Escenarios de Daño Sísmico de La Ciudad de Cuenca
Escenarios de Daño Sísmico de La Ciudad de Cuenca
Escenarios de Daño Sísmico de La Ciudad de Cuenca
FACULTAD DE INGENIERÍA
Cuenca – Ecuador
AGRADECIMIENTO
Nos gustaría expresar nuestra gratitud a todas las personas que contribuyeron al
desarrollo de este trabajo de investigación.
Henry
Valeria
TABLA DE CONTENIDOS
1 INTRODUCCIÓN 1
3.3.1 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de madera o 66
mixto (modelo panel)
3.3.2 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de hormigón 69
armado (modelo de eje de cortante)
3.4 Determinación del Índice Global de Daño en los modelos representativos de las 73
edificaciones de MNR de la ciudad
3.4.1 Índices de daño estructural para las edificaciones de MNR de la ciudad de Cuenca 76
4.2.2 Ductilidades globales de desplazamiento para los edificios de la ciudad de Cuenca 101
4.4.3 Aplicación del Programa SPEC95 para la obtención de espectros inelásticos de 115
respuesta
4.6.1 Evaluación del daño global en los edificios de hormigón armado 121
REFERENCIAS 155
ANEXOS 159
Capítulo1
Anexo 1.1 Mapa de vulnerabilidad de las edificaciones de MNR de la ciudad de Cuenca 160
Anexo 1.3 Mapa de vulnerabilidad integrado de las edificaciones de la ciudad de Cuenca 162
Anexo 1.4 Diagrama de flujo general del Programa de Evaluación del Daño en Edificaciones 163
(PEDE)
Anexo 1.4.1 Procedimiento principal del programa PEDE que interactúa con la BAC y realiza 164
la llamada al procedimiento de cálculo de daño.
Capítulo 2
Anexo 2.1 Muestra de datos de los modelos de transición 165
Anexo 2.2 Muestra de resultados obtenidos del SAP2000 de los modelos de transición 166
Anexo 2.3 Muestra de curvas de generación de períodos, cortantes basales de cedencia y 167
desplazamientos de cedencia
Anexo 2.4 Tablas de ecuaciones generadas por los modelos de transición 168
Capítulo 3
Anexo 3.1 Espectros utilizados para la evaluación del daño en los edificios de MNR 172
Capítulo 4
Anexo 4.1 Espectros utilizados para la evaluación del daño en los edificios de HA 173
LISTA DE TABLAS 174
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
n
Iv Ki Wi (1.1)
i 1
El conjunto n, wi, ki, constituye el modelo de vulnerabilidad, y sus valores dependen del alcance
del estudio (parámetro “n”) y del criterio ingenieril (parámetros n, wi, ki). Para el presente
estudio, en vista de lo satisfactorio de los resultados, se adoptaron modelos de 11 ítems (n = 11)
usados en estudios similares en Italia y España (Benedetti D. et al., 1987; Consiglio Nazionale
delle Ricerche, Istituto di Ricerca sul Rischio Sismico, 1996; Yépez F. et al., 1996). A
continuación se presentan las tablas de calificaciones y pesos de ponderación de los modelos de
vulnerabilidad usados tanto para MNR cuanto para HA.
1
Introducción
11 ítems como nuevos campos de la BAC, los índices de vulnerabilidad se generaron para el
universo de edificaciones como otro campo independiente de la BAC, según la fórmula 1.1.
100
% de Edificaciones
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
BAJO M EDIO M EDIO ALTO M UY ALTO
BAJO
Vulne rabilidad
3
Introducción
Zo n a C en tra l Zo n a P eriférica
60
% de Edificaciones
50
40
30
20
10
0
B AJ O M E D IO M E D IO A L TO M U Y AL TO
B AJO
V ulne ra bilid a d
Zo na C entra l Zo na P eriférica
100
90
% de Edificaciones
80
70
60
50
40
30
20
10
0
B AJO M ED IO M ED IO ALTO M U Y ALTO
B AJ O
Vulne rabilidad
Ante todo, debe decirse que el método del Indice de Vulnerabilidad fue pensado por sus
propulsores para ser de aplicación mundial. Así, los grados de calificación cubren una
amplia gama de posibilidades en cuanto a calidades constructivas. Esto explica que en
muchos de los ítems, tanto en MNR como en HA, no se verifiquen ciertas calificaciones,
4
Introducción
sobre todo las extremas, lo cual significa que en la ciudad de Cuenca, para ciertos ítems, la
calidad constructiva de las edificaciones no es óptima pero tampoco muy precaria.
Del escenario de vulnerabilidad para MNR (Anexo 1.1), es notorio que el Centro Histórico es
la zona más crítica de la ciudad, con índices de vulnerabilidad medios y altos. Ello se debe a
que en el Centro Histórico se concentran las edificaciones más antiguas de la ciudad, con
paredes de adobe y/o bajareque que presentan una degradación importante en muchos casos,
lo cual repercute en su capacidad resistente a cortante. Además, características como la gran
variabilidad de alturas de entrepiso, la poca profundidad de los cimientos y el pequeño grado
de ligazón de las paredes (deficiente funcionamiento de vigas de amarre, pocas provisiones
en los encuentros esquineros) vuelven a los muros susceptibles de fallar por volcamiento y,
por tanto, a este tipo de edificaciones especialmente vulnerables en la ciudad.
En cuanto a los edificios de HA, muchas de las calificaciones están regidas por la tipología
del edificio. En la ciudad de Cuenca predomina la tipología de losa plana, entre otras
razones porque su uso coincidió con un período de gran crecimiento de la ciudad (setenta y
ochenta). Se sabe, por otra parte, que tal tipología tiene serias limitaciones del
comportamiento sísmico, lo cual penaliza la calificación en una serie de ítems la metodología
del índice de vulnerabilidad y explica los altos índices de vulnerabilidad que exhibe el mapa
de HA (Anexo 1.2) .
5
Introducción
fases generales que debe contemplar cualquier estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala: 1)
clasificación de las estructuras de estudio (abscisas de la función de vulnerabilidad), y 2)
evaluación de porcentajes de daño global (ordenadas de la función de vulnerabilidad).
FUNCIÓN DE VULNERABILIDAD
100%
80%
% DAÑO
60%
40%
20%
0%
0 50 100 150 200 250 300 350
ÍNDICE DE VULNERABILIDAD
La presente tesis se concentra en la segunda fase del estudio general, esto es, en la evaluación de
porcentajes globales de daño. Esto supuso la simulación a gran escala del comportamiento
sísmico de las edificaciones de la ciudad. El daño se calculó, tanto para las edificaciones de
mampostería no reforzada, MNR, como para los edificios de HA, bajo el esquema de demanda
vs. capacidad, utilizando el cortante a nivel de piso (en el caso de MNR) y el desplazamiento
relativo máximo (en el caso de HA) como parámetros de daño.
Fases generales del proceso de evaluación del daño global son: 1) Modelización estructural, 2)
Definición de la acción sísmica, 3) Establecimiento de parámetros de demanda, 4)
Establecimiento de parámetros de capacidad y 5) Simulación a gran escala del comportamiento
sísmico.
6
Introducción
Los parámetros de capacidad para MNR (cortantes a nivel de piso) se hallaron mediante la
aplicación del modelo de Abrams (Apartado 3.2); en cambio, para los edificios de HA, los
desplazamientos relativos de capacidad se obtuvieron a partir de una aplicación selectiva de
análisis pushover sobre modelos analíticos tipo pórtico representativos de los edificios (Apartado
4.1) y de una apropiada asignación de ductilidades globales de desplazamiento (Apartado 4.2).
En cuanto a los parámetros de demanda, se establecieron a partir del análisis dinámico de las
edificaciones. Para las edificaciones de MNR se utilizó el análisis modal espectral y para los
edificios de HA, espectros inelásticos de respuesta (lo cual implica la determinación previa de
los períodos naturales de vibración).
Con relación a la definición de la acción sísmica, ésta constituye una síntesis de los estudios de
peligrosidad sísmica a nivel regional y local (efectos locales del terreno), ya que, en último
término, lo que interesa como excitación para efectos de simulación del comportamiento sísmico
de las edificaciones es la acción sísmica en la superficie. Muy brevemente puede decirse que del
estudio de peligrosidad sísmica a nivel regional se obtuvieron niveles de aceleración máxima en
roca para diferentes períodos de retorno (Peñafiel P., 2000); en cambio, en el estudio de los
efectos locales del terreno se microzonificó, desde el punto de vista del comportamiento
dinámico, a los suelos de la ciudad de Cuenca (Encalada M., 2000), clasificándolos en dos tipos
(según la propuesta del Nuevo Código Ecuatoriano de la Construcción): S2, suelo firme y S3,
suelo blando.
Ahora bien, partiendo del nivel de aceleración máxima en roca, PGA, de 0.25g, correspondiente
a un período de retorno de 475 años (período de retorno que asumen los códigos para el sismo de
diseño), se definieron 5 eventos sísmicos en ese entorno, con miras a la generación de escenarios
de daño. Bajo este criterio, los niveles de PGA decididos fueron los siguientes: 0.05g, 0.1g,
0.2g, 0.25g y 0.3g.
El único registro real que se obtuvo, fue el del sismo de Saraguro, con un PGA de 0.011g, cuyo
valor no estaba dentro de los niveles requeridos, pero fue utilizado al momento de probar los
modelos y calibrar las funciones de vulnerabilidad.
7
Introducción
En vista de la no disponibilidad de registros de sismos fuertes para la ciudad, hubo que generar
acelerogramas sintéticos mediante la simulación de la ruptura del Sistema de Fallas Girón para
los 5 niveles de PGA considerados y para los dos tipos de suelo de la ciudad. Partiendo de éstos
registros sintéticos, mediante el uso del programa SHAKE91, se obtuvieron familias de
acelerogramas en superficie y espectros de aceleración promedios (para cada nivel de PGA y
para cada tipo de suelo), que fueron las acciones sísmicas finales para el establecimiento de los
parámetros de demanda de los modelos de HA y MNR, respectivamente (Apartado 3.5).
El análisis dinámico a gran escala se realizó sobre modelos analíticos sencillos generados a partir
de idealizaciones tridimensionales de las edificaciones de la ciudad. Tal idealización, la
generación de los parámetros dinámicos correspondientes y el análisis dinámico se realizaron en
el marco de un programa general en Visual Basic, PEDE (Programa de Evaluación del Daño en
Edificaciones) (Anexo 1.4), el cual interactúa bien con la Base de Datos de Actualización
Catastral de la Ciudad de Cuenca, BAC, en ACCESS. Dicho programa asimila la información
de cada edificación y va más allá del análisis dinámico, hasta la evaluación de los índices
globales de daño, a los cuales ubica como un nuevo campo de la BAC.
Con los índices de daño calculados para los distintos niveles de aceleración y los índices de
vulnerabilidad evaluados en la primera fase del estudio, se pueden graficar las llamadas
funciones de vulnerabilidad: índices de vulnerabilidad (abscisas) vs. porcentajes de daño
(ordenadas), herramientas fundamentales para estudios de predicción de daños y mitigación.
Con la base de datos, que está a nivel predial, y la cartografía digital que se tiene, una buena
parte a nivel predial y otra a nivel manzanero, se vincularon mediante un SIG (El ARCVIEW ya
se lo había utilizado para crear mapas de índices de vulnerabilidad y se lo utilizó nuevamente
para los escenarios de daño) a través de la clave catastral de cada predio (que hasta cierto punto
de la cadena numérica representa la clave manzanera).
8
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
CAPÍTULO 2
Los modelos estructurales deben ser una síntesis de la información recabada de las edificaciones;
por esto, y para evitar que se “desaproveche” información, hay que decidir con antelación el tipo
de modelo a adoptar. Por otra parte, se debe tener presente que la complejidad del modelo está
en estrecha relación con la complejidad del análisis dinámico. Así pues, los mejores modelos
serán aquellos que, siendo sencillos, asimilan la mayor cantidad de información posible.
Las edificaciones de la ciudad de Cuenca se ubican, según sus esquemas resistentes a cargas
laterales, dentro de dos categorías generales: mampostería no reforzada, MNR, y hormigón
armado, HA. A continuación, se describirán los modelos para las dos categorías adoptadas.
9
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Los modelos estructurales más complejos son los espaciales, que consideran los seis grados de
libertad por nudo. Puede, incluso, pensarse en modelos tridimensionales con diferentes niveles
de discretización. Estos modelos son inadecuados para este tipo de estudios, por el gran
volumen de información que se obtendrían de los resultados. Modelos menos complejos pero
aún excesivos -para estudios de vulnerabilidad sísmica a escala de ciudad- son los aporticados
bidimensionales con elementos barra y tres grados de libertad por nudo. Así pues, no es difícil
inferir que los modelos de eje de corte y los de un grado de libertad son los más utilizados en
estudios de vulnerabilidad sísmica a gran escala (Yépez F., 1995).
En este sentido, resulta de gran interés el estudio de D. Moric (Moric D., 1986; Yépez F., 1995),
en el cual se comparan los resultados de comportamiento sísmico de edificios de hormigón
armado y de mampostería no reforzada combinando varios tipos de modelos estructurales con
distintas definiciones de acción sísmica. En relación con los modelos, Moric consideró dos
tipos: el de pórticos tridimensionales conectados y con sistemas de piso rígido y el de eje de
cortante según las direcciones ortogonales; para ambos asumió un comportamiento no lineal
utilizando sistemas bilineales de carga-deformación. Los resultados dieron como conclusión que
para el caso de edificaciones de mampostería no reforzada, una idealización suficientemente
aproximada para evaluar el daño sísmico puede obtenerse aplicando fuerzas estáticas
equivalentes a un modelo de eje de cortante.
Por otro lado, A. W. Hendry (Hendry A. W., 1990; Yépez F., 1995), quien sometió a carga lateral
modelos a escala natural de estructuras de mampostería, concluyó, corroborando el estudio de D.
Moric, que los modelos que mejor se ajustaban a los resultados de deflexiones laterales
obtenidos experimentalmente eran los que utilizaban discretizaciones en elementos finitos y los
de eje de cortante. Esto, pues, justifica el que se tome para el presente estudio el modelo de eje
de cortante como idealización de las edificaciones de mampostería no reforzada.
El modelo de eje de cortante concentra las masas en cada piso, y en su versión más compleja
puede tomar en cuenta rigideces finitas en pisos y nudos. Para el presente estudio, y para los
casos de edificaciones de mampostería con pisos constituidos por losas de hormigón, se
consideró suficiente tratarlos asumiendo la hipótesis de piso rígido, lo cual implica en términos
10
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
operativos el análisis de un grado de libertad por piso y para las dos direcciones ortogonales
principales.
Una forma de tener en cuenta esta flexibilidad del sistema de piso, bajo el modelo de eje de
cortante, es permitiendo un grado de libertad adicional de rotación en cada nudo del modelo. El
proceso matemático no se altera mucho con esta consideración; el problema radica en evaluar
fiablemente el valor de la rigidez efectiva del sistema de piso. Así pues, dada la falta de
información sobre la manera de encontrar valores de rigideces a flexión y a flexión-corte de
pisos flexibles, se prefirió en el presente estudio considerar, para todas aquellas edificaciones de
mampostería con pisos que no sean losas de hormigón (en razón de su deformabilidad y mala
conexión a las paredes) que los pisos no ejercen un arriostramiento efectivo a las paredes. En tal
virtud, el análisis dinámico y el de resistencia lateral máxima se realizaron suponiendo un solo
panel grande del tamaño del edificio, con todos los problemas de capacidad resistente e
inestabilidad fuera del plano que pudieran presentarse (Yépez F., 1995).
En resumen, se adoptaron para las edificaciones de MNR de la ciudad dos tipos de modelos: 1)
modelo de eje de cortante, para aquellas edificaciones con entrepisos de HA, y 2) modelo de
11
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
panel, para aquellas edificaciones sin entrepiso de HA (Figura 2.1). Evidentemente, son modelos
que desprecian todos los efectos que pudieran producirse debido a la torsión en planta; la
consideración de tales efectos hubiese supuesto un estudio exhaustivo de los patrones de
distribución de paredes en las edificaciones de la ciudad, y además un modelo y un análisis
dinámico más complejo, esfuerzos que rebasan los fines de este estudio.
Puesto que el tipo de edificación predominante en la ciudad de Cuenca es la de baja altura (los
edificios de 3 y 4 pisos de hormigón armado constituyen el 76% dentro de esta categoría
general), y consecuentes con los objetivos del estudio, se decidió adoptar para los edificios de
hormigón armado un modelo inelástico de un grado de libertad, SDOF. Un modelo de este tipo
es admisible cuando representa a edificios de cuyo comportamiento sísmico se espera que esté
fuertemente marcado por el primer modo de vibración, esto es, a edificios de baja altura y sin
potenciales problemas de torsión en planta.
Los efectos rotacionales en planta sólo podrán ser tenidos en cuenta en modelos
tridimensionales, que posibilitan la consideración de tales grados de libertad. Tal modelo
obligaría a reflejar el potencial de torsión mediante una adecuada representación -a nivel de
planta- del esquema resistente a cargas laterales y, además, ya en la fase del análisis dinámico, a
un “pesado” manejo de información; semejantes esfuerzos vuelven prohibitiva la consideración
de la torsión en planta en un proceso de simulación a gran escala, como el de este estudio. Por lo
12
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
demás, y por las razones expuestas, es práctica admitida a nivel mundial, tratándose de estudios
de vulnerabilidad sísmica a gran escala, despreciar los efectos torsionales de los edificios. Se ha
comprobado que los resultados así obtenidos revelan una aceptable calidad predictiva a nivel
global, y por tanto pueden constituir instrumentos útiles en planes de mitigación del riesgo
sísmico.
Existe diversidad de tipos de sistemas inelásticos SDOF, cuya complejidad esta dada por el
modelo de fuerza de restitución que se adopte; el más simple de todos estos modelos es el
elastoplástico, y los más complejos, aquellos que incorporan la degradación de rigidez y
resistencia del sistema y el fenómeno de “aplastamiento” de la curva histerética, asociados con
los problemas de cortante, deterioro de la adherencia y pérdida de capacidad de anclaje del
refuerzo longitudinal (Figura 2.2). Para el presente estudio se adoptó un modelo SDOF
elastoplástico. En el modelo elastoplástico tanto la carga como la descarga se realizan con una
pendiente igual a la rigidez elástica inicial. La fluencia ocurre para una fuerza que se mantiene
constante al aumentar las deformaciones inelásticas. Aún cuando difícilmente existen sistemas
estructurales reales que se comporten en esta forma, éste modelo es el más utilizado y en la
mayoría de los casos conduce a resultados satisfactorios para fines prácticos (Riddell R.; García
E., 1995).
k
m
C
k
1
u
k k
1 1
13
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Ahora bien, para que un modelo simple -como el SDOF elastoplástico- sea representativo, sus
parámetros deben caracterizar convenientemente el comportamiento inelástico global de la
estructura considerada. Para el tratamiento de los edificios de la ciudad, la idea directriz fue
establecer un modelo de transición que sirva para determinar de manera rápida los mejores
parámetros posibles. A ellos se llegó finalmente a través de la aplicación de análisis dinámico
básico y del análisis pushover sobre modelos bidimensionales representativos de los edificios de
la ciudad. Con el análisis dinámico, concretamente del estudio en vibración libre de los modelos
de transición, se obtuvieron sus períodos de vibración. El análisis pushover es un procedimiento
de análisis estático no lineal que reporta, entre otros resultados de interés, la llamada curva
pushover o curva de capacidad: un diagrama de carga-deformación que refleja el
comportamiento de la estructura modelizada ante cargas laterales incrementales, y del cual se
pueden obtener valores de cedencia y últimos para desplazamientos y cortantes basales.
La calidad de los resultados de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala, VSG, depende
mucho de la cantidad y calidad de información acerca de la evolución constructiva y de diseño
de las edificaciones del sitio objeto de estudio. Aún más, cuando -como en el presente estudio-
se utiliza una metodología cuyos objetivos implican 1) la categorización de las edificaciones a
través de índices de vulnerabilidad sísmica basados en la calificación de una serie de ítems
estructurales (grado de ligazón entre paredes, configuración en planta, resistencia convencional,
estado de conservación, etc.) y 2) la simulación del comportamiento sísmico de las edificaciones,
mediante la aplicación de acciones sísmicas en la base de sus correspondientes modelos
14
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Ya que la categorización a gran escala de las edificaciones depende de la revisión de una serie de
ítems, algunos muy específicos de este tipo de estudios, casi siempre resulta insalvable la
realización de un trabajo de inspección en campo. Se recomienda de manera especial, antes de
empezar a trabajar en la preparación de los formularios de inspección, tomarse el tiempo
necesario para acopiar toda la información (por ejemplo, para estudios de vulnerabilidad a nivel
de país: estadísticas del INEC, estudios de planificación, ordenanzas, tesis) que pueda tener
relación con la calidad de los ítems de vulnerabilidad. La aplicación de esta recomendación
puede producir significativos ahorros de trabajo de campo y, en consecuencia, de tiempo y de
recursos.
Resulta conveniente recabar las opiniones y testimonios de profesionales locales; esto sirve de
mucho a efectos de tener una idea clara de la evolución y del panorama actual de la construcción.
Aunque los modelos estructurales no asimilen toda la carga de información obtenida, ésta
posibilitará una categorización (mediante índices de vulnerabilidad) más precisa de las
edificaciones, que refleje mejor su real potencial sismorresistente. Así, aún cuando los modelos
estructurales no estén “a la medida” de la calidad de la información incorporada en los índices de
vulnerabilidad, los modelos de daño (funciones de vulnerabilidad o matrices de probabilidad de
daño) y el modelo de vulnerabilidad -si los índices de vulnerabilidad son realmente
representativos- resultarán instrumentos más fácilmente calibrables (Jiménez J., et al., 2000).
Dado que este trabajo es una extensión natural de la tesis “Determinación de los índices de
vulnerabilidad para las edificaciones de la ciudad de Cuenca” (Chérrez M., Peñafiel C., 2000) y
en vista de que este punto ya fue tratado en aquella, la utilidad que todavía reviste para el
desarrollo de este estudio, nos ha obligado prácticamente a transcribirlo.
15
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Etapa Colonial
El 12 de abril de 1557 se funda la Ciudad de Santa Ana de los Ríos de Cuenca, como una
confirmación legal de un hecho preexistente: el establecimiento de españoles en Tomebamba por
más de dos décadas. Hay, en esta fundación, algunos detalles urbanísticos que merecen ser
tomados en cuenta: la nueva ciudad se emplazó hacia el occidente de las ruinas incásicas de
Tomebamba, hacia la margen izquierda del río actualmente conocido como Tomebamba,
procediéndose al trazado de calles en la forma cuadricular (en damero) y según el sentido de los
puntos cardinales, característico de las fundaciones españolas; además, se distribuyeron terrenos
a los españoles, reservando un área para posteriores establecimientos, y se señalaron en las
afueras los terrenos para los indios.
En los primeros años se pusieron las bases materiales de la nueva ciudad. La preocupación
religiosa de los primeros pobladores se vio reflejada en la pronta construcción de varios templos
(San Blas, San Sebastián, El Vecino, San Cristóbal, San Roque, La Catedral o Iglesia Mayor),
los cuales estaban considerablemente separados entre sí. En realidad, la primitiva ciudad debe
haber semejado más bien un conjunto de aldeas dispersas, con los templos como núcleos. El
crecimiento de la ciudad en esta etapa no se realizaría -pues- concéntricamente hacia afuera,
sino, más bien, como un rellenamiento de los vacíos interiores.
16
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Etapa Republicana
La ciudad a mediados del siglo XIX -según testimonios escritos de la época- ni ha crecido ni se
ha modificado mucho con respecto al siglo anterior; se ha mantenido el plano original
cuadricular, y la principal calle de la ciudad sigue siendo la que corre en sentido este–oeste entre
San Sebastián y San Blas; en el otro sentido, la ciudad llegaba hacia el Sur hasta cerca de la
orilla izquierda del Tomebamba, y hacia el Norte, en algunos puntos, hasta la colina de Cullca.
La agricultura siguió siendo durante la primera mitad del siglo XIX la principal actividad de la
región, aunque catástrofes naturales -lluvias excesivas, sequías, heladas- provocaron una fuerte
migración de los azuayos hacia la Costa. A mediados de siglo empieza a despuntar la
manufactura de sombreros de paja toquilla, significando una de las mayores fuentes de ingreso
para los comerciantes, y uno de los productos con los que Ecuador ingresa al mercado mundial.
Con la inserción del país en el capitalismo mundial, las influencias europeas se hacen notorias.
Cuenca no se sustrajo de ellas: en lo arquitectónico, las fachadas se cambian con estilo neo-
clásico; en la planificación urbana se adoptaron modelos franceses; se incorporaron nuevos
materiales constructivos y las casas con pisos altos empezaron a construirse cada vez más,
utilizando la madera como material para los pisos.
En los años cincuenta, la economía cuencana experimenta una crisis, luego de una larga época de
bonanza comercial, producto de la exportación en gran escala del sombrero de paja toquilla; esto
ocasionó la emigración masiva de la población desempleada (básicamente del sector artesanal) a
la Costa y al Oriente. Todos estos fenómenos no provocaron cambios de importancia en el
proceso de crecimiento urbano de Cuenca. Un hecho, sin embargo, que merece destacarse es, en
el año de 1947, el primer intento de zonificación del espacio urbano de la ciudad, por iniciativa
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Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
de la Oficina de Obras Públicas Municipales, entidad que trae para el efecto al arquitecto
uruguayo Gilberto Gatto Sobral (colaborador en el Plan Regulador de Quito).
Desde los años 70, hasta hoy, la ciudad crece desmesuradamente debido al auge de la
construcción y el proceso de industrialización. Se va poblando la ciudad en todas las
direcciones, ocupándose sectores aledaños a la ciudad como la Panamericana Norte, el sector de
Sayausí, San Joaquín, Baños, Panamericana Sur, etc. (Chérrez M., Peñafiel C., 2000)
Materiales de construcción
Antes de 1950 se usaba básicamente adobe y bajareque. Las casas se construían de adobe
(únicamente) o de adobe y bajareque; eran más bien escasas las casas con paredes de
bajareque únicamente. La tipología mixta adobe-bajareque consistía por lo regular de
paredes exteriores de adobe e interiores de bajareque, o también piso bajo de adobe y pisos
altos de bajareque.
En la década de 1950 aparece el ladrillo. Este período de transición se caracteriza por un tipo
de construcción mixta ladrillo-adobe o ladrillo-bajareque, en donde las paredes de ladrillo
eran las perimetrales o cumplían la función de fachada.
Desde los años 60 se impone el ladrillo como material para paredes. Con todo, no se desecha
completamente al adobe y al bajareque.
Desde 1970 puede asumirse para la ciudad un uso exclusivo del ladrillo como material de
paredes.
18
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Espesores de paredes
Las casas más antiguas (anteriores a 1940), con paredes de adobe, tenían espesores que
variaban normalmente en un rango de [50cm – 120cm].
La tendencia, según pasaban los años, fue a disminuir y a estandarizarse los espesores de
paredes, de manera que entre los años 1940 y 1960 las paredes de adobe tenían espesores que
oscilaban en un rango de [30cm – 80cm].
Con la irrupción del ladrillo por los años 50, disminuyen ostensiblemente los espesores de
paredes, verificándose un rango de variación entre [20cm – 40cm]. Cabe mencionar que, a
nivel de vivienda, los ladrillos que se utilizaban -y se utilizan actualmente- son de tipo
artesanal. El ladrillo de fábrica, que aparece en Cuenca en los 60’s, producido por LACESA,
es hueco y, la creencia común de que se trata de un ladrillo “débil”, ha restringido su uso a la
tabiquería de edificios.
En cuanto al ladrillo artesanal, se fabricaban de diferentes tamaños; pero los más utilizados
en la construcción eran los de 40 20 15, 40 20 6, 30 15 10 y 30 15 6. Para pisos y
revestimientos era común usar el denominado “ladrillo de obra” de 30 15 3. Los espesores
de las paredes de ladrillo también han experimentado cambios: la tendencia, asimismo, ha
sido la reducción de dimensiones. En los 60’s, por ejemplo, patrones comunes de edificación
en ladrillo constituían: 1) las casas de un piso con paredes de 20cm, 2) las de dos y tres pisos
con paredes de 30cm en el piso bajo y de 20 en los pisos altos y 3) las casas con paredes
exteriores de 30cm e interiores de 20cm. En los 70’s se edificaba predominantemente con
paredes de 20cm; por último, a partir de los 80, tras dejarse de producir el ladrillo de 20cm,
los espesores comunes de paredes pasaron a ser los de 15 cm.
Los espesores de las paredes de bajareque, que fueron utilizadas en las casas antiguas
normalmente conformando sistemas mixtos con el adobe, e incluso con adobe y ladrillo, (las
paredes interiores o las de los pisos altos, de bajareque), oscilan alrededor de los 20cm.
19
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Tipologías
Antes de los 50, la tipología común de edificación para vivienda era la siguiente: para casas
de un piso: muros perimetrales de adobe y paredes interiores de bajareque, y para casas de
dos y tres pisos: paredes de bajareque en los pisos altos, apoyados sobre muros de adobe en
la planta baja. En uno u otro caso se utilizaba normalmente una viga solera de madera como
amarre de las paredes de la edificación y apoyo del sistema de cubierta. Además, como
remate en las aberturas de puertas y ventanas se colocaban dinteles o, a veces marcos de
madera. Como existía algo de desconfianza hacia estos elementos, se procuraba que las
aberturas de puertas y ventanas sean pequeñas y en mínima cantidad, originándose módulos
bastante cerrados, lo cual explica, las notables alturas de entrepiso de las casas antiguas.
En los 50’s, con el surgimiento del ladrillo y del hormigón armado como materiales de
construcción, empieza a irrumpir, aunque de manera todavía esporádica, como tipología, el
sistema mixto ladrillo-adobe ó ladrillo-bajareque (e incluso, ladrillo-adobe-bajareque), con
inclusión de dinteles de hormigón armado en lugar de los convencionales de madera;
continúa, pues, en este período siendo predominante la tipología correspondiente al período
anterior.
En la década del 60 empieza a generalizarse y a ser predominante el uso del ladrillo para las
paredes, en tanto que surgen las cadenas horizontales de hormigón como nuevos elementos
de amarre, ahora piso por piso. Estos nuevos elementos empiezan a utilizarse a la par de los
dinteles sueltos de hormigón, sin notarse predominancia de uso de unos sobre otros.
20
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Durante la década de 1970 se vuelve predominante el uso de las cadenas horizontales frente
al uso de los dinteles sueltos, no resultando despreciable el porcentaje de uso de esta última
tipología.
Desde los 80’s a la fecha, a nivel de vivienda, irrumpe un nuevo concepto estructural y una
nueva práctica constructiva: la mampostería confinada, es decir, con cadenas horizontales y
verticales de hormigón. El uso de los dinteles sueltos de hormigón ha decaído en el tiempo, a
tal punto que actualmente se ha desterrado casi totalmente de la práctica constructiva. La
tipología de sólo cadenas horizontales se ha utilizado en forma significativa en este período,
pero cada vez cediendo mayor paso a la mampostería confinada, hasta convertirse esta
última, hoy en día, en la predominante.
Alturas de entrepiso
En las casas antiguas, cuya construcción data de antes de los 50’s, puede constatarse, además
de las considerables alturas de entrepiso, un rango bastante amplio de variación de alturas,
vale decir, de [3m – 5m].
En los 60’s, con la aparición del ladrillo y el uso predominante de sistemas mixtos,
disminuyen algo las alturas de entrepiso y su rango de variación [3m – 4m].
En los 70’s, cuando la construcción con ladrillo se impuso, la tendencia en cuanto a las
alturas de entrepiso fue hacia la disminución y la estandarizaron; en esto, seguramente tuvo
que ver el criterio de las primeras generaciones de arquitectos de la ciudad (la Facultad de
Arquitectura se crea a fines de los 50). El margen de variación de alturas se acortó a un
rango de [2.5m – 2.9m].
A partir de los 80, y hasta la fecha, existe una ligera tendencia a disminuir alturas de
entrepiso, constatándose un rango de variación de [2.3m – 2.7m].
Sistemas de piso
21
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Los cimientos de las casas antiguas, de antes de 1960, con paredes de tapial o adobe
(espesores de 60cm a 150cm), consistían, por lo regular, en una o dos hiladas de piedra
gruesa con mortero de barro; su profundidad, por tanto, oscila en un rango de [20cm a 50cm].
Cuando se empieza a utilizar masivamente el ladrillo en los 60’s, y ya casi exclusivamente
desde los 70, los espesores de paredes disminuyeron drásticamente complicando el problema
de la distribución de esfuerzos hacia el terreno, por lo que se acostumbraba que los cimientos
“lleguen” hasta terreno firme. Las profundidades usuales alcanzadas en estas edificaciones
oscilan entre 0.5m y 2m (Chérrez M., Peñafiel C., 2000).
Como ya se anotó en el Apartado 2.1, dos tipos de modelos se adoptaron para las edificaciones
de MNR: el de eje de cortante y el de panel, según si el sistema de entrepiso era de hormigón
armado o si era de cualquier otro tipo, respectivamente. Además, independientemente del tipo
de modelo, éste se definió para cada edificación en las dos direcciones ortogonales, mayor y
menor.
22
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
El modelo de eje de cortante requiere como parámetros la rigidez lateral y la masa por cada piso.
La rigidez en cada piso se calcula como la suma de las rigideces a desplazamiento lateral de los
elementos resistentes, en este caso, las paredes. La masa se concentra al nivel de cada piso y, a
diferencia de la rigidez, su valor no depende de la dirección de estudio. El modelo de panel,
tratado como un SDOF elástico, requiere tan solo de un valor de rigidez y de masa. La no
linealidad del comportamiento de las edificaciones de MNR se consideró en el cálculo del daño,
como un proceso complementario al análisis dinámico y mediante la aplicación del modelo de
Abrams (Apartado 3.3).
23
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Lmay
y 2 vanos
(nvy)
(nvx)
x 3 vanos
24
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Si (matpar = ladrillo, bloque o mezcla de ladrillo y bloque, y parr < > 1 ó 2, y indvul ≥ 0.8 y
indvul ≤ 1 ): am = 2.75
Si (matpar = adobe, bajareque o mezcla de adobe y bajareque, y indvul ≥ 0 y
indvul < 0.45): am = 3.25
Si (matpar = adobe, bajareque o mezcla de adobe y bajareque, y indvul ≥ 0.45 y indvul ≤1):
am = 3.75
Los espesores se generaron en función del año de construcción, material de muros y el índice de
vulnerabilidad. Los rangos de espesores de paredes más comunes y según su material están
entre: 0.15 a 0.30m. para las paredes de ladrillo o bloque; 0.30 a 0.75 para las paredes de adobe y
0.15 a 0.20m para las paredes de bajareque (Apartado 2.3). Con estos valores, los espesores de
paredes se generaron de la siguiente manera:
25
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Asumiendo una distribución uniforme de paredes en todos los espacios modulares, y utilizando
los valores generados de espesores, y de áreas totales de paredes en las dos direcciones
ortogonales que se definen según el área en planta (Chérrez M., Peñafiel C., 2000), se calcularon
las longitudes unitarias de las paredes, “Lupx” y “Lupy”.
donde, para cada una de las dos direcciones de estudio, “Ap” representa el área total de paredes o
muros, “nm” es el número de muros en cierta dirección, “Lup” es la longitud de cada uno de los
muros o paredes (longitud unitaria).
3
12 E Ipx ep1 Lupx
Kx nmx 3 ; Ipx (2.3)
am 12
3
12 E Ipy ep1 Lupy
Ky nmy 3 ; Ipy (2.4)
am 12
26
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
En las expresiones anteriores, los módulos de elasticidad E, dependen del material de la pared y
de su grado de confinamiento.
El rango de valores de E para paredes de ladrillo (barro recocido) y bloque se obtuvieron a partir
de la formulación propuesta por el Reglamento Mexicano de Construcción (Reglamento de
Construcción del Distrito Federal, Normas Técnicas Complementarias para Diseño y
Construcción de Estructuras de Mampostería, México, 1991) para cargas de corta duración, tal
como un sismo:
E 800 f m (2.5)
donde “fm” es la resistencia nominal de la mampostería sobre el área bruta, y su valor depende
de la resistencia de las unidades de mampostería, “fp”, y del tipo de mortero. Para mampostería
bien confinada se recomienda incrementar en 4 kg/cm2 el valor de “fm”.
Para las edificaciones de la ciudad de Cuenca, basados en ensayos realizados sobre ladrillos
tomados aleatoriamente en distintas fábricas artesanales (Andrade E., Fernández V., 1973), se
adoptó un rango de resistencias nominales de unidades de mampostería de 25 a 70kg/cm2.
Considerando todo el espectro de calidades de mampostería y asumiendo mejor calidad de
unidades para las edificaciones con paredes bien confinadas (aquellas que calificaron “B” en el
ítem grado de ligazón) los rangos para “fm” quedaron establecidos de la siguiente manera:
Paredes de adobe o bajareque: “E” entre 1600 y 2000kg/cm2. Para aquellas correspondientes
a edificaciones con vigas solera (calificación “B” y “C” en ítem grado de ligazón), “E” entre
27
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
1800 y 2000kg/cm2; para edificaciones sin vigas solera (calificación “D”), “E” entre 1600 y
1800kg/cm2.
El esfuerzo nominal de compresión “fm” para adobe y bajareque se asumió de 6 kg/cm²
(Dickey W. L, 1993).
Para este caso de edificaciones, los parámetros están representados por la longitud en planta del
panel, espesor y altura (Figura 2.4).
Figura 2.4 Idealización del modelo panel para las direcciones “x” e “y”.
El espesor varía según el material de pared (Apartado 2.4.3). La altura de estos paneles es la de
la edificación, y su rigidez corresponde a la de una viga en voladizo, complicándose algo su
28
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
formulación para el caso en que se verifica una variación del material de paredes en la altura del
panel (Figura 2.5).
Figura 2.5 Esquema de un panel cuando existe variación del material de paredes: un solo
material (a) y dos tipos diferentes de material (b).
3E I
K (a) (2.8)
L3
a2 a ( L a) ( L a) 3
L L
a a
K (b) 1 F (2.9)
F
2 E1 I 1 3 E1 I 1 2 3E 2 I 2
arecom * pesolosaHA
Mpiso Mx My (2.12)
9.806
“Mpiso” es la masa de cada uno de los pisos de la edificación, pero existe una variante en la
fórmula cuando en el último piso el tipo de cubierta es “Zinc”:
29
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
arecom * carzin
Múltimopiso Mx My (2.13)
9.806
donde “pesoespe” es el peso específico del material de muro (Tabla 2.1), pesolosaHA es el peso
de la losa por m² del entre piso de hormigón armado, cuyo valor se asumió igual a 350 kg/m²
(losa con espesor de 0.15 cm aproximadamente) y carzin es la carga de la cubierta de zinc igual a
100 kg/m².
(Lupx * am * ep1 * np1) * pesoespe * nvx (Lupx * am * ep2 * np2) * pesoespe * nvx
Mx (2.14)
9.806 9.806
(Lupy * am * ep1 * np1) * pesoespe * nvy (Lupy * am * ep2 * np2) * pesoespe * nvy
My (2.15)
9.806 9.806
donde “np1” es el número de pisos que tienen los mismos valores de espesores y pesos
específicos y “np2” es igual al número de pisos de la edificación menos “np1”.
30
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Tipologías estructurales
Uso de códigos
Desde la popularización del hormigón armado como material de construcción y las primeras
promociones de ingenieros civiles estructurales de la ciudad, en los años 50’s, y hasta 1970,
se utilizaba como código de construcción la Norma Alemana DIN, y en general, textos
alemanes como el de B. Löser, que eran las guías en materia de cálculo y diseño.
A partir de fines de los 60’s empieza a impartirse en la Facultad de Ingeniería Civil el diseño
según las normas del ACI, de manera que en el primer lustro de 1970 salen las primeras
promociones de ingenieros civiles instruidos según la normativa norteamericana. Durante
este lustro y hasta la aparición, en 1977, del Código Ecuatoriano de la Construcción, CEC, se
puede asumir que se utilizaron ambos códigos de construcción (Normas DIN y el ACI).
Desde la fecha de su publicación y durante los primeros años de los 80’s prevalece el uso del
Código Ecuatoriano de la Construcción (CEC); sin embargo, pasado el primer lustro de la
década del 80, los ingenieros, conscientes de los avances del diseño estructural en hormigón
31
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
armado, prefieren usar las normas de un ACI más actualizado, con el natural rezago que
supone familiarizarse con un nuevo código y asimilar los cambios introducidos.
Actualmente, por ejemplo, la mayoría de ingenieros diseñan según las normas del ACI de
1989; hay todavía quienes utilizan el ACI de 1983. En cuanto a modelación de cargas, se
sigue usando lo que prescribe el CEC.
Se puede asumir que hasta mediados de los 60’s los edificios en Cuenca se calcularon
considerando sólo cargas verticales; en casos excepcionales la acción sísmica se modelaba
como un empuje horizontal uniforme.
Desde mediados de los 60’s hasta la aparición, en 1977, del CEC, con la especialización de
ciertos profesionales en el exterior, empezaron los ingenieros estructurales de la ciudad a
preocuparse más por la acción sísmica como hipótesis de carga, modelándola ya como una
distribución triangular de fuerzas estáticas.
A partir, pues, de 1977, y hasta la fecha, la acción sísmica ha sido evaluada mediante un
cortante basal, calculado como un porcentaje de la carga muerta total (V = IKCSWD), y
modelada como una distribución triangular de cargas laterales estáticas, tal como lo estipula
el CEC en su parte correspondiente a modelación de cargas.
Si bien desde 1977 es considerada la acción sísmica como una hipótesis de carga adicional,
no existe conciencia entre los ingenieros de la ciudad que la fuerza sísmica que prescribe el
CEC está “reducida” asumiendo un aceptable comportamiento inelástico (una ductilidad
global de desplazamiento de alrededor de cuatro). Lo cual implica, bajo el presupuesto de un
edificio sin problemas de torsión en planta, básicamente: 1) proveer de suficiente ductilidad a
los miembros estructurales, 2) aplicar para el cortante de diseño la filosofía del diseño por
capacidad y 3) realizar chequeos de cumplimiento de los conceptos de nudo fuerte – columna
débil y de columna fuerte – viga débil, a fin de evitar la formación de mecanismos de colapso
en el edificio. De los tres requerimientos básicos mencionados, el primero es el único sobre
el cual se tiene cierto cuidado a la hora del diseño, lo cual evidencia un desconocimiento del
problema global del diseño sismorresistente.
32
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Para realizar el estudio de la vulnerabilidad y daño, se tuvo que recurrir a varias fuentes de
información como: tesis, datos estadísticos del INEC, información de la Base de Datos de
Actualización Catastral (BAC), encuestas, entrevistas y análisis de planos, etc. A continuación
indicamos un resumen de la información obtenida de la tesis “Determinación de los índices de
vulnerabilidad para las edificaciones de la ciudad de Cuenca” (Chérrez M., Peñafiel C., 2001).
La práctica común para los edificios de dos, tres y cuatro pisos es no variar las dimensiones de
los miembros (columnas, en edificios de losa plana) en altura, por comodidad constructiva y
porque el ahorro que supondría tal variación es muy pequeño considerando los costos totales; en
los edificios de cinco a ocho pisos se verifica variación de dimensiones cada tres o cada cuatro
pisos, según que el edificio tenga seis u ocho pisos, respectivamente. En el caso de los edificios
de cinco pisos, el primer conjunto de dimensiones puede corresponder indistintamente a los dos
o tres primeros pisos.
De las entrevistas se concluyó que los arquitectos de la ciudad no manejan, al menos a nivel de
edificios, conceptos de modularidad, hecho que también se ha podido constatar en los planos
revisados. Las longitudes de vanos comunes (en una y otra dirección), presentan una tendencia
de concentración hacia el rango de 4.m a 6m como medida de valor central.
33
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
De las gráficas no se obtuvieron relaciones aceptables pero se puede notar que el valor más
frecuente de columnas en la dirección mayor es de cinco, en tanto que en la dirección menor, es
de cuatro; por lo que se puede concluir que un edificio típico es de 4 x 3 vanos.
10
N° DE COLUMNAS
y = 0.1142x + 2.68
8 R2 = 0.301
6
4
2
8 13 18 23 28 33 38
LONGITUD(m)
34
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
6
N° DE COLUMNAS 5
4
y = 0.0685x + 2.7246
3 2
R = 0.0983
2
1
6 10 14 18 22 26 30
LONGITUD(m)
Altura de columnas
Los planos estudiados muestran que el rango más común de altura de columnas es el de 2.70m –
3m (Figura 2.9 (a) y (b)).
(a)
A L T U R A D E C O L U M N A S D E L P R IM E R P ISO
10
8
FRECUENCIA
6
4
2
0
2.4 - 2.7 2.7 - 3.0 3.0 - 3.3 3.3 - 3.6
A LTU R AS (m)
35
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
(b)
A L T U R A D E C O L U M N A S D E L O S P IS O S SE G U N D O
EN ADELANTE
10
FRECUENCIA 8
6
4
2
0
2.4 - 2.7 2.7 - 3.0 3.0 - 3.3 3.3 - 3.6
A LTU R A S (m)
Figura 2.9 Altura de columnas en el primer piso (a) y Altura de Columnas en los pisos
superiores (b).
Con luces entre 3.5m y 6m, los espesores de losa fluctúan entre 20 y 30cm, aunque 25 y 30cm
son los espesores más frecuentes (Figura 2.10). Es generalizado, además, el uso de módulos de
alivianamiento de 40x40 y una capa superior contínua de hormigón de 5cm. Una fórmula
referencial utilizada por algunos ingenieros para el dimensionamiento del espesor de la losa es la
de un cinco por ciento de la luz.
ESPESOR DE LOSAS
10
8
FRECUENCIA
6
4
2
0
20 25 30 35
ESPESORES (cm)
36
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Dimensiones de vigas
Edificios con sistema de losa plana: Considerando que los espesores comunes de losas son
de 25 y 30cm, y que es práctica común utilizar vigas o “cadenas de amarre” perdidas entre
las columnas, del estudio de los planos se infiere que sus anchos oscilan de 20 a 40cm.
6500
ÁREA DE COLUMNAS
y = 666.82x - 856.16
5500 2
4500 R = 0.8081
(cm²)
3500
2500
1500
500
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
NÚM ERO DE PISOS
La Figura 2.11 muestra una aceptable correlación entre el número de pisos y el área de columnas
en planta baja; el área de columna usada para este efecto es aquella que más se repite en planta
baja.
Se puede notar además una mayor dispersión de áreas de columna a medida que el número de
pisos crece. Esta circunstancia es consistente con la información de encuestas y entrevistas
hechas a ingenieros sobre los rangos de dimensiones de columnas que usan para distintos
números de pisos, que resumimos en la Tabla 2.2.
37
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
CUANTÍAS DE COLUMNAS
10
8
FRECUENCIA
4
2
0
0.80 -1.19 1.20 - 1.59 1.60 - 1.99 2.00 - 2.39 2.40 - 2.79
CUANTIÍAS (%)
Las entrevistas y encuestas a ingenieros nos reportó entre el 1 – 2% como rango común de
cuantías para columnas. La Figura 2.12, obtenida de tabular las cuantías de columnas más
frecuentes en los planos estructurales estudiados, nos corrobora esa afirmación, y estrecha ese
rango a uno entre 1.2% y 1.6%. No es práctica común variar cuantías en altura; esto también se
ve reflejado en los planos. Por otra parte, así como no se acostumbra diferenciar -en
38
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
4
3
2
1
0
0.30 - 0.49 0.50 - 0.79 0.80 - 0.99 1.00 - 1.19 1.20 - 1.39 1.40 - 1.59
CUANTÍAS (%)
5
4
3
2
1
0
0.30 - 0.49 0.50 - 0.79 0.80 - 0.99 1.00 - 1.19
CUANTÍAS (%)
Las Figuras 2.13 y 2.14, corresponden a los armados más comunes que se presentan en las vigas
perdidas (losa plana) interiores, en la dirección mayor. Al igual que sucedía con las columnas,
no hay diferenciaciones entre vigas interiores y exteriores, ni en dimensiones ni en cuantías,
circunstancia corroborada por ingenieros constructores de la ciudad.
39
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Si comparamos las cuantías de las gráficas, se puede notar un rango más amplio en las del
refuerzo negativo. Por otra parte, aunque las cuantías más frecuentes están en el rango del 0.5%
al 0.8%, hay que destacar que las del refuerzo positivo están concentradas entre 0.5% y 0.6%, y
las del refuerzo negativo entre 0.6% y 0.8%. Los ingenieros entrevistados a este respecto han
mencionado como rangos de cuantías: para el refuerzo negativo de 0.6% a 1%, y para el refuerzo
positivo, de 0.4% a 0.6%.
Es práctica común (entrevistas y planos) pasar un porcentaje del refuerzo positivo en los apoyos.
Este porcentaje fluctúa entre el 50% y el 100%. También existe un porcentaje de refuerzo
negativo, que está un poco por encima de la cuantía mínima (0.3% a 0.4%), en los tramos de
vigas.
Aunque existe bastante dispersión en los datos extraídos de los planos, se notan las siguientes
tendencias:
Columnas: El rango de variación de diámetros está entre 16 y 25mm, concentrándose más entre
18 y 22mm.
Vigas de amarre: El rango de variación está entre 14 y 20mm, siendo los más frecuentes los
diámetros de 14 y 16mm, éste ultimo en particular.
Losas: El rango de variación está entre 12 y 16mm, notándose una mayor frecuencia de los
diámetros de 12 y 14mm.
40
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Vigas:
5
4
FRECUENCIA
3
2
1
0
10 ; 15 10 ; 20 15 ; 20 15 ; 15 20 ; 20
SEPARACIONES (EXT. ; CENT)
De la Figura 2.15 no se puede concluir nada acerca de los patrones de separación de estribos más
usuales para vigas; en cuanto a lo que se ha recabado de encuestas, se han tabulado patrones de
separación usuales extremo-centro de 15-15, 15-20 y de 20-20, sin predominancia de ninguno de
ellos. El diámetro que se utiliza con mayor frecuencia es el de 8mm.
Columnas:
A diferencia de lo que ocurre con las vigas, en los patrones de armado de estribos para columnas
se constatan ciertas predominancias (Figura 2.16), concretamente las separaciones 10-15 y 10-
20, que, además coincide con los patrones de separación recabados de las encuestas. Al igual
que sucedía con las vigas, el diámetro de estribo más común es el de 8mm.
41
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
6
FRECUENCIA
4
0
10 ; 10 10 ; 15 10 ; 20 7.5 ; 15
Es práctica común entre los ingenieros (entrevistas) a la hora de armar el refuerzo de corte en los
nudos dar preferencia a los estribos de la columna.
Estos detalles se han cumplido cabalmente en aquellos edificios que han contado con
fiscalización, esto es, edificios de obra pública y privada (estos últimos, cuando son de cierta
envergadura), ateniéndose, además al código del ACI vigente. Habría que indagar un poco más
en cierto tipo de construcción más informal y en su calidad de ejecución.
Para asegurar que el modelo inelástico SDOF adoptado en este estudio sea representativo de los
edificios de la ciudad, se ha procurado que sus parámetros de caracterización asimilen
información estructural relevante. En el presente estudio se pensó en modelos tipo pórtico.
Estos se obtuvieron desagregando de cada idealización tridimensional los dos pórticos
ortogonales interiores (Figura 2.17).
42
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
(a)
(b) A B C D
1
N° de Pisos = 3
(nvy=2)
y
2
3
(nvx=3)
x
Vista en Dirección Y Vista en Dirección X
Porticos 1, 2 y 3 Porticos A, B, C y D
z z
x y
La representación de un edificio por sus dos pórticos ortogonales interiores es legítima cuando se
cumplen dos condiciones: 1) la hipótesis de piso rígido y 2) simetría de configuración en planta
de los edificios. La hipótesis de piso rígido es pertinente cuando se trata de edificios de HA, ya
que las losas de hormigón armado son lo suficientemente rígidas en su plano como para asegurar
que las cabezas y pies de columna compartan sus tres grados de libertad (de cuerpo rígido). Si se
cuenta en el edificio con una razonable simetría en planta, los efectos torsionales son
despreciables, pudiéndose hacer caso omiso del grado de libertad rotacional. Así pues, en
43
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
aquellos casos en que se cumplen las dos condiciones anteriores, y suponiendo cargas laterales
según una de las direcciones ortogonales del edificio, los únicos grados de libertad “activos”
serán los horizontales en la dirección de la carga lateral, correspondiendo uno a cada piso (Figura
2.18).
(a)
Edificio asimétrico
con piso rígido
(b)
44
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
(c )
Edificio simétrico con piso rígido
y sismo en la dirección "x"
Figura 2.18 Esquema sobre hipótesis de cuerpo rígido y simetría; grados de libertad: modelo
con tres grados de libertad (a), modelo de dos grados de libertad (b), modelo de un
grado de libertad (c).
La utilidad esencial de los modelos de transición tipo pórtico, como se ha dicho, es la obtención
de parámetros representativos para los modelos SDOF bilineales asumidos para los edificios de
HA. Dos tipos de análisis nos permitieron evaluar dichos parámetros: 1) análisis dinámico de
vibración libre y 2) análisis pushover, ambos ejecutados sobre la versión educativa del programa
SAP2000 nonlinear. Los modelos de transición, a su vez, requirieron para su caracterización
geométrica de los siguientes parámetros:
En vista de que el problema dinámico de vibración libre se resolvió como parte del análisis
pushover (en SAP2000) y este último es un tipo de análisis estático no lineal muy pesado, una
cobertura individualizada del universo de edificios de la ciudad hubiera resultado demasiado
onerosa. Tómese en cuenta que el universo por estudiar era de alrededor de 2500 edificios y
cada edificio, además, se representó por sus dos pórticos interiores desagregados.
45
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Lo que se hizo, entonces, fue “discretizar” el universo de edificios, definiendo por cada tipología
de estudio, un “edificio mínimo”, un “edificio promedio” y un “edificio máximo”. El parámetro
escogido para la caracterización dimensional de estos edificios fue la longitud de vanos. Así,
con “edificios promedios” se quiere significar a aquellos que tienen las longitudes de vanos y –
consecuentemente– las secciones de miembros más comunes, parámetros elegidos de un examen
concienzudo de toda la información disponible: frecuencias de áreas en planta según el número
de pisos de los edificios y de las longitudes de vanos más comunes (encuestas y revisión de
planos), etc.. Los modelos para los edificios “máximo” y “mínimo” se consiguieron aumentando
y disminuyendo en valores convenientes las longitudes de vanos de los edificios “promedio”
(Anexo 2.1).
Así pues, la estrategia metodológica seguida con los modelos de transición fue la de establecer,
para los edificios de un cierto número de pisos (representados por sus dos pórticos interiores
ortogonales), los parámetros de caracterización mecánica (períodos naturales de vibración,
cortantes basales de cedencia y desplazamientos de cedencia) de sus modelos “máximo”,
“promedio” y “mínimo”, caracterizados por sus respectivas longitudes de vanos (Anexo 2.2).
Obtenidas las 3 puntuaciones longitud de vanos – parámetro de caracterización mecánica, se
halló la curva de interpolación cuadrática (Anexo 2.3), la ecuación de esta curva constituyó
entonces una ecuación de generación de parámetros de caracterización mecánica para la familia
de edificios acotados por los edificios “máximo” y mínimo” (Anexo 2.4).
46
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Tabla 2.3 Tabla de pórticos que se generarán para representar los edificios de hormigón
armado según el número de pisos y el número de vanos.
NÚMERO DE VANOS
# de Pisos
Longitud Mayor Longitud Menor
2 2–3–4 2–3
3 2–3–4–5 2–3
4 2–3–4–5 2–3
5 2–3–4 2–3
6 2–3–4 2–3
47
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
APORTICADO
AC.VIGMAY
AC.VIGMAY
AC.VIGMEN
AC.VIGMEN
L.VANMAY
L.VANMEN
HVIGMAY
BVIGMAY
BVIGMEN
HVIGMEN
AC.COL
NPISOS
BCOL
HCOL
INF. SUP. INF. SUP.
U. m. m. cm. cm. cm. cm. cm. cm. cm². cm². cm². cm². cm².
2 4.0 3.5 30 30 25 35 25 35 11.70 4.58 6.10 5.25 7.00
3 4.3 4.0 35 35 30 40 30 40 15.93 6.39 8.52 7.20 9.60
4 4.6 4.3 40 40 30 45 30 45 20.80 7.29 9.72 8.10 10.80
5 5.2 4.5 45 45 35 45 35 45 26.33 8.51 11.34 9.45 12.60
6 5.8 5.3 55 55 40 50 40 50 39.33 10.92 14.56 12.00 16.00
LOSA PLANA
AC.VIGMAY
AC.VIGMAY
AC.VIGMEN
AC.VIGMEN
A.ALM.MAY
A.ALM.MEN
AN.EFMAY.
L.VANMAY
AN.EFMEN.
L.VANMEN
A.PATMAY
A.PATMEN
ESP.LOSA
AC.COL
NPISOS
BCOL
HCOL
* Para los pórticos de 5 y 6 pisos, las dimensiones de las columnas de los pisos superiores
se disminuyeron en 10cm por lado.
Se asumió un recubrimiento, tanto para vigas como para columnas, de 4 cm. En cuanto a las
propiedades mecánicas de los materiales, se adoptaron los siguientes valores:
Acero:
E = 2100000 kg/cm2
fy = 2800 kg/cm2 (aporticados antiguos) y,
fy = 4200 kg/cm2 (aporticados recientes y los de tipología de losa plana)
48
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
Por otra parte, se consideró una carga muerta general (losa y acabados) de 600 kg/m2, de
tal suerte que el pushover propiamente inició una vez que el modelo de transición se había
deformado por efecto de las cargas verticales.
En este punto se abordará el problema de la modelación con miras al análisis pushover, el cual
va más allá de la común modelación para efectos de diseño o de evaluación estructural, pues,
como ya se mencionó, se trata de un tipo simplificado de análisis no lineal.
Ante todo hay que decir que, aunque el SAP2000 en su versión nonlinear puede realizar un
análisis no lineal simplificado para cualquier tipo de cargas, nos centraremos en el análisis
pushover, que es el que se refiere a cargas laterales. En este sentido, todos los subsistemas y
miembros de los cuales se espera que provean resistencia y/o rigidez lateral después de varios
ciclos de carga sísmica deberían ser modelados. El ATC-40 (ATC-40, “The Seismic Evaluation
and Retrofit of Concrete Buildings”, Vol. 1, 1996) trata el problema de la modelación a nivel de
subsistema y de miembro (elemento y componente, respectivamente, en el texto del ATC-40) y
para tres tipos estructurales: aporticado, losa plana, y el de marco con muros de corte.
Entiéndase por subsistema una parte del sistema estructural completo, cuyas particularidades le
confieren a ese sistema estructural un tipo de comportamiento privativo. Miembros son los
componentes de ese subsistema (v.g. vigas, columnas, conexiones, etc.). Además, el ATC-40
establece una jerarquía en el tratamiento de los miembros, categorizándolos en primarios y
secundarios, en función de su incidencia en los niveles de desempeño del edificio.
49
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
En cuanto a la no linealidad del modelo, se concentran en las ubicaciones en donde se espera que
la estructura supere los valores de cedencia. En el caso de marcos dúctiles a flexión sometidos a
cargas laterales crecientes, en virtud del patrón de diagrama de momentos, tales ubicaciones
estarán en los extremos de los miembros. Un pequeño desplazamiento de la posición extrema
puede esperarse cuando se tienen grandes longitudes de vanos y -consecuentemente- cargas
verticales altas. Estos puntos en donde se concentra la inelasticidad del modelo se representan
normalmente mediante la introducción de articulaciones plásticas.
Las articulaciones plásticas en las vigas pueden ser representadas directamente en los programas
que modelan la respuesta inelástica. Alternativamente, el mismo efecto puede ser alcanzado en
programas que modelan sólo la respuesta linealmente elástica por medio de la inserción de
resortes flexibles en los puntos de potencial plastificación. Estos elementos resorte nos darán
cuenta sólo de la respuesta post-fluencia. El proceso es repetitivo (monitoreo de las sucesivas
plastificaciones), y los resultados finales se obtendrán por superposición (ATC-40, “The Seismic
Evaluation and Retrofit of Concrete Buildings”, Vol. 1, 1996).
50
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
M1 1
Momento
0
Curvatura
Es aceptable, cuando se trata de evaluar la respuesta global de las estructuras, el uso de modelos
simples, de tipo multilineal. Incluso el ATC-40 propone modelos de este tipo, resultantes de la
idealización de curvas de comportamiento histerético, denominadas curvas backbone (Figura
2.20). Es pertinente anotar que tales curvas se obtuvieron en el marco del programa de ensayos
del ATC-40 mediante la aplicación de alrededor de tres ciclos reversibles de carga hasta alcanzar
un nivel prefijado de deformación, de manera que, en general, cuando se espera un mayor
número de ciclos de carga, la capacidad de deformación de los miembros cuya respuesta está
controlada por deformación y la resistencia de aquellos cuya respuesta está controlada por fuerza
deberían reducirse. Si se realiza un programa de ensayos con miras en el establecimiento de
criterios de modelación, el patrón de carga ha de ajustarse para representar la historia de carga
esperada.
51
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
(a)
(b)
Figura 2.20 Curva backbone de tendencia a partir del comportamiento histerético real (a) y
curva idealizada (b).
52
Caracterización y generación de modelos estructurales representativos de las edificaciones de la Ciudad de Cuenca
53
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
CAPÍTULO 3
Comportamiento a compresión
El comportamiento más común de los muros expuestos a esfuerzos de compresión comienza por
agrietamientos en las uniones verticales de las unidades de mampostería; esto se debe al efecto
de las deformaciones del mortero, el cual se expande más que la unidad de la mampostería,
producto de sus mayores flexibilidad y coeficiente de Poisson. A esto se debe que en las
formulaciones de la resistencia a compresión de los muros figuren como variables las
resistencias a compresión de las unidades de MNR y del mortero.
Cabe anotar que no existen estudios de ensayos sobre paredes que den cuenta de sus resistencias
a la compresión; de hecho el único dato que pudo asumirse en base de estudios locales fue el de
la resistencia a la compresión de las unidades de ladrillo (Andrade E., Fernández V., 1973). Los
valores de resistencias a compresión se obtuvieron, así, del Código Mexicano de Construcción
(Reglamento de Construcción del Distrito Federal, Normas Técnicas Complementarias para
Diseño y Construcción de Estructuras de Mampostería, México, 1991) y de tablas del UBC
(Uniform Building Code, 1997). En cuanto a los módulos de elasticidad, así mismo del Código
Mexicano y también de referencias de la literatura técnica (Apartado 2.4.5). Además de estos
54
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
valores, el del esfuerzo admisible a compresión es necesario para la aplicación del modelo de
Abrams; se adoptó para este esfuerzo la formulación general (válida para cualquier tipo de muro
de MNR) que propone el UBC, la misma que está en función de la resistencia a compresión de
las paredes (entiéndase resistencia última), y que considera implícitamente un factor de
reducción por efectos de esbeltez:
ap 3
Fa 0.2 * fm * 1 - (3.1)
50 * ep
En los muros de MNR expuestos a carga cortante en la parte superior se generan agrietamientos
horizontales en la parte inferior del muro; este tipo de carga es la más común durante una acción
sísmica, con la particularidad de que se trata en realidad de una carga reversible y variable en el
tiempo. Es bien conocido que la resistencia de la mampostería a esfuerzos de tensión y de
cortante es dependiente de la naturaleza de la unión entre la unidad de mampostería y el mortero;
sin embargo, en el mecanismo de dicha unión intervienen muchos factores que hacen muy difícil
la comprensión absoluta del fenómeno y que dificultan notablemente su modelación.
τ A B (3.2)
55
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Para adobe y/o bajareque (Malo Vega S., 1980), en sus dos direcciones, tenemos:
Para ladrillo y/o bloque (Magenes G.,Calvi G.M., 1992), en sus direcciones correspondientes:
Cuando las paredes de mampostería están sujetas a cargas de compresión y a cargas laterales, la
evaluación de su resistencia se vuelve compleja, ya que se generan esfuerzos combinados de
compresión, cortante y de flexión. El problema se agrava debido a las incertidumbres asociadas
tanto a la estimación de las resistencias a cortante y flexión de las paredes como al parcial
conocimiento acerca de su comportamiento inelástico. Más aún, un problema poco entendido
actualmente es el de la redistribución del cortante de piso hacia los diversos elementos de un
sistema estructural.
Debido a estas incertidumbres, los elementos de mampostería suelen ser considerados frágiles,
limitándose su resistencia lateral a los esfuerzos admisibles, sin tomar consideraciones de
comportamiento inelástico. Los códigos, por ejemplo, utilizan el principio de que las estructuras
de mampostería no reforzada no tienen capacidad de deformación inelástica, asignando factores
56
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
de ductilidad entre 1 y 2 a este tipo de edificaciones, y es que su estado límite está asociado con
la aparición de las primeras fisuras, sean éstas el resultado de esfuerzos de tensión por flexión o
por tensión diagonal, sin considerar ninguna redistribución de esfuerzos dentro del elemento
luego del agrietamiento inicial.
Dado que los mecanismos de resistencia básica son más fácilmente entendidos y desarrollados
para elementos estructurales sujetos a cargas laterales monotónicamente crecientes hasta el
momento del fallo, Abrams (Abrams D. P., 1992) trató de establecer una formulación para la
resistencia máxima a cargas laterales basada en el comportamiento bajo cargas monotónicas, con
un valor agregado importante: que esta formulación de resistencia máxima se ajuste al
comportamiento histerético “real” de las paredes sujetas a cargas horizontales cíclicas.
Así pues, Epperson y Abrams (Epperson G. S., Abrams D. P.,1989) ensayaron paredes de
ladrillo a cargas laterales monotónicas crecientes. Las cargas laterales fueron aplicadas en la
esquina superior en el plano de cada una de las paredes mientras se mantenía un esfuerzo
compresivo vertical constante. Los ensayos se realizaron controlando la fuerza lateral aplicada y
las deflexiones en el tope de las paredes. Se mantuvo la relación de aspecto de las paredes, pero
el esfuerzo compresivo vertical varió para cada pared ensayada.
Aunque las paredes fueron no reforzadas mostraron una “larga vida” después del primer
agrietamiento. En la Figura 3.1 se presenta la relación obtenida entre el esfuerzo cortante
promedio y la deflexión lateral medida en el extremo superior de las paredes de ladrillo. Como
puede apreciarse, las deformaciones de los modelos en el momento del fallo son mucho mayores
(hasta 15 veces) que las obtenidas en el instante de las primeras fisuras; el agrietamiento inicial
se produce a una carga del orden del 40% de la carga lateral máxima.
57
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Más adelante, Abrams (Abrams D. P., 1992) realizó ensayos de paredes no reforzadas de ladrillo
con diferente relación de aspecto (longitud/altura) bajo cargas compresivas de diferente
intensidad y sometidos a cargas horizontales cíclicas. Es relevante anotar que los especimenes
de paredes se dividían en recientes y viejos (materiales usados en una construcción de Chicago,
en 1917). En tales ensayos se obtuvieron dos tipos de comportamientos caracterizados, el uno,
por un modo de falla por cortante, y el otro, por un modo de falla de flexión. Además, se
observó que tales modos de falla están asociados a un cierto tipo de paredes. Así, las paredes
esbeltas (con relación de aspecto mayores a 2) son más sensibles al cortante que aquellas paredes
más bajas (con relaciones de aspecto menores a 1.5) bajo la acción de idénticas cargas verticales
(Magenes G.,Calvi G.M., 1992).
Cabe señalar que la presencia de carga compresiva en las paredes aumenta su resistencia a cargas
laterales, de hecho, cuando el valor de tal carga es importante tiende a evitar el fallo por flexión,
con lo cual resulta muy probable que sea el cortante el que gobierne el comportamiento último
de las paredes. El reconocimiento del modo de falla se basa en el patrón de agrietamiento que se
verifica al momento de alcanzar la pared su resistencia máxima ante las cargas horizontales
cíclicas.
58
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Abrams constató que las paredes que fallaron por cortante fueron aquellas esbeltas y/o con
significativas cargas compresivas, presentando una grieta diagonal-longitudinal de cortante
(grieta “a”) de la Figura 3.2 (a) a una carga aproximadamente igual al 62% de la carga máxima
y, posteriormente, una segunda grieta diagonal (grieta “b”) de la Figura 3.2 (a) característica del
fallo por cortante, al momento de alcanzar el valor de la carga horizontal máxima. En cambio,
las paredes que fallaron por flexión, de menor relación de aspecto y menor carga compresiva que
las anteriores, presentaron una primera grieta longitudinal horizontal, típica del fallo por flexión,
sobre la primera junta horizontal y de una longitud de aproximadamente dos tercios de la
longitud total de la pared (grieta “a”) de la Figura 3.2 (b).
(a)
b b
a a
(b)
Figura 3.2 Tipos de agrietamiento: fisuras “a” de cortante al 62% de la carga máxima, fisuras
“b” de cortante al alcanzar la carga máxima (a); fisuras “a” de comportamiento a
flexión, fisuras “b” de cortante.
59
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
En este segundo grupo de paredes, antes del último medio ciclo de carga se verificaron grietas
diagonales típicas del fallo por cortante (grieta “b”) de la Figura 3.2 (b), pero es de precisar que
no ocurrieron en el instante de la carga lateral máxima, sino mucho después de que alcanzaran
varias veces la misma carga máxima en el comportamiento histerético, de donde se infiere que
dichas grietas obedecieron a una excesiva deflexión de la pared, y que es la flexión -y no el
cortante- la solicitación que gobernó la resistencia máxima.
De los ciclos de histéresis de los dos grupos de paredes, se observó tanto una simetría en los
ciclos reversibles de carga y descarga como la no degradación de rigidez. Este fenómeno puede
explicarse por el hecho de que las fisuras previas se cierran cuando la carga se vuelve reversible,
emulando un comportamiento no agrietado, de donde se deduce que el comportamiento bajo
cargas monotónicas incrementales puede ser representativo del caso correspondiente a cargas
cíclicas.
Así mismo, en los ensayos con carga cíclica se constató una gran resistencia post-agrietamiento,
la cual puede atribuirse a la fricción que aún existe entre las unidades de mampostería y las
juntas horizontales de mortero Figura 3.3, incluso si dicho agrietamiento llega ser considerable
(fisuras de hasta 2.5cm) en las juntas verticales.
60
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
fa = P/A
H
fmax
P
L/2 - e e
d
L
61
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
P P P
fa/Fa < 0.5 fa/Fa = 0.5 fa/Fa > 0.5
(a) (b) (c)
Figura 3.5 Estados de carga sobre una pared: (a) pared agrietada, (c) pared con esfuerzos de
compresión en toda la base, (b) estado transitorio entre (a) y (c).
Haciendo cumplir el equilibrio en las paredes de los casos (a) y (c) se puede establecer una
fórmula para el esfuerzo máximo en la fibra extrema a compresión, fmáx.. A pesar de que, en
realidad, el valor del esfuerzo fmáx. de la fibra extrema se debe a un comportamiento de flexo-
compresión, Abrams (Abrams D. P., 1992) sugiere que un límite seguro de resistencia lateral
puede ser estimado haciendo que fmáx. alcance el valor del esfuerzo admisible a compresión, Fa.
Así pues, sustituyendo fmáx. por el esfuerzo admisible Fa en las expresiones de equilibrio para las
paredes (a) y (c), y despejando el valor de H, se tendrá la resistencia lateral máxima de la pared,
Ha, para un estado límite de falla por flexocompresión.
P 3b L L 1 2 fa
Caso (a): Ha Fa 2 P f va f a (3.7)
3 b h Fa 2 h 2 3 Fa
b L2 P L f
Caso (c): Ha Fa f va Fa 1 a (3.8)
6h b L 6h Fa
62
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
En las ecuaciones 3.7 y 3.8 fa es el esfuerzo compresivo actuante (P/bL) y fva es el esfuerzo
cortante promedio (Ha/bL) en el instante en que fmáx es igual a Fa, esfuerzo admisible a
compresión (ecuación 3.1).
Las expresiones de Ha y fva, evaluadas a través de las ecuaciones 3.5, 3.6, 3.7 y 3.8, constituyen la
carga y el esfuerzo lateral máximos resistentes asociados al estado límite en que fmáx. alcanza el
valor de Fa. Sin embargo, es probable que se exceda antes el esfuerzo admisible de corte de la
pared. La investigación del posible mecanismo de falla por corte se verifica -simplemente-
comparando el esfuerzo promedio de corte asociado al instante fmáx. = Fa (fva) con el esfuerzo
cortante admisible de la pared, Fv0: el menor esfuerzo entre los dos será el estado límite que
gobierne el modo de fallo; si éste corresponde a un mecanismo de fallo por flexocompresión o
por corte, dependerá de las dimensiones de la pared y de carga compresiva actuante.
Para los casos en que se produce agrietamiento (fa 0.5Fa), Abrams propone una disminución
del esfuerzo resistente a corte asumiendo que solamente la parte de la sección no agrietada de la
pared actúa efectivamente en esta resistencia. Debido a que los códigos de construcción suelen
expresar la resistencia a cortante en términos de fracciones de esfuerzos admisibles, los cuales se
relacionan con el área neta de la sección, Abrams (Abrams D. P., 1992) plantea una reducción
del esfuerzo cortante admisible Fvo en proporción a la fracción de zona no agrietada de la pared,
d/L. Entonces, despejando “d” de la expresión de equilibrio de la pared del caso (c) y dividiendo
por la longitud L, se obtiene la siguiente expresión para el factor de reducción:
d f
2 a ; f a 0.5 Fa (3.9)
L Fa
De esta manera, cuando se detecte que gobierna un mecanismo de falla por corte, los valores de
capacidad a carga lateral, Ha, para los casos (a) o (c) se calcularán en función de sus cortantes
admisibles respectivos, esto es:
f
Caso (a): H a 2 a Fv 0 b L (3.10)
Fa
63
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
El valor de Ha, sin embargo, se refiere a la capacidad de resistencia lateral de una pared
individual, y lo que se requiere para el cálculo del daño global de las edificaciones de MNR es la
capacidad de resistencia lateral a nivel de piso. El cómo integrar estas capacidades individuales
en una capacidad global a nivel de piso se tratará en el Apartado 3.3.
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Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
3.2.1.1 Diagrama de flujo del procedimiento de aplicación del modelo de Abrams para
evaluar la capacidad a carga lateral de paredes de mampostería
ABRAMS
(P,b,h,Fa,L,Fvo,cort)
fa = P/(b.L)
T = cort/(b.L)
Si
fa>=Fa Falla por
compresión
No
Si
T>=Fvo Falla por 1
cortante
No
Si
fa>Fa/2 Ha = b.L²/(6.h) . (Fa - P/(b.L))
No
FV = 2.fa.Fvo / Fa
Si Falla por
T>=FV 1
cortante
No
Ha = P/(3.b.h.Fa).(3.b.L.Fa / 2 - 2.P)
Si Falla por
1 Ha<cort
flexocompresión
No
Ha = cort
Retorna Ha
65
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
3.3 Aplicación del modelo de Abrams a las tipologías definidas en la ciudad de Cuenca
3.3.1 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de madera o
mixto (modelo panel)
Para este caso, como ya se mencionó en el Apartado 2.4.1, con los paneles mayor y menor
obtenidos de la idealización modular, la aplicación de Abrams se basa en obtener los siguientes
parámetros para su aplicación Figura 3.6.
PesoX ó PesoY
A Corte A-A
LPX ó LPY A ep
donde: “ap” es la altura del panel, “ep” el espesor, “LPX” o “LPY”, es la longitud del panel en
dirección “x” ó “y” respectivamente, y “PesoX” y “PesoY”, son las cargas de precompresión
sobre los panel en dirección “x” e “y”, respectivamente.
Para determinar el valor de “ap”, se parte de la altura de entrepiso “am” (Apartado 2.4.2),
valor al que se lo multiplica por el número de pisos.
66
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
El espesor “ep” se obtiene en función del material del panel, año de construcción y el índice
de vulnerabilidad (Apartado 2.4.3).
Las longitudes de panel se calculan mediante las fórmulas 2.6 y 2.7.
Las cargas de precompresión “PesoX” y “PesoY” se obtienen en función del tipo de cubierta,
“ZINC” ó “NO ZINC” (por “NO ZINC”, entiéndase de teja). Los pesos por área de estos
dos tipos de cubierta son valores promedio recomendados para la ciudad (entrevistas a
ingenieros). Así, se tiene:
Para obtener la carga de precompresión total, a las cargas correspondientes a la cubierta se sumó
una carga viva de uso residencial; para este estudio se asumió el prescrito por el antiguo Código
Ecuatoriano de la Construcción: “carviv”=100kg/m². También se agregó la carga del entrepiso
de madera, cuyo valor se tomo “carmad”= 60kg/m² (Chérrez M., Peñafiel C., 2000).
Las áreas tributarias de cargas sobre los paneles se distribuyen simétricamente para cada panel,
pero se debe tomar en cuenta que los paneles que están en los bordes, tienen la mitad de área con
respecto a los paneles interiores (Figura 3.7), de manera que en el cálculo se tomó las áreas de
los paneles en los bordes por ser el caso más desfavorable (a menor carga compresiva, menor
resistencia al corte).
67
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Área tributaria sobre un panel en dirección "x" Área tributaria sobre un panel en dirección "y"
nvx (3)
nvy (2)
LY
LY
LX LX
LX * LY
Px (carzin (carviv carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.14)
2 * nvy
LX * LY
Py (carzin (carviv carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.15)
2 * nvx
LX * LY
Px (carnoz (carviv carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.16)
2 * nvy
LX * LY
Py (carnoz (carviv carmad) * (numpis - 1)) * [kg] (3.17)
2 * nvx
Estos son todos los parámetros que representan la geometría del modelo, y con los valores de
resistencia dados en el Apartado 3.1 se puede aplicar directamente el modelo de Abrams, tal
como se explica en el Apartado 3.2.
68
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
3.3.2 Aplicación del modelo de Abrams a las edificaciones con entrepiso de hormigón
armado (modelo de eje de cortante)
Para el caso de edificaciones con entrepiso de HA, todas las paredes contribuyen con su
capacidad de resistencia lateral individual. Como la simulación del comportamiento sísmico se
realizó en las dos direcciones ortogonales, la capacidad máxima a nivel de piso, Hap, se calculó
en cada dirección multiplicando el número de paredes resistentes en esa dirección por su
capacidad máxima individual Ha. Además, dado que la máxima capacidad de carga (Ha) de las
paredes depende de la carga compresiva que soporta, es preciso hacer una diferenciación entre
paredes exteriores e interiores, ya que son distintas las cargas tributarias que asumen. Así pues,
deberá tenerse en cuenta su contribución específica a la capacidad máxima a nivel de piso.
Para este caso el análisis de las cargas de precompresión es más complicado. La carga de
precompresión para el último piso se tomó la correspondiente al techo; para el penúltimo piso
esta carga se asumió como la del techo más el peso de los muros del último piso más la carga
viva y, obviamente, la losa de entrepiso. Para los pisos inferiores se acumularon las cargas de
precompresión de los niveles superiores al de la losa a ese nivel, con lo cual, por supuesto, los
muros del primer piso resultaron los más cargados.
A diferencia del modelo panel, la aplicación del modelo de Abrams se realiza a nivel de piso,
centrándose en las paredes tipo interior y exterior, para luego integrar (sumatoria de capacidades
del total de paredes en una u otra dirección ortogonal) sus capacidades individuales en una
capacidad a carga lateral de todo el piso. Las cargas de precompresión en este caso dependen del
área tributaria de estos muros tipo. Asumida la idealización de división modular en las dos
direcciones, la longitud de vanos es igual en cada dirección, ubicándose una pared resistente en
cada vano (Figura 3.8).
Así pues, se tuvieron que analizar cuatro muros: dos muros que representen a las paredes
interiores, la una en dirección “x” y la otra en dirección “y”; y lo propio con las paredes
exteriores. La Figura 3.9, representa un esquema de distribución de cargas de precompresión;
cabe señalar que para el caso de las edificaciones de tipo mixto se consideran variaciones de
hasta dos tipos de pared en altura, debiendo, consecuentemente, variar espesores y características
mecánicas según el tipo de pared.
69
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Área sobre un
muro interior (x) exterior (y)
Figura 3.8 Distribución de áreas tributarias sobre los muros a analizar en los modelos de eje
de corte.
A Corte A-A
Carga de Cubierta
Carga de cubierta +
carga del muro N +
carga de losa + carga
viva
Carga de cubierta +
carga de muros (N y
N-1) + carga de losas
(N y N-1) + cargas
vivas
Lupx o Lupy A ep
70
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Los parámetros necesarios para este modelo particular son los siguientes:
Primero, se calcularon las áreas de precompresión para cada uno de los muros tipo:
Figura 3.10 Área modular, división de áreas menores “Amen” y áreas mayores ”Amay”.
Con este resultado, se calculó el área tributaria de la pared interior en la dirección menor,
“Amen”.
2
LY
Amen
(3.19)
nvy 2
71
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Obtenidas las áreas tributarias para cada muro, se calcularon las cargas compresivas que
generaban sobre cada muro tipo, tanto para muros interiores como exteriores en cada piso. A
continuación se presentan tales ecuaciones:
pesoacumulado Amay
presión_m_intXi *
arecom lumx * ep (3.21)
pesoacumulado Amen
presión_m_intYi * (3.22)
arecom lumy * ep
presión_m_intXi
presión_m_extXi
2 (3.23)
presión_m_intYi
presión_m_extYi (3.24)
2
donde: “pesoacumulado” es el peso total que soporta el muro tipo del análisis. Si se estudia la
carga compresiva del último piso, el “pesoacumulado” constituye el peso de cubierta; si se trata
del penúltimo piso, el “pesoacumulado” representa el peso de la cubierta más el peso de los
muros y la losa del último piso; y así, se adicionarán las cargas en el “pesoacumulado” para el
resto de pisos inferiores hasta llegar al primero.
72
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Estimada la longitud de los muros tipo, sus espesores, altura de entrepiso, cargas de compresión
y parámetros de resistencia, se procedió a la aplicación del modelo de Abrams para obtener la
capacidad a corte del muro de análisis. Vale recordar que, para efectos de evaluación de daño,
una capacidad de cortante a nivel de piso, Hap, es requerida, por lo que, en cada una de las
direcciones hubo que sumar el aporte de capacidad resistente de las paredes exteriores y el de las
paredes interiores.
H ap H ae H ai (3.25)
3.4 Determinación del Índice Global de Daño en los modelos representativos de las
edificaciones de MNR de la ciudad
Enfoque general
Hay que mencionar, por otra parte, que el daño puede evaluarse a nivel local (miembro o
subestructura) o a nivel global. Dependiendo de los objetivos del estudio y del nivel de
discretización del modelo se puede estimar el daño global de manera directa, estudiando un
parámetro global de respuesta, o se puede estimar el daño global de manera indirecta, a través de
una suma ponderada de los daños a nivel local. En este sentido, es obvio que si se adopta un
modelo sencillo tipo SDOF, sólo podrá estimarse el daño global de manera directa. En
contrapartida, si se utiliza un modelo más refinado, lo pertinente es estimar el daño global
integrando los daños locales.
73
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Ya sea que se quiera calcular índices de daño estructural global de madera directa o indirecta,
existen dos procedimientos básicos para hacerlo: el primero basado en el balance demanda vs.
capacidad y el segundo, basado en degradación. En el presente estudio se utilizó el primer
enfoque por su mejor grado de adaptabilidad; sin embargo en este apartado se presentará también
una reseña general del segundo enfoque.
La lista de variables de respuesta estructural que pueden servir como parámetros de daño es
grande: fuerzas, desplazamientos, esfuerzos, deformaciones, cambios en rigidez o de algún tipo
de energía, etc. Sólo aquellos parámetros de daño apropiados para una evaluación a nivel de
estructura o aquellos que requieren una mínima cantidad de información son considerados en
este trabajo.
El modelo de daño basado en la relación demanda vs. capacidad implica la determinación -sea
cual fuere el parámetro de daño- de tres valores: 1) valor del umbral de daño, y 2) valor máximo
de demanda, m, y 3) valor de capacidad última, u. Con estos elementos, el índice de daño se
calcula según la siguiente expresión:
demanda m y
DI global DI global (3.26)
capacidad u y
El índice de daño será cero si el valor máximo de demanda (exigido por el sismo de estudio) es
menor o igual al valor del umbral de daño, y; será la unidad si el valor máximo de demanda, m,
resulta igual al valor de capacidad última, u, implicando el colapso de la estructura. El valor del
umbral de daño es normalmente el que asume el parámetro de estudio en la cedencia estructural.
Parámetros de daño utilizados corrientemente bajo este enfoque son, por ejemplo, los
desplazamientos relativos, las ductilidades de desplazamiento, los cortantes a nivel de piso. Un
parámetro de daño más complejo, y que se lo utiliza aunque no tan frecuentemente como los
citados anteriormente, es la disipación de energía. Los modelos basados en este parámetro
describen el hecho de que una estructura tiene una capacidad limitada de disipación de energía (a
través del comportamiento histerético de sus miembros) y que el daño progresa conforme la
74
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Existen tres parámetros de daño básicos dentro de este esquema de degradación: 1) rigidez, 2)
resistencia y 3) capacidad de disipación de energía. El valor de la propiedad degradante
disminuirá progresivamente, por lo que una forma conveniente para el índice de daño es:
Pd
DI 1 (3.27)
Po
Este método puede ser aplicado sólo si la degradación de resistencia puede ser modelada
apropiadamente y si se lleva a cabo un detallado análisis inelástico.
75
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
3.4.1 Índices de daño estructural para las edificaciones de MNR de la ciudad de Cuenca
El cálculo de los índices de daño global de las edificaciones de MNR se enmarcaron dentro de la
filosofía de demanda y capacidad, ya que su enfoque de definición de parámetros es más simple
y, por tanto, más adaptable a estudios de vulnerabilidad sísmica a gran escala. Así, el problema
de hallar el índice global de daño comprendió dos fases relativamente independientes: la
estimación de los valores de demanda del parámetro de daño adoptado y la estimación de los
valores de capacidad de tales parámetros.
Para las edificaciones de MNR un parámetro de daño bastante utilizado es el cortante basal.
Hasselman et al. (Hasselman T., et al., 1980) sugiere que es un parámetro adecuado para la
76
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
evaluación del daño en edificios de baja altura (menores de 5 pisos). Además, siendo las
edificaciones de MNR estructuras frágiles, cuya característica intrínseca de poca o casi ninguna
ductilidad les obliga a desempeñarse fundamentalmente en el rango elástico, el daño es más
fácilmente evaluable con parámetros de fuerza (v.g. cortantes) que con parámetros de deflexión
(v.g. desplazamientos relativos). De esta manera, sustituyendo el cortante basal en la ecuación
3.26, la expresión del índice de daño resulta:
vm v y
DI global (3.28)
vu v y
donde vm es el cortante basal actuante bajo una determinada acción sísmica, vu es la capacidad
última de cortante basal de la estructura y vy es el cortante basal en el nivel de cedencia de la
estructura.
Por las razones anotadas, este fue el parámetro de daño adoptado en el presente estudio para las
edificaciones de MNR. Las consideraciones particulares hechas según se trate del modelo tipo
panel o de eje de corte se consignan a renglón seguido.
Para esta tipología, como el modelo resulta finalmente SDOF, la evaluación del daño global fue
directa, según la expresión:
demanda de cortante vm v y
DI DI (3.29)
capacidad de cortante vu v y
77
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Bajo este modelo, la evaluación del daño global es de tipo indirecta, mediante la integración de
los índices de daño a nivel del piso. Así, contando asimismo con el cortante como parámetro de
daño, el índice de daño a nivel de piso responderá exactamente a la misma fórmula utilizada en
el modelo panel, solo que a nivel de piso.
demanda de cortante vm v y
DI i DI i
i
capacidad de cortante vu v y i
(3.29)
Para esta modelo, el índice global de daño debe integrar en su formulación a los índices de daño
a nivel de piso. Se asumió en este estudio la propuesta por Y. S. Chung et al. (Chung Y. S. et al.,
1988), la cual establece que el índice global puede hallarse como una suma ponderada de los
índices de daño a nivel de piso, en donde, además, los pesos son mayores para los pisos más
bajos; tal ponderación obedece, claro está, al hecho de que reviste mayor gravedad para la
edificación el que se produzcan daños severos en los pisos inferiores antes que en los superiores.
Así, el índice, para una edificación de “n” pisos, se calcula mediante la siguiente expresión:
n
n 1 i
DI DI i (3.30)
i 1 n
Debe tenerse presente que, de llegar cualquiera de los valores de DIi a la unidad, significará el
colapso total del piso en el nivel “i”, lo cual , para el caso de edificaciones de MNR supondría
muy probablemente el colapso global de la edificación. En consecuencia, en tales casos se
asumió automáticamente DI igual al 100%.
78
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
La acción sísmica, en el contexto de los estudios de vulnerabilidad sísmica a gran escala, puede
definirse básicamente mediante espectros elásticos de aceleraciones o mediante acelerogramas, y
en este último caso, los acelerogramas pueden ser de sismos reales o sintéticos. En cualquier
caso, una definición realista supone una tarea de integración y síntesis de los estudios de
peligrosidad sísmica a nivel regional (macrozonificación) y los de peligrosidad sísmica a nivel
local (microzonificación o estudio de los efectos locales del terreno). En lo que concierne al
proyecto de la Red Sísmica del Austro, hay que señalar que ha sido considerable y complejo el
trabajo involucrado en estos dos estudios.
Al ocurrir un sismo con ciertas características focales, parte de la energía liberada se convierte en
ondas sísmicas, las cuales se propagan por la tierra sufriendo diversos fenómenos como el de
reflexión, refracción, atenuación, amplificación, etc., hasta llegar a la superficie. En este
mecanismo de propagación, el estudio de macrozonificación se ocupa de los fenómenos que
ocurren entre la fuente sísmica y el basamento rocoso debajo del sitio de interés (trayectoria del
tren de ondas, leyes de atenuación) y, además, de la evaluación de la excitación sísmica en dicho
basamento rocoso. El estudio de microzonificación, en cambio, se ocupa del efecto de “filtro”
de las capas de suelo entre el basamento rocoso y la superficie del sitio de interés y -por
supuesto- de la evaluación de la excitación sísmica en la superficie del sitio de interés (Figura
3.11).
79
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Punto de monitoreo de
X4
respuesta global del edificio
X3
Superficie
X2
Basamento
Rocoso
X2 = f(X1, trayectoria de onda): peligrosidad símica
Fuente X3 = f(X2, efecto local del terreno): efectos locales del terreno
X4 = f(X3, características dinámicas del edificio):
Sismogénica vulnerabilidad sísmica del edificio
X1
Figura 3.11 Esquema de los aspectos que comprende un estudio de vulnerabilidad sísmica a
gran escala.
Los niveles de aceleración anotados se refieren a los producidos en el basamento rocoso. Lo que
interesa, sin embargo, a efectos de la simulación del comportamiento sísmico de las
edificaciones, es definir una acción sísmica a nivel de superficie, pues es ésta la que actuará
directamente sobre los modelos analíticos. Esta definición supone la consideración de los
efectos locales del terreno (site effect) sobre la excitación sísmica producida en el lecho rocoso.
80
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Así, en el presente estudio se generaron familias de acelerogramas sintéticos -en roca- para cada
uno de los 5 niveles de aceleración adoptados (0.05g, 0.1g, 0.2g, 0.25g, 0.3g). El proceso de
generación se basó en simulaciones de ruptura de la falla de Girón (longitud potencialmente
fracturable: 45km; magnitud estimada en función de las relaciones de Wells y Coppersmith: 7.1),
muy probablemente la fuente sísmica más crítica para la ciudad de Cuenca (Jiménez N., 2000).
En este caso, para las edificaciones de MNR de la ciudad, se decidió asumir los espectros
elásticos de aceleraciones como forma de definición de la acción sísmica. Tal decisión obedece
a la pertinencia y facilidad de aplicación del análisis modal espectral sobre los modelos de eje de
cortante y de panel para las edificaciones de MNR. Estos espectros, por supuesto, se calcularon
previo establecimiento de los acelerogramas en superficie para los dos tipos de suelo existentes
en la ciudad: S2, suelo firme y S3, suelo blando, éste último muy localizado (M. Encalada,
2000).
En este mismo contexto, es preciso anotar los siguientes detalles de procedimiento observados en
este estudio: 1) se utilizaron, por cada nivel de PGA, una familia de 10 acelerogramas sintéticos,
obteniéndose, entonces, 5 familias de 10 acelerogramas en superficie y 5 familias de 10
espectros de respuesta en aceleraciones; 2) al final, se definió, por cada nivel de PGA, un
espectro elástico de simulación como el promedio (punto a punto) de los 10 espectros de
respuesta correspondientes (Anexo 3.1).
81
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
El amortiguamiento adoptado para la obtención de los espectros de respuesta fue del 10%.
Dicho valor es el apropiado para representar el comportamiento dinámico de estructuras de
mampostería no reforzada, como lo demuestran los estudios experimentales de la referencia
(Benedetti D., Pezzoli P., 1996); se constataron en dicho estudio amortiguamientos del orden del
10% aún para los instantes iniciales de carga de los prototipos experimentales (edificaciones de
mampostería de ladrillo con entrepiso de madera), todavía dentro del rango elástico.
La ecuación que rige el movimiento de un modelo de eje de cortante ante la acción de una
aceleración horizontal en su base puede expresarse como:
C D K D M J a (t )
MD (3.31)
Para el modelo de eje de cortante, asumida la hipótesis de piso rígido, los desplazamientos del
vector D son horizontales, según la componente de aceleración horizontal considerada; M es una
matriz diagonal y K una matriz simétrica y tribandeada. La matriz de amortiguamiento C,
normalmente basada en el modelo de amortiguamiento viscoso de Kelvin - Voight, constituye
también una matriz diagonal. Es de señalar, sin embargo, que existen varios modelos de
amortiguamientos planteados en la literatura técnica (Barbat A. H., Canet J. M., 1994).
Una vez establecido cada elemento de la ecuación 3.31, debe procederse a su solución. Si la
acción sísmica está definida en forma determinista, y dependiendo del grado de exactitud que se
requiera, se pueden optar por alguno de los siguientes métodos:
82
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Solución directa de las ecuaciones del movimiento mediante técnicas de integración paso a
paso.
En el presente estudio se optó por el análisis modal espectral como vía de análisis para obtener
los cortantes de demanda a nivel de piso. La gran ventaja del análisis modal espectral es su
rapidez en la solución de la ecuación de movimiento y un manejable volumen de resultados.
Esto se debe a que este tipo de análisis se concentra únicamente en las respuestas máximas
estructurales y no en toda la historia de la respuesta, simplificación admisible en estudios de
vulnerabilidad sísmica a gran escala.
El análisis modal espectral se basa en suponer que cualquier deformada de la estructura se puede
expresar como una combinación lineal de los modos de vibración. Así, para el caso de modelos
de eje de cortante con un grado de libertad horizontal por piso, considerando “n” modos de
vibración en la solución del problema, la expresión del desplazamiento relativo (D) por piso
resulta:
n
D i y i (t ) (3.32)
i 1
83
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
movimiento para sistemas de un grado de libertad, correspondientes, cada una, a un cierto modo
de vibración.
Así, dividiendo por el escalar M , denominado masa generalizada, se tiene la siguiente ecuación
desacoplada para el j-ésimo modo de vibración:
Tj M J
y j (t ) 2 w j y j (t ) w y j (t ) T
2
a(t ) (3.34)
j Mj
j
Ahora, dado que una buena aproximación para la aceleración máxima y(t ) máx para un sistema de
Tj M J
y j (t ) max T ( Sa) j (3.35)
j Mj
Entonces, dada la ecuación 3.35, los cortantes a nivel de piso, qi, se calculan como sigue:
Tj M J
qj M j y j (t ) Mj T ( Sa ) j (3.36)
max max j Mj
Es importante tener presente que la ecuación 3.34, representa al j-ésimo modo de vibración, y las
respuestas dadas por las ecuaciones 3.35 y 3.36 (vectores columna de “n” elementos
correspondientes a cada grado de libertad) son aquéllas que se verifican, así mismo, en el modo
“j” de vibración. Puesto que en cada grado de libertad el máximo de cada modo no se produce
en el mismo instante, la respuesta máxima según cierto grado de libertad no será igual a la suma
de los máximos correspondientes de cada modo, y es preciso realizar una superposición modal.
La más simple y usada formulación de superposición modal para evaluar la respuesta máxima
84
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para las edificaciones de MNR
Rmáx. es la de la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de las respuestas modales (SRSS),
esto es:
q
Rmáx . (R
j 1
j
máx)2
(3.37)
q
q máx . (q
j 1
j
máx)2
(3.38)
Con respecto al desacoplamiento modal, es preciso anotar que, debido a la propia discretización
de la estructura y a errores de cálculo numérico, a medida que se aumenta el orden de las
frecuencias, los errores que éstas contienen son mayores, con lo que las correspondientes a los
primeros modos de vibración son también las más exactas. Por otra parte, al ser los modos
inferiores los que contienen menor energía elástica de deformación, son los que influyen en
mayor medida en la respuesta de la estructura, contribuyendo los modos más elevados solamente
con perturbaciones y errores (Barbat A. H., Canet J. M., 1994). Así, se puede despreciar sin
mayor problema la contribución a la respuesta de los modos altos de vibración, lo cual redunda
en una mayor rapidez de análisis, ya que la mayor cantidad de tiempo de cálculo requerido para
la obtención de la respuesta de la estructura se invierte en la búsqueda de los valores y vectores
propios. En este estudio se considerarán hasta un máximo de 3 modos de vibración, lo cual
implica evaluar la ecuación 3.38 haciendo “q” igual a 3.
85
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
CAPÍTULO 4
Los objetivos fundamentales de este estudio son la obtención de modelos analíticos de daño
(funciones de vulnerabilidad, matrices de probabilidad de daño), y el establecimiento de
escenarios de daño. En este capítulo se describirá el proceso de consecución de estos objetivos
para los edificios de HA, partiendo de la determinación de los parámetros mecánicos de sus
modelos estructurales.
Puesto que se consideró pertinente, a efectos de análisis dinámico, el uso de modelos inelásticos
de un grado de libertad como modelos analíticos de los edificios de HA, la evaluación del daño
global, consecuentemente, debe ser directa (Apartado 3.4). El parámetro de daño adoptado fue
el desplazamiento relativo a nivel del último piso (Apartados 2.2), por ser uno de los más
racionales en la estimación del daño global de estructuras dúctiles como las de HA (Powell G.
H., et al., 1988). De esta manera, la ecuación para el cálculo del daño global, bajo el esquema de
demanda vs. capacidad resulta:
demanda de desplazamiento m y
DI global DI global (4.1)
capacidad de desplazamiento u y
Dos elementos claramente distinguibles componen el índice de daño global de los edificios de
HA: las demandas y las capacidades de desplazamiento relativo. No hay que perder de vista que
éste se trata de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala, y que la evaluación del daño
global se verificará para cada uno de los edificios de la ciudad de Cuenca, representados en la
BAC. En este sentido, el establecimiento de estos valores de demanda y de capacidad debería
constituir, cada uno, un proceso a gran escala; en el primer caso (valores de demanda), de
86
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Sin embargo, tanto el análisis dinámico como pushover constituyen procesos algo “pesados”
para ser realizados de manera individualizada en un estudio a gran escala. En el desarrollo de
este trabajo se justificarán simplificaciones importantes hechas en uno y otro; tales esfuerzos
simplificatorios, cuando son procedentes, resultan muy “rentables” en este tipo de estudios a
gran escala, pues se traducen en un ahorro significativo de capacidades computacionales.
Enfoque general
Cabe recordar que los edificios de HA se modelizaron finalmente como SDOF, y que a ellos se
llegó a través de una idealización tridimensional de los edificios, pasando por modelos de
transición bidimensionales tipo pórtico (Apartado 2.6). Si bien los modelos tridimensionales de
partida fueron uniformes, también es cierto que sus características dimensionales globales y
locales estuvieron sustentadas en una importante base informativa (tablas de frecuencias, curvas
de correlación, etc. (Apartado 2.5)), por lo que puede contarse con un razonable grado de
representatividad de los modelos finales.
87
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
La diferencia en costo computacional de los dos tipos de análisis dinámico radica en que el
modal espectral desecha de entrada las series temporales de respuesta como tales, y se concentra
sólo en los valores máximos de respuesta del sistema. En cambio, un análisis paso a paso no
lineal en el tiempo está basado en la integración numérica de la ecuación de movimiento y en la
determinación de las variables de estado (desplazamiento relativo, velocidad y aceleración) en
cada uno de los puntos en que se ha discretizado el tiempo de análisis. Los valores de cualquier
variable de estado en un cierto instante “i” dependen de los valores de las 3 variables de estado
en el instante “i-1”, de manera que, al final, se obtienen las series temporales para cada una de
las 3 variables de estado. Esto, evidentemente, resulta excesivo cuando lo que interesa
únicamente son los valores máximos de desplazamiento relativo del sistema.
Aunque para el presente estudio se pensó originalmente en el análisis paso a paso no lineal en el
tiempo como vía de análisis dinámico, el costo computacional que se constató en procesos de
simulación a gran escala, obligó a pensar en una alternativa más económica. Así pues,
consecuentes con el hecho de que para efectos de la evaluación del daño global interesan
únicamente los desplazamientos relativos máximos del sistema, se consideró la mejor alternativa
el planteamiento de espectros inelásticos de desplazamiento.
Hay que señalar, por otra parte, que el espectro inelástico de desplazamientos, como alternativa
de análisis dinámico, es, por definición, compatible con el sistema inelástico de un grado de
libertad adoptado como modelo estructural. El modelo bilineal sin degradación de rigidez,
originalmente planteado para los SDOF, se mantuvo. Los parámetros, sin embargo, difieren de
aquellos requeridos para un análisis no lineal en el tiempo.
88
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Del análisis de vibración libre no amortiguada de los modelos de transición se obtuvieron sus
períodos naturales de vibración. Cabe recordar que cada edificio se representó mediante sus dos
pórticos ortogonales interiores desagregados de su respectiva idealización tridimensional, y a
estos los denominamos “modelos de transición”. Este análisis se realizó en el programa
SAP2000 como una opción del análisis estructural. Antes de presentar los resultados, se
describirá brevemente el problema general de la vibración libre no amortiguada:
89
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
m x k x 0 (4.2)
donde:
m : matriz de masas o de inercia
k : matriz de rigidez
x : vector de desplazamientos
x * Sen t (4.3)
Derivando dos veces la ecuación 4.3 y reemplazando x y x en la ecuación 4.2, la ecuación
4.3 se transforma en la siguiente:
k m
2
0 (4.4)
Para que existan soluciones no triviales, la matriz del sistema tiene que ser singular. Por tanto:
det k m
2
0 (4.5)
90
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Esta ecuación es el polinomio característico del sistema. Debido a las propiedades de las
matrices de masa y de rigidez, tal polinomio tiene “n” raíces reales no negativas:
1 2 N (4.6)
Es relevante mencionar que del problema general de vibración libre nos interesan únicamente los
períodos naturales de vibración o, si se quiere, los períodos correspondientes al primer modo de
vibración (los 1 ). El programa SAP2000 realiza este análisis dinámico básico como una
extensión del análisis estructural estático, de donde se desprende que no requiere una
información detallada del modelo para su ejecución. Lo que sí, el análisis pushover aprovecha
está opción de análisis dinámico, pues contempla la posibilidad de caracterizar la carga lateral de
forma proporcional al modo de vibración que uno elija; en nuestro caso, en virtud de la simetría
asumida para los modelos, se adoptó proporcional al primer modo.
El análisis pushover del SAP2000 funciona, en términos generales, de la siguiente manera: con
cada incremento de carga lateral el programa obtiene puntuaciones de desplazamiento lateral en
un punto de monitoreo (nudo esquinero del último piso) y de cortante basal. Tales incrementos
se suceden hasta la ocurrencia de un mecanismo de colapso, instante en el que el programa
registra el cortante basal y el desplazamiento de capacidad. La gráfica cortantes basales –
desplazamientos laterales hasta la ocurrencia del colapso se conoce como curva pushover;
además el SAP2000 reporta como resultado la secuencia de formación de rótulas plásticas. La
Figura 4.2 ilustra todo este proceso.
91
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
(a)
14 24
v13 v23
v12 v22
v11 v21
z z
x x
(b)
z z
x x
(c )
z z
x x
92
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
(d)
V = v
2
V2
V1 1
0
Figura 4.2 Cortantes basales (a), desplazamientos en nudos de monitoreo (b), patrones de
diagramas de momentos (c), curva pushover (d)
En rigor del análisis pushover del SAP2000 podrían obtenerse tanto los parámetros (cortantes
basales y desplazamientos) de cedencia como los de capacidad; sin embargo, para este estudio no
se utilizaron directamente los valores de desplazamiento de cedencia y de capacidad de la curva
pushover, ya que el programa no permitió caracterizar debidamente las articulaciones plásticas
mediante la introducción de curvas idealizadas momento-rotación “reales” (pese a que esta
opción está disponible en el SAP2000), razón por la cual se utilizaron las curvas momento
rotación que asigna por defecto el programa.
Pese a que se comprobaron los puntos de cedencia de estas curvas (que el SAP2000 lo calcula en
función del armado de las vigas), los valores correspondientes del punto de capacidad última de
la sección (momento último y rotación última) resultaban exagerados; al parecer, el SAP2000
asume, por defecto, secciones dúctiles. Por otro lado, el que el punto de cedencia a nivel de
sección esté correcto no significa que el punto de cedencia a nivel de estructura lo esté; son dos
situaciones distintas. De manera que las secciones con capacidad última sobreestimadas por el
programa reportaron, como era de esperar, un punto de cedencia y de capacidad última
sobreestimados a nivel de pórticos de estudio, esto es, con cortantes basales y desplazamientos
tanto de cedencia como de capacidad sobrevalorados.
93
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
El proceso que se describe brevemente y se justifica en el párrafo anterior se generaliza para todo
el universo de edificaciones mediante el establecimiento de ecuaciones de generación de
desplazamientos y cortantes basales de cedencia. Es de aclarar que lo que nos interesó
fundamentalmente fue la estimación de los desplazamientos de cedencia reevaluados bajo las
consideraciones anteriores. Este mecanismo de generalización de los parámetros de
caracterización mecánica se describe en el siguiente apartado y la reevaluación de los
desplazamientos de cedencia se trata en el apartado 4.6.1.
94
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
95
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Longitud de Vanos: para cada dirección ortogonal, estos valores vienen dados por las
siguientes expresiones:
Peso del Pórtico: son tanto para los pórticos que representan el edificio en dirección mayor y
menor. Este parámetro es fundamental para reevaluar el cortante basal de cedencia; su
cálculo se resume a las siguientes expresiones.
donde: “pesovig” es el peso total de las vigas en función de la sección HV*BV obtenida
igual que las secciones de los modelos de transición, “pa_ha” es el peso específico del
hormigón armado que se tomó igual a 2400 kg/m3, “pesocol” es el peso total de las columnas
96
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
y su cálculo se realizó de forma análoga al de las vigas; “pesocar” pertenece al cálculo de las
cargas que se encuentran sobre las vigas, que es resultado de una carga distribuida triangular
que supone la carga de una losa con 25cm de espesor.
Integradas las ecuaciones de generación de los tres parámetros mecánicos de caracterización
(períodos naturales de vibración, desplazamientos de cedencia y cortantes basales de
cedencia) al programa PEDE (Programa de Evaluación de Daño en Edificicaciones), éste,
tras la identificación tipológica correspondiente, evalúa tales parámetros para el universo de
edificios considerados en la BAC. A título ilustrativo, se presenta el siguiente ejemplo:
Tomamos un edificio de la BAC de tres pisos con un área de 150m² en planta y una relación
de aspecto de 0.6 y que corresponda a la tipología aporticada con fy de 4200 kg/cm². Al
modelar la edificación tridimensionalmente, desagregando un pórtico en cada dirección
ortogonal, se obtienen dos pórticos bidimensionales los cuales tendrán las siguientes
características según el proceso antes indicado:
Número de Vanos = 3
Longitud total Mayor = 1581cm.
Longitud de vano mayor = lvmay = 527cm.
Altura de pisos = 270cm
Número de Vanos = 2
Longitud total Menor = 948cm.
Longitud de vano menor = lvmen = 474cm.
Altura de pisos = 270cm
97
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Con estos valores y características, se buscan las ecuaciones asociadas a estos modelos
específicos. Según la tabla de ecuaciones que se encuentra en el Anexo 2.4 se tiene:
Pórtico mayor:
Pórtico menor:
98
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
l f l 0 l 0 100 (4.7)
Sin embargo, con el avance de los conocimientos en ingeniería sísmica, el concepto de ductilidad
ha tenido que ampliarse. Así, la ductilidad como medida de la capacidad de deformación
inelástica, puede plantearse a nivel de material, a nivel de sección, a nivel de miembro, e incluso,
a nivel de estructura. En general, en el contexto de la ingeniería sísmica, la ductilidad se define
como la relación entre la deformación última y la deformación de fluencia, entendiendo
deformación en el sentido más amplio del término.
u (4.8)
y
u (4.9)
y
99
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
V= v
Vu
Vy
0 y u
u (4.10)
y
100
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Los edificios de HA, debido al refuerzo y en general a las características del detallamiento,
pueden considerarse como estructuras dúctiles. Dado que el hormigón simple no es un material
dúctil, es evidente que la ductilidad de este tipo de edificios estará en función de la calidad del
diseño del refuerzo longitudinal y transversal. Una buena ductilidad a nivel global está
supeditada a buenas ductilidades a nivel local y al cumplimiento de las disposiciones del diseño
sismorresistente, cuya filosofía puede resumirse en los siguientes principios: 1) diseño a corte de
los miembros en función de sus capacidades a flexión, 2) verificación de capacidad a corte de
nudos, 3) columna fuerte – viga débil, 4) piso inferior fuerte – piso superior débil.
Así pues, para el presente estudio, con miras al planteamiento de espectros inelásticos con factor
de ductilidad constante, se plantearon para las edificaciones de la ciudad tres niveles de
ductilidad: 2.5, 3 y 3.5. En vista de que, en el mejor de los casos, la filosofía de diseño
sismorresistente de las normativas se ha cumplido sólo limitadamente, la cota mayor de
ductilidad se ha asumido inferior a 4. El nivel más bajo de ductilidad se atribuyó a los edificios
con tipología de losa plana, ya que estos edificios son susceptibles de fallo por punzonamiento.
101
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Los criterios de colapso se pueden plantear ya sea a nivel local (de miembro) o a nivel global (de
estructura). Tratándose éste de un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala, en donde lo
que interesa evaluar es el daño global de las edificios, la atención se centró en el tema del
colapso a nivel global. El modelo inelástico SDOF utilizado no permite sino evaluar el daño en
términos globales. En modelos con un mayor nivel de discretización se pueden investigar los
daños a nivel local, y a partir de éstos, ponderándolos debidamente, el daño global. A
continuación se tratarán, aunque someramente, ambos niveles de colapso.
Aún en modelos con alto nivel de discretización (en donde llegan a modelarse hasta los nudos)
es difícil representar toda la gama de deficiencias del diseño del refuerzo; normalmente esta
representación es de forma indirecta. La manera más fiable de investigar modos de falla a nivel
de miembro es a través de la experimentación del comportamiento de la estructura ante cargas
102
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
El hormigón sin refuerzo es un material frágil; sin embargo, de acuerdo con la cantidad y
disposición del acero de refuerzo, el hormigón armado es una material con una adecuada
disipación de energía. Hay que tener presente que bajo cargas cíclicas un miembro se comporta
sustancialmente diferente que ante cargas monotónicas. Numerosos estudios y análisis -como el
pushover- buscan captar, al menos a nivel global, el comportamiento cíclico de las estructuras a
través de la aplicación de cargas monotónicas.
La influencia del área y disposición del acero transversal en la ductilidad de los miembros de
hormigón armado es un asunto ampliamente investigado. Esta influencia se manifiesta
esencialmente en el confinamiento del hormigón mediante el refuerzo transversal y en la
reducción de la longitud de pandeo del refuerzo longitudinal. De secciones sin el debido
confinamiento no pueden esperarse valores razonables de ductilidad de curvatura (de 7 a 10), y
sin buenas ductilidades a nivel local tampoco pueden esperarse buenas ductilidades a nivel
global. Como dato referente cabe mencionar que para obtener una ductilidad de alrededor de 5
(límite superior de lo que puede conseguirse como ductilidad global diseñando con estricto
apego a las disposiciones sismorresistentes del ACI), las capacidades de ductilidad local deberán
ser de dos a tres veces dicho valor (Placencia P., 1991).
En cuanto al fallo por pandeo local, implica una pérdida súbita de la capacidad de carga de la
sección. Formas de evitar este tipo de falla a nivel local son: 1) aumentando la sección del acero
de refuerzo (aunque esto es contraproducente desde el punto de vista de la adherencia) ó 2)
reduciendo la separación del refuerzo transversal.
Del estudio de secciones de hormigón armado ensayadas a flexión cíclica bajo diferentes niveles
de carga axial se conoce (Wakabayashi M., 1986) que la capacidad de disipación de la sección
103
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
disminuye con el aumento de la carga axial, observándose, para cargas axiales importantes un
comportamiento frágil. Por otra parte, es bien conocido que los fallos por cortante ocasionan una
pérdida repentina de disipación de energía de una sección, con lo cual, el tipo de fallo es frágil.
Un criterio de diseño para evitar un fallo por cortante es diseñar la sección por capacidad. Para
ello el cortante de diseño se calcula mediante la siguiente fórmula:
V ( M u1 M u 2 w L ) L (4.11)
donde “L” es la longitud del miembro, “Mu1 y Mu2”, los momentos flectores de capacidad de los
extremos del miembro y “w” es la carga uniformemente distribuida.
El objetivo de este criterio es el de garantizar un fallo por flexión antes de que se produzca uno
por cortante; por consiguiente, momentos flectores de capacidad deben reconocer el
endurecimiento por deformación del refuerzo longitudinal; la normativa estadounidense (UBC,
1991) lo evalúa como un 25% adicional con respecto al esfuerzo de fluencia.
Finalmente, la adherencia entre el acero de refuerzo y el hormigón es otro parámetro que afecta
significativamente la capacidad de disipación de energía de un elemento de hormigón armado.
En la práctica se garantiza una adecuada capacidad de adherencia proporcionando longitudes de
traslapes superiores en un 40% a las necesarias en pruebas estáticas y evitando usar diámetros
grandes en el refuerzo longitudinal.
Las fuerzas laterales de diseño obtenidas empleando las normativas actuales son
considerablemente inferiores a las fuerzas inerciales reales inducidas por un sismo,
especialmente si es severo. La reducción de fuerzas de diseño es posible gracias a la capacidad
de disipación de energía de los componentes estructurales y las conexiones. La Figura 4.4 (a) y
(b), ilustran el comportamiento cíclico global de dos estructuras. El comportamiento de la
estructura de la Figura 4.4 (a) es el ideal pues no se produce una degradación de resistencia y la
disipación de energía (área bajo los lazos de histéresis) es alta; en cambio, la estructura de la
Figura 4.4 (b) muestra un comportamiento deficiente reflejado en la pérdida de resistencia y la
escasa disipación de energía.
104
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
La filosofía con la que se manejan los códigos actuales en relación al diseño sismorresistente es
la de disipación de energía, pero esta disipación debe estar basada fundamentalmente en la
formación de rótulas plásticas en las vigas (Figura 4.4 (b)). En tal dirección está el conocido
criterio de diseño columna fuerte – viga débil (en flexión): es necesario que la máxima capacidad
a flexión de las vigas sea menor que la mínima capacidad a flexocompresión de las columnas.
En este sentido, se debe tener presente que, en las vigas, la contribución del refuerzo de la losa
incrementa su capacidad a flexión, y, en cambio, en las columnas, la capacidad uniaxial a
flexocompresión se ve disminuida por la reducción de la carga axial por efecto de un sismo, así
como por la presencia de momentos biaxiales (Placencia P., 1991). Bajo estas consideraciones,
105
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
el ACI propone que la relación de capacidades a flexión de columnas a vigas sea de por lo menos
1.4.
Por último, y sumado a lo anterior, hay que mencionar dos tipos de situaciones de orden
arquitectónico que conducen también a fallos de tipo frágil ante sismos severos: 1) columnas
cortas y 2) inapropiada distribución de los elementos del esquema resistente a cargas laterales.
La primera se refiere a aquellas columnas cuya longitud efectiva ha sido reducida por paneles o
muros, deficiencia muy común en construcciones escolares. En lo referente a la segunda, por
inapropiada distribución debe entenderse una disposición de los elementos del esquema
resistente a cargas laterales tal que su centro de rigidez (centro geométrico de rigideces) esté
alejado del centro de masas de la losa de entrepiso. Esta excentricidad provoca torsión en planta
y altas demandas de deformación rotacional (sobre todo en las columnas extremas), por lo que se
debe -en lo posible- minimizarla. Hay que estar conscientes de que la torsión genera un tipo de
falla frágil (por corte) y que aún no está lo suficientemente estudiado el problema de la torsión en
el hormigón armado.
106
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Enfoque general
El daño económico se cuantifica mediante un índice de daño económico; al igual que con el
índice de daño estructural, puede evaluarse ya sea a nivel de miembro, a nivel de subestructura o
a nivel de estructura (índice global de daño económico). Independientemente del nivel de
evaluación, el índice de daño económico se define como la relación entre los costos de
reparación y los costos de reposición, incluyendo dentro del valor de costos tanto los directos
como los indirectos (aunque en el presente trabajo se considerará únicamente el daño directo):
Los métodos actuales para estimar el daño económico son clasificados por Hasselman et al. en
tres grupos: empíricos, teóricos y subjetivos. Los empíricos se basan en el estudio post-sismo de
edificios y la cuantificación económica de los daños producidos (correlación de intensidad
macrosísmica con daños económicos). Los teóricos, en modelos matemáticos y análisis no
lineal, correlacionando algunos parámetros de daño claves como la distorsión de piso con el daño
107
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
económico. Finalmente, los métodos subjetivos son aquellos que utilizan el conocimiento y la
experiencia de expertos en estimaciones de daño económico.
Antes de aplicar una de estas metodologías es necesario analizar el daño económico a través de
sus componentes principales para clarificar las estrategias a seguir. En este sentido, los
componentes de un edificio se clasifican en estructurales y no estructurales, dependiendo de si
participan o no en el esquema resistente; los componentes no estructurales incluyen tres grupos:
1) elementos arquitectónicos (tabiquería, cielos rasos, etc.), 2) equipamiento (sistemas eléctricos,
mecánicos e instalaciones de servicios) y 3) componentes misceláneos que aportan con su costo
al costo global del edificio (parking, otros).
La evaluación de las pérdidas económicas que sufre un edificio de HA requiere estimar un índice
de daño económico para cada componente, estructural o no estructural, y combinar luego dichos
índices en uno solo mediante los costos relativos expresados en términos porcentuales, como en
108
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
la Tabla 4.1. Esta evaluación, aplicada al caso concreto de las edificaciones de la ciudad, se
describirá en el Apartado 4.5.
Dado que se decidió modelizar los edificios de hormigón armado de la ciudad como sistemas
inelásticos de un grado de libertad, el único análisis dinámico que procede es el no lineal paso a
paso en el tiempo. En este contexto, si se considera a una masa concentrada “m” conectada a una
base mediante un amortiguador y un resorte sin masa, y si se designa por u(t) el desplazamiento
relativo de la masa con respecto a la base, la ecuación de movimiento que rige este sistema es la
siguiente:
R(u)
u(t) + 2 u (t) + = y(t) (4.13)
m
donde y (t) es la aceleración de la base del sistema, es la fracción de amortiguamiento respecto al
La fuerza que ejerce el resorte, designada por R(u), depende del desplazamiento relativo u(t). En el
caso particular de un sistema elástico R(u) = ku(t), en donde “k” es la constante del resorte o
rigidez del sistema. En cambio, el estudio de la respuesta de sistemas inelásticos requiere asumir
algún tipo de relación fuerza-deformación, R(u) vs. u(t).
R(u)
u(t) y(t) 2 u (t) (4.14)
m
109
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
t
u (t ) u n u(t ) dt : t t n (4.15)
tn
t
u (t ) u n u (t ) dt : t t n (4.16)
tn
u (t 0 ) u o ; u (t 0 ) u 0
pueden obtenerse en el siguiente orden u1 , u1 y u1 (velocidad, desplazamiento y aceleración del
sistema al final del primer intervalo) utilizando dichas condiciones iniciales y asumiendo algún tipo
de variación para u(t ) en el intervalo t0.
El método de integración paso a paso consiste en la repetición del proceso anterior a fin de obtener
las variables de estado (desplazamiento, velocidad y aceleración del sistema) para el resto de
puntuaciones 2, 3, etc..
Si se escoge un intervalo tn suficientemente pequeño, una variación lineal de la aceleración dentro
del intervalo conduce a una muy buena aproximación de los resultados. Así, para un intervalo tn,
la aceleración en un instante “t” cualquiera entre los instantes tn y tn+1 sería:
un 1 un
u(t ) un (t t n ) : t n t t n 1 (4.17)
t n
Sustituyendo 4.17 en las ecuaciones 4.15 y 4.16, y evaluándolas en el instante t = tn+1, resulta:
t n
u n 1 u n un un1 (4.18)
2
(t n ) 2
u n 1 u n u n t n 2 un un1 (4.19)
6
110
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Las ecuaciones 4.18 y 4.19 pueden evaluarse sólo si se ha estimado un 1 . Asumiendo una
variación lineal de la aceleración en dos intervalos iguales y sucesivos de tiempo, se tiene:
R(u n 1 )
u n 1 y(t n 1 ) 2 u n 1 (4.22)
m
El programa SPEC95 (Ridell R., García E., 1995), a más de la generación de espectros inelásticos,
calcula la respuesta de sistemas inelásticos de un grado de libertad. Para este último caso, resuelve
la ecuación de movimiento mediante el proceso de integración numérica paso a paso, usando el
bien conocido método de Newmark. Dicho método introduce un parámetro en el proceso
descrito anteriormente, procurando con ello captar la forma de variación de la aceleración asumida
en el intervalo t. Se ha demostrado que en un rango de valores para entre 1/4 y 1/6 pueden
garantizarse estabilidad, convergencia y resultados suficientemente aproximados (Newmark N. M.,
1962).
111
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
El tamaño del intervalo de integración queda limitado superiormente por las condiciones de
convergencia y estabilidad del método numérico (Newmark N. M., 1962). Además de lo anterior,
existen dos factores que obligan a reducir aún mas el intervalo de integración:
La experiencia indica que el uso de un intervalo del orden de T/10 a T/20 es más que suficiente,
siendo T el período del sistema. En este programa, la fracción del período a usar, “TFRAC”, es
especificada por el usuario. Debe destacarse que el intervalo de integración queda limitado a
“T/TFRAC” como máximo; sin embargo, el intervalo real es frecuentemente menor durante el
cálculo de la respuesta ya que la integración se realiza, por lo menos, en todos los puntos en que
está definida la excitación basal.
Con el objeto de prever la posibilidad de que la respuesta máxima ocurra en vibración libre después
de terminado el movimiento del suelo, como suele ocurrir con sistemas de período muy largo que
"sienten" el terremoto como un pulso de corta duración, el cálculo de las respuestas se extiende
hasta T/2 mas allá del instante en que termina el movimiento del suelo (Ridell R., García E., 1995).
La excitación basal (aceleración del suelo) debe representarse como una serie temporal con
variación lineal entre punto y punto de aceleración. Esto permite utilizar cualquier forma de
112
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
El SPEC95 cuenta con 3 tipos de modelos analíticos para abordar el problema de los sistemas
inelásticos de un grado de libertad: 1) modelo elastoplástico, 2) modelo bilineal sin degradación de
rigidez y 3) modelo bilineal con degradación de rigidez. Cada sistema se caracteriza especificando
su frecuencia “f” (asociada a la rigidez elástica inicial) y su punto de fluencia, por medio del
desplazamiento “uy” correspondiente. En el caso de sistemas bilineales, con o sin degradación de
rigidez, también es necesario especificar la pendiente de endurecimiento “ks” por medio del factor
“s”.
El programa dispone de la opción de análisis de una serie de sistemas aislados, la cual funciona con
la especificación del número de frecuencias que se ingresarán como datos “NFREC”. Es de
mencionar que, aún cuando haya sistemas con la misma frecuencia, deben repetirse los datos, de
manera que siempre el número de valores de “f “y “uy” leídos sea igual.
Durante la ejecución, el programa controla las variables “u”, “x” e “y” (desplazamiento relativo del
sistema, desplazamiento absoluto, y desplazamiento de la base), y sus primeras y segundas
derivadas con respecto al tiempo (las velocidades y aceleraciones correspondientes). Para todas
ellas retiene los valores máximos y los instantes de tiempo en que estos ocurren.
En el contexto de la ingeniería sísmica, los espectros de respuesta son gráficos de las respuestas
máximas de una familia de sistemas de un grado de libertad, caracterizados por sus períodos
naturales de vibración y un cierto factor de amortiguamiento, teniendo como función excitadora
el acelerograma de un sismo dado. Por consiguiente, el establecimiento de un espectro implica
la solución de la ecuación de movimiento de varios sistemas aislados de un grado de libertad
(Figura 4.5). Según el tipo de respuesta máxima al que se refiera, los espectros pueden ser de
respuesta en desplazamientos, de respuesta en velocidades o de respuesta en aceleraciones. El
113
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
rango de períodos que cubre un espectro responde a las necesidades ingenieriles; para efectos de
diseño y estudios de respuesta de los edificios, este rango esta entre 0 a 2.5 ó 3 segundos.
Respuesta máxima
M1 M2 Mn
K1 K2 Kn
0
T1 T2 Tn T
Período
Ahora bien, los espectros de respuesta pueden ser elásticos o inelásticos dependiendo de si los
sistemas de un grado de libertad que los originan son lineales o no lineales, respectivamente.
Newmark (1970-1971), analizando varios registros sísmicos de todo el mundo, llegó a las
siguientes conclusiones para resortes inelásticos elastoplásticos:
Usando estas generalizaciones Newmark especifica las relaciones para encontrar las ordenadas
del espectro de respuesta inelástico a partir del espectro elástico, cuyo esquema se muestra en la
(Figura 4.5). En las regiones de amplificación de desplazamientos y velocidades (frecuencias
bajas), el espectro de desplazamiento inelástico es idéntico al del espectro elástico, y dividiendo
el espectro elástico por el factor de ductilidad se obtiene las aceleraciones máximas inelásticas.
114
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
En la región de frecuencias muy altas (período corto) la aceleración máxima del modelo
eslastoplástico es igual a la del terreno. La región de transición se completa dibujando una recta
entre la aceleración amplificada y la aceleración del terreno.
Para obtener estos espectros, el SPEC 95 calcula respuestas asociadas a valores predeterminados
del factor de ductilidad, . Ello involucra un procedimiento de cálculo iterativo, ya que, dado
un valor de uy, rara vez la respuesta corresponderá exactamente al valor deseado. Debido a
la forma como varía al variar uy, una simple interpolación lineal es inadecuada porque el
error en los resultados puede ser muy importante.
115
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Debe definirse entonces en el programa el parámetro “NDUC = n”, y especificarse los valores
deseados del factor de ductilidad (siempre debe incluirse = 1). El programa genera
automáticamente valores de uy para cada frecuencia especificada. El primero de estos valores es
calculado por el programa y corresponde a ue, es decir, a la respuesta del sistema elástico de la
misma frecuencia, valor que obviamente está asociado a = 1; los n-1 valores de uy son
menores que ue y se generan mediante fórmulas aproximadas que varían según la frecuencia de
que se trate (por ejemplo para bajas frecuencias se usa uy = ue / , mientras en la zona de
Para ejecutar el programa SPEC95, es necesario dar a conocer los siguientes parámetros:
116
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
117
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Con la asignación de estos parámetros, el programa SPEC95 genera en cada ejecución 3 archivos
que contienen, en forma de pares ordenados, los valores calculados de frecuencias y
desplazamientos; cada archivo corresponde a un espectro inelástico de desplazamientos para una
ductilidad, un amortiguamiento y un acelerograma dados.
Para los dos tipos de suelos estudiados, contando con 5 familias (sismos en roca con niveles de
P.G.A. de 0.05g, 0.10g, 0.20g, 0.25g, y 0.30g) de 10 acelerogramas en superficie y 3 factores de
ductilidad considerados, en total se obtuvieron 300 espectros inelásticos de respuesta. Se
consideró conveniente sintetizar los resultados, obteniendo espectros promediados por cada
familia (los espectros que se someten a este promedio comparten, evidentemente, a un mismo
tipo de suelo, un mismo valor de ductilidad y el mismo nivel sísmico). Finalmente, entonces, se
obtuvieron 30 espectros de respuesta, de los cuales se presenta una muestra en el Anexo 4.1.
Al igual que con el daño estructural, lo que interesa en el presente estudio, en relación al daño
económico, es evaluar un índice global de daño económico. Su forma de evaluación puede ser
directa o indirecta, dependiendo del nivel de discretización de los modelos. Modelos con cierto
nivel de discretización, para los cuales se han estimado índices locales de daño estructural (a
nivel de miembro), el índice global de daño económico responde a una lógica de promedio
ponderado. Así, por ejemplo, es factible obtener un índice de daño económico por piso Dec,k
mediante una relación ponderada del tipo:
Dec ,k
D w ec ,i i
(4.24)
w i
siendo “Dec,i” el índice de daño de cada elemento estructural (viga o columna) que pertenece al
piso k-ésimo, “wi” representa el costo de reposición de uno de los elementos.
118
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
El índice de daño económico global del edificio se obtiene como una contribución ponderada de
los índices de daño económico totales (a nivel del edificio) de cada componente (estructural y no
estructural), utilizando como factores de ponderación los porcentajes con los que cada
componente participa en el costo total del edificio (ecuación 4.25), por ejemplo los de la tabla
4.1.
Dec D ec ,i wi (4.25)
Como ya se mencionó, para las edificaciones de MNR comúnmente se adopta el criterio de que
el índice global de daño económico es igual al índice global de daño estructural. Para los
edificios de hormigón armado, dependiendo de si el modelo tiene un cierto nivel de
discretización o responde a un tipo SDOF, la evaluación del daño económico se realizará según
la ecuación 4.24 o 4.25, respectivamente. Por otra parte hay que señalar que la ecuación 4.24,
evalúa el componente económico sólo de los daños estructurales, y que para hallar un índice
global de daño económico todavía resta evaluar el componente económico de los daños no
estructurales.
119
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Ya se anotó al principio de este capítulo que, bajo el esquema de demanda vs. capacidad, y
adoptando el desplazamiento relativo a nivel del último piso como parámetro de daño, la
evaluación del daño global se verifico mediante la ecuación 4.1:
demanda de desplazamiento m y
DI global DI global
capacidad de desplazamiento u y
La evaluación del daño del universo asumido de edificios de la ciudad se realizó a través del
“Programa de Evaluación del Daño en Edificaciones (PEDE), en Visual Basic, que interactúa
con la BAC; de ella recibe la información para ejecutar sus subrutinas y a ella devuelve los
resultados de daño, que constituyen, una vez ejecutado el programa, los campos que permiten (y
permitieron en el presente estudio) definir las funciones de vulnerabilidad y establecer los
escenarios de daño.
120
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Teniendo todo el proceso controlado de forma automatizada y luego de haber generado una gran
cantidad de información útil, solo restaba por encontrar los desplazamientos de cedencia,
capacidad y de demanda “reales” para proceder a la evaluación del daño. Dentro del programa
PEDE se realizaron dos procesos finales para la obtención de los desplazamientos de capacidad
de cada pórtico: el primero consiste en la reevaluación del desplazamiento de cedencia reportado
por el SAP2000 y el cálculo del desplazamiento capacidad y el segundo en la estimación de los
desplazamientos de demanda, a partir de los espectros de respuesta inelástico. A continuación se
describen dichos procesos:
121
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Según el código y por entrevistas hechas a ingenieros, el cortante basal de diseño está alrededor
del 8% y 14% del peso total de la estructura, valores referenciales para estimar los cortantes
basales de cedencia “reales”. Aquí intervienen los pesos de los pórticos y los índices de
vulnerabilidad “indvul” que están en un rango de 0 (vulnerabilidad baja) a 1 (vulnerabilidad
alta). De esta manera, el cortante basal de cedencia “real” de la edificación, viene dado por la
siguiente expresión:
donde: “cortx” y “corty” son los cortantes basales de cedencia “reales” para los pórticos en
dirección mayor y menor, respectivamente.
Definidos éstos sobre el ramal elástico, se calcularon los desplazamientos de cedencia “reales”
aplicando proporciones con los valores de cortante basal de cedencia y desplazamiento de
cedencia obtenidos directamente del pushover (Figura 4.7).
122
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Cor_de_ced
Cort
0 desp Des_de_ced
Desplazamientos Basales
123
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Las funciones de vulnerabilidad, como se había dicho en la parte introductoria del primer
capítulo, constituyen los modelos analíticos de daño en los estudios de vulnerabilidad sísmica a
gran escala. Es importante señalar que su calidad predictiva tiene significado a nivel global
(Jiménez J., et al., 2001). Un descripción resumida de todo el estudio de vulnerabilidad puede
revisarse en las referencias Jiménez J, et al., 2000 y Jiménez J., et al., 2001, en donde se trata el
problema general haciendo una distinción entre las edificaciones de MNR y los edificios de HA.
El daño global se evaluó, tanto para las edificaciones de MNR cuanto para los edificios de HA,
según la filosofía de demanda vs. capacidad, utilizando cortantes a nivel de piso y
desplazamientos relativos globales, respectivamente, como parámetros de daño. El programa
PEDE, que interactúa con la BAC, genera los modelos estructurales (cada una de las tipologías,
como se ha descrito, presenta una metodología operativa diferente), determina los valores de
demanda y capacidad y evalúa el daño global, barriendo el universo de edificaciones
considerado. Se generaron, pues, 10 campos en la BAC correspondientes a los porcentajes de
124
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
daño global en las edificaciones para los 5 niveles sísmicos considerados (por cada nivel, se
considera la actuación del sismo según la dirección mayor y menor de las edificaciones).
Las Figuras 4.8 y 4.9 de MNR y HA, respectivamente, muestran los datos de la simulación en
forma de puntos, pero las correspondientes curvas de regresión polinomial son funciones de
vulnerabilidad preliminares, puesto que no tienen un comportamiento adecuado para evaluar el
daño.
Las Figuras 4.10 y 4.11 muestran las funciones de vulnerabilidad para MNR y HA que han sido
ajustadas a un comportamiento más real.
125
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR
(PGA=0.011g-sismo de Saraguro) (PGA=0.05g)
y = 4E-09x3 - 2E-06x2 + 0.0002x - 0.0042 y = -1E-08x3 + 1E-05x2 + 0.0002x + 0.0477
R2 = 0.6136 100% R2 = 0.8208
2.5%
2.0% 80%
% de Daño
60%
% de Daño
1.5%
1.0% 40%
0.5% 20%
0.0% 0%
0 50 100 150 200 250 300 0 50 100 150 200 250 300
Índice de Vulnerabilidad Índice de Vulnerabilidad
Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR Función de Vulnerabilidad para edificios de MNR
(PGA=0.10g) (PGA=0.20g)
y = 2E-08x3 - 1E-05x2 + 0.0055x + 0.1378 y = 7E-08x3 - 4E-05x2 + 0.0082x + 0.3235
R2 = 0.7811 R2 = 0.5935
100% 100.0%
80% 80.0%
% de Daño
60.0%
% de Daño
60%
40% 40.0%
20% 20.0%
0% 0.0%
0 50 100 150 200 250 300 0 50 100 150 200 250 300
Índice de Vulnerabilidad Índice de Vulnerabilidad
F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e
M N R ( P G A =0 .2 5 g ) M N R ( P G A =0 .3 0 g )
y = 9E-08x3 - 5E-05x2 + 0.0088x + 0.3801 y = 9E-08x3 - 5E-05x2 + 0.0087x + 0.4575
R 2 = 0.5623 R 2 = 0.5027
100.0%
100%
80% 80.0%
60% 60.0%
40% 40.0%
20% 20.0%
0% 0.0%
0 50 100 150 200 250 300 0 50 100 150 200 250 300
Índic e de Vulne ra bilida d Índic e de Vulne ra bilida d
126
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e
H A ( P G A =0 .0 5 g )
y = 7E-07x3 - 5E-05x2 + 0.0021x - 0.0021
R 2 = 0.5707
14%
12%
10%
8%
6%
4%
2%
0%
0 20 40 60 80
Índic e de Vulne ra bilida d
F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e
H A ( P G A =0 .1 0 g ) H A ( P G A =0 .2 0 g )
y = 3E-06x3 - 0.0003x2 + 0.0108x - 0.0198 y = 4E-06x3 - 0.0004x2 + 0.02x + 0.0822
R 2 = 0.6443 R 2 = 0.7885
100.0%
60%
80.0%
40%
60.0%
40.0%
20%
20.0%
0% 0.0%
0 20 40 60 80 0 20 40 60 80
Índic e de Vulne ra bilida d Índic e de Vulne ra bilida d
F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e H A F u n c ió n d e Vu ln e ra b ilid a d p a ra e d if ic io s d e H A
( P G A =0 .2 5 g ) ( P G A =0 .3 0 g )
y = -7E-07x3 + 3E-05x2 + 0.01x + 0.1825 y = -2E-06x3 + 7E-05x2 + 0.0113x + 0.3789
R 2 = 0.7598 R 2 = 0.795
100.0%
100%
80% 80.0%
60% 60.0%
40% 40.0%
20% 20.0%
0% 0.0%
0 20 40 60 80 0 20 40 60 80
Índic e de Vulne ra bilida d Índic e de Vulne ra bilida d
127
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
100.0%
80.0% PGA=0.011g
PGA=0.05g
% de Daño
60.0% PGA=0.10g
40.0% PGA=0.20g
PGA=0.25g
20.0% PGA=0.30g
0.0%
0 100 200 300
Índice de Vulnerabilidad
Figura 4.10 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de MNR.
100.0%
80.0%
PGA=0.05g
% de Daño
60.0% PGA=0.10g
PGA=0.20g
40.0% PGA=0.25g
PGA=0.30g
20.0%
0.0%
0 20 40 60
Índice de Vulnerabilidad
Figura 4.11 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de HA.
De la Figura 4.10 se obtienen las siguientes ecuaciones de vulnerabilidad para las edificaciones
de MNR:
De la Figura 4.11 resultan las siguientes ecuaciones de vulnerabilidad para las edificaciones de
HA:
%D 0.011g = 0
%D 0.05g = 1.6112E-05 * Iv ^ 2 + 2.6413E-04 * Iv + 4.5023E-03
%D 0.10g = 3.7610E-05 * Iv ^ 2 + 2.9051E-03 * Iv + 1.1344E-02
%D 0.20g = -1.1910E-05 * Iv ^ 2 + 1.0033E-02 * Iv + 1.1868E-01
%D 0.25g = -3.9199E-05 * Iv ^ 2 + 1.1882E-02 * Iv + 1.7568E-01
%D 0.30g = -9.0009E-05 * Iv ^ 2 + 1.5412E-02 * Iv + 3.6358E-01
Para expresar los resultados como matrices de probabilidad de daño, es necesario evaluar
funciones de densidad del daño de modelos que se ajusten a histogramas de distribución normal,
discretizadas para diferentes rangos del índice de daño y para cada intensidad de terremoto
(variación de PGA); este proceso es común cuando las funciones de vulnerabilidad son obtenidas
por dicho ajuste y por la calibración con alguna función observada. Tomando en cuenta que las
funciones de vulnerabilidad en este estudio se obtuvieron por medio de curvas de regresión
polinómica ajustadas y que los modelos se calibraron por medio de los resultados que generó el
registro del sismo de Saraguro, las matrices se generaron directamente tabulando el porcentaje de
edificaciones que tengan daños que estén en un rango preestablecido y para cada nivel sísmico.
Sabiendo que las funciones de densidad se obtienen a partir de los estudios de peligrosidad
sísmica y que es el que determina el nivel de probabilidad de ocurrencia sísmica; la Red Sísmica
del Austro ha generado un mapa de peligro sísmico para aceleraciones máximas con un 10% de
excedencia y una vida útil de 50 años para una sismicidad superficial (Figura 4.12). Según el
mapa del la Figura 4.12 a la ciudad de Cuenca le corresponde una aceleración máxima promedio
0.25g.
129
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
AMBATO
Baños
PUYO
Pajá n
GUARANDA
RIOBAMBA
BABAHOYO
Guamote
-2.00 -2.00
Salina s GUAYAQUIL
Cunchi MACAS
La Tronca l ESCALA GRAFICA
Sucua
Amaluza
AZOGUES 0.42
CUENCA
Gualace o 0.40
-3.00 Sigs ig -3.00 0.38
Girón 0.36
MACHALA Santa Isabe l
0.34
0.32
TUMB EZ
Sa raguro
0.30
0.28
0.26
-4.00
LOJA
-4.00
0.24
ZAMORA
0.22
Ca ri amanga
0.20
Mac ara
0.18
0.16
0.14
0.12
0.10
-5.00 -5.00
0.08
Piura
0.06
0.04
0.02
-6.00 -6.00
-82.00 -81.00 -80.00 -79.00 -78.00 -77.00 -76.00
La evaluación subjetiva del índice de daño consiste en asignar un grado de daño en una escala
numérica del 1 al 5 como se muestra en la Tabla 4.2. Sin embargo, el relacionar dicho grado de
daño con el índice o porcentaje de daño no es evidente y así lo demuestra la Tabla 4.2, valores
adoptados por diversos investigadores, como puede apreciarse, la relación no es lineal y depende
fuertemente del subjetivismos y la experiencia de los investigadores que evalúan las pérdidas en
el lugar mismo de estudio (Yépez F., Barbat A. H., Canas J.A., 1995).
Tabla 4.2 Algunas relaciones entre grado e índice de daño global de estructuras.
En función de lo descrito con anterioridad, para generar los escenarios de daño de la ciudad y
matrices de probabilidad, se denominaron a 5 grados de daño de la siguiente manera y con los
siguientes rangos de daño:
130
Simulación de funciones de vulnerabilidad y matrices de probabilidad de daño para edificios de hormigón armado
Tabla 4.3 Denominación y relación adoptada entre el grado y el índice de daño global.
Como ya se tiene el análisis de probabilidad y con los rangos de índices de daño, las matrices de
probabilidades de daño de los resultados de los modelos, para cada nivel de PGA, se obtuvieron
contabilizando las edificaciones según el rango de daño y según el nivel de PGA, sumando las
edificaciones, las matrices obtenidas se presentan en las Tablas 4.4 y 4.5. Que están divididas
según la tipología de la edificación.
Tabla 4.4 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de MNR y varios niveles de
PGA.
P(d/I) 0 - 10 10 - 20 20 - 40 40 - 70 70 - 100
PGA=0.011g 1.00 0.00 0.00 0.00 0.00
PGA=0.05g 0.63 0.16 0.12 0.06 0.03
PGA=0.10g 0.19 0.02 0.30 0.26 0.22
PGA=0.20g 0.11 0.03 0.03 0.29 0.54
PGA=0.25g 0.04 0.05 0.04 0.24 0.63
PGA=0.30g 0.00 0.04 0.05 0.15 0.76
P(d/I) 0 - 10 10 - 20 20 - 40 40 - 70 70 - 100
PGA=0.011g 1.00 0.00 0.00 0.00 0.00
PGA=0.05g 0.88 0.03 0.05 0.02 0.02
PGA=0.10g 0.53 0.10 0.12 0.07 0.19
PGA=0.20g 0.03 0.07 0.17 0.24 0.49
PGA=0.25g 0.01 0.01 0.13 0.26 0.59
PGA=0.30g 0.00 0.00 0.00 0.07 0.93
131
Escenarios de daño
CAPÍTULO 5
ESCENARIOS DE DAÑO
Un escenario de daños tiene dos insumos básicos: una base de datos del panorama constructivo y
la cartografía de la zona estudiada. Para este estudio se contó con la BAC como base de datos
del panorama constructivo de la ciudad, en donde está registrada importante información
estructural actualizada de nuestras edificaciones (número de pisos, área en planta por cada piso,
año de construcción, material de elementos estructurales, etc.). En cuanto a la cartografía digital
de la ciudad, se dispone de una a nivel predial y otra a nivel de manzana. Evidentemente, un
escenario implica la vinculación de entidades de la base de datos (registros) con sus entidades
correspondientes de la cartografía gracias a un identificador común y mediante un Sistema de
Información Geográfica. En nuestro caso, si bien el nivel de definición de la BAC alcanza hasta
propiedad horizontal (excesivo para nuestros fines), para todo el estudio de vulnerabilidad se
reformuló la BAC a nivel predial; el identificador común constituyó la clave catastral a nivel de
predio.
Sin embargo, para efectos de generación de escenarios se decidió adoptar la manzana como
entidad de manejo. Para ello, hubo necesidad de reformular el daño (obtenido a nivel predial) a
nivel de manzana. La vinculación base de datoscartografía no presentó complicaciones, pues la
clave catastral, hasta cierto dígito representa unívocamente a cierta manzana. Dicha
reformulación a daño global manzanero se basó en un promedio ponderado (ponderación en
función de las áreas de las edificaciones de la manzana) de daños de las edificaciones
emplazadas en la manzana considerada, de la siguiente manera:
D MNR * A MNR D HA * A HA
DM (5.1)
ATE
132
Escenarios de daño
donde:
DM: Daño manzanero integrado.
DMNR: Daño manzanero de las edificaciones de MNR.
AMNR: Área constructiva ocupada por las edificaciones de MNR.
DHA: Daño manzanero de las edificaciones de HA.
AHA: Área constructiva ocupada por las edificaciones de HA.
ATE: Área total edificada en la manzana.
133
Conclusiones y Recomendaciones
CAPÍTULO 6
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
La Figura 6.1 presenta un cuadro general de daños de las edificaciones de MNR. Cabe recordar
que las funciones de vulnerabilidad con que se evaluaron los daños se calibraron en cierta
manera para el sismo de Saraguro (PGA = 0.011g) a través del ajuste de parámetros de las
edificaciones y de la disminución de los factores de amplificación del suelo (obtenidos en
primera instancia de la simulación del comportamiento sísmico de columnas de suelo en el
SHAKE91) a niveles cercanos a los que prescribe el Nuevo CEC para los suelos de tipo medio y
blando (1.4 y 2, respectivamente).
Si bien la evolución de daños es natural, merece destacarse el hecho de que las variaciones de
escenario a escenario son más dramáticas para los sismos con niveles bajos de PGA; compárese
la variación de cuadros de daño entre los sismos con 0.05g y 0.10g de PGA y la variación
correspondiente entre los sismos con 0.20g y 0.25g de PGA. Esto se explica acudiendo a las
formas espectrales determinadas para la ciudad de Cuenca (Anexo 3.1); las edificaciones con
períodos cortos (edificaciones de MNR) amplifican su respuesta en mayor grado para los sismos
con niveles bajos de PGA que para los sismos con niveles altos.
139
Conclusiones y Recomendaciones
Sin olvidar que los factores de amplificación de los suelos medio y blando fueron de 1.4 y 2,
respectivamente, y teniendo en cuenta los cuadros de daño exhibidos, los escenarios podrían
categorizarse, según la predominancia de los grados de daño, en tres grupos: 1) escenarios de
daños leves (sismo con 0.05g de PGA), 2) escenarios de daños moderados (sismo con 0.10g de
PGA) y 3) escenarios de daños severos (sismos con niveles de PGA de 0.20g, 0.25g y 0.30g).
Así, para el sismo con período de retorno de 475 años (0.25g), que es el que regiría para efectos
de diseño, alrededor de un 85% de edificaciones de MNR han colapsado o presentan daños muy
severos.
(a)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
(b)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
140
Conclusiones y Recomendaciones
En términos generales se aprecia que para todos los niveles sísmicos, los daños en suelo blando
son de mayor gravedad. Con referencia solamente a las edificaciones colapsadas, puede notarse
una diferencia que oscila alrededor del 10%, excepto para el sismo de 0.10g, en donde la
diferencia es acentuada, lo cual, así mismo se explica por la diferencia en las formas espectrales
correspondientes de estos dos tipos de suelo. No hay que perder de vista, sin embargo, que el
suelo de tipo blando existe en zonas muy puntuales de la ciudad, y que su incidencia porcentual
en los cuadros globales de daño es poco significativa.
(a)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
(b)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
Figura 6.3 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de MNR.
Teniendo presente que las edificaciones cuyos modelos corresponden al modelo de panel
(edificaciones de MNR con envigado de madera como entrepiso) constituyen el 90% del
141
Conclusiones y Recomendaciones
universo de edificaciones de MNR, la gráfica anterior revela un hecho que merece señalarse.
Aparentemente, el modelo de panel debería ser más crítico que el modelo de eje de corte por el
criterio en que se basa su caracterización, esto es, de que la falta de un arriostramiento adecuado
obliga a las paredes a “trabajar” aisladamente. Sin embargo, la Figura 6.3 contradice
parcialmente esta expectativa. El modelo de panel ciertamente es más crítico, pero sólo para los
sismos con bajos niveles de PGA (0.05g y 0.10g). Para los sismos de 0.20g, 0.25g y 0.30g
prácticamente todas las edificaciones con modelos de eje de corte colapsan, mientras que para las
edificaciones con modelo de panel existe de un 25% a 30% de edificaciones que exhiben
diversos grados de daño.
Las edificaciones con modelo de eje de corte, son aquellas cuyos entrepisos son rígidos
(losas), y en este sentido corresponden básicamente a aquellas edificaciones de MNR de tres
pisos, mientras que las edificaciones con modelo de panel, a las de uno y dos pisos.
El criterio de colapso para las edificaciones con modelo de eje de corte está supeditado al
colapso de uno cualquiera de los pisos, esto es, si colapsa un piso cualquiera, se asume que
la edificación colapsa.
No se estudia el volcamiento (falla fuera del plano de la pared) como modo de falla para los
modelos de tipo panel, sino la primera excedencia de esfuerzos críticos (de flexocompresión
o corte) con las paredes trabajando según su propio plano.
(a)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
142
Conclusiones y Recomendaciones
(b)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60% MUY SEVERO
50%
40% SEVERO
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
Figura 6.4 Daño según el tipo de material de construcción de las edificaciones de MNR.
Es evidente que las edificaciones de MNR con materiales tradicionales exhiben daños severos en
todos los escenarios de daño sísmico. Para los sismos severos (0.20g, 0.25g y 0.30g) las
edificaciones han colapsado en su gran mayoría; las pocas que no, tienen un grado de daño muy
severo. Para estos mismos sismos, en las edificaciones con paredes de ladrillo y/o bloque, si
bien se mantiene la tendencia de la predominancia de edificaciones colapsadas, puede notarse
que la incidencia porcentual de los daños muy severos es más significativa y que un porcentaje
del 10% al 20% incluso presentan menores niveles de daño. Resalta también la diferencia entre
los cuadros de daño para el sismo con 0.10g de PGA, siendo notoriamente más crítico el de las
edificaciones con paredes de materiales tradicionales.
Es seguro que todas las edificaciones de MNR con paredes de materiales tradicionales responden
al modelo de tipo panel; de este hecho y de la gráfica de daños según modelos puede colegirse
que las edificaciones de MNR menos críticas son aquellas de ladrillo modelizadas como de tipo
panel (que son básicamente las de uno y dos pisos).
143
Conclusiones y Recomendaciones
En la Figura 6.5 puede apreciarse un incremento coherente de los daños en los edificios de la
ciudad. La evolución porcentual de los daños severos (“muy severo” y “colapso”) es, en
términos generales, semejante a la de las edificaciones de MNR, excepto para el sismo de 0.30g,
en donde se evidencia mayor gravedad de daños para los edificios de HA; este hecho se
explicaría por una mayor sensibilidad de su modelo analítico ante sismos muy severos. Puede
apreciarse también, aunque en menor grado, una mayor gravedad de escenarios de daño en las
edificaciones de MNR para los sismos leves (0.05g y 0.10g).
(a)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
144
Conclusiones y Recomendaciones
(b)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80%
70% COLAPSO
60% MUY SEVERO
50%
40% SEVERO
30% MODERADO
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
Figura 6.6 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de HA.
La Figura 6.6 da cuenta de que los edificios con tipología de losa plana resultan en general más
afectados que los aporticados, aunque tal diferencia no es dramática. En términos más precisos,
puede notarse una cierta semejanza en los grados de daño para los sismos leves y moderados
(0.05g y 0.10g) para las dos tipologías; en cambio, para los sismos severos (0.20g, 0.25g y
0.30g) es destacable el hecho de que los edificios con tipología de losa plana exhiben alrededor
de un 10% más de edificios colapsados en relación a los edificios aporticados. Esto es grave,
pues en la ciudad de Cuenca los edificios con esta tipología son ampliamente predominantes
(alrededor del 95% del universo de edificios).
(a)
100%
Porcentaje de Edificaciones
90%
80% COLAPSO
70%
60% MUY SEVERO
50% SEVERO
40% MODERADO
30%
LEVE
20%
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
145
Conclusiones y Recomendaciones
(b)
100%
90%
Porcentaje de Edificaciones
80%
70% COLAPSO
60%
MUY SEVERO
50%
SEVERO
40%
MODERADO
30%
20% LEVE
10%
0%
0.011 0.05 0.1 0.2 0.25 0.3
Niveles de PGA (g)
La Figura 6.7 revela que, a diferencia de lo que ocurre con las edificaciones de mampostería no
reforzada, la influencia del tipo de suelo en el daño de los edificios de HA es grande. Esto se
explica en buena medida por los rangos de períodos de vibración que cubren una y otra tipología
general. Evidentemente, los períodos más bajos corresponden a las edificaciones de MNR, en
tanto que el rango de períodos altos está cubierto por los edificios de HA. Con estos últimos
ocurre que su rango de períodos (que no es muy amplio, pues se consideran edificios de dos a
seis pisos) coincide justamente con la plataforma pico de aceleraciones de la forma espectral
para el suelo blando de la ciudad. La forma espectral para suelo medio tiene un pico
pronunciado y decae, de manera que los edificios asumen rápidamente aceleraciones menores y,
consecuentemente, menores fuerzas inerciales. Las aceleraciones con que responden las
edificaciones de MNR se ubican, tanto para suelo medio como para suelo blando, en las ramas
ascendentes de las formas espectrales (Anexo 3.1). Por fortuna, el porcentaje de edificaciones
tanto de MNR como de HA que están emplazadas sobre suelo blando es relativamente bajo
(14%).
146
Conclusiones y Recomendaciones
6.3 Recomendaciones
Dado un cierto tipo de modelo estructural, su bondad dependerá, en buena medida, de los valores
de los parámetros físicos y mecánicos que se adopten. En el caso de los edificios de hormigón
armado, el parámetro más conflictivo es la resistencia a compresión del hormigón. En estudios
de vulnerabilidad a gran escala que impliquen la modelación de los edificios conviene hallar
criterios de correlación apropiados para la evaluación de este parámetro. A grandes rasgos,
puede decirse que a bajas calidades constructivas, bajos niveles de resistencia a compresión en
los miembros. Si no se dispone en la base de datos que se maneje de algún indicador de calidad
fiable, se aconseja combinar el mayor número de rasgos indicadores de calidad constructiva, con
el fin de precisarla; esto último depende de los estándares y patrones de calidad constructiva de
la zona de estudio, y es lo que hay que investigar.
Más complicada aún resulta la cuestión de la asignación de valores a los parámetros de las
edificaciones de mampostería no reforzada, ya que, por lo regular, la tarea de control de
ejecución y calidad de la obra es muy descuidada en este tipo de edificaciones. Ello se debe en
gran parte a la carencia de normas y códigos de construcción. La resistencia nominal a
compresión de las paredes es uno de los parámetros más importantes, ya que aparte de ser un
parámetro de control del modo de falla de las paredes ante carga lateral, de él depende el módulo
de elasticidad y, consecuentemente la rigidez. Otro parámetro de gran importancia, con miras al
establecimiento de la capacidad máxima a carga lateral de las paredes, es su resistencia a
cortante. La vía óptima para la determinación de estos parámetros es a través de ensayos.
Rebasando tal esfuerzo los objetivos del Proyecto, y no disponiendo de estudios locales al
respecto, hubo que acudir a los reglamentos de construcción y a la literatura técnica; a esta
última, para el caso de las paredes de materiales tradicionales (adobe y bajareque).
147
Conclusiones y Recomendaciones
El sismo de Saraguro (PGA = 0.011g; epicentro cercano a Cuenca) sólo produjo daños aislados y
de grado leve en la ciudad de Cuenca. Al intentar una calibración, más que de las funciones de
vulnerabilidad (el sismo de Saraguro fue considerablemente más pequeño que el más pequeño de
los sismos para efectos de establecimiento de escenarios), de la bondad de los modelos, se notó
una anomalía. Aquellas edificaciones de mampostería no reforzada sin entrepiso rígido, que
respondían al modelo de panel, exhibían daños leves y moderados, llegando en algunos casos
hasta severos. Tras depuraciones y precisiones en los parámetros de modelación, los daños
severos disminuyeron a moderados y muchos de los moderados a leves. No obstante, quedó
claro que el modelo es muy conservador y castiga muy fuertemente la falta de un adecuado
arriostramiento de las paredes.
La asunción del modelo panel (adoptada en otros estudios) se debió a la falta de un modelo
estructural sencillo que tome en cuenta la flexibilidad del sistema de entrepiso. Un modelo de
eje de corte con un grado de libertad adicional de rotación a nivel de entrepiso podría ser una
solución conveniente para estudios como el nuestro a gran escala. El problema está en que
todavía no se tiene muy claro entre los ingenieros sísmicos como evaluar la rigidez rotacional del
sistema de entrepiso e insertarla en las matrices de rigideces a nivel de miembro del modelo.
Estudios de vulnerabilidad a gran escala resultarían grandemente beneficiados, ya que buena
parte (por no decir la gran mayoría) de las edificaciones de MNR no tienen entrepisos rígidos
(v.g. entrepisos de envigado de madera) y hay que contar con su flexibilidad en el plano.
Del estudio de peligrosidad sísmica para la zona austral del país se llegó a establecer que las
fuentes sísmicas de tipo superficial son las más críticas para la ciudad de Cuenca. Tales fuentes
148
Conclusiones y Recomendaciones
Dando por válida la elección del Sistema de Fallas Girón, aún quedó la incertidumbre de la
profundidad y el ancho de la falla, lo cual dejaba un amplio margen de localización hipocentral
en el proceso de simulación de ruptura y generación de acelerogramas sintéticos. En este
sentido, se adoptaron localizaciones conservadoras (aumentando en profundidad a partir de los
5km). No obstante, con un monitoreo más prolongado de la sismicidad de esta fuente se podrían
establecer mecanismos focales y mapear localizaciones hipocentrales, posibilitando con esto
último decisiones más realistas.
Por otra parte, en relación a los espectros de aceleración en superficie, se tuvieron que revisar los
factores de amplificación, que resultaron algo excesivos. Cabe recordar que los acelerogramas
en superficie y los espectros se obtuvieron de la simulación del comportamiento sísmico de
columnas estratigráficas representativas de los suelos de la ciudad. La potencia y estratigrafía de
tales columnas se establecieron de ensayos geofísicos de refracción sísmica en puntos
específicos de la ciudad. En este sentido, hay que decir que los amplios márgenes de valores de
los anchos de las capas estratigráficas condujeron a perfiles no lo suficientemente
representativos. La mejor solución, aunque costosa, es el establecimiento de líneas de perfiles,
con lo cual se caracteriza geológicamente ya no un punto sino un corte; en cualquier otro caso,
siempre es de buena práctica la validación de la estratigrafía preliminar usando un método
geofísico diferente. Esto resulta costoso, y en el caso de nuestro estudio, pruebas de validación
rebasaban lo presupuestado en la componente geológica.
Sobre la versatilidad que ofrece una base de datos como plataforma general de trabajo
Resultaría difícil enfrentar un estudio de vulnerabilidad sísmica a gran escala sin una base de
datos que dé cuenta, al menos, de las características constructivas básicas de las edificaciones
149
Conclusiones y Recomendaciones
La primera fase de nuestro estudio se llevó adelante mediante la ejecución de módulos básicos de
programación en tablas creadas dentro de la Base de Datos de Actualización Catastral, BAC.
Con ello fue posible extrapolar las calificaciones de los ítems de vulnerabilidad para luego,
mediante la fórmula de sumatoria ponderada, generar los índices de vulnerabilidad del universo
de edificaciones de la ciudad. Por otra parte, ya en la segunda fase del estudio, la BAC, en
ACCESS, interactuó perfectamente con un programa desarrollado para la evaluación del daño
global, en Visual Basic. Tal programa lee, registro por registro de la BAC, extrayendo la
información que necesita para generar los modelos estructurales y evaluar (luego de ejecutar una
serie de subrutinas, que incluyen el análisis dinámico) el daño global.
Se ha visto que, en términos generales, tanto para MNR cuanto para HA, los escenarios de daño
guardan semejanza; esto se explica por la gran predominancia de la tipología de losa plana y por
la mayor incidencia del tipo de suelo en los edificios de HA. Desde el punto de vista tipológico,
debería propenderse a tipologías con un comportamiento sísmico más adecuado: en el caso de las
edificaciones de vivienda, por ejemplo debería fomentarse como práctica constructiva el
reforzamiento de la mampostería y, si no, dentro del tipo de MNR, procurar el mayor grado de
confinamiento posible en las paredes. En cuanto a los edificios de HA, los tipos aporticado y de
150
Conclusiones y Recomendaciones
Desde el punto de vista espacial, el Centro Histórico de la Ciudad merece atención particular,
pues ahí es donde se concentran las edificaciones más vulnerables (edificaciones de MNR
antiguas con paredes de materiales tradicionales). Las intervenciones en dichas edificaciones
deben mejorar su potencial sismorresistente: mejora en el grado de ligazón de las paredes ( v.g.
colocación de cadenas de amarre, mejora de los encuentros esquineros), procura de que todas las
paredes “trabajen” en la resistencia a cargas laterales (si se aumentan paredes, éstas deben
cumplir una función estructural y no sólo arquitectónica), reposición por cubiertas más livianas,
etc.. Por otra parte, se debe tomar en cuenta que muchas de estas edificaciones tienen gran valor
patrimonial por lo que su preservación debe incluir el componente de riesgo sísmico.
El presente estudio, vale reiterar, se inscribe dentro de los estudios de vulnerabilidad calculada.
Dada la falta de registros, las funciones de vulnerabilidad y los escenarios de daño se obtuvieron
a partir de una familia de sismos sintéticos, generados por el método de la falla finita simulando
la ruptura del Sistema de Fallas Girón. Tal método ha sido validado para sismos intensos en
campo cercano, por lo que para sismos leves y moderados podría conducir a resultados no muy
realistas. En todo caso, se debe tener claro que los modelos de daño obtenidos (funciones de
vulnerabilidad) no son absolutos, y que en el mejor de los casos sólo representan a la fuente
sísmica seleccionada.
151
Conclusiones y Recomendaciones
Si bien se verificó una calibración, más que de las funciones de vulnerabilidad de la bondad de
los modelos estructurales (en virtud de que el sismo de calibración no produjo sino como
máximo daños aislados y de grado leve), es menester la calibración de las funciones de
vulnerabilidad en base de sismos futuros. Para ello son importantes los estudios post-sismo y, en
concreto, la evaluación del daño global de las edificaciones; además, tal evaluación in situ debe
ser consistente con la evaluación analítica, en este caso, basada en el esquema de demanda
versus capacidad.
Los ítems de vulnerabilidad de la BAC están ligados a los índices de vulnerabilidad a través de la
conocida fórmula de sumatoria ponderada; los índices de vulnerabilidad, en cambio, están
ligados a los porcentajes de daño global a través de las funciones de vulnerabilidad; por último,
los índices de vulnerabilidad y los porcentajes de daño son parte de la información
caracterizadora de cada entidad gráfica (bloque de edificación) de la cartografía correspondiente,
y tienen asignado un cierto color según su grado de severidad. En resumen, cualquier tipo de
intervención en una edificación puede ser considerada en la base de datos y reflejada en un
cambio de coloración del bloque edificado tanto en el mapa de vulnerabilidad cuanto en los
escenarios de daño (a condición, claro, de que los cambios operados en los ítems de
152
Conclusiones y Recomendaciones
Una vez que el sistema base de datos–cartografía esté implantado, el aspecto en el que hay que
trabajar es el de asegurar su carácter dinámico. Esto reside, básicamente, en el manejo técnico
de la información de la BAC pertinente al estudio de vulnerabilidad. Los daños eventuales, las
intervenciones deben considerarse a través de las debidas modificaciones de las calificaciones de
los ítems de vulnerabilidad. La elaboración de una cartilla de daños e intervenciones típicas, con
sus correspondientes cuadros de modificación de calificaciones, pueden facilitar tal tarea a un
personal debidamente capacitado.
153
Conclusiones y Recomendaciones
En este último sentido, hay que apuntar que, tratándose éste de un estudio a gran escala, descartó
como objeto de estudio a edificaciones con usos especiales (v.g. hospitales, escuelas, iglesias,
teatros, estaciones de policía y de bomberos). Una sociedad bien planificada debe asegurarse de
que este tipo de edificaciones se mantengan operativas aún después de un sismo severo. Es ésta
justamente una de las razones por las que no se les considera en este tipo de estudios: siendo de
importancia vital para el sostenimiento de una comunidad ante una catástrofe, el estudio de
vulnerabilidad de estas edificaciones debe ser más riguroso, al igual que sus planes de mitigación
de daños.
154
Referencias
REFERENCIAS
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American Concrete Institute
Benedetti D., Benzoni G., Parisi M. A.,1987. Seismic vulnerability and risk evaluation for
old urban nuclei, Earthquake Engineering and Structural Dynamics, Vol. 16
Benedetti D., Pezzoli P.,1996. Shaking table tests on masonry buildings: Results and
comments. Experimental evaluation of technical interventions to reduce the seismic
vulnerability of masonry buildings, Politécnico di Milano
Chérrez M., Peñafiel C.,2000. Determinación de los índices de vulnerabilidad para las
edificaciones de la ciudad de Cuenca. Tesis de grado, Universidad de Cuenca
155
Referencias
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Concrete Buildings. Technical Report NCEER-88-0024, National Center for Earthquake
Engineering Research, State University of New York at Buffalo
Consiglio Nazionale delle Ricerche, Istituto di Ricerca sul Rischio Sismico, 1996.
Determinazione del Rischio Sismico a Fini Urbanistici in Lombardia
Jiménez J., Bermeo H., Loaiza V.,2001. Estimación del daño en las edificaciones de
mampostería no reforzada de la ciudad de Cuenca. Memorias de las XIV Jornadas de
Ingeniería Estructural, Cuenca
Jiménez J., Bermeo H., Loaiza V.,2001. Funciones de vulnerabilidad para los edificios de
hormigón armado (HA) de la ciudad de Cuenca. Memorias de las XIV Jornadas de
Ingeniería Estructural, Cuenca
Jiménez J., Peñafiel C., Chérrez M., Yépez F., García E.,2000. Aspectos metodológicos
relacionados al estudio de vulnerabilidad sísmica de los edificios de hormigón armado de la
ciudad de Cuenca. Memorias de las XIII Jornadas de Ingeniería Estructural, Quito
156
Referencias
Jiménez N.,2000. Descripción estructural del Sistema de fallas Girón. Informe del Sexto
Semestre del Proyecto P-BID-400, Capítulo: Geología
Magenes G., Calvi G. M., 1992. Cyclic behaviour of brick masonry walls. Proceedings of
the Tenth Word Conference on Earthquake Engineering, Madrid
Placencia P.,1997. Diseño sismorresistente de edificios con losas con vigas banda.
Memorias de las XI Jornadas de Ingeniería Estructural, Guayaquil
Powell G. H., Allahabadi R., 1988. Seismic Damage Prediction by Deterministic Methods:
Concepts and Procedures. Earthquake Engineering and Structural Dynamics, Vol. 16
Ridell R., García E.,1995. Programas para el Cálculo de Espectros de Respuesta de Sistemas
Inelásticos sometidos a excitación basal. Manual de uso
157
Referencias
Vanderbilt D., Corley G.,1983. Frame Analysis of Concrete Buildings. ACI Concrete
International, Diciembre
Yépez F., Barbat A. H., Canas J. A.,1995. Simulación de escenarios de daño para estudios
de riesgo sísmico. Monografías de Ingeniería Sísmica, CIMNE IS-14
158
Anexos
Anexos Capítulo 1
Anexo 1.4 Diagrama de flujo general del Programa de Evaluación del Daño en
Edificaciones (PEDE)
Inicio
Abrir
BAC
Ir al primer registro
Reconocimiento
tipológico
Cálculo de parámetros de
Demanda
Cálculo de parámetros de
Capacidad
Guardar
el DAÑO
en la
BAC
Ir al siguiente registro
¿fin de No
archivo?
Si
FIN
163
Anexos Capítulo 1
Anexo 1.4.1 Procedimiento principal del programa PEDE que interactua con la BAC y
realiza la llamada al procedimiento de cálculo de daño
Private Sub Command3_Click() ‘Procedimiento principal de Visual Basic al momento de ejecutar el análisis de una base de datos
Label3.Visible = True
Label4.Visible = True
Label5.Visible = True
PB1.Visible = True
Command4.Visible = True
End Sub
164
Anexos Capítulo 2
165
Anexos Capítulo 2
Anexo 2.2 Muestra de resultados obtenidos del SAP2000 de los modelos de transición
166
Anexos Capítulo 2
Periodos de pórticos mínimo, medio y máximo de 2 Periodos de pórticos mínimo, medio y máximo de 3
pisos tipo aporticado de 2800 pisos tipo aporticado de 4200
0.2 0.26
Periodo (seg.)
Periodo (seg.)
0.18 3 Vanos 0.24 3 Vanos
0.16 2 Vanos 0.22 2 Vanos
0.14 0.2
200 300 400 500 200 300 400 500 600
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)
1.5
0.36 3 Vanos 3 Vanos
1
0.32 2 Vanos 2 Vanos
0.5
0.28 0
200 300 400 500 600 200 300 400 500
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)
Desplazamientos (cm.)
2.7 4.5
4
2.3 3 Vanos 3.5 3 Vanos
2 Vanos 3 2 Vanos
1.9
2.5
1.5 2
200 300 400 500 600 200 300 400 500 600
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)
Cortantes de cedencia de pórticos mínimo, medio y Cortantes de cedencia de pórticos mínimo, medio y
máximo de 2 pisos tipo aporticado de 2800 máximo de 4 pisos tipo Losa plana
26.5
Cortantes basales (Tn.)
Cortantes basales (Tn.)
42
21.5
32
16.5 3 Vanos 3 Vanos
7
22
11.5 2 Vanos 2 Vanos
6.5
12
1.5 2
200 300 400 500 200 300 400 500 600
Longitud de vano (cm.) Longitud de vano (cm.)
167
Anexos Capítulo 2
N° de Vanos
ECUACIONES (pórticos de direción mayor)
MODELO
N° PISOS
PERÍODO DESPLAZAMIENTO DE CEDENCIA
T DY
2 y = 0.0000021600x2 - 0.0018520000x + 0.58320 y = -0.0000693430x2 + 0.0560759038x - 9.46167
2 3 y = 0.0000025200x2 - 0.0024400000x + 0.79170 y = 0.0001125092x2 - 0.0824799293x + 16.31610
4 y = 0.0000025800x2 - 0.0025110000x + 0.81300 y = 0.0001721792x2 - 0.1248425591x + 23.94706
2 y = 0.0000006122x2 - 0.0004055102x + 0.35644 y = -0.0000292026x2 + 0.0329014547x - 5.90379
3 y = 0.0000006837x2 - 0.0005343878x + 0.41027 y = 0.0000236916x2 - 0.0103518771x + 2.84143
3
4 y = 0.0000007449x2 - 0.0005956122x + 0.42638 y = 0.0000397063x2 - 0.0262795302x + 6.80180
LOSA PLANA
168
Anexos Capítulo 2
N° de Vanos
ECUACIONES (pórticos de direción mayor)
MODELO
N° PISOS
CORTANTE BASAL DE CEDENCIA
VY
2 y = -0.0005867093x2 + 0.4731488652x - 82.04127
2 3 y = -0.0003685920x2 + 0.3678145887x - 73.50545
4 y = -0.0010652586x2 + 0.9673099845x - 194.84956
2 y = -0.0001716176x2 + 0.1707189531x - 27.59738
3 y = -0.0000394004x2 + 0.0802253736x - 9.18507
3
4 y = -0.0001478688x2 + 0.1777941564x - 24.5354
LOSA PLANA
169
Anexos Capítulo 2
N° de VANOS
N° PISOS
T DY
2 y = 0.0000021600x2 - 0.0018520000x + 0.58320 y = -0.0000693430x2 + 0.0560759038x - 9.46167
2
3 y = 0.0000023000x2 - 0.0019870000x + 0.61720 y = 0.0000719120x2 - 0.0435356664x + 7.84777
2 y = 0.0000006122x2 - 0.0004055102x + 0.35644 y = -0.0000292026x2 + 0.0329014547x - 5.90379
3
LOSA PLANA
170
Anexos Capítulo 2
N° PISOS
VY
2 y = -0.0005867093x2 + 0.4731488652x - 82.04127
2
3 y = -0.0007721807x2 + 0.6326616342x - 110.00433
2 y = -0.0001716176x2 + 0.1707189531x - 27.59738
3
LOSA PLANA
171
Anexos Capítulo 3
Anexo 3.1 Espectros utilizados para la evaluación del daño en los edificios de MNR
3
2.5
2
Sa
1.5
1
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)
3
2.5
2
Sa/ams
1.5
1
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)
1.5
Sa
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)
2.5
2
Sa/ams
1.5
1
0.5
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 1.2 1.4 1.6 1.8 2
Periodos (seg.)
172
Anexos Capítulo 4
Anexo 4.1 Espectros inelásticos de respuesta utilizados para la evaluación del daño en los
edificios de HA
2
Duct.=2.5
1.5
Duct.=3
1
Duct.=3.5
0.5
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)
2.5
2 Duct=2.5
1.5 Duct=3
1 Duct=3.5
0.5
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)
8
Duct=2.5
6
Duct=3
4
Duct=3.5
2
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)
12
10 Duct=2.5
8
Duct=3
6
4 Duct=3.5
2
0
0.5 1.5 2.5 3.5 4.5 5.5 6.5 7.5 8.5 9.5 10.5
Frecuencias (cps)
173
Lista de Tablas
LISTA DE TABLAS
Tabla 2.3 Tabla de pórticos que se generarán para representar los edificios de hormigón 47
armado según el número de pisos y el número de vanos.
Tabla 4.1 Distribución típica de costos de los componentes estructurales y no estructurales 108
de edificios de hormigón armado del Eixample, Barcelona.
Tabla 4.2 Algunas relaciones entre grado e índice de daño global de estructuras. 130
Tabla 4.3 Denominación y relación adoptada entre el grado y el índice de daño global. 131
Tabla 4.4 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de MNR y varios niveles de 131
PGA.
Tabla 4.5 Matriz de probabilidad de daño obtenida de edificios de HA y varios niveles de 131
PGA.
174
Lista de Figuras
LISTA DE FIGURAS
Figura 2.4 Idealización del modelo panel para las direcciones “x” e “y”. 28
Figura 2.5 Esquema de un panel cuando existe variación del material de paredes: un solo 29
material (a) y dos tipos diferentes de material (b).
Figura 2.9 Altura de columnas en el primer piso (a) y Altura de Columnas en los pisos 36
superiores (b).
175
Lista de Figuras
Figura 2.18 Esquema sobre hipótesis de cuerpo rígido y simetría; grados de libertad: 45
modelo con tres grados de libertad (a), modelo de dos grados de libertad (b),
modelo de un grado de libertad (c).
Figura 2.20 Curva backbone de tendencia a partir del comportamiento histerético real (a) y 52
curva idealizada (b).
Figura 3.2 Tipos de agrietamiento: fisuras “a” de cortante al 62% de la carga máxima, 59
fisuras “b” de cortante al alcanzar la carga máxima (a); fisuras “a” de
comportamiento a flexión, fisuras “b” de cortante.
Figura 3.5 Estados de carga sobre una pared: (a) pared agrietada, (c) pared con esfuerzos 62
de compresión en toda la base, (b) estado transitorio entre (a) y (c).
Figura 3.8 Distribución de áreas tributarias sobre los muros a analizar en los modelos de 70
eje de corte.
Figura 3.10 Área modular, división de áreas menores “Amen” y áreas mayores ”Amay”. 71
Figura 3.11 Esquema de los aspectos que comprende un estudio de vulnerabilidad sísmica a 80
gran escala.
176
Lista de Figuras
Figura 4.2 Cortantes basales (a), desplazamientos en nudos de monitoreo (b), patrones de 93
diagramas de momentos (c), curva pushover (d)
Figura 4.8 Funciones de vulnerabilidad preliminares para las edificaciones de MNR. 126
Figura 4.9 Funciones de vulnerabilidad preliminares para las edificaciones de HA. 127
Figura 4.10 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de 128
MNR.
Figura 4.11 Curvas de funciones de vulnerabilidad ajustadas para las edificaciones de HA. 128
Figura 6.2 Daño según el tipo de suelo de las edificaciones de MNR. 140
Figura 6.3 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de MNR. 141
Figura 6.4 Daño según el tipo de material de construcción de las edificaciones de MNR. 143
Figura 6.6 Daño según el tipo de modelo estructural de las edificaciones de HA. 145
Figura 6.7 Daño según el tipo de suelo de las edificaciones de HA. 146
177