Adolescencia Intro
Adolescencia Intro
Adolescencia Intro
ansiedad, estrés y
depresión en
adolescentes
ASIGNATURA: Introducción a la investigación científica de las
ciencias naturales
PROFESORA: Marcela Durán
ALUMNOS: Ochoa Mathias, Flores Karen, Mendieta Aylen,
Yonar Lucas, Puca Facundo, López Jazmín, Jiménez Carla.
INSTITUCIÓN: IRL N° 8084 P. Ramón Barrufet
Año: 2019
Adolescencia:
Según Amorín, la adolescencia proviene del latín del vocablo “adolescens”, participio presente
de adolescere: crecer. Para los romanos ir creciendo e irse convirtiendo en adulto. (1)
Una de las definiciones más utilizadas, es aquella proporcionada por la Organización Mundial de
la Salud (OMS) la cual considera a la adolescencia como el periodo que abarca de los diez a los
diecinueve años, utilizando criterios referentes a la maduración y madurez sexual y
reproductiva. (2)
Se entiende a la adolescencia no como un hecho universal aislado, sino que debería hablarse de
adolescencias en plural, ya que si bien implica cambios biológicos similares en todo sujeto,
caracterizados principalmente por el momento de transición de la pubertad a la adultez, se
podrán diferenciar entre sí por diversos factores, tales como el extracto social al que
pertenezcan, su historia personal que será determinante a la hora de generar subjetividades,
etc.
Amorín, plantea sub-categorías, las cuales se diferencian por la edad en que se presentan y por
las características que van adquiriendo: (1)
1. Adolescencia temprana: periodo que abarca de los ocho a las quince años
aproximadamente. Esta etapa podría dividirse en pre-pubertad (de los ocho a los once
años), pubertad (de los once a los catorce años) y adolescencia temprana (de los catorce
a los quince años).
Aquí se pueden visualizar cambios como: desarrollo de los caracteres sexuales primarios
y la aparición de los secundarios, cambios en la apariencia física, así como también a
nivel biológico la menarca en el caso de la niñas y la eyaculación en los varones. También
se pueden observar cambios en el comportamiento como: actitudes desafiantes,
oposicionismo y conductas conflictivas en general. En esta etapa se hace visible cierta
distancia entre el yo psicológico y el yo corporal.
2. Adolescencia media: va desde los quince a los dieciocho años, donde se destaca con
fuerza lo psicológico. Aquí se continúan los cambios que se iniciaron en la etapa anterior,
marcándose la crisis de identidad. Se entiende como un “segundo nacimiento
psicológico”, según lo que plantea Amorín (2008, p. 125).
3. Adolescencia tardía: comprendida desde los dieciocho a los veintiocho años. Podría
entenderse este momento como un fenómeno de pos-adolescencia. Se pueden
visualizar aquí el anhelo por lograr las metas personales como ser, independencia
económica, de los padres, deseo de tener una pareja estable, alcanzar los objetivos
laborales y/o vocacionales.
Enfoques de la adolescencia:
Enfoque biológico:
Los principales indicadores que indican el comienzo de la adolescencia son los cambios
corporales, como la voz, vellosidades, desarrollo de los órganos sexuales, etc. Según factores
ambientales, alimenticios o hereditarios, los cambios adolescentes se presentarán de forma y
en momentos distintos para cada sujeto. (Prieto, 2010). (3)
En esta etapa se pueden apreciar sentimientos de vergüenza e incomodidad, ya que el
adolescente tenderá a pensar que el entorno está alerta a sus cambios, por esto, el adolescente
prefiere pasar más tiempo consigo mismo, por ejemplo encerrado en su habitación re-
descubriéndose. Al buscar la aceptación del entorno, el adolescente comenzará a dedicarle más
tiempo a su apariencia y cambiará constantemente su forma de vestir, caminar, hablar, etc.
(Prieto, 2010).
Enfoque psicológico:
Trastorno: (6)
Según Myers, un trastorno psicológico puede ser definido como una “disfunción perjudicial” por
la cual una conducta es juzgada como atípica, perturbada, inadaptada e injustificable.
Perspectivas:
Perspectiva pre-científica: trastornos atribuidos a fuerzas extrañas, como el movimiento de las
estrellas, los poderes divinos o los espíritus malignos.
Tratamientos: exorcismos (golpear, quemar o castrar), extracción de dientes u otras partes del
cuerpo, sangrías, etc.
Perspectiva médica: Los trastornos psicológicos son enfermedades mentales que se pueden
diagnosticar sobre la base de sus síntomas y curarse mediante terapia, que puede incluir un
tratamiento en un hospital psiquiátrico o un seguimiento farmacológico.
Siempre se piensa que el estrés es algo que afecta a la gente mayor que trabaja y llega a casa
cansada, como los padres. Sin embargo, la adolescencia es una etapa de especial estrés. Esta
palabra significa la reacción del sistema nervioso y de todos los sistemas del cuerpo ante
situaciones difíciles o dolorosas que uno se siente incapaz de afrontar. Cuando uno percibe una
situación dolorosa o difícil, la mente y el cuerpo se preparan como si fueran a afrontar un peligro.
Un número de influencias físicas, psicológicas y sociales son ejercidas sobre el individuo en esta
etapa del desarrollo, así de esta manera se presentan una lista de estresores típicos del
adolecente: crecimiento puberal, cambios hormonales, cambios en la relación de los padres
hacia los adolescentes, entre otros.
Cuando se tienen que encarar varios cambios en un período corto de tiempo, el cuerpo se cansa
de adaptarse y plantar cara, y, poco a poco uno pierde resistencia y empieza a sentirse mal.
Un determinado grado de estrés estimula el organismo y permite que este alcance su objetivo,
volviendo a la “normalidad” cuando el estímulo ha cesado. Por ejemplo, cuando un atleta
intenta conseguir un buen resultado en una competición, está sometido a un estrés que implica
un aumento de la actividad muscular (mas irrigación, el corazón late más rápido, etc.) lo que le
ayudara a alcanzar el éxito y conseguir su objetivo. Una vez finalizada las pruebas atléticas, se
produce un descenso de las constantes y el organismo vuelve a su estado basal.
Las personas que están pasando por una sobrecarga de estrés muestran algunos de los
siguientes síntomas:
• Ansiedad o ataques de pánico.
• Constante presión, confusión y apresuramiento.
• Irritabilidad y melancolía.
• Aislamiento.
• Agresividad.
• Síntomas físicos: problemas estomacales, dolores de cabeza y dolores de pecho.
• Reacciones alérgicas: eczema y asma.
• Problemas del sueño.
• Beber en exceso, comer en exceso, consumir drogas.
• Tristeza o depresión.
Todas las personas sienten el estrés de una manera diferente. Algunas personas se enfadan,
comportándose de manera poco apropiada y desquitándose con los demás. Otras personas lo
esconden y comienzan a padecer de problemas alimentarios o abuso de sustancias ilegales. Las
personas que padecen de una enfermedad crónica también notan que los síntomas de su
enfermedad se acrecientan cuando tienen una sobrecarga de estrés.
De acuerdo con Arnold, en el 1990, además del estrés normal del desarrollo de la adolescencia,
la gente joven enfrenta un número de estresores Psicosociales:
C. Los cambios en la escuela: Durante la adolescencia los jóvenes cambian de escuela, por
ejemplo, de la escuela primaria a la secundaria, y el cambio en los programas de
aprendizaje y expectativas. El cambio de escuela es un evento lleno de estrés para
muchos adolescentes y resulta en una más baja autoestima, teniendo en este sentido
una regla que se puede generalizar y que se refiere a que a mayor estrés corresponderá
menor autoestima, y a mayor autoestima menor estrés (Álvarez Icaza y Lucio Gómez-
Maqueo, 2004). Esto resultando en un incremento en el ajuste específico de los
problemas, especialmente cuando la transición de las escuelas ocurre al mismo tiempo
que el pico del cambio puberal.
E. El divorcio entre los padres: otro factor de estrés entre los adolescentes. Más de 1.2
millones de niños que se encuentran por debajo de los 18 años de edad, atraviesan
estas etapas agudas de divorcio de los padres anualmente (Jelinek y Slovik, p. 198:
Arnold, 1990). En los adolescentes se ha encontrado que un factor importante es su
abandono real o percibido y su rechazo por la no custodia de los padres. El estrés de
esta pérdida percibida resulta en pena, depresión y posible auto-culpa.
Los desórdenes relacionados con estrés que prevalecen en los adolescentes, son la depresión,
el abuso de sustancias y los desórdenes de alimentación. Además de las variaciones en las
características biológicas, psicológicas y sociales que interactúan con los estresores ambientales
para crear desórdenes en el desarrollo de los adolescentes.
Los factores de riesgo genéticos claramente influencian el desarrollo de la depresión en los
adolescentes. La evidencia de cantidades anormales de neurotransmisores se ha encontrado en
personas jóvenes con depresión (Kashani y Cantwell,1983:Arnold, 1990).
Los niños de padres deprimidos tienen un mayor riesgo para desarrollar depresión, debido tanto
a su vulnerabilidad genética incrementada y debido a deficiencia de su disponibilidad y
estabilidad de sus padres enfermos. Estadísticas fidedignas, llaman la atención sobre una
aparente y reciente incremento de la depresión que no está disponible, sin embargo, las
estadísticas disponibles para el suicidio frecuentemente muestran una relación con la depresión.
La incidencia del suicidio en los adolescentes se ha triplicado cercanamente desde 1950. Al
evaluar el potencial de suicidio en los adolescentes, es importante evaluar el estrés ambiental y
la habilidad de enfrentamiento del adolescente.
Parte de esta explicación del aumento del suicidio en los adolescentes, es que el estrés de los
adolescentes se ha incrementado, mientras que los apoyos ambientales han disminuido,
conduciendo al adolescente a mayor vulnerabilidad. Los estudios recientes también han
reportado un efecto de contagio, que ocurre cuando hay un rol que va modelando hacia el
suicidio. (Gould y Shafer,1986: Arnold, 1990) tales como los medios de publicidad.
El estrés presenta gran cantidad de manifestaciones poco perceptibles, pero que cuyos efectos
son devastadores para la salud de los adolescentes. Tal y como lo demuestran investigaciones
realizadas acerca de este padecimiento, donde se han encontrado evidencias contundentes de
su relación directa con muchas de las principales causas de muerte, alterando el funcionamiento
general del organismo favoreciendo la aparición de otras enfermedades tales como; cáncer,
enfermedades cardiacas, cirrosis del hígado, enfermedades pulmonares, accidentes y suicidio.
Estimulando en este sentido los comportamientos de los individuos poco saludables, como el
fumar, el consumo excesivo de alcohol, drogas, bulimia, etc., Convirtiéndose por tanto en el
problema de salud más común en muchos países del mundo.
Diagnóstico:
● Historia de un evento traumático
● Síntomas
Para diagnosticar trastornos de estrés agudo y trastornos por estrés postraumático, los síntomas
deben causar angustia sustancial o evitar que el adolescente realice sus actividades con
normalidad.
El diagnóstico por estrés agudo se establece si los síntomas duran entre 3 días y 1 mes. El
trastorno por estrés postraumático se diagnostica cuando los síntomas duran más de 1 mes.
Tratamiento:
● Psicoterapia
● Terapia conductual
● A veces, medicamentos
Ansiedad
El concepto ansiedad hace referencia al termino latino “anxietas”, que significa la condición de
una persona que experimenta una conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación.
Para la medicina la ansiedad es el estado angustioso que puede aparecer junto a una neurosis u
otro tipo de enfermedad y que no permite la relajación y el descanso del paciente.
Para el psiquiatra Rojas (1966) la ansiedad es un temor ante algo no especificado, difuso e
inconcreto que en el TAG (trastorno de ansiedad generalizado) no se debe a algún estimulo
exterior presente, es decir, no tiene un objeto determinado.
Lo que busca el individuo es defenderse ante algo peligroso los individuos ansiosos están
constantemente anticipando lo peor para situaciones futuras; creando un estado de
incertidumbre y de actuación neurofisiológicas que pone a funcionar mecanismos de control de
la vigilancia (corticales y subcorticales).
Si la ansiedad no es excesiva y no dura largos periodos, es adaptiva al igual que el miedo.
Según Dickey (2000) en los adolescentes los trastornos de ansiedad son más frecuentes en
mujeres que en varones. Los adolescentes experimentan ansiedades en su vida cotidiana en
situaciones como el colegio, el grupo de pares, las mudanzas o la perdida de algún familiar, etc.
Estas situaciones pueden propiciar la aparición de reacciones de ansiedad o un desorden de
ansiedad.
FOBIA SOCIAL: La fobia social se caracteriza por el temor persistente ante situaciones
que implican el contacto social con personas desconocidas y, por tanto, el hecho de ser
visto por los otros. El adolescente experimenta miedo, vergüenza, sentido del ridículo y,
en ocasiones, ataques de pánico por el mero hecho de tener que ir a una celebración,
hablar en público o con desconocidos, hablar en grupo, tratar con el jefe de estudios o
el director del colegio, etc.
SINTOMAS
Teniendo en cuenta que existen dos tipos de ansiedad (la normal y la patológica), podemos decir
que: cuando la ansiedad es normal, nos alerta y protege, pero cuando es patológica, nos causa
sufrimiento, y en algunos casos extremos nos recluye e invalida socialmente. (M. Pérez de la
Mora, 2003).
Cuando la ansiedad es intensa, el individuo experimenta una sensación de inquietud y
aprehensión que se acompaña de un aumento en la vigilancia del entorno, dificultad para
concentrarse, aumento de la tensión muscular, palpitaciones, sudoración, falta de aliento, entre
otros. Si hablamos, por ejemplo, de los individuos que sufren de la enfermedad de pánico, a los
síntomas anteriores, que en ellos se encuentran muy acentuados, se añade una sensación de
irrealidad, y de estar separado de uno mismo, así como un marcado temor a volverse loco, a
desmayarse o incluso a morir (M. Pérez de la Mora, 2003).
Esta patología puede provocar síntomas como: inquietud o impaciencia, fatigabilidad fácil,
dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, alteraciones del sueño
(dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de un sueño no
reparador) (DSM-IV-TR).
Un área de contenido que ha distinguido siempre a los pacientes con trastorno de ansiedad
generalizada de los demás es la preocupación excesiva sobre asuntos menores: problemas
cotidianos y horarios, por ejemplo (Roemer y otros, 1997; Sanderson & Barlow, 1990).
Los pacientes con trastorno de ansiedad (generalizada) no están exentos de habilidades para
resolver problemas, pero los orientan mal, y muestran muchas más dificultades para tolerar la
ambigüedad (Ladouceur, Blais, Freeston y otros, 1998).
Las personas con fobia social (trastorno de ansiedad) sufren temores persistentes, por
una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a
personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás.
Él reconoce que este temor es excesivo o irracional. (DSM-IV-TR)
Estos son, entre otros, los problemas que afectan a la población con uno o más
trastornos de ansiedad. Podemos observar que estas personas ven reducidas parcial o
totalmente sus actividades sociales debido a la condición psicológica que poseen.
Por ejemplo, la ansiedad de carácter intenso que sólo aparece coincidiendo con grandes ingestas
de productos que contienen cafeína debe diagnosticarse de trastorno de ansiedad inducido por
la cafeína, con ansiedad generalizada.
En el cuadro anterior se muestran los criterios para el diagnóstico del trastorno de ansiedad
generalizada según el CIE-10.
A nivel mundial:
Se calcula que, en el 2015, la proporción de la población mundial con trastornos de ansiedad fue
de 3,6%. Del mismo modo que en el caso de la depresión, los trastornos de ansiedad son más
comunes en las mujeres que en los hombres (4,6% en contraste con 2,6%, a nivel mundial).
El número total estimado de personas con trastornos de ansiedad en el mundo es de 264
millones en el 2015, lo que refleja un aumento de 14,9% desde el 2005 a consecuencia del
crecimiento y el envejecimiento de la población.
Nivel nacional (Argentina):
Definición:
La química cerebral
Los neurotransmisores son unas sustancias químicas que ayudan a transmitir mensajes entre las
células nerviosas del cerebro. Algunos neurotransmisores regulan el estado de ánimo. Cuando
una persona sufre una depresión, estos neurotransmisores pueden estar en concentraciones
muy bajas o pueden no ser eficaces.
Los genes y la química cerebral pueden estar conectados: tener los genes de la depresión puede
hacer más probable que una persona tenga el problema de los neurotransmisores como parte
de su depresión.
Síntomas:
Aunque el diagnostico no es difícil, a menudo la depresión en niños y adolescentes no es
detectada o tratada. Al inicio, las personas jóvenes tienden a presentar problemas conductuales
o físicos, los que pueden ocultar los síntomas depresivos típicamente observados en los adultos.
Los problemas que pueden indicar una posible depresión incluyen1:
• Irritabilidad o mal humor
• Aburrimiento crónico o pérdida del interés en actividades de ocio que antes disfrutaba
• Retraimiento social, o no querer “pasar el rato” con los amigos
• Evitar ir a la escuela
• Disminución en el desempeño académico
• Cambios en el patrón de sueño-vigilia
• Frecuentes quejas de sentirse enfermo, dolor de cabeza, dolor de estómago, que no
tienen explicación.
• Desarrollo de problemas conductuales
• Abusar del alcohol u otras sustancias.
Es importante determinar si los problemas actuales representan un “cambio” respecto a nivel
de funcionamiento o carácter previo por ejemplo, la depresión puede explicar el bajo
desempeño académico de un adolescente de 15 años de edad, que antes era el mejor de su
clase.
Circunstancias que aumentan el riesgo de depresión:
• Problemas escolares
• Depresión en los padres
• Experiencia de pérdida o estrés, incluyendo fallecimiento de seres queridos (padres)
soledad, cambios en el estilo de vida (cambio de país) o problemas en las relaciones
interpersonales (amigos).
• Situaciones conflictivas en el entorno (centro escolar, familiar, trato diferente por la
raza).
• Haber sufrido traumas físicos o psicológicos: acoso, abusos, negligencias en el cuidado.
• Enfermedades graves o problemas crónicos de salud.
• Algunas medicinas.
• Abusar del alcohol o consumir otras drogas no solo no ayuda, sino que empeora la
depresión.
Diagnostico:
Para realizar el diagnostico de este padecimiento se sugiere llevar a cabo una evaluación médica
completa con entrevistas con los padres del niño, identificación de múltiples factores, dentro de
los cuales se pueden mencionar comportamiento suicida, psicopatología, problemas
interpersonales familiares, entre otros. Se considera necesario la presencia de por lo menos 5
síntomas que tienen que estar presente durante un periodo de 2 semanas.
Es importante evaluar la gravedad del episodio depresivo ya que servirá para indicar el tipo de
tratamiento que debiese ser administrado en primer lugar.
Depresión leve Depresión moderada Depresión grave
Debe haber presentes 5 síntomas depresivos. Debe haber presente 6 o 7 síntomas depresivos.
Debe haber presente más de 7 síntomas depresivos
Dificultad considerable para continuar realizando el trabajo escolar, actividades sociales
y familiares. Pueden presentarse alucinaciones o delirios.
A menudo existe un riesgo significativo de suicidio
Tratamiento:
El Instituto Nacional para Salud y Excelencia Clínica (NICE) introdujo en 2005 lo que se conoce
como la espera vigilante como una estrategia para los niños y adolescentes diagnosticados de
depresión leve, que no quieren ser tratados.
Esto se utiliza en el caso en el que haya una posibilidad de remisión espontanea o cuando los
riesgos del tratamiento sobrepasan los beneficios.1
En 1998 la Academia Americana de Psiquiatría para niños y adolescentes publicó un documento,
en el cual sugiere empleo de fármacos inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS)
como primera en el tratamiento farmacológico de la depresión en niños y adolescentes, entre
los cuales está la fluoxetina que ha probado su eficacia en el tratamiento de estos trastornos.
Es necesario tener alta expectativas, es decir, buscar lograr la remisión total de los síntomas, y
un retorno al nivel de funcionamiento premórbido (recuperación). Cualquier otro tipo de
resultado es un resultado suboptimo, ya que la persistencia de los síntomas depresivos aumenta
la probabilidad de un funcionamiento psicosocial inferior de suicidio y de otros problemas, así
como también de recaídas y recurrencia.
En la mayoría de los casos, una buena práctica es involucrar a los padres del niño o el
adolescente en el proceso de evaluación y tratamiento pero el grado va depender de la edad del
niño, la etapa del desarrollo, sus deseos y circunstancias y la cultura del país.
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