BID-Modernización Del Estado
BID-Modernización Del Estado
BID-Modernización Del Estado
Documento de estrategia
Washington, D.C.
julio de 2003
Catalogación (Cataloging-in-Publication) proporcionada por el
Banco Interamericano de Desarrollo
Biblioteca Felipe Herrera
p. cm.
“El Directorio Ejecutivo del Banco revisó este documento el 23 de julio
de 2003”—t.p. verso.
Esta Estrategia ha sido preparada por un equipo formado por Edmundo Jarquín
(SDS/SGC, Coordinador del equipo), Orlando Reos (RE1/SC1), Jorge
Sapoznikow (RE2/SC2), Xavier Comas (RE3/SC3), Rosina de Souza (LEG) y
Koldo Echebarría (SDS/SGC). El documento es parte de un grupo de estrategias
cuya preparación ha sido coordinada por Carlos M. Jarque (Gerente de SDS) y
se benefició de aportes específicos de Ernesto Castagnino (SDS/SGC), Christina
Biebesheimer (SDS/SGC), Fernando Carrillo (SDS/SGC), Carlos Cordovez
(SDS/SGC), Janine Perfit (SDS/SGC), Mark Payne (SDS/SGC), Leslie Harper
(SDS/SGC), Betty Rice (RE1/SC1), Francisco Mejía (RE1/SC1), Lynette Asse-
lyn (RE1/SC1), Fabricio Opertti (RE2/SC2), Rodrigo Tamayo (RE2/SC2), Ca r-
los Pimenta (RE3/SC3), Raimundo Arroio (RE3/SC3), Gustavo Yamada
(SDS/POV), Robert Vitro (SDS/ICT), Carlos Perafán (SDS/IND), Luis Fierro
(SDS), David Wilk (SDS/ENV) y Renato Puch (DPP). Hubo consultas con gru-
pos de organizaciones de la sociedad civil en Argentina, Brasil, Bolivia, Chile,
Honduras, Jamaica, México y Perú y con la Red de organizaciones de la socie-
dad civil sobre Justicia (Quito), la Asociación Latinoamericana de Organizacio-
nes Populares, el Comité Consultivo del Sistema de Integración Centroamerica-
no y la Red de Transparencia y Gestión Pública del BID (Washington). Se cele-
braron talleres de expertos organizados por el Instituto Internacional de Gober-
nabilidad en Barcelona (España) y por el Consejo Latinoamericano de Adminis-
tración para el Desarrollo (CLAD) en Caracas y se recibieron comentarios a
través de los sitios de Internet del Banco, del Instituto Internacional de Gober-
nabilidad y de la Red Interamericana por la Democracia.
RESUMEN EJECUTIVO..................................................................................................................i
1. OBJETIVO ....................................................................................................................................1
2. DIAGNÓSTICO..............................................................................................................................4
A. Sistema democrático..........................................................................................................12
Anexo: Áreas de acción del Banco y su Relación con las Estrategias de Crecimiento
Económico Sustentable y de Reducción de la Pobreza
RESUMEN EJECUTIVO
Objetivo
El objetivo de esta estrategia es establecer los conceptos básicos que deben guiar las intervenciones del
Banco en cuanto a la modernización del Estado. De acuerdo con el l mandato contenido en la Octava Re-
posición de Recursos de la institución, el marco de referencia estratégico que hasta ahora ha guiado la
acción del Banco en este campo, y la experiencia acumulada tanto por el Banco como por los países de la
región, este documento asume la expresión Modernización del Estado como sinónimo de reforma del Es-
tado para la consolidación de la gobernabilidad democrática. Esta opción se justifica por el creciente cú-
mulo de pensamiento académico y la amplia evidencia empírica que demuestra que el desarrollo equitati-
vo y sustentable requiere de un Estado democrático, moderno y eficiente que promueva el crecimiento
económico proporcionando un marco regulatorio apropiado para el funcionamiento de los mercados; que
garantice un ambiente de estabilidad macroeconómica y de confianza y seguridad jurídica y política; que
sea capaz de adoptar políticas económicas y sociales apropiadas para la reducción de la pobreza y la con-
servación del ambiente; y que implemente esas políticas de una manera eficiente, transparente y respon-
sable.
Diagnóstico
Históricamente ha existido en la región una relación deficiente entre el Estado y el mercado, por una par-
te, y el Estado y los ciudadanos, por otra, que se ha traducido en una erosión de las posibilidades de un
desarrollo sustentable y equitativo. En efecto, el diagnóstico histórico reconoce la existencia, con diferen-
cias entre los países, de un “déficit democrático” que, en ocasiones, se ha expresado en fenómenos de au-
toritarismo, clientelismo, populismo, corrupción y captura de las instituciones y políticas públicas por
intereses particulares, que han conducido a intervenciones estatales desincentivadoras de un funciona-
miento eficiente del mercado y promotoras del rentismo y la especulación. A la vez, esos mismos fenó-
menos han impedido que las políticas públicas puedan procesar, agregar y responder a las demandas de
todos los ciudadanos, contribuyendo a la exclusión de amplios sectores de la población de los beneficios
del crecimiento.
En las últimas décadas, sin embargo, se han afirmado tendencias muy positivas. Gobiernos democráticos
han sido establecidos en los países de la región lo que ha implicado mejoras significativas en términos de
protección de los derechos humanos, libertad de expresión, ejercicio de las libertades políticas individua-
les y expansión de las oportunidades para la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones pú-
blicas. Acompañando ese progreso en cuanto a las libertades políticas y protección de los derechos huma-
nos, en el conjunto de la región se han venido realizando muy importantes esfuerzos para consolidar el
Estado de Derecho y la independencia entre los poderes del Estado. A la vez, importantes reformas se han
venido adoptando para mejorar las capacidades regulatorias del Estado, dotar a las instancias de gestión
macroeconómica y de supervisión y control de capacidad técnica e independencia profesional, trasladar al
mercado un conjunto de actividades productivas, abrir las economías y mejorar el proceso de formulación
e implementación de políticas públicas en los diferentes campos. En general, la región se ha movido hacia
un mejor ambiente de seguridad y previsibilidad jurídica y política.
No obstante esas tendencias positivas, en algunos países se aprecian problemas de atraso, independencia,
confiabilidad y acceso en el sistema judicial; bajo nivel de credibilidad de los órganos de la democracia
representativa como los parlamentos y partidos políticos; debilidades en los órganos administrativos y de
supervisión y control; disfuncionalidades administrativas y fiscales en el proceso de descentralización;
elevados índices de percepción en cuanto a la corrupción, y un ambiente de inseguridad ciudadana que
impone altos costos humanos, económicos y sociales. Se reconoce, por tanto, que esas limitaciones polít i-
i
cas e institucionales demandan esfuerzos adicionales en la perspectiva de alcanzar los requerimientos ins-
titucionales de una sólida gobernabilidad democrática.
Lecciones aprendidas
De la experiencia del Banco y de otras agencias de desarrollo se desprenden un conjunto de lecciones tan-
to relativas al marco conceptual de los programas de reforma del Estado como relativas al diseño y ejecu-
ción de operaciones. Entre las primeras se destaca: i) concebir la reforma y modernización del Estado
como parte de un proceso de reforma política orientado a consolidar el Estado de Derecho y la gobernabi-
lidad democrática y subordinar, por tanto, los diseños organizacionales, de gestión y de procesos a ese
objetivo; ii) considerar que hay una relación de reciprocidad y complementariedad entre la reforma del
Estado, por un lado, y el fortalecimiento de la sociedad civil y la expansión del mercado por otro; iii) evi-
tar la aplicación acrítica de modelos. En cuanto a las lecciones relativas al diseño y ejecución de proyec-
tos, cabe destacar: i) tener una concepción integral y de largo plazo del proceso de reforma, pero ser se-
lectivo y gradual en la identificación de proyectos; ii) asegurar un sólido consenso político en torno al
proceso de reforma; iii) prestar especial atención a las particularidades del entorno político-institucional
de cada país; y, iv) adoptar diseños flexibles que permitan adaptarse frente a situaciones cambiantes.
El documento identifica cuatro campos prioritarios para la acción del Banco. Derivado de la experiencia
acumulada estos campos de acción no se identifican con instituciones específicas o con determinados po-
deres del Estado. Por el contrario, se opta por una definición transversal, basada en objetivos temáticos,
cuyo logro requiere lógicas de intervención más sistémicas e integradas, con una visión de largo plazo.
Este enfoque se justifica, en primer lugar, porque los grandes objetivos de crecimiento económico susten-
table y lucha contra la pobreza y promoción de la equidad social tienen un carácter esencialmente trans-
versal. En segundo lugar, también tienen marcadas características de transversalidad las debilidades insti-
tucionales que más han obstaculizado los esfuerzos de los países por alcanzar esos grandes objetivos tales
como el déficit de seguridad jurídica, la corrupción, la insuficiente protección de derechos y libertades, la
discriminación de género y de otra índole, las debilidades en la gestión macroeconómica y de otras polít i-
cas públicas, y las limitadas capacidades de regulación y supervisión, entre otras. Por tanto las prioridades
deben establecerse en función de metas integradas de desarrollo institucional cuyo logro involucra a los
diferentes poderes del Estado, junto con la sociedad civil y los mercados. A partir de lo anterior, los cam-
pos de acción identificados son los siguientes: A) Sistema Democrático; B) Estado de Derecho y Reforma
Judicial; C) Estado, Mercado y Sociedad; y, D) Gestión Pública. Para cada uno de estos campos se identi-
fican ámbitos de acción en los cuales se proponen un conjunto de acciones específicas.
ii
B. Estado de Derecho y Reforma de la Justicia: Para avanzar en un crecimiento sustentable y
equitativo es necesaria la seguridad jurídica de bienes, contratos y obligaciones, el acceso a la justicia de
toda la población y la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. No hay economía de mercado eficie n-
te sin un sólido Estado de Derecho. A su vez, la inseguridad jurídica afecta a toda la población pero de
manera relativamente mayor a los pobres. La actuación del Banco en este campo debe dirigirse a desarro-
llar un sistema de justicia independiente, eficaz, confiable, ágil y accesible, para lo cual se impulsarán
programas y acciones orientadas a: a) apoyar la independencia del poder judicial; b) ampliar el acceso a la
justicia como un mecanismo esencial para reducir los factores de exclusión social y reducir los costos de
transacción; c) fortalecer la capacidad del sistema judicial en la lucha contra la corrupción; d) desarrollar
sistemas modernos de gestión y administración de órganos y procesos judiciales; e) establecer medios
alternativos de resolución de conflictos; f) actualizar el marco normativo sustantivo y procesal; y, g) pro-
teger la seguridad ciudadana y asegurar el control legal del uso de la fuerza.
C. Estado, Mercado y Sociedad: El desarrollo de mercados más amplios y dinámicos, que favorez-
can la inclusión de los sectores de la población ahora excluidos, pero también más eficientes, capaces de
competir en la economía global, requiere de una acción del Estado que propicie una buena interacción
entre los agentes económicos y sociales. Los ámbitos identificados en este campo son: a) apoyar la profe-
sionalidad de las instituciones de gestión económica; b) fortalecer las instituciones de regulación econó-
mica y social y los procesos de protección de los consumidores; c) apoyar instituciones de diseño y pro-
moción de políticas activas e inclusivas de desarrollo; d) promover el establecimiento de instrumentos de
concertación socioeconómica; y, e) mejorar instituciones de gobernabilidad ambiental.
El documento hace una revisión de los diferentes instrumentos y servicios, financieros y no financieros,
con los cuales el Banco pueden incidir tanto a nivel nacional como subregional y regional. Se realiza un
esfuerzo para identificar aquellos instrumentos y servicios que mejor se prestan para los programas de
reforma y modernización del Estado. Se aprecia que varios de esos instrumentos han sido objeto de es-
fuerzos recientes de actualización y reconfiguración, tales como la creación de instrumentos flexibles de
préstamos y la adopción de nuevas directrices para formular las estrategias de Banco en cada país, que
son particularmente útiles para los esfuerzos de cambio y desarrollo institucional.
Para la implementación de la estrategia se propone un conjunto de acciones cuyo objetivo general es for-
talecer la relación entre las prioridades y criterios contenidos en la estrategia y los ejercicios de programa-
ción de actividades del Banco en cada país, así como con el diseño de los productos financieros y no fi-
nancieros del Banco. Se considera de especial importancia lograr la articulación entre esta estrategia y las
estrategias del Banco para cada país toda vez que la acción del Banco debe generarse en la demanda de
los países y de acuerdo a sus particulares circunstancias. En particular, se propone la realización de acti-
vidades tales como diagnósticos de capacidad institucional, la incorporación de los resultados de esos
diagnósticos en las estrategias de país, la formulación de lineamientos operacionales para cada uno de los
iii
campos de acción identificados en la estrategia, el posible establecimiento de un Diálogo Regional de Po-
lítica sobre Reforma y Modernización del Estado, la profundización de la colaboración con otras agencias
de desarrollo y el fortalecimiento de la capacidad profesional del Banco para trabajar en este campo.
Se advierte, no obstante, que la implementación de esta estrategia dependerá de las prioridades que esta-
blezcan los países, las circunstancias que los mismos enfrenten y los recursos disponibles. Por ello, el se-
guimiento de la implementación de la estrategia deberá distinguir entre los ámbitos de acción que son
responsabilidad del Banco y los que son responsabilidad de los países y/o de factores exógenos. La eva-
luación de la estrategia se realizará cinco años después de su aprobación.
iv
1. OBJETIVO
1.1 La Octava Reposición de Capital estable ce al Banco el mandato de trabajar con un enfoque
más integrado del desarrollo que, a la vez que consolide las reformas económicas, promue-
va la cohesión socioeconómica interna de los países, la integración regional, la protección
del medio ambiente, la modernización del Estado y el fortalecimiento de las instituciones
democráticas y de la sociedad civil, como medios para el crecimiento económico sustenta-
ble, la reducción de la pobreza y la promoción de la equidad social. En base a este mandato,
el Directorio del Banco aprobó el 13 de marzo de 1996 el “Marco de Referencia para la Ac-
ción del Banco en los Programas de Modernización del Estado y Fortalecimiento de la So-
ciedad Civil” (GN-1883-5), que ha servido hasta ahora de cauce estratégico para la acción
del Banco en este sector.
1.3 De acuerdo con el mandato contenido en la Octava Reposición, tanto el marco estratégico
hasta ahora vigente como este documento asumen la expresión Modernización del Estado
como sinónimo de reforma del Estado para la consolidación de la gobernabilidad democrá-
tica. La gobernabilidad comprende el proceso a través del cual la autoridad se ejerce en una
determinada comunidad política, incluyendo: (i) la forma mediante la cual los titulares de la
autoridad son elegidos, controlados y reemplazados; (ii) los principios y normas bajo los
que se ejercen las interacciones entre el Estado, el sector privado y las organizaciones de la
sociedad civil en términos de competencias, responsabilidad y funciones; y, (iii) la capaci-
dad de la autoridad para identificar necesidades, captar recursos, definir políticas y llevarlas
a cabo. La gobernabilidad es democrática cuando incorpora una serie de requerimientos so-
bre cómo debe ejercerse la autoridad y en cuáles condiciones socioeconómicas se ejerce: en
primer lugar, el requerimiento de la representatividad que establece la legitimación de la au-
toridad por la soberanía popular, mediante instituciones que garant icen elecciones libres; en
segundo lugar, la existencia de mecanismos de limitación y división efectiva del poder, de
exigencia de responsabilidades de las autoridades ante la ciudadanía, y de respeto a los de-
rechos y libertades de los ciudadanos; en tercer lugar, la limitación de la arbitrariedad, ya
que la autoridad debe ejercerse con sometimiento pleno a la ley y al derecho, con eficacia y
eficiencia en la asignación de los recursos a las necesidades sociales y con transparencia e
integridad en el comportamiento de sus agentes; y, finalmente, la gobernabilidad democrá-
tica requiere cond iciones en que la vigencia de los principios de solidaridad y subsidiaridad
1
permiten una relación consensual y eficiente entre los diferentes actores sociales en un con-
texto de cohesión social.
1.5 En este sentido, la gobernabilidad democrática no se refiere sólo a los atributos de un régi-
men político y administrativo, y a la efectiva vigencia del Estado de Derecho, sino también
a las capacidades de una sociedad para enfrentar los retos que tiene planteados y generar so-
luciones basadas en un fuerte consenso social. Una estrategia de modernización del estado,
como desarrollo y perfeccionamiento de la gobernabilidad democrática y definida a partir
de los requerimientos de la misma es, por tanto, una estrategia de construcción de capacida-
des institucionales en el Estado y en el conjunto de la sociedad. En otras palabras, el desa-
rrollo de la gobernabilidad democrática implica, por tanto, un proceso complementario y
recíproco de fortalecimiento del Estado y de la sociedad civil en los términos que antes se
han anotado.
1.6 Esta estrategia se ha formulado a partir de los requerimientos generales y específicos de las
estrategias marco de crecimiento económico sustentable y de reducción de la pobreza y
promoción de la equidad social (Anexo I). El desarrollo sustentable y equitativo requiere de
un Estado democrático, moderno y eficiente que promueva el crecimiento económico, pro-
porcionando un marco regulatorio apropiado para el funcionamiento de los mercados, que
garantice un ambiente de estabilidad macroeconómica, que sea capaz de adoptar políticas
económicas y sociales apropiadas para la reducción de la pobreza y la conservación del am-
biente, y que implemente esas políticas de una manera eficiente, transparente y responsable.
En el debate sobre el desarrollo se ha llegado al consenso, por un lado, de que la calidad de
las instituciones públicas es un ingrediente esencial, y quizás el má s importante, para lograr
el crecimiento económico sustentable. Por tanto esta estrategia presta especial atención a
los requerimientos institucionales y políticos de una sólida estrategia de crecimiento eco-
nómico sustentable. Por otro lado, hay un amplio reconocimiento de que la consolidación
de los sistemas democráticos, más allá de la dimensión estrictamente electoral, implica un
proceso recíproco y complementario de fortalecimiento de la situación de los pobres, de tal
forma que tengan más oportunidades de que sus intereses se vean representados en el pro-
ceso de formulación e implementación de políticas públicas. En consecuencia, esta estrate-
2
gia de modernización del Estado está formulada en la perspectiva de apoyar un proceso sos-
tenido de reducción de la pobreza y promoción de la equidad social.
1.7 Del mismo modo, esta estrategia presta atención a las conexiones e interdependencias que
guarda con las restantes estrategias sectoriales básicas del Banco. Con relación a la estrate-
gia de desarrollo social, se toma en consideración que su efectividad depende de la capaci-
dad institucional de las organizaciones públicas y de la existencia de estructuras de colabo-
ración entre diferentes niveles de gobierno y de articulación efectiva con los actores socia-
les y el mercado. Con relación a la estrategia de competitividad, se enfatiza la necesidad de
que el Estado asegure un entorno macroeconómico sólido y estable, realice las inversiones
necesarias en infraestructura económica y social y en capital humano, promueva la compe-
tencia y capacidad para la innovación, provea un marco regulatorio apropiado y garantice
confianza y seguridad jurídica y política. Con relación a la estrategia de integración regio-
nal, se tiene en cuenta que ésta depende de las capacidades institucio nales de los países para
definir e implementar acuerdos comerciales y aduaneros, desarrollar una infraestructura
apropiada para el intercambio de capital, bienes, servicios y fuerza de trabajo, así como de
políticas económicas y sociales comunes y del progreso en la convergencia de los sistemas
jurídicos y políticos de los países. Finalmente, con relación a la estrategia de medio ambie n-
te, se tiene presente que las debilidades político- institucionales que se traducen en ausencia
o mal diseño de políticas, o incapacidad de implementarlas, constituyen, una de las causas
princ ipales de vulnerabilidad ambiental.
1.8 En las últimas décadas el Banco ha apoyado a los países de la región, mediante una cons i-
derable cantidad de operaciones de asistencia financiera y técnica, en el proceso de refor-
mas económicas orientadas a estabilizar las economías, consolidar la economía de mercado,
aumentar la apertura comercial, eliminar subsidios distorsionantes de la competencia y la
eficiencia, y privatizar actividades productivas y la prestación de servicios. Esas reformas
económicas han implicado una importante transformación en las relaciones entre el Estado,
el mercado y los diferentes actores sociales y el Banco ha realizado esfuerzos para apoyar a
los países en el fortalecimiento del nuevo rol del Estado. Además de las reformas institu-
cionales directamente asociadas a las reformas económicas mencionadas, el Banco ensan-
chó sus actividades hacia operaciones destinadas a apoyar a los países en sus esfuerzos por
consolidar el sistema democrático y el Estado de Derecho.
3
2. DIAGNÓSTICO
2.1 Históricamente ha existido en la región una relación inadecuada entre el Estado y el merca-
do, por una parte, y entre el Estado y los ciudadanos, por otra parte, que se ha traducido en
una erosión de las posibilidades para un desarrollo sustentable y equitativo. La situación no
es la misma en todos los países y en las últimas décadas se han puesto en marcha en el con-
junto de la región importantes procesos que tienden a superar esas disfuncionalidades. No
obstante, el diagnóstico histórico reconoce la existencia de un déficit democrático que, en
ocasiones, se ha expresado en fenómenos de autoritarismo, clientelismo, corrupción y “cap-
tura” de las instituciones y políticas públicas por intereses particulares, que han conducido a
intervenciones estatales desincentivadoras de un funcionamiento eficiente del mercado y
promotoras del rentismo y la especulación. A la vez, esas mismas debilidades han impedido
que las políticas públicas puedan procesar, agregar y responder a las demandas de la mayo-
ría de los ciudadanos, contribuyendo a la exclusión de amplios sectores de la población de
los beneficios del crecimiento y a la deslegitimación del Estado. A ese déficit democrático
es atribuible la paradoja que la región haya tenido largos períodos de significativo creci-
miento económico sin alcanzar simultáneamente, salvo excepciones, grados razonables de
cohesión social. Una consecuencia de esa inadecuada relación entre el Estado y la sociedad
es la crónica inestabilidad política y las cambiantes reglas del juego que han sido tan des-
alentadoras del ahorro y la inversión. De todo ello se deriva la necesidad de impulsar un
proceso de reforma del Estado orientado a superar esas disfunciones en la relación entre el
Estado y los ciudadanos, por un lado, y entre el Estado y el mercado por otro.
2.2 Hay, sin embargo, importantes tendencias positivas. Hay que destacar, en cuanto a las rela-
ciones ente el Estado y los ciudadanos, que en las últimas dos décadas regímenes demo-
cráticos de gobierno han sido establecidos en los países de la región. Esto ha significado
mejoras significativas en términos de protección de los derechos humanos, libertad de ex-
presión, ejercicio de las libertades políticas individuales y expansión de las oportunidades
para la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones públicas (Ver gráfico 1).
2.3 Además del progreso en cuanto a libertades políticas y protección de los derechos humanos,
en el conjunto de la región se han venido realizando importantes esfuerzos para consolidar
el Estado de Derecho y la independencia entre los poderes del Estado, mejorar las capaci-
dades regulatorias del Estado y dotar a las instancias de gestión macroeconómica y de su-
pervisión y control de capacidad técnica e independencia profesional. Igualmente, se apre-
cia en la región un amplio proceso de descentralización que ha profundizado las tendencias
democráticas y ha acercado el gobierno a la población.
4
debilidades, no teniendo la capacidad de procesar y agregar las demandas de los ciudadanos
y representar intereses generales; (iii) pese al notable avance de las últimas décadas, en al-
gunos países debe aún avanzarse en el perfeccionamiento de los sistemas electorales a obje-
to de asegurar su eficacia y credibilidad; (iv) igualmente, el control civil democrático de las
fuerzas armadas manifiesta, en ocasiones, importantes debilidades institucionales; (v) los
órganos de fiscalización, supervisión y control no siempre tienen la independencia, objeti-
vidad y capacidad técnica que les permitan velar por la regularidad, probidad y eficacia del
comportamiento de los agentes públicos y de las transacciones entre el Estado y los agentes
económicos; (vi) finalmente, y pese a una importante proliferación de organizaciones, la
sociedad civil manifiesta debilidades derivadas de la exclusión socioeconómica de vastos
sectores de la población. Todo lo anterior puede relacionarse con indicadores que indica la
baja percepción de estabilidad política en la región o la acusada desconfianza de la pobla-
ción en la clase política (gráfico 2).
2.5 Otro aspecto de la relación entre el Estado y los ciudadanos tiene que ver con los requeri-
mientos institucio nales del Estado de Derecho. El diagnóstico de situación de la justicia en
la región da cuenta de la subsistencia de problemas relacionados con la independencia del
poder judicial; la obsolescencia de las leyes y los procedimientos; la congestión judicial; la
escasez de recursos; la ausencia de sistemas modernos de organización, información y ad-
ministración; las barreras de acceso al servicio y las limitaciones de cobertura del sistema;
la limitación y deterioro de la infraestructura física, y la precariedad en la tutela de los dere-
chos fundamentales. El resultado es una justicia poco confiable y desigual, que deniega o
dificulta el acceso a amplios segmentos de la población, sin capacidad para proporcionar
seguridad jurídica a los derechos y obligaciones o ejercer una función sancionatoria efectiva
para frenar el incremento de las diversas formas de delincuencia y amenazas a la seguridad
ciudadana. La comparación de las percepciones de independencia e integridad de los jueces,
así como los indicadores de confiabilidad en el sistema judicial, vuelve a ilustrar la situa-
ción relativamente desfavorable de la región en relación con los países desarrollados (gráfi-
co 3).
2.6 Por otra parte, y aunque es difícil afirmar que exista un paradigma de descentralización en
la región, si pueden identificarse algunas de las falencias comunes del proceso. Entre ellas,
la imprecisión en la distribución de competencias, el desajuste entre competencias y recur-
sos, brechas fiscales adicionales, procesos de “captura” de los gobiernos por élites locales,
escasa preparación técnica de quienes se han colocado al frente de estos procesos y la difi-
cultad para conseguir eficiencia y eficacia en la prestación de los servicios descentralizados.
2.7 Como consecuencia de las debilidades institucionales anotadas, los indicadores existentes
revelan niveles de percepción en cuanto a la corrupción (gráfico 4) que son incompatibles
con la legitimidad de las instituciones públicas, un funcionamiento apropiado de los merca-
dos, la eficiente gestión y asignación de recursos y con la existencia de un sistema de incen-
tivos coherente con la necesidad de expandir el ahorro, la inversión y la producción. Los
problemas de corrupción son de alguna forma expresión de la debilidad del Estado de Dere-
cho en su conj unto, pero llaman la atención también sobre la debilidad de la administración
financiera del Estado, el diseño de políticas y sistemas de gastos ineficientes y poco trans-
parentes, la persistencia de sistemas anticuados y engorrosos de adquisición y contratación
5
públicas, capacidades de regulación inexistentes o ineficientes, ausencia de reglas claras en
los procesos de privatización, y carencia de un servicio civil moderno y basado en el méri-
to.
2.8 La relación entre el Estado y el mercado también ha experimentado cambios muy importan-
tes derivados del proceso de reformas económicas impulsadas en las últimas décadas. Esas
reformas han producido resultados en términos de estabilidad macroeconómica, creando un
ambiente más propicio para la inversión. También se puede constatar la apertura al mercado
de sectores enteros de la actividad productiva, antes dominados por monopolios estatales
ineficientes. De igual forma, se han desmantelado barreras comerciales y regulaciones sec-
toriales restrictivas de la competencia interna y externa. Sin embargo, el tránsito hacia un
mayor protagonismo del mercado no ha sido suficientemente acompañado por el desarrollo
de capacidades efectivas de regulación que promuevan la competencia, reduzcan el rentis-
mo y protejan los intereses generales; además, el tránsito al mercado ha sido desigual y, en
no pocos casos, ha estado en función de la capacidad de los intereses organizados en tomar
ventaja o resistir la apertura. Se advierte la ausencia de mecanismos de concertación social
de amplia base en los que se den cita, junto a los intereses afectados por las reformas, aque-
llos que se benefician de las mismas, de tal forma que los países puedan tener estrategias de
largo plazo basadas en amplios consensos sociales. Al mismo tiempo, como consecuencia
de los apremios fiscales se ha producido en paralelo el abandono de políticas e instituciones
de promoción y apoyo a los sectores productivos. Tampoco se ha avanzado suficientemente
en reformas fiscales que amplíen las bases de tributación y repartan la carga impositiva con
mayor equidad. Sigue sin desarrollarse la confianza en cuanto al respeto de los derechos
económicos básicos ( gráfico 5), indispensable para promover la inversión y el desarrollo
productivo. Al mismo tiempo, en no pocos casos se ha debilitado la capacidad estatal para
atender la provisión de bienes públicos e infraestructuras básicas necesarias para promover
la cohesión social y la expansión de las actividades productivas. En este contexto, el nece-
sario apoyo al funcionamiento del mercado debe ser acompañado por el reconocimiento de
la importancia y la complementariedad de las políticas e instituciones públicas. Como se
pone en evidencia a través de diversos estudios, los países que han obtenido mayores bene-
ficios de las reformas económicas son aquellos que han avanzado más en las reformas insti-
tucionales coherentes con los requerimientos de la gobernabilidad democrática.
2.9 La relación del Estado, tanto con los ciudadanos como con los mercados, esta condicionada
por la capacidad de la administración pública para la elaboración e implantación de políti-
cas públicas. En este ámbito, las reformas de las administraciones públicas en las últimas
dos décadas se han realizado, en general, bajo los apremios de crisis fiscales severas y de
choques externos recurrentes. Más que de reformas de las administraciones, se puede hablar
de consecuencias administrativas del ajuste fiscal, cuyo efecto ha sido la reducción del apa-
rato administrativo del Estado en la mayoría de los países (gráfico 6). Los años noventa su-
ponen un avance de la agenda de reformas hacia proyectos de modernización orientados al
logro de administraciones más eficaces y eficientes, mediante nuevas estructuras y proce-
dimientos apoyados por las nuevas tecnologías de la informació n y comunicación. El ba-
lance de estos proyectos ha sido desigual, lográndose algunos avances en la administración
económica y fiscal, pero quedando pendientes las reformas institucionales profundas del
aparato administrativo en la mayor parte de los países, especialmente en los sectores socia-
les. No es extraño que la comparación regional del grado de competencia e independencia
6
profesional de los funcionarios públicos también sea desfavorable para la región. Finalmen-
te, el retraso en el acceso a las posibilidades del gobierno electrónico también ilustra clara-
mente sobre los déficits de la modernización del Estado en la región.
2.10 Como hemos expresado, a pesar de los avances en la región en cuanto a las libertades de-
mocráticas, las reformas económicas y la modernización del Estado, aún subsisten fuertes
deficiencias institucionales que limitan los esfuerzos de promoción de un desarrollo soste-
nible y equitativo. El resultado es una honda insatisfacción de la opinión pública con el fun-
cionamiento de las instituciones estatales y del sistema político en su conjunto; incluso la
legitimidad de la democracia como sistema de gobierno también muestra señales de erosión
(gráfico 7). Estas tendencias son muy preocupantes.
2.11 Toda la evidencia y conocimiento acumulado deja claro, sin embargo, que no hay solución
a los problemas planteados fuera de las instituciones de la gobernabilidad democrática. So-
lamente la consolidación y el perfeccionamiento del sistema democrático, del Estado de
Derecho, de las instituciones que soportan mercados competitivos e inclusivos, y de unas
administraciones públicas eficaces, son garantía del crecimiento sustentable y de la reduc-
ción de la pobreza. De ahí que estas sean las áreas prioritarias para la acción del Banco en
el ámbito de esta estrategia de Modernización del Estado. Estas conclusiones deben enfati-
zarse en función de las tendencias internacionales en las que la región vive inmersa. Las
oportunidades y desafíos que enfrentan nuestros países, derivados de la globalización, la
revolución tecnológica, el consenso en torno al sistema democrático y la economía de mer-
cado, así como de los déficits acumulados en términos de pobreza, desigualdad, debilidad
política e institucional, insuficiente desarrollo de la capacidad productiva y deterioro del
medio ambiente, requieren, por un lado, incrementar la eficiencia de la relación entre el Es-
tado y el mercado, y por otro, fortalecer la capacidad del Estado para actuar como agente
del progreso y el bienestar general. La reforma y modernización del Es tado sigue siendo
una tarea rezagada en comparación con el progreso de la globalización, las nuevas tecnolo-
gías, los requerimientos de la competitividad y la transformación cultural de las sociedades.
Sin estrategias que contribuyan a superar las condiciones de debilidad político- institucional
que, aunque con diferencias entre los países, prevalece en la región, no será posible alcan-
zar los objetivos en términos de desarrollo sustentable y reducción de la pobreza.
3. LECCIONES APRENDIDAS
7
agrupadas en dos categorías. Primero, aquellas relativas al marco conceptual; segundo, las
relativas al proceso de diseño y ejecución de las mismas.
3.3 Es necesario considerar que hay una relación de reciprocidad y complementariedad entre
la reforma del Estado, por un lado, y el fortalecimiento de la sociedad civil y la expansión
del mercado por otro. La combinación de reformas internas con estímulos derivados de un
enfoque participativo o competitivo, puede desencadenar un círculo virtuoso de incentivos
que apoyen el proceso de reforma. El papel de la sociedad civil (sindicatos, partidos políti-
cos, organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas, gremios empresariales,
organizaciones comunitarias, y diversos otros tipos de organizaciones de la sociedad) en el
impulso y la consolidación de los programas de reforma -por ejemplo demandando trans-
parencia y eficiencia en la gestión pública, rendición de cuentas de los gobernantes y fun-
cionarios, y políticas públicas que respondan a intereses generales de la sociedad- es parte
central en estos procesos. A su vez, para evitar vacíos y disfuncionalidades, y nuevas clases
de distorsiones, la expansión del mercado hacia ámbitos que estaban bajo responsabilidad
del Estado requiere un fortalecimiento de las capacidades empresariales, y de su responsa-
bilidad frente a la sociedad, así como el desarrollo de apropiadas capacidades regulatorias
del Estado.
3.4 Incidir sobre las instituciones básicas de las que se desprenden los incentivos de los acto-
res. Los proyectos limitados a cambiar los elementos instrumentales o a fortalecer simple-
mente capacidades técnico-organizativas, sin alterar la estructura de incentivos que afectan
a la voluntad política de aplicar estos nuevos instrumentos o capacidades, tienen por lo ge-
8
neral un impacto muy reducido. Esto supone la necesidad de contemplar al mismo tiempo
cambios en instituciones que condicionan la efectividad de las alteraciones instrumentales y
organizacionales. Por ejemplo, de poco sirve capacitar a los empleados públicos, si su esta-
bilidad o profesionalidad no está mínimamente garantizada a través de un servicio civil de
mérito como el que se propone más adelante, o promover sistemas de gestión financiera sin
el desarrollo de una autoridad presupuestaria con la independencia profesional, el poder y la
capacidad de hacerlos cumplir.
3.5 Evitar la aplicación acrítica de modelos. Debe evitarse la aplicación acrítica de modelos
entre países y considerar las circunstancias específicas del país receptor. Aunque el desa-
rrollo institucional se produce históricamente más por imitación que por invención, el éxito
del traslado de modelos depende de dos factores: en primer lugar, de la coherencia de las
hipótesis básicas de funcionamiento de las reformas entre las dos realidades y, en segundo
lugar, de la contextualización de las mismas a la realidad en la que se aplican. En varios
casos se han intentado copiar reformas aplicadas en países desarrollados, sin reparar en la
ausencia de las condiciones mínimas en los países de la región para poder ejecutarlas con
éxito. Esto es particularmente importante, dada la desigualdad del desarrollo institucional
que se observa entre los países de la región. A modo de ejemplo, solo los países más des-
arrollados en sus instituciones, o que han incorporado históricamente ciertos atributos de
rigor y profesionalidad, están en condiciones de aplicar reformas que implican una mayor
sofisticación y formalizació n de sus sistemas de gestión; en aquellos en los que la institu-
cionalidad de facto es informal, hay que proceder de manera más gradual y menos ambicio-
sa. En éstos casos es preciso identificar y dar prioridad a instituciones y procesos críticos
cuya reforma puede desencadenar procesos sostenidos de cambio y desarrollo institucional
en el conjunto del Estado.
3.6 Fundar las operaciones en su apropiación por el país, contando con la voluntad política y
el consenso necesarios. El problema principal diagnosticado en la ejecución de las opera-
ciones de modernización del Estado es su volatilidad, derivada de la falta de compromiso
del prestatario y/o de la oposición de la comunidad. El éxito de los programas y proyectos
de modernización del Estado requiere de una clara apropiación y compromiso por parte de
todos los actores involucrados: Estado, agentes del mercado y sociedad civil ya que la re-
forma del Estado demanda respaldo político en el conjunto de la sociedad y no solamente
dentro de las instituciones objeto de reforma. De hecho, la experiencia nos dice que los
proyectos más exitosos son aquellos surgidos de una ventana de oportunidad derivada de
una situación de crisis o de un cambio de gobierno, y cuyo diseño ha sido claramente reco-
nocido como propio por el prestatario. En otras palabras, las intervenciones deben estar di-
rigidas por la demanda y no por la oferta.
3.7 Identificar y diseñar los proyectos a partir de un sólido conocimiento de la situación insti-
tucional del país. Dada la dificultad técnica de las operaciones de modernización del Esta-
do y la limitación de capacidades disponibles para su ejecución, es indispensable disponer
de sólidas bases analíticas desde las cuales identificar y diseñar los proyectos. Es difícil que
las intervenciones tengan éxito sin tener en cuenta la complejidad de la situación política y
9
de los incentivos reales para su implantación. Esto afecta a varios recursos de información
y conocimiento que deberían estar disponibles en el proceso de identificación, diseño y eje-
cución de las operaciones: (i) trabajos de diagnóstico comparado regional y suprarregional
que permita disponer de indicadores relevantes sobre las deficiencias institucionales; (ii)
trabajos de diagnóstico institucional de los países que apoyen la definición de la estrategia
de país del Banco y sirvan como instrumento de diálogo y programación; (iii) trabajo de
diagnóstico institucional a realizar en el diseño de los proyectos, que permita relacionar los
problemas detectados con las medidas propuestas y los objetivos a alcanzar; y, (iv) trabajos
de evaluación de proyectos y estrategias de país que permiten obtener lecciones de las ex-
periencias pasadas.
3.8 Tener una concepción integral y de largo plazo de la reforma, pero ser selectivo en la defi-
nición de los proyectos. Un aspecto crítico de la integralidad es que el concepto de reforma
del Estado debe cubrir todo el ambiente institucional y normativo que rodea la actividad
social, económica y política de un país y no debe limitarse sólo al poder ejecutivo. Los pro-
cesos de reforma deben concebirse integralmente y sobre esa base el apoyo del Banco debe
estructurarse en operaciones específicas a lo largo del tiempo, compatibles con la visión in-
tegral y priorizadas según criterios derivados de la urgencia de los problemas, la factibili-
dad de las soluciones disponibles, las restricciones financieras existentes y, particularmen-
te, prestando atención a aquellas operaciones que pueden apoyar procesos sostenidos de de-
sarrollo institucional en el conjunto del Estado. A la vez, deben evitarse operaciones muy
grandes y complejas que exceden las capacidades de ejecución y las disponibilidades fi-
nancieras de los países.
3.9 Basar la ejecución en las instituciones especializadas y permanentes, con autoridad clara
para la ejecución del proyecto. El recurso a unidades ejecutoras ad- hoc puede resultar in-
evitable en condiciones de mucha limitación y debilidad institucional. Pero se debe tener
presente sus consecuencias institucionales desintegradoras cuando tienden a multiplicarse o
a permanecer más allá de lo necesario. En particular, su utilización es delicada en proyectos
de modernización del Estado porque pueden comprometerse su eficacia en el largo plazo,
la cual depende de la interiorización de las nuevas prácticas por las unidades permanentes
del aparato estatal. En el caso de resultar imprescindible esas unidades ejecutoras ad-hoc,
los proyectos deben contemplar en el curso de su ejecución un proceso de transferencia de
las funciones asumidas por las mismas a las estructuras permanentes del Estado.
3.10 Diseñar las operaciones conservando la flexibilidad necesaria para adaptarlas ante situa-
ciones cambiantes y, a la vez, tener un seguimiento más próximo durante la ejecución. El
desarrollo institucional obedece a factores de voluntad y capacidad de los actores y del am-
biente en que actúan, que no son fácilmente adaptables a los esquemas tradicionales de las
operaciones de inversión en infraestructuras o, incluso, de las operaciones de rápido des-
embolso para apoyar la posición financiera de los gobiernos. En la mayoría de los proyec-
tos, por ejemplo, las incertidumbres del contexto político-administrativo no se ajustan al rí-
gido esquema de separación entre diseño y ejecuc ión que sigue el ciclo tradicional de pro-
yectos. La fuerte dependencia de las operaciones de modernización del Estado del entorno
socio-político hace que estén sujetas a cambios constantes que obligan a revaluar las hipó-
tesis de partida y la sostenibilidad de sus propuestas. En otros casos la incertidumbre es
10
técnica al enfrentarse situaciones nuevas o de las que existen pocos precedentes, obligando
por lo tanto a actuar bajo una lógica de cambios sobre la marcha. Por tanto el diseño de las
operaciones debe contemplar esa flexibilidad ya que la ejecución no puede ser mecánica.
Esto supone la conveniencia de fortalecer la capacidad del Banco para llevar a cabo el se-
guimiento y la evaluación de las operaciones, en estrecha coordinación con los prestatarios
y ejecutores, tanto para detectar situaciones imprevistas y corregir cursos de acción como
para aprender de los éxitos y los errores.
4.1 En función de la evolución teórica y práctica descrita más arriba, del diagnóstico y las ten-
dencias que enfrentan los países, de las lecciones aprendidas y de la necesidad de articular
la estrategia de modernización del Estado con las otras estrategias básicas del Banco, surge
la necesidad de actualizar el documento marco aprobado en 1996. Esta ve rsión actualizada
conserva el marco conceptual entonces asumido, en el sentido de que la gobernabilidad
democrática es una condición para el desarrollo, pero adopta algunos nuevos e importantes
énfasis para la acción del Banco.
4.2 En primer lugar, esta estrategia buscar identificar con mayor claridad en cada uno de los
campos de acción prioritaria su articulación con las estrategias marco de crecimiento eco-
nómico sustentable y de reducción de la pobreza (ver Anexo I). Para cada uno de los cam-
pos, que expresan posibilidades de acción del Banco, se identifican las acciones coherentes
con tal objetivo.
4.3 En segundo lugar, esta estrategia se diferencia de la anterior en la manera de definir los
campos prioritarios para la acción del Banco. En vez de asociar los campos de acción a ins-
tituciones específicas o a determinados poderes del Estado, se opta por una definición
transversal, basada en objetivos temáticos, cuyo logro requiere lógicas de intervención más
sistémicas e integradas, con una visión de largo plazo. Este enfoque se justifica porque las
debilidades institucionales que obstaculizan un crecimiento sustentable y equitativo -tales
como el déficit de seguridad jurídica, la corrupción, la insuficiente protección de derechos y
libertades, la discriminación de género y de otra índole, las debilidades en la gestión ma-
croeconómica y de otras políticas públicas y las limitadas capacidades de regulación y su-
pervisión, entre otras- tienen un carácter transversal. Las prioridades deben establecerse en
función de metas integradas de desarrollo institucional, cuyo logro involucra a los diferen-
tes poderes del Estado, junto con la sociedad civil y los mercados.
4.4 La visión transversal de los campos de acción que se propone no significa optar por actua-
ciones simultáneas en todos los poderes e instituciones, sino contemplar las intervenciones
desde una visión comprensiva del sistema, en el que se inscriben y plantean objetivos que
van más allá del fortalecimiento de algunas instituciones por separado. A su vez, la vis ión
transversal no debe inhibir la acción a nivel de instituciones específicas siempre y cuando
las mismas se inserten en una lógica más comprensiva de la transformación del Estado y
sus relaciones con el mercado y los ciudadanos. Tampoco supone que los campos de actua-
ción tengan la misma importancia en todos los países de la región. Las estrategias del Ba n-
11
co para cada país, en función de sus necesidades y su contexto específico, y de las ventajas
comparativas del Banco, deben identificar cuáles de estos campos deben reconocerse como
prioritarios y cuál es la secuencia apropiada de intervenciones para desencadenar avances
en el desarrollo institucional y la gobernabilidad democrática. Como se expresó en las lec-
ciones aprendidas, se trata de combinar una visión integral del proceso de reforma con se-
lectividad y gradualidad en la definición de las operaciones, focalizando la acción en aque-
llas instituciones y procesos críticos capaces de desencadenar procesos sostenidos y genera-
lizados de desarrollo institucional.
4.5 Una advertencia de carácter metodológico: la estrategia hace una identificación desagrega-
da de los campos de acción a objeto de conservar el principio que la reforma y moderniza-
ción del Estado requieren una visión comprensiva del mismo y de sus relaciones con los
ciudadanos y el mercado. El Banco ha venido acumulando experiencia y calificación profe-
sional en esos campos, sin menoscabo de la necesidad de trabajar coordinadamente con
otras agencias de cooperación. Debe enfatizarse la importancia de la apropiada coordina-
ción con otras agencias de cooperación bilateral y multilateral a objeto de implementar esta
visión integral de la reforma del Estado. Las especiales ventajas comparativas del Banco en
algunos campos deben complementarse con las que otras agencias de cooperación tienen en
otros campos. La identificación de los campos de acción y su desagregación, son un menú
de opciones a disposición del Banco y los países. No se trata de hacer de todo en todos los
países sino que, a nivel de cada país, y de conformidad con la oferta de servicios del Banco
y las necesidades y circunstancias particulares que el país enfrenta, se deberán establecer las
prioridades para la acción del Banco. En este sentido la estrategia de país y el ejercicio de
programación de operaciones del Banco en el mismo son los instrumentos de articulación
entre esta estrategia y la actividad del Banco en cada país.
4.6 La estrategia perfila, a través de sus campos de acción prioritarios, los requerimientos insti-
tucionales básicos de la gobernabilidad democrática, en función de las metas generales de
crecimiento sustentable y reducción de la pobreza. Estos requerimientos son compatibles
con las distintas opciones que los países pueden legítimamente plantearse sobre el papel de
sus respectivos Estados con relación al mercado o a la sociedad civil. En otras palabras, la
estrategia no tiene por objeto identificar apriorísticamente el rol del Estado, dando prioridad
a unas funciones (por ejemplo, las reguladoras) y descartando otras (por ejemplo las promo-
toras o las productoras). La experiencia demuestra la conveniencia de que los Estados man-
tengan la opción de un portafolio amplio de funciones, eligiendo aquellas en las cuales con-
centrarse en función de sus circunstancias específicas y de factores institucionales, econó-
micos, sociales, culturales y políticos. A continuación se hace una identificación más deta-
llada de esos campos de acción y de las acciones y programas que el Banco podría desarro-
llar en apoyo a los países de la región: A) Sistema democrático; B) Estado de Derecho y
Reforma Judicial; C) Estado, Mercado y Sociedad; D) Gestión pública.
A. Sistema Democrático
12
ción efectiva de los grandes sectores de la población actualmente excluidos o desigualmente
representados 1 . Ambos son aspectos estrechamente relacionados porque no habrá estabili-
dad política democrática de largo plazo sin efectiva integración de todos los sectores de la
población en las instancias de representación política, de modo que sectores actualmente
excluidos puedan influenciar el diseño y la implementación de políticas públicas para que
las mismas respondan al interés general. La inclusión debe producirse evitando lógicas que
incrementen el particularismo y la volatilidad del sistema político, lo que significa el forta-
lecimiento de la representación basada en la búsqueda del interés general. El Banco puede
apoyar a los países con programas y proyectos en los siguientes campos:
4.7 a) Reforzar la capacidad institucional del poder legislativo. Esta debe realizarse bajo los
principios de contribuir a una efectiva separación de poderes y al fortalecimiento de la re-
presentación democrática en especial de los grupos excluidos. Los órganos legislativos son
una de las instancias más importantes de articulación entre el Estado y la sociedad, al tiem-
po que desempeñan funciones claves, tanto en la elaboración y aprobación de las leyes, co-
mo en el control del poder ejecutivo. El Banco puede contribuir a la modernización del po-
der legislativo apoyando programas dirigidos a: (i) el fortalecimiento de sistemas de aseso-
ría técnica que mejoren la calidad de las leyes y ayuden a que la función presupuestaria, de
fiscalización y control se ejerza sobre bases técnicas y objetivas; (ii) la modernización nor-
mativa para eliminar obsolescencias, incorporar en los marcos legales nacionales los com-
promisos derivados de tratados y convenciones internacionales, abordar los desafíos deri-
vados del cambio tecnológico, la globalización, las nuevas formas del delito y el crimen
organizado, y superar exclusiones por causas estructurales de cualquier naturaleza; (iii) el
establecimiento de una organización y administración parlamentaria profesional, incluye n-
do sistemas que garanticen la fidelidad en el registro de los debates y las leyes y la segur i-
dad en el registro de las votaciones, así como la instalación de sistemas modernos de infor-
mación pública, documentación y biblioteca legislativa, incluyendo la conexión electrónica
con otras bibliotecas legislativas; (iv) el desarrollo de cauces de diálogo y comunicación en-
tre los órganos legislativos y la población, en especial aquellos diseñados para favorecer la
voz y participación de sectores excluidos y la definición de políticas de reducción de la po-
breza; (v) desarrollar programas de capacitación política y técnica para los líderes políticos
y parlamentarios a objeto de fortalecer el liderazgo político democrático y el sistema de par-
tidos políticos.
4.8 b) Modernizar el sistema electoral y de partidos. Los objetivos deben estar orientados a
perfeccionar los sistemas de representación evitando la exclusión de sectores de población,
especialmente los más pobres. La democracia moderna requiere sistemas electorales efica-
ces y partidos políticos que deben servir como enlace entre el Estado y la ciudadanía, movi-
lizando la participación, articulando las demandas y agregando los diversos intereses socia-
les. El Banco puede apoyar: (i) el establecimiento de autoridades electorales independie n-
tes, confiables y técnicamente capaces, incluyendo el apoyo a sus sistemas de registro y de
información; especial atención se prestará a sistemas de información y difusión que pro-
muevan la participación electoral de analfabetos y comunidades tradicionalmente excluidas;
1
A estos efectos, en la estrategia deben considerarse incluidos todos los factores estructurales de exclusión ya sean
de género o étnico-culturales o de cualquier otra índole. Para no recargar el texto y facilitar su lectura en el mismo
no se desagregan esos factores de manera específica.
13
(ii) el fortalecimiento del sistema de partidos políticos a través asistencia técnica a los órga-
nos legislativos y autoridades electorales para la adecuación del marco legal de su constitu-
ción, funcionamiento y financiación, y el desarrollo de programas de formación de lideraz-
go político democrático.
4.10 d) Fortalecer los órganos de fiscalización, control y supervisión. El objetivo debe ser ase-
gurar la transparencia y probidad en la actuación de los agentes públicos y en las transac-
ciones y gestiones del Estado. En este contexto, las instituciones de control y de lucha co-
ntra la corrupción han adquirido gran importancia. El Banco podría apoyar: (i) el incre-
mento de la capacidad técnica e independencia funcional de las instituciones de control del
desempeño de los poderes públicos como Contralorías, Tribunales de Cuentas, Auditorías,
Defensorías, Fiscalías y Procuradurías; (ii) el diseño y puesta en vigencia de mecanismos de
control de la gestión pública desde las organizaciones de la sociedad civil tales como con-
tralorías de los usuarios y auditorías cívicas, a objeto de aumentar la transparencia y evitar
sesgos discriminatorios; (iii) la incorporación en los ordenamientos legales nacionales de
las convenciones y compromisos internacionales de lucha contra la corrupción, y la revisión
de los ordenamientos legales y administrativos a objeto de evitar el conflicto de intereses y
promover la mayor transparencia e información en cuanto a las actividades y transacciones
del Estado, incluyendo la puesta en marcha de regímenes de rendición de cuentas, discipli-
narios y judiciales.
4.11 e) Apoyar los procesos de descentralización del poder político y de democratización de los
gobiernos subnacionales. El objetivo consiste en aproximar las estructuras de representa-
ción a los ciudadanos y las comunidades en las que se agrupan. Estos procesos deben pres-
tar atención a superar las deficiencias institucionales observadas derivadas de la “captura”
de las administraciones subnacionales por los intereses locales, la indisciplina fiscal, la in-
eficacia e ineficiencia en la prestación de los servicios públicos y la escasa articulación de
14
las organizaciones comunitarias con los niveles descentralizados de la gestión pública. En
este marco, el Banco apoyará: (i) el desarrollo de los procesos de descentralización prestan-
do atención a las implicaciones fiscales de los mismos y a la salvaguarda del equilibrio in-
terterritorial; (ii) el establecimiento de un marco normativo e institucional de la descentrali-
zación que clarifique la división de competencias entre los niveles de gobierno para fome n-
tar que la asignación de los recursos se dirija a fines socialmente valiosos; (iii) el impulso a
la democratización de los gobiernos subnacionales, asegurando mecanismos de representa-
ción y control, coherentes con la democracia, la transparencia y la rendición de cuentas, y
con la necesidad de integrar zonas marginadas y acercar los procesos de toma de decisión a
los ciudadanos, incluyendo el apoyo a las entidades político-administrativas vinculadas a
las comunidades indígenas en los países que las hayan reconocido; (iv) el fomento de la in-
corporación de la sociedad civil al proceso de elaboración e implantación de las políticas
locales, a través de mecanismos de participación que aprovechen su capacidad articuladora
de intereses públicos.
15
ciudadana. La actuación del Banco en este campo debe dirigirse a desarrollar un sistema de
justicia independiente, eficaz, confiable, ágil y accesible, sin discriminaciones de género,
raza y otra índole, para lo cual se podrían impulsar programas y acciones orientadas hacia:
4.14 a) Apoyar la independencia del poder judicial. Esto supone que la disponibilidad de recur-
sos presupuestarios, el nombramiento, carrera y sistema de empleo de jueces y magistrados,
y la colaboración de entidades auxiliares del poder judicial, no estén expuestos a interferen-
cias de intereses políticos o económicos, que puedan perturbar la objetivid ad e independen-
cia de las decisiones judiciales. Con este fin, el Banco podrá apoyar programas que con-
templen, entre otras, las siguientes actuaciones: (i) la creación o el fortalecimiento de siste-
mas de gobierno del poder judicial que garanticen su independencia; (ii) el establecimiento
de sistemas de acceso, carrera, perfeccionamiento, disciplina y retribuciones de jueces y
magistrados que garanticen los principios de igualdad y mérito; (iii) el fortalecimiento de
sistemas de rend ición de cuentas del poder judicial ante la ciudadanía.
4.15 b) Ampliar el acceso a la justicia. El objetivo debe ser ampliar el acceso a la justicia de sec-
tores marginados por razones geográficas, socioeconómicas, étnico- linguísticas, de género
y de otra índole. En consecuencia, el apoyo del Banco puede incluir: (i) el establecimiento
de regímenes de defensores públicos, servicios de asistencia jurídica gratuita y otros meca-
nismos que ensanchen el acceso a la justicia; (ii) la modernización de los procedimientos
judiciales para disminuir las barreras y los costes de acceso, incluyendo la simplificación
normativa; (iii) el diseño y ejecución de programas de difusión y capacitación en cuanto a
los derechos básicos de los ciudadanos.
4.16 c) Fortalecer la capacidad del sistema judicial en la lucha contra la corrupción. Siendo la
sanción judicial la forma más efectiva de disuadir comportamientos corruptos por parte de
actores públicos y privados, el Banco podrá apoyar: (i) la creación de oficinas específicas
en las procuradurías y fiscalías para la lucha contra la corrupción; (ii) la adopción y aplica-
ción por los países de los instrumentos legales necesarios, incluyendo las convenciones y
tratados internacionales para la lucha contra este tipo de delitos; (iii) el desarrollo de ins-
trumentos de transparencia que potencien el control por la opinión pública y las institucio-
nes de la sociedad civil.
16
programas de modernización y ensanchamiento de la cobertura de los registros de personas
y de bienes, incluyendo los proyectos de registro de la propiedad urbana y rural, prestando
especial atención a los sectores informales y excluidos.
4.19 f) Actualizar la normativa sustantiva y procesal. Las acciones en este campo pueden com-
prender: (i) la elaboración de nuevas leyes y su reglamentación para responder a la evolu-
ción de las necesidades sociales; (ii) la codificación de normas existentes previa simplifica-
ción y racionalización de las mismas; (iii) las modificaciones procesales que aseguren un
ejercicio expedito de los derechos y un cumplimiento efectivo y oportuno de las obligacio-
nes, así como un mayor acceso a la justicia; (iv) la modernización de los sistemas jurídicos
en la perspectiva de su convergencia y complementariedad regional para apoyar los proce-
sos de integración económica.
4.20 g) Proteger la seguridad ciudadana y asegurar control legal del uso de la fuerza. En esta
área, los proyectos del Banco buscarán compatibilizar la protección de los derechos huma-
nos y las garantías procesales con la necesidad de combatir la violencia, la criminalidad y la
impunidad que deterioran el ambiente para la inversión e imponen un costo sobre los ciuda-
danos, especialmente los más pobres. En este apartado se seguirán las orientaciones conte-
nidas en las guías preliminares para la preparación de proyectos para la reducción de la vio-
lencia en los países. 2 Las actividades en esta área pueden comprender: (i) el fortalecimiento
de las Fiscalías, Defensorías y Procuradurías del Ministerio Público y la formulación de po-
líticas de prevención del delito; (ii) el establecimiento programas de rehabilitación y sen-
tencias alternativas para reducir la reincidencia; (iii) la capacitación, equipamiento y dota-
ción de infraestructura para apoyar la medicina forense y prácticas profesionales de inves-
tigación; (iv) la informatización de las estadísticas criminales y los sistemas de registro e
información penal;(v) el fortalecimiento de las instituciones del poder ejecutivo encargadas
de asegurar el monopolio estatal y legal del uso de la fuerza, así como la subordinación de
las fuerzas armadas y de policía al poder civil.
2
CP-2190-2 “Preliminary Guidelines for the design of violence reduction projects”, 25
17
C. Estado, Mercado y Sociedad
4.22 b) Perfeccionar las instituciones de regulación económica y social. Para promover la com-
petencia en los mercados y la protección del interés general y de los grupos vulnerables es
necesario fortalecer y perfeccionar las instituciones de regulación económica y social. Las
instituciones de regulación de los mercados cumplen al menos las siguientes funciones cru-
ciales: en primer lugar definen y aseguran la eficacia de los derechos reales y contractuales;
en segundo lugar permiten canalizar información sobre las condiciones del mercado, sus ac-
tores y participantes, permitiendo una toma de decisiones más informada y transparente; en
tercer lugar, incrementan la competencia en los mercados lo que tiene consecuencias sobre
la igualdad de oportunidades, la eficiencia en la asignación de recursos y la innovación; por
último, realizan una función de protección frente a las externalidades negativas que puedan
derivarse de la actuación de las fuerzas del mercado, por ejemplo en materia de protección
18
del medio ambiente, de grupos vulnerables y del derecho de los consumidores. En estos
ámbitos las posibilidades de apoyo institucional por parte del Banco son: (i) modernizar la
legislación mercantil, financiera y concursal y racionalizar regulaciones y procedimientos
administrativos para evitar una incidencia negativa sobre la competitividad; (ii) promover
instrumentos de información que aseguren la transparencia; (iii) fortalecer la independen-
cia y profesionalidad de las instituciones reguladoras, incluyendo sus mecanismos de rend i-
ción de cuentas, promoviendo su consolidación cuando sea beneficiosa y desarrollando las
instituciones complementarias que requieren para ser efectivas; (iv) modernizar los proce-
dimientos regulatorios, promoviendo procesos transparentes y eficientes; (v) desarrollar la
normativa y los procesos e instituciones de protección de los consumidores, incluyendo
aquellos que se apoyan en la participación de grupos sociales.
4.25 e) Mejorar la gobernabilidad ambiental. El marco institucional que adoptan los países es
crítico para el desarrollo e implantación de una agenda ambiental encaminada a la gestión
eficaz, eficiente y efectiva de los recursos ambientales. En este ámbito el Banco podrá apo-
yar: (i) el reforzamiento de la coordinación intersectorial de manera que la dimensión de la
gobernabilidad ambiental sea incluida en el tratamiento de los diversos sectores producti-
vos; (ii) el fortalecimiento de las autoridades ambientales centrales y de las capacidades re-
gionales y locales para la gestión ambiental; (iii) el desarrollo, de acuerdo con lo recogido
en la Estrategia de Medio Ambie nte, de instrumentos de regulación que establezcan un
equilibrio adecuado en la distribución de costes y beneficios de la conservación y control
ambiental; (iv) la participación de la sociedad civil, especialmente de los grupos tradicio-
nalmente subrepresentados, en los procesos decisionales para el aprovechamiento, protec-
ción y conservación de recursos.
19
D. Gestión Pública
4.26 a) Desarrollar y fortalecer sistemas de servicio civil bajo criterios de mérito y flexibilidad.
El Banco apoyará el desarrollo de las políticas, regulaciones e instituciones que den soporte
a un empleo público moderno y competente, basado en los principios de mérito e igualdad.
El Banco podrá apoyar, entre otras, las siguientes actuaciones: (i) la institucionalización de
un servicio civil moderno basado en el mérito, como forma de profesionalizar la Adminis-
tración Pública, incorporando un régimen jurídico moderno y adaptado a las necesidades
actuales de la administración pública; (ii) el desarrollo de políticas y sistemas de gestión
moderna y eficiente de recursos humanos, incluyendo la selección, la promoción y la eva-
luación, que se adapten a las diversas necesidades que tienen planteados los servicios públi-
cos, con diversas modalidades de vinculación y contratación; (iii) la coordinació n y cohe-
rencia entre la política salarial pública y la política fiscal, dada la extraordinaria interdepen-
dencia entre ambas por el peso de los costes salariales de los funcionarios públicos; (iv) el
desarrollo de sistemas de información y gestión de recursos humanos que consoliden la in-
formación necesaria, permitiendo una gestión responsable del empleo público e integrada
con la gestión presupuestaria; (v) el apoyo a un dimensionamiento adecuado de las plantas
de trabajadores en las administraciones públicas, siguiendo criterios y orientaciones de ra-
cionalidad estratégica; (vi) la modernización de los sistemas pensionales de los funcionarios
públicos en coordinación con los procesos de reforma de las políticas e instituciones de se-
guridad social; (vii) el apoyo a la capacitación de los funcionarios públicos: (viii) el desa-
rrollo de las capacidades gerenciales de los gobiernos, mediante la institucionalización de
una función directiva profesional sujeta a una responsabilidad por el logro de resultados y
sometida a incentivos de la misma naturaleza.
20
4.27 b) Fortalecer la capacidad fiscal del Estado y mejorar la eficiencia y transparencia de la
gestión del gasto. Es necesario que el Estado tenga suficientes recursos para atender la pro-
visión de los bienes públicos esenciales, financiar una administración pública moderna y
competente, y fortalecer la posición de los países frente a los recurrentes choques externos
adversos. En esta dirección, y de conformidad con la Estrategia de Crecimiento Económico
Sustentable, el Banco debe orientar sus esfuerzos hacia la adecuación de la capacidad fiscal
de los países a las necesidades del desarrollo, bajo criterios de transparencia, equidad, sos-
tenibilidad y no distorsión de las fuerzas de mercado. Paralelamente, es necesario garantizar
la disciplina fiscal y una mejor gestión y control de resultados de la acción gubernamental ,
a través de la debida transparencia y proporcionando información cuantitativa y cualitativa
sobre la provisión de bienes y servicios públicos y la evaluación de la eficiencia del gasto.
En este sentido, las intervenciones del Banco pueden orientarse en las siguientes direccio-
nes: (i) el apoyo de reformas que permitan incrementar la capacidad de ingreso mediante el
fortalecimiento de organismos, procesos y sistemas de recaudación, incluyendo la moderni-
zación de las aduanas y la simplificación de la legislación y de los trámites tributarios; (ii)
el fortalecimiento de la lucha contra la defraudación; (iii) el apoyo para el desarrollo del
marco legal e ins titucional necesarios para el equilibrio y la responsabilidad fiscal, inclu-
yendo los aspectos tributarios y de control del gasto; (iv) la implantación de sistemas inte-
grales de gestión financiera y contable y el fomento de la transparencia al público de la in-
formación fiscal; (v) el desarrollo de sistemas integrales de presupuesto por resultados que
permitan la asignación de los recursos a actividades más eficientes y la focalización de las
políticas en los sectores y territorios más necesitados; (vi) la descentralización del poder de
gasto a unidades o agencias ejecutivas que se encuentran más próximas a la línea de presta-
ción de los servicios, con el establecimiento de sistemas de evaluación y control por resul-
tados en especial en aquellas unidades y programas destinados a impactar en los niveles de
pobreza y desigualdad; (vii) el fortalecimiento de las oficinas de presupuesto del poder le-
gislativo para que dispongan de capacidades técnicas suficientes en la elaboración y control
de la norma presupuestaria; (viii) el desarrollo de sistemas modernos de compras y contra-
tación pública, integrados en la gestión presupuestaria y que posibiliten la máxima transpa-
rencia, rigor y competitividad en las adquisiciones, aprovechando las posibilidades que
ofrecen las nue vas tecnologías de la información.
21
responsables de la coordinación, planificación y ejecución de las políticas de lucha contra la
pobreza, incluyendo la institucionalización de las mismas como políticas de Estado.
4.29 d) Modernizar las formas de gestión de los servicios públicos. Esto supone hacerlos más
receptivos a las demandas de los ciudadanos, especialmente de sectores tradicionalmente
excluidos. La gestión de los servicios públicos puede realizarse bajo una variada gama de
dispositivos institucionales. En estos pueden combinarse de forma diferente el papel del Es-
tado (con sus distintos niveles de gobierno), el mercado y la sociedad civil en las diversas
funciones de planificación, regulación, financiación y producción. No hay formas universa-
les de prestación de los servicios, sino que en cada caso hay que elegir la mejor alternativa
en función de las circunstancias concurrentes. El Banco apoyará a los países en el estable-
cimiento de las fórmulas de gestión que generen los mayores incentivos a la calidad, la efi-
cacia y la eficiencia, incluyendo: (i) el establecimiento de agencias y entidades ejecutivas
bajo un régimen de gestión por resultados; (ii) la creación de oficinas unificadas (ventani-
llas únicas) para la prestación de servicios; (iii) el mejoramiento en la focalización y geren-
cia de los programas orientados a eliminar la pobreza; (iv) el recurso al mercado y a las or-
ganizaciones de la sociedad civil (contrataciones, concesiones y terciarizaciones) para la
producción y financiación de los servicios cuando el mismo proporcione los mejores resul-
tados; (v) el fortalecimiento de las capacidades sectoriales de definición de políticas en ca-
sos de descentralización o prestación indirecta de los servicios; (vi) la creación de capaci-
dades de control de los servicios prestados; (vii) la transferencia de competencias hacia los
gobiernos subnacionales, el desarrollo de instrumentos de coordinación intergubernamental
de carácter horizontal y vertical para promover las economías de escala en la prestación de
servicios y la corrección de desequilibrios territoriales a través de la coordinación de accio-
nes multisectoriales; (viii) el desarrollo de la capacidad institucional de los gobiernos sub-
nacionales para la prestación eficaz y eficiente de los servicios públicos, incluyendo la dis-
ponibilidad de un servicio civil profesional, el fortalecimiento de su capacidad fiscal a tra-
vés de sus propios ingresos y la existencia de un marco de disciplina presupuestaria y co-
rresponsabilidad fiscal por parte de los entes territoriales.
22
tos normativos y de infraestructuras para apoyar al desarrollo tecnológico y la innovación,
con énfasis en la conectividad interna y externa en todo el territorio; (iv) la puesta en línea
de los servicios públicos buscando mejoras tangibles de accesibilidad, eficiencia y transpa-
rencia; (v) el establecimiento de cauces de colaboración entre el sector público y el privado
para la extensión de la sociedad de la información y el gobierno electrónico.
5.1 Para la implementación de la estrategia el Banco cuenta con diferentes instrumentos y ser-
vicios tanto a nivel nacional como a nivel regional y subregional. Varios de esos instru-
mentos han sido objeto de esfuerzos recientes de actualización y reconfiguración, tales co-
mo la creación de los instrumentos flexibles de préstamo y la adopción de nuevas directri-
ces para los documentos de país (ahora “estrategias de país”), así como la posible creación
de nuevos instrumentos de financiamiento que se encuentran bajo estudio. Si bien dichos
instrumentos y servicios no se han dis eñado exclusivamente para las acciones del Banco en
el área de modernización del Estado, esos cambios son muy positivos para posibilitar la
implementación de la presente estrategia. Como se verá a continuación, el Banco dispone
de instrumentos muy adaptables a los requerimientos del cambio y desarrollo institucional.
5.2 En primer lugar, a nivel nacional, la acción del Banco contribuye a la formulación de las es-
trategias y las políticas de desarrollo de los países mediante:
i) Las estrategias del Banco para cada país, en los cuales se define la estrategia opera-
cional del Banco en un país para un período determinado y se fijan las pautas pro-
gramáticas para el diálogo del Banco con las autoridades nacionales. Como se anotó
antes, estas estrategias y el ejercicio de programación con cada país, son el instrumen-
to más importante para articular esta estrategia -con su oferta amplia y diversificada
de temas - con las particulares necesidades y circunstancias de cada país. De las par-
ticularidades de cada país deberán deducirse tanto los criterios de priorización para la
acción del Banco, como la identificación de aquellas áreas en la cuales el Banco tiene
ventajas comparativas. De la misma forma, esas estrategias de país sirven para ident i-
ficar aquellos campos en los cuales el Banco deberá estrechar su coordinación con
otras agencias de cooperación.
ii) Las estrategias nacionales de reducción de la pobreza, que además de su contenido in-
trínseco, consolidan las bases para la mejor coordinación y articulación con otros or-
ganismos financieros multilaterales y agencias de ayuda externa, en los países de la
región que requieren más urgentemente del apoyo externo.
iii) Los estudios sectoriales que apoyan la formulación de las estrategias del Banco para
cada país y las de reducción de la pobreza mediante el análisis de problemas críticos y
la identificación de prioridades de acción, de conformidad con las particularidades de
cada país. En este tema ha sido reconocida la importancia crítica de los diagnósticos
de capacidad institucional en el conjunto del sector público.
23
iv) Los estudios de diagnóstico institucional y, en particular, la realización conjunta con
otras agencias internacionales de cooperación de trabajos analíticos que permiten una
amplia visión de los problemas instituc ionales de los países (como los Country Finan-
cial Accountability Assessments y los Public Expenditure and Management Review).
v) Los diálogos de política a nivel nacional, en tanto ayudan a identificar lecciones, in-
tercambiar experiencias, estructurar age ndas específicas de desarrollo y formar con-
sensos sobre las mismas.
5.3 En segundo lugar, los instrumentos financieros del Banco se han ido diversificando progre-
sivamente, de manera que los préstamos de inversión3 , los préstamos sectoriales y las co-
operaciones técnicas nacionales, han abierto nuevas posibilidades para apoyar el desarrollo
institucional. Más abajo se sugiere que el uso de instrumentos de diferentes tipos, en forma
coordinada entre sí y con los estudios sectoriales de base y las estrategias de país, será de
particular importancia para la implementación de esta estrategia y para profundizar y hacer
más eficaz la acción del Banco en este campo.
5.4 Por otra parte, a nivel regional, los instrumentos no financieros con que cuenta el Banco in-
cluyen la cooperación técnica regional, mediante la cual se colocan temas de alta importan-
cia en la agenda de los países prestatarios y se llevan a cabo actividades de investigación,
diseminación, capacitación y formación de consensos. También están los Diálogos Regio-
nales de Políticas con los formuladores de políticas de los países prestatarios, que ayudan a
identificar lecciones, intercambiar experiencias y estructurar agendas específicas de desa-
rrollo. Adicionalmente, el Banco cuenta con instrumentos no financieros aplicables a este
ámbito, como los documentos de política, lineamientos sectoriales, estudios de lecciones
aprendidas y buenas prácticas, y estudios analíticos sectoriales, entre otros.
5.5 El análisis de los instrumentos con que cuenta el Banco para la implementación de la estra-
tegia de modernización del Estado, a la luz de las lecciones aprendidas, lleva a efectuar las
siguientes consideraciones:
ii) El éxito de esta estrategia depende tanto de que los instrumentos necesarios estén dis-
ponibles y se seleccionen adecuadamente en cada situación, como de la manera como
los mismos se articulen entre ellos. Por ejemplo, se pueden abordar operaciones com-
plejas de modernización institucional, mediante etapas iniciales de análisis, formación
de consenso y logro de capacidades institucionales mínimas, que se pueden financiar
mediante operaciones de cooperación técnica y de los instrumentos flexibles de prés-
3
Dentro de los préstamos de inversión se cuenta hoy con los “instrumentos flexibles de préstamo” que incluyen los
préstamos de innovación, los préstamos de apoyo a la preparación y ejecución de proyectos, los préstamos por fases
y las facilidades sectoriales entre las cuales hay una específica para desarrollo institucional.
24
tamo 4 , dando lugar posteriormente a préstamos tradicionales, sectoriales y/o por fa-
ses, de mayor envergadura. También, por la naturaleza de los cambios institucionales
que requieren los países, se estima que será frecuente el uso de operaciones por fases
como forma de apoyar el proceso de reforma y consolidar el apoyo de largo plazo del
Banco.
iii) Las operaciones del área de modernización del Estado suelen ser de formulación más
compleja que los proyectos de otro tipo y muchas veces requieren de actividades que
no están contempladas en el ciclo tradicional de los proyectos. A pesar de que el Ban-
co dispone de una gama de instrumentos financieros bastante amplia y en expansión,
la experiencia indica que algunos de ellos tienen limitaciones. Por lo tanto se conside-
ra necesario intensificar, con esta finalidad, el uso de recursos de fondos en fideico-
miso con este propósito. Del mismo modo, se propone la utilización de recursos del
Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) cuando sea factible y coherente con su
misión (como ha sido el caso de las operaciones FOMIN para apoyar el estableci-
miento de Centros de Arbitraje y Resolución Alternativa de Conflictos, o bien el esta-
blecimiento de marcos regulatorios apropiados para el sector privado).
4
Particularmente, los préstamos de innovación, la facilidad de preparación y ejecución de proyectos y las facilida-
des sectoriales.
25
Por las razones anteriormente anotadas se considera de especial importancia lograr la arti-
culación entre esta Estrategia y las estrategias de país toda vez que la acción del Banco debe
generarse en la demanda de los países, de acuerdo a sus particulares circunstancias, y no en
modelos preestablecidos. En particular, se propone la realización de las siguientes activida-
des:
d) La elaboración de guías operativas para orientar la acción del Banco para las cua-
tro áreas de actuación identificadas. Cada guía incorporaría las metodologías ne-
cesarias, los procedimientos a seguir, los puntos de decisión y las instancias res-
ponsables.
h) El desarrollo de perfiles profesionales en el seno del Banco para generar las capa-
cidades que requiere la implantación de la estrategia, entre otras acciones median-
te la diseminación al personal del Banco de los contenidos de la Estrategia de
Modernización del Estado. Especial atención deberá prestarse a las necesidades
del personal de las oficinas de país sobre el cual recae el seguimiento permanente
de los proyectos y el ajuste de los mismos cuando cambios en las circunstancias
así lo demanden.
5.7 El Banco ha venido fortaleciendo su capacidad profesional para apoyar a los países en el
campo de la reforma y modernización del Estado. El establecimiento en los Departamentos
26
Regionales Operacionales de divisiones especializadas en el tema ha sido un paso significa-
tivo en esa dirección. Se reforzará la coordinación e intercambio de experiencias entre esas
divisiones y con los Departamentos Centrales, a través de redes temáticas de especialistas
en los diversos ámbitos de acción de la Estrategia. Al mismo tiempo, se fortalecerá la coor-
dinación con las Divisiones de País para que las estrategias de país y los ejercicios de pro-
gramación reflejen las prioridades de reforma institucional en los países. Igualmente, se re-
forzará la colaboración entre los departamentos centrales del Ba nco para la realización de
las actividades de recolección de información, análisis e intercambio de conocimiento con
respecto a los temas de modernización del Estado.
Indicadores de producto
6.2 Estos indicadores miden la actividad del Banco en el ámbito cubierto por la estrategia: i)
número y monto de los préstamos en el área de modernización del Estado y en cada uno de
los campos de acción definidos en esta estrategia; ii) número y monto de cooperaciones
técnicas; iii) número de diagnósticos institucionales realizados; iv) número de documentos
de país con un diagnóstico institucional y de gobernabilidad; v) número de estudios de me-
jores prácticas de operaciones del Banco; vi) número de guías operativas elaboradas; vii)
número de eventos diseminando mejores prácticas; viii) número de eventos de diálogo con
cada país y con grupos de países de la región; ix) número de estudios evaluando el impacto
final de los proyectos del Banco y el cumplimiento real de sus objetivos finales. En partic u-
lar se espera elaborar diagnósticos institucionales para todos los países para Diciembre del
2006.
Indicadores de resultados
6.3 Estos indicadores tienen como finalidad evaluar los resultados de los proyectos de Moder-
nización del Estado con base a los informes de seguimiento de la ejecución de los proyec-
tos, los informes de terminación de proyectos y los sistemas de alerta para proyectos. Para
este efecto los proyectos, siguiendo la metodología del marco lógico, deben identificar indi-
cadores de resultados, con base a objetivos conectados a las áreas de actuación definidas en
esta estrategia. Como parte del plan de trabajo de la imp lantación de esta estrategia se pon-
drá a disposición de las divisiones operativas una nota técnica con indicadores de resultados
en las áreas de actuación identificadas. No debe olvidarse que con el fin de hacer posible
27
esta evaluación durante la preparación del proyecto es necesario que se realice un análisis
de la línea de base que mida la situación del país con relación a estos objetivos.
Indicadores de impacto
6.4 Estos indicadores tienen como finalidad evaluar el progreso en el logro de los objetivos fi-
nales de la estrategia de modernización del Estado, en cada uno de sus campos de acción.
La medición de impacto se realizará a nivel de país, de acuerdo con las metas que en mate-
ria de gobernabilidad y desarrollo institucional se hayan incluido en la estrategia del Banco
para cada país. Hay que advertir, no obstante, sobre la dificultad intrínseca que entraña este
tipo de evaluación ya que las condiciones de gobernabilidad de un determinado país, y su
desarrollo institucional, dependen de un conjunto de factores que van más allá del impacto
de la acción del Banco a través de los proyectos de modernización del Estado. Dada la im-
portancia de estos factores exógenos, que con frecuencia tienen un efecto predominante,
puede ser difícil atribuir a los proyectos y otras actividades del Banco los cambios observa-
dos en la situación de los campos de acción a los que esta estrategia se refiere.
6.6 La implementación de esta estrategia dependerá de las prioridades que establezcan los paí-
ses, las circunstancias que los mismos enfrenten y los recursos disponibles. Una evaluación
de la implementación de la estrategia, que distinga entre los ámbitos de acción que son res-
ponsabilidad del Banco y los que son responsabilidad de los países y/o de factores exóge-
nos, será realizada al cabo de cinco años de su vigencia.
28
ANEXO I
Objetivo: Mayor estabilidad política y Objetivo: Estabilidad Política. Objetivo: Inclusión Política.
mejor ambiente para inversión y cre-
cimiento. Mejor representación de los
pobres y sectores excluidos en el pro-
ceso de formulación y ejecución de
políticas públicas.
e) Descentralización del poder polí- • Desarrollo económico regional. • Descentralización para la inte-
tico gración de zonas marginadas y
acercamiento decisión a los afec-
tados.
Objetivo: Mayor seguridad jurídica Objetivo: Seguridad jurídica. Objetivo: Reconocimiento efectivo
que es indispensable para la inversión de derechos para los pobres y grupos
y el crecimiento y mayor cobertura y marginados.
acceso a la justicia especialmente de
sectores excluidos.
b) Programas de acceso a la justicia • Reducción costos de transacción. • Acceso efectivo para los pobres.
Objetivo: Mejores instituciones y po- Objetivo: Competitividad y eficiencia Objetivo: Ensanchamiento y amplia-
líticas para promover la competencia de los mercados. ción de los mercados y de las oportu-
y el desarrollo, que son indispensa- nidades económicas de los más desfa-
bles para el crecimiento económico vorecidos.
sustentable y la ampliación de opor-
tunidades para los pobres.
c) Instituciones para el dis eño de • Instituciones y políticas de pro- • Participación de sectores exclu i-
políticas activas e inclusivas. moción del desarrollo económi- dos en formulación de políticas
co. públicas; formalización de acti-
vidades de pequeñas y microem-
presas; políticas e instituciones
que incorporan al mercado a gru-
pos excluidos.
D. GES TIÓN PÚBLICA Modernización de la gestión Gestión pública para la equi dad
públ ica
Objetivo: Mayor eficiencia de la ges- Objetivo: Eficacia y eficiencia de los Objetivo: Focalización de políticas y
tión pública en diseño y ejecución de servicios. recursos en los pobres.
políticas necesarias para el creci-
miento y para la atención de las nece-
sidades de sectores excluidos.
b) Capacidad fiscal y eficacia y • Ampliación de la capacidad fis- • Mayor capacidad fiscal del Esta-
transparencia del gasto cal, mayor transparencia y ges- do en la lucha contra la pobreza y
tión del gasto mayor transparencia y eficacia
para la equidad social
d) Gestión de los servicios públicos • Modernización de la prestación • Mejoras en gestión de gasto pú-
de los servicios públicos blico social y en la part icipación
de las organizaciones comunita-
rias en la gestión
e) Mayor uso de tecnología de in- • Aplicación de nuevas tecnologías • Mejorar la accesibilidad de los
formación y comunicación para mejorar eficiencia y transpa- pobres a los servicios mediante
rencia, por ejemplo en compras nuevas tecnologías
públicas
GRÁFICOS Y CUADROS
GRÁFICO 1 GRÁFICO 2
5
0.9
Desarrollados
0.8
4
Sur este Asiático
0.7
América Latina 3
0.6 Medio Oriente
0.5
2
E u r o p a del este
0.4
América Latina 1
0.3
Resto d e A s i a 0
0.2
1970s 1980s 1990s
Africa Países de Ingresos Altos América Latina
GRÁFICO 3 GRÁFICO 4
7
9
6
8
5 7
4 6
5
3 4
2 3
2
1
1
0 0
Países de Ingresos Altos América Latina Países de Ingresos Altos América Latina
GRÁFICO 5 GRÁFICO 6
7 8
6
6
4
5 2
4 0
3 Empleo del gobierno Costo del empleo público Salarios promedios del
2 central como % de la del gobierno central gobierno central como
población como % del PIB multiples del PIB per
1
capita
0
Países de Ingresos Altos América Latina
Principio de los años 80 Principio de los años 90
GRÁFICO 7
80
60
40
20
0
Apoyo a la democracia Satisfacción con la democracia
1996 2001
CUADRO 1: LA DEMOCRACIA EN LOS MANDATOS DE LAS CUMBRES DE J EFES DE ESTADO
Y DE GOBIERNO
• Los proyectos más exitosos han sido liderados por el prestatario e implantados
por una unidad permanente y cualificada.