Esquizofrenia Anahi

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Esquizofrenia

Qué es
La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta al paciente deteriorando sus
capacidades en diversos aspectos psicológicos, como el pensamiento, la percepción, las
emociones o la voluntad.
Los pacientes esquizofrénicos pueden perder el contacto con la realidad (psicosis), sufrir
alucinaciones, delirios (creencias falsas), tener pensamientos anormales y alteración del
funcionamiento social y laboral.
Etimológicamente significa «mente escindida». Con este término, se quería subrayar las
alteraciones en el pensamiento que presentan las personas que la padecen.

Los síntomas más característicos de la enfermedad son:

Delirios: Ideas erróneas de las que el paciente está convencido. Por ejemplo, creer que
todo el mundo está contra él o que tratan de perjudicarle.

Alucinaciones: Percibir algo que no existe. Por ejemplo, oír voces (que le insultan o
hablan de él), o ver objetos o caras que no están.

Trastornos del pensamiento: El lenguaje del paciente se hace incomprensible y con


poca fluidez.

Alteración de la sensación sobre sí mismo: La persona siente que su cuerpo está


cambiando, se ve a sí mismo como alguien raro. Los pacientes pueden decir que no se
reconocen al mirarse al espejo. Los límites entre uno mismo y los demás no están
claros, por ello, pueden creer que los demás pueden saber lo que piensa o por el
contrario, creen adivinar lo que otros piensan.

Deterioro de las emociones: La afectividad se va empobreciendo y puede llegar a la


ausencia de sentimientos. Los pacientes se muestran inexpresivos y se comportan con
frialdad hacia los demás.

Aislamiento: Los pacientes se encierran en sí mismos y en su mundo interior. A este


síntoma se le denomina autismo. Se manifiesta porque el paciente se queda encerrado
en su habitación y evita la compañía de los demás.
Pedofilia (Trastorno pedófilo)
El trastorno pedófilo se caracteriza por la presencia de fantasías, impulsos o
comportamientos sexualmente excitantes recurrentes e intensos
relacionados con los niños (por lo general hasta los 13 años de edad).
La pedofilia es una forma de parafilia. Como causa daño a terceros se considera un
trastorno.
El hecho de que el interés sexual o las relaciones entre dos personas se considere un
trastorno pedófilo depende de la edad de las personas involucradas. En las sociedades
occidentales, la consideración de trastorno pedófilo requiere que la persona que lo
padece sea mayor de 16 años y al menos 5 años mayor que el niño que es objeto de las
fantasías o actividades sexuales. Sin embargo, la implicación sexual entre un adolescente
de más edad (17 a 18 años) y un niño de 12 o 13 años no se puede considerar un
trastorno. Los criterios de edad que se utilizan para identificar cuándo tal actividad se
considera un delito pueden ser variables.
Aunque las leyes varían de un país a otro, en líneas generales la ley considera que una
persona mayor de 18 años comete estupro cuando mantiene relaciones sexuales con una
persona de 16 años de edad o menos. Los casos de estupro a menudo no cumplen los
criterios de pedofilia, lo que hace destacar la naturaleza un tanto arbitraria de establecer
un punto límite de edad en una definición médica o legal. En muchos otros países y
culturas, niños incluso de 12 años de edad pueden casarse legalmente, lo que hace aún
más compleja la definición de pedofilia y de estupro.
La pedofilia es mucho más frecuente en varones que en mujeres.
Algunos pedófilos se sienten atraídos solo por niños, a menudo de un grupo de edad o en
una etapa de desarrollo determinado. Algunos se sienten atraídos sólo por niños que
pertenecen a su propia familia (incesto), mientras que otros se sienten atraídos tanto por
niños como por adultos. Los pedófilos pueden sentirse atraídos por niños, niñas o por
ambos sexos, aunque la mayoría prefieren niños del sexo opuesto. Por lo general, el
adulto suele ser una persona que el niño conoce, como un familiar, un padrastro o una
persona con autoridad (como un profesor).
Las actividades consistentes en observar o tocar a los niños parecen ser más frecuentes
que los tocamientos genitales o las relaciones sexuales. Los depredadores pedófilos
pueden utilizar la fuerza o la coacción para someter sexualmente a los niños, así como
amenazarles con hacerles daño a ellos o a sus mascotas si se lo cuentan a alguien. Muchos
de estos pedófilos tienen trastorno de personalidad antisocial.
Muchos pedófilos tienen o desarrollan abuso o dependencia de sustancias y depresión. A
menudo proceden de familias disfuncionales, y es muy frecuente que tengan conflictos
matrimoniales. Muchos han sido víctimas de abusos sexuales cuando eran niños.
Trastorno de Personalidad Múltiple

El trastorno de identidad disociativo (TID), conocido popularmente como


“Trastorno de personalidad múltiple”, es una de las psicopatologías más
frecuentemente representadas en la ficción.
Personalidad Múltiple: ¿qué es?
Desde El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hydehasta Psicosis o El club de la
lucha, pasando por el personaje de Gollum de El señor de los anillos e incluso el
personaje interpretado por Jim Carrey en la comedia Yo, yo mismo e Irene, se
cuentan por decenas las obras que han usado el TID como inspiración debido a lo
llamativo de su sintomatología.
Es por este tipo de divulgación que la personalidad múltiple es uno de
los trastornos psicológicos más conocidos, si bien no uno de los mejor entendidos,
ni siquiera dentro del mundo de la Psicología, en el que hay una importante
controversia con respecto a la misma existencia de este trastorno como tal.
Síntomas
La cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (DSM-IV) define el TID como «la presencia de dos o más identidades –
raras veces más de diez- que toman el control de la conducta de una persona de
forma recurrente, teniendo cada una de ellas recuerdos, relaciones y actitudes
propios». En general, las distintas identidades no recuerdan lo experimentado por
el resto, por lo cual no son conscientes de su existencia, si bien esto no siempre
es así. El cambio entre personalidades suele producirse como consecuencia de
estrés.
La personalidad primaria (o la “real”) tiende a ser pasiva y depresiva, mientras que
el resto son más dominantes y hostiles. Son las identidades más pasivas las que
manifiestan amnesia en mayor medida y, en caso de que sean conscientes de la
existencia de las personalidades más dominantes, pueden ser dirigidas por estas,
que incluso pueden manifestarse en forma de alucinaciones visuales o auditivas,
dando órdenes a las demás identidades.
En la actualidad, tanto en el DSM como en la Clasificación internacional de
enfermedades (CIE-10), el TID se categoriza dentro de los trastornos disociativos,
es decir, aquellos que se producen por fallos en la integración de la conciencia, la
percepción, el movimiento, la memoria o la identidad (en el caso de la
personalidad múltiple, la desintegración se daría en todos estos aspectos) como
consecuencia directa de traumas psicológicos.
Evaluación y Tratamiento
El número de diagnósticos de TID ha aumentado en los últimos años; mientras
algunos autores atribuyen esto a una mayor conciencia del trastorno por parte de
los clínicos, otros consideran que se debe a un sobrediagnóstico. Se ha propuesto
incluso que el TID se debe a la sugestión del paciente debida a las preguntas del
clínico y la influencia de los medios de comunicación. Asimismo, también están los
que opinan que existen una falta de formación sobre las manifestaciones del TID y
una infravaloración de su prevalencia que llevan a que muchos casos de TID no
sean detectados, en parte por una exploración inadecuada.
En este sentido, cabe tener en mente que, según Kluft (1991), sólo un 6% de los
casos de personalidad múltiple son detectables en su forma pura: un caso típico
de TID se caracterizaría por una combinación de síntomas disociativos y síntomas
de estrés postraumático con otros síntomas no definitorios del TID, como
depresión, crisis de pánico, abuso de sustancias o trastornos alimentarios. La
presencia de este último grupo de síntomas, mucho más obvios que el resto de
síntomas del TID y muy frecuentes por sí solos, llevaría a los clínicos a obviar una
exploración más profunda que permitiera detectar la personalidad múltiple.
Además, es obvio que a las personas con TID les resulta difícil reconocer su
trastorno por vergüenza, miedo al castigo o a causa del escepticismo de los
demás.
El tratamiento del TID, que generalmente requiere años, se dirige
fundamentalmente a la integración o fusión de las identidades o, al menos, a
coordinarlas para lograr el mejor funcionamiento posible de la persona. Esto se
lleva a cabo de forma progresiva. En primer lugar se garantiza la seguridad de la
persona, dada la tendencia de las personas con TID a autoagredirse e intentar
suicidarse, y se reducen los síntomas más interferentes con la vida cotidiana,
como la depresión o el abuso de drogas. Posteriormente se trabaja la
confrontación de los recuerdos traumáticos, como se haría en el caso del trastorno
de estrés postraumático, por ejemplo a través de exposición en la imaginación.
Por último, se integran las identidades, para lo cual es importante que el terapeuta
respete y valide el rol adaptativo de cada una para facilitar que la persona acepte
como propias esas partes de ella misma. Para una descripción más detallada del
tratamiento del TID se puede consultar el texto Guidelines for treating dissociative
identity disorders in adults, third revision, de la International Society for the Study
of Trauma and Dissociation (2011).
¿Qué es la histeria?
El diagnóstico de histeria es lo actualmente se conoce como trastorno de
conversión, el cual se ubica dentro de la clasificación de las neurosis y puede ser
padecido tanto por mujeres como por hombres.
Pero esto no fue siempre así. A lo largo de la historia de la psiquiatría, el
diagnóstico de la histeria estaba reservado a las mujeres, las cuales eran tratadas
mediante una intervención conocida como “masaje pélvico”. Este tratamiento
consistía en la estimulación manual de la zona íntima de la mujer, por parte del
profesional clínico, hasta que esta llegaba al orgasmo.
La ciencia de la época teorizaba que la mujeres enfermaban de histeria debido a
un deseo sexual reprimido, y que al llegar a este estado orgásmico, al cual ellos
denominaron “paroxismo histérico”, los síntomas de la histeria remitian poco a
poco.
Estos síntomas relacionados con la histeria abarcaban desde síntomas físicos
como cefaleas, espasmos musculares o retención de fluidos, hasta síntomas
psicológicos como insomnio, irritabilidad o, lo que ellos denominaban como
“propensión a causar problemas”.
Otro dato relevante dentro de la historia de la histeria es que, gracias a esta
especie de trastorno, el archiconocido psiquiatra Sigmund Freud comprendió
que existía algo más allá que la propia conciencia. A raíz del estudio de la
histeria, Freud determinó la existencia del inconsciente, teorizando que la causa
de dicho trastorno era la represión de un hecho traumático, el cual se
manifestaba a través de crisis que aparecían sin ningún tipo de explicación.
¿Qué es la hipocondría?
“Una enfermedad imaginaria es mucho peor que una real”
Es curioso observar que en los tiempos que vivimos donde hay más avances médicos, más
aumento tecnológico para detectar enfermedades y más se alarga la vida, y en cambio, más
está aumentado la hipocondría. Es una paradoja. Todos los avances científicos en el campo
de la salud deberían de servir para estar más tranquilos y seguros. En cambio, estamos
observando que está sucediendo lo contrario.
La hipocondría es un trastorno de ansiedad. Las personas hipocondríacas están tan
preocupadas por su salud que continuamente se observan e interpretan cualquier señal
o cambio en el cuerpo que les confirma una enfermedad grave. Están constantemente
preocupadas y convencidas de que están enfermas. Por eso, viven en constante estado de
alerta, controlando minuciosamente su cuerpo y haciéndose todo tipo de pruebas médicas
para que les encuentren esa enfermedad imaginaria que creen tener. Cuando van al médico
se quedan tranquilos por un tiempo pero pronto les atrapa de nuevo la preocupación.

¿Qué es la patofobia?
La patofobia un problema que parece igual que la hipocondría pero no lo es. Nosotros lo
hemos observado porque aplicando técnicas para resolver estos problemas de la forma más
rápida y eficaz hemos visto que son distintas. El protocolo de intervención para unos y otros es
distinto. Y esta peculiaridad tan importante para resolver con éxito los casos lamentablemente
pocos profesionales de la psicología y psiquiatría lo tienen en cuenta.
La hipocondría y la patofobia para ser resueltos precisan de un protocolo de intervención
distinto.
La patofobia es el miedo o fobia de padecer una enfermedad grave, normalmente de esas
fulminantes (paros cardíacos, infartos coronarios o cerebrales, etc). Se identifica porque el
paciente para poder estar tranquilo evita mirarse demasiado las señales del cuerpo, ir al
médico, le cuesta medicarse, etc. Y todas las evitaciones son por miedo. Pero cuando más
evita lo que teme más el miedo le incrementa.
Mientras que la persona hipocondríaca está convencida de estar enferma la patofóbica
siente la duda y el miedo de poderlo estar.

¿Cómo puedo saber que tengo hipocondría o patofobia?


Algunos de los síntomas que te pueden alertar que estás sufriendo este problema psicológico
serían:Vives constantemente con el miedo a sufrir y pasarlo mal por culpa de una enfermedad

 Tienes constante miedo a morirte por una patología.


 Necesitas consultar muy a menudo a médicos, realizarte frecuentes pruebas para
verificar que no tienes ninguna enfermedad.
 Te da miedo ir a cualquier profesional de la salud por si te encuentran una patología
grave.
 Constantemente te miras mucho adentro, es decir, las señales de tu propio cuerpo.
Cuando notas alguna variación que no crees que sea normal no puedes dejar de
pensar en la idea de que puede ser algo grave.
 Cuando te encuentras una variación en tu cuerpo rápidamente te asustas y te aumenta
la ansiedad con la duda de que podría ser algo que te pueda conducir a la muerte de
forma fulminante.
 No paras de leer y buscar por internet cosas relacionadas con posibles enfermedades.
O justo lo contrario no puedes leer nada en relación a ciertos temas de salud ni
apenas nombrar el nombre de enfermedades que crean mucho sufrimiento y pueden
llevarte a la muerte.
Amnesia
La amnesia supone la pérdida de la memoria, por ejemplo, de hechos, información
y experiencias. Si bien el hecho de olvidar la identidad es un recurso argumental
frecuente en las películas y la televisión, no suele ocurrir con la amnesia en la vida
real.
Por el contrario, las personas con amnesia (que también se conoce con el nombre
de «síndrome amnésico») suelen saber quiénes son. Sin embargo, pueden tener
dificultades para incorporar información nueva y para generar nuevos recuerdos.
La amnesia puede ser la consecuencia de un daño a regiones del cerebro que son
esenciales para el procesamiento de los recuerdos. A diferencia de un episodio
pasajero de pérdida de la memoria (amnesia global transitoria), la amnesia puede
ser permanente.
No existe un tratamiento específico para la amnesia, pero las técnicas para
reforzar la memoria y la asistencia psicológica pueden ayudar a las personas con
amnesia y a sus familias a enfrentarla.
Síntomas
Las dos principales características de la amnesia son:
Dificultad para aprender información nueva tras el comienzo de la amnesia
(amnesia anterógrada)
Dificultad para recordar acontecimientos pasados e información que solía ser
familiar (amnesia retrógrada)
La mayoría de las personas tiene problemas con la memoria a corto plazo y no
puede retener información nueva. Es más probable que se pierdan los recuerdos
recientes, mientras se preservan los más lejanos o arraigados profundamente.
Algunas personas pueden recordar experiencias de su niñez o saber los nombres
de presidentes anteriores, pero no pueden decir el nombre del presidente actual,
no saben qué mes es y tampoco pueden recordar qué desayunaron.
La pérdida de memoria aislada no afecta la inteligencia, los conocimientos
generales, la conciencia, la capacidad de atención, el juicio, la personalidad o la
identidad de la persona. Las personas con amnesia normalmente pueden
comprender las palabras orales y escritas y pueden aprender habilidades como
andar en bicicleta o tocar el piano. Pueden comprender que tienen un trastorno de
la memoria.
La amnesia no es lo mismo que la demencia. La demencia suele comprender la
pérdida de la memoria, pero también involucra otros problemas cognitivos
importantes que conducen a una disminución de la capacidad para desenvolverse
en la vida diaria.
La pérdida de memoria también es un síntoma frecuente del deterioro cognitivo
moderado, pero los problemas de memoria y cognitivos de este deterioro no son
tan graves como los que aparecen con la demencia.
Signos y síntomas adicionales
Según la causa de la amnesia, otros signos y síntomas pueden ser:
Recuerdos falsos (confabulación), inventados por completo o a partir de recuerdos
genuinos mal ubicados en el tiempo
Confusión o desorientación
Cuándo consultar al médico
Una persona que sufre pérdida de memoria, lesiones en la cabeza, confusión o
desorientación sin causa aparente, requiere atención médica de inmediato.
Es posible que una persona con amnesia no pueda identificar su ubicación ni
tenga la entereza para buscar atención médica. Si alguien que conoces tiene
síntomas de amnesia, ayúdalo a buscar atención médica.
Causas
La función normal de la memoria comprende muchas partes del cerebro. Cualquier
enfermedad o lesión que afecte el cerebro puede afectar la memoria.
La amnesia puede provocar daño en las estructuras cerebrales que forman el
sistema límbico, el cual controla las emociones y los recuerdos. Estas estructuras
comprenden el tálamo, que yace en el centro del cerebro, y las formaciones del
hipocampo, las cuales se sitúan dentro de los lóbulos temporales del cerebro.
La amnesia ocasionada por lesión o daño cerebral se conoce como «amnesia
neurológica». Las posibles causas de la amnesia neurológica son:
Accidente cerebrovascular
La inflamación del cerebro (encefalitis) como consecuencia de una infección por
un virus, por ejemplo, el virus del herpes simple, como una reacción
autoinmunitaria al cáncer en alguna otra parte del cuerpo (encefalitis límbica
paraneoplásica) o como una reacción autoinmunitaria en ausencia de cáncer
La falta de una cantidad adecuada de oxígeno en el cerebro, por ejemplo, debido
a un ataque cardíaco, una dificultad respiratoria o una intoxicación con monóxido
de carbono
Abuso de alcohol a largo plazo que provoca deficiencia de tiamina (vitamina B-1)
(síndrome de Wernicke-Kórsakov)
Tumores en partes del cerebro que controlan la memoria
Enfermedades cerebrales degenerativas, como enfermedad de Alzheimer y otras
formas de demencia
Convulsiones
Determinados medicamentos, como las benzodiacepinas u otros medicamentos,
que actúan como sedantes
Las lesiones en la cabeza que provocan una conmoción, ya sea a causa de un
accidente automovilístico o de deportes, pueden causar confusión y problemas
para recordar información nueva. Esto es frecuente en especial en las primeras
fases de la recuperación. En general, las lesiones leves en la cabeza no provocan
amnesia prolongada, pero las lesiones más graves pueden producir amnesia
permanente.
Otro tipo inusual de amnesia, denominada «amnesia disociativa» (psicogénica),
proviene de un choque emocional o traumatismo, como ser víctima de un crimen
violento. En este trastorno, una persona puede olvidar recuerdos personales e
información autobiográfica, pero generalmente solo de forma breve.
Factores de riesgo
Las probabilidades de tener amnesia podrían aumentar si tuviste:
Cirugía de cerebro, lesiones en la cabeza o traumatismos
Accidente cerebrovascular
Consumo excesivo de alcohol
Convulsiones
Complicaciones
La amnesia varía en gravedad y alcance, pero incluso la amnesia leve puede
afectar las actividades cotidianas y la calidad de vida. El síndrome puede causar
problemas en el trabajo, la escuela y los entornos sociales.
Es posible que no puedas recuperar los recuerdos perdidos. Algunas personas
con problemas graves de memoria necesitan vivir en un lugar supervisado o en un
centro de cuidado prolongado.
Prevención
Dado que el daño al cerebro puede ser una causa de la amnesia, es importante
tomar medidas para minimizar la posibilidad de sufrir una lesión cerebral. Por
ejemplo:
Evita el consumo de alcohol en exceso.
Usa un casco cuando andes en bicicleta o un cinturón de seguridad cuando
manejes.
Trata cualquier infección con rapidez para que no tenga posibilidad de propagarse
hacia el cerebro.
Busca tratamiento médico inmediato si tienes síntomas que sugieran un accidente
cerebrovascular o un aneurisma cerebral, como dolor de cabeza intenso,
entumecimiento en un costado o parálisis.
Método clínico
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El método clínico es el proceso o secuencia ordenada de acciones que los médicos han
desarrollado para generar su conocimiento desde el comienzo de la era científica. Es el
método científico aplicado a la práctica clínica; es el orden recorrido para estudiar y
comprender el proceso de salud y de enfermedad de un sujeto en toda su integridad social,
biológica y psicológica. Al aplicar el método clínico se está elaborando y construyendo el
conocimiento médico. Conocimiento que tiene una connotación histórico-social, dado que el
"proceso de conocer" depende del tiempo y el espacio de una sociedad. De esta manera, en
el interior de cada sociedad se van desarrollando diversos saberes acerca de todos los
aspectos que preocupan al hombre.

Electrocardiograma (ECG)
El electrocardiograma registra las señales eléctricas del corazón. Es una prueba
frecuente que se utiliza para detectar problemas cardíacos y controlar el estado
del corazón en muchas situaciones. Los electrocardiogramas, también
denominados «ECG», generalmente, se realizan en un consultorio médico, en una
clínica o en una sala de un hospital. Se han convertido en un equipo habitual en
los quirófanos y las ambulancias.

Un electrocardiograma es una prueba indolora y no invasiva que ofrece resultados


rápidos. Durante un electrocardiograma, se colocan sensores (electrodos) que
detectan la actividad eléctrica del corazón en el tórax y, a veces, en las
extremidades. En general, estos sensores se dejan colocados solo durante
algunos minutos.

Es posible que tu médico te comente los resultados el mismo día del


electrocardiograma o en la siguiente consulta.

Otros tipos de control del ritmo cardíaco

Monitor Holter
Monitor de eventos cardíacos
Si tienes una irregularidad en el ritmo cardíaco que tiende a ir y venir, es posible
que no se capte durante los pocos minutos que graba un electrocardiograma
estándar. En ese caso, el médico podría recomendarte otro tipo de control del
ritmo cardíaco.
 Monitor Holter. Un monitor Holter es un dispositivo pequeño que llevas puesto para
que se registre un electrocardiograma continuo, generalmente de 24 a 48 horas. Los
cables de los electrodos colocados en el pecho están conectados a un dispositivo de
grabación a batería que puedes llevar en el bolsillo, en el cinturón o en una correa
que se sujeta al hombro. Cuando utilices el monitor, podrás realizar todas tus
actividades normales, siempre que mantengas secos los electrodos y el dispositivo.
Además, es posible que el médico te pida que lleves un registro diario de tus
actividades y de la hora en la que las realizas para saber qué estabas haciendo
cuando se manifestaron los síntomas. El médico comparará el diario con los
registros eléctricos para intentar determinar la causa de tus síntomas.

 Monitor de episodios. Si tus síntomas no se manifiestan con frecuencia, el


médico podría sugerir que uses un monitor de episodios. El dispositivo es
similar al monitor Holter, pero realiza registros solo en determinados
momentos durante unos minutos por vez. Puedes usarlo durante más tiempo
que un monitor Holter, generalmente 30 días.

La mayoría de los monitores de episodios se activan presionando un botón


de registro cuando se presentan los síntomas o al sentir una frecuencia
cardíaca acelerada. Otros monitores detectan automáticamente los ritmos
cardíacos anormales y, luego, comienzan a registrar. Luego, le envías al
médico las lecturas del electrocardiograma por teléfono. El médico utilizará
las señales eléctricas registradas para observar tu ritmo cardíaco en el
momento en que se presentaron los síntomas.

 Prueba de esfuerzo. Si tus síntomas se manifiestan con mayor frecuencia durante


el ejercicio, es posible que el médico te pida que camines en una cinta o pedalees
en una bicicleta fija durante un electrocardiograma. Esto se denomina «prueba de
esfuerzo». Si tienes una enfermedad que te dificulta hacer ejercicio, el médico
podría inyectarte un medicamento que imita el efecto del ejercicio en el corazón.

 Grabador de ciclo implantable. Este dispositivo controla el ritmo cardíaco de


manera continua. Al igual que el monitor Holter, registra de manera continua tus
ritmos cardíacos, pero durante un período mucho más prolongado. El grabador de
ciclo implantable se introduce debajo de la piel del pecho mediante una cirugía
menor y puede dejarse colocado hasta un máximo de tres años.
Resonancia magnética
IRM de tumor cerebral
La resonancia magnética (RM) es una técnica que utiliza un campo magnético y
ondas de radio para crear imágenes detalladas de los órganos y tejidos del
cuerpo.

La mayoría de las máquinas de resonancia magnética son grandes imanes con


forma de tubo. Cuando te recuestas dentro de una máquina de resonancia
magnética, el campo magnético realinea temporalmente los átomos de hidrógeno
en tu cuerpo. Las ondas de radio hacen que los átomos alineados produzcan
señales muy débiles, que se usan para crear imágenes transversales de
resonancia magnética, como si fuesen rebanadas de una barra de pan.

La máquina de resonancia magnética también puede usarse para producir


imágenes tridimensionales que pueden verse desde diferentes ángulos.

Por qué se realiza


La imagen por resonancia magnética es una forma no invasiva para que el médico
pueda examinar los órganos, los tejidos y el sistema esquelético. Produce
imágenes de alta resolución del interior del cuerpo que ayudan a diagnosticar una
variedad de problemas.
Imagen por resonancia magnética del cerebro y la médula espinal
La imagen por resonancia magnética es la prueba por imágenes del cerebro y de
la médula espinal que más se utiliza. Se utiliza generalmente para diagnosticar lo
siguiente:

 Aneurismas de los vasos del cerebro


 Trastornos del ojo y del oído interno
 Esclerosis múltiple
 Lesiones de médula espinal
 Accidente cerebrovascular
 Tumores
 Lesión cerebral a causa de un traumatismo
Un tipo especial de imagen por resonancia magnética es la imagen por resonancia
magnética funcional del cerebro. Mide los cambios metabólicos que se producen
dentro del cerebro. Se puede utilizar para examinar la anatomía del cerebro y
determinar qué partes del cerebro se encargan de las funciones principales. Esto
ayuda a identificar áreas importantes del control del lenguaje y del movimiento en
los cerebros de personas que han sido contempladas para someterse a una
cirugía del cerebro. La imagen por resonancia magnética funcional también se
puede utilizar para evaluar el daño de una lesión en la cabeza o de trastornos
como la enfermedad de Alzheimer.
Grupos de autoayuda: Definición enciclopédica
Un grupo de autoayuda es una forma de asociación y de reunión. Con el tiempo puede hacerse incluso
un movimiento social.
Se trata de un grupo de autoayuda cuando personas que viven similares situaciones se unen para
afrontarlas, narrándose mutuamente experiencias personales e intercambiando información.
Cada grupo tiene un tema o problema específico que aborda, además de técnicas; filosofía; creencias;
participantes e incluso líderes.
La premisa en grupos de autoayuda es que en asuntos donde una persona está involucrada
emocionalmente, ayudarse solo es poco productivo. Por ese motivo, el procedimiento en estos grupos es
la ayuda mutua.
Quienes se ayudan a sí mismos, informándose y hablando con sus pares sobre asuntos de salud que les
afectan, ejemplifican el proceso de ayuda mutua.
Un grupo de autoayuda suele contar con miembros de largo plazo, mismos que pocas veces indican por
cuánto tiempo han participando. Estos participantes dan continuidad a la forma de trabajo.

El diccionario de psicología de la Asociación Psicológica Americana (APA) propone que algunos


beneficios de la participación en grupos de autoayuda, difíciles de lograr para un profesional son:
 La oferta de un conocimiento nacido de la experiencia (experiencial) que es distinto al profesional
y al científico.
 Apoyo emocional.
 Recursos para el fortalecimiento de la identidad.
 Roles y modelos de rol significativos.
 Un sentimiento de pertenencia.
 Relaciones de amistad y sus beneficios.

Estos grupos algunas veces se constituyen como:


 Promotores sociales.
 Oficinas de apoyo, ocasionalmente con extensos recursos informativos sobre el tema que trabajan.
 Organizaciones activistas.

Los grupos de autoayuda también suelen denominarse:


 Grupo de apoyo.
 Grupo de ayuda mutua.
 Sociedad o grupo de apoyo entre pares.

El término grupo de autoayuda es de uso coloquial. Grupo de ayuda mutua o bien grupo de apoyo son los
términos favorecidos por profesionales e investigadores.
En un grupo de apoyo las y los participantes se ofrecen varias formas de ayuda, distinta a la ofrecida por
profesionales. Esta ayuda es frecuentemente de carácter inmaterial. Suele relacionarse con una misma
característica, situación de vida o enfermedad compartida.
Los grupos de ayuda mutua ofrecen compañía e información, para personas que viven con enfermedades
crónicas o degenerativas, discapacidades y otras situaciones de precariedad o exclusión.

La ayuda ofrecida en un grupo de autoayuda puede implicar:


 Información pertinente que se evalúa entre los participantes.
 El relato de experiencias personales: Al socializarse las experiencias se hacen materia prima y
elemento para el análisis colectivo e individual.
 La escucha de las experiencias de otros, mediante la cual se logra su reconocimiento y valoración.
 Apoyo social, como producto del proceso en el que se estudia información pertinente y se
comparten experiencias.
 El establecimiento de redes sociales.

En ocasiones el grupo de autoayuda puede también emprender acciones de información al público y


abogacía (activismo).
¿Qué es la Psicosis?
La psicosis es una condición anormal del pensamiento que se caracteriza por una
visión alterada de la realidad y una pérdida de contacto con la misma. Las
personas que experimentan psicosis pueden presentar cambios en la personalidad
y trastornos del pensamiento. Dependiendo de su severidad, esto puede ir
acompañado de un comportamiento inusual o extraño, así como dificultad con la
interacción social y deterioro en el desempeño de las actividades de la vida diaria.
Es un síntoma de trastornos mentales graves. Las personas psicóticas pueden
tener todo tipo de alucinaciones o delirios.

¿En qué consisten las alucinaciones o delirios?

Las alucinaciones son experiencias sensoriales que aparecen en ausencia de un


estímulo real. Por ejemplo, una persona que tenga una alucinación auditiva puede
oír a su madre gritar cuando ella no está cerca. O alguien que tiene una
alucinación visual puede ver algo, como una persona en frente, pero que no está
realmente allí.

La psicosis también puede presentar pensamientos que son contrarios a la


realidad. Estos pensamientos son conocidos como delirios. Algunas personas con
psicosis también pueden experimentar pérdida de motivación y el aislamiento
social.

Estas experiencias pueden ser verdaderamente aterradoras. En ocasiones,


pueden hacer que las personas que están pasando por un brote psicótico se
hagan daño a sí mismos o a otros.

Ludoterapia

La ludoterapia es un método que usa el juego especialmente para combatir


problemas de tipo emocional, normalmente dedicado a adolescentes y niños,
indicada para conseguir con ello lo que se conoce como el desahogo emocional.

Hablamos pues de trastornos emocionales tales como: ansiedad, estrés,


baja autoestima, falta de buena integración social, etc… los cuales aflorarán y
revelaran algunos miedos o frustraciones. Por tanto aquí vamos a ver como
surgen aspectos emocionales que quizás estas personas hubieran podido pasar
por alto.

Sin duda el juego es una herramienta buena para la comunicación en los


niños. En estas edades las personas proyectan mediante el entretenimiento
identidades desarrolladas mediante su lenguaje o comunicación verbal revelando
datos que serán de interés para el terapeuta que practica este método.

Es sabido que un niño que crezca feliz evidentemente jugar le va a aportar ser
más comunicativo, sano y por tanto a encontrar mucho mejor la felicidad.
También tenemos que anotar aunque hemos hablado de profesionales que en
España, no existe la profesión de Ludoterapeuta, no obstante muchos psicólogos
y terapeutas ocupacionales ponen en practica esta técnica para así facilitar el
desarrollo del niño.

Expresarse mediante el juego siempre ha sido en los humanos una característica


importante, por ello mediante este los niños aprenden de nuestro mundo y los
adultos regresan a ser niños para así de alguna forma expresar sus traumas,
miedos, frustraciones y como no sus inquietudes.

El Psicoanálisis es:
Un término creado por Sigmund Freud en 1896. Con este término se denomina a un método particular de
psicoterapia y se deriva del método catártico usado por Sigmund Freud y Josef Breue hasta entonces. El
psicoanálisis se refiere especialmente a la exploración del inconsciente. Esta exploración clínica se fundamenta
en la «asociación libre» por parte del paciente y en la «interpretación» por parte del psicoanalista.

En un sentido más amplio se denomina psicoanálisis a:

1.- El tratamiento realizado por este método.

2. La disciplina creada por Sigmund Freud (y sólo ella) en cuanto comprende un método terapéutico, una
organización clínica, y una técnica específica. Es una teoría de la estructura y función de la personalidad.

3.- Un movimiento psicoanalítico con presencia actual (2010), en 33 países; la Asociación Psicoanalítica
Internacional es la que tiene la misión de acreditar y regular a las actualmente 70 organizaciones que la
componen, actualmente cuenta con 12,000 miembros y varios miles de candidatos en entrenamiento.

LA TERAPIA DE GRUPO, FAMILIAR, INDIVIDUAL O DE PAREJA



La psicoterapia, ya sea terapia de grupo, individual, familiar o de pareja, es la herramienta
más eficaz para aprender a convivir armónicamente con las emociones propias y de los
demás. En la vida suelen presentarse cambios y conflictos que exigen esfuerzos y adaptación:
enfrentar esas situaciones no siempre es sencillo y puede verse perjudicado el bienestar de
las personas.

Cuando se tiene un problema, a veces, hablarlo y exteriorizarlo logra convertirse en una


válvula de escape: compartirlo con otra persona no sólo implica un gran desahogo, sino
también la posibilidad de recibir solidaridad, apoyo y consejos objetivos.
La psicoterapia individual, la terapia de grupo, familiar y de pareja parten de esta dinámica con
el valor añadido de que el contacto es con un psicólogo capacitado para enseñar a lidiar con
esas situaciones que causan malestar, y así aprender a afrontar las diferentes emociones y
sensaciones que la vida presenta a diario.

La psicoterapia no está condicionada a ninguna edad, sexo ni profesión. Cualquier persona


que lo desee y lo amerite tiene la posibilidad de iniciar una terapia de grupo o individual: sólo
dependerá de las necesidades del paciente.

TERAPIA INDIVIDUAL, DE TÚ A TÚ CON LOS PROBLEMAS

La terapia individual propone una relación con encuentros periódicos entre el paciente y el
psicólogo. En un entorno de confianza, calidez y confidencialidad, el paciente podrá abrirse y
expresar sus sentimientos, inquietudes o problemas con miras a recibir apoyo profesional y
una guía para la superación de sus dificultades.

Durante las sesiones, el psicoterapeuta combina apoyo y confrontación para que el paciente
razone y se conozca a sí mismo, para que reconozca sus debilidades y las fortalezas que le
ayudarán a mejorarlas.

Con la llegada de la tecnología, la relación paciente-psicólogo ha logrado estrecharse más


mediante el uso de los dispositivos móviles e Internet; sobre todo en momentos de crisis, lo
que es una herramienta que proporciona cercanía e inmediatez en momentos críticos.

TERAPIA DE GRUPO, UNA RED DE APOYO POR SI CAES

Al igual que la psicoterapia individual, la terapia de grupo busca ayudar a que las personas
mejoren sus habilidades para afrontar los problemas pero en un contexto grupal.

Mediante interrelaciones personales, los participantes hablan y reflexionan de sus problemas,


sienten que no están solos y pueden llegar a conseguir en el grupo una fuente de apoyo
estableciendo una alianza terapéutica. Además, en la terapia de grupo las críticas
constructivas posibilitan el entendimiento de conductas propias y ajenas.

La terapia de grupo permite al paciente ver de forma objetiva problemas comunes, lo que
ayuda a que esté menos centrado en sí mismo y logre ponerse en el lugar de otras personas,
estableciendo empatía y asumiendo con mayor valentía sus propias dificultades.

La terapia de grupo es adecuada para gran variedad de problemas: puede ser de gran ayuda
para aquellas personas que desean desarrollar sus habilidades interpersonales y para
aquellas con trastornos de ansiedad y adicciones.
¿Qué son los psicofármacos?
Son medicamentos que actúan sobre el cerebro y que, en general, producen efectos psicológicos. Se
utilizan para el tratamiento de distintos trastornos de salud mental, ya sean agudos (puntuales) o crónicos
(permanentes).
Los psicofármacos pueden clasificarse como psicofármacos estimulantes (derivados anfetamínicos que
se utilizan en el tratamiento de algunos síndromes, como hiperactividad y otras enfermedades poco
frecuentes) o depresores (hipnosedantes, anestésicos…)
Existen distintos tipos de psicofármacos:
 Neurolépticos o tranquilizantes mayores: haloperidol, risperidona, olanzapina… Se utilizan en el
tratamiento de la esquizofrenia y de otros trastornos psicóticos. En general, producen una gran sedación
y efectos adversos importantes.
 Ansiolíticos o hipnosedantes: los más utilizados son las benzodiacepinas (diazepam, lorazepam,
alprazolam…), más conocidos por sus nombres comerciales (Valium®, Orfidal®, Trankimazin®…).
Otros fármacos de esta familia son los derivados de benzodiacepinas (zolpidem, zopiclona…),
barbitúricos y carbamatos.
 Antidepresivos: se usan para el tratamiento de la depresión y otros trastornos (ansiedad, obsesivo-
compulsivo, trastornos de la alimentación…). Producen efectos en personas deprimidas y con otras
patologías, pero no mejoran el ánimo o cambian el humor en personas sin enfermedad.
 Estabilizadores del ánimo: sales de litio, que se utilizan en el trastorno obsesivo compulsivo.
El uso de psicofármacos dentro de un contexto médico y, en general, asociado a otras medidas, como el
apoyo psicológico se entiende que es terapéutico. Por el contrario, se consideran “sustancias de abuso”
si se utilizan sin control y sin prescripción médica.

Los psicofármacos pueden ayudar a encontrarse mejor, pero es necesario hacer uso de ellos por
prescripción y con control médico, como complemento a otras estrategias de afrontamiento de
problemas y no mezclarlos con bebidas alcohólicas, otras drogas u otros psicofármacos.

Acatisia
Cualquier persona puede sufrir el síndrome y su patología es difícil de diagnosticar ya que
se confunde con otras enfermedades.
La acatisia es un síndrome que genera la necesidad irresistible de estar en constante
movimiento. Sólo hay alivio cuando el paciente se mueve y si trata de estar quieto, se
produce una intensa sensación de malestar.
El psiquiatra estadounidense Keneth Kendler, director del Instituto de Virginia (EE. UU.)
de Psiquiatría y Genética del Comportamiento, lo describió en 1976: “La idea de caminar
era particularmente atractiva. No podía concentrarme. No podía permanecer sentado.
Cuando dejaba de moverme la ansiedad incrementaba. La sensación de que una influencia
extraña me forzaba a moverme fue dramática y la severidad de la disforia era asombrosa”.
Daniela Ruiz, una antioqueña que sufrió el síndrome, le dijo a Semana.com que estuvo
enferma de dengue y esto le producía vómito. Entonces los médicos le sugirieron que
tomara Plasil, un fármaco muy usado para reducir las náuseas, vómitos y dolores de cabeza.
Luego le dieron una droga con altos grados de metroproclamida, un fármaco que puede
tener efectos adversos. El más frecuente y severo es la acatisia.
“El desespero es absurdo. No podía quedarme quieta un segundo, me quitaba la ropa de la
ansiedad, estaba molesta, terminé con mi novio, quería y no quería hablar”, dijo Ruiz.
Síntomas
El neuropsiquiatra checo Lad Haskovec reportó a la Sociedad de Neurología de París dos
casos en 1901: el primero fue un hombre de 40 años que presentó temblor generalizado e
incapacidad para estar quieto y que además tenía sensación de vértigo, malestar, piernas
inquietas y temor a caerse en cualquier momento. El segundo caso fue el de un hombre de
53 años quin tenía episodios de inquietud, agitación e incapacidad para estar quieto.
El cuadro clínico puede durar entre dos y cuatro horas y generalmente es inducida por el
consumo de fármacos. Puede aparecer después de transcurridas las primeras horas del
inicio de la administración de un medicamento, aunque normalmente se desarrolla en días o
semanas, y menos frecuentemente luego de meses.
Ya que los síntomas de acatisia son muy similares a otras enfermedades y síndromes, como
el de piernas inquietas (SPI), fibromialgia o la mioclonía nocturna, es difícil hacer un
diagnóstico.
Según un estudio realizado por Marle Isabel Duque, residente de psiquiatría de la
Universidad de Antioquia, y Carlos Alberto Cardeño Castro, psiquiatra del Hospital San
Vicente de Paúl de Medellín, los síntomas más típicos son movimiento frecuente de las
piernas, caminar en un mismo lugar cuando se pone de pie, arrastrar los pies y balanceo de
una y otra pierna de una forma compulsiva o hiperactiva mientras se permanece sentado.

Otras causas
La acatisia también puede ser causada por un trastorno cerebral que se ve reflejado en el
movimiento o trastornos de locomoción, dificultad en la coordinación, demencia, ansiedad
y temblores corporales. La enfermedad de Parkinson también puede causar acatisia crónica,
y los trastornos neurológicos asociados que se pueden accionar por la misma.
De hecho, Sinemet, recetado para tratar Parkinson, también pueden provocar el síndrome,
según lo estudiado por el psiquiatra Édgar R. Vásquez-Dextre, del Hospital Nacional
Arzobispo Loayza de Lima (Perú) y el médico residente de psiquiatría Marco A. Limache,
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú).

Tratamiento
Lo que los expertos recomiendan en caso de sufrir este síndrome es suspender el
medicamento que se está usando o reducir la dosis.
Aquellos que sufren de la acatisia inducida por neurolépticos (medicina para tratar la
psicosis) deben procurar consumir alimentos ricos en vitamina B6 como carnes, pescados,
verduras y frutos secos, ya que ayuda en la reducción de las consecuencias perjudiciales del
síndrome. También se pueden hacer ejercicios para relajar los músculos y reducir el estrés.
De no tratarse, y en los casos más extremos, la acatisia puede ser fatal pues puede causar
parálisis u otros trastornos nerviosos.
Acinesia

Se conoce como acinesia a la incapacidad para iniciar un movimiento cuando


este movimiento es preciso. Son muchas las razones por las que un organismo
puede ser incapaz de iniciar un movimiento. Las que se deben a trastornos de
comprensión, atención, percepción y sensorio no deben denominarse acinesia. La
disfunción del sistema motor, incluida la unidad motora (motoneurona inferior, unión
mioneural y músculo) y la motoneurona superior (sistema piramidal o corticoespinal)
causa debilidad, no acinesia. Por tanto, la acinesia se define como un fallo en el
inicio del movimiento que no puede atribuirse a una disfunción del sistema
corticoespinal o de las unidades motoras. Se debe a un fallo en los sistemas que
activan las motoneuronas corticoespinales (Heilman et al; 2004).

Podemos diferenciar la acinesia de la debilidad extrema de tres formas. La


primera mediante observación, ya que la acinesia puede estar presente en
determinadas circunstancias y ausente en otras, en cuyo caso no podrá atribuirse a
debilidad. En segundo lugar, por la localización de la lesión (neuroimagen, estudio
patológico), y finalmente por exploraciones complementarias de la vía corticoespinal
(potenciales evocados, estimulación magnética) (Triggs et al; 1999). Cuando la
acinesia no se da ante un grupo de circunstancias sino que es global necesitaremos
recurrir a los dos últimos métodos.

- Formas de acinesia.

Existen varias formas de acinesia que pueden englobarse en tres grandes


categorías, las cuales pueden ser interactivas.

- Parte corporal: la acinesia puede afectar a ojos, cabeza, miembros o todo el


cuerpo. Este último caso puede aparecer en pacientes con lesiones hemisféricas
derechas.
- Espacio de acción: la acinesia de miembros, ojos o cabeza puede depender del
hemiespacio en que se mueva (acinesia hemiespacial) o hacia dónde se mueva
(acinesia direccional). En la acinesia direccional existe reticencia a moverse en una
dirección espacial específica, habitualmente contralateral a la lesión hemisférica. La
desviación ocular u oculocefálica presente en grandes infartos es una acinesia
direccional (endoevocada como veremos después) y no una parálisis. En la acinesia
hemiespacial existirá reticencia a realizar movimientos o estarán disminuidos en el
hemiespacio contralesional, definido por el plano mediosagital del cuerpo, y puede
moverse en el hemiespacio ipsilesional. Se desconoce si se ha descrito una acinesia
hemiespacial de ojos o cabeza totalmente independiente de la dirección. Sí se ha
descrito en miembros.
- Condiciones de respuesta a estímulos: los movimientos pueden producirse en
respuesta a un estímulo externo (exoevocados) o en su ausencia (endoevocados).
Un paciente puede tener una acinesia exo y endoevocada, o también acinesia mixta
Discinesia tardía
La discinesia tardía (DT) es un trastorno que consiste en movimientos involuntarios. Tardía
significa demorada y discinesia significa movimiento anormal.

Causas
La DT es un efecto secundario grave que ocurre cuando usted toma medicamentos llamados
neurolépticos. Estos medicamentos también son llamados antisicóticos o tranquilizantes
mayores. Se utilizan para tratar problemas mentales.

La DT a menudo se produce cuando se toma el medicamento durante muchos meses o años.


En algunos casos, se produce después de que los tome por tan solo 6 semanas.

Los medicamentos que más comúnmente causan este trastorno son los antipsicóticos más
antiguos, incluyendo:

 Clorpromazina
 Flufenazina
 Haloperidol
 Perfenazina
 Proclorperazina
 Tioridazina
 Trifluoperazina
Los nuevos antipsicóticos parecen menos propensos a causar DT, pero no están totalmente
libre de riesgos.

Otros fármacos que pueden causar DT incluyen:

 Metoclopramida (golosinas para el problema estomacal llamado gastroparesia)


 Fármacos antidepresivos como amitriptilina, fluoxetina, fenelzina, sertralina, trazodona

 Fármacos antiparkinsonianos como levodopa

 Medicamentos anticonvulsivos como fenitoína y fenobarbital


Distonía
La distonía es un trastorno del movimiento que causa contracciones involuntarias de los
músculos. Estas contracciones resultan en torsiones y movimientos repetitivos. Algunas veces
son dolorosas.
La distonía puede afectar solamente un músculo, un grupo de músculos o todos los músculos.
Los síntomas pueden incluir temblores, problemas en la voz o arrastrar un pie. Los síntomas
suelen comenzar en la infancia. También pueden comenzar al final de la adolescencia o en la
edad adulta temprana. Algunos casos empeoran con el tiempo. Otros son leves.
Algunas personas heredan esta afección. Otras, la desarrollan como consecuencia de otra
enfermedad. Los investigadores consideran que la distonía proviene de un problema en la
parte del cerebro que controla los mensajes relacionados con las contracciones musculares.
No existe una cura. Pero los médicos usan medicinas, inyecciones de Botox, cirugía, terapia
física y otros tratamientos para reducir o eliminar los espasmos musculares y el dolor.

Sedante
Un sedante es una sustancia química que deprime el sistema nervioso central (SNC), que
provoca efectos potenciadores o contradictorios entre: calma, relajación, reducción de
la ansiedad, adormecimiento, reducción de la respiración, habla trabada, euforia, disminución
del juicio crítico, y retardo de ciertos reflejos. Un sedante suele
denominarse tranquilizante, antidepresivo, ansiolítico, soporífico, pastillas para
dormir, relajante, o sedante-hipnótico.
La cantidad de contraindicaciones y de efectos supresores o potenciadores obliga a extremar
la ayuda terapéutica profesional. A altas dosis o en condiciones de abuso, estos fármacos
causan inconsciencia o muerte.

Terapéutica
Los médicos dan sedación para reducir la ansiedad a pacientes que no pueden manejar sus
ansiedades relacionadas a dolor o a procedimientos provocadores de ansiedad.
Como todos los sedantes, no resuelven el problema en sí, son un auxiliar terapéutico más,
como podría serlo adjunto a un analgésico en la preparación del paciente para una cirugía, y
comúnmente se lo indica antes de la anestesia, o antes de procedimientos invasivos y/o
altamente inconfortables y/o dolorosos, como la cineangiocoronariografía, cateterización
cardíaca, RMN, etc.
Los pacientes en unidades de terapia intensiva mayormente se los seda (a menos que estén
inconscientes por sus propias condiciones).

Dependencia a los sedantes


Como todo medicamento psicotrópico pueden causar dependencia física y psicológica cuando
se usa crónicamente o durante periodos largos, aún a dosis recomendadas y terapéuticas.
Cuando un usuario con dependencia disminuye bruscamente o cesa el tratamiento, aparecen
síntomas de abstinencia desde inactividad, insomnio, sudor frío y ansiedad a convulsiones o
mioclonías. Cuando los usuarios se hacen dependientes psicológicamente, sienten la
necesidad de administrar el fármaco aunque no haga falta biológicamente. En ambos tipos de
dependencia, encontrar y usar dicho medicamento se convierte en punto focal en la vida.
Deberán tratarse tales dependencias físicas y psicológicas.
Alternativas a los sedantes
Cuando el insomnio o la ansiedad son moderados, se puede
combinar pasiflora, valeriana y melatonina con dichos fármacos tras consultar al médico. A
medida que se vaya dando una evolución favorable se puede ir reduciendo la dosis con
supervisión del especialista.

Estimulante
Un estimulante (del verbo latino stimulāre) o psicoestimulante o psicotónico es, en general,
una droga que aumenta los niveles de actividad motriz y cognitiva, refuerza la vigilia, el estado
de alerta y la atención.
Inicialmente, el hombre descubrió los estimulantes en la naturaleza, pues se encontraban (al
igual que ahora) profusamente distribuidos en distintas especies vegetales. Desde entonces,
estos han coexistido con nuestro género, forjando hábitos y creencias profundamente
arraigados en todas las culturas.
A partir del siglo XIX, se sumaron a esta clase farmacológica las moléculas aisladas
del sustrato vegetal (fundamentalmente alcaloides) y, más tarde, aquellas que surgieron como
producto exclusivo de reacciones químicas ensayadas por el hombre, es decir, las
variantes sintéticas.

Mecanismo de acción
Todos los compuestos de este tipo actúan a través
de receptores de neurotransmisores como noradrenalina (NA) y dopamina (DA).
Ambas catecolaminas se vinculan funcionalmente con efectos promotores de la alerta, la
vigilia, la atención. Las anfetaminas, por ejemplo, logran aumentar los niveles extracelulares
de dopamina en la corteza prefrontal del cerebro, lo que explica buena parte de sus efectos
favorables sobre la concentración. La cafeína por su parte bloquea los receptores
de adenosina, encargados de procesos de neuromodulacion inhibitoria.
Los estimulantes potentes como las anfetaminas se emparentan en términos estructurales por
tener en común el grupo funcional amina, y en términos funcionales, por su
acción simpaticomimética (predominantemente central). Todos ellos incrementan los niveles
de dopamina en el eje mesolímbico-cortical (comúnmente identificado como vía neuronal de la
recompensa o gratificación). En concreto, estas sustancias excitan una estructura ubicada en
los ganglios basales, el núcleo accumbens, también conocido como centro de la recompensa.

Drogas psicotrópicas
Como sabemos, para tratar los trastornos mentales existe la psicoterapia, donde
un terapeuta se vale de técnicas verbales y conductuales para ayudar al paciente.
A parte de este tipo de tratamiento existen otros llamados terapias biológicas,
que intentan cambiar físicamente el funcionamiento del cerebro recargando sus
circuitos con descargas electroconvulsivas, desconectándolos a través de la
psicocirugía o alterando su funcionamiento químico mediante fármacos (Myers,
2006).
A principios de 1950 las terapias electroconvulsivas y las psicocirugías habían
causado tantos problemas que muchos profesionales veían a las terapias
biológicas con escepticismo. Pero con la llegada de las drogas esto cambió ya
que, si bien no curaban los trastornos mentales, si producía un cambio en el
estado emocional y el nivel de actividad del paciente, permitiéndole ser más
funcional en la sociedad y reduciendo el número de hospitalizaciones psiquiátricas
(Baron, Byrne & Kantowitz, 1980).
Actualmente, la psicofarmacología es la terapia biológica más utilizada en el
tratamiento de trastornos mentales, e involucra el uso de drogas psicotrópicas, es
decir drogas diseñadas para afectar principalmente síntomas mentales. Las
drogas psicotrópicas se suelen dividir en tres categorías (Rathus, 2007; Gross,
2005, Myers, 2006):
Antidepresivos: Se utilizan para tratar la depresión. Básicamente aumentan la
serotonina y a veces también la noradrenalina. Solo suelen diferir en cuanto a
efectos secundarios, ya que la rapidez con que actuán y la efectividad es similar.
Ansiolíticos: Se utilizan para aliviar la ansiedad severa. Actúan deprimiendo la
actividad del SN. Además de calmar la ansiedad, también tiene propiedades
sedantes, anticonvulsivas, hipnóticas y de relajación muscular.
Antipsicóticos: Se utilizan para tratar los síntomas positivos de la esquizofrenia
como la agitación, los delirios y las alucinaciones. Se cree que actúan bloqueando
la actividad de la dopamina en el cerebro.

Psicotrópico
Un psicotrópico o sustancia psicotrópica o (del griego psyche, 'mente', y tropein, 'tornar')
es un agente químico que actúa sobre el sistema nervioso central, lo cual trae como
consecuencia cambios temporales en la percepción, ánimo, estado de conciencia y
comportamiento. En ocasiones, se llama a los psicotrópicos psicoactivos o psicoactivantes, a
pesar de que no todos promueven la activación del sistema nervioso. Una acepción más
restringida del término «psicotrópico» refiere, en particular, a aquellas sustancias medicinales
incluidas en la Convención sobre sustancias psicotrópicas.1

Historia
Uso no médico
Las diferentes culturas a lo largo de la historia han utilizado sustancias psicotrópicas, con el
propósito de alterar deliberadamente el estado de la mente. El desvío de estas sustancias
para empleos recreativos es un fenómeno extendido hasta cierto punto aunque, generalmente,
relacionado con procesos delictivos debido a los riesgos derivados de su manipulación y
consumo. Por ello, los gobiernos aplican legislaciones específicas a su producción,
manipulación y consumo.
Uso médico
En la actualidad, muchos psicotrópicos son utilizados en medicina para el tratamiento de
condiciones neurológicas o psiquiátricas (psicofármacos). Los fármacos cuya acción
terapéutica afecta principalmente otro sistema o aparato y que solo presentan efectos
psicoactivos secundarios (como los antihistamínicos, betabloqueantes y algunas hormonas)
no se consideran psicotropos.

Farmacodinámica
Los psicotrópicos ejercen su acción modificando ciertos procesos bioquímicos o fisiológicos
cerebrales. Los mensajes entre las distintas células nerviosas (neuronas) se transmiten a
través de estímulos químicos y los mensajes intraneuronas se transmiten a través de
estímulos eléctricos. Las neuronas no entran en contacto directo entre sí; en las sinapsis el
mensaje se transmite por medio de neurotransmisores. La mayoría de los psicotrópicos actúan
alterando el proceso de neurotransmisión, estimulando o inhibiendo la actividad. Otros, como
las sales de litio, actúan modificando la permeabilidad de la membrana neuronal y se emplean
en el tratamiento del trastorno bipolar permitiendo reducir las crisis que afectan a estos
pacientes. Siguiendo el criterio de la acción que ejercen sobre el sistema nervioso central, las
sustancias psicoactivas se suelen clasificar en depresoras, estimulantes o alucinógenos.

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