Falacias Políticas

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FALACIAS POLÍTICAS

Definición Falacia

Una falacia es un tipo de argumento que conduce a conclusiones erróneas por


basarse en argumentos prejuiciosos o deducciones sin fundamento.

Es comúnmente utilizar en la Política para lograr la elección en el electorado. Por


ejemplo: si un funcionario afirma que la población esta muy preocupada por la
enseñanza de idiomas extranjeros en realidad está haciendo una deducción por que
no se basa en ningún estudio ni noción previa.

El inconveniente de la falacia es que parece ser un razonamiento válido, aunque su


conclusión termina siendo errónea y el individuo la considera correcta.

La falacia puede producirse por un error involuntario o por una tendencia voluntaria
de querer decir el razonamiento de que no se escucha es decir inducir al engaño.
Este es el factor común de todas las falacias, pero existen distintos tipos.

 El “argumento dirigido al respeto” y se vincula con la credibilidad y el


prestigio.
Es decir que se intenta dar autenticidad a la afirmación basándose en que
una persona creíble lo dijo, pero el problema es que todos somos falibles
nadie tiene la verdad absoluta y todos podemos equivocarnos, por lo tanto,
el argumento de veracidad vinculado a una autoridad es cierto porque tal lo
dijo es una falacia.

El “argumento de popularidad” se trata del anuncio seguido por la mayoría de las


personas.

La falacia es muy utilizada por los medios y la Política.

Se pretende dar la sensación de un contingente considerable de personas tienen


una opinión firme sobre determinado conflicto o temática. Nuevamente se trata de
una falacia porque no hay ningún estudio que lo abarque.
Falacia del “argumento dirigido al hombre” se relaciona con la falta de
credibilidad del razonamiento a causa de alguien lo enuncia.

La Falacia del argumento dirigido al hombre: intenta descalificar al sujeto que a


realiza una información o una obra para luego muy fácilmente rechazar esa
información o esa obra. Por ejemplo: si decimos que un funcionario está plantando
árboles, pero esto no es importante por que este funcionario es informal por que ya
se divorcio dos veces estamos enunciando una falacia ya que desviamos el foco de
atención.

“La falacia del argumento dirigido a la ignorancia” con el convencimiento de que


una opción es verdadera, aunque no hay pruebas que lo comprueben.

La falacia del argumento dirigido a la ignorancia se basa en que como nadie


comprobó lo contrario una afirmación es cierta. Por ejemplo: existe una cuarta
dimensión ¿Por qué? Porque hasta ahora nadie pudo negarlo.

LOS POLÍTICOS Para empezar nos gustaría plantear la siguiente cuestión, ¿son
nuestros políticos verdaderos representantes?, ¿son elegidos de entre el pueblo y
por el pueblo para ayudar y defendernos? En teoría sí. Pero luego, en la práctica,
sabemos que no es así. En su mayoría los políticos, son individuos seleccionados
por los propios partidos y que se organizan para disfrutar del poder que conlleva. El
objetivo de cualquier político es obtener un reconocimiento, desean que el público
les aplauda y les admire, por ello deben elegir bien la puesta en escena y los papeles
que deben tomar. Podríamos afirman que un gran político es un gran actor, ya que
domina ampliamente las artes interpretativas y juega con nuestros sentimientos y
pasiones; son capaces de manipularnos convirtiéndonos en sus cómplices, gracias
a las falacias. Para explicar cómo los políticos son tan buenos en las artes
escénicas, hemos seleccionado un discurso de José Luis Rodríguez Zapatero en el
cual analizaremos las falacias.

FALACIA AD HOMINEM En este caso Zapatero lanza un ataque directo para


desacreditar al PP, sin ningún tipo de argumento: “Hay que huir de la mentira, pero
el PP huye de la verdad”. FALACIA AD VERECUNDIAM En este caso Zapatero
no aporta razones, sino que apela a una autoridad, la Democracia: “La verdad
siempre, siempre, se abre camino en Democracia”.

FALACIA AD POPULUM En este caso Zapatero juega con las emociones del
pueblo, argumentando que el PP no quiere lo mejor para los ciudadanos: “(El PP)
No quiere conocerla ni escucharla (la verdad), no quiere saber cómo crece la
economía, ni cómo sube el empleo, no quiere escuchar que los jóvenes demanden
viviendas, que las mujeres exijan igualdad, que lo ciudadanos quieran mejor
educación, mejor sanidad y más derecho”.

FALACIA DE GENERALIZACIÓN INADECUADA En este caso Zapatero aporta un


argumento inductivo que se basa en poco datos, llega a la conclusión de que el PP
es culpable a partir de pocas premisas: “(El PP) No quiere conocerla ni escucharla
(la verdad), no quiere saber cómo crece la economía, ni cómo sube el empleo, no
quiere escuchar que los jóvenes demanden viviendas, que las mujeres exijan
igualdad, que lo ciudadanos quieran mejor educación, mejor sanidad y más
derecho”.

FALACIA SEMÁNTICA En este caso Zapatero utiliza una palabra, verdad, dándole
significados diferentes durante la argumentación: “Es fundamental que desde los
gobiernos respetemos la verdad” Y “Hay que huir de la mentira, pero el PP huye de
la verdad”. Es sorprendente que en un discurso de un minuto encontremos tantas
falacias, esto demuestra que los políticos nos manejan a su antojo y no todo es lo
que parece.

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