Oscar Teran para Leer El Facundo PDF
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OSCAR TERÁN PARA LEER EL FACUNDO 15
un proceso de civilizaciones que avanzan de manera homogénea LA GENERACIÓN DEL '37
Y unilineal, introduce la noción de que cada nación es una totalidad
eo_sLmiSIJla, que posee una finalidad en SÍ y que por ende cada ..
·--;ación, cad~-pueblo, vale tanto como cualquier otro. Pondrá por
eso el acento en los usos y costumbres de cada país, ante los cuales
deben rendirse las importaciones de otras zonas culturales, pro-
pugnando en consonancia que las leyes jurídicas deben adecuarse
a esas particularidades. Precisamente ésta será la crítica a los uni-
tarios, a los rivadavianos, a quienes se les reprochará haber sido
pura razón y no haber atendido a la específica realidad americana.
Esta crítica será protagonizada por la generación del '37.
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PARA LEER EL FACUNDO
EL GÉNERO DEL FACUNDO (lo que se llama el contexto de producción del texto), recordémos
que el impulso que lo dinamiza forma parte de una lucha política.
Y también dijimos que en esta polémica el objetivo es tratar de
convencer a los lectores de que aquello que se dice es verdadero
o, mejor dicho, verosímil'. Por eso ante un texto es importante
atender a las distintas estrategias argumentativas destinadas a
generar credibilidad.
Todo ello configura un cúmulo de tipos de argumentación que
pueblan el texto. De manera que si se lo lee con esta perspec-
tiva, se podrá ver que el Facundo apela a argumentadbnes de tipo
científico para los parámetros de la época (como la teoi'iadel medio
para explicar el tipo del gaucho), analógico o comparativo (lo'que
sucede en Asia o en la llanura norteamericana ocurre asimismo
en la llanura pampeana). También simbólico, teniendo en cuenta
que el símbolo representa otro concepto por semejanza. Por ejem-
Una de las discusiones que han acompañado la lectura del Facundo plo, en su libro Sarmiento decide que el color rojo simboliza la bar-
consistió en definir el género al que pertenece. Y al definírselo barie, a diferencia del celeste y blanco de la bandera que repre-
como ensayo se lo hace considerando que este género se carac- senta "el cielo transparente de un día sereno", mientras el sol del
teriza precisamente por ser una suerte de cuarto en el recoveco, escudo es símbolo del saber y la civilización. Pasa revista enton-
como ha dicho Jaime Rest al figurarlo como esa pieza que en las ces a las banderas del mundo, y verifica que aquellas en las que
casas se usa para poner todo lo que no se sabe dónde poner. O predomina el colorado son naciones bárbaras. Igualmente Artigas
también -ahora según el mexicano Alfonso Reyes- como centauro agrega al pabellón argentino "una faja diagonal colorada"; "los
de los géneros, es decir, una mezcla de diversos géneros. Y efec- ejércitos de Rosas visten de colorado" y "su retrato se estampa
tivamente, en el texto sarmientino hallamos, junto con su pro- en una cinta colorada". El rojo, en suma, es "el símbolo que expresa
pósito de argumentación política, una narración novelada con violencia, sangre y barbarie" ...
formato de biografía histórica, pero además un estudio histórico Aparecen igualmente argumentaciones de corte religioso,
y social de la Argentina, así como consideraciones acerca del medio extraídas quizás del deísmo de la Ilustración (cuando confía en !a
geográfico y cultural. Y todo eilo con una forma literaria que ha realización de ciertos fines por obra de la providencia), pero tam-
sido considerada la más relevante dentro del entero universo de bién del fondo primigenio de la formación de Sarmiento, cimen-
la lengua castellana del siglo XIX. tada en la cultura bíblica cristiana (más que católica).
Éste es el carácter que asume finalmente la obra consumada; Y porfin, existe una argumentación literaria, esto es, centrada
pero si volvemos un paso atrás hacia la ocasión en que fue escrito en el dominio de la escritura y en la producción de la palabra cau-
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A partir de todo lo anterior contamos ya con algunos ins-
trumentos y nociones propicios para leer el Facundo de una
TÍTULO YSUBTÍTULO
manera realmente productiva. Por cierto no todo está en el texto·
Y sabemos que el contexto tr,aterial es esencial .para compren-
derlo cabalmente. Es aquí donde la historia intelectual apela al
auxilio de la historiografía del período y a la sociología de los
intelectuales. La bibliografía del final indica algunas de esas posi-
bles ayudas.
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Y aquí, como dije al principio, el texto se introduce en el uso a la garza. Tercero: sin embargo Facundo convierte la derrota en
del suspenso, tan propicio para el folletín, y se pregunta: "¿Cuál victoria, ¿Por qué? Pues porque "todos los jefes son argenti-
de ellos tomará Ouiroga?". Pues toma este último, es decir, el más nos". Y esto, ¿qué significa? Significa que también los generales.
desfavorable desde un cálculo rncion-al, para luchar con sus tres- de la civilización en el fondo son gauchos, o sea, "gente de acaba-
cientos hombres sin disciplina, estando él mismo "enfermo y deca- llo", y para esta gente "no hay gloria verdadera si no se conquista
ído". Y contra todo lo previsible el resultado de la batalla es sin- a sablazos".El error argentino (que es, fíjese bien, el "error román-
tetizado por Sarmiento apelando a la clásica frase de Julio César tico") consistió entonces en usar al principio la caballería. ¿Y por
para mostrar a los romanos su eficacia militar: "Vine, vi, vencí". qué se cometió semejante error? "Porque el espíritu de la pampa
¿Cómo ha sido esto posible? ¿Cómo una montonera mal armada está en todos los corazones; pues si solevantáis un poco las
Y sin disciplina ha derrotado a "un escuadrón de coraceros en dis- solapas del frac con que el argentino se disfraza, hallaréis siem-
ciplina"? Podemos entonces traducir la pregunta de este modo: pre el gaucho más o menos civilizado, pero siempre el gaucho".
¿cómo la barbarie pasional y desordenada ha derrotado a la civi- Y dado que para las cargas de caballería se necesita campo
lización discipiinada y racionalmente organizada? Como vemos, abierto, se elige este terreno en lugar del tanto más apto para la
al explicar el resultado de una batalla de tantas, Sarmiento nos infantería, que es el campo más quebrado, más accidentado. "He
ofrece la respuesta a una pregunta crucial que seguirá resonando aquí el error de estrategia argentina" (o americana), leemos, y aquí,
en distintos momentos dentro de la élite letrada argentina (pienso en la edición de El Progreso del 30 de mayo de 1845, se detiene
en Borges): ¿por qué triunfan los bárbaros? esta entrega del folletín, dejando a sus lectores, como corresponde
Y ésta es la respuesta que leemos: "Un plagio impertinente al género, expectantes hasta la próxima entrega en la que se com-
hecho a la estrategia europea, un error clásico por una parte; y una pletará el relato de la batalla.
preocupación argentina, un error romántico por otra, han hecho El Facundo deja planteado de este modo otro tema que seguirá
perder del modo más vergonzoso la batalla". Volveremos sobre generando ecos a lo largo de toda nuestra tradición cultural: Argen-
esta frase que no tiene desperdicio, pero antes veamos los hechos tina contiene una civilización de superficie que esconde una bar-
de ese episodio. barie profunda. Y en este pasaje notable uno podría decir que
Primero, el general Videla Castillo, que en la escena es el gene- Sarmiento nos confirma su visión apriorística en favor de la civili-
ral del orden y la disciplina, no cree ("como ningún general podía zación al poner en el uso bárbaro de la estrategia militar la causa tje
creer") que Facundo fuese a invadir Mendoza. O sea, la imprevi- la derrota. Pero si por un lado el romántico Sarmiento nos dice que
sibilidad del actuar bárbaro rompe los esquemas del cálculo civi- este uso bárbaro es al mismo tiempo romántico, por el otro agrnga
lizado. Segundo, este acto irracional de Facundo lo lleva a una que la derrota del orden disciplinado se debe no sólo a un uso ame-
encerrona consistente en tener que combatir "en un terreno intran- ricano de la fuerza armada sino también a "un plagio europeo". Por-
sitable contra seiscientos infantes, una bate.ría formidable·de arti- que mientras en Europa los campos de batalla abrazan aldeas
llería Y mil caballos por delante". Facundo, diríamos hoy, "está y villas, en América las !uchas se libran en campo raso, donde
regalado", ha aceptado-dice Sarmiento- la invitación del zorro --dictamina-- "lo menos conveniente era dar una carga de caballería".
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final de una esperanza sin garantías, llena de condicionales ("si se me infiltraban las ideas y preocupaciones de aquella época revo-
tal cosa, si tal otra"); 1ucio n aria". Y en términos coloquiales, Sarmiento en algún
Y de modo confluyente, yendo a la elaboración de la figura de momento se imaginará según esa síntesis, compuesta casi como _
Paz en el texto, es muy evidente la diversa densidad de la cons- una contradicción en los términos, al autodesignarse como "el
trucción intensa, potente, sobreescrita de Facundo, por un lado, y doctor montonero".
la tenue y casi inverosímil fabricación del personaje de Paz. Ya que Me he permitido estas referencias presentes en Recuerdos de
por momentos el caudillo riojano asume la inten_sidad de un super- provincia porque ellas permiten remarcar el contraste ofrecido por
hombre romántico en su desmesura instintiva, mientras que Paz el Facundo en su débil construcción de héroes civilizatorios capa-
es un correcto militar que procede con una lógica tan científica ces de suturar el abismo abierto por la historia argentina entre la
como descolorida. Es posible verificar esto al leer el Facundo. civilización y la barbarie. Y ahora, luego de haber colocado el foco
De modo que el libro de la civilización no tiene héroe de la civi- en los términos que remiten a la barbarie, podemos dirigir nues-
lización. Por lo cual resulta difícil, siguiendo la lógica misma del tra atención hacia el otro término del binomio que compone el
texto, encontrar una vía de resolución del conflicto hacia una alter- tema y el subtítulo de la obra: la civilización.
nativa civilizada. Esto puede decirse de una manera teóricamente Para comenzar, si apelamos a la historia de los conceptos,
más elaborada con esta pregunta: ¿hay dialéctica en el Facundo? ésta nos dice que a partir del siglo XVIII el término "civilización"
Por dialéctico se entiende aquel proceso en el cual se enfren- se refiere a un proceso, a algo que está en un movimiento cons-
tan dos elementos, dos términos (civilización y barbarie, en nues- tante y ascendente, con lo cual la noción se asocia fuertemente
tro caso), que como resultado de esta lucha producen un·a sínte- con la idea de progreso. Además, la palabra civilización proviene
sis que no es ni una ni otra, sino un tercer elemento (la síntesis} del latín civis, y, según ha remarcado el estudioso francés Jean
que los incluye y los supera. Siendo así, entonces, ¿hay dialéctica Starobinski, está asociada ai término "policía" y a su significado
en el Facundo? de "pulido" y "acción de pulir". Dicho de otro modo, la civiliza-
Si se sigue la línea del razonamiento fundado en la teoría del ción "pasa el.cepillo", cepjlla las partes toscas, rústicas .. "R.ús-
grande hombre, no podría haberla porque aún en Facundo no hay tico" proviene de rus, campo, y de allí proviene "campesino",
héroe de la civilización, lo que sí ocurrirá -como ha señalado Elías mientras que ciudad proviene también de civis. Veamos ahora
Palti- en Recuerdos de provincia, que es la biografía de un héroe lo que al r~pecto estampa Sarmiento en el Facundo: "La ciudad
de la civilización que es ... ¡el propio Sarmiento! Allí afirma que en es e/centro de la civilización argentina, española, europea; allí
tanto los unitarios miraban sólo de manera abstracta al futuro, y están los talleres de las artes, las tiendas de comercio, las escue-
los caudillos federales sólo con excesiva concretitud y apego al las y colegios, los juzgados, todo lo que caracteriza, en fin, a
pasado, él, Sarmiento, es como el dios Jano, bifronte, que mira al los pueblos cultos";
mismo tiempo al pasado y al futuro, que ar.ticula el pasado colo- Finalmente, la civilización dulcifica las costumbres y pacifica
nial con la revolución de independencia. Ello porque "por mi madre las pasiones; entre ellas, la pasión guerrera. Con este significado
-escribe- me alcanzaban las vocaciones coloniales; por mi padre el vocablo será utilizado por el historiador y político francés Frangois
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Guizot en su conocida (también por Sarmiento) Historia de la miedo, infundido por el terror, desca:'sa el poder de Ouiroga: "He
civilización en Francia. Allí, la civilización se caracteriza por el aquí su sistema todo entero-leemos en Facundo-: el terror sobre
perfeccionamiento de la vida civil y.apal'ece dotada de un va.lar el ciudadano para que abandone su fortuna; el terror sobre el gau-.
superior dentro de un movimiento histórico evolutivo.· cho para que con su brazo sostengaunacausa que ya no es la
Todos esos significados son recogidos por Sarmiento, aun- suya". De modo que "el terror entre nosotros es una invención
que, como veremos, también le introducirá otras tonalidades. gubernativa para ahogar toda conciencia, todo espíritu de ciudad,
Su uso fundamental funciona en su caso dentro de una valora- y forzar al fin a los hombres a reconocer como cabeza pensa-
ción política y ya no "científica". Así dirá que, dado que la civi- dora el pie que les oprime la garganta".
lización es superior a la barbarie, es preciso alcanzar ese esta- A este terrnr que, ya en tono pesimista, "es un medio
dio de desarrollo. Y al decir "es preciso", "es necesario", "hay gobierno que produce mayores resultados que el patriotismo y
que combatir en pro de la civilización", su lenguaje adopta un la espontaneidadº, Sarmiento le opone. la virtud en tanto princi-
tono ya no descriptivo sino prescriptivo: no dice cómo es, sino pio de la república. La virtud es aquí el espíritu de entrega que
cómo debe ser. cada ciudadano hace de una energía privada en función del bien
Existe por fin otro significado que se halla siempre presente público, de la "cosa pública", que en latín se dice, precisamente,
en el Facundo, y que remontándose a la tradición clásica consi- res publica.
dera a la ciudad como asiento natural de la república, de la Éstos son los significados fundamentales del término civili-
forma republicana de gobierno. Aquí debemos saber que cuando zación en el Facundo. Existe otro realmente diferente y que se
Sarmiento piensa en la república lo hace sobre el trasfon'do ine- aproxima a lo que llamaríamos "cultura". Lo encontramos en el
ludible de El espíritu de las leyes, publicado por Montesquieu en siguiente pasaje que, si lo cito, es sobre todo porque nos sirve
el siglo XVHI. En libro de enorme influencia sobre las élites para seguir viendo la manera en que las dos entidades que orga-
letradas hispanoamericanas de entonces, se definen tres formas nizan el texto coéxisten. Escribe Sarmiento: "En la República
de gobierno: la monarquía, en la que el poder está en manos de Argentina se ven a un tiempo dos civilizaciones distintas en un
uno pero bajo la ley; el despotismo, donde el poder está en manos mismo suelo: una naciente que sin conocimiento de lo que
de uno que gobierna sin ley y a su entero arbitrio, y la república, tiene sobre su cabeza está remedando los esfuerzos ingenuos y
en la que el poder está en manos de todos si es democrática, o de populares de la Edad Media/ otra que sin cuidarse de fo que tiene
unos pocos si es aristocrática. a sus píes intenta realizar los últimos resultados de la civilización
A su vez, cada uno de estos regímenes de gobierno-siempre europea: el siglo XIX y el XII viven juntos: el uno dentro de las cíu-
según Montesquieu- reposa en un "principio", un resorte o una . dades, el otro en las campañas".
pasión. La república se funda en la virtud, la monarquía en el honor, Llegados a este punto, podemos construir una tabla de opo-
y el despotismo reposa sobre el miedo. Precisamente sobre el siciones binarias entre términos que en Facundo se córresponden
miedo, piensa aunque no siempre Sarmiento, se asienta el régi- con la civilízadón y la barbarie. La oposición entre ambos térmi-
men despótico de Juan Manuel de Rosas. Y también sobre el nos sería la siguiente:
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es un inmenso vacío. Vacío de habitantes pero también vacío de . sueños que le preocupan despierto. De aquí que e/pueblo argen-
sentido o, al menos, de civilización. Este escenario geográfico de tino es poeta por carácter, por naturaleza".
una llanura infinita evoca nuevamente a Montesquieu, quieri a su Este medio geográfico, económico y social produce un tipo
vez lo había localizado en Asia. Aquí comprobamos por ende una humano que es el gaucho, dentro del cual se diferencian cuatro
penetración del "asiatismo" en !a composición del Facundo, dato especies: el gaucho cantor, el rastreador, el baqueano y el gaucho
importante destacado por Carlos Altamirano, cuya importancia malo. De todos ellos sólo el último es un espécimen negativo, ya
crece si además tenemos en cuenta que.también para Montesquieu que el cantor posee el don natural de la poesía y será la fuente
el modo de imponer orden en esos territorios infinitos es a través de una literatura nacional, y el baqueano y el rastreador, como ya
de regímenes fuertemente centralizados y despóticos. sabemos, comparten con Sarmiento su sapiencia hermenéutica
He aquí un fragmento donde se rnpresentaese "mar en la tie- (ven sentidos donde los demás sólo ven significantes, marcas sin
rra" que es la pampa: "Imaginaos una extensión de dos mil /eguas significado}. Esto para seguir cuestionando la creencia de que en
cuadradas, cubierta toda de población pero colocadas las habíta 0
Sarmiento todo lo gaucho es negativo. Lo que ocurre es que el
cíones a cuatro leguas de distancia unas de otras[.. .] La sociedad Facundo se propone explicar la barbarie, y para ello la economía
ha desaparecido completamente; queda sólo la familia feudal, ais- del texto requiere ahora seleccionar de todos esos tipos al gaucho
lada, reconcentrada, y no habiendo sociedad reunida, toda clase malo, porque tirando de ese hilo nos toparemos con Ouiroga.
de gobierno se hace imposible[... ] Ignoro sí el mundo moderno El gaucho malo es un marginal, un "salvaje de color blanco",
presenta un género de asociación tan monstruoso como, éste". un "fuera de la ley" perseguido por la justicia. Libre de ataduras y
Allí no hay sociabilidad. "En una palabra, no hay res publica". sin condiciones para constituir una sociabilidad como aquella que
Acotemos ahora que este escenario, esta planicie infinita, que ofrece la agricultura (por su necesidad de vínculos con otros
es inepta para el asentamiento de la civilización, es por otra parte productores y el fomento de la laboriosidad), el gaucho va a cons-
propicia para el placer estético y el surgimiento de la poesía y el truir una sociedad perversa, sustituta y ficticia cuyo modelo se con-
arte. Nuevamente nos enfrentamos a la tensión entre una reali- centra en la pulpería. En esta asamblea sin objeto público se estima
dad que mirada desde el punto de vista socio-político es deplo- la fuerza física, el coraje, la destreza en el manejo del caballo y
rable, pero que observada desde los parámetros del ideario en el uso del cuchillo, que es una herencia españoía.
estético resulta valorada, y valorada en la clave romántica que late · Caballo y cuchillo. Caballo: estando el Chacho Peñaloza emi'-
en este pasaje: "¿ Oué impresión ha de dejar en el habitante de la grado en Chile, cuenta Sarmiento, alguien le preguntó cómo le
Republica Argentina el simple acto de clavar los ojos en el hori- iba. La respuesta fue: "¡Cómo me ha de ir! ¡En Chíle y a pie!".
zonte, y ver. .. no ver nada; porque cuanto más hunde los ojos en Cuchillo: es más que un arma; "es un instrumento que le sirve para
aquel horizonte incierto, vaporoso, indefinido, más se le aleja, más todas sus ocupaciones: no puede vivir sin él;· es como la trompa
lo fascina, lo confunde y lo sume en la contemplación y fa duda. del elefante, su brazo, su mano, su dedo, su todo".
[.. .] He aquí ya la poesía: el hombre que se mueve en estas esce- No hay en estos párrafos indignación moral: sí una descrip-
nas se siente asaltado de temores e incertidumbres fantásticas, de ción pretendidamente objetiva de las condiciones materiales que
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ahogado en medio del río. A la rana este argumento la convence (subrayo esta nueva·conjunción contranatural no quiere (tal vez no';
y acepta. Pero efectivamente en la mitad del río siente que el escor- puede) mal plagiar a la civilización. Simplemente, al arribar al punto
pión le clava su aguijón mortal. Le pregunta:" ¿Por qué?". Y el fatal, los soldados balean la galera, se echan sobre ella "y en un.
escorpión le responde: "Porque es mi naturaleza". momento inutilizan los caballos y descuartizan al postillón, correos .
A partir de este cuento, el sociólogo francés Jean Claude Pas- y asistente. Ouiroga entonces asoma la cabeza y hace por el
seron reflexiona acerca de la iógica de la acción social, es decir, momento vacilar a aquella turba. Pregunta por el comandante de
acerca de "por qué actuamos como actuamos",_y sobre esta refle- la partida, le manda acercarse, y a la cuestión de Ouiroga ¿qué sig-
xión y sustituyendo al escorpión por Facundo Quiroga podemos nifica esto? recibe por consecuencia un balazo en el ojo que lo deja
enriquecer la visión que de él se formula Sarmiento. muerto". Barbarie más barbarie da barbarie.
¿Qué le pasa al escorpión?, se pregunta Passeron. Cuando Aquí concluye el Facundo en su versión de folletín. Pero pese
argumenta ante la rana sigue la lógica de la acción social que Max a las advertencias en contrario de algunos de sus amigos antirro-
Weber llama racional, típica de los modernos: se persigue un fin sistas, al publicar su primera edición en forma de libro, en ese
(llegar al otro lado del río) y para ello se calcula el medio racio~ mismo año de 1845, Sarmiento le agrega dos capítulos. Ellos son
nalmente más adecuado (montarse sobre la rana). El problema fundamentales porque allí incluye el retrato políticó-social de Rosas
del escorpión es que mientras argumenta cree en lo que dice y presenta su programa de gobierno para ser implementado una
ese escorpión que él es en ese momento, pero no sabe "el vez derrocado el tirano.
escorpión que se viene", que es el que siempre está ya ahí aga-
zapado en lo más íntimo de su naturaleza. Éste es el que emerge
cuando, al estar sobre la piel de la rana, no puede evitar que
aparezca algo más fuerte que su razón: su instinto. Conclusión: de
la ignorancia respecto de sí mismo del escorpión y de la creen-
cia ingenua de la rana en la lógica racional weberiana de medios
orientados a fines nacen un asesinato y un suicidio ...
¿Y Quiroga? Al regresar ya cumplida su misión, desecha la
escolta que se le ofrece y otra vez (por favor, recuérdese la escena
trivial de la batalla de Chacón) toma el camino erróneo. Toma el
camino equivocado; pero ahora ya no habrá mal plagio europeo
y civilizado de parte de sus atacantes emboscados; sólo error ame-
ricano, romántico y bárbaro de ambas partes. Es notable: barba-
rie de un lado y barbarie del otro pueden con-Facundo, allí donde la
civilización (o la mala copia de la civilización) no había, en Chacón,
podido. Porque aquí Santos Pérez, "el gaucho malo de la ciudad"
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PARA LEER EL FACUNDO
Ahora, si a estos caracteres de sistematícidadyde frialdad les este punto preciso, donde las tensiones entre el alma ilustrada de
agregamos el de hibridación o hibridez, tendremos untriángulo S¡:¡rmiento y su alma romántica vuelven a estallar. Puesto que el
interpretativo en cuyo interior se puede comprender ún aspecto par cálculo-frialdad es atributo de la racionalidad, y los otros dos
esencial del significado que el Facundo le atribuye al Restaurador {espontaneidad y pasión) pertenecen al diccionario del romanti-
en la política nacional. Veámoslo. · cismo. Y precisamente la racionalidad que Rosas introduce en el
Primero, algunos fragmentos donde se marca la diferencia al proceso es lo que violenta la valoración romántica del instinto y
respecto entre ambos caudillos. Por un lado, "Facundo no es · la pasión facúndicos;
cruel, no es sanguíriario; es un bárbaro, no más, que no sabe con- De manera que el alma romántica de Sarmiento simpatiza con
tener sus pasiones, que una vet excitadas no conocen freno ni Facundo y su alma moderna o civilizada se sentirá atraída por
medida". Esas pasiones excitadás lo arrastran hacia la ira. Facundo Rosas. De allí que las valoraciones sobre uno y otro va ríen· asi-,
se enfurece.Asimismo; el riojano es "una alma poderosa pero inca- mismo de acuerdo con el registro en el cual se coloca el discurso.
paz de abrazar una grande esfera de ideas". Por eso, en el ámbito Así, veamos la siguiente y contundente cita donde se condensa
de gobierno, ncipuede crear un sistema de rentas, y en el militar, no la contraposición entre ambos caudillos: "Facundo, provinciano,
soporta "una táctica que regla los pasos". Por él, "nada se establece". bárbaro, valiente,audaz, fue remplazado por Rosas, hijo de la culta
En cambio, "Rosas no se enfurece nunca, calcula en la quietud Buenos Aires sin serlo él; por Rosas fal$o, corazón helado, espí-
y el recogimiento de su gabinete, y desde allísalen las órdenes a ritu calculador, que hace el mal sin pasión y organiza lentamente
sus sicarios". Por eso cuando describe a! Restaurador djce que el despotís_.mo con toda la inteligencia de un Maquiave!o".
Ouiroga vive en Rosas, pero su alma ha trasmigrado "a este otro Es claro que en estos juicios yace una valoración inferior de
molde más acabado, más perfecto", y lo que en Facundo era sola- Rosas frente a Facundo, interiorización que puede ser entendida
mente instintivo se convirtió en Rosas en sistema. fácilmente a partir de la referencia del comienzo, allí donde recor-
Hay ejemplos, en cambio, de gestos de Facundo ayudando o damos que Rousseau escribió que no hay peor cosa que el hom-
perdonando porque sí a sus enemigos, ejemplos de los que bre que medita. Las simpatías románticas de Sarmiento están
Sarmiento se vale para afirmar que el alma de Facundo no estaba en este nivel de parte del puro instinto de Facundo frente al cálculo
del todo cerrada a las nobles inspiraciones. Refiriéndose a ese frío de Rosas. El caudillo riojano obra por puro impulso, es inca-
rasgo se pregunta retóricamente: "¿Por qué no ha de hacer bien paz de abarcar en un sistema articulado de ideas un panorama-
el que no tiene freno que contenga sus pasiones?". Y, sign ificati- políticó; por ello cuando triunfa militarmente en un territorio allí
vámente, aquello que en Facundo posibilita este pasaje del mal al no puede construir nada y sigue su camino en busca de nuevos
bien no es la razón (que siempre es lógica y coherente} sino la combates hasta que se estrella con la muerte. Su falta de raciona-
pasión (romántica, podríamos agregar} que arrastra a los hombres lidad le impide ver sus límites, sus fallas inexorables que derivan
de narices adonde se le ocurre, incluso al b·ien. de su carácter purame.nte instintivo.
Entonces, las citas están ahí~ recortando la contraposición Pero, otra vez, el problema es que el libro llamado Facundo
cálculo/espontaneidad; friaidad/pasíón.Yes aquí, por tanto, en está escrito en favor de la civilización, de la modernidad, y por ende
sostenido que la historia, lejos de ser accidental, respondía a un Si tengo de mi lado las leyes de la historia las derrotas son
diseño, con lo cual la historiografía se convertía en "teología pasajeras: se ha perdido unu batalla, pero se ganará la guerra. V
civil razonada de la providencia divina" Todas esas obras exten- esa providencia ha operado para que el mismo Rosas, indepen-
derán su gravitación hacia el siglo XIX y alentarán la confianza dientemente de sus deseos, haya realizado acciones por las cua-
muy decimonónica en el curso inexorable dei progreso. Esta con- les en la República .Argentina no todo es vacío, desierto, sino
fianza providencialista será designada en la obra de Hegel como que hi:iy un comienzo de institucionalidad política imprescindible
"astucia de la razón"; astucia que utiliza a los seres humanos para la construcción de una nación.
haciéndoles creer que satísfacen sus propios deseos individuales En síntesis, en Facundo encontramos la idea de que Rosas ha
cuando en rigor están siguiendo los fines de ia historia o del espíritu hecho el bien sin quererlo ni saberlo, y de que siguiendo sus
uníversai. Y en la e>..-'tensíón de esta creencia a términos y prácti- propios objetivos ha obtenido frutos valorables aun para sus ene-
cas políticas concretas, en Sarmiento vive la creencia de que el migos. Después de todo, el capítulo XIV, dedicado a Rosas, lleva
proto-Estado, la máquina del Estado en formación bajo el rosismo, por títul¡j Gobierno unirario, ya que el orden que el Restaurador
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PARA LEER EL FACU~mo 33
población nativa, compuesta por españoles e indígenas, además LIBERALISMO YNACIONALISMO
de remane~tes de raza negra en extinción. Todas estas razas com-
parten algo: "su amor a la ociosidad", que explica que al contem-
plar las colonias alemanas o escocesas Sarmiento se embelece ante
"las casitas pintadas, el frente de la casa siempre aseado, ador-
nado de flores y arbustillos graciosos [. .. ]y los habitantes en un
movimiento y acción continuos". En cambio, el poblado nacional
es su reverso: "niños sucios y cubiertos de harapos viven con una
jauría de perros; hombres tendidos por el suelo en la más com-
pleta inacción[.. .] y un aspecto general de barbarie y de incuria".
El nuevo gobierno deberá asegurar asimismo el respeto de la
vida y la propiedad de los ciudadanos, junto con el restablecimiento
de las formas representativas. En el plano económico, adhiere a
la división internacional del trabajo, compartiendo la extendida con-
vicción de que "Europa nos proveerá por largos siglos de sus arte-:
factos en cambio de nuestras materias primeras". En este último En el capítulo final, titulado Presente y porvenir, se ofrece como
párrafo encontramos enunciadas por fin algunas medida~ de plataforma ideológica general de dicho programa el Código o
gobierno de nítido corte liberal. Ellas conducen-para completar Declaración de los principios que constituyen la creencia social de
el espectro ideológico del Facundo- a preguntarnos por el carácter la República Argentina, elaborado por Esteban Echeverría en 1839
del liberalismo y el nacionalismo de Sarmiento en la obra analizada. con ocasión de la constitución de la Asociación de la Joven Gene-
ración Argentina, documento más tarde editado en Montevideo
con el título célebre de Dogma Socialista.
Del mismo, y teniendo el acta ante sus ojos, Sarmiento repro-
duce la fórmula con la que se juramentaron los integrantes de dicha
logia político-intelectual en aquel año en Buenos Aires: todos los·
hombres son iguales, libres y fraternos, debiendo proyectarse hacia
el progreso de la humanidad. O sea que incluye los tres principios
básicos de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciu-
dadano de la Revolución Francesa; libertad, igualdadyfraternidad.
Y según ha señalado Jorge Myers, a ellos les sumará algunos valo-
res provenientes de las variantes "socialistas" del saintsimonismo
recibido a través de Pierre Leroux, como la' aspiración al pro-
hasta la Rev61uciórí de Mayo; la reivindicación del americanismo Y efectivamente, esta última versión es la que podemos encon-
frente a la colonia; la necesidad de la unidad de creencias; la inde- trar en Sarmiento, mediante una articulación de republicanismo
pendencia partidaria tanto respecto de unitarios como de fede- clásico (participación activa del ciudadano en la cosa pública) y
rales, Y la" orgaQización de la patria sobre la base democrática". república liberal (derechos individuales y régimen representativo).
De manera que no resulta difícil detectar aquí componentes Esta última postulación del gobierno representativo es sos-
del ideario liberal, tales como la libertad de comercio y de empresa, teniqa así en el Facundo como el más conveniente. Por él, los
así como del espíritu del laissez faire, esto es, de la consigna del representantes deben ser elegidos por los ciudadanos. Será jus-
liberalismo económico que proclama la necesidad de dejar el mer- tamente en este punto crucial donde el liberalismo del siglo XIX
cado librado a su propia lógica y dinámica. se planteará la cuestión: ¿quiénes son ciudadanos?, y se abrirán
En cuanto al liberalismo político, se sabe que también en His- distintas respuestas al respecto.
panoamérica convivieron la versión anglosajona del liberalismo El problema dista de ser solamente teórico, ya que se con- .
clásico formulada por John Locke en el siglo XVII y la francesa a tra- creta en el curso de las revoluciones modernas. Esta prnblema-
vés de los escritos de Rousseau. Para el liberalismo el valor fun- ticidad está asociada a un temor que de allí en más recorrerá la
damental es la libertad, y ésta es un atributo que sólo puede pre- historia de las élites: el peligro de la "dictadura de la mayoría", lo
dicarse del individuo. O sea, que la construcción de un ideario liberal que en términos teóricos se tradujo en la búsqueda de conciliaci6n
depende estrictamente de si en una sociedad se ha dado el proceso entre los principios revolucionarios de la libertad y la igualdad o,
mo.derno de constitución de individuos como sujetos autónomos. dicho de otro modo, entre liberalismo y democracia. Ésta es la
Justamente, y hasta aquí llegaré, una discusión abierta es si preocupación que anima la obra ·del ya nombrado Tocqueville,
en la Hispanoamérica del siglo XIX se dio este proceso, o si bien autor admirado como sabemos por Sarmiento. Aunque en rigor
siguieron predominando sujetos colectivos provenientes del Anti- no tenía por qué ir tan lejos~ En el Chile en que vivía, el partido
guo Régimen (corporaciones, gremios, iglesias, linajes familiares, conservador, en cuyas filas formaba el propio Sarmiento, seg1,Jía
etc.). Si así fuere (y hay elementos para suponerlo), el liberalismo fiel al legado de Diego Portales, quien había considerado explíci-
político habría estado estructuralmente limitado, y las versiones tamente absurdo el régimen democrático en países como el suyo,
comunitaristas, holistas o populistas habrían gozado de mejores donde veía a ciudadanos carentes de toda virtud. Era necesario
condiciones de implantación. por consiguiente centralizar el gobierno en las férreas manos
Además, si el liberalismo a la inglesa promueve la libertad de una minoría de hombres virtuosos, quienes prepararían el
restrictiva del individuo respecto de cualquier otro poder, y por camino para que en un futuro imprecisable el país se abriera a la
consiguiente coloca la palanca en la sociedad civil, la versión fran- democracia política.
90 OSCAR.TERÁN
PARA LEER El FACUNDO 91
la solidaridad territorial y estrechamente nacionalista. Además (y Mas no sólo en el aspecto material Argentina sobresale. Tam-
éste es el punto decisivo), Sarmiento cuestiona severamente a "los bién por su juventud intelectual, que Rosas ha obligado al exilio, y
unitarios más eminentes" porque estaban "demasiado preocupa- que al retornar traerá "un tesoro inmenso de conocimientos
dos de esa idea de la nacionalidad, que es el patrimonio del hom- prácticos, dE¡ experiencia y datos preciosos que pondrá un día al
bre de la tribu salvaje, y que le hace mirar con horror al extranjero". servicio de la patria". Sih ir más lejos, "en cuanto a literatura, la
En cambio, la juventud, "impregnada de las ideas civilizadoras de República Argentina es hoy mil veces más rica que lo fue jamás en
fa literatura europea, iba a buscar en los europeos enemigos de escritores capaces de ilustrar a un Estado americano".
Rosas sus antecesores, sus padres, sus modelos, apoyo contra la Y el clima, por cierto, el clima, que viene a verificar que Argen-
América tal como la presentaba Rosas, bárbara como el Asia, tina tiene una suerte de pacto con Dios. Dado que el flujo inmigra-
despótica y sanguinaria como la Turquía, persiguiendo Y despre- torio europeo ya no se dirige a Estados Unidos por la saturación
ciando fa inteligencia como el mahometismo". En suma, entonces poblacional de este país, y tampoco puede hacerlo hacia México,
"se asociaron fa Francia y la República Argentina europea para "cuyas costas malsanas los rechazan". "Tienen pues que recalar
derrocar el monstruo del americanismo hijo de la pampa". al Río de la Plata, cuyo clima suave, fertilidad de la tierra y abun-
Más allá de estas afirmaciones que tienen referencias doctri- dancia de medios de subsistir los atrae y fija."
narias, existe en Sarmiento también una estructura de creencias Todo garantiza pues ante la optimista mirada sarmientina que
y expectativas sobre el lugar de la nación argentina en el escena- "en veinte años sucederá lo que en Norte América ha sucedido en
rio hispanoamericano y en el mundo. E indudablemente, el ~an- igual tiempo que se han levantado como por encanto ciudades,
juanino está imbuido de la sólida creencia en la excepcionalidad provincias y estados en los desiertos en que poco antes pacían
argentina, traducida tempranamente en la convicción (que Simón manadas de bisontes salvajes; porque la República Argentina se
Bolívar había recogido críticamente ya en 1829) de que en esta halla hoy en la situación del senado romano que por un decreto
parte de Hispanoamérica se está llevando a cabo un experimento mandaba levantar de una vez quinientas ciudades y /as ciudades
original destinado a imprimir su nombre entre las naciones más se levantaban a su voz".
relevantes de la Tierra. Como conclusión finalísima, queda la convicción de que la revo-
Esta creencia mitológica en la grandeza y la excepcionalidad lución de la República Argentina está ya terminada, y que el prodi-.
argentina definirá un rasgo muy perdurable en el imaginario de nues- gioso y envidiable progreso que le está destinado sólo se halla
tra cultura, tanto en el campo de los intelectuales como en secto- bloqueado por el execrable tirano. Pero ya vendrá la espada que
res más amplios. Leemos en nuestro libro: "La República Argentina pueda cortar por fin esa carrera despótica. Con esa esperanza y esa
tiene por fortuna tanta riqueza que explotar, tanta novedad con que invocación a la estrella en ascenso del cielo antirrosista se cierra por
atraer los espíritus después de un gobierno como el de Rosas, que fin el Facundo: "¡Proteja Dios tus armas, honrado general Paz! Si
sería imposible turbar fa tranquilidad necesaria pélra los nuevos fines. salvas la República, nunca hubo gloria como la tuya. Si sucumbes,
Cuando haya un gobierno culto y ocupado de ios intereses de la ninguna maldición te seguirá a la tumba. Los pueblos se asociarán
nación, ¡qué de empresas, qué de movimiento industrial!". a tu causa o deplorarán más tarde su ceguedad o su envilecimiento".
96 OSCARTERÁN
PARA LEER EL FACUNDO 97
Sea como fuere, lo cierto es que en lo sucesivo la figura de
cadas en los Escritos póstumos del autor de las Bases, muestran
Sarmiento quedará absolutamente ligada a su texto célebre y a su
sus desavenencias radicales y una ya vieja y cultivada inquina.
biografiado. ¿Sería por ello que ante la tumba de Quiroga en la
En suma, son mayores los rechazos que las adhes·1ones de
Recoleta el viejo Sarmiento llegaría a decir lo que sigue?: "Mi
algunos emigrados. Los rechazos oor oarte de ios oorteños v del
sangre corre ahora confundida con la de Facundo, v no se han
' ' : 1
Myers, Jorge, "La revolución de las ideas: la generación romántica Es profesor de filosofía por la Universidad de Buenos Aires y
de 1837 en la cultura y en la política argentinas", en Nueva f:{is- master en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacio-
toria Argentina, t. lli, Revolución, República, Confederación (1806- nal Autónoma de México. Actualmente es profesor en la Facultad
1852), Buenos Aires, Sudamericana, 1998. de Filosofía y Letras de ia Universidad de Buenos Aires, investi-
gador principal del CONICET e integrante del Grupo Prismas de
Orgaz, Raúl, Sarmiento y el naturalismo histórico, Imprenta Argen-
Historia Intelectual.
tina, Córdoba, 1940. Ha dictado cursos en universidades argentinas y de México,
Palcos, Alberto, El Facundo. Rasgos de Sarmiento, 2a. ed. corre- Estados Unidos, España, Francia, Italia, Alemania e Israel, y par-
gida y aumentada, Editorial Elevación, Buenos Aires, 1941. ticipado en numerosos congresos nacionales e internacionales
sobre temas de su especialidad.
Palti, Elías, El momento romántico. Nación, historia y lenguajes Entre sus libros pueden citarse: En busca de la ideología argen-
políticos en la Argentina del siglo XX, Eudeba, Buenos Aires, 2007. tina; Nuestros años sesentas; Juan Bautista Alberdi: el redactor de
Proyecto Sarmiento en Internet. la Ley; Vida cultúral en el Buenos Aires fin-de-siglo (1890-1910);
Ideas en el siglo y De utopías, catástrofes y esperanzas.