La Despoblación en España. Un Análisis de La Situación (Ignacio Molina de La Torre) PDF
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LA DESPOBLACIÓN EN ESPAÑA:
UN ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
ÍNDICE
1.- Introducción
5.- Conclusiones
1.- INTRODUCCIÓN
A lo largo de los últimos años las cuestiones demográficas se han incorporado a la agenda
pública en España. Si algunos problemas habían sido evidentes durante las últimas décadas a
escala regional o local, sólo en los últimos tiempos este análisis y esta situación ha llegado a
la opinión pública nacional. El éxito de algunas obras literarias recientes, unido a la evolución
de las cifras demográficas a escala nacional que, por primera vez en décadas, registran una
pérdida de población, ha puesto el foco en los espacios donde las pérdidas eran evidentes
Para el Comité Europeo de las Regiones, “el cambio demográfico es uno de los mayores
desafíos a los que se enfrenta la Unión Europea”, a la vez que reconoce que “la actual
por centrarse casi exclusivamente en el envejecimiento, sin que otros aspectos como la baja
suficiente atención”1. A escala nacional, la constitución del Foro de Regiones Españolas con
La despoblación es uno de los fenómenos demográficos que comienza a ser más conocido y
que es considerado más grave por parte de la ciudadanía, tal y como recogen los resultados
del Barómetro del CIS de febrero de 20192. De acuerdo con los datos publicados, el 82,4% de
los encuestados afirman haber oído hablar de la despoblación, y, de ellos, casi el 90%
consideran que es un problema muy o bastante grave. Por establecer una comparación, sólo el
24,2% de los encuestados afirman haber oído hablar de “reto demográfico”, y para el 85% de
1
Dictamen del Comité Europeo de las Regiones – La respuesta de la UE al reto demográfico (2017/ C 017 /08).
2
Estudio 3240 de 2019 del Centro de Investigaciones Sociológicas, publicado en febrero de 2019.
estos, el problema es muy o bastante grave. Los encuestados también tienen un alto
conocimiento de otro de los grandes desafíos demográficos del país, como es el del
envejecimiento, que es reconocido por el 92%, de los que casi el 90% lo catalogan como muy
o bastante grave.
Ahora bien, el aumento del interés por la despoblación no implica necesariamente un mejor
crecimiento demográfico en el país. A lo largo del siglo XX, España pasa de algo más 18,5
millones a 40,8 millones de habitantes, en tanto que, en los primeros 18 años de este siglo la
50
45 46,8 46,7
40
40,8
39,4
35 37,7
34,0
30
Nº habitantes (millones)
30,6
25 28,1
26,0
23,7
20
21,4
20,0
18,6
15
10
0
1900
1910
1920
1930
1940
1950
1960
1970
1981
1991
2001
2011
2018
Año
Fuente: INE: Censos de la población de España (1900 – 1991) y Padrón Municipal de Habitantes (2001 – 2018)
Es decir, cuando se habla de pérdida demográfica, hay que significar que lo complejo y
diferente de este proceso es que se ha dado, a lo largo de las últimas décadas, en un contexto
La figura 2 cuantifica la intensidad del aumento de la población, para cada uno de los
crecimiento intenso hasta 1980, por encima del 0,7% anual, para frenarse significativamente
Figura 2 Tasa de crecimiento anual de la población en España por periodos intercensales (1900-2018)
1,6
1,4
1,37
1,2
Tasa de crecimiento anual (%)
1,0
1,02 1,05
0,95 0,97
0,8
0,84
0,78
0,6 0,71 0,68
0,4
0,44
0,35
0,2
0,0
-0,15
-0,2
-0,4
1900-1910
1910-1920
1920-1930
1930-1940
1940-1950
1950-1960
1960-1970
1970-1981
1981-1991
1991-2001
2001-2011
2011-2018
Periodo intercensal
Fuente: INE: Censos de la población de España (1900 – 1991) y Padrón Municipal de Habitantes (2001 – 2018)
El siglo XXI muestra dos tendencias opuestas: mientras en la primera década se registra el
crecimiento demográfico más intenso de la historia, con una tasa media de crecimiento anual
del 1,37%, en la década actual se registran, por primera vez, tasas de crecimiento negativo a
escala nacional, si bien desde 2016 este valor negativo tiende a reducirse y aproximarse a
cero.
Esta tendencia general para el conjunto del país no se replica de forma igual para todas las
los datos de la región que presenta una tendencia demográfica más negativa en el lapso
3.000.000
2.864.378
2.848.352
2.694.347
2.500.000
2.623.196
2.575.064
2.562.979
2.540.188
2.477.324
2.456.474
2.407.650
2.362.878
2.337.405
2.302.417
2.000.000
Habitantes
1.500.000
1.000.000
500.000
0
1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2011 2018
Año
Fuente: INE: Censos de la población de España (1900 – 1991) y Padrón Municipal de Habitantes (2001 – 2018)
Mientras en el conjunto de España la población se duplica a lo largo del siglo XX, en Castilla
y León apenas se crece en el mismo periodo, y se mantiene una tendencia a la pérdida desde
1960, sin que los cambios políticos y económicos hayan modificado significativamente esta
tendencia.
Si se analiza, como hemos hecho a escala nacional, la tasa de crecimiento anual para cada uno
de los periodos intercensales, en Castilla y León son mayoritarias las décadas en las que se ha
perdido población a las que se han registrado ganancias, y este proceso es más evidente desde
1960, pues, desde entonces, únicamente la primera década de este siglo muestra una tasa
También es significativo que, frente a la visión habitual de que la pérdida demográfica más
intensa se produce en los sesenta, y se frena casi completamente desde la crisis económica de
los setenta, la figura 4 muestra que el periodo intercensal con la pérdida más intensa de
población es el actual, superando incluso a los sesenta, si bien, como veremos, las causas de
Figura 4 Tasa de crecimiento anual de la población en Castilla y León por periodos intercensales (1900-2018)
1,0
0,8
0,84
0,6
Tasa de crecimiento anual (%)
0,58 0,61
0,4
0,2 0,34
0,26
0,0
-0,11 -0,06 -0,17 -0,05
-0,2
-0,42
-0,4
-0,6
-0,82
-0,8 -0,86
-1,0
1900-1910
1910-1920
1920-1930
1930-1940
1940-1950
1950-1960
1960-1970
1970-1981
1981-1991
1991-2001
2001-2011
2011-2018
Periodo intercensal
Fuente: INE: Censos de la población de España (1900 – 1991) y Padrón Municipal de Habitantes (2001 – 2018)
Por ello, conviene centrarse en la evolución demográfica reciente, toda vez que los procesos
actuales tienen causas que los diferencian de procesos que, aunque con resultados
47.000.000
46.000.000
45.000.000
Habitantes
44.000.000
43.000.000
42.000.000
41.000.000
40.000.000
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Año
Fuente: INE: Padrón Municipal de Habitantes (2001 – 2018)
Así, como muestra la figura 5, a lo largo del siglo XXI se produce un crecimiento
demográfico muy intenso hasta 2012, para caer y frenarse hasta la actualidad. De los poco
más de 41 millones de 2001 se pasa a los 47,2 millones en 2012, y, con una leve pérdida, se
alcanzan en 2018 los 46,7 millones de habitantes, medio millón menos que en el momento
Por comunidades autónomas, en el siglo XXI la mayor parte de ellas han crecido, salvo
Castilla y León y Asturias, que, en el conjunto de los 18 años de este siglo, tienen una tasa
negativa de -0,11 y -0,21%, respectivamente (figura 6). Por el contrario, las mayores tasas de
Canarias), ambas por encima del 1,5% anual, seguidas de Murcia y Madrid.
homogénea, sino que, por efecto de la crisis económica, la tendencia se rompe en torno a
España. La figura 7 muestra este cambio de forma nítida: si en el conjunto del siglo sólo
decrecen dos regiones, en esta década las tasas negativas se están registrando en 11
comunidades, e incluso el promedio nacional es del -0,2% anual. Los crecimientos, débiles, se
Tanto la evolución general de la población en este siglo como la de cada una de las
comunidades autónomas tiene una repercusión en el territorio, aunque las cifras generales
encubren la realidad del mapa territorial, condicionado por el tamaño de los municipios. Así,
la figura 8 registra los municipios que pierden población a lo largo de este siglo. Como puede
comprobarse, aunque solamente dos comunidades tienen una tendencia global negativa, son
mayoritarios los municipios que están registrando una pérdida de población en este periodo.
Se aprecia perfectamente que los procesos de crecimiento demográfico, tan intensos como
para que la mayor parte de las regiones hayan sumado población en este lapso, se concentran
relacionada con el tamaño del municipio. Mientras cerca del 80% de los municipios menores
de 1.000 habitantes pierden población, el porcentaje de los municipios que pierden población
de los municipios que pierden población, siendo mucho más reducidos los espacios que
registran ganancias en esta década, si bien son ciertamente relevantes. Lo más significativo
tanto del mapa como de la figura adjunta es el hecho de la generalización de las pérdidas
demográficas, por diversas causas que analizaremos en el apartado posterior, y que hace
únicamente a las áreas rurales para convertirse en un fenómeno mucho más generalizado, que
afecta también, de forma muy intensa a las cabeceras comarcales e, incluso a las ciudades
pequeñas e intermedias, y a las capitales de provincia. Si casi nueve de cada diez municipios
menores de 1.000 habitantes están perdiendo población desde 2011, también es muy
significativo que lo hagan casi el 80% de los municipios rurales de hasta 5.000 habitantes, el
70% de las cabeceras, entendidas como los núcleos funcionales en el área rural, y el 63% (casi
Por tanto, estamos, al analizar la despoblación, ante un fenómeno muy extenso en el territorio,
sobre todo en la última década, cuyas raíces alcanzan la década de los sesenta del siglo pasado
largo de este periodo. Ahora bien, conviene estudiar con mayor detenimiento las causas que
Dentro de estas variables tenemos, por un lado, las asociadas a la dinámica interna, que
reflejaban los datos de nupcialidad, porque la natalidad aparecía como una variable
dependiente de esta. Sin embargo, en la actualidad ya no existe esa relación directa, por lo que
La figura 12 recoge el saldo vegetativo de España en su serie histórica, desde 1975 hasta la
gráfico es muy representativo porque recoge desde los últimos años del baby boom, en torno a
en la primera década del siglo XXI, y el cambio de signo de la serie desde 2015, cuando, por
primera vez en España, se registran más defunciones que nacimientos, por la caída de estos y
nacional, tanto a escala de comunidades autónomas como, sobre todo, a nivel de entidades
locales. La evolución demográfica de las comunidades viene dada, en buena medida, por este
saldo, de tal forma que, como se aprecia en la figura 13, en el caso de Asturias, que es la
región con un nivel de envejecimiento más alto y de menor tasa de natalidad, el cambio en el
signo del saldo vegetativo no se produce esta década, sino que ya se prolonga desde hace más
no es, ni mucho menos, una excepción en España, puesto que son más las comunidades
autónomas que registran crecimientos vegetativos negativos que positivos, y con saldos
De hecho, como expresa la figura 15, en la última década una proporción mayoritaria de
a la caída de la natalidad, pero, sobre todo, al efecto del envejecimiento, que provoca, en un
tendencia que se prolongará en las próximas décadas, que el saldo vegetativo sea negativo y
que la tendencia demográfica tienda a ser negativa con independencia de que la dinámica
el asociado a la dinámica externa, esto es, a los movimientos migratorios, tanto de entrada
Figura 16 Número de personas nacidas en el extranjero según el Padrón Municipal de Habitantes (1998-2018)
siglo XXI en España está directamente relacionada con la llegada de población inmigrante
extranjera desde inicios del siglo, y que se interrumpe, por efecto de la crisis, en torno a 2010-
2012.
En apenas una década, se suman 5 millones de residentes, pero, a pesar de ello, buena parte
población inmigrante, los saldos demográficos totales hayan sido negativos. Sobre todo en el
noreste español, donde la dinámica interna muestra los saldos más negativos, una parte de la
caída de la población es debida a este factor, pero, en ningún caso puede entenderse como la
De hecho, como muestra la figura 17, son mayoritarios los municipios que, en la década
actual, muestran un saldo residencial negativo, de acuerdo con los datos de la Estadística de
Variaciones Residenciales del INE. Y, como puede comprobarse con una superposición
sencilla, en muchos casos son coincidentes con los municipios que tienen crecimiento
vegetativo negativo en el mismo periodo, de tal forma que, en estas áreas, se suman saldos
signo, sino también las características demográficas de la población que llega o se va, de tal
forma que territorios con saldos migratorios semejantes pueden tener dinámicas demográficas
población joven en busca de empleo y, a la vez, tener un saldo positivo de personas que
regresan tras la jubilación, de tal forma que el saldo puede ser neutro, pero la evolución de su
pirámide no es positiva.
en los municipios españoles en la década actual, de tal forma que se observa que, las áreas que
Figura 18 Municipios con saldo residencial negativo de personas entre 16 y 44 años entre 2011 y 2017
Figura 19 Municipios con saldo residencial negativo de mujeres entre 16 y 44 años entre 2011 y 2017
Los territorios en riesgo demográfico están perdiendo población adulta joven y, en mayor
medida, mujeres, de tal forma que, al saldo negativo directo se suma la caída demográfica
indirecta propiciada porque la natalidad asociada a esta población joven no se registra en las
zonas de origen sino en las áreas que concentran la población, por lo que aumenta el
medio plazo.
Figura 20 Municipios con saldo residencial exterior positivo entre 2011 y 2017
No todos los datos demográficos son negativos. Si se observa la figura 20, el saldo residencial
dos procesos. Por un lado, al retorno de población nacional desde el extranjero, que vuelve
después de estar registrada fuera del país; y, por otro, a la llegada de población inmigrante
Lo que muestra el mapa es que, en cuanto cambia el sentido del saldo migratorio, se produce
una cierta difusión de este proceso en el territorio, aunque, en valores absolutos, se produzca
urbanos y periurbanos.
despoblación esté teniendo efectos muy diversos en el territorio. Para resumir estos efectos en
el territorio, analizaremos tres variables que condicionan de manera significativa las políticas
otros países, la densidad media en España apenas tiene una significación territorial, puesto
que no son representativas las áreas en la que dicha densidad se sitúe entre 90 o 100
habitantes por kilómetro cuadrado, ya sea por exceso, en el ámbito de las áreas urbanas y los
espacios costeros, o, más comúnmente, por defecto, ya que la densidad media del territorio de
interior, exceptuando el área metropolitana de Madrid, está muy por debajo de dicho
promedio.
Como se aprecia en la figura 21, casi la mitad de nuestro territorio tiene una densidad inferior
a los 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Usamos este umbral por ser el que la Unión
Europea está utilizando en la actualidad para identificar aquellos territorios en los que la baja
planta municipal, que provocan que, en áreas como en Galicia la baja densidad esté
escasamente representada en este mapa. En todo caso, 12,5 habitantes es un umbral bajo de
densidad, toda vez que los estudios hablan de territorios despoblados por debajo de los 20
Sin embargo, la realidad de la densidad en España es aún más compleja porque, en realidad, la
mayor parte del territorio por debajo de 12,5 no alcanza siquiera los 8 hab/km² (figura 22),
umbral que la Unión Europea en los que la densidad supone un problema demográfico muy
severo.
natalidad, la salida de población joven a otras áreas y el retorno de población jubilada a sus
lugares de origen propicia que los índices de envejecimiento de muchos municipios sean
excepcionalmente altos.
Como recoge la figura 23, si España es un país que tiende al envejecimiento en su conjunto,
como demuestra el saldo vegetativo y como marcan las proyecciones de población para las
próximas décadas, en las que la población nacida en el baby boom llegará a las edades más
valor de 2 en buena parte de nuestro territorio, pero no son excepcionales los municipios en
los que ya hay 4 mayores, o incluso 8, de 65 años por cada menor de 15.
Además, los datos recogidos muestran que los territorios más afectados por la despoblación
no son sólo los más envejecidos sino, sobre todo, sobreenvejecidos. El aumento continuo de
la esperanza de vida en España propicia que los indicadores de envejecimiento tengan que
sino que viene marcado por ser el valor en el que una parte importante de la población
muestra algún tipo de dependencia, por lo que su atención es muy distinta a la de los mayores
de 65 años.
Pues bien, como representa la figura 24, la mayor parte del territorio envejecido tiene
población mayor ya ha superado los 80 años. Este hecho, unido a la baja densidad y al tamaño
edad media de la población en 2018 se sitúa en 43,6 años. Pues bien, como se observa, los
municipios por debajo de la media son un número muy reducido, mientras dominan en
implica que, incluso en el caso de los municipios más envejecidos y con menor población, y
sin cambios externos, habrán de seguir prestándose servicios durante décadas, aun con la
habitantes a la masculina, los procesos de despoblación, sobre todo en el medio rural, propicia
medio rural, de tal forma que la población femenina, formada y en edad laboral, se concentra
cada vez en un número muy reducido de áreas en las que ha de desarrollar sus proyectos
CONCLUSIONES
El breve análisis de la despoblación en España realizado pone de manifiesto la importancia
que este fenómeno demográfico ha adquirido en nuestro país, así como la complejidad que,
Asimismo, la diversidad de procesos que llevan a ella, unido a las diferentes características
demográfica y en una medidas que se adapten a las características concretas de los espacios en