125 La Virtud de La Continencia A La Luz de La Humanae Vitae
125 La Virtud de La Continencia A La Luz de La Humanae Vitae
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2. ¿Es posible este esfuerzo? Con otras palabras (y bajo otro aspecto) vuelve aquí el
interrogante acerca de la "posibilidad de practicar la norma moral", recordada y
confirmada por la Humanae vitae. Se trata de uno de los interrogantes más esenciales (y
actualmente también uno de los más urgentes) en el ámbito de la espiritualidad
conyugal.
El Papa Pablo VI, en la Humanae vitae, ha expresado lo que, por otra parte, habían
afirmado muchos autorizados moralistas y científicos incluso no católicos , que
precisamente en este campo, tan profundo y esencialmente humano y personal, hay que
hacer referencia ante todo al hombre como persona, al sujeto que decide de sí mismo, y
no a los "medios" que lo hacen "objeto" (de manipulación) y lo "despersonalizan". Se
trata, pues, aquí de un significado auténticamente "humanístico" del desarrollo y del
progreso de la civilización humana.
La Buhardilla de Jerónimo
la biología y sicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar.
Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la
virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia
periódica.
La diferencia objetiva entre uno y otro género de reacciones consiste en el hecho de que
la excitación es ante todo "corpórea" y en este sentido, "sexual"; en cambio, la emoción
—aún cuando suscitada por la reacción recíproca de la masculinidad y feminidad— se
refiere sobre todo a la otra persona entendida en su "totalidad". Se puede decir que ésta
es una "emoción causada por la persona", en relación con su masculinidad o feminidad.
La excitación trata ante todo de expresarse en la forma del placer sensual y corpóreo, o
sea, tiende al acto conyugal que (dependientemente de los "ritmos naturales de
fecundidad") comporta la posibilidad de procreación. En cambio, la emoción provocada
por otro ser humano como persona, aún cuando en su contenido emotivo está
condicionada por la feminidad o masculinidad del "otro", no tiende de por sí al acto
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conyugal, sino que se limita a otras "manifestaciones de afecto", en las cuales se
expresa el significado nupcial del cuerpo, y que, sin embargo, no implican su
significado (potencialmente) procreador.
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