Transicion de La Escuela A La Vida Adulta

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TRANSICIÓN DE LA ESCUELA A LA VIDA ADULTA


REVISIÓN

Transición de la escuela a
la vida adulta
Jo Ann Simons
El período de tiempo que transcurre entre la EN RESUMEN I En la actualidad, muchos de los jóvenes con síndro-
escuela y lo que viene después no es una tran- me de Down que terminan la escolarización obligatoria afrontan un
sición. Esta palabra suena más como algo que período de gran interés: o se introducen directamente en el mundo
te lleva de un sitio a otro, como un puente. laboral, o avanzan un grado más en su etapa de formación. La autora
Incluso suena como algo fácil. En mi expe- analiza este momento en todas sus perspectivas: trabajo, educación
riencia, la transición no se diferencia mucho y vivienda; y aunque lo hace desde la realidad de su país de origen,
de lo que es una caída libre. Pero hay modos Estados Unidos, los problemas de fondo son idénticos a los que se
de sobrevivir. Las familias están sobrevivien- viven en otros países y muchas de las soluciones que aporta son igual-
do y esforzándose, aunque tienen que trabajar mente válidas para otros ambientes. El artículo va seguido de un comen-
duro. tario en el que se aportan aspectos propios de la educación postse-
Llegar a los 21 o 22 años y haber obtenido cundaria en España
un diploma o cualquier otra cosa por la que se
considera que su hijo ha terminado ya lo que se considera como educación pública obligatoria,
es justo el comienzo del resto de su vida. Todo va a cambiar. Nada va a ser ya igual. Pero créan-
me, sobrevivirán.
A lo largo de todos esos años que les han llevado hasta la transición han aprendido muchas
habilidades que ahora van a adquirir mucha más importancia. Habilidades que le ayudarán a
navegar por un intimidante laberinto de reglas y disposiciones en relación con lo que hay dis-
ponible para su hijo. La mayor diferencia entre los años escolares de su hijo y la edad adulta es
que su hijo ya no dispone de reglas que le aseguren un servicio por el hecho de tener síndrome
de Down. (Nota: la autora se refiere a servicios activos, no a prestaciones económicas). Puede que no haya
abogados ni gestores. Las leyes que existen están llenas de términos “si los presupuestos lo per-
miten” o “dependiendo de la situación” y demás jerga que le alertan de que cualquier cosa que
usted reciba está sujeta a cambios que dependerán del presupuesto de su comunidad.
Así pues, ¿qué ha de hacer una familia? Prepararse, prepararse y actuar.

¿QUÉ ES LA TRANSICIÓN?
Mi hijo Jon tiene 25 años y ha sido mi mejor maestro. Mi primer consejo es que escuche a sus
hijos. Son ellos los que le guiarán. Hace varios años, una vez que terminó su escolarización, Jon
pasó a un programa de postgrado que estaba a dos horas de nuestra casa en Cape Cod. Se acer-
caba su cumpleaños y llamé para hacer planes de celebrarlo con él. Le noté dudoso para com- JO ANN SIMONS
prometerse a una comida con nosotros. Hizo una pregunta interesante: “¿Cuántos cumpleaños Es directora ejecu-
habéis celebrado conmigo?” La respuesta obvia era diecinueve porque iba a cumplir 20. Hizo tiva de East Mid-
una pausa durante un instante y contestó: “Entonces me parece que es el momento de cam- dlessex Association
biar”. Me quedé estupefacta pero no muda. Y repliqué rápidamente: “Va a ser duro”. Y su res- for Retarded Citi-
puesta serena fue: “Os acostumbraréis”. Las transiciones son momentos de grandes cambios. zens, Swampscott,
Y ustedes se acostumbrarán. MA. USA

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REVISIÓN

Cada año son millones los jóvenes que en todo el mundo terminan su bachillerato o estudios
de secundaria, y entran en otra fase educativa o laboral. Pero si tienes síndrome de Down u otra
discapacidad intelectual, lo llamamos de otra manera: lo llamamos transición. Dicho de otro
modo significa: “¿Qué va usted hacer el año siguiente?”.
¿Ha experimentado recientemente el proceso de solicitud de estudios universitarios para
algún otro de sus hijos? Ha revisado catálogos de universidades, a lo mejor las ha visitado, ha
leído planes de estudio, resúmenes y catálogos, ha buscado recomendaciones, ha pasado horas
escuchando opiniones, comparando para ver qué opciones se ajustan mejor a las necesidades y
características de su hijo.
Habrá de tener usted el mismo grado de implicación e interés en el caso de su hijo con sín-
drome de Down cuando termina sus estudios secundarios. Por desgracia no hay tantas guías
para orientarle. Pero como siempre, sabemos de muchas otras familias que han pasado por este
proceso y de alguna manera han preparado el camino. Su trabajo consiste en reparar, recondu-
cir este camino según lo ha ido necesitando, de modo que sirva también para los que vengan
detrás.
Mi objetivo es simplificar esta fase de su vida y demostrarle que usted dispone ya de todo su
conocimiento y de la mayoría de los instrumentos para ayudar a su hijo durante esta transición.
Este artículo le ofrece un mapa general con algunos boletos que le serán útiles para su viaje.

¿CUÁLES SON LAS OPCIONES?


Recuerde sus propias experiencias, sus propios años de colegio o, si ya son un tanto lejanos,
quizá tenga otro hijo que ha terminado recientemente su educación secundaria/bachillerato.
Ya en su primer año empezó a pensar en qué hacer cuando se graduara. Pero la mayoría de
nosotros esperó hasta el último año para hacerlo de manera más seria. ¿Y qué es lo que cada
uno decidió?
Esto es lo que normalmente sucede a quien está en su último año:
• Algunos de sus compañeros fueron directamente al mundo laboral
• Otros fueron a escuelas de formación profesional
• Otros ingresaron en las fuerzas armadas
• Otros fueron a escuelas universitarias en su propia comunidad, viviendo en su casa
• Otros fueron a universidades de cuatro años (4-year colleges)
• Algunos de éstos vivían en su casa y otros lo hacían en el campus universitario
• La mayoría de nuestros compañeros permanecían en instituciones que se encontraban a
distancias de 1-2 horas en coche.

En cada promoción, las personas con discapacidad intelectual tendrán una diversidad de
opciones para elegir, una vez concluida la escolarización secundaria.

• Algunas irán directamente a trabajar


• Otras irán a escuelas de formación profesional
• Otras irán a escuelas universitarias de la comunidad y vivirán en su casa
• Muy pocas, si es que hay alguna, ingresarán en las fuerzas armadas, aunque lo deseen
• Algunas irán a universidades para carreras de cuatro años (4-year colleges) u otros progra-
mas post-secundarios
• Algunas vivirán en su casa; otras lo harán en el campus o en apartamentos
• Y la mayoría permanecerá en instituciones a distancias de 1-2 horas de conducción.
Dejando aparte el momento del diagnóstico inicial, las familias creen que el momento más
difícil en la vida de un padre de un hijo con discapacidad intelectual es la transición de la escue-
la a la vida adulta. Lo que lo hace tan difícil es que el proceso incluye realmente un conjunto de
decisiones y de transiciones que duran varios años. Requiere mucho esfuerzo, planificación y
tiempo por parte de las familias.

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UNA VISIÓN-PROYECTO DE LA VIDA TRAS LA ESCUELA SECUNDARIA


Todos tenemos que empezar de alguna manera, y el mejor comienzo es tener una visión o proyec-
to. ¿Cuál es su proyecto para su hijo una vez que termine la secundaria? ¿Y cuál es el de su hijo? ¿Son
iguales, o al menos se parecen? Un proyecto empieza con, y se concentra sobre, los intereses de su
hijo, sus habilidades, sus sueños. Algunas familias tienen una visión que comparten a lo largo de
la vida de su hijo, y la modifican si los
intereses del hijo cambian. Otras fami-
lias necesitan más estructura y análisis
para empezar a desarrollar un proyec-
to. Muchas familias utilizan un proce-
so llamado planificación centrada en la per-
sona para desarrollar el proyecto y una
serie de planes de acción para alcanzar-
lo. La planificación centrada en la per-
sona es un proceso por el que se apren-
de cuáles son los deseos de su hijo, se
evalúan cuáles son las necesidades que
se han de cubrir, y se crean planes de
acción para recorrer las etapas que
conducen a cada objetivo. Algunos de
los métodos más conocidos para hacer
esto se llaman Mapas y Planificación
para Grupos de Acción (GAP); existen
numerosos instrumentos publicados
para ponerlos en práctica.
Nosotros no utilizamos ningún
proceso formal para determinar el
proyecto de Jon. En cambio, escucha-
mos a Jon. La visión de su proyecto se
inició a partir de sus primeros años de
secundaria cuando expresó su prefe-
rencia por acceder a una institución
de educación integrada. Ya en su
segundo año empezó a preguntar
sobre cómo pasar las pruebas perti-
nentes para ir a la universidad. La
educación integrada significaba que pasaba sus días en nuestra escuela local rodeado por estu-
diantes cuyos planes eran ir a la universidad. En una escuela en la que el 87% de los alumnos va
a la universidad, Jon no tuvo ocasión de hablar con muchos compañeros que hubieran de ir
directamente al trabajo o a las fuerzas armadas.
El mapa logístico de Jon consistió en visitar universidades de 4 años, centros universitarios
locales, y programas residenciales especiales de post-secundaria. Rellenamos solicitudes e ins-
cripciones, acudimos a entrevistas, realizamos tests e hicimos marketing de cara a escuelas
prospectivas. Fue un largo y concienzudo proceso que nos llevó varios años. Por fin, compen-
só todo nuestro trabajo y esfuerzo ya que en Mayo de su último año escolar Jon se encontró con
varias posibilidades. Decidió acudir al programa GROW (Prepararse para un mundo exterior)
en la Escuela Riverview en East Sandwich, MA, y al mismo tiempo asistir a la Escuela
Universitaria comunitaria de Cape Cod, en un programa diseñado para estudiantes con disca-
pacidad intelectual. Al hacer esto, declinó la oportunidad de ser el primer y único estudiante
que podría acudir a una universidad de 4 años en Massachusetts como estudiante especial sin
acceso a título de grado, la oportunidad de asistir a una universidad en Nueva York, o permane-
cer en nuestra comunidad tras conseguir un trabajo.

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UN LISTADO PARA LA TRANSICIÓN


Junto al proyecto, es importante tener una idea tangible sobre las habilidades de su hijo en
relación con el mundo real, que le sirvan para identificar hacia dónde han de dirigirse. Para que
se haga una idea, le ofrecemos una versión en la tabla 1. No se trata de un test o de una evalua-
ción. Es una oportunidad para ver las habilidades que tiene su hijo y en qué áreas han podido
pasar desapercibidas. Resulta útil cuando necesita describir cómo es su hijo al funcionario o
encargado de admisiones. Úselo para identificar los objetivos sobre los que habrá que trabajar
tanto en la escuela como en casa durante los años de transición (años 14 a 21). Recuerde que se
trata de un listado muy amplio. Quizá en alguna de las áreas su hijo ya es un experto; otras nece-
sitarán ser elaboradas y abordadas en varios pasos, y ver en cuáles es preciso trabajar más.
Aunque algunas de estas áreas puedan no parecerle importantes, es probable que sean los tipos

[Tabla I] LISTADO DE HABILIDADES PARA LA TRANSICIÓN

HABILIDADES LABORALES HABILIDADES EN COMUNIDAD HABILIDADES DOMÉSTICAS

¿Puede su hijo: ¿Puede su hijo: ¿Puede su hijo:


- Entrar y salir del trabajo a tiem- - Usar el transporte público - Planificar menús
po - Comprar alimentos, vestido - Elaborar una lista de compra
- Realizar el trabajo satisfactoria- - Preparar las citas convenientes para menús
mente - Utilizar el teléfono - Prepararse el desayuno, la
- Trabajar en colaboración con - Manejar los fondos del banco comida, la cena, la merienda,
otros - Sentirse seguro en medio del empaquetar un lunch
- Tomar el almuerzo o lunch de tráfico, o de personas extrañas - Lavar los platos, vasos, bande-
forma satisfactoria - Saber cómo pedir ayuda jas
- Vestirse adecuadamente - Manejar el dinero - Limpiar el apartamento (baños,
- Utilizar adecuadamente los ins- - Usar un ATM cocina, cuartos, comedor, etc.)
trumentos de seguridad - Usar máquinas automáticas -Limpiar su propio cuarto
- Seguir las instrucciones (lavandería, tarjetas de crédito, - Hacer lavandería, secado y
- Aceptar la supervisión etc.) planchado

HABILIDADES SOCIALES Y PERSONALES OCIO Y ENTRETENIMIENTO OTRAS HABILIDADES ÚTILES

¿Puede su hijo: ¿Puede su hijo: ¿Puede su hijo:


- Mostrar su identificación per- - Usar su tiempo libre para diver- - Utilizar el teléfono móvil (celu-
sonal tirse lar)
- Saludar a la gente apropiada- - Elegir actividades razonables - Utilizar un calendario de com-
mente - Seguir una afición (hobby) promisos y encargos
- Elegir los estilos actuales en el - Realizar las actividades necesa- - Tomar las medicinas prescritas
vestido, peinado, maquillaje rias cuando se requieran
- Ejecutar un buen aseo personal - Utilizar los recursos de la - Utilizar adecuadamente las
y demás habilidades higiénicas comunidad medicinas que no requieren
de forma constante - Llamar a los amigos para hacer receta
- Charlar con amigos y compañe- planes con ellos - Utilizar el protector de sol
ros cuando se necesite
- Ser cortés - Utilizar un repelente de insec-
- Ser responsable tos cuando se necesite
- Sentirse feliz

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de preguntas que otros le harán a usted sobre su hijo, a la hora de considerar su vida una vez
terminada la etapa escolar secundaria.

TERMINACIÓN DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA: POSIBILIDADES


Otro aspecto importante al dejar la escuela es el tipo de estudios que ha de seguir, con o sin
titulación. Y el primer punto a considerar es: ¿cuándo termina la educación secundaria en el
ambiente de la escuela ordinaria? Como cualquier otra cosa en la vida de su hijo, esto es espe-
cífico para cada individuo. Para algunos estudiantes con discapacidad intelectual, terminará
pasados los cuatro años de escolarización secundaria, para otros será de cinco años, de seis o
siete. Eso dependerá de la edad de su hijo y de las decisiones que previamente haya usted toma-
do sobre el rumbo a seguir. A unas familias no les importa que sus hijos sigan en clases con
compañeros menores que ellos, mientras que otras prefieren que pasen de curso y continúen
siempre con sus compañeros de clase. Cada uno de nosotros tomamos entonces decisiones
diferentes y las seguimos tomando ahora. Nuestra guía serán nuestros hijos y nuestros propios
valores personales.
Cada estado establece sus normas para otorgar el título (graduación de secundaria). Por lo
general consisten en completar un cierto número de cursos y aprobar unos exámenes con el fin
de demostrar su competencia en temas educativos básicos. La mayoría de los estudiantes se afa-
nan por anticipar la fecha de su graduación lo antes posible. Para muchos de los estudiantes en
educación especial que tienen necesidades importantes, y para casi todos los que tienen síndro-
me de Down, el “graduarse” tiene varias definiciones. “Graduarse” puede significar avanzar a
lo largo de la secundaria hasta recibir el diploma. Pero en muchas comunidades, una vez que el
estudiante –incluso los que están en educación especial– recibe un diploma, significa que cer-
tificas que has terminado una educación libre y apropiada.
Sin embargo, para la mayoría de las familias con hijos con síndrome de Down, la “gradua-
ción” es un suceso importante de su ciclo vital más que la aceptación de un diploma o la culmi-
nación de una educación libre y apropiada. Es muy importante conocer las reglas y costumbres
locales para que no te pillen fuera de juego. Asegúrate de que tus decisiones se basan en una
buena información.
Mi hijo se graduó con su clase, recibió varios premios en el último año y más de 6.000 dóla-
res en becas. Pero no recibió su diploma. En la ceremonia de entrega de los títulos, subió al
estrado y se le dio una carpeta que se parecía a la de cualquier otro, pero dentro no tenía un
diploma sino “certificado de asistencia”. Cuando alcanzó los 22 años, la edad a la que en
Massachussets termina la llamada educación libre y apropiada, recogí su diploma real en la ofici-
na del director de la escuela. No recogimos su diploma real cuando se “graduó” junto con sus
compañeros de clase, para asegurar que nuestro distrito escolar continuara dándole los apoyos
educativos que seguía necesitando.
En su elección influirán varios factores: financieros, emocionales y prácticos. Lo importante
es que entienda por qué está eligiendo un sistema en lugar de otros y las consecuencias de su
elección.

TRAS LA GRADUACIÓN EN SECUNDARIA


Una vez que decida el tiempo que ha de estar en la secundaria, es el momento de decidir qué
hacer después. No espere a que su hijo se gradúe para empezar a pensar en estos temas. Porque
cada uno exige una buena cantidad de tiempo y esfuerzo por parte de los padres y de quienes
asesoran a la familia. Es inteligente empezar a buscar las opciones de que se dispone y actuar
en colaboración con otros para crear la situación que sea más específica para su hijo.
Hay varias áreas en las que pensar que se ajustan a estas tres categorías principales: el
empleo, la vivienda, y el tiempo de ocio. Cada una de estas categorías está llena de distintas
opciones e implicaciones económicas que será preciso considerar. No hay un orden que sea
bueno o malo para afrontarlas. Algunas familias se centrarán primero en la forma de vivienda

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mientras que otras preferirán solucionar primero el encontrar un empleo estable o unas bue-
nas oportunidades de ocio. Estas decisiones dependerán probablemente de las circunstancias
locales, de las opciones y listas de espera, de las orientaciones y posibilidades que le brinden
las instituciones que le están aconsejando. Importa que empiece pronto el proceso, que consul-
te a sus amigos y a los profesionales, y que tome buenas decisiones basadas en la información,
con el fin de apoyar el proyecto de vida de su hijo.

EMPLEO
El empleo competitivo es una de las opciones de que dispone una vez terminada la escuela
secundaria. En Estados Unidos, muchos estudiantes de régimen ordinario buscan trabajo una
vez terminados sus estudios secundarios. Para los jóvenes con síndrome de Down u otra disca-
pacidad, el empleo puede ser apropiado si tienen buenas habilidades laborales y una experien-
cia previa. Porque el empleo competitivo es exactamente eso: competitivo; a menudo es un
objetivo que se puede alcanzar con apoyos laborales limitados. Mucha gente se beneficia de lo
que podemos describir muy bien como orientación laboral prolongada. En el mundo de los ser-
vicios puede tener un nombre diferente: “apoyos para el empleo”, “entrenamiento para el tra-
bajo”. (Nota: En España, serían los programas de orientación laboral llamados “Cualificación Profesional
Inicial”). Un individuo llamado “preparador laboral” acompaña a la persona con discapacidad
al trabajo durante un número determinado de horas, semanas, meses o hasta que es capaz de
actuar independientemente en el sitio de trabajo.
Otro método de apoyar a la gente en el empleo competitivo es el del retiro gradual: La persona
de apoyo se va retirando gradualmente del puesto laboral. Permanece justo el tiempo necesario
para asegurar que la persona sigue actuando con éxito conforme va disminuyendo su presen-
cia, hasta que se retira del todo.
Para que el sistema del empleo funcione con éxito es esencial disponer de un especialista en el
seguimiento. Esta persona, y durante un cierto intervalo de tiempo sobre el cual habrá habido un
acuerdo previo con el empleador o empresario, comprueba que las condiciones y expectativas
de trabajo siguen siendo las previstas, y trata de identificar los problemas con tiempo suficien-
te para afrontarlos. Con demasiada frecuencia se olvida este componente importante, y así es
como se pierden los trabajos que se hubiesen conservado perfectamente si hubiese mediado un
poco de intervención.
La oportunidad más olvidada en el empleo es el uso de los apoyos naturales en el sitio de tra-
bajo. Esto significa dar formación a los compañeros de trabajo para que tengan confianza y se
sientan seguros a la hora de orientar, empujar y ayudar en general a la persona con discapaci-
dad; tal como lo harían para cualquier otra. Si nos paramos a pensar, todos utilizamos apoyos
naturales en nuestros trabajos.
Dicho esto, la pérdida de trabajo es un hecho de la vida especialmente para las personas con
discapacidad. Si se cambia de supervisor, si aumentan las expectativas corporativas, son los tra-
bajadores con bajo rendimiento los primeros que con frecuencia son cesados.
El desarrollo en el trabajo es muy importante para mantener con éxito un empleo competitivo.
Lo que usted desea no es sólo asegurar un puesto de trabajo para su hijo, sino que ese trabajo es
el correcto. Un ambiente ruidoso no funcionará para alguien que tenga problemas sensoriales, y
el trabajo en una oficina no servirá para una persona que necesite más actividad física.
Es preciso tener en cuenta la necesidad de la actividad física en una persona con discapacidad
intelectual a la hora de buscar empleo. Sabiendo que mi propio hijo necesita el ejercicio físico,
buscamos trabajos con los que disfrutara y al mismo tiempo le permitieran quemar algunas
calorías. Parece que Jon lo ha encontrado en el departamento de mantenimiento de YMCA, en
Cape Cod. En su caso, un beneficio añadido al del trabajo físico que ha de realizar en su traba-
jo es el de que está empleado por una organización dedicada al bienestar de los individuos y de
sus familias.
El empleo con apoyo es similar al empleo competitivo en cuanto que se desarrolla en la comu-
nidad, en puestos de trabajo real. La principal diferencia consiste en que el individuo necesita

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un apoyo prolongado o constante para que tenga éxito. De ahí el nombre de empleo con apoyo. En
esta modalidad, cualquier individuo con cualquier discapacidad puede conseguir su objetivo por-
que la persona va a recibir todo el apoyo que necesite y durante el tiempo que sea necesario. Sin
embargo, muchas agencias y gobiernos han impuesto límites de tiempo al apoyo que han de pro-
porcionar a causa de lo costoso que resulta. Esto significa por lo general que las personas con
mayores dificultades necesitan más apoyos y recursos y durante más tiempo. Las agencias pueden
no disponer de recursos suficientes para ofrecerlos, a pesar de que los necesitarían.
Si esto les ofende, voten por el político valiente dispuesto a elevar los impuestos para atender
a las necesidades de quienes requieren servicios. No olvide que el miembro de su familia ha de
registrarse también si quiere que vote. Recuerde, si vota por la reducción de impuestos, que
puede ser a costa de programas que su hijo está utilizando o de los que podría beneficiarse.
Empleo protegido es un término más suave para los talleres protegidos. Son instalaciones en
las que las personas con discapacidad asisten diariamente y tienen la oportunidad de realizar
trabajos sub-contratas (por lo general, ensobrados, correos, paquetes, ensamblajes) y se les
paga en función de cuánto pueden realizar en comparación con los trabajadores sin discapaci-
dad. El Departamento de Trabajo lo regula para asegurar que se realizan estudios cuidadosos
sobre el tiempo aplicado a cada trabajo y que el pago es ajustado.
Se critica a veces a los talleres protegidos porque se los considera como instalaciones segre-
gadoras. Algunos talleres tienen también trabajadores sin discapacidad porque no se podría
terminar la cantidad de trabajo subcontratado sin su concurso. Sin embargo, incluso cuando
hay trabajadores no discapacitados, existe poca integración entre ambos grupos.
Trabajo voluntario: se trata de una gran opción si no es esencial ganar un sueldo, o sirve para
obtener entrenamiento laboral adicional. Algunas familias utilizan el trabajo voluntario como
vía de espera en los programas de empleo con apoyo. Es importante dejar constancia, sin
embargo, que una persona no debe actuar como voluntaria donde otras son remuneradas por
hacer el mismo trabajo. Puedes ser voluntario en una biblioteca u otra entidad en la que otros
trabajan también como voluntarios para realizar las mismas tareas específicas, pero no puedes
ser voluntario en una cadena de comida rápida o en librería local.

EDUCACIÓN POST-SECUNDARIA
Nota de la Redacción: Para entender mejor esta sección, conviene entender el significado del término
“college” en USA. El “college” es la institución en la que se imparte la educación inmediatamente post-
secundaria, de carácter o régimen universitario. No da una carrera en el término que entendemos en
otros países, entre ellos España, sino formación humanística y científica a partir de múltiples combi-
naciones de cursos y materias que, a lo largo de 2, 3 o 4 años, son elegidos por el propio estudiante
dentro de una normativa. Esa flexibilidad permite incorporar y diseñar cursos de dificultad variable,
atendiendo a las características de los estudiantes, incluidos los que tienen discapacidad intelectual. Al
terminar el período de “college”, a los 21 o 22 años, se obtiene un titulación de pregrado (pregradua-
te). Posteriormente, el que lo desea pasa a cursar una carrera o un doctorado (graduate). Hay colleges
locales que sólo imparten este tipo de educación, y otros que se insertan dentro de las universidades pro-
piamente dichas en las que el período de college es sólo el principio para acceder después a una carrera
o doctorado.

La idea de acceder a un programa de “college” no es nueva. Sin embargo, lo que significa estar
incorporado en la educación post-secundaria está cambiando cada año. No hace mucho, un
programa post-secundario para jóvenes con síndrome de Down significaba un programa en
régimen de segregación para personas con discapacidad. Sin embargo, las familias están cons-
tantemente presionando a sus comunidades para que incluyan a los estudiantes con discapaci-
dad en los programas de “colleges” locales y universidades, terminen o no con un título o
grado. Es importante tener en cuenta que un programa post-secundario no es esencial para su
hijo. Sin embargo, si su hijo sueña con ir a un “college” igual que lo hacen sus hermanos, voy
a presentar algunas opciones para su consideración.

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“Colleges” de cuatro años. Es una posibilidad que está siendo explorada actualmente para
jóvenes con síndrome de Down. Ya hay un grupo que ha accedido a este tipo de universidades
de cuatro años. Al menos uno ha conseguido su título. Las familias van abordando también a
“colleges” locales y universidades para que den oportunidad a sus hijos de asistir a ciertos cur-
sos aunque no busquen un título. Recuerden, sin embargo, que las universidades no están obli-
gadas a acomodar o proporcionar ayudas a su hijo. Habrá de ser usted muy creativo a la hora de
buscar apoyos para que su hijo pueda seguir las clases.
“Colleges” de la comunidad. Son excelentes recursos para las personas que consideren rea-
lizar una educación post-secundaria. La amplitud y diversidad de oportunidades, tanto en los
grados o títulos impartidos como en los programas, son abundantes y se van extendiendo por
el país. Por ejemplo, los “colleges” de la comunidad de Bakersfield en California, Portland en
Oregon, Cape Cod en Massachusetts, ofrecen a estudiantes con discapacidad un amplio abani-
co de clases y cursos.
Programas basados en régimen de “college”. Son programas localizados en los campus, que
comparten sus recursos con un programa post-secundario. Existen varios en Estados Unidos
(por ejemplo: Threshold Program en Lesley College, de Cambridge; Universidad de Alabama en
Birmingham; New York Institute of Technology).
Programas basados en las escuelas de educación especial. A veces estas escuelas ofrecen pro-
gramas de post-grado para estudiantes que han terminado sus estudios secundarios en su pro-
pia escuela o en otras. Por ejemplo, el programa GROW de la Riverview School en
Massachusetts, Maplebrook School en NuevaYork, Chapel Haven en Connecticut).
Al considerar las opciones de todos estos programas post-secundarios, tenga en cuenta su
presupuesto porque, como con cualquier otro joven que accede a estudios de “college”, el gasto
puede ser considerable. Algunas de las escuelas o programas especializados pueden disfrutar
de un subsidio pero la mayoría no lo tiene. Además, si elige un programa de “college” que no
está en su estado, es posible que su hijo no tenga derecho a ayuda económica de ese estado.
Otros programas. Algunas familias prefieren un programa que exija menor demanda por
parte del miembro de la familia. En general estos programas están dirigidos por una agencia o
institución privada, en convenio con un departamento o consejería gubernamental. Entre las
actividades que se realizan se incluyen programas sobre habilidades de la vida diaria, visitas a
sitios de la comunidad, actividades recreativas y de ocio.

OPCIONES DE VIVIENDA EN COMUNIDAD DURANTE LOS ESTUDIOS


Otra de las áreas que hemos de considerar en la vida de adulto de su hijo es dónde y cómo va a vivir.
Incluso si está viviendo en el campus del “college” o de un programa postsecundario, tendrá que
planificar dónde ha de vivir mientras está en el programa. Va creciendo el número de opciones, espe-
cialmente conforme se va animando a las personas con discapacidad a tomar el control de sus pro-
pias vidas y de los servicios de apoyo. Paso a considerar algunas de estas opciones.

VIVIENDA PRIVADA PROPIA


Algunas personas viven en una casa o apartamento propio o controlado (leasing). No hace falta
insistir en la importancia que tiene esta situación en la que el individuo ha de tomar tantas deci-
siones (compañeros de piso, acondicionamiento de la vivienda, la gestión diaria, etc.).

VIVIENDA GESTIONADA POR UNA INSTITUCIÓN


Son las más abundantes y aceptadas como formas de vivienda. Son pequeñas residencias o
casas para grupos. Muchas de ellas ofrecen oportunidades excelentes para que el individuo se
vaya desarrollando y ofrecen buenos servicios; pero otras toman importantes decisiones en
relación con el modo de vida y eligen el personal de apoyo que ha de trabajar allí. Esto puede
limitar la libertad de la familia y del individuo para adoptar el estilo de vida que desean.

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VIVIENDA COMPARTIDA
En esta modalidad, dos o más personas comparten un piso o apartamento. Las que no tienen
discapacidad apoyan a quien la tiene y que no podría de otro modo vivir sola. El apoyo así es
más individualizado y ajustado a su realidad que el que recibiría en una residencia de grupo. El
compañero de la persona con discapacidad está estudiando también, y recibe una gratificación
en forma de salario mensual, o de una reducción en la renta que ha de pagar por la vivienda, o
pago de la comida, etc.

CASAS DE ADOPCIÓN
Algunas personas se sienten mejor viviendo en unidades familiares. En tal caso, la mejor
opción es la casa de adopción para adultos. A algunas familias les puede resultar duro
adoptar este modelo porque nos hemos acostumbrado a pensar que si nuestros hijos han
de marcharse de nuestra casa, ha de ser para vivir en una de las opciones antes descritas.
Nos cuesta aceptar la posibilidad de que el crecimiento y la independencia de nuestro hijo
se realicen en otra familia. Pienso que así perdemos la oportunidad de que algunos indivi-
duos se desarrollen en una familia que no sea la nuestra. Esto no significa que esa persona
vaya a carecer de su propia familia; significa más bien que la mayoría de nosotros no somos
capaces de crear en nuestra propia familia las oportunidades de riesgo y crecimiento que
nuestros hijos demandan.

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TRANSICIÓN DE LA ESCUELA A LA VIDA ADULTA


REVISIÓN

Como todo en nuestras vidas, la opción más sensata probablemente será una combinación de
las que hemos indicado. No se dejen llevar por lo que han visto o leído sino que propongan el
proyecto que consideren más ajustado a las necesidades de su hijo, de la familia y de usted.

AMISTADES Y TIEMPO LIBRE


Viene ahora la parte más dura: desarrollar una red social que sea satisfactoria y duradera. Por
decirlo de forma simple: esto significa tener algo que hacer y tener gente para hacerlo con ellas.
La mayoría de las familias ven difícil el modo de sustituir la pérdida de actividades propias de
la etapa escolar. Con demasiada frecuencia la televisión se convierte en el amigo con el que se
pasa mayor tiempo. Este es el momento en el que usted va a necesitar encontrar actividades
sociales en su comunidad o en las estructuras sociales. La mayoría de nosotros hemos termina-
do por caer en la cuenta de que las amistades que esperábamos que rodearían a nuestros hijos
nunca se van materializar. Algunos de nosotros hemos promovido relaciones de formas espe-
cíficas y creativas, otros están agradecidos a Special Olympics, programas recreativos de diver-
so tipo, programas de la entidad Arc, Ameri Corps, etc. Habrá de comprobar la existencia de
programas locales y ver de qué apoyos disponen para incorporar a su hijo cuando lo necesite.
La mayoría de nosotros hemos utilizados sistemas mixtos.
En nuestro caso, Jon ha desarrollado una red social de amigos de la empresa en que trabaja,
amigos con discapacidad, personal pagado y miembros de la familia. Para ello reúne fondos
provenientes del Massachusetts Department of Mental Retardation, su sueldo, SSI
(Supplemental Security Income), subsidio de la sección 8 y vales. Tiene un empleo pagado en
el Camp Lyndon Center of the Cape Cod YMCA y vive con un compañero en una comunidad
financiada por LIFE, Inc., que es su propia casa. Recibe apoyo directo de su cuidadora perso-
nal, Mary, a la que considera una amiga. El teléfono móvil (celular) nos proporciona a todos
mayor tranquilidad. Fue así como se le pudo ayudar cuando se sintió perdido en Fleet Center, o
cuando se quedó sin electricidad en su casa. Pero cada día, ya que vive a dos horas de nosotros,
le hemos dejado que asuma los riesgos que acompañan a una mayor dignidad de la que se sien-
te muy orgulloso.
Por lo general, visitamos a Jon al menos dos veces al mes, aunque en la temporada de foot-
ball lo vemos semanalmente porque así puede ver a los New England Patriots con su padre. Me
da una lista de compra de alimentación. Recientemente me pidió que no le visitara. Me dijo:
“Necesito un descanso de ti”. Cuando le presioné me dijo: “Cuando tenías mi edad, ¿no nece-
sitaste un descanso de tu madre de vez en cuando?”. Resistí la tentación de hacerle sentirse cul-
pable y, aunque me sentí un poco herida, celebré su habilidad para gestionar sus propias nece-
sidades.

UNOS CONSEJOS FINALES


Para terminar, tengo algún consejo que darles. Como aquella famosa canción, empezaré por
decirles que utilicen un protector de sol porque es el único consejo científicamente comproba-
do. El resto se basa en mis observaciones durante los últimos 20 años, como madre y como
alguien que ha tenido responsabilidades para ofrecer servicios a personas con discapacidad
intelectual.
• Enseñe a sus hijos a usar el cuarto de baño por sí mismos.
• Resista la tentación de ayudarle en el cuarto de baño a una edad en la que ya debe asearse
por sí mismo.
• Asegúrese de que su hijo sabe cómo ducharse. SOLO. No es una actividad de grupo.
• Asegúrese de que su hijo sabe que la ducha es, sin embargo, una actividad diaria. Esto es
también una regla. Y no haga excepciones. Y si duda si se ha duchado, mejor que se duche
dos veces.
• Es esencial que lleve ropa limpia. Es importante que se cambie a diario.
• Enséñele a hacer tareas de lavandería. Muéstrele las manchas que pueda haber en la ropa

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TRANSICIÓN DE LA ESCUELA A LA VIDA ADULTA


REVISIÓN

para que sepa buscarlas y no lleve ropa con manchas.


• Ya que estoy en el tema de la ropa, si puede elegir compre la talla siguiente más alta. Si no
se lo ha dicho nadie, permítame que sea yo la primera: a las personas no les sientan bien
los vestidos apretados.
• La comida es nuestra gasolina. La mala nos hace ir más lentos, la buena nos da energía. Si
su hijo come de la mala, su aspecto será malo; si come de la buena, su aspecto será bueno.
Así de simple.
• No permitan que nadie les diga que su hijo no puede aprender a leer, o que no puede leer
más, o mejor de lo que lo hacen. El aprender no termina nunca.
• Respeto. Todos lo necesitamos. Muchos de nosotros deseamos que nuestros hijos lo reci-
ban; pero a decir verdad, ustedes y sus hijos han de querer darlo también. Entonces será
cuando les llegue.
• Recuerde que el día es para estar despierto y la noche para dormir. Algunas personas toda-
vía no lo han captado.
• Los adultos trabajan. Muchos adolescentes trabajan también. Su hijo debe trabajar. En
algún sitio.
• Los subsidios (pensiones no contributivas u otras pensiones asimiladas) garantizan un
ingreso mensual. Pero no garantizan la autoestima.
• No culpe a otros de las equivocaciones. Pone un mal ejemplo. Las equivocaciones son inevi-
tables. Aprendamos de ellas y sigamos adelante.
• No espere que los hermanos sean como los padres. Los hermanos desean información, can-
tidad de información. Eso no es lo mismo que desear responsabilidades.
• Por último, si no enseñan a sus hijos a cruzar la calle, nunca sabrán lo que hay al otro lado....
Y ustedes tampoco.

Agradecimiento. Este artículo ha sido traducido, con autorización, de la revista Disability Solutions (vol. 6, nº
1, septiembre/octubre 2004).

Formación postsecundaria en España


Comentario al artículo de J.A. Simons
Jesús Flórez

La panorámica de fondo expuesta en el artículo anterior de J.A. Simons sobre la realidad de los
jóvenes con síndrome de Down u otras discapacidades en Estados Unidos es idéntica a la que
vivimos en otros países, España incluida. ¿Qué perspectivas de desarrollo continuado tiene un
joven con síndrome de Down, una vez concluida la enseñanza obligatoria?
Las necesidades son las mismas. El joven necesita seguir formándose. Necesita estar capaci-
tado para entrar en el mundo laboral. Necesita tener asegurada una red de relaciones sociales.
Necesita desarrollar su autoestima. Y todo ello en un contexto de evolución y crecimiento per-
sonal a lo largo de su adolescencia y primera juventud con todo lo que ello implica de evolución
psicológica y vital. Junto a ello, la sociedad cambia y las posibilidades de vida independiente
aumentan.
Lo que lógicamente varían, según cada país y sus sistemas reguladores educativos y labora-
les, son las soluciones concretas para dar respuesta al desafío propio de la transición de la
escuela al trabajo. Aunque algunas de las soluciones concretas que Simons ofrece en su artícu-
lo son propias de la estructura educativa de su país, la filosofía de fondo es la misma y, por
tanto, nos da claves para marcar estrategias asimilables a nuestro país.

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FORMACIÓN POSTSECUNDARIA EN ESPAÑA


REVISIÓN

En ese sentido, es evidente la necesidad de asegurar la continuidad de la acción educativa de


los alumnos con síndrome de Down, bien una vez terminada la enseñanza infantil y primaria,
o terminada la enseñanza secundaria obligatoria. Sabido es que en España la inmensa mayo-
ría de los alumnos con síndrome de Down abandona el sistema ordinario una vez terminada la
primaria, siendo muy pocos los que continúan en la secundaria. Esto indica el gran fracaso de
nuestro sistema educativo que carece de sensibilidad hacia la discapacidad intelectual. En cual-
quier caso, me parece importante destacar de la parte del artículo de Simons referida a la
secundaria dos detalles: la permanencia en el sistema durante unos años, con independencia
de la edad del joven y de la de sus compañeros, y el realismo con que se impartió el diploma:
primero, coincidiendo con la graduación de su promoción, exclusivamente el de asistencia, y
sólo después, a los 22 años, recogió el diploma real de capacitación.

EDUCACIÓN ADAPTADA
En España, la educación postsecundaria ha estado cubierta por el sistema que ofrecían los pro-
gramas propios de los Cursos de Garantía Social. Han cumplido su papel cuando han estado
programados con imaginación y flexibilidad; es decir, con una normativa al servicio de las
necesidades reales, y no teniendo que inventar unas necesidades al servicio de una normativa
rígida e ignorante de la realidad. Estos cursos han desaparecido y han sido sustituidos por los
Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI).
Estos PCPI son una respuesta educativa para los jóvenes que no han obtenido el Título de
Graduado en ESO. Se regulan por la Orden ECI 2755/2007 de 31 de julio, del Ministerio de
Educación y Ciencia (BOE 26-9-07). Su finalidad es contribuir al desarrollo personal y social y
a la adquisición de un conjunto de cualificaciones de Nivel 1 del Catálogo de Cualificaciones
Profesionales, que facilite la inserción laboral. Además, se plantean de forma que se pueda
obtener el Título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria y se facilite el acceso a los
ciclos formativos de grado medio.
Se dirigen a jóvenes de 16 años y, preferentemente, menores de 21 que no hayan obtenido el
título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria. Excepcionalmente, para los jóvenes
de 15 años, que hayan cursado 2º de la ESO, no vayan a promocionar a 3º y hayan repetido en
la etapa.
Estudian módulos obligatorios específicos, relacionados con el perfil profesional, con una
fase de prácticas en centros de trabajo y módulos obligatorios de carácter general, de los ámbi-
tos sociolingüístico, científico, de desarrollo profesional y orientación socioprofesional y de
libre configuración:

I. Módulo de aprendizajes instrumentales básicos


II. Módulo de desarrollo personal, sociocultural y para la ciudadanía.
III. Módulo de orientación sociolaboral y para la mejora y conservación de la empleabilidad
IV. Módulo de libre configuración

Se pueden cursar, además de los anteriores y de forma voluntaria, módulos destinados a la


obtención del Título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
Si se aprueban los módulos obligatorios, se obtiene una certificación académica que dará
derecho a la solicitud de expedición de los Certificados de Profesionalidad relacionados con las
Cualificaciones de Nivel 1 del programa. Si se aprueban los módulos voluntarios, se obtiene el
Título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.
Las modalidades son:
- Aula profesional, que se desarrolla en centros sostenidos con fondos públicos donde se
imparte la ESO, es decir, en Institutos de Educación Secundaria públicos y concertados.
- Taller profesional, en centros educativos que no imparten la ESO, administraciones públi-
cas y entidades privadas sin finalidad de lucro, con experiencia educativa reconocida.
- Taller específico, que se desarrolla en centros educativos sostenidos con fondos públicos

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de Educación Especial, o en entidades privadas sin finalidad de lucro con experiencia reco-
nocida en la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad.
En realidad son muy semejantes a los antiguos programas de Garantía Social, que se han
mejorado incorporando algún cambio como:
- La posibilidad de obtener el Título cursando determinados módulos voluntarios.
- La posibilidad de admitir de forma excepcional y con condiciones muy concretas a alumnos
de 15 años.
- La expedición de Certificados de Profesionalidad relacionados con el Catálogo Nacional de
Cualificaciones Profesionales.

Aunque no están destinados expresamente para alumnos con síndrome de Down, al ser
excepcionales los casos en que éstos obtienen el Título de Graduado en ESO, son candidatos
idóneos para esta oferta educativa. Responden a las necesidades de estos alumnos, porque
atienden a sus necesidades de formación permanente (módulos de aprendizajes instrumenta-
les y desarrollo personal) y prelaboral (módulos de desarrollo profesional y orientación socio-
profesional, formación en un perfil profesional y prácticas en empresas). Por otro lado, admi-
ten que sean impartidos por entidades sin fines de lucro con experiencia en la en la inclusión
social y laboral de las personas con síndrome de Down.

EL ACCESO A LA UNIVERSIDAD
Hemos visto en el artículo de Simons las varias formas en que una persona con síndrome de
Down, si se dan las condiciones oportunas, puede incorporarse al sistema universitario de
Estados Unidos caracterizado por los diversos tipos de “college”, con su peculiar sistema curri-
cular que nada tiene que ver con las carreras propiamente dichas. El “college” ofrece un perío-
do formativo mediante el cual el individuo va madurando intelectualmente y va perfilando su
tendencia vocacional; de ahí puede acceder a una carrera concreta o acceder al mundo laboral.
Nuestras universidades ofrecen un planteamiento más rígido: de entrada se ha de elegir una
carrera que conforma el pregrado, y aunque se ha hecho un esfuerzo por flexibilizar los planes

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FORMACIÓN POSTSECUNDARIA EN ESPAÑA


REVISIÓN

de estudio de las diversas carreras, dista mucho de contemplar la rica gama de posibilidades del
“college” estadounidense.
¿Qué posibilidades tiene un joven con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual para
acceder a la Universidad? Se van conociendo casos aislados de estudiantes que, intelectualmen-
te mejor dotados, se incorporan a alguna de las carreras que mejor se adaptan a sus posibilida-
des reales. Esa incorporación puede tener lugar inmediatamente después de concluida la edu-
cación secundaria o años más tarde. Su recorrido por esa carrera es altamente variable y va a
depender de su capacidad y de la flexibilidad de las autoridades académicas.
Pero somos testigos de novedosos intentos por abrir el sistema universitario a las personas
con discapacidad. Por poner un ejemplo, citaré el programa que se está llevando a cabo de
forma conjunta por la Fundación Prodis, de Madrid, y la Facultad de Formación de Profesorado
y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid. Su objetivo es dar formación a jóvenes con
discapacidad intelectual, en régimen universitario, dirigida a su capacitación laboral. La forma-
ción está estructurada en dos cursos académicos; el primero de ellos tiene un carácter teórico-
práctico, mientras que el segundo es eminentemente práctico y se acompaña de la realización
de prácticas en diferentes empresas, tanto públicas como privadas. Los alumnos asisten a la
Facultad de lunes a viernes, en horario de 10 a 14 horas. Ya se han graduado dos promociones
de alumnos. (V. Izuzquiza, L. y Ruiz, R. Formación para la inserción laboral. Rev Síndrome de
Down 22: 125-131, 2005).

LA VIVIENDA DURANTE EL PERÍODO DE FORMACIÓN POST-


SECUNDARIA
Simons en su artículo describe las formas de vivienda que el alumno puede adoptar durante
su etapa de estudios post-secundaria. Como es natural, examina las posibilidades a la luz de las
ofertas académicas. Pero su contenido va más allá porque introduce ya principios de autonomía
e independencia parcial, que han de ser tenidos en cuenta en el joven adulto con síndrome de
Down, realice o no estudios de post-secundaria. En ese sentido, sus propuestas siguen direc-
ciones que vemos ya claramente descritas en nuestros congresos y conferencias nacionales, y
en numerosas publicaciones de autores españoles.
Las experiencias descritas son diversas y no es éste el sitio ni el momento de analizarlas. Pero
no quiero dejar de señalar, por su coincidencia con algunas de las propuestas de Simons, la
bella experiencia del proyecto Aura – Habitat en el que comparten piso jóvenes con discapaci-
dad intelectual en régimen laboral y universitarios que se están formando en educación espe-
cial. (V. Canals, G. Proyecto Aura – Habitat. Rev. Síndrome de Down 20: 105-110, 2003).

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