Como Es El Manejo de Urgencia en Las Aves PDF
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-UNCPBA-
Agosto, 2017
Tandil
Manejo de urgencias en aves
Introducción ............................................................................................................. 1
Objetivos ................................................................................................................. 2
Antecedentes .......................................................................................................... 2
Aspectos anatómicos y fisiológicos ......................................................................... 3
Manejo de aves en la consulta .............................................................................. 16
Analgesia............................................................................................................... 25
Anestesia............................................................................................................... 26
Protocolo de urgencias .......................................................................................... 32
Terapia de soporte ................................................................................................ 36
Urgencias y tratamientos ....................................................................................... 42
Hemorragias ...................................................................................................... 42
Fracturas ............................................................................................................ 44
Intoxicaciones .................................................................................................... 47
Psitacosis ........................................................................................................... 48
Tricomoniasis ..................................................................................................... 50
Urgencias anestésicas ....................................................................................... 51
Osteopatía metabólica ....................................................................................... 51
Shock ................................................................................................................. 53
Falla cardíaca .................................................................................................... 53
Disnea ................................................................................................................ 54
Ruptura de saco aéreo....................................................................................... 55
Prolapso cloacal ................................................................................................. 55
Retención de huevos ......................................................................................... 56
Trauma craneoencefálico ................................................................................... 59
Convulsiones ..................................................................................................... 59
Coma ................................................................................................................. 60
Mordedura de animales ..................................................................................... 61
Quemaduras ...................................................................................................... 61
Trauma de pico, uñas y plumas ......................................................................... 62
Hipertermia ........................................................................................................ 63
Conclusión............................................................................................................. 64
Bibliografía ............................................................................................................ 65
Introducción
Objetivos
Los objetivos del presente trabajo consisten en: a) realizar una reseña bibliográfica
sobre el tema Manejo de Urgencias en Aves de Compañía; b) comprender las
diferencias anatómicas y fisiológicas en relación a animales domésticos y el
manejo que se debe implementar en la consulta veterinaria; c) establecer un
protocolo de urgencias al que pueda recurrir el profesional veterinario ante las
diferentes urgencias que se le presenten en la consulta.
Antecedentes
En esencia, las aves son vertebrados con el cuerpo recubierto de plumas cuyo
efecto aislante evita las pérdidas de calor. (Mattiello, 1995)
3
Las diferencias de tamaño y forma son muy notorias y se deben a la gran
diversidad de ambientes a los que se han adaptado, así como también a las
variadas dietas y la forma de alimentación. (Mattiello, 1995)
Las aves adultas no poseen más cartílagos que los articulares, otro rasgo peculiar
es la neumatización de muchos de sus huesos por divertículos, conectados con
los sacos aéreos, lo que los hace mucho más livianos. (Mattiello, 1995)
Las aves tienen neumatizados todos los huesos, excepto los distales al húmero y
al fémur, que presentan abundante médula ósea. Los huesos son muy sólidos y
ricos en sales inorgánicas (84 %), lo que los hace quebradizos y poco elásticos.
(Mattiello, 1995)
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Los músculos se diferencian, en parte, por su color, hay dos tipos de fibras
musculares: rojas y blancas. Las fibras rojas contienen grandes cantidades de
mioglobina, siendo ésta la causa del color rojo, además contienen gran cantidad
de mitocondrias, alto contenido de vacuolas lipídicas y mayor aporte sanguíneo,
utilizan mejor las grasas en vez del glucógeno como fuente de energía (a
considerar en la formulación de dietas para aves rapaces) y esto las hace más
eficientes que las fibras blancas, ya que las grasas liberan más energía que los
carbohidratos. Por todas estas características es que las fibras rojas están mejor
adaptadas que las blancas a esfuerzos sostenidos. (Mattiello, 1995)
La mayoría de los músculos de las aves contienen una mezcla de fibras rojas y
blancas; la proporción dependerá de cuán prolongada sea la actividad que ese
músculo vaya a realizar. En los músculos pectorales de las fuertes voladoras,
como palomas o aves migratorias, predominan las fibras rojas. Éstas incluso
pueden ser el único tipo de fibra muscular en los pectorales de picaflores, que son
quizás los músculos esqueléticos más activos y eficientes que se conozcan entre
los vertebrados. (Mattiello, 1995)
Las fibras blancas están menos irrigadas y suelen permitir contracciones rápidas,
pero no muy sostenidas y se encuentran por ejemplo, en los pectorales de pollos
parrilleros. (Mattiello, 1995)
La pared ventral del esófago se dilata a la entrada del tórax formando el buche,
donde los alimentos sufren una maceración. Su capacidad es variable según la
especie, pequeño en paseriformes, pero muy desarrollado en columbiformes y en
algunas aves necrófagas, donde puede llegar a almacenar hasta un kilo de
5
alimento. El esófago cervical y el buche, ambos de pared fina, son subcutáneos y
pueden palparse, de modo que están en situación ideal para hacer actos
quirúrgicos (en caso de cuerpos extraños o impacción), pero son vulnerables a la
laceración. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
6
visualizándose fácilmente y no se encuentra cubierta por la epiglotis como en los
mamíferos. (Vargas 2008)
La tráquea se bifurca en dos bronquios primarios, cada uno de los cuales cursa
hacia un pulmón. De los bronquios primarios se originan los bronquios
secundarios y de éstos los parabronquios, que se ramifican y anastomosan
libremente; son continuos y forman una malla de capilares aéreos interconectados
a la que se yuxtaponen los capilares sanguíneos, creando un eficaz sistema de
intercambio de oxígeno merced a la gran cantidad de espacio existente. El sistema
aumenta la eficacia de intercambio de gas en el pulmón, gracias al mecanismo de
contracorriente que existe entre el sentido de circulación del aire y el de la sangre,
que son opuestos. (Caldera Domínguez y Gonzalo Cordero, 1993)
7
El pulmón de las aves está fijo en su posición y no se expande durante la
inspiración, lo que hace difícil o casi imposible diagnosticar patologías pulmonares
por auscultación. (Mattiello, 1995)
Los sacos aéreos son bolsas muy finas que, generalmente en número de nueve,
ocupan la cavidad torácica y abdominal. Algunos establecen contacto con los
huesos neumáticos del esqueleto, al tiempo que se comunican con los pulmones
mediante bronquios primarios y parabronquios. No son estructuras indispensables
para la respiración, pero su falta reduce la ventilación pulmonar. Sus principales
funciones son humedecer el aire inspirado, actuar como termorregulador del
organismo e influyen en la flotabilidad de aves que se sumergen. (Caldera
Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
Éste es hasta dos veces más grande que el de un mamífero del mismo tamaño y
tiene una capacidad de volumen de salida hasta siete veces mayor que el de un
hombre o un perro. La disposición y el tamaño cardíaco les confieren al corazón y
al hígado una silueta en “reloj de arena” en las radiografías ventro-dorsales, sobre
todo en animales de hígado grande, como los psitácidos. (Mattiello, 1995)
8
El arco aórtico en las aves, se desarrolla hacia la derecha, las arterias son más
rígidas que en el resto de los animales, merced al colágeno de las adventicias,
esto ayuda a mantener una presión y un flujo sanguíneos más altos que en los
mamíferos, lo que contribuye a la notable resistencia y capacidad de ejercicio de
las aves. Como contraparte, este detalle predispone a la arteriosclerosis en
animales añosos u obesos (como en humanos y primates), lo que conlleva a
desarrollar hipertensión arterial, que puede culminar en ruptura aórtica. (Harrison,
1994)
Las aves tienen un sistema porta renal con capacidad de filtrar sangre de la región
pelviana, antes de pasarla a circulación general y el tradicional sistema porta
hepático. (Dyce, 1996)
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El sistema inmunitario está compuesto por órganos primarios: timo y bolsa de
Fabricio, sitios de maduración de los linfocitos T y B respectivamente. Involucionan
al llegar el ave a la madurez sexual. (Matiello, 1995)
Los órganos secundarios son el bazo y tejido linfático difuso diseminados en las
mucosas de los tractos digestivo, respiratorio, urinario y reproductor. El bazo no
actúa como reservorio de sangre, la diferenciación entre pulpa roja y blanca no es
tan clara como en los mamíferos; en él se destruyen los eritrocitos envejecidos y
se produce linfopoyesis. (Matiello, 1995)
Los riñones se hallan atravesados por los plexos nerviosos lumbar y sacro (y los
vasos que los acompañan), por lo que la manipulación quirúrgica o el daño
intrarrenal afectará seriamente la función nerviosa de otras estructuras (por
ejemplo, una nefropatía puede causar claudicación severa). (Matiello, 1995)
No presentan división entre corteza y médula y no hay pelvis renal. La mayor parte
del parénquima es de tejido cortical y existe un pequeño cono de tejido medular,
en el cual sólo hay asas de Henle, conductos tributarios y vasos capilares rectos.
(Matiello, 1995)
La mayoría de las nefronas (90%) son de tipo cortical, carentes de asa de Henle
(tipo reptil); excretan ácido úrico en los túbulos contorneados. En cambio, las
nefronas medulares (tipo mamífero) poseen asa de Henle, que es la responsable
de concentrar la orina. (Matiello, 1995)
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El riego sanguíneo proviene de dos ramas: la arterial, de la arteria renal, rama de
la aorta (desde ésta se produce la filtración glomerular) y la venosa, de la vena
ilíaca externa, que forma la vena ilíaca común por un lado y el sistema porto renal,
que recoge sangre de los miembros posteriores, pelvis, última porción del intestino
y aparato reproductor. (Matiello, 1995)
Las aves poseen glándulas nasales excretoras de sal, cuya estructura histológica
semeja un riñón, que son eficientes excretoras de sodio y osmorreguladoras,
están muy desarrolladas en especies marinas. (Matiello, 1995)
Son uricotélicas, esto significa que producen ácido úrico como producto final del
metabolismo del nitrógeno (60% del desecho del metabolismo nitrogenado). Éste
es excretado como una pasta espesa y es menos tóxico que la urea,
presentándose en una forma concentrada, característica de los animales ovíparos.
El ácido úrico es producido por el hígado, transportado por la sangre y excretado
por los riñones a través de filtración glomerular (10%) y secreción tubular (90%).
(Matiello, 1995)
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El ciclo reproductivo de las aves es controlado por factores medioambientales. En
los climas templados el principal factor disparador es el aumento de los períodos
de luz, mientras que en los climas áridos lo es el período de lluvias, que aumenta
la disponibilidad de alimento, esto estimula el desarrollo gonadal. (Matiello, 1995)
Al contrario de lo que sucede en los mamíferos, en las aves las hembras son
heterogaméticas, poseen cromosomas Z y W. En los machos, los cromosomas
sexuales son iguales ZZ. De esto se deduce que es la hembra la que fija el sexo
del embrión ulterior y que éste queda ya determinado en el momento de la
ovulación. (Matiello, 1995)
En su mayoría las aves de jaula no presentan falo, por lo que la cópula se realiza
por eversión de la pared de la cloaca que contiene la papila del conducto
deferente, el que transfiere el semen al orificio evertido del oviducto de la hembra.
(Matiello, 1995)
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El sistema reproductor de la hembra está formado por ovario y oviducto.
Normalmente, sólo se desarrollan el ovario y el oviducto izquierdos. Las hormonas
sexuales endógenas, producidas por el aparato genital a edad temprana, inhiben
el desarrollo de sus homólogos derechos, de los cuales sólo quedan en el animal
adulto esbozos rudimentarios. (Matiello, 1995)
Algunas especies tienen los dos ovarios y, más raramente, los dos oviductos
desarrollados (algunas rapaces y ciertas estirpes genéticas de gallinas). (Matiello,
1995)
Las aves más inteligentes, como los loros, tienen un mayor desarrollo de los
hemisferios cerebrales, tienen muy bien desarrollados el cerebelo y los centros
ópticos. (Matiello, 1995)
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Las aves son animales “visuales” por excelencia. Las especies diurnas tienen una
agudeza visual superior a la de los mamíferos, con ojos extremadamente grandes
en relación con el resto de la cabeza. (Matiello, 1995)
Generalmente, tienen los ojos ubicados a los costados de la cabeza, para poder
obtener un mayor ángulo de visión, evitando ser atrapadas por sus predadores,
son la excepción las rapaces que tienen los ojos hacia adelante,
proporcionándoles visión binocular para ubicar a sus presas. (Matiello, 1995)
La retina de las aves es más gruesa que la de los mamíferos y no presenta vasos
sanguíneos. Las aves tienen más conos en la retina que los mamíferos,
justificando su gran agudeza visual. (Matiello, 1995)
El movimiento ocular en las aves es generalmente limitado, pues el ojo llena casi
completamente la órbita. Esto está compensado, sin embargo, por la gran
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movilidad de la cabeza y el cuello. A diferencia de los mamíferos, el reflejo pupilar
es casi independiente. (Matiello, 1995)
El oído de las aves consiste en tres porciones: externa, media e interna. El oído
externo es un conducto relativamente corto que se extiende ventral y caudalmente
desde el meato acústico externo hasta la membrana timpánica. (Matiello, 1995)
El oído medio es una cavidad llena de aire, ubicada entre la membrana timpánica
y el oído interno. A diferencia de los mamíferos, la membrana timpánica protruye
hacia afuera en vez de hacerlo hacia adentro. Las vibraciones de la membrana
timpánica son llevadas al oído interno por el cartílago extracolumellar, el que se
halla en contacto con la columella ósea; ésta tiene forma de bastón y se extiende
medialmente hacia la ventana vestibular del oído interno. Es el único hueso del
oído medio, a diferencia de los mamíferos que tienen tres: martillo, yunque y
estribo. Conectando la cavidad del oído medio con la faringe se encuentra la
trompa de Eustaquio, que equilibra las presiones de aire a ambos lados de la
membrana timpánica. (Matiello, 1995)
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La performance auditiva de las aves difiere de la de los mamíferos en varias
formas. La capacidad para el análisis de frecuencias es buena y similar al
humano. A pesar de esto, dentro del rango de audición, las aves son menos
sensibles que el hombre a los tonos altos y bajos. La resolución temporal del oído
de las aves es aproximadamente 10 veces más rápida que la del hombre. En otras
palabras, las aves pueden oír cosas que tendrían que ser 10 veces más lentas
para que el oído humano pudiera resolver todos los detalles del sonido. (Matiello,
1995)
Cuando el ave llega a consulta debe ser recibida, en lo posible, en una habitación
tranquila y suavemente iluminada. Nunca está demás explicar este punto ya que la
presencia de perros ladrando en la sala de espera o en contacto visual con gatos
que se relamen y maúllan al verla o que es dejada al lado de alguna especie aviar
incompatible y agresiva, pueden generar un estrés excesivo, que conlleva a la
muerte del paciente aviar en el consultorio. (Mattiello, 1995)
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A la hora de hacer la reseña y anamnesis es necesario establecer si es un "ave
nueva” aquella que ha sido recién adquirida (de captura, en un comercio de venta,
decomiso por autoridades, silvestre rescatada, estación de cuarentena o criadero)
y si estuvo expuesta últimamente a otras aves. (Mattiello, 1995)
A su vez, se puede hacer una segunda división en aves jóvenes y aves adultas.
Las jóvenes son más susceptibles a presentar ciertas entidades (psitacosis,
circovirosis, poliomavirosis, infecciones bacterianas, candidiasis digestiva). Las
adultas presentan con mayor frecuencia enfermedades degenerativas,
metabólicas y/o neoplásicas. (Mattiello, 1995)
Otros ítems que deben ser tenidos en cuenta y constar siempre en la historia
clínica son: nombre, especie, edad aproximada, sexo (si se conoce), tiempo bajo
el cuidado del dueño, qué experiencia tiene el dueño con aves, si alguien en la
familia fuma, si algún miembro de la familia estuvo últimamente enfermo, a qué
plantas tiene acceso, si está expuesta a aerosoles, si hubo cambios en el entorno,
si hay ventilación, cuantas horas de luz recibe. (Harrison, 1994)
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La jaula/alojamiento que se utiliza también es importante, en qué lugar de la casa
se ubica, tiene las medidas necesarias, están los posaderos a la altura correcta,
tiene superficies pintadas, hay juguetes o accesorios atóxicos. (Harrison, 1994)
La dieta del paciente aviar es uno de los puntos más importantes, consume
semillas, balanceado, alimentos frescos, un ave que no come durante un día y
elimina escasa materia fecal es un ave seriamente enferma. (Harrison, 1994)
Es necesario considerar qué libertades tiene el ave y qué relación tiene con el o
los dueños, vuela libremente por la casa, está suelta con los dueños ausentes o
presentes, comparten comidas con el ave. (Harrison, 1994)
Una vez el ave tranquila, se debe observar y valorar su actitud, posición, actividad
y aspecto general. (Bengoa, 2016)
Algunos de los signos que debemos considerar como reflejo de una alteración
son: actitud letárgica, ojos cerrados o semicerrados, parpadeos frecuentes, ocultar
la cabeza bajo el ala, plumaje en mal estado, respiración dificultosa, respiración
con la boca abierta, alas descolgadas, alteraciones en las patas, inflamaciones en
distintas partes del cuerpo, etc. También se debe prestar atención a posibles
sonidos respiratorios. (Bengoa, 2016)
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Respiración: Golpeteo de cola, jadeo, boqueo o cualquier silbido, estornudo o
chasquido evidente. (Harrison, 1994)
La porción fecal suele ser de color verde a marrón, una porción de uratos blanca
(ácido úrico) y una pequeña cantidad de orina clara. Las heces de un ave sana (y
limpia) no presentan olor. La porción fecal de las deposiciones debe ser bien
formada, con estriaciones de uratos de consistencia pastosa sobre ellas.
(Harrison, 1994)
En el manejo de aves hay que tener siempre presente dos normas básicas: evitar
el daño mutuo ave-veterinario y reducir al mínimo el tiempo de manejo para poder
llevar a cabo el examen físico, la extracción de muestras y la administración de
fármacos. (Harrison, 1994)
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Si el ave está en muy mal estado, no soporta maniobras y fue traída en una caja o
aún en la mano, rápido, aunque cuidadosamente, se la puede colocar en una
unidad de cuidado o recipiente de plástico transparente mientras se la oxigena y
se la observa, a través de él. (Isaza, 2016)
También se pueden utilizar guantes de fieltro grueso o cuero, aunque éstos no son
muy aconsejables, ya que entorpecen los movimientos finos de la mano, lo que
enmascarará la presión que hagamos, provocando más fácilmente daño al ave.
Además, la predisponen a tener aversión a las manos del dueño o cuidador.
(Isaza, 2016)
Durante los procedimientos de captura y sujeción hay que tener preparados todos
los elementos que se van a utilizar, tener las ventanas y puertas cerradas,
ventiladores y/o estufas apagados, disminuir al mínimo el número de personas
presentes; voces, música y otros ruidos extraños ya que pueden provocar un
incremento del estrés y el paciente estará más alerta contra lo que pueda suceder.
(Isaza, 2016)
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Es conveniente retirar de la jaula los posaderos, bebederos y resto del ¨mobiliario¨
que puedan interferir en la captura. Es necesario tener siempre presente la
primera regla en el manejo de aves: sujetar rápidamente la parte del ave que nos
pueda dañar más, que suele ser el pico y/o las garras. (Isaza, 2016)
Dependiendo con las especies que se trabaje hay que tener ciertas
consideraciones durante la sujeción. En paseriformes (aves pequeñas o
medianas) la captura se realizará a mano desnuda o con guantes de látex o
polietileno muy livianos. (Isaza, 2016)
Los psitácidos más grandes pueden cubrirse con delicadeza con una toalla
mientras están sobre una percha, también se pueden sujetar sus pies por medio
de una toalla mientras el ave está posada en la mano del asistente, con la otra
mano, el asistente desliza lentamente la toalla alrededor del ave y luego lo sujeta
por el cuello. (Aguilar et al; 2010)
21
Para los psitácidos difíciles de manejar, se coloca una mano cubierta con una
toalla en la entrada de la jaula o transporte y se espera que ésta agarre el costado
del transportador, cuando utilice su pico para apoyarse sobre la jaula, se lo sujeta
suavemente, pero con firmeza, del cuello, después se controlan las alas y los pies.
(Aguilar et al; 2010)
Para la sujeción de tucanes hay que tener varios recaudos. Idealmente en tucanes
grandes se requieren dos personas, usar toalla y tener una porción de cinta
adhesiva lista. Tomar al ave con la toalla, capturándola como en forma de red;
delicadamente deslizar el toallón al pico y resto del cuerpo, aislar el pico mientras
todo el cuerpo es sostenido con cuidado dentro del toallón; retirar la toalla de la
primera porción del pico y vendarlo con la cinta adhesiva (sin taparle las narinas).
(Harrison, 1994)
El/La asistente sujetará el ave mientras se realiza la inspección; con una mano se
sujeta la cabeza y con la otra, las patas, punta de alas y cola. Jamás permitir que
se tome al tucán sólo del cuello o del pico. (Harrison, 1994)
La captura debe realizarse bajo condiciones de oscuridad para evitar debatidas del
animal. Es recomendable arrojarle una toalla amplia por encima y envolverle con
la misma, manteniendo las dos alas fijas al cuerpo. La oscuridad le tranquilizará, y
con las alas sujetas evitaremos autolesiones. (Caldera Dominguez y Gonzalo
Cordero, 1993)
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En animales de talla mediana o pequeña, nuestras dos manos se sujetan
firmemente al paciente con la espalda dirigida hacia nosotros, manteniendo
envuelta también la cabeza en la tela. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero,
1993)
Las aves de gran tamaño se sujetan mejor si las encajamos en nuestra región
axilar, entre brazo y tronco, al tiempo que una de nuestras manos traba sus dos
patas y la otra su cuello y cabeza. (Caldera Domínguez y Gonzalo Cordero, 1993)
Aves con alas fuertes como gansos o cisnes se deben sujetar del cuello con una
mano y luego aprisionar las alas entre el otro brazo y el cuerpo del manipulador.
Gallos de gran porte que pueden estar acostumbrados al manoseo, son
potencialmente peligrosos, por esto se recomienda el mismo estilo de sujeción que
se utiliza en gansos y cisnes. (Harrison, 1994)
La cabeza debe ser simétrica respecto a los ojos y éstos deben estar limpios y
brillantes. Debe evaluarse la presencia de inflamación en los senos y alteraciones
oculares (lesiones, secreciones, masas, etc.). También debe revisarse el reflejo
palpebral. (Bengoa, 2016)
El pico debe tener una superficie suave y uniforme. Debe ser examinado en busca
de posibles fracturas, sobrecrecimientos, etc. Las narinas deben ser simétricas y
estar limpias. Cualquier grado de humedad en ellas debe considerarse anormal.
La secreción nasal puede ser unilateral o bilateral. La mucosa oral debe
explorarse con ayuda de un abre picos para determinar su color (variable entre
especies) y la presencia de erosiones, abscesos, placas, etc. (Bengoa, 2016)
23
Durante el examen del cuerpo deben observarse detenidamente las plumas y la
piel del ave, aunque en una primera inspección debería haberse observado el
aspecto general del plumaje. Hay que prestar especial atención a la zona
submandibular del cuello. Palpando con detenimiento el esófago y buche, pueden
apreciarse dilataciones, gas, cuerpos extraños, retención de alimentos, etc.
(Bengoa, 2016)
24
Los dedos deben rodear la percha y no presentar ni deformaciones ni fracturas.
Las uñas de las aves deben desgastarse de forma natural; esto se consigue
poniendo en la jaula palos de madera (preferiblemente ramas naturales que tienen
un diámetro variable) de un tamaño adecuado. (Bengoa, 2016)
Analgesia
Históricamente, se considera que las aves tienen una capacidad remarcable para
lidiar con el dolor, aunque el reconocimiento del dolor en sí es dificultoso.
(Harrison, 1994)
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Fármaco Dosis Observaciones
Tiletamina/ 4-25 mg/kg IM Dosis utilizada en la mayoría
Zolazepam de las especies
Butorfanol 1-2 mg/kg IM Psitácidos
Ketoprofeno 1-5 mg/kg IM c/12 hs Rapaces
2,5 mg/kg IM c/24 hs Psitácidos
12 mg/kg IM Gallinas
Meloxicam 0,1-0,2 mg/kg IM PO c/24 hs Psitácidos y Rapaces
0,5 mg/kg EV Gallinas, Avestruces, Patos,
Pavos y Palomas
Karprofeno 1-2 mg/kg PO IM EV c/12-24 hs Mayoría de especies
(Carpenter, 2013)
Anestesia
27
diario flojo provee una limitación moderada para prevenir movimientos caóticos del
cuerpo, también ayuda a una suave recuperación el mantener al ave en un lugar
tibio, silencioso y oscuro. (Harrison, 1994)
Es importante que la condición clínica general del ave sea considerada durante la
selección de un protocolo de anestesia. El peso corporal preciso, en gramos, es
esencial para la dosificación correcta. Cuando se usan anestésicos inyectables
para aves es difícil mantener un plano quirúrgico de anestesia. El riesgo de
depresión cardiopulmonar es alto y requiere un monitoreo cuidadoso durante un
procedimiento anestésico. (Murphy y Fialkowski, 2001)
28
Los anestésicos inyectables usados en aves incluyen barbitúricos,
benzodiazepinas, disociativos, agonistas alfa-2 adrenérgicos, y propofol. (Murphy
y Fialkowski, 2001)
29
La recuperación de la anestesia por ketamina, hasta que el ave es capaz de
perchar o sostenerse en pie, puede tomar desde 40 minutos a 1 hora,
dependiendo de la dosis, la temperatura corporal, la salud metabólica y el tamaño
del ave. (Harrison, 1994)
30
El propofol es un anestésico de administración intravenosa de acción rápida,
inducción suave, efecto de corta duración y recuperación rápida y suave. Los
catéteres intravenosos están muy recomendados para su administración debido a
que el fármaco debe ser administrado lentamente para la inducción, y
proporcionado repetidamente para mantener la anestesia. (Murphy y Fialkowski,
2001)
31
Protocolo de urgencias
Cuando un ave llega a consulta en estado grave reúne algunas de las siguientes
características (o todas ellas): estrés (transporte, manipulación); deshidratación
(pérdida de sangre, falta de ingesta de agua); consunción (falta de ingesta de
alimentos); hipoglucemia e hipotermia. (Isaza, 2016)
Antes de realizar cualquier maniobra es necesario tener todos los elementos que
se vayan a utilizar entre paso y paso para disminuir el tiempo de sujeción del ave y
de esa forma disminuir el estrés que padecerá. (Isaza, 2016)
En segundo lugar, se realiza la sujeción del ave que en caso de tratar con rapaces
o grandes psitácidos debe trabajarse con otra persona y nunca solo. El examen
físico debe ser rápido y sistémico (no más de cinco minutos) y deben tenerse
32
todos los materiales y medicamentos preparados si se van a utilizar. (Cubas,
2014)
Para evaluar un posible estado de shock del ave se pueden observar las venas de
las patas determinando su turgencia y visibilidad. Debe evaluarse también la
temperatura corporal, en lo posible evitar el uso de termómetros ya que son
invasivos y pueden aumentar el estrés del ave, se puede determinar una
temperatura elevada o baja tocando el pico y patas. (Isaza, 2016)
33
En caso de haber focos de dolor, se administra la medicación correspondiente en
este paso y si es por una fractura se la estabiliza con vendajes. Por último, en este
paso se toma una muestra rápida de sangre para evaluar proteínas totales,
glucemia y hematocrito. Una vez realizado el examen físico se debe depositar el
ave nuevamente en un lugar oscuro y tranquilo para preparar los elementos
próximos a utilizar y dejar que los medicamentos administrados actúen. (Isaza,
2016)
34
dorsal que es de fácil acceso y fijación, la vena yugular derecha también se utiliza
y la vena braquial en el lado interno del ala que es de fácil acceso, pero difícil de
estabilizar debido a su cercanía a la articulación del codo. (Isaza, 2016)
Otra de las terapias que se puede utilizar en caso de que el ave esté levemente
deshidratada es la fluidoterapia subcutánea que es de absorción lenta, las áreas
que se utilizan son la axila e ingle. La administración intracelómica no se usa
debido al daño que se puede causar a los sacos aéreos. Deben utilizarse fluidos
isotónicos a temperatura corporal con agujas pequeñas. (Isaza, 2016)
35
Si el ave supera los cuidados intensivos se procede a realizar el quinto paso que
es el tratamiento definitivo. En caso de fracturas se realiza corrección quirúrgica
con fijación externa o amputación, cirugía oftalmológica, manejo más agresivo de
heridas con utilización de drenajes o reducción de heridas extensas, terapia
antibiótica especifica en caso de infecciones por trichomona o clamidia y terapia
de quelación de plomo en caso de intoxicación. (Isaza, 2016)
Todos estos tratamientos específicos no se pueden realizar con el ave débil, por
eso es necesario que se realicen los pasos previos para lograr una correcta
estabilización del paciente aviar. (Isaza, 2016)
El último paso es la rehabilitación del ave en caso de que se libere, ésta no puede
realizarse en el consultorio u hospital. Para evitar infecciones intrahospitalarias
debe enviarse el ave a un centro de rehabilitación. (Isaza, 2016)
Terapia de soporte
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La administración de O2 no será útil en aquellos pacientes con una anemia severa
o en shock hipovolémico; estos pacientes se van a beneficiar cuando se les
expanda adecuadamente el volumen sanguíneo y/o se le realicen transfusiones,
con el fin de mejorar la oxigenación de los tejidos. (Harrison, 1994)
Las nebulizaciones, con aporte de O2 o sin él, son eficientes en pacientes que
cursan con afecciones respiratorias. Esta vía puede utilizarse también para
suministrar antibióticos u otros medicamentos. Las partículas de 3 a 7 micras se
depositan en la mucosa traqueal y la de los bronquios primarios, secundarios y
sacos aéreos; las menores de 3 micras atraviesan la luz de los parabronquios y se
depositan en el parénquima pulmonar. (Harrison, 1994)
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plumón o hilo fino de algodón; éstos se deben mover al compás de los
movimientos respiratorios del ave. (Harrison, 1994)
La fuente de calor debe estar ubicada en tal forma que permita un gradiente de
temperatura en el recinto del ave, para que ésta pueda escoger el lugar más
confortable. De no contar con una incubadora, el nivel de humedad puede
conseguirse por medio de un recipiente con agua, dentro de un receptáculo
calefaccionado. También sirve una toalla humedecida colocada en el fondo de
éste que evapora agua a medida que se seca por el calor. (Harrison, 1994)
38
El requerimiento diario de fluidos es de 50 ml/kg/día, (5% peso corporal/día). El
objetivo de la fluidoterapia es corregir el desbalance de líquidos y electrolitos que
presente el paciente. Al planear una fluidoterapia se debe considerar el
funcionamiento de los sistemas cardiovascular y renal. La fluidoterapia está
indicada cuando hay disminución de la ingesta de líquidos (anorexia); aumento de
su pérdida (vómito, diarrea o poliuria); traumas o quemaduras; intoxicaciones;
ascites y durante los actos quirúrgicos. (Harrison, 1994)
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Protocolo de rehidratación:
1er día: 100 % del mantenimiento + 50 % del déficit = (12,5 + 12,5) = 25 ml/día.
2do día: 100 % del mantenimiento + 25 % del déficit = (12,5 + 6,25) = 19 ml/día.
3er día: 100 % del mantenimiento + 25 % del déficit = (12,5 + 6,25) = 19 ml/día.
Luego se continúa con las dosis de mantenimiento, hasta tanto el ave se hidrate
por sí sola. (Isaza, 2016)
Las vías de administración que se pueden utilizar son: vía intravenosa (IV) o
intraósea (IO). Los puntos de venopunción son la vena yugular derecha, la vena
braquial, y la vena metatarsal. (Harrison, 1994)
La frecuencia de administración por esta vía es por infusión: 10 ml/kg/h durante las
primeras 2 horas, luego pasar a 5-8 ml/kg/h por bolo lento: cada 8-12 horas. La
desventaja de los bolos es que pueden causar una hipervolemia transitoria que
llevará a una poliuria con menor retención de líquidos. Es necesario evaluar la
utilización de la vía intraosea en aves rapaces ya que puede causar artritis y
dificultar el vuelo. (Harrison, 1994)
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Vía oral (PO): se administra por la técnica de sondaje en buche. Es efectiva sólo
en casos de deshidratación leve o durante el manejo de lotes grandes de aves en
centros de rehabilitación (ej.: aves acuáticas empetroladas), o aves grandes
difíciles de manejar. Está contraindicada en casos de estasis digestivo, aves
deprimidas o con convulsiones. No es efectiva en casos de shock. A manera de
dosis orientativa, suministrar 30 ml/kg cada 6-8 horas. Los tipos de fluidos que se
pueden utilizar por vía enteral son solución ringer lactato, dextrosa 5%, solución
fisiológica (ideal la mitad con suero ringer Lactato y la otra mitad con suero
glucosado al 5%). (Harrison, 1994)
Para mantenimiento oral se puede utilizar gatorade, seven up (sin gas). En aves
rapaces se puede utilizar una mezcla de 40 ml de agua, una cucharada de miel y
una cucharada de gatorade, en caso de no haber regurgitación se agrega una
yema de huevo a la mezcla y se divide su administración en 2 o 3 tomas. (Isaza,
2016)
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técnica utilizada para realizarla es vía alimentación forzada por intubación del
buche o proventrículo (en aquellas aves que no presenten el primero). (Harrison,
1994)
Cuando se alimenta a un ave adulta enferma hay que tener en cuenta que come
proporcionalmente mucho menos que un pichón. Un loro pichón puede acomodar
en su buche hasta un 10% de su peso corporal, porque su buche es muy elástico
y el tránsito de comida en ellos es muy rápido. El adulto ha perdido esa
elasticidad; sólo le queda el 3% de aquella y el tránsito de alimento es más lento,
más todavía en aves muy enfermas, que a su vez toleran mal contenidos aun
moderados de alimento, por lo que deberá tenerse extremo cuidado de no causar
regurgitación. (Harrison, 1994)
Para aves rapaces se debe administrar pollo trozado (con hueso), yema de huevo
y un poco de agua para facilitar la deglución, para aves pequeñas se puede utilizar
una mezcla de alimento para gatos (Premium), ensure, miel, banana y agua, todo
procesado y colado para que no genere oclusión en la sonda. (Isaza, 2016)
Urgencias y tratamientos
Hemorragias
En las fracturas óseas de los huesos largos, los extremos fracturados actúan a
modo de cuchillo cuando se mueven violentamente, cortando y lacerando
músculos, nervios, vasos y piel, y desarrollándose una hemorragia tras otra.
(Harrison, 1994)
Otras causas de fracturas son locales como la propia forma del hueso, por ejemplo
el húmero que tiene forma de ¨S¨ y posibilita fracturas ante determinados
movimientos, tumoraciones óseas, compresiones permanentes de lazos y
argollas. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
Se inmoviliza el animal con una o dos vueltas de cinta adhesiva alrededor del
cuerpo, incluyendo ambos miembros torácicos y se le introduce en la denominada
hamaca, de forma que quede colgado e inmerso en una hamaca que le permitirá
apoyar las patas a voluntad. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
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Tipo 2 ¨en yugo¨, para fracturas de ulna, radio y tramos finales del ala. Se
inmovilizan ambas extremidades mediante cinta adhesiva, pasándola sobre el
dorso y la parte lateral del ala que comprenden el brazo y antebrazo. La cinta
vuelve luego por la cara ventral de ambas alas, sin pasar por la región de la quilla.
(Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
Para inmovilizar los segmentos distales del miembro torácico se puede utilizar un
pequeño trozo de película radiográfica como férula, curvándola sobre el borde de
ataque del ala, o incluso suturar o inmovilizar los cañones de las rémiges primarias
debido a la fuerte inserción que poseen estas plumas en los huesos del carpo.
(Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
Utilizando una cinta adhesiva y dos piezas de cartón o material similar como
elemento estabilizador, se pueden inmovilizar algunos tipos de fracturas óseas en
las aves. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
En las fracturas del miembro pélvico puede utilizarse la inmovilización Tipo I, para
facilitar el apoyo del cuerpo sobre la hamaca y no recargar el peso sobre la
extremidad afectada. Además de esta inmovilización, será necesaria una de la
propia extremidad, que puede ser llevada a cabo, al igual que en mamíferos
(articulación superior e inferior al foco de fractura inmovilizada) con materiales
rígidos. (Caldera Dominguez y Gonzalo Cordero, 1993)
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estructura se fija a su vez con venda por la región superior. (Caldera Dominguez y
Gonzalo Cordero, 1993)
Intoxicaciones
Los signos clínicos que se pueden apreciar son depresión, debilidad, anorexia,
regurgitación, diarrea, poliuria, parálisis, ataxia, convulsiones y muerte. (Harrison,
1994)
La Clamidiosis Aviar se conoce como Psitacosis o Fiebre de los loros en aves del
orden Psitaciformes y en el hombre; y Ornitosis cuando afecta al resto de las aves.
(Harrison, 1994)
Los CE pueden sobrevivir fuera del huésped (protegidos por material proteico) y
dentro de las células del huésped por varias semanas. La flora bacteriana
saprofita puede inducir la destrucción de los CE así como también la presencia de
materia fecal que inactiva al CE. (Harrison, 1994)
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orina y secreciones orales, nasales y lagrimales de los pájaros infectados.
(Aguilar, 2010)
Los signos clínicos pueden ser agudos, subagudos o crónicos. Las presentaciones
dependen de la especie y edad del pájaro, estado inmune, virulencia de la cepa,
dosis infecciosa y vía de exposición. (Aguilar, 2010)
Es común observar depresión, anorexia y plumas erizadas. Los signos pueden ser
de tipo respiratorio (rinitis, sinusitis, disnea, crepitaciones), digestivos (diarrea,
biliverdinuria), ocular (conjuntivitis) y neurológico (convulsiones, temblores,
inclinación cefálica y parálisis posterior), de acuerdo al órgano que este infectado.
(Aguilar, 2010)
Para mantener y mejorar el estado general del ave es aconsejable hidratarla con
suero ringer-lactato IV o SC, suministrar vitaminas del complejo B, vitamina A y
alimentación forzada. (Isaza, 2016)
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Esta terapia se prolongará todo el tiempo que sea necesario. Es aconsejable
monitorear frecuentemente el peso del ave y se intentará en todo momento reducir
el estrés, cuidando al máximo el manejo, la temperatura, las condiciones
ambientales y la calidad de la dieta. Es asimismo recomendable la administración
de probióticos dado que, bajo antibioticoterapia prolongada, son frecuentes las
disbacteriosis y/o candidiasis digestivas por alteración de la flora intestinal. (Isaza,
2016)
Tricomoniasis
El ciclo de vida es simple, el trofozoito se divide por fisión binaria sin formar quiste.
La paloma es el reservorio natural de T. gallinae y en ella la infección se pasa a
través de la leche de buche que los adultos les dan a los pichones para
alimentarlos. (Cooper, 2002)
Los signos clínicos que se pueden observar son regurgitación, anorexia, disnea y
debilidad, si se abre el pico y realiza una inspección se pueden observar placas o
masas blanco amarillentas o necróticas en la mucosa oral o esofágica. (Cooper,
2002)
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Los trofozoitos son móviles y piriformes, presentan un solo núcleo, un flagelo polar
y una membrana ondulante. Las tricomonas tienen un movimiento espasmódico
característico. (Aguilar, 2010)
Urgencias anestésicas
Como cualquier animal que está anestesiado, las aves deben vigilarse
regularmente durante toda la anestesia. (Harrison, 1994)
Osteopatía metabólica
En aves, las osteopatías metabólicas más frecuentes son las que se producen
como resultado de los trastornos de la mineralización, y esto generalmente se
debe a desequilibrios en la dieta. (Harrison, 1994)
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La causa más frecuente de disminución de disponibilidad de calcio para
depositarse en los huesos es la deficiencia simple de calcio en la dieta. Todas las
especies de ave son susceptibles, aunque tienen mayor riesgo de deficiencia de
calcio las que crecen más de prisa y se crían en forma artificial. (Harrison, 1994)
Esto se observa en aves carnívoras jóvenes que se han alimentado con dietas que
no tienen huesos. La radiografía es muy útil para confirmar el diagnóstico y
evaluar la gravedad de las lesiones. Puede producirse una desmineralización
considerable antes de que pueda detectarse cualquier cambio mediante
radiografías. En los casos relativamente leves, puede apreciarse adelgazamiento
de las cortezas y un patrón trabecular más pronunciado. Pueden observarse
fracturas patológicas y depósitos subperiósticos de hueso nuevo. (Harrison, 1994)
Las aves con osteopatía metabólica grave muestran cojera y dificultad para
moverse, pero incluso las anomalías esqueléticas graves a veces se pasan por
alto en las crías de las aves, y una disminución del apetito puede ser el motivo de
la presentación inicial. Puede producirse distorsión del pico, curvas en la línea del
esternón y, si existen fracturas patológicas, pueden ser evidentes las
deformidades macroscópicas de las extremidades. (Harrison, 1994)
Los casos relativamente leves de osteopatías metabólicas causadas por
desequilibrios o deficiencias de la dieta y en los que no hay otra causa subyacente
responden bien y rápidamente si se corrige la dieta y puede ser posible corregir
las deformidades leves de los huesos de las extremidades con férulas. Si el
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trastorno es grave, con múltiples fracturas patológicas, está indicada la eutanasia.
(Harrison, 1994)
Shock
Falla cardíaca
Disnea
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Para realizar la remoción de cuerpos extraños desde tráquea en las aves
medianas puede usarse catéteres tipo tom cat para extraer por succión el material
extraño de la tráquea o en algunos casos es necesario realizar una traqueotomía
entre los anillos traqueales, distal al cuerpo extraño y tratamiento de soporte
(calor, fluidos, alimentación forzada). (Harrison, 1994)
Al examen físico se puede palpar una inflamación suave llena de aire, que
involucra cabeza y cuello. Para confirmar el diagnóstico se puede utilizar una
aguja pequeña con jeringa para succionar un poco de aire. (Harrison, 1994)
Prolapso cloacal
Retención de huevos
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blanda y produciendo atonía uterina. La hipovitaminosis A también produce
alteraciones en la integridad de la mucosa. (Harrison, 1994)
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La verdadera emergencia en la retención de huevos es la presión excesiva que
ejerce en las estructuras internas que se encuentran en la pelvis como el polo
caudal de los riñones, donde se puede producir isquemia y necrosis renal.
(Harrison, 1994)
Después de una o dos dosis de calcio, una inyección de oxitocina (5 UI/kg IM,
repetir a los 30 min) pude promover el pasaje de huevos. El uso de prostaglandina
E2 (0,2 mg/kg intracloacal en el esfínter uterovaginal) es más efectivo que la
oxitocina. Si el huevo no pasó en 24 horas, o si el ave se debilitó aún más, se
pueden utilizar 2 técnicas no quirúrgicas. (Harrison, 1994)
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Trauma craneoencefálico
El uso de manitol (0,2-2 mg/kg IV lento) y furosemida (0,1-2 mg/kg PO, SC, IV, IM)
pueden ser beneficiosos si el ave no responde a una terapia inicial. El monitoreo a
corto plazo consiste en evaluar reflejos y medir glucosa en sangre. (Harrison,
1994)
Convulsiones
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Si el ave se presenta a la consulta convulsivando o comienzan durante el examen
clínico, la primera meta es parar las convulsiones con diazepam (0,5-1 mg/kg IM,
IV). (Harrison, 1994)
En caso de hipoglucemia, ésta debe ser corregida con dextrosa al 50% (50-100
mg/kg IV lento hasta efecto), es común en rapaces jóvenes. Convulsiones
asociadas a hipocalcemia son frecuentes en psitácidos con dietas deficientes. En
la radiografía se puede observar una densidad ósea disminuida, como también
fracturas patológicas. (Harrison, 1994)
Coma
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Se recomienda el uso de antibióticos bactericidas y doxiciclina en caso de que se
sospeche de clamidiosis. La prognosis depende de la evolución del ave en las
primeras 2 horas. Otros cuidados incluyen lubricación de ojos y cambiar el ave de
posición si es necesario. (Harrison, 1994)
Mordedura de animales
Quemaduras
Las quemaduras más comunes en aves se producen en patas y dedos. Éstas son
el resultado del vuelo libre dentro de la casa que termina con el ave apoyada en
aceite caliente, hornallas, agua caliente. (Harrison, 1994)
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En pichones, la causa más frecuente es la administración de papillas demasiado
calientes; la complicación más común de éstas son las fístulas de esófago y/o
buche, que requieren tratamiento quirúrgico. (Harrison, 1994)
Las quemaduras de la mucosa oral suelen ocurrir por picar cables. Más grave aún
es el caso de shock eléctrico, que ocurre comúnmente en aves silvestres cuando
entran en contacto directo con un cable de alta tensión. (Harrison, 1994)
Los signos clínicos que se pueden observar son inconsciencia, depresión, parálisis
completa o parcial, quemaduras características en garras y alas y shock. El
tratamiento consiste en una terapia tópica con cremas hidrosolubles como
sulfadiazina argéntica para prevenir una infección mientras las heridas sanan. El
uso de corticoides y antibióticos deben evitarse en la terapia inicial ya que pueden
predisponer a una inmunosupresión y resultar en infecciones intrahospitalarias.
(Harrison, 1994)
El área afectada debe ser bien lavada con solución salina, deben retirarse las
plumas que rodean el área para tener una correcta aireación. Si la herida no está
infectada se puede realizar un vendaje con apósito absorbente no adherente para
prevenir pérdida de agua y promover el tejido de granulación, las heridas deben
lavarse dos veces al día y desbridarse una vez al día. (Harrison, 1994)
La punta del pico superior se puede romper sin signos visibles de sangrado ni
desplazamiento del fragmento rostral. El ave puede presentar signos de
inapetencia, escaso acicalado y actividad de trepado. (Harrison, 1994)
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correctivo puede utilizarse un torno manual para limar completamente la porción
fracturada; este procedimiento debe realizarse bajo un plano suave de anestesia.
De haber sangrado, el mismo calor de la piedra esmeril lo cauterizará. De no ser
así, debe realizarse hemostasia. En los primeros días post tratamiento, suministrar
comida blanda. (Harrison, 1994)
Las plumas sangrantes y rotas se manejan de manera similar al pico o uñas; los
fragmentos distales y proximales deben ser removidos, y de permanecer un
sangrado activo se realizará hemostasia en el folículo plumoso, sin cauterizarlo. El
arrancado incorrecto de la pluma puede dañar al folículo plumoso, dando como
resultado ulterior un quiste de pluma o pluma malformada. (Harrison, 1994)
Hipertermia
El jadeo, mantenimiento de las alas alejadas del cuerpo, pico y patas calientes
indican hipertermia en aves. (Harrison, 1994)
Las aves no tienen glándulas sudoríparas por lo que no disipan el calor en forma
eficiente. Si la hipertermia persiste, puede terminar en ataxia, convulsiones y
coma. (Harrison, 1994)
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Si el ave está con una temperatura muy elevada, se puede infundir agua fría en la
cloaca. (Harrison, 1994)
Conclusión
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Bibliografía
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Cooper, J. E. Birds of prey: health and disease, third edition. UK. 2002. Cap 3. p
13-27, cap 7. p 105-127.
Cubas, Z.S.; Silva, J.C.R.; Catao-Dias, J.L. tratado de animais selvagens medicina
veterinaria, 2ª edição. São Paulo. 2014, cap 100. p 1898-1946.
Harrison, G. J.; Flinchum, G. B. Clinical avian medicine, USA. 2005, cap 1. p 1-27,
cap 6. p 1-57, cap 28. p 1-10, cap 33. p 1-13
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