Nuevas Tendencias
Nuevas Tendencias
Nuevas Tendencias
Nuevas tendencias
en el estudio
de los caminos
Conferencia Internacional en el
Ministerio de Cultura
26 y 27 de junio de 2014
EDITADO POR
Sofía Chacaltana
Elizabeth Arkush
Giancarlo Marcone
Diseño y diagramación
Edítalo SAC
Centenario 179-509A, Barranco, Lima 04
Impresión
Perú Print Pack S.A.
Jr. Sullana 2038, Urbanización Chacra Ríos Norte
Lima Cercado - Lima
Telf.: 425 7453
Octubre 2017
Contenido
Parte
y Karl LaFavre
Qawra Thaki:
el sistema de caminos
NETWORKS E INTERACCIONES transversales entre el altiplano
y los valles occidentales
REGIONALES
124
del sur peruano
Steve A. Wernke,
Gabriela Oré Menéndez,
030 Patrick Ryan Williams Carla Hernández Garavito,
Scotti C. Norman,
Una perspectiva comparada
de los caminos wari y tiwanaku: Lauren E. Kohut,
los antecedentes del Qhapaq Lawrence Waller,
Ñan Incaico Violetta Vylegzhanina y
048 R. Alan Covey,
Giancarlo Marcone Flores
Ejes de articulación: análisis
Donato Amado Gonzales, de la red espacial del Qhapaq
Lia Tsesmeli
y Melissa Clark 144 Ñan en el sur del Perú
Parte
Parte COMERCIO, PRODUCCIÓN
Y TRANSPORTE
PAISAJES Y TERRITORIO
este marco comparativo, repetimos el ideal de colabora- Dicha visión tradicional orientada a los sitios fue resulta-
ción internacional que ha estado presente durante todo el do tanto de su espectacular preservación y monumentali-
proceso de nominación del Qhapaq Ñan como Patrimo- dad como de nuestra tradición académica. Muchas veces
nio Mundial. nos hemos concentrado demasiado en los sitios. Pero de-
La idea fue discutir las problemáticas ligadas al cami- jamos sin respuesta otras preguntas de carácter medioam-
no, de manera fluida, con la participación de investiga- biental o social que no pueden ser contestadas desde los
dores con los que a veces nos encontramos separados, ya sitios arqueológicos, entendidos de manera tradicional.
sea por fronteras idiomáticas o nacionales. El resultado Así, perdimos algunas sutilezas del aprovechamien-
fue una conferencia y este libro que, estamos seguros, to del espacio en los Andes que, cada vez estamos más
está llamado a constituirse en un hito en el estudio de seguros, estructuró el espacio pero también las relacio-
los caminos incas, comparable con el clásico trabajo de nes sociales y políticas de las sociedades precolombinas.
Hyslop. Creemos que el presente volumen marca un hito en la
Ya desde los estudios pioneros de Alberto Regal investigación arqueológica nacional: nos desliga del si-
(1936) y luego, más claramente, con el trabajo de John tio y observa escalas regionales y panrregionales que nos
Hyslop (1984), el Camino Inca fue entendido como una facilitan tener visiones territoriales y contextuales de las
red vial. Esta red sirvió como articuladora de un sistema evidencias arqueológicas.
administrativo jerárquico de sitios, que incluía centros
administrativos y tambos. Estas fueron, al final del día,
las estructuras imperiales que permitieron una adecuada
administración del área imperial.
Esta visión de red vial se encuentra distorsionada
por el particular énfasis que en la arqueología peruana se
pone a los “sitios” arqueológicos. Esta testarudez de con-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
A raíz de o, mejor dicho, en parte por el surgimiento del Por esto pensamos que el camino, recurso con el que los
Proyecto Qhapaq Ñan en 2001 y por la confluencia de un incas modelaron el territorio andino, ha dejado una im-
proyecto internacional para su nominación como patri- pronta en la construcción de nuestra sociedad incluso
monio mundial, esta visión tradicional empezó a cam- hasta nuestros días, ya que continúa siendo usado y co-
biar. Las características de esta iniciativa nos obligaron a municando a los pobladores. De ahí nuestra convicción
modificar la escala en el análisis. Había que tener una con- de que su estudio y entendimiento contribuirán a conver-
cepción general que permitiera articular no solo el área tirlo en el eje sobre el cual se promuevan formas inclusi-
andina peruana sino también la regional. Este cambio de vas de manejo del patrimonio arqueológico, que permitan
escala también nos obligó a buscar —o descubrir— for- mover a nuestra nación fuera de esquemas excluyentes y
mas de manejo patrimonial del camino que permitieran de valoraciones utópicas del pasado, que cuestionen el
vincular el pasado con el presente de la red vial. simplismo de la historiografía clásica y que sirvan de eje
Sobre esta misma línea, gracias a esta iniciativa fue- para entender la relación entre nuestro territorio y nues-
ron incorporados antropólogos, geógrafos y otros cien- tra historia.
tíficos sociales que reunían, en el manejo del bien, con-
ceptos como territorio y participación comunitaria. Los
arqueólogos nos vimos obligados a abrir la disciplina, a
dejar nuestro letargo particularista y a vincularnos con
las otras ciencias sociales. La manera de conseguirlo fue ir
incorporando el marco conceptual del “paisaje” a la inter-
pretación arqueológica del mundo andino.
Esta ya no tan nueva tendencia incorpora una visión
de paisaje al estudio del Camino Inca y de la arqueología
inca en general, permitiendo no solo cambiar de escala de
análisis y enlazar el pasado con el presente, sino también
darle sentido a un manejo patrimonial al vincular el ca-
mino con su territorio y su gente.
La inclusión de marcos teóricos como los que presen-
tamos en este libro nos facilita concebir al camino como GIANCARLO MARCONE FLORES
una estructura social formada a partir de la adaptación co-
tidiana del poblador andino a su medio ambiente. Como
toda estructura, esta influenciará el desarrollo social del
área: una vez estructurado el paisaje andino y el movi-
miento a través de él, los siguientes procesos sociales ten-
drían lugar sobre el Qhapaq Ñan. Esta visión nos permite
ver la historia prehispánica, colonial y republicana con
un sentido de continuidad en la naturaleza del uso y en la
concepción del espacio que implícitamente se niega en la
PREFACIO
TERENCE N. D’ALTROY
COLUMBIA UNIVERSITY,
ESTADOS UNIDOS
13
En los anales de la historia humana, pocos fenómenos
preindustriales pueden rivalizar con el Qhapaq Ñan, el
majestuoso Sistema Vial Inca. En cuanto a su visión, esca-
la, magnificencia e inversión de trabajo/uso, tal vez solo
es superado por los sistemas viales romano y chino, así
como por la Gran Muralla China. Aun así, las construccio-
nes de Eurasia han recibido mucho más atención que la
infraestructura inca, tanto en estudios académicos como
por parte del ojo público.
Este volumen es un gran paso en la búsqueda de trans-
formar este desequilibrio. Se basa en información reco-
gida a lo largo de más de una década de investigaciones
colectivas por parte de cientos de investigadores y reúne
así diecisiete estudios originales sobre tramos del Camino
Inca más un capítulo resumen, de carácter comparativo, a
cargo de Elizabeth Arkush. En un grado solo equiparable
con el libro clásico de Hyslop (1984), estos artículos enri-
quecen nuestro conocimiento empírico y entendimiento
teórico del sistema vial del Tawantinsuyu (las Cuatro Par-
tes Unidas), la entidad política más poderosa de la Améri-
ca prehispánica.
El gran Camino Inca fue un logro extraordinario en
cuanto a diseño e ingeniería, que unificó al Imperio tanto
física como conceptualmente. Cuatro caminos principales
salían desde Cusco, la capital, hacia las cuatro partes del
reino, mientras que dos caminos longitudinales en eje nor-
te-sur conformaban la espina dorsal de todo el territorio
(figura 1). Para construir sus caminos, los incas reclamaron
derechos sobre numerosas rutas existentes; algunas in-
TERENCE N. D´ALTROY
Este volumen se encuentra cimentado sobre una larga En junio de 2014, la UNESCO reconoció la naturaleza
historia de investigaciones referentes al Qhapaq Ñan, de excepcional del Qhapaq Ñan al incluirlo en la Lista del
la cual son ejemplos los trabajos de Raimondi (1874-1879), Patrimonio Mundial (vid. Centro del Patrimonio Mun-
Strube Erdmann (1963) y Regal Matienzo (1936, 1972; vid. dial de la UNESCO 2014). El alcance de los vestigios ar-
Covey et al. en este volumen). También viene a sumarse queológicos incorporados en este patrimonio protegido
a una pujante serie de publicaciones comparativas que se es impresionante. También lo es el resumen ejecutivo
han centrado en los sistemas de caminos a nivel mundial del expediente de nominación que reúne 2 765 páginas.
(especialmente Alcock et al. 2012; Snead et al. 2009; Trom- Los restos investigados incluyen 137 áreas y 308 sitios
bold 1991) y, más ampliamente, en los movimientos y la arqueológicos, que abarca 616 kilómetros de la red de ca-
experiencia humana a través del paisaje (v. g. Ingold 2010; minos incas. Tal vez más sorprendente aún es el hecho de
Johnson 2012; Tilley y Bennett 2008). Este libro también que los tramos identificados y los sitios asociados consti-
complementa una serie de publicaciones centradas en as- tuyen solo alrededor del 2 % de los 30 000 kilómetros de
pectos particulares de la red de caminos incas como, por toda la red, según la estimación conservadora incluida en
ejemplo, las características visuales del Imperio (Ministe- el resumen ejecutivo presentado a la UNESCO. Incluso
rio de Cultura 2014) y la ingeniería del camino (Matos y eso puede ser una subestimación, dado que el resumen
Barreiro 2015). afirma que 25 000 kilómetros del camino se encuentran
Esta publicación se distingue de trabajos anteriores solo en Perú. Actualmente los investigadores consideran
por su combinación de (1) un amplio rango de análisis que existen entre 40 000 y 60 000 kilómetros de caminos
de casos; (2) la integración de conocimientos científicos, vinculados, lo que significa que tal vez tan solo el 1 % del
sociales y humanistas sobre el sistema y las vidas de las sistema forma parte del patrimonio cultural reconocido
personas que lo construyeron y utilizaron; y (3) la aplica- como tal.
ción de teoría contemporánea y métodos de análisis cuan- La complejidad de estimar la escala del sistema es
titativos. En conjunto, estos artículos proveen un modelo acentuada por el constante descubrimiento de nuevos ca-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
ejemplar de investigación histórica transdisciplinaria, minos. Por ejemplo, Manzo y colegas (2011) han reporta-
arqueología de campo, tecnologías de detección remota y do recientemente diez rutas transversas que se extienden
metodología de punta, especialmente a través del uso de por debajo de las pendientes orientales en La Tarija, en
sistemas de información geográfica (SIG). Bolivia, a lo largo de las cuales registraron alrededor de
La investigación arqueológica es colaborativa por 140 estructuras incas. Nuestras estimaciones también se
su propia naturaleza. Aun así, este libro representa un ven influenciadas por cuáles de los caminos y senderos es-
nivel inusual de cooperación profesional internacional. tán incluidos. A pesar de la elegancia de tantos transectos,
Quisiera agradecer a todos los participantes y a las insti- parte de la red vial inca era muy informal —especialmen-
tuciones culturales de Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, te en el sur— e incluso no estaba demarcada. Desde una
Chile y Argentina que realizan tareas de supervisión, así perspectiva analítica, como lo señala Snead (2012: 107-
como a los autores de países no andinos, por su contribu- 108), la distinción arqueológica entre caminos y senderos
ción a las investigaciones presentadas en estas páginas. con frecuencia conlleva un supuesto implícito de inten-
En particular, quisiera nombrar al doctor Giancarlo Mar- cionalidad o falta de esta, que no siempre puede inferirse
cone Flores, coordinador del Proyecto Qhapaq Ñan en la confiablemente. Snead sugiere que nos alejemos de las
Sede Nacional del Perú, y a las doctoras Sofía Chacaltana nociones de caminos, nodos y redes, y que nos orientemos
y Elizabeth Arkush, quienes compilaron y editaron este hacia el estudio de “la inscripción física del movimiento
volumen. en el paisaje” (emplazamiento).
15
figura 1. El Qhapaq Ñan y sus principales caminos e instalaciones provinciales
COLOMBIA
Guaca
Quito
ECUADOR
Ingapirca
Tumbes Tumipampa
Chinchaysuyu
Antisuyu
PERÚ Contisuyu
BRASIL Collasuyu
Túcume
Cajamarca
Chiquitoy
Viejo Sitio inca
Huánuco Pueblo actual
Pampa Pueblo encima
Pumpu de ruinas incas
Tarma
Hatun Xauxa Frontera imperial
Lima
Pachacamac Vilcashuamán
Machu Picchu
Inkawasi Ollantaytambo Fuente: Hyslop 1984,
Tambo Colorado Cusco frontispicio.
Milliraya BOLIVIA
La Centinela Nazca
Lago Chuquiab
Hatuncolla Titicaca
(La Paz)
Chala Atico
Arequipa Cotapachi
(Cochabamba)
Chucuito Paria Samaipata
Pica
Océano Pacífico Tupiza
Catarpe
San Pedro de Atacama Tilcara
CHILE Potrero de
Salta Payogasta
La Paya
Copiapó Pucará de Andalgalá
TERENCE N. D´ALTROY
Potrero Chaquiago
Chilecito
ARGENTINA
Ranchillos
Mendoza
INTRODUCCIÓN
Santiago
Cerro Grande
del Inga
0 200 km
16
En el caso andino, es cierto que la naturaleza física de las formas en miles de lugares, solo una fracción muy peque-
rutas de tránsito formaba una gradiente. Como veremos a ña del sistema es percibida por el ojo humano en un mo-
lo largo de este volumen, el estudio de los sistemas de ca- mento dado. Su escala y complejidades deben captarse en
minos formales, preguntas sobre la ubicación, experien- la imaginación o en la memoria, o en una representación
cia y rutas de tránsito efímeras o temporalmente estable- tipo mapa. Dado que los propios incas no tenían una re-
cidas, así como imaginadas, todas ingresarán al cuadro. presentación modelada del Qhapaq Ñan, ni siquiera a ma-
Sin embargo, es cierto también que los incas de manera nera de boceto, y dado que muchas personas estuvieron
intencional construyeron, mantuvieron y crearon reglas involucradas en su diseño, creación y mantenimiento,
alrededor de un sistema formal, lo que subraya que sabían es probable que solo en las últimas décadas alguien haya
lo que la red vial constituía. comprendido la magnitud de la empresa (v. g. Hyslop
Los invasores españoles se percataron inmediata- 1984). De manera similar, en tanto que gran parte del di-
mente de la naturaleza y de la calidad de la construcción seño y su ejecución estaban físicamente constreñidos por
del camino real. En la entrada de su diario, correspon- el terreno, el propio paisaje fue redefinido socialmente
diente al 16 de mayo de 1532 —el primer día de la ex- por la imposición de un orden imperial de poder, trans-
pedición de Pizarro desde las costas de Tumbes hacia el porte, comunicación e historia emergente. Así, en tanto
imperio—, el escriba Francisco de Xérez (1985 [1534]: 77) que el entorno daba forma al camino, este configuraba el
anotaba que “el camino está todo hecho a mano, ancho espacio y el lugar.
y bien labrado”. Aproximadamente veinte años más tar- Otra contradicción se encuentra en que, si bien los
de, Pedro Cieza de León (1967 [1553]: 213-214) hizo una caminos debían unificar el Imperio, uno de los efectos
de las descripciones más evocadoras de este ejemplo de principales de la red vial era que separaba a los incas de
infraestructura imperial (vid. también el artículo de Ar- la población subordinada. De hecho, la exclusividad en el
kush en este volumen): uso de los caminos, fuese a través de su prohibición o del
acceso limitado —por ejemplo, a través de permisos ex-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
En la memoria humana, no creo que existe relato de un ca- plícitos o del pago de peajes—, era un rasgo común de los
mino tan grande como éste, que discurre a través de valles caminos imperiales (Alcock et al. 2012). Pero esto plantea
profundos, altas montañas, neveros, torrentes de agua, roca un dilema: si los caminos exclusivos aprovechaban las ru-
viva y ríos salvajes […] En todos los lugares estaba limpio tas de tráfico existentes, ¿cómo se movían las personas en
y se hallaba libre de desperdicios, con alojamientos, alma- el terreno, especialmente en puntos de restricción como
cenes, templos al Sol y correos a lo largo de la ruta”. Agus- cruces de ríos o pasos de montaña?
tín de Zárate (1995 [1555]: 56) fue también elocuente por Una complicación mayor es que el Qhapaq Ñan
esta misma época, cuando escribió “que en seruicio suyo nunca fue concluido, estuvo siempre en proceso de con-
hizieron dos caminos en el Perú, tan señalados que no es vertirse en algo más. Afortunadamente, hemos superado
justo que se queden en oluido, porque ninguna de aquellas la tendencia a ver las condiciones de 1532 como si hu-
que los autores antiguos contaron por las siete obras más bieran sido casi siempre las mismas, o al menos que esa
señaladas del mundo se hizo con tanta dificultad y trabajo era la intención del diseño imperial desde el principio.
y costa como éstas. Los historiadores y varios autores de este volumen obser-
van que algunos caminos fueron construidos o renova-
Los desafíos que implica entender el sistema vial son vi- dos por tres gobernantes del imperio: Pachacutec, Túpac
sibles en una serie de aparentes paradojas. Mientras que Inca Yupanqui y Huayna Capac. Por ejemplo, el camino
los caminos pueden advertirse físicamente de miles de de Cusco a Quito fue construido supuestamente para sos-
17
Redes y nodos
tener las actividades de Huayna Capac, incluyendo sus En su ahora clásico volumen sobre el sistema de cami-
campañas militares en Ecuador y el cambio de la capital nos incas, John Hyslop (1984; vid. también 1990) seña-
a Tumipampa. Grosso modo, a fines de la era imperial, el laba que todo el Imperio Inca consistía en una serie de
Qhapaq Ñan era un ejemplo cada vez más grandioso de redes superpuestas una encima de la otra. Al hacer esta
la supremacía inca, en tanto que durante la época tem- observación, Hyslop pensaba de qué modo la red vial
prana de la Colonia se convirtió en un instrumento para permitía integrar los elementos constitutivos del Impe-
la dominación de quienes lo construyeron, y en tiempos rio, recurriendo a distintas aunque traslapadas maneras.
modernos se ha convertido en el fundamento para el Entre estos elementos constitutivos se incluían proble-
transporte vehicular, la comunicación y la integración máticas militares, de transporte, de comunicación, so-
interregional. ciales e ideológicas. La observación de Hyslop abordaba
Los artículos de este volumen involucran todos estos tanto aspectos funcionales como temporales. Es decir,
temas y algunos otros más, aplicando nuevos métodos y enfatizaba que el diseño de las distintas partes de la red
enfoques teóricos a una gran cantidad de información. se originaba en distintos intereses estatales, tales como
En lo que resta de esta introducción, quisiera destacar tan asegurar la estabilidad de las fronteras, movilizar gran-
solo algunos de los temas principales que son transver- des cantidades de personas y bienes, o tomar el control
sales a las presentaciones. La intención es proporcionar de un orden espacial sagrado. Un poco antes, Thomp-
alguna orientación sobre cómo integrar las discusiones y son y Murra (1966) ya habían observado que el sistema
sugerir hacia dónde podemos orientar el trabajo en ade- vial fue mucho más ostentoso que lo requerido por las
lante. Los temas no son de ninguna manera exhaustivos, necesidades prácticas. El propio camino constituía una
pero espero dirigir la atención del lector hacia rumbos demostración de poder para las sociedades dominadas,
útiles. El capítulo final, a cargo de Arkush, debe ser vis- de manera que la autoridad del Cusco se sintiese sin la
to como un complemento a este texto, ya que resume el presencia real del Inca. A partir de esta idea, pero desde
material presentado en cada artículo y ofrece un marco el reciente giro ontológico en los estudios andinos, los
comparativo para posicionar al sistema de caminos incas artículos de este volumen enfatizan que la construcción
en un contexto mundial. de la red vial fue también una demostración de poder
para los ocupantes no humanos del territorio y un me-
dio para interactuar con ellos.
La multiplicidad de razones que explican la aparien-
cia del Qhapaq Ñan en la última etapa prehispánica obli-
TERENCE N. D´ALTROY
Antecedentes
den y movimiento en el espacio, y la realidad del diseño En la actualidad, es ampliamente reconocido entre los
y la practicidad de la infraestructura. No es casual que va- investigadores que para desarrollar su dominio imperial,
rios de los artículos de este volumen obtengan gran parte los incas aprovecharon la experiencia en el arte de gober-
de sus agudos y sustanciales conocimientos a partir de la nar acumulada durante siglos. Los tiwanaku, wari y chi-
aplicación de los métodos del SIG. En este contexto, un mú crearon estados expansionistas, incluso imperios en
enfoque convencional compara modelos de tránsito que los dos últimos casos, mucho antes del surgimiento del
asumen, por ejemplo, senderos o circuitos de menor costo Tawantinsuyu. Los incas parecen haber tomado préstamos
con el diseño de los caminos. Como varios de los artículos del conjunto de herramientas organizacionales de sus an-
señalan, a menudo las decisiones sobre las rutas de trán- tecesores, ya sea para el desarrollo de una infraestructura
sito asumen los intereses, además de la energética, como provincial, la intensificación de la producción agrícola, el
principales factores involucrados al diseñar caminos o reasentamiento o el uso de tecnologías para el registro de
redes particulares. Veamos ahora algunos temas que se información. Más notoriamente, los incas construyeron su
encuentran en varias de las contribuciones. sistema vial en los Andes centrales, al menos parcialmen-
te, sobre caminos wari. Solo uno de los artículos de este
volumen, el de Williams, examina las contribuciones de
los estados más tempranos a la infraestructura inca, com-
parando los sistemas de caminos wari y tiwanaku. De esta
manera nuestro conocimiento se incrementa al explorar
los principios para la toma de decisiones que subyacen al
diseño de ambas redes viales. Empleando la información
que proporciona la tecnología de última generación con
los sensores remotos, este autor compara aspectos ecológi-
cos, demográficos y de transporte de los caminos que vin-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
miento (v. g. Covey et al., Wernke et al., Williams). Estos caminos donde los desafíos físicos eran desalentadores,
artículos plantean preguntas empleando un marco ana- permanecían aún limitados en sus capacidades tecnoló-
lítico que tiene sentido a través de un lente moderno, por gicas. Por lo tanto, esta observación lleva a preguntarse
ejemplo, en lo que respecta a la ubicación de los caminos sobre los criterios en los que los incas basaban sus deci-
con relación a rasgos concretos y empíricos del paisaje. siones al elegir donde construir sus caminos. Algunas de
Un enfoque fructífero, propuesto por Nielsen, conside- esas preguntas pueden abordarse a través de un examen
ra la disponibilidad de recursos básicos a lo largo de las del orden espacial, algunas a través de análisis energéti-
INTRODUCCIÓN
rutas potenciales para las caravanas de llamas. Partiendo cos, y otras tomando en consideración las perspectivas
de estudios de campo etnográficos, centra nuestra atención culturales.
en los ritmos, los desafíos y la vida cotidiana de los arrieros que Una línea de investigación que valdría la pena ex-
cubrían grandes distancias. Esta investigación también ofrece plorar a lo largo de estas líneas se refiere a las diferencias
20
La gran escala
existentes entre el transporte de carga por humanos y por Un tema recurrente entre los textos de este volumen se
los camélidos, un punto ya señalado por Murra (1980) en refiere a una pregunta constante en la arqueología a gran
su clásico estudio sobre la economía inca. Si fue acertado escala: ¿las redes de transporte y de comunicación unen
al afirmar que los seres humanos porteaban la mayoría a las personas con los recursos, o los lugares y los asen-
de bienes, incluso cuando se trataba de grandes distan- tamientos aprovechan las oportunidades que ofrecen las
cias, entonces el aprovisionamiento de las personas debe redes en desarrollo? A menudo analizamos la respuesta
ser tomado en cuenta al explicarse los aspectos ecológi- considerando que el proceso de desarrollo es recíproco.
cos de la ruta de transporte. Por ejemplo, los caminos principales de Cusco a Quito
eran rutas longitudinales que restringían los costos de
tránsito entre las instalaciones estatales principales. Los
tambos ubicados a lo largo de la ruta fueron construidos
para dar sustento a las actividades estatales, no para man-
tener bajos los costos de viaje durante la circulación entre
las provincias administrativas. Si bien esa interpretación
ha sido ampliamente aceptada durante cierto tiempo, va-
rios de los artículos aquí presentados abordan el tema de
manera explícita a través de análisis de los SIG.
El sofisticado y detallado estudio de Wernke y sus co-
legas ilustra un enfoque efectivo para este problema. Tra-
bajando con supuestos realistas sobre los costos energéti-
cos de las rutas de tránsito, descubrieron que un modelo
de menor costo guarda gran correspondencia con las ru-
tas actuales del Qhapaq Ñan en los Andes centrales. Esto,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Dos de los trabajos que se publican en este volumen ver- con las nociones andinas de espacio, lugar, desplaza-
san sobre la naturaleza de la red de caminos incas en la miento y distancia.
vecindad del Cusco, la capital inca. El artículo de Covey En la práctica, esto significa que nuestra investigación
y colegas ofrece una aproximación al diseño de los ca- dará mejores resultados si pensamos simultáneamente en
minos que vinculan el centro con cuatro asentamientos dos tipos de aproximaciones. Una aborda preguntas esen-
principales en un radio de 50 kilómetros. Usando técnicas ciales como ¿cuál es la manera más fácil de llegar del pun-
de SIG, consideran un rango de distintos supuestos para to A al punto B? Esta clase de temas son vistos en los artí-
modelar la disposición de los caminos en el terreno. Al culos descritos antes, que emplean el SIG para comparar
asumir diferentes criterios para la toma de decisiones, modelos ideales con las rutas de tránsito. El otro enfoque
pueden mostrar por qué una u otra ruta pudo haber sido se mueve en el reino de lo fenomenológico: cómo el paisa-
preferida y cómo diferentes tipos de mejoras de los cami- je es entendido a través del desplazamiento que se realiza
nos podrían haber afectado potencialmente el control en él. Como dice Kosiba, tal cambio implica moverse de
sobre el tráfico. Si bien su investigación es preliminar, un punto de vista centrado en el sujeto a otro centrado
es reveladora y sugiere nuevas formas de pensar acerca en el lugar.
de la organización del espacio en el núcleo del imperio. Esta perspectiva experimental dirige nuestra aten-
Tangencialmente, valdría la pena señalar que, cualquiera ción a una serie de preguntas distintas de aquellas de los
sea el modelo, la estructura básica del sistema fue invaria- otros trabajos. Por ejemplo, ¿el sistema vial sirve a los in-
blemente un despliegue que se irradiaba desde el Cusco, tereses de los gobernantes al poner orden en un mundo
que no vinculaba centros subsidiarios entre sí. Este prin- ordenado o civiliza el espacio? ¿Provee un refugio segu-
cipio, escrito a gran escala —algo muy similar a “todos ro para el tránsito a través de sitios peligrosos? ¿Crea un
los caminos conducen a Roma”—, también parece haber tercer espacio, uno imaginado, aplazado a lo largo del
comunicado gran parte del diseño de todo el proyecto or- terreno, al mismo tiempo que proporciona un conducto
ganizativo imperial. físico para la práctica material? ¿O la naturaleza del lugar
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
El artículo de Kosiba, centrado en la creación de un define el carácter del camino en cualquier momento? Este
espacio cultural en el área alrededor de Ollantaytambo, tipo de preguntas son las que se desprenden de los artícu-
lleva la discusión hacia una dirección que está propor- los descritos en la siguiente sección.
cionando nuevos conocimientos para los académicos
interesados en los incas: la base empírica y ontológica de
la ubicación humana en el paisaje. Kosiba aleja nuestra
atención de las redes físicas y las dirige hacia las formas
cómo las personas se desplazaban en un territorio carac-
terizado por historias, diferenciaciones sociales y seres
dotados de sentidos. Los cursos de agua, las cuevas, los
manantiales, las franjas de terreno, las terrazas y todos
los elementos similares estaban cargados de significado,
de manera que un viaje a lo largo del camino implicaba
un encuentro constante con el estatus, la memoria y el
poder. Este cambio redirige el análisis desde una depen-
dencia de supuestos que subyacen a una red moderna o
a modelos de bajo costo hacia aquellos más en sintonía
23
Materiales poderosos, paisajes
y movimiento
Algunos de los autores de este volumen analizan los servicio de los intereses imperiales sintetizaba las rutas
principios y prácticas de los conceptos culturales an- de tránsito recorridas tiempo antes por los dioses y los
dinos, y más específicamente la ideología inca, a través ancestros. Chacaltana amplía la discusión para conside-
del sistema de caminos y otras formas de tránsito. Ba- rar elementos del medio construido —como tambos— y
rraza Lescano y Vílchez Carrasco consideran el acopio, natural —como manantiales— en el contexto integrado
procesamiento y transporte del Spondylus princeps, que donde los incas los habrían visualizado. El resultado es
se obtenía en aguas profundas de las costas de Ecuador una reflexiva consideración de un amplio rango de ele-
pero que era muy valorado en todo el Imperio ya desde mentos que estaban vinculados al sistema vial en los con-
el tercer milenio a. C. Por ejemplo, las extraordinarias ceptos incas.
tumbas de Sipán contenían numerosos objetos hechos Chirinos y Fernández profundizan esta línea de in-
de spondylus y databan de tiempos de la cultura Moche, vestigación al examinar un transecto de la red vial entre
más de mil años antes de la hegemonía cusqueña. Los el sitio serrano de Hatun Xauxa y el costeño de Pachaca-
cronistas mencionaron cuán importante era esta valva mac. En su artículo examinan el desarrollo del sistema de
en los rituales propiciatorios de las lluvias, y figuraba de caminos como un medio de construcción y de manipu-
manera destacada entre los materiales encontrados en lación del espacio. El actor no humano más importante
los santuarios de altura, junto con el oro y la plata, proba- de la región es Pariacaca, un cerro visualmente llamativo,
blemente como una manifestación de la relación con la largamente reverenciado y conmemorado en el Manuscri-
Mamacocha (Madre Mar). El artículo de Vílchez Carras- to de Huarochirí, el único relato en quechua de las creen-
co se basa en documentos y evidencia arqueológica para cias indígenas del período Colonial Temprano (Taylor
describir el extremo norte de la red de procesamiento y 1987; Salomon y Urioste 1990). Entre las preguntas que
distribución de esta valva en el sitio de Cabeza de Vaca, plantea este texto se encuentra cómo pensar los secto-
en Tumbes, Perú. Barraza Lescano prosigue el hilo a par- res de camino cuyo diseño, al menos en parte, pretendía
tir de aquí, al examinar evidencia de que la ruta costera facilitar la comunicación entre los seres humanos y los
era tomada por los mercaderes de Chincha, en la costa agentes no humanos del paisaje. Pueden visualizarse sec-
sur del Perú, para procurarse la materia prima y distri- tores similares en los caminos construidos hacia los más
buirla en el territorio. de cincuenta santuarios de altura construidos en la mitad
Los artículos de Chacaltana Cortez, Chirinos y Fer- sur del Imperio (Reinhard y Ceruti 2010). El artículo tam-
nández, y Coben y Muñoz investigan otras dimensiones bién plantea la pregunta sobre qué habría sucedido con
de los rituales o movimientos religiosos en el territorio. los derechos y prácticas de la población sujeta cuando los
TERENCE N. D´ALTROY
Chacaltana examina el movimiento del mullu (spondylus) incas intervenían rindiendo homenaje a un lugar sagra-
de la costa a la sierra, que ella considera habría dado un do. Si los incas limitaban el acceso a sus caminos, ¿de qué
mayor prestigio espiritual a este tramo del camino en par- modo las sociedades sujetas continuaban interactuando
ticular. Basándose en el trabajo etnográfico de Catherine con sus ancestros y lugares de origen?
Allen (2002), ella observa que en el pensamiento andino El texto final, redactado por Coben y Muñoz, aborda
los caminos, los puentes y otros elementos físicos com- de manera explícita los aspectos rituales del diseño del
parten el potencial para cierto tipo de vitalidad. Por tanto, camino, su construcción y uso, como parte de la huella
INTRODUCCIÓN
no podemos visualizar al Qhapaq Ñan solo en términos inca en las elevaciones orientales de Bolivia. Uno de los
funcionales, sino que debemos ubicarlo dentro de un centros incas más elaborados, Incallajta, y un gran des-
cosmos animado en el que los humanos eran solo uno de pliegue de otras instalaciones imperiales fueron construi-
los jugadores. En este transecto particular, el personal al das en esta región. Entre las más distintivas se encuentra
24
un camino de dos vías, cuyo diseño nos obliga a hacer guro. Esto fue tomado como un rechazo sobrenatural al
preguntas sobre diferencias de estatus o género, o duali- esfuerzo y las piedras fueron abandonadas a un costado
dad social. Como señalan los autores, el tratamiento del del camino.
centro como una réplica de la capital imperial puede ofre- Como ha sido señalado por Ogburn (2004a, b), va-
cer algún conocimiento sobre los elementos del paisaje rios cronistas describen construcciones en Ecuador con
construido que los incas consideraron más importantes materiales similares. Su investigación localizó algunas
al imponer su voluntad en el territorio. de las piedras y, a través del análisis composicional, fue
Estas perspectivas plantean la cuestión de cómo los capaz de demostrar que provenían del Cusco. Ogburn
incas concebían en sentido cultural sus grandes caminos, afirma que los incas cumplieron varios objetivos con este
tal como el camino principal que unía Cusco y Quito. En tipo de esfuerzo. No solamente transfirieron así la san-
el habla coloquial es común referirse a un camino como tidad de la capital a los nuevos asentamientos, también
una arteria, pero en el pensamiento inca la idea puede recalcaron de este modo a sus subordinados el poder de
haber sido más sustancial que metafórica. Muchas socie- su gobierno.
dades andinas compartían la visión de que las cosas ma- Aun así, lo que es de mayor interés para este capítulo
teriales podían estar animadas por una suerte de vitalidad es el rol desempeñado por la red vial en el esfuerzo. Como
denominada camaquen (Salomon 1991). Entre los actores Wilkinson (2013) lo ha argumentado, el esfuerzo inca de
animados destacaban particularmente las piedras, algu- gobernar sus dominios implicaba aplicar un orden civili-
nas de las cuales podían ser seres humanos transforma- zador tanto a los seres humanos como no humanos de su
dos, como el ancestro Huanacaure, o capaces de actividad territorio. En ambos casos, los incas equilibraban poder
humana, como la Piedra Cansada que derramaba lágri- y negociación, fuerza y persuasión. Por consiguiente, la
mas de sangre. De hecho, Dean (2010) ha sugerido que construcción de caminos y edificaciones a lo largo de él
levantar arquitectura de piedra sobre roca madre puede pueden ser vistos como parte de una estrategia que apli-
visualizarse casi como agricultura, en tanto un material caba el orden desde arriba y, a la vez, cultivaba la vitalidad
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
fundamental era colocado sobre otro. de la tierra/piedra. El camino de piedra, por tanto, habría
¿Cómo se aplican estas ideas a los caminos? Podemos sido visto como un rizoma lítico, con características de
tomar aquí el caso de las instrucciones de Huayna Capac vitalidad que vinculaban el centro con los asentamientos
para construir dos estructuras en Tumipampa utilizan- ramificados. Referirse al camino como una arteria resul-
do piedras del centro del Imperio (Murúa 1962-1964 ta entonces apropiado para los incas, en tanto el Nuevo
[1611], I; vid. Ogburn 2004a, b). Según es explicado en Cusco en Tumipampa habría sido considerado como que
la narración, los canteros debían extraer piedras de Ru- estaba literalmente —tal vez orgánicamente— conecta-
micolca, la fuente principal de materiales constructivos do con el Cusco original.
en el Cusco a fines de la era imperial. Las órdenes eran
construir dos casas en Cusco con esas piedras y luego
desmontarlas y transportarlas a Ecuador, donde serían
reensambladas. Aparentemente la idea era infundir la
vitalidad del Cusco en las estructuras y luego replantar
la estructura en Quito, transfiriendo así el camaquen del
centro sagrado a un nuevo asentamiento. Sin embargo,
como señaló Murúa, el esfuerzo falló pues el dintel de
piedra fue alcanzado y partido por un rayo cerca de Sara-
25
¿Hacia dónde ir ahora en relación
con el Qhapaq Ñan?
Los reveladores estudios de este volumen suscitan muchas se consideran temas como los suministros regionales en
preguntas que invitan a mayores investigaciones. Un aspec- lugar de la interacción a macroescala? y ¿cómo habrían
to crucial para el análisis de los SIG tiene que ver con qué negociado los incas las retribuciones menos costosas con
constituía un sitio, lugar o nodo para los incas. En el estu- respecto a la construcción y el mantenimiento frente al
dio de las sociedades del pasado, enfrentamos un problema tránsito? Resultaría interesante ver cuánta inversión ini-
constante al identificar la correspondencia entre los sitios cial querían hacer los incas en un esfuerzo por minimizar
arqueológicos y los lugares que poseen significado por sí el tiempo de transporte y los costos a futuro.
mismos o por motivos organizativos en la sociedad antigua. Un aspecto final se refiere al efecto del sistema vial en
En el caso inca, podríamos preguntar de qué modo los lu- las relaciones entre los incas y la población subordinada.
gares importantes del Tawantinsuyu correspondían con los Necesitamos tener en cuenta que, a pesar del enorme im-
nodos identificados por los análisis formales de la red vial. pacto del gobierno inca, gran parte de las actividades que
Por ejemplo, Patallacta fue aparentemente parte de Machu se realizaban en sus dominios no eran de carácter impe-
Picchu (Shinoba 2015), pero, seguramente, sería tratado rial. Gran parte de las personas pasaban su vida en sus co-
como un nodo aparte en un análisis de la red vial. De ma- munidades y esquemas organizativos. Además, como Ga-
nera similar, ¿cómo nos ocupamos de las 42 parcelas distri- rrido y otros han señalado, si bien los caminos imperiales
buidas en la propiedad de Huayna Capac en Quispiguanca? pueden haber restringido el tránsito, también ofrecieron
Desde una perspectiva militarista, los nodos de mayor algunas oportunidades para la población sujeta al domi-
interés no habrían sido las instalaciones administrativas. nio inca. Deberíamos conceptualizar también el sistema
Más bien, los puentes, los pasajes estrechos y los caminos vial imperial como algo con el potencial de interrumpir
restringidos habrían sido más importantes. Los propios in- las redes de comunicación y de transporte. Los incas se
cas eran muy conscientes del valor de estas ubicaciones, por interpusieron entre las personas y sus tierras, y entre las
ello durante los años de resistencia frente a los españoles personas y sus vecinos. Si bien los caminos iban y venían
destruyeron puentes y atacaron a las columnas españolas desde el Cusco y otros lugares incas, llevaban a la pobla-
forzándolas a disponerse en una sola fila. De manera similar, ción dominada lejos de su hogar y de su identidad.
desde la perspectiva logística y del acopiamiento de sumi- En un sentido más amplio, ¿cómo podemos llegar a un
nistros, la distribución de los depósitos, las fuentes de agua y mejor entendimiento de los aspectos tangibles e intangibles
la disponibilidad de la mano de obra fueron los factores cru- del sistema vial? El documento de la UNESCO hace referen-
ciales. ¿Cómo se verían las redes de caminos si asumimos cia a las memorias colectivas, pero las memorias de los incas
como nodos los puntos de cruce de los ríos, los pasos para y de la población sujeta a su domino, con respecto al camino,
TERENCE N. D´ALTROY
cruzar los cerros o las instalaciones de almacenamiento? eran seguramente distintas. El camino era simultáneamen-
Desde una perspectiva económica, los factores que te un instrumento de poder, comunicación y transporte, y
afectaron la toma de decisiones sobre las rutas y costos pu- un emblema de dominación, explotación e interrupción.
dieron variar dependiendo de la escala de análisis espacial Como nos recuerda Wilkinson, necesitamos tener presente
o del propósito de la actividad. Por ejemplo, ¿cómo se vería las distintas experiencias de las personas que viajaban por el
un modelo de tránsito de menor costo basado en las rela- camino y aquellas que vivían cerca y lo mantenían.
ciones entre sitios de producción agrícola o artesanal y el Para concluir, quiero enfatizar que ninguna de estas dis-
INTRODUCCIÓN
lugar de uso previsto?, ¿qué ocurre si añadimos el requeri- cusiones debe ser tomada como una crítica, sino como un
miento de que los alimentos se distribuyan a través de un estímulo para continuar con los notables avances en la do-
lugar de almacenamiento con suficiente capacidad (como cumentación y en el entendimiento expuestos en este libro.
los almacenes de Cotapachi, Lerma o Mantaro) o cuando New York, 6 de junio de 2016
26
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PARTE
Networks
e interacciones
regionales
Una perspectiva
comparada de
los caminos wari
y tiwanaku:
los antecedentes
del Qhapaq Ñan incaico
PATRICK RYAN WILLIAMS Los estados Wari y Tiwanaku, antecesores de los incas, implemen-
taron un sistema vial panregional que estableció los fundamentos
FIELD MUSEUM OF NATURAL
del Qhapaq Ñan de los incas; sin embargo, las organizaciones de
HISTORY, UNIVERSITY OF ILLINOIS
las redes de caminos y del transporte de ambos estados preincaicos
AT CHICAGO, ESTADOS UNIDOS
fueron muy distintas. En este artículo examinaremos la diversi-
dad en el gobierno de este sistema vial y evaluaremos, a partir de
indicadores materiales, (1) la ecología de movimiento, (2) la inver-
sión de la infraestructura estatal y (3) la evidencia material del in-
tercambio a nivel interregional. Nos focalizaremos en las redes de
caminos establecidas entre Tiwanaku y sus colonias ubicadas en
la zona occidental de los Andes, donde se localizan las cuencas flu-
viales, y entre Wari y sus provincias del extremo sureño, con par-
ticular énfasis en la región donde ambos estados se juntaban, es
decir, en el valle de Moquegua, en los Andes sur-centrales del Perú.
Al examinar la ecología del movimiento, se evalúan los recur-
sos naturales accesibles a lo largo de los corredores de transporte
y el modo en que estos generaban oportunidades y definían o crea-
ban rutas específicas por sobre otras. Se utilizan análisis de tele-
detección de ecología de los caminos para establecer la sostenibi-
lidad de ciertos nodos de conexión y los límites de los caminos; se
investigan, además, los paisajes biológicos arcaicos que podrían
constituir evidencia de modificaciones culturales orientadas a
crear ecologías que permitieran sostener las redes de transporte.
La infraestructura de los caminos y el sistema de asentamien-
to de los tambos wari y tiwanaku, a nivel regional, también re-
sultan indicativos para entender la naturaleza del patrocinio que
ambos estados daban al intercambio. Por ello, se examina la inver-
sión que destinaron a las rutas de movimiento y nodos de abaste-
cimiento, y la manera en la que estos últimos fueron sostenidos
y proveídos.
Finalmente, se examina la evidencia material de intercambio
interregional ya que revela el potencial de los nodos y de las fron-
teras de cada una de las redes de caminos. El movimiento de obje-
tos de metal, obsidiana, cerámica y de aquellos correspondientes
a restos faunísticos o vegetales, es rastreado desde sus fuentes de
origen para evaluar donde se localizaban las conexiones más im-
portantes en cada una de las economías coloniales.
32
figura 1. Mapa de vegetación durante la temporada seca en la zona de puna de Tiwanaku y en los
valles occidentales del sur peruano
Sitios tiwanaku
Chivay
84 UTM zone 19S /
Datum: WGS 1984.
Uchumayo
Kasapatac Tiwanaku
Socabaya
Chen Chen
Omo
Locumba
0 50 km
33
y Tacna. Estos muestran la cantidad mínima del Pacífico. Nuestro análisis fue focalizado en
de pasto disponible en los caminos de me- cuatro valles ubicados al oeste de este centro
nor costo dirigidos a cuatro valles del sur del y en sus respectivos asentamientos: Colca
Perú donde se localizan sitios afiliados a la (Chivay), Chili (Socabaya), Moquegua (Chen
cultura Tiwanaku (figura 1). El análisis em- Chen) y Locumba (figura 2). En las vías de me-
pleado para determinar las rutas de menor nor costo fueron amortiguados 20 kilómetros
costo estuvo basado en datos topográficos a cada lado creándose corredores de 40 kiló-
de la Shuttle Radar Topography Mission, los metros hacia cada sitio. Estas áreas soportaban
cuales proveen elevaciones en células de el transporte a lo largo de los caminos. El mapa
90 metros. A partir de esta base, se creó una de vegetación de la estación seca fue sobre-
superficie de costo anisotrópico a la que se puesto y recortado sobre cada uno de estos co-
aplicó el algoritmo de caminata de Tobler rredores, originando cuatro subdivisiones que
para calcular el tiempo requerido para cru- muestran los recursos vegetales e hidráulicos
zar cada célula (Tobler 1993). disponibles en cada corredor individual que
Las rutas de menor costo unían a Tiwa- conectaba Tiwanaku con sus sitios afiliados a
naku, como punto de origen, con varios sitios lo largo de la región del Pacífico (Williams et
afiliados a esta cultura localizados en la región al. 2006; Williams y Vining 2012).
figura 2. Mapa de las rutas de menor costo que conectaban Tiwanaku con sus colonias localizadas
en los valles occidentales del sur peruano
Sitios tiwanaku
Rutas de menor
Chivay costo
Socabaya Tiwanaku
Kasapatac
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...
Chen Chen
Omo
Locumba
0 50 km
34
Estos mapas de vegetación constituyen esti- de flujos superficiales de agua, un recurso im-
maciones de los recursos —particularmente portante en las zonas altoandinas.
de los bofedales con pastos verdes— disponi- El porcentaje más alto de áreas cubiertas
bles para las caravanas a lo largo de los poten- por pastos verdes se localiza a lo largo del
ciales corredores. Pero esta vegetación, en el corredor de Chivay (5.48 %). Esto se debe, en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
sentido más estricto, no constituía un factor gran parte, al hecho de que este corredor se
meramente limitante. La literatura etnográ- proyecta cerca de las orillas del lago Titicaca
fica sobre caravanas andinas indica que las durante más de la mitad de su longitud. Si se
recuas de llamas que conformaban las cara- excluyeran 40 kilómetros de la orilla del lago
vanas prehispánicas pudieron presentar un (para centrarse en sementos de la ruta a ma-
comportamiento oportunista de consumo, yores distancias de la cuenca del Titicaca), el
con dietas de muy amplia composición. porcentaje de vegetación verde a lo largo del
En las caravanas modernas, la composi- corredor Chivay disminuiría considerable-
ción botánica de las dietas de las llamas inclu- mente y no tendría un impacto proporcional
ye una gama de especies mucho más amplia al de los otros corredores. Adicionalmente, si
de la que encontramos en los bofedales. Las bien la mayoría de la obsidiana hallada en los
áreas de crecimiento verde proporcionan pas- sitios tiwanaku proviene de Chivay, no se co-
tos de mejor calidad, con mayores proteínas y noce la existencia de grandes poblaciones en
materias orgánicas digestivas, que las llamas su área inmediata.
incluirán en sus dietas cuando se lo es permi- Los valles de Moquegua (Chen Chen) y
tido. El incremento de estas áreas también se Locumba son los que se encuentran a distan-
encuentra correlacionado con la existencia cias más cortas de Tiwanaku. En cambio, las
35
distancias hacia Chivay y Socabaya son 24 a Una ecología
30 % más largas. En caso de presentarse una
disponibilidad equivalente de recursos, es de las rutas wari
de suponer que las conexiones más fuertes
tuvieran lugar en las rutas más cortas, dán-
dose preferencia a los valles de Moquegua y Desde su capital localizada en la región de
Locumba en las periferias de Tiwanaku. La Ayacucho, en la sierra del Perú, los wari se
ruta de Locumba tiene una disponibilidad expandieron a través de 1 300 kilómetros
de pastos mucho menor, incluso por debajo ocupando territorios desde Cajamarca, en el
de la mitad de los pastizales diponibles en la norte, hasta Cusco y Moquegua, en el sur. A
ruta de Moquegua. Por consiguiente, dentro lo largo de la sierra sur peruana, la presencia
de la serie de sitios considerados en este aná- wari ha sido documentada de manera más
lisis, la ruta de Moquegua ofrece los benefi- convincente entre los 1 000 y 3 000 msnm
cios de presentar una distancia más corta y en los valles de Ocoña, Majes, Sihuas, Vítor,
mayor abundancia de pastos, lo que tal vez Chili y Moquegua, donde se ha realizado un
explicaría el interés tiwanaku por instalar reconocimiento arqueológico preliminar o
en este valle una colonia clave durante su prospección sistemática en un tramo de 300
expansión. kilómetros.
Esta ruta ecológica tiwanaku, que incluía La ruta principal de los wari era longi-
una gran cantidad de camélidos movilizán- tudinal y permitía anexar diversos sistemas
dose a lo largo del altiplano, fue clave para ecológicos a lo largo de los valles andinos.
unir dos zonas ecológicas separadas: la costa Como ha sido resaltado por Schreiber (1992),
del Pacífico y las faldas de los Andes orienta- el componente ecológico principal del pa-
les. Como se discutirá más adelante, las dis- trón de asentamiento wari era la ubicación
tancias ecológicas fomentaron el desarrollo de sus sitios en el límite entre las zonas de
de estrategias para acceder a distintos tipos producción de maíz y de papa, en los flancos
recursos a través del sistema de intercambio. de los valles intermontanos andinos. La gran
históricos hacia el norte del valle. El camino tres días de viaje a lo largo del camino. Estos
inferior entra al valle por el sitio Cerro Trapi- asentamientos se vieron beneficiados por el in-
che (Green y Goldstein 2010) y atraviesa el si- tercambio de bienes de prestigio que el camino
tio local de Yaway (Costion 2013) hasta llegar wari generó y por las influencias sociales y cul-
a Cerro Baúl, centro principal de la provincia turales de la sociedad wari, en la arquitectura,
(Williams 2001). El mismo camino conecta el arte, las tecnologías agrarias y la ideología re-
Cerro Baúl con Cerro Mejía y Cerro Petrogli- ligiosa. Los colonos tiwanaku también se veían
fo, dos sitios con influencia wari (Nash 2002) beneficiados por el intercambio de productos,
localizados antes de salir del valle hacia el pero de una manera muy distinta.
40
quegua. Estos proceden de fuentes asociadas tos por metro cuadrado). Algunos contextos
a Wari, no a Tiwanaku (Burger et al. 2000; de Mejía (3, 6, y 8) presentaron una concen-
Williams et al. 2012). tración más alta de objetos de metal debido
Los metales eran otros de los bienes a las pequeñas dimensiones de los espacios
que debían viajar largas distancias antes de excavados, pero también en estos casos el to-
arribar a Moquegua. Entre los grupos wari tal de implementos fue mínimo. El promedio
moqueguanos se manejó el cobre arsenical, de implementos por contexto en Cerro Mejía
el cobre estañífero y el cobre con arsénico y es de 4 a 5 objetos por unidad doméstica; esto
níquel, también denominado “bronce terna- contrasta con los 8 a 17 por residencia regis-
rio”. Estas combinaciones representan a dis- trados en Cerro Baúl.
tintas fuentes regionales y minerales, como El acceso de los tiwanaku a objetos me-
al altiplano del área del circum-Titicaca y al tálicos procedentes de fuentes distantes
sector occidental de la cordillera de los An- también estuvo presente, aunque no en las
des (Letchman 1999). Lechtman (ibíd.) ha ar- concentraciones observadas en las colonias
gumentado que las tradiciones metalúrgicas wari, que tuvieron de 5 a 17 artefactos en
del bronce estañífero y bronce ternario se cada una de sus casas. Como era de espe-
encuentran asociadas al Estado Tiwanaku, rarse, en el caso de las unidades domésticas
mientras que el broce arsenical estaría aso- tiwanaku ubicadas en las faldas de Cerro
ciado a la tradición metalúrgica del Estado Baúl, las menas de cobre provenientes del
Wari. altiplano (bronces ternario y estañífero) ori-
Moquegua es en cierta forma particular, ginaron los bronces más comunes, pero el
ya que el acceso a los bronces ternarios y esta- cobre arsenical (bronce arsenical) también
ñíferos por parte de los wari estuvo presente estuvo presente. Como un caso particular,
(Dussubieux y Williams 2009). Otras colo- un cementerio en el sitio tiwanaku de Chen
nias wari, como la de Pikillacta en la región Chen proporcionó algunos adornos de metal
del Cusco, se caracterizan por la dominante —principalmente anillos— producidos con
presencia de bronces arsenicales cuyas fuen- plata y una aleación de plata y oro (Palacios
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
tes se localizaban en la cordillera occidental 2005). En resumen, la mayor parte de los me-
(Lechtman 1999). Proponemos que el bronce tales tiwanaku no estuvieron concentrados
arsenical fue uno de los bienes de intercam- en unidades domésticas o cementerios espe-
bio que viajó de forma interregional a lo largo cíficos, y el acceso de los tiwanaku a bienes
del sistema de caminos wari. metálicos fue limitado y difuso. Solo ocho
En los contextos provinciales, los bienes de la centena de objetos metálicos excavados
metalúrgicos fueron ampliamente accesibles por el Proyecto Arqueológico de Cerro Baúl
para las poblaciones de colonos, especial- provinieron de ocho unidades domésticas
mente para las unidades domésticas de las éli- tiwanaku excavadas por el proyecto, dando
tes. Las residencias de élite localizadas en Ce- como resultado el promedio de un artefacto
rro Baúl (unidades 2, 7, 9 y 24) tuvieron una por residencia.
concentración relativamente alta de objetos Los bienes exóticos fueron obtenidos
de este material (0.07 hasta 0.12 implementos por intercambio a largas distancias que los
por metro cuadrado). Las residencias de los wari practicaron con un límitado número
pobladores comunes y las élites intermedias de productos. Estos bienes tomaban parte
de Mejía (4, 5, 118, y 145) tuvieron una me- de un sistema centralizado de distribución
nor concentración (0,003 a 0,017 implemen- que favoreció a su acumulación en las uni-
43
dades domésticas de élite. En la provincia de En conclusión
Moquegua, los bienes metalúrgicos y los im-
plementos de obsidiana estuvieron de 5 a 20
veces más presentes en las unidades domés-
ticas wari que en las tiwanaku, y en mayores La ruta ecológica tiwanaku fue diseñada
cantidades. Tiwanaku tuvo un acceso más para tomar ventaja de los pastos y recursos
diversificado a otros materiales de distinta hidráulicos que mantenían a grandes re-
procedencia, pero no existió un patrón cen- cuas de camélidos. Muchos de estos anima-
tralizado de distribuión o acumulación. Los les fueron empleados en las caravanas que
bienes suntuarios de Tiwanaku fueron me- transportaban alimentos desde los valles al
nos comunes, pero provinieron de distintos altiplano. La ruta ecológica wari fue diseña-
lugares. Los wari obtuvieron este tipo de ob- da para abastecer a las poblaciones mediante
jetos a través de un intercambio centralizado una ruta principal que unía ecologías simi-
a larga distancia. lares. Ni los wari ni los tiwanaku invirtieron
en infraestructura del modo en que poste-
riormente lo haría el Estado Inca, aunque el
urbanismo wari constituyó un antecedente
para la organización provincial incaica.
Con respeto al traslado de bienes, Tiwa-
naku se focalizó en los alimentos, realizando
aquello que D’Altroy y Earle (1985) han de-
nominado un staple finance. Al ser efectuado
a la manera tiwanaku, el intercambio de es-
tos bienes resultaba costoso. Sin embargo, la
variada ecología de las colonias tiwanaku —
en comparación con la capital— y la dispa-
ridad en la produccion de los distintos pisos
por flujo”, mientras que Tiwanaku “saltó” am- provinciales de congruencia de los wari. A
plias áreas para establecer sus colonias, como partir de ellos construyeron un sistema vial
lo ha detallado Nash (2013). Wari estableció más complejo e integrador que los prexisten-
nodos a lo largo de su camino principal que tes. Esto, sin embargo, no hubiera sido posi-
servían como puntos de confluencia de inter- ble sin los antecedentes establecidos por los
cambio regional y eran centros importantes wari y tiwanaku, sus antecesores en el desa-
en el intercambio interregional. Estos nodos rrollo de las redes viales.
fueron puntos a lo largo de una ruta hacia un
destino que ofrecía oportunidades positivas,
fomentando el establecimiento de asenta-
mientos de los grupos migratorios (Anthony
1990). Las poblaciones que vivieron cerca de
estos centros fueron influenciadas por las
ideas y el estilo de vida de los centros pro-
vinciales wari y adoptaron algunos de sus as-
pectos. Fueron, asimismo, influenciadas por
migrantes de regiones adyacentes que tam-
bién participaban en la esfera de influencia
wari y, quizás originalmente, por migrantes
pioneros provenientes de la propia región de
Ayacucho.
La migración tiwanaku consistió en un
traslado masivo de pobladores del altiplano
a los valles periféricos, ubicados aproxima-
damente a 300 kilómetros. La migración ti-
wanaku siguió un patrón de salto en el cual
la distancia entre las colonias es inmenso.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
y suministros, los cuales permitieron a los amplio de transporte, que es consistente con
soldados moverse rápidamente hacia zonas la diversidad de los restos materiales encon-
de frontera o provincias rebeldes (v. g. Mena trados en las rutas de la época Inca (Hyslop
1968 [1534]: 137-138; Xérez 1985 [1534]: 86, 1984). El reto para los investigadores hoy es
116). Los caminos incas disminuían los cos- tratar de reconstruir las rutas estatales incas
tos de aplicar la violencia directa del Estado dentro de un contexto más extenso de movi-
hacia las regiones de frontera y provincias miento local y de larga distancia a través de
en rebelión. No obstante, estas rutas fueron paisajes particulares.
esenciales también para mantener la supervi-
sión administrativa.
Muchos investigadores consideran a los
chasquis, tambos y centros administrativos
distribuidos a lo largo de los caminos que
conectan al Cusco con las provincias altoan-
dinas como una evidencia de jerarquía ad-
ministrativa, economía política y control de
información. Los caminos incas conectaban
51
figura 1. El sistema inca de caminos, según Hyslop 1984
COLOMBIA
ECUADOR
PERÚ
BRASIL
Región
del Cusco
CHINCHAYSUYU
ANTISUYU
BOLIVIA
KUNTISUYU
ARGENTINA
Camino Inca quedaba limitado a descripcio- contiene numerosos caminos que no fueron
nes generales. construidos por los incas o controlados por
Durante el siglo XIX, una nueva ola de in- el Estado Inca. El desafío arqueológico en
vestigaciones en los archivos introdujo fuen- el estudio del Sistema Vial Inca se ha trans-
tes, hace mucho tiempo pérdidas, con canti- formado de describir una serie de rutas es-
dades significativas de información sobre la tatalmente construidas, conectando centros
extensión del Sistema Vial Inca. Al mismo administrativos, a ubicar rutas incas instau-
tiempo, los viajeros de los Andes comenza- radas o apropiadas dentro de un contexto
ron a describir las rutas realizadas, las cuales más amplio de sistema de redes de viaje, a lo
eran conocidas, o se pensaba que pertenecían largo del paisaje andino en la época Inca. Este
a la época Inca. John Hyslop (1984: 216) se- desafío requiere que regresemos a las fuentes
ñala que los registros escritos y materiales no históricas para considerar en qué medida los
sugieren una visión única de la red imperial “caminos reales” de la época colonial tem-
sino hasta el siglo XX (sin embargo, vid. Rai- prana eran reflejo de las rutas incaicas o de
mondi 1876-1879), cuando los trabajos de las nuevas rutas españolas.
Urteaga (1926), Regal (1936), Levillier (1942), El énfasis en el estudio del Camino Inca,
Hagen (1955) y Strube (1963) trazaron un una obra al mismo tiempo heterogénea y
53
unificadora de un imperio multicultural, Recientes investigaciones
hace eco al reciente interés por interpretar
la arqueología provincial inca. También son del sistema vial inca: un
conocidos internacionalmente los esfuerzos
que viene desarrollando el Programa Qhapaq caso de la región del Cusco
Ñan del Perú. En los últimos años, investiga-
ciones arqueológicas financiadas por el Esta-
do sobre el Sistema Vial Inca y sus sitios aso- Como hemos señalado, algunos cronistas die-
ciados, unieron al Perú y a otros cinco países ron a conocer listas de tambos localizados a lo
andinos en un proceso que permitió inscribir largo de algunas partes de la amplia red impe-
esta heterogénea colección de recursos patri- rial de caminos. Estas ayudaron a reconstruir
moniales a la Lista de Patrimonio Mundial de perspectivas generales sobre la amplitud del
la UNESCO (38° Reunión del World Heritage Imperio y los caminos que partían desde el
Centre, Doha [Catar], 2014). Estos trabajos a Cusco. A pesar de la existencia de una ideo-
nivel nacional e internacional constituyen logía espacial inca que enfatizaba el flujo de
una nueva ola de investigación interdiscipli- personas, animales y materia prima desde y
naria sobre el Camino Inca, que introduce el hacia el Cusco, es razonable pensar que exis-
uso de nuevos métodos y tecnologías. tieron rutas locales que interconectaban si-
tios no estatales, lo que plantea la cuestión de
cómo detectar y reconstruir esas rutas.
En este capítulo nos enfocaremos en tres
diferentes aproximaciones, cada una de los
cuales contribuirá con nueva e importante
443), el principal camino inca que se dirigía Molina 1989 [c. 1576]: 75; también Bauer
hacia las provincias andinas del Chinchay- 2006). La ruta principal hacia la región del
suyu, pasaba a través de la parte más sureña Antisuyu atraviesa la cuenca de Chit’apam-
de la región de estudio, en su camino hacia pa, cruza el rio Vilcanota en Pisac y continúa
el puente importante sobre el río Apurímac hacia las tierras bajas amazónicas (Molina
(vid. Guaman Poma 1980 [1615]: 1090 [1100]; 1989 [c. 1576]: 75).
Lares
Ollantaytambo
Paucartambo
Limatambo
Cusco
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Nota: Los cuatro puntos remotos que se usan en el estudio de SIG están marcados en el mapa. 0 10 km
Suca, Ichu y Lluamarca "el camino rreal que ba desta dha ciudad [Cusco] al pueblo de yucai" 52r.
Como la tabla muestra, existen algunas refe- de pueblos coloniales, algunas comunidades
rencias en los documentos a caminos reales más pequeñas o nombres de lugares (v. g. Mu-
que habrían sido utilizados antes de las re- llacas, Ravanqui y Amparaque).
ducciones toledanas, porque Pedro de Orúe También es posible consultar otros do-
recibió las tierras como una merced del Ca- cumentos de archivos para identificar una
bildo del Cusco hecho en 1563 (AGI 1625: f. ubicación aproximada de topónimos particu-
48v.). Sin embargo, esto no quiere decir que lares (vid. Bauer y Decoster 1997). Por ejem-
fueran caminos incas. El documento describe plo, Villanueva Urteaga (1982) ha publicado
rutas que conectaban pueblos locales, inclu- transcripciones de documentos de fines del
yendo algunas rutas de larga distancia hacia siglo XVI, procedentes del Cusco, que contie-
Cusco y Vilcabamba. nen referencias de las haciendas y estancias
En contraposición, los Títulos de Pro- de Huarocondo y otras comunidades mencio-
piedad de la Hacienda de Pachar (ARC 1573- nadas en los documentos de Pachar (v. g. Soc-
1659) nos proveen de un grupo de rutas de ma, Turpay). Glave y Remy (1983) describen
referencia que contienen algunas descrip- varios documentos del siglo XVIII que deta-
ciones de estrechos senderos y vías antiguas, llan nombres adicionales de lugares relacio-
incluyendo comunidades y estancias periféri- nados con la comunidad de Ollantaytambo
cas (tabla 2). El reto en el uso de fuentes como (v. g. Anapahua, Socma/Socoma, Sillipahua,
estas es determinar si estas rutas del período Curimarca y Mascabamba). Nuestra inves-
Colonial Temprano fueron usadas también tigación ha identificado documentos que
en época Inca, dado que solo algunos de estos contienen información sobre la ubicación
caminos son descritos como antiguos, o ex- de Socma (ARC 1633: f. 679), Sillipaua/Chilli-
plícitamente vinculados a los incas. Es razo- paua (ARC 1686; ARC 1692), Chicollopampa
nable suponer que muchos de los senderos de (AGN 1577), y Simaypuquio, Ancaypaua y
los siglos XVI y XVII representen patrones de Pantanayac (AGN 1594). Usando un amplio
viaje contemporáneos que unían las reduc- repertorio de fuentes es posible identificar,
ciones de indios hacia estancias o tierras an- por lo menos, la localización general de casi
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
cestrales, y que aún si tales rutas existieron en todos los sitos asociados con caminos y sen-
la época Inca, estas no fueron utilizadas con deros en el documento de Pachar.
la misma frecuencia o significancia social. Es Adicionalmente al trabajo con mapas
decir, lo que una vez pudieron ser redes in- contemporáneos y otros archivos, hemos
tercomunidades habrían sido reconfiguradas realizado prospecciones en busca de to-
para que los ayllus que vivían en los mismos pónimos en algunas zonas de la región de
pueblos coloniales pudieran acceder a sus tie- Cusco, como un medio para recolectar evi-
rras de cultivo y pastoreo. dencia geográfica que pueda incrementar
El tipo de descripciones de rutas visto en el poder interpretativo de los documen-
los documentos de Pachar conlleva un pro- tos procedentes de los archivos locales.
blema analítico, que va más allá de lo visto en En zonas con topónimos tempranos que
los documentos del Archivo General de Indias han sobrevivido hasta la actualidad, nues-
referentes al pueblo de Maras: la necesidad de tro trabajo de prospección puede ayudar
identificar lugares que no fueran reduccio- a identificar nombres de lugares donde la
nes. Mapas modernos en escala de 1:100 000 tierra fue parcelada, y de esta manera po-
y 1:25 000 de la zona de estudio pueden ser uti- der identificar, a grandes rasgos, rutas de
lizados para identificar algunos lugares, además caminos y senderos pertenecientes a la épo-
57
tabla 2. Descripción de rutas locales asociadas con las tierras de indios yanakuna de Ollantaytambo
Fecha Folios
"un pedaso de tierra" “el camino Real que va a Tambo por abajo con el Rio grande de Yucay”
Andenes “un camino que va por encima de los andenes [de Ravanqui]”
“tierras de los indios Hurinsaya “un mojon nombrado Amati donde unas sepulturas antiguas y de allí baja
y Palpaqui” a una piedra nombrada Suito camino de Maras”
Usando SIG para modelar grilla de entrada rasterizada (raster input grid),
del mismo valor que la grilla de dificultad de
el paisaje de movimiento caminata (50 metros por 50 metros), donde
los valores van del 1 al 5, siendo 1 el más fácil
de cruzar y 5 el más difícil. Finalmente usa-
Al mismo tiempo que realizamos investiga- mos la clasificación de cobertura de suelo de
ciones arqueológicas y en archivos, investi- la Moderate Resolution Imaging Spectroradiome-
gamos el potencial del SIG para ofrecernos ter (MODIS) de la NASA, que ofrece informa-
nuevas perspectivas sobre los paisajes físicos ción desde el 2011, en una resolución de 500
a través de los cuales los antiguos viajeros se metros.
trasladaban.1 Nuestra investigación en curso Usamos el esquema de clasificación pri-
ha empleado tres distintos métodos de mo- maria de cobertura de suelos de MODIS, que
delado geoespacial de movimiento, cada uno identifica 17 tipos de suelo definidos por el
de los cuales emplea las mismas entradas de Programa Internacional Geosfera Biosfera
resistencia de superficie. Trabajando con un (con sus siglas en inglés, IGBP). Este inclu-
modelo de elevación digital (MED) derivado ye 11 tipos de vegetación natural, 3 tipos de
de los mapas 1:100.000 del Instituto Geográ- suelos desarrollados y en mosaico y 3 tipos
fico Nacional del Perú, desarrollamos una de suelos no vegetales (Friedl et al. 2010). Los
grilla de resistencia usando mapas e informa- datos proporcionados por MODIS fueron re-
ción satelital para formular tres variables. Las clasificados en una grilla rasterizada de 50
ponderamos de manera diferente en la resis- metros por 50 metros, para que de esta mane-
tencia de superficie final, basada en nuestra ra pudieran ser combinados con otros tipos
percepción de su impacto sobre el tránsito. de datos rasterizados. Combinando nuestras
Nuestras variables fueron (1) dificultad para tres grillas resterizadas, asignamos valores
la caminata, (2) buffers de agua y (3) cobertura para cada variable (dificultad en la caminada
de vegetación. = 40 %; buffers de agua = 40 %; cobertura de
Medimos la dificultad para la camina- suelos = 20 %) y clasificamos la información
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
auténtica ruta inca puede ser explicada al me- los caminos incas intentaba impartir formas
nos de dos maneras que originan importantes del poder social estatal (fuerza militar, vigi-
cuestionamientos interpretativos. lancia administrativa) hacia las áreas gober-
Primero, ¿los parámetros utilizados para nadas y extraer mano de obra y recursos para
modelar las rutas de menor costo reflejan los trasladarlos a la capital de la región, entonces
costos reales de viaje durante la época Inca? no siempre debemos esperar que los caminos
Como ha sido anotado, existen muchos pro- incas sigan rutas de bajo costo, especialmente
blemas en usar características ambientales si tales rutas favorecen a zonas escasamente
actuales (hidrología, vegetación) para recons- pobladas y con pocos recursos.
truir la ecología del pasado. Si cambiamos
elementos de nuestro modelo, es posible ge-
nerar otro LCP. Este problema nos ofrece una
oportunidad para reconfigurar nuestra con-
ceptualización del ambiente en la época Inca
y su impacto sobre los costos de viajar desde
el Cusco. Hay grandes variaciones estaciona-
les en el flujo del agua en los ríos, así como
63
Modelo de Circuitscape tancia de cuantificar el grado con el cual es-
tos impedimentos afectarán el movimiento.
A diferencia del modelo de ruta de menor
costo, el modelo del circuito conceptualiza
Ampliando más allá la lógica del viajero que impedimentos como resistencias y la matriz
selecciona una única ruta óptima para tras- de paisaje representa a los viajeros como una
ladarse, un obstáculo en el modelo de ruta organización de circuitos de movimiento
de menor costo, realizamos otros análisis con probabilidades variables de permeabili-
basados en los principios teóricos de la teo- dad (Koen et al. 2010).
ría del circuito (vid. Howey 2011, para una Dentro de este esquema de trabajo, a
aplicación arqueológica previa). El modelo diferencia del modelo de la ruta de menor
LCP asume que los viajeros poseen un cono- costo que solo considera impedimentos, los
cimiento completo del paisaje que están atra- paisajes son entendidos como resistencias
vesando (McRae et al. 2008: 2715), operando colocadas que, simultáneamente, dificultan
bajo la presunción que serán al mismo tiem- el movimiento y promocionan o conducen
po capaces y estarán motivados en seleccio- —lo inverso a la resistencia— el movimien-
nar una única ruta de menor costo, gracias to a través de ellos. El modelo del circuito
a este conocimiento previo. Sin embargo, intenta moverse fuera de los límites de la
muchos factores pueden motivar que las per- reflexión del LCP, el costo de movimiento
sonas no conozcan completamente el paisaje acumulado por un solo individuo utiliza el
que están atravesando, o inclusive que, si tie- concepto de resistencia de distancia, incor-
nen este conocimiento, sean incapaces de uti- porando al mismo tiempo la distancia mí-
figura 5 . Perspectiva regional de Circuitscape por el análisis omnidireccional, con las rutas
de menor costo y la ruta probable Cusco-Lares
Lares
Ollantaytambo
Paucartambo
Calca
2
1
Limatambo
Cusco
Bajo
La distribución de áreas de alto flujo corrien- menos pobladas con muy poca evidencia de
do en paralelo con las rutas de menor costo supervisión estatal en el registro documental
muestra el potencial para seleccionar rutas o arqueológico.
alternativas que podrían ser difíciles de mo- Para la gente viviendo en el valle alto del
nitorear para los funcionarios del Estado. Por norte del río Vilcanota, otra zona comple-
ejemplo, la ruta de menor costo desde Cusco ja de alto flujo, las superficies facilitarían el
hacia Limatambo atraviesa por un amplio movimiento entre las poblaciones pastoras y
terreno de alto flujo, sin embargo, viajeros horticultoras. Muchas zonas que parecen peri-
que conocen senderos locales en la zona de féricas desde el punto de vista administrativo
Chinchaypuquio podrían evitar el camino estatal ofrecen costos menores para economías
principal estatal, moviéndose detrás de la lí- locales e interacciones sociales por parte de las
nea divisoria hacia el sur, a través de zonas poblaciones no estatales (vid. Scott 2009).
67
Resultados Referencias citadas
Archivo General de Indias (AGI) Atkinson, David M.; Peter Deadman, Douglas Dudycha
1610 Martín García de Loyola, como padre de Ana y Stephen Traynor
María de Loyola y Coya, primera Marquesa 2005 “Multi-Criteria Evaluation and Least Cost
de Oropesa, con el fiscal sobre 563 indios Path Analysis for an Arctic All-”, Applied
tributarios y los pueblos de San Benito de Geography [Ontario], 25(4), pp. 287-307.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
PERÚ
Lago
Arica V. Lluta Chungara
V. Azapa
BOLIVIA Lago
Poopó
V. Camarones
V. Camiña
Salar
V. Aroma de Coipasa
Pisagua
V. Tarapacá
Salar Ciudad moderna
V. Mamiña
Iquique de Uyuni
Salinas
Pica
Límite político
moderno
V. Guatacondo
Océano
Pacífico
CHILE
Río Loa
0 40 km
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
En este capítulo utilizaremos dos técnicas caravanas que datan de tiempos preincaicos
analíticas para explorar la naturaleza de las como “líneas conectoras” (edges) y los sitios
conexiones físicas, políticas y socioeconómi- domésticos que se conectaban, como “no-
cas entre los asentamientos en el norte de Chi- dos”. Sugerimos aquí que los habitantes de
le durante el período preinca y analizaremos los sitios con altos niveles de conectividad se
cómo la incorporación imperial, mediante la encuentran mejor posicionados para contro-
red vial Qhapaq Ñan, alteró el panorama de lar y/o beneficiarse de los flujos en el entorno
la conectividad interregional en la región de de personas, mercancías e información. A tra-
Tarapacá (figura 1). Para ello, primero usare- vés de la aplicación del enfoque de redes so-
mos un análisis de redes sociales, una técnica ciales, demostraremos que los habitantes de
analítica cuantitativa que consiste en anali- los sitios del período Intermedio Tardío en la
zar la estructura de las relaciones entre varias región estaban altamente interconectados, y
entidades conectadas en una red. que ningún sitio en particular emergió como
En el caso del período Intermedio Tar- preeminente, al menos en sus relaciones es-
dío, visualizamos las rutas interregionales de paciales con otros sitios contemporáneos.
75
Luego aplicaremos una segunda técnica, el Métodos y aproximaciones
análisis estadístico de la diversidad cerámica,
para lograr una aproximación a las relacio- Análisis de redes sociales
nes interregionales de intercambio en siete
sitios preeminentes del período Intermedio
Tardío. Demostraremos que, a pesar de las El análisis de redes sociales es un método
grandes similitudes en la interconexión fí- analítico cuantitativo usado para explorar
sica y centralidad, los habitantes en algunos las conexiones entre varias entidades vincu-
de los sitios parecen haber disfrutado de co- ladas por una red. En vez de centrarse en los
nexiones socioeconómicas más variadas que atributos de una sola entidad o nodo, el aná-
las del resto de sitios del período Intermedio lisis de redes sociales investiga la naturaleza
Tardío. Propondremos, entonces, que estas de estas conexiones —o líneas conectoras—
conexiones sociales preexistentes son las que enlazan los diferentes participantes de
que luego influenciaron fuertemente en las una red. Hay muchas formas de caracterizar
decisiones de la administración inca sobre dichas conexiones entre los nodos y la gente
dónde concentrar la inversión imperial en la que viven en ellos, por ejemplo: (1) conexio-
región. nes físicas, a través de carreteras o ríos; (2)
Analizaremos luego la configuración del conexiones sociales, rituales o familiares;
dominio inca en el norte de Chile utilizando (3) conexiones económicas, a través de in-
los mismos métodos empleados en el análisis teracciones como el comercio; y/o (4) cone-
de los datos del período Intermedio Tardío. xiones políticas, por medio de los impuestos,
Los resultados del análisis de la red social y la soberanía y relaciones de dominación/
de la diversidad cerámica nos indicaron que subordinación. Los nodos pueden estar co-
la expansión de las vías, en el norte de Chi- nectados por más de un tipo de relación. En
le bajo control inca, representó un conjunto el siguiente análisis nos centraremos en las
de nuevas oportunidades y limitaciones a los conexiones físicas entre los nodos adminis-
que otros, poniéndose o, más bien, poniendo tancia” de restos óseos humanos, que indican
a sus habitantes —en el contexto de nuestro importantes flujos de genes desde el altiplano
argumento— en condiciones de beneficiarse hacia los valles costeros durante el período
de la afluencia del tráfico en movimiento por Intermedio Tardío (Rothhammer y Santoro
la red (Hanneman y Riddle 2005; Mizoguchi 2001; Rothhammer et al. 2002; Sutter 2000,
2009: 14, 24; Peregrine 1991: 66-68). Por tanto, 2005, 2006). En este contexto, la cerámica
el análisis de redes sociales investiga la cen- se revela como uno de los bienes más inter-
tralidad —la importancia de cualquier nodo cambiados durante este período, tal como lo
dentro de una red— como una función de la demuestra la afluencia de vasijas decoradas
conectividad. Negro sobre Rojo del altiplano y de las vasijas
Al evaluar cómo el poder y la influencia policromadas de la entidad política ‘Arica’
se estructuran dentro de una red, es importan- hacia los valles transversales de la región de
te definir primero lo que se moviliza a través Tarapacá (Muñoz y Chacama 2006; Uribe et
de dichas conexiones. Los datos arqueológi- al. 2007; Zori 2011).
cos y la documentación etnohistórica indican Los contextos arqueológicos de este pe-
que en el norte de Chile las personas, bienes e ríodo también dan testimonio de la circula-
información transitaron tanto por las rutas de ción de mercancías costeras, como pescado y
caravanas preincaicas como por los caminos mariscos secos o ahumados, hacia los valles
del Qhapaq Ñan. El análisis de los campamen- transversales de la región (Cases et al. 2008;
tos temporales, entierros, corrales y geoglifos Villalobos 1979; Zori 2011). Maíz de los valles
asociados con senderos de caravanas en toda del interior, lana hilada de camélidos y/o te-
la región de Tarapacá, sugieren que el tráfico jidos de los valles y altiplano parecen haber
interregional de las personas, bienes e infor- sido los bienes más comunes obtenidos me-
mación alcanzó nuevas dimensiones durante diante intercambio por las poblaciones que
el período Intermedio Tardío (Briones et al. habitaban en la costa (Agüero 2007; Uribe
2005; Cases et al. 2008; Correa y García 2014; 2006, 2009).
Zori y Brant 2012: 414-417). Los documentos etnohistóricos nos di-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Paneles de arte rupestre producidos en los cen que, durante el Horizonte Tardío, los ca-
valles transversales son testimonios de una minos incas fueron de uso reservado para los
mayor interacción ritual-económica entre asuntos del Estado (Rowe 1946: 271), lo que
distintas etnias y personas de diferentes zo- implicaba el transporte de personas, bienes
nas ecológicas (Brant 2009; Zori y Brant 2012: e información en un contexto más regulado
414-417). Dichos paneles incluyen represen- de lo que vimos para el período Intermedio
taciones de personas vistiendo túnicas y toca- Tardío. Entre los grupos de individuos que
dos distintivos de grupos étnicos, individuos utilizaron el Sistema Vial Inca en nombre
participando de actividades específicas de del Estado estuvieron las tropas militares, los
zonas ecológicas —tales como la pesca (lito- gobernadores regionales y demás administra-
ral) o dirigiendo caravanas de camélidos (se- dores estatales, los contadores, los sacerdotes,
rranías)— y representaciones fidedignas de los peregrinos y los mensajeros.
peces, aves y otros animales procedentes de En el caso de los bienes transportados a lo
entornos ecológicos no locales (Brant 2009; largo del sistema vial, estos incluyeron desde
Vilches y Cabello 2011; Zori y Brant 2012: alimentos de necesidad básica, como el maíz
414-417). Otra evidencia del movimiento de transportado desde enclaves agrícolas hacia
personas está prevista por análisis de “biodis- la capital Cusco (vid. por ejemplo Wachtel
77
1982), hasta materias primas y productos a través de la red. Estas cuatro medidas de
acabados tanto utilitarios como de prestigio. centralidad fueron calculadas usando el pro-
Los análisis químicos de las vasijas cerámicas, grama UCINET 6.382 (Borgatti et al. 2002), y
por ejemplo, demostraron el movimiento de consisten en:
cerámica de estilo Inca fabricada en la cuenca
del Titicaca, hacia otras regiones del Imperio • Centralidad de grado (degree centrality)
(D’Altroy y Bishop 1990: 133). Del mismo • Centralidad de Bonacich (Bonacich power
modo, los estudios metalúrgicos realizados centrality)
a objetos de bronce —hechos con estaño • Centralidad de intermediación (betweeness
proveniente de las fuentes controladas por centrality)
los incas en Bolivia— indican que este metal • Centralidad de cercanía (closeness centrality)
era transportado a través del Tawantinsuyu
(Gordon y Knopf 2007: 41; Lechtman 2007: CENTRALIDAD DE GRADO
332-337; Owen 2001: 287). La medida de centralidad de grado (degree
Finalmente, se debe tener en cuenta las centrality), se define como el número de lí-
comunicaciones y la información que viaja- neas conectoras que se intersecan en un
ron también por el Qhapaq Ñan. Las comu- determinado nodo (Freeman 1979: 219). En
nicaciones imperiales fueron transmitidas este análisis específicamente, mide el nú-
de forma oral, a través de mensajeros o chas- mero de caminos que pasan a través de un
quis y de funcionarios itinerantes, que via- determinado sitio. Esta centralidad de grado
jaban entre los centros periféricos. Noticias es una medición de la potencial esfera de
e información relativas a otras regiones del influencia directa de un sitio. Los sitios con
Imperio, seguramente fueron transmitidas a una alta centralidad de grado tienen el po-
los habitantes de los nodos provinciales por tencial de desarrollar una mayor actividad de
estos representantes imperiales quienes, del intercambio y comunicación en la red, sim-
mismo modo, también transmitían infor- plemente porque tienen, comparativamente,
poder social no depende simplemente del nú- una medición de la accesibilidad (Isaksen
mero de nodos a los que uno se conecta, sino, 2008: 7). Los sitios con elevados valores en
más bien, de qué tan bien conectados puedan esta medida se ubican muy cercanamente de
estar los nodos periféricos (Bonacich 1987: otros sitios, por lo que recibirán rápidamente
1171). Si un nodo céntrico se vincula con el flujo de comunicaciones, bienes y viajeros
otros nodos menos conectados la influencia (Borgatti 2005). Para los sitios con bajos va-
del primero será mayor, debido a que estos lores de centralidad de cercanía, dichos flu-
nodos periféricos serán dependientes del pri- jos llegarán algún tiempo después debido a
mero en el flujo de información y/o bienes que tienen que pasar por un mayor número
(Bonacich 1987). de líneas conectoras hasta pasar por el sitio
estudiado. La centralidad de cercanía se ha
CENTRALIDAD DE INTERMEDIACIÓN utilizado también como índice de la eficacia
Recurramos ahora a una tercera medida de de la afluencia de bienes y/o información a
centralidad: la centralidad de intermedia- través de una red, ya que distancias más cor-
ción (betweenness centrality). Esta medida se tas significan menores tiempos de viaje y
refiere a la frecuencia con la que se encuen- menores costos (Freeman 1979: 225; Jenkins
tra un nodo al recorrer el camino más corto 2001: 662-663; Milicic 1993: 386; Peregrine
entre cualquier par de nodos en una red (Free- 1991: 68).
man 1979: 221). En términos concretos, es la
posibilidad de toparse con un sitio en el ca-
mino al estar viajando entre otros dos sitios
(nodos) en el sistema (Isaksen 2008: 7). Que
un sitio tenga un mayor valor de centralidad
de intermediación significa que hay un ma-
yor número de nodos que dependen de dicho
sitio para conectarse con otras entidades de
la misma red. Así, este valor nos indica el po-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
CENTRALIDAD DE CERCANÍA
La última medida de centralidad, la centra-
lidad de cercanía (closeness centrality), se en-
cuentra basada en la suma del número de
líneas conectoras entre un nodo y todo el res-
to de nodos de la red, y se ha utilizado como
79
Análisis estadístico por los ecologistas para medir la diversidad
de especies dentro de una comunidad deter-
de la diversidad cerámica minada, el “índice de diversidad Shannon”
(Beals et al., 2000) es una medida tanto del nú-
mero de especies presentes —referidos como
Una segunda aproximación para evaluar la la riqueza de una muestra— como también
naturaleza y dimensión de las interacciones de la abundancia relativa de individuos den-
interregionales en el norte de Chile es median- tro de cada especie o, puesto en otras palabras,
te el análisis de la diversidad cerámica a nivel de la uniformidad de una muestra (Wing y
de sitios. La cantidad y diversidad de la cerámi- Wing 1995: 127-129). El “índice de diversi-
ca no local es un claro indicativo de la conecti- dad Shannon-Weaver” se calcula, en primer
vidad: indexa el grado en que los habitantes de lugar, dividiendo el número de individuos de
un determinado asentamiento tienen acceso a cada especie (i ) por el número total de indi-
las redes sociales, a través de las cuales los bie- viduos en la muestra global. A continuación,
nes se mueven a través del paisaje (Baughers cada una de las fracciones resultantes (pi ) es
y Venables 1987: 31-36; Gasco 1993: 171-172). multiplicada por su logaritmo natural (ln pi).
La diversidad cerámica también refleja una Los valores resultantes son luego sumados y
serie de procesos —incluyendo el intercam- se multiplican por -1 para obtener el valor de
bio, interacciones rituales compartidas, lazos H. La variable S representa el número total de
de parentesco y otras formas de relaciones so- especies a través de la cual los individuos de
cio-políticas— que en conjunto constituyen la muestra se distribuyen.
lo que se conoce como “conectividad”.
En un reciente estudio, Mauricio Uribe y S
sus colegas (2007) seleccionaron siete sitios
habitacionales de la región de Tarapacá —Pi- H=– pi ln pi
sagua, Caserones, Camiña, Nama, Chusmisa,
i=1
Romero 2002; Schiappacasse et al. 1989: 195- -1, obtenemos finalmente el valor H o “índice
200; Stanish 1991; Uribe 1999, 2004, 2009; de diversidad” de la muestra. También aplica-
vid. discusión en Zori 2011: 276-290). Sub- mos un procedimiento llamado bootstrapping1, 1 Bootstrapping es una
prueba o métrica que
secuentemente, analizaron estas muestras para asegurarnos que la variación en el tama- se basa en un muestreo
utilizando el llamado “índice de diversidad ño de las muestras de cada sitio no tuviera aleatorio con reemplazo,
de modo que el índice de
Shannon-Weaver”. impacto en las puntuaciones del índice de diversidad se pueda calcu-
Proveniente originalmente de la teoría de diversidad entre los diferentes asentamientos lar incluso en muestras de
la información y, posteriormente, utilizada (Baxter 2001: 722-724). tamaño pequeño.
80
alineaciones rectas.
La figura 2 reconstruye la compleja red de
caminos y rutas de caravanas en previo uso a
la incorporación inca de esta región. Algunos
de estos sitios, que incluyen Pica, Posada, Suca,
La Calera y Alto Barranco, están ubicados
fuera de valles con flujo permanente de agua.
Dichos sitios tienen siempre pozos o manan-
tiales, enfatizando la importancia del agua en
la configuración de los sitios y sus conexiones
interregionales. Las rutas que conectan estos
asentamientos se desarrollaron orgánicamen-
te a través de milenios de ocupación humana,
una trayectoria que puede ser fácilmente con-
trastada con los intencionales esfuerzos incas
por conectar ciertos sitios del paisaje, tema que
se discutirá más adelante en un capítulo.
81
figura 2. Rutas caravaneras por el norte de Chile en el periodo Intermedio Tardío
PERÚ Lupica
Saxamar Lago
Ticnamar
Chungara
Arica
Atoka Cobija
Quiani
Cachicoca
Codpa BOLIVIA
Miñi Miñi
Miñita
Cuya Conanoxa
Suca CAMIÑA
Chiza-Suca
NAMA
PISAGUA
Tiliviche Hacia el salar
Cerro de Coipasa
TARAPACÁ
Unitas CHUSMISA
VIEJO
Hacia la región
CASERONES JAMAJUGA
Intersalar
Iquique Salar de
La Calera Hacia la región Intersalar
Pozo Almonte Huasco
Rinconada Santa Rosita
Los Verdes Hacia el salar de Uyuni
Pica
Chucumata
Alto Barranco Salar de Coposa Hacia el salar
Cerro de Uyuni
Salar de Pintados
Soronal Ujina
Tamentica
Patache
Océano
Pacífico
LANZANDO UNA AMPLIA RED...
Chug-Chug
Nota: Los sitios utilizados en el análisis de la diversidad de cerámica se indican en negrita y mayúscula. 0 40 km
interconectados y que ningún sitio en parti- de estos sitios fue Tarapacá Viejo (figura 3A),
cular sirvió de único centro o eje a través del que obtuvo la puntuación más alta en el índi-
cual fluían las comunicaciones y el tráfico de ce de diversidad, H = 1.492; seguido por Chus-
personas y mercancías. misa con una puntuación de H = 1.228. Por
otro lado, Caserones, también en el valle de
ANÁLISIS DE LA DIVERSIDAD CERÁMICA Tarapacá, obtuvo la puntuación más baja, H =
A pesar de que los sitios del período Interme- 0.057, un resultado dado por el hecho de que
dio Tardío en el norte de Chile comparten el sitio fue abandonado antes de la afluencia
84
447000
447050
447100
447150
447200
447250
7796800
7796750
68a
68
45a
67
43a
44c
Ruta A-565
73b
Unit 3
65 52a
Unit 5
63a
66 52 42d
63 42a 41 39
7796700 51 44b 42b
78b 62 42c
78a 50 32
61a 37
49a
78 44a 40a 33
77a 61
49 43 42a 38
60 48a 1
77 44
76a 59 48 45 40
Unit 6 76
75a
69
64 58
57
47a
43b
43a 7
2
3
75 8
74a 47
84 56
83 74 69 12 9 4
46a
73 54
72a
46 13
73 53 16 14 5a
7796650 71
10
70a
26
70 25 17 5
27
24
Unit 8
28 23
18
22 15
21 20
31
30
Unit 2
19
Unit 4
Unit 7
Petroglifos
LANZANDO UNA AMPLIA RED...
de los siete sitios analizados con el índice de Viejo, así como su ubicación estratégica en
diversidad que fue posteriormente agregado las rutas de intercambio existentes, fueron
a la red de caminos incas del norte de Chile. factores importantes en la selección de este
Sugerimos que los diversos lazos económicos sitio como un centro administrativo imperial
mantenidos por los habitantes de Tarapacá principal en la región.
86
Zapahuira Tambo
Chungara
Molle
Pampa Este Socoroma Lago
Poopó
Pampa Saguara
Alto Ramirez
Isluga
Hacienda Camerones
Incaguano
Tarapacá Viejo
El Tojo
Huantajaya
Sitios arqueológicos
Cerro Esmeralda Pica Red del Qhapaq Ñan
Tambo Hito
Cerro
Colorado Turi
Océano Cerro Verde
Pacífico Caspana
Catarpe
Tambo
San Pedro
de Atacama Licancabur
Peine
Vaquillas
Juancal
LANZANDO UNA AMPLIA RED...
La Huerta
Viña del Cerro
0 80 km
88
deriva de las conexiones de un nodo y del nú- (Bonacich power) (Horizonte Tardío)
mero de conexiones que tiene, añade matices
a nuestro análisis. Tarapacá Viejo y Zapahuira, 1188.7 Tarapacá Viejo
de nuevo, emergen aquí como los sitios con las
puntuaciones más altas de esta medida de cen- 734.5 Zapahuira
tralidad (valores de 1188.70 y 734.5, respecti-
450-699 Hacienda Camarones, Incaguano,
vamente), ya que tienen numerosos enlaces
Molle Pampa, Pampa Alto Ramírez,
con sitios menos comunicados (tabla 6). Las Pica, Saguara, Turco
personas, bienes e información que fluyeron
a través de Tarapacá Viejo y Zapahuira proba- 150-449 Cerro Esmeralda/Huantajaya, El Tojo,
blemente incrementaron el poder y autoridad Los Hornos, Miño-miño, Pabello Inca,
de sus residentes, ya que todo este tráfico se Sama la Antigua, Socoroma, Tambo
distribuye posteriormente a nodos más aisla- Chungara, Tamentica
dos en la red inca, cuyos habitantes tenían me-
<150 Caspana, Catarpe, Cerro Colorado,
nos rutas alternativas por donde recibir dicha
Cerro Verde, La Huerta, Turi, Viña
afluencia de información y/o bienes. Al mis-
del Cerro
mo tiempo, los moradores de Tarapacá Viejo y
89
figura 3b. Planta arquitectónica de estructuras incas en Zapahuira
1. Tambo Zapahuira 1:
Ruta 11 colcas
Arica- La Paz
2. Tambo Zapahuira 2:
canchas
Nota: Redibujado de
1. 2.
0 50 km
Zapahuira tuvieron el potencial de beneficiar- cas en el norte de Chile (tabla 7). Esto es aún
LANZANDO UNA AMPLIA RED...
se como mediadores en las interacciones entre más notorio cuando se lo compara con los
nodos periféricos adyacentes. otros sitios que le siguieron en las siguientes
En términos de la medida de centralidad seis puntuaciones más altas: Pabellón Inca, la
de intermediación —que se refiere a la fre- región Intersalar, Miño-Miño, Cerro Colora-
cuencia con la que se encuentra un nodo en el do, Turi y Cerro Verde (tabla 7 y figura 4). Es-
camino más corto entre todos los pares de no- tos sitios poseen altos valores de intermedia-
dos de una red— Tarapacá Viejo manejó una ción, ya que están unidos por una sola vía, lo
ventaja significativa sobre los demás sitios in- que significa que el camino más corto desde
90
*Una técnica estadística que se basa en un muestreo aleatorio con reemplazo, empleado para compensar las diferencias
en tamaño de la muestra
92
Este sitio tuvo una fuerte ocupación del pe- la red Qhapaq Ñan en el norte de Chile.
ríodo Intermedio Tardío y estaba habitado Del mismo modo, desde la perspectiva de
por personas que mantenían vínculos econó- sitios como Pica y Tamentica, que disfrutaron
micos y sociopolíticos a través de una amplia de los más altos niveles de conectividad du-
extensión geográfica, que incluía la costa, rante el período Intermedio Tardío, el análi-
otros valles transversales y el altiplano adya- sis de redes sociales también reveló cómo la
cente. En virtud de su excelente ubicación y reconfiguración de caminos bajo el dominio
conexiones, los incas no podían permitirse de los incas pudo haber ocasionado el detri-
94
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LANZANDO UNA AMPLIA RED...
de Vilcanota, mientras que la presencia de lógica totalmente distinta, pero sin que se
rasgos y elementos pukara en textiles deco- perdiera la vinculación entre estas regiones.
rados de Alto Ramírez (Focacci y Erices 1971;
Mujica 1991), elementos del complejo de
rapé en Iquique (Mujica 1991), y la cerámica
decorada procedente de Moquegua (Feldman
1990) y Arequipa (Cardona 2002) confirman
los contactos entre el altiplano y los valles
occidentales.
El Estado Tiwanaku (400-1100 d. C.) com-
binó tres mecanismos complementarios de
104
tado, aun cuando los estudios de Aldender- tres zonas, de este a oeste: zona baja, zona
fer (1989a, 1989b, 1998, 2012), Klink (1998, media y zona alta. La zona baja tiene una al-
1999, 2005), Klink y Aldenderfer (2005), titud que varía entre 4 000 y 4 200 msnm en
Craig (2005), LaFavre (2011), Vining (2011) y promedio. Es una zona con espacios abiertos,
Hass (2014) brindan una valiosa información bastante húmeda, donde destacan amplios
sobre rutas de movilidad y patrones de asen- bofedales y pequeñas lagunas. La zona me-
tamiento durante el Arcaico. dia está definida por quebradas cuya altitud
Es justamente el sector de puna, a más de promedio esta entre 4 200 y 4 600 msnm. En
4 000 m de altitud, donde centramos nuestra esta zona se presenta la mayor concentración
investigación. De manera específica elegimos de sitios, hasta 18 por kilómetro cuadrado, en
un tramo entre el pueblo de Mazocruz y el contraste con otras zonas donde el promedio
lago Suches, un paso obligado en el tránsito más alto es de 4 a 5 sitios por kilómetro cua-
entre el altiplano y el valle. La elección de drado. Creemos que tal concertación se debe
este tramo obedece al análisis de documenta- a la abundancia de agua y a lo abrigado del
ción arqueológica e histórica sobre tránsito y microclima de esta zona.
comercio, así como a la revisión de informa- La zona alta, por su parte, se caracteriza
ción gráfica y análisis GIS que permitió iden- por tener un paisaje dominado por extensas
105
figura 2. Zonificación del área de prospección
Tiwanaku
Pastogrande Mazocruz
L. Loriscota
L. Vizcachas
Moquegua
Tacna
L. Suches
Ruta Jaltape
Ruta Quelqatani
y “ruta Quelqatani”, tomando como referen- al sur del cerro Vizcachas, y luego de cruzar
cia, en ambos casos, sitios con arte rupestre Apacheta Mataza alcanza la zona de la lagu-
asociados a cruces de caminos. Para el reco- na Suches.
rrido de ambas rutas partimos del sector de Con respecto al camino mismo, no exis-
Chunchuvinto, unos 10 kilómetros al este del ten mayores diferencias entre las dos rutas.
pueblo de Mazocruz. No presenta una estructura formal en cuanto
Por la ruta Jaltape transcurre el camino a construcción o acondicionamiento espe-
principal hacia Moquegua y hacia ella con- cial, solo es un espacio relativamente libre
fluyen caminos secundarios procedentes de de piedras y vegetación que se ha marcado
Acora, Ilave y Juli, importantes pueblos del como una huella por la continuidad del
área circumlacustre. Esta ruta fue previamen- tránsito. Sobre superficies de pasto, arena o
te identificada durante los análisis documen- cascajo el ancho promedio varía entre 4 y 6
tales y de GIS, y coincide con el actual trazo metros. Pero si el terreno es rocoso disminuye
de la carretera binacional. a poco menos de 1 metro. En algunos lugares
Iniciamos el recorrido por esta ruta en se aprecian rústicos escalones producto de la
el sitio de Chunchuvinto (4 005 msnm) y se- limpieza y uso de afloraciones rocosas. Tam-
guimos rumbo oeste, cruzando los pueblos poco encontramos puentes, puesto que los
107
ríos no son muy caudalosos; para cruzarlos a
pie normalmente se buscan lugares poco pro-
fundos. En términos generales se privilegia el
trazo en línea recta, pero evitando en lo posi-
ble zonas húmedas o pendientes pronuncia-
das. Es decir, se busca la ruta de menor coste
en términos de esfuerzo. Por esta razón, el tra-
zo del camino, la antigua carretera afirmada foto 1.
y la actual pista asfaltada corren paralelas y Vista del
muchas veces se sobreponen. camino en
Asociados a ambas rutas identificamos el sito de
183 sitios con ocupaciones de un amplio Achajpuju.
rango temporal, desde el Arcaico hasta la Co-
lonia. Ello indica que estas rutas fueron utili-
zadas desde muy temprano, debido a que las
condiciones topográficas y la disponibilidad
de fuentes de agua las convierten en “rutas
naturales” para el tránsito.
Falta definir con más precisión desde
cuándo se constituyeron en “caminos”, es
decir en tramos de uso continuo e intensivo.
A manera de hipótesis, creemos que ello ocu-
foto 2.
rrió como resultado del tránsito de caravanas Jaracachi.
y su origen podría remontarse hasta el perío-
Arcaico 19 37 39 95 18.41
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...
Formativo 32 34 28 94 18.22
Tiwanaku 10 7 11 28 5.42
Tamaño Sitios %
ARC FTV TIW ALT INK COL TOTAL %
presente, para la cerámica con temperante de 2010; Vining 2011). Esta limitada presencia
fibra que halló en el sitio de Quelqatani. Algu- tiwanaku parece ser una constante que, se-
nos fragmentos incisos podrían ser afiliados a gún los informes de Klink (1998, 1999, 2005)
Chiripa, lo cual sugiere vínculos con el For- y Aldenderfer (1989a, 1989b, 1996, 2012),
mativo de la zona sur del Titicaca. En algunos también se repite en los vecinos valles del
sitios cercanos al lago Suches también se han Huenque y del Ilave.
registrado fragmentos de cerámica pukara Todos estos aspectos remarcan la dife-
(Vining 2011). rencia entre los asentamientos de la puna y
De manera complementaria, las inves- aquellos de la región circumlacustre y los va-
tigaciones del Proyecto Arqueológico Lago lles. Considerando estos factores, suponemos
Suches (PALS) han registrado sitios del For- que la estrategia del Estado Tiwanaku en la
mativo correspondientes a aldeas de hasta 3 región de puna, especialmente en el área de
hectáreas de tamaño, lo cual sugiere un inicio estudio, no fue establecer asentamientos per-
del proceso de ruralización en la zona (Avila manentes para la explotación de los recursos
y Vining 2009; Vining 2011). locales, fundamentalmente pecuarios. Su in-
terés se orientó más bien a controlar rutas de
TIWANAKU (400-1100 D. C.) tráfico e intercambio, estableciendo peque-
Son solamente veintiocho sitios, pero su ños asentamientos en lugares estratégicos
presencia es significativa ya que confirma pero evitando de algún modo competir con
que esta ruta sí fue utilizada por el Estado Ti- las poblaciones locales. A ello se debería el
wanaku. Los sitios están dispersos a lo largo número discreto de sitios y su menor propor-
del camino y a no más de 100 metros de él. ción en la zona de más alta concentración de
Cabe resaltar que, pese al reducido número, ocupaciones (De la Vega 2009; Stanish et al.
estos se ubican en lugares estratégicos para 2010).
el control de las rutas: zonas de cruce de ríos
y confluencias de caminos. En las tres zonas ALTIPLANO (1100-1450 D. C.)
se reocupan sitios anteriores, pero también se Los sitios de este período son abundantes y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
que no se hayan registrado chullpas, ya que tar que Tarucani es uno de los pocos pucaras
estas estructuras funerarias, además de ser de puna y es el primer gran pucara en la ruta
típicas del período, constituyeron también de acceso hacia el altiplano.
marcadores territoriales entre linajes y/o en- Además de las estrategias de orden po-
tidades políticas diferentes (Frye y De la Vega lítico y militar que desarrolló el Estado Inca
2005; Hyslop 1977; Stanish 2003). Más aun, si para incorporar nuevos territorios, estaban
consideramos que el aumento en el número las acciones directamente vinculadas con el
de asentamientos en la zona correspondería a control de las redes viales, a través de la crea-
la presencia de poblaciones de al menos tres ción o de la rehabilitación de caminos y del
entidades políticas diferentes: lupaqas, qollas establecimiento de estaciones de paso o tam-
y pacajes. bos (Stanish 2012). Ambos aspectos pueden
114
lugares de paso, aunque de hecho sitios como del reiterado trajín de personas y animales,
Saacata debieron de servir como asentamien- más que de la planificación o de la alta in-
tos intermedios en el tránsito entre Moque- versión de trabajo. En términos funcionales
gua y el altiplano. Pero también se debe tener y cronológicos, presenta dos contextos com-
en cuenta las labores mineras en la zona, tal plementarios de uso.
como se evidencia en las bocaminas de Saaca- En el primer contexto, la red vial está for-
ta y en el ingenio minero para la molienda de mada por “senderos”: tramos angostos con un
metales del sitio de San Agustín. limitado flujo de tránsito. Estos habrían sido
de uso local por parte de poblaciones de ca-
zadores y/o pastores que utilizaron la red de
senderos para articular espacios como áreas
domésticas y de pastoreo, cotos de caza, fuen-
tes de agua, canteras, etcétera. Este uso local
se inició en el Arcaico y continuó hasta la
época Inca. Implicaba el desplazamiento co-
tidiano en distancias relativamente cortas, lo
cual generó una compleja red de pequeñas
115
huellas y senderos que comunicaban muchos Referencias citadas
espacios y destinos.
En el segundo contexto la red vial está
definida por “caminos”, entendidos más en
FUENTES DIGITALES
términos funcionales como vías de comuni-
cación de larga distancia que como estructu- Instituto Nacional de Cultura (INC)
ras complejas de ingeniería. Estos caminos 2005a El Qhapaq Ñan en la región macro sur: Arequi-
permiten una comunicación interregional pa, Puno. Moquegua y Tacna. CD interactivo.
vinculada tanto al tránsito de personas como
al transporte y al intercambio de bienes, re-
FUENTES DOCUMENTALES
cursos e información. Su uso está asociado a
sociedades complejas de economía agrope- Aldenderfer, Mark S.
cuaria. Por el momento no podemos atribuir 1996 Pedestrian and Buried Sites Reconnaissance
una filiación cronológica definitiva para el for Early to Late Preceramic Archaeological
origen del camino, pero creemos que su uso Sites in the Río Ilave Drainage, Southern Peru.
más temprano se remonta al Formativo. Informe presentado a The National Geogra-
Finalmente, al contrastar la presencia phic Society. Proyecto Número 5245-94.
tiwanku e inca observamos que ambas enti-
Aldenderfer, Mark y Cinthia Klink
dades estatales desarrollaron estrategias di-
1996 Archaic Period Settlement in the Río Ilave
ferentes en cuanto al control de la región de Drainage, Southwestern Lake Titicaca Basin,
puna. Al parecer Tiwanaku no tuvo mayor Southern Peru. Ponencia presentada al 24th
interés en mantener asentamientos en ella, Midwest Meeting of Andean and Amazonian
pero sí en tener cierto control de la ruta al Archaeology and Ethnohistory, Wisconsin.
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Estudios previos sugieren que las ubicacio- Por otro lado, los análisis realizados por Astu-
nes de los centros administrativos regionales huamán proporcionaron una vista regional
se deben a sus posiciones en la red imperial y más detallada del norte del Perú. Su inves-
más que a su articulación con centros pobla- tigación produjo una imagen más compleja
dos locales o a factores medio ambientales. (Astuhuamán 2008: 246). Por ejemplo, aun-
Parece claro que las posiciones de los gran- que los sitios incaicos mayores ubicados en la
des centros en el núcleo del Tawantinsuyu, zona de estudio (Mitupampa, Caxas, Huanca-
como Hatunqolla (Julien 1993), Vilcashua- bamba y Aypate) sí tienen mayor centralidad
mán (Jenkins 2001), Huánuco Pampa (Mo- de grado (degree centrality), no presentaron
rris 1982; Morris y Thompson 1985), Hatun cifras uniformemente altas de centralidad
Xauxa (D’Altroy 1992; Earle y D’Altroy 1989) entre pares (betweenness centrality). Astuhua-
y Pumpu (LeVine 1987, 1992) fueron favora- mán presenta una visión más sutil de las rela-
bles en cuanto la red imperial interregional. ciones entre los centros administrativos y las
Sin embargo, son muy pocos los análisis o divisiones y patrones de asentamiento de las
modelos formales y cuantitativos que han etnias regionales. Esta granularidad del análi-
analizado la organización del Qhapaq Ñan y sis empieza a demostrar cómo la red de cami-
estas redes. Así, los trabajos de Jenkins (2001) nos y sitios imperiales se desarrolló paralela-
y Astuhuamán (2008) se distinguen como mente a modo de un fenómeno emergente y
contribuciones pioneras en esta dirección. siguiendo un plan maestro imperial.
Jenkins acercó al problema a nivel global con Lo que comparten estas importantes in-
un análisis basado en la teoría de grafos, utili- vestigaciones previas es, sobre todo, su mar-
zando el plano esquemático del Sistema Vial co de teoría de grafo. Lo que aún no se había
Inca levantado por Hyslop (1984) como base. intentado hacer —hasta cierto punto debido
Jenkins se enfocó en medir la centralidad de a las limitaciones tecnológicas de la época—
centros administrativos a nivel global. era modelar el movimiento en un mismo es-
Las cifras de centralidad (degree centrality, pacio cartográfico: es decir, simular flujos de
closeness centrality y betweenness centrality) de tráfico por la red vial tal como esta se sitúa en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
los centros administrativos y de las facilida- el paisaje. Con grandes esfuerzos del Proyecto
des de almacenaje (complejos de colcas) fue- Qhapaq Ñan se ha logrado registrar un plano
ron ubicadas en dos extremos de la red: en base mucho más completo y nítido de la red
zonas de alta centralidad y en zonas de baja de caminos incaicos, ello gracias a que las he-
centralidad. Se infirió que este patrón se debe rramientas de los Sistemas de Información
a dos tipos (ideales) de financiamiento: de Geográfica (SIG) hacen posible conectar los
materia prima (es decir, de productos básicos tramos registrados y simular patrones de tráfi-
o staple finance) y de bienes suntuarios (wealth co a nivel interregional. A continuación, pre-
finance). Sobre todo, se arguyó que los centros sentamos una metodología para este tipo de
administrativos fueron ubicados de acuerdo modelación junto a simulaciones de acumu-
al diseño de esta red de escala amplia antes lación de flujos de tráfico en el sur del Perú.
que debido a factores locales. Pero el modelo
no admitía muchas interpretaciones alterna-
tivas, ya que la base de datos se enfocó en los
sitios de primer orden, y el plano de Hyslop, a
pesar de su incuestionable valor, es reconoci-
do por ser incompleto y somero.
127
Concepto del proyecto 1. Tramos de caminos registrados por el Proyecto
figura
Qhapaq Ñan
de condiciones y respuestas locales— desde a los límites inherentes del registro de campo,
un punto de vista central. Nosotros estamos a pesar de los miles de días trabajados por los
interesados en cómo se vería el sistema des- numerosos equipos de registro del Proyecto
de una perspectiva céntrica —o, si se quiere, Qhapaq Ñan. Sin embargo, es muy probable
desde “arriba”—. De todas formas, aunque la que una mayor inversión en registro no cam-
perspectiva fuese desde “arriba”, hay que ser biara los resultados desde la perspectiva ma-
conscientes de los procesos bidireccionales cro del modelo en sí.
en la emergencia del sistema, como bien lo ha También se advierte que la granularidad
señalado Astuhuamán en su análisis de redes gruesa del mapa de base impone límites al
en el norte, discutido previamente. Con estas análisis: mientras sea menor la escala de la
especificaciones, es válido y esencial decir simulación es menos probable que se aproxi-
que la red vial del Qhapaq Ñan hizo posible me a patrones de tránsito en el pasado. Es im-
transitar y hasta controlar productos, ganado, portante estructurar las preguntas a escalas
información y millones de habitantes a través apropiadas. Por eso, restringimos el análisis a
de un vasto y diverso paisaje. una escala interregional.
Así, el modelo intenta simular el agre- Además de estas consideraciones genera-
gado o el promedio de los flujos de tráfico. les, se deben tomar en cuenta otros atributos
129
y limitaciones del modelo. Sobre todo, que Pasos y datos del modelo
se trata de un modelo básicamente peatonal
—una limitación no tan importante en el
mundo andino—, en contraste con el mun-
do romano, donde el tránsito se habilitó para Es necesario definir con bastante detalle el
una diversidad de bestias de carga, el trans- proceso y las fuentes del modelo, ya que todos
porte a ruedas y los barcos. El uso de caméli- los resultados dependen de los parámetros y
dos (llamas), sin embargo, sí habría cambia- bases de datos empleados. Esta información
do el cálculo de los costos y determinado el es presentada con el objetivo de que otros
carácter apropiado de las rutas. En esta etapa investigadores puedan reproducir, agilizar y
temprana tampoco se considera la navega- mejorar este modelo.
ción por mar como parte de una red multi- Primero, se importaron las polilíneas que
modal, aunque sí existió y sería posible mo- representan los tramos registrados por el Pro-
delar puntos de embarque y desembarque en yecto Qhapaq Ñan a un Sistema de Informa-
futuras versiones. También señalamos que ción Geográfica (SIG), haciendo uso de ESRI
el modelo carece de datos de registro de una ArcGIS (en formato shapefile). Como modelo
región muy importante: el Cusco. Las rutas de terreno se utilizó el Modelo Digital de
a Cusco se hicieron exclusivamente como Elevación (MDE) proveniente de la Space
LCP desde los puntos terminales de tramos Shuttle Radar Topography Mission (NASA
registrados en las cercanías de la ciudad. Se 2014); específicamente, se empleó la versión
espera acceder a los tramos registrados en el 4 de CGIAR-CSI, disponible gratuitamente
departamento de Cusco en futuras versiones en línea (Consortium for Spatial Informa-
del modelo. tion 2008). Esta versión ha sido posprocesada
puntos (cada uno identificado con un código cual genera un flujo de menor coste acumu-
único) sirven como puntos iniciales y finales lado entre el punto de origen y el punto de
en la producción de LCP en las zonas entre destino en la superficie de coste, dando como
los segmentos registrados. Optamos por co- resultado un raster de estas celdas y un vector
menzar este proyecto en la región sur de Perú polilínea coincidente. Al final, se exporta este
como prueba de concepto, con la meta final resultado al formato shapefile.
de completar la red del Qhapaq Ñan para Si bien este método es sencillo en con-
todo el país en futuros estudios. cepto, en ejecución se complica por la escala
Se generaron las LCP con GRASS GIS, y el número de LCP requeridas, y es necesario
un programa SIG gratuito de fuente abierta. repetir este proceso para cada par de puntos
Específicamente, se utilizaron las funciones de origen y destino. Por eso, distribuimos la re-
r.walk y r.drain para generar las superficies gión sur en sectores entre los coautores, y cada
de costo y las LCP. La función r.walk calcula uno siguió este protocolo. Desde el comienzo,
un raster del coste anisotrópico acumulado uno de los colaboradores (Vylegzhanina) ha
desde una ubicación de origen a una ubica- escrito tres scripts Python para automatizar
ción de destino. Se optó por utilizar GRASS los pasos de r.walk, r.drain, y de exportación
GIS, porque r.walk permite el movimiento a shapefile en GRASS (disponible a pedido del
del caballo (en el sentido de ajedrez); es decir, primer autor). Estos scripts solo requieren un
el modelo permite que el agente sobrepase listado de puntos de origen y de puntos de
una celda de más alto costo para llegar a una destino que utilicen sus códigos únicos para
celda de menor costo. Esta función produce automatizar el procesamiento.
dieciséis movimientos posibles desde un Una vez generados los vectores de las LCP
origen y permite simular una ruta de menos entre los tramos registrados, se unen todas las
costo “detrás” de un obstáculo. Para calcular LCP en un solo shapefile en ArcGIS y después
la superficie de coste acumulado, utilizamos se lo convierte en un feature class dentro de
la formula incluida en r.walk derivada de Ai- un file geodatabase. La figura 3 proporciona un
tken (1977) y Langmuir (1984), derivadas, a ejemplo de los LCP entre tramos, registrado en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
su vez, de la regla Naismith para estimar los una zona del estudio. Esta conversión se hizo
parámetros de costo para los intervalos de para poder revisar las relaciones topológicas
pendiente especificados (vid. GRASS 2008). entre las LCP y los tramos registrados, ya que
La función r.walk genera dos raster: el para funcionar como network dataset, las LCP y
raster de coste acumulado y otro direccional los tramos registrados tienen que estar unidos
llamado backlink raster, que contiene direc- exactamente por sus puntos terminales. Con
ciones de movimiento (cada celda codifica una feature class se pueden crear reglas topoló-
en dirección hacia el destino indicado). Este gicas y automatizar, justamente, la revisión de
paso es computacionalmente intensivo, de topología, la cual se ajustó a partir de una fun-
acuerdo a la distancia entre los puntos de ción que une puntos terminales dentro de un
origen y destino. El procedimiento para co- buffer determinado. Con la topología corregi-
nectar dos segmentos con una LCP, entonces, da, se convirtió el tema polilínea y los puntos
es simplemente indicar el punto de origen y terminales a un network dataset para análisis
el punto de destino en r.walk, lo cual genera de redes espaciales, utilizando además la ex-
una superficie de coste y un backlink raster. tensión Network Analyst de ArcGIS.
Posteriormente, se indican los puntos de ori- Para simular flujos de tráfico por la red,
gen y destino de estos dos raster en r.drain, lo es necesario poblar el paisaje con puntos
131
figura 2. Área de estudio
Lima Huancayo
Puerto Maldonado
Callao
Huancavelica
Ayacucho Cusco
Abancay
Ica
PERÚ
Puno
Arequipa La Paz
Moquegua
Océano Pacífico
Tacna
CHILE 0 100 km
¿Cómo se comparan los tramos registrados y Esto probablemente sea resultado de la co-
LCP? Las estadísticas descriptivas acerca de bertura del Qhapaq Ñan más que de una di-
los perfiles de ambas clases de datos propor- ferencia real.
cionan algunos puntos de partida. Para hacer En términos del perfil de pendiente, hay
esto, se extraen todos los vértices de las poli- una diferencia significativa: los caminos re-
líneas (N= 40 705), y los valores de elevación gistrados tienen mayor valor de pendiente
y pendiente de las celdas correspondientes al que las LCP (t [14 838.432] = -91 530, p <.001)
MDE. En términos de elevación, los valores (figura 6)). Como acabamos de ver, una ma-
medianos son similares, pero la distribución yor proporción de las LCP se encuentra en
de elevaciones de LCP es más amplia y tiende elevaciones bajas, las cuales son general-
hacia las elevaciones más bajas (figura 5). El mente zonas de menor pendiente; pero una
rango intercuartil de los tramos registrados, regresión de altura contra pendiente no de-
aproximadamente, oscila entre los 2 500 y muestra una correlación (r = .13). El perfil de
4 000 msnm, mientras el rango intercuartil de los tramos registrados presenta realmente
las rutas optimas es de 1 000 a 4 000 msnm. más pendiente que las LCP. Entonces, en el
figura 3. Ejemplo de LCPs conectando tramos registrados, zona del Valle del Colca
Tramo registrado
LCP
Puntos terminales
de tramos
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
PERÚ
0 10 km
133
sentido restringido de optimización de ruta centros administrativos. Esto representa un
por pendiente, las rutas de Qhapaq Ñan no orden espacial de mayor escala. En todo caso,
parecen haber sido optimizadas en busca de estas consideraciones también podrían ser
una mayor eficiencia de tránsito. Esto podría utilizadas para mejorar el algoritmo emplea-
ser un efecto del legado de los antiguos cami- do para las LCP.
nos —un efecto fundador— o de una prefe- También es necesario escoger destinos
rencia por caminos rectos; es decir, caminos para el tráfico. Para acercarnos a las pregun-
que cortan por la topografía de manera más tas planteadas —ver abajo—, es necesario te-
recta que una ruta óptima, una característi- ner una base de comparación entre flujos de
ca frecuentemente observada en estos casos. tráfico a Cusco, a centros administrativos re-
Pero también —y estas posibilidades no son gionales, a centros administrativos locales —
mutuamente exclusivas— es posible que los es decir, de segundo orden— y a lugares que
caminos del Qhapaq Ñan no sean óptimos en no corresponden a centros administrativos.
términos de eficiencia, aunque sí como siste- También era preferible tener puntos de me-
ma de tránsito sobre largas distancias entre dición de tráfico dispersos entre norte y sur,
Océano Pacífico
0 100 km
134
y entre costa y sierra. Por estos criterios, es- —una ruta para cada punto de origen—. Los
cogemos Cusco y los centros administrativos segmentos coincidentes entres estas rutas se
dentro del área de interés principal, y a otros pueden fusionar (merge) para cuantificar el
destinos que no corresponden a centros ad- flujo de tráfico por cada segmento de la red
ministrativos como puntos de comparación. hacia cada destino. Asimismo, se puede mo-
En los casos de Acarí y Arequipa, se demarcó nitorear el tráfico por determinados puntos
un nodo en la red que no corresponde a un en la red.
asentamiento específico, pero que funciona Líneas más abajo se mide el flujo del trá-
como punto de medición de tráfico para esas fico por los nodos que sirven de destinos en
localidades. otras iteraciones del modelo, es decir, los no-
Como ya se ha mencionado, el fenómeno dos del Cusco, los centros administrativos y
de interés en este modelo es el flujo del tráfico los demás destinos elegidos. Los resultados
hacia determinados destinos. En ArcGIS, se pueden ser presentados como temas (themes)
simulan tales flujos con la función nearest fa- en vectores (polilíneas) o por interpolación
cility (instalación más cercana) la cual calcula a rasters a través de la función Kernel Densi-
la ruta más corta, en minutos o en distancia, ty, lo cual representa la densidad de tráfico
desde cada punto de origen al destino indica- por la red. Esta representación de densidad
do. Fue necesario implementar un modelo es la que presentamos más adelante, en la
de movimiento con una velocidad constan- discusión, comparando los flujos del tráfico
te de 68 metros por minuto (4.1 kilómetros/ a los diferentes destinos. Como es evidente,
hora), aunque en teoría sería posible imple- el patrón general de acumulación de flujo de
mentar un modelo que ajuste la velocidad del tráfico es exponencial: al acercarse al destino
caminante de acuerdo a la pendiente de los indicado se restringen cada vez más las rutas
caminos de la red. Hemos determinado los posibles. Este patrón de acumulación es una
pasos necesarios para tal modelo dentro de propiedad general de las redes dirigidas a de-
Network Analyst. Ello requiere la asignación terminados destinos (vid. Llobera, et al. 2011:
de velocidad por cada segmento en la red, de 844), por eso optamos por visualizar los ras-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
acuerdo a su pendiente y a la dirección del ters de densidades de tráfico con una escala de
viajero a cada destino, pero además son nece- colores logarítmica.
sarios una serie de pasos computacionales in-
tensivos que no se podrían completar dentro
de los parámetros del proyecto. En todo caso,
es muy probable que en promedio estas esti-
maciones no cambiaran los patrones de mo-
vimiento a nivel global de la red de caminos
imperiales.
La función nearest facility calcula la ruta
óptima en distancia o en tiempo de tránsito
total, los cuales producen rutas idénticas con
una velocidad constante entre cada origen
—cada uno de los 2 000 puntos distribui-
dos al azar dentro del buffer alrededor de los
caminos— y un determinado destino. Los
resultados son 2 000 rutas para cada destino
135
Hipótesis y expectativas Resultados y análisis:
observacionales simulación de flujos
El análisis en esta fase preliminar del proyec- Primero, empezamos con Cusco como desti-
to queda bastante abierto y con posibilidades no en la red (figura 7). Lo que rápidamente
de exploración. Con solamente una fracción salta a la vista es una distribución unifor-
de la totalidad de la red sería prematuro in- me del tráfico. Básicamente todas las rutas
ferir mucho acerca de los índices estándares principales entre Vilcashuamán (norte) y
de centralidad, ya que los límites del modelo Hatunqolla (sur) manejan similares flujos.
no representan la totalidad del sistema y los Los segmentos registrados por Qhapaq Ñan
“efectos de borde” (edge effects) son marcados. parecen captar la gran mayoría del flujo de
Por ello, las hipótesis son de carácter general, tráfico hacia el Cusco. Es cierto que estamos
relativas a temas de investigación y a expecta- restringidos por el modelo y las opciones dis-
tivas a tomarse en cuenta a partir del modelo. ponibles, pero es probable que tal patrón no
Uno de los temas de interés del presente cambiara drásticamente con un plano más
análisis tiene que ver con la centralidad de completo. Es decir, el Cusco parece muy bien
la capital y los centros administrativos. Este integrado a la red vial imperial y los centros
aspecto comparte suposiciones y expectati- administrativos parecen estratégicamente
vas de anteriores investigaciones sobre la teo- ubicados para vigilar y regular el flujo de
ría de grafos: si los centros administrativos tráfico. Desde luego, hay que considerar los
regionales, junto con el Cusco, formaron una efectos de los límites del análisis (el “efecto
1000
-1000
Rutas óptimas (LCP) Qhapaq Ñan
136
Pasando de norte a sur, cambiamos el destino el tráfico de Arequipa y los valles de la cos-
a Hatun Jauja (figura 8). El flujo de tráfico es ta sur lo hace por Acarí. Es difícil interpretar
marcadamente diferente en comparación con los flujos de tráfico desde el norte, dado que
su distribución relativa al Cusco como desti- Vilcashuamán se ubica cerca del límite nor-
no. De especial interés es Vilcashuamán, pues teño de nuestra cobertura (problema del bor-
casi todo el tráfico (93 %) de la red pasa por de analítico). Cuando se expande el modelo
ahí. La mayor parte del tráfico del sur (casi la hacia el norte, se espera que el rol de Tambo
tercera parte de todo el tráfico) recorre la zona Colorado y Hatun Jauja como nodos de tráfi-
de Acarí para después subir por Caravelí hacia co sean más prominentes, dadas sus vincula-
Vilcas. El flujo de la zona de la cuenca de Ti- ciones directas con Vilcashuamán. Pero aun
ticaca pasa por Cusco para después pasar por aquí se nota una rápida carga de tráfico por
Vilcashuamán. La ubicación estratégica de Tambo Colorado, a pesar de su extensión re-
Vilcas es evidente, tanto como su nítida vin- lativamente corta y los pocos puntos de em-
culación con el Cusco y Hatun Jauja como red barque desde ese punto distal en la red.
administrativa. Cuando se expanda la cober- En el paso a la costa central y a Tambo
tura del proyecto hacia el norte, en el futuro, Colorado como destino, se aprecia mejor su
la centralidad de Vilcashuamán disminuirá nítido vínculo con Vilcashuamán (figura 10).
en proporción al flujo total, pero seguramente Casi 40 % del tráfico hacia Tambo Colorado
seguirá constituyendo el nodo clave para casi pasa por Vilcas, mientras que el tráfico de los
todo el tráfico de las regiones del sur destina- valles suroccidentales lo hace por Acarí. El en-
do a Hatun Jauja y la sierra central. lace entre la zona lacustre y Cusco es más que
Cuando se indica a Vilcashuamán como evidente de nuevo. Por otro lado, el tráfico de
destino en la red, se observa un patrón muy la zona del Titicaca pasa por Cusco, y otra vez
similar al patrón hacia Hatun Jauja, lo que su- por Vilcas para bajar a Tambo Colorado.
giere vinculaciones fuertes entre Vilcas, Cus- Acarí como destino, más bien, no parece
co y Acarí (figura 9). De un lado, el tráfico de bien integrado con la red de centros adminis-
la zona del Titicaca pasa por Cusco, mientras trativos (figura 11). El flujo de tráfico no pasa
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto
Hatunqolla
Chucuito
24.9%
5.96%
Acarí
Yanque
0.45%
12.02%
Arequipa
0.86%
Océano Pacífico
Hatun Jauja
Hatunqolla
14.6% Chucuito
5.91%
Acarí
Yanque
30.56%
2.22%
Arequipa
2.37%
Océano Pacífico
0 100 km
138
figuras 9 y 10. Mapas de acumulación de flujo de tráfico, destinos: Vilcashuamán y Tambo Colorado
Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto
Hatunqolla
14.6% Chucuito
5.91%
Acarí
Yanque
30.56%
2.22%
Arequipa
2.37%
Océano Pacífico
Hatun Jauja
0.25%
38.08%
100%
Hatunqolla
11.72% Chucuito
5.15%
Acarí
Yanque
37.02%
0.61%
Arequipa
3.43%
Océano Pacífico
0 100 km
139
figuras 11 y 12. Mapas de acumulación de flujo de tráfico, destinos: Acarí y Yanque
Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto
Hatunqolla
2.58% Chucuito
3.79%
Acarí
Yanque
100%
1.06%
Arequipa
13.59%
Océano Pacífico
Hatun Jauja
0.25%
Océano Pacífico
0 100 km
140
Hatunqolla
6.97% Chucuito
3.94%
Acarí
Yanque
29.6%
10.96%
Arequipa
100%
Océano Pacífico
Hatun Jauja
0.25%
1.67%
Hatunqolla
100% Chucuito
5.96%
Acarí
Yanque
7.12%
0.15%
Arequipa
27.68%
Océano Pacífico
0 100 km
141
medida de cómo un centro local —no tan tercera parte del tráfico pasa por Cusco. Pero
grande como Jauja, Vilcas o Tambo Colora- aún en este caso, la ubicación de Vilcas (lejos
do— se vincula con la red. En este caso, los del lago) en la red es clave. Por otro lado, el rol
enlaces son más fuertes entre Arequipa y de Arequipa como articulador entre costa y
Cusco (figura 12). Estos resultados deben ser sierra es sobresaliente: el tráfico de la vertien-
considerados provisionales, dado que falta el te occidental pasa por Acarí y sube por ahí.
registro de caminos entre el valle del Colca y El patrón no cambia de manera notable para
la cuenca de Titicaca, y no se ha generado un Chucuito y por eso no reproducimos el mapa
LCP entre ambas localidades, tarea que se rea- de flujo del tráfico.
lizará en la siguiente iteración del proyecto. Se pueden comparar los patrones de flujo
Pasando a Arequipa como destino, zona de manera gráfica (figura 15). Aquí se ha he-
de extensas áreas de cultivo ocupada por va- cho un sorteo descendente del porcentaje de
rios grupos étnicos, el patrón es muy disperso tráfico relativo a cada destino. Lo importante
(figura 13). Primero, se nota que el tráfico de es la forma general de las curvas: mientras la
la región del Cusco pasa por el Colca-Yanque curva sea más convexa significa que el tráfi-
para llegar a Arequipa, no por el lago —una co a través de la red es más disperso hacia el
ruta que hasta la época colonial se utilizaba destino. Las curvas con mayor nivel de pen-
para el trajín entre las dos ciudades—. La diente o convexas indican los nodos claves
mayor parte del tráfico del norte llega a Are- por donde pasa mucho tráfico relativo al des-
quipa por la ruta costera, pasando por Acarí. tino (por ejemplo, para Jauja, el Nodo 8 que
Entonces Arequipa, como hoy en día, parece aquí corresponde a Vilcashuamán). Aquí se
estar bien ubicada para articular la red entre observa de nuevo el rol de los centros admi-
la costa y la sierra. nistrativos como nodos de control y vigilan-
Arequipa
Chucuito
Cusco
10 Hatunqolla
Jauja
Tambo Colorado
Vilcashumán
1 Yanque
Nodo Nodo Nodo Nodo Nodo Nodo
rango 1 rango 2 rango 3 rango 4 rango 5 rango 6 Referencia
142
Caminos El avance
Una de las maneras de identificar la tempo- No pretendemos entrar en detalles sobre los
ralidad de los caminos dentro del período mecanismos de control inca en una región
Horizonte Tardío es su asociación a sitios con determinada, lo que queremos es hacer un
componente inca y/o de filiación inca (Vitry ensayo en torno a cómo se habría realizado
2004). En ese sentido, también consideramos el avance inca a partir del análisis de las redes
como sitios a las estructuras ortogonales, las de caminos.
cuales se encuentran asociadas al camino y Las investigaciones arqueológicas han
se manifiestan en todo el Tawantinsuyu (Ca- tratado aspectos sobre los mecanismos de
saverde y López 2011: 53). control ejercidos por los incas en regiones
El estudio de una red de caminos debe plenamente controladas por ellos. Respecto
partir, primero, por el reconocimiento de a los centros administrativos, cabe pregun-
su temporalidad antes de realizar un ensayo tarse si fueron construidos durante el avance
sobre la movilidad en un período de tiempo imperial o si, una vez dominada o controlada
determinado. Esta observación se extiende una región, recién se disponía su construc-
también al período Inca, ya que la existencia ción. La lógica nos indica que habría ocurri-
en una localidad o región de caminos tipifi- do lo segundo, lo cual cuenta con un respal-
cados como pertenecientes a este período, do documental. Efectivamente, las fuentes
no necesariamente implica que hubieran históricas coinciden al señalar que, solo des-
sido coetáneos en su funcionamiento, habría pués de haber realizado la conquista de una
que tomarse en cuenta sus diferencias y/o los región, los incas se disponían a construir:
propósitos para los que fueron construidos.1
Asimismo, debe considerarse la ubicación En tiempo de Topaynga Yupangue, padre de
precisa de los caminos y de las instalaciones Guaynacapa, concluyen en decir que hubie-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
a las cuales se conectaban. La definición de ron al cabo de quedar por sus súbditos. Y des-
la temporalidad sumada a una ubicación de aquel tiempo tomaron leyes de los señores
mucho más precisa de los caminos y de las Ingas, gobernándose los pueblos del valle
instalaciones, permitirá tener un mejor co- por ellas y se hicieron grandes y suntuosos
nocimiento de la red de caminos. aposentos para los reyes, y muchos depósitos
donde ponían los mantenimientos y provi-
siones de la guerra. […]
Ganada y conquistada esta provincia de
Caxamalca por los Ingas, afirman que la tuvie-
ron en mucho, y mandaron hacer en ella sus
palacios, y edificaron templo para el servicio
del sol muy principal, y había número grande
de depósitos (Cieza 2005 [1553]: 202, 208).
2 Existe consenso en
señalar que los incas
conquistaron la costa sur
y gran parte de la costa
central en 1470, tomamos
esta fecha como punto
de partida.
148
Cerro
Jelgash
Tinyahuarco
(Smelter)
Cerro
Yanachacca
Loma Cerro
de Cutany Marca Punta
Gayranga Cerro Loma
Lahuacunca
8805000
Corohogo
Pampa
Vicco Vicco
8800000
Pampa
Cerro Cochamarca
Jarachuco
Pampa
Huampuay
8795000
Canchapampa
Puente
Pampa
Junín Punta
Cerro
Cancha
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...
Cucho
Lago Junín
0 1.5 km
150
Límite
foto 1.
de la plaza
En amarillo
los límites
del camino,
resaltado en
naranja el
límite de la
plaza sobre
el camino.
cruce del río Upamayo—, observamos que un sitio inca ubicado a 3 kilómetros al no-
en líneas generales mantiene una rectitud roeste de Pumpu. El camino es muy ancho,
con orientación noroeste-sureste, no así con con aproximadamente 22 metros. Su proyec-
el camino que se dirige hacia Pumpu, el cual ción es bastante recta y se observa que, al cru-
muestra una inflexión hacia el oeste a la altu- zar el río Upamayo, debía dirigirse de manera
ra del actual puente Upamayo. recta por lo que sería la plaza de Pumpu y de
Cabe precisar que este camino no es el allí se desplaza hacia el noroeste, rumbo a
mismo que cita Matos (2010: 323), ya que Canchapampa.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
A’ B’ A’ B’ A’
B B
A A A
A’ B’ A’ B’ A’
B B
A A A
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
quitectónicas, como aquellas que integran los yectorias curvas y serpenteantes que serían
centros administrativos.6 Llama la atención las variantes. Estos segmentos se desprenden
constatar cómo, en un espacio plano donde del camino recto, no guardan una orienta-
teóricamente debió seguir una trayectoria ción recta y, más bien, parecen acomodarse a
recta, un camino cambia su orientación al lle- la topografía para evitar una fuerte pendien-
gar a la plaza del centro administrativo. Esta te. Esto nos permite clasificarlas como poste-
situación ofrece un primer indicio de que la riores al camino recto.
edificación es posterior al camino. También La presencia de desvíos como el de Pa-
permite explicar los cambios de orientación riacaca tiene una explicación más temporal,
del camino en lugares donde, en el pasado, asociada al empleo de nuevos animales de
6 Para este trabajo
debió seguir un trazo totalmente recto para carga, ello explicaría su escasa aparición en
estamos considerando solo
llegar a un punto de destino. pequeños segmentos de la red vial. Se trata de los centros administrativos,
Con relación a este punto, se han detec- una situación recurrente en terrenos abrup- puesto que sus dimen-
siones ocupan grandes
tado variaciones en el camino del Pariacaca. tos con pendientes relativamente difíciles de espacios en un relieve
Considerando la trayectoria recta de este ca- sortear, donde la presencia de desvíos se justi- relativamente plano como
mino, hemos identificado segmentos con tra- fica para evitar pendientes pronunciadas. Pumpu.
153
Los caminos en la plaza no real, convertido en la calle principal del
tambo-ciudad Pumpu, asume características
de Pumpu especiales que lo distinguen de otras del es-
tablecimiento. Ella es por ejemplo la más
amplia, con medidas de 15.50 m de ancho
Hemos intentado identificar las proyecciones en la unión con la alameda, disminuyendo
de los caminos que llegaban a la plaza de hasta 8.50 m en el punto de acceso a la plaza,
Pumpu, considerando que desde aquí se con longitud de 200 m, con lo cual ofrece un
desprendían varios caminos: uno hacia perfil aproximado a un largo trapezoide. En
el sureste a Chacamarca, otros hacia el la acera de esta calle también estuvieron ins-
noroeste a Huánuco Pampa, otro al este talados el Tambuy-wasi.
a Cajatambo, y, finalmente, otro hacia el La vía real cruza la plaza pegada a la acera
sureste a Huayllay y Canta. Sin embargo, meridional, en la cual un lado estuvo limitado
actualmente no existen evidencias tangibles por las edificaciones y el otro borde por solo
de estos caminos en la plaza de Pumpu. unas piedras asentadas en fila, algunas de
Esta limitación se ve superada gracias al ellas todavía quedan in situ. Al cruzar por el
registro realizado por Ramiro Matos en ángulo SE de la plaza, el camino gira hacia el
1994, quien, refiriéndose al camino Pumpu- Norte, abriéndose lentamente para seguir en
Huaruatambo, escribe: “[…] la calle principal dirección NO, hacia Warautambo. El ancho
es parte del camino real que cruza la plaza. promedio de la vía por este tramo es de 8 m y
Ingresa a la ciudad por el ángulo SE, cruza la en ninguna parte fue empedrada. Hemos lim-
plaza por la vereda meridional y se aleja de piado el piso del camino en dos partes de la
ella por el ángulo SO, para proseguir hacia calle de ingreso, otra por la plaza y una cuarta
Warautambo” (Matos 1994: 134). en la salida Norte. En ninguno hemos encon-
Matos menciona, además, las caracterís- trado muestras de empedrado, sino suelo na-
ticas del camino y su trayectoria en la plaza: tural del lugar, aplanado y con evidencias de
apisonado por el uso y la presión pluvial. En
El hatun-ñan o camino real, ingresa a la plaza el ángulo SO de la plaza se ubica la segunda
Ushnu
A Canchapampa
Calle principal
foto 2.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Calle principal y su
proyección
a Canchapampa.
155
sar en diagonal sobre ella. Agrega, asimismo, y Huayllay, salvo por algunos señaladores,
lo siguiente: como dos rocas que están al oeste del ushnu y
que parecen indicar la proyección del camino
Es importante destacar que el camino real que hacia el oeste.
cruza por el establecimiento, no llega al ushnu, Imágenes satelitales permiten apreciar
a pesar de ingresar a la plaza mayor y pasar otro camino en Pumpu. Se trata de una vía
por ella sólo por un costado. Pareciera que el localizada unos 100 metros al noroeste del
gran camino fue diseñado para funciones rígi- ushnu, superpuesta por amontonamientos de
das, que no permitían ciertas flexibilidades en tierra o camellones de 25 centímetros de altu-
su recorrido […]. ra que corresponden a los límites de la plaza
Finalmente debemos mencionar que, (Matos 1994: 205). Ligeramente definido en
después de un recorrido de unos 2 km hacia sus bordes por amontonamientos de tierra,
el Norte, el camino se divide en dos ramales. este camino cuenta con un ancho aproxima-
Uno continúa hacia Warautambo-Huánu- do de 22 metros y se proyecta de manera con-
co-Quito y el otro que baja a la costa vía Huay- tinua por el noroeste hasta Canchapampa.
llay-Canta. Este segundo ramal debe juntarse La proyección de la “calle principal”, ubicada
con el que viene de Chakamarca, el cual des- en el lado sureste de la plaza, coincide con su
pués de cruzar Rumichaka se junta al primero orientación.
para bajar a la costa, vía Yarupajá (Matos 1994: Es posible que este camino hubiera sido
213-214). implementado antes de la delimitación de la
plaza y de su propia construcción. Esto tiene
De acuerdo a estas afirmaciones, el camino sentido si consideramos que la plaza era un
seguía los contornos de la plaza y a la altura punto de encuentro donde se desarrollaban
de su esquina noroeste cruzaba el río Mil- actividades políticas, religiosas, sociales y
huacarpa para dirigirse hacia el noroeste a económicas, y que no habría sido necesario
Yanahuanca-Huarautambo. Justo cruzando demarcar en su interior caminos para orien-
el río, empiezan a aparecer las trazas de este tarse. Los señaladores o marcadores se loca-
camino. lizaban fuera de los límites de la plaza o de
junto a otros de la región de Bombón, como para su recreacion. Sale desta laguna un rio
aquel ubicado unos 13 kilómetros al noreste que va al pueblo de Pombo, y pasa de una par-
en la localidad de Huancarpa. Sin embargo, su te del muy sesgo y hondable, y pueden venir
importancia se manifiesta cuando se observa por él á desembarcar á una puente que esta
el camino que lo conecta con Pumpu. Esta vía junto al pueblo; los que pasan pagan portaz-
llega hasta unos 100 metros al norte de las es- go, como en España. Por todo este rio hay
tructuras de Canchapampa. muchos ganados, y púsose por nombre Gua-
diana, porque le parece mucho (Estete 1853
[1534]: 341).
35 kilómetros calculados por Matos (1994: gonal de Corohogo, hay una distancia exce-
117). Considerando que se trata de un cami- siva (62.9 kilómetros) para ser transitada en
no llano con pocas pendientes, es factible una jornada. Pero si consideramos Ingapirca
efectuar su recorrido en una jornada. Resulta, como probable punto de estación intermedio
por consiguiente, verosímil que la comitiva se produce un ajuste de las distancias: 35.3 ki-
de Hernando Pizarro hubiera empleado un lómetros hasta Chacamarca, 27.5 kilómetros
día para esta caminata. entre Ingapirca y Corohogo, y 28.3 kilóme-
tros entre Corohogo y Tambopampa. Estas
Viernes, a 20 dias del mes de marzo, partió el sí son distancias que podrían recorrerse en el
capitan Hernando Pizarro del dicho pueblo transcurso de un día.7
de Jauja para dar la vuelta al pueblo de Caxa-
malca, y con él Chilicuchima, y por las mes-
mas jornadas vino hasta el pueblo de Pombo,
adonde viene a salir el camino real del Cuzco;
donde estuvo el dia que llego y otro. Miérco-
les partieron del dicho pueblo de Pombo, y
por unos llanos, donde habia muchos hatos
de ganado, fueron á dormir á unos aposentos
grandes. Este dia nevó mucho. Otro dia fue-
ron á dormir á un pueblo que esta entre unas
sierras, que se dice Tambo; hay junto á él un
hondo rio, donde hay una puente, y para bajar
al rio hay una escalera de piedra muy agra […]
(Estete 1853 [1534]: 342).
A modo de conclusión
Corohogo
AGRADECIMIENTOS
Agradezco al personal de la Coordinación
de Investigación y Registro de la Red Vial
del Proyecto Qhapaq Ñan, en especial a los
arqueólogos Alfredo Bar, Miguel Cabrera, Jo-
seph Bernabé, José Luis Díaz y Sonia Ríos, con
quienes compartimos momentos de discu-
sión teórico-metodológica. También extien-
do mi agradecimiento a los ingenieros José
Salas y Julio Fernández por su apoyo para
procesar las imágenes de este trabajo.
161
Referencias citadas Morris, Craig
2013 “La infraestructura del control en la sierra
central peruana”, en Craig Morris, El palacio,
la plaza y la fiesta en el imperio. Lima: Fondo
FUENTES IMPRESAS Editorial de la Pontificia Universidad Católica
del Perú - Institute of Andean Research, pp.
Casaverde Ríos, Guido y Segisfredo López Vargas 163-179.
2011 “Estructuras ortogonales en el Tawantinsu-
yo”, Kullpi. Investigaciones Culturales en la Smith, Richard Chase
Provincia de Huaral y el Norte Chico [Huaral], 1999 “Caciques chinchaycochas, funcionarios y
5(5), pp. 9-58. sacerdotes amueshas: los caminos antiguos
de Chinchaycocha hacia la selva central”,
Cieza de León, Pedro Cultura Andina [Cerro de Pasco], 3, pp. 59-
2005 [1553] Crónica del Perú. El señorío de los incas. 71.
Edición de Franklin Pease García Yrigoyen.
Caracas: Biblioteca Ayacucho, 502 p. Vitry, Christian
2004 “Propuesta metodológica para el registro
Estete, Miguel de de caminos con componentes inkas”, Andes
1853 [1534] La relacion del viaje que hizo el señor capitan [Salta], 15, pp. 213-250.
Hernando Pizarro por mandado del Señor
Gobernador, su hermano desde el pueblo de
Caxamalca á Pachacama, y de allí á Jauja,
en Francisco de Jerez, Verdadera relación de
la Conquista del Perú y provincia del Cuzco,
llamada la Nueva-Castilla, conquistada
por Francisco Pizarro, capitán de la sacra,
católica, cesárea majestad del emperador
nuestro señor; enviada a su majestad por
Francisco de Jerez. Edición de Enrique de
Vedia. Madrid: Imprenta y Estereopatía de
M. Rivadeneyra, pp. 338-343 (Biblioteca de
Autores Españoles. Historiadores Primitivos
Hyslop, John
1992 Qhapaqñan El sistema vial inkaico. Lima:
Instituto Andino de Estudios Arqueológicos -
Petróleos del Perú.
El análisis de redes de antiguos sistemas administrativo o a un complejo de depósi- 7 “[…] it lies on several
de caminos del Nuevo Mundo ha sido ya pre- tos […]” (Jenkins 2001: 663; traducción nues- shortest paths among
viamente desarrollado (es el caso de las ru- tra)8; la centralidad por proximidad indica other pairs of units” (Mrvar
c. 2003: 8).
tas de transporte Azteca y Maya Clásico, los la eficiencia relativa de comunicación entre
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...
caminos en el Cañón Chaco y los caminos centros administrativos (Jenkins 2001: 663); 8 “[…] sums the number
of roads incident with, that
incas), algunos índices analíticos y medidas la centralidad intermedia, que los centros ad-
is, connected to, an admi-
fueron utilizados, tales como: centralidad, ministrativos distribuidos a lo largo de la Red nistrative center or storage
nodalidad, índice König, índice de accesibi- Vial Inca tienen: “[…] un relativo potencial complex […]” (Jenkins
2001: 663).
lidad y otros (Gorenflo y Bell 1991; Jenkins para controlar el flujo de información entre
2001; Knappett 2013; Santley 1991; Snead dos centros administrativos cualesquiera” 9 “[…] relative potential to
1992). Así mismo, este tipo de análisis ha (Jenkins 2001: 663; traducción nuestra).9 control the flow of informa-
tion between any two other
sido realizado para los caminos de las anti- El análisis de los nodos de interacción administrative centers”
guas civilizaciones del Viejo Mundo (Alcock en los Andes centrales fue iniciado por Julio (Jenkins 2001: 663).
166
César Tello antes de 1937, estudiando las in- analizó el flujo de bienes entre los centros
teracciones en los nudos de la cordillera en provinciales incas de la sierra central pero sin
Pasto, Pasco y Vilcanota, y el caso de Chavín utilizar análisis de redes. El estudio de redes
de Huántar (Peters 2013: 62-63). En uno de efectuado por Jenkins (2001) involucró cami-
sus trabajos inéditos registrado en el diario de nos, centros administrativos y depósitos, in-
McCreery se incluyen: vestigando 54 sitios incas a lo largo de la Red
Vial Inca. Tras analizar tres medidas de cen-
[…] dos documentos fascinantes, que describen tralidad, sugirió que las instalaciones fueron
un esquema histórico-geográfico novedoso construidas en regiones con alta y baja cen-
que concibe knots (“nodos”) como centros de tralidad, según las propiedades estructurales
interacción en distintas zonas altoandinas, co- de dos diferentes redes de intercambio, para
nectados por sistemas fluviales que emanan bienes de consumo y bienes suntuosos.
a la Costa, Sierra y Selva. No representa un Jenkins utilizó un mapa simplificado de
mapa literal, sino un esquema conceptual de la Red Vial Inca y los asentamientos asocia-
nudos de unión entre rutas que canalizaban dos para construir un modelo y estudiar sus
relaciones históricas entre áreas sociocultu- propiedades (Jenkins 2001: 666), se trataba del
rales estructuradas por la geografía andina… mapa elaborado por Hyslop (1984), que era
estos esquemas khipuformes están seguidos hasta el 2001 el mapa general más completo
por un mapa detallado de ríos principales y que existía. Sin embargo, a partir de las explo-
sitios arqueológicos parecidos a los maneja- raciones de Ricardo Espinosa (2002) y el desa-
dos por investigadores posteriores […] (Peters rrollo del Proyecto Qhapaq Ñan en América
2013: 62-63). del Sur (Instituto Nacional de Cultura 2006)
viene surgiendo una nueva configuración
Respecto a la red de centros y caminos incas, de la Red Vial Inca, en la que se han incluido
Tello registró varios tramos de camino en la otros centros provinciales.
ciudad de Lima, entre Cerro Bandurria y Olle- A pesar de no disponer aún de un plano
ros, en la Cordillera de Pariacaca, el callejón general actualizado, conocemos mucho más
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
13
12 17
Es necesario un mapa completo de la Red Vial
8
Inca y los sitios asociados en el área de estudio 10 16
1 14
45 7
para examinar su distribución espacial y de- 2 9 11
3 6 Aypate 15
sarrollar un análisis de redes. Algunos de los 18
caminos incas en la región investigada fue-
ron previamente identificados o planteados
19 25 84
hipotéticamente por Polia (1973, 1995), Hoc- 20 22 24 86
29 30 83
quenghem (1989, 1998), Espinosa (2002) y el 28
21 23
31 26
Proyecto Qhapaq Ñan durante los años 2003 y 27
32 33
2004 (INC 2006), otros fueron completamen- 34
te recorridos y mapeados durante mi trabajo 35 37
de campo desarrollado en los años 2004, 2005 36 50
y 2009 (Astuhuamán 2008, 2010). La figura 2
y la tabla 1 proporcionan una versión resumi- 38
Caxas
39 42 48 49
da de todos los sitios y caminos incas registra- 40 43
51
41 44 47
dos en la sierra de Piura. 45
46
permitan identificarlas.
ANÁLISIS INTER-SITIO
En esta sección propondré una tipología y
jerarquía de los sitios incas, distribuyéndolos
en tramos para la región de estudio con la fi-
nalidad de entender las relaciones entre los
diferentes tipos de asentamientos incas y lo-
cales. Así se podrá evaluar la organización de
168
Nombre del sitio Número del sitio Nombre del sitio Número del sitio
Encuentro 5 Encuentro 27
La Huaca 9 Encuentro 31
Socchabamba 13 Encuentro 35
Aypate 15 Encuentro 37
Encuentro 19 Encuentro 41
Yanta 20 Caxas 42
Encuentro 22 Encuentro 44
169
Nombre del sitio Número del sitio Nombre del sitio Número del sitio
Huancacarpa 44 Encuentro 66
Encuentro 45 El Gentil 67
Encuentro 46 Encuentro 68
Encuentro 47 Tacarpo 69
Encuentro 48 Encuentro 70
Encuentro 50 Encuentro 72
Encuentro 51 Encuentro 73
Encuentro 52 Encuentro 74
Encuentro 58 Encuentro 80
Mitupampa 59 Encuentro 81
Encuentro 60 Piscán 82
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...
Lanche 61 Encuentro 83
Encuentro 62 Encuentro 84
Encuentro 63 Encuentro 85
Lagunas 64 Encuentro 86
170
camino. El análisis de la infraestructura inca Andina. Los sitios ubicados entre Arrenda-
ha identificado 37 sectores en Aypate (con un mientos y Nampampa (“pampa del camino”
área de 200 hectáreas) con edificaciones ins- en quechua) están directamente vinculados
titucionales, mientras otros están cubiertos al centralizado Estado Inca. Las edificaciones
por la abundante vegetación de la zona. Caxas arqueológicas que predominan en esta sec-
tiene un área de 240 hectáreas en ambas már- ción (San Isidro, Tambo Florecer, Laguna de
genes del río Rey Inca, aquí fueron registrados Mijal, Las Pircas) fueron destinadas al alma-
37 sectores, incluidas edificaciones institucio- cenamiento de productos.
nales y espacios sin arquitectura. Al comparar estos sitios y establecer una
La sección Pohechos-Aypate se localiza jerarquía a partir del criterio de unidades de
al norte de la cuenca del río Quiroz. Un cami- almacenamiento, se establece que Caxas fue
no inca sigue la ruta de Tondopa a Aypate, el principal centro a lo largo del Camino Inca
siguiendo dirección Oeste a Este, comenzan- entre Pohechos y Caxas. En la sección com-
do en Pohechos. Los sitios registrados entre prendida entre los centros de Caxas y Piura La
el Puente Tondopa y Aypate no presentan Vieja, por su parte, encontramos asentamien-
restos de arquitectura inca. A pesar de ha- tos similares a los previamente mencionados
berse registrado fragmentos de cerámica y algunos de menor tamaño, como Piscán.
171
La sección Huarmaca-Mitupampa se extien- En la sección Huancabamba-Caxas se regis-
de desde un hipotético centro localizado traron dos tipos de sitios: los centros provin-
en Huarmaca (Hocquenghem 1998) hasta ciales (Huancabamba y Caxas) y los palacios
el centro registrado en Mitupampa, ambos (Tambo de Jicate 1 y Tambo de Jicate 2).
ubicados en las cuencas de los ríos Huanca- En la tabla 2 se propone una tipología de
bamba y Piura; dos asentamientos fueron re- sitios de acuerdo a la función que cumplieron
gistrados a lo largo de esta sección: el centro en las secciones de camino localizadas de la
provincial de Mitupampa y Ovejería. región investigada.
La sección Mitupampa-Huancabamba se
encuentra localizada entre los centros pro- ANÁLISIS PROVINCIAL
vinciales de Mitupampa y Huancabamba. En esta sección evaluaré el grado en el que
Si bien Huancabamba se encuentra ya des- se pueden reconstruir las jurisdicciones in-
truido, su existencia se ve confirmada por cas en el área de estudio y los cambios en la
referencias etnohistóricas coloniales y explo- organización provincial durante el proceso
raciones tempranas (Humboldt 1991 [1802], de conquista y consolidación inca. El uso de
Tello 1916); así, el único sitio registrado fue modelos matemáticos para analizar la infor-
Mitupampa. mación espacial, por ejemplo los polígonos
ANÁLISIS INTER-PROVINCIAL:
COMPARACIONES Y CONTRASTE
HUAMBOS En esta sección, utilizaré dos herramientas
para realizar la comparación interprovincial:
análisis de redes y tipologías de sitios.
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...
área de estudio. Este registro ha sido exami- lo largo de un camino inca o vinculados por
nado utilizándose análisis de redes. un sendero. Sin embargo, es importante con-
Es notable que los principales sitios del siderar que estos sitios y cruces de caminos
área de estudio (Mitupampa, Caxas, Huanca- son afectados por un “efecto borde” artificial
bamba y Aypate) presenten el más alto grado pues se encuentran en los límites del área de
de centralidad, también un sitio pequeño, estudio: en el caso de Socchabamba, Cerro
Gentiles de Portachuelo, tiene un alto grado San Miguel, Las Pircas, Cerro Pariacaca, El
de centralidad, lo cual es un indicador de su Gentil, Mandor, Cerro Paratón y Piscán, sus
localización en un cruce de caminos. medidas podrían cambiar si son localizados
El grado de centralidad puede ser inter- en el amplio contexto de la Red Vial Inca.
pretado como un índice del potencial para el Del análisis de dos centros principales in-
intercambio o la comunicación (por ejemplo, cas en la cuenca del Quiroz (Caxas y Aypate),
el control del flujo de información o bienes), que representan a dos provincias adyacentes,
y destaca la importancia de la localización algunos hallazgos pueden ser discutidos. Pri-
de los extensos centros incas (Mitupampa, mero, el análisis de redes sugiere que los si-
Caxas, Huancabamba y Aypate) como nodos tios incas más extensos (Mitupampa, Caxas,
en la Red Vial Inca. Sin embargo, luego de Huancabamba y Aypate) fueron los sitios
contrastar el grado de centralidad de los cua- más centrales en la sierra de Piura; sin em-
tro sitios más extensos y el 10 % de los sitios bargo, Caxas y Huancabamba estuvieron me-
mejor ubicados de acuerdo a la medida de su jor ubicados por su centralidad intermedia
centralidad intermedia, se destaca que solo mientras que Aypate y Mitupampa tuvieron
Huancabamba (puesto 2) y Caxas (puesto 4) una ubicación más baja, esto significa que
están mejor ubicados, mientras que Aypate Caxas y Huancabamba tuvieron un mayor
(puesto 15) y Mitupampa (puesto 53) están potencial para controlar el flujo de informa-
ubicados más abajo. ción, bienes o personas que otros centros del
Los otros sitios con alta centralidad in- área de estudio.
termedia, con excepción de Lagunas de Mijal A pesar de que Caxas está ubicado en una
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
(puesto 17) son cruces de caminos, se desta- posición más alta (de acuerdo a su centrali-
can los caminos que vinculan principalmen- dad) que Aypate, un análisis más detallado
te a los sitios de Caxas y Huancabamba con la indica que:
ruta entre Pohechos y Caxas a lo largo de la
Meseta Andina. • El mayor grado de centralidad de Caxas
De otro lado, al contrastar el grado de cen- está relacionado a una elevada actividad
tralidad y el 10 % de los sitios con ubicación económica, expresada en la confluencia
más baja de acuerdo a su centralidad inter- de una mayor cantidad de caminos y sus
media (puesto 65), resulta que estos también conjuntos de depósitos, en contraste con
presentan el grado de centralidad más bajo: Aypate que era menos activo en el aspec-
se trata de centros ceremoniales locales (Ce- to económico a lo largo del año, pero más
rro Chala, Cerro Culuguero y Cerro Lingán), activo en actividades ceremoniales. Las
asentamientos locales (Loma del Huacho y actividades rituales son menos frecuentes
Cerro Casitas), cementerios (Tacarpo, Cerro que las actividades económicas. El aspec-
Pariacaca, Lanche) y sitios incas (El Gentil, to cualitativo del camino de Pohechos a
Mandor, El Tambo, Socchabamba, Las Pircas, Aypate no se encuentra expresado por el
Cerro San Miguel, Piscán), todos localizados a grado de centralidad, este camino vincu-
175
laba un conjunto de centros ceremoniales tras que Aypate tuvo una mayor importancia
preincas y en su recorrido no se han regis- como centro de culto y ritual. Sustento esto
trado conjuntos de depósitos, excepto en en el análisis de las edificaciones estatales, el
Aypate mismo. análisis de redes y algunas referencias etno-
• La alta centralidad intermedia de Caxas históricas que indican que la estratégica po-
está relacionada a la premisa de la teoría sición de Aypate estuvo más estrechamente
de redes y a la perspectiva económica, en relacionada a sitios de culto preinca. Sin
las que se asume que la conectividad está embargo, la relativa importancia de ambos
relacionada por la gran cantidad de nodos centros sugiere que estos tuvieron jurisdic-
de los que se rodea. El relativo aislamien- ciones diferentes aunque sobrepuestas que
to de Aypate (provincia de Ayahuaca) cubrieron parte de la sierra de Piura; Caxas
quizá explique las pocas referencias etno- tuvo una jurisdicción de tipo administrativa
históricas acerca de este centro inca. Así, y Aypate una de carácter religioso (Astuhua-
la localización de Aypate no estuvo rela- mán 2008). Los incas utilizaron dos estrate-
cionada al aspecto económico o al control gias diferentes durante la anexión y control
de información. de la población local (Guayacundos) en la
• La alta centralidad de vecindad de Caxas cuenca del Quiroz.
está relacionada con su relativa eficiencia
de comunicación con otros centros, como COMPARACIONES Y CONTRASTES ENTRE
un importante nodo en la Red Vial Inca. LAS PROVINCIAS DE LA REGIÓN PIURA
Así, la eficiencia económica y la velocidad Con la finalidad de examinar el área de estu-
de interacción no fueron características de dio en el contexto amplio de la región Piura
Aypate. es necesario desarrollar una versión simplifi-
cada de la red que sea directamente compa-
parten un diferente patrón de localización al nas de la sierra de Piura, por ejemplo la costa
estar cerca de un elevado cerro. Las diferen- piurana y la ceja de selva. Sin embargo, esta
cias en la forma, tamaño, número y rango de representación más simplificada del área de
edificaciones incas en diferentes sitios sugie- estudio mantiene la esencia de la red en la
ren que diferentes estrategias de control fue- región Piura, de tal forma que es comparable
ron ejercidas en las provincias incas del área con la información disponible para las áreas
de estudio. vecinas a dicha región. La tabla 3 muestra las
Sugiero que Caxas fue un centro provin- medidas de centralidad para la representa-
cial de características administrativas mien- ción más simplificada.
176
cluye asimismo al área formada por Caxas, en diferentes etapas de la presencia inca y que
Morropón y Huarmaca. La distribución espe- no necesariamente fueran utilizados simultá-
cial de los sitios con los más altos índices de neamente como centros administrativos.
centralidad de proximidad muestra que los A partir del análisis de los rasgos de los
sitios localizados en el trapecio formado por principales centros incas de las provincias de
los sitios 8 (Caxas), 9, 10, 11, 12 y 13 (Huan- la región Piura, algunos hallazgos pueden ser
cabamba) pueden interactuar rápidamente discutidos; discutiré primero los hallazgos del
unos con otros y con los demás. análisis de redes. Este análisis sugiere que los
He observado que aquellos sitios con el sitios más extensos en la sierra de Piura (Mi-
grado de centralidad más bajo también tie- tupampa, Caxas, Huancabamba y Aypate)
nen un bajo índice de centralidad intermedia, fueron los sitos más centrales en la región. Sin
así permanecen como periféricos a la comu- embargo, al revisar su centralidad intermedia,
nicación con otros sitios de la red de caminos. solamente Caxas y Serrán estuvieron ubicados
Usando la centralidad por proximidad en en altas posiciones mientras que Huancabam-
el diagrama simplificado de la región Piura, el ba, Aypate y Mitupampa estuvieron en meno-
10 % de los sitios mejor ubicados está confor- res posiciones. Según los más elevados índices
mado por Caxas y Huancabamba, ubicados en de centralidad intermedia, el área triangular
el mismo nivel (puesto 1), mientras que Mitu- formada por los sitios de Caxas, Morropón y
pampa (puesto 6) y Aypate (puesto 8) mejora- Huarmaca, fue un área clave para el control de
ron su nivel en comparación con su centrali- toda la región Piura; esto incluye a los sitios
dad intermedia. Los sitios con la más elevada de Huancabamba y Mitupampa pero excluye
centralidad de proximidad son aquellos que a Aypate. El almacenamiento de productos se
tienen la mayor facilidad para la comunica- desarrolló en los sitios más extensos aunque
ción o intercambio con otros centros (Jenkins no fue esta su principal función; en contraste,
2001: 663). Así, Caxas y Huancabamba fueron los sitios más pequeños tuvieron en el almace-
los nodos más importantes en la red de cami- namiento su función primaria. Esto muestra
nos incas en la Región Piura e interactuaban que el número de unidades de almacenamien-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
más rápidamente con todos los otros sitios. to no está directamente relacionado al grado
Al analizar la localización topográfica de de centralidad en la región Piura y contradice
los centros incas en la región Piura, se puede los hallazgos de Jenkins (2001). Una gran ex-
inferir que organizaron la región con la fina- cepción a esto es la alta cantidad de depósitos
lidad de facilitar la explotación y administra- en Caxas, lo cual sugiere que desempeñó un
ción de los recursos, especialmente personas, rol principal en la redistribución, distinguién-
minerales (por ejemplo, el oro), tierras agríco- dose así de otros centros de Piura.
las y hatos de camélidos. La localización de los De otro lado, la tipología de las edificacio-
centros incas y la red de caminos que los vin- nes registrada en cada sitio del área de estudio
cularon sugieren que los incas administraron estuvo relacionada a su grado de centralidad,
los recursos de las cuencas de ríos adyacentes. y muestra que los sitios más complejos tuvie-
La corta distancia existente entre Huanca- ron medidas de centralidad más elevadas. Así,
bamba y Mitupampa (cuatro horas caminan- en el caso de los sitios más extensos, los más
do), en contraste a otros centros incas, nece- elevados grados de centralidad podrían ser
sita ser analizada para explicar las razones de un indicador que dichos sitios fueron centros
esta cercana localización. Una posibilidad es provinciales incas hacia los cuales muchos
que estos centros hubieran sido construidos caminos estuvieron dirigidos.
179
COMPARACIONES Y CONTRASTE ENTRE LAS
PROVINCIAS EN LA SIERRA DE PIURA DEL figura 5 . Diagrama esquemático de la red formada por
NORTE DEL PERÚ Y EL SUR DEL ECUADOR sitios incas y caminos asociados en el sur del Ecuador y
La red de caminos en la región Piura será aho- el norte del Perú
ra analizada en el contexto más amplio del
sur del Ecuador y el norte de Perú, para ello he
incorporado el diagrama de caminos de dicha
54
región en un diagrama más amplio (figura 5).
53
El análisis de redes en el sur del Ecuador y 51 50
el norte de Perú ha permitido realizar algunos 52
Tomebamba
hallazgos. El primero es que los principales
centros localizados en la sierra de Piura (Ca- 48
47
revela la importancia del control del camino cual permitió transitar hacia el sur del Ecua-
amazónico hacia el Ecuador. La coincidencia dor y la cuenca amazónica, específicamente
de la localización central del punto de en- a través de la ruta comprendida entre Pohe-
cuentro 39 (indicado así por su elevado grado chos y Caxas. Este corredor transversal tuvo
de centralidad, su centralidad intermedia y su una localización clave para los propósitos
centralidad de proximidad) está relacionada incas. Una característica principal del área
con el número de caminos que se intersectan de estudio que no se ve reflejada en el análisis
allí y a su localización con relación al resto de de redes, es el hecho que la cordillera de los
los sitios de la Red Vial Inca. Si bien algunos de Andes es más baja en esta región y permite
184
19
ba, Caxas y Aypate) y la sierra de Cajamarca 20
21 Huambos
(Huambos, Cajamarca y Huamachuco), sugie- 22 18
re que estas regiones fueron privilegiadas por 23
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en el que los incas eran presentados como los Dean 2010; Julien 2012). Pero ¿cómo fue
CAMINANDO EL CUSCO...
arquitectos y guardianes de los Andes. que esta región, investida sin lugar a dudas
De hecho, arqueólogos e historiadores de sentidos culturales indígenas y memo-
creen a menudo en la veracidad de estos alar- rias sociales locales, vino a ser naturalizada
des y sostienen que, al fundar el Cusco, los como inherentemente inca? Este artículo
incas crearon un paisaje sagrado unificado analiza los datos arqueológicos y etnohistó-
que encarnó su historia mítica y reveló su ricos para explorar cómo los antiguos habi-
mandato divino de civilizar los Andes (vid. tantes de Cusco produjeron y percibieron su
196
las acciones de las personas. En consecuen- Pero ¿qué queremos decir cuando usamos
cia, la gente puede ver o utilizar las mismas el término paisaje inca? Sin duda, durante el
estructuras físicas, la misma topografía, de siglo XIV, los incas incorporaron unidades
maneras muy diferentes y mediante distin- políticas cusqueñas autónomas a su naciente
tos lentes culturales. Para poder examinar el Estado. Investigaciones arqueológicas recien-
Cusco antiguo, debemos identificar la gama tes demuestran que los incas remodelaron el
de paisajes indígenas e incaicos que dieron Cusco embelleciendo o demoliendo centros
forma a la ciudad. ceremoniales preexistentes (Covey 2006; Ko-
siba 2012; Kosiba y Galiano 2013). En lugar
de estos, levantaron nuevos santuarios y tem-
plos monumentales que manifestaban su au-
toridad divina. Los investigadores usualmen-
te sostienen que los incas construyeron estos
monumentos con la intención de conmemo-
rar a sus antepasados y, en consecuencia, os-
curecer las historias de los pueblos indígenas
del Cusco (vid. especialmente Julien (2012) y
197
Niles (1999)). Además, argumentan que los lógicos proporcionan perspectivas de arriba
incas construyeron terrazas, caminos y edifi- hacia abajo de cómo los incas extendieron
cios para crear una estética que reforzaba las su poder a lo largo del territorio andino. Al
narrativas míticas, haciendo parecer que el mismo tiempo, reducen a las poblaciones y
poder imperial inca era natural, que brotaba lugares a una red abstracta de puntos y líneas
directamente de la misma tierra (Dean 2010). en un mapa regional y, en consecuencia, os-
Estos enfoques describen los lugares y sitios curecen nuestra visión del trabajo político
que constituían el Cusco como si fueran en- real a través del cual los incas y los pueblos
tradas de una vasta enciclopedia o una pers- indígenas locales crearon, negociaron y frag-
pectiva unificada —un paisaje inca—, igual- mentaron sus visiones del Cusco (vid. Erick-
mente legible para los administradores incas son 2006, 2009).
y la plebe. Mediante la creación de estos mapas re-
Del mismo modo, en las investigaciones gionales de monumentos y redes incaicas, los
arqueológicas el paisaje del Cusco es descrito arqueólogos a menudo asumen que todas las
como un programa coordinado de control de personas —desde los incas hasta las comuni-
los recursos económicos o las prácticas ritua- dades indígenas del Cusco— podían acceder
les, debido a que los investigadores se enfocan a estas redes o percibir estos monumentos y
en las instituciones de gestión y mecanismos las historias que evocan de manera similar,
de control que los incas emplearon para esta- como si hubiera una sola historia incaica es-
blecer una economía integrada y maximizar crita en las líneas (ceques) del Cusco y un solo
los recursos de la tierra y mano de obra (v. g. paisaje inca tallado en las piedras del Cusco.
Covey 2006). Como complemento de este Aunque estos mapas pueden ser herramien-
enfoque económico, otros investigadores su- tas heurísticas para interpretaciones arqueo-
gieren que los incas aseguraron su autoridad lógicas del Cusco, nos dejan varias preguntas
imperial apropiándose de los lugares sagrados, relacionadas a cómo las comunidades del
capturando las huacas y reorientando las prác- Cusco llegaron a reconocer o negociar sus
ticas rituales tradicionales hacia las deidades posiciones sociales durante el gobierno in-
incaicas (v. g. Acuto 2005; Gifford y Acuto caico, cómo los pueblos indígenas de Cusco 2 Varios investigadores
han discutido cómo el
2002; Gose 1996; Zuidema 1990). Algunas percibían su entorno y cómo cambiaron los
sistema de caminos reales
investigaciones se han centrado en cómo los significados de los principios culturales tradi- y senderos rituales del
incas crearon un orden geográfico y social en cionales al ser incorporados al Estado Inca y Cusco (ceques) creó una
apariencia de coherencia
Cusco mediante la institución de un sistema al medio ambiente del Cusco. en toda la capital inca
de caminos rituales (los ceques) y las divisio- Debemos cambiar nuestra visión del
STEVE KOSIBA
(Bauer 1998; Rowe 1980;
nes de la tierra (chapas) (Bauer 1998; Zuidema paisaje inca y enfocarnos menos en los mo- Zuidema 1964, 1990; para
los estudios más particu-
1964, 1990; vid. también Betanzos 1968 [1551]: numentos y sitios distribuidos a lo largo de lares, Guchte 1990; Niles
35). A pesar de que los investigadores ofrecen un entorno, centrándonos más en las formas 1987; Sherbondy 1992).
Diferentes estudiosos han
interpretaciones divergentes del sistema de cómo la gente andina se movía a través de
argumentado que las vías
CAMINANDO EL CUSCO...
ceques, comparten la perspectiva de que es- su medio ambiente. Para estudiar este movi- y sus huacas fueron una
tos formaron un sistema social completo, un miento, debemos trasladar nuestra atención estructura calendárica
inmutable, pero a veces
mapa regional que ordenó a las personas, los de los conjuntos de materiales de un Estado cambiada políticamente
lugares, los acontecimientos históricos, y los a las propias prácticas que orientaban a las (v. g. Zuidema 1964), o un
movimientos celestes en un paisaje inca.2 personas hacia su entorno. El término orien- sistema ritual dinámico que
subyacía en las distintas
Al concentrarse principalmente en la tación espacial se refiere a la comprensión versiones de la historia
organización regional, estos estudios arqueo- ontológica del propio cuerpo con el entorno inca (Bauer 1998).
198
construido. Por ejemplo, el filósofo francés centra en los lugares del medio ambiente
Henri Lefebvre (1992: 261) sostiene que una (Bruce Mannheim, comunicación personal,
nueva propuesta ideológica y ontológica se febrero 2015). Es decir, prioriza los lugares
introdujo durante el Renacimiento europeo hacia donde se dirige la percepción, en lugar
cuando los urbanistas comenzaron a diseñar de las prácticas corporales habituales o ma-
las calles y carreteras de acuerdo a los prin- pas mentales abstractos. Podríamos pensar en
cipios de la perspectiva lineal. Tales princi- ejemplos etnográficos que describen cómo las
pios evocaron creencias cristianas acerca de personas andinas mapean su entorno social y
la relación entre el espectador —un sujeto relaciones de parentesco en términos de las
móvil— y un único punto de fuga —un ojo oposiciones dicotómicas que estructuran sus
de rey o de dios—. También revelan entendi- pueblos y caseríos (Abercrombie 1998), o po-
mientos del pasado, haciendo que el centro dríamos considerar la investigación arqueo-
de la ciudad y su capilla correspondan a un lógica reciente de Zachary Chase (2015) en la
punto de origen cristiano, es decir, a la casa provincia de Huarochirí, que revela cómo los
de una deidad. Si aceptamos el argumento de pueblos y huacas en esta región fueron esce-
que la organización espacial de los caminos y narios para la ejecución de ritos que manifies-
edificios puede influir en cómo las personas tan una historia mítica. En estos ejemplos, los
perciben su entorno y su pasado, entonces lugares particulares y las actuaciones rituales
tenemos que reconsiderar las orientaciones que les acompañan estructuran orientacio-
espaciales andinas y no solo asumir que estas nes de la gente hacia su entorno, y también
orientaciones son iguales a la distribución de hacia su pasado. Podemos concluir, entonces,
los caminos o monumentos. que las vías que canalizan la percepción me-
¿Qué tipos de orientaciones espaciales se diante la creación de secuencias de lugares y
generaron cuando la gente se movía a lo largo rituales crean al mismo tiempo perspectivas
de los caminos del Cusco? Existe una tenden- particulares del entorno.
cia en los estudios antropológicos que lleva a En la discusión que sigue reconstruiré
asumir el desarrollo evolutivo de un tipo de cómo las personas andinas perciben el Cus-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
3 Utilizo el término que había de suceder en ni despojados, sino de Ramos Gavilán (1967 de iniciación reportada por
“cusqueño” para nombrar la corona y sus hermanos; siempre sean vence- [1621]: 145-147) de una Ramos Gavilán fuera una
a los participantes en la si los tenía; y no se daba dores, pues para esto ceremonia de iniciación réplica de la que se ejecu-
ceremonia. Aunque las esta insignia de nobleza a los hiciste (Molina 1947 cerca de Copacabana, taba en el Cusco. Podemos STEVE KOSIBA
noticias consignadas en otros”; sin embargo, Cris- [1573]: 86). se establece claramente concluir, por consiguiente,
las fuentes resultan en tóbal de Molina registra que la ceremonia era un que los participantes en
algunos casos contradic- la siguiente “oración para La oración establece clara- medio para la elección y la ceremonia pertenecían
torias, es claro que los todos los incas”, pronuncia- mente que los bendecidos toma de nobles. Es decir, a familias reconocidas, ya
participantes debían ser da durante Citua y repetida debían incluir “cuzcos” el Inca elegía quiénes fueran incas puros o no,
cusqueños descendientes durante el Capac Raymi: y “tambos”, los primeros participaban en el acto y y que eran promovidos a
o parientes del Inca (Cobo probablemente correspon- luego elevaba el estatus de posiciones sociales altas
CAMINANDO EL CUSCO...
1956-1964 [1653]; Molina ¡Oh Sol!, padre mío, que dientes a la nobleza en el aquellos que alcanzaban en base a su rendimiento
1947 [1573]; Ondegardo dijiste haya cuzcos y Cusco y los segundos a los mayor éxito, especialmente durante la ceremonia.
1916 [1585]: 18). El jesuita tambos; sean vence- grupos étnicos cercanos a los iniciados que tenían
Bernabé Cobo (1956-1964 dores y despojadores a Paqaritambo, lugar de un buen desempeño en 4 Los detalles etnohistóri-
[1653], II: 208) aclara que éstos tus hijos de todas origen de los incas (vid. la carrera a pie. Los parti- cos solo reflejan la forma
la ceremonia incluyó a los: las gentes; adórate para también la nota por Brian cipantes débiles no eran en que la fiesta de Capac
“deudos y descendientes que sean dichosos si Bauer en Molina 2011 promovidos a un rango o Raymi se llevó a cabo
por línea recta de los reyes semos estos incas tus [1573]: 108, nota 115). Por posición social superior. Es durante los últimos días
Incas, hasta el príncipe hijos y no sean vencidos otra parte, en el relato probable que la ceremonia del Imperio Inca.
200
iniciados partían hacia Huanacauri en una gunos de los sitios arqueológicos preincaicos
procesión encabezada por sacerdotes (tarpun- más importantes y extraordinarios del Cusco
taes) y por una llama blanca que se decía que (figura 1).
había descendido de los primeros animales El camino pasaba por el pueblo y sitio
que sobrevivieron “al diluvio” (Cobo 1956- ceremonial de Membilla (actual Wimpillay),
1964 [1653], II: 208), término que aludía a que había sido ocupado varios siglos antes de
un tiempo mítico en general. Estos primeros la aparición de los incas (Barreda 1973, 1991;
días, entonces, no solo definían las diferen- Bauer 2004). Membilla, literalmente, albergó
cias sociales entre el Cusco y las provincias, el pasado inca. El administrador español Polo
también restringían el acceso a la ideología de Ondegardo mencionó haber encontrado
inca: solo estos cusqueños llegaban a ver las allí las momias e ídolos de los primeros go-
momias, llamas y oraciones que consagraban bernantes incas —de Hurin Cusco— en 1559
este viaje. (Cobo 1956-1964 [1653], II: 66-69). Aquí, los
Los cronistas españoles, inmersos en las iniciados reconocían una casa de sus ante-
nociones de una historia lineal y la cartogra- pasados. Luego pasaban por Muyu Urqu, un
fía representativa, no registraron los lugares centro ceremonial del período Qotakalli (c.
que los iniciados encontraban en su camino a 200-600 d.C.) y de la época Wari (c. 600-1000
Huanacauri. Aparentemente no entendieron d.C.) (Bauer 2004; Zapata 1999). Los iniciados
la importancia que estos lugares tenían en la caminaban por Tankarpata, un pueblo prein-
concepción andina del espacio y la ciudad. ca ocupado durante siglos (Bauer 2004) y lue-
Sin embargo, investigaciones arqueológicas go cruzaban el pueblo inca de Qotakalli, que
recientes han revelado la trayectoria del ca- incluía y se encontraba rodeado por varios
mino hacia la huaca en Huanacauri (Amado pueblos grandes del período Qotakalli. Por
2003: 43; Catalán y Montúfar 2007). Aunque último, pasaban por Pukakancha, un cemen-
dentro del sistema de ceques este camino terio del Horizonte Medio (Arahuay) (c. 600-
conectaba algunas huacas del Collasuyu, 1000 d.C.) y del período Killk’e (c. 1000-1350
también demarcaba las fronteras sociales d.C.) (Barreda 1982; Catalán y Montúfar 2007).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
internas y externas del Cusco. Al comenzar Todo parece indicar que, intencional-
su recorrido por este camino, los iniciados mente, el camino fue construido para que pa-
enrumbaban hacia Pumachupan, donde se sara por estos sitios. Un análisis SIG de la ruta
unen los ríos Tullumayu y Saphi. Las prime- que requiere menor esfuerzo o coste demues-
ras narraciones sobre los ceques reconocen a tra que el camino hacia Huanacauri se desvía
este punto como el remate de la ciudad (Betan- significativamente del camino que habría
zos 1968 [1551]: 37), un límite definido por sido la manera más eficiente de acceder. La
los cursos de agua que separaba el núcleo de ubicación del camino sugiere dos posibilida-
la ciudad de los campos circundantes y las co- des: o (1) esta vía estuvo basada en significa-
munidades suburbanas. dos y prácticas culturales de estos lugares del
Pero la evidencia arqueológica también pasado o (2) existía aquí un camino anterior
muestra que el camino resaltaba el pasado del al Estado Inca.
Cusco, y al hacerlo, remitía a una visión del Los datos etnohistóricos y arqueológicos
pasado que no aparece registrada en los mitos sugieren que el camino fue construido para
de origen. Mi estudio arqueológico del cami- aprovechar los significados de estos sitios
no demuestra que los peregrinos, después de preincaicos. En primer lugar, los restos de
salir del centro de la ciudad, pasaban por al- estos sitios —la arquitectura y los artefac-
201
figura 1. Mapa de los caminos antiguos en los alrededores del Cerro Huanacauri, Cusco, Perú
Antiguo camino
inca a Huanacauri
Centro de Cusco que los incas
(Aukaypata) utilizaron durante
su fiesta de Capac
Raymi
Ruinas pre-incaicas
que atraviesa el
camino
Membilla
Pukakancha
Matagua
Huanacauri
0 2 km
tos actualmente visibles— también habrían En segundo lugar, la mayoría de estos sitios re-
sido visibles para los iniciados que pasaban cibieron ofrendas durante el período Inca, lo
por esta ruta durante el reinado de los incas. que sugiere que no solo eran percibidos como
Aunque es muy probable que los iniciados no lugares antiguos, sino también como luga-
STEVE KOSIBA
pudieran asignar estos restos a épocas concre- res sagrados. Varios cronistas afirman que,
tas, como lo hacemos cuando los vinculamos como parte del culto, Chima Panaca organizó
a tipos estilísticos como Qotakalli y Killk’e, sí grandes fiestas para las momias en Membilla
eran capaces de reconocer que se trataba de (Cobo 1956-1964 [1653], II: 66, 180). Aquí, una
CAMINANDO EL CUSCO...
pueblos abandonados con cerámica, arqui- huaca llamada Acoyguaci (Co 6: 3) guardaba y
tectura y terrazas que no se ajustaban a las cuidaba la momia de Sinchi Roca (Cobo 1956-
normas incaicas. Por lo tanto, podían inferir 1964 [1653], II: 181), hijo de Manco Capac y
que estos no correspondían a los lugares habi- segundo Inca, quien nació durante el viaje de
tados por salvajes mencionados en los mitos, los antepasados al Cusco. Del mismo modo,
llegando a reconocer, en consecuencia, una en Muyu Urqu se habría encontrado una
prehistoria en las raíces del Cusco. huaca llamada Tampuvilca (Co. 9: 5) (Cobo
202
1956-1964 [1653], II: 182). Qotakalli se localiza cos. El camino se estrechaba nuevamente
en una llanura cercana a muchas huacas y pro- antes de que llegaran a otra plataforma se-
bablemente albergaba a la huaca llamada Cata- micircular, en el punto de entrada al sitio de
calla (Co. 7: 2), uno de los cantos rodados (puru- Matagua. Las fuentes históricas indican que
raucas) que cobraron vida en defensa del Cusco este sitio fue el lugar donde los antepasados
(Bauer 1998: 106-110; vid. Rowe 1980: 11-12). incaicos míticos descansaron antes de des-
En tercer lugar, la arquitectura y cerámi- cender al Cusco (Cobo 1956-1964 [1653], II;
ca de Pukakancha y Tankarpata demuestran Sarmiento 1965[1572]; Molina 1947 [1573]).
que fueron utilizados o reverenciados duran- Matagua es descrito como un lugar limi-
te la época Inca. En general, los datos sugie- nal donde los incas inventaron sus ritos de
ren que, al andar este camino, los iniciados se paso.5 Al caracterizar a Matoro —una pro-
encontraban con el pasado (foto 2). bable variante de Matagua— como una rui-
En el camino, los atributos arquitectóni- na, Cobo demuestra que, además, se trataba
cos y estructurales llamaban la atención so- de un lugar mítico: “[…] una ladera cerca de
bre estos sitios antiguos y las características Guanacauri, donde había unos edificios an-
de la ruta, influyendo en las disposiciones tiguos, que cuentan fue la primera jornada
corporales de los iniciados. Los muros de donde durmieron los que salieron de Guana-
contención, adoquines y escaleras anchas ser- cauri después del Diluvio” (Cobo 1956-1964
vían para alterar la percepción y la velocidad [1653], II: 181). La evidencia proveniente del
de los iniciados, anunciando cuando debían camino prospectado indica que las seccio-
prepararse para ingresar a los espacios ritua- nes estrechas y las pequeñas plataformas
les. Por ejemplo, el camino se ensanchaba y alteraban las disposiciones corporales de los
se convertía en una amplia escalera, que lle- iniciados y los preparaban para entrar en un
vaba a Paqopallana, una amplia plataforma espacio mítico y sagrado.
forrada de piedra, a modo de ushnu. Después Excavaciones recientes del Ministerio
de Paqopallana, el camino se estrechaba, ya de Cultura sugieren que Matagua precedió
que proseguía a lo largo de laderas empina- al Estado Inca. El sitio cuenta con varios re-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
das. Este segmento estrecho conducía a una cintos pequeños, circulares y en forma de D,
5 El carácter liminal de
pequeña plataforma semicircular en la base que corresponderían al período Killk’e en
Matagua se ve confirmado
de un pico llamado Inca Damian. Las excava- Cusco (vid. Gonzáles Corrales 1984). Entre la en algunas crónicas que
ciones realizadas en Inca Damian develaron cerámica decorada recuperada en las excava- registran que fue allí donde
los antepasados inventaron
diversos canales instalados dentro de la plata- ciones (1 928 fragmentos, 5,4 % del total de todos los ritos de paso
forma, sugiriendo la existencia de un sistema cerámica recuperada), hubo una alta densi- principales: Guarachico
de drenaje para proteger el camino o un espa- dad (1 902 fragmentos, 98,6 %) de cerámica (perforación del oído),
Rutuchico (corte de pelo),
cio para recibir ofrendas (Catalán y Montúfar del tipo Killk’e, pero muy pocos tiestos de Quicochico (primera mens-
2007). El camino ancho y la plataforma son cerámica Inca (16 fragmentos, 0,008 %) (Ca- truación de una mujer) y
consistentes con un espacio para realizar ce- talán y Montúfar 2007: 723). En particular, la Awscay (recién nacido)
(Betanzos 1968[1551]:65;
remonias taqui en las que se celebraba el pasa- cerámica killk’e se veía representada por mu- Cabello de Balboa 1951
do con bailes y cantos, el estrecho camino ha- chas vasijas para servir, especialmente ollas [1586]:263; Murúa 1962-
1964 [1611], I: 23, 26; y
bría provocado que los iniciados caminasen con bases cónicas y jarras con caras modela- Sarmiento 1965 [1572]:
en una sola línea y luego entrasen de forma das (Catalán y Montúfar 2007: 734). Las altas 216). Además, Bernabé
individual a las plataformas. densidades de vasijas para servir sugieren que Cobo (1956-1964 [1653],
II: 65) sugiere que fue en
La arquitectura del camino dirigía la Matagua fue escenario de ceremonias colecti- esta localidad donde nació
entrada de los iniciados a los espacios míti- vas, tal vez un lugar para celebrar rituales. La Sinchi Roca.
203
Aukaypata
Muyu Urqu
Wimpillay
Qotakalli
Huanacauri Matagua
foto 2.
Arriba:
STEVE KOSIBA
vista desde
Huanacauri
hacia el centro
de Cusco,
mostrando
los sitios
CAMINANDO EL CUSCO...
preincaicos
en la línea de
visión; abajo:
vista desde el
Camino Inca
hacia el pico de
Huanacauri.
204
las llamas eran sacrificadas (Cobo 1956-1964 en la plaza del sitio y luego dejaban ofrendas Arriba: fotos de
los dos sectores
[1653], II: 209; Molina 1947 [1573]: 99). En- a la roca. El análisis de los materiales exca- rituales en
tonces, tras recibir hondas en una quebrada vados aún está en curso. Sin embargo, las Huanacauri,
llamada Quirasmanta (Molina 1947 [1573]: excavaciones revelan que el complejo de la el Sector A
100), los iniciados eran azotados por los asis- plaza localizado en el lado este de la montaña (izquierda) y el
tentes; los golpes eran dirigidos a sus piernas. podría haber correspondido a un área para la Sector B (derecha);
abajo: mapa de
Luego, los iniciados cantaban un guari (o producción-consumo de chicha y alimentos los dos sectores
huaylli), una canción que los ancestros habían ceremoniales. Mientras tanto, ubicado en el de Huanacauri.
creado para esta ceremonia (Cobo 1956-1964 lado este de la montaña, el complejo de la El Sector A
[1653], II: 210; Molina 1947 [1573]: 100). huaca parece haber sido un espacio destinado correspondía a
Mis investigaciones arqueológicas en a prácticas rituales privadas e individualiza- un complejo de
templos con plaza,
Huanacauri han revelado detalles adiciona- das. De hecho, la organización espacial de la mientras que el
les sobre el camino y el sitio. La arquitectura huaca —con una sola puerta a cada lado de Sector B era una
del camino y del sitio resaltaba la exclusivi- la pared en forma de zigzag— sugiere que los huaca rodeada
dad de la ceremonia. Cuando los iniciados se iniciados entraban en el espacio y luego pro- por una pared
acercaban a Huanacauri, el camino pasaba cedían a cruzar la roca, siguiendo una sola lí- en zigzag.
al lado sur de la montaña: aquí los iniciados nea, hasta la otra puerta. Aquí, en la zona de la
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
perdían de vista la ciudad de Cusco y por pri- huaca, los iniciados no encontraban un sitio
mera vez avistaban la tierra donde los incas antiguo o preinca. Los análisis preliminares
afirmaban haber surgido. Luego el camino muestran que, definitivamente, no existió un
se desviaba bruscamente hacia el este y los sitio preinca en Huanacauri. No se hallaron
iniciados veían el complejo santuario y la materiales culturales o niveles de ocupación
cima de la montaña de Huanacauri, rodeada que correspondieran al período preincaico o
por los picos de las montañas y glaciares de Killk’e. Más bien, los iniciados participaban
la región del Cusco. Desde este punto, entra- en un ritual íntimo que los colocaba frente a
ban en un espacio privado —una pequeña una roca viva que encarnaba a uno de sus an-
plaza flanqueada por siete estructuras— que tepasados. Un análisis más detallado revelará
obstruía su visión del entorno. Este, sin em- más sobre Huanacauri.
bargo, no era el final de la jornada. Mi estudio Del mismo modo, los otros caminos del
reveló otro santuario situado en una pequeña Capac Raymi se conectaban con las huacas del
quebrada al otro lado de la cima de la monta- Cusco, permitiendo el acceso a los lugares y
ña. Los iniciados probablemente ascendían a personas míticas. Después de estar en Huana-
la cima de la montaña y luego caminaban a cauri, los iniciados regresaban al Cusco para
través de una terraza y una pared, que canali- realizar un taqui y luego visitaban a Anahuar-
205
Sector A Sector B
que (Cu. 1: 7), una importante huaca que se miento arqueológico en la cima de la monta-
decía había corrido muy rápido durante el di- ña de Anahuarque pude observar los restos de
STEVE KOSIBA
luvio mítico (Cobo 1956-1964 [1653], II: 210; estructuras rectangulares, una extensa zona
vid. Kosiba 2015b). Los iniciados asumían el plana y cerámica inca (vid. también Bauer
papel de Anahuarque cuando recorrían el 1998: 120), sugiriendo que esta área fue utili-
camino desde la huaca hasta una colina en zada para la realización de un taqui.
CAMINANDO EL CUSCO...
el Cusco (Tito Cussi Yupanqui 1988 [1570]: Los iniciados visitaban otras huacas que 6 Bauer (1998: 70-71)
33-36). Anahuarque representaba a las comu- encarnaban el pasado del Cusco. Después de sugiere que Yavira (o Apu
Yavira) podría corresponder
nidades no-incaicas del Cusco; era la huaca Anahuarque, regresaban al Cusco para hacer con la “Ñusta”, un gran
principal preinca de Cachona y Chocco, gru- sacrificios y cantar un guari en Haucaypata. afloramiento rocoso locali-
pos étnicos que se aliaron con los primeros Luego seguían el camino hacia Yavira6 (Ch zado en la ladera de Picchu
del que actualmente se
incas (Molina 1947 [1573]: 105; vid. Bauer 9: 6.), una huaca situada en la montaña de dice, fue una hermana de
1998: 120; Yaya 2008). Durante mi reconoci- Picchu (Betanzos 1968 [1551]: 42; Cobo 1956- Manco Capac.
206
1964 [1653], II: 211; Molina 1947 [1573]: 109). do indígena del Cusco. Había catorce (4,3 %)
Se trataba de una huaca importante para los huacas que explícita o implícitamente evoca-
pueblos indígenas cusqueños; se dice que era ban el pasado indígena. Las huacas explícitas
una persona que vivió al mismo tiempo que incluían lugares como Cinca (Ch. 5: 9), que
los antepasados de los incas y luego, como se decía era la pacarina de donde emergieron
Huanacauri, se convirtió en piedra (Cobo los Ayarmaca, o Vicaribi (Cap. 9: 5), que fue
1956-1964 [1653], II: 174). Los habitantes de la tumba del líder del pueblo de Maras (Cobo
Cusco mencionaron que Yavira era la huaca 1956-1964 [1653], II: 172, 174). Además, las
principal del grupo étnico Maras (Molina huacas indígenas eran a menudo enumera-
1947 [1573]: 111). Aquí, los iniciados reali- das como “adoratorios antiguos” o tumbas de
zaban sacrificios y recibían los materiales “señores locales”. Teniendo en cuenta la dis-
que marcaban su estado, como taparrabos, tribución desigual de estos lugares históricos
orejeras, diademas de plumas (pilcocassa) e indígenas, es notable que el camino de Ca-
y medallones de oro y plata (Molina 1947 pac Raymi unía varios lugares que evocaban
[1573]: 111). Después de recibir estos artícu- el pasado lejano o indígena.
los, realizaban un taqui similar al realizado en Después de visitar Yavira, los iniciados
Anahuarque (Molina 1947 [1573]: 112). Por regresaban a Haucaypata para hacer más sa-
consiguiente, Yavira era una huaca indígena crificios a las huacas; tras realizar taquis, se
y un lugar ancestral que, a través de ritos y bañaban en un manantial y, finalmente, se
movimiento, fue integrada en la ceremonia les perforaba las orejas en un campo cerca
más solemne del Cusco (vid. mapa en Kosiba de Cusco (Molina 1947 [1573]). Al final de
2015b). la ceremonia, los extranjeros eran invitados
Es importante anotar que estos tipos de de nuevo al centro de la ciudad para comer
huacas indígenas no eran comunes en el sis- masas de maíz remojadas con la sangre de los
tema de ceques del Cusco. De hecho, existie- sacrificios ofrecidos a todas las huacas (Cobo
ron 66 huacas (20,1 %) del sistema de ceques 1956-1964 [1653], II: 211).
que remitían al pasado del Cusco: 25 (7,6 %) Al trazar los caminos del Capac Raymi,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
relacionadas a las acciones de una entidad podemos ver cómo la gente del Cusco llega-
no humana, por ejemplo, Huanacauri o un ba a conocer su ciudad. En primer lugar, se
pururauca; 35 (10,7 %) a un Inca específico, observa que, al desplazarse a lo largo de los
por ejemplo, Inca Yupanqui; y 6 (1,8 %) a un caminos a las huacas ancestrales y pueblos
Inca mencionado como un personaje gené- abandonados, los iniciados se movían a tra-
rico, por ejemplo, el “lugar donde el Inca se vés del pasado. En otras palabras, no existía
sentó”. Treinta y seis de estas huacas estaban un modelo mental general del espacio y el
situadas en el sector Chinchaysuyu del Cus- tiempo similar a una ontología cristiana, en
co, sugiriendo que tal vez era más impor- la que los pasados míticos y tierras míticas
tante implantar una percepción del paisaje son solo alcanzables a través del texto bíblico
en esta zona que da nombre a los incas (vid. o de un sermón sacerdotal. En el Cusco, el pa-
más adelante). Solo catorce se localizaban en sado mítico era evocado cuando los iniciados
Collasuyu, donde se encuentra el camino a se movían a través de la tierra.
Huanacauri, y muchas de ellas están vincula- La prospección arqueológica también
das explícitamente al camino a Huanacauri. muestra que los iniciados no solo encontra-
Por otra parte, podemos ver que había pocas ban huacas y lugares incaicos como Huana-
huacas que estuvieran enraizadas en el pasa- cauri, sino también huacas locales y no-in-
207
caicas, como Anahuarque o Yavira, y ruinas Ollantaytambo:
como Muyu Urqu, Pukakancha y Matagua.
Las posiciones de estos sitios sugieren que caminando hacia
el Capac Raymi fue diseñado para entrar en
el pasado del Cusco y recordar cómo el pa- el presente
sado no-incaico era esencial para la ciudad.
En segundo lugar, los datos sugieren cómo se
evocaban en el pasado las prácticas rituales Al igual que el Cusco, Ollantaytambo era un
y el movimiento. La evidencia arqueológica entorno urbano distribuido a través de las
muestra que el camino fue diseñado para al- laderas de un valle (foto 4). En varios litigios
terar las disposiciones y las percepciones de coloniales tempranos, tanto las élites indíge-
los iniciados cuando entraban a los lugares nas como los señores españoles declararon
míticos. Las plazas más amplias (Haucaypa- que los límites formales de Ollantaytambo
ta, la plaza de Huanacauri, la plataforma en abarcaban un área que se extendía mucho
Paqopallana y la llanura de Anahuarque) su- más allá del centro monumental de la ciudad
gieren espacios para la realización de taquis y (ARC 1555-1729: fs. 7v., 11v.-12r.; 1568-1722).
guaris que recordaban o enseñaban historias Las investigaciones arqueológicas sugieren
del pasado. Las ejecuciones cíclicas de taquis que Ollantaytambo fue construido durante
—en Haucaypata, en plataformas como Paqo- el siglo XV y que aún se encontraba en cons-
pallana y luego en las huacas— sugiere que el trucción cuando llegaron los españoles (para
pasado y las historias de Cusco se celebraban fechas radiocarbónicas, consúltese Bengtsson
y conectaban con el centro de la ciudad. En 1998; Hollowell 1987; Kendall 1985). La ciu-
contraste, el estrechamiento repetitivo del dad fue probablemente una estancia real del
camino y sus pequeñas plataformas focaliza- Inca Pachacutec y, al igual que otras estancias,
ban la atención de los iniciados hacia lugares albergó diversos grupos sociales de la región
y rasgos del paisaje específicos, originando del Cusco y de otras localidades más lejanas,
una experiencia individual y un encuentro incluyendo los ayllus Araccama, Cusco y Ya-
íntimo con seres míticos. Estos encuentros nacuna, así como trabajadores (mitmas) tras-
habrían aumentado la conciencia de los ini- plantados desde la región del Collao, al sur de
ciados de su posición social y su papel como Perú, y el Chinchaysuyu, al noroeste de Perú
cusqueños obligados a seguir las acciones de (AGN 1559-1560: fs. 14r.-16r., 26v.; vid. tam-
los personajes míticos. bién Glave y Remy 1983; Kosiba 2015a). Para
Por lo tanto, no existía una narrativa entender esta ciudad, con su amplio dominio
STEVE KOSIBA
caminos y las secuencias crearon un paisaje pasado y el paisaje de una manera similar a la
inca y una visión del pasado. Sin embargo, observada en el Cusco.
un breve examen de caminos comparables Los datos de mi prospección arqueoló-
en Ollantaytambo revela otra perspectiva del gica revelan cómo era el paisaje social de
Cusco, sugiriendo que hubo múltiples y con- la época preincaica en Ollantaytambo. An-
tradictorias formas de ver la capital incaica, tes del predominio de los incas, durante la
su paisaje y su pasado. “Fase Ollanta” (c. 1000-1300 d.C.), grupos
208
foto 4 .
Vista de
la ciudad
incaica de
Ollantaytambo,
con sus andenes
en el primer
plano.
étnicos diferenciados —como los quillis- parentesco entre las poblaciones locales, los 7 El término “economía
vertical compacta” se
cache y tampu— construyeron sistemas antepasados y la tierra. refiere a la organización
políticos altamente localizados en la zona Podemos reconstruir parcialmente los de actividades agrícolas
de Ollantaytambo (Kosiba y Galiano 2013). caminos preincaicos a través de un examen y ganaderas dentro de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
de los incas
vas tierras a lo largo de un área de 12 kilóme-
tros que bordea Ollantaytambo.
Además, con estas nuevas tierras, llegó
nueva gente. Los documentos coloniales re-
9 En la actualidad, no es
CAMINANDO EL CUSCO...
velan que estos asentamientos alojaron nue- del todo claro si Ollan-
vos tipos de personas —mitmas, mamacuna taytambo contaba con un
sistema de ceques; solo un
y yanacuna— que fueron separados de sus
documento colonial señala
tierras ancestrales para mantener los nuevos explícitamente que la ciu-
campos y terrazas (ARC 1555-1729: fs. 132r. dad utilizaba líneas ceque
para marcar divisiones de
y 182r.). En estas tierras se construyó un ca- tierras (ARC 1568-1722: fs.
mino que conectaba Ollantaytambo con el 354r.-355r.).
210
redes y edificios fueron construidos a ambos mentalizaba las características naturales más
lados de la cueva y en su interior pueden sorprendentes y creaba un espacio en el que
observarse algunas tumbas. Resulta eviden- los viajeros encontraban directamente, al re-
te que los incas construyeron este santuario correr el camino, el nuevo entorno.
en un terreno hasta entonces desocupado. El La conexión entre una característica del
descubrimiento de depósitos aluviales (arena medio ambiente y las nuevas tierras también
STEVE KOSIBA
y adoquines redondos) cerca de las bases de se veía resaltada en el próximo santuario del
varias unidades de excavación (Arredondo camino, que personificaba a una coya (reina)
2009: 58, 63, 72), sugiere que el río Huarocon- inca. Partiendo de Ñawpa Iglesia, el camino
do inundaba regularmente este lugar antes de descendía ininterrumpidamente hasta Pa-
CAMINANDO EL CUSCO...
la construcción de las terrazas. Las altas den- char, desde donde los viajeros regresaban al
sidades de cerámica Inca Polícromo (66 % de la núcleo de Ollantaytambo. Aquí, una inmen-
muestra excavada) y el énfasis en la prestigio- sa roca se alzaba sobre el camino. La roca se
sa arquitectura inca sugieren que se trataba encuentra en una colina, rodeada por muros
de un lugar especial para prácticas rituales incaicos. Un documento de 1574 menciona
reservadas (Arredondo 2009: 133). Pero, sobre este lugar y sugiere que pertenecía a Mama
todo, el santuario en Ñawpa Iglesia monu- Oqllo, la esposa principal de Wayna Qhapaq
212
(ARC 1555-1729: fs. 181r.-181v.). Las paredes cae a través de un acantilado escarpado, de-
de este sitio demuestran que se trataba de un bajo del complejo incaico de Perolniyoq. Las
espacio aislado, donde las prácticas rituales excavaciones y recolecciones de superficie
dirigían la atención de los participantes di- en Perolniyoq confirman que se trata de un
rectamente hacia el santuario. La asociación sitio inca sin ocupación previa. Los edificios
específica de la roca con Mama Oqllo y Pa- de Perolniyoq rodean dos rocas de andesi-
char sugiere que los rituales representados ta talladas y cada una exhibe un motivo de
aquí habrían manifestado un sentido de banco, similar al de otras piedras localizadas
ancestralidad compartida entre los incas, la en el camino a Ollantaytambo. Los edificios
roca y la nueva tierra. incaicos de Perolniyoq conectan la fuente de
Los otros santuarios a lo largo del cami- Korimarka con las tierras agrícolas de Soqma.
no también resaltaban la nueva tierra y sus De hecho, el sitio es inseparable de la cascada
características. Varias piedras talladas fueron que alimenta las terrazas del valle.
colocadas dentro de los campos a lo largo del Los documentos de litigios coloniales
camino, dirigiendo la percepción de la tierra. permiten reconocer que las rocas talladas de
Cerca del asentamiento inca llamado Chu- Ollantaytambo estaban en los mismos luga-
lluraqay, una gran roca se ubica en medio res donde se establecieron nuevos reclamos
del canal inca de Kulluspukio, que fluía de de tierras y nuevos roles sociales. En una se-
Ñawpa Iglesia a Ollantaytambo. Un poco más rie de litigios contra el Monasterio de Santa
adelante, otras piedras talladas pueden ser ob- Clara del Cusco (vid. también Burns 1999),
servadas a ambos lados del camino cuando se don Felipe de Coritopa Inca, nieto del Inca Pa-
pasa por Choqana, un sitio incaico fortifica- chacutec, declaró ser curaca de Pachar (ARC
do. Cada piedra muestra un motivo de banco 1555-1729: f. 178r.) y cuidador de una sección
y se encuentra asociada a una pequeña plata- del medio ambiente de la ciudad (ARC 1555-
forma para ofrendas. Por último, dos piedras 1729: fs. 1r.-2r.). Los documentos también
talladas colindan con el río Vilcanota, cerca muestran que los trabajadores especializados
de la estación del ferrocarril (vid. Protzen (yanacuna) se encontraban apostados cerca de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
1991: 28-29). Una de ellas corresponde a una Korimarka, Pantanayoq y Pachar (ARC 1555-
roca tallada denominada Sirenayoq que se 1729: fs. 12r., 16r.-17r., 216v.-217r., 232r.).
apoya en el río; la otra, ubicada cerca a Runku Numerosas personas de la población cercana
Raqay, fue tallada en múltiples formas. Estas de Maras testificaron a los españoles que las
piedras parecen llamar la atención hacia el mamacuna de su comunidad residían en los
propio río y su canalización. edificios de Pachar junto a la huaca Hatun
Del mismo modo, a lo largo de otro ca- Kancha Raqay, lo que sugiere que estas mu-
mino a Ollantaytambo, los santuarios fueron jeres mantenían a la huaca (ARC 1555-1729:
construidos junto a características naturales f. 182r.). Por último, otros documentos reve-
notables y a nuevas tierras. Los incas modi- lan que las tierras adyacentes al camino del
ficaron dos cuevas en Korimarka (también Cusco estuvieron dedicadas específicamente
Pantanayoq), una cumbre situada en las la- al Sol y a la realeza inca. Estas tierras eran
deras superiores del valle de Soqma que mar- mantenidas por mitmas collas y chinchaysu-
caba el límite sur de Ollantaytambo (ARC yus (AGN 1559-1560: fs. 13r., 26v. y 29r.). Por
1555-1729: fs.1r., 8r. y 13r.). El agua fluye lo tanto, el camino y sus huacas estuvieron
desde las llanuras pantanosas de Korimarka en tierras —y entre poblaciones— que los
a una cascada de 150 metros de altura que incas crearon y gestionaron; el camino vincu-
213
ló nuevas poblaciones y tierras, creando una Discusión:
nueva orientación espacial.
La evidencia arqueológica sugiere que las ¿un paisaje inca?
rocas talladas y los caminos de Ollantaytam-
bo dirigían la atención de los viajeros hacia
tierras nuevas, no hacia lugares ancestrales Los datos demuestran que los caminos del
indígenas o a sitios preexistentes, como ocu- Cusco no eran vías empleadas exclusiva-
rría en los caminos del Cusco. No obstante, los mente para el transporte de mercancías o de
pueblos preexistentes fueron embellecidos y personas. Tampoco caminos que pudieran
refundados bajo un molde inca. Por ejemplo, ser reducidos a líneas abstractas como en
en los pueblos de Wat’a, Pumamarka y Mar- un mapa de carreteras. Eran caminos sobre
kaqocha, estructuras monumentales fueron los que la gente andina, al realizar sus movi-
construidas sobre espacios que venían siendo mientos, exploraba el entorno del Cusco, al
ocupados por un largo tiempo (Kendall 1988, mismo tiempo que articulaba y negociaba
1996; Kendall et al. 1992; Kosiba 2012a). Los sus diferentes visiones de la ciudad. Al trazar
edificios y paredes masivas fueron colocados los caminos del Cusco podemos llegar a apre-
específicamente en las entradas de los secto- ciar cómo, al moverse por trayectos sobre
res rituales, transformando estas plazas y pre- la tierra, la gente andina forjaba diferentes
cintos mortuorios en espacios exclusivos y perspectivas sobre su entorno y su pasado.
controlados. Estos lugares continuaron sien- Nos movemos más allá de historias rígidas e
do los puntos focales para los quilliscache y hiperbólicas de la dominación incaica para
tampu durante la época Inca. El hecho de que comprender cómo las personas entendían el
los sitios residenciales permanecieran ocupa- Cusco antiguo.
dos sugiere que la gente continuó trasladán- Vemos que estos caminos creaban dife-
dose desde los asentamientos circundantes a rentes tipos de percepciones. En el Capac Ray-
estos pueblos. mi, las perspectivas sobre el medio ambiente
Parecería entonces que, durante la ocu- y el pasado se construían a través del movi-
pación inca de Ollantaytambo, había dos miento cíclico desde y hacia los principales
formas de percibir la tierra y conmemorar lugares ancestrales del Cusco. Gracias a los
los recuerdos conectados a ella. Los datos movimientos desde y hacia esta secuencia
demuestran que los caminos mayores del de lugares, los participantes en la ceremonia
mundo preinca continuaron sirviendo como llegaban a conocer una narración del pasado.
vías en las que los quilliscache y los tampu Ellos integraban y conectaban estos sitios
STEVE KOSIBA
percibían la importancia de sus centros an- dispares —como si se tratara de una serie de
cestrales dentro de un mundo inca. Por el historias locales— en un relato sintético cen-
contrario, el camino incaico construido en la trado en el Cusco. Por otra parte, el viaje a lo
zona incluye una secuencia de rocas talladas largo de las rutas del Capac Raymi sugiere que
CAMINANDO EL CUSCO...
que hacían hincapié en las nuevas tierras y los indígenas de esta región fueron los prin-
las conectaban con los incas. Este camino cipales participantes de las peregrinaciones
real enfatizaba el presente más que el pasa- rituales, a través de las cuales se revelaba la
do ancestral. Se traían a la mente las nuevas historia del Cusco. Siguiendo estas rutas, te-
tierras, nuevas personas y nuevas huacas que nemos una visión alternativa del pasado que
constituían Ollantaytambo, un nuevo tipo contradice la visión de dominio registrada en
de medio ambiente urbano. los mitos de origen incas.
214
Por el contrario, el camino hacia Ollantaytam- los caminos y las huacas del Cusco no apoya-
bo revela una perspectiva del Cusco que se ron un paisaje inca unificado o singular; más
basa en una visión inca del “presente”, una es- bien, implantaron fronteras sociales en la tie-
tética política que se parece mucho a las fan- rra, diferenciando una perspectiva cusqueña
tasías de los estados modernos (Scott 1998). de otra experimentada por los foráneos (vid.
El camino ignoraba el pasado de los grupos Kosiba y Bauer 2014).
preincaicos para centrarse de lleno en la ac- Al diferenciar el espacio, estos caminos
tual transformación del medio ambiente. La creaban diferentes percepciones del medio
ubicación y la estética de las rocas talladas a ambiente y del pasado, es decir, múltiples
lo largo del camino dirigen la atención hacia paisajes. Las percepciones que estos caminos
la infraestructura inca y las nuevas tierras. El generaban dependían de cómo la gente se
posicionamiento de las rocas talladas en este movía a lo largo de estos espacios. Era nece-
camino —y su distancia regular— sugiere sario encontrar estos espacios en secuencia
que, cuando uno se aproximaba o dejaba para entender las relaciones entre ellos. Una
Ollantaytambo, era importante comprome- secuencia particular de huacas o rocas talla-
terse con estas estaciones rituales. Las rocas das revela una narrativa y una perspectiva de
se posicionaron en tierras previamente ocu- la historia conforme uno se movía a lo largo
padas o recientemente creadas, lo que permi- del camino. Saber “dónde” estaban ubicadas
te reconocer que existió un vínculo entre la las huacas dentro de la secuencia espacial era
aparición de reclamos por tierras y los nuevos esencial para saber “cuándo” se encontraban
espacios incaicos. Situados junto a caracterís- las huacas en la secuencia temporal (vid. Chase
ticas ambientales notables, en medio de terra- 2015). En otras palabras, la posición de las
zas geométricas monumentales y a lo largo de huacas en el espacio y en relación con otras
un extenso camino, los santuarios incaicos huacas también ubicaba —a las huacas y a
destacaban las transformaciones del entorno los viajeros— en el tiempo. Por lo tanto, al
y las alianzas con las fuerzas naturales. Las si- caminar una secuencia de huacas, el viajero
militudes en materiales y diseños de las rocas entraba en el pasado, un pasado que siempre
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
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CAMINANDO EL CUSCO...
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NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
mas (y parientes o unidades domésticas) que una herramienta de memoria social (Harvey
se trasladaban a tierras foráneas para trabajar, 2001; Kaulicke et al. 2003; Nair 2009: 115).
1 Se utiliza el término tenido como consecuencia Garrido (en este volumen), caminos formalizados. Por viduales, o la denominada
“conectividad” como es limitar la movilización de el Camino Inca pudo ser otro lado, durante la época “agencia”, se refiere a la
empleado en la teoría de algunos pobladores de utilizado estratégicamente Inca hubo una formalización capacidad de los individuos
globalización donde existe los Andes prehispánicos. por comunidades locales en la veneración de ciertos para reproducir o negar, de
una tecnología (en este Por ejemplo, Stella Nair ubicadas a lo largo del santuarios regionales como manera intencional o no,
caso el Camino Inca) que (2009: 120) sugiere que, transitado camino para el de Pachacamac, el del las estructuras sociales de
intensifica la interacción so- en ocasiones, el Camino tener acceso a mayores apu Pariacaca y el del lago las que forman parte (Do-
cial, política y/o económica, Inca limitó la movilización beneficios económicos y Titicaca, lo que también bres y Robb 2000; Dornan
ya que integra y facilita la de aquellos pobladores sociales. habría intensificado las 2002; Giddens 1979).
movilización de tecnología y que no tenían permiso movilizaciones de los pobla-
burocracia a lo largo de un del Imperio para transitar, 3 En el mundo andino, dores andinos hacia estos 5 La “estructura” se entien-
territorio (Chacaltana 2015; sobre todo en las zonas las peregrinaciones a lugares y huacas lejanas de de como el sistema dual
Pitts 2008). más cercanas al Cusco, santuarios regionales han sus lugares de origen. formado por los patrones
y en lugares donde las existido desde épocas muy sociales y las prácticas in-
2 En esta parte no se nie- élites fueron derrotadas tempranas (Bauer y Stanish 4 La “práctica” es definida dividuales (o agencia) que
ga que la construcción del y sometidas. En otras 2001), creando rutas de pe- como la acción de los indi- constituyen los sistemas
Qhapaq Ñan también haya ocasiones, como comenta regrinaje pero no siempre viduos. Las prácticas indi- sociales (Giddens 1979).
225
Entendiendo lo “ritual” la primera es que bajo esta perspectiva todos
los caminos —los contemporáneos y los
en los caminos prehispánicos— tienen aspectos de índole
ritual.7 La segunda razón, y que sustenta a
la primera, es que los caminos tienen la ca-
En su famoso libro La coca sabe. Coca e identi- pacidad y potencialidad de ser instrumentos
dad cultural en una comunidad andina6, Cathe- para la construcción de memoria colectiva.8
rine Allen (2008 [2002]) menciona que en los Dicho lo anterior, no se niega la existencia de
Andes no solo el cosmos está animado, sino rutas ceremoniales o ritualizadas, como las
también los puentes y los caminos; los obje- que emprendieron y emprenden los peregri-
tos cobran vida cuando son parte de historias, nos hacia el apu Pariacaca, o las que llegaban
de canciones y de experiencias compartidas. al santuario de Pachacamac, o las rutas de
De esta manera, los caminos se convierten en los peregrinajes durante las ceremonias de
vehículos —así como actores— a través de la Capacocha. Sin embargo, como fuera aco-
los cuales se construye el recuerdo, o aque- tado por Thomas Charlton hace más de dos
llo que denominamos memoria. En otras décadas, al analizar el intercambio del centro
palabras, el camino adquiere significados a político azteca con la periferia, es peligroso
través de su interacción con entes distintos asignar explicaciones funcionalistas (únicas)
—humanos y no humanos— que lo recorren a los caminos, ya que estos deben ser analiza-
o están ubicados en su recorrido —como los dos dentro de sus procesos regionales, intra
cerros, que pueden ser deidades—. e inter regionales, considerando los asuntos
Para el tema en discusión, esta asevera- políticos y negociaciones locales acontecidas
ción de Allen es importante por dos razones: (Charlton 1991).
6 The hold life has: coca prehispánicas, o como lo [1952]) para sugerir que la francés Pierre Nora (1996)
and cultural identity in an siguen haciendo algunas memoria de los individuos acota que los individuos
Andean community (2008 comunidades de la selva se construye dentro de también escogen “no
[2002]). peruana (Greene 2009) estructuras sociales e recordar”, es así que junto
y como lo comenta Allen instituciones, por lo que, la a la “memoria colectiva”
7 A pesar de ello, en ge- (2008 [2002]) para las memoria solo es entendida existe también una “amne-
neral, el mundo occidental sociedades andinas. dentro del contexto del sia social”.
actual no le otorga al grupo familiar, de orga-
camino capacidades de 8 Memoria colectiva es nizaciones sociales y de
acción como sí lo habrían un término acuñado por los estados-nación. En
hecho las sociedades Eric Halbwachs (1992 contraparte, el historiador
226
LIMA Laguna
Choclococha
San Antonio
de Cusicancha
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
ICA Inkawasi de
Huaytará
Huancano
Océano
Quito Huayacundo
Pacífico Arma Arma
Tambo Lima
Independencia La Quinga Huaytará Jahuarina
Lima
La Vieja Monte Tambo
Pisco Sierpe
Túpac Tambo Huaytará
Amaru Colorado
Humay
HUANCAVELICA
los chinchas, que ocupaban la costa norte de territorios. El establecimiento del Qhapaq
la región Ica. Las fuentes históricas colonia- Ñan del Chinchaysuyu habría sido realizado,
les (v.g. Betanzos 2004 [1551]; Cieza de León por consiguiente, a través de dos campañas
1984 [1554]) informan que el primero de es- distintas: la primera militar y política, ejecu-
tos procesos tuvo lugar durante el reinado tada por los incas sobre la región chanca, y la
de Pachacutec Inca Yupanqui. Tras feroces segunda, pacífica y de estrategia política, de-
enfrentamientos, la región ocupada por la sarrollada para la costa sur-central.
Confederación Chanca —donde se locali- En su libro Paisaje sagrado e ideología inca.
zan los sitios de Vilcashuamán, Pomacocha, Vilcashuamán (2012), por su parte, Idilio San-
Inkawasi de Huaytará y Huaytará mencio- tillana señala que los incas construyeron el
nados en el presente artículo— habría sido Qhapaq Ñan del Chinchaysuyu sobre la ruta
finalmente incorporada al Imperio; el hecho por donde transitaban las más importantes
de que la conquista e integración de esta zona deidades regionales y locales que conectaban
de la sierra central tuviera lugar en una época el Cusco con Vilcashuamán, Vilcashuamán
bastante temprana de la expansión inca, per- con Chincha, y Chincha con el gran orá-
mitió el crecimiento del Qhapaq Ñan y del culo de Pachacamac. Este camino también
imperialismo cusqueño hacia la costa. conectaba a sitios de importancia regional
Los procesos políticos aplicados y esta- —donde también habitaban apus— de la sie-
blecidos con los chinchas, en cambio, ha- rra sur-central como Limatambo, Curamba,
brían ocurrido de manera pacífica. Según la Sondor, Vilcashuamán, Incawasi de Huayta-
documentación histórica, a excepción de los rá, Huaytará, así como el renombrado y po-
huarco que fueron conquistados de forma deroso oráculo de Chinchaycamac ubicado
violenta, los grupos costeños de Ica y Chin- en la huaca La Centinela, capital del señorío
cha se habrían unido pacíficamente a los in- de Chincha (Julien 2009; Pachacuti Yamqui
cas desde el sur, es decir, viniendo de Nazca y 1993 [1613]: 221).
no necesariamente desde la sierra. Las relacio- Refiriéndose a la ruta que unía Vilcas-
nes establecidas entre los incas y chinchas ha- huamán con el Cusco, Santillana comenta
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
brían sido particularmente amistosas y repre- que la deidad Cuniraya se movilizó desde
sentativas de un cogobierno (Morris 2004). Al Huarochirí hasta el Cusco —pasando por Vil-
respecto, el cronista mercedario Murúa (1987 cashuamán— para decirle a Huayna Capac:
[1616]: 100) refiere la unión en casamiento de “vamos, hijo, a Titicaca” (Avila 1987 [1598]:
12 El término quechua
Pachacutec con una mujer chinchana llama- 243). Según ha sido señalado por María Rost- wawque es usualmente
da Mama Ana Huarque o Hipa Huaco; en esta worowski (1977: 105-106), el famoso oráculo traducido como “hermano”
misma línea, Pedro Pizarro (1986 [1571]) ano- chinchano de Chinchaycamac, o probable- (de un ego masculino),
pero también se refiere al
ta que en sus desplazamientos hacia el norte, mente su wawque12, estuvo emparentado con “gemelo” material de un
Atahualpa solía viajar acompañado del señor el poderoso Pachacamac. Así, durante la épo- ente divino o huaca, huma-
de Chincha, ya que era un señor muy impor- ca imperial dos huacas sagradas regionales: no o no, materializado en
una piedra u otro objeto.
tante y tenía un gran número de embarcacio- Chinchaycamac y Andahuaylas (la última Las huacas principales
nes (Rostworowski 1970: 143). ubicada en Apurímac, es decir entre Vilcas- y el propio Inca tenían
wawques que viajaban
La información citada denota una inte- huamán y Cusco), se convirtieron en hijos de y los representaban en
racción distinta entre los incas y estas dos Pachacamac y transitaron por este camino; distintas partes del Imperio
etnias (Chanca y Chincha) que, al parecer, se asimismo, el oráculo de Choclococha, pacari- durante la realización de
eventos públicos, políticos
expresaría en los diseños arquitectónicos de na de los chocorvos, bajaba a la costa por esta y religiosos, e incluso,
los sitios incas localizados en sus respectivos ruta que unía Vilcashuamán con Chincha. durante la guerra.
229
De esta forma, este segmento del Qhapaq Ñan Debido a estos usos de distintas dimensiones
estuvo recorrido por huacas de importancia históricas, el Qhapaq Ñan tiene diversos signi-
regional y fue adquiriendo significados a tra- ficados, creados y negociados activamente por
vés del tiempo. los individuos que lo recorren, así como por los
Finalmente, es importante precisar que si intereses particulares de organizaciones políti-
bien este camino fue utilizado por el Imperio cas (el Estado Wari, el Imperio Inca, el gobierno
Inca durante corto tiempo —poco menos de Ibérico colonial, la República y el Estado perua-
100 años—, continuó siendo empleado por no actual), volviéndose [los caminos] creadores
grupos sociales e individuos con intereses físicos y simbólicos de significados políticos
políticos y económicos particulares desde el locales y regionales. Visto de esta manera, el
período colonial temprano hasta la actuali- Camino Inca, así como el paisaje, se transfor-
dad. Por ejemplo, el investigador Sergio Ba- ma en una herramienta de memoria social
rraza (2013) ha señalado que este segmento materializada a través de la presencia de apus,
del Qhapaq Ñan fue recorrido por las tropas sitios arqueológicos, abras y lugares, mitos y
indígenas y realistas enfrentadas en el marco leyendas de los viajes heroicos realizados por
de los levantamientos realizados por órdenes seres míticos (historia oral), por lo que adquiere
de Manco Inca contra el dominio hispano múltiples significantes, y como consecuencia,
(1536) y por las huestes españolas que toma- significados (Harvey 2001; Nair 2009: 115).13
ron parte de la “Guerra de las fronteras”, de-
sarrollada entre Francisco Pizarro y Diego de FUENTES RITUALES Y SISTEMA
Almagro (1537-1538). Fue empleado, asimis- HIDRÁULICO
mo, por los juristas hispanos que iban cen- Un rasgo particular que llama la atención de
sando a los indios hacia finales del siglo XVI, este segmento del Qhapaq Ñan es que todos
ello como parte del proyecto promocionado sus sitios incas asociados cuentan con fuen-
por el virrey Francisco de Toledo (1570) con tes. Usualmente, las fuentes incas son encon-
una clara intención civilizatoria (Guevara y tradas en sitios administrativos o en hacien-
Salomon 2010). Finalmente, también fue uti-
13 Al respecto, la históricos donde entran andinos de María Eugenia a los recursos distribuidos
adjudicación del Camino en juego varios intereses Ulfe (2011: 52), donde se en el territorio; ello, a su
Inca o Qhapaq Ñan como y fuerzas que le dan sig- indica que la construcción vez, habría instituido un
patrimonio es uno de nificado (v.g. los incas, los de carreteras fomentada sistema de segregación
los significados actuales chancas, etcétera). Otro durante los gobiernos del geopolítica que convirtió a
del mismo. El geógrafo ejemplo de la construcción presidente Augusto B. Le- muchos pobladores de las
marxista David Harvey de significados de los guía (1908-1912, 1919-1930) provincias en ciudadanos
(2001) ha señalado que el caminos es descrito en el tuvo por objetivo principal de segunda clase.
concepto de “patrimonio” libro Cajones de memoria: transportar productos
no es contemporáneo, sino la historia reciente del Perú hacia Lima (la capital) y
que depende de procesos a través de los retablos obtener un acceso directo
230
Se ha sugerido que las fuentes eran utilizadas hasta nuestros días. En la actualidad, sus po-
para realizar baños de purificación antes de la bladores continúan utilizando algunos espa-
participación en actividades religiosas incai- cios incaicos, como la plaza, donde está situa-
cas (Fresco 2003)14; el uso de fuentes antes de da la plaza de armas; el Templo del Sol, sobre
realizar distintos tipos de ceremonias es men- el que se construyó la iglesia de San Juan
cionado, efectivamente, en algunos documen- Bautista, y los caminos incas que llegaban al
tos coloniales (Zuidema 1976). Sin embargo, sitio, cubiertos por calles aún transitadas por
aún sabemos muy poco acerca de los aspectos personas, animales y automóviles.
formales y simbólicos de las fuentes incas y, De acuerdo a los documentos coloniales,
con relación a ellas, existen preguntas genera- el proceso de construcción de Vilcashuamán
les que esperan ser contestadas: ¿existen varia- empezó cuando el Inca Pachacutec empren-
ciones formales entre las fuentes incas depen- dió sus conquistas fuera del centro cusqueño,
diendo de la tipología del sitio incaico donde alrededor del año 1400 d.C. (Guaman Poma
están presentes?, ¿se ubican las fuentes incas de Ayala 1980 [1615]; Santillana 2012); como
cercanas a fuentes de agua (ríos, puquios, la- producto de esta campaña, Pachacutec derro-
gunas)? y ¿habría existido alguna relación me- tó al grupo de los Angares, una de las etnias
tafórica o simbólica entre caminos, canales, y de la confederación Chanca, quienes vivían
fuentes? A pesar de que en este artículo no se en los alrededores de Vilcashuamán durante
llegan a contestar todas estas interrogantes, el período Intermedio Tardío (1100-1400 d.C.)
por lo menos las hemos tomado como referen- (Bauer 2010). La construcción de Vilcashua-
tes al analizar las fuentes incas de los sitios de mán continuó durante los gobiernos de Túpac
Inkawasi de Huaytará y Tambo Colorado. Inca Yupanqui y Huayna Capac (Santillana
A continuación se describen los sitios 2012).15 El diseño de esta ciudad habría sido
arqueológicos principales ubicados dentro inspiración de Pachacutec quien, tras retornar
de la ruta Vilcashuamán-Pisco y se indican de un viaje a la ciudadela de Tiwanaku, redise-
algunos de los espacios incaicos localizados ñó la ciudad imperial de Cusco y diseñó Vil-
en este segmento del Qhapaq Ñan. No se in- cashuamán (Farrington 2013; Protzen 1993;
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
cluyen sitios incas de tamaño pequeño (como Protzen y Nair 1997); en este último sitio, el
tambos y/o chasquiwasis) que formaron parte Inca habría erigido los Templos del Sol y de La
del sistema de comunicaciones imperial a Luna al estilo Tiwanaku, y el ushnu, emulando
lo largo del segmento de tramo Vilcashua- a la pirámide de Akapana de la ciudadela alti-
mán-Pisco (cf. Serrudo 2011; Wallace 1971), plánica (Santillana 2012: 277). 14 Incluso, sobre la base
ya que este trabajo queda pendiente para ser Es posible que la panaca de Túpac Yupan- de su análisis de la toponi-
realizado a través de una prospección arqueo- qui también se hubiera visto relacionada a la mia del paisaje cusqueño, el
investigador Tom Zuidema
lógica más detallada que las realizadas hasta construcción de Vilcashuamán (Santillana (1974-1976: 227) plantea
el momento (Caja Champi 2008). 2012). Al parecer, este Inca heredó Vilcashua- que el Inca se habría baña-
do en sus fuentes durante
mán a finales del siglo XV y estuvo en el sitio
los días de luna nueva y
VILCASHUAMÁN muchas veces edificando el palacio; sabemos, luna llena.
La ciudad moderna de Vilcashuamán está asimismo, que Túpac Yupanqui reubicó en
15 Brian Bauer (2010),
asentada sobre el impresionante sitio inca esta región a muchas poblaciones de mit- por su parte, ha sugerido
del mismo nombre; a diferencia de muchos mas procedentes de distintas localidades del que la conquista inca de
otros asentamientos incaicos, no fue abando- Tawantinsuyu (Cieza [1553] 1984: 183, 205; los chancas habría tenido
lugar durante los reinados
nado tras la llegada hispana a los Andes y ha Urrutia 1985). El hijo de Túpac Yupanqui, de Pachacutec y Túpac
permanecido ocupado ininterrumpidamente Huayna Capac, habría asumido el trono alre- Inca Yupanqui.
231
foto 1.
Fachada de
la iglesia
San Juan
Bautista de
Vilcashuamán
(foto por José
Luis Matos
Muñasqui).
Vilcashuamán
(Otro Cusco)
conectaba con la costa y la zona norte y, más
que una competencia directa con la capital in- Asiento del Inca X
caica, fue un representante del Cusco.
X (en el extremo
Entre los espacios más importantes den- Ushnu
de la plaza)
tro de Vilcashuamán están: el Templo del Sol
y el Templo de la Luna, dos acllawasis cerca de Templo del Sol X
ellos, los sistemas de almacenamiento en las
colinas cercanas, un gran ushnu17 (y el asien- Templo de la Luna X
to del Inca sobre la superficie del ushnu), una
gran plaza central, varias plazas más peque- Huacas dispersas
X
ñas, un sector de residencia de élite y varias radialmente
fuentes y canales rituales que cruzan el sitio.
Residencias Incas X
Nichos y vanos
de triple jamba
17 El ushnu de Vilcas- 18 En la actualidad, este
huamán incaico tiene las tramo del Camino Inca Colcas X (a nivel regional)
siguientes dimensiones: sigue utilizándose por las
plataforma con base infe- poblaciones locales para
rior de 26 por 24 metros, celebrar el Vilcas Raymi
un cuerpo formado por 3 durante la semana del 20
Rasgos distintivos
escalones de aproximada- al 28 de julio.
mente 2.5 metros cada uno,
y un último escalón que 19 Haciendas similares
también forma parte de la (en posesión de las pana-
Akapana –
superficie superior. En total, cas reales) fueron Písac, Influencia no local
el ushnu tiene una altura Callachaca e incluso, como Tiawanaku
de 7.92 metros de altura se verá más adelante,
(Santillana 2012: 165). Inkawasi de Huaytará.
233
Pomacocha Inkawasi de Huaytará Huaytará Tambo Colorado
(hacienda real) (hacienda real) (palacio y centro administrativo)
X X
X X X X (¿Palacio Sur?)
X X X
X X Plaza trapezoidal
X X
X X
X X X
INKAWASI DE HUAYTARÁ
Continuando por el valle abajo, y pasando
por las pampas de Paras y Pilpichaca, aproxi-
madamente a tres días de camino a pie, se
encuentra el impresionante sitio de Inkawasi
de Huaytará. Cuando los incas llegaron a la 20 La presencia simbólica
zona oriental de la región de Huancavelica se y formal de las fuentes
rituales ubicadas en Poma-
encontraron con la etnia de los chocorvos,21
cocha es un aspecto que
quienes fueron parte de la confederación aún falta estudiar.
Chanca (Bauer 2010). Este sitio presenta una
21 Según Alberto Bueno
técnica de construcción interesante, ya que (2003), la sede central
sus estructuras fueron edificadas a base de de los chocorvos fue
piedra canteada sin labrar y de aparejo rústi- Wiracocha Perqa, sitio
arqueológico que se en-
co, pero las entradas y accesos principales a to- cuentra cercano a la ciudad
dos sus seis sectores presentan una entrada de de Huaytará.
235
doble jamba de forma trapezoidal construida foto 5 .
Camino Inca
B Ingreso
Inicio de agua a
del canal la fuente
C
B 0 1m
Muro
que define
el canal
C 0 1m
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...
Muro que
Roca define
modificada el canal
para el paso
del agua
238
figura 3. Mapa del sistema hidráulico asociado a las fuentes incas 1 y 2 de Inkawasi de Huaytará
Río Vizcacha
Fuente
Inca 2
Posible Camino
continuación Inca
del canal
B A
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
foto 8 .
Vista del
muro y vanos
incas sobre
los cuales se
erige la igle-
sia San Juan
Bautista de
Huaytará.
explanada donde se encuentra la ciudad: por tiene un Templo del Sol (tabla 1) con una
el oeste, mira hacia el valle y hacia su impre- alta calidad estética, piedras labradas al estilo
sionante sistema agrícola. En la actualidad, la cusqueño, fuentes incas, una plaza, canales y
ciudad de Huaytará y su expansión urbana terrazas agrícolas asociadas. Además, Huayta-
han destruido los pocos restos que aún que- rá está ubicado en un paisaje altamente ri-
daban en la zona; asimismo, existe un patio al tual, en la conjunción de los ríos Vizcacha
lado de la iglesia donde hay una fuente inca y Huaytará (este último abastece de agua a
y evidencias de un canal ritual. En el interior la parte media y bajo del valle de Pisco para,
de la iglesia de San Juan Bautista se aprecian finalmente, llegar al Océano Pacífico), sugi-
nichos de planta triangular que representan riendo una alta composición simbólica del
una arquitectura bastante singular solo vista paisaje. Tomando en cuenta estos aspectos, se
en sitios rituales del Cusco (Ravines 2009; sugiere que Huaytará podría haber sido una
Rosales 1978); en la parte externa, el muro ciudad ceremonial. Hay que tomar en cuenta
sur cuenta con nichos de doble jamba. Aún que no existe información o evidencia de la
pueden observarse evidencias de terrazas presencia de un ushnu, colcas u otras carac-
agrícolas rituales ubicadas al lado del templo terísticas arquitectónicas que indiquen que
(Ravines 2009). Huaytará fue un centro administrativo.
241
foto 9 .
Reconstrucción
3D de la
fachada del
Palacio Norte
de Tambo
Colorado
(reconstrucción
por Francisco
Correa).
la época colonial (Huamán 2014). En este ar- ca de diseño Ica-Inca y Chincha-Inca, e incluso
tículo me enfocaré en los sectores A, B, C, F y cerámica negra estilo Chimú-Inca que es co-
G (figura 9 en Morris 2004: 314) que son los mún en esta región sureña (Polo y La Borda
sectores específicamente incas y del Interme- 2014; Barraza en este volumen).
25 Los estudios realizados
dio Tardío. Estos sectores corresponden al Pa- A diferencia de los otros sitios incas ob-
por Jean-Pierre Protzen
lacio Norte o Sector B, que ha sido foco de los servados en esta ruta y de los grupos locales (2010a, 2010b) y Craig
estudios arqueológicos realizados por recono- que fueron incorporados por el Imperio em- Morris (2004) son los más
interesantes realizados
cidos investigadores como Jean-Pierre Protzen pleando tácticas políticas-militares, la polí- sobre este sitio (vid. Polo y
(2010a, 2010b) y Craig Morris e Idilio Santilla- tica utilizada por los incas con los poderosos La Borda 2013).
242
chinchas —y viceversa— fue distinta (Morris Otros aspectos muy comentados por los in-
2004; Protzen y Morris 2004; Morris y Santi- vestigadores sobre la alianza Inca-Chincha
llana 2007; Protzen 2008; 2010a, 2010b). La son la prerrogativa que el señor de Chincha
estrategia se vio materializada en Tambo Co- poseía para viajar junto al propio Inca, como
lorado y en la sede política de los chinchas: ocurrió en el caso de Atahualpa, y los vastos
el sitio de La Centinela (Morris 2004). De poderío e influencia que tenía, ya que dispo-
esta manera, se sugiere que la incorporación nía del servicio de hábiles mercaderes marí-
chinchana por parte de los incas se terminó timos del codiciado mullu y de otros objetos
de consolidar durante el reinado de Túpac suntuosos. Tomando en cuenta esta informa-
Inca Yupanqui (Morris 2004). Esta vincula- ción, Morris (2004) sugirió que, en La Centi-
ción política Chincha-Inca ha sido clasificada nela, muchas de las tácticas empleadas por
como un cogobierno sobre la base de análisis los incas para controlar a los chinchas fueron
arquitectónicos y de información etnohistó- sutiles pero a su vez poderosas.
rica (Morris 2004; Morris y Santillana 2007; ¿Qué observamos en Tambo Colorado?
Sandweiss y Reid 2016). Todas las personas que han visitado el sitio ar-
Brevemente, mencionaré que la capital queológico de Tambo Colorado, y en especial
chincha de La Centinela tiene un edificio el Palacio Norte, han experimentado como
inca construido dentro del sitio. Es un pala- mínimo dos cosas. En primer lugar, la belleza
cio inca edificado con adobes, en cuya zona de la combinación de colores amarillo, rojo
central se observa un montículo o plataforma y blanco que aún están sobre el enlucido de
trunca (Morris 2004:296), reminiscencia de la los muros. En segundo lugar, el acceso res-
arquitectura chincha. Morris sugiere que La tringido y laberíntico a los distintos cuartos y
Centinela fue rediseñada cuando los incas espacios de este conjunto arquitectónico. En
incorporaron esta sede política chinchana general, el diseño de este palacio se enfoca en
dentro de sus territorios; los incas continua- estructurar la circulación y los grados de pri-
ron utilizando estos conjuntos locales para vacidad de los cuartos, y por ende, las relacio-
fortalecer a los individuos de la élite chincha- nes sociales y políticas que se establecieron
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
na que eran convenientes para sus intereses. en este conjunto (Protzen 2010a). El Palacio
La Centinela fue construida bajo la técni- Norte, el Palacio Sur y la plaza cuentan con
ca de tapiales, típica del Intermedio Tardío en nichos, algunos de doble jamba y de forma
la costa sur central; durante la incorporación trapezoidal. Los palacios Norte y Sur (hacia
incaica, se adhirieron adobes sobre los tapia- el oeste) presentan fuentes incas de agua
les. Se han identificado, asimismo, nichos hacia el oeste de los recintos, en espacios de
incas que fueron incorporados en algunos difícil acceso. El Palacio Norte, además, tiene
espacios públicos; no obstante, de acuerdo a acabados arquitectónicos muy particulares,
Morris, las actividades que allí tenían lugar no relacionados con los estilos Chincha e Inca, e
fueron transformadas, “se cambió la fachada, incluso, refleja una reminiscencia de estilos
más no las funciones” (Morris 2004: 296). Es de las huacas del norte del Perú.
así como se manifiesta arquitectónicamente De esta manera, podemos saber que los
la negociación entre los incas y los chinchas: acabados de Tambo Colorado pueden ser de
aunque se transformaron algunos rasgos del carácter público o privado. Si tomamos en
edificio, en especial en las fachadas visibles cuenta que Tambo Colorado es una puerta de
para el público, las funciones dentro de sus entrada al gran señorío costeño de los chin-
recintos continuaron siendo las mismas. chas, los acabados de tipo público estarían
243
dirigidos a comunicar una identidad o asocia- pleadas en prácticas rituales de carácter pú-
ción política a los transeúntes que llegaban a blico (o semipúblico) ni eran necesarias para
este sitio, así como a la población local. Así, se ingresar a Tambo Colorado, como al parecer sí
reflejan de manera pública las negociaciones ocurría en Inkawasi de Huaytará; la ubicación
de poderes entre las élites chinchanas locales de estas fuentes enfatiza un valor simbólico
y el Imperio Inca. A diferencia de La Centinela, distinto y las relaciona a lugares privados don-
Tambo Colorado habría sido construido con de se llevaban a cabo actividades incas reserva-
una idea incaica y chinchana de interacciones das para las élites chinchanas e incas.
políticas expresadas en el uso del espacio; el Con relación a los mensajes privados ex-
mensaje dirigido hacia el público fue repre- presados arquitectónicamente, es oportuno
sentar una negociación o acuerdos políticos reportar un hallazgo reciente a cargo del equi-
establecidos entre los incas y los chinchas. Por po del tramo Vilcashuamán-Pisco de Qhapaq
ejemplo, la parte suroeste del Palacio Norte — Ñan – Sede Nacional en el marco del Proyecto
al frente de la plaza principal— presenta un de Investigación Arqueológica con fines de
torreón con frisos de diseño chincha (Protzen Diagnóstico y Conservación de Emergencia
y Morris 2014: figura 9) que han sido regis- realizado en el sitio bajo la dirección de Oliver
trados en otras huacas de la región, como por Huamán Oros. Durante estos trabajos de con-
ejemplo en Litardo Bajo (Chincha). Asimismo, servación nos enfocamos en el Cuarto 47 (de
el patio central presenta frisos con diseños en- 2.20 por 2.20 metros,) ya que presentaba uno
rejados (lattice work), ajenos a la arquitectura de los diseños más complejos mencionado por
incaica o chinchana pero similares a los de Jean-Pierre Protzen (2010a; Protzen y Morris
algunas huacas del norte del Perú (Ibíd.: 269, 2004: figura 12). Para realizar los trabajos de
figura 8).26 Hacia el lado noreste se encuentra restauración de Tambo Colorado, particular-
otro torreón con almenas escalonadas que, en mente de sus pinturas murales, Qhapaq Ñan
opinión de Uhle, estarían asociadas al caci- – Sede Nacional estableció lazos con conser-
que de Ica (Ibíd.: 268, figura 7), estas también vadores del equipo de Ricardo Morales de la
Huaca de La Luna27. Gracias al trabajo de estos
el Palacio Norte y una en el Palacio Sur; ambos seños estuvieron cubiertos por una capa de te de este equipo fueron:
Miguel Asmat, Devorah Gil
son sectores importantes y de acceso restringi- pintura mural de color blanco que los resguar-
y Rafael Gordillo del equipo
do. La ubicación de estas tres fuentes en Tam- dó hasta la actualidad.28 Las preguntas que se de conservación de la
bo Colorado difiere de las otras fuentes ubica- han generado a partir de estos hallazgos son Huaca de La Luna.
das en los sitios serranos mencionados en este ¿quiénes ocuparon estos espacios?, ¿por qué 28 Jean-Pierre Protzen
artículo, ubicados en lugares semipúblicos se hicieron estos complejos diseños en cuartos distinguió el “fresco-like
(por ejemplo, Inkawasi de Huaytará, Huaytará pequeños como es el Cuarto 47?, ¿se encubrió painting” del “thin-film”
que fácilmente se cae de
y Pomacocha). La localización de las fuentes este diseño con pintura blanca durante un la pintura o del barro que
en Tambo Colorado sugiere que no eran em- período de remodelación del sitio?, ¿o los po- está detrás.
244
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Pariacaca
Willkañan:
espacio y tiempo
sagrados
RICARDO CHIRINOS El presente trabajo constituye una aproximación inicial
PORTOCARRERO al estudio arqueológico del complejo sagrado de Paria-
caca en el contexto de las relaciones de reciprocidad
PROYECTO QHAPAQ ÑAN – entre los seres humanos y la naturaleza deificada en la
SEDE NACIONAL, PERÚ cosmovisión andina. En este caso nos referimos a un ce-
rro tutelar, dotado de fuerzas y poderes, que impulsó la
creación de instituciones y prácticas ceremoniales com-
OCTAVIO FERNÁNDEZ
plejas por parte de las culturas prehispánicas.
CARRASCO Nuestra investigación parte del reconocimiento de
PROYECTO QHAPAQ ÑAN – la sección del Camino Inca que recorre el entorno in-
SEDE CUSCO, PERÚ mediato del nevado, y que actúa como eje articulador
de los espacios sagrados. A partir de la revisión de los
discursos míticos y etnohistóricos y de una evaluación
sistemática de los elementos arqueológicos y paisajís-
ticos en el área de estudio, así como del análisis de los
estudios previos, buscamos identificar los espacios de
carácter sagrado y establecer criterios metodológicos
que permitan diferenciar áreas de acuerdo a su impor-
tancia en los peregrinajes al Pariacaca durante la época
incaica y preincaica, con vistas a una mayor compren-
sión del culto a esta deidad.
Presentamos aquí los avances preliminares del aná-
lisis espacial realizado en el área. Este evalúa la relación
del Camino Inca y sus elementos culturales asociados
con el nevado Pariacaca a partir de la aplicación de los
criterios de visibilidad y proximidad. Asimismo, pre-
sentamos los resultados de la modelación de rutas de
ascenso factibles hacia el nevado, para orientar futuras
prospecciones arqueológicas en esta zona.
252
vida y la muerte estaban gobernados por entes, suyu. Esta festividad era no solo para reivin-
seres y espíritus, y para que funcionara correc- dicarse con los dioses tutelares, sino también
tamente había reglas y principios que permi- para fortalecer y renovar su poder hegemóni-
tían el equilibrio entre los dioses y los seres hu- co. En torno a la Qhapaq Hucha se generaba
manos, articulados por nexos e intermediarios. una gran expectativa social integral: se esta-
La racionalidad andina estuvo pautada blecían diferentes prerrogativas estratégicas,
por el respeto y la reciprocidad. Cualquier políticas y religiosas entre los señores cus-
desentendido o negligencia de las regla y prin- queños, sus dioses y la sociedad en general, a
cipios devenía en una ruptura de dicha reci- tal punto que ya no solo eran coyunturales,
procidad. Por lo tanto, acarreaba consecuen- sino regulares y programadas.
254
Sol, decidió recuperar el valle de los aniegos. integrados y colonizados. Asimismo, adoptó
Construyó entonces sistemas hidráulicos, como “hijas del Sol” a las deidades antiguas
constituidos por encausamientos, represas, de mayor poder y prestigio interregional,
reservorios y canales, además de andenes, de- como Pachacamac y Pariacaca (Franco 1996;
pósitos y caminos. Priorizó la edificación del Jiménez 1965; Pease 1982).
templo del Sol y, en paralelo, de la nueva pla- En las llaqtas de diferentes escalas y jerar-
za de Hanan Hauk’aypata. Simultáneamente quías del Tawantinsuyu, como parte de dicha
mandó elaborar dos imágenes del Sol: una política, se edificaron templos advocados
antropomorfa y elitista para el Qorikancha, al Sol con la dotación de sacerdotes (yanas),
la otra una representación solar cónica para mamacunas, acllas, tierras, ganados, depósitos,
el pueblo, que fue situada sobre el ushnu de la sirvientes, etcétera. Algunos incluso se nom-
nueva plaza de la ciudad. braban qorikancha. De esta forma, los cusque-
La ciudad de Cusco fue constituida como ños “solarizaron” el Tawantinsuyu.
la “Ciudad del Sol” (Fernández et al. 2001).
Además del Qorikancha, en el valle se edi-
ficaron seis templos del Sol: Waynak’auri,
Saqsawaman, Poqenkancha, Choqemarka,
255
El Qhapaq Ñan como solo desempeñaron funciones económicas,
políticas y administrativas, sino también
manejo y concepción parámetros y roles de organización espacial,
urbana y simbólica.
del espacio Dentro del valle del Cusco hubo un com-
plejo sistema espacial-religioso con centro en
el Qorikancha, desde el cual divergían más de
Como expresión tangible del proyecto políti- 41 líneas a manera de senderos, generalmente
co expansivo e integrador del Tawantinsuyu, conceptualizadas como “líneas imaginarias”.
el complejo sistema vial implementado por Estas articulaban más de 350 adoratorios o
los incas fue fundamental para el manejo te- huacas de diferentes rangos e importancia,
rritorial y el control sociopolítico a lo largo administrados por ayllus y panacas, delimita-
del Imperio. Se estima que en su totalidad la dos por los cuatro caminos del Qhapaq Ñan
material y/o histórica de una posterior remo- ría Arguedas (2012 [1966]) y luego por Gerald
delación y ocupación en el período Horizon- Taylor (1987a). El Manuscrito de Huarochirí
te Tardío o Inca; entre estos podemos men- provee información muy valiosa, al incluir
cionar a Pampa de las Flores, Tambo Inga, referencias a poblados, sitios y espacios del
Tanquire, Nieve Nieve, Panquilma, Huaycán paisaje sagrado del entorno del Pariacaca,
de Cieneguilla, Chaymayanca —en la parte Huarochirí y Yauyos.
media del valle del Lurín— y Pirca Pirca —en De acuerdo a los relatos del Manuscrito
la parte alta— (Ramírez et al. 2011). de Huarochirí: “Se estableció la costumbre de
Al articular dos de las más importantes dei- adorar a Pariacaca en todos los cerros que aca-
dades del Chinchaysuyu —Pachacamac como bamos de nombrar después que los huiraco-
centro ceremonial panandino y la cordillera chas se manifestaron […] Sin embargo, dicen
del Pariacaca como escenario de adoración que en los tiempos antiguos toda la gente
a una deidad con fama regional— esta ruta iba hasta el santuario mismo del Pariacaca”
transversal del Qhapaq Ñan refleja el mane- (Taylor 1987a: 189). Ello indica que hubo
jo territorial ejercido por el Estado Inca en la una época de peregrinación a los adoratorios,
zona, en donde las esferas económica, política probablemente durante el Intermedio Tardío
y religiosa están imbricadas (Farfán 2010: 377). (siglos XI a XV).
257
Tal como señala el documento, la peregrina- seña. Y con / esto le siguen todos. Y llegados a
ción hacia el Pariacaca convocaba a una am- vn ugar señalado se confiesan con Pariakaka…
plia gama de pueblos costeños y serranos: ofrecen al ídolo vnos mates de chicha… y luego
prosiguen su camino… y hacen composición
[…] todos los hombres de todas partes iban de lugar de q(ue) el mismo Pariakaka/ sale al
hasta el mismo Pariacaca; los yuncas también recebim(ien)to y se encuentra con ellos…los
iban, desde los Colli, desde los de Carahuaillo, [oficales] nueuam(en)te electos se humillan
los Rurincancha, los de Latim, Huancho, Hui- a tres pedreçuelas q(ue) están allí para esto…
lla, los de Riacha, Yañac, Chichimama, Mama, se acabala fiesta en aquel lugar. Bueluen lue-
de todos los yuncas; desde ese (¿lugar?) llama- go como auian ydo. Y beuen. Y da(n)çan hasta
do Hucmayo, desde allí también los de Casi- cumplidos los quinze / díasq(ue) hade durar la
caya; y los Pachacamas también; y desde allí, fiesta (Taylor 1987b: 93).
Caringa y los Chilcas; y desde allí, los hombres
bre carneros vestidos los hom-/brescon cami- Según el Manuscrito de Huarochirí de 1608,
seta. manta. Y llauto, y las mujeres con aczu. Macahuisa —una deidad yauyos—, hijo de
Y lliclla aquella noche gastan en vela…y el día Pariacaca, venció a los alancuna, calancu y
siguiente van/ al lugar donde han de sacrificar chaqui, enemigos de Túpac Inca Yupanqui,
los cuyes. llamas, coca, y lo demás con mu- por lo que este homenajeó y reverenció a es-
chas cerimonia…Aca-/bados los sacrificios de tas deidades (Arguedas 2012 [1966]: 130, 133,
cuyes. Y llamas se bueluen a la cueva de don- 135). Como recompensa, el Inca les dio tierras
de auian salido por la mañana. Y allíco-/men a los yauyos de Huarochirí en el valle medio
y duermen. y otro dia prueua el Yañac [Sumo de Lurín, que previamente pertenecían a los
Sacerdote] la chicha. Y Tecti…Y haze cierta ychsma (Rostworowski 1989: 29-30).
258
Al anexarse los yauyos al Tawantinsuyu, cación directa con la deidad desde su morada
también fue integrada su principal deidad, (Vitry 2007: 3 y 7; Chávez 2001: 28). El ascen-
siguiendo la estrategia cusqueña de adoptar so a las cumbres también estaría relacionado
como “hijos del Sol” a deidades de gran arrai- con el culto al Sol: dentro de la lógica incaica,
go tradicional. Pariacaca se constituía en un los nevados más altos tendrían un nivel ma-
importante identificador étnico y como tal yor de sacralidad debido a su proximidad al
tenía una representación política que le daba astro (San Pedro 1992: 33).
la facultad de negociar con el mismo Inca. En En el caso del nevado Pariacaca, la práctica
su condición de aliado del Cusco, Pariacaca ceremonial en las alturas es referida por el co-
tuvo un rol fundamental en la legitimación rregidor de Huarochirí Diego Dávila Briceño:
del poder de los incas en el Chinchaysuyu, por
lo que era muy estimado por los cusqueños. Y lo tienen hoy creído los indios, y suben a
Como parte del panteón del Tawantin- lo más alto de dicho cerro de nieve a ofrecer
suyu, el culto a Pariacaca tuvo una difusión sus sacrificios al Pariacaca y por otro nombre
mucho más amplia e integró nuevas formas Yaro, que así dicen quedó hecho cierra de nie-
de ritualidad. Su importancia y estatus sa- ve después de la dicha batalla, y le hacen estos
grado posiblemente estuvieron asociados al ofrecimientos (Dávila Briceño 1965 [1586]).
universo inca de Illapa, por ello se le rendían
ofrendas y sacrificios Qhapaq Hucha. Con estos datos, podemos considerar que en
A partir del período Inca se registraría el términos de sacralidad o ritualidad el propio
ascenso a la cima de las montañas y se cons- nevado, en especial la zona de la cumbre, se-
truirían “adoratorios de altura” en las eleva- ría el ámbito más importante y donde ocurri-
das cumbres. Así se establecería una comuni- rían las principales prácticas de culto.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
figura 1.
Representación
del nevado y
“escaleras”
de Pariacaca,
también
conocido como
“ydolo yaro”
(Dávila
Briceño 1586).
259
Antecedentes de estudio grande, y de notable altura, pero muy acomo-
dado para poder subir alomas alto del porq.
Tenia vnas gradas hechas de piedra por donde
subían los indios a hazer su adoraçion y sa-
Los estudios del culto a las montañas entre crificio en su fiesta, y nosotros subimos por
las culturas andinas prehispánicas, y más es- aquellas gradas no con mucha dificultad/// a
pecíficamente de los santuarios de altura, son lo vltimo de la escalera estaua vna boca que
escasos en nuestro país (Chávez 2001), ello era el lugar donde eçhauan e tecgte, çhiçha y
a pesar de la amplia presencia de montañas sangre animales, y otras cosas que ofreçian,
a las que se atribuye carácter sagrado según y assiestaua todo este boquerón, que no era
la cosmovisión andina y del gran número de muy hondo, manchado ylleno de estas cosas.
referencias etnohistórica sobre el tema. Este Mandole el doctor tapar a piedra y lodo y en
tema de investigación se ha desarrollado la parte q. mira el camino real (de donde se
partieron a la zona los padres Ayala, Olmedo su particular misterio. Baxamos del çerro al
y Ávila acompañados por más de doscientos camino real (que era poco mas de un cuarto
indios: de legua) enfrente de los tambillos, donde se
hizo la adoracion de la cruzcon mucha cele-
El siguiente [día] dedicamos solo para en- bridad, y luego el doctor vna breue platica a
tender con Pariacaca del cual estauamos dos los yndios declarándoles lo que se auia hecho,
leguas, las cuales caminamos por la mañana y como auian de vivir de alli adelante. Seria
con el mismo numero, y acompañamiento esto a las dos de la tarde, y luego nos partimos
de indios, y llegamos entre las diez y once del de allí adelante (Ayala 1612, citado en Polia
dia al pie de cerro o peñasco, el cual es muy 1996: 215-216).
260
Como vemos, el documento ofrece importan- final de Las Escaleras pueda ser la localiza-
tes informaciones sobre el lugar que se aduce ción del adoratorio. Concluye que las inexac-
como adoratorio principal o morada de la titudes de las aseveraciones de la Carta annua
deidad, pero tiene omisiones e inconsisten- de 1612 se explican por la necesidad que los
cias que exigen un análisis cauteloso al tratar jesuitas tenían de justificar su labor.
de verificar una correspondencia con los da- La otra propuesta de Duviols (1997: 648),
tos de campo (vid. Farfán 2010: 387-388). El que postula la posible localización del san-
historiador Pierre Duviols (1997) analiza este tuario mayor de Pariacaca en la cumbre del
documento a la luz del reporte de expedición nevado, no ha sido explorada hasta la fecha.
arqueológica de Duccio Bonavía y su equipo
en el área (Bonavía et al. 1984). Propone que
la zona de Las Escaleras reportada por Bona-
vía correspondería a la escalinata al final de
la cual se encontraba el “boquerón” o pozo de
ofrendas en la cima del cerro, tal como descri-
be el padre Ayala.
Esta hipótesis fue evaluada en campo
por Carlos Farfán y su equipo —entre ellos
César Astuhuamán— en 1998. De acuerdo a
la evidencia encontrada y posteriores labores
independientes de campo, estos dos investi-
gadores obtienen conclusiones diferentes.
Astuhuamán corrobora la hipótesis de
Duviols y propone que el santuario, o “ado-
ratorio de Pariacaca”, se localizaría al final de
las imponentes escaleras que conducen ha-
cia la cumbre norte del cerro San Cristóbal,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
1 Esta área ha sido características espaciales embargo, dada la geome- norte debido a que las
inscrita en la Lista de del punto de observa- tría compleja del punto evidencias arqueológicas
Patrimonio Mundial como ción. Nuestro DEM es de elevación máxima se concentran en la cara
parte del Qhapaq Ñan – derivado de curvas de (cono irregular), se han sur. El área resultante,
Sistema Vial Andino el 21 nivel a cada 50 metros. tomado cuatro puntos de resaltada en el mapa, su-
de junio de 2014. Esto se ha realizado a observación alrededor de pone que desde cualquier
través del programa Arc la base de la cumbre. De punto dentro de esta área
2 La determinación de Gis, usando el comando acuerdo a nuestro criterio de visualización es posible
nivel de visibilidad parte Viewshed del módulo 3D de campo supone aproxi- ver al menos uno de los
de dos datos esenciales: Spatial Analyst, para lo madamente 300 metros cuatro puntos, lo que
un DEM (modelo de cual nuestro observador verticales bajo la misma equivale en el terreno a
elevación digital) y las será la propia cumbre. Sin cumbre. Obviamos la cara “ver el nevado”.
262
proximidad, partimos de la premisa de que el Con la sinergia de estos elementos —los ves-
ámbito sagrado más importante es la propia tigios de carácter sagrado (en algunos casos
montaña, especialmente la cumbre. La im- asociados a tradiciones orales), el camino
portancia de los espacios y de los elementos incaico, los grados de visibilidad y proximi-
se define en relación con la cercanía a este dad en relación con el nevado y las rutas de
punto.3 ascenso modeladas—, definimos diferentes
Sabemos que durante la época Inca hubo sectores en el área de estudio. Estos secto-
rutas para ascender a montañas de similar res pueden ser jerarquizados de acuerdo a
carácter sagrado (Vitry 2007), por ello in- su potencial para identificar las evidencias
tentamos observar las posibles rutas de as- culturales más importantes relacionadas al
censo. Durante las labores de campo hemos culto al Pariacaca. El carácter inicial de esta
localizado dos de estas rutas. Es probable que propuesta de jerarquización del paisaje nos
hubieran varias, como se observa desde la sirve principalmente como metodología de
etnografía en rituales contemporáneos de pe- investigación para la comprensión espacial
regrinación al santuario del Señor de Qoyllur del complejo ceremonial del Pariacaca.
Riti, en Cusco.4
Debido a la amplitud del área de estu-
dio y a las diversas probabilidades para ac-
ceder a la parte más elevada de la montaña,
hemos trazado modelos de rutas de ascenso
teóricamente factibles tomando en cuenta el
relieve y las características del terreno.5 De-
terminamos como puntos de inicio las prin-
cipales evidencias arqueológicas asociadas al
Camino Inca y un punto final en la cumbre
sur del nevado Pariacaca. Así obtuvimos un
panorama de las zonas con mejores condi-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
3 Utilizamos la plataforma 4 Cada una de las diversas censo al nevado requiere nunca deben pasar por
Google Earth. En ella, para naciones que acuden al de un DEM (modelo de cuerpos de agua de
representar la distancia santuario de Qoyllu Rit’i elevación digital), un grandes dimensiones
real, tomamos en cuenta (“alpaca blanca brillosa”) Shape de Cobertura (co- (lagos y lagunas), pero
la pendiente del terreno. ascienden hasta la falda bertura vegetal, cuerpos sí ocasionalmente por
Partimos desde un punto del nevado de Sinaqara de agua) y los puntos de pequeñas corrientes de
cero que representa la por una ruta específica y inicio y final, en los cuales agua o riachuelos y bofe-
cumbre de mayor altitud tienen su propio espacio se establecerán diferentes dales. La nieve, a su vez,
del nevado Pariacaca. La de celebración. parámetros. Con el constituye una cobertura
proximidad está definida conocimiento previo de que consideramos dentro
en un patrón radial, con 5 Los modelos de rutas se campo, se asignó un peso de la ruta debido a que
distancias de referencia ejecutaron a través de la de 70 % al relieve y 30 % el destino final hipotético
de 2 kilómetros desde la herramienta Model Builder a la cobertura (bofedales, se encontraría precisa-
cumbre, y en adelante se de Arc Gis. El proceso que lagunas y nevados). Para mente sobre la nieve. Por
definen los radios a cada 1 se realiza para encontrar nuestro caso de estudio, ello le asignamos el mayor
kilómetro. las mejores rutas de as- asumimos que las rutas peso.
263
Descripción manos con Huallallo Carhuincho (Arguedas
2012 [1966]: capítulo 8).
del área de estudio Desde el abra, el camino desciende por
senderos y vestigios esporádicos del camino.
En este recorrido existe buena visibilidad del
El área de estudio comprende el territorio en- nevado Pariacaca, cuya cumbre se encuen-
tre la cara sur y sureste del nevado Pariacaca tra a más de 10 kilómetros. Luego se llega a
y la sección del camino incaico que se empla- la zona conocida como Turmanyapaccha,6
za en su entorno inmediato, desde el abra de donde se tiene una plena visión del nevado
Ocsha, en el extremo suroeste, hasta el abra detrás de la laguna Piticocha, seguida más
del cerro Portachuelo, en el extremo nores- arriba por Pariachaca, Chuspi y Chuspico-
te. El recorrido tiene una longitud de 19 ki- cha. Esta zona está conectada directamente
lómetros y se emplaza en una zona de puna, con las nieves.
6 Son necesarios estudios con la evidencia material 7 Entre ellos se destaca Piticocha, con una amplia
de los topónimos de la encontrada por Farfán el corral más grande del visualización del nevado
ruta. Por ejemplo, en este (2010), y sabiendo la impor- área de estudio de formato Pariacaca. Es de tomar en
caso, turmanya alude al tancia del arco iris en el ovoide, con 250 metros en cuenta que los corrales
“arco iris” y paccha a una panteón de las deidades su eje más largo por 120 contabilizados se localizan
“caída de agua, fuente”. incas, podemos pensar que metros en su eje más an- próximos al Camino Inca.
Si relacionamos la amplia en este lugar se llevaban a cho. Se localiza en la parte Existen más en ambas
y hermosa visibilidad del cabo rituales relacionados alta de una morrena en el márgenes de las lagunas
Pariacaca en este lugar con esta deidad. lado oeste de la laguna Piticocha y Pariachaca.
264
En la esquina sureste del patio figuran dos La plaza central está rodeada por recintos
recintos cuadrangulares. Adyacente al sur cuadrangulares con vano de acceso central,
del patio se encuentra un espacio rectangu- típicamente incas. También se observa una
lar alargado de 27 por 7 metros aproxima- kallanka al este de la plaza central, con 42
damente, posiblemente una kallanka, con por 19 metros, con un acceso en la parte
vano de acceso hacia el patio por la esqui- central hacia el suroeste y otro en la esqui-
na sureste. Al exterior, hacia el suroeste, se na sur. Las instalaciones de recintos cua-
encuentran tres recintos con conformación drangulares que ocupan una considerable
típicamente inca, que definen un patio in- porción del asentamiento representan otra
terno y al menos dos recintos dispuestos pa- modificación.
266
foto 1.
Área de
concentración
de rocas
talladas en la
ladera oeste
del cerro
Tiopata; al
fondo se avista
la laguna
Paucarcocha.
El asentamiento se integra a un gran conjun- principal se desplaza por la ladera sur del 8 Los bloques de rocas
talladas son fragmentos
to de canchas y corrales emplazados en la cerro Cachicancha y en seguida asciende el desprendidos de las partes
planicie al norte. Según Farfán (2010: 400), cerro Tiopata. Se presenta como segmentos altas del valle glaciar, bajo
este conjunto habría sido ampliado en tiem- de senderos con lineamientos de piedras, la línea de nieve actual.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Fueron depositados en
pos incaicos, con un diseño que adoptaría la plataforma corte talud en las zonas de mayor su posición actual por el
forma de un camélido estilizado o, al menos, pendiente y segmentos de camino empe- glaciar durante el último
período de glaciación,
una forma muy peculiar relacionada a la cos- drado, con un ancho promedio de 4 metros. cuando el glaciar que
movisión. Al extremo sur de los corrales se Ocasionalmente se avista el pico nevado del empujaba hacia zonas
encuentran cinco recintos rectangulares con Pariacaca. bajas pierde su poder
de suspensión. Por esta
vanos de acceso central que definen un patio Antes de llegar al abra de Tiopata, al lado razón, los bloques se acu-
común, posiblemente con alguna función de del camino, se ubica una roca completamen- mularon principalmente en
las partes bajas del valle,
control de estas instalaciones. te tallada que marca el inicio de una amplia
sobre las morrenas. Litoló-
Entre Piticocha y Tiopata hemos registrado área de concentración de este tipo de rocas gicamente, son bloques de
25 corrales de diversos tamaños y formatos cir- (foto 1) en una pequeña morrena de origen roca granodiorita del grupo
de las ígneas intrusivas,
culares y rectangulares. Varios de ellos presen- glacial, contigua a la ladera oeste del cerro compuestas sobre todo
tan bases de muros prehispánicos. Se encuen- Tiopata (rocas talladas 1, figura 5). Se trata por cuarzo y feldespatos.
Esto las hace muy duras,
tran principalmente frente al sitio de Tambo de bloques dotados de protuberancias de di-
compactas y resistentes
Real, en la margen norte del río Huachipampa ferentes formas y tamaños en la parte supe- a los procesos de meteo-
y en los alrededores del sitio Pirca Pirca. rior. Aparentemente reproducen las cumbres rización y erosión. Esas
características dificultan
Luego de pasar frente a Pirca Pirca, próxi- de las montañas del paisaje circundante.8 En su tallado, pero las preser-
mo a la localidad de Masho, el Camino Inca las zonas bajas de esta área de concentración, van en el tiempo.
267
próxima a la laguna Paucarcocha (rocas ta-
lladas 2, figura 5), se tiene una muy buena
visualización del Pariacaca y se observan ro-
cas talladas con entierros en sus bases. Hay al
menos un recinto circular, así como material
lítico regado en la superficie. Tales elementos
indican que se trata de un espacio de carácter
ceremonial, posiblemente una primera esta-
ción ritual colectiva en el peregrinaje hacia el
nevado.
3. SECCIÓN TIOPATA-PUMARAUCA
En esta sección del camino inciden las prin-
En este trayecto, en algunas rocas ubicadas 403) que el sitio presenta una larga secuencia
al lado del camino, se observa una intrusión ocupacional. El interior es bastante húmedo
geológica de forma alargada que es conocida y está sujeto a inundaciones durante el in-
por los comuneros como culebrayoq y que ha vierno. Hay escaso material cultural en su su-
sido registrada por Astuhuamán (2008: 104- perficie. La mayor parte de los vestigios de ac-
105). Esta puede remitir a la serpiente mítica tividad ocupacional se encuentran en el lado
mencionada en el Manuscrito de Huarochirí exterior oeste, incluyen desde lascas y puntas
cuando Huallallo Carhuincho arrojó una ser- de proyectil de períodos precerámicos hasta
piente contra Pariacaca y este la golpeó con fragmentos de cerámica inca. Los diseños
un bastón de oro: pictográficos, por otro lado, se concentran
principalmente en el interior y corresponden
El Amaru se enfrió y se convirtió en piedra. también a diferentes fases culturales.
Este Amaru helado se puede ver claramente, Unos 600 metros al noreste de este abrigo
hasta ahora, en el camino que va por Caqui- hemos identificado un conjunto de pinturas
yoca, en las alturas. Y los hombres del Cuzco o en un gran bloque de piedra frente a la lagu-
de cualquier otro sitio que saben, que tiene co- na Escalera, donde se destaca un camélido de
nocimientos, rascan el cuerpo de este Amaru estilo naturalista del mismo estilo de las pin-
con alguna piedra y sacan polvo de ella para turas de Cuchimachay.
emplearlo como remedio (Arguedas 2012 A partir de la laguna Culebrayoq, el cami-
[1966]: 97-99). no abandona el valle glacial y se dirige hacia
el noreste, iniciando el ascenso por el cerro
Hacia el este del camino, frente a la laguna San Cristóbal, en la zona conocida como Es-
Culebrayoq, se encuentra el abrigo rocoso de calerayoq. El camino se presenta como un
Cuchimachay. Este sitio arqueológico a 4 410 gran segmento de escalinatas, siguiendo un
msnm está formado por cuatro grandes blo- trazo en zigzag, con un ancho de entre 2 y
ques de roca que se han desprendido desde el 7 metros. Las escalinatas son construidas a
cerro San Cristóbal. Conforman entre sí un partir de la colocación de bloques de piedra
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
gran espacio vacío en el interior, con hasta que constituyen los peldaños, frecuentemen-
20 a 30 metros de longitud y un máximo de te soportados por un muro de contención de
12 metros de altura (Farfán 2010: 401). En piedras con alturas de entre 0.8 y 1.2 metros.
los cuatro bloques se encuentran pinturas También se registra el labrado de peldaños
rupestres de distintas características. Entre sobre el afloramiento rocoso. Se calcula que
los diseños más complejos se presentan re- esté conformada por un aproximado de dos
presentaciones de camélidos y destaca uno mil peldaños. Desde la parte media de la esca-
en estado de preñez. Por el material lítico lera hasta la parte alta del cerro San Cristóbal
asociado, corresponderían a períodos tem- se tiene una buena visibilidad del Pariacaca.
pranos de cazadores y recolectores. Según El abra del cerro San Cristóbal, donde
Ravines y Bonavía (1972: 136-137), por sus culmina la larga escalinata, se configura en-
características y contexto, estas pinturas tre sus dos cumbres y el camino pasa por el
tienen un carácter mágico-religioso y se medio. Hacia el este se encuentra la laguna
vinculan a cultos ganaderos y a las cumbres Pumarauca y, hacia la cumbre norte del cerro
nevadas. San Cristóbal, un conjunto de piedras talla-
Se sabe por los registros y por las excava- das que han sido interpretadas por Astuhua-
ciones de Farfán y Negro (Farfán 2010: 402- mán (2008: 100) como representaciones del
figura
4. Características generales del Qhapaq Ñan en la sección Pumarauca-Portachuelo
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO... RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO 271
272
figura 5. La cordillera del Pariacaca y el Qhapaq Ñan, con la representación del análisis espacial
Nevado Pariacaca
Cumbre Sur
I
Lag. Verdecocha
Rocas
Lag. Paucarcocha Talladas 1
Rocas
Talladas 2
Nota: La jerarquización del paisaje sagrado está dividida en seis sectores señalados en números romanos.
Qhapaq Ñan Mejores rutas desde Tambo Real Mejores rutas desde Cuchimachay
Sitios arqueológicos Mejores rutas desde Pirca Pirca Mejores rutas desde Rocas talladas 4
e inicio de rutas
Mejores rutas desde Rocas talladas 2 Mejores rutas desde Apacheta
Fin de ruta Portachuelo
Mejores rutas desde la Roca tallada 1
Curvas radiales de proximidad Intersección de rutas
(1km entre cada una) Mejores rutas desde Rocas talladas 3
Área de intervisibilidad Mejores rutas desde Cuchimachay
273
Pariacaca y del cerro San Cristóbal. Siguiendo
a Bonavía (1984: 13), Astuhuamán ha consi-
derado el área de las escaleras como el centro
del mundo mágico-religioso indígena de la
zona.
4. SECCIÓN PUMARAUCA-PORTACHUELO
Luego de pasar por la pequeña laguna conoci-
da como Pumarauca, el camino sigue faldean-
do la ladera sur del cerro San Cristóbal (figura
4). A esta distancia, casi 5 a 6 kilómetros de
Lag. Mayococha
su cumbre, el nevado Pariacaca deja de ser vi-
Apacheta de sualizado. Se identifica en esta zona un área
12 Mediante el uso del ta de un camino de medio a aunque existen rutas más 14 El ámbito territorial
SIG determinamos dos alto tránsito para personas sencillas para conectar que abarca esta tradición
puntos geográficos: el sitio y animales, por lo que se los extremos del camino aún no está determinado,
arqueológico Tambo Real debería transitar por zonas estudiado, se optó por una aunque tenemos claro
—centro administrativo inca relativamente accesibles y ruta que presenta mayores que es mucho más amplio
ubicado en la quebrada evitar, en lo posible, los tres dificultades de accesi- de lo que se consideraba,
Huachipampa— y el cerro elementos indicados. Los bilidad. En esa decisión Astuhuamán (2008) la
Shacucrumi —la divisoria resultados son variados. Sin debieron mediar factores situaba en el ámbito del
de aguas hacia el valle del embargo, verificamos que de orden cultural. Alto Cañete. Durante
Mantaro, que constituye un los caminos más accesibles investigaciones de campo
probable punto de inflexión —en términos de inclinación 13 La definición de la en contextos similares,
en cualquier obra de inge- y cobertura— tienden en cronología de estas pudimos identificar el
niería— y evaluamos las dirección a la laguna Pau- evidencias es clave para mismo tipo de rocas talla-
rutas teóricas de conexión carcocha y ascienden por entender los rituales de das asociadas a caminos
entre ambos. Discrimi- la quebrada Quihuacocha peregrinación de una incaicos hacia montañas de
namos pendientes altas, hasta el cerro Shacucrumi, manera diacrónica. Este carácter sagrado, como es
cuerpos de agua de gran que se encuentra al noreste es uno de los objetivos de el caso del nevado Churup
magnitud y nieve. Partimos del cerro Portachuelo. Estos nuestros futuros estudios en el Callejón de Huaylas,
de la premisa de que se tra- resultados muestran que, en la zona. en Áncash.
275
con un patrón disperso. También se presen- esta área podría localizarse el “adoratorio del
tan en determinados lugares como marcado- Pariacaca” (Astuhuamán 1998) o el “lugar ele-
res paisajísticos. gido” (Astuhuamán 2008).
Como resultado preliminar del análisis
espacial, presentamos una jerarquización de Sector III. Es el área comprendida entre la
paisaje sacralizado, en la cual definimos seis ladera sur del cerro San Cristóbal, al nores-
sectores (figura 5), clasificados en orden de te de la laguna Pumarauca y del abra Porta-
importancia según su localización, evidencia chuelo. Se destaca una amplia concentración
de actividades rituales y de acuerdo a la rela- de rocas talladas en la ladera sur del cerro
ción con el nevado mediante las variables de San Cristóbal (rocas talladas 4, figura 5), des-
visibilidad y proximidad: de donde no se tiene visibilidad del nevado.
Ya en la zona periférica noreste del área de
Sector I. Comprende el área entre las lagunas estudio, en el abra Portachuelo, se tiene una
Sector II. Es el área comprendida entre Las de Lurín— como del noreste —partiendo del
Escaleras (Escalerayoq), que asciende al cerro centro administrativo de Xauxa—. La locali-
San Cristóbal y la laguna Pumarauca, donde zación de ambas concentraciones de rocas ta-
encontramos algunas concentraciones de lladas podría indicar que se trata de estacio-
rocas talladas y otras de manera dispersa, así nes rituales previas al ingreso a las áreas de
como grandes bloques de roca con pinturas mayor importancia en el entorno sacraliza-
rupestres de diferentes períodos. Se tiene do, que serían los sectores I y II. A estas áreas
una buena visibilidad del nevado, aunque se llega por el camino que accede a la laguna
está más lejos de él en comparación con el Mullococha. Este camino de plataforma cor-
Sector I. Algunos autores consideran que en te talud de 2 a 4 metros de ancho, conforme
276
comparación a los demás sectores. Sin em- chuelo y las cuatro principales áreas de rocas
bargo, desde los tambos Tambo Real y Pirca talladas (rocas talladas 1, 2, 3 y 4). Desde es-
Pirca se debió ejercer el control del peregri- tos ocho puntos de inicio, constatamos que
naje procedente del suroeste hacia el nevado. en las condiciones actuales15 las rutas posi-
Además, en estos asentamientos debieron de- bles y más accesibles de ascenso a la cum-
sarrollarse diferentes actividades ceremonia- bre del nevado Pariacaca se agrupan en dos
les vinculadas principalmente a la ganadería direcciones:
de camélidos. Tanto en Tambo Real como en
Pirca Pirca, Casaverde (2014) y Farfán (Co- • Primero se verifica una ruta que asciende 15 Tengamos en cuenta
municación personal, 2014) reportan respec- que el trazado de rutas
por la cara suroeste del nevado, pasando
modeladas está hecho so-
tivamente la posibilidad de que existieran por el borde de las lagunas Piticocha, Pa- bre la base de parámetros
evidencias de estructuras ceremoniales tipo riachaca, Chuspi y Chuspicocha, y por las geográficos actuales. En
tiempos prehispánicos, las
ushnu. La visibilidad de este sector es limitada laderas de los cerros Lindero y Pariachaca. variables debieron haber
y está lejos del nevado. Por esta ruta no es posible ver la cumbre sido diferentes, especial-
nevada del Pariacaca sino hasta alcanzar mente en cuanto a la nieve
y a la cobertura. Por ello
Sector VI. Corresponde al área entre el abra la zona actual de deshielo, en la laguna constituyen ante todo un
Ocsha y la laguna Piticocha, zona periférica Chauspicocha. marco de referencia.
277
• La segunda dirección va por la cara sures- Discusión final
te del nevado, donde ascienden diversas
rutas y confluyen en la parte media de la
falda del nevado, notablemente sobre la
amplia plataforma natural descrita antes. La ocupación inca en el área de la cordille-
Continúan su ascenso final por una lo- ra del Pariacaca —como se evidencia en la
mada. A diferencia del ascenso por la cara construcción del Tambo Real, las remodela-
oeste, en estas rutas el nevado es visible ciones en Pirca Pirca, la construcción de la
durante más del 70 % del trayecto. infraestructura vial, así como en la cerámi-
ca incaica presente en el abrigo de Cuchi-
Las rutas modeladas que ascienden por la machay— muestran una reconfiguración y
cara sureste tienden a concentrarse entre la una apropiación de este escenario sagrado
laguna Mullococha y la laguna Escalera, y preincaico en la época del apogeo del Tawan-
17 Duviols (1997: 647-648) de la deidad cambió: “Pero una perspectiva histórica, Briceño [1586] 1965) en
también correlaciona él (el huaca) vive, según se la localización de estos cuanto a que en la propia
la información sobre la cree, en un precipicio de lugares especiales para montaña se realizaban las
localización del boquerón rocas que está un poco más los rituales pudo variar (vid. ofrendas. Sobre la cumbre,
de la Carta annua de 1612 abajo del mismo Pariacaca” nota al pie 17). La mención vale la pena considerar un
con uno de los lugares (Arguedas 2012 [1966]: 101). de la “propia montaña” dato actual: los andinistas
sagrados mencionados en proviene de lo que señalan que ascienden al Pariacaca
el Manuscrito de Huarochirí 18 No nos referimos ne- el Manuscrito de Huarochirí evitan la cumbre sur más
de 1608, donde se señala cesariamente al adoratorio de 1608 (Arguedas 2012 alta por las dificultades que
que cuando llegaron los descrito por Ayala (1612) [1966]: 70-71) y otras representa y generalmente
españoles la localización pues, si observamos desde fuentes tempranas (Dávila alcanzan la cumbre norte.
279
Las rocas talladas registradas, dada su disper- Referencias citadas
sión en el área de estudio, constituyen por el
momento las evidencias ceremoniales más
resaltantes que nos indican potenciales esta-
ciones rituales en el peregrinaje para el culto FUENTES DIGITALES
a la montaña (patrón concentrado). Quizás se
trata de marcadores paisajísticos que señali- Astuhuamán Gonzáles, César
zan, por ejemplo, algunas de las rutas de as- 1999 “El Santuario de Pariacaca”, Alma Mater [en
censo al nevado que se desprende del camino línea], 7, Lima. Disponible en http://sisbib.
unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones/
principal (patrón disperso).
alma_mater/1999_n17/santuario.htm [8 de
La jerarquización del paisaje sagrado, así marzo de 2017].
como las modelaciones de rutas teóricamente
factibles, nos permiten ir diferenciando secto- Chávez Chávez, José Antonio
AGRADECIMIENTOS
Al equipo del Proceso de Nominación del FUENTES IMPRESAS
Qhapaq Ñan a la Lista de Patrimonio Mundial:
Albornoz, Cristóbal de
Percy Obeso, Sandro Santos, Gisella Huerta,
1984 [1584] Instrucción para descubrir todas las guacas
Adriana Lazo y Leonel Hurtado, por el proce- del Pirú y sus camayos y haciendas, en
samiento de los datos y las diversas discusio- Pierre Duviols, ‘‘Albornoz y el espacio ritual
nes que sirvieron para construir la presente andino prehispánico’’, Revista Andina [Cus-
investigación. A Lucía Borba, por todo el apo- co], 2(1), pp. 194-222.
yo en la realización del presente artículo.
280
asociadas obedecen a procesos históricos par- tivos sistémicos, como por ejemplo el ideal
ticulares, que deben ser develados a través de andino de complementariedad o las estra-
un análisis interpretativo que contemple tam- tegias implementadas unilateralmente por
bién otro tipo de evidencias, por ejemplo, los ciertas facciones o instituciones, como las éli-
modos de significación propios de los objetos, tes tiwanaku, los incas o la corona de España.
las metáforas, los contextos y las homologías Al hablar de caravanas nos referimos am-
entre ellos. pliamente a contingentes de viaje que inclu-
Por cierto, la dimensión histórica del yen animales con carga entre sus miembros.
paisaje no se limita a las particularidades del Esto define un primer conjunto de factores
contexto político o cultural, sino que abar- objetivos que estructuran las rutas caravane-
ca también su situación en una genealogía ras presentes y pasadas en los Andes, a saber,
de prácticas cuyos rastros se acumulan en las características físicas y etológicas de las lla-
los lugares como mejoras, marcas, desechos, mas y la distribución de recursos claves para
memorias, saberes y actitudes. Pocas veces se ellas en los ambientes que transitan. Los lla-
transita o construye un camino en terreno meros son explícitos respecto a la importan-
virgen; tanto los viajes como los proyectos cia de este punto cuando manifiestan que el
viales siguen los rastros de travesías anterio- bienestar de la tropa cobra precedencia sobre
res, aunque los modifiquen, reinterpreten o cualquier otra consideración en los viajes, in-
eviten por completo. Cuando se estudian los cluyendo su propia comodidad y hasta los ob-
paisajes viales, entonces, es importante consi- jetivos económicos o sociales de las travesías.
derar también su desarrollo en el tiempo y el En este trabajo aprovechamos investi-
diálogo con el pasado que este implica. gaciones etnoarqueológicas realizadas en la
Nuestro énfasis en las caravanas se justi- década de 1990 entre pastores caravaneros (o
fica porque durante los últimos tres o cuatro llameros) del sur de Lípez, en el altiplano me-
milenios las llamas cargueras fueron pro- ridional de Bolivia (Nielsen 1997, 2001), para
tagonistas del tráfico en gran parte de los caracterizar la organización de los viajes y los
Andes (Núñez y Dillehay 1979), por lo que lugares que conforman las rutas caravaneras
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Distancia
Las rutas de caravanas comprenden entre tres
y cinco escenarios de actividad, dependiendo Corta Media Larga
principalmente de las distancias recorridas
(tabla 1). En condiciones normales las llamas <30 km 30-80/100 km >80/100 km
cargadas avanzan entre 15 y 25 kilómetros
por día, dependiendo de las características del
Nombre del sitio
terreno. Pueden cubrir el doble de distancia si
se les exige, pero solo en viajes relativamente Vivienda pastoral X X X
cortos (una o dos jornadas) ya que esto pone
en grave riesgo a los animales.1 Distancias Terminal de carga X X X
de hasta aproximadamente 30 kilómetros
pueden ser recorridas en una jornada, lo que
Vía X X X
resultaría en la expresión más simple de una
ruta: la base llamera, una terminal de destino
Lugar de pernocta X X
y una vía entre ellas. Estos viajes de “corta
distancia” corresponderían a trayectos entre
Área de descanso X
comunidades, viviendas y otras instalaciones
próximas, o al tráfico entre vecinos dentro de
una misma región.
Al superar estas distancias, las tropas
cargueras deben detenerse a descansar por la
noche.2 Esto da origen a un cuarto escenario
de actividad, el lugar de pernocta, llamado ac-
tualmente jarana en quechua. La presencia de
estos sitios es un buen indicador de rutas de
media o larga distancia como las que en los
Andes comunican cuencas adyacentes o los AXEL E. NIELSEN
valles y oasis del piedemonte con el altipla-
no o la sierra. Los lugares de pernocta ofrecen
1 Los llameros explican
interesantes oportunidades para indagar so- que si se obliga a las
bre los agentes y la organización del tráfico llamas a forzar la marcha
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
AXEL E. NIELSEN
Chile (foto del autor).
cuidadosamente envueltos en bolsas y paños
tejidos, empleando botellitas de vidrio o plás-
tico para los líquidos.
Ciertamente los conjuntos rituales debie-
ron variar en distintas épocas y regiones, por
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
quema o módulo funcional básico que, en prin- margen sudoriental del salar de Uyuni (Boli-
cipio, podría reconocerse en distintos sitios y via). Alrededor del pueblo se advierten toda-
contextos, incluso en aquellos regidos por otras vía varios complejos de corrales que servían
demandas y programas de trabajo. El módulo para albergar las caravanas que llegaban cada
de carga/descarga está conformado por un área año después de las lluvias desde distintos rin-
donde se restringe el movimiento de los anima- cones del altiplano sur a buscar sal en panes
les mientras se realizan estas operaciones, junto para llevarla a los valles.
a otra donde se acopian los bienes a transpor- Las situaciones planteadas hasta aquí
tar. La primera de ellas se ve asociada habitual- pueden ejemplificarse con el caso del Pucará
mente a estructuras de encierro como corrales, de Tilcara (foto 3), un asentamiento período
patios o cercos con planta en forma de U que Intermedio Tardío/Inca en la Quebrada de
pueden ser fácilmente vallados mediante el uso Humahuaca (noroeste argentino). Durante
de sogas o barreras móviles. La carga puede ser las excavaciones llevadas a cabo en este sitio
temporalmente almacenada en estos mismos a principios del siglo XX (Debenedetti 1930), 5 Estos son los caseros
recintos o en depósitos directamente asociados. se recuperaron numerosos bienes alóctonos o socios que esperan
a los llameros cada año
La vivienda pastoril, que actualmente funciona testimonio de la participación de la comu- para intercambiar o
invariablemente como una de las terminales nidad en redes de tráfico de distinto alcance. cambalachear.
291
Tilcará
actual
Quebrada de Huichaira
(a la Puna)
PP1
Corrales PP3
Patapampa
Meseta Sur
En términos de los rangos definidos ante- Como sucede en otros conglomerados del
riormente, estos elementos proceden de dis- período Intermedio Tardío sur andino, los co-
tancias largas (conchas del Océano Pacífico, rrales no están dentro del sitio en asociación
cuentas de rocas verdes del desierto de Ata- directa con las viviendas, sino que forman un
cama, obsidiana y sílice de la puna, alfarerías conjunto discreto6 situado en la margen del
Yavi-Chicha y Aguas Calientes-Casabindo poblado, cerca de los principales accesos (Za-
típicas de regiones vecinas al valle), medias burlín 2010: 203). Cabe pensar que este sector
(maderas, nueces, plumas de aves y plantas operaba como la principal área de carga/des-
alucinógenas de las yungas o evidencias de carga tanto para las caravanas alóctonas que
su consumo) y cortas (como el alabastro de la visitaban la comunidad como para las tropas
vecina Huichairas o algún lugar en la propia locales. Existen además, distribuidos por todo AXEL E. NIELSEN
quebrada). También se encontraron ganchos el asentamiento y en asociación con las vías
de atalaje, cencerros de madera y calabazas de circulación internas, alrededor de una do-
que indican la activa participación de llame- cena de espacios despejados cercados por mu-
ros locales en el tráfico, lo que no excluye la ros o plazas secundarias que pudieron “conte-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
llegada de caravanas de otras regiones, par- ner tanto agregaciones de personas como de
ticularmente de comunidades puneñas que animales” (Ibíd.: 201). Si esta interpretación
poseían rebaños más grandes y mantenían es correcta, cabe pensar que tales recintos
6 Investigaciones
una activa red de tráfico hacia ambos flan- fueron también empleados como módulos de recientes ponen en duda
cos de los Andes. Esto significa que el Pucará carga y descarga al servicio de distintos gru- que todos los recintos
seguramente funcionó como base llamera y pos de viviendas. anunciados como corrales
en la reconstrucción de
también como terminal de carga para cara- Desde una perspectiva más amplia, el este sitio hayan servido
vanas de diverso alcance. conjunto principal de corrales se ubica en para esta función.
292
numéricas actuales, en las que cada arriero se vanas también debió ser mayor en el pasa-
encuentra a cargo de 15 o 20 animales como do tiro con cabezales —al menos durante el
mínimo. Aun así, resulta difícil sostener una período Intermedio Tardío/Inca— teniendo
marcha ordenada con más de 40 o 50 cargue- en cuenta que la movilización de la mano de
ros, particularmente en lugares abiertos o que obra en base a instituciones corporativas (de
“desagradan a las llamas,” como las grandes reciprocidad o redistribución) permitía desti-
bajadas o pasajes estrechos y encajonados, nar mayor número de trabajadores a labores
donde los animales se dispersan, se desvían de interés colectivo.
294
figura 1.
Caravanas de llamas ata-
das y tiradas por el con-
ductor en el arte rupestre
de Valle Encantado (Salta,
Argentina), período de
Desarrollos Regionales
(tomada de Martel 2011,
0 10 cm
Figura 7).
Como otros elementos del entorno, el camino sando por el simple gesto de escupir las hojas
(construido o no) es una entidad animada y de coca que se vienen mascando (acullico) al
consciente dentro de la cosmovisión andi- pasar junto a grandes peñascos, hasta la nor-
na, una persona no-humana que favorece (o ma de esquivar en lo posible lugares temibles,
no) a los caminantes, de acuerdo a los ritos como las angosturas (punkus) y ojos de agua.
o costumbres cumplidas. Es por ello que su Las investigaciones arqueológicas sobre
asistencia es explícitamente invocada en la rutas caravaneras sur andinas han puesto
partida —algunos lo hacen al comienzo de en evidencia rasgos, marcas y gestos rituales
cada jornada— y comprometida de antema- asociados a algunos de estos lugares que a
no a través de ofrendas de alcohol y coca. Al veces no poseen análogos directos en la et-
decir de los llameros, “el camino nos guía, nos nografía de los viajes (Berenguer 2004; Cruz
lleva, nos protege y nos devuelve”.7 A su vez 2006; Núñez 1976, 1985; Pimentel 2009; Ya-
conecta con muchos otros lugares que tam- cobaccio 1979, entre otros). Un rasgo parti-
bién se perciben como personas no-humanas cularmente difundido en el área durante el
y que, por lo tanto, requieren un tratamiento período Intermedio Tardío/Inca es el pozo
“social” de parte de los viajeros. Estos seres de ofrendas conocido popularmente como
comprenden, entre otros, las apachetas que tapado o sepulcro, porque se le asocia a una
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
suelen encontrarse en los cruces de caminos leyenda según la cual serían sepulturas de
y ciertos accidentes geográficos (portezuelos, quienes portaban las andas del Rey Inca
puntos de transición entre campo y quebra- (Nielsen 1997:362). Se trata de pozos situados
da), cerros destacados, rocas o afloramientos en abras, cumbres de cerros de escasa altura
de forma curiosa, vertientes, encuentros de u ojos de agua, donde se ofrendaron cuentas
ríos (palcas), sitios arqueológicos (chullperíos) blancas (ceniza volcánica) y verdes (por lo ge-
y las talvaritas mencionadas anteriormente. neral minerales de cobre, pero también vidrio
Estas entidades no solo poseen cualidades o plástico en tiempos históricos), junto con
genéricas según su tipo (por ejemplo, los ce- desechos de su fabricación. Ocasionalmente
rros son nobles benefactores mientras que las hay varios de estos rasgos en el mismo por-
vertientes tienden a ser peligrosas), sino que tezuelo o se encuentran ofrendas más varia-
cada una suele tener además disposiciones das, como en Abra del Toro Muerto, donde se
singulares cuyo conocimiento es transmitido registraron en superficie cordeles, trozos de
por generaciones a través de nombres propios, vellón de vicuña, artefactos líticos, cerámica,
anécdotas y otros relatos. El protocolo ritual restos de metal de artefactos no identificables
esperado varía, según el caso, desde el elabo- y plumas de aves de diversa procedencia aso- 7 Agradezco a Ramiro
rado ceremonial dedicado a las apachetas, pa- ciados a 13 pozos de ofrenda. Matos esta referencia.
295
Lugares de pernocta apenas cuentan con arquitectura u otras faci-
lidades para recibir a los viajeros. Idealmente
o jaras deben ser lugares relativamente seguros para
los animales, con pastos para que puedan re-
poner energía, agua (sobre todo para los lla-
En viajes de media y larga distancia, las ca- meros ya que los animales pueden abrevar
ravanas se detienen a pernoctar cada 15 a 25 en el camino) y leña. Si hay elementos que
kilómetros. Esta es la distancia que se recorre sirvan de reparo a las personas (aleros, peñas-
en 6 a 8 horas, lo que en invierno permite cos y estructuras abandonadas) o ayuden a
descargar las llamas temprano en la tarde, mantener acorralada la tropa durante la car-
reservándoles así algunas horas para pastar ga y descarga, se los aprovecha; si no los hay y
antes de anochecer. Luego de apilar las cargas el estado del tiempo lo aconseja, se levantan
y contar las sogas para verificar que ninguno expeditivamente reparos para prender fuego
de los cargueros se haya extraviado en ruta y cocinar.
(se utiliza una soga para cargar cada animal), Los campamentos constan de dos secto-
se aprovisiona el campamento con agua y res diferenciados, el área de carga/descarga y
leña y, al caer la noche, se prepara la comida. el fogonero. La primera es un área plana, libre
Si el lugar no se considera seguro por algún de vegetación donde se reúne la tropa al lle-
motivo (presencia de predadores que puedan gar, o a la mañana, al iniciar los preparativos
atacar a la tropa o algo que pueda espantarla) para partir. La carga se apila alrededor, for-
se sujeta a las llamas amarrándolas del cuello. mando parapetos para reparar a las personas
Al amanecer se vuelve a cargar y se reanuda mientras duermen. El fogonero está siempre
la marcha, buscando aprovechar al máximo fuera del sector anterior; se confecciona reu-
las horas de luz. niendo tres piedras de forma apropiada para
El verano es la temporada de mayor ac- asentar la olla. Toda la actividad a partir del
tividad pastoril y demanda de mano de obra anochecer se realiza en torno al fuego. Los
entre los llameros, ya que en esta época tie- desechos generados durante la preparación y
nen lugar el nacimiento y empadre de los consumo de comidas, la reparación ocasional
animales, la esquila, la castración, etcétera. de equipos o la pérdida accidental de objetos
Por ello es razonable pensar que, excepto en durante la carga son mínimos.
casos de especialización en el tráfico, los via- Las evidencias arqueológicas de los luga-
jes de caravanas a media y larga distancia en res de pernocta suelen ser poco visibles, ex- AXEL E. NIELSEN
el pasado andino debieron concentrarse en la cepto cuando son ocupados repetidamente
estación seca, como sucede en la actualidad. y durante largos períodos. Entonces forman
Si esto es así, cabe generalizar que la voluntad áreas extensas, de límites difusos, con baja
de aprovechar al máximo las horas de luz en densidad de restos y pocas estructuras, a sa-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
que los animales pueden caminar o alimen- ber, paravientos, muros precarios y pequeños
tarse en los cortos días del invierno, es un fac- refugios. Estos yacimientos son un desafío
tor decisivo en la organización de esta prác- para la investigación arqueológica, ya que
tica. En ausencia de estados, instituciones u representan el registro acumulado de innu-
otros agentes que desarrollen infraestructura merables pero efímeros eventos de pernocta,
para alojar a las caravanas —como los tam- con poca redundancia o congruencia en su
bos incaicos o los caravanserai del Medio organización espacial (Brooks y Yellen 1987)
Oriente medieval— los lugares de pernocta y por lo general sin depósitos estratificados.
296
Tocorpuri o Panizo
pernoctan los viajeros.
Cabe destacar que en la mayoría de los A Caspana Sepulcros
sitios de este sector se encontraron regulares de Tocorpuri
A San Pedro Cerro
cantidades de alfarería San Pedro Negro Pulido de Atacama
Tocorpuri
correspondiente al período medio de San Pe-
dro de Atacama, mientras que en dos de ellos
Formativos Sitios de ofrenda 0 2 km
se registró también cerámica tiwanaku. Am-
Tardíos Sendero
bos grupos alfareros se encuentran también
Formativos + Tardíos Curso de agua
presentes en el siguiente lugar de pernocta al permanente
Arcaicos
noreste de Laguna Colorada, conocido como Arroyo seco
Históricos o
Peñas Negras. Esto lleva a pensar que nos en- o estacional
subactuales (s/n)
contramos frente a un tramo de una de las
rutas por las que debió transitar el tráfico de
bienes entre San Pedro y el altiplano en tiem-
pos de Tiwanaku (Nielsen 2013; Pimentel 8 El lugar de pernocta
(jarana en quechua) donde
2008). Si esto es así, resulta interesante no- abunda el pasto conocido
tar que estos sitios no difieren de las jaranas como huaylla.
297
figura 3 . Planimetría de Corrales de Huayllajara (Sud Lípez, Bolivia)
Corral actual
Arroyo Huayllajara
0 10 m
actuales, lo que demuestra que, cualesquiera 187356) fue obtenido sobre carbón tomado de
que fueran los mecanismos responsables por un fogón que contenía guano de camélido y AXEL E. NIELSEN
la circulación de bienes durante el Horizon- que estaba asociado a un paraviento. Este re-
te Medio, en el sur andino por lo menos, no vela la ocupación del lugar por caravanas en
implicaron ninguna formalización de los sis- tránsito a comienzos del período Formativo.
temas viales. En los escasos 5 centímetros de sedimento que
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
La figura 3, que muestra la planimetría del cubrían este rasgo, sin embargo, se recupera-
sector que denominamos HJ17/18 o Corrales ron fragmentos de cerámica de los períodos
de Huayllajara, permite apreciar mejor la fi- Formativo (Morros), Medio (San Pedro Negro
sonomía que presentan estos sitios, donde se Pulido) e Intermedio Tardío (Mallku) y carozos
alternan refugios expeditivos, parapetos, co- de chañar recientemente descartados, po-
rrales e innumerables rasgos difíciles de inter- niendo en evidencia los riesgos de interpretar
pretar debido a la incesante reutilización. Un la co-ocurrencia de artefactos en estos depósi-
fechado radiocarbónico de 2750 +- 60 AP (Beta tos como asociaciones.
298
contenido y estructura, aunque la cantidad tad de camino, se realiza una ceremonia más
de rasgos y desechos suelen ser más abundan- elaborada, ocupando para ello altares espe-
tes; primero, debida a la mayor duración de cialmente construidos en la cima de una ele-
las estadías, y segundo, porque en estas áreas vación cercana a la jara que incluyen repre-
suelen congregarse a descansar varias tropas, sentaciones de la tropa (rocas con forma de
un fenómeno que era muy común en el pa- llamas o illas marchando hacia el naciente) y
sado, cuando el tráfico caravanero era más de las cargas (pilas de piedras alineadas, foto
frecuente. La mayor diferencia con los sitios 6). Como en la partida, los cerros, la parafer-
de pernocta cotidianos, sin embargo, reside nalia ritual y los emblemas, así como las lla-
en la importancia que cobran los ritos propi- mas y las cargas “litificadas”, son alimentados
ciatorios en las áreas de descanso. En las prin- con coca, chicha y alcohol, invocando de este
cipales de ellas se encuentran los altares es- modo la ayuda de los miembros no-humanos
pecíficamente destinados a las “costumbres” de la caravana para lograr los objetivos del
del viaje, lo que revela el estrecho vínculo viaje. La ceremonia concluye enflorando con
que tienen los llameros con estos lugares, que cordeles rojos las illas y las cargas de piedra, 9 Diferimos en este punto
con Descola (2013) quien
no solo ofrecen una estación logísticamente tomando y coqueando junto a ellas hasta en- caracteriza a las ontologías
necesaria para las caravanas de larga distan- trada la noche. andinas como analogistas.
299
foto 6 .
Altares
llameros en
Yuraj Cruz
(Potosí, Boli-
via). Nótense
las “flores”
rojas en las
“llamas
de piedra”
(illas), las
mesas en
primer plano
y las hileras
de piedra
o “deseos”
(foto del
autor).
Vale la pena notar que en la misma cumbre de distintas regiones se reunirían en lugares
observamos varios de estos altares, algunos propios, convocados por prácticas que los
con rastros de uso reciente y muchos de- distinguirían como comunidad. Una de las
rruidos. Esto concuerda con el relato de los pocas situaciones actuales análogas a esta
pastores, quienes cuentan que antiguamente son las ferias, como Santa Catalina, celebra-
numerosas tropas se encontraban en estos lu- da cada año el 24 de noviembre en la frontera AXEL E. NIELSEN
gares a descansar, realizando conjuntamente entre Argentina y Bolivia. Hasta la década de
sus “costumbres,” compartiendo información 1990 llegaban a esta localidad numerosas ca-
sobre oportunidades de intercambio en dis- ravanas de Lípez a cambiar lana por harina de
tintas partes y jugando ciertos juegos como maíz; concluido el cambalache, los pastores
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
la “palomeada”, lo que revela el papel de las se reunían en las jaras al norte del pueblo a
áreas de descanso como lugares de congre- socializar hasta altas horas de la noche, co-
gación de los llameros. Cabe pensar que, en miendo, bebiendo y compartiendo historias
ciertas épocas, estos eventos pudieron cobrar y noticias sobre lo acaecido en sus comunida-
importancia para la constitución de los pas- des durante el año.
tores como colectivos sociales diferenciados La permanencia de las tropas pastando
del resto de la sociedad, puesto que brinda- durante días, el cumplimiento de los ritos
rían una ocasión única en la que llameros de costumbre y la congregación de llameros
300
en viaje suponen una verdadera apropiación Loa (Chile), Barrancas en la Puna de Jujuy, e
de estos lugares que, por definición, se en- Inca Cueva y Kollpayoc en la Quebrada de
cuentran enclavados en territorios de otros Humahuaca (Argentina). Todas ellas combi-
grupos. Esto requiere negociaciones y acuer- nan pasturas en relativa abundancia, bajas
dos territoriales más o menos explícitos con densidades de ocupación por parte de grupos
las comunidades locales, cuyos términos locales, lo que parecen ser sitios de pernocta
debieron variar según las regiones y las co- de caravanas y arte rupestre (pinturas, graba-
yunturas históricas. Como señalamos ante- dos o geoglifos) con motivos comparables a
riormente, uno de los motivos por los que las los de las illas o “llamas litificadas” de las me-
áreas de descanso suelen ubicarse en lugares sas caravaneras actuales.
apartados y con escasa población es, precisa- Tres motivos que se repiten en el arte de
mente, la voluntad de evitar conflictos con estos sitios son la caravana de llamas (a veces
los grupos locales. Cuando nos detuvimos a indicando los colores de los animales), los
descansar en Yuraj Cruz durante el viaje ya diseño santropomorfos con detalles de indu-
mencionado, nuestros compañeros de viaje mentaria (túnicas, tocados, diademas, etcéte-
se acercaron a visitar un puesto cercano al ra) y lo que podría interpretarse como emble-
campamento, perteneciente a un miembro mas (hachas, hachas dobles, cruces andinas,
de la comunidad local cuyo rebaño pastaba tumis y “escudos”). Estos elementos revelan
temporalmente en la zona, llevando regalos un interés explícito por señalar no solo la
(cueros y hierbas medicinales) y ofreciendo identidad de los humanos y de las llamas que
trocar los bienes que transportábamos en se- habitaban o transitaban por aquellos lugares,
ñal de gratitud. Las áreas de descanso, enton- sino también las comunidades y autoridades
ces, pueden entenderse como bisagras entre relacionadas a ellos, su condición territorial.
dos tipos de relaciones que se yuxtaponen en Si nuestras observaciones etnoarqueológicas
torno al uso del mismo espacio físico, en este son correctas, estos sitios podrían brindar
caso el paisaje vial y el paisaje agropastoril información particularmente valiosa para in-
local. vestigar a los artífices del tráfico, su cosmovi-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Pocas áreas de descanso de caravanas pre- sión y sus relaciones con los poderes políticos
hispánicas han sido identificadas o investi- de la época.
gadas como tales hasta el momento, aunque
varias localidades arqueológicas del período
Intermedio Tardío parecen responder a esta
categoría. En TAL-21, por ejemplo, un sitio
de muros y cajas cercano a Chiu Chiu (Loa
Medio, Chile), se encontró una roca con for-
ma de camélido y cordelería de lana roja y
blanca amarrada al cuello asociada a una fe-
cha de fines del período Intermedio Tardío,
demostrando que algunas de las prácticas
observadas en contexto etnográfico tienen
antecedentes directos en tiempos prehispá-
nicos (Pimentel 2009: 26). Otras localidades
que pudieron tener funciones similares en
aquella época son Santa Bárbara en el Alto
301
El Qhapaq Ñan esta afirmación durante un estudio siste-
mático realizado en la cordillera occidental
y la formalización de los entre el desierto de Atacama y el altiplano
de Lípez. Se prospectaron sistemáticamente
paisajes viales caravaneros 12 portezuelos montañosos sobre los 4 000
msnm y unos 15 kilómetros de sus corredo-
res de aproximación buscando rastros de an-
Las evidencias actualmente disponibles para tiguas vías, formales o no, constatando que
el sur andino indican que hace cuatro mile- el Qhapaq Ñan cruza dos de estos pasos. Al
nios el proceso de domesticación de la llama norte, atraviesa la frontera entre Bolivia y
se encontraba avanzado y que poco después Chile en Portezuelo del Inca, conectando el
estos animales comenzaron a acompañar Norte de Lípez con el Loa Superior, mientras
a los cazadores en sus desplazamientos es- que al sur, sube desde San Pedro de Atacama
tacionales a través de distintos ambientes, a Tambo Licancabur y desde allí se interna
colaborando en el transporte de equipajes y en el altiplano hacia el este por el Abra del
otros bienes. De esta forma nacieron las pri- Toro Muerto (Castro et al. 2004; Nielsen et al.
meras caravanas, recorriendo sendas milena- 2006). Fuera de estos caminos y tambos, sin
rias a través de la cordillera. Durante más de embargo, registramos artefactos de induda-
dos milenios el tráfico llamero floreció en el ble filiación inca en quince sitios informales
área y con él se desarrollaron —espontánea- de pernocta de caravanas asociados a tres
mente diríamos— extensos sistemas viales pasos más, lo que demuestra que esas otras
informales. Hay elementos para pensar que rutas se encontraban plenamente activas en
en el primer milenio de nuestra era esta apre- la época.
tada retícula de sendas, lugares de pernocta y Los tambos y alojamientos construidos a
áreas de descanso ya conectaba las viviendas lo largo del Camino Inca muestran a menudo
de los pastores con la mayoría de los nodos la impronta de las prácticas caravaneras en
de población del sur andino, alcanzando la su diseño. Tal es el caso del patrón cancha o
costa del Océano Pacífico por el occidente e rectángulo perimetral compuesto que —sin
internándose en los bosques del piedemonte olvidar los usos que indudablemente tuvo en
oriental (Nielsen 2013; Pimentel 2011). En el otros contextos— funciona como un exce-
curso del siglo XV, el Estado Inca emprendió lente módulo de carga y descarga, ya que per-
su gigantesco proyecto de construcción de mite encerrar la tropa junto a estructuras te- AXEL E. NIELSEN
caminos, el Qhapaq Ñan. ¿Qué significó la chadas donde pueden almacenarse las cargas,
creación de este primer sistema vial formali- como sucede en la vivienda llamera actual.
zado para los herederos de aquella milenaria Vale la pena notar, sin embargo, que incluso
tradición de viajes? a lo largo del Qhapaq Ñan muchas de las cara-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...
En primer lugar, la construcción del ca- vanas y viajeros debieron pernoctar en cam-
mino a lo largo de ciertos trayectos no impli- pamentos informales, similares a los que se
có el abandono de otras rutas dotadas solo de usaron por miles de años y continúan en uso
vías y alojamientos informales. A pesar de lo hasta la actualidad. Por ejemplo, en los 125
que llevaría a creer el discurso oficial incai- kilómetros de Qhapaq Ñan que Berenguer y
co, la arqueología indica que muchos derro- colaboradores documentaron en el Alto Loa,
teros alternativos permanecieron activos en encontraron 14 sitios informales de pernocta
la era del Tawantinsuyu. Pudimos verificar con materiales tardíos asociados al camino.
302
En el tambo de Chac Inca, observaron varios tañas —antiguas deidades a los ojos de las
paravientos y otras estructuras expeditivas comunidades locales— en su andar? ¿Sería
típicas de las jaranas actuales cercanas a los un enunciado cosmológico más amplio rela-
edificios de clara factura incaica (Berenguer cionado de algún modo con la lógica de los
et al. 2005:25). ceques o de ciertos mitos?
Es indudable que en muchos casos el ca- Los cambios que pudo experimentar la
mino facilitó el tráfico caravanero, habilitan- ritualidad caravanera a partir de la construc-
do a través de puentes trayectos que eran im- ción del Qhapaq Ñan es un tema que requiere
practicables hasta entonces, prolongando la investigación. Para algunos autores la apa-
vida útil de ciertas vías mediante pavimentos cheta y los ritos que se le asocian son prácti-
o facilitando el tránsito en tramos que hasta cas vinculadas a la vialidad incaica (Hyslop
entonces debían ser difíciles o peligrosos, 1984). Si esto es así, resulta interesante que
como los faldeos en pendientes pronuncia- en las abras o portezuelos que atraviesan los
das o cornisas. Pero también es cierto que en dos ramales del camino entre Lípez y Ataca-
otros lugares —como en los desiertos y punas ma —mencionados anteriormente— no se
áridas del sur andino— la vía se reduce a un encuentren apachetas sino pozos de ofrenda
simple despejado, jalonado a veces por pe- (“sepulcros”), una ritualidad que parece ser
queños mojones, funcionalmente semejante propia del período Intermedio Tardío. Curio-
a las vías caravaneras informales de todas las samente, los sitios que hemos interpretado
épocas. Estos casos muestran con claridad la tentativamente como áreas de descanso de
función política del Qhapaq Ñan como mar- ese período tampoco muestran interven-
ca ubicua de la presencia del Estado en los ciones substanciales a pesar de haber conti-
rincones más remotos del paisaje vial. nuado en uso durante el período Inca. Estos
Otro aspecto del diseño del Camino Inca indicios, que requieren verificarse mediante
que no parece obedecer a consideraciones nuevos trabajos, podrían estar mostrando
instrumentales es la rectitud que asume una relación especial entre el Tawantinsuyu
en muchos lugares, señalada ya por varios y los llameros sur andinos, tal vez relaciona-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
autores. El tramo del camino entre el Loa da con el protagonismo que tuvieron estos
Superior y el Norte de Lípez mencionado grupos en los procesos de interacción interre-
anteriormente es un ejemplo de esta situa- gional durante siglos.
ción. Aunque solo pudimos identificar en
el terreno segmentos discontinuos de la vía,
todos ellos muestran una rectitud sorpren-
dente, encarando pendientes pronunciadas
sin el menor quiebre o desvío en su traza que
mantiene el rumbo magnético de 30° en los
70 kilómetros de recorrido entre Portezuelo AGRADECIMIENTOS
del Inca y Sia, el primer asentamiento resi- Agradezco a los pastores de Cerrillos (Sud Lí-
dencial con ocupación inca que se encuentra pez) por su hospitalidad y paciencia durante
llegando a Lípez desde el río Loa. ¿Qué sig- mi trabajo etnoarqueológico y a Elizabeth Ar-
nificado tuvo esta rígida imposición de una kush y Giancarlo Marcone por su invitación
forma sobre la accidentada topografía de la a participar del encuentro sobre “Nuevas ten-
cordillera occidental? ¿Era un mensaje sobre dencias en el estudio de los caminos” (Lima,
la capacidad del Inca para doblegar las mon- junio de 2014).
303
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Caminos rituales,
caminos útiles:
el sistema vial
en la región
de Pocona, Bolivia
LAWRENCE S. COBEN Este trabajo concentra su interés en la región de Poco-
na, departamento de Cochabamba, en el centro de Bo-
SUSTAINABLE PRESERVATION INITIATIVE
livia, luego del registro de diversos caminos antiguos
AND UNIVERSITY OF PENNSYLVANIA,
que conectan esta zona con los sitios de Vacas, Mizque,
ESTADOS UNIDOS
Aquile, Totora y Taraco. Probablemente algunos de
estos caminos se dirigirían al norte hacia la zona de
MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ Yungas, productora de coca, o al sur hacia las minas de
Potosí. Sin embargo, ninguno de estos caminos ha sido
MUSEO ARQUEOLÓGICO DE LA
asociado con el acceso o la entrada al sitio monumental
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN,
de Incallajta, en Bolivia. Este artículo describe el cami-
BOLIVIA
no doble que va hacia el este desde la capital provincial
de Vacas hacia la entrada norte del sitio. Diversas es-
tructuras construidas a lo largo del camino restringen
física y simbólicamente el acceso a Incallajta, por ello
se sugiere que esta vía fue un importante camino ritual
hacia Incallajta.
El sitio arqueológico monumental de Incallajta ha
impresionado a los visitantes durante cientos de años.
Arqueólogos, historiadores y otros han ofrecido nume-
rosas interpretaciones sobre este sitio, identificándolo
como una fortaleza, una ciudadela, un centro político,
administrativo o ceremonial o una combinación de to-
dos (Hyslop 1990: 176-182; Querejazu 1998: 149-191).
Estas interpretaciones se han centrado en el tamaño,
la capacidad defensiva y las características arquitectó-
nicas del núcleo monumental de Incallajta (Ellefsen
1973; González y Cravotto 1977; Ibarra Grasso 1971;
Nordenskiold 1957). Nuestras investigaciones han lle-
vado al descubrimiento de numerosos elementos en los
alrededores del sitio que permiten realizar un análisis
regionalmente contextualizado. Este trabajo describe
uno de ellos, un camino doble que conduce de la ciudad
moderna (y asentamiento inca) de Vacas hacia Incallajta,
y analiza las características del acceso a este sitio.
308
0 200 km
y múltiples puertas a lo largo de sus lados,
orientadas hacia una plaza (McEwan 2006:
176). El muro más alto restante, aún de pie
de la kallanka de Incallajta, tiene más de 12
metros de altura y es probable que hubiera
llegado a los 20 metros cuando el complejo al sitio. Este muro evoca al sitio arqueológico
se usaba. Los muros presentan nichos y el de Sacsayhuamán en el Cusco, tanto en su
muro sur contiene doce entradas. La kallanka forma como en su ubicación dentro del sitio;
se abre hacia una gran plaza con dos niveles; tiene aproximadamente 4 o 5 metros de altu-
el nivel más alto, al norte, colinda con este ra y una sola entrada que restringe el acceso
edificio. Un muro separa los dos sectores de a la cumbre de la colina y al sitio. Al interior
la plaza. Al lado de la puerta central de la ka- del muro en zigzag hay un segundo muro con
llanka hay un ushnu, una pequeña plataforma dos puertas. En el sitio también se observan
con una gran piedra sobre ella. numerosas estructuras de diversos tamaños,
Un muro en forma de zigzag (foto 2) se plazas y escalinatas.
encuentra a varios cientos de metros por en- Hasta hace poco, lo que se sabía acerca de
cima de la kallanka sobre una colina con vista Incallajta era escaso, debido a la insuficiencia
309
foto 1.
Vista
del sitio
Incallajta,
mirando al
Este.
de referencias sobre sitio en las crónicas y a la tio en 1913, las otras excavaciones conocidas
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES...
ausencia de cualquier investigación arqueo- fueron realizadas por nuestro proyecto, empe-
lógica sistemática en el sitio o en la región. zado en el año 2000; paralelos a este último, se
Los cronistas Bernabé Cobo (1990 [1653]: 154), efectuaron otros proyectos de mapeo ocasio-
Pedro Sarmiento de Gamboa (1999 [1572]: nal asociados a planes de desarrollo regional
159) y Miguel Cabello de Balboa (1951 [1586]: sin finalizar (González y Cravotto 1977; Que-
362), en un lenguaje similar, mencionan una rejazu 1998). Más recientemente, uno de los
fortaleza cerca del centro administrativo inca autores de este artículo ha argumentado que
de Pocona y la mayoría de los comentaristas Inkallajta habría representado una réplica del
han asumido que se trata de Incallajta (Que- Cusco y que, como tal, fue empleado para la
rejazu 1998). Erland Nordenskiold (1957) ejecución de los rituales más sagrados del Es-
mapeó y dirigió breves excavaciones en el si- tado Inca (Coben 2006, 2012).
310
chacra (Julien 1998: 137). Los valles Pocona crito en la Visita de Pocona y en algunos otros
y Machamarca se encuentran localizados documentos etnohistóricos.
aproximadamente 30 kilómetros al sur y al Céspedes (1982: 95) describe el sitio Paja
oeste de la región de las yungas, donde la coca Huasi, ubicado a 3 300 msnm en la cima del
ha sido cultivada desde la época Inca hasta la Cerro C’uchu, como un gran muro ciclópeo
actualidad (Julien 1998; Río 2010, Sánchez que rodea una explanada en la que se obser-
2008). Mercedes del Río (2010) señala que el van las bases de numerosas estructuras re-
maíz, la papa y en menor medida el trigo, se dondas. Estas últimas han sido identificadas
cultivan ampliamente en Pocona y en los va- por Céspedes como colcas. Al visitar el lugar,
lles circundantes. encontramos estas colcas sobre una superficie
Dos sitios incas importantes son Incarra- plana soportada por un muro de contención.
caycito (también conocido como el Tambo Un segundo muro de contención fue observa-
de Pocona) y Paja Huasi (también conocido do por debajo del primero, este no sostiene ac-
como C’uchu o el Pucará de C’uchu), cons- tualmente ninguna terraza u otra superficie
truidos en el Cerro C’uchu, al suroeste de la aplanada. Más arriba, en el cerro, encontra-
ciudad moderna de Pocona (Céspedes 1982; mos una serie de estructuras rectangulares,
Pereira 1982). Ambos sitios se encuentran plazas y plataformas. Estos restos constitui-
311
rían el área descrita por Céspedes como el Pu- formada por dos muros de contención. Cés-
cará de Pajahuasi. Este sitio se extiende sobre pedes ha identificado estas estructuras como
varias hectáreas y cuenta con una puerta for- instalaciones de almacenamiento (Céspedes
mal en su flanco oeste que lo conecta al cami- 1982: 96).
no inca que se dirige a Vacas. Walter Sánchez (2008: 122) sugiere que
Además de las colcas que acabamos de el paisaje del valle de Pocona refleja una or-
describir, existen otros tres sitios dedicados ganización inca. Según Sánchez, el patrón
exclusivamente al almacenamiento en el ortogonal de los campos en el valle de Pocona
valle de Pocona. Cerro Tumuyo, se localiza refleja una redistribución inca de tierra a mit-
unos 6 kilómetros al noreste del actual pue- mas en esta área como parte de una política
blo de Pocona, sobre una colina en el centro para gestionar y controlar la producción de
del valle. Varias hileras de bases redondas, maíz. Sánchez sostiene que el Inca distribuyó
orientadas de noreste a suroeste, cubren esta bandas rectangulares o cuadradas de territo-
colina en altitudes que fluctúan entre los rio a determinados grupos étnicos asentados
2 640 y los 2 700 msnm (Céspedes 1982: 96). en diversos valles pequeños de esta región
Las hileras se encuentran separadas por seis (Pocona, Conda, Chimboata, etcétera), de for-
o siete metros. Céspedes interpreta estas es- ma similar a la redistribución de tierras que
Incallajta
señalado con líneas paralelas de piedras se- res del Imperio Inca, como en la Isla del Sol
paradas por aproximadamente dos metros de (Bauer y Stanish 2001), al sur de Ecuador (Og-
distancia. Este pequeño segmento se localiza burn 2006) y en Ayaviri, al noroeste del lago
dos kilómetros al oeste del muro en zigzag de Titicaca (Julien 1983). Los ramales de estos
entrada al sitio Incallajta; postulamos que el caminos por lo general no son visibles entre
camino reconocido conducía a la puerta prin- sí y se encuentran separados por algunos ki-
cipal en este muro en zigzag. lómetros. Estas bifurcaciones pasan a través
Esta vía es el único camino doble re- de distintos sitios antes de unirse de nuevo.
portado en los alrededores de Incallajta y Por ejemplo, después de bifurcarse en Ayavi-
en todo el departamento de Cochabamba. ri, un ramal del camino pasa por el lado norte
Caminos de doble e incluso de triple carril del lago Titicaca, mientras que el otro pasa
316
por el sur. El camino se une de nuevo cerca de estructura, sospechamos que estos volvían a
Caracallo, Bolivia (Julien 1983: 24). En la Isla converger y a separarse en este punto. Aquí
del Sol, un solo camino se divide en Apachi- se localizaba una de las fuentes de agua que
nacapata, tomando una ruta alta y otra baja abastecían a Incallajta y a la fértil zona agrí-
hacia la roca sagrada (Bauer y Stanish 2001: cola de Pocona, ubicada al este del sitio. Esta
159-160). construcción podría haber servido como una
A diferencia de ello, no existe otro cami- apacheta, un santuario hallado normalmen-
no doble conocido en la región Incallajta. Las te en los pasos de las montañas que podía
vías asociadas al centro administrativo inca presentar una forma construida (Dean 2006)
de Pocona, incluyendo la descrita como el o constituir otro punto de control simbólico
“camino real” (Ramírez Valverde 1557 citado en el paso a Incallajta.
en Querejazu 1998: 143), si bien presentan va- Por último, el muro en zigzag, propuesto
riaciones en su ancho y técnica constructiva, como el final del camino, presenta una entra-
son de un solo carril. da principal. Inmediatamente al interior del
La presencia de una caseta de control muro en zigzag existe otro muro con dos por-
refleja la importancia del camino doble. Nin- tadas que conducen colina abajo hasta el nú-
guna otra estructura de esta región cruza un cleo monumental del sitio. Una vez más, los
camino y lo bloquea físicamente. Esta dispo- viajeros podrían haberse congregado en esta
sición recuerda la enorme puerta de Rumicol- entrada, separándose luego para ingresar al
ca localizada en la entrada al valle del Cusco núcleo monumental del sitio. En este punto,
(originalmente un acueducto wari en el que el acceso al sitio probablemente se veía físi-
los incas abrieron dos portadas de acceso), ca y simbólicamente restringido por el muro
aunque el puesto de control no presenta la masivo en zigzag y su única entrada.
misma escala ni tan elaborada construcción.
Rumicolca y este puesto “bloquean” caminos,
restringiendo el acceso de forma simbólica
más que práctica dentro y fuera de los valles
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
para estudios posteriores sobre la impor- and Ancient History, Uppsala University,
tancia y la función de la dualidad en el sis- Uppsala.
tema de “caminos incas”: ¿cuándo y por qué
se construyeron caminos dobles?, ¿por qué
ciertos puestos de control o puertas tienen
FUENTES IMPRESAS
dos vías de paso a través de ellos, como en
Rumicolca y Mamahuasi?, ¿qué estaría sien- Bauer, Brian S. y Charles Stanish
do marcado por la presencia de estos rasgos 2001 Ritual and Pilgrimage in the Ancient Andes:
dobles?, ¿qué importancia tenían los cami- the Islands of the Sun and the Moon. Austin:
nos que se unían en repetidas ocasiones en University of Texas Press.
puntos simbólicamente restringidos, para
Betanzos, Juan de
luego separarse rápidamente de nuevo? Y,
1996 [1551] Narrative of the Incas. Edición de Roland Ha-
finalmente, ¿qué relación existe, si la hay, en- milton y Dana Buchanan. Austin: University
tre estos elementos y las réplicas de la capital of Texas Press.
en el Cusco?
319
Cabello de Balboa, Miguel González, Alberto Rex y Antonio Cravotto
1951 [1586] Miscelánea Antártica. Lima: Instituto Etno- 1977 Estudio arqueológico e inventario de las
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Céspedes Paz, Ricardo 1963 [c.1599] Quinquenarios o historía de las guerras
1982 “La arqueología del área de Pocona”, Cua- civiles del Perú, en Diego Fernández (editor),
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89-99 (Serie Arqueológica, 1. Instituto de (Biblioteca de Autores Españoles, 165-167).
Investigaciones Antropológicas, Museo de la
Universidad Mayor de San Simón). Hyslop, John
1984 The Inca Road System. Orlando: Academic
Cieza de León, Pedro Press.
1967 [1553] El señorío de los incas. Edición de Carlos Araní- 1990 Inca Settlement Planning. Austin: University
bar Zerpa. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. of Texas Press.
Smith, Monica
2005 “Networks, territories and the cartography of
ancient states”, Annals of the Association of
American Geographers [Lawrence], 95(4),
pp. 832-849.
Stanish, Charles
1997 “Nonmarket Imperialism in a Prehispanic
Context: The Inca Occupation of the Titicaca
Basin”, Latin American Antiquity [Washing-
ton, D.C.], 8(3), pp. 1-18.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Sitio arqueológico de Incallajta (foto por Dan Hetherington)
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES... LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ 321
Desde el camino:
los SIG y El Shincal
de Quimivil
(Londres, Catamarca,
noroeste argentino)
REINALDO ANDRÉS MORALEJO Durante junio de 2014 participamos en la ciudad de
Lima de un evento organizado por el Proyecto Qhapaq
CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
Ñan del Ministerio de Cultura del Perú, “Nuevas ten-
CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS, UNIVERSIDAD
dencias en el estudio de los caminos”. Las ponencias
NACIONAL DE LA PLATA, ARGENTINA
trataron problemáticas arqueológicas y antropológi-
cas relacionadas con las vías de circulación y transpor-
J. DIEGO GOBBO te en el territorio andino. Una de las ideas que preva-
leció fue la de pensar en los caminos no simplemente
CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
como unidades de tránsito, sino como el producto de
CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS, UNIVERSIDAD
diversas acciones humanas. Nuestra presentación tra-
NACIONAL DE LA PLATA, ARGENTINA
tó una de las tantas variables vinculadas con la acción
humana a lo largo de un camino: la visibilidad. Para
ello, elegimos como caso de estudio uno de los prin-
cipales sitios incaicos del noroeste argentino, ubicado
en la localidad de Londres de la provincia de Catamar-
ca, conocido como El Shincal de Quimivil.
Si bien hacia fines del siglo XIX existían, como ve-
remos más adelante, algunas menciones acerca de la
región de Londres de Quimivil, el sitio fue descrito por
primera vez por Hilarión Furque en el año 1900; lue-
go, hacia mediados del siglo XX, fue excavado por Rex
González; y, finalmente, redescubierto por Rodolfo Ra-
ffino en la década de 1980. Este último y su equipo han
realizado, ininterrumpidamente desde entonces, nu-
merosas investigaciones, cuyos resultados han sido pu-
blicados en textos académicos y de divulgación a nivel
mundial. En el año 1997, en reconocimiento a su valor
patrimonial, El Shincal fue declarado Monumento His-
tórico Nacional por la Comisión Nacional de Museos y
de Monumentos y Lugares Históricos de la República
Argentina (Decreto Ley Nº 1145/97). En el año 2007, el
área ocupada por las Sierras de Belén, en la que se ubi-
ca el sitio, fue declarada Área Natural Protegida por la
Secretaría del Agua y del Ambiente de la provincia de
Catamarca (Decreto Nº 679/2007).
324
Nuestro interés por el estudio de los caminos Dentro de los estudios micromorfológicos,
comenzó en el año 2000 mientras se realiza- tal como señalamos al principio, se realiza-
ban trabajos de campo en el sitio. Una de las ron análisis basados en la importancia la visi-
primeras preguntas fue ¿qué nos podían con- bilidad a lo largo de un camino incaico, pues
tar los caminos sobre las prácticas sociales se trataba de un factor que se comporta como
llevadas a cabo en el sitio y la región?, prácti- otro elemento más de significación dentro
cas que nos permitirían reflexionar acerca de del paisaje socialmente construido.
las imposiciones culturales del Tawantinsu- Los análisis de visibilidad en El Shincal
yu y sobre las relaciones sincréticas que se ge- de Quimivil fueron realizados mediante un
neraron con las poblaciones locales del área. software de Sistemas de Información Geográ-
En ese momento los estudios específicos fica (SIG). A través del tiempo y, sobre la base
de vialidad se limitaban a ligeras menciones de experiencias propias, estos análisis han
y descripciones sobre la disposición geográ- tenido su propia evolución. Al comienzo se
fica de las vías y su vinculación con áreas realizaron teniendo en cuenta un solo pun-
vecinas. Ello motivó aún más nuestra investi- to de observador dentro del paisaje, luego se
gación, la cual estuvo basada en lineamientos fueron incorporando otros puntos de interés
teóricos y metodológicos que permitían ver definidos en el terreno, lo que permitía sumar
el espacio geográfico no solo en su dimen- todos los cálculos de visibilidad y crear ma-
sión física, sino también como producto de pas de visibilidad acumulada (Moralejo y Go-
una construcción social; es decir, producto bbo 2015a); posteriormente, comenzamos a
de una relación dialéctica entre el hombre y optimizar el análisis basándonos en la idea de
la naturaleza que se modela continuamente. movimiento a través del paisaje, por lo cual
Este abordaje nos remitió a una metodolo- promovimos un análisis particular basado en
gía sistemática que contemplaba un estudio la visibilidad acumulada del sitio consideran-
micro y macromorfológico de las vías y si- do la linealidad del camino en su totalidad
tios asociados (Moralejo 2011). A través del (Moralejo y Gobbo 2015b). De esta manera, se
análisis micromorfológico se conocieron las lograron integrar diversos elementos como
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
COLOMBIA
Guaca
Quito
ECUADOR
Hatun Cañar (Ingapirca)
Tumbes Tomebamba (Cuenca)
Oma Porco
Caserones Mochará
Pica Tupiza
Océano Pacífico Chuquiago Tolomosa
Turi
Catarpe Titiconte
Coctaca
San P. de Atacama
La Paya Pro. de La Huerta
Payogasta
CHILE Tolombón
Viña del Cerro Ingamana
Copiapo Pa. Aconquija
L. Colorada El Shincal
Watungasta
Coquimbo Tambería
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...
del Inka
Ovalle ARGENTINA
Ranchillos
Chena C. Cachapoal
Santiago de Chile
0 500 km
328
te casi una década y contó con la participa- 1982, realizando planos del sitio y sistemati-
ción de ingenieros, dibujantes, un arqueólogo zando sus rasgos arquitectónicos (Raffino et al.
y pobladores locales. Como resultado de estas 1982 y 1983). Con el paso del tiempo y a me-
expediciones arqueológicas se reunió un total dida que avanzan las investigaciones, comien-
de 12 000 piezas, diferentes tradiciones orales, zan a realizarse diversos trabajos interdiscipli-
valiosos dibujos y fotografías de los principa- narios entre los que se destacan algunas tesis
les lugares y estructuras encontradas. En el doctorales sobre diferentes aspectos del sitio
año 1931 esta colección fue depositada en el (Couso et al. 2015). En términos generales, se
Museo de La Plata y dos años después compra- puede decir que las temáticas abordadas in-
da por el Estado nacional (Sempé 1987: 92-93). cluyen diferentes problemáticas vinculadas
Con respecto al asentamiento de El Shincal de con arquitectura y urbanismo indígena, im-
Quimivil, en el año 1929 y en el marco de la pacto ambiental, etnohistoria, bioantropolo-
XI° expedición, se excavaron varias tumbas gía y ecología regional; todas ellas articuladas
con abundante material cerámico. Los mis- en torno a la historia regional, con especial
mos corresponderían a los estilos Belén, Be- énfasis en el período Inca en la región. Asimis-
lén-Inca e Inca (Raffino et al. 1982). mo, la puesta en valor, publicación, difusión y
Posteriormente, en la década de 1950, defensa del patrimonio arqueológico a través
Alberto Rex González realiza una campa- de diferentes aportes realizados en el ámbito
ña arqueológica en la zona de El Shincal de nacional y provincial.
Quimivil y excava entonces lo que él llamó Como lo señalamos anteriormente, el si-
“las ruinas de Simbolar”, hoy conocidas como tio se ubica en el piedemonte de la serranía
Casa del Curaca o Sector Alvis. Al respecto, de El Shincal, a 1 350 msnm, entre los ríos
concluye que, por su arquitectura, por los ti- Quimivil y Hondo, dentro de un paisaje par-
pos cerámicos encontrados en el lugar y por ticular conformado por algarrobos, chañares,
la presencia en las inmediaciones de restos acacias, talas y shinki. El área de ocupación
del Camino Inca, se trataba de un sitio co- supera las 30 hectáreas y está compuesta por
rrespondiente a la penetración y ocupación diversas estructuras, que en conjunto confor-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
incaica en el territorio del noroeste argentino man un patrón ortogonal concebido, planea-
(González 1966). do y construido de acuerdo al modelo incaico
Desde fines de la década de 1970, será el para sus centros administrativos regionales
doctor Rodolfo Raffino quien retomará las (Raffino 1995-1996, 2004) (figura 2 y foto 1).
investigaciones en la zona, comprendiendo El origen de su emplazamiento en esta región
los sectores medio y meridional del valle de austral del Tawantinsuyu responde a deter-
Hualfín, la sierra de Zapata y la precordillera minados objetivos del proyecto político de
del occidente de Catamarca en el marco del expansión incaica iniciado por Pachacutec
Proyecto Inka, auspiciado por el Consejo Na- (1438-1471) y proseguido por su descenden-
cional de Investigaciones Científicas y Téc- cia real Túpac Inca Yupanqui (1471-1495),
nicas de la República Argentina (CONICET) Huayna Capac (1495-1525), Atahualpa y
y luego por la National Geographic Society. Huascar (1525-1532). Entre estos objetivos
Estas investigaciones continúan, pero diri- primaba, por un lado, el interés por los recur-
gidas por sus discípulos y, en algunos casos, sos mineros y agropastoriles producto de una
concentradas en sitios específicos. organización económica muy disciplinada
Puntualmente en El Shincal, Raffino co- basada en un sistema tributario de redistri-
menzará a hacer prospecciones entre 1981 y bución y reciprocidad (González 1980; Ra-
329
ffino 1983; Raffino et al. 1978); y por otro lado, Entre los principales componentes de la
la conquista simbólica a través de la hospita- planta urbana del sitio se encuentra una
lidad ceremonial reflejada en la transmisión e gran plaza amurallada o aukaipata de forma
imposición de diversos elementos del paisaje casi cuadrangular (175.22 metros de lado),
y la cultura material (Acuto 1999; Bray 2003, en cuyo centro se encuentra el ushnu o pla-
2004; D’Altroy et al. 2000; Nielsen y Walker taforma ceremonial. La aukaipata posee un
1999; Williams et al. 2005). trazado cardinal cuya divergencia con res-
La importancia de El Shincal dentro del pecto al norte magnético es de tan solo 1,5°
Tawantinsuyu ha sido tal que, de acuerdo a (Farrington 2013: 352). Posee una entrada en
las evidencias materiales arqueológicas e his- la esquina suroeste por donde pasa un canal
tóricas disponibles, pudo constituir el lugar de piedra.
donde se efectuó la segunda fundación espa- El ushnu es de forma cuadrangular, de
ñola en territorio argentino. Esta llevaba el 16.15 por 16.15 metros de lado, con una altu-
nombre de Londres de la Nueva Inglaterra y ra superior a los 2 metros y una escalinata de
fue fundada por Pérez de Zurita en 1558, pro- piedra en el centro de la fachada occidental.
bablemente usufructuando la existencia de Su orientación presenta una ligera diferencia
esas ruinas abandonadas por los incas unos en cuanto al posicionamiento de la aukaipata.
25 años antes (Igareta 2008). Por debajo del mismo pasa un canal de agua,
K1 K4
5b
K3 CAOc:
K5 5a Cerro Aterrazado
Qollqas Occidental
CAOr
CAOcc Ushnu
Camino CAOr:
K2
incaico Aukaipata Cerro Aterrazado
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...
Oriental (adaptado de
Kancha II Raffino et al. 1982,
5e 5c
Casa lámina 4 y Farrington
del Kancha I
5g Curaca Sinchihuasi 1999: 62)
Arroyo simbolar 5f
Atalaya
0 100 km
330
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
lo que sugiere la existencia de “an ushnu com- Proponemos otra explicación al respecto, ba-
plex” (Farrington 2013: 354). sada en las observaciones realizadas en otros
Hacia el oeste del interior de la aukai- sitios incaicos localizados en Perú como: el ac-
pata se encuentra un muro doble de 60 me- llawasi de Aypate (sierra de Piura), una de las
tros de largo, de aproximadamente de 0.80 a plazas de Incahuasi (Cañete), el Templo del
0.82 metros de ancho en su base, con cuatro Sol de Pachacamac (Lima) y uno de los secto-
puertas o vanos trapezoidales de 1.08 metros res residenciales de Huaycán de Cieneguilla
de ancho. Su posición es inmediata al acce- (valle medio de Lurín). Este muro se encuen-
so suroeste de la aukaipata. Al comienzo de tra limitando la visibilidad desde el acceso
las investigaciones fue interpretado como principal a la aukaipata, por lo que cualquier
la fachada de una kallanka en pleno proce- persona que penetre en la misma debería ade-
so de construcción, correspondiente a una lantarse a dicho muro para poder observar
segunda fase de planeamiento y ocupación claramente el espacio interior de la misma y
incaica del sitio (Farrington 1999: 58; Raffino el ushnu. De esta manera, el muro constituye
2004: 108-119, 229). Posteriormente, se defi- un rasgo arquitectónico que irrumpe la visi-
nió como un portal simbólico (Giovannetti bilidad de determinados espacios de poder
2013: 12). altamente significativos. Se trata de un modo
331
foto 1.
Panorámica
del sitio El
Shincal de
Quimivil
tomada des-
de la cima
del Cerro
Aterrazado
de relación arquitectónica, entre muros y oriente (K3 y K4) y occidente (K1 y K5), y en-
accesos, que organiza el espacio en términos frentados hacia el interior a un patio.
de movimiento, buscando otorgar mayor es- En El Shincal también se destacan diver-
cenificación a ciertos espacios o estructuras. sos conjuntos residenciales con un formato
Esta forma de organización del movimiento a regular —sujetos a algunas variaciones— co-
través del espacio, también puede observarse nocidos desde la arqueología como RPC (Rec-
en el sitio arqueológico Chan Chan, capital tángulo Perimetral Compuesto) o cancha (del
del reino Chimú, en Trujillo, costa norte de quechua kancha). Estas unidades se encuen-
Perú (Campana 2012). tran dispuestas hacia los sectores septentrio-
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...
a los invitados que arribaban a los eventos espacialmente agrupadas en sectores ad hoc.
festivos (sectores 5d y 5e); algunas más, que Esto indica que su emplazamiento sobre lu-
demuestran una ocupación continua a lo gares con microclima cálido y seco fue deli-
largo del año, eran exclusivas para los ha- beradamente planeado. De esta manera se
bitantes que se encargaban de mantener el piensa que los incas debieron efectuar algún
sitio (Sector 5f). estudio de las temperaturas del suelo y de las
Hacia el suroeste del sitio existen otras velocidades y temperaturas de los vientos
construcciones localizadas sobre una co- que cruzaban los diferentes sectores del es-
lina aterrazada. Se trata de dos estructuras tablecimiento, a fin de conocer la diversidad
idénticas, enfrentadas entre sí, que replican de hábitat y los factores ecológicos asociados
una forma característica del área cusqueña (Capparelli et al. 2006).
(Farrington 2013: 354). En la figura 2 se pue- En la planicie de inundación del río Qui-
de observar este conjunto con el nombre de mivil se extienden los campos de cultivo don-
Atalaya; solo se trata de una denominación de se han encontrado fragmentos de cerámi-
concedida al comienzo de las investigacio- ca dispersos que, de acuerdo con Farrington
nes, razón por la cual su nombre está sujeto (2013: 354), podrían indicar el área suburba-
a cambios de acuerdo a las investigaciones na del sitio. También se han hallado rocas
futuras. con estructuras de molienda asociadas con la
Otro aspecto interesante para destacar es fabricación de grandes cantidades de chicha
la presencia, hacia el oriente y occidente de (Giovannetti 2009) y varios entierros huma-
la aukaipata, de dos cerros aterrazados (Cerro nos (Salceda y Raffino 2004). Otro elemento
Aterrazado Oriental y Cerro Aterrazado Occi- de importancia es la presencia de un gnomon
dental) de 25 metros de altura, cuya cima es o intihuatana situado a una distancia de 460
aplanada; estos quizás sirvieron para prácti- metros hacia el norte del ushnu; se cree que
cas relacionadas con el culto solar. En la cima allí los incas realizaban observaciones solares
del Cerro Aterrazado Occidental se encuentra (Farrington 1999, 2013).
una gran roca, cuya superficie imita la forma La presencia de los ríos Quimivil y Hondo
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
de los cerros tutelares que dominan el paisaje dentro del paisaje del sitio ha permitido inter-
de El Shincal. También se han encontrado al- pretarlo como un lugar de encuentro, deno-
gunas oquedades que pudieron actuar como minado tinkuy en lengua quechua, considera-
lugares para ofrendas y/o marcadores espa- do sagrado por los incas. Ambos ríos juegan
ciales astronómicos. Esto último ha sido ob- un rol fundamental en otorgar humedad y
servado en otros cerros vecinos como el Ce- heterogeneidad ambiental a esta región que,
rro Loma Larga (o Cerro de La Cruz) y el Cerro pese a estar dentro de un clima árido, posee
Divisadero, ubicados hacia el sur y suroeste un marco natural profuso y diverso que ha
del sitio, respectivamente. aportado, a lo largo de su historia, elementos
En relación con la actividad administra- esenciales para la subsistencia humana (Ca-
tiva y ceremonial que se llevaba a cabo en el pparelli 1997). De este modo, podemos ver
sitio, se han encontrado más de cincuenta uni- cómo los edificios, en conjunto con el paisaje
dades de almacenamiento o depósitos deno- circundante, conformaban una red de mar-
minados colcas. Se trata de dos grandes grupos cadores espaciales tanto geográficos como
construidos en zonas elevadas hacia el norno- culturales.
roeste de ambos cerros aterrazados. Algunos Este modelo social del paisaje, con deter-
estudios señalan que las colcas se encontraban minadas simetrías y regularidades urbanís-
333
ticas cuidadosamente planificadas como en El Qhapaq Ñan del sitio
otros sitios incaicos de los Andes centrales,
condujo a que investigadores como Raffino
(1990) y Farrington (1999, 2013) expresaran Un tramo del Qhapaq Ñan o Camino Princi-
que los constructores de El Shincal de Qui- pal Andino —a partir del cual se realizó el
mivil quisieron replicar simbólicamente la análisis de visibilidad acumulada presenta-
capital del Tawantinsuyu, dándole entonces do en este artículo— recorre el sitio en sen-
el carácter de “Nuevo Cusco”. Esta idea se ve tido noreste-suroeste, articulando el valle de
reforzada cuando se examinan los resultados Hualfín, la quebrada del río El Tambillo y el
de las excavaciones, que demuestran que en el valle de Abaucán. Este tramo reconocido en
sitio se realizaron una serie de actividades vin- el terreno corresponde al trayecto El Shincal
culadas a las capitales provinciales incas, tales de Quimivil-La Aguada del Norte Chico del
como ceremonias, construcción de residen- departamento de Belén, descrito detallada-
cias de élite, producción de textiles, cerámica, mente por Moralejo (2011) en el marco de su
comidas y bebidas, movimiento caravanero, proyecto de investigación de tesis doctoral.
entre otras. Asimismo, existían diferentes je- Dicho tramo está conectado con un camino
rarquías sociales que habitaban distintos sec- secundario que comunicaba El Shincal con
tores del sitio. Podemos ver, entonces, cómo el los enclaves de producción agrícola y pasto-
sitio se constituye, de acuerdo con sus caracte- reo de Los Colorados y Las Vallas, localizados
rísticas, como una de las principales capitales aguas arriba del río Quimivil.
político, administrativas y ceremoniales del El ancho del Qhapaq Ñan varía entre los
tremo sur del valle Calchaquí y los valles de formando muros de una sola hilada y alinea-
Yocavil o Santa María, Andalgalá, Hualfín y mientos laterales de rocas no contiguas; (2)
Abaucán (González 1982; Raffino 2004; Wi- con muros de protección como una variante
lliams 2003). del camino encerrado por muros; (3) con ta-
lud (también denominado muro de conten-
ción o retención); (4) con talud y excavación
dentro de la ladera; (5) con presencia de ram-
pas; y (6) con presencia de escalonados y siste-
334
tipos de oquedades o agujeros en las rocas, negro con una resolución máxima de 10
fuentes de agua, canales, esculturas en piedra micrones (2540 dpi), y escala aproximada
y tokankas, integraban un paisaje ritual con 1:75,000. Año de vuelo: 1982. Dichas imá-
alto contenido simbólico. genes fueron ortorectificadas y georreferen-
ciadas con puntos de control en el terreno.
• Modelo Digital de Elevación (DEM) de 10
metros de resolución espacial, realizado a
partir de la restitución fotogramétrica de
un par estereoscópico de fotos aéreas (IGN
2C-341-0693-82-607 / IGN 2C-341-0694-
82-607).
• Track del camino reconocido (Qhapaq
Ñan) del sitio El Shincal de Quimivil levan-
tado con GPS (Garmin GPSmap 76CSx).
• Plano del sitio El Shincal de Quimivil, en
formato vectorial, levantado con estación
total.
335
figura 3 . Representación del concepto de cuenca visual acumulada
+ =
Observador Valor 0
Superficie visible Valor 1
Superficie no visible Valor 2
Acto seguido, para realizar el análisis de visi- rentes colores presentes en el mapa. A través
bilidad, la traza del camino correspondiente de este análisis se puede evaluar el grado de
a 5 460 metros fue transformada en puntos protagonismo del sitio visto desde el camino.
equidistantes cada 10 metros, obteniendo en- En cuanto a la obstrucción visual que la
tonces un total de 546 puntos. Estos fueron vegetación puede ocasionar, si bien fue con-
considerados como los puntos de observador siderada al realizar el DEM desde la fotografía
y sobre cada uno se computó la visibilidad aérea, no se puede hacer evidente debido a la
acumulada. Con respecto a la altura del ob- resolución utilizada.
336
de Quimivil
cas visuales de un sitio se puede comprender “y”, Kancha I, Kancha II y Casa del Curaca
la estructuración del paisaje arqueológico. (Couso et al. 2011; Moralejo 2013; Moralejo y
Para ello fue necesario contar con datos bi- Couso 2012).
bliográficos acerca del sitio, comunicaciones En el caso particular de la Casa del Cura-
personales de otros investigadores, nuestras ca —caracterizada por su posicionamiento
propias observaciones en el terreno y el uso aislado y difícil accesibilidad con respecto
de fotografías aéreas ortorectificadas y georre- al resto del sitio—, la visibilidad restringida
ferenciadas. Posteriormente, toda esta infor- constituye un elemento singular que en con-
mación fue incorporada de manera integrada junto con la arquitectura y restos de vasijas
a un proyecto SIG mediante el cual se pudo de excelente calidad (Giovannetti et al. 2012;
realizar diversos tipos de análisis entre los que González 1966; Raffino 2004) y la trifurca-
destacamos el de visibilidad acumulada. ción de caminos (Moralejo 2011) refuerzan
El análisis de visibilidad acumulada estu- la idea que constituyó una de las posibles
vo basado en la visibilidad del sitio El Shincal residencias para las elites gobernantes de El
de Quimivil a lo largo de un rasgo lineal como Shincal de Quimivil.
el Camino Inca. El mismo nos ha permitido Por otro lado, los sectores que poseen
plantear la presencia de una determinada mayor visibilidad desde el camino estarían
339
vinculados con sectores del sitio donde se otros elementos del sitio, razón por la cual
realizaban actividades abiertas, o públicas, se presentaba como un elemento más de le-
relacionadas con reuniones comunales de ca- gitimación y poder con un fuerte significado
rácter político, ceremonial y festivo. En estos geográfico y ritual.
sectores encontramos determinadas estruc- Si bien creemos que no existe una rela-
turas vinculadas con la gran plaza o aukaipa- ción unívoca entre espacio y forma de orga-
ta como los cerros aterrazados, los edificios nización social, este tipo de análisis mensura-
kallanka (principalmente la K2 ubicada en el ble y apoyado en evidencia empírica permite
interior de la aukaipata) y el ushnu que en su diferenciar, a manera de hipótesis, los tipos
conjunto representan los máximos exponen- de espacios con mayor, menor o nula visibi-
tes de la arquitectura pública de poder inca. lidad dentro de un sitio. Espacios que podían
En este sentido, resulta interesante el planteo estar pautados socialmente a partir de aspec-
de Moore (1996) donde pone de manifiesto la tos ideológicos y mecanismos simbólicos (Gil
proxémica de las plazas incaicas con respec- 2001). En este sentido, la estrategia de visibili-
to a los rasgos y estructuras vecinas. Estas se dad o invisibilidad de determinados espacios
ubican generalmente en el sector central del se convierte en un instrumento de produc-
sitio, con diferentes accesos, constituyendo ción de significado y control social modelado
así un elemento clave del espacio político y por la ideología dominante.
ceremonial incaico. Este tipo de análisis permite superar el
A lo largo de este artículo hemos visto resultado del cálculo de visibilidad realiza-
como la percepción cognitiva de la visuali- do desde un único punto de observación. De
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la consideración de formas alternativas de
intercambio económico a nivel doméstico y EL QHAPAQ ÑAN Y LA GENERACIÓN
comunitario, particularmente en áreas fuera DE CAMBIO ECONÓMICO
de la producción de bienes de consumo para El rol de los caminos en la difusión de la do-
la simple autosubsistencia. minación imperial, y en la articulación de las
La visión económicamente pasiva de las poblaciones locales a grandes sistemas econó-
comunidades locales y unidades domésticas micos, ha sido explorado en diversos contex-
está implícita en muchos estudios sobre los tos del mundo moderno y la antigüedad (Ba-
efectos de la conquista inca. Sin embargo, uni- nerjee et al. 2012; Bryceson et al. 2008; Canning
dades domésticas y pequeños grupos de tarea y Fay 1993; Kreutzmann 1991; OECD 2002;
corporativos pueden eventualmente actuar Speidel 1987; Wiseman 1970; Witcher 1998);
como agentes económicos independientes, sin embargo, hay muy poco trabajo teórico
aprovechando los cambios en la economía comparable en el caso del Qhapaq Ñan. En
global surgidos como consecuencia de su gran parte, esta omisión ha sido el resultado
incorporación política dentro de sociedades de una perspectiva desde arriba hacia abajo
complejas (Douglass 2002; Gonlin 2012; Fal- que considera el sistema vial incaico solo en
351
términos de la estrategia de dominio inca, tuvo reservado fundamentalmente para asun-
como una red de transporte que conectaba tos relacionados con el Estado es la que más
nodos administrativos o enclaves producti- ha influenciado a los investigadores del tema:
vos centralizados. Sin embargo, ¿qué tipo de “[…] soldados, cargadores y caravanas de llamas
actividades económicas locales podrían ha- fueron sus usuarios principales, como también
berse desarrollado para aprovechar el Camino la nobleza y otros individuos en misión oficial.
del Inca en tiempos prehispánicos? y ¿cómo Otros sujetos fueron permitidos de caminar a
se diferenciarían (en carácter y objetivo) estas lo largo de los caminos solamente con permiso
iniciativas indígenas de las actividades del sis- [...]” (D’Altroy 2002: 243; traducción nuestra).
tema imperial inca? Aunque existe cierta in- Sin embargo, John Hyslop reconoció la im-
formación sobre lo que los gobernantes incas portancia de investigar otras dimensiones del
hicieron con sus caminos, casi nada se conoce uso del camino, señalando que “también hubo
acerca de cómo los grupos locales pudieron una cantidad indeterminada de tráfico privado
haber explotado la infraestructura imperial [...] sobre el cual se conoce muy poco” (Hyslop
para sus propios fines económicos y sociales. 1984: 254; traducción nuestra). Una caracte-
El trabajo arqueológico realizado en los si- rística omnipresente del sistema del Camino
tios de la sierra Cachiyuyo de Llampos plantea Inca es la presencia de estructuras informales
la posibilidad de que el uso del Qhapaq Ñan (no-inca) en sus costados, las cuales no siempre
en el desierto de Atacama hubiera sido mucho se encuentran asociadas a algún tambo.
más complejo y “local” que lo discutido en la En una prospección del Camino Inca de
literatura existente, situación facilitada quizás Morohuasi a Salta, por ejemplo, Vitry (2000)
por su distanciamiento del área nuclear del registró dichas estructuras en 7 de 15 sitios del
Imperio Inca y la relativamente leve presencia camino, incluyendo El Cardonal (donde en-
administrativa estatal en las provincias dis- contró 45 de ellas). Estas estructuras han sido
tantes. La existencia del camino pudo haber a veces identificadas como viviendas emplea-
proporcionado nuevas oportunidades econó- das cuando el “desbordamiento” de los viaje-
micas para las poblaciones locales, en formas ros atestaba los tambos y otras instalaciones
diferentes a las registradas en los nodos de con- oficiales, o como espacios de almacenamien-
trol inca y de un modo no previsto por la élite. to para apoyar a los tambos e instalaciones
La monografía de Hyslop (1984) sigue siendo similares. Sin embargo, formalmente, estas
FRANCISCO GARRIDO
la base interpretativa y metodológica para los estructuras han sido estudiadas incluso me-
enfoques arqueológicos al sistema del Qhapaq nos que los tambos. La investigación de anti-
Ñan, y su visión enfatiza el rol dominante del guos caminos romanos provinciales (Speidel
Estado Inca sobre sobre el uso de los caminos. 1987; Wiseman 1970; Witcher 1998), la pro-
Las investigaciones posteriores han continua- pagación de las redes de transporte moderno
do el trazado punto-a-punto de segmentos (Fogel 1962) y las actividades modernas de ca-
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...
plantear dos modelos altamente simplifica- bre todos los recursos minerales mencionada
dos y contrastados del Qhapaq Ñan: en las fuentes etnohistóricas correspondería
más a una afirmación de soberanía que a una
1. El modelo de camino privado que destaca imposición real. Esta observación es consis-
un acceso limitado y su uso oficial, donde tente con el estudio etnohistórico de Berthe-
el Qhapaq Ñan sería el equivalente a la au- lot (1986) sobre los distritos de Carabaya y
topista del Imperio Inca, por la cual funcio- Chuquiabo en la cuenca del Titicaca, demos-
narios estatales y materias primas cruciales trando que aunque el Inca controló las minas
circularon por arterias impermeables entre más productivas (en especial de oro), también
nodos imperiales; en este modelo, las es- hubo muchas minas dispersas y de menor
tructuras camineras circulares informales, calidad que pertenecieron a las comunidades
tan a menudo observadas a lo largo del Qha- locales; algunas de estas últimas fueron espe-
paq Ñan, corresponderían a viviendas tran- cíficamente asignadas por los incas a señores
sitorias con fines de descanso en el camino. locales para su propia explotación, sin necesi-
2. El modelo de lugar de intercambio lineal, dad de tributar por dicha producción.
basado en la idea de los estudios caravane- En los Andes, las investigaciones sobre
ros y de la analogía intercultural, en el que la minería enmarcada dentro de economías
353
domésticas o comunitarias han sido compa- Contexto regional:
rativamente muy reducidas (vid. Rosen 1997;
Stöllner 2012). Con algunas excepciones minería y el Camino Inca
(Eerkens et al. 2009; González 2004; Graffam
et al.1996; Núñez 2006; Núñez et al. 2003), en el desierto de Atacama
nuestra imagen de la producción minera an-
dina de tiempos prehispánicos se encuentra
fuertemente sesgada por el punto de vista de La investigación de la minería prehispánica
las economías centralizadas y controladas en Chile se ha focalizado sobre todo en la
por el Estado (Abbott y Wolfe 2003; Berthelot región de Antofagasta. Las primeras eviden-
1986; Cantarutti 2013; Cruz y Vacher 2008; cias de actividades mineras provienen de los
D’Altroy y Earle 1985; Earle 1994; Goldstein sitios de explotación de óxido de hierro en
y Shimada 2007; Lechtman 2007; Lechtman Tal-Tal, en un contexto de cazadores reco-
y McFarlane 2006; Salazar 2008; Salazar et lectores con especialización marítima desde
al. 2010b; Salazar et al. 2013b; Schultze 2013; los inicios del período Arcaico (Salazar et al.
Shimada y Wagner 2001; Van Buren y Presta 2010a; Salazar et al. 2013a). En la transición
2010; Vaughn y Tripcevich 2013; Williams del período Arcaico al período Formativo,
2000). Como ha sido demostrado por las in- vemos la aparición de las cuentas de collar
vestigaciones arqueológicas efectuadas en como un nuevo elemento de prestigio en los
Europa y Eurasia, a menudo, la minería y contextos arqueológicos del área. Estos arte-
la metalurgia pueden ser mejor entendidas factos fueron producidos utilizando minera-
en el contexto de procesos económicos do- les de cobre, conchas de moluscos y huesos,
mésticos y comunitarios, más que dentro de mostrando a través del tiempo un importante
la dinámica de la economía política de élite aumento en la frecuencia del uso de minera-
(Hanks 2009; Hanks y Doonan 2009; Knapp les de cobre, una constante reducción de ta-
1998; Pigott 1998; Wright y Garrard 2003). maño y un incremento en la estandarización
Como una forma de intensificación domés- (Rees 1999; Soto 2010).
tica, por ejemplo, la minería puede producir Desde el Formativo en adelante, la ma-
tasas de retorno más altas que otros tipos de yor parte de la investigación se ha enfocado
producción doméstica (Shennan 1998, 1999) en el distrito de San José del Abra, donde se
FRANCISCO GARRIDO
y puede ser una eficaz estrategia de minimi- han identificado varias minas y campamen-
zación de riesgo. La producción metalúrgica tos mineros hasta el período Tardío (Salazar y
puede ser efectivamente realizada como una Salinas 2008). En el Intermedio Tardío, la ex-
industria, en el marco organizacional de pro- plotación minera se centró en la extracción
ducción doméstica, como parte de múltiples de turquesa, malaquita y crisocola, intensifi-
actividades artesanales de tiempo parcial cándose con el tiempo en San José del Abra
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...
(Feinman 1999; Goldstein y Shimada 2007; y Conchi Viejo (Salazar 2008). El sitio Cerro
Hirth 2009). Del mismo modo, dichas acti- Turquesa, en San José del Abra, exhibe el de-
vidades pueden resultar en la formación de sarrollo de una constante segregación espa-
una nueva forma de asentamiento: el campa- cial de las actividades. El chancado primario
mento minero prehistórico, una comunidad del mineral fue realizado junto a la mina,
social con su propia configuración social y mientras el chancado secundario y terciario
económica (Douglas 1998; Knapp 2003; Pi- era efectuado por separado en áreas especí-
gott 1998). ficas asociadas a las estructuras del campa-
354
mento minero. Durante la fase Carrazana lapidaria, con redes de intercambio de larga
(800-1200 d.C.), Cerro Turquesa fue utilizado distancia.
estacionalmente por unidades domésticas La minería fue una de las primeras ac-
que practicaron una producción artesanal no tividades productivas realizadas por los in-
especializada, cuyos productos finales (tanto cas durante su expansión en el desierto de
de lapidaria como de metalurgia) eran manu- Atacama, lo que se muestra desde el inicio
facturados probablemente en el valle del Loa del Horizonte Tardío (1400-1450 d.C.) en los
(Salazar et al. 2010b). fechados de yacimientos mineros como AB-
En el caso del sector de Chuquicamata, el 36 Inkawasi-Abra (Salazar 2008; Salazar et al.
sitio CHU-2 es un campamento minero con 2013b; Salazar et al. 2013c). Los mineros de la
una ocupación fechada entre el 780 y 1020 zona trabajaron para el Inca como mano de
d.C. que articula la minería con el valle de obra en la mita. En los campamentos destaca
Loa (ubicado a unos 20 kilómetros del sitio), la presencia de arquitectura inca y de zonas
desde donde provenían los trabajadores y separadas para la realización de banquetes y
recursos (Núñez et al. 2003). Los abundantes rituales como parte de la redistribución del
fragmentos de atacamita y azurita reflejan Estado. El yacimiento de Cerro Verde exhibe
etapas de molienda del mineral y una selec- minerales triturados, martillos de piedra y ce-
ción in situ para reducir el peso de la carga an- rámica inca (Adán 1999; Castro et al. 2004; Va-
tes de su transporte. Este sitio también tiene rela 1999), mientras que las excavaciones en
evidencia de producción de cuentas de collar el centro administrativo inca de Catarpe, cer-
y está directamente asociado con caminos ca de San Pedro de Atacama, sugieren que fue
de caravanas que fueron importantes para un importante nodo en el almacenamiento y
asegurar de manera eficaz el desplazamiento distribución de artículos de lapidaria y meta-
del mineral desde las minas, y los alimentos lurgia (Lynch y Núñez 1994; Núñez 2006).
desde los oasis del Loa. De acuerdo con la información existen-
Más cerca del valle de Copiapó, en la te, las características de los yacimientos mi-
zona del Salvador, Iribarren (1972-1973) neros incas en Chile reflejan altos niveles de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
FRANCISCO GARRIDO
hallazgo de minerales de cobre y artefactos tas de collar, obsidiana y objetos de cobre y
de metal en sitios a lo largo de la ruta (Iriba- concha marina fueron encontrados en dos
rren 1972-1973; Iribarren y Bergholz 1972- pequeñas calicatas detrás de una gran estruc-
1973; Lynch 1993, 1994, 1995-1996; Lynch tura en el tambo Cañapa y en la superficie de
y Núñez 1994; Niemeyer y Rivera 1983), y algunos otros sitios, como Campamento del
la proximidad del camino a algunas opera- Inka, Portezuelo del Inka y Abra de la Lagu-
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...
ciones mineras prehispánicas (Adán 1999; nita. Además, la gran cantidad de desechos
Berenguer 2004, 2007; Berenguer et al. 2005; líticos recuperados durante las excavaciones
Raffino 1981). en Cañapa sugiere un nivel significativo de
El segmento más estudiado del Qhapaq producción de herramientas, evidenciando,
Ñan en el desierto de Atacama es el tramo al mismo tiempo, una actividad asociada a
de 120 kilómetros que corre paralelo al río Camino Inca que iba más allá de la simple
Loa superior entre Miño y Lasana (Berenguer administración u ocupación esporádica por
2004, 2007; Berenguer et al. 2005). La cerámi- parte de los viajeros.
356
FRANCISCO GARRIDO
Chinchilla 2
Exterior 2
Chinchilla 8
Exterior 10 Exterior 3 Chinchilla 3
Exterior 4 Chinchilla 9 Chinchilla 13
Exterior 5 Chinchilla 4 Chinchilla 10
QÑ8 Chinchilla 5 Chinchilla 11
Exterior
6
Chinchilla 6 Chinchilla 12
Exterior 7
QÑ10 QÑ9
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...
QÑ11
QÑ12
Tambo Medanoso
0 2 km
358
FRANCISCO GARRIDO
FRANCISCO GARRIDO
en contraste con sitios oficiales incaicos. en Chinchilla 1 también pudo haber sido un
Del mismo modo, al comparar los tipos ejemplo de un privilegio económico a indi-
cerámicos específicos en cada sitio (figura 5), viduos diaguita que se aliaron con los incas
vemos que en Chinchilla 1 abundan las varie- durante la conquista del territorio facilitando
dades monocromas, mientras que en el Tam- su hegemonía. En general, Chinchilla 1 su-
bo Medanoso como es de esperar, los tipos giere un modo de producción organizado a
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Inca locales representan el grupo principal. nivel doméstico o bien como grupos de tarea
En el caso de los espesores de los fragmentos corporativos que producen bienes para inter-
cerámicos, los tipos monocromos de Chin- cambio, ya que aquellos mineros estuvieron
chilla 1 abarcan los valores más altos, esto se desligados de la producción de alimentos du-
relaciona con su función como contenedores rante su tiempo de trabajo en el desierto.
y ollas de cocción. La estructura de los con- Si bien a 3 kilómetros de Chinchilla 1
juntos cerámicos de ambos sitios es diferente existe una pequeña fuente de agua, hay por
y sugiere: (1) la conexión entre Chinchilla 1 lo menos 60 kilómetros de distancia entre el
362
figura 5. Gráficos de análisis cerámico a partir de la excavación de los sitios CH1 y Tambo Medanoso
70 70
60 60
50 50
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
Espesores (mm) por tipo cerámico en Tambo Medanoso Espesores (mm) por tipo cerámico en CH1
12 60
10 50
8
40
6
30
4
20
2
0 10
0
2 3 4 5 6 8 (mm) 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 15 (mm)
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Diaguita Inca Inca local Monócromos Diaguita Inca Inca local Monócromos
sitio y las fuentes más cercanas de recursos tráfico por él pudo haber proporcionado la
agrícolas en el valle de Copiapó. El aprovisio- principal salida para la producción de Chin-
namiento de la población residente desde tan chilla, ya sea a través de intercambio directo
lejos presenta importantes desafíos para jus- o por medio de intermediarios.
tificar una producción artesanal de bajo ni- Otros sitios dentro de la quebrada de
vel. Por lo tanto, la principal hipótesis es que la Chinchilla evidencian especialización
la actividad de Chinchilla 1 fue posible gra- de tareas y existencia de diversos agentes
cias al Camino Inca ubicado en sus cercanías. participantes en la explotación minera del
El campamento minero podría haber sido lugar. Por ejemplo, el campamento minero
abastecido de materiales trasladados y alma- Chinchilla 3 consiste de un conjunto de es-
cenados a lo largo del camino, y el constante tructuras residenciales aglutinadas en un
363
radio de media hectárea, asociadas a paneles
de arte rupestre. Este sitio presenta un gran figura 6 . Sitio Tambo Medanoso indicando proporción
número de morteros en superficie, los cuales y densidad de materiales arqueológicos según unidades
evidencian procesamiento de pigmento rojo de conteo
de óxido de hierro en grandes cantidades. A
diferencia de Chinchilla 1, este campamento
si bien presenta algunos fragmentos Diaguita
Inca e Inca Local, posee claramente cerámica
Copiapó Negro sobre Rojo y Punta Brava que
son los dos tipos cerámicos más comunes de
las poblaciones del valle de Copiapó desde el
Intermedio Tardío en adelante. Este campa-
mento tampoco posee arquitectura incaica y
dicha evidencia sugiere la coexistencia de pe-
queños grupos de tarea especializados de dis-
tintas identidades interactuando en el mismo
sistema minero relacionado al Qhapaq Ñan.
FRANCISCO GARRIDO
al Qhapaq Ñan a los pies de la Sierra Cachiyu-
yo de Llampos. La infraestructura inca princi-
pal es el Tambo Medanoso (figura 6), localiza- Mineral de cobre 0 20 m
do unos 12 kilómetros al sur; este sitio posee Líticos
arquitectura rectangular compuesta de estilo Cerámica
Inca (tipo Recinto Perimetral Compuesto Pigmento rojo
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en el desierto que busque generar pocas para- argentino hace retrotraer el inicio de su ocu-
das para salvaguardar los alimentos y el agua. pación a la época preincaica, aunque su prin-
En contraste, el patrón observado no calza con cipal uso fue en tiempos tardíos.
una visión del camino como una autopista ce- En general, vemos que las estructuras
rrada, sino que, más bien, se habría relaciona- no-incas asociadas al Qhapaq Ñan son del
do directamente con actividades paralelas que mismo tipo que las viviendas circulares
estaban sucediendo fuera de él, interconectan- elípticas de sitios mineros y asentamientos
do lugares secundarios con las vías principales locales del valle de Copiapó. Su presencia en
de circulación del desierto. el camino sugiere la activa participación de
Uno de los sitios del Qhapaq Ñan que des- actores no afiliados al incanato que posible-
taca por su tamaño es QÑ8, el cual cuenta con mente estuvieron involucrados en las activi-
un conjunto de estructuras circulares-elípti- dades mineras cursadas en las inmediaciones
cas ubicadas alrededor del camino, un despe- de la ruta, desde donde extraían productos y
je de tierra circular con bordes definidos de probablemente ingresaban recursos de inter-
50 metros de diámetro, y una estructura rec- cambio y subsistencia, convirtiendo al Qha-
tangular con divisiones interiores. Al exami- paq Ñan en un catalizador económico para la
nar la distribución de densidad de materiales minería en el desierto de Atacama.
365
tabla 1. Evidencias arquitectónicas en el Qhapaq Ñan dentro del área de estudio
QÑ2 Estructura rectangular con divisiones estilo Inca 2 085 885 141
FRANCISCO GARRIDO
inversión y no enfocada en la metalurgia, don- 1826; Vicuña Mackenna 1883).
de la presencia del Camino Inca estimuló un En la primera mitad del siglo XIX, gran-
patrón minero preexistente, incrementando des minas de plata como Chañarcillo y Tres
su escala y variedad en cuanto a la producción. Puntas fueron descubiertas y su explotación
Como ejemplo a comparar, la minería requirió de enormes cantidades de mano de
preindustrial en el desierto de Atacama du- obra e importantes avances dirigidos a la
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Lima PERÚ
Huancavelica
Chincha
Alta Huamanga
Villa Cusco
de Arma
Pisco
BOLIVIA
Lago
Titicaca
La Paz
Arequipa
CHILE
Potosí
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
1 La explotación minera (1906 [1642]: 197) sugiere de sus cartas enviadas de menas de cinabrio y la
de Huancavelica comenzó que en tiempos de Toledo al rey, Toledo hace clara captura del precipitante
en 1564. el mercurio era enviado referencia al transporte de de mercurio en los gases
EL CAMINO DEL MERCURIO...
figura 2.
Dibujo de los ingenios de plata en Potosí incluidos en la relación de viaje
de Amedée François Frézier (1717). La llama a la izquierda está cargada
con una alforja que contiene un número par de badanas de mercurio. Al
fondo se muestra el proceso del patio para refinar la plata, un horno para
recuperar el mercurio y una prensa para las menas de plata.
385
ejemplo, en 1608 los oficiales en Arica pidie- de descanso importante para las caravanas
ron 4 800 badanas y 4 arrobas de hilo tren- del azogue (Ravines 2009; Salas 2008: 80).
zado (Dagnino y Olivera 1909: 90), aunque Con el tiempo, la ruta entre Huancavelica y
posteriormente se quejaron de que tenían Chincha se normalizó y también se levanta-
suficiente hilo para varios años. En las minas ron una serie de instalaciones de apoyo más
de Huancavelica, donde se producía el mer- pequeñas, que incluían paradas, corrales y
curio, se necesitaba un número aún mayor almacenes.
de badanas. Por lo general se las producía
en la costa central peruana. Las estadísticas
provenientes de haciendas costeñas cerca-
nas a Chincha, donde se pagaba siete u ocho
reales diarios a los curtidores africanos por
producir las bolsas, indican que la demanda
de badanas era inmensa.6 Un recibo de 1592
registra la compra de 12 300 badanas en una
sola cuenta.7 Otras cuentas de la costa sugie-
ren que la Corona compró 162 000 bolsas a lo
largo de tres años, entre 1612 y 1615 (Bowser
1974: 134).
Las badanas debían conservarse flexibles
y hubo diversos casos en que los oficiales
reales en Arica rechazaron las que acababan
de llegar de Chile porque estaban demasiado
6 Al mismo tiempo, a mu- dozenas de badanas de
secas o apolilladas. La calidad de las bolsas chos de los trabajadores cuero o el valor de ellas
era sumamente importante puesto que de indígenas que trabajan como esta averiguado que
romperse durante el trayecto se perdería mer- en la sierra y estaban el dicho difunto presto a
involucrados en la minería los ofiçiales rreales para
curio, las caravanas se retrasarían y los gran- y el procesamiento de las el aviamiento del azogue
des rebaños rápidamente agotarían los pastos menas de mercurio, se les ó los tomen en quenta
pagaba 2.5 reales al día. de lo que el dicho difunto
disponibles (Dagnino y Olivera 1909: 88).
deve al almazen rreal,
dad restringida, que en el caso del asiento de 1).12 Los recibos registran la consignación que
1577-1579 apenas sumó 11 pesos el quintal Gaspar de Solís, el contador del rey en Huan-
antes de los gastos; además, de perderse o ro- cavelica, hizo a Gonzalo Fernández de Herrera
barse algo de mercurio en el camino, o de ha- y Compañía13 de unas 22 cargas de mercurio
9 Años más tarde, en la multa para que se les ello, pero los arrieros jamás Bonifas, Alonso Rodríguez
1594, se acusó a Gonzalo liberara (AHH 1594). tuvieron una gran ganancia de León y Gerónimo Mon-
Fernández de Herrera (el (consúltese Cobb 1949). tesinos. Pedro de Contreras
joven) y a Diego Lopes de 10 Las personas asociadas también figura en la remesa
Herrera, dos de los hijos con Carlos Corzo incluyen 12 Para más información del 19 de junio de 1578.
de Gonzalo Fernández a Juan de Pendones y sobre el Archivo Histórico Las remesas del 7 y 13 de
de Herrera, de haberle Francisco de Guzmán. de Huancavelica, vid. Galia- octubre de 1578 contenían
robado unos 300 quintales no et al. (2014). un total de 800 quintales
al rey, razón por la cual se 11 Los costos de transpor- recibidos como tributo al
les encarceló en Lima. En te fueron cambiando a lo 13 Las personas asociadas rey. El archivo notarial de
los siguientes dos meses largo de los años y el precio con Hernández de Herrera Huancavelica no conserva
varios vecinos prominentes de los contratistas pagado incluían a Diego Llacha Ro- ninguna otra serie completa
de Huancavelica acudieron en Huancavelica y en Poto- dríguez, Luys Rodríguez de de recibos de transporte
en su ayuda y pagaron sí varió en conformidad con la Serna, Juan de Angulo correspondiente a otro año.
387
tabla 1. Fechas, pesos y costo de las remesas de mercurio enviadas desde Huancavelica al puerto
de Chincha en 1578, según consta en los recibos hallados en el Archivo Histórico de Huancavelica
(AHH 1578a-s)
100 337-337v
para su traslado a lomo de llama de Huanca- reexaminación de los recibos notariales, que
velica a Chincha (vid. tabla 1).14 Se pagaría actualmente se viene llevando a cabo, corro-
entre 2 pesos y 2 pesos, 6 tomines, 6 gramos el bora la cantidad más grande de 11 096 quinta-
quintal a Hernández de Herrera y Compañía les, la diferencia entre los recibos de transpor-
cuando le entregara el azogue a Pedro de Vera te y las declaraciones oficiales de producción
u otro oficial real en Chincha. El cargamento podría sugerir una corrupción masiva, o bien
más pequeño de mercurio fue el primero, en el mantenimiento inadecuado de los regis-
enero de 1578, que sumó 28 quintales, en tan- tros. Ambos casos son posibles puesto que a
to que el más grande fue de 2 618 quintales en lo largo de la existencia de las operaciones
mayo de dicho año. El transporte de mercurio mineras en Huancavelica, distintos virreyes
de Huancavelica a Chincha tenía lugar duran- frecuentemente los señalaron como áreas de
te todo el año, pero las caravanas eran más gran preocupación.15
frecuentes (aunque de tamaño más pequeño) También hay una documentación par-
durante la temporada de lluvias, cuando las ticularmente buena referida a los costos del
operaciones mineras y de fundición se dete- transporte del mercurio de Huancavelica a
nían, y cuando nuevos pastizales comenza- Chincha en 1580, el primer año de un asien-
ban a crecer a lo largo de la ruta de la sierra. to de tres años otorgado a Carlos Corzo y
En total, los registros notariales de Huan- Compañía (Cantos de Andrada 1965 [1586]:
cavelica en 1578 señalan el transporte de 305-306).16 Durante su primer año, el conta-
11 096 quintales de mercurio de Huancave- dor real a cargo de la recolección del azogue
lica hasta el puerto de Chincha. Sin embargo, en Huancavelica le entregó a Carlos Corzo
este monto no coincide con los estimados de y Compañía 28 032 quintales de mercurio.
la producción de mercurio para dicho año De este monto, unos 5 606 quintales eran el
que han sido ampliamente publicados. Por quinto real de la producción anual y el resto
ejemplo, Montesinos (1906 [1642]: 72) sugiere pertenecía a diversos mineros de Huancaveli-
que en ese año se produjo un total de 6 126 ca (Cantos de Andrada 1965 [1586]: 305-306;
quintales de mercurio, en tanto que otros Cobb 1949: 39).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
funcionarios dan estimados de 5 869 y 5 880 Es más, las cuentas del asiento de 1580-
quintales (vid. Lohmann 1999: 484). Si una 1582 con Carlos Corzo y Compañía también
14 Un recibo típico dice ellas 2 arrobas de Azogue. 15 Otra explicación sería 16 Debe indicarse que
así: “Juan de Angulo Boni- Y se obligo de llevar en su que el mercurio extraído estos montos figuran en
fas otorga que ha recivido rrequa de carneros desde en años anteriores, tal el documento titulado
de Gaspar de Solis factor este dicho aciento de vez en 1576 y 1577, fue Relación de la Villa Rica de
de los Azogues de su ma- Guancavelica al asiento de incluido en las remesas de Oropesa y Minas de Guan-
gestad por sy y en nombre Sant Geronimo del balle 1578. Sin embargo, esto no cavelica compilado por
de Luys Rodriguez de la de Chincha y alli entregar parece probable dado que Rodrigo Cantos de Andra-
Serna y de su compania a Pedro de Bera o a la la producción reportada da (1965 [1586]), corregidor
490 quintales de Azogue persona que alli estuviere de mercurio en estos años y justicia mayor de la villa
enbadanados y empetaca- por la dicha compania. Por era relativamente baja; de Oropesa, y que no han
dos y bien acondicionados el flete de cada quintal Montesinos (1906 [1642]: sido comparados con los
y pesados en la balança de Azogue le a de pagar 66, 71), por ejemplo, re- recibos notariales.
de su magestad en 980 Gaspar de Solis 2 pesos”. portó 2 137 quintales para
petaquillas de cuero de Huancavelica, 15-09-1578 1576 y 3 021 para 1577.
vaca y en cada una de (AHH 1578i).
389
nos permiten ver los costos de cada etapa de De Huancavelica
la red de transporte y brindan detalles acer-
ca de muchos de los suministros necesarios a Chincha
(Cantos de Andrada 1965 [1586]: 306).17 Ade-
más, se señala que, aunque Corzo y Compañía
habían ganado el contrato, necesitaban pagar Las caravanas de Huancavelica comprendían
a subcontratistas por mover el mercurio de a cientos de llamas y a veces miles de ellas;
Huancavelica a Potosí. El costo de la prime- eran tan grandes, que tomaba muchos días
ra mitad del viaje, de Huancavelica a Arica, cargar a todos los animales, de modo que se
podía pagarse en plata corriente.18 Dado que las subdividía en grupos más pequeños que
diversas monedas del reino eran acuñadas en partían en días consecutivos (figura 2). La
distintos lugares y contenían distinta can- combinación de grandes rebaños y un terre-
tidad de plata, se descontaba el valor de las no áspero también significaba que muchos
mismas, en este caso a una tasa de 40 % (Ho- de los animales de carga morían en el cami-
ffman 1980: 255-256). La segunda mitad del no. Un recibo del archivo de Huancavelica,
viaje, de Arica a Potosí, requería un pago en fechado en 1597, sugiere que el caporal de
plata ensayada.19 Esta no era una gran carga una caravana partió con unas 2 765 llamas
porque los arrieros también se dedicaban al y 52 mulas.20 Sin embargo, 235 de las llamas
comercio de plata, ya que estaban obligados a (aproximadamente 8%) y 4 de las mulas (tam-
ayudar a transportarla de Potosí a Arica en su bién alrededor de 8%) murieron en el trans-
viaje de vuelta. curso del viaje de ida y vuelta a la costa. Estos
costos debían asumirse dentro de las magras
utilidades de quienes organizaban las carava-
nas. Otros costos que debían cubrir incluían
17 Consúltese también en marcas físicas de ensaye y del dicho trajin y otros 515 y se la a dado el dicho
bre aplicado en general a ocupado en el trajin de los y de los demas pareze se como dicho es de todo le
la plata cuya finura era in- azogues de su magestad murieron, y ansi mesmo a dado buena quenta con
ferior a la exigida por la ley que se lleva de esta villa pareze que se le entrega- pago çierta y berdadera y
monetaria y que carecía de al puerto de Chincha y a ron 52 mulas de las quales esta entregado contento
marcas físicas de ensaye y tenido a su cargo el trajin a entregado a Baltasar y satisfecho en todo,
quintado. y aviamiento de lo qual a Enrriquez por mandado y por lo qual dio y otorgo
hecho por orden y manda- horden del dicho capitan carta de pago y finiquito en
19 Plata ensayada: do del dicho capitan y de 48 mulas y las 4 dio por forma al dicho Jusepe de
metal de plata cuya pureza 2250 carneros de la tierra muertas y los hierros de Castañeda”. Huancavelica,
había sido verificada y, que le entrego Diego Lo- ellas y de todo el dicho 5 de diciembre de 1597
por lo tanto, contaba con pez de Herrera por quenta capitan a tomado quenta (AHH 1597).
390
foto 2.
Segmento del
camino de
Huancavelica
a Arma.
392
foto 3 .
Grupo aislado
de recintos de
almacenamiento
construidos
de adobe en
la puna entre
Huancavelica
y Arma. Estos
pudieron
haber sido
utilizados por
las caravanas
que movían
mercurio a la
costa.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
foto 4 .
Recintos de
almacenamiento
que se
encuentran
entre
Huancavelica
y Arma.
393
foto 5 .
Pequeñas
caravanas
de llamas
todavía se
mueven por
el camino
colonial entre
Huancavelica
y Arma,
aunque ya no
transportan
mercurio.
foto 6 .
EL CAMINO DEL MERCURIO...
El pueblo
de Arma,
establecido
para apoyar
el transporte
de mercurio de
Huancavelica
a Chincha.
394
En el puerto de Chincha, las badanas se trans- El transporte del mercurio de Arica a Potosí
ferían al casco del buque y se ponían en cajas requería la confección de izangas, cestas de
de madera reforzadas y con manijas de hierro, juncos diseñadas especialmente dentro de
que también habían sido forradas con cuero las cuales se colocaban las badanas.22 Estas
de vaca para ser transportadas a Arica. El tra- cestas eran producidas en los pueblos de Ta-
bajo de descargar las mulas y cargar los bu- rata y Putina con el trabajo de la mita y su
ques era responsabilidad de los trabajadores demanda por parte de la industria del mer-
del sistema mita que estaban asignados a los curio-plata era constante. Por ejemplo, un
almacenes reales en Chincha. El transporte documento que data de 1608 indica que los
del mercurio de Chincha a Arica se llevaba a oficiales en Arica necesitaban de unas 6 050
cabo una (Dagnino y Olivera 1909: 90) o dos izangas (Dagnino y Olivera 1909: 98). Es más,
(Cobb 1949: 38) veces al año. En 1580, enviar a diferencia de Huancavelica, donde el envío
el mercurio de Chincha a Arica costaba 3 pe- del mercurio a la costa quedaba repartido
sos y 2 tomines por quintal (Cantos de Andra- entre muchas caravanas distintas a lo largo
da 1965 [1586]: 306). del año, su arribo a Arica en masa desenca-
Durante las primeras décadas del comer- denaba la reunión de inmensos rebaños de
cio de mercurio no había ningún puerto en bestias de carga. Sin embargo, eran pocos los
Arica, de manera que los buques de Chincha animales a los que se podía mantener en la
tenían que echar ancla en la bahía y las ba- árida región que rodea a Arica. Una serie de
danas se descargaban en botes pequeños y se documentos en los archivos de este poblado
traían a la costa. Luego se las ponía en otro dan cuenta de los constantes problemas con-
depósito real, hasta que se hicieran arreglos cernientes a las bestias de carga que surgían
para transportarlas a Potosí, que quedaba a cuando los cargamentos de mercurio llega-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
una distancia de aproximadamente 90 leguas ban al puerto (Dagnino y Olivera 1909: 79-
y una altitud de 4 100 metros sobre el nivel 114). Nunca había un número adecuado de
del mar (c. 13 450 pies). Como en Chincha, mulas o llamas para transportar el mercurio
los mitayos estaban asignados al depósi- de Arica a Potosí, y a veces los oficiales reales
to de Arica y a trabajar como muleros en el debían viajar hasta Sajama en busca de los
transporte del mercurio desde la costa hasta animales necesarios. Tan solo la recolección
Potosí. Sin embargo, pronto se volvió difícil del número necesario de mulas y llamas po-
reclutar el número de trabajadores necesario. día tomar varias semanas.
Por ejemplo, en 1609, los oficiales de Arica se Dado que había más llamas que mulas, se
quejaron de que necesitaban unos 500 traba- las usaba con mayor frecuencia para transpor-
jadores para ayudar a transportar unas 1 200 tar el mercurio de Arica a Potosí, no obstante de
cargas de mercurio a Potosí, pero solo 200 ser más lentas y ser capaces de llevar alrededor
mitayos habían llegado (Dagnino y Olivera de la mitad de la carga. Era también más proba-
1909: 101). ble que murieran en el camino en comparación
con las mulas, de modo que las recuas debían 22 Para un examen
más detallado de la ruta
partir con un mayor número de animales de Arica-Potosí vid. Rivera
reemplazo. Un problema adicional a la hora (1995-1996).
395
de conseguir el número necesario de bestias del camino y si esto tomaba más tiempo de lo
de carga era que la paga que la Corona daba esperado o si los contenedores de mercurio se
era más baja que la que pagaban los comer- rompían y debían ser reemplazados, las cara-
ciantes que también deseaban remitir su vanas se demoraban y se les iban agotando los
mercadería a las florecientes comunidades pastizales. Estos riesgos los asumían los arrie-
mineras de la sierra. En consecuencia, algu- ros, al igual que los demás que el transporte
nos dueños de rebaños intentaban esconder del azogue involucraba. Una vez en Potosí, el
sus animales de los oficiales reales, esperan- mercurio se vendía bajo la supervisión de la
do así arrendarlos a los comerciantes priva- Corona, la cual ofrecía un retorno marginal
dos que pagaban mejor (Dagnino y Olivera al prolongado, dificultoso y riesgoso asiento
1909: 107). Sin embargo, la Corona pronto del transporte.
tomó represalias y anunció que no podría re- Como las remesas de mercurio enviadas
mitirse nada de mercadería a Potosí mientras de Huancavelica a Potosí eran muy grandes,
todavía hubiese azogue en Arica esperando la coordinación de los tiempos era de suma
ser transportado. importancia. Uno de los principales lugares
El número de mulas y llamas usadas en de embotellamiento en este complejo siste-
estas recuas fue enorme. Por ejemplo, en 1611 ma de transporte era Chincha, donde se de-
el real contador de Arica señaló haber reuni- bía almacenar los envíos hasta que llegara
do unos 700 animales, pero esta cifra seguía una nave. Otro cuello de botella era Arica,
siendo menor que el número total necesario donde se debía guardar el azogue hasta que
para transportar el azogue de dicho año (Dag- pudiera disponerse su transporte a la lejana
nino y Olivera 1909: 108). Al igual que en ciudad de Potosí. Las demoras en una etapa
Huancavelica, las caravanas de Arica eran tan del viaje tenían profundas consecuencias en
grandes que tomaba días cargar a los anima- la siguiente. En un caso documentado que
les, de modo que el rebaño debía subdividirse data de 1610, las bestias de carga llegaron a
y el momento de su partida escalonarse a lo Arica en el momento debido, pero el carga-
largo de varias jornadas. mento de mercurio, que había sido colocado
A los arrieros de Arica se les pagaban dis- en una nave mercante y no en una galera
tintas cantidades dependiendo de a dónde real, se retrasó. Los pastos disponibles en la
Potosí parece haber tomado poco menos demora puso en aprietos a los oficiales reales
de un mes, en tanto que el de Arica a Oruro de Arica, puesto que se esperaba que la mis-
tomaba unas tres semanas. Los pastizales se ma nave que había llegado con el mercurio
agotaban si una parte de las recuas permane- partiera también para el istmo de Panamá
cía demasiado tiempo en un solo lugar, que- con la plata del rey, la cual debía ser condu-
dando muy poco para las que vinieran des- cida desde Potosí en el viaje de regreso de la
pués. Los arrieros debían además dedicarse al caravana. En respuesta, el oficial real en Ari-
trueque para conseguir suministros a lo largo ca ofreció el alto precio de 9.5 pesos el quin-
396
Montesinos, Fernando de
1906 [1642] Anales del Perú. Edición de Víctor Manuel
Maúrtua. Madrid: Imprenta de Gabriel L. y del
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Horno.
Robins, Nicholas A.
2011 Mercury, Mining, and Empire: The Human
and Ecological Cost of Colonial Silver Mining
in the Andes. Bloomington: Indiana Universi-
ty Press.
399
BRIAN S. BAUER ET AL.
EL CAMINO DEL MERCURIO...
Zona arqueológica
Sector “C”
Zona arqueológica
A Tumbes
Sector “B” Zona arqueológica
Sector “D”
Área
Zona arqueológica E-10
de cultivo
Sector “A”
E-2
E-1
E-11
Museo
E-3
E-13 E-14 Malacológico
E-8
E-4
CVN
E-9
CVS
Molino
E-12 E-7
E-6
Museo de Sitio
Sector de
San Martín
Estadio
Sector E-1.4
CVS Sector Cabeza
Miramar de Vaca Sur
Escuela CVN Sector Cabeza
de Vaca Norte
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Trocha
carrozable
E-4.4
E-3.4
E-2.4
Datos técnicos de puntos georreferenciados
Cerco 0 10 m
Límite de lote
Quebrada
Vivienda
Puente
Evidencias arqueológicas
403
Las excavaciones realizadas en el Taller de Cabeza de Vaca y
Spondylus de Cabeza de Vaca (en adelante
TSCV) permiten confirmar que fue un centro la expansión inca hacia
de alta producción con filiación inca donde
se fabricaron en gran escala cuentas y minia- la costa ecuatoriana
turas antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas
y geométricas, utilizando como principal
materia prima el Spondylus prínceps, aunque La política expansiva de los incas y de anexión
también se utilizaron el Spondylus calcifer, la de nuevos territorios involucró diversas estra-
Anadara grandis y la Pinctada mazatlantica. tegias, entre las que destaca la instalación de
Fue un trabajo realizado por especialistas en un conjunto de asentamientos de distinta fun-
un espacio planificado y construido exprofe- ción y jerarquía, articulados por una red vial
samente para cumplir dicha función dentro que llegó a todos los confines del Tawantin-
del núcleo urbano de este centro provincial suyu. En el Chinchaysuyu, los incas lograron
incaico. Siendo conocida la alta valoración avanzar por la sierra hasta el sur de Colombia,
que tuvo el spondylus en el área andina, puede pasando por los Andes ecuatorianos de Loja,
afirmarse que las cuentas y figuritas confec- Cuenca y Quito; con respecto a la costa, aun-
cionadas con este molusco tuvieron también que se conoce que incursionaron hasta Esme-
esta misma connotación. Filloy Nadal señala: raldas, incluyendo islas como Puná y La Plata,
“algunos materiales eran tan preciosos que se sostiene que nunca llegaron a conquistarla
los objetos hechos de ellos conservaron esta del todo (Lumbreras 2004; Marcos 2005; Me-
esencia vital inherente incluso en fragmen- yers 1998 [1976], I).
tos” (Filloy 2016; traducción nuestra). Refiriéndose a la sierra norandina, Lum-
La costa ecuatoriana, de donde provenía breras (2004:14-15) manifiesta que:
el spondylus que llegaba al área central andi-
na, significó para los incas un territorio de […] solo los Pastos que vivían al sur del río
alta importancia que debía ser incorporado Guaytará en la actual provincia de Nariño y
Isla Puná
foto 1.
Cabeza de Vaca Ubicación
de Cabeza
de Vaca en
el Golfo de
Guayaquil.
en la zona de Guayllabamba, donde se registra 1910. El estudioso asevera que “no se pueden
un edificio de barro y piedras que se atribuye dejar a un lado todas estas actividades en la
a los incas. costa como una “invasión imaginaria” [como
la calificara el investigador guayaquileño Ju-
Respecto a la costa norandina, Albert Meyers lio Enrique Estrada en 1968] […] Por otro lado,
sostiene que la mayor cantidad de hallazgos hay demasiado pocas [sic] evidencias como
de cerámica Inca Imperial en esta región pro- para hablar de un horizonte incaico en esta
vienen de la isla La Plata, situada al surocci- región” (Meyers 1998 [1976], I: 227).
dente del cabo de San Lorenzo en Manabí Por su parte, Jorge Marcos señala que, du-
(Meyers 1998 [1976], I: 226). Asimismo, in- rante la ocupación inca de la región sur del
forma que en 1892 George Dorsey excavó allí área septentrional andina, se construyeron
dos tumbas incas en las que se encontraron centros urbanos de importancia como To-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
cerámica, figuras de oro y plata, alfileres de mebamba. Los mercaderes que venían desa-
oro y cobre (tupus), perlas, un plato de oro, rrollando relaciones de intercambio a larga
varias campanas de cobre, colgantes y otros distancia con la costa aparentemente fueron
objetos de oro y cobre, además de una gran integrados al sistema inca o reemplazados
hacha de piedra. A partir de estos hallazgos, por los mollo chasqui camayoc cusqueños. En
Meyers sostiene que la aparición de esta ha- la costa, esto no sucedió con los mindalaes,
cha ceremonial de probable origen local hace huancavilca o los punaes. Los primeros fue-
suponer la presencia incaica también en la ron incorporados dentro de las estructuras
costa, puesto que no es probable que las tro- sociales de transición en los recientemente
pas incas hicieran el largo viaje por mar al- ocupados territorios del norte; los otros, des-
rededor de la península de Santa Elena hasta pués de la incanización de Cañar, Azuay y
la isla La Plata, sin pasar por tierra firme, para Loja, posiblemente tuvieron que mantener
enterrar a sus muertos. Asimismo, reporta el relaciones desiguales de intercambio con el
hallazgo de cerámica Inca Imperial proveniente Tawantinsuyu (Marcos 2005: 157).
de Ingenio Valdez, cerca de Milagro, y una maza En la costa norte, específicamente en
en forma de estrella combinada con un hacha Tumbes, Cabeza de Vaca se constituiría en el
proveniente de Puná, reportada por Saville en asentamiento inca más septentrional, hasta
405
donde habría llegado el camino costero que se levantara en este lugar la denominada ar-
recorría el litoral a lo largo de casi 4 000 kiló- quitectura de poder: Templo del Sol, ushnu, ac-
metros desde Chile. Regal (1936: 123) advier- llawasi, plaza ceremonial, depósitos y posible-
te que no se debe confundir la calzada que mente kallankas. Estas edificaciones descritas
Huayna Capac mandó construir en el punto con asombro por los cronistas que arribaron
donde luego se fundó la ciudad de Guayaquil con Francisco Pizarro en 1528 y en 1532 se
con el Camino de los Llanos. encuentran actualmente en ruinas y muchas
Los asentamientos incas se emplazaron de ellas desaparecidas. Sin embargo, el estudio
organizadamente por todo el Tawantinsuyu, sistemático que desarrolla el Proyecto Qhapaq
conectados a una vasta red de caminos princi- Ñan en el lugar está permitiendo correlacio-
pales y secundarios de manera que permitie- nar algunos de los componentes arqueológi-
ran una buena administración y distribución cos que aún subsisten con estas antiguas es-
de los recursos, planificación de la mano de tructuras incaicas; ello sobre la base de datos
obra y control sobre las distintas poblacio- obtenidos en excavaciones controladas, del
nes. Es así que el planeamiento, diseño y la registro de evidencias arqueológicas en super-
construcción de cada asentamiento se adecuó ficie y del análisis de datos etnohistóricos.
a la función específica que cumpliría y a la Este centro administrativo inca fue cons-
configuración del terreno. Si bien estos asen- truido desde sus cimientos en un punto de
tamientos poseen rasgos comunes, no fueron intersección de las colinas miocénicas con la
construidos con modelos rígidos; además, de planicie litoral, en la margen izquierda del va-
acuerdo a su estrategia expansiva, en algunos lle bajo del río Tumbes, fuera del alcance del
casos modificaron o adecuaron los asenta- área inundable de su gran delta. Hacia el lado
mientos existentes en la zona conquistada noroeste del complejo se emplazó el Templo
(Pachacamac, Cajamarca, Ingapirca, etcétera). del Sol, el cual destaca por sus grandes dimen-
En otros casos, edificaron desde sus cimientos, siones (300 metros de largo, 100 metros de
en “tierra virgen”, nuevos centros poblacio- ancho y 15 metros de alto). Hacia su lado este
nales en lugares definidos como estratégicos se ubica la plaza ceremonial, desde donde
golies (1977). En estas edificaciones residió grandes depósitos con ornamentos, provisio-
la élite incaica: sacerdotes, curacas represen- nes y armamentos.
tantes del Inca, acllas, así como especialistas y
servidores estatales. De manera que puesta en término de acabar,
Cabeza de Vaca fue instaurada como “ca- allegó Guaynacapa, el qual mandó edificar
pital provincial” luego de que Túpac Yupan- templo del Sol junto a la fortaleza de Túmbez,
qui anexara de manera pacífica la región de y collocar en el número de más de dozientas
Tumbes al Tawantinsuyu, lo que llevó a que vírgines, las más hermosas que se hallaron
406
en la comarca, hijas de los principales de los por testigos de los siglos XVI y XVII (Hyslop
pueblos. Y en esta fortaleza (que en tiempo 1992: 110). La evidencia arqueológica indica
que no estaua ruynada, fue a lo que dizen cosa que, por lo menos, los últimos 100 kilómetros
harto de ver) tenía Guaynacapa su capitán o del Camino de los Llanos emplazados en el
delegado con cantidad de Mitimaes, y mu- actual departamento de Tumbes tuvieron cal-
chos depósitos llenos de cosas preciadas con zada empedrada y, en algunos casos, muros la-
copia de mantenimiento para sustentación terales de hasta cincuenta centímetros de alto.
de los que en ella residían: y para la gente de Del mismo modo, estuvo jalonado por una se-
guerra que por allí passase… Y en esta fortale- rie de sitios que cumplieron distintas funcio-
za de Túmbez auía gran número de plateros nes, a juzgar por sus distintas dimensiones y
que hazían cántaros de oro y plata, con otras características formales (Vílchez 1998, 2005).
muchas maneras de joyas: assí para el seruicio En su trayecto final, esta vía cruza longi-
y ornamento del templo, que ellos tenían por tudinalmente la cadena de montañas de los
sacrosanto, como para el seruicio del mismo Amotapes y luego desciende hasta el mar si-
Inga […] (Cieza 1995 [1553]: 170). guiendo la margen izquierda del río Tumbes,
reconociéndose desde el punto de vista geo-
La evidencia arqueológica registra en este gráfico, tres subtramos claramente diferen-
sector abundante material cerámico de estilo ciados: el primero corresponde al que se em-
Inca Imperial, así como muros perimétricos plaza en los Amotapes, desde Cerro Prieto se
paralelos construidos de canto rodado, uni- conecta con la Quebrada Cusco y luego con
dos con argamasa de barro y colocados en Rica Playa; el segundo avanza por las colinas
distintos niveles topográficos, que rodean miocénicas de Rica Playa hacia Cabeza de
el extremo norte de la colina. Asimismo, se Vaca; y el tercero se desplaza por la planicie
identifican segmentos de muros de adobe en aluvial, de Cabeza de Vaca a Playa Hermosa.
distintos puntos entre las actuales viviendas, En cada uno de estos subtramos se identifican
entre ellos los que se encuentran en el Taller pequeños segmentos de camino que eviden-
de Spondylus y el del “taller de ceramistas”. cian que la calzada estuvo revestida con can-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Tales elementos arquitectónicos presentan tos rodados (Vílchez 2005, 2015). Asimismo,
la misma técnica constructiva y los mate- en la excavación practicada en 2013 por el
riales constructivos que los del Templo del Proyecto Integral Cabeza de Vaca en uno de
Sol, lo cual evidencia que Cabeza de Vaca fue los segmentos entre Cabeza de Vaca y Playa
planificado y construido durante el mismo Hermosa, se encontraron las bases de piedra
período cultural (Horizonte Tardío), según y los rellenos con los que se construyó el pavi-
el planeamiento y la distribución del núcleo mento antes de la colocación del empedrado.
urbano concebido por los incas para esta “ca- La inversión en infraestructura de parte
beza de provincia” (Vílchez 2013: 128). de los gobernantes incas en Cabeza de Vaca
Cabeza de Vaca fue conectado al Tawan- —y en Tumbes en general—, según viene
tinsuyu a través del Camino Inca de la costa. demostrando la evidencia arqueológica, se-
John Hyslop reporta que el camino costero ñalaría la importancia de esta región para los
adquiere gran diversidad de formas y que rara fines del Estado.
vez era de construcción formal. En general era Cieza de León escribe sobre la anexión de
prácticamente solo un sendero demarcado Tumbes al Tawantinsuyu, la construcción de
con una hilera de estacas de madera o con pi- las edificaciones incas y la construcción del
las de piedras, lo que incluso ha sido resaltado camino costero:
407
Como el rey Topa Ynga [de]terminase de yr a la conquista. Sin embargo, no se reportaron
los valles de los llanos para atraer a su serviçio asentamientos incas consolidados ni mate-
y obediençia los moradores dellos, abaxó a lo rial cerámico. Parece ser que, pese a los es-
de Túnbez y fue honradamente reçibido por fuerzos desplegados, los incas no llegaron a
los naturales, a quienes Topa Ynga mostró incorporarlo plenamente (Hyslop 1998; Mar-
mucho amor; y luego se puso del traje que cos 2005; Meyers 1998 [1976], I).
ellos usa[va]n para más contentarles y alabó Sarmiento de Gamboa relata la incursión
a los prençipales el querer sin guerra tomalle de Túpac Yupanqui, desde Tumbes hacia
por señor [y] prometió de los tener y estimar Manta en Ecuador:
como a hijos propios suyos. Ellos, contentos
con oyr sus buenas palabras y manera con que [Topa Inga Yupangui] y partió su campo en
les tratava, dieron la obediençia con onestas tres partes, y él tomó la una y se metió por
condiçiones y permitieron quedar entre ellos las montanas más fragosas, haciendo guerra a
governadores y hazer edeficios […] Saliendo los montañeses de los guancabilicas, y metió-
de aquel valle caminó el rey Ynga por lo más se tanto en las montañas, que estuvo mucho
de la costa, yendo haziendo el camino real tiempo, sin que se supiese dél si era muerto
tan grande y hermoso como oy pareçe lo que u vivo. Y tanto hizo que conquistó todos los
dél a quedado; y por todas partes era servido guancabilicas, aunque eran muy guerreros y
y salían con presentes a le servir, aunque, en peleaban por tierra y por mar en balsas desde
algunos lugares afirman que le dieron guerra, Túmbez hasta Guañapi y a Guamo y Manta y
pero no fue parte para quedar sin ser vaçallos a Turuca y a Quisin.
suyos (Cieza 1996 [1551]: 169). Y andando Topa Inga Yupangui conquis-
tando la costa de Manta y la isla de la Puna y
Craig Morris señaló que “las ciudades provin- Túmbez, aportaron allí unos mercaderes, que
ciales Inca no pueden considerarse unidades habían venido por la mar de hacia el poniente
independientes. Eran más bien componentes en balsas, navegando a la vela. De los cuales
de una compleja red urbana, planificada y en se informó de la tierra de donde venían, que
provincial sin lugar a dudas respondió a los pac] a la costa de la mar, y llegando al valle de
fines estatales. Su posición fue estratégica Túmbiz (que por aquella marina era el úl-
para la avanzada hacia la costa ecuatoriana, timo de su imperio), hallaron muy grandes
la cual no habían logrado integrar del todo al dificultades en dilatarlo por allí, a causa de ser
Tawantinsuyu a la llegada de los españoles. la tierra que adelante se seguía muy fragosa y
Las incursiones incaicas de Túpac Yupanqui de cerrados bosques, ríos y ciénagas; con todo
y de Huayna Capac hacia este territorio han eso, con su animo invencible, procuró pasar
quedado documentadas en las crónicas de adelante. Movió guerra a la isla de la Puna,
408
cuyo señor se decía Tumalá, y a la tierra firme, producción especializada de bienes exóticos
frontera, que es la provincia de Guayaquil, y confeccionados con este bivalvo, desde el
fue muy reñida y porfiada; pero la multitud de período Formativo (3300-300 a. C.) hasta el
los Inca oprimió a los isleños por entonces, si período de Integración (800-1532 d. C.), con
bien [no] mucho después les costó bien caro; lo que se generó un fluido tráfico entre los
porque, en volviéndose a Túmbez el Inca, die- Andes septentrionales y los Andes centrales.
ron los de la Puná sobre el presidio que les ha- En las provincias de Manabí y Guayas son
bía dejado, y los mataron a todos[…] Enojado el numerosos los talleres de conchas que se han
Inca del caso, volvió con extraña furia a la isla identificado en los que la producción de obje-
y hizo en los della crueles castigos…” (Cobo tos se realizó dentro de unidades domésticas
1956-1964 [1653], II: 92; resaltado nuestro). (Carter 2008; Martin y Lara 2009; Masucci
1995). Entre ellos destacan Los Frailes, López
Cieza de León se refiere a estos hechos de la Viejo, Salango, Río Chico y Jatopo en Manabí;
siguiente manera: y El Azúcar, Mar Bravo, Puerto de Chanduy y
Loma Los Cangrejitos en Guayas.
La Puná tenía rezia guerra con Túnbez y el Para el caso del Parque Nacional Machali-
Ynga avía mandado çesar la contienda y que lla en el sur de Manabí, Martin y Lara (2009)
le reçibiesen en la Puná, lo qual Tunbalá sin- realizaron un estudio con la finalidad de ex-
tió mucho porque era señor della; mas no se plorar la relación existente entre la compleji-
atrevió a ponerse contra el Ynga, antes le re- dad social y el surgimiento de mercados regio-
cibió en su ysla y hizo presentes con fingida nales externos. La evidencia les sugiere que la
paz, porque, como salió, procurándolo con los producción de objetos suntuarios fue comple-
naturales de la tierra firme, trataron de matar mentaria a otras estrategias de subsistencia y
muchos orejones con sus capitanes que con no demuestra ninguna asociación en particu-
unas balças yvan a salir a un río para tomar la lar con las élites regionales. Aunque hay un
tierra firme; mas Guaynacapa lo supo y sobre cambio notable en la densidad poblacional
ello hizo lo que yo tengo escrito en la Primera durante el período de Integración, que coin-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Parte en el capítulo [LIII]. Y hecho gran casti- cide con la mayor demanda de parte de los
go y mandando hacer la calçada o paso fuer- centros políticos del norte peruano después
te que llaman de Guaynacapa, bolvió y paró de Moche V, Sicán y Chimú, estos estudiosos
en Túnbez, donde estavan hechos edefiçios y sostienen que la presión de esta industria en el
tenplo del Sol; y vinieron de las comarcas a le desarrollo sociopolítico de los manteños pa-
hazer reverençia con mucha umildad. Fue por rece estar basada en que la disponibilidad de
los valles de los llanos poniéndolos en razón, este recurso durante el período de Integración
repartiéndoles los términos e aguas, mandan- causó crecimientos demográficos al atraer un
do que no se [diesen] guerra y haziendo lo mayor número de unidades domésticas a es-
que en otros lugares se a escrito (Cieza 1996 pacios concentrados donde podían explotar
[1551]: 192-193). esta producción complementaria.
Martin y Lara llaman la atención respecto
La costa ecuatoriana, como fuente provee- a que “los académicos han ligado el desarrollo
dora de spondylus, debía ser un territorio al- de estructuras jerárquicas en el sur de Manabí
tamente pretendido por los incas. Allí, las con el intercambio del spondylus”. Los autores
culturas precolombinas de este litoral ha- señalan como ejemplo que “según Muse, la so-
bían mantenido un lugar exclusivo para la ciedad Manteña tuvo como trasfondo econó-
409
mico la producción de bienes de intercambio ampliamente documentado por la arqueo-
que la condujeron a depender de relaciones logía y la etnohistoria. Aparece por primera
simbióticas”. Asimismo, aseveran que: vez cerca a Valdivia de Real Alto, Ecuador
(3600 a. C.), y su uso se va extendiendo hacia
No todos los investigadores concuerdan en la sierra ecuatoriana, pues en las fases más
que la industria de Spondylus haya ocupado tempranas de Cerro Narrío y Chaullabamba
un papel central en la economía local man- (1800-1100 a. C.) se encuentran las primeras
teña, aunque algunos subrayan que el inter- evidencias de fabricación de figuras, joyería y
cambio de este recurso pudo haber acelerado valvas pulidas (Marcos 2005: 157).
el desarrollo social, al estructurar las institu- El tráfico hacia los Andes centrales se ini-
ciones políticas. Zeidler (1991) por ejemplo, cia al alrededor de 2100 a. C. y se incrementa
constata que el control de este bien pudo ha- progresivamente en el período Formativo Su-
ber contribuido a institucionalizar el estatus perior (400-100 a. C), en el Desarrollo Regio-
de los “grandes hombres” (big men), quienes nal (100-700 a. C.) y en el Imperio Wari (700-
controlaban su comercio desde épocas tan 1000 d. C). A partir de los Estados Regionales
tempranas como Valdivia (3500-1500 a.C.); Tardíos, el uso ceremonial se vuelve intensi-
Marcos (1995), por su parte, argumenta que vo, especialmente en la época Chimú (1000-
el incremento de Spondylus durante los años 1470 d. C.) y, más aún, durante la expansión
más cálidos fomentó la desigualdad social del Tawantinsuyu (1470-1532 d. C.) (Marcos
al reafirmar el conocimiento shamánico de 2005: 157-158).
aquellos individuos que entendían la relación En el área de la costa ecuatoriana com-
de esta coyuntura con la llegada del fenóme- prendida entre el cabo de San Lorenzo y la
no de El Niño. La importancia y la amplia dis- punta de Santa Elena, durante el desarro-
tribución de la concha, muchas veces atribui- llo de Valdivia (3600-3200 a. C.), surgió un
da al movimiento y al control de este recurso, rito propiciatorio de lluvia que involucró
llevó a varios investigadores que trabajaron la asociación del Spondylus prínceps con una
en la región a proponer una amplia categori- trompeta hecha entonces con el Strombus pe-
dios que se han enfocado en analizar de ma- Inicial hasta el final del Horizonte Tardío, esta
nera empírica el tráfico mismo, con lo que se ostra espinosa fue destinada a cuatro fines es-
concluye que la intensidad del tráfico en los pecíficos: (1) ofrenda, entera o en pedazos, en
distintos períodos culturales de Sudamérica peticiones a los dioses; (2) ofrenda funeraria
tiende a ser asumido en vez de demostrado de la élite; (3) joyas y ornamentos para la no-
(Martin 2007: 433-434). bleza; y (4) representaciones en todos los ob-
El uso ceremonial y simbólico de este jetos de las clases altas, incluyendo cerámica,
molusco (asociado también al strombus) está textil y metal (Cordy-Collins 1999: 18).
410
figuritas a partir del análisis de una colección 60 instrumentos líticos, entre cantos rodados
recuperada del intenso saqueo que sufrió el y piedra pizarra, que fueron utilizados como
sitio después de las lluvias producidas por el percutores, pulidores, cortadores y yunques;
fenómeno de El Niño de 1983. 69 cuarzos cristalinos y 2 microtaladros de
Sobre esta misma colección, Anne-Marie cuarzo lechoso, muy parecidos a los encon-
Hocquenghem y Manuel Peña Ruiz (1994: 218- trados en los talleres ecuatorianos (Moore y
222) proponen la cadena operativa e identifi- Vílchez 2016; Vílchez 2013).
can la materia prima y los instrumentos líticos El 96.8 % del total de especímenes regis-
que fueron utilizados en el proceso. Además, trados corresponden a Spondylus prínceps y
describen la iconografía y señalan que, aun- Spondylus calcifer:
que presentan cierta estilización, permiten
reconocer la especie y resaltan la ausencia de • Spondylus (cantidad: 110 196; peso: 51 824
representaciones míticas. Estos investigadores gramos)
sostienen que el incremento de spondylus en • Pinctada mazatlantica (cantidad: 9 480;
el período Intermedio Tardío se habría visto peso: 2 838.9 gramos)
motivado por el control del camino terrestre y • Anadara grandis (cantidad: 17; peso: 398
su terminal en Cabeza de Vaca. Proponen que gramos)
411
Según el proceso de trabajo, el material recu- geométricas se encuentran como incrusta-
perado fue clasificado en este orden: valvas ciones en objetos hechos de madera, cerámi-
completas, fragmentos de charnela corta- ca y metal. Las figuritas antropomorfas y de
da, bordes cortados, fragmentos de espinas, llamas se reportan en contextos funerarios,
fragmentos de corteza, fragmentos blancos, incluso en los santuarios de altura del área
preformas planas, objetos preculminados, centro y sur andina. Sin embargo, a la fecha
preformas de cuentas y objetos terminados, no se conoce de contextos arqueológicos don-
ya sea cuentas o figuritas. de se hayan encontrado las figuritas que re-
En el Taller de Spondylus de Cabeza de presentan aves, peces, perros, conchas, granos
Vaca, se ha reportado la elaboración de cuen- de maíz, frejoles, habas y cántaros.
tas y figuras geométricas, así como de bellas Como se ha mencionado, la producción
y diminutas figuritas de seres humanos, ani- de este taller fue a gran escala. Siendo cono-
males y vegetales, cuyo tamaño generalmen- cida la alta valoración que tuvo el spondylus
te oscila entre 1 a 3 centímetros, llegando en en el área andina, puede afirmarse que las
algunos pocos casos hasta los 10 centímetros. cuentas y figuritas confeccionadas con este
Las cuentas tienen una amplia distribución molusco tuvieron también esta misma con-
en los contextos arqueológicos; las figuritas notación. Es probable que las figuritas con
foto 2.
Figuritas
diminutas de
aves, peces
y conchas
confeccio-
nadas en
spondylus.
412
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Pillsbury, Joanne
EL TALLER DE SPONDYLUS...
han estado exentos de cuestionamientos (v. g. obsidiana y textiles elaborados con fibra de
Caillavet 2000: 92-93; Curatola 1997: 225-226; camélido.
Hocquenghem 1993: 703-707; Ramírez 1982: Pese a la aparente solidez de este modelo,
129-132; Topic 2013: 349-350). En las siguien- la participación chinchana en esta red de in-
tes páginas abordaremos algunos aspectos de tercambio marítimo ha sido cuestionada du-
esta problemática, intentando esclarecer el lu- rante las últimas décadas a partir de argumen-
gar ocupado por el señorío de Chincha dentro tos bastante lógicos que, en líneas generales,
del intercambio de spondylus. se encuentran sustentados en los siguientes
tres puntos:
foto 1.
Paqcha ceremonial
Chimú y valva de
spondylus procedentes
de la localidad de
San Miguel de Acos,
en la sierra central
de Huaral (Qhapaq
Ñan – Sede Nacional,
Ministerio de Cultura
(foto por Edwin Rivera
Camacho).
je, caleteando desde puertos intermedios de dores chimúes, asentados en tiempos incaicos
desembarco hacia pequeñas caletas, el siste- a lo largo de la costa central y sur peruana en
ma que hubiera primado en la distribución calidad de mitmas, hubieran participado en el
marítima del spondylus. Asumiendo que la transporte marítimo de las valvas de spondylus
navegación se efectuaba en las cercanías de desde los puertos principales en los que eran
la línea costera, el transporte también podría desembarcadas hacia caletas y el interior de
haberse realizado en embarcaciones menores los valles (en el marco de intercambios trans-
confeccionadas con fibras vegetales (“caballi- versales costa-sierra). Siguiendo esta idea, re-
tos de totora”), como lo sugieren algunas re- sulta bastante diagnóstico el hallazgo de una
presentaciones escultóricas de cerámica de la paqcha de cerámica estilo Chimú Negro Pulido
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
costa central y norcentral peruana asignables y una valva de spondylus en el distrito de San
a los inicios del Horizonte Medio (c. 650 d.C.) Miguel de Acos, en la sierra de Huaral (foto 1).
y al Horizonte Tardío (1470-1532 d.C.). La vasija lleva la representación de un pesca-
En otro lugar (Barraza 2014) hemos pos- dor transportando la valorada valva de aguas
tulado la posibilidad de que grupos de pesca- ecuatoriales.1
1 Estos hallazgos, que for- qué modo podría haberse 1989: 272). De otro lado, es atados con sogas y con-
man parte de una colección difundido el culto a la oportuno mencionar que teniendo ceramios negros
local, fueron registrados diosa de los pescadores durante sus excavacio- del tipo norteño “Chimú”,
por miembros del Proyecto de Pachacamac, Chincha nes en Chichacara, sitio pueden indicar entierros
Qhapaq Ñan del Ministerio y Pisco, denominada localizado en las serranías secundarios de “mercade-
de Cultura durante las sa- Urpay Huachac, en las de Chilca, Fréderic Engel res” transeúntes que hayan
lidas de campo efectuadas serranías de Cajatambo descubrió algunos fardos [sic: habrían] muerto en el
en el año 2004 (Ausejo (específicamente en el funerarios que identificó camino. Uno de los fardo[s]
2005: 84). La participación pueblo de Mangas) según como correspondientes contenía una pequeña
de los pescadores en la fuera reportado en el siglo a mercaderes debido al balanza compuesta por
introducción del spondylus XVII por los extirpadores tipo de asociaciones que dos canastas de algodón
hacia el interior de los de idolatrías que visitaron presentaban. Al respecto, suspendidas de un madero”
valles permitiría explicar de la región (Rostworowski escribió: “Algunos fardos (Engel 1987: 163).
421
De otro lado, según lo anotara en la segunda viento contrario, lo mismo que las de quilla y
década del siglo XIX el piloto de la Real Ar- va segura en la dirección que se le quiere dar,
mada española Andrés Baleato, parafrasean- de la que discrepa muy poco, lo que se logra
do una descripción más antigua de los expe- con distinto artificio que el del timón, y se re-
dicionarios Jorge Juan y Antonio de Ulloa, duce á unos tablones de 3 á 4 varas de largo y
los navegantes prehispánicos contaban con media de ancho, que nombran guares, los que
un accesorio de sus balsas que les permitía se acomodan verticalmente en la parte poste-
navegar a contra viento: los guares, también rior ó popa y en la anterior ó de proa, calándo-
conocidos como guaras, orzas o tablones de los por entre los palos de que se forma la balsa,
quilla (figura 1).2 Baleato describiría estos ins- para cuyo medio y el de ahondar unos en el
trumentos con las siguientes palabras: agua y sacar alguna cosa otros se consigue que
orce, arribe, vire por avante ó por redondo y se
Lo más particular de esta embarcación [bal- mantenga á la capa, según conviene (Baleato
sa de Guayaquil] es que navega y bordea con 1820: 77).
figura 1.
Balsa de
Guayaquil y
detalle del SERGIO BARRAZA
empleo de
guares (Juan
y Ulloa 1748:
lámina XI).
DE CHINCHA A MANTA...
2 Si bien los guares ante una corriente marina que las balsas provistas de a remos para surcar los
constituyen un implemento particularmente fuerte velas y estos tablones de ríos próximos al litoral; así
exitoso para timonear y vientos desfavorables, quilla no eran empleadas lo constató el geógrafo
las balsas en el océano, resultaría infructuoso cual- exclusivamente para los español Dionisio de Alcedo
aprovechando el viento quier intento de navegar a viajes marítimos, podían y Herrera a mediados
mediante el uso de velas, contra viento (Buse 1973: acondicionarse convirtién- del siglo XVIII (Alcedo y
no es menos cierto que 250). Es oportuno precisar dolas en embarcaciones Herrera 1741: 44).
422
3 El cronista Pedro Maycauilca porque por una lista de caciques y Tordesillas 1601: 226) como
de Cieza dejó escrito: baxo del valle estaba un repartimientos norteños gobernante de cien indios
“Saliendo de Solana principal, o señor llamado elaborada en 1548 se mitmas (Hocquenghem
[actual Sullana] se llega a deste nombre” (Cieza 1995 registra al cacique Maia- 1994: 38-39, nota 27).
Pocheos [sic: Pohechos] [1553]: 186-187). billa (probable variante
que está sobre el río de Mayabilca, un nombre
llamado también Pocheos, 4 Anne-Marie Hocquen- alterno de Pohechos
aunque algunos les llaman ghem informa que en consignado en Herrera y
424
de don Martín Pizarro, nombre que adoptó el Ala o Serrán (Hocquenghem 1994: 30; Rodrí-
lenguaraz Martinillo en reconocimiento a su guez y Olaya 2003: 35).
cercanía con la familia Pizarro. En dicho docu- Por otra parte, la presencia de estos mitmas
mento, Zapata declara que “conoció al dicho en territorio piurano podría guardar relación
don Martyn Piçarro y save que fue yndio na- con los grandes desplazamientos que el Señor
tural del Perú y a lo que se acuerda del valle de Chincha solía efectuar, sentado en andas,
de Chincha que está en cabeça de Su Majes- junto al propio Inca hacia el norte del Chin-
tad” (Busto 1981: 323, nota 9; resaltado nues- chaysuyu. A través del cronista Pedro Cieza de
tro).5 Esta última frase resulta concluyente. León tenemos conocimiento que “en las gue-
Sabemos que los únicos repartimientos andi- rras que se hizieron en tiempo de Guaynacapa
nos que estuvieron directamente en poder de se halló en las más dellas el señor de Chincha”
la Corona española, es decir que se constitu- (Cieza 1995 [1553]: 220); considerando que
yeron en repartimientos reales “en cabeza de durante el dominio incaico las sociedades
Su Majestad”, fueron el antiguo reino Lupaca costeñas estuvieron prohibidas de contar con
(Chucuito), la isla Puná y el valle de Chincha grupos armados (Zárate 1995 [1555]: 59), sur-
en la costa central peruana (Hampe 1985). ge la interrogante sobre el tipo de apoyo que,
La instalación de mitmas chinchanos y en un contexto bélico, podría haber brindado
huancavilcas en la región de Pohechos cobra el curaca chinchano al monarca cusqueño.6
sentido al prestar atención a la ruta terrestre ¿Se trataba de una colaboración a nivel de
de ingreso del mullu al área andina central intermediación diplomática o de un ejercicio
(figura 2), siguiendo el Qhapaq Ñan desde el de presión económica, aprovechando las re-
Taller de Spondylus de Cabeza de Vaca, en el laciones comerciales que le señorío costeño
distrito tumbesino de Corrales o San Pedro mantenía con las etnias del litoral ecuato-
de los Incas (Vílchez 2013). En Pohechos po- riano? Quizás nunca lleguemos a responder
dría haberse controlado el flujo hacia la sierra con total certeza a esta pregunta; sin embar-
de Piura y el territorio lambayecano tanto go, podemos afirmar, según lo constataron
de valvas completas como de algunos arte- los primeros conquistadores españoles que
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
5 Si bien la declaración de f. 7r), guarda particular 6 Carlos A. Romero señaló en el ejército organizado
Zapata resulta imprecisa, importancia ya que viene a a mediados del siglo pasa- por el Inca para combatir
pues por otro testimonio de confirmar la ascendencia do que el cacique Mayça- a Huáscar” (Romero 1943:
1557 sabemos que Martini- chinchana del lenguaraz y bilica “andaba en el real de 126), afirmación que, en
llo había nacido en el valle de la comunidad de mitmas Atahualpa, quizá al frente de nuestro concepto, carece
piurano del Chira (AGI 1573: a la que pertenecía. fuerzas militares chinchanas de respaldo documental.
425
figura 2. Ruta de ingreso del spondylus a la costa norte peruana
Sitios arqueológicos
A Quito
Localidades
Manta
modernas
Portoviejo
Isla de
La Plata
* Dibujo: Fiorella Rojas
Respaldiza.
Fuente: Hocquenghem
1998: 189.
Guayaquil
Océano Pacífico
Isla Puná
Cuenca
Golfo de Guayaquil
Rica
Playa
Loja
Guineal
SERGIO BARRAZA
Pohechos Olleros
Chillaco Aypate
Salvia
Yapatera
Caxas
Piura La Vieja
DE CHINCHA A MANTA...
Huancabamba
Juan Velasco II
A Chincha A Cusco
0 40 km
426
A la luz de estos datos, resulta llamativo que lizada de agentes chinchanos en la organiza-
si bien se ha reportado el hallazgo de algunas ción de la producción de artefactos de mullu.
piezas de alfarería y metalurgia chinchanas Si bien la fuente no indica explícitamente la
distribuidas a lo largo de la costa peruana, re- presencia de pobladores de Chincha en los
flejando la participación de esta sociedad en territorios arequipeños de Atico y Caravelí, el
un intercambio a escala macro regional (v. g. hecho de que uno de los caciques entrevista-
Heyerdahl et al. 1996: 109, foto 70; Hudtwalcker dos respondiera al nombre de Chincha Pulca
y Pinilla 2005: 15; Muelle 1940: 72-73; Reiss y y que el traductor de la Visita (aparentemente
Stübel 1880-1887: lámina 81, figura 13; lámi- un residente local) tuviera origen chinchano,
na 96, figuras 4 y 6; Tello 1956: 317), el estilo ha llevado a que se sospeche la existencia de
cerámico costeño que mayor difusión tuvo algún tipo de nexo entre estas comunidades y
durante el período Horizonte Tardío, no solo el importante señorío costeño (Galdós 1975-
en localidades del litoral sino también al in- 1976: 71; Rostworowski 2005: 112).
terior de los Andes, fue el Chimú Negro Pulido. Existen, efectivamente, motivos para
Piezas de dicho estilo acompañan a la cerá- pensar que estas poblaciones se encontraban
mica Inca Imperial e Inca Provincial no solo en controladas por élites chinchanas. La Visita
el valle bajo del Chira (Kelley 1971: 15; Ravi- nos informa que en Caravelí existía un “pue-
nes 1986-1987: 63, 75, 82, 85, 117), territorio blo de los mates” que, en tiempos coloniales,
gobernado por el cacique Mayçabilica, sino aún tributaba cada cuatro meses trescientos
también en las regiones de Chincha, Pisco pares de mates pintados (Galdós 1975-1976:
e Ica (Kroeber y Strong 1924a: 16, figura 4a; 75, 80); coincidentemente, según aparece re-
1924b: lámina 39b; Menzel 1966: 115, lámi- gistrado en la crónica del dominico Reginal-
na XV - figuras 66-67; 1976: 77, 236; Menzel y do de Lizárraga, era éste uno de los bienes que
Rowe 1966: 68-69; Morris y Santillana 2007: acostumbraban intercambiar los tratantes de
145) y en la propia isla de La Plata, frente a la Chincha (Lizárraga 2002 [1605]: 134).
costa ecuatoriana de Manabí, donde aparecen De otro lado, resulta particularmente
asociadas a fragmentos de Spondylus prínceps y valiosa la información que Chincha Pulca y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
tiestos del estilo local Manteño-Huancavilca sus curacas sujetos ofrecen sobre las figurinas
(Marcos 1982: 5; Marcos y Norton 1981: 146). antropomorfas (empleadas en los sacrificios
Por consiguiente, es posible que en el contex- Capacocha) y cuentas de spondylus que solían
to de estos poblados multiétnicos dedicados a producirse para el Inca:
la distribución y procesamiento de spondylus,
los incas hubieran privilegiado el uso de cerá- Yten fueron preguntados de qué cosas y qué tri-
mica de los estilos Chimú y Chimú-Inca.7 butos solyan dar al Ynga e a los demás Señores
La denominada Visita de Atico y Caravelí que an tenido y en que lugar se lo ponían… [di-
realizada en 1549 por órdenes del Presidente jeron] que de los Guancavelicas [Huancavilcas]
don Pedro de la Gasca, es otro de los documen- les traían unas conchas coloradas que llaman
tos que insinúa una participación descentra- mollo y dellas hazian bultos de indios e yndias
7 La cerámica negra pulida frecuentemente adscrita puntual del valle de Chincha, tieron reconocer que el
de pasta fina, ampliamente a los estilos Chimú o excavaciones efectuadas 6 % de la alfarería recupera-
difundida en el territorio Chimú-Inca; sin embargo, en el Sector III (el complejo da correspondió a cerámica
andino durante el periodo espera aún ser estudiada administrativo-religioso inca) negra pulida (Morris y
Horizonte Tardío, ha sido a profundidad. En el caso del sitio La Centinela, permi- Santillana 2007: 145).
427
entretallados y chaquiras y para esto tenían Finalmente, un tercer documento que sugie-
cinquenta indios ordinariamente en el Cuzco re la participación descentralizada de agen-
para labrar esta obra […] (Galdós 1975-1976: 77). tes chinchanos en actividades de intercam-
bio se ve constituido por una cédula firmada
A partir de la lectura de este párrafo puede in- por Francisco Pizarro en Pachacamac el 5
ferirse que, fundamentalmente, eran las valvas de enero de 1534, mediante ella el Marqués
de spondylus las que circulaban por el Tawan- Gobernador concedió a su hermano Hernan-
tinsuyu8 y que los productos finales obtenidos do la encomienda de los indios de Chincha.
a partir de ellas eran elaborados en las proxi- En este documento se puede leer: “[…] por la
midades de sus destinatarios, probablemente presente en nonbre de Su Magestad os en-
debido al riesgo que acarreaba su movilización comiendo el valle de Chincha con todos sus
dada la fragilidad de las piezas. Es más, en las yndios e caçique e prinçipales que le perte-
colecciones arqueológicas conservadas en mu- neçen y son sujetos, con todos sus mitimaes
seos nacionales y extranjeros a menudo encon- y tratantes e plateros que tienen fuera de
tramos piezas escultóricas de cerámica con la su tierra, sujetos y naturales del dicho valle”
representación de los mercaderes encargados (citado en Hampe 1985: 121; el resaltado es
de este transporte (foto 2). En ocasiones, cier- nuestro). Es probable que estos mitmas y tra-
tos elementos diagnósticos exhibidos por los tantes correspondieran a aquellos migrantes
personajes (aros nasales, turbantes, diseños en asentados en poblados multiétnicos simila-
la indumentaria, etcétera) permiten reconocer res al detectado en Pohechos y a mercaderes
la etnia a la que pertenecían estos cargadores. marítimos o terrestres.
foto 2.
Izquierda.- Cántaro Ica-Inca con
representación escultórica de
portador de spondylus huancavilca,
reconocible por su característico
piercing nasal. Procedencia: Ica.
Museo Etnológico de Berlin, VA
50932 (Ethnologisches Museum -
Staatliche Museen zu Berlin, foto por
Ines Seibt). Derecha.- Botella Ica-Inca SERGIO BARRAZA
con representación de portador de
spondylus. Procedencia: desconocida.
Museo de la Nación, Ministerio de
Cultura, MN-03316 (foto por Sergio
Barraza Lescano).
DE CHINCHA A MANTA...
8 De acuerdo al testimonio obtenidos como producto quentezitas muy delicadas los vocabularios quechuas
de Agustín de Zárate, era de la tributación; entre que pareçian a manera y aimaras coloniales con el
“cosa de espanto” constatar estos bienes el cronista de coral…” (Zárate 1995 coral (v. g. Anónimo 1586:
la cantidad de bienes que menciona “unas conchas de [1555]: 86). Indudablemente, G2; Bertonio 1612: 227;
el Inca tenía almacenados la mar coloradas que traían Zárate se refería al mullu, Gonçález Holguín 1608: 245;
en sus depósitos del Cusco, de Túmbez para hazer unas usualmente comparado en Santo Tomás 1560: 153).
428
9 Estos objetos, elabora- rango (Prosopis juliflora), el nacionales (v. g. Museo de de Berlín, American
dos de acuerdo a Kvietok espino (Acacia macracan- Nacional de Arqueología, Museum of Natural History
(1987: 247) con maderas tha) y el calato (Bulnesia Antropología e Historia del y Museum of Primitive Art
disponibles en la costa retama), actualmente Perú y Museo Regional de Nueva York).
peruana como el algarrobo forman parte de las colec- de Ica) y extranjeros (v. g.
(Prosopis pallida), el gua- ciones de diversos museos Museum für Völkerkun-
429
mentos en la región de Chincha, el hecho de Resulta muy sugerente que este diseño apa-
que los valles de Pisco e Ica se localicen dentro rezca también representado en algunos fie-
del área de influencia del señorío de Chincha, les de balanza prehispánicos elaborados en
unido a ciertas afinidades iconográficas que hueso, vinculando de este modo la navega-
presentaremos a continuación, no deja duda ción con el intercambio. Al igual que en el
que, aunque permanecen esquivos para los caso de los guares y remos, desconocemos la
arqueólogos que investigan en el valle, los procedencia exacta de la mayoría de estas
guares y remos también fueron empleados por balanzas. Una de ellas fue reportada a fines
esta sociedad. Uno de los diseños decorativos de la década de 1920 como procedente de
más frecuentemente exhibido por los guares y la región de Ica (Schmidt 1929: 444, foto 4).
remos ha sido descrito por Hans Horkheimer Otro ejemplar fue hallado en 1925 en Huaca
(citado en Buse 1973: 256) como “un triángulo Malena, valle de Asia, formando parte de una
de lados escalonados, de cuyo vértice salen ar- ofrenda del período Horizonte Tardío depo-
cos a la derecha y a la izquierda” (foto 3). sitada al interior de una olla doméstica; jun-
SERGIO BARRAZA
foto 3.
Izquierda: Guare u orza de quilla elaborada de madera y provista de diseños distintivos. Procedencia: Ica;
DE CHINCHA A MANTA...
largo: 1.92 metros. Museum of Primitive Art, New York (pieza completa tomada de Dockstader 1967: lámina
162; detalle tomado de Lavallée y Lumbreras 1985: 377, foto 338). Derecha: Remos de madera con diseños
distintivos. Procedencia: Ica; largo: 2.03 metros. La pieza completa pertenece al Museo Nacional de Arquelogía,
Antropología e Historia del Perú, MO-3709 (Ilmonen y Talvitie 2001: 206, foto 181); el detalle ha sido tomado
de un remo idéntico aunque fragmentado que perteneciera a la Colección Wilhelm Gretzer del Museum für
Völkerkunde de Berlin (Schmidt 1929: foto 430, foto 2).
430
to a este fiel de balanza fueron recuperados las Noticias americanas de Antonio de Ulloa
varios objetos, entre los que se incluían sus (1792) en donde se anota:
dos platillos de plata (uno completo y otro
fragmentado), una diminuta esfera de ámbar, […] en las piezas de la antigüedad se encuentran
otro fiel de balanza pequeño confeccionado balanzas pequeñas, cuyos platos son de plata,
de madera, dos fragmentos de cabeza de tupu y lo mismo la barretilla por donde se suspen-
con la representación escultórica de pesca- de: aquellos no son llanos, sino rematando en
dores sentados en sus “caballitos de totora”, punta al modo de conos al revés. Estas por el
cuatro valvas de Spondylus pictorum y varias tamaño parece que les servían para pesar cosa
hachuelas o tumis de cobre (Hurtado 2000 de oro ó plata, porque para las de otro volumen
[1925]: 149, 157-166). no son suficientes […] (Ulloa 1792: 320).
Una tercera balanza con este diseño fue
hallada durante la década pasada en el sitio La segmentaria información dispersa en las
Tambo de Mora, valle de Chincha, esta vez al fuentes coloniales permite complementar los
interior de un relleno constructivo del perío- datos proporcionados por este documento en
do Inca (José Ismael Alva. Comunicación per- lo que respecta al manejo de las balanzas y las
sonal, 2013). Debemos aclarar que no es este regulaciones del intercambio durante el do-
el único asentamiento chinchano donde se minio incaico. Por una Instrucción redactada
ha reportado el hallazgo de balanzas, aunque en 1561 sabemos que antes de ser conquis-
con otros diseños estructurales y decorativos, tadas por los incas, “algunas comunidades
también han sido encontradas en los sitios de los llanos rescataban oro i plata con los
de La Centinela, Pampa de Canelos, Pampa bastimentos que llevaban a la sierra”, esta si-
de Cotegeros, Las Palmas y el Cementerio de tuación cambió tras la llegada cusqueña con
La Cumbe (Alcalde et al. 2002: 45; Garaventa la disminución de este tipo de transacciones
1979: 224; Hagen y Morris 1998: 158; Kroeber y la generalización de intercambios de “ropa
y Strong 1924a: 38-39). de algodón por [ropa] de lana, o pescado por
A través del Aviso escrito por el año 1570 otras comidas; lo primero se hacía con los
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
sabemos que los mercaderes chinchanos “es- principales porque la gente común solo res-
timaban cada peso de oro en más de diez ve- cataua comida por comida” (citado en Ros-
ces el pesso de la plata y tenían sus pesos y pe- tworowski 1989: 286).
sas con que pesaban oro y plata y sus toques10 Al parecer, la élite chinchana fue uno
con sus puntas con que tocaban el oro desde de los grupos que recibió un trato especial
diez quilates hasta veinte y uno y medio” del Inca y podían intercambiar bienes sun-
(citado en Rostworowski 1970: 171), lo que tuarios a grandes distancias, sus mercaderes
evidencia el grado de precisión que poseían “tenían licencia de discurrir por este reino
en su sistema de pesos y la meticulosidad im- con sus mercadurías”, algunas de las cuales
plicada en sus intercambios. De la lectura del (como sus mates) eran muy estimadas hasta
Aviso, asimismo, podemos inferir que estas en la provincia de Chucuito (Lizárraga 2002
pequeñas balanzas eran empleadas principal- [1605]: 134). Al respecto, en el Aviso se indica
10 En el más antiguo
mente para pesar oro y plata, posibilidad que que los chinchanos “con sus compras y ven- diccionario de la lengua
ya ha sido señalada por algunos investiga- tas iban desde Chincha al Cuzco [y] por todo española se explica que
dores contemporáneos (Morris y Santillana el Collao, y otros iban a Quito y a Puerto Vie- “el toque del oro, es
una piedra en la qual se
2007: 157; Rostworowski 1963: 131) y se vería jo, de donde traían mucha chaquira de oro y manifiestan sus quilates”
respaldada por otras fuentes antiguas, como muchas esmeraldas ricas y las vendían a los (Covarrubias 1611: 47).
431
caciques de Ica, que eran mui amigos” (citado como era el caso de Chincha (Alcalde et al.
en Rostworowski 1970: 171). 2002)12, los orfebres debían enviar directa-
Resulta muy interesante que, aunque no mente al Cusco algunos de sus productos (es-
se mencione el spondylus, en el Aviso se alu- pecíficamente las chipanas o brazaletes) “sin
da a la adquisición de chaquira de oro y es- que quedase cosa en poder del curaca, porque
meraldas en territorio manteño (Portoviejo) no podían tener cosa alguna dello si no fue-
pues en esas negociaciones, necesariamente, se dado por el Inga”; añade, asimismo, que el
debieron emplearse las balanzas que venimos monarca cusqueño asignaba a cada provin-
estudiando. No debemos olvidar que entre los cia, entiéndase al curaca que la gobernaba, “la
objetos observados por Bartolomé Ruiz en la cantidad que habían de sacar de oro y plata
balsa de mercaderes de Salangone figuraban por unas pesas que él les daba” (Santillán
“unos pesos chiquitos de pesar oro, como 1879 [1563]: 42, 45).
hechura de romana”11 (Fernández et al. 1844: Es decir, los fieles de balanza eran entre-
197) y que estos tratantes poseían “toque para gados por el propio Inca a los caciques locales
conosçcer el oro é romana para pessarlo é pe- quienes los distribuían entre los plateros y
sar la plata labrada é otros metales” (Fernán- mercaderes sujetos a su autoridad13, proba-
dez de Oviedo 1855 [1549]: 122). blemente no solo para regular los intercam-
El tratamiento especial otorgado a los bios de estos últimos sino también las alea-
mercaderes chinchanos, por otra parte, tam- ciones de los primeros (Rostworowski 1963:
bién podría haber respondido al estableci- 133). La relativa libertad de la que gozaban
miento de un nuevo tipo de relación econó- los mercaderes bajo este régimen se ve refleja-
mica entre el Estado Inca y los especialistas, da en la Relación y descripción de los pueblos del
la cual se veía intermediada por las élites partido de Otavalo escrita en 1582 por Sancho
locales que los administraban. Al respecto, el Paz Ponce de León, donde se precisa que en
licenciado Fernando de Santillán dejó escrito esta localidad anexada al Tawantinsuyu por
que en las provincias donde existían plateros, el Inca Huayna Capac:
11 Pese a las reiteradas en realidad se estuviera vivió ocupado en este 13 El control que los
menciones en las fuentes aludiendo a balanzas ministerio [conversión de caciques tenían sobre las
historiográficas coloniales convencionales con dos los naturales], le ofrecían balanzas y el peso de los
sobre el uso de balanzas platillos o redecillas y un un navío cargado de oro metales se ve reflejado en SERGIO BARRAZA
tipo romanas (con palanca eje central suspendido. y plata, y jamás se pudo la Visita de Jayanca rea-
y pilón o contrapeso) acabar con él recibiese lizada en 1570. En aquella
entre algunos grupos 12 El dominico Reginaldo un grano, y haciéndole ocasión, el cacique princi-
indígenas que habitaban de Lizárraga menciona fuerza los curacas a que pal del pueblo declaró que
Ecuador, Colombia y en su crónica un episodio tomase alguna cosa, jamás cada “dos lunas” él y sus
Venezuela en tiempos que viene a evidenciar lo pudieron acabar con él, principales debían entregar
prehispánicos, hasta la no solo la presencia de ni para sí, ni para la Orden, a su encomendero diez
DE CHINCHA A MANTA...
fecha no se dispone de orfebres en el valle de ni para hombre viviente. tejuelos de oro y barretillas
ningún ejemplar arqueoló- Chincha, sino también la Lo que hizo fue decir a de plata, metales que obte-
gico recuperado científica existencia de embarcacio- los curacas hiciesen un nían por medio de rescate;
o clandestinamente; por nes, oro y plata en poder cáliz de oro para su iglesia, para establecer el peso del
ello, como fuera señalado de sus caciques: “A este como lo hicieron, y fue el oro y plata tributados, el
por Marshall H. Saville religioso [fray Cristóbal primer cáliz que se hizo en cacique contaba con dos
(1925: 281), lo más pro- de Castro], los curacas el Perú…” (Lizárraga 2002 pesas de plomo que fueron
bable es que se trate de del valle de Chincha, [1605]: 102-103). exhibidas a las autoridades
una imprecisión y que donde por la mayor parte (Espinoza 1975: 270-271).
432
foto 4.
Fiel de balanza
elaborado de
hueso, similar a
otros recuperados
en la región de
Chincha, provisto
de diseño distintivo
central. Museo
del Oro (Bogotá),
H00332. Largo: 12.8
centímetros, alto: 1.9
centímetros; ancho:
0.4 centímetros (foto
por Sergio Barraza
Lescano).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
[…] los indios no tenían cosa alguna más de lo peculiar diseño que hemos presentado inte-
que el cacique les quería dejar; de manera que grando parte de la colección del Museo del
era señor de todo lo que los indios poseían y de Oro de Bogotá (foto 4), más aún si tomamos
sus mujeres e hijos e hijas y servíanse de todos en cuenta que casi la totalidad de materiales
ellos como si fueran sus esclavos, excepto de arqueológicos depositados en esta institu-
los indios mercaderes, que estos no servían ción provienen de territorio colombiano.
a sus caciques como los demás, sólo paga- Las intervenciones de conservación mu-
ban tributo de oro y mantas y chaquira de seográfica practicadas a esta pieza han sido
hueso blanco o colorado (Paz Ponce de León publicadas en detalle (Bateman y Martínez
1991 [1582]: 364; resaltado nuestro).14 2006: 74-81); sin embargo, al desconocerse
su lugar de procedencia, a partir de un cri-
En el escenario planteado, en que merca- terio exclusivamente iconográfico (la repre-
14 No está demás aclarar
deres itinerantes respaldados por el Estado sentación de aves estilizadas en la pieza), se
que el “hueso colorado” al
Inca y administrados por la élite chinchana le ha adscrito imprecisamente a la tradición que se alude en el párrafo
tenían libertad para desplazarse a grandes cultural Zenú, desarrollada en las llanuras transcripto corresponde al
mullu, según ha sido expli-
distancias, resulta intrigante constatar la del caribe colombiano (Catalina Bateman. cado por Chantal Caillavet
existencia de un fiel de balanza provisto del Comunicación personal, 2013). (2000: 88).
433
De haber sido hallada en algún punto del a costas colombianas en tiempos prehispá-
territorio colombiano, este fiel de balanza nicos, cabe la posibilidad de que hubiera
constituiría una clara evidencia del radio de sido entregada a los pobladores locales por
acción que podían alcanzar los intercambios tratantes chinchanos u otros intermediarios
chinchanos; es bien sabido que las poblacio- (¿manteños-huancavilcas?) interesados en
nes prehispánicas del Darién colombiano obtener una mayor exactitud y rapidez en los
eran ricas en oro y que los incas tenían acceso intercambios, evitando recurrir a los cálculos
a piedras preciosas extraídas de la provincia aproximados y al regateo.
ecuatoriana de Esmeraldas, limítrofe con Co- Fuera de los guares, remos y fieles de ba-
lombia, en la costa del Pacífico. Por otro lado, lanza, tenemos conocimiento que el diseño
de acuerdo al temprano testimonio del con- escalonado coronado con volutas también
quistador Pascual de Andagoya, los caciques aparece representado en otros artefactos pre-
y mercaderes de la provincia del Birú, loca- hispánicos tardíos provenientes de la costa
lizada en la actual frontera colombiana-pa- peruana: mates pirograbados, cetros de ma-
nameña, tenían amplio conocimiento de la dera tallados y láminas metálicas caladas
existencia de los incas: (de aleación plata-cobre) que posiblemente
formaban parte de tocados, estas últimas per-
[…] en esta provincia [de Birú] supe y uve rela- tenecen a la Colección Soldi (Paloma Manri-
ción ansí de los Señores como de mercaderes e que. Comunicación personal, 2014).
ynterpretes quellos tenyan de toda la costa de Ya hemos indicado que los “mates pinta-
todo lo que después se a visto hasta el Cuzco dos”, es decir pirograbados, figuran entre los
particularmente de cada provincia la manera bienes que solían ser intercambiados por los
y gente della porque estos alcanzavan por bia mercaderes chinchanos; de otro lado, Craig
de mercadurya mucha tierra […] (Andagoya Morris ha sugerido que las prendas confec-
1993 [1541]: 139). cionadas con fibras de camélido también
“pudieron haber sido introducidas en una
Estos mismos informantes podrían haber red de intercambio entre Chincha y el norte”,
transmitido a Andagoya las siguientes noti- recordando además que “la tela destaca pro-
cias sobre los plateros del Inca registradas en minentemente en la carga de la balsa captu-
su Relación: rada por Bartolomé Ruiz” (Morris 1997: 110).
Mencionamos estos bienes buscando resaltar
La gente de aquella tierra [el Tawantinsuyu] que el intercambio de spondylus nunca ocu- SERGIO BARRAZA
[era] de muy gran razón y trato con pesos y rrió aislado, como parecería verse sugerido
medida[s] grandes oficiales de plateros a su cuando el interés del investigador se ve foca-
modo y tenya el Guanacaba tanta policía en lizado exclusivamente en la distribución de
las cosas de plata y oro que le hazian que el la preciada valva, sin prestar atención a los
platero que no le acertava a hazer la [pieza] otros recursos que participaban de la misma
como él la pedía moría por ello (Ibíd.: 156). ruta de tráfico.
DE CHINCHA A MANTA...
figura
Diseños en fragmento de La Vieja, actualmente desaparecido, podría
friso reportado en el sitio haberse constituido en el centro del gobierno
Litardo Bajo, valle de Chincha
(redibujado por Lorena Mujica
local, mientras que Tambo Colorado era el
centro de administración inca directa (Ibíd: 15 Agradecemos a la ar-
Rubio a partir de Morris 2004:
queóloga Sofía Chacaltana
figura 16). 111). Siguiendo esta idea, a la luz de las evi- Cortez por habernos hecho
dencias presentadas, podemos concluir que el reparar en ese detalle.
436
Sitios arqueológicos
A Lima
Localidades
Chincha Alta
A Vilcashuamán modernas
y Cusco
La Centinela
Océano * Dibujo: Fiorella Rojas
Pacífico Incahuasi
Huancano Respaldiza.
Huaytará
Humay
Fuente: Hyslop 1984,
Tambillos figura 7.1.
Pisco Lima Tambo Colorado
HUANCAVELICA
La Vieja Monte Sierpe
A Ica
ICA
0 12 km
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Caminos hacia
el futuro:
nuevas tendencias
en el estudio
de caminos y rutas
ELIZABETH ARKUSH Hace treinta años se publicó el libro de John Hyslop (1984) sobre el Cami-
no Inca, una obra pionera que no solo significó un avance de las investi-
UNIVERSITY OF PITTSBURGH,
gaciones en los Andes, también inspiró trabajos sistemáticos sobre rutas
ESTADOS UNIDOS
y caminos antiguos en muchas otras regiones del mundo. Esta literatura
global, escrita principalmente en lengua inglesa, ha crecido y madurado,
viéndose enriquecida por un importante número de publicaciones recien-
tes (v.g. Adams y Laurence 2011; Alcock et al. 2012; Shaw 2008; Snead et
al. 2009). En esta contribución al volumen se intenta colocar al estudio
del Qhapaq Ñan y sus precursores en un contexto comparativo frente a
estudios similares llevados a cabo en otras regiones del mundo; diversas
tendencias de estos últimos tienen repercusión en los caminos andinos y
podrían sugerir algunas potenciales áreas para fructíferas investigaciones.
Este capítulo se centrará especialmente en los temas que conciernen
a la importancia política de los caminos. Tradicionalmente, los arqueólo-
gos han distinguido entre los “caminos” o “vías” formales, que implican
planificación, organización del trabajo y mantenimiento, y los “senderos”
informales; en resumen, mientras los senderos son producidos por el cami-
nar frecuente, los caminos son hechos por gobiernos (Earle 1991, 2009). La
construcción de vías formales es una técnica central del arte de gobernar. A
través de ella se inscribe el simbolismo político en los paisajes físicos y en
los paisajes conceptuales; también se dirige la circulación y el control de las
personas, bienes e información, los hechos concretos que subyacen a la eco-
nomía política, el movimiento militar, la administración y la diplomacia.
En la literatura comparativa se pueden identificar, al menos, cuatro ma-
neras útiles de abordar el papel político de los caminos antiguos. La prime-
ra trata los caminos (en especial, caminos reales) como una tecnología del
poder, que remodela la percepción, el espacio, la identidad y la performa-
tividad. La segunda está estrechamente ligada a los hechos geográficos del
paisaje y asentamiento, y aborda el tema del control: cómo el movimiento de
personas y bienes se relaciona o evade el control, la importancia estratégica
de ciertos puntos geográficos y la conectividad o el aislamiento de los sitios y
regiones. Un tercer enfoque, fundamentalmente cuantitativo, expone la ma-
quinaria de la economía política y la promulgación física de las relaciones de
poder a través del análisis de los costos, el tiempo, el trabajo, la estacionali-
dad y el transporte. Por último, los enfoques históricos examinan las rutas y
los caminos a través del tiempo, explorando la transformación a largo plazo
de los usos, las oportunidades y los significados de las rutas establecidas.
446
inscritos en latín registrando las distancias en prime en una forma extremamente alargada
millas, en lugar de usar el griego u otros idio- para encajar en un rollo largo de pergamino,
mas locales y unidades de medida locales, lo perdiendo casi toda relación con la geografía
que significa que eran incomprensibles para verdadera; sin embargo, llega a representar
la mayoría de viajeros. Lo importante era el de manera esquemática lo que importaba: el
hecho que estuvieran inscritos en latín, mar- sistema vial del Imperio, con las principales
cándolos como vías romanas, no la legibili- ciudades, los caminos que las vinculaban y
dad de la escritura (Ibíd.: 237). las distancias existentes entre ellas señaladas
Igualmente, los caminos incaicos eran (figura 1). Roma se ubica en el centro, ya que
parte de un programa ambicioso de remode- todos los caminos conducen a Roma. Este
lación física de la tierra buscando transfor- extraordinario mapa demuestra cómo el sis- figura 1.
marla en un paisaje imperial civilizado. El tema vial romano reestructuró la geografía Un detalle
estudio de Catherine Julien (2012) sobre el percibida del mundo conocido, presentándola de la Tabula
Peutingeriana,
camino del Chinchaysuyu (de Cusco a Vil- como una serie de viajes largos, lo que también con el mapa
cashuamán) muestra que no solo el camino ha quedado reflejado en los itinerarios escritos completo
en sí marcaba el tránsito por un paisaje visi- o listas de paradas a lo largo de los caminos arriba.
blemente inca, sino también la canalización (Laurence 1999; Talbert 2010). De modo que
447
los caminos reales fueron el armazón del or- (figura 2). Por consiguiente, es posible que,
den imperial imaginado. En la antigua China, de forma similar a los romanos, los incas
el reino fue concebido como un cuerpo polí- pensaran en su reino no como un bloque de
tico o el cuerpo del Rey; sus caminos, por lo territorio sino como un grupo de viajes linea-
tanto, eran los canales para la circulación ar- les que conectaban centros poblados, como
moniosa de la sangre y el qi, esenciales para la originalmente lo sugirió Hyslop (1984: 340-
salud del cuerpo político (Nylan 2012). 341; este punto se encuentra relacionado a
Es claro que los caminos incaicos cum- la contribución de Steve Kosiba en este volu-
plían una tarea conceptual importante en men). El Qhapaq Ñan principal que se dirigía
el Tawantinsuyu, un imperio sustentado en al Chinchaysuyu y Collasuyu fue santificado
la noción de ser la extensión de los caminos por la historia mítica, porque repetía el eje
principales del Cusco hacia los cuatro suyus del viaje épico de creación realizado por Vira-
(Hyslop 1984: 340; Julien 2012: 147, 151). Al cocha. La construcción de los caminos incas
igual que los ceques o los quipus, los caminos también reconceptualizó la geografía social
incaicos aparecen en los primeros textos — (Julien 2012), vinculando grupos específicos
que probablemente estuvieron basados en a los caminos, tal como lo hicieron los ceques
quipus (v. g. Vaca de Castro 1908 [1543])— (Zuidema 1964) o los canales principales en
como líneas radiales puntuadas con paradas la costa norte (Netherly 1984).
ELIZABETH ARKUSH
CAMINOS HACIA EL FUTURO...
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Para el viajero, los caminos incaicos construi- espectáculos eran especialmente importan-
dos alteran y manejan la experiencia corporal tes en los momentos de sucesión. En 1563, figura 2.
Representaciones
y visual de movimiento (Nair 2015). El tema Carlos IX de Francia, que ascendió al trono del Tawantinsuyu
ha sido explorado recientemente en la litera- a la edad de trece años, en una época de dis- y sus caminos por
tura en otras regiones del mundo (v. g. Van turbios, inmediatamente se embarcó en una Guamán Poma (1615:
Dyke 2008; Keim 2013, Witcher 1998), debi- gira real por Francia que duró dos años, con 1001-2, 1097). En su
do en parte a la influencia de Christopher Ti- elaborados ritos de entrada en cada pueblo y mapa del Reino Inca
(izquierda), cada
lley (1994) y otros investigadores británicos ciudad (Kertzner 1989: 22-23). En palabras de centro importante
(vid. Snead 2009). A menudo se investiga la Geertz (1977: 152, traducción nuestra), “cuan- está ligado al sistema
experiencia del viajero a través del análisis do los reyes viajan por la campiña, dejándose de Qhapaq Ñan y
de SIG (Sistemas de Información Geográfica) ver, participando en los ritos, otorgando pri- al Cusco; en su lista
de las vistas que se abren y cierran desde el vilegios, intercambiando presentes, o desa- de tambos (derecha),
el sistema vial se
camino, como en la contribución de Reinaldo fiando a sus rivales, ellos la marcan como si representa como una
Moralejo. En los Andes, también podríamos esta fuera casi una parte de su cuerpo, como serie de
preguntarnos cómo el esfuerzo y la experien- un lobo o un tigre impregnan con su esencia itinerarios con
cia del movimiento vertical de subir y bajar todo su territorio”.1 paradas que irradian
afectaba a los viajeros (Nair 2015). Sin em- Tal evidencia lleva a la pregunta de si al- desde el Cusco.
bargo, es posible que las vistas percibidas por gunos caminos estaban destinados principal-
los viajeros fueran menos importantes que mente para la procesión real. Timothy Earle
las vistas de los viajeros, especialmente de los (1991: 12) sostiene que en Hawái, el propósi-
viajeros reales. Los caminos antiguos a menu- to principal del camino formal era la proce-
do servían como escenarios para la ejecución sión anual de Makahiki, en la que los jefes, los
de viajes y procesiones ceremoniales reales, nobles y los sacerdotes peregrinaban alrede-
ya que la visita del rey era un instrumento dor de la isla con un ídolo sagrado, parando
fundamental de gobierno antes de la existen- en cada comunidad para realizar ritos y reco-
cia de los medios de comunicación masivos. lectar tributos. Otro posible ejemplo lo cons-
El espectáculo elaborado de las visitas tituyen los caminos de la región maya, los lla-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
reales, que hacía el reinado concretamente mados sacbeob: calzadas anchas y elevadas de
visible a los sujetos, es discutido a fondo por piedra caliza blanca, que vinculaban centros
Clifford Geertz (1977), sobre la base de varias mayas y conjuntos arquitectónicos siguiendo
fuentes históricas. Por ejemplo, un rey de Java líneas perfectamente rectas (Chase y Chase
del siglo XIV hizo una visita por su reino que 2001; Shaw 2001, 2008, 2012). Inicialmente
duró dos meses y medio: él fue llevado en se supuso que podrían haber facilitado el via-
una gran litera, acompañado por su familia, je por la densa selva y las zonas bajas, inunda-
decenas de funcionarios, cientos de porteado- das en la temporada de lluvia; sin embargo,
res, 400 carros tirados por bueyes, elefantes, y Justine Shaw (2008, 2012) ha sostenido re- figura 3 .
camellos importados. El rey y su comitiva se cientemente que nunca estuvieron destina- La procesión real
detenían cada pocos kilómetros para partici- dos para el uso cotidiano de los pobladores de Raja Amar
par de ceremonias y audiencias reales, y para comunes, sino para procesiones ceremonia- Singh (1787-1798),
India. Artista
recibir y ofrecer regalos (Geertz 1977). Estos les reales. Usados quizás un par de veces al
anónimo ca. 1790.
Los Angeles
County Museum
1 “When kings journey attending rites, conferring it, like some wolf or tiger physically part of them”
of Art.
around the countryside, honors, exchanging gifts, spreading his scent throu- (Geertz 1977: 152).
making appearances, or defying rivals, they mark gh his territory, as almost
CAMINOS HACIA EL FUTURO... ELIZABETH ARKUSH 449
450
las llevaban en hombros de señores los ma- tinsuyu observaban el tránsito del Inca, de
yores y más principales del reino y aquel que los oficiales, del ejército y de la riqueza del
mas con ellas andaba aquel se tenía por más Estado. ¿Estuvieron ciertos tramos del Qha-
honrado y por más favorecido. En redor de las paq Ñan destinados a ser escenarios de estos
andas y a la hila iba la guarda del rey con los pasos?, ¿quiénes los veían?
archeros y alabarderos y delante iban cinco Del mismo modo que los caminos re-
mil honderos y detrás venían otros tantos lan- alzan a los reyes, también generan y confir-
ceros con sus capitanes, y por lados del camino man las categorías sociales para el resto de
y por el mismo camino iban corredores fieles la sociedad; son escenarios públicos para la 2 De forma similar, Baines
actuación de la identidad y el estatus (v. g. (2006: 274) considera que,
descubriendo lo que había y avisando la ida
en el antiguo Egipto, el Nilo
del Señor; y acudía tanta gente por [lo] ver que Keim 2013). Un excelente ejemplo se da en sirvió como un escenario
parecía que todos los cerros y laderas estaban la discusión de Michael Nylan (2012) sobre para la exhibición pública
del paso del Faraón y del
llenos della; y todos le daban sus bendiciones los caminos de China clásica de los tres si- transporte de obeliscos
alzando alaridos y grita grande a su usanza… glos antes y después de Cristo. Los caminos monumentales y estatuas
Todo el camino iban indios limpiando, de tal imperiales más amplios y de mejor calidad, reales ampliamente
visibles a las comunidades
manera que ni yerba ni piedra no parecía, sino con calzadas elevadas de hasta 70 metros de campesinas en todo lo
todo limpio y barrido (Cieza 1984 [1553]: 55). ancho, estuvieron restringidos para el uso del largo del reino lineal.
451
emperador y su círculo íntimo (curiosamen- El control y
te, en forma inversa a las procesiones reales
descritas líneas arriba, los caminos imperia- la conectividad:
les chinos se encontraban amurallados así
que no permitían observar los movimien- los sistemas viales
tos del emperador). Por debajo de estos, los como redes
caminos ordinarios fueron destinados para
los otros estratos sociales. La nobleza y altos
oficiales estaban obligados a usar carrozas y Consideramos un segundo tema general: los
carruajes para mostrar su estatus. En el caso caminos como redes (networks). ¿Qué hacen
de las clases bajas, los varones tenían que ca- estas redes para dirigir, manejar y controlar
minar en el lado derecho y las mujeres en el el flujo físico de las personas, los bienes y la
lado izquierdo. En los puestos de control y las información? Varios arqueólogos han mo-
fronteras, los oficiales averiguaban si los via- delado sistemas de antiguos caminos como
jeros tenían los pasaportes necesarios para redes sociales, especialmente en el caso de
pasar. De esta manera, las reglas y restriccio- los caminos romanos (Gorenflo y Bell 1991;
nes sobre el uso de los caminos creaban espa- Santley 1991; Graham 2006; Isaksen 2008;
cios para la reproducción de roles sociales y Maas y Ruths 2012; para la teoría general
de la exclusión social. vid. Borgatti et al. 2009). Por ejemplo, el aná-
Este ejemplo podría inducirnos a evaluar lisis realizado por Shawn Graham (2006)
cuidadosamente quiénes usaban qué tipo de sugiere que existieron conexiones densas y
caminos o tramos en el Tawantinsuyu y qué redundantes en algunas partes del imperio
significaba realmente la categoría “Qhapaq romano, en contraste con otras regiones,
Ñan” o Camino Real. Claramente, se tuvo como Britania, donde las conexiones eran
mucho más cuidado en la construcción de más escasas, la información se difundía más
ciertos caminos y tramos que en otros, y solo despacio y el sistema estaba sujeto a ser in-
ciertas vías fueron reconocidas y documenta- terrumpido. Maas y Ruths (2012) muestran
das por los primeros cronistas (Julien 2012: que los grupos de ciudades romanas densa-
nota 2; Hyslop 1984: 265). Como lo registra mente conectadas por caminos, posterior-
Hyslop (1984: 261, 327), algunos caminos de mente funcionaron como esferas sociales
ELIZABETH ARKUSH
la costa norte peruana, cuando se acercaban a coherentes. Isaksen (2008) demuestra que
los valles poblados, tenían carriles a cada lado las capitales distritales de Iberia tenían po-
que, según algunos testimonios coloniales, se siciones inusualmente centrales dentro de
encontraban destinados para los pobladores la red, en comparación a otras ciudades. Fre-
comunes, mientras que el ancho carril cen- cuentemente, estos análisis de redes podrían
tral estaba reservado para el rey y su corte. En perfeccionarse tomando en cuenta la distan-
CAMINOS HACIA EL FUTURO...
las fuentes tempranas también se mencionan cia real o de costos (cost-distance) y no solo la
puentes colgantes dobles con un lado para la distancia geodésica de las rutas más cortas
nobleza y otro para los plebeyos. Uno se pre- (particularmente para calcular las medidas
gunta cuán frecuentes fueron tales reglas en de closeness centrality y betweenness centrality).
los caminos andinos (tema relacionado con Fuera del trabajo relativamente pionero de
el capítulo de Lawrence Coben) y con qué fre- David Jenkins (2001), este método no ha sido
cuencia fueron obedecidas en la realidad, lo utilizado en los Andes; no obstante, las con-
que nos lleva al problema del control. tribuciones de César Astuhuamán y Colleen
452
LA CONECTIVIDAD
Por supuesto, la construcción de sistemas
de caminos es fundamentalmente un pro-
yecto de integración (política, económica, y
militar). La obra interesante de Constantine
Vaporis (2012) sobre Japón del siglo XVII
muestra que la construcción de una extensa
red de caminos fue una técnica centralizadora
esencial del shogunato de Tokugawa, frente
a una campiña altamente descentralizada, al
mando de señores guerreros locales (figura
5). Es decir que los caminos, por sí mismos,
reducen la distancia entre el gobernante y los
gobernados (Laurence 1999) y hacen que los
lugares que tocan sean más controlables. Estas
ideas sugieren que, para los arqueólogos, a ve-
ces es mejor conceptualizar un reino casi de
la misma manera que la Tabula Peutingeriana,
es decir, como una red en lugar de un bloque
homogéneo de territorio - una idea formulada
por Monica Smith (2005, 2007), entre otros
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
figura 5 .
Un mapa del camino
principal de Tokaido
construido en Japón
durante el periodo Edo.
Kinsui Shotei, Shinkoku
kaisei Tokaido saiken
oezu, 1800. University of
British Columbia Library.
454
Centro supraregional 0 5 km
Centro provincial
Pueblo
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
el norte de Mesopotamia, esta se encontraba lizada de caminos (en los textos son men-
constituida por senderos de tierra compacta- cionadas las frecuentes visitas del rey y su
da en el desierto. La red no estaba centraliza- comitiva a los centros subordinados y a los
da en relación a Tell Brak, el supuesto centro santuarios para ejecutar ceremonias y poner
político, aparentemente seguía un patrón de en práctica la hospitalidad ritual; una vez
lugar-central (central-place pattern, Cristaller más, las visitas reales desempeñaban un pa-
1966) con múltiples vínculos horizontales pel crucial).
que facilitarían el trueque sin regulación.
Como precaución, los caminos no estaban EL CONTROL Y LA EVASIÓN
formalmente construidos: evidenciaban pa- El análisis de redes también destaca los cue-
trones reales del movimiento humano y de llos de botella en el flujo: puntos de control
animales. Ur también señala, sobre la base que todos tienen que pasar. Queda claro que
de antiguos textos, que los sitios no pagaban los caminos antiguos, una vez construidos,
tributo a Tell Brak sino que participaban de debían ser controlados y el movimiento en
una subyugación política, no económica, ellos manejado. En muchos estados antiguos,
que se veía reflejada en una red descentra- incluso en el Tawantinsuyu, mientras los
455
caminos permanecían reservados para los tanto, altamente simbólica.4 Una vez cons-
gobernantes, funcionarios, fuerzas militares truido, ¿qué tanto fue controlado por el Esta-
y, a veces, los comerciantes (v. g. Nylan 2012; do en la práctica? Es cierto que varios tramos
Vaporis 2012), su uso por los pobladores co- pasan por terreno montañoso y difícil, y son
munes se veía limitado o prohibido, por lo inherentemente más controlables que los ca-
menos, en teoría. Varios puntos de control minos en muchas otras regiones del mundo.
exigían pasaportes, peajes, etcétera, para este Los investigadores andinistas han reconocido
fin.3 Sin embargo, en la práctica, podría haber desde hace tiempo las posibilidades de con-
resultado bastante difícil controlar los viajes. trol estratégico de los puentes, pasos y rutas
Los caminos solo pueden ser controlados en en las crestas. Es fascinante considerar si (y
ciertos puntos y los viajeros tienden a encon- en qué lugares) el Camino Inca era la única
trar formas creativas de pasar o evitar dichos ruta, o solo una de muchas alternativas, o qué
puestos de control. costos adicionales implicaba el eludirlo. La
En el caso de los caminos imperiales japo- contribución de Alan Covey y Donato Amado
neses construidos en el siglo XVII, por ejem- hace un avance importante en esta dirección;
plo, fue muy difícil mantenerlos restringidos igualmente, se puede preguntar sobre el uso
para el uso exclusivo de personas oficiales, privado y no oficial del Qhapaq Ñan, un tema
ello a pesar de que se contaba con un sistema abordado de manera muy interesante en el ca-
oneroso de permisos de viaje (Vaporis 2012). pítulo de Francisco Garrido.
Los campesinos no debían transitarlos, pero
dado que las peregrinaciones estaban permi-
tidas, los viajeros privados frecuentemente
declaraban ser peregrinos; asimismo, fueron
oficialmente proscritos de viajar a caballo,
pero lo hicieron a menudo evadiendo los con-
troles. Las mujeres, cuyos desplazamientos
estuvieron fuertemente regulados, comenza-
ron a viajar por caminos secundarios ilegales
que, con el paso del tiempo, fueron conocidos
como “los caminos de mujeres”. De igual for-
ELIZABETH ARKUSH
ma, los comerciantes preferían transitar por
estos caminos ya que evitaban los peajes y las
demoras burocráticas (Vaporis 2012: 98-99).
Valdría la pena recordar este ejemplo japonés
de caminos no oficiales, informales e ilegales,
al momento de intentar modelar sistemas de
CAMINOS HACIA EL FUTURO...
objetos de lujo muebles y las personas se tras- Hassig (1991), los caminos destinados para el
ladaban a lo largo de la red. D’Altroy (1992, movimiento militar requieren de una mayor
2002) también amplió notoriamente nuestro amplitud, ya que los ejércitos son tan grandes
conocimiento sobre la velocidad y el costo que las tropas ubicadas atrás no podían avan-
del movimiento militar en los Andes. Nues- zar hasta que todos los que iban por delante
tras estimaciones del tiempo y energía gasta- hubieran iniciado la marcha. Estos caminos
dos en los viajes vienen siendo perfecciona- anchos aceleran enormemente el viaje de un
das por investigadores como Nico Tripcevich ejército a través del terreno (vid. Hyslop 1984,
(2008); la información resultante podría 1991). 5 La gran amplitud de algunos segmen-
mejorar los modelos de distancia de costos tos del camino del Chinchaysuyu no solo ex-
(cost-distance) desarrollados con los SIG. Di- presaba una declaración simbólica, también
versas investigaciones llevadas a cabo en podría haber facilitado el rápido movimiento
5 Aunque el ancho de
otras regiones discuten el trabajo y esfuerzo de tropas hacia la frontera norte del Tawan- un camino podría variar
necesario para trasportar objetos; se han iden- tinsuyu; según Pachacuti Yamqui (citado en a lo largo de su recorrido
tificado, por ejemplo, caminos del antiguo Julien 2012: 153), en su viaje por esta vía, el (Hyslop 1991), los rangos
generales de amplitud
Egipto empleados para transportar piedras ejército de Huayna Capac marchó formando parecen ser bastante
desde las canteras (De Laet et al. en prensa). ocho filas a lo ancho del camino. Por el con- significativos.
457
trario, muchos caminos menores y estrechos una limitante para el movimiento en la tem-
en el Tawantinsuyu resultaban poco adecua- porada seca, como lo ha señalado Williams
dos para el movimiento de grandes fuerzas o en este volumen. En el altiplano, la existen-
para el desplazamiento de otros grupos nu- cia de caminos alternos para las temporadas
merosos, y los cuellos de botella (puentes o seca y de lluvias, documentados por Vaca de
pasos angostos) localizados en los caminos Castro (1908 [1543]), aseguraba el movimien-
principales también señalarían probables to a través de esta importante área durante
puntos de largas demoras (D’Altroy 1992: todo el año.
86). Además, la separación de los tambos, que
según las fuentes se encontraban ubicados a
un día de viaje, podría sugerir la rapidez de
los viajes e indicar si fueron relativamente
lentos, debido al elevado número de tropas
y a las grandes caravanas con cargas, o si se
trataba de desplazamientos rápidos realiza-
dos por grupos pequeños y ligeros (Hyslop
1984: 298).
Por supuesto, los restos físicos de los
caminos proporcionan la información ne-
cesaria para estimar la cantidad de mano de
obra implicada en su construcción y mante-
nimiento; en algunas regiones del mundo, el
trabajo intensivo fue invertido en los cami-
nos formales (vid. Earle 2009: 257; Laurence
1999). En la China clásica, por ejemplo, los
caminos previamente construidos exigían,
solo para su mantenimiento, entre 2 y 3 me-
ses de trabajo de los campesinos que vivían
en las proximidades (Nylan 2012: 44). En el
área andina, dichos cálculos podrían resaltar
ELIZABETH ARKUSH
si existió una inversión diferenciada en los
caminos de distintas partes del Imperio (v.g.
Hyslop 1984: 233, 257).
Por último, también vale la pena con-
siderar la estacionalidad del movimiento.
Podemos imaginar que los grandes viajes
CAMINOS HACIA EL FUTURO...
1980-1994
1933-1955
1994-2007
0
4 km
CAMINOS HACIA EL FUTURO... ELIZABETH ARKUSH 459
460
figura 8 .
Las tiendas y los porteadores en el camino de Tokaido
pasando por Shinagawa, Japón. Utagawa Hiroshige,
“Cincuenta y tres estaciones en el Tokaido” (Tõkaidõ
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
(Maas y Ruths 2012). Del mismo modo, en el tualmente adquieren un sentido de antigüe-
Japón de los siglos XVII y XVIII, una infraes- dad. Los caminos egipcios, usados muchos
tructura secundaria se levantó alrededor de siglos después en los épocas ptolemaicas y
los caminos imperiales (figura 8), esta incluía romanas, acumularon grafitis e inscripciones
pensiones para los comuneros, casas de té y rituales en lugares prominentes, haciendo
prostíbulos, junto con las poblaciones itine- visible para los viajeros la larga historia de la
rantes integradas por vendedores ambulan- ruta y el paso de cientos de ellos, al tiempo
tes, porteadores profesionales y mendigos que imbuían a estas rutas con el prestigio y la
(Vaporis 2012). autoridad de lo antiguo (Gates-Foster 2012).
El significado de los caminos antiguos Igualmente, en los Andes, las apachetas trans-
también cambia con el tiempo, ya que even- miten a los viajeros, a través de su acumula-
461
ción física de piedras, la autoridad de una ruta propiciación en los espacios liminales del
escogida por un sinnúmero de ellos desde un camino: las puertas de las ciudades, los pasos
pasado lejano hasta el presente. de montaña y los puentes. Este tema también
Esto nos lleva, finalmente, al significado resuena en los Andes, con las apachetas, el
de los caminos y los viajes, un tema subsidia- arte rupestre y los santuarios a lo largo de las
rio explorado por la literatura reciente, es- antiguas rutas.
trechamente relacionado con la percepción Al igual que estas asociaciones pre-mo-
de antigüedad y autoridad. Como lo discute dernas, hay varias direcciones prometedoras
Christopher Tilley (1994), los senderos — en la investigación de los caminos y rutas de
caminos creados por la costumbre— tienen la antigüedad, ricas en potencialidad y aven-
una fuerza moral. Las elecciones de muchos tura. El estudio del Qhapaq Ñan y sus precur-
viajeros anteriores, incrustadas en una ruta, sores andinos se beneficiará con la consulta
la aprueban como la ruta apropiada y so- de esta literatura global comparativa; en con-
cialmente reconocida (Tilley 1994; Witcher traparte, el Qhapaq Ñan tiene el potencial de
1998). Así que tal vez no resulte extraño que, contribuir mucho a enriquecer esta literatu-
en muchas culturas, desde la antigua China ra. Que la suerte nos acompañe en nuestros
(Nyland 2012) a los mayas contemporáneos y caminos al futuro.
coloniales (Keller 2009), los caminos estén li-
gados metafóricamente con formas correctas
de ser y de vivir. El propósito o destino en la
vida, la obra, o el deber moral de una persona
es descrito como un camino, y las decisiones
principales de su vida, son encrucijadas. Con
la construcción de caminos formales, ¿es po-
sible que los regímenes políticos centraliza-
dos como el de los incas, metafóricamente,
se apropiaran del poder de definir formas co-
rrectas de ser? ¿Tales ideas determinaban que
algunos caminos incas fueran construidos
siguiendo líneas rectas o casi rectas, como es
ELIZABETH ARKUSH
mencionado en el capítulo de Guido Casaver-
de (Hyslop 1984: 252)?
Pero, además de este, los caminos tam-
bién tenían otro significado transcultural.
Los viajes realizados en épocas pre-modernas
eran peligrosos y difíciles, constituían una
CAMINOS HACIA EL FUTURO...
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