Sdadaa
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Una persona que, entre 1979 y 1990, se había desempeñado como juez penal en la ex
República Democrática Alemana (RDA) sufrió la revocación de su licencia para ejercer como
abogado con fundamento en la violación de los principios de humanidad y de legalidad, causal
prevista en la Ley para el Control de la Designación de Abogados, Escribanos y Jueces de 1993
(RNPG), aprobada luego de la reunificación alemana. Entre los antecedentes que justificaron
esta medida, se encontraban los siguientes hechos: haber sentenciado a varios ciudadanos de la
ex RDA a más de un año de prisión por el solo hecho de haber solicitado autorización para
trasladarse a Berlín Occidental, estar procesado por obstruir la justicia, y haber sido condenado
a prisión, en dos casos, por sus antiguas actividades.
La apelación interpuesta por el juez contra dicha medida, con base en que su
comportamiento no encuadraba en las disposiciones de la RNPG, fue rechazada. Frente a esto,
presentó un recurso ante la Corte Constitutional Federal de Alemania, denunciando la violación
del derecho a ejercer su profesión, garantizado por el art. 12.1 de la Constitución Federal, al no
haberse tomado en consideración las circunstancias en que la justicia funcionaba en la ex RDA.
La Sala Primera de la Cámara Primera de la Corte Constitucional Federal confirmó la
revocación, y remitió a la decisión que había adoptado el 9 de agosto de 1995 (BVerfGE 93,
213 ff), según la cual el parágrafo 1 de la RNPG no era en modo alguno inconstitucional.
Un sondeo de opinión por el que se pregunta a las personas lo que éstas piensan de una
determinada personalidad (personnalité), no contiene informaciones que se relacionen con ésta
en el sentido del art. 4 de la ley del 6 de enero de 1978. Dicho sondeo, no tiene otro objeto que
el de obtener, mediante un método de muestreo (échantillonnage), el estado, en un momento
dado, de la opinión de la población, en el sentido estadístico de este término, sobre la
personalidad que es objeto del sondeo. En tales condiciones, no resulta de los términos de la
mencionada ley (arts. 4 y 34), ni de ninguna otra disposición, que los resultados obtenidos a
partir del escrutinio de las respuestas, constituirían informaciones nominativas concernientes a
la personalidad en juego, por lo que ésta no resulta titular del derecho de acceso a la
información (art. 34 cit.), ni de los derechos de comunicación, de rectificación y de destrucción,
que derivan de dicho precepto; tampoco puede peticionar que se le haga saber quién ha
requerido el sondeo al instituto que lo realizó.
CONSEJO DE ESTADO DE FRANCIA, sentencia del 9-7-1997, Chambre syndicale Syntec Conseil,
en Revue française de droit administratif, Sirey, París, nro. 6, nov.-dic. 1997, p. 1267, con nota de
FRAYSSINET, Jean, ALa loi relative à l'informatique, aux fichiers et aux libertés ne s'applique pas aux
résultats des sondages d'opinion@, pp. 1265/1267.
1
ACCION DE AMPARO. SUBSISTENCIA DE LOS EFECTOS DEL ACTO IMPUGNADO (MÉXICO).
El juicio de amparo es improcedente cuando han cesado los efectos del acto reclamado,
sólo si éste ha quedado insubsistente y las cosas han vuelto al estado que tenían antes de la
violación constitucional, como si se hubiera otorgado el amparo, de tal manera que el acto ya
no agravia al quejoso y disfruta del beneficio que le fue afectado por el acto de autoridad.
ACOSO SEXUAL. ACOSO POR PERSONAS DEL MISMO SEXO. DERECHO A LA IGUALDAD.
DISCRIMINACIÓN SEXUAL (EE.UU.).
1. Antecedentes del caso: el Sr. Oncale promovió una acción contra su empleador,
Sundowner Offshore Services Inc., en la que alegaba que el acoso sexual que sus compañeros
de trabajo, también demandados, le infligían en el lugar de trabajo constituía un supuesto de
Adiscriminación... en razón del sexo@, prohibido por el Título VII de la Ley de Derechos Civiles
de 1964 [42 US.C. Sec. 2000e-2(a)(1)]. Fundándose en un precedente de la Cámara de apela-
ciones de la que depende, el Tribunal de distrito declaró que el Título VII no legitimaba a
Oncale -que es una persona de sexo masculino- a accionar por acoso sexual proveniente de sus
compañeros de trabajo de sexo masculino. La Cámara de apelaciones confirmó dicha sentencia.
Oncale, entonces, interpuso un writ of certiorari ante la Suprema Corte.
2. Sentencia: la discriminación sexual mediante acoso sexual por personas del mismo
sexo legitima a accionar en términos del Título VII. Dicha norma prohíbe discriminar Aen
razón... del sexo@ y protege tanto a los hombres como a las mujeres -Newport News
Shipbuilding & Dry Dock Co v. EEOC (462 US 669, 682 -1983-)- y, en el escenario afín de la
discriminación racial en el lugar de trabajo, esta Corte ha rechazado toda presunción
concluyente de que un empleador no va a discriminar a los miembros de su propia raza. V.
Castaneda v. Partida (430 US 482, 499 -1977-). Ni en el texto del Título VII ni en los
precedentes de esta Corte existen fundamentos de una regla categórica que impida denunciar un
acto de discriminación Aen razón... del sexo@ por la sola circunstancia de que actor y
demandado (o la persona acusada de actuar en nombre del demandado) sean del mismo sexo.
La atribución de responsabilidad por acoso sexual a personas del mismo sexo no transforma al
Título VII en un código general de cortesía en los lugares de trabajo norteamericanos por las
siguientes razones: dicho Título se aplica a la discriminación en razón del sexo y no a la
conducta simplemente teñida de connotaciones sexuales ofensivas; la ley no hace referencia a
las diferencias genuinas pero inocuas en la forma en que los hombres y mujeres interactúan con
los miembros de su mismo o distinto sexo; y porque la gravedad objetiva del acoso debe
evaluarse desde la perspectiva de una persona razonable que se encuentra en la posición del
accionante, considerando todas las circunstancias del caso.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 4-3-1998, Joseph Oncales v.
Sundowner Offshore Services Inc. et al., enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de
Cornell, y publicada en 66 LW 4172.
2
ACTO ADMINISTRATIVO. DISCRECIONALIDAD. LEGALIDAD. RAZONABILIDAD.
ARBITRARIEDAD. FORMA. CAUSA. FINALIDAD. CONTROL JUDICIAL. FISCALIA NACIONAL DE
INVESTIGACIONES ADMINISTRATIVAS. FISCALES ADJUNTOS. ESTABILIDAD (ARGENTINA).
1. Antecedentes del caso: los cuatro actores, fiscales adjuntos de la Fiscalía Nacional de
Investigaciones Administrativas, decidieron verificar la situación en que se hallaba el hijo del
Fiscal General, que cumplía funciones en dicha Fiscalía. Ello dio lugar a que el Fiscal General
solicitase la instrucción de un sumario administrativo y la suspensión de los fiscales adjuntos.
El sumario concluyó en que los hechos imputados a los fiscales adjuntos no constituían
irregularidad alguna que pudiera dar lugar a sanción disciplinaria y, en consecuencia, el
Ministro de Educación y Justicia resolvió eximirlos de responsabilidad. Empero, el mismo día
en que se dictó esta última resolución, el Poder Ejecutivo, con el refrendo de dicho Ministro,
dispuso la cesantía de los fiscales adjuntos dada la Asituación de conflicto@ que se había
suscitado en el ámbito de la Fiscalía. Los sancionados, entonces, iniciaron acciones judiciales,
fundadas en la nulidad del decreto de cesantía, tendientes a obtener su reincorporación, el
cómputo a los efectos jubilatorios del período de tramitación del juicio y una indemnización
por daño moral. La demanda fue acogida en primera y segunda instancia, lo cual dio lugar a
que el Estado interpusiese un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
2. Sentencia:
2.1. El control judicial de los actos administrativos tradicionalmente llamados
discrecionales o de pura administración, se ejerce, por un lado, sobre los elementos reglados del
acto -entre los que se encuentran, especialmente, la competencia, la forma, la causa y la
finalidad del acto- y, por el otro, sobre la razonabilidad del acto que debe acompañar a toda
decisión de las autoridades públicas.
La circunstancia de que la administración obre en ejercicio de facultades discrecionales
en manera alguna constituye un justificativo de su conducta arbitraria como tampoco de la
omisión de los recaudos que para el dictado de todo acto administrativo exige la Ley de
Procedimientos Administrativos. Es precisamente la legitimidad -constituida por la legalidad y
la razonabilidad- con que se ejercen tales facultades, el principio que otorga validez a los actos
de los órganos del Estado y que permite a los jueces, ante planteos concretos de parte
interesada, verificar el cumplimiento de dichas exigencias, sin que ello implique la violación
del principio de división de poderes que consagra la Constitución Nacional.
2.2. En tal sentido, cabe advertir: a) que la remoción de los fiscales adjuntos está
supeditada, por la ley aplicable al caso, a la comprobación de su Amala conducta@; b) que el
decreto de cesantía no invocó hecho concreto alguno para atribuir Amala conducta@ a los fiscales
adjuntos, ni contuvo imputaciones diferentes de las apreciadas en el sumario administrativo; y
c) que la Asituación de conflicto@ mencionada en el decreto no puede ser vinculada sino a los
hechos que originaron el sumario que concluyó en la inexistencia de irregularidad alguna.
Por ello, la Corte Suprema concluyó en que el decreto cuestionado era descalificable por
vicio grave en la causa (tres de los ocho jueces que dictaron la sentencia formularon, cada uno
de ellos, un voto concurrente).
3
ADMINISTRACION PUBLICA. INACTIVIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN. AFALTA DEL
SERVICIO@. SILENCIO DE LA ADMINISTRACIÓN. DENEGACIÓN TÁCITA. DIFERENCIAS
(URUGUAY).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DEL URUGUAY, sentencia del 5-5-1997, n° 150, autos
Almeida López, Rony Jorge y otro c/ Estado-Ministerio de Defensa Nacional - Daños y perjuicios -
Casación.
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2. Sentencia:
2.1. La Enmienda IV no somete a los policías a un estándar más riguroso cuando se
destruyen bienes durante un allanamiento sin anunciarse (no-knock entry). De los casos Wilson
v. Arkansas (514 US 927, 934, 936 -1995-) y Richards v. Wiscosin (520 US -1997-, dictado
antes de que la Cámara de apelaciones pronunciara la decisión que ahora revisamos) resulta con
claridad que la legalidad de ese tipo de allanamientos no depende de la producción de daños en
el curso del procedimiento. Según Richards, un allanamiento sin anunciarse está justificado
cuando la policía tiene una Asospecha razonable@ de que golpear la puerta y anunciar su
presencia antes de ingresar Asería peligroso o inútil, o ... inhibiría la investigación efectiva del
crimen@. La determinación de si existe esa sospecha razonable no depende de que la policía
tenga que destruir bienes para ingresar al inmueble. Esto no significa que la Enmienda IV no
haga referencia a la forma de ejecutar una orden judicial. El cumplimiento de esa orden se rige
por el criterio general de la razonabilidad que se aplica a todo análisis en términos de la
Enmienda IV. Ver Pennsylvania v. Mimms (434 US 106, 108/109 -1997-). La destrucción
excesiva o innecesaria de bienes durante un allanamiento puede violar la Enmienda, aun
cuando el ingreso al inmueble sea lícito y admisible la prueba obtenida en la diligencia. La
aplicación de estos principios a las circunstancias de este caso demuestra que no se ha violado
la Enmienda mencionada. La policía ciertamente tenía una Asospecha razonable@ de que golpear
la puerta y anunciar su presencia sería peligroso para ella y para otras personas: un informante
confiable le había dicho que Alan Shelby podría estar en la casa de Ramírez, un oficial había
confirmado esta posibilidad, Shelby tenía un pasado violento y la posibilidad de acceder a una
gran provisión de armas y había prometido solemnemente que Ano cumpliría una condena
federal@. Además, la forma en que se ingresó al inmueble fue claramente razonable puesto que
la policía sólo rompió una ventana del garage para desalentar a Shelby, o a cualquier otra
persona, a correr hacia las armas que según el informante estaban allí.
2.2. Los policías que cumplieron la orden judicial no violaron la Sección 3109 del Título
18 del Código de los Estados Unidos, según la cual Ael funcionario puede forzar cualquier...
ventana... para cumplir una orden de allanamiento, si, después de anunciar su autoridad y el
propósito que persigue, no se le permite ingresar...@. En sentido contrario a lo que sostiene
Ramírez, dicha ley no especifica las únicas circunstancias en las cuales el funcionario que
cumple con una orden judicial puede dañar bienes. La Sec. 3109 no contiene ninguna
prohibición sino simplemente una autorización a los funcionarios a dañar bienes en ciertas
circunstancias. Aun aceptando in arguendo que implícitamente prohíbe algo de lo que no
permite expresamente, esto no ayudaría a la pretensión de Ramírez. Tanto en Miller v. United
States (357 US 301, 313 -1958-) como en Sabbath v. United States (391 US 585, 591 nota 8 -
1968-), esta Corte reiteró que la exigencia de dar una advertencia previa, prevista en la Sección
3109, codifica una tradición del common law. La Corte ahora deja en claro que dicha Sección
también codifica las excepciones a la exigencia del common law de dar una advertencia previa
antes de ingresar al inmueble. Dado que esto es lo que aquí sucede, y como el common law
informa la Enmienda IV, Wilson y Richards sirven de indicadores para interpretar la ley. En
Wilson, la Corte llegó a la conclusión de que el principio de anunciarse del common law es un
elemento del análisis de la razonabilidad en términos de la Enmienda IV, pero destacó que el
principio nunca fue formulado como una regla inflexible que exige el anuncio en todas las cir-
cunstancias (514 US, p. 934). En Richards, la Corte enunció el test usado para determinar si
existen circunstancias críticas que justifican un allanamiento sin anunciarse (520 US, p. ). Por
lo tanto, la Sección 3109 incluye una excepción de circunstancias críticas, cuya aplicabilidad a
un supuesto determinado se evalúa de acuerdo al mismo estándar formulado en Richards. En
este caso la policía satisfizo dicho estándar.
5
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 4-3-1998, United States v. Hernán
Ramírez, enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de Cornell, y publicada en 66 LW
4169.
2. Está legalmente justificada la decisión de una Cámara de apelaciones que, para anular
una decisión de exclusión tomada por la asamblea general de una asociación, se sustenta en que
la lectura del acta de dicha asamblea es demostrativa de que la exclusión ha sido pronunciada
en violación del derecho de defensa.
CORTE DE CASACION DE FRANCIA (Sala 1a. civil), sentencias del 3-12-1996, Gauchard c/
Association de centres distributeurs Édouard Leclerc (1) y del 22-4-1997 Association Le Groupe des
pêcheurs et plaisanciers c/ Rolando (2), en Revue des sociétés, Dalloz, París, n° 3, julio-septiembre
1997, p. 550, con nota de GUYON, Ives, pp. 552/554.
El art. 192 del decreto del 27 de noviembre de 1991 que establece como principio que
Alos debates ante el Consejo de la Orden (de abogados) no son públicos@ pero que, sin embargo,
6
Ael Consejo de la Orden puede decidir la publicidad de los debates si el abogado enjuiciado lo
solicita expresamente@ establece un principio que contraría, de manera manifiesta, al
proclamado por el art. 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos que, como todo
tratado internacional firmado por Francia, prima, evidentemente, sobre un simple decreto.
Al reglamentar el procedimiento disciplinario reservado a los abogados, el legislador
francés ha tendido, sin ninguna duda, a formular el principio de puertas cerradas para evitar los
riesgos de desborde exterior y salvaguardar la confidencialidad que debe acompañar a los
litigios tratados por los abogados, en el interés de éstos y de sus clientes. Sin embargo, las
disposiciones del art. 192 cit. deben ser analizadas, prioritariamente, con vistas a los intereses
de la justicia y, en primer lugar, respecto de los derechos de la defensa.
El abogado acusado disciplinariamente puede, de manera legítima, considerar, según el
caso, que los elementos de su causa serán mejor juzgados a puertas cerradas o, en caso
contrario, en debates públicos.
1. Antecedentes del caso: la Ley de Ciudadanía canadiense disponía que las personas
nacidas en el extranjero antes del 15 de febrero de 1977, de padre canadiense, podían solicitar y
acceder automáticamente a dicha ciudadanía. En cambio, los hijos de madres canadienses
nacidos en idénticas condiciones no tenían acceso automático a este derecho sino que debían
someterse a un control de seguridad y prestar juramento de lealtad a Canadá. El apelante nació
en 1962 en los Estados Unidos, de madre canadiense y padre norteamericano; en 1988, solicitó
la ciudadanía canadiense, pero el control de seguridad al que fue sometido reveló que había
sido acusado de varios delitos y su pedido fue rechazado. Ante ello, presentó un recurso
solicitando que se revocara la decisión administrativa y que se le permitiera adquirir la
ciudadanía sin prestar juramento ni ser sometido al control de seguridad. La Cámara Federal de
Apelaciones desestimó el recurso y no concedió la apelación interpuesta contra esta última
decisión, lo que originó un recurso ante la Suprema Corte.
7
todo el espectro de la discriminación. Esta es precisamente la interpretación teleológica
ordenada por las decisiones anteriores de esta Corte.
Estos fundamentos no dan lugar a una doctrina general de discriminación por asociación.
El vínculo entre hijo y progenitor es de una naturaleza particularmente singular e íntima. Un
hijo no puede elegir quiénes son sus padres. Dejamos para otra oportunidad la decisión de si
este análisis debe extenderse a las situaciones en que la asociación es voluntaria y no
involuntaria, y en que la cualidad del progenitor que diferencia el tratamiento no es una causal
enumerada ni análoga a éstas.
Esta diferencia entre el tratamiento acordado a los niños nacidos en el extranjero de
madres y padres canadienses puede ser producto de ciertos antiguos incidentes legislativos y no
de un concepto estereotipadamente discriminatorio. La motivación que subyace en la decisión
legislativa de mantener una negativa que viola la igualdad ante la ley no hace menos
discriminatoria a la continua negativa. Esta norma sigue sugiriendo que, al menos en algunos
casos, los hombres y las mujeres no son igualmente idóneos para transmitir las cualidades que
puedan considerarse necesarias para ser un buen ciudadano canadiense.
La legislación impugnada no logra sobrevivir merced a la aplicación de la sección 1 de la
Declaración. La necesidad de asegurarse que los potenciales ciudadanos estén comprometidos
con Canadá y no generan riesgos para el país constituye un objetivo apremiante e importante
que las disposiciones impugnadas no promueven en forma satisfactoria. Dichas normas no
están racionalmente vinculadas a sus objetivos. No hay que preguntarse si es razonable exigir
que los potenciales ciudadanos presten un juramento y se sometan al control de los organismos
de seguridad antes de que se les conceda la ciudadanía, sino si es razonable imponer estas
exigencias sólo a los niños nacidos en el exterior de madres canadienses y no a los de padres
canadienses. Resulta claro que no existe una conexión intrínseca entre esta distinción y los
objetivos legislativos que se busca satisfacer.
Es probable que la legislación impugnada tampoco lograría satisfacer el test de la
proporcionalidad.
Se declara que la ley impugnada carece de fuerza o efecto.
Nota de la Secretaría: v., en relación al presente tema, pero en lo específicamente aplicable a los hijos
nacidos fuera del matrimonio, la sentencia de la Suprema Corte de los Estados Unidos, Miller v.
Albright, Secretary of State, del 22-4-98, en 66 LW 4266.
8
de que se trata de un informe definitivo, modificarlos sustancialmente y emitir un tercer
informe?, y
b) en el caso de que la Comisión no esté facultada para cambiar su informe definitivo,
)cuál de los informes deberá ser considerado como válido para el Estado?.
1.2. Por escrito del 25 de marzo de 1997, el Estado de Chile informó a la Corte su
decisión de retirar la solicitud de opinión consultiva planteada.
El 31 de marzo de 1997, la Comisión informó estar de acuerdo con dicho retiro, y
solicitó a la Corte que diera por terminado el procedimiento y archivara en forma definitiva lo
actuado. En sus observaciones posteriores, consideró que con el mencionado retiro habría
cesado la competencia de la Corte en emitir la opinión consultiva.
Asimismo, consideró inadmisible la solicitud por configurar un caso contencioso
encubierto.
El 14 de abril de 1997, la Corte resolvió, entre otras cuestiones, continuar la tramitación
del asunto, en el ejercicio de su función consultiva.
2. Sentencia:
2.1. Competencia de la Corte
La competencia consultiva de la Corte difiere de su competencia contenciosa en que no
existen "partes" involucradas ni un litigio a resolver.
El único propósito de la función consultiva de la Corte es la interpretación de la
Convención o de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los
Estados americanos.
Consecuentemente, la Corte adviene que el ejercicio de la función consultiva que le
confiere la Convención es de carácter multilateral y no litigioso. Además, aun cuando la
opinión consultiva no tiene el carácter vinculante de una sentencia en un caso contencioso,
tiene en cambio efectos jurídicos innegables. De esta manera, es evidente que el Estado u
órgano que solicita a la Corte una opinión consultiva no es el único titular de un interés
legítimo en el resultado del procedimiento.
Por todo ello, se reitera que el Estado que solicita una opinión consultiva no es el único
interesado en ésta y, si bien puede desistir, su desistimiento no es vinculante para la Corte, la
cual puede continuar con la tramitación del asunto.
Luego, la Corte tiene competencia para emitir la presente opinión consultiva.
2.2. Admisibilidad
Al resolver sobre la admisibilidad de la consulta, la Corte tiene presentes las reglas de
interpretación que ha aplicado en otras oportunidades en concordancia con las normas
pertinentes de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados. El objeto y fin de la
Convención es la protección de los derechos humanos, por lo que la Corte siempre que requiera
interpretarla debe hacerlo en el sentido que el régimen de protección de los derechos humanos
adquiera todo su efecto útil.
La Corte no está facultada para entrar al examen de un caso en trámite ante la Comisión
y en la presente solicitud con mayor razón el asunto a que se hace referencia no podría ser
objeto de conocimiento de la Corte por tratarse de una causa concluida al haberse incluso
publicado el informe del art. 51 de la Convención. Por lo tanto, como el caso que pudiera haber
originado esta solicitud de opinión consultiva ha quedado resuelto, cualquier determinación que
la Corte hiciera respecto de las preguntas que le fueron formuladas no afectará los derechos de
las partes involucradas.
Esta conclusión coincide plenamente con la jurisprudencia internacional al respecto, la
cual ha rechazado reiteradamente toda petición de abstenerse de ejercer una competencia
consultiva en situaciones en que se alegue que, por existir una controversia sobre el punto, lo
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que se está pidiendo a la Corte es que falle sobre un caso contencioso encubierto.
En concordancia con estos criterios, la Corte no encuentra razón alguna para rechazar
esta solicitud de opinión consultiva, pues tiene la convicción de que su pronunciamiento en el
asunto proporcionará orientación tanto a la Comisión como a las partes que comparezcan ante
ésta, respecto de importantes aspectos procedimentales de la Convención, sin que se afecte el
equilibrio que debe existir entre la seguridad jurídica y la protección de los derechos humanos.
2.3. Fondo
2.3.1. Como se desprende de una lectura integral del contexto de la Opinión Consultiva
OC-13/93, respecto de los informes mencionados en los arts. 50 y 51 de la Convención, las
expresiones "preliminar" y "definitivo" son términos puramente descriptivos que no establecen
categorías jurídicas de informes, las cuales no están previstas en la Convención.
La Convención establece dos etapas diversas en el proceso a través del cual la Comisión
puede tomar una decisión respecto de la publicación del informe al que se refiere el art. 51:
Primera Etapa: si el asunto no ha sido solucionado o sometido a la decisión de la Corte,
la Convención otorga a la Comisión un poder discrecional para emitir "su opinión y
conclusiones" y "recomendaciones" pertinentes, y fijar un plazo para que éstas sean cumplidas.
Segunda etapa: si la Comisión decide utilizar este poder discrecional, la Convención
requiere que al final del "plazo fijado" la Comisión decida: a) si el Estado ha tomado las
medidas adecuadas o no, y b) si publica o no su informe, es decir, su "opinión y conclusiones"
y sus "recomendaciones".
En consecuencia, la Corte debe referirse a la cuestión de si la Convención prevé o
permite, ya sea en forma explícita o implícita, o si, por el contrario, prohíbe categóricamente
cambios en este informe.
2.3.2. Esta Corte considera que una interpretación que otorgue a la Comisión el derecho
de modificar su informe por cualquier causa y en cualquier momento, dejaría al Estado
interesado en una situación de inseguridad respecto a las recomendaciones y conclusiones
contenidas en el informe emitido por la Comisión en cumplimiento del art. 51 de la
Convención.
2.3.3. Por otra parte, la Corte no puede desconocer que hay supuestos excepcionales que
harían admisible que la Comisión procediera a modificar el citado informe. Uno de ellos
sería el cumplimiento parcial o total de las recomendaciones y conclusiones contenidas en ese
informe. Otro sería la existencia, en el informe, de errores materiales sobre los hechos del caso.
Finalmente, otra hipótesis sería el descubrimiento de hechos que no fueron conocidos en el
momento de emitirse el informe y que tuvieran una influencia decisiva en su contenido. Eso
implica que no se puede reabrir el debate sobre los mismos hechos anteriores ni sobre las
consideraciones de derecho (párrafo 54).
2.3.4. En cualquiera de los supuestos, la modificación sólo podrá ser solicitada por los
peticionarios o el Estado. Esta solicitud de modificación sólo podrá promoverse antes de la
publicación del propio informe dentro de un plazo razonable contado a partir de su notificación.
A dichas partes se les otorgará la oportunidad de debatir sobre los hechos o errores que
motivaran su petición de acuerdo al principio de equidad procesal (párrafo 55).
2.3.5. En materia contenciosa, la Corte ha admitido, en casos excepcionales, el recurso
de revisión contra sentencias firmes que ponen fin al proceso con el propósito de evitar que la
cosa juzgada mantenga una situación de evidente injusticia debido al descubrimiento de un
hecho que, de haberse conocido al momento de dictarse sentencia, hubiese modificado su
resultado, o que demostraría la existencia de un vicio sustancial en la sentencia (caso Genie
Lacayo, 13-9-1997) (párrafo 56).
Con mayor razón se puede plantear la modificación de resoluciones de órganos como la
Comisión Interamericana en el entendimiento de que sólo procede con carácter restrictivo a
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partir de causales excepcionales (párrafo 57).
2.3.5. Ninguna de las hipótesis señaladas en que excepcionalmente se podría modificar
el segundo informe implica que la Comisión esté facultada para emitir un tercer informe que no
está contemplado en la Convención (párrafo 58).
2.3.6. Por las razones expuestas, la Corte, por unanimidad, decide que tiene competencia
para emitir la presente opinión consultiva y que la solicitud del Estado de Chile es admisible.
Asimismo, es de opinión, por seis votos contra uno, que la Comisión, en el ejercicio de las
atribuciones conferidas por el art. 51 de la Convención, no está facultada para modificar las
opiniones, conclusiones y recomendaciones transmitidas a un Estado miembro, salvo en las
circunstancias excepcionales señaladas en los párrafos 54 a 58. La solicitud de modificación
sólo podrá promoverse por las partes interesadas, es decir, los peticionarios y el Estado, antes
de la publicación del propio informe y dentro de un plazo razonable contado a partir de su
notificación. En tal hipótesis se les otorgará a las partes interesadas la oportunidad de debatir
sobre los hechos o errores materiales que motivaron su petición de acuerdo con el principio de
equidad procesal. Bajo ninguna circunstancia la Comisión está facultada por la Convención
para emitir un tercer informe.
2. Sentencia:
El artículo 191 de la Constitución Nacional concede de manera expresa a la Asamblea
Nacional la facultad de reformar parcialmente la Constitución y de resolver sobre la iniciativa
de reforma total de ésta, pero no establece lo que debe entenderse por reforma parcial y total.
Para establecer un criterio de interpretación de la norma constitucional habría que
analizar los conceptos desde varios puntos de vista, siendo dos de éstos el número de artículos
reformados y el de los principios fundamentales que afecte.
Desde el primer punto de vista, el número de artículos reformados, menores que el total
de la Constitución, señalan hacia una reforma parcial. En lo referente a los principios
fundamentales que afecta, para ser considerada reforma total debería afectar la existencia
misma del Estado, o la forma de gobierno, o la inspiración democrática.
Un reordenamiento de las atribuciones de los Poderes del Estado en la Constitución
misma, o las limitaciones que se contengan en ésta para el ejercicio o acceso a determinados
cargos, no son violatorios de los derechos humanos o de principios constitucionales, sino que
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constituyen normas básicas que contribuyen a ordenar la función pública en beneficio de la
colectividad.
El retiro durante las tratativas contractuales es un derecho para las partes; pero ello no
excluye la responsabilidad por los daños que se generen por el que desiste sin causa o
arbitrariamente. La buena fe es el fundamento de esa responsabilidad precontractual, pues las
partes han de comportarse, durante las negociaciones, de modo honesto, veraz y leal con arreglo
a la necesaria colaboración que exige una sana negociación. El comportamiento deshonesto o
desleal de una de ellas le obliga a reparar los perjuicios que ha causado a la otra que, atendido
el avance de las negociaciones, creyó en la conclusión del contrato y, por ello, efectuó gastos
durante las tratativas.
Esta responsabilidad precontractual ha de regirse por las normas de los delitos y
cuasidelitos. En tal sentido, no interesa si el retiro inmotivado se produjo antes o después de la
oferta final, porque las tratativas contractuales consisten en una serie de contactos más o menos
complejos o prolongados que los interesados entablan con vistas a la celebración de un futuro
contrato, y nada impide que se inicien con una oferta que el otro interesado no acepta
inmediatamente, sino que reacciona planteando una contraoferta o la posibilidad de discutir la
primera, siguiéndose así un período de negociaciones hasta que la oferta de una parte sea
aceptada por la otra poniendo fin a este capítulo negocial y, precisamente, la responsabilidad
precontractual se da durante el curso de esas tratativas.
Los instrumentos privados emitidos por terceros, si no se presentan para hacerlos valer
como comprobante del que emane una obligación para la contraparte, sino como testimonio de
la efectividad de ciertos hechos, no carecen de todo mérito probatorio, porque lo que las reglas
probatorias pretenden es impedir el efecto obligacional de tales instrumentos y no su efecto
probatorio que es diverso. La empresa que sin haber comunicado a la otra que negocia a su vez
con una tercera y se retira en avanzada etapa de las negociaciones, debe reparar los perjuicios
que ha causado con ese retiro, consistentes en los gastos efectuados, respecto de los cuales ha
existido un asentimiento para realizarlos, de conformidad con los términos en que se llevaban
las tratativas.
Nota de la Secretaría: la doctrina sustentada da cuenta del caso de dos grupos de empresas que durante
más de un año sostuvieron prolongadas y frecuentes conversaciones destinadas a la celebración de un
contrato de compraventa de un conjunto de más de veinte predios forestales. Para ello intercambiaron
títulos de propiedad, borradores de contrato de promesa y de mandato e, incluso, llegaron a fijar el día
de la celebración de la promesa preparatoria de la compraventa. El mismo día en que tal acuerdo
preparatorio debía suscribirse, el grupo vendedor comunicó al grupo comprador que se retiraba de las
negociaciones porque acababa de vender los predios a una tercera persona, en razón de que ésta había
pagado una suma superior a la que se convendría en la promesa.
CORTE DE APELACIONES DE CONCEPCION, sentencia del 5-6-1996, autos rol civil 374-93,
12
Forestal Bío-Bío S.A. y otra con Madesal y otra, en Revista de Derecho, Ed. Universidad de
Concepción, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Concepción, n° 199, enero-junio 1996, p. 179.
2. Sentencia:
Si bien la Constitución de 1996 autoriza a la Corte Constitucional a permitir el acceso
directo a ella a quien lo peticione cuando ello sea en interés de la justicia, existen importantes
consideraciones contrarias a dar dicha autorización. En primer lugar, generalmente no es
deseable que las cuestiones se planteen directamente ante la Corte Constitucional, porque ello
exige que ésta actúe simultáneamente como tribunal de primera y última instancia y resuelva,
sin contar con el beneficio de la decisión de un tribunal inferior, a través de una sentencia
irrecurrible. En segundo lugar, porque la Constitución de 1996 faculta a los Altos Tribunales y
a la Suprema Corte de Apelaciones a declarar la invalidez de las leyes dictadas por el
Parlamento. Por lo tanto, los peticionantes podían solicitar una reparación a otro tribunal.
Para persuadir a la Corte a que conceda el acceso directo en un supuesto determinado, es
necesario invocar razones de jerarquía superior, y ello no sucedió en este caso.
13
que no le otorgaba competencia para este tipo de reglamentaciones. Los afectados cuestionaron
la constitucionalidad de esta norma.
14
prácticamente imposible juzgar y sancionar a las personas cuya conducta, en el curso del lapso
bajo control soviético, presentaba determinadas características oficiales de infracción penal
contra el fundamento y la seguridad de la República, bien que en condiciones en las que el
objeto real de la infracción estaba indudablemente ausente.
1. Antecedentes del caso: la iniciativa popular Apara una representación con derechos
iguales de los hombres y las mujeres en el plano de las autoridades cantonales@ tiende a
modificar la Constitución del Cantón de Soleure. La iniciativa exige que la representación de
las mujeres en el Parlamento, en el gobierno y en los tribunales cantonales, corresponda a la
parte que ocupan en la población. La iniciativa fue declarada nula por el Departamento
Cantonal por violación de la Constitución Federal y, en consecuencia, no fue sometida al voto
del pueblo. Los peticionarios se presentaron ante el Tribunal Federal por vía de un recurso de
derecho público, que si bien fue declarado admisible terminó siendo rechazado.
2. Sentencia:
Según el art. 4.2 de la Constitución Federal, el hombre y la mujer son iguales en sus
derechos (frase 1); la ley provee a la igualdad, en particular en el terreno de la familia, la
instrucción y el trabajo (frase 2). Esta norma quiere crear una igualdad de hecho entre hombres
y mujeres en la realidad social y tiende, así, a promover una igualdad de oportunidades. Cada
uno debe disponer de las mismas posibilidades para tomar parte en la vida social. Si los
principios de las dos frases del art. 4.2 entran en conflicto, éste será resuelto por medio de una
valoración de los intereses en juego.
En el caso, el texto de la iniciativa mejora las oportunidades de las mujeres chocando
con el principio de igualdad entre hombres y mujeres. Las mujeres representan en el Cantón de
Soleure el 50,74% del conjunto de la población. La iniciativa impugnada tendría consecuencias
rigurosas tanto para las elecciones del Parlamento como para la de los tribunales, puesto que se
aplicaría a toda nueva elección de jueces. La iniciativa tiende no sólo a realizar una igualdad de
oportunidades, sino a crear una igualdad en el resultado. Luego va más allá del fin
constitucional.
Para alcanzar una representación proporcional de hombres y mujeres en el Parlamento,
en el gobierno y en los tribunales, son más adecuadas otras medidas que las propuestas en la
iniciativa. Los partidos políticos tienen la posibilidad de promover la actividad de las mujeres
por la elección y por el sostenimiento de candidatas. Por lo demás, las mujeres pueden elegir a
las candidatas femeninas y son libres de presentarse como candidatas. La evolución en estos
últimos años, demuestra claramente un aumento de la participación de las mujeres en el ámbito
político. Desde el ángulo de la proporcionalidad, debe además ponerse de relieve que la
iniciativa no prevé excepciones y no toma en cuenta las calificaciones requeridas para los
diferentes puestos. La iniciativa, finalmente, pone en peligro el derecho general e igual de
elegir y de ser elegido. Tendría como consecuencia que un candidato masculino o femenino no
pudiera más ser elegido y que el ciudadano no podría libremente elegir cuando el número
máximo de representantes de un sexo fuese alcanzado.
15
TRIBUNAL FEDERAL DE SUIZA (Sala primera de derecho público), sentencia del 19-3-1997,
1P.173/1996, en Bulletin de jurisprudence constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p.
296.
16
dar un tratamiento constitucionalmente adecuado, desde la perspectiva de la proporcionalidad, a
los supuestos en que, en la jurisdicción común, pudiera aplicarse la fianza.
El art. 4.2. de la Constitución federal dispone que Ael hombre y la mujer son iguales en
los derechos. La ley proveerá a la igualdad, en particular en el campo de la familia, la
instrucción y el trabajo. Los hombres y las mujeres tienen derecho a un salario igual por un
trabajo de igual valor@. El principio de igualdad de sexos significa que el hombre y la mujer
deben ser tratados de igual manera en todos los campos. Un tratamiento diferente del hombre y
la mujer sólo es admisible si las diferencias biológicas o funcionales fundadas en el sexo
excluyen de manera absoluta un tratamiento análogo.
En cuanto al servicio contra el fuego, la desigualdad entre hombres y mujeres es
inconstitucional, puesto que las colectividades públicas pueden organizar el servicio tomando
en cuenta los riesgos concretos y las facultades de cada una de las personas, y, asimismo, la
mayoría de la población no cumple con el servicio reemplazándolo por el pago de una tasa.
Luego, el trato diferente en cuestión es violatorio del citado art. 4.2 (la norma en juego imponía
a los hombres, y no a las mujeres, el deber de cumplir con el servicio contra el fuego o de pagar
una tasa por la excepción a dicho servicio).
TRIBUNAL FEDERAL DE SUIZA (Sala segunda de derecho público), sentencia del 23-4-1997,
2P.217/1996, en Bulletin de jurisprudence constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p.
299.
17
(que exige que los gobiernos locales basen sus tarifas y servicios en una estructura uniforme).
Un Tribunal de Magistrados condenó a Walker al pago del monto reclamado. Al entender por
apelación, el Alto Tribunal resolvió que el Consejo había violado el derecho a la igualdad de
Walker al haberlo discriminado injustamente, y absolvió a éste. El Consejo apeló ante la Corte
Constitucional.
2. Sentencia:
2.1. La Constitución Nacional dispone que Atodos sus habitantes son iguales ante la ley,
y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad@ (art. 20). El concepto de
idoneidad supone un conjunto de requisitos de distinta naturaleza que pueden ser establecidos
por la ley o el reglamento. La aptitud técnica, física y, en particular, la moral, configuran
exigencias de carácter genérico en tanto otras, como la ciudadanía, lo son para determinadas
funciones.
En el ejercicio de los derechos civiles y, especialmente, en el desempeño de sus
profesiones dentro de la República, los extranjeros están totalmente equiparados a los
argentinos por expresa prescripción constitucional. Si bien la Constitución no consagra
18
derechos absolutos y los consagrados deben ser ejercidos conforme a las leyes que los
reglamentan, la reglamentación no puede discriminar, en lo que hace a los derechos civiles,
entre argentinos y extranjeros.
La exclusión de los extranjeros para el ingreso a cargos públicos debe estar justificada en
un razonable interés estatal y la validez de dicha exclusión debe ser juzgada Aen concreto@, vale
decir, en relación con la función o empleo en juego.
2.2. Dado el principio general que consagra el art. 16 de la Constitución Nacional y el
reconocimiento pleno de los derechos de los extranjeros al ejercicio de su profesión, rasgo
dominante en la vocación igualitaria de dicha Constitución, parece apropiado exigir una
justificación suficiente de la restricción prevista en la norma impugnada, lo cual no ha sido
satisfecho por la Provincia demandada que se limitó a afirmar dogmáticamente su posición, lo
que excluyó la demostración de la razonabilidad o del interés estatal que respalden a la norma
(la Corte Suprema hizo lugar a la demanda y declaró la inconstitucionalidad de la norma
cuestionada).
19
justifica esta discriminación.
La Corte también rechazó la pretensión de que los no-ciudadanos se sienten menos
comprometidos con Sudáfrica, porque tienen la posibilidad de volver a su país. A este respecto,
dicho argumento se aplica con igual fuerza a los ciudadanos sudafricanos que tienen doble
ciudadanía y que no encuentran en la regulación impugnada ningún obstáculo para aspirar a un
empleo permanente.
El Tribunal no llegó, empero, a decidir en forma definitiva si la regulación discrimina
injustamente a los residentes temporarios. Juzgó que, de todos modos, la situación de dichos
residentes en Sudáfrica es precaria ya que no pueden permanecer ni trabajar más allá del tiempo
previsto en su permiso de residencia. Sin embargo, expresó que la reglamentación colocaba a
esta categoría de personas en una situación de mayor desventaja en lo que hace a la seguridad
en el empleo y a otros beneficios laborales.
El Tribunal agregó que, si bien algunos de los maestros apelantes habían suscripto
contratos de trabajo formalmente Atemporarios@, lo cierto es que éstos se renovaban todos los
años.
Dada la injusticia a que podía dar lugar la declaración de invalidez de esta norma sólo en
cuanto se aplicaba a los residentes permanentes y no a los temporarios, la Corte decidió
declarar la invalidez de la totalidad de la regulación.
20
constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p. 252.
Puesto que una persona que ha sido fotografiada está beneficiada de una protección
jurídica contra toda violación de su derecho al respeto de su vida privada, aquélla posee como
principio un interés legítimo a oponerse a la utilización de dicha fotografía con fines
publicitarios o comerciales.
Las instalaciones nucleares de base no pueden ser creadas sin autorización previa. En
determinados casos, la solicitud debe ser sometida a una encuesta pública. Sin embargo, ésta no
es obligatoria, entre otras hipótesis, cuando la instalación de base ya ha sido objeto de una
encuesta previa a la declaración de utilidad pública, si la instalación es conforme con el
proyecto sometido a la mencionada encuesta o si las modificaciones sobrevinientes no afectan
de manera sustancial la importancia o el destino y no aumentan los riegos de la instalación.
El decreto por el cual se reimpulsa la instalación en juego (Superphénix) -cuya
realización fue suspendida con posterioridad a la autorización- contiene modificaciones
respecto del proyecto originario sometido a encuesta pública, atinentes a la finalidad misma
dada a la instalación nuclear de base, que revisten en el caso una importancia tal que afecta
sustancialmente a su destino. Por ello, la instalación cuestionada no puede ser autorizada, en su
nueva configuración, con arreglo a la encuesta pública llevada a cabo con motivo del proyecto
originario. Luego, el decreto impugnado debe ser anulado (la impugnación fue planteada por
diversas entidades de protección de la naturaleza, y comunas francesas).
CONSEJO DE ESTADO DE FRANCIA, sentencia del 28-2-1997, WWF - Genève et autres, en Revue
française de droit administratif, Sirey, París, nro. 6, nov.-dic. 1997, p. 1282, con nota de DENIS-
LINTON, Martine, AA propos du redémarrage de Superphénix. La nécessité d'une nouvelle enquête
publique en cas de modification substantielle du projet initial@, pp. 1268/1282.
21
agravios: a) falta de adopción, por las autoridades públicas, de acciones idóneas para disminuir
la polución de una fábrica química en dicha comuna y evitar los riesgos de accidentes mayores,
lo cual menoscabaría su derecho a la vida y a la integridad física garantizados por el art. 2 de la
Convención Europea de Derechos Humanos (Convención); y b) la falta de adopción, por el
Estado italiano, de medidas de información sobre los riesgos corridos y las conductas a adoptar
en caso de accidentes mayores previstos por un decreto del presidente de la República de Italia,
lo cual causaría una violación del derecho a la libertad de información del art. 10 de la Conven-
ción. La Comisión, por mayoría, hizo lugar a la excepción preliminar de no agotamiento
planteada por el gobierno respecto del citado art. 2, y declaró admisible el planteo en cuanto al
art. 10. En su memorial ante la Corte Europea de Derechos Humanos (Corte) y en la audiencia,
los interesados también invocaron que la falta de información menoscababa el derecho al
respeto de su vida privada y familiar, y su derecho a la vida.
2. Sentencia:
2.1. La Corte no se considera vinculada por la calificación jurídica de los hechos de la
causa efectuada por los requirentes, los gobiernos o la Comisión. Un agravio se caracteriza por
los hechos que denuncia y no por los argumentos de derecho invocados.
La plenitud de la jurisdicción no juega sino dentro de los límites del caso, los cuales son
establecidos por la decisión de admisibilidad del recurso. Dentro del cuadro así trazado, la
Corte puede tratar toda cuestión de hecho o de derecho que surja durante la instancia que se
desarrolla ante ella.
En el caso, los fundamentos relativos a los arts. 8 y 2 no figuraban expresamente en el
recurso y en los memoriales iniciales de los interesados ante la Comisión. Sin embargo, dichos
fundamentos presentan una conexidad manifiesta con los que sí fueron expuestos: la
información de los requirentes, residentes todos a un kilómetro apenas de la fábrica, puede
tener repercusiones sobre su vida privada y familiar y su integridad física.
22
prensa, como corolario de la función propia de los periodistas de difundir informaciones o ideas
sobre cuestiones de interés público. Sin embargo, las circunstancias del caso se distinguen
netamente de las de los casos antedichos, pues los requirentes se quejan de una disfunción del
sistema establecido por la legislación italiana.
Cabe recordar que la libertad de recibir información mencionada en el párrafo 2 del art.
10 de la Convención, prohíbe esencialmente a un gobierno impedir a toda persona la recepción
de informaciones que otras aspiran o pueden consentir en proveerle. La mencionada libertad no
debe comprenderse en el sentido que impone a un Estado, en circunstancias como las del caso,
obligaciones positivas de recoger y difundir, motu proprio, informaciones. En conclusión el art.
10 no se aplica en el caso.
23
desde el ángulo del art. 2.
Nota de la Secretaría: la decisión fue dictada por una Sala compuesta por 29 jueces, 10 de los cuales
expresaron una opinión por separado.
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS, sentencia del 19-2-1998, caso Guerra et autres
c. Italia, en Communiqués du greffier de la Cour européenne des Droits de l'Homme, Estrasburgo,
enero-febrero de 1998, p. 20.
2. El párrafo segundo del art. 177 del Tratado no se opone a que un órgano
jurisdiccional nacional autorice la interposición de un recurso contra su decisión cuando haya
ordenado la suspensión de la ejecución de una decisión administrativa nacional basada en un
acto comunitario y, en cumplimiento de la obligación que le incumbe, haya planteado al
Tribunal de Justicia una cuestión prejudicial sobre la validez del acto comunitario.
En efecto, aunque la obligación de plantear una cuestión prejudicial halla fundamento en
la necesidad de garantizar la aplicación uniforme del derecho comunitario y de salvaguardar la
competencia exclusiva del Tribunal de Justicia para pronunciarse sobre la validez de un acto de
24
derecho comunitario, la observancia de estas prescripciones no se ve menoscabada por la
posibilidad de interponer un recurso contra la resolución de un órgano jurisdiccional nacional,
puesto que, si esta decisión debiera ser modificada o anulada en el marco de dicho recurso, el
procedimiento prejudicial quedaría privado de objeto y el derecho comunitario volvería a
aplicarse plenamente.
Por otra parte, la facultad de interponer tal recurso no impide iniciar el procedimiento
prejudicial al órgano jurisdiccional nacional competente en última instancia, el cual está obliga-
do, conforme al párrafo tercero del art. 177 del Tratado, a efectuar la remisión si tiene dudas
sobre la interpretación o la validez del derecho comunitario.
1. Con arreglo al art. 177 del Tratado, el Tribunal de Justicia es competente para
interpretar el derecho comunitario cuando éste no regula directamente la situación controvertida
y, sin embargo, el legislador nacional ha decidido, al adaptar el derecho nacional a las
disposiciones de una Directiva, dispensar el mismo trato a situaciones puramente internas y a
las que regula la Directiva, de forma que ha ajustado su legislación interna al derecho
comunitario.
En efecto, cuando una normativa nacional se atiene, para resolver una situación interna,
a las soluciones aplicadas en derecho comunitario con objeto, especialmente, de evitar la apari-
ción de discriminaciones en contra de los propios nacionales o eventuales distorsiones de la
competencia, existe un interés comunitario manifiesto en que, con el fin de evitar futuras diver-
gencias de interpretación, las disposiciones o los conceptos tomados del derecho comunitario
reciban una interpretación uniforme, cualesquiera que sean las condiciones en que tengan que
aplicarse.
25
Luxemburgo, 1997-7, p. 4161.
Para que exista una infracción al apartado 1 del artículo 85 del Tratado CEE, no es
necesario que una práctica colusoria tenga a la vez un objeto y un efecto contrarios a la
competencia, como sugiere la versión italiana de dicha disposición. En efecto, esta versión no
puede prevalecer aisladamente sobre todas las demás versiones lingüísticas, que ponen
claramente de manifiesto mediante la utilización del término Ao@ el carácter no acumulativo sino
alternativo del requisito de que se trata. La interpretación uniforme de las normas comunitarias
exige que éstas sean interpretadas y aplicadas a la luz de las versiones de las otras lenguas
comunitarias.
TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (Sala Sexta), sentencia del 17-
7-1997, asunto C-219/95 P, Ferriere Nord S.p A. c. Comisión de la Comunidades Europeas, en
Recopilación de la Jurisprudencia del Tribunal de Justicia y del Tribunal de Primera Instancia, Parte I,
Luxemburgo, 1997-7, p. 4411.
26
un control secundario de las emisiones de radiodifusión televisiva que se añada al que el Estado
miembro tiene la obligación de efectuar.
Además, la Directiva 84/450 relativa a la aproximación de las disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas en materia de publicidad engañosa, que establece que los
Estados miembros velarán por que existan los medios adecuados y eficaces para controlar la
publicidad engañosa en interés de los consumidores, así como de los competidores y del
público en general, correría el riesgo de quedar vacía de contenido en el ámbito de la
publicidad televisada, si se privara al Estado miembro de recepción, de cualquier posibilidad de
adoptar medidas contra un anunciante y ello se opondría a la voluntad expresada por el
legislador comunitario.
27
el Estado de emisión. Dichas disposiciones, si bien no tienen por efecto prohibir la aplicación
de normativas del Estado de recepción que tengan por objeto general la protección de los
consumidores o de los menores siempre que dicha aplicación no impida la retransmisión
propiamente dicha en su territorio de las emisiones de radiodifusión procedentes de otro
Estado, se oponen a que el Estado miembro de recepción aplique a las emisiones procedentes
de otros Estados miembros las disposiciones que tengan específicamente por objeto controlar el
contenido de la publicidad televisada respecto a los menores, e instaure así un control
secundario que se suma al que el Estado miembro de emisión está obligado a efectuar de
conformidad con la Directiva.
Nota de la Secretaría: v., en relación a la Directiva 89/552, DIEZ-PICAZO, Luís María, APublicidad
televisiva y derechos fundamentales@, en sección Textos Escogidos, p. 111.
2. Sentencia:
Según reiterada jurisprudencia del Tribunal de Justicia, la existencia de un
incumplimiento debe ser apreciada en función de la situación del Estado miembro tal como ésta
se presentaba al término del plazo fijado en el dictamen motivado, y los cambios ocurridos
posteriormente no pueden ser tomados en cuenta por este Tribunal de Justicia (véanse, en
particular, las sentencias de 17 de septiembre de 1996, Comisión/Italia, C-289/94, Rec. p. I-
4405, apartado 20, y de 12 de diciembre de 1996, y de 12 de diciembre de 1996,
Comisión/Italia, C-302/95, Rec. p. I-6765, apartado 13).
Por ello, se declara que la República Francesa ha incumplido las obligaciones que le
incumben en virtud del art. 2 de la Directiva 77/388/CEE del Consejo de 17 de mayo de 1977,
al establecer y mantener en vigor una disposición administrativa que amplía, al alquiler de
determinados bienes muebles, la exención del IVA que es reserva exclusiva del arrendamiento
de bienes inmuebles.
28
respuesta del gobierno haciendo suyo el planteamiento de la Comisión, es del 9 de enero de 1995.
29
plazo de caducidad objeto de litigio.
30
Relaciones Consulares de 1963, tal como esta norma lo exige. Entre los mencionados derechos
del procesado, se encuentra el de solicitar que se comunique su arresto y detención al consulado
de su país y el de ponerse en contacto con dicha oficina. Afirmó, también, que el consulado no
recibió esta información y que sólo pudo asistir a Breard a partir de 1996, momento en que el
gobierno paraguayo se enteró por otros medios de que uno de sus ciudadanos estaba en una
prisión de los Estados Unidos.
1.1.1.2. Que resultaron infructuosos los hábeas corpus que Bread posteriormente
presentó ante los tribunales federales. El tribunal de primera instancia, buscó sustento en la
doctrina del Aincumplimiento de las cargas procesales@ (procedural default), para desconocerle
el derecho a invocar por primera vez la Convención de Viena ante dicho tribunal, decisión que
ulteriormente fue confirmada por la Alzada. En consecuencia, el tribunal de Virginia le impuso
la pena capital y fijó la fecha de ejecución para el 14 de abril de 1998.
1.1.1.3. Que habiendo agotado todos los recursos legales con que contaba, Breard
presentó un writ of certiorari ante la Suprema Corte de los Estados Unidos, solicitándole que
ejerciera su poder discrecional para revisar la decisión de los tribunales federales inferiores y
que suspendiera la ejecución mientras dicho proceso de revisión estuviera en trámite, sabiendo
que rara vez la Corte resuelve favorablemente este tipo de solicitudes (al momento en que la
CIJ tomó su decisión, dicho recurso todavía estaba en trámite).
1.1.1.4. Que, en 1996, Paraguay promovió una acción ante los tribunales federales de los
Estados Unidos tendiente a obtener la anulación del proceso promovido contra Breard, pero
tanto el tribunal de primera instancia como el de apelaciones se declararon incompetentes con
fundamento en la doctrina que otorga Ainmunidad soberana@ a los Estados confederados.
Paraguay interpuso, entonces, un writ of certiorari ante la Suprema Corte (que al momento del
pronunciamiento de la CIJ también se encontraba en trámite). Paralelamente, intentó solucionar
el problema por vía diplomática, buscando los buenos oficios del Departamento de Estado
norteamericano.
1.1.1.5. Que al violar las obligaciones que le impone el art. 36 subparágrafo 1(b) de la
Convención de Viena, los Estados Unidos le impidieron cumplir las funciones consulares
previstas en los arts. 5 y 36 de la Convención y, específicamente, proteger sus intereses y los de
sus ciudadanos que se encuentran en los Estados Unidos; que no pudo ponerse en contacto con
Breard ni brindarle la asistencia necesaria, y que, en consecuencia, éste Atomó una serie de
decisiones objetivamente irrazonables durante el proceso criminal promovido en su contra, que
tramitó sin la presencia de un traductor@ y Asin que comprendiera las diferencias fundamentales
que existen entre los sistemas de justicia criminal norteamericano y paraguayo@. Por todo ello,
Paraguay se consideró con derecho a la restitutio in integrum, es decir, Aal restablecimiento de
la situación al estadio en que se encontraba antes de que los Estados Unidos omitieran hacer las
notificaciones... exigidas por la Convención@.
1.1.1.6. Que, por lo tanto, solicitaba a la Corte que interviniera y decidiera: A(1) que los
Estados Unidos, al arrestar, detener, juzgar y condenar a Angel Francisco Breard, en la forma
descripta precedentemente, violó las obligaciones jurídicas internacionales que tenía para con
Paraguay tendientes a posibilitar que éste ejerciera su derecho a proteger diplomáticamente a
sus ciudadanos, previsto en los arts. 5 y 36 de la Convención de Viena; (2) que, en
consecuencia, Paraguay tenía derecho a la restitutio in integrum; (3) que los Estados Unidos
tienen una obligación jurídica internacional de no recurrir a la doctrina de la procedural
default, o a cualquier otra doctrina jurídica nacional, para impedir el ejercicio de los derechos
que otorga el art. 36 de la Convención de Viena; y (4) que los Estados Unidos tienen una
obligación jurídica internacional de cumplir con las mencionadas obligaciones en cualquier
futura detención o procesamiento penal de Angel Francisco Breard o de cualquier otro ciudada-
no paraguayo que realice en su territorio, sea a través de un poder legislativo, ejecutivo, judicial
o de otro tipo, sea que dicho poder ocupe una posición superior o subordinada en la organi-
31
zación de los Estados Unidos, y sean sus funciones de naturaleza internacional o interna. Y que,
de acuerdo a las mencionadas obligaciones internacionales, (1) cualquier responsabilidad que
se imponga a Angel Francisco Breard en violación a las obligaciones internacionales, es nula y
debe ser reconocida como tal por las autoridades legales de los Estados Unidos; (2) los Estados
Unidos deben restituir el status quo ante, esto es, restablecer la situación que existía antes de
haber detenido, procesado y condenado al ciudadano paraguayo en violación de sus
compromisos internacionales; y (3) que Estados Unidos deben garantizar a Paraguay la no
reiteración de los actos ilícitos@.
Que hasta tanto dictara su sentencia definitiva en este caso, dispusiera: A(a) que el
gobierno de los Estados Unidos tome las medidas necesarias para asegurar que Breard no va a
ser ejecutado mientras no se resuelva definitivamente el caso; (b) que el gobierno de los
Estados Unidos informe a la Corte las medidas que adopte en virtud de lo dispuesto por el
subparágrafo anterior así como el resultado de dichas acciones; y (c) que el gobierno de los
Estados Unidos asegure que no va adoptar ninguna medida que perjudique a la República de
Paraguay en relación a cualquier decisión que esta Corte tome respecto del fondo del asunto@. Y
que considerara la cuestión como de la mayor urgencia Aen vista a la extrema gravedad e
inminencia del riesgo de que las autoridades... ejecuten a un ciudadano paraguayo@.
32
Agregó que, en caso de dictar dichas medidas, la CIJ iría en contra de los intereses de los
Estados Parte de la Convención de Viena y de la comunidad internacional en su conjunto, y
desorganizaría los sistemas de justicia criminal, por el riesgo de una proliferación de casos. En
relación a esto último, alegó que los Estados tienen un interés de jerarquía superior en evitar
una intervención judicial externa que interfiera con la ejecución de una sentencia dictada luego
de la tramitación de un proceso regular que satisface los estándares aplicables en materia de
derechos humanos.
2. Sentencia: la CIJ encontró que, en virtud de lo dispuesto por el art. I del Protocolo
Opcional relativo a la Resolución Obligatoria de Conflictos, prima facie tenía jurisdicción para
decidir el caso.
Juzgó que su poder para indicar medidas provisionales en términos del art. 41 de su
Estatuto tiene por objeto preservar los derechos de las partes mientras está pendiente la
decisión, y presupone que no debe causarse un perjuicio irreparable a los derechos objeto de la
disputa y que, por lo tanto, la CIJ debe preocuparse por preservar a través de esas medidas los
derechos que posteriormente va a resolver que corresponden al solicitante o al demandado, y
que dichas medidas sólo se justifican cuando existe urgencia.
Recordó que no dicta medidas interinas cuando no existe un Aperjuicio irreparable... para
los derechos objeto de la disputa...@, y que la ejecución de Breard -prevista para el 14 de abril
de 1998- impedía que brindara al Paraguay la reparación que solicitaba, causando con ello un
perjuicio irreparable a los derechos que invocaba. Agregó que las cuestiones a resolver no se
referían al derecho de los estados federales que integran los Estados Unidos a recurrir a la pena
de muerte para los delitos más infames, y que, por otra parte, la función de la CIJ es resolver los
conflictos jurídicos internacionales entre Estados, inter alia que surgen de la interpretación o
aplicación de las convenciones internacionales, y no actuar como cámara criminal de apela-
ciones.
Dado las consideraciones mencionadas, la CIJ encontró que las circunstancias le exigían
indicar, como una cuestión de urgencia, medidas provisionales de conformidad con lo dispuesto
por el citado art. 41. Destacó que las medidas indicadas para una suspensión de la ejecución,
por un lado, son necesariamente de naturaleza provisional, y que de ninguna forma prejuzgarían
sobre lo que ulteriormente resuelva en relación al fondo de la cuestión, y que, por el otro,
preservan los derechos del Paraguay y de los Estados Unidos, y que es apropiado que el
Tribunal, en cooperación con las Partes, asegure que cualquier decisión sobre el mérito se
adopte con toda la rapidez posible.
APor estas razones, la Corte unánimemente, I. indica las siguientes medidas
provisionales: los Estados Unidos deben tomar todas las medidas que tengan a su disposición
para asegurar que Angel Francisco Breard no sea ejecutado hasta tanto se tome una decisión
definitiva en este proceso, y deben informar a la Corte todas las medidas que haya adoptado
para implementar esta Orden; II. decide que, hasta tanto tome su decisión definitiva, sigue
entediendo en las cuestiones que constituyen el objeto de esta Orden@.
Nota de la Secretaría: v. el fallo de la Suprema Corte de los Estados Unidos en el documento siguiente.
33
JUSTICIA. EFECTO VINCULANTE DE SUS DECISIONES (EE.UU.).
34
en el próximo mes de noviembre. Breard presentó, entonces, ante esta Corte, un writ of habeas
corpus y un pedido de suspensión a fin de Aejecutar@ la orden de la CIJ. Paraguay solicitó
autorización para promover una demanda ante este Tribunal, invocando la competencia
originaria que tiene en los casos que Aafectan embajadores... y cónsules@. Art. III Sec. 2 de la
Constitución.
Resulta claro que Breard perdió la posibilidad de hacer valer la pretensión que
potencialmente podría fundar en la Convención de Viena al no plantearla ante los tribunales
estaduales. Sin embargo, al interponer sus certioraris tanto Breard como Paraguay invocaron
que la pretensión fundada en la Convención de Viena puede ser planteada ante un tribunal
federal porque dicha Convención es la Aley suprema de la tierra@ y, por lo tanto, prevalece sobre
la doctrina de la pérdida de derechos por incumplimiento de las cargas procesales (procedural
default doctrine). Este argumento es claramente incorrecto por dos razones.
En primer lugar, si bien debemos otorgar una respetuosa consideración a la
interpretación de un tratado internacional realizada por un tribunal internacional que tiene
competencia para ello, en el derecho internacional se ha reconocido que, en ausencia de una
declaración clara y expresa en sentido contrario, las reglas procesales del Estado del foro rigen
la implementación del tratado en ese Estado. Ver Sun Oil Co. v. Wortman (486 US 717, 723 -
1988-); Volkswagenwerk Aktiengesellschaft v. Schlunk (486 US 694, 700 -1988-); Société
Nationale Industrielle Aérospatiale v. United States Dist. Court for Southtern Dist. of Iowa
(482 US 522, 539 -1987-). Esta proposición está en la propia Convención de Viena, que
dispone que los derechos que ésta otorga Aserán ejercidos de conformidad con las leyes y
regulaciones del Estado receptor@, siempre que Adichas leyes y regulaciones permitan que se
cumplan completamente los objetivos para los que se otorgaron estos derechos en este
Artículo@. Artículo 36(2) de la Convención. Es regla en este país que las denuncias de error en
los procesos criminales se planteen primero ante el tribunal estadual a fin de formar la base para
la reparación a través del hábeas corpus. Wainwright v. Sykes (433 US 72 -1977-). Las
denuncias que no se hacen de este modo se consideran defectuosas. Ibíd. Al no invocar su
pretensión fundada en la Convención de Viena ante el tribunal estadual, Breard dejó de ejercer
los derechos que le otorga la Convención de Viena de conformidad con las leyes de los Estados
Unidos y el Commonwealth de Virginia. Habiendo omitido ejercerlos, no puede plantear ahora,
en la revisión federal a través del hábeas corpus, la violación de esos derechos.
En segundo lugar, si bien nuestra Constitución reconoce a los tratados como la suprema
ley de la tierra, ese estatus también lo tienen las disposiciones de la Constitución, con las que se
corresponden las reglas de los errores procesales. Hemos declarado que Auna ley del Congreso...
está en completa paridad con un tratado, y que cuando una ley posterior resulta inconsistente
con un tratado, la ley produce la nulidad del tratado en la medida de la contradicción@. Reid v.
Covert (354 US 1, 18 -1957-, opinión de la pluralidad); v. también Whitney v. Robertson (124
US 190, 194 -1888-), en donde se resolvió que si un tratado y una ley federal están en conflicto,
Ael de fecha más reciente controla al otro@. La Convención de Viena, que supuestamente
confiere a una persona el derecho a la asistencia consular después de un arresto, está vigente
desde 1969. Pero en 1996, antes de que Breard presentara su pedido de hábeas corpus
invocando los derechos que le otorga la Convención de Viena, el Congreso aprobó la Antiterro-
rism and Effective Death Penalty Act (AEDPA), que dispone que, como regla general, no se
fijará una audiencia de prueba a una persona que interpone un hábeas corpus alegando que está
presa en violación a Alos tratados de los Estados Unidos@, si el peticionante Aomitió plantear la
base fáctica de su pretensión en el proceso en sede estadual@. Sec. 2254(a),(e)(2) del Título 28
del Código de los Estados Unidos. La posibilidad que tiene Breard de obtener una reparación
basada en las violaciones a la Convención de Viena -al igual que cualquier otra pretensión
fundada en la Constitución de los Estados Unidos- está sujeta a esta regla aprobada con
posterioridad. Esta regla impide que Breard acredite que la violación a los derechos que le
35
acuerda la Convención de Viena le produjo un perjuicio. Sin una audiencia, Breard no puede
establecer cómo lo hubiera asesorado el Cónsul, de qué forma el consejo de sus abogados
difirió del que le hubiera dado el Cónsul, y qué factores consideró para rechazar la propuesta
que durante el plea bargaining le ofreció el Estado. Breard alega que esta limitación no está
justificada porque las pretensiones que fundó en la Convención de Viena eran tan novedosas
que no podían haber sido planteadas en ningún momento anterior. Asumiendo que esto fuera
cierto, esas pretensiones novedosas estarían excluidas de esta revisión a través del hábeas
corpus, en virtud de lo resuelto en Teague v. Lane (489 US 288 -1989-).
Aun si la pretensión de Breard fundada en la Convención de Viena hubiera sido bien
planteada y demostrada, es extremadamente dudoso que la violación hubiera dado como
resultado la revocación de la decisión definitiva sin alguna prueba de que tuviera un efecto en
el juicio. Arizona v. Fulminante (499 US 279 -1991-). En este caso, esa prueba no se podría
haber hecho de ningún modo. Breard decidió declararse Ano culpable@ y declarar como testigo
en su juicio, desoyendo el consejo de sus abogados, que estaban en mucho mejores condiciones
de explicarle el sistema jurídico de los Estados Unidos que cualquier funcionario consular. El
perjuicio que invoca Breard -de que si se hubiera cumplido con la Convención de Viena, él
hubiera aceptado la oferta del Estado de dejar de lado la pena de muerte a cambio de una
admisión de culpabilidad- es mucho más especulativo que las denuncias de perjuicios que los
tribunales habitualmente rechazan en los casos en que un preso alega que su declaración de
culpabilidad (plea of guilt) estuvo infectada por un error de su abogado. V. e.g. Hill v. Lockhart
(474 US 52, 59 -1985-).
En cuanto a las acciones promovidas por Paraguay (tanto la acción originaria, como el
caso que nos llega a través del pedido de certiorari), es de destacar que ni el texto ni el historial
de la Convención de Viena brindan claramente a una nación extranjera un derecho privado a
accionar ante los tribunales de los Estados Unidos a fin de obtener la revocación de una
sentencia penal fundándose en la violación de las disposiciones relativas a la notificación
consular. La Enmienda XI brinda una razón independiente para que la acción de Paraguay no
pueda prosperar. El Aprincipio fundamental@ de esa Enmienda es que Alos Estados, en ausencia
de consentimiento, son inmunes a las acciones promovidas en su contra... por un Estado
extranjero@ y fue enunciado en Principality of Monaco v. Mississippi (292 US 313, 329-330 -
1934-). Si bien Paraguay alega que su acción cae dentro del ámbito de la excepción aplicable a
las consecuencias continuas de las violaciones pasadas a los derechos federales, v. Milliken v.
Bradley (433 US 267 -1977-, nosotros no estamos de acuerdo. La omisión de notificar al cónsul
paraguayo se produjo hace mucho tiempo y carece de efectos continuos. La relación causal que
existía en Milliken no se encuentra presente en este caso.
En la medida en que el Cónsul General busca basar sus pretensiones en la Sec. 1983, su
acción no es justiciable. La Sección 1983 da derecho a accionar a toda Apersona que se
encuentre dentro de la jurisdicción@ de los Estados Unidos, por la privación Ade cualquier
derecho, privilegio o inmunidad garantizado por la Constitución y las leyes@. Como cuestión
inicial, resulta claro que Paraguay no está autorizado a accionar en términos de dicha norma.
Paraguay no es una Apersona@, en el sentido en el que esa palabra está usada en la Sec. 1983.
Ver Moor v. County of Alameda (411 US 693, 699 -1973-), South Carolina v. Katzenbach (383
US 301, 323-324 -1966-). Cf. Will v. Michigan Dept. of State Police (491 US 58 -1989-).
Además, Paraguay no se encuentra Adentro de la jurisdicción@ de los Estados Unidos. Y dado
que el Cónsul General sólo está actuando en su rol oficial, no tiene una mayor capacidad para
accionar en términos de la Sec. 1983 que el país al que representa. Cualquier derecho que el
Cónsul General pudiera tener en virtud de las disposiciones de la Convención de Viena,
beneficia a Paraguay y no a él como individuo.
Es lamentable que esta cuestión se nos plantee mientras se encuentra en trámite ante la
CIJ un proceso que podría haberse promovido con anterioridad. Sin perjuicio de ello, esta Corte
36
debe decidir cuestiones que se le presentan con base en el derecho. El Poder Ejecutivo, por otro
lado, al ejercer las atribuciones que tiene en materia de relaciones exteriores, puede utilizar -
como hizo en este caso- la vía de la discusión diplomática con Paraguay. Anoche, el Secretario
de Estado envió una carta al Gobernador de Virginia solicitándole la suspensión de la ejecución
de Breard. Si el Gobernador desea esperar a la decisión de la CIJ, tiene la prerrogativa de
hacerlo. Pero nada en nuestra jurisprudencia nos permite hacer esa opción en su lugar.
Por las razones expuestas, rechazamos el writ of habeas corpus originario, el pedido de
venia para interponer una demanda, los certioraris y las solicitudes anexas de suspensión
presentadas por Breard y Paraguay.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 14-4-1998, Angel Francisco
Breard v. Fred W. Greene, enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de Cornell.
Pronunciarse sobre la cuestión de saber a partir de qué momento una huelga no debe ser
más tolerada y puede ser objeto de restricciones impuestas por una decisión judicial, es una
cuestión de proporcionalidad a la cual no se puede responder más que realizando un balance,
por un lado, de los intereses que sustentan el ejercicio del derecho fundamental en juego -
intereses que deben ser considerados en conjunto y formando un todo- y, por el otro, del interés
37
perjudicado, tomando en cuenta todas las circunstancias, propias del caso, que rodean al litigio
producido entre las partes.
El juez debe partir, como principio, del postulado de que los intereses que tienen los
sindicatos y sus miembros a ejercer sus derechos fundamentales son intereses imperiosos.
El art. L. 122-1-1 3E del Código del Trabajo sólo permite la celebración de contratos de
trabajo de duración determinada, en los sectores en los que es de uso corriente el no empleo de
contratos de duración indeterminada, para los empleos que tienen una naturaleza temporaria.
Las disposiciones de una convención colectiva no pueden derogar dicha norma.
CORTE DE CASACION DE FRANCIA (Sala social), sentencia del 17-12-1997, Mme J. Leprevost,
dite Charlotte Latigrat c. Radio -France, en Droit Social, Editions Techniques et Economiques, París,
n° 2, febrero 1998, p. 112. V., asimismo, el comentario de ROY-LOUSTAUNAU, Claude, ALa
convention collective ne peut déroger aux cas de recours au contrat de travail à durée déterminée@, pp.
110/111.
CORTE DE CASACION DE FRANCIA (Sala social), sentencia del 10-12-1997, Mme. Aubin c/
société Euromarché ACarrefour@, en Droit Social, Editions Techniques et Economiques, París, n° 2,
febrero 1998, p. 202, con nota de COUTURIER, Gérard, AAtteintes aux droits et libertés de la
personne. Action en justice du délégué du personnel@, pp. 202/203.
38
constitucional -vinculada con los arts. 3 y 35 de la Constitución- del art. 2751-bis, número 2,
del Código Civil, en la parte en la que no acuerda el privilegio general sobre bienes muebles a
los créditos de los prestadores de obra no intelectual, concernientes a las retribuciones debidas
durante los dos últimos años de la prestación, sea por la irrazonable disparidad de trato que
dicha norma determina entre los prestadores, según la naturaleza intelectual o no intelectual de
la obra o del servicio prestado, sea por violar el principio de tutela del trabajo en todas sus
formas y aplicaciones.
2. Sentencia:
La norma citada del Código Civil, mientras pacíficamente es considerada aplicable a
todas las prestaciones de obra intelectual no puede, a su vez, por el principio de taxatividad de
la causa de la prelación, comprender a las prestaciones de obra no intelectual.
La disparidad de tratamiento que, en cuanto a la garantía de la retribución, se viene a
consagrar por esta vía entre los prestadores de obra intelectual y no intelectual resulta, como ha
sido observado unánimemente por la doctrina, abiertamente irrazonable, en atención a la
homogeneidad de las categorías de los sujetos (y de los créditos) confrontados, reconducibles al
mismo tipo contractual delineado en el art. 2222 del Código Civil.
Desde otro punto de vista, la mencionada disparidad emerge, de modo indirecto, de la
confrontación de la norma cuestionada con la del número 1 del art. 2751-bis del Código citado
que protege los créditos de los trabajadores subordinados, por la cual la garantía es acordada
con independencia de la naturaleza intelectual o no de la actividad desarrollada. En conclusión,
la norma en juego, al reconocer el privilegio general sobre bienes muebles a los créditos
(concernientes a las retribuciones) de los prestadores de obra intelectual y no a los de igual
naturaleza de los prestadores de obra no intelectual, se pone en un insanable contraste con el
art. 3 de la Constitución y debe, por lo tanto, ser puesto de conformidad con la Constitución
mediante la eliminación del adjetivo Aintelectual@ como limitativo del ámbito del privilegio.
CORTE CONSTITUCIONAL DE ITALIA, sentencia del 26-1-1998, n° 1, en Rassegna mensile
dell'atività della Corte, Boletín n° 1, enero 1998, p. 8.
39
en sede constitucional, por lo que el citado precepto vulnera el principio de equidad tributaria
contenido en la fracción IV del art. 31 de la Constitución.
Nota de la Secretaría: v., en sentido similar, sentencia del 3-11-1997, P. CLVII/97, en Semanario cit.
infra, p. 82.
No es contraria a la Constitución la norma del art. 463 de la ley 16.226 en cuanto declara
que el Estado y los organismos del art. 220 de la Carta Magna gozan de inmunidad impositiva
en el orden municipal.
Se puede afirmar que conforme a la Anaturaleza de las cosas@, tal como se ha estatuido en
la Constitución, no es acorde a ésta que el Estado, los organismos que lo integran y demás entes
menores, abonen impuestos como un sujeto pasivo más de la relación tributaria. No son sólo
razones de conveniencia o de oportunidad, sino que, por el contrario, éste es el sistema que se
extrae de una interpretación contextual de la norma superior.
SUPREMA CORTE DEL JUSTICIA DE URUGUAY, sentencia del 5-5-1997, n° 146, autos
Intendencia Municipal de Montevideo c/ Estado -Poder Ejecutivo- art. 463 Ley 16.226, Acción de
Inconstitucionalidad.
1. Antecedentes del caso: las empresas titulares de los derechos de autor iniciaron una
querella criminal, fundada en la violación de la ley de propiedad intelectual (11.723), al haber
comprobado la existencia de programas de software no originales en los discos rígidos de
computadores personales de los querellados. La Cámara Nacional de Casación Penal confirmó
el sobreseimiento dictado en la instancia anterior, en razón de que, a su juicio, las obras de
software se encuentran excluidas de la tutela prevista en la ley anteriormente citada. Ello dio
lugar a que la parte querellante interpusiera recurso extraordinario para ante la Corte Suprema
de Justicia de la Nación.
2. Sentencia:
2.1. Es ajena a la competencia de la Corte revisar la interpretación dada por la citada
Cámara a la Ley de Propiedad Intelectual, atento la naturaleza no federal de dicha norma. Por el
40
contrario, es admisible el recurso en lo concerniente a la interpretación de los tratados
internacionales invocados por la recurrente, aunque, en lo que atañe al fondo del asunto, resulte
improcedente.
2.2. Los tratados internacionales deben ser interpretados de acuerdo a los arts. 31 y 32 de
la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969, que consagran el principio
de la buena fe conforme al criterio corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en
el contexto de éste y teniendo en cuenta su objeto y fin.
La Convención Internacional para la Protección de Obras Literarias y Artísticas de
Berna de 1886 (art. 2.5), y la Convención Universal sobre Derecho de Autor de Ginebra de
1952, no originan la obligación de los Estados ratificantes de legislar sanciones penales para
0proteger a los derechos que establecen.
Los instrumentos internacionales citados en el párrafo anterior tampoco consagran per se
una tipicidad penal.
El Acuerdo Trip's no es aplicable en el caso pues no se hallaba vigente al tiempo en que
ocurrieron los hechos.
2.3. Asimismo, según jurisprudencia constante, el art. 18 de la Constitución exige que la
conducta y la sanción se encuentren previstas con anterioridad al hecho por una ley en sentido
estricto, y es competencia exclusiva del Poder Legislativo la determinación de cuáles son los
intereses que deben ser protegidos mediante amenaza penal, y en qué medida debe expresarse
esta amenaza para garantizar una protección suficiente, por ser el derecho penal la última ratio
del orden jurídico.
Por otro lado, en atención a que las citadas convenciones de Berna y Ginebra no dan
origen a la obligación de legislar sanciones penales, no es posible inferir que el Estado nacional
hubiese incurrido en incumplimiento de sus obligaciones internacionales por no haber legislado
en tal sentido .
Por ende, la Corte Suprema confirmó la sentencia apelada.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA ARGENTINA (un juez formuló un voto concurrente),
sentencia del 23-12-1997, P.772.XXXI, Pellicori, Oscar A. y otros s/ denuncia por defraudación.
41
2. Sentencia:
2.1. Se declara probado:
a) que el Sr. Suárez Rosero fue arrestado a las 2,30 hs. del 23 de junio de 1992 por
agentes de la Policía Nacional de Ecuador, en el marco de la operación policíaca Aciclón@, cuyo
objetivo era Adesarticular a una de las más grades organizaciones del narcotráfico
internacional@, sin orden judicial y sin haber sido sorprendido en flagrante delito;
b) que el día de su detención, el Sr. Suárez Rosero rindió declaración presumarial ante
oficiales de policía y en presencia de tres fiscales del Ministerio Público. En este interrogatorio
no estuvo presente un abogado defensor;
c) que del 23 de junio al 23 de julio de 1992, el Sr. Suárez Rosero estuvo detenido
incomunicado en el Regimiento de Policía AQuito número dos@, en una celda húmeda y poco
ventilada de cinco metros por tres, con otras dieciséis personas; y del 23 al 28 de julio
permaneció incomunicado en el Centro de Rehabilitación Social para Varones de Quito;
d) que durante el período total de su incomunicación no se permitió al detenido recibir
visitas de su familia o comunicarse con su abogado. Durante ese lapso, su único contacto con
sus familiares se limitó al cambio de ropa y sucintas notas manuscritas, que eran revisadas por
personal de seguridad;
e) que a partir del 28 de julio de 1992 se permitió al Sr. Suárez Rosero, en días de visita,
recibir a su familia, abogado y miembros de organizaciones de derechos humanos. Las
entrevistas con su abogado se realizaron en presencia de oficiales de policia.
2.2. En consecuencia:
2.2.1. Teniendo presente el límite máximo establecido en la Constitución ecuatoriana, la
incomunicación a que fue sometido el Sr. Suárez Rosero, que se prolongó del 23 de junio de
1992 al 28 de julio del mismo año, violó el artículo 7.2 de la Convención.
2.2.2. El Estado no contradijo la aseveración de la Comisión de que el Sr. Suárez Rosero
nunca compareció ante una autoridad judicial durante el proceso. Por tanto, se da por probada
esta alegación y se declara que esta omisión por parte del Estado constituye una violación del
art. 7.5 de la Convención.
2.2.3. Al no haber tenido el Sr. Suárez Rosero el acceso a un recurso judicial sencillo,
rápido y efectivo, se concluye que el Estado violó las disposiciones de los arts. 7.6 y 25 de la
Convención.
2.2.5. Este Tribunal ha dicho que la incomunicación es una medida excepcional para
asegurar los resultados de una investigación, y que sólo puede aplicarse si es decretada de
acuerdo con las condiciones establecidas de antemano por la ley. En el presente caso, dichas
condiciones están previstas en el art. 22.19.h de la Constitución Política del Ecuador al
disponer que: Aen cualquiera de los casos el detenido no podrá ser incomunicado por más de 24
horas@.
La sola comprobación de que la víctima fue privada durante 36 días de toda
comunicación con el mundo exterior y, particularmente, con su familia, permite concluir que el
Sr. Suárez Rosero fue sometido a tratos crueles, inhumanos y degradantes, más aun cuando ha
quedado demostrado que esta incomunicación fue arbitraria y realizada en contravención de la
42
normativa interna del Ecuador, por lo que se declara que el Estado violó el art. 5.2 de la
Convención.
2.2.6. El artículo 114 bis del Código Penal ecuatoriano asigna a las personas detenidas el
derecho a ser liberadas cuando se den las condiciones allí indicadas. El último párrafo de ese
artículo dispone: A...Se excluye de estas disposiciones a los que estuviesen encausados por
delitos sancionados por la Ley sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas@.
La Corte considera que esa excepción despoja a una parte de la población carcelaria de
un derecho fundamental, que lesiona intrínsecamente a todos los miembros de dicha categoría
de inculpados y, consecuentemente, declara que el art. 114 bis del Código Penal ecuatoriano
infringe el art. 2 de la Convención, por cuanto Ecuador no ha tomado las medidas adecuadas de
derecho interno que permitan hacer efectivo el derecho contemplado en el art. 7.5 de la
Convención.
2.2.7. La Corte declara que el Ecuador está obligado, en virtud de los deberes generales
de respetar los derechos y adoptar disposiciones de derecho interno (arts. 1.1 y 2 de la
Convención), a adoptar las medidas necesarias para asegurar que violaciones como las que han
sido declaradas en la presente sentencia no se producirán de nuevo en su jurisdicción.
2.2.8. Como consecuencia de lo dicho, la Corte considera que el Ecuador debe ordenar
una investigación para identificar y, eventualmente, sancionar a las personas responsables de
las violaciones a los derechos humanos a que se ha hecho referencia en esta sentencia.
2.2.9. Se declara que el Ecuador está obligado a pagar una justa indemnización a la
víctima y a sus familiares, y a resarcirles los gastos en que hubieran incurrido en las gestiones
relacionadas con este proceso.
43
específicamente indicados, y a los de encuentro y tránsito de personas que participan o asisten a
las competencias deportivas. El comisario puede, asimismo, ordenar que dichas personas
comparezcan ante la comisaría durante las competencias alcanzadas por la medida. Esta última
decisión debe ser notificada al destinatario y comunicada al Procurador de la República
competente ante el Tribunal de la circunscripción que, en caso de considerar justificada dicha
medida, requerirá su validación al juez de instrucción preliminar.
A fin de asegurar el derecho efectivo del interesado a exponer sus razones ante el
mencionado juez de instrucción, la norma en juego ha sido declarada inconstitucional en la
medida en que no preveía que el destinatario de la medida sea expresamente advertido, en
oportunidad de la notificación, de la facultad de impugnar la medida, personalmente o por un
defensor, ante el recordado juez.
Las leyes que reglamentan los derechos y las libertades protegidos por la Constitución
deben ser votadas por la Cámara de representantes, por la mayoría de los representantes
elegidos y no solamente por la mayoría de los presentes.
El art. 3 de la Constitución precisa que los poderes del Estado se ejercen en el marco de
la Constitución y de las leyes que en su consecuencia se dicten. Así, el art. 11 de la Constitu-
ción prevé que los derechos y las libertades públicas no pueden ser limitados sino respetando
las disposiciones de la Constitución, es decir por la ley, y que, además, dichas restricciones
deben ser necesarias en la perspectiva de una sociedad democrática, al tiempo que no deben en
ningún caso alterar en nada la naturaleza de los derechos y libertades en juego.
A(...) no basta que se indique como frase reiterada sin fundamento que una persona se
encuentra en actitud sospechosa para privársele de libertad (...)@.
44
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE COSTA RICA, sentencia n° 367, en Revista Judicial, Corte
Suprema de Justicia, n° 62, San José, febrero de 1997, p. 352.
2. Sentencia:
El delito de almacenamiento de estupefacientes (art. 5.c de la ley 23.737) está
contemplado como un delito de peligro abstracto, por lo que está desvinculada la acción del
resultado.
En la categoría de delitos, lo que determina la punibilidad de la conducta es la
peligrosidad general de una acción para determinados bienes jurídicos.
Lo que la citada ley reprime es la guarda o almacenamiento, con un sentido de acopio de
estupefacientes, castigados por el solo peligro que ello genera para el bien jurídico que la ley
protege: la salud pública.
Frente a un hecho de tenencia de estupefacientes, cuando no se trate de consumo
personal, deja de interesar el motivo y destino de la droga; la distinción entre la simple tenencia
y el almacenamiento resultará de las características que surgen implícitamente del verbo
Aalmacenar@.
Nota de la Secretaría: el art. 5.c de la ley 23.737 dispone: ASerá reprimido con reclusión o
prisión de cuatro a quince años y multa... el que sin autorización o con destino ilegítimo:... c)
comercie con estupefacientes o materias primas para su producción o fabricación o los tenga
con fines de comercialización, o los distribuya, o dé en pago, o las almacene o transporte@. La
45
sentencia remite a los fundamentos y conclusiones del dictamen del Procurador General.
Para tipificar una conducta antijurídica, típica, culpable y punible, es necesario referirse
a los hechos como sucedieron, debidamente ratificados y comprobados mediante prueba
producida en la etapa plenaria.
46
No es suficiente para calificar la conducta de una persona como tráfico de
estupefacientes, la presunción de que la sustancia incautada en posesión del inculpado, dada su
cantidad (19 sobres de pasta base de cocaína), no era para consumo personal, si no se ha
probado indubitablemente que hubiera estado vendiendo droga.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE BOLIVIA (Sala Penal), A.S. N° 307 del 14-8-1995,
Ministerio Público c/ Juan José Arandia Flores - Suministro de sustancias controladas, en Gaceta
Judicial de Bolivia, N° 1807, agosto de 1995, Sucre, p. 395.
Habiendo precluido el período máximo concedido por el Tribunal Supremo -90 días- sin
que el gobierno alemán haya formalizado la demanda de extradición, resulta improcedente la
solicitud de una nueva ampliación para la detención provisional del ciudadano alemán,
debiendo declararse formalmente la caducidad de la competencia del Tribunal Supremo para
conocer del trámite de extradición, al haberse vencido el plazo perentorio y fatal anteriormente
concedido.
SUPREMO TRIBUNAL FEDERAL DE BRASIL -Pleno-, sentencia del 5-6-1996, extradición n° 665
47
República Federal da Alemanha, en Revista Trimestral de Jurisprudência, Serviço de Divulgação,
Brasilia, vol. 162, n° 2, noviembre de 1997, p. 452.
1. Antecedentes del caso: el peticionante mintió al decir Ano@ cuando los agentes
federales le preguntaron si había recibido dinero o regalos de una empresa cuyos empleados
estaban representados por el sindicato del que el peticionante era funcionario. Por ello, fue
acusado de cohecho federal y de prestar falso testimonio ante la jurisdicción de una agencia
federal, en violación a lo dispuesto por la Sección 1001 del Título 18 del Código de los Estados
Unidos. El jurado del tribunal de distrito lo encontró culpable. La Cámara de apelaciones
confirmó la decisión, rechazando categóricamente la pretensión de adoptar la doctrina llamada
del Ano exculpatorio@, que excluye del alcance de la Sección 1001 a las declaraciones falsas que
sólo consisten en la negativa de haber actuado ilícitamente. Entonces, el agraviado interpuso un
writ of certiorari ante la Suprema Corte.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 26-1-1998, James Brogan v.
United States, enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de Cornell, y publicada en 66 LW
4111.
48
FILIACION. PATERNIDAD. IMPUGNACIÓN. LEGITIMACIÓN (BÉLGICA).
1. Antecedentes del caso: según la práctica usual, la fiscal Kalina comenzó el proceso
penal contra Fletcher presentando, ante un tribunal estadual de Washington, tres documentos:
(1) información no juramentada que acusaba a Fletcher de robo; (2) un pedido no juramentado
de que se ordenara su arresto; y (3) una Acertificación para la determinación de que existen
elementos suficientes para considerar prima facie fundada una acción y el pedido de arresto
(Certification for Determination of Probable Cause), en el que sintetizaba la prueba que
respaldaba la acusación y juraba sobre la veracidad de los hechos alegados Adeclarando saber
que, en caso de mentir, estaría cometiendo falso testimonio@. El mencionado tribunal consideró
prima facie fundada la acción, con base en la certificación, por lo que ordenó el arresto del
acusado, que pasó un día en prisión. Sin embargo, la acción fue posteriormente desestimada a
pedido del fiscal.
Ante esto, y centrándose en dos declaraciones fácticas incorrectas incluidas en la
certificación de la fiscal, Fletcher promovió una acción de daños y perjuicios contra aquélla -
fundada en la Sec. 1983 del Título 42 del Código de los Estados Unidos- por haber violado su
derecho a verse libre de arrestos irrazonables. El Tribunal federal de distrito rechazó la
pretensión de la fiscal de que se resolviera la cuestión como de puro derecho, porque entendió
que la funcionaria no gozaba de inmunidad absoluta y que la decisión de si gozaba o no de una
inmunidad limitada requería el análisis de cuestiones de hecho. La fiscal, entonces, interpuso
un writ of certiorari ante la Suprema Corte.
2. Sentencia: la Sección 1983 puede dar derecho a reclamar los daños y perjuicios en
los supuestos de que los fiscales hagan manifestaciones falsas en materia de hechos en una
declaración jurada que respalda un pedido de dictar una orden de arresto, dado que la
mencionada conducta no cae dentro del ámbito de aplicación de la doctrina de la inmunidad
absoluta del fiscal:
(a) en Imbler v. Pachtman (424 US 409, 410, 430-431 -1976-) y en los casos resueltos
con posterioridad, reconocimos que un fiscal está totalmente protegido por la inmunidad
absoluta cuando cumple con las funciones tradicionales de un abogado. V. e.g. Buckley v.
Fitzsimmons (509 US 259, 273 -1993-), pero que sólo goza de una inmunidad limitada cuando
cumple otro rol, como por ejemplo cuando actúa como testigo denunciante al presentar ante el
juez una demanda y una declaración jurada respaldatoria de un pedido de arresto. V. Malley v.
Briggs (475 US 335, 340-341 -1986-). De acuerdo a la doctrina formulada en estos casos, la
actividad de Kalina vinculada a la preparación y presentación de la información contra Fletcher
49
y al pedido de la emisión de una orden de arresto claramente gozan de una inmunidad absoluta
ya que forman parte de la función de un abogado. En verdad, la preparación y presentación del
tercer documento también está protegida, con excepción de su juramento personal sobre la
veracidad del contenido de la certificación.
(b) Sin embargo, Kalina actuó más como testigo que como abogado cuando hizo la
certificación Abajo apercibimiento de estar cometiendo falso testimonio@. Por eso, dado que
cometió este delito, Fletcher puede accionar en su contra en términos de la Sección 1983. La
Enmienda IV exige que las órdenes de arresto estén basadas Aen un motivo suficiente (probable
cause) respaldado por un juramento o afirmación@, y esta exigencia no puede satisfacerse con la
simple presentación de una información no juramentada firmada por el fiscal -v. e.g. Gerstein
v. Pugh (420 US 103, 117 -1975-)-. Asimismo, como la mayor parte de los procesamientos
realizados en el Estado de Washington se inician mediante información, la ley estadual exige
que las órdenes de arresto estén respaldadas por una declaración jurada o Atestimonio juramen-
tado que establezca los fundamentos para dictar la orden@. La certificación de Kalina estaba
destinada a cumplir con estas exigencias, pero ni el derecho federal ni el estadual exigen que el
fiscal haga esta certificación. Es ineficaz la pretensión de Kalina de que la ejecución de ese acto
era sólo incidental a una presentación que, considerada como un todo, era el trabajo de un
abogado. Si bien el ejercicio del juicio profesional de un abogado informó las otras acciones de
Kalina, dicho juicio no pudo afectar la verdad o falsedad de las declaraciones fácticas que
contenía la certificación. Prestar declaración testimonial en relación a los hechos es función de
un testigo, no de un abogado. No importa lo breve o sucinta que pueda ser, el componente
probatorio de una solicitud de arresto es un predicado distinto y esencial de una decisión de que
existe motivo suficiente para un arresto. Cuando la persona que cumple con la exigencia
constitucional de hacer un Ajuramento o afirmación@ es un abogado, la única función que realiza
en ese momento es la de testigo. El argumento final de Kalina en el sentido de que la decisión
de no reconocerle una inmunidad absoluta tendrá un Aefecto desalentador@ en los fiscales, no
encuentra sustento en la prueba ni resulta convincente.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 10-12-1997, Lynne Kalina v.
Rodney Fletcher, enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de Cornell, y publicada en 66
LW 4031.
50
electivos, y que la circunstancia de que la Ley Transitoria de Gobiernos Locales rigiera esas
elecciones no impedía que los gobiernos cayeran en la categoría contemplada por la Constitu-
ción interina. Declaró, también, que el derecho que tienen los líderes tradicionales a integrar los
órganos gubernamentales locales constituye el reconocimiento de la potencial tensión entre el
gobierno local democrático -cuya estructura puede alcanzar áreas antes sujetas a la autoridad de
los jefes y caudillos- y la institución de liderazgos tradicionales. El fin perseguido por la norma
es garantizar la continuidad y evitar trastornos durante el período de transición desde las
antiguas estructuras gubernamentales locales, que eran principalmente urbanas y estaban
divididas en términos raciales, hacia los nuevos organismos democráticos que cubren toda el
área de Sudáfrica.
Procede hacer lugar al recurso de hábeas corpus por detención indebida e ilegal por
incumplimiento de las formalidades legales, toda vez que el recurrente estuvo detenido por un
plazo mayor al establecido por el artículo 97 de la ley 1008 -cuarenta y ocho horas- sin haber
sido puesto a disposición del juez llamado por la ley. No resulta pretexto válido para justificar
una detención mayor al plazo prevenido en dicho precepto legal, el no haberse cumplido con
las investigaciones pertinentes.
Nota de la Secretaría: el art. 97 de la Ley 1008 establece que la Fuerza Especial de Lucha contra el
Narcotráfico debe pasar al detenido con las diligencias al juez competente, en el término de 48 horas. La
Sala Penal Segunda de la Corte Superior del Distrito Judicial de Santa Cruz declaró procedente el
recurso de hábeas corpus contra el Comandante de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico,
por considerar que éste debió haber investigado todos los antecedentes que ordenan la detención del
presunto autor, y no primero efectivizar la detención y después la investigación; asimismo, dispuso la
remisión de los antecedentes y del detenido al Tribunal de Sustancias Controladas y ordenó a la Fuerza
Especial que continúe con la investigación. Luego elevó lo actuado en revisión a la Corte Suprema de
Justicia.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE BOLIVIA (Sala Penal), A.S. N° 297 del 12-8-1995, Juan
Antonio Elio Rivero c/ Comandante de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico. Hábeas
Corpus, en Gaceta Judicial de Bolivia, n° 1807, agosto de 1995, Sucre, p. 335.
51
de visado invocando el Convenio de Doble Nacionalidad entre España y Perú, y alegando tener
un hijo nacido en España; b) que el 10 de marzo de 1994, esto es, tres meses y diez días
después de presentada la solicitud antedicha, fue detenido por la policía, recuperando su
libertad a los dos días, tras notificársele la propuesta de incoación de expediente de expulsión;
c) que el 2 de marzo de 1995, en oportunidad en que, junto con su abogada, se presentó en
oficinas del Cuerpo Nacional de Policía a fin de conocer el estado en que se encontraba su
expediente, el funcionario actuante, después de solicitarle el pasaporte, procedió a detenerlo a
efectos de su expulsión del territorio, prevista para el día siguiente -3 de marzo-, conforme a lo
resuelto por la Delegada del Gobierno en Andalucía y Gobernadora civil en Sevilla, el 15 de
junio de 1994, lo que le fue notificado en ese momento; y d) que ese mismo día 2, la abogada
citada, actuando en nombre y representación verbal del demandante, presentó ante el Juzgado
de Instrucción de Guardia de Sevilla solicitud de hábeas corpus, la que fue inadmitida por Auto
de igual fecha.
2. Sentencia:
La especial naturaleza del procedimiento de hábeas corpus, cuyo fin inmediato es el de
corregir situaciones de privación de libertad afectas de alguna ilegalidad -potencialmente todos
aquellos supuestos en que se produce una privación de libertad no acordada por el juez o en
forma tal que vulnere derechos fundamentales previstos en la Constitución íntimamente
conectados con la libertad personal-, determina que, ante una detención, aunque venga
acordada -como en el presente caso- por un funcionario administrativo que ostenta
competencia, si existe alguna duda en cuanto a la legalidad de sus circunstancias, no proceda
acordar la inadmisión sino examinar dichas circunstancias, pero no las cuestiones relativas a la
dispensa del visado, su obtención por silencio o, incluso, la procedencia de la expulsión, objeto
en su caso de impugnación ante los tribunales contenciosoadministrativos, sino, precisamente,
las de detención preventiva previa a la expulsión. En efecto, el juez del hábeas corpus debe
controlar la legalidad material de la detención administrativa, es decir, que ésta estuviera o no
incluida dentro de alguno de aquellos casos en que la ley permite privar de la libertad a una
persona, porque del ajuste o no a la Constitución y al ordenamiento de aquel acto
administrativo dependía el reconocimiento o la vulneración del derecho a la libertad y la
legalidad o no de la detención.
Nota de la Secretaría: admitido el proceso, en razón de un escrito presentado por el hermano del
penado, en el que alegó la violación constitucional del derecho de defensa -en el caso la no citación de
testigos de descargo-, el juez ejecutor comprobó que ya existía sentencia condenatoria definitiva, la que,
por otra parte, había sido notificada a todos los interesados, sin que contra ésta se hubiera interpuesto
52
recurso alguno. Por tanto, el Tribunal resolvió que el detenido debe continuar en la prisión formal en
que se halla.
Los principios del derecho internacional constituyen un régimen autónomo que describe
fundamental y definitivamente las reacciones posibles ante los abusos de los privilegios e
inmunidades diplomáticas.
La inmunidad de la que gozan los Estados y la que beneficia a los diplomáticos son
instituciones diferentes del derecho internacional y tienen reglas propias. En consecuencia, no
es posible concluir que una restricción en uno de dichos campos pueda aplicarse al otro.
No existe ningún principio general de derecho internacional en los términos del cual, la
inmunidad prevista en el segundo párrafo del artículo 39.2 de la Convención de Viena sobre las
Relaciones Diplomáticas, produzca efectos erga omnes, es decir, frente a los países terceros.
No existe ningún principio general de derecho internacional que obligue a la República
Federal de Alemania, a respetar el mantenimiento de la inmunidad que beneficia a un
embajador anteriormente acreditado ante la República Democrática Alemana, según la norma
antes mencionada, con base en la sucesión de Estado, cuando esta última República ha estado
autorizada a iniciar una persecución penal con arreglo al derecho federal anterior a la
reunificación alemana.
2. Los gobernadores de Estado -que disponen de la prerrogativa del foro ratione muneris
ante el Superior Tribunal de Justicia- están sujetos, una vez obtenida la necesaria licencia de la
53
respectiva Asamblea Legislativa, al proceso penal, aunque las infracciones penales a ellos
impuestas sean extrañas al ejercicio de las funciones gubernamentales.
SUPREMO TRIBUNAL FEDERAL DE BRASIL -Pleno-, sentencia del 19-10-1998, acción directa
de inconstitucionalidad n° 978-PB, en Revista Trimestral de Jurisprudência, Serviço de Divulgação,
Brasilia, vol. 162, n° 2, noviembre de 1997, p. 462.
1. Antecedentes del caso: Scott-Harris promovió una acción contra la ciudad de Fall
River -Massachusetts-, los Sres. Bogan (intendente de la Ciudad) y Roderick (vicepresidente
del consejo deliberante de la Ciudad) y otros funcionarios, en la que alegaba que la eliminación
de la dependencia municipal de la que era el único empleado estaba fundada en animosidad
racial y en el deseo de venganza porque había ejercido los derechos que le otorga la Enmienda I
al presentar una denuncia contra otros empleados municipales. El Tribunal de distrito denegó
en dos oportunidades los pedidos formulados por Bogan y Roderick para que se desestimara la
acción en razón de que gozaban de una inmunidad procesal absoluta. El jurado dictó un
veredicto favorable a todos los demandados respecto de la acusación de discriminación, pero
encontró que eran responsables en términos de la Enmienda I. La Cámara de apelaciones
revocó el veredicto dictado contra la Ciudad pero confirmó las sentencias de Roderick y Bogan.
Si bien llegó a la conclusión de que éstos tienen una inmunidad absoluta frente a la
responsabilidad civil por los daños que produzcan al cumplir actividades legislativas legítimas,
juzgó que los actos de presentar, votar favorablemente y firmar la ordenanza que eliminaba el
cargo de Scott-Harris no eran Alegislativos@. Buscando sustento en la conclusión del jurado de
que las expresiones constitucionalmente protegidas de Scott-Harris eran un factor sustancial o
definitorio de la conducta de los funcionarios aquí denunciada, la Cámara razonó que la
54
conducta era administrativa y no legislativa porque Roderick y Bogan se habían fundado en
circunstancias relativas a un individuo determinado -Scott-Harris- para tomar sus decisiones.
Los dos funcionarios municipales interpusieron un writ of certiorari ante la Suprema Corte.
2. Sentencia:
2.1. Los legisladores locales tienen la misma inmunidad absoluta frente a la
responsabilidad civil por sus actividades legislativas, en términos de la Sección 1983, que
desde hace tiempo gozan los legisladores federales, estaduales y regionales [v. e.g. Tenney v.
Brandhove (341 US 367, 372, 372-376 -1951-), Amy v. Supervisors (11 Wall. 136, 138 -1871-
)]. Esa inmunidad no sólo encuentra un sólido sustento en los casos fundados en el common
law y en los antiguos tratados, sino también en la razón [v. Tenney (341 US, p. 376)]. Los
fundamentos para acordar inmunidad absoluta a los legisladores federales, estaduales y
regionales, se aplican con igual fuerza a los locales. Sin tomar en consideración el nivel de
gobierno, el ejercicio de discrecionalidad legislativa no debería verse inhibido por la
interferencia judicial ni distorsionado por el miedo a la responsabilidad personal (ver, e.g. íd, p.
377). Además, el tiempo y energía que resultan necesarios para defenderse en un proceso tienen
particular gravitación a nivel local, en donde es común que los ciudadanos trabajen part time
como legisladores (v. íd., p. 377). Además, la amenaza de tener que responder civilmente puede
obstaculizar en forma significativa la prestación de servicios en los gobiernos locales, al hacer
palidecer el prestigio y las recompensas económicas [Harlow v. Fitzgerald (457 US 800, 827 -
1982-, disidencia de Burger)]. Por otra parte, en los gobiernos locales pueden tener mayor
gravitación ciertos factores que desalientan el abuso legislativo, tales como la posibilidad de
imponer responsabilidad municipal por violaciones constitucionales [e.g. Lake Country Estates
Inc. v. Tahoe Regional Planning Agency (440 US 391, 405, n. 29 -1979-)] y el control
definitivo al abuso legislativo que es el proceso electoral (cf. Tenney, supra, p. 378) a nivel
local. En verdad, Lake Country Estates (supra, p. 401-402) contradice implícitamente cualquier
pretensión de que el fundamento de la inmunidad absoluta no alcance a los legisladores locales.
2.2. Las acciones de los peticionantes impugnadas en este caso gozan de inmunidad
absoluta, que se otorga a todos los actos realizados Aen la esfera de la actividad legislativa
legítima@ (Tenney, 341 US, 376). La Cámara de apelaciones erróneamente buscó sustento en la
intención subjetiva de los apelantes para decidir si sus actos caían dentro de esta categoría. La
determinación de si un acto es legislativo depende de la naturaleza del acto mismo y no del
motivo o intención del funcionario que lo hace (íd., pp. 370, 377). Esta Corte no encuentra
dificultad para llegar a la conclusión de que, despojada de toda consideración del intento o
motivo, las acciones de los peticionantes eran legislativas. Por otra parte, la presentación que el
apelante Bogan hizo de un presupuesto que proponía la eliminación de puestos de trabajo
municipales y la firma que puso en la ordenanza para convertirla en ley, también fueron
formalmente legislativos, aun cuando fuera realizada por un funcionario ejecutivo. Los
funcionarios que no pertenecen al Poder Legislativo tienen derecho a gozar de inmunidad
legislativa cuando cumplen funciones legislativas [v. Supreme Court of Virginia v. Consumers
Union of United States Inc. (446 US 719, 731-734 -1980-)]. Las acciones de Bogan son
legislativas porque constituyeron pasos esenciales del proceso legislativo [cf. e.g. Edwards v.
United States (286 US 482, 490 -1932-)]. Además, esta ordenanza en particular tiene todas las
características de la legislación tradicional: traduce una decisión discrecional que instrumenta
una política que refleja las prioridades presupuestarias de la ciudad y los servicios que presta a
los contribuyentes; incluye la terminación de un puesto de trabajo que, a diferencia de la
contratación o despido de un empleado determinado, puede tener potenciales efectos que
trascienden a la persona que lo ocupa; y, al eliminar la oficina del apelado, se aplica a un área
en la que los legisladores tradicionalmente tienen poder para actuar (Tenney, supra, p. 379).
55
SUPREMA CORTE DE ESTADOS UNIDOS, sentencia del 3-3-1998, Daniel Bogan et al. v. Janet
Scott-Harris, enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de Cornell, y publicada en 66 LW
4163.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE COSTA RICA, sentencia n° 217, en Revista Judicial, Corte
Suprema de Justicia, San José, n° 62, febrero de 1997, p. 287.
56
invalidez de dicha revocación, presentando recursos de hábeas corpus, en primer término, ante
un tribunal estadual y, luego, ante uno federal. Antes de que el tribunal de distrito resolviera el
fondo de la cuestión, Spencer terminó de cumplir su condena. Dicho tribunal desestimó
entonces la petición por considerarla abstracta, lo que fue confirmado por la Cámara de
apelaciones. En este estado, Spencer interpuso un writ of certiorari ante la Suprema Corte.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 3-3-1998, Randy G. Spencer vs.
Mike Kemna, Superintendent, Western Missouri Correctional Center et al., enviada al E-mail de esta
Secretaría por la Universidad de Cornell, y publicada en 66 LW 4152.
57
LEGITIMACION PROCESAL. STANDING. ELEMENTOS. JURISDICCION Y COMPETENCIA.
DOCTRINA DE LA COMPETENCIA HIPOTÉTICA (EE.UU.).
2. Sentencia: dado que nada de lo solicitado tiene posibilidad de remediar el daño que
en los hechos alega haber sufrido Citizens for a Better Environment, ésta carece de legitimación
para promover esta acción y la Corte y los tribunales inferiores carecen de competencia para
entender en el caso:
(a) La cuestión que se nos plantea en este caso -si la EPCRA autoriza a los ciudadanos a
promover acciones por violaciones históricas- no es un tema de competencia y no tiene el
mismo estatus que la legitimación para demandar como cuestión que hay que resolver en
primer término. Se encuentra firmemente establecido que la competencia de un tribunal de
distrito en razón de la materia no desaparece por la inexistencia de un derecho a accionar válido
(como opuesto a discutible). V. e.g. Bell v. Hood (327 US 678, 682 -1946-). La competencia en
razón de la materia existe cuando la autorización para reclamar un daño depende de cuál sea la
interpretación que se le dé a la Constitución y a las leyes (íd., p. 685), a menos que la
pretensión parezca claramente irrelevante, totalmente insustancial y frívola, o de algún otro
modo tan carente de mérito como para no constituir una controversia federal. V. e.g. Oneida
Indian Nation of New York v. County of Oneida (414 US 661, 666 -1974-). Aquí, Citizens for a
Better Environment gana de acuerdo a una de las interpretaciones de la EPCRA y pierde de
acuerdo a la otra, y su pretensión no es frívola ni irrelevante. Es irrazonable interpretar que
dicha ley -según la cual Ael tribunal de distrito tendrá competencia para entender en las acciones
fundadas en la subsección (a)... para ejecutar la exigencia de la EPCRA... y para imponer
cualquier penalidad civil prevista para la violación de dicha exigencia@- da un derecho
jurisdiccional a accionar fundado en cualquiera de los elementos de la Sección 11046(a), en
lugar de entender que sólo especifica las atribuciones que tiene el tribunal para dar una
reparación. Gwaltney of Smithfield Ltd. v. Chesapeake Bay Foundation Inc. (484 US 49 -1987-
). En ningún caso esta Corte ha calificado de Ajurisdiccional@ a un derecho a accionar, ni ha
resuelto esa cuestión antes de establecer si existe un caso o controversia en términos del Art. III.
Un principio así, convertiría a toda cuestión estatutaria planteada en una acción promovida por
un ciudadano en términos de la EPCRA, en una cuestión de jurisdicción que esta Corte tendría
que considerar -en realidad, plantearse de oficio- aun cuando no haya sido planteada ante el
tribunal inferior.
(b) Esta Corte se niega a adoptar la Adoctrina de la jurisdicción hipotética@ según la cual
varias cámaras de apelaciones consideraron apropiado resolver inmediatamente las cuestiones
58
de fondo, pese a la existencia de objeciones en materia de competencia, al menos cuando (1) la
cuestión de fondo se resuelve más fácilmente, y (2) la parte triunfante en la cuestión de fondo
es la misma que prevalecería si el tribunal se declarara incompetente. Esa doctrina lleva a los
tribunales más allá de los límites permitidos a la acción judicial y, por lo tanto, ofende
principios fundamentales de la división de poderes. En una larga y venerable familia de casos,
esta Corte ha resuelto que, sin tener la competencia adecuada, un tribunal no puede intervenir
de ningún modo en una causa y sólo debe destacar el defecto o vicio de procedimiento que
obsta a su competencia y desestimar el caso. Ver e.g. Capron v. Van Noorden (2 Cranch 126 -
1804-), etc. Si un tribunal se pronuncia sobre el significado o constitucionalidad de una ley
cuando no tiene competencia para hacerlo comete, típicamente, un acto ultra vires.
(c) Citizens for a Better Environment carece de legitimación para accionar. La
legitimación es el Amínimo constitucional irreducible@ que resulta necesario para que exista un
Acaso@ o Acontroversia@ justiciable en términos del Art. III, Sec. 2. Lujan v. Defenders of
Wildlife (504 US 555, 560 -1992-). La legitimación tiene tres presupuestos: daño real para el
actor, producción de ese daño por la conducta del demandado que se denuncia, y la posibilidad
de que la reparación que se solicita remedie dicho daño. E.g. ibíd. Aun asumiendo que, como
alega Citizens for a Better Environment, la omisión de la empresa de presentar oportunamente
la información requerida por la EPCRA y los efectos persistentes de esa omisión producen un
daño real a Citizens for a Better Environment y a sus miembros que satisface el Art. III (cf. íd.,
p. 578), la demanda sigue sin satisfacer el test de la reparabilidad: ninguno de los ítemes
específicos que se solicitan -una sentencia declarativa de que la empresa violó la EPCRA, una
orden judicial que autorice a la asociación a hacer inspecciones periódicas de las instalaciones y
registros de la empresa y que le exija a ésta que entregue a la peticionante copias de los
informes presentados; y la condena a pagar las penalidades civiles previstas en la EPCRA al
Tesoro y a reembolsar los gastos del litigio al peticionante- y ninguna reparación concebible en
términos del petitorio general que se incluye al final de la demanda, serviría para reembolsar al
peticionante las pérdidas causadas por el retardo de la empresa en presentar sus informes o para
eliminar cualquier efecto que esa presentación tardía le haya producido.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 4-4-1998, Steel Co., Aka Chicago
Steel & Pickling Co. v. Citizens for a Better Environment, enviada al E-mail de esta Secretaría por la
Universidad de Cornell, y publicada en 66 LW 4174.
Conforme a la teoría de los componentes de la norma, para determinar si una ley cumple
con la garantía de irretroactividad prevista en el primer párrafo del art. 14 de la Constitución,
debe precisarse que toda norma jurídica contiene un supuesto y una consecuencia, de suerte que
si aquél se realiza, ésta debe producirse, generándose, así, los derechos y obligaciones
correspondientes y, con ello, los destinatarios de la norma están en posibilidad de ejercitar
aquéllos y cumplir con éstas.
Sin embargo, el supuesto y la consecuencia no siempre se generan de modo inmediato,
pues puede suceder que su realización ocurra fraccionada en el tiempo -cuando son actos
complejos, compuestos por diversos actos parciales-. De esta forma, para resolver sobre la
retroactividad o irretroactividad de una disposición jurídica, es fundamental determinar las
hipótesis que pueden presentarse en relación con el tiempo en que se realicen los componentes
de la norma, a saber:
1. cuando durante la vigencia de una norma jurídica se actualizan, de modo inmediato, el
59
supuesto y la consecuencia establecidos en aquélla. En este caso, ninguna disposición legal
posterior podrá variar, suprimir o modificar aquel supuesto o esa consecuencia sin violar la
garantía de irretroactividad, atento a que fue antes de la vigencia de la nueva norma cuando se
realizaron los componentes de la norma sustituida;
2. cuando la norma jurídica establece un supuesto y varias consecuencias sucesivas. Si
dentro de la vigencia de esta norma se actualiza el supuesto y alguna o algunas de las
consecuencias, pero no todas, ninguna norma posterior podrá variar los actos ya ejecutados sin
ser retroactiva;
3. cuando la norma jurídica contempla un supuesto complejo, integrado por diversos
actos parciales sucesivos y una consecuencia. Aquí, la norma posterior no podrá modificar los
actos del supuesto realizado bajo la vigencia de la norma anterior que los previó, sin violar la
garantía de irretroactividad. Pero en cuanto al resto de los actos componentes del supuesto que
no se ejecutaron durante la vigencia de la norma que los previó, si son modificados por una
norma posterior, ésta no puede considerarse retroactiva. En esta circunstancia, los actos o
supuestos habrán de generarse bajo el imperio de la norma posterior y, consecuentemente, son
las disposiciones de ésta las que deben regir su relación, así como la de las consecuencias que a
tales supuestos se vinculan.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE MEXICO -Pleno-, P./J. 87/97 del 3-11-1997, en Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, México, Novena Epoca, Tomo VI, noviembre 1997, p. 7.
60
reglamentación de una ley, teniendo como límite en el ejercicio de esa potestad, el contenido
mismo del precepto legal que reglamenta y las normas jurídicas de rango legal y constitucional.
El Poder Ejecutivo no puede en el ejercicio de la potestad reglamentaria disponer nuevos
supuestos de aplicación de la ley, o regular materias no contempladas en ésta y, mucho menos,
en lo concerniente a la materia tributaria, establecer penas ni imponer exacciones, tasas, multas
ni otras cargas, toda vez que en estas materias priva el principio de reserva de ley. Sí es posible,
en uso de la facultad reglamentaria, suplir las lagunas e imprecisiones de la norma legal,
siempre y cuando se interprete adecuadamente su espíritu.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE COSTA RICA, sentencia n° 118, en Revista Judicial, Corte
Suprema de Justicia, San José, n° 62, febrero de 1997, p. 245.
La fijación de una cruz o crucifijo en las aulas de las escuelas (obligatorias) del Estado
de Bavaria que no son religiosas, viola el art. 4.1 de la Ley Fundamental.
1. Antecedentes del caso: el requirente era el director y guionista del filme AVisiones de
éxtasis (ecstasy)@, cuya idea derivaba de la vida y escritos de Santa Teresa de Avila. El video -
de 18 minutos y sin diálogos- se centraba en una joven actriz vestida como una monja que
intentaba representar a Santa Teresa. En su segunda parte, entremezclaba escenas que
mostraban a Santa Teresa teniendo fantasias eróticas que envolvían la figura crucificada de
Jesús, con fantasías lesbianas o autoeróticas que comprendían la Asíquis@ de Santa Teresa. Fuera
de la lista del reparto que aparecía en pantalla por pocos segundos, el espectador no tenía
medios de saber, por el filme mismo, que la persona vestida de monja intentaba ser Santa
Teresa y que la otra mujer que aparecía intentaba ser su síquis. El requirente sometió el video al
British Board of Film Classification para el certificado de clasificación a fin de que pudiera ser
legalmente vendido, alquilado o librado al público en general. El certificado fue rechazado por
considerarse que la película infringía la ley penal contra la blasfemia. Después de habérsele
desestimado la apelación por el Video Appeals Committee, el peticionario se presentó ante la
Comisión Europea de Derechos Humanos -invocando la violación del art. 10 de la Convención
Europea de Derechos Humanos (Convención)-, que admitió el planteo por 14 votos contra 2.
2. Sentencia:
El rechazo a conceder un certificado irroga una interferencia de la autoridad pública en
el derecho de expresión del peticionario.
Dicha interferencia estaba Aprescripta por la ley@, y cabe rechazar el argumento del
requirente en cuanto a que la ley sobre la blasfemia era lo suficientemente incierta como para
satisfacer los recaudos del art. 10.2 de la Convención.
61
La interferencia persigue el fin legítimo de proteger el derecho de terceros. La Corte
siguió el caso Otto-Preminger-Institut v. Austria (1994, Serie A, N° 295) en el que admitió que
el respeto por los sentimientos y creencias religiosas puede mover legítimamente al Estado a
restringir una publicación o retratos provocativos de objetos de veneración religiosa. También
señaló que la extensión con que la ley inglesa protegía otras creencias no había sido planteada y
no enervaba la legitimidad del fin perseguido en el caso.
Finalmente, la Corte resolvió que las autoridades nacionales estaban facultadas para
considerar que la prevención de la publicación del filme era necesaria en una sociedad
democrática. En tal sentido, confirmó que los Estados contratantes disponen de un más amplio
Amargen de apreciación cuando regulan la libertad de expresión con respecto al material
susceptible de ofender convicciones personales íntimas propias de la esfera de la moral o,
especialmente, de la religión@, que el que tienen respecto de la expresión política o de debates
de cuestiones de interés público.
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS (Cámara, 7 votos contra 2), sentencia del 25-11-
1996, Wingrove v. United Kingdom, resumida y comentada en European Human Rights Law Review,
Ed. Sweet & Maxwell, Londres, n° 2, 1997, p. 183 .
Con motivo de una campaña electoral, fueron dirigidas contra un candidato expresiones
que atentaban contra su honor y consideración. Los autores de dichas expresiones estimaron
que tenían derecho a esclarecer a los electores sobre los méritos de un candidato. Según
aquéllos, su intención no podía ser establecida. La Corte de Casación rechazó el recurso;
entendió que el mencionado propósito podía constituir un hecho justificativo a condición de
que la información no haya sido objeto de una desnaturalización y de una presentación
tendenciosa, excluyentes de toda buena fe. También expuso que la ley no admite, en período
electoral, ninguna derogación de sus principios. La prudencia y la mesura deben obrar en el
aludido período, recordándose que, en principio, las imputaciones difamatorias se presumen
ejecutadas de mala fe.
62
2. Sentencia:
El ejercicio de la libertad de expresión tal como está consagrado por el artículo 10 de la
Convención Europea de Derechos Humanos, sufre un cierto número de excepciones. La frase
Agarantizar la autoridad e imparcialidad del poder judicial@ es el fundamento jurídico de una de
dichas excepciones. En el asunto Belgiam Lingüistic, la Corte Europea de Derechos Humanos
ha llegado a la siguiente conclusión: la Convención y los Protocolos son instrumentos
internacionales que tienen por finalidad principal enunciar determinadas normas internacionales
a las cuales las partes contratantes deben conformarse en sus relaciones con las personas pues-
tas bajo su jurisdicción. La Corte Constitucional declaró que, tratándose de normas
internacionales que reglan el derecho a la información, la Corte Europea de Derechos Humanos
no había explícitamente respondido a la cuestión de saber si la posibilidad de realizar una
grabación en casete de un proceso público estaba garantizada por este derecho.
La Corte Constitucional, entonces, juzgó que las partes contratantes pueden elegir
libremente la manera de aplicar la Convención en su territorio en la medida en que la norma
internacional resulte respetada. Si no existe norma internacional expresa, las autoridades del
Estado deben precisar las condiciones en las cuales un derecho o una libertad consagrados por
la Convención son protegidos por el Estado parte. Las instituciones creadas por la Convención
tienen competencia para aprobar o desaprobar la elección hecha por una parte contratante y, por
lo tanto, avalar o no la opinión que ésta ha hecho de la norma internacional. La Corte
Constitucional ha sido, entonces, llevada a formular su propia interpretación respecto del
problema de saber si la grabación en casete de un proceso público podía atentar contra la
autoridad y la imparcialidad del poder judicial.
La libertad de expresión constituye uno de los principales fundamentos de una sociedad
democrática según numerosas decisiones de la citada Corte Europea respecto del art. 10 de la
Convención.
La democracia se defiende y desarrolla por la participación del público, y dicha
participación pasa por el conocimiento de los asuntos llevados ante los tribunales y de las
decisiones dictadas por éstos al respecto. Si una persona ejerce el derecho de realizar una
grabación sonora de un proceso público, la información del público sobre la actividad de los
tribunales se ve reforzada sin que se menoscabe la autoridad o la imparcialidad del poder judi-
cial. Por ende, la prohibición de grabar magnéticamente una sesión pública de la Corte viola la
mencionada Convención y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (la Corte
también decidió que la medida en juego violaba la Constitución en cuanto, si bien el Presidente
de un tribunal colegiado en audiencia, está habilitado para autorizar la grabación visual y la
transmisión sonora y de video de los debates de una sesión pública del tribunal, no tiene el
poder de decidir si las personas presentes en la sala tienen el derecho de tomar nota de lo que
escuchan o de efectuar una grabación en casete).
El art. 14 de la ley del 29 de julio de 1881 -según el decreto del 6 de mayo de 1939-
63
dispone que Ala circulación, la distribución y la puesta a la venta en Francia de diarios o
escritos, periódicos o no, redactados en lengua extranjera, puede ser prohibida por decisión del
Ministro del interior. Esta prohibición puede igualmente ser dictada contra diarios y escritos de
procedencia extranjera redactados en lengua francesa, impresos en el extranjero o en Francia@.
A falta de toda disposición legislativa que defina las condiciones a las que está sometida
la legalidad de las decisiones de prohibición basadas en dicha norma, las restricciones al poder
del Ministro resultan de la necesidad de conciliar los intereses generales que aquél tiene a su
cargo, con el respeto debido a las libertades públicas y, especialmente, a la libertad de prensa.
Corresponde al juez administrativo, interviniente en virtud de un recurso contra la
medida de prohibición, esclarecer si la publicación prohibida, por su naturaleza, puede causar a
dichos intereses un daño que justifique el menoscabo a las libertades públicas. El poder del
Ministro así ejercido, bajo el control del juez, no es incompatible con los arts. 10 y 14 de la
Convención Europea de Derechos Humanos.
En el caso, no surge del examen del contenido de la obra colectiva prohibida (Euskadi
en guerra), a la luz de los intereses que el Ministro tiene a su custodia, y especialmente de la
seguridad pública y del orden público, que aquélla tenga una índole que justifique legalmente la
gravedad del menoscabo a la libertad de prensa que entraña la medida litigiosa.
2. Sentencia:
2.1. El concreto deber de diligencia del informador, cuyo cumplimiento permite afirmar
la veracidad de lo informado, se sitúa en el amplio espacio que media entre la verificación
estricta y exhaustiva de un hecho, y la transmisión de suposiciones, simples rumores, meras
intervenciones, insinuaciones insidiosas, o noticias gratuitas o infundadas. Su precisión, que es
la del nivel de razonabilidad en la comprobación de los hechos afirmados, viene informada por
los criterios profesionales de actuación periodística y dependerá, en todo caso, de las
características concretas de la comunicación de que se trate. El nivel de diligencia exigible
adquirirá Asu máxima intensidad@, en primer lugar, Acuando la noticia que se divulga puede
suponer por su propio contenido un descrédito en consideración de la persona a la que la
64
información se refiere@, criterio al que se añade, en su caso, abundando, el del respeto al
derecho de todos a la presunción de inocencia, y al que se suma también, de un modo bifronte,
el de la Atrascendencia de la información@, pues, si bien ésta sugiere de suyo un mayor cuidado
en la contrastación, apunta también a la mayor utilidad social de una menor angostura en la
fluidez de la noticia.
2.2. No se detienen ahí los cánones a utilizar en la precisión de la frontera entre la
actividad informativa y el derecho al honor. Constituye también criterio de modulación el de la
condición pública o privada de la persona cuyo honor queda afectado por la información,
puesto que Alos personajes públicos o dedicados a actividades que persiguen notoriedad pública
aceptan voluntariamente el riesgo de que sus derechos subjetivos de personalidad resulten
afectados por críticas, opiniones o revelaciones adversas y, por lo tanto, el derecho de
información alcanza, en relación con ellos, su máximo nivel de eficacia legitimadora, en cuanto
a que su vida y conducta participan del interés general con una mayor intensidad que la de
aquellas personas privadas que, sin vocación ni proyección pública, se ven circunstancialmente
involucradas en asuntos de trascendencia pública, a las cuales hay que, por consiguiente,
reconocer un ámbito superior de privacidad, que impide conceder trascendencia general a
hechos o conductas que la tendrían de ser referidas a personajes públicos@. Resulta asimismo
relevante cuál sea el objeto de la información: si Ala ordenación y presentación de hechos que el
medio asume como propia@, o la transmisión neutra de manifestaciones de otro. Otras
circunstancias pueden contribuir a perfilar el comportamiento debido del informador en la
búsqueda de la verdad: Ael carácter del hecho noticioso, la fuente que proporciona la noticia, las
posibilidades efectivas de contrastarla, etc.@, especialmente en supuestos como el presente en
los que los hechos sobre los que se informa están sometidos a un proceso judicial. Esta
circunstancia no conlleva una ablación del derecho de información pero puede someterlo a
condicionamientos específicos, como puede ser, por lo que aquí interesa, la exigencia de
explicitar la pendencia del proceso o, en su caso, el resultado del mismo cuando se impute la
comisión de determinados delitos. La verdad histórica puede no coincidir con la verdad
judicialmente declarada y este Tribunal ha reconocido el derecho a la información crítica de las
resoluciones judiciales; sin embargo, toda información que ponga en cuestión lo proclamado
judicialmente, aparte de requerir una especial diligencia en la verificación de la información,
debe respetar la inocencia judicialmente declarada o la presunción de inocencia previa a la
condena judicial poniendo explícitamente de relieve la existencia de la resolución judicial o del
proceso en curso.
2.3. Las circunstancias del caso obligaban al periodista a la búsqueda de nuevos datos
que pudieran corroborar su tesis, o a transformar el contenido de la noticia y convertir lo que
finalmente constituyó el relato de un hecho delictivo en la constatación de una denuncia sobre
el mismo y de su devenir judicial. En suma, según se deduce de la jurisprudencia
constitucional, el celo del informador debió extremarse a la vista de su relato de la comisión de
un hecho delictivo que, como queda dicho, afectaba hondamente al prestigio personal y
profesional de la persona privada. Al no hacerlo así ni renunciar a la publicación de su tajante
imputación, incumplió manifiestamente su deber profesional de diligencia, comunicó una
información no veraz, y lesionó con ello el derecho fundamental al honor del médico al que se
refería la noticia.
65
AUSENCIA DE MALICIA (ZAMBIA).
AUn hombre puede publicar una difamación sin tener una partícula de malicia o motivo
impropio. A efectos de decidir si existió malicia, esta Corte debe, entonces, considerar el
artículo periodístico ofensivo en su integridad, tomando en consideración la oportunidad en que
se hizo. El artículo cuestionado en este caso reproduce la opinión pública sobre el apelante y
tiene dos facetas, ya que menciona los aspectos positivos y negativos del recurrente. Al resolver
esta cuestión el juez letrado de primera instancia juzgó que: 'en la medida en que el artículo que
da lugar a los agravios contiene también un comentario positivo sobre el accionante formulado
por algunos otros lectores, encuentro que el artículo estaba bien equilibrado y que no hubo
malicia. Tanto más, por cuanto no sólo se refería al accionante sino también a todos los
Ministros que por entonces estaban en funciones'@.
ACoincidimos con dicho juez en que la forma en que se publicó el artículo contradice la
posibilidad de que haya existido un motivo impropio o malicia en el apelado. Si éste sólo
hubiera publicado los aspectos negativos de la opinión pública, otra sería nuestra opinión. Por
las razones expuestas, rechazamos la apelación@.
SUPREMA CORTE DE ZAMBIA, sentencia del 4-4-1996, Dr. Ludwig Sondashi v. Multi Media
Zambia, Facultad de Derecho de la Universidad de Zambia, Internet.
El término Araza@ debe ser interpretado a la luz de los alcances del art. 1 de la
Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial,
en el que el color, la ascendencia y el origen nacional o étnico, son mencionados al mismo
tiempo que la raza.
El derecho a la libertad de expresión no es ilimitado y está sometido a las exigencias de
atención y corrección respecto de los otros en las relaciones sociales. En materia de debate
político, los límites de la crítica aceptable deben estar fijados de una manera amplia en cuanto
al contenido y a la forma (art. 10, Convención Europea de Derechos Humanos; Corte Europea
de Derechos Humanos, 23-5-1991).
La respuesta a la cuestión de saber si es ilegal la formulación pública de un juicio de
valor negativo del género del que se presenta en el caso, no debería estar subordinada a una
decisión sobre la exactitud de dicho juicio (en el caso, un partido político hizo valer ante el
demandado que éste había obrado de manera ilegal al haber descripto públicamente al primero
como un partido político racista).
66
ALCANCES (ARGENTINA).
1. Antecedentes del caso: los actores promovieron demanda para que se declare la
inconstitucionalidad del art. 230 del Código Civil -que establece la nulidad de toda renuncia de
cualquiera de los cónyuges a pedir el divorcio vincular- y para que se reconocieran plenos
efectos a la renuncia que, en tal sentido, formularon ante el juez de primera instancia.
Sostuvieron que la norma mencionada violaba el derecho a la libertad religiosa y de conciencia,
imponía un único modelo matrimonial, invadía el ámbito de reserva propio de las personas y
afectaba el principio de igualdad ante la ley. La demanda fue desestimada en primera y segunda
instancia, por lo que los actores interpusieron recurso extraordinario ante la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.
2. Sentencia:
No es inconstitucional el art. 230 del Código Civil en cuanto dispone la nulidad de toda
renuncia de cualquiera de los cónyuges a pedir el divorcio vincular, puesto que:
a) las normas que rigen el estado de familia y la disolución del vínculo conyugal han
sido dictadas más en vista del orden público que en miras al interés particular de las personas,
por lo que resultan de aplicación los arts. 19 y 872 del Código Civil que niegan toda validez a
renuncias de la índole de la planteada en el caso, al punto de que la solución opuesta podría
afectar derechos ligados al régimen personal de la libertad;
b) la voluntad del legislador de establecer el denominado Amodelo único matrimonial@
no resulta contrario a la Constitución, pues la unión celebrada ante los sacerdotes del culto
respectivo rige en el orden de la conciencia, pero en el ámbito civil no impide una
reglamentación uniforme que, sin menoscabar la multiplicidad de creencias existentes en la
sociedad y el respeto de las conciencias, establezca las distinciones que se consideren apropia-
das al legislar sobre la ruptura de los lazos conyugales;
c) la ley vigente no conduce inequívocamente a que un fracaso matrimonial ocasione la
disolución del vínculo respectivo, pues posibilita la mera separación de los esposos sin
divorcio;
d) no basta para cuestionar el citado art. 230 la sola afirmación relativa a la supuesta
colisión de la norma con el carácter sacramental que tiene el matrimonio para la religión
católica, cuando no se ha cuestionado simultáneamente la facultad del legislador de imponer la
celebración de nupcias civiles -al margen de las creencias de los contrayentes- ni de establecer
el divorcio vincular;
e) los arts. 2 y 14 de la Constitución, invocados en sustento del derecho a contraer
matrimonio indisoluble, carecen de relación directa con el caso, pues hacen referencia a la
libertad de culto y al sostenimiento por el Estado del culto católico apostólico romano,
respectivamente, lo cual no demuestra que los redactores de la Ley Fundamental hubieran
contemplado una absoluta identidad del Estado con los postulados y modo de reglamentación
del matrimonio de la citada iglesia;
f) la protección integral de la familia, prevista por el art. 14 bis de la Constitución
nacional, no sienta pautas sobre la eventual disolubilidad del matrimonio;
g) la pretensión de que el consentimiento manifestado en la ceremonia civil tenga
carácter irrevocable para conformarse al canon 1057.2 del Código de Derecho Canónico,
evidencia una desmesurada ampliación de la órbita de los principios religiosos al marco del
orden público de la sociedad civil;
h) la legislación no puede autorizar -para garantizar al menos su coherencia interna- que
mediante el principio de la autonomía de la voluntad se altere el régimen del matrimonio civil
en el que está interesado el orden público;
i) no incumbe a los tribunales el examen de la oportunidad, eficacia o acierto del criterio
67
adoptado por el legislador en el ámbito de sus atribuciones, lo cual no entraña abdicar de las
facultades del Poder Judicial;
j) el derecho a la igualdad ante la ley (art. 16 de la Constitución) consiste en aplicar la
ley a todos los casos según sus diferencias constitutivas, de tal suerte que no es la igualdad
absoluta o rígida, sino la igualdad para todos los casos idénticos, lo cual importa la prohibición
de establecer excepciones que excluyan a unos de lo que se concede a otros en idénticas
circunstancias, pero no impide que el legislador establezca distinciones valederas entre
supuestos que estime diferentes, en tanto dichas diferencias no sean arbitrarias;
k) el citado art. 230 nada impone en el ámbito de las conciencias;
l) la admisibilidad del planteo de los actores haría inoperante el régimen legal ante la
probable serie de oposiciones y reservas que podrían formular personas con diversos credos y
posturas religiosas, por lo que las resistencias individuales injustificadas primarían sobre la
decisión de la comunidad jurídicamente expresada; y
m) la voluntad irrevocable de los actores queda dentro del marco de la libertad del fuero
interno sin validez para el ámbito jurídico (art. 19 de la Constitución).
El art. 3.1 de la Convención de los Derechos del Niño de 1990, puede ser útilmente
invocado en apoyo de un recurso por exceso de poder. Asimismo, se sigue de dicha norma que,
en el ejercicio de su poder de apreciación, la autoridad administrativa debe acordar una
atención primordial al interés superior de los niños en toda decisión que le corresponda dictar.
CONSEJO DE ESTADO DE FRANCIA, sentencia del 22-9-1997, Mlle Cinar, en Revue française de
droit administratif, Sirey, París, nro. 6, nov.-dic. 1997, p. 1344.
68
MENORES. INTERÉS SUPERIOR. PROTECCIÓN INTERNACIONAL. SUSTRACCIÓN. RESTITUCIÓN.
CONVENCIÓN DE LA HAYA SOBRE LOS ASPECTOS CIVILES DE LA SUSTRACCIÓN
INTERNACIONAL DE MENORES DEL 25 DE OCTUBRE DE 1980 (FRANCIA).
Constituye una violación del derecho de guarda en el sentido del art. 3 de la Convención
de La Haya del 25 de octubre de 1980, que la madre del niño se instale en Francia con este
último, cuando el acuerdo existente entre los padres le prohibía residir con el menor fuera de
Quebec, excepción hecha de un corto período de vacaciones al cabo del cual la madre decidió
no retornar a Quebec.
CORTE DE CASACION DE FRANCIA (Sala 1a. civil), sentencia del 24-4-1997, M. Michel
Plamondon c. Mme LeBail, en Revue critique de droit international privé, Sirey, París, tomo 86, n° 4,
octubre-diciembre 1997, p. 746, con nota de MUIR WATT, Horatia, pp. 747/751.
1. Antecedentes del caso: la madre de dos niños, que tienen nacionalidad alemana y
brasileña, recibió la guarda de éstos después de su divorcio. Sin embargo, las decisiones sobre
la educación, la salud y los intereses de los menores, debían ser tomadas conjuntamente por los
dos padres. El derecho argentino prevé, además, que en caso de divorcio, los dos padres deben
estar de acuerdo para que el niño pueda dejar el país. La madre no retornó a la Argentina
después de un viaje a los Estados Unidos de Norteamérica, autorizado por un juez argentino;
por el contrario, viajó a Alemania. La jurisdicción alemana ordenó a la madre que conduzca a
los niños a la Argentina.
2. Sentencia:
Como principio, la protección del niño prevalece sobre los intereses de los padres. Este
razonamiento es conforme a la Convención de La Haya sobre los Aspectos Civiles de la
Sustracción Internacional de Menores. En este sentido, la Convención ha alcanzado un reparto
constitucionalmente no cuestionable de los derechos de los niños y de sus padres. La
Convención, prohíbe igualmente, que un niño sea conducido ilegalmente al extranjero en viola-
ción de las normas relativas al derecho de guarda. Un niño conducido a un Estado parte de la
Convención sin el consentimiento de su otro padre, debe ser devuelto en breve plazo y la
guarda restaurada en el lugar mismo de la residencia anterior del menor. De esta manera, la
Convención privilegia el interés del niño.
La Convención considera que el hecho de conducir a un niño a otro país o de retenerlo
en éste, constituye un acto ilegal cuando esta acción tiene por efecto violar los derechos de la
persona con la que se mantiene la guarda conjunta. Esta disposición es perfectamente lícita en
el plano constitucional desde el momento que los derechos del compañero en la guarda
conjunta son tomados en cuenta. En caso contrario, la protección contra la sustracción, estipu-
lada en el interés del menor, sería inútil en numerosos casos.
Cuando una persona dispone de un derecho de guarda y está autorizada a determinar en
conjunto el lugar de residencia del menor, el interés de este último sería menoscabado si dicha
autoridad resultase ineficaz en los hechos por la simple razón que otra persona que disponga
del derecho de guarda sustrajera al niño, creándose así una situación puramente de hecho.
Decidir si el ejercicio de la totalidad del derecho de guarda debe ser confiado a uno solo
69
de los padres o si el desplazamiento del domicilio del niño a otro país se adecua al interés del
niño, es de la competencia exclusiva de la jurisdicción competente en los términos de la
legislación internacional.
La Convención tiende a impedir la creación de situaciones de hecho a consecuencia de
sustracciones prohibidas. Sería contradictorio considerar que el autor de la sustracción,
mediante la invocación de eventuales consecuencias, p.ej. en el plano penal, de sus propios
actos, tuviera así la posibilidad de prolongar la situación de hecho creada por él mismo a
consecuencia de su acción ilegal.
La obligación prevista por la Convención no viola la Constitución, incluso cuando la
madre, con motivo de su regreso al país que dejó, corra el riesgo de ser procesada.
SUPREMA CORTE DE LA INDIA, sentencia del 10-12-1996, Mehta v. State of Tamil Nadu and
others, sintetizada en el informe inicial que la India presentó al Comité de las Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño (U.N. Doc. CRC/C/28/Add.10, dictado el 7 de julio de 1997, capítulo VIII, sección
C, subsección 4, bajo el título ARecientes decisiones de la Suprema Corte en relación al trabajo de
menores@, parágrafo 292).
70
estado, interpusieron un writ of certiorari ante la Suprema Corte.
SUPREMA CORTE DE LOS ESTADOS UNIDOS, sentencia del 10-12-1997, John Hudson et al. v.
71
United States, enviada al E-mail de esta Secretaría por la Universidad de Cornell, y publicada en 66 LW
4024.
Las nulidades procesales deben ser siempre examinadas a la luz de los principios que las
inspiran, entre los que cabe destacar el de la protección, consistente en que estando aquéllas
orientadas a tutelar los derechos y garantías que conciernen a las partes en la tramitación, quien
las alegue está en el imperioso deber de demostrar que la irregularidad que denuncia le irroga
perjuicios y que, precisamente en razón de ello, le asiste interés para formularla.
Si la desviación procesal existe pero no es perniciosa para ninguna de las partes, no se
justifica decretar la nulidad.
La nulidad por indebida representación o falta de notificación o emplazamiento en legal
forma, solo podrá alegarse por la persona afectada.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE COLOMBIA (Sala de Casación Civil), sentencia del 6-4-
1995, exp. n° 4421, en Extractos de Jurisprudencia 2, Bogotá, segundo trimestre de 1995, p. 38.
2. Surge del conjunto de elementos de prueba, sin que sea necesario esclarecer si el
agravio contra el ambiente sería excesivo, que el costo financiero de la obra comparado con el
72
tránsito de vehículos esperado, debe considerarse por sí sólo como que excede el interés del
emprendimiento y que exhibe una naturaleza que descarta su carácter de utilidad pública. Por
consiguiente, los recurrentes tienen razón en reclamar la anulación del decreto atacado, que
declaraba de utilidad pública y urgentes los trabajos de construcción de la autopista A 400.
1. Antecedentes del caso: una ley del Cantón de Ginebra preveía que las ablaciones con
vistas al trasplante y el trasplante de órganos provenientes de seres vivos o de cadáveres
73
humanos, debía realizarse en establecimientos médicos autorizados. Toda persona puede, en
vida, oponerse a la ablación de órganos o tejidos de su cuerpo después de la muerte. Los
parientes del difunto pueden también oponerse a la ablación durante un corto lapso después de
la muerte. El legislador reemplazó de esta manera el régimen del consentimiento explícito por
el del consentimiento presunto a los fines de la ablación. La norma fue cuestionada por una
persona física con base, especialmente, en que el principio del consentimiento presunto violaba
la libertad personal.
2. Sentencia:
La libertad personal, derecho federal no escrito, garantizada igualmente por normas
internacionales, confiere especialmente al individuo el derecho al respeto de su integridad
corporal. Esta garantía no se limita a la duración de la vida de los individuos sino que prolonga
sus efectos más allá de la muerte. Luego, toda persona tiene derecho de determinar la suerte de
sus restos después de la muerte; a falta de decisión del difunto, sus allegados pueden pretender,
dentro de ciertos límites, disponer de la suerte del cadáver.
La libertad personal puede ser limitada por medidas estatales si descansan sobre una
base legal, responden a un interés público y están de acuerdo con el principio de
proporcionalidad. En cuanto a la base legal, el agravio sobre la falta de precisión de la norma
está mal fundado: el interesado puede oponerse en vida a la ablación de una manera formal o
informal e invertir así la presunción de consentimiento que prevé la ley. A falta de una
manifestación del difunto, son sus prójimos quienes pueden oponerse a la ablación.
La norma responde también a un interés público: favorecer la donación de órganos y
evitar todo exceso y abuso que puedan resultar de una situación de penuria o del tráfico de
órganos.
En cuanto a la proporcionalidad, cabe tener en cuenta la posibilidad del difunto de
oponerse en vida de una manera eficaz a la ablación. También queda satisfecho el principio de
proporcionalidad en la medida en que la política de información a la población sea llevada a
cabo y que sea respetado el deber de informar a los allegados.
TRIBUNAL FEDERAL DE SUIZA (Sala primera de derecho público), sentencia del 16-4-1997,
1P.354/1996, en Bulletin de jurisprudence constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p.
297.
74
declaraciones.
Las actividades de investigación de la comisiones del Congreso se hallan inmersas en la
más lata misión de control, que es movida por causa y finalidades políticas, y es la razón por la
que no les compete determinar responsabilidades de orden penal ni inmiscuirse en éstas, ya que
si así fuere, incuestionablemente invadirían la esfera de competencia de otro poder del Estado.
2. La segunda parte del art. 8 de la ley 137 -que reglamenta el funcionamiento de las
comisiones de investigación del Congreso-, en cuanto faculta al presidente de la comisión
Aexcepcionalmente bajo su responsabilidad@ a formular verbalmente al Juzgado la solicitud de
allanamiento o registro, con cargo de rendir cuentas de inmediato a la Comisión, es claramente
inconstitucional.
Es correcto que las comisiones parlamentarias soliciten y obtengan la cooperación
judicial. Pero esta prerrogativa (requerir judicialmente una orden de allanamiento o registro)
está en cabeza de la AComisión@ y no de uno de sus integrantes, aunque éste sea su presidente.
El art. 3 de la Constitución Nacional dispone que ninguno de los poderes del Estado
puede atribuirse ni otorgar a persona alguna individual o colectiva, facultades extraordinarias;
por tanto, donde la Constitución dice AComisión@ mal puede leerse Apresidente@.
Las comisiones de investigación tienen delimitada su competencia al cometido
específico que le asigna el Congreso a la Comisión Aen pleno@. La Constitución no asigna tales
cometidos a Aalgunos o a algún integrante@ de la Comisión sino a la Comisión en pleno, re-
sultando harto dudosa la constitucionalidad de la sola decisión de su presidente y un abuso o
desviación de poder cualquier acción o iniciativa que tomen, aisladamente, algunos pocos
miembros. Y esto es así, porque en caso contrario se violaría lo dispuesto en el art. 186, en el
sentido de que Atodas las comisiones se integrarán, en lo posible, proporcionalmente de acuerdo
con las bancadas representadas en las cámaras...@.
3. También resulta contraria a la Constitución la segunda parte del art. 9 de la citada ley
137, que autoriza a participar en las diligencias de allanamiento o registro, embargo o secues-
tro, a los miembros de las comisiones conjuntas de investigación.
La Constitución Nacional es sumamente clara y terminante en cuanto a que la actividad
de las comisiones no lesionará los derechos y garantías consagrados por aquélla. Entre éstos,
Ase garantizan el derecho a la protección de la intimidad, de la dignidad y de la imagen privada
de las personas@ (art. 33), y se prevé que Atodo recinto privado es inviolable@ (art. 34), así como
que Ael patrimonio documental de las personas es inviolable@ (art. 36).
La ley que se analiza, en ningún momento defiere la consideración de cuestiones tan
delicadas -como el allanamiento y secuestro de efectos o documentación-, en las que están en
juego derechos esenciales de los individuos, a la participación de cualquier persona. Sólo el
juez, y nadie más, es quien tiene competencia para estos menesteres, porque sólo él es quien
puede establecer los límites justos entre los requerimientos del orden público y los derechos
inalienables de las personas.
Todas estas razones, por tanto, concurren de consuno a señalar la inconveniencia de que
en cualquier menester confiado a la autoridad judicial participen otras personas o poderes.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DEL PARAGUAY (Sala Constitucional), sentencia del 17-8-
1995, n° 208, en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Biblioteca Jurídica Diké,
Colombia, 1996, pp. 537/562.
75
DERECHO DEMOCRÁTICO. GOLPE DE ESTADO. ORDEN CONSTITUCIONAL. DEFENSA.
LEGALIDAD. CONTROL JUDICIAL. CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD. REFORMA DE LA
CONSTITUCIÓN (GUATEMALA).
2. Sentencia:
2.1. La Corte ha declarado en reiteradas oportunidades que uno de los principios
fundamentales que informan al derecho guatemalteco es el de supremacía constitucional, que
implica que en la cúspide del ordenamiento jurídico está la Constitución y ésta, como ley
suprema, es vinculante para gobernantes y gobernados a efectos de lograr la existencia y
consolidación del Estado Constitucional de Derecho. La supralegalidad constitucional se
reconoce en terminantes normas de la Ley Fundamental: ASerán nulas ipso iure las leyes y
disposiciones gubernativas o de cualquier otro orden que disminuyan, restrinjan o tergiversen
los derechos que la Constitución garantiza@ (art. 44); ANinguna ley podrá contrariar las
disposiciones de la Constitución@ y las Aque violen o tergiversen los mandatos constitucionales
serán nulas ipso iure@ (art. 175); ALos tribunales de justicia en toda resolución o sentencia
observarán obligadamente el principio de que la Constitución de la República prevalece sobre
cualquier ley o tratado@ (art. 204).
Otro principio básico del régimen constitucional, es el de legalidad. El art. 152 de la
Constitución preceptúa que el ejercicio del poder, que proviene del pueblo, está sujeto a las
limitaciones señaladas por la Constitución y la ley, o sea que se establece un sistema de
atribuciones expresas para los órganos del Poder Público.
Para la efectividad de estos principios se establecen las garantías de contralor de los
actos contrarios al derecho. Entre los medios jurídicos por los que se asegura la supralegalidad
de las normas fundamentales que rigen la vida de la República, se encuentra la
inconstitucionalidad de las leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general.
La Corte ha declarado que conforme al art. 267 de la Constitución, el control de
constitucionalidad no se limita a la ley estrictu sensu, sino que también comprende tanto las
disposiciones de carácter general que dicte el organismo Ejecutivo, como las demás reglas que
emitan las instituciones públicas, lo que trae aparejada, en consecuencia, la invalidez de las
normas emitidas por el Poder Público que contraríen lo dispuesto por la Ley Fundamental.
Siendo así, es procedente poner en funcionamiento la actividad de la justicia constitucional a
fin de asegurar el régimen de derecho. El art. 272, inc. i, de la Constitución, asigna a la Corte la
función de Aactuar, opinar, dictaminar o conocer de aquellos asuntos de su competencia por ella
establecidos@, y la actividad principal de este Tribunal es, precisamente, la defensa de la Carta
Magna.
2.2. En el mentado decreto que contiene las ANormas Temporales de Gobierno@, el
Presidente de la República deja sin vigencia disposiciones contenidas en la Constitución
Política, lo que constituye un acto contrario al régimen, por cuanto para reformar, modificar o
suprimir normas constitucionales la propia Ley Fundamental establece los mecanismos legales
para hacerlo y, en todo caso, no corresponde esa función al Presidente, sino que es facultad
exclusiva de una Asamblea Nacional Constituyente o, para determinada reforma, es necesario
la mayoría calificada del Congreso y la subsiguiente ratificación mediante consulta popular. El
ejercicio del poder está sujeto a las limitaciones señaladas por la propia Constitución y ninguna
76
persona, sector del pueblo, fuerza armada o política puede arrogarse su ejercicio (art. 152).
2.3. En lo relacionado con la supresión del Congreso, cabe considerar que el art. 157 de
la Constitución dispone que ALa potestad legislativa corresponde al Congreso de la República
integrado por diputados electos directamente por el pueblo en sufragio universal, por el sistema
de lista nacional y distritos electorales@, y conforme el art. 162, los diputados durarán en sus
funciones cinco años, por lo que la decisión presidencial de suprimirlo es un acto contrario a la
normativa constitucional.
De igual manera, la Constitución regula en el Título IV, Capítulo IV, la organización y
funcionamiento del Organismo Judicial y, entre las garantías de este organismo, figura su
independencia funcional y la no remoción de los magistrados y jueces, salvo en los casos
establecidos por ley. A su vez determina la forma en que se designan los Magistrados de la
Corte Suprema y fija para el desempeño de sus atribuciones un período de seis años (arts. 203,
205 y 215). Por otra parte, no atribuye al Presidente de la Nación la facultad de nombrar ni
destituir jueces y magistrados, por lo que la decisión analizada es contraria a las reglas
fundamentales que rigen la vida de la República.
2.4. Los actos realizados por el Presidente de la República antes referidos y los que de
ellos se deriven, no sólo transgreden determinados artículos constitucionales, sino que
representan el rompimiento del orden constitucional. Consecuentemente, procede decidir que
dichos actos adolecen de nulidad ipso iure y, por lo tanto, carecen de toda validez jurídica,
siendo imperativo para el Tribunal hacer la declaratoria correspondiente y dejar sin efecto
aquellas disposiciones, restableciendo así el orden jurídico quebrantado. Lo que así se declaró,
mandándose a publicar la sentencia en el Diario Oficial.
El Código Penal polaco, reformado en 1995, dispone que la remuneración que un preso
recibe por su trabajo se calcula sobre la misma base que la de todos los otros empleados, a
menos que el interno acepte trabajar por un salario menor. Esta norma fue introducida para
facilitar el acceso de los presos al empleo.
El apelante, que es el Comisionado para la Protección de los Derechos Civiles, sostiene
que esta disposición viola los principios constitucionales de igualdad y justicia social, así como
77
el de que la remuneración debe ser proporcional a la cantidad y calidad del trabajo, ya que
prevé condiciones de remuneración menos ventajosas para los prisioneros que para el resto de
los empleados.
Este Tribunal encuentra que la norma cuestionada es válida, en la medida en que no se
interprete que autoriza a los empleadores a pagar a los prisioneros un sueldo inferior al mínimo
establecido por ley.
78
sentencia del 21-7-1997, 2 BvR 1084/97, 2 BvR 1120/97, 2 BvR 1121/97, 2 BvR 1122/97, en Bulletin
de jurisprudence constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p. 179.
El requirente fue Ministro, luego Vice Primer Ministro y, en 1990, Primer Ministro de
Bulgaria. Cuando se produjeron los hechos que dieron lugar a este caso, era miembro de la
Asamblea Nacional de dicho país.
El 7 de julio de 1992, la Asamblea Nacional, a pedido del Procurador General, levantó
la inmunidad parlamentaria del requirente y dio su autorización para que se lo procesara y
arrestara. La sospecha se vinculaba particularmente con la participación que había tenido en su
calidad de Vice Primer Ministro, entre 1986 y 1990, en una serie de decisiones que otorgaban
sumas importantes de dinero en concepto de ayuda y préstamo a ciertos países en vías de
desarrollo.
La fiscalía buscó sustento en el código criminal para acusarlo de haber malversado los
fondos asignados a dichos países. Sostuvo que el peticionante había violado sus deberes
oficiales al facilitar esta malversación a fin de favorecer a un tercero, causando con ello daños
económicos considerables. Dada la seriedad del caso y de la gran cantidad de dinero
comprometido, el fiscal pidió la detención del Sr. Lukanov.
El peticionante fue arrestado el 9 de julio de 1992 y se rechazaron todos los pedidos de
excarcelación presentados durante su detención. El 29 de diciembre de 1992, la Asamblea
Nacional revocó su decisión del 7 de julio, y al día siguiente el fiscal dio la libertad condicional
al Sr. Lukanov.
La jurisdicción de la Corte estaba limitada al período posterior al 7 de septiembre de
1992, fecha en que Bulgaria ratificó la Convención y aceptó su jurisdicción obligatoria. Sin
embargo, en su análisis tomó en cuenta la circunstancia de que los fundamentos de la detención
del solicitante ocurrida entre el 9 de julio y el 30 de diciembre de 1992 habían permanecido
inmutables.
La cuestión central del caso en análisis es si la detención del peticionante era Alegal@ en
términos del art. 5.1 de la Convención Europea de Derechos Humanos. La Corte reiteró que, a
este respecto, la Convención esencialmente remitía al derecho nacional, pero que también
exigía que toda medida privativa de la libertad sea compatible con el fin perseguido por el art. 5
de la Convención, esto es, proteger al individuo de la arbitrariedad.
Era indiscutible que el peticionante, en su calidad de miembro del gobierno búlgaro,
había participado en la toma de las decisiones -la entrega de fondos en concepto de asistencia y
préstamo a ciertos países en vías de desarrollo- que habían dado lugar a su procesamiento.
Sin embargo, ninguna de las disposiciones del Código Criminal invocadas para justificar
la detención especificaban o siquiera implicaban que una persona podía resultar penalmente
responsable por tomar parte en decisiones colectivas de esta naturaleza. Además, no se había
aportado ninguna prueba de que dichas decisiones fueran ilegales. La Corte no se convenció de
que la conducta por la que se había procesado al peticionante configurara un delito criminal en
el momento pertinente.
Por otra parte, de la jurisprudencia búlgara surgía que uno de los elementos constitutivos
del delito de malversación previsto en el Código penal era que el autor hubiera querido obtener
una ventaja para sí mismo o para un tercero. Además, el artículo del Código en que se fundaba
la orden de detención del fiscal, específicamente incriminaba el abuso en que incurre un
79
funcionario público para lograr aquella ventaja. Sin embargo, no se brindó a la Corte ninguna
información que acreditara que el peticionante fuera, por entonces, sospechoso de haber
intentado obtener, a través de su participación en la asignación de esos fondos, una ventaja para
sí mismo o para un tercero. La pretensión del gobierno de que habían existido ciertos
Anegocios@ quedó sin sustanciar y no fue reiterada ante la Corte. En verdad, no se alegó ante las
instituciones creadas por la Convención que los fondos no hubieran sido recibidos por los
Estados interesados.
En estas circunstancias, la Corte no encontró que la privación de la libertad durante el
período considerado constituyera una Adetención regular@ fundada Aen la sospecha razonable de
que hubiera cometido un delito@. Habiendo llegado a esta conclusión, no necesitó examinar si la
detención razonablemente podía considerarse necesaria para impedir que el Sr. Lukanov
cometiera un delito o huyera luego de haber cometido uno.
En consecuencia, en este caso había existido una violación al art. 5.1 de la Convención.
Las escuchas telefónicas plantean, de manera generalizada y con una especial dificultad,
el dilema derivado de la ponderación del interés por el descubrimiento y la represión de los
delitos, por un lado, y la salvaguarda de los derechos individuales, por el otro. El derecho
comparado muestra que tanto los textos legislativos como las enseñanzas de la doctrina y de la
jurisprudencia, no han todavía alcanzado a enunciar principios generales que permitan
encuadrar y superar jurídicamente dichas cuestiones. Por regla general, dado que la materia ha
sido objeto de escasas normas legislativas, la doctrina y la jurisprudencia juegan un rol mayor
en el examen de las medidas relativas a escuchas telefónicas. De acuerdo con el principio
constitucional que quiere que los derechos de los ciudadanos sólo puedan ser afectados de la
menor manera posible, la intervención directa del juez, que debe acompañar directamente y de
manera continua e inmediata las operaciones ligadas a las escuchas, debe ser valorizada. El
carácter particularmente severo de la amenaza que representan las escuchas telefónicas explica
que la ley haya rodeado a su utilización de todas las precauciones.
De ello se sigue que las escuchas sólo son admisibles bajo condiciones de fondo y de
forma muy estrictas, que traducen una puesta en equilibrio adecuado entre, por un lado, los
sacrificios o los peligros que entraña la escucha telefónica, y, por el otro, los intereses
superiores de la represión penal. Las normas concernientes a las escuchas deben ser
interpretadas restrictivamente: dado el principio de prohibición constitucional de injerencia en
las telecomunicaciones. La posibilidad de realizar dicha injerencia debe respetar el principio de
proporcionalidad, garantizando que la restricción del derecho fundamental en juego se reduzca
al mínimo estrictamente necesario para la salvaguarda del interés constitucional en el
esclarecimiento de un delito determinado y en el castigo de su agente.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE PORTUGAL, sentencia del 21-5-1997, 407/97, en Bulletin de
jurisprudence constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p. 269.
80
PRUEBA. ILICITUD. REGLA DE EXCLUSIÓN. GRAVACIÓN DE CONVERSACIONES TELEFÓNICAS.
DERECHO A LA INTIMIDAD (BRASIL).
SUPREMO TRIBUNAL FEDERAL DE BRASIL -Pleno-, sentencia del 13-12-1994, acción penal n°
307-DF, en Revista Trimestral de Jurisprudência, Serviço de Divulgação, Brasilia, vol. 162, n° 1,
octubre de 1997, p. 4.
CORTE SUPREMA DE JAPON, sentencia del 22-2-1995, (A) 1351 de 1987, en Bulletin de
jurisprudence constitutionnelle, Comisión de Venecia, Edición 1997, 2, p. 233.
81
La Corte no pone en duda la complejidad del asunto y la importancia de lo
comprometido por los protagonistas de los procesos litigiosos. Sin embargo, el grado de
complejidad del litigio no es suficiente por sí solo para justificar los retrasos tan considerables
que se observan en el caso.
Excepción hecha de la complejidad del asunto y del comportamiento de las partes y de
las autoridades judiciales, la Corte destaca que en el caso, tres factores suplementarios
contribuyeron a prolongar los procesos: el reenvío prejudicial al Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas, la huelga de los abogados de la barra de Atenas durante cerca de un
año, y la estrecha conexidad de los nueve procesos.
En lo que concierne al procedimiento ante el citado Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas, incluso si, a primera vista, el tiempo insumido pueda parecer
relativamente extenso, tomar en cuenta dicho período produciría un menoscabo al sistema
instituido por el art. 177 del Tratado CEE y al fin perseguido sustancialmente por este artículo.
En cuanto a la huelga de los abogados, ésta duró de mayo de 1992 a marzo de 1993 y se
reinició en junio de 1993. Los retardos causados por esta circunstancia no podrían, sin
embargo, ser atribuidos al Estado.
Respecto de la superposición de los procesos, la suspensión de determinadas acciones y
el reenvío al pleno del Consejo de Estado, resultan compatibles con el justo equilibrio a
mantener entre los diversos aspectos de la exigencia fundamental de una buena administración
de justicia.
Los retardos debidos a estos tres factores escapan, entonces, a la competencia del sistema
jurídico interno, en general, y del Consejo de Estado o del Tribunal de Grande Instance, en
particular. La Corte, entonces, no tomará en consideración sino los retardos que aquéllos
hubiesen podido, de una manera o de otra, evitar o reducir.
1.2. Consideraciones propias a cada procedimiento
1.2.1. El procedimiento de nulidad ante el Consejo de Estado planteado por tres de los
requirentes
El proceso comenzó el 1 de diciembre de 1986 y terminó el 17 de abril de 1992,
mediante la decisión del pleno, a favor del cual la Sala Cuarta se había desprendido del caso el
14 de junio de 1988. El procedimiento, entonces, duró cinco años, cuatro meses y seis días.
Se trata, seguramente, de un período muy prolongado, que se origina, por un lado, en el
reenvío del asunto al pleno y, por el otro, de las doce suspensiones de las cuales ocho fueron
decididas de oficio por el mismo Consejo de Estado: las primeras siete provocaron un período
de inactividad continua de dos años y tres meses; otras dos fueron solicitadas por las partes, y
una fue debida a la huelga de los abogados.
Visto lo que precede y las consideraciones relativas a la complejidad del asunto, la Corte
no puede considerar razonable el lapso antes mencionado. Por ende ha habido una violación del
art. 6.1 (por unanimidad).
1.2.2. El proceso relativo a la acción ante el Tribunal de Grande Instance de Atenas
En lo atinente al proceso planteado por seis de los requirentes, la Corte destaca que el
proceso comenzó el 22 de diciembre de 1986 y se prolongó -hasta que dicho tribunal se
pronunció- durante diez años, dos meses y cinco días. Su desarrollo, en la medida en que
dependió del mencionado tribunal, sufrió la lentitud ya señalada respecto del Consejo de
Estado. En consecuencia, también en este caso se ha producido una violación del art. 6.1 (por
unanimidad).
En cuanto a los requirentes que se presentaron ante el Tribunal de Grande Instance el 12
de mayo de 1992, después que el Consejo de Estado había dictado su decisión, el retardo
esencialmente proviene, por un lado, del mencionado reenvío prejudicial y, por el otro, de la
huelga de abogados. Por ende, no ha habido violación del art. 6.1. (por unanimidad).
Finalmente, respecto de los restantes procedimientos ante el Tribunal de Grande
82
Instance, los retrasos no han irrogado violación al art. 6.1 (ocho votos contra uno).
Nota de la Secretaría: la decisión ha sido dictada por una Sala compuesta por 29 jueces, 10 de los
cuales expresaron una opinión por separado.
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS, sentencia del 26-2-1998, caso Pafitis et autres c.
Grecia, en Communiqués du greffier de la Cour européenne des Droits de l'Homme, Estrasburgo,
enero-febrero 1998, p. 38.
1. Antecedentes del caso: el presentante, ciudadano turco de origen kurdo, que residía
en Suiza, sostuvo ante el Comité ser víctima de una violación del art. 3 de la Convención contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, por parte de Suiza, en la
medida en que dicha norma impide la extradición de una persona a otro país, en el caso en que
hubiese motivos serios de considerar que en este último corre riesgos de ser sometido a torturas.
2. Sentencia:
El presentante ha demostrado de manera convincente que corre el riesgo de ser torturado
en caso de retornar a Turquía.
Suiza argumenta que Turquía ha ratificado la Convención contra la Tortura y, conforme
con su art. 32, reconoció la competencia del Comité para recibir y examinar presentaciones de
83
los particulares. Sin embargo, el Comité comprueba que la práctica de la tortura se mantiene en
Turquía de manera sistemática, como lo demuestran las conclusiones de la investigación que
realizó por aplicación del art. 20 de la Convención. Cabe observar que el objetivo principal de
la Convención es el de Aprevenir@ la tortura, y no el de reparar este mal después de que ha sido
hecho. Según su criterio, el hecho de que Turquía sea parte de la Convención y haya
reconocido la competencia del Comité, en aplicación del art. 22, no constituye, en el caso, una
garantía suficiente para la seguridad del presentante.
La expulsión o el regreso del peticionario a Turquía, en las circunstancias actuales,
constituiría una violación del art. 3 de la Convención.
NACIONES UNIDAS (Comité contra la Tortura), 8-5-1996, Alan c. Suiza, en Revue Universelle des
Droits de l'Homme, ed. N.P. Engel, vol. 9, n° 1-4, 1997, p. 56. V. la declaración pública relativa a
Turquía del Comité Europeo para la prevención de la tortura y las penas o tratos inhumanos y
degradantes, del 6-12-1996, en op. y loc. cit. p. 155. V. asimismo, sobre una extradición hacia Turquía,
la decisión del Tribunal Federal suizo (Sala primera de derecho público) del 11-9-1996, X c. Office
fédéral de la police, en op. y loc. cit. p. 118.
2. Sentencia:
La Corte no está vinculada por las comprobaciones del informe de la Comisión y
permanece libre de verificar y apreciar los hechos por sí misma.
Tampoco excluye que el art. 3 de la Convención, debe aplicarse cuando el peligro
proviene de personas o grupos de personas ajenas a la función pública; con todo, es necesario
demostrar que el riesgo existe realmente y que las autoridades del Estado de destino no están en
condiciones de evitarlo por una protección apropiada.
En el caso, la situación de violencia general existente en el país de destino no es, por sí
misma, de una naturaleza que pueda irrogar, en caso de expulsión, una violación del art. 3 cit.
Asimismo, ningún elemento de juicio prueba la realidad del riesgo invocado ni demuestra la
alegación según la cual la situación personal del interesado sería peor, en caso de su remisión,
que la de los otros colombianos; además, el requirente no ha acreditado que las autoridades de
Colombia son incapaces de ofrecerle una protección apropiada.
84
TRATADOS INTERNACIONALES. CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD (ESLOVENIA).
2. Sentencia:
2.1. Según los términos del art. 4 A del Código general de Impuestos: Alas personas que
tienen su domicilio en Francia quedan sujetas al impuesto a las ganancias en razón del conjunto
de sus ingresos@; y según los términos del art. 79 del mismo código: Alos sueldos,
indemnizaciones, emolumentos, salarios, pensiones y rentas vitalicias concurren a la formación
de los ingresos globales y sirven de base al impuesto a las ganancias. La Cámara no cometió
error de derecho al juzgar que estas disposiciones se aplicaban al retiro que la Caja Comunal
del Personal de las Naciones Unidas pagó al Sr. Aquarone, domiciliado en Francia, en su
calidad de antiguo secretario judicial de la Corte Internacional de Justicia.
2.2. Asimismo, de acuerdo con el art. 32 del estatuto de la Corte Internacional de Justicia
anexado a la Carta de las Naciones Unidas: A1. Los miembros de la Corte reciben una
remuneración anual; 2. El presidente recibe una asignación anual especial; 3. El vicepresidente
recibe una asignación especial por cada día en que cumple las funciones del presidente; 4. Los
jueces designados por aplicación del art. 31, distintos a los miembros de la Corte, reciben una
asignación por cada día en que ejercen sus funciones; 5. Esas remuneraciones, asignaciones y
dietas son fijadas por la Asamblea general y no pueden ser disminuidas durante el término de
sus funciones; 6. La remuneración del secretario judicial es fijada por la Asamblea General con
base en la propuesta de la Corte; 7. Un reglamento adoptado por la Asamblea General fija las
condiciones en las cuales se pagan pensiones a los miembros de la Corte y al Secretario
Judicial, así como las condiciones en las cuales los miembros de la Corte y el Secretario
Judicial reciben el reembolso de sus gastos de viaje; 8. Las remuneraciones, asignaciones y
dietas están exentas de todo impuesto@. Surge de los mismos términos del parágrafo 8 de este
artículo, a los cuales no pueden oponerse las declaraciones de diversos presidentes de la Corte
Internacional de Justicia, que las pensiones no están incluidas en las sumas exceptuadas de
85
impuestos. De este modo, la Cámara no ha cometido un error de derecho al juzgar que las
estipulaciones del estatuto de la Corte Internacional de Justicia no constituyen un obstáculo a la
imposición de la pensión percibida por el Sr. Aquarone.
2.3. Por otro lado, con arreglo al art. 55 de la Constitución del 4 de octubre de 1958, Alos
tratados o acuerdos regularmente ratificados o aprobados tienen, a partir de su publicación, una
autoridad superior a la de las leyes, bajo reserva, para cada acuerdo o tratado, de su aplicación
por la otra parte@.
Ni este artículo ni ninguna otra disposición de valor constitucional prescribe ni implica
que el juez administrativo deba hacer prevalecer la costumbre internacional sobre la ley en caso
de conflicto entre estas dos normas.
De este modo, descartando como inoperante el fundamento invocado por el Sr.
Aquarone de la contrariedad entre la ley fiscal francesa y las reglas consuetudinarias, la
Cámara, que igualmente ha recalcado que la costumbre invocada ya no existía, no ha cometido
un error de derecho.
86
constitucionales.
87
DOCTRINA
BEAUMONT, Anne E., AThis Estoppel has Got to Stop: Judicial Estoppel and The Americans with
Disabilities Act@, en New York University Law Review, vol. 71, número 6, diciembre 1996, p. 1529.
88
ADMINISTACION PUBLICA. INACTIVIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN. SILENCIO DE LA
ADMINISTRACIÓN. SILENCIO POSITIVO Y NEGATIVO. DIFERENCIAS. SILENCIO NEGATIVO COMO
GARANTÍA PROCESAL. BENEFICIO EXCLUSIVO DE LOS PARTICULARES (PERÚ).
DANOS ORDOÑEZ, Jorge (Profesor de Derecho Administrativo - Pontificia Universidad Católica del
Perú), AEl silencio Administrativo como táctica de garantía del particular frente a la inactividad de la
Administración@, en Ius et Veritas, Ed. Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del
89
Perú, Lima, n° 13, 1996, pp. 225/229.
EISGRUBER, Cristopher L., ABirthright citizenship and the Constitution@, en New York University
Law Review, vol. 72, n° 1, abril de 1997, p. 54.
90
un Land, la decisión del Tribunal del Land competente en asuntos constitucionales, y la de la
Corte Constitucional Federal cuando se trate de la violación de la presente Ley Fundamental@.
A diferencia de Panamá, tanto en Alemania como en otros países europeos -España es
un ejemplo-, la consulta debe hacerla un juez o tribunal y debe referirse a una norma legal.
El texto originario de la tercera Constitución de Panamá -1946- dejó sustancialmente
intacta la fórmula adoptada en 1941, ya que se limitó a realizarle algunas correcciones
puramente formales, quedando de la siguiente manera: ATodo funcionario encargado de
impartir justicia que al estudiar una causa cualquiera considere que la disposición legal o
reglamentaria aplicable al caso es inconstitucional, consultará a la Corte Suprema de Justicia,
antes de decidir, para que ésta resuelva el punto@.
Las reformas introducidas en 1956 a la mencionada Constitución, sí efectuaron
modificaciones relevantes al respecto, disponiendo, entre otras cosas, que el funcionario que
administraba justicia estaba obligado a elevar la consulta a la Corte, si una de las partes en un
proceso lo solicitaba. El texto enmendado quedó así: ACuando en un proceso el funcionario
encargado de impartir justicia advirtiere o se lo advirtiere alguna de las partes que la
disposición legal o reglamentaria aplicable al caso es inconstitucional, suspenderá el curso del
negocio y someterá la cuestión al conocimiento del pleno de la Corte@.
Esta reforma introdujo Ala suspensión del proceso hasta que la Corte se pronunciara
sobre la consulta@. La medida, sin duda apropiada y correcta, fue objeto de una finalidad
dilatoria, lo que llevó a realizar modificaciones adicionales en la cuarta Constitución
promulgada en 1972.
Con dichos cambios, el texto constitucional que actualmente regula la consulta de
inconstitucionalidad en Panamá, es el siguiente: ACuando en un proceso el funcionario público
encargado de impartir justicia advirtiere o se lo advirtiere alguna de las partes que la
disposición legal o reglamentaria aplicable al caso es inconstitucional, someterá la cuestión al
conocimiento del pleno de la Corte, salvo que la disposición haya sido objeto de
pronunciamiento por parte de ésta, y continuará el curso del negocio hasta colocarlo en estado
de decidir@.
ALas partes sólo podrán formular tales advertencias una sola vez por instancia@.
QUINTERO, César (Profesor de las universidades de Panamá y Externado de Colombia), ALa consulta
de inconstitucionalidad en Panamá@, en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Bi-
blioteca Jurídica Diké, Colombia, 1a. edición 1997, pp. 155/181.
91
cumplimiento de la función representativa. Adoptan este sistema las legislaciones de Alemania
(BetrVG de 1972, art. 80 párrafo 2do), y Suecia (Ley sobre la participación en las decisiones de
trabajo de 10 de junio de 1976), la Recomendación 143 de la OIT y la Directiva 94/45 de la
Comunidad Europea.
1.2. Sistema de cláusulas específicas o de Ainformaciones concretas@.
Ofrece un listado legal, más o menos detallado según cada ordenamiento, de las
informaciones que deben comunicarse a los representantes de los trabajadores, y presenta el
problema de que, en principio, lo que no se encuentra expresamente regulado en la ley no
tendría por qué suministrarse. Dentro de este sistema se pueden identificar a las legislaciones
belga (Real Decreto de 27 de noviembre de 1973), francesa (Ley de 28 de octubre de 1982,
modificatoria del Código de Trabajo), británica (Trade Union and Industrial Relations Act de
1992 -TUIRA-) y norteamericana (Wagner Act de 1935 y Taft-Hartley Act).
2. Límites:
2.1. La información no comunicable: el derecho de veto empresarial.
Tanto en la normativa internacional y comunitaria, como en la legislación comparada,
existen múltiples muestras de información no comunicable. Aunque con diferentes
denominaciones y matices, todas parecen responder a la misma cuestión: otorgar un derecho de
veto empresarial, que se puede definir como la facultad concedida al empresario para oponerse
unilateralmente a la transmisión de determinada información.
2.1.1. La recomendación 129 de la OIT (1967), sobre las comunicaciones entre la
dirección y los trabajadores dentro de la empresa, establece una obligación de Anotificación@ en
el sentido más débil o primario de los derechos de información y de participación de los
trabajadores, por el cual el empleador abastece de información a los trabajadores sobre
determinadas materias o les comunica ciertas decisiones que piensa adoptar o que haya adopta-
do. Si bien el contenido o ámbito objetivo del derecho de información reconocido a los
trabajadores es bastante amplio y preciso, la propia Recomendación condiciona el suministro de
la información al hecho de que su revelación Ano cause perjuicio a las partes@.
En términos similares a los expuestos respecto de la Recomendación 129 de la OIT, se
pronuncia el Protocolo Adicional a la Carta Social Europea, que en su artículo 2 establece que
la empresa podrá rehusar la divulgación de Aciertas informaciones perjudiciales@ para ella o, en
caso contrario, exigir que dichas informaciones adquieran el carácter de Aconfidenciales@.
2.1.2. La Directiva sobre comités de empresa europeos.
La Directiva 95/45/CE del 22 de septiembre de 1994, sobre comités de empresa
europeos, prevé la posibilidad de que los estados miembros establezcan, en casos específicos y
en las condiciones y límites establecidos por la legislación nacional, un derecho a veto en favor
de las empresas de ámbito comunitario y que consistiría en la posibilidad de que la dirección
central de la empresa que se halle en su territorio no esté obligada a suministrar cierta
información.
Los límites al derecho de información del comité de empresas europeo fue uno de los
aspectos que mayores críticas recibió en los diversos proyectos de Directivas CEE que se
elaboraron, en la medida que parecían otorgar una facultad discrecional al empresario.
2.1.3. La excepción de confidencialidad en EE.UU. y Reino Unido.
En ocasiones, en EE.UU. los empleadores se han negado a la divulgación de la información
solicitada alegando el carácter confidencial de ésta, debido a la necesaria defensa de los secre-
tos comerciales o de su esfera privada. El caso Detroit Edison Company (440 US 301 -1979-)
marcó un hito en este tema, ya que hasta entonces no era usual que prosperara la excepción de
confidencialidad alegada por el empresario.
El proceso de fiscalización establecido actualmente respecto de la negativa empresarial a
suministrar información, se puede resumir de la siguiente manera: frente a la existencia de un
92
deber del empresario de informar sobre materias de obligada negociación con los sindicatos, y
producida una negativa de aquél a cumplir con tal deber, los sindicatos podrían denunciarlo
ante el Consejo Nacional de Relaciones Laborales. Si éste da razón a la parte sindical, ordenará
al empleador que transmita la información requerida y, en caso de que no se acate la decisión,
dicho Consejo podrá recurrir al Tribunal Federal para que la ejecute. La persistencia en la
negativa (ante una orden judicial) dará lugar a una acción por desacato.
En el Reino Unido, el art. 182 (1) de la TUIRA de 1992 establece siete casos
(excepciones) en los que el empleador se encuentra exonerado de suministrar información.
Asimismo, el Código de Conducta elaborado por el Servicio Consultivo de Conciliación y
Arbitraje, precisa las excepciones acordadas para los empleadores, indicándose el tipo de
información cuya divulgación podría perjudicar seriamente a la empresa.
La suma de lo expresado en la Ley, lo especificado por el Código de Conducta y lo que
resuelva el Comité Central de Arbitraje, delimitan una esfera concreta de negociación y de
informaciones que deben comunicarse para tal fin, no permitiéndose que ésta sea desbordada
unilateralmente por la organizaciones sindicales.
2.1.4. Suecia: La confidencialidad completa.
El art. 21 de la Ley sobre la Participación en las Decisiones de la Empresa de 1976
establece la confidencialidad como límite principal del derecho de información, pero no indica
las materias susceptibles de ser calificadas como tales. Sólo se refiere a ello el art. 5 de la ley en
cuanto establece que no habrá obligación de mantener informada a la otra parte de las
circunstancias que revistan importancia en un conflicto laboral actual o inminente, pero existe
consenso entre los autores en que ésta no es la única materia que puede calificarse de absoluta
confidencialidad; se enumeran cinco causales más, con la aclaración de que tales restricciones
no deben interpretarse restrictivamente Adada la importancia de los intereses que puedan estar
en juego@.
La confidencialidad completa o perfecta permite al empresario retener en su poder cierta
información. De esta manera, la legislación sueca establece también un derecho de veto en
favor del empresario que le permite no transmitir determinada información.
2.1.5. Bélgica: La facultad de derogación.
La facultad de derogación es, sin duda alguna, el límite que con mayor intensidad actúa
sobre el derecho de información en el ordenamiento belga. El art. 27 del Real Decreto de 1973
sobre las informaciones económicas y financieras que se han de facilitar a los comités de
empresa, autoriza al empresario a no comunicar información a la que se encuentra obligado si
su divulgación, en la forma o en el plazo previstos, pudiera causar un perjuicio a la empresa.
Esta facultad derogatoria, que equivale a un verdadero derecho a veto en favor del
director de la empresa, está sujeta a dos condicionamientos concretos; uno sustantivo, que se
refiere a las materias previstas por el Real Decreto. El otro es de carácter procedimental: la
facultad de derogación se encuentra subordinada a la aprobación previa de uno de los
funcionarios designados por el Ministro de Asuntos Económicos, y el procedimiento
comprende básicamente dos etapas: a) señalamiento de materias sobre las que pretende ejercer
la facultad, que debe hacerse a través de una petición motivada y acompañada de la
documentación necesaria para apreciar su legitimidad, y b) concesión o denegación de la
aprobación que se decidirá previa consulta al comité Aad hoc@, formado dentro del Consejo
central de economía.
93
deber de reserva sí llega a su poder, pero bajo la exigencia de que sea mantenida en reserva. El
deber de reserva contempla una serie de matices que van desde la estricta obligación de secreto
hasta el uso prudente de la información recibida de la empresa.
2.2.2. Instrumentos que contienen este tipo de cláusula:
a) La Recomendación 163 de la OIT, sobre el fomento de la negociación colectiva,
presenta una fórmula más matizada que la Recomendación 129. Señala que si la divulgación de
ciertas informaciones pudiese perjudicar a la empresa, Asu comunicación debería estar sujeta al
compromiso de mantener su carácter confidencial en la medida de que esto sea necesario@ (art.
7.2.a). Asimismo, marca una diferencia sustancial con la figura del derecho a veto empresarial
de la anterior recomendación, y puede decirse que en ella no existen a priori materias vedadas
al conocimiento de los trabajadores.
b) La Directiva sobre comités de empresa europeos dispone que los Estados parte
preverán que los miembros de la comisión negociadora y del comité de empresa así como los
expertos que en su caso les asistan, no estarán autorizados para revelar a terceros la información
que les haya sido expresamente comunicada con carácter confidencial (art. 8).
c) Suecia. La confidencialidad limitada: en el ordenamiento sueco, la información de
confidencialidad limitada es la que se suministra a un número restringido de dirigentes
sindicales. Existe la obligación empresarial de proporcionar información a los sindicatos
correspondientes, pero se exige que aquélla no salga de ese ámbito, es decir, que se mantenga
en secreto (art. 21 de la Ley sobre participación en las decisiones de la empresa de 1976).
d) Alemania: en este país, el deber de secreto recae tanto en los secretos económicos o
industriales, cuanto en la información sobre los trabajadores que puede afectar su esfera de
intimidad.
En el primer caso, los miembros del comité de empresa tienen la obligación de no
divulgar o aprovecharse de los secretos de la empresa o secretos industriales a los que hayan
tenido acceso en razón de su pertenencia a dicho órgano de representación (art. 79 párrafo 1 de
la BetrVG de 1972). Este deber de secreto no implica una restricción en la circulación de la
información a otros órganos de representación del personal (comités intercentros, represen-
tación de jóvenes, delegados sindicales).
En el segundo caso, los arts. 82 y 84 de la BetrVG protegen la intimidad de los
trabajadores imponiendo la obligación de secreto profesional a los miembros del comité de
empresa respecto de las relaciones y de los asuntos personales del trabajador individual.
e) El art. 17 (3) de la Ley de Contrato de Trabajo belga, de 1978, establece la obligación
de todo trabajador de mantener en secreto cualquier información confidencial que haya sido
adquirida en el curso de la actividad laboral. Por su parte, el Real Decreto de 1973, impone con
carácter específico para los representantes de los trabajadores en el comité de empresa, un deber
de discreción y la obligación de no divulgar a terceros la información de naturaleza
confidencial; asimismo, su art. 33 señala que al momento de suministrar la información al
comité de empresa, el director de ésta puede indicar el carácter confidencial de aquellos
informes cuya difusión pudiera perjudicar a la empresa. La información calificada de
confidencial, queda excluida de los informes que los representantes de los trabajadores deben
suministrar a estos últimos.
f) En Francia, también son dos las obligaciones relacionadas con la no divulgación de
información a terceros. El art. L.432-7 del Código del Trabajo establece para los miembros del
comité de empresa y los representantes sindicales la obligación de guardar Asecreto profesional@
sobre todas las cuestiones relativas a los procedimientos de fabricación, y el deber de
Adiscreción@ respecto de los informes de naturaleza confidencial que hubieren sido
comunicados como tales por el jefe de la empresa o su representante.
3. Recapitulación:
94
La colisión de derechos en el terreno del derecho de información en la empresa ha
determinado la implementación de una serie de límites a ese derecho. Con éstos, se intenta
alcanzar un cierto equilibrio entre los intereses de los representantes de los trabajadores a ser
informados, y el de los empresarios a que no se divulguen a terceros las noticias cuya
revelación pueda causar perjuicio a la empresa.
Para un sector, la disyuntiva planteada se resuelve permitiendo al empleador rehusarse al
suministro de información cuando su divulgación implique un peligro de daño para la empresa.
Esta posición amplia, pone en peligro la efectividad misma del derecho de información, por
cuanto los representantes de los trabajadores no tienen la posibilidad de desmentir o contradecir
el carácter secreto atribuido a la información, como no sea acudiendo a los órganos
jurisdiccionales.
Para otros, lo que debe prevalecer es el derecho de los trabajadores a ser informados, lo
que significa que el empresario debe suministrar en cada oportunidad la información de la
forma más completa posible. En todo caso, los representantes de los trabajadores deberían
soportar la carga de no divulgar posteriormente a terceros la información calificada como
reservada por el empresario.
BOZA PRO, Guillermo (Profesor de Derecho Laboral - Pontificia Universidad Católica del Perú),
ALos límites del derecho de información. Una sistematización de la normativa internacional, comunitaria
y de derecho comparado@, en Themis Revista de Derecho, Ed. Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, 1996, n° 34, pp. 67/87.
95
Keck et Mithouard. Cómo no quedar sorprendido al ver resurgir la idea según la cual la
reglamentación italiana puede fundarse en la circunstancia de que expresa Aciertas elecciones
vinculadas a las particularidades socio-culturales nacionales o regionales@. Podía creerse que
ese género de consideraciones había sido superado, teniendo en cuenta la claridad de los
principios generales dirigidos a descartar todo debate sobre la justificación de las medidas
restrictivas que tienen un efecto global. )No existirá, detrás de esta reminiscencia de antiguos
trámites ordinarios, la sombra de una nostalgia?.
COSMAS, G., comentario a la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas del 20-
6-1996, Semararo Casa Uno Srl et autres, causas acumuladas C-418/93, C-419/93, C-420/93, C-
421/93, C-460/93, C-461/93, C-462/93, C-9/94, C-10/94, C-11/94, C-14/94, C-15/94, C-23/94, C-24/94
y C-332/94, Rec.: I, p. 2875, en Journal du Droit International, ed. Juris-Classeur, París, n° 2, abril-
mayo-junio de 1997, p. 530.
LEGER, P., comentario a la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas del 23-5-
1996, The Queen/Ministry of Agriculture and Food, ex parte: Hendley Lomas (Ireland) Ltd., causa C-
5/94, Rec.: I, p. 2553, en Journal du Droit International, ed. Juris-Classeur, París, n° 2, abril-mayo-
junio de 1997, p. 526.
96
de aplicación material del art. 7 del reglamento CE 1612/68 del 15 de octubre de 1968, relativo
a la libre circulación de los trabajadores en el interior de la Comunidad, parece adoptar una
actitud sartriana y exclamar: Aentonces, volvamos a empezar. Esto no divierte a nadie... Pero
hagámoslo@. Estas dos sentencias lo confirman.
El Tribunal recordó aquí, en efecto, Aque de nuestra jurisprudencia constante resulta que
la regla de la igualdad de tratamiento inscripta en este texto prohíbe no sólo las
discriminaciones ostensibles, fundadas en la nacionalidad, sino también todas las formas
disimuladas de discriminación, por aplicación de otros criterios de distinción que, en los
hechos, producen el mismo resultado@ (12-2-1974, Sotgiu). De este modo, en el primer caso,
John O'Flynn, el Tribunal recalcó que la reglamentación británica que sujeta la concesión de
una indemnización que cubre los gastos funerarios realizados, a la condición de que el funeral
haya tenido lugar en territorio británico, constituye una discriminación indirecta, puesto que Aes
sobre todo el trabajador inmigrante, en el supuesto del deceso de uno de los miembros de su
familia, el que deberá proceder a una inhumación en otro Estado miembro, teniendo en cuenta
los vínculos que generalmente mantienen los integrantes de una familia con su Estado de
origen@. En el segundo caso, Commission des Communautés européennes contra Royaume de
Belgique, destacó que las disposiciones belgas que requieren que los jóvenes trabajadores que
buscan su primer empleo hayan terminado sus estudios secundarios en un establecimiento
subvencionado o reconocido por el Estado belga, para poder gozar del subsidio de espera
(allocations d'attente), constituyen una discriminación indirecta, ya que Ala condición litigiosa,
la cual se asemeja a una condición de residencia previa, será más fácilmente satisfecha por los
hijos de los ciudadanos belgas que por los hijos de los ciudadanos de otros Estados miembros@.
Los fundamentos especialmente centrados en la protección a la salud pública y en las
dificultades y costos que requeriría el pago de una indemnización funeraria en caso de
inhumación o incineración fuera del Reino Unido, no fueron, a justo título, admitidos.
Se entrevé fácilmente aquí la voluntad incesante del Tribunal de dar un amplio campo de
aplicación al art. 7 cit., de sostener una interpretación rigurosa del principio de no
discriminación y, por consiguiente, de afirmar el principio de la libre circulación
intracomunitaria.
Por otra parte, el Tribunal juzgó que la igualdad de acceso al empleo, a que hace alusión
el art. 3 del citado reglamento, no se aplica a los jóvenes ciudadanos de un Estado miembro que
hayan terminado sus estudios secundarios y que, sin ser miembros de la familia de un
trabajador inmigrante ocupado en Bélgica, buscan su primer empleo en este último Estado; de
tal modo, el acceso a esos programas especiales de ubicación laboral, vinculados al sector de
desocupados, traspasan el alcance de este texto, ya que los requirentes nunca han accedido al
mercado de trabajo a través del ejercicio de una actividad profesional real y efectiva. Así, pues,
el Tribunal hizo referencia a la noción de Atrabajador@ formulada en su sentencia Lawrie-Blum
(3-7-1986), posteriormente afinada.
LENZ, C.O. y RUIZ-JARABO COLOMER, comentario a las sentencias del Tribunal de Justicia de
las Comunidades Europeas del 23-5 y 12-9-1996, John O'Flynn y Commission des Communautés
européennes contra Royaume de Belgique, causas C-237/94 y C-278/94, Rec.: I, pp. 2617 y 4307,
respectivamente, en Journal du Droit International, ed. Juris-Classeur, París, n° 2, abril-mayo-junio de
1997, p. 542.
97
VIOLACIÓN DEL ART. 48 DEL TRATADO (COMUNIDAD EUROPEA).
Las reglas de las asociaciones de fútbol imponían al jugador profesional que fuera contratado
por un nuevo empleador en el momento de la extinción de un contrato anterior, el pago de una
indemnización a su antiguo club (régimen de transferencia). También establecían una
limitación al número de jugadores ciudadanos de otros Estados miembros que podían intervenir
en los partidos oficiales (cláusulas de nacionalidad).
Dichas normas se aplicaron a Jean-Marc Bosman, jugador profesional de fútbol de
nacionalidad belga, a la expiración del contrato que lo vinculaba al club RC de Lieja.
El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas consideró, en primer término, que
es inútil llevar el debate al terreno del derecho comunitario de la concurrencia (arts. 85 y 86 del
Tratado).
Por otra parte, declaró la incompatibilidad de las mencionadas reglamentaciones con el
artículo 48 del Tratado sobre la libre circulación de trabajadores. Después de las decisiones
adoptadas en los casos Walrave (12-12-1974, causa C-36/74) y Doná (14-7-1976, causa C-
13/76), la aplicabilidad del art. 48 a las asociaciones deportivas no plantea ninguna duda, aun
cuando el Tribunal se consideró obligado en este caso a Ajustificar más categóricamente su
posición@: Ala práctica de deportes se rige por el derecho comunitario en la medida en que
constituye una actividad económica. Tal es el caso de la actividad de los jugadores
profesionales o semi-profesionales de fútbol, ya que ellos ejercen una actividad asalariada o
efectúan prestaciones de servicios remunerados@.
En relación a la violación del art. 48, el Tribunal retomó el razonamiento bien conocido
que aplicó a la libre circulación de los trabajadores, confirmando nuevamente la convergencia
de las libertades del Tratado. A ese efecto examinó, en primer lugar, si las medidas impugnadas
(régimen de transferencias y cláusulas de nacionalidad) constituyen un obstáculo a la libre
circulación de los trabajadores. A continuación, evaluó si estas medidas están justificadas por
Arazones imperiosas de interés general@, para juzgar que ello no era así ya que el procedimiento
de transferencia no impide que los clubes más ricos se aseguren los servicios de los mejores
jugadores, y que -dado el alea y las incertidumbres que pesan sobre el futuro de un jugador- la
perspectiva de percibir una indemnización no constituye, para un club, un elemento
determinante de reclutamiento; según las asociaciones deportivas y los gobiernos, el régimen
previsto tiende a Asalvaguardar el equilibrio financiero y deportivo entre los clubes@, y Aa
sostener la búsqueda de talentos y la formación de jóvenes jugadores@.
En cuanto a las cláusulas de la nacionalidad, el Tribunal concluyó que la exclusión de
jugadores extranjeros por motivos no económicos no puede ser tolerada para la totalidad de los
partidos oficiales de un club (v. Dona cit., donde la exclusión estaba limitada a ciertos
encuentros).
Finalmente, juzgó que las medidas iban más allá de lo necesario para proteger los
intereses citados, ya que los objetivos perseguidos pueden satisfacerse por otros medios menos
agresivos para la libre circulación de trabajadores.
Es de destacar la referencia que el Tribunal hace al criterio del Aacceso al mercado@ (10-
5-1995, Alpine Investments B.V., causa C-384/93); lo importante no es tanto la existencia de
una eventual discriminación, como la circunstancia de que las reglas nacionales Acondicionen
directamente el acceso al mercado de trabajo@ (lo que ciertos autores llaman Aun test de acceso
al mercado@). Así pues, en este caso, las reglas impugnadas impiden, o hasta disuaden, a los
jugadores a abandonar sus clubes en el momento de la expiración del contrato para ejercer su
actividad en otro Estado miembro; condicionan por lo tanto indirectamente Ael acceso a la
profesión@ y no sus modalidades de ejercicio; no pueden entonces ser asimiladas a las
modalidades de venta.
98
LENZ, C.O., comentario a la sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas del 15-
12-1995, Union royale belge des sociétés de football association ASBL c/ Jean-Marc Bosman, Royal
club liégeois SA c/ Jean-Marc Bosman e.a., Union des associations européennes de football (UEFA) c/
Jean-Marc Bosman, causa C-415/93, Rec.: I, p. 4921, en Journal du Droit International, ed. Juris-
Classeur, París, n° 2, abril-mayo-junio de 1997, p. 550.
99
transitoria@. Si hay algún derecho que pueda considerarse manifestación del principio de
libertad ese es, sin duda, el de reunión.
Más recientemente, el Tribunal recalcó que no cabe someter las ideas o reivindicaciones
de los manifestantes a ningún tipo de control de oportunidad política, basado en los principios y
valores -tanto jurídicos como metajurídicos- dominantes en la sociedad o que se identifiquen
con cualquier género de ideología o pensamiento (sentencia 66/1995).
100
tránsito público provoca una natural restricción del derecho a la libertad de circulación de los
ciudadanos no manifestantes, esta restricción, a la luz del art. 21.2 CE, no legitima por sí sola a
la autoridad a prohibir la reunión pacífica, sino que para ello será necesario que dicha reunión
en lugar de tránsito público altere la seguridad ciudadana y ponga en peligro la integridad de las
personas o de los bienes. Es preciso que se cree una situación de peligro común que hay que
estimar cumplida cuando de la conducta de los manifestantes pueda inferirse determinada
violencia Afísica@ o al menos Amoral@ con alcance intimidatoria para terceros (sentencia
59/1990).
6.3. Con el mismo criterio, sostuvo en la sentencia 66/1995 que las posibilidades de
prohibir una manifestación son reducidas: únicamente se podrá producir esa prohibición
cuando se ocasione una total obstrucción de las calles que desemboque en un colapso
circulatorio durante un período prolongado de modo que impida el acceso a determinadas zonas
o barrios de la ciudad por la imposibilidad de habilitar vías alternativas.
101
reside en su carácter Aerudito@. Es decir que el juez, que es el creador, se nutre con mucha
frecuencia de nuevas ideas de la doctrina, cuya influencia en este área es particularmente
importante. Ahora bien, como la actividad académica se manifiesta aquí, en lo esencial, a través
de la formulación de principios sintéticos o explicativos de las soluciones positivas, el derecho
internacional privado siempre ha mantenido relaciones privilegiadas, íntimas, con los principios
generales. Estos son ora innominados, ora nominados (principios de realidad o de personalidad
de las leyes, de nacionalidad, de territorialidad, de origen, de derechos adquiridos, de igualdad,
de proximidad, etc.). Lejos de sorprender, la presencia de principios generales es de algún
modo congénita al derecho internacional privado.
Novedosa, en cambio, es la circunstancia de que la Corte de Casación, cada vez que
consagra en forma totalmente heterodoxa una regla particular que no tiene su fuente en una ley,
se refiera explícitamente a los principios generales que rigen una determinada área del derecho
internacional privado. Aplicada ora en conjunción con la mención de un texto, ora a título
exclusivo, esta referencia se ha extendido, de manera creciente, en el curso de los últimos 20
años, al conjunto de esta rama del derecho. En consecuencia, los principios generales sirven
hoy de fundamento de las soluciones aceptadas en materia de: inmunidades de los estados
extranjeros, arbitraje comercial internacional, nacionalizaciones, estatus personal, relaciones
patrimoniales entre cónyuges, sucesiones, prueba de la ley extranjera, derecho transitorio de
reglas de conflicto, conflictos de jurisdicciones, en lo que concierne al mecanismo mismo del
orden público como a la definición de su contenido, etc. Una de las consecuencias menos
controvertidas del lugar privilegiado así acordado a esta fuente no escrita, es la desmentida
irrefutable que ella formula a la teoría clásica de las fuentes del derecho, que, totalmente
impregnada de positivismo legalista, casi no se acomoda al pluralismo.
Sin embargo, el verdadero debate no se encuadra hoy en la juridicidad de los principios
mencionados, sino en su autonomía. Se enfrenta uno aquí al enigma bien conocido del juez-
inventor: )descubre éste, Asuspendidos@ en el espíritu del orden jurídico, los valores que
tendrían, por tanto, una existencia exterior a su portavoz ? )O es que dichos valores sirven
simplemente para encubrir la creación pretoriana de derecho? La cuestión es evidentemente
bien conocida en los países en que los jueces elaboran normas jurídicas, en donde se ha
discutido si el common law tiene o no un carácter completo o, más recientemente, si el orden
positivo contiene o no todos los elementos de una Abuena respuesta@. Pero en Francia, la misma
discusión posee una especificidad innegable dado que los tribunales sólo son, oficialmente, el
órgano de interpretación de la ley. De este modo, si bien algunos autores que aspiran a conciliar
la presencia de las nuevas soluciones, no enunciadas por los textos, con el modesto lugar
asignado al juez entre las fuentes del derecho positivo, señalan que los principios generales del
derecho tienen una existencia autónoma, una tesis más subversiva ve ahí el manto bajo el cual
los tribunales ejercen con toda impunidad una función creadora del derecho, sin otro límite que
la obligación formal de calificar de Aprincipios@ a las soluciones que ellos mismos elaboran.
Un examen atento del tenor de los principios generales efectivamente refrendados por la
Corte de Casación en materia de derecho internacional privado conduce, entretanto, a situar la
verdad entre estos dos polos extremos, en la medida en que esos principios no constituyen una
categoría homogénea. Por un lado, se encuentran allí valores de derecho material, de fuente
supralegislativa (constitucional, convencional, comunitaria), que poseen una autonomía
incuestionable: es difícil negar la existencia positiva del principio de no discriminación, o la del
derecho a un proceso justo, cualesquiera sean las vicisitudes que conozcan sus aplicaciones
pretorianas. Por otro lado, la referencia a los principios generales permite a la Corte de
Casación definir, incuestionablemente, cómo ella entiende las soluciones de algún modo
cotidianas del derecho internacional privado, e.g. los principios de regulación de los conflictos
transitorios, o la ley aplicable a los regímenes matrimoniales. Para esto último, dicho tribunal
ha ocultado su obra creativa, inicialmente, mediante la vinculación simple del art. 3 del Código
102
Civil, y, hoy, bajo el amparo de los principios generales. )Existe una diferencia real entre lo
que hoy hace la Corte de Casación al refrendar los principios generales, y aquello que hacía
antes cuando, sin refrendarlos, creaba nuevas soluciones de derecho internacional privado al
amparo del precepto últimamente citado? Una respuesta afirmativa sobre este punto permitiría
explicar por qué, en relación a muchas de esas soluciones, la jurisprudencia de la Corte de
Casación nunca ha variado tanto como desde que se refiere a los principios generales.
Pero poco importa, en el fondo, la autonomía relativa de ciertos principios o las
imperfecciones que pueden introducirse en su aplicación. Lo esencial reside en el hecho de que
la presencia muy generalizada de los principios generales, en los cuales la Corte de Casación
reconoce la fuente profunda del derecho internacional privado, confiere a esta disciplina una
unidad funcional que constituye su principal fuerza ante la tentación de la codificación más
arriba mencionada. En efecto, si otros países -algunos de ellos muy próximos a Francia- se
dejan convencer de la necesidad de codificar el derecho internacional privado, es para dar
respuesta a dos tipos de necesidades. Por un lado, la de asegurar la coherencia técnica o
funcional del sistema de derecho internacional privado; por el otro, la de garantizar el respeto a
los valores materiales de fuente supralegislativa. Ahora bien, de lo expuesto resulta que los
principios generales tienen una aptitud, comparable o superior a la de la codificación, para
cumplir esta doble función.
La Shari'a, que es la ley sagrada a la que ninguno de los musulmanes se opone, fruto de
la revelación divina, regula total e inmutablemente todo acto espiritual, material, social,
económico o jurídico de las personas. Religión y regla moral están tan entrelazadas que todo el
conjunto de actividades humanas queda instruido por los preceptos morales que enseña la
Palabra de Dios: el Corán, y la tradición del Profeta (la Sunna). De hecho, las prescripciones
religiosas y morales influyen el derecho y organizan la vida civil. Sin embargo, si bien el Corán
considera al comercio una actividad lícita a la que le fija los principios fundamentales, el texto
sagrado permanece casi silencioso en relación a los detalles y modalidades de los contratos
comerciales. No existiendo entonces una solución revelada, se apela a una fuente
complementaria de reglas unánimes de la comunidad que es infalible -el idjma- sintetizadas por
los sabios teólogos jurisconsultos, exégetas calificados (los mudjtahidin). Su rol, desde el siglo
I al III de la hégira, consistió en establecer las reglas legales definitivas derivadas de los textos
divinos, que resuelven ciertos problemas jurídicos que habían surgido de la extensión de la
comunidad musulmana y de la evolución socioeconómica a través del tiempo.
Así, se reglamentaron alrededor de treinta contratos nominados, entre los cuales se
encuentra el contrato de empresa. La base moral que subyace en dicha reglamentación (tomada
de las obligaciones religiosas) es el justo equilibrio de las prestaciones. Los fundamentos que
emanan del orden moral impuesto, que congela el derecho en una inmutabilidad intangible y
que no tolera excesos, son: equidad, igualdad, justicia para con el más débil.
)Significa esto que, desde la finalización del trabajo doctrinal de los mudjtahidin que
establece el verdadero significado de la ley (el fiqh), no existe la posibilidad de una evolución
jurídica? Ciertamente no. A partir del siglo III, nuevas fuentes han reemplazado a la obra
103
legislativa. La costumbre, la jurisprudencia, la adopción de las reglas usadas en los ritos no
seguidos en el país afectado, los decretos sucesivos adoptados por los soberanos que ejercen el
poder reglamentario, el aporte de los derechos del mundo occidental y el ingreso de los países
árabes en la escena económica mundial, sin negar la influencia que la Shari'a tiene en la
elaboración y ejecución de los contratos comerciales, permiten una mutación progresiva de los
principios de base del derecho musulmán comercial hacia un derecho Amoderno@, sin dejar de
seguir siendo fuertemente dependiente de la influencia del juez, dada la insuficiencia de textos
normativos.
104
corrupción, vinculado a la Ainfluencia monetaria@, es el más apropiado para las controversias
sobre la financiación de las campañas.
BURKE, Thomas F., AThe concept of corruption in campaign finance law@, en Separata de
Constitutional Commentary, vol. 14, n° 1, 1997.
1. Introducción
Es necesario profundizar el análisis de la relación entre ley y cultura, y más
específicamente del uso del derecho para lograr el cambio social: )cuándo y cómo puede la ley
ayudar a mejorar la sociedad?, )existen formas más o menos exitosas para lograr el cambio
social?, )es la ley una herramienta efectiva para lograr el cambio social?
A esos efectos, se parte de varias presunciones: 1) que esta sociedad necesita y merece
cambios importantes, y también más personas comprometidas con ese cambio, de acuerdo a las
concepciones que individual o colectivamente tengan de una sociedad buena. Los problemas a
que se enfrentan los países son grandes y numerosos, pero no son insolubles; 2) que es
apropiado usar la ley para lograr el cambio social y cultural. La ley actualmente no es, y nunca
ha sido, sólo un grupo de reglas formales sino, también, la más obvia expresión de los valores e
intereses de una sociedad, que puede y debe usarse para mejorar dichos valores e intereses.
2. Un paradigma de reforma
La legislación tiene por lo menos cinco objetivos generales: crear nuevos derechos y
formas de reparar a las víctimas; modificar la conducta del gobierno; modificar la conducta de
los ciudadanos y de los organismos privados; expresar un nuevo ideal o estándar moral; y
cambiar actitudes y modelos culturales.
Los primeros tres objetivos están incluidos en el rol tradicional que cumple la ley de
expresar la función formal de elaboración de normas de una sociedad. La ley establece y
modifica las reglas; si es efectiva, también aplica esas reglas. Esta es la capacidad de la ley de
Acambiar las reglas@.
Pero durante los últimos 30 años, los abogados norteamericanos, inspirados por
decisiones de la Suprema Corte como Brown v. Board of Education (347 US 483 -1954-),
Baker v. Carr (369 US 186 -1968-) y Roe v. Wade (410 US 113 -1973-), y por el éxito de
movimientos como el de los derechos civiles de los afro-norteamericanos, han intentado que las
ley cumpla funciones que trascienden la mera formulación de normas. Han adaptado los tradi-
cionales mecanismos de cambio de la ley a un objetivo novedoso: lograr un cambio social que
trascienda la simple legislación y que busque, por encima y más allá de todas las reglas, mejorar
la sociedad en formas fundamentales y extrajurídicas. En especial, han buscado promover, por
un lado, los derechos e intereses de las personas que la ley y la cultura han maltratado,
individual o colectivamente y, por el otro, los valores que consideran que deben convertirse en
derechos. Esta es la capacidad de Acambiar la cultura@ que tiene la ley, descripta por los dos
últimos objetivos generales enumerados.
105
audiencias determinadas o instrumenta variaciones en temas establecidos, o realiza ambas
cosas. Los abogados se dan cuenta y les interesa, los burócratas se dan cuenta y les interesa, los
contadores se dan cuenta y les interesa, al igual que otras minorías discretas e insulares, pero la
mayor parte de la gente ni se da cuenta ni le interesa y el tono general de la sociedad sigue en
gran parte imperturbable. En cambio, las leyes que Acambian la cultura@ alteran principios
básicos, y lo hacen en una forma ineludible, estructural. Hacen cultura.
Existen cuatro factores que determinan cuándo el Acambio de reglas@ se transforma
también en Acambio de cultura@:
3.1. Cambio muy amplio o profundo
Algunas formas de Amodificación de reglas@ son tan importantes o tan penetrantes que
no pueden ser ignoradas. Algunas afectan a tanta gente en formas tan importantes que parecen
intrínsecamente Amodificatorias de cultura@. Por lo tanto, si bien la amplitud de un cambio no es
por si misma decisiva, puede crear la posibilidad de un Acambio cultural@.
En los Estados Unidos, tuvieron este efecto, p.ej., la Ley de Derechos Civiles de 1964 y
las leyes que prohíben fumar.
3.2. Conciencia pública de dicho cambio
El Acambio de reglas@ no tiene posibilidad de convertirse en Acambio de cultura@ sin que
el público sea consciente de que el cambio se ha producido y de que va a afectar la vida diaria.
Los ciudadanos comuness deben saber que se ha producido un cambio para que éste tenga
resonancia cultural. La mayor parte de las normas -legislativas, judiciales o administrativas-
influencia a un universo limitado de personas interesadas y conectadas. Sin embargo, para que
el Acambio de normas@ se transforme en Acambio de cultura@, debe ser identificado por la
generalidad y luego absorbido por la sociedad como un todo.
Los cambios que se producen a través de la deliberación legislativa habitualmente
generan una mayor conciencia del público que los que se hacen por vía judicial o
administrativa. El conocimiento público es, en realidad, un elemento natural del proceso legis-
lativo. Una legislatura -cualquier legislatura- es un grupo representativo de delegados públicos
dedicados a las cuestiones públicas; su trabajo tiene una importancia pública implícita. En los
procesos judiciales y administrativos, en cambio, están comprometidos actores privados por
controversias privadas. Estas controversias pueden o no tener implicancias para otros, y muchas
veces están sujetas al principio del stare decisis, pero no son de naturaleza pública (la
elaboración de normas administrativas es similar -al menos en teoría- a la actividad legislativa,
pero también típicamente recibe menos atención que la actividad de las legislaturas).
La elaboración de normas legislativas es, por su naturaleza, abierta, tumultuosa y
prolongada. Alienta el escrutinio y la evaluación. Por ende, tiene una aptitud mucho mayor que
las otras formas de elaboración de normas para promover la discusión y conocimiento públicos.
Sólo considerando esta razón, ese tipo de legislación posee un poder especial que trasciende al
de la simple elaboración de reglas. En realidad, la importancia real de algunas formas de reglas
legislativas reside en el debate que generan más que en las consecuencias formales de su
aprobación.
3.3. Un sentido general de la legitimidad (o validez) del cambio.
El conocimiento del cambio nunca resulta suficiente para garantizar el cumplimiento de
una nueva ley, tenga ésta capacidad para Acambiar las reglas@ o para Acambiar la cultura@. El
conocimiento debe estar acompañado de la aceptación pública, que inevitablemente debe estar
fundada en un sentido de legitimidad o validez.
Un Acambio de cultura@ nunca puede producirse en una atmósfera de resistencia. Exige,
como mínimo, un aura de legitimidad moral y cultural para mantener una amplia adhesión a
cualquier código nuevo de conducta.
Durante 200 años, autores que van desde Locke (Two Treaties of Government), a Robert
Bork (Slouching Towards Gomorrah: Modern Liberalism and American Decline), han
106
afirmado la superioridad del cambio legislativo.
Locke describió a la legislatura como Ael poder supremo de la comunidad..., sagrado e
inalterable, en las manos en que la comunidad lo puso@.
Sin embargo, los defensores del interés público no deben abandonar la elaboración de
normas a través del proceso judicial, ya que no sería bueno concentrar todo el poder de
elaboración de aquéllas en el Poder Legislativo. Pero la elaboración de normas judiciales
requiere mayor precisión y destreza. Los procesos son efectivos para los problemas más
destacados, pero muchas veces son ineficaces para solucionar a largo plazo las cuestiones que
tienen profundas raíces culturales, ya que se concentran en las reglas más que en la cultura en
que éstas rigen y, en consecuencia, a veces no logran conectarse o comprometerse con el
público.
3.4. Aplicación continua y cabal del cambio.
El cuarto prerrequisito del cambio legal que logra un Acambio cultural@ además de un
Acambio de reglas@, es la aplicación continua y cabal de la nueva regla por parte del gobierno.
Las reglas que no se aplican, especialmente si son dramáticas o polémicas, van a ser
simplemente descartadas por todo o parte del público.
Se usa aquí la expresión Aaplicación@ en su sentido más amplio: no sólo como
imposición de penalidades civiles o penales, sino también como la notificación sistemática -o la
falta de notificación- de la nueva regla, y la reparación civil a las personas agraviadas. La
aplicación efectiva de una nueva ley debe incorporar mecanismos que promuevan el
conocimiento y adhesión públicos, y prever un castigo. El Acambio de cultura@ sería imposible
sin una aplicación multifacética, realista y continua. La aplicación no garantiza un Acambio de
cultura@, pero aumenta mucho la probabilidad de que se produzca.
6. Conclusión
Se debe prestar tanta atención a las actitudes públicas como a las reglas formales que
tienden a guiar o a moldear estas actitudes. Eso supone pensar en forma tan unificada sobre el
proceso como sobre la sustancia. El proceso es importante. La forma en que surge una nueva
regla puede ser, en definitiva, tan importante como lo que ella dice.
El mundo suspira por cambios y por reformadores. Pero quienes cumplen este rol deben
pensar más sistemáticamente sobre qué hacemos y por qué. Porque el mundo merece cambios
efectivos y no sólo reglas nuevas.
107
STODDARD, Thomas B., ABleeding Heart: Reflections on using the law to make social change@, en
New York University Law Review, vol. 72, n° 5, noviembre de 1997, p. 967.
108
(según el Superior Tribunal Federal, Ael Estado responde civilmente por el daño causado en
virtud de un acto practicado con fundamento en una ley declarada inconstitucional@). Se exige
como prueba de la ilicitud la declaración previa de inconstitucionalidad del precepto lesivo por
el tribunal de Acúpula@ u órgano estatal.
El cumplimiento de la antedicha exigencia perjudica en demasía al particular lesionado
que, en Brasil, no está habilitado para el ejercicio de la acción directa de inconstitucionalidad
de las leyes.
Los tribunales debe ampliar la protección a los derechos de los administrados,
reconociendo la responsabilidad estatal en acciones indemnizatorias directas con declaración
incidental de inconstitucionalidad de la ley lesiva.
La ley constitucional, que se encuentra total o parcialmente en perfecta consonancia con
el texto constitucional, cuando lesione los derechos de los administrados, constituye hipótesis
lícita de daños. La obligación estatal resulta de la práctica de actos amparados por un derecho
legalmente reconocido al legislador de crear, modificar o extinguir situaciones preexistentes,
sacrificando bienes y valores jurídicos de terceros inferiormente valorados por el orden jurídico.
El fundamento prevalente es el principio de igualdad de todos ante las cargas públicas y exige,
para su reconocimiento, la demostración del nexo causal entre el acto legislativo y el daño,
además de la especialidad y anormalidad de este último.
El Estado debe ser responsabilizado por la omisión legislativa en caso de que los daños
resultaren de la inercia del legislador en dictar normas destinadas a dar operatividad práctica a
derechos garantidos constitucionalmente.
D'ARBO ALVES DE FREITAS, Marisa Helena (profesora de Derecho Procesal Penal - UNESP),
AResponsabilidade do Estado por atos legislativos@, en Revista de Estudos Jurídicos UNESP, San Pablo,
n° 2, julio-diciembre 1996, pp. 147/168.
109
inmigrantes legales, las leyes federales que impiden ese acceso se revisan en términos del más
deferente Atest de la base racional@. En Mathews v. Díaz (426 US 67 -1976-), la Corte decidió
que el gobierno federal podía negar los beneficios de Medicaid a los inmigrantes legales ya que
el Congreso, Aen ejercicio de sus amplias atribuciones en materia de naturalización e
inmigración, regularmente dicta reglas@ que distinguen entre ciudadanos y no ciudadanos.
Como las ARamas políticas@ tienen a su cargo la reglamentación de la inmigración y la fijación
de la política de extranjeros, la Corte Mathews dejó en manos del Congreso la decisión de si los
inmigrantes legales deben recibir beneficios públicos.
Analizados en forma conjunta, Graham y Mathews indican que, si bien los Estados no
pueden singularizar a los inmigrantes legales para retirarles los beneficios de la seguridad
social, el Congreso sí puede hacerlo. )Qué sucede cuando el Congreso autoriza a los Estados a
quitarles los beneficios de seguridad social a los inmigrantes legales, como hizo en las
secciones 402(b) y 412 del título 4 de la ley en análisis? A primera vista, pareciera que, de
acuerdo a lo resuelto en Mathews, el título 4 está sólo sujeto a una revisión en términos del Atest
de la base racional@ porque es una ley federal. Pero la Corte Graham expresamente declaró que
Ael Congreso no tiene poder para autorizar a los Estados a violar la Cláusula de la Igual
Protección@ [cit., p. 382, con cita de Shapiro v. Thompson (394 US 618, 641 -1969-)]. Esto es
precisamente lo que el Congreso hizo en el título 4. La autorización viola la igual protección,
sin que sea necesario considerar si un Estado realmente niega los beneficios a los inmigrantes
legales. Dicho de otro modo, el Congreso no puede otorgar al gobierno facultades para violar la
Cláusula de la Igual Protección.
En Katzenbach v. Morgan (384 US 641 -1966-), la mayoría de la Corte declaró que el
Congreso no puede Arestringir, abrogar o diluir@ ningún derecho garantizado por la Enmienda
XIV. En efecto, Morgan, como Graham, prohíbe que el Congreso autorice a los Estados a
reducir el alcance de la igual protección. Por lo tanto, las secciones 402(b) y 412 de la ley de
seguridad social invitan a los Estados a reducir la asistencia que se brindaba a los inmigrantes
legales de una forma que contradice Graham, Morgan y la Cláusula de la Igual Protección.
La Sección 402(a) plantea una cuestión constitucional más difícil: )puede el gobierno
federal singularizar a los inmigrantes legales para reducir los beneficios públicos que recibían,
tales como la SSI y los bonos de comida? La respuesta de la Corte Mathews parece clara: el
gobierno federal puede retirar ciertos beneficios de seguridad social a los inmigrantes legales.
Si bien la doctrina formulada en Mathews sigue estando vigente, varias cuestiones que plantea
la nueva ley de seguridad social sugieren que aquella decisión no debería seguir guiando el
criterio con que la Corte analiza los beneficios públicos para los inmigrantes legales.
Primero, la Corte Mathews no consideró la doctrina formulada en Bolling v. Sharpe (347
US 497 -1954-) según la cual la Cláusula de la Igual Protección se aplica al gobierno federal
del mismo modo que a los Estados. Si la negativa a brindar los beneficios de la seguridad social
con base en la condición de extranjero constituye una violación a la igual protección en un
contexto estadual, entonces también debe constituir una violación a la igual protección en el
contexto federal.
Si bien los tribunales pueden ser renuentes a cuestionar las decisiones políticas del
Congreso, no pueden ignorar la circunstancia de que el título 4 produce a los extranjeros el
mismo efecto que la Corte Graham consideró violatorio de la Cláusula de la Igual Protección.
Cuando se impugna una ley estadual, el elemento que determina la aplicación del escrutinio
estricto es la discriminación contra una minoría Adiscreta e insular@; este elemento existe
también en el contexto federal. La deferencia formalista al Congreso que exige Mathews oculta
la circunstancia de que las leyes federales y estaduales tienen el mismo efecto discriminatorio.
Segundo, debería reconsiderarse el peso que Mathews tiene como precedente, porque no
puede invocarse el respeto debido a una decisión legislativa en materia de inmigración respecto
de una ley cuyo objetivo y efecto principal reside en regular la política de bienestar social y no
110
la de inmigración. La razón fundamental para dejar la decisión en manos del Congreso es que
las ramas políticas tienen la responsabilidad exclusiva de reglamentar la política de extranjeros.
Por lo tanto, la deferencia al Congreso sólo tiene sentido si la nueva ley va a afectar la forma en
que el Poder Legislativo maneja la política exterior; si la ley se refiere simplemente a la política
interna de bienestar social, se evapora la razón principal para hacer esta deferencia.
Como parte de la revisión del sistema nacional de bienestar social, el título 4 no va a
tener ningún impacto importante en la política de extranjeros. Primero, no es probable que la
disponibilidad de beneficios de seguridad social altere los niveles de inmigración. Segundo el
régimen estadual-federal que establece, el título 4 revela que la ley no evidencia un intento del
Congreso de reglamentar la inmigración. La reglamentación de la inmigración compete
exclusivamente al gobierno federal, pero el título 4 otorga a los Estados el poder de decidir si
los inmigrantes legales pueden aspirar a la mayor parte de los beneficios. Si la disponibilidad de
los beneficios de la seguridad social realmente afectara la inmigración, el Congreso no podría
haber autorizado a los Estados a decidir si los extranjeros pueden recibir la mayor parte de los
beneficios de seguridad social. Como la ley de seguridad social no afecta la inmigración y su
aprobación no constituye un supuesto de ejercicio del poder que el Congreso tiene para
conducir la política de extranjeros, los tribunales no tienen ningún motivo para aplicar el
deferente test de la base racional a las acciones del Congreso.
Si un tribunal llegara a la conclusión de que el precedente Mathews no se aplica al título
4, entonces dicho tribunal podría aplicar el escrutinio estricto, con lo que probablemente
llegaría a la conclusión de que singularizar a los inmigrantes legales para interrumpirles los
beneficios de la seguridad social resulta incompatible con la exigencia constitucional formulada
en Graham, en el sentido de que dichos inmigrantes deben gozar de la igual protección.
Todo debate sobre los beneficios de la seguridad social que gozan los inmigrantes
legales debe hacerse sobre la base de la jurisprudencia de la Suprema Corte sobre la igual
protección, que desde hace mucho tiempo ha reconocido la vulnerabilidad política de dicho
grupo. Para analizar los recortes previstos en el título 4, los jueces deberían buscar
asesoramiento en la propia Constitución.
Recent legislation. Welfare reform - Treatment of legal immigrants - Congress authorizes States to deny
public benefits to noncitizens and excludes legal immigrants form Federal Aid Programs.- Personal
Responsibility and Work Opportunity Reconciliation Act of 1996, Pub L. No 104-193, 110 Stat. 2105,
en Harvard Law Review, vol. 110, número 5, marzo de 1997, p. 1191.
111
ESTUDIOS
1. INTRODUCCIÓN
La protección de datos personales se presenta como un tema que puede exhibir falsas
apariencias respecto de su contenido, ya que no tiene por objeto proteger a los datos per se, sino
a una parte del derecho a la intimidad personal, esto es, la que se vincula con la información
individual. Sin embargo, este derecho excede la idea individualista de protección de la
intimidad, ya que engloba también los intereses de grupo contrarios al almacenamiento y
recolección de información.
El almacenamiento y recopilación de datos de carácter personal no son actividades
novedosas. La existencia de los tradicionales ficheros manuales ya auguraba los riesgos que un
registro con datos incompletos, falsos o utilizados para un propósito diferente del que motivaba
la recolección, podía generar en las personas. Sin embargo, dichos ficheros y las otras
modalidades clásicas de injerencia en la esfera de la vida íntima -como el teatro, la literatura, la
prensa, que se fueron perfeccionando con la fotografía a distancia, la radio, el teléfono y la
112
televisión- han quedado minimizados con la evolución de la electrónica y la informática. En
efecto, estas últimas permiten que los seres reales se disuelvan en múltiples datos y sean
observados por otros sujetos que operan desde la penumbra con un instrumento formidable que
torna visibles a los demás, lo cual les permite, asimismo, acumular información en cantidad
ilimitada sobre cualquier aspecto de la vida cotidiana de un individuo: salud, costumbres,
hábitos sexuales, ideas políticas, fe religiosa, aspectos sociales, económicos, etc.
El ejercicio incontrolado de este poder haría totalmente factible la destrucción de la
esfera de reserva de un individuo que, siendo ya frágil, se hace aún más vulnerable ante la
expansión ilimitada del dominio del Estado o de los sujetos que disponen de poder informático.
Una mercancía y un poder concretos que generan un potencial inimaginable de supremacía en
la esfera social, se erige en amenaza cierta para la libertad y la democracia. Por consiguiente,
numerosos aspectos de la tecnología no pueden estar ajenos a la política y al derecho.
Las normas de protección de datos otorgan a los individuos determinados derechos, v.gr.,
a recibir cierta información siempre que se reúnan datos relativos a su persona; a acceder a esos
datos y, cuando sea necesario, a que éstos sean corregidos; y a oponerse al procesamiento de
cierto tipo de datos. Dichas normas imponen, a su vez, obligaciones a las entidades que
procesan datos: de usar los datos personales para objetivos específicos y explícitos; de
garantizar la seguridad de los datos contra el acceso accidental o no autorizado o la
manipulación; y, en algunos casos, de notificar previamente a un organismo independiente de
contralor la realización de determinadas operaciones de procesamiento. Estas leyes,
normalmente, establecen garantías o procedimientos especiales para las transferencias
internacionales de información.
Las normas reguladoras, que surgieron a principios de los años setenta, no fueron
recibidas por la doctrina internacional con idéntico entusiasmo. Se señaló que el poder de la
nueva tecnología en el procesamiento de datos debía ser controlado hasta cierto límite, ya que,
de no ser así, desembocaría en un abrumador poder de vigilancia de los individuos y sobre las
actividades de ciertas organizaciones. De esta manera, algunos comprendieron pronto la
paradoja que Freese formularía posteriormente: AEl libre flujo internacional de datos debe ser
regulado a fin de seguir siendo libres@.
Otro sector de la doctrina, en particular la norteamericana, y la comunidad empresarial,
vio en estas reglamentaciones barreras comerciales destinadas a proteger la industria doméstica,
so pretexto de defender ciertos derechos fundamentales de los individuos.
El debate doctrinario sobre la protección de datos alcanzó su clímax cuando se consideró
la posibilidad de incluir a las personas jurídicas en el ámbito de protección de los instrumentos
nacionales e internacionales, discutiéndose si se puede garantizar cabalmente el derecho
individual a la intimidad frente a la transmisión internacional de datos sin incluir a las personas
jurídicas en el marco de la legislación tutelar. Se argumenta que la información que las
personas jurídicas procesan, almacenan o transmiten al extranjero, contiene información sobre
personas físicas, relacionada o no con las actividades de las empresas.
2. FUENTES INTERNACIONALES
2.1. LEGISLACIÓN
2.1.1. Naciones Unidas
2.1.1.1. Declaración Universal de Derechos Humanos: si bien, dada la fecha de su
adopción, no contiene una referencia explícita a la protección de datos, su art. 12 dispone que
Anadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la
protección de la ley contra tales injerencias o ataques@.
2.1.1.2. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: incluye una disposición
113
idéntica a la anterior en su art. 17.
2.1.1.3. Directrices para la regulación de ficheros automáticos de datos personales:
La Subcomisión para la Prevención de la Discriminación y para la Protección de las
Minorías, elaboró ciertas directrices sobre ficheros de datos personales, tratados
informáticamente, que fueron aprobadas mediante resolución de la Asamblea General, el 29 de
enero de 1991, y que tomaron como modelo las de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económico (OCDE) (v. 2.1.3.1.).
Estas Directrices dejan las modalidades de aplicación de los reglamentos relativos a los
ficheros llevados en forma computarizada a la iniciativa de cada Estado, con sujeción a las
siguientes modalidades:
Principios relativos a las garantías mínimas que deberían preverse en la legislación
nacional:
a) licitud y lealtad: las informaciones relativas a las personas no se deberían recoger ni
elaborar con procedimientos desleales o ilícitos, ni utilizarse con fines contrarios a los
propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas;
b) exactitud: las personas encargadas de la creación de un fichero o de su
funcionamiento deberían tener la obligación de verificar la exactitud y pertinencia de los datos
registrados y cerciorarse de que siguen siendo lo más completos posible, a fin de evitar errores
por omisión, y de actualizarlos, periódicamente o cuando se utilicen las informaciones
contenidas en un expediente, mientras se estén procesando;
c) finalidad: la finalidad perseguida por la recolección de datos en un fichero y su
posterior utilización deberían determinarse y justificarse y, en el momento de su creación, ser
objeto de una medida de publicidad o ponerse en conocimiento de la persona interesada a fin de
que, ulteriormente, sea posible asegurarse que: 1) todos los datos personales reunidos y
registrados siguen siendo pertinentes a la finalidad perseguida; 2) ninguno de esos datos
personales es utilizado o revelado, sin el consentimiento de la persona interesada, con un
propósito incompatible con el que se haya especificado; 3) el período de conservación de los
datos personales no excede del necesario para alcanzar la finalidad con que se han registrado;
d) acceso de la persona interesada: toda persona que demuestre su identidad tiene
derecho a saber si se está procesando información que le concierne, a conseguir una
comunicación inteligible de dicha información sin demoras o gastos excesivos, a obtener las
rectificaciones o supresiones adecuadas cuando los registros sean ilícitos, injustificados o
inexactos y, cuando esta información sea comunicada, a conocer los destinatarios. Debería
preverse una vía de recurso, en su caso, ante la autoridad encargada del control de conformidad
con el principio g), infra. En caso de rectificación, el costo debería sufragarlo el responsable del
fichero. Es conveniente que las disposiciones de este principio se apliquen a todas las personas,
cualquiera que sea su nacionalidad o residencia;
e) no discriminación: salvo las excepciones previstas con criterio limitativo en el
principio f), no deberían registrarse datos que puedan originar una discriminación ilícita o
arbitraria, en particular, información sobre el origen racial o étnico, color, vida sexual,
opiniones políticas, convicciones religiosas, filosóficas o de otro tipo, o sobre la participación
en una asociación o la afiliación a un sindicato;
f) facultad de establecer excepciones: sólo pueden autorizarse excepciones a los
principios a) y d) si son necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden público, la
salud o la moral pública y, en particular, los derechos y libertades de los demás, especialmente
de personas perseguidas (cláusula humanitaria), a reserva de que estas excepciones se hayan
previsto expresamente por la ley o por una reglamentación equivalente, adoptada de
conformidad con el sistema jurídico nacional, en que se definan expresamente los límites y se
establezcan las garantías apropiadas;
g) seguridad: se deberían adoptar medidas apropiadas para proteger los ficheros contra
114
los riesgos naturales, como la pérdida accidental o la destrucción por siniestro, y contra los
riesgos humanos, como el acceso sin autorización, la utilización encubierta de datos o la
contaminación por virus informático;
h) control y sanciones: cada legislación debería designar a la autoridad que, de
conformidad con el sistema jurídico interno, se encargue de controlar el respeto de los
principios anteriormente enunciados. Dicha autoridad debería ofrecer garantías de imparcia-
lidad, de independencia con respecto a las personas u organismos responsables del
procesamiento de los datos o de su aplicación, y de competencia técnica. En caso de violación
de las disposiciones de la legislación interna, promulgada en virtud de los principios
anteriormente enunciados, deberían preverse sanciones penales y de otro tipo, así como
recursos individuales apropiados;
i) flujo de datos a través de la frontera: cuando la legislación de dos o más países
afectados por un flujo de datos a través de sus fronteras ofrezca garantías comparables de
protección de la vida privada, la información debe poder circular tan libremente como en el
interior de cada uno de los territorios respectivos. Cuando no haya garantías comparables, Ano
se podrán imponer limitaciones injustificadas a dicha circulación, y sólo en la medida en que
así lo exija la protección de la vida privada@;
j) campo de aplicación: los presentes principios deberían aplicarse, en primer lugar, a
todos los ficheros computarizados, tanto públicos como privados y, por extensión facultativa y
a reserva de las adaptaciones pertinentes, a los ficheros manuales. Podrían tomarse
disposiciones particulares, igualmente facultativas, para extender la aplicación total o parcial de
estos principios a los ficheros de las personas jurídicas, en particular, cuando contengan en
parte información sobre personas físicas.
Aplicación de los principios rectores a los ficheros de las organizaciones internacionales
gubernamentales que contienen datos personales: los principios rectores deberían ser aplicables
a los mencionados ficheros, a reserva de las adaptaciones que requieran las posibles diferencias
entre los ficheros con fines internos, como los relativos a la gestión del personal, y los ficheros
con fines externos relativos a terceras personas relacionadas con la organización.
Cada organización debería designar a la autoridad que estatutariamente es competente
para velar por la correcta aplicación de estos principios rectores.
Las Directricas concluyen con las siguientes cláusulas:
ACláusula humanitaria: debería preverse de manera específica una excepción a estos
principios cuando el fichero tenga por finalidad proteger los derechos humanos y las libertades
fundamentales de la persona de que se trate, o prestar asistencia humanitaria@.
ALa legislación nacional debería contener una excepción análoga para las organizaciones
internacionales gubernamentales en cuyo convenio sobre la sede no se hubiera excluido la
aplicación de la legislación nacional, así como para las organizaciones internacionales no
gubernamentales a las que sea aplicable dicha legislación@.
115
protección de la ley contra esas injerencias o ataques@.
El inc. 2 del art. 12, dispone que Anadie puede ser objeto de medidas restrictivas que
puedan menoscabar la libertad de conservar su religión o sus creencias, o de cambiar de
religión o de creencias@.
Finalmente, el art. 25 reza: Atoda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido...
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales...@.
116
privacidad para estudiar una posible revisión de las Directrices de 1980.
117
jurídica...@ (art. 3).
El Convenio permite que las partes contratantes excluyan del régimen general u otorguen
una regulación específica a determinadas categorías de ficheros automatizados, es decir, a
aquéllos creados para finalidades estadísticas o por individuos con fines personales o privados.
También autoriza a los Estados a incluir los ficheros manuales en la legislación interna;
pero la adopción de esta cláusula no permite que invoquen la regla de reciprocidad con respecto
a otros Estados.
Recolección de datos y finalidad perseguida: en sintonía con las Directrices de la ONU
(v. 2.1.1.3), sostiene que los datos de carácter personal que sean objeto de un tratamiento
automatizado se deben obtener y tratar leal y legítimamente, y registrarse para finalidades
determinadas y legítimas (art. 5).
Datos sensibles: para la memoria explicativa de este Convenio, no debe entenderse que
estos datos son perjudiciales per se, sino sólo en un contexto determinado. Sin embargo, se
creyó conveniente nombrar algunos de los que pueden perjudicar más profundamente al
individuo.
Según el art. 6 son aquellos que revelan el origen racial, opiniones políticas,
convicciones religiosas u otras, condenas penales, datos relativos a la salud o a la vida sexual.
En el supuesto en que las partes contratantes adopten cláusulas especiales sobre este tipo
de datos, no pueden exigir, recíprocamente, la misma regulación a las otras partes.
Como excepciones a esta protección figuran las medidas necesarias para el
funcionamiento de una sociedad democrática -protección de la seguridad del Estado y de la
seguridad pública, los intereses monetarios del Estado, y la represión de infracciones penales- y
para la protección de los derechos y libertades del interesado y de terceros (art. 9.1, parágr. 2).
Garantías complementarias para el interesado: toda persona podrá: a) conocer la
existencia de un fichero automatizado de datos de carácter personal, sus fines principales, así
como la identidad y la residencia habitual o el establecimiento principal del responsable del
fichero; b) obtener en intervalos razonables y sin demoras o gastos excesivos, la Aconfirmación@
de que el fichero automatizado contiene o no datos de carácter personal que le conciernan, así
como la comunicación de tales datos en forma inteligible; c) obtener, en su caso, la rectificación
de tales datos o su cancelación, cuando éstos hubiesen sido elaborados en contra de las
disposiciones del Derecho interno que dieren efecto a los principios fundamentales enumerados
en los arts. 5 y 6 del presente Convenio; d) interponer recurso si no fuere satisfecho un pedido
de Aconfirmación@ o, en su caso, de comunicación, rectificación o cancelación formulada a
tenor de lo previsto en los apartados b) y c) (art. 8).
Limitaciones cualitativas, cuantitativas y temporales a la acumulación de datos: los
datos de carácter personal que sean objeto de tratamiento automatizado no pueden ser excesivos
para las finalidades específicas (art. 5.c) y se deben conservar de una forma que permita la
identificación de los afectados durante un período de tiempo que no exceda del necesario,
según las finalidades para las cuales se hayan registrado (art. 5.e).
La calidad que debe tener el material manejado se manifiesta en la obligación de que los
datos personales objeto de tratamiento automatizado sean exactos, actualizados, adecuados,
pertinentes y no excesivos en relación con la finalidad para la cual se hayan registrado (art. 5, c
y d).
Respecto a la especificación, se establece que los datos personales objeto de un
tratamiento se deben registrar para fines determinados y no pueden utilizarse de forma
incompatible con éstos (art. 5, b).
Medidas de seguridad: se deben tomar aquéllas apropiadas para proteger los datos de
carácter personal, registrados en ficheros automatizados, de la destrucción accidental, y del
acceso, modificación o difusión no autorizada (art. 7).
En la memoria explicativa del Convenio se afirma que la adopción de dichas medidas se
118
debe realizar en función de la vulnerabilidad de los datos sensibles, de las necesidades de que el
acceso sea restringido, de las necesidades de almacenamiento por un largo período, de los
riesgos que un determinado fichero suponga y de la función que el fichero representa.
Responsabilidad: al igual que las Directrices de la ONU (v. 2.1.1.3.), el Convenio no
contiene una disposición específica sobre responsabilidad.
Transmisión internacional de datos: establece que una parte no podrá, con el único fin
de proteger la vida privada, prohibir o sujetar a una autorización especial los flujos
transfronterizos de datos de carácter personal destinados al territorio de otro Estado parte.
Sin embargo, autoriza a los Estados a establecer dos tipos de excepciones a este
principio: 1) si un Estado parte tiene una reglamentación específica para determinadas
categorías de datos o de ficheros automáticos, fundada en la naturaleza de los mismos, se
requiere que el Estado receptor disponga una protección equivalente; y 2) cuando se transmiten
datos personales hacia un Estado no contratante con el fin de burlar la legislación del Estado
transmisor.
Disposiciones complementarias: entre ellas se encuentra la que requiere la cooperación y
asistencia mutua entre las partes contratantes. El Convenio prevé excepciones que justifican la
denegación de peticiones de asistencia a la autoridad nacional cuando: 1) la petición es
incompatible con la competencia que en materia de protección de datos tienen las autoridades
habilitadas para responder; 2) la petición viola las normas del Convenio; 3) la cooperación
solicitada es incompatible con la soberanía, la seguridad o el orden público, o con los derechos
y libertades fundamentales de las personas que están bajo la jurisdicción del Estado parte
requerido (art. 16).
Además del Convenio 108, el Consejo de Europa también ha desarrollado, a través de
recomendaciones, algunos principios básicos convencionales para sectores que necesitan una
regulación específica. Entre las recomendaciones adoptadas por el Consejo de Ministros se
encuentran las relativas a los sectores médico, estadístico e investigación científica, de
marketing, de seguridad social, entre otras. Básicamente todas las recomendaciones no
constituyen más que textos sectoriales que recogen estándares mínimos.
119
legislaciones nacionales a estas disposiciones antes del 24 de octubre de 1998.
Importancia: la Directiva contiene el desarrollo internacional más importante en materia
de protección de datos de la última década. En tal sentido:
a) establece los principios para la protección de la privacidad a nivel europeo que deben
ser incorporados a la legislación de todos los Estados miembros. Por lo tanto, representa el más
moderno consenso internacional sobre el contenido deseable del derecho a la protección de
datos y constituye un modelo valioso para otros países y, b) prohíbe la transferencia de datos
personales desde la Comunidad a cualquier Estado no miembro que no tenga leyes de
protección de datos Aadecuadas@, lo cual impone un grado de presión internacional para que
aumente el nivel de protección en los demás países, particularmente en el sector privado.
A comienzos de 1998, la Comisión Europea declaró que la Directiva da una señal a los
socios comerciales de la Comunidad -como Canadá, Japón y los Estados Unidos- sobre la
importancia que le otorga a la protección de los derechos de los individuos frente a la
aplicación de los nuevos avances tecnológicos.
Esta Directiva fue objeto de lobby por parte de grupos de interés comerciales -
particularmente por la Cámara Internacional de Comercio (IDD)-, que alegaban que las leyes de
privacidad internacional debían ser armonizadas sobre la base de las Directrices de la OCDE (v.
2.1.3.1.) y del Convenio 108 (v. 2.1.4.2.), y no del modelo propuesto por la Comunidad. Pero
esta pretensión no fue acogida.
Su preámbulo afirma claramente que la Directiva no contiene los estándares Amínimos@
para las leyes de privacidad dentro de la Comunidad, sino los deseables, con sujeción al
Amargen de maniobra@ que deja a los Estados miembros. Juzga que el nivel de protección
acordado es superior al del Convenio 108 ya citado (v. 2.1.4.2.).
Se refiere también a la necesidad de Aaproximar@ las leyes de los Estados miembros, a fin
de que la protección que éstos brinden sea Aequivalente@ y para reducir las Adivergencias@ entre
las leyes nacionales. Todo ello, con el propósito de impedir las restricciones a las transferencias
de datos entre los Estados miembros.
Numerosos artículos de la Directiva incluyen excepciones a las garantías generales a la
protección previstas en ellos. Estas excepciones tienen el mismo efecto vinculante que las
respectivas reglas generales y, por ende, impiden que las leyes nacionales intenten establecer un
criterio más riguroso para la protección de la privacidad.
Ambito de aplicación: el nivel de protección es, esencialmente, el mismo para los
sectores público y privado, sin que exista una distinción formal entre las reglas que regulan a
los dos sectores.
La Directiva se aplica al tratamiento de datos personalizados total o parcialmente
automatizado, y al no automatizado de los contenidos o destinados a ser incluidos en un fichero
(art. 3.1). Define Afichero@ como todo conjunto estructurado de datos personales (art. 2).
No regula, en cambio, el procesamiento realizado en ejercicio de actividades que no caen
en el ámbito de aplicación del derecho comunitario, como las previstas por las disposiciones de
los Títulos V y VI del Tratado de la Unión Europea y, en cualquier caso, el tratamiento de datos
que tenga por objeto la seguridad pública, la defensa, la seguridad del Estado (incluido el
bienestar económico del Estado cuando dicho tratamiento esté relacionado con la seguridad), y
las actividades del Estado en materia penal; o el efectuado por una persona física en el ejercicio
de actividades exclusivamente personales o domésticas (art. 3).
Exige a los Estados miembros que sólo establezcan excepciones para el Aprocesamiento
realizado exclusivamente con fines periodísticos o de expresión artística o literaria@ cuando
sean necesarias para reconciliar el derecho a la privacidad con las reglas que regulan la libertad
de expresión. A este respecto, el Working Party, en su recomendación 1/97, después de analizar
las leyes de los Estados miembros que rigen la protección de datos de los medios, recomendó
su revisión y brindó las pautas que deben tenerse en cuenta a esos efectos.
120
Calidad de los datos: el principio de la calidad de los datos (art. 6) exige que los datos
personales sean: a) tratados de manera leal y lícita; b) recogidos con finalidades determinadas,
explícitas y legítimas, y que no sean tratados posteriormente de manera incompatible con
dichos fines; no se considera incompatible el tratamiento posterior de datos con fines históricos,
estadísticos o científicos, siempre y cuando los Estados miembros establezcan las garantías
oportunas; c) adecuados, pertinentes y no excesivos con relación a los fines para los que se
recaban y para los que posteriormente se traten; d) exactos y, cuando sea necesario,
actualizados; y e) conservados en forma identificable sólo durante el período indispensable para
la satisfacción de la finalidad.
Legitimidad del tratamiento de datos: el Aprocesamiento de datos personales@ (que
comprende la recolección, registro, uso y transmisión, según el art. 2) sólo es lícito cuando se
realiza bajo las siguientes condiciones (art. 8):
a) si cuenta con el inequívoco consentimiento del interesado -que sólo es válido cuando
se le ha notificado previamente la finalidad de la recolección y los potenciales receptores de los
datos- y pueda ser posteriormente revocado (art. 2, inc. g);
b) si resulta necesario para la ejecución de un contrato en el que el interesado es parte, o
para la aplicación de las medidas precontractuales adoptadas a petición del interesado;
c) si resulta necesario para el cumplimiento de una obligación jurídica a la que esté
sujeto el responsable del tratamiento;
d) si resulta necesario para proteger el interés vital del interesado;
e) si resulta necesario para el cumplimiento de una misión de interés público o inherente
al ejercicio del poder público conferido al responsable del tratamiento, o a un tercero a quien se
comuniquen los datos;
f) si resulta necesario para la satisfacción del interés legítimo del responsable del
tratamiento o del tercero o terceros a los que se comuniquen los datos, siempre que no
prevalezca el interés o los derechos y libertades fundamentales del interesado. El art. 7 no
dispone cómo debe establecerse este equilibrio, pero el preámbulo dice que los Estados
miembros tienen libertad para establecer el balance adecuado entre el uso de información para
Aactividades legítimas de gestión ordinaria de empresa@ y las condiciones en que puede
transmitirse a terceros la información con fines de marketing.
Estas seis condiciones generales se aplican tanto al procesamiento de datos hecho por el
sector público como por el sector privado. Su generalidad, obviamente, va a permitir una gran
variedad de implementaciones específicas por parte de las leyes nacionales.
Uso y transmisión: rige el principio de finalidad, según el cual el uso y transmisión de
información personal están limitados por la finalidad original de la recolección.
El art. 7 formula las seis condiciones generales de la legitimidad del procesamiento (que
comprende el uso y la divulgación) y que en parte constituyen el fundamento de las
excepciones al principio de finalidad.
Garantías complementarias para el interesado:
a) derecho a ser informado, en el momento de la recolección, de las finalidades de ésta,
de la posible obligatoriedad de dicha recolección, de los potenciales receptores de los datos, y
de los derechos que tiene (art. 10), tanto cuando la información la provee un tercero (art. 11);
b) derecho a obtener una copia de los datos y de la información sobre el uso que se ha
hecho de éstos; derecho a obtener la corrección o supresión o bloqueo de los que se han
procesado en violación a las disposiciones de la directiva; y derecho a que esa corrección,
supresión o bloqueo sean transmitidos a los terceros que han accedido a los datos (art. 12);
c) derecho a oponerse al procesamiento fundándose en Arazones legítimas de jerarquía
superior@ y al uso de los datos con fines de marketing directo (art. 14.2);
d) derecho a no estar sujeto a decisiones que lo afecten en forma significativa y que están
121
exclusivamente fundadas en un procesamiento automatizado tendiente a evaluar aspectos
personales de un individuo, excepto cuando así lo dispongan las cláusulas de un contrato o una
norma legislativa y existan medidas adecuadas para proteger los legítimos intereses del
interesado (art. 15). El derecho de acceso también incluye el de conocer Ala lógica con que se
hacen@ estas decisiones automáticas (art. 12).
Medidas de seguridad: los responsables del tratamiento deben adoptar medidas de
seguridad adecuadas y supervisar rigurosamente a cualquier persona que procese datos
personales para aquéllos (art. 17).
Notificación: las operaciones de procesamiento automático que realicen organismos del
sector público o privado deben ser previamente notificadas a la autoridad nacional de contralor
(arts. 18 y 19). La Directiva no exige que se establezca un sistema de autorizaciones previas y
los Estados parte pueden prever excepciones o una simplificación de la mencionada obligación
de notificar para las operaciones de procesamiento que no puedan afectar los derechos y las
libertades de las personas, o para los casos en que el responsable del tratamiento designe un
encargado de protección de datos (art. 18.2).
La autoridad de contralor lleva un registro de los tratamientos así notificados, que puede
ser consultado por cualquier persona (art. 21).
Las leyes nacionales deben precisar Alos tratamientos que puedan suponer riesgos
específicos@ para los derechos y libertades y velar por que sean examinados antes de su
iniciación (art. 20). El responsable del tratamiento o el encargado de la protección de datos
debe notificar a la autoridad de contralor su intención de realizar estas operaciones (art. 20.2).
Los registros públicos están exentos de satisfacer esta exigencia (art. 21.3), de lo que se
deduce que dichos registros están generalmente sujetos a los principios de la Directiva.
Datos sensibles: está generalmente prohibido el procesamiento de los datos que Arevelen
el origen étnico o racial, las opiniones políticas, las convicciones filosóficas o religiosas, la
pertenencia a sindicatos@ o la salud o vida sexual (art. 8.1). Este principio tiene numerosas
excepciones, enumeradas en los apartados 2 y 3 de dicho artículo. Los Estados podrán, por
motivos de interés público, establecer otras excepciones, las que deben notificarse a la
Comisión de la Comunidad (art. 8.4). Los datos relativos a infracciones, condenas penales o
medidas de seguridad sólo pueden efectuarse bajo el control de la autoridad pública (art. 8.5).
Aplicación de la Directiva a nivel nacional: los Estados miembros deben disponer que
una o más autoridades públicas se encarguen de controlar la aplicación de la Directiva (art. 28).
Las autoridades de contralor deben Aactuar con completa independencia@ y tener poderes de
investigación, Apoderes efectivos de intervención@ en el procesamiento, y capacidad procesal en
caso de infracciones a las disposiciones nacionales adoptadas en aplicación de la Directiva (art.
28.3). Tienen que ser consultadas en relación a las leyes que afecten la privacidad (art. 28.2).
Entienden en las denuncias relativas a la violación de la privacidad de la información (art.
28.4), pero la Directiva no hace ninguna referencia a los remedios que pueden brindar.
Las personas tienen derecho a denunciar judicialmente las violaciones a la ley nacional
(art. 22). Asimismo pueden reclamar el recupero de los daños compensatorios (art. 23), por vía
administrativa o judicial.
La Directiva exige, en consecuencia, que los Estados, por un lado, establezcan una
autoridad de contralor de la protección de datos con facultades para supervisar el cumplimiento
de los principios de la privacidad de la información y, por el otro, reconozcan los derechos
individuales para hacerlos cumplir con independencia de dichas autoridades. Los mecanismos
de aplicación que deben establecer son, por lo tanto, bastante rigurosos.
Los Estados miembros deben alentar la elaboración de códigos de conducta, de acuerdo
a las particularidades de cada sector, destinados a contribuir a la correcta aplicación de las
disposiciones nacionales adoptadas por aquéllos en aplicación de esta Directiva. Además les
122
corresponde establecer que las asociaciones profesionales y las demás organizaciones
representantes de otras categorías de responsables de tratamientos, que hayan elaborado
proyectos de códigos nacionales, o que tengan la intención de modificar o prorrogar códigos
nacionales existentes, puedan someterlos al dictamen de las autoridades nacionales para ver si
cumplen con las leyes nacionales (art. 27).
Por su parte, los proyectos de códigos de conducta comunitarios pueden someterse a la
consideración del Working Party de la Comunidad para que dictamine si cumplen con las
diversas leyes nacionales (art. 27.3).
Los Estados miembros aplican las disposiciones nacionales que hayan aprobado para la
implementación de la Directiva a todo tratamiento de datos cuando:
a) sea efectuado en el marco de las actividades de un establecimiento del responsable del
tratamiento en el territorio del Estado miembro. Si el responsable está establecido en el territo-
rio de varios Estados miembros, deberá adoptar las medidas necesarias para garantizar que cada
uno de los establecimientos cumple las obligaciones previstas por el derecho nacional aplicable;
b) el responsable del tratamiento no está establecido en el territorio del Estado miembro,
sino en un lugar en que se aplica su legislación nacional en virtud del derecho internacional
público;
c) el responsable del tratamiento no esté establecido en el territorio de la Comunidad y
recurra, para el tratamiento de datos personales, a medios, automatizados o no, situados en el
territorio de dicho Estado miembro, salvo en el caso de que los medios se utilicen solamente
con fines de tránsito por el territorio de la Comunidad Europea. En este último caso, el
responsable debe designar un representante establecido en el territorio del Estado miembro, sin
perjuicio de las acciones que pudieran emprenderse contra el propio responsable del
tratamiento (art. 4). Los analistas describen esto como un Atest de control@ complementado por
un Atest de procesamiento@.
De acuerdo al test de control, una empresa que desarrolla actividades en un Estado
miembro (aun cuando no esté establecida ahí), pero que posee datos relativos a esas actividades
en un Estado que no es parte, deberá sujetarse a las normas de privacidad de la Comunidad.
De acuerdo al test de procesamiento, una empresa establecida en un Estado no-miembro
que sólo usa instalaciones de procesamiento en un Estado miembro se verá regulada por la ley
de privacidad de dicho Estado. De este modo, Europa no puede ser usada como Aparaíso de
datos@ para eludir la aplicación de las leyes de privacidad.
Los Estados miembros tienen un plazo de tres años, a partir de la adopción de la
Directiva, para adecuar sus leyes a los principios de aquélla (art. 32.1). Las leyes nacionales
pueden establecer un plazo adicional de otros tres años para resultar aplicables a los
Atratamientos que ya estén en curso@ (art. 32.2). Algunos derechos no necesitan aplicarse a los
datos que existen en los sistemas de archivos manuales durante los doce años posteriores a la
entrada en vigencia de la ley nacional.
Supervisión de la Directiva a nivel supranacional: la supervisión Aa nivel de la
Comunidad@ está distribuida en tres organismos: la Comisión de la Comunidad, un Comité de
representantes de los Estados miembros de la Unión (y, en algunas circunstancias, el mismo
Consejo de la Comunidad) y un Working Party para la Protección de los Individuos en relación
al Procesamiento de Datos Personales, asesor de las autoridades nacionales de protección de
datos. Esta Directiva trasladó atribuciones de la Comisión al Comité, pero no modificó el rol
que juega al Working Party.
La Comisión debe informar al Consejo y al Parlamento, a intervalos regulares, sobre la
implementación de la Directiva, con las propuestas de reforma que estime oportunas. También
debe examinar la aplicación de la Directiva al tratamiento de datos que consistan en sonidos e
imágenes relativos a las personas físicas (art. 33), informar al Working Party del curso que haya
dado a los dictámenes y recomendaciones (art. 30.5), y negociar con los países que no son
123
miembros de la Comunidad para remediar la situación que se produce cuando se comprueba
que no brindan una Aprotección adecuada@ (art. 25.5).
El Comité está integrado por representantes de los Estados miembros y presidido por un
representante de la Comisión, que no tiene voto (art. 31.1). Toma sus decisiones por mayoría,
pero los votos de cada representante tienen la gravitación prevista en el art. 148.2 del Tratado
que crea la Comunidad (art. 31.2).
La principal obligación que la Directiva impone a la Comisión de la Comunidad es
someter a la consideración de este Comité un proyecto de las Amedidas comunitarias de
implementación@ que considera deben adoptarse (art. 31.2). Si el Comité aprueba las medidas
propuestas, la Comisión tiene que adoptarlas. Si las desaprueba o no las aprueba dentro del
plazo fijado por su presidente, dichas medidas se someten a la consideración del Consejo de
Ministros de la Comunidad Europea (que vota por mayoría calificada) (art. 41.2).
Entre las Amedidas de implementación@ que pueden adoptarse a través de este proceso se
encuentran las decisiones sobre el carácter Aadecuado@ de la protección que brindan los terceros
países (art. 25.4), y las autorizaciones que se propone conceder para la transferencia de datos
(art. 26, incs. 3 y 4).
El Working Party está integrado por un representante de la autoridad de protección de
datos de cada Estado parte, un representante de las instituciones de la Comunidad, y un
representante de la Comisión (art. 29). Toma sus decisiones por mayoría simple.
El Working Party examina la uniformidad de las leyes nacionales dentro de la
Comunidad, da su opinión sobre el nivel de protección que existe en la Comunidad y en
terceros países y sobre los códigos de conducta elaborados a nivel comunitario, y asesora a la
Comisión sobre las medidas adicionales propuestas. También puede hacer recomendaciones de
oficio sobre todas las cuestiones relativas al procesamiento de datos personales dentro de la
Comunidad. El Working Party tiene que publicar un informe anual sobre el procesamiento de
datos personales en Europa y en los terceros países (art. 30).
Transferencias de datos personales a terceros países: el Aprincipio de equivalencia@,
implementado en los arts. 17 de las pautas de la OCDE (v. 2.1.3.1.) y 12 de la Convenio del
Consejo de Europa para la protección de datos (v. 2.1.4.2.), consiste en que un Estado no debe
imponer restricciones a la exportación de datos personales a otro Estado que les acuerde una
protección sustancialmente equivalente a la que reciben en el país exportador. La Directiva
exige que todos los Estados miembros implementen un estándar a nivel comunitario de
protección de datos, y luego estima que la implementación de sus disposiciones, dentro del
Amargen de maniobra@ autorizado, resulta suficiente para la vigencia del principio de
equivalencia. Sin embargo, adopta un criterio un tanto diferente en relación a la equivalencia
cuando intervienen Estados no miembros.
Las Directrices de la OCDE (v. 2.1.3.1.) y el Convenio 108 (v. 2.1.4.2.) no exigen que
los países signatarios impongan restricciones a la exportación de datos a países no signatarios o
a los que no brindan un nivel equivalente de protección. No contienen ninguna obligación de
restringir las exportaciones y dejan esta cuestión al criterio de los países signatarios. La
Directiva adopta, a este respecto, el criterio opuesto, ya que obliga a los Estados miembros a
prohibir la exportación de datos personales a cualquier país que no brinde Aun nivel adecuado
de protección@.
Establece que Atodos los Estados miembros dispondrán que la transferencia a un tercer
país de datos personales que están siendo procesados o que están destinados a ser procesados,
sólo puede tener lugar si el tercer país en cuestión asegura un nivel adecuado de protección@
(art. 25.1). No se exige que tenga una protección Aequivalente@ sino sólo Aadecuada@.
La Directiva es ambigua en relación a si los Estados miembros están obligados a
autorizar la exportación de datos personales a países que sí brindan una Aprotección adecuada@.
El art. 25 exige que los Estados miembros dispongan que esas transferencias Asólo puede tener
124
lugar si@ tienen un nivel adecuado de protección, pero no dice Asi y sólo si@. El preámbulo se
limita a expresar que la ADirectiva no impide@ esas transferencias, pero no que se las debe
autorizar. Por su parte, el art. 26 parece exigir a los Estados miembros que permitan las
transferencias a terceros países que no tienen un nivel adecuado de protección, siempre que se
cumplan las condiciones que prevé para dicha transferencia, pero esta norma sólo es una
excepción al principio del art. 25, por lo que tiene poco significado. Una posible interpretación
sería que la Directiva no brinda garantías formales a los terceros países de que se van a
autorizar las exportaciones de datos desde los Estados miembros a terceros países, más allá del
nivel de protección que brinden.
Acceso remoto desde terceros países a datos personales procesados en la Comunidad:
el art. 25 se refiere a las Atransferencias.... a un tercer país@. Cabe entonces preguntarse si es
posible acceder a bases de datos instaladas en la Comunidad desde terceros países. Dado que,
con motivo del acceso aludido, los datos aparecen en la pantalla del usuario del tercer país, cabe
entender que aquéllos han sido Atranferidos@. En consecuencia, dicho acceso, para ser
permisible, tendría que encontrar sustento en alguna de las excepciones del art. 26 y cumplir
con la ley del Estado miembro en que se realizó, aplicando el test del procesamiento.
Importación de datos personales desde terceros países a la Comunidad: la Directiva no
prevé restricciones explícitas a este respecto: el art. 26 sólo hace referencia a las transferencias
Aa@ un tercer país, y no a las transferencias Ade@ un tercer país. Sin embargo, la importación de
los datos puede constituir Arecolección@ y, por lo tanto, Aprocesamiento@; en consecuencia, el
importador debe cumplir con las leyes nacionales del Estado miembro en que se realiza la
importación, aplicando el test del procesamiento.
Significado de Anivel adecuado de protección@: según el art. 25.2, Ael carácter adecuado
del nivel de protección que ofrece un tercer país se evaluará atendiendo a todas las
circunstancias que concurran en una transferencia o en una categoría de transferencias de datos;
en particular, se tomará en consideración la naturaleza de los datos, la finalidad y la duración
del tratamiento o de los tratamientos previstos, el país de origen y el país de destino final, las
normas de derecho, generales o sectoriales, vigentes en el país tercero de que se trate, así como
las normas profesionales y las medidas de seguridad en vigor en dichos países@.
Posteriormente el art. 26.6, declara que la Comisión puede decidir que un tercer país
Aasegura un nivel adecuado de protección... a la vista de su legislación o de los compromisos
internacionales que ha asumido especialmente al término de las negociaciones [que ha
mantenido con la Comisión]@.
Algunos terceros países han suscripto el Convenio 108 (v. 2.1.4.2.), circunstancia que
casi con certeza los hace caer en la categoría de los que brindan una Aprotección adecuada@.
El citado art. 25 no establece con claridad si la exigencia de tener un Anivel adecuado de
protección@ debe ser satisfecha por el total de las leyes de privacidad de un país, o si basta con
que exista un nivel adecuado de protección en punto a la información de ese sector (e.g.
información crediticia o relativa a los seguros, o antecedentes penales).
En cuanto a si la protección de los datos que brinda el tercer país debe cumplir todas las
exigencias de la Directiva o sólo la mayor parte de éstas, se observa que el uso de la palabra
Aadecuada@ sugiere que solamente se exige el cumplimiento parcial. Una cuestión anexa es si
Ael carácter adecuado@ sólo requiere ser evaluado en términos de los principios de la Directiva o
también de las diferentes clases de medidas de ejecución exigidas por la Directiva (entre las que
se incluyen la existencia de autoridades de protección de datos, el reconocimiento de derechos
exigibles e indemnizables). Se ha sostenido que esta última alternativa es preferible, ya que
sería anómalo que el art. 26.2, exija Agarantías suficientes@ de aplicación, si el art. 25 no lo
hiciera.
Excepciones obligatorias a la exigencia de brindar una protección adecuada: los
Estados miembros, según el art. 26.1, dispondrán que puedan autorizarse las transferencias a un
125
tercer país que no garantiza un nivel adecuado de protección siempre y cuando la transferencia:
a) cuente con el consentimiento inequívoco del interesado;
b) sea necesaria para la ejecución de un contrato entre el interesado y el responsable del
tratamiento, o para la ejecución de las medidas precontractuales adoptadas a petición del
interesado;
c) sea necesaria para la celebración o ejecución de un contrato celebrado, o por celebrar,
en interés del interesado entre el responsable del tratamiento y un tercero;
d) sea necesaria o legalmente exigida para la salvaguardia de un interés público
importante, o para el reconocimiento, ejercicio o defensa de un derecho en un procedimiento
judicial;
e) sea necesaria para la salvaguardia del interés del interesado;
f) tenga lugar desde un registro público que, en virtud de disposiciones legales o
reglamentarias, esté concebido para facilitar información al público en general o a cualquier
persona que pueda demostrar un interés legítimo, siempre que se cumplan, en cada caso
particular, las condiciones que establece la ley para la consulta.
Estas excepciones no son tan amplias como parece a primera vista. La referencia a Ala
salvaguardia de un interés público@ no es una referencia explícita al interés público del tercer
país que está importando los datos, y puede aplicarse de forma que sólo haga referencia del
Estado miembro en cuestión. No hay ninguna excepción que se refiera a los intereses vitales del
receptor de la información, sino sólo a los del interesado. Además, es probable que las
excepciones pasen a ser más específicas al ser implementadas por las leyes nacionales. Sin
embargo, puede que sean más amplias, en algunos aspectos, que las que contiene el art. 8 de la
Convención Europea de Derechos Humanos (v. 2.1.4.1.).
Además de estas excepciones obligatorias, el art. 26 dispone que:
A... los Estados miembros podrán autorizar una transferencia o una serie de transferencias
de datos personales a un tercer país que no garantice un nivel de protección adecuado... cuando
el responsable del tratamiento ofrezca garantías suficientes respecto de la protección de la vida
privada..., así como del ejercicio de los respectivos derechos; dichas garantías podrán derivarse,
en particular, de cláusulas contractuales apropiadas@.
Esta última cláusula parece dirigida, p. ej., a la situación en que una empresa
determinada brinda, en un tercer país, fuertes garantías contractuales de privacidad a sus
clientes, aun cuando no existan códigos industriales ejecutables y el país no tenga, en su
conjunto, un nivel adecuado de protección. De otro modo, no se comprende qué constituyen
Agarantías suficientes@.
El art. 26.2 sugiere que las cláusulas contractuales entre una determinada empresa y sus
clientes, diferentes a las del código del sector, no constituyen un Anivel adecuado de protección@
a los fines del art. 25. Reitera, también, que el Anivel adecuado de protección@ debe existir, por
lo menos, a nivel sectorial dentro de una jurisdicción, y no simplemente a nivel de las
operaciones de una determinada empresa, porque de lo contrario el art. 26.2 sería redundante.
Sin embargo, esto resulta dudoso.
Los Estados miembros deben informar a la Comisión y a los demás Estados miembros
acerca de las autorizaciones que concedan con arreglo al art. 25.2. En el supuesto de que otro
Estado miembro o la Comisión se opusieran a la autorización -justificada en motivos derivados
de la protección de la vida privada- antes de que aquella cumpla sus efectos, la Comisión debe
tomar las Amedidas adecuadas@ con arreglo al procedimiento establecido en el art. 31.2 (art.
26.3). Los Estados miembros, entonces, deben cumplir con la decisión de la Comisión, incluso
cuando decida que ciertas cláusulas contractuales brindan Asuficientes garantías@ (art. 26.4).
Mecanismos para decidir si existe una Aprotección adecuada@
En primer lugar, las leyes de los Estados miembros son las que deben disponer que las
transferencias sólo pueden realizarse a terceros países que tengan un nivel adecuado de
126
protección (art. 25.1), y la decisión de que existe dicho Anivel adecuado@ corresponde a la
autoridad del Estado miembro que prohíbe la transferencia. Los Estados miembros deben
informar a la Comisión de la Comunidad si consideran que un tercer país importador garantiza
o no un nivel adecuado de protección (art. 25.3). Esta exigencia de notificación se aplica aun si
se autoriza la transferencia de datos con fundamento en la excepción del art. 26.1, o en la exis-
tencia de Agarantías suficientes@ (art. 26.2).
En segundo lugar, el Comité de representantes de Estados miembros es el que decide la
aceptación de las medidas propuestas por la Comisión (art. 31.2). La Comisión, con aprobación
del Comité, tiene facultades para establecer un estándar para la Comunidad respecto de la
aceptación de transferencias de determinados terceros países. La posición es, por lo tanto, que
los Estados miembros pueden tomar cualquier decisión de prohibir las transferencias, pero el
Comité puede revocar lo resuelto.
2.1.5.2. Directiva 96/9/CE, del 11 de marzo de 1996: tiene por objeto armonizar la
protección jurídica a las bases de datos.
2.1.5.3. Directiva 97/66/CE, del 15 de diciembre de 1997: tiene por objeto armonizar las
disposiciones relativas al procesamiento de datos en el sector de las telecomunicaciones y
garantizar la libre circulación de esos datos y de los equipos y servicios de telecomunicaciones
dentro de la Comunidad.
2.2. JURISPRUDENCIA
2.2.1. Corte Europea de Derechos Humanos
Este Tribunal ha decidido algunos casos sobre el derecho a la intimidad del art. 8 de la
Convención Europea de Derechos Humanos (v. 2.1.4.1.) y sobre la posibilidad de que las
personas jurídicas gocen de los derechos reconocidos a las personas físicas en este instrumento
convencional. Entre las decisiones relacionadas con el derecho a la intimidad, se deben destacar
los casos Klass, del 6 de septiembre de 1978 (Serie A, vol. 28), Malone, del 2 de agosto de
1984 (Serie A, vol. 82), Kruslin y Huvig, del 24 de abril de 1990 (Serie A, vol. 176).
También ha resuelto algunas causas específicamente referidos a la protección de los
datos personales:
2.2.1.1. Caso Leander (26 de marzo de 1987, Serie A, vol. 116): se refiere al
almacenamiento de información personal por las autoridades públicas nacionales. Se denegó
aquí el acceso a los datos personales que se encontraban almacenados en los archivos del
departamento de seguridad de la Policía nacional sueca. El derecho de acceso que reclamaba el
afectado tenía como finalidad averiguar la veracidad de la información almacenada. Una de las
dos consecuencias que tuvo la negación de tal acceso fue la pérdida de su puesto de trabajo. El
departamento de seguridad sostenía que los datos se encontraban en un fichero de carácter
secreto y de importancia decisiva para la seguridad nacional. La Corte sostuvo que no existió
una violación del derecho a la intimidad: Ateniendo en cuenta el amplio margen de apreciación
del que gozaba, el Estado demandado tenía derecho a considerar que en este caso los intereses
de la seguridad nacional prevalecían sobre los intereses personales del solicitante. La
interferencia a la que se sujetó al Sr. Leander no puede por lo tanto considerarse despropor-
cionada al legítimo fin perseguido@ (op. cit., p. 27).
2.2.1.2. Caso Gaskin (7 de julio de 1989, Serie A, vol. 160): se refiere al derecho de una
persona huérfana a acceder a documentos e información sobre su infancia, recogidos en el
fichero de un orfanato. Las autoridades locales se negaron a permitir dicho acceso que
estimaron contrario al interés público, puesto que la divulgación de los datos violaría la
confidencialidad con la que habían sido creados por enfermeras, profesores, padres adoptivos,
etc., y perjudicaría el sistema de ayuda y protección de los niños, ya que en el futuro dichos
profesionales se negarían a redactar tales documentos. A la vista de la importancia de la
petición de acceso formulada por Gaskin, la dirección del orfanato intentó ponerse en contacto
127
con todas las personas que habían contribuido a la creación de aquellos documentos a fin de
solicitarles que consintieran la transmisión de la información. El resultado fue que algunas
personas no pudieron ser localizadas y otras se opusieron, aunque sin argumentos consistentes.
Al igual que en el caso Leander, la Corte Europea de Derechos Humanos juzgó que era
necesario encontrar un equilibrio entre los intereses generales de la comunidad y los del
individuo. Entendió que había existido una violación del art. 8 porque los datos a los que
Gaskin pretendía acceder se referían a su vida privada y familiar, y constituían un interés vital
para el peticionante que, de lo contrario, sería incapaz de entender su infancia y adolescencia.
La Corte añadió que una denegación de acceso a los ficheros basada en que las personas que
han intervenido en su creación no habían sido localizadas o se habían opuesto injustifi-
cadamente, exigía la existencia de una autoridad independiente que decidiera si el acceso era o
no procedente (op. cit, parágrafo 49). La ausencia de esa autoridad impidió que el demandante
tuviera garantizado el respeto de su vida privada y familiar, por lo cual había violado el art. 8 de
la Convención.
2.2.1.3. Caso Z. c. Finlandia: (25 de febrero de 1997, v. investigaciones 2 (1997), p.
230): la Corte analizó la validez de las normas finlandesas que obligan a prestar declaración a
los médicos y permiten el secuestro de historias clínicas para prevenir infracciones penales y
proteger los derechos y libertades de terceros.
Con el fin de determinar si las medidas cuestionadas eran Anecesarias en una sociedad
democrática@, la Corte tomó en cuenta el papel fundamental que juega la protección de los
datos de carácter personal -las informaciones médicas no son de las menos importantes- para el
ejercicio del derecho al respeto de la vida privada y familiar garantizado por el art. 8 cit. El
respeto del carácter confidencial de las informaciones sobre la salud constituye un principio
esencial del sistema jurídico de todas las Partes celebrantes de la Convención. Ello es capital,
no solamente para proteger la vida privada de los enfermos, sino también para preservar su
confianza en el cuerpo médico y en los servicios de salud en general.
Estas consideraciones valen particularmente cuando se trata de proteger las
informaciones relativas a la seropositividad, cuya divulgación puede tener consecuencias
devastadoras en la vida privada y familiar de la persona a la que concierne y sobre su situación
social y profesional, exponiéndola al oprobio y al riesgo de exclusión. Determinadas personas
pueden, de esta manera, resultar disuadidas de someterse a un diagnóstico o a un tratamiento,
minándose así los esfuerzos profilácticos desplegados por la colectividad para contener la
pandemia. El interés que hay en proteger la confidencialidad de dichas informaciones pesará,
entonces, en gran medida en el balance para determinar si la intromisión era proporcionada al
fin legítimo perseguido, sabiendo que esta intromisión sólo puede conciliarse con el artículo 8
cit. si tiende a defender un aspecto primordial del interés público.
Consideró que la divulgación de la identidad y de la seropositividad de la requirente en
el texto de la sentencia comunicada a la prensa no se justificaba por motivos imperiosos, y
decidió por unanimidad que la publicación de dichas informaciones había violado el derecho al
respeto de la vida privada y familiar de la requirente garantizado por la norma mencionada.
128
sus precios de coste- contempla sobre todo las informaciones recogidas ante las empresas, la
expresión Aespecialmente@ muestra que se trata de un principio general que se aplica, en todo
caso, a las informaciones provistas por personas físicas, si dichas informaciones son Apor
naturaleza@ confidenciales. Este es el caso de las informaciones proporcionadas a título
puramente voluntario, pero acompañadas de un pedido de confidencialidad a fin de proteger el
anonimato del informador. La institución que acepta recibir estas informaciones está obligada a
respetar la mencionada condición.
3. FUENTES NACIONALES
3.1. CONSTITUCIONALES
3.1.1. Argentina
3.1.1.1. El hábeas data, incorporado en la Constitución por la reforma en 1994, dispone:
Atoda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro
remedio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de
particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un
tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que
se funde el acto u omisión lesiva. Podrá interponer esta acción contra cualquier forma de
discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al
usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el
afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines, registradas
conforme a ley, la que determinará requisitos y formas de su organización. Toda persona podrá
interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad,
que consten en los registros o bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer
informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confi-
dencialidad o actualización de aquellos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de
información periodística...@.
3.1.1.2. En 1996, el Congreso de la Nación aprobó la ley 24.745, regulatoria del hábeas
data, que fue vetada por decreto 1616/96 del Poder Ejecutivo y, por ende, no entró en vigor.
3.1.2. Austria
3.1.2.1. La Constitución austríaca carece de previsiones sobre los derechos
fundamentales y básicamente recoge lo que se denomina parte orgánica. Con todo, la Ley
Fundamental de 1867 y el Tratado de Roma de 1950 -que tiene desde 1964 rango de norma
constitucional- hacen las veces de la parte dogmática.
El art. 10 de este último dispone que las libertades de expresión, de opinión y a recibir y
a comunicar información, podrán ser sometidas a ciertas formalidades, condiciones,
restricciones o sanciones, previstas por la ley, que constituyan medidas necesarias, en una
sociedad democrática, para la seguridad nacional, la integridad territorial o la seguridad
pública, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud o de la moral,
la protección de la reputación o de los derechos ajenos, para impedir la divulgación de
informaciones confidenciales o para garantizar la autoridad y la imparcialidad del poder
judicial.
3.1.2.2. Ley Federal sobre Protección de Datos Informáticos de Indole Personal
(aprobada el 18 de octubre de 1978).
Esta norma ordinaria contiene disposiciones constitucionales, es decir, preceptos a los
que el legislador quiso dar una significación especial dentro de su texto y cuya adopción,
modificación o derogación requieren el voto favorable de 2/3, como mínimo, de los diputados
de la Cámara Baja del Parlamento Federal (art. 44, const. fed.).
129
Derecho fundamental a la protección de datos: todos tienen derecho al mantenimiento
en secreto de los datos de índole personal, cuando tuvieren en ello un interés digno de
protección, especialmente por lo que se refiere al respeto a la vida privada y familiar. Sólo se
admiten limitaciones a este derecho para la salvaguardia de intereses legítimos de un tercero, o
en virtud de las leyes que resulten necesarias por los motivos indicados en el art. 8, apartado 2,
de la Convención Europea de Derechos Humanos (v. 2.1.4.1.), pero aún en esos casos debe
otorgarse prioridad al tratamiento confidencial de los datos de índole personal.
En caso de tratamiento electrónico de datos, todos tienen derecho, conforme a las
disposiciones legales vigentes, a recibir información sobre quién ha obtenido o elaborado datos
sobre su persona, el origen de los datos, de qué tipo son, cuál es su contenido y para qué fin se
utilizan. Tienen también derecho a la rectificación y a la supresión de la información errónea u
obtenida ilícitamente.
Cuando los responsables de los tratamientos ejerzan sus actividades en el marco del
derecho privado, los derechos fundamentales a la protección de datos sólo se pueden exigir por
vía judicial ordinaria [art 1. (disp. const.)].
Titular de la protección: es toda persona natural o jurídica y toda comunidad de personas
que no fuere el responsable del tratamiento y cuyos datos se estén utilizando; no se consideran
interesadas las personas jurídicas de derecho público ni sus órganos en el desempeño de
funciones de su autoridad (art. 3.2).
Regímenes legales para la protección de datos:
a) el regulado por la Sección Segunda se aplica al sector público. Específicamente, a la
transmisión de datos hecha por los bancos de datos o, en su caso, por encargo de los bancos de
datos que hayan sido instituidos por la ley, a menos que se trate de titulares de derechos en el
sentido del próximo párrafo. Por decreto del gobierno federal y, previo dictamen del Consejo
de Protección de Datos, se pueden excluir de la aplicación de esta sección determinados
titulares en el sentido anterior, siempre y cuando resulte indicado a la vista de las actividades
que realicen en el marco del derecho privado y la medida no ponga en peligro intereses dignos
de protección de las personas afectadas. Dichos decretos requieren la aprobación de la
Comisión Principal del Consejo Nacional. Es aplicable, por lo demás, a estos titulares de
derechos, lo dispuesto en la Sección Tercera.
No se aplican los arts. 8, 9, 11 y 12 a ningún tratamiento electrónico de textos, cuando
éste resulte necesario para la protección de las instituciones constitucionales austríacas y para la
preservación del estado de derecho; o para asegurar la capacidad de entrada en acción del
ejército federal; o bien para la defensa general del territorio nacional, excepción que requerirá,
previa audiencia del Consejo de Protección de Datos, aprobación del gobierno federal de
acuerdo con la Comisión Principal del Consejo Nacional mediante el correspondiente decreto.
En este decreto se deben especificar tanto las excepciones como los tipos de datos y elementos
del tratamiento electrónico (art. 4). Este régimen también se aplica a los tratamientos
electrónicos de datos hechos por Estados regionales o por encargo de ellos, o por bancos de
datos instituidos por ley y cuya organización esté comprendida en el ámbito de competencia de
los Estados regionales, así como por municipios o mancomunidades de municipios o por
encargo de unos y otras, con la salvedad de que corresponde al gobierno regional respectivo
dictar el derecho de protección de datos en el sentido del art. 9 y determinar el importe de la
tasa administrativa prevista para el suministro de información a que se refiere el apartado 4 del
art. 11 (art. 5);
b) el previsto en la Sección Tercera, se aplica al tratamiento de datos realizados por entes
no públicos para fines propios;
c) finalmente, el previsto en la Sección Cuarta se aplica a la transmisión internacional de
datos hecha por entes no públicos.
Legitimidad del tratamiento de datos: en el régimen del sector público sólo se pueden
130
obtener y tratar electrónicamente datos, con la finalidad de integrarlos en un sistema de circula-
ción de datos con soporte electrónico, cuando exista autorización legal expresa para ello, o
cuando la operación constituya para el responsable del tratamiento una condición esencial del
desempeño de las funciones que tuviere legalmente encomendadas (art. 6).
En el régimen aplicable al sector privado, los datos sólo pueden ser obtenidos y tratados
por un banco de datos que no esté sometido a los arts. 4 ó 5, cuando el contenido y el objeto del
tratamiento de datos resulten amparados por un fin justificado, y no se lesionen, en este punto,
intereses dignos de protección de la persona afectada, especialmente el respeto debido a la vida
privada y familiar.
Para fines exclusivamente privados se pueden tratar electrónicamente datos que hayan
sido puestos en conocimiento del responsable del tratamiento por el propio interesado o
cuando, por medios legales, hayan llegado a conocimiento de aquél, en su calidad de persona
particular, y en conformidad, especialmente, con lo dispuesto por los arts. 17 y 18 (art. 17).
Legitimidad de la transmisión: en el sector público, sólo pueden transmitirse datos
tratados electrónicamente cuando existe autorización legal expresa para ello o cuando el
interesado ha dado su consentimiento expreso por escrito, con posterior posibilidad de
revocación también por escrito, o cuando sean transferidos con fines estadísticos al Instituto
Central Austríaco de Estadística para un tratamiento rigurosamente anónimo.
La transmisión de datos a órganos de la Administración Federal, de los Estados
Regionales y de los municipios, incluyendo corporaciones de derecho público, también es lícita
cuando dichos datos representen para el destinatario una condición previa esencial en orden al
desempeño de funciones que tuviere legalmente encomendadas.
Sólo pueden transmitirse datos a personas distintas a los destinatarios indicados
precedentemente, cuando resulte indispensable para la salvaguardia de un interés legítimo de
rango superior al interés de la persona afectada en que se mantenga el carácter secreto de dichos
datos. En caso de duda, se da prioridad al tratamiento confidencial de los datos de índole
personal (art. 7).
En el sector privado, con excepción de los casos en que la transmisión es exigida
legalmente, ella sólo es lícita cuando: el interesado ha autorizado expresamente por escrito
dicha transmisión, siempre que sea posible la revocación, también por escrito; la transmisión
figura entre los objetivos legítimos del responsable del tratamiento, o resulta necesaria para la
salvaguardia de intereses legítimos y superiores de un tercero (art. 17).
La transmisión de datos a Estados con un ordenamiento para la protección de datos
equivalente al austríaco, no requiere autorización alguna. Esta equivalencia se determina por
decreto del Canciller Federal, oída la propia Comisión de Protección de Datos (Comisión).
Tampoco necesita autorización la transmisión y cesión de datos a otros Estados cuando:
a) es realizada en virtud de lo dispuesto por una ley o de una norma de derecho internacional
que indique expresamente los tipos de datos que se van a transmitir o ceder, así como los
destinatarios; b) es solicitada por el interesado, en forma escrita, con la posibilidad de revocarla,
asimismo, por escrito; c) los datos hayan sido publicados de manera fidedigna en el país; o d) se
trata de transmisiones o cesiones que, por decreto del Canciller Federal, oído el Consejo de
Protección de Datos, se declaran exentos de la necesidad de autorización por haber sido
ejecutados de forma semejante por un gran número de gestores y estar predeterminado su
contenido por ley o mediante acuerdo con el interesado y no parezca, por tanto, indicada una
comprobación por parte de la Comisión, a la vista del interés digno de protección del afectado,
de mantener en secreto los datos (transmisiones y cesiones estándar).
En los demás casos, se debe solicitar autorización a la Comisión antes de transmitirlos al
extranjero. La autorización será denegada cuando: 1) es ilícito el tratamiento de datos a partir
del cual se vaya a efectuar la transmisión de datos al extranjero; 2) no se den los supuestos de
los arts. 7 y 8; 3) existe sospecha de que pone en peligro el interés de los afectados en que se
131
mantenga el secreto; o 4) se oponga a intereses de carácter público (art. 33).
Derecho a ser informado: en el sector público, el interesado, una vez comprobada su
identidad y previa solicitud por escrito al responsable del tratamiento de los datos, tiene derecho
a que, en un plazo de cuatro semanas, se le comuniquen por escrito sus datos en forma
inteligible, así como las fuentes de éstos y el funcionamiento jurídico de su obtención,
tratamiento, utilización y transmisión, siempre y cuando no se trate de información que, en
virtud de ley o disposición reglamentaria, deba mantenerse en secreto, incluso frente a él, en
aras de un interés público superior. En el caso de que se transmitan o se hayan transmitido
datos, el interesado puede también exigir información sobre el destinatario.
El rechazo total o parcial de la solicitud del párrafo anterior, se comunica por escrito al
interesado en un plazo de cuatro semanas, con indicación de los motivos.
El suministro de información es gratuito cuando se refiere a la situación actual de los
datos y el solicitante no ha realizado otro pedido durante el año en curso al responsable del
tratamiento en ese mismo campo de actividades (art. 11).
En el sector privado, el interesado puede, acreditando su identidad ante el responsable
del tratamiento, requerir información de los datos almacenados sobre su persona, así como
acerca del origen de aquéllos. En el caso de que los datos hubiesen sido transmitidos, puede,
asimismo, exigir información sobre el destinatario, la cual debe facilitarse por escrito en un
plazo de cuatro semanas, en forma normalmente comprensible, cuando el interesado no se dé
por satisfecho con una comunicación verbal.
En las mismas circunstancias que en el sector público, el suministro de información es
gratuito. En los demás casos, puede exigirse una compensación que no exceda los costos reales
necesariamente originados por el tratamiento de la información solicitada. Se puede desatender
la solicitud de información cuando el interesado no colabore en el procedimiento o cuando la
compensación no haya sido satisfecha. Debe devolverse toda compensación, sin perjuicio de
otras reclamaciones por daños y perjuicios, cuando se han utilizado datos ilegalmente, o cuando
la información ha conducido a una rectificación.
No se facilita información cuando ello ponga en peligro intereses legítimos superiores
del responsable del tratamiento o de un tercero y se justifique debidamente esta situación ante
el interesado.
Al igual que en el sector público, el rechazo de una solicitud de información se debe
comunicar por escrito al interesado en un plazo de cuatro semanas, con especificación de los
motivos.
A partir del instante siguiente en que el responsable del tratamiento tenga conocimiento
de una solicitud de información, no puede destruir los datos -sin perjuicio de continuar con los
procesos de destrucción regulares previamente iniciados- durante un plazo de cuatro meses y,
en caso de reclamo, antes de que gane firmeza la conclusión del procedimiento (art. 25).
Secreto de los datos: en el sector privado, los datos resultantes de tratamientos
electrónicos que hayan sido confiados o a los que se haya tenido acceso únicamente en
cumplimiento de actividades profesionales, sólo pueden transmitirse, sin perjuicio de otros
deberes de discreción existentes, por instrucción expresa del responsable del tratamiento, del
patrono o su representante.
El responsable del tratamiento y el operador de los servicios informáticos deben exigir
seguridades contractuales expresas por parte de sus colaboradores de que éstos sólo
transmitirán datos procedentes del tratamiento al amparo de lo anteriormente establecido, y de
que guardarán el secreto de los datos incluso después de extinguida su relación de trabajo con
el responsable del tratamiento o con el operador.
El patrono es responsable de la integridad de los datos y de la licitud del procedimiento
informático, conforme al derecho de protección, de las órdenes de transmisión, así como
también de que los colaboradores están suficientemente informados sobre las normas de
132
transmisión de datos que les fueren aplicables.
No puede resultar perjuicio alguno para el colaborador que se niegue a cumplir un
encargo que contravenga lo dispuesto en el art. 18.
Nadie puede, en el curso de un procedimiento oficial, sustraerse a su deber de prestar
testimonio invocando la cláusula del secreto de los datos (art. 20).
Rectificación o destrucción de datos: en el sector público, todo responsable del
tratamiento de datos debe, inmediatamente o en el plazo máximo de dos semanas, desde la
comprobación de la situación objetiva presupuesto del tratamiento, rectificar o destruir -u
ordenar que se rectifiquen o destruyan- los datos erróneos obtenidos o tratados en
contravención a lo dispuesto en el art. 6. Cuando por razones de economía, la rectificación o la
destrucción física de datos conservados en soportes electrónicos, únicamente pueda hacerse en
determinados momentos, se procede mientras tanto a su rectificación o destrucción lógica y,
oportunamente, a la rectificación o destrucción física.
Se procede a la rectificación o destrucción conforme al apartado anterior en las
siguientes circunstancias: de oficio, a solicitud fundada del interesado, por decisión de la
autoridad competente para la determinación de los datos, de la Comisión, o del Tribunal
Administrativo.
El rechazo de la solicitud de acceso debe notificarse por escrito al interesado en el plazo
de doce semanas, contado desde la solicitud del interesado y con indicación de sus
fundamentos.
Si se rechaza una solicitud formulada por el interesado en términos del art. 2, debe
ponerse esta circunstancia en su conocimiento, por escrito, en el plazo de cuatro semanas, con
indicación de las razones pertinentes.
Incumbe al responsable del procesamiento probar que los datos son correctos cuando
éstos no hayan sido brindados exclusivamente por el interesado. Asimismo, debe notificar al
interesado la rectificación o destrucción de datos realizada a instancias de éste o en virtud de
resolución de la Comisión de Protección de Datos (en este caso también debe notificar a la
Comisión).
En el caso del primer párrafo de este artículo, si ya se hubiesen transmitido los datos que
posteriormente fueron rectificados o destruidos, el responsable del procesamiento debe
informar esta circunstancia a los destinatarios, siempre que el interesado así lo exija, acredite
tener un interés justificado y se pueda identificar a los destinatarios.
No corresponde rectificar ni destruir los datos si eran correctos y completos, y la
finalidad de su obtención o tratamiento excluía toda modificación a tenor de los cambios en la
situación objetiva que constituía el presupuesto de los mismos.
Si no puede determinarse la exactitud de datos transmitidos o utilizados, impugnada por
el interesado, debe añadirse, a petición de éste, una nota acerca de la impugnación. El
responsable del procesamiento puede solicitar a la Comisión que resuelva si debe conservarse
la nota sobre la impugnación (art. 12).
En el sector privado, los datos deben rectificarse a solicitud fundada del interesado,
cuando resulten erróneos o estén incompletos, siendo aplicable por analogía el art. 12,
apartados 3, 5, 7 y 8. Cuando, por razones de economía, sólo se pueda proceder en momentos
determinados a la rectificación física de datos en soporte informático exclusivamente legibles
por computadora, los datos en cuestión se rectifican mientras tanto en el programa y luego
físicamente (art. 26, apartado 1).
En la transmisión y utilización de datos cuya exactitud ha sido impugnada por el
interesado, y sobre lo cual no se ha podido alcanzar un acuerdo, debe añadirse, si el interesado
así lo exige, una nota referente a la impugnación. Dicha nota sólo puede retirarse sin
autorización del interesado en virtud de sentencia judicial firme. En el caso de que el pedido de
rectificación (apartado 1) se haya hecho efectivo por vía judicial que resultó negativa, la
133
sentencia elimina la nota, si así lo pide el responsable del procesamiento. Este también puede
judicialmente hacer efectiva su pretensión de anular la nota de impugnación, si demuestra que
los datos son correctos (art. 26).
Los datos son destruidos cuando se hayan obtenido o almacenado ilegalmente o, a
instancias del interesado, si su obtención o almacenamiento ya no es indispensable para el
cumplimiento de los fines del tratamiento electrónico y no se opongan a intereses legítimos
superiores del responsable del procesamiento o de un tercero, o la ley imponga la obligación de
conservarlos.
Garantías complementarias para el interesado: en el sector público, la Comisión sólo
entiende en las denuncias de violación a los preceptos de esta Ley Federal o a las normas de
ejecución dictadas en su consecuencia, así como en los recursos interpuestos conforme al art. 3,
cuando aún no haya intervenido en ellos una autoridad administrativa competente. De lo
contrario, la decisión administrativa firme es vinculante para la Comisión.
Si se declara que en un procedimiento administrativo en el que se utilizan datos tratados
electrónicamente, se han violado los preceptos de esta Ley Federal o de las disposiciones de
ejecución, se suspende dicho procedimiento hasta que resuelva la Comisión, salvo cuando haya
peligro en la demora (art. 14).
Si a tenor del art. 14, resulta de un procedimiento que también se han violado los
derechos de otras personas amparadas por esta Ley Federal o por las normas de ejecución, la
Comisión lo declara de oficio, lo pone en conocimiento del responsable del procesamiento y del
operador informático de los datos y lo publica.
El responsable del tratamiento o el operador informático deben ajustarse a la declaración
de la Comisión dentro de un plazo razonable fijado por ésta (art. 15).
En el sector privado, el reclamo a los bancos de datos sometidos a los arts. 4 y 5 debe
efectuarse por vía judicial ordinaria. En caso de que se hayan tratado, utilizado o transmitido
datos en contra de lo establecido por esta Ley Federal, o de las disposiciones de ejecución, el
interesado tiene derecho, sin perjuicio de eventuales reclamos por daños y perjuicios, a exigir
que cese y desaparezca la situación contraria a dichas normas (art. 28).
Autorización de servicios informáticos en el extranjero: en los casos no comprendidos en
el art. 32, debe solicitarse autorización a la Comisión antes de cualquier transmisión de datos al
extranjero destinada a la prestación de servicios informáticos. La autorización se deniega
cuando: es ilícito el tratamiento de datos a partir del cual se va a efectuar la transmisión al
extranjero; el operador informático en el extranjero no ha prometido por escrito al responsable
del procesamiento que va a cumplir los deberes y obligaciones enumeradas en el art. 19; existe
sospecha de que la transmisión va a poner en peligro el interés de los interesados en que se
mantenga el secreto de los datos; o es contrario a intereses de carácter público, incluyendo
obligaciones derivadas del derecho internacional (art. 34).
Organos de Contralor: sin perjuicio de la competencia de los tribunales ordinarios
competentes, esta ley crea tres organismos que tienen esta función: la ya citada Comisión de
Protección de Datos, el Consejo de Protección de Datos y el Registro de Tratamiento de Datos
(art. 35).
Comisión de Protección de Datos: además de cumplir las funciones indicadas en los arts.
8, 9, 12, 13, 16, 23a, 24, 32, 37, 38, 39, 44, 45, 50 y 52, entiende en las denuncias que se le
formulan (art. 14) y en los procedimientos previstos en el art. 12, apartado 10; inicia de oficio e
interviene en la tramitación de procedimientos (art. 15); publica las providencias relativas a las
inscripciones en el Registro de Tratamiento de Datos (art. 47), concede las autorizaciones
necesarias para la transmisión internacional de datos (arts. 32 a 34), publica su reglamento y
redacta los informes previstos en el art. 46.11, y las recomendaciones del art. 41.
Las resoluciones de la Comisión no son anulables ni pueden ser modificadas por vía
jerárquica, pero son recurribles ante el Tribunal Contencioso Administrativo.
134
Si la Comisión comprueba una infracción a esta Ley Federal o a las disposiciones
reglamentarias, determina la autoridad administrativa encargada de la ejecución.
En caso de peligro inminente para el interesado, la Comisión puede prohibir la
utilización o transmisión de datos o de procesos concretos de tratamiento hasta que tome una
decisión conforme a los arts. 14 ó 15 (art. 37).
Del último informe presentado por el Working Party surge que la decisión de la
Comisión que declaró la ilegalidad de los archivos manuales que la policía llevaba sobre
personas insanas -realizados en ocasión de haber intervenido en su internación involuntaria en
institutos siquiátricos-, dio lugar a la aprobación de nuevas normas que suprimen estos
archivos.
La Comisión está compuesta por cuatro miembros designados por el Presidente de la
República a propuesta del gobierno, que duran cinco años en sus funciones, siendo reelegibles
indefinidamente. Uno de los miembros debe pertenecer a la carrera judicial y todos deben
acreditar experiencia en el ámbito de la protección de datos (art. 38).
El art. 40 -que es de rango constitucional- dispone que los miembros de la Comisión son
independientes en el ejercicio de sus funciones y no están sujetos a instrucciones.
En caso de que la Comisión, al amparo de los arts. 4 ó 5, presente objeciones sobre la
legalidad de la obtención, tratamiento, utilización o transmisión de datos por parte de o para un
banco de datos, debe comunicarlas, junto con sus motivos y una recomendación al órgano
administrativo superior competente en el tratamiento de datos. Este órgano debe dar
cumplimiento a las recomendaciones, en un plazo adecuado que no puede ser en ningún caso
superior a doce semanas, e informar debidamente a la Comisión o, en caso contrario, hacer las
alegaciones pertinentes por escrito (art. 41).
Consejo de Protección de Datos: además de cumplir con las funciones indicadas en los
arts. 4, 5, 8, 11, 22, 23, 23b, 24, 32, 35, 44, 45, 46, 47 y 52, recaba de los órganos competentes
informes sobre cuestiones relativas a la protección informática en materia de circulación de
datos en el sector público; observa los efectos de la circulación de datos informatizados para
salvaguardar los intereses dignos de protección, particularmente el respeto a la vida privada y
familiar, al amparo del art. 1 de la Ley Federal, e incorpora los resultados de dichas
observaciones al informe de la Comisión (art. 46.1), así como a otros eventuales informes;
presenta al gobierno federal y a los regionales, sugerencias para perfeccionar la protección de
datos que, a consecuencia del desarrollo de la circulación de éstos, resulten necesarias para la
salvaguardia de los derechos garantizados por la Constitución; a propuesta de uno de los
representantes de los partidos políticos que integran el Consejo de Protección de Datos,
dictamina en los asuntos de importancia fundamental para la salvaguardia de los datos y
promulga su reglamento (art. 42).
El Consejo está integrado por representantes ad honorem de los partidos políticos, un
representante del Congreso Austríaco de Cámaras Laborales y otro de la Cámara Federal de
Economía; dos representantes de los Estados Regionales; un representante de la Federación de
Municipios y otro de la Federación de Ciudades; y un representante de la Federación designado
por el Canciller Federal. Los dos primeros incisos del art. 45 tienen rango constitucional y
disponen que todos los responsables de tratamientos mencionados en los arts. 4 y 5 deben
prestar apoyo a la Comisión y al Consejo en el cumplimiento de sus funciones, permitirles
acceso a sus documentos y soportes de datos, y preservar las demás instalaciones de
circulación de datos, amén de facilitar, cuando sean requeridas para ello, la información
necesaria.
Las deliberaciones de la Comisión y del Consejo son secretas, pero éstos pueden darles
carácter público cuando lo consideren necesario a la vista del objeto y la finalidad de dichas
deliberaciones, y siempre que no sea obligatorio el mantenimiento del secreto en pro del interés
público o del de una de las partes (art. 45).
135
Informes sobre protección de datos: la Comisión debe elaborar cada dos años un informe
sobre sus actividades y la experiencia obtenida durante el desempeño de sus funciones, y
transmitirlo al Consejo (art. 46).
Registro de Tratamiento de Datos: depende de la Oficina Central Austríaca de
Estadística y se rige por las normas que dicta el Canciller Federal.
Toda persona tiene derecho a consultar gratuitamente este Registro siempre que acredite
su condición de interesado y cuando no exista interés superior del responsable del tratamiento o
de terceros.
El Canciller Federal, habiendo oído el Consejo, promulga los reglamentos sobre el
mantenimiento del Registro (art. 47).
Sanciones: están previstas en la Sección Sexta de la ley.
3.1.2.3. Esta ley debe ser reformada antes del 24 de octubre de 1998 para conformarla a
la Directiva 95/46 de la Comunidad Europea (v. 2.1.5.1.).
Según el informe del Consejo, para cumplir este objetivo la reforma debe extender el
alcance de la protección al procesamiento no electrónico de datos, ampliar la obligación de
informar al interesado y establecer una autoridad de contralor de los bancos privados de datos.
3.1.3. Brasil
3.1.3.1. La Constitución de 1988, que marcó el fin de veinte años de dictadura militar,
recibió la influencia de la portuguesa de 1976, que había sido adoptada después de un proceso
similar (Dalmo de Abreu Dallari, AEl hábeas data en Brasil@, Ius et Praxis, Universidad de
Talca, Chile, 1997, nE 1, p. 71).
La Constitución incluyó el hábeas data para permitir el acceso a los registros que la
policía política brasileña -llamada Servicio Nacional de Informaciones (S.N.I.)- llevaba sobre
las personas consideradas enemigas del gobierno. Es importante conocer ese precedente para
entender una serie de dificultades y restricciones que se oponen a la efectiva aplicación del
hábeas data en este país (Idem).
El derecho a la información ante los poderes públicos está previsto en el artículo 5.33:
Atodos tienen derecho a recibir de órganos públicos, informaciones de su interés particular o de
interés colectivo general@. Sin embargo se exceptúan A...aquellas informaciones cuyo carácter
secreto sea imprescindible para la seguridad de la sociedad o del Estado@.
El art. 5.72 trata específicamente el hábeas data: AConcédese el hábeas data: Primero,
para asegurar el conocimiento de informaciones relativas a la persona del solicitante o
informaciones que constan en registros o bancos de datos de entidades gubernamentales o de
carácter público. Segundo, para la rectificación de datos cuando no se prefiera hacerlo en
proceso secreto, judicial o administrativo@.
Competencia: el Supremo Tribunal Federal entiende en los Ahábeas data@ interpuestos
contra los actos del Presidente de la República, de las Mesas de la Cámara de Diputados y del
Senado Federal, del Tribunal de Cuentas de la Unión, del Procurador General de la República y
del propio Tribunal Federal (art. 102). Por su parte, los tribunales federales regionales tienen
competencia originaria para procesar y juzgar los hábeas data contra los actos del propio
tribunal o de los jueces federales (art. 108); y los jueces federales, para procesar y juzgar los
interpuestos contra los actos de una autoridad federal, exceptuados los casos de competencia de
los tribunales federales regionales (art. 109).
3.1.3.2. La Ley 9507, del 12 de noviembre de 1997, reglamenta el derecho de acceso a
las informaciones y el proceso del hábeas data.
Carácter público de los bancos de datos: tienen este carácter los que contengan
informaciones que sean o que puedan ser transmitidas a terceros o que no sean de uso privativo
del órgano o entidad productora o depositaria de las informaciones (art. 1).
Objeto del hábeas data: Aasegurar el conocimiento de informaciones relativas a la
136
persona del impetrante, que constan en los registros o bancos de datos de las entidades
gubernamentales o de carácter público; rectificar datos, cuando no se prefiera hacerlo por
proceso secreto, judicial o administrativo; y anotar, en las asientos correspondientes al
interesado, la contestación o explicación justificable de un dato verdadero, y que estaba
cuestionado judicial o amistosamente@ (art. 7).
Gratuidad del procedimiento administrativo y del hábeas data: tiene este carácter el
procedimiento administrativo tendiente a acceder o a rectificar los datos o a anotar una justifica-
ción, así como la acción de hábeas data (art. 21).
3.1.3.3. El Supremo Tribunal Federal, al resolver el Recurso de hábeas data nE 22, el 19
de septiembre de 1991, declaró que la Constitución Federal, al proclamar los derechos y
deberes individuales y colectivos, enunció preceptos básicos, cuya comprensión resulta esencial
para la caracterización del orden democrático como régimen del poder visible. El modelo
político-jurídico, plasmado en el nuevo orden constitucional -continuó- rechaza Ael poder que
oculta y el poder que se oculta@. Con ese límite, el constituyente pretendió hacer efectivamente
legítima, frente a los destinatarios del poder, la práctica de las instituciones del Estado. El
hábeas data configura un remedio jurídico procesal, de naturaleza constitucional, que se destina
a garantizar, en favor de la persona interesada, el ejercicio de una pretensión jurídica
discernible en su triple aspecto: (a) derecho de acceso a los registros; (b) derecho de
rectificación de los registros; (c) derecho de complementación de los registros. Se trata de un
instrumento de activación de la jurisdicción constitucional de las libertades, que representa, en
el plano institucional, la más expresiva reacción jurídica del Estado frente a las situaciones que
lesionan, efectiva o potencialmente, los derechos fundamentales de la persona, cualesquiera
sean las dimensiones en que éstos se proyecten. El acceso al hábeas data requiere, entre otras
condiciones de admisibilidad, la existencia de un interés para actuar. Para la existencia de
gravamen, que es otro de los presupuestos, es necesario acreditar el rechazo anterior del pedido
de información de datos, o de la omisión de darle curso (Revista Trimestral de Jurisprudência,
Serviço de Divulgação, Brasilia, vol. 162, nE 2, diciembre de 1997, p. 805).
3.1.3.4. Dalmo de Abreu Dallari (op. y loc. cit.) entiende que el menguado interés que
este instituto ha generado en Brasil y la escasez de jurisprudencia obedecen a varias causas:
a) El instituto generó, en sus orígenes, gran interés en el momento en que Brasil salió del
sistema militar y pasó al constitucional, ya que los perseguidos, o los que se suponían
perseguidos, querían saber qué constaba en los registros de la policía política a su respecto.
Pero, pasada esta etapa, perdió gravitación porque se comprobó que muchos de estos registros
eran ridículos, estaban mal hechos o repletos de informaciones sin ningún interés, o sólo eran
considerados secretos por la policía.
b) El Supremo Tribunal Federal considera que el hábeas data es un derecho
personalísimo a partir de la decisión en que interpretó así esta garantía para negar legitimación
a la madre de un preso político que había sido asesinado en las prisiones militares y que
solicitaba acceso a la información que el gobierno tenía sobre su hijo. La adopción de dicho
criterio desalentó la promoción de este tipo de acciones.
c) El artículo 5.33 exime al gobierno de la obligación de dar acceso a A...aquellas
informaciones para las cuales el secreto sea imprescindible para la seguridad de la sociedad o
del Estado@, lo que ha permitido que muchos juzgados interpreten que la administración puede
decidir qué parte de las informaciones puede transmitir y qué parte no.
d) Finalmente, el Supremo Tribunal Federal ha atribuido carácter restrictivo al alcance y
finalidades del hábeas data.
El mencionado autor recuerda la oportunidad en que dos jueces, que habían visto
frustrada su expectativa de promoción por una decisión del Tribunal tomada en sesión secreta,
interpusieron hábeas data para acceder a los fundamentos de dicha resolución. Entendían que si
bien el secreto podía resultar razonable respecto de terceros, ellos estaban legitimados a conocer
137
los aspectos o informaciones negativas vinculados a sus personas que se hubieran manejado en
la deliberación. En los dos casos, el Tribunal decidió que los tribunales tienen derecho a
mantener el secreto sobre sus promociones, porque el interés público justifica la reserva.
En otros supuestos -agrega- hubo un verdadero uso indebido del hábeas data. Por
ejemplo, el caso en que un estudiante que participó en un examen general para el ingreso en la
universidad y fue reprobado, interpuso un hábeas data para conocer el fundamento de su
aplazo. El Tribunal dijo que Aera un problema relativo al fuero íntimo de los examinadores. La
información es que usted está reprobado, el por qué es un problema de evaluación intelectual.
No hay información verdadera o falsa, el examinador puede considerar bueno o malo su trabajo
y ésa es una cuestión que va más allá de la información correcta o incorrecta@.
3.1.4. Colombia
3.1.4.1. La Constitución, adoptada en 1991, dispone que Atodas las personas tienen
derecho a su intimidad personal y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos
respetar. De igual modo, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que
se hayan recogido sobre ellas en los bancos de datos y en los archivos de entidades públicas y
privadas. En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y demás
garantías consagradas en la Constitución. La correspondencia y demás formas de comunicación
privada son inviolables. Sólo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden judicial, en
los casos y con las formalidades que establezca la ley@ (art. 15).
El art. 21 garantiza el derecho a la honra y delega en la ley la adopción de la forma de
dicha protección.
Por su parte, el art. 74 establece que todas las personas tienen derecho a acceder a los
documentos públicos salvo los casos que establezca la ley.
La Constitución colombiana enuncia, a título de derechos sustantivos, varias facultades
de los interesados.
La Corte Constitucional, en un primer momento, acomodó conceptualmente al derecho a
la protección de los datos personales dentro del ámbito del derecho a la intimidad, precisando
que ésta se proyectaba en dos dimensiones: como secreto de la vida privada (sentido estricto) y
como libertad (sentido amplio). La primera dimensión ofrecería la visión tradicional de la
intimidad marcadamente individualista y portadora de facultades de exclusión de signo
negativo. La segunda conferiría a la intimidad el carácter de libertad pública y la habilitaría
para enfrentar las amenazas que en el mundo moderno se ciernen sobre ella. Concluyó la Corte:
A...en las nuevas condiciones creadas por la emergencia de sofisticadas tecnologías, la intimidad
adquiere más y más objetiva naturaleza política como que apunta a lograr un justo equilibrio en
la distribución del poder de la información y no exclusivamente, como en el pasado, a
garantizar los apetitos de la soledad de una persona@ (cit. por Eduardo Cifuentes Muñoz, AEl
hábeas data en Colombia@, en Ius et Praxis, Universidad de Talca, Chile, 1997, n° 1, p. 81).
Posteriormente, en la sentencia de unificación jurisprudencial SU-082, del 1 de enero de
1995, la Corte rectificó el anterior criterio y atribuyó al derecho a la protección de los datos
personales una configuración autónoma y propia, como quiera que Aa diferencia de lo que
ocurre en otras legislaciones, en Colombia el hábeas data está expresamente establecido en la
Constitución@. En esta ocasión, la Corte señaló que el núcleo esencial del hábeas data estriba en
la defensa del derecho a la Aautodeterminación informática@, en cuya virtud la persona a la cual
se refieren los datos que reposan en un archivo público o privado está facultada para autorizar
su conservación, uso y circulación@.
3.1.4.2. Ley estatutaria: luego de la adopción de la Constitución de 1991, las personas
cuyos datos se encontraban desde hacía varios lustros almacenados en los bancos de datos
organizados por entidades del sector financiero y que eran reportadas como deudores morosos,
entablaron con éxito acciones de tutela dirigidas a corregir o eliminar, por diversas
138
circunstancias, sus nombres de tales registros.
Según Cifuentes Muñoz (op. y loc. cit.), los bancos y demás instituciones financieras se
constituyeron en un activo grupo de presión ante el Congreso a fin de que éste expidiera la ley
estatutaria respectiva y, por esta vía, Afrenara los excesos de la tutela@. El Congreso expidió,
finalmente, el proyecto de ley 127/93 Senado, relativo a Ala actividad de recolección, manejo,
conservación y divulgación de información comercial@. Dicha norma buscaba restringir al
máximo el ejercicio de la mencionada forma de acción de tutela respecto de los bancos de datos
financieros y a este fin circunscribía básicamente su objeto.
La Corte Constitucional, mediante sentencia C-008, del 17 de enero de 1995, declaró la
inconstitucionalidad del proyecto de ley fundándose en que había sido aprobado sin contar con
la mayoría especial exigida por la Constitución Política.
De todas maneras, la inexistencia de una ley estatuaria que regule la materia no llega a
afectar la efectividad de la acción de tutela para la protección de los datos personales, por tratar-
se, según el art. 85 de la Constitución Política, de un derecho de aplicación inmediata, que no
requiere en estricto rigor de la interpositio legislatoris.
3.1.4.3. En ausencia de una ley estatutaria, ha sido la jurisprudencia de la Corte
Constitucional la encargada de delinear los contornos de este derecho y desarrollar sus aspectos
más relevantes. Con base en lo expresado por dicho Tribunal, y siguiendo al autor ya
mencionado, se analizan a continuación el contenido y alcances del derecho a la protección de
los datos personales:
Contenido del derecho a la protección de datos personales: el centro de gravedad de
este derecho está constituido por la Aautodeterminación informática@ y por la libertad. Dicha
autodeterminación se traduce en la facultad del interesado de autorizar su conservación, uso y
circulación, lo mismo que de conocerla, actualizarla y rectificarla. Estas facultades se
consideran indispensables puesto que sin ellas la circulación libre de la información podría
lastimar tanto la identidad de la persona como su libertad.
Titulares del derecho: en principio, puede decirse que sujeto activo es toda persona,
natural o jurídica, cuyos datos particulares sean captados en un archivo público o privado
Asusceptible de tratamiento automatizado@, como lo ha dicho la Corte Constitucional.
Este Tribunal ha reconocido que dependiendo de la naturaleza del derecho fundamental
en concreto, las personas jurídicas pueden ser titulares activos de posiciones iusfundamentales.
Desde este punto de vista, nada se podría oponer a que las personas jurídicas pudiesen, en este
caso, ser reputadas titulares activos del derecho al reconocimiento de los datos personales. La
misma consideración de este derecho como autónomo, cuya configuración trasciende el ámbito
de la intimidad, contribuye a justificar aún más la posibilidad de extender a las personas
jurídicas la titularidad del mencionado derecho.
Por el aspecto pasivo, los sujetos potencialmente obligados son todas aquellas personas
naturales o jurídicas, públicas o privadas, que organicen bancos de datos diseñados con el fin
de poner en circulación los datos que almacenen o con aptitud para hacerlo y generar
información a terceros.
Garantías complementarias para el interesado: la Constitución Política reconoce a toda
persona el derecho a conocer las informaciones que se refieran a ella y que se encuentran en
tales archivos; el derecho a solicitar y obtener su actualización; el derecho a rectificar las
informaciones inexactas, falsas o que en general no correspondan a la verdad.
Datos financieros o económicos: toda persona tiene Aderecho a la caducidad del dato
negativo@, el cual se infiere, según la Corte, del principio de autodeterminación informática y de
la misma cláusula de libertad.
A este respecto ha señalado que A...también hacia el pasado debe fijarse un límite
razonable, pues no sería lógico ni justo que un buen comportamiento de los últimos años [se
refiere al deudor moroso] no borrara, por así decirlo, la mala conducta pasada... Es claro, pues,
139
que el término para la caducidad del dato lo debe fijar, razonablemente, el legislador. Pero,
mientras no lo haya fijado, hay que considerar que es razonable el término que evite el abuso
del poder informático y preserve las sanas prácticas crediticias, defendiendo así el interés
general@.
Con base en esta premisa, la Corte consideró que sería irrazonable la conservación, uso y
divulgación informática del dato financiero, sin que se satisfagan las siguientes exigencias:
Apago voluntario de la obligación@; Atranscurso del término de dos años, que se considera
razonable, contado a partir del pago voluntario@ (expresamente se exceptúa el caso en que la
mora haya sido inferior a un año, caso en el cual el término de caducidad será igual al doble de
la misma mora); y Aque durante el término anteriormente mencionado, no se hayan reportado
nuevos incumplimientos del mismo deudor, en relación con otras obligaciones@.
No deja por fuera la Corte tres eventos que pueden ocurrir: el pago de la obligación en
un proceso ejecutivo; el pago producido, una vez presentada la demanda, con la sola
notificación del mandamiento de pago; y, finalmente, el no pago de la obligación al prosperar la
excepción referida a la prescripción. En el primer caso, aplica un término de caducidad de
cinco años (semejante al término de prescripción de la pena de los delitos que no tienen
señalada una pena privativa de la libertad). En el segundo caso, aplica la regla general y el
término de caducidad de dos años. En el tercer caso, no existe caducidad, puesto que Ano ha
habido pago y, además, el dato es público@.
Protección judicial del derecho: según el art. 42 del decreto 2591/91, se obtiene a través
de la acción de tutela, regulada en el art. 86 de la Constitución Política.
Problemas adicionales sobre archivos públicos o privados:
a) Informaciones sobre personas, que el Estado recopila y registra en sus archivos: en su
sentencia T-444 de 1992, la Corte analizó el tema relacionado con las investigaciones que lleva
a cabo el Estado a través de sus organismos de inteligencia. La demandante, detenida en una
cárcel, sindicada del delito de rebelión, solicitaba que fueran eliminados los antecedentes
allegados al proceso por organismos de inteligencia, que la vinculaban como integrante del
denominado AEjército de Liberación Nacional@.
La Corte, después de analizar los antecedentes y extenderse sobre el alcance de la
protección de los datos personales, concluyó que toda persona tiene derecho a que de ella se
conozca sólo lo mínimo para asegurar la normal convivencia social. A su turno según la Corte,
el Estado tiene la potestad de conocer Alo máximo necesario@ para la debida protección de los
ciudadanos y de las instituciones.
Advirtió el Tribunal en dicha sentencia, que A... el Estado [puede] incluso recopilar y
archivar información sobre una persona, en el marco de sus legítimas y democráticas funciones,
siempre y cuando no divulgue ni dé a la publicidad por ningún medio la información sobre esa
persona, salvo el evento de que ella tenga antecedentes penales o contravencionales, esto es,
que tenga una condena proferida en sentencia judicial definitiva, como lo dispone el art. 248
constitucional@.
En la sentencia no rechazó el Acruce@ de informaciones dentro del Estado, el cual se
justifica en virtud del Aprincipio tácito de colaboración y reserva de información entre
instancias del Estado@, siempre que ello se encuentre previamente autorizado por el
ordenamiento. Empero, si la información que se comparte dentro del Estado, es susceptible de
ser conocida por terceros, la misma no puede contener datos perjudiciales, distintos de los
Aantecedentes@ de que trata el art. 248 de la Constitución Política (condenas proferidas en
sentencias judiciales firmes).
La Corte efectuó una distinción entre Arecopilación@ de la información y el Aresultado@ de
la investigación. Sobre este particular señaló que Aen la recopilación, los organismos del Estado
poseen una facultad amplia y sólo están limitados por los principios de respeto de los derechos
humanos, por el debido proceso y por una reserva absoluta@. En cuanto al resultado, éste sólo
140
puede ser conocido por el interesado directamente cuando forme parte de un proceso ante la
jurisdicción penal, disciplinaria o fiscal, y allí pueda, a través de los principios de contradicción
de la prueba, cuestionar su legalidad a la luz del análisis probatorio que deberá realizar el
funcionario competente.
Pero la recopilación y las evaluaciones internas son absolutamente reservadas; ellas son
el soporte científico del resultado. A través de ellas se detecta la información y de su reserva
deriva, precisamente, como se mencionó anteriormente, el éxito de una investigación. El
interesado tiene derecho a conocer de los archivos reservados sólo aquella información que le
es necesaria para casos especiales. Es así como el decreto 2398/86 permite que el interesado
solicite los antecedentes de sus respectivos registros. Es decir, sobre los registros podrá ejercer
el derecho que le otorga el art. 15 de la Constitución para conocer, actualizar o rectificar las
informaciones que se hayan recogido en bancos de datos y en archivos de entidades públicas y
privadas, únicamente cuando la información ha salido de los organismos de inteligencia del
Estado y se encuentra ya en manos de las autoridades competentes para adelantar procesos
judiciales.
De los resultados o soportes de la información son titulares las personas cuyos datos
hayan sido reportados y, en consecuencia, tienen derecho a conocer, actualizar y rectificar las
informaciones que no sean reservadas.
La ley protege la reserva y es así como sanciona su violación en los arts. 155 (utilización
de asunto sometido a secreto o reserva, delito consagrado dentro del capítulo de los abusos de
autoridad y otras infracciones) y 289 (divulgación y empleo de documentos reservados,
tipificado dentro del capítulo de los delitos contra la libertad individual y otras garantías). Por
su parte, la ley 57 de 1985 establece que Atoda persona tienen derecho a consultar los
documentos que obran en las oficinas públicas y a que se le expida copia de éstos, siempre que
dichos documentos no tengan carácter reservado conforme a la Constitución o la ley, o no
hagan relación a la defensa o seguridad nacional@ (art. 12).
Finalmente, concluyó la Corte:
ASi los organismos de inteligencia del Estado tienen reseñada en calidad de 'rebelde' a la
petente, ello es conforme a derecho siempre y cuando no sea dado a conocer por fuera de los
organismos.
Si un tercero o la misma accionante solicitan acceso a la información que el Estado tiene
de ésta, las entidades oficiales competentes sólo podrán decir que -no estando condenada sino
sólo detenida- ella no tiene ningún tipo de antecedentes.
Si del resultado del proceso que cursa en el Juzgado de Orden Público se demuestra que
la peticionaria es absuelta de todo delito que presuntamente ella ha cometido, el Juez
competente está en la obligación de informar a las autoridades y a los organismos de
inteligencia que adecuen su información a lo resuelto en el proceso.
Asimismo, si el Juez advierte que, antes de que la información sea asequible a terceros,
esto es, antes del juicio, aquélla no ha sido debidamente reservada y se ha filtrado a la opinión
pública, deberá adoptar las medidas conducentes para investigar los delitos y demás
infracciones a que hubiere lugar, con el fin de proteger, ahí sí, la intimidad de la peticionaria@.
b) Utilización de datos tributarios por parte del Estado, para fines diversos: en la
sentencia T-145 de 1993, la Corte consideró que el Estado no había violado la reserva tributaria
(decreto 624/89, arts. 583 y 584) con la cancelación de las inscripción de un contratista en el
registro de constructores del Ministerio de Obras Públicas y Transporte, luego de verificar,
mediante un cruce de informaciones con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, que los
valores que aparecían en las declaraciones de renta, que el propio peticionante había presentado
para la renovación de la inscripción, diferían de los valores que constaban en la Administración
de Impuestos Nacionales.
Si bien la Corte reconoció que la reserva tributaria impide a los funcionarios utilizar la
141
información confiada por los declarantes para fines diferentes al control, recaudación y
determinación de los impuestos, admitió, de otra parte, que la administración, para la
protección de los intereses públicos, puede confrontar la información que se le suministra -con
el fin de obtener una ventaja o situación favorable- con la que dispone en su banco de datos.
En materia tributaria, sin embargo, la consulta intraestatal, no puede referirse, expresó la
Corte, ni a las bases gravables ni a la determinación privada de los impuestos. En otras
palabras, el contratista, en este evento, no podía invocar el hábeas data para impedir que el
Estado investigase la autenticidad de las informaciones que él mismo había presentado.
c) Derecho a información vital en circunstancias excepcionales: la Corte estableció que
la consagración del derecho a la protección de los datos personales no comporta -por fuera del
hábeas data- el derecho genérico a conocer información de personas públicas o privadas con
fines distintos a los de controlarla, actualizarla o rectificarla. Lo anterior, desde luego, deberá
entenderse sin perjuicio de la libertad de acceso a los documentos y archivos públicos, salvo las
excepciones que establezca la ley (art. 74 de la Constitución Política).
En dos situaciones la Corte ha establecido que, independientemente de la existencia o no
de un archivo informatizado, vale decir, por fuera del esquema del hábeas data, una persona
puede requerir de otro particular información o datos que le son relevantes y que este último
está en la obligación de suministrar.
En el primer caso, un padre anciano e indigente, que había facultado a su hijo para
enajenar su único bien, había intentado en vano tener alguna noticia sobre la suerte del negocio
del que dependía su bienestar futuro. En esta oportunidad la Corte señaló: Ael ocultamiento de
la información de un negocio a quien está vitalmente interesado en él, configura una conducta
que coloca a la persona en situación de indefensión respecto del contratante que abusa de su
posición privilegiada. La solidaridad debe gobernar las relaciones entre las partes contratantes,
particularmente entre las personas con intereses comunes en el negocio. No obstante, el
incumplimiento del deber de informar acerca del desarrollo de un contrato a la persona
interesada en él, es una materia que debe ser resuelta exclusivamente con base en la ley, pues
carece de relevancia constitucional, salvo que la omisión materialmente vulnere de manera
directa los derechos fundamentales de quien depende en grado sumo de las resultas del mismo
para su subsistencia autónoma y libre, siempre que en este caso excepcional se acredite, además
de la insuficiencia de los remedios legales, que la omisión es la causa eficiente de la
transgresión@.
En el segundo caso, la demandante había sido internada inconsciente y en avanzado
estado de embarazo en una clínica privada y creyó haber dado a luz a una niña. Según el
establecimiento médico, fue sometida a una cirugía y el feto fue encontrado muerto. No se
aportó en ningún momento, en razón del desorden existente en los archivos existentes en el
nosocomio, el oficio de rigor dirigido al cementerio a fin de acreditar la inhumación de la
criatura, sino solamente la historia clínica.
En la sentencia, la Corte expresó lo siguiente: Ala situación de postración y tristeza en
que se encuentra la señora Larrea Guevara por desconocer si su hija murió, y en dado caso, el
lugar donde fue enterrada, se origina en las irregularidades administrativas de la Clínica de
Maternidad 'Rafael Calvo'. El manejo de los archivos de la entidad y la falta de
diligenciamiento de los documentos legales requeridos para la inhumación del feto, vulneran el
derecho a la información mínima vital y, consecuencialmente, el derecho a la seguridad
personal de la peticionaria@.
La omisión de la entidad de salud vulneró el derecho fundamental a la información
mínima vital de la peticionaria. La negativa a entregar la información necesaria para tener
certeza de la muerte de su hija -copia del certificado de defunción fetal, comunicación del envío
del cuerpo al cementerio local, relación de los nacimientos acaecidos en la Clínica de
Maternidad ARafael Calvo@ durante el año 1987, copia de los libros de anotaciones y registros,
142
etc.- compromete grave y directamente los derechos de la peticionaria a la integridad mental, al
libre desarrollo de la personalidad y a la seguridad personal, al condenarla a vivir en la duda
permanente, lo que afecta su esfera afectiva, sus proyectos vitales y su salud física y mental. En
la citada providencia, se aludió a la conservación de los archivos como deber correlativo al
derecho de información mínima vital: AConsustancial al derecho de información mínima vital
(arts. 94, incs. 1 y 2, de la Constitución Política) es el deber de mantener un archivo de
información que permita a los pacientes conocer todas las circunstancias relacionadas con la
intervención médica, ya que su conocimiento es condición necesaria para la efectividad de otros
derechos fundamentales. La historia clínica, si bien representa parte importante de la memoria
de las condiciones y el tratamiento seguido a una persona, no constituye toda la documentación
existente en las entidades de salud respecto de una persona@.
ALos archivos son el reflejo documentario de la actividad práctica, jurídica o
administrativa de una persona o institución. Por archivos públicos se entiende los documentos
producidos por una entidad oficial o privada encargada de la prestación de un servicio público,
en el desarrollo de sus actividades o competencias y los cuales se organizan y conservan según
el orden natural de funcionamiento de la entidad. Se dice con sobrada razón que 'el archivo
refleja la institución que lo ha producido'@.
AHistóricamente, los archivos han sido parte esencial de la civilización. Aristóteles los
consideraba indispensables en un Estado moderno. A Napoleón se atribuye la máxima según la
cual 'un buen archivista es más necesario que un buen general de artillería'. Las sociedades que
no disponen de archivos son sociedades sin memoria. Sin ellos, en la práctica, no existiría
organización estatal@.
AAhora bien, un archivo no es la simple recopilación o colección de documentos. El
archivo es un conjunto orgánico de documentos, unidos por un vínculo originario o de
procedencia, que sirven para recuperar con agilidad y en el tiempo oportuno toda la infor-
mación almacenada por una oficina o institución en el curso de su actividad@.
ALa vulneración o amenaza del derecho a conocer una información personal puede
presentarse, entonces, por la deficiente organización, conservación o custodia de los archivos
de las entidades de salud@.
En otra decisión, del 24 de enero de 1995, la Corte declaró que la Constitución Política
garantiza el derecho esencial de toda persona a conocer la información que sobre ella exista en
bancos de datos o en archivos de entidades públicas y privadas, y a que la información que se le
transmita sea veraz e imparcial, pues es claro que puede afectar su buena imagen y buen
nombre. En igual sentido, el conocimiento de los datos es un presupuesto indispensable para
ejercer el derecho a la rectificación cuando se está frente a informaciones inverídicas o
desactualizadas. Surge así, para la persona, un derecho fundamental y una garantía.
Agregó que la ley reglamentaria determina la procedencia del amparo contra acciones u
omisiones de particulares, en el caso: Acuando la entidad privada sea aquella contra quien se
hubiera hecho la solicitud en ejercicio del hábeas data...@ o Acuando se solicite rectificación de
informaciones inexactas o erróneas...@.
Concluyó, entonces, que la acción de tutela es procedente para obtener la rectificación de
dicha información siempre que se hubiere requerido la rectificación de manera directa y
específica a la entidad que mantiene en sus archivos o banco de datos la información que se
estima inveraz.
3.1.5. España
3.1.5.1. La Constitución, adoptada en 1978, dispone en su art. 18.4 que Ala ley limitará el
uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los
ciudadanos y el pleno ejercicio de los derechos@, lo que se extiende a los extranjeros por
aplicación del art 13.1.
143
Por su parte, el art. 105b declara que Ala ley regulará el acceso de los ciudadanos a los
archivos y registros administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado,
la averiguación de los delitos y la intimidad de las personas@.
3.1.5.2. Hasta la aprobación de la Ley Orgánica 5/1992, del 29 de octubre de 1992, de
Regulación de Tratamiento Automatizado de Datos de Carácter Personal (LORTAD) (BOE
núm. 262, del 31 de octubre de 1992) existían reglamentaciones fragmentarias de la cuestión y
diversas iniciativas doctrinarias e institucionales encaminadas a esbozar futuros proyectos
normativos.
La mencionada Ley Orgánica, regula la protección de datos y pretende Aimplantar
mecanismos cautelares que prevengan las violaciones de la privacidad que pudieran resultar del
tratamiento de la información@ (Exposición de Motivos, núm. 2).
Titulares de la protección: son las personas físicas (art. 1), solución que se condice con
el antes citado Convenio 108 del Consejo de Europa (v. 2.1.4.2.).
Garantías complementarias para el interesado: derecho de impugnación de los actos
administrativos o decisiones privadas que impliquen valoraciones sólo basadas en datos de
carácter personal que ofrezcan una definición de sus características o personalidad (art. 12);
derecho de información y de acceso, que permita conocer qué tipo de información consta en el
archivo sobre su persona y cuáles son las instituciones que la procesan, derechos que sólo
pueden ejercerse en intervalos no inferiores a doce meses, salvo acreditación de un interés
legítimo (arts. 13 y 14); y derecho de rectificación y cancelación de los datos que estime
inexactos, o incompletos o que no puedan ser archivados por el responsable del tratamiento
(art. 15).
El procedimiento para ejercer el derecho de acceso, de rectificación y cancelación será
establecido reglamentariamente (art. 16).
El art. 17 agrega que los interesados pueden denunciar las violaciones a esta norma ante
la Agencia de Protección de Datos (Agencia), en la forma que se determine
reglamentariamente. Contra las resoluciones de la Agencia procede un recurso contencioso
administrativo. Los interesados que sufran daño o lesión en sus bienes o derechos a
consecuencia del incumplimiento de lo dispuesto en la presente ley por el responsable del
tratamiento, tienen derecho a ser indemnizados.
Datos sensibles: están divididos en tres grupos: a) los relativos a la ideología, religión y
creencias; b) los de origen racial, salud y vida sexual; c) antecedentes de sanciones penales o
administrativas.
Sectores público y privado: la creación y explotación de bancos de datos en el sector
público requiere una norma habilitante y control jurisdiccional.
Transmisión internacional de datos: valorando el art. 10.2 de la Constitución española -
según el cual Ala interpretación de las normas relativas a los derechos fundamentales y a las
libertades públicas deberá hacerse de conformidad con la Declaración Universal de Derechos
Humanos y con sus tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificadas
por España@- la ley traspone el art. 12 del Convenio 108 (v. 2.1.4.2.), optando por exigir que el
ordenamiento jurídico del país de destino de los datos brinde un nivel de protección equivalente
al de España, y faculta a la Agencia a autorizar la transmisión a países que no cumplen con esta
exigencia pero que ofrecen garantías suficientes. Esta norma tiene por objeto prevenir que se
viole el sistema de protección a través del flujo de datos a países que no cuentan con garantías
adecuadas, ni con previsiones, como los acuerdos de Schengen u otras normas comunitarias
(arts. 32 y 33, y Exposición de Motivos núm. 4).
Organo de contralor: es la citada Agencia (regulada por el Real Decreto 428/1993), que
es un ente público en los términos del art. 6.5 de la Ley General Presupuestaria, y representante
de España en el Working Party de la Comunidad (con arreglo al Real Decreto 156/1996). La
creación de este órgano especializado e independiente del Poder Ejecutivo supone un cauce
144
para ejercer un auténtico control preventivo de la creación de bases de datos, a través de los
sistemas de autorizaciones previas y de verificaciones del registro con competencias ejecutivas,
reglamentarias, de fiscalización, sancionatorias y consultivas. No asume el carácter de
jurisdicción especial, al no tener competencia más que para formular apercibimientos o
requerimientos.
Código de conducta: para hacer más eficaz la regulación, en el art. 31 se configuró un
sistema de medidas deontológicas del personal informático, que debe ser fruto de un amplio
concierto que fortalezca la concientización sobre la conveniencia del enfoque ofrecido. La
instauración de reglas éticas comporta sanciones internas por los órganos de representación
corporativa, y es de gran utilidad ya que la mayoría de los abusos o manipulaciones del ciclo
operativo, fugas de información, o bien accesos ilícitos a datos, no son material y técnicamente
posibles sin la colaboración intencionada o consciente del personal informático.
3.1.5.3. El Real Decreto 1332/1994 desarrolla determinados aspectos de la LORTAD, y
dispone que Alos derechos de acceso a los ficheros automatizados, así como los de rectificación
y cancelación de datos son personalísimos y serán ejercidos por el interesado frente al
responsable del tratamiento, sin otras limitaciones que las que prevén la Ley Orgánica 5/1992 y
el presente Real Decreto. Podrá, no obstante, actuar el representante legal del afectado cuando
éste se encuentre en situación de incapacidad o minoría de edad que le imposibilite el ejercicio
personal de los mismos@ (art. 11). Esta cláusula fue reglamentada por la Instrucción 1/1998 de
la Agencia, que exige que Ael interesado acredite su identidad frente a dicho responsable@.
3.1.5.4. Datos financieros o económicos: el art. 28 de la LORTAD se refiere a la
prestación de servicios de información sobre solvencia patrimonial y crédito desde una doble
perspectiva. Por un lado, determina que quienes se dediquen a la prestación de este tipo de
servicios sólo pueden tratar automatizadamente datos de carácter personal obtenidos de fuentes
accesibles al público o procedentes de informaciones facilitadas por el afectado o con su
consentimiento. Este tipo de servicios está sujeto a la regulación común que establece esta ley.
Por el otro, regula el tratamiento de datos de carácter personal relativos al cumplimiento o
incumplimiento de obligaciones dinerarias señalando que pueden tratarse dichos datos siempre
que sean Afacilitados por el acreedor o por quien actúe por su cuenta o interés@. Estos servicios
están sujetos a un régimen especial, que, por ejemplo, los exceptúa de contar con el
consentimiento del interesado para recolectar o tratar los datos.
El 1 de marzo de 1995, el Director de la Agencia dictó la Instrucción 1/1995 que regula
en forma epecífica la prestación de servicios de información sobre solvencia patrimonial y
crédito y, el 4 de mayo de 1995, la Instrucción 2/1995 relativa a las medidas que garantizan la
intimidad de los datos personales recabados como consecuencia de la contratación de un seguro
de vida en forma conjunta con la concesión de un préstamo hipotecario o personal.
3.1.5.5. En octubre de 1996, la Agencia convocó a una reunión de expertos que
estudiaron aspectos específicos tendientes a lograr la trasposición de la Directiva 95/46/CE (v.
2.1.5.1.) al derecho español y llegaron a la conclusión de que el régimen vigente en España ya
comprende los criterios de dicha norma comunitaria.
3.1.5.6. La ley española del 27 de marzo de 1998, implementa la Directiva 96/9/CE,
sobre protección jurídica de las bases de datos (v. 2.1.5.2.).
3.1.6. Hungría
3.1.6.1. La Constitución fue adoptada en 1949, y reformada sustancialmente en diversas
oportunidades, en 1990 y 1994.
Según su art. 59, A(1) en la República de Hungría todos son titulares de la protección de
su reputación y privacidad, incluyendo la privacidad de su hogar, efectos personales, papeles,
grabaciones y registros y la privacidad de sus asuntos personales y secretos. (2) Para la
aprobación de la ley de protección de la seguridad de los datos personales y grabaciones será
145
necesario el voto favorable de los 2/3 de los miembros del Parlamento@. El art. 61 impone esta
misma mayoría calificada para la aprobación de la ley de publicidad de datos e información, y
de la ley de la libertad de prensa.
3.1.6.2. Estas normas fueron reglamentadas por la ley LXIII de 1992 sobre la Protección
de Datos Personales y la Publicidad de los Datos de Interés Público.
Objetivo de la ley: garantizar que toda persona disponga de sus datos personales y que
pueda acceder a los de interés público, salvo disposición legal en contrario. Toda excepción
autorizada por sus disposiciones sólo puede aplicarse teniendo también en cuenta los diferentes
tipos de procesamientos de datos (art. 1).
Titular de la protección: de las definiciones del art. 2, surge que son las personas de
existencia visible.
Datos sensibles: son los referidos al origen racial, nacional, nacionalidad, opinión
política o afiliación partidaria, y convicciones y fe religiosa. También los relativos al estado de
salud, adicciones anormales, vida sexual y antecedentes penales.
Datos de interés público: son los que manejan los órganos o las personas que cumplen
deberes de los gobiernos locales o estaduales u otras funciones públicas definidas en normas
jurídicas, que no caen dentro de la definición de datos personales.
Legitimidad del tratamiento de datos: pueden tratarse datos personales si se cuenta con
el consentimiento del interesado, o así lo ordena una ley o un decreto del gobierno local con
base en la autorización de una ley, dentro del ámbito definido en ésta (art. 3.1).
El procesamiento de datos sensibles es legítimo si cuenta con el consentimiento escrito
del interesado; o si está ordenado en un acuerdo internacional o en una ley, para proteger sea un
derecho fundamental reconocido en la Constitución, sea el interés en la seguridad nacional, en
la prevención del crimen o en la investigación criminal; y en los demás casos previstos por la
ley (art. 3.2).
Una ley puede ordenar la publicación de datos personales por motivos de interés público,
expresando específicamente el tipo de datos. En todos los demás casos, la publicación requiere
el consentimiento del interesado, que debe ser escrito cuando los datos sean sensibles (art. 3.4).
En los procesamientos realizados a pedido del interesado, se presume su consentimiento
para el tratamiento de los datos necesarios (art. 5.5).
A menos que exista una excepción, la protección de cualquier otro interés vinculado al
tratamiento de datos -incluso la publicidad de datos de interés público (art. 19)- no puede violar
el derecho a la protección de los datos personales y a la intimidad del interesado (art. 4).
Limitaciones cualitativas y cuantitativas y temporales a la acumulación de datos: los
datos personales sólo pueden ser tratados para una finalidad determinada, para el ejercicio de
un derecho o para el cumplimiento de una obligación. Cada etapa del procesamiento debe estar
dirigida a la satisfacción de este objetivo (art. 5.1).
Sólo pueden procesarse aquellos datos que resulten indispensables para el cumplimiento
del objetivo del tratamiento, y sólo en la medida y durante el plazo necesario a esos efectos (art.
5.2).
El tratamiento de datos basado en la provisión obligatoria de datos puede fundarse en
razones de interés público (art. 5.3).
El tratamiento de datos personales debe cumplir con las siguientes condiciones: debe
hacerse en forma honesta y lícita; incluir datos precisos, completos y, cuando corresponda,
actualizados; y sólo permitir la identificación del interesado durante el tiempo necesario para la
satisfacción del objetivo (art. 7.1).
Se prohíbe la aplicación de un número general y uniforme para la identificación de las
personas que pueda ser usado sin restricción (art. 7.2).
Notificaciones: debe informarse al interesado, antes de tratar sus datos personales, el
carácter voluntario u obligatorio de la provisión de información y, en este último caso, cuál es
146
su fundamento jurídico (art. 6.1). También debe hacérsele conocer el objetivo del tratamiento y
la identidad de las personas que lo realizarán (art. 6.2).
Transferencia internacional de datos: prescindiendo de quien hace la transmisión de los
datos o de la forma en que se hace, los datos personales sólo pueden transferirse a un país
extranjero con consentimiento del interesado, o cuando la ley lo autorice, y siempre que el
responsable extranjero del tratamiento de datos cumpla con las condiciones del tratamiento en
relación a cada dato.
Medidas de seguridad de los datos: el responsable del tratamiento debe tomar las
medidas adecuadas para la seguridad de los datos, protegiéndolos especialmente del acceso
ilegal, de su cambio, publicación o supresión y/o daño o destrucción (art. 10).
Garantías complementarias para el interesado: éste tiene derecho de acceso y de
corrección o supresión de sus datos personales, a excepción de aquellos que se procesen por
disposición legal.
Cualquier persona puede acceder al Registro para la Protección de Datos a que hace
referencia el art. 28.1, y pedir un extracto de su contenido, contra el pago de una tasa por el
servicio (art. 11).
La ley puede limitar los derechos del interesado para proteger el interés nacional e
internacional del Estado, sea en las áreas de defensa, seguridad nacional, prevención del crimen
o investigación criminal; o también para proteger el interés económico del Estado o de un
gobierno local, o los derechos del interesado o de terceros (art. 16).
El interesado puede exigir judicialmente el ejercicio de los derechos aquí señalados. El
responsable del tratamiento debe compensar los daños que cause al interesado con el
procesamiento ilícito de sus datos personales o con la violación de las exigencias relativas a la
protección técnica de los mismos, a menos que demuestre que el daño se produjo por razones
que están fuera de su control, o por dolo o negligencia seria del perjudicado (art. 18).
Derecho de acceso: a pedido del interesado, el responsable del tratamiento debe
informar al interesado qué datos está procesando, el objeto del procesamiento, el período de
tiempo en que se va a hacer y los potenciales receptores de esta información. Las normas
reglamentarias pueden limitar el plazo de conservación de las constancias de la transmisión de
datos, que no puede ser inferior a cinco años en el caso de datos personales y de veinte años en
el caso de datos sensibles. Con base en este criterio, se fija el período durante el cual existe la
obligación de dar información.
El responsable del tratamiento debe brindar la información (en forma gratuita una vez
por año, pero puede cobrar un monto en los demás casos, que será devuelto al interesado si los
datos habían sido tratados en forma ilegal o si el pedido de acceso da lugar a una corrección,
art. 12). Sólo puede negarse en los casos descriptos en el art. 16, notificando al interesado los
fundamentos de la negativa, y al Comisionado de Protección de datos, anualmente, todos los
rechazos (art. 13).
Derecho de rectificación y supresión: el responsable del tratamiento debe corregir los
datos que no correspondan a la realidad. También debe suprimir los que hayan sido tratados
ilícitamente; los que indique el interesado y que una ley no le exija almacenar; y los que se
corresponden con objetivos que han desaparecido. Debe informar la rectificación y supresión al
interesado y a quienes habían recibido la información (arts. 14 y 15).
Publicidad de los datos para proteger el interés público: los órganos y personas que
cumplen funciones del Estado o del gobierno local u otras funciones definidas en las leyes (a
los que la ley denomina globalmente Aórganos@), deben fomentar que el público cuente con
información rápida y precisa en relación a las cuestiones que caen dentro de la esfera de su
competencia. A ese efecto deben publicar o poner de algún otro modo a disposición del público
los datos más importantes vinculados a sus actividades, y en especial los relevantes al alcance
de sus atribuciones, a su competencia, a su estructura organizativa, a los tipos de datos que
147
poseen y a las reglas jurídicas aplicables al tratamiento de éstos. Salvo disposición legal en
contrario, los nombres y cargos de las personas que dependen de estos órganos están a
disposición del público.
Dichos órganos deben permitir el acceso de toda persona a los datos de interés público
que tengan en su poder, con excepción de los que han sido declarados secretos de Estado o del
servicio por el órgano competente para hacerlo, o cuya publicidad esté limitada por una ley -
para proteger la defensa nacional, la seguridad nacional, una investigación criminal o la
prevención del crimen, o intereses de política económica central, o de política exterior-, o por
orden judicial (art. 19).
El órgano responsable del tratamiento de estos datos debe fundar jurídicamente sus
negativas a dar acceso (art. 20), que son recurribles judicialmente a través de un proceso al que
se debe dar trámite prioritario (art. 21).
Comisionado de Protección de Datos: a fin de garantizar el derecho constitucional a la
protección de los datos personales y a la publicidad de los de interés público, el Parlamento
debe elegir un Comisionado de Protección de Datos, al que se aplicarán las disposiciones de la
Ley del Comisionado Parlamentario para los Derechos del Ciudadano, a excepción de las
modificaciones establecidas en la ley en análisis (art. 23).
El Comisionado controla la observancia de esta ley y de las otras normas aplicables a los
tratamientos de datos, examina los informes que se le presenten y lleva un Registro de
Protección de Datos. Supervisa, asimismo, las condiciones en que se garantizan los derechos a
la protección de los datos personales y a la publicidad de los datos de interés público (art. 25.1),
a cuyo efecto recibe los reclamos de los interesados perjudicados por el procesamiento (art. 27).
Por otra parte, propone reglas jurídicas nuevas o reformas de las ya existentes, dictamina
en los proyectos que otros presentan, y propone la ampliación o restricción de los tipos de datos
que pueden constituir secretos de Estado o de servicio.
Cuando comprueba que se está realizando un procesamiento ilícito de datos, puede
solicitar al responsable que ponga fin a ese proceso y, en caso de que éste haga caso omiso al
pedido, debe informar al público la realización de ese procesamiento, el nombre de su
responsable y el tipo de datos incluidos (art. 25).
Para cumplir con sus funciones, el Comisionado puede pedir al responsable del
tratamiento información sobre todas las cuestiones vinculadas al proceso, acceder a todos los
documentos e ingresar a las instalaciones en donde se realiza el proceso (art. 26, incs. 1 y 2).
Los secretos de Estado o de servicio no impiden que el Comisionado ejerza los derechos
que le otorga esta ley, pero el órgano encargado de la tutela del secreto puede accionar
judicialmente para demostrar la falta de fundamento de la solicitud de acceso formulada por el
Comisionado (art. 26, incs. 3 y 4).
Registro de Protección de Datos: antes de comenzar sus actividades, el responsable del
tratamiento debe brindar la siguiente información al Comisionado a efectos de su registro:
objeto del procesamiento; clases de datos y fundamentos jurídicos de su procesamiento; tipos
de personas afectadas; fuentes de los datos; forma, objetivos y fundamentos jurídicos de la
transmisión; fecha en que se debe suprimir cada categoría de dato; así como su nombre y
dirección y el lugar en donde se realizará el procesamiento (art. 28). Debe informarle, también,
cualquier modificación al respecto (art. 29).
No deben cumplir con esta exigencia los tratamientos que contengan datos de los
empleados, miembros, estudiantes o clientes del responsable del tratamiento; o datos personales
relativos al estado de salud de las personas tratadas médicamente en virtud de lo dispuesto por
una norma sanitaria, a fin de brindarles tratamiento médico, prevención de la salud o para hacer
cumplir un derecho de la seguridad social; o datos personales del responsable del tratamiento; o
datos estadísticos oficiales, siempre que no permitan la individualización del interesado; o datos
de las empresas que caen dentro del ámbito de aplicación de la Ley de Prensa y siempre que
148
estén exclusivamente destinados a servir a sus actividades periodísticas; o datos almacenados
durante una investigación científica, siempre que no sean publicados. Están también
exceptuados los tratamientos que se efectúan de conformidad con las reglas internas de las
iglesias u otros grupos o comunidades de carácter religioso; y los datos que hayan sido
transferidos a los archivos del responsable del tratamiento (art. 30).
Procesamiento y uso de datos en institutos de investigación: los datos personales
registrados o almacenados en institutos de investigación sólo pueden ser usados para la
investigación científica, y deben ser almacenados en forma separada hasta tanto el objeto de la
investigación permita hacerlos anónimos. Sólo pueden publicarse con el consentimiento del
interesado o si resultan necesarios para presentar los resultados de una investigación vinculada
a hechos históricos (art. 32).
3.1.6.3. Por su parte, el Código Penal húngaro contiene las siguientes reglas vinculadas a
la protección de datos:
AViolación a la privacidad. Art. 177: (1) la persona que revele, sin fundamento
suficiente, un secreto privado que conoció a resultas de su ocupación o de un mandato público
comete una infracción y será pasible de una multa; (2) la sanción será de prisión de hasta un
año, trabajo en interés del público, o multa, si el crimen causa un daño considerable al
interesado@.
AProcesamiento ilegítimo de datos. Art. 177/A. Comete una infracción y será sancionable
con prisión de hasta un año o multa la persona que procese datos en forma ilegítima o con una
finalidad diferente a la denunciada; transmita o publique los datos personales en forma
indebida; no cumpla con sus obligaciones de notificación vinculadas al procesamiento que hace
de datos personales; oculte datos personales a la persona que está legitimada a acceder a los
mismos; falsifique los datos personales que trata u oculte o falsifique datos de interés público.@
AUso inadecuado de datos especiales. Art. 177/B. A(1) Comete un delito grave y será
castigada con prisión de hasta tres años la persona que ilegítimamente publique, use o permita
el acceso de una persona no autorizada a los datos especiales que conoció en razón de su
participación en el tratamiento de datos; (2) Comete una infracción y será sancionable con
prisión de hasta dos años o multa la persona que obtenga ilegítimamente, para sí misma o para
un tercero, datos especiales@.
3.1.6.4. También contiene reglas relativas a la protección de los datos personales la Ley
XXIV de 1994 para la Prevención del Lavado de Dinero y el Decreto Gubernamental 74/1994,
que la reglamenta.
3.1.7. Paraguay
3.1.7.1. La Constitución fue adoptada en 1992, luego de la finalización de un período de
más de 35 años bajo el Estado de sitio (Luis María Benítez, ALa acción de Hábeas Data en el
Derecho Paraguayo@ y AAnálisis comparativo entre el Hábeas Data y la Acción de Amparo en
Paraguay@, en Ius et Praxis, Universidad de Talca, Chile, 1997, nE 1, pp. 107 y 175,
respectivamente). Su artículo 135 (ADel hábeas data@) dispone que Atoda persona puede acceder
a la información y a los datos que sobre sí misma, o sobre sus bienes, obren en registros
oficiales o privados de carácter público, así como conocer el uso que se haga de los mismos y
de su finalidad. Podrá solicitar ante el magistrado competente la actualización, la rectificación o
la destrucción de aquéllos, si fuesen erróneos o afectaren ilegítimamente sus derechos@.
La inclusión del hábeas data tuvo por objeto impedir que la Policía Nacional o a las
fuerzas armadas pudieran seguir llevando registros secretos de datos personales y dar acceso a
dichos registros, realizados entre 1954 y 1989 (Benítez, op. y loc. cit.).
3.1.7.2. A partir de una de las acciones de hábeas data planteadas ante la negativa
policial a brindar información relativa al solicitante, se inició una investigación que condujo al
descubrimiento de la documentación sobre la represión que hoy integra el Centro de
149
Documentación de lo Incautado a la Policía Nacional. Este material sirvió como elemento
probatorio en procesos judiciales posteriores.
Han presentado recursos de hábeas data quienes han sufrido violación de sus derechos
humanos a la vida, a la integridad personal o la libertad por parte de funcionarios, empleados o
agentes del Estado, para acreditar esa condición y solicitar la reparación prevista en la ley 838,
del 12 de septiembre de 1996.
En la causa María del Rosario Stanley Chamorro (25 de junio de 1996), una persona
que se había presentado a concursar al cargo de Magistrado Judicial y que, pese a haber
integrado la terna propuesta al Consejo de la Magistratura, no había sido seleccionada,
interpuso un hábeas data no solamente con relación a ella misma sino también a los otros dos
integrantes de dicha terna. La Corte admitió el hábeas data interpuesto a título personal y le
brindó la información que solicitaba, pero rechazó los interpuestos en relación a las otras dos
personas concursantes. ALa Corte estima que las acciones y peticiones judiciales deben hallarse
revestidas de un mínimum de razonabilidad y coherencia que haga posible el correcto ejercicio
de la función jurisdiccional. En caso contrario asistiremos a una indebida desnaturalización de
institutos tan nobles como los establecidos en la Constitución para la garantía de los
ciudadanos, la desnaturalización que se aprecia en el abuso en el ejercicio de acciones similares
termina por anegar la administración de la justicia, como desafortunadamente se viene
advirtiendo con peticiones o acciones singularmente inoficiosas que, a la par de generar falsas
expectativas, distraen la atención de los señores magistrados de menesteres importantes, con
toda la secuela de pérdida de tiempo y gastos inútiles a todos@.
3.1.8. Perú
3.1.8.1. La Constitución Política, adoptada en 1993, declara que Aes garantía
constitucional la acción de hábeas data que procede contra un hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere
el art. 2, incs. 5, 6 y 7, de la Constitución@ (art. 200.3).
Los incs. 5, 6 y 7 cit. contienen los siguientes derechos: 1. A solicitar, sin expresión de
causa, la información que se requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo
legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan, con referencia a este derecho, las
informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por la ley y
por razones de seguridad nacional. 2. Al secreto bancario y a la reserva tributaria, los que
pueden levantarse a pedido del juez, del Fiscal de la Nación, o de una comisión investigadora
del Congreso, con arreglo a la ley y siempre que se refiera al caso investigado. 3. A que los
servicios, computarizados o no, públicos o privados, no suministren informaciones que afectan
la intimidad personal o familiar. 4. Al honor, a la buena reputación, a la intimidad personal y
familiar, así como a la voz y a la imagen propias. 5. Toda persona afectada por afirmaciones
inexactas o agraviada en cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que se
rectifiquen en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las responsabilidades
de ley.
3.1.8.2. Trámite del hábeas data: la ley 26.301, del 18 de abril de 1994, sobre la
aplicación de la Acción Constitucional del hábeas data, dispone en su art. 3 que Apara la
tramitación y conocimiento de la Garantía Constitucional de la Acción de hábeas data serán de
aplicación, en forma supletoria, las disposiciones pertinentes de las leyes números 23.506,
25.011, 25.315, 25.398 y el decreto-ley 25.433, en todo cuanto se refiere a la acción de amparo;
con excepción de lo dispuesto en el art. 11 de la ley 23.506@.
Vías previas: el art. 27 de la ley 23.506 dispone que sólo procede el hábeas data cuando
se hayan agotado las vías previas.
Legitimación activa: ATienen derecho a ejercer la acción de amparo el afectado, su
representante, o el representante de la entidad afectada. Sólo en casos de imposibilidad física
para interponer la acción, sea por atentado concurrente contra la libertad individual, por hallarse
150
ausente del lugar, o por cualquier otra causa análoga, podrá la acción de amparo ser ejercida
por tercera persona, sin necesidad de poder expreso, debiendo el afectado, una vez que se halle
en posibilidad de hacerlo, ratificarse en la acción@ (art. 26 de la ley 23.506 sobre Garantías
Constitucionales, Hábeas Corpus y Amparo, del 7 de abril de 1982).
Competencia: de conformidad con las disposiciones de la ley 26.301, es competente para
conocer en estas acciones, a elección del demandante, el juez de primera instancia en lo civil de
turno del lugar en donde tiene su domicilio el demandante, o donde se encuentran ubicados los
archivos mecánicos, telemáticos, magnéticos, informáticos o similares, o en el que corresponda
al domicilio del demandado, sea esta persona natural o jurídica, pública o privada.
Si la afectación de derechos se origina en archivos judiciales, sean jurisdiccionales,
funcionales o administrativos, cualquiera sea la forma en que éstos estén almacenados,
guardados o contenidos, conocerá de la demanda la sala civil de turno de la Corte Superior de
Justicia respectiva, la que encargará a un juez de primera instancia en lo civil, su trámite. El
fallo en primera instancia, en este caso, será pronunciado por la sala civil que conoce de la
demanda. Este mismo precepto regirá para los archivos funcionales o administrativos del
Ministerio Público.
3.1.8.3. Según Francisco J. Eguiguren (AEl hábeas data y su desarrollo en el Perú@, en Ius
et Praxis, Universidad de Talca, Chile, 1997. N° 1, pp. 129/135), el 28 de marzo de 1994, la
Corte Suprema, al resolver el primer caso de hábeas data juzgó que ante la falta de norma
procesal específica aplicable, debía recurrirse supletoriamente a la legislación del hábeas corpus
y amparo, siendo aplicable al caso el procedimiento de amparo, por no tratarse de derechos
vinculados a la libertad individual.
Poco después, la referida ley 26.301 vino a intentar corregir este tipo de incertidumbres
procesales, coincidiendo con los criterios expuestos en la resolución de la Corte Suprema.
Un caso muy importante fue el promovido por la Sociedad Peruana de Derecho
Ambiental contra el Ministerio de Energía y Minas, ante la negativa de éste a entregarle
información sobre la cancha de relaves de la empresa minera aurífera Retama (MARSA). La
recurrente, una asociación civil sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción del medio
ambiente, alegaba tener conocimiento de un caso grave de daño ambiental causado por la
empresa, que ocasionó contaminación de aguas y destrucción de bosques y cultivos, por lo que
solicitaba la información del expediente técnico de otorgamiento de la concesión minera y de la
autorización de la mencionada cancha.
El fallo de segunda instancia que revocó el de la sentencia inferior declaró fundada la
acción. A su turno, la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema (fallo del
19-6-96) compartió similar criterio. Expresó la Sala que la accionante estaba ejerciendo el
derecho de acceso a la información pública que le confería el inc. 5 del art. 2 de la
Constitución, estando incluso legitimada por el Código del Medio Ambiente para obtener
información sobre actividades que puedan afectar la salud de las personas, la conservación del
medio ambiente o la integridad de los recursos naturales. En consecuencia, ordenó que el
Ministerio demandado proporcione la información solicitada.
Otro caso importante, relativo al citado inc. 5 del art. 2 de la Constitución, fue el hábeas
data interpuesto por la Asociación Civil ALabor@, del Departamento de Ilo, contra el Director
General de Minería, a fin de que se le proporcione los estudios de impacto ambiental
presentados por la empresa minera ASouthern Perú Cooper Corporation@ para la instalación de
una planta de ácido sulfúrico en la fundición de cobre que tiene en Ilo, así como de la resolu-
ción que aprueba la instalación de depósitos de dicho ácido en el casco urbano del aludido
puerto. El tribunal de Primera Instancia declaró la improcedencia de la acción.
La Sala Especializada de Derecho Público de la Corte Superior de Lima declaró
Afundada@ esta acción y ordenó al Ministerio la entrega de la información solicitada. El punto
de mayor interés de este fallo, radica en que la Corte reitera que corresponde al órgano
151
jurisdiccional determinar si la información requerida se encuentra en alguna de las causales de
exclusión establecidas por la Constitución o la ley. En tal sentido, sostuvo que: A...en todo caso,
no corresponde ni a la Procuraduría Pública ni a la Dirección General de Minería, calificar la
solicitud de información requerida por el emplazante, como atentatoria de la seguridad o
reserva de la empresa privada, sin que semejante calificación tenga el fundamento legal
requerido, tanto más cuanto que, conforme a lo previsto por el art. 11 del decreto legislativo
603, Código del Medio Ambiente, los estudios de impacto ambiental se encuentran a
disposición del público en general...@.
3.1.9. Portugal
3.1.9.1. La Constitución de 1976 fue adoptada luego de una revolución que puso término
a 40 años de dictadura y estaba fuertemente influenciada por los pactos de derechos humanos
(Dalmo de Abreu Dallari, AEl hábeas data en Brasil@, Ius et Praxis, Universidad de Talca,
Chile, 1997, nE 1, p. 71).
Su art. 33 decía: A1. Se reconoce a todos el derecho a la identidad personal, al buen
nombre y reputación y a la reserva de su identidad en la vida privada y familiar. 2. La ley
establecerá garantías efectivas contra la utilización abusiva, o contraria a la dignidad humana,
de informaciones relativas a la persona y a las familias@.
Por su parte, su art. 35 declaraba: A1. Todos los ciudadanos tendrán derecho a tomar
conocimiento de lo que conste en forma de registros mecanografiados acerca de ellos y de la
finalidad a que se destinan las informaciones y podrán exigir la rectificación de los datos así
como su actualización, sin perjuicio de lo dispuesto por las leyes sobre secretos de Estado...
Está prohibido el acceso a ficheros y registros informáticos para conocer datos personales de
terceros, o por interconexión, salvo los casos excepcionales previstos por la ley...@.
Es importante observar que estas normas se incluyeron con el objeto de permitir el
acceso a las informaciones que tenía la policía política creada por el régimen de Salazar (Abreu
Dallari, op. cit.). Asimismo, son el antecedente inmediato de las incluidas en la Constitución
brasilera, que sirvió de modelo a las de la Constitución argentina.
3.1.9.2. La Constitución fue reformada por la ley constitucional 1/97 del 20 de
septiembre de ese año, entre otras razones, para adaptarla a las exigencias de la Directiva
95/46/CE (v. 2.1.5.1.) de la Comunidad.
El art. 26.2 del nuevo texto dispone que Auna ley establecerá garantías efectivas contra la
utilización abusiva, o contraria a la dignidad humana, de las informaciones relativas a las
personas y a las familias@.
El art. 35, sobre utilización de informática, declara que: A1. Todos los ciudadanos tienen
derecho de acceso a los datos informatizados que se refieran a ellos, pudiendo exigir su
rectificación o actualización, y el derecho de conocer la finalidad a la que se destinan, en los
términos de ley.
2. La ley define el concepto de datos personales, así como las condiciones aplicables a su
tratamiento automatizado, conexión, transmisión y utilización, y garantiza su protección,
particularmente a través de un entidad administrativa independiente.
3. La informática no puede ser utilizada para el tratamiento de datos referentes a las
convicciones filosóficas o políticas, filiación partidaria o sindical, fe religiosa, vida privada u
origen étnico, salvo con consentimiento expreso de su titular, autorización prevista por ley con
garantías de no discriminación o para el procesamiento de datos estadísticos que no sean
individualmente identificables.
4. Está prohibido el acceso a los datos personales de terceros, salvo en casos
excepcionales previstos por ley.
5. Está prohibida la atribución de un número nacional único a los ciudadanos.
6. Está garantizado a todos el acceso a las redes informáticas de uso público,
152
definiéndose por ley el régimen aplicable a los flujos de datos transfronterizos o las formas
adecuadas de protección de datos personales o de otro tipo cuya salvaguardia se justifique por
razones de interés público nacional.
7. Los datos personales que consten en ficheros manuales gozan de una protección
idéntica a la prevista en los números anteriores, en términos de ley@.
3.1.9.3. Las disposiciones del texto anterior a la reforma citada estaban reglamentadas
por la ley 10/91 del 9 de abril de 1991, sobre Protección de Datos frente a la Informática.
De acuerdo a la información proporcionada por la Comisaría de Protección de Datos, ya
se encuentra aprobado un nuevo proyecto de ley reglamentaria de la protección de datos
personales que va a someterse a la consideración de los grupos de interés antes de seguir su
trámite. No se prevé la aprobación de la nueva norma antes de fines de septiembre del año en
curso.
3.1.10. Otras
Contienen disposiciones relativas a la protección de datos, además de las analizadas
supra, las constituciones de los siguientes países: Albania, 1991, art. 15; Antigua, 1981, art. 12;
Azerbaiján, 1995, art. 32; Bahamas, 1973, art. 23; Bielorrusia, 1994, art. 34; Bosnia-
Herzegovina, 1992, art. 23; Botswana, 1966, art. 12; Bulgaria, 1991, art. 32; Cabo Verde,
1992, arts. 42 y 45.4; Croacia, 1990, art. 37; Dominica, 1978, art. 10; Eslovaquia, 1992, arts.
19, 22 y 26; Eslovenia, 1991, arts. 35 y 38; Estonia, 1992, art. 44; Fiji, 1990, art. 13; Gabón,
1991, art. 1, incs. 5 y 6; Gambia, 1970, art. 22; Granada, 1974, art. 10; Guatemala, 1985, arts.
24 y 31; Guyana, 1980, art. 146; Holanda, 1983, art. 10; Islas Salomón, 1977, art. 12;
Jamaica, 1962, art. 22; Kazakshstán, 1995, art. 18; Kenia, 1969, art. 79; Kiribati, 1979, art. 12;
Krajina, 1991, art. 19; Lituania, 1992, arts. 22 y 25; Macedonia, 1991, art. 18; Malawi, 1994,
art. 37; Malta, 1964 (ref. en 1992 y 1994), art. 41; Mauricio, 1968 (consolidada oficialmente
1981), art. 12; Moldovia, 1994, art. 34; Mongolia, 1992, art. 16; Montenegro, 1992, art. 31;
Nauru, 1968, art. 12; Nicaragua, 1987, art. 26; República Checa, Carta de Derechos
Fundamentales y Libertades (de rango constitucional) de 1992, art. 10; Rusia, 1993, art. 24;
San Christopher y Nevis, 1983, art. 12; San Vicente, 1979, art. 23; Santa Lucía, 1979, art. 10;
Serbia, 1990, art. 20; Sierra Leona, 1991, art. 25; Suazilandia, 1968, art. 12; Sudáfrica, 1996,
art. 32; Suecia, Ley sobre Formas de Gobierno, 1975, art. 3, y Ley de Libertad de Prensa, 1812,
art. 2; Tailandia, 1991, art. 48bis; Uganda, 1995, art. 41; Venezuela, 1961, incluido entre los
derechos no enumerados, art. 50; Uzbekistán, 1992, art. 30; Yugoslavia, 1992, art. 33; Zimbab-
we, 1979, art. 20.
(Continuará)
Mercedes de Urioste
153
TEXTOS ESCOGIDOS
154
actividad publicitaria.
En cuanto al modo, el principio general es que la publicidad debe ser identificable. Ello
significa, ante todo, que debe estar claramente separada del resto de la programación -tanto es
ilícita la publicidad clandestina, es decir, la mostrada subrepticiamente en el curso de un
programa, como la subliminal-. La identificabilidad determina, asimismo, las reglas relativas a
esa específica manifestación de actividad promocional que es el patrocinio de programas
(sponsorship): a) las empresas cuyos principales productos no pueden ser objeto de publicidad
televisiva no pueden patrocinar programas -ello equivaldría a admitir una forma de publicidad
indirecta-; b) los programas patrocinados no deben invitar a adquirir productos del
patrocinador; y c) el patrocinador no debe ejercer influencia sobre el contenido o la línea
editorial del programa patrocinado. Al respecto, el Convenio establece otros dos principios: la
publicidad ha de ser leal y veraz. La omisión de estos principios en la Directiva no significa que
no sean también regulados en su ámbito de aplicación: el primero, por obra de las normas
comunitarias generales sobre competencia desleal; el segundo, en virtud de otra directiva -
aprobada en 1984- tendiente a reprimir la publicidad engañosa en cualquier medio.
En lo que se refiere al tiempo, si bien ambos instrumentos imponen límites
particularmente complejos, la Directiva deja cierto margen a los Estados miembros para fijar
reglas menos estrictas para las transmisiones puramente internas. Se trata de normas relativas a
la inserción de la publicidad, a su duración y a su periodicidad. Así, queda regulado en qué
momento cabe insertarla -ciertos programas no pueden ser interrumpidos, o pueden serlo sólo
en determinados momentos-, cuál puede ser la duración máxima diaria del tiempo dedicado a la
publicidad, etc.
Con respecto al contenido, tanto el Convenio como la Directiva establecen tres tipos de
límites a la prublicidad televisiva: 1. no debe atentar contra determinados valores (respeto a la
dignidad humana; no discriminación por raza, sexo o nacionalidad; respeto a las creencias
religiosas o políticas, etc.); 2. está prohibida sobre determinados productos (tabaco) o
restringida (alcohol, medicamentos); y 3. la destinada a la infancia está fuertemente
condicionada (prohibición de explotar la inexperiencia o credulidad infantil, de incitar
directamente a la adquisición, etc.).
Es importante indicar que con fecha 31 de mayo de 1995, la Comisión de la Comunidad
Europea ha presentado una propuesta de revisión de la Directiva ATelevisión sin Fronteras@.
Dos aspectos de esta propuesta son de interés en esta sede: a) se prevé una regulación autónoma
del llamado teleshopping -a esta actividad promocional, intermedia entre la publicidad y la
venta, le serían aplicables tanto las reglas que garantizan la identificabilidad de la publicidad
como las normas comunitarias en materia de venta a distancia-; y b) se prevé la posibilidad de
que los Estados miembros impongan normas más estrictas a fin de lograr objetivos de política
lingüística y de pluralismo cultural -si bien esta posibilidad se refiere a las transmisiones de
televisión en su conjunto, tiene también influencia sobre la actividad publicitaria-.
2. Corrientes jurisprudenciales
)Qué derechos fundamentales cabe invocar frente a la regulación de la publicidad
televisiva? )Cuáles son, dicho de otro modo, los derechos que el legislador (nacional,
comunitario, internacional) de la publicidad televisiva debe respetar en todo caso?
En un plano meramente hipotético, varios son los derechos fundamentales que podrían
llegar a ser operativos en esta materia: la libertad de expresión e información y la libertad de
iniciativa económica y, como complemento de esta última, se podría añadir la garantía de la
propiedad privada.
Sin embargo, antes de examinar la concreta aplicabilidad de estos derechos a la
publicidad televisiva, es preciso dejar constancia de dos dificultades: por un lado, la relación
entre ésta y aquéllos no es sino una manifestación del problema más general de si la actividad
155
publicitaria, en cualquier medio, está cubierta por los derechos fundamentales y, por el otro, no
es fácil hallar en la jurisprudencia (nacional, comunitaria, internacional) muchas decisiones
relativas a la aplicabilidad de tales derechos a la publicidad televisiva -lo que no ocurre con la
publicidad en general, donde las resoluciones son abundantes-.
La primera ocasión en que la Suprema Corte de los Estados Unidos se enfrentó al
problema de esta relación fue en el caso Valentine vs. Chrestensen (1942) [v. investigaciones 1
(1996), pp. 39/40]; y lo hizo para negar que la actividad publicitaria estuviera de modo alguno
cubierta por la libertad de expresión e información, proclamada por la Enmienda I de la
Constitución.
Pasaron más de treinta años antes de que la jurisprudencia norteamericana cambiara de
actitud e inaugurara su doctrina conocida como comercial speech. Con la sentencia Virginia
State Board of Pharmacy vs. Virginia Citizens Consumer Council (1976) [v. investigaciones 1
(1997), pp. 65/67], dicha Suprema Corte sostuvo, por primera vez, que la publicidad, entendida
como invitación o propuesta de una transacción comercial, está incluida dentro de la libertad de
expresión; y ello, porque en una economía de mercado existe un interés constitucionalmente
digno de protección en que los ciudadanos estén bien informados sobre los bienes y servicios
que se ofrecen.
La Corte norteamericana señaló, asimismo, que el mensaje publicitario tiende a ser
objetivamente verificable, por lo que goza de menor protección que otras formas de expresión
(política, artística, etc.). La principal articulación de esta idea, que aún hoy encarna el criterio
básico en la materia, se dio con el fallo Central Hudson Gas & Electric Co. vs. Public Service
Commission (1980) [v. investigaciones 2 (1997), pp. 265/269]. La Suprema Corte afirmó que,
para la consecución de un interés público legítimo, el legislador puede imponer límites a la
publicidad siempre que los medios sean adecuados al fin y la restricción no vaya más allá de lo
necesario; es decir, la aplicabilidad de la libertad de expresión a la publicidad consiste,
simplemente, en que la ley respete el principio de proporcionalidad.
Esta tendencia a dotar a la publicidad de un bajo nivel de protección constitucional
culmina con la sentencia Posadas de Puerto Rico Associates vs. Tourism Company of Puerto
Rico (1986) (v. ídem, pp. 289/294), en la que la Corte indica que el legislador debe disfrutar de
un cierto margen de apreciación en cuanto a la selección del medio más adecuado para lograr el
interés público; y, en particular, resulta constitucionalmente admisible que, si el legislador
puede prohibir o restringir determinadas transacciones -en el caso se trataba del juego en los
casinos-, pueda también prohibir o restringir la publicidad sobre las mismas. Esta doctrina ha
sido confirmada luego, entre otras, en Board of Trustees vs. Fox (1989) (v. íd., pp. 294/297).
La doctrina del commercial speech ha sido recibida en Canadá a partir de la reforma
constitucional de 1982, la cual, separándose por primera vez de la tradición inglesa, introdujo
una Carta de Derechos. La experiencia canadiense es ilustrativa no sólo porque acepta sin
reservas que el mensaje publicitario es una forma de expresión, sino también por otros dos
motivos: a) porque la sección 1 de la Carta recoge una cláusula general sobre la incidencia del
legislador en los derechos fundamentales -similar a la que puede hallarse en varios preceptos de
la Convención Europea de Derechos Humanos- en virtud de la cual los derechos por ella
reconocidos están Asujetos sólo a aquellos limites razonables, prescritos por ley, que se pueden
demostrar como justificados en una sociedad libre y democrática@; b) porque la jurisprudencia
canadiense ha debido enfrentarse a algunas de las más espinosas cuestiones que la relación
entre la publicidad y derechos fundamentales puede suscitar, en especial, sobre el modo y el
contenido de aquélla.
Tres son las sentencias del Tribunal Supremo federal que merecen ser recordadas:
- Ford vs. Quebec (1988): tras afirmar por primera vez que el mensaje publicitario
constituía una forma de expresión, se examinó si la ley provincial de Quebec que prescribía la
exclusiva utilización de la lengua francesa en la publicidad respetaba los mencionados
156
requisitos generales de razonabilidad y proporcionalidad. El Tribunal sostuvo que, si bien la
promoción del francés es un objetivo legislativo legítimo, el medio seleccionado era despro-
porcionado: eran concebibles otros medios menos onerosos para los ciudadanos anglófonos.
- Irwin Toy vs. Quebec (1989): el Tribunal, en cambio, admitió la constitucionalidad de
una ley provincial de Quebec que prohíbe cualquier forma de publicidad dirigida a los menores
de trece años; y ello, porque este fin justifica una amplia discrecionalidad del legislador en
cuanto a la selección del medio.
- RJR-Mac Donald vs. Attorney General of Canada (1995): aquí el Tribunal hubo de
enfrentarse a una ley provincial de Quebec que establecía una prohibición absoluta de
publicidad de tabaco. Aun admitiendo que la protección de la salud es un fin legislativo
legítimo, la ley fue declarada inconstitucional, ya que tan drástica medida no estaría justificada
en una sociedad libre y democrática, especialmente cuando el consumo y comercio de tabaco
son lícitos.
En Europa, la idea de que la publicidad pueda estar cubierta por la libertad de expresión
e información ha sido tradicionalmente rechazada. La razón es similar a la sustentada en
EE.UU. antes de 1974: se trataría de un derecho fundamental destinado a hacer posible la
democracia, no los negocios. Sólo en Alemania es posible hallar algún atisbo de que la libertad
de expresión podría llegar a incluir la actividad publicitaria y no por su valor intrínseco, sino
únicamente en la medida en que pueda constituir un soporte económico necesario para la
autonomía de los medios de comunicación.
Sin entrar en un análisis pormenorizado de las distintas jurisprudencias europeas, basta
señalar la tendencia de fondo: la posibilidad de otorgar cierta protección constitucional a la
publicidad se ha canalizado, más que mediante la libertad de expresión e información, a través
de los derechos fundamentales de la libertad de empresa y propiedad privada. Ello ha
conducido, en sustancia, a tratar los límites legislativos a la publicidad mediante la técnica de la
ponderación de los intereses en juego.
España no representa una excepción a esta tendencia general. En la única ocasión en que
una invocación de esta naturaleza llegó al Tribunal Constitucional, éste la inadmitió mediante
auto de 17 de abril de 1989, por entender que la libertad de expresión e información protege la
formación de opiniones y el debate público, no la promoción de transacciones comerciales. Esta
decisión del tribunal español es importante porque ha dado lugar a que, por primera vez, la
Corte Europea de Derechos Humanos declare expresamente y sin matices que la publicidad es
una variedad de la expresión e información.
Mención aparte merece la jurisprudencia comunitaria en la materia. La principal
preocupación del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas ha sido asegurar que la
libertad de prestación de servicios fuera efectiva con respecto a las transmisiones televisivas;
sin olvidarse que uno de los mayores obstáculos para ello estribaba precisamente en la
publicidad, ya que algunos países (Bélgica, Holanda, etc.) mantenían una política de severa
restricción de la publicidad en televisión.
En una primera fase, el Tribunal de Justicia afirmó la aplicabilidad a las transmisiones
televisivas, incluida la publicidad, de la libertad de prestación de servicios y sentó algunas de
las reglas que luego serían recogidas en la Directiva ATelevisión sin Fronteras@: la libre
prestación de servicios no es aplicable a las transmisiones puramente internas; las restricciones
nacionales a la publicidad televisiva son válidas siempre que no discriminen por razón del lugar
de origen de los mensajes o la nacionalidad del anunciante; la excepción del orden público
nacional a la libre prestación de servicios no es utilizable para la consecución de fines
económicos (sentencias Procureur du Roi c. Marc Debauve -1980- y Bond van Adverteerders
c. Países Bajos -1988-).
En una segunda fase, no obstante, el Tribunal de Justicia debió ocuparse de problemas
que tocan más directamente al núcleo de la relación entre publicidad y derechos fundamentales.
157
Así, en el fallo Aragonesa de Publicidad c/ Departamento de Sanidad de la Generalidad de
Cataluña (1991), se estimó que la excepción de orden público justifica la prohibición impuesta
por la Comunidad Autónoma de Cataluña a la publicidad de bebidas alcohólicas a partir de una
determinada graduación.
Aquí se ve la mayor limitación del derecho comunitario a la hora de resolver problemas
que, cayendo dentro de su ámbito, inciden sobre la mentada relación: su único objetivo es
asegurar la libre prestación de servicios. Ello conduce a verdaderos callejones sin salida, cuyo
ejemplo más ilustrativo viene dado, probablemente, por la sentencia SPUC c. Grogan (1991).
Es el caso del aborto en Irlanda: un grupo de estudiantes irlandeses había hecho una campaña
de información, dentro de la universidad, sobre las clínicas del Reino Unido habilitadas para
practicar la interrupción voluntaria del embarazo; y, dado que el aborto es ilegal en Irlanda, esta
campaña fue detenida por una orden judicial. Ante la invocación de la libertad comunitaria de
prestación de servicios por parte de los estudiantes, el asunto llegó al Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas en vía prejudicial. Este admitió que, allí donde es legal, la práctica
médica del aborto constituye un servicio a efectos del derecho comunitario y, por tanto, es
susceptible de ser cubierta por la libertad de prestación de servicios; pero inmediatamente el
Tribunal señaló que, en este caso, no se había producido una violación de dicha libertad,
porque la relación de los anunciantes con las clínicas que prestaban el servicio era Ademasiado
tenue@. Los estudiantes, en otras palabras, no habían recibido encargo alguno de anunciar las
clínicas, ni mantenían relaciones comerciales o profesionales con éstas. De ahí que el Tribunal
de Justicia considerara que el caso no era relevante para el derecho comunitario y que, en
consecuencia, se negara a examinar la aplicabilidad del art. 10 de la Convención Europea de
Derechos Humanos. En resumen, el Tribunal de Justicia no amparó la libertad de expresión e
información de los estudiantes porque éstos carecían de ánimo de lucro y, en esa medida, el
asunto no podía ser enfocado desde la perspectiva de la libertad de prestación de servicios.
3. Problemas teóricos
La diferencia de los enfoques norteamericano y europeo puede ser sometida ahora a una
valoración crítica, comenzando por la generalizada reticencia tradicional a dotar a la publicidad
de protección a través de los derechos fundamentales -basta recordar las fechas de las primeras
resoluciones favorables a esta posibilidad: 1974 en los Estados Unidos y 1994 en Europa,
donde la primera inequívoca afirmación jurisprudencial procede de la Corte Europea de
Derechos Humanos-. La actitud tradicional se basa en una determinada visión de la libertad de
expresión e información, según la cual ésta es un instrumento imprescindible para la
participación política de los ciudadanos y, en definitiva, para el correcto funcionamiento de la
democracia. Este no es, sin embargo, el único argumento axiológico que justifica la libertad
mencionada, pues cabe identificar otros dos: la autorrealización personal y la libre circulación
de ideas y opiniones como único medio de aproximarse a la verdad -sobre la base de este último
argumento la Suprema Corte de Estados Unidos y, más tarde, la Corte Europea de Derechos
Humanos, han fundamentado la posibilidad de que la actividad publicitaria pueda ser
considerada como una forma de expresión e información-.
Con este cambio de orientación jurisprudencial se adoptó una concepción más compleja:
la libertad de expresión puede estar al servicio de fines distintos y, entre ellos, los que se sitúan
más allá del Estado para estar dentro del ámbito de la sociedad civil.
Cabe concluir, en que la opción por uno u otro de los derechos fundamentales tiene un
impacto práctico menor de lo que parece a primera vista, destacándose que, si en los Estados
Unidos y Canadá se ha optado por proteger la publicidad mediante la libertad de expresión e
información, a ello no es ajena la ausencia de un explícito reconocimiento constitucional de la
libertad de empresa. Algo similar ocurre en la Convención Europea de Derechos Humanos. Sin
embargo, la actitud norteamericana de fondo hacia la publicidad no es tan diferente de la
158
prevalente en Europa: se reconoce que es una forma de expresión e información y, en
consecuencia, merece cierta protección frente al legislador; pero inmediatamente se añade que
su nivel de protección no debe ser tan exigente como el de otras formas de expresión
(culturales, políticas, etc.), para acabar transformando esa protección en un juicio sobre la
proporcionalidad de las medidas legislativas que restringen la publicidad. Tal criterio de fondo
-aunque en algunos aspectos puede haber diferencias- es el que, sobre la base de la libertad de
empresa y otras libertades económicas (propiedad privada, libertad de prestación de servicios),
ha sido adoptado en Europa.
La aplicabilidad de ciertos derechos fundamentales a la publicidad no debería verse
enervada, en principio, a causa del medio a través del cual se comunica el mensaje publicitario.
El medio televisivo, no obstante, presenta algunos rasgos peculiares que podrían llegar a
justificar ciertas desviaciones con respecto al régimen general de la publicidad.
Una de las peculiaridades de la televisión radica en ser el principal medio de
comunicación de masas. Ello explica que cuanto afecta a la televisión suela ser visto como un
problema directamente relacionado con la titularidad y el ejercicio del poder. La revolución
tecnológica inherente a la transmisión vía satélite y, sobre todo, vía cable, ha despojado de
solidez al viejo argumento estatal en favor de una regulación rigurosa: la escasez de frecuencias
disponibles cuando el éter era la única vía de transmisión televisiva. Con todo, la sujeción de la
televisión a una regulación diferenciada y más estricta que la de otros medios sigue contando
con algunas buenas razones, que podrían resumirse con la fórmula norteamericana de la
extraordinaria intrusiveness de este medio de comunicación; es decir, la televisión posee una
capacidad de introducirse en los hogares y, por consiguiente, de influir sobre las personas que
carecen de los demás medios. De aquí surgen multitud de bien conocidos debates, que van
desde la influencia de la televisión en los índices de criminalidad hasta su papel en la formación
de los niños, pasando por su función en las campañas electorales. La publicidad televisiva no es
inmune a este argumento, que puede servir para justificar ciertas reglas más estrictas que las
aplicables a la publicidad en otros medios.
La especial dependencia financiera de los ingresos derivados de la publicidad, es otra de
las peculiaridades que presenta la televisión -aunque esta característica es más viable en las
cadenas privadas, progresivamente va siendo apreciable en la televisión pública-. Por ello, no es
aventurado sospechar que el principal agravio de las cadenas de televisión contra las
regulaciones europeas de la publicidad televisiva (Convenio y Directiva) viene dado por los
límites de tiempo y las normas de inserción de los mensajes publicitarios.
Pues bien, desde el punto de vista de la relación entre publicidad televisiva y derechos
fundamentales, éste es un problema extremadamente insidioso: por un lado, ofrece pocas dudas
que aquellas regulaciones que impidan a las cadenas de televisión obtener recursos suficientes
para su subsistencia y su correcto funcionamiento habrán de ser tachadas de desproporcionadas;
pero, por otro lado, si ello es así, cabe concluir que el núcleo de la cuestión ya no es si la
publicidad puede ser objeto de protección a través de los derechos fundamentales.
En definitiva, lo que está verdaderamente en juego aquí no es la libertad de los
anunciantes, sino la libertad del medio en que se anuncian: la televisión.
Nota de la Secretaría: con relación a la Directiva 89/552 ver sentencia del Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas, de fecha 9-7-1997, asuntos C-34/95, C-35/95 Y C-/36/95, Konsumen-
tombudsmannen (KO) c. De Agostini (Svenska) Förlag AB y TV-Shop i Sverige AB, en sección
Jurisprudencia, p. 24.
159
DOCUMENTOS
DECLARACION DE SANTIAGO, suscripta por los Jefes de Estado y Gobierno asistentes a la Segunda
Cumbre de las Américas, Santiago de Chile, celebrada con fecha 19-4-1998 (Internet).
160
REGLAMENTO DEL CONSEJO DE LA COMUNIDAD EUROPEA N° 1103/97 QUE ESTA-BLECE
DETERMINADAS DISPOSICIONES RELATIVAS A LA INTRODUCCION DEL EURO, 17-6-1997
(Revue de Sociétés, Dalloz, París, 1997, n° 3, p. 629).
161
NOTICIAS
ADOPCION (FRANCIA).
MONEGER, Françoise, ARegard critique sur la reforme de l'adoption@, en Revue de droit sanitaire et
social, Sirey, París, n° 1, enero-marzo de 1997, p. 1.
162
un solo instrumento jurídico, el conjunto de derechos garantizados en el texto inicial y los
previstos en el Protocolo adicional de 1988.
163
trabajo.
A fin de considerar los nuevos fenómenos de pobreza y de exclusión social encontrados
después de una decena de años, se ha incluido un derecho a la protección contra ambas
contingencias. Los Estados se comprometen a tomar medidas para promover el acceso efectivo,
especialmente al empleo, a la vivienda y a la formación, de las personas que se encuentran, o
corren el riesgo de estarlo, en situación de exclusión social o de pobreza.
Desde otro ángulo, se establece que el goce de los derechos de la Carta revisada no
puede estar sometido a ninguna discriminación (trasposición del art. 14 de la Convención
Europea de Derechos Humanos), aun cuando, según el anexo de la Carta, una diferencia de
trato fundada en un motivo objetivo y razonable no debe ser considerada discriminatoria (la
Corte Europea de Derechos Humanos ha sostenido que una prestación social relativa al régimen
de seguro por paro austríaco, que no alcanzaba a los trabajadores no austríacos, violaba los arts.
14 de la Convención y 1 del Protocolo n° 1).
Súmase a ello la igualdad de trato entre hombres y mujeres.
Asimismo: a) el empleo de mujeres para trabajos nocturnos en empresas industriales, que
según la Carta de 1961 debía ser reglamentado, fue modificado extendiendo la protección al
conjunto de los trabajadores y para ofrecer reglas de protección específicas de las mujeres
embarazadas; b) las medidas destinadas a facilitar el reagrupamiento de la familia del trabajador
migrante se aplican tanto a la esposa del trabajador migrante cuanto al esposo; c) los Estados se
comprometen a promover la sensibilización, la información y la prevención del acoso sexual en
los lugares de trabajo; d) se prevé el derecho a la dignidad del trabajo y en relación con el
trabajo; e) también los Estados se comprometen a tomar medidas que permitan a los
trabajadores con responsabilidades familiares, permancer y reingresar a la vida activa, mediante
el desarrollo o promoción de servicios de guarderías y de licencias parentales.
PETTITI, Christophe, ALa Charte Sociale Européenne révisée@, en Revue Trimestrielle des Droits de
l'Homme@, Ed. Bruylant, Bruselas, n° 29, enero 1997, pp. 3/16.
164
para todo el ámbito nacional, sin que ello signifique que no puedan crearse, en el futuro,
conforme a la experiencia, algunos defensores sectoriales, como por ejemplo el Defensor
Vecinal de la Municipalidad de Asunción.
En algunos países existen Ombudsman especializados que persiguen objetivos
específicos, como ser, la protección de los consumidores, la libertad de prensa, la igualdad entre
los sexos, la no discriminación étnica, la libre competencia, el control de las fuerzas armadas.
Estos defensores sectoriales tienen un ámbito de competencia específica, a diferencia de la
figura constitucional, de orden nacional, para un Estado unitario.
La ley será la que determine los deberes y atribuciones del Defensor del Pueblo,
estableciendo, a su vez, las prerrogativas e incompatibilidades, los procedimientos, los
defensores adjuntos, el ámbito de competencia, la tramitación de las quejas, las formas de las
recomendaciones y resoluciones, y otros aspectos para el mejor desempeño del cargo.
El art. 276 de la Constitución crea un órgano unipersonal y no uno colegiado. La función
del Defensor del Pueblo deberá ejercerla una persona, que reúna los mismos requisitos exigidos
para los diputados.
165
(BÉLGICA).
Revue critique de droit international privé, Sirey, París, tomo 86, n° 4, octubre-diciembre 1997, con
la traducción al francés de las dos leyes, pp. 859/873, y nota introductoria de LAGARDE, Paul, p. 858.
166
La ley del 10 de julio de 1996 abolió la pena de muerte (art. 2) y modificó las penas
criminales del siguiente modo:
- la pena de muerte se reemplaza por la reclusión o prisión perpetua;
- los trabajos forzados se reemplazan por la reclusión a 20 ó 30 años, de 15 a 20 años o
de 10 a 15 años; los trabajos forzados perpetuos son reemplazados por la reclusión de 20 a 30
años; los trabajos forzados à temps se reemplazan por la reclusión de 15 a 20 años o de 10 a 15
años;
- la prisión perpetua se reemplaza por la prisión de 20 a 30 años;
- Asimismo, se reemplaza la prisión à temps por la prisión de 15 a 20 años, de 10 a 15
años o de 5 a 10 años; los trabajos forzados de 15 a 20 años por la reclusión de 15 a 20 años; la
prisión extraordinaria por la prisión de 15 a 20 años; los trabajos forzados de 10 a 15 años por
la reclusión de 10 a 15 años; la prisión ordinaria de 10 a 15 años por la prisión de 10 a 15 años;
la reclusión à temps por la reclusión de 5 a 10 años; y la prisión ordinaria de 5 a 10 años por la
detención de 5 a 10 años.
Los arts. 4 a 23 de la ley hacen concordar a ésta con las antiguas disposiciones del
Código Penal.
El gobierno peruano promulgó, en fecha reciente, la ley que, mediante siete artículos,
modificó el texto de diversas normas del Código Penal e incorporó el Título XIV-A, referente a
los delitos contra la humanidad, el que fue dividido en tres capítulos: I. Genocidio (art. 319), II.
Desaparición forzada (art. 320), y III. Tortura (arts. 321 y 322).
167
tortura causa la muerte del agraviado o le produce lesión grave y el agente pudo prever este
resultado, la pena privativa de libertad será respectivamente no menor de ocho ni mayor de
veinte años, ni menor de seis ni mayor de doce años@.
Art. 322: AEl médico o cualquier profesional sanitario que cooperara en la perpetración
del delito señalado en el artículo anterior, será reprimido con la misma pena de los autores@.
REPUBLICA DEL PERU, ley n° 26.926, del 19-2-1998, texto remitido a este Tribunal por el
Embajador del Perú, Dr. Hugo de Zela.
168
Unidas relativos a derechos humanos).
1. Perfil
La constitución japonesa dispone que todo el poder judicial está investido en la Suprema
Corte y en los tribunales inferiores creados por la ley (art. 76, cl. 1). Por su parte, la Ley de
Organización de los Tribunales establece los siguientes tipos de tribunales de grado
decreciente, por debajo de dicha Corte: las Cámaras de Apelaciones, los Tribunales de Distrito,
los Tribunales de Familia, y las Summary Courts. Cada uno de ellos tiene la competencia que le
atribuye la ley.
La parte disconforme con la sentencia de un tribunal de primera instancia puede
interponer una apelación Koso ante un tribunal superior y posteriormente una apelación Jokoku
si sigue estando disconforme con la sentencia de segunda instancia. Cada tribunal dicta en
forma independiente una decisión y la conclusión a la que arriba un tribunal superior tiene
efecto vinculante para cualquier tribunal inferior que entienda en un caso.
2. La Suprema Corte
2.1. Función judicial
La Suprema Corte es el tribunal superior de la nación y está integrada por un Presidente
y 14 jueces. El emperador nombra formalmente Presidente a la persona que elige el Gabinete.
Los otros jueces son nombrados por el Gabinete y este nombramiento sólo es certificado por el
Emperador.
La Suprema Corte tiene competencia apelada para entender en las apelaciones Jokoku y
Kokoku, de acuerdo a la forma específicamente prevista en los códigos de procedimiento.
Además tiene competencia originaria y definitiva en los procesos relativos al juicio político de
los comisionados del National Personnel Authority.
En los casos civiles y administrativos, sólo pueden interponerse apelaciones Jokoku
fundadas en violaciones a la Constitución, en las graves contravenciones a las disposiciones
relativas al procedimiento previsto para los tribunales inferiores enumeradas en la ley de
procedimiento como fundamentos absolutos de este tipo de apelación, o en cualquier violación
a una ley u ordenanza que es manifiestamente importante para una sentencia.
En los casos penales, una apelación Jokoku sólo puede fundarse en cuestiones
constitucionales o en conflictos con los precedentes de la Suprema Corte o con los de las
Cámaras de Apelaciones.
La Suprema Corte funciona como Grand Bench -cuando intervienen todos los jueces-, o
Petty Benches, cada uno de los cuales está integrado por 5 jueces.
Los procedimientos de apelación ante la Suprema Corte comienzan con la presentación
del recurso escrito por la parte insatisfecha con la sentencia de un tribunal inferior
(normalmente, de las Cámaras de Apelaciones). Dado que la Suprema Corte tiene como
función primaria resolver cuestiones de derecho, adopta sus decisiones, como norma, habiendo
sólo examinado documentos (las expresiones de agravios y las constancias de las actuaciones
ante los tribunales inferiores).
Cuando una apelación es inadmisible, la Corte puede desestimar el recurso sin conducir
169
procedimientos orales; empero, si la encuentra admisible, dicta sentencia después de oír los
alegatos orales.
Cada uno de los casos apelados se asigna a uno de los tres Petty Benches, que lo
transfiere al Grand Bench, para su análisis y decisión, cuando encuentra comprometida una
cuestión constitucional.
3. Tribunales inferiores
3.1. Cámaras de Apelaciones
Las Cámaras de Apelaciones se encuentran en las 8 ciudades más importantes de Japón:
Tokio, Osaka, Nagoya, Hiroshima, Fukuoka, Sendai, Sapporo y Takamatsu. Cada una de dichas
cámaras tiene su propia jurisdicción territorial sobre una de las 8 partes en que se divide el país.
Algunas Cámaras tienen agencias o sucursales. Hoy el número total de agencias asciende a seis.
Cada Cámara de Apelaciones está integrada por el Presidente y otros jueces de cámara. Los
Presidentes son designados por el Gabinete y sus cargos tienen la suficiente jerarquía como
para ser certificados por el Emperador.
Como regla, una Cámara de Apelaciones tiene competencia para entender en las
apelaciones contra las sentencias dictadas por los Tribunales de Distrito o por los de Familia.
Sin embargo, las sentencias penales de las Summary Courts se apelan directamente ante las
Cámaras de Apelaciones, mientras que las civiles dictadas por esos mismos tribunales se
recurren en primer término ante los Tribunales de Distrito y, contra las decisiones de estos
170
últimos, se interpone una apelación Jokoku ante las Cámaras de Apelaciones.
Una Cámara de Apelaciones tiene competencia originaria en los casos administrativos en
materia de elecciones, insurrección, etc. Además, la Cámara de Tokio tiene competencia
originaria exclusiva para revisar las decisiones de agencias cuasi-judiciales como la Fair Trade
Commission y la Oficina de Patentes. Normalmente, los casos que tramitan ante una Cámara de
Apelaciones son resueltos por un panel de 3 de sus jueces. Sin embargo, los casos de insu-
rrección y la revisión de las decisiones de la Fair Trade Commission son resueltas por un panel
de 5 jueces.
4. Summary Courts
En Japón existen 438 de estos tribunales.
171
Las Summary Courts tienen competencia originaria para entender en los casos civiles en
que el monto reclamado no exceda los 900.000 yenes, y en los asuntos penales vinculados con
delitos que tengan prevista una pena de multa o un castigo más leve, y en otros delitos menores
tales como hurto o defraudación.
Las Summary Courts no pueden imponer penas de prisión o castigos más graves en las
causas ordinarias, aunque sí imponer pena de prisión con trabajos forzados que no exceda los
tres años en los casos de delitos especialmente mencionados en la ley. Cuando el Tribunal
considere apropiado imponer un castigo que exceda los límites, debe trasladar el caso al
Tribunal de Distrito.
Existen varios tipos de procedimientos para resolver en forma sumaria los juicios civiles
y penales que tramitan ante las Summary Courts: en relación a los civiles, la Corte puede, a
pedido de un acreedor monetario, dictar una orden de pago al deudor sin darle oportunidad de
ser oído; y en los penales, estos tribunales también pueden imponer multas que no excedan los
500.000 yenes mediante una revisión de los documentos, no importa cual sea el tipo de delito
de que se trate. Estos procesos sumarios, sin embargo, no privan al deudor ni al acusado de su
derecho a tener un juicio ordinario.
Las Summary Courts también conducen procesos de conciliación tendientes a ajustar las
disputas cotidianas de los ciudadanos en el área del derecho civil.
En los procesos de conciliación, la tasa de justicia es baja y el Comité de Conciliación,
integrado por un juez y por lo menos tres Comisionados de Conciliación, ayuda a las partes a
llegar a un acuerdo, escuchando atentamente los alegatos de las dos partes. Cuando se logra una
conciliación, se registran sus términos en un protocolo y el acuerdo pasa a tener los mismos
efectos que una sentencia definitiva.
Además de la forma escrita ante el tribunal, la solicitud de abrir un proceso de
conciliación también puede formularse verbalmente ante el Secretario del Tribunal, o a través
de los formularios que se encuentran a disposición en los tribunales. De esta forma, los
procesos de conciliación son más accesibles para los ciudadanos.
Los casos que tramitan ante una Summary Court son resueltos por un solo Juez de
Summary Court.
172
Las Cortes de Apelaciones son creadas por el Congreso Nacional, órgano que les fija la
jurisdicción y competencia; sin embargo, corresponde a la Corte, por disposición de sus
respectivas leyes, la determinación de la sede y jurisdicción de las Cortes de Apelación del
Trabajo y lo Contencioso Administrativo.
Cada Corte de Apelaciones se integra por tres Magistrados Propietarios y es regida por
un Presidente, que anualmente es reemplazado por otro miembro del tribunal de conformidad
con el orden de antigüedad.
Los Juzgados de Letras, según el art. 38 reformado de la Ley de Organización y
Atribuciones de los Tribunales, y las leyes especiales del Trabajo y Contencioso
Administrativo, son creados por la Corte Suprema de Justicia, la que también fija su jurisdic-
ción y competencia.
Cuando el volumen de trabajo de los Juzgados de Letras así lo aconseje, la Corte
Suprema de Justicia está autorizada para crear, con el voto de dos tercios de sus miembros, el
cargo de AJuez Supernumerario@. Este funcionario tiene la misma competencia, jurisdicción y
facultades que el Juez titular, sin restringir las de éste, siendo válidas, por consiguiente, las
resoluciones y actuaciones de toda índole que dicten y practiquen tanto el titular como el
ASupernumerario@. Estos juzgados pueden conocer de todas, algunas o sólo una de las materias,
como en el caso de los Juzgados de Menores, Familia, Trabajo y Contencioso Administrativo.
Por último, con relación a los Juzgados de Paz, habrá en cada cabecera municipal, cuya
población no exceda de cuatro mil habitantes, un Juez Propietario y un Suplente, duplicándose
este número en caso de superarse la mencionada población. La Municipalidad podrá sugerir a
la Corte Suprema, de haber un excesivo movimiento judicial, la conveniencia de crear un nuevo
juzgado, a efectos de que dicho Tribunal haga igual solicitud al Congreso Nacional. En
aquellos lugares donde hubieren dos o más Juzgados de Paz, podrá la Corte Suprema, con
informe de las municipalidades, dividir los Juzgados para lo Civil y para lo Criminal.
Gaceta Judicial, Corte Suprema de Justicia de Honduras, Tegucigalpa, n° 1287, 1996-1997, Sección
Quinta, p. 4.
Una ley del 30 de junio de 1996 modificó la del 3 de mayo de 1880 relativa a las
investigaciones parlamentarias y el art. 458 del Código Penal.
Las Cámaras ejercen el derecho de investigar previsto en el art. 56 de la Constitución.
Las investigaciones no sustituyen ni pueden obstaculizar las que realiza el Poder Judicial.
Se insiste en la obligación de mantener el secreto que tienen los miembros de las
comisiones.
La ley modifica también la disposición de la citada ley de 1880 relativa a las medidas de
instrucción que puede adoptar la Cámara o la Comisión investigadora.
173
NOVEDADES BIBLIOGRAFICAS
A) LIBROS
Después de una introducción general, la Obra desarrolla, en su primera parte, el Derecho del urbanismo:
los marcos de la intervención pública en materia de urbanismo; las reglas de la utilización de los suelos;
la intervención en los fundos de las colectividades públicas; las operaciones de ordenamiento urbano; y
el control de la utilización de los suelos. La segunda parte atañe al Derecho de la construcción: el
derecho común de la construcción; la locación de obra de los arquitectos y de los técnicos; la
responsabilidad contractual de los constructores; la responsabilidad delictual de los constructores; y el
derecho especial de la construcción, relacionado con una diversidad de contratos especiales (venta de
inmuebles a construir; contrato de promoción inmobiliaria; contrato de construcción de casas
individuales; sociedades de construcción, etc.).
BARRIUSO RUIZ, Carlos, Interacción del Derecho y la Información, Ed. Dykinson, Madrid,
1996, 346 pp.
Biblioteca Central: Q. 373.
El Autor estudia el universo de los ordenadores y de la cibernética, con el análisis de fuentes, métodos y
técnicas de la informática, proyectados al campo jurídico-social. A su vez, los analiza como objeto
mismo del derecho, constitutivos de la informática jurídica y del derecho informático. Por su parte,
sintetiza en sus cuatro capítulos la interacción del derecho y la informática, su naturaleza y sus
implicaciones, dirigida a una explicitación y comprensión del derecho informático y de la informática
jurídica, su futuro, y sus implicaciones. En su primer y segundo capítulo se contemplan las materias
integradoras y visión Lógico-Filosófica. El tercero analiza la informática como instrumento del derecho.
Y, por último, su capítulo cuarto estudia la informática como objeto del Derecho.
174
BELHASSEN, Patricia, La crémation: le cadavre et la loi, Ed. LGDJ, París, 1997, 155 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
El Libro contiene un estudio del ritual de la cremación a través de sus aspectos jurídicos, históricos y
antropológicos, a fin de permitir una comprensión y un consenso en delicados problemas médicos,
éticos y políticos. AEl trato del cadáver no plantea una problemática sobre la muerte, sino sobre la vida@.
BIGOT, Christophe, Droit de la création publicitaire, Ed. LGJD, París, 1997, 388 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
La Obra se dirige al estudio del llamado blanqueo de capitales, mediante un análisis criminológico y
definición del blanqueo de capitales, y el análisis del objeto, acción típica, tipo subjetivo, error, tipos de
imperfecta realización y sujeto activo, relativos al delito de blanqueo de capitales. Ha sido considerado
tanto el ordenamiento jurídico español como el internacional.
BRIDGE, F.H.S., The Council of Europe, French-English legal dictionary, Ed. Consejo de
Europa, Estrasburgo, 1996, 316 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
175
BRÖHMER, Jürgen, State Immunity and the violation of human rights, Ed. Martinus Nijhoff
Publishers, Boston, 1996, 242 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
El campo de los derechos humanos ha sido una de las áreas más prominentes y dinámicas del derecho
internacional público en las últimas décadas. Al mismo tiempo, las normas sobre inmunidades estatales
también han sido objeto de cambios dinámicos. El principio de la inmunidad absoluta de los Estados
ante las jurisdicciones extranjeras ha sido reemplazado por un concepto restrictivo por el cual aquéllos
pueden ser procesados en determinadas circunstancias. Empero, la violación de derechos humanos
fundamentales por Estados extranjeros no ha recibido, todavía, un cambio semejante, y ello dificulta o
impide a las víctimas de dichas violaciones la obtención judicial de reparaciones según las leyes locales.
La Obra tiende a demostrar que las leyes internacionales no requieren, por sí mismas, la concesión de
inmunidades en dichos casos, y que éstas pueden contradecir las garantías de la Convención Europea de
Derechos Humanos. También es analizado el impacto de los normas de derechos humanos en el
concepto tradicional de la protección diplomática.
CAPELLA, Juan Ramón (Profesor de Filosofía del Derecho, Moral y Política - Universidad
de Barcelona), El aprendizaje del aprendizaje, Ed. Trotta, Madrid, 1995, 114 pp.
Biblioteca Central: Q. 371.
La estructura de la Obra comprende cuatro partes y doce capítulos. En su parte primera se estudian
aspectos básicos del aparato distributivo, incluyendo el estudio de la naturaleza de la distribución
comercial, los servicios prestados, la demanda de servicios (gasto comercializable, necesidades de
compra, la función del consumo, la gama de consumidores, etc.). La parte segunda analiza la oferta de
servicios comerciales e incluye, asimismo, el estudio de la evolución de las formas comerciales y su
tipología en diversos tipos de establecimientos, así como las formas comerciales sin establecimiento
(venta directa, automática, ambulante, entre otras). La tercera parte concierne a la organización del
sistema de distribución comercial. En ésta se estudian los canales comerciales, la organización espacial y
la distribución física y sus aspectos logísticos. Su parte cuarta está dedicada al estudio de la competencia
y la política de comercio interior. Se analizan los sistemas de competencia en precios, calidades,
servicios, tecnología, etc.; la evolución histórica y la situación actual de la distribución comercial en
España así como el marco competitivo de la Unión Europea. Finalmente, se consideran los principales
objetivos e instrumentos de la política sectorial y las medidas desarrolladas en España y en otros países
europeos.
176
CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES, La financiación de los partidos
políticos (debate celebrado en dicho Centro de Estudios), 1994, 118 pp.
Biblioteca Central: F. 3296.
CHAPUS, René (Profesor - Universidad Panthéon Assas), Droit administratif général, Ed.
Montchrestien, París, 1997, t.1, 1283 pp., t. 2, 749 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
Obra general sobre derecho administrativo. Tomo 1: Primera parte: Las fuentes del derecho
administrativo. Segunda parte: La organización administrativa. Tercera parte: La actividad
administrativa. Cuarta parte: La justicia administrativa. Quinta parte: El régimen de los actos
administrativos. Sexta parte: La responsabilidad del poder público. Tomo 2: Primera parte: La función
pública. Segunda parte: El dominio de las personas públicas. Tercera parte: Las obras públicas. Cuarta
parte: La expropiación por causa de utilidad pública.
La Obra ofrece algunos elementos de juicio para abordar una de las cuestiones que definen los retos a
los que se enfrenta el orden internacional surgido a raíz de los acontecimientos desencadenados a partir
de 1989. La Autora, partiendo del principio de no intervención en Derecho Internacional, efectúa un
análisis de los conceptos Aasistencia humanitaria@, Aintervención humanitaria@ y Adeber de injerencia@. La
monografía termina analizando la situación actual a raíz de conflictos, como el del Kurdistán, el de la
ex-Yugoslavia, la experiencia de Somalia, el caso ruandés y el futuro de la intervención humanitaria.
177
Europa, Estrasburgo, 1996, 153 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
Actas del Seminario UniDem (Sofía, 14 al 16 de octubre de 1993), relativas a: ALa base constitucional
del sistema económico durante el período de transición de la economía planificada a una de mercado@;
ALos problemas jurídicos de la restitución de bienes@; ALos aspectos jurídicos de la privatización@; ALas
bases constitucionales y los principios generales de la legislación fiscal@.
Actas del Seminario UniDem (Brioni, Croacia, 23 al 25 de septiembre de 1995), relativas a: ALos
derechos invocables en los recursos constitucionales@; ALos procedimientos de protección de los
derechos fundamentales, diferentes del recurso constitucional@; ALas condiciones de procedencia de los
recursos constitucionales y los mecanismos tendientes a evitar una carga excesiva de la Corte@;
ARecursos y efectos de las decisiones dictadas en los procesos de recursos constitucionales@. Asimismo,
contiene determinadas contribuciones relativas a la protección de los derechos fundamentales en la
práctica de las Cortes de Eslovenia, Canadá y Rusia.
Actas del Seminario UniDem (Moscú, 18 y 19 de febrero de 1993). Las materias tratadas son: Alas bases
constitucionales de la organización económica@; Aaspectos sociales de la propiedad@; Ala libertad de la
actividad económica@ y Ael rol de la Corte Constitucional en el campo económico@.
Actas del Seminario UniDem (Bucarest, 8 al 10 de junio de 1994), sobre: AEl rol y las competencias de
la Corte Constitucional@; AOrganización, funcionamiento y práctica de la Corte Constitucional@; ALos
actos de la Corte Constitucional y sus consecuencias@; ALas relaciones entre la Corte Constitucional y
los tribunales ordinarios y otras autoridades públicas@.
178
Europa, Estrasburgo, 1994, 119 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
Actas del Seminario UniDem (Varsovia, 19 al 21 de mayo de 1993), relativas a: ALa ejecución de los
acuerdos internacionales en materia de derechos del hombre en el sistema jurídico nacional@ y en
Polonia.
Actas del 2° Simposio del Consejo de Europa sobre bioética (Estrasburgo, 30 de noviembre al 2 de
diciembre de 1993); las principales materias son: AGenética a nivel de la población@; )Consenso sobre
una ética de la genética humana?; AEl genoma humano es patentable?@: ACuestiones de confidencialidad
en genética médica@; Cuestiones de derechos humanos en la investigación en genética médica@; ALa
búsqueda de un equilibrio entre el derecho de las personas a tomar decisiones autónomas y las
necesidades de reglamentación de la sociedad@.
179
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
CONSEJO DE EUROPA, Les droits de l'enfant. Une perspective européenne, Ed. Consejo de
Europa, Estrasburgo, 1996, 569 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
La Obra refleja la extraordinaria riqueza de los instrumentos jurídicos relativos a los niños elaborados
por el Consejo de Europa y se encuentra destinada al público interesado en los problemas del niño,
particularmente a quienes deben tomar decisiones políticas.
Se trata de un glosario que compila la terminología demográfica, no sólo en el sentido estricto de este
último término, pues comprende aspectos de la estadística, migraciones y nuevas técnicas médicas, entre
otros.
COT, Jean Pierre y PELLET, Alain (Directores), La Charte des Nations Unies, Ed.
Económica, París, 1991, 1571 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
La Obra, que reúne la colaboración de 82 autores -de cultura jurídica Alatina@- y un prefacio de Javier
Pérez de Cuéllar, contiene un comentario, artículo por artículo, de la Carta de las Naciones Unidas, con
referencias a numerosas convenciones y resoluciones de dicha institución internacional, así como a
jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia, el Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas y el Tribunal Administrativo de las Naciones Unidas.
El Autor considera el lugar del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas en el sistema
institucional europeo (composición, funcionamiento y atribuciones), la constitucionalización del orden
jurídico comunitario (efecto directo y primacía del derecho comunitario y la protección de los derechos
humanos) y el rol del Tribunal en la dinámica de la integración.
DENIZEAU, Charlotte, Existe-t-il un bloc de constitutionnalité?, Ed. LGDJ, París, 1997, 152
pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
180
La Obra se introduce, mediante diversos interrogantes, en el contenido y sentido de una expresión que
ha obtenido una aceptación generalizada, Abloque de constitucionalidad@: )@De dónde proviene la
expresión bloque de constitucionalidad?@; )Qué contendría el bloque de constitucionalidad?@; y A)Cuál
es el futuro del bloque?@.
Actas del coloquio organizado con motivo del 50 aniversario del Proceso de Nuremberg, por el PRL
FDF del Senado francés, relativo al tema de la justicia internacional: ADe Nuremberg a La Haya y
Arusha@; AVerdad, justicia y reconciliación@; ALas víctimas ante la justicia@; y ACompetencia universal y
Tribunales penales internacionales@.
A partir de la distinción central y clásica entre hechos del Estado y hechos de los particulares, distinción
seguida y clarificada por la Comisión de derecho internacional de las Naciones Unidas, la Obra se
articula en redor de tres temáticas relativas a la responsabilidad del Estado por violación de sus
compromisos internacionales en materia de derechos humanos: el hecho del Estado (I), los actos de los
particulares (II), y la imputación a un Estado de los actos provenientes de otros Estados o de
organizaciones internacionales (III).
Los ensayos reunidos en la Obra son el producto final de un proyecto de investigación organizado por la
Oficina Nacional de Investigación Económica de Chicago. Se estudian temas relacionados con la
Amacroeconomía del populismo@, la economía política del Apopulismo latinoamericano@, el populismo, el
despilfarro, la redistribución, y la experiencia de algunos países como Argentina, Brasil, Chile, México,
Perú, Nicaragua y Colombia.
La Obra tiene como finalidad Arecordar el objeto de la seguridad social y sus principios fundadores, los
propósitos que le son impartidos, precisando su organización, sus prestaciones y el financiamiento,
subrayando la incidencia de las reformas en curso en Francia, y evocando la profunda originalidad desde
el punto de vista jurídico@. Sus partes son: AIntroducción a los grandes problemas de la seguridad
social@; ALa seguridad social propiamente dicha: los regímenes legales@ (que incluye la reparación y
181
prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, las prestaciones de
enfermedad, maternidad, invalidez, vejez, viudez; las asignaciones familiares etc.; así como la
organización administrativa de los regímenes); ALos esfuerzos complementarios@ (v.gr. la ayuda social,
la prestación por paro, etc.).
Se trata de una selección y comentario de 50 decisiones del Consejo Constitucional francés, sobre una
variada problemática propia de la competencia de dicho órgano: libertad de asociación, interrupción
voluntaria del embarazo, el AParlamento@ europeo, requisa de vehículos, libertad de enseñanza,
seguridad y libertad, nacionalización, empresas de prensa, privatizaciones, bioética, actos
administrativos, contencioso electoral, etc.
La Obra se centra en la reforma del sistema resarcitorio de los daños corporales derivados de la
conducción de vehículos a motor, en la ley española 30/1995, que estableció un sistema vinculante de
valoración y resarcimiento de los aludidos daños y perjuicios.
La Autora desarrolla los siguientes temas: las tarjetas como medio de pago; la caracterización de las
tarjetas; la tarjeta de crédito; la tarjeta de débito; los establecimientos adheridos al sistema de pago; el
pago mediante tarjeta de crédito o débito; la tarjeta de compra; y la conflictividad de las tarjetas.
La Obra se centra en la presentación del Tratado AComunidad Europea@ y se divide en dos partes: Parte
primera. Derecho institucional: la autoridad comunitaria de direccción y decisión, el sistema judicial y la
especificidad del orden jurídico comunitario. Parte segunda. Derecho material: la libertad de
circulación, la reglamentación de la competencia, las políticas (la transferencia de competencias
nacionales, etc.).
182
GONZALEZ ENCINAR, J. Juan, La televisión pública en la Unión Europea, Ed. McGraw-
Hill, Madrid, 1996, 250 pp.
Biblioteca Central: A. 1563.
La Obra se inicia con el estudio del Derecho Comunitario y la televisión. A partir de allí, se trata la
política audiovisual de la Comunidad Europea, el Convenio del Consejo de Europa sobre ATelevisión
Transfronteriza@ y el artículo 10 de la Convención Europea de Derechos Humanos. Contiene, asimismo,
un análisis comparativo de la televisión pública en diversos países (Reino Unido, Alemania, Austria,
Francia, Italia y España).
La Obra resulta un estudio comparatista del derecho constitucional y la teoría del derecho en el marco
de Europa occidental: Primera parte. La Constitución del Estado: La Constitución de un Estado limitado
(limitaciones provenientes del derecho interno: el Estado de derecho constitucional; limitaciones
provenientes del derecho internacional: )la aparición de una constitución europea?); La Constitución de
un Estado acabado: derechos fundamentales y democracia (el Estado y el individuo: los derechos
fundamentales; el Estado y la sociedad política: la democracia); La Constitución de un Estado en
situación: el marco territorial (las grandes opciones: unidad o división territorial; la fluctuación de las
clasificaciones). Segunda parte. Las Instituciones del Estado: La división del poder (el principio de
separación de poderes y su recepción en Europa); La democratización del poder (el triunfo de la
legitimidad democrática; las implicancias institucionales); La racionalización del poder (la
racionalización del control; la racionalización de la acción).
HAMPSHER-MONK, Iain, Historia del pensamiento político moderno, Ed. Ariel Ciencia
Política, Barcelona, 1996, 682 pp.
Biblioteca Central: F. 3316.
La Obra intenta reflejar el estado actual del trabajo especializado sobre diversos pensadores. El apartado
dedicado a Thomas Hobbes analiza la naturaleza de la realidad y los métodos de la ciencia, la condición
natural de la humanidad y el debate acerca de la naturaleza de la obligación; de John Locke estudia
temas referentes a los derechos individuales y el derecho político, las limitaciones de poderes y el
derecho de resistencia; de David Hume los supuestos metodológicos y los límites del entendimiento y la
historia de la moralidad; de Jean-Jacques Rousseau el discurso sobre las artes y las ciencias, los orígenes
de la desigualdad, las posibilidades para la libertad y el contrato social; de Edmund Burke las
reflexiones de la revolución francesa; de Jeremy Bentham los denominados método crítico y premisa
básica y el alegato utilitarista en favor del gobierno democrático; de John Stuart Mill el utilitarismo y las
influencias intelectuales que lo contradicen; de G. W. F. Hegel la ilustración alemana y las primeras
influencias, el derecho abstracto, la moralidad, la cultura ética, el Estado y las historia del mundo como
la historia de la libertad; de Karl Marx el capitalismo, la teoría social, la táctica revolucionaria y el
Estado y el capital.
HANDOLL, John, Free movement of persons in the EU, Ed. Willey, Inglaterra, 1995, 726 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
183
El Tratado de Maastricht de la Unión Europea introdujo el concepto de ciudadano europeo con derecho
a moverse y residir líbremente dentro del territorio de los Estados miembros, debilitando las bases
tradicionales del derecho al libre movimiento dispensado a las personas con fundamento en
determinados nexos relativos a la integración económica. La Obra aborda la libertad de movimiento de
las personas a la luz de los tratados de la Comunidad Europea y del Tratado de Maastricht, y examina
diversas normas en el contexto de la estructura constitucional de la Unión Europea, el mercado interno y
la ciudadanía europea. También es estudiada la posición de los nacionales de los países terceros:
libertad de movimiento bajo los acuerdos internacionales, las reglas de inmigración de la Unión
Europea, visas, asilo, etc.
HEINZE, Eric, Sexual Orientation: A Human Right, Ed. Martinus Nijhoff Publishers, Boston,
416 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
El Autor examina la orientación sexual desde el punto de vista de las normas internacionales sobre
derechos humanos. Analiza el derecho de no discriminación, sobre la base de la orientación sexual,
vinculándolo con la privacidad, la igualdad, la libertad de expresión y asociación, los derechos
laborales, etc.; al tiempo que plantea cuestiones atinentes al relativismo cultural, la religión, la ciencia
social y la teoría jurídica.
HIGUERA GUIMERA, J. Felipe, Curso de Derecho Penal Militar Español, Ed. Bosch,
Barcelona, 1990, 596 pp.
Biblioteca Central: K. 46.
La Obra se ordena en tres partes: I. AIntroducción al Derecho Penal Militar español@, donde se analiza,
entre otros temas, la misión y posición institucional de las fuerzas armadas, en relación a la Constitución
española de 1978; los principios de la especialidad y la complementariedad de dicho derecho; su
diferenciación con el Derecho Penal común y el Derecho Disciplinario Militar; su jurisdicción en el
Derecho Comparado; sus fuentes, etc.; II. ATeoría jurídica del delito militar@, en la que se abordan el
concepto de delito militar, tipicidad, antijuricidad, autoría, participación, culpabilidad, punibilidad y
concurso de delitos en el Código Penal Militar español; y III. ALas consecuencias jurídicas del delito
184
militar@, que comprende el sistema de penas, su medición, la suspensión de la condena y la
rehabilitación en el Derecho Penal Militar, y el derecho penitenciario militar, la extinción de la
responsabilidad penal y la responsabilidad civil subsidiaria del Estado.
La Obra recoge las exposiciones realizadas en el Primer Seminario de Derecho Procesal Internacional y
Comunitario del Mercosur (Montevideo, 1995-1996). En este sentido, contiene diversos estudios
doctrinarios referentes a los siguientes temas: expansión y cambio en el derecho, incidencia de la
integración en el derecho constitucional y en el procesal-comunitario, jurisdicción internacional,
solución de controversias en el Mercosur, asistencia judicial internacional (en materia cautelar, penal,
obligaciones alimentarias), restitución internacional de menores, cooperación jurídica internacional,
eficacia de las sentencias y laudos arbitrales extranjeros, Corte y Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y justicia transnacional.
LAMO RUBIO, J. (Secretario Judicial), El Código Penal de 1995 y su ejecución, Ed. Bosch,
Barcelona, 1997, 772 pp.
Biblioteca Central: J. 2861.
La Obra realiza un estudio del Código Penal desde la perspectiva de la ejecución penal, con una
sistemática que gira, fundamentalmente en torno de las siguientes ideas: a) la consideración del eventual
contenido de los títulos de ejecución penal (penas, medidas de seguridad, consecuencias accesorias,
responsabilidad civil y costas), con especial énfasis en el análisis de las múltiples novedades que, en
relación con las consecuencias jurídicas de los ilícitos penales, se introducen en el nuevo texto penal; b)
la vida y dinámica de las ejecutorias penales, en su práctica cotidiana ante los órganos judiciales; y c) la
aportación y comentario de una variada selección de resoluciones que permiten un contacto más directo
con la realidad jurídica.
185
La Obra contiene un índice del Código Civil peruano, que cuenta con aproximadamente doce mil
entradas, esto es, un promedio de seis entradas por cada artículo.
LOPEZ VILLEGAS, Eduardo, El Café, Derecho Especial, Ed. Diké, Medellín, 1998, 454
pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
El Autor, Asesor de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, efectúa una compilación de las
normas jurídicas que regulan las instituciones y las actividades económicas en torno del café
(parafiscalidad, regulación cambiaria, transporte y aduana, la llamada trilla, toscación y almacenamiento
y lo referente a la propiedad intelectual relativa al comercio).
La Obra aborda los aspectos jurídicos e institucionales más importantes sobre la lucha contra la
corrupción en el ámbito interamericano. En este sentido, su objeto central es la Convención
Interamericana Contra la Corrupción, adoptada en el marco de la Conferencia Especializada sobre el
Proyecto de Convención Interamericana Contra la Corrupción realizada en la Ciudad de Caracas (29 de
marzo de 1996). Entre otros temas, se estudian las medidas preventivas, el ámbito de aplicación, la
jurisdicción, los actos de corrupción, la legislación interna, el soborno transnacional, el enriquecimiento
ilícito, la extradición, la asistencia y cooperación y el secreto bancario.
186
Obra partiendo del análisis de la teoría del contrato social y neocontractualismo, pasando por el estudio
de la reconstrucción contractual-consensual de la libertad, el origen, crítica y sentido de la discusión
comunitarista, la pragmatización del proyecto liberal y el modelo de democracia constitucional;
finalizando con un examen de la justicia como pedagogía ciudadana y la democracia consensual.
El Autor efectúa un estudio sobre la Ley Orgánica 5/1992 (referente a la regulación del tratamiento
automatizado de datos de carácter personal). En este sentido, estructura la Obra en diez capítulos:
introducción (I), determinación del bien jurídico protegido (II), el rango normativo de la LORTAD (Ley
Orgánica de Regulación de Tratamiento Automatizado de Datos) y su ámbito de aplicación (III y V), el
principio inspirador de la regulación (IV), el derecho a la autodeterminación informativa, los elementos
subjetivos y su contenido (VI), el régimen de los ficheros tanto públicos como privados (VII), la
estructura, funciones y potestades de la Agencia de Protección de Datos y su vinculación con las
comunidades autónomas (VIII y IX) y, por último, el derecho transitorio (X).
MOLINA DEL POZO, Carlos Francisco (Catedrático Europeo Jean Monnet de Derecho
Comunitario; Director del Centro de Estudios Europeos - Universidad de Alcalá de Henares),
Manual de Derecho de la Comunidad Europea, Ed. Trivium, Madrid, 1997, 953 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
Se trata de la tercera edición y puesta al día del Manual: I. Génesis e historia de las Comunidades
Europeas; II. Naturaleza jurídica y competencias de la Comunidad Europea (CE); III. La ciudadanía
europea; IV. El sistema institucional de la CE; V. Manifestaciones externas de la actuación de la CE; VI.
El ordenamiento jurídico de la CE; VII La unión económica y monetaria; VIII. Las libertades
comunitarias; IX. Las políticas sectoriales; X. La política exterior y de seguridad común; XI. La
cooperación en los ámbitos de la justicia y de los asuntos del interior; y XII. La aplicación del derecho
comunitario en España.
MONTES, Pedro, El desorden neoliberal, Ed. Trotta, Madrid, 1996, 206 pp.
Biblioteca Central: I. 739.
La Obra tiene como objetivo ofrecer una versión crítica del neoliberalismo y poner de relieve su
incapacidad para dar respuesta a los problemas de los países y la economía internacional. A tal fin, se ha
dividido en tres partes: AEl neoliberalismo en escena@, AEl neoliberalismo en acción@, y ALas
consecuencias del neoliberalismo@.
En vísperas del nonagésimo aniversario de la Suprema Corte de Justicia del Uruguay, la Obra se
propone divulgar la actividad judicial en dicho país, a través de los Libros de Acuerdos de la Corte, que
187
retratan la vida judicial desde la época colonial hasta nuestros días.
El Autor estudia, sucesivamente, los datos de base de los regímenes políticos, los grandes regímenes
extranjeros, la historia constitucional francesa y los desarrollos de la Va. República: Primera parte.
Teoría y práctica de los regímenes políticos (los datos esenciales de los regímenes contemporáneos; el
funcionamiento de los regímenes extranjeros contemporáneos). Segunda parte. Teoría y práctica de los
regímenes franceses (las instituciones francesas de 1789 a 1958; las instituciones de la Va. República).
PANCRACIO, Jean-Paul, Droit international des espaces, Ed. A. Colin, París, 1997, 281 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
La Obra estudia el Derecho Internacional Público que rige los espacios terrestres de los Estados, los ríos
internacionales, la Antártida, los espacios aéreos y extra atmosféricos, los estrechos y canales
internacionales, los espacios marítimos, sea considerados como campos de determinación y protección
de los Estados, sea como campos de comunicaciones entre éstos y como dominios de explotación de los
recursos naturales. Una de sus partes, está dedicada al Arégimen de la cuenca amazónica y a la presa
internacional de Itaipú en la cuenca del Río de la Plata@.
PARERAS, Luis G., Internet y Derecho, Ed. Masson, Barcelona, 1997, 388 pp.
Biblioteca Central: Q. 376.
AGuía de referencia para el aprovechamiento máximo de los recursos de derecho en Internet@. Posee,
además de una introducción para entender el funcionamiento de la red, conocimientos de correo
electrónico, telefonía y videoconferencia, sistemas de trabajo en grupo, newsgroups, transferencia de
archivos, sistemas de búsqueda y páginas amarillas. Por otra parte, contiene direcciones de asociaciones,
organizaciones, universidades, centros docentes, revistas jurídicas, noticias en derecho, entre otras.
En sus siete capítulos la Obra, entre otros temas, el concepto de Derecho Internacional Público y su
necesidad de una triple aproximación (técnico-jurídica, metafísica e histórico-sociológica); sus fuentes;
su relación con los derechos internos y la aplicación tanto del derecho internacional por los órganos
internos, como así también la aplicación del derecho interno por los órganos internacionales; el
individuo en el Derecho Internacional (subjetividad activa y pasiva del individuo, protección
internacional de los derechos humanos, régimen de extranjería, derecho de asilo, protección de
refugiados y protección diplomática de los particulares); los pueblos ante el Derecho Internacional y el
principio de libre determinación; el Estado como sujeto de Derecho Internacional, su competencia, los
órganos encargados de las relaciones internacionales, el hecho ilícito internacional del Estado, sus
sanciones, la solución pacífica de controversias internacionales y la guerra; las organizaciones
188
internacionales y la cooperación internacional institucionalizada (organizaciones internacionales en el
ámbito universal y no universal o de participación limitada).
PECES BARBA, Gregorio, Introducción a la Filosofía del Derecho, Ed. Debate, Madrid,
1994, 370 pp.
Biblioteca Central: P. 965.
La Obra se organiza en dos partes: I. ASobre el derecho@ (primera aproximación a la realidad del
derecho; derecho y poder; derecho y realidad social; el ordenamiento jurídico y el concepto del derecho;
y el derecho y las restantes formas de normatividad social: especial referencia a la moral). II. ASobre la
Filosofía del Derecho@ (la situación de la ciencia jurídica en la actualidad, concepto y ramas; la
necesidad y la justificación de la Filosofía del Derecho: crítica de la dogmática jurídica; los modelos del
pensamiento en la cultura jurídica: Iusnaturalismo e Historicismo; los temas de la Filosofía del Derecho;
la teoría del derecho; la teoría de la ciencia jurídica; y la teoría de la justicia: el derecho natural y los
derechos fundamentales).
La Obra está orientada al desarrollo de la fórmula expresada por la Corte Europea de Derechos
Humanos: Ala justicia no debe detenerse en la puerta de las prisiones@. Sus capítulos abarcan: las
corrientes de pensamiento fundadoras de la política penitenciaria; las exigencias europeas protectoras de
los Derechos del Hombre detenido; la prisión, institución social; purgar una pena; derechos del hombre
y seguridad pública; el dispositivo social de ayuda a la reinserción; y la individualización de la ejecución
de la pena.
El Autor desarrolla los conceptos previos del Derecho de Reunión y Manifestación, su evolución
histórica, los límites y garantías de su ejercicio, la protección administrativa y la evolución práctica de
dicho derecho en España. Asimismo, un capítulo está dedicado a la legislación comparada sobre el tema
(Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Reino Unido, Portugal, Suecia, Estados Unidos de norteamérica,
Australia y México).
Los Autores han seleccionado y comentado numerosas decisiones provenientes de diversos órganos
franceses: Sala Criminal de la Corte de Casación, Consejo Constitucional y Consejo de Estado,
clasificados según las materias que consideran: Primera parte, AFuentes del Derecho Penal@ (principio de
189
legalidad, tratados internacionales, contravenciones, Convención Europea de Derechos Humanos, actos
administrativos -desviación de poder, legalidad, incompetencia, etc.-, aplicación de la ley penal en el
espacio y el tiempo, ley penal más benigna, interpretación, extradición, etc.); Segunda parte, ALa
infracción@, Título 1, ACondiciones de existencia de la infracción@ (calificación, legítima defensa, estado
de necesidad, omisiones, infracciones instantáneas y continuas, tentativa, etc.), Título 2, AAutores de la
infracción@ (complicidad, hechos de terceros, personas morales, faltas contravencionales y penales,
minoridad, error de hecho y de derecho, etc.).
En numerosos países, para enfrentar situaciones de excepción, los gobiernos recurren al estado de
excepción y suspenden la aplicación de las leyes que protegen las libertades. Las Naciones Unidas
solicitaron al Relator especial de derechos humanos y estados de excepción -Leandro Despouy- el
estudio de la incidencia de las situaciones de excepción sobre los derechos humanos -en especial los
derechos insusceptibles de derogación-, y la identificación de los derechos y procedimientos intangibles
según el desarrollo actual y la evolución posible en el plano interno e internacional de las normas y la
jurisprudencia. La Obra contiene numerosos artículos de diferentes autores, presentados en versión
francesa e inglesa, sobre: temas de alcance universal y derechos intangibles; instrumentos
internacionales que prevén el derecho de derogación; instrumentos internacionales que no prevén el
derecho de derogación; algunas nuevas ideas respecto de los derechos colectivos. En los anexos pueden
consultarse diversas resoluciones de la Sub Comisión de lucha contra las medidas discriminatorias y la
protección de las minorías de la Naciones Unidas, entre otros documentos.
La Obra presenta las fuentes y los principios del derecho del medio ambiente, la administración del
medio ambiente, las reglas jurídicas de la preservación y gestión, los medios jurídicos de protección de
los ecosistemas sensibles, las relaciones entre la agricultura y el medio ambiente, el derecho de las
instalaciones clasificadas, los problemas jurídicos de la lucha contra la polución del aire, del agua y de
los suelos, el régimen jurídico de los desechos y del ruido, y las reglas de protección del paisaje.
RUDLOFF, Séverine, Droit et libertés de l=avocat dans la Convention Européenne des droits
de l=homme, Ed. Bruylant, Bruselas, 1995, 191 pp.
Secretaría de Investigación de Derecho Comparado.
190
del abogado (libertad de expresión individual y colectiva). Segunda parte. Los derechos procesales del
abogado.
SALGUERO, Manuel, Libertad de cátedra y derechos de los centros educativos, Ed. Ariel,
Barcelona, 1997, 301 pp.
Biblioteca Central: F. 3318.
La Obra, en sus primeros tres capítulos, trata los precedentes filosófico-jurídicos e históricos de la
libertad de cátedra, su estatuto jurídico y los sujetos titulares del derecho. Los siguientes abarcan el
contenido y límites del ejercicio de la libertad de cátedra en la enseñanza secundaria y primaria, y los
signos de identidad de los centros de tal enseñanza.
SAURA, Luis Fernando (Profesor titular de Derecho Civil - Universidad Alicante), Uniones
libres y la configuración del nuevo derecho de familia, Ed. Tirant, Valencia, 1995, 157 pp.
Biblioteca Central: C. 3875.
La Obra aborda una serie de reflexiones sobre las uniones de hecho o extramatrimoniales. A tal fin, se
divide en siete capítulos: revisión histórica; indisolubilidad del matrimonio como materia de orden
público; indisolubilidad de las uniones de hecho; Constitución y matrimonio, Constitución y familia, y el
debate sobre la admisibilidad de la igualdad jurídica y de protección a las uniones matrimoniales y a las
de hecho, la jurisprudencia; la apertura hacia una regulación legal; y, finalmente, los efectos legales y
convencionales de la unión, en caso de ruptura de la pareja y en caso de fallecimiento de uno de los
miembros de la pareja.
La Obra se conforma en diez capítulos: I. ALa sociedad internacional@; II. AEl derecho internacional y su
doctrina desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVIII@; III. APrincipales acontecimientos políticos en
la primera mitad de siglo XIX@; IV. ALos fenómenos políticos en la segunda mitad del siglo XIX@; V.
ALa difícil transición al siglo XX y la construcción de una nueva sociedad de Estados (1890-1945)@; VI.
ALas organizaciones internacionales y su impacto en la política y en el derecho@; VII. ALa carta de las
Naciones Unidas y su contenido jurídico@; VIII. AEl papel de las Naciones Unidas en la creación,
consolidación y desenvolvimiento de las normas del derecho internacional@; IX. APrincipales áreas del
desarrollo progresivo del derecho internacional desde 1945"; y X. ALa codificación y el desarrollo
progresivo del derecho internacional@.
El Autor estudia el efecto directo de la Convención Europea de Derechos Humanos entre personas
privadas en el plano del derecho interno, y el efecto indirecto en el plano internacional. Además de
consideraciones teóricas, se pasa revista a la jurisprudencia interna (Bélgica, Francia, Luxemburgo,
Holanda, Austria, Alemania) y a la de los órganos de protección internacionales (Corte y Comisión
191
europeas de Derechos Humanos).
La Obra trata la organización de la profesión de abogado, su estatuto, sus deberes, su disciplina y sus
responsabilidades. ALa deontología conduce al abogado a comprender que su profesión no puede
cultivar la confianza sino cultivando las virtudes de su juramento@.
La Obra se compone de nueve capítulos: I. ALos fundamentos: base romana y bíblica@; II. AEl enfoque
occidental@; III. AEl desarrollo poscarolingio@; IV. ALa doctrina Hierocrática en su madurez@; V. AEl
reino teocrático y el feudal@; VI. AEl renacimiento del pensamiento aristotélico y sus bases@; VII. ALa
nueva orientación@; VIII. ALa soberanía del pueblo@; y IX. AConclusión@.
ZANCANER, Weida (Asesora Jurídica del Tribunal de Cuentas del Estado de San Paulo), Da
convalidação e da invalidação dos atos administrativos, Ed. Malheiros, San Pablo, 1993, 107
pp.
Biblioteca Central: A. 1576.
La Autora organiza su Obra bajo los siguientes títulos: 1. ALa función administrativa y su forma de
subsunción a la ley. La noción de acto administrativo@; 2. ALos planos de perfección, validez y eficacia.
Distinción entre acto y hecho jurídico@; 3. AInvalidación y Convalidación@; 4. AActos convalidables e
inconvalidables@; 5. AClasificación de invalidez según la doctrina brasilera@; 6. ALa invalidación frente al
derecho positivo brasilero@; y 7. AConclusiones@.
B) PUBLICACIONES PERIODICAS
AUSLÄNDISCHES ÖFFENTLICHES RECHT UND VÖLKERRECHT. Ed. Max-Planck-Institut für, Alemania, 1997,
n° 129. AThe Right to a Fair Trial@.
192
BOLETIN JUDICIAL. (publicación oficial de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de
Nicaragua), Managua, 1995, n° 17.
BOLETIN OFICIAL DEL MERCOSUR. Ed. Secretaría Administrativa del Mercosur, Montevideo, n° 2, septiembre 1997.
La Secretaría Administrativa del Mercosur, de acuerdo con lo dispuesto en el Protocolo de Ouro Preto, continúa la edición del
Boletín Oficial del Mercosur destinado a publicar la normativa comunitaria. En este segundo número se incluyen, en la sección
ANormativa Mercosur@, las Decisiones, Resoluciones y Directivas aprobadas durante el primer semestre de 1997 y algunas
disposiciones del año 1996 que tienen directa relación con las aprobadas el año siguiente. En la AIncorporación de normas en los
ordenamientos jurídicos nacionales@ se señalan aquellas decisiones del Consejo del Mercado Común que, desde 1991 a la fecha, han
sido incorporadas por los cuatro Estados Partes. Por último, en AInformaciones generales@ se publica una cronología de reuniones de
los Presidentes y del Consejo del Mercado Común.
CAHIERS DE DROIT EUROPEEN. Ed. Emile Bruylant, Bruselas, 1997, n° 5-6. EDITORIAL: ALa
monnaie unique: quelques réflexions sur sa préparation@, por SMITS, René. C DOCTRINE: AA propos des
principes régissant la responsabilité non-contractuelle des Etats membres en cas de violation du droit
communautaire@, por GOFFIN, León. C ALe Traité d'Amsterdam: une révision à minima de la >Charte
constitutionnelle= de l'Union européenne@, por FAVRET, Jean- Marc. C AUnion européenne et droit pénal@,
por DELMAS-MARTY, Mireille. C JURISPRUDENCE: AChronique droits de l'homme 1988-1995. L'élaboration
progressive d'un ordre public européen des droits de l'homme@, por ANDRIANTSIMBAZOVINA, Joël. C
CHRONIQUE LEGISLATIVE, por LOUIS, Frédéric.
COLUMBIA LAW REVIEW. Cambridge, 1997, vol. 97, n° 6, octubre. ARTICLES: ASuing the President:
Nonstatutory Review Revisited@, por SIEGEL, Jonathan R. C AThe Inverted Hierarchy of Contract
Interpretation and Supplementation@, por ZAMIR, Eyal. C NOTES: AEscaping Domestic Violence: Asylum
As a Means of Protection for Battered Women@, por SEITH, Patricia A. C ASymbolic Speech and Social
193
Meaning@, por WALDMAN, Joshua. C ESSAYS: AOrganizational Freedom for Banks: The Case in Support@,
por LONGSTRETH, Bevis y MATTEI, Ivan E. C AThe Concept of Property and the Takings Clause@, por
WENAR, Leif.
COLUMBIA LAW REVIEW. Cambridge, 1997, vol. 97, n° 7, noviembre. ARTICLES: AThe courtroom as
classroom: independence, imagination and ideology in the work of Jack Weinstein@, por BURBANK,
Stephen B. C AJudge for the situation: judge Jack Weinstein, creator of temporary administrative
agencies@, por MINOW, Martha. C COMMENTS: AMisconduct, misfortune, and just compensation:
Weinstein on torts@, por GOLDBERG, John C.P. C AHeroic judging in an antiheroic age@, por LUBAN,
David. C AInnovation in the interstices of the final judgment rule: a demurrer to professor burbank@, por
NEUBORNE, Burt. C ESSAYS: AThe maze of mega-coverage litigation@, por KENNETH, Abraham S. C
AEliminating general causation: notes towards a new theory of justice and toxic torts@, por BERGER,
Margaret A. C AFormed by thalidomide: mass torts as a false cure for toxic exposure@, por BERNSTEIN,
Anita. C ALawyeiung in mass torts@, por FEINBERG, Kenneth R. C ARethinkinc personal jurisdiction
and choice of law in multistate mass torts@, por KORN, Harold L. C NOTE: AFCC jurisdiction over local
telephone under the 1996 act: fenced off?@, por McLAUGHLIN, Duane.
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cambio fijo@, por LONDERO, Elbio. C AFactores determinantes de la balanza comercial de México, 1980-1995", por GALINDO,
Luis Miguel y GUERRERO, Carlos. C SECCIÓN NACIONAL: AEl papel del municipio en la descentralización de los servicios de
salud@, por CARDOZO BRUM, Myriam. C ALos servicios profesionales en el marco del TLCAN@, por RUIZ OCHOA, Wilfrido.
C SECCIÓN LATINOAMERICANA: ACuba. Antecedentes y perspectivas del desarrollo territorial@, por MENDEZ DELGADO,
Elier. C AEmparejamiento tecnológico y convergencia en América Latina@, por ESCOT MANGAS, Lorenzo y GALINDO
MARTIN, Miguel Angel. C SECCIÓN INTERNACIONAL: AManejo de desechos sólidos y desarrollo sustentable@, por MEDINA,
Martín. C El norte de California y su relación económica con México, por LAJUD, César.
COMERCIO EXTERIOR. Ed. Bancomext, México, 1997, vol. 47, n° 11, noviembre. ATendencias y perspectivas de la
economía mundial@, por DABAT, Alejandro. C AGlobalización financiera y riesgo sistemático@, por GUILLEN ROMO, Héctor.
C SECCIÓN NACIONAL: AAspectos coyunturales de la economía@, por SARMIENTO LUEBBERT, Humberto. C AEl
Bancomext: sesenta años de historia en construcción@, por GONZALEZ RUBI, Rafael y CASTRO ESCUDERO, Alfredo. C
SECCIÓN LATINOAMERICANA: AChile: efectos del acuerdo con el Mercosur en la economía@, por ALVAREZ, Roberto y
FUENTES, J. Rodrigo. C APanorama de la reforma financiera en Centroamérica@. C AEl Estado y el gobierno en el
194
desarrollo. Una mirada desde la CEPAL@, por LAHERA P., Eugenio. C SECCIÓN INTERNACIONAL: ALa odisea
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Steadman v. Jamaica (Comm. N° 528/1993, 2 Apr. 1997); Canepa v. Canada (Comm. N° 558/1993, 3 Apr.
1997); A. v. Australia (Comm. N° 560/1993, 3 Apr. 1997); Reynolds v. Jamaica (Comm. N° 587/1994, 3
Apr. 1997); Villacrés Ortega v. Ecuador (Comm. N° 481/1991, 8 Apr. 1997); Williams v. Jamaica (Comm. N°
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12 March 1997); X. & Y. v. Argentina (Case 10.506, Report 38/96, 15 October 1996); Marzioni v. Argentina
(Case 11.673, Report 39/96, 15 October 1996); Jiménez Rueda v. Colombia (Case s/n, Report 4/97, 12
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control de las cláusulas abusivas@, por CARDENAS QUIROS, Carlos. C A)Saturno devora a sus hijos? Una ley inconstitucional y
una apuesta perdida@, por LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. C ALa regla >solve et repete=, reclamación extemporánea y
nuevo Código Tributario@, por MEDRANO CORNEJO, Humberto. C ATributación y la nueva Ley de Reestructuración
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extraordinarios de pesca@, por MORALES CARRASCO, Omar. C ALa designación de Juez de Policía
Local@, por VALDEZ HUECHE, Remberto. C AEtica pública y gestión municipal@, por HONORATO M.,
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fin al litigio?@, por SALAS VIVALDI, Julio. C JURISPRUDENCIA: 1. AMandato. Derogación tácita por
nombramiento de administrador por indiviso. Inoponibilidad del acto de mandatario. Dolo del mandatario.
Responsabilidad. Reserva de derechos para discutir perjuicios@. C 2. APrecario. Construcción en suelo
ajeno. Accesión@. C 3. APrecario y comodato precario. Reglas aplicables. Suspensión de lanzamiento@. C
4. ADaño moral. Menores incapacitados para comprender al alcance del daño. Carácter objetivo del daño
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el Derecho Laboral. En partiuclar, el aviso de terminación de contrato individual de trabajo@, por
SAAVEDRA BELMAR, Pablo. C ALa Convención del Derecho del Mar. Su contenido y principales
problemas que plantea su ordenamiento jurídico@, por DUVAUCHELE R., Mario. C AEl Estado al servicio
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18.293", por DUMAY P., Alejandro. C ADos elementos de nuestro presidencialismo@, por MOLINA
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alternativas de solución de conflictos penales en el derecho y jurisprudencia chileno@, por VILLENA,
Marcelo. C ALa regionalización en la Constitución Política de 1980", por OVIEDO SOTO, Tarciso. C AEl
delito de lavado de dinero proveniente del tráfico ilegal de drogas como un delito internacional@, por SILVA
SILVA, Hernán. C AProcedimiento preliminar regulado en la ley de estupefacientes ()Anticipo del juicio
penal oral?)@, por OBERG YAÑEZ, Héctor. C JURISPRUDENCIA: 1. AResponsabilidad precontractual.
Responsabilidad extracontractual. Retiro inmotivado de las negociaciones preliminares@. C 2. ANulidad
absoluta. Derecho a alegarse por el heredero del que sabía o debía saber el vicio de invalidación.
Determinación genérica de la cosa. Obligación sujeta a condición meramente potestativa del acreedor.
210
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concursal@, por FERNANDEZ RUIZ, José Luis. C ALa oposición al acuerdo de transigir o renunciar al
ejercicio de la acción social de responsabilidad@, por MARTÍNEZ MACHUCA, Pablo. C AEl ordenamiento
español y el Tratado de Maastricht ante el pago de las deudas de dinero@, por BONET CORREA, José. C
ALa interpretación del contrato en la Convención de Viena sobre compraventa internacional de
mercaderías@, por LOPEZ Y LOPEZ, Angel. C VARIA: AMarina mercante, buque y naviero en la Ley
27/1992", por ALONSO ESPlNOSA, Francisco José. C ALa reforma del Derecho de Transporte en
Alemania@, por MARTINEZ SANZ, Fernando. C AEl contrato de Concesión Mercantil y su extinción por
denuncia unilateral@, por VALENZUELA GARACH, Francisco Javier. C AApostilla necesaria a una
recensión sobre el coaseguro@, por MUÑOZ PAREDES, José María. C LEGISLACIÓN: AReseña de legislación
mercantil (abril a junio de 1997)@, por GIL CONDE, Sylvia. C LEGISLACIÓN COMUNITARIA: AReseña de
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brasileira@, por MONTE SIMIONATO, Frederico Augusto. C NOTAS E COMENTÁRIOS: AAportes metodológicos à
pesquisa científica@, por DE SOUZA LEHFELD, Neide Aparecida. C AO caso >carandiru=: um erro não
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derechos fundamentales@, por DIEZ-PICAZO, Luis María. C ALa publicidad como vertiente de la libertad
de expresión en el ordenamiento constitucional español@, por GARCIA GUERRERO, José Luis. C ALa
disciplina constitucional de la prórroga de Presupuestos@, por ESCRIBANO, Francisco. C NOTA: AEl
significado jurídico de la capitalidad@, por ARAGON REYES, Manuel. C JURISPRUDENCIA: AActividad del
Tribunal Constitucional: Relación de sentencias dictadas durante el primer cuatrimestre de 1997
(Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Carlos III de Madrid)@. C ALa doctrina del
Tribunal Constitucional durante el primer cuatrimestre de 1997". C ESTUDIOS CRÍTICOS: ACriterios de
representatividad, igualdad de trato y libertad: Notas para un balance de Jurisprudencia constitucional@,
por GARCIA MURCIA, Joaquín. C AAporía del restablecimiento del Derecho a un proceso sin dilaciones
indebidas en el nuevo Código Penal@, por GARCIA PONS, Enrique.
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Derecho de las Personas@, por VEGA MERE, Yuri. C ALas negociaciones de la Ronda Uruguay sobre los
Derechos de Propiedad Intelectual@, por CABRERA MEDAGLIA, Jorge Alberto. C AEvaluaciones de impacto
ambiental@, por SALAZAR, Roxana. C AEnsayo sobre el ordinario agrario@, por ROJAS H., Oscar Miguel. C
AImprocedencia de los intereses variables en préstamos bancarios por fideicomiso antes de 1988", por
VILLALOBOS SOTO, J. Joaquín. C AEntorno jurídico de las bases de datos públicas en Costa Rica@, por
ACOSTA, Roberto. C AEl sorprendente delito de estafa@, por ALVARADO VARGAS, Eddie. C ALa doble
imposición internacional sobre la renta en las sociedades madres-hijas@, por ACUÑA SOLORZANO, Gina. C AEl
principio de exclusividad de giro en el Derecho Bancario@, por SERRANO TRUQUE, Floria. C AEl aporte
personalista del nuevo Código Civil peruano@, por PEREZ VARGAS, Víctor.
217
DE CATALUNYA: Arrendamientos urbanos. Desahucio por precario. Derecho civil de Catalunya. Derecho civil
común. Propiedades especiales. Derecho de obligaciones. Derecho del comercio. Derecho procesal.
Procedimientos universales. C JURISPRUDENCIA PENAL: AUDIENCIAS PROVINCIALES DE CATALUNYA:
Procedimiento abreviado: sobreseimiento y archivo. Responsabilidad civil del Estado. Responsabilidad civil
subsidiaria. Registro de automóvil. Diligencia de reconocimiento en rueda y previa exhibición de
fotografías. Documento mercantil. Abuso sexual: prueba de cargo. Robo con violación en grado de tentativa:
prueba de cargo. La consumación en los delitos contra la salud pública. Falsedad en documento mercantil
y estafa requieren dolo. Delito continuado de fraude del art. 401 CP. Delito social. Delito contra el deber de
prestación del servicio militar. Imprudencia temeraria e irnprudencia simple. C JURISPRUDENCIA
CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA: TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUNYA: Derechos fundamentales.
Ejecución administrativa de una decisión eclesiástica. Expropiación forzada. Horarios: establecimientos
públicos. Medio ambiente: derecho sancionador. Responsabilidad de la Administración. Urbanismo.
JURISPRUDENCIA LABORAL: TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE CATALUNYA: Caducidad. Cantidad. Competencia
de jurisdicción. Despido. Instituto Nacional de Empleo. JUZGADOS DE LO SOCIAL DE CATALUNYA: Cantidad.
Despido. Incompetencia de jurisdicción. Indemnización por daño. Institut Català d=Assistència i Serveis
Socials. Instituto Nacional de Empleo. Seguridad Social. JURISPRUDENCIA MATRIMONIAL: TRIBUNALES
ECLESIÁSTICOS DE BARCELONA Y MALLORCA: Nulidad de matrimonio. AUDIENCIAS PROVINCIALES DE CATALUNYA:
Separación conyugal. Hijos. Alimentos y cargas. Vivienda. Pensión compensatoria. Indemnización
compensatoria en régimen de separación de bienes de Catalunya. Cuestiones procesales.
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Law. 4. Law of Civil Procedure and Bankruptcy. 5. Criminal Law and Procedure. 6. Labor Law. 7. Legal
History, Sociology of Law and Legal Philosophy: a. Legal History; b. Sociology of Law; c. Legal
Philosophy. 8. International Law. 9. Comparative Law@.
investigaciones 1 (1998).
-los números corresponden a las páginas-
ORDENAMIENTOS JURIDICOS
ALEMANIA: 1, 49, 57, 60, 66, 73, 74, 84. GUATEMALA: 81.
ARGENTINA: 3, 20, 43, 48, 72, 139. HOLANDA: 22, 40, 71, 88.
AUSTRIA: 140. HONDURAS: 188.
BELGICA: 22, 52, 181, 182, 189. HUNGRIA: 6, 157.
BOLIVIA: 50, 55. INDIA: 75.
BRASIL: 51, 57, 87, 116, 117, 147. INTERNACIONAL: 99.
CANADA: 7. ITALIA: 41, 47.
COLOMBIA: 78, 149. JAPON: 87, 184.
COMUNIDAD EUROPEA: 26, 27, 28, 30, 31, 32, LIECHTENSTEIN: 182.
103, 104, 105, 129, 167, 176, 177, 180. MERCOSUR: 175.
CONSEJO DE EUROPA: 126. MEXICO: 2, 42, 64.
CONVENCION AMERICANA SOBRE DERE- NACIONES UNIDAS: 90, 92, 122. 184.
CHOS HUMANOS: 9, 44. NICARAGUA: 12.
CONVENCION EUROPEA DE DERECHOS HU- ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICA-
MANOS: 23, 66, 85, 88, 91. NOS: 124.
CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS: ORGANIZACION PARA LA COOPERACION Y
137. DESARROLLO ECONOMICO (OCDE): 125.
CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA: 33. PANAMA: 97.
COSTA RICA: 48, 60, 65. PARAGUAY: 80, 161, 179.
CROACIA: 47. PERU: 96, 162, 182.
CHILE: 13. POLONIA: 14, 83, 89, 93.
DECLARACION DE CARACAS: 175 PORTUGAL: 86, 164.
DECLARACION DE SANTIAGO: 175. REPUBLICA CHECA: 15.
DERECHO MUSULMAN: 111. RUSIA: 48.
EE.UU.: 2, 4, 36, 51, 53, 58, 61, 62, 76, 95, 97, 112, SUDAFRICA: 14, 19, 20, 54.
113, 118. SUIZA: 16, 18, 79.
EL SALVADOR: 56, 77. TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LAS COMUNIDA-
ESLOVAQUIA: 67. DES EUROPEAS: 139.
ESLOVENIA: 91. TURQUIA: 14, 15.
ESPAÑA: 17, 40, 55, 69, 79, 107, 155, 167. URUGUAY: 4, 43.
ESTONIA: 48. ZAMBIA: 71.
FRANCIA: 1, 6, 7, 22, 41, 67, 68, 74, 78, 92, 109, 177.
TEMATICO
investigaciones 1 (1998).
Grabación: 67. CONVENCION DE LA HAYA SOBRE LOS
Publicidad: 7. ASPECTOS CIVILES DE LA SUSTRACCION
INTERNACIONAL DE MENORES: 74.
BIOMEDICINA: 175. CONVENCION EUROPEA DE DERECHOS
Convenciones internacionales: 175. HUMANOS: 7, 15, 22, 23, 44, 67, 68, 71, 85, 88,
BLASFEMIA: 66. 200, 209.
BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD: 198. art. 2: 23.
BUENA FE: 13, 43, 67. art. 5: 44.
art. 5.1: 85.
CALUMNIAS E INJURIAS: 69, 71. art. 6: 7.
Ausencia de malicia: 71. art. 6.1: 88.
Deber de diligencia: 69. art. 7: 44.
Difamación: 69. art. 7.2: 15.
Personas públicas y privadas: 69. art. 8: 22, 23, 67, 68, 71.
CAMPAÑAS ELECTORALES: 67, 112. art. 10: 23, 67, 68, 71, 200.
Expresiones difamatorias: 67. art. 14: 68.
Financiación: 112. art. 25: 44.
CENSURA PREVIA: 66, 68. art. 50: 23.
Control judicial: 68. CONVENCION INTERNACIONAL DE LOS DE-
CIUDADANIA: 7, 97. RECHOS DEL NIÑO: 74.
Adquisición por filiación: 7. CONVENCION INTERNACIONAL PARA LA
Inmigrantes ilegales: 97. PROTECCION DE OBRAS LITERARIAS Y
Nativa: 97. ARTISTICAS DE BERNA DE 1886: 43.
Principio de capacidad de respuesta: 97. CONVENCION INTERNACIONAL SOBRE LA
COMISION EUROPEA DE DERECHOS ELIMINACION DE TODAS FORMAS DE
HUMANOS: 91. DISCRI MINACION RACIAL: 71.
Efecto de sus informes: 91. CONVENCION UNIVERSAL SOBRE DERE-
COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS CHO DE AUTOR DE GINEBRA DE 1952: 43.
HUMANOS: 9. CONVENCIONES COLECTIVAS: 41.
Informes: 9. Límites: 41.
Modificación del informe final: 9. CONVENCIONES INTERNACIONALES: 175, 184.
COMISIONES INVESTIGADORAS DEL PODER CORTE EUROPEA DE DERECHOS HUMA-
LEGISLATIVO: 80. NOS: 23, 192.
Allanamientos y registros: 80. Agotamiento de los recursos internos: 23.
Funciones y facultades: 80. Calificación de los hechos: 23.
Valor probatorio: 80. Jurisdicción: 23.
COMUNIDAD EUROPEA: 104, 176, 197, 200, 201, Jurisprudencia sobre derecho a guardar silencio y
204. prisión o detención preventiva: 192.
Autoridad y orden jurídico comunitario: 200. CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS
Competencias: 200. HUMANOS: 9.
Concentración de empresas: 176. Caso contencioso encubierto: 9.
Libertad de circulación: 104, 201. Competencia: 9.
Sistema institucional europeo: 197. Opiniones Consultivas: 9.
CONCENTRACION DE EMPRESAS: 176. Retiro de la solicitud de consulta: 9.
Comunidad Europea: 176. CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA: 33, 36,
CONSEJO CONSTITUCIONAL FRANCES: 199. 197.
Selección de decisiones, comentario: 199. Efecto de sus decisiones: 33, 36.
CONSTITUCION: 12, 81. Jurisprudencia: 197.
Reforma constitucional: 12, 81. CORTES CONSTITUCIONALES Y SUPREMAS:
Supremacía: 81. 14, 81, 195.
CONTRATOS: 13, 111 191. Control de constitucionalidad: 81.
Buena Fe: 13. Funciones: 81.
Comerciales, derecho musulmán: 111. Golpe de Estado: 81.
Responsabilidad contractual de los constructores: 191. Jurisprudencia, obligatoriedad: 14.
Responsabilidad extracontractual: 13. Recurso directo: 14.
Responsabilidad precontractual: 13. Rol y competencia: 195.
CONTROL JUDICIAL: 3, 6, 47, 68, 78, 81. CORRUPCION: 112, 204.
CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD: 72, 81, Lucha en el ámbito interamericano: 204.
97. CREMACION DE CADAVERES: 192.
Concentrado: 97. CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD: 182.
Consulta de inconstitucionalidad: 97.
CONVENCION CONTRA LA TORTURA Y DAÑO CORPORAL: 199.
OTROS TRATOS O PENAS CRUELES, Valoración y resarcimiento: 199.
INHUMANOS O DEGRADANTES: 90, 91. DECLARACIONES INTERNACIONALES: 175.
CONVENCION DE VIENA SOBRE EL DERECHO Caracas: 175.
DE LOS TRATADOS DE 1969: 43. Santiago: 175.
CONVENCION DE VIENA SOBRE RELACIONES DEFENSOR DEL PUEBLO: 179.
CONSULARES: 33, 36. DELEGACION DE FACULTADES: 14, 15, 80.
CONVENCION DE VIENA SOBRE RELACIONES Facultades extraordinarias: 80.
DIPLOMATICAS: 57. Legislativas: 14, 15.
DELITOS PENALES: 15, 48, 182, 192, 203. Bien jurídico protegido: 15.
Autoría y participación: 203. Blanqueo de capitales: 192.
investigaciones 1 (1998).
Crímenes de alta traición y espionaje: 15. 26.
Delitos de peligro abstracto: 48. Funciones de control del juez comunitario: 32.
Penas, pena de muerte: 182. Incumplimiento de Directiva: 30, 103, 104.
DEMOCRACIA: 97. Interpretación: 28.
DERECHO A GUARDAR SILENCIO: 192. Libertad comercial: 103.
Jurisprudencia: 192. prohibición de ejercer actividades comerciales los
DERECHO A LA IGUALDAD: 2, 7, 16, 17, 18, 19, domingos y días feriados: 103.
20, 22, 23, 42, 72, 83, 95, 118. Libre circulación de mercaderías, restricciones: 28.
Acceso al empleo: 95. Libre circulación de trabajadores: 104, 105.
Acceso a los cargos públicos: 16, 20. beneficios sociales, indemnización funeraria, primer
Adquisición de la ciudadanía: 7. empleo: 104.
Clasificaciones razonables: 17, 22. Jugadores profesionales de fútbol: 105.
Discapacitados: 95. Libre prestación de servicios: 28.
Discriminación laboral: 18, 95. Medidas precautorias: 26.
Discriminación racial: 19. Obligaciones de los Estados: 30, 104.
Discriminación sexual: 2, 7, 18. Prácticas colusorias: 28.
Equidad tributaria: 42. Regulación del IVA: 30.
Extranjeros: 20, 118. Remisión al derecho comunitario: 27.
Impuestos: 42. Reparto de funciones jurisdiccionales: 27.
Jurisdicción militar: 17. "Televisión sin fronteras": 28.
Libre ejercicio de la profesión: 20. Transporte, facultades del Consejo: 32.
Oportunidades electivas: 16. Versiones lingüísticas: 28.
Presos: 83. DERECHO CONSTITUCIONAL: 194, 200, 205.
Sanciones administrativas y penales: 22. en el marco de Europa occidental: 200.
Seguridad social, inmigrantes: 118. Instituciones políticas: 205.
Tarifas públicas: 19. DERECHO DE AUTOR: 43.
DERECHO A LA INFORMACION: 23, 67, 99. Convención Internacional para la protección de Obras
Derecho ambiental: 23. Literarias y Artísticas de Berna de 1886: 43.
DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL: 23, Convención Universal sobre Derecho de Autor de
44. Ginebra de 1952: 43.
DERECHO A LA INTIMIDAD: 22, 87, 180. Protección penal: 43.
Cambio de sexo: 22. Software: 43.
Confidencialidad de las comunicaciones: 180. DERECHO DE DEFENSA: 6, 7, 33, 36, 40, 44, 47.
Grabación de conversaciones telefónicas: 87. Asistencia letrada: 44.
Información confidencial: 22. Control judicial: 6, 47.
Memoria de computadora: 87. Derecho a ser informado de la acusación: 40.
Protección de datos personales: 180. Extranjeros, asistencia consular: 33, 36.
DERECHO A LA LIBERTAD: 44. Garantías judiciales: 44.
DERECHO A LA PRIVACIDAD: 88. Incomunicación: 44.
DERECHO A LA PROPIA IMAGEN: 22. Publicidad de las audiencias: 7.
DERECHO A LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR DERECHO DE LA CONSTRUCCION: 191.
v. DERECHO A LA INTIMIDAD Locación de obra: 191.
DERECHO AL HONOR: 69. Responsabilidad contractual de los constructores: 191.
DERECHO ADMINISTRATIVO: 194, 196. DERECHO DE FAMILIA: 209.
Actividad administrativa: 194. Uniones de hecho: 209.
Fuentes: 194. DERECHO DE HUELGA: 40.
Justicia administrativa: 194. Límites: 40.
Relaciones entre la Administración y los Principio de proporcionalidad: 40.
particulares: 196. DERECHO DE REUNION: 107, 207.
DERECHO AMBIENTAL: 22, 23, 208. Autorización previa: 107.
Administración del medio ambiente: 208. Evolución histórica: 207.
Derecho a la información: 23. Límites: 107, 207.
Fuentes: 208. Principio de libertad: 107.
Obligaciones positivas de los Estados: 23. Régimen jurídico: 207.
Plantas nucleares: 22. DERECHO DEL TRABAJO: 31, 41, 83, 99, 177, 181.
Polución: 23. Contratos de duración determinada: 41.
Principios: 208. Derecho a recibir información: 99.
DERECHO COMUNITARIO: 26, 27, 28, 30, 31, 32, Derechos sociales y económicos,
103, 104, 105, 197, 200, 204. Carta Social Europea: 177.
Actividades de radiodifusión televisada: 28. Facultad de obrar del delegado: 41.
Actos de las instituciones comunitarias: 26. Presos, salarios: 83.
Apreciación de las normas nacionales: 27. Prestadores de obra intelectual y no intelectual: 41.
Adaptación al derecho interno, incumplimiento: 31. Privilegio general sobre bienes muebles por
Aplicación del derecho nacional, retribuciones debidas: 41.
principio de equivalencia, Protección del trabajador: 31, 181.
principio de efectividad del derecho comunitario: 31. insolvencia del empresario: 31.
Derecho conferido a los particulares: 31. DERECHO DEL URBANISMO: 191.
Directivas: 28, 31. Control de utilización de los suelos: 191.
Facultades de los órganos jurisdiccionales nacionales: Ordenamiento urbano: 191.
DERECHO INFORMATICO: 191. PRIVADO: 109, 182.
DERECHO INTERNACIONAL: 92, 109, 182, 194, Legislación: 182.
205, 206, 209. Principios generales: 109.
investigaciones 1 (1998).
PUBLICO: 92, 194, 205, 206. Inviolabilidad: 80.
Asistencia humanitaria: 194. DONACION DE ORGANOS: 79
Concepto: 206. Consentimiento presunto: 79.
Deber de injerencia: 194.
Espacios terrestres, marítimos y aéreos de los Estados: 205. ECONOMIA: 195, 198.
Fuentes: 206. América Latina: 198.
Intervención humanitaria: 194. Aspectos sociales de la propiedad: 195.
Usos y costumbres: 92. Libertad de la actividad económica: 195.
DERECHO MUSULMAN: 111. Organización económica, bases constitucionales: 195.
Contratos comerciales: 111. Transición de la economía planificada a una de
DERECHO PENAL: 43, 182, 207. mercado: 195.
Jurisprudencia proveniente de órganos franceses: 207. EJECUCION PENAL: 202.
Principio de legalidad: 43. ELECCIONES: 16, 112.
Ultima ratio del control social: 43. Campañas electorales, financiación: 112.
DERECHO PENAL MILITAR: 202. Oportunidades electivas, cuotas: 16.
DERECHO POLITICO: 200, 210. ESCUELAS PUBLICAS: 66.
DERECHO TRIBUTARIO: 42, 43, 65. Crucifijos: 66.
Equidad tributaria: 42. ESTADO: 57.
Impuesto a las rentas: 42. Sucesión: 57.
Inmunidad impositiva del Estado: 43. ESTADO DE DERECHO DEMOCRATICO: 48, 66,
Principio de reserva de ley: 65. 67, 81, 195.
DERECHOS HUMANOS: 184, 193, 196, 198, 201, Consolidación: 195.
207. Golpe de Estado: 81.
Convenciones internacionales: 184. Orden constitucional: 81.
Ejecución de los acuerdos internacionales: 196. Rol y competencia de la Corte Constitucional: 195.
Inmunidad de los Estados extranjeros: 193. ESTUPEFACIENTES: 48, 49, 50.
Orientación sexual: 201. Almacenamiento: 48.
Política penitenciaria: 207. Presunción del destino de la sustancia: 50.
Responsabilidad del Estado: 198. Tenencia para consumo personal: 48, 49.
DERECHOS Y LIBERTADES FUNDAMENTALES: Tráfico: 50.
40, 44, 47, 48, 86, 93, 167, 195, 207. EURO: 176.
Estado de excepción, incidencia: 207. EXAMENES Y REQUISAS
Libertad individual: 47. v. ALLANAMIENTOS Y REGISTROS
Principio de proporcionalidad: 40, 86, 93. EXTRADICION: 50, 51, 90, 91.
Protección: 47, 195. Detención provisional a tal fin: 50.
Reglamentación: 47, 48. Doble incriminación: 51.
Restricciones: 47, 48. Garantías del Estado requirente: 90, 91.
DETENCION DE PERSONAS: 48, 55. Improcedencia de solicitud: 50.
Detención indebida e ilegal: 55. Promesa de reciprocidad: 51.
Fundamentación, actitud sospechosa: 48. Requisitos: 51.
Plazo máximo: 55. EXTRANJEROS: 20, 33, 36, 107, 118.
por fuerzas de seguridad: 55. Acceso a cargos públicos: 20.
DETENCION PREVENTIVA: 48, 192. Asistencia consular: 33, 36.
Duración: 48. Derecho de defensa: 33, 36.
Jurisprudencia: 192. Derecho de reunión: 107.
DIGNIDAD HUMANA: 19, 60. Derecho al trabajo: 20.
DIRECTIVAS: 28, 30, 31, 104. Detención administrativa: 55.
74/577: 104. Discriminación: 20.
77/388: 30. Igualdad de oportunidades: 20.
80/987: 31. Libre ejercicio de la profesión: 20.
84/450: 28. Pena de muerte: 33, 36.
89/552: 28, 167. Residentes permanentes y temporarios: 20.
97/66: 180. Seguridad social: 118.
DISCAPACITADOS: 95, 177.
Acceso al empleo: 95, 177. FALSO TESTIMONIO: 51.
Discriminación laboral: 95. Autoincriminación: 51.
Protección: 177. Doctrina del "no exculpatorio": 51.
Seguridad social: 95, 177. FILIACION: 52.
DISCRIMINACION Impugnación de la paternidad, legitimación: 52.
v. DERECHO A LA IGUALDAD FILOSOFIA DEL DERECHO: 206.
DISTRIBUCION COMERCIAL: 193. FISCALES: 3, 53.
DIVISION DE PODERES: 89. Cesantía: 3.
Facultades legislativas, textos legales ordenados: 89. Conducta impropia: 53.
DIVORCIO: 72 Estabilidad: 3.
Régimen de disolución matrimonial, orden público: Inmunidad: 53.
72. FISCALIA NACIONAL DE INVESTIGACIONES
DOUBLE JEOPARDY:76. ADMINISTRATIVAS: 3.
DOMICILIO: 80.
FUNCIONARIOS: 57, 71. GARANTIAS PROCESALES: 192.
Inmunidad: 57. Derecho a guardar silencio: 192.
GENETICA HUMANA: 196, 201.
GARANTIAS JUDICIALES: 44. Aspectos científicos y médicos: 201.
investigaciones 1 (1998).
Aspectos jurídicos: 201. LIBERTAD DE CATEDRA: 208.
Desafíos éticos: 201. LIBERTAD DE CIRCULACION: 104, 201.
GOBERNADORES: 57. Comunidad Europea: 104, 201.
GOBIERNOS LOCALES: 54. LIBERTAD DE CONCIENCIA: 72.
Integración: 54. LIBERTAD DE CULTO: 66, 72.
Naturaleza: 54. Escuelas públicas, crucifijos: 66.
GOLPE DE ESTADO: 81. Renuncia a solicitar el divorcio: 72.
Nulidad de los actos: 81. LIBERTAD DE EXPRESION: 66, 67, 68, 69, 71, 79.
Ausencia de malicia: 71.
HABEAS CORPUS: 55, 56. Blasfemia: 66.
Detención administrativa, extranjeros: 55. Campañas electorales: 67.
Detención de personas por fuerzas de seguridad, Censura previa: 66, 68.
plazo máximo: 55. Crítica: 71.
Naturaleza: 55. Debates políticos: 71.
Sentencias condenatorias ejecutoriadas: 56. Deber de diligencia: 69.
HABEAS DATA: 121. Derecho a la información: 67.
Discriminación racial: 71.
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES: 16, 20. Expresiones difamatorias: 67, 71.
Acceso a los cargos públicos: 16. Expresiones falsas: 69.
Extranjeros: 20. Funcionarios públicos: 71.
Mujeres: 16. Libertad de comunicación: 79.
IMPUESTOS: 42. Personas públicas y privadas: 69.
Créditos en moneda extranjera: 42. Prohibición administrativa, control judicial: 68.
Equidad tributaria: 42. Televisión por cable: 79.
Inflación: 42. LIBERTAD DE EXPRESION COMERCIAL: 167.
Rentas: 42. Publicidad televisiva, regulación: 167.
INFORMACION LABORAL: 99. LIBERTAD DE INFORMACION: 69, 167.
Derecho de veto empresarial: 99. LIBERTAD DE PRENSA: 68, 71.
Excepción de confidencialidad: 99. LIBERTAD INDIVIDUAL: 44, 47.
INMUNIDADES: 43, 53, 57, 58, 193. Prohibición de acceso a espectáculos deportivos: 47.
Actos oficiales y no oficiales: 57. Restricciones: 47.
Agentes diplomáticos: 57. LIBERTAD PERSONAL: 79.
Fiscales: 53. Límites: 79.
impositiva del Estado: 43. Respeto a la integridad corporal: 79.
jurisdiccional de los Estados extranjeros: 193. LIBERTAD RELIGIOSA: 72.
Función legislativa: 58.
Funcionarios y legisladores locales: 57, 58. MALVERSACION DE FONDOS PUBLICOS: 85.
Penal del Jefe de Estado, fuentes: 57. MATRIMONIO: 72.
INTERNET: 206. Convenciones matrimoniales: 72.
Funcionamiento: 206. Régimen de matrimonio civil, orden público: 72.
INTERES PUBLICO: 79. Renuncia a solicitar el divorcio: 72.
Donación de órganos: 79. MEDIDAS CAUTELARES: 73.
Límites a la libertad personal: 79. MENORES: 74, 75, 177, 197.
INTERESES: 20. Derechos del niño: 74, 197.
Estatal: 20. Exceso de poder: 74.
IUS VARIANDI: 60. Interés superior: 74.
Límites: 60. Protección internacional: 74.
Respeto a la dignidad humana: 60. Restitución: 74.
Sustracción: 74.
JURISDICCION MILITAR: 17. Trabajo de menores: 75, 177.
Prisión preventiva, fianza: 17. MERCOSUR: 116, 175, 202.
JURISDICCION Y COMPETENCIA: 60, 61, 62. Acuerdos, protocolos y convenciones: 175.
Caso abstracto: 60, 61. Asistencia judicial internacional: 202.
Caso o controversia: 61. Expansión y cambio en el derecho: 202.
Doctrina de la competencia hipotética: 62. Incidencia de la integración en el derecho
Subsistencia de interés jurídico: 60. constitucional y en el procesal-comunitario: 202.
JUSTICIA INTERNACIONAL: 198. Instrumentos públicos, recursos electrónicos, validez
y autenticidad: 116.
LEGITIMACION PROCESAL: 62. Solución de controversias: 202.
LEY: 7, 64, 65, 113. MILITARES: 17.
como instrumento de cambio social: 113. MINISTERIO PUBLICO: 197.
Interpretación teleológica: 7. Designación de funcionarios, criterios de selección:
Jerarquía de las normas jurídicas: 65. 197.
Potestad reglamentaria: 65. MUJERES: 16, 177.
Retroactividad: 64. Discriminación: 16.
LIBERTAD CONDICIONAL: 61. Igualdad de trato: 177.
Revocación: 61. Oportunidades electivas, cuotas: 16.
Protección del embarazo: 177. NEOLIBERALISMO: 205.
Trabajo nocturno: 177. NON BIS IN IDEM: 76.
Sanciones administrativas y disciplinarias: 76.
NACIONES UNIDAS: 197. NOTIFICACIONES: 77.
Carta de las Naciones Unidas, comentario: 197. Finalidad: 77.
investigaciones 1 (1998).
Informalidad: 77. 93.
Vicio del consentimiento: 77. Derechos y libertades fundamentales: 86, 93.
NULIDADES PROCESALES: 78. Escuchas telefónicas: 86.
Legitimación para solicitar su declaración: 78. Límites a la libertad personal: 79.
Principio de trascendencia: 78. PRISION PREVENTIVA: 17, 85, 192.
Detención regular: 85.
OBLIGACIONES DEL ESTADO: 30, 43, 117, 198. Jurisdicción militar: 17.
Actos legislativos constitucionales e Jurisprudencia: 192.
inconstitucionales: 117. Sospecha razonable de comisión de delito: 85.
Actos del poder constituyente derivado: 117. PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO: 196.
Omisión de legislar: 117. PROCESO PENAL: 40, 44, 87.
OBRAS PUBLICAS: 78. Asistencia letrada: 44.
Control judicial: 78. Derecho a ser informado de la acusación: 40.
Utilidad pública: 78. Disponibilidad de la acción: 87.
OMBUDSMAN Garantías judiciales: 44.
v. DEFENSOR DEL PUEBLO Incomunicación: 44.
OMISION LEGISLATIVA: 79. Principio acusatorio: 40.
Ausencia de regulación legal: 79. PROCESOS JUDICIALES: 67.
Televisión por cable: 79. Grabación de audiencias: 67.
OPINIONES CONSULTIVAS: 9. Publicidad: 67.
ORDEN PUBLICO: 72. PROFESIONALES: 1.
Matrícula: 1.
PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CI- PROPIEDAD INTELECTUAL: 192.
VILES Y POLITICOS: 67, 88. Creación publicitaria,
art. 7: 88. Competencia: 192.
art. 19.2: 67. Obligaciones: 192.
PAGO: 199. PROTECCION DE DATOS: 1, 121, 180, 204.
mediante tarjeta de crédito: 199. Datos protegidos: 121.
PARTIDOS POLITICOS: 194. Ley Orgánica 5/1992: 204.
Financiación: 194. Personales: 1, 121, 204.
PENA DE MUERTE: 33, 36, 182. Sondeos de opinión: 1.
PENAS: 182. PROTECCION JUDICIAL: 44.
PERSONA HUMANA: 79, 196, 201. PRUEBA: 86, 87, 88.
Ablación de órganos: 79. Escuchas telefónicas: 86.
Donación de órganos: 79. Grabación telefónica por la víctima: 88.
Etica y genética humana: 196, 201. Ilícita: 86, 87.
Trasplante de órganos: 79. Regla de exclusión: 86, 87.
PLANTAS NUCLEARES: 22.
Autorización: 22. RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD: 73.
PODER EJECUTIVO: 65. Medidas cautelares: 73.
Potestad reglamentaria: 65. REFORMA CONSTITUCIONAL: 12, 81.
PODER JUDICIAL: 81, 184, 188, 191, 197. REGLAMENTO CE 1612/68: 104.
Designación de jueces, criterios de selección: 197. RESARCIMIENTO DEL DAÑO: 199.
Inamobilidad de los magistrados: 81. Derivado de la conducción de vehículos a motor: 199.
Independencia funcional: 81. RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
Organización, v. OBLIGACIONES DEL ESTADO
Honduras: 188. RESPONSABILIDAD DEL FABRICANTE: 203.
Japón: 184. RESPONSABILIDAD DEL VENDEDOR: 203.
Responsabilidad civil del juez: 191. RETARDO DE JUSTICIA: 88.
PODER LEGISLATIVO: 16, 47, 79, 80, 118, 189.
Comisiones Investigadoras: 80, 189. SALARIOS: 83.
Facultades: 80, 118. Presos: 83.
Integración: 16. Proporcionalidad salarial: 83.
Legislaturas provinciales, facultades: 118. SALUD PUBLICA: 48.
Mayorías: 47. SANCIONES ADMINISTRATIVAS Y DISCIPLI-
Omisión de regulación legal: 79. NARIAS: 22, 76.
PRESIDENTE DE LA NACION: 57, 81. Derecho a la igualdad: 22.
Facultades: 81. SANCIONES PENALES: 22.
PRESOS: 83. SEGURIDAD SOCIAL: 95, 118, 199.
Salario: 83. Beneficiarios, inmigrantes: 118.
Trabajo: 83. Objeto y principios fundadores: 199.
PRINCIPIO DE CULPABILIDAD: 84. SILENCIO DE LA ADMINISTRACION: 4, 96.
Delitos universalmente reconocidos: 84. SISTEMA REPUBLICANO: 57.
Misión encomendada, guardias fronterizos: 84. Responsabilidad de los gobernantes: 57.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD: 43, 89. SOBERANIA: 15.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD: 40, 79, 86, SOFTWARE: 43.
Protección penal: 43. como medio de pago: 199.
SONDEOS DE OPINION PUBLICA: 1. TELEVISION: 79, 200.
por cable: 79.
TARIFAS PUBLICAS: 19. Pública: 200.
Discriminación injusta: 19. TEXTOS LEGALES ORDENADOS: 89.
TARJETA DE CREDITO: 199. TORTURAS Y MALOS TRATOS: 90, 91.
investigaciones 1 (1998).
Extradición, garantías del Estado requirente: 90, 91. CIONES UNIDAS: 197.
TRABAJADORES: 99, 104, 105, 177. Jurisprudencia: 197.
TRATADO CE: 26, 27, 28, 104, 105. TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LAS COMUNIDA-
art. 30: 28. DES EUROPEAS: 27, 197.
art. 36: 28, 104. Competencia: 27.
art. 48: 105. Interpretación del derecho comunitario e interno: 27.
art. 56: 28. Jurisprudencia: 197.
art. 59: 28. TRIBUNALES PENALES INTERNACIONALES:
art. 177: 26, 27. 198.
TRATADO CEE: 28. TUTELA JUDICIAL EFECTIVA:
art. 85.1: 28. v. DERECHO DE DEFENSA
TRATADOS: 43.
Interpretación: 43. USOS Y COSTUMBRES: 92.
Buena fe: 43. de derecho internacional: 92.
TRATADOS INTERNACIONALES: 43, 91, 92. UTILIDAD PUBLICA: 78.
Control de constitucionalidad: 91. Control judicial: 78.
Jerarquía en el derecho interno: 92. Valoración: 78.
Buena fe: 43.
Interpretación: 43. VIDA HUMANA: 93.
TRATOS CRUELES E INHUMANOS: 44. Protección prenatal: 93
investigaciones 1 (1998).