Fallos S Infracciones
Fallos S Infracciones
Fallos S Infracciones
Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Real de Azúa, Julio”, del año 1946.
7. NE BIS IN IDEM.
No obstante que el alcance del principio en cuestión, debe ser reconocido en la faz
infraccional tributaria como la prohibición de la doble persecución penal, no hay
afectación a dicho principio en un caso donde no se dictó en el primer sumario que
se le instruyó a la actora un acto estatal que definiera su situación frente a la
infracción imputada, sino sólo un acto de acusación que, luego del descargo y sin
que transcurran más etapas, fue dejado sin efecto.
En segundo lugar, a diferencia de la doctrina elaborada por el Máximo Tribunal en
dos precedentes que reconocieron la afectación del principio (fallos “Alvarado,
Julio”, del 07/05/1998 y “Sandoval, David Andrés”, del 31/08/2010), si en autos
existió una retrogradación del procedimiento, fue porque la vista e imputación de
infracción no se formularon siguiendo las formas legales, lo cual aparejaba su
nulidad.
Así, no existió una modificación de los hechos mediante la declaración de nulidad en
sede administrativa, sino una errónea calificación jurídica que justamente,
fundamentó tal declaración.
No cabe eximir al contribuyente que ingresó una suma inferior a la debida por un
tributo -Impuesto a las Ganancias- de los intereses resarcitorios previstos en el
artículo 42 (actual artículo 37) de la Ley 11.683, si sostuvo un criterio de
interpretación de la ley tributaria distinto del esgrimido por el juez de la causa -en el
caso, al entender que el Impuesto a los Activos era deducible de la base imponible
del Impuesto a las Ganancias, no obstante la falta de desembolso efectivo por tal
concepto-, con prescindencia de la complejidad de la cuestión debatida.
Por otra parte, el tipo infraccional que se examina en el caso se integra con la
Resolución General 3419 (DGI), la que con total claridad prescribe tanto la
obligatoriedad de emitir facturas, excepto en los casos que ella misma establece
(Art. 2º y 3º), cuanto la de cumplir con ciertos requisitos y formalidades al emitir los
respectivos comprobantes (Art. 5º y 6º).
Las denuncias por las cuales se da cuenta que en dos oportunidades, la rubrada no
habría emitido espontáneamente comprobantes con las formalidades exigidas por la
normativa vigente, acompañadas de elementos que las sustentarían (tickets no
válidos como facturas), tienen entidad suficiente para habilitar al juez administrativo
a utilizar la atribución de excepción y de uso prudente y restrictivo de autorizar a los
inspectores a actuar como compradores de bienes, con el fin de constatar el
cumplimiento de las normas establecidas por la AFIP en materia de facturación de
conformidad a lo previsto por el artículo 35, inciso g) de la ley 11.683.
Es decir que, en virtud de la expresa concesión hecha por las Provincias hacia la
Nación en materia tributaria, la intervención de la Justicia Federal en la investigación
y juzgamiento del injusto previsto en el artículo 44 de la ley 11.683 se encuentra
habilitada.
Cámara Federal de San Martín, Sala I, “Gormaz, José Luis”, del 12/02/2002. En
igual sentido, Cámara Nacional en lo Penal Económico, Sala B, “Ritorto,
Diego”, del 03/08/2000.
Juzgado Federal de Mar del Plata Nº 1, “Deleites del Cabo S.A.”, del
20/02/2015.
27. DECOMISO
Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV, “Jerez, Víctor E.”, del 08/09/2003.
Si bien es correcto que las infracciones deben ser imputables tanto objetiva como
subjetivamente para justificar la imposición de una sanción, el artículo 45 no exige
una intención dolosa, sino que resulta suficiente la culpa del contribuyente en el
cumplimiento de sus obligaciones fiscales. Es la actora quien debe demostrar la
falta del elemento subjetivo requerido para tener por configurado el ilícito que se le
imputa, en atención a la inversión de la carga de la prueba que se produce en las
infracciones tributarias, sin que la recurrente haya arrimado elementos que sirvan
para desvirtuar la pretensión tributaria en que se funda la sanción.
Tribunal Fiscal de la Nación, Sala B, “Cine del Parque S.R.L.”, del 28/05/2002.
Si bien luego de vencido el término para presentar la declaración jurada del período,
y presentada o determinada de oficio la misma, el Fisco no pueda reclamar el pago
de anticipos, por ausencia del presupuesto de exigibilidad de los mismos, no se ve
alterada la situación originada en la mora de su ingreso, en virtud de ostentar dichos
anticipos el referido carácter de obligaciones de cumplimiento independiente.
Tribunal Fiscal de la Nación, sala B, “Matafuegos Mar del Plata S.A.”, del
03/12/2010, del voto en disidencia parcial del Dr. Castro, con cita del
precedente del mismo Tribunal, "Paz Anchorena, J. M.", del 17/11/1976.
Debe revocarse el fallo del Tribunal Fiscal, y de este modo confirmar la multa
aplicada por defraudación, en virtud de la aplicación del inciso b) del artículo 47, en
un caso donde se utilizó facturación apócrifa con el propósito disminuir su carga
tributaria.
Para que la figura de la defraudación fiscal del artículo 46 resulte procedente, debe
verificarse la realización del tipo objetivo, la inexistencia de causales de justificación,
que el sujeto sea imputable y que se compruebe en forma directa la presencia de
dolo en su accionar. Para la aplicación de dicha figura se debe contar con el
sustento de otros elementos que acrediten la existencia de una actividad dolosa
tendiente a defraudar los intereses del Fisco, ya que no resultan suficientes los
mismos que han sido tenidos en cuenta a efectos de determinar el impuesto omitido.
Más aún, con respecto al elemento subjetivo del ilícito, se ha interpretado que se
requiere no solo la intención (dolo) de evadir el pago del impuesto, sino que también
se exige un plus representado por la existencia de un ardid o engaño realizado por
el sujeto activo del ilícito con el objeto de generar un error en la víctima de aquel. No
toda falta de pago intencional del impuesto adeudado constituye un supuesto de
defraudación fiscal, sino solo aquella evasión que va acompañada de un artificio
dirigido a evadir el tributo.
De la lectura del acto se extrae que la Administración no ha expresado, o sólo lo ha
hecho escuetamente, las razones por las que la conducta del contribuyente queda
comprendida en el inciso a) del artículo 47, de manera tal que haga operativa la
presunción. La AFIP debió probar por qué la contradicción era grave, calificativo que
exige el legislador en el citado inciso.
Cada uno de los distintos supuestos del artículo 47 tiene su individualidad y requiere
que en su aplicación, por el principio de tipicidad penal, exista un estricto ajuste
entre la norma y los hechos.
En el inciso a) del artículo 47, se realiza una confrontación entre las registraciones y
documentaciones, y con la declaración jurada con datos de allí extraídos, siendo
necesario que de dicha comparación surja "una grave contradicción" todo lo que
debe ser debidamente explicado por el juez administrativo al momento de aplicar la
sanción a excepción de algún caso donde dicha situación surja con absoluta
evidencia. Como puede observarse, no es la simple contradicción lo que funda el
presupuesto de hecho, sino que la misma requiere "gravedad" que puede surgir por
ejemplo de los montos que se omiten, o de la cantidad de comprobantes que no han
sido receptados en la declaración jurada.
En el inciso d) exige que el Fisco acredite que el contribuyente tiene una entidad
jurídica (por ej.: SA) o económica (importancia de su movimiento e inversión) que
sea imposible pensar que pueda actuar sin necesidad de la documentación
necesaria para ello, sin causa que lo justifique.
Finalmente, en el inciso e) se aparta del método utilizado en los casos anteriores
donde de una situación objetiva se deriva a una subjetividad dolosa por presunción
legal, mientras que en este supuesto, el legislador, consideró que el presupuesto de
hecho base de la presunción de dolo es casi la misma conducta dolosa. Obsérvese
que expresa que se "declaren" o "hagan valer" ciertas formas o estructuras
inadecuadas o impropias que "oculten" o "tergiversen" la realidad. El supuesto se
dirige a conductas concretas de los contribuyentes, tales como declarar, hacer valer,
ocultar o tergiversar donde el legislador prácticamente ha superpuesto esta
conducta con la del artículo 46, ya que la valoración de dichas acciones, en nada ha
aliviado, para el Fisco, la inversión de la carga de la prueba del dolo que estatuye el
artículo 47.
Corresponde revocar la multa aplicada por la AFIP en los términos del artículo 48
por el ingreso extemporáneo de las retenciones practicadas, toda vez que con los
elementos arrimados a la causa en el caso, copia del acuerdo celebrado para
rebajar provisoriamente los salarios del personal, suspender a la totalidad de éstos
durante algunos días al mes y despedir a varios de ellos- la actora probó la crisis
económica y financiera alegada, correspondiendo que sea exculpada por la mora
incurrida, máxime cuando el lapso transcurrido fue menor a quince días hábiles, lo
cual resulta insuficiente para que haya podido usufructuar las retenciones
declaradas en término.
El imputado optó por asignar los recursos de los que disponía su empresa a cubrir
rubros que consideró absolutamente esenciales para la continuidad de sus
actividades; tuvo como objetivo primordial, según lo protestó enfática y
coherentemente, mantener la fuente de trabajo para varios centenares de obreros y
empleados.
El régimen de los recargos está informado del principio de legalidad que rige en
materia tributaria. La aplicación de una pena requiere el máximo de las garantías
legales para evitar su imposición injusta. No puede haber pena sin ley que
determine precisamente; el sujeto pasivo de la sanción, el hecho imponible y el
quantum de la pena.
45. PRESCRIPCIÓN.
Debe revocarse el fallo del Tribunal Fiscal que resolvió, por mayoría, que el artículo
44 de la Ley 26.476 resultaba inaplicable al caso en función del principio que
imponía la "no operatividad de la ley penal más gravosa", ya que el mismo se
excedió de sus facultades jurisdiccionales, en la medida en que el artículo 185 de la
ley 11.683 importa una limitación a las decisiones del Tribunal Fiscal, que no podía
pronunciarse acerca de la falta de validez constitucional de las leyes tributarias y
sus reglamentaciones.