La Revolución de Mayo Moreno, Castelli, Monteagudo y Sus Discursos Políticos
La Revolución de Mayo Moreno, Castelli, Monteagudo y Sus Discursos Políticos
La Revolución de Mayo Moreno, Castelli, Monteagudo y Sus Discursos Políticos
La visión más habitual de la Revolución de mayo de 1810 en los discursos y prácticas políticas de
los dirigentes criollos más radicales, los asimila al modelo jacobino de la Revolución Francesa.
Las investigaciones recientes modificaron las formas tradicionales de aproximarse al tema.
Paul Groussac se enfrenta a la tradición liberal seguida por Piñeiro, sostiene que la formación
filosófico-política de los revolucionarios era muy débil, y más aún, que desconocían el proceso
político francés. Atribuye la autoría de el Plan de Operaciones a un partidario terrible y exaltado
de Moreno.
Para José Ingenieros, la acusación de jacobino hacia Moreno, fue su mas legitimo titulo de gloria
desde el punto de vista de la revolución. Los revisionistas de comienzos de nuestro siglo se
opondrán a esta visión de la Rev. de mayo al sostener – por ejemplo, Carlos Ibarguren- la tesis
del complot. Este ultimo autor califica a Moreno y a sus adeptos como hombres del terror que
por medio de las doctrinas anárquicas y antisociales quisieron desatar una guerra interminable
en contra de los españoles.
La idea de que la independencia fue concebida como fruto de un proceso de maduración interna
apoyada en la existencia de un grupo social con conciencia de clase, que requería de la
independencia para su desarrollo y elaboración, fue reemplazada por la idea mas plausible de
un proceso independentista como efecto de la crisis de las monarquías ibéricas, fue necesario
que al colapso español se uniera la presión británica para crear en los criollos la convicción de
que un gobierno propio era posible. Esta nueva visión requirió una reformulación de la ideal
según la cual la ilustración rioplatense preparo intelectualmente al movimiento de
independencia.
Carlos José Chiaramonte considera que una revisión de los orígenes y conformación de la
cultura ilustrada rioplatense no puede menos que reconocer como un tema centra la relación
cultura eclesiástica-cultura ilustrada. Esta relación contradictoria, ha sido llamada ilustración
católica. Define al conjunto de escritos correspondientes al periodo de la ilustración rioplatense
e indica una necesidad de recortar y distinguir los intentos de renovar la Escolástica mediante
ciertas limitadas aperturas al pensamiento moderno. Bajo esta nueva perspectiva no tiene
sentido el estudio de las fuentes ideológicas
Pilar Gonzales se propone dar respuesta a las preguntas de en qué medida y hasta qué punto la
revolución de independencia fue en la manera que la Rev. francesa una revolución moderna,
política, y democrática, arribando a las conclusiones que muestran las distancias con el caso
francés.
Ricardo Caillet Bois logro sacar a la luz que la filosofía francesa del siglo XVIII era conocida por
la elite ilustrada de la sociedad colonial, así también como los principales sucesos políticos de la
Rev. francesa, gracias a correspondencia, de estas declaraciones se desprendía que no sólo la
elite colonial tenía cierto nocimiento de los sucesos franceses, sino igualmente el pequeño
mundo de .peros, panaderos y dueños de tiendas rioplatense: aunque, y según parece, sólo los
grandes momentos de la Revolución habrían retenido la atención de los pobladores. Con la caída
de Robespierre se expanden las versiones termidorianas sobre la Revolución que lo convirtieron
en el símbolo de un régimen de terror y sangre. Los rioplatenses se vuelven más bien hostiles a
la Revolución. No obstante, afirma Caillet Bois, un círculo afrancesado continuará durante la
Rev. de Mayo sosteniendo las enseñanzas de 1789.
Dean Funes tachó en su segunda autobiografía de 1826 los nombres de Aristóteles y Platón, para
reemplazarlos por los de Pufendorf, Condillac, Rousseau y Mably como los autores que nutrieron
su espíritu. Tal actitud respondió al afán Deán de ponerse a tono con los admiradores de la
Revolución Francesa que urgieron, según Furlong, entre 1813 y 1820. En efecto, al emprender
la tarea emancipadora los criollos tenían a su alcance no solo las ideas ilustradas sino igualmente
en ejemplos históricos, como fueron las Revoluciones Norteamericana y la francesa. De modo
que muchos de los elementos doctrinarios adquiridos por los revolucionarios habían dejado de
ser ideas abstractas para convertirse en realizaciones históricas. Surge entonces la pregunta de
qué sabemos sobre el impacto de la Revolución Francesa durante la Revolución de Mayo.
Se puede ver en primer lugar una cierta presencia simbólica de la rev. francesa durante la rev.
de mayo, que se refleja en los emblemas patrios (laureles, sol, manos tomadas en los escudos
patrios) y en las asambleas y reuniones patrióticas (la voz del ciudadano y el gorro frigio).
Donde la referencia a la Revolución Francesa es más frecuente es cuando se la utiliza como arma
política para desprestigiar al adversario. La imputación de jacobino en el Río de la Plata
constituye así y ante todo una etiqueta denigratoria. La referencia al jacobinismo surge como la
cristalización conceptual de un enfrentamiento local: que opuso en 1810 al moderado
presidente de la Junta al secretario de la misma, Moreno es acusado de jacobino por su
temperamento político enérgico, su prédica igualitaria, el firme control sobre los otros
integrantes de la junta y las medidas de terror en contra de los enemigos del régimen, Castelli
es considerado jacobino por promover la creación de sociedades patrióticas y por su firme
voluntad independentista.
De manera que, si bien es indudable que términos esenciales del nuevo vocabulario
revolucionario rioplatense -como libertad, igualdad, fraternidad, soberanía popular, derechos
naturales- remiten al discurso político jacobino, no representan, sin embargo, las mismas
realidades.
La noción de revolución elaborada por Moreno encuentra una expresión coherente, aunque no
exenta de contradicciones, en la serie de artículos publicados en los números de la Gaceta
correspondientes a los meses de noviembre y diciembre de 1810. Permite observar que esa
noción es al mismo tiempo resultado de una serie de deslizamientos de sentido en ciertos
enunciados, y de la aparición de otros como efecto de coyunturas determinadas. Cada etapa de
ese trayecto se define por el surgimiento de un nuevo enemigo: pueblo/autoridades coloniales,
pueblo/españoles europeos, pueblo/rey, pueblo/criollos moderados.
Nos muestra, asimismo, que detrás de la adhesión encubierta real hay una crítica al conjunto
del fenómeno colonial en América. En los meses de gobierno revolucionarios los ataques se
dirigen con prioridad a altos funcionarios españoles; virrey, intendentes, oidores, fiscales o
diplomáticos de la Corona. En efecto, el nuevo poder invoca la defensa del rey Fernando VII para
legitimar la revolución. De esta manera al elegir el apoyo de la legitimidad monárquica, que en
principio no cuestionaría el poder colonial que une a los pueblos americanos con su metrópoli,
los revolucionarios sólo reconocen como enemigos a las autoridades que se oponen en forma
violenta o conspirativa a sus proyectos.
Ser patriota cobra aquí un nuevo significado, en adelante significará ser antiespañol. El bloqueo
del puerto de Buenos Aires por los marinos españoles de Montevideo el 24 de agosto, los
ataques armados del gobierno del Paraguay y la creciente oposición manifestada por los
españoles europeos en todas las provincias del Interior, conducen a la Junta a tomar nuevas
medidas de defensa consecuencia de las cuales al 17 de octubre son destituidos todos los del
Cabildo de Buenos Aires. Moreno envía circulares a las provincias ordenando que se
intensifiquen las medidas punitivas contra los enemigos interiores.
La manera con la que Moreno se esfuerza desde sus primeros discursos en mostrar las bases del
poder de los españoles europeos y el sistema que los sostiene no surge solamente de la
necesidad de informar sobre los fundamentos que guían la acción de la Junta, sino que hace a
su propia concepción de la revolución, donde la educación política constituye una de las piezas
fundamentales.
1) El control político de las provincias del Río de la plata, ligado a la mejora de condición
económica de sus habitantes.
2) La incorporación de las provincias a la nueva causa y la constitución de un nuevo ejército
patriota.
3) Política de terror para vencer al enemigo. La idea de una solidaridad económica
acompañada del ejercicio de los derechos políticos como base de una solidaridad moral
entre los nativos de las provincias y la Junta de Buenos Aires, se encuentra así en el
centro de las Instrucciones.
La nueva situación creada por incorporación de los diputados provinciales más adictos a
Saavedra que a Moreno, produjo, el 18 de diciembre, el aplazamiento de la reunión del congreso
y alejamiento definitivo de Moreno.
Los principios singulares del Contrato Social de Rousseau los que darán a Moreno el instrumento
teórico para pensar la revolución. Moreno da existencia a la comunidad americana
independientemente de toda legitimidad exterior. Lo que le interesa aquí poner es el contrato
que une a los ciudadanos entre si: es decir, el contrato cual un pueblo es un pueblo. Por otra
parte, la traducción en la práctica de teoría de la soberanía popular tiene consecuencias
revolucionarias para el Río Plata, porque conduce necesariamente a la independencia: embargo,
el amor que el pueblo profesa al rey cautivo vuelca la balanza a su favor, aunque no faltan, según
Moreno, principios sublimes de la política para una absoluta prescindencia del mismo.
El pacto colonial se verifica como un falso contrato debido a que surgió la fuerza y de la
violencia impuesta por la conquista española.
La conciencia de una divergencia entre españoles europeos y criollos fue el primer estimulo que
comprometió a todos en la decisión de crear un gobierno propio. La lista de agravios imputados
por Moreno a la Metrópoli es ampliamente compartida por el de sectores, que, debido a su
prosperidad, deseaban controlar tos del antiguo virreinato ante la caída de la Metrópoli. La
actitud revolucionaría se observa en consecuencia en todos los que participaron de una forma
u otra en la revolución. Separarse de España o de su rey no bastaba, era necesario proclamar la
republica inspirada en principios igualitarios.
El 3 de diciembre una circular de la Junta redactada por Moreno dispone exclusión de los cargos
públicos del español europeo. Esta medida acelera la ruptura entre Moreno y Saavedra. Los
revolucionarios moderados consideran que Moreno y los suyos fueron demasiado lejos.
La doctrina bajo la cual se constituyó la Primera Junta fue presentada por Juan Castelli en el
Cabildo abierto del 22 de mayo de 1810. Con la disolución de la Central había caducado el
gobierno soberano de España y se producía de acuerdo a la tradición española la reversión de
los derechos de la soberanía al pueblo, y su libre ejercicio en la instalación de un nuevo gobierno.
Pero el nuevo criollo, lejos de proclamar la independencia, prestó solemne juramento de
mantener íntegros los derechos de Su Majestad el Rey Fernando.
El 6 de septiembre de 1810 Castelli es nombrado representarte de la Junta en la expedición
libertadora en el Alto Perú. Su pretensión -reafirmada en cada documento emitido desde ese
cargo- de continuar manteniéndose dentro de los límites de la legitimidad monárquica, no
oculta, asimismo, su convicción de que ando Vil no volverá jamás a reinar, y de que España está
irremediablemente perdida. Muestra que, la preocupación de los revolucionarios, conscientes
de la divergencia entre ellos y las autoridades coloniales, se dirige hacia la urgente pregunta de
quién decidirá la suerte de América.
Instalación del nuevo gobierno constituye igualmente para Castelli mucho más un cambio de
personas. Es el inicio del reino de la naturaleza y de la razón frente al despotismo de las
autoridades coloniales. Los antiguos súbditos americanos se convierten ahora en ciudadanos de
las legiones de la patria y la guerra hasta el exterminio de los tiranos según Castelli.
Pero no es la vehemencia de las proclamas de Castelli, con el llamado a guerra a muerte contra
el enemigo, lo que más inquieta a las autoridades españolas, después de todo las de éstos
últimos no eran menos vehementes, sino que el contenido de su programa revolucionario con
la política filo indigenista propuesta por Castelli amenaza el estatuto sólidamente arraigado de
las castas altoperuanas.
La liberación indígena es sin lugar a dudas un arma de guerra necesaria para un ejército que
requiere hombres y recursos, asimismo -y esto es lo que nos interesa subrayar aquí- forma parte
de la concepción de la revolución de los morenistas. En las Instrucciones secretas redactadas
por Moreno para la Expedición al Alto Perú se establece que debe levantarse a la indiada.
Castelli introduce, la noción de derecho natural, según la cual debe distinguirse el derecho de la
ley que lo expresa. Lo primero es el derecho que coloca en un pie de igualdad a todos los
hombres que tienen alguna reivindicación para formular. El derecho es así la expresión de las
disposiciones tecnológicas con las cuales la naturaleza ha dotado a todos los hombres por
igual.
En esta concepción se fundamenta la proclamación del fin de la servidumbre gena realizada por
Castelli el 25 de mayo de 1811 frente a las ruinas de Tiahuanaco. Lo establece así la libre elección
de los caciques por sus comunidades y la eliminación de los privilegios de propiedad o de sangre
de que gozaban estos jefes. Asimismo, ordena la realización de elecciones libres en cada
parroquia de indios, a fin de designar un diputado para el congreso general de las provincias del
antiguo virreinato. Castelli afirma “Amo a todo americano”.
Tres revolucionarios que constituyen nuestro objeto de estudio, Monteagudo fue el único que
sobrevivió a la Revolución de Mayo; aunque encontró la muerte unos años después en Lima. En
1823 redacta una memoria sobre los principios que siguió en la administración del Perú, a donde
llegó junto al ejército libertador de San Martín. En ella nos aporta interesantes reflexiones su
acción pasada en el Río de la Plata.
Escribe al respecto “ser patriota, sin ser frenético por la democracia era para mí una
contradicción, y este era mi texto”
“La virtud y el mérito sólo servían para atraer los rayos del despotismo sobre las cabezas más
ilustres”
El pueblo tampoco comprende-según Monteagudo- que todas las condiciones son iguales sólo
ante la ley. Esta es una restricción que no alcanzan a entender los que al oír proclamar la libertad
y la igualdad creen que la obediencia ha cesado. Otros términos, Monteagudo previene sobre el
peligro de una igualdad social impuesta por el número y robustez de los sometidos.
En enero de 1812 resurge él club Tenista con el nombre de la Sociedad Patriótica. Monteagudo
se convertirá en su principal portavoz. Una enumeración negativa de los males y conflictos que
sobrevinieron a la de Moreno, Monteagudo busca valorar el rol desempeñado por el secretario
durante el periodo en que dirigió la revolución. Saavedra es designado el mayor responsable de
los desastres sobrevenidos a la muerte de Moreno. Junto a las responsabilidades personalizadas,
Monteagudo advierte que el problema de la inacción revolucionaria reconoce razones más
profundas.
Tiene desde esta visión de la Revolución, el objetivo de indicar un camino para el conjunto de
las tendencias que participan en la Revolución. Porque la Revolución, aunque producto de los
conflictos europeos; forma parte de un proceso revolucionario mundial que la Revolución de la
Independencia norteamericana había inaugurado.
“Que cosa tan extraña dar título de ciudadano en nombre del rey. Oh máscara tan inútil como
odiosa a los hombres libres”
La Revolución es así, ante todo, una revolución por la independencia. Pero, esta idea no debería
conducirnos a suponer, -como generalmente se hizo- que se trata de declarar la Independencia
de lo que ya empezaba a ser una nación. La crítica que realiza Monteagudo a la política de la
Junta nos revela que detrás de los principios, la realidad sobre la cual se gestado el movimiento
de independencia era más compleja, pues -según Monteagudo— una de las causas
fundamentales de los fracasos de la primera Junta debió justamente a que en lugar de un plan
de conciliación con las provincias adoptó uno de conquista. Así, la Junta no debió pedir la
adhesión de las provincias, bayonetas en mano, sino proponer un régimen confederado, puesto
todos los pueblos tenían iguales derechos.
La ilustración es para Monteagudo el garante de la felicidad del nuevo sistema, al igual que
Moreno, Monteagudo insiste en la necesidad de hacer con hechos y no con palabras la
revolución.
La Asamblea del año XIII significa, en parte, el triunfo de la línea revolucionaria, debido a que en
la fórmula de su juramento queda excluida la fidelidad a Fernando VIII. La Asamblea decreta la
libertad de prensa; la libertad de vientre: la extinción del tributo, la mita, el yanaconazgo y el
servicio personal; la supresión de los títulos y signos de nobleza: y la eliminación de los
mayorazgos, pero ni la independencia es declarada ni ninguno de los proyectos de constitución
presentados serán aprobados por los diputados.
Esto debe sumarse el hecho de que San Martín, quién se mantiene más cerca de los objetivos
originarios de la Logia, se aleja de Alvear, que ve a la organización como un instrumento político
destinado, más que extender la Revolución, a consolidar sus posiciones dentro de los límites
impuestos por la nueva coyuntura internacional. Alvear desplazará finalmente a su antiguo
compañero de armas y se convertirá en el jefe de la Logia.
Monteagudo decide acompañar esta política de concentración del poder en una sola persona,
lo que lo obligara al exilio luego de la caída de Alvear en 1815.
Avances anti napoleónicos en Europa habían terminado por cuestionar cada vez más la ideología
revolucionaria y republicana de la Logia y la sociedad Patriótica, obligándolos a tomar el camino
de la moderación, si a esto suman los permanentes conflictos con el Litoral, se puede
comprender porqué produce ese estrechamiento de objetivos que lleva a muchos miembros de
la a considerar que la supervivencia de la Revolución dependía de la conservación del poder en
manos de un grupo reducido.
Los segundos favorecidos serán los indígenas. La reivindicación de los derechos de los indios no
nos sorprende aquí si recordamos que Monteagudo fue el secretario de Castelli y su firma se
encuentra en la copia la declaración de Tiahuanaco. Monteagudo afirma que no puede
confundirse la igualdad con su abuso, para luego establecer que el magistrado y el súbdito son
iguales en sus derechos, pero el segundo debe obediencia al primero. Monteagudo advierte,
con la utilización del modelo de la Revolución Francesa, sobre los peligros de la democratización
de los sectores populares. La generalización de la ilustración en todas las clases es lo que condujo
-afirma- a la multiplicación de sectas y partidos que pasando de un extremo al otro.
Esta idea lleva a Monteagudo a excluir de los derechos de ciudadanía a los que están bajo el
dominio de otro, así como a los que no acrediten saber leer y escribir; aunque los extiende a los
labradores de la campaña. Igualmente se establece una clasificación entre el sufragio personal,
otorgado a los que poseen propiedad o renta, y el sufragio representativo, conferido a los que
no gozan de ellas.