La Discriminación y El Racismo en Guatemala
La Discriminación y El Racismo en Guatemala
La Discriminación y El Racismo en Guatemala
La construcción del Estado guatemalteco, desde una visión historicista ha pasado por dos
momentos bien definidos, a saber: 1) el Estado colonial y; 2) en su vida independiente, el
Estado republicano, versión no concluida por cierto. Como Estado colonial, respondió a la
condición de dominio que le imprimió la metrópoli, desde el punto de vista de la explotación
y del manejo de la dominación política y social, con los privilegios que una situación de esa
naturaleza acarrea; lo que no podía ser de otra forma, pues la corona y el grupo dominante,
aprovecharon para su beneficio el derecho de conquista: explotar económicamente, excluir
socialmente y sojuzgar políticamente. Se sientan así, las bases de la exclusión y de la
discriminación racial en Guatemala[2].
La desigualdad es el efecto del racismo y la discriminación racial hacia los pueblos indígenas,
los cuales se reflejan en los altos índices de desnutrición crónica, analfabetismo, pobreza, y
la falta de acceso a los servicios de salud. Esta problemática se acentúa particularmente en
los departamentos con mayor porcentaje de población indígena: Sololá, Huehuetenango, El
Quiché, Alta y Baja Verapaz.
En Guatemala persisten brechas desfavorables entre los pueblos indígenas y no indígenas en
cuanto al acceso a servicios públicos, la esperanza de vida, educación, desarrollo,
infraestructura, salario entre otras, que constituyen claramente una manifestación de la
discriminación y el racismo hacia los pueblos indígenas, a pesar de la aprobación y existencia
de instrumentos nacionales e internacionales favorables a los derechos de los de pueblos
indígenas.
Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 34/24 (1979)
Proclamó a partir del 21 de marzo la Semana de solidaridad con los pueblos que luchan
contra el racismo y la discriminación racial, considerando que a nivel mundial el racismo
y la discriminación racial son las causas de los conflictos entre los seres humanos que
conviven en un mismo Estado y que son originarios de diferentes culturas.
Como pueblos tenemos que acercarnos a estos problemas para buscarles una solución. Somos
un país donde convergen diversas culturas, diversas visiones y por tanto, diversos aportes,
expresiones y filosofías de vida, que deben ser reconocidas y respetadas por igual, así como
promocionarse en aras de su propio desarrollo, sin afectar su esencia como tal. Para esta
inmensa tarea, es importante reestructurar el sistema educativo para que responda a la
realidad social del país. Así como implementar programas de prevención de la discriminación
racial, tal y como lo estipula la Ley de Promoción Educativa contra la discriminación (decreto
No. 81-2002), que mandata para su desarrollo e implementación, al Ministerio de Educación
y Ministerio de Cultura y Deportes y a todos los ministerios e instituciones del ejecutivo.
Cordialmente invitados e invitadas para que se suban a este barco de lucha por la dignidad,
la justicia, el desarrollo de los pueblos y por tanto, un legado para las futuras generaciones.