación a la vida laboral activa y a los
estudios superiores de la población sujeto de tales propuestas.

EL MALESTAR DE LA MODERNIDAD

POSTMODERNIDAD O POSTMODERNISMO

• ¿Qué se entiende por modernidad?


• ¿Qué se entiende por postmodernidad?
• ¿Qué utilidad tiene la lectura?
• ¿Cuál es el quehacer del docente?

"Modernidad describe una determinada condición social con componentes sociales,


políticos, costumbres y económicos"

"Modernismo, es una forma intelectual, estética y cultural o el movimiento mediante


el cual se expresa o presente esa forma"

"Modernización, es un proceso económico y político de desarrollo y cambio"


Se dice que la modernidad surge con la extensión del imperialismo occidental en el
siglo XVI. El estudio de la modernización fue uno de los componentes con mayor
peso en las ciencias sociales de finales de los años cincuenta y principios de los
sesenta, criticado durante los últimos 20 años el concepto de modernización causó
en total descréditos. Es ahora con el malestar de la modernidad, donde ya se ve que
es tiempo de retomar su análisis.

El planteamiento central de la teoría de la modernización es que el desarrollo


económico conduce a procesos específicos de cambio sociopolítico-educativo
potencialmente universales; aunque las sociedades preindustriales sean totalmente
diferentes, se puede hablar con justa razón de un modelo de sociedad "moderna" o
"industrial" o incluso "post-industrial" al que se apeguen todos los grupos sociales
una vez que emprenden al caminos de la industrialización.

La modernización implicó algo mas que apartarse de las tradiciones culturales


(generalmente basadas en normas religiosas) que la teoría de la modernización se ha
estado desarrollando. Por mas de un siglo un gran número de teóricos sociales han
argumentado que ciertos cambios tecnológicos y económicos son el resultado de
patrones coherentes y previsibles de transformación cultural y política. Sin embargo,
continua el debate sobre las relaciones causales, ¿El cambio económico da lugar a
transformaciones culturales, educativas y políticas, o sucede precisamente lo
contrario?

Asimismo, la modernización no es un proceso lineal, se cree que durante el último


cuarto de siglo ha tenido lugar una transformación en la orientación del desarrollo, y
que este cambio es tan marcado que, en lugar de seguir utilizando el término
"modernización" podrá hablarse hoy de "post-modernización".

POSTMODERNIDAD O POSTMODERNISMO

Existen razones suficientemente poderosas para evitar la palabra "postmoderno" y


uno se ve tentado a utilizar un término mas neutral, como "transmoderno".

Postmodernidad se ha empleado con un sinnúmero de significados, algunos de ellos


relacionados con un relativismo cultural: la cultura modela por completo la
experiencia, humana, sin las limitaciones que impone la realidad externa. No
obstante, el término ofrece ciertas consideraciones de importancia que sugieren que
el proceso conocido como modernización ya no se encuentra al filo de la navaja, y
que el cambio social está tomando un camino básicamente diferente. En lugar de
avanzar, tal parece que hay un retroceso lo podemos en los valores.
Desde el punto de vista económico, político de organización y personal, el
postmodernismo sugiere ciertas características de una nueva orientación, pero se
aleja del énfasis en la eficiencia económica, la autoridad burocrática y la racionalidad
científica, con que tradicionalmente se ha asociado a la modernización, dirigiéndose
hacia una sociedad mas humana y con mayor espacio para la autonomía individual.

LA CRISIS DE LA MODERNIDAD

Aquí el problema es que al término "postmoderno" se le han adjudicado tantos


significados que está en peligro de indicar todo y nada. Los autores postmodernistas
están en lo correcto al pensar que cada quien percibe la realidad a través de cierto
tipo de filtro cultural. Asimismo, se cree que los factores culturales se convierten en
un componente mas importante de la experiencia conforme se transita de sociedades
de escasez, donde la necesidad económica limita en gran medida el comportamiento
personal, a un mundo donde la elección humana domina cada vez mas el entorno.
Esta es una de las tantas razones por las que la perspectiva postmodernista ha
ganado credibilidad.

¿POSTMODERNIDAD O POSTMODERNISMO?

EL DISCURSO DEL CAMBIO

Los conceptos de modernización y postmodernización se basan en dos premisas


claves:

1. Que los diversos elementos culturales tienden a unirse dentro de patrones


coherentes, ejemplo, aquellas sociedades que conceden una importancia
relativamente especial a la religión la cual se inclina por las familias grandes.
Si cada cultura siguiera un camino aislado, estos elementos no estarían
correlacionados y no sería posible establecer patrones de coacción
consistentes.
2. Los patrones culturales coherentes existen y están vinculados con el
desarrollo económico y tecnológico. Por ejemplo, en historia de la sociedad
occidental, la industrialización se vio acompañada de la secularización; pero
algunos observadores señalan el hecho de que parte del mundo islámico se ha
vuelto rico (aunque no industrializado) sin muestras claras de secularización,
como evidencia de que no necesariamente debe haber una conexión entre el
desarrollo económico y la secularización.

CULTURA Y COERCIÓN
Por cultura entiendo valores, creencias y capacidades de los miembros de una
sociedad determinada. Pero aclaro, la cultura es mas que una agrupación aleatoria
de estas orientaciones; porque, constituyen una estrategia de sobre vivencia para la
sociedad.

"La adaptación de una postura teórica postmoderna supone negar la existencia de un


conocimiento fundamental sobre la base de que no existe una realidad social
cognoscible mas allá de los signos del lenguaje, la imagen y el discurso". Esto nos
lleva a la existencia de patrones culturales limitados. Imaginemos dos modelos
extremos que van de un mundo donde no existen limitantes culturales a otro donde
el control es absoluto. En el primer modelo cada sociedad sigue su propio camino;
pues, el hecho de poseer un rasgo cultural de ningún modo determina la presencia de
otros atributos. Los componentes culturales se relacionan de manera aleatoria.
Porque en el modelo opuesto reina el determinismo absoluto; solo existen unos
cuántos patrones culturales y cuando esta presente un componente principal
también lo están todos los demás elementos.

Como sería de esperarse, la evidencia empírica no se ajusta a ninguno de los dos


modelos extremos, pero se acerca más al caso delimitado que al aleatorio.

Pues existe una gran cantidad de limitación cultural. Para concluir la teoría de la
modernización no sólo implica que existen patrones culturales coherentes, sino que
estos tienen que ver con el nivel de desarrollo económico de una sociedad. Así el
desarrollo económico lleva tanto a la modernización como a la posmodernización.

• Elaborar mapa conceptual


• Rescatar ideas centrales

BLOQUE II

CAPITULO 1. LA FUNCIÓN MEDIADORA DEL DOCENTE Y LA


INTERVENCIÓN EDUCATIVA.

Desde hace ya 12 años a la fecha, se vienen tiempos de crisis y convulsiones sucesivas


en el mundo. No solo ha habido una descomposición de las fuerzas ambientales,
sociales y políticas, sino también una serie de innovaciones científicas y tecnológicas,
apoyadas con la aparición de nuevos bloques económicos. Estos cambios, además de
estar modificando sustancialmente toda nuestra cotidianidad, han creado demandas
de todo tipo, sobre todo en lo social y cultural, pero más y específicamente en lo
educativo, que a continuación haremos resaltar.
Las vertiginosas modificaciones de la sociedad actual exigen una mayor capacidad de
adaptación de los seres humanos, a quienes la palabra "cambio" les resulta a algunos
incómoda, pues la misma implica una cantidad considerable de esfuerzo y
dedicación y una resistencia superior para no sucumbir a las presiones y estrés que
se derivan de la agitada vida moderna. En este contexto, surgen las preguntas: ¿Qué
rumbo debe seguir la educación en nuestros días? ¿Cuál debe ser el perfil del
educador o educadora?

Hoy la función mediadora del docente y la intervención educativa, implica tener una
actitud innovadora y positiva día tras día, ya que lo único que permanece es el
cambio, convirtiendo los grandes pilares de la educación en acciones concretas en las
aulas brindando, a los alumnos espacios para pensar y ser críticos y creativos, en
donde no solamente importe saber más sino descubrir que podemos vivir mejor con
menos cosas, que interesa más cultivar a la persona, el "ser" que el "tener",
concibiendo un estilo de vida más humano centrándolo en la calidad de las
relaciones y en la solidaridad más que en el individualismo competitivo que ha
prevalecido hasta este momento.

Cuando hablamos de educación y que el docente debe ser mejor, siempre pensamos
en la escuela o en una institución. Sin embargo, hoy debemos hacernos la pregunta
¿a quién corresponde la educación?, ¿Quién educa?, ¿Es responsabilidad de todos?

Si tomamos en cuenta que la educación tiene como fin, según Gandhi: "Sacar a la luz
lo menor de cada persona" y analizando diversos conceptos todos tienen en común el
ser un proceso (no tiene fin) de perfeccionamiento del hombre y la sociedad y ser el
medio para alcanzar las metas del ser humano.

Por tanto, la educación es una responsabilidad compartida en que interviene la


persona, la familia, la escuela y la sociedad que exige compromisos y participación de
todos. La familia es la influencia más fuerte en la educación, la primera instancia
educadora, donde el niño aprende lo que vive a través del ejemplo, queramos o no,
conscientes o no, el padre y la madre ocupan un papel de transmisores de valores.

De ahí el refrán español "Lo que se aprende en la cuna siempre dura", o lo que el
Maestro Rousseau decía "un buen padre vale por cien maestros". La escuela por su
parte es la institución que proporciona instrucción en las distintas áreas del saber
humano, sin embargo, cada vez se reconoce la importancia de incorporar valores
humanos enseñando a niños y jóvenes que sean conscientes de su dignidad y
trascendencia; que se está en el mundo para cumplir una misión. Un aprendizaje,
donde lo principal sea darse a los demás con el afán de servicio y amor, capaces de
ponerse en los zapatos del otro. Porque de qué le sirve al hombre el domino del
conocimiento si se ha deshumanizado, si utiliza sus logros para aplastar a otros, si
fracasa al relacionarse con los demás, si no logra su realización personal.

REPRESENTACIÓN Y PENSAMIENTO DIDÁCTICO DEL PROFESOR: SU


INFLUENCIA EN EL APRENDIZAJE.

Lo que hace una persona, representará una imagen, fuerte en otra. Es importante
recalcar la importancia de hacerle ver al docente que ¿cómo concibe el conocimiento
que enseña? ¿qué papel se concede a sí mismo en relación con la experiencia del que
aprende?, ¿cómo se presenta al alumno, que recursos le concede y que limitaciones
ha identificado en él?, ¿cómo cuantifica y cualifica la posición y significación del
conocimiento en sus alumnos? Pero el docente no solamente tiene ese papel, sino
que tiene que ser un guía desde su propia persona, es decir, un guía moral, porque él
es una pieza fundamental en el proceso educativo para conducir las mentes de los
niños y jóvenes a horizontes más amplios, por eso debe profesionalizarse su labor y
ser eficiente, su tarea no termina en el aula, sino que debe establecer una relación
directa y comprometida con la familia para consolidar el aprendizaje.

Por otra parte, "se debe ver que el conocimiento del profesor, en su calidad de
profesional de la enseñanza, es de índole experiencial". En el proceso enseñanza-
aprendizaje es aprobado por un proceso paralelo y continúo denominado evaluación,
por medio del cual, el alumno y el maestro identifican si han alcanzado los objetivos
planteados. Pero en este proceso complejo, las pruebas de cualquier tipo son
solamente procedimientos ocasionales, porque la realidad, la verdadera realidad el
comportamiento del estudiante hacia la solución de los problemas se hacen patentes
en las discusiones en clase, en la participación, en la lección y en otras muchas
actividades; cuando el proceso es permanente, el estudiante se cuida a sí mismo y
valora los resultados de su propio esfuerzo pero las opiniones que le dan sus
compañeros y maestros le facilitarán valorar con mayor acierto y grado de
afectividad el resultado de sus acciones.

"Así como las preconcepciones o teorías implícitas del alumno son el punto de
partida de su proceso de aprendizaje, también lo son para el profesor las teorías
implícitas que tiene sobre la enseñanza, en la forma de una serie de representaciones
o pensamiento didáctico espontáneo o de sentido común".

LA FORMACIÓN DEL DOCENTE COMO UN PROFESIONAL AUTÓNOMO


Y REFLEXIVO.

Frida Díaz Barriga nos hace ver que "Desde la perspectiva histórica, resalta que la
mayo parte de la investigación y los intentos por dar formación docente en el ámbito
de la relación educativa, se centra en una concepción limitada de lo que es la
enseñanza eficaz o eficacia docente". Se dice que (un buen profesor es un profesional
independiente, es decir, un profesional reflexivo).

Nuestro país exige actualmente profesores cada día mejor preparados, para que la
enseñanza rinda los frutos adecuados. El docente no debe ser un operario que aplica
los planes y programas de estudio sin sentido y sin reflexión, no el docente tiene que
presentarlos como problemas, de ahí que se volverá en un docente experto y en un
profesional exitoso siempre y cuando sea 1.- Dinámico, 2.- Estratégico, 3.-
Autorregulado, 4.- Reflexivo. La experiencia práctica del docente debe conducir a
programas mucho más orientados al campo de aplicación profesional en cuestión,
el docente debe conducir a la reflexión y a las tutorías haciéndolas piezas claves.

De acuerdo con Monereo, Caries en su libro "Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje",


"La formación del profesorado, es uno de los objetivos prioritarios de las reformas
educativas, organizándolas de forma que exista una continuidad entre formación
inicial y permanente" y nos dice que "si bien es cierto que aún hay quien considera
que la persona que está preparada para hablar, escribir o investigar sobre un tema
también lo está para enseñarlo a otros, también es verdad que desde la formación
universitaria del profesorado, hace tiempo que se plantea la necesidad de formar
profesionales competentes que, además de ser buenos conocedores de su materia,
sean capaces de reflexionar sobre su didáctica, de tomar decisiones oportunas sobre
el planteamiento de su materia en el aula y de dar respuestas adecuadas a
situaciones educativas e impredictibles".

APARTADO "REPRESENTACIONES Y PENSAMIENTO DIDÁCTICO DEL


PROFESOR" "SU INFLUENCIA EN EL APRENDIZAJE"

Paginas 55-58

a. ¿Qué se entiende por representaciones?


b. ¿Cuáles son las representaciones más comunes del profesor?
c. ¿Cómo se explica el pensamiento didáctico del profesor?
d. ¿De qué manera influye el profesor en el aprendizaje?
e. ¿Cómo mejorar la influencia de los profesores en los procesos de aprendizaje
de los estudiantes y en el propio?

La representación que uno se forma del otro es, por un lado, un filtro que conduce a
interpretar y valorar lo que se hace; pero también puede modificar el
comportamiento en la dirección de las expectativas asociadas con dicha
representación; la cual no se reduce a una selección y categorización de los rasgos
sobresalientes del otro, sino que en ella participan los conocimientos culturales y las
experiencias sociales de los protagonistas.

Las representaciones más comunes del profesor vienen siendo como el se presenta
ante un salón de clase y como se expresa el profesor tanto en sus creencias, como en
su forma de vivir. Tenemos que recordar que algunos alumnos emitan a sus
profesores y eso hace que el maestro tenga una imagen intachable, ante los alumnos,
porque si no los alumnos harán juicios de valor, lo cual no va a ser una buena
representación ante la sociedad. Es importante rescatar aquí que si bien es cierto que
todos tenemos una vida privada es bien cierto que la imagen los que nos dedicamos a
esta labor debe ser ejemplo ante la comunidad.

En la enseñanza–aprendizaje se ha observado que son pocos los alumnos que las


aprenden y menos aun las aplican a situaciones reales, por lo que ha ultimas fechas
está la propuesta de que las "Habilidades docentes" Se les diga a los profesores que
vayan tomando en cuenta lo que acontece en la vida cotidiana.

La educación tiene un carácter procesual, inicia con el nacimiento y no termina hasta


la muerte, por tanto, exige continuidad, y sistematicidad como garantes de su
internalización y automatización y posterior socialización, esto nos orienta a
reflexionar en la necesidad de fomentar la educación de la familia como gestora
principal de este proceso, la que debe ser preparada para de forma intencionada
desarrollar las acciones educativas que permitan la formación ciudadana de sus
miembros.

La docencia y la sensibilidad

El maestro en el aula ha sido privilegiado, a través de múltiples técnicas pedagógicas,


tiene un arsenal de recursos, estrategias, y formas de enseñar; el maestro expone
brillantemente su tema, hace gala de sus habilidades docentes, escribe en el pizarrón,
pone en práctica una serie de actividades pedagógicas... pero el alumno está mirando
a través de la ventana, dejando escapar su espíritu de ese encierro forzado, otros
tienen la mirada fija en el vacío aparente, o quizá hacen figuras con un trozo de
papel, en un intento vano de armar su propia vida.

No se puede negar que ha habido muchas formas de ayudar al maestro en la


realización de su práctica docente, pero ¿quién ayuda al alumno a desentramar su
mundo interior, ¿quién logra acompañar al estudiante en esos viajes interiores en los
que la soledad es la eterna compañía...? Un alumno que llega a la escuela con
bloqueos emocionales, laceraciones íntimas y heridas de sus vivencias escolares
anteriores, en muchas ocasiones, provocadas por "expertos" maestros.
¿Está el alumno dispuesto a asimilar todo lo que escucha? El maestro
conocedor de la materia es, en muchos casos, un emisor de la información, él sabe lo
que dice, es dueño de la materia, es autoridad en su pequeño espacio, pero poco
atiende a la actitud receptiva del alumno, poco sabe de la disponibilidad de su
sensación, de la amalgama de emociones que se multiplican en el interior del
estudiante hasta llenarlo de todas las angustias, gigantes que devoran la energía del
joven sin dejar espacio para lo que el maestro pretende enseñar.

¿Quién sabe lo que siente el alumno? Los grupos de clase en las escuelas se
han conformado de forma muy heterogénea, no tanto en su información, la que
puede tener comunes denominadores, como parte de la formación previa y del
examen de admisión que agrupa por niveles de conocimientos a los estudiantes, no
así en el área de su formación, los estudiantes vienen de tipos diferentes de familias,
algunas muy disfuncionales que dejan profunda huella en ellos, con poca capacidad
de concentración, muy distraídos, con reducida capacidad de captación, otros, con
profundos resentimientos por las condiciones familiares, personales o sociales por
las que han atravesado, pocos, muy pocos en el estado óptimo que les posibilita el
aprendizaje en la escuela. De ahí la importancia, que el maestro conozca la
sensibilidad que presenta el alumno, sus necesidades, características, pero, sobre
todo, de ese su mundo interior que envuelve al estudiante hasta, en ocasiones,
asfixiarlo sin más vida que su propia soledad.

La sensibilidad, en el campo de la sensación es la percepción psicológica de un


estímulo. Es la capacidad de vibrar de emocionarse, de resonar y reaccionar, y que
toca a la persona emocionalmente. La vivencia psicológica que está presente pone la
mente en contacto con el mundo exterior, pero, en muchas ocasiones, se da la
vivencia de la información interior, que está formada por la historia personal desde
el nacimiento y se logra por la suma de los impactos negativos y positivos que
quedan grabados en la sensibilidad, como cintas magnéticas, experiencias que nos
hacen reaccionar de una determinada manera frente al vivir cotidiano.

Con frecuencia se forman quistes dolorosos del pasado dentro de nuestro


cuerpo, en nuestro espíritu que, al ser estimulados, reaccionan en forma exagerada
con agresiones o inhibiendo la respuesta en forma pasiva, y esta es la forma en la que
algunos alumnos responden frente a la información escolar, frente a la educación, a
esas estrategias que el maestro ha implementado como parte de su programa de
trabajo, pero que no darán el resultado deseado, no porque les falte ciencia, no
porque les falte sustento pedagógico, sino porque el alumno ha sido lastimado más
allá de su capacidad de equilibrio y su actitud de defensa ante las agresiones vividas,
bloqueará toda posibilidad de respuesta. Entonces, el maestro debe saber qué pasa
dentro de sus alumnos para saber el impacto de la información recibida, para saber
que deberá sortear, cómo podrá enfrentar el reto que cada alumno le presenta.

Actualmente, las acciones desarrolladas se han quedado mucho más en el


nivel cognoscitivo, evaluaciones en donde lo único que se explora es el nivel de la
memoria, de la capacidad de retención momentánea, aunque se ha querido ir más
allá, poco se explora realmente el fondo de la conducta en la conducta de los
adolescentes. En el mejor de los casos, hay alumnos que vierten en un examen lo
enseñado, hay otros que hacen gala de memorización o del aprendizaje de las formas
de respuesta que el maestro espera, pero esto no se transfiere como una experiencia
de aprendizaje. El ser humano es mucho más que mente, pero con frecuencia a la
escuela sólo le importa la información, las formas de aprendizaje de las condiciones
impuestas, y poco va en el camino de la construcción de la formación integral de la
persona.

Debemos tener presente que, un muchacho primero se presenta al salón de


clases sintiendo y después pensando. Es, por tanto, primero un sujeto emocional que
puede dar paso al cognoscente. Entonces, lo importante es cómo el alumno toma
conciencia de sus aprendizajes, cómo participa en la construcción de su proceso de
conocimiento, cómo maneja y aplica la información; no debemos olvidar que el
pensamiento del hombre no tiene una dimensión definida, ni tiempo, ni espacio.
Podemos pensar en cualquier pasado o futuro, en la dimensión que se quiera, porque
el querer tampoco tiene dimensión. Se puede querer todo. Y bajo esta perspectiva el
pasado del estudiante, al ser recordado es parte de su presente y, por consiguiente,
de su futuro. Las acciones que lo marcaron de dolor en el pasado son revividas cada
día hasta que pueda, en su propio tiempo y espacio, dejar esas experiencias en su
pasado. La sensación, lo que siente, está pegado al cuerpo y al sistema nervioso del
"ahora”, por tanto, nunca sentimos otra vez lo que sentimos ahora, podemos sentir
diferente, similar, casi igual, pero nunca igual; el ahora está ligado al tiempo
presente y en él sólo hacemos lo que podemos, y el qué puedo hacer, es tomar
conciencia de nuestra capacidad. Nunca podemos repetir una experiencia sentida de
la misma manera, pero si quedar atrapados en el recuerdo de esa sensación. Así que
mientras el maestro no tome conciencia de que está actuando en un tiempo presente
y no haga sentir al alumno que, donde está ubicado oyendo, lo que oye en el hoy, y en
el ahora, no podrá converger en el tiempo, ni en el espacio del estudiante.

El alumno puede estar en el presente de la clase, porque en cada instante lo


aprende o lo pierde; y, generalmente, se ha hecho un técnico en perder el tiempo.
Por eso el maestro debe ubicarse en el aquí y el ahora, y hacer sentir al grupo
una presencia real. Establecer, de alguna manera, las reglas de comunicación entre él
y el grupo, que los estudiantes sientan que están aquí, y entonces, es cuando se
puede iniciar la clase compartiendo en el grupo lo que sintieron: ¿Qué pasó en mí
durante este tiempo de clases?, ¿se me abrieron luces nuevas?, ¿qué me quedó de
nuevo?, ¿qué cosas ya sabía, pero que con el nuevo aprendizaje tomaron relieve?,
entonces es cuando los estudiante y el maestro podrán compartir las reflexiones
acerca de ¿qué me llevo hoy? Es la invitación al alumno a que, sin desprenderse del
presente, tenga todo el pensamiento atento para describir la sensación, con el objeto
de integrar la información para sí mismo.

Cuánto se ha perdido, con mucha frecuencia, cuando se pretende utilizar para la


clase, el pensamiento sin considerar la relevancia de las emociones, y esto ha
provocado que el alumno divague en la fantasía y se salga mentalmente del salón;
tiempos perdidos, esfuerzos vanos, un trabajo docente que ha sido desperdiciado y
que deja dos perdedores: maestro y alumno. Así, hay que enseñar, qué es en lo que
siente el alumno, lo que lo hace individual, lo que lo hace humano, lo que lo hace
pensante, porque, cuando se piensa lo que se siente se inventa, en cambio, cuando se
siente lo que se piensa, se está en la realidad y en ella, se podrán construir todos los
aprendizajes que a la educación integral le son indispensables.

El vínculo pedagógico, maestro-alumno

El punto de partida de cualquier discusión sobre el papel del profesor en la


formación de estudiantes debe de partir del análisis de los propios recursos que el
maestro aporta como sujeto —su historia personal—, de las historias de los sujetos
que interactúan con él —los alumnos—, de la historia que construyen en el aula y de
las condiciones socio históricas en que se desarrolla la aventura del proceso
educativo.

Hoy se reconoce el derecho del profesor a ocupar un puesto activo no centralizador


en el hecho educativo, de manera que no se concibe la educación sin el educador y el
educando, porque ella es, en todos los casos, una relación, una actividad
fundamentalmente social y creadora de vínculos.

El vínculo que se produce en esta relación se ve influido por las características del
entorno social e institucional donde se produce dicho vínculo; por los intereses,
actitudes y características de los estudiantes y de los profesores, y además por las
propias características y complejidades del conocimiento que se está enseñando. En
suma, podríamos decir que la docencia se ve afectada por el momento histórico en
que se desarrolla. El origen de la profesión docente como su ejercicio en la
sociedad, ha sido concebida tradicionalmente por muchas generaciones y en muchos
países como la práctica de un apostolado. Concebir así la docencia no permite ver
con claridad el papel del docente e ir a una reflexión profunda y amplia sobre la
misma. Para nosotros, trascendiendo el tiempo en que recibimos educación, ambas
actividades son indisolubles donde el maestro ejerce el trabajo profesional y donde
en ese ejercicio se construye. Se construye cotidianamente a través de las
interrelaciones que se suceden en el aula, en la escuela y en la sociedad. Bajo esta
premisa podemos afirmar que el maestro no nace, ni se hace, sino se construye; se
construye en la cotidianidad de su trabajo social, en la cotidianidad del trabajo
áulico; el profesor y el estudiante construyen el proyecto docente a través de la
relación vincular... "la educación no crea al hombre [al ser humano, diríamos], lo
ayuda a crearse a sí mismo". (Debesse).

Es en el aula donde el maestro recibe un gran intercambio de acciones físicas y


afectivas de sus alumnos que le resultan continuas, ineludibles e irrepetibles pero
que se incorporan a su experiencia y lo convierten en un ente activo en la conducción
del aprendizaje El aula es el ámbito natural donde el maestro se realiza o se
enajena, aunque con frecuencia las representaciones que tiene la sociedad del trabajo
del maestro no corresponden a las que constituye el trabajo real en el aula, y de esto
viene toda una serie de falsas expectativas y valoraciones irreales hacia el trabajo del
profesor.

Para cualquier docente que ejerza su quehacer profesionalmente, el trabajo en el


aula no se circunscribe a una actividad ya dada y determinada por un territorio de
cuatro paredes; su acción trasciende en la formación de profesionales que
transformados en el aula, transformen a la sociedad en que se desarrollan y que la
capacitación que reciben como seres humanos, no sólo sea para ver la vida, sino para
el ejercicio profesional en la vida, para la difusión y práctica de la teoría escolar y
como testimonio integral de la sociedad a la cual pertenecen. Para esto, el maestro
no puede estar ajeno a las situaciones históricas específicas de su país y de su
entorno que impacten su práctica docente; revoluciones, guerrillas, procesos
políticos, inflación económica, salarios, sindicatos, marginación, etcétera. La
adaptación mecánica en el proceso docente del alumno y del maestro significa el
reduccionismo del complejo y rico proceso de enseñar y aprender y la ausencia de la
realidad social en la práctica docente.

Es aquí donde el maestro debe practicar la reflexión personal y la responsabilidad


en el respeto y en la verdad; "los hábitos de libre examen al mismo tiempo el espíritu
de tolerancia". (Gregorio Torres Quintero). No olvidemos que la pedagogía idealista
insistió demasiado en la distinción entre instrucción y educación y el elemento
fundamental de su argumento fue el considerar al alumno como un mero mecanismo
receptor.

Reconocer que el trabajo docente es ejercido por sujetos concretos, poseedores de


una historia e influenciados por su época, así como por el momento en el cual viven,
llevan a romper el esquema ordinario que considera al ejercicio magisterial como
actividad homogénea, nos lleva a un nuevo planteamiento donde se reconoce al
maestro, a reconocer que es en la docencia donde se construye y recibe las
particularidades de la institución donde se desempeña.

En cada escuela el trabajo de los maestros adquiere un contenido específico, "éste


se construye en la cotidianidad escolar (y) se define mediante un proceso de
construcción continuo donde intervienen de manera central las condiciones
materiales específicas de cada escuela y las relaciones al interior de ella". (Aguilar:
88). De esta manera cada escuela produce a sus maestros y a sus alumnos, o más
bien diríamos; cada escuela tiene los maestros y alumnos que merece.

Es en la escuela donde se produce la construcción-realización de la pareja


educativa, y donde se genera el vínculo pedagógico maestro-alumno. Ya Gramsci
citaba a la docencia como "el trabajo viviente" del maestro que se produce dentro de
una sociedad y en un momento histórico determinado donde cada uno de los actores
refleja sus relaciones civiles y culturales diversas y antagónicas".

La teoría del vínculo que viene de la psicología —Pichón-Rivière, 1956—, considera al


individuo como una resultante del interjuego establecido entre el sujeto y los objetos
internos y externos, en una predominante relación de interacción dialéctica, la cual
se expresa a través de determinadas conductas. En todo momento el vínculo lo
establece la totalidad de la persona en constante proceso de evolución, por lo cual, el
alumno en su formación educativa nunca expresará un tipo único de vínculo sino el
empleo en forma simultánea de diferentes estructuras vinculares; resumiendo se
puede afirmar, que existen muchas maneras de relacionarse, es decir, existen
muchos tipos de vínculo.

El tipo de relación o vínculo establecido entre el alumno y el profesor, será el que


defina el tipo de estructura de la conducta que se manifestará en la clase, sólo que no
siempre es fácil determinar ese objeto de la conducta, ya que puede ser concreto y
visible, o interno, virtual y por lo tanto invisible para el observador externo, para el
maestro. Más aun, la relación con el objeto puede ser doble: externamente el alumno
puede estarse relacionando con el maestro, mientras que internamente la relación
establecida es con otro objeto, que entonces sería virtual. En este caso es un sujeto
disociado, una parte está en clase la otra , no lo está.
Pongamos algunos ejemplos:

El profesor de historia expone su clase. Uno de sus alumnos, en especial parece


seguir atentamente su exposición, sin embargo cuando es requerido para que
responda la pregunta que el profesor le ha hecho, la respuesta es totalmente
equivocada. Qué ha pasado? El alumno en cuanto a la parte externa de su conducta,
o sea, su postura física, la atención al profesor, tomar apuntes, ... demuestran que
está relacionado con el objeto externo, el profesor; pero internamente; su conducta
tiene como objeto la chica que conoció el fin de semana, que en este caso constituye
un objeto virtual, ya que ella no está presente físicamente en el salón, sino sólo en el
pensamiento del alumno. Decimos que el alumno está disociado, ya que físicamente
y con su actitud corporal está presente en el salón y en la exposición de la clase, pero
realmente está en otro lado.

Otra situación pudiera ser la siguiente:

El profesor hace preguntas a sus alumnos, e inicia con ellos una discusión sobre el
tema de la clase. De pronto, ante una intervención del profesor, uno de sus
estudiantes reacciona agresivamente, con un marcado enojo que se manifiesta en el
tono y en lo elevado de la voz. El profesor se molesta, cae en la provocación,
responde igual de agresivo, y saca de clase al alumno. No se explica qué fue lo que
tanto molestó al alumno. Lo que el profesor no sabe es que uno de sus gestos, unido
a una determinada palabra, hizo que el alumno lo identificara con su padre, con
quien había tenido un gran disgusto esa mañana. Así es que la reacción de enojo del
alumno, más que contra el profesor a quien tenía enfrente y que era el objeto
concreto de su conducta, iba dirigida contra su padre, quien, aunque no estaba
presente físicamente en ese momento, era el objeto virtual al que estaba ligada la
conducta del alumno. Con esto no quiero decir que siempre el profesor deberá pagar
los platos que no rompió, sino explico las causas motivacionales de la conducta de
los alumnos. En este caso, a través del proceso de la transferencia, el estudiante
transfiere en la figura del maestro las características de una figura anterior, revive el
vínculo primitivo que el alumno tiene con sus objetos primarios, de su primera época
de vida; la madre y el padre.

Ya Freud señalaba en la dinámica de la transferencia que "si la necesidad de amor de


alguien no está satisfecha de manera exhaustiva por la realidad, y como de hecho
nadie lo tiene, se verá precisado a volcarse con sus representaciones-expectativa
libidinosas hacia cada nueva persona que aparezca, y es muy probable que las dos
porciones de su libido, la susceptible de conciencia y la inconsciente, participen de
tal acomodamiento. Esa investidura se atendrá a modelos, se anudará a uno de los
clisés preexistentes en la persona en cuestión", y por lo tanto responderá con
vínculos reales con el profesor.

A través de estos ejemplos hemos confirmado que toda conducta está siempre
ligada a un objeto y que la relación con ese objeto puede ser real o virtual, también
vimos que la conducta que el sujeto emite corresponde a una situación concreta
determinada por sus antecedentes tanto genéticos como educativos, así como a la
disposición psicológica en la que el alumno se encuentre. Esto determina que las
características del mundo interno de una persona sean completamente diferentes de
las del mundo interno de otras personas frente a la misma experiencia de la realidad
externa.

En general podemos afirmar que los dos tipos básicos de vínculo con el objeto de la
conducta son dos, el de atracción y el de rechazo.

De acuerdo con los anterior, podemos describir las diferentes maneras como el ser
humano capta y vive los objetos de sus conductas. Los puede captar como
amenazantes, en tanto que pueden poner en peligro su equilibrio interno (recuérdese
que todo organismo intenta mantener constante, o recuperar si las ha perdido, las
condiciones internas de equilibrio), y en esa medida los rechazará y procurará
alejarse de ellos. También los puede captar como atractivos, si le pueden ayudar a
conservar ese equilibrio interno, a través de la satisfacción de una necesidad; y en
esa medida procurará acercarse y apropiarse dichos objetos; o bien, por último, las
verá con indiferencia si no le ayudan ni ponen en peligro ese equilibrio interno, y en
esa medida dejará de involucrarse con ellas.

No debemos perder de vista que lo más primitivo en el desarrollo del ser humano es
el odio como precursor del amor y que su necesidad de comunicación lo lleva a
establecer vínculos con otros de manera que vivirá, tanto en el acercamiento como
en el aislamiento.

Hasta aquí hemos explicado estos dos tipos básicos de vínculos, pero en la realidad
pueden darse otros vínculos, por ejemplo, de dependencia, de cooperación, de
competencia; y otros. Puede darse el caso de que un alumno se relacione con el
maestro en una mezcla de atracción y rechazo al mismo tiempo, ya que determinado
maestro reune características que le gusten y le atraigan y otras que le disgusten y le
irriten. Lo mismo puede decirse de nuestro trabajo, de nuestra escuela; nos gusta por
algo, pero nos disgusta por otras cosas. Esto puede presentarse también respecto de
alguna materia, en la realización de alguna actividad, etcétera.
Cuando un alumno experimenta al mismo tiempo atracción y rechazo por algún
objeto, persona o situación, decimos que está en conflicto, en un conflicto de
ambivalencia. Si rechaza al objeto, podría perderlo, y con ello perder todas las
ventajas que le reportaría; pero si se acerca a él, podría poner en peligro su equilibrio
interno. De este estado de conflicto surgen los mecanismos de defensa —negación,
disociación, proyección...— que le permitirán en primera instancia separar los
aspectos malos y establecer la relación sólo con la parte buena o mala del objeto, (mi
madre me regaña pero me sirve el desayuno, en la escuela me exigen que estudie
pero veo a los cuates y a la novia), aquí es necesario decir que si el alumno puede
relacionarse parcialmente con el objeto y esto le permite resolver el conflicto, llega a
esa relación bastante debilitado y con poca capacidad para su realización. (Ya Anna
Freud, había señalada el debilitamiento del yo al utilizar éste los mecanismos de
defensa).

Un grado determinado de "ambivalencia" —término acuñado por Bleuler— es


normal, sin embargo, un grado más alto de ella es una marca particular de las
personas neuróticas, es aquí donde la capacidad de transferir se ha vuelto negativa, y
por consecuencia cesa la posibilidad de establecer vínculos de calidad y afectividad.

A través de estos planteamientos podemos afirmar que el estudiante no sólo recibe


aprendizaje cognoscitivo en la escuela, sino avanza en su proceso de formación a
través del aprendizaje de formas específicas de establecer vínculos, de relacionarse
con los profesores, personal directivo, administradores, y con los propios
compañeros. La mayor parte de la información estudiada y aprendida en las aulas de
la escuela será olvidada, en la medida en que no es utilizada en la vida diaria, pero
estos otros aprendizajes de socialización permanecerán allí; sedimentados en el
alumno. Se constituirán como patrones de conducta que formarán y estructurarán su
personalidad.
El profesor a través de cómo realice su función docente, va a propiciar en sus
estudiantes el aprendizaje de determinados vínculos. Por esto, la manera de ser del
profesor, la manera de impartir la clase cobra una importancia especial, no sólo en
función de los aprendizajes académicos que registre en los programas sino también
el aprendizaje de socialización que registrará el alumno a través de las relaciones
vinculares que practique en el aula y en la escuela. La acción docente debe trascender
el ámbito de la relación en clase y proyectarse en las relaciones hacia la sociedad.

Si en la enseñanza se practica cada vez más un "natural" vínculo de dependencia, y el


profesor transmite que "saber es poder", se nulifica la capacidad del alumno y se
acerca de una manera peligrosa más al adiestramiento que a la educación. He ahí el
reto para el profesor que debe romper ese círculo, donde no se angustie ni pierda su
seguridad al permitir que se generen relaciones con vínculos significativos y
horizontales más que verticales de autoridad, donde el maestro abandone las
gratificaciones narcisistas que recibe de alumnos dóciles y domesticados. "El miedo
del maestro se mezcla con una comprensible necesidad de ser admirado y de sentirse
superior (...) Idealmente un maestro debería minimizar la distancia entre él y sus
alumnos. Debería alentarlos a no necesitar de él con el tiempo, o aun
inmediatamente. (...) (Pero) hasta un maestro más o menos consciente puede verse
tironeado entre la necesidad de dar y la necesidad de retener, el deseo de liberar a
sus estudiantes y el deseo de esclavizarlos a sí" (Bohoslavsky: 67) Si parafraseamos a
Winnicott, sería vivir con nuestros alumnos el proceso de la ilusión-desilusión; de la
ilusión llevar al alumno a la capacidad de "estar solo".
Esto resulta difícil porque también es la sociedad y la escuela como protectora del
"statu quo", que instala en el quehacer del maestro las normas y verdades que la
sociedad legitima. Estas acciones siempre serán certificadas por los padres y la
sociedad, creando una escuela que más que educar, domestique y lleve a los alumnos
a practicar formas opuestas de conducta, una de aceptación y docilidad que se
manifestará en el entorno escolar y otra de rechazo y hostilidad por debajo de la
primera la cual surgirá cuando el alumno se libre de la opresión del maestro, o al
egreso de la escuela; para producir después el juicio severo y fulminante del alumno
hacia la institución y a toda su estructura. Mediante esta práctica docente podríamos
decir, que se educó más para conservar la cultura y todas las reglas sociales que para
crear o transformar la cultura.
Otro elemento que establece una continuidad entre una generación y otra y
constituye uno de los canales mediante el cual se realiza la transmisión cultural, son
los ritos de la educación que se convierten en clichés, formas estereotipadas,
mecánicas, desvitalizadas y empobrecedoras. El ritual de la clase, el ritual de la clase
expositiva, el ritual de la evaluación, el ritual formalizado de un programa, el ritual
de los exámenes, la entrega de trabajos, etcétera; y no es que se esté en contra de la
planeación y administración escolar, lo que aquí se señala son las acciones que por
su repetición resultan formas vacías de relación entre alumnos y maestros. Importa
aquí destacar nuevamente que lo valioso del proceso docente, es todo lo que se
enseña y la forma en cómo se enseña; el ritual puede ser enriquecedor en la medida
en que cada acto introduzca características novedosas.
En ocasiones el alumno se ocupa más de qué manera sortear todas estas
vicisitudes, como lo que no sabe y los interrogatorios inquisitoriales del maestro que
en ocuparse de plantearse nuevos interrogantes o problemas o formas inteligentes de
resolver problemas. Esta relación nos lleva a trabajar sobre lo conocido y seguro y
desatender lo nuevo, innovador y creativo. ¿Cuántos profesores se preocupan
realmente por que sus alumnos aprendan a formularse preguntas? La mayor parte
de nosotros estamos empeñados en que ellos den respuestas; y no cualquiera, sino
aquellas que coincidan con la que nosotros como profesores ya hayamos formulado
para un problema que nosotros hemos seleccionado; por lo que no resulta imposible
entender por qué la estructura académica constituye muchas veces un lastre para la
investigación o por lo menos un obstáculo para el desarrollo de actitudes que
caracterizan a un investigador; desconfianza ante lo obvio, antidogmatismo radical,
honestidad intelectual, compromiso social.
Otro punto que merece la última reflexión es reconocer que el profesor enseña
tanto con lo que enseña como con aquello que no enseña, me refiero al curriculum
oculto. Muchas veces lo que no se enseña y no registran los programas escolares es lo
vital, lo que perdura en la formación de los alumnos. No es necesario subrayar más si
reconocemos que educar es una relación social donde se generan diferentes vínculos
entre la pareja educativa, sólo apuntaríamos lo siguiente como conclusiones:
El profesor en el vínculo pedagógico no sólo debe considerarse como portador de
conocimientos sino como generador de actitudes y promotor de intereses sociales.
En una búsqueda de establecer vínculos saludables y de crecimiento entre el
maestro y el alumno, el proceso del aprendizaje debe verse como un fenómeno
humanístico, donde se reconozca el conocimiento como una construcción de los dos
agentes educativos que los enriquece y humaniza.

Se debe romper el rol docente de agente del autoritarismo que el sistema social ha
articulado al maestro y que muchas veces de un modo inadvertido practicamos.
El docente debe convertir la situación de aprendizaje en una situación auto-
consciente a través de una sistemática crítica de los contenidos de su materia y
autocrítica de los métodos con que esos conocimientos son transmitidos.
Debe eliminar de la práctica educativa, el desconocimiento sometimiento e
incapacidad, para practicar la libertad, la creatividad y el ejercicio de un liderazgo
auténtico, donde el maestro renuncie al impulso de dominar a los otros, como un
baluarte y proyección de su propio sometimiento.
Debe enfrentarse al adoctrinamiento para la servidumbre con el adoctrinamiento
para la libertad. Debe generar en sí mismo y tratar de generar en otros la necesidad
de una vida sin miedos, sin brutalidad y sin estupidez; donde ya no se reconozca al
hombre como el lobo del mismo hombre.
Debe estar dispuesto a ser auténtico educador "abarcando la mente y el cuerpo de
sus alumnos, su pensamiento y su imaginación, sus necesidades intelectuales tanto
como afectivas" desterrando dogmatismos y adoctrinamientos. Convertir a sus
alumnos en auténticos sujetos e instaurarlos como personas-eje de su labor
pedagógica.
El verdadero compromiso sería considerar como fin último de la educación la
gestación de hombres nuevos que, con la visión de un mundo transformado por su
acción, reconozcan en él su imagen de ciudadano, de padre de familia, de hombre
democrático, de hombre histórico y sobre todo de sujeto activo y transformador,
único e irrepetible en la sociedad que le tocó vivir.

El reto está en el aire; en nosotros está realizarlo.

Bibliografía
- ANTOLOGÍA. DIPLOMADO DE HABILIDADES DOCENTES. PAF (PROGRAMA
DE AUTOFORMACIÓN) SECRETARIA DE EDUCACIÓN Y CULTURA.
SUBSECRETARIA DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y SUPERIOR.
DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y SUPERIOR.
PRODI (PROGRAMA DE DESARROLLO ISTITUCIONAL) SEMINARIO I LOS
ESCENARIOS ACTUALES DE LA FORMACIÓN DOCENTE Y EL ENFOQUE
CONSTRUTIVISTA.

- HARGREAVES, A. PROFESORADO, CULTURA Y POSTMODERNIDAD.


CAMBIAN LOS TIEMPOS CAMBIA EL PROFESORADO. MORATA.

- DIAZ BARRIGA ARCEO, FRIDA. ESTRATEGIAS DOCENTES PARA UN


APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO. UNA INTERPRETACIÓN CONSTRUTIVISTA.
SEGUNDA EDICIÓN. MCGRAWHIII.

- DELORS, JACQUES. LA EDUCACIÓN ENCIERRA UN TESORO. UNESCO. 1999.

- LIC. FILOSOFIA. JOSE FERNANDO VASQUEZ AQUINO.CATEDRÁTICO


DEL BACHILLERATO "CITLALLI" DE ORIZABA, MEXICO.

También podría gustarte