Guía 8º
Guía 8º
Distorsión:
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5. ¿Cuál es la intención comunicativa que cumple la mención del catecismo en el segundo 7. ¿Cuál es el sentido de la palabra RECOGERLO en el contexto del primer párrafo del
párrafo del fragmento leído? fragmento leído?
A) Diferenciar este texto para niños de la poesía infantil que se lee en las escuelas. A) DISPONERLO
B) Citar un libro infantil, propio de la educación primaria, que se lee con poco interés. B) AGRUPARLO
C) Criticar los libros para niños a partir de un texto en particular que no se vuelve a leer. C) JUNTARLO
D) Reforzar, a través de una comparación, que Ternura quedó anclado en la escuela. D) OBTENERLO
6. ¿Cuál de las siguientes opciones sintetiza adecuadamente el contenido del fragmento 8. ¿Cuál es el sentido de la palabra RONDANDO en el contexto del segundo párrafo del
leído? fragmento leído?
TEXTO 2 9. ¿Cuál es el sentido de la palabra HASTIADOS en el contexto del segundo párrafo del
fragmento leído?
1. “Hoy todo el mundo tiene una cámara digital o un teléfono móvil con el que tomar
fotografías; el resultado es que, donde y cuando quiera que esté sucediendo algo en el A) INCÓMODOS
mundo, habrá alguien presente que pueda recogerlo fotográficamente y después vender sus B) HARTOS
imágenes a un periódico o página web, de ahí que las barreras entre un fotoperiodista y un C) ENOJADOS
aficionado a las instantáneas estén desapareciendo. D) DESINTERESADOS
2. Hay miles de millones de fotografías rondando por el ciberespacio y existe el riesgo de
una sobrecarga de imágenes que nos deje definitivamente hastiados y que haga que 10. ¿Cuál de las siguientes opciones representa la idea principal del primer párrafo?
pensemos que ya hemos visto todo lo que había que ver”.
A) Existe un exceso de imágenes, lo que reduce las posibilidades de mostrar algo original.
Reuel Golden, 2010, Introducción, Fotoperiodismo, Editorial Libsa Sa B) El fotoperiodismo se ha vuelto innecesario producto de la masificación de las imágenes.
(fragmento). C) Actualmente, muchas personas pueden acceder a un teléfono móvil o cámara digital.
D) Han ido desapareciendo los límites entre el fotoperiodista y el fotógrafo aficionado.
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11. A partir de la lectura del fragmento, es posible inferir que el emisor: En la mía también, señora le contestó el Rey con dura voz. Informantes me acaban de revelar que un
grupo de conspiradores está pronto para alzarse en armas contra mí.
I. es un fotoperiodista. Dándole tiempo para que evaluara sus palabras, agregó en voz más baja, casi seductora: los que en
las sombras se esconden habrán de necesitar su ayuda.
II. posee una postura crítica acerca de la sobrecarga de imágenes.
III. muestra una gran afición por la fotografía. Vastas son las sombras, pensó la Muerte calculando su parte. Y una vez más aceptó postergar la
salida.
A) Solo I Al atardecer del día siguiente, un mancebo fue apuñalado en un corredor oscuro, un ministro murió
junto a una columna atravesado por una espada, mientras que de lo alto de una escalera una dama
B) Solo II caía envenenada. Antes del nuevo amanecer el verdugo decapitó las otras cabezas que habían
C) Solo III conspirado contra el Rey.
D) Solo I y II Su Majestad, ya esperé más de la cuenta dijo la Intransponible después de recoger la carta. Mande
ensillar su caballo. Y partamos.
Noche, todavía no. Pero las nubes tan oscuras que era como si lo fuera. Y en la oscuridad pesada la
Muerte, envuelta en un manto, galopaba su negro caballo hacia el palacio. Los cascos incandescentes Es verdad, ha esperado. Pero fue altamente recompensada le contestó el Rey. Mandaré ensillar el
incendiaban el pasto. Las piedras se deshacían en destellos. caballo como me pide. Y partiremos. Pero no para seguir su senda. Les acabo de declarar la guerra a
los países del Este. Y necesito su presencia en los campos de batalla.
Frente a la muralla, no gritó ni se apeó para llamar a la puerta. El manto crepitaba al viento. El caballo
escarbaba la tierra con la pata. Ella aguardaba. Por antigua experiencia, la Muerte sabía cuánto podría cosechar en esos campos. Sin decir palabra
emparejó su caballo con el del Rey y emprendió el largo viaje. Había mucho trabajo por delante.
Al instante los pesados batientes se abrieron en un chirrido de herrajes. Y la Temible fue conducida en
presencia del Rey. No era trabajo de un día. Ni de dos. Muchos días transcurrieron. Meses. Años. En que la Sombría no
se daba tregua, cortando, quebrando, arrancando. Y cosechando. Cosechando. Cosechando.
Su Majestad, os he venido a buscar dijo sin rodeos.
Y como había cosechado tanto, llegó un momento que la guerra no podía continuar más. Y terminó. Al
No me negaría a un llamamiento tan definitivo si no tuviera una buena razón respondió el monarca con frente del ejército diezmado el Rey y la Muerte retornaron a palacio. Y en la sala, ya desprovista de
idéntica exactitud. Pero le pido que no partamos ahora. Mañana habrá un torneo en los jardines del caballeros, el Rey firmó el tratado de paz.
palacio. Y estoy seguro que su presencia dará otro valor a la disputa.
Fresca aún la tinta, la Insaciable se aproximó al Rey para recordarle que otro viaje lo aguardaba.
Un instante fue suficiente para que la Muerte evaluara el pedido. Y estuviera de acuerdo. Al fin y al
cabo, un día menos poco pesaría en la eternidad. Pero pesarían mucho los que ella llevaría. Iré, amiga mía le contestó con voz gastada de tanto gritar órdenes. Pero mañana. Ahora es tarde. Y
estoy tan cansado. Permítame dormir en mi cama sólo esta noche.
Se retiró pues, esperando el amanecer.
Y puesto que la Muerte hesitaba: Sea generosa conmigo, que le he dado tanto.
Estando aún oscuro, el castillo se agitaba preparando el torneo. Caballeros llegaban de lejos. En los
jardines se armaban tiendas de campaña. Hogueras ardían en los talleres de los armeros. Cuando el Una noche, pensó la Invencible, no haría diferencia. Y también ella merecía un descanso. Como en el
sol nació, farfullaron las sedas, los gallardetes, las hojas de los árboles, y un idéntico brillo metálico día de su llegada, ahora tan lejano, se retiró a sus aposentos.
saltó de las miradas, de las armaduras, de las joyas de las damas. En un instante sonaron los clarines
y los caballos partieron a galope. Y la sangre floreció en el césped. Silencio en palacio. Sólo el sueño recorría los corredores. Pero en su habitación el Rey permanecía
despierto. Había llegado el momento. Se levantó, se cubrió con un manto, agarró el candelabro con la
Por la noche la Susurrada se dirigió otra vez al Rey. vela encendida, abrió la pequeña puerta que una cortina ocultaba y entró en el pasadizo secreto
tratando de no hacer ruido.
Su Majestad, en mi morada nos esperan.
Bajó algunos peldaños, siguió por el fangoso piso entre paredes estrechas, bajó una escalera enorme,
avanzó por una especie de corredor interminable, bajó otros peldaños. Finalmente, con la cabeza
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gacha para evitar las telas de araña, dio un tirón a una argolla de hierro y una puerta se abrió. Había
llegado a la caballeriza.
De un suspiro el viento apagó la vela. Tanteando agarró montura y arreos, y con gesto rápido ensilló el
caballo. Lo montó de un salto. Le clavó las espuelas. Soltó las riendas. Y ya estaba afuera galopando
en la noche, alejándose de palacio.
Galopaba el caballo. Por un instante las nubes se abrieron, la luz de la luna mordió el pescuezo de la
bestia. Fue entonces que el Rey notó que el caballo era más negro que las tinieblas. Y que al pasar,
los cascos incandescentes quemaban el pasto deshaciendo las piedras en destellos.