Nuevas Tendencias

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Ministerio de Cultura

Nuevas tendencias
en el estudio
de los caminos
Conferencia Internacional en el
Ministerio de Cultura
26 y 27 de junio de 2014

EDITADO POR

Sofía Chacaltana
Elizabeth Arkush
Giancarlo Marcone

QHAPAQ ÑAN – SEDE NACIONAL


LIMA, 2017
Ministro de Cultura
Ministerio de Cultura
Salvador del Solar Labarthe

Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales


Jorge Ernesto Arrunátegui Gadea

Coordinador General del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional


Giancarlo Marcone Flores

Nuevas tendencias en el estudio de los caminos


Sofía Chacaltana, Elizabeth Arkush y Giancarlo Marcone (editores)

Editado por el Ministerio de Cultura


Proyecto Qhapaq Ñan - Sede Nacional
Avenida Javier Prado Este 2465, San Borja, Lima 41
Teléfono: (511) 618 9393 / anexo 2320
Email: [email protected]
www.cultura.gob.pe

Segunda edición, Lima, octubre 2017


1000 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2017-09781


ISBN 978-612-4126-90-1

Diseño y diagramación
Edítalo SAC
Centenario 179-509A, Barranco, Lima 04

Impresión
Perú Print Pack S.A.
Jr. Sullana 2038, Urbanización Chacra Ríos Norte
Lima Cercado - Lima
Telf.: 425 7453
Octubre 2017
Contenido

072 Colleen Zori


y Erika Brant
Lanzando una amplia red:
008 Prefacio un análisis de redes sociales en
los caminos incas en los valles
GIANCARLO MARCONE costeros del norte de Chile

012 Introducción 100 Edmundo de la Vega,


TERENCE D’ALTROY Charles Stanish,
Michael E. Moseley,
Patrick Ryan Williams,
Benjamin R. Vining,
Cecilia Chávez

Parte
y Karl LaFavre
Qawra Thaki:
el sistema de caminos
NETWORKS E INTERACCIONES transversales entre el altiplano
y los valles occidentales
REGIONALES
124
del sur peruano

Steve A. Wernke,
Gabriela Oré Menéndez,
030 Patrick Ryan Williams Carla Hernández Garavito,
Scotti C. Norman,
Una perspectiva comparada
de los caminos wari y tiwanaku: Lauren E. Kohut,
los antecedentes del Qhapaq Lawrence Waller,
Ñan Incaico Violetta Vylegzhanina y
048 R. Alan Covey,
Giancarlo Marcone Flores
Ejes de articulación: análisis
Donato Amado Gonzales, de la red espacial del Qhapaq
Lia Tsesmeli
y Melissa Clark 144 Ñan en el sur del Perú

Hacia una reconstrucción Guido Casaverde Ríos


multidisciplinaria de la red Alcances para el estudio de las
imperial inca (Qhapaq Ñan) redes viales en el Tawantinsuyu:
en la región del Cusco la red de caminos en Pumpu
322 Reinaldo Andrés
Moralejo
y J. Diego Gobbo
Desde el camino:
los SIG y El Shincal de Quimivil
(Londres, Catamarca, noroeste
162 César W. Astuhuamán argentino)
Gonzáles
Entre nodos y conexiones:
La organización provincial
en la sierra de Piura

Parte
Parte COMERCIO, PRODUCCIÓN
Y TRANSPORTE
PAISAJES Y TERRITORIO

348 Francisco Garrido


192 Steven Kosiba
El Qhapaq Ñan y su rol
como catalizador de cambios
Caminando el Cusco: económicos locales
mapas, movimiento y memoria en la minería del desierto
social en el corazón del Imperio de Atacama, Chile
Inca

222 Sofía Chacaltana Cortez


380 Brian S. Bauer,
Douglas K. Smit,
Los múltiples significados de
Jesús Galiano Blanco
la ruta Vilcashuamán-Pisco del
Chinchaysuyu: fuentes rituales y y Antonio Coello
sistema hidráulico Rodríguez
El Camino del Mercurio
250 Ricardo Chirinos de Huancavelica a Potosí
Portocarrero
y Octavio Fernández 400 Carolina Vílchez
Carrasco Carrasco
Pariacaca Willkañan: El taller de Spondylus
espacio y tiempo sagrados de Cabeza de Vaca
y la costa ecuatoriana

282 Axel E. Nielsen


416 Sergio Barraza Lescano
Las rutas de caravanas en los
Andes como paisajes culturales De Chincha a Manta a rumbo
de guare: el abastecimiento
306 Lawrence Coben
de spondylus a larga distancia
durante la época Inca
y María de los
Ángeles Muñoz 444 Elizabeth Arkush
Caminos rituales, caminos Caminos hacia el futuro:
útiles: el sistema vial en nuevas tendencias en el
la región de Pocona, Bolivia estudio de caminos y rutas
Prefacio

GIANCARLO MARCONE FLORES


COORDINADOR DEL PROYECTO QHAPAQ ÑAN
9
I

La conferencia internacional “Nuevas tendencias en el


estudio de los Caminos” se realizó en 2014, fue organiza-
da como parte de una política agresiva de fomento de la
investigación sobre el sistema vial prehispánico. No pudo
haberse llevado a cabo en un mejor momento, ya que
coincidió con el reconocimiento del Qhapaq Ñan como
Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La conferencia cumplió así una de las misiones del
Programa Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura, la de
investigar el Camino Inca, partiendo de la premisa de que
la investigación es la piedra fundamental sobre la que se
elaboran los planes de conservación y difusión de este pa-
trimonio mundial.
La conferencia —que dio paso al presente volumen—
buscó generar espacios de discusión académica donde
arqueólogos de distintas tradiciones y nacionalidades
pudieran intercambiar ideas entre sí, para ampliar los
marcos conceptuales sobre los que se suele diseñar la in-
vestigación de los caminos prehispánicos. La conferencia
terminó proveyendo un estado de la cuestión sobre el es-
tudio de los caminos en la región andina que va más allá
de la fiscalización de las piedras del camino: una visión
que busca entender el movimiento en épocas prehispáni-
cas, la construcción del paisaje y, finalmente, a la gente que
constituye este importante patrimonio cultural aún vivo.
En este sentido, para los organizadores de la confe-
rencia y para los editores del presente libro era de mucha
importancia alejarnos de la mera descripción del patri- GIANCARLO MARCONE FLORES
monio arqueológico, donde el centro de la investigación
está en el monumento en sí, para pasar a entenderlo como
un problema de índole teórico, en especial antropológico.
El movimiento y la conectividad de las sociedades es un
tema teórico mayor, que busca entender cómo el movi-
miento de las personas sobre el paisaje tiene repercusio-
nes en la organización de las sociedades prehispánicas y
modernas.
Dentro de este objetivo, planteamos privilegiar el uso
PREFACIO

de metodologías comparativas que tuvieran una dimen-


sión regional y que no se circunscribieran a los caminos
incas, sino que incluyeran caminos y redes. Así, dentro de
10

este marco comparativo, repetimos el ideal de colabora- Dicha visión tradicional orientada a los sitios fue resulta-
ción internacional que ha estado presente durante todo el do tanto de su espectacular preservación y monumentali-
proceso de nominación del Qhapaq Ñan como Patrimo- dad como de nuestra tradición académica. Muchas veces
nio Mundial. nos hemos concentrado demasiado en los sitios. Pero de-
La idea fue discutir las problemáticas ligadas al cami- jamos sin respuesta otras preguntas de carácter medioam-
no, de manera fluida, con la participación de investiga- biental o social que no pueden ser contestadas desde los
dores con los que a veces nos encontramos separados, ya sitios arqueológicos, entendidos de manera tradicional.
sea por fronteras idiomáticas o nacionales. El resultado Así, perdimos algunas sutilezas del aprovechamien-
fue una conferencia y este libro que, estamos seguros, to del espacio en los Andes que, cada vez estamos más
está llamado a constituirse en un hito en el estudio de seguros, estructuró el espacio pero también las relacio-
los caminos incas, comparable con el clásico trabajo de nes sociales y políticas de las sociedades precolombinas.
Hyslop. Creemos que el presente volumen marca un hito en la
Ya desde los estudios pioneros de Alberto Regal investigación arqueológica nacional: nos desliga del si-
(1936) y luego, más claramente, con el trabajo de John tio y observa escalas regionales y panrregionales que nos
Hyslop (1984), el Camino Inca fue entendido como una facilitan tener visiones territoriales y contextuales de las
red vial. Esta red sirvió como articuladora de un sistema evidencias arqueológicas.
administrativo jerárquico de sitios, que incluía centros
administrativos y tambos. Estas fueron, al final del día,
las estructuras imperiales que permitieron una adecuada
administración del área imperial.
Esta visión de red vial se encuentra distorsionada
por el particular énfasis que en la arqueología peruana se
pone a los “sitios” arqueológicos. Esta testarudez de con-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

centrarnos en los “sitios” hizo que los estudios se centra-


ran en entender los “nodos” de la red y su relación entre
ellos, dejando a los caminos como meros enlaces, que solo
tenían importancia en la medida en que facilitaban la in-
teracción, el flujo de información y el intercambio entre
los nodos. Este planteamiento engranaba perfectamente
con la arqueología imperante a fines del siglo pasado:
aquella donde las visiones de los imperios y estados ex-
pansivos estaban contenidas en la lógica administrativa
del flujo de información.
Esta visión administrativa de las relaciones sociales
entre los incas y otras sociedades andinas, favorecidas
en la concepción de la red vial en términos de una cons-
trucción lineal, jerárquica y estática de centro provin-
cial-tambo, ha sido paulatinamente dejada de lado en fa-
vor de visiones más dinámicas de las relaciones sociales
prehispánicas.
11
II

A raíz de o, mejor dicho, en parte por el surgimiento del Por esto pensamos que el camino, recurso con el que los
Proyecto Qhapaq Ñan en 2001 y por la confluencia de un incas modelaron el territorio andino, ha dejado una im-
proyecto internacional para su nominación como patri- pronta en la construcción de nuestra sociedad incluso
monio mundial, esta visión tradicional empezó a cam- hasta nuestros días, ya que continúa siendo usado y co-
biar. Las características de esta iniciativa nos obligaron a municando a los pobladores. De ahí nuestra convicción
modificar la escala en el análisis. Había que tener una con- de que su estudio y entendimiento contribuirán a conver-
cepción general que permitiera articular no solo el área tirlo en el eje sobre el cual se promuevan formas inclusi-
andina peruana sino también la regional. Este cambio de vas de manejo del patrimonio arqueológico, que permitan
escala también nos obligó a buscar —o descubrir— for- mover a nuestra nación fuera de esquemas excluyentes y
mas de manejo patrimonial del camino que permitieran de valoraciones utópicas del pasado, que cuestionen el
vincular el pasado con el presente de la red vial. simplismo de la historiografía clásica y que sirvan de eje
Sobre esta misma línea, gracias a esta iniciativa fue- para entender la relación entre nuestro territorio y nues-
ron incorporados antropólogos, geógrafos y otros cien- tra historia.
tíficos sociales que reunían, en el manejo del bien, con-
ceptos como territorio y participación comunitaria. Los
arqueólogos nos vimos obligados a abrir la disciplina, a
dejar nuestro letargo particularista y a vincularnos con
las otras ciencias sociales. La manera de conseguirlo fue ir
incorporando el marco conceptual del “paisaje” a la inter-
pretación arqueológica del mundo andino.
Esta ya no tan nueva tendencia incorpora una visión
de paisaje al estudio del Camino Inca y de la arqueología
inca en general, permitiendo no solo cambiar de escala de
análisis y enlazar el pasado con el presente, sino también
darle sentido a un manejo patrimonial al vincular el ca-
mino con su territorio y su gente.
La inclusión de marcos teóricos como los que presen-
tamos en este libro nos facilita concebir al camino como GIANCARLO MARCONE FLORES
una estructura social formada a partir de la adaptación co-
tidiana del poblador andino a su medio ambiente. Como
toda estructura, esta influenciará el desarrollo social del
área: una vez estructurado el paisaje andino y el movi-
miento a través de él, los siguientes procesos sociales ten-
drían lugar sobre el Qhapaq Ñan. Esta visión nos permite
ver la historia prehispánica, colonial y republicana con
un sentido de continuidad en la naturaleza del uso y en la
concepción del espacio que implícitamente se niega en la
PREFACIO

historiografía peruana tradicional, acostumbrada a la idea


de un quiebre irreparable con la llegada de los españoles.
Introducción

TERENCE N. D’ALTROY
COLUMBIA UNIVERSITY,
ESTADOS UNIDOS
13
En los anales de la historia humana, pocos fenómenos
preindustriales pueden rivalizar con el Qhapaq Ñan, el
majestuoso Sistema Vial Inca. En cuanto a su visión, esca-
la, magnificencia e inversión de trabajo/uso, tal vez solo
es superado por los sistemas viales romano y chino, así
como por la Gran Muralla China. Aun así, las construccio-
nes de Eurasia han recibido mucho más atención que la
infraestructura inca, tanto en estudios académicos como
por parte del ojo público.
Este volumen es un gran paso en la búsqueda de trans-
formar este desequilibrio. Se basa en información reco-
gida a lo largo de más de una década de investigaciones
colectivas por parte de cientos de investigadores y reúne
así diecisiete estudios originales sobre tramos del Camino
Inca más un capítulo resumen, de carácter comparativo, a
cargo de Elizabeth Arkush. En un grado solo equiparable
con el libro clásico de Hyslop (1984), estos artículos enri-
quecen nuestro conocimiento empírico y entendimiento
teórico del sistema vial del Tawantinsuyu (las Cuatro Par-
tes Unidas), la entidad política más poderosa de la Améri-
ca prehispánica.
El gran Camino Inca fue un logro extraordinario en
cuanto a diseño e ingeniería, que unificó al Imperio tanto
física como conceptualmente. Cuatro caminos principales
salían desde Cusco, la capital, hacia las cuatro partes del
reino, mientras que dos caminos longitudinales en eje nor-
te-sur conformaban la espina dorsal de todo el territorio
(figura 1). Para construir sus caminos, los incas reclamaron
derechos sobre numerosas rutas existentes; algunas in-
TERENCE N. D´ALTROY

cluían caminos que habían sido abandonados siglos antes


por estados anteriores. También construyeron otros donde
antes no había y no existía población local a la cual servir.
Empleando solamente herramientas de madera, piedra,
tejido y bronce, y sin el beneficio de instrumentos de preci-
sión o tecnología, los incas crearon el sistema de transpor-
te y comunicación más sofisticado de América antes de la
INTRODUCCIÓN

era industrial. La calidad de la construcción y el diseño de


ingeniería fueron tan elevados que algunos caminos incas
continúan sirviendo en nuestros días como rutas de trans-
porte pedestre o como bases para carreteras vehiculares.
14

Este volumen se encuentra cimentado sobre una larga En junio de 2014, la UNESCO reconoció la naturaleza
historia de investigaciones referentes al Qhapaq Ñan, de excepcional del Qhapaq Ñan al incluirlo en la Lista del
la cual son ejemplos los trabajos de Raimondi (1874-1879), Patrimonio Mundial (vid. Centro del Patrimonio Mun-
Strube Erdmann (1963) y Regal Matienzo (1936, 1972; vid. dial de la UNESCO 2014). El alcance de los vestigios ar-
Covey et al. en este volumen). También viene a sumarse queológicos incorporados en este patrimonio protegido
a una pujante serie de publicaciones comparativas que se es impresionante. También lo es el resumen ejecutivo
han centrado en los sistemas de caminos a nivel mundial del expediente de nominación que reúne 2 765 páginas.
(especialmente Alcock et al. 2012; Snead et al. 2009; Trom- Los restos investigados incluyen 137 áreas y 308 sitios
bold 1991) y, más ampliamente, en los movimientos y la arqueológicos, que abarca 616 kilómetros de la red de ca-
experiencia humana a través del paisaje (v. g. Ingold 2010; minos incas. Tal vez más sorprendente aún es el hecho de
Johnson 2012; Tilley y Bennett 2008). Este libro también que los tramos identificados y los sitios asociados consti-
complementa una serie de publicaciones centradas en as- tuyen solo alrededor del 2 % de los 30 000 kilómetros de
pectos particulares de la red de caminos incas como, por toda la red, según la estimación conservadora incluida en
ejemplo, las características visuales del Imperio (Ministe- el resumen ejecutivo presentado a la UNESCO. Incluso
rio de Cultura 2014) y la ingeniería del camino (Matos y eso puede ser una subestimación, dado que el resumen
Barreiro 2015). afirma que 25 000 kilómetros del camino se encuentran
Esta publicación se distingue de trabajos anteriores solo en Perú. Actualmente los investigadores consideran
por su combinación de (1) un amplio rango de análisis que existen entre 40 000 y 60 000 kilómetros de caminos
de casos; (2) la integración de conocimientos científicos, vinculados, lo que significa que tal vez tan solo el 1 % del
sociales y humanistas sobre el sistema y las vidas de las sistema forma parte del patrimonio cultural reconocido
personas que lo construyeron y utilizaron; y (3) la aplica- como tal.
ción de teoría contemporánea y métodos de análisis cuan- La complejidad de estimar la escala del sistema es
titativos. En conjunto, estos artículos proveen un modelo acentuada por el constante descubrimiento de nuevos ca-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ejemplar de investigación histórica transdisciplinaria, minos. Por ejemplo, Manzo y colegas (2011) han reporta-
arqueología de campo, tecnologías de detección remota y do recientemente diez rutas transversas que se extienden
metodología de punta, especialmente a través del uso de por debajo de las pendientes orientales en La Tarija, en
sistemas de información geográfica (SIG). Bolivia, a lo largo de las cuales registraron alrededor de
La investigación arqueológica es colaborativa por 140 estructuras incas. Nuestras estimaciones también se
su propia naturaleza. Aun así, este libro representa un ven influenciadas por cuáles de los caminos y senderos es-
nivel inusual de cooperación profesional internacional. tán incluidos. A pesar de la elegancia de tantos transectos,
Quisiera agradecer a todos los participantes y a las insti- parte de la red vial inca era muy informal —especialmen-
tuciones culturales de Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, te en el sur— e incluso no estaba demarcada. Desde una
Chile y Argentina que realizan tareas de supervisión, así perspectiva analítica, como lo señala Snead (2012: 107-
como a los autores de países no andinos, por su contribu- 108), la distinción arqueológica entre caminos y senderos
ción a las investigaciones presentadas en estas páginas. con frecuencia conlleva un supuesto implícito de inten-
En particular, quisiera nombrar al doctor Giancarlo Mar- cionalidad o falta de esta, que no siempre puede inferirse
cone Flores, coordinador del Proyecto Qhapaq Ñan en la confiablemente. Snead sugiere que nos alejemos de las
Sede Nacional del Perú, y a las doctoras Sofía Chacaltana nociones de caminos, nodos y redes, y que nos orientemos
y Elizabeth Arkush, quienes compilaron y editaron este hacia el estudio de “la inscripción física del movimiento
volumen. en el paisaje” (emplazamiento).
15
figura 1. El Qhapaq Ñan y sus principales caminos e instalaciones provinciales

COLOMBIA
Guaca
Quito
ECUADOR
Ingapirca

Tumbes Tumipampa
Chinchaysuyu
Antisuyu
PERÚ Contisuyu
BRASIL Collasuyu
Túcume
Cajamarca
Chiquitoy
Viejo Sitio inca
Huánuco Pueblo actual
Pampa Pueblo encima
Pumpu de ruinas incas
Tarma
Hatun Xauxa Frontera imperial
Lima
Pachacamac Vilcashuamán
Machu Picchu
Inkawasi Ollantaytambo Fuente: Hyslop 1984,
Tambo Colorado Cusco frontispicio.
Milliraya BOLIVIA
La Centinela Nazca
Lago Chuquiab
Hatuncolla Titicaca
(La Paz)
Chala Atico
Arequipa Cotapachi
(Cochabamba)
Chucuito Paria Samaipata

Pica
Océano Pacífico Tupiza

Catarpe
San Pedro de Atacama Tilcara
CHILE Potrero de
Salta Payogasta
La Paya
Copiapó Pucará de Andalgalá
TERENCE N. D´ALTROY

Potrero Chaquiago

Chilecito

ARGENTINA
Ranchillos

Mendoza
INTRODUCCIÓN

Santiago
Cerro Grande
del Inga
0 200 km
16

En el caso andino, es cierto que la naturaleza física de las formas en miles de lugares, solo una fracción muy peque-
rutas de tránsito formaba una gradiente. Como veremos a ña del sistema es percibida por el ojo humano en un mo-
lo largo de este volumen, el estudio de los sistemas de ca- mento dado. Su escala y complejidades deben captarse en
minos formales, preguntas sobre la ubicación, experien- la imaginación o en la memoria, o en una representación
cia y rutas de tránsito efímeras o temporalmente estable- tipo mapa. Dado que los propios incas no tenían una re-
cidas, así como imaginadas, todas ingresarán al cuadro. presentación modelada del Qhapaq Ñan, ni siquiera a ma-
Sin embargo, es cierto también que los incas de manera nera de boceto, y dado que muchas personas estuvieron
intencional construyeron, mantuvieron y crearon reglas involucradas en su diseño, creación y mantenimiento,
alrededor de un sistema formal, lo que subraya que sabían es probable que solo en las últimas décadas alguien haya
lo que la red vial constituía. comprendido la magnitud de la empresa (v. g. Hyslop
Los invasores españoles se percataron inmediata- 1984). De manera similar, en tanto que gran parte del di-
mente de la naturaleza y de la calidad de la construcción seño y su ejecución estaban físicamente constreñidos por
del camino real. En la entrada de su diario, correspon- el terreno, el propio paisaje fue redefinido socialmente
diente al 16 de mayo de 1532 —el primer día de la ex- por la imposición de un orden imperial de poder, trans-
pedición de Pizarro desde las costas de Tumbes hacia el porte, comunicación e historia emergente. Así, en tanto
imperio—, el escriba Francisco de Xérez (1985 [1534]: 77) que el entorno daba forma al camino, este configuraba el
anotaba que “el camino está todo hecho a mano, ancho espacio y el lugar.
y bien labrado”. Aproximadamente veinte años más tar- Otra contradicción se encuentra en que, si bien los
de, Pedro Cieza de León (1967 [1553]: 213-214) hizo una caminos debían unificar el Imperio, uno de los efectos
de las descripciones más evocadoras de este ejemplo de principales de la red vial era que separaba a los incas de
infraestructura imperial (vid. también el artículo de Ar- la población subordinada. De hecho, la exclusividad en el
kush en este volumen): uso de los caminos, fuese a través de su prohibición o del
acceso limitado —por ejemplo, a través de permisos ex-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

En la memoria humana, no creo que existe relato de un ca- plícitos o del pago de peajes—, era un rasgo común de los
mino tan grande como éste, que discurre a través de valles caminos imperiales (Alcock et al. 2012). Pero esto plantea
profundos, altas montañas, neveros, torrentes de agua, roca un dilema: si los caminos exclusivos aprovechaban las ru-
viva y ríos salvajes […] En todos los lugares estaba limpio tas de tráfico existentes, ¿cómo se movían las personas en
y se hallaba libre de desperdicios, con alojamientos, alma- el terreno, especialmente en puntos de restricción como
cenes, templos al Sol y correos a lo largo de la ruta”. Agus- cruces de ríos o pasos de montaña?
tín de Zárate (1995 [1555]: 56) fue también elocuente por Una complicación mayor es que el Qhapaq Ñan
esta misma época, cuando escribió “que en seruicio suyo nunca fue concluido, estuvo siempre en proceso de con-
hizieron dos caminos en el Perú, tan señalados que no es vertirse en algo más. Afortunadamente, hemos superado
justo que se queden en oluido, porque ninguna de aquellas la tendencia a ver las condiciones de 1532 como si hu-
que los autores antiguos contaron por las siete obras más bieran sido casi siempre las mismas, o al menos que esa
señaladas del mundo se hizo con tanta dificultad y trabajo era la intención del diseño imperial desde el principio.
y costa como éstas. Los historiadores y varios autores de este volumen obser-
van que algunos caminos fueron construidos o renova-
Los desafíos que implica entender el sistema vial son vi- dos por tres gobernantes del imperio: Pachacutec, Túpac
sibles en una serie de aparentes paradojas. Mientras que Inca Yupanqui y Huayna Capac. Por ejemplo, el camino
los caminos pueden advertirse físicamente de miles de de Cusco a Quito fue construido supuestamente para sos-
17
Redes y nodos

tener las actividades de Huayna Capac, incluyendo sus En su ahora clásico volumen sobre el sistema de cami-
campañas militares en Ecuador y el cambio de la capital nos incas, John Hyslop (1984; vid. también 1990) seña-
a Tumipampa. Grosso modo, a fines de la era imperial, el laba que todo el Imperio Inca consistía en una serie de
Qhapaq Ñan era un ejemplo cada vez más grandioso de redes superpuestas una encima de la otra. Al hacer esta
la supremacía inca, en tanto que durante la época tem- observación, Hyslop pensaba de qué modo la red vial
prana de la Colonia se convirtió en un instrumento para permitía integrar los elementos constitutivos del Impe-
la dominación de quienes lo construyeron, y en tiempos rio, recurriendo a distintas aunque traslapadas maneras.
modernos se ha convertido en el fundamento para el Entre estos elementos constitutivos se incluían proble-
transporte vehicular, la comunicación y la integración máticas militares, de transporte, de comunicación, so-
interregional. ciales e ideológicas. La observación de Hyslop abordaba
Los artículos de este volumen involucran todos estos tanto aspectos funcionales como temporales. Es decir,
temas y algunos otros más, aplicando nuevos métodos y enfatizaba que el diseño de las distintas partes de la red
enfoques teóricos a una gran cantidad de información. se originaba en distintos intereses estatales, tales como
En lo que resta de esta introducción, quisiera destacar tan asegurar la estabilidad de las fronteras, movilizar gran-
solo algunos de los temas principales que son transver- des cantidades de personas y bienes, o tomar el control
sales a las presentaciones. La intención es proporcionar de un orden espacial sagrado. Un poco antes, Thomp-
alguna orientación sobre cómo integrar las discusiones y son y Murra (1966) ya habían observado que el sistema
sugerir hacia dónde podemos orientar el trabajo en ade- vial fue mucho más ostentoso que lo requerido por las
lante. Los temas no son de ninguna manera exhaustivos, necesidades prácticas. El propio camino constituía una
pero espero dirigir la atención del lector hacia rumbos demostración de poder para las sociedades dominadas,
útiles. El capítulo final, a cargo de Arkush, debe ser vis- de manera que la autoridad del Cusco se sintiese sin la
to como un complemento a este texto, ya que resume el presencia real del Inca. A partir de esta idea, pero desde
material presentado en cada artículo y ofrece un marco el reciente giro ontológico en los estudios andinos, los
comparativo para posicionar al sistema de caminos incas artículos de este volumen enfatizan que la construcción
en un contexto mundial. de la red vial fue también una demostración de poder
para los ocupantes no humanos del territorio y un me-
dio para interactuar con ellos.
La multiplicidad de razones que explican la aparien-
cia del Qhapaq Ñan en la última etapa prehispánica obli-
TERENCE N. D´ALTROY

ga a los investigadores a analizar varias preguntas. Por


ejemplo, ¿los caminos unen puntos o personas? ¿La gente
ocupa lugares porque la red vial reconfiguró las maneras
deseables de mirar u ocupar el paisaje? ¿O se negociaban
las brechas entre las personas y lugares? Asimismo, ¿los
caminos unían o separaban, atraían o repelían?
La aplicación de los sistemas de información geográ-
INTRODUCCIÓN

fica (SIG) a nuestra información ofrece una nueva y pode-


rosa herramienta para abordar varias de estas preguntas.
Con respecto al sistema vial, su aplicación permite una
evaluación de la relación entre modelos idealizados de or-
18

Antecedentes

den y movimiento en el espacio, y la realidad del diseño En la actualidad, es ampliamente reconocido entre los
y la practicidad de la infraestructura. No es casual que va- investigadores que para desarrollar su dominio imperial,
rios de los artículos de este volumen obtengan gran parte los incas aprovecharon la experiencia en el arte de gober-
de sus agudos y sustanciales conocimientos a partir de la nar acumulada durante siglos. Los tiwanaku, wari y chi-
aplicación de los métodos del SIG. En este contexto, un mú crearon estados expansionistas, incluso imperios en
enfoque convencional compara modelos de tránsito que los dos últimos casos, mucho antes del surgimiento del
asumen, por ejemplo, senderos o circuitos de menor costo Tawantinsuyu. Los incas parecen haber tomado préstamos
con el diseño de los caminos. Como varios de los artículos del conjunto de herramientas organizacionales de sus an-
señalan, a menudo las decisiones sobre las rutas de trán- tecesores, ya sea para el desarrollo de una infraestructura
sito asumen los intereses, además de la energética, como provincial, la intensificación de la producción agrícola, el
principales factores involucrados al diseñar caminos o reasentamiento o el uso de tecnologías para el registro de
redes particulares. Veamos ahora algunos temas que se información. Más notoriamente, los incas construyeron su
encuentran en varias de las contribuciones. sistema vial en los Andes centrales, al menos parcialmen-
te, sobre caminos wari. Solo uno de los artículos de este
volumen, el de Williams, examina las contribuciones de
los estados más tempranos a la infraestructura inca, com-
parando los sistemas de caminos wari y tiwanaku. De esta
manera nuestro conocimiento se incrementa al explorar
los principios para la toma de decisiones que subyacen al
diseño de ambas redes viales. Empleando la información
que proporciona la tecnología de última generación con
los sensores remotos, este autor compara aspectos ecológi-
cos, demográficos y de transporte de los caminos que vin-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

culan los centros serranos con la costa del Pacífico.


Las evidencias sugieren que ambos estados habrían
empleado distintos enfoques. Los tiwanaku utilizaron ru-
tas menos costosas, que eran más adecuadas para propor-
cionar pasto y agua a las caravanas de llamas. Williams
considera que esto apoya la idea de que el interés de los
tiwanaku en la costa radicaba en la explotación de recur-
sos de primera necesidad para utilizarlos en la sierra. En
contraste, sostiene que la red vial wari fue diseñada para
conectar asentamientos cuya ubicación y roles se basa-
ban parcialmente en apoyar el tránsito a larga distancia
en busca de bienes más bien suntuarios que de primera
necesidad. Así concluye que los incas utilizaron en parte
el pensamiento detrás de ambos sistemas: las conexiones
ecológicas interzonales de los tiwanaku y los vínculos
entre las instalaciones provinciales pertenecientes a la
entidad política wari.
19
El contexto andino: aspectos
físicos, energéticos y tecnológicos
Si bien los andinistas hablan elocuentemente sobre los lo- correlatos etnográficos concretos sobre las instalaciones
gros de las sociedades prehispánicas, los recuentos sobre utilizadas o los restos dejados por los arrieros a lo largo
el Tawantinsuyu escritos por investigadores que trabajan del camino. Además, es complementada por el estudio
en otros lugares del mundo con frecuencia destacan los arqueológico de Williams, previamente mencionado, que
aspectos tecnológicos presentes en el Viejo Mundo que considera cómo la distribución de recursos espacialmen-
no se encuentran en los Andes. Entre dichos elementos te aislados pero críticos, como pastos y fuentes de agua,
ausentes se cuentan el uso de la rueda, un transporte efec- afectaban las rutas de tránsito.
tivo fluvial o montado y las herramientas de hierro. Junto El texto de Bauer y sus colegas investiga cómo la
con la inexistencia de dinero, mercados y lenguaje escri- introducción de nueva tecnología de transporte —car-
to, estas ausencias son sindicadas algunas veces como ga transportada por vía marítima a lo largo de la cos-
expresiones de una falta de sofisticación que justificaría ta— cambió los parámetros del tráfico de fibra durante
la total exclusión de la civilización andina en los recuen- el período Colonial Temprano. A través del estudio de
tos comparativos de las civilizaciones del mundo anti- las evidencias históricas y arqueológicas para el trans-
guo (vid., por ejemplo, Bonney y Ormrod 1999; Daniels y porte de mercurio desde Huancavelica hasta el centro
Bright 1996; Yun-Casalilla 2012; cf. Boone y Urton 2011). de extracción de plata en Potosí, estos investigadores
Además de sus implicancias etnocéntricas, esos puntos de muestran cómo las rutas de tránsito fueron reconfigu-
vista dirigen erróneamente la atención hacia la aparente radas para una circulación más eficiente de los bienes.
falla en dar la talla, más que en enfocarse en cómo las per- Detallan también la escala de la operación y cómo las
sonas comprendían y resolvían los problemas a los que se autoridades coloniales aprovecharon las formas andinas
enfrentaban, lo que considero una línea de investigación tradicionales de movilizar el trabajo, transporte a través
más promisoria. de los camélidos, y su propia tecnología, para conseguir
En el caso inca en particular, necesitamos preguntar sus propósitos.
cómo la naturaleza de la movilidad en el Imperio, mar- En conjunto, estos trabajos giran en torno a pregun-
cademente terrestre y usualmente pedestre, configuró la tas constantes: desde (1) ¿dónde fue que los incas —y
organización del espacio, el movimiento y la interacción. luego los españoles— construyeron o aprovecharon
Varios de los textos en este volumen abordan este tema, caminos y rutas existentes? hasta (2) ¿dónde fue posible
tratando algunos aspectos de las tecnologías de transpor- crear redes de caminos que permitieran satisfacer nece-
te humano y de camélidos (v. g. Bauer et al., Nielsen), el sidades estatales? Este enfoque resalta el hecho de que
carácter del terreno y los costos energéticos del movi- los incas, a pesar de su alabada habilidad para construir
TERENCE N. D´ALTROY

miento (v. g. Covey et al., Wernke et al., Williams). Estos caminos donde los desafíos físicos eran desalentadores,
artículos plantean preguntas empleando un marco ana- permanecían aún limitados en sus capacidades tecnoló-
lítico que tiene sentido a través de un lente moderno, por gicas. Por lo tanto, esta observación lleva a preguntarse
ejemplo, en lo que respecta a la ubicación de los caminos sobre los criterios en los que los incas basaban sus deci-
con relación a rasgos concretos y empíricos del paisaje. siones al elegir donde construir sus caminos. Algunas de
Un enfoque fructífero, propuesto por Nielsen, conside- esas preguntas pueden abordarse a través de un examen
ra la disponibilidad de recursos básicos a lo largo de las del orden espacial, algunas a través de análisis energéti-
INTRODUCCIÓN

rutas potenciales para las caravanas de llamas. Partiendo cos, y otras tomando en consideración las perspectivas
de estudios de campo etnográficos, centra nuestra atención culturales.
en los ritmos, los desafíos y la vida cotidiana de los arrieros que Una línea de investigación que valdría la pena ex-
cubrían grandes distancias. Esta investigación también ofrece plorar a lo largo de estas líneas se refiere a las diferencias
20

La gran escala

existentes entre el transporte de carga por humanos y por Un tema recurrente entre los textos de este volumen se
los camélidos, un punto ya señalado por Murra (1980) en refiere a una pregunta constante en la arqueología a gran
su clásico estudio sobre la economía inca. Si fue acertado escala: ¿las redes de transporte y de comunicación unen
al afirmar que los seres humanos porteaban la mayoría a las personas con los recursos, o los lugares y los asen-
de bienes, incluso cuando se trataba de grandes distan- tamientos aprovechan las oportunidades que ofrecen las
cias, entonces el aprovisionamiento de las personas debe redes en desarrollo? A menudo analizamos la respuesta
ser tomado en cuenta al explicarse los aspectos ecológi- considerando que el proceso de desarrollo es recíproco.
cos de la ruta de transporte. Por ejemplo, los caminos principales de Cusco a Quito
eran rutas longitudinales que restringían los costos de
tránsito entre las instalaciones estatales principales. Los
tambos ubicados a lo largo de la ruta fueron construidos
para dar sustento a las actividades estatales, no para man-
tener bajos los costos de viaje durante la circulación entre
las provincias administrativas. Si bien esa interpretación
ha sido ampliamente aceptada durante cierto tiempo, va-
rios de los artículos aquí presentados abordan el tema de
manera explícita a través de análisis de los SIG.
El sofisticado y detallado estudio de Wernke y sus co-
legas ilustra un enfoque efectivo para este problema. Tra-
bajando con supuestos realistas sobre los costos energéti-
cos de las rutas de tránsito, descubrieron que un modelo
de menor costo guarda gran correspondencia con las ru-
tas actuales del Qhapaq Ñan en los Andes centrales. Esto,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

a su vez, implica un conocimiento previo del terreno an-


tes de emprender grandes esfuerzos constructivos. Igual-
mente importante es que fueron capaces de mostrar que
los centros estatales secundarios, como Vilcashuamán,
jugaban un rol crucial en vincular y filtrar interacciones a
lo largo de la red vial.
Los estudios regionales de Casaverde y Astuhuamán,
en el centro y norte del Perú, proveen evidencias concre-
tas sobre cómo se articulaban entre sí las instalaciones
administrativas de distintos niveles en la jerarquía pro-
vincial. Casaverde enfoca nuestra atención en la red de
caminos y tambos alrededor de Pumpu, al examinar tan-
to el orden local como las relaciones con otros centros
distantes, como Huánuco Pampa y Hatun Xauxa. Por el
contrario, Astuhuamán ofrece una evaluación cuanti-
tativa de las redes de lugares y espacios territoriales en
un estudio detallado que permite establecer un ranking
21
de la centralidad de diversas instalaciones estatales en otros elementos poderosos del paisaje. Las piedras (“eco”)
Piura. Su trabajo se basa en conceptos establecidos por talladas de Sacsayhuamán y Machu Picchu destacan en
Jenkins (2001), pionero en el estudio cuantitativo de la este aspecto. A través de su análisis, Moralejo y Gobbo ex-
red vial inca entendida como un sistema cuyos vínculos plican cómo el desplazamiento a lo largo del Camino Inca
variaban dependiendo de si se transportaban bienes bá- habría posicionado a los viajeros en esas configuraciones
sicos o de prestigio. El análisis de Astuhuamán incluye espaciales y, por lo tanto, cómo la experiencia podría
varias zonas ambientales y muestra cómo las relaciones haber sido manipulada. Su trabajo provee un medio ex-
longitudinales y transversales afectaron la ubicación de plícito por el cual el SIG y los enfoques fenomenológicos
las instalaciones a lo largo del sistema. Así, por ejemplo, pueden ser integrados de manera efectiva.
es capaz de argumentar que la ruta a lo largo de la co- Finalmente, Garrido aborda el tema de las relacio-
lumna vertebral de los Andes fue más relevante para el nes inca-locales en Atacama desde la perspectiva de la
diseño del sistema que las rutas este-oeste, que unían a la vida bajo el manto imperial. Explica cómo la población
sierra con ambos extremos de los Andes. local, mientras era explotada por el Estado, era capaz de
Los artículos enfocados en los Andes del sur amplían usar la red vial para sus propios fines. El procesamiento
estos tipos de análisis de manera fascinante. El artículo de la evidencia en varios sitios arqueológicos mostró que
de Zori y Brant, que emplea una combinación de análi- los mineros locales, trabajando fuera del control estatal,
sis de redes y estadísticas aplicadas a la diversidad de la aprovecharon la existencia de los caminos para ampliar
cerámica, evalúa el grado de conexión que existió entre sus actividades. Este tipo de explotación local de infraes-
los residentes de diversos asentamientos de la región de tructura estatal parece haber sido característico del ex-
Tarapacá, al norte de Chile, a fines de la época preinca. Así tremo sur del Tawantinsuyu, cuya administración apa-
logran mostrar que los incas aprovecharon las relaciones rentemente era más indirecta que aquella de los Andes
establecidas por la red local a través de un par de asenta- centrales y del norte (D’Altroy et al. 2007).
mientos, especialmente Tarapacá Viejo, pero también el
tambo de Zapahuira. Este cambio en la conexión signi-
ficó que las relaciones intrarregionales y, por extensión,
el posicionamiento social, fueran reorganizados bajo el
mandato imperial de maneras que pueden ser modeladas
cuantitativamente.
Moralejo y Gobbo abordan otro aspecto de la vida en
TERENCE N. D´ALTROY

el sur, relacionado a los roles de las líneas de visión y la


visibilidad en el paisaje y poder. A través de un estudio de
SIG de la cuenca visual y topografía del sitio El Shincal,
en la provincia de Catamarca, Argentina, documentan
cómo los elementos del medio natural y edificado pue-
den vincularse a través del ocultamiento o la exhibición
y líneas de visión imaginadas. Los estudiosos de los incas
INTRODUCCIÓN

han tenido conciencia de los aspectos miméticos y de


alineación de las construcciones imperiales. Los rasgos
constructivos eran ubicados tomando en cuenta los fe-
nómenos astronómicos, los cursos de agua, los cerros u
22

En el corazón del imperio

Dos de los trabajos que se publican en este volumen ver- con las nociones andinas de espacio, lugar, desplaza-
san sobre la naturaleza de la red de caminos incas en la miento y distancia.
vecindad del Cusco, la capital inca. El artículo de Covey En la práctica, esto significa que nuestra investigación
y colegas ofrece una aproximación al diseño de los ca- dará mejores resultados si pensamos simultáneamente en
minos que vinculan el centro con cuatro asentamientos dos tipos de aproximaciones. Una aborda preguntas esen-
principales en un radio de 50 kilómetros. Usando técnicas ciales como ¿cuál es la manera más fácil de llegar del pun-
de SIG, consideran un rango de distintos supuestos para to A al punto B? Esta clase de temas son vistos en los artí-
modelar la disposición de los caminos en el terreno. Al culos descritos antes, que emplean el SIG para comparar
asumir diferentes criterios para la toma de decisiones, modelos ideales con las rutas de tránsito. El otro enfoque
pueden mostrar por qué una u otra ruta pudo haber sido se mueve en el reino de lo fenomenológico: cómo el paisa-
preferida y cómo diferentes tipos de mejoras de los cami- je es entendido a través del desplazamiento que se realiza
nos podrían haber afectado potencialmente el control en él. Como dice Kosiba, tal cambio implica moverse de
sobre el tráfico. Si bien su investigación es preliminar, un punto de vista centrado en el sujeto a otro centrado
es reveladora y sugiere nuevas formas de pensar acerca en el lugar.
de la organización del espacio en el núcleo del imperio. Esta perspectiva experimental dirige nuestra aten-
Tangencialmente, valdría la pena señalar que, cualquiera ción a una serie de preguntas distintas de aquellas de los
sea el modelo, la estructura básica del sistema fue invaria- otros trabajos. Por ejemplo, ¿el sistema vial sirve a los in-
blemente un despliegue que se irradiaba desde el Cusco, tereses de los gobernantes al poner orden en un mundo
que no vinculaba centros subsidiarios entre sí. Este prin- ordenado o civiliza el espacio? ¿Provee un refugio segu-
cipio, escrito a gran escala —algo muy similar a “todos ro para el tránsito a través de sitios peligrosos? ¿Crea un
los caminos conducen a Roma”—, también parece haber tercer espacio, uno imaginado, aplazado a lo largo del
comunicado gran parte del diseño de todo el proyecto or- terreno, al mismo tiempo que proporciona un conducto
ganizativo imperial. físico para la práctica material? ¿O la naturaleza del lugar
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

El artículo de Kosiba, centrado en la creación de un define el carácter del camino en cualquier momento? Este
espacio cultural en el área alrededor de Ollantaytambo, tipo de preguntas son las que se desprenden de los artícu-
lleva la discusión hacia una dirección que está propor- los descritos en la siguiente sección.
cionando nuevos conocimientos para los académicos
interesados en los incas: la base empírica y ontológica de
la ubicación humana en el paisaje. Kosiba aleja nuestra
atención de las redes físicas y las dirige hacia las formas
cómo las personas se desplazaban en un territorio carac-
terizado por historias, diferenciaciones sociales y seres
dotados de sentidos. Los cursos de agua, las cuevas, los
manantiales, las franjas de terreno, las terrazas y todos
los elementos similares estaban cargados de significado,
de manera que un viaje a lo largo del camino implicaba
un encuentro constante con el estatus, la memoria y el
poder. Este cambio redirige el análisis desde una depen-
dencia de supuestos que subyacen a una red moderna o
a modelos de bajo costo hacia aquellos más en sintonía
23
Materiales poderosos, paisajes
y movimiento
Algunos de los autores de este volumen analizan los servicio de los intereses imperiales sintetizaba las rutas
principios y prácticas de los conceptos culturales an- de tránsito recorridas tiempo antes por los dioses y los
dinos, y más específicamente la ideología inca, a través ancestros. Chacaltana amplía la discusión para conside-
del sistema de caminos y otras formas de tránsito. Ba- rar elementos del medio construido —como tambos— y
rraza Lescano y Vílchez Carrasco consideran el acopio, natural —como manantiales— en el contexto integrado
procesamiento y transporte del Spondylus princeps, que donde los incas los habrían visualizado. El resultado es
se obtenía en aguas profundas de las costas de Ecuador una reflexiva consideración de un amplio rango de ele-
pero que era muy valorado en todo el Imperio ya desde mentos que estaban vinculados al sistema vial en los con-
el tercer milenio a. C. Por ejemplo, las extraordinarias ceptos incas.
tumbas de Sipán contenían numerosos objetos hechos Chirinos y Fernández profundizan esta línea de in-
de spondylus y databan de tiempos de la cultura Moche, vestigación al examinar un transecto de la red vial entre
más de mil años antes de la hegemonía cusqueña. Los el sitio serrano de Hatun Xauxa y el costeño de Pachaca-
cronistas mencionaron cuán importante era esta valva mac. En su artículo examinan el desarrollo del sistema de
en los rituales propiciatorios de las lluvias, y figuraba de caminos como un medio de construcción y de manipu-
manera destacada entre los materiales encontrados en lación del espacio. El actor no humano más importante
los santuarios de altura, junto con el oro y la plata, proba- de la región es Pariacaca, un cerro visualmente llamativo,
blemente como una manifestación de la relación con la largamente reverenciado y conmemorado en el Manuscri-
Mamacocha (Madre Mar). El artículo de Vílchez Carras- to de Huarochirí, el único relato en quechua de las creen-
co se basa en documentos y evidencia arqueológica para cias indígenas del período Colonial Temprano (Taylor
describir el extremo norte de la red de procesamiento y 1987; Salomon y Urioste 1990). Entre las preguntas que
distribución de esta valva en el sitio de Cabeza de Vaca, plantea este texto se encuentra cómo pensar los secto-
en Tumbes, Perú. Barraza Lescano prosigue el hilo a par- res de camino cuyo diseño, al menos en parte, pretendía
tir de aquí, al examinar evidencia de que la ruta costera facilitar la comunicación entre los seres humanos y los
era tomada por los mercaderes de Chincha, en la costa agentes no humanos del paisaje. Pueden visualizarse sec-
sur del Perú, para procurarse la materia prima y distri- tores similares en los caminos construidos hacia los más
buirla en el territorio. de cincuenta santuarios de altura construidos en la mitad
Los artículos de Chacaltana Cortez, Chirinos y Fer- sur del Imperio (Reinhard y Ceruti 2010). El artículo tam-
nández, y Coben y Muñoz investigan otras dimensiones bién plantea la pregunta sobre qué habría sucedido con
de los rituales o movimientos religiosos en el territorio. los derechos y prácticas de la población sujeta cuando los
TERENCE N. D´ALTROY

Chacaltana examina el movimiento del mullu (spondylus) incas intervenían rindiendo homenaje a un lugar sagra-
de la costa a la sierra, que ella considera habría dado un do. Si los incas limitaban el acceso a sus caminos, ¿de qué
mayor prestigio espiritual a este tramo del camino en par- modo las sociedades sujetas continuaban interactuando
ticular. Basándose en el trabajo etnográfico de Catherine con sus ancestros y lugares de origen?
Allen (2002), ella observa que en el pensamiento andino El texto final, redactado por Coben y Muñoz, aborda
los caminos, los puentes y otros elementos físicos com- de manera explícita los aspectos rituales del diseño del
parten el potencial para cierto tipo de vitalidad. Por tanto, camino, su construcción y uso, como parte de la huella
INTRODUCCIÓN

no podemos visualizar al Qhapaq Ñan solo en términos inca en las elevaciones orientales de Bolivia. Uno de los
funcionales, sino que debemos ubicarlo dentro de un centros incas más elaborados, Incallajta, y un gran des-
cosmos animado en el que los humanos eran solo uno de pliegue de otras instalaciones imperiales fueron construi-
los jugadores. En este transecto particular, el personal al das en esta región. Entre las más distintivas se encuentra
24

un camino de dos vías, cuyo diseño nos obliga a hacer guro. Esto fue tomado como un rechazo sobrenatural al
preguntas sobre diferencias de estatus o género, o duali- esfuerzo y las piedras fueron abandonadas a un costado
dad social. Como señalan los autores, el tratamiento del del camino.
centro como una réplica de la capital imperial puede ofre- Como ha sido señalado por Ogburn (2004a, b), va-
cer algún conocimiento sobre los elementos del paisaje rios cronistas describen construcciones en Ecuador con
construido que los incas consideraron más importantes materiales similares. Su investigación localizó algunas
al imponer su voluntad en el territorio. de las piedras y, a través del análisis composicional, fue
Estas perspectivas plantean la cuestión de cómo los capaz de demostrar que provenían del Cusco. Ogburn
incas concebían en sentido cultural sus grandes caminos, afirma que los incas cumplieron varios objetivos con este
tal como el camino principal que unía Cusco y Quito. En tipo de esfuerzo. No solamente transfirieron así la san-
el habla coloquial es común referirse a un camino como tidad de la capital a los nuevos asentamientos, también
una arteria, pero en el pensamiento inca la idea puede recalcaron de este modo a sus subordinados el poder de
haber sido más sustancial que metafórica. Muchas socie- su gobierno.
dades andinas compartían la visión de que las cosas ma- Aun así, lo que es de mayor interés para este capítulo
teriales podían estar animadas por una suerte de vitalidad es el rol desempeñado por la red vial en el esfuerzo. Como
denominada camaquen (Salomon 1991). Entre los actores Wilkinson (2013) lo ha argumentado, el esfuerzo inca de
animados destacaban particularmente las piedras, algu- gobernar sus dominios implicaba aplicar un orden civili-
nas de las cuales podían ser seres humanos transforma- zador tanto a los seres humanos como no humanos de su
dos, como el ancestro Huanacaure, o capaces de actividad territorio. En ambos casos, los incas equilibraban poder
humana, como la Piedra Cansada que derramaba lágri- y negociación, fuerza y persuasión. Por consiguiente, la
mas de sangre. De hecho, Dean (2010) ha sugerido que construcción de caminos y edificaciones a lo largo de él
levantar arquitectura de piedra sobre roca madre puede pueden ser vistos como parte de una estrategia que apli-
visualizarse casi como agricultura, en tanto un material caba el orden desde arriba y, a la vez, cultivaba la vitalidad
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

fundamental era colocado sobre otro. de la tierra/piedra. El camino de piedra, por tanto, habría
¿Cómo se aplican estas ideas a los caminos? Podemos sido visto como un rizoma lítico, con características de
tomar aquí el caso de las instrucciones de Huayna Capac vitalidad que vinculaban el centro con los asentamientos
para construir dos estructuras en Tumipampa utilizan- ramificados. Referirse al camino como una arteria resul-
do piedras del centro del Imperio (Murúa 1962-1964 ta entonces apropiado para los incas, en tanto el Nuevo
[1611], I; vid. Ogburn 2004a, b). Según es explicado en Cusco en Tumipampa habría sido considerado como que
la narración, los canteros debían extraer piedras de Ru- estaba literalmente —tal vez orgánicamente— conecta-
micolca, la fuente principal de materiales constructivos do con el Cusco original.
en el Cusco a fines de la era imperial. Las órdenes eran
construir dos casas en Cusco con esas piedras y luego
desmontarlas y transportarlas a Ecuador, donde serían
reensambladas. Aparentemente la idea era infundir la
vitalidad del Cusco en las estructuras y luego replantar
la estructura en Quito, transfiriendo así el camaquen del
centro sagrado a un nuevo asentamiento. Sin embargo,
como señaló Murúa, el esfuerzo falló pues el dintel de
piedra fue alcanzado y partido por un rayo cerca de Sara-
25
¿Hacia dónde ir ahora en relación
con el Qhapaq Ñan?
Los reveladores estudios de este volumen suscitan muchas se consideran temas como los suministros regionales en
preguntas que invitan a mayores investigaciones. Un aspec- lugar de la interacción a macroescala? y ¿cómo habrían
to crucial para el análisis de los SIG tiene que ver con qué negociado los incas las retribuciones menos costosas con
constituía un sitio, lugar o nodo para los incas. En el estu- respecto a la construcción y el mantenimiento frente al
dio de las sociedades del pasado, enfrentamos un problema tránsito? Resultaría interesante ver cuánta inversión ini-
constante al identificar la correspondencia entre los sitios cial querían hacer los incas en un esfuerzo por minimizar
arqueológicos y los lugares que poseen significado por sí el tiempo de transporte y los costos a futuro.
mismos o por motivos organizativos en la sociedad antigua. Un aspecto final se refiere al efecto del sistema vial en
En el caso inca, podríamos preguntar de qué modo los lu- las relaciones entre los incas y la población subordinada.
gares importantes del Tawantinsuyu correspondían con los Necesitamos tener en cuenta que, a pesar del enorme im-
nodos identificados por los análisis formales de la red vial. pacto del gobierno inca, gran parte de las actividades que
Por ejemplo, Patallacta fue aparentemente parte de Machu se realizaban en sus dominios no eran de carácter impe-
Picchu (Shinoba 2015), pero, seguramente, sería tratado rial. Gran parte de las personas pasaban su vida en sus co-
como un nodo aparte en un análisis de la red vial. De ma- munidades y esquemas organizativos. Además, como Ga-
nera similar, ¿cómo nos ocupamos de las 42 parcelas distri- rrido y otros han señalado, si bien los caminos imperiales
buidas en la propiedad de Huayna Capac en Quispiguanca? pueden haber restringido el tránsito, también ofrecieron
Desde una perspectiva militarista, los nodos de mayor algunas oportunidades para la población sujeta al domi-
interés no habrían sido las instalaciones administrativas. nio inca. Deberíamos conceptualizar también el sistema
Más bien, los puentes, los pasajes estrechos y los caminos vial imperial como algo con el potencial de interrumpir
restringidos habrían sido más importantes. Los propios in- las redes de comunicación y de transporte. Los incas se
cas eran muy conscientes del valor de estas ubicaciones, por interpusieron entre las personas y sus tierras, y entre las
ello durante los años de resistencia frente a los españoles personas y sus vecinos. Si bien los caminos iban y venían
destruyeron puentes y atacaron a las columnas españolas desde el Cusco y otros lugares incas, llevaban a la pobla-
forzándolas a disponerse en una sola fila. De manera similar, ción dominada lejos de su hogar y de su identidad.
desde la perspectiva logística y del acopiamiento de sumi- En un sentido más amplio, ¿cómo podemos llegar a un
nistros, la distribución de los depósitos, las fuentes de agua y mejor entendimiento de los aspectos tangibles e intangibles
la disponibilidad de la mano de obra fueron los factores cru- del sistema vial? El documento de la UNESCO hace referen-
ciales. ¿Cómo se verían las redes de caminos si asumimos cia a las memorias colectivas, pero las memorias de los incas
como nodos los puntos de cruce de los ríos, los pasos para y de la población sujeta a su domino, con respecto al camino,
TERENCE N. D´ALTROY

cruzar los cerros o las instalaciones de almacenamiento? eran seguramente distintas. El camino era simultáneamen-
Desde una perspectiva económica, los factores que te un instrumento de poder, comunicación y transporte, y
afectaron la toma de decisiones sobre las rutas y costos pu- un emblema de dominación, explotación e interrupción.
dieron variar dependiendo de la escala de análisis espacial Como nos recuerda Wilkinson, necesitamos tener presente
o del propósito de la actividad. Por ejemplo, ¿cómo se vería las distintas experiencias de las personas que viajaban por el
un modelo de tránsito de menor costo basado en las rela- camino y aquellas que vivían cerca y lo mantenían.
ciones entre sitios de producción agrícola o artesanal y el Para concluir, quiero enfatizar que ninguna de estas dis-
INTRODUCCIÓN

lugar de uso previsto?, ¿qué ocurre si añadimos el requeri- cusiones debe ser tomada como una crítica, sino como un
miento de que los alimentos se distribuyan a través de un estímulo para continuar con los notables avances en la do-
lugar de almacenamiento con suficiente capacidad (como cumentación y en el entendimiento expuestos en este libro.
los almacenes de Cotapachi, Lerma o Mantaro) o cuando New York, 6 de junio de 2016
26

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INTRODUCCIÓN

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106-127 (Ancient world: Comparative histories, 5).
PARTE
Networks
e interacciones
regionales
Una perspectiva
comparada de
los caminos wari
y tiwanaku:
los antecedentes
del Qhapaq Ñan incaico
PATRICK RYAN WILLIAMS Los estados Wari y Tiwanaku, antecesores de los incas, implemen-
taron un sistema vial panregional que estableció los fundamentos
FIELD MUSEUM OF NATURAL
del Qhapaq Ñan de los incas; sin embargo, las organizaciones de
HISTORY, UNIVERSITY OF ILLINOIS
las redes de caminos y del transporte de ambos estados preincaicos
AT CHICAGO, ESTADOS UNIDOS
fueron muy distintas. En este artículo examinaremos la diversi-
dad en el gobierno de este sistema vial y evaluaremos, a partir de
indicadores materiales, (1) la ecología de movimiento, (2) la inver-
sión de la infraestructura estatal y (3) la evidencia material del in-
tercambio a nivel interregional. Nos focalizaremos en las redes de
caminos establecidas entre Tiwanaku y sus colonias ubicadas en
la zona occidental de los Andes, donde se localizan las cuencas flu-
viales, y entre Wari y sus provincias del extremo sureño, con par-
ticular énfasis en la región donde ambos estados se juntaban, es
decir, en el valle de Moquegua, en los Andes sur-centrales del Perú.
Al examinar la ecología del movimiento, se evalúan los recur-
sos naturales accesibles a lo largo de los corredores de transporte
y el modo en que estos generaban oportunidades y definían o crea-
ban rutas específicas por sobre otras. Se utilizan análisis de tele-
detección de ecología de los caminos para establecer la sostenibi-
lidad de ciertos nodos de conexión y los límites de los caminos; se
investigan, además, los paisajes biológicos arcaicos que podrían
constituir evidencia de modificaciones culturales orientadas a
crear ecologías que permitieran sostener las redes de transporte.
La infraestructura de los caminos y el sistema de asentamien-
to de los tambos wari y tiwanaku, a nivel regional, también re-
sultan indicativos para entender la naturaleza del patrocinio que
ambos estados daban al intercambio. Por ello, se examina la inver-
sión que destinaron a las rutas de movimiento y nodos de abaste-
cimiento, y la manera en la que estos últimos fueron sostenidos
y proveídos.
Finalmente, se examina la evidencia material de intercambio
interregional ya que revela el potencial de los nodos y de las fron-
teras de cada una de las redes de caminos. El movimiento de obje-
tos de metal, obsidiana, cerámica y de aquellos correspondientes
a restos faunísticos o vegetales, es rastreado desde sus fuentes de
origen para evaluar donde se localizaban las conexiones más im-
portantes en cada una de las economías coloniales.
32

La ecología de las rutas lógicos, particularmente la disponibilidad


de agua y de vegetación para alimentar a los
tiwanaku camélidos, constituyeron recursos clave que
favorecieron las conexiones de ciertos valles
occidentales sobre otros.
En los Andes, una de las preocupaciones La identificación de los pastizales dispo-
principales al analizar la expansión de las nibles entre los valles occidentales y Tiwa-
entidades políticas preindustriales es enten- naku, mediante un análisis de imágenes de
der de qué modo las condiciones ecológicas teledeteccion satelital a lo largo de las rutas
y medioambientales pudieron haber gene- de menor costo propuestas por Sistemas de
rado restricciones y oportunidades para las Información Geográfica, permitió evaluar
conexiones a larga distancia. Examinaremos la ecología de los caminos que conectaban
aquí los parámetros ecológicos asociados a los asentamientos tiwanaku de los valles
las redes de transporte con camélidos entre el costeros con el sitio Tiwanaku. Como parte
núcleo del Estado Tiwanaku en el altiplano de este análisis se elaboraron mapas de ve-
boliviano y los valles occidentales del Pacífi- getación durante la estación seca en los de-
co. Consideramos que estos parámetros eco- partamentos de Arequipa, Puno, Moquegua

figura 1. Mapa de vegetación durante la temporada seca en la zona de puna de Tiwanaku y en los
valles occidentales del sur peruano
Sitios tiwanaku

Coordinate system: WGS


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Chivay
84 UTM zone 19S /
Datum: WGS 1984.

Uchumayo
Kasapatac Tiwanaku
Socabaya

Chen Chen
Omo

Locumba
0 50 km
33
y Tacna. Estos muestran la cantidad mínima del Pacífico. Nuestro análisis fue focalizado en
de pasto disponible en los caminos de me- cuatro valles ubicados al oeste de este centro
nor costo dirigidos a cuatro valles del sur del y en sus respectivos asentamientos: Colca
Perú donde se localizan sitios afiliados a la (Chivay), Chili (Socabaya), Moquegua (Chen
cultura Tiwanaku (figura 1). El análisis em- Chen) y Locumba (figura 2). En las vías de me-
pleado para determinar las rutas de menor nor costo fueron amortiguados 20 kilómetros
costo estuvo basado en datos topográficos a cada lado creándose corredores de 40 kiló-
de la Shuttle Radar Topography Mission, los metros hacia cada sitio. Estas áreas soportaban
cuales proveen elevaciones en células de el transporte a lo largo de los caminos. El mapa
90 metros. A partir de esta base, se creó una de vegetación de la estación seca fue sobre-
superficie de costo anisotrópico a la que se puesto y recortado sobre cada uno de estos co-
aplicó el algoritmo de caminata de Tobler rredores, originando cuatro subdivisiones que
para calcular el tiempo requerido para cru- muestran los recursos vegetales e hidráulicos
zar cada célula (Tobler 1993). disponibles en cada corredor individual que
Las rutas de menor costo unían a Tiwa- conectaba Tiwanaku con sus sitios afiliados a
naku, como punto de origen, con varios sitios lo largo de la región del Pacífico (Williams et
afiliados a esta cultura localizados en la región al. 2006; Williams y Vining 2012).

figura 2. Mapa de las rutas de menor costo que conectaban Tiwanaku con sus colonias localizadas
en los valles occidentales del sur peruano
Sitios tiwanaku
Rutas de menor
Chivay costo

PATRICK RYAN WILLIAMS


Coordinate system: WGS
84 UTM zone 19S /
Datum: WGS 1984.
Uchumayo

Socabaya Tiwanaku
Kasapatac
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...

Chen Chen
Omo

Locumba
0 50 km
34

tabla1. Registro de vegetación existente en los corredores que unían Tiwanaku


con sitios afiliados a lo largo de la región del Pacífico

Corredor Área (ha) Porcentaje de tierra cubierta (%)

Largo Áreas sin Áreas con Sin Con


Sitio
(km) vegetación vegetación vegetación vegetación verde

Chivay 379.69 1.110.000 64600 94.52 5.48

Socabaya 357.57 1.170.000 40300 96.68 3.32

Chen Chen 288.16 915.000 36200 96.19 3.81

Locumba 287.16 960.000 17700 98.19 1.81

Estos mapas de vegetación constituyen esti- de flujos superficiales de agua, un recurso im-
maciones de los recursos —particularmente portante en las zonas altoandinas.
de los bofedales con pastos verdes— disponi- El porcentaje más alto de áreas cubiertas
bles para las caravanas a lo largo de los poten- por pastos verdes se localiza a lo largo del
ciales corredores. Pero esta vegetación, en el corredor de Chivay (5.48 %). Esto se debe, en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sentido más estricto, no constituía un factor gran parte, al hecho de que este corredor se
meramente limitante. La literatura etnográ- proyecta cerca de las orillas del lago Titicaca
fica sobre caravanas andinas indica que las durante más de la mitad de su longitud. Si se
recuas de llamas que conformaban las cara- excluyeran 40 kilómetros de la orilla del lago
vanas prehispánicas pudieron presentar un (para centrarse en sementos de la ruta a ma-
comportamiento oportunista de consumo, yores distancias de la cuenca del Titicaca), el
con dietas de muy amplia composición. porcentaje de vegetación verde a lo largo del
En las caravanas modernas, la composi- corredor Chivay disminuiría considerable-
ción botánica de las dietas de las llamas inclu- mente y no tendría un impacto proporcional
ye una gama de especies mucho más amplia al de los otros corredores. Adicionalmente, si
de la que encontramos en los bofedales. Las bien la mayoría de la obsidiana hallada en los
áreas de crecimiento verde proporcionan pas- sitios tiwanaku proviene de Chivay, no se co-
tos de mejor calidad, con mayores proteínas y noce la existencia de grandes poblaciones en
materias orgánicas digestivas, que las llamas su área inmediata.
incluirán en sus dietas cuando se lo es permi- Los valles de Moquegua (Chen Chen) y
tido. El incremento de estas áreas también se Locumba son los que se encuentran a distan-
encuentra correlacionado con la existencia cias más cortas de Tiwanaku. En cambio, las
35
distancias hacia Chivay y Socabaya son 24 a Una ecología
30 % más largas. En caso de presentarse una
disponibilidad equivalente de recursos, es de las rutas wari
de suponer que las conexiones más fuertes
tuvieran lugar en las rutas más cortas, dán-
dose preferencia a los valles de Moquegua y Desde su capital localizada en la región de
Locumba en las periferias de Tiwanaku. La Ayacucho, en la sierra del Perú, los wari se
ruta de Locumba tiene una disponibilidad expandieron a través de 1 300 kilómetros
de pastos mucho menor, incluso por debajo ocupando territorios desde Cajamarca, en el
de la mitad de los pastizales diponibles en la norte, hasta Cusco y Moquegua, en el sur. A
ruta de Moquegua. Por consiguiente, dentro lo largo de la sierra sur peruana, la presencia
de la serie de sitios considerados en este aná- wari ha sido documentada de manera más
lisis, la ruta de Moquegua ofrece los benefi- convincente entre los 1 000 y 3 000 msnm
cios de presentar una distancia más corta y en los valles de Ocoña, Majes, Sihuas, Vítor,
mayor abundancia de pastos, lo que tal vez Chili y Moquegua, donde se ha realizado un
explicaría el interés tiwanaku por instalar reconocimiento arqueológico preliminar o
en este valle una colonia clave durante su prospección sistemática en un tramo de 300
expansión. kilómetros.
Esta ruta ecológica tiwanaku, que incluía La ruta principal de los wari era longi-
una gran cantidad de camélidos movilizán- tudinal y permitía anexar diversos sistemas
dose a lo largo del altiplano, fue clave para ecológicos a lo largo de los valles andinos.
unir dos zonas ecológicas separadas: la costa Como ha sido resaltado por Schreiber (1992),
del Pacífico y las faldas de los Andes orienta- el componente ecológico principal del pa-
les. Como se discutirá más adelante, las dis- trón de asentamiento wari era la ubicación
tancias ecológicas fomentaron el desarrollo de sus sitios en el límite entre las zonas de
de estrategias para acceder a distintos tipos producción de maíz y de papa, en los flancos
recursos a través del sistema de intercambio. de los valles intermontanos andinos. La gran

PATRICK RYAN WILLIAMS


Este énfasis tiwanaku en el transporte con mayoría de sitios wari se localizan en este lí-
camélidos a lo largo de distintas zonas ecoló- mite ecológico.
gicas contrasta con las rutas ecológicas wari El sistema de rutas de menor costo entre
que parecen haber sido menos trajinadas. la capital wari y los asentamientos sureños
evidencia un predominio de posibles rutas
que atravesaban zonas ubicadas entre los
2 000 y 3 000 msnm. La ruta proyectada des-
de Cerro Baúl hasta Huari pasa a través de los
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...

sitios arqueológicos de Corralones, Quilca-


pampa, Beringa y Número 8 (Chuquibamba).
Estos sirven como nodos que conectan otros
sitios del sistema sureño de caminos wari
ubicados en zonas altas y bajas. El sistema
de rutas de menor costo desde Cerro Baúl a
los sitios del valle de Nazca, por su parte, se
desplaza por la costa. Pocos sitios wari han
sido registrados a lo largo de esta ruta. La ruta
36

quechua es el mejor candidato para el movi-


miento del material cultural wari. figura 3 . Mapa de los topónimos molle y sitios
Este nicho ecológico —la zona que- arqueológicos wari
chua— es característico de los asentamien-
tos wari y de los productos de consumo
fundamentales para su reproducción social.
Estos últimos incluyen los recursos agríco-
las consumidos en cada uno de los centros
wari construidos a lo largo de la ruta: cultivos
como maíz, ají, frejol, cucurbitáceas (calaba-
zas y zapallos), varios cactus y molle (pimien-
ta andina) crecen a lo largo de esta zona. To-
dos han sido encontrados en abundancia en
los contextos arqueológicos wari, tal como ha
sido reportado en Cerro Baúl (Williams et al.
2008). En los centros regionales, el molle es
uno de los productos más interesantes rela-
cionado a la reproducción social wari. Tam-
bén es el ingrediente principal para elaborar
chicha (Sayre et al. 2012), un producto funda- Viracocha-
Pampa
mental de su identidad.
Frecuentemente, las antiguas áreas donde
crecía esta planta confieren el nombre “molle”
a zonas cercanas a sitios wari (figura 3). Los
topónimos relacionados podrían indicar áreas
donde el molle alguna vez creció y donde fue
económicamente importante para las comu- Huari
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

nidades andinas. La distribución de los topó- Cusco


nimos locales molle en el área andina corres-
ponde de manera cercana a la ubicación de los
sitios wari más conocidos y a la extensión de su
Océano Pacífico
influencia en el antiguo Perú (Williams 2009).
Esta distribución, sin embargo, no se en-
cuentra ligada estrictamente a zonas medio
ambientales. Por ejemplo, el topónimo molle Cerro Baúl
es recurrente en la costa sur del Perú donde
existió una fuerte presencia wari. En la cos- Tiwanaku
ta norte, en cambio, si bien encontramos un
medioambiente similar, no están presentes
estos topónimos. La presencia wari en la
costa norte fue indirecta y, aunque el molle
crecía en la región, aparentemente no fue tan Sitio wari
importante para determinar los nombres de Topónimo molle
algunos sitios.
37
El paisaje etnobotánico es un ejemplo de La infraestructura
cómo los estados del Horizonte Medio trans-
formaron la ecología de los sitios y de las rutas del camino tiwanaku
que atravesaron. La ecología de caminos wari
estuvo enfocada en recrear una estrategia es-
table de reproducción en cada uno de los no- Stanish y colegas (2010) han reportado un re-
dos a lo largo del sistema. Los asentamientos conocimiento de la infraestructura vial exis-
eran relativamente autosuficientes para crear tente a lo largo de la ruta entre Moquegua y
un medio de reproducción del estilo de vida Tiwanaku. El resultado de este reconocimien-
wari en esos centros de los nodos. Mientras to indica la presencia de una baja densidad de
los tiwanaku se enfocaron en conectar distin- cerámica tiwanaku a lo largo de la ruta y la
tos tipos de ecologías andinas y las empresas ausencia de un lugar de descanso, un tambo
coloniales y sistemas de rutas que las unían, u otro tipo de infraestructura estatal. En con-
los wari buscaron conectar nichos ecológi- traste con el patrón posterior del período Inca
cos similares a lo largo del sistema de rutas. (1450-1532 d.C.), los tiwanaku no instalaron
Si bien poseían estrategias ecológicas vincu- lugares de descanso o construyeron algún
ladas a sus sistemas de conexiones, los wari tipo de ruta formal. Los datos indican que
y los tiwanaku tuvieron diferentes percep- mantenían caravanas de camélidos que tran-
ciones sobre la inversión en infraestructura sitaban por una ruta de menor costo, pero
vial y sobre los sistemas logísticos asociados que lo hicieron de una manera más descen-
a las rutas que conectaban la capital con las tralizada e informal que el Estado Inca.
colonias. De manera específica, Stanish y colegas
(2010) encontraron pequeñas cantidades de
material cultural tiwanaku en los asenta-
mientos localizados a lo largo de las rutas que
conectaban el altiplano moqueguano. Estos
asentamientos no presentan arquitectura for-

PATRICK RYAN WILLIAMS


mal del Estado Tiwanaku, ni reflejan una in-
versión estatal en la infraestructura. Por ello,
es probable que los asentamientos locales, de
manera informal, hubieran apoyado el movi-
miento de personas, caravanas y bienes a lo
largo de esta ruta, proveyendo y beneficián-
dose del cada vez mayor número de personas
y bienes que se desplazaban entre el altiplano
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...

y los asentamientos ubicados hacia el oeste


(vid. De la Vega et al. en este volumen).
Vining (2012) ha demostrado que el pa-
trón de asentamiento en la cuenca de Suches,
a lo largo del camino, se hizo más descentra-
lizado durante el período Tiwanaku. Confor-
me el Estado Tiwanaku fue incrementando
las diferencias sociales y económicas entre
las comunidades urbanas y rurales, el área de
38

Suches se fue transformando en un espacio La infraestructura


cada vez más rural. El sistema de interaccio-
nes a nivel local y las comunidades tipo villa, del camino wari
similares a las del antiguo período Formativo,
se veían fusionados en las residencias de los
pastores a lo largo de paisaje. No hubo un im- Los datos de escala regional indican que, apa-
pulso de micro-urbanización en estas zonas rentemente, los sitios wari o influenciados
marginales: en vez de ello, se experimentó un por wari estuvieron asentados a lo largo de un
proceso de desintegración de las organizacio- camino troncal sureño que unía estas áreas
nes comunitarias en unidades residenciales con la capital del Estado Wari. Este análisis
de menor escala. contempla dos escalas de inversión en infraes-
De esa manera, los tiwanaku invirtieron tructura a lo largo de los 300 kilómetros del
muy poco en la infraestructura a lo largo del camino troncal wari propuesto entre Ocoña
camino o rutas, e indirectamente incentiva- y Moquegua. A escala macro se estudian un
ron a que los asentamientos se descentraliza- conjunto de sitios arqueológicos a lo largo
ran en grupos más pequeños y ejercieran ma- del camino wari en los valles occidentales y el
yores controles individuales sobre partes del apoyo que proveían para el transporte a larga
paisaje. La infraestructura invertida estuvo distancia. A escala micro se investigan las re-
concentrada en centros urbanos y colonias laciones entre los sitios arqueológicos dentro
ubicadas al final de los caminos informales de estos conjuntos de asentamientos y su rela-
de cada uno de los caminos del sistema. La ción con la infraestructura del camino.
entrada a estas vías estuvo marcada por geo- Los conjuntos de sitios wari o influencia-
glifos. La mayoría de los elementos que tu- dos por wari se encontraban regularmente
vieron diseños de llamas parecen haber sido distribuidos a lo largo de esta ruta sureña,
empleados para guiar a las caravanas de lla- siguiendo un patrón de asentamiento que
mas a lo largo del camino cuando ingresaban los distanciaba, aproximadamente, 50 a 70
al valle (Goldstein 2005: 147). Así, mientras kilómetros uno del otro. Hay conjuntos de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

la inversión tiwanaku se ve reflejada en la in- sitios documentados especialmente alrededor


fraestructura localizada en puntos urbanos de los valles de Majes, Vítor, y Moquegua. Es
finales a lo largo de su sistema vial, la inver- probable que otros conjuntos puedan ser des-
sión urbana wari puede ser observada en va- cubiertos en los valles de Ocoña y Tambo, ya
rias sedes de la ruta y se manifiesta como una que los catastros arqueológicos sistemáticos
serie de pequeños centros urbanos desarro- se encuentran aún pendientes. Mientras es-
llados a lo largo —en vez que al final— del peramos los resultado de estas prospecciones,
sistema de transporte. podemos ir evaluando la información dispo-
nible en reportes de prospecciones y excava-
ciones en los valles de Majes (Goldstein 2010;
Tung 2007), Vítor/Chili (Cardona 2012; Loza-
da et al. 2014), y Moquegua (Green y Goldstein
2010; Nash 2002, Nash 2011, Williams 2001).
Las detalladas prospecciones realizadas en
estos territorios han permitido identificar pa-
trones de asentamiento lineares a lo largo de
los caminos del Horizonte Medio, tal como
39
ha sido registrado en Majes. Aquí, la ruta viaja norte, por la ruta superior que se dirige hacia
desde la región de Chuquibamba, donde exis- el nevado Picchu Picchu.
ten sitios de filiación wari como Número 8 Mientras la arquitectura y el material cultu-
(Goldstein 2010), hasta el sitio Beringa, en el ral de Cerro Baúl tienen fuertes filiaciones con
valle medio (Tung 2007). Ambos sitios presen- los sitios wari de Ayacucho, la arquitectura de
tan evidencias de cultural material wari y local. Cerro Mejía es muy parecida a la de Corralones
Muy cerca está La Real, un sitio ceremonial/ y refleja una adaptación sureña de los modelos
religioso con material cultural wari (Yépez y wari en el extremo sur de sus dominios. Aunque
Jennings 2012). El complejo de petroglifos de los petroglifos no son comunes en Moquegua,
Toro Muerto marca la ruta de ingreso inferior están presentes en el entorno de Cerro Baúl y
al valle de Majes, probablemente afiliada con Cerro Petroglifo a lo largo de la ruta de movi-
las rutas wari del Horizonte Medio. Estos sitios miento wari. Lo interesante de esta ruta local
y evidencias reflejan una marcada presencia e wari es que fue adaptada por los incas para co-
influencia wari en este tramo lineal de unos 25 nectar los centros provinciales de Cochuna (Sa-
kilómetros, que constituye una microrregión baya) y Moquegua, ubicados, respectivamente,
wari a lo largo del camino troncal. en las cercanías de Cerro Baúl y Trapiche. El
A lo largo de la ruta de aproximadamente camino real empleado por los españoles adapta
20 kilómetros entre Millo en el valle de Vítor esta ruta para transportar bienes entre los pue-
y Corralones en el río Chili (Cardona 2012), blos locales de Moquegua y Torata y, desde allí,
igualmente se observa un alineamiento de si- hacia el altiplano por la antigua ruta de los ti-
tios arqueológicos afiliados al estilo Wari que wanaku (vid. De la Vega et al. en este volumen).
conforma una microrregión. La ruta estuvo La infraestructura wari incluye centros
marcada con petroglifos que indicaban las ru- administrativos formales ubicados, aproxima-
tas de movimiento entre los sitios. El corredor damente, cada 50 a 100 kilómetros a lo largo
Millo-Corralones representa una inversión de del camino principal sureño, cada uno de ellos
infraestructura de las ciudades wari a lo largo acompañado por pueblos y villas locales. Tam-
de un camino principal. El centro principal bos formales al estilo Inca no han sido docu-

PATRICK RYAN WILLIAMS


de este grupo podría ser el sitio de Millo, que mentados. En todos los casos investigados des-
contaba con arquitectura formal wari y una taca la presencia de petroglifos a lo largo de los
gran población residente. Los sitios de Caihua sistemas viales, ya que guardan un interesante
y Corralones, por su parte, constituían asenta- paralelo con la costumbre tiwanaku de marcar
mientos secundarios provistos de un patrón los caminos con geoglifos. La diferencia prin-
arquitectónico wari sureño (Cardona 2012). cipal entre la infraestructura vial wari y tiwa-
En el valle de Moquegua, los sitios rela- naku es la tendencia wari de establecer pueblos
cionados con Wari conectan los dos caminos y centros donde antes no existían, cada dos a
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...

históricos hacia el norte del valle. El camino tres días de viaje a lo largo del camino. Estos
inferior entra al valle por el sitio Cerro Trapi- asentamientos se vieron beneficiados por el in-
che (Green y Goldstein 2010) y atraviesa el si- tercambio de bienes de prestigio que el camino
tio local de Yaway (Costion 2013) hasta llegar wari generó y por las influencias sociales y cul-
a Cerro Baúl, centro principal de la provincia turales de la sociedad wari, en la arquitectura,
(Williams 2001). El mismo camino conecta el arte, las tecnologías agrarias y la ideología re-
Cerro Baúl con Cerro Mejía y Cerro Petrogli- ligiosa. Los colonos tiwanaku también se veían
fo, dos sitios con influencia wari (Nash 2002) beneficiados por el intercambio de productos,
localizados antes de salir del valle hacia el pero de una manera muy distinta.
40

El intercambio tiwanaku 1995), la mayoría de camélidos se criaron en


el altiplano. Es posible que los textiles fueran
a larga distancia producidos localmente con materias primas
importadas desde fuentes distantes. La fibra
de llama podría haber sido utilizada, pero es
Varias líneas de evidencia sugieren que el más probable que se importaran finas fibras
intercambio tiwanaku se encontraba foca- de alpaca transportadas en caravanas desde
lizado en los productos alimenticios. Se ha su lugar de origen para la producción.
identificado que el maíz recuperado en el si- Los textiles wari, igualmente, fueron
tio Tiwanaku pertenece a variedades que solo bienes que viajaron a lo largo del sistema de
crecían en los valles occidentales y orientales caminos. Las túnicas finas eran tejidas con
del altiplano (Wright et al. 2003: 393). La au- fibras de camélidos y de algodón, unificando
sencia corontas de maíz en este asentamiento productos manufacturados en distintas eco-
ha llevado a sugerir que solo los granos eran zonas. De otro lado, los textiles más finos eran
transportados desde las provincias a la capi- confeccionados por especialistas residentes
tal (ibíd). En el sitio provincial de Chen Chen, en áreas específicas del Estado Wari y luego
en Moquegua, amplios campos agrícolas apa- distribuidos como obsequios. Existen eviden-
recen asociados a asentamientos provistos cias confiables de prácticas de producción
de depósitos de almacenamiento, muy pro- textil en varias provincias, regiones y centros
bablemente empleados para acopiar maíz y wari. Este tipo de producción se encontraba
exportarlo al altiplano. generalizada. Sin embargo, aparentemente
Las evidencias del intercambio wari de solo algunos centros o regiones estaban espe-
alimentos indican la existencia de un siste- cializados en la producción de ciertos tipos de
ma de adquisición regional, no interregional. textiles que requerían la elaboración y el uso
Los productos eran adquiridos en un radio de torteros (piruros) especiales (Goldstein y
de 100 kilómetros alrededor de cada centro Yépez 2012; Edwards et al. 2008). Estos proba-
provincial, sin ser transportados interregio- blemente también eran distribuidos a través
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

nalmente. No se cuenta con evidencias de del sistema de caminos wari.


un intercambio masivo de alimentos entre Asimismo, existen evidencias del inter-
las provincias y la capital, tampoco entre cambio interregional de vasijas de cerámica.
provincias adyacentes. A diferencia del caso Tenemos la certeza de que algunas piezas
tiwanaku, los productos agrícolas, marítimos de cerámica del altiplano fueron exportadas
y pastoriles podían ser obtenidos dentro de desde Tiwanaku hacia el valle de Moquegua,
un ámbito cubierto en un par de días de viaje aunque la vasta mayoría fue producida local-
desde los centros provinciales. El intercam- mente. De acuerdo a los datos obtenidos en
bio de alimentos no fue la meta del sistema un estudio geoquímico, dos de veintinueve
vial interregional wari. vasijas tiwanaku analizadas se distinguieron
Es probable que algunos textiles fueran por presentar arcillas de origen foráneo, con
intercambiados entre Tiwanaku y sus colo- composición química ajena al valle de Mo-
nias occidentales. Los textiles finos del valle quegua (Sharratt et al. 2009). El 7 % de esta
de Moquegua fueron confeccionados con fi- pequeña muestra de tiestos con diseños, pro-
bras de camélido. Si bien estos animales fue- veniente de contextos funerarios, habría per-
ron pasteados en la costa en tiempos prehis- tenecido a vasijas importadas: representa un
pánicos (Thornton et al. 2011; Wheeler et al. alto porcentaje, tratándose de cerámica. En
41
todo caso, las vasijas de cerámica parecen ha- Intercambio
ber participado en un sistema de intercambio
interregional. Interregional wari
Existen menos evidencias de cerámica
wari que pudiera haber sido intercambiada
entre la capital y las provincias. Los análi- Ambas culturas, Wari y Tiwanaku, tuvie-
sis geoquímicos realizados en un ensayo ron acceso a bienes exóticos adquiridos por
preliminar (Sharratt et al. 2009) no halla- intercambio a larga distancia. Excavaciones
ron evidencia alguna de intercambio entre realizadas en Moquegua han demostrado
Ayacucho y Cerro Baúl. Pero existen copias que el acceso wari a estos bienes estuvo más
locales de estilos ayacuchanos, incluyendo concentrado en los contextos de élite. Las
Chakipampa y Robles Moqo. Si bien la cerá- poblaciones tiwanaku asentadas en Moque-
mica wari no fue transportada por las vías de gua tuvieron un acceso más equitativo a los
intercambio a larga distancia, sí hicieron este bienes exóticos, aunque en menor cantidad
viaje los conocimientos de producción y, qui- que los wari. Estos últimos tuvieron mayor
zás, los pigmentos. acceso a algunos tipos de bienes exóticos,
El intercambio interregional tiwanaku reflejando un sistema de distribución mas
estuvo basado en productos vegetales y fau- centralizado.
nísticos que viajaban entre ecozonas distin- La obsidiana es un buen ejemplo de un
tas, quizás acompañados de algunas vasijas bien de prestigio que viajó por largas distan-
de cerámica de carácter ceremonial. En con- cias hasta llegar a las colonias de Moquegua,
traste, el intercambio interregional wari no aunque resulta escasa en los sitios tiwanaku
involucró bienes alimenticios ni el intercam- del valle. Los sitios wari presentan obsidiana
bio de vasijas de cerámica a gran escala. Los en cantidades muchos mayores. Esta se con-
recursos que jugaron un papel importante centra en los contextos domésticos de élite.
fueron los bienes de alto prestigio. Por ejemplo, en cuatro contextos residencia-
les de élite de Cerro Baúl (2, 7, 9, y 24), todos

PATRICK RYAN WILLIAMS


presentaron una densidad de implementos
de obsidiana (0.1 por metro cuadrado), el do-
ble de lo que se encuentra en Cerro Mejía (4,
118, 136, y 145), un poblado de menor esta-
tus. En ambos casos, sin embargo, la presen-
cia de obsidiana es mucho mayor que en los
contextos tiwanaku.
La densidad de obsidiana en contextos
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...

tiwanaku es baja: de ocho contextos domés-


ticos tiwanaku excavados en las faldas de
Cerro Baúl, la mitad tuvieron algunas lascas
de retoque de obsidiana, pero solo uno contó
con implementos completos. Más de 300 im-
plementos y miles de lascas fueron excavados
en los contextos wari de Cerro Baúl. En con-
traste, solo unos cuantos fueron excavados
en los contextos tiwanaku del valle de Mo-
42

quegua. Estos proceden de fuentes asociadas tos por metro cuadrado). Algunos contextos
a Wari, no a Tiwanaku (Burger et al. 2000; de Mejía (3, 6, y 8) presentaron una concen-
Williams et al. 2012). tración más alta de objetos de metal debido
Los metales eran otros de los bienes a las pequeñas dimensiones de los espacios
que debían viajar largas distancias antes de excavados, pero también en estos casos el to-
arribar a Moquegua. Entre los grupos wari tal de implementos fue mínimo. El promedio
moqueguanos se manejó el cobre arsenical, de implementos por contexto en Cerro Mejía
el cobre estañífero y el cobre con arsénico y es de 4 a 5 objetos por unidad doméstica; esto
níquel, también denominado “bronce terna- contrasta con los 8 a 17 por residencia regis-
rio”. Estas combinaciones representan a dis- trados en Cerro Baúl.
tintas fuentes regionales y minerales, como El acceso de los tiwanaku a objetos me-
al altiplano del área del circum-Titicaca y al tálicos procedentes de fuentes distantes
sector occidental de la cordillera de los An- también estuvo presente, aunque no en las
des (Letchman 1999). Lechtman (ibíd.) ha ar- concentraciones observadas en las colonias
gumentado que las tradiciones metalúrgicas wari, que tuvieron de 5 a 17 artefactos en
del bronce estañífero y bronce ternario se cada una de sus casas. Como era de espe-
encuentran asociadas al Estado Tiwanaku, rarse, en el caso de las unidades domésticas
mientras que el broce arsenical estaría aso- tiwanaku ubicadas en las faldas de Cerro
ciado a la tradición metalúrgica del Estado Baúl, las menas de cobre provenientes del
Wari. altiplano (bronces ternario y estañífero) ori-
Moquegua es en cierta forma particular, ginaron los bronces más comunes, pero el
ya que el acceso a los bronces ternarios y esta- cobre arsenical (bronce arsenical) también
ñíferos por parte de los wari estuvo presente estuvo presente. Como un caso particular,
(Dussubieux y Williams 2009). Otras colo- un cementerio en el sitio tiwanaku de Chen
nias wari, como la de Pikillacta en la región Chen proporcionó algunos adornos de metal
del Cusco, se caracterizan por la dominante —principalmente anillos— producidos con
presencia de bronces arsenicales cuyas fuen- plata y una aleación de plata y oro (Palacios
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tes se localizaban en la cordillera occidental 2005). En resumen, la mayor parte de los me-
(Lechtman 1999). Proponemos que el bronce tales tiwanaku no estuvieron concentrados
arsenical fue uno de los bienes de intercam- en unidades domésticas o cementerios espe-
bio que viajó de forma interregional a lo largo cíficos, y el acceso de los tiwanaku a bienes
del sistema de caminos wari. metálicos fue limitado y difuso. Solo ocho
En los contextos provinciales, los bienes de la centena de objetos metálicos excavados
metalúrgicos fueron ampliamente accesibles por el Proyecto Arqueológico de Cerro Baúl
para las poblaciones de colonos, especial- provinieron de ocho unidades domésticas
mente para las unidades domésticas de las éli- tiwanaku excavadas por el proyecto, dando
tes. Las residencias de élite localizadas en Ce- como resultado el promedio de un artefacto
rro Baúl (unidades 2, 7, 9 y 24) tuvieron una por residencia.
concentración relativamente alta de objetos Los bienes exóticos fueron obtenidos
de este material (0.07 hasta 0.12 implementos por intercambio a largas distancias que los
por metro cuadrado). Las residencias de los wari practicaron con un límitado número
pobladores comunes y las élites intermedias de productos. Estos bienes tomaban parte
de Mejía (4, 5, 118, y 145) tuvieron una me- de un sistema centralizado de distribución
nor concentración (0,003 a 0,017 implemen- que favoreció a su acumulación en las uni-
43
dades domésticas de élite. En la provincia de En conclusión
Moquegua, los bienes metalúrgicos y los im-
plementos de obsidiana estuvieron de 5 a 20
veces más presentes en las unidades domés-
ticas wari que en las tiwanaku, y en mayores La ruta ecológica tiwanaku fue diseñada
cantidades. Tiwanaku tuvo un acceso más para tomar ventaja de los pastos y recursos
diversificado a otros materiales de distinta hidráulicos que mantenían a grandes re-
procedencia, pero no existió un patrón cen- cuas de camélidos. Muchos de estos anima-
tralizado de distribuión o acumulación. Los les fueron empleados en las caravanas que
bienes suntuarios de Tiwanaku fueron me- transportaban alimentos desde los valles al
nos comunes, pero provinieron de distintos altiplano. La ruta ecológica wari fue diseña-
lugares. Los wari obtuvieron este tipo de ob- da para abastecer a las poblaciones mediante
jetos a través de un intercambio centralizado una ruta principal que unía ecologías simi-
a larga distancia. lares. Ni los wari ni los tiwanaku invirtieron
en infraestructura del modo en que poste-
riormente lo haría el Estado Inca, aunque el
urbanismo wari constituyó un antecedente
para la organización provincial incaica.
Con respeto al traslado de bienes, Tiwa-
naku se focalizó en los alimentos, realizando
aquello que D’Altroy y Earle (1985) han de-
nominado un staple finance. Al ser efectuado
a la manera tiwanaku, el intercambio de es-
tos bienes resultaba costoso. Sin embargo, la
variada ecología de las colonias tiwanaku —
en comparación con la capital— y la dispa-
ridad en la produccion de los distintos pisos

PATRICK RYAN WILLIAMS


ecologicos hacía que la integración de estos
recursos diferentes se convirtiera en una so-
lución lógica.
Wari se enfocó en el intercambio de bie-
nes de prestigio: objetos exóticos fáciles de
transportar pero no de replicar. Los objetos
metálicos y de obsidiana fueron los princi-
pales bienes intercambiados; probablemente
UNA PERSPECTIVA COMPARADA...

ocurría lo mismo con los textiles. Esta prác-


tica es típica de una estrategia que integra
grandes áreas, como la desarrollada posterior-
mente por los incas (D’Altroy y Earle 1985).
Los alimentos fueron producidos principal-
mente a nivel local e intercambiados dentro
de un rango limitado de 50-100 kilómetros.
En términos generales de migración,
Wari practicó una estrategia de “migración
44

por flujo”, mientras que Tiwanaku “saltó” am- provinciales de congruencia de los wari. A
plias áreas para establecer sus colonias, como partir de ellos construyeron un sistema vial
lo ha detallado Nash (2013). Wari estableció más complejo e integrador que los prexisten-
nodos a lo largo de su camino principal que tes. Esto, sin embargo, no hubiera sido posi-
servían como puntos de confluencia de inter- ble sin los antecedentes establecidos por los
cambio regional y eran centros importantes wari y tiwanaku, sus antecesores en el desa-
en el intercambio interregional. Estos nodos rrollo de las redes viales.
fueron puntos a lo largo de una ruta hacia un
destino que ofrecía oportunidades positivas,
fomentando el establecimiento de asenta-
mientos de los grupos migratorios (Anthony
1990). Las poblaciones que vivieron cerca de
estos centros fueron influenciadas por las
ideas y el estilo de vida de los centros pro-
vinciales wari y adoptaron algunos de sus as-
pectos. Fueron, asimismo, influenciadas por
migrantes de regiones adyacentes que tam-
bién participaban en la esfera de influencia
wari y, quizás originalmente, por migrantes
pioneros provenientes de la propia región de
Ayacucho.
La migración tiwanaku consistió en un
traslado masivo de pobladores del altiplano
a los valles periféricos, ubicados aproxima-
damente a 300 kilómetros. La migración ti-
wanaku siguió un patrón de salto en el cual
la distancia entre las colonias es inmenso.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Pero la población se incrementa en ciertos


espacios una vez que los primeros migrantes
logran establecerse (Anthony 1990). No ocu-
rrió una aculturación de la gente a lo largo
de la ruta ni en el destino final. Tiwanaku
se enfocó en establecer colonias insulares
en ecozonas distintas desde donde podía
extraer productos locales y transportarlos
al altiplano. Si bien los colonos tiwanaku
recreaban un estilo de vida tiwanaku en las
provincias, hay poca evidencia de una acul-
turación o tiwanakización de los poblados
locales o del área que atravesaba el sistema
vial tiwanaku.
Los incas fueron herederos del concepto
de complementariedad ecológica de los ti-
wanaku (Murra 1972) y del sistema de nodos
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Hacia una
reconstrucción
multidisciplinaria
de la red imperial
inca (Qhapaq Ñan)
en la región del Cusco
R. ALAN COVEY La región andina es una de las áreas medioambiental-
mente más diversas del mundo. Trasladarse a través
UNIVERSITY OF TEXAS AT AUSTIN,
de este paisaje presenta grandes desafíos, en algunas
ESTADOS UNIDOS
áreas, viajar 250 kilómetros desde la Costa Pacífica
hacia el oriente requiere de un movimiento vertical
DONATO AMADO GONZALES de más de una docena de kilómetros, pasando por
desiertos áridos hasta picos nevados, atravesando
MINISTERIO DE CULTURA, PERÚ
valles de alta montaña, y descendiendo a la cuenca
amazónica. Los primeros europeos que intentaron
LIA TSESMELI atravesar la cordillera andina tuvieron una variedad
de resultados que dependieron en gran medida del
SOUTHERN METHODIST UNIVERSITY, acceso a la red de caminos indígenas. En los Andes
ESTADOS UNIDOS septentrionales, expediciones tempranas dirigidas
por exploradores alemanes fracasaron por la falta de
suministros, resultando muy grande el desafío de
MELISSA CLARK
atravesar la vertiente amazónica durante la época de
THE NATURE CONSERVANCY, lluvias (Hemming 1978).
ESTADOS UNIDOS En la Costa Pacífica, la expedición de Pizarro de
1532 tuvo una experiencia totalmente diferente, as-
cendiendo hacia la sierra mediante caminos incas y
deteniéndose regularmente en los tambos incaicos
para descansar y reponer comida y otros suministros
(Hyslop 1984). Los españoles de tiempos de la con-
quista entendieron que la red de caminos inca era
esencial para imponer y mantener el orden imperial
en los Andes; después de viajar por los caminos incas
en 1540, Pedro de Cieza de León manifestó sus dudas
acerca de que los españoles pudieran construir una
ruta mejor que cruzara tan difíciles dominios (Cieza
1985 [c. 1550]: capítulo 15).
50

Descripciones del sistema infraestructuras utilizadas como instrumen-


tos de acción del poder político imperial; sin
vial inca en las crónicas embargo, también vinculaban lugares carga-
dos con el poder ideológico del gobernante
de Indias inca, incluyendo suntuosas residencias y
templos del dios Sol, un ancestro real putati-
vo (Cieza 1984 [1553]).
Al igual que los invasores españoles, los no- Examinando el Camino Inca desde esta
bles incas identificaron al camino real (Qha- perspectiva se puede malinterpretar el alcan-
paq Ñan) como un importante mecanismo ce del poder inca como absoluto y continuo.
para establecer y mantener su soberanía mi- Aunque hay referencias en las crónicas de la
litar, administrativa y su poder ideológico vigilancia de las rutas incas (v. g. Fernández
(figura 1). Juan de Betanzos (1999 [c. 1551]: de Oviedo 1959 [1535-1557], V: 39), relatos
parte 1, capítulo 18) describe el mejoramien- tempranos indican que los caminos incas
to de la superficie de los caminos y la cons- sumaban senderos existentes, en lugar de
trucción de nuevos puentes como parte de apropiarse de ellos en una sola ruta mono-
las primeras campañas militares incas. Según polizada por el Estado. Por ejemplo, Cieza de
Betanzos, en las primeras conquistas de Inca León (1985 [c. 1550]: capítulo 15) sostiene que
Yupanqui hacia la región de Chinchaysuyu, hubo zonas altoandinas donde tres o cuatro
la construcción del puente del río Apurímac reyes incas construyeron caminos para su
fue suficiente para garantizar la sujeción de uso personal —mientras viajaban, estos go-
los quechuas, umasuyos, aymaraes, yanahua- bernantes y su séquito de seguridad personal
ras, chumbivilcas y chancas. tomaban uno de estos caminos, mientras
Los primeros viajeros españoles enten- los otros miembros de su comitiva tomaban
dieron que muchas de las instalaciones a lo uno diferente—. Esto sugiere que el Sistema
largo de la ruta sirvieron para los propósitos Vial Inca combina una estrategia estatal e in-
militares incas, proveyendo de alojamiento fraestructura real dentro de un sistema más
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

y suministros, los cuales permitieron a los amplio de transporte, que es consistente con
soldados moverse rápidamente hacia zonas la diversidad de los restos materiales encon-
de frontera o provincias rebeldes (v. g. Mena trados en las rutas de la época Inca (Hyslop
1968 [1534]: 137-138; Xérez 1985 [1534]: 86, 1984). El reto para los investigadores hoy es
116). Los caminos incas disminuían los cos- tratar de reconstruir las rutas estatales incas
tos de aplicar la violencia directa del Estado dentro de un contexto más extenso de movi-
hacia las regiones de frontera y provincias miento local y de larga distancia a través de
en rebelión. No obstante, estas rutas fueron paisajes particulares.
esenciales también para mantener la supervi-
sión administrativa.
Muchos investigadores consideran a los
chasquis, tambos y centros administrativos
distribuidos a lo largo de los caminos que
conectan al Cusco con las provincias altoan-
dinas como una evidencia de jerarquía ad-
ministrativa, economía política y control de
información. Los caminos incas conectaban
51
figura 1. El sistema inca de caminos, según Hyslop 1984

COLOMBIA

ECUADOR

PERÚ
BRASIL

Región
del Cusco
CHINCHAYSUYU
ANTISUYU

BOLIVIA

KUNTISUYU

R. ALAN COVEY ET AL.


QOLLASUYU

Océano Pacífico CHILE

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...

ARGENTINA

Sitio importante de la época Inca 0 200 km


52

Reconstruyendo el sistema mapa cada vez más extenso de la mayoría de


la costa, de las rutas troncales hacia la sierra
vial andino: los primeros y muchos ramales de caminos. Algunos de
estos caminos fueron verificados mediante
trabajos salidas de campo, donde además se realizaron
observaciones sobre los vestigios remanentes
sobre el paisaje, aunque muchos tramos no
Por siglos, los caminos incas fueron cono- fueron investigados inmediatamente.
cidos gracias a unas pocas crónicas publi- Desde los años sesenta, las investigacio-
cadas, la más notable es la primera parte de nes han tendido a enfatizar descripciones
la Crónica del Perú de Cieza de León (1553). más intensivas de pequeños segmentos del
Aunque los gobernadores españoles regis- Camino Inca (v. g. Thompson y Murra 1966).
traron detalles de la infraestructura de viaje La síntesis del Sistema Vial Inca de Hyslop
en algunas zonas de los Andes en períodos (1984) que contiene una docena de estas
coloniales tempranos (v. g. Espinosa Campos descripciones de rutas locales fue la más im-
1596, citado en Mellafe 1965; Vaca de Castro portante (algunas contribuciones recientes
1908 [1543]), y afirmaban de manera general incluyen a Ogburn 2010; Sistrunk 2010).
la importancia de mantener estas edificacio- Mientras más se acumulaban las des-
nes (Matienzo 1967 [1567]; Ondegardo 1990 cripciones de rutas locales, más claro era que
[1571]), no existió un inventario completo de no todos los vestigios de camino formaban
caminos coloniales tempranos que atrave- parte de un solo modelo de construcción
saban lo que fue el antiguo imperio incaico. que fácilmente pudiera atribuirse al Estado
Estas y posteriores descripciones geográficas Inca; como Hyslop anotó: “Un camino Inca
de la región (v. g. Vázquez de Espinosa 1969 podría no ser del todo inca, ni [realmente] un
[1628]; Villasante 1881 [c. 1568]) permanecie- camino” (Hyslop 1984: 3). Hyslop estimó la
ron sin ser publicadas hasta el siglo XIX. En extensión de la red vial inca en quizá 40 000
ese sentido, el conocimiento académico del kilómetros. No obstante, es claro que esta red
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Camino Inca quedaba limitado a descripcio- contiene numerosos caminos que no fueron
nes generales. construidos por los incas o controlados por
Durante el siglo XIX, una nueva ola de in- el Estado Inca. El desafío arqueológico en
vestigaciones en los archivos introdujo fuen- el estudio del Sistema Vial Inca se ha trans-
tes, hace mucho tiempo pérdidas, con canti- formado de describir una serie de rutas es-
dades significativas de información sobre la tatalmente construidas, conectando centros
extensión del Sistema Vial Inca. Al mismo administrativos, a ubicar rutas incas instau-
tiempo, los viajeros de los Andes comenza- radas o apropiadas dentro de un contexto
ron a describir las rutas realizadas, las cuales más amplio de sistema de redes de viaje, a lo
eran conocidas, o se pensaba que pertenecían largo del paisaje andino en la época Inca. Este
a la época Inca. John Hyslop (1984: 216) se- desafío requiere que regresemos a las fuentes
ñala que los registros escritos y materiales no históricas para considerar en qué medida los
sugieren una visión única de la red imperial “caminos reales” de la época colonial tem-
sino hasta el siglo XX (sin embargo, vid. Rai- prana eran reflejo de las rutas incaicas o de
mondi 1876-1879), cuando los trabajos de las nuevas rutas españolas.
Urteaga (1926), Regal (1936), Levillier (1942), El énfasis en el estudio del Camino Inca,
Hagen (1955) y Strube (1963) trazaron un una obra al mismo tiempo heterogénea y
53
unificadora de un imperio multicultural, Recientes investigaciones
hace eco al reciente interés por interpretar
la arqueología provincial inca. También son del sistema vial inca: un
conocidos internacionalmente los esfuerzos
que viene desarrollando el Programa Qhapaq caso de la región del Cusco
Ñan del Perú. En los últimos años, investiga-
ciones arqueológicas financiadas por el Esta-
do sobre el Sistema Vial Inca y sus sitios aso- Como hemos señalado, algunos cronistas die-
ciados, unieron al Perú y a otros cinco países ron a conocer listas de tambos localizados a lo
andinos en un proceso que permitió inscribir largo de algunas partes de la amplia red impe-
esta heterogénea colección de recursos patri- rial de caminos. Estas ayudaron a reconstruir
moniales a la Lista de Patrimonio Mundial de perspectivas generales sobre la amplitud del
la UNESCO (38° Reunión del World Heritage Imperio y los caminos que partían desde el
Centre, Doha [Catar], 2014). Estos trabajos a Cusco. A pesar de la existencia de una ideo-
nivel nacional e internacional constituyen logía espacial inca que enfatizaba el flujo de
una nueva ola de investigación interdiscipli- personas, animales y materia prima desde y
naria sobre el Camino Inca, que introduce el hacia el Cusco, es razonable pensar que exis-
uso de nuevos métodos y tecnologías. tieron rutas locales que interconectaban si-
tios no estatales, lo que plantea la cuestión de
cómo detectar y reconstruir esas rutas.
En este capítulo nos enfocaremos en tres
diferentes aproximaciones, cada una de los
cuales contribuirá con nueva e importante

R. ALAN COVEY ET AL.


información para la reconstrucción de redes
más extensas de viaje durante la época Inca.
La primera se refiere a los datos etnohistóri-
cos locales. En segundo lugar, haremos una
revisión de la arqueología regional. Final-
mente, plantearemos modelos de paisaje

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


creados a partir de sistemas de información
geográfica (SIG).
Expondremos nuestro trabajo realizado
en la región de Cusco, cuyo objetivo es la
reconstrucción de paisajes de desplazamien-
to, utilizando estas tres aproximaciones.
Nuestra área de estudio es la región situada
inmediatamente al norte y oeste de la ciudad
del Cusco (figura 2), un área de aproximada-
mente 1 200 kilómetros cuadrados, donde
se ha ejecutado desde año 2000 un trabajo
sistemático de prospección regional (Covey
2006, 2014; Covey et al. 2008). De acuerdo a
la lista de caminos y tambos compilada por
Cristóbal Vaca de Castro (1908 [1543]: 442-
54

443), el principal camino inca que se dirigía Molina 1989 [c. 1576]: 75; también Bauer
hacia las provincias andinas del Chinchay- 2006). La ruta principal hacia la región del
suyu, pasaba a través de la parte más sureña Antisuyu atraviesa la cuenca de Chit’apam-
de la región de estudio, en su camino hacia pa, cruza el rio Vilcanota en Pisac y continúa
el puente importante sobre el río Apurímac hacia las tierras bajas amazónicas (Molina
(vid. Guaman Poma 1980 [1615]: 1090 [1100]; 1989 [c. 1576]: 75).

figura2. La región del estudio: ubicación de aproximadamente 1200 sitios


arqueológicos identificados

Lares

Ollantaytambo

Paucartambo

Limatambo

Cusco
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Nota: Los cuatro puntos remotos que se usan en el estudio de SIG están marcados en el mapa. 0 10 km

Estaciones Elevación (m) 5800


Sitio inca
Agua 1050
55
Datos regionales: te a dos grupos de documentos que ilustran
el tipo de información que se puede utilizar
resultado del análisis para desarrollar perspectivas regionales so-
bre las redes de caminos.
etnohistórico local El primer grupo se encuentra integrado
por una colección de documentos del Archi-
vo General de Indias relacionados a las tierras
Al pasar del estudio de las crónicas de Indias de Maras (AGI 1625). Durante los años 1550
a la investigación de documentos inéditos de y 1590, en el marco de un procedimiento re-
archivo, es posible recolectar información so- lacionado con el Marquesado de Oropesa, los
bre caminos y senderos registrada en fuentes descendientes de Pedro de Orúe, antiguo en-
coloniales distintas, escritas con propósitos comendero de Maras, presentaron una serie
diferentes a los de las crónicas. En los últi- de documentos que sustentaban los límites
mos años hemos realizado investigaciones de sus parcelas de tierra. Al ser delimitadas
en archivos del Cusco (Archivo Regional del como parte del Marquesado de Oropesa, en
Cusco), de Lima (Archivo General de la Na- 1616 (AGI 1610), los herederos del encomen-
ción) y de Sevilla (Archivo General de Indias). dero pidieron la restitución de algunas tierras
Encontramos docenas de documentos en los que habían pertenecido a su padre y, en el
que se hace referencia a caminos y senderos caso de unas parcelas en cuestión, los cami-
que conectaban las comunidades locales de la nos y senderos sirvieron para delimitarlas de
región del Cusco. Nos referiremos brevemen- acuerdo a un topónimo específico (tabla 1).

R. ALAN COVEY ET AL.


tabla1. Lugares en Maras definidos por caminos, según los descendientes
de Pedro de Orúe en 1625

Lugar Límites definidos por caminos Foja

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


Callapaca "camino real que ba del pueblo de maras y moinabamba" 50v.

Callapaca "camino que uiene de xaquixaguana y ba a yucai" 50v.

Caquia y Quillillibamba "camino rreal que ba de maras a tanbo" 51r.

Suca, Ichu y Lluamarca "el camino rreal que ba desta dha ciudad [Cusco] al pueblo de yucai" 52r.

Charcabaylla "el camino rreal que ba a bilcabamba" 52v.

Quidararaqui "camino que va al valle de yucay" 84v.

Fuente: AGI, Escribanía 506ª [1625]


56

Como la tabla muestra, existen algunas refe- de pueblos coloniales, algunas comunidades
rencias en los documentos a caminos reales más pequeñas o nombres de lugares (v. g. Mu-
que habrían sido utilizados antes de las re- llacas, Ravanqui y Amparaque).
ducciones toledanas, porque Pedro de Orúe También es posible consultar otros do-
recibió las tierras como una merced del Ca- cumentos de archivos para identificar una
bildo del Cusco hecho en 1563 (AGI 1625: f. ubicación aproximada de topónimos particu-
48v.). Sin embargo, esto no quiere decir que lares (vid. Bauer y Decoster 1997). Por ejem-
fueran caminos incas. El documento describe plo, Villanueva Urteaga (1982) ha publicado
rutas que conectaban pueblos locales, inclu- transcripciones de documentos de fines del
yendo algunas rutas de larga distancia hacia siglo XVI, procedentes del Cusco, que contie-
Cusco y Vilcabamba. nen referencias de las haciendas y estancias
En contraposición, los Títulos de Pro- de Huarocondo y otras comunidades mencio-
piedad de la Hacienda de Pachar (ARC 1573- nadas en los documentos de Pachar (v. g. Soc-
1659) nos proveen de un grupo de rutas de ma, Turpay). Glave y Remy (1983) describen
referencia que contienen algunas descrip- varios documentos del siglo XVIII que deta-
ciones de estrechos senderos y vías antiguas, llan nombres adicionales de lugares relacio-
incluyendo comunidades y estancias periféri- nados con la comunidad de Ollantaytambo
cas (tabla 2). El reto en el uso de fuentes como (v. g. Anapahua, Socma/Socoma, Sillipahua,
estas es determinar si estas rutas del período Curimarca y Mascabamba). Nuestra inves-
Colonial Temprano fueron usadas también tigación ha identificado documentos que
en época Inca, dado que solo algunos de estos contienen información sobre la ubicación
caminos son descritos como antiguos, o ex- de Socma (ARC 1633: f. 679), Sillipaua/Chilli-
plícitamente vinculados a los incas. Es razo- paua (ARC 1686; ARC 1692), Chicollopampa
nable suponer que muchos de los senderos de (AGN 1577), y Simaypuquio, Ancaypaua y
los siglos XVI y XVII representen patrones de Pantanayac (AGN 1594). Usando un amplio
viaje contemporáneos que unían las reduc- repertorio de fuentes es posible identificar,
ciones de indios hacia estancias o tierras an- por lo menos, la localización general de casi
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

cestrales, y que aún si tales rutas existieron en todos los sitos asociados con caminos y sen-
la época Inca, estas no fueron utilizadas con deros en el documento de Pachar.
la misma frecuencia o significancia social. Es Adicionalmente al trabajo con mapas
decir, lo que una vez pudieron ser redes in- contemporáneos y otros archivos, hemos
tercomunidades habrían sido reconfiguradas realizado prospecciones en busca de to-
para que los ayllus que vivían en los mismos pónimos en algunas zonas de la región de
pueblos coloniales pudieran acceder a sus tie- Cusco, como un medio para recolectar evi-
rras de cultivo y pastoreo. dencia geográfica que pueda incrementar
El tipo de descripciones de rutas visto en el poder interpretativo de los documen-
los documentos de Pachar conlleva un pro- tos procedentes de los archivos locales.
blema analítico, que va más allá de lo visto en En zonas con topónimos tempranos que
los documentos del Archivo General de Indias han sobrevivido hasta la actualidad, nues-
referentes al pueblo de Maras: la necesidad de tro trabajo de prospección puede ayudar
identificar lugares que no fueran reduccio- a identificar nombres de lugares donde la
nes. Mapas modernos en escala de 1:100 000 tierra fue parcelada, y de esta manera po-
y 1:25 000 de la zona de estudio pueden ser uti- der identificar, a grandes rasgos, rutas de
lizados para identificar algunos lugares, además caminos y senderos pertenecientes a la épo-
57
tabla 2. Descripción de rutas locales asociadas con las tierras de indios yanakuna de Ollantaytambo

Fecha Folios

"un pedaso de tierra" “el camino Real que va a Tambo por abajo con el Rio grande de Yucay”

Orcocancha "camino que ba a Mocoray y Mollaca Orco"

Churubamba y Cusillobamba "Camino Real que va de Curimarca hasta el pueblo de Tambo"

Sallac "camino de San Nicolas de Zurite"

Socma "el camino de Anaipaua que va a Socma"

Socma "camino angosto hasta Matero Caca"

Socma "al camino de Chivampata"

Corarca y Moyobamba "camino que va desde pueblo a Guayobamba"

Pomatales "camino que ba a Mascabamba"

"suerte de tierras" "camino ba a salir y comensando de la quebrada de Simapuquio"

"suerte de tierras" "camino antiguo del ynga"

Corimarca “camino antiguo que va a Mullaca Orco”

Corimarca “camino grande que ba a dar por la loma a Pantanayac Casa”

R. ALAN COVEY ET AL.


Anapaua “un camino que ba a Sillipaua”

Andenes “camino real que ba de Guarocondo hacia Zurite”

Andenes “un camino que va por encima de los andenes [de Ravanqui]”

"tierras que pertenecen a los indios


“camino hasta la quebrada nombrada Chicolloguayco”
Quilliscache y Hanansaya"

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


“tierras que pertenecen a los indios
“al camino alto que ba de Guarocondo a Turpay”
Quilliscache y Hanansaya”

“tierras de los indios Hurinsaya “un mojon nombrado Amati donde unas sepulturas antiguas y de allí baja
y Palpaqui” a una piedra nombrada Suito camino de Maras”

Chacre “camino a otro camino alto que ba a Turpay”

Paropissi “el camino de Amparaque”

Mollipuquio “camino real que ba a Hillipaxa”

Socma “camino angosto que ba a Achobamba”

Fuente: ARC, Colegio Ciencias, Leg. 26, C.1


58

ca colonial. Por ejemplo, en los documentos Métodos de prospección


sobre la localidad de Maras procedentes del
Archivo General de Indias, las parcelas en dis- regional y el registro
puta se llamaban Tiobamba, Chungarbamba,
Raucasbamba, Corontabamba, Mapanacho, de los vestigios de camino
Guamantiana, Ayarmaqui, Condebamba y
Torobamba. Durante nuestra prospección
registramos tres de esos nombres (Tiobamba, En los últimos años, el estudio documental
Raucasbamba y Ayarmaqui). Adicionalmen- de la antigua red de caminos en la región
te identificamos los nombres de algunas loca- del Cusco ha avanzado empleando nuevas
lidades mientras registrábamos sitios arqueo- fuentes y métodos analíticos. Paralelamente,
lógicos en prospecciones previas en la zona el registro arqueológico de los vestigios de
(Guamantiana, Tiobamba). camino también ha progresado de manera
La reconstrucción documental de los importante. El trabajo desarrollado por el
caminos coloniales e incas se ha trasladado Proyecto Qhapaq Ñan en el Cusco ha inclui-
foto 1.
más allá de las crónicas publicadas para abar- do la reconstrucción documental de las rutas Vestigios de
car una revisión a gran escala de documen- imperiales, así como un intensivo trabajo de un camino
tos inéditos de los archivos, los cuales pue- campo para identificar los restos físicos de di- antiguo
den ser estudiados con referencia a mapas y chas rutas. El registro documental continúa (en blanco)
registro de topónimos contemporáneos. La siendo influyente para esta investigación encontra-
do en la
escala, complejidad y naturaleza geográfica — los arqueólogos buscan restos de caminos
prospección
de esta empresa esta además adecuadamente en los lugares donde los documentos dicen regional.
complementada con análisis SIG, porque se- que deberían haber caminos incas—.
ría difícil manejar esta evidencia sin este mé- En otras regiones del Perú, algunos tra-
todo analítico. La información procedente bajos han comenzado a utilizar imágenes
de crónicas y archivos puede ser ensamblada satelitales en alta resolución para identificar
de manera diferente de acuerdo a las fechas vestigios de camino, como un paso previo al
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

o a la fuente, y la visión de un sistema regio- trabajo de campo. Sin embargo, no debemos


nal dinámico puede ser deducida a partir de perder de vista que, en la medida en que los
esta evidencia, con la expectativa de que las investigadores busquen solamente aquellos
perspectivas sobre el Sistema Vial Inca per- caminos incas mencionados en fuentes colo-
manecerán solo parcialmente conocidas y niales, la reconstrucción del sistema vial im-
reconocidas. perial tenderá a replicar algunas de las limita-
ciones inherentes a esta clase de documentos.
Es importante reiterar que las investi-
gaciones realizadas por el Proyecto Qhapaq
Ñan constituyen las más recientes e impor-
tantes contribuciones para el entendimiento
de los caminos incas de la región del Cusco.
Al mismo tiempo, aunque tiene sus propias
limitaciones, el trabajo realizado mediante
prospecciones arqueológicas regionales pro-
vee un complemento a la aproximación ra-
dial perseguida por el Proyecto Qhapaq Ñan.
59
R. ALAN COVEY ET AL.
Prospecciones sistemáticas realizadas al nor- dores continúan caminando por transectos
te y oeste del Cusco —una región que a la de prospección predeterminados, en vez de
que nos referiremos como Hanan Cusco (vid. seguir las rutas antiguas para describirlas sis-

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


Covey 2014)— han permitido encontrar ves- temáticamente.
tigios de antiguos caminos, así como restos Al igual que con la evidencia documen-
arquitectónicos que podrían ser interpreta- tal de antiguas rutas y caminos, la evidencia
dos razonablemente como tambos (foto 1). La material también se ajusta a los estudios
naturaleza exhaustiva y sistemática de estas realizados a través del SIG. Esto se confirma
prospecciones regionales representan una particularmente la región de Cusco, donde
ventaja metodológica para las evaluaciones prospecciones regionales sistemáticas reali-
de campo, identificando restos de caminos zadas dentro y alrededor del valle del Cusco
aún no documentados y colocándolos dentro han registrado más de 3 000 sitios inca y pre-
de un contexto de asentamiento regional. Sin inca. Los vestigios de caminos identificados
embargo, el énfasis sistemático en sitios habi- por las investigaciones del Proyecto Qhapaq
tacionales también constituye un obstáculo Ñan y prospecciones regionales pueden ser
importante para los arqueólogos que realizan analizados en conjunto con los restos mate-
prospecciones. Usualmente, cuando vesti- riales de los asentamientos humanos del área
gios de camino son registrados, los investiga- estudiada.
60

Usando SIG para modelar grilla de entrada rasterizada (raster input grid),
del mismo valor que la grilla de dificultad de
el paisaje de movimiento caminata (50 metros por 50 metros), donde
los valores van del 1 al 5, siendo 1 el más fácil
de cruzar y 5 el más difícil. Finalmente usa-
Al mismo tiempo que realizamos investiga- mos la clasificación de cobertura de suelo de
ciones arqueológicas y en archivos, investi- la Moderate Resolution Imaging Spectroradiome-
gamos el potencial del SIG para ofrecernos ter (MODIS) de la NASA, que ofrece informa-
nuevas perspectivas sobre los paisajes físicos ción desde el 2011, en una resolución de 500
a través de los cuales los antiguos viajeros se metros.
trasladaban.1 Nuestra investigación en curso Usamos el esquema de clasificación pri-
ha empleado tres distintos métodos de mo- maria de cobertura de suelos de MODIS, que
delado geoespacial de movimiento, cada uno identifica 17 tipos de suelo definidos por el
de los cuales emplea las mismas entradas de Programa Internacional Geosfera Biosfera
resistencia de superficie. Trabajando con un (con sus siglas en inglés, IGBP). Este inclu-
modelo de elevación digital (MED) derivado ye 11 tipos de vegetación natural, 3 tipos de
de los mapas 1:100.000 del Instituto Geográ- suelos desarrollados y en mosaico y 3 tipos
fico Nacional del Perú, desarrollamos una de suelos no vegetales (Friedl et al. 2010). Los
grilla de resistencia usando mapas e informa- datos proporcionados por MODIS fueron re-
ción satelital para formular tres variables. Las clasificados en una grilla rasterizada de 50
ponderamos de manera diferente en la resis- metros por 50 metros, para que de esta mane-
tencia de superficie final, basada en nuestra ra pudieran ser combinados con otros tipos
percepción de su impacto sobre el tránsito. de datos rasterizados. Combinando nuestras
Nuestras variables fueron (1) dificultad para tres grillas resterizadas, asignamos valores
la caminata, (2) buffers de agua y (3) cobertura para cada variable (dificultad en la caminada
de vegetación. = 40 %; buffers de agua = 40 %; cobertura de
Medimos la dificultad para la camina- suelos = 20 %) y clasificamos la información
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ta usando el Módulo de Distancias de Rutas multivariable resultante en cinco categorías


(Path Distance Module) en ArcGIS. Con la ecua- de costo de viaje.
ción de Tobler (1993), medimos el costo de Somos conscientes de que hay limita-
elevación de movimiento que cruza de nues- ciones en los datos y las clasificaciones que
tro MED y creamos una grilla rasterizada (50 hemos usados para desarrollar las grillas de
x 50 metros), estableciendo cinco categorías resistencia, especialmente para la extrapola-
de dificultad para la caminata. Para determi- ción de paisajes contemporáneos al pasado.
nar el factor de dificultad para cruzar agua Aunque el modelo que hemos desarrollado
en la grilla de resistencia, creamos buffers de tiene sus limitaciones, nos ofrece la oportu-
agua colocados a cuatro distancias diferentes: nidad para empezar el proceso de concep-
0-50 metros, 50-100 metros, 100-150 metros tualizar rutas ideales y hacer la comparación 1 En algunas zonas, el
y 150-200 metros. La distancia más cercana a entre las rutas del modelo y la evidencia ma- modelado de ruta podría
contribuir potencialmente
los buffers de agua (0-50 metros) fue asignada terial de nuestros patrones de asentamiento a predecir la primera
con el valor más alto y el buffer que estaba arqueológico y los restos de caminos identifi- fase de la investigación,
más lejos del agua (150-200 metros) fue pon- cados por otros investigadores. seguido de la revisión
visual de imágenes de alta
derado con el valor más bajo. La combinación resolución y prospecciones
de estos cuatro buffers fue convertida en una realizadas a pie.
61
Modelo de ruta tancia en ArcGis, la superficie de resistencia,
la ubicación de los puntos de inicio de viaje
de menor costo desde Cusco y la localización de cuatro des-
tinos finales para crear rutas con el menor
costo posible.
Nuestro análisis se inicia desarrollando una Los modelos LCP generan una sola ruta
ruta de menor costo (least-cost path o LCP), entre el Cusco y puntos periféricos. Sin em-
para crear itinerarios hipotéticos con pun- bargo, en algunos lugares, dicha ruta no va de
tos definidos desde Cusco hacia sitios incas acuerdo a los patrones de asentamiento es-
importantes situados más allá de nuestra re- tablecidos mediante prospecciones sistemá-
gión de estudio. Se generaron de esta manera ticas. Esto fue confirmado particularmente
representaciones de rutas óptimas que pasan para la ruta Cusco-Lares. En este caso, la ruta
a través de esta área. Para ello se recolectaron de menor costo parte de la cuenca de Cusco
datos sistemáticos de los patrones de asenta- hacia el noreste, cruzando el río Urubamba
miento. Seleccionamos cuatro puntos o des- cerca de Urquillos y atravesando las monta-
tinos finales del análisis: Limatambo, Ollan- ñas por medio del valle estrecho de Cancha
taytambo, Lares y Paucartambo. Limatambo Cancha, arriba del pequeño asentamiento de
fue el segundo tambo en el camino real inca Huarán.
hacia Chinchaysuyu; Ollantaytambo, por su Los trabajos de prospección arqueológica
parte, era un pueblo inca de gran importancia en esta zona encontraron pocas evidencias
en la ruta desde el Cusco hacia Vilcabamba. de asentamientos pequeños a lo largo de esta
Seleccionamos a Lares y Paucartambo por ser ruta de menor costo. No obstante, restos de

R. ALAN COVEY ET AL.


pueblos importantes en las rutas hacia Anti- caminos incas, plataformas cercadas (foto
suyu y las tierras de coca que los incas mante- 2a), accesos (foto 2b) y posibles tambos (figu-
nían al norte de su capital.
La aplicación SIG para el análisis de costo
acumulado de superficie y el cálculo de rutas
de menor costo son aproximaciones amplia- a.
mente usadas para modelar el movimiento

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


en arqueología (v. g. Bell y Lock 2000; Hare
2004; Howey 2007; Llobera 2000; McCoy y
Ladefoged 2009; Sakaguchi et al. 2010; Talia-
ferro et al. 2010). El modelo LCP es construido
sobre la premisa sencilla de que el paso entre b.
dos puntos siempre involucrará encuentros
foto 2.
con variables que impiden el movimiento. La a. Plataformas
ruta óptima de viaje es la que acumula la me- cercadas
nor cantidad de estos impedimentos o “cos- asociadas al
tos” (vid. Atkinson et al. 2005; Collischonn y camino inca
Pilar 2000; Douglas 1994; Leusen 2002). Los en la ruta
Cusco-Lares.
modelos LCP identifican una sola solución b. Accesos
óptima para el viaje a través de un paisaje de- asociados a la
terminado, conociendo los costos. En nuestro misma vía.
caso, utilizamos la función de Costo de Dis-
62

en la cobertura de vegetación natural —y de


figura 3 . Posibles tambos asociados áreas agrícolas—. La ruta óptima en la esta-
al camino inca en la ruta Cusco-Lares ción seca no sería necesariamente la misma
en tiempos de lluvia.
El segundo cuestionamiento —relacio-
nado con el primero— abre la interrogante
sobre en qué grado estas rutas incas podrían
haber sido construidas en concordancia a
contingencias históricas y consideraciones
sociales, más que en función al óptimo trán-
sito de un punto de inicio a otro de destino.
La primera etapa de la ruta Calca-Lares fue
parte de una antigua ruta inca hacia fortifi-
caciones ubicadas sobre la ribera sur del va-
lle del Vilcanota-Urubamba (Betanzos 1999
[c. 1551]: parte I, capítulos 6 y 9). Luego esta
ruta se extendió hacia el norte durante un
período de construcción real estatal en el va-
ra 3) fueron identificados como una posible lle y de intensificación del cultivo de coca en
ruta que cruzaba los altos pastizales hacia el Lares.
norte del Cusco y continuaba hacia el valle Los intereses incas en la ruta cambiaron
de Qochoq, arriba de Calca, una importante gradualmente de un interés por la seguridad
población y centro estatal en tiempos incas. local a un interés en la expansión de las ins-
Aunque las otras tres rutas óptimas pa- tituciones del Estado y de las economías no-
recen corresponder a zonas de asentamiento bles, así como en la integración del tributo la-
del período de expansión inca, la aparente boral de la población local viviendo cerca de
divergencia entre la ruta de menor costo y la la ruta. Si entendemos que la construcción de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

auténtica ruta inca puede ser explicada al me- los caminos incas intentaba impartir formas
nos de dos maneras que originan importantes del poder social estatal (fuerza militar, vigi-
cuestionamientos interpretativos. lancia administrativa) hacia las áreas gober-
Primero, ¿los parámetros utilizados para nadas y extraer mano de obra y recursos para
modelar las rutas de menor costo reflejan los trasladarlos a la capital de la región, entonces
costos reales de viaje durante la época Inca? no siempre debemos esperar que los caminos
Como ha sido anotado, existen muchos pro- incas sigan rutas de bajo costo, especialmente
blemas en usar características ambientales si tales rutas favorecen a zonas escasamente
actuales (hidrología, vegetación) para recons- pobladas y con pocos recursos.
truir la ecología del pasado. Si cambiamos
elementos de nuestro modelo, es posible ge-
nerar otro LCP. Este problema nos ofrece una
oportunidad para reconfigurar nuestra con-
ceptualización del ambiente en la época Inca
y su impacto sobre los costos de viajar desde
el Cusco. Hay grandes variaciones estaciona-
les en el flujo del agua en los ríos, así como
63
Modelo de Circuitscape tancia de cuantificar el grado con el cual es-
tos impedimentos afectarán el movimiento.
A diferencia del modelo de ruta de menor
costo, el modelo del circuito conceptualiza
Ampliando más allá la lógica del viajero que impedimentos como resistencias y la matriz
selecciona una única ruta óptima para tras- de paisaje representa a los viajeros como una
ladarse, un obstáculo en el modelo de ruta organización de circuitos de movimiento
de menor costo, realizamos otros análisis con probabilidades variables de permeabili-
basados en los principios teóricos de la teo- dad (Koen et al. 2010).
ría del circuito (vid. Howey 2011, para una Dentro de este esquema de trabajo, a
aplicación arqueológica previa). El modelo diferencia del modelo de la ruta de menor
LCP asume que los viajeros poseen un cono- costo que solo considera impedimentos, los
cimiento completo del paisaje que están atra- paisajes son entendidos como resistencias
vesando (McRae et al. 2008: 2715), operando colocadas que, simultáneamente, dificultan
bajo la presunción que serán al mismo tiem- el movimiento y promocionan o conducen
po capaces y estarán motivados en seleccio- —lo inverso a la resistencia— el movimien-
nar una única ruta de menor costo, gracias to a través de ellos. El modelo del circuito
a este conocimiento previo. Sin embargo, intenta moverse fuera de los límites de la
muchos factores pueden motivar que las per- reflexión del LCP, el costo de movimiento
sonas no conozcan completamente el paisaje acumulado por un solo individuo utiliza el
que están atravesando, o inclusive que, si tie- concepto de resistencia de distancia, incor-
nen este conocimiento, sean incapaces de uti- porando al mismo tiempo la distancia mí-

R. ALAN COVEY ET AL.


lizarlo o prefieran no emplearlo para realizar nima de movimiento (o costo) y la disponi-
así una óptima selección de ruta. Asimismo, bilidad de alternativas de caminos (Howey
los “individuos rara vez utilizan una sola ruta 2011). A diferencia del modelo de la ruta
óptima”, de modo que el análisis de la ruta de menor costo, vínculos adicionales son
de menor costo podría pasar por alto impor- añadidos, los individuos no necesariamente
tantes “variaciones de conducta individual” viajan por los caminos más cortos sino que
(Pinto y Keitt 2009: 254). Aunque los viajeros tienen más rutas disponibles (McRae et al.

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


posean un buen conocimiento del paisaje, 2008: 2714).
sus viajes son realizados por razones sociales, Para nuestro modelo de circuito usamos
y debemos considerar por qué seleccionarían la misma resistencia de superficie utilizada
una ruta alternativa. en el “costo de superficie” del modelo de ruta
Para construir modelos de viaje que pre- de menor costo. Cargamos esta resistencia de
sentan múltiples rutas, algunos investigado- superficie en la herramienta de software Cir-
res han sugerido recientemente el uso del cuitscape (McRae and Shah 2011). Se ejecutó
modelo del circuito —adaptado de la inge- a la par el Circuitscape desde Cusco para los
niería eléctrica— como una aproximación mismos cuatro pueblos seleccionados para
al movimiento (vid. McRae 2006; McRae y el modelo de ruta de menor costo. Esto creó
Beier 2007; McRae et al. 2008; Shah y McRae un conjunto de posibles rutas con grados
2008). El modelo del circuito reconoce que variantes de probabilidad, los cuales hemos
el movimiento a través de un paisaje se de- superpuesto en nuestro MED. El modelo de-
sarrolla con una variedad de impedimentos sarrollado por Circuitscape ilustra los grados
(resistencias) y, por ello, enfatiza la impor- de variación y determina cuál de los paisajes
64

que se sitúan entre Cusco y nuestros cuatro


puntos periféricos facilitarían el manejo inca figura 4. Rutas de menor costo (least-cost paths) desde
de los viajes regionales o representan para los la ciudad del Cusco hacia los cuatro puntos remotos,
viajeros rutas alternativas. según nuestro modelo de SIG*
La figura 4 muestra la correlación entre
1. Limatambo
nuestras rutas de menor costo y el Circuitscape 3
2. Ollantaytambo
de punto a punto ejecutado para estas cua-
3. Lares
tro rutas en cuestión. Ilustra cómo el último 2
enfoque representa un conjunto más amplio 4. Paucartambo
4
de rutas potenciales y transmite una mejor
sensación de dónde los obstáculos naturales 1 Flujo (corriente)
y construcciones podrían influenciar la selec- Alto
ción de la ruta, acceso a rutas de menor costo Cusco
y monitoreo del tráfico.
Bajo
En nuestra región de estudio, el modelo
de circuito de punto a punto nos muestra que 3
las cuatro rutas seleccionadas varían conside- * Con los resultados
punto-a-punto de
rablemente en términos del conjunto de posi- 2 Circuitscape.
bles rutas y el potencial para la intervención 4
inca destinada a excluir, dirigir o monitorear
a los viajantes. Los paisajes naturales presen- 1
tan muchas alternativas para entrar o salir de
todos los puntos escogidos para el estudio. Cusco
Sin embargo, el valle Vilcanota-Urubamba
crea corredores naturales y puntos críticos
(pinch points) que obstaculizan en un grado 3
mayor el libre movimiento a través del pai-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

saje intervenido, más que en otras áreas situa- 2


das al oeste y noreste de Cusco. 4
Las rutas de Cusco-Lares y de Cusco-Pau-
cartambo ofrecen mucho más potencial para 1
el control real o estatal sobre los viajes, y los
incas superaban los obstáculos naturales me- Cusco
jorando la infraestructura de los caminos y
puentes y colocando accesos en lugares estra-
3
tégicos a lo largo de las rutas. Las rutas Cus-
co-Ollantaytambo y Cusco-Limatambo tie-
nen menos potencial natural para excluir o 2
controlar a los viajeros locales o no autoriza- 4
dos. Pero estas rutas eventualmente cruzaban
mejores puentes, que sirvieron como puntos 1
de control estatal que no podían ser obviadas,
Cusco
sin incurrir en nuevos y significantes costos 0 20 km
de viaje (v. g. Bauer 2006).
65
Modelo de Circuito cuatro direcciones: este-oeste, oeste-este, nor-
te-sur, sur-norte. Al final sumamos los resulta-
Regional Omnidireccional dos (Anderson et al. 2012; Pelletier et al. 2014).
Tres patrones básicos pueden ser vistos
tanto en los resultados como en el flujo pre-
Para nuestro tercer modelo de movimiento sente: (1) se evita áreas de poca permeabi-
empleamos un modelo de circuito “omnidi- lidad, (2) ocurre una difusión en zonas alta-
reccional” para medir la permeabilidad del mente permeables/altamente intactas y (3)
paisaje. En esta aplicación del Circuitscape, tiene lugar una concentración en vínculos
usamos el software como un medio para mo- clave donde el flujo se acumula o es canali-
vernos más allá de los modelos de ruta de zado a través de un punto crítico. La concen-
punto a punto para enfocarnos en paisajes de tración de áreas es reconocida por su alta
movimiento, una emergente técnica analíti- densidad actual. La habilidad del programa
ca que ha sido implementada en el manejo para resaltar la concentración de áreas y pun-
de recursos naturales (Pelletier et al. 2014). tos críticos lo hace particularmente útil para
La permeabilidad del paisaje, como es usada identificar las áreas vinculadas que pueden
aquí, no está basada en movimientos huma- ser importantes para mantener un nivel bási-
nos sino es una medición de la estructura del co de permeabilidad que cruce toda la región.
paisaje: la inclemencia de las barreras natu- La figura 5 muestra la correlación entre la
rales, la conectividad de las coberturas natu- ruta de menor costo y la permeabilidad global
rales y la disposición del uso de suelos. Para del paisaje. Nos permite situar posibles rutas es-
medir la permeabilidad del paisaje, desarro- tatales de larga distancia dentro de un contexto

R. ALAN COVEY ET AL.


llamos métodos que asignan permeabilidad más amplio de selección de rutas, esto es, consi-
a una superficie continua, no a un grupo de derar de qué manera los caminos incas podrían
rutas discretas como en los modelos de movi- pasar a través de paisajes locales en los que la
miento previamente discutidos. mayoría del movimiento no corría entre el
El conjunto de datos de permeabilidad Cusco y las instalaciones estatales secundarias.
fue designado para identificar potenciales El modelo de circuito regional omnidi-
movimientos direccionales a gran escala y de- reccional coloca a las posibles rutas estatales

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN MULTIDISCIPLINARIA...


terminar con precisión las áreas donde estos en un contexto regional considerando costos
probablemente se concentren, se difuminen de movimiento. La conceptualización del
o se reenruten debido a la estructura del pai- Sistema Vial Inca como cuatro principales
saje. Utilizamos nuevamente el Circuitscape caminos partiendo de la capital se pierde en
(McRae y Shah 2011), pero esta vez para mo- un problema más amplio de rutas regionales
delar estos grandes patrones de flujo para la y del ejercicio del poder estatal en áreas ru-
región. Modificamos este programa para ejecu- rales. El modelo de paisaje regional ayuda a
tarlo no a partir de un modelo de punto a punto identificar áreas donde el Estado Inca habría
como hicimos antes, sino como un paisaje con- enfrentado dificultades al tratar de controlar
tinuo (Anderson et al. 2012; Pelletier et al. 2014). los viajes y el transporte, así como algunas
Para obtener una cobertura completa wall locaciones estratégicas donde la inversión
to wall, ejecutamos el modelo en un área de en infraestructura mejoró significativamente
estudio rectangular donde un solo lado fue el potencial de funcionarios del Estado para
asignado para ser el origen y el otro lado el des- alcanzar a poblaciones locales o para monito-
tino, repitiendo la acción para cada una de las rear el movimiento entre zonas.
66

figura 5 . Perspectiva regional de Circuitscape por el análisis omnidireccional, con las rutas
de menor costo y la ruta probable Cusco-Lares

Lares

Ollantaytambo

Paucartambo
Calca

2
1

Limatambo

Cusco

Posible ruta inca Flujo (corriente) 0 10 km


Alto
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Bajo

La distribución de áreas de alto flujo corrien- menos pobladas con muy poca evidencia de
do en paralelo con las rutas de menor costo supervisión estatal en el registro documental
muestra el potencial para seleccionar rutas o arqueológico.
alternativas que podrían ser difíciles de mo- Para la gente viviendo en el valle alto del
nitorear para los funcionarios del Estado. Por norte del río Vilcanota, otra zona comple-
ejemplo, la ruta de menor costo desde Cusco ja de alto flujo, las superficies facilitarían el
hacia Limatambo atraviesa por un amplio movimiento entre las poblaciones pastoras y
terreno de alto flujo, sin embargo, viajeros horticultoras. Muchas zonas que parecen peri-
que conocen senderos locales en la zona de féricas desde el punto de vista administrativo
Chinchaypuquio podrían evitar el camino estatal ofrecen costos menores para economías
principal estatal, moviéndose detrás de la lí- locales e interacciones sociales por parte de las
nea divisoria hacia el sur, a través de zonas poblaciones no estatales (vid. Scott 2009).
67
Resultados Referencias citadas

De alguna manera, nuestras tres aproxima- FUENTES DIGITALES


ciones para reconstruir antiguos caminos en
la región de Cusco permanecen en sus etapas Anderson, Mark, G., Melissa Clark y Arlene Olviero-Sheldon
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a añadir múltiples niveles de información. A tionByGeography/NorthAmerica/UnitedS-
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Lanzando una amplia
red: un análisis
de redes sociales
en los caminos incas
en los valles costeros
del norte de Chile
COLLEEN ZORI Al crear conexiones físicas y simbólicas, la Red Vial
Inca fue importante para incorporar nuevos territo-
BAYLOR UNIVERSITY,
rios al Imperio, promover su integración política y
ESTADOS UNIDOS
facilitar la reorganización de la fuerza laboral dispo-
nible en los territorios anexados para la extracción de
ERIKA BRANT recursos destinados al Estado. Al igual que en otros
imperios de la antigüedad, entre los incas, el ejerci-
UNIVERSITY OF VIRGINIA,
cio de un control político directo a lo largo de vastas
ESTADOS UNIDOS
regiones geográficas resultaba imposible y a la vez
innecesario.
En los procesos de expansión e incorporación, los
funcionarios imperiales suelen tomar decisiones es-
tratégicas sobre el volumen de inversión que implica-
rá su administración y sobre la infraestructura nece-
saria para el cumplimiento de los objetivos militares,
políticos y económicos del Imperio. Estas decisiones
usualmente se ven determinadas por numerosos
factores, algunos de carácter logístico —como la pre-
existente configuración de los asentamientos y vías
de comunicación— y otros de naturaleza económica
o social —como la presencia de recursos deseables,
las relaciones comerciales preexistentes y la capaci-
dad de respuesta de los líderes y comunidades locales
ante las demandas imperiales. Todos estos factores
son tomados en cuenta por los funcionarios impe-
riales en el marco de la incorporación de los grupos
provinciales.
Proponemos aquí que muchos de los factores que
configuran lo que llamamos el “dominio provincial”
inca podrían reagruparse bajo el concepto de “conec-
tividad”, una conectividad que incluye la naturaleza y
fortaleza de los diversos vínculos físicos, económicos
y políticos que precedieron al tiempo de la conquista
incaica y que se vieron posteriormente transformados
por la incorporación imperial de los territorios.
74

figura 1. Mapa de la región Tarapacá, norte de Chile y los valles transversales

PERÚ
Lago
Arica V. Lluta Chungara
V. Azapa
BOLIVIA Lago
Poopó
V. Camarones

V. Camiña
Salar
V. Aroma de Coipasa
Pisagua

V. Tarapacá
Salar Ciudad moderna
V. Mamiña
Iquique de Uyuni
Salinas
Pica
Límite político
moderno

V. Guatacondo
Océano
Pacífico

CHILE

Río Loa
0 40 km
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

En este capítulo utilizaremos dos técnicas caravanas que datan de tiempos preincaicos
analíticas para explorar la naturaleza de las como “líneas conectoras” (edges) y los sitios
conexiones físicas, políticas y socioeconómi- domésticos que se conectaban, como “no-
cas entre los asentamientos en el norte de Chi- dos”. Sugerimos aquí que los habitantes de
le durante el período preinca y analizaremos los sitios con altos niveles de conectividad se
cómo la incorporación imperial, mediante la encuentran mejor posicionados para contro-
red vial Qhapaq Ñan, alteró el panorama de lar y/o beneficiarse de los flujos en el entorno
la conectividad interregional en la región de de personas, mercancías e información. A tra-
Tarapacá (figura 1). Para ello, primero usare- vés de la aplicación del enfoque de redes so-
mos un análisis de redes sociales, una técnica ciales, demostraremos que los habitantes de
analítica cuantitativa que consiste en anali- los sitios del período Intermedio Tardío en la
zar la estructura de las relaciones entre varias región estaban altamente interconectados, y
entidades conectadas en una red. que ningún sitio en particular emergió como
En el caso del período Intermedio Tar- preeminente, al menos en sus relaciones es-
dío, visualizamos las rutas interregionales de paciales con otros sitios contemporáneos.
75
Luego aplicaremos una segunda técnica, el Métodos y aproximaciones
análisis estadístico de la diversidad cerámica,
para lograr una aproximación a las relacio- Análisis de redes sociales
nes interregionales de intercambio en siete
sitios preeminentes del período Intermedio
Tardío. Demostraremos que, a pesar de las El análisis de redes sociales es un método
grandes similitudes en la interconexión fí- analítico cuantitativo usado para explorar
sica y centralidad, los habitantes en algunos las conexiones entre varias entidades vincu-
de los sitios parecen haber disfrutado de co- ladas por una red. En vez de centrarse en los
nexiones socioeconómicas más variadas que atributos de una sola entidad o nodo, el aná-
las del resto de sitios del período Intermedio lisis de redes sociales investiga la naturaleza
Tardío. Propondremos, entonces, que estas de estas conexiones —o líneas conectoras—
conexiones sociales preexistentes son las que enlazan los diferentes participantes de
que luego influenciaron fuertemente en las una red. Hay muchas formas de caracterizar
decisiones de la administración inca sobre dichas conexiones entre los nodos y la gente
dónde concentrar la inversión imperial en la que viven en ellos, por ejemplo: (1) conexio-
región. nes físicas, a través de carreteras o ríos; (2)
Analizaremos luego la configuración del conexiones sociales, rituales o familiares;
dominio inca en el norte de Chile utilizando (3) conexiones económicas, a través de in-
los mismos métodos empleados en el análisis teracciones como el comercio; y/o (4) cone-
de los datos del período Intermedio Tardío. xiones políticas, por medio de los impuestos,
Los resultados del análisis de la red social y la soberanía y relaciones de dominación/
de la diversidad cerámica nos indicaron que subordinación. Los nodos pueden estar co-
la expansión de las vías, en el norte de Chi- nectados por más de un tipo de relación. En
le bajo control inca, representó un conjunto el siguiente análisis nos centraremos en las
de nuevas oportunidades y limitaciones a los conexiones físicas entre los nodos adminis-

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


habitantes de los sitios a lo largo del Qhapaq trativos domésticos y tardíos en el norte de
Ñan, tanto en términos de sus interacciones Chile, con las conexiones abarcando las rutas
con los representantes imperiales, como tam- de caravanas del período Intermedio Tardío
bién con las otras comunidades de la región. primero y, después, con las rutas seleccio-
Luego, el análisis de la diversidad cerámica nadas y formalizadas por la administración
para el Horizonte Tardío nos demostrará, una inca en el Horizonte Tardío.
vez más, que la incorporación inca impactó Una propuesta clave del análisis de redes
en el intercambio interregional de vasijas ce- sociales es que el poder se crea mediante las
rámicas y la adopción de cerámica del estilo diferencias en cómo las distintas entidades
Inca Imperial como bienes de prestigio en las sociales están situadas, frente a frente, con
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

economías locales. En última instancia, la otras en la misma red (Hanneman y Riddle


combinación de un enfoque de redes sociales 2005). Algunos nodos o entidades tendrán
y de análisis estadístico de la diversidad ce- más conexiones que otras y los nodos a los
rámica nos permitirá explorar la estructura que estos están vinculados variarán en fun-
—a la vez que las consecuencias— de la do- ción de la cantidad de conexiones que estos
minación imperial inca en el norte de Chile mantienen. A medida que estas conexiones
como resultado de su unificación a través del se van desenvolviendo a lo largo de la red, al-
Qhapaq Ñan. gunos nodos emergerán como más céntricos
76

que otros, poniéndose o, más bien, poniendo tancia” de restos óseos humanos, que indican
a sus habitantes —en el contexto de nuestro importantes flujos de genes desde el altiplano
argumento— en condiciones de beneficiarse hacia los valles costeros durante el período
de la afluencia del tráfico en movimiento por Intermedio Tardío (Rothhammer y Santoro
la red (Hanneman y Riddle 2005; Mizoguchi 2001; Rothhammer et al. 2002; Sutter 2000,
2009: 14, 24; Peregrine 1991: 66-68). Por tanto, 2005, 2006). En este contexto, la cerámica
el análisis de redes sociales investiga la cen- se revela como uno de los bienes más inter-
tralidad —la importancia de cualquier nodo cambiados durante este período, tal como lo
dentro de una red— como una función de la demuestra la afluencia de vasijas decoradas
conectividad. Negro sobre Rojo del altiplano y de las vasijas
Al evaluar cómo el poder y la influencia policromadas de la entidad política ‘Arica’
se estructuran dentro de una red, es importan- hacia los valles transversales de la región de
te definir primero lo que se moviliza a través Tarapacá (Muñoz y Chacama 2006; Uribe et
de dichas conexiones. Los datos arqueológi- al. 2007; Zori 2011).
cos y la documentación etnohistórica indican Los contextos arqueológicos de este pe-
que en el norte de Chile las personas, bienes e ríodo también dan testimonio de la circula-
información transitaron tanto por las rutas de ción de mercancías costeras, como pescado y
caravanas preincaicas como por los caminos mariscos secos o ahumados, hacia los valles
del Qhapaq Ñan. El análisis de los campamen- transversales de la región (Cases et al. 2008;
tos temporales, entierros, corrales y geoglifos Villalobos 1979; Zori 2011). Maíz de los valles
asociados con senderos de caravanas en toda del interior, lana hilada de camélidos y/o te-
la región de Tarapacá, sugieren que el tráfico jidos de los valles y altiplano parecen haber
interregional de las personas, bienes e infor- sido los bienes más comunes obtenidos me-
mación alcanzó nuevas dimensiones durante diante intercambio por las poblaciones que
el período Intermedio Tardío (Briones et al. habitaban en la costa (Agüero 2007; Uribe
2005; Cases et al. 2008; Correa y García 2014; 2006, 2009).
Zori y Brant 2012: 414-417). Los documentos etnohistóricos nos di-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Paneles de arte rupestre producidos en los cen que, durante el Horizonte Tardío, los ca-
valles transversales son testimonios de una minos incas fueron de uso reservado para los
mayor interacción ritual-económica entre asuntos del Estado (Rowe 1946: 271), lo que
distintas etnias y personas de diferentes zo- implicaba el transporte de personas, bienes
nas ecológicas (Brant 2009; Zori y Brant 2012: e información en un contexto más regulado
414-417). Dichos paneles incluyen represen- de lo que vimos para el período Intermedio
taciones de personas vistiendo túnicas y toca- Tardío. Entre los grupos de individuos que
dos distintivos de grupos étnicos, individuos utilizaron el Sistema Vial Inca en nombre
participando de actividades específicas de del Estado estuvieron las tropas militares, los
zonas ecológicas —tales como la pesca (lito- gobernadores regionales y demás administra-
ral) o dirigiendo caravanas de camélidos (se- dores estatales, los contadores, los sacerdotes,
rranías)— y representaciones fidedignas de los peregrinos y los mensajeros.
peces, aves y otros animales procedentes de En el caso de los bienes transportados a lo
entornos ecológicos no locales (Brant 2009; largo del sistema vial, estos incluyeron desde
Vilches y Cabello 2011; Zori y Brant 2012: alimentos de necesidad básica, como el maíz
414-417). Otra evidencia del movimiento de transportado desde enclaves agrícolas hacia
personas está prevista por análisis de “biodis- la capital Cusco (vid. por ejemplo Wachtel
77
1982), hasta materias primas y productos a través de la red. Estas cuatro medidas de
acabados tanto utilitarios como de prestigio. centralidad fueron calculadas usando el pro-
Los análisis químicos de las vasijas cerámicas, grama UCINET 6.382 (Borgatti et al. 2002), y
por ejemplo, demostraron el movimiento de consisten en:
cerámica de estilo Inca fabricada en la cuenca
del Titicaca, hacia otras regiones del Imperio • Centralidad de grado (degree centrality)
(D’Altroy y Bishop 1990: 133). Del mismo • Centralidad de Bonacich (Bonacich power
modo, los estudios metalúrgicos realizados centrality)
a objetos de bronce —hechos con estaño • Centralidad de intermediación (betweeness
proveniente de las fuentes controladas por centrality)
los incas en Bolivia— indican que este metal • Centralidad de cercanía (closeness centrality)
era transportado a través del Tawantinsuyu
(Gordon y Knopf 2007: 41; Lechtman 2007: CENTRALIDAD DE GRADO
332-337; Owen 2001: 287). La medida de centralidad de grado (degree
Finalmente, se debe tener en cuenta las centrality), se define como el número de lí-
comunicaciones y la información que viaja- neas conectoras que se intersecan en un
ron también por el Qhapaq Ñan. Las comu- determinado nodo (Freeman 1979: 219). En
nicaciones imperiales fueron transmitidas este análisis específicamente, mide el nú-
de forma oral, a través de mensajeros o chas- mero de caminos que pasan a través de un
quis y de funcionarios itinerantes, que via- determinado sitio. Esta centralidad de grado
jaban entre los centros periféricos. Noticias es una medición de la potencial esfera de
e información relativas a otras regiones del influencia directa de un sitio. Los sitios con
Imperio, seguramente fueron transmitidas a una alta centralidad de grado tienen el po-
los habitantes de los nodos provinciales por tencial de desarrollar una mayor actividad de
estos representantes imperiales quienes, del intercambio y comunicación en la red, sim-
mismo modo, también transmitían infor- plemente porque tienen, comparativamente,

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mación a los responsables imperiales de alto más conexiones directas con otros sitios (Jen-
nivel. Aparatos de cuerdas anudadas, cono- kins 2001). Como resultado, los residentes de
cidos como quipus, se utilizaron para hacer estos sitios tienen a su alcance diversas alter-
registros formales y transmitir datos estadís- nativas para la obtención de bienes y/o infor-
ticos vitales entre las provincias y el núcleo mación requeridos y, por lo tanto, son menos
imperial. dependientes de algún nodo como fuente en
En nuestro análisis sobre las redes socia- particular (Hanneman y Riddle 2005). Cabe
les en el norte de Chile y cómo estas cambian agregar que los habitantes de dichos nodos
entre el período Intermedio Tardío y el Hori- céntricos están —de igual manera— a me-
zonte Tardío, utilizamos cuatro mediciones nudo en condiciones de beneficiarse como
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

de la centralidad. Cada una de estas medidas intermediarios en los intercambios entre


ofrece una visión única del grado de conec- otros nodos más periféricos.
tividad entre los distintos asentamientos en
la red, ya sean estas de las rutas de caravanas CENTRALIDAD DE BONACICH
preexistentes o creadas por el Qhapaq Ñan, y Un segundo acercamiento para calcular la
así también nos permiten medir la capacidad centralidad fue el Bonacich power centrality,
de control y/o beneficio de los residentes de desarrollado por Phillip Bonacich (1987).
los flujos de personas, bienes e información Este sociólogo matemático sugirió que el
78

poder social no depende simplemente del nú- una medición de la accesibilidad (Isaksen
mero de nodos a los que uno se conecta, sino, 2008: 7). Los sitios con elevados valores en
más bien, de qué tan bien conectados puedan esta medida se ubican muy cercanamente de
estar los nodos periféricos (Bonacich 1987: otros sitios, por lo que recibirán rápidamente
1171). Si un nodo céntrico se vincula con el flujo de comunicaciones, bienes y viajeros
otros nodos menos conectados la influencia (Borgatti 2005). Para los sitios con bajos va-
del primero será mayor, debido a que estos lores de centralidad de cercanía, dichos flu-
nodos periféricos serán dependientes del pri- jos llegarán algún tiempo después debido a
mero en el flujo de información y/o bienes que tienen que pasar por un mayor número
(Bonacich 1987). de líneas conectoras hasta pasar por el sitio
estudiado. La centralidad de cercanía se ha
CENTRALIDAD DE INTERMEDIACIÓN utilizado también como índice de la eficacia
Recurramos ahora a una tercera medida de de la afluencia de bienes y/o información a
centralidad: la centralidad de intermedia- través de una red, ya que distancias más cor-
ción (betweenness centrality). Esta medida se tas significan menores tiempos de viaje y
refiere a la frecuencia con la que se encuen- menores costos (Freeman 1979: 225; Jenkins
tra un nodo al recorrer el camino más corto 2001: 662-663; Milicic 1993: 386; Peregrine
entre cualquier par de nodos en una red (Free- 1991: 68).
man 1979: 221). En términos concretos, es la
posibilidad de toparse con un sitio en el ca-
mino al estar viajando entre otros dos sitios
(nodos) en el sistema (Isaksen 2008: 7). Que
un sitio tenga un mayor valor de centralidad
de intermediación significa que hay un ma-
yor número de nodos que dependen de dicho
sitio para conectarse con otras entidades de
la misma red. Así, este valor nos indica el po-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tencial de un nodo en particular para contro-


lar el flujo de información y/o bienes con no-
dos periféricos (Freeman 1979: 224; Jenkins
2001: 663; Mizoguchi 2009: 21). Al igual que
con la centralidad de grado, los nodos con un
alto valor de centralidad de intermediación
a menudo se benefician del incremento en
la actividad económica, ello como conse-
cuencia de la confluencia de múltiples rutas
(Isaksen 2008: 8).

CENTRALIDAD DE CERCANÍA
La última medida de centralidad, la centra-
lidad de cercanía (closeness centrality), se en-
cuentra basada en la suma del número de
líneas conectoras entre un nodo y todo el res-
to de nodos de la red, y se ha utilizado como
79
Análisis estadístico por los ecologistas para medir la diversidad
de especies dentro de una comunidad deter-
de la diversidad cerámica minada, el “índice de diversidad Shannon”
(Beals et al., 2000) es una medida tanto del nú-
mero de especies presentes —referidos como
Una segunda aproximación para evaluar la la riqueza de una muestra— como también
naturaleza y dimensión de las interacciones de la abundancia relativa de individuos den-
interregionales en el norte de Chile es median- tro de cada especie o, puesto en otras palabras,
te el análisis de la diversidad cerámica a nivel de la uniformidad de una muestra (Wing y
de sitios. La cantidad y diversidad de la cerámi- Wing 1995: 127-129). El “índice de diversi-
ca no local es un claro indicativo de la conecti- dad Shannon-Weaver” se calcula, en primer
vidad: indexa el grado en que los habitantes de lugar, dividiendo el número de individuos de
un determinado asentamiento tienen acceso a cada especie (i ) por el número total de indi-
las redes sociales, a través de las cuales los bie- viduos en la muestra global. A continuación,
nes se mueven a través del paisaje (Baughers cada una de las fracciones resultantes (pi ) es
y Venables 1987: 31-36; Gasco 1993: 171-172). multiplicada por su logaritmo natural (ln pi).
La diversidad cerámica también refleja una Los valores resultantes son luego sumados y
serie de procesos —incluyendo el intercam- se multiplican por -1 para obtener el valor de
bio, interacciones rituales compartidas, lazos H. La variable S representa el número total de
de parentesco y otras formas de relaciones so- especies a través de la cual los individuos de
cio-políticas— que en conjunto constituyen la muestra se distribuyen.
lo que se conoce como “conectividad”.
En un reciente estudio, Mauricio Uribe y S
sus colegas (2007) seleccionaron siete sitios
habitacionales de la región de Tarapacá —Pi- H=– pi ln pi
sagua, Caserones, Camiña, Nama, Chusmisa,
i=1

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Jamajuga, y Tarapacá Viejo (sitios indicados
en altas y negritas en la figura 2)— e hicieron
una recolección del 100 % de la cerámica en Aplicándola a las colecciones cerámicas de
superficie en el 10 % de recintos de cada si- Tarapacá, i representa entonces la abundan-
tio. Los tiestos fueron luego clasificados por cia relativa de un estilo cerámico específico
períodos de tiempo, usando para ello una en una muestra dada. Cuando i se divide por
cronología cerámica establecida para el norte el número total de tiestos dentro de la mues-
de Chile por Uribe (2002; Uribe et al. 2007) y tra, la proporción resultante se conoce como
otros análisis de cerámica de la región (Agüe- pi. Tras multiplicarlo por el logaritmo natu-
ro et al. 2006: 86-88, 106-114; Focacci 1982; ral, sumar los resultados y multiplicarlos por
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

Romero 2002; Schiappacasse et al. 1989: 195- -1, obtenemos finalmente el valor H o “índice
200; Stanish 1991; Uribe 1999, 2004, 2009; de diversidad” de la muestra. También aplica-
vid. discusión en Zori 2011: 276-290). Sub- mos un procedimiento llamado bootstrapping1, 1 Bootstrapping es una
prueba o métrica que
secuentemente, analizaron estas muestras para asegurarnos que la variación en el tama- se basa en un muestreo
utilizando el llamado “índice de diversidad ño de las muestras de cada sitio no tuviera aleatorio con reemplazo,
de modo que el índice de
Shannon-Weaver”. impacto en las puntuaciones del índice de diversidad se pueda calcu-
Proveniente originalmente de la teoría de diversidad entre los diferentes asentamientos lar incluso en muestras de
la información y, posteriormente, utilizada (Baxter 2001: 722-724). tamaño pequeño.
80

Todos los cálculos para este análisis se rea- Interacción interregional


lizaron utilizando el programa de computa-
ción Stata Statistical. en el norte de Chile antes
En términos de los resultados, una alta
puntuación en este índice de diversidad nos de los incas
indicará que la colección de un sitio contiene
muchos tipos cerámicos y/o que los fragmen-
tos se distribuyen de manera relativamente La región de Tarapacá, ubicada en el extrema-
uniforme en todos estos tipos. Por el contra- damente árido desierto de Atacama, compren-
rio, una baja puntuación nos indicará que de cuatro zonas ecológicas mayores: la costa,
hubo menos tipos cerámicos presentes y/o los valles transversales (hasta cerca de 2 000
que algunos tipos estuvieron representados msnm), la precordillera (entre 2 000 y 3 000
por muy pocos tiestos. De esa manera, las ba- msnm) y el altiplano (sobre 3 000 msnm).
jas puntuaciones son indicativas de conexio- Como ya mencionamos, la interacción y el in-
nes socioeconómicas más débiles con otras tercambio entre estas diversas zonas parecen
regiones, mientras que las puntuaciones altas haber tenido su apogeo durante el Intermedio
nos indicarán que estas conexiones son in- Tardío, según lo sugiere la datación relativa y
tensas y numerosas. absoluta de los restos de campamentos tem-
En la siguiente sección combinamos el porales, entierros, corrales, arte rupestre y
uso de las técnicas de análisis de redes sociales geoglifos asociados a senderos de caravanas a
y una evaluación de la diversidad cerámica lo largo de la región (Briones et al. 2005; Cases
para cada sitio como un medio para explorar et al. 2008; Zori y Brant 2012: 414-417). Estos
la naturaleza y la fuerza de las conexiones senderos o caminos se pueden distinguir de
interregionales —tanto físicas como socioe- los posteriores caminos incas por la ausencia
conómicas— que caracterizaron el norte de de una estandarización en la anchura y en la
Chile en el período pre inca. nivelación del terreno; y por cómo siguen los
contornos del paisaje, en lugar de mantener
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

alineaciones rectas.
La figura 2 reconstruye la compleja red de
caminos y rutas de caravanas en previo uso a
la incorporación inca de esta región. Algunos
de estos sitios, que incluyen Pica, Posada, Suca,
La Calera y Alto Barranco, están ubicados
fuera de valles con flujo permanente de agua.
Dichos sitios tienen siempre pozos o manan-
tiales, enfatizando la importancia del agua en
la configuración de los sitios y sus conexiones
interregionales. Las rutas que conectan estos
asentamientos se desarrollaron orgánicamen-
te a través de milenios de ocupación humana,
una trayectoria que puede ser fácilmente con-
trastada con los intencionales esfuerzos incas
por conectar ciertos sitios del paisaje, tema que
se discutirá más adelante en un capítulo.
81
figura 2. Rutas caravaneras por el norte de Chile en el periodo Intermedio Tardío

PERÚ Lupica
Saxamar Lago
Ticnamar
Chungara
Arica
Atoka Cobija
Quiani
Cachicoca
Codpa BOLIVIA
Miñi Miñi
Miñita
Cuya Conanoxa

Suca CAMIÑA
Chiza-Suca
NAMA

PISAGUA
Tiliviche Hacia el salar
Cerro de Coipasa
TARAPACÁ
Unitas CHUSMISA
VIEJO
Hacia la región
CASERONES JAMAJUGA
Intersalar

Iquique Salar de
La Calera Hacia la región Intersalar
Pozo Almonte Huasco
Rinconada Santa Rosita
Los Verdes Hacia el salar de Uyuni
Pica
Chucumata
Alto Barranco Salar de Coposa Hacia el salar
Cerro de Uyuni
Salar de Pintados
Soronal Ujina
Tamentica
Patache

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Caleta Huelén Cerro Calate
Quillagua
Posada

Océano
Pacífico
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

Chug-Chug

Nota: Los sitios utilizados en el análisis de la diversidad de cerámica se indican en negrita y mayúscula. 0 40 km

Nodo (sitio arqueológico)


Borde (ruta de las caravanas)
Ciudad moderna
82

REDES SOCIALES Un análisis de la centralidad de intermedia-


EN EL INTERMEDIO TARDÍO ción, que es la frecuencia con la que un nodo
Un análisis de redes sociales de las rutas de se encuentra en el camino más corto entre
caravanas en uso durante el período Inter- todos los pares de nodos en una red, nos in-
medio Tardío ofrece una nueva visión de la dica que el sitio de Pica tuvo el mayor valor
interconexión que caracterizó el norte de de intermediación (puntuación de 457.5; ta-
Chile en tiempos preincaicos. Al evaluar la bla 2). Esto no es sorprendente dado el hecho
centralidad de grado, que toma en cuenta el de que el sitio está ubicado en pleno corazón
número de líneas conectoras (caminos) que de nuestra gráfica: la mayoría de las rutas a
se intersectan en un nodo (asentamiento) y es través de la región se detuvieron en este oa-
una medida de la esfera de influencia directa sis, que ofreció una fuente confiable de agua
de un nodo, esta nos indica que no existe un para aquellos que atravesaban la pampa de
solo sitio que surja como físicamente mejor Tamarugal. El sitio con la segunda más alta
conectado que los demás en la región. En lu- puntuación de intermediación (de 305.87) es
gar de ello, el conjunto de sitios comparte un Tamentica, situado en el valle Guatacondo
alto grado de conectividad. Un total de ocho justo al sur de Pica y similar a este último en
sitios mostraron un máximo de cinco cone- términos de su centralidad y ubicación estra-
xiones y en más de la mitad de los sitios se tégica (tabla 2 y figura 2).
intersectan de tres a cuatro rutas respectiva- Los análisis del arte rupestre en Tamentica
mente (tabla 1). indican que el sitio habría sido un nodo impor-
tante en las rutas entre la sierra, costa y valles
transversales, desde por lo menos el período
Formativo (Cabello y Gallardo 2014). Si consi-
tabla 1. Centralidad de grado deramos que la centralidad de intermediación
es una medida del potencial para controlar el
flujo a través de los nodos en una red, las altas
Grado Sitios
(degree) (Intermedio Tardío) puntuaciones de estos sitios sugieren que los
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

habitantes de Pica y Tamentica tuvieron una


5 Cachicoca, Cobijo, Conanoxa, Moka, significativa influencia sobre el tráfico de la
Pica, Quillagua, Suca, Tamentica red y se beneficiaron de los bienes e informa-
ción que circularon. Es de destacar que hay una
4 Caserones, Cerro Pintados,
serie de sitios que no están tan bien conectados
Chiza-Suca, Codpa, Jamajuga, Pozo
como Pica y Tamentica en términos de su in-
Almonte, Tarapacá Viejo, Ticnamar,
Tiliviche, Quiani
termediación, pero que son muy similares en-
tre sí (tabla 2). Aún con los notables valores de
3 Alto Barranco, Caleta Hualen, Pica y Tamentica, esta distribución nos sugiere
Camiña, Chusmisa, Cuchumata, un relativo grado de igualdad en cuanto a la
Cuya, La Calera, Los Verdes, potencialidad de los habitantes de dichos sitios
Patache, Pisagua, Rinconada, para beneficiarse de la circulación de mercan-
Santa Rosita cías, personas e información en toda la región.
Una última medida de la conectividad, la
2 Chug-Chug, Lupica, Miñi-Miñi,
centralidad de cercanía, comprende la suma
Miñita, Nama, Posada, Saxiamar,
del número de bordes entre un nodo y todos
Ujina
los demás en una red, y es una medida de la
83
tabla 2. Centralidad de intermediación tabla 3. Centralidad de cercanía

Intermediación Sitios Cercanía Sitios


(betweenness) (Intermedio Tardío) (closeness) (Intermedio Tardío)

457.5 Pica 28 La Calera, Jamajuga,


Pica, Caserones
305.87 Tamentica
27 Santa Rosita, Tarapacá Viejo,
175-275 Jamajuga, La Calera, Chumisa
Conanoxa, Suca, Quillagua,
Chusmisa 26 Suca, Pozo Almonte

75-174 Chiza-Suca, Caserones, 25 Rincondada, Chiza-Suca,


Tarapacá Viejo, Pozo Almonte, Tiliviche
Santa Rosita, Camiña,
Rincondada, Tiliviche, Los 20-24 Camiña, Tamentica, Conanoxa,
Verdes, Miñita, Ticnamar Pisagua, Miñita, Cuya, Nama,
Los Verdes, Miñi-Miñi,
25-74 Cobijo, Moka, Cachicoca, Cuchumata, Caleta Huelen,
Posada, Caleta Huelen, Quillagua, Patache, Cobij,
Cuchumata, Cuya, Patache, Cachicoca, Ujina, Codpa,
Alto Barranco, Saxamar Quiani

<25 Quiani, Codpa, Miñi-miñi, 15-19 Alto Barranco, Ticnamar, Moka,


Pisagua, Nama, Ujina, Posada, Chug-Chug, Saxamar,
Lupica, Chug-Chug Lupica

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accesibilidad de un nodo y la eficiencia del niveles similares de interconectividad y cen-
tráfico a través de la red desde un nodo en tralidad física, la evaluación estadística de la
particular. Aquí, una vez más, las puntua- diversidad cerámica mediante el “índice de
ciones de cercanía de los sitios en la red del diversidad Shannon-Weaver” nos indica que
período Intermedio Tardío fueron relativa- los habitantes en algunos sitios mantuvieron
mente similares (tabla 3), apoyando nuestra conexiones socioeconómicas más variadas y
afirmación de que los sitios estuvieron muy de mayor alcance que otros (tabla 4B). Uno
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

interconectados y que ningún sitio en parti- de estos sitios fue Tarapacá Viejo (figura 3A),
cular sirvió de único centro o eje a través del que obtuvo la puntuación más alta en el índi-
cual fluían las comunicaciones y el tráfico de ce de diversidad, H = 1.492; seguido por Chus-
personas y mercancías. misa con una puntuación de H = 1.228. Por
otro lado, Caserones, también en el valle de
ANÁLISIS DE LA DIVERSIDAD CERÁMICA Tarapacá, obtuvo la puntuación más baja, H =
A pesar de que los sitios del período Interme- 0.057, un resultado dado por el hecho de que
dio Tardío en el norte de Chile comparten el sitio fue abandonado antes de la afluencia
84

de diversas cerámicas no locales en la segun-


da mitad del período Intermedio Tardío. tabla 4a . Cantidad de fragmentos (N) y los
A partir del período Formativo Tardío resultados del análisis de la diversidad (H)
(tabla 4A), y continuando hasta el Interme- para sitios con ocupación del Formativo Tardío
dio Tardío (tabla 4B), Tarapacá Viejo emer-
gió como un centro especialmente bien Formativo Fragmentos H H
comunicado con los grupos culturales de la Tardío (bootstrapped)*
región, incluso con aquellos en los otros va- Jamajuga 119 0 0
lles transversales, la cultura de los valles de
Arica por el norte, y los señoríos del altipla- Camiña 3290 0,687 0,687
no hacia el este, como los carangas, los qui-
llacas y los lípez. A pesar de tener un valor Caserones 939 0,907 0,906
de centralidad de grado igual a cuatro (poco
menos que el máximo de cinco), las rutas que Tarapacá Viejo 982 0,957 0,958
pasaban por el sitio eran particularmente
importantes, e incluyeron la ruta principal *Una técnica estadística que se basa en un muestreo aleatorio con
reemplazo, empleado para compensar las diferencias en tamaño de la
norte-sur a través de la región y la importan- muestra.
te y antigua ruta entre el altiplano y la costa.
El sitio obtuvo también una alta puntuación
de cercanía (valor de 27; tabla 2), lo que su-
tabla 4b . Cantidad de fragmentos (N) y los
giere que los habitantes se beneficiaron de
la buena accesibilidad del sitio y el hecho de resultados del análisis de la diversidad (H)
que recibió un flujo más directo de bienes, para sitios con ocupación del Intermedio Tardío
personas e información que la mayoría de
Formativo Fragmentos H H
los sitios en la red. Tardío (bootstrapped)*
A medida que se expandieron hacia el
sur, los incas eligieron formalizar sólo un pe- Caserones 884 0.057 0.057
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

queño porcentaje de la miríada de caminos y


senderos ya existentes que entrecruzaban la Camiña 3 579 0.878 0.879
región, esto por medio de su incorporación a
la red de caminos del Imperio. Estos caminos Jamajuga 571 1.008 1.004
incas pueden distinguirse de los anteriores
en que son típicamente rectos, uniformes en Nama 3 035 1.168 1.17
su anchura, de superficies niveladas y porque
están asociados tanto con tambos construi- Pisagua B 290 1.212 1.207
dos por el Estado Inca y con asentamientos
preexistentes con evidencias de arquitectura Pisagua N 65 1.202 1.216
inca intrusiva (vid. por ejemplo Hyslop 1984).
Aunque los sitios del período Intermedio Chusmisa 1 838 1.23 1.228
Tardío sometidos al análisis de diversidad
cerámica representan solo un pequeño por- Tarapacá Viejo 1 113 1.495 1.492
centaje de los considerados en el análisis de
* Una técnica estadística que se basa en un muestreo aleatorio con
redes sociales (figura 2), Tarapacá Viejo fue reemplazo, empleado para compensar las diferencias en tamaño de la
el único sitio del Período Intermedio Tardío muestra.
85
figura 3a. Mapa arquitectónico de Tarapacá Viejo (modificado de Uribe y Urbina 2010)
446950

447000

447050

447100

447150

447200

447250
7796800

Colonial Cemetery Modern Cemetery

7796750

68a
68
45a
67
43a
44c
Ruta A-565
73b

Unit 3
65 52a

Unit 5
63a
66 52 42d
63 42a 41 39
7796700 51 44b 42b
78b 62 42c
78a 50 32
61a 37
49a
78 44a 40a 33
77a 61
49 43 42a 38
60 48a 1
77 44
76a 59 48 45 40

Unit 6 76
75a
69
64 58
57
47a
43b
43a 7
2
3
75 8
74a 47
84 56
83 74 69 12 9 4
46a
73 54
72a
46 13
73 53 16 14 5a
7796650 71
10
70a
26
70 25 17 5
27
24

Unit 8
28 23
18
22 15

21 20

31
30
Unit 2
19

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


7796600

Unit 4
Unit 7

Puesto eléctrico Tarapacá Viejo (TR49) 0 25 km


Comunidad: Huara / Provincia: Iquique / Región: Tarapacá
Excavaciones 2006-7
Proyecto: Universidad de Chile VIDsoo 08/16-2,
Excavaciones 1979 Tarapacá Viejo y el Inka en los Valles Occidentales,
Topografía Andes Centro Sur (1450-1540) Mauricio Uribe Rodríguez, 2009

Petroglifos
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

de los siete sitios analizados con el índice de Viejo, así como su ubicación estratégica en
diversidad que fue posteriormente agregado las rutas de intercambio existentes, fueron
a la red de caminos incas del norte de Chile. factores importantes en la selección de este
Sugerimos que los diversos lazos económicos sitio como un centro administrativo imperial
mantenidos por los habitantes de Tarapacá principal en la región.
86

La conectividad del región de la red vial inca, arrojando luz sobre


su potencial de controlar y/o beneficiarse de
Horizonte Tardío: la afluencia de personas, bienes e información
en las regiones bajo administración imperial.
los incas y el Qhapaq Ñan Después, empleamos el “índice de diversidad
en el norte de Chile Shannon-Weaver” para evaluar la diversidad
presente en los conjuntos cerámicos del Ho-
rizonte Tardío, tomando esta medida como la
Centrémonos ahora en explorar la conec- representación del impacto de la llegada inca
tividad en el Horizonte Tardío, aplicando en el esquema de intercambio interregional y
para ello el análisis de redes sociales para de las relaciones que permiten el movimiento
evaluar las relaciones entre los nodos (sitios) de bienes a través del paisaje.
de la red administrativa inca en el norte de
Chile y cómo estos fueron cuidadosamente REDES SOCIALES
integrados a través de líneas conectoras con- EN EL HORIZONTE TARDÍO
formadas por el sistema vial o Qhapaq Ñan. En contraste con los niveles relativamente si-
Los sitios del Horizonte Tardío en el norte milares de interconectividad observados para
de Chile se pueden agrupar en tres tipos: (1) el período Intermedio Tardío, el Horizonte
asentamientos locales, que pueden tener al- Tardío vio el surgimiento de varios sitios con
gunos artefactos de estilo Inca, pero carecen una mayor centralidad. Esto fue resultado de
de influencia arquitectónica de ese estilo; (2) la particular configuración de los caminos in-
los sitios pre-existentes cuya arquitectura es, cas en esta región, que unían tanto los sitios
sobre todo, local pero que posee arquitectu- nuevos creados por los incas como los sitios
ra imperial intrusiva; y (3) sitios fundados y con construcciones incas intrusivas, levan-
construidos íntegramente por los incas (Adan tadas a veces sobre ocupaciones mucho más
1999; Niemeyer y Schiappacasse 1988; Santo- antiguas. Los habitantes de estos nodos de
ro et al. 2010; Uribe y Adán 2004). Dejando a mayor centralidad en la red inca Qhapaq Ñan
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

un lado el primer tipo, el presente análisis se habrían tenido la posibilidad de controlar o,


centra en los dos restantes tipos en los que la al menos, beneficiarse del movimiento de
inversión inca es arquitectónicamente visi- personas, bienes e información que circulan
ble (estos sitios se muestran en la figura 4). En por esa parte del territorio imperial.
el norte de Chile todos estos sitios se asocia- Con un total de seis conexiones, el sitio de
ron con una o más ramas de la red vial inca. Tarapacá Viejo tiene la mayor centralidad de
En los casos en que son conocidas, nuestro grado de la red inca en el norte de Chile (ta-
análisis también incluyó las conexiones con bla 5). El sitio se encuentra ubicado en la con-
sitios incas en el sur de Perú y oeste de Bolivia fluencia de dos rutas norte-sur incas: el Cami-
(figura 4). Estos datos constituyen los nodos y no Real de la Costa, también llamado Camino
líneas conectoras del análisis de redes socia- Real de los Llanos (que parece haber seguido
les presentado a continuación. una antigua ruta de caravanas) y una ruta más
Comenzando por el uso de varias medidas al interior que viaja a través de los valles trans-
de centralidad, el análisis presentado a conti- versales superiores de la precordillera (Beren-
nuación nos permite entender con mayor de- guer 2009). El Camino Real de la Costa/los Lla-
talle las ventajas y limitaciones resultantes de nos vincula un número de sitios a lo largo de
la ubicación de cualquier nodo dentro de una la línea costera del Pacífico en el extremo nor-
87
figura 4. Caminos incas del Qhapaq Ñan (bordes) y sentamientos (nodos)
que se utilizan en el análisis de redes sociales

Zapahuira Tambo
Chungara
Molle
Pampa Este Socoroma Lago
Poopó
Pampa Saguara
Alto Ramirez
Isluga
Hacienda Camerones
Incaguano
Tarapacá Viejo
El Tojo
Huantajaya
Sitios arqueológicos
Cerro Esmeralda Pica Red del Qhapaq Ñan

Lamentica Pabellón Inca


Miño-miño

Tambo Hito
Cerro
Colorado Turi
Océano Cerro Verde
Pacífico Caspana
Catarpe
Tambo
San Pedro
de Atacama Licancabur

Peine

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


Tilomonte
Aguada de Puquio Meterorito

Vaquillas

Juancal
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

La Huerta
Viña del Cerro
0 80 km
88

te de Chile, antes de girar al sureste a través de


la Pampa de Tamarugal para cruzar luego el tabla 5. Centralidad de grado
valle de Tarapacá por el sitio de Tarapacá Vie-
jo. Desde aquí, el Camino Real viaja por el bor- Grado Sitios
de de la pampa hasta llegar al río Loa. La ruta (degree) (Horizonte Tardío)
del interior conecta una serie de importantes
sitios administrativos y tambos, incluyendo 6 Tarapacá Viejo
Saguaro, Socoroma y Zapahuira. De estos si-
tios, Zapahuira (figura 3B) es particularmente 5 Zapahuira
importante, ya que tiene la segunda mayor
centralidad de grado —con un total de cinco 3 Catarpe, Cerro Verde, Incaguano, Molle
Pampa, Pabellon Inca, Pampa Alto
conexiones— mientras que los demás sitios
Ramírez, Pica, Sama la Antigua, Turco
considerados en este análisis tienen entre una
a tres conexiones máximo (tabla 5). Debido a 2 Caspana, Cerro Colorado, El Tojo,
que están conectados directamente a un ma- Hacienda Camarones, La Huerta,
yor número de asentamientos, los residentes Miño-miño, Saguaro, Socoroma,
de estos sitios con alta centralidad de grado Tambo Chungara, Tamentica, Turi
tienen diversas formas alternativas para obte-
ner bienes o información necesaria, por lo que 1 Cerro Esmeralda/Huantajaya,
Los Hornos, Viña del Cerro
son menos dependientes de cualquier fuente
en particular. Además, los habitantes de no-
dos altamente conectados están a menudo en
condiciones de beneficiarse de la intermedia-
ción en intercambios —ya sea de información
o bienes— entre otros nodos más periféricos. tabla 6 . Centralidad de Bonacich
El uso de la centralidad de Bonacich (Bo-
nacich 1987), que nos sugiere que el poder se Bonacich Sitios
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

deriva de las conexiones de un nodo y del nú- (Bonacich power) (Horizonte Tardío)
mero de conexiones que tiene, añade matices
a nuestro análisis. Tarapacá Viejo y Zapahuira, 1188.7 Tarapacá Viejo
de nuevo, emergen aquí como los sitios con las
puntuaciones más altas de esta medida de cen- 734.5 Zapahuira
tralidad (valores de 1188.70 y 734.5, respecti-
450-699 Hacienda Camarones, Incaguano,
vamente), ya que tienen numerosos enlaces
Molle Pampa, Pampa Alto Ramírez,
con sitios menos comunicados (tabla 6). Las Pica, Saguara, Turco
personas, bienes e información que fluyeron
a través de Tarapacá Viejo y Zapahuira proba- 150-449 Cerro Esmeralda/Huantajaya, El Tojo,
blemente incrementaron el poder y autoridad Los Hornos, Miño-miño, Pabello Inca,
de sus residentes, ya que todo este tráfico se Sama la Antigua, Socoroma, Tambo
distribuye posteriormente a nodos más aisla- Chungara, Tamentica
dos en la red inca, cuyos habitantes tenían me-
<150 Caspana, Catarpe, Cerro Colorado,
nos rutas alternativas por donde recibir dicha
Cerro Verde, La Huerta, Turi, Viña
afluencia de información y/o bienes. Al mis-
del Cerro
mo tiempo, los moradores de Tarapacá Viejo y
89
figura 3b. Planta arquitectónica de estructuras incas en Zapahuira

1. Tambo Zapahuira 1:
Ruta 11 colcas
Arica- La Paz
2. Tambo Zapahuira 2:
canchas

Nota: Redibujado de

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


Muñoz et al. 1987, lámina
4, página 89. Imagen de
Google Earth.

1. 2.
0 50 km

Zapahuira tuvieron el potencial de beneficiar- cas en el norte de Chile (tabla 7). Esto es aún
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

se como mediadores en las interacciones entre más notorio cuando se lo compara con los
nodos periféricos adyacentes. otros sitios que le siguieron en las siguientes
En términos de la medida de centralidad seis puntuaciones más altas: Pabellón Inca, la
de intermediación —que se refiere a la fre- región Intersalar, Miño-Miño, Cerro Colora-
cuencia con la que se encuentra un nodo en el do, Turi y Cerro Verde (tabla 7 y figura 4). Es-
camino más corto entre todos los pares de no- tos sitios poseen altos valores de intermedia-
dos de una red— Tarapacá Viejo manejó una ción, ya que están unidos por una sola vía, lo
ventaja significativa sobre los demás sitios in- que significa que el camino más corto desde
90

cualquier punto de partida hasta su destino


dentro de la misma red pasa obligadamente tabla 7. Centralidad de intermediación
por alguno de estos seis sitios. Además, los va-
lores de intermediación de estos sitios se en- Intermediación Sitios
cuentran un tanto más elevados debido a dos (betweenness) (Horizonte Tardío)
factores: (1) las rutas con dirección hacia el
este enlazando el sudoeste de Bolivia no han 193.5 Tarapacá Viejo
sido bien documentadas arqueológicamente,
75-145 Pabellon Inca, Intersalar, Miño-miño,
dejando vacíos en lo que a la configuración de
Cerro Colorado, Turi, Cerro Verde
la red se refiere; y (2) no parece haber habido
caminos transversales en la región entre San ene-74 Hacienda Camarones, Pampa
Pedro de Atacama y la cuenca de Copiapó Alto Ramírez, Incaguano, Catarpe,
que conectase el sistema de caminos inca al Zapahuira, Saguara, Molle Pampa,
noroeste de Argentina. En consecuencia, la Turco, La Huerta, Pica, Socoroma,
sección sur de la red analizada estuvo más Tambo Chungara, Tamentica
aislada y menos interconectada que hacia el
<1 El Tojo, Oruro, Cerro Esmeralda/
norte, lo que subraya aún más la importancia
Huantajaya, Sama la Antigua,
de Tarapacá Viejo como el punto de entrada
Los Hornos, Caspana, Viña del Cerro
de personas, bienes e información desde el
norte hacia el sur del Imperio.
Finalmente, en términos de centralidad
de cercanía, Tarapacá Viejo de nuevo tiene el
mayor valor de todos los sitios considerados
en este análisis (tabla 8). Al igual que con la
centralidad de intermediación, esto es en par- tabla 8. Centralidad de Bonacich
te una consecuencia de la estructura de la red
en sí y del hecho de que los sitios localizados Cercanía Sitios
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

en los bordes de la red estaban artificialmen- (closeness) (Horizonte Tardío)


te más separados del resto del Sistema Vial
Inca, haciendo que estos se vean como más 30.23 Tarapacá Viejo
periféricos de lo que en la realidad fueron.
25-29 Intersalar, Pabellon Inca, Pica,
Teniendo esto último en cuenta, el elevado
Hacienda Camarones, Saguaraa,
valor en la centralidad de cercanía de Tarapa- Incaguano, Tamentica
cá Viejo sugiere, pues, que la eficiencia en el
flujo fue una de las ventajas disfrutadas por 20-24 Miño-miño, Cerro Esmeralda/
los habitantes del sitio. El tráfico de salida de Huantajaya, El Tojo, Pampa Alto
Tarapacá Viejo habría sido capaz de llegar a Ramírez, Socoroma, Turco, Cerro
sus demás centros periféricos de forma rela- Colorado, Oruro, Zapahuira, Tambo
tivamente rápida y con un mínimo de para- Chungara, Molle Pampa
das en sitios intermediarios. En comparación
15-19 Turi, Sama la Antigua, Cerro Verde,
con otros sitios, la afluencia de la red habría
Los Hornos, Catarpe
llegado a los residentes de Tarapacá Viejo de
forma más directa a través de un menor nú- oct-15 Caspana, La Huerta, Viña del Cerro
mero de intermediarios. Lo directo de estas
91
conexiones hizo de este sitio una base admi- el Intermedio Tardío a H=0.809 durante el
nistrativa ideal, mejorando la eficiencia de la Horizonte Tardío para el sitio de Camiña y
afluencia de bienes, personas e información a para Chusmisa de H=1.228 a H=0.801). Por el
través de la región. contrario, en Tarapacá Viejo se vio una caí-
da significativa en la diversidad de los tipos
CONSECUENCIAS DE LAS cerámicos representados (de H=1.492 en el
TRANSFORMACIONES EN LA CONECTIVIDAD Intermedio Tardío a H=0.314 en el Horizon-
BAJO EL DOMINIO INCA: DIVERSIDAD te Tardío), con la puntuación de diversidad
CERÁMICA significativamente muy por debajo de la del
No es sorprendente que la incorporación inca período Intermedio Tardío (tablas 4B y 9).
del norte de Chile también tuvo un impor- La colección cerámica recuperada en las
tante impacto en la actividad económica y la excavaciones de Tarapacá Viejo nos indica
circulación de bienes en la región. Volviendo que los residentes continuaron manteniendo
al “índice de diversidad Shannon-Weaver” de algunas conexiones económicas con el grupo
los materiales recolectados en los tres sitios étnico Carangas, ubicado en el altiplano al
con ocupación del Horizonte Tardío (Uribe este del valle. Más allá de esto, el intercambio
et al. 2007), se observó un descenso signifi- regional con otros estilos fue suplantado por
cativo en la diversidad cerámica en general, una importante afluencia de cerámicas de
con respecto al período anterior (tabla 9). Sin distintiva manufactura inca, así como imita-
embargo, los sitios de la región se vieron afec- ciones locales y regionales del estilo Inca Im-
tados en diferentes grados. Por un lado, en los perial (Zori 2011). De hecho, las recolecciones
sitios de Camiña y Chusmisa —ninguno de de superficie en Tarapacá Viejo, arrojaron el
los cuales tuvo mayor intervención arqui- mayor porcentaje de tiestos Inca e Inca-local,
tectónica por los incas— se experimentaron más que en cualquiera de los siete sitios del
relativamente pequeñas disminuciones en la período Intermedio Tardío y Horizonte Tar-
diversidad de su cerámica respecto al perío- dío analizados por Mauricio Uribe y sus cole-

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


do Intermedio Tardío (de H=0.879 durante gas (2007, tabla 3).

tabla 9. Cantidad de fragmentos (N) y los resultados del análisis


de la diversidad (H) para sitios con ocupación del Horizonte Tardío

Horizonte Tardío Número de fragmentos H H (bootstrapped)*


LANZANDO UNA AMPLIA RED...

Tarapacá Viejo 562 0.316 0.314

Chusmisa 81 0.808 0.801

Camiña 24 0.779 0.809

*Una técnica estadística que se basa en un muestreo aleatorio con reemplazo, empleado para compensar las diferencias
en tamaño de la muestra
92

Una primera interpretación de esta disminu- Discusión y conclusiones


ción de la diversidad cerámica en Tarapacá
Viejo es que reflejaría rupturas en las alianzas
regionales e intercambios económicos, un
producto del accionar inca para poner a las Tomando en cuenta los análisis presentados
élites locales bajo la autoridad imperial. Esta en el artículo, sostenemos que las relaciones
interpretación se ha utilizado, por ejemplo, sociales, económicas y físicas preexistentes
para explicar los cambios en los conjuntos ce- en la región de Tarapacá influenciaron la
rámicos del valle del Mantaro bajo el control configuración de la red Qhapaq Ñan en el
inca (vid. Costin 2001; Costin y Earle 1989; norte de Chile. Esta región estuvo altamen-
D’Altroy 2001). Sin embargo, los resultados te interconectada en el período Intermedio
antes señalados del análisis de redes sociales Tardío, es más los residentes en algunos sitios
nos indican que —en relación con otros sitios —como Tarapacá Viejo— fueron capaces
de la región— fue más bien el diseño de la red de traducir esos vínculos físicos en mayores
vial inca lo que privilegió a los residentes de conexiones económicas extendidas sobre di-
Tarapacá Viejo el acceso a los recursos impe- versas zonas ambientales. De la multitud de
riales movilizados a través del norte de Chile. antiguos senderos de caravanas que cruza-
A pesar de la reducción del intercambio inte- ban el norte de Chile, los incas seleccionaron
rregional —observado a través de la disminu- un conjunto que unía asentamientos clave
ción en la diversidad cerámica del sitio— los a través del paisaje, ya fueran estos tambos,
relativamente altos porcentajes de cerámica centros administrativos recientemente cons-
inca en Tarapacá Viejo sugieren que los resi- truidos o sitios preexistentes con adición de
dentes del sitio se beneficiaron de su posición estructuras incas. La configuración de estas
en la red administrativa inca para obtener ac- conexiones generó relaciones de influencia
ceso privilegiado a estos bienes imperiales e y dependencia, las cuales hemos investigado
incluso acrecentaron la influencia de su sitio mediante el presente análisis de redes socia-
en el escenario regional. les y de la evaluación de la diversidad cerámi-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ca encontrada en los sitios de la región.


Durante el Horizonte Tardío, las medidas
de centralidad de grado nos señalan a Tara-
pacá Viejo y Zapahuira como sitios especial-
mente bien conectados, posicionados —tan-
to geográficamente como dentro de la misma
estructura más amplia de la red— para influir
y beneficiarse de forma directa de los flujos de
personas, bienes e información a través de la
región. Además, la centralidad de Bonacich
nos sugiere que la mayoría de las conexio-
nes mantenidas tanto por Tarapacá Viejo
como por Zapahuira eran con otros sitios
menos conectados, por lo que los habitantes
de esos nodos más periféricos dependieron
de la afluencia a través de estos dos centros
para los intercambios. Según lo indicado por
93
el elevado valor de la medida de centralidad ignorar Tarapacá Viejo dentro de su proceso
de intermediación, los habitantes de Tarapa- de expansión en la región. En lugar de ello,
cá Viejo estaban particularmente bien posi- los incas parecen haber establecido rela-
cionados para ejercer cierto grado de control ciones diplomáticas y económicas con los
sobre el tráfico a través de su región, con el habitantes del lugar y utilizar el sitio como
mencionado sitio sirviendo de punto de enla- un centro primario desde el cual se podrían
ce entre la parte norte de la red, mejor conec- llevar a cabo las labores imperiales: negociar
tada, y la parte sur, más dispersa. El alto valor con líderes locales, organizar el tributo labo-
en centralidad de cercanía del sitio habría ral y realizar rituales y actos de hospitalidad
sido un atractivo para los administradores in- patrocinados por el Estado (Uribe et al. 2012;
cas, de hecho, Tarapacá Viejo fue situado para Zori 2011). Estas actividades justifican en
promover el eficiente movimiento de bienes, parte los altos porcentajes de vasijas Inca e In-
personas e información a sitios distantes de ca-local encontradas, las cuales reemplazaron
la región con un mínimo de nodos/entidades a la cerámica altiplánica Negro sobre Rojo (así
intermediarias. como las vasijas policromas de Arica) como
Aunque ambos sitios estuvieron com- vasijas de prestigio para uso en festines y
parativamente mejor conectados bajo el como ofrendas mortuorias (Uribe et al. 2007;
dominio inca, las trayectorias históricas de Zori 2011).
Zapahuira y Tarapacá Viejo difieren en aspec- Teniendo en cuenta el papel de Tarapacá
tos fundamentales (figuras 3A y 3B). El centro Viejo como puerta de entrada por la cual el
administrativo y el tambo de Zapahuira pare- tráfico fluía desde la parte norte de la región
ce haber sido de reciente construcción por el (que fue más dendrítica) hacia la parte sur
Imperio durante el Horizonte Tardío (Muñoz (que estuvo escasamente poblada) es poco
et al. 1987; Piazza 1981), lo que sugiere que la probable que la conectividad e influencia de
decisión inca de construir un sitio aquí estuvo los habitantes del sitio se redujeran bajo el
influenciada por el potencial estratégico del mandato inca, incluso cuando los conjuntos

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


lugar para controlar el flujo del tráfico, una cerámicos se volvieron más homogéneos. En
vez que la ruta del Qhapaq Ñan a través de esta lugar de ello, la configuración particular de
región se había decidido. Las colcas y canchas los caminos incas en la región aumentó la
asociadas con el sitio habrían sido utilizadas centralidad del sitio y, probablemente, pro-
para reabastecer y guarecer a los viajeros en su porcionó a los residentes de Tarapacá Viejo
paso por esta árida región (figura 3B). aún mayores oportunidades para controlar
Por el contrario, la ubicación de Tarapa- y/o beneficiarse del tránsito de personas, bie-
cá Viejo puede haber jugado un papel mucho nes e información de las que estuvieron dispo-
más importante en la modelación de la red nibles para los habitantes de Zapahuira, esto a
de caminos imperiales desde un principio. pesar de que ambos son nodos importantes de
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

Este sitio tuvo una fuerte ocupación del pe- la red Qhapaq Ñan en el norte de Chile.
ríodo Intermedio Tardío y estaba habitado Del mismo modo, desde la perspectiva de
por personas que mantenían vínculos econó- sitios como Pica y Tamentica, que disfrutaron
micos y sociopolíticos a través de una amplia de los más altos niveles de conectividad du-
extensión geográfica, que incluía la costa, rante el período Intermedio Tardío, el análi-
otros valles transversales y el altiplano adya- sis de redes sociales también reveló cómo la
cente. En virtud de su excelente ubicación y reconfiguración de caminos bajo el dominio
conexiones, los incas no podían permitirse de los incas pudo haber ocasionado el detri-
94

mento de otros centros anteriormente prós- centralidad. Por el contrario, la administra-


peros y bien conectados. Durante el Interme- ción inca construyó centros administrativos
dio Tardío, Pica y Tamentica se encontraban más pequeños con poca o ninguna capacidad
mejor conectados que Tarapacá Viejo para to- de almacenamiento en regiones de baja cen-
mar ventaja del comercio interregional y de tralidad, basándose exclusivamente en sus
otras oportunidades sociopolíticas y/o econó- necesidades de bienes de prestigio (Jenkins
micas; sin embargo, con el establecimiento y 2001: 675). Tarapacá Viejo corresponde pre-
expansión del Qhapaq Ñan por el norte de cisamente a uno de estos centros administra-
Chile, la prominencia y conexión de los dos tivos más pequeños con una baja centralidad
primeros sitios fue disminuyendo a medida global, con la extracción de cobre y plata —
que la administración imperial eligió centrar actividades ligadas a la economía de bienes
su atención en Tarapacá Viejo. de prestigio— como uno de los objetivos im-
Debemos tener en cuenta que el norte de periales principales a desarrollarse en el sitio
Chile representa nada más que un pequeño y, por extensión, en el norte de Chile (vid. Zori
subconjunto dentro del sistema de caminos y Tropper 2010, 2013; Zori et al. 2013; Zori y
y centros administrativos incas. Centrarse en Urbina 2014).
un área geográfica limitada permite un ma- Los esfuerzos por desarrollar una com-
yor nivel de detalle —incluir, por ejemplo, prensión del dominio inca en sus provincias
segmentos de caminos secundarios y sitios se han focalizado, a menudo, en los centros
que no califican como grandes centros im- administrativos. Si bien, individualmente,
periales— pero al mismo tiempo dificulta estos sitios servían como lugares claves en
entender cómo la región en cuestión se arti- las interacciones a nivel local-imperial, tam-
culó con el Sistema Vial Inca en general. Si bién formaron parte de una red más amplia
bien Tarapacá Viejo emergió como un lugar de asentamientos de origen y/o influencia
central en la red administrativa del norte de inca con habitantes que se articularon entre
Chile, en realidad fue relativamente marginal sí por medio de la red vial. Al aplicarse el en-
en el contexto general del Tawantinsuyu. foque de redes sociales al Sistema Vial Inca
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

En su artículo “A Network Analysis of —imaginándolo como una serie de líneas


Inka Roads, Administrative Centers, and Sto- conectoras enlazando nodos a través del cual
rage Facilities”, David Jenkins (2001) vinculó circularon personas, bienes e información—
la distribución de los centros administrati- comienzan a resaltar las oportunidades y li-
vos y las instalaciones de almacenamiento mitaciones que las conexiones de los nuevos
con las distintas demandas del Imperio de grupos incorporados ofrecían, ya fueran es-
bienes de necesidades básicas y de bienes de tas preexistentes o recién formalizadas a una
prestigio (vid. D’Altroy y Earle 1985). Jenkins escala regional. Aparecen, asimismo, nuevos
(2001) ha llegado a la conclusión de que, en matices en los tradicionales enfoques sobre
la administración inca, una consideración el impacto que experimentaron las econo-
primordial para la construcción de conjuntos mías provinciales tras su incorporación al
particulares de instalaciones administrativas Tawantinsuyu, tomándose en cuenta que
y de almacenamiento fue la habilidad para la centralidad pudo ofrecer ventajas impor-
adquirir y controlar bienes de necesidad bási- tantes —e incluso, imprevistas— a ciertas
ca. Puntualmente, los enormes centros admi- comunidades locales en función de su ubi-
nistrativos de gran capacidad de almacena- cación espacial y sus conexiones con otros
miento eran construidos en lugares con alta centros.
95
El análisis de redes sociales nos proporciona Referencias citadas
así un nuevo medio con el cual podemos in-
tegrar los enfoques sobre el dominio inca a
nivel de sitios con un conocimiento cada vez
mayor sobre la gran Red Vial Inca. Esto, en úl- FUENTES DIGITALES
tima instancia, brindará una nueva compren-
sión de cómo la conectividad regional formó Beals, Monica; Louis Gross y Susan Harrell
y, a la vez, fue transformada a través de las 2000 Diversity Indices: Shannon’s H and E. The
interacciones entre las comunidades locales Institute for Environmental Modelling (TIEM),
University of Tennessee [en línea]. Disponible
y los representantes del Imperio.
en: http://www.tiem.utk.edu/~gross/bioed/
bealsmodules/shannonDI.html [6 de diciem-
bre de 2016]

Borgatti, Stephen P.; Martin G. Everett y Linton C. Freeman


2002 UCINET for Windows: Software for Social
Network Analysis. Harvard: Analytic Techno-
logies.

AGRADECIMIENTOS Hanneman, Robert A. y Mark Riddle


2005 Introduction to Social Network Methods,
Esta investigación se llevó a cabo bajo el res- University of California [en línea]. Disponible
paldo del Proyecto Arqueológico Valle de en http://faculty.ucr.edu/~hanneman [6 de
Tarapacá y el Proyecto FONDECYT 1030923. diciembre de 2016].
La financiación y apoyo adicional fueron
Isaksen, Leif
proporcionados por la National Science
2008 “The application of network analysis to
Foundation, Cotsen Institute of Archaeology
ancient transport geography: A case study
at UCLA, UCLA Institute of American Cul- of Roman Baetica”, Digital Medievalist [en

COLLEEN ZORI Y ERIKA BRANT


tures, UCLA Latin American Studies Center, línea]. Disponible en: http://www.digital-
UCLA Department of Anthropology, UCLA medievalist.org/journal/4/isaksen/ [7 de
Friends of Archaeology, CSUN Association diciembre de 2016]
of Retired Faculty y la CSUN Graduate Equi-
ty Fund. Nuestro más profundo agradeci-
FUENTES DOCUMENTALES
miento a Ran Boytner y Mauricio Uribe por
facilitar nuestra investigación en el marco Brant, Erika
de sus respectivos proyectos. Gracias a Phil 2009 Late Intermediate Period (A.D. 900-1450)
Ender de la UCLA Statistical Consulting que Rock Art and Ritual Integration in the Tarapa-
nos ayudó en el procedimiento de bootstrap- cá Valley. Tesis de Maestría, California State
LANZANDO UNA AMPLIA RED...

ping. Nuestra gratitud también para Giancar- University, Northridge.


lo Marcone Flores, Elizabeth Arkush y Sofía
Uribe Rodríguez, Mauricio
Chacaltana, organizadores de la conferencia
2004 Alfarería, Arqueología, y metodología: aportes
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Inca” y para Davide Zori, Tara Carter, Ran Norte Grande de Chile. Tesis de Doctorado,
Boytner y Elizabeth Arkush por sus comen- Universidad de Chile, Santiago de Chile.
tarios y útiles sugerencias a las versiones an-
teriores de este texto.
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Qawra Thaki:
el sistema de caminos
transversales entre
el altiplano y los valles
occidentales del sur
peruano
EDMUNDO DE LA VEGA Dentro de la conformación territorial del Estado Inca,
el Qollasuyu fue la provincia o suyu de mayor exten-
UNIVERSIDAD NACIONAL
sión, pero también una de las regiones de mayor ri-
DEL ALTIPLANO, PERÚ
queza y densidad poblacional a nivel de todos los An-
des. Geográficamente abarcaba la parte media y alta
CHARLES STANISH de la cuenca del río Vilcanota, pero su mayor super-
ficie correspondía al altiplano del Collao. Esta es una
COTSEN INSTITUTE
extensa cuenca endorreica intermontañosa ubicada
OF ARCHAEOLOGY AT UCLA,
al sur del Cusco, en cuyo entorno convivían, contem-
ESTADOS UNIDOS
poráneos a los incas, diversos señoríos de habla ay-
mara como los canas, canchis, qollas, lupaqas, paca-
MICHAEL E. MOSELEY jes, qarangas, quillacas, charcas, sora, cuis, caracaras,
chichas y otros (Arkush 2009, 2011; Bauer y Stanish
UNIVERSITY OF FLORIDA, 2001; Bouysse-Cassagne 1975, 1991; Stanish 2003)
ESTADOS UNIDOS Durante la segunda mitad del siglo XV, este in-
menso territorio fue progresivamente incorporado al
ámbito del Estado Inca. Uno de sus principales meca-
PATRICK RYAN WILLIAMS
nismos de dominio y control territorial en la región
FIELD MUSEUM CHICAGO, fue un sistema jerárquico de asentamientos articula-
ESTADOS UNIDOS dos a la red vial estatal (Stanish 2012). Esta red vial,
conocida como Qhapaq Ñan, era un extenso y comple-
jo sistema de caminos que conectaban e integraban
BENJAMIN R. VINING administrativa, política, económica y culturalmente
BOSTON UNIVERSITY, el vasto territorio del Tawantinsuyu.
ESTADOS UNIDOS A través del Qollasuyu transcurría uno de los
tramos más importantes del Qhapaq Ñan, que se ex-
tendía por más de 1 500 kilómetros. Desde el Cusco,
CECILIA CHÁVEZ de donde partían todos los caminos, se dirigía al sur,
COLLASUYO ARCHAEOLOGICAL atravesando la cuenca del Vilcanota, cruzaba La Raya
RESEARCH INSTITUTE, PERÚ y llegaba hasta Ayaviri, donde se bifurcaba en tramos
que bordeaban el lago Titicaca por las márgenes occi-
dental y oriental, para volver a unirse al sur del lago
KARL LAFAVRE y continuar hasta alcanzar el extremo meridional del
UNIVERSITY OF CALIFORNIA territorio inca (Cieza 1945 [1553]; Hyslop 1984, 1992;
AT LOS ANGELES, ESTADOS UNIDOS López 2012).
102

La documentación colonial y la mayoría de El intercambio a larga


las investigaciones arqueológicas han regis-
trado y detallado el trazo longitudinal del distancia entre el altiplano
Qhapaq Ñan donde se hallan, en continua
sucesión, una serie de poblados de amplia y los valles occidentales
diversidad en cuanto a tamaño, funcionali-
dad e importancia sociopolítica y económica
(Cieza 1945 [1553]; Hyslop 1984, 1992; INC El altiplano circum-Titicaca —entre Perú y
2004a, 2004b, 2005a, 2005b; López 2012; Sta- Bolivia— constituye una de las regiones de
nish 2012; Vaca de Castro 1908 [1543]). mayor importancia y significación cultural
Al contrario, los tramos transversales que en la historia prehispánica de los Andes. Se-
vinculan al altiplano con los valles del Pacífi- gún Lumbreras (1981) funcionó como “nú-
co y la Amazonía no han podido ser registra- cleo” de un sistema radial, donde esta región
dos con la misma acuciosidad y detalle debi- mantuvo estrechos vínculos con las otras
do a su gran número, ya que prácticamente regiones del área centro-sur andina. Entre
de cada poblado ribereño parten uno o más ellas se incluyen los valles occidentales o
caminos que se dirigen hacia estos valles. En de la costa del Pacífico desde Arequipa en el
la ribera occidental del lago, el Proyecto Qha- Perú hasta Pisagua en Chile, además de los
paq Ñan ha registrado tres rutas importantes: valles orientales de la Amazonía, el desierto
Hatuncolla-Arequipa, Puno-Moquegua e Ila- de Atacama y la región de puna donde están
ve-Tacna (INC 2004a, 2004b, 2005a). los salares de Uyuni y Coipasa, y la sierra alta
Sin embargo, como mencionamos, exis- de Chile y Argentina.
ten muchas más rutas que vinculan al altipla- El altiplano circumlacustre está consti-
no con los valles occidentales. Y es que la rela- tuido por el lago Titicaca (3 810 msnm), las
ción de las poblaciones en ambas regiones no pampas ribereñas que lo circundan y las cor-
solo es necesaria en términos de complemen- dilleras occidental y oriental que lo delimi-
tariedad e intercambio, sino que se remonta tan. Pese a las duras y extremas condiciones
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

a los períodos más tempranos de la historia geográficas y climáticas, el altiplano ofrece


prehispánica. diversos recursos y espacios productivos que
En 2007, investigadores peruanos y norte- hicieron de esta región una de las más ricas
americanos realizamos una prospección en el y densamente pobladas de los Andes prehis-
sector de puna de la ruta que vinculaba al sitio pánicos, además de ser el centro de origen
de Tiwanaku como principal centro de poder y desarrollo de sociedades complejas como
político y ceremonial del Estado Tiwanaku Pukara y Tiwanaku (Stanish 2003).
con los valles de Moquegua y Tacna, donde Desde muy temprano las sociedades alti-
se asentaron las colonias más importantes de plánicas fueron conscientes de las potenciali-
los valles del Pacífico. Nuestro objetivo prin- dades pero también de las limitaciones de su
cipal fue documentar el uso del camino por entorno. Por ello se preocuparon por incor-
Tiwanaku. Pero los datos obtenidos fueron lo porar a su economía recursos y productos de
suficientemente amplios como para permitir otros ambientes, que obtenían a través de su in-
una extrapolación del uso camino a otros pe- tegración a redes de tráfico e intercambio en las
ríodos y, al ser con seguridad parte del Qha- que también participaban otras poblaciones de
paq Ñan, nos permitirán evaluar el uso del diversos niveles de desarrollo. Para ello apro-
camino antes y durante el incario. vecharon su estratégica ubicación, que sirve
103
de puente entre las cuencas del Amazonas y interacción y control territorial: (1) la ex-
del Pacífico, a la vez que entre los Andes cen- plotación de un área nuclear de hábitat la-
trales y meridionales. custre, (2) el establecimiento de colonias de
Una amplia gama de materias primas y población permanente en valles costeños
productos fueron intercambiados entre las y amazónicos y, (3), la participación en una
diversas regiones, como maíz, coca, chuño, red de intercambio con territorios no altiplá-
tunta, charqui, pescado, frutas, sal, cobre, oro, nicos a través de centros multiétnicos inter-
plata, textiles, conchas, cerámica, pieles ani- mediarios (Mujica 1988). Estas dos últimas
males, plantas medicinales y alucinógenos. estrategias habrían consolidado y fortalecido
Durante el período Arcaico (8 000-2000 a. C.) las relaciones interregionales, tanto en lo que
las poblaciones de cazadores y recolectores respecta al tráfico e intercambio de bienes, re-
mantuvieron una intenso tráfico de materias cursos y productos, como a los conocimien-
primas. Tal es el caso de la obsidiana, cuya tos, ideología y patrones artísticos.
principal fuente se halla en Chivay, en el Desconocemos si la estructura y el
valle del Colca, departamento de Arequipa funcionamiento de este sistema sufrieron
(Tripcevich 2007. Tripcevich y Yépez 2009), transformaciones tras el colapso del Estado
aunque su dispersión se ha documentado en Tiwanaku y el posterior surgimiento de los
toda el área centro-sur (Burger et al. 2000; Sta- señoríos altiplánicos, pero al parecer nunca
nish et al. 2002). fue interrumpido, aun cuando probablemen-
Hacia 1500 a. C., tanto al norte como al te se incorporaron algunos pucaras o pobla-
sur de la cuenca del Titicaca surgieron socie- dos amurallados de cumbre como sitios de
dades complejas agropastoriles. A partir del defensa y protección de las rutas de tránsito.
1200 a. C., y posiblemente antes, tenemos evi- Sin duda, la integración interregional se con-
dencia de contacto entre el altiplano y otras solidó y fortaleció bajo el régimen estatal in-

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


regiones: así, por ejemplo, Qaluyo habría caico (1470-1532 d. C.) que tuvo en el Qhapaq
intercambiado productos y materias primas Ñan, o en su sistema de caminos, el principal
con los grupos marcavalle y pikicallepata del elemento de comunicación y articulación
Cusco (Mohr 1982; Mujica 1988), a la vez que económica, sociocultural, religiosa y políti-
compartía elementos decorativos similares co-administrativa.
con Alto Ramírez, en Arica (Rivera 1976). Finalmente, durante la Colonia y la Repú-
Con Pukara (500 a. C.-400 d. C.) los vínculos blica, la articulación interregional tradicio-
interregionales se fortalecen. Sitios como nal fue desestructurada en su funcionamien-
Batán Urco resaltan el contacto con el valle to original para ser reordenada siguiendo una
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

de Vilcanota, mientras que la presencia de lógica totalmente distinta, pero sin que se
rasgos y elementos pukara en textiles deco- perdiera la vinculación entre estas regiones.
rados de Alto Ramírez (Focacci y Erices 1971;
Mujica 1991), elementos del complejo de
rapé en Iquique (Mujica 1991), y la cerámica
decorada procedente de Moquegua (Feldman
1990) y Arequipa (Cardona 2002) confirman
los contactos entre el altiplano y los valles
occidentales.
El Estado Tiwanaku (400-1100 d. C.) com-
binó tres mecanismos complementarios de
104

El proyecto y el área figura 1. Ubicación del área del proyecto


de investigación
71o 69o

Originalmente el proyecto estuvo diseñado PERÚ 15o


para evaluar el uso, por parte del Estado Tiwa-
naku, de una de las principales rutas de tráfico
e intercambio entre el altiplano y el valle de Puno
Moquegua, específicamente en el tramo de
puna. Sin embargo, los resultados obtenidos Tiwanaku
ofrecen información sobre el uso del camino
a través de períodos de tiempo que van desde 17o
Moquegua Qawra Thaki
el Arcaico (8000 a. C.) hasta la actualidad.
BOLIVIA
Entre el sitio de Tiwanaku y el valle de
Moquegua hay aproximadamente 325 kiló- Tacna
metros de distancia, en un eje que articula
tres grandes sectores: altiplano-puna-valle. Arica
CHILE
Estudios de prospección anteriores han cu-
bierto gran parte de los sectores extremos.
Así, Bandy (1999, 2001), Lemuz (2001) y Sta-
nish et al. (1997) han realizado prospecciones
en el sector del altiplano. Los sectores medio y
alto del valle de Moquegua han sido estudia- tificar la asociación entre tramos camineros,
dos por Goldstein (2005), Owen (1993, 2005), recursos de agua y pastos.
Cardona (1997) y Stanish (1992). El sector Considerando la topografía y la altitud,
de puna todavía permanece poco documen- subdividimos el área de la prospección en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tado, aun cuando los estudios de Aldender- tres zonas, de este a oeste: zona baja, zona
fer (1989a, 1989b, 1998, 2012), Klink (1998, media y zona alta. La zona baja tiene una al-
1999, 2005), Klink y Aldenderfer (2005), titud que varía entre 4 000 y 4 200 msnm en
Craig (2005), LaFavre (2011), Vining (2011) y promedio. Es una zona con espacios abiertos,
Hass (2014) brindan una valiosa información bastante húmeda, donde destacan amplios
sobre rutas de movilidad y patrones de asen- bofedales y pequeñas lagunas. La zona me-
tamiento durante el Arcaico. dia está definida por quebradas cuya altitud
Es justamente el sector de puna, a más de promedio esta entre 4 200 y 4 600 msnm. En
4 000 m de altitud, donde centramos nuestra esta zona se presenta la mayor concentración
investigación. De manera específica elegimos de sitios, hasta 18 por kilómetro cuadrado, en
un tramo entre el pueblo de Mazocruz y el contraste con otras zonas donde el promedio
lago Suches, un paso obligado en el tránsito más alto es de 4 a 5 sitios por kilómetro cua-
entre el altiplano y el valle. La elección de drado. Creemos que tal concertación se debe
este tramo obedece al análisis de documenta- a la abundancia de agua y a lo abrigado del
ción arqueológica e histórica sobre tránsito y microclima de esta zona.
comercio, así como a la revisión de informa- La zona alta, por su parte, se caracteriza
ción gráfica y análisis GIS que permitió iden- por tener un paisaje dominado por extensas
105
figura 2. Zonificación del área de prospección

Tiwanaku
Pastogrande Mazocruz

L. Loriscota
L. Vizcachas
Moquegua
Tacna

L. Suches

Zona Alta Zona Media Zona Media


4600 - 4800 4200 - 4600 4000 - 4200
m.s.n.m m.s.n.m m.s.n.m

Ruta Jaltape
Ruta Quelqatani

planicies de suelo arenoso, cubiertas con una

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


vegetación rala y pobre en pastos naturales.
En esta zona se ubican las lagunas Loriscota,
Vizcachas y Suches, además de Pasto Grande,
uno de los bofedales más extensos de la re-
gión con cerca de 60 kilómetros cuadrados de
área. En esta zona también se halla el punto
más elevado del camino, en el cerro Pabellu-
ni, a 4 800 msnm.
Las labores de reconocimiento cubrieron
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

una franja de 500 metros de ancho a ambos


lados del eje del camino. Recorrimos a pie
tanto el trazo principal como los secunda-
rios y contamos con tres guías locales, qawra
anakes o llameros experimentados que ha-
bían recorrido las rutas hasta Moquegua y
Tacna en diversas ocasiones.
El trabajo contó con la autorización res-
pectiva del entonces Insituto Nacional de
Cultura y se desarrolló entre junio y septiem-
bre de 2007.
106

El camino de Mazocruz y Santa Rosa en las zonas baja


y media. A partir de Huajra, en el límite de la
zona alta, el rumbo toma dirección suroeste
hasta la laguna Suches y desde ahí continúa
El Qawra Thaki o “Camino de las Llamas” es rumbo a Moquegua. El sitio de Jaltape se ha-
el nombre aymara con el que se conocen los lla en la zona baja, unos 500 metros al sur de
caminos en la zona de trabajo. El Qawra Tha- un cruce de caminos que vienen desde el nor-
ki se presenta como un extenso sistema vial te y que confluyen con la ruta Jaltape.
de movilidad multidireccional a nivel local La ruta Quelqatani también parte desde
e interregional. En términos generales no Chunchuvinto, donde se bifurca y toma di-
existen elementos formales de construcción, rección suroeste, cruzando la base y ladera
lo cual genera la errónea impresión inicial baja de los cerros Pachapaque y Orcorara,
de homogeneidad. Sin embargo, dentro del hasta llegar a Laca Apacheta —cerca de 3 ki-
conjunto se reconocen un “camino” como lómetros al este del abrigo de Quelqatani—
vía principal y “senderos” como vías secun- Acá se vuelve a dividir en un camino que se
darias. Tal diferencia jerárquica se basa en dirige al sur con dirección a Tacna y otro al
el mayor o menor flujo de transeúntes y se oeste. Este continuará paralelo a la ruta Jal-
expresa físicamente en el ancho del trazo. El tape por unos 30 kilómetros hasta confluir
camino es amplio porque soporta un mayor con ella en distintos puntos, tanto al norte
flujo de tránsito, pero también porque es la como al oeste de la laguna Loriscota. Sin
ruta más directa, de menor coste y la más se- embargo, la base de la ladera norte del cerro
gura para viajar a larga distancia. Entre tanto, Vizcachas es el principal punto de confluen-
los senderos son más angostos y de uso fun- cia. También habría que considerar un tramo
damentalmente local. que no fue reconocido por nuestro proyecto,
En el área del proyecto se reconocieron pero que se registra en la carta nacional (34-v
dos rutas para llegar a Moquegua desde Ma- Huaytire). En él se observa el trazo de un ca-
zocruz. Las hemos denominado “ruta Jaltape” mino que continúa paralelo a Jaltape, pero
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

y “ruta Quelqatani”, tomando como referen- al sur del cerro Vizcachas, y luego de cruzar
cia, en ambos casos, sitios con arte rupestre Apacheta Mataza alcanza la zona de la lagu-
asociados a cruces de caminos. Para el reco- na Suches.
rrido de ambas rutas partimos del sector de Con respecto al camino mismo, no exis-
Chunchuvinto, unos 10 kilómetros al este del ten mayores diferencias entre las dos rutas.
pueblo de Mazocruz. No presenta una estructura formal en cuanto
Por la ruta Jaltape transcurre el camino a construcción o acondicionamiento espe-
principal hacia Moquegua y hacia ella con- cial, solo es un espacio relativamente libre
fluyen caminos secundarios procedentes de de piedras y vegetación que se ha marcado
Acora, Ilave y Juli, importantes pueblos del como una huella por la continuidad del
área circumlacustre. Esta ruta fue previamen- tránsito. Sobre superficies de pasto, arena o
te identificada durante los análisis documen- cascajo el ancho promedio varía entre 4 y 6
tales y de GIS, y coincide con el actual trazo metros. Pero si el terreno es rocoso disminuye
de la carretera binacional. a poco menos de 1 metro. En algunos lugares
Iniciamos el recorrido por esta ruta en se aprecian rústicos escalones producto de la
el sitio de Chunchuvinto (4 005 msnm) y se- limpieza y uso de afloraciones rocosas. Tam-
guimos rumbo oeste, cruzando los pueblos poco encontramos puentes, puesto que los
107
ríos no son muy caudalosos; para cruzarlos a
pie normalmente se buscan lugares poco pro-
fundos. En términos generales se privilegia el
trazo en línea recta, pero evitando en lo posi-
ble zonas húmedas o pendientes pronuncia-
das. Es decir, se busca la ruta de menor coste
en términos de esfuerzo. Por esta razón, el tra-
zo del camino, la antigua carretera afirmada foto 1.
y la actual pista asfaltada corren paralelas y Vista del
muchas veces se sobreponen. camino en
Asociados a ambas rutas identificamos el sito de
183 sitios con ocupaciones de un amplio Achajpuju.
rango temporal, desde el Arcaico hasta la Co-
lonia. Ello indica que estas rutas fueron utili-
zadas desde muy temprano, debido a que las
condiciones topográficas y la disponibilidad
de fuentes de agua las convierten en “rutas
naturales” para el tránsito.
Falta definir con más precisión desde
cuándo se constituyeron en “caminos”, es
decir en tramos de uso continuo e intensivo.
A manera de hipótesis, creemos que ello ocu-
foto 2.
rrió como resultado del tránsito de caravanas Jaracachi.
y su origen podría remontarse hasta el perío-

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


Abrigo para
do Formativo (2000 a. C), pero la presencia de pernoctación.
puntas del Arcaico Medio en algunas apache-
tas y la asociación del camino con paneles de
arte rupestre podrían sugerir considerar pe-
ríodos más tempranos.
Con respecto a la infraestructura de
servicios asociada, a lo largo del camino se
hallan diversos lugares de descanso tempo-
ral llamados samarañas, donde se toman los básicos: fuentes de agua (bofedales o pozos) y
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

alimentos y se controla la carga de animales. corrales, por lo general circulares y de entre


Los lugares de pernoctación se denominan 10 y 30 metros de diámetro. La distribución
jaracachis o “dormideros”, y sirven pasar la espacial de estos sitios de descanso no sigue
noche y descargar animales. Las personas un patrón establecido, se distribuyen de ma-
duermen en pequeños aleros acondicionados nera irregular y son usados indistintamente
con plataformas y un paraviento, pero por lo de acuerdo al clima y a las necesidades de
general, y como medida de protección, pre- descanso de personas y animales.
fieren los corrales junto a sus animales. No El sitio de Saacata es una excepción. Por
existe una infraestructura formal asociada a su tamaño y sus estructuras asociadas bien
estos sitios de descanso, aunque en todos los podrían calificar como un tambo inca; nos
casos siempre están presentes dos elementos referiremos a él más adelante. Debemos con-
108

siderar que este sitio tuvo una importante ac-


tividad como asentamiento minero durante
la Colonia. De hecho, todavía se observan las
bocaminas y los restos de una iglesia ahora
en ruinas. Según indicaron nuestros guías,
el poblado estuvo habitado hasta hace unos foto 3 .

cincuenta años y siempre fue considerado un Señor Luis


Pilco Percca,
sitio de descanso, inclusive por los transpor- kawra anaque
tistas (“camioneros”) actuales. o llamero
Como en todo camino de los Andes, están preparando su
presentes las apachetas: grandes montículos ofrenda en una
formados por la acumulación progresiva de apacheta.
bloques de piedras, que fueron dejadas por los
caminantes como ofrendas. Su diámetro pue-
de variar entre 2 y 8 metros y su altura puede
superar en algunos casos los 2 metros. Por lo
general se hallan al final de una subida, en el
punto más alto e inicio del descenso. Son si-
tios de descanso obligado, donde también se
deben hacer ofrendas con bebidas alcohóli- sitio inca”. No pudimos confirmar este dato
cas, tabaco y hojas de coca. porque el cerro es propiedad privada de una
Otro elemento permanentemente asocia- minera y porque está alejado de nuestra área
do al camino son los cementerios modernos. inmediata de prospección, pero debido a la al-
Nuestros guías no supieron explicar la rela- titud de su cima (5 200 msnm) posiblemente
ción simbólica entre camino y cementerio. se trata de un santuario de altura.
Creemos que tiene que ver con el concepto de Otros dos sitios se hallan justo frente al
tránsito de uno a otro mundo, también con Paxi Auqui, pero esta vez están directamente
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

la facilidad de trasladar al difunto hacia el asociados al camino. En ambos se presentan


cementerio. Nuestros guías señalaron que los dos a tres alineaciones de grandes boques de
cementerios se ubican equidistantes a dos o piedra ligeramente circulares (1 a 1.5 metros
más comunidades, por lo que constituyen es- de diámetro). Estas alineaciones se orientan
pacios de integración. Pero también marcan con dirección noreste-suroeste y tienen entre
eventuales límites territoriales, algo similar 300 a 600 metros de largo —de allí el nom-
al rol que cumplieron las chullpas y los chull- bre de una de ellas: Qala Procesión o “proce-
períos en el pasado. sión de piedras”—. También hay grupos de
Otro aspecto que es importante resaltar veinte a cincuenta de estos grandes bloques
se refiere a la asociación del camino con si- circulares de piedra. Se distribuyen cada 50
tios de posible carácter ritual. Uno de ellos es metros y al parecer fueron acumulados para
el cerro Paxi Auqui, ubicado en la zona alta, continuar con las alineaciones. Aunque des-
cuyo nombre desde ya nos revela su carácter conocemos su función, creemos que pueden
sagrado de ser un sitio dedicado a la Luna. De tener sentido ritual. Uno de ellos presenta ce-
hecho, la tradición local señala que es el lugar rámica de los períodos Formativo hasta Inca,
“donde cayó la Luna”. Según refieren nues- mientras que el otro no contiene material
tros guías, en la base del cerro hay una “gran asociado.
109
Los sitios y las ocupaciones ca muy discreta en la ocupación de la zona de
puna (Stanish 2003; Stanish et al. 2010, 1997;
Vining 2011).
Considerando el tamaño de los sitios
Como resultado de la prospección se identi- (tabla 2), se observa que el mayor porcentaje
ficaron y registraron 1831 sitios distribuidos corresponde a áreas menores a 1 hectáreas y
en las tres zonas: 55 en la zona baja, 64 en la eventualmente alcanzan 1.99 hectáreas. Ello
media y 64 en la alta. Su ocupación es multi- ubica a estos sitios dentro del rango de aldeas
componente, con un registro que cubre todos o pequeñas villas (Bandy 2001; Janusek y Ko-
los períodos de la secuencia cultural prehis- lata 2003; Stanish 2003, 1997; Vining 2011).
pánica del altiplano (Bauer y Stanish 2001; Para villas o centros (Janusek y Kolata 2003;
Stanish 2003). En total se registraron 516 Stanish 1997, 2003), que son sitios de tamaño
ocupaciones, cuya distribución por períodos variable entre 2 y 4.99 hectáreas, solo se regis-
se presenta en la tabla 1. traron 4 casos y su tamaño se debe a que en
Es de notar que el número de las ocupa- conjunto integran 3 o más sectores que inclu-
ciones más tempranas (Arcaico y Formativo) yen terrazas, áreas de cementerio, corrales y
es prácticamente el mismo. De similar modo, áreas habitacionales. El sitio más importante
las ocupaciones tardías (Altiplano e Inca) de ellos es Saacata.
presentan una mínima diferencia. El mayor Hay otros 4 sitios con áreas mayores a
contraste ocurre durante el desarrollo tiwa- 5 hectáreas. Por su tamaño podrían ser con-
naku, cuya ocupación de la zona se presenta siderados centros regionales (Stanish 1997,
como la más baja de todo el registro debido a 2003) o pueblos (Janusek y Kolata 2003). Pero
que el Estado altiplánico mantuvo una políti- se debe tener en cuenta que tres de ellos no

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


tabla 1. Número de ocupaciones por periodo en cada zona

Periodo Zona Zona Zona Total de %


Baja Media Alta Ocupaciones

Arcaico 19 37 39 95 18.41
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

Formativo 32 34 28 94 18.22

Tiwanaku 10 7 11 28 5.42

Altiplano 35 45 40 120 23.26

Inca 38 44 43 125 24.22

Colonial 15 25 14 54 10.47 1 Por un error de tipeo


involuntario, en una publi-
cación previa se consignó
Total 149 192 175 516 100.00 un total de 182 sitios (De la
Vega 2009).
110

son habitacionales, más bien corresponden ARCAICO (8000 A. C.-1300 A. C.)


a alineaciones de piedras y sitios abiertos De este período se identificaron 95 ocupacio-
que presentan de manera dispersa pequeñas nes y, aunque se hallan en toda el área de la
concentraciones de fragmentos de cerámica prospección, las zonas media y alta son las de
y lascas. El único sitio que calificaría dentro mayor concentración. Proporcionalmente,
estas categorías es Tarucani, un pucara o po- cada una tiene el doble de sitios que la zona
blado amurallado de cumbre cuyo tamaño baja. Como material diagnóstico del período
alcanza las 25 hectáreas y que presenta una usamos las puntas de proyectil según la tipo-
fuerte ocupación inca. logía de Klink y Aldenderfer (2005) para la
En términos generales los asentamientos zona. El trabajo de Karl LaFavre (2011) mues-
de la zona del proyecto corresponden a po- tra que la mayor ocupación durante el período
blaciones rurales, pertenecientes a unidades ocurrió durante el Arcaico Tardío. La mayoría
domésticas de pastores, con una distribución de sitios fueron reocupados en épocas poste-
dispersa que busca aprovechar al máximo los riores: solo once tienen un componente ex-
espacios productivos —bofedales y pastiza- clusivamente arcaico. Por lo general son sitios
les—, así como las áreas de refugio. Patrones abiertos o pequeños abrigos cercanos a fuen-
de asentamiento similares han sido regis- tes de agua, bofedales y riachuelos en pampas
trados en áreas aledañas (Aldenderfer 1996; y fondos de quebrada. El tamaño, según la dis-
Aldenderfer y Klink 1996; Klink 1998, 2005; persión de material superficial, varía entre su-
Vining 2011). perficies de 10 por 10 hasta 50 por 50 metros.

tabla 2. Tamaño de los sitios y ocupaciones por periodo

Ocupaciones por periodo


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Tamaño Sitios %
ARC FTV TIW ALT INK COL TOTAL %

< 1.00 ha 161 87.98 83 77 20 101 107 48 436 84.50

1.00 – 1.99 14 7.65 8 12 5 13 11 4 53 10.27

2.00 – 2.99 2 1.09 2 2 1 2 2 1 10 1.94

3.00 – 3.99 1 0.55 1 1 1 1 4 0.78

4.00 – 4.99 1 0.55 1 1 1 1 1 1 6 1.16

> 5.00 ha 4 2.19 1 1 2 3 7 1.36

Total 183 100 95 94 28 120 125 54 516 100


111
Siete sitios tienen presencia de arte rupestre. sencia de uno de los yacimientos de arte ru-
Cinco de ellos se hallan en abrigos y el resto pestre más grandes del área: el sitio de Jaltape.
en cuevas. Están asociados a puntas del Ar- Este se ubica en el principal cruce de caminos
caico Medio y Tardío, pero también hay pre- que comunican al altiplano con Moquegua
sencia de cerámica Formativo, Altiplano e de este a oeste y con Conduriri de sur a norte.
Inca. Solo uno de ello, el sitio de Jaltape, tiene Conduriri, por su parte, concentra las rutas
presencia tiwanaku. Las representaciones son procedentes de Acora, Juli e Ilave. De otro
mayormente motivos antropomorfos y zoo- lado, cabe recordar un dato para esta zona: se
morfos, en colores rojo y naranja; los motivos ha documentado que durante el Arcaico exis-
son aislados, aunque algunas veces forman tió un constante tráfico de obsidiana desde
grupos de dos a tres figuras juntas. Chivay (Arequipa) además de materias exóti-
Los sitios de Jaltape y Quelqatani —que cas como el oro (Aldenderfer 2012; Aldender-
han dado nombre a las rutas— son parti- fer et al. 2008).
culares por varios motivos. Son los únicos
que presentan diseños geométricos, ocupan FORMATIVO (1300 A. C.-400 D. C.)
amplios paneles y están asociados a cruces Durante el Formativo el número total de
de caminos en la zona baja y media respec- ocupaciones es similar al Arcaico, pero ocu-
tivamente. Quelqatani es un abrigo rocoso rre una redistribución en la proporción por
que tuvo una intensiva ocupación de varios cada zona: se incrementa en la zona baja y
milenios (7300-500 AP) y donde se han regis- disminuye ligeramente en las demás. Se re-
trado además restos de Chenopodium (quinua) ocupan cuevas, abrigos y sitios al aire libre
(Aldenderfer 2005; Klink y Aldenderfer 2005; del período anterior. Casi un 40 % son asen-
LaFavre 2011). Es el único sitio que presenta tamientos nuevos ubicados en las laderas
diseños en color blanco. medias de cerros y quebradas, lo que signi-

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


La asociación de sitios de este período fica un uso diferencial del espacio, esta vez
con el camino puede deberse a que la zona de más vinculado al pastoreo. Al respecto, hay
prospección constituye un transecto mues- que considerar que durante este período se
tral en un amplio territorio con ocupación consolidaron los procesos de sedentarismo y
extensiva y uso intensivo de microambientes la formación de pequeñas aldeas en las que
hidrológicos como riachuelos y bofedales el consumo de tubérculos y quinua se incre-
(Avila y Vining 2009; Vining 2011). Pero tam- menta paralelamente a las labores de pasto-
bién debemos considerar que tanto los grupos reo de camélidos (Aldenderfer 1998, 2012;
de cazadores como de caminantes comparten Kusnar 1989).
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

la necesidad de disponer de fuentes de agua Como elemento diagnóstico usamos la


y el trazo del camino está siempre asociado cerámica con temperante vegetal (paja). Esta
a tales fuentes. No podemos descartar que el insinúa vínculos con el tipo Pasiri (Stanish et
trazo del camino, como eje de articulación al. 1997) y/o con el tipo Chamacti que Máxi-
entre zonas y regiones, tenga orígenes tan mo Neira identificó en Pizacoma y fechó con
tempranos como el período Arcaico. C-14 en 1310 a. C. (De la Vega 1990: 19), pero
Esta suposición se basa en dos argumen- que David Browman denominó kalikantu y
tos. Primero, la asociación de sitios del Arcai- encontró semejante a la cerámica chiripa de
co Medio con apachetas, las cuales, como se su fase Condori (Browman 1980: 113). Por su
sabe, son importantes elementos constituti- parte, Aldenderfer (1998) presenta un fecha-
vos de los caminos andinos. Segundo, la pre- do no calibrado de 3660+ 60 años antes del
112

presente, para la cerámica con temperante de 2010; Vining 2011). Esta limitada presencia
fibra que halló en el sitio de Quelqatani. Algu- tiwanaku parece ser una constante que, se-
nos fragmentos incisos podrían ser afiliados a gún los informes de Klink (1998, 1999, 2005)
Chiripa, lo cual sugiere vínculos con el For- y Aldenderfer (1989a, 1989b, 1996, 2012),
mativo de la zona sur del Titicaca. En algunos también se repite en los vecinos valles del
sitios cercanos al lago Suches también se han Huenque y del Ilave.
registrado fragmentos de cerámica pukara Todos estos aspectos remarcan la dife-
(Vining 2011). rencia entre los asentamientos de la puna y
De manera complementaria, las inves- aquellos de la región circumlacustre y los va-
tigaciones del Proyecto Arqueológico Lago lles. Considerando estos factores, suponemos
Suches (PALS) han registrado sitios del For- que la estrategia del Estado Tiwanaku en la
mativo correspondientes a aldeas de hasta 3 región de puna, especialmente en el área de
hectáreas de tamaño, lo cual sugiere un inicio estudio, no fue establecer asentamientos per-
del proceso de ruralización en la zona (Avila manentes para la explotación de los recursos
y Vining 2009; Vining 2011). locales, fundamentalmente pecuarios. Su in-
terés se orientó más bien a controlar rutas de
TIWANAKU (400-1100 D. C.) tráfico e intercambio, estableciendo peque-
Son solamente veintiocho sitios, pero su ños asentamientos en lugares estratégicos
presencia es significativa ya que confirma pero evitando de algún modo competir con
que esta ruta sí fue utilizada por el Estado Ti- las poblaciones locales. A ello se debería el
wanaku. Los sitios están dispersos a lo largo número discreto de sitios y su menor propor-
del camino y a no más de 100 metros de él. ción en la zona de más alta concentración de
Cabe resaltar que, pese al reducido número, ocupaciones (De la Vega 2009; Stanish et al.
estos se ubican en lugares estratégicos para 2010).
el control de las rutas: zonas de cruce de ríos
y confluencias de caminos. En las tres zonas ALTIPLANO (1100-1450 D. C.)
se reocupan sitios anteriores, pero también se Los sitios de este período son abundantes y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

crean otros nuevos. La proporción de sitios es se identificaron 120 componentes ocupa-


contrastante con la de períodos anteriores y cionales. Están asociados a estructuras habi-
posteriores, cuyas ocupaciones privilegian la tacionales circulares y rectangulares, tanto
zona media. Por el contrario, es donde el Esta- como a corrales y a tumbas subterráneas de
do Tiwanaku menos presencia mantiene. tipo anillado. Pero también se asocian con
Por lo general son yacimientos peque- apachetas, cuevas y abrigos, y algunos con
ños, menores a 1 hectárea. Funcionalmen- pinturas rupestres. Considerando el tamaño
te corresponden a cementerios y espacios de los sitios que en su mayoría son menores a
domésticos asociados a terrazas, estructu- 2 hectáreas, los asentamientos de este perío-
ras domésticas rectangulares y corrales. En do corresponden a aldeas o pequeñas villas
ninguno se halló arquitectura monumental de pastores.
ni litoescultura asociadas. La muestra de ce- El período Altiplano fue uno de los de
rámica diagnóstica es muy escasa, por lo ge- mayor densidad ocupacional del área. El nú-
neral menos de diez fragmentos por sitio, lo mero de sitios se incrementó en más de 400 %
cual remarca la idea de que Tiwanaku man- con respecto al período anterior. Ello refleja
tuvo como política una ocupación discreta no solo el crecimiento de las poblaciones
de esta área (De la Vega 2009; Stanish et al. locales, sino también una mayor intensidad
113
en el uso de los recursos locales para pasto- INCA (1450-1533 D. C.)
reo. Los sitios Altiplano fueron identificados Se registraron 125 componentes de este pe-
principalmente a través del tipo cerámico ríodo. Su distribución por zonas es proporcio-
Pucarani, con engobe rojo o naranja y diseños nal y ligeramente menor en la zona baja. Son
en negro. Pero también están presentes otros sitios constituidos por estructuras habitacio-
tipos, como Sillustani, Collao y Pacajes (De la nales, corrales y cementerios. También hay
Vega 2009; Vining 2011). En cuanto al uso un uso intensivo de abrigos usados principal-
del camino como ruta de intercambio interre- mente como jaracachis o sitios de descanso.
gional, no solo se mantuvo sino que casi con En cuanto al tamaño, 94.4 % son ocupacio-
seguridad aumentó en intensidad. Sin embar- nes menores a 2 hectáreas que pertenecerían
go, la distribución dispersa y uniforme de los a aldeas de pastores locales.
sitios muestra que no hubo control por parte Destacan dos sitios dentro de los de ma-
de entidad política alguna. yor tamaño. El primero es Saacata, un sitio
Diversos estudios en la región circumla- con amplias ocupaciones previas pero cuya
custre del Titicaca han documentado, como magnitud e importancia se vio incrementada
elementos característicos de este período, la durante el período Inca. Creemos que el con-
presencia de pucaras o poblados amuralla- junto arquitectónico corresponde a un gran
dos de cumbre y chullpas (Arkush 2009,2011; tambo con amplios espacios a manera de can-
Bauer y Stansh 2001; De la Vega 1990; Frye y chas y grandes habitaciones rectangulares o
De la Vega 2005; Hyslop 1976; Stanish 2003; posibles kallankas. Mide cerca de 4 hectáreas,
Stanish et al. 1997). Sin embargo, en el área pero hay que considerar que también tuvo
del proyecto, ninguno se encuentra presente una fuerte reocupación colonial y moderna.
de manera significativa. Solo encontramos El sitio tiene una ubicación estratégica que
un pucara bastante pequeño, el de Chijurani. permite controlar diversos caminos que co-

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


Por su tamaño (2 hectáreas) y por la presencia nectan Ilave y Tacna, además de la ruta alti-
de una sola muralla, califica más bien como plano-Moquegua.
un sitio de refugio (De la Vega 1990; Stanish El otro sitio es Tarucani, el pucara al que
2003). En cambio, Tarucani sí es un verdade- hicimos mención antes. Este también se des-
ro poblado amurallado de cumbre, con apro- empeñó como centro de control del tráfico en
ximadamente 25 hectáreas de ocupación y 3 un punto nodal de la red vial donde conflu-
murallas defensivas; no registra, sin embargo, yen caminos que se dirigen hacia los valles de
cerámica del período. Moquegua y Tacna desde poblaciones ribere-
También llama la atención el hecho de ñas (Ilave, Juli, Zepita, Tiwanaku). Cabe resal-
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

que no se hayan registrado chullpas, ya que tar que Tarucani es uno de los pocos pucaras
estas estructuras funerarias, además de ser de puna y es el primer gran pucara en la ruta
típicas del período, constituyeron también de acceso hacia el altiplano.
marcadores territoriales entre linajes y/o en- Además de las estrategias de orden po-
tidades políticas diferentes (Frye y De la Vega lítico y militar que desarrolló el Estado Inca
2005; Hyslop 1977; Stanish 2003). Más aun, si para incorporar nuevos territorios, estaban
consideramos que el aumento en el número las acciones directamente vinculadas con el
de asentamientos en la zona correspondería a control de las redes viales, a través de la crea-
la presencia de poblaciones de al menos tres ción o de la rehabilitación de caminos y del
entidades políticas diferentes: lupaqas, qollas establecimiento de estaciones de paso o tam-
y pacajes. bos (Stanish 2012). Ambos aspectos pueden
114

ser percibidos en nuestra investigación, ya Conclusiones


que sin duda el camino fue integrado al Qhapaq
Ñan. Al parecer no fue un tramo que requirie- e interpretación
ra una presencia estatal muy intensa en tér-
minos de construcción o mantenimiento de
finas calzadas, ya que fue un camino alejado Las investigaciones histórica y arqueológi-
de las rutas hacia los grandes centros secun- ca han demostrado la estrecha relación que
darios como Hatuncolla o Chucuito. Pero la existió, y aún persiste, entre las poblaciones
presencia de sitios como Tarucani y Saacata altiplánicas y costeras, especialmente con
—que indudablemente desempeñaron un las de los valles de Tacna y Moquegua. Se-
rol de control del tráfico y de la población leccionamos un tramo del camino entre el
local— expresa la importancia que tuvo esta pueblo de Mazocruz y el lago Suches con el
ruta que, como hemos visto, era nodal en la propósito de documentar y analizar las rutas
articulación del altiplano y los valles de Mo- de tráfico y de movilidad interregional entre
quegua y Tacna. estas regiones. Dicho tramo está ubicado en
la zona de puna, a una altitud media de 4 300
COLONIAL (SIGLOS XVI-XIX) msnm.
También queremos mencionar el uso del ca- En este tramo de camino identificamos
mino durante la Colonia. Es sabido que pro- dos rutas complementarias y paralelas, cuya
ductos como el vino, pisco, oliva y las frutas prospección conjunta significó un recorrido
fueron enviados desde Moquegua hacia el de 120 kilómetros lineales de camino con un
altiplano y de allí hasta Potosí, por lo que la ancho de 1 kilómetro. Registramos 183 sitios
presencia de sitios con restos de botijas pa- y 516 ocupaciones, que vienen desde el perío-
rece estar señalando la ruta de los antiguos do Arcaico (8000 a. C.) hasta la actualidad.
arrieros. Los 54 sitios hallados pueden ser El Qawra Thaki se presenta como una
parte de esta ruta. Creemos que la mayoría compleja red vial de comunicación multidi-
de los sitios de este período solo representan reccional, cuyo trazo informal es producto
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

lugares de paso, aunque de hecho sitios como del reiterado trajín de personas y animales,
Saacata debieron de servir como asentamien- más que de la planificación o de la alta in-
tos intermedios en el tránsito entre Moque- versión de trabajo. En términos funcionales
gua y el altiplano. Pero también se debe tener y cronológicos, presenta dos contextos com-
en cuenta las labores mineras en la zona, tal plementarios de uso.
como se evidencia en las bocaminas de Saaca- En el primer contexto, la red vial está for-
ta y en el ingenio minero para la molienda de mada por “senderos”: tramos angostos con un
metales del sitio de San Agustín. limitado flujo de tránsito. Estos habrían sido
de uso local por parte de poblaciones de ca-
zadores y/o pastores que utilizaron la red de
senderos para articular espacios como áreas
domésticas y de pastoreo, cotos de caza, fuen-
tes de agua, canteras, etcétera. Este uso local
se inició en el Arcaico y continuó hasta la
época Inca. Implicaba el desplazamiento co-
tidiano en distancias relativamente cortas, lo
cual generó una compleja red de pequeñas
115
huellas y senderos que comunicaban muchos Referencias citadas
espacios y destinos.
En el segundo contexto la red vial está
definida por “caminos”, entendidos más en
FUENTES DIGITALES
términos funcionales como vías de comuni-
cación de larga distancia que como estructu- Instituto Nacional de Cultura (INC)
ras complejas de ingeniería. Estos caminos 2005a El Qhapaq Ñan en la región macro sur: Arequi-
permiten una comunicación interregional pa, Puno. Moquegua y Tacna. CD interactivo.
vinculada tanto al tránsito de personas como
al transporte y al intercambio de bienes, re-
FUENTES DOCUMENTALES
cursos e información. Su uso está asociado a
sociedades complejas de economía agrope- Aldenderfer, Mark S.
cuaria. Por el momento no podemos atribuir 1996 Pedestrian and Buried Sites Reconnaissance
una filiación cronológica definitiva para el for Early to Late Preceramic Archaeological
origen del camino, pero creemos que su uso Sites in the Río Ilave Drainage, Southern Peru.
más temprano se remonta al Formativo. Informe presentado a The National Geogra-
Finalmente, al contrastar la presencia phic Society. Proyecto Número 5245-94.
tiwanku e inca observamos que ambas enti-
Aldenderfer, Mark y Cinthia Klink
dades estatales desarrollaron estrategias di-
1996 Archaic Period Settlement in the Río Ilave
ferentes en cuanto al control de la región de Drainage, Southwestern Lake Titicaca Basin,
puna. Al parecer Tiwanaku no tuvo mayor Southern Peru. Ponencia presentada al 24th
interés en mantener asentamientos en ella, Midwest Meeting of Andean and Amazonian
pero sí en tener cierto control de la ruta al Archaeology and Ethnohistory, Wisconsin.
ubicar sus asentamientos en zonas estratégi-

EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


cas como puntos de confluencia de caminos Ávila Vásquez, Carmen y Benjamin R. Vining
2009 Proyecto Arqueológico Lago Suches, Tem-
y sectores para cruzar ríos.
porada 2009. Informe final presentado a la
Los incas sí registran una fuerte presencia Comisión Técnica Nacional de Arqueología
en la región, pero muchos de sus asentamien- del Instituto Nacional de Cultura, Lima.
tos posiblemente correspondan más a pobla-
ciones de pastores. El camino no presenta Bandy, Matthew S.
construcción formal ni una infraestructura 2001 Population and History in the Ancient Titicaca
asociada significativa, salvo en el caso excep- Basin. Tesis de Doctorado. Department of An-
thropology, University of California, Berkeley.
cional de Saacata, único posible tambo en el
QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...

tramo investigado. Todo ello indicaría que Cardona Rosas, Augusto


este tramo del camino tuvo una importan- 1997 Inventario arqueológico de las zonas altas,
cia secundaria en la estrategia de dominio cuencas del río Torata y quebrada Cocotea.
estatal, dentro de la lógica de un sistema de Cuajone, Moquegua.
control hegemónico más que de control terri-
torial. Craig, Nathan
2005 The Formation of Early Settled Villages and
O quizás simplemente se privilegió su
the Emergence of Leadership: a test of
funcionalidad como ruta de intercambio por
Three Theoretical Models in the Río Ilave,
sobre la expresión visible del poder imperial, Lake Titicaca Basin, Southern Peru. Tesis
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EDMUNDO DE LA VEGA ET AL.


QAWRA THAKI: EL SISTEMA DE CAMINOS...
Ejes de articulación:
análisis de la red
espacial del Qhapaq
Ñan en el sur del Perú
STEVEN A. WERNKE Como se ve reflejado en el propio nombre del dominio
incaico, el Tawantinsuyu constituyó una resignifica-
GABRIELA ORÉ MENÉNDEZ ción y reconfiguración del espacio andino. La Red Vial
CARLA HERNÁNDEZ GARAVITO Inca, el Qhapaq Ñan, fue el componente principal de la
integración de este paisaje imperial. Es más, el Qhapaq
SCOTTI M. NORMAN Ñan era en sí mismo un espacio diseñado y destinado
para fines estatales: no solamente habilitaba el tránsi-
LAUREN E. KOHUT
to, también lo controlaba y vigilaba. Los incas se apro-
LAWRENCE WALLER vecharon de estas capacidades intrínsecas de los cami-
nos para canalizar el flujo de tráfico y para constreñir
VIOLETTA VYLEGZHANINA
y envolver al viajero a un espacio estatal de acceso res-
VANDERBILT UNIVERSITY, ESTADOS UNIDOS tringido.
Sin embargo, los incas también se enfrentaban a un
paisaje milenario. Lejos de ser una tabula rasa, el paisaje
GIANCARLO MARCONE FLORES estaba cubierto por una densa red de caminos antiguos.
PROYECTO QHAPAQ ÑAN – Varios observadores han comentado que gran parte del
SEDE NACIONAL, PERÚ Sistema Vial de Tawantinsuyu fue diseñado sobre la
base de caminos ya existentes; no obstante, queda como
pregunta saber cuáles fueron los criterios tomados en
cuenta para reutilizar o modificar ciertos caminos y no
otros. Poco a poco nos hemos acercado a una respuesta
a nivel global sobre este sistema, pero es evidente que el
espacio del Tawantinsuyu no se concebía como una sola
red, sino como una serie de redes superpuestas con dis-
tintos fines, significancias y funciones: una red de cen-
tros de peregrinaje, una red de cumbres sagradas, una
red de centros rituales, una red de centros de produc-
ción agrícola, una red de centros administrativos, entre
otras. Parte del reto analítico de estudiar el Qhapaq Ñan
es entonces, precisamente, desenredar esas redes, a pesar
de que se integraron a través de una conexión o enlace
básico: los caminos del Qhapaq Ñan.
126

Estudios previos sugieren que las ubicacio- Por otro lado, los análisis realizados por Astu-
nes de los centros administrativos regionales huamán proporcionaron una vista regional
se deben a sus posiciones en la red imperial y más detallada del norte del Perú. Su inves-
más que a su articulación con centros pobla- tigación produjo una imagen más compleja
dos locales o a factores medio ambientales. (Astuhuamán 2008: 246). Por ejemplo, aun-
Parece claro que las posiciones de los gran- que los sitios incaicos mayores ubicados en la
des centros en el núcleo del Tawantinsuyu, zona de estudio (Mitupampa, Caxas, Huanca-
como Hatunqolla (Julien 1993), Vilcashua- bamba y Aypate) sí tienen mayor centralidad
mán (Jenkins 2001), Huánuco Pampa (Mo- de grado (degree centrality), no presentaron
rris 1982; Morris y Thompson 1985), Hatun cifras uniformemente altas de centralidad
Xauxa (D’Altroy 1992; Earle y D’Altroy 1989) entre pares (betweenness centrality). Astuhua-
y Pumpu (LeVine 1987, 1992) fueron favora- mán presenta una visión más sutil de las rela-
bles en cuanto la red imperial interregional. ciones entre los centros administrativos y las
Sin embargo, son muy pocos los análisis o divisiones y patrones de asentamiento de las
modelos formales y cuantitativos que han etnias regionales. Esta granularidad del análi-
analizado la organización del Qhapaq Ñan y sis empieza a demostrar cómo la red de cami-
estas redes. Así, los trabajos de Jenkins (2001) nos y sitios imperiales se desarrolló paralela-
y Astuhuamán (2008) se distinguen como mente a modo de un fenómeno emergente y
contribuciones pioneras en esta dirección. siguiendo un plan maestro imperial.
Jenkins acercó al problema a nivel global con Lo que comparten estas importantes in-
un análisis basado en la teoría de grafos, utili- vestigaciones previas es, sobre todo, su mar-
zando el plano esquemático del Sistema Vial co de teoría de grafo. Lo que aún no se había
Inca levantado por Hyslop (1984) como base. intentado hacer —hasta cierto punto debido
Jenkins se enfocó en medir la centralidad de a las limitaciones tecnológicas de la época—
centros administrativos a nivel global. era modelar el movimiento en un mismo es-
Las cifras de centralidad (degree centrality, pacio cartográfico: es decir, simular flujos de
closeness centrality y betweenness centrality) de tráfico por la red vial tal como esta se sitúa en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

los centros administrativos y de las facilida- el paisaje. Con grandes esfuerzos del Proyecto
des de almacenaje (complejos de colcas) fue- Qhapaq Ñan se ha logrado registrar un plano
ron ubicadas en dos extremos de la red: en base mucho más completo y nítido de la red
zonas de alta centralidad y en zonas de baja de caminos incaicos, ello gracias a que las he-
centralidad. Se infirió que este patrón se debe rramientas de los Sistemas de Información
a dos tipos (ideales) de financiamiento: de Geográfica (SIG) hacen posible conectar los
materia prima (es decir, de productos básicos tramos registrados y simular patrones de tráfi-
o staple finance) y de bienes suntuarios (wealth co a nivel interregional. A continuación, pre-
finance). Sobre todo, se arguyó que los centros sentamos una metodología para este tipo de
administrativos fueron ubicados de acuerdo modelación junto a simulaciones de acumu-
al diseño de esta red de escala amplia antes lación de flujos de tráfico en el sur del Perú.
que debido a factores locales. Pero el modelo
no admitía muchas interpretaciones alterna-
tivas, ya que la base de datos se enfocó en los
sitios de primer orden, y el plano de Hyslop, a
pesar de su incuestionable valor, es reconoci-
do por ser incompleto y somero.
127
Concepto del proyecto 1. Tramos de caminos registrados por el Proyecto
figura
Qhapaq Ñan

El concepto general de este proyecto es bas-


tante sencillo. El registro de miles de kilóme- COLOMBIA
tros de caminos de la época incaica por el Pro-
yecto Qhapaq Ñan ha resultado en el plano
ECUADOR
más completo del Sistema Vial Inca hasta la
fecha (figura 1). Sin embargo, los tramos re-
gistrados están intercalados con tramos no
registrados y tramos desaparecidos por de-
gradaciones o modificaciones subsecuentes.
La intención de este proyecto es conectar los
tramos registrados por el Proyecto Qhapaq
Ñan con rutas óptimas (Least Cost Paths, en
BRASIL
lo sucesivo LCP), crear un tema de datos de
red (network dataset) y simular flujos de trá-
fico a distintos destinos en la red, utilizando
las herramientas disponibles de la extensión
Network Analyst en ESRI ArcGIS. Una vez
completo, este plano representará el modelo PERÚ
más completo y preciso de la red de caminos

STEVEN A. WERNKE ET AL.


incaicos en el Perú.
El proyecto surgió como colaboración
con el Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio
de Cultura del Perú, por eso los datos no pa-
san de las fronteras del país. Hasta la fecha,
el modelo aborda el sur del Perú. Se empezó
al extremo sur y se hizo el procesamiento de
datos de sur a norte. Por ahora, el modelo se
extiende desde Tacna a Pisco en la costa, y EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...
desde la zona de Desaguadero a Huancayo
en la sierra. Estos límites provisionales de
cobertura son productos del tiempo y de los CHILE
recursos disponibles. Nuestra intención es
completar la cobertura total del Perú en futu- 0 100 km
ros estudios.
128

Advertencias acerca Es decir, prioriza promedios o tendencias


probables sobre escenarios particulares o
del alcance y los límites preferencias de tránsito, los cuales son casi
imposibles de visualizarse de todas maneras.
del modelo Los resultados no tratan de reproducir la ex-
periencia de un viajero específico, sino cómo
las experiencias promedio de una gran canti-
Es importante advertir lo que el modelo pre- dad de viajeros producirían conocimiento y,
tende y no pretende hacer. Comparte mucho con el tiempo, el manejo central de rutas. Por
en común, por ejemplo, con la red geoespacial eso, se presume que el sistema tomó forma a
del mundo romano de la Universidad de Stan- través del conocimiento acumulado de cos-
ford (2014). Como Scheidel, Meeks y colegas tos y tiempos promedios de tránsito sobre el
han observado, siguiendo a Braudel, “la lucha largo plazo.
contra la distancia […] es el primer enemigo Con el alcance amplio del modelo y las
de la civilización premoderna” (Scheidel et al. limitaciones inherentes del registro en el
2012: 7; traducción nuestra). Aunque en el pla- campo, este se enfoca en los caminos pri-
no teórico no privilegiamos los impedimen- marios y secundarios. Centenares de miles o
tos de la distancia u otros factores físicos —en millones de kilómetros de caminos locales
comparación a factores o procesos políticos entrecruzan el ámbito andino, pero no es
o ideológicos, por ejemplo—, es claro que la práctico modelar todas las posibles rutas. En
fricción de distancia era ineludible en proce- todo caso, sabemos que el Qhapaq Ñan existía
sos de expansión, incorporación y administra- categóricamente aparte como red vial prima-
ción imperial arcaica. Como formación polí- ria entre centros administrativos y el Cusco,
tico-económica, el Tawantinsuyu claramente con su complemento de tambos, chasquis y
se puede clasificar como “Imperio”, pues cons- otros elementos infraestructurales (Hyslop
tituyó un sistema integral —siempre impro- 1984). El modelo no capta todas las vías del
visado frente a una vertiginosa diversidad Qhapaq Ñan dentro del área de interés debido
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

de condiciones y respuestas locales— desde a los límites inherentes del registro de campo,
un punto de vista central. Nosotros estamos a pesar de los miles de días trabajados por los
interesados en cómo se vería el sistema des- numerosos equipos de registro del Proyecto
de una perspectiva céntrica —o, si se quiere, Qhapaq Ñan. Sin embargo, es muy probable
desde “arriba”—. De todas formas, aunque la que una mayor inversión en registro no cam-
perspectiva fuese desde “arriba”, hay que ser biara los resultados desde la perspectiva ma-
conscientes de los procesos bidireccionales cro del modelo en sí.
en la emergencia del sistema, como bien lo ha También se advierte que la granularidad
señalado Astuhuamán en su análisis de redes gruesa del mapa de base impone límites al
en el norte, discutido previamente. Con estas análisis: mientras sea menor la escala de la
especificaciones, es válido y esencial decir simulación es menos probable que se aproxi-
que la red vial del Qhapaq Ñan hizo posible me a patrones de tránsito en el pasado. Es im-
transitar y hasta controlar productos, ganado, portante estructurar las preguntas a escalas
información y millones de habitantes a través apropiadas. Por eso, restringimos el análisis a
de un vasto y diverso paisaje. una escala interregional.
Así, el modelo intenta simular el agre- Además de estas consideraciones genera-
gado o el promedio de los flujos de tráfico. les, se deben tomar en cuenta otros atributos
129
y limitaciones del modelo. Sobre todo, que Pasos y datos del modelo
se trata de un modelo básicamente peatonal
—una limitación no tan importante en el
mundo andino—, en contraste con el mun-
do romano, donde el tránsito se habilitó para Es necesario definir con bastante detalle el
una diversidad de bestias de carga, el trans- proceso y las fuentes del modelo, ya que todos
porte a ruedas y los barcos. El uso de caméli- los resultados dependen de los parámetros y
dos (llamas), sin embargo, sí habría cambia- bases de datos empleados. Esta información
do el cálculo de los costos y determinado el es presentada con el objetivo de que otros
carácter apropiado de las rutas. En esta etapa investigadores puedan reproducir, agilizar y
temprana tampoco se considera la navega- mejorar este modelo.
ción por mar como parte de una red multi- Primero, se importaron las polilíneas que
modal, aunque sí existió y sería posible mo- representan los tramos registrados por el Pro-
delar puntos de embarque y desembarque en yecto Qhapaq Ñan a un Sistema de Informa-
futuras versiones. También señalamos que ción Geográfica (SIG), haciendo uso de ESRI
el modelo carece de datos de registro de una ArcGIS (en formato shapefile). Como modelo
región muy importante: el Cusco. Las rutas de terreno se utilizó el Modelo Digital de
a Cusco se hicieron exclusivamente como Elevación (MDE) proveniente de la Space
LCP desde los puntos terminales de tramos Shuttle Radar Topography Mission (NASA
registrados en las cercanías de la ciudad. Se 2014); específicamente, se empleó la versión
espera acceder a los tramos registrados en el 4 de CGIAR-CSI, disponible gratuitamente
departamento de Cusco en futuras versiones en línea (Consortium for Spatial Informa-
del modelo. tion 2008). Esta versión ha sido posprocesada

STEVEN A. WERNKE ET AL.


con una resolución de tres segundos de arco
(resolución de celda de 90 metros aproxima-
damente). Para los objetivos de este análisis,
este mecanismo representa un balance más
que aceptable entre la resolución ideal y los
límites de la computación. De esta forma, el
proceso llenó pequeños vacíos en el modelo
crudo. A continuación, se juntaron los par-
ches de MDE en un solo raster para pasarlos EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...
a la proyección Albers Equal Area Conic. Des-
pués, se utilizaron temas (themes) hidrográfi-
cos de lagos para identificar áreas no transi-
tables en el MDE. Las celdas coincidentes de
estas capas sobrepuestas al MDE fueron co-
dificadas como “sin datos”, para delimitarlas
como intransitables en la generación de LCP.
El MDE resultante sirve como base de terreno
para el cálculo de LCP.
Después de proyectar el tema polilínea de
los tramos registrados se extrajeron los pun-
tos terminales de cada segmento. Estos 637
130

puntos (cada uno identificado con un código cual genera un flujo de menor coste acumu-
único) sirven como puntos iniciales y finales lado entre el punto de origen y el punto de
en la producción de LCP en las zonas entre destino en la superficie de coste, dando como
los segmentos registrados. Optamos por co- resultado un raster de estas celdas y un vector
menzar este proyecto en la región sur de Perú polilínea coincidente. Al final, se exporta este
como prueba de concepto, con la meta final resultado al formato shapefile.
de completar la red del Qhapaq Ñan para Si bien este método es sencillo en con-
todo el país en futuros estudios. cepto, en ejecución se complica por la escala
Se generaron las LCP con GRASS GIS, y el número de LCP requeridas, y es necesario
un programa SIG gratuito de fuente abierta. repetir este proceso para cada par de puntos
Específicamente, se utilizaron las funciones de origen y destino. Por eso, distribuimos la re-
r.walk y r.drain para generar las superficies gión sur en sectores entre los coautores, y cada
de costo y las LCP. La función r.walk calcula uno siguió este protocolo. Desde el comienzo,
un raster del coste anisotrópico acumulado uno de los colaboradores (Vylegzhanina) ha
desde una ubicación de origen a una ubica- escrito tres scripts Python para automatizar
ción de destino. Se optó por utilizar GRASS los pasos de r.walk, r.drain, y de exportación
GIS, porque r.walk permite el movimiento a shapefile en GRASS (disponible a pedido del
del caballo (en el sentido de ajedrez); es decir, primer autor). Estos scripts solo requieren un
el modelo permite que el agente sobrepase listado de puntos de origen y de puntos de
una celda de más alto costo para llegar a una destino que utilicen sus códigos únicos para
celda de menor costo. Esta función produce automatizar el procesamiento.
dieciséis movimientos posibles desde un Una vez generados los vectores de las LCP
origen y permite simular una ruta de menos entre los tramos registrados, se unen todas las
costo “detrás” de un obstáculo. Para calcular LCP en un solo shapefile en ArcGIS y después
la superficie de coste acumulado, utilizamos se lo convierte en un feature class dentro de
la formula incluida en r.walk derivada de Ai- un file geodatabase. La figura 3 proporciona un
tken (1977) y Langmuir (1984), derivadas, a ejemplo de los LCP entre tramos, registrado en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

su vez, de la regla Naismith para estimar los una zona del estudio. Esta conversión se hizo
parámetros de costo para los intervalos de para poder revisar las relaciones topológicas
pendiente especificados (vid. GRASS 2008). entre las LCP y los tramos registrados, ya que
La función r.walk genera dos raster: el para funcionar como network dataset, las LCP y
raster de coste acumulado y otro direccional los tramos registrados tienen que estar unidos
llamado backlink raster, que contiene direc- exactamente por sus puntos terminales. Con
ciones de movimiento (cada celda codifica una feature class se pueden crear reglas topoló-
en dirección hacia el destino indicado). Este gicas y automatizar, justamente, la revisión de
paso es computacionalmente intensivo, de topología, la cual se ajustó a partir de una fun-
acuerdo a la distancia entre los puntos de ción que une puntos terminales dentro de un
origen y destino. El procedimiento para co- buffer determinado. Con la topología corregi-
nectar dos segmentos con una LCP, entonces, da, se convirtió el tema polilínea y los puntos
es simplemente indicar el punto de origen y terminales a un network dataset para análisis
el punto de destino en r.walk, lo cual genera de redes espaciales, utilizando además la ex-
una superficie de coste y un backlink raster. tensión Network Analyst de ArcGIS.
Posteriormente, se indican los puntos de ori- Para simular flujos de tráfico por la red,
gen y destino de estos dos raster en r.drain, lo es necesario poblar el paisaje con puntos
131
figura 2. Área de estudio

Lima Huancayo
Puerto Maldonado
Callao
Huancavelica
Ayacucho Cusco

Abancay

Ica
PERÚ

Puno

Arequipa La Paz

Moquegua
Océano Pacífico
Tacna
CHILE 0 100 km

STEVEN A. WERNKE ET AL.


de embarque y desembarque. Obviamente, trados y generar una red vial. En términos de
no existe cobertura total de los patrones de distancia, los tramos registrados suman 3 121
asentamiento. Además, los sitios registrados kilómetros en el área de interés, y las LCP su-
por el Proyecto Qhapaq Ñan son de muchas man 4 568 kilómetros, por lo que ambos dan
clases, tamaños y de variable metodología de un total de 7 689 kilómetros en la red (tabla 1).
registro. Estas diferencias interregionales de
registro podrían introducir falsas impresiones EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...
de patrones de flujos de tráfico. En todo caso,
para nuestros fines, la meta es cargar la red tabla 1. Estadísticas descriptivas
con tráfico disperso. Por eso, optamos por ge- de los tramos registrados y LCPs
nerar al azar una nube de puntos dentro de un
buffer (polígono de inclusión) de 5 kilómetros Categoría Distancia (km) Porcentaje
alrededor de la red. Después se recortó este
buffer por la línea de la costa —para no tener Tramos
3121 41%
registrados
puntos de embarque en la mar— y se generó
una distribución de 2 mil puntos al azar den- LCPs 4568 59%
tro de ese buffer (figura 4).
Utilizando esta metodología, se genera- Total 7689 100%
ron 274 LCP para conectar los tramos regis-
132

¿Cómo se comparan los tramos registrados y Esto probablemente sea resultado de la co-
LCP? Las estadísticas descriptivas acerca de bertura del Qhapaq Ñan más que de una di-
los perfiles de ambas clases de datos propor- ferencia real.
cionan algunos puntos de partida. Para hacer En términos del perfil de pendiente, hay
esto, se extraen todos los vértices de las poli- una diferencia significativa: los caminos re-
líneas (N= 40 705), y los valores de elevación gistrados tienen mayor valor de pendiente
y pendiente de las celdas correspondientes al que las LCP (t [14 838.432] = -91 530, p <.001)
MDE. En términos de elevación, los valores (figura 6)). Como acabamos de ver, una ma-
medianos son similares, pero la distribución yor proporción de las LCP se encuentra en
de elevaciones de LCP es más amplia y tiende elevaciones bajas, las cuales son general-
hacia las elevaciones más bajas (figura 5). El mente zonas de menor pendiente; pero una
rango intercuartil de los tramos registrados, regresión de altura contra pendiente no de-
aproximadamente, oscila entre los 2 500 y muestra una correlación (r = .13). El perfil de
4 000 msnm, mientras el rango intercuartil de los tramos registrados presenta realmente
las rutas optimas es de 1 000 a 4 000 msnm. más pendiente que las LCP. Entonces, en el

figura 3. Ejemplo de LCPs conectando tramos registrados, zona del Valle del Colca

Tramo registrado
LCP
Puntos terminales
de tramos
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

PERÚ

0 10 km
133
sentido restringido de optimización de ruta centros administrativos. Esto representa un
por pendiente, las rutas de Qhapaq Ñan no orden espacial de mayor escala. En todo caso,
parecen haber sido optimizadas en busca de estas consideraciones también podrían ser
una mayor eficiencia de tránsito. Esto podría utilizadas para mejorar el algoritmo emplea-
ser un efecto del legado de los antiguos cami- do para las LCP.
nos —un efecto fundador— o de una prefe- También es necesario escoger destinos
rencia por caminos rectos; es decir, caminos para el tráfico. Para acercarnos a las pregun-
que cortan por la topografía de manera más tas planteadas —ver abajo—, es necesario te-
recta que una ruta óptima, una característi- ner una base de comparación entre flujos de
ca frecuentemente observada en estos casos. tráfico a Cusco, a centros administrativos re-
Pero también —y estas posibilidades no son gionales, a centros administrativos locales —
mutuamente exclusivas— es posible que los es decir, de segundo orden— y a lugares que
caminos del Qhapaq Ñan no sean óptimos en no corresponden a centros administrativos.
términos de eficiencia, aunque sí como siste- También era preferible tener puntos de me-
ma de tránsito sobre largas distancias entre dición de tráfico dispersos entre norte y sur,

figura 4. Mapa de base del modelo


Tramo registrado
Ruta óptima

STEVEN A. WERNKE ET AL.


(simulada)

Nota: Incluye el buffer


de 5 kilómetros, 2 000
puntos de embarque,
y la red de caminos
completada con LCPs.

EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...

Océano Pacífico

0 100 km
134

y entre costa y sierra. Por estos criterios, es- —una ruta para cada punto de origen—. Los
cogemos Cusco y los centros administrativos segmentos coincidentes entres estas rutas se
dentro del área de interés principal, y a otros pueden fusionar (merge) para cuantificar el
destinos que no corresponden a centros ad- flujo de tráfico por cada segmento de la red
ministrativos como puntos de comparación. hacia cada destino. Asimismo, se puede mo-
En los casos de Acarí y Arequipa, se demarcó nitorear el tráfico por determinados puntos
un nodo en la red que no corresponde a un en la red.
asentamiento específico, pero que funciona Líneas más abajo se mide el flujo del trá-
como punto de medición de tráfico para esas fico por los nodos que sirven de destinos en
localidades. otras iteraciones del modelo, es decir, los no-
Como ya se ha mencionado, el fenómeno dos del Cusco, los centros administrativos y
de interés en este modelo es el flujo del tráfico los demás destinos elegidos. Los resultados
hacia determinados destinos. En ArcGIS, se pueden ser presentados como temas (themes)
simulan tales flujos con la función nearest fa- en vectores (polilíneas) o por interpolación
cility (instalación más cercana) la cual calcula a rasters a través de la función Kernel Densi-
la ruta más corta, en minutos o en distancia, ty, lo cual representa la densidad de tráfico
desde cada punto de origen al destino indica- por la red. Esta representación de densidad
do. Fue necesario implementar un modelo es la que presentamos más adelante, en la
de movimiento con una velocidad constan- discusión, comparando los flujos del tráfico
te de 68 metros por minuto (4.1 kilómetros/ a los diferentes destinos. Como es evidente,
hora), aunque en teoría sería posible imple- el patrón general de acumulación de flujo de
mentar un modelo que ajuste la velocidad del tráfico es exponencial: al acercarse al destino
caminante de acuerdo a la pendiente de los indicado se restringen cada vez más las rutas
caminos de la red. Hemos determinado los posibles. Este patrón de acumulación es una
pasos necesarios para tal modelo dentro de propiedad general de las redes dirigidas a de-
Network Analyst. Ello requiere la asignación terminados destinos (vid. Llobera, et al. 2011:
de velocidad por cada segmento en la red, de 844), por eso optamos por visualizar los ras-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

acuerdo a su pendiente y a la dirección del ters de densidades de tráfico con una escala de
viajero a cada destino, pero además son nece- colores logarítmica.
sarios una serie de pasos computacionales in-
tensivos que no se podrían completar dentro
de los parámetros del proyecto. En todo caso,
es muy probable que en promedio estas esti-
maciones no cambiaran los patrones de mo-
vimiento a nivel global de la red de caminos
imperiales.
La función nearest facility calcula la ruta
óptima en distancia o en tiempo de tránsito
total, los cuales producen rutas idénticas con
una velocidad constante entre cada origen
—cada uno de los 2 000 puntos distribui-
dos al azar dentro del buffer alrededor de los
caminos— y un determinado destino. Los
resultados son 2 000 rutas para cada destino
135
Hipótesis y expectativas Resultados y análisis:
observacionales simulación de flujos

El análisis en esta fase preliminar del proyec- Primero, empezamos con Cusco como desti-
to queda bastante abierto y con posibilidades no en la red (figura 7). Lo que rápidamente
de exploración. Con solamente una fracción salta a la vista es una distribución unifor-
de la totalidad de la red sería prematuro in- me del tráfico. Básicamente todas las rutas
ferir mucho acerca de los índices estándares principales entre Vilcashuamán (norte) y
de centralidad, ya que los límites del modelo Hatunqolla (sur) manejan similares flujos.
no representan la totalidad del sistema y los Los segmentos registrados por Qhapaq Ñan
“efectos de borde” (edge effects) son marcados. parecen captar la gran mayoría del flujo de
Por ello, las hipótesis son de carácter general, tráfico hacia el Cusco. Es cierto que estamos
relativas a temas de investigación y a expecta- restringidos por el modelo y las opciones dis-
tivas a tomarse en cuenta a partir del modelo. ponibles, pero es probable que tal patrón no
Uno de los temas de interés del presente cambiara drásticamente con un plano más
análisis tiene que ver con la centralidad de completo. Es decir, el Cusco parece muy bien
la capital y los centros administrativos. Este integrado a la red vial imperial y los centros
aspecto comparte suposiciones y expectati- administrativos parecen estratégicamente
vas de anteriores investigaciones sobre la teo- ubicados para vigilar y regular el flujo de
ría de grafos: si los centros administrativos tráfico. Desde luego, hay que considerar los
regionales, junto con el Cusco, formaron una efectos de los límites del análisis (el “efecto

STEVEN A. WERNKE ET AL.


red integral, de modo que la posición en la red de borde”). Los puntos de embarque, en rea-
de la capital fue determinante para sus ubica- lidad, se extienden mucho más en todas las
ciones, entonces deberían mostrar patrones o direcciones.
cifras de centralidad más altos que otros no-
dos en la red.
Asimismo, otro aspecto que tiene que ver
con la función de vigilancia de los centros figura 5. Boxplot de la elevación de
administrativos y la capital. Si el Cusco y es- caminos, LCPs vs. tramos registrados
tos centros fueron ubicados en la red para vi- EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...
gilar el tráfico, entonces mostrarán cifras más 5000
Elevación (m.s.n.m.)

altas de flujos de tráfico que otros nodos. Fue-


4000
ra de estas hipótesis, como resulta evidente,
la inspección visual de los planos de densidad 3000
del flujo de tráfico origina discusiones adicio-
nales e interpretaciones preliminares. 2000

1000

-1000
Rutas óptimas (LCP) Qhapaq Ñan
136

Pasando de norte a sur, cambiamos el destino el tráfico de Arequipa y los valles de la cos-
a Hatun Jauja (figura 8). El flujo de tráfico es ta sur lo hace por Acarí. Es difícil interpretar
marcadamente diferente en comparación con los flujos de tráfico desde el norte, dado que
su distribución relativa al Cusco como desti- Vilcashuamán se ubica cerca del límite nor-
no. De especial interés es Vilcashuamán, pues teño de nuestra cobertura (problema del bor-
casi todo el tráfico (93 %) de la red pasa por de analítico). Cuando se expande el modelo
ahí. La mayor parte del tráfico del sur (casi la hacia el norte, se espera que el rol de Tambo
tercera parte de todo el tráfico) recorre la zona Colorado y Hatun Jauja como nodos de tráfi-
de Acarí para después subir por Caravelí hacia co sean más prominentes, dadas sus vincula-
Vilcas. El flujo de la zona de la cuenca de Ti- ciones directas con Vilcashuamán. Pero aun
ticaca pasa por Cusco para después pasar por aquí se nota una rápida carga de tráfico por
Vilcashuamán. La ubicación estratégica de Tambo Colorado, a pesar de su extensión re-
Vilcas es evidente, tanto como su nítida vin- lativamente corta y los pocos puntos de em-
culación con el Cusco y Hatun Jauja como red barque desde ese punto distal en la red.
administrativa. Cuando se expanda la cober- En el paso a la costa central y a Tambo
tura del proyecto hacia el norte, en el futuro, Colorado como destino, se aprecia mejor su
la centralidad de Vilcashuamán disminuirá nítido vínculo con Vilcashuamán (figura 10).
en proporción al flujo total, pero seguramente Casi 40 % del tráfico hacia Tambo Colorado
seguirá constituyendo el nodo clave para casi pasa por Vilcas, mientras que el tráfico de los
todo el tráfico de las regiones del sur destina- valles suroccidentales lo hace por Acarí. El en-
do a Hatun Jauja y la sierra central. lace entre la zona lacustre y Cusco es más que
Cuando se indica a Vilcashuamán como evidente de nuevo. Por otro lado, el tráfico de
destino en la red, se observa un patrón muy la zona del Titicaca pasa por Cusco, y otra vez
similar al patrón hacia Hatun Jauja, lo que su- por Vilcas para bajar a Tambo Colorado.
giere vinculaciones fuertes entre Vilcas, Cus- Acarí como destino, más bien, no parece
co y Acarí (figura 9). De un lado, el tráfico de bien integrado con la red de centros adminis-
la zona del Titicaca pasa por Cusco, mientras trativos (figura 11). El flujo de tráfico no pasa
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

de 14 % en cualquiera de ellos. En este senti-


do, Acarí tiene una función importante para
nuestros fines como caso de control o hipóte-
figura 6 . Boxplot del pendiente de sis nula: ¿cómo se muestra el patrón de tráfico
caminos, LCPs vs. tramos registrados cuando el destino no es un centro administra-
20
tivo regional? La acumulación del flujo de trá-
Elevación (m.s.n.m.)

fico es más dispersa, ya que las cifras de tráfico


no pasan del 8 % en los centros administra-
15
tivos y el Cusco. Como ha observado Jenkins
(2001), el sitio de Tambo Viejo, un centro se-
10 cundario en la zona de Acarí, es de baja centra-
lidad y parece mejor ubicado como punto de
5
origen en la red —probablemente para bienes
suntuosos— que como punto de destino.
De Acarí pasamos a Yanque, centro ad-
0
Rutas óptimas (LCP) Qhapaq Ñan ministrativo principal de la provincia de
Collaguas (valle del Colca), para tener una
137
figuras 7 y 8 . Mapas de acumulación de flujo de tráfico, destinos: Cusco y Hatun Jauja

Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto

Tambo Vilcashuamán Cusco 100% Bajo


Colorado 16.82%
1.67%

Hatunqolla
Chucuito
24.9%
5.96%
Acarí
Yanque
0.45%
12.02%

Arequipa
0.86%

Océano Pacífico

Hatun Jauja

STEVEN A. WERNKE ET AL.


100%

Tambo Vilcashuamán Cusco 32.42%


Colorado 92.78%
1.67%

EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...

Hatunqolla
14.6% Chucuito
5.91%
Acarí
Yanque
30.56%
2.22%
Arequipa
2.37%

Océano Pacífico

0 100 km
138

figuras 9 y 10. Mapas de acumulación de flujo de tráfico, destinos: Vilcashuamán y Tambo Colorado
Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto

Tambo Vilcashuamán Cusco 32.42% Bajo


Colorado 100%
1.67%

Hatunqolla
14.6% Chucuito
5.91%
Acarí
Yanque
30.56%
2.22%
Arequipa
2.37%

Océano Pacífico

Hatun Jauja
0.25%

Tambo Vilcashuamán Cusco 26.62%


Colorado
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

38.08%
100%

Hatunqolla
11.72% Chucuito
5.15%
Acarí
Yanque
37.02%
0.61%
Arequipa
3.43%

Océano Pacífico

0 100 km
139
figuras 11 y 12. Mapas de acumulación de flujo de tráfico, destinos: Acarí y Yanque
Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto

Tambo Vilcashuamán Cusco 3.64% Bajo


Colorado 7.68%
1.67%

Hatunqolla
2.58% Chucuito
3.79%
Acarí
Yanque
100%
1.06%
Arequipa
13.59%

Océano Pacífico

Hatun Jauja
0.25%

STEVEN A. WERNKE ET AL.


Tambo Vilcashuamán Cusco 22.68%
Colorado 14.75%
1.67%

EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...


Hatunqolla
1.97% Chucuito
3.94%
Acarí
Yanque
12.63%
100%
Arequipa
22.02%

Océano Pacífico

0 100 km
140

figura 13 y 14. Mapas de acumulación de flujo de tráfico, destinos: Arequipa y Hatunqolla


Tramos registrados
Hatun Jauja Flujo de tráfico
0.25%
Alto

Tambo Vilcashuamán Cusco 3.94% Bajo


Colorado 7.68%
1.67%

Hatunqolla
6.97% Chucuito
3.94%
Acarí
Yanque
29.6%
10.96%
Arequipa
100%

Océano Pacífico

Hatun Jauja
0.25%

Tambo Vilcashuamán Cusco 29.6%


Colorado 16.11%
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

1.67%

Hatunqolla
100% Chucuito
5.96%
Acarí
Yanque
7.12%
0.15%
Arequipa
27.68%

Océano Pacífico

0 100 km
141
medida de cómo un centro local —no tan tercera parte del tráfico pasa por Cusco. Pero
grande como Jauja, Vilcas o Tambo Colora- aún en este caso, la ubicación de Vilcas (lejos
do— se vincula con la red. En este caso, los del lago) en la red es clave. Por otro lado, el rol
enlaces son más fuertes entre Arequipa y de Arequipa como articulador entre costa y
Cusco (figura 12). Estos resultados deben ser sierra es sobresaliente: el tráfico de la vertien-
considerados provisionales, dado que falta el te occidental pasa por Acarí y sube por ahí.
registro de caminos entre el valle del Colca y El patrón no cambia de manera notable para
la cuenca de Titicaca, y no se ha generado un Chucuito y por eso no reproducimos el mapa
LCP entre ambas localidades, tarea que se rea- de flujo del tráfico.
lizará en la siguiente iteración del proyecto. Se pueden comparar los patrones de flujo
Pasando a Arequipa como destino, zona de manera gráfica (figura 15). Aquí se ha he-
de extensas áreas de cultivo ocupada por va- cho un sorteo descendente del porcentaje de
rios grupos étnicos, el patrón es muy disperso tráfico relativo a cada destino. Lo importante
(figura 13). Primero, se nota que el tráfico de es la forma general de las curvas: mientras la
la región del Cusco pasa por el Colca-Yanque curva sea más convexa significa que el tráfi-
para llegar a Arequipa, no por el lago —una co a través de la red es más disperso hacia el
ruta que hasta la época colonial se utilizaba destino. Las curvas con mayor nivel de pen-
para el trajín entre las dos ciudades—. La diente o convexas indican los nodos claves
mayor parte del tráfico del norte llega a Are- por donde pasa mucho tráfico relativo al des-
quipa por la ruta costera, pasando por Acarí. tino (por ejemplo, para Jauja, el Nodo 8 que
Entonces Arequipa, como hoy en día, parece aquí corresponde a Vilcashuamán). Aquí se
estar bien ubicada para articular la red entre observa de nuevo el rol de los centros admi-
la costa y la sierra. nistrativos como nodos de control y vigilan-

STEVEN A. WERNKE ET AL.


Terminamos con la región del lago Titi- cia, como parte de una red imperial. Acarí es
caca, llegando primero a Hatunqolla como un destino notable por la falta de vigilancia
destino (figura 14). Aquí los vínculos con de los centros administrativos con respecto al
Cusco y Arequipa son evidentes, pues casi la flujo de tráfico.

figura 15. Perfil de acumulación de flujo de tráfico, por destino


100 EJES DE ARTICULACIÓN: ANÁLISIS DE LA RED...
Acarí
Porcentaje acumulativo de flujo (log)

Arequipa
Chucuito
Cusco
10 Hatunqolla
Jauja
Tambo Colorado
Vilcashumán
1 Yanque
Nodo Nodo Nodo Nodo Nodo Nodo
rango 1 rango 2 rango 3 rango 4 rango 5 rango 6 Referencia
142

Discusión La utilidad del modelo también podría ex-


tenderse a la planificación y organización de
futuras campañas de registro en campo. Las
LCP, en combinación con otros temas y fac-
En este artículo se presenta la primera itera- tores (por ejemplo, distancias desde las carre-
ción de una nueva metodología para inves- teras modernas para facilitar el acceso en el
tigar la red de caminos en el Tawantinsuyu, campo), podrían ser utilizadas para priorizar
a través de la conexión de los tramos regis- operaciones de registro. Finalmente, es de re-
trados con LCP y el análisis de redes espa- saltar que el modelo dentro del SIG facilitará
ciales. Este procedimiento ha permitido, por el manejo de recursos y esfuerzos del Proyec-
primera vez, una simulación interregional to Qhapaq Ñan.
de los flujos de tráfico en la red de caminos
incaicos. Los resultados son más bien pistas
de investigación y no hallazgos, pero resultan
sugerentes. A pesar de las limitaciones de los
datos y la sencillez del modelo, este parece
realista y razonable, ya que presenta rutas
plausibles —en términos generales— entre
regiones, por ejemplo costa-sierra sur o sierra
central-Titicaca. Los centros administrativos
sí parecen estar estratégicamente ubicados
para controlar y vigilar el tránsito a lo largo
de grandes distancias a través del Tawantin-
suyu. Vilcashuamán, en particular, parece un
nodo muy estratégico e importante dentro de
la red, una conclusión compartida con inves-
tigaciones realizadas antes.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Futuras iteraciones podrían incorporar


dos estrategias: intensification y extensifica-
ción. En cuanto a intensificación, la estrate-
gia se enfoca en mejorar la granularidad de
los datos a nivel intraregional. Con la ayuda
de especialistas regionales se podría añadir
o corregir caminos y LCP, especialmente en
la zona de Cusco. Asimismo, con una mayor
nitidez a escala subregional, se podría inves-
tigar las relaciones entre los factores locales y
las ubicaciones de las instalaciones estatales.
En cuanto a extensificación, la meta a media-
no plazo es ampliar los datos obtenidos para
abarcar toda la red del Perú. Con tal cobertura
se tendría una base más firme para simular
las acumulaciones de los flujos de tráfico en
el Tawantinsuyu.
143
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D.C.: Smithsonian Institution Press. Londres: Thames and Hudson.
Alcances para
el estudio de
las redes viales
en el Tawantinsuyu:
la red de caminos
en Pumpu
GUIDO CASAVERDE RÍOS A lo largo de la historia de la arqueología andina, se han
investigado algunos aspectos sobre el control inca de
PROYECTO QHAPAQ ÑAN –
distintas regiones en el momento en que este podero-
SEDE NACIONAL, PERÚ
so Estado prehispánico ya tenía pleno control de ellas.
Cabe preguntarse si los incas construían sus centros
administrativos durante su avance o si lo hacían solo
una vez que la región se veía dominada o controlada;
la lógica nos indica que habría ocurrido lo segundo, ya
que dicha propuesta cuenta con respaldo documental
histórico. En las siguientes páginas evaluaremos esta
propuesta, utilizando como caso de estudio el centro
administrativo de Pumpu.
Debemos precisar que el escenario a ser analizado
no niega la posibilidad de que, durante el propio avan-
ce inca, se hubieran realizado construcciones impor-
tantes en la logística del movimiento de tropas —cami-
nos, almacenes, corrales, etcétera—, instalaciones que
habrían facilitado el traslado de recursos por diferentes
espacios durante la conquista inca de la región central
del Perú, las cuales, una vez cumplido su propósito, ha-
brían sido abandonadas.
146

Caminos El avance

Una de las maneras de identificar la tempo- No pretendemos entrar en detalles sobre los
ralidad de los caminos dentro del período mecanismos de control inca en una región
Horizonte Tardío es su asociación a sitios con determinada, lo que queremos es hacer un
componente inca y/o de filiación inca (Vitry ensayo en torno a cómo se habría realizado
2004). En ese sentido, también consideramos el avance inca a partir del análisis de las redes
como sitios a las estructuras ortogonales, las de caminos.
cuales se encuentran asociadas al camino y Las investigaciones arqueológicas han
se manifiestan en todo el Tawantinsuyu (Ca- tratado aspectos sobre los mecanismos de
saverde y López 2011: 53). control ejercidos por los incas en regiones
El estudio de una red de caminos debe plenamente controladas por ellos. Respecto
partir, primero, por el reconocimiento de a los centros administrativos, cabe pregun-
su temporalidad antes de realizar un ensayo tarse si fueron construidos durante el avance
sobre la movilidad en un período de tiempo imperial o si, una vez dominada o controlada
determinado. Esta observación se extiende una región, recién se disponía su construc-
también al período Inca, ya que la existencia ción. La lógica nos indica que habría ocurri-
en una localidad o región de caminos tipifi- do lo segundo, lo cual cuenta con un respal-
cados como pertenecientes a este período, do documental. Efectivamente, las fuentes
no necesariamente implica que hubieran históricas coinciden al señalar que, solo des-
sido coetáneos en su funcionamiento, habría pués de haber realizado la conquista de una
que tomarse en cuenta sus diferencias y/o los región, los incas se disponían a construir:
propósitos para los que fueron construidos.1
Asimismo, debe considerarse la ubicación En tiempo de Topaynga Yupangue, padre de
precisa de los caminos y de las instalaciones Guaynacapa, concluyen en decir que hubie-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

a las cuales se conectaban. La definición de ron al cabo de quedar por sus súbditos. Y des-
la temporalidad sumada a una ubicación de aquel tiempo tomaron leyes de los señores
mucho más precisa de los caminos y de las Ingas, gobernándose los pueblos del valle
instalaciones, permitirá tener un mejor co- por ellas y se hicieron grandes y suntuosos
nocimiento de la red de caminos. aposentos para los reyes, y muchos depósitos
donde ponían los mantenimientos y provi-
siones de la guerra. […]
Ganada y conquistada esta provincia de
Caxamalca por los Ingas, afirman que la tuvie-
ron en mucho, y mandaron hacer en ella sus
palacios, y edificaron templo para el servicio
del sol muy principal, y había número grande
de depósitos (Cieza 2005 [1553]: 202, 208).

Es decir, los centros administrativos se ha- 1 El tema del uso o


activación de los caminos
brían construido una vez apaciguada una por temporada también
región. Esta propuesta no contradice el debe ser analizado.
147
hecho de que pudieran haberse efectuado ¿Estructuras abandonadas
construcciones propias de los avances de
conquista, muy importantes para la logísti- ­durante el Horizonte
ca y para el movimiento de tropas que estas
conllevaban: caminos, campamentos, corra- Tardío?
les, colcas, etcétera, que habrían facilitado el
movimiento por los diferentes espacios al
emprender, por ejemplo, la conquista de la Si tomamos en cuenta el caso de Incahuasi
región central del Perú. Al respecto, Craig de Lunahuaná advertiremos que, según las
Morris dejó escrito: fuentes documentales y los trabajos desarro-
llados por John Hyslop, el sitio tuvo un corto
Aunque las evidencias sobre las fronteras de período de ocupación: siendo construido por
la expansión no son muy buenas, al menos el año 1470 y ocupado durante cuatro años,
en el norte, el sistema vial y los centros ad- para luego ser abandonado. Eso nos daría al
ministrativos regionales (v.g. Quito) fueron año 1474 como su posible fecha de abando-
establecidos muy rápidamente cerca de las no.2 Vale decir que Incahuasi habría caído en
líneas de frente. Tanto el suministro como la desuso una vez cumplida la función para la
supervisión desde los más altos niveles eran cual fue construida: conquistar Guarco.
fácilmente disponibles […] A partir de este caso, podríamos pregun-
Un sofisticado sistema de logística militar tarnos si existieron otros establecimientos
probablemente tuvo lugar en las provincias, abandonados luego de cumplir su propósito.
pero, por lo menos una vez que la situación En una propuesta general, parecería lógico
de frontera había sido traspasada, el énfasis que esto hubiera ocurrido si consideramos
parece haber estado en la fácil disponibilidad que el avance implicó la construcción de otros
de provisiones alimenticias e instalaciones de establecimientos y estructuras asociadas al
alojamiento más que en el mantenimiento de camino, que luego de cumplir su propósito
fuerzas de combate en constante alerta (Mo- fueron abandonadas. Este tema abre una línea
rris 2013). de investigación amplia, relacionada con el

GUIDO CASAVERDE RÍOS


avance inca, con sus idas y venidas antes de
Un ejemplo relacionado sería el del sitio In- controlar una región.
cahuasi de Lunahuaná que, de acuerdo a las Sobre la base de las características del te-
crónicas coloniales, fue construido por los in- rreno y los trabajos realizados previamente
cas en el marco de la conquista de los guarco, en el área, analizaremos a continuación la red
asentados en el valle bajo de Cañete; según de caminos de Pumpu, un ejemplo de lo que
estas mismas fuentes, la construcción de este habrían sido las manifestaciones del avance o
conjunto se habría visto precedida por el con- presencia inca apoyada en una red de caminos
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

trol inca del territorio runahuanac. y su asociación a sitios de la misma época.

2 Existe consenso en
señalar que los incas
conquistaron la costa sur
y gran parte de la costa
central en 1470, tomamos
esta fecha como punto
de partida.
148

La red de caminos vios al de la fundación de Pumpu en Bombón.


Pasaremos a tratar sobre sus características.
en Pumpu Para efectos de este análisis de la red de cami-
nos, hemos considerado incluir al camino que
va al noroeste hacia Huánuco Pampa, deno-
El centro administrativo de Pumpu se en- minándolo camino Pumpu-Huarautambo:
cuentra ubicado a orillas del lago Chinchay-
cocha, a 4 200 msnm, entre los departamen- • Camino puente Upamayo-loma de Cutany
tos de Junín y Pasco. Pumpu se encuentra Gayranga
integrado a su esfera regional por cuatro ca- • Camino puente Upamayo-Canchapampa
minos que parten del asentamiento: • Camino Pumpu-Huarautambo

1. El camino longitudinal de la sierra o Qha- CAMINO PUENTE UPAMAYO-LOMA DE CUTANY


paq Ñan que hacia el sureste pasaba por GAYRANGA
Xauxa El camino pasa cerca del actual puente Upa-
2. El camino longitudinal de la sierra o Qha- mayo, hacia el lado noreste del cerro Can-
paq Ñan que por el noroeste pasaba por chagalgan, y se dirigía de manera recta hacia
Huánuco Pampa el noroeste sin pasar por Pumpu. Cruzaba el
3. El camino hacia Cajatambo en dirección río Upamayo por el sur de la pampa de Huam-
hacia el oeste puay y después el río San Juan. Con 12 metros
4. El camino hacia Canta y Huaral en direc- de ancho promedio, pasaba al noreste del
ción hacia el suroeste antiguo pueblo de Cochamarca, continuaba
siempre en dirección noroeste cruzando cam-
Existen, además, otros dos caminos en la re- pos de cultivo prehispánicos, y el río Blanco.
gión: el que pasa por el lado oriental del lago Seguiría luego por la localidad de Corohogo,
Chinchaycocha, que va hacia Huancabamba donde se ubica a pocos metros una estructura
en la selva de Pasco (Smith 1999: 61), y el ca- ortogonal del mismo nombre3 —hasta ahora,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

mino secundario que en el puente Upamayo la única estructura vinculada al camino—. El


se bifurca hacia Vicco, Ccolccejirca y Ninaca- camino continúa en esa dirección hasta unir-
ca (Matos 2010: 323). se en loma de Cutany Gayranga con el camino
Hernando Pizarro llegó a Pumpu el 11 de que proviene de Pumpu. En paralelo a este, se
marzo de 1533, desde aquí prosiguió su viaje manifiestan trazas de otro camino. En el terre-
por el Qhapaq Ñan hacia Hatun Xauxa en el no es difícil distinguir el camino, salvo por las
valle del Mantaro. El primer registro de Pum- imágenes satelitales de Google Earth.
pu data de 1533 y aparece en la relación de Las evidencias nos permiten sugerir que
Miguel Estete, en este artículo citaremos su probablemente se trate de un camino ante-
versión incluida en la crónica de Francisco rior a aquel que se dirige al centro adminis-
de Jerez. trativo de Pumpu, ya que este no entraba a 3 Es una estructura
Pumpu, ubicado a 2 kilómetros al oeste del ortogonal de 220 metros de
largo y 30 metros de ancho,
NUEVAS EVIDENCIAS DE CAMINOS cruce del río Upamayo. Por lo tanto, iba de compuesta por 2 hileras de
Hemos detectado con ayuda de las imágenes manera más recta hacia el noroeste. Y si con- celdas de unas 15 celdas
satelitales dos caminos que se estarían suman- sideramos que este camino proviene desde cada una. La celda de
planta casi cuadrangular
do a la red de Pumpu; no obstante, su presen- Ingapirca, otro importante sitio inca ubicado mide aproximadamente 15
cia parece corresponder más a períodos pre- a 11 kilómetros al sureste —con respecto al metros por lado.
149
figura 1. La red de caminos en Pumpu
355000 360000 365000 370000

A Huarotambo Cerro Cerro


Llantashpunta Rumi Cruz
8810000

Cerro
Jelgash
Tinyahuarco
(Smelter)
Cerro
Yanachacca
Loma Cerro
de Cutany Marca Punta
Gayranga Cerro Loma
Lahuacunca
8805000

Corohogo

Pampa
Vicco Vicco
8800000

Pampa
Cerro Cochamarca
Jarachuco
Pampa
Huampuay
8795000

Canchapampa
Puente
Pampa

GUIDO CASAVERDE RÍOS


Upamayo
Bombón
Cerro
Milpo
Pumpu
Cerro
Bombomarca
Cerro
8790000

Junín Punta
Cerro
Cancha
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

Cucho
Lago Junín

Cerro Cerro Cerro


Tingo Huaygaga Quinraichacpunta

0 1.5 km
150

Cerro Shongoymarca Calle principal Ushnu

Límite
foto 1.
de la plaza
En amarillo
los límites
del camino,
resaltado en
naranja el
límite de la
plaza sobre
el camino.

cruce del río Upamayo—, observamos que un sitio inca ubicado a 3 kilómetros al no-
en líneas generales mantiene una rectitud roeste de Pumpu. El camino es muy ancho,
con orientación noroeste-sureste, no así con con aproximadamente 22 metros. Su proyec-
el camino que se dirige hacia Pumpu, el cual ción es bastante recta y se observa que, al cru-
muestra una inflexión hacia el oeste a la altu- zar el río Upamayo, debía dirigirse de manera
ra del actual puente Upamayo. recta por lo que sería la plaza de Pumpu y de
Cabe precisar que este camino no es el allí se desplaza hacia el noroeste, rumbo a
mismo que cita Matos (2010: 323), ya que Canchapampa.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

aquel sale del lugar donde actualmente se ha-


lla el puente Upamayo y prosigue en dirección CAMINO PUMPU-HUARAUTAMBO
noreste hacia Vicco y otras localidades más al El camino que ahora conocemos y que va
norte. El camino reportado en este trabajo, en hacia Pumpu sería parte del que iba desde el
cambio, sale unos 500 metros al este del puen- puente Upamayo hacia Canchapampa; an-
te actual y prosigue en dirección noroeste. tiguamente, este se habría desprendido del
camino puente Upamayo-loma de Cutany
CAMINO PUENTE Gayranga (2 kilómetros al sureste). El camino
UPAMAYU-CANCHAPAMPA toma dirección noroeste y luego, a la altura
Al parecer, otro ramal se desprende del ca- del puente Upamayo, se intercepta con el ca-
mino puente Upamayo-loma de Cutany mino puente Upamayo-Canchapampa; desde
Gayranga,4 antes del cruce del río Upamayo. la plaza de Pumpu tomaba una orientación
Este toma dirección oeste y, luego de cruzar el más hacia el norte con dirección a Huánuco
río Upamayo por los puentes Pumpu-chaka y Pampa. Hemos detectado al menos dos trazas
4 Hemos tomado como
Yahuarmayo-chaka, se proyecta en línea rec- paralelas de camino que salen al norte del río
referencia este camino, por
ta con dirección noroeste, pasando por lo que Milhuacarpa y se unen en el noroeste, a unos considerarlo más antiguo
sería la plaza y se dirige hacia Canchapampa, 6.5 kilómetros de distancia. en esta propuesta.
151
La rectitud de los caminos figura2. Rectitud de los caminos y el cambio de orientación
ante un obstáculo natural

Hace algunas décadas, John Hyslop llamó la


atención sobre la rectitud de los caminos in-
cas (Hyslop 1992: 97). Esto era una ventaja, ya
que facilitaba una directa conexión con desti-
nos o puntos de interés a lo largo de un deter-
minado espacio geográfico. El conocimiento
de la geografía, sin duda, era propicio para ins-
taurar los caminos y lograr una directa y rá-
pida comunicación. Generalmente dicha rapi- 1. Camino recto sin obstáculos 3. Camino recto cuando pasa un río
dez está asociada a la directa conexión de dos
puntos, en este caso por medio del camino.5
Se ha dicho que la distancia más corta
entre dos puntos es la línea recta. Esta habría
sido la norma general durante la construc-
ción de los caminos, claro está, aplicada o
sobrepuesta en la diversidad geográfica. La
rectitud de los caminos o la forma de conec-
tar dos puntos de interés se encuentra estre-
chamente relacionada a las características 2. Camino recto cuando pasa 4. Camino forzado a cambiar
del relieve. Así, los relieves planos donde un afloramiento rocoso de orientación ante la presencia
de un obstáculo
usualmente se construyeron los caminos
han configurado un trazo generalmente rec-
to. Si bien la presencia de obstáculos —como
afloramientos rocosos— puede generar un

GUIDO CASAVERDE RÍOS


considerable cambio o una ligera modifica-
ción en la orientación o en la rasante, se ha
observado que para remontar este tipo de
obstáculos existió la tendencia de hacer el
camino lo más recto posible hasta llegar a
un punto de destino prestablecido. Esta par-
ticularidad ha sido registrada en desiertos y
en altiplanicies andinas: allí, la rectitud de
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

caminos y una ligera variación en su orien-


tación se ven ocasionados por la presencia
de obstáculos como afloramientos rocosos,
cerros, ríos, etcétera.
Sin embargo, también puede observarse 5 No hemos tocado el
que en algunos espacios llanos la variación tema de los caminos
rituales que quizás tengan
en la orientación de los caminos se ve moti- relación con cambios de
vada por la presencia de construcciones ar- orientación.
152

Secuencia de los cambios de orientación de los caminos ante


figura 3 .
la posterior presencia de la plaza de un centro administrativo

Terreno libre Otro camino Plaza s/c

A’ B’ A’ B’ A’

B B

A A A

Plaza Abandono Proyección

A’ B’ A’ B’ A’

B B

A A A
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

quitectónicas, como aquellas que integran los yectorias curvas y serpenteantes que serían
centros administrativos.6 Llama la atención las variantes. Estos segmentos se desprenden
constatar cómo, en un espacio plano donde del camino recto, no guardan una orienta-
teóricamente debió seguir una trayectoria ción recta y, más bien, parecen acomodarse a
recta, un camino cambia su orientación al lle- la topografía para evitar una fuerte pendien-
gar a la plaza del centro administrativo. Esta te. Esto nos permite clasificarlas como poste-
situación ofrece un primer indicio de que la riores al camino recto.
edificación es posterior al camino. También La presencia de desvíos como el de Pa-
permite explicar los cambios de orientación riacaca tiene una explicación más temporal,
del camino en lugares donde, en el pasado, asociada al empleo de nuevos animales de
6 Para este trabajo
debió seguir un trazo totalmente recto para carga, ello explicaría su escasa aparición en
estamos considerando solo
llegar a un punto de destino. pequeños segmentos de la red vial. Se trata de los centros administrativos,
Con relación a este punto, se han detec- una situación recurrente en terrenos abrup- puesto que sus dimen-
siones ocupan grandes
tado variaciones en el camino del Pariacaca. tos con pendientes relativamente difíciles de espacios en un relieve
Considerando la trayectoria recta de este ca- sortear, donde la presencia de desvíos se justi- relativamente plano como
mino, hemos identificado segmentos con tra- fica para evitar pendientes pronunciadas. Pumpu.
153
Los caminos en la plaza no real, convertido en la calle principal del
tambo-ciudad Pumpu, asume características
de Pumpu especiales que lo distinguen de otras del es-
tablecimiento. Ella es por ejemplo la más
amplia, con medidas de 15.50 m de ancho
Hemos intentado identificar las proyecciones en la unión con la alameda, disminuyendo
de los caminos que llegaban a la plaza de hasta 8.50 m en el punto de acceso a la plaza,
Pumpu, considerando que desde aquí se con longitud de 200 m, con lo cual ofrece un
desprendían varios caminos: uno hacia perfil aproximado a un largo trapezoide. En
el sureste a Chacamarca, otros hacia el la acera de esta calle también estuvieron ins-
noroeste a Huánuco Pampa, otro al este talados el Tambuy-wasi.
a Cajatambo, y, finalmente, otro hacia el La vía real cruza la plaza pegada a la acera
sureste a Huayllay y Canta. Sin embargo, meridional, en la cual un lado estuvo limitado
actualmente no existen evidencias tangibles por las edificaciones y el otro borde por solo
de estos caminos en la plaza de Pumpu. unas piedras asentadas en fila, algunas de
Esta limitación se ve superada gracias al ellas todavía quedan in situ. Al cruzar por el
registro realizado por Ramiro Matos en ángulo SE de la plaza, el camino gira hacia el
1994, quien, refiriéndose al camino Pumpu- Norte, abriéndose lentamente para seguir en
Huaruatambo, escribe: “[…] la calle principal dirección NO, hacia Warautambo. El ancho
es parte del camino real que cruza la plaza. promedio de la vía por este tramo es de 8 m y
Ingresa a la ciudad por el ángulo SE, cruza la en ninguna parte fue empedrada. Hemos lim-
plaza por la vereda meridional y se aleja de piado el piso del camino en dos partes de la
ella por el ángulo SO, para proseguir hacia calle de ingreso, otra por la plaza y una cuarta
Warautambo” (Matos 1994: 134). en la salida Norte. En ninguno hemos encon-
Matos menciona, además, las caracterís- trado muestras de empedrado, sino suelo na-
ticas del camino y su trayectoria en la plaza: tural del lugar, aplanado y con evidencias de
apisonado por el uso y la presión pluvial. En
El hatun-ñan o camino real, ingresa a la plaza el ángulo SO de la plaza se ubica la segunda

GUIDO CASAVERDE RÍOS


por el ángulo Sureste, después de cruzar los estación de alojamiento del tambo, es decir, el
dos puentes y una gran avenida de 200 m de tambuywasi […].
longitud. En un principio hubiera sido fácil Debido al desarrollo del camino real, el
imaginar que el camino cruzaba la plaza dia- ángulo SO de la plaza ha tomado un perfil
gonalmente entre los ángulos SO y NE. Sin circular y señalizado. […]. Gracias a los tusinos
embargo, no es así. Afortunadamente toda la que pasan por Pumpu, descubrimos el curso
extensión del camino imperial al interior de de la vía por la plaza y la ruta hacia el Norte,
la ciudad se conserva todavía en condiciones lo que no habíamos entendido en nuestros
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

perceptibles […]. primeros años de estudio del sitio. El creci-


El camino real, después del puente col- miento de las gramíneas de puna obstruyen
gante, accede a una amplia terraza fluvial, la visibilidad de los antiguos caminos (Matos
a manera de una vistosa alameda, posible- 1994: 212-213).
mente llamada Tinkuy-pata o la unión de
dos ríos, para seguir NO, en 260° del lecho Como se observa a continuación, Matos pre-
del río, hasta ubicarse exactamente en posi- cisa la trayectoria seguida por el camino en la
ción diagonal al perfil de la plaza. El cami- plaza, bordeando sus lados sur y este, sin pa-
154

Ushnu

A Canchapampa

Calle principal

foto 2.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Calle principal y su
proyección
a Canchapampa.
155
sar en diagonal sobre ella. Agrega, asimismo, y Huayllay, salvo por algunos señaladores,
lo siguiente: como dos rocas que están al oeste del ushnu y
que parecen indicar la proyección del camino
Es importante destacar que el camino real que hacia el oeste.
cruza por el establecimiento, no llega al ushnu, Imágenes satelitales permiten apreciar
a pesar de ingresar a la plaza mayor y pasar otro camino en Pumpu. Se trata de una vía
por ella sólo por un costado. Pareciera que el localizada unos 100 metros al noroeste del
gran camino fue diseñado para funciones rígi- ushnu, superpuesta por amontonamientos de
das, que no permitían ciertas flexibilidades en tierra o camellones de 25 centímetros de altu-
su recorrido […]. ra que corresponden a los límites de la plaza
Finalmente debemos mencionar que, (Matos 1994: 205). Ligeramente definido en
después de un recorrido de unos 2 km hacia sus bordes por amontonamientos de tierra,
el Norte, el camino se divide en dos ramales. este camino cuenta con un ancho aproxima-
Uno continúa hacia Warautambo-Huánu- do de 22 metros y se proyecta de manera con-
co-Quito y el otro que baja a la costa vía Huay- tinua por el noroeste hasta Canchapampa.
llay-Canta. Este segundo ramal debe juntarse La proyección de la “calle principal”, ubicada
con el que viene de Chakamarca, el cual des- en el lado sureste de la plaza, coincide con su
pués de cruzar Rumichaka se junta al primero orientación.
para bajar a la costa, vía Yarupajá (Matos 1994: Es posible que este camino hubiera sido
213-214). implementado antes de la delimitación de la
plaza y de su propia construcción. Esto tiene
De acuerdo a estas afirmaciones, el camino sentido si consideramos que la plaza era un
seguía los contornos de la plaza y a la altura punto de encuentro donde se desarrollaban
de su esquina noroeste cruzaba el río Mil- actividades políticas, religiosas, sociales y
huacarpa para dirigirse hacia el noroeste a económicas, y que no habría sido necesario
Yanahuanca-Huarautambo. Justo cruzando demarcar en su interior caminos para orien-
el río, empiezan a aparecer las trazas de este tarse. Los señaladores o marcadores se loca-
camino. lizaban fuera de los límites de la plaza o de

GUIDO CASAVERDE RÍOS


Otras evidencias de caminos aparecen las edificaciones, viéndose constituidos, por
fuera de los límites de la plaza. Dos trazas ejemplo, por la calle principal y los bordes
de caminos paralelos son visibles cruzando del camino. A menos que existan reminiscen-
el río Milhuacarpa, 400 metros al norte de cias de otro camino notoriamente anterior al
la plaza, y corresponden a las vías que se di- de la plaza y al ushnu, una de las primeras es-
rigían hacia Huarautambo-Huánuco Pampa. tructuras construidas en el sitio (Matos 1987:
Ambos caminos aparecen al oeste del llama- 59), consideramos que el camino que se diri-
do acllawasi y se encuentran separados por ge hacia Canchapampa sería el más antiguo
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

una distancia de 160 metros. de Pumpu, incluso anterior al asentamiento.


En cuanto al camino hacia Chacamarca Esto resulta aún más plausible si, como lo in-
con dirección al sureste, puede ser definido dica Matos, la circulación en la plaza se hacía
a partir de la calle principal que se forma en sus alrededores y no en su interior.
en la parte sureste de la plaza y se proyecta
hacia los puentes Pumpu-chaka y Yahuar-
mayo-chaka. Es muy difícil identificar los
rastros del camino que se dirigía a Cajatambo
156

Canchapampa, Factor distancia


¿primer asentamiento
inca en Bombón? Fuentes tempranas —como la relación de Mi-
guel de Estete— mencionan a Pumpu como
punto de llegada de la comitiva de Hernando
Canchapampa es un sitio inca localizado a Pizarro, precisando además que desde Pumpu
3 kilómetros de Pumpu. Se encuentra com- se tomaba un camino ancho hacia Cajamar-
puesto por nueve canchas y alrededor de ca. Es oportuno resaltar la mención de esta
setenta estructuras; aparentemente se tenía última vía y no de aquella que pasa al lado del
planificado construir más estructuras, ya que cerro Canchagalgan, quizás debido a que ya
en el terreno son visibles restos removidos se encontraba en desuso:
que indicarían posibles ampliaciones. Unos
600 metros al norte de Canchapampa se ubi- Viernes, a 14 dias de dicho mes de marzo, se
can algunas estructuras de planta circular y partió el capitan con toda su gente de pié y
rectangular aglomeradas que, en apariencia, de caballo, y del dicho pueblo de Pombo para
son muy semejantes al sector definido por ir á Jauja, y este dia fué á dormir á un pueblo
Matos como el “Barrio de los Comuneros” llamado Xacamalca, seis leguas de tierra llana
de Pumpu. En el área puede observarse, asi- del pueblo de donde partió; hay en el campo
mismo, una estructura ortogonal de grandes una laguna de agua dulce que comienza de
proporciones. junto a este pueblo, y tiene de circuito ocho
Llama la atención que este sitio no apa- o diez leguas, toda cercada de pueblos, y cer-
rezca mencionado en fuente alguna y la corta ca della hay muchos ganados, y hay en ella
distancia que lo separa de Pumpu, otro asenta- aves de agua de muchas maneras y pescados
miento inca importante. En realidad, el sitio pequeños. En esta laguna tuvo el padre de ata-
Canchapampa podría pasar desapercibido balipa y el muchas balsas traidas de Túmbez
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

junto a otros de la región de Bombón, como para su recreacion. Sale desta laguna un rio
aquel ubicado unos 13 kilómetros al noreste que va al pueblo de Pombo, y pasa de una par-
en la localidad de Huancarpa. Sin embargo, su te del muy sesgo y hondable, y pueden venir
importancia se manifiesta cuando se observa por él á desembarcar á una puente que esta
el camino que lo conecta con Pumpu. Esta vía junto al pueblo; los que pasan pagan portaz-
llega hasta unos 100 metros al norte de las es- go, como en España. Por todo este rio hay
tructuras de Canchapampa. muchos ganados, y púsose por nombre Gua-
diana, porque le parece mucho (Estete 1853
[1534]: 341).

En la misma relación se menciona que cuan-


do la comitiva se dirigió hacia el sur, para
buscar a Chalcuchimac, pernoctó en el po-
blado de Xacamalca que correspondería a
Chacamarca. Al medir el camino que conecta
Pumpu con Chacamarca obtuvimos una dis-
tancia aproximada de 49.2 kilómetros, no los
157
tabla 1. Distancias entre los sitios. Considerando Pumpu

Chacamarca – Huarautambo Sitios Chacamarca Pumpu

Chacamarca 00.0 km 49.2 km

Ingapirka 35.3 km 13.8 km

Pumpu 49.2 km 00.0 km

Tambopampa* 91.2 km 42.0 km

Huarautambo 109.6 km 60.0 km

* Posible ubicación del tambo de pernocte.

2. Distancias entre los sitios. Considerando Camino Puente


tabla
Upamayo – Loma Cutany Gayranga

Chacamarca – Huarautambo Sitios Chacamarca Corohogo

Chacamarca 00.0 km 62.9 km

GUIDO CASAVERDE RÍOS


Ingapirka 35.3 km 27.5 km

Corohogo 62.9 km 00.0 km

Tambopampa* 91.2 km 28.3 km


ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

Huarautambo 109.6 km 46.7 km

* Posible ubicación del tambo de pernocte.


158

35 kilómetros calculados por Matos (1994: gonal de Corohogo, hay una distancia exce-
117). Considerando que se trata de un cami- siva (62.9 kilómetros) para ser transitada en
no llano con pocas pendientes, es factible una jornada. Pero si consideramos Ingapirca
efectuar su recorrido en una jornada. Resulta, como probable punto de estación intermedio
por consiguiente, verosímil que la comitiva se produce un ajuste de las distancias: 35.3 ki-
de Hernando Pizarro hubiera empleado un lómetros hasta Chacamarca, 27.5 kilómetros
día para esta caminata. entre Ingapirca y Corohogo, y 28.3 kilóme-
tros entre Corohogo y Tambopampa. Estas
Viernes, a 20 dias del mes de marzo, partió el sí son distancias que podrían recorrerse en el
capitan Hernando Pizarro del dicho pueblo transcurso de un día.7
de Jauja para dar la vuelta al pueblo de Caxa-
malca, y con él Chilicuchima, y por las mes-
mas jornadas vino hasta el pueblo de Pombo,
adonde viene a salir el camino real del Cuzco;
donde estuvo el dia que llego y otro. Miérco-
les partieron del dicho pueblo de Pombo, y
por unos llanos, donde habia muchos hatos
de ganado, fueron á dormir á unos aposentos
grandes. Este dia nevó mucho. Otro dia fue-
ron á dormir á un pueblo que esta entre unas
sierras, que se dice Tambo; hay junto á él un
hondo rio, donde hay una puente, y para bajar
al rio hay una escalera de piedra muy agra […]
(Estete 1853 [1534]: 342).

Hacia el norte de Pumpu, otro punto de posa-


da referido en la relación de Estete era aquel
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

provisto de grandes aposentos, que podría


haberse localizado en Tambopampa, a 42 ki-
lómetros desde Pumpu. El relieve del camino
es aquí regularmente plano, con altitudes que
oscilan entre 4 090 metros y 4 400 metros.
Más al norte, a unos 18.4 kilómetros de Tam-
bopampa, se localiza Huarautambo, identifi-
cado como un tambo en la relación.
Si ensayamos la distancia considerando
solo el camino puente Upamayo-loma de 7 Es oportuno recalcar
Cutany Gayranga —vale decir desde Cha- que en estos cálculos
solamente se han tomado
camarca hasta Tambopampa— como ruta en cuenta las distancias
directa, habría una distancia aproximada de entre los sitios, no sus
91.2 kilómetros sin considerar Pumpu como características; entre
todos ellos, destacan Inga-
estación. Se trata de una distancia muy difícil
pirca, una cancha inca, y
de recorrer en un solo día. Del mismo modo, Corohogo, una estructura
desde Chacamarca hasta la estructura orto- ortogonal.
159
Discusión camino se ubican a poca distancia del ushnu,
observándose una superposición de la esqui-
na norte de la plaza sobre él.
En algún momento se decidió construir
Proponemos que el camino puente Upama- Pumpu, configurando su plaza y las estruc-
yo-loma de Cutany Gayranga habría sido turas del sector administrativo; las calles que
construido antes que el centro administra- se habilitaron respetaron la traza de caminos
tivo de Pumpu. Quizás estuvo asociado a previos. Esto explicaría por qué la calle prin-
los avances de conquista inca en la región o cipal de la esquina sureste no se alinea con
formó parte de una ruta implementada en la trayectoria del camino que va a Huánuco
los primeros momentos del dominio inca. Pampa, pero sí con el camino que va hacia
Por ello siempre mantiene una trayectoria Canchapampa; posteriormente Canchapam-
recta desde Chacamarca. Tras este punto, y pa fue abandonado quedando su camino en
después de haberse construido las edificacio- desuso. Quizás por ello se decidió cerrarlo
nes en el altiplano de Junín, el camino pro- con los bordes de la esquina norte de la plaza.
bablemente cayó en desuso. Esta posibilidad Hemos mencionado que en algún mo-
resulta factible ya que en la región estudiada mento el camino puente Upamayo-loma de
se han registrado (1) estructuras arquitectó- Cutany Gayranga empezó a caer en abando-
nicas abandonadas que cumplieron su pro- no, adquiriendo importancia la ruta hacia
pósito en algún momento del Horizonte Tar- Pumpu. Fue posiblemente por ello que se
dío y (2) algunas secciones de caminos que habilitó un desvío 2 kilómetros al sureste del
fueron construidas durante un corto período camino, antes del cruce del río Upamayo, el
de tiempo. Tal vez por ello el camino pasa al objetivo habría sido tener una ruta más di-
lado de la estructura ortogonal de Corohogo, recta hacia el nuevo centro administrativo,
que habría sido abandonada luego de cum- sin la necesidad de tomar el desvío ubicado
plir su propósito. cerca del cruce del río Upamayo, correspon-
Probablemente el sitio Canchapampa fue diente al camino hacia Canchapampa. Por
construido en un momento posterior. Para esta razón, las fuentes tempranas mencionan

GUIDO CASAVERDE RÍOS


ello se habilitó una vía que, desprendiéndose el camino hacia Pumpu e incluyen a este
del camino puente Yahuarmayo-loma de Cu- centro como una estación importante, tanto
tany Gayranga, proseguía hacia el oeste atra- de los caminos hacia el sureste como hacia
vesando los terrenos donde más tarde se cons- el noroeste.
truiría el centro administrativo de Pumpu;
desde aquí la vía se proyectaba en dirección
noroeste hasta Canchapampa. Esta interpre-
tación permite explicar por qué el camino
ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

fue definido en sus bordes. La calle principal,


conformada por las estructuras de la esquina
sureste de la plaza de Pumpu, habría obedeci-
do a una traza anterior correspondiente a la
del camino a Canchapampa, por ello guarda
más orientación con esta vía que con aque-
llas que más tarde conectarían Pumpu con
Huánuco Pampa. Además, los bordes de este
160

A modo de conclusión
Corohogo

Poseemos información que sugiere una pro-


puesta cronológica sobre la base del estudio
de la red de caminos, relacionada a los avan-
ces de la conquista inca. foto 3 .
En un primer momento del avance inca, Secuencia de la
temporalidad
se habría construido un camino con orienta-
de los caminos.
ción directa sobre la margen oeste del lago de 1) En un primer
Junín. Este continuaba en la misma dirección momento se
a la altura del puente Upamayo, con rumbo 3 1 realiza el camino
hacia Corohogo. Camino Puente
Upamayo –
En un segundo momento se habría des-
Loma de Cutany
prendido otro camino hacia el oeste. Este cru- Gayranga; 2)
zaba el río Upamayo, quizás empleando los Canchapampa
luego se construye
puentes Pumpu-chaka y Yahuarmayo-chaka, 2 el camino hacia
con dirección a Canchapampa. Canchapampa; y
Pumpu 3) posteriormente
Finalmente, en un tercer momento, se ha-
se edifica Pumpu
bría construido Pumpu. Desde allí se depren- y el camino
dían varios caminos. Por esta época se habría que va hasta
abandonado el sitio de Canchapampa y, posi- Huarautambo .
blemente, su camino asociado.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

AGRADECIMIENTOS
Agradezco al personal de la Coordinación
de Investigación y Registro de la Red Vial
del Proyecto Qhapaq Ñan, en especial a los
arqueólogos Alfredo Bar, Miguel Cabrera, Jo-
seph Bernabé, José Luis Díaz y Sonia Ríos, con
quienes compartimos momentos de discu-
sión teórico-metodológica. También extien-
do mi agradecimiento a los ingenieros José
Salas y Julio Fernández por su apoyo para
procesar las imágenes de este trabajo.
161
Referencias citadas Morris, Craig
2013 “La infraestructura del control en la sierra
central peruana”, en Craig Morris, El palacio,
la plaza y la fiesta en el imperio. Lima: Fondo
FUENTES IMPRESAS Editorial de la Pontificia Universidad Católica
del Perú - Institute of Andean Research, pp.
Casaverde Ríos, Guido y Segisfredo López Vargas 163-179.
2011 “Estructuras ortogonales en el Tawantinsu-
yo”, Kullpi. Investigaciones Culturales en la Smith, Richard Chase
Provincia de Huaral y el Norte Chico [Huaral], 1999 “Caciques chinchaycochas, funcionarios y
5(5), pp. 9-58. sacerdotes amueshas: los caminos antiguos
de Chinchaycocha hacia la selva central”,
Cieza de León, Pedro Cultura Andina [Cerro de Pasco], 3, pp. 59-
2005 [1553] Crónica del Perú. El señorío de los incas. 71.
Edición de Franklin Pease García Yrigoyen.
Caracas: Biblioteca Ayacucho, 502 p. Vitry, Christian
2004 “Propuesta metodológica para el registro
Estete, Miguel de de caminos con componentes inkas”, Andes
1853 [1534] La relacion del viaje que hizo el señor capitan [Salta], 15, pp. 213-250.
Hernando Pizarro por mandado del Señor
Gobernador, su hermano desde el pueblo de
Caxamalca á Pachacama, y de allí á Jauja,
en Francisco de Jerez, Verdadera relación de
la Conquista del Perú y provincia del Cuzco,
llamada la Nueva-Castilla, conquistada
por Francisco Pizarro, capitán de la sacra,
católica, cesárea majestad del emperador
nuestro señor; enviada a su majestad por
Francisco de Jerez. Edición de Enrique de
Vedia. Madrid: Imprenta y Estereopatía de
M. Rivadeneyra, pp. 338-343 (Biblioteca de
Autores Españoles. Historiadores Primitivos

GUIDO CASAVERDE RÍOS


de Indias, 2).

Hyslop, John
1992 Qhapaqñan El sistema vial inkaico. Lima:
Instituto Andino de Estudios Arqueológicos -
Petróleos del Perú.

Matos Mendieta, Ramiro


ALCANCES PARA EL ESTUDIO...

1987 “El ushnu de Pumpu”, Cuicuilco [México,


D.F.], 18, pp. 45-61.
1994 Pumpu. Centro administrativo inka de la puna
de Junín. Lima: Editorial Horizonte.
Entre nodos
y conexiones:
La organización
provincial en
la sierra de Piura
CÉSAR W. ASTUHUAMÁN “[Los caminos son] la única evidencia tangible
GONZÁLES de la organización estructural de una población
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR prehistórica a lo largo de un espacio geográfico”
DE SAN MARCOS, PERÚ (Trombold 1991: 1; traducción nuestra).

Investigaciones previas sugieren que las provincias


incas fueron una importante unidad de organización
y administración imperial (Astuhuamán 2008, 2011;
Cornejo 2000; D’Altroy 2002; Julien 1993; Malpass y
Alconini 2010; Morris 1998; Murra 1978 [1956]; Rowe
1982; Santillana 2012). Sin embargo, estas provincias
no fueron mapeadas o demarcadas físicamente por lí-
neas limítrofes y las fuentes etnohistóricas son poco
claras, o contradictorias acerca de su rol administrativo
y/o económico (Hyslop 1984; Ramirez 2005).
A pesar de que las “provincias” incas son frecuente-
mente mencionadas, existe poca discusión acerca de lo
que su concepto podría haber significado en el Tawan-
tinsuyu (Santillana 2012) y raramente se ha utilizado
un análisis arqueológico de los restos materiales que
evidencien la organización provincial. Así, existe la
necesidad de evaluar críticamente los variados y algu-
nas veces contradictorios conceptos de lo que era una
provincia inca, algunos esfuerzos se han desarrollado
en esta dirección (Astuhuamán 2011). Así mismo, se
requiere desarrollar una metodología para evaluar la
administración inca a partir de la materialidad.
164

Mediante un análisis de la infraestructura una población prehistórica a lo largo de un


estatal inca registrada en el campo, princi- espacio geográfico” (Trombold 1991: 1; tra-
palmente caminos y asentamientos, inten- ducción nuestra)3 que “debería reflejar algo
taré evaluar cómo estos restos reflejan la de la composición interna de su sistema de
organización provincial incaica. La informa- valores” (Trombold 1991: 3; traducción nues-
ción arqueológica será estudiada utilizando tra).4 Así, el análisis de los caminos es clave
análisis de redes y otras técnicas arqueológi- para entender la organización de las provin-
cas con la finalidad de entender el control y cias incas, en sus aspectos sociopolíticos,
administración inca de las provincias orga- económicos y religiosos.
nizadas en la sierra de Piura, en el norte del
Perú (figura 1).
La red de caminos y asentamientos incas,
que tuvo como centro el Cusco, fue recorrida figura 1. La sierra de Piura
y descrita por Cieza de León, quien la compa-
ró con la de España: “De manera que, como en
España los antiguos hacían división de toda
ella por las provincias, así estos indios, para
contar las que había en tierra tan grande, lo
entendían por sus caminos […]” (Cieza 1973
[1551]: 214). Este comentario de Cieza fue
destacado por John Hyslop, quien escribió:
1“[Cieza statement that] the
“[Cieza plantea que] los Inkas entendieron o Inkas understood or concei-
concibieron sus dominios a través de cami- ved of their domain through
roads, and not through
nos, y no por medio de provincias, lo cual provinces, is particularly
es particularmente importante. Por ello, él important. By this he meant
comprendió que los pueblos y lugares fueron that peoples and places
were located and described
localizados y descritos en relación a los ca- in relation to main roads. In
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

minos principales. En la sociedad andina los Andean society roads have


a symbolic role [...]” (Hyslop
caminos tienen un rol simbólico [...]” (Hyslop
1990: 58).
1990: 58; traducción nuestra).1
Además de la importancia económica de 2 “Since Inka roads were a
symbol of the state throu-
la infraestructura inca (Murra 1978 [1956]), ghout the Andes, great
el rol ideológico de los asentamientos y ca- roads could have symbolic
minos ha sido destacado por Thompson significance in a “political”
sense” […]” (Hyslop 1991:
(1973) y Hyslop (1990: 98, 1991: 30), quienes 30).
consideraban que estos ayudaban a transmi-
3 “[…] the only tangible
tir los conceptos incas de sociedad: “Desde
evidence of a prehistoric
que los caminos Inka fueron un símbolo del population’s structural
estado a lo largo de los Andes, los grandes organization across geo-
graphical space” (Trombold
caminos podrían haber tenido una impor- 1991: 1).
tancia simbólica en un sentido “político” […]”
(Hyslop 1991: 30; traducción nuestra).2 Los 4 “[…] should reflect
something of its internal
caminos son además “[…] la única evidencia Nota: zona indicada en rectángulo rojo. composition value system
tangible de la organización estructural de […]” (Trombold 1991: 3).
165
Análisis de redes et al. 2012; Knappett 2013), algunos de los
cuales permitieron el desarrollo de redes de
de antiguos caminos naturaleza religiosa bajo dominio imperial
(Collar 2013).
Las medidas de centralidad de un punto,
El análisis de redes estudia las relaciones con relación a una red, que serán utilizadas
entre localizaciones de puntos de actividad en este análisis de redes son:
humana (Conolly y Lake 2006: 234). Una red
de transporte es representada por un gráfi- a. Grado de centralidad (degree centrality)
co formado por puntos separados (vértices Un punto es central si este es “[…] bastante ac-
o nodos) y conexiones (arcos o líneas) entre tivo en el sentido que tiene muchos vínculos
ellos. Esto proporciona información acerca con otras unidades […]” (Mrvar c. 2003: 3; tra-
de la conectividad entre lugares, que pueden ducción nuestra).5
ser analizados utilizando la teoría de gráficos
y matrices de conectividad (Gorenflo y Bell b. Centralidad por proximidad (closeness
1991: 81). Estas matrices, basadas en la valora- centrality)
ción de la existencia de la conectividad entre Un punto es más central si este “[…] puede in-
dos puntos de la red mediante un 1 (uno) y en teractuar rápidamente con todos los otros de-
la inexistencia de dicha conectividad a través bido a que ellos son más cercanos a los otros”
de 0 (cero), fueron examinadas utilizando un (Mrvar c. 2003: 6; traducción nuestra).6
software para análisis de redes (por ejemplo,
Ucinet para Windows versión 6.172 y Pajek), c. Centralidad intermedia (betweetness
a partir del cual se obtuvieron algunas medi- centrality)
das de centralidad. Un punto es central si “[…] este se encuentra

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Tres tipos de información son esencia- sobre algunos de los caminos más cortos en- 5 “[…] active enough in
les para desarrollar un análisis de redes: (1) tre otros pares de unidades” (Mrvar c. 2003: 8; the sense that is has a lot
of links to other units […]”
la conectividad de nodos, (2) la localización traducción nuestra).7 (Mrvar c. 2003: 3).
de instalaciones en la red (por ejemplo, los
6 “[…] can quickly interact
centros provinciales) y (3) la ruta de informa- En el caso de la Red Vial Inca, el grado de cen-
to all others because they
ción, bienes o personas fluyendo a través de tralidad “[…] suma el número de caminos que are close to all others”
las redes (Conolly y Lake 2006: 239). inciden, esto es, están conectados a un centro (Mrvar c. 2003: 6).

El análisis de redes de antiguos sistemas administrativo o a un complejo de depósi- 7 “[…] it lies on several
de caminos del Nuevo Mundo ha sido ya pre- tos […]” (Jenkins 2001: 663; traducción nues- shortest paths among
viamente desarrollado (es el caso de las ru- tra)8; la centralidad por proximidad indica other pairs of units” (Mrvar
c. 2003: 8).
tas de transporte Azteca y Maya Clásico, los la eficiencia relativa de comunicación entre
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

caminos en el Cañón Chaco y los caminos centros administrativos (Jenkins 2001: 663); 8 “[…] sums the number
of roads incident with, that
incas), algunos índices analíticos y medidas la centralidad intermedia, que los centros ad-
is, connected to, an admi-
fueron utilizados, tales como: centralidad, ministrativos distribuidos a lo largo de la Red nistrative center or storage
nodalidad, índice König, índice de accesibi- Vial Inca tienen: “[…] un relativo potencial complex […]” (Jenkins
2001: 663).
lidad y otros (Gorenflo y Bell 1991; Jenkins para controlar el flujo de información entre
2001; Knappett 2013; Santley 1991; Snead dos centros administrativos cualesquiera” 9 “[…] relative potential to
1992). Así mismo, este tipo de análisis ha (Jenkins 2001: 663; traducción nuestra).9 control the flow of informa-
tion between any two other
sido realizado para los caminos de las anti- El análisis de los nodos de interacción administrative centers”
guas civilizaciones del Viejo Mundo (Alcock en los Andes centrales fue iniciado por Julio (Jenkins 2001: 663).
166

César Tello antes de 1937, estudiando las in- analizó el flujo de bienes entre los centros
teracciones en los nudos de la cordillera en provinciales incas de la sierra central pero sin
Pasto, Pasco y Vilcanota, y el caso de Chavín utilizar análisis de redes. El estudio de redes
de Huántar (Peters 2013: 62-63). En uno de efectuado por Jenkins (2001) involucró cami-
sus trabajos inéditos registrado en el diario de nos, centros administrativos y depósitos, in-
McCreery se incluyen: vestigando 54 sitios incas a lo largo de la Red
Vial Inca. Tras analizar tres medidas de cen-
[…] dos documentos fascinantes, que describen tralidad, sugirió que las instalaciones fueron
un esquema histórico-geográfico novedoso construidas en regiones con alta y baja cen-
que concibe knots (“nodos”) como centros de tralidad, según las propiedades estructurales
interacción en distintas zonas altoandinas, co- de dos diferentes redes de intercambio, para
nectados por sistemas fluviales que emanan bienes de consumo y bienes suntuosos.
a la Costa, Sierra y Selva. No representa un Jenkins utilizó un mapa simplificado de
mapa literal, sino un esquema conceptual de la Red Vial Inca y los asentamientos asocia-
nudos de unión entre rutas que canalizaban dos para construir un modelo y estudiar sus
relaciones históricas entre áreas sociocultu- propiedades (Jenkins 2001: 666), se trataba del
rales estructuradas por la geografía andina… mapa elaborado por Hyslop (1984), que era
estos esquemas khipuformes están seguidos hasta el 2001 el mapa general más completo
por un mapa detallado de ríos principales y que existía. Sin embargo, a partir de las explo-
sitios arqueológicos parecidos a los maneja- raciones de Ricardo Espinosa (2002) y el desa-
dos por investigadores posteriores […] (Peters rrollo del Proyecto Qhapaq Ñan en América
2013: 62-63). del Sur (Instituto Nacional de Cultura 2006)
viene surgiendo una nueva configuración
Respecto a la red de centros y caminos incas, de la Red Vial Inca, en la que se han incluido
Tello registró varios tramos de camino en la otros centros provinciales.
ciudad de Lima, entre Cerro Bandurria y Olle- A pesar de no disponer aún de un plano
ros, en la Cordillera de Pariacaca, el callejón general actualizado, conocemos mucho más
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

de Huaylas y la muralla de Santa (planteando de algunas regiones como la sierra piurana


que era un camino de penetración de la costa (Astuhuamán 2008, 2010), nuestra área de
a la sierra, de carácter religioso y comercial). estudio. La ausencia de centros provinciales
En su publicación de 1945 intitulada El país inca en algunas regiones analizadas por Jen-
de los inkas, Tello presentó un mapa de los ca- kins (Caxas, Aypate, Piura La Vieja, Huam-
minos incas (Astuhuamán y Dagget 2005); en bos y Mitupampa en el norte del Perú) y de
su concepto, una de las características princi- los tramos de Camino Inca que los conectan,
pales del Imperio Inca fueron las grandes ciu- implica que existe la necesidad de revaluar
dades distribuidas a lo largo de los caminos sus hallazgos a partir de un registro de cam-
que recorrían los Andes centrales, solía ilus- po más completo, que permita aproximarnos
trar por ello sus ubicaciones espaciales (Tello a un total conocimiento de la Red Vial Inca
1930, 1942: 93-108). en una determinada región. Así, este sistema
Topic y Topic (2013 [1983]) realizaron vial no ha sido examinado adecuadamente
una investigación pionera acerca de caminos (ni a gran ni a mediana escala) utilizando
prehispánicos de la costa norte del Perú utili- análisis de redes.
zando análisis de redes y enfocándose en pe-
ríodos preincaicos; así mismo, Snead (1992)
167
Análisis a nivel figura2. Caminos incas en la sierra de Piura y los sitios
inter-sitio y provincial asociados

13
12 17
Es necesario un mapa completo de la Red Vial
8
Inca y los sitios asociados en el área de estudio 10 16
1 14
45 7
para examinar su distribución espacial y de- 2 9 11
3 6 Aypate 15
sarrollar un análisis de redes. Algunos de los 18
caminos incas en la región investigada fue-
ron previamente identificados o planteados
19 25 84
hipotéticamente por Polia (1973, 1995), Hoc- 20 22 24 86
29 30 83
quenghem (1989, 1998), Espinosa (2002) y el 28
21 23
31 26
Proyecto Qhapaq Ñan durante los años 2003 y 27
32 33
2004 (INC 2006), otros fueron completamen- 34
te recorridos y mapeados durante mi trabajo 35 37
de campo desarrollado en los años 2004, 2005 36 50
y 2009 (Astuhuamán 2008, 2010). La figura 2
y la tabla 1 proporcionan una versión resumi- 38
Caxas
39 42 48 49
da de todos los sitios y caminos incas registra- 40 43
51
41 44 47
dos en la sierra de Piura. 45
46

La información recolectada será ana- 52 53


55
54
lizada en varias escalas con la finalidad de 56
82
evaluar la naturaleza de administración inca Huancabamba 58
57

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


en el área de estudio: inter-sitio y provincial.
59
Diferentes herramientas analíticas serán uti-
Mitupampa 60
lizadas en cada escala: tipologías de sitios in- 81
61
cas y una aproximación regional utilizando 80 62 85 64 65
79
67
análisis de redes. Algunas rutas transversa- 78 63 66
68 69
les hacia tierras con menor elevación, tanto 76
77
70
hacia el oeste como al este, podrían resultar 72
74 73 71
útiles para realizar dicho análisis pero se loca-
75
lizan fuera de la región estudiada y han sido
propuestas a partir de referencias etnohistó- Nota: La lista de números y nombres es presentada en la tabla 1. 0 10 km
ricas, se espera que futuros reconocimientos
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

permitan identificarlas.

ANÁLISIS INTER-SITIO
En esta sección propondré una tipología y
jerarquía de los sitios incas, distribuyéndolos
en tramos para la región de estudio con la fi-
nalidad de entender las relaciones entre los
diferentes tipos de asentamientos incas y lo-
cales. Así se podrá evaluar la organización de
168

tabla1. Lista de números y nombres de los sitios y encuentros ilustrados en la figura 2.


Los centros provinciales inca del área de estudio son resaltados en negrita

Nombre del sitio Número del sitio Nombre del sitio Número del sitio

Puente Tondopa 1 El Tambo 23

Encuentro 2 Gentiles de Portachuelo 24

Loma del Huacho 3 Encuentro 25

Cerro Chichacomo 4 Paredones de Gentiles 26

Encuentro 5 Encuentro 27

Cerro Lingan 6 Encuentro 28

Encuentro 7 San Isidro 29

Cerro Chala 8 Cerro San Isidro 30

La Huaca 9 Encuentro 31

Cerro Culuguero 10 La Playa 32

Encuentro 11 San Pedro 33

Yantuma 12 Tambo Florecer 34


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Socchabamba 13 Encuentro 35

Encuentro 14 Las Pircas 36

Aypate 15 Encuentro 37

Cerro Balcon 16 Laguna de Mijal 38

Cerro San Miguel 17 Encuentro 39

Encuentro 18 Cerro Casitas 40

Encuentro 19 Encuentro 41

Yanta 20 Caxas 42

Encuentro 21 Ramada del Inca 43

Encuentro 22 Encuentro 44
169
Nombre del sitio Número del sitio Nombre del sitio Número del sitio

Huancacarpa 44 Encuentro 66

Encuentro 45 El Gentil 67

Encuentro 46 Encuentro 68

Encuentro 47 Tacarpo 69

Encuentro 48 Encuentro 70

Laguna Rey Inca 49 Mandor 71

Encuentro 50 Encuentro 72

Encuentro 51 Encuentro 73

Encuentro 52 Encuentro 74

Tambo de Jicate 2 53 Cerro Paraton 75

Tambo de Jicate 2 54 Ovejeria 76

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Encuentro 55 Encuentro 77

Huancabamba 56 Cerro Lavatorio 78

Cerro Pariacaca 57 Cerro Santa Rosa 79

Encuentro 58 Encuentro 80

Mitupampa 59 Encuentro 81

Encuentro 60 Piscán 82
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

Lanche 61 Encuentro 83

Encuentro 62 Encuentro 84

Encuentro 63 Encuentro 85

Lagunas 64 Encuentro 86
170

la red de caminos y asentamientos incaicos y, de aquella época, los sitios corresponden a


a partir de ello, se discutirá la magnitud de la tiempos preincaicos y la mayoría de ellos
organización provincial inca que puede ser se relacionan con actividades ceremoniales
reconocida y entendida a partir de los restos (sitios monumentales tempranos de Cerro
materiales. Lingán, Cerro Chala 2, Cerro Chala 3, Cerro
Para obtener las medidas de centralidad Portachuelo de Culucán, La Huaca y Cerro
me basaré en el reciente mapa de la Red Vial Vizcacha). La ausencia de arquitectura inca
Inca del área de estudio (figura 2), dividiendo no permitió establecer una jerarquía de asen-
dicha red en secciones definidas por nodos y tamientos incas en este tramo a excepción de
las conexiones entre ellos; cada centro inca Aypate. Los sitios preincas asociados al Ca-
identificado corresponde a un nodo (punto o mino Inca entre el Puente Tondopa y la cima
vértice). Cada sección es definida por dos no- del cerro Aypate presentan características
dos localizados en los extremos y el Camino arquitectónicas correspondientes al Período
Inca que los vincula. Dividiré la Red Vial Inca Inicial (1800-800 a.C.). Algunos de estos si-
de la región analizada en secciones a partir tios, como Cerro Chala y Cerro Portachuelo
de su ubicación en una cuenca hidrográfica, de Culucán, fueron templos con arquitectu-
en algunos casos las secciones incluyen dos ra monumental; la cerámica inca asociada a
cuencas adyacentes. ellos sugiere su uso ritual en tiempos inca.
La sección Aypate-Caxas se encuentra También se registraron monolitos y petrogli-
localizada en la cuenca alta y central del Qui- fos a lo largo del Camino Inca que conduce al
roz, parte de la cuenca del Chira; Aypate y Cerro Aypate.
Caxas fueron los principales centros estatales La sección Pohechos-Caxas está locali-
ubicados a lo largo del Camino Inca en esta zada en la cuenca del río San Pedro o Chipi-
parte de la cuenca del Quiroz. Se registraron llico y en la cuenca del Quiroz, que integran
asentamientos incas secundarios pero sin la la cuenca del Chira. El Camino Inca entre
típica traza cusqueña; cerámica inca fue regis- Arenales y Las Pircas se desplaza a lo largo
trada en algunos sitios preincas a lo largo del de una amplia llanura denominada la Meseta
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

camino. El análisis de la infraestructura inca Andina. Los sitios ubicados entre Arrenda-
ha identificado 37 sectores en Aypate (con un mientos y Nampampa (“pampa del camino”
área de 200 hectáreas) con edificaciones ins- en quechua) están directamente vinculados
titucionales, mientras otros están cubiertos al centralizado Estado Inca. Las edificaciones
por la abundante vegetación de la zona. Caxas arqueológicas que predominan en esta sec-
tiene un área de 240 hectáreas en ambas már- ción (San Isidro, Tambo Florecer, Laguna de
genes del río Rey Inca, aquí fueron registrados Mijal, Las Pircas) fueron destinadas al alma-
37 sectores, incluidas edificaciones institucio- cenamiento de productos.
nales y espacios sin arquitectura. Al comparar estos sitios y establecer una
La sección Pohechos-Aypate se localiza jerarquía a partir del criterio de unidades de
al norte de la cuenca del río Quiroz. Un cami- almacenamiento, se establece que Caxas fue
no inca sigue la ruta de Tondopa a Aypate, el principal centro a lo largo del Camino Inca
siguiendo dirección Oeste a Este, comenzan- entre Pohechos y Caxas. En la sección com-
do en Pohechos. Los sitios registrados entre prendida entre los centros de Caxas y Piura La
el Puente Tondopa y Aypate no presentan Vieja, por su parte, encontramos asentamien-
restos de arquitectura inca. A pesar de ha- tos similares a los previamente mencionados
berse registrado fragmentos de cerámica y algunos de menor tamaño, como Piscán.
171
La sección Huarmaca-Mitupampa se extien- En la sección Huancabamba-Caxas se regis-
de desde un hipotético centro localizado traron dos tipos de sitios: los centros provin-
en Huarmaca (Hocquenghem 1998) hasta ciales (Huancabamba y Caxas) y los palacios
el centro registrado en Mitupampa, ambos (Tambo de Jicate 1 y Tambo de Jicate 2).
ubicados en las cuencas de los ríos Huanca- En la tabla 2 se propone una tipología de
bamba y Piura; dos asentamientos fueron re- sitios de acuerdo a la función que cumplieron
gistrados a lo largo de esta sección: el centro en las secciones de camino localizadas de la
provincial de Mitupampa y Ovejería. región investigada.
La sección Mitupampa-Huancabamba se
encuentra localizada entre los centros pro- ANÁLISIS PROVINCIAL
vinciales de Mitupampa y Huancabamba. En esta sección evaluaré el grado en el que
Si bien Huancabamba se encuentra ya des- se pueden reconstruir las jurisdicciones in-
truido, su existencia se ve confirmada por cas en el área de estudio y los cambios en la
referencias etnohistóricas coloniales y explo- organización provincial durante el proceso
raciones tempranas (Humboldt 1991 [1802], de conquista y consolidación inca. El uso de
Tello 1916); así, el único sitio registrado fue modelos matemáticos para analizar la infor-
Mitupampa. mación espacial, por ejemplo los polígonos

tabla 2. Tipología de sitios inca de acuerdo a su función en la región Piura

Tipo Función Ejemplos

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Caxas, Huancabamba, Aypate, Mitu-
Centro provincial Ceremonial-administrativo
pampa, Piura La Vieja, Pohechos

Fortaleza Militar-almacenamiento Huancacarpa

Tambo Florecer, Laguna de Mijal,


Depósito Almacenamiento-administrativo
Las Pircas, San Isidro, Ovejería

Puente Tondopa, San Pedro,


Puente Transporte
La Playa
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

Cerro San Isidro, Paderones de


Terrazas Productivo
Gentiles

La Huaca, Cerro Lingan, Cerro


Adoratorio Culto
Culuguero

Palacio Administrativo-residencial Tambo de Jicate 1, Tambo de Jicate 2

Puesto de control Control-residencial. Cerro San Miguel, El Gentil


172

de Thiessen, está basado en la premisa de que


las interacciones entre individuos produce figura 3a . Límites sugeridos de las provincias incas en la
patrones espaciales identificables, y que los sierra de Piura inferidos de la aplicación de los polígonos
patrones de distribución espacial de los sitios de Thiessen: fase intermedia inca
y materiales expresan sistemas políticos y
económicos (Hare 2004: 802).
Una primera aproximación para delimitar
territorios utilizando polígonos de Thiessen
alrededor de los centros provinciales de la sie-
rra de Piura es propuesta en la delimitación
hipotética de las provincias incas (figuras 3 Calvas
A y B). Como no existen centros provinciales
documentados hacia el este, se muestran los
CALVAS
territorios provinciales abiertos hacia la lla-
Pohechos
nura amazónica.
Este modelo parece funcionar para las Aypate
provincias de Caxas y Ayahuaca, sin embar- AYAHUACA
go la técnica crea un patrón inusual en la
parte sur del área estudio, donde dos centros CAXAS
incas se ubicaron muy próximos entre sí Caxas
(Huancabamba y Mitupampa), ocasionando Piura la Vieja
que la provincia de Huancabamba aparecie- Huancabamba
ra como estrecha y pequeña. Esto contradi- Mitupampa
ce a las fuentes etnohistóricas que destacan
la importancia de Huancabamba como un SONDOR
centro principal y su mayor jerarquía en el
contexto regional. Una explicación para este Huarmaca
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

hallazgo es que esta técnica se encuentra HUANCABAMBA


basada solamente en la distancia geográfica
entre centros; las características topográficas
del relieve y los procesos históricos no son
considerados por esta técnica, la cual ade-
más asume que los nodos son sincrónicos y
de igual importancia, y que el relieve terres-
tre es homogéneo. Una solución al hallazgo,
que será discutida posteriormente, propone
que Mitupampa (centro provincial de Son- Huambos
dor) tuvo una importancia reducida en la
fase final del control inca de la región y fue
colocado bajo el control de Huancabamba
(figura 3B).
Debido a la ausencia de registro arqueo-
lógico, existe un problema relacionado a la 0 20 km
frontera sur de la provincia inca de Huan-
173
cabamba. Un sitio inca fue identificado por
figura 3b . Límites sugeridos de las provincias incas en la Humboldt en Mandorcillo, en una de las
sierra de Piura inferidos de la aplicación de los polígonos márgenes del río Huancabamba (Humboldt
de Thiessen: fase final inca 1991 [1802]), y un depósito inca de planta
rectangular fue registrado por nosotros en
Japaya (Espinosa 2002); asimismo, un cen-
tro inca ha sido propuesto hipotéticamente
para Huarmaca (vid. Hocquenghem 1998).
Se podría también considerar a Huambos
como un centro provincial inca. Huambos se
Calvas encuentra actualmente cubierto por un po-
blado pero fue bien documentado en fuentes
CALVAS etnohistóricas coloniales y se han registrado
restos de edificaciones (Espinosa 2002; Hum-
Pohechos
boldt 1991 [1802]). Sin embargo, Huambos se
Aypate
localiza lejos del área de estudio y ello podría
AYAHUACA incrementar considerablemente la jurisdic-
ción de la provincia de Huancabamba, oca-
CAXAS sionando que el centro provincial de Huanca-
Caxas bamba se ubique en el extremo norte de esta
Piura la Vieja provincia.
Huancabamba Luego de delimitar las provincias incas
Mitupampa usando polígonos de Thiessen pudimos de-
ducir que la Red Vial Inca y sus asentamien-

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


tos fueron la base material de la organiza-
ción provincial, y que considerar el proceso
Huarmaca histórico de la anexión inca puede ser útil
para interpretar diferentes resultados de su
HUANCABAMBA
aplicación.

ANÁLISIS INTER-PROVINCIAL:
COMPARACIONES Y CONTRASTE
HUAMBOS En esta sección, utilizaré dos herramientas
para realizar la comparación interprovincial:
análisis de redes y tipologías de sitios.
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

COMPARACIONES Y CONTRASTES ENTRE


Huambos
DOS PROVINCIAS ADYACENTES EN LA
SIERRA DE PIURA
A partir de un registro más completo de la
Red Vial Inca y una sistematización de reco-
nocimientos previos, se ha obtenido una vi-
0 20 km sión más completa de la red conformada por
los sitios incas y los caminos asociados en el
174

área de estudio. Este registro ha sido exami- lo largo de un camino inca o vinculados por
nado utilizándose análisis de redes. un sendero. Sin embargo, es importante con-
Es notable que los principales sitios del siderar que estos sitios y cruces de caminos
área de estudio (Mitupampa, Caxas, Huanca- son afectados por un “efecto borde” artificial
bamba y Aypate) presenten el más alto grado pues se encuentran en los límites del área de
de centralidad, también un sitio pequeño, estudio: en el caso de Socchabamba, Cerro
Gentiles de Portachuelo, tiene un alto grado San Miguel, Las Pircas, Cerro Pariacaca, El
de centralidad, lo cual es un indicador de su Gentil, Mandor, Cerro Paratón y Piscán, sus
localización en un cruce de caminos. medidas podrían cambiar si son localizados
El grado de centralidad puede ser inter- en el amplio contexto de la Red Vial Inca.
pretado como un índice del potencial para el Del análisis de dos centros principales in-
intercambio o la comunicación (por ejemplo, cas en la cuenca del Quiroz (Caxas y Aypate),
el control del flujo de información o bienes), que representan a dos provincias adyacentes,
y destaca la importancia de la localización algunos hallazgos pueden ser discutidos. Pri-
de los extensos centros incas (Mitupampa, mero, el análisis de redes sugiere que los si-
Caxas, Huancabamba y Aypate) como nodos tios incas más extensos (Mitupampa, Caxas,
en la Red Vial Inca. Sin embargo, luego de Huancabamba y Aypate) fueron los sitios
contrastar el grado de centralidad de los cua- más centrales en la sierra de Piura; sin em-
tro sitios más extensos y el 10 % de los sitios bargo, Caxas y Huancabamba estuvieron me-
mejor ubicados de acuerdo a la medida de su jor ubicados por su centralidad intermedia
centralidad intermedia, se destaca que solo mientras que Aypate y Mitupampa tuvieron
Huancabamba (puesto 2) y Caxas (puesto 4) una ubicación más baja, esto significa que
están mejor ubicados, mientras que Aypate Caxas y Huancabamba tuvieron un mayor
(puesto 15) y Mitupampa (puesto 53) están potencial para controlar el flujo de informa-
ubicados más abajo. ción, bienes o personas que otros centros del
Los otros sitios con alta centralidad in- área de estudio.
termedia, con excepción de Lagunas de Mijal A pesar de que Caxas está ubicado en una
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

(puesto 17) son cruces de caminos, se desta- posición más alta (de acuerdo a su centrali-
can los caminos que vinculan principalmen- dad) que Aypate, un análisis más detallado
te a los sitios de Caxas y Huancabamba con la indica que:
ruta entre Pohechos y Caxas a lo largo de la
Meseta Andina. • El mayor grado de centralidad de Caxas
De otro lado, al contrastar el grado de cen- está relacionado a una elevada actividad
tralidad y el 10 % de los sitios con ubicación económica, expresada en la confluencia
más baja de acuerdo a su centralidad inter- de una mayor cantidad de caminos y sus
media (puesto 65), resulta que estos también conjuntos de depósitos, en contraste con
presentan el grado de centralidad más bajo: Aypate que era menos activo en el aspec-
se trata de centros ceremoniales locales (Ce- to económico a lo largo del año, pero más
rro Chala, Cerro Culuguero y Cerro Lingán), activo en actividades ceremoniales. Las
asentamientos locales (Loma del Huacho y actividades rituales son menos frecuentes
Cerro Casitas), cementerios (Tacarpo, Cerro que las actividades económicas. El aspec-
Pariacaca, Lanche) y sitios incas (El Gentil, to cualitativo del camino de Pohechos a
Mandor, El Tambo, Socchabamba, Las Pircas, Aypate no se encuentra expresado por el
Cerro San Miguel, Piscán), todos localizados a grado de centralidad, este camino vincu-
175
laba un conjunto de centros ceremoniales tras que Aypate tuvo una mayor importancia
preincas y en su recorrido no se han regis- como centro de culto y ritual. Sustento esto
trado conjuntos de depósitos, excepto en en el análisis de las edificaciones estatales, el
Aypate mismo. análisis de redes y algunas referencias etno-
• La alta centralidad intermedia de Caxas históricas que indican que la estratégica po-
está relacionada a la premisa de la teoría sición de Aypate estuvo más estrechamente
de redes y a la perspectiva económica, en relacionada a sitios de culto preinca. Sin
las que se asume que la conectividad está embargo, la relativa importancia de ambos
relacionada por la gran cantidad de nodos centros sugiere que estos tuvieron jurisdic-
de los que se rodea. El relativo aislamien- ciones diferentes aunque sobrepuestas que
to de Aypate (provincia de Ayahuaca) cubrieron parte de la sierra de Piura; Caxas
quizá explique las pocas referencias etno- tuvo una jurisdicción de tipo administrativa
históricas acerca de este centro inca. Así, y Aypate una de carácter religioso (Astuhua-
la localización de Aypate no estuvo rela- mán 2008). Los incas utilizaron dos estrate-
cionada al aspecto económico o al control gias diferentes durante la anexión y control
de información. de la población local (Guayacundos) en la
• La alta centralidad de vecindad de Caxas cuenca del Quiroz.
está relacionada con su relativa eficiencia
de comunicación con otros centros, como COMPARACIONES Y CONTRASTES ENTRE
un importante nodo en la Red Vial Inca. LAS PROVINCIAS DE LA REGIÓN PIURA
Así, la eficiencia económica y la velocidad Con la finalidad de examinar el área de estu-
de interacción no fueron características de dio en el contexto amplio de la región Piura
Aypate. es necesario desarrollar una versión simplifi-
cada de la red que sea directamente compa-

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Segundo, los hallazgos relacionados a las ti- rable con la calidad de la información dispo-
pologías de los sitios de acuerdo a su función nible para fuera del área de estudio. La figura
y a su jerarquía (según su tamaño) sugieren 4 muestra la red formada por los principales
que Caxas fue el sitio sobreviviente más ex- sitios incas y los caminos asociados en un dia-
tenso en la región, cubriendo 240 hectáreas, grama a escala de la región Piura.
con el rango más amplio de edificaciones ins- Este diagrama simplificado difiere del
titucionales. Debido a su posición en un área esquema más complejo por las siguientes
abierta en ambas márgenes del río Rey Inca y características: vincula fundamentalmente
a la distribución espacial de las edificaciones a los centros provinciales incas, muestra so-
estatales, sugiero que Caxas fue “Otro Cusco”, lamente los caminos principales, y presenta
en contraste a Aypate y Mitupampa que com- información más limitada para las áreas veci-
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

parten un diferente patrón de localización al nas de la sierra de Piura, por ejemplo la costa
estar cerca de un elevado cerro. Las diferen- piurana y la ceja de selva. Sin embargo, esta
cias en la forma, tamaño, número y rango de representación más simplificada del área de
edificaciones incas en diferentes sitios sugie- estudio mantiene la esencia de la red en la
ren que diferentes estrategias de control fue- región Piura, de tal forma que es comparable
ron ejercidas en las provincias incas del área con la información disponible para las áreas
de estudio. vecinas a dicha región. La tabla 3 muestra las
Sugiero que Caxas fue un centro provin- medidas de centralidad para la representa-
cial de características administrativas mien- ción más simplificada.
176

En esta versión simplificada de la región Piu-


figura 4. Diagrama simplificado de la red formada por los ra se puede observar que dos de los principa-
principales sitios incas y los caminos asociados a éstos les sitios de la región (Huancabamba y Caxas)
en la región Piura tienen un elevado grado de centralidad en
comparación a otros sitios inca del área (Ay-
pate, Mitupampa, Piura La Vieja y Pohechos).
Huancabamba y Caxas también tienen los
más altos rangos de centralidad por proxi-
1 midad; su localización en la red de caminos
permitió facilitar la interacción en la región
6 y con regiones aledañas. Huancabamba y Ca-
24
xas están vinculadas por cruces de caminos
con el más alto grado de centralidad localiza-
2 dos a lo largo del Camino Inca que recorre la
3
4 Meseta Andina de Este a Oeste (es el caso de
5 Aypate los encuentros 3 y 9 en la figura 4).
7 Este hallazgo difiere del análisis previo
9 más detallado en el que la ruta Norte-Sur
fue la dominante, sin embargo, comparten
8 la presencia de los sitios de Huancabamba y
10 Caxas
13 Caxas, lo que resaltaría la ubicación clave de
11 Huancabamba los mismos.
14
15 Al contrastar el grado de centralidad de los
Mitupampa
sitios más extensos de la región Piura con su
12
ubicación en el ranking de centralidad inter-
media, resulta que Caxas (puesto 2) tiene más
16 alta centralidad que Huancabamba (puesto 4)
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

o Pohechos (puesto 11), estos centros tuvieron


un mayor control sobre el flujo de informa-
17 ción en la red que los “centros secundarios” de
Aypate (puesto 16) y Mitupampa (puesto 20).
La distribución espacial de los sitios con
19 los indicadores más elevados de centralidad
intermedia indica que el área triangular for-
20
mada por Caxas (puesto 2), Cerro La Virgen
(puesto 3) y Huancabamba (puesto 4) tuvo
21
22 18 un gran potencial para el control de la comu-
23 nicación, el flujo de información o el inter-
cambio entre todos los sitios de la región Piu-
ra (Jenkins 2001: 663). Esta área, que incluye
el sitio de Mitupampa (puesto 20) pero exclu-
ye a Aypate (puesto 16) y Pohechos (puesto
0 20 km 11), fue clave para controlar la totalidad de
la región piurana. Este espacio triangular in-
177
tabla 3. Grado de centralidad, centralidad intermedia y centralidad de proximidad de los principales
sitios inca y los encuentros en la región Piura

Número Grado de Centralidad Rango Centralidad Rango


Tipo de sitio
del sitio centralidad intermedia de C.I. de proximidad de C.P.

Guineal 1 1 000 0 000 22 108 000 12

Pohechos 2 3 000 26 285 11 86 000 7

Encuentro 3 4 000 21 651 15 86 000 7

Encuentro 4 4 000 15 416 18 86 000 7

Aypate 5 3 000 19 083 16 90 000 8

Calvas 6 2 000 1 000 21 107 000 11

Encuentro 7 2 000 28 000 10 82 000 5

Caxas 8 4 000 89 295 2 66 000 1

Encuentro 9 4 000 50 265 7 74 000 2

Piura La Vieja 10 3 000 41 005 9 74 000 2

Encuentro 11 3 000 66 725 5 66 000 1

Encuentro 12 4 000 112 878 1 66 000 1

Huancabamba 13 4 000 71 742 4 66 000 1

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Encuentro 14 3 000 19 000 17 82 000 5

Mitupampa 15 3 000 3 256 20 83 000 6

Huarmaca 16 3 000 24 983 12 81 000 4

Encuentro 17 3 000 22 500 13 90 000 8

Huambos 18 1 000 0 000 22 112 000 13

Cerro La Virgen 19 2 000 76 000 3 80 000 3


ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

Apurlec 20 2 000 60 000 6 96 000 9

Jotoro 21 2 000 42 000 8 114 000 14

La Viña 22 2 000 22 000 14 134 000 15

Tambo Real 23 1 000 0 000 22 156 000 16

El Ministro 24 3 000 4 917 19 103 000 10


178

cluye asimismo al área formada por Caxas, en diferentes etapas de la presencia inca y que
Morropón y Huarmaca. La distribución espe- no necesariamente fueran utilizados simultá-
cial de los sitios con los más altos índices de neamente como centros administrativos.
centralidad de proximidad muestra que los A partir del análisis de los rasgos de los
sitios localizados en el trapecio formado por principales centros incas de las provincias de
los sitios 8 (Caxas), 9, 10, 11, 12 y 13 (Huan- la región Piura, algunos hallazgos pueden ser
cabamba) pueden interactuar rápidamente discutidos; discutiré primero los hallazgos del
unos con otros y con los demás. análisis de redes. Este análisis sugiere que los
He observado que aquellos sitios con el sitios más extensos en la sierra de Piura (Mi-
grado de centralidad más bajo también tie- tupampa, Caxas, Huancabamba y Aypate)
nen un bajo índice de centralidad intermedia, fueron los sitos más centrales en la región. Sin
así permanecen como periféricos a la comu- embargo, al revisar su centralidad intermedia,
nicación con otros sitios de la red de caminos. solamente Caxas y Serrán estuvieron ubicados
Usando la centralidad por proximidad en en altas posiciones mientras que Huancabam-
el diagrama simplificado de la región Piura, el ba, Aypate y Mitupampa estuvieron en meno-
10 % de los sitios mejor ubicados está confor- res posiciones. Según los más elevados índices
mado por Caxas y Huancabamba, ubicados en de centralidad intermedia, el área triangular
el mismo nivel (puesto 1), mientras que Mitu- formada por los sitios de Caxas, Morropón y
pampa (puesto 6) y Aypate (puesto 8) mejora- Huarmaca, fue un área clave para el control de
ron su nivel en comparación con su centrali- toda la región Piura; esto incluye a los sitios
dad intermedia. Los sitios con la más elevada de Huancabamba y Mitupampa pero excluye
centralidad de proximidad son aquellos que a Aypate. El almacenamiento de productos se
tienen la mayor facilidad para la comunica- desarrolló en los sitios más extensos aunque
ción o intercambio con otros centros (Jenkins no fue esta su principal función; en contraste,
2001: 663). Así, Caxas y Huancabamba fueron los sitios más pequeños tuvieron en el almace-
los nodos más importantes en la red de cami- namiento su función primaria. Esto muestra
nos incas en la Región Piura e interactuaban que el número de unidades de almacenamien-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

más rápidamente con todos los otros sitios. to no está directamente relacionado al grado
Al analizar la localización topográfica de de centralidad en la región Piura y contradice
los centros incas en la región Piura, se puede los hallazgos de Jenkins (2001). Una gran ex-
inferir que organizaron la región con la fina- cepción a esto es la alta cantidad de depósitos
lidad de facilitar la explotación y administra- en Caxas, lo cual sugiere que desempeñó un
ción de los recursos, especialmente personas, rol principal en la redistribución, distinguién-
minerales (por ejemplo, el oro), tierras agríco- dose así de otros centros de Piura.
las y hatos de camélidos. La localización de los De otro lado, la tipología de las edificacio-
centros incas y la red de caminos que los vin- nes registrada en cada sitio del área de estudio
cularon sugieren que los incas administraron estuvo relacionada a su grado de centralidad,
los recursos de las cuencas de ríos adyacentes. y muestra que los sitios más complejos tuvie-
La corta distancia existente entre Huanca- ron medidas de centralidad más elevadas. Así,
bamba y Mitupampa (cuatro horas caminan- en el caso de los sitios más extensos, los más
do), en contraste a otros centros incas, nece- elevados grados de centralidad podrían ser
sita ser analizada para explicar las razones de un indicador que dichos sitios fueron centros
esta cercana localización. Una posibilidad es provinciales incas hacia los cuales muchos
que estos centros hubieran sido construidos caminos estuvieron dirigidos.
179
COMPARACIONES Y CONTRASTE ENTRE LAS
PROVINCIAS EN LA SIERRA DE PIURA DEL figura 5 . Diagrama esquemático de la red formada por
NORTE DEL PERÚ Y EL SUR DEL ECUADOR sitios incas y caminos asociados en el sur del Ecuador y
La red de caminos en la región Piura será aho- el norte del Perú
ra analizada en el contexto más amplio del
sur del Ecuador y el norte de Perú, para ello he
incorporado el diagrama de caminos de dicha
54
región en un diagrama más amplio (figura 5).
53
El análisis de redes en el sur del Ecuador y 51 50
el norte de Perú ha permitido realizar algunos 52
Tomebamba
hallazgos. El primero es que los principales
centros localizados en la sierra de Piura (Ca- 48
47

xas, Huancabamba y Aypate) también presen- 49

tan un elevado grado de centralidad. Caxas y 42 Tumbes 46

Huancabamba tienen más vínculos que los 43 45


otros centros comprendidos entre Ingapirca 59
41 44
y Huamachuco; sin embargo, el punto de en-
1
cuentro 39 (localizado hacia el este de Caxas 6 40
y Huancabamba) muestra simultáneamente
los más altos grados de centralidad, centrali- 2 3 4
5
dad intermedia y centralidad de proximidad. 7
Aypate
9
39
Una segunda observación es realizada Caxas 8
10 13
con relación al grado de centralidad como un 11 Huancabamba
14
índice del potencial para el intercambio o la Mitupampa 15
12 38

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


actividad comunicativa (por ejemplo, el con- 16
trol sobre el flujo de información o bienes).
37
El grado de centralidad muestra que los cen- 17
35
tros incas más extensos en la sierra (Calvas, 19
20
Aypate, Caxas, Huancabamba, Huambos y 21
22 18
Cajamarca) están localizados en puntos cla- 23 Huambos
ve a lo largo del principal camino inca que Posope 24

precede a las otras dos rutas longitudinales:


25 32 34
33
el camino de la costa (Tumbes, Pohechos, Cochabamba
30
Serrán y Tambo de Pósope) y el camino ama- Cajamarca
Farfan 26
zónico (es el caso de los puntos de encuentro 31
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

37 y 39). Sin embargo, la centralidad de proxi-


midad es preferible al grado de centralidad 29
pues este considera a la vez las conexiones Chiquitoy viejo 27
56
directas e indirectas entre los sitios, así el ca- 28 36

mino amazónico (que recorre los puntos de


encuentro 37, 38, 39 y el sitio de Changacaro)
fue posiblemente la ruta más rápida y directa
Sitios incas 0 20 km
del norte de Perú al sur del Ecuador, seguida
Caminos asociados
tardíamente por los incas durante el proceso
180

tabla 4. Grado de centralidad, centralidad intermedia y centralidad de proximidad de los principales


sitios inca (los de la sierra piurana son resaltados en negrita), encuentros y bordes en el sur del
Ecuador y norte del Perú

Número Grado de Centralidad Rango Centralidad Rango


Tipo de sitio
del sitio centralidad intermedia de C.I. de proximidad de C.P.

Guineal 1 2 000 57 075 40 320 000 30

Pohechos 2 4 000 109 060 26 309 000 24

Encuentro 3 4 000 45 485 43 294 000 21

Encuentro 4 4 000 36 923 45 294 000 21

Aypate 5 4 000 84 565 32 284 000 18

Calvas 6 3 000 10 141 51 309 000 24

Encuentro 7 3 000 101 938 29 261 000 8

Caxas 8 5 000 182 323 16 247 000 6

Encuentro 9 4 000 112 276 25 274 000 14

Piura La Vieja 10 3 000 99 061 30 292 000 20

Encuentro 11 3 000 119 031 23 271 000 13


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Encuentro 12 4 000 232 183 10 263 000 9

Huancabamba 13 5 000 190 503 15 245 000 4

Encuentro 14 3 000 19 000 17 82 000 5

Mitupampa 15 3 000 3 256 20 83 000 6

Huarmaca 16 3 000 24 983 12 81 000 4

Encuentro 17 3 000 22 500 13 90 000 8

Huambos 18 1 000 0 000 22 112 000 13

Cerro La Virgen 19 2 000 76 000 3 80 000 3

Apurlec 20 2 000 60 000 6 96 000 9


181
Número Grado de Centralidad Rango Centralidad Rango
Tipo de sitio
del sitio centralidad intermedia de C.I. de proximidad de C.P.

Jotoro 21 2 000 42 304 44 376 000 41

La Viña 22 2 000 34 700 46 392 000 45

Tambo Real 23 2 000 58 429 39 359 000 37

Tambo de Posope 24 3 000 142 964 20 310 000 25

Encuentro 25 3 000 72 186 34 345 000 34

Farfan 26 3 000 29 749 47 387 000 42

Chiquitoy Viejo 27 3 000 17 000 49 402 000 46

Chan Chan 28 3 000 60 000 38 407 000 47

Machuco 29 3 000 149 000 18 363 000 39

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Cajamarca 30 4 000 299 897 6 313 000 37

Encuentro 31 3 000 54 897 42 358 000 36

Encuentro 32 3 000 91 443 31 305 000 22

Cochabamba 33 3 000 416 823 5 279 000 16

Encuentro 34 3 000 113 000 24 332 000 32

Borde 35 1 000 0 000 52 389 000 43


ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

Borde 36 1 000 0 000 52 389 000 43

Encuentro 37 4 000 575 952 2 246 000 5

Encuentro 38 3 000 524 813 3 234 000 2

Encuentro 39 5 000 701 131 1 221 000 1

Gonzanama 40 3 000 17 938 48 307 000 23


182

tabla 4. Grado de centralidad, centralidad intermedia y centralidad de proximidad de los principales


sitios inca (los de la sierra piurana son resaltados en negrita), encuentros y bordes en el sur del
Ecuador y norte del Perú

Número Grado de Centralidad Rango Centralidad Rango


Tipo de sitio
del sitio centralidad intermedia de C.I. de proximidad de C.P.

Chapamarca 41 4 000 244 436 8 265 000 10

Tumbes 42 4 000 146 279 19 290 000 19

Zaruma 43 3 000 196 160 14 323 000 31

Changacaro 44 3 000 502 637 4 241 000 3

Las Piedras 45 2 000 235 840 9 280 000 17

Saraguro 46 2 000 199 706 12 319 000 29

Encuentro 47 3 000 199 206 13 342 000 33

Encuentro 48 4 000 203 561 11 362 000 38

Borde 49 1 000 0 000 52 419 000 49

Encuentro 50 3 000 81 300 33 411 000 48

Borde 51 1 000 0 000 52 468 000 53


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Tomebamba 52 3 000 130 572 21 391 000 44

Ingapirca 53 2 000 57 000 41 446 000 51

Borde 54 1 000 0 000 52 503 000 54

Borde 55 1 000 0 000 52 464 000 52

Borde 56 1 000 0 000 52 420 000 50

Borde 57 1 000 0 000 52 366 000 40

El Ministro 58 4 000 64 586 36 314 000 28

Encuentro 59 4 000 130 280 22 290 000 19


183
de conquista de los chachapoyas y los braca- estos caminos a lo largo de la ruta amazónica
moros (Hocquenghem 1989, 1998), al igual son inferidos principalmente a partir de refe-
que otras rutas hacia el este de dicho camino. rencias etnohistóricas, ya han empezado a ser
Una tercera observación es realizada al verificados mediante trabajo de campo (Astu-
contrastar el grado de centralidad de los sitios huamán et al. 2003). Sin embargo, se necesitan
más extensos y el 10 % de los sitios mejor ubi- reconocimientos arqueológicos adicionales,
cados según su centralidad intermedia. Sola- en especial en el lado ecuatoriano, para confir-
mente Cochabamba (puesto 5) y Cajamarca mar la ruta amazónica y aclarar la relevancia
(puesto 6) están entre los primeros de la lista, del punto de encuentro 39 y la eficiencia del
mientras que los sitios de la sierra de Piura transporte a través de este. El uso de esta ruta
se encuentran ubicados más abajo: Huanca- permitió evitar las dificultades de cruzar el
bamba (puesto 15), Caxas (puesto 16), Aypate complejo relieve terrestre de la sierra de Piura
(puesto 32) y Mitupampa (puesto 50). Sin em- pero aceleró el enfrentamiento potencial con
bargo, el principal acceso al punto de encuen- los bracamoros, un grupo que no fue conquis-
tro 39, que es el mejor ubicado (puesto 1), en tado por los incas y ocupaba territorios a lo lar-
el encuentro de los ríos Chinchipe y Marañón, go de esa ruta, en especial hacia el este.
fue a través de estos sitios de la sierra. Algunos El análisis de redes sugiere que Caxas y
encuentros, como 3 y 4, tienen el más alto gra- Huancabamba fueron los sitios más centrales
do de centralidad; estos están localizados a lo entre Ingapirca y Huamachuco. Es claro que
largo de la sección del camino que vincula Po- estos se encontraban localizados longitudi-
hechos y la Amazonía en el punto de encuen- nalmente en la parte central de esta área y su
tro 39 a través de los sitios de Caxas y Huanca- ubicación espacial podría explicar este hallaz-
bamba. El camino amazónico, que muestra los go. Por la misma razón, la localización de los
más altos índices de centralidad de proximi- extensos centros incas con alto grado de cen-

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


dad, fue alcanzado a través de la sierra de Piura. tralidad (en los casos de Calvas, Aypate, Ca-
Al examinar el 10% de los sitios mejor ubi- xas, Huancabamba, Huambos y Cajamarca)
cados de acuerdo a su centralidad de proximi- a lo largo del Camino Inca de la Sierra refleja
dad, Huancabamba (puesto 4) y Caxas (puesto la importancia del intercambio o la actividad
6) tienen los más altos niveles de eficiencia comunicativa a través de esta ruta.
de comunicación o intercambio a través de la De acuerdo a la medida de centralidad in-
Red Vial Inca en el norte de Perú y el sur del termedia, los centros incas en la sierra de Piu-
Ecuador. Estos sitios están relacionados a los ra estaban situados en el rango promedio. Sin
puntos de encuentro 39 (puesto 1), 38 (pues- embargo, esta medianía es relativa pues fue
to 2) y 37 (puesto 5) los cuales son también a través de esta región que se accedió al en-
nodos centrales de esta red y su localización cuentro de los ríos Chinchipe y Marañón, lo
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

revela la importancia del control del camino cual permitió transitar hacia el sur del Ecua-
amazónico hacia el Ecuador. La coincidencia dor y la cuenca amazónica, específicamente
de la localización central del punto de en- a través de la ruta comprendida entre Pohe-
cuentro 39 (indicado así por su elevado grado chos y Caxas. Este corredor transversal tuvo
de centralidad, su centralidad intermedia y su una localización clave para los propósitos
centralidad de proximidad) está relacionada incas. Una característica principal del área
con el número de caminos que se intersectan de estudio que no se ve reflejada en el análisis
allí y a su localización con relación al resto de de redes, es el hecho que la cordillera de los
los sitios de la Red Vial Inca. Si bien algunos de Andes es más baja en esta región y permite
184

el paso a la cuenca amazónica más rápida y


fácilmente que en otras regiones, como por figura 6 . Tipología de caminos incas y centros asociados
ejemplo, a través de la región Cajamarca. en el sur del Ecuador y el norte del Perú considerando las
Es importante resaltar que en el análisis características medioambientales que recorren
de redes realizado todos los caminos son con-
siderados de igual importancia y contemporá-
neos entre sí; en cambio, la figura 6 muestra 54
una tipología de caminos según los entornos 53
51
medioambientales que recorren (costa, sierra 50
52
y Amazonía), los cuales podrían indicar la Tomebamba
importancia de los caminos longitudinales y
47
48
transversales. Así, el Camino Longitudinal de 49
la Sierra (línea roja) está asociado con la mayor
42 Tumbes 46
cantidad de extensos centros incas mientras
43
que el hipotético camino a lo largo de la Ama- 45
59
zonía está asociado con sólo un centro conoci- 41 44
do (Cochabamba). Por consiguiente, el camino 1
6 40
a lo largo de la sierra podría ser considerado
como el más importante de la Red Vial Inca. 3
2 4
Un análisis de redes que le otorgue va- 5
Aypate
7
lor a los caminos podría mostrar un diferen- 9
39
Caxas 8
te resultado al actual análisis de redes, por 10 13
11 Huancabamba
ejemplo dar peso 1 al camino amazónico, 2 al Mitupampa 14
15
camino de la costa y 3 al camino de la sierra. 12 38
La concentración de los centros incas 16

del norte del Perú en dos regiones (figura 6), 17


37
la sierra de Piura (Mitupampa, Huancabam- 35
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

19
ba, Caxas y Aypate) y la sierra de Cajamarca 20
21 Huambos
(Huambos, Cajamarca y Huamachuco), sugie- 22 18
re que estas regiones fueron privilegiadas por 23

los incas y tuvieron alta inversión en infraes- Posope 24

tructura estatal tal como se expresa en los 25 32 33 34

extensos centros provinciales. A partir de este 30 Cochabamba


análisis, sugiero que características locales Farfan 26
Cajamarca
preincas condicionaron la instalación de cen- 31

tros incas en algunas regiones del norte del


29
Perú y el sur del Ecuador, en particular en la
Chiquitoy Viejo 27
sierra piurana. Este patrón de ubicación con- 28 56
36
trasta con algunas regiones del Imperio Inca
donde los centros provinciales fueron supues-
tamente construidos en lugares previamente
deshabitados, como habrían sido los casos de
Huánuco Pampa (Morris y Thompson 1985) y 0 20 km
Hatunqolla (Julien 1983).
185
Conclusiones y futuras Sugiero que Caxas fue un centro provincial de
naturaleza administrativa, con características
investigaciones espaciales similares al Cusco, mientras que
Aypate tuvo una mayor importancia como
centro de culto hacia el cual se desarrollaban
En el análisis de redes previamente desarro- peregrinaciones en algunas épocas del año,
llado por Jenkins (2001), Huancabamba tuvo de allí se explica la ausencia de depósitos a lo
un alto grado de centralidad debido a su estra- largo de la ruta Pohechos-Aypate. Esto se sus-
tégica localización en la Red Vial Inca, a pesar tenta en el análisis de edificaciones estatales,
que otros centros incas del área de estudio no el análisis de redes, de las fuentes etnohistó-
fueron considerados en su análisis. ricas y recientes reconocimientos arqueoló-
En mi análisis de la región Piura, en el gicos (Astuhuamán 2008, 2014) que sugieren
contexto amplio del norte del Perú y el sur de que la posición estratégica de Aypate estuvo
Ecuador, Caxas y Huancabamba fueron los estrechamente relacionada a sitios de culto
sitios más centrales entre Ingapirca y Hua- preinca que datan del período Inicial.
machuco, más centrales aún que Cajamarca El análisis de redes que he desarrollado
y Huamachuco. Estos centros principales ha proporcionado una visión comparativa
estuvieron asociados a las instalaciones de del área de estudio en el contexto amplio del
depósitos localizados a lo largo de la Red Vial Tawantinsuyu, enfocándome en la conectivi-
Inca como una expresión material de la red dad entre los principales centros incas y mos-
de intercambio denominada staple finance la trando su relativa importancia en contraste a
cual fue “[…] la base infraestructural de la ex- otros centros y provincias. Sin embargo, un
pansión militar y el control administrativo análisis más completo que añada Caxas, Ay-
[…]” (Jenkins 2001: 657; traducción nuestra).10 pate y otros centros incas localizados entre

CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


Mi análisis de redes ha mostrado que Ca- Huancabamba y Tomebamba a los 54 sitios
xas fue el centro más importante en el área de analizados por Jenkins quizás muestre que
estudio desde una perspectiva político-mili- los centros incas de la sierra de Piura no son
tar debido a que el camino que recorría Caxas tan centrales, esto debido a su localización
era parte de una ruta obligatoria para ingresar marginal en el gráfico que Jenkins utiliza de
a las cuencas de los ríos Huancabamba y Qui- la Red Vial Inca (Jenkins 2001: 664, figura 2).
roz. Asegurar esta ruta debe haber sido una Así, un mapa de la Red Vial Inca y un gráfico
característica esencial de la etapa temprana más detallado de la misma —lamentable-
de la conquista inca desarrollada por Túpac mente todavía no disponibles— serían útiles
Inca Yupanqui, controlando así la ruta de Po- para evaluar la centralidad real de los centros
hechos a la sierra de Piura y definiendo el rol incas de la sierra piurana en el amplio contex-
ENTRE NODOS Y CONEXIONES...

de Caxas como una provincia que mantuvo to del Tawantinsuyu.


la red de depósitos de aprovisionamiento lo- La utilización del análisis de redes para
calizados a lo largo del camino para apoyar entender la organización provincial inca es
el movimiento de tropas. Destaca también la más útil cuando se combina con otras herra-
cercanía de la única fortaleza militar de la sie- mientas analíticas, como los polígonos de
rra piurana en Huancacarpa, cerca de Caxas. Thiessen para delimitar las provincias incas 5 “[…] was the infrastructu-
El análisis de redes resalta la estratégica loca- y las secuencias cronológicas derivadas de ral basis of military expan-
sion and administrative
lización de Caxas en la región para controlar las tipologías arqueológicas o la estratigrafía. control […]” (Jenkins 2001:
el movimiento de bienes. También sería útil al combinarla con el mo- 657).
186

delo X-Tent, que considera que el dominio de Referencias citadas


los centros provinciales está relacionado a su
tamaño o a la distancia entre dichos centros.
El análisis de redes concuerda con la concep-
FUENTES DIGITALES
tualización de provincia inca como archipié-
lago (Astuhuamán 2008, 2011), en la cual los Mrvar, Andrej
puntos dispersos (como los centros provincia- c. 2003 Network Analysis using Pajek [en línea].
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red radial formada por cuerdas y nudos, tal
Instituto Nacional de Cultura (INC)
como si estuvieran integrados en un quipu,
2006 Proyecto Qhapaq Ñan. Macro Región Norte,
artefacto andino que constituye una metáfo- Sitios Prehispánicos, Coloniales, Republica-
ra conceptual para dicho archipiélago, ya sea nos y Elementos Arqueológicos Significati-
este de naturaleza administrativa o religiosa. vos. CD ROM. Instituto Nacional de Cultura,
Los resultados del análisis de redes mues- Lima.
tran que la Red Vial Inca y los asentamientos
asociados fueron la base de la organización
FUENTES DOCUMENTALES
provincial y que esta podría ser mejor com-
prendida si el proceso histórico fuera mejor Astuhuamán Gonzáles, César
entendido, es decir si se generan mapas dia- 2008 The Organisation of the Inca Provinces within
crónicos de la red de caminos y centros. Este the Highlands of Piura, Northern Peru. Tesis de
estudio ha mostrado que la organización es- Doctorado. Institute of Archaeology, University
pacial de la infraestructura estatal inca fue College London, London.
diseñada para facilitar la incorporación de di-
Astuhuamán Gonzáles, César; Natalia Guzmán Requena y
versos grupos a través de “nodos” clave de in-
Jorge León Zevallos
fraestructura estatal y facilitar su integración
2003 Macro Región Norte. Proyecto de levan-
y comunicación a través de la Red Vial Inca. tamiento de información del Sistema Vial
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

En el futuro, el estudio de las provincias Inca - Qhapaq Ñan. Informe consolidado


incas podría estar más productivamente en- final presentado al Proyecto Qhapaq Ñan,
focado en la identificación y entendimiento Instituto Nacional de Cultura. Lima.
de la naturaleza (religiosa, administrativa o
militar) de las redes de comunicación y los Tello Rojas, Julio César
1916 Cuaderno de campo con anotaciones de la
puntos de control, en especial, considerando
Expedición de 1916, la laguna Warinxa, el
la cronología de dichos caminos y centros, Baño del Ynca, los cementerios del cerro
reconstruyendo así el proceso histórico du- Wanka, momias, etc. Libreta 23. Archivo
rante el cual se realizó su construcción y se Julio C. Tello, Universidad Nacional Mayor de
produjo la conectividad e interacción entre San Marcos, Lima.
los nativos que los recorrieron y habitaron
bajo control imperial. El énfasis en la imple-
FUENTES IMPRESAS
mentación y control de caminos y nodos de
administración o culto es un rasgo recurrente Alcock, Susan E., John Bodel y Richard J.A. Talbert (editores)
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CÉSAR W. ASTUHUAMÁN GONZÁLES


ENTRE NODOS Y CONEXIONES...
PARTE
Paisajes
y territorio
Caminando el Cusco:
mapas, movimiento
y memoria social
en el corazón
del Imperio Inca
STEVE KOSIBA Según las leyendas incas, el mundo andino cambió
para siempre cuando sus antepasados divinos camina-
THE UNIVERSITY OF MINNESOTA,
ron hacia territorio cusqueño, subieron el escarpado
DEPARTMENT OF ANTHROPOLOGY,
pico de la montaña Huanacauri y sus miradas cayeron
ESTADOS UNIDOS
por primera vez en el valle del Cusco (foto 1). En lo alto
de esta cumbre, los antepasados incas realizaron los
actos que poco después caracterizarían y definirían su
supremacía imperial. Uno de ellos utilizó su poderosa
honda para nivelar montañas y crear profundos valles,
una hazaña audaz de destrucción creativa que motivó
que sus hermanos lo encerraran en una cueva cerca-
na. Otro antepasado unió su sangre a la piedra de un
lugar sagrado quedando así personificada (huaca); esta
acción lo convirtió en Huanacauri, la huaca principal
de los incas. Después de descansar en el lugar denomi-
nado Matagua, otro de los antepasados plantó el primer
maíz y luego afirmó su control sobre el valle del Cusco,
al atacar ferozmente a los habitantes indígenas.1
Al igual que los alardes de muchos estados expan-
sionistas, la leyenda cuenta cómo los antepasados fun-
daron el Cusco y llegaron a gobernarlo en base a sus
movimientos y acciones. Los incas se jactaban de que,
antes que sus ancestros caminaran por esta fatídica
ruta, el Cusco era una provincia en estado de barbarie;

1 Los cronistas españoles inca se unió con una huaca pre-


registraron diferentes versiones de existente llamada Chimpo y Cahua
este mito de fundación. No existe del pueblo de “Sañu” o “Sano” (vid.
un consenso sobre cuál de los especialmente Murúa (1962-1964
antepasados inca fue sepultado [1611], I: 23). En todas las versiones,
en la cueva y cuál se convirtió en asimismo, un antepasado inca
Huanacauri; compárese, por ejem- remodela el Cusco con su honda,
plo, Betanzos (1968 [1551]: 12-13) y otro antepasado se convierte en
Sarmiento (1965 [1572]: 215) con Huanacauri, los antepasados se
Cabello de Balboa (1951 [1586]: 261- detienen en un lugar llamado Mata-
263), Molina (1947 [1573]: 21, 137), y gua y, finalmente, el antepasado
Murúa (1962-1964 [1611], I: 23). Sin Mama Huaco agrede violentamen-
embargo, varias de estas fuentes te a los pobladores guallas y planta
históricas señalan que el ancestro el primer maíz.
194
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sus antepasados introdujeron la civilización entorno de Cusco. Durante sus ceremonias


y enseñaron a la gente del valle del Cusco teatrales, como el Capac Raymi, recreaban
cómo realizar los trabajos agrícolas, el tejido, los mitos de origen mientras caminaban por
el riego y el urbanismo (Betanzos 1968 [1551]: diferentes rutas para acceder a los lugares sa-
13; Cabello de Balboa 1951 [1586]: 294; Cobo grados donde nació el Cusco (vid. Bauer 1996;
1956-1964 [1653], II: 62, 72; Garcilaso 1976 Yaya 2008); como consecuencia de ello, los
[1609], I: 48, 59; Molina 1947 [1573]: 129). Los caminos, santuarios y monumentos cusque-
incas trataron de inscribir este relato en el ños terminaban creando un paisaje unificado
195
foto 1.
Vista aérea
del Cerro
Huanacauri
con el
complejo
ritual (Sector
A) y el Camino
Inca en primer
plano.
STEVE KOSIBA

en el que los incas eran presentados como los Dean 2010; Julien 2012). Pero ¿cómo fue
CAMINANDO EL CUSCO...

arquitectos y guardianes de los Andes. que esta región, investida sin lugar a dudas
De hecho, arqueólogos e historiadores de sentidos culturales indígenas y memo-
creen a menudo en la veracidad de estos alar- rias sociales locales, vino a ser naturalizada
des y sostienen que, al fundar el Cusco, los como inherentemente inca? Este artículo
incas crearon un paisaje sagrado unificado analiza los datos arqueológicos y etnohistó-
que encarnó su historia mítica y reveló su ricos para explorar cómo los antiguos habi-
mandato divino de civilizar los Andes (vid. tantes de Cusco produjeron y percibieron su
196

ciudad durante el dominio inca. Examina, Mapeando el Cusco


asimismo, el camino de la ceremonia del Ca-
pac Raymi y aquel que va desde Cusco hasta
Ollantaytambo para poder comprender me-
jor cómo estas vías manifiestan distintos ma- El Cusco antiguo era un extenso entorno
pas y memorias, es decir, percepciones del en- urbano. Para construirlo, los incas se estable-
torno y del pasado. Mi principal argumento cieron y unieron a un archipiélago de comu-
es que el Cusco no era una simple constela- nidades étnicamente diferenciadas. Estas co-
ción de monumentos, ni un sistema de cami- munidades se encontraban interconectadas
nos y lugares que revelaban la historia como mediante la programación de tareas agrícolas
un texto; por el contrario, el Cusco se veía y una interdependencia socioeconómica y a
definido a través del movimiento a lo largo un calendario ritual. Por lo tanto, el Cusco
de caminos que evocaban entendimientos era más un sistema urbano asentado en las
particulares del medio ambiente y del pasa- laderas y campos que rodeaban el núcleo de
do. Por lo tanto, hubo múltiples vías en las la ciudad, que una ciudad concentrada como
que la gente andina percibía y construía su las de la antigua Mesoamérica o Mesopota-
noción de ciudad. mia. Las diferencias arquitectónicas y divi-
Este artículo va más allá de las narrati- siones de tierra marcan las áreas internas y
vas de dominación inca para explorar lo que externas del Cusco, creando al mismo tiempo
yo llamo culturas de articulación, las formas distinciones sociales entre los incas, las élites
complicadas en que los paisajes y memorias de bajo estatus (incas de privilegio) y la plebe
indígenas pueden obstruir o enredar las pre- movilizada por los incas al valle (Bauer 2004;
tensiones de un Estado expansionista. Aquí, Farrington 2013; Zuidema 1990). Por consi-
el término paisaje no se refiere simplemente guiente, para entender el Cusco antiguo, hay
al medio físico. El paisaje es un concepto que que entender cómo este entorno urbano creó
también alude a cómo la gente crea el am- una apariencia de coherencia espacial y tem-
biente físico y cómo el entorno físico afecta poral, es decir, un paisaje inca.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

las acciones de las personas. En consecuen- Pero ¿qué queremos decir cuando usamos
cia, la gente puede ver o utilizar las mismas el término paisaje inca? Sin duda, durante el
estructuras físicas, la misma topografía, de siglo XIV, los incas incorporaron unidades
maneras muy diferentes y mediante distin- políticas cusqueñas autónomas a su naciente
tos lentes culturales. Para poder examinar el Estado. Investigaciones arqueológicas recien-
Cusco antiguo, debemos identificar la gama tes demuestran que los incas remodelaron el
de paisajes indígenas e incaicos que dieron Cusco embelleciendo o demoliendo centros
forma a la ciudad. ceremoniales preexistentes (Covey 2006; Ko-
siba 2012; Kosiba y Galiano 2013). En lugar
de estos, levantaron nuevos santuarios y tem-
plos monumentales que manifestaban su au-
toridad divina. Los investigadores usualmen-
te sostienen que los incas construyeron estos
monumentos con la intención de conmemo-
rar a sus antepasados y, en consecuencia, os-
curecer las historias de los pueblos indígenas
del Cusco (vid. especialmente Julien (2012) y
197
Niles (1999)). Además, argumentan que los lógicos proporcionan perspectivas de arriba
incas construyeron terrazas, caminos y edifi- hacia abajo de cómo los incas extendieron
cios para crear una estética que reforzaba las su poder a lo largo del territorio andino. Al
narrativas míticas, haciendo parecer que el mismo tiempo, reducen a las poblaciones y
poder imperial inca era natural, que brotaba lugares a una red abstracta de puntos y líneas
directamente de la misma tierra (Dean 2010). en un mapa regional y, en consecuencia, os-
Estos enfoques describen los lugares y sitios curecen nuestra visión del trabajo político
que constituían el Cusco como si fueran en- real a través del cual los incas y los pueblos
tradas de una vasta enciclopedia o una pers- indígenas locales crearon, negociaron y frag-
pectiva unificada —un paisaje inca—, igual- mentaron sus visiones del Cusco (vid. Erick-
mente legible para los administradores incas son 2006, 2009).
y la plebe. Mediante la creación de estos mapas re-
Del mismo modo, en las investigaciones gionales de monumentos y redes incaicas, los
arqueológicas el paisaje del Cusco es descrito arqueólogos a menudo asumen que todas las
como un programa coordinado de control de personas —desde los incas hasta las comuni-
los recursos económicos o las prácticas ritua- dades indígenas del Cusco— podían acceder
les, debido a que los investigadores se enfocan a estas redes o percibir estos monumentos y
en las instituciones de gestión y mecanismos las historias que evocan de manera similar,
de control que los incas emplearon para esta- como si hubiera una sola historia incaica es-
blecer una economía integrada y maximizar crita en las líneas (ceques) del Cusco y un solo
los recursos de la tierra y mano de obra (v. g. paisaje inca tallado en las piedras del Cusco.
Covey 2006). Como complemento de este Aunque estos mapas pueden ser herramien-
enfoque económico, otros investigadores su- tas heurísticas para interpretaciones arqueo-
gieren que los incas aseguraron su autoridad lógicas del Cusco, nos dejan varias preguntas
imperial apropiándose de los lugares sagrados, relacionadas a cómo las comunidades del
capturando las huacas y reorientando las prác- Cusco llegaron a reconocer o negociar sus
ticas rituales tradicionales hacia las deidades posiciones sociales durante el gobierno in-
incaicas (v. g. Acuto 2005; Gifford y Acuto caico, cómo los pueblos indígenas de Cusco 2 Varios investigadores
han discutido cómo el
2002; Gose 1996; Zuidema 1990). Algunas percibían su entorno y cómo cambiaron los
sistema de caminos reales
investigaciones se han centrado en cómo los significados de los principios culturales tradi- y senderos rituales del
incas crearon un orden geográfico y social en cionales al ser incorporados al Estado Inca y Cusco (ceques) creó una
apariencia de coherencia
Cusco mediante la institución de un sistema al medio ambiente del Cusco. en toda la capital inca
de caminos rituales (los ceques) y las divisio- Debemos cambiar nuestra visión del
STEVE KOSIBA
(Bauer 1998; Rowe 1980;
nes de la tierra (chapas) (Bauer 1998; Zuidema paisaje inca y enfocarnos menos en los mo- Zuidema 1964, 1990; para
los estudios más particu-
1964, 1990; vid. también Betanzos 1968 [1551]: numentos y sitios distribuidos a lo largo de lares, Guchte 1990; Niles
35). A pesar de que los investigadores ofrecen un entorno, centrándonos más en las formas 1987; Sherbondy 1992).
Diferentes estudiosos han
interpretaciones divergentes del sistema de cómo la gente andina se movía a través de
argumentado que las vías
CAMINANDO EL CUSCO...

ceques, comparten la perspectiva de que es- su medio ambiente. Para estudiar este movi- y sus huacas fueron una
tos formaron un sistema social completo, un miento, debemos trasladar nuestra atención estructura calendárica
inmutable, pero a veces
mapa regional que ordenó a las personas, los de los conjuntos de materiales de un Estado cambiada políticamente
lugares, los acontecimientos históricos, y los a las propias prácticas que orientaban a las (v. g. Zuidema 1964), o un
movimientos celestes en un paisaje inca.2 personas hacia su entorno. El término orien- sistema ritual dinámico que
subyacía en las distintas
Al concentrarse principalmente en la tación espacial se refiere a la comprensión versiones de la historia
organización regional, estos estudios arqueo- ontológica del propio cuerpo con el entorno inca (Bauer 1998).
198

construido. Por ejemplo, el filósofo francés centra en los lugares del medio ambiente
Henri Lefebvre (1992: 261) sostiene que una (Bruce Mannheim, comunicación personal,
nueva propuesta ideológica y ontológica se febrero 2015). Es decir, prioriza los lugares
introdujo durante el Renacimiento europeo hacia donde se dirige la percepción, en lugar
cuando los urbanistas comenzaron a diseñar de las prácticas corporales habituales o ma-
las calles y carreteras de acuerdo a los prin- pas mentales abstractos. Podríamos pensar en
cipios de la perspectiva lineal. Tales princi- ejemplos etnográficos que describen cómo las
pios evocaron creencias cristianas acerca de personas andinas mapean su entorno social y
la relación entre el espectador —un sujeto relaciones de parentesco en términos de las
móvil— y un único punto de fuga —un ojo oposiciones dicotómicas que estructuran sus
de rey o de dios—. También revelan entendi- pueblos y caseríos (Abercrombie 1998), o po-
mientos del pasado, haciendo que el centro dríamos considerar la investigación arqueo-
de la ciudad y su capilla correspondan a un lógica reciente de Zachary Chase (2015) en la
punto de origen cristiano, es decir, a la casa provincia de Huarochirí, que revela cómo los
de una deidad. Si aceptamos el argumento de pueblos y huacas en esta región fueron esce-
que la organización espacial de los caminos y narios para la ejecución de ritos que manifies-
edificios puede influir en cómo las personas tan una historia mítica. En estos ejemplos, los
perciben su entorno y su pasado, entonces lugares particulares y las actuaciones rituales
tenemos que reconsiderar las orientaciones que les acompañan estructuran orientacio-
espaciales andinas y no solo asumir que estas nes de la gente hacia su entorno, y también
orientaciones son iguales a la distribución de hacia su pasado. Podemos concluir, entonces,
los caminos o monumentos. que las vías que canalizan la percepción me-
¿Qué tipos de orientaciones espaciales se diante la creación de secuencias de lugares y
generaron cuando la gente se movía a lo largo rituales crean al mismo tiempo perspectivas
de los caminos del Cusco? Existe una tenden- particulares del entorno.
cia en los estudios antropológicos que lleva a En la discusión que sigue reconstruiré
asumir el desarrollo evolutivo de un tipo de cómo las personas andinas perciben el Cus-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

orientación espacial a otra: (1) una perspecti- co mediante el movimiento a lo largo de


va pre-moderna del espacio que proviene de sus caminos, desde el corazón de la ciudad a
la familiaridad con puntos de referencia (v. g. sus fronteras distantes. Al explorar los cami-
Bourdieu 1977: 2; Hallpike 1979) y (2) una re- nos del Capac Raymi y Ollantaytambo bus-
presentación cartesiana del espacio en el que co entender cómo los caminos originaron
las personas se visualizan a sí mismas como diferentes —y contradictorios— mapas y
sujetos que atraviesan un terreno objetivo, recuerdos de Cusco. Los datos se derivan de
como un mapa mental (vid. revisión en Gell dos proyectos que dirigí: el Proyecto Arqueo-
1985). lógico de Wat’a (2005-2009) y el Proyecto
Estos modos de orientación espacial pre- Arqueológico de Huanacauri (2014-2015). En
suponen un punto de vista centrado en el su- ambos realizamos prospección arqueológica,
jeto, es decir, un punto de vista en el que el excavaciones, análisis de documentos en los
medio ambiente se proyecta hacia afuera de archivos y análisis SIG. Varios informes de las
la mente o las acciones de una persona en la investigaciones arqueológicas del Ministerio
tierra. A mi parecer, la orientación espacial de Cultura del Perú fueron valiosos para este
andina —especialmente entre los quechua análisis (especialmente Amado 2003; Catalán
hablantes— se basa en todo lo contrario, se y Montúfar 2007).
199
Capac Raymi: [1653], II: 207; Molina 1947 [1573]: 95-96),
para promulgar de nuevo el viaje mítico a
caminando al pasado Huanacauri. El camino les ofrecía una pers-
pectiva particular sobre el pasado, una ideolo-
gía dominante (Brumfiel 1998) que destacaba
Los caminos de la ceremonia del Capac Ray- los puntos de vista de la clase dominante del
mi ofrecen una perspectiva sobre cómo los Cusco. Pero, mediante el trazado de esta ruta a
cusqueños entendían la ciudad durante el do- Huanacauri, veremos que el camino también
minio incaico; esta fiesta era una de las más develaba una perspectiva sobre el pasado que
importantes del Cusco. Durante el Capac Ray- era muy diferente a la historia de dominación
mi, los muchachos cusqueños3 de entre 12 y total del Inca que los españoles registraron en
15 años de edad se convertían en miembros los mitos de origen.4
de la élite cuando recibían los materiales que Las fuentes históricas se centran en cómo
definirían su estatus: armas (hondas o guara- el Capac Raymi marcó límites sociales en
cas), un taparrabos (guara) y orejeras, durante el Cusco, tanto al interior como al exterior,
el Guarachico (Molina 1947 [1573]: 102, 105; era una ceremonia de cusqueños y para cus-
Ondegardo 1916 [1585]: 18). queños. Durante los primeros días del Capac
Las procesiones eran un ciclo de movi- Raymi, los extranjeros dejaban la ciudad y
miento continuo desde Haucaypata, la gran esperaban en zonas prescritas en los cuatro
plaza del Cusco, hacia las huacas principales caminos principales del Imperio. Los inicia-
de la ciudad. En la primera procesión, los mu- dos, que eran descendientes de los ayllus del
chachos se vestían como sus antepasados, con Cusco y familiares de los incas, bebían con
trajes “de lana leonada fina” (chumpicacico), es sus antepasados momificados y recibían la
decir de un color rojo encendido o rubio, y bendición del Inca (Cobo 1956-1964 [1653], II:
capas blancas (supayacolla) (Cobo 1956-1964 208-209; Molina 1947 [1573]: 96). Luego estos

3 Utilizo el término que había de suceder en ni despojados, sino de Ramos Gavilán (1967 de iniciación reportada por
“cusqueño” para nombrar la corona y sus hermanos; siempre sean vence- [1621]: 145-147) de una Ramos Gavilán fuera una
a los participantes en la si los tenía; y no se daba dores, pues para esto ceremonia de iniciación réplica de la que se ejecu-
ceremonia. Aunque las esta insignia de nobleza a los hiciste (Molina 1947 cerca de Copacabana, taba en el Cusco. Podemos STEVE KOSIBA
noticias consignadas en otros”; sin embargo, Cris- [1573]: 86). se establece claramente concluir, por consiguiente,
las fuentes resultan en tóbal de Molina registra que la ceremonia era un que los participantes en
algunos casos contradic- la siguiente “oración para La oración establece clara- medio para la elección y la ceremonia pertenecían
torias, es claro que los todos los incas”, pronuncia- mente que los bendecidos toma de nobles. Es decir, a familias reconocidas, ya
participantes debían ser da durante Citua y repetida debían incluir “cuzcos” el Inca elegía quiénes fueran incas puros o no,
cusqueños descendientes durante el Capac Raymi: y “tambos”, los primeros participaban en el acto y y que eran promovidos a
o parientes del Inca (Cobo probablemente correspon- luego elevaba el estatus de posiciones sociales altas
CAMINANDO EL CUSCO...

1956-1964 [1653]; Molina ¡Oh Sol!, padre mío, que dientes a la nobleza en el aquellos que alcanzaban en base a su rendimiento
1947 [1573]; Ondegardo dijiste haya cuzcos y Cusco y los segundos a los mayor éxito, especialmente durante la ceremonia.
1916 [1585]: 18). El jesuita tambos; sean vence- grupos étnicos cercanos a los iniciados que tenían
Bernabé Cobo (1956-1964 dores y despojadores a Paqaritambo, lugar de un buen desempeño en 4 Los detalles etnohistóri-
[1653], II: 208) aclara que éstos tus hijos de todas origen de los incas (vid. la carrera a pie. Los parti- cos solo reflejan la forma
la ceremonia incluyó a los: las gentes; adórate para también la nota por Brian cipantes débiles no eran en que la fiesta de Capac
“deudos y descendientes que sean dichosos si Bauer en Molina 2011 promovidos a un rango o Raymi se llevó a cabo
por línea recta de los reyes semos estos incas tus [1573]: 108, nota 115). Por posición social superior. Es durante los últimos días
Incas, hasta el príncipe hijos y no sean vencidos otra parte, en el relato probable que la ceremonia del Imperio Inca.
200

iniciados partían hacia Huanacauri en una gunos de los sitios arqueológicos preincaicos
procesión encabezada por sacerdotes (tarpun- más importantes y extraordinarios del Cusco
taes) y por una llama blanca que se decía que (figura 1).
había descendido de los primeros animales El camino pasaba por el pueblo y sitio
que sobrevivieron “al diluvio” (Cobo 1956- ceremonial de Membilla (actual Wimpillay),
1964 [1653], II: 208), término que aludía a que había sido ocupado varios siglos antes de
un tiempo mítico en general. Estos primeros la aparición de los incas (Barreda 1973, 1991;
días, entonces, no solo definían las diferen- Bauer 2004). Membilla, literalmente, albergó
cias sociales entre el Cusco y las provincias, el pasado inca. El administrador español Polo
también restringían el acceso a la ideología de Ondegardo mencionó haber encontrado
inca: solo estos cusqueños llegaban a ver las allí las momias e ídolos de los primeros go-
momias, llamas y oraciones que consagraban bernantes incas —de Hurin Cusco— en 1559
este viaje. (Cobo 1956-1964 [1653], II: 66-69). Aquí, los
Los cronistas españoles, inmersos en las iniciados reconocían una casa de sus ante-
nociones de una historia lineal y la cartogra- pasados. Luego pasaban por Muyu Urqu, un
fía representativa, no registraron los lugares centro ceremonial del período Qotakalli (c.
que los iniciados encontraban en su camino a 200-600 d.C.) y de la época Wari (c. 600-1000
Huanacauri. Aparentemente no entendieron d.C.) (Bauer 2004; Zapata 1999). Los iniciados
la importancia que estos lugares tenían en la caminaban por Tankarpata, un pueblo prein-
concepción andina del espacio y la ciudad. ca ocupado durante siglos (Bauer 2004) y lue-
Sin embargo, investigaciones arqueológicas go cruzaban el pueblo inca de Qotakalli, que
recientes han revelado la trayectoria del ca- incluía y se encontraba rodeado por varios
mino hacia la huaca en Huanacauri (Amado pueblos grandes del período Qotakalli. Por
2003: 43; Catalán y Montúfar 2007). Aunque último, pasaban por Pukakancha, un cemen-
dentro del sistema de ceques este camino terio del Horizonte Medio (Arahuay) (c. 600-
conectaba algunas huacas del Collasuyu, 1000 d.C.) y del período Killk’e (c. 1000-1350
también demarcaba las fronteras sociales d.C.) (Barreda 1982; Catalán y Montúfar 2007).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

internas y externas del Cusco. Al comenzar Todo parece indicar que, intencional-
su recorrido por este camino, los iniciados mente, el camino fue construido para que pa-
enrumbaban hacia Pumachupan, donde se sara por estos sitios. Un análisis SIG de la ruta
unen los ríos Tullumayu y Saphi. Las prime- que requiere menor esfuerzo o coste demues-
ras narraciones sobre los ceques reconocen a tra que el camino hacia Huanacauri se desvía
este punto como el remate de la ciudad (Betan- significativamente del camino que habría
zos 1968 [1551]: 37), un límite definido por sido la manera más eficiente de acceder. La
los cursos de agua que separaba el núcleo de ubicación del camino sugiere dos posibilida-
la ciudad de los campos circundantes y las co- des: o (1) esta vía estuvo basada en significa-
munidades suburbanas. dos y prácticas culturales de estos lugares del
Pero la evidencia arqueológica también pasado o (2) existía aquí un camino anterior
muestra que el camino resaltaba el pasado del al Estado Inca.
Cusco, y al hacerlo, remitía a una visión del Los datos etnohistóricos y arqueológicos
pasado que no aparece registrada en los mitos sugieren que el camino fue construido para
de origen. Mi estudio arqueológico del cami- aprovechar los significados de estos sitios
no demuestra que los peregrinos, después de preincaicos. En primer lugar, los restos de
salir del centro de la ciudad, pasaban por al- estos sitios —la arquitectura y los artefac-
201
figura 1. Mapa de los caminos antiguos en los alrededores del Cerro Huanacauri, Cusco, Perú
Antiguo camino
inca a Huanacauri
Centro de Cusco que los incas
(Aukaypata) utilizaron durante
su fiesta de Capac
Raymi
Ruinas pre-incaicas
que atraviesa el
camino
Membilla

Aster Dem / WGS 84 /


Muyu Urqu Qotakalli UTM 19S

Pukakancha

Matagua

Huanacauri
0 2 km

tos actualmente visibles— también habrían En segundo lugar, la mayoría de estos sitios re-
sido visibles para los iniciados que pasaban cibieron ofrendas durante el período Inca, lo
por esta ruta durante el reinado de los incas. que sugiere que no solo eran percibidos como
Aunque es muy probable que los iniciados no lugares antiguos, sino también como luga-
STEVE KOSIBA

pudieran asignar estos restos a épocas concre- res sagrados. Varios cronistas afirman que,
tas, como lo hacemos cuando los vinculamos como parte del culto, Chima Panaca organizó
a tipos estilísticos como Qotakalli y Killk’e, sí grandes fiestas para las momias en Membilla
eran capaces de reconocer que se trataba de (Cobo 1956-1964 [1653], II: 66, 180). Aquí, una
CAMINANDO EL CUSCO...

pueblos abandonados con cerámica, arqui- huaca llamada Acoyguaci (Co 6: 3) guardaba y
tectura y terrazas que no se ajustaban a las cuidaba la momia de Sinchi Roca (Cobo 1956-
normas incaicas. Por lo tanto, podían inferir 1964 [1653], II: 181), hijo de Manco Capac y
que estos no correspondían a los lugares habi- segundo Inca, quien nació durante el viaje de
tados por salvajes mencionados en los mitos, los antepasados al Cusco. Del mismo modo,
llegando a reconocer, en consecuencia, una en Muyu Urqu se habría encontrado una
prehistoria en las raíces del Cusco. huaca llamada Tampuvilca (Co. 9: 5) (Cobo
202

1956-1964 [1653], II: 182). Qotakalli se localiza cos. El camino se estrechaba nuevamente
en una llanura cercana a muchas huacas y pro- antes de que llegaran a otra plataforma se-
bablemente albergaba a la huaca llamada Cata- micircular, en el punto de entrada al sitio de
calla (Co. 7: 2), uno de los cantos rodados (puru- Matagua. Las fuentes históricas indican que
raucas) que cobraron vida en defensa del Cusco este sitio fue el lugar donde los antepasados
(Bauer 1998: 106-110; vid. Rowe 1980: 11-12). incaicos míticos descansaron antes de des-
En tercer lugar, la arquitectura y cerámi- cender al Cusco (Cobo 1956-1964 [1653], II;
ca de Pukakancha y Tankarpata demuestran Sarmiento 1965[1572]; Molina 1947 [1573]).
que fueron utilizados o reverenciados duran- Matagua es descrito como un lugar limi-
te la época Inca. En general, los datos sugie- nal donde los incas inventaron sus ritos de
ren que, al andar este camino, los iniciados se paso.5 Al caracterizar a Matoro —una pro-
encontraban con el pasado (foto 2). bable variante de Matagua— como una rui-
En el camino, los atributos arquitectóni- na, Cobo demuestra que, además, se trataba
cos y estructurales llamaban la atención so- de un lugar mítico: “[…] una ladera cerca de
bre estos sitios antiguos y las características Guanacauri, donde había unos edificios an-
de la ruta, influyendo en las disposiciones tiguos, que cuentan fue la primera jornada
corporales de los iniciados. Los muros de donde durmieron los que salieron de Guana-
contención, adoquines y escaleras anchas ser- cauri después del Diluvio” (Cobo 1956-1964
vían para alterar la percepción y la velocidad [1653], II: 181). La evidencia proveniente del
de los iniciados, anunciando cuando debían camino prospectado indica que las seccio-
prepararse para ingresar a los espacios ritua- nes estrechas y las pequeñas plataformas
les. Por ejemplo, el camino se ensanchaba y alteraban las disposiciones corporales de los
se convertía en una amplia escalera, que lle- iniciados y los preparaban para entrar en un
vaba a Paqopallana, una amplia plataforma espacio mítico y sagrado.
forrada de piedra, a modo de ushnu. Después Excavaciones recientes del Ministerio
de Paqopallana, el camino se estrechaba, ya de Cultura sugieren que Matagua precedió
que proseguía a lo largo de laderas empina- al Estado Inca. El sitio cuenta con varios re-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

das. Este segmento estrecho conducía a una cintos pequeños, circulares y en forma de D,
5 El carácter liminal de
pequeña plataforma semicircular en la base que corresponderían al período Killk’e en
Matagua se ve confirmado
de un pico llamado Inca Damian. Las excava- Cusco (vid. Gonzáles Corrales 1984). Entre la en algunas crónicas que
ciones realizadas en Inca Damian develaron cerámica decorada recuperada en las excava- registran que fue allí donde
los antepasados inventaron
diversos canales instalados dentro de la plata- ciones (1 928 fragmentos, 5,4 % del total de todos los ritos de paso
forma, sugiriendo la existencia de un sistema cerámica recuperada), hubo una alta densi- principales: Guarachico
de drenaje para proteger el camino o un espa- dad (1 902 fragmentos, 98,6 %) de cerámica (perforación del oído),
Rutuchico (corte de pelo),
cio para recibir ofrendas (Catalán y Montúfar del tipo Killk’e, pero muy pocos tiestos de Quicochico (primera mens-
2007). El camino ancho y la plataforma son cerámica Inca (16 fragmentos, 0,008 %) (Ca- truación de una mujer) y
consistentes con un espacio para realizar ce- talán y Montúfar 2007: 723). En particular, la Awscay (recién nacido)
(Betanzos 1968[1551]:65;
remonias taqui en las que se celebraba el pasa- cerámica killk’e se veía representada por mu- Cabello de Balboa 1951
do con bailes y cantos, el estrecho camino ha- chas vasijas para servir, especialmente ollas [1586]:263; Murúa 1962-
1964 [1611], I: 23, 26; y
bría provocado que los iniciados caminasen con bases cónicas y jarras con caras modela- Sarmiento 1965 [1572]:
en una sola línea y luego entrasen de forma das (Catalán y Montúfar 2007: 734). Las altas 216). Además, Bernabé
individual a las plataformas. densidades de vasijas para servir sugieren que Cobo (1956-1964 [1653],
II: 65) sugiere que fue en
La arquitectura del camino dirigía la Matagua fue escenario de ceremonias colecti- esta localidad donde nació
entrada de los iniciados a los espacios míti- vas, tal vez un lugar para celebrar rituales. La Sinchi Roca.
203
Aukaypata

Muyu Urqu
Wimpillay

Qotakalli

Huanacauri Matagua

foto 2.
Arriba:
STEVE KOSIBA

vista desde
Huanacauri
hacia el centro
de Cusco,
mostrando
los sitios
CAMINANDO EL CUSCO...

preincaicos
en la línea de
visión; abajo:
vista desde el
Camino Inca
hacia el pico de
Huanacauri.
204

investigación que el autor viene llevando en zaba su movimiento y la percepción hacia el


curso intentará aclarar el papel y la historia santuario un poco más abajo. Este santuario
ocupacional de Matagua, además de fechar cuenta con una pared en forma de zigzag, a
cuando fue construido el camino en el sitio. modo de chacana, un símbolo de poder que
Las fuentes históricas nos dicen que des- se encuentra en muchos sitios andinos de
pués de pasar una noche en Matagua los ini- prestigio. El muro rodea una inmensa roca,
ciados subían al Huanacauri. Los tarpuntaes sugiriendo que nos encontramos frente a una
que les acompañaban tomaban un poco de huaca (foto 3).
lana de llama y la soplaban para hacer una La arquitectura de Huanacauri indica que
ofrenda (Molina 1947 [1573]: 99); algunas de los iniciados participaban en una ceremonia foto 3 .

las llamas eran sacrificadas (Cobo 1956-1964 en la plaza del sitio y luego dejaban ofrendas Arriba: fotos de
los dos sectores
[1653], II: 209; Molina 1947 [1573]: 99). En- a la roca. El análisis de los materiales exca- rituales en
tonces, tras recibir hondas en una quebrada vados aún está en curso. Sin embargo, las Huanacauri,
llamada Quirasmanta (Molina 1947 [1573]: excavaciones revelan que el complejo de la el Sector A
100), los iniciados eran azotados por los asis- plaza localizado en el lado este de la montaña (izquierda) y el
tentes; los golpes eran dirigidos a sus piernas. podría haber correspondido a un área para la Sector B (derecha);
abajo: mapa de
Luego, los iniciados cantaban un guari (o producción-consumo de chicha y alimentos los dos sectores
huaylli), una canción que los ancestros habían ceremoniales. Mientras tanto, ubicado en el de Huanacauri.
creado para esta ceremonia (Cobo 1956-1964 lado este de la montaña, el complejo de la El Sector A
[1653], II: 210; Molina 1947 [1573]: 100). huaca parece haber sido un espacio destinado correspondía a
Mis investigaciones arqueológicas en a prácticas rituales privadas e individualiza- un complejo de
templos con plaza,
Huanacauri han revelado detalles adiciona- das. De hecho, la organización espacial de la mientras que el
les sobre el camino y el sitio. La arquitectura huaca —con una sola puerta a cada lado de Sector B era una
del camino y del sitio resaltaba la exclusivi- la pared en forma de zigzag— sugiere que los huaca rodeada
dad de la ceremonia. Cuando los iniciados se iniciados entraban en el espacio y luego pro- por una pared
acercaban a Huanacauri, el camino pasaba cedían a cruzar la roca, siguiendo una sola lí- en zigzag.
al lado sur de la montaña: aquí los iniciados nea, hasta la otra puerta. Aquí, en la zona de la
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

perdían de vista la ciudad de Cusco y por pri- huaca, los iniciados no encontraban un sitio
mera vez avistaban la tierra donde los incas antiguo o preinca. Los análisis preliminares
afirmaban haber surgido. Luego el camino muestran que, definitivamente, no existió un
se desviaba bruscamente hacia el este y los sitio preinca en Huanacauri. No se hallaron
iniciados veían el complejo santuario y la materiales culturales o niveles de ocupación
cima de la montaña de Huanacauri, rodeada que correspondieran al período preincaico o
por los picos de las montañas y glaciares de Killk’e. Más bien, los iniciados participaban
la región del Cusco. Desde este punto, entra- en un ritual íntimo que los colocaba frente a
ban en un espacio privado —una pequeña una roca viva que encarnaba a uno de sus an-
plaza flanqueada por siete estructuras— que tepasados. Un análisis más detallado revelará
obstruía su visión del entorno. Este, sin em- más sobre Huanacauri.
bargo, no era el final de la jornada. Mi estudio Del mismo modo, los otros caminos del
reveló otro santuario situado en una pequeña Capac Raymi se conectaban con las huacas del
quebrada al otro lado de la cima de la monta- Cusco, permitiendo el acceso a los lugares y
ña. Los iniciados probablemente ascendían a personas míticas. Después de estar en Huana-
la cima de la montaña y luego caminaban a cauri, los iniciados regresaban al Cusco para
través de una terraza y una pared, que canali- realizar un taqui y luego visitaban a Anahuar-
205
Sector A Sector B

que (Cu. 1: 7), una importante huaca que se miento arqueológico en la cima de la monta-
decía había corrido muy rápido durante el di- ña de Anahuarque pude observar los restos de
STEVE KOSIBA

luvio mítico (Cobo 1956-1964 [1653], II: 210; estructuras rectangulares, una extensa zona
vid. Kosiba 2015b). Los iniciados asumían el plana y cerámica inca (vid. también Bauer
papel de Anahuarque cuando recorrían el 1998: 120), sugiriendo que esta área fue utili-
camino desde la huaca hasta una colina en zada para la realización de un taqui.
CAMINANDO EL CUSCO...

el Cusco (Tito Cussi Yupanqui 1988 [1570]: Los iniciados visitaban otras huacas que 6 Bauer (1998: 70-71)
33-36). Anahuarque representaba a las comu- encarnaban el pasado del Cusco. Después de sugiere que Yavira (o Apu
Yavira) podría corresponder
nidades no-incaicas del Cusco; era la huaca Anahuarque, regresaban al Cusco para hacer con la “Ñusta”, un gran
principal preinca de Cachona y Chocco, gru- sacrificios y cantar un guari en Haucaypata. afloramiento rocoso locali-
pos étnicos que se aliaron con los primeros Luego seguían el camino hacia Yavira6 (Ch zado en la ladera de Picchu
del que actualmente se
incas (Molina 1947 [1573]: 105; vid. Bauer 9: 6.), una huaca situada en la montaña de dice, fue una hermana de
1998: 120; Yaya 2008). Durante mi reconoci- Picchu (Betanzos 1968 [1551]: 42; Cobo 1956- Manco Capac.
206

1964 [1653], II: 211; Molina 1947 [1573]: 109). do indígena del Cusco. Había catorce (4,3 %)
Se trataba de una huaca importante para los huacas que explícita o implícitamente evoca-
pueblos indígenas cusqueños; se dice que era ban el pasado indígena. Las huacas explícitas
una persona que vivió al mismo tiempo que incluían lugares como Cinca (Ch. 5: 9), que
los antepasados de los incas y luego, como se decía era la pacarina de donde emergieron
Huanacauri, se convirtió en piedra (Cobo los Ayarmaca, o Vicaribi (Cap. 9: 5), que fue
1956-1964 [1653], II: 174). Los habitantes de la tumba del líder del pueblo de Maras (Cobo
Cusco mencionaron que Yavira era la huaca 1956-1964 [1653], II: 172, 174). Además, las
principal del grupo étnico Maras (Molina huacas indígenas eran a menudo enumera-
1947 [1573]: 111). Aquí, los iniciados reali- das como “adoratorios antiguos” o tumbas de
zaban sacrificios y recibían los materiales “señores locales”. Teniendo en cuenta la dis-
que marcaban su estado, como taparrabos, tribución desigual de estos lugares históricos
orejeras, diademas de plumas (pilcocassa) e indígenas, es notable que el camino de Ca-
y medallones de oro y plata (Molina 1947 pac Raymi unía varios lugares que evocaban
[1573]: 111). Después de recibir estos artícu- el pasado lejano o indígena.
los, realizaban un taqui similar al realizado en Después de visitar Yavira, los iniciados
Anahuarque (Molina 1947 [1573]: 112). Por regresaban a Haucaypata para hacer más sa-
consiguiente, Yavira era una huaca indígena crificios a las huacas; tras realizar taquis, se
y un lugar ancestral que, a través de ritos y bañaban en un manantial y, finalmente, se
movimiento, fue integrada en la ceremonia les perforaba las orejas en un campo cerca
más solemne del Cusco (vid. mapa en Kosiba de Cusco (Molina 1947 [1573]). Al final de
2015b). la ceremonia, los extranjeros eran invitados
Es importante anotar que estos tipos de de nuevo al centro de la ciudad para comer
huacas indígenas no eran comunes en el sis- masas de maíz remojadas con la sangre de los
tema de ceques del Cusco. De hecho, existie- sacrificios ofrecidos a todas las huacas (Cobo
ron 66 huacas (20,1 %) del sistema de ceques 1956-1964 [1653], II: 211).
que remitían al pasado del Cusco: 25 (7,6 %) Al trazar los caminos del Capac Raymi,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

relacionadas a las acciones de una entidad podemos ver cómo la gente del Cusco llega-
no humana, por ejemplo, Huanacauri o un ba a conocer su ciudad. En primer lugar, se
pururauca; 35 (10,7 %) a un Inca específico, observa que, al desplazarse a lo largo de los
por ejemplo, Inca Yupanqui; y 6 (1,8 %) a un caminos a las huacas ancestrales y pueblos
Inca mencionado como un personaje gené- abandonados, los iniciados se movían a tra-
rico, por ejemplo, el “lugar donde el Inca se vés del pasado. En otras palabras, no existía
sentó”. Treinta y seis de estas huacas estaban un modelo mental general del espacio y el
situadas en el sector Chinchaysuyu del Cus- tiempo similar a una ontología cristiana, en
co, sugiriendo que tal vez era más impor- la que los pasados míticos y tierras míticas
tante implantar una percepción del paisaje son solo alcanzables a través del texto bíblico
en esta zona que da nombre a los incas (vid. o de un sermón sacerdotal. En el Cusco, el pa-
más adelante). Solo catorce se localizaban en sado mítico era evocado cuando los iniciados
Collasuyu, donde se encuentra el camino a se movían a través de la tierra.
Huanacauri, y muchas de ellas están vincula- La prospección arqueológica también
das explícitamente al camino a Huanacauri. muestra que los iniciados no solo encontra-
Por otra parte, podemos ver que había pocas ban huacas y lugares incaicos como Huana-
huacas que estuvieran enraizadas en el pasa- cauri, sino también huacas locales y no-in-
207
caicas, como Anahuarque o Yavira, y ruinas Ollantaytambo:
como Muyu Urqu, Pukakancha y Matagua.
Las posiciones de estos sitios sugieren que caminando hacia
el Capac Raymi fue diseñado para entrar en
el pasado del Cusco y recordar cómo el pa- el presente
sado no-incaico era esencial para la ciudad.
En segundo lugar, los datos sugieren cómo se
evocaban en el pasado las prácticas rituales Al igual que el Cusco, Ollantaytambo era un
y el movimiento. La evidencia arqueológica entorno urbano distribuido a través de las
muestra que el camino fue diseñado para al- laderas de un valle (foto 4). En varios litigios
terar las disposiciones y las percepciones de coloniales tempranos, tanto las élites indíge-
los iniciados cuando entraban a los lugares nas como los señores españoles declararon
míticos. Las plazas más amplias (Haucaypa- que los límites formales de Ollantaytambo
ta, la plaza de Huanacauri, la plataforma en abarcaban un área que se extendía mucho
Paqopallana y la llanura de Anahuarque) su- más allá del centro monumental de la ciudad
gieren espacios para la realización de taquis y (ARC 1555-1729: fs. 7v., 11v.-12r.; 1568-1722).
guaris que recordaban o enseñaban historias Las investigaciones arqueológicas sugieren
del pasado. Las ejecuciones cíclicas de taquis que Ollantaytambo fue construido durante
—en Haucaypata, en plataformas como Paqo- el siglo XV y que aún se encontraba en cons-
pallana y luego en las huacas— sugiere que el trucción cuando llegaron los españoles (para
pasado y las historias de Cusco se celebraban fechas radiocarbónicas, consúltese Bengtsson
y conectaban con el centro de la ciudad. En 1998; Hollowell 1987; Kendall 1985). La ciu-
contraste, el estrechamiento repetitivo del dad fue probablemente una estancia real del
camino y sus pequeñas plataformas focaliza- Inca Pachacutec y, al igual que otras estancias,
ban la atención de los iniciados hacia lugares albergó diversos grupos sociales de la región
y rasgos del paisaje específicos, originando del Cusco y de otras localidades más lejanas,
una experiencia individual y un encuentro incluyendo los ayllus Araccama, Cusco y Ya-
íntimo con seres míticos. Estos encuentros nacuna, así como trabajadores (mitmas) tras-
habrían aumentado la conciencia de los ini- plantados desde la región del Collao, al sur de
ciados de su posición social y su papel como Perú, y el Chinchaysuyu, al noroeste de Perú
cusqueños obligados a seguir las acciones de (AGN 1559-1560: fs. 14r.-16r., 26v.; vid. tam-
los personajes míticos. bién Glave y Remy 1983; Kosiba 2015a). Para
Por lo tanto, no existía una narrativa entender esta ciudad, con su amplio dominio
STEVE KOSIBA

singular que resumiera el Capac Raymi. La y población cosmopolita, es fundamental


comprensión de la tierra y del pasado era rea- examinar cómo los caminos de Ollantaytam-
lizada a través del recorrido, la ceremonia co- bo se unieron a los asentamientos preincai-
lectiva taqui y las secuencias de ofrendas. Los cos de la zona, y si los caminos enfatizaron el
CAMINANDO EL CUSCO...

caminos y las secuencias crearon un paisaje pasado y el paisaje de una manera similar a la
inca y una visión del pasado. Sin embargo, observada en el Cusco.
un breve examen de caminos comparables Los datos de mi prospección arqueoló-
en Ollantaytambo revela otra perspectiva del gica revelan cómo era el paisaje social de
Cusco, sugiriendo que hubo múltiples y con- la época preincaica en Ollantaytambo. An-
tradictorias formas de ver la capital incaica, tes del predominio de los incas, durante la
su paisaje y su pasado. “Fase Ollanta” (c. 1000-1300 d.C.), grupos
208

foto 4 .
Vista de
la ciudad
incaica de
Ollantaytambo,
con sus andenes
en el primer
plano.

étnicos diferenciados —como los quillis- parentesco entre las poblaciones locales, los 7 El término “economía
vertical compacta” se
cache y tampu— construyeron sistemas antepasados y la tierra. refiere a la organización
políticos altamente localizados en la zona Podemos reconstruir parcialmente los de actividades agrícolas
de Ollantaytambo (Kosiba y Galiano 2013). caminos preincaicos a través de un examen y ganaderas dentro de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

pequeños valles o microre-


Sus asentamientos se agruparon en áreas de estos patrones de asentamiento. La gente giones andinas, donde los
circunscritas, centradas en determinados se habría movido entre estos pueblos centra- habitantes podían moverse
rápidamente hacia arriba
centros rituales o pueblos (Kosiba 2011). Si- les y las aldeas periféricas, ya que traían las y hacia abajo, integrando di-
tuados directamente entre las tierras altas de cosechas y los animales a la ciudad, o viaja- ferentes prácticas sociales
pastoreo y los maizales bajos, estos pueblos ban a la ciudad para participar en los actos y económicas a lo largo de
múltiples zonas ecológicas.
probablemente fueron el foco de economías rituales. Los pueblos eran, por lo tanto, luga-
“verticales compactas”7 conformadas por res donde la gente llevaba los productos de 8 Por ejemplo, la prominen-
cia central de Wat’a domina
actividades agrícolas y pastoriles interco- los campos y pastos cercanos —maíz, papas
un enorme afloramiento de
nectadas dentro de zonas ecológicas adya- y carne— que iban a ser consumidos en el piedra arenisca multicolor
centes (vid. Brush 1976; Yamamoto 1985; cfr. lugar y que se ofrecían a los antepasados o que todavía es considera-
do una huaca. Nuestras
Hastorf 1993: 185-186). Cada pueblo contó huacas (vid. Kosiba 2010, 2012; Kosiba y Ga- excavaciones cerca del
con un conjunto de formas arquitectónicas liano 2013). afloramiento permitieron re-
cuperar grandes cantidades
comunes, incluyendo sectores con tumbas Por otra parte, varios documentos colo-
de huesos de animales car-
rodeadas por plataformas que los marcaban niales españoles revelan que estos pueblos bonizados, lo que sugeriría
como centros rituales.8 Los pueblos fueron se encontraban conectados con su entorno la realización de actividades
de consumo, sacrificio o
centros para prácticas mortuorias y ritos de inmediato por múltiples caminos; estas vías eliminación de basura ritual
veneración que evidenciaban relaciones de permanecían aún en uso durante el período (Kosiba 2010).
209
Colonial Temprano. Por ejemplo, un camino
pasaba junto a las paredes del centro monu- figura2. Mapa que muestra los diversos caminos
mental preincaico de Wat’a, en el camino a a Ollantaytambo
las tierras de pastoreo denominadas Chilli-
pawa (ARC 1555-1729: f. 119v.). Otra ruta pa-
saba de la zona denominada Paropiso hacia
la pequeña aldea de Amparaki, en las laderas
de Wat’a (ARC 1555-1729: f. 119r.). Otra vía Ollantaytambo
conectaba los campos de maíz cercanos al río
Vilcanota con un sitio funerario en Piscacu-
cho, este último contenía más de cien torres
(chullpas). Durante la prospección, hemos
llegado a reconocer que los pueblos no conta-
ban con caminos centrípetos que conectaran
las zonas residenciales con los espacios cere- Sulkan
moniales (figuras 2 y 3).
¿Qué pasó con este sistema local durante
el surgimiento del Estado Inca? Cuando los
incas construyeron Ollantaytambo, acon- Wat’a
dicionaron nuevas tierras que sentaron las
bases para un amplio entorno urbano.9 Cons-
truyeron, asimismo, muros de contención
para controlar el desbordamiento del río Vil-
canota (Farrington 1983; Niles 1999). Para ca-
nalizar el Vilcanota, los incas transformaron
bancos pantanosos en tierras productivas,
liberando suelos aluviales ricos en nutrien-
Huarocondo
tes. Los incas incrementaron la cantidad de
tierras productivas a lo largo del río Vilcano- Cusco
ta mediante la construcción de terrazas colu-
viales que controlaban los suelos. Mi análisis Caminos entre centros ceremoniales y políticos preincaicos que estaban
SIG indica que el proyecto de canalización todavía en uso durante la época Inca, sugiriendo que los pobladores
creó aproximadamente 262 hectáreas de nue- locales continuaron utilizando las rutas locales a pesar de la intervención
STEVE KOSIBA

de los incas
vas tierras a lo largo de un área de 12 kilóme-
tros que bordea Ollantaytambo.
Además, con estas nuevas tierras, llegó
nueva gente. Los documentos coloniales re-
9 En la actualidad, no es
CAMINANDO EL CUSCO...

velan que estos asentamientos alojaron nue- del todo claro si Ollan-
vos tipos de personas —mitmas, mamacuna taytambo contaba con un
sistema de ceques; solo un
y yanacuna— que fueron separados de sus
documento colonial señala
tierras ancestrales para mantener los nuevos explícitamente que la ciu-
campos y terrazas (ARC 1555-1729: fs. 132r. dad utilizaba líneas ceque
para marcar divisiones de
y 182r.). En estas tierras se construyó un ca- tierras (ARC 1568-1722: fs.
mino que conectaba Ollantaytambo con el 354r.-355r.).
210

Cusco (figura 3). Una visión de la geografía y


la materialidad de este camino ofrece nuevas Mapa que muestra el Camino Inca del Cusco
figura 3 .
perspectivas sobre cómo los sujetos experi- a Ollantaytambo
mentaban y percibían este entorno.
Situado entre las escarpadas paredes del
cañón de Huarocondo, el camino del Cusco
a Ollantaytambo pasaba por los pueblos de
Wat’a y Sulkan —creados durante la Fase 7
Ollanta— y luego se acercaba a la entrada
Ollantaytambo
de Ollantaytambo. Dos rocas talladas en el
camino (probables huacas) llamaban la aten- 10 6 5
ción de los caminantes. Ambas se ubican en Pachar
4
puntos de la vía donde los viajeros ganan y
pierden la visibilidad de Wat’a, en los sitios 3
denominados Saratuhuallya y Pomatales. En Korimarka-
estos dos lugares, las personas que viajaban Pantanayoq 9
por el camino se encontraban frente a frente 8
con las huacas, dando sus espaldas a Wat’a y
dejando una ofrenda en las plataformas ad-
yacentes. Así, estas rocas dirigían la atención 2
hacia lugares del pasado, pero a diferencia de
las plataformas del Capac Raymi o del camino Wat’a
a través Matagua, las huacas de Saratuhuay-
lla y Pomatales influenciaban en los cami-
nantes llevándoles a cambiar su disposición
y su percepción para que se toparan con las 1
rocas mismas.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Hay otras piedras talladas en el camino.


La mayoría de las huacas en esta vía fueron
construidas junto a las nuevas tierras. Más
lejos, a lo largo del camino, uno se encuentra El camino pasa por varias huacas, incluyendo: (1) Saratuhuaylla, (2)
con el santuario de Ñawpa Iglesia, una cue- Pomatales, (3) Nawpa Iglesia, (4) Hatun Kancha Raqay, (5) Chulluraqay,
va modificada. Este santuario se encuentra (6) Choqana, (7) Sala, (8) Perolniyoq, (9) Korimarka, y (10) Vilcanota. En
directamente asociado con un recurso im- contraste con el de Huanacauri, el camino de Ollantaytanbo no atraviesa
sitios pre-incas pero sus huacas y la propia vía se ubican dentro y cerca
portante: el manantial de Kulluspukio, que
de tierras nuevas, especialmente provistas de andenes geométricos
suministra agua a los campos que los incas
establecieron en la entrada de Ollantaytam- Centros preincaicos
bo, cerca de Pachar. En Ñawpa Iglesia, las te- Wak’as incaicas
rrazas ascienden por una colina cónica. Una Andenes geométricos
impresionante roca tallada con múltiples Andenes normales
motivos de bancos —asientos horizontales—
fue colocada encima de las terrazas frente a
dos bloques de granito finamente trabajados
que forman una inmensa cueva (foto 5). Pa-
211
foto 5 .
La huaca de
Ñawpa Iglesia
en la ruta hacia
Ollantaytambo.

redes y edificios fueron construidos a ambos mentalizaba las características naturales más
lados de la cueva y en su interior pueden sorprendentes y creaba un espacio en el que
observarse algunas tumbas. Resulta eviden- los viajeros encontraban directamente, al re-
te que los incas construyeron este santuario correr el camino, el nuevo entorno.
en un terreno hasta entonces desocupado. El La conexión entre una característica del
descubrimiento de depósitos aluviales (arena medio ambiente y las nuevas tierras también
STEVE KOSIBA

y adoquines redondos) cerca de las bases de se veía resaltada en el próximo santuario del
varias unidades de excavación (Arredondo camino, que personificaba a una coya (reina)
2009: 58, 63, 72), sugiere que el río Huarocon- inca. Partiendo de Ñawpa Iglesia, el camino
do inundaba regularmente este lugar antes de descendía ininterrumpidamente hasta Pa-
CAMINANDO EL CUSCO...

la construcción de las terrazas. Las altas den- char, desde donde los viajeros regresaban al
sidades de cerámica Inca Polícromo (66 % de la núcleo de Ollantaytambo. Aquí, una inmen-
muestra excavada) y el énfasis en la prestigio- sa roca se alzaba sobre el camino. La roca se
sa arquitectura inca sugieren que se trataba encuentra en una colina, rodeada por muros
de un lugar especial para prácticas rituales incaicos. Un documento de 1574 menciona
reservadas (Arredondo 2009: 133). Pero, sobre este lugar y sugiere que pertenecía a Mama
todo, el santuario en Ñawpa Iglesia monu- Oqllo, la esposa principal de Wayna Qhapaq
212

(ARC 1555-1729: fs. 181r.-181v.). Las paredes cae a través de un acantilado escarpado, de-
de este sitio demuestran que se trataba de un bajo del complejo incaico de Perolniyoq. Las
espacio aislado, donde las prácticas rituales excavaciones y recolecciones de superficie
dirigían la atención de los participantes di- en Perolniyoq confirman que se trata de un
rectamente hacia el santuario. La asociación sitio inca sin ocupación previa. Los edificios
específica de la roca con Mama Oqllo y Pa- de Perolniyoq rodean dos rocas de andesi-
char sugiere que los rituales representados ta talladas y cada una exhibe un motivo de
aquí habrían manifestado un sentido de banco, similar al de otras piedras localizadas
ancestralidad compartida entre los incas, la en el camino a Ollantaytambo. Los edificios
roca y la nueva tierra. incaicos de Perolniyoq conectan la fuente de
Los otros santuarios a lo largo del cami- Korimarka con las tierras agrícolas de Soqma.
no también resaltaban la nueva tierra y sus De hecho, el sitio es inseparable de la cascada
características. Varias piedras talladas fueron que alimenta las terrazas del valle.
colocadas dentro de los campos a lo largo del Los documentos de litigios coloniales
camino, dirigiendo la percepción de la tierra. permiten reconocer que las rocas talladas de
Cerca del asentamiento inca llamado Chu- Ollantaytambo estaban en los mismos luga-
lluraqay, una gran roca se ubica en medio res donde se establecieron nuevos reclamos
del canal inca de Kulluspukio, que fluía de de tierras y nuevos roles sociales. En una se-
Ñawpa Iglesia a Ollantaytambo. Un poco más rie de litigios contra el Monasterio de Santa
adelante, otras piedras talladas pueden ser ob- Clara del Cusco (vid. también Burns 1999),
servadas a ambos lados del camino cuando se don Felipe de Coritopa Inca, nieto del Inca Pa-
pasa por Choqana, un sitio incaico fortifica- chacutec, declaró ser curaca de Pachar (ARC
do. Cada piedra muestra un motivo de banco 1555-1729: f. 178r.) y cuidador de una sección
y se encuentra asociada a una pequeña plata- del medio ambiente de la ciudad (ARC 1555-
forma para ofrendas. Por último, dos piedras 1729: fs. 1r.-2r.). Los documentos también
talladas colindan con el río Vilcanota, cerca muestran que los trabajadores especializados
de la estación del ferrocarril (vid. Protzen (yanacuna) se encontraban apostados cerca de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

1991: 28-29). Una de ellas corresponde a una Korimarka, Pantanayoq y Pachar (ARC 1555-
roca tallada denominada Sirenayoq que se 1729: fs. 12r., 16r.-17r., 216v.-217r., 232r.).
apoya en el río; la otra, ubicada cerca a Runku Numerosas personas de la población cercana
Raqay, fue tallada en múltiples formas. Estas de Maras testificaron a los españoles que las
piedras parecen llamar la atención hacia el mamacuna de su comunidad residían en los
propio río y su canalización. edificios de Pachar junto a la huaca Hatun
Del mismo modo, a lo largo de otro ca- Kancha Raqay, lo que sugiere que estas mu-
mino a Ollantaytambo, los santuarios fueron jeres mantenían a la huaca (ARC 1555-1729:
construidos junto a características naturales f. 182r.). Por último, otros documentos reve-
notables y a nuevas tierras. Los incas modi- lan que las tierras adyacentes al camino del
ficaron dos cuevas en Korimarka (también Cusco estuvieron dedicadas específicamente
Pantanayoq), una cumbre situada en las la- al Sol y a la realeza inca. Estas tierras eran
deras superiores del valle de Soqma que mar- mantenidas por mitmas collas y chinchaysu-
caba el límite sur de Ollantaytambo (ARC yus (AGN 1559-1560: fs. 13r., 26v. y 29r.). Por
1555-1729: fs.1r., 8r. y 13r.). El agua fluye lo tanto, el camino y sus huacas estuvieron
desde las llanuras pantanosas de Korimarka en tierras —y entre poblaciones— que los
a una cascada de 150 metros de altura que incas crearon y gestionaron; el camino vincu-
213
ló nuevas poblaciones y tierras, creando una Discusión:
nueva orientación espacial.
La evidencia arqueológica sugiere que las ¿un paisaje inca?
rocas talladas y los caminos de Ollantaytam-
bo dirigían la atención de los viajeros hacia
tierras nuevas, no hacia lugares ancestrales Los datos demuestran que los caminos del
indígenas o a sitios preexistentes, como ocu- Cusco no eran vías empleadas exclusiva-
rría en los caminos del Cusco. No obstante, los mente para el transporte de mercancías o de
pueblos preexistentes fueron embellecidos y personas. Tampoco caminos que pudieran
refundados bajo un molde inca. Por ejemplo, ser reducidos a líneas abstractas como en
en los pueblos de Wat’a, Pumamarka y Mar- un mapa de carreteras. Eran caminos sobre
kaqocha, estructuras monumentales fueron los que la gente andina, al realizar sus movi-
construidas sobre espacios que venían siendo mientos, exploraba el entorno del Cusco, al
ocupados por un largo tiempo (Kendall 1988, mismo tiempo que articulaba y negociaba
1996; Kendall et al. 1992; Kosiba 2012a). Los sus diferentes visiones de la ciudad. Al trazar
edificios y paredes masivas fueron colocados los caminos del Cusco podemos llegar a apre-
específicamente en las entradas de los secto- ciar cómo, al moverse por trayectos sobre
res rituales, transformando estas plazas y pre- la tierra, la gente andina forjaba diferentes
cintos mortuorios en espacios exclusivos y perspectivas sobre su entorno y su pasado.
controlados. Estos lugares continuaron sien- Nos movemos más allá de historias rígidas e
do los puntos focales para los quilliscache y hiperbólicas de la dominación incaica para
tampu durante la época Inca. El hecho de que comprender cómo las personas entendían el
los sitios residenciales permanecieran ocupa- Cusco antiguo.
dos sugiere que la gente continuó trasladán- Vemos que estos caminos creaban dife-
dose desde los asentamientos circundantes a rentes tipos de percepciones. En el Capac Ray-
estos pueblos. mi, las perspectivas sobre el medio ambiente
Parecería entonces que, durante la ocu- y el pasado se construían a través del movi-
pación inca de Ollantaytambo, había dos miento cíclico desde y hacia los principales
formas de percibir la tierra y conmemorar lugares ancestrales del Cusco. Gracias a los
los recuerdos conectados a ella. Los datos movimientos desde y hacia esta secuencia
demuestran que los caminos mayores del de lugares, los participantes en la ceremonia
mundo preinca continuaron sirviendo como llegaban a conocer una narración del pasado.
vías en las que los quilliscache y los tampu Ellos integraban y conectaban estos sitios
STEVE KOSIBA

percibían la importancia de sus centros an- dispares —como si se tratara de una serie de
cestrales dentro de un mundo inca. Por el historias locales— en un relato sintético cen-
contrario, el camino incaico construido en la trado en el Cusco. Por otra parte, el viaje a lo
zona incluye una secuencia de rocas talladas largo de las rutas del Capac Raymi sugiere que
CAMINANDO EL CUSCO...

que hacían hincapié en las nuevas tierras y los indígenas de esta región fueron los prin-
las conectaban con los incas. Este camino cipales participantes de las peregrinaciones
real enfatizaba el presente más que el pasa- rituales, a través de las cuales se revelaba la
do ancestral. Se traían a la mente las nuevas historia del Cusco. Siguiendo estas rutas, te-
tierras, nuevas personas y nuevas huacas que nemos una visión alternativa del pasado que
constituían Ollantaytambo, un nuevo tipo contradice la visión de dominio registrada en
de medio ambiente urbano. los mitos de origen incas.
214

Por el contrario, el camino hacia Ollantaytam- los caminos y las huacas del Cusco no apoya-
bo revela una perspectiva del Cusco que se ron un paisaje inca unificado o singular; más
basa en una visión inca del “presente”, una es- bien, implantaron fronteras sociales en la tie-
tética política que se parece mucho a las fan- rra, diferenciando una perspectiva cusqueña
tasías de los estados modernos (Scott 1998). de otra experimentada por los foráneos (vid.
El camino ignoraba el pasado de los grupos Kosiba y Bauer 2014).
preincaicos para centrarse de lleno en la ac- Al diferenciar el espacio, estos caminos
tual transformación del medio ambiente. La creaban diferentes percepciones del medio
ubicación y la estética de las rocas talladas a ambiente y del pasado, es decir, múltiples
lo largo del camino dirigen la atención hacia paisajes. Las percepciones que estos caminos
la infraestructura inca y las nuevas tierras. El generaban dependían de cómo la gente se
posicionamiento de las rocas talladas en este movía a lo largo de estos espacios. Era nece-
camino —y su distancia regular— sugiere sario encontrar estos espacios en secuencia
que, cuando uno se aproximaba o dejaba para entender las relaciones entre ellos. Una
Ollantaytambo, era importante comprome- secuencia particular de huacas o rocas talla-
terse con estas estaciones rituales. Las rocas das revela una narrativa y una perspectiva de
se posicionaron en tierras previamente ocu- la historia conforme uno se movía a lo largo
padas o recientemente creadas, lo que permi- del camino. Saber “dónde” estaban ubicadas
te reconocer que existió un vínculo entre la las huacas dentro de la secuencia espacial era
aparición de reclamos por tierras y los nuevos esencial para saber “cuándo” se encontraban
espacios incaicos. Situados junto a caracterís- las huacas en la secuencia temporal (vid. Chase
ticas ambientales notables, en medio de terra- 2015). En otras palabras, la posición de las
zas geométricas monumentales y a lo largo de huacas en el espacio y en relación con otras
un extenso camino, los santuarios incaicos huacas también ubicaba —a las huacas y a
destacaban las transformaciones del entorno los viajeros— en el tiempo. Por lo tanto, al
y las alianzas con las fuerzas naturales. Las si- caminar una secuencia de huacas, el viajero
militudes en materiales y diseños de las rocas entraba en el pasado, un pasado que siempre
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sugieren que los santuarios fueron construi- era presente en la tierra.


dos para estandarizar y enfocar las prácticas Entonces, las personas que recorrían los
rituales y el movimiento en el camino. caminos del Capac Raymi se encontraban con
Ambos caminos presentan una vista del los seres míticos y recordaban a los diversos
medio ambiente y las diferencias que consti- grupos étnicos que contribuyeron a la crea-
tuían el entorno cusqueño. En la ceremonia ción del Cusco. Como resultado, estas perso-
del Capac Raymi vemos que, al caminar por nas eran conscientes de la historia profunda
estas vías, las diferencias sociales se definían de la región. Los individuos que recorrían el
en términos de círculos internos y externos camino hacia Ollantaytambo, en cambio, no
de la ciudad. Los no cusqueños abandonan eran conscientes de la profunda historia pre-
la ciudad al comienzo de la ceremonia. Ade- inca y no-inca de esta región: ellos veían y ce-
más, el viaje desde el centro hacia estos sitios lebraban solo un mundo incaico, percibiendo
distantes creaba un sistema de límites —in- nuevas tierras y nuevas poblaciones. Había
terior y exterior, histórico y mítico, entre los todavía otra perspectiva. Es claro que la cons-
cusqueños y los otros—. En Ollantaytambo, trucción de estos caminos no borró otros ca-
los caminos incaicos y las rocas talladas en- minos anteriores, conllevando la persistencia
carnaban un entorno incaico. En resumen, de orientaciones espaciales locales y tradicio-
215
nales durante la época Inca. Por consiguien- Conclusiones:
te, estos caminos crearon distintos mapas y
recuerdos del espacio. Cusco fue más que un paisajes del Cusco
paisaje singular y la articulación de las visio-
nes indígenas y estatales del medioambiente
y el pasado. Cuando las personas andinas se movían a lo
Por otra parte, los caminos ofrecieron a largo de los caminos del Cusco generaban
los cusqueños una experiencia personal del sentidos del pasado y del presente, vistas
pasado de Cusco. La forma cómo las personas orientadas a secuencias de lugares y rutas en
experimentaban y percibían las secuencias las que se encontraban directamente con —y
de los lugares en estos caminos, construía rendían homenaje a— los seres míticos y las
memorias sobre el Cusco y su paisaje. Los an- nuevas tierras que constituían el Cusco. Pero
tropólogos distinguen entre dos tipos de me- el Cusco no era un paisaje inca singular. En
moria social: (1) los recuerdos episódicos que arqueología, el término “paisaje” frecuente-
reflejan las cosas que nos hemos encontrado mente se ha convertido en un sustituto de
y experimentado, y (2) los recuerdos semán- “período” o “cultura”: un término general
ticos que reflejan las cosas que hemos apren- que no refleja las distintas perspectivas de
dido o memorizado (Assmann 2006). Cuando una sociedad, incluyendo las diferencias
hablamos de la construcción y difusión de entre, por ejemplo, los pueblos indígenas,
ideas sobre el pasado o sobre un medioam- los pobladores y los agentes del Estado. En
biente, nos referimos normalmente a proce- realidad, siempre existen múltiples paisajes.
sos en los que una perspectiva narrativa so- Para entender los paisajes, entonces, hay que
bre el pasado o un entorno ha sido fabricada y entender las diferentes formas en que las per-
luego distribuida a través de la educación: es sonas de distintos estatus sociales ven y ma-
decir, una memoria semántica que se apren- pean su entorno y su pasado. Los ejemplos
de a través del uso de un texto o un mapa. presentados aquí sugieren que el entorno y
Al hacer tales recuerdos semánticos, el pasado del Cusco probablemente nunca
las versiones alternativas del pasado son fueron experimentados como un sistema to-
silenciadas en favor de una sola narrativa tal. La gente los percibía como una serie de
(vid. Trouillot 1995). Al trazar los caminos lugares que solo constituían una tipología y
del Cusco, no vemos una narrativa muy narrativa coherente mientras se movían a lo
singular, ni los vemos como algo textual o largo ellos.
como un mapa de conocimientos insertado
STEVE KOSIBA

en la tierra. Vemos cómo se adquiere el co-


nocimiento del pasado y del entorno con el
movimiento a través de la tierra, a través de
una visión orientada a una sucesión de lu-
CAMINANDO EL CUSCO...

gares que, cuando se encuentran en secuen-


cia, evoca recuerdos del pasado. Por lo tan-
to, era al encontrarse frente a secuencias de
lugares que evocaban recuerdos episódicos
—pero que al mismo tiempo eran encuen-
tros reales— que las personas experimenta-
ban y recreaban el pasado.
216

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tocante a los negocios que con su majestad
en su nombre por su poder ha de tratar, la
cual estaque se sigue, en María del Carmen
Martín Rubio (editora), El encuentro de dos
mundos: los incas de Vilcabamba. Madrid:
Atlas.
221
STEVE KOSIBA
CAMINANDO EL CUSCO...

Vista de Wat’a, asentamiento del periodo Inca localizado en


las cercanías de Ollantaytambo, Cusco.
Los múltiples
significados de la ruta
Vilcashuamán-Pisco
del Chinchaysuyu:
fuentes rituales
y sistema hidráulico
SOFÍA CHACALTANA CORTEZ El tramo Vilcashuamán-Pisco es una ruta que conecta
impresionantes sitios incas como la ciudad histórica de
UNIVERSIDAD ANTONIO RUIZ DE MONTOYA,
Vilcashuamán y Pomacocha, ubicados en Ayacucho;
PERÚ / FIELD MUSEUM OF NATURAL HISTORY
Inkawasi de Huaytará y la ciudad inca de Huaytará,
CHICAGO, ESTADOS UNIDOS
localizados en la región Huancavelica, y Tambo Colo-
rado y Lima-La Vieja, ubicados en la región Ica. A pe-
sar de que estos importantes sitios tuvieron funciones
disímiles (algunos fueron palacios incas, otros fueron
haciendas reales e, incluso, uno de ellos fue categoriza-
do como “Otro Cusco”), presentan características arqui-
tectónicas similares. Antes y durante el Imperio Inca,
esta ruta cumplió múltiples roles rituales, políticos y
económicos. A través de esta ruta transitaban destaca-
das huacas regionales (rol ritual), el señor de Chincha
cuando se dirigía hacia el Cusco (rol político) y el codi-
ciado y prestigioso mullu, que venía desde el norte del
país (rol económico).
Así, a diferencia de muchos otros tramos incas
investigados en el Tawantinsuyu, los sitios ubicados
entre Vilcashuamán y Pisco se encuentran vinculados
a un particular manejo ideológico del espacio que se
manifiesta en la presencia de fuentes incas y en el uso
ritual del agua y del espacio. Las preguntas que dirigen
este artículo son ¿qué tipos de sitios hay en este tramo
del Imperio Inca? y ¿qué tipos de espacios, paisajes
rituales y/o elementos arquitectónicos existen? Final-
mente, se presentan algunos de los más importantes
descubrimientos arqueológicos realizados por el Qha-
paq Ñan – Sede Nacional, durante el año 2014, en los
sitios arqueológicos de Inkawasi de Huaytará (Huanca-
velica) y Tambo Colorado (Ica).
224

Tramo Viscashuamán-Pisco mujeres movilizadas a centros administrativos


imperiales alejados de sus hogares para ser-
vir como oficiales (acllas), o élites locales que
se movilizaban transportando consigo a sus
El Qhapaq Ñan constituye un proyecto de in- dioses, objetos, tradiciones locales y bagajes
geniería forjado por una visión e intención culturales.2 Este proyecto político creó, así, un
política particular, la del Imperio Inca (Hyslop paisaje andino de características globales que
1984); no obstante, es ampliamente reconocido no existía en los Andes antes de su instalación.3
que esta vía fue acondicionada sobre caminos Sin embargo, visto desde la escala de la
construidos por sociedades expansivas anterio- práctica4, las personas emprenden caminos
res, como los wari y los tiwanaku, y sobre an- y transitan senderos con expectativas e in-
tiguas rutas locales (Nielsen en este volumen). tenciones particulares. En otras palabras, el
Al ser construido bajo diversos reinados de ex- caminar es una experiencia de movimiento,
pansión imperial (Julien 2009, 2012), este pro- que involucra encuentros, expectativas de lle-
yecto inca de comunicación vial reflejó un tipo gada, de transición, de comienzo y de fin. Este
de manejo geopolítico a una escala nunca an- artículo se enfoca en dos aspectos importantes
tes vista en los Andes prehispánicos; al mismo del Camino Inca que unificó la ciudad incaica
tiempo estableció de forma física y simbólica de Vilcashuamán con Pisco: la estructura5 y la
la instauración de una conectividad1 distinta práctica (Bordieu 1977; Giddens 1979). Bajo
del mundo andino: en algunas regiones pro- esta perspectiva, el Camino Inca puede ser en-
movió una interacción de mayor intensidad, tendido como un estructurador del paisaje, de
en otras, en cambio, provocó una conectividad las acciones políticas realizadas por los incas,
más estructurada o formalizada. En todos los pero también de los comportamientos de las
casos, sin embargo, el Qhapaq Ñan o Camino poblaciones locales que atravesó y atraviesa.
Inca permitió y motivó el tránsito de un mayor De esta forma, la red de Caminos Inca o Qha-
número de personas, ya fueran estas oficiales paq Ñan fue, y sigue siendo en la actualidad, un
y guerreros imperiales, chasquis, miles de mit- instrumento de construcción de significados y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

mas (y parientes o unidades domésticas) que una herramienta de memoria social (Harvey
se trasladaban a tierras foráneas para trabajar, 2001; Kaulicke et al. 2003; Nair 2009: 115).

1 Se utiliza el término tenido como consecuencia Garrido (en este volumen), caminos formalizados. Por viduales, o la denominada
“conectividad” como es limitar la movilización de el Camino Inca pudo ser otro lado, durante la época “agencia”, se refiere a la
empleado en la teoría de algunos pobladores de utilizado estratégicamente Inca hubo una formalización capacidad de los individuos
globalización donde existe los Andes prehispánicos. por comunidades locales en la veneración de ciertos para reproducir o negar, de
una tecnología (en este Por ejemplo, Stella Nair ubicadas a lo largo del santuarios regionales como manera intencional o no,
caso el Camino Inca) que (2009: 120) sugiere que, transitado camino para el de Pachacamac, el del las estructuras sociales de
intensifica la interacción so- en ocasiones, el Camino tener acceso a mayores apu Pariacaca y el del lago las que forman parte (Do-
cial, política y/o económica, Inca limitó la movilización beneficios económicos y Titicaca, lo que también bres y Robb 2000; Dornan
ya que integra y facilita la de aquellos pobladores sociales. habría intensificado las 2002; Giddens 1979).
movilización de tecnología y que no tenían permiso movilizaciones de los pobla-
burocracia a lo largo de un del Imperio para transitar, 3 En el mundo andino, dores andinos hacia estos 5 La “estructura” se entien-
territorio (Chacaltana 2015; sobre todo en las zonas las peregrinaciones a lugares y huacas lejanas de de como el sistema dual
Pitts 2008). más cercanas al Cusco, santuarios regionales han sus lugares de origen. formado por los patrones
y en lugares donde las existido desde épocas muy sociales y las prácticas in-
2 En esta parte no se nie- élites fueron derrotadas tempranas (Bauer y Stanish 4 La “práctica” es definida dividuales (o agencia) que
ga que la construcción del y sometidas. En otras 2001), creando rutas de pe- como la acción de los indi- constituyen los sistemas
Qhapaq Ñan también haya ocasiones, como comenta regrinaje pero no siempre viduos. Las prácticas indi- sociales (Giddens 1979).
225
Entendiendo lo “ritual” la primera es que bajo esta perspectiva todos
los caminos —los contemporáneos y los
en los caminos prehispánicos— tienen aspectos de índole
ritual.7 La segunda razón, y que sustenta a
la primera, es que los caminos tienen la ca-
En su famoso libro La coca sabe. Coca e identi- pacidad y potencialidad de ser instrumentos
dad cultural en una comunidad andina6, Cathe- para la construcción de memoria colectiva.8
rine Allen (2008 [2002]) menciona que en los Dicho lo anterior, no se niega la existencia de
Andes no solo el cosmos está animado, sino rutas ceremoniales o ritualizadas, como las
también los puentes y los caminos; los obje- que emprendieron y emprenden los peregri-
tos cobran vida cuando son parte de historias, nos hacia el apu Pariacaca, o las que llegaban
de canciones y de experiencias compartidas. al santuario de Pachacamac, o las rutas de
De esta manera, los caminos se convierten en los peregrinajes durante las ceremonias de
vehículos —así como actores— a través de la Capacocha. Sin embargo, como fuera aco-
los cuales se construye el recuerdo, o aque- tado por Thomas Charlton hace más de dos
llo que denominamos memoria. En otras décadas, al analizar el intercambio del centro
palabras, el camino adquiere significados a político azteca con la periferia, es peligroso
través de su interacción con entes distintos asignar explicaciones funcionalistas (únicas)
—humanos y no humanos— que lo recorren a los caminos, ya que estos deben ser analiza-
o están ubicados en su recorrido —como los dos dentro de sus procesos regionales, intra
cerros, que pueden ser deidades—. e inter regionales, considerando los asuntos
Para el tema en discusión, esta asevera- políticos y negociaciones locales acontecidas
ción de Allen es importante por dos razones: (Charlton 1991).

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

6 The hold life has: coca prehispánicas, o como lo [1952]) para sugerir que la francés Pierre Nora (1996)
and cultural identity in an siguen haciendo algunas memoria de los individuos acota que los individuos
Andean community (2008 comunidades de la selva se construye dentro de también escogen “no
[2002]). peruana (Greene 2009) estructuras sociales e recordar”, es así que junto
y como lo comenta Allen instituciones, por lo que, la a la “memoria colectiva”
7 A pesar de ello, en ge- (2008 [2002]) para las memoria solo es entendida existe también una “amne-
neral, el mundo occidental sociedades andinas. dentro del contexto del sia social”.
actual no le otorga al grupo familiar, de orga-
camino capacidades de 8 Memoria colectiva es nizaciones sociales y de
acción como sí lo habrían un término acuñado por los estados-nación. En
hecho las sociedades Eric Halbwachs (1992 contraparte, el historiador
226

El Qhapaq Ñan del ses y/o huacas de importancia panregional,


sino también personas al servicio del Imperio
Chinchaysuyu: la ruta y objetos como los metales, la cerámica y el
precioso y codiciado mullu, material ofrenda-
Vilcashuamán-Pisco do a las huacas más importantes del Tawan-
tinsuyu que se obtenía en la costa norte y era
transportado por mercaderes (Barraza en este
El tramo del Camino Inca que une Vilcas- volumen; Chacaltana y Nash 2009; Hocquen-
huamán con Pisco, cubriendo una distancia ghem 1993).
mayor a los 260 kilómetros, se caracteriza por Es ampliamente conocido que cada uno
conectar sitios de carácter ritual construidos de los cuatro suyus en los que se dividía el
sobre un eje donde existe la memoria históri- Imperio Inca (Chinchaysuyu, Antisuyu, Con-
ca de haber sido transitado por huacas de tras- tisuyu y Collasuyu) poseía un camino princi-
cendencia regional, antes, durante y después pal que, además, llevaba el nombre de uno de
del proceso imperial incaico (figura 1).9 A los grupos étnicos más importantes asentado
través de este camino no solo circularon dio- a lo largo de su recorrido (Julien 2009); el ca-

figura 1. Mapa del tramo Vilcashuamán-Pisco

LIMA Laguna
Choclococha

San Antonio
de Cusicancha
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ICA Inkawasi de
Huaytará
Huancano
Océano
Quito Huayacundo
Pacífico Arma Arma
Tambo Lima
Independencia La Quinga Huaytará Jahuarina
Lima
La Vieja Monte Tambo
Pisco Sierpe
Túpac Tambo Huaytará
Amaru Colorado
Humay

HUANCAVELICA

Lugares sagrados Ríos


Sitios arqueológicos Límite departamental
Trazos del camino Límite distrital
227
mino del Chinchaysuyu habría sido recono- ruta Cusco-Vilcashuamán-Pisco/Tumibamba
cido como la ruta formal que conectaba al debió de haber gozado de gran importancia
Cusco con el territorio de los chinchas (costa en términos de conectividad, al unir la capi-
de Pisco). tal del Imperio con dos puntos importantes:
Según ha sido sugerido por Catherine la costa central, donde se encontraban los
Julien (2009), el camino Cusco-Vilcashua- chinchanos, aliados políticos de los incas y
mán-Pisco resulta representativo de la ruta famosos mercaderes marítimos, y el norte del
del Chinchaysuyu y habría sido uno de los Tawantinsuyu (Ecuador), donde se encontra-
primeros caminos instalados por los incas ba Tumibamba, uno de los “Otro Cusco” que
durante el período denominado “el Imperio representaba a la capital cusqueña en el norte
Inca embrionario” (Julien 2009; traducción (Bauer 2010). 11
nuestra).10 Antes de bajar a los llanos, este La construcción del camino del Chinchay-
camino pasaba por Vilcashuamán y se bi- suyu fue realizada como parte de dos proce-
furcaba hacia la costa (Pisco) y hacia el norte sos imperiales distintos: la conquista inca
del Imperio (Tumibamba en Ecuador). Por de los grupos chancas, asentados en Huan-
consiguiente, durante la época imperial, la cavelica y Ayacucho, y la alianza inca con

9 Por ejemplo, hubieron


otros recorridos de carác-
ter civilizatorio que fueron
emprendidos por deidades
Rumichaca locales, como el de Cuni-
(I y II) raya Viracocha al bajar a
AYACUCHO la costa desde Huarochirí
Paras o el recorrido civilizatorio
que emprendieron los

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


Los Morochucos Vischongo hermanos-esposos Manco
Chuschi Capac y Mama Ocllo des-
Vilcashuamán de el lago Titicaca hacia
el Cusco, donde fundaron
Totos María Parado Pomaqocha la ciudad capital. Como
Pilpichaca de Bellido
ha sido señalado por
Idilio Santillana (2012: 3) al
Cerro Amaro
referirse a la construcción
del Qhapaq Ñan, “primero
Cerro Killke
Sarhua viajaron los dioses, y luego
Cerro los hombres”.
Huanacauri
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

10 “The embrionaric Inca


Cerro Empire” (Julien 2009).
Anahuarque
Vilcashuamán 11 Por otro lado, durante
la época imperial, por este
camino transitó Pachacu-
tec y luego sus sucesores,
cuando realizaron sus
propias conquistas o
consolidaciones de poder
a nivel regional.
228

los chinchas, que ocupaban la costa norte de territorios. El establecimiento del Qhapaq
la región Ica. Las fuentes históricas colonia- Ñan del Chinchaysuyu habría sido realizado,
les (v.g. Betanzos 2004 [1551]; Cieza de León por consiguiente, a través de dos campañas
1984 [1554]) informan que el primero de es- distintas: la primera militar y política, ejecu-
tos procesos tuvo lugar durante el reinado tada por los incas sobre la región chanca, y la
de Pachacutec Inca Yupanqui. Tras feroces segunda, pacífica y de estrategia política, de-
enfrentamientos, la región ocupada por la sarrollada para la costa sur-central.
Confederación Chanca —donde se locali- En su libro Paisaje sagrado e ideología inca.
zan los sitios de Vilcashuamán, Pomacocha, Vilcashuamán (2012), por su parte, Idilio San-
Inkawasi de Huaytará y Huaytará mencio- tillana señala que los incas construyeron el
nados en el presente artículo— habría sido Qhapaq Ñan del Chinchaysuyu sobre la ruta
finalmente incorporada al Imperio; el hecho por donde transitaban las más importantes
de que la conquista e integración de esta zona deidades regionales y locales que conectaban
de la sierra central tuviera lugar en una época el Cusco con Vilcashuamán, Vilcashuamán
bastante temprana de la expansión inca, per- con Chincha, y Chincha con el gran orá-
mitió el crecimiento del Qhapaq Ñan y del culo de Pachacamac. Este camino también
imperialismo cusqueño hacia la costa. conectaba a sitios de importancia regional
Los procesos políticos aplicados y esta- —donde también habitaban apus— de la sie-
blecidos con los chinchas, en cambio, ha- rra sur-central como Limatambo, Curamba,
brían ocurrido de manera pacífica. Según la Sondor, Vilcashuamán, Incawasi de Huayta-
documentación histórica, a excepción de los rá, Huaytará, así como el renombrado y po-
huarco que fueron conquistados de forma deroso oráculo de Chinchaycamac ubicado
violenta, los grupos costeños de Ica y Chin- en la huaca La Centinela, capital del señorío
cha se habrían unido pacíficamente a los in- de Chincha (Julien 2009; Pachacuti Yamqui
cas desde el sur, es decir, viniendo de Nazca y 1993 [1613]: 221).
no necesariamente desde la sierra. Las relacio- Refiriéndose a la ruta que unía Vilcas-
nes establecidas entre los incas y chinchas ha- huamán con el Cusco, Santillana comenta
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

brían sido particularmente amistosas y repre- que la deidad Cuniraya se movilizó desde
sentativas de un cogobierno (Morris 2004). Al Huarochirí hasta el Cusco —pasando por Vil-
respecto, el cronista mercedario Murúa (1987 cashuamán— para decirle a Huayna Capac:
[1616]: 100) refiere la unión en casamiento de “vamos, hijo, a Titicaca” (Avila 1987 [1598]:
12 El término quechua
Pachacutec con una mujer chinchana llama- 243). Según ha sido señalado por María Rost- wawque es usualmente
da Mama Ana Huarque o Hipa Huaco; en esta worowski (1977: 105-106), el famoso oráculo traducido como “hermano”
misma línea, Pedro Pizarro (1986 [1571]) ano- chinchano de Chinchaycamac, o probable- (de un ego masculino),
pero también se refiere al
ta que en sus desplazamientos hacia el norte, mente su wawque12, estuvo emparentado con “gemelo” material de un
Atahualpa solía viajar acompañado del señor el poderoso Pachacamac. Así, durante la épo- ente divino o huaca, huma-
de Chincha, ya que era un señor muy impor- ca imperial dos huacas sagradas regionales: no o no, materializado en
una piedra u otro objeto.
tante y tenía un gran número de embarcacio- Chinchaycamac y Andahuaylas (la última Las huacas principales
nes (Rostworowski 1970: 143). ubicada en Apurímac, es decir entre Vilcas- y el propio Inca tenían
wawques que viajaban
La información citada denota una inte- huamán y Cusco), se convirtieron en hijos de y los representaban en
racción distinta entre los incas y estas dos Pachacamac y transitaron por este camino; distintas partes del Imperio
etnias (Chanca y Chincha) que, al parecer, se asimismo, el oráculo de Choclococha, pacari- durante la realización de
eventos públicos, políticos
expresaría en los diseños arquitectónicos de na de los chocorvos, bajaba a la costa por esta y religiosos, e incluso,
los sitios incas localizados en sus respectivos ruta que unía Vilcashuamán con Chincha. durante la guerra.
229
De esta forma, este segmento del Qhapaq Ñan Debido a estos usos de distintas dimensiones
estuvo recorrido por huacas de importancia históricas, el Qhapaq Ñan tiene diversos signi-
regional y fue adquiriendo significados a tra- ficados, creados y negociados activamente por
vés del tiempo. los individuos que lo recorren, así como por los
Finalmente, es importante precisar que si intereses particulares de organizaciones políti-
bien este camino fue utilizado por el Imperio cas (el Estado Wari, el Imperio Inca, el gobierno
Inca durante corto tiempo —poco menos de Ibérico colonial, la República y el Estado perua-
100 años—, continuó siendo empleado por no actual), volviéndose [los caminos] creadores
grupos sociales e individuos con intereses físicos y simbólicos de significados políticos
políticos y económicos particulares desde el locales y regionales. Visto de esta manera, el
período colonial temprano hasta la actuali- Camino Inca, así como el paisaje, se transfor-
dad. Por ejemplo, el investigador Sergio Ba- ma en una herramienta de memoria social
rraza (2013) ha señalado que este segmento materializada a través de la presencia de apus,
del Qhapaq Ñan fue recorrido por las tropas sitios arqueológicos, abras y lugares, mitos y
indígenas y realistas enfrentadas en el marco leyendas de los viajes heroicos realizados por
de los levantamientos realizados por órdenes seres míticos (historia oral), por lo que adquiere
de Manco Inca contra el dominio hispano múltiples significantes, y como consecuencia,
(1536) y por las huestes españolas que toma- significados (Harvey 2001; Nair 2009: 115).13
ron parte de la “Guerra de las fronteras”, de-
sarrollada entre Francisco Pizarro y Diego de FUENTES RITUALES Y SISTEMA
Almagro (1537-1538). Fue empleado, asimis- HIDRÁULICO
mo, por los juristas hispanos que iban cen- Un rasgo particular que llama la atención de
sando a los indios hacia finales del siglo XVI, este segmento del Qhapaq Ñan es que todos
ello como parte del proyecto promocionado sus sitios incas asociados cuentan con fuen-
por el virrey Francisco de Toledo (1570) con tes. Usualmente, las fuentes incas son encon-
una clara intención civilizatoria (Guevara y tradas en sitios administrativos o en hacien-
Salomon 2010). Finalmente, también fue uti-

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


das reales, tanto en la capital imperial como
lizado por miembros de Sendero Luminoso y en algunas provincias del Tawantinsuyu (v.g.
por militares para recorrer los Andes duran- Huánuco Pampa, Aypate (Piura), Tumibam-
te el período de violencia social interna que ba y Písac), habiendo sido estudiadas por di-
azotó el Perú en la década de 1980 (Landa y versos investigadores (Fresco 2003; Kaulicke
López 2007). et al. 2003; Farrington 2013). LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

13 Al respecto, la históricos donde entran andinos de María Eugenia a los recursos distribuidos
adjudicación del Camino en juego varios intereses Ulfe (2011: 52), donde se en el territorio; ello, a su
Inca o Qhapaq Ñan como y fuerzas que le dan sig- indica que la construcción vez, habría instituido un
patrimonio es uno de nificado (v.g. los incas, los de carreteras fomentada sistema de segregación
los significados actuales chancas, etcétera). Otro durante los gobiernos del geopolítica que convirtió a
del mismo. El geógrafo ejemplo de la construcción presidente Augusto B. Le- muchos pobladores de las
marxista David Harvey de significados de los guía (1908-1912, 1919-1930) provincias en ciudadanos
(2001) ha señalado que el caminos es descrito en el tuvo por objetivo principal de segunda clase.
concepto de “patrimonio” libro Cajones de memoria: transportar productos
no es contemporáneo, sino la historia reciente del Perú hacia Lima (la capital) y
que depende de procesos a través de los retablos obtener un acceso directo
230

Se ha sugerido que las fuentes eran utilizadas hasta nuestros días. En la actualidad, sus po-
para realizar baños de purificación antes de la bladores continúan utilizando algunos espa-
participación en actividades religiosas incai- cios incaicos, como la plaza, donde está situa-
cas (Fresco 2003)14; el uso de fuentes antes de da la plaza de armas; el Templo del Sol, sobre
realizar distintos tipos de ceremonias es men- el que se construyó la iglesia de San Juan
cionado, efectivamente, en algunos documen- Bautista, y los caminos incas que llegaban al
tos coloniales (Zuidema 1976). Sin embargo, sitio, cubiertos por calles aún transitadas por
aún sabemos muy poco acerca de los aspectos personas, animales y automóviles.
formales y simbólicos de las fuentes incas y, De acuerdo a los documentos coloniales,
con relación a ellas, existen preguntas genera- el proceso de construcción de Vilcashuamán
les que esperan ser contestadas: ¿existen varia- empezó cuando el Inca Pachacutec empren-
ciones formales entre las fuentes incas depen- dió sus conquistas fuera del centro cusqueño,
diendo de la tipología del sitio incaico donde alrededor del año 1400 d.C. (Guaman Poma
están presentes?, ¿se ubican las fuentes incas de Ayala 1980 [1615]; Santillana 2012); como
cercanas a fuentes de agua (ríos, puquios, la- producto de esta campaña, Pachacutec derro-
gunas)? y ¿habría existido alguna relación me- tó al grupo de los Angares, una de las etnias
tafórica o simbólica entre caminos, canales, y de la confederación Chanca, quienes vivían
fuentes? A pesar de que en este artículo no se en los alrededores de Vilcashuamán durante
llegan a contestar todas estas interrogantes, el período Intermedio Tardío (1100-1400 d.C.)
por lo menos las hemos tomado como referen- (Bauer 2010). La construcción de Vilcashua-
tes al analizar las fuentes incas de los sitios de mán continuó durante los gobiernos de Túpac
Inkawasi de Huaytará y Tambo Colorado. Inca Yupanqui y Huayna Capac (Santillana
A continuación se describen los sitios 2012).15 El diseño de esta ciudad habría sido
arqueológicos principales ubicados dentro inspiración de Pachacutec quien, tras retornar
de la ruta Vilcashuamán-Pisco y se indican de un viaje a la ciudadela de Tiwanaku, redise-
algunos de los espacios incaicos localizados ñó la ciudad imperial de Cusco y diseñó Vil-
en este segmento del Qhapaq Ñan. No se in- cashuamán (Farrington 2013; Protzen 1993;
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

cluyen sitios incas de tamaño pequeño (como Protzen y Nair 1997); en este último sitio, el
tambos y/o chasquiwasis) que formaron parte Inca habría erigido los Templos del Sol y de La
del sistema de comunicaciones imperial a Luna al estilo Tiwanaku, y el ushnu, emulando
lo largo del segmento de tramo Vilcashua- a la pirámide de Akapana de la ciudadela alti-
mán-Pisco (cf. Serrudo 2011; Wallace 1971), plánica (Santillana 2012: 277). 14 Incluso, sobre la base
ya que este trabajo queda pendiente para ser Es posible que la panaca de Túpac Yupan- de su análisis de la toponi-
realizado a través de una prospección arqueo- qui también se hubiera visto relacionada a la mia del paisaje cusqueño, el
investigador Tom Zuidema
lógica más detallada que las realizadas hasta construcción de Vilcashuamán (Santillana (1974-1976: 227) plantea
el momento (Caja Champi 2008). 2012). Al parecer, este Inca heredó Vilcashua- que el Inca se habría baña-
do en sus fuentes durante
mán a finales del siglo XV y estuvo en el sitio
los días de luna nueva y
VILCASHUAMÁN muchas veces edificando el palacio; sabemos, luna llena.
La ciudad moderna de Vilcashuamán está asimismo, que Túpac Yupanqui reubicó en
15 Brian Bauer (2010),
asentada sobre el impresionante sitio inca esta región a muchas poblaciones de mit- por su parte, ha sugerido
del mismo nombre; a diferencia de muchos mas procedentes de distintas localidades del que la conquista inca de
otros asentamientos incaicos, no fue abando- Tawantinsuyu (Cieza [1553] 1984: 183, 205; los chancas habría tenido
lugar durante los reinados
nado tras la llegada hispana a los Andes y ha Urrutia 1985). El hijo de Túpac Yupanqui, de Pachacutec y Túpac
permanecido ocupado ininterrumpidamente Huayna Capac, habría asumido el trono alre- Inca Yupanqui.
231
foto 1.
Fachada de
la iglesia
San Juan
Bautista de
Vilcashuamán
(foto por José
Luis Matos
Muñasqui).

dedor del 1493 tras construir “Otro Cusco” en


Tumibamba (Ecuador); fue este último Inca
quien se peleó con algunas panacas del Cusco.
Una importante pregunta que Santillana se
plantea, al evaluar la calidad de “Otro Cusco”
de Vilcashuamán, es ¿por qué este sitio nunca foto 2.
Ushnu de

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


entró en competencia con el Cusco como sí
Vilcashuamán
llegó a hacerlo Tumibamba? Probablemente (foto por Sofía
el artículo de Steven Wernke y sus colegas Chacaltana
(en este volumen) dé luces al respecto cuando Cortez).
sugiere que, debido a su ubicación estratégica,
Vilcashuamán habría tenido una mayor co-
nectividad con el Imperio que el mismo Cusco.
En resumen, según las recientes investiga-
ciones llevadas a cabo por Santillana (2012),
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

Vilcashuamán habría sido un “Otro Cusco”,


ya que el paisaje alrededor del sitio fue trans-
formado para asemejarse al paisaje ritual de la
capital inca. En los alrededores del sitio están
presentes, por ejemplo, un cerro denominado 16 Huanacaure y Anahuar-
“Huanacaure” y otro llamado “Anahuarque”16, que son dos referentes
dos imitaciones directas al paisaje cusqueño. cusqueños en las que se
realizaban ofrendas y eran
De esta forma, Vilcashuamán habría sido un punto de ceques incaicos
punto expansivo del imperio incaico que lo (Santillana 2012: 148-149).
232

tabla 1. Espacios más representativos


de los sitios arqueológicos incaicos
mencionados en el texto

Vilcashuamán
(Otro Cusco)
conectaba con la costa y la zona norte y, más
que una competencia directa con la capital in- Asiento del Inca X
caica, fue un representante del Cusco.
X (en el extremo
Entre los espacios más importantes den- Ushnu
de la plaza)
tro de Vilcashuamán están: el Templo del Sol
y el Templo de la Luna, dos acllawasis cerca de Templo del Sol X
ellos, los sistemas de almacenamiento en las
colinas cercanas, un gran ushnu17 (y el asien- Templo de la Luna X
to del Inca sobre la superficie del ushnu), una
gran plaza central, varias plazas más peque- Huacas dispersas
X
ñas, un sector de residencia de élite y varias radialmente
fuentes y canales rituales que cruzan el sitio.
Residencias Incas X

POMACOCHA (O INTIHUATANA) Canales rituales


Este sitio se encuentra ubicado aproximada-
mente 10 kilómetros al noreste de la ciudad Plaza central pública
de Vilcashuamán, a la que se conecta por el
Qhapaq Ñan.18 Los documentos históricos su- Terrazas agrícolas
de muros finos
gieren que Pomacocha correspondería a una
hacienda real (Pachacuti Yamqui 1993 [1613]: Dos: en la cancha
230)19, un tipo de asentamiento inca que pre- Acllawasi del Templo del Sol
senta grandes variaciones arquitectónicas, ya y detrás de él
que fueron construidos a gusto y preferencia
de su propietario (Niles 2009). En Pomacocha Fuente o
X
habría nacido Amaro Túpac Inca, el hijo pri- “baños del Inca”
mogénito del Inca Pachacutec (Pachacutec
Alojamientos
Yamqui 1993 [1613]: 223); este dato permiti-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ría colocar la fecha de construcción del sitio Rocas talladas


alrededor del año 1440 (Santillana 2012: 279).
Amaru Túpac Inca estuvo simbólicamente Plazas pequeñas
asociado al agua, al mundo de abajo, a la gran y accesos restringidos

Nichos y vanos
de triple jamba
17 El ushnu de Vilcas- 18 En la actualidad, este
huamán incaico tiene las tramo del Camino Inca Colcas X (a nivel regional)
siguientes dimensiones: sigue utilizándose por las
plataforma con base infe- poblaciones locales para
rior de 26 por 24 metros, celebrar el Vilcas Raymi
un cuerpo formado por 3 durante la semana del 20
Rasgos distintivos
escalones de aproximada- al 28 de julio.
mente 2.5 metros cada uno,
y un último escalón que 19 Haciendas similares
también forma parte de la (en posesión de las pana-
Akapana –
superficie superior. En total, cas reales) fueron Písac, Influencia no local
el ushnu tiene una altura Callachaca e incluso, como Tiawanaku
de 7.92 metros de altura se verá más adelante,
(Santillana 2012: 165). Inkawasi de Huaytará.
233
Pomacocha Inkawasi de Huaytará Huaytará Tambo Colorado
(hacienda real) (hacienda real) (palacio y centro administrativo)

X X

X (en el extremo de la plaza) X

X X ¿? (en el Palacio Sur)

X X X X (¿Palacio Sur?)

X X X

X X Plaza trapezoidal

X X

¿? Se sugiere la presencia de una acllawasi en


Tambo Colorado (en el Palacio Norte)

X X

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


X X

X X X

X (muy pocas) X (muy pocas)


LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

Cubertinas de piedra pentagonal


Simbología del agua (lago y canales Masma
provenientes del Monte Amaro)

Acabados chincha y chimú.


Pinturas murales de colores rojo, blanco, y amarillo.
Pinturas murales con diseños chincha/inca.
Nichos chincha.
234

serpiente o amaru y a la fertilidad (Sherbondy


1982a: 65). Pomacocha (foto 3) es un sitio al-
tamente ritual construido alrededor de una
laguna natural de uno 1.5 kilómetros de largo
por 400 metros de ancho, con rasgos estéticos
sofisticados y una composición paisajística
única (Santillana 2012).
foto 3 .
Asimismo, la figura de Amaru Túpac Inca Sitio de
se encuentra materializada a través de innu- Pomacocha
merables simbolismos como, por ejemplo, los y laguna
canales rituales o paqchas que salen del cerro de Ñawin
Amaro y desembocan en la laguna Ñawin Puquio.
Puquio (foto 4), el gran muro de más de 300
metros que según el arqueólogo Idilio Santi-
llana simbolizaría al propietario real de esta
hacienda, y por la estética del tratamiento del
foto 4 .
agua (Santillana 2012).20 A diferencia de los
Fuente o
centros administrativos, Pomacocha no pre- paqcha inca
senta colcas ni alojamientos grandes y nume- de
rosos, ni un capac ushnu (Pachacuti Yamqui Pomacocha,
1993 [1613]; para ver las distintas definicio- abastecida
de agua por
nes de ushnu, Pino 2010), tampoco tiene un
un puquio
templo del Sol, acllawasi, o una gran plaza; que brota
por lo que sus espacios se distinguen de los del cerro
centros administrativos (como Tambo Colo- Amaro.
rado) y de Vilcashuamán como “Otro Cusco”,
pero sí presenta características arquitectóni-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

cas propias de una hacienda real.

INKAWASI DE HUAYTARÁ
Continuando por el valle abajo, y pasando
por las pampas de Paras y Pilpichaca, aproxi-
madamente a tres días de camino a pie, se
encuentra el impresionante sitio de Inkawasi
de Huaytará. Cuando los incas llegaron a la 20 La presencia simbólica
zona oriental de la región de Huancavelica se y formal de las fuentes
rituales ubicadas en Poma-
encontraron con la etnia de los chocorvos,21
cocha es un aspecto que
quienes fueron parte de la confederación aún falta estudiar.
Chanca (Bauer 2010). Este sitio presenta una
21 Según Alberto Bueno
técnica de construcción interesante, ya que (2003), la sede central
sus estructuras fueron edificadas a base de de los chocorvos fue
piedra canteada sin labrar y de aparejo rústi- Wiracocha Perqa, sitio
arqueológico que se en-
co, pero las entradas y accesos principales a to- cuentra cercano a la ciudad
dos sus seis sectores presentan una entrada de de Huaytará.
235
doble jamba de forma trapezoidal construida foto 5 .

con piedras locales con aparejo sedimentario Vista de la


fachada
rectangular, hecho al estilo Imperial. de piedra
Uno de los sectores más notables es el canteada del
Sector II, que tiene dos recintos rectangulares Sector III
dobles separados por un muro y que forman de Inkawasi
parte de una plaza. Estas estructuras también de Huaytará,
mostrando
están construidas a base de piedra canteada y, fina
como ya se ha mencionado, su acceso princi- mampostería
pal tiene mampostería fina de tipo sedimen- en el vano de
tario y rectangular (foto 6). Por otro lado, en la puerta de
la parte superior estas estructuras dobles se acceso.
presentan argamasa y adobes, estilo observa-
do en construcciones cusqueñas y en el Tem-
plo de Huaytará, ubicado valle abajo.
Otro sector importante es el Sector IV (o
sector ritual) ubicado en el extremo nores-
te del sitio. Este sector está construido con
mampostería fina (no tiene aparejo rústico),
de aparejo sedimentario, formas rectangula- foto 6 .

res, poligonales y tetra angulares. Asimismo, Recintos


rectangula-
se menciona que el Sector IV está simbólica y
res dobles en
espacialmente relacionado con el agua, ya que el Sector II
integra al río Vizcacha como parte de su arqui- de Inkawasi
tectura, con un asiento inca en el medio del de Huaytará.
cauce (foto 7) y varias fuentes y canales ritua-
les que salen del cerro denominado Inkawasi.

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


En este sector hay también nichos trapezoida- foto 7.
les de doble jamba, y el acceso al sector tiene Antigua
una triple jamba22 (Serrudo 2010a, 2010b). fotografía
Las investigaciones realizadas por el Qha- (c. 1952) de
paq Ñan – Sede Nacional del Ministerio de la piedra
denominada
Cultura en el año 2014 encontraron un inte- ‘‘Silla del inca’’,
resante sistema hidráulico en las faldas del ubicada en
cerro Inkawasi, que forma parte del Sector medio del cauce
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

IV. A través de la presencia de este sistema, se de río Vizcacha


observó la preocupación en esa época por el (archivo
fotográfico Luis
control del movimiento del agua (Bray 2013; E. Valcárcel,
Kaulicke et al. 2003; Sherbondy 1982a). Este Ministerio de
sistema hidráulico incorpora un par de cana- Cultura, Lima).
les en la roca madre y algunas fuentes de agua.
La Fuente 1 está ubicada en la vera del Cami-
no Inca, y cerca de la entrada este del Sector 22 Indicador máximo
IV. Obtiene agua de un par de puquios que de arquitectura ritual.
236

afloran del cerro Inkawasi y a través de un jue-


go de canales dobles y superpuestos inician el figura2. Mapa del sistema hidráulico relacionado
sistema. El agua ingresa a la Fuente 1 a través con la Fuente Inca I de Inkawasi de Huaytará
de estos canales y sale por los dos canales la-
brados sobre la roca madre del cerro que sigue
al lado del Camino Inca —hacia el oeste— de
forma zigzagueante —para controlar la velo-
cidad del agua— por aproximadamente 40
metros. Luego, los dos canales bajan hacia el
noroeste atravesando la arquitectura del Sec-
tor IV para desembocar en la Fuente 2.
La Fuente 2 también se encuentra ubica-
da en el Sector IV, fue hallada durante las ex-
cavaciones del 2014. Se localiza al frente de la
famosa piedra denominada “asiento del Inca”,
en el lecho del río Vizcacha (figuras 2 y 3). Al
lado oeste de esta fuente se ha distinguido la
presencia de, por lo menos, otras dos fuentes
bastante deterioradas y solo distinguibles a
través de sus canales (Antezana 2014).
De esta forma, la Fuente 1 y sus canales
rituales y zigzagueantes atraviesan por todo
el sector ritual de Inkawasi para desembocar
en la Fuente 2 y en el río Vizcacha, marcando
el inicio del sistema hidráulico de todo el va-
lle de Huaytará. Es interesante notar que los
puquios, fuentes de agua y canales rituales es-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tán ubicados en el extremo este de Inkawasi,


que además es el punto donde el río Vizcacha
empieza a formar su cauce, para luego juntar-
se con el río Huaytará —a la altura de la ciu- Límite de camino
dad de Huaytará— que desemboca en el mar Vista en perspectiva
Canal
luego de transformarse en un afluente del río Pozo
Pisco. Es decir, en este sector de Inkawasi se Piedras del piso
une el caudal y también el sistema hidráulico Curvas de nivel
que irriga el valle de Huaytará y el de Pisco. (10 cm)
Como se mencionó anteriormente, esta tri- Afloramiento rocoso
logía fuente-camino-canales rituales es bas-
tante interesante y debe ser tema de futuras
investigaciones. La presencia de las fuentes
1 y 2 de Inkawasi de Huaytará, en el Sector
IV, estarían indicando que el ingreso por este
camino habría sido bastante restringido, solo
para caminantes oficiales incaicos.
237
A 0 1m

Camino Inca

B Ingreso
Inicio de agua a
del canal la fuente

C
B 0 1m

Muro
que define
el canal

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


0 4m

C 0 1m
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

Muro que
Roca define
modificada el canal
para el paso
del agua
238

figura 3. Mapa del sistema hidráulico asociado a las fuentes incas 1 y 2 de Inkawasi de Huaytará

Río Vizcacha
Fuente
Inca 2

Posible Camino
continuación Inca
del canal

B A
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Asiento Caída natural del


del Inca agua de los puquios

Canal Piedras del piso 0 2.5 m


Pozo Afloramiento rocoso
Piedras del muro Curvas de nivel (1 m)
239
Varios arqueólogos enfocados en la investiga-
ción del manejo y control del agua en sitios
incas sugieren que, frecuentemente, el agua
y su recorrido eran utilizados como metáfo-
ra (física) para ordenar el tiempo, el espacio
Camino y las relaciones sociales (Bray 2013; Duviols
Inca
A 1977; Kaulicke et al. 2003; Sherbondy 1982b).
Por ello, en este artículo se propone que la
Fuente
Fuente
presencia de este complejo sistema hidráuli-
Inca
Inca 11 co ritual y el recorrido del agua diseñado en
Inkawasi de Huaytará tenían la finalidad sim-
bólica de formar y organizar el paisaje cul-
tural y social del sitio, así como del valle de
Huaytará, ordenando las relaciones sociales
imperiales con los grupos locales —así como
con las deidades lugareñas— y reconstruyen-
do simbólicamente el paisaje social y la distri-
bución del agua en este valle (Barceló 1996).
De esta forma, sugiero que Inkawasi po-
dría haber sido una hacienda real pertenecien-
te a un miembro de las panacas imperiales, ya
que comparte varias características con el sitio
de Pomacocha,23 como por ejemplo la presen-
cia de paqchas o afloramientos rocosos que sa-
len del cerro denominado Inkawasi y de Lima
0 7m
Jiwarina.24 No presenta, sin embargo, capac
ushnu ni plaza pública y, a pesar de que uno de

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


sus sectores (Sector V) tiene colcas dobles, es-
tas se encuentran alejadas y son muy escasas
(aproximadamente 3). Por otro lado, Inkawasi
Puquio
de Huaytará cuenta con un camino que con-
Camino duce a la laguna de Choclococha (Serrudo
Inca
2010a, 2010b) y al menos dos que se dirigen
hacia la ciudad incaica de Huaytará, ubicada a
23 ¿ Inkawasi habría sido
dos horas de camino (Antezana 2014). mandado a construir para
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

ser la hacienda real de


algún Inca, al igual que lo
HUAYTARÁ
fue Pomacocha?
Valle abajo, a 2 700 msnm, se ubica el sitio
inca de Huaytará, al lado de la carretera Los 24 En días despejados,
desde la cima de Lima
Libertadores, en la actual ciudad de Huayta- Jiwarina puede apreciarse
0 2.5 m rá. De manera similar a Vilcashuamán, el el mar. Además, en la
Huaytará incaico nunca fue abandonado por cima de este cerro existe
una plataforma en la que
las poblaciones locales; por ello sus espacios probablemente se llevaron
incas siguen siendo utilizados. Por ejemplo, a cabo rituales.
240

foto 8 .
Vista del
muro y vanos
incas sobre
los cuales se
erige la igle-
sia San Juan
Bautista de
Huaytará.

una de las estructuras mejor preservadas es el La carencia de información sobre la distribu-


Templo del Sol, construido de sillares y con ción arquitectónica que tuvo el sitio durante
una estética muy sofisticada en el lugar don- la época Inca hace difícil establecer su tipo-
de se localiza la iglesia de San Juan Bautista logía; en todo caso, la inversión puesta en su
de Huaytará (foto 8). Este templo está ubica- construcción y diseño permite afirmar que
do sobre un promontorio que mira hacia una fue un sitio de gran importancia. Huaytará
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

explanada donde se encuentra la ciudad: por tiene un Templo del Sol (tabla 1) con una
el oeste, mira hacia el valle y hacia su impre- alta calidad estética, piedras labradas al estilo
sionante sistema agrícola. En la actualidad, la cusqueño, fuentes incas, una plaza, canales y
ciudad de Huaytará y su expansión urbana terrazas agrícolas asociadas. Además, Huayta-
han destruido los pocos restos que aún que- rá está ubicado en un paisaje altamente ri-
daban en la zona; asimismo, existe un patio al tual, en la conjunción de los ríos Vizcacha
lado de la iglesia donde hay una fuente inca y Huaytará (este último abastece de agua a
y evidencias de un canal ritual. En el interior la parte media y bajo del valle de Pisco para,
de la iglesia de San Juan Bautista se aprecian finalmente, llegar al Océano Pacífico), sugi-
nichos de planta triangular que representan riendo una alta composición simbólica del
una arquitectura bastante singular solo vista paisaje. Tomando en cuenta estos aspectos, se
en sitios rituales del Cusco (Ravines 2009; sugiere que Huaytará podría haber sido una
Rosales 1978); en la parte externa, el muro ciudad ceremonial. Hay que tomar en cuenta
sur cuenta con nichos de doble jamba. Aún que no existe información o evidencia de la
pueden observarse evidencias de terrazas presencia de un ushnu, colcas u otras carac-
agrícolas rituales ubicadas al lado del templo terísticas arquitectónicas que indiquen que
(Ravines 2009). Huaytará fue un centro administrativo.
241
foto 9 .
Reconstrucción
3D de la
fachada del
Palacio Norte
de Tambo
Colorado
(reconstrucción
por Francisco
Correa).

TAMBO COLORADO na (2007), quienes han analizado la arquitec-


Se encuentra a 400 msnm, en la margen dere- tura y los patrones de colores (rojo, blanco y
cha del valle de Pisco, cerca del pueblo de Hu- amarrillo) que presentan sus enlucidos.
may y al lado de la vía Los Libertadores. Es uno El Sector F está compuesto por una plaza
de los sitios más impresionantes y complejos trapezoidal y el ushnu, que de forma similar
de la costa sur peruana, debido a su imponen- a Vilcashuamán, se localiza a un lado de la

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


te arquitectura, a su extraordinaria decoración plaza y está conectado el Sector G conocido
pictórica25 y a su ubicación estratégica, tanto como el Palacio Sur. Este último se encuentra
para la sociedad chinchana bajo dominio inca, dividido en dos conjuntos arquitectónicos,
como por su ubicación en el tramo del Qha- uno de los cuales fue excavado en 2001 por
paq Ñan, es decir, para los incas. Idilio Santillana y Craig Morris (Polo y La
El sitio incaico de Tambo Colorado pre- Borda 2014; Morris y Santillana 2007). Allí se
senta arquitectura desde el período Interme- encontraron grandes tinajas de cerámica, así
dio Tardío y evidencias de ocupación durante como escudillas incas, fragmentos de cerámi-
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

la época colonial (Huamán 2014). En este ar- ca de diseño Ica-Inca y Chincha-Inca, e incluso
tículo me enfocaré en los sectores A, B, C, F y cerámica negra estilo Chimú-Inca que es co-
G (figura 9 en Morris 2004: 314) que son los mún en esta región sureña (Polo y La Borda
sectores específicamente incas y del Interme- 2014; Barraza en este volumen).
25 Los estudios realizados
dio Tardío. Estos sectores corresponden al Pa- A diferencia de los otros sitios incas ob-
por Jean-Pierre Protzen
lacio Norte o Sector B, que ha sido foco de los servados en esta ruta y de los grupos locales (2010a, 2010b) y Craig
estudios arqueológicos realizados por recono- que fueron incorporados por el Imperio em- Morris (2004) son los más
interesantes realizados
cidos investigadores como Jean-Pierre Protzen pleando tácticas políticas-militares, la polí- sobre este sitio (vid. Polo y
(2010a, 2010b) y Craig Morris e Idilio Santilla- tica utilizada por los incas con los poderosos La Borda 2013).
242

chinchas —y viceversa— fue distinta (Morris Otros aspectos muy comentados por los in-
2004; Protzen y Morris 2004; Morris y Santi- vestigadores sobre la alianza Inca-Chincha
llana 2007; Protzen 2008; 2010a, 2010b). La son la prerrogativa que el señor de Chincha
estrategia se vio materializada en Tambo Co- poseía para viajar junto al propio Inca, como
lorado y en la sede política de los chinchas: ocurrió en el caso de Atahualpa, y los vastos
el sitio de La Centinela (Morris 2004). De poderío e influencia que tenía, ya que dispo-
esta manera, se sugiere que la incorporación nía del servicio de hábiles mercaderes marí-
chinchana por parte de los incas se terminó timos del codiciado mullu y de otros objetos
de consolidar durante el reinado de Túpac suntuosos. Tomando en cuenta esta informa-
Inca Yupanqui (Morris 2004). Esta vincula- ción, Morris (2004) sugirió que, en La Centi-
ción política Chincha-Inca ha sido clasificada nela, muchas de las tácticas empleadas por
como un cogobierno sobre la base de análisis los incas para controlar a los chinchas fueron
arquitectónicos y de información etnohistó- sutiles pero a su vez poderosas.
rica (Morris 2004; Morris y Santillana 2007; ¿Qué observamos en Tambo Colorado?
Sandweiss y Reid 2016). Todas las personas que han visitado el sitio ar-
Brevemente, mencionaré que la capital queológico de Tambo Colorado, y en especial
chincha de La Centinela tiene un edificio el Palacio Norte, han experimentado como
inca construido dentro del sitio. Es un pala- mínimo dos cosas. En primer lugar, la belleza
cio inca edificado con adobes, en cuya zona de la combinación de colores amarillo, rojo
central se observa un montículo o plataforma y blanco que aún están sobre el enlucido de
trunca (Morris 2004:296), reminiscencia de la los muros. En segundo lugar, el acceso res-
arquitectura chincha. Morris sugiere que La tringido y laberíntico a los distintos cuartos y
Centinela fue rediseñada cuando los incas espacios de este conjunto arquitectónico. En
incorporaron esta sede política chinchana general, el diseño de este palacio se enfoca en
dentro de sus territorios; los incas continua- estructurar la circulación y los grados de pri-
ron utilizando estos conjuntos locales para vacidad de los cuartos, y por ende, las relacio-
fortalecer a los individuos de la élite chincha- nes sociales y políticas que se establecieron
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

na que eran convenientes para sus intereses. en este conjunto (Protzen 2010a). El Palacio
La Centinela fue construida bajo la técni- Norte, el Palacio Sur y la plaza cuentan con
ca de tapiales, típica del Intermedio Tardío en nichos, algunos de doble jamba y de forma
la costa sur central; durante la incorporación trapezoidal. Los palacios Norte y Sur (hacia
incaica, se adhirieron adobes sobre los tapia- el oeste) presentan fuentes incas de agua
les. Se han identificado, asimismo, nichos hacia el oeste de los recintos, en espacios de
incas que fueron incorporados en algunos difícil acceso. El Palacio Norte, además, tiene
espacios públicos; no obstante, de acuerdo a acabados arquitectónicos muy particulares,
Morris, las actividades que allí tenían lugar no relacionados con los estilos Chincha e Inca, e
fueron transformadas, “se cambió la fachada, incluso, refleja una reminiscencia de estilos
más no las funciones” (Morris 2004: 296). Es de las huacas del norte del Perú.
así como se manifiesta arquitectónicamente De esta manera, podemos saber que los
la negociación entre los incas y los chinchas: acabados de Tambo Colorado pueden ser de
aunque se transformaron algunos rasgos del carácter público o privado. Si tomamos en
edificio, en especial en las fachadas visibles cuenta que Tambo Colorado es una puerta de
para el público, las funciones dentro de sus entrada al gran señorío costeño de los chin-
recintos continuaron siendo las mismas. chas, los acabados de tipo público estarían
243
dirigidos a comunicar una identidad o asocia- pleadas en prácticas rituales de carácter pú-
ción política a los transeúntes que llegaban a blico (o semipúblico) ni eran necesarias para
este sitio, así como a la población local. Así, se ingresar a Tambo Colorado, como al parecer sí
reflejan de manera pública las negociaciones ocurría en Inkawasi de Huaytará; la ubicación
de poderes entre las élites chinchanas locales de estas fuentes enfatiza un valor simbólico
y el Imperio Inca. A diferencia de La Centinela, distinto y las relaciona a lugares privados don-
Tambo Colorado habría sido construido con de se llevaban a cabo actividades incas reserva-
una idea incaica y chinchana de interacciones das para las élites chinchanas e incas.
políticas expresadas en el uso del espacio; el Con relación a los mensajes privados ex-
mensaje dirigido hacia el público fue repre- presados arquitectónicamente, es oportuno
sentar una negociación o acuerdos políticos reportar un hallazgo reciente a cargo del equi-
establecidos entre los incas y los chinchas. Por po del tramo Vilcashuamán-Pisco de Qhapaq
ejemplo, la parte suroeste del Palacio Norte — Ñan – Sede Nacional en el marco del Proyecto
al frente de la plaza principal— presenta un de Investigación Arqueológica con fines de
torreón con frisos de diseño chincha (Protzen Diagnóstico y Conservación de Emergencia
y Morris 2014: figura 9) que han sido regis- realizado en el sitio bajo la dirección de Oliver
trados en otras huacas de la región, como por Huamán Oros. Durante estos trabajos de con-
ejemplo en Litardo Bajo (Chincha). Asimismo, servación nos enfocamos en el Cuarto 47 (de
el patio central presenta frisos con diseños en- 2.20 por 2.20 metros,) ya que presentaba uno
rejados (lattice work), ajenos a la arquitectura de los diseños más complejos mencionado por
incaica o chinchana pero similares a los de Jean-Pierre Protzen (2010a; Protzen y Morris
algunas huacas del norte del Perú (Ibíd.: 269, 2004: figura 12). Para realizar los trabajos de
figura 8).26 Hacia el lado noreste se encuentra restauración de Tambo Colorado, particular-
otro torreón con almenas escalonadas que, en mente de sus pinturas murales, Qhapaq Ñan
opinión de Uhle, estarían asociadas al caci- – Sede Nacional estableció lazos con conser-
que de Ica (Ibíd.: 268, figura 7), estas también vadores del equipo de Ricardo Morales de la
Huaca de La Luna27. Gracias al trabajo de estos

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


pueden ser observadas en la cerámica de es-
tilo Ica-Inca. Es decir, todos diseños ubicados especialistas, y a su experiencia en el estudio
en zonas visibles indican la incorporación de de murales de las huacas del norte, se halló un
iconos y símbolos chinchanos y locales. mural que presenta diseños geométricos y bo-
De otro lado, los acabados de tipo privado cetos tipo espiral que denotan una iconografía
26 Este diseño ha sido es-
están relacionados a la presencia de fuentes Chincha-Inca (foto 10). Este diseño fue realiza- tudiado por Sergio Barraza
incas dentro de cuartos de difícil acceso. En el do con colores similares a los empleados en las en este volumen.
caso de Tambo Colorado, las fuentes incas se pinturas de los muros: amarillo, rojo y blanco,
27 Los conservadores de
encuentran en dos sectores específicos: dos en presentando además el color negro. Estos di- murales que formaron par-
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

el Palacio Norte y una en el Palacio Sur; ambos seños estuvieron cubiertos por una capa de te de este equipo fueron:
Miguel Asmat, Devorah Gil
son sectores importantes y de acceso restringi- pintura mural de color blanco que los resguar-
y Rafael Gordillo del equipo
do. La ubicación de estas tres fuentes en Tam- dó hasta la actualidad.28 Las preguntas que se de conservación de la
bo Colorado difiere de las otras fuentes ubica- han generado a partir de estos hallazgos son Huaca de La Luna.
das en los sitios serranos mencionados en este ¿quiénes ocuparon estos espacios?, ¿por qué 28 Jean-Pierre Protzen
artículo, ubicados en lugares semipúblicos se hicieron estos complejos diseños en cuartos distinguió el “fresco-like
(por ejemplo, Inkawasi de Huaytará, Huaytará pequeños como es el Cuarto 47?, ¿se encubrió painting” del “thin-film”
que fácilmente se cae de
y Pomacocha). La localización de las fuentes este diseño con pintura blanca durante un la pintura o del barro que
en Tambo Colorado sugiere que no eran em- período de remodelación del sitio?, ¿o los po- está detrás.
244

bladores de Tambo Colorado protegieron este


mural para no ser observado por intrusos al si-
tio o valle? Estas preguntas requieren mayores
investigaciones.
Las relaciones entre las sociedades coste-
ras de Chincha, Pisco e Ica y las situadas en
la costa norte del Perú han sido analizadas
por Sandweiss y Reid (2016) y por Barraza en
este volumen. Sus resultados confirman una
intensa interacción materializada en los dise-
ños representados en la arquitectura y en las
balanzas empleadas durante actividades de
intercambio. Protzen (2010a, 2010b) también
ha reconocido una conexión entre Tambo
Colorado y La Centinela con la costa norte
peruana que se vería manifestada por el uso
de adobes hechos a molde y no a mano como
los que se encuentran en Cusco; en su opi-
nión, esto evidenciaría una conexión directa
con las huacas El Brujo y Chan Chan.
Tambo Colorado empezó a construirse
durante el reinado de Túpac Inca Yupanqui,
probablemente cuando ya estaba consolida-
da la incorporación de Chincha al Tawantin-
suyu. Protzen (2008: 231) ha señalado que la
inserción de detalles arquitectónicos locales
en Tambo Colorado indicaría que el sitio fue
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

construido luego de un período de incorpo-


ración; en su concepto, más que representar
un “cogobierno”, Tambo Colorado estaría re-
presentando las negociaciones de poderes y foto 10 .
tomas de acuerdos entre los incas y los chin- Detalle de mural de Tambo Colorado (Cuarto
chas. Las negociaciones arquitectónicas que se 47 del Palacio Norte) con diseños geométricos
y bocetos en espiral de estilo Chincha Inca.
manifiestan en este sitio sugieren dos acciones
seguidas: que los incas interactuaron e incor-
poraron diseños locales observados de mane-
ra pública y privada, y que las élites chinchas
aprendieron a discurrir en “nuevos” espacios 29 Dejo las siguiente que aprendió las prácticas incaicas? Finalmente,
incas (como los baños incas en los palacios preguntas para ser con- rituales y el uso del ¿estuvieron los conjuntos
testadas a futuro: ¿fue el espacio incaico, pero que arquitectónicos Palacio
Norte y Sur). Estas acciones están materia- Palacio Norte utilizado por necesitaba mantener Sur y Norte directamente
lizadas en la organización espacial inca que la élite inca que aceptó —e diseños decorativos que vinculados al Imperio Inca?
se aprecia en los palacios norte y sur: fuentes incluso motivó— algunos evidenciaran su identidad Se trata de interrogantes
diseños incaicos? ¿O fue chinchana? ¿O fue el Pa- que requieren de mayor
incas y canales rituales, así como los acabados el Palacio Norte utilizado lacio Norte utilizado tanto tiempo e investigaciones
chinchanos.29 por una élite chinchana por élites chinchanas como para ser desarrolladas.
245
Conclusiones AGRADECIMIENTOS
Este artículo lo escribí cuando era directora
del Proyecto de Tramo Vilcashuamán-Pisco
Es importante no caer en explicaciones funcio- de Qhapaq Ñan – Sede Nacional (2013-2015).
nalistas sobre los caminos y, en sí, sobre todo Agradezco a Giancarlo Marcone, coordina-
el sistema vial andino, ya que, al enfocarse en dor general del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede
los procesos de incorporación a nivel local y Nacional, por invitarme a formar parte de su
regional, es posible entender las estrategias im- equipo durante ese tiempo. Asimismo, quie-
periales empleadas en una región, así como las ro expresar mi gratitud a todas las personas
“negociaciones” y las articulaciones a los po- que trabajaron conmigo durante esa tem-
deres imperiales. De esta forma, antes de que porada y a Abel Traslaviña por acompañar-
los incas emprendieran la formalización e ins- me a recolectar información para realizar
titucionalización de los caminos que unirían los mapas de Inkawasi de Huaytará (julio
el Cusco con el Chinchaysuyu, por esta ruta ya 2015). Todas las fotos y mapas presentados
transitaban ideas, conceptos políticos y simbó- en este artículo (excepto aquellos realizados
licos, así como huacas y deidades importantes. con Abel Traslaviña) fueron elaborados por
Cuando los incas incorporaron a todas las miembros de Qhapaq Ñan – Sede Nacional.
etnias ubicadas en el Chinchaysuyu y constru- Todas las equivocaciones y faltas en este tra-
yeron el Camino Inca, junto a su infraestruc- bajo son responsabilidad de la autora.
tura imperial, intensificaron la conectividad
a nivel interregional. Así, los incas “ruraliza-
ron” a las poblaciones alejadas del camino y,
al mismo tiempo, convirtieron a otras en cos-
mopolitas, al exponerlas a las nuevas prácticas
políticas y religiosas ejecutadas en sus impre-

SOFÍA CHACALTANA CORTEZ


sionantes sitios y al facilitarles el acceso a ob-
jetos foráneos y suntuosos que transitaban por
estas rutas imperiales. Es por ello que en algu-
nos de los sitios mencionados en este trabajo
existen evidencias de patrones arquitectóni-
cos del sur de los Andes (Cusco y Tiwanaku) e,
incluso, de las huacas de la costa norte.
De modo que, si bien el Camino Inca refle-
ja la intención de estructurar el espacio geo-
LOS MÚLTIPLES SIGNIFICADOS...

gráfico y el paisaje bajo una política imperial,


a nivel local sucede algo distinto, ya que las
interacciones llevadas a cabo a este nivel siem-
pre estuvieron presentes, y de cierta manera,
no requerían de un imperio. En todo caso, ca-
minar a lo largo de este tramo, antes y en la ac-
tualidad, permite construir los significados del
Qhapaq Ñan y darle el valor como instrumen-
to de memoria social que no debe ser olvidado.
246

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Pariacaca
Willkañan:
espacio y tiempo
sagrados
RICARDO CHIRINOS El presente trabajo constituye una aproximación inicial
PORTOCARRERO al estudio arqueológico del complejo sagrado de Paria-
caca en el contexto de las relaciones de reciprocidad
PROYECTO QHAPAQ ÑAN – entre los seres humanos y la naturaleza deificada en la
SEDE NACIONAL, PERÚ cosmovisión andina. En este caso nos referimos a un ce-
rro tutelar, dotado de fuerzas y poderes, que impulsó la
creación de instituciones y prácticas ceremoniales com-
OCTAVIO FERNÁNDEZ
plejas por parte de las culturas prehispánicas.
CARRASCO Nuestra investigación parte del reconocimiento de
PROYECTO QHAPAQ ÑAN – la sección del Camino Inca que recorre el entorno in-
SEDE CUSCO, PERÚ mediato del nevado, y que actúa como eje articulador
de los espacios sagrados. A partir de la revisión de los
discursos míticos y etnohistóricos y de una evaluación
sistemática de los elementos arqueológicos y paisajís-
ticos en el área de estudio, así como del análisis de los
estudios previos, buscamos identificar los espacios de
carácter sagrado y establecer criterios metodológicos
que permitan diferenciar áreas de acuerdo a su impor-
tancia en los peregrinajes al Pariacaca durante la época
incaica y preincaica, con vistas a una mayor compren-
sión del culto a esta deidad.
Presentamos aquí los avances preliminares del aná-
lisis espacial realizado en el área. Este evalúa la relación
del Camino Inca y sus elementos culturales asociados
con el nevado Pariacaca a partir de la aplicación de los
criterios de visibilidad y proximidad. Asimismo, pre-
sentamos los resultados de la modelación de rutas de
ascenso factibles hacia el nevado, para orientar futuras
prospecciones arqueológicas en esta zona.
252

Introducción te sacralizado. Se trata de una zona de puna,


sobre los 4 400 msnm. Fue un importante
enclave de economía ganadera de camélidos
que durante el Horizonte Tardío estuvo inte-
La cordillera del Pariacaca fue el escenario grado al plan geopolítico del Tawantinsuyu.
y la morada de una importante deidad en el La presencia inca en la zona, previamente
mundo andino desde tiempos preincaicos. ocupada por la etnia yauyos, se expresa en
Como ente controlador del agua, Pariacaca los asentamientos administrativos y en el
fue objeto de culto para un gran número de mismo Camino Real. Ello demuestra la in-
grupos étnicos de la costa y de la sierra, al- corporación y el uso político por parte del
canzando su mayor expresión y popularidad Estado Inca de una deidad consolidada a ni-
(en una escala territorial amplia) durante el vel supralocal.
Tawantinsuyu.
El Camino Inca que recorre las faldas de
la cordillera del Pariacaca forma parte del tra-
mo Xauxa-Pachacamac, que unía este centro
ceremonial costeño con el escenario de ado-
ración a la deidad serrana. Pachacamac y Pa-
riacaca conformaban los extremos de un eje
simbólico cargado de mitos y lugares sagra-
dos en el que se tiene una tradición de pere-
grinaje posiblemente desde el período Inter-
medio Tardío (siglos XI a XV) (Farfán 2010:
386). Esta ruta preincaica, al ser remodelada e
incorporada al Sistema Vial Inca, atestigua la
intervención del Estado cusqueño en el culto
a esas deidades, integrándolas en su propio
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

universo simbólico como un mecanismo de


legitimación de la hegemonía, renovación y
reproducción del poder incaico sobre los te-
rritorios conquistados.
Pariacaca se relaciona con Pachacamac
de manera dual y complementaria en el dis-
curso mítico. Ambos conforman una misma
estructura simbólica en el pensamiento andi-
no prehispánico (Arguedas 2012 [1966]; Far-
fán 2010). Nuestro foco de estudio es el ámbi-
to más inmediato de la deidad serrana, cuyas
infraestructuras y prácticas de culto son aún
poco conocidas.
Nuestro acercamiento parte del Camino
Inca como eje estructurador de este paisaje,
que articula por su vía principal y sus ramifi-
caciones los espacios en un medio altamen-
253
La cosmovisión andina cias funestas para los seres humanos, con el
advenimiento de sequías, granizada, heladas,
y la naturaleza deificada excesivas lluvias, inundaciones, movimien-
tos telúricos, guerras, enfermedades, miseria,
hambre y muerte. En el orden político, el go-
Desde su presencia inicial en los Andes, el bierno era afectado por estos incumplimien-
ser humano se vio frente a una complejidad tos de reciprocidad entre los dioses y seres
territorial en cuanto a su geografía severa y humanos. La restitución del orden y el equili-
discontinua y su diversidad ecoclimática. La brio solo se podían lograr mediante una Qha-
interacción entre la sociedad y la naturaleza paq Hucha [Capacocha], que corresponde a la
ha desarrollado un tejido cultural, con cos- “deuda real incumplida”, y cuyo requisito exi-
movisión, racionalidad y lógica singulares. gido eran los mismos seres humanos, es decir,
Esta interacción está basada en principios de el sacrificio humano (Fernández 2001:39).

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


reciprocidad similares a los de las relaciones Concordante con esa concepción del
sociales e institucionales. La naturaleza andi- mundo, las relaciones entre seres humanos y
na ha sido humanizada y sacralizada, particu- naturaleza devinieron en interacciones entre
larmente las montañas y nevados, al confe- personas y dioses. Así, existían vínculos de
rirles fuerzas extraordinarias con funciones, intercambio de las poblaciones locales con
simbolismos e inclusive identidades propias. sus apus, de poblaciones interétnicas con sus
La cordillera fue privilegiada por la altitud deidades tutelares y de estados e imperios con
imponente de las montañas y nevados. Los sus dioses. Dependiendo de la naturaleza y de
más prominentes adquirían mayor poder por las coyunturas, las relaciones de reciprocidad
su proximidad con el universo cósmico. Emu- podían ser variables.
lando a las sociedades humanas, las montañas Durante la época Inca, las relaciones de re-
también respondían a una estructura jerarqui- ciprocidad entre seres humanos y dioses, con-
zada y, en correspondencia a su poder, su ám- forme a dichos cánones y códigos, no siempre
bito de dominio fue variable. Así tendremos fueron de correspondencia y ética. Por lo tan-
montañas con dominio de ámbitos locales, re- to, esta relación entraba en crisis y el Estado es-
gionales, interregionales e incluso panandinos. taba obligado a realizar las Qhapaq Hucha para
El suelo cultivado tenía vida; por lo tanto, restablecer el equilibrio de esta interacción.
como los otros seres vivientes, también ham- La Qhapaq Hucha era una responsabilidad
bre, sed y necesidad de regocijo. Los diferentes asumida por el Estado cusqueño que era apro-
entes, seres y espíritus, tenían funciones y roles vechada para organizar un gran movimiento
en el universo natural y social. El universo, la festivo religioso en el ámbito del Tawantin-
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

vida y la muerte estaban gobernados por entes, suyu. Esta festividad era no solo para reivin-
seres y espíritus, y para que funcionara correc- dicarse con los dioses tutelares, sino también
tamente había reglas y principios que permi- para fortalecer y renovar su poder hegemóni-
tían el equilibrio entre los dioses y los seres hu- co. En torno a la Qhapaq Hucha se generaba
manos, articulados por nexos e intermediarios. una gran expectativa social integral: se esta-
La racionalidad andina estuvo pautada blecían diferentes prerrogativas estratégicas,
por el respeto y la reciprocidad. Cualquier políticas y religiosas entre los señores cus-
desentendido o negligencia de las regla y prin- queños, sus dioses y la sociedad en general, a
cipios devenía en una ruptura de dicha reci- tal punto que ya no solo eran coyunturales,
procidad. Por lo tanto, acarreaba consecuen- sino regulares y programadas.
254

Solarización Choqekancha y Paukarkancha; las plazas


estuvieron advocadas al Sol. El río principal
el Tawantinsuyu que pasa por medio de la ciudad era el “río del
Sol” y las tres calles que articulaban la plaza
principal con el Qorikancha eran considera-
De acuerdo con el discurso mítico sobre el das “calles del Sol”. Asimismo, dotó tierras,
origen de los incas, los primeros seres huma- ganados, mamacunas, acllas y depósitos para el
nos que salieron de Tamput’oqo recorrieron Sol. Pachacutec estableció un nuevo sistema
por una serie de estaciones en dirección del astronómico y calendárico solar, basado en el
valle del Cusco, esto les tomó varios años. movimiento cíclico del Sol: el inicio del año
Llevaban consigo el ídolo de Waynak’auri, solar inca era el 21 de junio (Intiraymi o “fiesta
a cargo de dos sacerdotes del Sol. Al llegar al del Sol”) y estaba señalado por columnas so-
cerro epónimo establecieron la construcción lares en el horizonte cusqueño, conectadas en
del primer templo solar en el valle; el cerro su mayoría a los cuatro caminos del Qhapaq
donde se construyó este templo y oráculo Ñan en el horizonte de la ciudad.
adoptó el nombre del ídolo: Waynak’auri. En Pachacutec era el “transformador del
nombre de la deidad solar se colonizó el valle tiempo y el espacio”. Iniciaba un nuevo orden
del Cusco y en la base de esta elevación, sobre y cosmovisión singular en esta parte del con-
una pequeña colina y antiguo templo del va- tinente. Desarrolló una trama ideológica so-
lle, se construyó el segundo templo solar: el lar hegemónica en el valle del Cusco y a par-
Qorikancha. tir de ella inició el proceso de construcción
Con la emergencia del Estado cusqueño del Tawantinsuyu. El emblema de este pro-
luego de la derrota definitiva de los chankas, yecto era liderado por el ídolo Waynak’au-
durante la primera mitad del siglo XV, Pa- ri: el waoque [wawque], “amigo” o “segunda
chacutec, el artífice e iniciador del gran pro- persona” del Sol. La estrategia de la política
yecto político integrador del mundo andino del emergente Estado cusqueño fue anexar
que había sido ayudado por su “padre” el y tener cautivas a las deidades de los pueblos
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Sol, decidió recuperar el valle de los aniegos. integrados y colonizados. Asimismo, adoptó
Construyó entonces sistemas hidráulicos, como “hijas del Sol” a las deidades antiguas
constituidos por encausamientos, represas, de mayor poder y prestigio interregional,
reservorios y canales, además de andenes, de- como Pachacamac y Pariacaca (Franco 1996;
pósitos y caminos. Priorizó la edificación del Jiménez 1965; Pease 1982).
templo del Sol y, en paralelo, de la nueva pla- En las llaqtas de diferentes escalas y jerar-
za de Hanan Hauk’aypata. Simultáneamente quías del Tawantinsuyu, como parte de dicha
mandó elaborar dos imágenes del Sol: una política, se edificaron templos advocados
antropomorfa y elitista para el Qorikancha, al Sol con la dotación de sacerdotes (yanas),
la otra una representación solar cónica para mamacunas, acllas, tierras, ganados, depósitos,
el pueblo, que fue situada sobre el ushnu de la sirvientes, etcétera. Algunos incluso se nom-
nueva plaza de la ciudad. braban qorikancha. De esta forma, los cusque-
La ciudad de Cusco fue constituida como ños “solarizaron” el Tawantinsuyu.
la “Ciudad del Sol” (Fernández et al. 2001).
Además del Qorikancha, en el valle se edi-
ficaron seis templos del Sol: Waynak’auri,
Saqsawaman, Poqenkancha, Choqemarka,
255
El Qhapaq Ñan como solo desempeñaron funciones económicas,
políticas y administrativas, sino también
manejo y concepción parámetros y roles de organización espacial,
urbana y simbólica.
del espacio Dentro del valle del Cusco hubo un com-
plejo sistema espacial-religioso con centro en
el Qorikancha, desde el cual divergían más de
Como expresión tangible del proyecto políti- 41 líneas a manera de senderos, generalmente
co expansivo e integrador del Tawantinsuyu, conceptualizadas como “líneas imaginarias”.
el complejo sistema vial implementado por Estas articulaban más de 350 adoratorios o
los incas fue fundamental para el manejo te- huacas de diferentes rangos e importancia,
rritorial y el control sociopolítico a lo largo administrados por ayllus y panacas, delimita-
del Imperio. Se estima que en su totalidad la dos por los cuatro caminos del Qhapaq Ñan

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


red vial inca tuvo alrededor de 40 000 kilóme- que salían desde la plaza de Hauk’aypata y
tros de recorrido (Hyslop 2014 [1984]: 358). otros de la plaza Choqepampa o Intipampa,
Las vías troncales tenían un recorrido prin- de manera dual y complementaria a los del
cipalmente longitudinal a los Andes y desde Qhapaq Ñan, lo que demuestra una organiza-
estos partían ramales transversales y parale- ción binaria por naturaleza cultural.
los que comunicaban a los diversos poblados A su vez, la planificación y construcción
de los diferentes ecosistemas del medio andi- de los caminos y de los asentamientos incai-
no-amazónico. cos estuvieron condicionadas por ciertos ras-
Cusco, capital del Tawantinsuyu y sede gos culturalmente significativos del medio
el Estado Inca, era el centro de divergencia y natural. Las montañas dotadas de carácter sa-
convergencia de la red vial troncal conocida grado constituyen elementos de primer orden
como Qhapaq Ñan. Los cuatro caminos tron- dentro de la concepción social del paisaje. La
cales divergían y convergían en la plaza de red vial inca, que en muchos casos retomó y
Hauk’aypata del Cusco a manera de una cruz, reestructuró sistemas viales de sus predeceso-
hacia las cuatro regiones o suyus que, integra- res, como los wari, tiwanaku y otros, represen-
das entre sí, conformaban el Tawantinsuyu: ta la síntesis, la amalgama de todo el proceso
Chinchaysuyu hacia el norte, Antisuyu hacia sociocultural autóctono andino. También es
el este, Kuntisuyu hacia el oeste y Qollasuyu uno de los logros tecnológicos y de ingeniería
hacia el sur. más importantes e impresionantes producido
Estos caminos troncales se comportaban por una civilización antigua.
como cuatro ceques o senderos que sacrali-
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

zaron un territorio “profano”. Estos mismos


caminos fueron los parámetros de la organi-
zación social y espacial de la ciudad inca. A
partir de la plaza de Hauk’aypata se delimi-
taba la ciudad en dos sectores, hanan y hurin,
cumpliendo el principio dual de la sociedad
inca. A su vez, cada sector estuvo delimitado
en otros dos sectores, ambos jerarquizados,
que respondían de igual forma a una estruc-
tura social estratificada. Así, los caminos no
256

La ruta Xauxa-Pachacamac El nevado Pariacaca es la montaña más ele-


vada de la cordillera del mismo nombre. Con
y el culto a Pariacaca dos picos de nieves perpetuas a 5 571 y 5 724
msnm, es el origen de los ríos Cañete, Mala,
Lurín, Rímac y Mantaro. Por sus característi-
El tramo Xauxa-Pachacamac corresponde a cas y atributos peculiares, adoptó y asumió
una de las más importantes rutas transver- un carácter sagrado entre los pueblos andinos
sales del Sistema Vial Inca. Comunicaba a y costeños desde tiempos preincaicos. Como
los dos caminos principales de la red vial, morada de la deidad serrana, relacionada a los
las troncales longitudinales de la sierra y de fenómenos meteorológicos que regulan los
la costa. Atravesando la cordillera occidental ciclos vitales, fue objeto de culto y de ofren-
de los Andes, unía el centro administrativo das entre los habitantes de dichas cuencas: se
inca de Hatun Xauxa, en la sierra central, constituyó como un apu o “cerro tutelar”.
sobre los 3 500 msnm, y el santuario costero Pachacamac, por otro lado, deidad de
de Pachacamac, a solo 50 msnm. Alcanzaba los llanos, se vinculaba al mar —la Mamaco-
su punto más elevado hacia los 4 800 msnm cha—, así como a los movimientos sísmicos.
en el abra del cerro Portachuelo, próximo a la Estableció con Pariacaca una relación de opo-
cordillera del Pariacaca. sición y dualidad dentro de la mentalidad an-
Con una distancia de aproximadamente dina. Ambas deidades definían los extremos
223 kilómetros, este tramo recorre las regio- de un vasto territorio unido por el camino, a
nes de Lima y Junín, por las cuencas de los lo largo del cual se encontraban lugares sa-
ríos Lurín, Mala, Cañete y Mantaro, con una grados para rendirles culto.
orientación noreste-suroeste. En su ámbito se A inicios del siglo XVII, elementos so-
registran 52 sitios arqueológicos directamen- cioculturales asociados a esta ruta son des-
te asociados y vinculados al Qhapaq Ñan, critos en los mitos recogidos por el párroco
muchos de los cuales pertenecen al período cusqueño Francisco de Ávila, publicados y
Intermedio Tardío y ofrecen clara evidencia traducidos del quechua primero por José Ma-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

material y/o histórica de una posterior remo- ría Arguedas (2012 [1966]) y luego por Gerald
delación y ocupación en el período Horizon- Taylor (1987a). El Manuscrito de Huarochirí
te Tardío o Inca; entre estos podemos men- provee información muy valiosa, al incluir
cionar a Pampa de las Flores, Tambo Inga, referencias a poblados, sitios y espacios del
Tanquire, Nieve Nieve, Panquilma, Huaycán paisaje sagrado del entorno del Pariacaca,
de Cieneguilla, Chaymayanca —en la parte Huarochirí y Yauyos.
media del valle del Lurín— y Pirca Pirca —en De acuerdo a los relatos del Manuscrito
la parte alta— (Ramírez et al. 2011). de Huarochirí: “Se estableció la costumbre de
Al articular dos de las más importantes dei- adorar a Pariacaca en todos los cerros que aca-
dades del Chinchaysuyu —Pachacamac como bamos de nombrar después que los huiraco-
centro ceremonial panandino y la cordillera chas se manifestaron […] Sin embargo, dicen
del Pariacaca como escenario de adoración que en los tiempos antiguos toda la gente
a una deidad con fama regional— esta ruta iba hasta el santuario mismo del Pariacaca”
transversal del Qhapaq Ñan refleja el mane- (Taylor 1987a: 189). Ello indica que hubo
jo territorial ejercido por el Estado Inca en la una época de peregrinación a los adoratorios,
zona, en donde las esferas económica, política probablemente durante el Intermedio Tardío
y religiosa están imbricadas (Farfán 2010: 377). (siglos XI a XV).
257
Tal como señala el documento, la peregrina- seña. Y con / esto le siguen todos. Y llegados a
ción hacia el Pariacaca convocaba a una am- vn ugar señalado se confiesan con Pariakaka…
plia gama de pueblos costeños y serranos: ofrecen al ídolo vnos mates de chicha… y luego
prosiguen su camino… y hacen composición
[…] todos los hombres de todas partes iban de lugar de q(ue) el mismo Pariakaka/ sale al
hasta el mismo Pariacaca; los yuncas también recebim(ien)to y se encuentra con ellos…los
iban, desde los Colli, desde los de Carahuaillo, [oficales] nueuam(en)te electos se humillan
los Rurincancha, los de Latim, Huancho, Hui- a tres pedreçuelas q(ue) están allí para esto…
lla, los de Riacha, Yañac, Chichimama, Mama, se acabala fiesta en aquel lugar. Bueluen lue-
de todos los yuncas; desde ese (¿lugar?) llama- go como auian ydo. Y beuen. Y da(n)çan hasta
do Hucmayo, desde allí también los de Casi- cumplidos los quinze / díasq(ue) hade durar la
caya; y los Pachacamas también; y desde allí, fiesta (Taylor 1987b: 93).
Caringa y los Chilcas; y desde allí, los hombres

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


que viven en el río Huarochirí, hacia abajo; de El ámbito de las cuencas altas de los ríos
sitios muy lejanos, de unas y otras zonas yun- Mala, Rímac y Lurín, que corresponden a las
cas, de todas, venían, con su ticti (potaje de actuales provincias de Huarochirí y Yauyos,
comida), con su coca, con todas las cosas que estuvieron ocupadas por la etnia Yauyos an-
debían ofrendarse durante la adoración, lle- tes de la llegada de los incas. Algunos investi-
gaban hasta el mismo Pariacaca (la montaña) gadores consideran que estas cuencas fueron
(Arguedas 2012 [1966]: 69 y 71). los lugares más importantes desde los cuales
los incas controlaron a las poblaciones del va-
En el mismo documento existen diversas re- lle medio y bajo. Una de las razones podría ser
ferencias a las funciones oraculares de Paria- que estas zonas son buenas para el cultivo de
caca. El cerro tutelar se comunicaba por me- coca, una planta de alto valor codiciada por
dio de diferentes señales e indicadores, que los pobladores de la costa y sierra (Cornejo
eran interpretadas por sus sacerdotes (Taylor 2000:161).
1987a). La Carta annua de 1609 describe acti- El dominio inca en la zona yauyos fue
vidades de culto al Pariacaca en abril: aparentemente pacífico, aunque no se des-
carta que hubiera tensiones. Como en otras
Los q(ue) / tienen más deuoción. Y quieren zonas del Tawantinsuyu, mantuvieron la
ofrecer mayor. Y más grato sacrificio. Y han de organización social y las prácticas religiosas
ofrecer llamas (q(ue) son carneros de la tierra) locales, e introdujeron medidas de control es-
/ vana vna cueua muy grande q(ue) se llama tatal como el sistema de mitmas y de mitas, o
chutinhuaque llevando alla sus muertos so- trabajos por turnos (Espinoza 1992).
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

bre carneros vestidos los hom-/brescon cami- Según el Manuscrito de Huarochirí de 1608,
seta. manta. Y llauto, y las mujeres con aczu. Macahuisa —una deidad yauyos—, hijo de
Y lliclla aquella noche gastan en vela…y el día Pariacaca, venció a los alancuna, calancu y
siguiente van/ al lugar donde han de sacrificar chaqui, enemigos de Túpac Inca Yupanqui,
los cuyes. llamas, coca, y lo demás con mu- por lo que este homenajeó y reverenció a es-
chas cerimonia…Aca-/bados los sacrificios de tas deidades (Arguedas 2012 [1966]: 130, 133,
cuyes. Y llamas se bueluen a la cueva de don- 135). Como recompensa, el Inca les dio tierras
de auian salido por la mañana. Y allíco-/men a los yauyos de Huarochirí en el valle medio
y duermen. y otro dia prueua el Yañac [Sumo de Lurín, que previamente pertenecían a los
Sacerdote] la chicha. Y Tecti…Y haze cierta ychsma (Rostworowski 1989: 29-30).
258

Al anexarse los yauyos al Tawantinsuyu, cación directa con la deidad desde su morada
también fue integrada su principal deidad, (Vitry 2007: 3 y 7; Chávez 2001: 28). El ascen-
siguiendo la estrategia cusqueña de adoptar so a las cumbres también estaría relacionado
como “hijos del Sol” a deidades de gran arrai- con el culto al Sol: dentro de la lógica incaica,
go tradicional. Pariacaca se constituía en un los nevados más altos tendrían un nivel ma-
importante identificador étnico y como tal yor de sacralidad debido a su proximidad al
tenía una representación política que le daba astro (San Pedro 1992: 33).
la facultad de negociar con el mismo Inca. En En el caso del nevado Pariacaca, la práctica
su condición de aliado del Cusco, Pariacaca ceremonial en las alturas es referida por el co-
tuvo un rol fundamental en la legitimación rregidor de Huarochirí Diego Dávila Briceño:
del poder de los incas en el Chinchaysuyu, por
lo que era muy estimado por los cusqueños. Y lo tienen hoy creído los indios, y suben a
Como parte del panteón del Tawantin- lo más alto de dicho cerro de nieve a ofrecer
suyu, el culto a Pariacaca tuvo una difusión sus sacrificios al Pariacaca y por otro nombre
mucho más amplia e integró nuevas formas Yaro, que así dicen quedó hecho cierra de nie-
de ritualidad. Su importancia y estatus sa- ve después de la dicha batalla, y le hacen estos
grado posiblemente estuvieron asociados al ofrecimientos (Dávila Briceño 1965 [1586]).
universo inca de Illapa, por ello se le rendían
ofrendas y sacrificios Qhapaq Hucha. Con estos datos, podemos considerar que en
A partir del período Inca se registraría el términos de sacralidad o ritualidad el propio
ascenso a la cima de las montañas y se cons- nevado, en especial la zona de la cumbre, se-
truirían “adoratorios de altura” en las eleva- ría el ámbito más importante y donde ocurri-
das cumbres. Así se establecería una comuni- rían las principales prácticas de culto.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

figura 1.
Representación
del nevado y
“escaleras”
de Pariacaca,
también
conocido como
“ydolo yaro”
(Dávila
Briceño 1586).
259
Antecedentes de estudio grande, y de notable altura, pero muy acomo-
dado para poder subir alomas alto del porq.
Tenia vnas gradas hechas de piedra por donde
subían los indios a hazer su adoraçion y sa-
Los estudios del culto a las montañas entre crificio en su fiesta, y nosotros subimos por
las culturas andinas prehispánicas, y más es- aquellas gradas no con mucha dificultad/// a
pecíficamente de los santuarios de altura, son lo vltimo de la escalera estaua vna boca que
escasos en nuestro país (Chávez 2001), ello era el lugar donde eçhauan e tecgte, çhiçha y
a pesar de la amplia presencia de montañas sangre animales, y otras cosas que ofreçian,
a las que se atribuye carácter sagrado según y assiestaua todo este boquerón, que no era
la cosmovisión andina y del gran número de muy hondo, manchado ylleno de estas cosas.
referencias etnohistórica sobre el tema. Este Mandole el doctor tapar a piedra y lodo y en
tema de investigación se ha desarrollado la parte q. mira el camino real (de donde se

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


principalmente en los Andes septentriona- descubre muy bien)poner vna cruz en me-
les. Los estudios de Reinhard (1996), Ceruti dio, y otra muy grande y vistosa en lo alto y
(1997), Gentile (1999) y Vitry (2007) nos sir- cumbre del peñasco que se descubre muçho
ven para repensar el estudio del Pariacaca. mejor que la otra assi por ser mayor como
Los arqueólogos que han estudiado el área por estar en lugar mas alto. En cuya collo-
de la cordillera del Pariacaca se han focalizado caçion vuo muçha música de trompetas, y
en el estudio del Camino Inca principal en la chyrimias, y otras demostraciones de gran
zona y en sus evidencias arqueológicas asocia- contento. Y vua al//pareçer de gran pesar del
das, ejemplo de ello son los trabajos de Duccio demonio, q. fue vn ruydo muy grande q. se
Bonavía (2000; Bonavía et al. 1984), Guido Ca- oyo/ en el mismo çerro como de respuesta de
saverde (2014), Carlos Farfán (2010) y César arcabuz sin saberse de donde pudo prouenir
Astuhuamán (1999, 2008). Estos dos últimos y cuando los indios lo oyeron dixeron ñan
autores tratan de establecer una correlación huañun, que quiere dezir ya murió, y no dudo
entre la evidencia arqueológica y la informa- cierto sino que el demonio queda vençido,
ción etnohistórica sobre los espacios rituales. y como muerto en estos adoratorios, que en
La mención histórica más directa a los la muerte de Pariacaca por ser tan çelebre y
espacios de culto del Pariacaca proviene de uniuersal hizo particular demonstraçion de
la Carta annua de 1612 escrita por el jesuita sentimientos. Todas aquellas gradas y esca-
Fabián de Ayala, donde relata la supuesta leras se desbarataron, y otras muchas piedras
destrucción del santuario del Pariacaca. De q. estauan puestas como almenas ençima de
acuerdo al documento, el 26 de abril de 1611 los riscos se derribaron, por q. todas tenían
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

partieron a la zona los padres Ayala, Olmedo su particular misterio. Baxamos del çerro al
y Ávila acompañados por más de doscientos camino real (que era poco mas de un cuarto
indios: de legua) enfrente de los tambillos, donde se
hizo la adoracion de la cruzcon mucha cele-
El siguiente [día] dedicamos solo para en- bridad, y luego el doctor vna breue platica a
tender con Pariacaca del cual estauamos dos los yndios declarándoles lo que se auia hecho,
leguas, las cuales caminamos por la mañana y como auian de vivir de alli adelante. Seria
con el mismo numero, y acompañamiento esto a las dos de la tarde, y luego nos partimos
de indios, y llegamos entre las diez y once del de allí adelante (Ayala 1612, citado en Polia
dia al pie de cerro o peñasco, el cual es muy 1996: 215-216).
260

Como vemos, el documento ofrece importan- final de Las Escaleras pueda ser la localiza-
tes informaciones sobre el lugar que se aduce ción del adoratorio. Concluye que las inexac-
como adoratorio principal o morada de la titudes de las aseveraciones de la Carta annua
deidad, pero tiene omisiones e inconsisten- de 1612 se explican por la necesidad que los
cias que exigen un análisis cauteloso al tratar jesuitas tenían de justificar su labor.
de verificar una correspondencia con los da- La otra propuesta de Duviols (1997: 648),
tos de campo (vid. Farfán 2010: 387-388). El que postula la posible localización del san-
historiador Pierre Duviols (1997) analiza este tuario mayor de Pariacaca en la cumbre del
documento a la luz del reporte de expedición nevado, no ha sido explorada hasta la fecha.
arqueológica de Duccio Bonavía y su equipo
en el área (Bonavía et al. 1984). Propone que
la zona de Las Escaleras reportada por Bona-
vía correspondería a la escalinata al final de
la cual se encontraba el “boquerón” o pozo de
ofrendas en la cima del cerro, tal como descri-
be el padre Ayala.
Esta hipótesis fue evaluada en campo
por Carlos Farfán y su equipo —entre ellos
César Astuhuamán— en 1998. De acuerdo a
la evidencia encontrada y posteriores labores
independientes de campo, estos dos investi-
gadores obtienen conclusiones diferentes.
Astuhuamán corrobora la hipótesis de
Duviols y propone que el santuario, o “ado-
ratorio de Pariacaca”, se localizaría al final de
las imponentes escaleras que conducen ha-
cia la cumbre norte del cerro San Cristóbal,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

en una prominencia rocosa ligeramente pla-


na donde se hallan rocas talladas que repre-
sentarían al Pariacaca y a sus hermanos. Sin
embargo, no identifica claramente los vesti-
gios del “boquerón” y deja en duda si se trataría
del adoratorio principal o si simplemente fue
el más visible y accesible para los extirpadores
de idolatrías (Astuhuamán 1999, 2008).
Para Farfán tales correlaciones serían
especulativas, pues es difícil encontrar una
relación entre el relato histórico y la realidad
del terreno. La prospección detallada de este
autor no localizó el “boquerón” y considera
que las rocas talladas, mencionadas por As-
tuhuamán, serían formaciones naturales. Por
estas razones, Farfán (2010: 388) señala que
no hay evidencias para pensar que la zona al
261
Metodología estudios apuntan la necesidad de un abordaje
espacial amplio que abarque no solo las evi-
de análisis espacial dencias arqueológicas asociadas al camino
sino también los elementos culturalmente
significativos del paisaje.
Mediante este análisis intentamos entender Para este análisis tomamos como base la
cómo se desarrollaban las actividades cere- relación entre el Camino Inca y el nevado Pa-
moniales de culto al Pariacaca durante la riacaca. El primero incluye no solo al camino
época Inca, al abordar el Qhapaq Ñan como principal sino también a la red de caminos
eje articulador de los espacios sacralizados. que existe en el área y que se desprende del
Nuestro estudio se centra en el entorno del camino principal; esta vía constituye el me-
camino incaico entre el abra de Ocsha y el dio por el cual se accedía durante las peregri-
abra de Portachuelo, un segmento del tramo naciones a los espacios sagrados para los ri-

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


Xauxa-Pachacamac que define el ámbito del tuales correspondientes y donde se concentra
contacto visual y de proximidad con el neva- la mayor cantidad de evidencias de carácter
do Pariacaca. ceremonial. El segundo es el objeto de culto,
El análisis parte de la información re- identificado por las culturas andinas como
cuperada durante las labores de campo y su el lugar donde habita la deidad; por lo tanto,
procesamiento dentro de un sistema de infor- constituye el núcleo del paisaje sagrado.
mación geográfica (SIG). El equipo técnico a La relación entre estos dos elementos es
cargo del Proceso de Nominación del Qhapaq analizada a partir de los criterios de visibi-
Ñan a la Lista de Patrimonio Mundial —in- lidad y proximidad. Consideramos que, al
vestigadores del Proyecto Qhapaq Ñan del tratarse de una ruta de peregrinaje, la posibi-
Perú— estudió esta zona de manera multidis- lidad de visualización del nevado Pariacaca
ciplinaria entre 2008 y 2014. Sus miembros desde el camino es importante ya que se esta-
desarrollaron estudios de evaluación y diag- blece una conexión directa entre el peregrino
nóstico arqueológico, etnográfico, de conser- y la montaña sagrada. La delimitación de las
vación, geológico-ambiental e histórico. Entre zonas en el terreno desde las que se puede ob-
otros productos, se destacan la planimetría al servar el nevado —zonas visibles— supone
detalle del Camino Inca y la delimitación de el cálculo del nivel de visibilidad, o intervisi-
áreas de protección del camino, de sitios ar- bilidad, entre la cumbre del nevado y el en-
queológicos y del entorno paisajístico1. Estos torno circundante.2 En cuanto al análisis de PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

1 Esta área ha sido características espaciales embargo, dada la geome- norte debido a que las
inscrita en la Lista de del punto de observa- tría compleja del punto evidencias arqueológicas
Patrimonio Mundial como ción. Nuestro DEM es de elevación máxima se concentran en la cara
parte del Qhapaq Ñan – derivado de curvas de (cono irregular), se han sur. El área resultante,
Sistema Vial Andino el 21 nivel a cada 50 metros. tomado cuatro puntos de resaltada en el mapa, su-
de junio de 2014. Esto se ha realizado a observación alrededor de pone que desde cualquier
través del programa Arc la base de la cumbre. De punto dentro de esta área
2 La determinación de Gis, usando el comando acuerdo a nuestro criterio de visualización es posible
nivel de visibilidad parte Viewshed del módulo 3D de campo supone aproxi- ver al menos uno de los
de dos datos esenciales: Spatial Analyst, para lo madamente 300 metros cuatro puntos, lo que
un DEM (modelo de cual nuestro observador verticales bajo la misma equivale en el terreno a
elevación digital) y las será la propia cumbre. Sin cumbre. Obviamos la cara “ver el nevado”.
262

proximidad, partimos de la premisa de que el Con la sinergia de estos elementos —los ves-
ámbito sagrado más importante es la propia tigios de carácter sagrado (en algunos casos
montaña, especialmente la cumbre. La im- asociados a tradiciones orales), el camino
portancia de los espacios y de los elementos incaico, los grados de visibilidad y proximi-
se define en relación con la cercanía a este dad en relación con el nevado y las rutas de
punto.3 ascenso modeladas—, definimos diferentes
Sabemos que durante la época Inca hubo sectores en el área de estudio. Estos secto-
rutas para ascender a montañas de similar res pueden ser jerarquizados de acuerdo a
carácter sagrado (Vitry 2007), por ello in- su potencial para identificar las evidencias
tentamos observar las posibles rutas de as- culturales más importantes relacionadas al
censo. Durante las labores de campo hemos culto al Pariacaca. El carácter inicial de esta
localizado dos de estas rutas. Es probable que propuesta de jerarquización del paisaje nos
hubieran varias, como se observa desde la sirve principalmente como metodología de
etnografía en rituales contemporáneos de pe- investigación para la comprensión espacial
regrinación al santuario del Señor de Qoyllur del complejo ceremonial del Pariacaca.
Riti, en Cusco.4
Debido a la amplitud del área de estu-
dio y a las diversas probabilidades para ac-
ceder a la parte más elevada de la montaña,
hemos trazado modelos de rutas de ascenso
teóricamente factibles tomando en cuenta el
relieve y las características del terreno.5 De-
terminamos como puntos de inicio las prin-
cipales evidencias arqueológicas asociadas al
Camino Inca y un punto final en la cumbre
sur del nevado Pariacaca. Así obtuvimos un
panorama de las zonas con mejores condi-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ciones para la prospección de este tipo de


evidencias.

3 Utilizamos la plataforma 4 Cada una de las diversas censo al nevado requiere nunca deben pasar por
Google Earth. En ella, para naciones que acuden al de un DEM (modelo de cuerpos de agua de
representar la distancia santuario de Qoyllu Rit’i elevación digital), un grandes dimensiones
real, tomamos en cuenta (“alpaca blanca brillosa”) Shape de Cobertura (co- (lagos y lagunas), pero
la pendiente del terreno. ascienden hasta la falda bertura vegetal, cuerpos sí ocasionalmente por
Partimos desde un punto del nevado de Sinaqara de agua) y los puntos de pequeñas corrientes de
cero que representa la por una ruta específica y inicio y final, en los cuales agua o riachuelos y bofe-
cumbre de mayor altitud tienen su propio espacio se establecerán diferentes dales. La nieve, a su vez,
del nevado Pariacaca. La de celebración. parámetros. Con el constituye una cobertura
proximidad está definida conocimiento previo de que consideramos dentro
en un patrón radial, con 5 Los modelos de rutas se campo, se asignó un peso de la ruta debido a que
distancias de referencia ejecutaron a través de la de 70 % al relieve y 30 % el destino final hipotético
de 2 kilómetros desde la herramienta Model Builder a la cobertura (bofedales, se encontraría precisa-
cumbre, y en adelante se de Arc Gis. El proceso que lagunas y nevados). Para mente sobre la nieve. Por
definen los radios a cada 1 se realiza para encontrar nuestro caso de estudio, ello le asignamos el mayor
kilómetro. las mejores rutas de as- asumimos que las rutas peso.
263
Descripción manos con Huallallo Carhuincho (Arguedas
2012 [1966]: capítulo 8).
del área de estudio Desde el abra, el camino desciende por
senderos y vestigios esporádicos del camino.
En este recorrido existe buena visibilidad del
El área de estudio comprende el territorio en- nevado Pariacaca, cuya cumbre se encuen-
tre la cara sur y sureste del nevado Pariacaca tra a más de 10 kilómetros. Luego se llega a
y la sección del camino incaico que se empla- la zona conocida como Turmanyapaccha,6
za en su entorno inmediato, desde el abra de donde se tiene una plena visión del nevado
Ocsha, en el extremo suroeste, hasta el abra detrás de la laguna Piticocha, seguida más
del cerro Portachuelo, en el extremo nores- arriba por Pariachaca, Chuspi y Chuspico-
te. El recorrido tiene una longitud de 19 ki- cha. Esta zona está conectada directamente
lómetros y se emplaza en una zona de puna, con las nieves.

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


con altitudes por encima de los 4 400 msnm. En esta área hay pocas evidencias mate-
Políticamente, se localiza en la región Lima, riales de actividades rituales, a excepción del
provincia de Yauyos, distrito de Tanta. hallazgo de Carlos Farfán (2010: 389). Farfán
Con fines expositivos, podemos dividir identificó piedras talladas y pulidas fijadas al
el área en cuatro secciones: Ocsha-Piticocha, suelo, que forman dos hoyos a manera de po-
Piticocha-Tiopata, Tiopata-Pumarauca y Pu- zas. Estas pozas habrían servido para prácticas
marauca-Portachuelo. A constinuación, des- de honor a Pariacaca o para rituales al agua.
cribimos los aspectos arqueológicos y paisa- Sin embargo, en esta área se destacan
jísticos de cada una. los corrales para ganadería. En esta sección
contamos 21 corrales de diversos tamaños
1. SECCIÓN OCSHA-PITICOCHA y formatos principalmente circulares y rec-
El Qhapaq Ñan que viene desde Huarochirí tangulares; aunque es prematuro definir su
asciende por la quebrada Marga al abra de cronología, varios presentan bases de muros
Ocsha, que se encuentra a una altitud de prehispánicos.7
4 750 msnm. Se trata de la divisoria de aguas
desde donde nacen los ríos Mala y Cañete y 2. SECCIÓN PITICOCHA-TIOPATA
marca el ingreso a esfera del Pariacaca. Este Luego de pasar por Piticocha, el camino cruza
es el primer punto de visualización del neva- el riachuelo que nace en la laguna e ingresa a
do desde el suroeste. Además, es un escenario la zona de altiplanicie (figura 2). Se desplaza
mítico: según las narraciones, en este lugar por la margen norte del río Huachipampa ha-
se libró la batalla entre Pariacaca y sus her- cia el este, en las faldas del cerro Jarhuacata.
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

6 Son necesarios estudios con la evidencia material 7 Entre ellos se destaca Piticocha, con una amplia
de los topónimos de la encontrada por Farfán el corral más grande del visualización del nevado
ruta. Por ejemplo, en este (2010), y sabiendo la impor- área de estudio de formato Pariacaca. Es de tomar en
caso, turmanya alude al tancia del arco iris en el ovoide, con 250 metros en cuenta que los corrales
“arco iris” y paccha a una panteón de las deidades su eje más largo por 120 contabilizados se localizan
“caída de agua, fuente”. incas, podemos pensar que metros en su eje más an- próximos al Camino Inca.
Si relacionamos la amplia en este lugar se llevaban a cho. Se localiza en la parte Existen más en ambas
y hermosa visibilidad del cabo rituales relacionados alta de una morrena en el márgenes de las lagunas
Pariacaca en este lugar con esta deidad. lado oeste de la laguna Piticocha y Pariachaca.
264

figura 2. Características generales del Qhapaq Ñan en la sección Piticocha-Tiopata


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
265
Se presenta principalmente como un sende- ralelamente. Hacia el exterior del conjunto,
ro con un ancho promedio de 3.5 metros con por el lado este, se encuentran cinco corrales
presencia discontinua de alineamientos de con evidencias de remodelación, pero tienen
piedra que definen los bordes externos del sus bases originales y presentan desniveles
camino. En esta área, la visibilidad del ne- artificiales. Se ha considerado que en esta
vado es limitada, a una distancia entre 8 y 9 zona estaría el ushnu (Casaverde 2014: 130).
kilómetros. Hay pocas evidencias materiales El camino de acceso a Tambo Real prosigue
de culto; se destacan principalmente estruc- hacia el este a manera de sendero y conduce
turas de carácter administrativo y producti- al sitio arqueológico de Pirca Pirca, a aproxi-
vo. El camino principal colinda con numero- madamente 1 kilómetro.
sos corrales para la ganadería de camélidos Pirca Pirca se encuentra sobre los 4 400
y se conecta por ramales con el tambo inca msnm sobre la margen sur del río Huachi-
Tambo Real y con el asentamiento de Pirca pampa. Abarca un área aproximada de 55 115

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


Pirca, que se distancian entre sí por menos de hectáreas. El sector principal del sitio se ubi-
2 kilómetros. ca en las faldas del cerro Branco, es aquí don-
Tambo Real se emplaza en la margen sur de se puede observar claramente la superpo-
del río Huachipampa, al pie del cerro Hui- sición de dos etapas sucesivas de ocupación.
ñac, sobre un terreno plano y amplio, a 4 380 La conformación preincaica del sitio se basa
msnm. Se comunica con el camino principal en una gran cantidad de pequeños recintos
por un puente que conserva sus bases origi- circulares y ovoides con pasajes, dispuestos
nales de roca y un camino de cerca de 230 de manera aglutinada, estos definen patios
metros de longitud y 3 metros de ancho. En sin murallas y un crecimiento aparentemen-
la intercepción de ambos caminos se obser- te espontáneo. Esta ocupación se remonta al
va un alineamiento de grandes piedras con período Intermedio Tardío (siglo XI d. C.), po-
una orientación noroeste-sureste, que posi- siblemente por pueblos yaros, y su fundación
blemente conformó algún tipo de control en estaría ligada a la presencia de pastizales en
el camino de acceso al Pariacaca (Casaverde la zona, importante recurso natural para una
2014: 132). economía ganadera (Farfán 2010: 394).
El sitio mantiene el modelo constructivo Con la presencia inca, durante el Hori-
típico de un tambo inca. El sector principal zonte Tardío (1430-1532 d. C.), ocurren im-
presenta un vano de acceso central que se portantes modificaciones en la arquitectura
relaciona directamente con el camino de ac- original y se impone una gran plaza central
ceso y conduce al gran patio principal con con 29 por 30 metros que aparentemente
40 por 70 metros en sus lados más amplios. implicó la destrucción de varios recintos.
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

En la esquina sureste del patio figuran dos La plaza central está rodeada por recintos
recintos cuadrangulares. Adyacente al sur cuadrangulares con vano de acceso central,
del patio se encuentra un espacio rectangu- típicamente incas. También se observa una
lar alargado de 27 por 7 metros aproxima- kallanka al este de la plaza central, con 42
damente, posiblemente una kallanka, con por 19 metros, con un acceso en la parte
vano de acceso hacia el patio por la esqui- central hacia el suroeste y otro en la esqui-
na sureste. Al exterior, hacia el suroeste, se na sur. Las instalaciones de recintos cua-
encuentran tres recintos con conformación drangulares que ocupan una considerable
típicamente inca, que definen un patio in- porción del asentamiento representan otra
terno y al menos dos recintos dispuestos pa- modificación.
266

foto 1.
Área de
concentración
de rocas
talladas en la
ladera oeste
del cerro
Tiopata; al
fondo se avista
la laguna
Paucarcocha.

El asentamiento se integra a un gran conjun- principal se desplaza por la ladera sur del 8 Los bloques de rocas
talladas son fragmentos
to de canchas y corrales emplazados en la cerro Cachicancha y en seguida asciende el desprendidos de las partes
planicie al norte. Según Farfán (2010: 400), cerro Tiopata. Se presenta como segmentos altas del valle glaciar, bajo
este conjunto habría sido ampliado en tiem- de senderos con lineamientos de piedras, la línea de nieve actual.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Fueron depositados en
pos incaicos, con un diseño que adoptaría la plataforma corte talud en las zonas de mayor su posición actual por el
forma de un camélido estilizado o, al menos, pendiente y segmentos de camino empe- glaciar durante el último
período de glaciación,
una forma muy peculiar relacionada a la cos- drado, con un ancho promedio de 4 metros. cuando el glaciar que
movisión. Al extremo sur de los corrales se Ocasionalmente se avista el pico nevado del empujaba hacia zonas
encuentran cinco recintos rectangulares con Pariacaca. bajas pierde su poder
de suspensión. Por esta
vanos de acceso central que definen un patio Antes de llegar al abra de Tiopata, al lado razón, los bloques se acu-
común, posiblemente con alguna función de del camino, se ubica una roca completamen- mularon principalmente en
las partes bajas del valle,
control de estas instalaciones. te tallada que marca el inicio de una amplia
sobre las morrenas. Litoló-
Entre Piticocha y Tiopata hemos registrado área de concentración de este tipo de rocas gicamente, son bloques de
25 corrales de diversos tamaños y formatos cir- (foto 1) en una pequeña morrena de origen roca granodiorita del grupo
de las ígneas intrusivas,
culares y rectangulares. Varios de ellos presen- glacial, contigua a la ladera oeste del cerro compuestas sobre todo
tan bases de muros prehispánicos. Se encuen- Tiopata (rocas talladas 1, figura 5). Se trata por cuarzo y feldespatos.
Esto las hace muy duras,
tran principalmente frente al sitio de Tambo de bloques dotados de protuberancias de di-
compactas y resistentes
Real, en la margen norte del río Huachipampa ferentes formas y tamaños en la parte supe- a los procesos de meteo-
y en los alrededores del sitio Pirca Pirca. rior. Aparentemente reproducen las cumbres rización y erosión. Esas
características dificultan
Luego de pasar frente a Pirca Pirca, próxi- de las montañas del paisaje circundante.8 En su tallado, pero las preser-
mo a la localidad de Masho, el Camino Inca las zonas bajas de esta área de concentración, van en el tiempo.
267
próxima a la laguna Paucarcocha (rocas ta-
lladas 2, figura 5), se tiene una muy buena
visualización del Pariacaca y se observan ro-
cas talladas con entierros en sus bases. Hay al
menos un recinto circular, así como material
lítico regado en la superficie. Tales elementos
indican que se trata de un espacio de carácter
ceremonial, posiblemente una primera esta-
ción ritual colectiva en el peregrinaje hacia el
nevado.

3. SECCIÓN TIOPATA-PUMARAUCA
En esta sección del camino inciden las prin-

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


cipales manifestaciones simbólicas relacio-
nadas a elementos culturales y naturales del
paisaje (figura 3). También establece mayor
proximidad con el nevado Pariacaca, entre foto 2.
5 y 6 kilómetros de distancia de su cumbre. Bloque
Descendiendo desde el abra del cerro Tiopata, de roca
tallada, en
el camino se orienta hacia el norte y bordea
la línea del
la laguna Mullococha por su lado oeste, sobre horizonte
la pronunciada ladera del cerro Verdecocha. paisajístico,
El camino se presenta como segmentos en sobre la
plataforma corte talud con un ancho de 2 a 4 ladera de
Pariacaca,
metros. Al alcanzar el extremo norte de la la-
avistado
guna, el camino cruza la quebrada Atarhuay desde el
por un camino empedrado con puente de pie- camino
dra. Desde esta localidad hay muy buena vi- incaico.
sibilidad del nevado. Se observa la presencia
de rocas talladas dispersas y posiblemente el
inicio de una ruta de ascenso por la quebrada.
El camino se orienta hacia el este y prosi-
gue por la ladera baja del cerro Pariacaca. Se
presenta como empedrado entre las forma-
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

ciones rocosas, con un ancho promedio de 4


metros. Desde esta sección del camino, en el 9 Por su ubicación, nos
horizonte paisajístico hacia el norte, se avista hace recordar un relato
registrado por Albornoz
un bloque de roca tallada sobre la roca madre (1984 [1584]): según los
de la ladera baja del Pariacaca (foto 2). En este naturales, cuando llegaron
los españoles salió una
punto del camino principal se observa una
serpiente desde la laguna
posible ruta secundaria cubierta por la vege- Escalera y antes de llegar
tación, donde se destaca una roca de forma a la laguna Mullococha se
convirtió en piedra. ¿Podría
alargada que culmina en forma semejante a ser esta la cabeza de
una cabeza de serpiente.9 dicha serpiente?
268

figura 3 . Características generales del Qhapaq Ñan en la sección Tiopata-Pumarauca


NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
269
El nevado es visible desde la roca tallada, y
desde este punto se observan otros bloques
de rocas, igualmente tallados, dispuestos a
cada cierta distancia en dirección noreste en
constante ascenso (rocas talladas 3, figura 5).
Esto lleva a considerar que se trataría de in-
dicadores relacionados a una ruta de ascenso
hacia el nevado. Si proyectamos la dirección
indicada por estas rocas, constatamos que se
accede a una amplia plataforma natural que
se encuentra en la morrena del nevado, a una
distancia de cerca de 4 a 5 kilómetros de la
cumbre, sobre los 4 780 msnm.10

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


En la margen opuesta del camino, hacia
el sur, se tiene una visión panorámica de la
laguna Mullococha y del pequeño islote que
se encuentra en su lado norte. La laguna tiene
importantes connotaciones simbólicas y es
mencionada constantemente en los eventos
míticos del Manuscrito de Huarochirí de 1608
(Arguedas 2012 [1966]: capítulos 8 y 16).
El camino prosigue hacia el noreste e in-
gresa al valle glacial de la zona de Las Escale-
ras, apartándose cada vez más del nevado a
una distancia entre 5.5 y 6 kilómetros de la
cumbre. Asciende luego rumbo a la laguna
Escalera sobre afloramientos rocosos; aquí
las evidencias del camino se presentan como
tallado en roca y segmentos discontinuos de
senderos y plataformas sobre afloramiento
rocoso, así como segmentos cortos de escalina-
ta de entre 1,5 y 3,5 metros de ancho. En esta
zona abundan pequeños ríos y ojos de agua.
Antes de llegar a la laguna Escalera, al lado oc-
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

cidental del camino, se encuentra la pequeña


laguna Culebrayoq, “que posee serpiente” en
idioma quechua.

10 Si bien por cuestiones aproximadamente 300 por


logísticas aún no se ha 200 metros con vestigios
podido acceder a dicha de alineamientos de
plataforma, por el análisis piedras que podrían sugerir
de imágenes satelitales la presencia de estructuras
vemos que se trata de de formato circular.
un área rectangular de
270

En este trayecto, en algunas rocas ubicadas 403) que el sitio presenta una larga secuencia
al lado del camino, se observa una intrusión ocupacional. El interior es bastante húmedo
geológica de forma alargada que es conocida y está sujeto a inundaciones durante el in-
por los comuneros como culebrayoq y que ha vierno. Hay escaso material cultural en su su-
sido registrada por Astuhuamán (2008: 104- perficie. La mayor parte de los vestigios de ac-
105). Esta puede remitir a la serpiente mítica tividad ocupacional se encuentran en el lado
mencionada en el Manuscrito de Huarochirí exterior oeste, incluyen desde lascas y puntas
cuando Huallallo Carhuincho arrojó una ser- de proyectil de períodos precerámicos hasta
piente contra Pariacaca y este la golpeó con fragmentos de cerámica inca. Los diseños
un bastón de oro: pictográficos, por otro lado, se concentran
principalmente en el interior y corresponden
El Amaru se enfrió y se convirtió en piedra. también a diferentes fases culturales.
Este Amaru helado se puede ver claramente, Unos 600 metros al noreste de este abrigo
hasta ahora, en el camino que va por Caqui- hemos identificado un conjunto de pinturas
yoca, en las alturas. Y los hombres del Cuzco o en un gran bloque de piedra frente a la lagu-
de cualquier otro sitio que saben, que tiene co- na Escalera, donde se destaca un camélido de
nocimientos, rascan el cuerpo de este Amaru estilo naturalista del mismo estilo de las pin-
con alguna piedra y sacan polvo de ella para turas de Cuchimachay.
emplearlo como remedio (Arguedas 2012 A partir de la laguna Culebrayoq, el cami-
[1966]: 97-99). no abandona el valle glacial y se dirige hacia
el noreste, iniciando el ascenso por el cerro
Hacia el este del camino, frente a la laguna San Cristóbal, en la zona conocida como Es-
Culebrayoq, se encuentra el abrigo rocoso de calerayoq. El camino se presenta como un
Cuchimachay. Este sitio arqueológico a 4 410 gran segmento de escalinatas, siguiendo un
msnm está formado por cuatro grandes blo- trazo en zigzag, con un ancho de entre 2 y
ques de roca que se han desprendido desde el 7 metros. Las escalinatas son construidas a
cerro San Cristóbal. Conforman entre sí un partir de la colocación de bloques de piedra
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

gran espacio vacío en el interior, con hasta que constituyen los peldaños, frecuentemen-
20 a 30 metros de longitud y un máximo de te soportados por un muro de contención de
12 metros de altura (Farfán 2010: 401). En piedras con alturas de entre 0.8 y 1.2 metros.
los cuatro bloques se encuentran pinturas También se registra el labrado de peldaños
rupestres de distintas características. Entre sobre el afloramiento rocoso. Se calcula que
los diseños más complejos se presentan re- esté conformada por un aproximado de dos
presentaciones de camélidos y destaca uno mil peldaños. Desde la parte media de la esca-
en estado de preñez. Por el material lítico lera hasta la parte alta del cerro San Cristóbal
asociado, corresponderían a períodos tem- se tiene una buena visibilidad del Pariacaca.
pranos de cazadores y recolectores. Según El abra del cerro San Cristóbal, donde
Ravines y Bonavía (1972: 136-137), por sus culmina la larga escalinata, se configura en-
características y contexto, estas pinturas tre sus dos cumbres y el camino pasa por el
tienen un carácter mágico-religioso y se medio. Hacia el este se encuentra la laguna
vinculan a cultos ganaderos y a las cumbres Pumarauca y, hacia la cumbre norte del cerro
nevadas. San Cristóbal, un conjunto de piedras talla-
Se sabe por los registros y por las excava- das que han sido interpretadas por Astuhua-
ciones de Farfán y Negro (Farfán 2010: 402- mán (2008: 100) como representaciones del
figura
4. Características generales del Qhapaq Ñan en la sección Pumarauca-Portachuelo

PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO... RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO 271
272

figura 5. La cordillera del Pariacaca y el Qhapaq Ñan, con la representación del análisis espacial

Nevado Pariacaca
Cumbre Sur

I
Lag. Verdecocha

Lag. Piticocha Rocas


Talladas 3
VI (ruta de
ascenso)
Cerro Ocsha
Tambo
Real V IV
Lag. Mullucocha
Pirca
Pirca
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Rocas
Lag. Paucarcocha Talladas 1

Rocas
Talladas 2

Nota: La jerarquización del paisaje sagrado está dividida en seis sectores señalados en números romanos.

Qhapaq Ñan Mejores rutas desde Tambo Real Mejores rutas desde Cuchimachay
Sitios arqueológicos Mejores rutas desde Pirca Pirca Mejores rutas desde Rocas talladas 4
e inicio de rutas
Mejores rutas desde Rocas talladas 2 Mejores rutas desde Apacheta
Fin de ruta Portachuelo
Mejores rutas desde la Roca tallada 1
Curvas radiales de proximidad Intersección de rutas
(1km entre cada una) Mejores rutas desde Rocas talladas 3
Área de intervisibilidad Mejores rutas desde Cuchimachay
273
Pariacaca y del cerro San Cristóbal. Siguiendo
a Bonavía (1984: 13), Astuhuamán ha consi-
derado el área de las escaleras como el centro
del mundo mágico-religioso indígena de la
zona.

4. SECCIÓN PUMARAUCA-PORTACHUELO
Luego de pasar por la pequeña laguna conoci-
da como Pumarauca, el camino sigue faldean-
do la ladera sur del cerro San Cristóbal (figura
4). A esta distancia, casi 5 a 6 kilómetros de
Lag. Mayococha
su cumbre, el nevado Pariacaca deja de ser vi-
Apacheta de sualizado. Se identifica en esta zona un área

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


Portachuelo de concentración de rocas talladas (rocas ta-
lladas 4, figura 5), a semejanza de la estación
próxima al abra Tiopata antes mencionada.
Se identifican además dos recintos rectangu-
Lag. Escalera lares, uno de ellos al lado del camino, cuya
cronología aún no ha sido establecida.11
III El camino se presenta principalmente
II como plataforma corte talud con un ancho
promedio de 3.5 metros, también se observan
cortos segmentos de escalinatas, senderos con
Rocas Talladas 4 alineamiento de piedras y calzadas empe-
dradas. Tras pasar por otra pequeña laguna,
el camino asciende por el cerro Portachuelo
Cuchimachay hasta alcanzar el abra, esta se encuentra a 4 800
msnm y conforman la divisoria de aguas de
las cuencas de los ríos Cañete y Mantaro. Hay
presencia de una gran cantidad de apachetas,
montículos artificiales formados por la acu-
mulación intencional de piedras de diferentes
tamaños, destaca una de 2.2 metros de altura.
Este tipo de estructura evidencia rituales de
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

los viajeros al pasar de un territorio a otro,


demarcando límites territoriales. En este caso,
coincide con el último punto de contacto vi-
sual próximo al nevado Pariacaca.

11 Según información lo- de pequeña escala. Se


cal, estos recintos estarían necesita un estudio más
relacionados a recientes profundo para determinar
explotaciones mineras su cronología.
274

Hacia una jerarquización A lo largo del Camino Inca sobre el que se


realizaron peregrinaciones hacia el cerro tu-
del paisaje sagrado telar en épocas prehispánicas hubo lugares
específicos para actividades de culto, con evi-
dencias materiales fabricadas ex profeso para
Esta jerarquización de sectores del paisaje tal fin. Resaltaremos las evidencias de rocas
tiene un carácter metodológico, ya que consi- talladas, apachetas, pinturas rupestres y pie-
deramos necesario seguir ampliando la inves- dras pulidas, entre otras.13
tigación en el área para definir una clasifica- Las rocas talladas son evidencias materia-
ción interpretativa de los espacios sagrados. les de actividades rituales que presentan una
Esta propuesta nos sirve de hipótesis para distribución amplia en el área de estudio. Si
orientar nuestra futura investigación en el bien algunos autores consideran que se tra-
área, con miras a reconstruir las rutas de pe- taría de formaciones naturales (Casaverde
regrinación y las diversas actividades rituales 2014; Farfán 2010), el análisis geológico rea-
realizadas en este contexto. lizado por especialistas de nuestro equipo
En el entorno más próximo del nevado Pa- señala que sus características peculiares son
riacaca, el Camino Inca atraviesa una geomor- resultado del labrado humano. Concordamos
fología muy accidentada con la presencia de con Astuhuamán (2008) cuando señala que
una serie de lagunas. Esta ruta, desde el punto se trata de representaciones de montañas
de vista fisiográfico, no sería la más adecuada del paisaje circundante. Esta tradición debió
para conectar el camino desde la quebrada haberse iniciado en época preincaica y man-
Huachipampa con el camino que sigue por tenido durante la época Inca, asociada a algu-
el valle del Mantaro, como hemos podido evi- nos caminos rituales incaicos en el ámbito de
denciar con el uso del SIG.12 Se trata induda- montañas sagradas.14 Se registran rocas talla-
blemente de un trayecto cuyo diseño respon- das principalmente entre el abra Tiopata y la
de a motivaciones de orden ceremonial en ladera sur del cerro San Cristóbal, en algunas
directa relación con el nevado Pariacaca. zonas con un patrón aglutinado y en otras
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

12 Mediante el uso del ta de un camino de medio a aunque existen rutas más 14 El ámbito territorial
SIG determinamos dos alto tránsito para personas sencillas para conectar que abarca esta tradición
puntos geográficos: el sitio y animales, por lo que se los extremos del camino aún no está determinado,
arqueológico Tambo Real debería transitar por zonas estudiado, se optó por una aunque tenemos claro
—centro administrativo inca relativamente accesibles y ruta que presenta mayores que es mucho más amplio
ubicado en la quebrada evitar, en lo posible, los tres dificultades de accesi- de lo que se consideraba,
Huachipampa— y el cerro elementos indicados. Los bilidad. En esa decisión Astuhuamán (2008) la
Shacucrumi —la divisoria resultados son variados. Sin debieron mediar factores situaba en el ámbito del
de aguas hacia el valle del embargo, verificamos que de orden cultural. Alto Cañete. Durante
Mantaro, que constituye un los caminos más accesibles investigaciones de campo
probable punto de inflexión —en términos de inclinación 13 La definición de la en contextos similares,
en cualquier obra de inge- y cobertura— tienden en cronología de estas pudimos identificar el
niería— y evaluamos las dirección a la laguna Pau- evidencias es clave para mismo tipo de rocas talla-
rutas teóricas de conexión carcocha y ascienden por entender los rituales de das asociadas a caminos
entre ambos. Discrimi- la quebrada Quihuacocha peregrinación de una incaicos hacia montañas de
namos pendientes altas, hasta el cerro Shacucrumi, manera diacrónica. Este carácter sagrado, como es
cuerpos de agua de gran que se encuentra al noreste es uno de los objetivos de el caso del nevado Churup
magnitud y nieve. Partimos del cerro Portachuelo. Estos nuestros futuros estudios en el Callejón de Huaylas,
de la premisa de que se tra- resultados muestran que, en la zona. en Áncash.
275
con un patrón disperso. También se presen- esta área podría localizarse el “adoratorio del
tan en determinados lugares como marcado- Pariacaca” (Astuhuamán 1998) o el “lugar ele-
res paisajísticos. gido” (Astuhuamán 2008).
Como resultado preliminar del análisis
espacial, presentamos una jerarquización de Sector III. Es el área comprendida entre la
paisaje sacralizado, en la cual definimos seis ladera sur del cerro San Cristóbal, al nores-
sectores (figura 5), clasificados en orden de te de la laguna Pumarauca y del abra Porta-
importancia según su localización, evidencia chuelo. Se destaca una amplia concentración
de actividades rituales y de acuerdo a la rela- de rocas talladas en la ladera sur del cerro
ción con el nevado mediante las variables de San Cristóbal (rocas talladas 4, figura 5), des-
visibilidad y proximidad: de donde no se tiene visibilidad del nevado.
Ya en la zona periférica noreste del área de
Sector I. Comprende el área entre las lagunas estudio, en el abra Portachuelo, se tiene una

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


Mullococha y Escalera, donde hay una mayor visibilidad parcial del nevado. Allí se desta-
concentración de evidencias materiales de ac- can las apachetas: montículos de piedra rea-
tividades rituales en relación con otras áreas lizados en rituales de ofrenda, que marcan
de nuestro ámbito de estudio: rocas talladas el fin de un ámbito paisajístico y el inicio de
dispuestas de manera dispersa, elementos otro.
naturales que remiten a la mitología —como
la intrusión geológica de Culebrayoq o la Sector IV. Es el área comprendida entre la
propia laguna Mullococha— o evidencias de ladera oeste del cerro Tiopata (rocas talladas
arte rupestre de un culto relacionado al neva- 1, figura 5) y el inicio de la quebrada Atar-
do de miles de años antes de los incas —en el huay. Se destaca una amplia concentración
caso del abrigo de Cuchimachay—. Es el área de rocas talladas en una morrena de origen
con evidencias arqueológicas más próximas glacial contigua a la ladera oeste del cerro
al nevado. Las rocas talladas dispuestas en Tiopata, desde donde se tiene una buena
su ascenso (rocas talladas 3, figura 5), desde visualización del Pariacaca. Esta concentra-
donde se tiene buena visibilidad de la cum- ción de rocas talladas es similar en cuanto
bre, son constancia de las actividades rituales a su evidencia material a la descrita en el
más próximas al nevado y de rutas para su Sector III. Entre una y otra concentración
ascenso. Por estos elementos, consideramos hay 7 kilómetros de distancia por el Camino
que se trata del sector más importante desde Inca. Durante la época inca, el peregrinaje de
la perspectiva del culto al nevado. culto al Pariacaca llegaba tanto del suroeste
—partiendo de Pachacamac en el valle bajo
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

Sector II. Es el área comprendida entre Las de Lurín— como del noreste —partiendo del
Escaleras (Escalerayoq), que asciende al cerro centro administrativo de Xauxa—. La locali-
San Cristóbal y la laguna Pumarauca, donde zación de ambas concentraciones de rocas ta-
encontramos algunas concentraciones de lladas podría indicar que se trata de estacio-
rocas talladas y otras de manera dispersa, así nes rituales previas al ingreso a las áreas de
como grandes bloques de roca con pinturas mayor importancia en el entorno sacraliza-
rupestres de diferentes períodos. Se tiene do, que serían los sectores I y II. A estas áreas
una buena visibilidad del nevado, aunque se llega por el camino que accede a la laguna
está más lejos de él en comparación con el Mullococha. Este camino de plataforma cor-
Sector I. Algunos autores consideran que en te talud de 2 a 4 metros de ancho, conforme
276

va adentrándose en el ámbito de la laguna, se sureste de nuestra área de estudio. Ocsha


angosta hasta medir 1 metro de ancho y se marca el inicio del paisaje sagrado en el re-
transforma en un camino tipo sendero. Esta corrido por el Camino Inca de suroeste a
peculiaridad puede deberse a la conforma- noreste, donde se destaca una piedra labrada
ción geológica inestable del cerro Verdeco- posiblemente relacionada con el nevado y el
cha de fuerte pendiente, cuyos derrumbes a culto al agua. Hay una buena visibilidad del
lo largo de los años pueden haberle ocasiona- nevado desde esta área, pero es la zona más
do este cambio. Sin embargo, si el camino fue alejada de él y está caracterizada por la pre-
construido así intencionalmente, podría se- sencia de corrales para la ganadería de camé-
ñalarnos que el acceso de los peregrinos ha- lidos, por lo que consideramos que está más
cia ámbitos cada vez más sagrados iba siendo vinculada a la producción ganadera.
más controlado, pues por ese camino solo De manera complementaria a la propues-
pueden avanzar como máximo dos personas ta de jerarquización y debido a que existen
juntas. La limpieza del camino y excavacio- evidencias etnohistóricas y arqueológicas
nes que lo corten transversalmente pueden de ascenso a la montaña, hemos realizado la
esclarecer esta problemática. modelación de las rutas teóricas de ascenso
que parten desde lugares significativos a lo
Sector V. Comprende el área entre el sitio largo del camino hacia la cumbre del Paria-
Tambo Real y la ladera oeste del cerro Tiopa- caca. Esta modelación contribuye a delimitar
ta. Abarca además el asentamiento de Pirca las zonas en donde sería más factible encon-
Pirca. Corresponde a una zona de carácter trar evidencias arqueológicas de peregrinaje
administrativo, productivo y ceremonial, y culto al nevado, ya sea en la cumbre o cerca
relacionada principalmente a la ganadería a ella.
de camélidos bajo control estatal inca, como Como punto de partida para las rutas de
se evidencia por la gran cantidad de corrales ascenso modeladas, hemos determinado los
prehispánicos en el entorno. Hay pocas evi- asentamientos de Tambo Real, Pirca Pirca
dencias materiales de actividades rituales en y Cuchimachay, así como el abra de Porta-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

comparación a los demás sectores. Sin em- chuelo y las cuatro principales áreas de rocas
bargo, desde los tambos Tambo Real y Pirca talladas (rocas talladas 1, 2, 3 y 4). Desde es-
Pirca se debió ejercer el control del peregri- tos ocho puntos de inicio, constatamos que
naje procedente del suroeste hacia el nevado. en las condiciones actuales15 las rutas posi-
Además, en estos asentamientos debieron de- bles y más accesibles de ascenso a la cum-
sarrollarse diferentes actividades ceremonia- bre del nevado Pariacaca se agrupan en dos
les vinculadas principalmente a la ganadería direcciones:
de camélidos. Tanto en Tambo Real como en
Pirca Pirca, Casaverde (2014) y Farfán (Co- • Primero se verifica una ruta que asciende 15 Tengamos en cuenta
municación personal, 2014) reportan respec- que el trazado de rutas
por la cara suroeste del nevado, pasando
modeladas está hecho so-
tivamente la posibilidad de que existieran por el borde de las lagunas Piticocha, Pa- bre la base de parámetros
evidencias de estructuras ceremoniales tipo riachaca, Chuspi y Chuspicocha, y por las geográficos actuales. En
tiempos prehispánicos, las
ushnu. La visibilidad de este sector es limitada laderas de los cerros Lindero y Pariachaca. variables debieron haber
y está lejos del nevado. Por esta ruta no es posible ver la cumbre sido diferentes, especial-
nevada del Pariacaca sino hasta alcanzar mente en cuanto a la nieve
y a la cobertura. Por ello
Sector VI. Corresponde al área entre el abra la zona actual de deshielo, en la laguna constituyen ante todo un
Ocsha y la laguna Piticocha, zona periférica Chauspicocha. marco de referencia.
277
• La segunda dirección va por la cara sures- Discusión final
te del nevado, donde ascienden diversas
rutas y confluyen en la parte media de la
falda del nevado, notablemente sobre la
amplia plataforma natural descrita antes. La ocupación inca en el área de la cordille-
Continúan su ascenso final por una lo- ra del Pariacaca —como se evidencia en la
mada. A diferencia del ascenso por la cara construcción del Tambo Real, las remodela-
oeste, en estas rutas el nevado es visible ciones en Pirca Pirca, la construcción de la
durante más del 70 % del trayecto. infraestructura vial, así como en la cerámi-
ca incaica presente en el abrigo de Cuchi-
Las rutas modeladas que ascienden por la machay— muestran una reconfiguración y
cara sureste tienden a concentrarse entre la una apropiación de este escenario sagrado
laguna Mullococha y la laguna Escalera, y preincaico en la época del apogeo del Tawan-

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


coinciden con el ámbito donde registramos tinsuyu. La posible ubicación ex profeso del
evidencias concretas de rutas de ascenso: por Camino Inca, en directa relación con el cerro
la quebrada Atarhuay y en el lugar de rocas tutelar, manifiesta la incorporación de esta
talladas 3. En este sentido, se refuerza la hi- deidad al universo mítico-religioso de los
pótesis del Sector I como la zona de especial incas, en consonancia con su estrategia de
interés dentro de la jerarquización del paisaje expansión imperial. Estas reconfiguraciones
sagrado. Esta coincidencia nos muestra tam- son claras en diversos santuarios preincaicos
bién la aplicabilidad de este tipo de modela- de influencia supralocal, como Pachacamac,
ciones a partir de un SIG, que facilita la pros- Catequil e Isla del Sol, entre muchos otros.
pección en áreas de geografía extrema. En el caso del culto a Pariacaca, uno de los
Los resultados de los estudios mencio- elementos de reconfiguración incaicas proba-
nados nos comprometen a realizar una pros- ble puede ser la realización de ceremonias del
pección más intensiva en el área de estudio, Qhapaq Hucha. Como señala Molina (1959:
principalmente en el denominado Sector I, 96-97) estos sacrificios no solo se rendían a las
que nos puede brindar nuevas luces sobre los principales deidades incas sino también a las
espacios de culto cercanos a la morada de la montañas sagradas regionales de mayor pres-
deidad. tigio. Como se observa en la imagen de Gua-
mán Poma (1987 [1606]: 259) donde menciona
a Pachacamac y Pariacaca y donde aparece un
sacerdote ofrendando un niño, es probable que
este tipo de ritual se haya realizado en el mis-
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

mo nevado Pariacaca. En este caso, se puede


inferir la existencia de evidencias materiales
de este tipo de ceremonias o inclusive estruc-
turas ceremoniales incas que albergan estas
ofrendas, como en los nevados de Ampato, en 16 Sin embargo, la
localización de este tipo
Arequipa, Perú (Chávez 2001; Reinhard 1996); específico de evidencias —
Llullaillaco, en Salta, Argentina (Ceruti 1997); en el estado actual de las
o Chañi, también en Salta (Vitry 2007), entre investigaciones— muestra
que podrían estar restrin-
otros, donde se han encontrado estructuras gidas territorialmente a la
emplazadas en las cumbres de las montañas.16 zona sur del Tawantinsuyu.
278

En este sentido, si revisamos las investiga- proceso de destrucción intencional. Además,


ciones precedentes en el área de estudio (As- el boquerón o pozo de ofrendas —que según
tuhuamán 1999, 2008; Bonavia 1984, 2000; las fuentes históricas se encontraba al final de
Duviols 1997; Farfán 2010), notamos que se la escalinata— no ha sido localizado por las
ha puesto énfasis en la zona de Las Escaleras expediciones arqueológicas en la zona (Astu-
como espacio sagrado primordial, sobre la base huamán 1999, 2008; Farfán 2010).
de una correlación directa entre las evidencias De esta manera, no existen todavía las evi-
arqueológicas y las fuentes etnohistóricas. dencias necesarias para indicar con seguridad la
Consideramos que existe imprecisión en localización física del santuario mencionado por
una de las propuestas de Duviols sobre la el jesuita Fabián de Ayala. El adoratorio identifi-
localización del santuario o adoratorio al Pa- cado por Astuhuamán (1999, 2008) en el cerro
riacaca (Duviols 1997: 648-649), basada en la San Cristóbal debió tener un vínculo ceremonial
asociación entre las escaleras mencionadas en con Pariacaca, considerando que los adoratorios
la Carta annua de 1612 (Ayala 1612 en Polia vinculados a Pariacaca se localizan en muchos
1996: 215-216) y aquellas registradas en cam- cerros (Arguedas 2012 [1966]: 69). Pero a partir de
po por Bonavía (Bonavia et al. 1984: 8), pues da la evidencia actualmente disponible, no se puede
a entender a lo largo de su análisis que estas afirmar que se trate del adoratorio principal o del
escaleras ascenderían el nevado Pariacaca, no “lugar elegido” (Astuhuamán 2008).
hasta su cumbre sino hasta un peñasco más Desde nuestra perspectiva, la indagación
abajo del mismo cerro.17 En la Carta annua sobre este tipo de evidencia es relevante solo
de 1612 no se especifica el nombre del cerro en la medida en que son elementos centrales
al que ascienden los jesuitas. El dato concreto dentro de un “complejo ceremonial” aún poco
es, sin embargo, que Las Escaleras —segmen- comprendido. Para acercarnos a él es funda-
to registrado por Bonavía y bastante conocido mental profundizar en la investigación arqueo-
del trayecto en esta zona— se localizan en la lógica en el área comprendida entre el abra de
otra margen del valle glacial y que su direc- Ocsha y el abra de Portachuelo, y principal-
ción se aleja del nevado Pariacaca, en ascenso mente, en la misma montaña del Pariacaca.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

hacia el cerro San Cristóbal. Siguiendo esta perspectiva, considera-


También es necesario tomar en cuenta mos que es probable que el adoratorio prin-
que, según se afirma en la misma Carta annua cipal —o diversos adoratorios importantes
de 1612, no solo se destruyó el santuario sino durante la época prehispánica— se hubiera
también las escaleras que conducían hacia él. localizado en la propia montaña y que al-
En Las Escaleras, sin embargo, no se han en- gunos rituales pudieron desarrollarse en la
contrado, hasta el momento evidencias de un cumbre o cerca de ella.18

17 Duviols (1997: 647-648) de la deidad cambió: “Pero una perspectiva histórica, Briceño [1586] 1965) en
también correlaciona él (el huaca) vive, según se la localización de estos cuanto a que en la propia
la información sobre la cree, en un precipicio de lugares especiales para montaña se realizaban las
localización del boquerón rocas que está un poco más los rituales pudo variar (vid. ofrendas. Sobre la cumbre,
de la Carta annua de 1612 abajo del mismo Pariacaca” nota al pie 17). La mención vale la pena considerar un
con uno de los lugares (Arguedas 2012 [1966]: 101). de la “propia montaña” dato actual: los andinistas
sagrados mencionados en proviene de lo que señalan que ascienden al Pariacaca
el Manuscrito de Huarochirí 18 No nos referimos ne- el Manuscrito de Huarochirí evitan la cumbre sur más
de 1608, donde se señala cesariamente al adoratorio de 1608 (Arguedas 2012 alta por las dificultades que
que cuando llegaron los descrito por Ayala (1612) [1966]: 70-71) y otras representa y generalmente
españoles la localización pues, si observamos desde fuentes tempranas (Dávila alcanzan la cumbre norte.
279
Las rocas talladas registradas, dada su disper- Referencias citadas
sión en el área de estudio, constituyen por el
momento las evidencias ceremoniales más
resaltantes que nos indican potenciales esta-
ciones rituales en el peregrinaje para el culto FUENTES DIGITALES
a la montaña (patrón concentrado). Quizás se
trata de marcadores paisajísticos que señali- Astuhuamán Gonzáles, César
zan, por ejemplo, algunas de las rutas de as- 1999 “El Santuario de Pariacaca”, Alma Mater [en
censo al nevado que se desprende del camino línea], 7, Lima. Disponible en http://sisbib.
unmsm.edu.pe/bibvirtual/publicaciones/
principal (patrón disperso).
alma_mater/1999_n17/santuario.htm [8 de
La jerarquización del paisaje sagrado, así marzo de 2017].
como las modelaciones de rutas teóricamente
factibles, nos permiten ir diferenciando secto- Chávez Chávez, José Antonio

RICARDO CHIRINOS PORTOCARRERO Y OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO


res que presentan características particulares 2001 “Investigaciones arqueológicas de alta
y que a su vez estaban articuladas dentro de montaña en el sur del Perú”, Chungará [en
la dinámica ritual de peregrinación. Propone- línea], 33(2), Arica. Disponible en: http://
www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttex-
mos al Sector I como un área prioritaria para
t&pid=S0717-73562001000200014 [8 de
identificar las principales evidencias del culto marzo de 2017]
al Pariacaca durante la época incaica, y plan-
teamos —a diferencia de los trabajos anterio- Vitry, Christian
res— la necesidad de reorientar el enfoque de 2007 “Caminos rituales y montañas sagradas.
estudio hacia la propia montaña. Estas hipó- Estudio de la vialidad inka en adoratorios
tesis nos sirven como parámetros para futuras de altura del norte argentino”, Boletín del
Museo Chileno de Arte Precolombino [en
labores de investigación y para el posterior
línea], 12(2), Santiago de Chile. Disponible
refinamiento de nuestros análisis, con el ob-
en: file:///C:/Users/pc/Downloads/bol12-
jetivo de dar cuenta de la relación entre los 2-07%20(1).pdf [8 de marzo de 2017]
espacios sagrados en el intento de reconstruir
el fenómeno ritual en el nevado Pariacaca y su
reconfiguración en los tiempos incaicos. FUENTES DOCUMENTALES

Ramírez Velazco y Sara Valencia Ardiles


2012 Informe final de evaluación y diagnóstico del
Sistema Vial Andino – Qhapaq Ñan. Tramo
Xauxa-Pachacamac. Componente Arqueoló-
gico. Ministerio de Cultura, Lima.
PARIACACA WILLKAÑAN: ESPACIO...

AGRADECIMIENTOS
Al equipo del Proceso de Nominación del FUENTES IMPRESAS
Qhapaq Ñan a la Lista de Patrimonio Mundial:
Albornoz, Cristóbal de
Percy Obeso, Sandro Santos, Gisella Huerta,
1984 [1584] Instrucción para descubrir todas las guacas
Adriana Lazo y Leonel Hurtado, por el proce- del Pirú y sus camayos y haciendas, en
samiento de los datos y las diversas discusio- Pierre Duviols, ‘‘Albornoz y el espacio ritual
nes que sirvieron para construir la presente andino prehispánico’’, Revista Andina [Cus-
investigación. A Lucía Borba, por todo el apo- co], 2(1), pp. 194-222.
yo en la realización del presente artículo.
280

Arguedas, José María (editor) Cornejo Guerrero, Miguel Antonio


2012 [1966] Dioses y hombres de Huarochirí. Narración 2000 “La nación ichma y la provincia inka de
quechua recogida por Francisco de Ávila. Pachacamac”, Revista Arqueológicas [Lima],
Lima: Instituto de Estudios Peruanos. 24, pp. 149-173.

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Las rutas de caravanas
en los Andes como
paisajes culturales
AXEL E. NIELSEN Si se entiende al paisaje como el conjunto de relaciones
entre la gente y los lugares que brindan la estructura es-
CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
pacial a la experiencia y la acción (Thomas 2012: 182), y
CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS
a la práctica como su locus de reproducción, cabe pensar
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA
que los sistemas viales pueden ser fructíferamente in-
Y PENSAMIENTO LATINOAMERICANO,
vestigados como paisajes (Trombold 1991). Un proyec-
ARGENTINA
to así tomaría como punto de partida el análisis de las
actividades y de la cultura material asociada a los viajes
y al tráfico, y, a partir de allí, buscaría identificar los
principios generativos que dan cuenta de las relaciones
entre los viajeros y los lugares que habitan a lo largo de
las travesías. Este artículo se propone contribuir a esta
labor combinando observaciones etnoarqueológicas
sobre los viajes de caravanas llameras actuales con evi-
dencias arqueológicas de vialidad antigua en los Andes
del sur.
Partimos de la premisa de que la espacialidad de los
viajes —como la de cualquier otra actividad— obedece
siempre a tres lógicas, que denominamos instrumental,
semiótica y social. La primera se refiere a los requisitos
funcionales de la circulación dados sus objetivos y los
recursos disponibles; la segunda deriva de las concep-
ciones del mundo puestas en juego por los distintos su-
jetos que participan del tráfico y en cuyo marco cobran
sentido los bienes, los lugares, los actos y las personas;
la tercera concierne a la interacción entre los distintos
agentes que, de un modo u otro, intervienen en las tra-
vesías y en los intercambios, así como a las estructuras
y poderes que regulan estas negociaciones.
Evidentemente las tres lógicas son inseparables en
la práctica de viajar o en la experiencia de los paisajes
de tránsito, pero su distinción analítica se justifica
porque plantean condiciones metodológicas diferen-
tes a la indagación arqueológica. Si bien los factores
que constriñen instrumentalmente los viajes pueden
generalizarse a cualquier caso que reúna condiciones
limitantes similares, los significados y las socialidades
284

asociadas obedecen a procesos históricos par- tivos sistémicos, como por ejemplo el ideal
ticulares, que deben ser develados a través de andino de complementariedad o las estra-
un análisis interpretativo que contemple tam- tegias implementadas unilateralmente por
bién otro tipo de evidencias, por ejemplo, los ciertas facciones o instituciones, como las éli-
modos de significación propios de los objetos, tes tiwanaku, los incas o la corona de España.
las metáforas, los contextos y las homologías Al hablar de caravanas nos referimos am-
entre ellos. pliamente a contingentes de viaje que inclu-
Por cierto, la dimensión histórica del yen animales con carga entre sus miembros.
paisaje no se limita a las particularidades del Esto define un primer conjunto de factores
contexto político o cultural, sino que abar- objetivos que estructuran las rutas caravane-
ca también su situación en una genealogía ras presentes y pasadas en los Andes, a saber,
de prácticas cuyos rastros se acumulan en las características físicas y etológicas de las lla-
los lugares como mejoras, marcas, desechos, mas y la distribución de recursos claves para
memorias, saberes y actitudes. Pocas veces se ellas en los ambientes que transitan. Los lla-
transita o construye un camino en terreno meros son explícitos respecto a la importan-
virgen; tanto los viajes como los proyectos cia de este punto cuando manifiestan que el
viales siguen los rastros de travesías anterio- bienestar de la tropa cobra precedencia sobre
res, aunque los modifiquen, reinterpreten o cualquier otra consideración en los viajes, in-
eviten por completo. Cuando se estudian los cluyendo su propia comodidad y hasta los ob-
paisajes viales, entonces, es importante consi- jetivos económicos o sociales de las travesías.
derar también su desarrollo en el tiempo y el En este trabajo aprovechamos investi-
diálogo con el pasado que este implica. gaciones etnoarqueológicas realizadas en la
Nuestro énfasis en las caravanas se justi- década de 1990 entre pastores caravaneros (o
fica porque durante los últimos tres o cuatro llameros) del sur de Lípez, en el altiplano me-
milenios las llamas cargueras fueron pro- ridional de Bolivia (Nielsen 1997, 2001), para
tagonistas del tráfico en gran parte de los caracterizar la organización de los viajes y los
Andes (Núñez y Dillehay 1979), por lo que lugares que conforman las rutas caravaneras
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

indudablemente contribuyeron a dar forma de corta, media y larga distancia. Describimos


a los sistemas viales. Esto no implica igno- brevemente las actividades realizadas en cada
rar o menospreciar la participación de otros lugar, los criterios que rigen su organización
agentes en la circulación interregional, como y sus consecuencias materiales, señalando
los grupos del litoral oceánico, de los bosques además algunos significados que estos lugares
del piedemonte oriental o de las propias tie- poseen para los llameros y las interacciones
rras altas viajando sin animales de carga (v.g. sociales asociadas a ellos. A lo largo del traba-
Nielsen 2006; Pimentel et al. 2011). Por el con- jo ilustramos los principales puntos mediante
trario, considerar las relaciones que distintos ejemplos arqueológicos tomados de las re-
tipos de viajeros establecen con los lugares des viales de los períodos Intermedio Tardío
es importante para reconocer en la configu- (1000-1450 d.C.) e Inca (1450-1536 d.C.) en el
ración de las redes viales la intervención de sur andino, marcando semejanzas y diferen-
múltiples agentes con restricciones, recursos cias con las prácticas actuales, destacando así
e intereses diferentes. También es una forma la importancia de situar los paisajes viales en
de pensar al tráfico y a los paisajes de tránsi- su contexto histórico. Concluimos discutien-
to como campos de negociación social, antes do los cambios que trajo aparejada la cons-
que como realización automática de impera- trucción del Qhapaq Ñan.
285
Caravanas llameras
tabla 1. Escalas del tráfico caravanero y escenarios
y paisajes de tránsito de actividad implicados

Distancia
Las rutas de caravanas comprenden entre tres
y cinco escenarios de actividad, dependiendo Corta Media Larga
principalmente de las distancias recorridas
(tabla 1). En condiciones normales las llamas <30 km 30-80/100 km >80/100 km
cargadas avanzan entre 15 y 25 kilómetros
por día, dependiendo de las características del
Nombre del sitio
terreno. Pueden cubrir el doble de distancia si
se les exige, pero solo en viajes relativamente Vivienda pastoral X X X
cortos (una o dos jornadas) ya que esto pone
en grave riesgo a los animales.1 Distancias Terminal de carga X X X
de hasta aproximadamente 30 kilómetros
pueden ser recorridas en una jornada, lo que
Vía X X X
resultaría en la expresión más simple de una
ruta: la base llamera, una terminal de destino
Lugar de pernocta X X
y una vía entre ellas. Estos viajes de “corta
distancia” corresponderían a trayectos entre
Área de descanso X
comunidades, viviendas y otras instalaciones
próximas, o al tráfico entre vecinos dentro de
una misma región.
Al superar estas distancias, las tropas
cargueras deben detenerse a descansar por la
noche.2 Esto da origen a un cuarto escenario
de actividad, el lugar de pernocta, llamado ac-
tualmente jarana en quechua. La presencia de
estos sitios es un buen indicador de rutas de
media o larga distancia como las que en los
Andes comunican cuencas adyacentes o los AXEL E. NIELSEN
valles y oasis del piedemonte con el altipla-
no o la sierra. Los lugares de pernocta ofrecen
1 Los llameros explican
interesantes oportunidades para indagar so- que si se obliga a las
bre los agentes y la organización del tráfico llamas a forzar la marcha
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

en forma sostenida “se


ya que son producto directo de la logística de
calientan”, “la grasa del
los viajes. cuerpo se les licúa” y
Condiciones necesarias para la existencia eventualmente se echan
y dejan morir.
de una ruta de media o larga distancia son
la disponibilidad de agua y pastos. Habitual- 2 Hombres y mujeres
mente las llamas pueden permanecer hasta viajando sin animales
comúnmente recorren
tres o cuatro días sin beber, pero dado el calor distancias más largas
y el esfuerzo del viaje, no pueden pasar más de hasta 50 kilómetros.
286

de un día sin agua. Es más importante, sin La vivienda pastoril


embargo, la presencia de forraje; los pastores
consideran muy peligroso marchar varios
días sin que los animales se alimenten sufi- Las fuentes históricas indican que, como en
cientemente, sea por la ausencia de pastos la actualidad, la conducción de las caravanas
adecuados3 o por la realización de jornadas antiguas en los Andes estuvo a cargo de los
demasiado largas. propios pastores, incluso en el seno de forma-
Cuando las travesías superan las cua- ciones políticas complejas como el Tawantin-
tro o cinco jornadas, las caravanas deben suyu (Murra 1978). Si aceptamos esta genera-
detenerse uno o más días para descansar y lización —que se aplica igualmente a pueblos
permitir que los animales se alimenten ade- que han practicado el tráfico con caravanas
cuadamente. Como las llamas solo comen de en otras partes del mundo— la casa pastoril
día, las pocas horas de luz con que cuentan se constituye en el primer componente de
para pastar al final de cada jornada de mar- los sistemas viales caravaneros, el punto de
cha son insuficientes para mantenerlas bien partida y retorno de todo viaje. Como hogar
nutridas bajo la exigencia física de los viajes. de llamas y llameros, la vivienda escenifica la
Cabe concluir, entonces, que estas paradas carga inicial de la tropa y los principales ritos
y lo que denominamos “áreas de descanso” propiciatorios, siendo referenciada de varias
fueron componentes necesarios de las rutas maneras a lo largo de la ruta. Los indicadores
llameras de “larga distancia” (rutas de aproxi- arqueológicos de estos lugares comprenden,
madamente 100 kilómetros a más) en todas por un lado, los elementos empleados en la
las épocas. cría y el pastoreo (corrales, dormideros, alta-
res y objetos rituales, etcétera), y por otro, los
equipos caravaneros (artefactos de carga y pa-
rafernalia ritual). Las características y signifi-
cados de la vivienda llamera son temas cuyo
tratamiento excede las posibilidades de este
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

trabajo y que han sido analizados en otras


oportunidades (Arnold 1998; Göbel 2002; To-
masi 2015; Yacobaccio et al. 1998), por lo que
solo nos ocuparemos de los segundos.
Los artefactos de carga para los animales
ofrecen evidencia arqueológica que permite
identificar las viviendas de pastores carava-
neros. Actualmente son sogas y bolsas o cos-
tales, pero durante los períodos Intermedio
Tardío e Inca del sur andino se emplearon
además horquetas de atalaje o “tarabitas,”
confeccionadas generalmente en maderas 3 Evidentemente, si
no hubiera alternativa
locales (churqui, queñoa y molle) y con me- podría transportarse
nor frecuencia en hueso o asta (Boman 1991 agua y forrajes, pero esto
[1908]: 590; Raviña et al. 2007). Estos son gan- reduciría significativamente
la capacidad de carga útil
chos o hebillas en forma de V que sirvieron e implicaría considerable
para facilitar el ajuste de las sogas al asegurar estrés sobre los animales.
287
la carga sobre el lomo de las llamas y mitigar
así el desgaste de las mismas prolongando así
la vida útil de estos importantes pero frági-
les elementos. El uso de tarabitas no ha sido
documentado etnográficamente pero su ha-
llazgo con trozos de soga aún amarrados y los
patrones de desgaste que presentan no dejan
dudas sobre su función (foto 1).
La parafernalia ritual asociada a los viajes
es otro indicador de la movilidad caravanera
que se esperaría encontrar en las viviendas
de llameros. Actualmente comprende los
cencerros que portan las llamas delanteras
líderes de tropa, los elementos para montar
los altares o mesas para los ritos realizados en
distintos puntos de la ruta y las ofrendas. Las
mesas de viaje se despliegan sobre un costal o
una pieza tejida (awayo o unkuña) e incluyen
principalmente sogas, cencerros, costales en
miniatura, recipientes de calabaza (tutumas) y
bolsas para coca (chuspas). Las ofrendas com-
prenden coca, alcohol puro, harina de maíz
blanco (llompaqa), figurinas de camélidos
confeccionadas con grasa y harina de maíz
blanco (virauñas), incienso, arbustos perfu-
mados (kowa) y pericardios de llama rellenos
con cortes de distintas partes del cuerpo del
animal (kichiras), elemento infaltable en las foto 1.
mesas llameras que se confecciona al faenar Horqueta de atalaje con
los animales y se deja secar para su conserva- restos de soga procedente
ción. Todos estos elementos se transportan de Chiu Chiu, norte de

AXEL E. NIELSEN
Chile (foto del autor).
cuidadosamente envueltos en bolsas y paños
tejidos, empleando botellitas de vidrio o plás-
tico para los líquidos.
Ciertamente los conjuntos rituales debie-
ron variar en distintas épocas y regiones, por
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

lo que su identificación en cada caso debería


apelar tanto a analogías como a evidencias
contextuales. Los cencerros tienen sus an-
tecedentes en el período Intermedio Tardío,
cuando eran confeccionados en madera con
badajos del mismo material (foto 2). También
fueron comunes las calabazas, por lo gene-
ral pirograbadas con diseños geométricos o
288

antropomorfos con modelos repetidos de la


alfarería, como sucede con el estilo cerámico
Yavi/Chicha, o en el arte rupestre asociado a
las rutas (Berenguer 2004; Pimentel 2009).
Ofrendas comúnmente asociadas a las vías
prehispánicas son las rocas de color verde y
blanco —generalmente minerales de cobre y
ceniza volcánica, respectivamente— en bru-
to o trabajadas en forma de cuentas (Nielsen
1997). De acuerdo con un cuidadoso examen
contextual de los hallazgos, Berenguer (2004)
argumenta que las rocas verdes eran un mullu
sur andino y, como tal, servían de alimento a
las huacas. foto 2.
La presencia de equipos de carga y pa- Campana
rafernalia ritual caravanera en sitios del pe- de madera
procedente
ríodo Intermedio Tardío sur andino ofrece de Chiu
la oportunidad de identificar las bases resi- Chiu, norte
denciales de los antiguos llameros, e indagar de Chile, pro-
sobre su relación con otras personas, activi- bablemente
dades y lugares (Angiorama 2007; Pérez de empleada
como cen-
Micou 1997; Raviña et al. 2007; Yacobaccio cerro para
2013). La mayoría de estos hallazgos provie- llamas (foto
ne de asentamientos en regiones de puna (a del autor).
más de 3 500 msnm) o de valles y quebradas
prepuneñas (1 500 a 3 500 msnm); esto in-
dica que los llameros preincas no solo per-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tenecían a grupos domésticos o colectivos


de pastores especializados4, sino también a
comunidades comprometidas en distintas
actividades productivas, incluyendo la agri-
cultura (Nielsen 2009).
Como hogar de los viajeros o como
punto de partida y de retorno, la vivienda
4 Cabe notar que las
llamera escenifica actualmente algunos de investigaciones arqueo-
los principales ritos para pedir ayuda de las lógicas en zonas de alta
deidades en una travesía. Esta asociación se- puna (mayores a 4 000
msnm), donde probable-
guramente se aplica a muchos casos del pa- mente habitaron pastores
sado, lo que justifica una breve descripción especializados, han sido
muy escasas, lo que no
de las prácticas etnográficas y los materia- permite por ahora estable-
les involucrados, ya que pueden ayudar en cer comparaciones con los
la formulación de hipótesis arqueológicas. hallazgos de regiones más
bajas, donde la ganadería
Entre los llameros del altiplano sur, el rito formó parte de economías
de la partida es particularmente importante diversificadas.
289
en los viajes de intercambio hacia los valles de agradecimiento hacia las llamas que han
orientales, que duran entre dos y tres meses, transportado la carga durante meses, un ges-
por lo que se consideran especialmente ries- to que da inicio a la celebración del retorno.
gosos. Participan del evento la familia del De distintas formas, entonces, la talvarita
llamero y, a veces, algunos vecinos, parientes marca el confín del espacio doméstico, el lí-
o amigos. Luego de compartir una comida al mite entre la casa y el camino.
amanecer, mientras algunos traen las llamas Los “sitios de muros y cajas” del período
viajeras al patio, otros despliegan la “mesa Intermedio Tardío en el desierto de Ataca-
de costumbre” que incluye la parafernalia ma, en el norte de Chile (Berenguer 2004;
ritual, las ofrendas para la ruta y algunos Sinclaire 1994) ofrecen uno de los ejemplos
elementos emblemáticos del equipo de carga arqueológicos mejor investigados de con-
—por ejemplo, una soga y un costal—. Tras textos rituales vinculados a la propiciación
sahumar y circunambular el lugar pidiendo de los viajes, que se encuentran en estrecha
protección para la casa y los viajeros, se com- relación con las áreas residenciales de algu-
parte coca y alcohol entre los presentes, in- nos grupos que participaron activamente del
cluyendo no solo a los seres humanos y a las tráfico caravanero, como el conglomerado
llamas, sino también a los principales cerros de Lasana o los caseríos de pastores de San-
locales y al camino mismo (ñan), invocando ta Bárbara. Como los ritos de partida recién
a cada uno de ellos por sus nombres. Tam- descritos, estos sitios incluyen referencias a
bién se alimenta la mesa y la carga, vertiendo las principales deidades locales (orientación
sobre ellas pequeñas cantidades de chicha y hacia los cerros más destacados y rocas ver-
alcohol (challar) o dejando caer hojas de coca des entendidas como alimento de los dioses),
seleccionadas (sinqar). Estos gestos manifies- altares o “mesas” (las cajas de piedra empo-
tan el carácter animado que estos objetos po- tradas en el suelo) y ofrendas alusivas a los
seen para los llameros, quienes los alimentan viajes o a los bienes intercambiados (con-
para que crezcan y se multipliquen. Conclui- chas marinas y plumas de aves tropicales).
das estas labores propiciatorias, se enfloran Muchos de ellos poseen también mojones
las llamas renovando los ornamentos de lana asociados con restos de piezas cerámicas
roja en sus orejas (para que se vean bien fren- aparentemente fracturadas intencionalmen-
te a quienes las avisten en viaje), se las carga te en el lugar, tal vez como parte de un rito
y se inicia la marcha. de despedida análogo al que se realiza hoy en
Los parientes y amigos acompañan a la día en las talvaritas. AXEL E. NIELSEN
caravana hasta un mojón (talvarita) que se
sitúa en alguna elevación cerca de la casa,
desde donde se divisa el camino y se com-
parte el último trago de despedida. Meses
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

después, cuando llega el tiempo del retorno,


los familiares salen a este punto cada mañana
esperando divisar la tropa en el horizonte lle-
vando chicha y coca para darle la bienvenida.
Cuando el arriero llega finalmente al mojón,
tras cumplir las formalidades del encuentro
con los seres queridos, carga sobre sus espal-
das un costal que lleva hasta la casa en señal
290

Terminales de carga de carga, típicamente incorpora este módulo


a su trazado, que por lo general comprende
un patio cerrado en tres lados por habitacio-
nes, entre las que se encuentran los depósitos
Estos lugares varían en función del contexto donde se almacenan los bienes a trasladar du-
económico y político del tráfico. Actualmen- rante los días previos a la partida.
foto 3 .
te los principales terminales son las viviendas El comportamiento de las caravanas en
Imagen del
llameras donde se reúnen los bienes a inter- otras terminales depende fundamentalmente Pucará de
cambiar en los viajes, y los puntos de destino de la existencia de espacios deliberadamente Tilcara y sus
donde los llameros realizan transacciones y acondicionados para el manejo de las tropas. alrededores,
renuevan las cargas, como las comunidades De acuerdo con el principio de priorizar el donde se obser-
productoras de sal en los márgenes del salar bienestar del rebaño, si los llameros esperan van elementos
vinculados a su
de Uyuni, las viviendas dispersas o los case- permanecer una o más noches en lugares función como
ríos de los agricultores de valle5, los campa- que no cuentan con estas facilidades, buscan base pastoril
mentos mineros y las ferias. En el pasado de- áreas apartadas de la ocupación local, en lo y terminal
bieron variar más aún —de acuerdo con las posible con acceso a pasturas, delegando si es de carga de
características de las comunidades de origen necesario el cuidado de la tropa a un miem- caravanas.
de los arrieros, de los objetivos económicos bro del grupo, quien puede tomar más de un
del tráfico y de su marco institucional— para rebaño bajo su responsabilidad cuando la si-
incluir también asentamientos agropastoriles tuación lo requiere. Por ejemplo, el ayudan-
concentrados, residencias de autoridades étni- te puede hacerlo cuando varias caravanas se
cas, instalaciones administrativas (religiosas concentran en las ferias.
o seculares), áreas agrícolas, minas, canteras, Los lugares donde se anticipa el arribo
talleres, entre otros. regular de tropas pueden contar con instala-
Dentro de la variabilidad actual, las ope- ciones especiales para alojar a los viajeros. Tal
raciones de carga y descarga de animales que es el caso del actual Colchani, una comuni-
caracterizan a estos lugares se asocian a un es- dad especializada en la extracción de sal en la
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

quema o módulo funcional básico que, en prin- margen sudoriental del salar de Uyuni (Boli-
cipio, podría reconocerse en distintos sitios y via). Alrededor del pueblo se advierten toda-
contextos, incluso en aquellos regidos por otras vía varios complejos de corrales que servían
demandas y programas de trabajo. El módulo para albergar las caravanas que llegaban cada
de carga/descarga está conformado por un área año después de las lluvias desde distintos rin-
donde se restringe el movimiento de los anima- cones del altiplano sur a buscar sal en panes
les mientras se realizan estas operaciones, junto para llevarla a los valles.
a otra donde se acopian los bienes a transpor- Las situaciones planteadas hasta aquí
tar. La primera de ellas se ve asociada habitual- pueden ejemplificarse con el caso del Pucará
mente a estructuras de encierro como corrales, de Tilcara (foto 3), un asentamiento período
patios o cercos con planta en forma de U que Intermedio Tardío/Inca en la Quebrada de
pueden ser fácilmente vallados mediante el uso Humahuaca (noroeste argentino). Durante
de sogas o barreras móviles. La carga puede ser las excavaciones llevadas a cabo en este sitio
temporalmente almacenada en estos mismos a principios del siglo XX (Debenedetti 1930), 5 Estos son los caseros
recintos o en depósitos directamente asociados. se recuperaron numerosos bienes alóctonos o socios que esperan
a los llameros cada año
La vivienda pastoril, que actualmente funciona testimonio de la participación de la comu- para intercambiar o
invariablemente como una de las terminales nidad en redes de tráfico de distinto alcance. cambalachear.
291
Tilcará
actual

Quebrada de Huichaira
(a la Puna)

Pucará Río Huasamayo


de Tilcará (a El Alfarcito y
Valles Orientales)
PP2

PP1
Corrales PP3
Patapampa

Meseta Sur

En términos de los rangos definidos ante- Como sucede en otros conglomerados del
riormente, estos elementos proceden de dis- período Intermedio Tardío sur andino, los co-
tancias largas (conchas del Océano Pacífico, rrales no están dentro del sitio en asociación
cuentas de rocas verdes del desierto de Ata- directa con las viviendas, sino que forman un
cama, obsidiana y sílice de la puna, alfarerías conjunto discreto6 situado en la margen del
Yavi-Chicha y Aguas Calientes-Casabindo poblado, cerca de los principales accesos (Za-
típicas de regiones vecinas al valle), medias burlín 2010: 203). Cabe pensar que este sector
(maderas, nueces, plumas de aves y plantas operaba como la principal área de carga/des-
alucinógenas de las yungas o evidencias de carga tanto para las caravanas alóctonas que
su consumo) y cortas (como el alabastro de la visitaban la comunidad como para las tropas
vecina Huichairas o algún lugar en la propia locales. Existen además, distribuidos por todo AXEL E. NIELSEN
quebrada). También se encontraron ganchos el asentamiento y en asociación con las vías
de atalaje, cencerros de madera y calabazas de circulación internas, alrededor de una do-
que indican la activa participación de llame- cena de espacios despejados cercados por mu-
ros locales en el tráfico, lo que no excluye la ros o plazas secundarias que pudieron “conte-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

llegada de caravanas de otras regiones, par- ner tanto agregaciones de personas como de
ticularmente de comunidades puneñas que animales” (Ibíd.: 201). Si esta interpretación
poseían rebaños más grandes y mantenían es correcta, cabe pensar que tales recintos
6 Investigaciones
una activa red de tráfico hacia ambos flan- fueron también empleados como módulos de recientes ponen en duda
cos de los Andes. Esto significa que el Pucará carga y descarga al servicio de distintos gru- que todos los recintos
seguramente funcionó como base llamera y pos de viviendas. anunciados como corrales
en la reconstrucción de
también como terminal de carga para cara- Desde una perspectiva más amplia, el este sitio hayan servido
vanas de diverso alcance. conjunto principal de corrales se ubica en para esta función.
292

la intersección entre las rutas que vinculan


los valles orientales y la cuenca de Alfarcito
(principal área agrícola vinculada al Pucará)
por el oriente, Huichairas y la puna por el
poniente, además de asociarse directamente
al eje norte-sur que durante la estación seca
permite recorrer la quebrada a lo largo del
lecho del río Grande. Es en esta playa, al pie
del sitio, donde hasta la década de 1990 acam-
paban las caravanas de burros que llegaban
desde Salinas Grandes a intercambiar sal y
derivados de la ganadería por fruta y otros
productos agrícolas locales. Los sectores de
fondo de valle al norte y oeste del Pucará
debieron ser ocupados con cultivos —como
sucede hoy— ya que cuentan con superfi-
cies aptas e irrigables. Las planicies altas que foto 4 .
flanquean el sitio por el este y el sur, en cam- Vista del complejo pastoril de PP1 con el Pucará
bio, parecen haber estado reservadas para el de Tilcara al fondo. Nótese el conjunto de
manejo de animales en función del pastoreo corrales (reconstruido) hacia la izquierda del
y del tráfico. Allí se encuentran bajas den- Pucará (foto del autor).
sidades de desechos que incluyen alfarería
prehispánica, parapetos construidos y restos
de rocas verdes y blancas, hallazgos que res-
ponden a las expectativas etnoarqueológicas
para áreas de pernocta informales asociadas a
terminales de carga. Hacia el este, en el sector
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

conocido como Patapampa, también se en-


cuentran estructuras vinculadas al pastoreo,
como el complejo corral-refugio con cerámi-
ca prehispánica de PP1 (foto 4), o una antigua
senda que permitiría la circulación norte-sur
por el piedemonte durante todo el año. Junto
a esta vía se encuentran dos pares de acumu-
laciones de piedra (PP2 y PP3) o apachetas,
una de ellas coronada con rocas en forma de
camélidos y asociada a cerámica del período
Intermedio Tardío, mineral de cobre y cuen-
tas de ceniza volcánica (foto 5). Estos altares
y ofrendas indican que en tiempos prehispá-
foto 5 .
nicos tardíos los asentamientos llameros y las Apacheta con ofrendas prehispánicas
terminales de carga también escenificaban ri- asociada a senda antigua en el abra
tos destinados a asegurar la asistencia de las de Patapampa (foto del autor).
deidades en los viajes.
293
Vías y lugares de paso o se resisten a continuar. En estos casos, lo
común es dividir la tropa en grupos más pe-
queños, de aproximadamente entre 20 y 25
animales a cargo de un arriero, lo que permite
La mayoría de las vías transitadas por las cara- una marcha más ágil y controlada.
vanas actuales son informales, es decir, las ge- Hay indicios, sin embargo, de que en
nera el mismo tráfico, sin planificación y con tiempos prehispánicos las llamas marchaban
mejoras mínimas o inexistentes. A diferencia en hileras, amarradas entre sí con cabezales
de los caminos o vías formalmente construi- y sogas, tiradas por un individuo caminan-
das, estos senderos se adaptan a la topografía do adelante de la tropa. Así se representan a
sin modificarla y suelen ser redundantes, es menudo las caravanas en el arte rupestre o en
decir, ofrecen varias alternativas semejantes la cerámica (figura 1), mientras que los cabe-
para transitar entre dos puntos (Trombold zales —confeccionados en lana o fibra vege-
1991: 3). Sus características físicas dependen tal— han sido reiteradamente encontrados
de la naturaleza del terreno. En el altiplano en contextos arqueológicos (Pérez de Micou
suelen ser simples fajas de 2 a 5 metros de 1997). Esta técnica permite un minucioso
ancho que se mantienen libres de vegetación control de la tropa, pero solo funciona con un
por el propio pisoteo, en las laderas se con- máximo de diez animales aproximadamente,
vierten en sendas más estrechas, mientras por lo que requiere ocupar un número de per-
que al llegar a fondos de valle suelen aprove- sonas dos o tres veces mayor que el arreo.
char los lechos de ríos, lo que tiende a desdi- La desaparición del “tiro con cabezales”
bujarlas. en los últimos siglos, entonces, podría rela-
Actualmente las llamas avanzan libre- cionarse tanto con la disminución del tráfico
mente, encabezadas por sus delanteros —ani- caravanero como de la mano de obra dispo-
males que muestran liderazgo sobre el reba- nible para este trabajo. Por un lado, el control
ño en marcha y que llevan los cencerros— y que brinda esta técnica parece innecesario
arreadas por los pastores que cierran la mar- actualmente, ya que son pocas las tropas que
cha. En lugares llanos, la tropa tiende a “abrir- viajan. Pero debió ser muy importante en el
se,” caminando los cargueros uno junto al pasado, cuando miles de animales transita-
otro o en filas paralelas con los arrieros detrás, ban las rutas. Esto seguramente generó com-
generando así los “senderos troperos,” “sendas plicaciones de tráfico (embotellamientos,
trenzadas” o “rastrillados” característicos de estampidas y desbarrancamientos) en los AXEL E. NIELSEN
la vías caravaneras en los Andes (Berenguer tramos más estrechos de las rutas (faldeos,
et al. 2005:14). Los llameros con quienes he- vados, puentes, etcétera), poniendo en riesgo
mos conversado consideran que no hay otra a los animales y a las cargas. Por otro lado, la
forma de conducir llamas dadas las relaciones cantidad de personas conduciendo las cara-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

numéricas actuales, en las que cada arriero se vanas también debió ser mayor en el pasa-
encuentra a cargo de 15 o 20 animales como do tiro con cabezales —al menos durante el
mínimo. Aun así, resulta difícil sostener una período Intermedio Tardío/Inca— teniendo
marcha ordenada con más de 40 o 50 cargue- en cuenta que la movilización de la mano de
ros, particularmente en lugares abiertos o que obra en base a instituciones corporativas (de
“desagradan a las llamas,” como las grandes reciprocidad o redistribución) permitía desti-
bajadas o pasajes estrechos y encajonados, nar mayor número de trabajadores a labores
donde los animales se dispersan, se desvían de interés colectivo.
294

figura 1.
Caravanas de llamas ata-
das y tiradas por el con-
ductor en el arte rupestre
de Valle Encantado (Salta,
Argentina), período de
Desarrollos Regionales
(tomada de Martel 2011,
0 10 cm
Figura 7).

Como otros elementos del entorno, el camino sando por el simple gesto de escupir las hojas
(construido o no) es una entidad animada y de coca que se vienen mascando (acullico) al
consciente dentro de la cosmovisión andi- pasar junto a grandes peñascos, hasta la nor-
na, una persona no-humana que favorece (o ma de esquivar en lo posible lugares temibles,
no) a los caminantes, de acuerdo a los ritos como las angosturas (punkus) y ojos de agua.
o costumbres cumplidas. Es por ello que su Las investigaciones arqueológicas sobre
asistencia es explícitamente invocada en la rutas caravaneras sur andinas han puesto
partida —algunos lo hacen al comienzo de en evidencia rasgos, marcas y gestos rituales
cada jornada— y comprometida de antema- asociados a algunos de estos lugares que a
no a través de ofrendas de alcohol y coca. Al veces no poseen análogos directos en la et-
decir de los llameros, “el camino nos guía, nos nografía de los viajes (Berenguer 2004; Cruz
lleva, nos protege y nos devuelve”.7 A su vez 2006; Núñez 1976, 1985; Pimentel 2009; Ya-
conecta con muchos otros lugares que tam- cobaccio 1979, entre otros). Un rasgo parti-
bién se perciben como personas no-humanas cularmente difundido en el área durante el
y que, por lo tanto, requieren un tratamiento período Intermedio Tardío/Inca es el pozo
“social” de parte de los viajeros. Estos seres de ofrendas conocido popularmente como
comprenden, entre otros, las apachetas que tapado o sepulcro, porque se le asocia a una
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

suelen encontrarse en los cruces de caminos leyenda según la cual serían sepulturas de
y ciertos accidentes geográficos (portezuelos, quienes portaban las andas del Rey Inca
puntos de transición entre campo y quebra- (Nielsen 1997:362). Se trata de pozos situados
da), cerros destacados, rocas o afloramientos en abras, cumbres de cerros de escasa altura
de forma curiosa, vertientes, encuentros de u ojos de agua, donde se ofrendaron cuentas
ríos (palcas), sitios arqueológicos (chullperíos) blancas (ceniza volcánica) y verdes (por lo ge-
y las talvaritas mencionadas anteriormente. neral minerales de cobre, pero también vidrio
Estas entidades no solo poseen cualidades o plástico en tiempos históricos), junto con
genéricas según su tipo (por ejemplo, los ce- desechos de su fabricación. Ocasionalmente
rros son nobles benefactores mientras que las hay varios de estos rasgos en el mismo por-
vertientes tienden a ser peligrosas), sino que tezuelo o se encuentran ofrendas más varia-
cada una suele tener además disposiciones das, como en Abra del Toro Muerto, donde se
singulares cuyo conocimiento es transmitido registraron en superficie cordeles, trozos de
por generaciones a través de nombres propios, vellón de vicuña, artefactos líticos, cerámica,
anécdotas y otros relatos. El protocolo ritual restos de metal de artefactos no identificables
esperado varía, según el caso, desde el elabo- y plumas de aves de diversa procedencia aso- 7 Agradezco a Ramiro
rado ceremonial dedicado a las apachetas, pa- ciados a 13 pozos de ofrenda. Matos esta referencia.
295
Lugares de pernocta apenas cuentan con arquitectura u otras faci-
lidades para recibir a los viajeros. Idealmente
o jaras deben ser lugares relativamente seguros para
los animales, con pastos para que puedan re-
poner energía, agua (sobre todo para los lla-
En viajes de media y larga distancia, las ca- meros ya que los animales pueden abrevar
ravanas se detienen a pernoctar cada 15 a 25 en el camino) y leña. Si hay elementos que
kilómetros. Esta es la distancia que se recorre sirvan de reparo a las personas (aleros, peñas-
en 6 a 8 horas, lo que en invierno permite cos y estructuras abandonadas) o ayuden a
descargar las llamas temprano en la tarde, mantener acorralada la tropa durante la car-
reservándoles así algunas horas para pastar ga y descarga, se los aprovecha; si no los hay y
antes de anochecer. Luego de apilar las cargas el estado del tiempo lo aconseja, se levantan
y contar las sogas para verificar que ninguno expeditivamente reparos para prender fuego
de los cargueros se haya extraviado en ruta y cocinar.
(se utiliza una soga para cargar cada animal), Los campamentos constan de dos secto-
se aprovisiona el campamento con agua y res diferenciados, el área de carga/descarga y
leña y, al caer la noche, se prepara la comida. el fogonero. La primera es un área plana, libre
Si el lugar no se considera seguro por algún de vegetación donde se reúne la tropa al lle-
motivo (presencia de predadores que puedan gar, o a la mañana, al iniciar los preparativos
atacar a la tropa o algo que pueda espantarla) para partir. La carga se apila alrededor, for-
se sujeta a las llamas amarrándolas del cuello. mando parapetos para reparar a las personas
Al amanecer se vuelve a cargar y se reanuda mientras duermen. El fogonero está siempre
la marcha, buscando aprovechar al máximo fuera del sector anterior; se confecciona reu-
las horas de luz. niendo tres piedras de forma apropiada para
El verano es la temporada de mayor ac- asentar la olla. Toda la actividad a partir del
tividad pastoril y demanda de mano de obra anochecer se realiza en torno al fuego. Los
entre los llameros, ya que en esta época tie- desechos generados durante la preparación y
nen lugar el nacimiento y empadre de los consumo de comidas, la reparación ocasional
animales, la esquila, la castración, etcétera. de equipos o la pérdida accidental de objetos
Por ello es razonable pensar que, excepto en durante la carga son mínimos.
casos de especialización en el tráfico, los via- Las evidencias arqueológicas de los luga-
jes de caravanas a media y larga distancia en res de pernocta suelen ser poco visibles, ex- AXEL E. NIELSEN
el pasado andino debieron concentrarse en la cepto cuando son ocupados repetidamente
estación seca, como sucede en la actualidad. y durante largos períodos. Entonces forman
Si esto es así, cabe generalizar que la voluntad áreas extensas, de límites difusos, con baja
de aprovechar al máximo las horas de luz en densidad de restos y pocas estructuras, a sa-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

que los animales pueden caminar o alimen- ber, paravientos, muros precarios y pequeños
tarse en los cortos días del invierno, es un fac- refugios. Estos yacimientos son un desafío
tor decisivo en la organización de esta prác- para la investigación arqueológica, ya que
tica. En ausencia de estados, instituciones u representan el registro acumulado de innu-
otros agentes que desarrollen infraestructura merables pero efímeros eventos de pernocta,
para alojar a las caravanas —como los tam- con poca redundancia o congruencia en su
bos incaicos o los caravanserai del Medio organización espacial (Brooks y Yellen 1987)
Oriente medieval— los lugares de pernocta y por lo general sin depósitos estratificados.
296

Considérese como ejemplo la figura 2, donde


se muestran los sitios de pernocta y de ofren- figura 2. Sitios para pernoctar asociados a un segmento
da encontrados durante la prospección sis- de ruta en las Lagunas Altoandinas (Potosí, Bolivia)
temática de un tramo vial de 20 kilómetros
entre Laguna Colorada (Bolivia) y la frontera
Arroyo Chillagüita
con Chile, sobre una antigua ruta que comu-
Puerta de
nica el altiplano de Lípez con San Pedro de CHILE Chillagüita
Atacama. Sepulcros
Artefactos de distintas épocas y rasgos de Chillagüita
Sepulcros
poco definidos se distribuyen en forma casi de Huayllajara 3 2
4
continua, concentrándose particularmente 5 8
9

en el segmento del arroyo que cuenta con 6 7


13 16 10
11
agua y pastos en superficie. La demarcación BOLIVIA 17
14
12 Arroyo
21 Huayllajara
de sitios en este caso es en gran medida ar- 22 15 23
20
bitraria o descansa en barreras naturales so- 32
18
27
25 24
33 26
lamente, lo que obliga a desechar la simple 31
34
homologación de concentraciones de estruc-
28
turas y desechos con “campamentos” en el Abra de 30 Quebrada
Pabellón
sentido etnográfico y aconseja tratar a todo el Puente 29
del Diablo
segmento como un lugar persistente (Dewar
Serranías
y McBride 1992) donde las caravanas y otros de Huayllajara
viajeros han acampado transitoriamente
desde el período Arcaico hasta épocas más
recientes. Los pastores actuales de la región
35
manifiestan una percepción similar al desig-
nar al sector en su conjunto como “Huaylla-
jara”8 y entenderlo como un solo lugar donde Portezuelo de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Tocorpuri o Panizo
pernoctan los viajeros.
Cabe destacar que en la mayoría de los A Caspana Sepulcros
sitios de este sector se encontraron regulares de Tocorpuri
A San Pedro Cerro
cantidades de alfarería San Pedro Negro Pulido de Atacama
Tocorpuri
correspondiente al período medio de San Pe-
dro de Atacama, mientras que en dos de ellos
Formativos Sitios de ofrenda 0 2 km
se registró también cerámica tiwanaku. Am-
Tardíos Sendero
bos grupos alfareros se encuentran también
Formativos + Tardíos Curso de agua
presentes en el siguiente lugar de pernocta al permanente
Arcaicos
noreste de Laguna Colorada, conocido como Arroyo seco
Históricos o
Peñas Negras. Esto lleva a pensar que nos en- o estacional
subactuales (s/n)
contramos frente a un tramo de una de las
rutas por las que debió transitar el tráfico de
bienes entre San Pedro y el altiplano en tiem-
pos de Tiwanaku (Nielsen 2013; Pimentel 8 El lugar de pernocta
(jarana en quechua) donde
2008). Si esto es así, resulta interesante no- abunda el pasto conocido
tar que estos sitios no difieren de las jaranas como huaylla.
297
figura 3 . Planimetría de Corrales de Huayllajara (Sud Lípez, Bolivia)

Corral actual

Arroyo Huayllajara

0 10 m

actuales, lo que demuestra que, cualesquiera 187356) fue obtenido sobre carbón tomado de
que fueran los mecanismos responsables por un fogón que contenía guano de camélido y AXEL E. NIELSEN
la circulación de bienes durante el Horizon- que estaba asociado a un paraviento. Este re-
te Medio, en el sur andino por lo menos, no vela la ocupación del lugar por caravanas en
implicaron ninguna formalización de los sis- tránsito a comienzos del período Formativo.
temas viales. En los escasos 5 centímetros de sedimento que
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

La figura 3, que muestra la planimetría del cubrían este rasgo, sin embargo, se recupera-
sector que denominamos HJ17/18 o Corrales ron fragmentos de cerámica de los períodos
de Huayllajara, permite apreciar mejor la fi- Formativo (Morros), Medio (San Pedro Negro
sonomía que presentan estos sitios, donde se Pulido) e Intermedio Tardío (Mallku) y carozos
alternan refugios expeditivos, parapetos, co- de chañar recientemente descartados, po-
rrales e innumerables rasgos difíciles de inter- niendo en evidencia los riesgos de interpretar
pretar debido a la incesante reutilización. Un la co-ocurrencia de artefactos en estos depósi-
fechado radiocarbónico de 2750 +- 60 AP (Beta tos como asociaciones.
298

Áreas de descanso cia, sino que cumplen un papel fundamental


en la reproducción simbólica y social de esta
práctica en varios sentidos, a saber, como san-
tuarios, como lugares de congregación de los
Como se expresó anteriormente, luego de llameros y como puntos de articulación entre
varias jornadas de marcha ininterrumpida, las rutas y los paisajes locales.
las caravanas de llamas deben detenerse a En el marco de la ontología animista
descansar por lo menos un día completo para propia de los pueblos andinos 9, el relacio-
que los animales se alimenten adecuadamen- namiento con las huacas es un aspecto tan
te. En consecuencia, las áreas de descanso se importante y funcional a los viajes como el
distribuyen regularmente cada tres o cuatro correcto acondicionamiento de las cargas o
jornadas a lo largo de las rutas de larga dis- la previsión de las distancias a cubrir en cada
tancia. Para ello se eligen zonas con forraje jornada. Desde este punto de vista, el uso de
y relativamente libres de predadores, “donde las áreas de descanso como santuarios, don-
a las llamas les gusta quedarse” según dicen de se renuevan los vínculos con las deidades
los pastores. Se prefieren zonas apartadas con mediante el rito, no es esencialmente distinto
poca población para evitar conflictos, en lo a su aprovechamiento para el descanso o ali-
posible, con agua y leña para conveniencia mentación de la tropa. En 1995 tuvimos opor-
de los arrieros. tunidad de participar de estas costumbres en
A las actividades que caracterizan los las tres áreas de descanso que jalonan la ruta
lugares de pernocta en general se suman, en caravanera entre Sud Lípez y el valle de Ta-
estos casos, la reparación de cargas y equipos, rija, Bolivia (Nielsen 2001). En la primera y
de tratamiento de los animales que puedan tercera parada, el rito consiste en sahumar el
haber sufrido lastimaduras en sus pies y la campamento y el rebaño y quemar una kichi-
manufactura de algunos bienes para el in- ra a modo de ofrenda, mientras se invoca la
tercambio (hilado y trenzado de sogas). Los protección de los principales cerros a lo largo
sitios generados son similares a las jaras en de la ruta. En la segunda parada, situada a mi-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

contenido y estructura, aunque la cantidad tad de camino, se realiza una ceremonia más
de rasgos y desechos suelen ser más abundan- elaborada, ocupando para ello altares espe-
tes; primero, debida a la mayor duración de cialmente construidos en la cima de una ele-
las estadías, y segundo, porque en estas áreas vación cercana a la jara que incluyen repre-
suelen congregarse a descansar varias tropas, sentaciones de la tropa (rocas con forma de
un fenómeno que era muy común en el pa- llamas o illas marchando hacia el naciente) y
sado, cuando el tráfico caravanero era más de las cargas (pilas de piedras alineadas, foto
frecuente. La mayor diferencia con los sitios 6). Como en la partida, los cerros, la parafer-
de pernocta cotidianos, sin embargo, reside nalia ritual y los emblemas, así como las lla-
en la importancia que cobran los ritos propi- mas y las cargas “litificadas”, son alimentados
ciatorios en las áreas de descanso. En las prin- con coca, chicha y alcohol, invocando de este
cipales de ellas se encuentran los altares es- modo la ayuda de los miembros no-humanos
pecíficamente destinados a las “costumbres” de la caravana para lograr los objetivos del
del viaje, lo que revela el estrecho vínculo viaje. La ceremonia concluye enflorando con
que tienen los llameros con estos lugares, que cordeles rojos las illas y las cargas de piedra, 9 Diferimos en este punto
con Descola (2013) quien
no solo ofrecen una estación logísticamente tomando y coqueando junto a ellas hasta en- caracteriza a las ontologías
necesaria para las caravanas de larga distan- trada la noche. andinas como analogistas.
299
foto 6 .
Altares
llameros en
Yuraj Cruz
(Potosí, Boli-
via). Nótense
las “flores”
rojas en las
“llamas
de piedra”
(illas), las
mesas en
primer plano
y las hileras
de piedra
o “deseos”
(foto del
autor).

Vale la pena notar que en la misma cumbre de distintas regiones se reunirían en lugares
observamos varios de estos altares, algunos propios, convocados por prácticas que los
con rastros de uso reciente y muchos de- distinguirían como comunidad. Una de las
rruidos. Esto concuerda con el relato de los pocas situaciones actuales análogas a esta
pastores, quienes cuentan que antiguamente son las ferias, como Santa Catalina, celebra-
numerosas tropas se encontraban en estos lu- da cada año el 24 de noviembre en la frontera AXEL E. NIELSEN
gares a descansar, realizando conjuntamente entre Argentina y Bolivia. Hasta la década de
sus “costumbres,” compartiendo información 1990 llegaban a esta localidad numerosas ca-
sobre oportunidades de intercambio en dis- ravanas de Lípez a cambiar lana por harina de
tintas partes y jugando ciertos juegos como maíz; concluido el cambalache, los pastores
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

la “palomeada”, lo que revela el papel de las se reunían en las jaras al norte del pueblo a
áreas de descanso como lugares de congre- socializar hasta altas horas de la noche, co-
gación de los llameros. Cabe pensar que, en miendo, bebiendo y compartiendo historias
ciertas épocas, estos eventos pudieron cobrar y noticias sobre lo acaecido en sus comunida-
importancia para la constitución de los pas- des durante el año.
tores como colectivos sociales diferenciados La permanencia de las tropas pastando
del resto de la sociedad, puesto que brinda- durante días, el cumplimiento de los ritos
rían una ocasión única en la que llameros de costumbre y la congregación de llameros
300

en viaje suponen una verdadera apropiación Loa (Chile), Barrancas en la Puna de Jujuy, e
de estos lugares que, por definición, se en- Inca Cueva y Kollpayoc en la Quebrada de
cuentran enclavados en territorios de otros Humahuaca (Argentina). Todas ellas combi-
grupos. Esto requiere negociaciones y acuer- nan pasturas en relativa abundancia, bajas
dos territoriales más o menos explícitos con densidades de ocupación por parte de grupos
las comunidades locales, cuyos términos locales, lo que parecen ser sitios de pernocta
debieron variar según las regiones y las co- de caravanas y arte rupestre (pinturas, graba-
yunturas históricas. Como señalamos ante- dos o geoglifos) con motivos comparables a
riormente, uno de los motivos por los que las los de las illas o “llamas litificadas” de las me-
áreas de descanso suelen ubicarse en lugares sas caravaneras actuales.
apartados y con escasa población es, precisa- Tres motivos que se repiten en el arte de
mente, la voluntad de evitar conflictos con estos sitios son la caravana de llamas (a veces
los grupos locales. Cuando nos detuvimos a indicando los colores de los animales), los
descansar en Yuraj Cruz durante el viaje ya diseño santropomorfos con detalles de indu-
mencionado, nuestros compañeros de viaje mentaria (túnicas, tocados, diademas, etcéte-
se acercaron a visitar un puesto cercano al ra) y lo que podría interpretarse como emble-
campamento, perteneciente a un miembro mas (hachas, hachas dobles, cruces andinas,
de la comunidad local cuyo rebaño pastaba tumis y “escudos”). Estos elementos revelan
temporalmente en la zona, llevando regalos un interés explícito por señalar no solo la
(cueros y hierbas medicinales) y ofreciendo identidad de los humanos y de las llamas que
trocar los bienes que transportábamos en se- habitaban o transitaban por aquellos lugares,
ñal de gratitud. Las áreas de descanso, enton- sino también las comunidades y autoridades
ces, pueden entenderse como bisagras entre relacionadas a ellos, su condición territorial.
dos tipos de relaciones que se yuxtaponen en Si nuestras observaciones etnoarqueológicas
torno al uso del mismo espacio físico, en este son correctas, estos sitios podrían brindar
caso el paisaje vial y el paisaje agropastoril información particularmente valiosa para in-
local. vestigar a los artífices del tráfico, su cosmovi-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Pocas áreas de descanso de caravanas pre- sión y sus relaciones con los poderes políticos
hispánicas han sido identificadas o investi- de la época.
gadas como tales hasta el momento, aunque
varias localidades arqueológicas del período
Intermedio Tardío parecen responder a esta
categoría. En TAL-21, por ejemplo, un sitio
de muros y cajas cercano a Chiu Chiu (Loa
Medio, Chile), se encontró una roca con for-
ma de camélido y cordelería de lana roja y
blanca amarrada al cuello asociada a una fe-
cha de fines del período Intermedio Tardío,
demostrando que algunas de las prácticas
observadas en contexto etnográfico tienen
antecedentes directos en tiempos prehispá-
nicos (Pimentel 2009: 26). Otras localidades
que pudieron tener funciones similares en
aquella época son Santa Bárbara en el Alto
301
El Qhapaq Ñan esta afirmación durante un estudio siste-
mático realizado en la cordillera occidental
y la formalización de los entre el desierto de Atacama y el altiplano
de Lípez. Se prospectaron sistemáticamente
paisajes viales caravaneros 12 portezuelos montañosos sobre los 4 000
msnm y unos 15 kilómetros de sus corredo-
res de aproximación buscando rastros de an-
Las evidencias actualmente disponibles para tiguas vías, formales o no, constatando que
el sur andino indican que hace cuatro mile- el Qhapaq Ñan cruza dos de estos pasos. Al
nios el proceso de domesticación de la llama norte, atraviesa la frontera entre Bolivia y
se encontraba avanzado y que poco después Chile en Portezuelo del Inca, conectando el
estos animales comenzaron a acompañar Norte de Lípez con el Loa Superior, mientras
a los cazadores en sus desplazamientos es- que al sur, sube desde San Pedro de Atacama
tacionales a través de distintos ambientes, a Tambo Licancabur y desde allí se interna
colaborando en el transporte de equipajes y en el altiplano hacia el este por el Abra del
otros bienes. De esta forma nacieron las pri- Toro Muerto (Castro et al. 2004; Nielsen et al.
meras caravanas, recorriendo sendas milena- 2006). Fuera de estos caminos y tambos, sin
rias a través de la cordillera. Durante más de embargo, registramos artefactos de induda-
dos milenios el tráfico llamero floreció en el ble filiación inca en quince sitios informales
área y con él se desarrollaron —espontánea- de pernocta de caravanas asociados a tres
mente diríamos— extensos sistemas viales pasos más, lo que demuestra que esas otras
informales. Hay elementos para pensar que rutas se encontraban plenamente activas en
en el primer milenio de nuestra era esta apre- la época.
tada retícula de sendas, lugares de pernocta y Los tambos y alojamientos construidos a
áreas de descanso ya conectaba las viviendas lo largo del Camino Inca muestran a menudo
de los pastores con la mayoría de los nodos la impronta de las prácticas caravaneras en
de población del sur andino, alcanzando la su diseño. Tal es el caso del patrón cancha o
costa del Océano Pacífico por el occidente e rectángulo perimetral compuesto que —sin
internándose en los bosques del piedemonte olvidar los usos que indudablemente tuvo en
oriental (Nielsen 2013; Pimentel 2011). En el otros contextos— funciona como un exce-
curso del siglo XV, el Estado Inca emprendió lente módulo de carga y descarga, ya que per-
su gigantesco proyecto de construcción de mite encerrar la tropa junto a estructuras te- AXEL E. NIELSEN
caminos, el Qhapaq Ñan. ¿Qué significó la chadas donde pueden almacenarse las cargas,
creación de este primer sistema vial formali- como sucede en la vivienda llamera actual.
zado para los herederos de aquella milenaria Vale la pena notar, sin embargo, que incluso
tradición de viajes? a lo largo del Qhapaq Ñan muchas de las cara-
LAS RUTAS DE CARAVANAS...

En primer lugar, la construcción del ca- vanas y viajeros debieron pernoctar en cam-
mino a lo largo de ciertos trayectos no impli- pamentos informales, similares a los que se
có el abandono de otras rutas dotadas solo de usaron por miles de años y continúan en uso
vías y alojamientos informales. A pesar de lo hasta la actualidad. Por ejemplo, en los 125
que llevaría a creer el discurso oficial incai- kilómetros de Qhapaq Ñan que Berenguer y
co, la arqueología indica que muchos derro- colaboradores documentaron en el Alto Loa,
teros alternativos permanecieron activos en encontraron 14 sitios informales de pernocta
la era del Tawantinsuyu. Pudimos verificar con materiales tardíos asociados al camino.
302

En el tambo de Chac Inca, observaron varios tañas —antiguas deidades a los ojos de las
paravientos y otras estructuras expeditivas comunidades locales— en su andar? ¿Sería
típicas de las jaranas actuales cercanas a los un enunciado cosmológico más amplio rela-
edificios de clara factura incaica (Berenguer cionado de algún modo con la lógica de los
et al. 2005:25). ceques o de ciertos mitos?
Es indudable que en muchos casos el ca- Los cambios que pudo experimentar la
mino facilitó el tráfico caravanero, habilitan- ritualidad caravanera a partir de la construc-
do a través de puentes trayectos que eran im- ción del Qhapaq Ñan es un tema que requiere
practicables hasta entonces, prolongando la investigación. Para algunos autores la apa-
vida útil de ciertas vías mediante pavimentos cheta y los ritos que se le asocian son prácti-
o facilitando el tránsito en tramos que hasta cas vinculadas a la vialidad incaica (Hyslop
entonces debían ser difíciles o peligrosos, 1984). Si esto es así, resulta interesante que
como los faldeos en pendientes pronuncia- en las abras o portezuelos que atraviesan los
das o cornisas. Pero también es cierto que en dos ramales del camino entre Lípez y Ataca-
otros lugares —como en los desiertos y punas ma —mencionados anteriormente— no se
áridas del sur andino— la vía se reduce a un encuentren apachetas sino pozos de ofrenda
simple despejado, jalonado a veces por pe- (“sepulcros”), una ritualidad que parece ser
queños mojones, funcionalmente semejante propia del período Intermedio Tardío. Curio-
a las vías caravaneras informales de todas las samente, los sitios que hemos interpretado
épocas. Estos casos muestran con claridad la tentativamente como áreas de descanso de
función política del Qhapaq Ñan como mar- ese período tampoco muestran interven-
ca ubicua de la presencia del Estado en los ciones substanciales a pesar de haber conti-
rincones más remotos del paisaje vial. nuado en uso durante el período Inca. Estos
Otro aspecto del diseño del Camino Inca indicios, que requieren verificarse mediante
que no parece obedecer a consideraciones nuevos trabajos, podrían estar mostrando
instrumentales es la rectitud que asume una relación especial entre el Tawantinsuyu
en muchos lugares, señalada ya por varios y los llameros sur andinos, tal vez relaciona-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

autores. El tramo del camino entre el Loa da con el protagonismo que tuvieron estos
Superior y el Norte de Lípez mencionado grupos en los procesos de interacción interre-
anteriormente es un ejemplo de esta situa- gional durante siglos.
ción. Aunque solo pudimos identificar en
el terreno segmentos discontinuos de la vía,
todos ellos muestran una rectitud sorpren-
dente, encarando pendientes pronunciadas
sin el menor quiebre o desvío en su traza que
mantiene el rumbo magnético de 30° en los
70 kilómetros de recorrido entre Portezuelo AGRADECIMIENTOS
del Inca y Sia, el primer asentamiento resi- Agradezco a los pastores de Cerrillos (Sud Lí-
dencial con ocupación inca que se encuentra pez) por su hospitalidad y paciencia durante
llegando a Lípez desde el río Loa. ¿Qué sig- mi trabajo etnoarqueológico y a Elizabeth Ar-
nificado tuvo esta rígida imposición de una kush y Giancarlo Marcone por su invitación
forma sobre la accidentada topografía de la a participar del encuentro sobre “Nuevas ten-
cordillera occidental? ¿Era un mensaje sobre dencias en el estudio de los caminos” (Lima,
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303
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Caminos rituales,
caminos útiles:
el sistema vial
en la región
de Pocona, Bolivia
LAWRENCE S. COBEN Este trabajo concentra su interés en la región de Poco-
na, departamento de Cochabamba, en el centro de Bo-
SUSTAINABLE PRESERVATION INITIATIVE
livia, luego del registro de diversos caminos antiguos
AND UNIVERSITY OF PENNSYLVANIA,
que conectan esta zona con los sitios de Vacas, Mizque,
ESTADOS UNIDOS
Aquile, Totora y Taraco. Probablemente algunos de
estos caminos se dirigirían al norte hacia la zona de
MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ Yungas, productora de coca, o al sur hacia las minas de
Potosí. Sin embargo, ninguno de estos caminos ha sido
MUSEO ARQUEOLÓGICO DE LA
asociado con el acceso o la entrada al sitio monumental
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN,
de Incallajta, en Bolivia. Este artículo describe el cami-
BOLIVIA
no doble que va hacia el este desde la capital provincial
de Vacas hacia la entrada norte del sitio. Diversas es-
tructuras construidas a lo largo del camino restringen
física y simbólicamente el acceso a Incallajta, por ello
se sugiere que esta vía fue un importante camino ritual
hacia Incallajta.
El sitio arqueológico monumental de Incallajta ha
impresionado a los visitantes durante cientos de años.
Arqueólogos, historiadores y otros han ofrecido nume-
rosas interpretaciones sobre este sitio, identificándolo
como una fortaleza, una ciudadela, un centro político,
administrativo o ceremonial o una combinación de to-
dos (Hyslop 1990: 176-182; Querejazu 1998: 149-191).
Estas interpretaciones se han centrado en el tamaño,
la capacidad defensiva y las características arquitectó-
nicas del núcleo monumental de Incallajta (Ellefsen
1973; González y Cravotto 1977; Ibarra Grasso 1971;
Nordenskiold 1957). Nuestras investigaciones han lle-
vado al descubrimiento de numerosos elementos en los
alrededores del sitio que permiten realizar un análisis
regionalmente contextualizado. Este trabajo describe
uno de ellos, un camino doble que conduce de la ciudad
moderna (y asentamiento inca) de Vacas hacia Incallajta,
y analiza las características del acceso a este sitio.
308

Incallajta figura 1. Mapa de Bolivia con ubicación de Incallajta

El sitio de Incallajta se encuentra cerca de la


ciudad moderna e inca de Pocona, 120 kiló- Cobija
metros al este de Cochabamba (figura 1). Se
cree que fue construido durante el reinado
de Túpac Inca y reconstruido por Huayna BRASIL
Capac durante una visita y campaña en la BOLIVIA
región (Cabello de Balboa 1951 [1586]: 362; PERÚ
Cobo 1990 [1653]: 154; Querejazu 1998: 151- Trinidad
152; Sarmiento de Gamboa 1999 [1572]: 159).
Está ubicado entre los 2 900 y los 3 200 msnm
Lago La Paz
(foto 1), elevado por encima del río Macha- Titicaca
marca entre dos quebradas (Coben 2006: 235; Cochabamba
González y Cravotto 1977: 11). Este río nace a Santa Cruz
Oruro Incallajta
poca distancia al oeste del sitio y pasa por su
lado sur y a través de los fértiles valles agríco-
Sucre
las de Pocona. El valle Machamarca es, por lo Potosí
tanto, una vía de acceso a varios valles de la
región localizados cerca de la frontera orien- Tarija
tal del Imperio Inca (D’Altroy 2002: 211-213). PARAGUAY
Una enorme kallanka de 78 metros de CHILE
largo por 26 metros de ancho dominó el área ARGENTINA
central del sitio; las kallankas eran grandes
salas rectangulares, con techo a dos aguas
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

0 200 km
y múltiples puertas a lo largo de sus lados,
orientadas hacia una plaza (McEwan 2006:
176). El muro más alto restante, aún de pie
de la kallanka de Incallajta, tiene más de 12
metros de altura y es probable que hubiera
llegado a los 20 metros cuando el complejo al sitio. Este muro evoca al sitio arqueológico
se usaba. Los muros presentan nichos y el de Sacsayhuamán en el Cusco, tanto en su
muro sur contiene doce entradas. La kallanka forma como en su ubicación dentro del sitio;
se abre hacia una gran plaza con dos niveles; tiene aproximadamente 4 o 5 metros de altu-
el nivel más alto, al norte, colinda con este ra y una sola entrada que restringe el acceso
edificio. Un muro separa los dos sectores de a la cumbre de la colina y al sitio. Al interior
la plaza. Al lado de la puerta central de la ka- del muro en zigzag hay un segundo muro con
llanka hay un ushnu, una pequeña plataforma dos puertas. En el sitio también se observan
con una gran piedra sobre ella. numerosas estructuras de diversos tamaños,
Un muro en forma de zigzag (foto 2) se plazas y escalinatas.
encuentra a varios cientos de metros por en- Hasta hace poco, lo que se sabía acerca de
cima de la kallanka sobre una colina con vista Incallajta era escaso, debido a la insuficiencia
309
foto 1.
Vista
del sitio
Incallajta,
mirando al
Este.

LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ


foto 2.
Muro en
zigzag, sobre
el montículo
ubicado al
norte del
sitio (sector
central).

de referencias sobre sitio en las crónicas y a la tio en 1913, las otras excavaciones conocidas
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES...

ausencia de cualquier investigación arqueo- fueron realizadas por nuestro proyecto, empe-
lógica sistemática en el sitio o en la región. zado en el año 2000; paralelos a este último, se
Los cronistas Bernabé Cobo (1990 [1653]: 154), efectuaron otros proyectos de mapeo ocasio-
Pedro Sarmiento de Gamboa (1999 [1572]: nal asociados a planes de desarrollo regional
159) y Miguel Cabello de Balboa (1951 [1586]: sin finalizar (González y Cravotto 1977; Que-
362), en un lenguaje similar, mencionan una rejazu 1998). Más recientemente, uno de los
fortaleza cerca del centro administrativo inca autores de este artículo ha argumentado que
de Pocona y la mayoría de los comentaristas Inkallajta habría representado una réplica del
han asumido que se trata de Incallajta (Que- Cusco y que, como tal, fue empleado para la
rejazu 1998). Erland Nordenskiold (1957) ejecución de los rituales más sagrados del Es-
mapeó y dirigió breves excavaciones en el si- tado Inca (Coben 2006, 2012).
310

La presencia inca localizados unos 9 kilómetros al sur de Inca-


llajta, en el bien conservado Camino Inca que
en la región del valle pasa por el lado oeste de Pocona y se dirige
hacia la ciudad moderna asentada sobre la
de Pocona arquitectura inca del denominado Tambo de
Vacas.
Incarracaycito se ubica a una altura apro-
Las evidencias arqueológicas y etnohistóricas ximada de 2 900 msnm, en la ladera del Cerro
confirman una fuerte presencia inca en la re- C’uchu y cubre un área aproximada de dos
gión de Pocona. Arqueológicamente, esta se hectáreas. El sitio está compuesto por 13 es-
ve manifestada por la existencia de caminos, tructuras rectangulares, largas y estrechas, y
tambos, instalaciones de almacenamiento, por 21 estructuras circulares (Céspedes 1982:
campos de cultivo y terrazas; etnohistórica- 95); 7 de las rectangulares miden 21 por 4 me-
mente, esta presencia ha quedado registrada tros (Céspedes 1982: 95-96). Ricardo Céspedes
en la visita realizada a esta localidad en 1557 afirma que todas las estructuras rectangula-
(Ramírez Valverde 1970) y en otros docu- res presentan puertas al sur; sin embargo, en
mentos administrativos, así como en algunas nuestra visita al sitio pudimos constatar que
crónicas de Indias, en las que se indica que Po- estas puertas parecen corresponder más bien
cona fue un centro inca para la producción de a ventanas de ventilación dispuestas al nivel
coca y maíz. En uno de estos documentos es- del suelo, frecuentemente asociadas a insta-
crito en 1575, por ejemplo, se indica que con laciones de almacenamiento (colcas). Muñoz
el fin de alimentar a los camayocs y mitayos excavó una de estas estructuras en el año
que cosechaban coca en las yungas cercanas, 2005 y encontró un sistema de drenaje o ven-
“un grupo de 97 tributarios fueron a cultivar tilación. Céspedes describió las estructuras
una chacra comunal de maíz, papas, frijoles y circulares como colcas y reportó la presencia
otros alimentos” en el área de Pocona, aunque de un corral; en su concepto, Incarracaycito
no se menciona la ubicación exacta de esta podría ser identificado como el tambo des-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

chacra (Julien 1998: 137). Los valles Pocona crito en la Visita de Pocona y en algunos otros
y Machamarca se encuentran localizados documentos etnohistóricos.
aproximadamente 30 kilómetros al sur y al Céspedes (1982: 95) describe el sitio Paja
oeste de la región de las yungas, donde la coca Huasi, ubicado a 3 300 msnm en la cima del
ha sido cultivada desde la época Inca hasta la Cerro C’uchu, como un gran muro ciclópeo
actualidad (Julien 1998; Río 2010, Sánchez que rodea una explanada en la que se obser-
2008). Mercedes del Río (2010) señala que el van las bases de numerosas estructuras re-
maíz, la papa y en menor medida el trigo, se dondas. Estas últimas han sido identificadas
cultivan ampliamente en Pocona y en los va- por Céspedes como colcas. Al visitar el lugar,
lles circundantes. encontramos estas colcas sobre una superficie
Dos sitios incas importantes son Incarra- plana soportada por un muro de contención.
caycito (también conocido como el Tambo Un segundo muro de contención fue observa-
de Pocona) y Paja Huasi (también conocido do por debajo del primero, este no sostiene ac-
como C’uchu o el Pucará de C’uchu), cons- tualmente ninguna terraza u otra superficie
truidos en el Cerro C’uchu, al suroeste de la aplanada. Más arriba, en el cerro, encontra-
ciudad moderna de Pocona (Céspedes 1982; mos una serie de estructuras rectangulares,
Pereira 1982). Ambos sitios se encuentran plazas y plataformas. Estos restos constitui-
311
rían el área descrita por Céspedes como el Pu- formada por dos muros de contención. Cés-
cará de Pajahuasi. Este sitio se extiende sobre pedes ha identificado estas estructuras como
varias hectáreas y cuenta con una puerta for- instalaciones de almacenamiento (Céspedes
mal en su flanco oeste que lo conecta al cami- 1982: 96).
no inca que se dirige a Vacas. Walter Sánchez (2008: 122) sugiere que
Además de las colcas que acabamos de el paisaje del valle de Pocona refleja una or-
describir, existen otros tres sitios dedicados ganización inca. Según Sánchez, el patrón
exclusivamente al almacenamiento en el ortogonal de los campos en el valle de Pocona
valle de Pocona. Cerro Tumuyo, se localiza refleja una redistribución inca de tierra a mit-
unos 6 kilómetros al noreste del actual pue- mas en esta área como parte de una política
blo de Pocona, sobre una colina en el centro para gestionar y controlar la producción de
del valle. Varias hileras de bases redondas, maíz. Sánchez sostiene que el Inca distribuyó
orientadas de noreste a suroeste, cubren esta bandas rectangulares o cuadradas de territo-
colina en altitudes que fluctúan entre los rio a determinados grupos étnicos asentados
2 640 y los 2 700 msnm (Céspedes 1982: 96). en diversos valles pequeños de esta región
Las hileras se encuentran separadas por seis (Pocona, Conda, Chimboata, etcétera), de for-
o siete metros. Céspedes interpreta estas es- ma similar a la redistribución de tierras que

LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ


tructuras como instalaciones de almacena- realizó en los valles central y bajo de Cocha-
miento y señala que su diámetro promedio bamba. De acuerdo a Sánchez, este patrón de
es de 2.90 metros. Si bien Céspedes reportó distribución contrasta con el empleado en el
63 de estas bases durante su reconocimiento valle alto de Cochabamba, que resulta asimé-
de campo, nosotros encontramos más de un trico y reflejaría una asociación con el grupo
centenar. étnico Cuta y con los urus del altiplano.
El sitio de Colquehuayrachina se en-
cuentra a unos 2 700 msnm en una colina
baja donde el extremo oriental del valle de
Machamarca y el valle de Pocona convergen,
unos 7 kilómetros al sureste de Incallajta. Va-
rias hileras de bases redondas de piedras se
sitúan encima de terrazas bajas, orientadas de
noreste a suroeste, cubriendo la colina. Con-
tamos más de un centenar de bases de estruc-
turas que hemos interpretado como colcas. El
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES...

diámetro de estas bases es de unos 3 metros.


Algunas de las bases conservaban restos de
estructuras de piedra sobre ellas que alcanza-
ban los 40 centímetros de altura. En la cima
de esta colina encontramos parte de un muro
de piedra mal construido.
Al sureste del actual pueblo de Pocona,
cerca del cementerio moderno, se encentra el
sitio de Hatun Mokho. Este sitio cuenta con
dieciséis pequeñas estructuras rectangulares
dispuestas en hilera sobre una plataforma
312

Caminos incas Existen también caminos y rutas de ingreso


por lugares como Chaupiloma, Inca Perqa y
en la región Epizana (Muñoz 2012).
Estos caminos muestran el marcado in-
terés del Imperio Inca por las zonas de cul-
David Pereira (1982) y Ramón Sanzetenea tivo de coca y otros productos importantes
(1979) registraron una extensa red de cami- (Coben 2012; Julien 1998; Muñoz 2012; Río
nos incas en el valle de Pocona. Ellos identifi- 2010). El acceso a estos productos probable-
caron numerosos caminos que conectaban el mente fue una de las razones fundamentales
cercano pueblo inca de Pocona con importan- para su establecimiento en la zona y para la
tes tambos y centros incas de la región, como magnitud del área de influencia que segu-
Mizque, Aquile, Totora y Taraco. Señalaron ramente alcanzaron. Esta motivación, sin
que estos caminos probablemente continua- embargo, no menoscaba el hecho de que los
ron en las zonas yungas productoras de coca incas lograron construir en un tiempo muy
localizadas al norte y al este, y en las minas de corto una sofisticada infraestructura de cami-
plata de Potosí, al sur. Un camino principal, nos con rutas troncales y secundarias.
registrado en la Visita a Pocona como un cami-
no real (Ramírez Valverde 1970), conectaba
Pocona con Vacas, el tambo inca ubicado ha-
cia el oeste. El empedrado de este último ca-
mino aún es visible en las cercanías de Poco-
na, esto a pesar de que la mayor parte de esta
vía se encuentra cubierta por una carretera
moderna. Estos y otros autores registraron
una extensa red de caminos en todo el actual
departamento de Cochabamba (Hyslop 1984:
138-149; Sánchez 2012); sin embargo, ni si-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

quiera Pereira y Sanzetenea (1979), han en-


contrado un camino pre-moderno que llegue
al sitio de Incallajta o, incluso, que ingrese al
valle del río Machamarca donde se localiza
este sitio.
Observemos ahora los otros caminos y
rutas en el área de Pocona. Las prospecciones
realizadas en la zona muestran que, ingresan-
do hacia el pie del monte cercano a Pocona,
se encuentra una recurrencia de rutas y cami-
nos cada cierto tramo de la cordillera, la ma-
yoría de los cuales se dirige hacia las faldas de
los cerros (Muñoz 2012). Entre los caminos
formales registrados y recorridos se tienen
los de Tiraque, Infiernillos, Tiraque Chico o
Chuquioma y Sehuencas (Muñoz 2012); casi
todos están asociados a tambos y corrales.
313
El camino hacia del actual pueblo de Vacas hasta el oeste del
sitio; es probable que esta vía pasara por las
Incallajta alturas de Incallajta y condujera a la entrada
del muro en zigzag ubicado en la colina, con
vista al núcleo monumental del sitio. Este ca-
Durante el reconocimiento y mapeo del área mino también pudo haber formado parte de
localizada alrededor de los complejos incas una ruta que conducía a Incallajta desde Ti-
de Incallajta y Pocona encontramos nume- raque, Cochabamba y otros puntos ubicados
rosos caminos precolombinos, que hemos al oeste.
identificado como incas basándonos en sus Cerca de Iskayhuasi, al este de Vacas, lo-
patrones arquitectónicos y artefactos asocia- calizamos un segmento de 5 kilómetros de
dos. Algunos de estos caminos no habían sido camino prehispánico. Excepto por algunos
previamente registrados o publicados. Uno tramos cortos, esta vía corresponde a un ca-
de los que llamó nuestra atención fue un ca- mino doble, con los dos segmentos separados
mino doble (fotos 3 y 4) que va desde lo alto por unos treinta metros. Ambos segmentos

LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ


Casa de control
Punto occidental
registrado Incahuayco

Vacas Valle del río Machamarca


Mamahuasi

Incallajta

Pocona CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES...

Camino Incallajta - Probable ruta (segmentos observados)


foto 3 .
Camino Incallajta - Camino doble registrado Proyección
Camino Real Inca del camino
Sitios del camino Incallajta doble.
Centro administrativo Inca
Ciudad moderna
314

alcanzan los cuatro metros de ancho y reco-


rren principalmente las laderas de las colinas
(foto 5).
El camino está bien hecho, con alguna
evidencia de construcciones formales de esti-
lo Inca. En algunas de las laderas se encuen-
tran muros de tres o cuatro hileras de piedras
que delimitan el camino; en las zonas más lla-
nas, filas de grandes piedras bordean cada tra-
mo del camino. Cerca de una de las quebra-
das observamos algunos restos que podrían
haber formado parte de uno de los extremos
de un puente. Algunos corrales y los restos de
otras estructuras también fueron encontra-
dos en asociación con el camino, una de estas
foto 4 .
últimas correspondería a un pequeño tambo
Los dos
inca. segmentos
Ambos ramales del camino se juntan del camino
en una estructura conocida como Mama- doble.
huasi K’asa, identificada por nosotros como
un puesto de vigilancia. Esta estructura se
encuentra estratégicamente ubicada en un
paso entre el extremo oriental del valle de
Iskaywasi y el extremo occidental del valle
de Mamahuasi. En el extremo opuesto del foto 5 .
valle Mamahuasi se localiza la entrada a la Persona
zona baja del valle Machamarca, por encima caminan-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

se encuentra Incallajta y la meseta central del do sobre


uno de los
sitio, donde está ubicado el muro en zigzag. segmentos
Este puesto se ve conformado por una estruc- del camino
tura rectangular de aproximadamente 15 por doble.
7 metros y dos habitaciones o estructuras cir-
culares de aproximadamente 2,5 metros de
diámetro. En este sitio se registraron vasijas
de cerámica del estilo Inca Local con engobe
rojo. Al otro lado de esta caseta de control los
dos ramales del camino se dividen de nuevo,
desapareciendo por completo en el campo
unos cien metros al este de la caseta. Muy cer-
ca se encuentran dos grandes corrales circula-
foto 6 .
res de aproximadamente 15 metros de diáme- Incahuayco,
tro que parecen pertenecer a la misma época. muro con
En el extremo oriental del valle, en un nichos.
pequeño collado próximo al pueblo de Ma-
315
mahuasi, se encuentra una gran estructura son bastante conocidos en otros lugares del
de estilo Inca conocida como Incahuayco, Imperio Inca (Hyslop 1994: 44, 261). Si bien
esta parece haberse visto originalmente en la mayoría de los caminos identificados
constituida por dos o tres grandes platafor- las vías son contiguas, Hyslop (1994: 27) re-
mas cercadas por muros o habitaciones, cada porta algunos caminos dobles que presentan
una de aproximadamente 18 por 9 metros. ramales separados, incluyendo un camino
Aún son visibles un muro parcial de aproxi- doble alto y bajo próximo a Chacapampa,
madamente 9 metros de largo provisto de ni- en Ecuador, y un camino doble casi parale-
chos (foto 6), localizado al oeste, y un muro lo cerca de Tunsucancha, en el Perú. Hyslop
en ruinas de cerca de 4 metros de largo. En la ofrece una explicación funcional para estos
superficie del sitio pueden observarse tiestos caminos duales, sugiere que el tramo supe-
de cerámica, tanto de estilo Inca como del es- rior drenaba más fácilmente y era construido
tilo local correspondiente al Horizonte Tar- para aquellos períodos en los que el exceso
dío. El río Incahuayco, que origina una cas- de lluvias y las inundaciones hacían intran-
cada en las cercanías del extremo occidental sitables los caminos del valle bajo (Hyslop
del núcleo de Incallajta y que se une con el 1994: 23, 27, 77). Como una alternativa para
río Machamarca inmediatamente debajo de el caso de Tunsucancha, basado en las dife-

LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ


este asentamiento inca, emerge de la tierra rentes técnicas de construcción y en el ancho
en este punto. La estructura Incahuayco po- de los caminos, este investigador postula que
dría estar asociada a la aparición de esta im- los dos ramales reflejarían la construcción de
portante fuente de agua que fluye más allá una vía adicional o de sustitución por un go-
de Incallajta, marcando además la entrada al bernante posterior (Hyslop 1994: 77). Cieza
valle de Incallajta. (1967 [1553]: 48) sugiere que los múltiples
Desde Incahuayco, un viajero puede se- caminos de una misma zona eran construi-
guir el río y pasar por debajo de Incallajta o dos en diferentes momentos. Sin embargo,
transitar por la meseta que se encuentra en- ninguna sugerencia llega a explicar conclu-
cima del sitio. Registramos cerámica dispersa yentemente el camino de Incallajta, cuyos
y algunas posibles estructuras prehispánicas ramales se encuentran en una ladera lo su-
tanto en las rutas altas como en las bajas, así ficientemente alta para evitar inundaciones
como evidencias mínimas de campos y plata- por las lluvias y son de construcción y an-
formas prehispánicas. Solo en la meseta supe- chura similares.
rior hallamos alguna evidencia del camino, Caminos que se separan o bifurcan y que
se trata de un tramo de diez metros de largo luego se unen son conocidos en otros luga-
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES...

señalado con líneas paralelas de piedras se- res del Imperio Inca, como en la Isla del Sol
paradas por aproximadamente dos metros de (Bauer y Stanish 2001), al sur de Ecuador (Og-
distancia. Este pequeño segmento se localiza burn 2006) y en Ayaviri, al noroeste del lago
dos kilómetros al oeste del muro en zigzag de Titicaca (Julien 1983). Los ramales de estos
entrada al sitio Incallajta; postulamos que el caminos por lo general no son visibles entre
camino reconocido conducía a la puerta prin- sí y se encuentran separados por algunos ki-
cipal en este muro en zigzag. lómetros. Estas bifurcaciones pasan a través
Esta vía es el único camino doble re- de distintos sitios antes de unirse de nuevo.
portado en los alrededores de Incallajta y Por ejemplo, después de bifurcarse en Ayavi-
en todo el departamento de Cochabamba. ri, un ramal del camino pasa por el lado norte
Caminos de doble e incluso de triple carril del lago Titicaca, mientras que el otro pasa
316

por el sur. El camino se une de nuevo cerca de estructura, sospechamos que estos volvían a
Caracallo, Bolivia (Julien 1983: 24). En la Isla converger y a separarse en este punto. Aquí
del Sol, un solo camino se divide en Apachi- se localizaba una de las fuentes de agua que
nacapata, tomando una ruta alta y otra baja abastecían a Incallajta y a la fértil zona agrí-
hacia la roca sagrada (Bauer y Stanish 2001: cola de Pocona, ubicada al este del sitio. Esta
159-160). construcción podría haber servido como una
A diferencia de ello, no existe otro cami- apacheta, un santuario hallado normalmen-
no doble conocido en la región Incallajta. Las te en los pasos de las montañas que podía
vías asociadas al centro administrativo inca presentar una forma construida (Dean 2006)
de Pocona, incluyendo la descrita como el o constituir otro punto de control simbólico
“camino real” (Ramírez Valverde 1557 citado en el paso a Incallajta.
en Querejazu 1998: 143), si bien presentan va- Por último, el muro en zigzag, propuesto
riaciones en su ancho y técnica constructiva, como el final del camino, presenta una entra-
son de un solo carril. da principal. Inmediatamente al interior del
La presencia de una caseta de control muro en zigzag existe otro muro con dos por-
refleja la importancia del camino doble. Nin- tadas que conducen colina abajo hasta el nú-
guna otra estructura de esta región cruza un cleo monumental del sitio. Una vez más, los
camino y lo bloquea físicamente. Esta dispo- viajeros podrían haberse congregado en esta
sición recuerda la enorme puerta de Rumicol- entrada, separándose luego para ingresar al
ca localizada en la entrada al valle del Cusco núcleo monumental del sitio. En este punto,
(originalmente un acueducto wari en el que el acceso al sitio probablemente se veía físi-
los incas abrieron dos portadas de acceso), ca y simbólicamente restringido por el muro
aunque el puesto de control no presenta la masivo en zigzag y su única entrada.
misma escala ni tan elaborada construcción.
Rumicolca y este puesto “bloquean” caminos,
restringiendo el acceso de forma simbólica
más que práctica dentro y fuera de los valles
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

del Cusco y Mamahuasi, respectivamente.


La confluencia e inmediata bifurcación del
camino de Incallajta en este punto no pare-
ce haber buscado bloquear el paso hacia la
zona. Más bien, este enrutamiento podría ha-
ber sido diseñado para restringir el acceso a
quien pretendiera ingresar a Incallajta desde
el oeste o dejar el sitio en esta dirección ha-
ciéndolo pasar a través de esta estructura, y
para que los que viajaban accedieran al otro
ramal del camino.
La estructura de Incahuayco, descrita
líneas arriba, se encuentra ubicada en un
paso pequeño y estrecho, en la entrada occi-
dental al valle de Incallajta. Si bien aún no
se han encontrado los restos de ninguno de
los dos ramales de camino próximos a esta
317
Discusión tes estratos sociales o género (D’Altroy 2002:
243). Según Gutiérrez de Santa Clara (1963
[c.1599]: 248-249, citado en Hyslop 1994: 261-
262), cuando el Inca viajaba en caminos tri-
Hemos identificado una vía importante y ples, las personas de más alto estatus lo acom-
única que conduce a Incallajta desde el oes- pañaban en el carril central, mientras que los
te, donde se localizaba el centro del Imperio de menor estatus viajaban en los dos carriles
Inca. Dos caminos confluyen y se separan exteriores.
repetidas veces en estructuras específicas y La importancia del camino doble tam-
conducen al centro de performance ritual más bién puede estar evidenciada por la ausencia
importante de esta parte del Imperio. Uno de de restos significativos de actividad humana
los autores ha argumentado que Incallajta en el área que recorre, en marcado contraste
correspondía a una réplica de la capital inca con el lado este del sitio. Las pocas estructu-
en el Cusco (Coben 2006, 2012; vid. también ras descritas arriba constituyen los hallazgos
Ellefsen 1973). Los cronistas informan que la primarios a lo largo de esta ruta. En cambio,
participación y el acceso a las ceremonias rea- dentro del valle Machamarca ubicado al este
lizadas en el Cusco fueron muy restringidos y del sitio, hallamos numerosas bases de edifi-

LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ


que, en ocasiones, la entrada a la ciudad solo cios, terrazas, corrales e instalaciones de al-
les era permitida a ciertas personas, mientras macenamiento. Cerca de la entrada al valle,
que los otros eran obligados a permanecer unos seis kilómetros al este de Incallajta, se
fuera de los límites de la ciudad (Betanzos encuentra la montaña Colca Huanachina,
1996 [1551]: 59-68; Cobo 1990 [1653]: 126 llamada así por la existencia de más de cien
-157). Por ejemplo, durante la ceremonia inca depósitos de almacenamiento (colcas) que cu-
del Capac Raymi: bren su flanco sureste.
Si bien el camino constituye una prueba
Llegado el primer día del mes, se juntaban adicional del rol que cumplió Incallajta como
todos los principales Incas en el templo del un importante centro ceremonial, su presen-
sol, y allí concertaban la fiesta y todo lo que se cia no excluye que el sitio hubiera tenido un
había de hacer en ella. Mandaban salir fuera papel adicional como fortaleza o asentamien-
de la ciudad todos los forasteros, y ninguno to defensivo. El camino podría haber sido fá-
entraba en ella hasta el fin de la fiesta. Seña- cilmente bloqueado en los pequeños pasajes
lábaseles, así a los que salían como a los que entre los valles que atraviesa. De otro lado, el
venían a la Corte [Cusco], cierto lugar en la muro en zigzag constituye un poderoso ras-
entrada del camino que estaba diputado para
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES...

go defensivo. Fue construido únicamente en


esto, y en cada uno de aquestos lugares estaba aquellos lados de la colina que son fácilmente
la gente de aquel suyu para donde iba el dicho accesibles y no muy empinados. El muro ter-
camino (Cobo 1956-1964 [1653], II: 208). mina abruptamente cuando la colina es tan
empinada que el ascenso es difícil, si no im-
El camino identificado restringe de ma- posible. La entrada oculta a través del muro y
nera similar el acceso a Incallajta, tanto físi- las grandes cantidades de piedras de río halla-
ca como simbólicamente, y requiere que el das al interior del muro en zigzag, empleadas
viajero se detenga en ciertos puntos deter- como piedras de boleadoras, parecen indicar
minados. La bifurcación puede representar un uso defensivo, hubiera sido este o no el
diferentes vías para los miembros de diferen- propósito de su construcción.
318

Y, por supuesto, el empleo de esta vía como Referencias citadas


camino ritual no impedía su uso para el
transporte de mercancías o para la circula-
ción de personas. En este contexto, es posi-
ble que el puesto de control hubiera servido FUENTES DOCUMENTALES
como un lugar para inventariar productos en
movimiento a través de la región. Coben, Lawrence S.
En conclusión, sugiero que este cami- 2012 Theaters of Power: Inca Imperial Perfor-
mance. Tesis de Doctorado. University of
no inca doble marcó la ruta de la procesión
Pennsylvania, Philadelphia.
ritual al sitio de Incallajta. El camino podría
haber tenido su origen, al menos, en un lugar Muñoz, María de los Angeles
tan distante hacia el oeste como Tiraque, y 2012 Representaciones del poder político y adminis-
quizás en el valle superior de Cochabamba. trativo inca en el Collasuyo, a través de un si-
La ruta pasaba a través de una serie de pues- tio monumental: Incallajta. Tesis de Doctorado.
tos de control físicos y simbólicos que permi- Facultad de Filosofía y Letras – Instituto de
Investigaciones Antropológicas, Universidad
tían acceder a Incallajta solo a las personas
Nacional Autónoma de México, México, D.F.
de rango y estatus apropiado. Esta vía ritual
refuerza la interpretación de que el sitio era Ogburn, Dennis
una réplica del Cusco, y por lo tanto, particu- 2006 Report on fieldwork in southern Ecuador. Po-
larmente sagrado. El estatus propuesto para nencia presentada al 46th Annual Meeting
este sitio no es inconsistente con su aspecto of the Institute of Andean Studies, Berkeley.
o real función defensiva. La ideología y reli-
gión inca incorpora los poderosos conceptos Sánchez Canedo, Walter
2008 Inkas, “flecheros” y mitmaqkuna. Cambio so-
de militarismo y conflicto, y el uso militar de
cial y paisajes culturales en los Valles y en los
un sitio ritual podría reflejar las circunstan- Yungas de Inkachaca/Paracti y Tablas Monte
cias extremas de un momento determinado. (Cochabamba-Bolivia, siglos XV-XVI). Tesis
Este trabajo plantea algunas preguntas de Doctorado. Department of Archaeology
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

para estudios posteriores sobre la impor- and Ancient History, Uppsala University,
tancia y la función de la dualidad en el sis- Uppsala.
tema de “caminos incas”: ¿cuándo y por qué
se construyeron caminos dobles?, ¿por qué
ciertos puestos de control o puertas tienen
FUENTES IMPRESAS
dos vías de paso a través de ellos, como en
Rumicolca y Mamahuasi?, ¿qué estaría sien- Bauer, Brian S. y Charles Stanish
do marcado por la presencia de estos rasgos 2001 Ritual and Pilgrimage in the Ancient Andes:
dobles?, ¿qué importancia tenían los cami- the Islands of the Sun and the Moon. Austin:
nos que se unían en repetidas ocasiones en University of Texas Press.
puntos simbólicamente restringidos, para
Betanzos, Juan de
luego separarse rápidamente de nuevo? Y,
1996 [1551] Narrative of the Incas. Edición de Roland Ha-
finalmente, ¿qué relación existe, si la hay, en- milton y Dana Buchanan. Austin: University
tre estos elementos y las réplicas de la capital of Texas Press.
en el Cusco?
319
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NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS
Sitio arqueológico de Incallajta (foto por Dan Hetherington)
CAMINOS RITUALES, CAMINOS ÚTILES... LAWRENCE S. COBEN Y MARÍA DE LOS ÁNGELES MUÑOZ 321
Desde el camino:
los SIG y El Shincal
de Quimivil
(Londres, Catamarca,
noroeste argentino)
REINALDO ANDRÉS MORALEJO Durante junio de 2014 participamos en la ciudad de
Lima de un evento organizado por el Proyecto Qhapaq
CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
Ñan del Ministerio de Cultura del Perú, “Nuevas ten-
CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS, UNIVERSIDAD
dencias en el estudio de los caminos”. Las ponencias
NACIONAL DE LA PLATA, ARGENTINA
trataron problemáticas arqueológicas y antropológi-
cas relacionadas con las vías de circulación y transpor-
J. DIEGO GOBBO te en el territorio andino. Una de las ideas que preva-
leció fue la de pensar en los caminos no simplemente
CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
como unidades de tránsito, sino como el producto de
CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS, UNIVERSIDAD
diversas acciones humanas. Nuestra presentación tra-
NACIONAL DE LA PLATA, ARGENTINA
tó una de las tantas variables vinculadas con la acción
humana a lo largo de un camino: la visibilidad. Para
ello, elegimos como caso de estudio uno de los prin-
cipales sitios incaicos del noroeste argentino, ubicado
en la localidad de Londres de la provincia de Catamar-
ca, conocido como El Shincal de Quimivil.
Si bien hacia fines del siglo XIX existían, como ve-
remos más adelante, algunas menciones acerca de la
región de Londres de Quimivil, el sitio fue descrito por
primera vez por Hilarión Furque en el año 1900; lue-
go, hacia mediados del siglo XX, fue excavado por Rex
González; y, finalmente, redescubierto por Rodolfo Ra-
ffino en la década de 1980. Este último y su equipo han
realizado, ininterrumpidamente desde entonces, nu-
merosas investigaciones, cuyos resultados han sido pu-
blicados en textos académicos y de divulgación a nivel
mundial. En el año 1997, en reconocimiento a su valor
patrimonial, El Shincal fue declarado Monumento His-
tórico Nacional por la Comisión Nacional de Museos y
de Monumentos y Lugares Históricos de la República
Argentina (Decreto Ley Nº 1145/97). En el año 2007, el
área ocupada por las Sierras de Belén, en la que se ubi-
ca el sitio, fue declarada Área Natural Protegida por la
Secretaría del Agua y del Ambiente de la provincia de
Catamarca (Decreto Nº 679/2007).
324

Nuestro interés por el estudio de los caminos Dentro de los estudios micromorfológicos,
comenzó en el año 2000 mientras se realiza- tal como señalamos al principio, se realiza-
ban trabajos de campo en el sitio. Una de las ron análisis basados en la importancia la visi-
primeras preguntas fue ¿qué nos podían con- bilidad a lo largo de un camino incaico, pues
tar los caminos sobre las prácticas sociales se trataba de un factor que se comporta como
llevadas a cabo en el sitio y la región?, prácti- otro elemento más de significación dentro
cas que nos permitirían reflexionar acerca de del paisaje socialmente construido.
las imposiciones culturales del Tawantinsu- Los análisis de visibilidad en El Shincal
yu y sobre las relaciones sincréticas que se ge- de Quimivil fueron realizados mediante un
neraron con las poblaciones locales del área. software de Sistemas de Información Geográ-
En ese momento los estudios específicos fica (SIG). A través del tiempo y, sobre la base
de vialidad se limitaban a ligeras menciones de experiencias propias, estos análisis han
y descripciones sobre la disposición geográ- tenido su propia evolución. Al comienzo se
fica de las vías y su vinculación con áreas realizaron teniendo en cuenta un solo pun-
vecinas. Ello motivó aún más nuestra investi- to de observador dentro del paisaje, luego se
gación, la cual estuvo basada en lineamientos fueron incorporando otros puntos de interés
teóricos y metodológicos que permitían ver definidos en el terreno, lo que permitía sumar
el espacio geográfico no solo en su dimen- todos los cálculos de visibilidad y crear ma-
sión física, sino también como producto de pas de visibilidad acumulada (Moralejo y Go-
una construcción social; es decir, producto bbo 2015a); posteriormente, comenzamos a
de una relación dialéctica entre el hombre y optimizar el análisis basándonos en la idea de
la naturaleza que se modela continuamente. movimiento a través del paisaje, por lo cual
Este abordaje nos remitió a una metodolo- promovimos un análisis particular basado en
gía sistemática que contemplaba un estudio la visibilidad acumulada del sitio consideran-
micro y macromorfológico de las vías y si- do la linealidad del camino en su totalidad
tios asociados (Moralejo 2011). A través del (Moralejo y Gobbo 2015b). De esta manera, se
análisis micromorfológico se conocieron las lograron integrar diversos elementos como
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

características formales presentes a lo largo el camino incaico y los diferentes espacios


de la traza, entendiéndolas como parte de un públicos y privados del sitio. En relación con
paisaje construido donde la sacralidad y la vi- esto último, presentaremos en este artículo la
sibilidad tuvieron un rol relevante. Es decir, metodología específica empleada —que in-
el espacio comenzó a ser visto como una cate- cluye un método novedoso para reclasificar
goría cultural, un concepto específico de cada y diferenciar gradientes de visibilidad— y los
sociedad o, incluso, de cada grupo de poder o resultados obtenidos.
resistencia dentro de una sociedad.
Por otra parte, el análisis macromorfoló-
gico u holístico, permitió reconstruir el con-
texto original, buscando relaciones espaciales
significativas dentro del conjunto estudiado.
De esta manera se pudo dar cuenta de la pro-
pia lógica interna y de su contexto significati-
vo, y fue posible también generar un modelo
de organización respecto de las prácticas y re-
laciones sociales que dieron origen al paisaje.
325
El uso de los SIG la mantención, protección y actualización de la in-
formación del SIG; la confección y carga inicial de la
base de datos; y problemas de exactitud y precisión
teniendo en cuenta que la base de datos espacial
Los SIG son complejos programas diseñados para —por más exacta que sea— no representa correcta-
representar y gestionar grandes volúmenes de datos mente el mundo real, razón por la cual es pensada
sobre ciertos aspectos del mundo; permiten captu- como una abstracción de la realidad. En relación con
rar, almacenar, recuperar, analizar y desplegar todo esto último, se puede decir que, si bien la utilización
tipo de información espacial, así como procesar y del SIG no tiene como finalidad restituir el paisaje
generar nueva información derivada de la ya exis- antiguo, intenta mostrar de modo simplificado la
tente (Gutiérrez y Gould 1994). Es decir, los SIG son complejidad de una realidad espacial con el objetivo
una de las principales herramientas para abordar de reflexionar sobre los fenómenos observados (Bar-
la diversidad de la información geográfica. Se usan toncello y Nuninger 2002). De allí la importancia de
ampliamente en el campo de la geografía y en estu- los correspondientes trabajos en el terreno para la
dios y aplicaciones donde el componente espacial y contrastación empírica de dichos modelos.
territorial es un aspecto clave del análisis (Araneda Como se mencionó anteriormente, los cálculos
2002). En este sentido, permite considerar al espacio de visibilidad constituyen una de las tantas herra-
como un dato de análisis arqueológico con conteni- mientas de análisis que ofrecen los SIG a la arqueo-
do propio y no como un simple marco para visuali- logía. El tratamiento de esta variable es de interés
zar otros objetos (Figuerero 2015). para los arqueólogos desde antes que surgieran los
Como parte de sus principales ventajas, los SIG medios informáticos; de acuerdo a Zamora (2013),

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


facilitan el ordenamiento de los datos referenciados su estudio se encuentra, con algunos aspectos a
espacialmente, permiten mantener los datos en for- mejorar, entre una de las más potentes herramien-
ma física compacta, proveen un único lugar para el tas de los SIG.
resguardo de los datos, hacen posible la recupera- Dado que en este trabajo nos proponemos ana-
ción de la información en tiempos breves, propor- lizar la visibilidad acumulada de un sitio desde un
cionan herramientas para la manipulación de los rasgo lineal, como es el Camino Inca, en primera
datos, reducen los costos de procesamiento —pues instancia será importante conocer profundamente
se pueden realizar, de forma gráfica e iterativa, prue- la topografía sobre la cual se desarrolla su traza y los
bas y calibraciones de modelos conceptuales que se componentes culturales asociados. Luego, se pue-
deseen aplicar sobre el espacio—, facilitan el análisis den realizar diversos análisis espaciales mediante el
de procesos espaciales para diferentes períodos así uso del software SIG combinando variables difíciles
como otros análisis que manualmente serían muy de controlar sobre el terreno. A partir de allí, podre-
costosos o ineficientes (v.g. análisis digital del terre- mos generar un modelo de cuenca visual que nos
no, cálculos de pendientes, intensidad de insolación, permita representar, y al mismo tiempo evaluar, el
cálculos de visibilidad, entre otros), y permiten la dominio visual desde cualquier punto natural o ar-
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

incorporación constante de nuevas aplicaciones se- tificial del camino.


gún las necesidades de los usuarios (Araneda 2002). Existen varios factores que inciden y condicio-
Al respecto, Araneda (2002) y otros autores nan la determinación de la cuenca de visibilidad.
como Kvamme (1990) y Wescott (2000) han seña- Por un lado, encontramos factores físicos como las
lado algunos cuestionamientos y/o desventajas, ta- propiedades de la atmósfera, la cantidad y distribu-
les como los problemas técnicos relacionados a la ción de la luz, las características de los objetos que
vectorización de productos cartográficos no digita- miramos, las propiedades del ojo que mira y la topo-
lizados; los presupuestos para el financiamiento de grafía y vegetación del área de estudio. Por otro lado,
326

factores culturales como el interés selectivo El Shincal de Quimivil,


por los objetivos visuales, las posibilidades de
desplazarse cuando se mira, alcanzar posicio- una capital incaica
nes más elevadas para observar, las emociones
presentes y la organización cultural del espa- en el noroeste argentino
cio (Middleton 1952; Zamora 2006). Mientras
más importancia le demos a estos factores,
más nos estaremos aproximando a la repre- El Shincal de Quimivil es un sitio incaico ubi-
sentación de la realidad espacial del lugar. cado en el noroeste argentino dentro del terri-
Según Criado (1991, 1993), todo proceso torio del Collasuyu (figura 1). Está emplazado
social posee un correlato espacial cuyos ele- a pocos kilómetros de la localidad de Londres
mentos pueden ser analizados mediante la (departamento de Belén, provincia de Cata-
determinación de los elementos que se des- marca), hacia al sur del valle de Hualfín, sobre
tacan visualmente: la estrategia específica de el piedemonte de la serranía de El Shincal. El
visibilización y la intención subyacente. Esto acceso al sitio se puede realizar a través de un
responde a diferentes regularidades en la es- camino municipal que se empalma desde la
trategia social de apropiación del espacio y la Ruta Nacional N° 40, una de las más impor-
construcción del paisaje cultural, según sea tantes de la República Argentina.
la actitud del hombre frente a la naturaleza. La información acerca del sitio es abun-
Para determinar esa estrategia que permite dante. Las primeras referencias históricas
establecer las condiciones de visibilidad del se remontan hacia fines del siglo XIX y es-
registro arqueológico, se utiliza la noción de taban vinculadas con la región de “Londres
visibilidad entendida como “la forma de ex- de Quinmivil” (Lafone 1888; Quiroga, 1992
hibir y destacar los productos de cultura ma- [1897]). Recién a comienzos del siglo XX, Hi-
terial que reflejan la existencia de un grupo larión Furque realiza la primera descripción
social” (Criado 1991: 23). del sitio, que consistió en un croquis e inter-
Gillings y Wheatley (2001) consideran pretación funcional de sus diferentes partes
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

que la visibilidad y la intervisibilidad juegan arquitectónicas (Furque 1900). Luego, entre


un rol importante en la estructuración de los los años 1906 y 1907, y en el marco de las ex-
paisajes arqueológicos, de allí la importancia ploraciones arqueológicas por las provincias
de su análisis e interpretación. Según ellos, las de Tucumán y Catamarca —encargadas por
características visuales de un sitio pueden ser Francisco P. Moreno, fundador y director del
de carácter focalizado o deberse a su posición Museo de La Plata—, el naturalista Carlos
dentro de un paisaje visual más amplio, en Bruch realizó una descripción de Londres de
el cual puede haber relaciones de visibilidad Quinmivil haciendo referencia a las ruinas
con otros sitios contemporáneos o con com- arqueológicas allí emplazadas (Bruch 1911).
ponentes naturales del paisaje local y/o regio- En 1919, el coleccionista brasileño Ben-
nal. Estos autores consideran que el término jamín Muniz Barreto decide emprender una
visibilidad hace referencia a los actos cogniti- serie de expediciones a distintas regiones del
vos del pasado, que sirven no solamente para noroeste argentino —particularmente en las
informar acerca de la estructura y organiza- provincias de Jujuy, Tucumán y Catamarca—
ción de su localización, sino también de las con el objeto de realizar múltiples excavacio-
prácticas coreográficas relacionadas con ellos nes arqueológicas en distintos cementerios
(Wheatley y Gillings 2000). aborígenes. Esta labor fue desarrollada duran-
327
figura 1. Mapa del Tawantinsuyu con los caminos y principales sitios incaicos

COLOMBIA
Guaca
Quito

ECUADOR
Hatun Cañar (Ingapirca)
Tumbes Tomebamba (Cuenca)

PERÚ Sitio inca


Sitio inca y ciudad
Cajamarca BRASIL
Ciudad
Qhapaq Ñan
Chiquitoy
Viejo Chinchaysuyu
Huánuco
Pampa Antisuyu
Contisuyu
Jauja Collasuyu
Lima
Pachacamac
Cusco
Inkawasi
BOLIVIA
Tambo
Colorado Hatun Colla
Vilcashuamán Chala Chuquiabo (La Paz)
Chucuito
Arequipa Cochabamba

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


Paria

Oma Porco
Caserones Mochará
Pica Tupiza
Océano Pacífico Chuquiago Tolomosa
Turi
Catarpe Titiconte
Coctaca
San P. de Atacama
La Paya Pro. de La Huerta
Payogasta
CHILE Tolombón
Viña del Cerro Ingamana
Copiapo Pa. Aconquija
L. Colorada El Shincal
Watungasta
Coquimbo Tambería
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

del Inka
Ovalle ARGENTINA
Ranchillos

Chena C. Cachapoal
Santiago de Chile
0 500 km
328

te casi una década y contó con la participa- 1982, realizando planos del sitio y sistemati-
ción de ingenieros, dibujantes, un arqueólogo zando sus rasgos arquitectónicos (Raffino et al.
y pobladores locales. Como resultado de estas 1982 y 1983). Con el paso del tiempo y a me-
expediciones arqueológicas se reunió un total dida que avanzan las investigaciones, comien-
de 12 000 piezas, diferentes tradiciones orales, zan a realizarse diversos trabajos interdiscipli-
valiosos dibujos y fotografías de los principa- narios entre los que se destacan algunas tesis
les lugares y estructuras encontradas. En el doctorales sobre diferentes aspectos del sitio
año 1931 esta colección fue depositada en el (Couso et al. 2015). En términos generales, se
Museo de La Plata y dos años después compra- puede decir que las temáticas abordadas in-
da por el Estado nacional (Sempé 1987: 92-93). cluyen diferentes problemáticas vinculadas
Con respecto al asentamiento de El Shincal de con arquitectura y urbanismo indígena, im-
Quimivil, en el año 1929 y en el marco de la pacto ambiental, etnohistoria, bioantropolo-
XI° expedición, se excavaron varias tumbas gía y ecología regional; todas ellas articuladas
con abundante material cerámico. Los mis- en torno a la historia regional, con especial
mos corresponderían a los estilos Belén, Be- énfasis en el período Inca en la región. Asimis-
lén-Inca e Inca (Raffino et al. 1982). mo, la puesta en valor, publicación, difusión y
Posteriormente, en la década de 1950, defensa del patrimonio arqueológico a través
Alberto Rex González realiza una campa- de diferentes aportes realizados en el ámbito
ña arqueológica en la zona de El Shincal de nacional y provincial.
Quimivil y excava entonces lo que él llamó Como lo señalamos anteriormente, el si-
“las ruinas de Simbolar”, hoy conocidas como tio se ubica en el piedemonte de la serranía
Casa del Curaca o Sector Alvis. Al respecto, de El Shincal, a 1 350 msnm, entre los ríos
concluye que, por su arquitectura, por los ti- Quimivil y Hondo, dentro de un paisaje par-
pos cerámicos encontrados en el lugar y por ticular conformado por algarrobos, chañares,
la presencia en las inmediaciones de restos acacias, talas y shinki. El área de ocupación
del Camino Inca, se trataba de un sitio co- supera las 30 hectáreas y está compuesta por
rrespondiente a la penetración y ocupación diversas estructuras, que en conjunto confor-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

incaica en el territorio del noroeste argentino man un patrón ortogonal concebido, planea-
(González 1966). do y construido de acuerdo al modelo incaico
Desde fines de la década de 1970, será el para sus centros administrativos regionales
doctor Rodolfo Raffino quien retomará las (Raffino 1995-1996, 2004) (figura 2 y foto 1).
investigaciones en la zona, comprendiendo El origen de su emplazamiento en esta región
los sectores medio y meridional del valle de austral del Tawantinsuyu responde a deter-
Hualfín, la sierra de Zapata y la precordillera minados objetivos del proyecto político de
del occidente de Catamarca en el marco del expansión incaica iniciado por Pachacutec
Proyecto Inka, auspiciado por el Consejo Na- (1438-1471) y proseguido por su descenden-
cional de Investigaciones Científicas y Téc- cia real Túpac Inca Yupanqui (1471-1495),
nicas de la República Argentina (CONICET) Huayna Capac (1495-1525), Atahualpa y
y luego por la National Geographic Society. Huascar (1525-1532). Entre estos objetivos
Estas investigaciones continúan, pero diri- primaba, por un lado, el interés por los recur-
gidas por sus discípulos y, en algunos casos, sos mineros y agropastoriles producto de una
concentradas en sitios específicos. organización económica muy disciplinada
Puntualmente en El Shincal, Raffino co- basada en un sistema tributario de redistri-
menzará a hacer prospecciones entre 1981 y bución y reciprocidad (González 1980; Ra-
329
ffino 1983; Raffino et al. 1978); y por otro lado, Entre los principales componentes de la
la conquista simbólica a través de la hospita- planta urbana del sitio se encuentra una
lidad ceremonial reflejada en la transmisión e gran plaza amurallada o aukaipata de forma
imposición de diversos elementos del paisaje casi cuadrangular (175.22 metros de lado),
y la cultura material (Acuto 1999; Bray 2003, en cuyo centro se encuentra el ushnu o pla-
2004; D’Altroy et al. 2000; Nielsen y Walker taforma ceremonial. La aukaipata posee un
1999; Williams et al. 2005). trazado cardinal cuya divergencia con res-
La importancia de El Shincal dentro del pecto al norte magnético es de tan solo 1,5°
Tawantinsuyu ha sido tal que, de acuerdo a (Farrington 2013: 352). Posee una entrada en
las evidencias materiales arqueológicas e his- la esquina suroeste por donde pasa un canal
tóricas disponibles, pudo constituir el lugar de piedra.
donde se efectuó la segunda fundación espa- El ushnu es de forma cuadrangular, de
ñola en territorio argentino. Esta llevaba el 16.15 por 16.15 metros de lado, con una altu-
nombre de Londres de la Nueva Inglaterra y ra superior a los 2 metros y una escalinata de
fue fundada por Pérez de Zurita en 1558, pro- piedra en el centro de la fachada occidental.
bablemente usufructuando la existencia de Su orientación presenta una ligera diferencia
esas ruinas abandonadas por los incas unos en cuanto al posicionamiento de la aukaipata.
25 años antes (Igareta 2008). Por debajo del mismo pasa un canal de agua,

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


figura 2. Plano del sitio El Shincal de Quimivil

Piedra Kancha “y”


Hincada
5d
Co. de las
Kancha “x” Qollqas

K1 K4
5b
K3 CAOc:
K5 5a Cerro Aterrazado
Qollqas Occidental
CAOr
CAOcc Ushnu
Camino CAOr:
K2
incaico Aukaipata Cerro Aterrazado
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

Oriental (adaptado de
Kancha II Raffino et al. 1982,
5e 5c
Casa lámina 4 y Farrington
del Kancha I
5g Curaca Sinchihuasi 1999: 62)

Arroyo simbolar 5f

Atalaya
0 100 km
330
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

lo que sugiere la existencia de “an ushnu com- Proponemos otra explicación al respecto, ba-
plex” (Farrington 2013: 354). sada en las observaciones realizadas en otros
Hacia el oeste del interior de la aukai- sitios incaicos localizados en Perú como: el ac-
pata se encuentra un muro doble de 60 me- llawasi de Aypate (sierra de Piura), una de las
tros de largo, de aproximadamente de 0.80 a plazas de Incahuasi (Cañete), el Templo del
0.82 metros de ancho en su base, con cuatro Sol de Pachacamac (Lima) y uno de los secto-
puertas o vanos trapezoidales de 1.08 metros res residenciales de Huaycán de Cieneguilla
de ancho. Su posición es inmediata al acce- (valle medio de Lurín). Este muro se encuen-
so suroeste de la aukaipata. Al comienzo de tra limitando la visibilidad desde el acceso
las investigaciones fue interpretado como principal a la aukaipata, por lo que cualquier
la fachada de una kallanka en pleno proce- persona que penetre en la misma debería ade-
so de construcción, correspondiente a una lantarse a dicho muro para poder observar
segunda fase de planeamiento y ocupación claramente el espacio interior de la misma y
incaica del sitio (Farrington 1999: 58; Raffino el ushnu. De esta manera, el muro constituye
2004: 108-119, 229). Posteriormente, se defi- un rasgo arquitectónico que irrumpe la visi-
nió como un portal simbólico (Giovannetti bilidad de determinados espacios de poder
2013: 12). altamente significativos. Se trata de un modo
331
foto 1.
Panorámica
del sitio El
Shincal de
Quimivil
tomada des-
de la cima
del Cerro
Aterrazado

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


Occidental.

de relación arquitectónica, entre muros y oriente (K3 y K4) y occidente (K1 y K5), y en-
accesos, que organiza el espacio en términos frentados hacia el interior a un patio.
de movimiento, buscando otorgar mayor es- En El Shincal también se destacan diver-
cenificación a ciertos espacios o estructuras. sos conjuntos residenciales con un formato
Esta forma de organización del movimiento a regular —sujetos a algunas variaciones— co-
través del espacio, también puede observarse nocidos desde la arqueología como RPC (Rec-
en el sitio arqueológico Chan Chan, capital tángulo Perimetral Compuesto) o cancha (del
del reino Chimú, en Trujillo, costa norte de quechua kancha). Estas unidades se encuen-
Perú (Campana 2012). tran dispuestas hacia los sectores septentrio-
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

Alrededor de la aukaipata se encuentran nal, meridional y occidental de la aukaipata


grandes edificios rectangulares llamados ka- y, algunas de ellas, a la vera del Camino Inca.
llanka, donde se realizaban diversas activida- Uno de estos conjuntos, denominado Casa
des políticas, administrativas y ceremoniales. del Curaca o Sector “Alvis” (Sector 5g), estaba
Una de ellas (K2) está ubicada en el interior destinado a los gobernantes o a la élite y se lo-
de la aukaipata, paralela a su muro meridio- calizaba de modo aislado hacia el oeste de la
nal. El resto de estos edificios se encuentran aukaipata. Otras unidades, además de ser resi-
ubicados por fuera de la aukaipata, hacia el dencias permanentes, también podían alojar
332

a los invitados que arribaban a los eventos espacialmente agrupadas en sectores ad hoc.
festivos (sectores 5d y 5e); algunas más, que Esto indica que su emplazamiento sobre lu-
demuestran una ocupación continua a lo gares con microclima cálido y seco fue deli-
largo del año, eran exclusivas para los ha- beradamente planeado. De esta manera se
bitantes que se encargaban de mantener el piensa que los incas debieron efectuar algún
sitio (Sector 5f). estudio de las temperaturas del suelo y de las
Hacia el suroeste del sitio existen otras velocidades y temperaturas de los vientos
construcciones localizadas sobre una co- que cruzaban los diferentes sectores del es-
lina aterrazada. Se trata de dos estructuras tablecimiento, a fin de conocer la diversidad
idénticas, enfrentadas entre sí, que replican de hábitat y los factores ecológicos asociados
una forma característica del área cusqueña (Capparelli et al. 2006).
(Farrington 2013: 354). En la figura 2 se pue- En la planicie de inundación del río Qui-
de observar este conjunto con el nombre de mivil se extienden los campos de cultivo don-
Atalaya; solo se trata de una denominación de se han encontrado fragmentos de cerámi-
concedida al comienzo de las investigacio- ca dispersos que, de acuerdo con Farrington
nes, razón por la cual su nombre está sujeto (2013: 354), podrían indicar el área suburba-
a cambios de acuerdo a las investigaciones na del sitio. También se han hallado rocas
futuras. con estructuras de molienda asociadas con la
Otro aspecto interesante para destacar es fabricación de grandes cantidades de chicha
la presencia, hacia el oriente y occidente de (Giovannetti 2009) y varios entierros huma-
la aukaipata, de dos cerros aterrazados (Cerro nos (Salceda y Raffino 2004). Otro elemento
Aterrazado Oriental y Cerro Aterrazado Occi- de importancia es la presencia de un gnomon
dental) de 25 metros de altura, cuya cima es o intihuatana situado a una distancia de 460
aplanada; estos quizás sirvieron para prácti- metros hacia el norte del ushnu; se cree que
cas relacionadas con el culto solar. En la cima allí los incas realizaban observaciones solares
del Cerro Aterrazado Occidental se encuentra (Farrington 1999, 2013).
una gran roca, cuya superficie imita la forma La presencia de los ríos Quimivil y Hondo
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

de los cerros tutelares que dominan el paisaje dentro del paisaje del sitio ha permitido inter-
de El Shincal. También se han encontrado al- pretarlo como un lugar de encuentro, deno-
gunas oquedades que pudieron actuar como minado tinkuy en lengua quechua, considera-
lugares para ofrendas y/o marcadores espa- do sagrado por los incas. Ambos ríos juegan
ciales astronómicos. Esto último ha sido ob- un rol fundamental en otorgar humedad y
servado en otros cerros vecinos como el Ce- heterogeneidad ambiental a esta región que,
rro Loma Larga (o Cerro de La Cruz) y el Cerro pese a estar dentro de un clima árido, posee
Divisadero, ubicados hacia el sur y suroeste un marco natural profuso y diverso que ha
del sitio, respectivamente. aportado, a lo largo de su historia, elementos
En relación con la actividad administra- esenciales para la subsistencia humana (Ca-
tiva y ceremonial que se llevaba a cabo en el pparelli 1997). De este modo, podemos ver
sitio, se han encontrado más de cincuenta uni- cómo los edificios, en conjunto con el paisaje
dades de almacenamiento o depósitos deno- circundante, conformaban una red de mar-
minados colcas. Se trata de dos grandes grupos cadores espaciales tanto geográficos como
construidos en zonas elevadas hacia el norno- culturales.
roeste de ambos cerros aterrazados. Algunos Este modelo social del paisaje, con deter-
estudios señalan que las colcas se encontraban minadas simetrías y regularidades urbanís-
333
ticas cuidadosamente planificadas como en El Qhapaq Ñan del sitio
otros sitios incaicos de los Andes centrales,
condujo a que investigadores como Raffino
(1990) y Farrington (1999, 2013) expresaran Un tramo del Qhapaq Ñan o Camino Princi-
que los constructores de El Shincal de Qui- pal Andino —a partir del cual se realizó el
mivil quisieron replicar simbólicamente la análisis de visibilidad acumulada presenta-
capital del Tawantinsuyu, dándole entonces do en este artículo— recorre el sitio en sen-
el carácter de “Nuevo Cusco”. Esta idea se ve tido noreste-suroeste, articulando el valle de
reforzada cuando se examinan los resultados Hualfín, la quebrada del río El Tambillo y el
de las excavaciones, que demuestran que en el valle de Abaucán. Este tramo reconocido en
sitio se realizaron una serie de actividades vin- el terreno corresponde al trayecto El Shincal
culadas a las capitales provinciales incas, tales de Quimivil-La Aguada del Norte Chico del
como ceremonias, construcción de residen- departamento de Belén, descrito detallada-
cias de élite, producción de textiles, cerámica, mente por Moralejo (2011) en el marco de su
comidas y bebidas, movimiento caravanero, proyecto de investigación de tesis doctoral.
entre otras. Asimismo, existían diferentes je- Dicho tramo está conectado con un camino
rarquías sociales que habitaban distintos sec- secundario que comunicaba El Shincal con
tores del sitio. Podemos ver, entonces, cómo el los enclaves de producción agrícola y pasto-
sitio se constituye, de acuerdo con sus caracte- reo de Los Colorados y Las Vallas, localizados
rísticas, como una de las principales capitales aguas arriba del río Quimivil.
político, administrativas y ceremoniales del El ancho del Qhapaq Ñan varía entre los

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


noroeste argentino. 0.50 y 2 metros y se caracteriza por la pre-
Respecto a la organización estatal del sencia de rasgos formales que indican una
territorio del noroeste argentino dentro del determinada planificación y construcción.
Collasuyu, González (1982: 320) sostiene que Para su clasificación se han tenido en cuenta
existió una definida subdivisión geopolítica una serie de categorías propuestas por Raffi-
mantenida por la pax incaica. De este modo, no (1983), Hyslop (1984) y Vitry (2004), que
el noroeste argentino estaba subdividido en posteriormente fueron ajustadas de acuerdo
provincias o wamanis pertenecientes a dife- con nuestras experiencias en el terreno (Mo-
rentes curacazgos. El Shincal de Quimivil, ralejo 2011). Teniendo en cuenta los rasgos
junto al sitio Tolombón ubicado al norte estructurales presentes a lo largo del camino
del valle de Yocavil, habrían constituido los de El Shincal de Quimivil, se han observado
principales asientos políticos de la provincia al menos seis categorías, algunas de las cua-
de Quire-Quire. Esta provincia se encontraba les pueden encontrarse combinadas entre sí:
ocupada por un gran número de mitmas de- (1) despejado y amojonado con dos variantes:
signados por los incas y comprendía el ex- alineamientos laterales de rocas contiguas
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

tremo sur del valle Calchaquí y los valles de formando muros de una sola hilada y alinea-
Yocavil o Santa María, Andalgalá, Hualfín y mientos laterales de rocas no contiguas; (2)
Abaucán (González 1982; Raffino 2004; Wi- con muros de protección como una variante
lliams 2003). del camino encerrado por muros; (3) con ta-
lud (también denominado muro de conten-
ción o retención); (4) con talud y excavación
dentro de la ladera; (5) con presencia de ram-
pas; y (6) con presencia de escalonados y siste-
334

mas de drenaje. A este conjunto de segmentos Metodología


de vialidad formal se suman los segmentos
informales denominados sendas, generadas
por el desgaste a raíz del continuo movimien-
to de personas y animales a través del medio Tal como lo hemos mencionado, nuestro es-
(Trombold 1991). tudio consistió en un análisis específico de
Todas estas variedades de caminos y sen- cuencas visuales, conocidas según Wheatley
das se encuentran trazadas sobre una super- (1995) como cuencas visuales acumuladas
ficie irregular con pendientes cuesta arriba (accumulated viewshed analysis). Este análisis
y cuesta abajo, combinadas en algunos casos se encuentra basado en la superposición de
con pendientes laterales pronunciadas (Hys- mapas individuales de cuencas visuales de
lop 1992). Existen otros rasgos asociados al modo que, al ser sumados, se obtiene una
Qhapaq Ñan, como algunos sectores del bos- nueva cobertura raster, donde el valor de cada
que libres de vegetación, utilizados quizás celda expresa la cantidad de veces que la mis-
para el descanso de los transeúntes y de sus ma es visible (García et al. 2006) (figura 3).
animales de carga, y diversas estructuras de Este método permite generar un modelo
almacenaje, en su mayoría circulares, conoci- de visualización teórico con el propósito de
das como colcas. caracterizar todo aquello que es visible o no
Este conjunto de elementos permite visible en el sitio, desde un elemento arqueo-
pensar en la variabilidad de soluciones que lógico determinado como el camino incaico.
provenían de sus constructores, no solo En primera instancia, antes de realizar
para sobreponerse a la topografía y facilitar cualquier cálculo, fue necesario confeccio-
el transporte sino también para expresar su nar un SIG utilizando la siguiente cartogra-
propia cosmovisión. Los diferentes espacios fía digital:
residenciales, la aukaipata, los cerros aterraza-
dos y el ushnu, junto a otros componentes del • Fotografías aéreas del Instituto Geográfico
sitio como un gnomon o intihuatana, diversos Nacional (IGN): fotogramas en blanco y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tipos de oquedades o agujeros en las rocas, negro con una resolución máxima de 10
fuentes de agua, canales, esculturas en piedra micrones (2540 dpi), y escala aproximada
y tokankas, integraban un paisaje ritual con 1:75,000. Año de vuelo: 1982. Dichas imá-
alto contenido simbólico. genes fueron ortorectificadas y georreferen-
ciadas con puntos de control en el terreno.
• Modelo Digital de Elevación (DEM) de 10
metros de resolución espacial, realizado a
partir de la restitución fotogramétrica de
un par estereoscópico de fotos aéreas (IGN
2C-341-0693-82-607 / IGN 2C-341-0694-
82-607).
• Track del camino reconocido (Qhapaq
Ñan) del sitio El Shincal de Quimivil levan-
tado con GPS (Garmin GPSmap 76CSx).
• Plano del sitio El Shincal de Quimivil, en
formato vectorial, levantado con estación
total.
335
figura 3 . Representación del concepto de cuenca visual acumulada

+ =
Observador Valor 0
Superficie visible Valor 1
Superficie no visible Valor 2

Fuente: adaptado de García Sanjuán et al. 2006: 185, figura 2.

• Cobertura vegetal en formato vectorial servador (transeúnte) se consideró una altura

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


digitalizada a partir de Capparelli (1997), de 1.6 metros correspondiente a la estatura
ajustada y corregida a través de una cla- promedio de la población andina (Steggerda
sificación supervisada sobre la fotografía 1950). Después se sumaron todos los cálculos
aérea (Capparelli, comunicación perso- de visibilidad (en total 546) y se creó un mapa
nal 2014). La altura de esta cobertura se de visibilidad acumulada (accumulated views-
encuentra incluida en el DEM restituido, hed) desde el tramo analizado.
por lo que formaría parte del análisis de El análisis de visibilidad acumulada con
visibilidad, aunque por el tamaño de los dichos puntos nos arroja una imagen raster
especímenes vegetales y la resolución del del sitio El Shincal de Quimivil, donde cada
DEM no llega a apreciarse. pixel tiene como valor las veces que es visto,
• El sistema de proyección seleccionado fue o no, desde el camino (recordemos que, según
Gauss-Krüger Argentina Faja 3, Datum la resolución del DEM, cada pixel correspon-
WGS84. El software utilizado para los aná- dería a un sector de 10 por 10 metros). De esta
lisis fue el ArcMap 10.1 de ESRI. manera, se pueden ver los lugares de alta, baja
y nula visibilidad, identificados por los dife-
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

Acto seguido, para realizar el análisis de visi- rentes colores presentes en el mapa. A través
bilidad, la traza del camino correspondiente de este análisis se puede evaluar el grado de
a 5 460 metros fue transformada en puntos protagonismo del sitio visto desde el camino.
equidistantes cada 10 metros, obteniendo en- En cuanto a la obstrucción visual que la
tonces un total de 546 puntos. Estos fueron vegetación puede ocasionar, si bien fue con-
considerados como los puntos de observador siderada al realizar el DEM desde la fotografía
y sobre cada uno se computó la visibilidad aérea, no se puede hacer evidente debido a la
acumulada. Con respecto a la altura del ob- resolución utilizada.
336

La visibilidad figura 4.Mapa de visibilidad acumulada del sitio


en el sitio El Shincal El Shincal de Quimivil

de Quimivil

El análisis realizado permite obtener en pri-


mera instancia un mapa de visibilidad acu-
mulada de toda el área correspondiente a
los abanicos aluviales de los ríos Quimivil y
Hondo, la ladera occidental de la Sierra de Be-
lén y el Bolsón de Andalgalá-Belén-Pipanaco.
Sin embargo, nos concentraremos en el sitio
El Shincal de Quimivil, teniendo en cuenta
los límites actuales del polígono perimetral,
que ocupa una superficie de aproximada-
mente 32.02 hectáreas.
El mapa de visibilidad acumulada sobre
el sitio demuestra la presencia de sectores vi-
sibles y no visibles desde el camino (figura 4).
Cuando hablamos de lo “visible” nos referi-
mos a sectores o lugares del sitio de 10 por 10 Camino incaico 0 100 m
metros (lo que corresponde a un píxel según
la resolución utilizada) que son vistos al me- Visibilidad acumulada
nos una vez desde el Camino Inca. Mientras Alta: 347
que cuando nos referimos a lo “no visible” se
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

trata de sectores del sitio que no se ven desde Baja: 0


ningún punto a lo largo del camino.
El total de píxeles del sitio es de N= 3 202,
lo que corresponde a una superficie de 32.02
hectáreas. Los sectores “visibles” representan
el 96.16 % (N= 3 079), mientras que los “no vi-
sibles” representan el 3.84 % (N= 123) del to-
tal. Dentro del 96.16 % de sectores “visibles”
se pueden observar diferentes gradientes de
visibilidad que no se distribuyen de manera Inca se encuentran hacia el oriente del sitio
homogénea sobre el sitio. y comprenden la plaza o aukapaita, el ushnu,
En la figura 4 se puede advertir dicha di- el Sector 5a, los cerros aterrazados oriental y
ferenciación entre los sectores de mayor visi- occidental, el Cerro de las Qollqas, la Kancha
bilidad (representados con las tonalidades del “x” del Sector 5d y el Conjunto 5f o sinchiwa-
color rojo) y los de menor visibilidad (repre- si; mientras que los sectores de menor visi-
sentados con las tonalidades del color verde): bilidad se ubican hacia el occidente del sitio
los sectores que más se ven desde el Camino comprendiendo la Casa del Curaca, el Atala-
337
ya, las kanchas I y II del Sector 5e, el Sector 5b,
una parte del Sector 5c y las kanchas Piedra Mapa de visibilidad acumulada reclasificada con
figura 5.
Hincada y Kancha “y” del Sector 5d. el método de cortes o umbrales naturales
Con respecto al 3.84 % de sectores “no
visibles” (color verde más oscuro), tampoco
existe una distribución homogénea en el si-
tio. Estos se hallan al sur de la Casa del Cura-
ca (en un espacio correspondiente al Arroyo
Simbolar y un breve segmento del camino
incaico) y hacia el suroeste (Sector 5c) y es-
te-sureste de la aukaipata.
Este primer análisis, con diferentes gra-
dientes de visibilidad, se puede representar
de igual manera mediante una reclasificación
realizada por el método de cortes o umbrales
naturales (figura 5). En este método las clases
de cortes naturales están basadas en las agru-
paciones naturales inherentes a los datos, de
modo que permite tomar en cuenta las dis-
continuidades observables. El método se basa
en el algoritmo de Jenks, que compara las su-

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


mas de las diferencias al cuadrado entre los
valores observados dentro de cada clase y las Camino incaico 0 100 m
medias de las clases.
La mejor clasificación se considerará Visibilidad acumulada
cuando se encuentre el umbral que minimiza 126-347
la suma intra-clase de diferencias al cuadra- 0-125
do. Esto significa que los cortes de clases agru-
parán los valores similares y maximizarán las
diferencias entre clases. Es decir, los límites
entre clases quedarán establecidos donde
haya diferencias considerables entre los valo-
res de los datos (ESRI 1995-2012). Esta reclasi-
ficación permite ver claramente la existencia
de dos sectores bien marcados de alta y baja
visibilidad, hacia el oriente y occidente del
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

sitio respectivamente. Esta situación podría


estar marcando la existencia de una doble es-
trategia de visibilización basada, por un lado,
en la exhibición/monumentalización de la
aukaipata y sus componentes asociados y, por
otro, en la ocultación de un conjunto deter-
minado de espacios residenciales (Moralejo y
Gobbo 2015b).
338

Consideraciones finales segmentación espacial. Es decir, teniendo


en cuenta los sectores del sitio con mayor,
menor y nula visibilidad desde el camino se
puede observar una forma particular de es-
La espacialidad de los incas estaba organizada tructurar el espacio vinculado con el modo
de acuerdo a diversos aspectos sociales, polí- de organización que tenían los incas. Esto po-
ticos y religiosos; esta organización social dría reflejar aquello que Criado (1991: 23) ha
estuvo representada a lo largo y ancho del denominado las “condiciones de visibilidad
Tawantisuyu, tanto en el Cusco, capital del del registro arqueológico”. Estas condiciones
Imperio, como en sus alrededores. Asimis- estarían respondiendo a una voluntad de vi-
mo, habría sido reproducida en los diferentes sibilidad; es decir, a la intención de hacer más,
territorios conquistados, instalando asenta- menos o nada evidente ciertos elementos y la
mientos y recreando paisajes (Zuidema 1983, acción social que los produjo. De este modo,
1995). De este modo, el estudio de cómo los la opción por una determinada estrategia de
incas estructuraban su espacio constitu- visibilización, o invisibilización, mostraría
ye una de las principales interrogantes de una actitud particular hacia el entorno en un
muchos investigadores. Para llevar a cabo contexto cultural determinado (Criado 1993).
dicho estudio existen diferentes estrategias, De acuerdo con los resultados de nues-
complementarias entre sí, como el análisis tro análisis, los sectores del sitio con escasa
de fuentes etnohistóricas, prospecciones y y nula visibilidad desde el camino estaban
excavaciones arqueológicas que permitan vinculados con lugares donde se realizaban
establecer las principales relaciones de corte actividades restringidas ya sea domésticas
transversal entre las estructuras arquitectó- y/o rituales y donde solo tenían acceso deter-
nicas (Beck 1991; Moralejo 2010) y el uso de minados grupos de personas. Estos lugares
sensores remotos. se corresponden con las diferentes kanchas
En este artículo hemos analizado como a incaicas asociadas directamente al camino
través de la determinación de las característi- como es el caso de la Piedra Hincada, Kancha
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

cas visuales de un sitio se puede comprender “y”, Kancha I, Kancha II y Casa del Curaca
la estructuración del paisaje arqueológico. (Couso et al. 2011; Moralejo 2013; Moralejo y
Para ello fue necesario contar con datos bi- Couso 2012).
bliográficos acerca del sitio, comunicaciones En el caso particular de la Casa del Cura-
personales de otros investigadores, nuestras ca —caracterizada por su posicionamiento
propias observaciones en el terreno y el uso aislado y difícil accesibilidad con respecto
de fotografías aéreas ortorectificadas y georre- al resto del sitio—, la visibilidad restringida
ferenciadas. Posteriormente, toda esta infor- constituye un elemento singular que en con-
mación fue incorporada de manera integrada junto con la arquitectura y restos de vasijas
a un proyecto SIG mediante el cual se pudo de excelente calidad (Giovannetti et al. 2012;
realizar diversos tipos de análisis entre los que González 1966; Raffino 2004) y la trifurca-
destacamos el de visibilidad acumulada. ción de caminos (Moralejo 2011) refuerzan
El análisis de visibilidad acumulada estu- la idea que constituyó una de las posibles
vo basado en la visibilidad del sitio El Shincal residencias para las elites gobernantes de El
de Quimivil a lo largo de un rasgo lineal como Shincal de Quimivil.
el Camino Inca. El mismo nos ha permitido Por otro lado, los sectores que poseen
plantear la presencia de una determinada mayor visibilidad desde el camino estarían
339
vinculados con sectores del sitio donde se otros elementos del sitio, razón por la cual
realizaban actividades abiertas, o públicas, se presentaba como un elemento más de le-
relacionadas con reuniones comunales de ca- gitimación y poder con un fuerte significado
rácter político, ceremonial y festivo. En estos geográfico y ritual.
sectores encontramos determinadas estruc- Si bien creemos que no existe una rela-
turas vinculadas con la gran plaza o aukaipa- ción unívoca entre espacio y forma de orga-
ta como los cerros aterrazados, los edificios nización social, este tipo de análisis mensura-
kallanka (principalmente la K2 ubicada en el ble y apoyado en evidencia empírica permite
interior de la aukaipata) y el ushnu que en su diferenciar, a manera de hipótesis, los tipos
conjunto representan los máximos exponen- de espacios con mayor, menor o nula visibi-
tes de la arquitectura pública de poder inca. lidad dentro de un sitio. Espacios que podían
En este sentido, resulta interesante el planteo estar pautados socialmente a partir de aspec-
de Moore (1996) donde pone de manifiesto la tos ideológicos y mecanismos simbólicos (Gil
proxémica de las plazas incaicas con respec- 2001). En este sentido, la estrategia de visibili-
to a los rasgos y estructuras vecinas. Estas se dad o invisibilidad de determinados espacios
ubican generalmente en el sector central del se convierte en un instrumento de produc-
sitio, con diferentes accesos, constituyendo ción de significado y control social modelado
así un elemento clave del espacio político y por la ideología dominante.
ceremonial incaico. Este tipo de análisis permite superar el
A lo largo de este artículo hemos visto resultado del cálculo de visibilidad realiza-
como la percepción cognitiva de la visuali- do desde un único punto de observación. De

REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


zación, entre un camino y el resto del sitio, acuerdo con Zamora (2013) se trata de un
se puede convertir en un nuevo indicador estudio complejo que alude al dinamismo y
para explorar la heterogeneidad de la orga- particularidad de los diversos contextos de la
nización espacial incaica. Este tipo de análi- vida en los paisajes. Igualmente, vale conside-
sis siempre debe estar complementado con rar que si bien este tipo de estudios, en com-
información proveniente de la arqueología paración con aquellos que se realizan desde
y de otras disciplinas como la geografía, bo- un único punto de vista, tienden a minimizar
tánica y etnografía, entre otras. De este modo la frecuencia de sectores “no visibles” es ne-
se puede evitar caer en análisis deterministas cesario complementarlos con otros análisis
basados en una única variable. —por ejemplo de accesibilidad, arqueoastro-
Lo demostrado hasta el momento nos nómicos, de intervisibilidad entre diversos
permite pensar que en El Shincal de Quimi- componentes del sitio, de cómo un elemento
vil existió una intencionalidad particular al arqueológico es visto y/o experienciales—
momento de organizar el espacio. Tanto el con el propósito de profundizar aún más en
Qhapaq Ñan como los elementos asociados el estudio del paisaje vial del sitio.
DESDE EL CAMINO: LOS SIG...

y la relación visual con la aukaipata, el ushnu,


los cerros aterrazados y las kancha, entre otros
rasgos, conducen a la monumentalización
del paisaje como un ejercicio permanente de
apropiación del espacio y de constitución del
paisaje como territorio. De este modo, consi-
deramos que el trazado del camino incaico
tuvo un rol escenográfico en conjunto con
340

AGRADECIMIENTOS Referencias citadas


En primer lugar, queremos agradecer al Pro-
yecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional del Mi-
FUENTES DIGITALES
nisterio de Cultura del Perú por la invitación
a participar en las Conferencias “Nuevas ten- ESRI
dencias en el estudio de los caminos”, espe- 1995-2012 ArcGis Resources. Clasificar campos numéricos
cialmente al doctor Giancarlo Marcone Flores para simbología graduada. [en línea]. Disponible
y a la doctora Sofía Chacaltana Cortez. en: http://resources.arcgis.com/es/help/main/
Este artículo forma parte de nuestros tra- 10.1/index.html#//00s50000001r000000
bajos de investigación llevados a cabo en el (28 de abril de 2017).
sitio El Shincal de Quimivil desde hace varios
Moralejo, Reinaldo Andrés
años. Estos trabajos han sido financiados por 2011 Los Inkas al sur del Valle de Hualfín: orga-
el Consejo Nacional de Investigaciones Cien- nización del espacio desde una perspectiva
tíficas y Técnicas (CONICET), por la Agencia paisajística [en línea]. Tesis de doctorado.
Nacional de Promoción Científica y por la La Plata: Universidad Nacional de La Plata.
Universidad Nacional de La Plata. Asimismo, Disponible en: http://sedici.unlp.edu.ar/hand-
queremos agradecer a la Municipalidad de le/10915/5242 [3 de noviembre de 2014].
Londres, a la Secretaría de Estado de Cultura
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de Catamarca y a su Dirección Provincial de 2004 “Propuesta metodológica para el registro de
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Belén, y a nuestros compañeros del Labora- Andes [en línea], 15, pp. 213-250, Salta. Dis-
torio Nº 2 de la División de Arqueología del ponible en: http://www.redalyc.org/articulo.
Museo de La Plata por su apoyo constante en oa?id=12701507 (7 de octubre de 2014).
nuestras tareas de campo y gabinete.

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REINALDO ANDRÉS MORALEJO Y J. DIEGO GOBBO


DESDE EL CAMINO: LOS SIG...
PARTE
Comercio,
producción y
transporte
El Qhapaq Ñan
y su rol como
catalizador de cambios
económicos locales en
la minería del desierto
de Atacama, Chile
FRANCISCO GARRIDO La expansión imperial en territorios marginales, dis-
tantes del centro político, es un desafío que escapa al
UNIVERSITY OF PITTSBURGH,
control total de las élites dominantes; independiente-
ESTADOS UNIDOS
mente al éxito de los objetivos previstos en los nuevos
territorios, los grupos locales tenderán a buscar oportu-
nidades dentro de sus capacidades de negociación del
poder y control. El Qhapaq Ñan y su infraestructura
logística fueron factores que catalizaron ciertos cam-
bios económicos experimentados por las poblaciones
locales de las provincias incaicas, cambios que no ne-
cesariamente surgieron por una intervención estatal.
El caso de la minería en el sur del desierto de Ata-
cama será tratado a través de la lógica de los grupos
locales que no necesitaron una influencia de élites forá-
neas para definir sus metas económicas y su especiali-
zación artesanal. El estudio del Qhapaq Ñan como vía
de abastecimiento e intercambio utilizada por estas po-
blaciones permitirá mostrar, siguiendo un enfoque de
abajo hacia arriba, las inesperadas consecuencias de la
dominación imperial y cómo esta última contribuyó a
amplificar y cambiar los patrones productivos locales.
350

Economía política coner 1995; Hendon 1996; Hirth 2009; Netting


1993; Wilk 1989). La presunción de una falta
y respuestas locales de interés de las unidades domésticas por la
producción de bienes intercambio en los An-
des prehispánicos se debe, fundamentalmen-
Un tema central en el estudio arqueológico te, a la convicción de que en la antigüedad no
de la conquista incaica ha sido el impacto existió “ningún mercado” y que todo estuvo
de la economía política estatal en los patro- regido por principios de reciprocidad y com-
nes de producción de las comunidades loca- plementariedad vertical, siguiendo el modelo
les y su intervención a nivel de las unidades de Murra (1972) y su enfoque substantivista.
domésticas, acorde con los nuevos intereses Cabe señalar, sin embargo, que la au-
productivos del Estado (Acuto 2010; Alconi- sencia de un verdadero mercado en tiempos
ni 2008; Alconini y Malpass 2010; Costin y prehispánicos tardíos no excluyó distintas
Earle 1989; D’Altroy y Hastorf 2001; D’Altroy formas de trueque (Murra 1980, 1995; Stanish
et al. 2007; DeMarrais et al. 1996; Earle 1994; 2010) y que, usualmente, los investigadores
Hastorf 1990, 1993; Malpass 1993; Santoro de la economía inca han estado dispuestos a
et al. 2010; Williams 2000). Dicho interés se reconocer sutilmente la existencia de activi-
justifica por el hecho de que, en general, los dades económicas de agentes locales en los
imperios tienden a generar políticas tributa- extremos del Imperio (Gallardo 2013; Martin
rias y porque, en el caso del Estado Inca, la 2010; Murra 1980, 1995; Rostworowski 1989;
movilización de mano de obra y excedentes Salomon 1986). En tal sentido, la intensifi-
provenientes de unidades domésticas ha sido cación de la minería de pequeña escala en el
ampliamente documentada tanto etnohis- desierto de Atacama gracias a la dinámica de
tórica como arqueológicamente (D’Altroy movimientos y logística proveída por el Qha-
1992; Hastorf 1993; Julien 2004 [1983]; La paq Ñan, será presentada como un ejemplo
Lone 1982; LeVine 1992; Murra 1980; Stanish de emprendimiento local promovido por un
1997, 2001). El impacto inca sobre las econo- cambio en las condiciones sociopolíticas re-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

mías locales fue tan manifiesto que relegó gionales resultantes de la conquista incaica.
la consideración de formas alternativas de
intercambio económico a nivel doméstico y EL QHAPAQ ÑAN Y LA GENERACIÓN
comunitario, particularmente en áreas fuera DE CAMBIO ECONÓMICO
de la producción de bienes de consumo para El rol de los caminos en la difusión de la do-
la simple autosubsistencia. minación imperial, y en la articulación de las
La visión económicamente pasiva de las poblaciones locales a grandes sistemas econó-
comunidades locales y unidades domésticas micos, ha sido explorado en diversos contex-
está implícita en muchos estudios sobre los tos del mundo moderno y la antigüedad (Ba-
efectos de la conquista inca. Sin embargo, uni- nerjee et al. 2012; Bryceson et al. 2008; Canning
dades domésticas y pequeños grupos de tarea y Fay 1993; Kreutzmann 1991; OECD 2002;
corporativos pueden eventualmente actuar Speidel 1987; Wiseman 1970; Witcher 1998);
como agentes económicos independientes, sin embargo, hay muy poco trabajo teórico
aprovechando los cambios en la economía comparable en el caso del Qhapaq Ñan. En
global surgidos como consecuencia de su gran parte, esta omisión ha sido el resultado
incorporación política dentro de sociedades de una perspectiva desde arriba hacia abajo
complejas (Douglass 2002; Gonlin 2012; Fal- que considera el sistema vial incaico solo en
351
términos de la estrategia de dominio inca, tuvo reservado fundamentalmente para asun-
como una red de transporte que conectaba tos relacionados con el Estado es la que más
nodos administrativos o enclaves producti- ha influenciado a los investigadores del tema:
vos centralizados. Sin embargo, ¿qué tipo de “[…] soldados, cargadores y caravanas de llamas
actividades económicas locales podrían ha- fueron sus usuarios principales, como también
berse desarrollado para aprovechar el Camino la nobleza y otros individuos en misión oficial.
del Inca en tiempos prehispánicos? y ¿cómo Otros sujetos fueron permitidos de caminar a
se diferenciarían (en carácter y objetivo) estas lo largo de los caminos solamente con permiso
iniciativas indígenas de las actividades del sis- [...]” (D’Altroy 2002: 243; traducción nuestra).
tema imperial inca? Aunque existe cierta in- Sin embargo, John Hyslop reconoció la im-
formación sobre lo que los gobernantes incas portancia de investigar otras dimensiones del
hicieron con sus caminos, casi nada se conoce uso del camino, señalando que “también hubo
acerca de cómo los grupos locales pudieron una cantidad indeterminada de tráfico privado
haber explotado la infraestructura imperial [...] sobre el cual se conoce muy poco” (Hyslop
para sus propios fines económicos y sociales. 1984: 254; traducción nuestra). Una caracte-
El trabajo arqueológico realizado en los si- rística omnipresente del sistema del Camino
tios de la sierra Cachiyuyo de Llampos plantea Inca es la presencia de estructuras informales
la posibilidad de que el uso del Qhapaq Ñan (no-inca) en sus costados, las cuales no siempre
en el desierto de Atacama hubiera sido mucho se encuentran asociadas a algún tambo.
más complejo y “local” que lo discutido en la En una prospección del Camino Inca de
literatura existente, situación facilitada quizás Morohuasi a Salta, por ejemplo, Vitry (2000)
por su distanciamiento del área nuclear del registró dichas estructuras en 7 de 15 sitios del
Imperio Inca y la relativamente leve presencia camino, incluyendo El Cardonal (donde en-
administrativa estatal en las provincias dis- contró 45 de ellas). Estas estructuras han sido
tantes. La existencia del camino pudo haber a veces identificadas como viviendas emplea-
proporcionado nuevas oportunidades econó- das cuando el “desbordamiento” de los viaje-
micas para las poblaciones locales, en formas ros atestaba los tambos y otras instalaciones
diferentes a las registradas en los nodos de con- oficiales, o como espacios de almacenamien-
trol inca y de un modo no previsto por la élite. to para apoyar a los tambos e instalaciones
La monografía de Hyslop (1984) sigue siendo similares. Sin embargo, formalmente, estas

FRANCISCO GARRIDO
la base interpretativa y metodológica para los estructuras han sido estudiadas incluso me-
enfoques arqueológicos al sistema del Qhapaq nos que los tambos. La investigación de anti-
Ñan, y su visión enfatiza el rol dominante del guos caminos romanos provinciales (Speidel
Estado Inca sobre sobre el uso de los caminos. 1987; Wiseman 1970; Witcher 1998), la pro-
Las investigaciones posteriores han continua- pagación de las redes de transporte moderno
do el trazado punto-a-punto de segmentos (Fogel 1962) y las actividades modernas de ca-
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

de camino, enfocándose principalmente en ravaneo de llamas en los Andes (Nielsen 2000,


generar un inventario tipológico de sus atri- 2001, 2009) pueden guiarnos para investigar
butos principales como sus hitos, apachetas, el Camino Inca de un modo diferente.
sitios (tambo y chasquiwasi), y otras estructu- Estos estudios revelan el impacto econó-
ras (kallanka, colcas y corrales) a lo largo de él mico local de los caminos, destacando que (a)
(Berenguer et al. 2005; Castro et al. 2004; INC el tráfico en ellos crea mayores oportunidades
2005 – 2009; Stehberg 1995; Vitry 2000). La para el intercambio y que, debido a la reduc-
visión de que el tráfico en el Qhapaq Ñan es- ción en el costo de transporte, (b) el camino
352

se convierte en un “factor de crecimiento” al se asume que el camino fue un lugar para


estimular las actividades productivas locales. la interacción económica entre viajeros y
Lejos de ser sistemas cerrados, los antiguos lugareños, quizás incluso como un polo
caminos funcionaron como lugares para la co- de atracción económica y un factor signi-
mercialización y el trueque, intercambio local ficativo en el desarrollo de las economías
informal y como lugares de acumulación y dis- locales. Para elegir entre dichos modelos
tribución. En la descripción de las actividades se requiere del estudio contextual de las
modernas de caravanas de llamas a lo largo de estructuras asociadas al camino y de las
rutas establecidas, Nielsen (2000: 438-439) des- actividades realizadas en ellas.
taca la importancia del intercambio secunda-
rio y el trueque diario durante el viaje entre ca- MINERÍA Y ESPECIALIZACIONES
ravaneros; ellos aprovechan las oportunidades ARTESANALES DE PEQUEÑA ESCALA
locales comerciales a lo largo de la ruta, ya sea Como observa Cantarutti (2013: 186), nuestra
en pueblos aledaños o cuando la gente local se perspectiva de la minería inca se ve obstacu-
acerca para el intercambio de mercancías. lizada por (a) una dependencia de narrativas
Curiosamente, John Murra habría sido etnohistóricas que tratan solo las minas más
uno de los primeros académicos en sugerir la famosas y (b) la escasez de estudios arqueo-
posible conexión entre el Camino Inca y el lógicos sistemáticos de yacimientos mineros
trueque, observando que “la noción de Garci- incaicos. Añadimos a esto la falta de estudios
laso que había poco tráfico en el camino más arqueológicos de la minería no-inca, local o co-
allá de los fines oficiales, es una generaliza- munitaria, en época tardía. Estos factores han
ción” (Murra 1980: 147; traducción nuestra). impedido el desarrollo de un entendimiento
Murra cita, pero no presenta, amplia evidencia del grado de involucramiento del Estado Inca
para el tránsito corriente de gente común (in- en operaciones extractivas y, a su vez, de cómo
cluyendo mercaderes) que pagaban peaje en la actividad minera local fue estimulada o
puentes y por hospedaje en tambos oficiales. articulada por el Estado. D’Altroy (2002) ha
Por conveniencia analítica, podemos señalado que la imposición del Estado Inca so-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

plantear dos modelos altamente simplifica- bre todos los recursos minerales mencionada
dos y contrastados del Qhapaq Ñan: en las fuentes etnohistóricas correspondería
más a una afirmación de soberanía que a una
1. El modelo de camino privado que destaca imposición real. Esta observación es consis-
un acceso limitado y su uso oficial, donde tente con el estudio etnohistórico de Berthe-
el Qhapaq Ñan sería el equivalente a la au- lot (1986) sobre los distritos de Carabaya y
topista del Imperio Inca, por la cual funcio- Chuquiabo en la cuenca del Titicaca, demos-
narios estatales y materias primas cruciales trando que aunque el Inca controló las minas
circularon por arterias impermeables entre más productivas (en especial de oro), también
nodos imperiales; en este modelo, las es- hubo muchas minas dispersas y de menor
tructuras camineras circulares informales, calidad que pertenecieron a las comunidades
tan a menudo observadas a lo largo del Qha- locales; algunas de estas últimas fueron espe-
paq Ñan, corresponderían a viviendas tran- cíficamente asignadas por los incas a señores
sitorias con fines de descanso en el camino. locales para su propia explotación, sin necesi-
2. El modelo de lugar de intercambio lineal, dad de tributar por dicha producción.
basado en la idea de los estudios caravane- En los Andes, las investigaciones sobre
ros y de la analogía intercultural, en el que la minería enmarcada dentro de economías
353
domésticas o comunitarias han sido compa- Contexto regional:
rativamente muy reducidas (vid. Rosen 1997;
Stöllner 2012). Con algunas excepciones minería y el Camino Inca
(Eerkens et al. 2009; González 2004; Graffam
et al.1996; Núñez 2006; Núñez et al. 2003), en el desierto de Atacama
nuestra imagen de la producción minera an-
dina de tiempos prehispánicos se encuentra
fuertemente sesgada por el punto de vista de La investigación de la minería prehispánica
las economías centralizadas y controladas en Chile se ha focalizado sobre todo en la
por el Estado (Abbott y Wolfe 2003; Berthelot región de Antofagasta. Las primeras eviden-
1986; Cantarutti 2013; Cruz y Vacher 2008; cias de actividades mineras provienen de los
D’Altroy y Earle 1985; Earle 1994; Goldstein sitios de explotación de óxido de hierro en
y Shimada 2007; Lechtman 2007; Lechtman Tal-Tal, en un contexto de cazadores reco-
y McFarlane 2006; Salazar 2008; Salazar et lectores con especialización marítima desde
al. 2010b; Salazar et al. 2013b; Schultze 2013; los inicios del período Arcaico (Salazar et al.
Shimada y Wagner 2001; Van Buren y Presta 2010a; Salazar et al. 2013a). En la transición
2010; Vaughn y Tripcevich 2013; Williams del período Arcaico al período Formativo,
2000). Como ha sido demostrado por las in- vemos la aparición de las cuentas de collar
vestigaciones arqueológicas efectuadas en como un nuevo elemento de prestigio en los
Europa y Eurasia, a menudo, la minería y contextos arqueológicos del área. Estos arte-
la metalurgia pueden ser mejor entendidas factos fueron producidos utilizando minera-
en el contexto de procesos económicos do- les de cobre, conchas de moluscos y huesos,
mésticos y comunitarios, más que dentro de mostrando a través del tiempo un importante
la dinámica de la economía política de élite aumento en la frecuencia del uso de minera-
(Hanks 2009; Hanks y Doonan 2009; Knapp les de cobre, una constante reducción de ta-
1998; Pigott 1998; Wright y Garrard 2003). maño y un incremento en la estandarización
Como una forma de intensificación domés- (Rees 1999; Soto 2010).
tica, por ejemplo, la minería puede producir Desde el Formativo en adelante, la ma-
tasas de retorno más altas que otros tipos de yor parte de la investigación se ha enfocado
producción doméstica (Shennan 1998, 1999) en el distrito de San José del Abra, donde se

FRANCISCO GARRIDO
y puede ser una eficaz estrategia de minimi- han identificado varias minas y campamen-
zación de riesgo. La producción metalúrgica tos mineros hasta el período Tardío (Salazar y
puede ser efectivamente realizada como una Salinas 2008). En el Intermedio Tardío, la ex-
industria, en el marco organizacional de pro- plotación minera se centró en la extracción
ducción doméstica, como parte de múltiples de turquesa, malaquita y crisocola, intensifi-
actividades artesanales de tiempo parcial cándose con el tiempo en San José del Abra
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

(Feinman 1999; Goldstein y Shimada 2007; y Conchi Viejo (Salazar 2008). El sitio Cerro
Hirth 2009). Del mismo modo, dichas acti- Turquesa, en San José del Abra, exhibe el de-
vidades pueden resultar en la formación de sarrollo de una constante segregación espa-
una nueva forma de asentamiento: el campa- cial de las actividades. El chancado primario
mento minero prehistórico, una comunidad del mineral fue realizado junto a la mina,
social con su propia configuración social y mientras el chancado secundario y terciario
económica (Douglas 1998; Knapp 2003; Pi- era efectuado por separado en áreas especí-
gott 1998). ficas asociadas a las estructuras del campa-
354

mento minero. Durante la fase Carrazana lapidaria, con redes de intercambio de larga
(800-1200 d.C.), Cerro Turquesa fue utilizado distancia.
estacionalmente por unidades domésticas La minería fue una de las primeras ac-
que practicaron una producción artesanal no tividades productivas realizadas por los in-
especializada, cuyos productos finales (tanto cas durante su expansión en el desierto de
de lapidaria como de metalurgia) eran manu- Atacama, lo que se muestra desde el inicio
facturados probablemente en el valle del Loa del Horizonte Tardío (1400-1450 d.C.) en los
(Salazar et al. 2010b). fechados de yacimientos mineros como AB-
En el caso del sector de Chuquicamata, el 36 Inkawasi-Abra (Salazar 2008; Salazar et al.
sitio CHU-2 es un campamento minero con 2013b; Salazar et al. 2013c). Los mineros de la
una ocupación fechada entre el 780 y 1020 zona trabajaron para el Inca como mano de
d.C. que articula la minería con el valle de obra en la mita. En los campamentos destaca
Loa (ubicado a unos 20 kilómetros del sitio), la presencia de arquitectura inca y de zonas
desde donde provenían los trabajadores y separadas para la realización de banquetes y
recursos (Núñez et al. 2003). Los abundantes rituales como parte de la redistribución del
fragmentos de atacamita y azurita reflejan Estado. El yacimiento de Cerro Verde exhibe
etapas de molienda del mineral y una selec- minerales triturados, martillos de piedra y ce-
ción in situ para reducir el peso de la carga an- rámica inca (Adán 1999; Castro et al. 2004; Va-
tes de su transporte. Este sitio también tiene rela 1999), mientras que las excavaciones en
evidencia de producción de cuentas de collar el centro administrativo inca de Catarpe, cer-
y está directamente asociado con caminos ca de San Pedro de Atacama, sugieren que fue
de caravanas que fueron importantes para un importante nodo en el almacenamiento y
asegurar de manera eficaz el desplazamiento distribución de artículos de lapidaria y meta-
del mineral desde las minas, y los alimentos lurgia (Lynch y Núñez 1994; Núñez 2006).
desde los oasis del Loa. De acuerdo con la información existen-
Más cerca del valle de Copiapó, en la te, las características de los yacimientos mi-
zona del Salvador, Iribarren (1972-1973) neros incas en Chile reflejan altos niveles de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

descubrió una mina prehispánica dedicada producción, coordinación centralizada de


a la explotación de turquesas en las proxi- una gran mano de obra inserta en el sistema
midades del Camino Inca. Investigaciones de la mita y planificación logística a gran
posteriores han identificado aquí una ocu- escala. Los yacimientos mineros inca mues-
pación del período Formativo, relacionada tran: (1) importantes cantidades de cerámica
a grupos afiliados estilísticamente con el de estilo Inca incluyendo variantes locales;
salar de Atacama, seguida por otra del pe- (2) aríbalos y platos asociados al intercambio
ríodo Medio local; posteriormente, el sitio de fuerza de trabajo por banquetes públicos
sería nuevamente explotado por grupos ata- (Bray 2003); (3) estructuras ceremoniales; (4)
cameños del período Intermedio Tardío y, estructuras de almacenamiento y adminis-
finalmente, por una reducida ocupación del tración construidas en estilo Inca Ortogonal;
período Tardío asociada a los incas (Westfall (5) separación espacial de etapas productivas
y González 2010). Esta mina posee galerías y y zonas residenciales; y (6) infraestructura lo-
túneles de ventilación, además de abundan- gística asociada (caminos, posadas y puestos
tes cantidades de microperforadores para de control). El patrón inca se ejemplifica en
la producción de cuentas de collar, dando sitios como el complejo minero Los Infieles
cuenta de la importancia de la producción del centro-norte de Chile (Cantarutti 2013),
355
Inkawasi-Abra (Salazar et al. 2013b, c), San ca a lo largo de este tramo incluye fragmen-
José del Abra (Núñez 1999) y Conchi Viejo tos de estilos Inca Local y bajas proporciones
(Salazar 2008), Cerro Verde (Adán 1999; Sala- de cerámica no local perteneciente a los esti-
zar et al. 2013c; Varela 1999), Tarapacá Viejo los Inca Cusqueño e Inca del Altiplano Bolivia-
(Zori et al. 2013) y Viña del Cerro (Castillo no, así como a estilos del noroeste argentino
1998; Niemeyer et al. 1993). En contraste, (Uribe y Cabello 2005). También fue registra-
actualmente apenas podemos entender la da cerámica del período Formativo, eviden-
naturaleza de la minería contemporánea ciando el antiguo uso de esta vía como ruta
no-inca o local, la que será explorada más de caravanas. Entre los sitios localizados a lo
adelante a partir del caso de la sierra Cachi- largo de este segmento se incluyen aquellos
yuyo de Llampos. provistos de arquitectura de estilo Inca (dos
sitios administrativos principales y ocho con
EL CAMINO INCA EN EL DESIERTO funciones de aprovisionamiento) y de con-
DE ATACAMA juntos cerámicos relacionados al consumo
Debido a la falta de agua y de alimentos para de alimentos y bebidas (incluyendo tipos
apoyar al ejército del Inca o el movimiento Diaguita Inca). Los investigadores identifica-
de mercancías en gran cantidad, el Qhapaq ron catorce locus de baja densidad artefactual
Ñan que recorre el desierto de Atacama ha (principalmente cerámica local para almace-
sido conceptualizado desde un punto de vis- namiento y cocción de alimentos), asociados
ta principalmente administrativo, en vez de a pequeñas estructuras semicirculares de pie-
económico o militar (Hyslop 1984: 248; Jen- dra, tal vez correspondientes a ocupaciones
kins 2001). Lynch (1993) ha observado que de corto plazo.
en el desierto de Atacama el Qhapaq Ñan fue A pesar de la atención arqueológica de-
trazado para conectar centros administrati- dicada al Camino Inca, hay muy pocas exca-
vos incas, guardando poca relación con aque- vaciones de estructuras asociadas a los tam-
llos lugares que concentraban alta densidad bos. Los resultados de la investigación del
de población local. Sin embargo, otros inves- Qhapaq Ñan del altiplano de Lípez (Nielsen
tigadores han señalado la posible conexión et al. 2006) son relevantes por varias razones.
que esta vía habría tenido con las explotacio- Objetos obtenidos por intercambio a larga
nes mineras, ello tras constatar el frecuente distancia, incluyendo cerámica inca, cuen-

FRANCISCO GARRIDO
hallazgo de minerales de cobre y artefactos tas de collar, obsidiana y objetos de cobre y
de metal en sitios a lo largo de la ruta (Iriba- concha marina fueron encontrados en dos
rren 1972-1973; Iribarren y Bergholz 1972- pequeñas calicatas detrás de una gran estruc-
1973; Lynch 1993, 1994, 1995-1996; Lynch tura en el tambo Cañapa y en la superficie de
y Núñez 1994; Niemeyer y Rivera 1983), y algunos otros sitios, como Campamento del
la proximidad del camino a algunas opera- Inka, Portezuelo del Inka y Abra de la Lagu-
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

ciones mineras prehispánicas (Adán 1999; nita. Además, la gran cantidad de desechos
Berenguer 2004, 2007; Berenguer et al. 2005; líticos recuperados durante las excavaciones
Raffino 1981). en Cañapa sugiere un nivel significativo de
El segmento más estudiado del Qhapaq producción de herramientas, evidenciando,
Ñan en el desierto de Atacama es el tramo al mismo tiempo, una actividad asociada a
de 120 kilómetros que corre paralelo al río Camino Inca que iba más allá de la simple
Loa superior entre Miño y Lasana (Berenguer administración u ocupación esporádica por
2004, 2007; Berenguer et al. 2005). La cerámi- parte de los viajeros.
356

COPIAPÓ DURANTE EL INCARIO poseyendo un ushnu y veintiséis hornos de


La población preinca del valle de Copiapó, fundición. La fuerza de trabajo para la ins-
conocida como la cultura Copiapó y defini- talación presumiblemente provino de pue-
da por su estilo cerámico Negro sobre Rojo y blos cercanos como mano de obra a modo
Punta Brava (Castillo 1998; Garrido 2011), ha de mita, donde los productos terminados
sido tradicionalmente considerada como un probablemente salieron de la zona a través
señorío simple que pasó a formar parte del del Camino Inca. Este sitio es el mejor ejem-
Imperio Inca a inicios del siglo XV. Original- plo de una producción centralizada a gran
mente se había planteado que en las regio- escala (con el Inca controlando la produc-
nes del norte grande de Chile (de Arica a San ción regional de metales) que coexistió con
Pedro de Atacama) la dominación inca pudo iniciativas mineras de pequeña escala, como
haber sido ejercida a través de redes de alian- aquellas efectuadas en los sitios del sistema
zas políticas con grupos altiplánicos, mien- minero Cachiyuyo de Llampos que veremos
tras que desde la zona de Copiapó al sur se a continuación.
había postulado que el Inca tuvo un control
más directo (Castillo 1998; Llagostera 1976;
Niemeyer et al. 1993). Este punto de vista ha
sido cuestionado en las últimas décadas, ya
que la evidencia arqueológica muestra que
el dominio inca en el Norte Grande habría
sido más directo de lo esperado (Aldunate
2001; Uribe 2000); en el valle de Copiapó,
por su parte, el control inca no habría sido
ejercido en solitario sino en alianza con gru-
pos diaguitas de los valles sureños. En el va-
lle de Copiapó se han encontrado estilos de
alfarería diaguita que datan de la época Inca,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

pero aún no se reportado cerámica diaguita


preinca (Ampuero 1978; Castillo 1998; Cor-
nely 1956; González 1995, 2000; Niemeyer et
al. 1993; Uribe 2000). Frente a esta situación,
se ha postulado una conquista de sur a norte
partiendo desde la zona nuclear de la cultura
Diaguita, entre los valles del Elqui y Limarí
(Berenguer 2009; Cornejo 2001; Uribe 2000).
El interés inca en la producción metalúr-
gica podría haber sido central para la incor-
poración de la región de Copiapó al Imperio,
lo cual se atestigua en la bien conservada
fundición de Viña del Cerro (Castillo 1998;
Niemeyer 1986; Niemeyer et al. 1993). Este
complejo de fundición de cobre es un cen-
tro de producción especializado con estruc-
turas ortogonales alrededor de una plaza,
357
El Qhapaq Ñan y el los sitios y caminos se realizó un conteo total
de materiales arqueológicos de superficie con
sistema minero de la sierra una separación no mayor de 10 metros entre sí;
también se ubicó cada punto de muestreo en
Cachiyuyo de Llampos un mapa georreferenciado del lugar y se hizo
relevamiento en planta de las estructuras ar-
quitectónicas localizadas en los campamentos
En el desierto de Atacama, unos 60 kilómetros mineros y a lo largo del Qhapaq Ñan u otros
al norte de Copiapó y 3 kilómetros hacia el este senderos. De todos los campamentos mine-
del Qhapaq Ñan, se encuentra la sierra Cachi- ros identificados al interior de la sierra, en los
yuyo de Llampos, cordón montañoso con evi- afluentes de la quebrada de la Chinchilla y en
dencia de actividades mineras prehispánicas sus planicies exteriores (vid. figura 1), los sitios
desde el Formativo Tardío/Alfarero Temprano, que poseen cerámica vinculada al período Tar-
incluyendo en algunos sitios tipos cerámicos dío son Chinchilla 1, 2, 3 y 10, los sitios vincu-
Molle Local y Ciénaga del noroeste argentino, lados al Qhapaq Ñan, y el sitio Exterior 9 ubica-
continuando hasta la época incaica. En todos do unos 300 metros al oeste de dicha ruta.

figura 1. Área de estudio y sitios arqueológicos asociados al Qhapaq Ñan


Área de estudio
QÑ1 Sitios arquelógicos
Exterior 9
Qhapaq Ñan
Senderos exteriores
QÑ2 Senderos interiores
QÑ3
QÑ4 Exterior 8
QÑ5
Chinchilla 1
Chinchilla 7
QÑ6 QÑ7 Exterior 1

FRANCISCO GARRIDO
Chinchilla 2
Exterior 2
Chinchilla 8
Exterior 10 Exterior 3 Chinchilla 3
Exterior 4 Chinchilla 9 Chinchilla 13
Exterior 5 Chinchilla 4 Chinchilla 10
QÑ8 Chinchilla 5 Chinchilla 11
Exterior
6
Chinchilla 6 Chinchilla 12

Exterior 7
QÑ10 QÑ9
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

QÑ11

QÑ12
Tambo Medanoso

0 2 km
358

Los sitios preincaicos fueron localizados pre-


ferentemente en los sectores interiores de la figura 2. Gráficos de proporciones artefactuales
quebrada y, en general, representan ocupa-
% Cerámica % Mineral de cobre % Pigmento rojo % Líticos
ciones enfocadas a actividades singulares, ya
sea en relación al procesamiento de mineral Proporción de artefactos período Pre Inca
100
de cobre para la elaboración de cuentas de
collar o a la manufactura de artefactos líticos 90
(vid. gráfico de proporciones de artefactos
por sitio en figura 2). Sin embargo, para el 80

período Tardío, los sitios presentan mayor


70
homogeneidad en cuanto a su proporción
de artefactos, sugiriendo que en dicha época 60

se realizaron más tipos de actividades arte-


50
sanales en cada uno de ellos. Si aplicamos el
índice de diversidad de Simpson (1-L) con- 40
siderando las proporciones de fragmentos
cerámicos, de mineral de cobre, de pigmen- 30

to rojo y de artefactos líticos en las distintas


20
unidades de conteo por período, obtenemos
un valor de 0.463 para los sitios preincas, y 10

un valor de 0.537 para los sitios del período


0
Tardío, con una significancia estadística so- 4 5 6 7 8 11 12 13 5 8 10
bre el 99 %. Esto permite afirmar la mayor Sitios Chinchilla Planicies Exteriores

heterogeneidad de los sitios preincaicos, Proporción de artefactos período Pre Inca


enfocados de modo más específico en una u 100

otra actividad principal durante su tiempo


90
de ocupación.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Por otra parte, si observamos en el gráfico 80


anterior la proporción de cerámica de los si-
tios, caminos y senderos del período Tardío, 70

veremos que esta aumentó de modo conside- 60


rable respecto a la reportada en los sitios pre-
incaicos. Esto sugiere una mayor ocupación 50

residencial en los campamentos mineros y


40
un mayor tráfico en rutas de circulación du-
rante tiempos tardíos. 30
Con respecto a la distribución espacial
20
de las actividades minero/artesanales y ocu-
paciones residenciales durante el período 10
Tardío, los datos de las unidades de conteo
de materiales por sitio fueron representados 0
1 2 3 10 9 8 Qhapaq Tambo Senderos
en superficies creadas por el método de in- Ñan Medanoso
Sitios Chinchilla Planicies Camino Inca Senderos
terpolación al inverso de distancia al poder Exteriores
de 0.25 por medio del software Surfer 11. En
359
la figura 3 podemos apreciar que la cerámica rojo, el cual además de estar presente en los
de época Inca se distribuye principalmente a sitios mencionados, también aparece en baja
lo largo del Qhapaq Ñan, los senderos y en proporción en el Tambo Medanoso, al sur del
un área concentrada al oeste de la sierra Ca- área de estudio.
chiyuyo de Llampos, donde se localizan los Los artefactos líticos para este período
sitios CH1, CH2 y CH3. Esto marca un gran fueron manufacturados con sílice de grano
contraste con la situación previa, donde no fino proveniente de zonas más cercanas a la
hay ninguna concentración espacial en tor- cordillera de los Andes, consisten principal-
no al área por donde luego se emplazaría el mente en pequeñas puntas de proyectil con
Qhapaq Ñan, sugiriendo que dicha ocupa- aletas y pedúnculo, características de dicha
ción se encuentra directamente relacionada época en la región. Los artefactos líticos se
a su presencia. En cuanto al mineral de co- concentran en el sitio CH10 y en el extremo
bre, se concentra en el sitio CH1 y se observa oriente de la quebrada de la Chinchilla, parte
que ingresaría al flujo del Qhapaq Ñan a tra- de ellos también ingresaron al Qhapaq Ñan,
vés de los sitios Exterior 9 y QÑ8. La misma según se puede apreciar en la última superfi-
situación se repite con el caso del pigmento cie de la figura 3.

Superficies de densidad de artefactos en el área de estudio en sitios y rutas asociadas


figura 3 .
al período Tardío

Pre Inca Período Tardío

Cerámica Mineral de cobre Cerámica Mineral de cobre

FRANCISCO GARRIDO

Pigmento rojo Líticos Pigmento rojo Líticos


EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...
360

EL CASO DEL SITIO CHINCHILLA 1


Chinchilla 1 es el sitio de mayor superficie Sitio Chinchilla 1 indicando proporción y densidad
figura 4.
y el primero que fue identificado dentro del de materiales arqueológicos según unidades de conteo
sistema de sitios mineros localizados en la
Sierra Cachiyuyo de Llampos; todos ellos se
encuentran interconectados por medio de
senderos destinados a la exploración y explo-
tación minera.
Este campamento minero de aproxima-
damente una hectárea y media de superficie
cuenta con varios conjuntos de estructuras
semicirculares de carácter residencial, ade-
más de espacios destinados a actividades
artesanales (figura 4). Diversas áreas de fogo-
nes, cenizas y huesos de animales sugieren
la preparación separada de alimentos en los
diversos conjuntos residenciales a lo largo de
la extensión del sitio. La minería en Chinchi-
lla 1 consistió en la extracción de fragmentos
pequeños y relativamente uniformes de tur-
quesa y crisocola desde las vetas de mineral
contiguas, cuya fuente se encuentra a 300
metros del campamento minero. Dichos frag-
mentos fueron luego reducidos de tamaño Ocupación
en dos áreas del sitio, una al noreste y otra al histórica
suroeste. En el sector noreste se encuentran
dos estructuras lineales no residenciales aso-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ciadas a abundante mineral de cobre, donde


este fue procesado en pequeñas unidades, for-
matizado y pulido con el fin de manufactu-
rar cuentas de collar; el mismo proceso tuvo
lugar, aunque en menor escala, en algunas Mineral de cobre 0 25 m
áreas de las estructuras residenciales. Líticos
Los residentes también efectuaron otras Cerámica
actividades artesanales en el sitio, producien- Pigmento rojo
do pigmentos de color rojo a través de la mo-
Malacológico
lienda de rocas de óxido de hierro (hematita y
jaspe), manufacturando artefactos líticos y, en
menor cantidad, cuentas de collar a partir de
conchas de moluscos. Aunque la producción
de pigmentos se realizó en diferentes locacio-
nes, se prefería prepararlos en los alrededores
de las áreas residenciales, posiblemente como
actividad de tiempo parcial. Análisis de pXRF
361
muestran que los pigmentos rojos se asemejan y los bienes cerámicos de cierto prestigio que
a aquellos utilizados en la decoración de tipos circularon por el Qhapaq Ñan, (2) el acceso
cerámicos Diaguita Inca y en el arte rupestre más limitado a dichos bienes por parte de los
de la serranía aledaña, sugiriendo así los usos ocupantes de Chinchilla 1 y (3) la incorpora-
de este producto. No existe ninguna evidencia ción en Chinchilla 1 de categorías utilitarias
de la participación inca en las actividades pro- de cerámica monocroma que estarían pre-
ductivas de Chinchilla 1, salvo la presencia de sentes allí en función de su mayor tiempo de
ciertos tipos cerámicos de circulación común ocupación, en comparación con sitios locali-
por el Qhapaq Ñan en el período Tardío; por zados directamente en el Qhapaq Ñan.
otra parte, el sitio no cuenta con arquitectu- Sin embargo, los tipos cerámicos en Chin-
ra rectangular de estilo Inca ni tampoco con chilla 1 no se distribuyen homogéneamente
cerámica de estilo Copiapó Negro sobre Rojo, ca- dentro del sitio. Las proporciones de tipos ce-
racterística de los sitios residenciales del valle rámicos Inca Local y Diaguita Inca solo se en-
durante aquella época. cuentran en 5 de las 8 unidades de excavación
efectuadas e incluso en aquellas donde los pri-
COMPARACIONES DE LA CERÁMICA meros tipos están presentes su proporción va-
DEL SITIO CH1 Y TAMBO MEDANOSO ría del 16 % al 80 % en la muestra. Esto sugiere
A partir de los resultados de las excavaciones el acceso desigual por parte de los residentes
en los sitios Chinchilla 1 y Tambo Medanoso, del campamento minero a los tipos cerámicos
podemos comparar ambos conjuntos artefac- de mayor prestigio que circularon por el Qha-
tuales, especialmente en cuanto a su compo- paq Ñan, y da cuenta de una participación dife-
nente cerámico (figura 5). En primer lugar, rencial dentro del sistema inca, donde ciertos
la proporción entre fragmentos decorados grupos domésticos o de tarea tuvieron quizá
y no decorados es totalmente opuesta entre mejores conexiones de intercambio que otros.
estos sitios. Esto es indicativo de una mayor La ausencia de alfarería tipo Copiapó Ne-
circulación de vasijas decoradas a lo largo gro sobre Rojo podría indicar que los mineros
del Qhapaq Ñan, mientras que en el caso de tuvieron acceso a piezas alfareras de mayor
Chinchilla 1 el menor porcentaje de fragmen- prestigio en la época, cuya presencia en la
tos decorados sugiere un acceso más limitado zona fue hecha posible por la conquista de
a este tipo de bienes por parte de sus usuarios, los incas. La extracción del mineral cobre

FRANCISCO GARRIDO
en contraste con sitios oficiales incaicos. en Chinchilla 1 también pudo haber sido un
Del mismo modo, al comparar los tipos ejemplo de un privilegio económico a indi-
cerámicos específicos en cada sitio (figura 5), viduos diaguita que se aliaron con los incas
vemos que en Chinchilla 1 abundan las varie- durante la conquista del territorio facilitando
dades monocromas, mientras que en el Tam- su hegemonía. En general, Chinchilla 1 su-
bo Medanoso como es de esperar, los tipos giere un modo de producción organizado a
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

Inca locales representan el grupo principal. nivel doméstico o bien como grupos de tarea
En el caso de los espesores de los fragmentos corporativos que producen bienes para inter-
cerámicos, los tipos monocromos de Chin- cambio, ya que aquellos mineros estuvieron
chilla 1 abarcan los valores más altos, esto se desligados de la producción de alimentos du-
relaciona con su función como contenedores rante su tiempo de trabajo en el desierto.
y ollas de cocción. La estructura de los con- Si bien a 3 kilómetros de Chinchilla 1
juntos cerámicos de ambos sitios es diferente existe una pequeña fuente de agua, hay por
y sugiere: (1) la conexión entre Chinchilla 1 lo menos 60 kilómetros de distancia entre el
362

figura 5. Gráficos de análisis cerámico a partir de la excavación de los sitios CH1 y Tambo Medanoso

Decoración cerámica Tipos cerámicos


(%) (%)
80 80

70 70

60 60

50 50

40 40

30 30

20 20

10 10

0 0

CHINCHILLA 1 TAMBO MEDANOSO CHINCHILLA 1 TAMBO MEDANOSO

Decorados No decorados Diaguita Inca Inca local Monócromos

Espesores (mm) por tipo cerámico en Tambo Medanoso Espesores (mm) por tipo cerámico en CH1
12 60
10 50
8
40
6
30
4
20
2
0 10

0
2 3 4 5 6 8 (mm) 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 15 (mm)
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

TAMBO MEDANOSO CHINCHILLA 1

Diaguita Inca Inca local Monócromos Diaguita Inca Inca local Monócromos

sitio y las fuentes más cercanas de recursos tráfico por él pudo haber proporcionado la
agrícolas en el valle de Copiapó. El aprovisio- principal salida para la producción de Chin-
namiento de la población residente desde tan chilla, ya sea a través de intercambio directo
lejos presenta importantes desafíos para jus- o por medio de intermediarios.
tificar una producción artesanal de bajo ni- Otros sitios dentro de la quebrada de
vel. Por lo tanto, la principal hipótesis es que la Chinchilla evidencian especialización
la actividad de Chinchilla 1 fue posible gra- de tareas y existencia de diversos agentes
cias al Camino Inca ubicado en sus cercanías. participantes en la explotación minera del
El campamento minero podría haber sido lugar. Por ejemplo, el campamento minero
abastecido de materiales trasladados y alma- Chinchilla 3 consiste de un conjunto de es-
cenados a lo largo del camino, y el constante tructuras residenciales aglutinadas en un
363
radio de media hectárea, asociadas a paneles
de arte rupestre. Este sitio presenta un gran figura 6 . Sitio Tambo Medanoso indicando proporción
número de morteros en superficie, los cuales y densidad de materiales arqueológicos según unidades
evidencian procesamiento de pigmento rojo de conteo
de óxido de hierro en grandes cantidades. A
diferencia de Chinchilla 1, este campamento
si bien presenta algunos fragmentos Diaguita
Inca e Inca Local, posee claramente cerámica
Copiapó Negro sobre Rojo y Punta Brava que
son los dos tipos cerámicos más comunes de
las poblaciones del valle de Copiapó desde el
Intermedio Tardío en adelante. Este campa-
mento tampoco posee arquitectura incaica y
dicha evidencia sugiere la coexistencia de pe-
queños grupos de tarea especializados de dis-
tintas identidades interactuando en el mismo
sistema minero relacionado al Qhapaq Ñan.

LOS SITIOS DEL QHAPAQ ÑAN


El tramo del Camino Inca ubicado en las in-
mediaciones al campamento minero Chin-
chilla 1 no cuenta con estudios sistemáticos
previos, salvo menciones generales a escala
regional (Iribarren y Bergholz 1972-1973; Mo-
lina et al. 2007). Luego de sucesivas campañas
de prospección durante el período 2013-2014,
han sido registrados en este segmento diver-
sos grupos de estructuras circulares de estilo
arquitectónico local, además de una serie de
senderos prehispánicos informales paralelos

FRANCISCO GARRIDO
al Qhapaq Ñan a los pies de la Sierra Cachiyu-
yo de Llampos. La infraestructura inca princi-
pal es el Tambo Medanoso (figura 6), localiza- Mineral de cobre 0 20 m
do unos 12 kilómetros al sur; este sitio posee Líticos
arquitectura rectangular compuesta de estilo Cerámica
Inca (tipo Recinto Perimetral Compuesto Pigmento rojo
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

(RPC)), así como cerámica diagnóstica tardía Malacológico


en superficie.
La prospección de un segmento de 12 ki-
lómetros del Qhapaq Ñan, localizado 3 kiló-
metros hacia el oeste de la Sierra Cachiyuyo
de Llampos, reveló la presencia de 13 locus
con estructuras (tabla 1), además de otras 57
locaciones con hallazgos aislados de concen-
364

traciones de fragmentos cerámicos en superfi- de superficie, se evidencia que el mineral de


cie sin asociación a arquitectura. Casi toda la cobre y el pigmento rojo se concentran en las
cerámica en senderos y caminos corresponde estructuras elípticas de la parte sur del sitio,
a tipos diagnósticos Diaguita Inca e Inca Local, mientras que en las estructuras de más al nor-
similares a aquellos reconocidos en los sitios te se concentran los desechos de talla lítica y
mineros del sistema Cachiyuyo de Llampos. la cerámica. La presencia de estos minerales,
Como se puede apreciar en la tabla 1, hacia que seguramente provienen de la serranía
el sur del sitio QÑ8 la distancia entre las estruc- aledaña, sugiere su distribución a través del
turas en el camino se incrementa, lo que se re- Qhapaq Ñan (en estado intermedio y como
lacionaría al mayor tráfico que el Qhapaq Ñan productos terminados).
podría haber tenido en el sector próximo a los Por su parte, el sitio Exterior 9 se localiza
campamentos mineros. Del mismo modo, la en la parte norte del área de estudio, aproxi-
concentración de cerámica en el camino en los madamente unos 300 metros al este del Qha-
alrededores del sitio QÑ8 sugiere su importan- paq Ñan, y presenta en superficie proporcio-
cia en cuanto a su conexión con los sitios de nes relativamente homogéneas de mineral
la sierra Cachiyuyo de Llampos. Si sostenemos de cobre y pigmento rojo. Este sitio evidencia
que la infraestructura del Qhapaq Ñan solo sir- además la manufactura in situ de cuentas de
vió para fines oficiales incaicos (reservándose collar de mineral de cobre con presencia de
para viajeros que necesitaban aposento luego piezas completas y semiterminadas, además
de jornadas diarias de viaje), no tendría sentido de cuentas de material malacológico. Morte-
que en el área de estudio se hubieran instala- ros planos y manos de moler con pigmento
do estructuras a distancias que promedian un rojo dan cuenta de la molienda de pigmentos
kilómetro. Incluso los sitios más grandes que en el lugar, y su alfarería de tipo Copiapó Ne-
pudieron haber albergado más gente, como es gro sobre Rojo y Punta Brava lo hacen similar
el caso de Exterior 9, QÑ5, QÑ8 y Tambo Me- en su material cultural al sitio CH3. De otro
danoso, se ubican muy próximos uno del otro lado, el hallazgo en un extremo del sitio de
como para reflejar un patrón de viaje eficiente un fragmento cerámico Ciénaga del noroeste
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

en el desierto que busque generar pocas para- argentino hace retrotraer el inicio de su ocu-
das para salvaguardar los alimentos y el agua. pación a la época preincaica, aunque su prin-
En contraste, el patrón observado no calza con cipal uso fue en tiempos tardíos.
una visión del camino como una autopista ce- En general, vemos que las estructuras
rrada, sino que, más bien, se habría relaciona- no-incas asociadas al Qhapaq Ñan son del
do directamente con actividades paralelas que mismo tipo que las viviendas circulares
estaban sucediendo fuera de él, interconectan- elípticas de sitios mineros y asentamientos
do lugares secundarios con las vías principales locales del valle de Copiapó. Su presencia en
de circulación del desierto. el camino sugiere la activa participación de
Uno de los sitios del Qhapaq Ñan que des- actores no afiliados al incanato que posible-
taca por su tamaño es QÑ8, el cual cuenta con mente estuvieron involucrados en las activi-
un conjunto de estructuras circulares-elípti- dades mineras cursadas en las inmediaciones
cas ubicadas alrededor del camino, un despe- de la ruta, desde donde extraían productos y
je de tierra circular con bordes definidos de probablemente ingresaban recursos de inter-
50 metros de diámetro, y una estructura rec- cambio y subsistencia, convirtiendo al Qha-
tangular con divisiones interiores. Al exami- paq Ñan en un catalizador económico para la
nar la distribución de densidad de materiales minería en el desierto de Atacama.
365
tabla 1. Evidencias arquitectónicas en el Qhapaq Ñan dentro del área de estudio

Conjunto Descripción Distancia Distancia Área


arquitectónico comienzo al siguiente (m2)
del camino (m)
(m)

QÑ1 2 Estructuras elípticas aisladas 426 830 52

Sitio con alta densidad de material superficial de mineral


Exterior 9 1 215 1 012 518
de cobre, pigmento rojo y líticos

QÑ2 Estructura rectangular con divisiones estilo Inca 2 085 885 141

QÑ3 Estructura rectangular aislada 2 969 335 7

QÑ4 Estructura rectangular aislada 3 304 355 7

QÑ5 Conjunto de estructuras circulares y elípticas 3 657 1 300 6 943

QÑ6 Estructura elíptica aislada 4 956 18 15

QÑ7 Estructura circular aislada 4 971 1 416 7

Conjunto de estructuras circulares y elípticas, más una


QÑ8 estructura rectangular con divisiones. Presenta alta densidad 6 387 2 743 17 424
superficial de mineral de cobre, pigmento rojo y líticos

QÑ9 2 Estructuras elípticas 9 060 252 333

QÑ10 3 Estructuras elípticas 9 294 1 778 540 FRANCISCO GARRIDO

QÑ11 2 Estructuras rectangulares aisladas 11 056 1 275 60

QÑ12 Estructura circular aislada 12 315 1 103 361


EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

Tambo Tambo inca con recintos rectangulares subdivididos


13 399 0 4 358
Medanoso cubriendo aproximadamente 1 hectárea
366

Discusiones tan áreas especializadas y concentradas para


la producción de cuentas de collar, mientras
y conclusiones que otros como Chinchilla 3 concentran
grandes cantidades de morteros y manos de
moler con abundante evidencia de proceso
Esta investigación proporciona un nuevo pa- de pigmento rojo. Siguiendo a Costin (1991),
norama de la organización social y tecnoló- podríamos caracterizar la producción de los
gica de la producción minera local a peque- sitios de la quebrada de la Chinchilla como
ña escala y su relación con el Qhapaq Ñan. independiente, dispersa, de pequeña escala,
El estudio de lo que en realidad se movía a y probablemente cada campamento minero
lo largo del camino y el porqué de la arqui- no tuvo más de 10 a 20 personas trabajando
tectura no-inca o “informal” en él, es una a tiempo completo durante el período que
dirección fructuosa para la investigación de residieron allí.
la interacción entre los intereses del Estado Operaciones mineras comunitarias basa-
Inca y las estrategias económicas comunita- das en la unidad doméstica o pequeños gru-
rias locales. pos de tarea corporativos pueden desarrollar
La producción de cuentas de collar y pig- sus propias lógicas organizacionales y definir
mentos constituye un ejemplo de producción objetivos económicos de modo autónomo,
de bienes de prestigio de larga tradición en la con mano de obra propia y siendo dueños de
región (desde el Arcaico y Formativo), cuya su propia producción (Godoy 1985a, 1985b;
demanda posiblemente aumentó en tiempos Knapp 2003; Pigott 1998).
incaicos al surgir un mayor grupo de élites Hasta la fecha, el estudio de las condicio-
intermedias a cargo de la administración re- nantes sociales de la minería en el desarrollo
gional como es el caso de los diaguitas. A su político de las sociedades del pasado ha exa-
vez, la presencia del camino trajo más gente gerado el papel de las élites y el control cen-
al desierto, y con ello, más bienes de consu- tralizado y ha ignorado que la mayor parte
mo, más oportunidades para el intercambio, del tiempo la evidencia arqueológica para la
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

y posiblemente mayores servicios derivados explotación minera temprana muestra que


de la logística de aprovisionamiento de viaje- las actividades fueron organizadas a nivel
ros y mineros. hogareño o comunitario (Stöllner 2012). Los
Hasta ahora, la mayor parte de las in- requisitos de la organización del trabajo po-
vestigaciones no ha abordado el estudio de drían ser perfectamente satisfechos por gru-
las actividades locales de pequeña escala pos corporativos definidos como unidades
durante la época Inca, las cuales difieren supradomésticas dueñas de sus medios de
en gran medida con la minería-metalurgia producción y con intereses compartidos en
centralizada estatal tal como se ve en los an- la realización de una tarea común (Hayden
teriormente mencionados sitios de El Abra, y Cannon 1982), lo cual no implica necesa-
Infieles, Tarapacá viejo, Viña del Cerro, entre riamente que los miembros de cada grupo de
otros. Los sitios de la quebrada de la Chinchi- trabajo sean todos los integrantes de la uni-
lla están involucrados en el desarrollo de ac- dad doméstica.
tividades artesanales múltiples (el concepto A tiempo parcial o estacional, la minería
de multicrafting de Shimada 2007), aunque a pequeña escala basada en grupos de paren-
algunas actividades fueron más favorecidas tesco con baja inversión de capital es todavía
que otras. Sitios como Chinchilla 1 presen- común en muchas partes del mundo y su or-
367
ganización y objetivos pueden ser muy simi- la mayor parte de la producción minera es-
lares a ejemplos prehispánicos en los Andes taba restringida principalmente a la plata y
(Eerkens et al. 2009). Es relevante considerar el oro, ya que esos metales eran los únicos lo
que la minería de pequeña escala es más suficientemente rentables para resolver los
atractiva en ambientes marginales, ya que costos de transporte y procesamiento (Miers
proporciona una mejor fuente de ingresos 1826; Vicuña Mackenna 1883). La inversión
que la producción de alimentos y, además, de capital para la minería siempre fue baja
da la oportunidad e ilusión de acumulación y, considerando las malas condiciones sala-
de riqueza rápida (Grätz 2009). Si definimos riales, escasez de alimento y el uso de herra-
a la minería como una actividad riesgosa por mientas sencillas que demandaban mucho
el grado de variación en sus resultados que esfuerzo físico, podemos ver que las condi-
hace impredecible la definición de cualquier ciones de vida de los mineros fueron muy
resultado específico particular (vid. Smith difíciles. Los ciclos de cambio de trabajo entre
1988; Winterhalder et al. 1999), esta tenderá agricultura y minería fueron una manera de
a la baja inversión de capital y a la organiza- evitar riesgos y así enfrentar mejor los vaive-
ción doméstica de la mano de obra (basada en nes de los precios del mineral, el agotamiento
solidaridades sociales). De esta forma se bus- de las vetas y las dificultades para su trans-
cará reducir incertidumbres y disminuir la porte (Miers 1826).
varianza de los resultados. Así, se comportará Para los pequeños empresarios, la fuerza
como cualquier otro tipo de especialización laboral era independiente y difícil de conse-
productiva artesanal o agrícola. guir y controlar cuando se trabajaba en áreas
Ejemplos de ocupaciones preincas en marginales, con falta de vigilancia institucio-
Chuquicamata, San José del Abra y Conchi nal. Dada las malas condiciones laborales de
Viejo (Núñez et al. 2003; Salazar 2008) sugie- la época, los trabajadores tenían que ser paga-
ren el uso de técnicas extractivas simples, de dos por adelantado y no era raro que huyeran
una pequeña fuerza de trabajo y una produc- o trabajaran solamente por períodos cortos
ción a baja escala, como en los sitios mineros de tiempo, hasta encontrar una mejor oportu-
de la quebrada de la Chinchilla, en la sierra Ca- nidad o gastar todo el dinero ganado de forma
chiyuyo de Llampos. Estos últimos represen- extravagante en un corto período de tiempo
tan una forma de explotación minera de baja (Fernández 2000; Frezier 1902 [1716]; Miers

FRANCISCO GARRIDO
inversión y no enfocada en la metalurgia, don- 1826; Vicuña Mackenna 1883).
de la presencia del Camino Inca estimuló un En la primera mitad del siglo XIX, gran-
patrón minero preexistente, incrementando des minas de plata como Chañarcillo y Tres
su escala y variedad en cuanto a la producción. Puntas fueron descubiertas y su explotación
Como ejemplo a comparar, la minería requirió de enormes cantidades de mano de
preindustrial en el desierto de Atacama du- obra e importantes avances dirigidos a la
EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL...

rante la época colonial y principios de la era creación de medios de transporte eficientes


republicana fue altamente conservadora en que permitieran desarrollar una minería a
tecnología y organización, y el principal pro- gran escala. Ese fue el inicio de la aparición
blema para aumentar la producción fueron de grandes compañías mineras y, solo en
los inconvenientes para el transporte de mi- ese momento, vemos los primeros intentos
nerales debido a la falta de buenos caminos de imponer, mediante el uso de la violencia
y a la escasez de animales de carga (Bowman institucional, la proletarización de la fuerza
1924; Fernández 2000). En aquel momento, de trabajo y el disciplinamiento forzado de
368

los trabajadores (Illanes 1990). En tal sentido,


AGRADECIMIENTOS
aquí se argumenta que, así como la minería
colonial hispánica en el desierto de Atacama El autor agradece el financiamiento de los
no marcó un gran quiebre con el modo arte- proyectos Wenner-Gren N°8704 y NSF N°
sanal de producción a baja escala, el Estado 1359661, y a quienes participaron en la pros-
Inca tampoco habría logrado cambiar com- pección, excavación y análisis: Daniela Padi-
pletamente las estructuras productivas pre- lla, Cristóbal Oyarzo, Javier Navarrete, Jessica
vias e incluso, en algunos casos, al mejorar la Rodríguez, Carolina Pavéz, Carol Banda, Ben-
infraestructura de comunicaciones, transpor- jamín Concha, Alejandra Masuero, Diego Sal-
te e intercambio en el desierto, creó mejores gado, Halszka Paleczek, Valentina Mandako-
condiciones para desarrollos locales inespe- vic y Fernando Franchetti.
rados desde el punto de vista estatal.
En términos más generales, esta investi-
gación apunta hacia un tema teórico central:
la compresión del cambio en el modo de vida
doméstico dentro de las economías imperia-
les. La arqueología andina ha trabajado con
la presunción (a menudo no explícita), de
que el cambio económico en la producción
doméstica es el resultado de las demandas
desde arriba. Al dar cuenta de que la actividad
minera de la Sierra Cachiyuyo de Llampos
estuvo vinculada al Qhapaq Ñan, se plantea
que, al menos en este lugar, las comunidades
locales fueron activos agentes económicos,
capaces de tomar ventaja de las nuevas condi-
ciones sociopolíticas, incluyendo especializa-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

ción económica oportunista. Si bien el Qha-


paq Ñan no fue construido para la minería
local, es muy posible que parte importante de
su infraestructura y flujos de tráfico hayan es-
tado vinculados a actividades económicas de-
rivadas de la minería en esta zona de estudio,
independiente de cualquier otro uso oficial
que el camino hubiera tenido dentro de los
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EL QHAPAQ ÑAN Y SU ROL... FRANCISCO GARRIDO 379
El Camino
del Mercurio
de Huancavelica
a Potosí
TRADUCCIÓN DE JAVIER FLORES ESPINOZA
BRIAN S. BAUER Los Andes centrales cuentan con los más grandes depó-
sitos de plata del mundo en Potosí (Bolivia) y uno de los
UNIVERSITY OF ILLINOIS
depósitos más grandes de mercurio en Huancavelica
AT CHICAGO, ESTADOS UNIDOS
(Perú). Aunque separados por más de mil kilómetros,
estos dos depósitos minerales fueron los principales
DOUGLAS K. SMIT responsables de la dominante posición que España
tuvo en los asuntos mundiales a fines del siglo XVI
UNIVERSITY OF ILLINOIS
y durante los siglos XVII y XVIII. Esto se debió a que,
AT CHICAGO, ESTADOS UNIDOS
cuando el mercurio se mezcla con las menas de plata,
se amalgama con (o adhiere a) ella y permite extraer
JESÚS GALIANO BLANCO valiosas cantidades del metal incluso en menas de baja
ley. En consecuencia, para poder producir plata a gran
INVESTIGADOR INDEPENDIENTE escala, resulta esencial tener una fuente confiable de
mercurio (Brown 2001; Contreras 1982; Robins 2011;
Whitaker 1941). Como lo comentó el virrey Luis de Ve-
ANTONIO COELLO
lasco a principios del siglo XVII, “si no hubiese azogue
RODRÍGUEZ [mercurio] menos habría plata” (Velasco 1921 [1604]:
UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR 111). En este capítulo examinaremos cómo fue que los
DE SAN MARCOS, PERÚ españoles lograron transportar miles de toneladas de
mercurio de Huancavelica a Potosí, a lo largo de lo que
llamaremos el Camino del Mercurio (figura 1).
382

figura 1. El Camino del Mercurio de Huancavelica a Potosí

Lima PERÚ

Huancavelica
Chincha
Alta Huamanga
Villa Cusco
de Arma
Pisco
BOLIVIA

Lago
Titicaca

La Paz
Arequipa

Océano Pacífico Arica Oruro

CHILE
Potosí
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Ruta principal 0 100 km


del mercurio
Rutas secundarias
de mercurio
383
En 1573 el virrey Francisco de Toledo asumió medía en quintales (unidades de 100 libras,
el total control de la producción de mercurio esto es unos 45 kilos). Al prepararlo para el
en Huancavelica, al año siguiente organizaba largo viaje a Potosí se le vertía en odres de
el primer envío de mercurio de Huancavelica cuero confeccionados por lo general con piel
a Potosí.1 Antes de que la Corona intervinie- de cabra u oveja, a los que se conocía como
ra, el mercurio era remitido de modo ad hoc badanas. Las bolsas eran selladas con un hilo
por tierra desde Huancavelica hasta el Cusco trenzado para que no gotearan, y se les es-
y luego a Potosí: una empresa lenta y costosa. parcía cera en su parte exterior para ayudar
Toledo entendía plenamente cómo las prio- a sellar y conservar el cuero (Dagnino y Oli-
ridades de amalgama del mercurio revitaliza- vera 1909: 88-90).5 Las badanas, que variaban
rían y transformarían la producción de plata algo en su peso, eran colocadas entonces en
en Potosí, y propuso por ello una ruta más efi- sacos de carga llamados petaquillas, los cua-
ciente que combinaba el viaje tanto por mar les eran elaborados con cuero de vaca dispo-
como por tierra. nible localmente; cada uno contenía unas
La nueva ruta involucraba transportar el dos arrobas (aproximadamente 50 libras).
mercurio de Huancavelica al puerto maríti- Una llama podía cargar una petaquilla y las
mo de Chincha2 y de ahí por mar a Arica, tras mulas dos.
lo cual se le enviaba a Potosí. La producción de las badanas, al igual
Aunque esta vía era más larga que el via- que muchos otros aspectos del enorme trá-
je por tierra siguiendo la ruta Huancaveli- fico de azogue, alcanzó una escala casi in-
ca-Cusco-Potosí, su componente náutico ha- dustrial. Muchas de ellas eran producidas
cía que fuera a la vez más barata y más rápida. en el norte de Chile y los proveedores de las
El transporte del mercurio líquido —un caravanas debían comprarlas en los alma-
metal tóxico— de Huancavelica a Potosí no cenes del rey en Arica (Dagnino y Olivera
era en modo alguno una tarea simple.3 Ella 1909: 88). Para cubrir la constante demanda,
se iniciaba con la refinación de mercurio la Corona compraba vastas cantidades de
líquido puro4 a partir de las menas de cina- estas bolsas de mercurio, las cuales llegaban
brio en Huancavelica, donde se le pesaba, en fardos, cada uno de los cuales contenía
registraba y depositaba en los almacenes hasta 60 bolsas individuales. Los pedidos que

BRIAN S. BAUER ET AL.


del rey. La producción total de mercurio se la Corona hacía de bolsas eran grandes. Por

1 La explotación minera (1906 [1642]: 197) sugiere de sus cartas enviadas de menas de cinabrio y la
de Huancavelica comenzó que en tiempos de Toledo al rey, Toledo hace clara captura del precipitante
en 1564. el mercurio era enviado referencia al transporte de de mercurio en los gases
EL CAMINO DEL MERCURIO...

de Huancavelica a Pisco mercurio por barco. resultantes. Este proceso


2 Los primeros envíos y de allí se le transporta- era sumamente peligroso
desde Huancavelica ba a Arequipa y Potosí, 3 El exhaustivo estudio para los trabajadores (vid.
llegaron a Pisco; sin em- todo ello por tierra; este que Gwendolin B. Cobb Brown 2001).
bargo, el mercurio pronto mismo autor afirma que (1949) hiciera de las rutas
sería enviado a Chincha, fue Fernando de Torres de abastecimiento de 5 Las badanas llevaban
que continuaría siendo el y Portugal, el siguiente Potosí dio forma a gran distintas cantidades de
puerto de estas remesas virrey, quien organizó la parte de lo que sigue. mercurio dependiendo de
durante los siguientes dos ruta tierra-mar-tierra. Yerra, su tamaño.
siglos (Lohmann 1999). sin embargo, en ambos 4 El proceso de refinación
Fernando de Montesinos puntos, ya que en varias comprendía la fundición
384
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

figura 2.
Dibujo de los ingenios de plata en Potosí incluidos en la relación de viaje
de Amedée François Frézier (1717). La llama a la izquierda está cargada
con una alforja que contiene un número par de badanas de mercurio. Al
fondo se muestra el proceso del patio para refinar la plata, un horno para
recuperar el mercurio y una prensa para las menas de plata.
385
ejemplo, en 1608 los oficiales en Arica pidie- de descanso importante para las caravanas
ron 4 800 badanas y 4 arrobas de hilo tren- del azogue (Ravines 2009; Salas 2008: 80).
zado (Dagnino y Olivera 1909: 90), aunque Con el tiempo, la ruta entre Huancavelica y
posteriormente se quejaron de que tenían Chincha se normalizó y también se levanta-
suficiente hilo para varios años. En las minas ron una serie de instalaciones de apoyo más
de Huancavelica, donde se producía el mer- pequeñas, que incluían paradas, corrales y
curio, se necesitaba un número aún mayor almacenes.
de badanas. Por lo general se las producía
en la costa central peruana. Las estadísticas
provenientes de haciendas costeñas cerca-
nas a Chincha, donde se pagaba siete u ocho
reales diarios a los curtidores africanos por
producir las bolsas, indican que la demanda
de badanas era inmensa.6 Un recibo de 1592
registra la compra de 12 300 badanas en una
sola cuenta.7 Otras cuentas de la costa sugie-
ren que la Corona compró 162 000 bolsas a lo
largo de tres años, entre 1612 y 1615 (Bowser
1974: 134).
Las badanas debían conservarse flexibles
y hubo diversos casos en que los oficiales
reales en Arica rechazaron las que acababan
de llegar de Chile porque estaban demasiado
6 Al mismo tiempo, a mu- dozenas de badanas de
secas o apolilladas. La calidad de las bolsas chos de los trabajadores cuero o el valor de ellas
era sumamente importante puesto que de indígenas que trabajan como esta averiguado que
romperse durante el trayecto se perdería mer- en la sierra y estaban el dicho difunto presto a
involucrados en la minería los ofiçiales rreales para
curio, las caravanas se retrasarían y los gran- y el procesamiento de las el aviamiento del azogue
des rebaños rápidamente agotarían los pastos menas de mercurio, se les ó los tomen en quenta
pagaba 2.5 reales al día. de lo que el dicho difunto
disponibles (Dagnino y Olivera 1909: 88).
deve al almazen rreal,

BRIAN S. BAUER ET AL.


Para cada viaje se compraban nuevas bolsas 7 La carta de venta dice çerca de ello haga lo que
y la documentación en los archivos notaria- así: “Francisco Nuñez Pe- convenga. Huancavelica,
rez, por mí y como albaçea 29 de noviembre de 1592”
les de Huancavelica indica que las caravanas y heredero universal que (AHH 1592).
llevaban consigo docenas de bolsas de reem- soy de Alonso Perez mi
plazo (AHH 1583b). tio difunto, otorgo que doy 8 En la época incaica, cier-
todo mi poder al capitan tamente, hubo senderos
A diferencia de muchas otras empresas Don Josephe de Ribera que llevaban de Huanca-
coloniales que surgieron a lo largo de los vezino de la ciudad de velica hacia la costa, pero
EL CAMINO DEL MERCURIO...

los rreyes, para que en no sabemos de ningún


caminos incas formalmente establecidos, la
mi nombre pueda parezer camino inca importante
ruta Huancavelica-Chincha no siguió nin- ante sus magestad y seño- que haya unido esta locali-
gún camino prehispánico.8 Debido a ello, res presidente y oydores dad con Chincha. Después
de la rreal audiencia y de todo, el desarrollo de la
Toledo ordenó en 1576 a Mariano Cuenca ante su Visorrey y oficiales ruta Huancavelica-Chincha
de Mendoza que fundara un nuevo poblado rreales de la ciudad de los solo cobró importancia
llamado Arma, aproximadamente a mitad de rreyes, y pedir y suplicar una vez que los españoles
por escripto y de palabra comenzaron a valorar el
camino entre la costa y Huancavelica, con la se me de y pague de mercurio y a usar naves
meta expresa de que sirviera como un lugar la rreal hazienda, 1025 para su transporte a Arica.
386

La economía del ber algún gasto inesperado, los transportistas


también corrían con todos los riesgos.
transporte del mercurio En 1577, Toledo le otorgó a Gonzalo
Fernández de Herrera y compañía el primer
asiento de varios años para que transportara
Durante los primeros años de producción mercurio por la nueva ruta tierra-mar-tierra:
de mercurio bajo la supervisión de la Coro- tres años a 74 peso el quintal9. En 1580 se
na, el virrey experimentó con distintos tipos otorgó el asiento a Carlos Corzo y compañía10
de contrato para llevar el azogue de Huan- por los próximos tres años, al precio ligera-
cavelica a Potosí. Sin embargo, para 1577 mente más bajo de 72 pesos el quintal. En
había surgido un sistema que subastaba los cambio, el siguiente asiento de cuatro años
asientos por varios años (Cobb 1949: 39). (1586-1590) fue otorgado a Juan Pérez de las
Los contratos de transporte se negociaban Quentas, al precio de 78 pesos por quintal
por lo general en enero y abarcaban varios (Anónimo 1867 [1607]: 439). Como señala
años consecutivos. Bajo las normas de 1577, Cobb (1949: 39), es posible que Pérez de las
los asentistas compraban el mercurio a poco Quentas también haya ganado el siguiente
más de 74 pesos el quintal. Las dos terceras asiento de cuatro años, pero parece haber in-
partes de este monto debían ser pagadas al tentado aprovechar su posición. En 1593 Pé-
rey por adelantado en Huancavelica, este rez de las Quentas fue condenado por el robo
era el dinero que la Corona utilizaba enton- de 1 500 quintales de mercurio y sentenciado
ces para mantener la operación minera. El a diez años de trabajos forzados en galeras.11
contratista pagaba el tercio restante al llegar Una colección de recibos conservados en
a Potosí. En 1577 este gasto se cubría por la la documentación notarial de Huancavelica
venta del mercurio a la Corona al precio re- y que datan de 1578, el segundo año del siste-
gio fijo, que en Potosí era de 85 pesos el quin- ma de asientos de varios años, nos da algunas
tal (Cobb 1949: 39). Este arreglo de precios luces sorprendentes acerca de los envíos de
fijos otorgaba a los transportistas una utili- mercurio de Huancavelica a Chincha (tabla
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

dad restringida, que en el caso del asiento de 1).12 Los recibos registran la consignación que
1577-1579 apenas sumó 11 pesos el quintal Gaspar de Solís, el contador del rey en Huan-
antes de los gastos; además, de perderse o ro- cavelica, hizo a Gonzalo Fernández de Herrera
barse algo de mercurio en el camino, o de ha- y Compañía13 de unas 22 cargas de mercurio

9 Años más tarde, en la multa para que se les ello, pero los arrieros jamás Bonifas, Alonso Rodríguez
1594, se acusó a Gonzalo liberara (AHH 1594). tuvieron una gran ganancia de León y Gerónimo Mon-
Fernández de Herrera (el (consúltese Cobb 1949). tesinos. Pedro de Contreras
joven) y a Diego Lopes de 10 Las personas asociadas también figura en la remesa
Herrera, dos de los hijos con Carlos Corzo incluyen 12 Para más información del 19 de junio de 1578.
de Gonzalo Fernández a Juan de Pendones y sobre el Archivo Histórico Las remesas del 7 y 13 de
de Herrera, de haberle Francisco de Guzmán. de Huancavelica, vid. Galia- octubre de 1578 contenían
robado unos 300 quintales no et al. (2014). un total de 800 quintales
al rey, razón por la cual se 11 Los costos de transpor- recibidos como tributo al
les encarceló en Lima. En te fueron cambiando a lo 13 Las personas asociadas rey. El archivo notarial de
los siguientes dos meses largo de los años y el precio con Hernández de Herrera Huancavelica no conserva
varios vecinos prominentes de los contratistas pagado incluían a Diego Llacha Ro- ninguna otra serie completa
de Huancavelica acudieron en Huancavelica y en Poto- dríguez, Luys Rodríguez de de recibos de transporte
en su ayuda y pagaron sí varió en conformidad con la Serna, Juan de Angulo correspondiente a otro año.
387
tabla 1. Fechas, pesos y costo de las remesas de mercurio enviadas desde Huancavelica al puerto
de Chincha en 1578, según consta en los recibos hallados en el Archivo Histórico de Huancavelica
(AHH 1578a-s)

Fecha Número de quintales Costo del transporte por quintal Folios

28 ene. 1578 28 2 pesos, 6 tomines 312-312v

6 feb. 1578 400 312v-314v

21 feb. 1578 240 2 pesos 315

23 may. 1578 402 2 psos, 6 tomines, 6 gramos 316-316v

19 jun. 1578 1300 316v-317

23 jun. 1578 602 2 psos, 6 tomines, 6 gramos 318-318v

18 jul. 1578 1000 320-320v

21 jul. 1578 2014 320v-321

15 sep. 1578 490 2 pesos 323v

7 oct. 1578 300 Quinto real 324-325v

13 oct. 1578 300 325-325v

13 oct. 1578 500 Quinto real 325v-326v

13 oct. 1578 300 325v-326v

13 oct. 1578 800 325v-326v

BRIAN S. BAUER ET AL.


13 oct. 1578 500 326v-327

17 nov. 1578 600 331-331v

03 dic. 1578 270 2 pesos 333-334

11 dic. 1578 186 334-334v


EL CAMINO DEL MERCURIO...

11 dic. 1578 314 334v-335

21 dic. 1578 150 2 pesos+ 335v-336

24 dic. 1578 300 336-336v

100 337-337v

Total 11096 325-325v


388

para su traslado a lomo de llama de Huanca- reexaminación de los recibos notariales, que
velica a Chincha (vid. tabla 1).14 Se pagaría actualmente se viene llevando a cabo, corro-
entre 2 pesos y 2 pesos, 6 tomines, 6 gramos el bora la cantidad más grande de 11 096 quinta-
quintal a Hernández de Herrera y Compañía les, la diferencia entre los recibos de transpor-
cuando le entregara el azogue a Pedro de Vera te y las declaraciones oficiales de producción
u otro oficial real en Chincha. El cargamento podría sugerir una corrupción masiva, o bien
más pequeño de mercurio fue el primero, en el mantenimiento inadecuado de los regis-
enero de 1578, que sumó 28 quintales, en tan- tros. Ambos casos son posibles puesto que a
to que el más grande fue de 2 618 quintales en lo largo de la existencia de las operaciones
mayo de dicho año. El transporte de mercurio mineras en Huancavelica, distintos virreyes
de Huancavelica a Chincha tenía lugar duran- frecuentemente los señalaron como áreas de
te todo el año, pero las caravanas eran más gran preocupación.15
frecuentes (aunque de tamaño más pequeño) También hay una documentación par-
durante la temporada de lluvias, cuando las ticularmente buena referida a los costos del
operaciones mineras y de fundición se dete- transporte del mercurio de Huancavelica a
nían, y cuando nuevos pastizales comenza- Chincha en 1580, el primer año de un asien-
ban a crecer a lo largo de la ruta de la sierra. to de tres años otorgado a Carlos Corzo y
En total, los registros notariales de Huan- Compañía (Cantos de Andrada 1965 [1586]:
cavelica en 1578 señalan el transporte de 305-306).16 Durante su primer año, el conta-
11 096 quintales de mercurio de Huancave- dor real a cargo de la recolección del azogue
lica hasta el puerto de Chincha. Sin embargo, en Huancavelica le entregó a Carlos Corzo
este monto no coincide con los estimados de y Compañía 28 032 quintales de mercurio.
la producción de mercurio para dicho año De este monto, unos 5 606 quintales eran el
que han sido ampliamente publicados. Por quinto real de la producción anual y el resto
ejemplo, Montesinos (1906 [1642]: 72) sugiere pertenecía a diversos mineros de Huancaveli-
que en ese año se produjo un total de 6 126 ca (Cantos de Andrada 1965 [1586]: 305-306;
quintales de mercurio, en tanto que otros Cobb 1949: 39).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

funcionarios dan estimados de 5 869 y 5 880 Es más, las cuentas del asiento de 1580-
quintales (vid. Lohmann 1999: 484). Si una 1582 con Carlos Corzo y Compañía también

14 Un recibo típico dice ellas 2 arrobas de Azogue. 15 Otra explicación sería 16 Debe indicarse que
así: “Juan de Angulo Boni- Y se obligo de llevar en su que el mercurio extraído estos montos figuran en
fas otorga que ha recivido rrequa de carneros desde en años anteriores, tal el documento titulado
de Gaspar de Solis factor este dicho aciento de vez en 1576 y 1577, fue Relación de la Villa Rica de
de los Azogues de su ma- Guancavelica al asiento de incluido en las remesas de Oropesa y Minas de Guan-
gestad por sy y en nombre Sant Geronimo del balle 1578. Sin embargo, esto no cavelica compilado por
de Luys Rodriguez de la de Chincha y alli entregar parece probable dado que Rodrigo Cantos de Andra-
Serna y de su compania a Pedro de Bera o a la la producción reportada da (1965 [1586]), corregidor
490 quintales de Azogue persona que alli estuviere de mercurio en estos años y justicia mayor de la villa
enbadanados y empetaca- por la dicha compania. Por era relativamente baja; de Oropesa, y que no han
dos y bien acondicionados el flete de cada quintal Montesinos (1906 [1642]: sido comparados con los
y pesados en la balança de Azogue le a de pagar 66, 71), por ejemplo, re- recibos notariales.
de su magestad en 980 Gaspar de Solis 2 pesos”. portó 2 137 quintales para
petaquillas de cuero de Huancavelica, 15-09-1578 1576 y 3 021 para 1577.
vaca y en cada una de (AHH 1578i).
389
nos permiten ver los costos de cada etapa de De Huancavelica
la red de transporte y brindan detalles acer-
ca de muchos de los suministros necesarios a Chincha
(Cantos de Andrada 1965 [1586]: 306).17 Ade-
más, se señala que, aunque Corzo y Compañía
habían ganado el contrato, necesitaban pagar Las caravanas de Huancavelica comprendían
a subcontratistas por mover el mercurio de a cientos de llamas y a veces miles de ellas;
Huancavelica a Potosí. El costo de la prime- eran tan grandes, que tomaba muchos días
ra mitad del viaje, de Huancavelica a Arica, cargar a todos los animales, de modo que se
podía pagarse en plata corriente.18 Dado que las subdividía en grupos más pequeños que
diversas monedas del reino eran acuñadas en partían en días consecutivos (figura 2). La
distintos lugares y contenían distinta can- combinación de grandes rebaños y un terre-
tidad de plata, se descontaba el valor de las no áspero también significaba que muchos
mismas, en este caso a una tasa de 40 % (Ho- de los animales de carga morían en el cami-
ffman 1980: 255-256). La segunda mitad del no. Un recibo del archivo de Huancavelica,
viaje, de Arica a Potosí, requería un pago en fechado en 1597, sugiere que el caporal de
plata ensayada.19 Esta no era una gran carga una caravana partió con unas 2 765 llamas
porque los arrieros también se dedicaban al y 52 mulas.20 Sin embargo, 235 de las llamas
comercio de plata, ya que estaban obligados a (aproximadamente 8%) y 4 de las mulas (tam-
ayudar a transportarla de Potosí a Arica en su bién alrededor de 8%) murieron en el trans-
viaje de vuelta. curso del viaje de ida y vuelta a la costa. Estos
costos debían asumirse dentro de las magras
utilidades de quienes organizaban las carava-
nas. Otros costos que debían cubrir incluían

17 Consúltese también en marcas físicas de ensaye y del dicho trajin y otros 515 y se la a dado el dicho

BRIAN S. BAUER ET AL.


Lohmann (1999: 475-479) quintado. carneros que le entrego Jusepe de Castañeda, y
las listas de costos espe- el dicho Don Jusepe de ansi mismo se la a dado de
cíficos involucrados en el 20 El recibo dice así: “El Ribera de todo ello el dicho la plata que le a enbiado
envío del mercurio en los capitán Don Jusepe de Don Jusepe de Castañeda en diferentes partidas y
años de 1613 y 1616. Ribera, dijo que por quanto le a dado quenta con pago bezes y de las badanas
Jusepe de Castañeda a y por su mandado a entre- e hilo que le a entregado
18 Plata corriente: metal rresidido çierto tiempo gado a Alvaro Rodriguez el fator de Chincha para
de plata cuya pureza no en esta villa y en el valle 2530 carneros de los que el aderezo del azogue e
había sido verificada. Nom- de Chincha y a estado estan vivos y de los quales para traher a esta villa y
EL CAMINO DEL MERCURIO...

bre aplicado en general a ocupado en el trajin de los y de los demas pareze se como dicho es de todo le
la plata cuya finura era in- azogues de su magestad murieron, y ansi mesmo a dado buena quenta con
ferior a la exigida por la ley que se lleva de esta villa pareze que se le entrega- pago çierta y berdadera y
monetaria y que carecía de al puerto de Chincha y a ron 52 mulas de las quales esta entregado contento
marcas físicas de ensaye y tenido a su cargo el trajin a entregado a Baltasar y satisfecho en todo,
quintado. y aviamiento de lo qual a Enrriquez por mandado y por lo qual dio y otorgo
hecho por orden y manda- horden del dicho capitan carta de pago y finiquito en
19 Plata ensayada: do del dicho capitan y de 48 mulas y las 4 dio por forma al dicho Jusepe de
metal de plata cuya pureza 2250 carneros de la tierra muertas y los hierros de Castañeda”. Huancavelica,
había sido verificada y, que le entrego Diego Lo- ellas y de todo el dicho 5 de diciembre de 1597
por lo tanto, contaba con pez de Herrera por quenta capitan a tomado quenta (AHH 1597).
390

el salario de los muchos hombres necesarios almacenamiento hechos de adobe en un va-


para llevar los rebaños, el reemplazo de las lle angosto, unos 25 kilómetros más adelante
badanas que comenzaban a gotear a lo largo (fotos 3 y 4). Durante los días siguientes, las
del camino21 y el reemplazo de los herrajes de caravanas empezaban a descender al desagüe
las mulas según fuera necesario. de Chincha y habrían parado en el pueblo de
Las caravanas tardaban unas dos semanas Arma (fotos 5 y 6).
en cruzar las tierras altas y descender a la cos- Desde Arma, las caravanas continuaban
ta (Salas 2008: 80). Al viajar de Huancavelica por caminos más establecidos, hacia el pue-
hacia el oeste, las caravanas probablemente blo de San Gerónimo. En un sitio que todavía
pernoctaban en un valle pantanoso localiza- se conoce como Tambo de Mora, descargaban
do a unos 20 kilómetros de la ciudad de Huan- el mercurio y lo ponían en una bodega. Lue-
cavelica, donde, durante nuestro trabajo de go, cuando se recibía aviso de que una galera
campo de 2013, encontramos los restos de un real había llegado al puerto o, en ciertos ca-
complejo semejante a un tambo con cuartos sos, cuando se había otorgado un contrato a
que pudieron ser utilizados como despensas un buque mercante privado, el mercurio se
(foto 1). Luego, tras cruzar el paso más alto a transportaba por mula a la costa (Cantos de
unos 4 500 metros (foto 2), posiblemente des- Andrada 1965 [1586]: 306; Cobb 1949: 37-38;
cansaban en un grupo aislado de recintos de Dagnino y Olivera 1909: 87).

21 El problema de de la tierra del dicho


las bolsas rotas o con Diego Lopez de Herrera
goteras fue mencionado y alli los dar y entregar al
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

específicamente en un Fator Alonso de Bargas


documento de 1591, en el Peçellin, y ansi mismo
que se registra: “Alonso declaro que rrecivio en el
Pinto en nombre de Diego dicho nombre del dicho
Lopez de Herrera a cuyo Contador Pedro de Ber-
cargo esta el llevar el azo- gara de la rreal hazienda
gue de su magestad, por 400 pesos para la paga de
virtud del poder que tiene los jornales de los yndios
que le sostituyo Gonzalo que trabajan en el dicho
Fernandez de Herrera su trajin del dicho azogue, y
hermano, dixo que rrecivio ansi mismo rrecivio una
en el almazen rreal de este dozena de badanas con
asiento de Guancavelica sus guascas para aderezar
500 quintales de azogue los atados que se salieren,
en 2 000 atados de arroba de todo lo qual se dio por
cada uno del contador contento y entregado a
Pedro de Bergara en nom- su boluntad y dio carta de
bre del tesorero Simontan pago en forma al dicho
Gutierrez, los quales contador Pedro de Berga-
rrecivio para los llevar de ra e el tesorero Simontan
este asiento por hazienda Gutierrez”. Huancavelica,
de su magestad al puerto 29 de julio de 1591 (AHH
de Chincha en carneros 1591).
391
foto 1.
Las ruinas
de un probable
tambo español
a uno o dos
días de viaje de
Huancavelica.

BRIAN S. BAUER ET AL.


EL CAMINO DEL MERCURIO...

foto 2.
Segmento del
camino de
Huancavelica
a Arma.
392

foto 3 .
Grupo aislado
de recintos de
almacenamiento
construidos
de adobe en
la puna entre
Huancavelica
y Arma. Estos
pudieron
haber sido
utilizados por
las caravanas
que movían
mercurio a la
costa.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

foto 4 .
Recintos de
almacenamiento
que se
encuentran
entre
Huancavelica
y Arma.
393
foto 5 .
Pequeñas
caravanas
de llamas
todavía se
mueven por
el camino
colonial entre
Huancavelica
y Arma,
aunque ya no
transportan
mercurio.

BRIAN S. BAUER ET AL.

foto 6 .
EL CAMINO DEL MERCURIO...

El pueblo
de Arma,
establecido
para apoyar
el transporte
de mercurio de
Huancavelica
a Chincha.
394

De Chincha a Arica De Arica a Potosí

En el puerto de Chincha, las badanas se trans- El transporte del mercurio de Arica a Potosí
ferían al casco del buque y se ponían en cajas requería la confección de izangas, cestas de
de madera reforzadas y con manijas de hierro, juncos diseñadas especialmente dentro de
que también habían sido forradas con cuero las cuales se colocaban las badanas.22 Estas
de vaca para ser transportadas a Arica. El tra- cestas eran producidas en los pueblos de Ta-
bajo de descargar las mulas y cargar los bu- rata y Putina con el trabajo de la mita y su
ques era responsabilidad de los trabajadores demanda por parte de la industria del mer-
del sistema mita que estaban asignados a los curio-plata era constante. Por ejemplo, un
almacenes reales en Chincha. El transporte documento que data de 1608 indica que los
del mercurio de Chincha a Arica se llevaba a oficiales en Arica necesitaban de unas 6 050
cabo una (Dagnino y Olivera 1909: 90) o dos izangas (Dagnino y Olivera 1909: 98). Es más,
(Cobb 1949: 38) veces al año. En 1580, enviar a diferencia de Huancavelica, donde el envío
el mercurio de Chincha a Arica costaba 3 pe- del mercurio a la costa quedaba repartido
sos y 2 tomines por quintal (Cantos de Andra- entre muchas caravanas distintas a lo largo
da 1965 [1586]: 306). del año, su arribo a Arica en masa desenca-
Durante las primeras décadas del comer- denaba la reunión de inmensos rebaños de
cio de mercurio no había ningún puerto en bestias de carga. Sin embargo, eran pocos los
Arica, de manera que los buques de Chincha animales a los que se podía mantener en la
tenían que echar ancla en la bahía y las ba- árida región que rodea a Arica. Una serie de
danas se descargaban en botes pequeños y se documentos en los archivos de este poblado
traían a la costa. Luego se las ponía en otro dan cuenta de los constantes problemas con-
depósito real, hasta que se hicieran arreglos cernientes a las bestias de carga que surgían
para transportarlas a Potosí, que quedaba a cuando los cargamentos de mercurio llega-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

una distancia de aproximadamente 90 leguas ban al puerto (Dagnino y Olivera 1909: 79-
y una altitud de 4 100 metros sobre el nivel 114). Nunca había un número adecuado de
del mar (c. 13 450 pies). Como en Chincha, mulas o llamas para transportar el mercurio
los mitayos estaban asignados al depósi- de Arica a Potosí, y a veces los oficiales reales
to de Arica y a trabajar como muleros en el debían viajar hasta Sajama en busca de los
transporte del mercurio desde la costa hasta animales necesarios. Tan solo la recolección
Potosí. Sin embargo, pronto se volvió difícil del número necesario de mulas y llamas po-
reclutar el número de trabajadores necesario. día tomar varias semanas.
Por ejemplo, en 1609, los oficiales de Arica se Dado que había más llamas que mulas, se
quejaron de que necesitaban unos 500 traba- las usaba con mayor frecuencia para transpor-
jadores para ayudar a transportar unas 1 200 tar el mercurio de Arica a Potosí, no obstante de
cargas de mercurio a Potosí, pero solo 200 ser más lentas y ser capaces de llevar alrededor
mitayos habían llegado (Dagnino y Olivera de la mitad de la carga. Era también más proba-
1909: 101). ble que murieran en el camino en comparación
con las mulas, de modo que las recuas debían 22 Para un examen
más detallado de la ruta
partir con un mayor número de animales de Arica-Potosí vid. Rivera
reemplazo. Un problema adicional a la hora (1995-1996).
395
de conseguir el número necesario de bestias del camino y si esto tomaba más tiempo de lo
de carga era que la paga que la Corona daba esperado o si los contenedores de mercurio se
era más baja que la que pagaban los comer- rompían y debían ser reemplazados, las cara-
ciantes que también deseaban remitir su vanas se demoraban y se les iban agotando los
mercadería a las florecientes comunidades pastizales. Estos riesgos los asumían los arrie-
mineras de la sierra. En consecuencia, algu- ros, al igual que los demás que el transporte
nos dueños de rebaños intentaban esconder del azogue involucraba. Una vez en Potosí, el
sus animales de los oficiales reales, esperan- mercurio se vendía bajo la supervisión de la
do así arrendarlos a los comerciantes priva- Corona, la cual ofrecía un retorno marginal
dos que pagaban mejor (Dagnino y Olivera al prolongado, dificultoso y riesgoso asiento
1909: 107). Sin embargo, la Corona pronto del transporte.
tomó represalias y anunció que no podría re- Como las remesas de mercurio enviadas
mitirse nada de mercadería a Potosí mientras de Huancavelica a Potosí eran muy grandes,
todavía hubiese azogue en Arica esperando la coordinación de los tiempos era de suma
ser transportado. importancia. Uno de los principales lugares
El número de mulas y llamas usadas en de embotellamiento en este complejo siste-
estas recuas fue enorme. Por ejemplo, en 1611 ma de transporte era Chincha, donde se de-
el real contador de Arica señaló haber reuni- bía almacenar los envíos hasta que llegara
do unos 700 animales, pero esta cifra seguía una nave. Otro cuello de botella era Arica,
siendo menor que el número total necesario donde se debía guardar el azogue hasta que
para transportar el azogue de dicho año (Dag- pudiera disponerse su transporte a la lejana
nino y Olivera 1909: 108). Al igual que en ciudad de Potosí. Las demoras en una etapa
Huancavelica, las caravanas de Arica eran tan del viaje tenían profundas consecuencias en
grandes que tomaba días cargar a los anima- la siguiente. En un caso documentado que
les, de modo que el rebaño debía subdividirse data de 1610, las bestias de carga llegaron a
y el momento de su partida escalonarse a lo Arica en el momento debido, pero el carga-
largo de varias jornadas. mento de mercurio, que había sido colocado
A los arrieros de Arica se les pagaban dis- en una nave mercante y no en una galera
tintas cantidades dependiendo de a dónde real, se retrasó. Los pastos disponibles en la

BRIAN S. BAUER ET AL.


debían llevar el mercurio y de su capacidad región seca alrededor de Arica pronto fueron
negociadora. Por ejemplo, en 1609 una gran consumidos, de modo que para cuando el
remesa de azogue enviada de Arica a Oruro azogue finalmente llegó, los rebaños ya ha-
fue subcontratada a tres personas distintas, bían sido devueltos a las montañas para que
las primeras dos recibiendo 6 pesos por quin- pastaran, con lo cual nuevamente se debió
tal y el tercero 5.5 pesos por quintal (Dagnino volver a organizar la recogida de los anima-
y Olivera 1909: 104-105). El viaje de Arica a les necesarios y su transporte a la costa. Esta
EL CAMINO DEL MERCURIO...

Potosí parece haber tomado poco menos demora puso en aprietos a los oficiales reales
de un mes, en tanto que el de Arica a Oruro de Arica, puesto que se esperaba que la mis-
tomaba unas tres semanas. Los pastizales se ma nave que había llegado con el mercurio
agotaban si una parte de las recuas permane- partiera también para el istmo de Panamá
cía demasiado tiempo en un solo lugar, que- con la plata del rey, la cual debía ser condu-
dando muy poco para las que vinieran des- cida desde Potosí en el viaje de regreso de la
pués. Los arrieros debían además dedicarse al caravana. En respuesta, el oficial real en Ari-
trueque para conseguir suministros a lo largo ca ofreció el alto precio de 9.5 pesos el quin-
396

tal para que se llevara el mercurio a Potosí, Referencias citadas


a condición de que llegara en 22 días, y 6.5
pesos el quintal para que se le transportara a
Oruro en 16 días. Para acelerar las cosas aún
FUENTES DOCUMENTALES
más, las autoridades portuarias simplemente
aceptaron los pesos declarados en el mani- Archivo Histórico de Huancavelica (AHH)
fiesto de la nave en lugar de volver a pesar 1578a Flete. Diego Llacha Rodríguez. Notario:
todas las badanas (Cobb 1949: 43; Dagnino y Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
Olivera 1909: 91-95). 1: 312r-312v. Huancavelica, 28 de enero de
Aunque la ruta Huancavelica-Chin- 1578.
1578b Flete. Gonzalo Hernández de Herrera.
cha-Arica-Potosí era más larga que el camino
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos.
por tierra de Huancavelica a Cusco y Potosí, Legajo 1: 312v-314v. Huancavelica, 6 de
la travesía marina era relativamente barata febrero de 1578.
y más rápida. Además, ella ofrecía la venta- 1578c Flete. Juan de Angulo Bonifas. Notario:
ja añadida de que las bestias de carga que se Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo 1:
usaban para llevar el azogue de Arica a Poto- 315r. Huancavelica, 21de febrero de 1578.
sí, podían ser empleadas para transportar la 1578d Flete. Gerónimo Montesinos. Notario:
Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
plata en el viaje de regreso a la costa, y las lla-
1: 316r-316v. Huancavelica, 23 de mayo de
mas que viajaban de Huancavelica a Chincha
1578.
podían regresar con productos costeños. Al 1578e Carta de pago. Pedro de Contreras. Notario:
igual que muchas de las reformas llevadas a Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
cabo por Toledo, la ruta Huancavelica-Chin- 1: 316v-317r. Huancavelica, 19 de junio de
cha-Arica-Potosí habría de permanecer ma- 1578.
yormente sin cambios durante los dos siglos 1578f Flete. Gerónimo Montesinos. Notario:
siguientes. Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
1: 318r-318v. Huancavelica, 23 de mayo de
1578.
1578g Flete. Gerónimo Montesinos. Notario:
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo


1: 320r-320v. Huancavelica, 18 de julio de
1578.
1578h Carta de pago. Gerónimo Montesinos.
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos.
Legajo 1: 320v-321r. Huancavelica, 21de
julio de 1578.
1578i Flete. Juan de Angulo Bonifas. Notario:
Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
1: 323v. Huancavelica, 15 de setiembre de
1578.
1578j Flete. Gonzalo Hernández de Herrera.
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos.
Legajo 1: 324r-325r. Huancavelica, 10 de
julio de 1578.
1578k Flete. Pedro de Cobdina. Notario: Fran-
cisco de Bascones. Protocolos. Legajo 1:
325r-325v. Huancavelica, 13 de octubre de
1578.
397
1578l Flete. Gonzalo Hernández de Herrera. 1594 Poder de Alonso Gonzales Bocache. Notario:
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos. Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
Legajo 1: 325v-326v. Huancavelica, 13 de 5: 53r-54v. Huancavelica, 10 de enero de
octubre de 1578. 1594.
1578m Flete. Gonzalo Hernández de Herrera. 1597 Carta de pago. Don Jusepe de Ribera a
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos. Jusepe de Castañeda. Notario: Francisco de
Legajo 1: 326v-327r. Huancavelica, 13 de Bascones. Protocolos. Legajo 8: folios s/n.
octubre de 1578. Huancavelica, 5 de diciembre de 1597.
1578n Flete. Gonzalo Fernández de Herrera.
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos.
Legajo 1: 331r-331v. Huancavelica, 17 de FUENTES IMPRESAS
noviembre de 1578.
1578ñ Flete. Juan de Angulo Bonifas. Notario: Anónimo
Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo 1867 [1607] “Memorial y relación de las minas de azogue
1: 333r-334r. Huancavelica, 3 de diciembre del Perú”, en Luis Torres de Mendoza
de 1578. (editor), Colección de documentos inéditos
1578o Flete. Gonzalo Hernández de Herrera. relativos al descubrimiento, conquista y
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos. organización de las antiguas posesiones
Legajo 1: 334r-334v. Huancavelica, 11 de españolas de América y Oceanía. Tomo 8.
diciembre de 1578. Madrid: Imprenta de Frías y Compañía, pp.
1578p Flete. Gonzalo Hernández de Herrera. 422-449.
Notario: Francisco de Bascones. Protocolos.
Legajo 1: 334v-335r. Huancavelica, 11 de Bowser, Frederick P.
diciembre de 1578. 1974 The African Slave in Colonial Peru, 1524-
1578q Flete. Juan de Angulo Bonifas. Notario: 1650. Stanford: Stanford University Press.
Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
1: 335v-336r. Huancavelica, 21 de diciem- Brown, Kendall W.
bre de 1578. 2001 “Workers’ health and Colonial mercury
1578r Flete. Alonso Rodríguez de León. Notario: mining at Huancavelica, Peru”, The Americas
Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo [Washington, D.C.], 57(4), pp. 467-496.
1: 336r-336v. Huancavelica, 24 de diciem-
bre de 1578. Cantos de Andrada, Rodrigo
1578s Flete. Pedro de Orduna. Notario: Francisco de 1964 [1586] “Relación de la Villa Rica de Oropesa y Mi-

BRIAN S. BAUER ET AL.


Bascones. Protocolos. Legajo 1: 337r-337v. nas de Guancavelica” en Marcos Jiménez de
Huancavelica, 24 de diciembre de 1578. la Espada (editor), Relaciones Geográficas
1583a Obligación de Juan Pérez. Notario: Francisco de Indias: Perú. Tomo I. Madrid: Ediciones
de Bascones. Protocolos. Legajo 1: 323v. Atlas, pp. 303-309 (Biblioteca de Autores
Huancavelica, 8 de marzo de 1583. Españoles, 183).
1583b Carta de pago. Gonzalo Hernández de
Herrera. Notario: Francisco de Bascones. Cobb, Gwendolin B.
Protocolos, Legajo 1: 566v-567r. Huancave- 1949 “Supply and transportation for the Potosi
EL CAMINO DEL MERCURIO...

lica 29 de noviembre de 1583. mines, 1545-1640”, The Hispanic American


1591 Carta de pago. Alonso Pinto. Notario: Historical Review [Durham], 29(1), pp. 25-45.
Francisco de Bascones. Protocolos. Legajo
11: 312v-313r. Huancavelica, 29 de julio de Contreras Carranza, Carlos
1591. 1982 La ciudad del mercurio, Huancavelica, 1570-
1592 Poder de Francisco Núñez Pérez a Alonso 1700. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
Pérez. Notario: Francisco de Bascones. Pro-
tocolos. Legajo 11: 527v-529v. Huancaveli-
ca, 29 de noviembre de 1592.
398

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EL CAMINO DEL MERCURIO...

La Villa Rica de Huancavelica, según Felipe Guaman Poma de Ayala (1615).


El Taller de Spondylus
de Cabeza de Vaca
y la costa ecuatoriana
CAROLINA VÍLCHEZ CARRASCO A través del Proyecto Integral Cabeza de Vaca, el sitio
arqueológico Cabeza de Vaca viene siendo intervenido
PROYECTO INTEGRAL CABEZA DE VACA,
por el Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultu-
PROYECTO QHAPAQ ÑAN, PERÚ
ra desde el año 2007. En este marco, durante la tempo-
rada 2011 contó además con el aporte del Instituto de
Investigación Dumbarton Oaks (Estados Unidos) y con
la participación de Jerry Moore de California State Uni-
versity Dominguez Hills (Estados Unidos). Asimismo,
por primera vez se llevaron a cabo excavaciones contro-
ladas en el Taller de Spondylus de la Zona Arqueológica
Monumental Cabeza de Vaca.
Cabeza de Vaca sería el pueblo de Tumbes que des-
cribieron fabulosamente los cronistas que acompaña-
ron a Francisco Pizarro en 1528 y en 1532. “Cabeza de
provincia” instituida, además, como un importante
puerto del Tawantinsuyu, que permitió a los incas ac-
ceder y controlar el ingreso y la distribución del bien
más valorado en el mundo prehispánico andino: el
spondylus, hermoso molusco que habita exclusivamen-
te en aguas marinas cálidas de los mares tropicales. Es
decir, Tumbes sería el punto de partida y de llegada de
las embarcaciones de palo balsa que navegaban hacia
el norte en busca del preciado molusco. Esto generó un
fluido intercambio de bienes suntuosos entre el área
centroandina y el área norandina, probablemente des-
de épocas anteriores al dominio incaico.
402

figura 1. Taller de Spondylus de Cabeza de Vaca

Zona arqueológica
Sector “C”
Zona arqueológica
A Tumbes
Sector “B” Zona arqueológica
Sector “D”
Área
Zona arqueológica E-10
de cultivo
Sector “A”
E-2

E-1

E-11
Museo
E-3
E-13 E-14 Malacológico
E-8
E-4

CVN

E-9
CVS
Molino
E-12 E-7

E-6

A Piura E-5 Espigón Corrales


Áreas de cultivo

Museo de Sitio
Sector de
San Martín
Estadio

Sector E-1.4
CVS Sector Cabeza
Miramar de Vaca Sur
Escuela CVN Sector Cabeza
de Vaca Norte
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Trocha
carrozable
E-4.4
E-3.4
E-2.4
Datos técnicos de puntos georreferenciados

Trocha Puntos Lado Distancias Ángulos Coordenadas


carrozable
Este Norte

Estación 1 Estación 2 280.33 39o57´11´´ 556615.83 9601793.09

Estación 2 Estación 3 190.26 68o56´01´´ 556357.42 9601684.43

Estación 3 Estación 1 276.47 71 06´48´´


o
556351.65 9601874.60

Cerco 0 10 m
Límite de lote
Quebrada
Vivienda
Puente
Evidencias arqueológicas
403
Las excavaciones realizadas en el Taller de Cabeza de Vaca y
Spondylus de Cabeza de Vaca (en adelante
TSCV) permiten confirmar que fue un centro la expansión inca hacia
de alta producción con filiación inca donde
se fabricaron en gran escala cuentas y minia- la costa ecuatoriana
turas antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas
y geométricas, utilizando como principal
materia prima el Spondylus prínceps, aunque La política expansiva de los incas y de anexión
también se utilizaron el Spondylus calcifer, la de nuevos territorios involucró diversas estra-
Anadara grandis y la Pinctada mazatlantica. tegias, entre las que destaca la instalación de
Fue un trabajo realizado por especialistas en un conjunto de asentamientos de distinta fun-
un espacio planificado y construido exprofe- ción y jerarquía, articulados por una red vial
samente para cumplir dicha función dentro que llegó a todos los confines del Tawantin-
del núcleo urbano de este centro provincial suyu. En el Chinchaysuyu, los incas lograron
incaico. Siendo conocida la alta valoración avanzar por la sierra hasta el sur de Colombia,
que tuvo el spondylus en el área andina, puede pasando por los Andes ecuatorianos de Loja,
afirmarse que las cuentas y figuritas confec- Cuenca y Quito; con respecto a la costa, aun-
cionadas con este molusco tuvieron también que se conoce que incursionaron hasta Esme-
esta misma connotación. Filloy Nadal señala: raldas, incluyendo islas como Puná y La Plata,
“algunos materiales eran tan preciosos que se sostiene que nunca llegaron a conquistarla
los objetos hechos de ellos conservaron esta del todo (Lumbreras 2004; Marcos 2005; Me-
esencia vital inherente incluso en fragmen- yers 1998 [1976], I).
tos” (Filloy 2016; traducción nuestra). Refiriéndose a la sierra norandina, Lum-
La costa ecuatoriana, de donde provenía breras (2004:14-15) manifiesta que:
el spondylus que llegaba al área central andi-
na, significó para los incas un territorio de […] solo los Pastos que vivían al sur del río
alta importancia que debía ser incorporado Guaytará en la actual provincia de Nariño y

CAROLINA VÍLCHEZ CARRASCO


al Tawantinsuyu; sin embargo, a la llegada las provincias ecuatorianas del Carchi e Im-
de los españoles en 1532, este cometido no babura habían sido incorporados al Imperio
había sido logrado del todo. En ese contexto, (sería más preciso decir que estaban en proceso
Cabeza de Vaca se constituyó en un lugar es- de incorporación). En esta zona de frontera,
tratégico, tanto para sus fines expansionistas la ocupación incaica se aprecia fundamen-
como para el aprovisionamiento de este va- talmente por la presencia de los “fuertes” que
lioso molusco. indican el proceso de avance de conquista.
No hay propiamente instalaciones asentadas,
como las que pudieron ser de los caminos es-
EL TALLER DE SPONDYLUS...

tatales. El último asentamiento formalmente


incaico es el de Quito, donde había un pobla-
do al parecer formalmente estatal, asociado al
de San Agustín del Callo, al sur de Quito, que
tiene conservados edificios con una arquitec-
tura del más clásico estilo imperial cusqueño.
Hasta allí está verificado el Camino Inca, aun-
que se propone que podía llegar hasta Ibarra,
404

Isla Puná

foto 1.
Cabeza de Vaca Ubicación
de Cabeza
de Vaca en
el Golfo de
Guayaquil.

en la zona de Guayllabamba, donde se registra 1910. El estudioso asevera que “no se pueden
un edificio de barro y piedras que se atribuye dejar a un lado todas estas actividades en la
a los incas. costa como una “invasión imaginaria” [como
la calificara el investigador guayaquileño Ju-
Respecto a la costa norandina, Albert Meyers lio Enrique Estrada en 1968] […] Por otro lado,
sostiene que la mayor cantidad de hallazgos hay demasiado pocas [sic] evidencias como
de cerámica Inca Imperial en esta región pro- para hablar de un horizonte incaico en esta
vienen de la isla La Plata, situada al surocci- región” (Meyers 1998 [1976], I: 227).
dente del cabo de San Lorenzo en Manabí Por su parte, Jorge Marcos señala que, du-
(Meyers 1998 [1976], I: 226). Asimismo, in- rante la ocupación inca de la región sur del
forma que en 1892 George Dorsey excavó allí área septentrional andina, se construyeron
dos tumbas incas en las que se encontraron centros urbanos de importancia como To-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

cerámica, figuras de oro y plata, alfileres de mebamba. Los mercaderes que venían desa-
oro y cobre (tupus), perlas, un plato de oro, rrollando relaciones de intercambio a larga
varias campanas de cobre, colgantes y otros distancia con la costa aparentemente fueron
objetos de oro y cobre, además de una gran integrados al sistema inca o reemplazados
hacha de piedra. A partir de estos hallazgos, por los mollo chasqui camayoc cusqueños. En
Meyers sostiene que la aparición de esta ha- la costa, esto no sucedió con los mindalaes,
cha ceremonial de probable origen local hace huancavilca o los punaes. Los primeros fue-
suponer la presencia incaica también en la ron incorporados dentro de las estructuras
costa, puesto que no es probable que las tro- sociales de transición en los recientemente
pas incas hicieran el largo viaje por mar al- ocupados territorios del norte; los otros, des-
rededor de la península de Santa Elena hasta pués de la incanización de Cañar, Azuay y
la isla La Plata, sin pasar por tierra firme, para Loja, posiblemente tuvieron que mantener
enterrar a sus muertos. Asimismo, reporta el relaciones desiguales de intercambio con el
hallazgo de cerámica Inca Imperial proveniente Tawantinsuyu (Marcos 2005: 157).
de Ingenio Valdez, cerca de Milagro, y una maza En la costa norte, específicamente en
en forma de estrella combinada con un hacha Tumbes, Cabeza de Vaca se constituiría en el
proveniente de Puná, reportada por Saville en asentamiento inca más septentrional, hasta
405
donde habría llegado el camino costero que se levantara en este lugar la denominada ar-
recorría el litoral a lo largo de casi 4 000 kiló- quitectura de poder: Templo del Sol, ushnu, ac-
metros desde Chile. Regal (1936: 123) advier- llawasi, plaza ceremonial, depósitos y posible-
te que no se debe confundir la calzada que mente kallankas. Estas edificaciones descritas
Huayna Capac mandó construir en el punto con asombro por los cronistas que arribaron
donde luego se fundó la ciudad de Guayaquil con Francisco Pizarro en 1528 y en 1532 se
con el Camino de los Llanos. encuentran actualmente en ruinas y muchas
Los asentamientos incas se emplazaron de ellas desaparecidas. Sin embargo, el estudio
organizadamente por todo el Tawantinsuyu, sistemático que desarrolla el Proyecto Qhapaq
conectados a una vasta red de caminos princi- Ñan en el lugar está permitiendo correlacio-
pales y secundarios de manera que permitie- nar algunos de los componentes arqueológi-
ran una buena administración y distribución cos que aún subsisten con estas antiguas es-
de los recursos, planificación de la mano de tructuras incaicas; ello sobre la base de datos
obra y control sobre las distintas poblacio- obtenidos en excavaciones controladas, del
nes. Es así que el planeamiento, diseño y la registro de evidencias arqueológicas en super-
construcción de cada asentamiento se adecuó ficie y del análisis de datos etnohistóricos.
a la función específica que cumpliría y a la Este centro administrativo inca fue cons-
configuración del terreno. Si bien estos asen- truido desde sus cimientos en un punto de
tamientos poseen rasgos comunes, no fueron intersección de las colinas miocénicas con la
construidos con modelos rígidos; además, de planicie litoral, en la margen izquierda del va-
acuerdo a su estrategia expansiva, en algunos lle bajo del río Tumbes, fuera del alcance del
casos modificaron o adecuaron los asenta- área inundable de su gran delta. Hacia el lado
mientos existentes en la zona conquistada noroeste del complejo se emplazó el Templo
(Pachacamac, Cajamarca, Ingapirca, etcétera). del Sol, el cual destaca por sus grandes dimen-
En otros casos, edificaron desde sus cimientos, siones (300 metros de largo, 100 metros de
en “tierra virgen”, nuevos centros poblacio- ancho y 15 metros de alto). Hacia su lado este
nales en lugares definidos como estratégicos se ubica la plaza ceremonial, desde donde

CAROLINA VÍLCHEZ CARRASCO


para sus planes y necesidades (Huánuco Pam- partió el último trayecto del camino costero
pa, Tambo Colorado, etcétera). hacia el litoral; sobre la colina adyacente don-
En esta lógica de planificación incaica, de ahora se ha asentado un poblado en cre-
las “capitales provinciales” fueron instaura- cimiento, ocupando un área aproximada de
das replicando los mismos elementos urba- 500 por 500 metros, se encontraría el lugar al
nos del Cusco: Templo del Sol, ushnu, palacio, que los españoles denominaron la “fortaleza”,
acllawasi, colcas, kallankas, plazas, etcétera. dentro de la cual, según sus descripciones, se
Tal arquitectura ha sido denominada como ubicaban el palacio del curaca representante
“arquitectura de poder” por Gasparini y Mar- del Inca, los mitmas, los talleres de plateros,
EL TALLER DE SPONDYLUS...

golies (1977). En estas edificaciones residió grandes depósitos con ornamentos, provisio-
la élite incaica: sacerdotes, curacas represen- nes y armamentos.
tantes del Inca, acllas, así como especialistas y
servidores estatales. De manera que puesta en término de acabar,
Cabeza de Vaca fue instaurada como “ca- allegó Guaynacapa, el qual mandó edificar
pital provincial” luego de que Túpac Yupan- templo del Sol junto a la fortaleza de Túmbez,
qui anexara de manera pacífica la región de y collocar en el número de más de dozientas
Tumbes al Tawantinsuyu, lo que llevó a que vírgines, las más hermosas que se hallaron
406

en la comarca, hijas de los principales de los por testigos de los siglos XVI y XVII (Hyslop
pueblos. Y en esta fortaleza (que en tiempo 1992: 110). La evidencia arqueológica indica
que no estaua ruynada, fue a lo que dizen cosa que, por lo menos, los últimos 100 kilómetros
harto de ver) tenía Guaynacapa su capitán o del Camino de los Llanos emplazados en el
delegado con cantidad de Mitimaes, y mu- actual departamento de Tumbes tuvieron cal-
chos depósitos llenos de cosas preciadas con zada empedrada y, en algunos casos, muros la-
copia de mantenimiento para sustentación terales de hasta cincuenta centímetros de alto.
de los que en ella residían: y para la gente de Del mismo modo, estuvo jalonado por una se-
guerra que por allí passase… Y en esta fortale- rie de sitios que cumplieron distintas funcio-
za de Túmbez auía gran número de plateros nes, a juzgar por sus distintas dimensiones y
que hazían cántaros de oro y plata, con otras características formales (Vílchez 1998, 2005).
muchas maneras de joyas: assí para el seruicio En su trayecto final, esta vía cruza longi-
y ornamento del templo, que ellos tenían por tudinalmente la cadena de montañas de los
sacrosanto, como para el seruicio del mismo Amotapes y luego desciende hasta el mar si-
Inga […] (Cieza 1995 [1553]: 170). guiendo la margen izquierda del río Tumbes,
reconociéndose desde el punto de vista geo-
La evidencia arqueológica registra en este gráfico, tres subtramos claramente diferen-
sector abundante material cerámico de estilo ciados: el primero corresponde al que se em-
Inca Imperial, así como muros perimétricos plaza en los Amotapes, desde Cerro Prieto se
paralelos construidos de canto rodado, uni- conecta con la Quebrada Cusco y luego con
dos con argamasa de barro y colocados en Rica Playa; el segundo avanza por las colinas
distintos niveles topográficos, que rodean miocénicas de Rica Playa hacia Cabeza de
el extremo norte de la colina. Asimismo, se Vaca; y el tercero se desplaza por la planicie
identifican segmentos de muros de adobe en aluvial, de Cabeza de Vaca a Playa Hermosa.
distintos puntos entre las actuales viviendas, En cada uno de estos subtramos se identifican
entre ellos los que se encuentran en el Taller pequeños segmentos de camino que eviden-
de Spondylus y el del “taller de ceramistas”. cian que la calzada estuvo revestida con can-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Tales elementos arquitectónicos presentan tos rodados (Vílchez 2005, 2015). Asimismo,
la misma técnica constructiva y los mate- en la excavación practicada en 2013 por el
riales constructivos que los del Templo del Proyecto Integral Cabeza de Vaca en uno de
Sol, lo cual evidencia que Cabeza de Vaca fue los segmentos entre Cabeza de Vaca y Playa
planificado y construido durante el mismo Hermosa, se encontraron las bases de piedra
período cultural (Horizonte Tardío), según y los rellenos con los que se construyó el pavi-
el planeamiento y la distribución del núcleo mento antes de la colocación del empedrado.
urbano concebido por los incas para esta “ca- La inversión en infraestructura de parte
beza de provincia” (Vílchez 2013: 128). de los gobernantes incas en Cabeza de Vaca
Cabeza de Vaca fue conectado al Tawan- —y en Tumbes en general—, según viene
tinsuyu a través del Camino Inca de la costa. demostrando la evidencia arqueológica, se-
John Hyslop reporta que el camino costero ñalaría la importancia de esta región para los
adquiere gran diversidad de formas y que rara fines del Estado.
vez era de construcción formal. En general era Cieza de León escribe sobre la anexión de
prácticamente solo un sendero demarcado Tumbes al Tawantinsuyu, la construcción de
con una hilera de estacas de madera o con pi- las edificaciones incas y la construcción del
las de piedras, lo que incluso ha sido resaltado camino costero:
407
Como el rey Topa Ynga [de]terminase de yr a la conquista. Sin embargo, no se reportaron
los valles de los llanos para atraer a su serviçio asentamientos incas consolidados ni mate-
y obediençia los moradores dellos, abaxó a lo rial cerámico. Parece ser que, pese a los es-
de Túnbez y fue honradamente reçibido por fuerzos desplegados, los incas no llegaron a
los naturales, a quienes Topa Ynga mostró incorporarlo plenamente (Hyslop 1998; Mar-
mucho amor; y luego se puso del traje que cos 2005; Meyers 1998 [1976], I).
ellos usa[va]n para más contentarles y alabó Sarmiento de Gamboa relata la incursión
a los prençipales el querer sin guerra tomalle de Túpac Yupanqui, desde Tumbes hacia
por señor [y] prometió de los tener y estimar Manta en Ecuador:
como a hijos propios suyos. Ellos, contentos
con oyr sus buenas palabras y manera con que [Topa Inga Yupangui] y partió su campo en
les tratava, dieron la obediençia con onestas tres partes, y él tomó la una y se metió por
condiçiones y permitieron quedar entre ellos las montanas más fragosas, haciendo guerra a
governadores y hazer edeficios […] Saliendo los montañeses de los guancabilicas, y metió-
de aquel valle caminó el rey Ynga por lo más se tanto en las montañas, que estuvo mucho
de la costa, yendo haziendo el camino real tiempo, sin que se supiese dél si era muerto
tan grande y hermoso como oy pareçe lo que u vivo. Y tanto hizo que conquistó todos los
dél a quedado; y por todas partes era servido guancabilicas, aunque eran muy guerreros y
y salían con presentes a le servir, aunque, en peleaban por tierra y por mar en balsas desde
algunos lugares afirman que le dieron guerra, Túmbez hasta Guañapi y a Guamo y Manta y
pero no fue parte para quedar sin ser vaçallos a Turuca y a Quisin.
suyos (Cieza 1996 [1551]: 169). Y andando Topa Inga Yupangui conquis-
tando la costa de Manta y la isla de la Puna y
Craig Morris señaló que “las ciudades provin- Túmbez, aportaron allí unos mercaderes, que
ciales Inca no pueden considerarse unidades habían venido por la mar de hacia el poniente
independientes. Eran más bien componentes en balsas, navegando a la vela. De los cuales
de una compleja red urbana, planificada y en se informó de la tierra de donde venían, que

CAROLINA VÍLCHEZ CARRASCO


parte impuesta por el Estado”. Agregó que eran unas islas, llamadas una Auachumbi y
“es evidente que estas ciudades eran claves otra Niñachumbe, adonde había mucha gente
para la administración, comunicación y lo- y oro (Sarmiento de Gamboa 1942 [1572]: 214-
gística; virtualmente la columna vertebral 215; resaltado nuestro).
de un Estado expansivo que superó distan-
cias increíbles sin la ayuda de una tecnología Por otro lado, Cobo nos informa sobre la in-
moderna de transportes y comunicaciones” cursión de Huayna Capac:
(Morris 1980: 140). En tal sentido, el estable-
cimiento de Cabeza de Vaca como capital Acabada esta guerra, bajó el Inca [Guayna Ca-
EL TALLER DE SPONDYLUS...

provincial sin lugar a dudas respondió a los pac] a la costa de la mar, y llegando al valle de
fines estatales. Su posición fue estratégica Túmbiz (que por aquella marina era el úl-
para la avanzada hacia la costa ecuatoriana, timo de su imperio), hallaron muy grandes
la cual no habían logrado integrar del todo al dificultades en dilatarlo por allí, a causa de ser
Tawantinsuyu a la llegada de los españoles. la tierra que adelante se seguía muy fragosa y
Las incursiones incaicas de Túpac Yupanqui de cerrados bosques, ríos y ciénagas; con todo
y de Huayna Capac hacia este territorio han eso, con su animo invencible, procuró pasar
quedado documentadas en las crónicas de adelante. Movió guerra a la isla de la Puna,
408

cuyo señor se decía Tumalá, y a la tierra firme, producción especializada de bienes exóticos
frontera, que es la provincia de Guayaquil, y confeccionados con este bivalvo, desde el
fue muy reñida y porfiada; pero la multitud de período Formativo (3300-300 a. C.) hasta el
los Inca oprimió a los isleños por entonces, si período de Integración (800-1532 d. C.), con
bien [no] mucho después les costó bien caro; lo que se generó un fluido tráfico entre los
porque, en volviéndose a Túmbez el Inca, die- Andes septentrionales y los Andes centrales.
ron los de la Puná sobre el presidio que les ha- En las provincias de Manabí y Guayas son
bía dejado, y los mataron a todos[…] Enojado el numerosos los talleres de conchas que se han
Inca del caso, volvió con extraña furia a la isla identificado en los que la producción de obje-
y hizo en los della crueles castigos…” (Cobo tos se realizó dentro de unidades domésticas
1956-1964 [1653], II: 92; resaltado nuestro). (Carter 2008; Martin y Lara 2009; Masucci
1995). Entre ellos destacan Los Frailes, López
Cieza de León se refiere a estos hechos de la Viejo, Salango, Río Chico y Jatopo en Manabí;
siguiente manera: y El Azúcar, Mar Bravo, Puerto de Chanduy y
Loma Los Cangrejitos en Guayas.
La Puná tenía rezia guerra con Túnbez y el Para el caso del Parque Nacional Machali-
Ynga avía mandado çesar la contienda y que lla en el sur de Manabí, Martin y Lara (2009)
le reçibiesen en la Puná, lo qual Tunbalá sin- realizaron un estudio con la finalidad de ex-
tió mucho porque era señor della; mas no se plorar la relación existente entre la compleji-
atrevió a ponerse contra el Ynga, antes le re- dad social y el surgimiento de mercados regio-
cibió en su ysla y hizo presentes con fingida nales externos. La evidencia les sugiere que la
paz, porque, como salió, procurándolo con los producción de objetos suntuarios fue comple-
naturales de la tierra firme, trataron de matar mentaria a otras estrategias de subsistencia y
muchos orejones con sus capitanes que con no demuestra ninguna asociación en particu-
unas balças yvan a salir a un río para tomar la lar con las élites regionales. Aunque hay un
tierra firme; mas Guaynacapa lo supo y sobre cambio notable en la densidad poblacional
ello hizo lo que yo tengo escrito en la Primera durante el período de Integración, que coin-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Parte en el capítulo [LIII]. Y hecho gran casti- cide con la mayor demanda de parte de los
go y mandando hacer la calçada o paso fuer- centros políticos del norte peruano después
te que llaman de Guaynacapa, bolvió y paró de Moche V, Sicán y Chimú, estos estudiosos
en Túnbez, donde estavan hechos edefiçios y sostienen que la presión de esta industria en el
tenplo del Sol; y vinieron de las comarcas a le desarrollo sociopolítico de los manteños pa-
hazer reverençia con mucha umildad. Fue por rece estar basada en que la disponibilidad de
los valles de los llanos poniéndolos en razón, este recurso durante el período de Integración
repartiéndoles los términos e aguas, mandan- causó crecimientos demográficos al atraer un
do que no se [diesen] guerra y haziendo lo mayor número de unidades domésticas a es-
que en otros lugares se a escrito (Cieza 1996 pacios concentrados donde podían explotar
[1551]: 192-193). esta producción complementaria.
Martin y Lara llaman la atención respecto
La costa ecuatoriana, como fuente provee- a que “los académicos han ligado el desarrollo
dora de spondylus, debía ser un territorio al- de estructuras jerárquicas en el sur de Manabí
tamente pretendido por los incas. Allí, las con el intercambio del spondylus”. Los autores
culturas precolombinas de este litoral ha- señalan como ejemplo que “según Muse, la so-
bían mantenido un lugar exclusivo para la ciedad Manteña tuvo como trasfondo econó-
409
mico la producción de bienes de intercambio ampliamente documentado por la arqueo-
que la condujeron a depender de relaciones logía y la etnohistoria. Aparece por primera
simbióticas”. Asimismo, aseveran que: vez cerca a Valdivia de Real Alto, Ecuador
(3600 a. C.), y su uso se va extendiendo hacia
No todos los investigadores concuerdan en la sierra ecuatoriana, pues en las fases más
que la industria de Spondylus haya ocupado tempranas de Cerro Narrío y Chaullabamba
un papel central en la economía local man- (1800-1100 a. C.) se encuentran las primeras
teña, aunque algunos subrayan que el inter- evidencias de fabricación de figuras, joyería y
cambio de este recurso pudo haber acelerado valvas pulidas (Marcos 2005: 157).
el desarrollo social, al estructurar las institu- El tráfico hacia los Andes centrales se ini-
ciones políticas. Zeidler (1991) por ejemplo, cia al alrededor de 2100 a. C. y se incrementa
constata que el control de este bien pudo ha- progresivamente en el período Formativo Su-
ber contribuido a institucionalizar el estatus perior (400-100 a. C), en el Desarrollo Regio-
de los “grandes hombres” (big men), quienes nal (100-700 a. C.) y en el Imperio Wari (700-
controlaban su comercio desde épocas tan 1000 d. C). A partir de los Estados Regionales
tempranas como Valdivia (3500-1500 a.C.); Tardíos, el uso ceremonial se vuelve intensi-
Marcos (1995), por su parte, argumenta que vo, especialmente en la época Chimú (1000-
el incremento de Spondylus durante los años 1470 d. C.) y, más aún, durante la expansión
más cálidos fomentó la desigualdad social del Tawantinsuyu (1470-1532 d. C.) (Marcos
al reafirmar el conocimiento shamánico de 2005: 157-158).
aquellos individuos que entendían la relación En el área de la costa ecuatoriana com-
de esta coyuntura con la llegada del fenóme- prendida entre el cabo de San Lorenzo y la
no de El Niño. La importancia y la amplia dis- punta de Santa Elena, durante el desarro-
tribución de la concha, muchas veces atribui- llo de Valdivia (3600-3200 a. C.), surgió un
da al movimiento y al control de este recurso, rito propiciatorio de lluvia que involucró
llevó a varios investigadores que trabajaron la asociación del Spondylus prínceps con una
en la región a proponer una amplia categori- trompeta hecha entonces con el Strombus pe-

CAROLINA VÍLCHEZ CARRASCO


zación de las diferentes poblaciones de la cos- ruvianus, que luego fue reemplazado por el
ta ecuatoriana, generalmente designadas bajo Strombus galeatus. Dicho rito de lluvia y ferti-
el nombre de “Liga de Mercaderes Manteños” lidad fue adoptado en el área centroandina y
(Marcos 1977-1978, 1995; Norton 1986). se extendió luego hacia toda el área andina y
Mesoamérica (Marcos 2005: 140).
Alexander Martin indica que el tráfico de Alana Cordy-Collins manifiesta que a lo
spondylus continúa siendo citado por los largo de su prolongado estudio del spondylus
académicos para explicar el desarrollo de la en el Perú prehispánico se presenta un esque-
complejidad social, pero son pocos los estu- ma muy claro. Desde comienzos del período
EL TALLER DE SPONDYLUS...

dios que se han enfocado en analizar de ma- Inicial hasta el final del Horizonte Tardío, esta
nera empírica el tráfico mismo, con lo que se ostra espinosa fue destinada a cuatro fines es-
concluye que la intensidad del tráfico en los pecíficos: (1) ofrenda, entera o en pedazos, en
distintos períodos culturales de Sudamérica peticiones a los dioses; (2) ofrenda funeraria
tiende a ser asumido en vez de demostrado de la élite; (3) joyas y ornamentos para la no-
(Martin 2007: 433-434). bleza; y (4) representaciones en todos los ob-
El uso ceremonial y simbólico de este jetos de las clases altas, incluyendo cerámica,
molusco (asociado también al strombus) está textil y metal (Cordy-Collins 1999: 18).
410

Cabeza de Vaca y este centro administrativo cumplió la función


de puerto de entrada de las conchas y caracolas
el Taller de Spondylus exóticas que llegaban del norte en balsas y se-
guían hacia el sur en recuas de llamas.
Las excavaciones arqueológicas de 2011
Ubicado en el extremo noreste de la Zona se practicaron en un área de 112 metros cua-
Arqueológica Monumental Cabeza de Vaca, drados. Considerando que el espacio ocupa-
dentro de la Poligonal de Intangibilización do por este taller se encuentra actualmente
Sector A delimitada por el Ministerio de Cul- poblado, se decidió excavar en el patio del
tura, aproximadamente a 550 metros hacia el actual Gabinete Arqueológico Conchales, es-
este de la Huaca del Sol, el Taller de Spondylus pacio que pertenece al Ministerio de Cultura,
es una estructura identificada como el Tem- debido a que fue identificado por los estu-
plo del Sol del antiguo centro administrativo diosos locales Puell y Pérez Saavedra (2011)
de Cabeza de Vaca. como el área central del taller. Ellos además
El taller se emplazó en la cima de una afirman que en el interior de varias viviendas
de las colinas sobre las que se extendió el vecinas se han encontrado muros de adobe y
antiguo núcleo urbano de Cabeza de Vaca y material malacológico en proceso de trabajo.
abarcó un área aproximada de 10 000 metros Las excavaciones practicadas permitieron
cuadrados. En su superficie todavía pueden la recuperación de 57 783 gramos de material
observarse fragmentos y astillas de spondylus, malacológico pertenecientes a 14 especies,
pese al impacto sufrido por el actual creci- entre las que se encontraban Anadara tubercu-
miento demográfico. losa, Chione subrugosa, Dosinia sp, Donax sp, Os-
Este taller fue reportado por primera vez tra sp, Tagelus peruanus, Rhinocoryne humboldti,
por Federico Kauffman Doig (1987), quien Olivela columellaris, Protothaca thaca y otras. No
tuvo acceso a la colección de Ricardo Pérez obstante, solo fueron trabajadas el Spondylus
Saavedra. Manuel Peña Ruiz (1992) intentó prínceps, el Spondylus calcifer, la Anadara gran-
reconstruir el proceso de elaboración de las dis y la Pinctada mazatlantica. Se recuperaron
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

figuritas a partir del análisis de una colección 60 instrumentos líticos, entre cantos rodados
recuperada del intenso saqueo que sufrió el y piedra pizarra, que fueron utilizados como
sitio después de las lluvias producidas por el percutores, pulidores, cortadores y yunques;
fenómeno de El Niño de 1983. 69 cuarzos cristalinos y 2 microtaladros de
Sobre esta misma colección, Anne-Marie cuarzo lechoso, muy parecidos a los encon-
Hocquenghem y Manuel Peña Ruiz (1994: 218- trados en los talleres ecuatorianos (Moore y
222) proponen la cadena operativa e identifi- Vílchez 2016; Vílchez 2013).
can la materia prima y los instrumentos líticos El 96.8 % del total de especímenes regis-
que fueron utilizados en el proceso. Además, trados corresponden a Spondylus prínceps y
describen la iconografía y señalan que, aun- Spondylus calcifer:
que presentan cierta estilización, permiten
reconocer la especie y resaltan la ausencia de • Spondylus (cantidad: 110 196; peso: 51 824
representaciones míticas. Estos investigadores gramos)
sostienen que el incremento de spondylus en • Pinctada mazatlantica (cantidad: 9 480;
el período Intermedio Tardío se habría visto peso: 2 838.9 gramos)
motivado por el control del camino terrestre y • Anadara grandis (cantidad: 17; peso: 398
su terminal en Cabeza de Vaca. Proponen que gramos)
411
Según el proceso de trabajo, el material recu- geométricas se encuentran como incrusta-
perado fue clasificado en este orden: valvas ciones en objetos hechos de madera, cerámi-
completas, fragmentos de charnela corta- ca y metal. Las figuritas antropomorfas y de
da, bordes cortados, fragmentos de espinas, llamas se reportan en contextos funerarios,
fragmentos de corteza, fragmentos blancos, incluso en los santuarios de altura del área
preformas planas, objetos preculminados, centro y sur andina. Sin embargo, a la fecha
preformas de cuentas y objetos terminados, no se conoce de contextos arqueológicos don-
ya sea cuentas o figuritas. de se hayan encontrado las figuritas que re-
En el Taller de Spondylus de Cabeza de presentan aves, peces, perros, conchas, granos
Vaca, se ha reportado la elaboración de cuen- de maíz, frejoles, habas y cántaros.
tas y figuras geométricas, así como de bellas Como se ha mencionado, la producción
y diminutas figuritas de seres humanos, ani- de este taller fue a gran escala. Siendo cono-
males y vegetales, cuyo tamaño generalmen- cida la alta valoración que tuvo el spondylus
te oscila entre 1 a 3 centímetros, llegando en en el área andina, puede afirmarse que las
algunos pocos casos hasta los 10 centímetros. cuentas y figuritas confeccionadas con este
Las cuentas tienen una amplia distribución molusco tuvieron también esta misma con-
en los contextos arqueológicos; las figuritas notación. Es probable que las figuritas con

CAROLINA VÍLCHEZ CARRASCO


EL TALLER DE SPONDYLUS...

foto 2.
Figuritas
diminutas de
aves, peces
y conchas
confeccio-
nadas en
spondylus.
412

representaciones de aves, peces, conchas,


cántaros, frejoles, habas y otras, hayan sido
utilizadas en ritos ofrecidos a las fuentes de
agua (mar, ríos, lagos y lagunas), lo que expli-
foto 3 .
caría por qué no se ha registrado su hallazgo
Figuritas
en contextos arqueológicos. diminutas
Los fechados obtenidos mediante data- de frejoles
ción radiocarbónica señalan que el TSCV es- y habas
tuvo en actividad entre los años 1450 y 1575 confeccionadas
d. C. Esto confirmaría su funcionamiento en spondylus.
durante la época incaica y su continuidad
hasta la época colonial temprana, y lo erigiría
hasta el momento como el único taller mala-
cológico asociado directamente al Horizonte
Tardío.
El TSCV muestra características sustan-
cialmente diferentes a los talleres identifica-
dos en la costa ecuatoriana. Mientras estos
funcionaron en unidades domésticas (Carter
2008; Guinea 2006; Martin y Lara 2009; Ma-
succi 1995) y no parecerían mostrar ninguna
relación con las élites (Martin y Lara 2009),
en Cabeza de Vaca el centro de producción
foto 4 .
funcionó en un espacio en el que no hay evi- Figuritas
dencias de actividad doméstica alguna y que, geométricas
además, fue planificado y construido exprofe- confeccio-
samente para ello dentro del sector del núcleo nadas en
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

urbano en el que se instalaron otros talleres. spondylus.


En el taller de spondylus reportado en
Pampa Grande, Lambayeque (Shimada 1994),
se encontraron 32 valvas completas y cientos
de espinas, astillas y piezas aproximadamen- confeccionados con spondylus, siendo el taller
te trapezoidales, un canto ovoidal con hue- de Cabeza de Vaca un intento de los incas por
llas de uso y fragmentos de vasijas de cuello tener no solo el control del ingreso de este
constreñido. Aunque presenta algunas ca- valioso molusco hacia el Tawantinsuyu, sino
racterísticas similares al de Cabeza de Vaca, también de participar directamente en la
como su funcionamiento en áreas destinadas confección de objetos suntuosos de alto valor
a la producción artesanal sin evidencia de ritual y simbólico.
actividad doméstica, este taller pertenece a la Al parecer, dentro de la trama urbana dise-
fase Moche V. No se tienen noticias de talle- ñada por los cusqueños en Cabeza de Vaca, los
res similares en el área centro andina. talleres ocuparon espacios importantes, pues
Pareciera que las sociedades de la cos- su construcción habría sido planificada según
ta ecuatoriana tuvieron exclusividad en la los objetivos estatales que tuvieron los incas
producción especializada de bienes exóticos al incorporar a sus dominios a esta región.
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De Chincha a Manta
a rumbo de guare:
el abastecimiento
de spondylus a larga
distancia durante
la época Inca
SERGIO BARRAZA LESCANO La gran valoración social y ritual que las valvas de mu-
llu (Spondylus sp.) gozaron entre las poblaciones andi-
PROYECTO QHAPAQ ÑAN, PERÚ
nas prehispánicas desde, por lo menos, el período Ho-
rizonte Temprano (1200-200 a.C.) ha sido resaltada por
diversos investigadores durante los últimos cincuenta
años. En ocasiones, los estudios sobre esta temática se
focalizaron en enfatizar el origen ecuatorial de dicha
especie, explayándose en la descripción de sus carac-
terísticas biológicas y su hábitat natural. Asimismo,
resaltaron su importante simbolismo, vinculado a
prácticas propiciatorias de lluvias (v. g. Cordy-Collins
et al. 1999; Marcos 1977-1978, 2002; Murra 1975; Paul-
sen 1974; Pillsbury 1996); hallazgos arqueológicos y
representaciones iconográficas fueron empleados a
menudo como evidencia de la profundidad histórica de
su uso ritual. En otros casos, el interés estuvo dirigido
a identificar los centros de extracción o procesamiento
de las preciadas valvas y sus rutas de ingreso hacia los
Andes centrales (v. g. Currie 1995; Hocquenghem 1993,
2010; Marcos y Norton 1981; Martin 2010; Norton 1986;
Vílchez 2013).
Desde el campo de la Etnohistoria, noticias pun-
tuales registradas en las crónicas indianas y docu-
mentos burocráticos de los siglos XVI y XVII vinieron
a respaldar la existencia de un antiguo sistema de
intercambio de spondylus; entre todas estas fuentes,
destacan dos recurrentemente citadas por los especia-
listas. La primera de ellas es la Relación de los primeros
descubrimientos de Francisco Pizarro y Diego de Almagro
redactada en 1526 por Juan de Sámano, secretario del
rey Carlos V, a partir de testimonios tempranos pro-
cedentes del Perú; en esta relación se ofrecen noticias
sobre la famosa balsa de mercaderes de Salangone (en
la actual costa central ecuatoriana) encontrada por el
piloto Bartolomé Ruiz durante la segunda expedición
dirigida por Francisco Pizarro a Sudamérica (Fernán-
dez et al. 1844: 193-201).
418

La segunda fuente corresponde al denomina- El intercambio


do Aviso del modo que había en el Gobierno de
los Indios…, un documento escrito alrededor marítimo chinchano
del año 1570 por un autor desconocido en el
que se anota información sobre la presencia puesto en debate
de mercaderes en el antiguo señorío de Chin-
cha (Rostworowski 1970). El hallazgo de este
manuscrito en la Biblioteca del Palacio Real Como ya lo hemos adelantado, el modelo
de Madrid, durante la segunda mitad del siglo de intercambio marítimo a larga distancia
pasado, y su posterior difusión y análisis en planteado por Rostworowski supone un
los trabajos de María Rostworowski, estimu- contacto permanente entre los mercaderes
ló en gran medida el interés por el estudio chinchanos y aquellos provenientes de las
de las rutas de intercambio marítimo en el provincias ecuatorianas del Guayas y Mana-
Pacífico prehispánico, particularmente aque- bí, adscritos a menudo a la sociedad Mante-
llas vinculadas a la circulación del spondylus. ña-Huancavilca (Espinoza 1987, I: 131-135),
De acuerdo a la interpretación inicialmente quienes habrían abastecido al Tawantinsuyu
postulada por Rostworowski, los “tratantes” no solo de las valvas de spondylus (en sus dos
chinchanos habrían participado activamente variedades princeps y calcifer) sino también de
en un fluido tráfico marítimo de mullu prove- caracolas Strombus galeatus empleadas como
niente de la costa occidental ecuatoriana, el trompetas (guayllaquipas), chaquiras de oro,
cual era permutado por recursos procedentes esmeraldas, ámbar, palos de balsa (Ochroma
de los Andes centrales, particularmente por lagopus) y cañas de Guayaquil (Guadua an-
cobre. gustifolia) utilizadas en las construcciones.
Si bien durante las últimas décadas un im- Las poblaciones norteñas, por su parte, se
portante número de estudiosos adoptó abier- veían beneficiadas con la llegada de impor-
tamente la hipotética red de tráfico propuesta tantes cantidades de cobre arsenical (bajo la
por Rostworowski, sus planteamientos no forma de lingotes conocidos como “naipes”),
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

han estado exentos de cuestionamientos (v. g. obsidiana y textiles elaborados con fibra de
Caillavet 2000: 92-93; Curatola 1997: 225-226; camélido.
Hocquenghem 1993: 703-707; Ramírez 1982: Pese a la aparente solidez de este modelo,
129-132; Topic 2013: 349-350). En las siguien- la participación chinchana en esta red de in-
tes páginas abordaremos algunos aspectos de tercambio marítimo ha sido cuestionada du-
esta problemática, intentando esclarecer el lu- rante las últimas décadas a partir de argumen-
gar ocupado por el señorío de Chincha dentro tos bastante lógicos que, en líneas generales,
del intercambio de spondylus. se encuentran sustentados en los siguientes
tres puntos:

• La carencia que la sociedad chincha tenía


de fuentes de madera, específicamente de
palo de balsa (Ochroma lagopus), que per-
mitiera la elaboración de embarcaciones
capaces de realizar largos viajes oceánicos
entre la costa central peruana y el golfo de
Guayaquil o Manta (Szasdi 1984: 97).
419
• La dificultad que habrían tenido los balse- truyendo pequeños barcos “empleando en
ros chinchanos o manteño-huancavilcas ellos la madera de espino, que producen aque-
para navegar de norte a sur, e introducir el llos montes. Es pesada, muy fuerte, dura y tan
spondylus a los Andes centrales, debido a la cerrada de poros, que el clavo que una vez en-
presencia de la corriente marina de Hum- tra en ella, se rompe antes de volver a salir; está
boldt y a los vientos del sur (Hocquenghem muy sujeta a rajarse” (Juan y Ulloa 1826: 68).
1993: 707; Szasdi 1984: 97; Topic 2013: 349). Como ya lo hemos señalado, la factibili-
dad de realizar viajes desde el área en que se
• La escasa aparición de restos de spondylus o recolectaba el spondylus (en mar ecuatorial)
artefactos de este material en las coleccio- hasta las costas de Chincha, teniendo en con-
nes arqueológicas recuperadas en la región tra la corriente marina de Humboldt y los
de Chincha (Hocquenghem 1993: 706). vientos del sur, es otro de los aspectos que
resulta problemático para el intercambio ma-
Estas argumentaciones, sin embargo, se en- rítimo a larga distancia. Diversos investigado-
cuentran lejos de ser concluyentes. Las carac- res (v. g. Alcina et al. 1987: 68; Caillavet 2000:
terísticas medioambientales de la región de 93; Hocquenghem 1993: 707) han expresado
Chincha y los registros históricos disponibles su escepticismo ante la posibilidad de que ma-
indican que, efectivamente, los pobladores rinos prehispánicos, con el tipo de balsas que
locales carecían de los livianos troncos de la abordaban, hubieran podido navegar de norte
especie Ochroma lagopus (propia de bosques a sur. Esta situación, tempranamente recono-
húmedos tropicales) que pudieran emplear cida por los conquistadores españoles, fue re-
para la confección de balsas. No obstante, portada a mediados del siglo XVI por Pascual
contaban con otra especie que, aunque me- de Andagoya en los siguientes términos:
nos óptima para la navegación, suplía la fal-
ta del palo de balsa, nos referimos al espino En esta mar del sur ay muchas corrientes a
(Acacia macracantha). cuya cabsa esta costa no se puede navegar syno
Sin lugar a dudas, fue con madera de espi- es junto a tierra sino es con dylacion y ansi se
no que en 1537 el adelantado Diego de Alma- corre la costa surgiendo cada tarde y casi con
gro y el tesorero Manuel de Espinal construye- mareas porque hay muchas puntas que no
ron una balsa destinada a trasladar despachos, puede el viento contra la corriente… La buena
cartas, oro y plata desde Chincha hasta la ciu- navegación desde Panamá al Pirú o a Nycara-
dad de Panamá, esto en el marco de las guerras gua es desde enero hasta mayo que es el tiem- SERGIO BARRAZA
civiles entre los conquistadores (Espinal 1865 po que andar el norte y el nordeste y para vol-
[1538]: 167, 180); asimismo, es muy probable ver hasta Paita y aún hasta Puerto Viejo todo el
que con este material hubiera sido confeccio- año sur (Andagoya 1993 [1541]: 178).
nado el navío que en 1557 poseía el curaca
de Chincha, con el cual su maestre de navío Estas dificultades, sin embargo, no consti-
Esteban Iriarte transportaba mangles desde tuían necesariamente un impedimento para
DE CHINCHA A MANTA...

Guayaquil hasta Lima (Rostworowski 2005: la navegación marítima, la programación de


111; Szaszdi 1988: 40, nota 56). los viajes aprovechando las temporadas y
Ya en el siglo XVIII, en el marco de su ex- horas del día favorables y el desplazamiento
pedición científica, los humanistas españoles próximo a las costas permitían efectuar las
Jorge Juan y Antonio de Ulloa pudieron cons- travesías (Caillavet 2000: 94). Por consiguien-
tatar que en Chincha aún se continuaba cons- te, no debemos descartar que fuera el cabota-
420

foto 1.
Paqcha ceremonial
Chimú y valva de
spondylus procedentes
de la localidad de
San Miguel de Acos,
en la sierra central
de Huaral (Qhapaq
Ñan – Sede Nacional,
Ministerio de Cultura
(foto por Edwin Rivera
Camacho).

je, caleteando desde puertos intermedios de dores chimúes, asentados en tiempos incaicos
desembarco hacia pequeñas caletas, el siste- a lo largo de la costa central y sur peruana en
ma que hubiera primado en la distribución calidad de mitmas, hubieran participado en el
marítima del spondylus. Asumiendo que la transporte marítimo de las valvas de spondylus
navegación se efectuaba en las cercanías de desde los puertos principales en los que eran
la línea costera, el transporte también podría desembarcadas hacia caletas y el interior de
haberse realizado en embarcaciones menores los valles (en el marco de intercambios trans-
confeccionadas con fibras vegetales (“caballi- versales costa-sierra). Siguiendo esta idea, re-
tos de totora”), como lo sugieren algunas re- sulta bastante diagnóstico el hallazgo de una
presentaciones escultóricas de cerámica de la paqcha de cerámica estilo Chimú Negro Pulido
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

costa central y norcentral peruana asignables y una valva de spondylus en el distrito de San
a los inicios del Horizonte Medio (c. 650 d.C.) Miguel de Acos, en la sierra de Huaral (foto 1).
y al Horizonte Tardío (1470-1532 d.C.). La vasija lleva la representación de un pesca-
En otro lugar (Barraza 2014) hemos pos- dor transportando la valorada valva de aguas
tulado la posibilidad de que grupos de pesca- ecuatoriales.1

1 Estos hallazgos, que for- qué modo podría haberse 1989: 272). De otro lado, es atados con sogas y con-
man parte de una colección difundido el culto a la oportuno mencionar que teniendo ceramios negros
local, fueron registrados diosa de los pescadores durante sus excavacio- del tipo norteño “Chimú”,
por miembros del Proyecto de Pachacamac, Chincha nes en Chichacara, sitio pueden indicar entierros
Qhapaq Ñan del Ministerio y Pisco, denominada localizado en las serranías secundarios de “mercade-
de Cultura durante las sa- Urpay Huachac, en las de Chilca, Fréderic Engel res” transeúntes que hayan
lidas de campo efectuadas serranías de Cajatambo descubrió algunos fardos [sic: habrían] muerto en el
en el año 2004 (Ausejo (específicamente en el funerarios que identificó camino. Uno de los fardo[s]
2005: 84). La participación pueblo de Mangas) según como correspondientes contenía una pequeña
de los pescadores en la fuera reportado en el siglo a mercaderes debido al balanza compuesta por
introducción del spondylus XVII por los extirpadores tipo de asociaciones que dos canastas de algodón
hacia el interior de los de idolatrías que visitaron presentaban. Al respecto, suspendidas de un madero”
valles permitiría explicar de la región (Rostworowski escribió: “Algunos fardos (Engel 1987: 163).
421
De otro lado, según lo anotara en la segunda viento contrario, lo mismo que las de quilla y
década del siglo XIX el piloto de la Real Ar- va segura en la dirección que se le quiere dar,
mada española Andrés Baleato, parafrasean- de la que discrepa muy poco, lo que se logra
do una descripción más antigua de los expe- con distinto artificio que el del timón, y se re-
dicionarios Jorge Juan y Antonio de Ulloa, duce á unos tablones de 3 á 4 varas de largo y
los navegantes prehispánicos contaban con media de ancho, que nombran guares, los que
un accesorio de sus balsas que les permitía se acomodan verticalmente en la parte poste-
navegar a contra viento: los guares, también rior ó popa y en la anterior ó de proa, calándo-
conocidos como guaras, orzas o tablones de los por entre los palos de que se forma la balsa,
quilla (figura 1).2 Baleato describiría estos ins- para cuyo medio y el de ahondar unos en el
trumentos con las siguientes palabras: agua y sacar alguna cosa otros se consigue que
orce, arribe, vire por avante ó por redondo y se
Lo más particular de esta embarcación [bal- mantenga á la capa, según conviene (Baleato
sa de Guayaquil] es que navega y bordea con 1820: 77).

figura 1.
Balsa de
Guayaquil y
detalle del SERGIO BARRAZA
empleo de
guares (Juan
y Ulloa 1748:
lámina XI).
DE CHINCHA A MANTA...

2 Si bien los guares ante una corriente marina que las balsas provistas de a remos para surcar los
constituyen un implemento particularmente fuerte velas y estos tablones de ríos próximos al litoral; así
exitoso para timonear y vientos desfavorables, quilla no eran empleadas lo constató el geógrafo
las balsas en el océano, resultaría infructuoso cual- exclusivamente para los español Dionisio de Alcedo
aprovechando el viento quier intento de navegar a viajes marítimos, podían y Herrera a mediados
mediante el uso de velas, contra viento (Buse 1973: acondicionarse convirtién- del siglo XVIII (Alcedo y
no es menos cierto que 250). Es oportuno precisar dolas en embarcaciones Herrera 1741: 44).
422

La presencia chinchana (2) Si los contactos fueron limitados al comer-


cio e involucraron materias primas principal-
en las rutas del spondylus mente, éstas no serían fácilmente detectadas
en las distribuciones de artefactos en general,
provenientes sobre todo de las recolecciones
Con referencia al tercero de los argumentos superficiales. Sería necesario localizar los ta-
señalados, coincidimos con algunos investi- lleres donde la materia prima se convertía en
gadores (v. g. Hocquenghem 1993: 706; Mo- artefactos, o los depósitos de materias impor-
rris y Santillana 2007: 136; Nigra et al. 2014: tadas […] (Morris 1997: 109).
44) al afirmar que en la región de Chincha
han sido escasos los reportes de hallazgos de Esta última sugerencia de Morris, sin embar-
spondylus o de artefactos elaborados a partir go, podría resultar infructuosa si se contem-
de esta valva. Podemos mencionar una doce- pla la posible inexistencia de grandes talleres
na de valvas recuperadas formando parte de o áreas de almacenamiento destinadas al
las asociaciones de tumbas pertenecientes al acopio de spondylus en Chincha. Al respecto,
Horizonte Tardío excavadas por Max Uhle es pertinente mencionar la situación obser-
en el sitio Pampa de Canelos (frente al sitio vada en Lurín, otro valle de la costa central
La Centinela), además de algunas cuentas peruana que también cuenta con referencias
laminares de forma rectangular ligeramente etnohistóricas sobre la presencia de antiguos
redondeada y sartas de diminutas cuentas mercaderes y pescadores (del poblado coste-
circulares procedentes de estos mismos con- ño de Quilcay) que en ocasiones se moviliza-
textos funerarios (Garaventa 1979: 224; Kroe- ban hasta el golfo de Guayaquil (Pizarro 1986
ber y Strong 1924a: 30 y 46, lámina 15); una [1571]: 58; Rostworowski 2005: 125). Aquí, los
cuenta circular y dos fragmentos de espinas restos de mullu en proceso de transformación
sin trabajar provenientes del sitio Lo Demás recuperados arqueológicamente no provie-
(Sandweiss 1989, I: 362, 366), y una figurina nen de instalaciones formalmente configura-
femenina descubierta recientemente en La das como talleres sino de espacios domésticos
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Centinela (Luján 2011: 497, figura 4a). o multifuncionales localizados dentro de


Consciente de esta situación, Craig Mo- conjuntos residenciales de élite correspon-
rris escribiría a fines del siglo pasado: dientes a los períodos prehispánicos tardíos;
hallazgos de este tipo han sido efectuados al
[…] ni los reconocimientos ni las pequeñas interior de la Pirámide con Rampa N° 2 de
excavaciones de prueba en tres sitios, ni aún Pachacamac (Rodrígues 1998: 77) y en un re-
los estudios del material de Uhle reportados cinto perteneciente al Sector IV-2 de Pueblo
por Rowe y Menzel, muestran una evidencia Viejo-Pucará, sitio localizado en las lomas de
concluyente de estrechos lazos con la región Lurín. Estas evidencias, antes que una produc-
ecuatoriana. Un pequeño número de artefac- ción intensiva de artefactos de spondylus, pa-
tos de concha Spondylus han sido encontrados, recerían reflejar la manufactura a tiempo par-
pero no en cantidades que se puedan conside- cial de un reducido número de estos bienes.
rar excepcionales, tomando en cuenta la im- El limitado número de hallazgos, en todo
portancia del material [spondylus] a lo largo de caso, podría constituir una evidencia nega-
los Andes centrales. Hay que tener presente tiva a la pretendida participación de merca-
dos puntos: (1) La muestra es todavía dema- deres chinchanos en el tráfico de spondylus
siado pequeña y desigual para ser indicativa. solamente si asumimos que la redistribución
423
del recurso era efectuada tomando como eje Como ya ha sido sugerido por Lydia Fossa
referencial el valle de Chincha, en donde de- (2006: 250), parte del territorio gobernado
bía localizarse un “puerto de intercambio” por el cacique Mayçabilica o Maizabilica
(Morris 1997: 112). Es decir, siguiendo la (también registrado en otras fuentes como
modalidad de intercambio denominada por Mayçabilca, Maycavilca, Mayabilca, Maia-
Colin Renfrew central place redistribution (Ren- billa y Maricavilica) podría corresponder al
frew 1975: 42). actual distrito de Marcavelica, ubicado en la
Si bien Alexander Martin (2007: 440-451) provincia piurana de Sullana. La identifica-
ha propuesto la existencia de este tipo de or- ción de este noble indígena como “cacique
ganización centralizada en el área estudiada, de Chincha”, por su parte, ha sido explicada a
ello a partir de la comparación sistemática partir de la existencia de un poblado indígena
de las densidades de spondylus recuperadas colonial denominado Chinchachara (César
en distintos sitios arqueológicos del área an- Astuhuamán Gonzáles. Comunicación per-
dina, existen algunas fuentes históricas que sonal, 2014) que se localizaba en la sierra de
sugieren una participación descentralizada Piura, en la antigua provincia de Caxas (Astu-
de agentes chinchanos en la redistribución huamán 2008: 176-179).
de estas valvas y, en general, en la organiza- Existen, no obstante, algunos problemas
ción de la producción de artefactos de mullu. con esta última interpretación. A la notoria
Una de estas fuentes data de 1545, se trata del distancia existente entre el área de Pohechos,
testamento de Martinillo, uno de los indios donde gobernaba Mayçabilica3, y la región
intérpretes recogido por Francisco Pizarro en de Caxas, debemos añadir que, de acuerdo a
la región piurana de Pohechos, en la cuenca información transmitida por el cronista Juan
del río Chira, durante su segundo viaje de de Betanzos (2004 [1551]: 307), en los domi-
descubrimiento (1526-1527). En el aludido nios de este cacique residían grupos mitmas4;
documento, el lenguaraz declara que es decir, se trataba de una población ajena a
la región de Piura. De otro lado, el hecho que
[…] a el tiempo que el gobernador don Fran- Mayçabilica compartiera su jurisdicción con
cisco Piçarro vino a descubrir estos rreynos[,] otro curaca que entregó a Francisco Pizarro
Mayçabilica cacique de Chincha dio a el di- otro de sus intérpretes, el huancavilca Felipi-
cho marqués y gobernador que esta en gloria llo (Cieza 1987 [1551]: 68), quien era natural
por lengua a my el dicho don Martín[,] para la de la isla Puná, abre la posibilidad de que se
conquista destos reynos[,] como my señor y tratara de un poblado multiétnico. SERGIO BARRAZA
caçique y my tío que era y el dicho don Fran- Contamos, además, con el testimonio del
cisco Piçarro me recibió y llevó consigo a Es- soldado Diego Zapata, recogido en 1566 como
paña (Romero 1943: 131; resaltado nuestro). parte de la Información de los méritos y servicios
DE CHINCHA A MANTA...

3 El cronista Pedro Maycauilca porque por una lista de caciques y Tordesillas 1601: 226) como
de Cieza dejó escrito: baxo del valle estaba un repartimientos norteños gobernante de cien indios
“Saliendo de Solana principal, o señor llamado elaborada en 1548 se mitmas (Hocquenghem
[actual Sullana] se llega a deste nombre” (Cieza 1995 registra al cacique Maia- 1994: 38-39, nota 27).
Pocheos [sic: Pohechos] [1553]: 186-187). billa (probable variante
que está sobre el río de Mayabilca, un nombre
llamado también Pocheos, 4 Anne-Marie Hocquen- alterno de Pohechos
aunque algunos les llaman ghem informa que en consignado en Herrera y
424

de don Martín Pizarro, nombre que adoptó el Ala o Serrán (Hocquenghem 1994: 30; Rodrí-
lenguaraz Martinillo en reconocimiento a su guez y Olaya 2003: 35).
cercanía con la familia Pizarro. En dicho docu- Por otra parte, la presencia de estos mitmas
mento, Zapata declara que “conoció al dicho en territorio piurano podría guardar relación
don Martyn Piçarro y save que fue yndio na- con los grandes desplazamientos que el Señor
tural del Perú y a lo que se acuerda del valle de Chincha solía efectuar, sentado en andas,
de Chincha que está en cabeça de Su Majes- junto al propio Inca hacia el norte del Chin-
tad” (Busto 1981: 323, nota 9; resaltado nues- chaysuyu. A través del cronista Pedro Cieza de
tro).5 Esta última frase resulta concluyente. León tenemos conocimiento que “en las gue-
Sabemos que los únicos repartimientos andi- rras que se hizieron en tiempo de Guaynacapa
nos que estuvieron directamente en poder de se halló en las más dellas el señor de Chincha”
la Corona española, es decir que se constitu- (Cieza 1995 [1553]: 220); considerando que
yeron en repartimientos reales “en cabeza de durante el dominio incaico las sociedades
Su Majestad”, fueron el antiguo reino Lupaca costeñas estuvieron prohibidas de contar con
(Chucuito), la isla Puná y el valle de Chincha grupos armados (Zárate 1995 [1555]: 59), sur-
en la costa central peruana (Hampe 1985). ge la interrogante sobre el tipo de apoyo que,
La instalación de mitmas chinchanos y en un contexto bélico, podría haber brindado
huancavilcas en la región de Pohechos cobra el curaca chinchano al monarca cusqueño.6
sentido al prestar atención a la ruta terrestre ¿Se trataba de una colaboración a nivel de
de ingreso del mullu al área andina central intermediación diplomática o de un ejercicio
(figura 2), siguiendo el Qhapaq Ñan desde el de presión económica, aprovechando las re-
Taller de Spondylus de Cabeza de Vaca, en el laciones comerciales que le señorío costeño
distrito tumbesino de Corrales o San Pedro mantenía con las etnias del litoral ecuato-
de los Incas (Vílchez 2013). En Pohechos po- riano? Quizás nunca lleguemos a responder
dría haberse controlado el flujo hacia la sierra con total certeza a esta pregunta; sin embar-
de Piura y el territorio lambayecano tanto go, podemos afirmar, según lo constataron
de valvas completas como de algunos arte- los primeros conquistadores españoles que
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

factos acabados provenientes de los talleres se adentraron en el Tawantinsuyu, que el se-


de Cabeza de Vaca y Rica Playa, este último ñorío de Chincha gozaba de gran fama en te-
localizado en el distrito de San Jacinto, en la rritorio tumbesino (Cieza 1987 [1551]: 62,69)
provincia de Tumbes. Al sur de Pohechos, si- y su gobernante ostentaba el privilegio de
guiendo el Camino Inca, concentraciones im- acompañar al Inca en sus viajes provinciales,
portantes de conchas Spondylus prínceps han tal como quedó evidenciado durante la captu-
sido reportadas en Chillaco, sitio ubicado en ra del Inca Atahualpa en Cajamarca (Pizarro
la margen izquierda del río Chira, y en Juan 1986 [1571]: 37, 39, 222) y lo han resaltado
Velasco II, próximo al antiguo poblado de La recientemente Sandweiss y Reid (2016: 312).

5 Si bien la declaración de f. 7r), guarda particular 6 Carlos A. Romero señaló en el ejército organizado
Zapata resulta imprecisa, importancia ya que viene a a mediados del siglo pasa- por el Inca para combatir
pues por otro testimonio de confirmar la ascendencia do que el cacique Mayça- a Huáscar” (Romero 1943:
1557 sabemos que Martini- chinchana del lenguaraz y bilica “andaba en el real de 126), afirmación que, en
llo había nacido en el valle de la comunidad de mitmas Atahualpa, quizá al frente de nuestro concepto, carece
piurano del Chira (AGI 1573: a la que pertenecía. fuerzas militares chinchanas de respaldo documental.
425
figura 2. Ruta de ingreso del spondylus a la costa norte peruana
Sitios arqueológicos
A Quito
Localidades
Manta
modernas
Portoviejo
Isla de
La Plata
* Dibujo: Fiorella Rojas
Respaldiza.

Fuente: Hocquenghem
1998: 189.

Guayaquil

Océano Pacífico

Isla Puná
Cuenca

Golfo de Guayaquil

Cabeza de Vaca Tumbes

Rica
Playa
Loja

Guineal

SERGIO BARRAZA

Pohechos Olleros
Chillaco Aypate

Salvia

Yapatera
Caxas
Piura La Vieja
DE CHINCHA A MANTA...

Huancabamba
Juan Velasco II

A Chincha A Cusco
0 40 km
426

A la luz de estos datos, resulta llamativo que lizada de agentes chinchanos en la organiza-
si bien se ha reportado el hallazgo de algunas ción de la producción de artefactos de mullu.
piezas de alfarería y metalurgia chinchanas Si bien la fuente no indica explícitamente la
distribuidas a lo largo de la costa peruana, re- presencia de pobladores de Chincha en los
flejando la participación de esta sociedad en territorios arequipeños de Atico y Caravelí, el
un intercambio a escala macro regional (v. g. hecho de que uno de los caciques entrevista-
Heyerdahl et al. 1996: 109, foto 70; Hudtwalcker dos respondiera al nombre de Chincha Pulca
y Pinilla 2005: 15; Muelle 1940: 72-73; Reiss y y que el traductor de la Visita (aparentemente
Stübel 1880-1887: lámina 81, figura 13; lámi- un residente local) tuviera origen chinchano,
na 96, figuras 4 y 6; Tello 1956: 317), el estilo ha llevado a que se sospeche la existencia de
cerámico costeño que mayor difusión tuvo algún tipo de nexo entre estas comunidades y
durante el período Horizonte Tardío, no solo el importante señorío costeño (Galdós 1975-
en localidades del litoral sino también al in- 1976: 71; Rostworowski 2005: 112).
terior de los Andes, fue el Chimú Negro Pulido. Existen, efectivamente, motivos para
Piezas de dicho estilo acompañan a la cerá- pensar que estas poblaciones se encontraban
mica Inca Imperial e Inca Provincial no solo en controladas por élites chinchanas. La Visita
el valle bajo del Chira (Kelley 1971: 15; Ravi- nos informa que en Caravelí existía un “pue-
nes 1986-1987: 63, 75, 82, 85, 117), territorio blo de los mates” que, en tiempos coloniales,
gobernado por el cacique Mayçabilica, sino aún tributaba cada cuatro meses trescientos
también en las regiones de Chincha, Pisco pares de mates pintados (Galdós 1975-1976:
e Ica (Kroeber y Strong 1924a: 16, figura 4a; 75, 80); coincidentemente, según aparece re-
1924b: lámina 39b; Menzel 1966: 115, lámi- gistrado en la crónica del dominico Reginal-
na XV - figuras 66-67; 1976: 77, 236; Menzel y do de Lizárraga, era éste uno de los bienes que
Rowe 1966: 68-69; Morris y Santillana 2007: acostumbraban intercambiar los tratantes de
145) y en la propia isla de La Plata, frente a la Chincha (Lizárraga 2002 [1605]: 134).
costa ecuatoriana de Manabí, donde aparecen De otro lado, resulta particularmente
asociadas a fragmentos de Spondylus prínceps y valiosa la información que Chincha Pulca y
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

tiestos del estilo local Manteño-Huancavilca sus curacas sujetos ofrecen sobre las figurinas
(Marcos 1982: 5; Marcos y Norton 1981: 146). antropomorfas (empleadas en los sacrificios
Por consiguiente, es posible que en el contex- Capacocha) y cuentas de spondylus que solían
to de estos poblados multiétnicos dedicados a producirse para el Inca:
la distribución y procesamiento de spondylus,
los incas hubieran privilegiado el uso de cerá- Yten fueron preguntados de qué cosas y qué tri-
mica de los estilos Chimú y Chimú-Inca.7 butos solyan dar al Ynga e a los demás Señores
La denominada Visita de Atico y Caravelí que an tenido y en que lugar se lo ponían… [di-
realizada en 1549 por órdenes del Presidente jeron] que de los Guancavelicas [Huancavilcas]
don Pedro de la Gasca, es otro de los documen- les traían unas conchas coloradas que llaman
tos que insinúa una participación descentra- mollo y dellas hazian bultos de indios e yndias

7 La cerámica negra pulida frecuentemente adscrita puntual del valle de Chincha, tieron reconocer que el
de pasta fina, ampliamente a los estilos Chimú o excavaciones efectuadas 6 % de la alfarería recupera-
difundida en el territorio Chimú-Inca; sin embargo, en el Sector III (el complejo da correspondió a cerámica
andino durante el periodo espera aún ser estudiada administrativo-religioso inca) negra pulida (Morris y
Horizonte Tardío, ha sido a profundidad. En el caso del sitio La Centinela, permi- Santillana 2007: 145).
427
entretallados y chaquiras y para esto tenían Finalmente, un tercer documento que sugie-
cinquenta indios ordinariamente en el Cuzco re la participación descentralizada de agen-
para labrar esta obra […] (Galdós 1975-1976: 77). tes chinchanos en actividades de intercam-
bio se ve constituido por una cédula firmada
A partir de la lectura de este párrafo puede in- por Francisco Pizarro en Pachacamac el 5
ferirse que, fundamentalmente, eran las valvas de enero de 1534, mediante ella el Marqués
de spondylus las que circulaban por el Tawan- Gobernador concedió a su hermano Hernan-
tinsuyu8 y que los productos finales obtenidos do la encomienda de los indios de Chincha.
a partir de ellas eran elaborados en las proxi- En este documento se puede leer: “[…] por la
midades de sus destinatarios, probablemente presente en nonbre de Su Magestad os en-
debido al riesgo que acarreaba su movilización comiendo el valle de Chincha con todos sus
dada la fragilidad de las piezas. Es más, en las yndios e caçique e prinçipales que le perte-
colecciones arqueológicas conservadas en mu- neçen y son sujetos, con todos sus mitimaes
seos nacionales y extranjeros a menudo encon- y tratantes e plateros que tienen fuera de
tramos piezas escultóricas de cerámica con la su tierra, sujetos y naturales del dicho valle”
representación de los mercaderes encargados (citado en Hampe 1985: 121; el resaltado es
de este transporte (foto 2). En ocasiones, cier- nuestro). Es probable que estos mitmas y tra-
tos elementos diagnósticos exhibidos por los tantes correspondieran a aquellos migrantes
personajes (aros nasales, turbantes, diseños en asentados en poblados multiétnicos simila-
la indumentaria, etcétera) permiten reconocer res al detectado en Pohechos y a mercaderes
la etnia a la que pertenecían estos cargadores. marítimos o terrestres.

foto 2.
Izquierda.- Cántaro Ica-Inca con
representación escultórica de
portador de spondylus huancavilca,
reconocible por su característico
piercing nasal. Procedencia: Ica.
Museo Etnológico de Berlin, VA
50932 (Ethnologisches Museum -
Staatliche Museen zu Berlin, foto por
Ines Seibt). Derecha.- Botella Ica-Inca SERGIO BARRAZA
con representación de portador de
spondylus. Procedencia: desconocida.
Museo de la Nación, Ministerio de
Cultura, MN-03316 (foto por Sergio
Barraza Lescano).
DE CHINCHA A MANTA...

8 De acuerdo al testimonio obtenidos como producto quentezitas muy delicadas los vocabularios quechuas
de Agustín de Zárate, era de la tributación; entre que pareçian a manera y aimaras coloniales con el
“cosa de espanto” constatar estos bienes el cronista de coral…” (Zárate 1995 coral (v. g. Anónimo 1586:
la cantidad de bienes que menciona “unas conchas de [1555]: 86). Indudablemente, G2; Bertonio 1612: 227;
el Inca tenía almacenados la mar coloradas que traían Zárate se refería al mullu, Gonçález Holguín 1608: 245;
en sus depósitos del Cusco, de Túmbez para hazer unas usualmente comparado en Santo Tomás 1560: 153).
428

Los guares, remos y La procedencia exacta de la mayor parte de


estos materiales permanece desconocida; no
balanzas con diseño obstante, sabemos que muchos de ellos fue-
ron recuperados como parte de las asociacio-
distintivo nes de contextos funerarios excavados en los
valles de Pisco e Ica (Buse 1973: 246; Docksta-
der 1967: lámina 162; Kvietok 1987: 247-248;
El hallazgo de largos artefactos de madera Lothrop 1932: plate XIX; Mason 1962: lámina
finamente decorados en diversas localidades 49b). Dwight Wallace reporta algunos de
del departamento de Ica, ha sido reportado estos implementos, a los que denomina “re-
desde las primeras décadas del siglo pasado mos”, aparentemente provenientes de la Ha-
(Farabee 1922: plate 26; Schmidt 1929: 429- cienda Chungas, en el valle de Pisco (Wallace
432).9 Si bien algunos investigadores se han 1971: PV 58-19).
inclinado por identificarlos como instrumen- En el valle de Ica, Max Uhle descubrió
tos agrícolas (v. g. Bonavia 1994: 248; Kvietok artefactos de este tipo al interior de algu-
1987: 259-261; Lanning 1967: 169, plate 15; nas tumbas excavadas en el cementerio de
Menzel 1976: 222), en ocasiones empleados Soniche, identificado por él como el Sitio T
ceremonialmente, y otros vacilan entre ca- (Uhle 1924: 127); según ha sido establecido
racterizarlos como herramientas de labranza por Dorothy Menzel, estos tablones tallados
o navegación (Horkheimer 1973: 31, 66), el aparecerían en los contextos funerarios del
exhaustivo estudio realizado por Hermann sitio, por lo menos, desde la Fase 3 del estilo
Buse sobre el tema le permitió concluir que alfarero Ica (Menzel 1976: 222), que se extien-
se trataría de dos tipos de implementos de de del 1050 al 1200 d.C., correspondiendo
navegación: a) guares o tablones de quilla, parcialmente al período Intermedio Tardío.
constituidos por anchas planchas de made- De las localidades iqueñas de Ocucaje y Ca-
ra de aproximadamente 1.95 metros de lar- llango provienen asimismo algunos remos de
go provistas de una agarradera semicircular guarango; el ejemplar encontrado en Ocucaje
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

simple en su extremo superior, y b) remos o exhibe la representación escultórica de una


zaguales, integrados por una paleta plana y escena de sacrificio humano además de pin-
ancha, un largo astil redondeado y un remate tura roja y amarilla (Sawyer 1968: 100-101);
a modo de contrapeso cuidadosamente deco- el hallado en Callango, en cambio, lleva la
rado que, en conjunto, alcanzan entre 1.50 y representación escultórica de un pelicano
2.50 metros de largo (Buse 1973: 240, 254). (pintado de color amarillo) que sostiene un
Buse confirmaba así la interpretación que so- pescado con el pico (Pezzia 1969: 82-83).
bre estos objetos propusiera algunas décadas Si bien hasta la actualidad no se ha regis-
atrás Samuel Lothrop (1932: 240). trado el hallazgo arqueológico de estos imple-

9 Estos objetos, elabora- rango (Prosopis juliflora), el nacionales (v. g. Museo de de Berlín, American
dos de acuerdo a Kvietok espino (Acacia macracan- Nacional de Arqueología, Museum of Natural History
(1987: 247) con maderas tha) y el calato (Bulnesia Antropología e Historia del y Museum of Primitive Art
disponibles en la costa retama), actualmente Perú y Museo Regional de Nueva York).
peruana como el algarrobo forman parte de las colec- de Ica) y extranjeros (v. g.
(Prosopis pallida), el gua- ciones de diversos museos Museum für Völkerkun-
429
mentos en la región de Chincha, el hecho de Resulta muy sugerente que este diseño apa-
que los valles de Pisco e Ica se localicen dentro rezca también representado en algunos fie-
del área de influencia del señorío de Chincha, les de balanza prehispánicos elaborados en
unido a ciertas afinidades iconográficas que hueso, vinculando de este modo la navega-
presentaremos a continuación, no deja duda ción con el intercambio. Al igual que en el
que, aunque permanecen esquivos para los caso de los guares y remos, desconocemos la
arqueólogos que investigan en el valle, los procedencia exacta de la mayoría de estas
guares y remos también fueron empleados por balanzas. Una de ellas fue reportada a fines
esta sociedad. Uno de los diseños decorativos de la década de 1920 como procedente de
más frecuentemente exhibido por los guares y la región de Ica (Schmidt 1929: 444, foto 4).
remos ha sido descrito por Hans Horkheimer Otro ejemplar fue hallado en 1925 en Huaca
(citado en Buse 1973: 256) como “un triángulo Malena, valle de Asia, formando parte de una
de lados escalonados, de cuyo vértice salen ar- ofrenda del período Horizonte Tardío depo-
cos a la derecha y a la izquierda” (foto 3). sitada al interior de una olla doméstica; jun-

SERGIO BARRAZA

foto 3.
Izquierda: Guare u orza de quilla elaborada de madera y provista de diseños distintivos. Procedencia: Ica;
DE CHINCHA A MANTA...

largo: 1.92 metros. Museum of Primitive Art, New York (pieza completa tomada de Dockstader 1967: lámina
162; detalle tomado de Lavallée y Lumbreras 1985: 377, foto 338). Derecha: Remos de madera con diseños
distintivos. Procedencia: Ica; largo: 2.03 metros. La pieza completa pertenece al Museo Nacional de Arquelogía,
Antropología e Historia del Perú, MO-3709 (Ilmonen y Talvitie 2001: 206, foto 181); el detalle ha sido tomado
de un remo idéntico aunque fragmentado que perteneciera a la Colección Wilhelm Gretzer del Museum für
Völkerkunde de Berlin (Schmidt 1929: foto 430, foto 2).
430

to a este fiel de balanza fueron recuperados las Noticias americanas de Antonio de Ulloa
varios objetos, entre los que se incluían sus (1792) en donde se anota:
dos platillos de plata (uno completo y otro
fragmentado), una diminuta esfera de ámbar, […] en las piezas de la antigüedad se encuentran
otro fiel de balanza pequeño confeccionado balanzas pequeñas, cuyos platos son de plata,
de madera, dos fragmentos de cabeza de tupu y lo mismo la barretilla por donde se suspen-
con la representación escultórica de pesca- de: aquellos no son llanos, sino rematando en
dores sentados en sus “caballitos de totora”, punta al modo de conos al revés. Estas por el
cuatro valvas de Spondylus pictorum y varias tamaño parece que les servían para pesar cosa
hachuelas o tumis de cobre (Hurtado 2000 de oro ó plata, porque para las de otro volumen
[1925]: 149, 157-166). no son suficientes […] (Ulloa 1792: 320).
Una tercera balanza con este diseño fue
hallada durante la década pasada en el sitio La segmentaria información dispersa en las
Tambo de Mora, valle de Chincha, esta vez al fuentes coloniales permite complementar los
interior de un relleno constructivo del perío- datos proporcionados por este documento en
do Inca (José Ismael Alva. Comunicación per- lo que respecta al manejo de las balanzas y las
sonal, 2013). Debemos aclarar que no es este regulaciones del intercambio durante el do-
el único asentamiento chinchano donde se minio incaico. Por una Instrucción redactada
ha reportado el hallazgo de balanzas, aunque en 1561 sabemos que antes de ser conquis-
con otros diseños estructurales y decorativos, tadas por los incas, “algunas comunidades
también han sido encontradas en los sitios de los llanos rescataban oro i plata con los
de La Centinela, Pampa de Canelos, Pampa bastimentos que llevaban a la sierra”, esta si-
de Cotegeros, Las Palmas y el Cementerio de tuación cambió tras la llegada cusqueña con
La Cumbe (Alcalde et al. 2002: 45; Garaventa la disminución de este tipo de transacciones
1979: 224; Hagen y Morris 1998: 158; Kroeber y la generalización de intercambios de “ropa
y Strong 1924a: 38-39). de algodón por [ropa] de lana, o pescado por
A través del Aviso escrito por el año 1570 otras comidas; lo primero se hacía con los
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sabemos que los mercaderes chinchanos “es- principales porque la gente común solo res-
timaban cada peso de oro en más de diez ve- cataua comida por comida” (citado en Ros-
ces el pesso de la plata y tenían sus pesos y pe- tworowski 1989: 286).
sas con que pesaban oro y plata y sus toques10 Al parecer, la élite chinchana fue uno
con sus puntas con que tocaban el oro desde de los grupos que recibió un trato especial
diez quilates hasta veinte y uno y medio” del Inca y podían intercambiar bienes sun-
(citado en Rostworowski 1970: 171), lo que tuarios a grandes distancias, sus mercaderes
evidencia el grado de precisión que poseían “tenían licencia de discurrir por este reino
en su sistema de pesos y la meticulosidad im- con sus mercadurías”, algunas de las cuales
plicada en sus intercambios. De la lectura del (como sus mates) eran muy estimadas hasta
Aviso, asimismo, podemos inferir que estas en la provincia de Chucuito (Lizárraga 2002
pequeñas balanzas eran empleadas principal- [1605]: 134). Al respecto, en el Aviso se indica
10 En el más antiguo
mente para pesar oro y plata, posibilidad que que los chinchanos “con sus compras y ven- diccionario de la lengua
ya ha sido señalada por algunos investiga- tas iban desde Chincha al Cuzco [y] por todo española se explica que
dores contemporáneos (Morris y Santillana el Collao, y otros iban a Quito y a Puerto Vie- “el toque del oro, es
una piedra en la qual se
2007: 157; Rostworowski 1963: 131) y se vería jo, de donde traían mucha chaquira de oro y manifiestan sus quilates”
respaldada por otras fuentes antiguas, como muchas esmeraldas ricas y las vendían a los (Covarrubias 1611: 47).
431
caciques de Ica, que eran mui amigos” (citado como era el caso de Chincha (Alcalde et al.
en Rostworowski 1970: 171). 2002)12, los orfebres debían enviar directa-
Resulta muy interesante que, aunque no mente al Cusco algunos de sus productos (es-
se mencione el spondylus, en el Aviso se alu- pecíficamente las chipanas o brazaletes) “sin
da a la adquisición de chaquira de oro y es- que quedase cosa en poder del curaca, porque
meraldas en territorio manteño (Portoviejo) no podían tener cosa alguna dello si no fue-
pues en esas negociaciones, necesariamente, se dado por el Inga”; añade, asimismo, que el
debieron emplearse las balanzas que venimos monarca cusqueño asignaba a cada provin-
estudiando. No debemos olvidar que entre los cia, entiéndase al curaca que la gobernaba, “la
objetos observados por Bartolomé Ruiz en la cantidad que habían de sacar de oro y plata
balsa de mercaderes de Salangone figuraban por unas pesas que él les daba” (Santillán
“unos pesos chiquitos de pesar oro, como 1879 [1563]: 42, 45).
hechura de romana”11 (Fernández et al. 1844: Es decir, los fieles de balanza eran entre-
197) y que estos tratantes poseían “toque para gados por el propio Inca a los caciques locales
conosçcer el oro é romana para pessarlo é pe- quienes los distribuían entre los plateros y
sar la plata labrada é otros metales” (Fernán- mercaderes sujetos a su autoridad13, proba-
dez de Oviedo 1855 [1549]: 122). blemente no solo para regular los intercam-
El tratamiento especial otorgado a los bios de estos últimos sino también las alea-
mercaderes chinchanos, por otra parte, tam- ciones de los primeros (Rostworowski 1963:
bién podría haber respondido al estableci- 133). La relativa libertad de la que gozaban
miento de un nuevo tipo de relación econó- los mercaderes bajo este régimen se ve refleja-
mica entre el Estado Inca y los especialistas, da en la Relación y descripción de los pueblos del
la cual se veía intermediada por las élites partido de Otavalo escrita en 1582 por Sancho
locales que los administraban. Al respecto, el Paz Ponce de León, donde se precisa que en
licenciado Fernando de Santillán dejó escrito esta localidad anexada al Tawantinsuyu por
que en las provincias donde existían plateros, el Inca Huayna Capac:

11 Pese a las reiteradas en realidad se estuviera vivió ocupado en este 13 El control que los
menciones en las fuentes aludiendo a balanzas ministerio [conversión de caciques tenían sobre las
historiográficas coloniales convencionales con dos los naturales], le ofrecían balanzas y el peso de los
sobre el uso de balanzas platillos o redecillas y un un navío cargado de oro metales se ve reflejado en SERGIO BARRAZA
tipo romanas (con palanca eje central suspendido. y plata, y jamás se pudo la Visita de Jayanca rea-
y pilón o contrapeso) acabar con él recibiese lizada en 1570. En aquella
entre algunos grupos 12 El dominico Reginaldo un grano, y haciéndole ocasión, el cacique princi-
indígenas que habitaban de Lizárraga menciona fuerza los curacas a que pal del pueblo declaró que
Ecuador, Colombia y en su crónica un episodio tomase alguna cosa, jamás cada “dos lunas” él y sus
Venezuela en tiempos que viene a evidenciar lo pudieron acabar con él, principales debían entregar
prehispánicos, hasta la no solo la presencia de ni para sí, ni para la Orden, a su encomendero diez
DE CHINCHA A MANTA...

fecha no se dispone de orfebres en el valle de ni para hombre viviente. tejuelos de oro y barretillas
ningún ejemplar arqueoló- Chincha, sino también la Lo que hizo fue decir a de plata, metales que obte-
gico recuperado científica existencia de embarcacio- los curacas hiciesen un nían por medio de rescate;
o clandestinamente; por nes, oro y plata en poder cáliz de oro para su iglesia, para establecer el peso del
ello, como fuera señalado de sus caciques: “A este como lo hicieron, y fue el oro y plata tributados, el
por Marshall H. Saville religioso [fray Cristóbal primer cáliz que se hizo en cacique contaba con dos
(1925: 281), lo más pro- de Castro], los curacas el Perú…” (Lizárraga 2002 pesas de plomo que fueron
bable es que se trate de del valle de Chincha, [1605]: 102-103). exhibidas a las autoridades
una imprecisión y que donde por la mayor parte (Espinoza 1975: 270-271).
432

foto 4.
Fiel de balanza
elaborado de
hueso, similar a
otros recuperados
en la región de
Chincha, provisto
de diseño distintivo
central. Museo
del Oro (Bogotá),
H00332. Largo: 12.8
centímetros, alto: 1.9
centímetros; ancho:
0.4 centímetros (foto
por Sergio Barraza
Lescano).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

[…] los indios no tenían cosa alguna más de lo peculiar diseño que hemos presentado inte-
que el cacique les quería dejar; de manera que grando parte de la colección del Museo del
era señor de todo lo que los indios poseían y de Oro de Bogotá (foto 4), más aún si tomamos
sus mujeres e hijos e hijas y servíanse de todos en cuenta que casi la totalidad de materiales
ellos como si fueran sus esclavos, excepto de arqueológicos depositados en esta institu-
los indios mercaderes, que estos no servían ción provienen de territorio colombiano.
a sus caciques como los demás, sólo paga- Las intervenciones de conservación mu-
ban tributo de oro y mantas y chaquira de seográfica practicadas a esta pieza han sido
hueso blanco o colorado (Paz Ponce de León publicadas en detalle (Bateman y Martínez
1991 [1582]: 364; resaltado nuestro).14 2006: 74-81); sin embargo, al desconocerse
su lugar de procedencia, a partir de un cri-
En el escenario planteado, en que merca- terio exclusivamente iconográfico (la repre-
14 No está demás aclarar
deres itinerantes respaldados por el Estado sentación de aves estilizadas en la pieza), se
que el “hueso colorado” al
Inca y administrados por la élite chinchana le ha adscrito imprecisamente a la tradición que se alude en el párrafo
tenían libertad para desplazarse a grandes cultural Zenú, desarrollada en las llanuras transcripto corresponde al
mullu, según ha sido expli-
distancias, resulta intrigante constatar la del caribe colombiano (Catalina Bateman. cado por Chantal Caillavet
existencia de un fiel de balanza provisto del Comunicación personal, 2013). (2000: 88).
433
De haber sido hallada en algún punto del a costas colombianas en tiempos prehispá-
territorio colombiano, este fiel de balanza nicos, cabe la posibilidad de que hubiera
constituiría una clara evidencia del radio de sido entregada a los pobladores locales por
acción que podían alcanzar los intercambios tratantes chinchanos u otros intermediarios
chinchanos; es bien sabido que las poblacio- (¿manteños-huancavilcas?) interesados en
nes prehispánicas del Darién colombiano obtener una mayor exactitud y rapidez en los
eran ricas en oro y que los incas tenían acceso intercambios, evitando recurrir a los cálculos
a piedras preciosas extraídas de la provincia aproximados y al regateo.
ecuatoriana de Esmeraldas, limítrofe con Co- Fuera de los guares, remos y fieles de ba-
lombia, en la costa del Pacífico. Por otro lado, lanza, tenemos conocimiento que el diseño
de acuerdo al temprano testimonio del con- escalonado coronado con volutas también
quistador Pascual de Andagoya, los caciques aparece representado en otros artefactos pre-
y mercaderes de la provincia del Birú, loca- hispánicos tardíos provenientes de la costa
lizada en la actual frontera colombiana-pa- peruana: mates pirograbados, cetros de ma-
nameña, tenían amplio conocimiento de la dera tallados y láminas metálicas caladas
existencia de los incas: (de aleación plata-cobre) que posiblemente
formaban parte de tocados, estas últimas per-
[…] en esta provincia [de Birú] supe y uve rela- tenecen a la Colección Soldi (Paloma Manri-
ción ansí de los Señores como de mercaderes e que. Comunicación personal, 2014).
ynterpretes quellos tenyan de toda la costa de Ya hemos indicado que los “mates pinta-
todo lo que después se a visto hasta el Cuzco dos”, es decir pirograbados, figuran entre los
particularmente de cada provincia la manera bienes que solían ser intercambiados por los
y gente della porque estos alcanzavan por bia mercaderes chinchanos; de otro lado, Craig
de mercadurya mucha tierra […] (Andagoya Morris ha sugerido que las prendas confec-
1993 [1541]: 139). cionadas con fibras de camélido también
“pudieron haber sido introducidas en una
Estos mismos informantes podrían haber red de intercambio entre Chincha y el norte”,
transmitido a Andagoya las siguientes noti- recordando además que “la tela destaca pro-
cias sobre los plateros del Inca registradas en minentemente en la carga de la balsa captu-
su Relación: rada por Bartolomé Ruiz” (Morris 1997: 110).
Mencionamos estos bienes buscando resaltar
La gente de aquella tierra [el Tawantinsuyu] que el intercambio de spondylus nunca ocu- SERGIO BARRAZA
[era] de muy gran razón y trato con pesos y rrió aislado, como parecería verse sugerido
medida[s] grandes oficiales de plateros a su cuando el interés del investigador se ve foca-
modo y tenya el Guanacaba tanta policía en lizado exclusivamente en la distribución de
las cosas de plata y oro que le hazian que el la preciada valva, sin prestar atención a los
platero que no le acertava a hazer la [pieza] otros recursos que participaban de la misma
como él la pedía moría por ello (Ibíd.: 156). ruta de tráfico.
DE CHINCHA A MANTA...

Como podemos apreciar, en esta fuente vuel-


ve a quedar evidenciado el estricto control
que el Estado Inca ejercía sobre los plateros
y sobre las balanzas empleadas para pesar
los metales. Si la balanza en cuestión llegó
434

La ruta del spondylus


de Chincha a Huaytará:
Tambo Colorado

En la segunda mitad del siglo pasado, Her-


mann Buse llamó la atención de los investi-
gadores andinistas sobre la existencia de un
friso en el sitio inca de Tambo Colorado, en el
valle de Pisco, que reproducía el mismo dise-
ño escalonado que hemos visto ejecutado so-
bre diversos artefactos (Buse 1973: 255-256).
Este friso arquitectónico (foto 5), ac-
tualmente casi totalmente desaparecido, se
localiza en la esquina suroeste del conjunto
arquitectónico más importante de Tambo
Colorado, el denominado Complejo Pala-
ciego (Morris 2013: 242); su ubicación en el
segundo piso de un recinto le permite gozar
de gran visibilidad desde la plaza principal
adyacente al conjunto. El friso guarda simi-
litud con otro que existió en el sitio de Litar-
do Bajo (figura 3), localizado en el valle de
Chincha, al sur de La Centinela. Este último,
sin embargo, difiere del primero al presentar
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

no solo el diseño escalonado con arcos bi-


furcados que venimos estudiando sino tam-
bién motivos de peces y cruces escalonadas
(Lumbreras 2001: 64; Morris 2013: figuras 27-
28). Dada su cercanía a la línea de playa y la
existencia de un camino que lo conecta con
el litoral, el sitio Litardo Bajo ha sido identi-
ficado por Luis Guillermo Lumbreras como
un poblado donde residían los caciques de
grupos de pescadores (Lumbreras 2001: 58).
Esta propuesta resulta muy sugerente si
consideramos la posible participación de los
pescadores en la distribución del spondylus,
tanto en las caletas menores costeñas como
al interior de los valles.
De otro lado, es importante mencionar
la existencia de una estructura construida
435
con tapia al oriente del Complejo Palaciego,
foto 5. esto debido a que, según fuera indicado por
Arriba.- Complejo Palaciego Morris (2013: 243), guarda gran similitud
en Tambo Colorado, valle de con algunas estructuras del valle de Chincha.
Pisco; puede observarse el Esta situación no debería extrañar si como lo
recinto provisto de frisos con
diseños distintivos en la esquina
sostuvo Fréderic Engel, grupos iqueño-chin-
suroeste del conjunto. Maqueta chanos participaron en la construcción del
elaborada por Luis Ccosi Salas asentamiento (Engel 2010: 45), lo que habría
que estuviera expuesta en el quedado evidenciado en los tiestos pertene-
antiguo Museo Nacional de cientes a ambos estilos esparcidos por el sitio.
Antropología y Arqueología de
Lima (Horkheimer y Kauffmann
Pero no es solo el diseño del friso lo que
1965: 27). Abajo, izquierda.- vincula a Tambo Colorado con los imple-
Vista general de los frisos en el mentos de navegación y, más generalmente,
muro norte del mismo recinto, con el intercambio de spondylus, también
fotografía tomada en 1959 lo hace otro componente decorativo que
(Colección Fotográfica Luis
E. Valcárcel del Ministerio
Jean-Pierre Protzen y Craig Morris (2013: 274)
de Cultura, TC-027). Abajo, han denominado “enrejados” (latticework) y
derecha.- Detalle de frisos en que, de acuerdo al primero de ellos (Protzen
el muro sur del mismo recinto, 2008: 230), se encontraría vinculado a una
dando vista a la plaza principal tradición arquitectónica norteña claramente
de Tambo Colorado; fotografía
N° 1259 tomada por Max Uhle
expresada en Chan Chan. Este tipo de diseño
en 1901. The Phoebe Apperson puede ser observado en el remate de un remo
Hearst Museum of Anthropology, de madera tallada proveniente de Ocucaje, en
University of California, Berkeley Ica (Sawyer 1968: foto 770).
(Morris 2004: figura 13) ¿Cuál fue el papel desempeñado por Tam-
bo Colorado en la interacción entre las élites
chinchanas y cusqueñas?, ¿fue el tramo Vil-
cashuamán-La Centinela (Chincha) emplea-
do como ruta de introducción del spondylus
tierra adentro? Son dos preguntas que hemos
comenzamos a abordar.
Hace algunas décadas John Hyslop des- SERGIO BARRAZA
tacó la importancia del camino inca que ba-
jaba de las serranías siguiendo la cuenca del
río Pisco (figura 4) debido a que se constituía
en la principal ruta entre el Cusco y el valle
de Chincha (Hyslop 1984: 100); propuso, asi-
3. mismo, que en tiempos incaicos el sitio Lima
DE CHINCHA A MANTA...

figura
Diseños en fragmento de La Vieja, actualmente desaparecido, podría
friso reportado en el sitio haberse constituido en el centro del gobierno
Litardo Bajo, valle de Chincha
(redibujado por Lorena Mujica
local, mientras que Tambo Colorado era el
centro de administración inca directa (Ibíd: 15 Agradecemos a la ar-
Rubio a partir de Morris 2004:
queóloga Sofía Chacaltana
figura 16). 111). Siguiendo esta idea, a la luz de las evi- Cortez por habernos hecho
dencias presentadas, podemos concluir que el reparar en ese detalle.
436

figura 4. Ruta de ingreso del spondylus a Huaytará y Vilcashuamán*

Sitios arqueológicos
A Lima
Localidades
Chincha Alta
A Vilcashuamán modernas
y Cusco
La Centinela
Océano * Dibujo: Fiorella Rojas
Pacífico Incahuasi
Huancano Respaldiza.

Huaytará
Humay
Fuente: Hyslop 1984,
Tambillos figura 7.1.
Pisco Lima Tambo Colorado
HUANCAVELICA
La Vieja Monte Sierpe
A Ica
ICA
0 12 km

sitio Tambo Colorado debió haber cumplido


un importante rol como espacio de negocia-
ciones entre las élites cusqueñas, chinchanas
e iqueñas. Aunque aún son tenues, contamos
con algunas evidencias (foto 6) que sugieren
que el tramo Vilcashuamán-La Centinela,
por lo menos en la región de Huaytará, fue
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

empleado como una ruta de intercambios y


distribución de spondylus; en ese contexto, el
centro administrativo también podría haber
cumplido funciones de control en el tráfico
de bienes.16
Hemos intentado esclarecer el papel que
los antiguos mercaderes chinchanos pudie-
ron haber cumplido en el abastecimiento de foto 6 .
spondylus para el Estado Inca, y el tipo de inte- Fragmento de botella Chimú-Inca con representación de portador
racción que habrían mantenido con la socie- de spondylus. Procedencia: Huaytará. Museo Arqueológico
dad Manteña-Huancavilca de la costa ecuato- “Samuel Humberto Espinoza Lozano” (Huaytará), MH-440.
riana. Somos conscientes, sin embargo, que
aún estamos muy lejos de poder comprender
a cabalidad los mecanismos que controlaron
el flujo de las preciadas valvas y el rol que 16 Es oportuno mencionar do de las islas de Chincha manganeso empleados en
que este tramo de camino hacia la serranía (Curatola algunas pinturas murales
cumplieron los distintos agentes involucra- también ha sido vinculado al 1997: 229) y de pigmentos de Tambo Colorado (Wright
dos en esta actividad. transporte de guano extraí- negros elaborados con et al. 2016: 20).
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Caminos hacia
el futuro:
nuevas tendencias
en el estudio
de caminos y rutas
ELIZABETH ARKUSH Hace treinta años se publicó el libro de John Hyslop (1984) sobre el Cami-
no Inca, una obra pionera que no solo significó un avance de las investi-
UNIVERSITY OF PITTSBURGH,
gaciones en los Andes, también inspiró trabajos sistemáticos sobre rutas
ESTADOS UNIDOS
y caminos antiguos en muchas otras regiones del mundo. Esta literatura
global, escrita principalmente en lengua inglesa, ha crecido y madurado,
viéndose enriquecida por un importante número de publicaciones recien-
tes (v.g. Adams y Laurence 2011; Alcock et al. 2012; Shaw 2008; Snead et
al. 2009). En esta contribución al volumen se intenta colocar al estudio
del Qhapaq Ñan y sus precursores en un contexto comparativo frente a
estudios similares llevados a cabo en otras regiones del mundo; diversas
tendencias de estos últimos tienen repercusión en los caminos andinos y
podrían sugerir algunas potenciales áreas para fructíferas investigaciones.
Este capítulo se centrará especialmente en los temas que conciernen
a la importancia política de los caminos. Tradicionalmente, los arqueólo-
gos han distinguido entre los “caminos” o “vías” formales, que implican
planificación, organización del trabajo y mantenimiento, y los “senderos”
informales; en resumen, mientras los senderos son producidos por el cami-
nar frecuente, los caminos son hechos por gobiernos (Earle 1991, 2009). La
construcción de vías formales es una técnica central del arte de gobernar. A
través de ella se inscribe el simbolismo político en los paisajes físicos y en
los paisajes conceptuales; también se dirige la circulación y el control de las
personas, bienes e información, los hechos concretos que subyacen a la eco-
nomía política, el movimiento militar, la administración y la diplomacia.
En la literatura comparativa se pueden identificar, al menos, cuatro ma-
neras útiles de abordar el papel político de los caminos antiguos. La prime-
ra trata los caminos (en especial, caminos reales) como una tecnología del
poder, que remodela la percepción, el espacio, la identidad y la performa-
tividad. La segunda está estrechamente ligada a los hechos geográficos del
paisaje y asentamiento, y aborda el tema del control: cómo el movimiento de
personas y bienes se relaciona o evade el control, la importancia estratégica
de ciertos puntos geográficos y la conectividad o el aislamiento de los sitios y
regiones. Un tercer enfoque, fundamentalmente cuantitativo, expone la ma-
quinaria de la economía política y la promulgación física de las relaciones de
poder a través del análisis de los costos, el tiempo, el trabajo, la estacionali-
dad y el transporte. Por último, los enfoques históricos examinan las rutas y
los caminos a través del tiempo, explorando la transformación a largo plazo
de los usos, las oportunidades y los significados de las rutas establecidas.
446

El simbolismo de los ríos y las terrazas alineadas a los lados:


“una inscripción del Tawantinsuyu en la
y la percepción tierra” (Julien 2012: 164). Además, algunos
caminos incaicos fueron atribuidos especí-
ficamente a determinados incas; estas vías,
En primer lugar, los caminos cumplen una incluso, podían coincidir en una misma loca-
tarea simbólica y perceptual sumamente lidad: Pachacuti, Topa Inca y Huayna Capac
importante. Lo hacen de varias maneras. De construyeron caminos a Vilcashuamán, sien-
manera más obvia, los caminos visibles y do el de este último el único que continuaba
duraderos inscriben la presencia estatal en el siendo utilizado a mediados del siglo XVI
paisaje, materializando el poder del Estado y, (Cieza 1985 [1553]: 42, citado en Julien 2012:
a menudo, la mano de un gobernante parti- 151; vid. también Hyslop 1984: 257).
cular (DeMarrais et al. 1996). Son parte de un Esta remodelación física de la tierra fue
“paisaje político” en el sentido postulado por acompañada por una tarea conceptual: los
Adam Smith (2003); su extendida presencia caminos simultáneamente remodelan y re-
implica el control físico del Estado sobre las centralizan la geografía percibida, creando
provincias y constituye un símbolo del orden un Imperio ideal imaginado (Laurence 1999;
benéfico imperial que lleva la civilización al Witcher 1998). Los caminos se convierten en
reino: un hecho legible incluso para aquellos los ejes espaciales del Imperio y los límites
sujetos que no entenderían significados más principales de las regiones. Parten radialmen-
sutiles (Laurence 1999). Por ejemplo, Richard te desde la capital y la convierten en el centro
Talbert (2012: 236) ha resaltado que en los conceptual del mundo. Este papel central de
hitos romanos el crédito por el camino no constituir el andamio del mundo es repre-
era atribuido al gobierno romano en general, sentado vivamente en la Tabula Peutingeriana
sino a un emperador o funcionario responsa- (Talbert 2010), el único mapa romano anti-
ble en particular. Además, los hitos en las vías guo que ha sobrevivido (en una copia del siglo
de todo el Imperio Romano Oriental fueron XIII). En la Tabula, el mundo se estira y se com-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

inscritos en latín registrando las distancias en prime en una forma extremamente alargada
millas, en lugar de usar el griego u otros idio- para encajar en un rollo largo de pergamino,
mas locales y unidades de medida locales, lo perdiendo casi toda relación con la geografía
que significa que eran incomprensibles para verdadera; sin embargo, llega a representar
la mayoría de viajeros. Lo importante era el de manera esquemática lo que importaba: el
hecho que estuvieran inscritos en latín, mar- sistema vial del Imperio, con las principales
cándolos como vías romanas, no la legibili- ciudades, los caminos que las vinculaban y
dad de la escritura (Ibíd.: 237). las distancias existentes entre ellas señaladas
Igualmente, los caminos incaicos eran (figura 1). Roma se ubica en el centro, ya que
parte de un programa ambicioso de remode- todos los caminos conducen a Roma. Este
lación física de la tierra buscando transfor- extraordinario mapa demuestra cómo el sis- figura 1.
marla en un paisaje imperial civilizado. El tema vial romano reestructuró la geografía Un detalle
estudio de Catherine Julien (2012) sobre el percibida del mundo conocido, presentándola de la Tabula
Peutingeriana,
camino del Chinchaysuyu (de Cusco a Vil- como una serie de viajes largos, lo que también con el mapa
cashuamán) muestra que no solo el camino ha quedado reflejado en los itinerarios escritos completo
en sí marcaba el tránsito por un paisaje visi- o listas de paradas a lo largo de los caminos arriba.
blemente inca, sino también la canalización (Laurence 1999; Talbert 2010). De modo que
447
los caminos reales fueron el armazón del or- (figura 2). Por consiguiente, es posible que,
den imperial imaginado. En la antigua China, de forma similar a los romanos, los incas
el reino fue concebido como un cuerpo polí- pensaran en su reino no como un bloque de
tico o el cuerpo del Rey; sus caminos, por lo territorio sino como un grupo de viajes linea-
tanto, eran los canales para la circulación ar- les que conectaban centros poblados, como
moniosa de la sangre y el qi, esenciales para la originalmente lo sugirió Hyslop (1984: 340-
salud del cuerpo político (Nylan 2012). 341; este punto se encuentra relacionado a
Es claro que los caminos incaicos cum- la contribución de Steve Kosiba en este volu-
plían una tarea conceptual importante en men). El Qhapaq Ñan principal que se dirigía
el Tawantinsuyu, un imperio sustentado en al Chinchaysuyu y Collasuyu fue santificado
la noción de ser la extensión de los caminos por la historia mítica, porque repetía el eje
principales del Cusco hacia los cuatro suyus del viaje épico de creación realizado por Vira-
(Hyslop 1984: 340; Julien 2012: 147, 151). Al cocha. La construcción de los caminos incas
igual que los ceques o los quipus, los caminos también reconceptualizó la geografía social
incaicos aparecen en los primeros textos — (Julien 2012), vinculando grupos específicos
que probablemente estuvieron basados en a los caminos, tal como lo hicieron los ceques
quipus (v. g. Vaca de Castro 1908 [1543])— (Zuidema 1964) o los canales principales en
como líneas radiales puntuadas con paradas la costa norte (Netherly 1984).

ELIZABETH ARKUSH
CAMINOS HACIA EL FUTURO...
448

Para el viajero, los caminos incaicos construi- espectáculos eran especialmente importan-
dos alteran y manejan la experiencia corporal tes en los momentos de sucesión. En 1563, figura 2.
Representaciones
y visual de movimiento (Nair 2015). El tema Carlos IX de Francia, que ascendió al trono del Tawantinsuyu
ha sido explorado recientemente en la litera- a la edad de trece años, en una época de dis- y sus caminos por
tura en otras regiones del mundo (v. g. Van turbios, inmediatamente se embarcó en una Guamán Poma (1615:
Dyke 2008; Keim 2013, Witcher 1998), debi- gira real por Francia que duró dos años, con 1001-2, 1097). En su
do en parte a la influencia de Christopher Ti- elaborados ritos de entrada en cada pueblo y mapa del Reino Inca
(izquierda), cada
lley (1994) y otros investigadores británicos ciudad (Kertzner 1989: 22-23). En palabras de centro importante
(vid. Snead 2009). A menudo se investiga la Geertz (1977: 152, traducción nuestra), “cuan- está ligado al sistema
experiencia del viajero a través del análisis do los reyes viajan por la campiña, dejándose de Qhapaq Ñan y
de SIG (Sistemas de Información Geográfica) ver, participando en los ritos, otorgando pri- al Cusco; en su lista
de las vistas que se abren y cierran desde el vilegios, intercambiando presentes, o desa- de tambos (derecha),
el sistema vial se
camino, como en la contribución de Reinaldo fiando a sus rivales, ellos la marcan como si representa como una
Moralejo. En los Andes, también podríamos esta fuera casi una parte de su cuerpo, como serie de
preguntarnos cómo el esfuerzo y la experien- un lobo o un tigre impregnan con su esencia itinerarios con
cia del movimiento vertical de subir y bajar todo su territorio”.1 paradas que irradian
afectaba a los viajeros (Nair 2015). Sin em- Tal evidencia lleva a la pregunta de si al- desde el Cusco.
bargo, es posible que las vistas percibidas por gunos caminos estaban destinados principal-
los viajeros fueran menos importantes que mente para la procesión real. Timothy Earle
las vistas de los viajeros, especialmente de los (1991: 12) sostiene que en Hawái, el propósi-
viajeros reales. Los caminos antiguos a menu- to principal del camino formal era la proce-
do servían como escenarios para la ejecución sión anual de Makahiki, en la que los jefes, los
de viajes y procesiones ceremoniales reales, nobles y los sacerdotes peregrinaban alrede-
ya que la visita del rey era un instrumento dor de la isla con un ídolo sagrado, parando
fundamental de gobierno antes de la existen- en cada comunidad para realizar ritos y reco-
cia de los medios de comunicación masivos. lectar tributos. Otro posible ejemplo lo cons-
El espectáculo elaborado de las visitas tituyen los caminos de la región maya, los lla-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

reales, que hacía el reinado concretamente mados sacbeob: calzadas anchas y elevadas de
visible a los sujetos, es discutido a fondo por piedra caliza blanca, que vinculaban centros
Clifford Geertz (1977), sobre la base de varias mayas y conjuntos arquitectónicos siguiendo
fuentes históricas. Por ejemplo, un rey de Java líneas perfectamente rectas (Chase y Chase
del siglo XIV hizo una visita por su reino que 2001; Shaw 2001, 2008, 2012). Inicialmente
duró dos meses y medio: él fue llevado en se supuso que podrían haber facilitado el via-
una gran litera, acompañado por su familia, je por la densa selva y las zonas bajas, inunda-
decenas de funcionarios, cientos de porteado- das en la temporada de lluvia; sin embargo,
res, 400 carros tirados por bueyes, elefantes, y Justine Shaw (2008, 2012) ha sostenido re- figura 3 .
camellos importados. El rey y su comitiva se cientemente que nunca estuvieron destina- La procesión real
detenían cada pocos kilómetros para partici- dos para el uso cotidiano de los pobladores de Raja Amar
par de ceremonias y audiencias reales, y para comunes, sino para procesiones ceremonia- Singh (1787-1798),
India. Artista
recibir y ofrecer regalos (Geertz 1977). Estos les reales. Usados quizás un par de veces al
anónimo ca. 1790.
Los Angeles
County Museum
1 “When kings journey attending rites, conferring it, like some wolf or tiger physically part of them”
of Art.
around the countryside, honors, exchanging gifts, spreading his scent throu- (Geertz 1977: 152).
making appearances, or defying rivals, they mark gh his territory, as almost
CAMINOS HACIA EL FUTURO... ELIZABETH ARKUSH 449
450

año, los sacbeob permanecían blanqueados y


visibles todo el año para marcar el curso del
movimiento ritual de la élite, haciendo ex-
plícitos los vínculos entre los palacios y los
complejos arquitectónicos de templos.2
Estas analogías son relevantes para los An-
des, donde (como propone Alan Kolata 2013)
la realeza inca dependía de las cualidades ca-
rismáticas del rey mismo y de su interacción
continua con los sujetos del reino, y donde, ade-
más, las procesiones a larga distancia formaban
un parte integral de ceremonias principales
como la Capacocha. Pedro Cieza de León descri-
bió en detalle el esplendor de las visitas reales: figura 4 .
Las andas
Cuando en tiempo de paz salían los incas a vi- del Topa
sitar su reino, cuentan que iban por él con gran Inca Yupan-
majestad, sentados en ricas andas, armadas so- qui y su reina
(Guamán
bre unos palos lisos, largos, de maderas exce-
Poma 1615:
lentes, engastonadas en oro y en argentería; y 333).
de las andas salían dos arcos altos hechos de
oro, engastonados en piedras preciosas, y caían
unas mantas algo largas por todas las andas, de
tal manera que las cubrían todas; y si no era
queriendo el que iba dentro no podía ser visto,
ni alzaban las mantas sino era cuando entraba Así, el análisis de vistas también puede ayu-
y salía; tanta era su estimación… y estas andas dar a considerar cómo los sujetos del Tawan-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

las llevaban en hombros de señores los ma- tinsuyu observaban el tránsito del Inca, de
yores y más principales del reino y aquel que los oficiales, del ejército y de la riqueza del
mas con ellas andaba aquel se tenía por más Estado. ¿Estuvieron ciertos tramos del Qha-
honrado y por más favorecido. En redor de las paq Ñan destinados a ser escenarios de estos
andas y a la hila iba la guarda del rey con los pasos?, ¿quiénes los veían?
archeros y alabarderos y delante iban cinco Del mismo modo que los caminos re-
mil honderos y detrás venían otros tantos lan- alzan a los reyes, también generan y confir-
ceros con sus capitanes, y por lados del camino man las categorías sociales para el resto de
y por el mismo camino iban corredores fieles la sociedad; son escenarios públicos para la 2 De forma similar, Baines
actuación de la identidad y el estatus (v. g. (2006: 274) considera que,
descubriendo lo que había y avisando la ida
en el antiguo Egipto, el Nilo
del Señor; y acudía tanta gente por [lo] ver que Keim 2013). Un excelente ejemplo se da en sirvió como un escenario
parecía que todos los cerros y laderas estaban la discusión de Michael Nylan (2012) sobre para la exhibición pública
del paso del Faraón y del
llenos della; y todos le daban sus bendiciones los caminos de China clásica de los tres si- transporte de obeliscos
alzando alaridos y grita grande a su usanza… glos antes y después de Cristo. Los caminos monumentales y estatuas
Todo el camino iban indios limpiando, de tal imperiales más amplios y de mejor calidad, reales ampliamente
visibles a las comunidades
manera que ni yerba ni piedra no parecía, sino con calzadas elevadas de hasta 70 metros de campesinas en todo lo
todo limpio y barrido (Cieza 1984 [1553]: 55). ancho, estuvieron restringidos para el uso del largo del reino lineal.
451
emperador y su círculo íntimo (curiosamen- El control y
te, en forma inversa a las procesiones reales
descritas líneas arriba, los caminos imperia- la conectividad:
les chinos se encontraban amurallados así
que no permitían observar los movimien- los sistemas viales
tos del emperador). Por debajo de estos, los como redes
caminos ordinarios fueron destinados para
los otros estratos sociales. La nobleza y altos
oficiales estaban obligados a usar carrozas y Consideramos un segundo tema general: los
carruajes para mostrar su estatus. En el caso caminos como redes (networks). ¿Qué hacen
de las clases bajas, los varones tenían que ca- estas redes para dirigir, manejar y controlar
minar en el lado derecho y las mujeres en el el flujo físico de las personas, los bienes y la
lado izquierdo. En los puestos de control y las información? Varios arqueólogos han mo-
fronteras, los oficiales averiguaban si los via- delado sistemas de antiguos caminos como
jeros tenían los pasaportes necesarios para redes sociales, especialmente en el caso de
pasar. De esta manera, las reglas y restriccio- los caminos romanos (Gorenflo y Bell 1991;
nes sobre el uso de los caminos creaban espa- Santley 1991; Graham 2006; Isaksen 2008;
cios para la reproducción de roles sociales y Maas y Ruths 2012; para la teoría general
de la exclusión social. vid. Borgatti et al. 2009). Por ejemplo, el aná-
Este ejemplo podría inducirnos a evaluar lisis realizado por Shawn Graham (2006)
cuidadosamente quiénes usaban qué tipo de sugiere que existieron conexiones densas y
caminos o tramos en el Tawantinsuyu y qué redundantes en algunas partes del imperio
significaba realmente la categoría “Qhapaq romano, en contraste con otras regiones,
Ñan” o Camino Real. Claramente, se tuvo como Britania, donde las conexiones eran
mucho más cuidado en la construcción de más escasas, la información se difundía más
ciertos caminos y tramos que en otros, y solo despacio y el sistema estaba sujeto a ser in-
ciertas vías fueron reconocidas y documenta- terrumpido. Maas y Ruths (2012) muestran
das por los primeros cronistas (Julien 2012: que los grupos de ciudades romanas densa-
nota 2; Hyslop 1984: 265). Como lo registra mente conectadas por caminos, posterior-
Hyslop (1984: 261, 327), algunos caminos de mente funcionaron como esferas sociales

ELIZABETH ARKUSH
la costa norte peruana, cuando se acercaban a coherentes. Isaksen (2008) demuestra que
los valles poblados, tenían carriles a cada lado las capitales distritales de Iberia tenían po-
que, según algunos testimonios coloniales, se siciones inusualmente centrales dentro de
encontraban destinados para los pobladores la red, en comparación a otras ciudades. Fre-
comunes, mientras que el ancho carril cen- cuentemente, estos análisis de redes podrían
tral estaba reservado para el rey y su corte. En perfeccionarse tomando en cuenta la distan-
CAMINOS HACIA EL FUTURO...

las fuentes tempranas también se mencionan cia real o de costos (cost-distance) y no solo la
puentes colgantes dobles con un lado para la distancia geodésica de las rutas más cortas
nobleza y otro para los plebeyos. Uno se pre- (particularmente para calcular las medidas
gunta cuán frecuentes fueron tales reglas en de closeness centrality y betweenness centrality).
los caminos andinos (tema relacionado con Fuera del trabajo relativamente pionero de
el capítulo de Lawrence Coben) y con qué fre- David Jenkins (2001), este método no ha sido
cuencia fueron obedecidas en la realidad, lo utilizado en los Andes; no obstante, las con-
que nos lleva al problema del control. tribuciones de César Astuhuamán y Colleen
452

Zori junto a Erika Brant ofrecen una nueva


mirada al tema. Incluso sin modelar formal-
mente, el tema de las redes hace hincapié
en aspectos útiles sobre la conectividad y el
control.

LA CONECTIVIDAD
Por supuesto, la construcción de sistemas
de caminos es fundamentalmente un pro-
yecto de integración (política, económica, y
militar). La obra interesante de Constantine
Vaporis (2012) sobre Japón del siglo XVII
muestra que la construcción de una extensa
red de caminos fue una técnica centralizadora
esencial del shogunato de Tokugawa, frente
a una campiña altamente descentralizada, al
mando de señores guerreros locales (figura
5). Es decir que los caminos, por sí mismos,
reducen la distancia entre el gobernante y los
gobernados (Laurence 1999) y hacen que los
lugares que tocan sean más controlables. Estas
ideas sugieren que, para los arqueólogos, a ve-
ces es mejor conceptualizar un reino casi de
la misma manera que la Tabula Peutingeriana,
es decir, como una red en lugar de un bloque
homogéneo de territorio - una idea formulada
por Monica Smith (2005, 2007), entre otros
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

(VanValkenburgh y Osborne 2012; Parker


2012). En este modelo, la hegemonía se distri-
buye sobre el reino de manera muy irregular:
el control y las actividades del Estado se hacen
presentes de manera enfática en los nodos y
en los caminos, y esta presencia se desvanece
bruscamente fuera de ellos.
Entonces, ¿qué forma adopta esta inte-
gración? Algunas redes de caminos se pre-
sentan muy centralizadas, otras, bastante
descentralizadas (figura 6). El análisis tem-
prano de William Santley (1991) identificó
un patrón jerárquico “dendrítico” de los ca-
minos aztecas, en el que los bienes fluían a la
capital a través de centros secundarios. Jason
Ur (2009), por su parte, estudió una red de
caminos informales de la Edad de Bronce en
453
ELIZABETH ARKUSH
CAMINOS HACIA EL FUTURO...

figura 5 .
Un mapa del camino
principal de Tokaido
construido en Japón
durante el periodo Edo.
Kinsui Shotei, Shinkoku
kaisei Tokaido saiken
oezu, 1800. University of
British Columbia Library.
454

figura 6 . Redes descentalizadas aztecas y mesopotámicas

Izquierda: red centralizada de caminos aztecas, según Santley (1991: 202).


Derecha: red descentralizada de senderos mesopotámicos, según Ur (2009: 188)

Centro supraregional 0 5 km
Centro provincial
Pueblo
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

el norte de Mesopotamia, esta se encontraba lizada de caminos (en los textos son men-
constituida por senderos de tierra compacta- cionadas las frecuentes visitas del rey y su
da en el desierto. La red no estaba centraliza- comitiva a los centros subordinados y a los
da en relación a Tell Brak, el supuesto centro santuarios para ejecutar ceremonias y poner
político, aparentemente seguía un patrón de en práctica la hospitalidad ritual; una vez
lugar-central (central-place pattern, Cristaller más, las visitas reales desempeñaban un pa-
1966) con múltiples vínculos horizontales pel crucial).
que facilitarían el trueque sin regulación.
Como precaución, los caminos no estaban EL CONTROL Y LA EVASIÓN
formalmente construidos: evidenciaban pa- El análisis de redes también destaca los cue-
trones reales del movimiento humano y de llos de botella en el flujo: puntos de control
animales. Ur también señala, sobre la base que todos tienen que pasar. Queda claro que
de antiguos textos, que los sitios no pagaban los caminos antiguos, una vez construidos,
tributo a Tell Brak sino que participaban de debían ser controlados y el movimiento en
una subyugación política, no económica, ellos manejado. En muchos estados antiguos,
que se veía reflejada en una red descentra- incluso en el Tawantinsuyu, mientras los
455
caminos permanecían reservados para los tanto, altamente simbólica.4 Una vez cons-
gobernantes, funcionarios, fuerzas militares truido, ¿qué tanto fue controlado por el Esta-
y, a veces, los comerciantes (v. g. Nylan 2012; do en la práctica? Es cierto que varios tramos
Vaporis 2012), su uso por los pobladores co- pasan por terreno montañoso y difícil, y son
munes se veía limitado o prohibido, por lo inherentemente más controlables que los ca-
menos, en teoría. Varios puntos de control minos en muchas otras regiones del mundo.
exigían pasaportes, peajes, etcétera, para este Los investigadores andinistas han reconocido
fin.3 Sin embargo, en la práctica, podría haber desde hace tiempo las posibilidades de con-
resultado bastante difícil controlar los viajes. trol estratégico de los puentes, pasos y rutas
Los caminos solo pueden ser controlados en en las crestas. Es fascinante considerar si (y
ciertos puntos y los viajeros tienden a encon- en qué lugares) el Camino Inca era la única
trar formas creativas de pasar o evitar dichos ruta, o solo una de muchas alternativas, o qué
puestos de control. costos adicionales implicaba el eludirlo. La
En el caso de los caminos imperiales japo- contribución de Alan Covey y Donato Amado
neses construidos en el siglo XVII, por ejem- hace un avance importante en esta dirección;
plo, fue muy difícil mantenerlos restringidos igualmente, se puede preguntar sobre el uso
para el uso exclusivo de personas oficiales, privado y no oficial del Qhapaq Ñan, un tema
ello a pesar de que se contaba con un sistema abordado de manera muy interesante en el ca-
oneroso de permisos de viaje (Vaporis 2012). pítulo de Francisco Garrido.
Los campesinos no debían transitarlos, pero
dado que las peregrinaciones estaban permi-
tidas, los viajeros privados frecuentemente
declaraban ser peregrinos; asimismo, fueron
oficialmente proscritos de viajar a caballo,
pero lo hicieron a menudo evadiendo los con-
troles. Las mujeres, cuyos desplazamientos
estuvieron fuertemente regulados, comenza-
ron a viajar por caminos secundarios ilegales
que, con el paso del tiempo, fueron conocidos
como “los caminos de mujeres”. De igual for-

ELIZABETH ARKUSH
ma, los comerciantes preferían transitar por
estos caminos ya que evitaban los peajes y las
demoras burocráticas (Vaporis 2012: 98-99).
Valdría la pena recordar este ejemplo japonés
de caminos no oficiales, informales e ilegales,
al momento de intentar modelar sistemas de
CAMINOS HACIA EL FUTURO...

caminos como redes.


3 En los documentos tra), los caminos fomales
Respecto al Qhapaq Ñan, es oportuno históricos se registran ‘‘representan un modo
preguntarse ¿qué tanto, realmente, dirigió noticias sobre la existencia específico de viajar, infun-
de puntos de control en dido con la intencionalidad
y controló el flujo de viajeros y bienes en el
el Imperio Inca, incluso de de las autoridades y no
Imperio? Mucho antes de los incas, las co- peajes para el tráfico priva- necesariamente con la de
munidades andinas tenían viejas rutas y pa- do (Hyslop 1984: 315). aquellos que utilizan la ruta.
En ninguno de los casos
trones antiguos para viajar largas distancias. 4 Como lo sostiene Snead que conozco resultan repre-
La construcción del Qhapaq Ñan fue, por lo (2009: 43, traducción nues- sentativos o exclusivos’’.
456

Los números Sin embargo, queda mucho más por explo-


rar en el análisis cuantitativo de los viajes y
del transporte en los caminos estatales. Estas
consideraciones podrían ayudar a aclarar
Pasemos a un tercer tema más cuantitativo. cómo se efectuaban no solo el transporte de
Los caminos revelan la maquinaria interna bienes o el movimiento militar, siguiendo
de poder estatal: los costos, el tiempo, la labor D’Altroy y Hassig, sino también las visitas
y la estacionalidad involucradas en los viajes reales y otros tipos de viajes. Por ejemplo,
y el transporte. Facilitaban el movimiento de ¿cuánto tiempo se necesitaba para la movi-
ejércitos, bienes, mitayos e incas u oficiales lización de grandes contingentes de mitmas
que participaban en la interacción cara a cara o de mitayos destinados a proyectos de cor-
que era tan importante para la política andi- to plazo, y cuál era el costo? No sugiero que
na (Kolata 2013: 204-207). En particular, los reduzcamos nuestra visión del movimiento a
caminos nos hablan de limitaciones, así como lo estrictamente económica, pero sí que reco-
de posibilidades: los límites de la expansión nozcamos las limitaciones importantes don-
militar, la diplomacia cara a cara y la econo- de existían. Los capítulos de Ryan Williams y
mía tributaria. de Brian Bauer y sus colegas son especialmen-
Terence D’Altroy (1992, 2002; D’Altroy te notables en este sentido.
y Earle 1985) fue pionero en este tema, am- En casi todas las regiones del mundo, el
pliando en gran medida aspectos también ex- principal propósito para los anchos cami-
plorados por Ross Hassig (1985, 1991) para el nos antiguos fue el movimiento militar (v. g.
caso azteca (vid. también Laurence 1999 para Nylan 2012: 35); del mismo modo, varios
el Imperio Romano). Como lo explicó hace tramos importantes del Qhapaq Ñan fueron
algunas décadas (D’Altroy y Earle 1985), en construidos específicamente para campa-
tiempos incaicos, el alto costo del transporte ñas militares, según lo registran las fuentes
provocaba que los productos básicos fueran documentales (Julien 2012: 149-51; Hyslop
relativamente inmóviles, mientras que los 1984: 248). Como fuera propuesto por Ross
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

objetos de lujo muebles y las personas se tras- Hassig (1991), los caminos destinados para el
ladaban a lo largo de la red. D’Altroy (1992, movimiento militar requieren de una mayor
2002) también amplió notoriamente nuestro amplitud, ya que los ejércitos son tan grandes
conocimiento sobre la velocidad y el costo que las tropas ubicadas atrás no podían avan-
del movimiento militar en los Andes. Nues- zar hasta que todos los que iban por delante
tras estimaciones del tiempo y energía gasta- hubieran iniciado la marcha. Estos caminos
dos en los viajes vienen siendo perfecciona- anchos aceleran enormemente el viaje de un
das por investigadores como Nico Tripcevich ejército a través del terreno (vid. Hyslop 1984,
(2008); la información resultante podría 1991). 5 La gran amplitud de algunos segmen-
mejorar los modelos de distancia de costos tos del camino del Chinchaysuyu no solo ex-
(cost-distance) desarrollados con los SIG. Di- presaba una declaración simbólica, también
versas investigaciones llevadas a cabo en podría haber facilitado el rápido movimiento
5 Aunque el ancho de
otras regiones discuten el trabajo y esfuerzo de tropas hacia la frontera norte del Tawan- un camino podría variar
necesario para trasportar objetos; se han iden- tinsuyu; según Pachacuti Yamqui (citado en a lo largo de su recorrido
tificado, por ejemplo, caminos del antiguo Julien 2012: 153), en su viaje por esta vía, el (Hyslop 1991), los rangos
generales de amplitud
Egipto empleados para transportar piedras ejército de Huayna Capac marchó formando parecen ser bastante
desde las canteras (De Laet et al. en prensa). ocho filas a lo ancho del camino. Por el con- significativos.
457
trario, muchos caminos menores y estrechos una limitante para el movimiento en la tem-
en el Tawantinsuyu resultaban poco adecua- porada seca, como lo ha señalado Williams
dos para el movimiento de grandes fuerzas o en este volumen. En el altiplano, la existen-
para el desplazamiento de otros grupos nu- cia de caminos alternos para las temporadas
merosos, y los cuellos de botella (puentes o seca y de lluvias, documentados por Vaca de
pasos angostos) localizados en los caminos Castro (1908 [1543]), aseguraba el movimien-
principales también señalarían probables to a través de esta importante área durante
puntos de largas demoras (D’Altroy 1992: todo el año.
86). Además, la separación de los tambos, que
según las fuentes se encontraban ubicados a
un día de viaje, podría sugerir la rapidez de
los viajes e indicar si fueron relativamente
lentos, debido al elevado número de tropas
y a las grandes caravanas con cargas, o si se
trataba de desplazamientos rápidos realiza-
dos por grupos pequeños y ligeros (Hyslop
1984: 298).
Por supuesto, los restos físicos de los
caminos proporcionan la información ne-
cesaria para estimar la cantidad de mano de
obra implicada en su construcción y mante-
nimiento; en algunas regiones del mundo, el
trabajo intensivo fue invertido en los cami-
nos formales (vid. Earle 2009: 257; Laurence
1999). En la China clásica, por ejemplo, los
caminos previamente construidos exigían,
solo para su mantenimiento, entre 2 y 3 me-
ses de trabajo de los campesinos que vivían
en las proximidades (Nylan 2012: 44). En el
área andina, dichos cálculos podrían resaltar

ELIZABETH ARKUSH
si existió una inversión diferenciada en los
caminos de distintas partes del Imperio (v.g.
Hyslop 1984: 233, 257).
Por último, también vale la pena con-
siderar la estacionalidad del movimiento.
Podemos imaginar que los grandes viajes
CAMINOS HACIA EL FUTURO...

a través de los Andes debían ser realizados,


en su mayoría, durante la temporada seca,
cuando el trabajo de los tributarios se encon-
traba más disponible y, posiblemente, esta
consideración tenía un efecto sobre la tem-
poralidad de la administración política (vid.
Hyslop 1984: 247). Sin embargo, la disponibi-
lidad de forraje para los camélidos constituía
458

Los caminos a través figura 7. Evolución de una red de caminos


del tiempo: persistencia, cercanos a Milán (Italia) en el período 1833-2007
(Strano et al. 2012: 2).
landesque capital y
significado 1833-1914

El último tema importante en la literatura


global es la historia. Rastrear las rutas y cami-
nos a través del tiempo, sus usos, significados
y consecuencias, revela cómo el cambio so-
cial depende de los paisajes ya esculpidos en
el pasado.
En general los caminos y las rutas pare-
cen tener vidas muy largas, son cosas dura-
deras. Esto probablemente no es solo porque
siguen rutas de menor costo, sino debido a la
infraestructura humana que se desarrolla a
lo largo de ellos. En la era moderna, es obvio
que las pistas condicionan el desarrollo de
manera muy concreta (figura 7). Así también,
en el pasado, los caminos creaban oportuni-
dades para el asentamiento, el crecimiento y
la interacción. Por lo tanto, como Erickson y 1955-1980
Walker (2009) proponen para las calzadas en
los Llanos de Mojos bolivianos, los caminos
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

son una forma de landesque capital. El concep-


to fue desarrollado para estudiar modificacio-
nes del paisaje para el cultivo, pero también
es apropiado para caminos y otras modifica-
ciones del paisaje. De construcción costosa,
pero mantenimiento asequible, los caminos
producen beneficios a través del tiempo. Las
historias humanas se entrelazan de muchas
maneras con estas construcciones durables.
Por ejemplo, los caminos romanos tuvieron
importantes efectos secundarios. Fomen-
taron el asentamiento y crecimiento de las
ciudades y los paisajes rurales localizados a lo
largo de ellos, a través de las provincias (Hit-
chner 2012). Muchos siglos después, en la era
del cristianismo, estos mismos caminos faci-
litaron las peregrinaciones y viajes religiosos
1914-1933

1980-1994
1933-1955

1994-2007

0
4 km
CAMINOS HACIA EL FUTURO... ELIZABETH ARKUSH 459
460

figura 8 .
Las tiendas y los porteadores en el camino de Tokaido
pasando por Shinagawa, Japón. Utagawa Hiroshige,
“Cincuenta y tres estaciones en el Tokaido” (Tõkaidõ
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Gojsan-tsugi), 1833-34, grabado N° 2.

(Maas y Ruths 2012). Del mismo modo, en el tualmente adquieren un sentido de antigüe-
Japón de los siglos XVII y XVIII, una infraes- dad. Los caminos egipcios, usados muchos
tructura secundaria se levantó alrededor de siglos después en los épocas ptolemaicas y
los caminos imperiales (figura 8), esta incluía romanas, acumularon grafitis e inscripciones
pensiones para los comuneros, casas de té y rituales en lugares prominentes, haciendo
prostíbulos, junto con las poblaciones itine- visible para los viajeros la larga historia de la
rantes integradas por vendedores ambulan- ruta y el paso de cientos de ellos, al tiempo
tes, porteadores profesionales y mendigos que imbuían a estas rutas con el prestigio y la
(Vaporis 2012). autoridad de lo antiguo (Gates-Foster 2012).
El significado de los caminos antiguos Igualmente, en los Andes, las apachetas trans-
también cambia con el tiempo, ya que even- miten a los viajeros, a través de su acumula-
461
ción física de piedras, la autoridad de una ruta propiciación en los espacios liminales del
escogida por un sinnúmero de ellos desde un camino: las puertas de las ciudades, los pasos
pasado lejano hasta el presente. de montaña y los puentes. Este tema también
Esto nos lleva, finalmente, al significado resuena en los Andes, con las apachetas, el
de los caminos y los viajes, un tema subsidia- arte rupestre y los santuarios a lo largo de las
rio explorado por la literatura reciente, es- antiguas rutas.
trechamente relacionado con la percepción Al igual que estas asociaciones pre-mo-
de antigüedad y autoridad. Como lo discute dernas, hay varias direcciones prometedoras
Christopher Tilley (1994), los senderos — en la investigación de los caminos y rutas de
caminos creados por la costumbre— tienen la antigüedad, ricas en potencialidad y aven-
una fuerza moral. Las elecciones de muchos tura. El estudio del Qhapaq Ñan y sus precur-
viajeros anteriores, incrustadas en una ruta, sores andinos se beneficiará con la consulta
la aprueban como la ruta apropiada y so- de esta literatura global comparativa; en con-
cialmente reconocida (Tilley 1994; Witcher traparte, el Qhapaq Ñan tiene el potencial de
1998). Así que tal vez no resulte extraño que, contribuir mucho a enriquecer esta literatu-
en muchas culturas, desde la antigua China ra. Que la suerte nos acompañe en nuestros
(Nyland 2012) a los mayas contemporáneos y caminos al futuro.
coloniales (Keller 2009), los caminos estén li-
gados metafóricamente con formas correctas
de ser y de vivir. El propósito o destino en la
vida, la obra, o el deber moral de una persona
es descrito como un camino, y las decisiones
principales de su vida, son encrucijadas. Con
la construcción de caminos formales, ¿es po-
sible que los regímenes políticos centraliza-
dos como el de los incas, metafóricamente,
se apropiaran del poder de definir formas co-
rrectas de ser? ¿Tales ideas determinaban que
algunos caminos incas fueran construidos
siguiendo líneas rectas o casi rectas, como es

ELIZABETH ARKUSH
mencionado en el capítulo de Guido Casaver-
de (Hyslop 1984: 252)?
Pero, además de este, los caminos tam-
bién tenían otro significado transcultural.
Los viajes realizados en épocas pre-modernas
eran peligrosos y difíciles, constituían una
CAMINOS HACIA EL FUTURO...

aventura arriesgada. James Snead (2009: 46)


sostiene que los caminos que cubrían largas
distancias en el suroeste de Estados Unidos
fueron vistos como espacios liminales, luga-
res de encuentro fortuito y de imprevisibili-
dad. Nylan (2012: 48) hace una observación
similar para la China antigua, señalando que
era necesario realizar sacrificios y rituales de
462

Referencias citadas Chase, Arlen F. y Diane Z. Chase


2001 “Ancient Maya Causeways and Site Organi-
zation at Caracol, Belize”, Ancient Mesoame-
rica [Cambridge], 12(2), pp. 273-281.

FUENTES DIGITALES Christaller, Walter


1966 [1933] Central Places in Southern Germany. New
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