Escenarios de Daño Sísmico de La Ciudad de Cuenca

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UNIVERSIDAD DE CUENCA

FACULTAD DE INGENIERÍA

RED SÍSMICA DEL AUSTRO

“Generación de escenarios de daño sísmico


en la ciudad de cuenca”
Tesis profesional de Ingeniería Civil previa a la obtención del título

Henry Bermeo Moyano


Valeria Loaiza Ochoa
Director: Ing. Enrique García A.

Cuenca – Ecuador
AGRADECIMIENTO

Nos gustaría expresar nuestra gratitud a todas las personas que contribuyeron al
desarrollo de este trabajo de investigación.

De manera especial nuestro agradecimiento al Ingeniero Enrique García A. por


habernos ofrecido la posibilidad de trabajar en la Red Sísmica del Austro y por
su apoyo incondicional.

Finalmente, agradecer al Ingeniero Juan Jiménez por sus sugerencias y ayuda.


Con la satisfacción de haber llegado a una de mis metas propuestas, dedico este
trabajo a mis Padres, hermanos, hermanas y a todas las personas que de alguna
forma me apoyaron y confiaron en mí; de manera muy especial dedico este
esfuerzo a mis tres hijas: Diana, Doménica y Merceditas.

Henry

Mi gratitud a mi familia y amigos.

Valeria
TABLA DE CONTENIDOS

1 INTRODUCCIÓN 1

1.1 Resumen de los resultados del levantamiento de Índices de Vulnerabilidad 1

1.1.1 Resultados de la Vulnerabilidad Sísmica en la Ciudad de Cuenca 3

1.2 Discusión de los resultados 4

1.3 Lineamientos generales del proceso de simulación de funciones de vulnerabilidad 5

2 CARACTERIZACIÓN Y GENERACIÓN DE MODELOS 9


ESTRUCTURALES REPRESENTATIVOS DE LAS
EDIFICACIONES DE LA CIUDAD DE CUENCA

2.1 Caracterización del modelo para las edificaciones de mampostería no reforzada 10

2.2 Caracterización del modelo para edificios de hormigón armado 12

2.3 Información disponible a efectos de la modelación de las edificaciones de MNR 14

2.3.1 Reseña de las Etapas de Crecimiento de la Ciudad de Cuenca 15

2.3.2 Evolución Constructiva de las edificaciones de MNR de la Ciudad 18

2.4 Generación aleatoria de modelos representativos de las edificaciones de MNR de 22


la ciudad de Cuenca

2.4.1 División Modular 23

2.4.2 Altura de entrepiso 24

2.4.3 Espesores de pared 25


2.4.4 Longitud de paredes 26

2.4.5 Rigideces para modelo de eje de cortante 26

2.4.5.1 Rigideces para modelo panel 28

2.4.6 Cálculo de masas por piso para el modelo de eje de cortante 29

2.4.6.1 Cálculo de masas por piso para el modelo panel 30

2.5 Información disponible a efectos de la modelación de los edificios HA 31

2.5.1 Información de los parámetros de diseño global 33

2.6 Generación aleatoria de modelos representativos de los edificios de HA 42

2.6.1 Obtención de parámetros de los modelos bidimensionales de transición 46

2.6.2 Aspectos adicionales de la modelación para el análisis pushover 49

2.6.2.1 Modelación a nivel de estructura 49

2.6.2.2 Modelación a nivel de miembro 51

3 SIMULACIÓN DE FUNCIONES DE VULNERABILIDAD Y 54


MATRICES DE PROBABILIDAD DE DAÑO PARA LAS
EDIFICACIONES DE MNR

3.1 Aspectos generales sobre el comportamiento de la mampostería no reforzada 54

3.2 Modelo de Abrams para la determinación de la capacidad de resistencia lateral 56


por corte

3.2.1 Evaluación de la resistencia máxima a cargas laterales 61


3.2.1.1 Diagrama de flujo del procedimiento de aplicación del modelo de Abrams para 65
evaluar la capacidad a carga lateral de paredes de mampostería
3.3 Aplicación del modelo de Abrams a las tipologías definidas en la ciudad de 66
Cuenca

3.3.1 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de madera o 66
mixto (modelo panel)

3.3.2 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de hormigón 69
armado (modelo de eje de cortante)

3.4 Determinación del Índice Global de Daño en los modelos representativos de las 73
edificaciones de MNR de la ciudad

3.4.1 Índices de daño estructural para las edificaciones de MNR de la ciudad de Cuenca 76

3.4.1.1 Índice de daño global para los modelos tipo panel 77

3.4.1.2 Índice de daño global para los modelos de eje de cortante 78

3.5 Definición de la acción sísmica 79

3.6 Cálculo dinámico a gran escala de las edificaciones 82

4 SIMULACIÓN DE FUNCIONES DE VULNERABILIDAD Y 86


MATRICES DE PROBABILIDAD DE DAÑO PARA EDIFICIOS DE
HORMIGÓN ARMADO

4.1 Determinación de parámetros mecánicos para la modelación de los edificios de 87


hormigón armado; mediante análisis pushover

4.1.1 Obtención de parámetros mecánicos en los modelos de transición 89

4.1.1.1 Análisis de vibración libre de los modelos de transición 89

4.1.1.2 Análisis Pushover en los modelos de transición 91


4.1.2 Identificación tipológica y generalización de los parámetros de caracterización 94
mecánica al universo de edificios

4.2 Modelación del comportamiento no dúctil de edificios de hormigón armado 98

4.2.1 Ductilidades globales de desplazamiento 99

4.2.2 Ductilidades globales de desplazamiento para los edificios de la ciudad de Cuenca 101

4.3 Criterios de colapso y de evaluación económica de daño 102

4.3.1 Criterios de colapso 102

4.3.2 Evaluación económica del daño 107

4.4 Metodología de cálculo dinámico no lineal 109

4.4.1 Análisis no lineal de sistemas inelásticos de un grado de libertad 109

4.4.2 Espectros inelásticos de respuesta 113

4.4.3 Aplicación del Programa SPEC95 para la obtención de espectros inelásticos de 115
respuesta

4.5 Evaluación económica del daño 118

4.6 Obtención de funciones de vulnerabilidad y matrices de daño 120

4.6.1 Evaluación del daño global en los edificios de hormigón armado 121

4.6.2 Obtención de Funciones y matrices de Vulnerabilidad 124

5 ESCENARIOS DE DAÑO 132

6 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 139


6.1 Conclusiones respecto del daño en las edificaciones de MNR 139

6.2 Conclusiones respecto del daño en las edificaciones de HA 144

6.3 Recomendaciones 147

REFERENCIAS 155

ANEXOS 159

Capítulo1
Anexo 1.1 Mapa de vulnerabilidad de las edificaciones de MNR de la ciudad de Cuenca 160

Anexo 1.2 Mapa de vulnerabilidad de las edificaciones de HA de la ciudad de Cuenca 161

Anexo 1.3 Mapa de vulnerabilidad integrado de las edificaciones de la ciudad de Cuenca 162

Anexo 1.4 Diagrama de flujo general del Programa de Evaluación del Daño en Edificaciones 163
(PEDE)

Anexo 1.4.1 Procedimiento principal del programa PEDE que interactúa con la BAC y realiza 164
la llamada al procedimiento de cálculo de daño.

Capítulo 2
Anexo 2.1 Muestra de datos de los modelos de transición 165

Anexo 2.2 Muestra de resultados obtenidos del SAP2000 de los modelos de transición 166

Anexo 2.3 Muestra de curvas de generación de períodos, cortantes basales de cedencia y 167
desplazamientos de cedencia

Anexo 2.4 Tablas de ecuaciones generadas por los modelos de transición 168

Capítulo 3
Anexo 3.1 Espectros utilizados para la evaluación del daño en los edificios de MNR 172

Capítulo 4
Anexo 4.1 Espectros utilizados para la evaluación del daño en los edificios de HA 173
LISTA DE TABLAS 174

LISTA DE FIGURAS 175


Introducción

CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN

1.1 Resumen de los resultados del levantamiento de Índices de Vulnerabilidad

Cuenca es una ciudad de 350000 habitantes aproximadamente, con alrededor de 55000


edificaciones de mampostería no reforzada, MNR, y 6000 edificios de hormigón armado, HA,
(esta clasificación –MNR y HA– se adoptó según el esquema resistente a cargas laterales). La
ciudad tiene una zona crítica, que es el Centro Histórico, en donde se concentran las
edificaciones más vulnerables (las más antiguas: casas de adobe, bajareque y mixtas, esto es,
ladrillo más adobe y/o bajareque).

La determinación de la vulnerabilidad sísmica de las edificaciones de la ciudad de Cuenca, tanto


para las de MNR como para las de HA, se basó en la metodología italiana del índice de
vulnerabilidad, la cual califica el potencial sismorresistente de una cierta edificación mediante un
número denominado índice de vulnerabilidad, que se calcula como una suma ponderada de las
calificaciones de 11 ítems de vulnerabilidad.

n
Iv   Ki  Wi  (1.1)
i 1

donde “n” es el número de ítems de vulnerabilidad considerados, y “wi” y “ki”, la calificación de


calidad sísmica y el factor de ponderación -respectivamente- de cada ítem de vulnerabilidad.

El conjunto n, wi, ki, constituye el modelo de vulnerabilidad, y sus valores dependen del alcance
del estudio (parámetro “n”) y del criterio ingenieril (parámetros n, wi, ki). Para el presente
estudio, en vista de lo satisfactorio de los resultados, se adoptaron modelos de 11 ítems (n = 11)
usados en estudios similares en Italia y España (Benedetti D. et al., 1987; Consiglio Nazionale
delle Ricerche, Istituto di Ricerca sul Rischio Sismico, 1996; Yépez F. et al., 1996). A
continuación se presentan las tablas de calificaciones y pesos de ponderación de los modelos de
vulnerabilidad usados tanto para MNR cuanto para HA.

1
Introducción

Tabla 1.1 Calificaciones y pesos de los ítems de vulnerabilidad en MNR.

Num Parámetro Ki A Ki B Ki C Ki D Peso Wi


1 Organización del sistema resistente 0 5 20 45 1
2 Calidad del sistema resistente 0 5 25 45 0.25
3 Resistencia Convencional 0 5 25 45 1.5
4 Posición edificio y cimentación 0 5 25 45 0.75
5 Entrepisos 0 5 15 45 1
6 Configuración en planta 0 5 25 45 0.5
7 Configuración en elevación 0 5 25 45 1
8 Separación máxima entre muros 0 5 25 45 0.25
9 Tipo de cubierta 0 15 25 45 1
10 Elementos no estructurales 0 5 25 45 0.25
11 Estado de Conservación 0 5 25 45 1

Tabla 1.2 Calificaciones y pesos de los ítems de vulnerabilidad en HA.

Num Parámetro Ki A Ki B Ki C Peso Wi


1 Organización del sistema resistente 0 1 2 4
2 Calidad del sistema resistente 0 1 2 1
3 Resistencia Convencional -1 0 1 1
4 Posición edificio y cimentación 0 1 2 1
5 Entrepisos 0 1 2 1
6 Configuración en planta 0 1 2 1
7 Configuración en elevación 0 1 3 2
8 Conexión entre elementos críticos 0 1 2 1
9 Elementosde baja ductilidad 0 1 2 1
10 Elementos no estructurales 0 1 2 1
11 Estado de Conservación 0 1 2 2

La obtención de los índices de vulnerabilidad del universo de edificaciones de MNR de la ciudad


obedeció a un esquema de extrapolación de las calificaciones (ki) de los ítems de vulnerabilidad,
en donde la Base de Datos de Actualización Catastral, BAC, en ACCESS, funcionó como
plataforma general de trabajo. Los criterios de extrapolación se establecieron, para el caso de
edificaciones de MNR, a partir del procesamiento de los resultados de un trabajo de campo sobre
una muestra de 2200 edificaciones de la ciudad y para el caso de los edificios de HA,
básicamente de la revisión de planos estructurales y de entrevistas/encuestas a ingenieros
(Chérrez M., Peñafiel C., 2000; Jiménez J. et al., 2000). Establecidas las calificaciones de los
2
Introducción

11 ítems como nuevos campos de la BAC, los índices de vulnerabilidad se generaron para el
universo de edificaciones como otro campo independiente de la BAC, según la fórmula 1.1.

En vista de una incompatibilidad en los niveles de definición de la BAC y la Cartografía de la


ciudad (esta última definida predominantemente a nivel de manzana), para el proceso de
establecimiento de mapas de vulnerabilidad (Chérrez M., Peñafiel C., 2000) hubo que redefinir
los índices de vulnerabilidad agrupándolos en índices de vulnerabilidad manzaneros. Los
términos de esta redefinición se precisan en la referencia Chérrez M., Peñafiel C., 2000.

La tarea de establecimiento de mapas consistió en vincular mediante el Sistema de Información


Geográfica ARCVIEW, información relevante de las manzanas de la ciudad (con inclusión, por
supuesto, de sus índices de vulnerabilidad), contenida en una tabla a nivel de manzana generada
en la BAC, con las entidades gráficas correspondientes de la Cartografía Digital. Así pues, se
generaron tres mapas de vulnerabilidad: uno referente a las edificaciones de MNR, otro, a los
edificios de HA, y finalmente un mapa total, producto de la integración de los dos anteriores.

1.1.1 Resultados de la Vulnerabilidad Sísmica en la Ciudad de Cuenca


 Resultados Globales del Índice de Vulnerabilidad

Zona C entral Zona P eriférica

100
% de Edificaciones

90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
BAJO M EDIO M EDIO ALTO M UY ALTO
BAJO
Vulne rabilidad

Figura 1.1 Vulnerabilidad en edificaciones de mampostería no reforzada, en la ciudad de


Cuenca.

3
Introducción

Zo n a C en tra l Zo n a P eriférica

60

% de Edificaciones
50

40

30

20

10

0
B AJ O M E D IO M E D IO A L TO M U Y AL TO
B AJO
V ulne ra bilid a d

Figura 1.2 Vulnerabilidad en edificaciones de hormigón armado, en la ciudad de Cuenca.

Zo na C entra l Zo na P eriférica

100
90
% de Edificaciones

80
70
60
50
40
30
20
10
0
B AJO M ED IO M ED IO ALTO M U Y ALTO
B AJ O
Vulne rabilidad

Figura 1.3 Vulnerabilidad en edificaciones de MNR y HA, en la ciudad de Cuenca.

1.2 Discusión de los resultados

 Ante todo, debe decirse que el método del Indice de Vulnerabilidad fue pensado por sus
propulsores para ser de aplicación mundial. Así, los grados de calificación cubren una
amplia gama de posibilidades en cuanto a calidades constructivas. Esto explica que en
muchos de los ítems, tanto en MNR como en HA, no se verifiquen ciertas calificaciones,

4
Introducción

sobre todo las extremas, lo cual significa que en la ciudad de Cuenca, para ciertos ítems, la
calidad constructiva de las edificaciones no es óptima pero tampoco muy precaria.

 Del escenario de vulnerabilidad para MNR (Anexo 1.1), es notorio que el Centro Histórico es
la zona más crítica de la ciudad, con índices de vulnerabilidad medios y altos. Ello se debe a
que en el Centro Histórico se concentran las edificaciones más antiguas de la ciudad, con
paredes de adobe y/o bajareque que presentan una degradación importante en muchos casos,
lo cual repercute en su capacidad resistente a cortante. Además, características como la gran
variabilidad de alturas de entrepiso, la poca profundidad de los cimientos y el pequeño grado
de ligazón de las paredes (deficiente funcionamiento de vigas de amarre, pocas provisiones
en los encuentros esquineros) vuelven a los muros susceptibles de fallar por volcamiento y,
por tanto, a este tipo de edificaciones especialmente vulnerables en la ciudad.

 En cuanto a los edificios de HA, muchas de las calificaciones están regidas por la tipología
del edificio. En la ciudad de Cuenca predomina la tipología de losa plana, entre otras
razones porque su uso coincidió con un período de gran crecimiento de la ciudad (setenta y
ochenta). Se sabe, por otra parte, que tal tipología tiene serias limitaciones del
comportamiento sísmico, lo cual penaliza la calificación en una serie de ítems la metodología
del índice de vulnerabilidad y explica los altos índices de vulnerabilidad que exhibe el mapa
de HA (Anexo 1.2) .

 El escenario integrado de vulnerabilidad (calculado como un promedio ponderado del índice


de vulnerabilidad manzaneros tanto de las edificaciones de MNR cuanto de los edificios de
HA) (Anexo 1.3) se asemeja en alto grado a los escenarios correspondientes a los edificios
de MNR. Esto se debe a la gran predominancia de este tipo de edificaciones en la ciudad y a
su dispersión, con lo cual su influencia en el índice de vulnerabilidad manzanero, en la gran
mayoría de casos, no es relevante.

1.3 Lineamientos generales del proceso de simulación de funciones de vulnerabilidad

Objetivos básicos de este estudio son el establecimiento de modelos de daño (funciones de


vulnerabilidad) para las edificaciones de la ciudad y la generación de escenarios de daño. Los
modelos de daño, planteados como funciones de vulnerabilidad (Figura 1.4), ilustran bien las dos

5
Introducción

fases generales que debe contemplar cualquier estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala: 1)
clasificación de las estructuras de estudio (abscisas de la función de vulnerabilidad), y 2)
evaluación de porcentajes de daño global (ordenadas de la función de vulnerabilidad).

FUNCIÓN DE VULNERABILIDAD

100%

80%
% DAÑO

60%

40%

20%

0%
0 50 100 150 200 250 300 350
ÍNDICE DE VULNERABILIDAD

Figura 1.4 Función de Vulnerabilidad.

La presente tesis se concentra en la segunda fase del estudio general, esto es, en la evaluación de
porcentajes globales de daño. Esto supuso la simulación a gran escala del comportamiento
sísmico de las edificaciones de la ciudad. El daño se calculó, tanto para las edificaciones de
mampostería no reforzada, MNR, como para los edificios de HA, bajo el esquema de demanda
vs. capacidad, utilizando el cortante a nivel de piso (en el caso de MNR) y el desplazamiento
relativo máximo (en el caso de HA) como parámetros de daño.

Fases generales del proceso de evaluación del daño global son: 1) Modelización estructural, 2)
Definición de la acción sísmica, 3) Establecimiento de parámetros de demanda, 4)
Establecimiento de parámetros de capacidad y 5) Simulación a gran escala del comportamiento
sísmico.

Si bien -tratándose éste de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala- resulta


inconveniente el uso de modelos estructurales complejos, se procuró que los modelos sencillos
que se utilizaron, asimilen la mayor cantidad de información disponible sobre las edificaciones
de la ciudad. La Base de Datos de Actualización Catastral, BAC, proporcionada por el

6
Introducción

Municipio, constituyó en todo momento la fuente principal de información y plataforma general


de trabajo.

Los parámetros de capacidad para MNR (cortantes a nivel de piso) se hallaron mediante la
aplicación del modelo de Abrams (Apartado 3.2); en cambio, para los edificios de HA, los
desplazamientos relativos de capacidad se obtuvieron a partir de una aplicación selectiva de
análisis pushover sobre modelos analíticos tipo pórtico representativos de los edificios (Apartado
4.1) y de una apropiada asignación de ductilidades globales de desplazamiento (Apartado 4.2).

En cuanto a los parámetros de demanda, se establecieron a partir del análisis dinámico de las
edificaciones. Para las edificaciones de MNR se utilizó el análisis modal espectral y para los
edificios de HA, espectros inelásticos de respuesta (lo cual implica la determinación previa de
los períodos naturales de vibración).

Con relación a la definición de la acción sísmica, ésta constituye una síntesis de los estudios de
peligrosidad sísmica a nivel regional y local (efectos locales del terreno), ya que, en último
término, lo que interesa como excitación para efectos de simulación del comportamiento sísmico
de las edificaciones es la acción sísmica en la superficie. Muy brevemente puede decirse que del
estudio de peligrosidad sísmica a nivel regional se obtuvieron niveles de aceleración máxima en
roca para diferentes períodos de retorno (Peñafiel P., 2000); en cambio, en el estudio de los
efectos locales del terreno se microzonificó, desde el punto de vista del comportamiento
dinámico, a los suelos de la ciudad de Cuenca (Encalada M., 2000), clasificándolos en dos tipos
(según la propuesta del Nuevo Código Ecuatoriano de la Construcción): S2, suelo firme y S3,
suelo blando.

Ahora bien, partiendo del nivel de aceleración máxima en roca, PGA, de 0.25g, correspondiente
a un período de retorno de 475 años (período de retorno que asumen los códigos para el sismo de
diseño), se definieron 5 eventos sísmicos en ese entorno, con miras a la generación de escenarios
de daño. Bajo este criterio, los niveles de PGA decididos fueron los siguientes: 0.05g, 0.1g,
0.2g, 0.25g y 0.3g.

El único registro real que se obtuvo, fue el del sismo de Saraguro, con un PGA de 0.011g, cuyo
valor no estaba dentro de los niveles requeridos, pero fue utilizado al momento de probar los
modelos y calibrar las funciones de vulnerabilidad.

7
Introducción

En vista de la no disponibilidad de registros de sismos fuertes para la ciudad, hubo que generar
acelerogramas sintéticos mediante la simulación de la ruptura del Sistema de Fallas Girón para
los 5 niveles de PGA considerados y para los dos tipos de suelo de la ciudad. Partiendo de éstos
registros sintéticos, mediante el uso del programa SHAKE91, se obtuvieron familias de
acelerogramas en superficie y espectros de aceleración promedios (para cada nivel de PGA y
para cada tipo de suelo), que fueron las acciones sísmicas finales para el establecimiento de los
parámetros de demanda de los modelos de HA y MNR, respectivamente (Apartado 3.5).

El análisis dinámico a gran escala se realizó sobre modelos analíticos sencillos generados a partir
de idealizaciones tridimensionales de las edificaciones de la ciudad. Tal idealización, la
generación de los parámetros dinámicos correspondientes y el análisis dinámico se realizaron en
el marco de un programa general en Visual Basic, PEDE (Programa de Evaluación del Daño en
Edificaciones) (Anexo 1.4), el cual interactúa bien con la Base de Datos de Actualización
Catastral de la Ciudad de Cuenca, BAC, en ACCESS. Dicho programa asimila la información
de cada edificación y va más allá del análisis dinámico, hasta la evaluación de los índices
globales de daño, a los cuales ubica como un nuevo campo de la BAC.

Con los índices de daño calculados para los distintos niveles de aceleración y los índices de
vulnerabilidad evaluados en la primera fase del estudio, se pueden graficar las llamadas
funciones de vulnerabilidad: índices de vulnerabilidad (abscisas) vs. porcentajes de daño
(ordenadas), herramientas fundamentales para estudios de predicción de daños y mitigación.

Con la base de datos, que está a nivel predial, y la cartografía digital que se tiene, una buena
parte a nivel predial y otra a nivel manzanero, se vincularon mediante un SIG (El ARCVIEW ya
se lo había utilizado para crear mapas de índices de vulnerabilidad y se lo utilizó nuevamente
para los escenarios de daño) a través de la clave catastral de cada predio (que hasta cierto punto
de la cadena numérica representa la clave manzanera).

8
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

CAPÍTULO 2

CARACTERIZACIÓN Y GENERACIÓN DE MODELOS


ESTRUCTURALES REPRESENTATIVOS DE LAS
EDIFICACIONES DE LA CIUDAD DE CUENCA

La simulación del comportamiento sísmico requiere la descripción de las edificaciones como


modelos estructurales. Estos modelos deben ser consistentes con la información que se haya
obtenido de las edificaciones, y la calidad y cantidad de dicha información.

Tratándose éste de un estudio de vulnerabilidad sísmica a nivel de ciudad, con alrededor de


55000 edificaciones (cuyas características constructivas básicas están registradas en la Base de
Actualización Catastral de la ciudad, BAC) en el área de cobertura, se procuró una simulación
que no implique un exagerado esfuerzo de acopio, síntesis y procesamiento de información. Si
se esperan resultados con significado a nivel global (v.g. funciones de vulnerabilidad, matrices
de daño, escenarios de daño), con miras a la gestión del riesgo sísmico, hay que considerar que
un proceso de simulación demanda el análisis dinámico de una gran cantidad de modelos, y que
se deben tener las capacidades computacionales para asimilar la información contenida en tales
modelos y para el manejo de los resultados del procesamiento (análisis dinámico) de esa
información.

Los modelos estructurales deben ser una síntesis de la información recabada de las edificaciones;
por esto, y para evitar que se “desaproveche” información, hay que decidir con antelación el tipo
de modelo a adoptar. Por otra parte, se debe tener presente que la complejidad del modelo está
en estrecha relación con la complejidad del análisis dinámico. Así pues, los mejores modelos
serán aquellos que, siendo sencillos, asimilan la mayor cantidad de información posible.

Las edificaciones de la ciudad de Cuenca se ubican, según sus esquemas resistentes a cargas
laterales, dentro de dos categorías generales: mampostería no reforzada, MNR, y hormigón
armado, HA. A continuación, se describirán los modelos para las dos categorías adoptadas.

9
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

2.1 Caracterización del modelo para las edificaciones de mampostería no reforzada

Los modelos estructurales más complejos son los espaciales, que consideran los seis grados de
libertad por nudo. Puede, incluso, pensarse en modelos tridimensionales con diferentes niveles
de discretización. Estos modelos son inadecuados para este tipo de estudios, por el gran
volumen de información que se obtendrían de los resultados. Modelos menos complejos pero
aún excesivos -para estudios de vulnerabilidad sísmica a escala de ciudad- son los aporticados
bidimensionales con elementos barra y tres grados de libertad por nudo. Así pues, no es difícil
inferir que los modelos de eje de corte y los de un grado de libertad son los más utilizados en
estudios de vulnerabilidad sísmica a gran escala (Yépez F., 1995).

En este sentido, resulta de gran interés el estudio de D. Moric (Moric D., 1986; Yépez F., 1995),
en el cual se comparan los resultados de comportamiento sísmico de edificios de hormigón
armado y de mampostería no reforzada combinando varios tipos de modelos estructurales con
distintas definiciones de acción sísmica. En relación con los modelos, Moric consideró dos
tipos: el de pórticos tridimensionales conectados y con sistemas de piso rígido y el de eje de
cortante según las direcciones ortogonales; para ambos asumió un comportamiento no lineal
utilizando sistemas bilineales de carga-deformación. Los resultados dieron como conclusión que
para el caso de edificaciones de mampostería no reforzada, una idealización suficientemente
aproximada para evaluar el daño sísmico puede obtenerse aplicando fuerzas estáticas
equivalentes a un modelo de eje de cortante.

Por otro lado, A. W. Hendry (Hendry A. W., 1990; Yépez F., 1995), quien sometió a carga lateral
modelos a escala natural de estructuras de mampostería, concluyó, corroborando el estudio de D.
Moric, que los modelos que mejor se ajustaban a los resultados de deflexiones laterales
obtenidos experimentalmente eran los que utilizaban discretizaciones en elementos finitos y los
de eje de cortante. Esto, pues, justifica el que se tome para el presente estudio el modelo de eje
de cortante como idealización de las edificaciones de mampostería no reforzada.

El modelo de eje de cortante concentra las masas en cada piso, y en su versión más compleja
puede tomar en cuenta rigideces finitas en pisos y nudos. Para el presente estudio, y para los
casos de edificaciones de mampostería con pisos constituidos por losas de hormigón, se
consideró suficiente tratarlos asumiendo la hipótesis de piso rígido, lo cual implica en términos

10
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

operativos el análisis de un grado de libertad por piso y para las dos direcciones ortogonales
principales.

Sin embargo, la hipótesis simplificatoria de la rigidez infinita de los pisos, perfectamente


admisible en el análisis de edificios de hormigón armado con losas, puede conducir a errores de
predicción de comportamiento si se la asume en edificaciones de mampostería, en las cuales lo
normal es -más bien- sistemas de piso que presentan flexibilidad en el plano. Varios
investigadores han estudiado esta influencia del tipo de sistema de piso. M. Tomazevic
(Tomacevic M. et al., 1992; Yépez F., 1995), por ejemplo, examinaron el comportamiento de tres
modelos, a escala 1: 4, de edificaciones de mampostería de piedra con tres tipos de sistemas de
piso: de madera, de madera con vigas metálicas como elementos de arriostre y de soporte y, por
último, de losa de hormigón armado. Se observó que en el primer modelo, el colapso se
producía debido a problemas de inestabilidad, constatando que los pisos se separaban de la
mampostería y dejaban de actuar como arriostramientos efectivos de las paredes, lo cual
provocaba fallos fuera de su plano y, en el peor de los casos, la propia caída de los pisos. Para
los dos modelos restantes, en cambio, se verificó que los fallos eran producto no de problemas de
inestabilidad sino de la excedencia de esfuerzos máximos en el plano de las paredes, eso sí,
presentando el modelo con piso de losa de hormigón una menor capacidad de deformación
lateral.

Una forma de tener en cuenta esta flexibilidad del sistema de piso, bajo el modelo de eje de
cortante, es permitiendo un grado de libertad adicional de rotación en cada nudo del modelo. El
proceso matemático no se altera mucho con esta consideración; el problema radica en evaluar
fiablemente el valor de la rigidez efectiva del sistema de piso. Así pues, dada la falta de
información sobre la manera de encontrar valores de rigideces a flexión y a flexión-corte de
pisos flexibles, se prefirió en el presente estudio considerar, para todas aquellas edificaciones de
mampostería con pisos que no sean losas de hormigón (en razón de su deformabilidad y mala
conexión a las paredes) que los pisos no ejercen un arriostramiento efectivo a las paredes. En tal
virtud, el análisis dinámico y el de resistencia lateral máxima se realizaron suponiendo un solo
panel grande del tamaño del edificio, con todos los problemas de capacidad resistente e
inestabilidad fuera del plano que pudieran presentarse (Yépez F., 1995).

En resumen, se adoptaron para las edificaciones de MNR de la ciudad dos tipos de modelos: 1)
modelo de eje de cortante, para aquellas edificaciones con entrepisos de HA, y 2) modelo de

11
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

panel, para aquellas edificaciones sin entrepiso de HA (Figura 2.1). Evidentemente, son modelos
que desprecian todos los efectos que pudieran producirse debido a la torsión en planta; la
consideración de tales efectos hubiese supuesto un estudio exhaustivo de los patrones de
distribución de paredes en las edificaciones de la ciudad, y además un modelo y un análisis
dinámico más complejo, esfuerzos que rebasan los fines de este estudio.

Figura 2.1 Modelo de eje de cortante (a) y Modelo de panel (b).

2.2 Caracterización del modelo para edificios de hormigón armado

Puesto que el tipo de edificación predominante en la ciudad de Cuenca es la de baja altura (los
edificios de 3 y 4 pisos de hormigón armado constituyen el 76% dentro de esta categoría
general), y consecuentes con los objetivos del estudio, se decidió adoptar para los edificios de
hormigón armado un modelo inelástico de un grado de libertad, SDOF. Un modelo de este tipo
es admisible cuando representa a edificios de cuyo comportamiento sísmico se espera que esté
fuertemente marcado por el primer modo de vibración, esto es, a edificios de baja altura y sin
potenciales problemas de torsión en planta.

Los efectos rotacionales en planta sólo podrán ser tenidos en cuenta en modelos
tridimensionales, que posibilitan la consideración de tales grados de libertad. Tal modelo
obligaría a reflejar el potencial de torsión mediante una adecuada representación -a nivel de
planta- del esquema resistente a cargas laterales y, además, ya en la fase del análisis dinámico, a
un “pesado” manejo de información; semejantes esfuerzos vuelven prohibitiva la consideración
de la torsión en planta en un proceso de simulación a gran escala, como el de este estudio. Por lo

12
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

demás, y por las razones expuestas, es práctica admitida a nivel mundial, tratándose de estudios
de vulnerabilidad sísmica a gran escala, despreciar los efectos torsionales de los edificios. Se ha
comprobado que los resultados así obtenidos revelan una aceptable calidad predictiva a nivel
global, y por tanto pueden constituir instrumentos útiles en planes de mitigación del riesgo
sísmico.

Existe diversidad de tipos de sistemas inelásticos SDOF, cuya complejidad esta dada por el
modelo de fuerza de restitución que se adopte; el más simple de todos estos modelos es el
elastoplástico, y los más complejos, aquellos que incorporan la degradación de rigidez y
resistencia del sistema y el fenómeno de “aplastamiento” de la curva histerética, asociados con
los problemas de cortante, deterioro de la adherencia y pérdida de capacidad de anclaje del
refuerzo longitudinal (Figura 2.2). Para el presente estudio se adoptó un modelo SDOF
elastoplástico. En el modelo elastoplástico tanto la carga como la descarga se realizan con una
pendiente igual a la rigidez elástica inicial. La fluencia ocurre para una fuerza que se mantiene
constante al aumentar las deformaciones inelásticas. Aún cuando difícilmente existen sistemas
estructurales reales que se comporten en esta forma, éste modelo es el más utilizado y en la
mayoría de los casos conduce a resultados satisfactorios para fines prácticos (Riddell R.; García
E., 1995).

k
m
C

k
1

u
k k
1 1

Figura 2.2 Modelo de un grado de libertad y Modelo elastoplástico.

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Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Un modelo riguroso debería representar la pérdida de rigidez y resistencia y el efecto de


aplastamiento que presentan los miembros y la estructura con los ciclos sucesivos de carga. No
obstante, al usar modelos inelásticos debe tenerse presente que la evidencia experimental que se
tiene acerca del comportamiento histerético de elementos y sistemas estructurales no es todavía
suficiente para predecir fiablemente dicho comportamiento. Aún cuando se han desarrollado
modelos muy sofisticados, cuyos parámetros se han ajustado con pruebas de laboratorio, el uso
de estos modelos, aparte de que complica el análisis dinámico, no garantiza necesariamente un
mayor grado de aproximación al comportamiento real de una estructura (Riddell R.; García E.,
1995).

Ahora bien, para que un modelo simple -como el SDOF elastoplástico- sea representativo, sus
parámetros deben caracterizar convenientemente el comportamiento inelástico global de la
estructura considerada. Para el tratamiento de los edificios de la ciudad, la idea directriz fue
establecer un modelo de transición que sirva para determinar de manera rápida los mejores
parámetros posibles. A ellos se llegó finalmente a través de la aplicación de análisis dinámico
básico y del análisis pushover sobre modelos bidimensionales representativos de los edificios de
la ciudad. Con el análisis dinámico, concretamente del estudio en vibración libre de los modelos
de transición, se obtuvieron sus períodos de vibración. El análisis pushover es un procedimiento
de análisis estático no lineal que reporta, entre otros resultados de interés, la llamada curva
pushover o curva de capacidad: un diagrama de carga-deformación que refleja el
comportamiento de la estructura modelizada ante cargas laterales incrementales, y del cual se
pueden obtener valores de cedencia y últimos para desplazamientos y cortantes basales.

2.3 Información disponible a efectos de la modelación de las edificaciones de MNR

La calidad de los resultados de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala, VSG, depende
mucho de la cantidad y calidad de información acerca de la evolución constructiva y de diseño
de las edificaciones del sitio objeto de estudio. Aún más, cuando -como en el presente estudio-
se utiliza una metodología cuyos objetivos implican 1) la categorización de las edificaciones a
través de índices de vulnerabilidad sísmica basados en la calificación de una serie de ítems
estructurales (grado de ligazón entre paredes, configuración en planta, resistencia convencional,
estado de conservación, etc.) y 2) la simulación del comportamiento sísmico de las edificaciones,
mediante la aplicación de acciones sísmicas en la base de sus correspondientes modelos

14
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

analíticos. En los modelos analíticos se tratará de sintetizar toda la información estructural


disponible; de ahí que, para evitar que se “desperdicie” información, se imponga un
conocimiento previo del tipo de modelos a usarse.

Ya que la categorización a gran escala de las edificaciones depende de la revisión de una serie de
ítems, algunos muy específicos de este tipo de estudios, casi siempre resulta insalvable la
realización de un trabajo de inspección en campo. Se recomienda de manera especial, antes de
empezar a trabajar en la preparación de los formularios de inspección, tomarse el tiempo
necesario para acopiar toda la información (por ejemplo, para estudios de vulnerabilidad a nivel
de país: estadísticas del INEC, estudios de planificación, ordenanzas, tesis) que pueda tener
relación con la calidad de los ítems de vulnerabilidad. La aplicación de esta recomendación
puede producir significativos ahorros de trabajo de campo y, en consecuencia, de tiempo y de
recursos.

Resulta conveniente recabar las opiniones y testimonios de profesionales locales; esto sirve de
mucho a efectos de tener una idea clara de la evolución y del panorama actual de la construcción.
Aunque los modelos estructurales no asimilen toda la carga de información obtenida, ésta
posibilitará una categorización (mediante índices de vulnerabilidad) más precisa de las
edificaciones, que refleje mejor su real potencial sismorresistente. Así, aún cuando los modelos
estructurales no estén “a la medida” de la calidad de la información incorporada en los índices de
vulnerabilidad, los modelos de daño (funciones de vulnerabilidad o matrices de probabilidad de
daño) y el modelo de vulnerabilidad -si los índices de vulnerabilidad son realmente
representativos- resultarán instrumentos más fácilmente calibrables (Jiménez J., et al., 2000).

2.3.1 Reseña de las Etapas de Crecimiento de la Ciudad de Cuenca

Dado que este trabajo es una extensión natural de la tesis “Determinación de los índices de
vulnerabilidad para las edificaciones de la ciudad de Cuenca” (Chérrez M., Peñafiel C., 2000) y
en vista de que este punto ya fue tratado en aquella, la utilidad que todavía reviste para el
desarrollo de este estudio, nos ha obligado prácticamente a transcribirlo.

La forma de evolución y desarrollo urbano de las ciudades está supeditada a la funcionalidad de


la ciudad en el contexto regional, nacional y a factores de diversa índole: geográficos, políticos,

15
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

socio-económicos, etc.. El crecimiento físico y desarrollo urbano de Cuenca se ha operado


durante casi cinco siglos. Muchos cambios, de diversa importancia, se han producido en este
largo período, los cuales reseñaremos a continuación:

 Etapa Colonial

El 12 de abril de 1557 se funda la Ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, como una
confirmación legal de un hecho preexistente: el establecimiento de españoles en Tomebamba por
más de dos décadas. Hay, en esta fundación, algunos detalles urbanísticos que merecen ser
tomados en cuenta: la nueva ciudad se emplazó hacia el occidente de las ruinas incásicas de
Tomebamba, hacia la margen izquierda del río actualmente conocido como Tomebamba,
procediéndose al trazado de calles en la forma cuadricular (en damero) y según el sentido de los
puntos cardinales, característico de las fundaciones españolas; además, se distribuyeron terrenos
a los españoles, reservando un área para posteriores establecimientos, y se señalaron en las
afueras los terrenos para los indios.

En los primeros años se pusieron las bases materiales de la nueva ciudad. La preocupación
religiosa de los primeros pobladores se vio reflejada en la pronta construcción de varios templos
(San Blas, San Sebastián, El Vecino, San Cristóbal, San Roque, La Catedral o Iglesia Mayor),
los cuales estaban considerablemente separados entre sí. En realidad, la primitiva ciudad debe
haber semejado más bien un conjunto de aldeas dispersas, con los templos como núcleos. El
crecimiento de la ciudad en esta etapa no se realizaría -pues- concéntricamente hacia afuera,
sino, más bien, como un rellenamiento de los vacíos interiores.

En el siglo XVIII la ciudad se extendió notablemente; es muy probable que el rellenamiento se


hubiera completado entre las iglesias de San Blas y San Sebastián, a lo largo de la calle principal.
Había en Cuenca, según cronistas españoles, unas 1400 casas y 1000 “tiendas”, es decir,
viviendas de gente pobre. La arquitectura civil consistía, por regla general, en construcciones de
una planta con huertos y jardines (la agricultura era la actividad principal de la región); las
paredes eran de adobe, y los techos, de teja. Dado el crecimiento, es probable que empezaran a
formarse, en este siglo, los barrios artesanales, típicos de las ciudades hispanoamericanas de la
época colonial. En otro orden de cosas, la ciudad debió soportar un desastre: un temblor que
parece que fue muy fuerte (se habla de un terremoto) sacudió la ciudad en 1758.

16
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Etapa Republicana

La ciudad a mediados del siglo XIX -según testimonios escritos de la época- ni ha crecido ni se
ha modificado mucho con respecto al siglo anterior; se ha mantenido el plano original
cuadricular, y la principal calle de la ciudad sigue siendo la que corre en sentido este–oeste entre
San Sebastián y San Blas; en el otro sentido, la ciudad llegaba hacia el Sur hasta cerca de la
orilla izquierda del Tomebamba, y hacia el Norte, en algunos puntos, hasta la colina de Cullca.

La agricultura siguió siendo durante la primera mitad del siglo XIX la principal actividad de la
región, aunque catástrofes naturales -lluvias excesivas, sequías, heladas- provocaron una fuerte
migración de los azuayos hacia la Costa. A mediados de siglo empieza a despuntar la
manufactura de sombreros de paja toquilla, significando una de las mayores fuentes de ingreso
para los comerciantes, y uno de los productos con los que Ecuador ingresa al mercado mundial.

Con la inserción del país en el capitalismo mundial, las influencias europeas se hacen notorias.
Cuenca no se sustrajo de ellas: en lo arquitectónico, las fachadas se cambian con estilo neo-
clásico; en la planificación urbana se adoptaron modelos franceses; se incorporaron nuevos
materiales constructivos y las casas con pisos altos empezaron a construirse cada vez más,
utilizando la madera como material para los pisos.

En lo administrativo, la importancia regional de la ciudad se debilitó paulatinamente durante el


primer siglo de la República, en buena parte debido a su aislamiento vial del resto del país;
Guayaquil y Quito, en contraste, ganaron gran primacía urbana, producto de su notable
crecimiento. A este respecto cabe anotar que el primer censo nacional realizado en 1950 dio
como resultado para Cuenca una población de 40000 habitantes, en tanto que para Quito y
Guayaquil, de 210000 y 259000, respectivamente.

En los años cincuenta, la economía cuencana experimenta una crisis, luego de una larga época de
bonanza comercial, producto de la exportación en gran escala del sombrero de paja toquilla; esto
ocasionó la emigración masiva de la población desempleada (básicamente del sector artesanal) a
la Costa y al Oriente. Todos estos fenómenos no provocaron cambios de importancia en el
proceso de crecimiento urbano de Cuenca. Un hecho, sin embargo, que merece destacarse es, en
el año de 1947, el primer intento de zonificación del espacio urbano de la ciudad, por iniciativa

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Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

de la Oficina de Obras Públicas Municipales, entidad que trae para el efecto al arquitecto
uruguayo Gilberto Gatto Sobral (colaborador en el Plan Regulador de Quito).

En la década de los 50 la ciudad tiende a un crecimiento significativo debido a que empieza a


verificarse un desplazamiento de la clase alta hacia El Ejido. A partir de esta época -entonces-
comienza a notarse una demarcación de las zonas de la ciudad de acuerdo al estatus social. Para
la década de los 60, es clara una zonificación de tipo socio-económica: la gente de clase alta se
ubica al sur y nor-este de la ciudad; la clase media, hacia el norte y el este, y la clase baja en el
centro de la ciudad y -de forma dispersa- en la periferia. Queda definida, además, una zona para
la industria, que ocupa el sector nor-este de la ciudad (por el Río Machángara).

Desde los años 70, hasta hoy, la ciudad crece desmesuradamente debido al auge de la
construcción y el proceso de industrialización. Se va poblando la ciudad en todas las
direcciones, ocupándose sectores aledaños a la ciudad como la Panamericana Norte, el sector de
Sayausí, San Joaquín, Baños, Panamericana Sur, etc. (Chérrez M., Peñafiel C., 2000)

2.3.2 Evolución Constructiva de las edificaciones de MNR de la Ciudad

Materiales de construcción

 Antes de 1950 se usaba básicamente adobe y bajareque. Las casas se construían de adobe
(únicamente) o de adobe y bajareque; eran más bien escasas las casas con paredes de
bajareque únicamente. La tipología mixta adobe-bajareque consistía por lo regular de
paredes exteriores de adobe e interiores de bajareque, o también piso bajo de adobe y pisos
altos de bajareque.
 En la década de 1950 aparece el ladrillo. Este período de transición se caracteriza por un tipo
de construcción mixta ladrillo-adobe o ladrillo-bajareque, en donde las paredes de ladrillo
eran las perimetrales o cumplían la función de fachada.
 Desde los años 60 se impone el ladrillo como material para paredes. Con todo, no se desecha
completamente al adobe y al bajareque.
 Desde 1970 puede asumirse para la ciudad un uso exclusivo del ladrillo como material de
paredes.

18
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 El tapial, a diferencia de lo que sucede en ciertos cantones de la provincia, casi no se llegó a


utilizar en la ciudad de Cuenca, debido seguramente a que la tierra no era la indicada para tal
tipo de construcción.

Espesores de paredes

 Las casas más antiguas (anteriores a 1940), con paredes de adobe, tenían espesores que
variaban normalmente en un rango de [50cm – 120cm].
 La tendencia, según pasaban los años, fue a disminuir y a estandarizarse los espesores de
paredes, de manera que entre los años 1940 y 1960 las paredes de adobe tenían espesores que
oscilaban en un rango de [30cm – 80cm].
 Con la irrupción del ladrillo por los años 50, disminuyen ostensiblemente los espesores de
paredes, verificándose un rango de variación entre [20cm – 40cm]. Cabe mencionar que, a
nivel de vivienda, los ladrillos que se utilizaban -y se utilizan actualmente- son de tipo
artesanal. El ladrillo de fábrica, que aparece en Cuenca en los 60’s, producido por LACESA,
es hueco y, la creencia común de que se trata de un ladrillo “débil”, ha restringido su uso a la
tabiquería de edificios.
 En cuanto al ladrillo artesanal, se fabricaban de diferentes tamaños; pero los más utilizados
en la construcción eran los de 40 20  15, 40 20 6, 30 15 10 y 30 15 6. Para pisos y
revestimientos era común usar el denominado “ladrillo de obra” de 30 15 3. Los espesores
de las paredes de ladrillo también han experimentado cambios: la tendencia, asimismo, ha
sido la reducción de dimensiones. En los 60’s, por ejemplo, patrones comunes de edificación
en ladrillo constituían: 1) las casas de un piso con paredes de 20cm, 2) las de dos y tres pisos
con paredes de 30cm en el piso bajo y de 20 en los pisos altos y 3) las casas con paredes
exteriores de 30cm e interiores de 20cm. En los 70’s se edificaba predominantemente con
paredes de 20cm; por último, a partir de los 80, tras dejarse de producir el ladrillo de 20cm,
los espesores comunes de paredes pasaron a ser los de 15 cm.

Acotaciones sobre los espesores de paredes

 Los espesores de las paredes de bajareque, que fueron utilizadas en las casas antiguas
normalmente conformando sistemas mixtos con el adobe, e incluso con adobe y ladrillo, (las
paredes interiores o las de los pisos altos, de bajareque), oscilan alrededor de los 20cm.

19
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 En relación al bloque, su aparición parece datar de los 60’s. A pesar de la creciente


proliferación de las fábricas, éstas casi se han limitado a producir bloques de pómez, cuyo
uso predominante ha sido constituir los alivianamientos en las losas planas. El uso del
bloque en la vivienda ha sido y es muy limitado; en buena medida esto se debe a que, por su
fragilidad (muy proclive a fisuraciones), no tiene aceptación entre los constructores. Las
casas de paredes de bloque están esencialmente en el sector periférico de la ciudad, y
constituyen un 10 – 15% del total de casas en tal sector, concentradas en núcleos marginales
dentro de las parroquias donde la población de clase media es la predominante. En el Centro
Histórico el uso del bloque se circunscribe a pequeñas ampliaciones.
 Parece ser que últimamente (desde los 90) la calidad de los ladrillos ha desmejorado debido a
la práctica artesanal de mezclar la tierra cruda con aserrín.

Tipologías

 Antes de los 50, la tipología común de edificación para vivienda era la siguiente: para casas
de un piso: muros perimetrales de adobe y paredes interiores de bajareque, y para casas de
dos y tres pisos: paredes de bajareque en los pisos altos, apoyados sobre muros de adobe en
la planta baja. En uno u otro caso se utilizaba normalmente una viga solera de madera como
amarre de las paredes de la edificación y apoyo del sistema de cubierta. Además, como
remate en las aberturas de puertas y ventanas se colocaban dinteles o, a veces marcos de
madera. Como existía algo de desconfianza hacia estos elementos, se procuraba que las
aberturas de puertas y ventanas sean pequeñas y en mínima cantidad, originándose módulos
bastante cerrados, lo cual explica, las notables alturas de entrepiso de las casas antiguas.
 En los 50’s, con el surgimiento del ladrillo y del hormigón armado como materiales de
construcción, empieza a irrumpir, aunque de manera todavía esporádica, como tipología, el
sistema mixto ladrillo-adobe ó ladrillo-bajareque (e incluso, ladrillo-adobe-bajareque), con
inclusión de dinteles de hormigón armado en lugar de los convencionales de madera;
continúa, pues, en este período siendo predominante la tipología correspondiente al período
anterior.
 En la década del 60 empieza a generalizarse y a ser predominante el uso del ladrillo para las
paredes, en tanto que surgen las cadenas horizontales de hormigón como nuevos elementos
de amarre, ahora piso por piso. Estos nuevos elementos empiezan a utilizarse a la par de los
dinteles sueltos de hormigón, sin notarse predominancia de uso de unos sobre otros.

20
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Durante la década de 1970 se vuelve predominante el uso de las cadenas horizontales frente
al uso de los dinteles sueltos, no resultando despreciable el porcentaje de uso de esta última
tipología.
 Desde los 80’s a la fecha, a nivel de vivienda, irrumpe un nuevo concepto estructural y una
nueva práctica constructiva: la mampostería confinada, es decir, con cadenas horizontales y
verticales de hormigón. El uso de los dinteles sueltos de hormigón ha decaído en el tiempo, a
tal punto que actualmente se ha desterrado casi totalmente de la práctica constructiva. La
tipología de sólo cadenas horizontales se ha utilizado en forma significativa en este período,
pero cada vez cediendo mayor paso a la mampostería confinada, hasta convertirse esta
última, hoy en día, en la predominante.

Alturas de entrepiso

 En las casas antiguas, cuya construcción data de antes de los 50’s, puede constatarse, además
de las considerables alturas de entrepiso, un rango bastante amplio de variación de alturas,
vale decir, de [3m – 5m].
 En los 60’s, con la aparición del ladrillo y el uso predominante de sistemas mixtos,
disminuyen algo las alturas de entrepiso y su rango de variación [3m – 4m].
 En los 70’s, cuando la construcción con ladrillo se impuso, la tendencia en cuanto a las
alturas de entrepiso fue hacia la disminución y la estandarizaron; en esto, seguramente tuvo
que ver el criterio de las primeras generaciones de arquitectos de la ciudad (la Facultad de
Arquitectura se crea a fines de los 50). El margen de variación de alturas se acortó a un
rango de [2.5m – 2.9m].
 A partir de los 80, y hasta la fecha, existe una ligera tendencia a disminuir alturas de
entrepiso, constatándose un rango de variación de [2.3m – 2.7m].

Sistemas de piso

 El sistema de piso predominante en las casas de antes de los 70 es el envigado de madera.


Tal sistema consiste en vigas de madera (normalmente de eucalipto) de secciones de 12 14,
14 16 hasta de 18 20 apoyadas sobre las paredes y dispuestas cada 60cm – 80cm; sobre
tales vigas, y transversalmente, se dispone un tramado de tiras de 4 4 hasta de 8 8 separadas
entre ellas 45cm aproximadamente, y, por último, encima, el entablado.

21
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Desde los 70 en adelante, de modo creciente, empieza a utilizarse la losa de hormigón,


reservándola para los espacios de sala, cocina y baños, con lo cual se generan sistemas
mixtos de entrepiso.
 Desde los 90 se empieza a utilizar la losa de hormigón como sistema de entrepiso; no
obstante, su uso no es generalizado. Esto se debe, en buena parte a la dificultad de conseguir
madera seca y a la poca variabilidad de dimensiones disponibles en el mercado. El piso de
madera, con todo, resulta mucho más económico, y este factor pesa mucho a la hora de la
elección. El sistema mixto losa-envigado de madera parece ser el predominante actualmente.
 En los últimos cinco años se empieza a optar por nuevos sistemas de piso, por ejemplo
las losas prefabricadas de hormigón (TIGGER) y los perfiles metálicos (perfil omega
doblado en frío).

Sistema de cimentación y morteros

 Los cimientos de las casas antiguas, de antes de 1960, con paredes de tapial o adobe
(espesores de 60cm a 150cm), consistían, por lo regular, en una o dos hiladas de piedra
gruesa con mortero de barro; su profundidad, por tanto, oscila en un rango de [20cm a 50cm].
 Cuando se empieza a utilizar masivamente el ladrillo en los 60’s, y ya casi exclusivamente
desde los 70, los espesores de paredes disminuyeron drásticamente complicando el problema
de la distribución de esfuerzos hacia el terreno, por lo que se acostumbraba que los cimientos
“lleguen” hasta terreno firme. Las profundidades usuales alcanzadas en estas edificaciones
oscilan entre 0.5m y 2m (Chérrez M., Peñafiel C., 2000).

2.4 Generación aleatoria de modelos representativos de las edificaciones de MNR de la


ciudad de Cuenca

Como ya se anotó en el Apartado 2.1, dos tipos de modelos se adoptaron para las edificaciones
de MNR: el de eje de cortante y el de panel, según si el sistema de entrepiso era de hormigón
armado o si era de cualquier otro tipo, respectivamente. Además, independientemente del tipo
de modelo, éste se definió para cada edificación en las dos direcciones ortogonales, mayor y
menor.

22
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

El modelo de eje de cortante requiere como parámetros la rigidez lateral y la masa por cada piso.
La rigidez en cada piso se calcula como la suma de las rigideces a desplazamiento lateral de los
elementos resistentes, en este caso, las paredes. La masa se concentra al nivel de cada piso y, a
diferencia de la rigidez, su valor no depende de la dirección de estudio. El modelo de panel,
tratado como un SDOF elástico, requiere tan solo de un valor de rigidez y de masa. La no
linealidad del comportamiento de las edificaciones de MNR se consideró en el cálculo del daño,
como un proceso complementario al análisis dinámico y mediante la aplicación del modelo de
Abrams (Apartado 3.3).

La plataforma de trabajo para la generación de parámetros constituye la BAC. Los principales


campos de esta generación son el área en planta, la relación de aspecto, código de uso por piso,
número de pisos, el material predominante de las paredes por piso, sistema de entre piso, la
parroquia, el tipo de suelo, grado de ligazón, tipo de cubierta, año de construcción y el índice de
vulnerabilidad. A continuación se describirá la secuencia de cálculos para generar las variables
con los valores de rigideces y de masas de cada edificación. Para todos los efectos, deben
entenderse los sufijos “x” y “y” de las variables como denotaciones para las direcciones mayor y
menor, respectivamente.

2.4.1 División Modular

De acuerdo a la relación de aspecto y a un cierto rango de área en planta se asumió un patrón de


distribución modular dado por el número de divisiones modulares en “x”, nvx, y el número de
divisiones modulares en “y”, nvy (Figura 2.3). Así pues:

 Si (arecom ≥ 160 y relasp > 0.8): nvx = 4, nvy = 4


 Si (arecom ≥ 160 y relasp ≤ 0.8): nvx = 4, nvy = 3
 Si (80 ≤ arecom < 160 y relasp > 0.8): nvx = 3, nvy = 3
 Si (80 ≤ arecom < 160 y relasp ≤ 0.8): nvx = 3, nvy = 2
 Si (arecom < 80): nvx = 2, nvy = 2

donde “arecom” es el área en planta de la edificación y “relasp” es la relación de aspecto del


bloque principal rectangular de la planta.

23
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Lmay

arecom = Lmay * Lmen


Lmen
relasp = Lmen / Lmay

y 2 vanos
(nvy)

(nvx)
x 3 vanos

Figura 2.3 Relación de aspecto y Distribución Modular de paredes.

2.4.2 Altura de entrepiso

La altura de entrepiso “am”, se determinó en función del material de pared, la ubicación de la


edificación y el índice de vulnerabilidad. Del estudio hecho para la obtención de
vulnerabilidades, los valores de “am” varían entre 2.15 y 3.75 metros (Chérrez M., Peñafiel C.,
2000).

 Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr = 1 ó 2, y indvul ≥ y


indvul < 0.05): am = 2.25
 Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr = 1 ó 2, y indvul ≥ 0.05 y
indvul < 0.8): am = 2.75
 Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr = 1 ó 2, y indvul ≥ 0.8 y
indvul ≤ 1 ): am = 3.25
 Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr < > 1 ó 2, y indvul ≥ 0 y
indvul < 0.2): am = 2.15
 Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr < > 1 ó 2, y indvul ≥ 0.2 y
indvul < 0.8): am = 2.45

24
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr < > 1 ó 2, y indvul ≥ 0.8 y
indvul ≤ 1 ): am = 2.75
 Si (matpar = adobe, bajareque o mezcla de adobe y bajareque, y indvul ≥ 0 y
indvul < 0.45): am = 3.25
 Si (matpar = adobe, bajareque o mezcla de adobe y bajareque, y indvul ≥ 0.45 y indvul ≤1):
am = 3.75

donde “matpar” es el material predominante de la pared o muro, “parr” es la parroquia donde


está ubicada la edificación (1 y 2 corresponden al Centro Histórico) e “indvul” es el índice de
vulnerabilidad calificado de 0 a 1.

2.4.3 Espesores de pared

Los espesores se generaron en función del año de construcción, material de muros y el índice de
vulnerabilidad. Los rangos de espesores de paredes más comunes y según su material están
entre: 0.15 a 0.30m. para las paredes de ladrillo o bloque; 0.30 a 0.75 para las paredes de adobe y
0.15 a 0.20m para las paredes de bajareque (Apartado 2.3). Con estos valores, los espesores de
paredes se generaron de la siguiente manera:

 Si (matpar = ladrillo y añocon > 1980): ep1 = 0.15, ep2 = 0.15


 Si (matpar = ladrillo y 1980 ≥ añocon ≥ 1970): ep1 = 0.20, ep2 = 0.20
 Si (matpar = ladrillo y añocon < 1970 y numpis = 1): ep1 = 0.20
 Si (matpar = ladrillo y añocon < 1970 y numpis > 1): ep1 = 0.30, ep2 = 0.20
 Si (matpar = bloque y añocon > 1985): ep1 = 0.15, ep2 = 0.15
 Si (matpar = bloque y añocon ≤ 1985): ep1 = 0.20, ep2 = 0.20
 Si (matpar = adobe y indvul ≥ 0 y indvul < 0.23): ep1 = ep2 = 0.25
 Si (matpar = adobe y indvul ≥ 0.23 y indvul < 0.49): ep1 = ep2 = 0.35
 Si (matpar = adobe y indvul ≥ 0.49 y indvul < 0.65): ep1 = ep2 = 0.45
 Si (matpar = adobe y indvul ≥ 0.65 y indvul < 0.79): ep1 = ep2 = 0.55
 Si (matpar = adobe y indvul ≥ 0.79 y indvul < 0.88): ep1 = ep2 = 0.65
 Si (matpar = adobe y indvul ≥ 0.88 y indvul ≤ 1): ep1 = ep2 = 0.7
 Si (matpar = bajareque): ep1 = ep2 = 0.2

25
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

donde “añocon” es el año de construcción de la edificación, “numpis” es el número de pisos,


“ep1” es el espesor de muros de los pisos inferiores (espesor del primer piso para casas de un
material y para casas de dos materiales es el espesor de los muros inferiores del mismo material)
y “ep2” es el espesor de los muros superiores.

2.4.4 Longitud de paredes

Asumiendo una distribución uniforme de paredes en todos los espacios modulares, y utilizando
los valores generados de espesores, y de áreas totales de paredes en las dos direcciones
ortogonales que se definen según el área en planta (Chérrez M., Peñafiel C., 2000), se calcularon
las longitudes unitarias de las paredes, “Lupx” y “Lupy”.

Apx  nmx Lupx * ep1 ; nmx  nvy * nvx 1


Apx
 Lupx  (2.1)
ep nmx

Apy  nmy Lupy * ep1 ; nmy  nvx * nvy 1


Apy
 Lupy  (2.2)
ep nmy

donde, para cada una de las dos direcciones de estudio, “Ap” representa el área total de paredes o
muros, “nm” es el número de muros en cierta dirección, “Lup” es la longitud de cada uno de los
muros o paredes (longitud unitaria).

2.4.5 Rigideces para modelo de eje de cortante

Se obtuvieron las rigideces en “x” y en “y” de la siguiente manera:

3
 12 E Ipx  ep1 Lupx
Kx  nmx  3  ; Ipx  (2.3)
 am  12

3
 12 E Ipy  ep1 Lupy
Ky  nmy  3  ; Ipy  (2.4)
 am  12

26
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

En las expresiones anteriores, los módulos de elasticidad E, dependen del material de la pared y
de su grado de confinamiento.

El rango de valores de E para paredes de ladrillo (barro recocido) y bloque se obtuvieron a partir
de la formulación propuesta por el Reglamento Mexicano de Construcción (Reglamento de
Construcción del Distrito Federal, Normas Técnicas Complementarias para Diseño y
Construcción de Estructuras de Mampostería, México, 1991) para cargas de corta duración, tal
como un sismo:

E  800 f m (2.5)

donde “fm” es la resistencia nominal de la mampostería sobre el área bruta, y su valor depende
de la resistencia de las unidades de mampostería, “fp”, y del tipo de mortero. Para mampostería
bien confinada se recomienda incrementar en 4 kg/cm2 el valor de “fm”.

Para las edificaciones de la ciudad de Cuenca, basados en ensayos realizados sobre ladrillos
tomados aleatoriamente en distintas fábricas artesanales (Andrade E., Fernández V., 1973), se
adoptó un rango de resistencias nominales de unidades de mampostería de 25 a 70kg/cm2.
Considerando todo el espectro de calidades de mampostería y asumiendo mejor calidad de
unidades para las edificaciones con paredes bien confinadas (aquellas que calificaron “B” en el
ítem grado de ligazón) los rangos para “fm” quedaron establecidos de la siguiente manera:

 Paredes sin confinamiento: fm de 10 a 30kg/cm2


 Paredes medianamente confinadas: fm de 15 a 35kg/cm2
 Paredes bien confinadas: fm de 20 a 40kg/cm2

En lo referente a las paredes de adobe, se tienen asimismo resultados de ensayos a compresión


sobre unidades (Malo Vega S.,1980) ; pero debido a la falta de criterios de correlación se decidió,
tanto para las paredes de adobe como para las de bajareque, asumir directamente el siguiente
rango (Yépez F., 1995):

 Paredes de adobe o bajareque: “E” entre 1600 y 2000kg/cm2. Para aquellas correspondientes
a edificaciones con vigas solera (calificación “B” y “C” en ítem grado de ligazón), “E” entre

27
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

1800 y 2000kg/cm2; para edificaciones sin vigas solera (calificación “D”), “E” entre 1600 y
1800kg/cm2.
 El esfuerzo nominal de compresión “fm” para adobe y bajareque se asumió de 6 kg/cm²
(Dickey W. L, 1993).

2.4.5.1 Rigideces para modelo panel

Para este caso de edificaciones, los parámetros están representados por la longitud en planta del
panel, espesor y altura (Figura 2.4).

Figura 2.4 Idealización del modelo panel para las direcciones “x” e “y”.

La longitud en planta corresponde a la pared efectiva a lo largo de Lx y Ly, dichas longitudes se


calculan con las siguientes expresiones:

LPX = Lupx * nvx (2.6)

LPY = Lupy * nvy (2.7)

El espesor varía según el material de pared (Apartado 2.4.3). La altura de estos paneles es la de
la edificación, y su rigidez corresponde a la de una viga en voladizo, complicándose algo su

28
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

formulación para el caso en que se verifica una variación del material de paredes en la altura del
panel (Figura 2.5).

Figura 2.5 Esquema de un panel cuando existe variación del material de paredes: un solo
material (a) y dos tipos diferentes de material (b).

3E I
K (a)  (2.8)
L3

 a2   a ( L  a)    ( L  a) 3 
  L       L    
a a
K (b)  1  F    (2.9)
F
 2 E1 I 1   3   E1 I 1   2   3E 2 I 2 

2.4.6 Cálculo de masas por piso para el modelo de eje de cortante

(Lupx * am * ep) * pesoespe * nmx


Mx  (2.10)
9.806

(Lupy * am * ep) * pesoespe * nmy


My  (2.11)
9.806

arecom * pesolosaHA
Mpiso  Mx  My  (2.12)
9.806

“Mpiso” es la masa de cada uno de los pisos de la edificación, pero existe una variante en la
fórmula cuando en el último piso el tipo de cubierta es “Zinc”:

29
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

arecom * carzin
Múltimopiso  Mx  My  (2.13)
9.806

donde “pesoespe” es el peso específico del material de muro (Tabla 2.1), pesolosaHA es el peso
de la losa por m² del entre piso de hormigón armado, cuyo valor se asumió igual a 350 kg/m²
(losa con espesor de 0.15 cm aproximadamente) y carzin es la carga de la cubierta de zinc igual a
100 kg/m².

Tabla 2.1 Pesos Específicos de material de pared.

Peso específico del ladrillo 1700 Kg/m³


Peso específico del bloque 1200 Kg/m³
Peso específico del adobe 1400 Kg/m³
Peso específico del bajareque 1300 Kg/m³

2.4.6.1 Cálculo de masas por piso para el modelo panel

(Lupx * am * ep1 * np1) * pesoespe * nvx (Lupx * am * ep2 * np2) * pesoespe * nvx
Mx   (2.14)
9.806 9.806

(Lupy * am * ep1 * np1) * pesoespe * nvy (Lupy * am * ep2 * np2) * pesoespe * nvy
My   (2.15)
9.806 9.806

donde “np1” es el número de pisos que tienen los mismos valores de espesores y pesos
específicos y “np2” es igual al número de pisos de la edificación menos “np1”.

30
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

2.5 Información disponible a efectos de la modelación de los edificios de hormigón armado

Tipologías estructurales

 Los primeros edificios de la ciudad (Palacio Municipal, Edificio de la Casa de la Cultura,


Edificio Ramírez, Edificio Maldonado) datan de fines de los 50’s; se nota en ellos el uso del
hormigón armado, ya sea como material constitutivo sistemas aporticados (sistemas de
pórticos conectados -por lo común- ortogonalmente) o conformando sistemas mixtos, es
decir, muros soportantes de ladrillo con entrepisos de losa.
 Durante los 60’s se usó predominantemente la tipología aporticada (o de vigas descolgadas),
sobre todo en el primer lustro. Hacia fines de este período se empieza a utilizar el sistema de
losa plana, a raíz de la buena recepción que tuvo entre los ingenieros de la ciudad la
publicación “Cálculo de edificios con sistema de losa plana”, del Ing. Alejandro Segovia.
 A partir de 1970, y hasta inicios de los 90’s, es claramente predominante el uso del sistema
de losa plana: alrededor de un 90% del total de edificios de hormigón armado.
 Últimamente se percibe una tendencia al uso del sistema aporticado, sin dejar aún de ser
predominante el uso del sistema de losa plana; esto obedece, fundamentalmente, a una
preocupación compartida por ingenieros y arquitectos por mejorar el comportamiento
sismorresistente de nuestros edificios.

Uso de códigos

 Desde la popularización del hormigón armado como material de construcción y las primeras
promociones de ingenieros civiles estructurales de la ciudad, en los años 50’s, y hasta 1970,
se utilizaba como código de construcción la Norma Alemana DIN, y en general, textos
alemanes como el de B. Löser, que eran las guías en materia de cálculo y diseño.
 A partir de fines de los 60’s empieza a impartirse en la Facultad de Ingeniería Civil el diseño
según las normas del ACI, de manera que en el primer lustro de 1970 salen las primeras
promociones de ingenieros civiles instruidos según la normativa norteamericana. Durante
este lustro y hasta la aparición, en 1977, del Código Ecuatoriano de la Construcción, CEC, se
puede asumir que se utilizaron ambos códigos de construcción (Normas DIN y el ACI).
 Desde la fecha de su publicación y durante los primeros años de los 80’s prevalece el uso del
Código Ecuatoriano de la Construcción (CEC); sin embargo, pasado el primer lustro de la
década del 80, los ingenieros, conscientes de los avances del diseño estructural en hormigón
31
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

armado, prefieren usar las normas de un ACI más actualizado, con el natural rezago que
supone familiarizarse con un nuevo código y asimilar los cambios introducidos.
Actualmente, por ejemplo, la mayoría de ingenieros diseñan según las normas del ACI de
1989; hay todavía quienes utilizan el ACI de 1983. En cuanto a modelación de cargas, se
sigue usando lo que prescribe el CEC.

Consideración de la acción sísmica

 Se puede asumir que hasta mediados de los 60’s los edificios en Cuenca se calcularon
considerando sólo cargas verticales; en casos excepcionales la acción sísmica se modelaba
como un empuje horizontal uniforme.
 Desde mediados de los 60’s hasta la aparición, en 1977, del CEC, con la especialización de
ciertos profesionales en el exterior, empezaron los ingenieros estructurales de la ciudad a
preocuparse más por la acción sísmica como hipótesis de carga, modelándola ya como una
distribución triangular de fuerzas estáticas.
 A partir, pues, de 1977, y hasta la fecha, la acción sísmica ha sido evaluada mediante un
cortante basal, calculado como un porcentaje de la carga muerta total (V = IKCSWD), y
modelada como una distribución triangular de cargas laterales estáticas, tal como lo estipula
el CEC en su parte correspondiente a modelación de cargas.
 Si bien desde 1977 es considerada la acción sísmica como una hipótesis de carga adicional,
no existe conciencia entre los ingenieros de la ciudad que la fuerza sísmica que prescribe el
CEC está “reducida” asumiendo un aceptable comportamiento inelástico (una ductilidad
global de desplazamiento de alrededor de cuatro). Lo cual implica, bajo el presupuesto de un
edificio sin problemas de torsión en planta, básicamente: 1) proveer de suficiente ductilidad a
los miembros estructurales, 2) aplicar para el cortante de diseño la filosofía del diseño por
capacidad y 3) realizar chequeos de cumplimiento de los conceptos de nudo fuerte – columna
débil y de columna fuerte – viga débil, a fin de evitar la formación de mecanismos de colapso
en el edificio. De los tres requerimientos básicos mencionados, el primero es el único sobre
el cual se tiene cierto cuidado a la hora del diseño, lo cual evidencia un desconocimiento del
problema global del diseño sismorresistente.

32
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

2.5.1 Información de los parámetros de diseño global

Para realizar el estudio de la vulnerabilidad y daño, se tuvo que recurrir a varias fuentes de
información como: tesis, datos estadísticos del INEC, información de la Base de Datos de
Actualización Catastral (BAC), encuestas, entrevistas y análisis de planos, etc. A continuación
indicamos un resumen de la información obtenida de la tesis “Determinación de los índices de
vulnerabilidad para las edificaciones de la ciudad de Cuenca” (Chérrez M., Peñafiel C., 2001).

 Patrón de variación de dimensiones de miembros según la altura

La práctica común para los edificios de dos, tres y cuatro pisos es no variar las dimensiones de
los miembros (columnas, en edificios de losa plana) en altura, por comodidad constructiva y
porque el ahorro que supondría tal variación es muy pequeño considerando los costos totales; en
los edificios de cinco a ocho pisos se verifica variación de dimensiones cada tres o cada cuatro
pisos, según que el edificio tenga seis u ocho pisos, respectivamente. En el caso de los edificios
de cinco pisos, el primer conjunto de dimensiones puede corresponder indistintamente a los dos
o tres primeros pisos.

 Longitudes comunes de vanos

De las entrevistas se concluyó que los arquitectos de la ciudad no manejan, al menos a nivel de
edificios, conceptos de modularidad, hecho que también se ha podido constatar en los planos
revisados. Las longitudes de vanos comunes (en una y otra dirección), presentan una tendencia
de concentración hacia el rango de 4.m a 6m como medida de valor central.

La Figura 2.6, corresponde a las longitudes comunes de vanos en la dirección mayor. En la


dirección menor estas longitudes comunes disminuyen, pero no en mayor medida, verificándose
relaciones de aspecto de 0.8 a 1, de manera que se pueden asumir espacios interiores bastante
“cuadrados” y losas trabajando bidireccionalmente.

33
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

LONGITUDES COMUNES DE VANOS


6
5
4
FRECUENCIA
3
2
1
0
3.00 - 3.49 3.50 - 3.99 4.00 - 4.49 4.50 - 4.99 5.00 - 5.49 5.50 - 5.99 6.00 - 6.49
LONGITUDES (m)

Figura 2.6 Frecuencias de longitudes comunes de vanos.

 Longitudes en planta vs. número de columnas

La falta de correlación entre las longitudes en planta y el número de columnas se verifica


claramente en las Figuras 2.7 y 2.8.

De las gráficas no se obtuvieron relaciones aceptables pero se puede notar que el valor más
frecuente de columnas en la dirección mayor es de cinco, en tanto que en la dirección menor, es
de cuatro; por lo que se puede concluir que un edificio típico es de 4 x 3 vanos.

LONGITUD EN PLANTA EN LA DIRECCIÓN MAYOR VS.


NÚMERO DE COLUMNAS

10
N° DE COLUMNAS

y = 0.1142x + 2.68
8 R2 = 0.301
6
4
2
8 13 18 23 28 33 38
LONGITUD(m)

Figura 2.7 Longitud en planta vs. número de columnas.

34
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

LONGITUD EN PLANTA EN LA DIRECCIÓN MENOR VS.


NÚMERO DE COLUMNAS

6
N° DE COLUMNAS 5
4
y = 0.0685x + 2.7246
3 2
R = 0.0983
2
1
6 10 14 18 22 26 30
LONGITUD(m)

Figura 2.8 Longitud en planta vs. número de columnas.

 Altura de columnas

Los planos estudiados muestran que el rango más común de altura de columnas es el de 2.70m –
3m (Figura 2.9 (a) y (b)).

(a)

A L T U R A D E C O L U M N A S D E L P R IM E R P ISO

10
8
FRECUENCIA

6
4
2
0
2.4 - 2.7 2.7 - 3.0 3.0 - 3.3 3.3 - 3.6
A LTU R AS (m)

35
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

(b)
A L T U R A D E C O L U M N A S D E L O S P IS O S SE G U N D O
EN ADELANTE

10
FRECUENCIA 8
6
4
2
0
2.4 - 2.7 2.7 - 3.0 3.0 - 3.3 3.3 - 3.6
A LTU R A S (m)

Figura 2.9 Altura de columnas en el primer piso (a) y Altura de Columnas en los pisos
superiores (b).

 Espesor de las losas

Con luces entre 3.5m y 6m, los espesores de losa fluctúan entre 20 y 30cm, aunque 25 y 30cm
son los espesores más frecuentes (Figura 2.10). Es generalizado, además, el uso de módulos de
alivianamiento de 40x40 y una capa superior contínua de hormigón de 5cm. Una fórmula
referencial utilizada por algunos ingenieros para el dimensionamiento del espesor de la losa es la
de un cinco por ciento de la luz.

ESPESOR DE LOSAS
10
8
FRECUENCIA

6
4
2
0
20 25 30 35
ESPESORES (cm)

Figura 2.10 Espesor de losas.

36
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Dimensiones de vigas

Edificios Aporticados: Los peraltes de vigas oscilan entre un doceavo a un catorceavo de la


luz. Los anchos, por lo regular, son iguales o poco menores a los anchos de las columnas.

Edificios con sistema de losa plana: Considerando que los espesores comunes de losas son
de 25 y 30cm, y que es práctica común utilizar vigas o “cadenas de amarre” perdidas entre
las columnas, del estudio de los planos se infiere que sus anchos oscilan de 20 a 40cm.

 Dimensiones de columnas en planta baja y variación en altura

NÚMERO DE PISOS VS. ÁREA DE COLUMNAS EN PLANTA


BAJA

6500
ÁREA DE COLUMNAS

y = 666.82x - 856.16
5500 2
4500 R = 0.8081
(cm²)

3500
2500
1500
500
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
NÚM ERO DE PISOS

Figura 2.11 Número de pisos vs. área de columnas en planta baja.

La Figura 2.11 muestra una aceptable correlación entre el número de pisos y el área de columnas
en planta baja; el área de columna usada para este efecto es aquella que más se repite en planta
baja.

Se puede notar además una mayor dispersión de áreas de columna a medida que el número de
pisos crece. Esta circunstancia es consistente con la información de encuestas y entrevistas
hechas a ingenieros sobre los rangos de dimensiones de columnas que usan para distintos
números de pisos, que resumimos en la Tabla 2.2.

37
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Tabla 2.2 Número de pisos vs. dimension de columnas en planta baja.

# de Pisos Dimensión Lado


3 30 – 40
4 35 – 45
5 40 – 50
6 45 – 55
7 55 – 70
8 60 – 75

La columna “Dimensión Lado”, corresponde a la dimensión asumida de la columna de sección


cuadrada, en centímetros.

 Cuestiones de diseño del refuerzo y detallamientos

Cuantías comunes del refuerzo longitudinal en las columnas:

CUANTÍAS DE COLUMNAS

10
8
FRECUENCIA

4
2
0
0.80 -1.19 1.20 - 1.59 1.60 - 1.99 2.00 - 2.39 2.40 - 2.79
CUANTIÍAS (%)

Figura 2.12 Cuantías comunes del refuerzo longitudinal de columnas.

Las entrevistas y encuestas a ingenieros nos reportó entre el 1 – 2% como rango común de
cuantías para columnas. La Figura 2.12, obtenida de tabular las cuantías de columnas más
frecuentes en los planos estructurales estudiados, nos corrobora esa afirmación, y estrecha ese
rango a uno entre 1.2% y 1.6%. No es práctica común variar cuantías en altura; esto también se
ve reflejado en los planos. Por otra parte, así como no se acostumbra diferenciar -en
38
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

dimensiones- columnas interiores de exteriores, tampoco existen distinciones en relación a


cuantías.

Cuantías del refuerzo longitudinal en vigas:

CUANTÍAS DE REFUERZO NEGATIVO EN EXTREMOS DE VIGAS


PERDIDAS
7
6
5
FRECUENCIA

4
3
2
1
0
0.30 - 0.49 0.50 - 0.79 0.80 - 0.99 1.00 - 1.19 1.20 - 1.39 1.40 - 1.59
CUANTÍAS (%)

Figura 2.13 Cuantías del refuerzo longitudinal en vigas interiores.

CUANTÍAS DE REFUERZO POSITIVO EN CENTRO DE VIGAS


PERDIDAS
9
8
7
6
FRECUENCIA

5
4
3
2
1
0
0.30 - 0.49 0.50 - 0.79 0.80 - 0.99 1.00 - 1.19
CUANTÍAS (%)

Figura 2.14 Cuantías del refuerzo longitudinal en vigas interiores.

Las Figuras 2.13 y 2.14, corresponden a los armados más comunes que se presentan en las vigas
perdidas (losa plana) interiores, en la dirección mayor. Al igual que sucedía con las columnas,
no hay diferenciaciones entre vigas interiores y exteriores, ni en dimensiones ni en cuantías,
circunstancia corroborada por ingenieros constructores de la ciudad.

39
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Si comparamos las cuantías de las gráficas, se puede notar un rango más amplio en las del
refuerzo negativo. Por otra parte, aunque las cuantías más frecuentes están en el rango del 0.5%
al 0.8%, hay que destacar que las del refuerzo positivo están concentradas entre 0.5% y 0.6%, y
las del refuerzo negativo entre 0.6% y 0.8%. Los ingenieros entrevistados a este respecto han
mencionado como rangos de cuantías: para el refuerzo negativo de 0.6% a 1%, y para el refuerzo
positivo, de 0.4% a 0.6%.

 Otros aspectos del refuerzo longitudinal de vigas

Es práctica común (entrevistas y planos) pasar un porcentaje del refuerzo positivo en los apoyos.
Este porcentaje fluctúa entre el 50% y el 100%. También existe un porcentaje de refuerzo
negativo, que está un poco por encima de la cuantía mínima (0.3% a 0.4%), en los tramos de
vigas.

En relación a los traslapes, teóricamente se procura evitarlos en los lugares de momentos


considerables; esto es, para el refuerzo positivo, lejos del centro del vano, y para el refuerzo
negativo, alejado de los apoyos. Sin embargo, éstos son uno de los ítems de diseño que más se
incumplen a la hora de la construcción.

 Diámetros comunes en miembros estructurales

Aunque existe bastante dispersión en los datos extraídos de los planos, se notan las siguientes
tendencias:

Columnas: El rango de variación de diámetros está entre 16 y 25mm, concentrándose más entre
18 y 22mm.

Vigas de amarre: El rango de variación está entre 14 y 20mm, siendo los más frecuentes los
diámetros de 14 y 16mm, éste ultimo en particular.

Losas: El rango de variación está entre 12 y 16mm, notándose una mayor frecuencia de los
diámetros de 12 y 14mm.

40
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Refuerzo de corte de vigas y columnas

Vigas:

PATRÓN DE ARMADO DE ESTRIBOS DE VIGAS

5
4
FRECUENCIA

3
2
1
0
10 ; 15 10 ; 20 15 ; 20 15 ; 15 20 ; 20
SEPARACIONES (EXT. ; CENT)

Figura 2.15 Patrón de armado de estribos en vigas.

De la Figura 2.15 no se puede concluir nada acerca de los patrones de separación de estribos más
usuales para vigas; en cuanto a lo que se ha recabado de encuestas, se han tabulado patrones de
separación usuales extremo-centro de 15-15, 15-20 y de 20-20, sin predominancia de ninguno de
ellos. El diámetro que se utiliza con mayor frecuencia es el de 8mm.

Columnas:

A diferencia de lo que ocurre con las vigas, en los patrones de armado de estribos para columnas
se constatan ciertas predominancias (Figura 2.16), concretamente las separaciones 10-15 y 10-
20, que, además coincide con los patrones de separación recabados de las encuestas. Al igual
que sucedía con las vigas, el diámetro de estribo más común es el de 8mm.

41
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

PATRÓN DE ARM ADO DE ESTRIBOS DE COLUM NAS

6
FRECUENCIA
4

0
10 ; 10 10 ; 15 10 ; 20 7.5 ; 15

SEPARACIONES (EXT. ; CENT.)

Figura 2.16 Patrón de armado de columnas.

 Refuerzo de corte en el nudo

Es práctica común entre los ingenieros (entrevistas) a la hora de armar el refuerzo de corte en los
nudos dar preferencia a los estribos de la columna.

 Doblados, grapas y recubrimientos

Estos detalles se han cumplido cabalmente en aquellos edificios que han contado con
fiscalización, esto es, edificios de obra pública y privada (estos últimos, cuando son de cierta
envergadura), ateniéndose, además al código del ACI vigente. Habría que indagar un poco más
en cierto tipo de construcción más informal y en su calidad de ejecución.

2.6 Generación aleatoria de modelos representativos de los edificios de HA

Para asegurar que el modelo inelástico SDOF adoptado en este estudio sea representativo de los
edificios de la ciudad, se ha procurado que sus parámetros de caracterización asimilen
información estructural relevante. En el presente estudio se pensó en modelos tipo pórtico.
Estos se obtuvieron desagregando de cada idealización tridimensional los dos pórticos
ortogonales interiores (Figura 2.17).

42
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

(a)

(b) A B C D

1
N° de Pisos = 3
(nvy=2)
y
2

3
(nvx=3)
x
Vista en Dirección Y Vista en Dirección X
Porticos 1, 2 y 3 Porticos A, B, C y D

z z

x y

Figura 2.17 Idealización tridimensional (a) y Modelos bidimensionales desagregados (b).

La representación de un edificio por sus dos pórticos ortogonales interiores es legítima cuando se
cumplen dos condiciones: 1) la hipótesis de piso rígido y 2) simetría de configuración en planta
de los edificios. La hipótesis de piso rígido es pertinente cuando se trata de edificios de HA, ya
que las losas de hormigón armado son lo suficientemente rígidas en su plano como para asegurar
que las cabezas y pies de columna compartan sus tres grados de libertad (de cuerpo rígido). Si se
cuenta en el edificio con una razonable simetría en planta, los efectos torsionales son
despreciables, pudiéndose hacer caso omiso del grado de libertad rotacional. Así pues, en
43
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

aquellos casos en que se cumplen las dos condiciones anteriores, y suponiendo cargas laterales
según una de las direcciones ortogonales del edificio, los únicos grados de libertad “activos”
serán los horizontales en la dirección de la carga lateral, correspondiendo uno a cada piso (Figura
2.18).

(a)
Edificio asimétrico
con piso rígido

(b)

44
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

(c )
Edificio simétrico con piso rígido
y sismo en la dirección "x"

Figura 2.18 Esquema sobre hipótesis de cuerpo rígido y simetría; grados de libertad: modelo
con tres grados de libertad (a), modelo de dos grados de libertad (b), modelo de un
grado de libertad (c).

La utilidad esencial de los modelos de transición tipo pórtico, como se ha dicho, es la obtención
de parámetros representativos para los modelos SDOF bilineales asumidos para los edificios de
HA. Dos tipos de análisis nos permitieron evaluar dichos parámetros: 1) análisis dinámico de
vibración libre y 2) análisis pushover, ambos ejecutados sobre la versión educativa del programa
SAP2000 nonlinear. Los modelos de transición, a su vez, requirieron para su caracterización
geométrica de los siguientes parámetros:

 Número de pisos y altura de cada piso


 Número de vanos y longitud de cada vano
 Dimensiones de vigas y columnas
 Refuerzo longitud de vigas y columnas

En vista de que el problema dinámico de vibración libre se resolvió como parte del análisis
pushover (en SAP2000) y este último es un tipo de análisis estático no lineal muy pesado, una
cobertura individualizada del universo de edificios de la ciudad hubiera resultado demasiado
onerosa. Tómese en cuenta que el universo por estudiar era de alrededor de 2500 edificios y
cada edificio, además, se representó por sus dos pórticos interiores desagregados.

45
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Lo que se hizo, entonces, fue “discretizar” el universo de edificios, definiendo por cada tipología
de estudio, un “edificio mínimo”, un “edificio promedio” y un “edificio máximo”. El parámetro
escogido para la caracterización dimensional de estos edificios fue la longitud de vanos. Así,
con “edificios promedios” se quiere significar a aquellos que tienen las longitudes de vanos y –
consecuentemente– las secciones de miembros más comunes, parámetros elegidos de un examen
concienzudo de toda la información disponible: frecuencias de áreas en planta según el número
de pisos de los edificios y de las longitudes de vanos más comunes (encuestas y revisión de
planos), etc.. Los modelos para los edificios “máximo” y “mínimo” se consiguieron aumentando
y disminuyendo en valores convenientes las longitudes de vanos de los edificios “promedio”
(Anexo 2.1).

Así pues, la estrategia metodológica seguida con los modelos de transición fue la de establecer,
para los edificios de un cierto número de pisos (representados por sus dos pórticos interiores
ortogonales), los parámetros de caracterización mecánica (períodos naturales de vibración,
cortantes basales de cedencia y desplazamientos de cedencia) de sus modelos “máximo”,
“promedio” y “mínimo”, caracterizados por sus respectivas longitudes de vanos (Anexo 2.2).
Obtenidas las 3 puntuaciones longitud de vanos – parámetro de caracterización mecánica, se
halló la curva de interpolación cuadrática (Anexo 2.3), la ecuación de esta curva constituyó
entonces una ecuación de generación de parámetros de caracterización mecánica para la familia
de edificios acotados por los edificios “máximo” y mínimo” (Anexo 2.4).

En el Capítulo 4 se describe como se integran los modelos de transición en el programa general


PEDE y cómo se crean los modelos SDOF para cada edificación de la ciudad en la BAC con
miras a la evaluación del daño. A continuación se describe más detalladamente la generación de
los modelos de transición.

2.6.1 Obtención de parámetros de los modelos bidimensionales de transición

 Tipologías consideradas: 1) Aporticada con fy de 2800 kg/cm², 2) Aporticada con fy de 4200


kg/cm² y 3) columnas y losa plana.
 Los pórticos tuvieron, en función de su número de pisos, áreas en planta y relación de
aspecto diferente distribución modular definida por las combinaciones de número de vanos
en las dos direcciones ortogonales (Tabla 2.3).

46
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Tabla 2.3 Tabla de pórticos que se generarán para representar los edificios de hormigón
armado según el número de pisos y el número de vanos.

NÚMERO DE VANOS
# de Pisos
Longitud Mayor Longitud Menor
2 2–3–4 2–3
3 2–3–4–5 2–3
4 2–3–4–5 2–3
5 2–3–4 2–3
6 2–3–4 2–3

 Alturas de piso: 270 centímetros.


 Como se señaló en el apartado 2.6, las longitudes de vanos de los pórticos “máximo” y
“mínimo” se obtuvieron a partir de la longitud de vano del pórtico “promedio” (más
frecuente), aumentando y disminuyendo un cierto valor; el cual se estableció en un rango
entre 50 y 150 cm., dependiendo del número de pisos. Las cuantías de los refuerzos
longitudinales en vigas y columnas corresponden a los valores más frecuentes y no se
variaron en ningún caso.
 Para los modelos bidimensionales de losa plana, los pórticos se construyeron utilizando un
ancho efectivo de b/3, donde “b” es la semisuma de las longitudes de vanos a uno y otro lado
del eje de columnas considerado, valor adecuado para la conformación de pórticos resistentes
a cargas laterales (Vanderbilt D., Corley G., “Frame Analysis of Concrete Buildings”, ACI
Concrete International, Diciembre, 1983). Para representar las vigas, en primer lugar se
construyeron secciones T con un patín de ancho igual a b/3 y un alma en donde se concentran
los nervios; finalmente, se pasaron dichas secciones T a rectangulares equivalentes, esto es,
con las mismas inercias. Las dimensiones de las secciones de los miembros se basaron en
una síntesis de las encuestas/entrevistas a ingenieros y en la revisión de planos, y por ello
guardan coherencia de diseño con el número de pisos y las longitudes de vanos de los
edificios. A continuación se presenta en la Tabla 2.4 el resumen de las características
dimensionales y de diseño del refuerzo de los pórticos “promedio”.

47
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

Tabla 2.4 Resumen de modelos para pushover (Pórticos “promedio”).

APORTICADO

AC.VIGMAY

AC.VIGMAY

AC.VIGMEN

AC.VIGMEN
L.VANMAY

L.VANMEN

HVIGMAY
BVIGMAY

BVIGMEN

HVIGMEN

AC.COL
NPISOS

BCOL

HCOL
INF. SUP. INF. SUP.
U. m. m. cm. cm. cm. cm. cm. cm. cm². cm². cm². cm². cm².
2 4.0 3.5 30 30 25 35 25 35 11.70 4.58 6.10 5.25 7.00
3 4.3 4.0 35 35 30 40 30 40 15.93 6.39 8.52 7.20 9.60
4 4.6 4.3 40 40 30 45 30 45 20.80 7.29 9.72 8.10 10.80
5 5.2 4.5 45 45 35 45 35 45 26.33 8.51 11.34 9.45 12.60
6 5.8 5.3 55 55 40 50 40 50 39.33 10.92 14.56 12.00 16.00

LOSA PLANA

AC.VIGMAY

AC.VIGMAY

AC.VIGMEN

AC.VIGMEN
A.ALM.MAY

A.ALM.MEN
AN.EFMAY.
L.VANMAY

AN.EFMEN.
L.VANMEN

A.PATMAY

A.PATMEN

ESP.LOSA

AC.COL
NPISOS

BCOL

HCOL

INF. SUP. INF. SUP.


U. m. m. cm. cm. cm. cm. cm. cm. cm. cm. cm. cm². cm². cm². cm². cm².
2 4.0 3.5 30 30 1.33 1.17 130 120 40 40 25 11.70 5.04 6.72 5.04 6.72
3 4.3 4.0 35 35 1.43 1.33 140 130 40 40 25 15.93 5.04 6.72 5.04 6.72
4 4.6 4.3 40 40 1.53 1.43 150 140 45 45 30 20.80 7.02 9.36 7.02 9.36
5 5.2 4.5 45 45 1.73 1.5 170 150 45 45 30 26.33 7.02 9.36 7.02 9.36
6 5.8 5.3 55 55 1.93 1.77 190 180 50 50 30 39.33 7.80 10.40 7.80 10.40

* Para los pórticos de 5 y 6 pisos, las dimensiones de las columnas de los pisos superiores
se disminuyeron en 10cm por lado.

 Se asumió un recubrimiento, tanto para vigas como para columnas, de 4 cm. En cuanto a las
propiedades mecánicas de los materiales, se adoptaron los siguientes valores:

Acero:
E = 2100000 kg/cm2
fy = 2800 kg/cm2 (aporticados antiguos) y,
fy = 4200 kg/cm2 (aporticados recientes y los de tipología de losa plana)

Hormigón: Resistencia a compresión del hormigón armado (f’c): de pruebas realizadas en


nuestra ciudad, se adoptaron valores de 100 kg/cm² para los edificios de 2 y 3 pisos, 120
kg/cm² para los edificios de 4 y 5 pisos; y para los edificios de más de 5 pisos, 150 kg/cm².

E = 15100 f 'c (2.16)

48
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

 Por otra parte, se consideró una carga muerta general (losa y acabados) de 600 kg/m2, de
tal suerte que el pushover propiamente inició una vez que el modelo de transición se había
deformado por efecto de las cargas verticales.

2.6.2 Aspectos adicionales de la modelación para el análisis pushover

En este punto se abordará el problema de la modelación con miras al análisis pushover, el cual
va más allá de la común modelación para efectos de diseño o de evaluación estructural, pues,
como ya se mencionó, se trata de un tipo simplificado de análisis no lineal.

El análisis pushover consiste, en esencia, en la aplicación de cargas laterales monotónicas


incrementales a un cierto modelo estructural hasta llevarlo al colapso. Se sintetizarán aquí
consideraciones teóricas generales acerca de la modelación que se llevó adelante en el SAP2000;
los detalles concretos de modelación se tratarán en el Apartado 4.1.

2.6.2.1 Modelación a nivel de estructura

Ante todo hay que decir que, aunque el SAP2000 en su versión nonlinear puede realizar un
análisis no lineal simplificado para cualquier tipo de cargas, nos centraremos en el análisis
pushover, que es el que se refiere a cargas laterales. En este sentido, todos los subsistemas y
miembros de los cuales se espera que provean resistencia y/o rigidez lateral después de varios
ciclos de carga sísmica deberían ser modelados. El ATC-40 (ATC-40, “The Seismic Evaluation
and Retrofit of Concrete Buildings”, Vol. 1, 1996) trata el problema de la modelación a nivel de
subsistema y de miembro (elemento y componente, respectivamente, en el texto del ATC-40) y
para tres tipos estructurales: aporticado, losa plana, y el de marco con muros de corte.
Entiéndase por subsistema una parte del sistema estructural completo, cuyas particularidades le
confieren a ese sistema estructural un tipo de comportamiento privativo. Miembros son los
componentes de ese subsistema (v.g. vigas, columnas, conexiones, etc.). Además, el ATC-40
establece una jerarquía en el tratamiento de los miembros, categorizándolos en primarios y
secundarios, en función de su incidencia en los niveles de desempeño del edificio.

49
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

En los modelos, las conexiones viga-columna y losa-columna, no se modelaron como zonas


rígidas, ya que entre los ingenieros de la ciudad no se acostumbran verificaciones de diseño a ese
nivel de detalle, y además por el hecho de cierta precariedad constructiva (hormigón preparado
in situ sin mayores controles de calidad y una pobre práctica constructiva en lo referente a
fundición de miembros) que no garantiza un suficiente grado de monolitismo en las juntas.

En cuanto a la no linealidad del modelo, se concentran en las ubicaciones en donde se espera que
la estructura supere los valores de cedencia. En el caso de marcos dúctiles a flexión sometidos a
cargas laterales crecientes, en virtud del patrón de diagrama de momentos, tales ubicaciones
estarán en los extremos de los miembros. Un pequeño desplazamiento de la posición extrema
puede esperarse cuando se tienen grandes longitudes de vanos y -consecuentemente- cargas
verticales altas. Estos puntos en donde se concentra la inelasticidad del modelo se representan
normalmente mediante la introducción de articulaciones plásticas.

Las articulaciones plásticas en las vigas pueden ser representadas directamente en los programas
que modelan la respuesta inelástica. Alternativamente, el mismo efecto puede ser alcanzado en
programas que modelan sólo la respuesta linealmente elástica por medio de la inserción de
resortes flexibles en los puntos de potencial plastificación. Estos elementos resorte nos darán
cuenta sólo de la respuesta post-fluencia. El proceso es repetitivo (monitoreo de las sucesivas
plastificaciones), y los resultados finales se obtendrán por superposición (ATC-40, “The Seismic
Evaluation and Retrofit of Concrete Buildings”, Vol. 1, 1996).

La mayoría de programas disponibles no han resuelto de manera directa la representación de las


fallas por corte y adherencia; lo que hacen es representarlas a través de la modificación de la
resistencia a flexión de los miembros correspondiente a los valores en los cuales la falla por corte
o adherencia es probable que ocurra (ATC-40, “The Seismic Evaluation and Retrofit of Concrete
Buildings”, Vol. 1, 1996). En el caso del nudo, cuando las resistencias de los miembros
adyacentes son tales que pueden inducir falla por corte, una articulación en el nudo debería ser
modelada. La mayoría de programas de análisis inelástico están equipados con elementos
resorte rotacionales no lineales que pueden insertarse entre columnas y vigas para modelar el
nudo. Alternativamente, podrían limitarse las resistencias de los miembros adyacentes de la
conexión a valores asociados con un probable desarrollo de falla por corte en el nudo.

50
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

2.6.2.2 Modelación a nivel de miembro

El comportamiento inelástico de los miembros será modelado usando relaciones carga-


deformación no lineales para las articulaciones plásticas. A ellas se puede llegar
experimentalmente mediante ensayo de miembros a ciclos de carga reversible o analíticamente
usando los principios de Resistencia de Materiales (Figura 2.19). Como alternativa de cálculo
para las resistencias de los miembros, podría usarse las fórmulas especificadas en el ACI 318,
con un factor de reducción de capacidad, , igual a 1.

M1 1
Momento

0  
Curvatura

Figura 2.19 Ensayo momento-curvatura.

Es aceptable, cuando se trata de evaluar la respuesta global de las estructuras, el uso de modelos
simples, de tipo multilineal. Incluso el ATC-40 propone modelos de este tipo, resultantes de la
idealización de curvas de comportamiento histerético, denominadas curvas backbone (Figura
2.20). Es pertinente anotar que tales curvas se obtuvieron en el marco del programa de ensayos
del ATC-40 mediante la aplicación de alrededor de tres ciclos reversibles de carga hasta alcanzar
un nivel prefijado de deformación, de manera que, en general, cuando se espera un mayor
número de ciclos de carga, la capacidad de deformación de los miembros cuya respuesta está
controlada por deformación y la resistencia de aquellos cuya respuesta está controlada por fuerza
deberían reducirse. Si se realiza un programa de ensayos con miras en el establecimiento de
criterios de modelación, el patrón de carga ha de ajustarse para representar la historia de carga
esperada.

51
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

(a)

(b)

Figura 2.20 Curva backbone de tendencia a partir del comportamiento histerético real (a) y
curva idealizada (b).

La figura a la derecha de la curva backbone ilustra una típica relación carga-deformación,


apropiada para la mayoría de miembros de concreto reforzado. Todos los puntos notables de
esta curva están descritos en el Apartado 9.5 del ATC-40. Son de rescatar, sin embargo, algunas
observaciones:

 La pendiente de B a C, que representa el endurecimiento por deformación presente en la


mayoría de miembros de concreto reforzado, usualmente toma valores de entre el 5% y el
10% de la pendiente del tramo inicial.
 La ordenada en C corresponde a la resistencia nominal del miembro, y su abscisa a la
deformación en la cual se inicia una degradación significativa de resistencia; más allá de esta
deformación no puede garantizarse la resistencia a cargas laterales cíclicas reversibles (para

52
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca

miembros frágiles esta deformación es la misma que la deformación en la cual se alcanza la


resistencia de fluencia).
 La caída de resistencia de C a D representa la falla inicial del miembro; puede estar asociada
con fenómenos tales como fractura del refuerzo longitudinal, aplastamiento del concreto o
falla súbita por corte justo después de la fluencia. La resistencia residual representada por el
tramo D-E puede no ser cero en algunos casos o serlo en otros. Cuando no se tiene
información específica disponible, esta resistencia residual usualmente se asume igual al
20% de resistencia nominal. El propósito de este segmento es permitir la modelación de
aquellos miembros que han perdido mucha de su resistencia a cargas laterales pero que son
capaces todavía de soportar cargas verticales.

Los parámetros a, b, c, d y e, que caracterizan las deformaciones plásticas, están tabulados


para los diferentes tipos de miembros y para los diversos tipos de respuesta a través de las
Tablas 9-6 a 9-12 del ATC-40.

53
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

CAPÍTULO 3

SIMULACIÓN DE FUNCIONES DE VULNERABILIDAD Y


MATRICES DE PROBABILIDAD DE DAÑO PARA LAS
EDIFICACIONES DE MAMPOSTERÍA NO REFORZADA

3.1 Aspectos generales sobre el comportamiento de la mampostería no reforzada

La construcción de edificaciones de MNR puede realizarse con diferentes materiales como el


adobe, bajareque, ladrillo, bloque o piedra; estas edificaciones es común que carezcan de
confinamiento adecuado en sus paredes (sobre todo las construcciones antiguas), por lo que son
incapaces de soportar esfuerzos de tensión significativos. Los muros de MNR cumplen la
importante función de proveer de soporte estructural tanto a las cargas verticales como a las
laterales de la edificación, razón por la cual resulta fundamental el estudio de su comportamiento
ante diferentes esfuerzos.

 Comportamiento a compresión

El comportamiento más común de los muros expuestos a esfuerzos de compresión comienza por
agrietamientos en las uniones verticales de las unidades de mampostería; esto se debe al efecto
de las deformaciones del mortero, el cual se expande más que la unidad de la mampostería,
producto de sus mayores flexibilidad y coeficiente de Poisson. A esto se debe que en las
formulaciones de la resistencia a compresión de los muros figuren como variables las
resistencias a compresión de las unidades de MNR y del mortero.

Cabe anotar que no existen estudios de ensayos sobre paredes que den cuenta de sus resistencias
a la compresión; de hecho el único dato que pudo asumirse en base de estudios locales fue el de
la resistencia a la compresión de las unidades de ladrillo (Andrade E., Fernández V., 1973). Los
valores de resistencias a compresión se obtuvieron, así, del Código Mexicano de Construcción
(Reglamento de Construcción del Distrito Federal, Normas Técnicas Complementarias para
Diseño y Construcción de Estructuras de Mampostería, México, 1991) y de tablas del UBC
(Uniform Building Code, 1997). En cuanto a los módulos de elasticidad, así mismo del Código
Mexicano y también de referencias de la literatura técnica (Apartado 2.4.5). Además de estos

54
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

valores, el del esfuerzo admisible a compresión es necesario para la aplicación del modelo de
Abrams; se adoptó para este esfuerzo la formulación general (válida para cualquier tipo de muro
de MNR) que propone el UBC, la misma que está en función de la resistencia a compresión de
las paredes (entiéndase resistencia última), y que considera implícitamente un factor de
reducción por efectos de esbeltez:

  ap  3 
Fa  0.2 * fm * 1 -    (3.1)
  50 * ep  
 

donde “Fa”, en kg/m², es la resistencia admisible a compresión de la pared, “fm”, en kg/m², la


resistencia última a compresión de la pared, “ap”, es la altura efectiva del panel en metros, “ep”,
es el espesor efectivo del panel, en metros.

 Comportamiento a compresión y cortante

En los muros de MNR expuestos a carga cortante en la parte superior se generan agrietamientos
horizontales en la parte inferior del muro; este tipo de carga es la más común durante una acción
sísmica, con la particularidad de que se trata en realidad de una carga reversible y variable en el
tiempo. Es bien conocido que la resistencia de la mampostería a esfuerzos de tensión y de
cortante es dependiente de la naturaleza de la unión entre la unidad de mampostería y el mortero;
sin embargo, en el mecanismo de dicha unión intervienen muchos factores que hacen muy difícil
la comprensión absoluta del fenómeno y que dificultan notablemente su modelación.

Para determinar el comportamiento de los paneles de mampostería sujetos a cargas horizontales


y verticales simultáneas, se recurrió a los resultados obtenidos de estudios experimentales en
modelos a escala reducida, arrojando regresiones de tipo lineal de la forma:

τ  A  B (3.2)

donde  es la resistencia a cortante admisible del panel,  el esfuerzo de compresión existente, y


“A” y “B” son los coeficientes obtenidos de la regresión lineal de varios ensayos de resistencia a
cortante.

55
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

En resumen, el esfuerzo cortante resistente admisible, que lo denotaremos “Fvo” tiene su


expresión en función de la carga de compresión actuante (P/área), y para cada tipo de muro de
mampostería varían sus coeficientes.

 Para adobe y/o bajareque (Malo Vega S., 1980), en sus dos direcciones, tenemos:

Fvox = 0.55 * (Px/(LPX*ep)) + 900 (3.3)

Fvoy = 0.55 * (Py/(LPY*ep)) + 900 (3.4)

 Para ladrillo y/o bloque (Magenes G.,Calvi G.M., 1992), en sus direcciones correspondientes:

Fvox = 0.813 * (Px/(LPX*ep)) + 21008 (3.5)

Fvoy = 0.813 * (Py/(LPY*ep)) + 21008 (3.6)

donde: Fvox, Fvoy, (Px/(LPX*ep) y (Py/(LPY*ep) están en kg/m².

3.2 Modelo de Abrams para la determinación de la capacidad de resistencia lateral por


corte

Cuando las paredes de mampostería están sujetas a cargas de compresión y a cargas laterales, la
evaluación de su resistencia se vuelve compleja, ya que se generan esfuerzos combinados de
compresión, cortante y de flexión. El problema se agrava debido a las incertidumbres asociadas
tanto a la estimación de las resistencias a cortante y flexión de las paredes como al parcial
conocimiento acerca de su comportamiento inelástico. Más aún, un problema poco entendido
actualmente es el de la redistribución del cortante de piso hacia los diversos elementos de un
sistema estructural.

Debido a estas incertidumbres, los elementos de mampostería suelen ser considerados frágiles,
limitándose su resistencia lateral a los esfuerzos admisibles, sin tomar consideraciones de
comportamiento inelástico. Los códigos, por ejemplo, utilizan el principio de que las estructuras
de mampostería no reforzada no tienen capacidad de deformación inelástica, asignando factores

56
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

de ductilidad entre 1 y 2 a este tipo de edificaciones, y es que su estado límite está asociado con
la aparición de las primeras fisuras, sean éstas el resultado de esfuerzos de tensión por flexión o
por tensión diagonal, sin considerar ninguna redistribución de esfuerzos dentro del elemento
luego del agrietamiento inicial.

Dado que los mecanismos de resistencia básica son más fácilmente entendidos y desarrollados
para elementos estructurales sujetos a cargas laterales monotónicamente crecientes hasta el
momento del fallo, Abrams (Abrams D. P., 1992) trató de establecer una formulación para la
resistencia máxima a cargas laterales basada en el comportamiento bajo cargas monotónicas, con
un valor agregado importante: que esta formulación de resistencia máxima se ajuste al
comportamiento histerético “real” de las paredes sujetas a cargas horizontales cíclicas.

Así pues, Epperson y Abrams (Epperson G. S., Abrams D. P.,1989) ensayaron paredes de
ladrillo a cargas laterales monotónicas crecientes. Las cargas laterales fueron aplicadas en la
esquina superior en el plano de cada una de las paredes mientras se mantenía un esfuerzo
compresivo vertical constante. Los ensayos se realizaron controlando la fuerza lateral aplicada y
las deflexiones en el tope de las paredes. Se mantuvo la relación de aspecto de las paredes, pero
el esfuerzo compresivo vertical varió para cada pared ensayada.

Aunque las paredes fueron no reforzadas mostraron una “larga vida” después del primer
agrietamiento. En la Figura 3.1 se presenta la relación obtenida entre el esfuerzo cortante
promedio y la deflexión lateral medida en el extremo superior de las paredes de ladrillo. Como
puede apreciarse, las deformaciones de los modelos en el momento del fallo son mucho mayores
(hasta 15 veces) que las obtenidas en el instante de las primeras fisuras; el agrietamiento inicial
se produce a una carga del orden del 40% de la carga lateral máxima.

57
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Figura 3.1 Comportamiento observado en ensayos de paneles de mampostería.

Más adelante, Abrams (Abrams D. P., 1992) realizó ensayos de paredes no reforzadas de ladrillo
con diferente relación de aspecto (longitud/altura) bajo cargas compresivas de diferente
intensidad y sometidos a cargas horizontales cíclicas. Es relevante anotar que los especimenes
de paredes se dividían en recientes y viejos (materiales usados en una construcción de Chicago,
en 1917). En tales ensayos se obtuvieron dos tipos de comportamientos caracterizados, el uno,
por un modo de falla por cortante, y el otro, por un modo de falla de flexión. Además, se
observó que tales modos de falla están asociados a un cierto tipo de paredes. Así, las paredes
esbeltas (con relación de aspecto mayores a 2) son más sensibles al cortante que aquellas paredes
más bajas (con relaciones de aspecto menores a 1.5) bajo la acción de idénticas cargas verticales
(Magenes G.,Calvi G.M., 1992).

Cabe señalar que la presencia de carga compresiva en las paredes aumenta su resistencia a cargas
laterales, de hecho, cuando el valor de tal carga es importante tiende a evitar el fallo por flexión,
con lo cual resulta muy probable que sea el cortante el que gobierne el comportamiento último
de las paredes. El reconocimiento del modo de falla se basa en el patrón de agrietamiento que se
verifica al momento de alcanzar la pared su resistencia máxima ante las cargas horizontales
cíclicas.

58
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Abrams constató que las paredes que fallaron por cortante fueron aquellas esbeltas y/o con
significativas cargas compresivas, presentando una grieta diagonal-longitudinal de cortante
(grieta “a”) de la Figura 3.2 (a) a una carga aproximadamente igual al 62% de la carga máxima
y, posteriormente, una segunda grieta diagonal (grieta “b”) de la Figura 3.2 (a) característica del
fallo por cortante, al momento de alcanzar el valor de la carga horizontal máxima. En cambio,
las paredes que fallaron por flexión, de menor relación de aspecto y menor carga compresiva que
las anteriores, presentaron una primera grieta longitudinal horizontal, típica del fallo por flexión,
sobre la primera junta horizontal y de una longitud de aproximadamente dos tercios de la
longitud total de la pared (grieta “a”) de la Figura 3.2 (b).
(a)

b b

a a

(b)

Figura 3.2 Tipos de agrietamiento: fisuras “a” de cortante al 62% de la carga máxima, fisuras
“b” de cortante al alcanzar la carga máxima (a); fisuras “a” de comportamiento a
flexión, fisuras “b” de cortante.

59
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

En este segundo grupo de paredes, antes del último medio ciclo de carga se verificaron grietas
diagonales típicas del fallo por cortante (grieta “b”) de la Figura 3.2 (b), pero es de precisar que
no ocurrieron en el instante de la carga lateral máxima, sino mucho después de que alcanzaran
varias veces la misma carga máxima en el comportamiento histerético, de donde se infiere que
dichas grietas obedecieron a una excesiva deflexión de la pared, y que es la flexión -y no el
cortante- la solicitación que gobernó la resistencia máxima.

De los ciclos de histéresis de los dos grupos de paredes, se observó tanto una simetría en los
ciclos reversibles de carga y descarga como la no degradación de rigidez. Este fenómeno puede
explicarse por el hecho de que las fisuras previas se cierran cuando la carga se vuelve reversible,
emulando un comportamiento no agrietado, de donde se deduce que el comportamiento bajo
cargas monotónicas incrementales puede ser representativo del caso correspondiente a cargas
cíclicas.

Así mismo, en los ensayos con carga cíclica se constató una gran resistencia post-agrietamiento,
la cual puede atribuirse a la fricción que aún existe entre las unidades de mampostería y las
juntas horizontales de mortero Figura 3.3, incluso si dicho agrietamiento llega ser considerable
(fisuras de hasta 2.5cm) en las juntas verticales.

Figura 3.3 Transferencia de corte a través de las gritas verticales.

60
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

3.2.1 Evaluación de la resistencia máxima a cargas laterales

La sobreresistencia constatada por D. P. Abrams se evaluó en términos simples, mediante el


equilibrio estático de las fuerzas que actúan en la pared, tal como se puede apreciar en la Figura
3.4, en la que “H” representa la fuerza lateral actuante, “h”, la altura libre de la pared, fa es el
esfuerzo compresivo, “L”, la longitud total de la pared, “e”, la excentricidad provocada por el
estado de flexo-compresión de la pared; fmáx es el esfuerzo máximo en la fibra extrema a
compresión situada en el extremo inferior esquinero de la pared, producto del esfuerzo
compresivo actuante y del esfuerzo resultante debido al momento flector que genera la fuerza H
respecto al extremo esquinero, y “d” es la distancia desde la fibra extrema en compresión hasta la
fibra libre de esfuerzos.

fa = P/A
H

fmax
P
L/2 - e e
d
L

Figura 3.4 Esquema de equilibrio de fuerzas sobre el panel de mampostería agrietada en su


base.

Dependiendo de la importancia de la carga de compresión, y bajo la asunción de que los


esfuerzos de compresión tienen dependencia lineal con las deformaciones, pueden presentarse
los siguientes tres estados de carga sobre una pared de MNR Figura 3.5.

61
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

fa = P/A fa = P/A fa = P/A


H H H

fmax fmax fmax

P P P
fa/Fa < 0.5 fa/Fa = 0.5 fa/Fa > 0.5
(a) (b) (c)

Figura 3.5 Estados de carga sobre una pared: (a) pared agrietada, (c) pared con esfuerzos de
compresión en toda la base, (b) estado transitorio entre (a) y (c).

Haciendo cumplir el equilibrio en las paredes de los casos (a) y (c) se puede establecer una
fórmula para el esfuerzo máximo en la fibra extrema a compresión, fmáx.. A pesar de que, en
realidad, el valor del esfuerzo fmáx. de la fibra extrema se debe a un comportamiento de flexo-
compresión, Abrams (Abrams D. P., 1992) sugiere que un límite seguro de resistencia lateral
puede ser estimado haciendo que fmáx. alcance el valor del esfuerzo admisible a compresión, Fa.

Así pues, sustituyendo fmáx. por el esfuerzo admisible Fa en las expresiones de equilibrio para las
paredes (a) y (c), y despejando el valor de H, se tendrá la resistencia lateral máxima de la pared,
Ha, para un estado límite de falla por flexocompresión.

P  3b L  L  1 2 fa 
Caso (a): Ha   Fa  2 P  f va  f a      (3.7)
3 b h Fa  2  h  2 3 Fa 

b L2  P  L  f 
Caso (c): Ha   Fa   f va  Fa 1  a  (3.8)
6h  b L  6h  Fa 

62
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

En las ecuaciones 3.7 y 3.8 fa es el esfuerzo compresivo actuante (P/bL) y fva es el esfuerzo
cortante promedio (Ha/bL) en el instante en que fmáx es igual a Fa, esfuerzo admisible a
compresión (ecuación 3.1).

Las expresiones de Ha y fva, evaluadas a través de las ecuaciones 3.5, 3.6, 3.7 y 3.8, constituyen la
carga y el esfuerzo lateral máximos resistentes asociados al estado límite en que fmáx. alcanza el
valor de Fa. Sin embargo, es probable que se exceda antes el esfuerzo admisible de corte de la
pared. La investigación del posible mecanismo de falla por corte se verifica -simplemente-
comparando el esfuerzo promedio de corte asociado al instante fmáx. = Fa (fva) con el esfuerzo
cortante admisible de la pared, Fv0: el menor esfuerzo entre los dos será el estado límite que
gobierne el modo de fallo; si éste corresponde a un mecanismo de fallo por flexocompresión o
por corte, dependerá de las dimensiones de la pared y de carga compresiva actuante.

Para los casos en que se produce agrietamiento (fa  0.5Fa), Abrams propone una disminución
del esfuerzo resistente a corte asumiendo que solamente la parte de la sección no agrietada de la
pared actúa efectivamente en esta resistencia. Debido a que los códigos de construcción suelen
expresar la resistencia a cortante en términos de fracciones de esfuerzos admisibles, los cuales se
relacionan con el área neta de la sección, Abrams (Abrams D. P., 1992) plantea una reducción
del esfuerzo cortante admisible Fvo en proporción a la fracción de zona no agrietada de la pared,
d/L. Entonces, despejando “d” de la expresión de equilibrio de la pared del caso (c) y dividiendo
por la longitud L, se obtiene la siguiente expresión para el factor de reducción:

d f
2 a ; f a  0.5 Fa (3.9)
L Fa

De esta manera, cuando se detecte que gobierna un mecanismo de falla por corte, los valores de
capacidad a carga lateral, Ha, para los casos (a) o (c) se calcularán en función de sus cortantes
admisibles respectivos, esto es:

 f 
Caso (a): H a   2 a  Fv 0 b L (3.10)
 Fa 

Caso (c): H a  Fv 0 b L (3.11)

63
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

El valor de Ha, sin embargo, se refiere a la capacidad de resistencia lateral de una pared
individual, y lo que se requiere para el cálculo del daño global de las edificaciones de MNR es la
capacidad de resistencia lateral a nivel de piso. El cómo integrar estas capacidades individuales
en una capacidad global a nivel de piso se tratará en el Apartado 3.3.

64
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

3.2.1.1 Diagrama de flujo del procedimiento de aplicación del modelo de Abrams para
evaluar la capacidad a carga lateral de paredes de mampostería

ABRAMS
(P,b,h,Fa,L,Fvo,cort)

fa = P/(b.L)

T = cort/(b.L)

Si
fa>=Fa Falla por
compresión

No

Si
T>=Fvo Falla por 1
cortante

No

Si
fa>Fa/2 Ha = b.L²/(6.h) . (Fa - P/(b.L))

No
FV = 2.fa.Fvo / Fa

Si Falla por
T>=FV 1
cortante

No
Ha = P/(3.b.h.Fa).(3.b.L.Fa / 2 - 2.P)

Si Falla por
1 Ha<cort
flexocompresión

No
Ha = cort

Retorna Ha

65
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

3.3 Aplicación del modelo de Abrams a las tipologías definidas en la ciudad de Cuenca

La evaluación de la máxima capacidad a cargas laterales, Ha, diferirá, según se trate de


edificaciones con entrepiso de madera (modelo de panel) o edificaciones con entrepiso de HA
(modelo de eje de cortante). En los Apartados 3.3.1 y 3.3.2 se describirá cómo se procedió en
cada caso para el presente estudio.

3.3.1 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de madera o
mixto (modelo panel)

Para este caso, como ya se mencionó en el Apartado 2.4.1, con los paneles mayor y menor
obtenidos de la idealización modular, la aplicación de Abrams se basa en obtener los siguientes
parámetros para su aplicación Figura 3.6.

PesoX ó PesoY
A Corte A-A

LPX ó LPY A ep

Figura 3.6 Modelo panel con sus variables de caracterización.

donde: “ap” es la altura del panel, “ep” el espesor, “LPX” o “LPY”, es la longitud del panel en
dirección “x” ó “y” respectivamente, y “PesoX” y “PesoY”, son las cargas de precompresión
sobre los panel en dirección “x” e “y”, respectivamente.

 Para determinar el valor de “ap”, se parte de la altura de entrepiso “am” (Apartado 2.4.2),
valor al que se lo multiplica por el número de pisos.

66
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

 El espesor “ep” se obtiene en función del material del panel, año de construcción y el índice
de vulnerabilidad (Apartado 2.4.3).
 Las longitudes de panel se calculan mediante las fórmulas 2.6 y 2.7.
 Las cargas de precompresión “PesoX” y “PesoY” se obtienen en función del tipo de cubierta,
“ZINC” ó “NO ZINC” (por “NO ZINC”, entiéndase de teja). Los pesos por área de estos
dos tipos de cubierta son valores promedio recomendados para la ciudad (entrevistas a
ingenieros). Así, se tiene:

Carga de cubierta de “ZINC” = carzin = 100 kg/m² (3.12)

Carga de cubierta de “NO ZINC” = carnoz = 160 kg/m² (3.13)

Para obtener la carga de precompresión total, a las cargas correspondientes a la cubierta se sumó
una carga viva de uso residencial; para este estudio se asumió el prescrito por el antiguo Código
Ecuatoriano de la Construcción: “carviv”=100kg/m². También se agregó la carga del entrepiso
de madera, cuyo valor se tomo “carmad”= 60kg/m² (Chérrez M., Peñafiel C., 2000).

Las áreas tributarias de cargas sobre los paneles se distribuyen simétricamente para cada panel,
pero se debe tomar en cuenta que los paneles que están en los bordes, tienen la mitad de área con
respecto a los paneles interiores (Figura 3.7), de manera que en el cálculo se tomó las áreas de
los paneles en los bordes por ser el caso más desfavorable (a menor carga compresiva, menor
resistencia al corte).

67
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Área tributaria sobre un panel en dirección "x" Área tributaria sobre un panel en dirección "y"
nvx (3)

nvy (2)
LY

LY
LX LX

Figura 3.7 Áreas tributarias sobre los modelos panel.

El peso sobre los muros se obtuvo a partir de las siguientes expresiones:

Para cubiertas de Zinc:

LX * LY
Px  (carzin  (carviv  carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.14)
2 * nvy

LX * LY
Py  (carzin  (carviv  carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.15)
2 * nvx

Para cubiertas de No Zinc:

LX * LY
Px  (carnoz  (carviv  carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.16)
2 * nvy

LX * LY
Py  (carnoz  (carviv  carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.17)
2 * nvx

Estos son todos los parámetros que representan la geometría del modelo, y con los valores de
resistencia dados en el Apartado 3.1 se puede aplicar directamente el modelo de Abrams, tal
como se explica en el Apartado 3.2.

68
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

3.3.2 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de hormigón
armado (modelo de eje de cortante)

Para el caso de edificaciones con entrepiso de HA, todas las paredes contribuyen con su
capacidad de resistencia lateral individual. Como la simulación del comportamiento sísmico se
realizó en las dos direcciones ortogonales, la capacidad máxima a nivel de piso, Hap, se calculó
en cada dirección multiplicando el número de paredes resistentes en esa dirección por su
capacidad máxima individual Ha. Además, dado que la máxima capacidad de carga (Ha) de las
paredes depende de la carga compresiva que soporta, es preciso hacer una diferenciación entre
paredes exteriores e interiores, ya que son distintas las cargas tributarias que asumen. Así pues,
deberá tenerse en cuenta su contribución específica a la capacidad máxima a nivel de piso.

Para este caso el análisis de las cargas de precompresión es más complicado. La carga de
precompresión para el último piso se tomó la correspondiente al techo; para el penúltimo piso
esta carga se asumió como la del techo más el peso de los muros del último piso más la carga
viva y, obviamente, la losa de entrepiso. Para los pisos inferiores se acumularon las cargas de
precompresión de los niveles superiores al de la losa a ese nivel, con lo cual, por supuesto, los
muros del primer piso resultaron los más cargados.

A diferencia del modelo panel, la aplicación del modelo de Abrams se realiza a nivel de piso,
centrándose en las paredes tipo interior y exterior, para luego integrar (sumatoria de capacidades
del total de paredes en una u otra dirección ortogonal) sus capacidades individuales en una
capacidad a carga lateral de todo el piso. Las cargas de precompresión en este caso dependen del
área tributaria de estos muros tipo. Asumida la idealización de división modular en las dos
direcciones, la longitud de vanos es igual en cada dirección, ubicándose una pared resistente en
cada vano (Figura 3.8).

Así pues, se tuvieron que analizar cuatro muros: dos muros que representen a las paredes
interiores, la una en dirección “x” y la otra en dirección “y”; y lo propio con las paredes
exteriores. La Figura 3.9, representa un esquema de distribución de cargas de precompresión;
cabe señalar que para el caso de las edificaciones de tipo mixto se consideran variaciones de
hasta dos tipos de pared en altura, debiendo, consecuentemente, variar espesores y características
mecánicas según el tipo de pared.

69
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Área sobre un
muro interior (x) exterior (y)

Área sobre un muro


x
exterior (x)

Figura 3.8 Distribución de áreas tributarias sobre los muros a analizar en los modelos de eje
de corte.

A Corte A-A
Carga de Cubierta

Muro del piso N


am

Carga de cubierta +
carga del muro N +
carga de losa + carga
viva

Muro del piso N-1 am

Carga de cubierta +
carga de muros (N y
N-1) + carga de losas
(N y N-1) + cargas
vivas

Muro del piso 1 am

Lupx o Lupy A ep

Figura 3.9 Esquema de parámetros y cargas del modelo de eje de corte.

70
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Los parámetros necesarios para este modelo particular son los siguientes:

 La altura de pared de un piso corresponde a la altura de entrepiso “am” (Apartado 2.4.2).


 El espesor del muro “ep” se calculó de la misma manera que para el modelo tipo panel.
 Las longitudes de muro (Lupx y Lupy) en cada dirección, se obtuvieron usando las fórmulas
2.1 y 2.2.

Para las cargas de precompresión se siguió la siguiente secuencia de cálculo:

 Primero, se calcularon las áreas de precompresión para cada uno de los muros tipo:

Area = LX / nvx * LY / nvy (3.18)

donde: LX/nvx representa la longitud de un vano en dirección X y LY/nvy la longitud de un


vano en dirección Y, de manera que “Area” será la superficie del rectángulo modular de la
edificación (Figura 3.10).

Figura 3.10 Área modular, división de áreas menores “Amen” y áreas mayores ”Amay”.

Con este resultado, se calculó el área tributaria de la pared interior en la dirección menor,
“Amen”.
2
 LY 
Amen   
 (3.19)
 nvy  2 

71
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Así que el área tributaria de tal pared en la dirección mayor, resultó:

Amay = Area – Amen (3.20)

 Obtenidas las áreas tributarias para cada muro, se calcularon las cargas compresivas que
generaban sobre cada muro tipo, tanto para muros interiores como exteriores en cada piso. A
continuación se presentan tales ecuaciones:

pesoacumulado Amay
presión_m_intXi  *
arecom lumx * ep (3.21)

pesoacumulado Amen
presión_m_intYi  * (3.22)
arecom lumy * ep

presión_m_intXi
presión_m_extXi 
2 (3.23)

presión_m_intYi
presión_m_extYi  (3.24)
2

donde: “pesoacumulado” es el peso total que soporta el muro tipo del análisis. Si se estudia la
carga compresiva del último piso, el “pesoacumulado” constituye el peso de cubierta; si se trata
del penúltimo piso, el “pesoacumulado” representa el peso de la cubierta más el peso de los
muros y la losa del último piso; y así, se adicionarán las cargas en el “pesoacumulado” para el
resto de pisos inferiores hasta llegar al primero.

Lumx * ep = área del muro resistente en dirección X.


Lumy * ep = área del muro resistente en dirección Y.
Presión_m_intXi = presión sobre un muro interior en dirección X del piso i.
Presión_m_intYi = presión sobre un muro interior en dirección Y del piso i.
Presión_m_extXi = presión sobre un muro exterior en dirección X del piso i.
Presión_m_extYi = presión sobre un muro exterior en dirección Y del piso i.

72
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Estimada la longitud de los muros tipo, sus espesores, altura de entrepiso, cargas de compresión
y parámetros de resistencia, se procedió a la aplicación del modelo de Abrams para obtener la
capacidad a corte del muro de análisis. Vale recordar que, para efectos de evaluación de daño,
una capacidad de cortante a nivel de piso, Hap, es requerida, por lo que, en cada una de las
direcciones hubo que sumar el aporte de capacidad resistente de las paredes exteriores y el de las
paredes interiores.

H ap  H ae   H ai (3.25)

3.4 Determinación del Índice Global de Daño en los modelos representativos de las
edificaciones de MNR de la ciudad

Enfoque general

Es importante enfatizar que existen muchas incertidumbres en la evaluación del daño,


particularmente en lo referente al análisis estructural y a la definición de la acción sísmica. El
problema fundamental en la evaluación del daño es identificar parámetros de respuesta
estructural que puedan ser correlacionados confiablemente con un índice de daño estructural. En
muchos estudios de vulnerabilidad interesa también evaluar índices de daño económico, por lo
que se debe poder correlacionar con cierto grado de confiabilidad índices de daño estructural con
índices de daño económico (Apartado 4.3).

Hay que mencionar, por otra parte, que el daño puede evaluarse a nivel local (miembro o
subestructura) o a nivel global. Dependiendo de los objetivos del estudio y del nivel de
discretización del modelo se puede estimar el daño global de manera directa, estudiando un
parámetro global de respuesta, o se puede estimar el daño global de manera indirecta, a través de
una suma ponderada de los daños a nivel local. En este sentido, es obvio que si se adopta un
modelo sencillo tipo SDOF, sólo podrá estimarse el daño global de manera directa. En
contrapartida, si se utiliza un modelo más refinado, lo pertinente es estimar el daño global
integrando los daños locales.

73
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Ya sea que se quiera calcular índices de daño estructural global de madera directa o indirecta,
existen dos procedimientos básicos para hacerlo: el primero basado en el balance demanda vs.
capacidad y el segundo, basado en degradación. En el presente estudio se utilizó el primer
enfoque por su mejor grado de adaptabilidad; sin embargo en este apartado se presentará también
una reseña general del segundo enfoque.

 Índices de daño basados en la relación demanda vs. capacidad

La lista de variables de respuesta estructural que pueden servir como parámetros de daño es
grande: fuerzas, desplazamientos, esfuerzos, deformaciones, cambios en rigidez o de algún tipo
de energía, etc. Sólo aquellos parámetros de daño apropiados para una evaluación a nivel de
estructura o aquellos que requieren una mínima cantidad de información son considerados en
este trabajo.

El modelo de daño basado en la relación demanda vs. capacidad implica la determinación -sea
cual fuere el parámetro de daño- de tres valores: 1) valor del umbral de daño, y 2) valor máximo
de demanda, m, y 3) valor de capacidad última, u. Con estos elementos, el índice de daño se
calcula según la siguiente expresión:

demanda  m  y
DI global   DI global  (3.26)
capacidad  u  y

El índice de daño será cero si el valor máximo de demanda (exigido por el sismo de estudio) es
menor o igual al valor del umbral de daño, y; será la unidad si el valor máximo de demanda, m,
resulta igual al valor de capacidad última, u, implicando el colapso de la estructura. El valor del
umbral de daño es normalmente el que asume el parámetro de estudio en la cedencia estructural.

Parámetros de daño utilizados corrientemente bajo este enfoque son, por ejemplo, los
desplazamientos relativos, las ductilidades de desplazamiento, los cortantes a nivel de piso. Un
parámetro de daño más complejo, y que se lo utiliza aunque no tan frecuentemente como los
citados anteriormente, es la disipación de energía. Los modelos basados en este parámetro
describen el hecho de que una estructura tiene una capacidad limitada de disipación de energía (a
través del comportamiento histerético de sus miembros) y que el daño progresa conforme la

74
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

demanda de disipación aumenta. Un procedimiento de cálculo de daño bajo el esquema de


demanda vs. capacidad se reseña en la referencia Powell G., Allahabadi R., 1988. Debido, sin
embargo, a las varias dificultades en tal procedimiento, particularmente en la estimación de la
capacidad de disipación de energía, este parámetro es poco utilizado.

 Índices de daño basados en la degradación estructural

Existen tres parámetros de daño básicos dentro de este esquema de degradación: 1) rigidez, 2)
resistencia y 3) capacidad de disipación de energía. El valor de la propiedad degradante
disminuirá progresivamente, por lo que una forma conveniente para el índice de daño es:

Pd
DI  1  (3.27)
Po

donde Pd es el valor de la propiedad estructural en el estado dañado y Po es el valor en el estado


no dañado.

El procedimiento de degradación de rigidez se basa en el hecho de que los períodos naturales de


un edificio se incrementan durante un sismo, indicando que el daño a la estructura ha causado
una pérdida de rigidez. Así, una medida de la degradación de rigidez es el aumento en los
valores de períodos de vibración. El procedimiento de evaluación de daño bajo este esquema
puede ser resumido en los siguientes pasos:

1. Calcular una magnitud de resistencia de la estructura, Po, en el estado no dañado, usando


análisis estático inelástico. Una magnitud conveniente podría ser la capacidad de cortante
basal, calculada para algún patrón de distribución de carga lateral y una carga distribuida de
gravedad.
2. Desarrollar ya sea un análisis dinámico inelástico o un análisis no lineal estático para dañar la
estructura.
3. Recalcular la resistencia de la estructura dañada, Pd, usando un segundo análisis estático.

Este método puede ser aplicado sólo si la degradación de resistencia puede ser modelada
apropiadamente y si se lleva a cabo un detallado análisis inelástico.

75
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

En relación con el procedimiento de degradación de la capacidad de disipación de energía, más


allá de sus dificultades analíticas, es bastante riguroso puesto que refleja la degradación tanto de
rigidez como de resistencia de la estructura. Como es conocido, cuando una estructura se daña,
su capacidad para disipar energía bajo deformaciones cíclicas y su capacidad para absorber
energía bajo deformaciones monotónicas disminuyen. El proceso de evaluación del daño podría
resumirse en los siguientes puntos:

1. Cargar la estructura (en estado no dañado) estáticamente a un desplazamiento especificado,


ya sea monotónicamente o mediante un ciclo de carga. Calcular el trabajo realizado (en el
caso de carga monotónica, la energía absorbida; en el caso de un ciclo de carga, la energía
disipada).
2. Desarrollar un análisis dinámico inelástico o un análisis no lineal estático para dañar la
estructura.
3. Recargar la estructura estáticamente al mismo nivel de desplazamiento del paso 1, y
recalcular el trabajo hecho.
4. Basar el parámetro de daño en la relación del trabajo hecho en la estructura dañada (paso 3)
al hecho en la estructura no dañada (paso 1).

Los procedimientos basados en degradación son intuitivamente atractivos, pero dependen en


gran medida de las hipótesis de modelación asumidas a nivel de elemento, por lo que presentan
complicaciones analíticas (Powell G., Allahabadi R., 1988).

3.4.1 Índices de daño estructural para las edificaciones de MNR de la ciudad de Cuenca

El cálculo de los índices de daño global de las edificaciones de MNR se enmarcaron dentro de la
filosofía de demanda y capacidad, ya que su enfoque de definición de parámetros es más simple
y, por tanto, más adaptable a estudios de vulnerabilidad sísmica a gran escala. Así, el problema
de hallar el índice global de daño comprendió dos fases relativamente independientes: la
estimación de los valores de demanda del parámetro de daño adoptado y la estimación de los
valores de capacidad de tales parámetros.

Para las edificaciones de MNR un parámetro de daño bastante utilizado es el cortante basal.
Hasselman et al. (Hasselman T., et al., 1980) sugiere que es un parámetro adecuado para la

76
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

evaluación del daño en edificios de baja altura (menores de 5 pisos). Además, siendo las
edificaciones de MNR estructuras frágiles, cuya característica intrínseca de poca o casi ninguna
ductilidad les obliga a desempeñarse fundamentalmente en el rango elástico, el daño es más
fácilmente evaluable con parámetros de fuerza (v.g. cortantes) que con parámetros de deflexión
(v.g. desplazamientos relativos). De esta manera, sustituyendo el cortante basal en la ecuación
3.26, la expresión del índice de daño resulta:

vm  v y
DI global  (3.28)
vu  v y

donde vm es el cortante basal actuante bajo una determinada acción sísmica, vu es la capacidad
última de cortante basal de la estructura y vy es el cortante basal en el nivel de cedencia de la
estructura.

Por las razones anotadas, este fue el parámetro de daño adoptado en el presente estudio para las
edificaciones de MNR. Las consideraciones particulares hechas según se trate del modelo tipo
panel o de eje de corte se consignan a renglón seguido.

3.4.1.1 Índice de daño global para los modelos tipo panel

Para esta tipología, como el modelo resulta finalmente SDOF, la evaluación del daño global fue
directa, según la expresión:

demanda de cortante vm  v y
DI   DI  (3.29)
capacidad de cortante vu  v y

donde vm es el máximo cortante actuante, vy es el cortante actuante en el momento del primer


agrietamiento y vu el cortante máximo de capacidad, todos evaluados en el panel.

77
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

3.4.1.2 Índice de daño global para los modelos de eje de cortante

Bajo este modelo, la evaluación del daño global es de tipo indirecta, mediante la integración de
los índices de daño a nivel del piso. Así, contando asimismo con el cortante como parámetro de
daño, el índice de daño a nivel de piso responderá exactamente a la misma fórmula utilizada en
el modelo panel, solo que a nivel de piso.

demanda de cortante vm  v y  
DI i   DI i 
i

capacidad de cortante vu  v y  i
(3.29)

donde vm es el máximo cortante actuante, vy es el cortante actuante en el momento del primer


agrietamiento y vu el cortante máximo de capacidad; todos evaluados a nivel de piso.

Para esta modelo, el índice global de daño debe integrar en su formulación a los índices de daño
a nivel de piso. Se asumió en este estudio la propuesta por Y. S. Chung et al. (Chung Y. S. et al.,
1988), la cual establece que el índice global puede hallarse como una suma ponderada de los
índices de daño a nivel de piso, en donde, además, los pesos son mayores para los pisos más
bajos; tal ponderación obedece, claro está, al hecho de que reviste mayor gravedad para la
edificación el que se produzcan daños severos en los pisos inferiores antes que en los superiores.
Así, el índice, para una edificación de “n” pisos, se calcula mediante la siguiente expresión:

n
 n 1 i 
DI     DI i (3.30)
i 1  n 

Debe tenerse presente que, de llegar cualquiera de los valores de DIi a la unidad, significará el
colapso total del piso en el nivel “i”, lo cual , para el caso de edificaciones de MNR supondría
muy probablemente el colapso global de la edificación. En consecuencia, en tales casos se
asumió automáticamente DI igual al 100%.

78
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

3.5 Definición de la acción sísmica

La acción sísmica, en el contexto de los estudios de vulnerabilidad sísmica a gran escala, puede
definirse básicamente mediante espectros elásticos de aceleraciones o mediante acelerogramas, y
en este último caso, los acelerogramas pueden ser de sismos reales o sintéticos. En cualquier
caso, una definición realista supone una tarea de integración y síntesis de los estudios de
peligrosidad sísmica a nivel regional (macrozonificación) y los de peligrosidad sísmica a nivel
local (microzonificación o estudio de los efectos locales del terreno). En lo que concierne al
proyecto de la Red Sísmica del Austro, hay que señalar que ha sido considerable y complejo el
trabajo involucrado en estos dos estudios.

Al ocurrir un sismo con ciertas características focales, parte de la energía liberada se convierte en
ondas sísmicas, las cuales se propagan por la tierra sufriendo diversos fenómenos como el de
reflexión, refracción, atenuación, amplificación, etc., hasta llegar a la superficie. En este
mecanismo de propagación, el estudio de macrozonificación se ocupa de los fenómenos que
ocurren entre la fuente sísmica y el basamento rocoso debajo del sitio de interés (trayectoria del
tren de ondas, leyes de atenuación) y, además, de la evaluación de la excitación sísmica en dicho
basamento rocoso. El estudio de microzonificación, en cambio, se ocupa del efecto de “filtro”
de las capas de suelo entre el basamento rocoso y la superficie del sitio de interés y -por
supuesto- de la evaluación de la excitación sísmica en la superficie del sitio de interés (Figura
3.11).

79
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Punto de monitoreo de
X4
respuesta global del edificio

X3
Superficie

X2
Basamento
Rocoso
X2 = f(X1, trayectoria de onda): peligrosidad símica
Fuente X3 = f(X2, efecto local del terreno): efectos locales del terreno
X4 = f(X3, características dinámicas del edificio):
Sismogénica vulnerabilidad sísmica del edificio
X1

Figura 3.11 Esquema de los aspectos que comprende un estudio de vulnerabilidad sísmica a
gran escala.

Uno de los objetivos principales de este estudio es el establecimiento de funciones de


vulnerabilidad y escenarios de daño sísmico. El estudio de peligrosidad sísmica a escala regional
reportó para la ciudad de Cuenca un nivel de aceleración máxima de 0.25g para un sismo con
una probabilidad de excedencia del 10% en 50 años (o con un período de retorno de 475 años,
que es el prescrito por los códigos para diseño sísmico de edificios). Puesto que, en el mejor de
los casos, el diseño sísmico en la ciudad se ha quedado en la mera consideración de la acción
sísmica (omitiendo todas las verificaciones de adecuado comportamiento inelástico), se esperan
niveles apreciables de daño, aún para sismos significativamente menores al correspondiente a un
período de retorno de 475 años. Se decidió, entonces, con miras al establecimiento de funciones
de vulnerabilidad y escenarios de daño, considerar 5 eventos sísmicos, caracterizados por los
siguientes niveles de aceleración máxima: 0.05g, 0.1g, 0.2g, 0.25g, y 0.3g.

Los niveles de aceleración anotados se refieren a los producidos en el basamento rocoso. Lo que
interesa, sin embargo, a efectos de la simulación del comportamiento sísmico de las
edificaciones, es definir una acción sísmica a nivel de superficie, pues es ésta la que actuará
directamente sobre los modelos analíticos. Esta definición supone la consideración de los
efectos locales del terreno (site effect) sobre la excitación sísmica producida en el lecho rocoso.

80
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Si bien se tiene estudiada -aunque no suficientemente- la sismicidad de la ciudad de Cuenca el


problema principal para la definición de la acción sísmica es la falta de registros; a este respecto
cabe señalar que la Red Sísmica del Austro ha asumido el monitoreo de la sismicidad del Austro
desde el año (1996), período dentro del cual se registraron solo sismos pequeños. Sin embargo, a
falta de registros reales de sismos moderados y fuertes, una buena vía de solución analítica es la
generación de acelerogramas sintéticos.

Así, en el presente estudio se generaron familias de acelerogramas sintéticos -en roca- para cada
uno de los 5 niveles de aceleración adoptados (0.05g, 0.1g, 0.2g, 0.25g, 0.3g). El proceso de
generación se basó en simulaciones de ruptura de la falla de Girón (longitud potencialmente
fracturable: 45km; magnitud estimada en función de las relaciones de Wells y Coppersmith: 7.1),
muy probablemente la fuente sísmica más crítica para la ciudad de Cuenca (Jiménez N., 2000).

En este caso, para las edificaciones de MNR de la ciudad, se decidió asumir los espectros
elásticos de aceleraciones como forma de definición de la acción sísmica. Tal decisión obedece
a la pertinencia y facilidad de aplicación del análisis modal espectral sobre los modelos de eje de
cortante y de panel para las edificaciones de MNR. Estos espectros, por supuesto, se calcularon
previo establecimiento de los acelerogramas en superficie para los dos tipos de suelo existentes
en la ciudad: S2, suelo firme y S3, suelo blando, éste último muy localizado (M. Encalada,
2000).

En este mismo contexto, es preciso anotar los siguientes detalles de procedimiento observados en
este estudio: 1) se utilizaron, por cada nivel de PGA, una familia de 10 acelerogramas sintéticos,
obteniéndose, entonces, 5 familias de 10 acelerogramas en superficie y 5 familias de 10
espectros de respuesta en aceleraciones; 2) al final, se definió, por cada nivel de PGA, un
espectro elástico de simulación como el promedio (punto a punto) de los 10 espectros de
respuesta correspondientes (Anexo 3.1).

Es necesario siempre definir una familia de acelerogramas y no registros individuales, debido a


que el proceso estocástico de generación incluye la generación probabilista de algunos
parámetros que deben ser considerados en su variación. Adicionalmente, debe anotarse que el
proceso de generación de las funciones de vulnerabilidad obedecerá también a un proceso
probabilista, por lo que es necesario utilizar familias de acelerogramas.

81
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

El amortiguamiento adoptado para la obtención de los espectros de respuesta fue del 10%.
Dicho valor es el apropiado para representar el comportamiento dinámico de estructuras de
mampostería no reforzada, como lo demuestran los estudios experimentales de la referencia
(Benedetti D., Pezzoli P., 1996); se constataron en dicho estudio amortiguamientos del orden del
10% aún para los instantes iniciales de carga de los prototipos experimentales (edificaciones de
mampostería de ladrillo con entrepiso de madera), todavía dentro del rango elástico.

3.6 Cálculo dinámico a gran escala de las edificaciones

La ecuación que rige el movimiento de un modelo de eje de cortante ante la acción de una
aceleración horizontal en su base puede expresarse como:

  C D  K D   M J a (t )
MD (3.31)

donde, D es el vector de desplazamientos del modelo, incógnita del problema, M es la matriz de


masas, K, la matriz de rigidez, C, la matriz de amortiguamiento y J un vector columna formado
por unos.

Para el modelo de eje de cortante, asumida la hipótesis de piso rígido, los desplazamientos del
vector D son horizontales, según la componente de aceleración horizontal considerada; M es una
matriz diagonal y K una matriz simétrica y tribandeada. La matriz de amortiguamiento C,
normalmente basada en el modelo de amortiguamiento viscoso de Kelvin - Voight, constituye
también una matriz diagonal. Es de señalar, sin embargo, que existen varios modelos de
amortiguamientos planteados en la literatura técnica (Barbat A. H., Canet J. M., 1994).

Una vez establecido cada elemento de la ecuación 3.31, debe procederse a su solución. Si la
acción sísmica está definida en forma determinista, y dependiendo del grado de exactitud que se
requiera, se pueden optar por alguno de los siguientes métodos:

 Análisis modal espectral.


 Análisis en el campo complejo de la frecuencia.

82
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

 Solución directa de las ecuaciones del movimiento mediante técnicas de integración paso a
paso.

En el presente estudio se optó por el análisis modal espectral como vía de análisis para obtener
los cortantes de demanda a nivel de piso. La gran ventaja del análisis modal espectral es su
rapidez en la solución de la ecuación de movimiento y un manejable volumen de resultados.
Esto se debe a que este tipo de análisis se concentra únicamente en las respuestas máximas
estructurales y no en toda la historia de la respuesta, simplificación admisible en estudios de
vulnerabilidad sísmica a gran escala.

El análisis modal espectral se basa en suponer que cualquier deformada de la estructura se puede
expresar como una combinación lineal de los modos de vibración. Así, para el caso de modelos
de eje de cortante con un grado de libertad horizontal por piso, considerando “n” modos de
vibración en la solución del problema, la expresión del desplazamiento relativo (D) por piso
resulta:

n
D    i y i (t ) (3.32)
i 1

donde, i es el autovector correspondiente al modo de vibración “i”, y yi(t) es un escalar, función


del tiempo (a determinar) denominado respuesta generalizada.

Sustituyendo la ecuación 3.32 en la ecuación 3.31, y premultiplicando por vector transpuesto de


cualquier modo, j , a fin de aprovechar las propiedades de ortogonalidad de los modos de
vibración, se obtiene la siguiente ecuación de movimiento en coordenadas generalizadas para el
modo “j” de vibración:

M j y j (t)  C j y j (t )  K j y j (t )   j M J a(t )


T
(3.33)

La gran ventaja del aprovechamiento de las propiedades de ortogonalidad de los modos de


vibración es el desacoplamiento del sistema de ecuaciones diferenciales de n  n (implicado en la
ecuación matricial 3.33) en n ecuaciones independientes del mismo tipo que las ecuaciones de

83
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

movimiento para sistemas de un grado de libertad, correspondientes, cada una, a un cierto modo
de vibración.

Así, dividiendo por el escalar M , denominado masa generalizada, se tiene la siguiente ecuación
desacoplada para el j-ésimo modo de vibración:

 Tj M J
y j (t )  2 w j y j (t )  w y j (t )   T
2
a(t ) (3.34)
j Mj
j

donde vj es el porcentaje de amortiguamiento respecto al crítico en el modo j-ésimo de vibración.

Ahora, dado que una buena aproximación para la aceleración máxima y(t ) máx para un sistema de

un grado de libertad constituye la seudoaceleración correspondiente al período fundamental de


dicho sistema, Sa, es evidente que la aceleración máxima para cada una de las n ecuaciones
anteriores (yj ; j=1,...,n) puede estimarse de la siguiente manera:

 Tj M J
y j (t ) max  T ( Sa) j (3.35)
j Mj

Entonces, dada la ecuación 3.35, los cortantes a nivel de piso, qi, se calculan como sigue:

 Tj M J
qj  M  j y j (t )  Mj T ( Sa ) j (3.36)
max max j Mj

Es importante tener presente que la ecuación 3.34, representa al j-ésimo modo de vibración, y las
respuestas dadas por las ecuaciones 3.35 y 3.36 (vectores columna de “n” elementos
correspondientes a cada grado de libertad) son aquéllas que se verifican, así mismo, en el modo
“j” de vibración. Puesto que en cada grado de libertad el máximo de cada modo no se produce
en el mismo instante, la respuesta máxima según cierto grado de libertad no será igual a la suma
de los máximos correspondientes de cada modo, y es preciso realizar una superposición modal.
La más simple y usada formulación de superposición modal para evaluar la respuesta máxima

84
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR

Rmáx. es la de la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de las respuestas modales (SRSS),
esto es:

q
Rmáx .   (R
j 1
j
máx)2
(3.37)

En particular, para hallar los cortantes máximos de cada piso:

q
q máx .   (q
j 1
j
máx)2
(3.38)

Con respecto al desacoplamiento modal, es preciso anotar que, debido a la propia discretización
de la estructura y a errores de cálculo numérico, a medida que se aumenta el orden de las
frecuencias, los errores que éstas contienen son mayores, con lo que las correspondientes a los
primeros modos de vibración son también las más exactas. Por otra parte, al ser los modos
inferiores los que contienen menor energía elástica de deformación, son los que influyen en
mayor medida en la respuesta de la estructura, contribuyendo los modos más elevados solamente
con perturbaciones y errores (Barbat A. H., Canet J. M., 1994). Así, se puede despreciar sin
mayor problema la contribución a la respuesta de los modos altos de vibración, lo cual redunda
en una mayor rapidez de análisis, ya que la mayor cantidad de tiempo de cálculo requerido para
la obtención de la respuesta de la estructura se invierte en la búsqueda de los valores y vectores
propios. En este estudio se considerarán hasta un máximo de 3 modos de vibración, lo cual
implica evaluar la ecuación 3.38 haciendo “q” igual a 3.

85
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

CAPÍTULO 4

SIMULACIÓN DE FUNCIONES DE VULNERABILIDAD Y


MATRICES DE PROBABILIDAD DE DAÑO PARA EDIFICIOS
DE HORMIGÓN ARMADO

Los objetivos fundamentales de este estudio son la obtención de modelos analíticos de daño
(funciones de vulnerabilidad, matrices de probabilidad de daño), y el establecimiento de
escenarios de daño. En este capítulo se describirá el proceso de consecución de estos objetivos
para los edificios de HA, partiendo de la determinación de los parámetros mecánicos de sus
modelos estructurales.

Puesto que se consideró pertinente, a efectos de análisis dinámico, el uso de modelos inelásticos
de un grado de libertad como modelos analíticos de los edificios de HA, la evaluación del daño
global, consecuentemente, debe ser directa (Apartado 3.4). El parámetro de daño adoptado fue
el desplazamiento relativo a nivel del último piso (Apartados 2.2), por ser uno de los más
racionales en la estimación del daño global de estructuras dúctiles como las de HA (Powell G.
H., et al., 1988). De esta manera, la ecuación para el cálculo del daño global, bajo el esquema de
demanda vs. capacidad resulta:

demanda de desplazamiento m   y
DI global   DI global  (4.1)
capacidad de desplazamiento u   y

donde “m” es el desplazamiento relativo máximo ante la demanda sísmica, “y” es el


desplazamiento relativo en la primera cedencia y “u” es la capacidad máxima de
desplazamiento relativo.

Dos elementos claramente distinguibles componen el índice de daño global de los edificios de
HA: las demandas y las capacidades de desplazamiento relativo. No hay que perder de vista que
éste se trata de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala, y que la evaluación del daño
global se verificará para cada uno de los edificios de la ciudad de Cuenca, representados en la
BAC. En este sentido, el establecimiento de estos valores de demanda y de capacidad debería
constituir, cada uno, un proceso a gran escala; en el primer caso (valores de demanda), de

86
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

análisis dinámico no lineal, y en el segundo, de análisis estático no lineal o –más


específicamente- de análisis pushover. En el curso de este capítulo se describirán los dos tipos
de procesos.

Sin embargo, tanto el análisis dinámico como pushover constituyen procesos algo “pesados”
para ser realizados de manera individualizada en un estudio a gran escala. En el desarrollo de
este trabajo se justificarán simplificaciones importantes hechas en uno y otro; tales esfuerzos
simplificatorios, cuando son procedentes, resultan muy “rentables” en este tipo de estudios a
gran escala, pues se traducen en un ahorro significativo de capacidades computacionales.

4.1 Determinación de parámetros mecánicos para la modelación de los edificios de


hormigón armado; mediante análisis pushover

Enfoque general

Cabe recordar que los edificios de HA se modelizaron finalmente como SDOF, y que a ellos se
llegó a través de una idealización tridimensional de los edificios, pasando por modelos de
transición bidimensionales tipo pórtico (Apartado 2.6). Si bien los modelos tridimensionales de
partida fueron uniformes, también es cierto que sus características dimensionales globales y
locales estuvieron sustentadas en una importante base informativa (tablas de frecuencias, curvas
de correlación, etc. (Apartado 2.5)), por lo que puede contarse con un razonable grado de
representatividad de los modelos finales.

Como ya se ha mencionado, los valores de demanda de los desplazamientos relativos se obtienen


a partir de un proceso de análisis dinámico a gran escala. La primera simplificación importante
se opera en este punto: en rigor, para hallar tales desplazamientos en sistemas inelásticos de un
grado de libertad habría que realizar análisis no lineales paso a paso en el tiempo
individualizados. Pese a que los edificios de HA constituyen un pequeño porcentaje del total de
edificaciones de la ciudad, aún así el volumen de cálculo implicado (alrededor de 2500 edificios)
resultaba considerable. En este sentido, cabe señalar -por ejemplo- que un análisis paso a paso
en el tiempo es, en términos de tiempos de ejecución, sustancialmente más costoso que un
análisis modal espectral (usado para las edificaciones de MNR).

87
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

La diferencia en costo computacional de los dos tipos de análisis dinámico radica en que el
modal espectral desecha de entrada las series temporales de respuesta como tales, y se concentra
sólo en los valores máximos de respuesta del sistema. En cambio, un análisis paso a paso no
lineal en el tiempo está basado en la integración numérica de la ecuación de movimiento y en la
determinación de las variables de estado (desplazamiento relativo, velocidad y aceleración) en
cada uno de los puntos en que se ha discretizado el tiempo de análisis. Los valores de cualquier
variable de estado en un cierto instante “i” dependen de los valores de las 3 variables de estado
en el instante “i-1”, de manera que, al final, se obtienen las series temporales para cada una de
las 3 variables de estado. Esto, evidentemente, resulta excesivo cuando lo que interesa
únicamente son los valores máximos de desplazamiento relativo del sistema.

Aunque para el presente estudio se pensó originalmente en el análisis paso a paso no lineal en el
tiempo como vía de análisis dinámico, el costo computacional que se constató en procesos de
simulación a gran escala, obligó a pensar en una alternativa más económica. Así pues,
consecuentes con el hecho de que para efectos de la evaluación del daño global interesan
únicamente los desplazamientos relativos máximos del sistema, se consideró la mejor alternativa
el planteamiento de espectros inelásticos de desplazamiento.

La adopción de la alternativa del espectro inelástico de desplazamientos obedeció, por supuesto,


a la comprobación de una muy aceptable aproximación de resultados con aquellos obtenidos del
análisis paso a paso no lineal en el tiempo. Sin embargo, en vista del trabajo original implicado
y su incuestionable valor como herramienta de análisis dinámico, se consideró pertinente aludir,
aunque sea brevemente, el proceso de análisis no lineal en el tiempo y sus considerandos.

Hay que señalar, por otra parte, que el espectro inelástico de desplazamientos, como alternativa
de análisis dinámico, es, por definición, compatible con el sistema inelástico de un grado de
libertad adoptado como modelo estructural. El modelo bilineal sin degradación de rigidez,
originalmente planteado para los SDOF, se mantuvo. Los parámetros, sin embargo, difieren de
aquellos requeridos para un análisis no lineal en el tiempo.

88
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Análisis paso a paso no lineal en el tiempo Espectro inelástico de desplazamientos

Frecuencia natural de vibración Frecuencia natural de vibración


Desplazamiento relativo de cedencia Desplazamiento relativo de cedencia
Amortiguamiento crítico Amortiguamiento crítico
Pendiente de endurecimiento Pendiente de endurecimiento
Ductilidad de desplazamiento

4.1.1 Obtención de parámetros mecánicos en los modelos de transición

En el Apartado 2.6, se trató el problema de la caracterización geométrica de los modelos de


transición; y en el éste nos ocuparemos de los análisis de vibración libre y pushover sobre estos
modelos y de sus resultados: períodos naturales de vibración (análisis de vibración libre),
desplazamientos de cedencia y cortantes basales de cedencia (análisis pushover).

4.1.1.1 Análisis de vibración libre de los modelos de transición

Del análisis de vibración libre no amortiguada de los modelos de transición se obtuvieron sus
períodos naturales de vibración. Cabe recordar que cada edificio se representó mediante sus dos
pórticos ortogonales interiores desagregados de su respectiva idealización tridimensional, y a
estos los denominamos “modelos de transición”. Este análisis se realizó en el programa
SAP2000 como una opción del análisis estructural. Antes de presentar los resultados, se
describirá brevemente el problema general de la vibración libre no amortiguada:

Considérese el sistema de la Figura 4.1

Figura 4.1 Sistema masa-resorte de “n” grados de libertad

89
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

El planteamiento del equilibrio dinámico de este sistema de masa resorte es el siguiente:

k2 (x2 – x1) – k1 x1 = m1 x"1


k3 (x3 – x2) – k2 (x2 – x1) = m2 x"2
. .
. .
Kn (xn – xn-1) – Kn-1 (xn-1 – xn-2) = mn-1 x"n-1
- Kn (xn – xn-1) = mn x"n

En forma matricial estas ecuaciones de equilibrio, quedarían:

 m   x     k  x   0  (4.2)

donde:
m  : matriz de masas o de inercia
k  : matriz de rigidez
 x : vector de desplazamientos

Se propone como solución de la ecuación matricial 4.2:

 x    * Sen   t    (4.3)

Derivando dos veces la ecuación 4.3 y reemplazando  x  y  x  en la ecuación 4.2, la ecuación
4.3 se transforma en la siguiente:

  k     m    
2
 0  (4.4)

Para que existan soluciones no triviales, la matriz del sistema tiene que ser singular. Por tanto:

det   k    m  
2
 0  (4.5)

90
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Esta ecuación es el polinomio característico del sistema. Debido a las propiedades de las
matrices de masa y de rigidez, tal polinomio tiene “n” raíces reales no negativas:

1   2     N (4.6)

Es relevante mencionar que del problema general de vibración libre nos interesan únicamente los
períodos naturales de vibración o, si se quiere, los períodos correspondientes al primer modo de
vibración (los 1 ). El programa SAP2000 realiza este análisis dinámico básico como una
extensión del análisis estructural estático, de donde se desprende que no requiere una
información detallada del modelo para su ejecución. Lo que sí, el análisis pushover aprovecha
está opción de análisis dinámico, pues contempla la posibilidad de caracterizar la carga lateral de
forma proporcional al modo de vibración que uno elija; en nuestro caso, en virtud de la simetría
asumida para los modelos, se adoptó proporcional al primer modo.

4.1.1.2 Análisis Pushover en los modelos de transición

El análisis pushover consiste en la aplicación de cargas laterales monotónicas incrementales a un


cierto modelo estructural hasta llevarlo al colapso. Requiere: 1) la modelización a nivel de
estructura, 2) la modelización a nivel de miembro y 3) la modelización de la carga lateral. Los
dos primeros puntos fueron tratados suficientemente en los Apartados 2.6.2.1 y 2.6.2.2. En
cuanto a la modelización de la carga lateral, el SAP2000 ofrece múltiples variantes; se adoptó
aquella proporcional al primer modo de vibración por ser la más realista.

El análisis pushover del SAP2000 funciona, en términos generales, de la siguiente manera: con
cada incremento de carga lateral el programa obtiene puntuaciones de desplazamiento lateral en
un punto de monitoreo (nudo esquinero del último piso) y de cortante basal. Tales incrementos
se suceden hasta la ocurrencia de un mecanismo de colapso, instante en el que el programa
registra el cortante basal y el desplazamiento de capacidad. La gráfica cortantes basales –
desplazamientos laterales hasta la ocurrencia del colapso se conoce como curva pushover;
además el SAP2000 reporta como resultado la secuencia de formación de rótulas plásticas. La
Figura 4.2 ilustra todo este proceso.

91
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

(a)

14 24

v13 v23

v12 v22

v11 v21
z z

x x

(b)

 

z z

x x

(c )

z z

x x

92
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

(d)

V = v
2
V2

V1 1

0   

Figura 4.2 Cortantes basales (a), desplazamientos en nudos de monitoreo (b), patrones de
diagramas de momentos (c), curva pushover (d)

En rigor del análisis pushover del SAP2000 podrían obtenerse tanto los parámetros (cortantes
basales y desplazamientos) de cedencia como los de capacidad; sin embargo, para este estudio no
se utilizaron directamente los valores de desplazamiento de cedencia y de capacidad de la curva
pushover, ya que el programa no permitió caracterizar debidamente las articulaciones plásticas
mediante la introducción de curvas idealizadas momento-rotación “reales” (pese a que esta
opción está disponible en el SAP2000), razón por la cual se utilizaron las curvas momento
rotación que asigna por defecto el programa.

Pese a que se comprobaron los puntos de cedencia de estas curvas (que el SAP2000 lo calcula en
función del armado de las vigas), los valores correspondientes del punto de capacidad última de
la sección (momento último y rotación última) resultaban exagerados; al parecer, el SAP2000
asume, por defecto, secciones dúctiles. Por otro lado, el que el punto de cedencia a nivel de
sección esté correcto no significa que el punto de cedencia a nivel de estructura lo esté; son dos
situaciones distintas. De manera que las secciones con capacidad última sobreestimadas por el
programa reportaron, como era de esperar, un punto de cedencia y de capacidad última
sobreestimados a nivel de pórticos de estudio, esto es, con cortantes basales y desplazamientos
tanto de cedencia como de capacidad sobrevalorados.

93
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Si bien el punto de cedencia de la curva pushover está sobreestimado, la pendiente de la rama


elástica de la curva pushover puede considerarse válida ya que representa la rigidez de los
pórticos, la cual tiene que ver no con el armado de las secciones (que es lo que provee ductilidad)
sino con las dimensiones de los miembros. Así pues, se reevaluó el punto de cedencia,
definiéndolo sobre el ramal elástico de la curva pushover. Esta reevaluación se basó en la
asunción de un cortante basal de cedencia, el cual debe corresponder aproximadamente al
cortante basal de diseño. En este caso, según se recabó de ingenieros de la ciudad, este valor se
sitúa alrededor del 10% del peso del edificio.

El proceso que se describe brevemente y se justifica en el párrafo anterior se generaliza para todo
el universo de edificaciones mediante el establecimiento de ecuaciones de generación de
desplazamientos y cortantes basales de cedencia. Es de aclarar que lo que nos interesó
fundamentalmente fue la estimación de los desplazamientos de cedencia reevaluados bajo las
consideraciones anteriores. Este mecanismo de generalización de los parámetros de
caracterización mecánica se describe en el siguiente apartado y la reevaluación de los
desplazamientos de cedencia se trata en el apartado 4.6.1.

4.1.2 Identificación tipológica y generalización de los parámetros de caracterización


mecánica al universo de edificios

Para obtener los parámetros de caracterización mecánica de cada edificio representado en la


BAC, a partir de los modelos de transición, se siguió el siguiente proceso:

 Primero se caracterizó a cada edificación de la Base de Datos (BAC) en función de los


siguientes campos: número de pisos “numpis”, área en planta “arepla”, año de construcción
“añocon”, relación de aspecto “relasp”, conexión entre elementos “conexi”, tipo de suelo
“tipsue” y el índice de vulnerabilidad “indvul”.
 Para determinar si el edificio es de losa plana o aporticado, se analizó de la siguiente manera:
si el tipo de conexión entre elementos es buena (calificación “A”), (Chérrez M., Peñafiel
C.,2000), se entiende que es un edificio aporticado, de lo contrario, la tipología sería losa
plana. En los tipos aporticados según el año de construcción, se determina si la edificación
tiene acero de refuerzo con un fy de 2800 kg/cm2 o 4200 kg/cm2 (edificios menores a 1975,
fy = 2800 kg/cm² y los edificios construidos después de 1975, fy = 4200 kg/cm²); los

94
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

edificios de losa plana, como ya se señaló, se empezaron a construir en la ciudad después de


1975, por lo que se les asignó un acero con fy = 4200 kg/cm².
 Con los demás campos se procedió a calcular el resto de parámetros necesarios para
identificar la tipología a la que corresponde cada edificación y así, obtener los cortantes
basales “reales” que sirvan para la reevaluación de los desplazamientos de cedencia.
 Número de vanos: para cada dirección ortogonal, éste depende del número de pisos “np” y
del área en planta “arepla”. Por la frecuencia mayor obtenida en las estadísticas (Apartado
2.5.1), este número varía de la siguiente manera:

Número de vanos en dirección Mayor (nvx):

Si np = 2 y arepla < 48, entonces nvx = 2


Si np = 2 y 48 ≤ arepla ≤ 136, entonces nvx = 3
Si np = 2 y arepla > 136, entonces nvx = 4
Si np = 3 y arepla < 44, entonces nvx = 2
Si np = 3 y 44 ≤ arepla ≤ 175, entonces nvx = 3
Si np = 3 y arepla > 175, entonces nvx = 4
Si np = 3 y arepla > 292, entonces nvx = 5
Si np = 4 y arepla < 45, entonces nvx = 2
Si np = 4 y 45 ≤ arepla ≤ 208, entonces nvx = 3
Si np = 4 y arepla > 208, entonces nvx = 4
Si np = 4 y arepla > 347, entonces nvx = 5
Si np = 5 y arepla < 45, entonces nvx = 2
Si np = 5 y arepla ≥ 45, entonces nvx = 3
Si np = 6, 7 o 8, entonces nvx = 3

Número de vanos en dirección Menor (nvy):

Para cualquier caso diferente a los siguientes, nvy = 2


Si np = 2 y arepla > 136, entonces nvy = 3
Si np = 3 y arepla > 175, entonces nvy = 3
Si np = 4 y arepla > 208, entonces nvy = 3

95
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

 Longitud de Vanos: para cada dirección ortogonal, estos valores vienen dados por las
siguientes expresiones:

lontotmay = (arepla / relasp) ^ (1 / 2)


lvmay = lontotmay / nvx

lontotmen = relasp * lontotmay


lvmen = lontotmen / nvy

donde: “lontotmay” es la longitud total en planta en la dirección mayor, “lontotmen” es la


longitud total en planta en la dirección menor, “lvmay” y “lvmen” son la longitud de vano
para el pórtico mayor y menor, respectivamente.

 Peso del Pórtico: son tanto para los pórticos que representan el edificio en dirección mayor y
menor. Este parámetro es fundamental para reevaluar el cortante basal de cedencia; su
cálculo se resume a las siguientes expresiones.

Peso del pórtico en dirección mayor:

pesovig = lvmay * HV * BV * pe_ha * nvx * np


pesocar = (((carga * lvmay) * lvmay) / 2) * nvx * np
pesocol = altura * LC * LC * pe_ha * np * (nvx + 1)
pesomay = pesovig + pesocar + pesocol

Peso del pórtico en dirección menor:

pesovig = lvmen * HV * BV * pe_ha * nvy * np


pesocar = (((carga * lvmen) * lvmen) / 2) * nvy * np
pesocol = altura * LC * LC * pe_ha * np * (nvy + 1)
pesomen = pesovig + pesocar + pesocol

donde: “pesovig” es el peso total de las vigas en función de la sección HV*BV obtenida
igual que las secciones de los modelos de transición, “pa_ha” es el peso específico del
hormigón armado que se tomó igual a 2400 kg/m3, “pesocol” es el peso total de las columnas
96
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

y su cálculo se realizó de forma análoga al de las vigas; “pesocar” pertenece al cálculo de las
cargas que se encuentran sobre las vigas, que es resultado de una carga distribuida triangular
que supone la carga de una losa con 25cm de espesor.
 Integradas las ecuaciones de generación de los tres parámetros mecánicos de caracterización
(períodos naturales de vibración, desplazamientos de cedencia y cortantes basales de
cedencia) al programa PEDE (Programa de Evaluación de Daño en Edificicaciones), éste,
tras la identificación tipológica correspondiente, evalúa tales parámetros para el universo de
edificios considerados en la BAC. A título ilustrativo, se presenta el siguiente ejemplo:

Tomamos un edificio de la BAC de tres pisos con un área de 150m² en planta y una relación
de aspecto de 0.6 y que corresponda a la tipología aporticada con fy de 4200 kg/cm². Al
modelar la edificación tridimensionalmente, desagregando un pórtico en cada dirección
ortogonal, se obtienen dos pórticos bidimensionales los cuales tendrán las siguientes
características según el proceso antes indicado:

Pórtico en dirección mayor:

Número de Vanos = 3
Longitud total Mayor = 1581cm.
Longitud de vano mayor = lvmay = 527cm.
Altura de pisos = 270cm

Pórtico en dirección menor:

Número de Vanos = 2
Longitud total Menor = 948cm.
Longitud de vano menor = lvmen = 474cm.
Altura de pisos = 270cm

97
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Con estos valores y características, se buscan las ecuaciones asociadas a estos modelos
específicos. Según la tabla de ecuaciones que se encuentra en el Anexo 2.4 se tiene:

Pórtico mayor:

Períodomay = 0.0000003163* lvmay^ 2 - 0.000429898* lvmay + 0.3651673469


Des_de_cedmay = 0.0000133704* lvmay^2 - 0.007196703* lvmay + 2.8377210713
Cor_de_cedmay =0.0003878037*lvmay^2 - 0.154859475* lvmay + 22.1636873288

Pórtico menor:

Períodomen = 0.0000003061 * lvmen ^ 2 - 0.0003891837 * lvmen + 0.3355938776


Des_de_cedmen = -0.000005385*lvmen^2 + 0.0072560251*lvmen + 0.0963120397
Cor_de_cedmen = 0.0002577376*lvmen^2 - 0.0730181564*lvmen + 8.198021266

Reemplazando las longitudes de vano, “lvmay” y “lvmen”, en las ecuaciones


correspondientes se obtienen los siguientes resultados, que después serán procesados para
obtener los desplazamientos de demanda y de capacidad:

Período natural de vibración del pórtico mayor = Períodomay = 0.2265


Desplazamiento de cedencia del pórtico mayor = Des_de_cedmay = 2.76cm.
Cortante de cedencia del pórtico mayor = Cor_de_cedmay = 48.26Tn.
Período natural de vibración del pórtico menor = Períodomen = 0.2199
Desplazamiento de cedencia del pórtico menor = Des_de_cedmen = 2.33cm.
Cortante de cedencia del pórtico menor = Cor_de_cedmen = 31.49Tn.

4.2 Modelación del comportamiento no dúctil de edificios de hormigón armado

En primer término se precisará el concepto de ductilidad global de desplazamiento y su estrecha


relación con las ductilidades a nivel local (Apartado 4.2.1). Dado que los desplazamientos de
capacidad se estimaron en base de los desplazamientos de cedencia y de las ductilidades de los
edificios, en el apartado 4.2.2 se explicará la lógica de asignación de los valores de ductilidad a
las tipologías de los edificios de la ciudad.

98
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

4.2.1 Ductilidades globales de desplazamiento

La ductilidad es la capacidad de un material para deformarse en el rango inelástico más allá de la


deformación de fluencia. Si un material no tiene tal capacidad o la tiene muy limitada, se dice
que es frágil. A nivel de material, la medida más corriente de la ductilidad en la ingeniería
práctica es el porcentaje de elongación en un ensayo de tracción, es decir:

  l f  l 0  l 0  100 (4.7)

Sin embargo, con el avance de los conocimientos en ingeniería sísmica, el concepto de ductilidad
ha tenido que ampliarse. Así, la ductilidad como medida de la capacidad de deformación
inelástica, puede plantearse a nivel de material, a nivel de sección, a nivel de miembro, e incluso,
a nivel de estructura. En general, en el contexto de la ingeniería sísmica, la ductilidad se define
como la relación entre la deformación última y la deformación de fluencia, entendiendo
deformación en el sentido más amplio del término.

  u  (4.8)
y

Dependiendo del nivel en que se estudie la ductilidad, existen parámetros de deformación


(desplazamientos, rotaciones, curvaturas, etc.) más pertinentes que otros. A nivel de sección,
quizá el tipo de ductilidad más importante en el ámbito de la ingeniería sísmica es la ductilidad
de curvatura. Esto se debe a que la filosofía de diseño sismorresistente se basa en la formación
de rótulas plásticas, que son mecanismos a nivel de sección que se originan cuando el
comportamiento predominante está gobernado por la flexión (lo cual se garantiza aplicando el
diseño por capacidad), en donde las deformaciones son de tipo rotacional. La curvatura es el
giro que ha tomado una sección flexionada alrededor del eje neutro como pivote. Se mide, pues,
como la relación entre la deformación de una de las fibras extremas de la sección y la distancia
correspondiente al eje neutro. Tomando como base la relación carga – deformación, momento –
curvatura en este caso, la ductilidad de curvatura de la sección se define según la fórmula general
4.8, asumiendo la curvatura como parámetro de deformación.

  u  (4.9)
y

99
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

A nivel de estructura, el tipo de ductilidad más significativo en la ingeniería sísmica es la


ductilidad de desplazamiento global. Dado que éste es un parámetro global de capacidad
inelástica de deformación, la relación carga – deformación en que se basa es la relación entre
cargas laterales (cortantes basales) y desplazamientos laterales globales (Figura 4.3). Este
desplazamiento lateral global se refiere generalmente al desplazamiento lateral a nivel del último
piso. La elaboración de la curva global carga – deformación no es un problema sencillo pues
requiere de un análisis no lineal de la estructura, tal como el análisis pushover.

V= v
Vu
Vy

0 y u 

Figura 4.3 Puntos notables de la curva pushover.

donde la ductilidad global de desplazamiento se calcula según la expresión:

  u  (4.10)
y

Ductilidades globales de desplazamiento entre 4 y 5 se obtienen en edificios con un buen diseño


conceptual (configuraciones en planta y en elevación adecuados) y un diseño de miembros
(dimensiones y refuerzo) apegado a las normativas actuales. Bajo la premisa de un buen diseño
conceptual, con lo cual se evitan problemas de torsión en planta y de concentraciones de daño,
las ductilidades globales de entre 4 y 5 se obtienen asegurando ductilidades locales de curvatura
en las vigas de 2 a 3 veces el valor de la ductilidad global de desplazamiento.

100
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

4.2.2 Ductilidades globales de desplazamiento para los edificios de la ciudad de Cuenca

Los edificios de HA, debido al refuerzo y en general a las características del detallamiento,
pueden considerarse como estructuras dúctiles. Dado que el hormigón simple no es un material
dúctil, es evidente que la ductilidad de este tipo de edificios estará en función de la calidad del
diseño del refuerzo longitudinal y transversal. Una buena ductilidad a nivel global está
supeditada a buenas ductilidades a nivel local y al cumplimiento de las disposiciones del diseño
sismorresistente, cuya filosofía puede resumirse en los siguientes principios: 1) diseño a corte de
los miembros en función de sus capacidades a flexión, 2) verificación de capacidad a corte de
nudos, 3) columna fuerte – viga débil, 4) piso inferior fuerte – piso superior débil.

La gran mayoría de los modelos de análisis lineal y no lineal de estructuras existentes en la


literatura técnica consideran a las conexiones viga-columna como infinitamente rígidas. Esta
hipótesis puede suponerse válida siempre que los nudos de la estructura cumplan estrictamente
todos los requisitos de diseño sismorresistente especificados por las normativas actuales. A este
respecto, en lo que toca a los edificios de la ciudad de Cuenca, de las entrevistas/encuestas
realizadas a ingenieros calculistas/diseñadores se colige un desconocimiento de lo que supone un
buen diseño sismorresistente. En términos generales, podría decirse que sólo se considera la
versión estática equivalente de la acción sísmica (evaluación de cortante basal y distribución
triangular de fuerzas) y se realizan verificaciones de ductilidad local, omitiendo toda la serie de
verificaciones post-diseño.

Como ya se mencionó, un diseño sismorresistente prolijo, según las normativas actuales,


conlleva a ductilidades globales de entre 4 y 5. En este sentido, hay que anotar que entre los
ingenieros de la ciudad de Cuenca siempre se ha verificado un desfase en el uso de los códigos,
en particular con el de diseño en HA. En la actualidad, por ejemplo, se utiliza todavía
ampliamente el Código ACI de 1989.

Así pues, para el presente estudio, con miras al planteamiento de espectros inelásticos con factor
de ductilidad constante, se plantearon para las edificaciones de la ciudad tres niveles de
ductilidad: 2.5, 3 y 3.5. En vista de que, en el mejor de los casos, la filosofía de diseño
sismorresistente de las normativas se ha cumplido sólo limitadamente, la cota mayor de
ductilidad se ha asumido inferior a 4. El nivel más bajo de ductilidad se atribuyó a los edificios
con tipología de losa plana, ya que estos edificios son susceptibles de fallo por punzonamiento.
101
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Las ductilidades de 3 y 3.5 se asignaron a los edificios aporticados en función de su calidad


conceptual de diseño, cualidad implícita en los índices de vulnerabilidad: así, a los edificios
aporticados con índices de vulnerabilidad bajos (poco vulnerables), se les asignaron ductilidades
de 3.5, y a aquellos con índices de vulnerabilidad altos, ductilidades de 3.

No existen actualmente programas de análisis no lineal que consideren exhaustivamente los


probables modos de falla. Esto se conseguiría, en rigor, a través de la modelación de toda la
gama de detalles no dúctiles, por ejemplo la discontinuidad del refuerzo positivo de vigas en los
nudos o la falta de capacidad a cortante de los nudos. En la referencia Yépez F. et al., 1996 se
toman en cuenta estas deficiencias de manera indirecta. Así, la modelación del comportamiento
de elementos propensos a sufrir deslizamientos por adherencia se realizó modificando la
resistencia a fluencia del acero bajo flexión positiva únicamente; la falta de capacidad a corte de
los nudos se representó mediante la reducción de la capacidad flectora de los elementos
estructurales que llegan a la conexión.

4.3 Criterios de colapso y de evaluación económica de daño

4.3.1 Criterios de colapso

Los criterios de colapso se pueden plantear ya sea a nivel local (de miembro) o a nivel global (de
estructura). Tratándose éste de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala, en donde lo
que interesa evaluar es el daño global de las edificios, la atención se centró en el tema del
colapso a nivel global. El modelo inelástico SDOF utilizado no permite sino evaluar el daño en
términos globales. En modelos con un mayor nivel de discretización se pueden investigar los
daños a nivel local, y a partir de éstos, ponderándolos debidamente, el daño global. A
continuación se tratarán, aunque someramente, ambos niveles de colapso.

 Colapso a nivel local

Aún en modelos con alto nivel de discretización (en donde llegan a modelarse hasta los nudos)
es difícil representar toda la gama de deficiencias del diseño del refuerzo; normalmente esta
representación es de forma indirecta. La manera más fiable de investigar modos de falla a nivel
de miembro es a través de la experimentación del comportamiento de la estructura ante cargas
102
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

cíclicas y el estudio de las curvas histeréticas resultantes. El objetivo en tales estudios es


identificar aquellos parámetros que degradan la resistencia y reducen la capacidad de disipación
de energía en los miembros ensayados.

El hormigón sin refuerzo es un material frágil; sin embargo, de acuerdo con la cantidad y
disposición del acero de refuerzo, el hormigón armado es una material con una adecuada
disipación de energía. Hay que tener presente que bajo cargas cíclicas un miembro se comporta
sustancialmente diferente que ante cargas monotónicas. Numerosos estudios y análisis -como el
pushover- buscan captar, al menos a nivel global, el comportamiento cíclico de las estructuras a
través de la aplicación de cargas monotónicas.

El comportamiento cíclico de los miembros de hormigón armado está gobernado principalmente


por los siguientes factores: 1) área y disposición del acero de refuerzo transversal, 2) relación
demanda vs. capacidad de compresión de la sección del miembro, 3) adherencia entre el acero de
refuerzo y el hormigón (Bozzo L., Barbat A. H., 2000).

La influencia del área y disposición del acero transversal en la ductilidad de los miembros de
hormigón armado es un asunto ampliamente investigado. Esta influencia se manifiesta
esencialmente en el confinamiento del hormigón mediante el refuerzo transversal y en la
reducción de la longitud de pandeo del refuerzo longitudinal. De secciones sin el debido
confinamiento no pueden esperarse valores razonables de ductilidad de curvatura (de 7 a 10), y
sin buenas ductilidades a nivel local tampoco pueden esperarse buenas ductilidades a nivel
global. Como dato referente cabe mencionar que para obtener una ductilidad de alrededor de 5
(límite superior de lo que puede conseguirse como ductilidad global diseñando con estricto
apego a las disposiciones sismorresistentes del ACI), las capacidades de ductilidad local deberán
ser de dos a tres veces dicho valor (Placencia P., 1991).

En cuanto al fallo por pandeo local, implica una pérdida súbita de la capacidad de carga de la
sección. Formas de evitar este tipo de falla a nivel local son: 1) aumentando la sección del acero
de refuerzo (aunque esto es contraproducente desde el punto de vista de la adherencia) ó 2)
reduciendo la separación del refuerzo transversal.

Del estudio de secciones de hormigón armado ensayadas a flexión cíclica bajo diferentes niveles
de carga axial se conoce (Wakabayashi M., 1986) que la capacidad de disipación de la sección
103
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

disminuye con el aumento de la carga axial, observándose, para cargas axiales importantes un
comportamiento frágil. Por otra parte, es bien conocido que los fallos por cortante ocasionan una
pérdida repentina de disipación de energía de una sección, con lo cual, el tipo de fallo es frágil.
Un criterio de diseño para evitar un fallo por cortante es diseñar la sección por capacidad. Para
ello el cortante de diseño se calcula mediante la siguiente fórmula:

V  ( M u1  M u 2  w L ) L (4.11)

donde “L” es la longitud del miembro, “Mu1 y Mu2”, los momentos flectores de capacidad de los
extremos del miembro y “w” es la carga uniformemente distribuida.

El objetivo de este criterio es el de garantizar un fallo por flexión antes de que se produzca uno
por cortante; por consiguiente, momentos flectores de capacidad deben reconocer el
endurecimiento por deformación del refuerzo longitudinal; la normativa estadounidense (UBC,
1991) lo evalúa como un 25% adicional con respecto al esfuerzo de fluencia.

Finalmente, la adherencia entre el acero de refuerzo y el hormigón es otro parámetro que afecta
significativamente la capacidad de disipación de energía de un elemento de hormigón armado.
En la práctica se garantiza una adecuada capacidad de adherencia proporcionando longitudes de
traslapes superiores en un 40% a las necesarias en pruebas estáticas y evitando usar diámetros
grandes en el refuerzo longitudinal.

 Colapso a nivel global

Las fuerzas laterales de diseño obtenidas empleando las normativas actuales son
considerablemente inferiores a las fuerzas inerciales reales inducidas por un sismo,
especialmente si es severo. La reducción de fuerzas de diseño es posible gracias a la capacidad
de disipación de energía de los componentes estructurales y las conexiones. La Figura 4.4 (a) y
(b), ilustran el comportamiento cíclico global de dos estructuras. El comportamiento de la
estructura de la Figura 4.4 (a) es el ideal pues no se produce una degradación de resistencia y la
disipación de energía (área bajo los lazos de histéresis) es alta; en cambio, la estructura de la
Figura 4.4 (b) muestra un comportamiento deficiente reflejado en la pérdida de resistencia y la
escasa disipación de energía.

104
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Figura 4.4 Mecanismos de colapso deficiente (a) y adecuado (b).

A cada uno de estos comportamientos corresponde un cierto tipo de mecanismo de formación de


rótulas plásticas; éstas constituyen los mecanismos más conocidos de disipación de energía, que
se presentan en aquellos lugares de la estructura en donde el momento actuante es mayor que el
momento nominal resistente. Las normativas de diseño asumen implícitamente una ductilidad
global de desplazamiento de alrededor de 4 y un patrón de formación de rótulas plásticas como
el de la Figura 4.4 (b), el cual debe verificarse aún si el sismo de diseño es severo. Si bien tal
edificio puede considerarse que ha fracasado y que –incluso– económicamente conviene
construir otro antes que repararlo, el colapso que se ha producido es de tipo dúctil (grandes
deformaciones antes del colapso), con lo cual el riesgo de víctimas fatales disminuye
ostensiblemente.

La filosofía con la que se manejan los códigos actuales en relación al diseño sismorresistente es
la de disipación de energía, pero esta disipación debe estar basada fundamentalmente en la
formación de rótulas plásticas en las vigas (Figura 4.4 (b)). En tal dirección está el conocido
criterio de diseño columna fuerte – viga débil (en flexión): es necesario que la máxima capacidad
a flexión de las vigas sea menor que la mínima capacidad a flexocompresión de las columnas.
En este sentido, se debe tener presente que, en las vigas, la contribución del refuerzo de la losa
incrementa su capacidad a flexión, y, en cambio, en las columnas, la capacidad uniaxial a
flexocompresión se ve disminuida por la reducción de la carga axial por efecto de un sismo, así
como por la presencia de momentos biaxiales (Placencia P., 1991). Bajo estas consideraciones,

105
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

el ACI propone que la relación de capacidades a flexión de columnas a vigas sea de por lo menos
1.4.

Un diseño inadecuado, que no observe el conjunto de criterios de diseño sismorresistente,


conduce a patrones de formación de rótulas plásticas que ponen en peligro la estabilidad de la
estructura. El más peligroso mecanismo de colapso es el que se presenta en la Figura 4.4 (a), y
que se conoce como de traslación de columnas o, más corrientemente, piso blando. Como puede
apreciarse, las rótulas plásticas se originan no en la vigas sino en cabezas y pies de columna a
nivel de un cierto piso. El fallo es de tipo frágil (por inestabilidad), debido a que la demanda de
ductilidad supera a la capacidad de ductilidad en dicho piso blando. Normalmente (y más grave
aún), son los primeros pisos de los edificios los más susceptibles de derivar en piso blando ante
un evento sísmico severo. Básicamente, son consideraciones arquitectónicas las que favorecen
este particular mecanismo de colapso: por ejemplo, 1) columnas a nivel de planta baja suelen ser
más altas que en el resto de plantas y 2) la densidad de paredes a nivel de planta baja (en razón
de su uso) suele ser sustancialmente inferior que la de las plantas superiores. No hay que
olvidar, además, que las columnas a este nivel son particularmente críticas por el mayor nivel de
carga axial que soportan, lo cual se traduce en una menor capacidad de disipación de energía
(Bozzo L., Barbat A.H., 2000).

Por último, y sumado a lo anterior, hay que mencionar dos tipos de situaciones de orden
arquitectónico que conducen también a fallos de tipo frágil ante sismos severos: 1) columnas
cortas y 2) inapropiada distribución de los elementos del esquema resistente a cargas laterales.
La primera se refiere a aquellas columnas cuya longitud efectiva ha sido reducida por paneles o
muros, deficiencia muy común en construcciones escolares. En lo referente a la segunda, por
inapropiada distribución debe entenderse una disposición de los elementos del esquema
resistente a cargas laterales tal que su centro de rigidez (centro geométrico de rigideces) esté
alejado del centro de masas de la losa de entrepiso. Esta excentricidad provoca torsión en planta
y altas demandas de deformación rotacional (sobre todo en las columnas extremas), por lo que se
debe -en lo posible- minimizarla. Hay que estar conscientes de que la torsión genera un tipo de
falla frágil (por corte) y que aún no está lo suficientemente estudiado el problema de la torsión en
el hormigón armado.

106
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

4.3.2 Evaluación económica del daño

Enfoque general

El vínculo entre la vulnerabilidad y el riesgo sísmico es la representación del índice de daño


estructural en términos de pérdidas económicas o de vidas, lo cual constituye una tarea difícil en
los estudios de vulnerabilidad sísmica. En el presente estudio se abordará, y únicamente a nivel
teórico, lo referente a la evaluación económica del daño.

El daño económico se cuantifica mediante un índice de daño económico; al igual que con el
índice de daño estructural, puede evaluarse ya sea a nivel de miembro, a nivel de subestructura o
a nivel de estructura (índice global de daño económico). Independientemente del nivel de
evaluación, el índice de daño económico se define como la relación entre los costos de
reparación y los costos de reposición, incluyendo dentro del valor de costos tanto los directos
como los indirectos (aunque en el presente trabajo se considerará únicamente el daño directo):

cos tos de reparación


Dec  (4.12)
cos tos de reposición

El problema básico en la evaluación económica del daño es el establecimiento de una relación


entre el daño estructural y el daño económico. En relación a las edificaciones de MNR, es
razonable asumir que el índice de daño económico es similar al índice de daño estructural (Yépez
F., 1996). En el caso de los edificios de hormigón armado esta asunción no es admisible debido
a la presencia de los elementos no estructurales del edificio que, a pesar de no participar en el
esquema resistente estructural, contribuyen en gran medida en la cuantía de pérdidas
económicas, por lo que se hace necesario estudiar tanto el daño estructural como el daño no
estructural.

Los métodos actuales para estimar el daño económico son clasificados por Hasselman et al. en
tres grupos: empíricos, teóricos y subjetivos. Los empíricos se basan en el estudio post-sismo de
edificios y la cuantificación económica de los daños producidos (correlación de intensidad
macrosísmica con daños económicos). Los teóricos, en modelos matemáticos y análisis no
lineal, correlacionando algunos parámetros de daño claves como la distorsión de piso con el daño

107
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

económico. Finalmente, los métodos subjetivos son aquellos que utilizan el conocimiento y la
experiencia de expertos en estimaciones de daño económico.

Antes de aplicar una de estas metodologías es necesario analizar el daño económico a través de
sus componentes principales para clarificar las estrategias a seguir. En este sentido, los
componentes de un edificio se clasifican en estructurales y no estructurales, dependiendo de si
participan o no en el esquema resistente; los componentes no estructurales incluyen tres grupos:
1) elementos arquitectónicos (tabiquería, cielos rasos, etc.), 2) equipamiento (sistemas eléctricos,
mecánicos e instalaciones de servicios) y 3) componentes misceláneos que aportan con su costo
al costo global del edificio (parking, otros).

En países de Sudamérica, tales como Ecuador y Colombia, el costo de la estructura está


alrededor del 25 al 30% del costo total. En la Tabla 4.1 se muestra una distribución típica de
costos de los componentes estructurales y no estructurales de edificios de HA del Eixample,
Barcelona, similar al patrón de distribución de otros estudios (Yépez F., 1996). El elevado costo
que pueden llegar a representar los daños no estructurales en los edificios de HA es la razón
primordial para que las nuevas tendencias en el diseño sismorresistente intenten no solo evitar la
pérdida de vidas al evitar el colapso estructural, sino que también se procure limitar las pérdidas
económicas a través de la imposición de límites en la deriva de piso.

Tabla 4.1 Distribución típica de costos de los componentes estructurales y no estructurales


de edificios de hormigón armado del Eixample, Barcelona.

Componentes del Porcentaje promedio


edificio del costo total
Estructurales 27%
Arquitectónicos 30%
Equipamiento 28%
Misceláneos 15%
Total 100%

La evaluación de las pérdidas económicas que sufre un edificio de HA requiere estimar un índice
de daño económico para cada componente, estructural o no estructural, y combinar luego dichos
índices en uno solo mediante los costos relativos expresados en términos porcentuales, como en

108
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

la Tabla 4.1. Esta evaluación, aplicada al caso concreto de las edificaciones de la ciudad, se
describirá en el Apartado 4.5.

4.4 Metodología de cálculo dinámico no lineal

4.4.1 Análisis no lineal de sistemas inelásticos de un grado de libertad

Dado que se decidió modelizar los edificios de hormigón armado de la ciudad como sistemas
inelásticos de un grado de libertad, el único análisis dinámico que procede es el no lineal paso a
paso en el tiempo. En este contexto, si se considera a una masa concentrada “m” conectada a una
base mediante un amortiguador y un resorte sin masa, y si se designa por u(t) el desplazamiento
relativo de la masa con respecto a la base, la ecuación de movimiento que rige este sistema es la
siguiente:

R(u)
u(t) + 2  u (t) + = y(t) (4.13)
m

donde y (t) es la aceleración de la base del sistema,  es la fracción de amortiguamiento respecto al

crítico y  es la frecuencia circular no amortiguada.

La fuerza que ejerce el resorte, designada por R(u), depende del desplazamiento relativo u(t). En el
caso particular de un sistema elástico R(u) = ku(t), en donde “k” es la constante del resorte o
rigidez del sistema. En cambio, el estudio de la respuesta de sistemas inelásticos requiere asumir
algún tipo de relación fuerza-deformación, R(u) vs. u(t).

Dada la ecuación de movimiento 4.13, se tiene que:

R(u)
u(t)  y(t)  2  u (t)  (4.14)
m

Si la velocidad en un instante tn es u n , entonces:

109
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

t
u (t )  u n   u(t ) dt : t  t n (4.15)
tn

t
u (t )  u n   u (t ) dt : t  t n (4.16)
tn

y dado que se conocen las condiciones iniciales del problema:

u (t 0 )  u o ; u (t 0 )  u 0

pueden obtenerse en el siguiente orden u1 , u1 y u1 (velocidad, desplazamiento y aceleración del
sistema al final del primer intervalo) utilizando dichas condiciones iniciales y asumiendo algún tipo
de variación para u(t ) en el intervalo t0.

El método de integración paso a paso consiste en la repetición del proceso anterior a fin de obtener
las variables de estado (desplazamiento, velocidad y aceleración del sistema) para el resto de
puntuaciones 2, 3, etc..

Si se escoge un intervalo tn suficientemente pequeño, una variación lineal de la aceleración dentro
del intervalo conduce a una muy buena aproximación de los resultados. Así, para un intervalo tn,
la aceleración en un instante “t” cualquiera entre los instantes tn y tn+1 sería:

un 1  un
u(t )  un  (t t n ) : t n  t  t n 1 (4.17)
t n

Sustituyendo 4.17 en las ecuaciones 4.15 y 4.16, y evaluándolas en el instante t = tn+1, resulta:

t n
u n 1  u n  un  un1  (4.18)
2

(t n ) 2
u n 1  u n  u n t n  2 un  un1  (4.19)
6

110
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Las ecuaciones 4.18 y 4.19 pueden evaluarse sólo si se ha estimado un 1 . Asumiendo una
variación lineal de la aceleración en dos intervalos iguales y sucesivos de tiempo, se tiene:

un 1  un  (un  un 1 ) (4.20)

un 1  2 un  un 1 (4.21)

Y por otra parte, sustituyendo u n 1 y u n 1 en 4.14:

R(u n 1 )
u n 1  y(t n 1 )  2  u n 1  (4.22)
m

El proceso de cálculo iterativo puede resumirse en los siguientes pasos:

1. Se calcula u0 mediante la ecuación 4.22.

2. Se estima u1 mediante la ecuación 4.21.


3. Se calcula u1 mediante la ecuación 4.18.
4. Se calcula u1 mediante la ecuación 4.19.
5. Se recalcula u1 mediante la ecuación 4.21
6. Se repiten los pasos 3, 4 y 5 hasta alcanzar una tolerancia prefijada en la diferencia entre dos
valores consecutivos de u1 .
7. Se repite el proceso desde el paso 2 al 6 para t2, t3, etc.

El programa SPEC95 (Ridell R., García E., 1995), a más de la generación de espectros inelásticos,
calcula la respuesta de sistemas inelásticos de un grado de libertad. Para este último caso, resuelve
la ecuación de movimiento mediante el proceso de integración numérica paso a paso, usando el
bien conocido método  de Newmark. Dicho método introduce un parámetro  en el proceso
descrito anteriormente, procurando con ello captar la forma de variación de la aceleración asumida
en el intervalo t. Se ha demostrado que en un rango de valores para  entre 1/4 y 1/6 pueden
garantizarse estabilidad, convergencia y resultados suficientemente aproximados (Newmark N. M.,
1962).

111
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

El tamaño del intervalo de integración queda limitado superiormente por las condiciones de
convergencia y estabilidad del método numérico (Newmark N. M., 1962). Además de lo anterior,
existen dos factores que obligan a reducir aún mas el intervalo de integración:

1. La respuesta máxima no ocurre necesariamente en los instantes o puntos discretos en que se


realiza la integración, debiendo -entonces- utilizarse un intervalo satisfactoriamente pequeño
para acercarse a los tiempos en que ocurren los máximos y obtener una aproximación aceptable
desde el punto de vista práctico.
2. En el caso de la respuesta de sistemas inelásticos, como los descritos en el Apartado 2.2, se
presenta la dificultad de los puntos en que se produce un cambio en la rigidez del sistema. Una
solución posible es la obtención de expresiones analíticas cerradas para determinar exactamente
el punto de quiebre de la rigidez. Ello puede resultar ineficiente cuando los cambios de
pendiente son muy numerosos, como ocurre por ejemplo en el caso de sistemas con
degradación de rigidez. Con el objeto de mantener la generalidad, y permitir la inclusión futura
de modelos que no sean lineales a trozos, el problema de los puntos de quiebre se soluciona
procurando acercarse lo más posible a ellos disminuyendo el intervalo de integración. De
hecho, de la observación de las curvas de histéresis para diversos casos se concluye que el error
se hace despreciable si se escoge adecuadamente el tamaño del intervalo de integración (Ridell
R., García E., 1995).

La experiencia indica que el uso de un intervalo del orden de T/10 a T/20 es más que suficiente,
siendo T el período del sistema. En este programa, la fracción del período a usar, “TFRAC”, es
especificada por el usuario. Debe destacarse que el intervalo de integración queda limitado a
“T/TFRAC” como máximo; sin embargo, el intervalo real es frecuentemente menor durante el
cálculo de la respuesta ya que la integración se realiza, por lo menos, en todos los puntos en que
está definida la excitación basal.

Con el objeto de prever la posibilidad de que la respuesta máxima ocurra en vibración libre después
de terminado el movimiento del suelo, como suele ocurrir con sistemas de período muy largo que
"sienten" el terremoto como un pulso de corta duración, el cálculo de las respuestas se extiende
hasta T/2 mas allá del instante en que termina el movimiento del suelo (Ridell R., García E., 1995).

La excitación basal (aceleración del suelo) debe representarse como una serie temporal con
variación lineal entre punto y punto de aceleración. Esto permite utilizar cualquier forma de

112
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

excitación, teniendo la precaución de escoger un número suficiente de puntos para representar


adecuadamente la función deseada. Los intervalos de tiempo pueden ser variables o constantes. En
el primer caso, el programa leerá el tiempo y la aceleración correspondiente a cada punto; en el
segundo caso deberá especificarse el tamaño del intervalo y se leerá el vector de aceleraciones.

El SPEC95 cuenta con 3 tipos de modelos analíticos para abordar el problema de los sistemas
inelásticos de un grado de libertad: 1) modelo elastoplástico, 2) modelo bilineal sin degradación de
rigidez y 3) modelo bilineal con degradación de rigidez. Cada sistema se caracteriza especificando
su frecuencia “f” (asociada a la rigidez elástica inicial) y su punto de fluencia, por medio del
desplazamiento “uy” correspondiente. En el caso de sistemas bilineales, con o sin degradación de
rigidez, también es necesario especificar la pendiente de endurecimiento “ks” por medio del factor
“s”.

El programa dispone de la opción de análisis de una serie de sistemas aislados, la cual funciona con
la especificación del número de frecuencias que se ingresarán como datos “NFREC”. Es de
mencionar que, aún cuando haya sistemas con la misma frecuencia, deben repetirse los datos, de
manera que siempre el número de valores de “f “y “uy” leídos sea igual.

Durante la ejecución, el programa controla las variables “u”, “x” e “y” (desplazamiento relativo del
sistema, desplazamiento absoluto, y desplazamiento de la base), y sus primeras y segundas
derivadas con respecto al tiempo (las velocidades y aceleraciones correspondientes). Para todas
ellas retiene los valores máximos y los instantes de tiempo en que estos ocurren.

4.4.2 Espectros inelásticos de respuesta

En el contexto de la ingeniería sísmica, los espectros de respuesta son gráficos de las respuestas
máximas de una familia de sistemas de un grado de libertad, caracterizados por sus períodos
naturales de vibración y un cierto factor de amortiguamiento, teniendo como función excitadora
el acelerograma de un sismo dado. Por consiguiente, el establecimiento de un espectro implica
la solución de la ecuación de movimiento de varios sistemas aislados de un grado de libertad
(Figura 4.5). Según el tipo de respuesta máxima al que se refiera, los espectros pueden ser de
respuesta en desplazamientos, de respuesta en velocidades o de respuesta en aceleraciones. El

113
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

rango de períodos que cubre un espectro responde a las necesidades ingenieriles; para efectos de
diseño y estudios de respuesta de los edificios, este rango esta entre 0 a 2.5 ó 3 segundos.

Respuesta máxima

M1 M2 Mn

K1 K2 Kn

0
T1 T2 Tn T
Período

Figura 4.5 Representación esquemática de un espectro de respuesta.

Ahora bien, los espectros de respuesta pueden ser elásticos o inelásticos dependiendo de si los
sistemas de un grado de libertad que los originan son lineales o no lineales, respectivamente.

Newmark (1970-1971), analizando varios registros sísmicos de todo el mundo, llegó a las
siguientes conclusiones para resortes inelásticos elastoplásticos:

1. Para sistemas de frecuencia baja (o período largo) el desplazamiento total de un sistema


inelástico es igual al de un sistema elástico.
2. En el rango de frecuencias intermedias la energía total absorbida por los resortes es la misma
en ambos sistemas elástico e inelástico.
3. Para sistemas de frecuencias altas (o período corto) la fuerza en el resorte de los sistemas
inelástico y elástico es la misma.

Usando estas generalizaciones Newmark especifica las relaciones para encontrar las ordenadas
del espectro de respuesta inelástico a partir del espectro elástico, cuyo esquema se muestra en la
(Figura 4.5). En las regiones de amplificación de desplazamientos y velocidades (frecuencias
bajas), el espectro de desplazamiento inelástico es idéntico al del espectro elástico, y dividiendo
el espectro elástico por el factor de ductilidad se obtiene las aceleraciones máximas inelásticas.
114
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

En la región de amplificación de aceleraciones (frecuencias intermedias), el espectro inelástico


es determinado de tal manera que el sistema elastoplástico puede tener la misma energía de
absorción que el sistema elástico, esto es dividiendo el espectro elástico por el factor 2  1 .

En la región de frecuencias muy altas (período corto) la aceleración máxima del modelo
eslastoplástico es igual a la del terreno. La región de transición se completa dibujando una recta
entre la aceleración amplificada y la aceleración del terreno.

Figura 4.6 Espectro inelástico (trilogarítmico) de Newmark y Hall.

4.4.3 Aplicación del Programa SPEC95 para la obtención de espectros inelásticos de


respuesta

Para obtener estos espectros, el SPEC 95 calcula respuestas asociadas a valores predeterminados
del factor de ductilidad,  . Ello involucra un procedimiento de cálculo iterativo, ya que, dado
un valor de uy, rara vez la respuesta corresponderá exactamente al valor  deseado. Debido a
la forma como varía  al variar uy, una simple interpolación lineal es inadecuada porque el
error en los resultados puede ser muy importante.

115
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Debe definirse entonces en el programa el parámetro “NDUC = n”, y especificarse los valores
deseados del factor de ductilidad (siempre debe incluirse  = 1). El programa genera
automáticamente valores de uy para cada frecuencia especificada. El primero de estos valores es
calculado por el programa y corresponde a ue, es decir, a la respuesta del sistema elástico de la
misma frecuencia, valor que obviamente está asociado a  = 1; los n-1 valores de uy son
menores que ue y se generan mediante fórmulas aproximadas que varían según la frecuencia de
que se trate (por ejemplo para bajas frecuencias se usa uy = ue /  , mientras en la zona de

aceleraciones del espectro se usa u y  u e 2  1 .

A continuación se calcula la respuesta máxima um para cada valor uy generado, y la ductilidad


 ’ = um / uy. En general, los valores  ’ calculados no coincidirán exactamente con los valores
de  que se han especificado, aceptándose como solución solo aquellos que tengan un error
menor al 1%, es decir:
u'  u
 0.01 (4.23)

Para aquellos puntos que no satisfacen el criterio anterior se obtienen nuevos valores de uy
interpolando entre puntos vecinos al valor de  deseado de entre los “n” puntos conocidos de la
curva uy vs.  (esta interpolación se realiza en forma logarítmica). A continuación, para cada
nuevo valor interpolado de uy se calcula la respuesta um y la ductilidad  ’ correspondiente, la
que se somete al criterio de la ecuación 4.23 para su aceptación o rechazo. En caso de rechazo,
se procede nuevamente a interpolar considerando los “n” puntos iniciales más los puntos recién
calculados, y así sucesivamente. Finalmente se llega a los “n” valores finales de uy, a los que
corresponden valores del factor de ductilidad que difieren en menos del 1% con los valores
especificados por el usuario (Riddell R., García E., 1995).

Para ejecutar el programa SPEC95, es necesario dar a conocer los siguientes parámetros:

 El amortiguamiento crítico de los sistemas inelásticos SDOF representativos de edificios de


HA está en un rango entre el 3% y el 5% de amortiguamiento. En nuestro caso se utilizó un
valor del 3% (Ventura C., 2001).
 El número de frecuencias “NFREC”, que indica el número de sistemas inelásticos SDOF se
analizaron y, por consiguiente, el número de desplazamientos inelásticos máximos que se

116
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

extrajeron de su ejecución. Para este estudio se tomaron 75 valores de frecuencias, en un


rango tal que cubre los edificios estudiados:

1.01584 1.04826 1.08172 1.11625 1.15188


1.18865 1.22660 1.26575 1.30615 1.34785
1.39087 1.43527 1.48108 1.52836 1.57715
1.62749 1.67944 1.73305 1.78837 1.84546
1.90436 1.96515 2.02788 2.09261 2.15941
2.22834 2.29947 2.37287 2.44862 2.52678
2.60744 2.69067 2.77655 2.86518 2.95664
3.05102 3.14841 3.24891 3.35262 3.45964
3.57007 3.68403 3.80163 3.92298 4.04820
4.17743 4.31077 4.44838 4.59037 4.73690
4.88810 5.04414 5.20515 5.37130 5.54276
5.71969 5.90226 6.09067 6.28509 6.48571
6.69274 6.90638 7.12683 7.35433 7.58908
7.83133 8.08131 8.33928 8.60547 8.88016
9.16363 9.45614 9.75798 10.06946 10.39089

Estas frecuencias, extraídas de la generación automática del SPEC95, tienen un


espaciamiento aproximadamente uniforme en un eje a escala logarítmica. Pese a que el
programa genera automáticamente hasta 250 valores de frecuencias, solo una parte de ese
rango (75 valores) se consideró suficiente para cubrir los edificios de 2 a 6 pisos, objeto de
nuestro estudio; además, tal recorte fue conveniente, pues si se tiene en cuenta la gran
cantidad de espectros por calcular, supuso finalmente un gran ahorro de tiempo.
 Otro parámetro fundamental es la ductilidad del sistema, que para este caso se adoptaron los
valores 2.5, 3 ó 3.5.
 Las condiciones iniciales del sistema se asumieron nulas (desplazamiento y velocidad iguales
a cero).
 Los registros de acción sísmica, constituidos por las familias de acelerogramas en superficie
están consignados en archivos tipo texto, para luego ser leídos por el programa.
 El SPEC95 requiere que se especifiquen las variables de respuesta que se desean obtener; en
nuestro caso, frecuencias y desplazamientos relativos máximos, esto es, espectros inelásticos
de desplazamientos.

117
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Con la asignación de estos parámetros, el programa SPEC95 genera en cada ejecución 3 archivos
que contienen, en forma de pares ordenados, los valores calculados de frecuencias y
desplazamientos; cada archivo corresponde a un espectro inelástico de desplazamientos para una
ductilidad, un amortiguamiento y un acelerograma dados.

Para los dos tipos de suelos estudiados, contando con 5 familias (sismos en roca con niveles de
P.G.A. de 0.05g, 0.10g, 0.20g, 0.25g, y 0.30g) de 10 acelerogramas en superficie y 3 factores de
ductilidad considerados, en total se obtuvieron 300 espectros inelásticos de respuesta. Se
consideró conveniente sintetizar los resultados, obteniendo espectros promediados por cada
familia (los espectros que se someten a este promedio comparten, evidentemente, a un mismo
tipo de suelo, un mismo valor de ductilidad y el mismo nivel sísmico). Finalmente, entonces, se
obtuvieron 30 espectros de respuesta, de los cuales se presenta una muestra en el Anexo 4.1.

4.5 Evaluación económica del daño

Al igual que con el daño estructural, lo que interesa en el presente estudio, en relación al daño
económico, es evaluar un índice global de daño económico. Su forma de evaluación puede ser
directa o indirecta, dependiendo del nivel de discretización de los modelos. Modelos con cierto
nivel de discretización, para los cuales se han estimado índices locales de daño estructural (a
nivel de miembro), el índice global de daño económico responde a una lógica de promedio
ponderado. Así, por ejemplo, es factible obtener un índice de daño económico por piso Dec,k
mediante una relación ponderada del tipo:

Dec ,k 
D w ec ,i i
(4.24)
w i

siendo “Dec,i” el índice de daño de cada elemento estructural (viga o columna) que pertenece al
piso k-ésimo, “wi” representa el costo de reposición de uno de los elementos.

Posteriormente puede evaluarse un índice de daño económico asociado a los elementos


estructurales de todo el edificio sumando todos los índices de daño económico de piso y
dividiéndolos por el número de pisos. Resta, sin embargo, evaluar el índice de daño económico

118
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

asociado a los daños de los componentes no estructurales (v.g. elementos arquitectónicos,


equipamiento) para estimar el índice de daño económico global. Obtenido este índice (como
porcentaje), pueden calcularse las pérdidas económicas multiplicándolo por el costo actual del
edificio.

El índice de daño económico global del edificio se obtiene como una contribución ponderada de
los índices de daño económico totales (a nivel del edificio) de cada componente (estructural y no
estructural), utilizando como factores de ponderación los porcentajes con los que cada
componente participa en el costo total del edificio (ecuación 4.25), por ejemplo los de la tabla
4.1.

Dec  D ec ,i wi (4.25)

Como ya se mencionó, para las edificaciones de MNR comúnmente se adopta el criterio de que
el índice global de daño económico es igual al índice global de daño estructural. Para los
edificios de hormigón armado, dependiendo de si el modelo tiene un cierto nivel de
discretización o responde a un tipo SDOF, la evaluación del daño económico se realizará según
la ecuación 4.24 o 4.25, respectivamente. Por otra parte hay que señalar que la ecuación 4.24,
evalúa el componente económico sólo de los daños estructurales, y que para hallar un índice
global de daño económico todavía resta evaluar el componente económico de los daños no
estructurales.

El problema fundamental con la aplicación de estas ecuaciones está en la correlación de los


daños estructurales y no estructurales con índices de daño económico, definidos según la
ecuación 4.12 del Apartado 4.3.2.

En cuanto a los daños estructurales, y a nivel de miembro, en la literatura técnica se proponen


curvas de correlación índice de daño estructural vs. índice de daño económico para diferentes
calidades conceptuales de diseño; estas curvas se basan en estudios experimentales o en datos
obtenidos mediante encuestas a expertos en evaluaciones económicas de daño. Existen, por otro
lado, diversos estudios que correlacionan (mediante tablas o curvas de correlación) índices
globales de daño estructural con índices globales de daño económico (Yépez F., 1996).

119
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Como se mencionó en el Apartado 4.3.2, los componentes no estructurales de los edificios


incluyen a todos los componentes que no forman parte del esquema resistente estructural. En
términos generales, ya sea que se trate de los componentes arquitectónicos o de los elementos de
equipamiento y servicios, las evaluaciones económicas del daño se basan: 1) en el criterio de
expertos ó 2) en la correlación con distorsiones máximas de piso (o, en menor grado, con
aceleraciones máximas). De estudios experimentales se ha obtenido, por ejemplo, que las
paredes divisorias de ladrillo colapsan (índice de daño económico igual a 1) bajo carga
monotónica cuando la distorsión de piso es de aproximadamente 0.75%, mientras que para
distorsiones del 0.25% no se observa ningún daño (Yépez, F., 1996).

4.6 Obtención de funciones de vulnerabilidad y matrices de daño

Ya se anotó al principio de este capítulo que, bajo el esquema de demanda vs. capacidad, y
adoptando el desplazamiento relativo a nivel del último piso como parámetro de daño, la
evaluación del daño global se verifico mediante la ecuación 4.1:

demanda de desplazamiento m   y
DI global   DI global 
capacidad de desplazamiento u   y

cuya aplicación supone la evaluación preliminar de: 1) desplazamiento relativo máximo de


demanda (m), 2) desplazamiento relativo de cedencia (y) y 3) capacidad última de
desplazamiento relativo (u).

La evaluación del daño del universo asumido de edificios de la ciudad se realizó a través del
“Programa de Evaluación del Daño en Edificaciones (PEDE), en Visual Basic, que interactúa
con la BAC; de ella recibe la información para ejecutar sus subrutinas y a ella devuelve los
resultados de daño, que constituyen, una vez ejecutado el programa, los campos que permiten (y
permitieron en el presente estudio) definir las funciones de vulnerabilidad y establecer los
escenarios de daño.

120
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

4.6.1 Evaluación del daño global en los edificios de hormigón armado

Todos los procesos descritos de la modelación y generación de parámetros fueron realizados de


forma automatizada. Sin embargo, no todo lo realiza el programa PEDE. Tanto el análisis
dinámico en vibración libre para la obtención de los períodos naturales de vibración como el
análisis pushover, que es un proceso de análisis estático no lineal algo complejo, se realizaron en
forma independiente mediante la utilización del programa SAP2000. Como estos dos tipos de
análisis se realizaron selectivamente, “discretizando” el universo de edificios (Apartado 2.6), la
continuidad de los parámetros esperados se logró a través de la solución de un problema de
interpolación pura y el establecimiento de la función interpolante correspondiente. Las
ecuaciones de estas funciones interpolantes, que denominaremos ecuaciones de generación
(Anexo 2.4), se incorporaron dentro de subrutinas del programa PEDE, con el objeto que de
forma automatizada realizara el proceso que se indica en el Apartado 4.1.2 y obtener los
parámetros de caracterización mecánica para cada pórtico modelado de las edificaciones de la
BAC (dos pórticos por edificación).

Los desplazamientos relativos máximos de demanda se deberían obtener, en rigor, de análisis no


lineales individualizados sobre los sistemas inelásticos SDOF caracterizados por sus
correspondientes parámetros dinámicos. En vista del costo computacional, se optó por la vía
alternativa del uso del espectro inelástico (para un valor dado de ductilidad) de Newmark. Cabe
recordar del apartado 4.4.2 que se decidió elaborar 3 espectros para ductilidades de 2.5, 3 y
3.5, según la tipología y calidad conceptual de diseño del edificio (dado por su índice de
vulnerabilidad). Asignada una cierta ductilidad a un edificio y con su período del primer modo
de vibración determinado previamente, se halló sobre el espectro correspondiente su
desplazamiento relativo máximo de demanda.

Teniendo todo el proceso controlado de forma automatizada y luego de haber generado una gran
cantidad de información útil, solo restaba por encontrar los desplazamientos de cedencia,
capacidad y de demanda “reales” para proceder a la evaluación del daño. Dentro del programa
PEDE se realizaron dos procesos finales para la obtención de los desplazamientos de capacidad
de cada pórtico: el primero consiste en la reevaluación del desplazamiento de cedencia reportado
por el SAP2000 y el cálculo del desplazamiento capacidad y el segundo en la estimación de los
desplazamientos de demanda, a partir de los espectros de respuesta inelástico. A continuación se
describen dichos procesos:
121
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

 Proceso para la reevaluación del desplazamiento de cedencia y cálculo del


desplazamiento último de capacidad

Con las ecuaciones generadas de los modelos de transición, se obtuvieron el desplazamiento y


cortante de cedencia, pero estos valores, como se explicó en el apartado 4.1.2 el programa
SAP2000 los sobrestimó. Seguidamente se explicará como se reevaluaron estos parámetros para
nuestras edificaciones.

Según el código y por entrevistas hechas a ingenieros, el cortante basal de diseño está alrededor
del 8% y 14% del peso total de la estructura, valores referenciales para estimar los cortantes
basales de cedencia “reales”. Aquí intervienen los pesos de los pórticos y los índices de
vulnerabilidad “indvul” que están en un rango de 0 (vulnerabilidad baja) a 1 (vulnerabilidad
alta). De esta manera, el cortante basal de cedencia “real” de la edificación, viene dado por la
siguiente expresión:

cortx = pesomay * (0.08 + (0.14 – 0.08) * (1 - indvul))

corty = pesomen * (0.08 + (0.14 – 0.08) * (1 - indvul))

donde: “cortx” y “corty” son los cortantes basales de cedencia “reales” para los pórticos en
dirección mayor y menor, respectivamente.

Definidos éstos sobre el ramal elástico, se calcularon los desplazamientos de cedencia “reales”
aplicando proporciones con los valores de cortante basal de cedencia y desplazamiento de
cedencia obtenidos directamente del pushover (Figura 4.7).

despx = cortx * Des_de_cedmay / Cor_de_cedmay

despy = cortx * Des_de_cedmen / Cor_de_cedmen

122
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Cor_de_ced

Cort

0 desp Des_de_ced
Desplazamientos Basales

Figura 4.7 Comportamiento elástico y reevaluación de parámetros.

donde, “Des_de_ced---” y “ Cor_de_ced---” son los desplazamientos de cedencia y los cortantes


basales de cedencia calculados por las ecuaciones de generación; “desp-” y “cort-“ son los
nuevos desplazamientos de cedencia y cortantes basales de cedencia reevaluados (los “reales”
para nuestras edificaciones).

Con el desplazamiento de cedencia “real” de la edificación, el cálculo del desplazamiento de


capacidad es cuestión de multiplicar el desplazamiento de cedencia por el factor de ductilidad
correspondiente (Apartado 4.2). Es decir, si un pórtico tiene un desplazamiento de cedencia de
3 cm y el factor de ductilidad que corresponde a este pórtico es de 2.5, su desplazamiento de
capacidad se estimará en 7.5 cm.

 Proceso de obtención del desplazamiento último de demanda

A partir de las ecuaciones de generación de parámetros de caracterización se tiene, para cada


edificación de la BAC, su período natural de vibración (Apartado 4.1.2). Obtener el
desplazamiento de demanda en función de los espectros inelásticos de respuesta (de
desplazamientos, (Apartado 4.4.2)) consiste en calcular la frecuencia natural de vibración (igual
a la inversa del período natural de vibración) para ubicar y buscar sobre el espectro adecuado el
desplazamiento al que corresponde. En el Apartado 4.4.2 se especifica que las respuestas
espectrales están dadas en forma de una lista de pares ordenados de frecuencias-desplazamientos
relativos máximos. El anexo 4.1 presenta dichos espectros y se puede ver que al dar un valor de

123
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

frecuencia, tomando un espectro para una ductilidad, gráficamente se obtiene el desplazamiento.


Este proceso se lo simplificó por medio del programa PEDE, que en forma iterativa, busca en el
archivo (que tiene la lista de pares ordenados) el rango que encierre a dicha frecuencia para
interpolar los dos valores de desplazamientos con sus respectivas frecuencias y calcular el
desplazamiento para la frecuencia propuesta.

4.6.2 Obtención de Funciones y matrices de Vulnerabilidad

Las funciones de vulnerabilidad, como se había dicho en la parte introductoria del primer
capítulo, constituyen los modelos analíticos de daño en los estudios de vulnerabilidad sísmica a
gran escala. Es importante señalar que su calidad predictiva tiene significado a nivel global
(Jiménez J., et al., 2001). Un descripción resumida de todo el estudio de vulnerabilidad puede
revisarse en las referencias Jiménez J, et al., 2000 y Jiménez J., et al., 2001, en donde se trata el
problema general haciendo una distinción entre las edificaciones de MNR y los edificios de HA.

El objetivo básico de este estudio justamente fue el de establecer funciones de vulnerabilidad


para las edificaciones de la ciudad de Cuenca y para los cinco niveles sísmicos considerados.
Para el planteamiento de dichas funciones, condición obligatoria es la evaluación del daño global
en las edificaciones. La vía más rápida es la utilización de matrices de daño obtenidas de
estudios en zonas con las mismas características geotécnicas y con un panorama constructivo de
patrones tipológicos similares. Sin embargo, esta “extrapolación” de niveles de daño esperados
puede acarrear errores importantes. En el presente estudio se optó por la vía de la simulación a
gran escala del comportamiento sísmico de las edificaciones, partiendo de acelerogramas
sintéticos generados en roca por la fuente sísmica considerada como la más crítica (Sistema de
Fallas Girón).

El daño global se evaluó, tanto para las edificaciones de MNR cuanto para los edificios de HA,
según la filosofía de demanda vs. capacidad, utilizando cortantes a nivel de piso y
desplazamientos relativos globales, respectivamente, como parámetros de daño. El programa
PEDE, que interactúa con la BAC, genera los modelos estructurales (cada una de las tipologías,
como se ha descrito, presenta una metodología operativa diferente), determina los valores de
demanda y capacidad y evalúa el daño global, barriendo el universo de edificaciones
considerado. Se generaron, pues, 10 campos en la BAC correspondientes a los porcentajes de

124
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

daño global en las edificaciones para los 5 niveles sísmicos considerados (por cada nivel, se
considera la actuación del sismo según la dirección mayor y menor de las edificaciones).

Contando ya con los campos de porcentajes de daño global y el campo de índices de


vulnerabilidad (establecido con anterioridad, en el estudio realizado por Chérrez, M., Peñafiel
C., 2000), se dividió la BAC según las tipologías generales (HA y MNR), a efectos del
establecimiento de índices de vulnerabilidad. Debe estar claro que, si bien la categorización de
las edificaciones según índices de vulnerabilidad es bastante refinada, se perdería calidad
predictiva planteando una función de vulnerabilidad general (que considere unificadamente a las
dos tipologías generales).

En vista de la gran cantidad de puntuaciones índice de vulnerabilidaddaño global y de su gran


dispersión, se optó, tanto para MNR como para HA, por definir pequeños rangos de índices de
vulnerabilidad y calcular un daño global representativo de los daños de las edificaciones
ubicadas y caracterizadas dentro de ese pequeño rango. Así pues, se “discretizaron”
convenientemente las funciones de vulnerabilidad de MNR y HA: cada valor de índice de
vulnerabilidad (abscisa) corresponde al valor medio de su rango correspondiente de índices de
vulnerabilidades, en tanto que su ordenada de daño asociada corresponde al promedio de los
daños de las edificaciones dentro del rango considerado.

A continuación se presentan las funciones de vulnerabilidad para las edificaciones de la ciudad


de Cuenca. Las puntuaciones de daño corresponden a los daños más desfavorables (sismo según
la dirección menor).

Las Figuras 4.8 y 4.9 de MNR y HA, respectivamente, muestran los datos de la simulación en
forma de puntos, pero las correspondientes curvas de regresión polinomial son funciones de
vulnerabilidad preliminares, puesto que no tienen un comportamiento adecuado para evaluar el
daño.

Las Figuras 4.10 y 4.11 muestran las funciones de vulnerabilidad para MNR y HA que han sido
ajustadas a un comportamiento más real.

125
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR
(PGA=0.011g-sismo de Saraguro) (PGA=0.05g)
y = 4E-09x3 - 2E-06x2 + 0.0002x - 0.0042 y = -1E-08x3 + 1E-05x2 + 0.0002x + 0.0477
R2 = 0.6136 100% R2 = 0.8208
2.5%

2.0% 80%

% de Daño
60%
% de Daño

1.5%

1.0% 40%

0.5% 20%

0.0% 0%
0 50 100 150 200 250 300 0 50 100 150 200 250 300
Índice de Vulnerabilidad Índice de Vulnerabilidad

Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR
(PGA=0.10g) (PGA=0.20g)
y = 2E-08x3 - 1E-05x2 + 0.0055x + 0.1378 y = 7E-08x3 - 4E-05x2 + 0.0082x + 0.3235
R2 = 0.7811 R2 = 0.5935
100% 100.0%

80% 80.0%
% de Daño

60.0%
% de Daño

60%

40% 40.0%

20% 20.0%

0% 0.0%
0 50 100 150 200 250 300 0 50 100 150 200 250 300
Índice de Vulnerabilidad Índice de Vulnerabilidad

F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e
M N R ( P G A =0 .2 5 g ) M N R ( P G A =0 .3 0 g )
y = 9E-08x3 - 5E-05x2 + 0.0088x + 0.3801 y = 9E-08x3 - 5E-05x2 + 0.0087x + 0.4575
R 2 = 0.5623 R 2 = 0.5027
100.0%
100%

80% 80.0%

60% 60.0%

40% 40.0%

20% 20.0%

0% 0.0%
0 50 100 150 200 250 300 0 50 100 150 200 250 300
Índic e de Vulne ra bilida d Índic e de Vulne ra bilida d

Figura 4.8 Funciones de vulnerabilidad preliminares para las edificaciones de MNR.

126
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e
H A ( P G A =0 .0 5 g )
y = 7E-07x3 - 5E-05x2 + 0.0021x - 0.0021
R 2 = 0.5707
14%

12%

10%

8%

6%

4%

2%

0%
0 20 40 60 80
Índic e de Vulne ra bilida d

F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e
H A ( P G A =0 .1 0 g ) H A ( P G A =0 .2 0 g )
y = 3E-06x3 - 0.0003x2 + 0.0108x - 0.0198 y = 4E-06x3 - 0.0004x2 + 0.02x + 0.0822
R 2 = 0.6443 R 2 = 0.7885
100.0%
60%

80.0%

40%
60.0%

40.0%
20%
20.0%

0% 0.0%
0 20 40 60 80 0 20 40 60 80
Índic e de Vulne ra bilida d Índic e de Vulne ra bilida d

F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e H A F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e H A
( P G A =0 .2 5 g ) ( P G A =0 .3 0 g )
y = -7E-07x3 + 3E-05x2 + 0.01x + 0.1825 y = -2E-06x3 + 7E-05x2 + 0.0113x + 0.3789
R 2 = 0.7598 R 2 = 0.795
100.0%
100%

80% 80.0%

60% 60.0%

40% 40.0%

20% 20.0%

0% 0.0%
0 20 40 60 80 0 20 40 60 80
Índic e de Vulne ra bilida d Índic e de Vulne ra bilida d

Figura 4.9 Funciones de vulnerabilidad preliminares para las edificaciones de HA.

127
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Funciónes de Vulnerabilidad para edificios de MNR

100.0%

80.0% PGA=0.011g
PGA=0.05g
% de Daño
60.0% PGA=0.10g
40.0% PGA=0.20g
PGA=0.25g
20.0% PGA=0.30g

0.0%
0 100 200 300
Índice de Vulnerabilidad

Figura 4.10 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de MNR.

Funciónes de Vulnerabilidad para edificios de HA

100.0%

80.0%
PGA=0.05g
% de Daño

60.0% PGA=0.10g
PGA=0.20g
40.0% PGA=0.25g
PGA=0.30g
20.0%

0.0%
0 20 40 60
Índice de Vulnerabilidad

Figura 4.11 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de HA.

De la Figura 4.10 se obtienen las siguientes ecuaciones de vulnerabilidad para las edificaciones
de MNR:

%D 0.011g = 0.0000002781 * Iv ^ 2 - 0.0000055 * Iv


%D 0.05g = 0.000009 * Iv ^2 + 0.0008 * Iv
%D 0.10g = -0.00000915 * Iv ^2 + 0.0061 * Iv
128
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

%D 0.20g = -4E-10 * Iv ^ 4 + 3E-07 * Iv ^ 3 - 9E-05 * Iv ^ 2 + 0.0119 * Iv + 0.229


%D 0.25g = -4E-10 * Iv ^ 4 + 3E-07 * Iv ^ 3 - 9E-05 * Iv ^ 2 + 0.0119 * Iv + 0.3027
%D 0.30g = -3E-10 * Iv ^ 4 + 3E-07 * Iv ^ 3 - 8E-05 * Iv ^ 2 + 0.011* Iv + 0.4085

De la Figura 4.11 resultan las siguientes ecuaciones de vulnerabilidad para las edificaciones de
HA:

%D 0.011g = 0
%D 0.05g = 1.6112E-05 * Iv ^ 2 + 2.6413E-04 * Iv + 4.5023E-03
%D 0.10g = 3.7610E-05 * Iv ^ 2 + 2.9051E-03 * Iv + 1.1344E-02
%D 0.20g = -1.1910E-05 * Iv ^ 2 + 1.0033E-02 * Iv + 1.1868E-01
%D 0.25g = -3.9199E-05 * Iv ^ 2 + 1.1882E-02 * Iv + 1.7568E-01
%D 0.30g = -9.0009E-05 * Iv ^ 2 + 1.5412E-02 * Iv + 3.6358E-01

Para expresar los resultados como matrices de probabilidad de daño, es necesario evaluar
funciones de densidad del daño de modelos que se ajusten a histogramas de distribución normal,
discretizadas para diferentes rangos del índice de daño y para cada intensidad de terremoto
(variación de PGA); este proceso es común cuando las funciones de vulnerabilidad son obtenidas
por dicho ajuste y por la calibración con alguna función observada. Tomando en cuenta que las
funciones de vulnerabilidad en este estudio se obtuvieron por medio de curvas de regresión
polinómica ajustadas y que los modelos se calibraron por medio de los resultados que generó el
registro del sismo de Saraguro, las matrices se generaron directamente tabulando el porcentaje de
edificaciones que tengan daños que estén en un rango preestablecido y para cada nivel sísmico.

Sabiendo que las funciones de densidad se obtienen a partir de los estudios de peligrosidad
sísmica y que es el que determina el nivel de probabilidad de ocurrencia sísmica; la Red Sísmica
del Austro ha generado un mapa de peligro sísmico para aceleraciones máximas con un 10% de
excedencia y una vida útil de 50 años para una sismicidad superficial (Figura 4.12). Según el
mapa del la Figura 4.12 a la ciudad de Cuenca le corresponde una aceleración máxima promedio
0.25g.

129
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

MAPA DE ACELERACIONES MAXIMAS PARA FUENTES SUPERFICIALES


PARA UN PERIODO DE RETORNO DE 475 AÑOS
-1.00 PORTOVIEJO -1.00

AMBATO

Baños
PUYO
Pajá n
GUARANDA
RIOBAMBA

BABAHOYO
Guamote

-2.00 -2.00
Salina s GUAYAQUIL
Cunchi MACAS
La Tronca l ESCALA GRAFICA
Sucua

Amaluza

AZOGUES 0.42
CUENCA
Gualace o 0.40
-3.00 Sigs ig -3.00 0.38
Girón 0.36
MACHALA Santa Isabe l
0.34
0.32
TUMB EZ
Sa raguro
0.30
0.28
0.26
-4.00
LOJA
-4.00
0.24
ZAMORA
0.22
Ca ri amanga
0.20
Mac ara
0.18
0.16
0.14
0.12
0.10
-5.00 -5.00
0.08
Piura
0.06
0.04
0.02

-6.00 -6.00
-82.00 -81.00 -80.00 -79.00 -78.00 -77.00 -76.00

Figura 4.12 Mapa de aceleraciones máximas para fuentes superficiales.


Fuente: Red Sísmica del Austro.

La evaluación subjetiva del índice de daño consiste en asignar un grado de daño en una escala
numérica del 1 al 5 como se muestra en la Tabla 4.2. Sin embargo, el relacionar dicho grado de
daño con el índice o porcentaje de daño no es evidente y así lo demuestra la Tabla 4.2, valores
adoptados por diversos investigadores, como puede apreciarse, la relación no es lineal y depende
fuertemente del subjetivismos y la experiencia de los investigadores que evalúan las pérdidas en
el lugar mismo de estudio (Yépez F., Barbat A. H., Canas J.A., 1995).

Tabla 4.2 Algunas relaciones entre grado e índice de daño global de estructuras.

Grado de Daño Rumanía Yugoeslavia MSK 64 Bulgaria China U.S.A. MSK 76


1 4% 0% 2% 5% 20% 1% 20%
2 16% 60% 10% 20% 40% 2% 40%
3 36% 25% 30% 40% 60% 40% 60%
4 64% 56% 80% 80% 80% 80% 80%
5 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%

En función de lo descrito con anterioridad, para generar los escenarios de daño de la ciudad y
matrices de probabilidad, se denominaron a 5 grados de daño de la siguiente manera y con los
siguientes rangos de daño:

130
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado

Tabla 4.3 Denominación y relación adoptada entre el grado y el índice de daño global.

Nive le s de Daño Rango de Porce ntaje s


LEVE 0% - 10%
M ODERA DO 10% - 20%
SEVERO 20% - 40%
M UY SEVERO 40% - 70%
COLA PSO 70% - 100%

Como ya se tiene el análisis de probabilidad y con los rangos de índices de daño, las matrices de
probabilidades de daño de los resultados de los modelos, para cada nivel de PGA, se obtuvieron
contabilizando las edificaciones según el rango de daño y según el nivel de PGA, sumando las
edificaciones, las matrices obtenidas se presentan en las Tablas 4.4 y 4.5. Que están divididas
según la tipología de la edificación.

Tabla 4.4 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de MNR y varios niveles de
PGA.

P(d/I) 0 - 10 10 - 20 20 - 40 40 - 70 70 - 100
PGA=0.011g 1.00 0.00 0.00 0.00 0.00
PGA=0.05g 0.63 0.16 0.12 0.06 0.03
PGA=0.10g 0.19 0.02 0.30 0.26 0.22
PGA=0.20g 0.11 0.03 0.03 0.29 0.54
PGA=0.25g 0.04 0.05 0.04 0.24 0.63
PGA=0.30g 0.00 0.04 0.05 0.15 0.76

Tabla 4.5 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de HA y varios niveles de


PGA.

P(d/I) 0 - 10 10 - 20 20 - 40 40 - 70 70 - 100
PGA=0.011g 1.00 0.00 0.00 0.00 0.00
PGA=0.05g 0.88 0.03 0.05 0.02 0.02
PGA=0.10g 0.53 0.10 0.12 0.07 0.19
PGA=0.20g 0.03 0.07 0.17 0.24 0.49
PGA=0.25g 0.01 0.01 0.13 0.26 0.59
PGA=0.30g 0.00 0.00 0.00 0.07 0.93

131
Escenarios de daño

CAPÍTULO 5

ESCENARIOS DE DAÑO

Aparte del establecimiento de modelos predictivos de daño (funciones de vulnerabilidad), la


generación de escenarios de daño fue el otro objetivo fundamental de este trabajo. La
presentación de resultados bajo este formato permite la identificación de zonas críticas, por lo
cual constituye la herramienta más idónea para tareas de planificación y de
prevención/mitigación.

Un escenario de daños tiene dos insumos básicos: una base de datos del panorama constructivo y
la cartografía de la zona estudiada. Para este estudio se contó con la BAC como base de datos
del panorama constructivo de la ciudad, en donde está registrada importante información
estructural actualizada de nuestras edificaciones (número de pisos, área en planta por cada piso,
año de construcción, material de elementos estructurales, etc.). En cuanto a la cartografía digital
de la ciudad, se dispone de una a nivel predial y otra a nivel de manzana. Evidentemente, un
escenario implica la vinculación de entidades de la base de datos (registros) con sus entidades
correspondientes de la cartografía gracias a un identificador común y mediante un Sistema de
Información Geográfica. En nuestro caso, si bien el nivel de definición de la BAC alcanza hasta
propiedad horizontal (excesivo para nuestros fines), para todo el estudio de vulnerabilidad se
reformuló la BAC a nivel predial; el identificador común constituyó la clave catastral a nivel de
predio.

Sin embargo, para efectos de generación de escenarios se decidió adoptar la manzana como
entidad de manejo. Para ello, hubo necesidad de reformular el daño (obtenido a nivel predial) a
nivel de manzana. La vinculación base de datoscartografía no presentó complicaciones, pues la
clave catastral, hasta cierto dígito representa unívocamente a cierta manzana. Dicha
reformulación a daño global manzanero se basó en un promedio ponderado (ponderación en
función de las áreas de las edificaciones de la manzana) de daños de las edificaciones
emplazadas en la manzana considerada, de la siguiente manera:

D MNR * A MNR   D HA * A HA 
DM  (5.1)
ATE

132
Escenarios de daño

donde:
DM: Daño manzanero integrado.
DMNR: Daño manzanero de las edificaciones de MNR.
AMNR: Área constructiva ocupada por las edificaciones de MNR.
DHA: Daño manzanero de las edificaciones de HA.
AHA: Área constructiva ocupada por las edificaciones de HA.
ATE: Área total edificada en la manzana.

El Sistema de Información Geográfica utilizado para vincular la BAC (redefinida a nivel


manzanero) con la Cartografía Digital de la Ciudad de Cuenca a nivel manzanero fue el
ARCVIEW. Los escenarios de daño que se presentan a continuación (Figuras 5.1, 5.2, 5.3, 5.4 y
5.5) están basados en los daños más desfavorables que las acciones sísmicas consideradas
producen en las edificaciones. Por otra parte, en estos escenarios están integrados a nivel de
manzana, los daños tanto de MNR como de HA, sin ningún tipo de ponderación de carácter
tipológico (únicamente, como ya se anotó, en función de sus áreas).

133
Conclusiones y Recomendaciones

CAPÍTULO 6

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

6.1 Conclusiones respecto del daño en las edificaciones de MNR

CUADRO GENERAL DE DAÑO EN MNR

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.1 Daño general en las edificaciones de MNR.

La Figura 6.1 presenta un cuadro general de daños de las edificaciones de MNR. Cabe recordar
que las funciones de vulnerabilidad con que se evaluaron los daños se calibraron en cierta
manera para el sismo de Saraguro (PGA = 0.011g) a través del ajuste de parámetros de las
edificaciones y de la disminución de los factores de amplificación del suelo (obtenidos en
primera instancia de la simulación del comportamiento sísmico de columnas de suelo en el
SHAKE91) a niveles cercanos a los que prescribe el Nuevo CEC para los suelos de tipo medio y
blando (1.4 y 2, respectivamente).

Si bien la evolución de daños es natural, merece destacarse el hecho de que las variaciones de
escenario a escenario son más dramáticas para los sismos con niveles bajos de PGA; compárese
la variación de cuadros de daño entre los sismos con 0.05g y 0.10g de PGA y la variación
correspondiente entre los sismos con 0.20g y 0.25g de PGA. Esto se explica acudiendo a las
formas espectrales determinadas para la ciudad de Cuenca (Anexo 3.1); las edificaciones con
períodos cortos (edificaciones de MNR) amplifican su respuesta en mayor grado para los sismos
con niveles bajos de PGA que para los sismos con niveles altos.

139
Conclusiones y Recomendaciones

Sin olvidar que los factores de amplificación de los suelos medio y blando fueron de 1.4 y 2,
respectivamente, y teniendo en cuenta los cuadros de daño exhibidos, los escenarios podrían
categorizarse, según la predominancia de los grados de daño, en tres grupos: 1) escenarios de
daños leves (sismo con 0.05g de PGA), 2) escenarios de daños moderados (sismo con 0.10g de
PGA) y 3) escenarios de daños severos (sismos con niveles de PGA de 0.20g, 0.25g y 0.30g).
Así, para el sismo con período de retorno de 475 años (0.25g), que es el que regiría para efectos
de diseño, alrededor de un 85% de edificaciones de MNR han colapsado o presentan daños muy
severos.

(a)

CUADRO DE DAÑO EN SUELO MEDIO (MNR)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

(b)

CUADRO DE DAÑO EN SUELO BLANDO (MNR)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.2 Daño según el tipo de suelo de las edificaciones de MNR.

140
Conclusiones y Recomendaciones

En términos generales se aprecia que para todos los niveles sísmicos, los daños en suelo blando
son de mayor gravedad. Con referencia solamente a las edificaciones colapsadas, puede notarse
una diferencia que oscila alrededor del 10%, excepto para el sismo de 0.10g, en donde la
diferencia es acentuada, lo cual, así mismo se explica por la diferencia en las formas espectrales
correspondientes de estos dos tipos de suelo. No hay que perder de vista, sin embargo, que el
suelo de tipo blando existe en zonas muy puntuales de la ciudad, y que su incidencia porcentual
en los cuadros globales de daño es poco significativa.

(a)

CUADRO DE DAÑO LOS MODELOS DE EJE DE CORTE (MNR)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

(b)

CUADRO DE DAÑO DE LOS MODELOS PANEL (MNR)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.3 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de MNR.

Teniendo presente que las edificaciones cuyos modelos corresponden al modelo de panel
(edificaciones de MNR con envigado de madera como entrepiso) constituyen el 90% del

141
Conclusiones y Recomendaciones

universo de edificaciones de MNR, la gráfica anterior revela un hecho que merece señalarse.
Aparentemente, el modelo de panel debería ser más crítico que el modelo de eje de corte por el
criterio en que se basa su caracterización, esto es, de que la falta de un arriostramiento adecuado
obliga a las paredes a “trabajar” aisladamente. Sin embargo, la Figura 6.3 contradice
parcialmente esta expectativa. El modelo de panel ciertamente es más crítico, pero sólo para los
sismos con bajos niveles de PGA (0.05g y 0.10g). Para los sismos de 0.20g, 0.25g y 0.30g
prácticamente todas las edificaciones con modelos de eje de corte colapsan, mientras que para las
edificaciones con modelo de panel existe de un 25% a 30% de edificaciones que exhiben
diversos grados de daño.

Esto puede explicarse por varias razones:

 Las edificaciones con modelo de eje de corte, son aquellas cuyos entrepisos son rígidos
(losas), y en este sentido corresponden básicamente a aquellas edificaciones de MNR de tres
pisos, mientras que las edificaciones con modelo de panel, a las de uno y dos pisos.
 El criterio de colapso para las edificaciones con modelo de eje de corte está supeditado al
colapso de uno cualquiera de los pisos, esto es, si colapsa un piso cualquiera, se asume que
la edificación colapsa.
 No se estudia el volcamiento (falla fuera del plano de la pared) como modo de falla para los
modelos de tipo panel, sino la primera excedencia de esfuerzos críticos (de flexocompresión
o corte) con las paredes trabajando según su propio plano.

(a)

CUADRO DE DAÑO DE EDIFICACIONES DE LADRILLO Y/O BLOQUE (MNR)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

142
Conclusiones y Recomendaciones

(b)

CUADRO DE DAÑO DE EDIFICACIONES DE ADOBE Y/O BAHAREQUE (MNR)

100%

Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60% MUY SEVERO
50%
40% SEVERO
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.4 Daño según el tipo de material de construcción de las edificaciones de MNR.

Es evidente que las edificaciones de MNR con materiales tradicionales exhiben daños severos en
todos los escenarios de daño sísmico. Para los sismos severos (0.20g, 0.25g y 0.30g) las
edificaciones han colapsado en su gran mayoría; las pocas que no, tienen un grado de daño muy
severo. Para estos mismos sismos, en las edificaciones con paredes de ladrillo y/o bloque, si
bien se mantiene la tendencia de la predominancia de edificaciones colapsadas, puede notarse
que la incidencia porcentual de los daños muy severos es más significativa y que un porcentaje
del 10% al 20% incluso presentan menores niveles de daño. Resalta también la diferencia entre
los cuadros de daño para el sismo con 0.10g de PGA, siendo notoriamente más crítico el de las
edificaciones con paredes de materiales tradicionales.

Es seguro que todas las edificaciones de MNR con paredes de materiales tradicionales responden
al modelo de tipo panel; de este hecho y de la gráfica de daños según modelos puede colegirse
que las edificaciones de MNR menos críticas son aquellas de ladrillo modelizadas como de tipo
panel (que son básicamente las de uno y dos pisos).

143
Conclusiones y Recomendaciones

6.2 Conclusiones respecto del daño en las edificaciones de HA

CUADRO GENERAL DE DAÑO EN HA

Porcentaje de Edificaciones 100%


90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.5 Daño general en las edificaciones de HA.

En la Figura 6.5 puede apreciarse un incremento coherente de los daños en los edificios de la
ciudad. La evolución porcentual de los daños severos (“muy severo” y “colapso”) es, en
términos generales, semejante a la de las edificaciones de MNR, excepto para el sismo de 0.30g,
en donde se evidencia mayor gravedad de daños para los edificios de HA; este hecho se
explicaría por una mayor sensibilidad de su modelo analítico ante sismos muy severos. Puede
apreciarse también, aunque en menor grado, una mayor gravedad de escenarios de daño en las
edificaciones de MNR para los sismos leves (0.05g y 0.10g).

(a)

CUADRO DE DAÑO DE LOS MODELOS DE LOSA PLANA (HA)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

144
Conclusiones y Recomendaciones

(b)

CUADRO DE DAÑO DE LOS MODELOS APORTICADOS (HA)

100%

Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60% MUY SEVERO
50%
40% SEVERO
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.6 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de HA.

La Figura 6.6 da cuenta de que los edificios con tipología de losa plana resultan en general más
afectados que los aporticados, aunque tal diferencia no es dramática. En términos más precisos,
puede notarse una cierta semejanza en los grados de daño para los sismos leves y moderados
(0.05g y 0.10g) para las dos tipologías; en cambio, para los sismos severos (0.20g, 0.25g y
0.30g) es destacable el hecho de que los edificios con tipología de losa plana exhiben alrededor
de un 10% más de edificios colapsados en relación a los edificios aporticados. Esto es grave,
pues en la ciudad de Cuenca los edificios con esta tipología son ampliamente predominantes
(alrededor del 95% del universo de edificios).

(a)

CUADRO DE DAÑO DE EDIFICACIONES CON SUELO MEDIO (HA)

100%
Porcentaje de Edificaciones

90%
80% COLAPSO
70%
60% MUY SEVERO
50% SEVERO
40% MODERADO
30%
LEVE
20%
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

145
Conclusiones y Recomendaciones

(b)

CUADRO DE DAÑO DE EDIFICACIONES CON SUELO BLANDO (HA)

100%
90%
Porcentaje de Edificaciones
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
MODERADO
30%
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)

Figura 6.7 Daño según el tipo de suelo de las edificaciones de HA.

La Figura 6.7 revela que, a diferencia de lo que ocurre con las edificaciones de mampostería no
reforzada, la influencia del tipo de suelo en el daño de los edificios de HA es grande. Esto se
explica en buena medida por los rangos de períodos de vibración que cubren una y otra tipología
general. Evidentemente, los períodos más bajos corresponden a las edificaciones de MNR, en
tanto que el rango de períodos altos está cubierto por los edificios de HA. Con estos últimos
ocurre que su rango de períodos (que no es muy amplio, pues se consideran edificios de dos a
seis pisos) coincide justamente con la plataforma pico de aceleraciones de la forma espectral
para el suelo blando de la ciudad. La forma espectral para suelo medio tiene un pico
pronunciado y decae, de manera que los edificios asumen rápidamente aceleraciones menores y,
consecuentemente, menores fuerzas inerciales. Las aceleraciones con que responden las
edificaciones de MNR se ubican, tanto para suelo medio como para suelo blando, en las ramas
ascendentes de las formas espectrales (Anexo 3.1). Por fortuna, el porcentaje de edificaciones
tanto de MNR como de HA que están emplazadas sobre suelo blando es relativamente bajo
(14%).

146
Conclusiones y Recomendaciones

6.3 Recomendaciones

 Sobre los parámetros físicos y mecánicos de las edificaciones

Dado un cierto tipo de modelo estructural, su bondad dependerá, en buena medida, de los valores
de los parámetros físicos y mecánicos que se adopten. En el caso de los edificios de hormigón
armado, el parámetro más conflictivo es la resistencia a compresión del hormigón. En estudios
de vulnerabilidad a gran escala que impliquen la modelación de los edificios conviene hallar
criterios de correlación apropiados para la evaluación de este parámetro. A grandes rasgos,
puede decirse que a bajas calidades constructivas, bajos niveles de resistencia a compresión en
los miembros. Si no se dispone en la base de datos que se maneje de algún indicador de calidad
fiable, se aconseja combinar el mayor número de rasgos indicadores de calidad constructiva, con
el fin de precisarla; esto último depende de los estándares y patrones de calidad constructiva de
la zona de estudio, y es lo que hay que investigar.

Más complicada aún resulta la cuestión de la asignación de valores a los parámetros de las
edificaciones de mampostería no reforzada, ya que, por lo regular, la tarea de control de
ejecución y calidad de la obra es muy descuidada en este tipo de edificaciones. Ello se debe en
gran parte a la carencia de normas y códigos de construcción. La resistencia nominal a
compresión de las paredes es uno de los parámetros más importantes, ya que aparte de ser un
parámetro de control del modo de falla de las paredes ante carga lateral, de él depende el módulo
de elasticidad y, consecuentemente la rigidez. Otro parámetro de gran importancia, con miras al
establecimiento de la capacidad máxima a carga lateral de las paredes, es su resistencia a
cortante. La vía óptima para la determinación de estos parámetros es a través de ensayos.
Rebasando tal esfuerzo los objetivos del Proyecto, y no disponiendo de estudios locales al
respecto, hubo que acudir a los reglamentos de construcción y a la literatura técnica; a esta
última, para el caso de las paredes de materiales tradicionales (adobe y bajareque).

En el caso de las paredes de ladrillo, su resistencia nominal a compresión puede estimarse a


partir de las resistencias nominales a compresión de la unidad de ladrillo y del mortero, así que
en ausencia de ensayos sobre paredes, pueden utilizarse las formulaciones indirectas basadas en
las resistencias anotadas. Estas formulaciones, que están en los actuales reglamentos de
construcción, no son extrapolables a las paredes de materiales tradicionales, de manera que hay
que asegurarse en la literatura técnica de que el objeto de estudio sean paredes del mismo tipo

147
Conclusiones y Recomendaciones

(existe una variabilidad importante de técnicas constructivas en paredes con materiales


tradicionales) que las que interesa estudiar. En este sentido, cabe señalar que se constató que en
el país no se ha incursionado con la debida profundidad en el campo de los ensayos sobre
materiales tradicionales, lo cual obliga al uso de valores y formulaciones de la literatura técnica
internacional.

 Sobre la posibilidad de mejoras en la modelación de edificaciones de mampostería no


reforzada

El sismo de Saraguro (PGA = 0.011g; epicentro cercano a Cuenca) sólo produjo daños aislados y
de grado leve en la ciudad de Cuenca. Al intentar una calibración, más que de las funciones de
vulnerabilidad (el sismo de Saraguro fue considerablemente más pequeño que el más pequeño de
los sismos para efectos de establecimiento de escenarios), de la bondad de los modelos, se notó
una anomalía. Aquellas edificaciones de mampostería no reforzada sin entrepiso rígido, que
respondían al modelo de panel, exhibían daños leves y moderados, llegando en algunos casos
hasta severos. Tras depuraciones y precisiones en los parámetros de modelación, los daños
severos disminuyeron a moderados y muchos de los moderados a leves. No obstante, quedó
claro que el modelo es muy conservador y castiga muy fuertemente la falta de un adecuado
arriostramiento de las paredes.

La asunción del modelo panel (adoptada en otros estudios) se debió a la falta de un modelo
estructural sencillo que tome en cuenta la flexibilidad del sistema de entrepiso. Un modelo de
eje de corte con un grado de libertad adicional de rotación a nivel de entrepiso podría ser una
solución conveniente para estudios como el nuestro a gran escala. El problema está en que
todavía no se tiene muy claro entre los ingenieros sísmicos como evaluar la rigidez rotacional del
sistema de entrepiso e insertarla en las matrices de rigideces a nivel de miembro del modelo.
Estudios de vulnerabilidad a gran escala resultarían grandemente beneficiados, ya que buena
parte (por no decir la gran mayoría) de las edificaciones de MNR no tienen entrepisos rígidos
(v.g. entrepisos de envigado de madera) y hay que contar con su flexibilidad en el plano.

 Sobre la definición de la acción sísmica

Del estudio de peligrosidad sísmica para la zona austral del país se llegó a establecer que las
fuentes sísmicas de tipo superficial son las más críticas para la ciudad de Cuenca. Tales fuentes
148
Conclusiones y Recomendaciones

están asociadas a sistemas de fallas geológicas existentes en la zona. Bajo un esquema


determinista, y basados en su ubicación y en el hecho de que muy probablemente fue
responsable del mayor sismo “sentido” en Cuenca (Sismo de Girón, 28 de febrero de 1913), se
asumió el Sistema de Fallas Girón como fuente de estudio para la generación de escenarios de
daño. Una elección rigurosa y más confiable de la fuente crítica debería estar supeditada a la
caracterización geológica (v.g. longitud, profundidad, buzamiento, estado de esfuerzos,
mecanismo focal esperable) de los sistemas de fallas en una zona razonablemente cercana a la
ciudad.

Dando por válida la elección del Sistema de Fallas Girón, aún quedó la incertidumbre de la
profundidad y el ancho de la falla, lo cual dejaba un amplio margen de localización hipocentral
en el proceso de simulación de ruptura y generación de acelerogramas sintéticos. En este
sentido, se adoptaron localizaciones conservadoras (aumentando en profundidad a partir de los
5km). No obstante, con un monitoreo más prolongado de la sismicidad de esta fuente se podrían
establecer mecanismos focales y mapear localizaciones hipocentrales, posibilitando con esto
último decisiones más realistas.

Por otra parte, en relación a los espectros de aceleración en superficie, se tuvieron que revisar los
factores de amplificación, que resultaron algo excesivos. Cabe recordar que los acelerogramas
en superficie y los espectros se obtuvieron de la simulación del comportamiento sísmico de
columnas estratigráficas representativas de los suelos de la ciudad. La potencia y estratigrafía de
tales columnas se establecieron de ensayos geofísicos de refracción sísmica en puntos
específicos de la ciudad. En este sentido, hay que decir que los amplios márgenes de valores de
los anchos de las capas estratigráficas condujeron a perfiles no lo suficientemente
representativos. La mejor solución, aunque costosa, es el establecimiento de líneas de perfiles,
con lo cual se caracteriza geológicamente ya no un punto sino un corte; en cualquier otro caso,
siempre es de buena práctica la validación de la estratigrafía preliminar usando un método
geofísico diferente. Esto resulta costoso, y en el caso de nuestro estudio, pruebas de validación
rebasaban lo presupuestado en la componente geológica.

 Sobre la versatilidad que ofrece una base de datos como plataforma general de trabajo

Resultaría difícil enfrentar un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala sin una base de
datos que dé cuenta, al menos, de las características constructivas básicas de las edificaciones
149
Conclusiones y Recomendaciones

(v.g. número de pisos, edad, materiales predominantes). La información organizada en un


programa de este tipo ofrece enormes posibilidades de procesamiento y gestión (consultas,
ordenaciones, y operaciones sobre los campos), por lo que resulta una excelente plataforma
general de trabajo.

La primera fase de nuestro estudio se llevó adelante mediante la ejecución de módulos básicos de
programación en tablas creadas dentro de la Base de Datos de Actualización Catastral, BAC.
Con ello fue posible extrapolar las calificaciones de los ítems de vulnerabilidad para luego,
mediante la fórmula de sumatoria ponderada, generar los índices de vulnerabilidad del universo
de edificaciones de la ciudad. Por otra parte, ya en la segunda fase del estudio, la BAC, en
ACCESS, interactuó perfectamente con un programa desarrollado para la evaluación del daño
global, en Visual Basic. Tal programa lee, registro por registro de la BAC, extrayendo la
información que necesita para generar los modelos estructurales y evaluar (luego de ejecutar una
serie de subrutinas, que incluyen el análisis dinámico) el daño global.

Finalmente, para efectos de generación de mapas y escenarios, una base de datos es


imprescindible. La generación se realiza gracias a la vinculación de la información que interesa
mapear (contenida en un registro de la base de datos) con su entidad gráfica correspondiente. Un
programa para desarrollo de sistemas de información geográfica se encarga de dicha vinculación,
siempre que exista de antemano una clave común que identifique al registro y a su entidad
gráfica correspondiente. Para el presente estudio, por ejemplo, el programa ARCVIEW realizó
la vinculación de información entre la BAC y la cartografía de la ciudad, a nivel de edificación
(registro) y a nivel manzanero, permitiendo la generación de mapas de vulnerabilidad y
escenarios de daño.

 Acerca de las conclusiones de daño

Se ha visto que, en términos generales, tanto para MNR cuanto para HA, los escenarios de daño
guardan semejanza; esto se explica por la gran predominancia de la tipología de losa plana y por
la mayor incidencia del tipo de suelo en los edificios de HA. Desde el punto de vista tipológico,
debería propenderse a tipologías con un comportamiento sísmico más adecuado: en el caso de las
edificaciones de vivienda, por ejemplo debería fomentarse como práctica constructiva el
reforzamiento de la mampostería y, si no, dentro del tipo de MNR, procurar el mayor grado de
confinamiento posible en las paredes. En cuanto a los edificios de HA, los tipos aporticado y de

150
Conclusiones y Recomendaciones

interacción marco–muro deberían desplazar a la tipología de losa plana, de probado


comportamiento sísmico deficiente.

 Análisis por parroquias en MNR

Desde el punto de vista espacial, el Centro Histórico de la Ciudad merece atención particular,
pues ahí es donde se concentran las edificaciones más vulnerables (edificaciones de MNR
antiguas con paredes de materiales tradicionales). Las intervenciones en dichas edificaciones
deben mejorar su potencial sismorresistente: mejora en el grado de ligazón de las paredes ( v.g.
colocación de cadenas de amarre, mejora de los encuentros esquineros), procura de que todas las
paredes “trabajen” en la resistencia a cargas laterales (si se aumentan paredes, éstas deben
cumplir una función estructural y no sólo arquitectónica), reposición por cubiertas más livianas,
etc.. Por otra parte, se debe tomar en cuenta que muchas de estas edificaciones tienen gran valor
patrimonial por lo que su preservación debe incluir el componente de riesgo sísmico.

Desde el punto de vista de la planificación territorial de la construcción, y en virtud del efecto


nocivo del suelo blando sobre la respuesta de los edificios (en el rango de estudio), se debería
zonificar la construcción en función de la altura. Los edificios bajos (dos a seis pisos) tendrían
que edificarse sobre suelo medio. Sobre el suelo blando de la ciudad podrían emplazarse o
edificaciones de mampostería (períodos bajos) o edificios altos (con períodos de vibración tales
que tomen la rama de caída del espectro de aceleraciones).

 Sobre la necesidad de calibraciones futuras

El presente estudio, vale reiterar, se inscribe dentro de los estudios de vulnerabilidad calculada.
Dada la falta de registros, las funciones de vulnerabilidad y los escenarios de daño se obtuvieron
a partir de una familia de sismos sintéticos, generados por el método de la falla finita simulando
la ruptura del Sistema de Fallas Girón. Tal método ha sido validado para sismos intensos en
campo cercano, por lo que para sismos leves y moderados podría conducir a resultados no muy
realistas. En todo caso, se debe tener claro que los modelos de daño obtenidos (funciones de
vulnerabilidad) no son absolutos, y que en el mejor de los casos sólo representan a la fuente
sísmica seleccionada.

151
Conclusiones y Recomendaciones

Si bien se verificó una calibración, más que de las funciones de vulnerabilidad de la bondad de
los modelos estructurales (en virtud de que el sismo de calibración no produjo sino como
máximo daños aislados y de grado leve), es menester la calibración de las funciones de
vulnerabilidad en base de sismos futuros. Para ello son importantes los estudios post-sismo y, en
concreto, la evaluación del daño global de las edificaciones; además, tal evaluación in situ debe
ser consistente con la evaluación analítica, en este caso, basada en el esquema de demanda
versus capacidad.

 Sobre la implementación y manejo de un sistema dinámico Base de Datos  Cartografía

Un escenario de daño no serviría de mucho si no tuviera la posibilidad de ser actualizado. No


hay que perder de vista que las características del universo edificado de una cierta zona pueden
verse alteradas por diversas razones: levantamiento de nuevas construcciones, derrocamiento y
reconstrucción de edificaciones, intervenciones en las edificaciones más antiguas, daños de
cierto grado por efectos de un sismo, etc.; así pues, un escenario de daño no es invariante en el
tiempo.

Una de las ventajas de la vinculación base de datoscartografía a través de un programa para


desarrollo de sistemas de información geográfica (como el ARCVIEW) es que la cartografía se
convierte en una entidad potencialmente dinámica: cualquier modificación en la información de
la base de datos se verá reflejada en la cartografía. En nuestro caso, por ejemplo, algún tipo de
intervención parcial en una edificación puede representarse afectando la calificación de uno o
varios de sus ítems de vulnerabilidad, con lo cual, automáticamente, cambiará el índice de
vulnerabilidad y el daño global de la edificación para los cinco niveles sísmicos considerados.

Los ítems de vulnerabilidad de la BAC están ligados a los índices de vulnerabilidad a través de la
conocida fórmula de sumatoria ponderada; los índices de vulnerabilidad, en cambio, están
ligados a los porcentajes de daño global a través de las funciones de vulnerabilidad; por último,
los índices de vulnerabilidad y los porcentajes de daño son parte de la información
caracterizadora de cada entidad gráfica (bloque de edificación) de la cartografía correspondiente,
y tienen asignado un cierto color según su grado de severidad. En resumen, cualquier tipo de
intervención en una edificación puede ser considerada en la base de datos y reflejada en un
cambio de coloración del bloque edificado tanto en el mapa de vulnerabilidad cuanto en los
escenarios de daño (a condición, claro, de que los cambios operados en los ítems de
152
Conclusiones y Recomendaciones

vulnerabilidad sean lo suficientemente importantes como para provocar saltos de grado de


vulnerabilidad y/o de daño).

Una vez que el sistema base de datos–cartografía esté implantado, el aspecto en el que hay que
trabajar es el de asegurar su carácter dinámico. Esto reside, básicamente, en el manejo técnico
de la información de la BAC pertinente al estudio de vulnerabilidad. Los daños eventuales, las
intervenciones deben considerarse a través de las debidas modificaciones de las calificaciones de
los ítems de vulnerabilidad. La elaboración de una cartilla de daños e intervenciones típicas, con
sus correspondientes cuadros de modificación de calificaciones, pueden facilitar tal tarea a un
personal debidamente capacitado.

 Sobre la necesidad de estudios complementarios tendientes a la gestión del riesgo


sísmico

El riesgo sísmico supone un paso más en el estudio de vulnerabilidad, y apunta a la evaluación


de pérdidas económicas y de vidas humanas para los escenarios considerados. La cuantificación
del número potencial de víctimas constituye un problema de mucha incertidumbre; depende,
ciertamente del grado de daño estructural, pero también de las características del sismo,
incluyendo la hora en que se produzca. En lo que respecta a la evaluación de pérdidas
económicas, la cuestión esencial está en la correlación de los daños estructurales globales con los
daños económicos. La presente tesis ha abordado a nivel teórico y de manera algo somera el
cálculo de índices de daño económico (que constituyen los porcentajes de los costos de
reparación frente a los costos de reposición de los edificios dañados). Con todo, queda planteada
la vía de evaluación a través de funcionales deterministas de correlación; una evaluación más
concreta todavía, con miras a la gestión del riesgo sísmico, deberá implicar la determinación de
los costos de reposición de las edificaciones de la ciudad.

Evaluado el riesgo sísmico (en términos de pérdidas económicas y de potenciales víctimas), lo


que sigue es la gestión de ese riesgo sísmico. Por un lado están las tareas de mitigación de
probables daños (o pérdidas, si se quiere) y por otro, el estudio de posibles escenarios ante un
evento sísmico y sus posibilidades de manejo: vías de evacuación y de aprovisionamiento,
equipamientos, sitios de albergue, etc..

153
Conclusiones y Recomendaciones

En este último sentido, hay que apuntar que, tratándose éste de un estudio a gran escala, descartó
como objeto de estudio a edificaciones con usos especiales (v.g. hospitales, escuelas, iglesias,
teatros, estaciones de policía y de bomberos). Una sociedad bien planificada debe asegurarse de
que este tipo de edificaciones se mantengan operativas aún después de un sismo severo. Es ésta
justamente una de las razones por las que no se les considera en este tipo de estudios: siendo de
importancia vital para el sostenimiento de una comunidad ante una catástrofe, el estudio de
vulnerabilidad de estas edificaciones debe ser más riguroso, al igual que sus planes de mitigación
de daños.

154
Referencias

REFERENCIAS

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Placencia P.,1997. Diseño sismorresistente de edificios con losas con vigas banda.
Memorias de las XI Jornadas de Ingeniería Estructural, Guayaquil

Powell G. H., Allahabadi R., 1988. Seismic Damage Prediction by Deterministic Methods:
Concepts and Procedures. Earthquake Engineering and Structural Dynamics, Vol. 16

Reglamento de Construcción del Distrito Federal, Normas Técnicas Complementarias


para Diseño y Construcción de Estructuras de Mampostería, 1991. México

Ridell R., García E.,1995. Programas para el Cálculo de Espectros de Respuesta de Sistemas
Inelásticos sometidos a excitación basal. Manual de uso

157
Referencias

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structural system on the seismic resistance of historic stone masonry buildings: An
experimental study. Proocedings of the Tenth World Conference on Earthquake
Engineering, Vol. 9, Madrid

Uniform Building Code (UBC), 1997

Vanderbilt D., Corley G.,1983. Frame Analysis of Concrete Buildings. ACI Concrete
International, Diciembre

Yépez F., Barbat A. H., Canas J. A.,1995. Simulación de escenarios de daño para estudios
de riesgo sísmico. Monografías de Ingeniería Sísmica, CIMNE IS-14

Yépez F., Barbat A. H., Canas J. A.,1996. Evaluación probabilista de la vulnerabilidad y


riesgo sísmico de estructuras de hormigón armado por medio de simulación. Monografía
CIMNE IS-20

158
Anexos
Anexos Capítulo 1

Anexo 1.4 Diagrama de flujo general del Programa de Evaluación del Daño en
Edificaciones (PEDE)

Inicio

Abrir
BAC

Ir al primer registro

Reconocimiento
tipológico

Cálculo de parámetros de
Demanda

Cálculo de parámetros de
Capacidad

Evaluación del Daño


%D=Demanda/Capacidad

Guardar
el DAÑO
en la
BAC

Ir al siguiente registro

¿fin de No
archivo?

Si

FIN

163
Anexos Capítulo 1

Anexo 1.4.1 Procedimiento principal del programa PEDE que interactua con la BAC y
realiza la llamada al procedimiento de cálculo de daño

Private Sub Command3_Click() ‘Procedimiento principal de Visual Basic al momento de ejecutar el análisis de una base de datos

Static nombdd As String


Static nomtab As String
Static nomsis As String
Static d066a1 As Long
Static nproblemas As Long 'el nº total de problemas a analizar
Static datoacumulado As Long
Static ndato As Integer
Static pordat As Integer
Static numpis As Integer
Static arecom As Single
Static matent As String
Static matpar As String
Static cubier As String
Static añocon As Integer
Static parroq As Integer
Static gralig As Integer
Static relasp As Single
Static tipsue As String
Static indvul As Single
Static usoaux As Integer
Static dañox As Single
Static dañoy As Single
Static dañogen As Single
Static tipdañ As Integer

nombdd = Text1.Text ‘Lee la dirección y el nombre de la base de datos a analizar


nomtab = Combo1.Text ‘Lee el nombre de la tabla que contiene la información a ser procesada
nomsis = Text3.Text ‘ Lee el nombre del archivo que contiene a las formas espectrales con sus respectivos factores, para el análisis dinámico

Label3.Visible = True
Label4.Visible = True
Label5.Visible = True
PB1.Visible = True
Command4.Visible = True

Set mibase = Workspaces(0).OpenDatabase(nombdd) ‘ Abre la base de datos


Set mitabla = mibase.OpenRecordset(nomtab) ‘ Abre la tabla
nproblemas = mitabla.RecordCount ‘Contabiliza las edificaciones a ser analizadas
ndato = 1 'nº de problemas que se pueden analizar a la vez
datoacumulado = 0
If mitabla.BOF = True And mitabla.EOF = True Then Exit Sub ' Código para detectar errores
mitabla.MoveFirst 'El puntero se coloca en el primer registro de la tabla
While mitabla.EOF = False ' Bucle donde se realizaran los cálculos de registro en registro
numpis = mitabla!N_PISO_E ‘Lectura de variables que tiene la BAC
usoaux = mitabla!USO1
arecom = mitabla!AREACOMUN
matent = mitabla!ENTREPISO
matpar = mitabla!MATPARED
cubier = mitabla!CUBIERTA
añocon = mitabla!ANO_CONS_E
parroq = mitabla!PARROQUIA
gralig = mitabla!gliga
relasp = mitabla!B1
tipsue = mitabla!TIPOSUELO
indvul = mitabla!INDICE
‘Llamada de la subrutina que realiza el cálculo del daño
Call sub_de_daño(numpis, arecom, matent, matpar, cubier, añocon, parroq, gralig, relasp, tipsue, indvul, dañox, dañoy, nomsis, usoaux, tipdañ)
‘Se toma el resultado que tenga un mayor daño
If dañox > dañoy Then
dañogen = dañox
Else
dañogen = dañoy
End If
mitabla.Edit ‘Guardo el valor de daño calculado en los campos nuevos de daño que debe tener la base de datos
mitabla!dañox = dañox ‘que esté siendo analizada
mitabla!dañoy = dañoy
mitabla!DAÑONPGA = dañogen
mitabla.Update ’Si los campos no son nuevos, con esta opción se actualiza su valor
datoacumulado = datoacumulado + ndato
mitabla.MoveNext 'El puntero se mueve al siguiente registro de la tabla
Wend ‘Cierre del bucle de repeticiones, repetirá hasta que llegue al último registro
MsgBox “Análisis de Daño Terminado”, vbOKOnly, "Análisis de Daño de edificios que estén en una BDD”
Command4.Enabled = True

End Sub

164
Anexos Capítulo 2

Anexo 2.1 Muestra de datos de los modelos de transición

NOMBRE N°P. N°V Long.V. Fy F'c HV BV AS V AIV HC BC DVC AUVC CARGA


AP28_2M INVM AY 2 3 350 2800 100 30 20 4.08 3.06 25 25 3X3 1.13 21
AP28_2M INVM EN 2 2 300 2800 100 30 20 4.8 3.6 25 25 3X3 1.13 18
AP28_2M EDVM AY 2 3 400 2800 100 35 25 6.1 4.58 30 30 3X3 1.54 24
AP28_2M EDVM EN 2 2 350 2800 100 35 25 7 5.25 30 30 3X3 1.54 21
AP28_2M AXVM AY 2 3 450 2800 100 40 30 8.52 6.39 35 35 3X3 2.01 27
AP28_2M AXVM EN 2 2 400 2800 100 40 30 9.6 7.2 35 35 3X3 2.01 24
AP28_3M INVM AY 3 3 360 2800 100 35 25 6.1 4.58 30 30 3X3 1.54 21.6
AP28_3M INVM EN 3 2 330 2800 100 35 25 7 5.25 30 30 3X3 1.54 19.8
AP28_3M EDVM AY 3 3 430 2800 100 40 30 8.52 6.39 35 35 3X3 2.01 25.8
AP28_3M EDVM EN 3 2 400 2800 100 40 30 9.6 7.2 35 35 3X3 2.01 24
AP28_3M AXVM AY 3 3 500 2800 100 45 35 11.34 8.51 40 40 3X3 2.54 30
AP28_3M AXVM EN 3 2 470 2800 100 45 35 12.6 9.45 40 40 3X3 2.54 28.2
AP28_4M INVM AY 4 3 370 2800 120 40 25 7.1 5.33 35 35 3X3 2.01 22.2
AP28_4M INVM EN 4 2 340 2800 120 40 25 8 6 35 35 3X3 2.01 20.4
AP28_4M EDVM AY 4 3 460 2800 120 45 30 9.72 7.29 40 40 3X3 2.54 27.6
AP28_4M EDVM EN 4 2 430 2800 120 45 30 10.8 8.1 40 40 3X3 2.54 25.8
AP28_4M AXVM AY 4 3 550 2800 120 50 35 12.74 9.56 45 45 3X3 3.14 33
AP28_4M AXVM EN 4 2 520 2800 120 50 35 14 10.5 45 45 3X3 3.14 31.2
AP28_5M INVM AY 5 3 400 2800 120 40 30 8.52 6.39 40 40 3X3 2.54 24
AP28_5M INVM EN 5 2 330 2800 120 40 30 9.6 7.2 40 40 3X3 2.54 19.8
AP28_5M EDVM AY 5 3 520 2800 120 45 35 11.34 8.51 45 45 3X3 3.14 31.2
AP28_5M EDVM EN 5 2 450 2800 120 45 35 12.6 9.45 45 45 3X3 3.14 27
AP28_5M AXVM AY 5 3 640 2800 120 50 40 14.56 10.92 50 50 3X3 3.8 38.4
AP28_5M AXVM EN 5 2 570 2800 120 50 40 16 12 50 50 3X3 3.8 34.2
AP28_6M INVM AY 6 3 430 2800 150 45 35 11.34 8.51 50 50 3X3 3.8 25.8
AP28_6M INVM EN 6 2 370 2800 150 45 35 12.6 9.45 50 50 3X3 3.8 22.2
AP28_6M EDVM AY 6 3 580 2800 150 50 40 14.56 10.92 55 55 4X4 3.14 34.8
AP28_6M EDVM EN 6 2 530 2800 150 50 40 16 12 55 55 4X4 3.14 31.8
AP28_6M AXVM AY 6 3 700 2800 150 55 45 18.18 13.64 60 60 4X4 3.8 42
AP28_6M AXVM EN 6 2 640 2800 150 55 45 19.8 14.85 60 60 4X4 3.8 38.4
AP42_2M INVM AY 2 3 350 4200 100 30 20 4.08 3.06 25 25 3X3 1.13 21
AP42_2M INVM EN 2 2 300 4200 100 30 20 4.8 3.6 25 25 3X3 1.13 18
AP42_2M EDVM AY 2 3 400 4200 100 35 25 6.1 4.58 30 30 3X3 1.54 24
AP42_2M EDVM EN 2 2 350 4200 100 35 25 7 5.25 30 30 3X3 1.54 21
AP42_2M AXVM AY 2 3 450 4200 100 40 30 8.52 6.39 35 35 3X3 2.01 27
AP42_2M AXVM EN 2 2 400 4200 100 40 30 9.6 7.2 35 35 3X3 2.01 24
AP42_3M INVM AY 3 3 360 4200 100 35 25 6.1 4.58 30 30 3X3 1.54 21.6
AP42_3M INVM EN 3 2 330 4200 100 35 25 7 5.25 30 30 3X3 1.54 19.8
AP42_3M EDVM AY 3 3 430 4200 100 40 30 8.52 6.39 35 35 3X3 2.01 25.8
AP42_3M EDVM EN 3 2 400 4200 100 40 30 9.6 7.2 35 35 3X3 2.01 24
AP42_3M AXVM AY 3 3 500 4200 100 45 35 11.34 8.51 40 40 3X3 2.54 30
AP42_3M AXVM EN 3 2 470 4200 100 45 35 12.6 9.45 40 40 3X3 2.54 28.2
AP42_4M INVM AY 4 3 370 4200 120 40 25 7.1 5.33 35 35 3X3 2.01 22.2
AP42_4M INVM EN 4 2 340 4200 120 40 25 8 6 35 35 3X3 2.01 20.4
AP42_4M EDVM AY 4 3 460 4200 120 45 30 9.72 7.29 40 40 3X3 2.54 27.6
AP42_4M EDVM EN 4 2 430 4200 120 45 30 10.8 8.1 40 40 3X3 2.54 25.8
AP42_4M AXVM AY 4 3 550 4200 120 50 35 12.74 9.56 45 45 3X3 3.14 33
AP42_4M AXVM EN 4 2 520 4200 120 50 35 14 10.5 45 45 3X3 3.14 31.2
AP42_5M INVM AY 5 3 400 4200 120 40 30 8.52 6.39 40 40 3X3 2.54 24
AP42_5M INVM EN 5 2 330 4200 120 40 30 9.6 7.2 40 40 3X3 2.54 19.8
AP42_5M EDVM AY 5 3 520 4200 120 45 35 11.34 8.51 45 45 3X3 3.14 31.2
AP42_5M EDVM EN 5 2 450 4200 120 45 35 12.6 9.45 45 45 3X3 3.14 27
AP42_5M AXVM AY 5 3 640 4200 120 50 40 14.56 10.92 50 50 3X3 3.8 38.4
AP42_5M AXVM EN 5 2 570 4200 120 50 40 16 12 50 50 3X3 3.8 34.2
AP42_6M INVM AY 6 3 430 4200 150 45 35 11.34 8.51 50 50 3X3 3.8 25.8
AP42_6M INVM EN 6 2 370 4200 150 45 35 12.6 9.45 50 50 3X3 3.8 22.2
AP42_6M EDVM AY 6 3 580 4200 150 50 40 14.56 10.92 55 55 4X4 3.14 34.8
AP42_6M EDVM EN 6 2 530 4200 150 50 40 16 12 55 55 4X4 3.14 31.8
AP42_6M AXVM AY 6 3 700 4200 150 55 45 18.18 13.64 60 60 4X4 3.8 42
AP42_6M AXVM EN 6 2 640 4200 150 55 45 19.8 14.85 60 60 4X4 3.8 38.4
NOMBRE = nombre del pórtico; N°P = número de pisos; Long.V. = longitud de vano; HV = altura de la sección de
una viga; BV = base de la sección de una viga; ASV = sección del acero superior de la viga; AIV = sección del
acero inferior de la viga; HC = altura de la succión de una columna; BC = base de la sección de una columna; DVC
= disposición de varillas en la columna; AUVC = área de una varilla de columna; Carga = altura del triangulo de una
carga distribuida.

165
Anexos Capítulo 2

Anexo 2.2 Muestra de resultados obtenidos del SAP2000 de los modelos de transición

NOMBRE T (sg)  y (cm) V y (Tn)


AP28_2M INVM AY 0.1935 1.1464 6.6165
AP28_2M INVM EN 0.1788 1.0599 5.4902
AP28_2M EDVM AY 0.1745 1.3941 13.3085
AP28_2M EDVM EN 0.1619 1.1238 9.6389
AP28_2M AXVM AY 0.1608 1.5534 21.5071
AP28_2M AXVM EN 0.1497 1.2324 15.3101
AP28_3M INVM AY 0.2514 1.5984 12.8862
AP28_3M INVM EN 0.2405 1.4135 9.5048
AP28_3M EDVM AY 0.2388 1.8632 20.5960
AP28_3M EDVM EN 0.2289 1.5704 14.7147
AP28_3M AXVM AY 0.2293 1.9507 30.3762
AP28_3M AXVM EN 0.2203 1.7322 22.2432
AP28_4M INVM AY 0.2837 2.1961 18.3157
AP28_4M INVM EN 0.2742 2.1725 13.6500
AP28_4M EDVM AY 0.2810 2.3194 27.4838
AP28_4M EDVM EN 0.2719 2.2108 20.2454
AP28_4M AXVM AY 0.2790 2.7339 40.6315
AP28_4M AXVM EN 0.2703 2.5150 29.5290
AP28_5M INVM AY 0.3531 2.9473 21.5783
AP28_5M INVM EN 0.3264 2.7843 15.5330
AP28_5M EDVM AY 0.3635 3.1181 31.5808
AP28_5M EDVM EN 0.3385 2.8447 21.6830
AP28_5M AXVM AY 0.3717 3.3319 45.4008
AP28_5M AXVM EN 0.3484 3.1264 31.6683
AP28_6M INVM AY 0.3770 3.1526 32.5580
AP28_6M INVM EN 0.3556 3.0850 23.4760
AP28_6M EDVM AY 0.4031 3.3680 46.3202
AP28_6M EDVM EN 0.3860 3.1575 33.8587
AP28_6M AXVM AY 0.4133 3.7303 64.1643
AP28_6M AXVM EN 0.3931 3.6742 45.9903
AP42_2M INVM AY 0.1935 1.3875 8.9720
AP42_2M INVM EN 0.1788 1.3146 7.0298
AP42_2M EDVM AY 0.1745 1.6537 17.5762
AP42_2M EDVM EN 0.1619 1.5179 13.0870
AP42_2M AXVM AY 0.1608 1.7843 28.8654
AP42_2M AXVM EN 0.1497 1.6468 20.9702
AP42_3M INVM AY 0.2514 1.9797 16.6736
AP42_3M INVM EN 0.2405 1.9044 12.1697
AP42_3M EDVM AY 0.2388 2.2153 27.2790
AP42_3M EDVM EN 0.2289 2.1371 20.2288
AP42_3M AXVM AY 0.2293 2.5820 41.6849
AP42_3M AXVM EN 0.2203 2.3171 30.8137
AP42_4M INVM AY 0.2837 2.6285 24.0783
AP42_4M INVM EN 0.2742 2.5176 17.4664
AP42_4M EDVM AY 0.2810 2.8918 37.0303
AP42_4M EDVM EN 0.2719 2.8840 27.1352
AP42_4M AXVM AY 0.2790 3.2987 54.7726
AP42_4M AXVM EN 0.2703 3.2368 39.7909
AP42_5M INVM AY 0.3531 3.7530 27.4775
AP42_5M INVM EN 0.3264 3.7096 20.6945
AP42_5M EDVM AY 0.3635 4.1386 41.9150
AP42_5M EDVM EN 0.3385 3.9805 30.3410
AP42_5M AXVM AY 0.3717 4.6254 63.0254
AP42_5M AXVM EN 0.3484 4.1725 42.2647
AP42_6M INVM AY 0.3770 3.9054 40.3325
AP42_6M INVM EN 0.3556 3.8732 29.4740
AP42_6M EDVM AY 0.4031 4.6111 60.9393
AP42_6M EDVM EN 0.3860 4.4744 42.8685
AP42_6M AXVM AY 0.4133 5.0122 86.2115
AP42_6M AXVM EN 0.3931 4.8017 60.1026
NOMBRE = nombre del pórtico; T (sg) =período natural de vibración (segundos); y(cm) = desplazamiento basal
de cedencia (centímetros); Vy(Tn) = cortante basal de cedencia (toneladas).

166
Anexos Capítulo 2

Anexo 2.3 Muestra de curvas de generación de períodos, cortantes basales de cedencia y


desplazamientos de cedencia.

Periodos de pórticos mínimo, medio y máximo de 2 Periodos de pórticos mínimo, medio y máximo de 3
pisos tipo aporticado de 2800 pisos tipo aporticado de 4200

0.2 0.26
Periodo (seg.)

Periodo (seg.)
0.18 3 Vanos 0.24 3 Vanos
0.16 2 Vanos 0.22 2 Vanos

0.14 0.2
200 300 400 500 200 300 400 500 600
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)

Periodos de pórticos mínimo, medio y máximo de 4 Desplazamientos de cedencia de pórticos mínimo,


pisos tipo losa plana medio y máximo de 2 pisos tipo aporticado de 2800

0.4 Desplazamientos (cm.) 2


Periodo (seg.)

1.5
0.36 3 Vanos 3 Vanos
1
0.32 2 Vanos 2 Vanos
0.5
0.28 0
200 300 400 500 600 200 300 400 500
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)

Desplazamientos de cedencia de pórticos mínimo, Desplazamientos de cedencia de pórticos mínimo,


medio y máximo de 3 pisos tipo aporticado de 4200 medio y máximo de 4 pisos tipo Losa plana
Desplazamientos (cm.)

Desplazamientos (cm.)

2.7 4.5
4
2.3 3 Vanos 3.5 3 Vanos
2 Vanos 3 2 Vanos
1.9
2.5
1.5 2
200 300 400 500 600 200 300 400 500 600
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)

Cortantes de cedencia de pórticos mínimo, medio y Cortantes de cedencia de pórticos mínimo, medio y
máximo de 2 pisos tipo aporticado de 2800 máximo de 4 pisos tipo Losa plana

26.5
Cortantes basales (Tn.)
Cortantes basales (Tn.)

42
21.5
32
16.5 3 Vanos 3 Vanos
7
22
11.5 2 Vanos 2 Vanos
6.5
12

1.5 2
200 300 400 500 200 300 400 500 600
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)

167
Anexos Capítulo 2

Anexo 2.4 Tablas de ecuaciones generadas por los modelos de transición.


“y” es el parámetro de caracterización mecánica, “x” es la longitud de vano

N° de Vanos
ECUACIONES (pórticos de direción mayor)
MODELO
N° PISOS
PERÍODO DESPLAZAMIENTO DE CEDENCIA

T DY
2 y = 0.0000021600x2 - 0.0018520000x + 0.58320 y = -0.0000693430x2 + 0.0560759038x - 9.46167
2 3 y = 0.0000025200x2 - 0.0024400000x + 0.79170 y = 0.0001125092x2 - 0.0824799293x + 16.31610
4 y = 0.0000025800x2 - 0.0025110000x + 0.81300 y = 0.0001721792x2 - 0.1248425591x + 23.94706
2 y = 0.0000006122x2 - 0.0004055102x + 0.35644 y = -0.0000292026x2 + 0.0329014547x - 5.90379
3 y = 0.0000006837x2 - 0.0005343878x + 0.41027 y = 0.0000236916x2 - 0.0103518771x + 2.84143
3
4 y = 0.0000007449x2 - 0.0005956122x + 0.42638 y = 0.0000397063x2 - 0.0262795302x + 6.80180
LOSA PLANA

5 y = 0.0000003163x2 - 0.0001970408x + 0.33493 y = 0.0000397063x2 - 0.0262795302x + 6.77917


2 y = 0.0000002531x2 + 0.0000217901x + 0.28493 y = -0.0000169799x2 + 0.0221611046x - 3.14417
3 y = 0.0000012593x2 - 0.0010240741x + 0.56061 y = 0.0000317047x2 - 0.0203154962x + 5.79736
4
4 y = 0.0000003148x2 - 0.0000724074x + 0.32319 y = 0.0000271945x2 - 0.0173536691x + 5.50502
5 y = 0.0000003148x2 - 0.0000724074x + 0.32359 y = 0.0000271945x2 - 0.0173536691x + 5.33804
2 y = 0.0000001319x2 + 0.0002345833x + 0.25811 y = 0.0021354692x + 2.2824987840
5
3 y = 0.0000001111x2 + 0.0002261111x + 0.27857 y = 0.0024370348x + 2.4263453377
6 3 y = -0.0000000988x2 + 0.0005730864x + 0.20743 y = 0.0033777010x + 2.1336553662
7 3 y = -0.0000000655x2 + 0.0005526856x + 0.25073 y = 0.0026851408x + 2.8680801375
8 3 y = -0.0000000926x2 + 0.0006133701x + 0.26281 y = 0.0022230173x + 3.4948301370
2 y = 0.0000009400x2 - 0.0009490000x + 0.37890 y = 0.0000089605x2 - 0.0045475504x + 1.61773
2 3 y = 0.0000010600x2 - 0.0011750000x + 0.47490 y = -0.0000176841x2 + 0.0182175931x - 3.06348
4 y = 0.0000010600x2 - 0.0011750000x + 0.47620 y = 0.0000876779x2 - 0.0656853399x + 13.37502
2 y = 0.0000003061x2 - 0.0003891837x + 0.33559 y = 0.0000005039x2 + 0.0018728235x + 0.74063
3 y = 0.0000003163x2 - 0.0004298980x + 0.36516 y = -0.0000180861x2 + 0.0180698315x - 2.56274
3
4 y = 0.0000003163x2 - 0.0004284694x + 0.36545 y = 0.0000279575x2 - 0.0208842728x + 5.30793
5 y = 0.0000003163x2 - 0.0004284694x + 0.36605 y = 0.0000279575x2 - 0.0208842728x + 5.29205
AP_2800

2 y = 0.0000000432x2 - 0.0000588272x + 0.28920 y = 0.0000164226x2 - 0.0122207205x + 4.42913


3 y = 0.0000000432x2 - 0.0000658642x + 0.30215 y = 0.0000179816x2 - 0.0135552551x + 4.74986
4
4 y = 0.0000000432x2 - 0.0000614198x + 0.29990 y = 0.0000329359x2 - 0.0242864151x + 6.55291
5 y = 0.0000000432x2 - 0.0000614198x + 0.29980 y = 0.0000329359x2 - 0.0242864151x + 6.31738
2 y = -0.0000000764x2 + 0.0001604167x + 0.28178 y = 0.0014252192x + 2.2771114001
5
3 y = -0.0000000764x2 + 0.0001569444x + 0.30254 y = 0.0016023196x + 2.2992521907
6 3 y = -0.0000003296x2 + 0.0005069259x + 0.21997 y = 0.0021108673x + 2.2137684054
7 3 y = -0.0000002205x2 + 0.0004242915x + 0.28745 y = 0.0024299513x + 2.2335323609
8 3 y = -0.0000001945x2 + 0.0004316784x + 0.32007 y = 0.0025986554x + 2.3004629252
2 y = 0.0000009400x2 - 0.0009490000x + 0.37890 y = -0.0000148755x2 + 0.0137346356x - 1.46697
2 3 y = 0.0000010600x2 - 0.0011750000x + 0.47490 y = -0.0000271011x2 + 0.0256489777x - 4.26976
4 y = 0.0000010600x2 - 0.0011750000x + 0.47620 y = 0.0000622505x2 - 0.0457381594x + 9.72659
2 y = 0.0000003061x2 - 0.0003891837x + 0.33559 y = -0.0000053850x2 + 0.0072560251x + 0.09631
3 y = 0.0000003163x2 - 0.0004298980x + 0.36516 y = 0.0000133704x2 - 0.0071967030x + 2.83772
3
4 y = 0.0000003163x2 - 0.0004284694x + 0.36545 y = 0.0000363221x2 - 0.0275405636x + 7.02385
5 y = 0.0000003163x2 - 0.0004284694x + 0.36605 y = 0.0000363221x2 - 0.0275405636x + 7.05116
AP_4200

2 y = 0.0000000432x2 - 0.0000588272x + 0.28920 y = -0.0000008417x2 + 0.0047196273x + 1.0101


3 y = 0.0000000432x2 - 0.0000658642x + 0.30215 y = 0.0000088632x2 - 0.0044307167x + 3.0544
4
4 y = 0.0000000432x2 - 0.0000614198x + 0.29990 y = 0.0000452808x2 - 0.0367571922x + 9.89492
5 y = 0.0000000432x2 - 0.0000614198x + 0.29980 y = 0.0000452808x2 - 0.0367571922x + 9.85325
2 y = -0.0000000764x2 + 0.0001604167x + 0.28178 y = 0.0019288679x + 3.0862197675
5
3 y = -0.0000000764x2 + 0.0001569444x + 0.30254 y = 0.0036351648x + 2.2820617830
6 3 y = -0.0000003296x2 + 0.0005069259x + 0.21997 y = 0.0041240318x + 2.1588327617
7 3 y = -0.0000002205x2 + 0.0004242915x + 0.28745 y = 0.0040495080x + 2.3477483619
8 3 y = -0.0000001945x2 + 0.0004316784x + 0.32007 y = 0.0043397171x + 2.3039259023

168
Anexos Capítulo 2

N° de Vanos
ECUACIONES (pórticos de direción mayor)

MODELO
N° PISOS
CORTANTE BASAL DE CEDENCIA

VY
2 y = -0.0005867093x2 + 0.4731488652x - 82.04127
2 3 y = -0.0003685920x2 + 0.3678145887x - 73.50545
4 y = -0.0010652586x2 + 0.9673099845x - 194.84956
2 y = -0.0001716176x2 + 0.1707189531x - 27.59738
3 y = -0.0000394004x2 + 0.0802253736x - 9.18507
3
4 y = -0.0001478688x2 + 0.1777941564x - 24.5354
LOSA PLANA

5 y = -0.0001478688x2 + 0.1777941564x - 18.91693


2 y = -0.0001021385x2 + 0.1186893595x - 11.93860
3 y = -0.0000880768x2 + 0.1236025387x - 9.69815
4
4 y = -0.0001091647x2 + 0.1558988495x - 11.3537
5 y = -0.0001091647x2 + 0.1558988495x - 2.8668
2 y = 0.0258867373x + 12.6949636996
5
3 y = 0.0404282439x + 15.9077582335
6 3 y = 0.0401211102x + 19.3443606795
7 3 y = 0.0355118327x + 25.4908429379
8 3 y = 0.0322665361x + 30.8595568213
2 y = 0.0003044993x2 - 0.1149507377x + 12.5705
2 3 y = 0.0003013249x2 - 0.0921538335x + 1.95805
4 y = 0.0005013739x2 - 0.1995470300x + 16.8317
2 y = 0.0002365977x2 - 0.0982897704x + 16.17494
3 y = 0.0002112654x2 - 0.0567598329x + 5.93977
3
4 y = 0.0001951412x2 + 0.0112879150x - 14.3874
5 y = 0.0001951412x2 + 0.0112879150x - 8.2987
AP_2800

2 y = 0.0001659410x2 - 0.0544928515x + 12.9948


3 y = 0.0002456475x2 - 0.1020192753x + 22.43370
4
4 y = 0.0002051770x2 - 0.0173583447x + 1.35083
5 y = 0.0002051770x2 - 0.0173583447x + 10.84404
2 y = 0.0672303493x - 7.2921971063
5
3 y = 0.0992606922x - 18.7622684581
6 3 y = 0.1160230031x - 18.4522831965
7 3 y = 0.1147447988x - 8.5951612817
8 3 y = 0.1135638990x + 0.1881607046
2 y = 0.0003651937x2 - 0.1162310753x + 9.03164
2 3 y = 0.0005369966x2 - 0.2306630732x + 23.92195
4 y = 0.0006857213x2 - 0.3003661263x + 33.48304
2 y = 0.0002577376x2 - 0.0730181564x + 8.19802
3 y = 0.0003878037x2 - 0.1548594750x + 22.16368
3
4 y = 0.0003018100x2 - 0.0193483426x - 12.23075
5 y = 0.0003018100x2 - 0.0193483426x - 3.36482
AP_4200

2 y = 0.0001843734x2 - 0.0345357922x + 7.89499


3 y = 0.0002956966x2 - 0.1015168259x + 21.15862
4
4 y = 0.0002943830x2 - 0.0444248097x + 6.96953
5 y = 0.0002943830x2 - 0.0444248097x + 20.44455
2 y = 0.0898757020x - 9.3439804514
5
3 y = 0.1481163803x - 32.8812250977
6 3 y = 0.1685886262x - 33.6010902083
7 3 y = 0.1639643681x - 20.7536926133
8 3 y = 0.1604838205x - 9.8173137709

169
Anexos Capítulo 2

N° de VANOS

ECUACIONES (pórticos de direción menor)


MODELO

N° PISOS

PERÍODO DESPLAZAMIENTO DE CEDENCIA

T DY
2 y = 0.0000021600x2 - 0.0018520000x + 0.58320 y = -0.0000693430x2 + 0.0560759038x - 9.46167
2
3 y = 0.0000023000x2 - 0.0019870000x + 0.61720 y = 0.0000719120x2 - 0.0435356664x + 7.84777
2 y = 0.0000006122x2 - 0.0004055102x + 0.35644 y = -0.0000292026x2 + 0.0329014547x - 5.90379
3
LOSA PLANA

3 y = 0.0000006837x2 - 0.0004776531x + 0.37557 y = -0.0000020726x2 + 0.0088397549x - 0.60602


2 y = 0.0000002531x2 + 0.0000217901x + 0.28493 y = -0.0000169799x2 + 0.0221611046x - 3.14417
4
3 y = 0.0000002963x2 - 0.0000237037x + 0.29710 y = 0.0000311448x2 - 0.0154215669x + 3.94611
5 2 y = 0.0000001319x2 + 0.0002345833x + 0.25811 y = 0.0021354692x + 2.2824987840
6 2 y = -0.0000001402x2 + 0.0006048864x + 0.19907 y = 0.0013857270x + 3.0367160561
7 2 y = -0.0000001175x2 + 0.0006054884x + 0.23241 y = 0.0016772276x + 3.2109357588
8 2 y = -0.0000001185x2 + 0.0006316106x + 0.25644 y = 0.0018639065x + 3.4037735883
2 y = 0.0000009400x2 - 0.0009490000x + 0.37890 y = 0.0000089605x2 - 0.0045475504x + 1.61773
2
3 y = 0.0000009600x2 - 0.0009640000x + 0.38360 y = -0.0000110807x2 + 0.0111976928x - 1.30347
2 y = 0.0000003061x2 - 0.0003891837x + 0.33559 y = 0.0000005039x2 + 0.0018728235x + 0.74063
3
3 y = 0.0000002959x2 - 0.0003774490x + 0.33383 y = 0.0000032553x2 - 0.0002632595x + 1.14475
AP_ 2800

2 y = 0.0000000432x2 - 0.0000588272x + 0.28920 y = 0.0000164226x2 - 0.0122207205x + 4.42913


4
3 y = 0.0000000370x2 - 0.0000451852x + 0.28388 y = 0.0000217018x2 - 0.0142487385x + 4.11906
5 2 y = -0.0000000764x2 + 0.0001604167x + 0.28178 y = 0.0014252192x + 2.2771114001
6 2 y = -0.0000004646x2 + 0.0006081818x + 0.19418 y = 0.0020570914x + 2.2495901510
7 2 y = -0.0000002670x2 + 0.0004497476x + 0.27545 y = 0.0022049479x + 2.4241492602
8 2 y = -0.0000002301x2 + 0.0004483547x + 0.31037 y = 0.0022880115x + 2.5995722772
2 y = 0.0000009400x2 - 0.0009490000x + 0.37890 y = -0.0000148755x2 + 0.0137346356x - 1.4669
2
3 y = 0.0000009600x2 - 0.0009640000x + 0.38360 y = -0.0000181579x2 + 0.0156663047x - 1.77092
2 y = 0.0000003061x2 - 0.0003891837x + 0.33559 y = -0.0000053850x2 + 0.0072560251x + 0.09631
3
3 y = 0.0000002959x2 - 0.0003774490x + 0.33383 y = 0.0000362825x2 - 0.0259516827x + 6.38723
AP_ 4200

2 y = 0.0000000432x2 - 0.0000588272x + 0.28920 y = -0.0000008417x2 + 0.0047196273x + 1.01019


4
3 y = 0.0000000370x2 - 0.0000451852x + 0.28388 y = 0.0000570366x2 - 0.0439120431x + 10.60977
5 2 y = -0.0000000764x2 + 0.0001604167x + 0.28178 y = 0.0019288679x + 3.0862197675
6 2 y = -0.0000004646x2 + 0.0006081818x + 0.19418 y = 0.0034616650x + 2.6061072607
7 2 y = -0.0000002670x2 + 0.0004497476x + 0.27545 y = 0.0040119123x + 2.5710727315
8 2 y = -0.0000002301x2 + 0.0004483547x + 0.31037 y = 0.0040475119x + 2.7059229522

170
Anexos Capítulo 2

N° de VANOS ECUACIONES (pórticos de direción menor)


MODELO

N° PISOS

CORTANTE BASAL DE CEDENCIA

VY
2 y = -0.0005867093x2 + 0.4731488652x - 82.04127
2
3 y = -0.0007721807x2 + 0.6326616342x - 110.00433
2 y = -0.0001716176x2 + 0.1707189531x - 27.59738
3
LOSA PLANA

3 y = -0.0001905549x2 + 0.1964563397x - 29.14509


2 y = -0.0001021385x2 + 0.1186893595x - 11.93860
4
3 y = -0.0001108975x2 + 0.1409176099x - 11.30121
5 2 y = 0.0258867373x + 12.6949636996
6 2 y = 0.0111438063x + 22.6905906810
7 2 y = -0.0003270844x + 32.6600192590
8 2 y = -0.0080519688x + 41.4488917270
2 y = 0.0003044993x2 - 0.1149507377x + 12.57053
2
3 y = 0.0003668050x2 - 0.1149734986x + 9.08972
2 y = 0.0002365977x2 - 0.0982897704x + 16.17494
3
3 y = 0.0005027970x2 - 0.2664244918x + 46.18799
AP_ 2800

2 y = 0.0001659410x2 - 0.0544928515x + 12.99482


4
3 y = 0.0001007436x2 + 0.0445322144x - 8.42683
5 2 y = 0.0672303493x - 7.2921971063
6 2 y = 0.0820485001x - 7.6765341518
7 2 y = 0.0839127010x - 0.7335300319
8 2 y = 0.0850440164x + 5.6103615298
2 y = 0.0003651937x2 - 0.1162310753x + 9.03164
2
3 y = 0.0005344536x2 - 0.1761547983x + 14.41875
2 y = 0.0002577376x2 - 0.0730181564x + 8.19802
3
3 y = 0.0001690568x2 + 0.0434714404x - 15.90233
AP_ 4200

2 y = 0.0001843734x2 - 0.0345357922x + 7.89499


4
3 y = 0.0003007719x2 - 0.0810440041x + 17.89316
5 2 y = 0.0898757020x - 9.3439804514
6 2 y = 0.1112890834x - 12.9800281252
7 2 y = 0.1146144957x - 6.5290089480
8 2 y = 0.1165698244x - 0.7460898494

171
Anexos Capítulo 3

Anexo 3.1 Espectros utilizados para la evaluación del daño en los edificios de MNR

FAMILIA DE ESPECTROS PARA SUELO MEDIO DE LA CIUDAD DE CUENCA (PGA=0.30g)

3
2.5
2
Sa

1.5
1
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)

ESPECTRO NORMALIZADO PROMEDIO PARA SUELO MEDIO DE LA CIUDAD DE CUENCA

3
2.5
2
Sa/ams

1.5
1
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)

FAMILIA DE ESPECTROS PARA SUELO BLANDO DE LA CIUDAD DE CUENCA (PGA=0.25g)

1.5
Sa

0.5

0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)

ESPECTRO NORMALIZADO PROMEDIO PARA SUELO BLANDO DE LA CIUDAD DE


CUENCA

2.5
2
Sa/ams

1.5
1
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)

172
Anexos Capítulo 4

Anexo 4.1 Espectros inelásticos de respuesta utilizados para la evaluación del daño en los
edificios de HA

ESPECTROS INELÁSTICOS DE DESPLAZAMIENTOS PARA SUELO MEDIO DE LA CIUDAD DE


CUENCA (PGA=0.05g)
2.5
Desplazamientos (cm)

2
Duct.=2.5
1.5
Duct.=3
1
Duct.=3.5
0.5
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)

ESPECTROS INELÁSTICOS DE DESPLAZAMIENTOS PARA SUELO BLANDO DE LA CIUDAD


DE CUENCA (PGA=0.05g)
3
Desplazamientos (cm)

2.5
2 Duct=2.5
1.5 Duct=3
1 Duct=3.5
0.5
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)

ESPECTROS INELÁSTICOS DE DESPLAZAMIENTOS PARA SUELO MEDIO DE LA CIUDAD DE


CUENCA (PGA=0.25g)
10
Desplazamientos (cm)

8
Duct=2.5
6
Duct=3
4
Duct=3.5
2
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)

ESPECTROS INELÁSTICOS DE DESPLAZAMIENTOS PARA SUELO BLANDO DE LA CIUDAD


DE CUENCA (PGA=0.25g)
14
Desplazamientos (cm)

12
10 Duct=2.5
8
Duct=3
6
4 Duct=3.5
2
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)

173
Lista de Tablas

LISTA DE TABLAS

Tabla 1.1 Calificaciones y pesos de los ítems de vulnerabilidad en MNR. 2

Tabla 1.2 Calificaciones y pesos de los ítems de vulnerabilidad en HA. 2

Tabla 2.1 Pesos Específicos de material de pared. 30

Tabla 2.2 Número de pisos vs. dimension de columnas en planta baja. 38

Tabla 2.3 Tabla de pórticos que se generarán para representar los edificios de hormigón 47
armado según el número de pisos y el número de vanos.

Tabla 2.4 Resumen de modelos para pushover (Pórticos “promedio”). 48

Tabla 4.1 Distribución típica de costos de los componentes estructurales y no estructurales 108
de edificios de hormigón armado del Eixample, Barcelona.

Tabla 4.2 Algunas relaciones entre grado e índice de daño global de estructuras. 130

Tabla 4.3 Denominación y relación adoptada entre el grado y el índice de daño global. 131

Tabla 4.4 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de MNR y varios niveles de 131
PGA.

Tabla 4.5 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de HA y varios niveles de 131
PGA.

174
Lista de Figuras

LISTA DE FIGURAS

Figura 1.1 Vulnerabilidad en edificaciones de mampostería no reforzada, en la ciudad de 3


Cuenca.

Figura 1.2 Vulnerabilidad en edificaciones de hormigón armado, en la ciudad de Cuenca. 4

Figura 1.3 Vulnerabilidad en edificaciones de MNR y HA, en la ciudad de Cuenca. 4

Figura 1.4 Función de Vulnerabilidad. 6

Figura 2.1 Modelo de eje de cortante (a) y Modelo de panel (b). 12

Figura 2.2 Modelo de un grado de libertad y Modelo elastoplástico. 13

Figura 2.3 Relación de aspecto y Distribución Modular de paredes. 24

Figura 2.4 Idealización del modelo panel para las direcciones “x” e “y”. 28

Figura 2.5 Esquema de un panel cuando existe variación del material de paredes: un solo 29
material (a) y dos tipos diferentes de material (b).

Figura 2.6 Frecuencias de longitudes comunes de vanos. 34

Figura 2.7 Longitud en planta vs. número de columnas. 34

Figura 2.8 Longitud en planta vs. número de columnas. 35

Figura 2.9 Altura de columnas en el primer piso (a) y Altura de Columnas en los pisos 36
superiores (b).

Figura 2.10 Espesor de losas. 36

Figura 2.11 Número de pisos vs. área de columnas en planta baja. 37

Figura 2.12 Cuantías comunes del refuerzo longitudinal de columnas. 38

Figura 2.13 Cuantías del refuerzo longitudinal en vigas interiores. 39

Figura 2.14 Cuantías del refuerzo longitudinal en vigas interiores. 39

Figura 2.15 Patrón de armado de estribos en vigas. 41

175
Lista de Figuras

Figura 2.16 Patrón de armado de columnas. 42

Figura 2.17 Idealización tridimensional (a) y Modelos bidimensionales desagregados (b). 43

Figura 2.18 Esquema sobre hipótesis de cuerpo rígido y simetría; grados de libertad: 45
modelo con tres grados de libertad (a), modelo de dos grados de libertad (b),
modelo de un grado de libertad (c).

Figura 2.19 Ensayo momento-curvatura. 51

Figura 2.20 Curva backbone de tendencia a partir del comportamiento histerético real (a) y 52
curva idealizada (b).

Figura 3.1 Comportamiento observado en ensayos de paneles de mampostería. 58

Figura 3.2 Tipos de agrietamiento: fisuras “a” de cortante al 62% de la carga máxima, 59
fisuras “b” de cortante al alcanzar la carga máxima (a); fisuras “a” de
comportamiento a flexión, fisuras “b” de cortante.

Figura 3.3 Transferencia de corte a través de las gritas verticales. 60

Figura 3.4 Esquema de equilibrio de fuerzas sobre el panel de mampostería agrietada en su 61


base.

Figura 3.5 Estados de carga sobre una pared: (a) pared agrietada, (c) pared con esfuerzos 62
de compresión en toda la base, (b) estado transitorio entre (a) y (c).

Figura 3.6 Modelo panel con sus variables de caracterización. 66

Figura 3.7 Áreas tributarias sobre los modelos panel. 68

Figura 3.8 Distribución de áreas tributarias sobre los muros a analizar en los modelos de 70
eje de corte.

Figura 3.9 Esquema de parámetros y cargas del modelo de eje de corte. 70

Figura 3.10 Área modular, división de áreas menores “Amen” y áreas mayores ”Amay”. 71

Figura 3.11 Esquema de los aspectos que comprende un estudio de vulnerabilidad sísmica a 80
gran escala.

Figura 4.1 Sistema masa-resorte de “n” grados de libertad 89

176
Lista de Figuras

Figura 4.2 Cortantes basales (a), desplazamientos en nudos de monitoreo (b), patrones de 93
diagramas de momentos (c), curva pushover (d)

Figura 4.3 Puntos notables de la curva pushover. 100

Figura 4.4 Mecanismos de colapso deficiente (a) y adecuado (b). 105

Figura 4.5 Representación esquemática de un espectro de respuesta. 114

Figura 4.6 Espectro inelástico (trilogarítmico) de Newmark y Hall. 115

Figura 4.7 Comportamiento elástico y reevaluación de parámetros. 123

Figura 4.8 Funciones de vulnerabilidad preliminares para las edificaciones de MNR. 126

Figura 4.9 Funciones de vulnerabilidad preliminares para las edificaciones de HA. 127

Figura 4.10 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de 128
MNR.

Figura 4.11 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de HA. 128

Figura 4.12 Mapa de aceleraciones máximas para fuentes superficiales. 130

Figura 6.1 Daño general en las edificaciones de MNR. 139

Figura 6.2 Daño según el tipo de suelo de las edificaciones de MNR. 140

Figura 6.3 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de MNR. 141

Figura 6.4 Daño según el tipo de material de construcción de las edificaciones de MNR. 143

Figura 6.5 Daño general en las edificaciones de HA. 144

Figura 6.6 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de HA. 145

Figura 6.7 Daño según el tipo de suelo de las edificaciones de HA. 146

177

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