Resumen Del Video "El Negocio de Las Farmacéturicas"

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RESUMEN DEL VIDEO “EL NEGOCIO DE LAS FARMACÉTURICAS”

La industria farmacéutica, alimentaria y tecnológica, son las principales industrias que se


encargan de dominar a la población, son indispensables, pero se busaca que sean transparentes.
La industria farmacéutica era considerada la número 1 del sector económico mundial,
actualmente ocupa el segundo o tercer puesto, sin embargo, las farmacéuticas mueven miles de
millones y son decisivas para la economía de un país, además de brindar muchas plazas de
trabajo.

La industria farmacéutica no es transparente, debido a que los ensayos se manejan con


opacidad: solo se publican los resultados positivos y los resultados negativos o que no
beneficien al medicamento no son publicados, por lo tanto, ocultan información importante de
un medicamento (por ejemplo: que un medicamento es citotóxico o que produjo muerte durante
el ensayo), además el 90% de los ensayos son patrocinados por casas farmacéuticas, es decir,
por la industria farmacéutica privada.

Las compañías farmacéuticas gastan un 15% de sus ingresos en investigación y más del 30%
en publicidad para médicos, debido a que los médicos son los que más interactúan con el
paciente, por ende, tienen el poder de decidir qué recetar. Esta publicidad está a cargo de los
visitadores médicos que tienen encuentros en “privado” con los médicos, con una frecuencia
de 1 vez a la semana. Estos visitadores médicos se especializan en marketing, por lo tanto,
tratan de vender el fármaco al personal de salud, omitiendo información relevante sobre el
“producto”, y además, ofreciendo invitaciones a congresos, o “regalitos” (bolígrafos, cursos,
dinero en efectivo, etc.) a los médicos que lo permiten y lo aceptan. Esto se debe a que es
“difícil resistirse a la presión de las industrias, porque te dan lo que el sistema sanitario no te
da”. Entre el 90-95% de la formación continuada de los médicos, depende la industria
farmacéutica, el “beneficiado es el médico”, pero nos olvidamos de que la única persona
perjudicada es el paciente.
Para establecer los parámetros diagnósticos de las enfermedades, se reúne un grupo de
expertos, que en su mayoría, trabajan para diferentes compañías farmacéuticas. Las
farmacéuticas, son empresas particulares que sacan beneficio exclusivo, además este beneficio
económico es indispensable para la empresa, para los investigados y para la industria que
invierte en la investigación. Las farmacéuticas tienen demasiado poder, y mientras más poder
tienen más se les permite hacer, a pesar de que hay organismos reguladores para poner en
circulación un fármaco, estos pueden ser sobornados para que ignoren los efectos secundarios
y perjudiciales. Los organismos reguladores tienen lazos con la industria, y estos se financian
gracias a las farmacéuticas, es decir, viven de esos ingresos, y dan lugar a fármacos que han
sido tóxicos y ahora se vende. Los diferentes Estados han intentado pelear contras esta
industria, debido a que muchos efectos producen la muerte en los pacientes, sin embargo, y a
pesar de sus esfuerzos, las personas damnificadas no reciben las compensaciones justas y estos
casos se cierran de forma falsa y en ocasiones, sin un historial.

La industria es el mayor monopolio, en la cual se crean patentes y se excluyen a los genéricos


(tienen el mismo principio activo, es decir, la misma eficacia, solo que sin una “marca”), al
inicio todo medicamento es de marca y por ende está patentado, pero luego se convierte en un
genérico. Cuando una patente es aprobada, esta dura 20 años y la compañía trata de sacar y
exprimir los beneficios que obtiene. La compañía vender los medicamentos con exclusividad,
mientras que los genéricos se mantienen fuera de circulación, por lo tanto, la patente evita el
acceso universal a los medicamentos. La industria quiere perpetuar la patente, con cambios
mínimos del fármaco, en ocasiones, incorporan nuevos medicamentos que son mejores que el
anterior (este se convierte en el “genérico”), y a medida que la patente está por vencer, tiene
que sacar nuevos productos. Algunos medicamentos son una ventaja absoluta, mientras que
otros solo son perfilados o decorados y no suponen una mejora sustancial del medicamento e
inclusive la mayoría no introduce estas modificaciones, sin embargo se abren en el mercado
diciendo que el producto actual es mejor que el anterior. Un claro ejemplo de esto, fue un
medicamento cancerígeno, que cuando se venció la patente en India, muchas personas pudieron
cubrir con su costo (y su tratamiento), sin embargo, la industria farmacéutica trató a toda costa
de renovar la patente, pero como el medicamento se convirtió en un genérico pasó a ser de
acceso público. La salud pública compra medicamentos que son indispensables y cubre con la
mayoría de las enfermedades que se presentan en un país. El problema radica en que los
gobiernos no descubren o inventan medicamentos, sino que todos los fármacos son inventados
por la industria farmacéutica privada, además los gobiernos no ponen el interés necesario.
Si se quiere encontrar la cura (medicamento) a una enfermedad, es necesario que esa
enfermedad se produzca en EE.UU, es decir, cuando una enfermedad afecta a una población
de países ricos se encuentra el medicamento, por lo tanto, se considera que los medicamentos
son un negocio que sirven para países desarrollados que pueden pagarlos (la mayoría de
medicamentos fueron creados para satisfacer con las demandas de las enfermedades de países
desarrollados), el problema es cuando el medicamento ayuda a poblaciones pobres que no
pueden pagar (por ejemplo: en África, un niño muere cada minuto a causa de malaria
“enfermedad de los pobres”, por tal razón, los laboratorios que producen el fármaco, no quieren
generar un “producto” que no les den beneficio, la farmacéutica olvida su objetivo y prefiere
sacar provecho de la economía antes que ayudar a las sociedades más necesitadas.

Toda la población a nivel mundial, desde que se levanta hasta que se duerme, desde un ligero
resfriado hasta un dolor de cabeza, se dedica a consumir fármacos. Estamos sobremedicados,
sobrediagnosticas y sobretratados. Debido a este hecho, hay muchas muertes por iatrogenia,
por el “exceso de atención médica, abusos, cuidado y tratamiento innecesarios”. Tenemos que
ser críticos con los medicamentos que son de baja eficacia y peligrosos, y aprender a tomar los
medicamentos que sí sirven. Por todas estas circunstancias, se creó la campaña “NO
GRACIAS”, no tiene el objetivo de ir en contra de la industria, pero sí fomentar la industria
transparencias e independiente, además defiende la ética personal, una formación médica
independiente y no dirigida a las empresas.

Las consecuencias de la industria farmacéutica recaen sobre personas que toman el


medicamento, es decir sobre los pacientes, quienes están condicionados por los intereses del
mercado. Más de la mitad de los medicamentos no valen para nada (por ejemplo, la vacuna
para la gripe, es poco menos que inútil, presenta una baja efectividad). Las farmacéuticas se
inventan enfermedades que son exageradas para producir miedo en la población y poder vender
más medicamentos, es decir, que la industria crea un “marketing del miedo”. Se puede concluir,
que nuestra salud es un negocio para la industria farmacéutica, la cual, a la vez, condiciona
toda la vida de un medicamento y del ámbito sanitario, porque tiene dinero, por lo que, se
utiliza la salud del paciente para poder vender medicamentos, terapias, tratamientos, máquinas,
etc.

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