Dominicos: Evangelio Del Día

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dominicos

Introducción a la semana

Lun
Evangelio del día
22
Jul Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario
2019 Hoy celebramos: S anta María Magdalena (22 de Julio)

“”
Primera lectura
Lectura del libro del Cantar de los Cantares 3,1-4a:
Así dice la esposa: «En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por
las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la
ciudad: "¿Visteis al amor de mi alma?" Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»

Salmo
Sal 62,2.3-4.5-6.8-9 R/. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,


mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario


viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré


y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,


y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.

Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Juan 20,1.11-18

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados,
uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice: «¡María!»
Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios
mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Reflexión del Evangelio de hoy


Pendiente de publicar. Publicación habitual: el fin de semana anterior.
Hoy es: Santa María Magdalena (22 de Julio)

Santa María Magdalena


Se llamaba Miriam y era de Magdala, una ciudad situada en la orilla Oeste del lago de Galilea, entre Tiberíades —sede de la corte de
Herodes Antipas— y Cafarnaúm —centro del ministerio de Jesús—. Su ciudad era una localidad más importante que Cafarnaúm; contaba
con una gran flota pesquera y una importante industria de salazón.

María Magdalena fue una de las mujeres que formaban parte del grupo de discípulos de Jesús, Si exceptuamos lo que dicen los
Evangelios sobre esta mujer, los datos o noticias históricas sobre ella son casi nulos y, dejando el ámbito de la historia, se entra ya en el
de la leyenda. Sólo Celso habla de ella, para tildarla de histérica y minusvalorar así su testimonio de la resurrección. El resto de los
escritos que la mencionan son textos que quedaron fuera del canon por su ideología gnóstica o encratita, o bien se trata de escritos
disciplinarios eclesiásticos, aunque también nos dan alguna noticia indirecta sobre esta mujer o, mejor, sobre su influencia en los primeros
tiempos.

Los Evangelios canónicos son parcos en menciones y datos, pues no hay que olvidar que no son biografías y que además están
narrados desde el punto de vista de los varones, lo cual hace que las mujeres sean invisibles, en gran media, y que sólo sean
mencionadas cuando se trata de una excepción o de un caso particular. Pero, a pesar de todo ello, podernos encontrar en los Evangelios
una serie de rasgos con los que presentan a esta mujer: discípula, testigo, receptora de la primera cristofanía o aparición del resucitado,
mujer relevante entre las mujeres y en la comunidad.

María Magdalena, en los Evangelios Canónicos


María Magdalena aparece en pocos lugares en los Evangelios canónicos, pero tan importantes que definen una serie de rasgos que
configuran el perfil de esta mujer. En consonancia con el carácter de narraciones teológicas de los documentos evangélicos, éstos no
nos dan de ella, ni de otros discípulos, datos que a nosotros nos gustaría saber, pero que ellos no consideraron importantes para su
finalidad.

1. Los Evangelios son unánimes en presentarla como discípula, y para ello utilizan dos verbos característicos de discipulado: seguir
(akoloutheó) y servir (diakoneó) (íMc 15, 41; Mt 27, 55; Lc 23. 49).

María Magdalena se había encontrado con Jesús en Galilea, por allí le siguió y le escuchó, le observó y aprendió, convirtiéndose así en
testigo cualificada de sus enseñanza y de su actuación. Aprendió cómo era ese Dios del que Jesús hablaba en términos masculinos y
femeninos en sus parábolas; aprendió y vivió, en el grupo de Jesús, los nuevos valores que éste proponía para que guiaran la vida y las
relaciones entre las personas, y entre éstas y Dios; también asistió a las curaciones, signos de la llegada del reinado de Dios, efectos de
su presencia humanizadora manifestada en jesús. Como parte del grupo de discípulos y discípulas acompañó, por pueblos y aldeas, a
Jesús en su proclamación de la llegada del reinado de Dios como buena noticia de salvación y liberación, de humanización plena para
todas las personas, pero especialmente para los pobres y oprimidos, para los sin honor y los despreciados. Buena Noticia que ella misma
pudo experimentar y proclamar existencialmente, pues había sido tratada corno persona con posibilidad de optar y decidir, y al ser
liberada de los esquemas estrechos en que las normas socio-religiosas del momento encasillaban a las personas, y de una forma
especial a las mujeres. El encuentro con Jesús había transformado su vida.

Es bastante probable que el dato de Lucas (8, 2), sobre su calidad de endemoniada curada por jJesús, sea un elemento redaccional
propio de Lucas (el final de Marcos, donde también aparece este dato, es del siglo II y ha sufrido ya la influencia de los Evangelios
canónicos). Pero si fuera un dato histórico, sin duda estaría aludiendo a una liberación experimentada por ella, en contacto con Jesús,
respecto a los poderes y estructuras opresivas y deshumanizantes que los demonios encarnaban. En concreto, las mujeres (junto a los
varones fuertemente oprimidos) eran especialmente vulnerables a las posesiones y ello debido a las relaciones opresivas que vivían en el
grupo familiar, fruto de las normas y valores culturales que regían la vida y las relaciones, y que eran especialmente opresoras para ellas.
Las posesiones eran un mecanismo inconsciente de protesta, el único posible, pues, al ser indirecta la queja, no conllevaba un castigo,
pero tampoco la solución definitiva del problema, ya que el sistema no se sentía aludido en su responsabilidad.
En cuanto a lo que implicaba su discipulado hay diferentes interpretaciones. Algunos exegetas piensas que las mujeres que seguían a
Jesús eran una especie de grupo encargado de la intendencia, pero no hay datos que apoyen semejante conclusión. Es cierto que Lucas
dice que estas mujeres servían a Jesús «con sus bienes» (8, 3), pero este término, que es propio de Lucas, es utilizado por él para
proyectar en estas primeras discípulas la imagen y el comportamiento deseado para las mujeres adineradas y mecenas de su comunidad.
Sin embargo, cuando el verbo «servir» (diakoneó) es utilizado por los demás evangelistas para definir el seguimiento o discipulado de
María Magdalena y las otras, no hay ningún indicio de que haya que entenderlo diferenciado por género. El hecho mismo de la admisión
de mujeres al discipulado y al aprendizaje era ya una actitud contracultural; y los valores que Jesús propuso para su grupo: revisión del
concepto del honor, crítica radical de las jerarquías, hermandad igualitaria e inclusiva, hablan de la oportunidad de entender el discipulado
de las mujeres como algo diferenciado en función del género.

2. Otro rasgo con el que es presentada María Magdalena en los relatos evangélicos es el de testigo. Junto con sus compañeras asiste a
la muerte de jesús y a la suerte que corre su cuerpo (Mc 15, 40-47; Mt 27, 55-61; Lc 23, 49-56; jn 19, 25).

Aquella primavera, María Magdalena subió a Jerusalén con ,Jesús y el resto del grupo para celebrar la pascua sin saber que iba a ser la
última. Una vez en la ciudad, los acontecimientos se precipitaron y ella asistió a la oposición creciente de las autoridades religiosas
respecto a Jesús. Aquellos días y lo que en ellos sucedió, junto a lo que había vivido en Galilea, hicieron de ella una testigo cualificada
para los que más tarde iban a confesar a Jesús como el que había de venir. Ella, junto a las otras mujeres del grupo, siguió a Jesús
camino de Calvario y permaneció en el lugar de la ejecución —confundida entre la gente, quizá disimulando su rabia, su impotencia y su
profundo dolor. Ella asistió a las últimas horas agónicas de Jesús; testigo silenciosa, junto a las demás, y en ausencia de los discípulos
varones que habían optado por alejarse del lugar, permaneció hasta el final, continuando el seguimiento que había iniciado en Galilea.
Cuando Jesús expiró no abandonó el lugar hasta saber qué pasaba con el cuerpo del Maestro. Las mujeres dan mucha importancia a los
cuerpos. También Jesús la había dado. Cuando supo dónde habían puesto a Jesús volvieron a la ciudad, pensando en volver. Ella, junto a
las demás, se convirtió así en testigo de la muerte y sepultura de Jesús. Irónicamente, las mujeres que no podían ser testigos en la
sociedad, se convertían en las únicas con que podía contar la comunidad para recordar las últimas horas de vida de Jesús.

Mucho se ha discutido últimamente si Jesús fue enterrado en un sepulcro o en una fosa común, y si lo fue por amigos o por los mismos
soldados. Esta posición tiende a minusvalorar o hacer desaparecer a las mujeres y su papel de testigos, pero esto representaba tal
incomodidad que no se entiende cómo no ha desaparecido, a no ser que respondiera a una noticia histórica. Los relatos de la sepultura
parecen contener un núcleo histórico en el que se habla de la sepultura de Jesús por un judío, temeroso de la ley, y la presencia en el
lugar de las mujeres discípulas que miraban donde era puesto. Entre ellas, fueron dos o tres, estaba María Magdalena. Pero no sólo de la
sepultura iba a ser testigo. Algo más importante y trascendental le esperaba.

Debido a su plan literario-teológico, Juan no menciona a las mujeres como testigos de la sepultura, sino que son José de Arimatea y
Nicodemo, dibujados por él como los amigos del novio, quienes preparan su cuerpo, de forma regia, para el encuentro con la amada: la
comunidad representada por María Magdalena.

3. Según Mateo (28, 9-10) y Juan (20, 14-18), ella es receptora de la primera aparición del Resucitado, bien sola o bien con la otra María
(Mt). Su persistencia y valentía, nacidas del cariño y de la experiencia existencial de liberación transformadora, le hicieron volver al
sepulcro. Lo que se vive en niveles tan profundos de la existencia no se olvida ni desaparece, sino que se transforma y posibilita nuevos
horizontes, crea nuevas realidades más allá de fronteras y límites. María Magdalena recibió la aparición del Resucitado, y el conocimiento
de que Jesús estaba vivo, de que la muerte no había Podido con él y había sido resucitado.

Ni Lucas ni Marcos narran la aparición del Resucitado a esta mujer, debido a sus planes teológicos, pero los cuatro evangelistas son
unánimes al ponerla, sola o acompañada, en relación con el conocimiento del acontecimiento pascual. Los angeles, o los seres
celestiales, personifican ese origen divino del conocimiento de que Dios había resucitado a Jesús de entre los muertes y se encontraba
en su ámbito (sentado a su derecha»). Lucas no habla de la aparición del Resucitado a las mujeres, y en concreto a María Magdalena, y
la razón es que debido a su ideal de comunidad, la primera aparición reconocida debía ser recibida por Pedro, puesto que el ser recep tor
de una aparición otorgaba autoridad frente a la comunidad. Desde ahí se entiende la adscripción de la primera aparición a Pedro, y luego
a los otros varones, en el kerigma oficial de 1Co 15. En los escritos apócrifos aparece con claridad que la primacía en la recepción de la
aparición del Resucitado había derivado en una cuestión de autoridad. Sin embargo, el que esas cristofanías o apariciones de Cristo
resucitado a María Magdalena se conserven en los Evangelios, a pesar de los problemas que planteaban, tiene un valor histórico y
doctrinal muy grande. En el final añadido y tardío de Marcos (16, 9 ss.), se testimonia la asunción por la tradición de la primera cristofanía
a María Magdalena.

4, Otro rasgo con que aparece María Magdalena en los Evangelios canónicos, y que se deriva del anterior, es el de «receptora de un
saber y de una misión» por parte del Resucitado. El «saber» era comprender, gracias a las experiencia tenida, lo que había pasado con
Jesús, es decir, cómo Dios lo había resucitado y el sheol no había podido con él. Y la misión a la que se siente enviada por el Resucitado
es contarlo: Ve y di..., aspecto este que le valió el título de apóstola de los apóstoles. Este rasgo será desarrollado intensamente por los
escritos apócrifos, sobre todos aquellos de carácter gnostizante.

5. Otro de los rasgos importantes es el de su relevancia en la comunidad y su preminencia en el grupo de las mujeres. Este rasgo se
deduce del lugar en el que es citada cuando se mencionan a las mujeres discípulas. Éstas son citadas en listas, como también se hace
con los discípulos varones, y, en la Biblia, el orden de citación refleja la importancia y relevancia de esas personas —mujeres o varones—
en y para la comunidad.

María Magdalena aparece siempre citada en primer lugar, excepto en Juan, quien, en la escena al pie de la cruz, la cita en último lugar;
probablemente para establecer un nexo narrativo con la escena siguiente que se centra en ella.

La importancia y relevancia de María Magdalena en la comunidad, y en concreto para algunos grupos, aparece reflejada también en los
escritos apócrifos y en los de otros escritores eclesiásticos. Algunos de los grupos que estaban detrás de esos escritos apócrifos
apelaban a la autoridad de María Magdalena para justificar sus prácticas y doctrinas, afirmando haberlas recibido de ella, lo mismo que
otros apelaban a Pablo, Pedro, u otros discípulos de la primera hora. […]

Carmen Bernabé Ubieta

Mar
Evangelio del día
23
Jul Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario
2019 Hoy celebramos: S anta Brígida (23 de Julio)

“”
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 19-20:

Hermanos: Para la Ley estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo pero
no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.

Salmo
Sal 33: Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,


su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved que bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.R/

Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


- Yo soy la verdadera vida, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda,
para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el
sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí
lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego lo recogen y los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid los que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis
discípulos míos.

Reflexión del Evangelio de hoy


Pendiente de publicar. Publicación habitual: el fin de semana anterior.
Hoy es: Santa Brígida (23 de Julio)

Santa Brígida

Brígida de Suecia había nacido en Finstad, cerca de Upsala, en el seno de una familia aristocrática y tuvo que casarse a los 14 años, por
imposición de su padre con un militar fuerte y elegante, Ulf Gudmarsson, con quien vivió feliz y tuvo ocho hijos, a los que dio una
esmerada educación, y entre ellos esta Santa Catalina de Suecia. Además de cuidar de todos ellos, todavía le quedaba tiempo para
dedicarse a las obras de caridad con los necesitados en un hospital que había erigido con su marido cerca de su casa, fiel a su espíritu de
terciaria franciscana.

En peregrinación a Compostela
Con motivo de sus bodas de plata matrimoniales (1341), Brígida y su esposo Ulf decidieron celebrar esta fecha con toda solemnidad y
para ello nada mejor que hacer una peregrinación a Santiago de Compostela (España), peregrinación, por otra parte, no era nada
novedosa, pues en la familia constituía una tradición ya adquirida. La iniciaron a principios de junio de 1341, y caminaron de santuario en
santuario, visitando cuantos pudieron encontrar en el camino, especialmente los de Renania, los de Provenza y los de España hasta
llegar finalmente a Galicia, al sepulcro del apóstol Santiago. […] Esta peregrinación a Compostela para Santa Brígida tuvo una
importancia excepcional, pues marcó un hito en su vida, Ya que, después de esta peregrinación al sepulcro del apóstol Santiago, Brígida
decidió dar una respuesta incondicional a la llamada de Dios a la santidad, haciendo voto de castidad junto con su marido con la
intención de fundar un convento donde Pudieran retirarse y vivir entregados a la oración y a la contemplación. Pero su marido murió en
1344, y entonces, Brígida abandonó su casa, entregó a los pobres todos su bienes y se fue a vivir cerca del monasterio cisterciense de
Alvastra, donde ya se había retirado poco antes su marido y donde había muerto. Allí comenzó a tener revelaciones de Cristo y de la
Virgen María, que ella iba escribiendo en sueco y que, luego, sus confesores y consejeros, traducían al latín, cuyo texto ella misma
revisaba.

Fundación del Convento de Vadstena


En 1346, comenzó a ocuparse del más íntimo anhelo de sus aspiraciones espirituales: la construcción del convento de Vadstena (Suecia)
para 25 hombres y 60 mujeres, un total de 85 personas, que representaban a los 12 apóstoles, a los 72 discípulos y al apóstol San Pablo.
Vivirían en edificios separados, por supuesto, pero con una única iglesia para orar juntos, regidos por una misma abadesa, que reflejara la
maternidad de la Virgen María y orientados por la regla de San Agustín.

Así y allí nacía la orden del Salvador, cuya espiritualidad mariana, que Brígida inculcó a sus hijas, componiendo ella misma himnos y
lecturas para recitar en el oficio mariano cada día, tuvo una gran difusión en los siglos siguientes, sobre todo, en el Norte de Europa. Pero
como no acababa de recibir el reconocimiento papal para su fundación, la Orden del Salvador, Brígida decidió ir a Roma (1349),
aprovechando la convocatoria del jubileo de 1350, hecha por el papa Clemente VI desde Aviñón mediante la bula Unigenitus Dei Filius
que se publicó en agosto de 1349. Sólo en 1370, después de muchas correcciones sobre la pobreza común en el monasterio. el papa
Urbano V aprobó la Regula Salvatoris, que ella decía que había recibido por revelación, mientras que la aprobación del monasterio mixto
sólo llegó, cinco años después de su muerte, en 1378, cuando su hija Catalina era la abadesa del monasterio. Pero estos contratiempos
no mermaron en ningún momento su convicción de que estaba realizando la voluntad de Dios ni la esperanza de que su obra saldría
adelante, a pesar de los fracasos y de los obstáculos encontrados en el camino.

Las revelaciones de Santa Brígida


Santa Brigida de Suecia se sintió inspirada por Cristo y por la Virgen, que le hablaban y ella, por escrito o de palabra, expresaba lo que le
iban diciendo. Después, los confesores y secretarios recogían sus escritos y sus palabras y las traducían del sueco antiguo al latín. De ahí
que no sea posible precisar, en este trasiego, hasta que punto las Revelaciones reproducen con exactitud las palabras inspiradas a la
vidente. Es más, dada la índole polémica de muchas de ellas y el contenido puramente teológica de otras, se puede suponer que sus
confesores modificaron el texto para limar expresiones demasiado fuertes o para corregir imprecisiones teológicas.

De todas formas, las Revelaciones fueron recogidas en ocho libros (más un noveno en el que se recogen otras revelaciones que no
habían sido incorporadas a los primeros) y están divididas en cuatro ciclos: el sueco entre 1344-13/119; el romano entre 1350-1363; el
de las peregrinaciones a diversos santuarios de Italia entre 1364-1370, y el de Tierra Santa entre 1372-1373. Entre otras cosas, Brígida,
a través de sus Revelaciones, transmite las órdenes recibidas de Dios para remediar las diversas miserias de la vida cortesana y para
reformar el estado religioso y el desorden de la Iglesia y deja en ellas una espiritualidad marcada por los acontecimientos políticos y
religiosos de su época, que refleja el ardor de un alma que se sabe instrumento en la mano de Dios para realizar una renovación
espiritual en la Iglesia de su tiempo.

Además, las Revelaciones reflejan la fuerte personalidad de una santa que, por su carácter dinámico y práctico, supo conjugar
perfectamente contemplación y acción, ser Marta y María al mismo tiempo. Y de esta unión le nació la perseverancia y la severidad de su
mensaje, que, como trompeta sonora, clamaba pidiendo la «reforma de la cabeza y de los miembros de la Iglesia». que, por otra parte, era
el clamor que se había levantado por doquier. Su mística, tan mariana como cristocéntrica, le llevó a la profunda convicción de que sólo
los sufrimientos, que Dios le había reservado o significado a través de las vicisitudes exteriores, eran el medio para llevarla a la unión con
Dios. Esta comprensión del sufrimiento la presentó de todo sentimentalismo y le ayudó a adquirir un fuerte sentido realista, que determinó
todo su dinamismo interior. Las visiones que recibió en éxtasis reflejan también la misma nota personal y realista que se traduce en
imágenes naturalistas, a menudo drásticas y altamente dramáticas, En especial sus visiones de Cristo en la Cruz y de la Dolorosa se
consideran como obras maestras de la literatura sueca antigua.
Rafael del Olmo, O.S.A.

Mié
Evangelio del día
24
Jul Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
2019 Hoy celebramos: Beata Juana de Orvieto (24 de Julio)

“”
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 16, 1-5. 9-15​​:

Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y Sinal, el día quince del segundo mes después de salir
de Egipto.
La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo:
-«¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta
hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad. »
El Señor dijo a Moisés:
-«Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. El día
sexto prepararán lo que hayan recogido, y será el doble de lo que recogen a diario.»
Moisés dijo a Aarón:
-«Di a la comunidad de los israelitas: "Acercaos al Señor, que ha escuchado vuestras murmuraciones. "»
Mientras Aarón hablaba a la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en una nube.
El Señor dijo a Moisés:
-«He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: "Hacia el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que
sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios."»
Por la tarde, una bandada de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor del campamento.
Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se
dijeron:
-«¿Qué es esto?»
Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo:
-«Es el pan que el Señor os da de comer.»

Salmo
Sal 77, 18-19. 23-24. 25-26. 27-28 R. El Señor les dio un trigo celeste.​​
Tentaron a Dios en sus corazones,
pidiendo una comida a su gusto;
hablaron contra Dios:
«¿Podrá Dios preparar
una mesa en el desierto?» R.

Pero dio orden a las altas nubes,


abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R.

Y el hombre comió pan de ángeles,


les mandó provisiones hasta la hartura.
Hizo soplar desde el cielo el levante,
y dirigió con su fuerza el viento sur. R.

Hizo llover carne como una polvareda,


y volátiles como arena del mar;
los hizo caer en mitad del campamento,
alrededor de sus tiendas. R

Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se
quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas:
-«Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenla tierra, y, corno la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto
salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»

Reflexión del Evangelio de hoy


Pendiente de publicar. Publicación habitual: el fin de semana anterior.
Hoy es: Beata Juana de Orvieto (24 de Julio)

Beata Juana de Orvieto


Juana o Vanna nació en Carnaiola, cerca de Orvieto (Umbría, Italia), hacia 1264. Huérfana cuando era niña, vivió de su trabajo de
bordadora. Entró en la Orden de penitencia de Santo Domingo siendo modesta y diligente, por lo que todos le pedían consejo e
intercesión. Fue una gran contemplativa de la pasión del Señor, con amor ferviente y paciencia perfecta, recibiendo toda clase de dones
celestiales por la gracia del Salvador. Murió en Orvieto el 23 de julio de 1306 y su cuerpo se venera allí en la iglesia de Santo Domingo.
Su culto fue confirmado en 1754.

Del Común de vírgenes o de santas

Oración colecta
Oh Dios, que enriqueciste
con divinos carismas
la pureza eximia
y la caridad ferviente de la beata Juana;
haz que nosotros imitemos
con la inocencia de vida
y con la laboriosidad
lo que en ella admiramos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Jue
Evangelio del día
25
Jul Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario
2019 Hoy celebramos: S antiago, após tol (25 de Julio)

“”
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 33; 5, 12. 27b-33; 12, 2
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios
en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: «¿No os habíamos prohibido
formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables
de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a
quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la
conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Esta
respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Salmo
Sal 66 R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

El Señor tenga piedad y nos bendiga,


ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,


porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

La tierra ha dado su fruto,


nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4,7-15
Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de
nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no
abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para
que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por
causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la
vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso
hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para
vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué
deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes
lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los
pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro
servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le
sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»

Reflexión del Evangelio de hoy


Pendiente de publicar. Publicación habitual: el fin de semana anterior.
Hoy es: Santiago, apóstol (25 de Julio)

Santiago, apóstol
Es uno de los 12 apóstoles y, dentro de ellos, uno de los tres a los que Jesús distinguía con su predilección. Dos localidades se señalan
como su lugar de nacimiento Betsaida (población de la vera del Lago de Genesaret) y Yafía (pueblecito en la montaña de Galilea a unos
6 km de Nazaret).

Su nombre era Jacob, que significa “quiera la Divinidad defender'. Es el nombre que llevó el patriarca, padre de los cabezas de las doce
tribus de Israel. En español se cambiará en Santiago como resultado de la transformación lingüística. En efecto, cuando el Rey Alfonso II
el Casto, el año 829, dona al apóstol la propiedad del primer coto circunvalando su tumba, este coto recibe el nombre latino de Locus
Sancti Jacobi. El uso tendió a hacerlo más corto, y así, suprimido el genérico Locus (Lugar) quedó solo Sancti Jacobi, del que terminó
derivando Santiago.

De la comparación de los relatos de la pasión según San Mateo, San Marcos y San Juan podernos afirmar que Santiago y su hermano
Juan, ambos hijos de Zebedeo y Salomé, eran parientes consanguíneos de Jesús. En efecto, la identificación entre Salomé, en Marcos
(15, 40), la madre de los hijos de Zebedeo en Mateo (27, 56) y la hermana de su madre en Juan (19, 25) es la conclusión lógica que se
saca de la comparación.

Aunque nos queda la duda de si Juan al llamarla hermana, querrá referirse a integrante de una familia amplia, según el sistema tradicional
de parentesco judío; esta duda parece diluirse al considerar que es una mujer que ha dejado su clan original para trasladarse al del
marido, por ello lo probable es que se trate de fraternidad de sangre tal como la entendemos nosotros. Es decir, que María, la madre de
Jesús, y Salomé eran hijas de los mismos padres. Por otra parte este dato hace verosímil la intercesión de ella para solicitar los primeros
puestos en el reino, tal como veremos más adelante. […]

Siguió a Jesús
Las narraciones de Marcos, Mateo y Lucas son bastante semejantes en este punto. La de Juan es totalmente distinta. Quizá en ella se
vea su reticencia a hablar de sí mismo, al mismo tiempo que un intento de llenar vacíos dejados por los otros tres, De las tres paralelas
podemos escoger la de Marcos, porque es la que nos da más datos sobre Santiago:

«Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: “El tiempo se ha cumplido y el reino
de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva”. Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón,
largando las redes en el mar, pues eran pescadores, Jesús les dijo: "Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres". Al
instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zehedeo, y a su hermano Juan; estaban
también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la harca con los jornaleros, se
fueron tras él» (Mc 1, 14-20).

Llama la atención aquí la rapidez de la respuesta de los cuatro pescadores a la llamada de Jesús. Quizá Juan nos da la explicación de la
actitud de Pedro y Andrés, cuando nos cuenta cómo Juan el Bautista les presenta a Jesús y el subsiguiente encuentro de Andrés y del
otro discípulo con él. Muchos han querido identificar a ese otro discípulo con el autor del cuarto Evangelio, pero esto no parece seguro
(Jn 1, 35 ss.).

Sea lo que fuere, esta rapidez en seguir a Jesús denota que ya lo conocían, admiraban y tenían ganas de seguirle. En el caso de
Santiago y Juan, con toda probabilidad, su parentesco con Jesús es la razón que explica el mutuo conocimiento y la prontitud en seguirle.

La narración de Mateo nos da otra pista respecto a la personalidad de Santiago y su entorno familiar que no debernos desdeñar. «...
Dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros...». El evangelista – tan próximo a Pedro que es llamado por éste »Marcos, mi
hijo» (1P 5, 13)– nos indica que Zehedeo y sus hijos tenían jornaleros, lo que no afirma en ningún momento respecto a Pedro y Andrés.
Pertenecía, pues, Santiago a una familia pudiente y con algunos bienes de fortuna. Podríamos aventurar que practicaban la pesca como
un negocio, más que como un medio de manutención. Probablemente eran una de las empresas de salazón de pescado que había en las
ciudades del lago, producto muy apreciado en Jerusalén, Séforis y otras ciudades.

Por otra parte, no está de más recordar cuál fue el proyecto de Jesús que les cautivó. Los tres evangelistas narran este episodio
asociado al tema de la predicación de la cercanía del reino de Dios. No hay duda que este anuncio va a estar presente en todo el resto
de la vida de Santiago hasta convertirse en el motivo de su martirio. […]

Resucitó el Señor
No cabe duda que al amanecer del primer día de la semana ninguno de los apóstoles, Santiago incluido, esperaban las noticias que les
iban a llegar. Les comunicarán que el sepulcro estaba vacío, que el lienzo en el que envolvieron su cuerpo estaba allí, pero el cuerpo de
Jesús había desaparecido. ¿Quién habría pretendido robarlo? ¿Para qué? Para acusarles y terminar también con ellos? Las mujeres
dicen que lo han visto vivo a Jesús, pero ¿quién va a creer a las mujeres? La ley judía no admitía jamás su testimonio. Pero las
apariciones del Resucitado les devolvió a la realidad y la luz de la Resurrección les ayudó a comprender lo que hasta ahora no eran
capaces de entender.

La convivencia intermitente con Jesús los días que siguieron a su resurrección sirvieron para que Santiago y sus compañeros revisasen
bajo una nueva óptica su memoria durante el tiempo en que acompañaron a Jesús. Las palabras con las que termina Lucas la despedida
de Jesús antes de apartarse definitivamente de los suyos, seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Jadea y Samaria, y basta los confines
de la tierra,' pudieron quedar grabadas más sensiblemente en la memoria de Santiago. Después de Pentecostés, comenzaron a recorrer
los caminos del mundo anunciando la Buena Nueva del Evangelio.

Evangelizador de España
Una antiquísima tradición afirma que Santiago fue el primer evangelizador de España. No sabemos cuándo ni cómo se realizó su viaje a
través del Mediterráneo y quizás de la costa de lo que hoy es Portugal. Pudiera ser la ocasión propicia la situación que sigue a la muerte
de Esteban, después de la cual muchos discípulos hubieron de escapar de Jerusalén, sobre todo los pertenecientes a la sinagoga de los
helenos, huyendo de la persecución que contra ellos se levantó (Cf. Hch 8, 1). El que los Hechos digan que -todos, a excepción de los
apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria», no impediría esta hipótesis. No es plausible que se marchasen todos y
que quedasen allí sólo los apóstoles. Lo que sí es cierto es que entre el año 36 y 39 en Jerusalén no estaba Santiago ni la mayoría de los
apóstoles; se encarga San Pablo de testimoniarlo poniendo a Dios por testigo de su afirmación (Ga 1, 19-20). Por otra parte, el viaje era
en aquel momento posible, y hasta podríamos decir que relativamente fácil. La navegación a través del Mediterráneo y la costa
portuguesa se realizaba continuamente en los meses de verano desde casi mil años antes de Cristo. La Biblia hace referencia en multitud
de pasajes al periplo de las naves de Tarsis. Por otra parte, como veremos después, entre la muerte de Jesús y la de Santiago
transcurrieron 14 ó 15 años, tiempo más que suficiente para desplazarse a España, ejercer aquí su ministerio y retornar a Jerusalén.

Las leyendas locales podrían llevarnos a pensar que su apostolado se realizó a lo largo de la vía Romana XVII que unía Cesaraugusta
(Zaragoza) con Astúrica y Braga y también la zona de Cartagena, donde hay recuerdos de su embarque o desembarque. El traslado de
sus restos a Galicia, en lo que hoy es Compostela parece indicar que aquí logró crear una comunidad de seguidores. Sólo esto explica
que sus discípulos buscasen este lugar para depositar su cuerpo, cuando muere proscrito en su tierra.

Protomártir de los Apóstoles


La muerte de Santiago, «el primero entre los apóstoles en beber el cáliz del Señor», aparece reseñada en el libro de los Hechos de los
Apóstoles:

Por aquel tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la Iglesia para maltratarlos. Hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de
Juan. Al ver que esto les gustaba a los judíos, llegó también a prender a Pedro. Eran los días de los Ázimos. Le apresó, pues, le encarceló
y le confió a cuatro escuadras de cuatro soldados para que le custodiasen, con la intención de presentarle delante del pueblo después de
la Pascua... (Hch 12, 1-4)

Además de la noticia de la muerte, este escueto texto nos permite situarla en el tiempo. Fue, pues, un poco antes del día de los Ázimos. Si
atendemos a algunos calendarios litúrgicos antiguos del Oriente, que colocan su fiesta en 25 de marzo, tendríamos que dar como posible
esta fecha para su martirio. El año también puede deducirse con bastante probabilidad, porque Herodes Agripa reina entre mediados del
año 42 y mediados del año 44. El libro de los Hechos, inmediatamente después de la huida de Pedro de la cárcel, nos refiere la muerte
de Herodes ante una delegación de Tiro y Sidón. Lo mismo nos cuenta Flavio Josefo, pero afirmando que esto fue en Cesarea. La
inmediatez y la forma de narrar ambos acontecimientos en la redacción de los Hechos sugiere la proximidad entre ambos. Parece, pues,
muy probable que la muerte de Santiago tuviera lugar el 25 de marzo del año 44, 14 ó 15 años después de la muerte de Jesús.
También nos queda claro el género de muerte de Santiago y sus consecuencias. Morir por la espada, se entiende ser decapitado. No así
el motivo de la muerte, aunque la afirmación: ... viendo que les gustaba a los judíos..., puede indicarnos una acusación de traición a las
leyes mosaicas, único motivo válido para Santiago y Pedro. Pero una muerte por este motivo llevaba aparejada en la legislación judía la
proscripción; es decir, ser arrojado al desierto para que las aves rapaces y las bestias del campo devorasen su cadáver. Esto no era
aplicable a Jesús que murió bajo el Procurador Poncio Pilato que, siguiendo las costumbres romanas, no tuvo inconveniente en entregar
su cadáver para ser sepultado con honor y dignidad, En el caso de Santiago el supuesto legal era otro.

Sobre las circunstancias de la muerte de Santiago poco sabemos. El conocido relato, integrado en la Leyenda áurea, es un desarrollo
tardío de una noticia que se remonta, lo más tarde, al siglo II. De ella poco más podemos deducir que Santiago no padeció el martirio solo,
sino que fue acompañado por uno de sus acusadores que, impresionado por la declaración de apóstol ante el rey, creyó en Jesús y
confesó su fe.

Traslado de sus restos


Para concretar las circunstancias del traslado de sus restos y su sepultura no tenemos otro remedio que recurrir a leyendas y, como
punto de contraste, los restos arqueológicos que han llegado hasta nosotros. Las leyendas aparecen recogidas en documentos de los
siglos X al XII, por ello están infladas con infinidad de símbolos e imágenes que les dan una apariencia de transmisoras de noticias poco
verosímiles, pero en su auxilio han venido hallazgos arqueológicos muy recientes. Un estudio crítico sobre las mismas irá dando espacio a
un relato básico y escueto, por lo demás verosímil, La secuencia cle los hechos pudo ser más o menos la siguiente:

El cadáver de Santiago, según la costumbre judía respecto a los proscritos, fue llevado al desierto de Judá —que por cierto llega a las
mismas puertas de Jerusalén— y allí abandonado Para que fuese pasto de las fieras. Sus discípulos recogieron el cuerpo y, amparados
en la noche, lo trasladaron al puerto de Joppe o Jafa. Allí necesariamente hubieron de embalsamarlo conforme al método más adecuado
para lograr la deshidratación. Método practicado por curtidores que consistía en absorber el agua del cuerpo sumergiéndolo en
substancias avidas de ella. Quedaba así momificado, libre de putrefacción y, lo más importante en este caso, reducido a la tercera parte
de su peso. Así sería fácil envolverlo en un fardo y embarcarse con él en una nave de las muchas que surcaban el Mediterráneo
precisamente a finales de abril o primeros de mayo. La travesía no debió tener mayor complicación a juzgar por la expresión «mano
Domini gobernante» que utilizan los relatos y que muchos quieren leer en clave de milagro.

Tras la travesía, que debió durar alrededor de un par de meses, llegaron al puerto de Iria', ciudad situada entre los ríos Ulla y Sar. Una
vez aquí empezaron nuevos problemas. Llaman la atención dos cosas insólitas: la primera por qué los discípulos de Santiago eligen
embarcarse con su cuerpo a un lugar tan remoto y apartado de las tierras judías. Cierto que tenían que salir de allí; Santiago era un
proscrito. Pero ¿por qué ir tan lejos? La segunda es el hecho de que, una vez en Iria, recurriesen a la matrona más importante, la «reina»
del lugar, que, tras una inicial resistencia, terminó dándole sepultura en su propio mausoleo, dato que dejan bastante claro los hallazgos
arqueológicos bajo la catedral compostelana. Esos dos hechos no tienen otra explicación plausible que la existencia de una comunidad
de seguidores de Santiago en lo que hoy es Compostela, o alrededores, con la que estaba muy relacionada la mítica reina Lupa. Los
relatos nos cuentan una serie de aventuras pasadas por los discípulos en los que, mezclados con imágenes y símbolos, aparecen datos
imposibles de inventar en la Edad Media. Lupa se niega a facilitarles las cosas, y les envía a pedir permiso al rey de Duio. Evidente que el
término rey es un invento medieval, pero lo que no puede ser lo mismo es el situarlo en Duio. Éste, a juzgar por los restos aparecidos, era
un puerto con un cargadero de mineral situado en los arenales de Langosteira, junto al cabo Finisterre. En toda la documentación
medieval de que disponemos, que no es poca, no hay una sola mención a este lugar, lo que evidencia que era remoto y poco atendible. A
ningún falsario o tabulador medieval se le podía ocurrir situar allí a un rey. Este dato, heredado a través de la tradición, nos muestra la
enorme antigüedad de que goza, remontándose al siglo III o antes. Más que rey tendríamos que identificarlo con un prefecto o legado
romano encargado de la explotación minera. Era normal que Lupa exigiese un permiso, en conformidad con la ley romana, para sepultar
a un cadáver muerto lejos y decapitado. Era lógica la reacción del prefecto que mandó encarcelarlos hasta que se aclararan las cosas.
Pero los discípulos logran huir, perseguidos por los soldados que casi les dan alcance en las inmediaciones de Negreira. Tras cruzar un
puente los discípulos, éste no pudo soportar el peso de los caballos de los perseguidores y se vino abajo, sepultando a soldados y
caballos en las ocasionalmente embravecidas aguas del Tambre o Támara. Las pilastras de este puente, sin duda de madera en su
estructura superior, se conservaron hasta hace poco tiempo en que fueron anegadas por un embalse. Los lugareños lo conocían como
Puente Pías, vinculado a este episodio.

Lo ocurrido debió impactar a Lupa, que aun exigió más pruebas a los discípulos: debían uncir una pareja de toros bravos a un carro para
así trasladar el cadáver desde Iria. Los discípulos consiguen convertir un par de toros ibéricos en una yunta de bueyes que mansamente
arrastran el carro. Esto venció la resistencia cíe Lupa que se bautiza y acepta el cadáver en su mausoleo.

Éste sería el relato legendario reducido a lo esencial. Los nombres de sus protagonistas también llegaron a nosotros. Se trata de San
Atanasio y San Teodoro, cuyos restos comparten con Santiago la urna de plata, alojada hoy dentro de lo que resta del mausoleo de la
reina Lupa. En algunas de las versiones aparece alguno más, pero siempre coincidiendo con alguno de los Varones Apostólicos.

Mons. Julián Barrio Barrio

Arzobispo de Santiago de Compostela.

Vie
Evangelio del día
26
Jul Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
2019 Hoy celebramos: S an Joaquín y S anta Ana (26 de Julio)

“”
Primera lectura
Primera lectura: Éxodo 20,1-17
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No
tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo
de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres
en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis
preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en
falso. Fíjate en el sábado para santificado. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado
al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus
ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el
Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No
matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no
codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.»

Salmo
Sal 18 R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

Los mandatos del Señor son rectos


y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

La voluntad del Señor es pura


y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Más preciosos que el oro,


más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino
sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en
terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene
una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la
vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la
entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.»

Reflexión del Evangelio de hoy


Pendiente de publicar. Publicación habitual: el fin de semana anterior.
Hoy es: San Joaquín y Santa Ana (26 de Julio)

San Joaquín y Santa Ana


En su carta encíclica Redemptoris Mater, el papa Juan Pablo II ha escrito que «la presencia de María en medio de Israel, tan discreta que
pasó casi inadvertida a los ojos de sus contemporáneos, resplandecía claramente ante el Eterno, el cual había asociado a esta
desconocida Hija de Sión al plan salvífico, que abarca toda la historia de la humanidad».

La vida discreta de María había de compaginarse con el silencio sobre sus antepasados. Sin embargo, la liturgia de la Iglesia parece
intentar penetrar en ese silencio, no tanto para satisfacer nuestra curiosidad cuanto para darnos ocasión para celebrar los planes de
Dios sobre la historia humana, que se había de convertir en una historia redimida.

De hecho, la antífona de entrada que se canta al inicio de la Eucaristía de hoy nos introduce en una celebración marcada por el signo de
la alegría: «Alabemos a Joaquín y a Ana por su hija; en ella les dio el Señor la bendición de todos los pueblos»». Los protagonistas son
los padres, pero el objeto de la alabanza es la providencia divina que, en María, prepara los caminos para la llegada del Salvador.

Procedentes de Galilea, se habrían trasladado pronto a Jerusalén donde vivirían en una casa cercana a la piscina Probática (o estanque
de las ovejas), en la que Jesús curó a un hombre paralítico (In 5, 2). La actual iglesia de Santa Ana trata de evocar aquella tradición,
aunque es cierto que subsiste también otra tradición que sitúa la vivienda de los padres de María precisamente en Séforis (Galilea).

La leyenda apócrifa se detiene en numerosos detalles anecdóticos. Así se complace en subrayar la esterilidad de Ana, las oraciones de
los piadosos esposos, la larga espera, la ausencia del marido, las revelaciones de los ángeles a uno y otra, el encuentro de Joaquín y
Ana junto a la Puerta Dorada de Jerusalén, escena inmortalizada por uno de los frescos de Giotto. Los relatos apócrifos narran también
el nacimiento de María, los cuidados que le ofrecieron sus padres, así como la dedicación al servicio del templo de aquella niña que sube
decidida los quince escalones del lugar santo. Todos estos pasajes constituyen otros tantos motivos iconográficos, representados con
mucha frecuencia por la pintura y la escultura.

El culto a Santa Ana, presunta abuela de Jesús, se introdujo ya en la Iglesia oriental en el siglo VI, y pasó a la occidental en el siglo X. El
culto a San Joaquín es más reciente. […]

La conmemoración de los santos Joaquín y Ana es una buena ocasión para recordar las raíces humanas de Jesús. En él, Dios se ha
emparentado con la estirpe humana. El relato evangélico que se proclama en este día evoca las palabras con las que Jesús declara
dichosos a sus contemporáneos por haber tenido la suerte de ver y oír lo que habían anhelado los profetas y los justos de otros tiempos.

Por otra parte, la imagen habitual de Santa Ana, acompañando a María y al pequeño Jesús, refleja, también para un tiempo de
desentendimiento e individualismo, la necesaria relación y comprensión entre las generaciones. El texto del libro del Eclesiástico (41,
1.10-15), que hoy se lee en la celebración eucarística, nos invita a hacer revivir en gratitud la memoria de los antepasados. No es extraño
que esta fecha evoque con frecuencia entre los cristianos la presencia de los abuelos y la responsabilidad ética de ofrecer la necesaria
atención integral a los ancianos.

José-Román Flecha Andrés

Sáb
Evangelio del día
27
Jul Decimosexta Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
2019 Hoy celebramos: Beato Roberto Nutter (27 de Julio)

“”
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 24,3-8:
En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una:
«Haremos todo lo que dice el Señor.»
Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las
doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la
mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar.
Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: «Haremos todo lo que manda el Señor y lo
obedeceremos.»
Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: «Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros, sobre todos estos
mandatos.»
Salmo
Sal 49 R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza
El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece. R/.

«Congregadme a mis fieles,


que sellaron mi pacto con un sacrificio.»
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R/.

«Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,


cumple tus votos al Altísimo
e invócame el día del peligro:
yo te libraré, y tú me darás gloria.» R/.

Evangelio del día


Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
«El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y
sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces
fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un
enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la
cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad
primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero'."»

Reflexión del Evangelio de hoy


Pendiente de publicar. Publicación habitual: el fin de semana anterior.
Hoy es: Beato Roberto Nutter (27 de Julio)

Beato Roberto Nutter

(1557-1600) Roberto Nutter pertenecía al clero secular, sufriendo destierro y prisión por la fe en la persecución religiosa en el siglo XVI
en Inglaterra. Estando en la cárcel profesó en la Orden de Predicadores y aún sostuvo una discusión con teólogos en el castillo de
Lancaster. Mantuvo firme la fe hasta el momento del martirio, siendo ahorcado y su cuerpo despedazado en Lancaster el 26 de julio del
1600. Fue beatificado con otros ochenta y cinco compañeros el 22 de noviembre de 1987.

Del Común de un mártir o de varios mártires.

Oración colecta
Dios de misericordia,
que te has dignado agregar al beato Roberto
al número de los mártires;
concédenos, por su intercesión,
participar con él en la pasión de Cristo
y resucitar a la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

El día 28 de Julio de 2019 no hay comentario en "el Evangelio del día". Puede encontrar el comentario de la liturgia de este día en la
página de Homilías.

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