Articulos de Gran Importancia

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ARTICULOS DE GRAN IMPORTANCIA

1. ¿A DIEZ AÑOS DE UN COLAPSO CLIMÁTICO?

El calentamiento del planeta está siendo más rápido de lo que los expertos
pensaban.

Durante los últimos años, la alarma por el cambio climático se ha


disparado. Este fenómeno está afectando a todas las regiones del mundo.
Mientras que en algunas partes los casquetes polares se están fundiendo
y el nivel del mar está subiendo considerablemente, en otras se están
produciendo fenómenos meteorológicos extremos con inundaciones o, por
el contrario, olas de calor y sequías cada vez más frecuentes.

Los datos no son nada esperanzadores y, según apunta uno de los últimos
análisis, el calor atrapado por los gases de efecto invernadero está
elevando las temperaturas del océano más rápido de lo que se pensaba.

Alerta global

Los océanos se están calentando a pasos agigantados. Mucho más rápido


de lo que los científicos calcularon en la evaluación de la ONU sobre el
cambio climático recopilada hace apenas cinco años. Esta es la principal
conclusión de un estudio publicado en la revista Science, en el que los
investigadores muestran pruebas sólidas que confirman que el planeta se
está calentando a un ritmo mayor del que se preveía.

Zeke Hausfather, coautor del estudio y estudiante graduado del Grupo de


Energía y Recursos de la Universidad de California, asegura que el
calentamiento del océano es un indicador muy importante del cambio
climático. En concreto, se estima que el 93% del exceso de energía solar
atrapada por los gases de efecto invernadero se acumula en los océanos
del mundo.

En este sentido, los expertos predicen que la temperatura de los 2.000


metros superiores de los océanos aumentará 0,78 grados a finales de
siglo. Este incremento de la temperatura provocará un aumento del nivel
del mar de 30 centímetros. Algunas de las consecuencias de los océanos
más cálidos son las tormentas más fuertes, los huracanes y las
precipitaciones extremas. Fenómenos atmosféricos que se han repetido
con más intensidad durante los últimos años.
Además, esta subida también pone en peligro la vida de los animales que
dependen del hielo marino, como los pingüinos y los osos polares.
"Aunque 2018 ha sido el cuarto año más cálido registrado en la superficie,
realmente ha sido el año más cálido registrado en los océanos, como lo
fue 2017 y 2016 antes", destaca Hausfather. "La señal del calentamiento
global es mucho más fácil de detectar si está cambiando en los océanos
que en la superficie", continúa el experto.

Para el nuevo estudio, los científicos utilizaron los datos recopilados por
un sistema de observación oceánica de alta tecnología llamado Argo, una
flota de casi 4 000 robots flotantes que se desplazan a lo largo de los
océanos del mundo para medir la temperatura y la salinidad del agua.
Antes del 'nacimiento' de Argo, los datos sobre la temperatura del océano
eran escasos.

Acción humana

La gravedad de las consecuencias del cambio climático depende


únicamente de la acción humana. Según estiman los autores del estudio,
si las personas no hacen nada para mitigarlo, el calentamiento en la parte
superior del océano será seis veces superior en 2081-2100 que el
calentamiento total de los océanos en los últimos 60 años. No obstante,
si se alcanzan los objetivos marcados por el Acuerdo de París, que
establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero, el calentamiento del océano podría reducirse a la mitad.

2. DE QUÉ SE TRATA EL INFORME SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO QUE


TIENE EN VILO AL MUNDO

Un informe publicado por Goldman Sachs sobre el efecto del cambio


climático en las ciudades de todo el mundo arrojó resultados muy
sombríos.

Las conclusiones del estudio de Goldman Sachs fueron contundentes: el


aumento de las temperaturas conduciría a cambios en los patrones de
enfermedades, olas de calor más intensas y duraderas, eventos climáticos
más destructivos y presión sobre la disponibilidad y calidad del agua para
beber y el uso en la agricultura.

De esta manera, el Instituto de Mercados Globales del banco, dirigido por


Amanda Hindlian, advirtió sobre los riesgos potenciales “significativos”
para las ciudades más grandes del mundo, que son especialmente
vulnerables a tormentas más frecuentes, temperaturas más altas,
aumento del nivel del mar y mareas de tormenta.

Las ciudades generan alrededor del 80% del PIB mundial y albergan a
más de la mitad de la población mundial, una proporción que, según
Goldman, citando a las Naciones Unidas, se prevé que alcance dos tercios
para 2050. Alrededor del 40% de la población mundial vive dentro de 100
kilómetros de costa, dice, y 1 de cada 10 vive en áreas a menos de 10
metros sobre el nivel del mar.

Goldman destacó tres ciudades que estarían sujetas a las marejadas


ciclónicas y que en el futuro podrían enfrentar inundaciones
dañinas: Nueva York, Tokio y Lagos. Por otro lado, Miami, Alexandria,
Dhaka y Shanghai enfrentan grandes riesgos de inundación debido a estar
a menos de 11 metros sobre el nivel del mar.

Los investigadores de Goldman aseguraron que al comenzar el estudio


llegaron a un amplio consenso de que la actividad humana, a saber, la
emisión de gases de efecto invernadero, “está causando que la Tierra se
caliente de una manera que afecta el clima”.

Los ecosistemas naturales se dañarían y aumentarían los riesgos para la


salud humana, así como las presiones sobre los alimentos y el agua
potable.
La agricultura también se vería enormemente afectada: “Las
temperaturas más cálidas y los patrones cambiantes de precipitación
podrían reducir los rendimientos y la calidad nutricional, así como cambiar
las estaciones de crecimiento y las zonas agrícolas en todo el mundo”.

Goldman dio algunas advertencias bastante severas sobre los


posibles resultados:

 Olas de calor más frecuentes, más intensas y de mayor


duración: Las consecuencias afectarán la salud humana, la
productividad, la actividad económica y la agricultura. “Las
temperaturas superficiales más altas podrían exacerbar el proceso de
calentamiento al hacer que el permafrost se derrita, liberando más
metano y CO2 a la atmósfera”.

 Eventos climáticos destructivos, incluyendo tormentas, vientos,


inundaciones e incendios: No es solo Nueva York, Tokio y Lagos. “Otras
grandes ciudades costeras bajas o ya propensas a inundaciones
incluyen Shanghai, Dhaka, Mumbai y Karachi, cada una de las cuales
tiene una población de 15 millones de personas o más”.
 Patrones cambiantes de la enfermedad: “Las temperaturas más
cálidas podrían hacer que los vectores de enfermedades migren desde
los trópicos a regiones donde las personas tienen menos inmunidad;
esto es cierto no solo para virus como la malaria y el dengue, sino
también para enfermedades transmitidas por el agua y los alimentos”.

 Patrones agrícolas cambiantes y escasez de alimentos: “El


ganado podría verse afectado por las temperaturas más altas y la
reducción de los suministros de agua. La acidificación de los océanos
probablemente estresará a las poblaciones acuáticas y afectará los
patrones de pesca actuales. Algunos de estos cambios ya están en
marcha. Algunos científicos del clima, por ejemplo, estiman que los
arrecifes de coral serán casi extintos en el transcurso del siglo debido
a la acidificación del océano”.

 Agua: "La mitad de la población mundial vivirá en áreas con escasez


de agua tan pronto como 2025″, señala Goldman, citando la
Organización Mundial de la Salud. “Incluso en áreas sin estrés, la
calidad del agua superficial podría deteriorarse a medida que más
lluvias y tormentas impulsen la erosión y la liberación de toxinas.

Estas dinámicas podrían afectar todo, desde la disponibilidad de agua


potable para las personas hasta la escasez de agua para el ganado y
los cultivos (con efectos negativos para el suministro de alimentos) a
las disminuciones en la generación de energía hidroeléctrica”.

Los informes científicos en los últimos años son concluyentes sobre la


incidencia del hombre en el medio ambiente

El banco difundió en este informe que todos esos factores “afectarían la


actividad económica, dañarían la infraestructura, desde los edificios hasta
el transporte y el agua y los sistemas de gestión de residuos, y dañarían
desproporcionadamente a los residentes vulnerables”.

“A pesar de la incertidumbre sobre el momento y la escala del impacto,


puede ser prudente que algunas ciudades comiencen a invertir en la
adaptación ahora”, indicó Goldman.

Y concluyó: "La adaptación urbana podría impulsar una de las mayores


construcciones de infraestructura en la historia. Dada la escala de la tarea,
la adaptación urbana probablemente necesitará recurrir a fuentes
innovadoras de financiamiento".
3. CINCO FALSOS MITOS SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO

La desinformación y las mentiras se utilizan regularmente para socavar la


evidencia científica sobre el cambio climático.

Aquí desmontamos cinco falsos mitos negacionistas. Por Mark Maslin

La ciencia del cambio climático tiene más de 150 años y es,


probablemente, el área más estudiada de todas cuantas conforman
la ciencia moderna.

Sin embargo, la industria energética y los grupos de presión políticos,


entre otros, llevan 30 años sembrando la duda sobre el cambio climático
donde no la hay.

Las últimas investigaciones estiman que las cinco compañías petroleras y


de gas más grandes del mundo dedican alrededor de 200 millones de
dólares al año al mantenimiento de lobbies que controlan, retrasan o
impiden el desarrollo de políticas climáticas de obligado cumplimiento.

La negación organizada del cambio climático ha contribuido al


estancamiento en la reducción de emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) hasta desembocar en el estado de emergencia
climática global en el que nos encontramos.

Como consecuencia, que los negacionistas se sirvan de ciertos mitos (en


el mejor de los casos, noticias falsas; en el peor, descaradas mentiras)
para desautorizar a la ciencia del cambio climático puede hacer que las
personas de a pie no sepan a qué atenerse.

A continuación, exponemos cinco de estos mitos y las pruebas científicas


que los desacreditan.

i. El cambio climático no es más que una parte del ciclo natural

El clima de la Tierra nunca ha dejado de cambiar, pero el estudio de


la paleoclimatología o, lo que es lo mismo, los "climas antiguos",
demuestra que los cambios acontecidos durante los últimos 150
años (desde el comienzo de la Revolución Industrial) no pueden ser
naturales por su excepcionalidad.
Los resultados de los modelos indican que el calentamiento previsto para
el futuro podría no encontrar precedentes en los últimos cinco millones de
años.

Las temperaturas globales de los últimos 65 millones de años y el posible


calentamiento global del futuro, que depende de la cantidad de GEI que
emitamos. (Fuente: Burke et al, 2018)

El argumento de la "naturalidad de los cambios" esgrimido por los


negacionistas se apoya en que el clima terrestre aún se está recuperando
de las frías temperaturas de la Pequeña Edad de Hielo (1300 d.C.-1850
d.C.), y que las que tenemos en la actualidad son las mismas que las del
Período Cálido Medieval (900 d.C.-1300 d.C.).

La laguna de dicha apreciación es que ambas etapas no supusieron


cambios globales, sino regionales, que afectaron al noroeste de Europa,
al este de América, Groenlandia e Islandia.

Un estudio con 700 registros climáticos ha demostrado que la única vez


que el clima ha cambiado al mismo tiempo y en el mismo sentido en todo
el mundo durante los últimos 2 000 años ha sido en los últimos 150, en
los que más del 98% de la superficie del planeta ha experimentado un
aumento de temperatura.

ii. Los cambios se deben a las manchas solares o a los rayos


cósmicos

Las manchas solares son regiones de la superficie del astro que albergan
una intensa actividad magnética y pueden ir acompañadas de erupciones
solares. Si bien estas manchas poseen la capacidad de modificar el clima
de la Tierra, desde 1978 los científicos han empleado sensores en satélites
para obtener un registro de la energía solar que llega al planeta y no han
observado la existencia de una tendencia ascendente, por lo que no
pueden ser la causa del calentamiento global reciente.

Los rayos cósmicos son radiación de alta energía originada fuera del
sistema solar, surgida, quizá, en galaxias lejanas. En alguna ocasión se
ha señalado que estos rayos podrían ser uno de los motivos por los que
se "fabrican" las nubes, por lo que si se redujera la cantidad de rayos que
alcanzan la Tierra disminuiría el número de nubes, lo cual haría que se
reflejase menos luz solar en el espacio y, como consecuencia, que el
planeta se calentase.
Sin embargo, esta teoría tiene dos escollos. En primer lugar, la ciencia
demuestra que los rayos cósmicos no son demasiado eficaces a la hora
de crear nubes, y en segundo, a lo largo de los últimos 50 años la cantidad
de radiación cósmica que alcanza la Tierra ha aumentado hasta establecer
nuevos récords durante los últimos años. Si la hipótesis fuese correcta,
los rayos cósmicos deberían enfriar el planeta, pero lo cierto es que está
ocurriendo todo lo contrario.

iii. El CO₂ solo es una pequeña parte de la atmósfera, así que no


puede calentar demasiado

Se trata de un intento de jugar una carta de sentido común, pero yerra el


tiro. En 1856, la científica estadounidense Eunice Newton Foote realizó un
experimento con una bomba de aire, dos cilindros de vidrio y cuatro
termómetros con el cual demostró que un cilindro expuesto a la luz solar
que contiene dióxido de carbono atrapa más calor y durante más tiempo
que un cilindro que alberga aire normal. Desde entonces, la ciencia ha
repetido este experimento tanto en laboratorios como en la atmósfera
llegando a la misma conclusión una y otra vez: el dióxido de carbono
emite más gases de efecto invernadero.

En cuanto al argumento atribuido a la escala del "sentido común" de que


una parte diminuta de algo no puede generar un efecto significativo, basta
con recordar que solo se necesitan 0,1 gramos de cianuro para matar a
una persona adulta, es decir, el 0,0001% de su peso corporal. Estos datos
se pueden comparar con la presencia del dióxido de carbono en la
atmósfera (0,04%), a lo que se suma el hecho de que es un potente gas
de efecto invernadero. Por su parte, el nitrógeno conforma el 78% de la
atmósfera y apenas es reactivo.

iv. Los científicos manipulan los datos para mostrar la


tendencia ascendente de la temperatura

No solo no es cierto, sino que es una maniobra simplista utilizada para


atacar la credibilidad de los científicos que estudian el clima. Para que una
conspiración de estas dimensiones fuera posible, sería necesario que
miles de científicos de más de 100 países se pusieran de acuerdo a la hora
de mentir sobre los datos obtenidos.

Los científicos corrigen y validan continuamente la información recabada.


Por ejemplo, entre nuestras labores está la corrección de registros
históricos de temperatura, ya que los sistemas de medición han variado
a lo largo del tiempo.
Entre 1856 y 1941, la mayoría de mediciones de la superficie marina se
llevaban a cabo izando el agua con un cubo desde la cubierta del barco.
Este método no ofrecía garantías, ya que al principio se utilizaban cubos
de madera y después se emplearon de lona.

Asimismo, el cambio de embarcaciones de vela a barcos de vapor alteraba


de igual manera la temperatura del agua, ya que la diferencia de altura
entre las naves hacía que la evaporación fuera mayor o menor en cada
caso cuando el agua llegaba a cubierta. Desde 1941, la mayoría de
mediciones se han realizado a través del sistema de toma agua de los
barcos, por lo que no hay que preocuparse por la refrigeración producida
por la evaporación.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que muchas ciudades han
crecido en tamaño, por lo que las estaciones meteorológicas que antaño
se encontraban en zonas rurales ahora están integradas dentro de áreas
urbanas que presentan habitualmente temperaturas más altas que el
campo por el que están rodeadas.

Si los científicos no hubiéramos modificado las mediciones originales, las


cifras del calentamiento de la Tierra durante los últimos 150 años habrían
sido incluso mayores de lo que son realmente. Actualmente, el aumento
de temperatura se sitúa en 1˚C.

Reconstrucción de las temperaturas a nivel global desde 1880 hasta 2018


realizada por cinco grupos internacionales de científicos independientes
(NASA)

v. Los modelos climáticos no son fiables y son demasiado


sensibles al dióxido de carbono

Esta afirmación es incorrecta y demuestra un pobre entendimiento acerca


del funcionamiento de los modelos, a la par que menosprecia el alcance
del cambio climático. Existe una amplia gama de modelos climáticos,
desde aquellos que se ocupan de mecanismos específicos, como puede
ser los ciclos de las nubes, hasta los modelos de circulación general
(MCG), los cuales se utilizan para predecir el clima futuro de nuestro
planeta.

Hay más de 20 centros en todo el mundo en los que algunas de las


personas más inteligentes del planeta han dado forma y dirigen modelos
de circulación general que contienen millones de líneas de código que
representan la vanguardia de lo se conoce sobre el sistema climático.
Estos modelos se someten continuamente a pruebas con datos históricos
y paleoclimáticos, así como con acontecimientos climáticos
independientes, como grandes erupciones volcánicas, para confirmar que
reconstruyen el clima de manera correcta (como, de hecho, así es).

Reconstrucción a partir de un modelo de la temperatura global desde


1970. Las distintas series y la media de los modelos están representadas
en gris y negro, respectivamente, para compararlas con los registros de
temperaturas observados por la NASA, la NOAA, HadCRUT, Cowtan and
Way y Berkeley Earth (Carbon Brief)

Un modelo, por sí mismo, no se debería considerar correcto, ya que


representa un sistema climático global sumamente complejo. Sin
embargo, al tener tantos modelos diferentes construidos y calibrados de
manera independiente podemos confiar en su fiabilidad cuando coinciden
en sus resultados.

Al estudiar los resultados de todos los modelos, observamos que duplicar


de las emisiones de dióxido de carbono podría aumentar la
temperatura entre 2˚C y 4,5˚C, con una media de 3,1˚C. Todos los
modelos muestran un calentamiento significativo cuando se añade dióxido
de carbono extra a la atmósfera. A pesar de que la complejidad de los
modelos ha aumentado, la escala de calentamiento previsto ha
permanecido en baremos similares durante los últimos 30 años, lo que
demuestra su efectividad.

Tras combinar el conocimiento científico sobre el calentamiento y


enfriamiento del clima a partir de factores naturales (energía solar,
volcánica, aerosoles y ozono) y factores propiciados por el hombre (gases
de efecto invernadero y cambios en el uso de la tierra), podemos asegurar
que el 100% del calentamiento observado a lo largo de los últimos 150
años se debe a los humanos.

Influencias naturales y de la mano del hombre en las


temperaturas globales desde 1850 (Carbon Brief)

No existe un solo argumento científico sobre el que apoyarse para negar


sistemáticamente el cambio climático. El Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés),
creado por las Naciones Unidas para acercar la ciencia climática a la
ciudadanía, ofrece seis pruebas irrefutables sobre el cambio climático.

A medida que las alteraciones extremas del tiempo se vuelven cada vez
más habituales, la gente se está dando cuenta de que no necesitan que
los científicos les digan que el clima está cambiando, ya que lo están
experimentando en primera persona.

4. DIEZ CONSECUENCIAS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

El calentamiento global ya no es un problema del futuro: es una situación


que debemos parar de inmediato o la destrucción del planeta será
irreversible. Sequías, huracanes, hambre, pobreza y
destrucción: estas son algunas de las terribles consecuencias que el
calentamiento global provoca en nuestro planeta. Y en nuestra mano
está participar activamente para frenar sus efectos si queremos que
las siguientes generaciones hereden un mundo tal y como lo conocemos
hoy. O incluso mejor.

Proteger el medio ambiente es importantísimo. Hoy queremos explicarte


cuáles son 10 de los efectos más importantes del calentamiento global,
para que tomes conciencia de los niveles a que afecta. ¡Vamos allá!

Qué consecuencias tiene el calentamiento global

i. Temperaturas más cálidas


La acumulación de gases contaminantes hace que las
temperaturas aumenten cada vez más y que los climas cambien: esto
provoca sequías y, además, aumenta el riesgo de incendios que conllevan
la deforestación y la desertización del planeta.

En 2012, los países del Sahel, en el norte de África, sufrieron una crisis
alimentaria que afectó a unos 18 millones de personas debido a la escasez
de lluvias. Este año, 2019, estamos ante una nueva crisis que está siendo
dramática: la emergencia de la sequía en el Cuerno de África requiere
ayuda inmediata. De lo contrario, 7,6 millones de personas pueden morir
a causa del hambre extrema.

ii. Tormentas más intensas


El hecho de que las temperaturas sean más altas hace que las lluvias sean
menos frecuentes, pero que sean más intensas; por tanto, el nivel de
inundaciones y su gravedad también irán en aumento.

iii. Propagación de enfermedades


Un cambio de temperatura de varios grados puede hacer que la zona
templada se haga más acogedora a la propagación de
determinadas enfermedades. De esta manera, pueden empezar a
darse casos de mal de Chagas, el dengue u otras enfermedades
que están olvidadas en los países desarrollados y en zonas que
tradicionalmente han sido más frías.

Este hecho afecta también a los países en desarrollo. Según informa Veo
Verde, un estudio de casos en Etiopía y Colombia realizado por
científicos de las universidades de Denver (UD) y Michigan (UM), el
calentamiento global incrementa el peligro de contagiarse de malaria en
altitudes altas y, además, advierte de que el aumento de un solo grado
en la temperatura del ambiente tiene como consecuencia el desarrollo de
3 millones de casos de malaria más en Etiopía en pacientes de menos de
15 años.

iv. Olas de calor más fuertes


El calentamiento global del planeta producido por la quema acelerada de
combustibles fósiles agotables ha sido muy intenso en el Polo Norte. Esto
hace que el Polo Norte esté hoy mucho más caliente que hace cincuenta
años. La salud e incluso la vida de miles de personas pueden verse en
riesgo debido al aumento de las olas de calor, tanto en lo que se refiere
a frecuencia como a intensidad.

v. Derretimiento de los glaciares


Océanos con temperaturas más altas son océanos que derriten el
hielo de los casquetes polares: esto significa que aumenta el nivel del
mar.

Los efectos de alcance global incluirán cambios sustanciales en la


disponibilidad de agua para beber y para riego, así como un aumento de
los niveles del mar, cambios en los patrones de circulación del agua en
los océanos, y la amenaza a la supervivencia de especies de flora y fauna
que sobreviven en dichos ecosistemas.

vi. Huracanes más peligrosos


El aumento de temperatura del mar hace que los huracanes se
vuelvan más violentos. ¿Por qué? Pues porque un huracán es el medio
que tiene el planeta para repartir el exceso de calor de las zonas cálidas
a las más frías. Y a más temperatura, más huracanes, con todos los
problemas que conllevan: destrucción de ciudades, de cultivos,
desmantelamiento de todos los sistemas, enfermedades…
vii. Cambio de los ecosistemas
Una temperatura más alta, menos precipitaciones, sequías e inundaciones
hacen que el clima se adapte a esta nueva climatología y, por tanto, se
produzcan cambios en la duración de las estaciones, aparezcan
patrones más propios de climas monzónicos…

viii. Desaparición de especies animales


Muchas especies de animales están viendo cómo su clima actual
desaparece y no son capaces de adaptarse a cambios tan rápidamente.
Así, muchos osos polares están muriendo ahogados porque no pueden
alcanzar los hielos flotantes, y las aves migratorias están perdiendo la
capacidad de emigrar porque no pueden seguir los flujos de temperatura
a las que están habituadas.

ix. Aumento del nivel del mar


Como los casquetes se derriten, se vierte muchísima más agua en los
mares y océanos y, por tanto, aumenta el nivel del mar: esta es una de
las consecuencias del cambio climático más graves, ya que significa que
muchísimas islas podrían desaparecer en el futuro y que un buen número
de ciudades verán cómo su distancia a la costa se reduce de forma
significativa.

x. Alimentos más caros


El cambio climático pone en peligro la producción de alimentos tan básicos
como el trigo, y esto significa que cientos de miles de personas cuya vida
depende de sus cultivos están en riesgo de perderlo todo. Y no solo eso:
si los cultivos escasean, los precios se disparan. Esto nos afecta a todos
y todas, pero en los países menos desarrollados, con altísimos índices de
pobreza, las consecuencias pueden ser devastadoras. Además, el
calentamiento global que provoca esta falta de alimento en la vida
cotidiana de las personas deriva en guerras y migraciones de pueblos
enteros que deben buscar un destino diferente donde encontrar alimento.

Como ves, combatir las consecuencias del calentamiento global es


vital si no queremos que nuestro planeta, tal y como lo conocemos hoy,
desaparezca. Cualquier pequeño cambio de temperatura altera el
equilibrio de nuestro planeta y, con ello, nuestra salud, nuestra calidad
de vida y el futuro de las generaciones venideras. Es necesario empezar
a poner las bases de un futuro más sostenible. Entre todos y todas
podemos conseguirlo. ¡Pero no hay tiempo que perder! ¿Nos ponemos
ya en marcha?
5. DIEZ CONSEJOS PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO
DESDE CASA

Un cambio en la mentalidad y en los hábitos de consumo de los


ciudadanos es esencial para preservar a nuestro planeta de un desastre
irreversible. Mientras 195 Estados y la Unión Europea negocian
en París un acuerdo contra el calentamiento global, los expertos
recuerdan que un cambio en la mentalidad y en los hábitos de consumo
de los ciudadanos es esencial para preservar a nuestro planeta de un
desastre medioambiental irreversible.

Aquí se detallan diez sencillos consejos recopilados de instituciones


gubernamentales, ONG como Greenpeace y empresas para luchar
contra el aumento de las temperaturas sin moverse del sofá mientras
se ahorra dinero, porque gastar energía tiene un costo
medioambiental pero también económico:

TRANSPORTE

Cada litro de combustible quemado en el coche emite unos 2,5 kilos de


CO2 a la atmósfera. Desplázate caminando o en bicicleta en la medida de
lo posible, utiliza el transporte público, comparte el vehículo particular y
opta por motores híbridos o eléctricos cuando adquieras uno.

AISLAMIENTO

Una vivienda bien aislada permitirá ahorrar mucho dinero y energía al


año. Hay gobiernos y administraciones locales que conceden ayudas para
efectuar reformas, pero incluso sin inversión se pude hacer mucho si se
procura evitar las pérdidas de calor, por ejemplo, asegurándose de cerrar
bien las puertas y ventanas.

MODERACIÓN EN EL CONSUMO

El planeta no soporta el ritmo de consumo de los seres humanos, que


hemos hecho del "usar y tirar" una práctica habitual. Antes de adquirir un
producto nuevo, pregúntate si realmente lo necesitas y, cuando vayas a
desechar algo que tengas en casa, piensa si no puedes alargar un poco
más su ciclo de vida.

BOMBILLAS Y PAPEL

Las bombillas de bajo consumo o LED, las únicas que pueden


comercializarse desde 2012 en la UE, reducen hasta en un 75 % el
consumo de electricidad. Respecto al papel, intenta usarlo solo cuando
sea imprescindible. Paga tus facturas en internet, utiliza las páginas por
las dos caras e imprime solo los documentos que realmente necesites en
formato físico.

AGUA

No abuses del agua caliente y procura ducharte en vez de bañarte para


ahorrar agua y dinero. Cierra el grifo mientras te cepillas los dientes o
mientras te enjabonas el pelo.

REDUCE, REUTILIZA Y RECICLA

Cada habitante en un núcleo urbano genera más de 450 kilos de basura


al año. Con pequeños gestos cotidianos podemos hacer mucho por el
planeta, por ejemplo, utilizando el agua que sobra al cocer unos
espaguetis para regar, reciclando envases y papeles y reutilizando las
bolsas de plástico.

ALIMENTOS ECOLÓGICOS

Elige productos locales y de temporada para evitar gastos de transporte,


privilegia los alimentos con etiqueta "bio" (menos pesticidas y productos
químicos) y evita el exceso de embalajes y bolsas, por ejemplo, llevando
a la compra una bolsa reutilizable. Aumenta el consuno de verdura porque
producir un kilo de carne genera unos 3 kilos de CO2 y consume 4 mil
litros de agua.

MODERA EL USO DE LA CALEFACCIÓN

Recuerda que 20 grados centígrados es una temperatura suficiente para


estar cómodo dentro de casa, y unos 3 grados menos en el dormitorio.
No hace falta sudar en invierno. En verano, emplea el aire acondicionado
solo cuando sea necesario y no automáticamente.

ELECTRODOMÉSTICOS

No dejes los aparatos electrónicos en modo "stand by", pues consumen


energía y ocasionan un gasto económico innecesario a pesar de no
utilizarlos. No mantengas encendida la luz de habitaciones vacías y apaga
el ordenador por las noches, no lo dejes suspendido o hibernando. El
programa de lavado en frío de la lavadora reduce un 80 % el consumo
energético.

EDUCACIÓN

El cambio en el paradigma cultural es fundamental para proteger la Tierra.


Es importante que los más pequeños, los que más van a sufrir las
consecuencias del aumento de las temperaturas, aprendan desde hoy
mismo que vivir en un planeta sostenible está, en gran medida, en sus
manos y en las de sus padres.
6. BOLSONARO EN LA ONU: GLOBALIZACIÓN SÍ, GLOBALISMO NO

"Esta no es una organización de interés global. Son las Naciones Unidas


y debe seguir siéndolo", exclamó Bolsonaro

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene como principio


mejorar las relaciones entre países, pero hace varios años la ecuanimidad
se ha visto suplantada por la ideología que conduce hacia el espíritu
internacionalista del socialismo. Y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro,
inauguró la sesión de la Asamblea General de la ONU denunciándolo.

El principal motivo de la cumbre fue el cambio climático, por lo que


diversos jefes de Estado, entre ellos Emmanuel Macron, de Francia, se
proclamaron parte de la Amazonía, e incluso promovieron
internacionalizar esa zona, vital para la salud del planeta y sus habitantes.
Frente a esa socialización, Bolsonaro enfatizó que precisamente esta
pondría en riesgo al mundo y a sus recursos.

Pone como ejemplos del fracaso del socialismo a las tiranías vigentes en
Cuba y Venezuela, que no solo no han sabido administrar los recursos en
sus respectivos países, sino que han condenado a sus habitantes a la
pobreza y a la represión.

«No estamos aquí para borrar nacionalidades y soberanías en nombre de


un interés global abstracto», exclamó Bolsonaro. «Esta no es una
organización de interés global. Son las Naciones Unidas y debe seguir
siéndolo», agregó.

¿Cuál es la diferencia entre globalización y globalismo?

A menudo se confunden los conceptos de globalización y globalismo.

La primera consiste en la facilidad de comerciar entre naciones, exportar


metales desde América hasta Japón y a cambio importar electrónica a
cualquier ciudad de América Latina, por ejemplo. Lograr que el mundo
esté al alcance, sin mayores obstáculos, sobre todo regulatorios.

En palabras del asesor internacional de Bolsonaro, Filipe G. Martins, «la


globalización económica consiste en el flujo global y espontáneo de los
agentes económicos que no solo no necesitan de la interferencia de
burócratas, sino que funciona mejor en la ausencia de las interferencias
burocráticas y es, en realidad, perjudicial para ellas. El globalismo, por
otro lado, es el intento de instrumentalización político-ideológica de la
globalización con la finalidad de promover una transferencia de los ejes
de poder de las naciones para un cuerpo difuso de burócratas
cosmopolitas y apátridas, que responden no a las comunidades
nacionales, sino a un conjunto restricto de agentes de influencia con
acceso privilegiado a esos burócratas».

Permitir el intercambio entre los individuos de las respectivas naciones


permite superar obstáculos climáticos, como las sequías y las crudezas
estacionarias. Pues mientras en un lugar abundan los recursos, en otros
escasean.

El globalismo, en cambio, propone el fin de las naciones. Es a lo que aspira


el socialismo internacionalista. Un ejemplo claro de ello es la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, que incorporó y anuló a más de 15
naciones y sus costumbres.

Bajo ese sistema, para que no faltara el grano en Rusia, se justificaba


expropiarlo en Ucrania. En caso de negarse, los ucranianos eran fusilados
o condenados a cosechar sus propios frutos sin poder comerlos. Así
murieron de hambre alrededor de siete millones de personas en lo que se
conoce como el Holodomor o hambre artificial.

A diferencia de la globalización, el globalismo no intercambia, sino que


expropia y castiga con rigor a quien se atreve a cuestionarlo.

¿Invadir Venezuela implicaría violar su soberanía?

Actualmente casos de hambruna se ven en el continente americano,


gracias a la misma ideología. En Venezuela, el ciudadano promedio ha
bajado más de 11 kilogramos y el régimen que ha empobrecido al país se
mantiene en el poder por medio de la fuerza.

Quien se queja ve pasar por encima una tanqueta, pierde la vista o se ve


empujado hacia el exilio junto a otros cinco millones que ya lo han hecho.
Por ello, el discurso soberanista se encuentra en un punto álgido cuando
se trata de Venezuela. Pues una de las opciones de poner fin a esa agonía
es invadir militarmente al país petrolero.

Lo cierto es que, como indicó Bolsonaro, en Venezuela manda la misma


dictadura que está en el poder en Cuba hace más de 60 años. De modo
que removerla del poder significaría recuperar la soberanía en Venezuela,
pues no estaría más a merced del proyecto internacionalista del
socialismo.

Brasil repelió al socialismo, primero con armas, luego con justicia.

Bolsonaro afirmó ante la ONU que Brasil derramó sangre, tanto de


militares como de civiles para repeler a las guerrillas socialistas
que décadas atrás intentaron someter a su nación, tal como ocurrió en
varios países de América Latina.

Cuando el socialismo internacionalista abandonó las armas, tras la caída


del muro de Berlín y consigo el financiamiento de la Unión Soviética, la
democracia se volvió su arma.

Para removerlos del poder, del cual se aferraron por medio de la


corrupción, Brasil logró librarse de ellos a través de la justicia. Primero a
la expresidente Dilma Rousseff, quien en su tiempo como guerrillera fue
asaltante de bancos, fue dimitida de la Presidencia, y luego, al también
expresidente, Lula da Silva, quien está pagando condena por corrupción.

Bolsonaro recordó que la ONU fue creada para «promover la paz entre las
naciones». Por lo que instó a los países miembros a enfrentar a la
ideología que más violencia ha causado, no solo por medio de su
expansionismo, sino por el hambre y sometimiento que padecen quienes
viven dentro de esos regímenes.

La ONU puede ayudar a derrotar el entorno materialista e ideológico que


socava algunos principios básicos de la dignidad humana. Esta
organización fue creada para promover la paz entre las naciones
soberanas y el progreso social con libertad, de acuerdo con el preámbulo
de su Carta.

En conclusión, afirmó “con humildad y confianza en el poder liberador de


la verdad, (que la ONU) tenga la seguridad de que puede contar con este
nuevo Brasil que le presento aquí».

Ese Brasil es uno que llama a la cooperación entre naciones frente a las
tiranías. No uno que se vuelve cómplice de un proyecto socialista
internacionalista, como varias naciones pretenden hacer con la ONU.

En esa cruzada le acompaña el presidente de EE. UU., Donald Trump,


quien anunció ante esa organización que el futuro no le pertenece a los
globalistas, sino a los patriotas.
7. LA GLOBALIZACIÓN HA MUERTO

El desenfreno por un inminente mundo sin fronteras, la algarabía por la


constante jibarización de los Estados-nacionales en nombre de la libertad
de empresa y la cuasi religiosa certidumbre de que la sociedad mundial
terminaría de cohesionarse como un único espacio económico, financiero
y cultural integrado, acaban de derrumbarse ante el enmudecido estupor
de las élites globalófilas del planeta.

La renuncia de Gran Bretaña a continuar en la Unión Europea –el proyecto


más importante de unificación estatal de los últimos 100 años– y la
victoria electoral de Trump –que enarboló las banderas de un regreso al
proteccionismo económico, anunció la renuncia a tratados de libre
comercio y prometió la construcción de mesopotámicas murallas
fronterizas–, han aniquilado la mayor y más exitosa ilusión liberal de
nuestros tiempos.

Y que todo esto provenga de las dos naciones que hace 35 años atrás,
enfundadas en sus corazas de guerra, anunciaran el advenimiento del
libre comercio y la globalización como la inevitable redención de la
humanidad, habla de un mundo que se ha invertido o, peor aún, que ha
agotado las ilusiones que lo mantuvieron despierto durante un siglo.

Y es que la globalización como meta-relato, esto es, como horizonte


político ideológico capaz de encausar las esperanzas colectivas hacia un
único destino que permitiera realizar todas las posibles expectativas de
bienestar, ha estallado en mil pedazos. Y hoy no existe en su lugar nada
mundial que articule esas expectativas comunes; lo que se tiene es un
repliegue atemorizado al interior de las fronteras y el retorno a un tipo de
tribalismo político, alimentado por la ira xenofóbica, ante un mundo que
ya no es el mundo de nadie.

La medida geopolítica del capitalismo

Quien inició el estudio de la dimensión geográfica del capitalismo fue


Marx. Su debate con el economista Friedrich List sobre el “capitalismo
nacional” en 1847 y sus reflexiones sobre el impacto del descubrimiento
de las minas de oro de California en el comercio transpacífico con Asia, lo
ubican como el primer y más acucioso investigador de los procesos de
globalización económica del régimen capitalista.

De hecho, su aporte no radica en la comprensión del carácter


mundializado del comercio que comienza con la invasión europea a
América sino en la naturaleza planetariamente expansiva de la propia
producción capitalista.

Las categorías de subsunción formal y subsunción real del proceso de


trabajo al capital con las que Marx devela el automovimiento infinito del
modo de producción capitalista, suponen la creciente subsunción de la
fuerza de trabajo, el intelecto social y la tierra, a la lógica de la
acumulación empresarial, es decir, la supeditación de las condiciones de
existencia de todo el planeta a la valorización del capital. De ahí que en
los primeros 350 años de su existencia, la medida geopolítica del
capitalismo haya avanzado de las ciudades-Estado a la dimensión
continental y haya pasado, en los últimos 150 años, a la medida
geopolítica planetaria.

La globalización económica (material) es pues inherente al capitalismo.


Su inicio se puede fechar 500 años atrás, a partir del cual habrá de
tupirse, de manera fragmentada y contradictoria, aún mucho más.

Si seguimos los esquemas de Giovanni Arrighi en su propuesta de ciclos


sistémicos de acumulación capitalista a la cabeza de un Estado
hegemónico: Génova (siglos XV-XVI), los Países Bajos (siglo XVIII),
Inglaterra (siglo XIX) y Estados Unidos (siglo XX), cada uno de estos
hegemones vino acompañado de un nuevo tupimiento de la globalización
(primero comercial, luego productiva, tecnológica, cognitiva y,
finalmente, medio ambiental) y de una expansión territorial de las
relaciones capitalistas.

Sin embargo, lo que sí constituye un acontecimiento reciente al interior


de esta globalización económica es su construcción como proyecto
político-ideológico, esperanza o sentido común, es decir, como horizonte
de época capaz de unificar las creencias políticas y expectativas morales
de hombres y mujeres pertenecientes a todas las naciones del mundo.

El “fin de la historia”

La globalización como relato o ideología de época no tiene más de 35


años. Fue iniciada por los presidentes Ronald Reagan y Margaret
Thatcher, liquidando el Estado de bienestar, privatizando las empresas
estatales, anulando la fuerza sindical obrera y sustituyendo el
proteccionismo del mercado interno por el libre mercado, elementos que
habían caracterizado las relaciones económicas desde la crisis de 1929.

Ciertamente fue un retorno amplificado a las reglas del liberalismo


económico del siglo XIX, incluida la conexión en tiempo real de los
mercados, el crecimiento del comercio en relación al Producto Interno
Bruto (PIB) mundial y la importancia de los mercados financieros, que ya
estuvieron presentes en ese entonces. Sin embargo, lo que sí diferenció
esta fase del ciclo sistémico de la que prevaleció en el siglo XIX fue la
ilusión colectiva de la globalización, su función ideológica legitimadora y
su encumbramiento como supuesto destino natural y final de la
humanidad.

Y aquellos que se afiliaron emotivamente a esa creencia del libre mercado


como salvación final no fueron simplemente los gobernantes y partidos
políticos conservadores, sino también los medios de comunicación, los
centros universitarios, comentaristas y líderes sociales. El derrumbe de la
Unión Soviética y el proceso de lo que Gramsci llamó transformismo
ideológico de ex socialistas devenidos en furibundos neoliberales, cerró el
círculo de la victoria definitiva del neoliberalismo globalizador.

¡Claro! Si ante los ojos del mundo la URSS, que era considerada hasta
entonces como el referente alternativo al capitalismo de libre empresa,
abdica de la pelea y se rinde ante la furia del libre mercado –y encima los
combatientes por un mundo distinto, públicamente y de hinojos, abjuran
de sus anteriores convicciones para proclamar la superioridad de la
globalización frente al socialismo de Estado–, nos encontramos ante la
constitución de una narrativa perfecta del destino “natural” e irreversible
del mundo: el triunfo planetario de la libre empresa.

El enunciado del “fin de la historia” hegeliano con el que Fukuyama


caracterizó el “espíritu” del mundo, tenía todos los ingredientes de una
ideología de época, de una profecía bíblica: su formulación como proyecto
universal, su enfrentamiento contra otro proyecto universal demonizado
(el comunismo), la victoria heroica (fin de la guerra fría) y la reconversión
de los infieles.

La historia había llegado a su meta: la globalización neoliberal. Y, a partir


de ese momento, sin adversarios antagónicos a enfrentar, la cuestión ya
no era luchar por un mundo nuevo, sino simplemente ajustar, administrar
y perfeccionar el mundo actual pues no había alternativa frente a él.

Por ello, ninguna lucha valía la pena estratégicamente pues todo lo que
se intentara hacer por cambiar de mundo terminaría finalmente rendido
ante el destino inamovible de la humanidad que era la globalización.
Surgió entonces un conformismo pasivo que se apoderó de todas las
sociedades, no solo de las élites políticas y empresariales, sino también
de amplios sectores sociales que se adhirieron moralmente a la narrativa
dominante.
La historia sin fin ni destino

Hoy, cuando aún retumban los últimos petardos de la larga fiesta “del fin
de la historia”, resulta que quien salió vencedor, la globalización
neoliberal, ha fallecido dejando al mundo sin final ni horizonte victorioso,
es decir, sin horizonte alguno. Trump no es el verdugo de la ideología
triunfalista de la libre empresa, sino el forense al que le toca oficializar un
deceso clandestino.

Los primeros traspiés de la ideología de la globalización se hacen sentir a


inicios de siglo XXI en América Latina, cuando obreros, plebeyos urbanos
y rebeldes indígenas desoyen el mandato del fin de la lucha de clases y
se coaligan para tomar el poder del Estado. Combinando mayorías
parlamentarias con acción de masas, los gobiernos progresistas y
revolucionarios implementan una variedad de opciones posneoliberales
mostrando que el libre mercado es una perversión económica susceptible
de ser reemplazada por modos de gestión económica mucho más
eficientes para reducir la pobreza, generar igualdad e impulsar
crecimiento económico.

Con ello, el “fin de la historia” comienza a mostrarse como una singular


estafa planetaria y nuevamente la rueda de la historia –con sus
inagotables contradicciones y opciones abiertas– se pone en marcha.

Posteriormente, en 2009, en EE.UU. el hasta entonces vilipendiado


Estado, que había sido objeto de escarnio por ser considerado una traba
a la libre empresa, es jalado de la manga por Obama para estatizar
parcialmente la banca y sacar de la bancarrota a los banqueros privados.

El eficienticismo empresarial, columna vertebral del desmantelamiento


estatal neoliberal, queda así reducido a polvo frente a su incompetencia
para administrar los ahorros de los ciudadanos.

Luego viene la ralentización de la economía mundial, pero en particular


del comercio de exportaciones. Durante los últimos 20 años, este crece al
doble del Producto Interno Bruto (PIB) anual mundial, pero a partir del
2012 apenas alcanza a igualar el crecimiento de este último, y ya en 2015
es incluso menor, con lo que la liberalización de los mercados ya no se
constituye más en el motor de la economía planetaria ni en la “prueba”
de la irresistibilidad de la utopía neoliberal.

Por último, los votantes ingleses y norteamericanos inclinan la balanza


electoral a favor de un repliegue a Estados proteccionistas –si es posible
amurallados–, además de visibilizar un malestar ya planetario en contra
de la devastación de las economías obreras y de clase media, ocasionado
por el libre mercado planetario.

Hoy, la globalización ya no representa más el paraíso deseado en el cual


se depositan las esperanzas populares ni la realización del bienestar
familiar anhelado. Los mismos países y bases sociales que la enarbolaron
décadas atrás, se han convertido en sus mayores detractores. Nos
encontramos ante la muerte de una de las mayores estafas ideológicas
de los últimos siglos.

Sin embargo, ninguna frustración social queda impune. Existe un costo


moral que, en este momento, no alumbra alternativas inmediatas sino
que –es el camino tortuoso de las cosas– las cierra, al menos
temporalmente.

Y es que a la muerte de la globalización como ilusión colectiva no se le


contrapone la emergencia de una opción capaz de cautivar y encauzar la
voluntad deseante y la esperanza movilizadora de los pueblos golpeados.
La globalización, como ideología política, triunfo sobre la derrota de la
alternativa del socialismo de Estado, esto es, de la estatización de los
medios de producción, el partido único y la economía planificada desde
arriba. La caída del muro de Berlín en 1989 escenifica esta capitulación.

Entonces, en el imaginario planetario quedo una sola ruta, un solo destino


mundial. Y lo que ahora está pasando es que ese único destino triunfante
también fallece, muere. Es decir, la humanidad se queda sin destino, sin
rumbo, sin certidumbre. Pero no es el “fin de la historia” –como
pregonaban los neoliberales–, sino el fin del “fin de la historia”; es la nada
de la historia.

Lo que hoy queda en los países capitalistas es una inercia sin convicción
que no seduce, un manojo decrépito de ilusiones marchitas y, en la pluma
de los escribanos fosilizados, la añoranza de una globalización fallida que
no alumbra más los destinos. Entonces, con el socialismo de Estado
derrotado y el neoliberalismo fallecido por suicidio, el mundo se queda sin
horizonte, sin futuro, sin esperanza movilizadora.

Es un tiempo de incertidumbre absoluta en el que, como bien intuía


Shakespeare, “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Pero también por
ello es un tiempo más fértil, porque no se tienen certezas heredadas a las
cuales asirse para ordenar el mundo. Esas certezas hay que construirlas
con las partículas caóticas de esta nube cósmica que deja tras suyo la
muerte de las narrativas pasadas.
¿Cuál será el nuevo futuro movilizador de las pasiones sociales? Imposible
saberlo. Todos los futuros son posibles a partir de la “nada” heredada. Lo
común, lo comunitario, lo comunista es una de esas posibilidades que está
anidada en la acción concreta de los seres humanos y en su imprescindible
relación metabólica con la naturaleza.

En cualquier caso, no existe sociedad humana capaz de desprenderse de


la esperanza. No existe ser humano que pueda prescindir de un horizonte,
y hoy estamos compelidos a construir uno. Eso es lo común de los
humanos y ese común es el que puede llevarnos a diseñar un nuevo
destino distinto a este emergente capitalismo errático que acaba de
perder la fe en sí mismo.

8. ISRAEL PUEBLO DE DIOS

a. 71 Años Israel Supera Los Nueve Millones De Habitantes (Mayo


2019)

Por primera vez en sus 71 años de existencia, el Estado de Israel superó


los nueve millones de habitantes, según la Oficina Central de Estadísticas.
En total, viven en Israel 9.009.000 personas, lo que significa que la
población creció más de 10 veces respecto al tamaño que tenía durante
la fundación del Estado (alrededor de 850.000).

El número de judíos también alcanzó un récord histórico con 6.738.500


almas, lo que representa un 74.8% de la población del país. Los árabes,
con 1.970.200 personas, constituyen el 21.8% de la población.

Cerca de 300.000 personas se autodefinen como no pertenecientes a


ninguna religión, gran parte de ellos provenientes de los países de la ex
Unión Soviética. Además, hay cerca de 200.000 trabajadores extranjeros
de los cuales la mitad vive en Israel de forma legal y la otra mitad
ingresaron con visa de turista o cruzaron ilegalmente la frontera.

Desde su fundación, el Estado absorbió 3,2 millones de inmigrantes hasta


el día de hoy. La esperanza de vida de los hombres judíos ascendió de 65
años, en 1949, a 81 años en la actualidad; y para las mujeres a 84 años,
comparado con apenas 68 años en 1949. El país ha sido clasificado como
el onceavo más feliz del mundo. Además, se han encontrado grandes
reservas de gas natural frente a sus costas, lo que le permitiría alcanzar
la independencia energética.

El desempleo es de alrededor del 4 por ciento, la inflación está en el borde


inferior de la meta del país de 1% a 3% y el aumento del Producto Bruto
Interno (PBI) en 2018 creció un 3.3% con respecto al año anterior, según
los datos de marzo de la Oficina Central de Estadísticas. Se trata de un
crecimiento más bajo que el del 3.5% en 2017, pero así aún más alto que
el crecimiento promedio de 2018 de los países desarrollados, agrupados
en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
estimado en 2.37%.

La economía no ha dejado de crecer en los últimos quince años, y el PBI


en dólares aumentó en más del 55% desde 2010, según el informe
Standard & Poor’s de febrero de 2019. S&P reafirmó su calificación de AA,
una de las más altas.

El PBI per cápita en Israel fue de 40.270 dólares en 2017, en comparación


con solo 1.229 dólares en la década de los sesenta. Para tener un punto
de referencia, el PBI en ese mismo año para Francia, Japón, Reino Unido
e Italia fue de 38.477 dólares, 38.428 dólares, 39.720 dólares y 31.953
dólares, respectivamente.

El PBI per cápita promedio para los países de la OCDE fue de 38.151
dólares, según los datos del Banco Mundial. En Estados Unidos, el PBI per
cápita fue de 59.532 dólares.

b. La población de Israel supera los 9 millones, 88.9% del país


está satisfecho (Sep. 2019)

En la víspera de Rosh Hashaná, el año nuevo judío, la Oficina Central de


Estadísticas de Israel publicó los datos más actualizados sobre la
población del país.

Según el informe, la población alcanzó los 9.092.000 y se espera que para


el año 2024 supere ya los 10 millones de personas.

Además, las proyecciones indican que para el año 2048 alcance los 15
millones y para el 2065 los 20 millones.

La población judía en el país se estima en 6.7 millones, el equivalente al


74.2%, la población árabe es de 1.9 millones (21%) y la población
cristiana no árabe y de otras religiones supera los 440.000 (4.8%).

La población aumentó en 184.000 personas desde el año pasado, lo que


representa alrededor de un 2%. 196.000 bebés nacieron, 45.000
personas murieron y alrededor de 38.000 llegaron al país como
inmigrantes.

El reporte también indicó que la esperanza de vida en Israel es de 80.9


años entre los hombres y 84.8 entre las mujeres. La principal causa de
muerte en el país es el cáncer (25.2%), seguido por las enfermedades
cardíacas (14.8%).

Entre la población judía, el 43.2% se define como no religioso, 22.1%


como tradicionalistas no muy religiosos, 12.8% como tradicionalistas
religiosos, 11.3% como religioso y el 10.1% como jaredí (ortodoxo).

El 88.9% de los israelíes se definió satisfecho con su vida, aunque solo el


63.4% dijo estar satisfecho con su situación económica. El reporte indicó
que el desempleo en Israel se encuentra en 4.0%.

c. Población en Israel cercana a 9 millones, sanando la tierra

Población en Israel cercana a 9 millones, los israelíes dieron la bienvenida


al Rosh Hashaná, el año nuevo judío, con la población que supera 8,9
millones, de acuerdo al informe de la Población y la Autoridad de
Inmigración.

Por vez primera, más de 6 millones de judíos estarán viviendo en el


moderno Estado de Israel.

25.000 judíos emigraron a Israel de todo el mundo, como Francia y


Ucrania, donde un aumento del antisemitismo y la guerra,
respectivamente, contribuyeron a los residentes judíos a no sentirse
seguros en estos países.

Esta migración cumple las promesas bíblicas.

Ezequiel 36:24-28

«Y yo os tomaré de entre las naciones, y os recogeré de todas las tierras,


y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis
limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os
limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de
vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un
corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que
andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por
obra».

El año pasado nacieron 176.230 bebés en Israel, había 5.062 más niños
que niñas.
Tamar (que significa «fecha» como en el fruto) encabeza la lista de los 10
nombres que son más populares para las niñas, que incluían también Noa,
Shira, Adelle, Talia, Yael, Leanne, Miriam, Maya y Abigail.
Yosef (José) fue el nombre de varón más popular, seguido por Daniel y
Ori, Itai, Omer, Adam, Noam, Ariel, Eitan y David.

Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel dijo que la creciente


población de Israel evidencia la victoria sobre el Holocausto y sobre los
que trataron de aniquilar al pueblo judío a través de los siglos.

«No menos importante, por primera vez en la historia del Estado de Israel,
más de seis millones de judíos viven aquí.

Este número tiene un gran significado a la luz de la historia de nuestro


pueblo en el siglo anterior, así como en la actual», afirmó Netanyahu a
los ministros israelíes en una reunión de gabinete.

«Aunque nunca faltan los desafíos constantes de todos los lados, creo que
hemos demostrado en el último año que podemos superarlos».

d. El milagro de Israel: así es la fórmula que lo convirtió en el


nuevo Silicon Valley

¿Cómo ha conseguido Israel convertirse en la segunda mayor potencial


tecnológica del mundo? Te contamos los cuatro ingredientes de su
fórmula mágica
Cuando se habla de Israel, dependiendo del prisma con el que se mire se
puede dibujar dos tipos de realidades muy distintas y, si cabe, incluso
contradictorias.

Por un lado, la del país que, dominado por el enfrentamiento religioso y


territorial, lleva décadas inmerso en un sinfín de conflictos políticos y
bélicos que han hecho de Israel una zona prácticamente militarizada; por
otro, la del único país de Oriente Medio que, aunque aún de manera
medianamente soterrada, visibiliza la liberación homosexual y ha
convertido a una de sus ciudades, Tel Aviv, en una de las capitales gays
de todo el mundo.

Sin embargo, hay un tercer Israel que fuera de las fronteras casi nadie
conoce, pero que es el principal responsable del milagro económico que
el país ha experimentado en las últimas décadas: el Israel tecnológico y
emprendedor.
Bienvenido a ‘Silicon Wadi’

Hace años que Silicon Valley, en los alrededores de San Francisco, se ha


convertido en la Meca emprendedora por excelencia. Sin embargo, Israel
se ha convertido de un tiempo a esta parte en su gran alternativa al otro
lado del planeta.

No en vano, Tel Aviv se ha ganado el apodo de ‘Silicon Wadi’ o incluso ‘el


Silicon Valley de Silicon Valley’, en referencia a que el grado de
experimentación e innovación tecnológica de Israel supera con creces el
de Silicon Valley.

¿Cómo un país con tan pocos recursos se ha convertido en una potencia


tecnológica y emprendedora?”

Todo ello ha convertido al país en la segunda potencial tecnológica a nivel


mundial (en dura competencia con Estados Unidos) y en el exportador de
varias de las mejores startups tecnológicas del planeta, entre las que se
encuentran ejemplos como Waze (vendida a Google por 1.000 millones
de dólares), Trusteer (a IBM por otros 1.000 millones), Onavo (a
Facebook por 120 millones) o Primesense (a Apple por 345), entre
muchos otros ejemplos.

Pero, ¿cómo se ha llegado a este punto? ¿Cómo un país con Israel, con
tan pocos recursos propios y unas relaciones políticas y sociales tan
conflictivas, ha podido convertirse en una de las mayores potencias
tecnológicas de todo el mundo?

Se trata de un camino de largo recorrido y, sobre todo, de una fórmula


que consta de cuatro ingredientes.

1.- Educación

Para entender la importancia de la educación en Israel tenemos que


acudir inevitablemente al factor religioso: el 75,4% de los habitantes del
país son judíos. Si a esto le sumamos el hecho de que los judíos apenas
representan cerca del 0,2% de la población mundial pero más del 20%
de los ganadores de los Premios Nobel, nos haremos una idea de hasta
qué punto la formación académica representa un pilar esencial en la
educación israelí.

Para Emilio López Viñuela, director de la Oficina Económica de España en


Tel Aviv, el sistema educativo es clave: “Israel ha apostado desde hace
muchos años, por un modelo de conocimiento e innovación tecnológica.
Tiene un sistema académico muy bueno desde la educación primaria
hasta más allá de la educación superior, y eso constituye una ventaja
competitiva frente a muchos otros países”.

Israel tiene 140 ingenieros por cada 10.000 trabajadores, la cifra más alta
del mundo”

Y en este sentido, la ingeniería ocupa un destacadísimo lugar. Los datos


bailan de un estudio a otros, pero, según la mayoría de ellos, Israel tiene
entre 135 y 140 ingenieros por cada 10.000 trabajadores, siendo el país
con más ingenieros per capita laboral del mundo.

2.- Conexión universidad-empresa

A la hora de hablar del tejido empresarial en España, la mayoría de los


expertos suelen coincidir en una máxima que acaba siendo recurrente:
hay una desconexión entre el mundo universitario y el empresarial; las
universidades no enseñan los conocimientos o habilidades que los
estudiantes tendrán que aplicar en sus empresas cuando se incorporen al
mundo laboral.

No es una queja única de España, se trata de algo común a muchos


países, pero hay zonas con mayor y menor desconexión.

En Israel, sin embargo, la conexión entre los dos mundos es total gracias
a los llamados Centros de Transferencia Tecnológica, una iniciativa cuyo
máximo objetivo pasa por “ayudar a los investigadores a que puedan
desarrollar comercialmente sus ideas para que la investigación no se
quede en los laboratorios ni en las bibliotecas, sino que esa innovación se
traduzca en ideas comerciales, en empresas”, según López Viñuela.

En España hay una desconexión entre el mundo universitario y el


empresarial”

El enfoque, en principio, no puede ser más motivador: el ingeniero o


científico que se dedique a la investigación no sólo lo hará por la
divulgación en sí misma, sino que además tendrá un aliciente añadido: el
de buscar (y encontrar) una salida comercial a sus investigaciones y
formar un proyecto empresarial a partir de ello.

Las cifras dan buena muestra de ello: según un estudio del World
Economic Forum, Israel produce 249,2 patentes o inventos por cada
millón de habitantes cada año, tan sólo por detrás de Taiwán, Japón y
Estados Unidos. España, por su parte, se queda en el puesto 28 con
apenas 9,1 patentes anuales por cada millón de habitantes.

3.- Un ‘valor’ añadido: la cultura militar

En cualquier caso, lo cierto es que sería hipócrita explicar el alto interés


de Israel en la tecnología sin acudir a otro de sus factores más
idiosincráticos: la extendida cultura militar. No porque uno sea
consecuencia de otro, sino porque sería absurdo negar que la relación,
directa o indirecta, es más que evidente.

Y es que a nadie se le escapa que, más allá de Estados Unidos, Israel


apenas cuenta con aliados internacionales. Si a eso le sumamos el sinfín
de frentes abiertos que tiene, la consecuencia es que un país de apenas
8,1 millones que habitantes necesita ingeniería militar de manera
incesante.

Cuando salen del Ejército, los ingenieros pueden aplicar la tecnología


desarrollada al ámbito empresarial”

En Israel el servicio militar es obligatorio, tanto para hombres (hasta


cuatro años) como para mujeres (hasta dos años), con lo que los
conocimientos tecnológicos que los ciudadanos adquieren en su formación
académica son aplicados en el Ejército. Sobre todo por parte de los
mejores ingenieros, cuya labor durante ese tiempo se basa en contribuir
al despliegue tecnológico de la ingeniería militar israelí.

¿Se trata de un trabajo altruista sin recompensa para el ingeniero en


cuestión? En absoluto. El punto medianamente positivo de todo esto es
que, por lo general, el Ejército israelí permite que sus ingenieros, una vez
hayan terminado su servicio militar, conserven el desarrollo que han
desarrollado y la apliquen a otros sectores con salida comercial.

Es decir, que cojan la tecnología que han creado, la desprendan del uso
militar y, si quieren, le den un uso comercial aplicado a sectores ‘no
conflictivos’.

4.- I+D e inversión público-privada

Y a la hora de que un ingeniero (o cualquier otro perfil emprendedor)


quiera sacar su proyecto empresarial adelante, ¿de qué manera puede
hacerlo? ¿Cuenta el país con una idiosincrasia que apoye de alguna
manera este tipo de iniciativas empresariales?
Lo cierto es que sí, de sobra. Basta con echar un ojo a los datos, que nos
revelan que Israel es el país que más invierte en I+D en todo el mundo
en términos de Producto Interior Bruto, ya que destina a la investigación
y desarrollo nada menos que el 4,2% de su PIB. España, por su parte, se
queda en el 1,3% del PIB.

Pero el Gobierno israelí no sólo invierte en I+D a nivel técnico y científico,


también a nivel empresarial. De hecho, Israel es uno de los países que
con más éxito ha desarrollado programas de inversión público-privada
en startups. Tal es el caso de Yozma, una iniciativa mediante la que el
Ejecutivo israelí, en vez de invertir en solitario en compañías tecnológicas,
establece alianzas con fondos de inversión profesionales para entrar, de
la mano, en el accionariado de las mejores compañías tecnológicas.

Israel invierte el 4,2% del PIB en I+D; España se queda en un 1,3%”

Así, son muchos los años que lleva el Gobierno invirtiendo en compañías y
alcanzando acuerdos con fondos tanto nacionales como (sobre todo)
internacionales. Y, entre todos, consiguen inyectar el capital necesario
para que las startups israelíes consigan crecer.

¿El resultado? Según diversos estudios, Israel invierte cada año cerca de
140 dólares por habitante en ‘startups’ tecnológicas, una cifra que en
España, atendiendo a la variedad de estudios sobre el tema, oscila entre
los 2-3 euros por habitante al año.

Un mercado (muy) limitado

Pero, ¿por qué necesita Israel atraer tanta inversión procedente de fondos
de capital riesgo? La respuesta es sencilla: porque
las startups israelíes no compiten en su país, sino en el resto del mundo.

Y es que conviene echar un ojo a un dato: mientras


una startup española puede tener un potencial impacto sobre 47 millones
de personas a nivel nacional o 597 millones si decide acudir a un mercado
‘hermano’ como América Latina, la realidad de Israel es muy distinta
debido a sus 8,1 millones de habitantes, apenas 550.000 más que
Cataluña.

Es por ello que las startups israelíes en ningún caso pueden conformarse
con aspirar a su mercado local, sino que tienen que intentar triunfar a
nivel internacional. Y es por ello, por tanto, que sus necesidades de
financiación externa, en principio, son mucho más elevadas.
Resultado: una industria millonaria

En total, cuatro ingredientes que ofrecen un resultado más que


satisfactorio: a día de hoy, Israel cuenta con 92 registros de compañías
en el Nasdaq, la Bolsa de empresas tecnológicas a nivel mundial. De
hecho, ocupa el tercer puesto en este ranking, tan solo por detrás de
Estados Unidos y China.

Pero no es la única cifra que asombra: según un estudio de Price


Waterhouse Coopers, en 2014 se produjo la venta o desinversión de
70 startups israelíes a lo largo de todo el mundo, y estas ventas formaron
un montante de 14.850 millones de dólares (’14,8 billion dollars’, en
nomenclatura americana).

En resumen: una mezcla de ingredientes –unos voluntarios, otros


forzosos– que, de un modo u otro, han hecho que ‘Silicon Wadi’ no sólo
se haya convertido en el digno rival de Silicon Valley, sino que además ha
llevado a cabo todo un hito: el del milagro económico de Israel.

e. Logros economicos de Israel

Los logros de la economía israelí en los primeros cincuenta años del país
no son menos impresionantes o fascinantes que aquéllos que se han
alcanzado en cualquier otra área de la historia israelí. Estos logros -
especialmente los de los primeros años del estado - han asombrado a los
expertos en economía de todo el mundo. Desde su mismo comienzo, el
país afrontó enormes desafíos.

El joven país se encontró en una brutal guerra de supervivencia y, al


mismo tiempo, cientos de miles de refugiados del Holocausto en Europa
y de la persecución en los países árabes golpeaban las puertas del recién
nacido estado, que ni siquiera tenía suficientes carpas para alojarlos, sin
hablar de comida para alimentarlos.

Estos desafíos eran suficientes para llevar al colapso economías más


grandes y más fuertes que la de Israel, que era entonces un país con una
población de alrededor de 650.000 habitantes viviendo en una superficie
de menos de 21.000 km2, en su mayoría desierto o rocosas montañas.

Al mirar hacia atrás, parecería que la historia de la economía israelí - al


igual que la de Israel en general - ha sido una historia de peligros y crisis
recurrentes que amenazan con destruirla. El éxito de la economía al salir
ilesa de todas esas crisis, emergiendo cada vez más fuerte que de la
anterior, es quizás la mayor de las proezas. Cada uno de los logros que
se describen más adelante, y es imposible enumerarlos todos, es
importante de por sí.
No obstante, es al considerarlos en su conjunto, que constituyen bloques
erigidos en los principales alcances económicos del país: el actual poderío
económico de Israel, como lo testimonia su pertenencia al grupo de los
20 países con el más alto ingreso nacional per cápita en el mundo, como
también el retorno de Israel, en la década del 90, al grupo de países con
las más altas tasas de crecimiento económico en el mundo.
Cuatro Desafíos

Dos de los cuatro principales retos que ha debido afrontar la economía


israelí durante la mayor parte de su existencia:
La carga de seguridad y la absorción de inmigrantes, ya han sido
mencionados.
Los otros dos han sido la necesidad de construir una infraestructura física
para la actividad económica y el proveer de servicios de bienestar (salud,
educación y asistencia de diversos tipos) a una población que crecía a un
ritmo más alto que su capacidad de contribuir a su propio bienestar.
Cada uno de estos cuatro desafíos, en sí, es una difícil prueba que habría
exigido una estricta disciplinapor parte de cualquier economía normal
para poder manejarlos con éxito. Sin embargo, la capacidad de atender a
estos cuatro desafíos en forma simultánea limita con lo milagroso y,
efectivamente, al término de la primera década de existencia del país los
economistas se referían con frecuencia al "milagro económico" israelí.
Antes que este "milagro" sea explicado, cada uno de estos desafíos debe
ser analizado.

Seguridad

La carga que implica la seguridad es un factor constante en la economía


israelí. Este peso era comprensible y previsible en los años en que
tuvieron lugar guerras (la Guerra de la Independencia en 1948/49, la
Campaña del Sinaí en 1956, la Guerra de los Seis Días en 1967, la Guerra
de Yom Kipur en 1973 y la Guerra del Líbano en 1982).
Pero incluso en otros años, Israel se vio agobiado por presiones
relacionadas con la seguridad. A veces, tomó la forma de guerras de
atrición, que siguieron a las guerras anteriormente mencionadas. Durante
otros períodos, la principal amenaza eran distintas formas de terrorismo
a lo largo y dentro de las fronteras del país - terrorismo apoyado por los
vecinos de Israel.
Esta situación exigió una constante alerta, la mantención de fuerzas para
garantizar la seguridad a lo largo de las fronteras de Israel y en el frente
interno, y el continuo entrenamiento de las reservas militares, que son la
espina dorsal del ejército en tiempos de guerra.
También requirió que Israel continuamente adquiriera las más modernas
innovaciones tecnológicas para permitir al ejército israelí (que es pequeño
en relación a los ejércitos de los países vecinos, que siempre vieron en
Israel su enemigo) resistir con éxito a quién lo atacara. La mera existencia
de este poderoso aunque pequeño ejército sirvió como un medio de
disuasión, haciendo que los adversarios de Israel abandonaran sus
intenciones de beligerancia. Estas necesidades de seguridad eran
onerosas.
La carga económica que representan las necesidades de seguridad de
Israel está expresada claramente en los términos del porcentaje del PNB
gastado en defensa. Mientras en la mayoría de los países occidentales
este porcentaje oscila entre el 1% y el 3% (y Estados Unidos se consideró
en una "economía de guerra" cuando esta cifra alcanzó el 9% durante la
guerra de Vietnam), en Israel este porcentaje aumentó de un promedio
del 10% durante los primeros diecinueve años de existencia del país al
25% después de la Guerra de los Seis Días, y alcanzó un máximo del 45%
[!] durante la Guerra de Yom Kipur en 1973.
Esta proporción empezó a descender recién después de la firma de los
acuerdos de paz con Egipto (1978) y con Jordania (1994), y después que
ambas fronteras - las dos más largas de Israel - demostraron ser
tranquilas. En a década actual el porcentaje del PNB que se gasta en
defensa ha descendido aún más, del 13,1% en 1990 al 9,5% en 1996,
gracias al rápido crecimiento del PNB.

Absorción de inmigrantes

Hay muchos países en el mundo que han acogido una gran cantidad de
inmigrantes, pero es difícil que exista algún otro país en el mundo que
haya duplicado su población original en un período de tres años (hasta
1951) como resultado de la inmigración.
Los inmigrantes que llegaron a Israel no eran personas jóvenes e
instruidas, con capitales o profesión, el tipo preferido por la mayoría de
los países. En cambio, éstos eran en su mayoría refugiados de los campos
de muerte nazi en Europa (de los cuales gran parte estaba quebrantada
física y espiritualmente) y, posteriormente, inmigrantes de los países en
desarrollo de Asia y Africa.
Hasta 1997 han llegado al país más de 2,6 millones de inmigrantes, la
gran mayoría de ellos durante las primeras dos décadas de existencia de
Israel. Este número es cuatro veces la cantidad de judíos que vivían aquí
antes del establecimiento del estado.
La absorción de esos inmigrantes requirió enormes recursos, desde techo
(carpas en los primeros años, luego barracas, viviendas prefabricadas y
pequeños apartamentos y después más grandes - todo de acuerdo a la
capacidad económica del país en el momento) hasta capacitación
vocacional y creación de empleos. Una gran proporción del gasto público
se asignó a esta tarea.

Infraestructura económica

En países "normales" la infraestructura económica - carreteras, ferrovías,


puertos, aeropuertos, acueductos y alcantarillado, estaciones para la
generación de electricidad y cables para el abastecimiento de energía
eléctrica y sistemas de comunicaciones - fue construida a lo largo del
curso de la historia de la economía nacional, al ritmo del desarrollo de sus
economías.
Sin embargo, después de 400 años de dominio otomano, la Tierra de
Israel era un territorio subdesarrollado. Si bien hubo una significativa
mejoría en esta área durante los 30 años del Mandato Británico, la
infraestructura que heredó el Estado de Israel fue mínima.
Con el fin de crear una economía moderna, capaz de absorber millones
de inmigrantes en un trabajo productivo, sobre todo en la industria, fue
necesario establecer una infraestructura física apropiada, comenzando
casi de la nada.
Además, en ausencia de un capital acumulado - ya fuera privado, de
generaciones anteriores, o importado del exterior -las arcas públicas
debieron financiar el establecimiento de empresas económicas en esta
tierra de inmigrantes refugiados.
Después de todo, incluso entre aquellos que vivían en Israel antes del
establecimiento del Estado, el 80% eran la primera o segunda generación
de familias de inmigrantes. Obviamente, alcanzar esos objetivos exigió
ingentes cantidades de dinero.
Bienestar social

Este rubro demanda grandes recursos públicos en todos los países. Sin
embargo, en el caso de Israel, los recursos necesarios fueron
considerables. No porque las necesidades de los inmigrantes fueran
mayores, sino porque hacia fines de la década del 60 quedó en claro que
sería necesario hacer bastantes esfuerzos para sacar de la pobreza a
algunas de las familias de inmigrantes que llegaron durante los primeros
años del estado.
Debido a la falta de medios disponibles cuando esos inmigrantes llegaron
a Israel, su absorción física y social no siempre fue exitosa. Por eso, la
economía israelí debió asignar recursos para ocuparse de una variedad de
materias, sea en las áreas de vivienda, educación, salud y rehabilitación
social. Nuevamente, esto costó mucho más que lo que el país podía
permitirse desde el punto de vista económico.
La capacidad de responder simultáneamente a los cuatro desafíos
descritos anteriormente constituye un impresionante logro de la economía
israelí, secundado solamente por su principal logro de establecer una
economía fuerte y floreciente.

El milagro económico

Este logro exigió, o al menos así podría parecer, contravenir una ley de la
teoría económica (basada en el principio de la "escasez de recursos") -
permitir el consumo de tan sólo lo que se produce - porque a lo largo de
la existencia de Israel la economía ha hecho uso de más recursos de los
que ha producido, a pesar del rápido crecimiento de su producto nacional.
En términos de contabilidad nacional, esto se ilustra en el hecho de que
el valor de las importaciones de Israel ha sido constantemente mayor que
el de sus exportaciones. Fue sólo gracias a la capacidad de financiar este
déficit (la diferencia anual entre las importaciones y las exportaciones)
que la economía israelí logró dar respuesta a todos los retos
anteriormente mencionados. Cómo lo hizo?
Básicamente, financió este déficit anual por medio de una enorme
asistencia financiera que el país logró reunir alrededor del mundo. El
déficit anual en la balanza de pagos aumentó de U$S 220 millones en
1949 a cerca de U$S 12.900 millones en 1996 (todo en términos
nominales). Cada año, el ministro de Finanzas israelí debía conseguir
recursos para cubrir este déficit. Una pequeña porción de este dinero llegó
en forma de inversiones de extranjeros en empresas en Israel; una
porción aún más pequeña provino de pensiones (jubilaciones) y otros
ingresos del exterior, de particulares en Israel; una cantidad significativa
provino de las campañas organizadas por instituciones judías, y una gran
parte en forma de préstamos de individuos (principalmente en el marco
de Bonos de Israel), bancos y gobiernos.
Más de la mitad de la suma requerida provino de subvenciones de
gobiernos amigos (por sobre todo, Estados Unidos). Con el correr de los
años, este capital importado - para cubrir los déficits anuales en divisas -
alcanzaron más de U$S 120.000 millones (en términos nominales).

Crecimiento del Producto Nacional

El crecimiento - producir más y más - es de gran importancia para


cualquier economía nacional, como, de hecho, lo es para toda persona y
toda familia. Es así porque mientras más se produce, más recursos tienen
el país y los individuos para satisfacer sus diversas necesidades y deseos.
Dado que son personas las que se encuentran detrás de la produccción,
mientras haya más personas activas en la economía privada o nacional,
mayor será el producto.
No obstante, más importante que la cantidad de personas que participan
(el tamaño de la fuerza laboral del país), es el equipo que tienen a su
disposición para llevar a cabo su trabajo. Mientras más sofisticado sea
este equipo, más se podrá producir. Este equipo puede tomar la forma de
herramientas de trabajo, campos, animales, maquinaria o incluso
educación. El denominador común de todos ellos es que se adquieren con
dinero. Así, mientras más dinero tiene un individuo (o una economía),
tendrá más y mejor equipo y así, su producto será mayor.
Aquellos que se referían a lo que ocurría en la economía israelí como un
"milagro económico" no estaban sorprendidos por el hecho de que hubiera
hecho frente con éxito a los desafíos descritos anteriormente, ni por la
capacidad de recaudar recursos en todo el mundo con este fin. La mayoría
de estos economistas ni siquiera era conscientes de ello.
En cambio, lo que los asombraba eran las estadísticas que Israel
registaba: un lorgo sin precedentes de rápido crecimiento del producto
nacional en el período de una generación, con una tesa promedio del 10%
en los años 1948-1973. Han habido economías con una tesa mas alta, así
como han habido economías que han mentenido períodos mas de
crecimeinto. Pero no hubo ningún otro país capaz de mantener esas altas
tesas de crecimiento durante un período tan largo.
Así, ahora podemos apreciar la naturaleza del "milagro": la rara
combinación que tuvo lugar en Israel de un rápido crecimiento de la fuerza
laboral, como resultado de la inmigración masiva y un masivo influjo de
capital que el país logró reunir.
Cada ola inmigratoria, Cuya absorción inicial representó una carga
económica para la economía israelí, se convirtió en una bendición cuando
esos inmigrantes se unieron al círculo de producción - contribuyendo así
a aumentar el producto nacional - en un período relativamente breve,
gracias al capital que pudo ponerse a disposición de este propósito.
El rápido crecimiento que caracterizó los primeros 25 años del país
concluyó con la Guerra de Yom Kipur debido, entre otras cosas, al
descenso en la tasa de crecimiento de la población. El número promedio
anual de inmigrantes a Israel se redujo de alrededor de 42.000 en los
años 1970-1973 a cerca de 12.500 en la década del 80.
La tasa de crecimiento del producto nacional descendió
consecuentemente, cayendo a un promedio del 3,6% en los años
restantes de los 70 y al 3% en la década del 80. Entonces, el colapso del
régimen soviético llevó a la apertura de las puertas de la ex URSS para
los judíos que quisieran emigrar, y ellos llegaron a Israel en una tasa que
recordó los primeros años del estado. Nuevamente, se brindó una prueba
del vínculo israelí entre la inmigración y el crecimiento económico, que se
duplicó a una tasa promedio del 6%, la más alta tasa de crecimiento en
el mundo occidental en la primera mitad de la década del 90.

Exportaciones

El rápido crecimiento del producto nacional permitió a la economía israelí


registrar otro importante logro, un aumento de varios cientos de veces en
las exportaciones de mercaderías y servicios, de U$S 41 millones en 1949
a U$S 31.300 millones en 1996 - alcanzando la más alta tasa de
exportaciones per cápita del mundo industrial. Incluso después de calcular
el efecto de la inflación sobre el dolar estadounidense (una caída de 7.874
veces en los años 1948-1995), sigue habiendo un crecimiento real de 97
veces en las exportaciones de Israel a lo largo de sus años de existencia.
Más aun, es claro que el producto nacional no podría haber crecido tan
rápido como lo hizo si no se hubiera destinado una gran parte del
crecimiento en la producción para la exportación.
La empresa individual se esfuerza por ampliar sus exportaciones con el
fin de expandir los negocios y aumentar sus ganancias. Pero desde el
punto de vista de la economía como un todo, la importancia de aumentar
las exportaciones del país radica en el deseo de obtener una
"independencia" o viabilidad económica - una situación en la que las
divisas recibidas por las exportaciones sean suficientes para pagar por
todas las mercancías y servicios que se importan. En este frente, también,
la economía israelí ha registrado un logro significativo: mientras en 1950
los ingresos por las exportaciones financiaban sólo un 14% de las
importaciones del país, esta cifra aumentó al 51% en 960, 73% en 1980
y 78% en 1990.

Desempleo

Los males del desempleo no se limitan a los efectos económicos y morales


sobre el individuo y su familia. El desempleo también afecta a la economía
en su totalidad. La no participación en la producción representa un total
desperdicio: la economía nunca puede recuperar el producto perdido por
cada día de desempleo.
Es un serio problema que afrontan las naciones industrializadas y un
problema aún mayor en los países en medio de una transición a la
industrialización. Uno casi siempre encuentra una correlación entre las
altas tasas de desempleo y las bajas tasas de crecimiento económico.
Obviamente, las olas inmigratorias trajeron un cierto grado de desempleo
- muy pocos inmigrantes encuentran trabajo inmediatamente después de
llegar a su nuevo país. Por eso, la mayoría de los inmigrantes que llegaron
a Israel tuvieron que pasar períodos de desempleo, algunos más largos,
otros más breves, hasta encontrar trabajo.
La situación de crecimiento relativamente rápido en períodos de
inmigraciones masivas indica que la mayoría de los inmigrantes
permanecieron desempleados sólo durante un breve período. El
crecimiento acelerado en el producto nacional mismo indica un aumento
en el número de personas empleadas.
La absorción comparativamente rápida de decenas de miles de
inmigrantes dentro de la fuerza laboral del país es otro logro de la
economía israelí digno de destacar. La tasa de desempleo en Israel
aumentó del 7% en 1950 al 11,3% en 1953. Este fue el único año en la
historia de Israel en que disminuyó el producto nacional.
Esto no sorprende a la luz del hecho que en ese año la inmigración a Israel
alcanzó su punto más bajo (11.500 personas, menos de la mitad de la
cantidad de inmigrantes en 1952 y menos del 7% de los inmigrantes en
1951). Desde este momento en adelante, la tasa de desempleo disminuyó
constantemente, alcanzando el 3,3% en 1964. En los dos años siguientes
(nuevamente en correlación con un descenso en la inmigración) la tasa
de crecimiento del producto nacional descendió, y el desempleo aumentó
al 10,5% en 1967.
Durante los siguientes 18 años, las tasas de desempleo oscilaron entre el
2,6% y el 6% (un nivel envidiable en relación a la mayoría de los países
occidentales) y del 6% al 11% en la década siguiente, después de 1985.
Las tasas más altas se registraron a comienzos de los años 90, un período
que presenció olas inmigratorias como no se había visto desde los
comienzos de la década del 50.
En este caso, tardó a los inmigrantes (la mayoría de los cuales eran de
los más instruidos y profesionales en la historia de la inmigración a Israel)
un promedio de un año hasta encontrar un empleo adecuado. El apoyo
económico que se otorga a esos inmigrantes hoy en día, por encima de
los beneficios de seguro de desempleo al que tienen derecho, por ley,
todos los ciudadanos desocupados (desde fines de la década del 60) les
permite buscar trabajo estando relativamente no presionados.
En 1996, el nivel de desempleo era 7,1%

Inflación

Al igual que el desempleo, el aumento de precios es un obstáculo para un


desarrollo económico sano, porque la inflación limita la capacidad de
cualquier consumidor, productor, inversor, deudor o gobierno para
planificar medidas económicas para el futuro cercano o lejano. Como en
el caso del desempleo, el logro de la economía israelí radica en su éxito
para la superación de estas dificultades.
Esto se llevó a cabo por medio de la refinación del instrumento de la
ligazón. La economía israelí convirtió este instrumento en un arte, y lo
empleó de una impresionante forma no usada por ningún otro país. En un
comienzo, los salarios de los trabajadores fueron ligados al Indice de
Precios al Consumidor (IPC) para asegurar que la inflación - grande o
pequeña - no afectara su poder adquisitivo.
Posteriormente, los bancos comenzaron a ligar los ahorros de sus clientes
al IPC o a monedas extranjeras (generalmente el dólar estadounidense)
de modo que esos clientes no se vieran tentados a gastar su dinero antes
de que perdiera valor. Por la misma razón, las compañías de seguros
siguieron a los bancos y empezaron a usar la ligazón. Muchas personas
que debían cobrar deudas, generalmente aquellos que venden
mercaderías o servicios en planes de pago, acudieron al sistema de la
ligazón para evitar pérdidas en transacciones en las que el valor de los
pagos futuros descendería al aumentar los precios. La ligazón recibió su
aprobación oficial cuando el gobierno comenzó a ligar sus pagos
contractuales a proveedores así como sus ingresos de diversos impuestos
al IPC. Incluso los grupos de impuestos a los réditos fueron actualizados
de acuerdo con el aumento del IPC.
Así, mientras las grandes y poderosas economías de todo el mundo
luchaban con los estragos causados por una inflación anual del 2% - 7%,
los israelíes manejaban sus negocios casi imperturbablemente a pesar de
las tasas de inflación decenas de veces más altas.
Durante casi cuarenta años, los israelíes estuvieron totalmente protegidos
por el mecanismo de la ligazón, algo que puede ser considerado como un
impresionante logro en sí mismo. Efectivamente, el nivel de vida
(consumo privado per cápita) aumentó en un promedio anual de casi el
4% durante este período.
La economía israelí ha sido testigo de la inflación durante los 50 años de
su existencia. En los primeros años, cuando apremienates problemas
llevaron a los jefes de la economía a descuidar la necesidad de una política
monetaria, la inflación fue alta, alcanzando el 57,7% en 1952.
La "nueva política económica" introducida ese año llevó, entre otras
cosas, a una disminución a la mitad de la tasa de inflación, que alcanzó
el 28,1% en 1953. Desde ese momento en adelante, por un período de
dieciocho años hasta 1970, la inflación se mantuvo en un solo dígito, entre
1,4% en 1959 y 9,4% en 1962. La tasa anual del aumento de precios
pasó a dos dígitos en el período 1971-1979 (aumentando del 12% al
78%) y en los años 80 llegó a tres dígitos, alcanzando su cima de 445%
en 1984, amenazando alcanzar los cuatro dígitos.
Aquí se terminó la fiesta. Pasó a ser evidente que bajo este tipo de
hiperinflación el mecanismo de la ligazón no podía brindar una solución
suficiente. Se pagaba un precio demasiado alto en términos de producto
nacional, en los ajustes diarios requeridos para emplear (e intentos de
mejorar) este mecanismo.
Además, el mecanismo de la ligazón estaba agregando aceite a la hoguera
de la inflación, algo que siempre había sido cierto, pero con un efecto
mínimo cuando las tasas de inflación eran bajas.
En julio de 1985, cuando quedó en claro que no había más alternativa, el
gobierno decidió adoptar una política de estabilización económica,
adoptando medidas extremas, algunas de las cuales son consideradas
"reaccionarias" en la concepción económica. Se emitieron decretos
obligando a un congelamiento total de precios de todas las mercaderías y
servicios en el sistema económico, incluyendo todos los salarios,
presupuestos públicos, tasa de cambio monetario y precios ligados
especificados en diversos acuerdos. Esta política, de hecho, fue una
suspensión temporaria del mecanismo de ligazón.
Efectivamente, en 1986 la tasa de inflación descendió a menos de la mitad
(185%) y en 1987 llegó aproximadamente a la décima parte de esta cifra
(19%). En los diez años que van desde entonces, la inflación anual nunca
ha superado el 20%, y hubo dos años durante este período en los que la
tasa de inflación fue incluso de un solo dígito.
El mecanismo de ligazón fue reinstaurado (con una supervisión monetaria
más estricta por parte del banco central) y las olas de críticas y dudas
manifestadas por muchos economistas en todo el mundo respecto a las
medidas adoptadas en el verano de 1985 se transformaron en aplausos.
La "política de estabilización económica" y la determinación demostrada
en la implementación de dicha política ganaron la admiración como un
logro extraordinario de la economía israelí y hoy en día son estudiadas en
las facultades de economía de todo el mundo, al igual que el mecanismo
de ligazón.

Consumo privado y ahorro

Habría sido razonable asumir que en una economía nacional como la de


Israel, que debió resistir las cargas descritas anteriormente y al mismo
tiempo mantuvo una de las más altas tasas mundiales de crecimiento
económico, no hubo excedentes de recursos para que los individuos los
emplearan en elevar su nivel de vida, es decir, su consumo privado.
De hecho, si la economía israelí sólo hubiera tenido a su disposición los
medios que resultaban de su propio producto, el enorme nivel de consumo
público y los ahorros requeridos para financiar la inversión necesaria para
continuar el crecimiento del producto, éste hubiera sido el caso. Sin
embargo, como se mencionó antes, la economía se benefició con una gran
importación de capital que le permitió registrar sus logros. Esto dejó lo
suficiente para permitir a los hogares privados mejorar su nivel de vida.
Hasta 1970, el consumo privado per cápita aumentó en un promedio
anual del 4,7%, y ha crecido en aproximadamente un 3,2% desde
entonces. Si bien hubo unos pocos años en los que este consumo
descendió, en su mayoría durante el segundo período, han habido más de
40 años en los que el consumo privado per cápita aumentó (en niveles
que oscilan entre el 1% y el 11%), un notable logro.
En este contexto, es no menos digno de mencionar que durante este
período los ciudadanos de Israel demostraron contención y no gastaron
todo su ingreso personal. En cambio, se comportaban en forma
económica, ahorrando una parte significativa de sus ingresos -
contribuyendo así a las posibilidades de inversión del país y permitiendo
que la economía dependiera menos en el capital importado.
La tasa del ahorro privado en Israel es una de las más altas en el mundo.
Durante la primera década del país, la proporción de ingreso privado
disponible colocado en ahorros nunca descendió del 29%. A comienzos de
los años 60, esta proporción descendió al 21%, pero aumentó luego al
38% en 1972. En la siguiente década las tasas de ahorro bajaron al 34%,
luego al 29% en 1985 y al 25% en 1996.

Reducción de la desigualdad económica

Como en todos los países occidentales, en Israel el sistema impositivo


progresivo sirve para reducir la desigualdad en los ingresos de los
particulares en la economía. Esto se logra tomando aproximadamente la
mitad de los ingresos de los individuos más ricos (aquellos que pertenecen
a los décimos superiores en base a los ingresos) y otorgando exención de
impuestos a los réditos a aquellos que se encuentran en los décimos
inferiores de ingresos.
La desigualdad de ingresos es reducida además por medio de un sistema
de transferencia de pagos sociales para complementar los ingresos a
aquellos que lo necesitan, usando una variedad de criterios, por parte del
Instituto de Seguro Nacional y otras fuentes.
Además de esta política de reducción de la desigualdad absteniéndose de
recaudar impuestos de las personas con bajos ingresos y
proporcionándoles asistencia financiera, el gobierno también actua para
reducir la desigualdad brindando directamente servicios como educación,
cultura y salud que, si bien benefician a toda la población, son de mayor
beneficio para las personas de bajos ingresos.
La suma gastada en estos servicios sociales, tanto en términos absolutos
como en forma proporcional del total del gasto público, ha aumentado en
los últimos años, especialmente en las últimas dos décadas, en las que el
presupuesto de defensa, como porcentaje del producto nacional, comenzó
a descender.
Sin embargo, el valor real del presupuesto para estos servicios no sólo se
ha más que duplicado en el curso de la última década - aumentando su
peso en el ingreso disponible promedio de cada hogar del 17% al 23% -
mas la contribución de estos servicios para la reducción de la desigualdad
ha aumentado, especialmente con la reciente introducción del seguro
nacional de salud en Israel.
Así, mientras el ingreso económico del décimo inferior alcanza sólo el 8%
del ingreso del décimo más alto, (una leve mejoría en comparación al
6,6% hace 40 años atrás), los pagos que ellos reciben y el hecho de que
sus impuestos a los réditos y sus pagos al seguro nacional representan
menos del 2% de los del décimo superior, elevan su ingreso disponible a
un 19% del ingreso disponible del décimo superior.
Cuando uno toma en cuenta además los servicios que proporciona
directamente el gobierno, la desigualdad se reduce aún más, elevando el
ingreso real del décimo inferior (más desde el punto de vista financiero
que el valor de los servicios proporcionados) al 27% del décimo superior.
Esto es 3,4 veces más que antes de la intervención gubernamental.

Industria

De todas las ramas de la economía israelí, la industria es la que más ha


crecido: su tasa de crecimiento es mayor que la del producto nacional
total; las exportaciones industriales han aumentado más que el total de
las exportaciones; el número de personas empleadas en la industria ha
aumentado más que en cualquier otra rama de la economía. Más aún, el
desarrollo futuro de la economía israelí depende del crecimiento del sector
industrial.
En el último tiempo, este sector ha ccontribuido aproximadamente al 65%
del total de las exportaciones de mercaderías y servicios, ha recibido
aproximadamente el 25% del total de inversiones en la economía, ha
producido el 23% del total del producto nacional y ha empleado a cerca
del 22% del total de trabajadores del país.
Estos logros en la industria manufacturera se destacan, no sólo si se
considera el hecho de que su producto disminuyó en los tres primeros
años del estado (cuando la atención pública y la económica se centraban
en la absorción física de los nuevos inmigrantes), sino también a la luz
del descuido "ideológico" de la industria en las primeras décadas de
renovado asentamiento judío en la Tierra de Israel por parte de los
políticos sionistas.
Estos líderes otorgaron la primera prioridad a los asentamientos agrícolas
y les brindaron todo el apoyo financiero que podían proporcionar. En
aquellos años la industria se consideraba, en el mejor de los casos,
esencial para servir a la agricultura. El status de la industria sólo mejoró
durante la Segunda Guerra Mundial, cuando hizo un significativo aporte
al esfuerzo bélico de los Aliados.
Entre 1950 y 1996, las exportaciones industriales aumentaron de U$S 13
millones a U$S 17.100 millones, un incremento de 167 veces (en términos
reales). La cantidad de personas empleadas en la industria aumentó
cuatro veces, de 95.000 a 388.000.
En el período 1952-1973, la producción industrial total aumentó en
promedio de 12% anual, y entre 1974 y 1996 en un promedio del 4%
anual.
El crecimiento del sector de alta tecnología en la industria es aún más
notable: hace treinta años atrás era el 37% del producto industrial, en
comparación al 56% hace una década, y al 66% an la actualidad. En 1970
las exportaciones de alta tecnología alcanzaban U$S 540 millones, o el
20% del total de las exportaciones industriales, mientras en 1996 eran
20 veces más - superando los U$S 10.000 millones, o el 60% del total de
las exportaciones industriales.
Gran parte de rápido crecimiento de este sector puede ser atribuido al
influjo de personal altamente calificado que llegó a Israel durante la
década del 90 con la inmigración masiva. Asimismo, la industria de alta
tecnología en Idrael goza de generosas asignaciones del presupuesto
público para Investigación y Desarrollo, y de altas tasas de reembolso en
las inversiones. No es de sorprender que las bolsas de valores del mundo
demuestren interés en las acciones de alta tecnología israelí que se
cotizan allí.

Agricultura

Dado que el asentamiento agrícola era el centro de la concepción del


movimiento sionista, esta rama de la economía recibió una significativa
asistencia pública en las dos o tres generaciones previas al
establecimiento del estado (e incluso más después). Esto llevó a que se
convirtiera en extremadamente sofisticada, especialmente en los últimos
treinta años.
No obstante, el peso de esta actividad económica en el producto nacional,
en las exportaciones y en el empleo ha descendido con el correr de los
años, parcialmente debido al hecho de que grandes inversiones realizadas
en la agricultura llevaron a procesos de producción muy eficientes. Hoy
en día, el 4% de la fuerza laboral en Israel (un tercio en proporción a
1950) es suficiente para responder a todas las necesidades alimentarias
del país (excepto granos) y aún exporta más de U$S 600 millones en
productos agrícolas al año.
El principal logro de la agricultura israelí radica en el hecho de que es uno
de los más avanzados sistemas agrarios del mundo, tanto en términos de
eficiencia como en términos de sofisticación. Además del variado producto
agrícola, el país exporta avanzado conocimiento y maquinaria agrícola
(fruto del desarrollo científico israelí).

Turismo

Otro logro es el número anual de turistas que llegan a Israel - que


recientemente superó la marca de los 2,5 millones: 76 veces más que los
33.000 turistas que visitaron el país en 1950. El valor de la exportación
de servicios turísticos (es decir, el ingreso en divisas) supera actualmente
los U$S 2.800 millones.
Israel ha invertido considerablemente en una infraestructura que permita
a los turistas gozar de la diversidad geográfica del país, sus sitios
arqueológicos y religiosos, su sol casi ilimitado y las modernas
instalaciones balnearias en las playas del Mediterráneo, el Mar Muerto y
el Mar Rojo. El potencial de todo esto es mucho mayor y el rápido
crecimiento en el número de turistas depende ahora, por sobre todo, de
la paz en la región.

Conclusión

Naturalmente, es imposible enumerar todas las áreas en las que se pueda


señalar destacables logros económicos de Israel. Muchas de ellas incluso
no pueden ser medidas cuantitativamente. Un ejemplo de ello es que el
hebreo, y no el francés, el español o el japonés, sea el segundo idioma,
después del inglés, que se escucha en las ferias internacionales de la
industria de alta tecnología, indicando el papel que juega Israel en este
campo.
Además, Israel ha logrado superar las pérdidas causadas por los tres
niveles del boicot económico árabe. Este no sólo prohibió a firmas de los
países árabes comerciar con Israel, sino que colocó también en la lista
negra a todas las firmas del mundo que lo hacían (impidiéndoles negociar
con ningún país árabe) y poniendo también en la lista negra a cualquier
empresa que negociara con las firmas antes mencionadas.
La cantidad de negocios perdidos por Israel como resultado del boicot
secundario y terciario es inmensurable. No obstante, esto fue limitado por
leyes anti-boicot aprobadas por presión israelí en la mayoría de los países
occidentales, y por la comprensión de muchas firmas mundiales, de que
el pequeño mercado israelí era más grande, para muchos productos
industriales, que todos los países árabes juntos.
En resumen, los principales logros económicos de Israel que
pueden ser medidos son:
 Haberse convertido en uno de los líderes mundiales en la tasa de
crecimiento económico - con un promedio del 5% anual en los años
90.
 Integrar la lista de los 20 países con mayor ingreso per cápita en el
mundo.
 Obtener la más alta tasa de exportaciones per cápita del mundo.
 Superar todos los efectos de la inflación creando un sofisticado
mecanismo de "ligazón" (de precios) y lograr una política de
estabilización al afrontar la hiperinflación.
 Mantener, en la mayoría de los años, casi total empleo, absorciendo
2,6 millones de inmigrantes, cuatro veces la población del país al
establecerse el estado.
 Convertir la industria manufacturera, especialmente el sector de la alta
tecnología, en el principal factor de la economía israelí, con una tasa
de crecimiento superior al producto nacional total.
 Desarrollar la más avanzada agricultura del mundo en términos, por
ejemplo, de producción por hectárea, empleando sofisticados sistemas
de irrigación y la aplicación de una innovadora investigación y
tecnología en la agricultura.

Al acercarse la economía israelí a las puertas del siglo XXI, espera


continuar prosperando y ser socio activo en la economía mundial.

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