Manifiesto de David y Testamento MMV

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MANIFIESTO DE DAVID

Y
TESTAMENTO DE FRANCISCO
MORAZÁN
#SoyMMV
MANIFIESTO DE DAVID
AL PUEBLO DE CENTRO AMÉRICA

Cuando los traidores a la patria ejercen los


primeros destinos, el Gobierno es opresor.
Montesquieu.

Hombres que habéis abusado de los derechos más sagrados del pueblo por
su sórdido y mezquino interés! Con vosotros hablo, enemigos de la
independencia y de la libertad. Si vuestros hechos, para procuraros una
patria, pueden sufrir un paralelo con los de aquellos centroamericanos que
perseguís o habéis expatriado, yo a su nombre os provoco a presentarlos.
Ese mismo pueblo que habéis humillado, insultado, envilecido y traicionado
tantas veces, que os hace hoy los árbitros de sus destinos y nos proscribe
por vuestros consejos, ese pueblo será nuestro juez. Si la lucha que os
propongo es desigual, todas las ventajas de ella están de vuestra parte.

Tenéis en vuestro apoyo:


Que os halláis colocados en el poder, y que nosotros nos encontramos en la
desgracia. Que podéis hacer uso de vuestra autoridad para procurarnos
acusadores, que nosotros no encontramos tal vez ni un testigo. Que os
habéis constituido en nuestros jueces, y declarado que somos vuestros
reos. Que nuestra voluntaria retirada de los negocios públicos, con un
objeto más noble que el que ha podido caber en vuestros corazones, la
habéis interpretado como fuga.

Que a nosotros, que no os atrevisteis nunca a vernos cara a cara, nos


insultáis atrozmente en vuestra imprenta; y añadiendo el escarnio a la
venganza, habéis tomado la mano misma que os ha envilecido para trazar

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#SoyMMV

los caracteres de un nombre funesto que no podemos pronunciar sin


oprobio, y nuestra expatriación se ha decretado1.

Y en fin, para complemento de vuestro triunfo, todas las apariencias


acreditan que el pueblo que nos va a juzgar os pertenece. Pero no importa.
Nosotros tenemos la justicia. Vamos a los hechos.

Cuando vosotros disfrutabais de una patria, no podíamos nosotros


pronunciar este dulce nombre. Recordadlo. Vosotros habéis gozado muchos
años de los bienes de esa patria que buscáis en vano. ¿Encontraréis en la
República de Centro-América algunas señales de ella? No. Aunque le dais
hoy este nombre, más extranjeros sois por vuestros propios hechos en el
pueblo que os vio nacer, que nosotros en Méjico, en el Perú y en la Nueva
Granada. Por la identidad de nuestros principios, con los que sirven de base
a los gobiernos de estas Repúblicas, nosotros hemos hallado en ellas
simpatías que vosotros no encontraréis en el propio suelo de vuestros
padres (que ya no os pertenece) desde el momento mismo que se
descubran vuestros engaños. Pero si aun queréis buscar vuestra patria, la
hallaréis sin duda por las señales que voy a daros. Oíd y juzgad.

En vuestra patria cometías culpas que se olvidaban por unas tantas


monedas, y a nosotros se nos exponía a la vergüenza pública.

En vuestra patria perpetrabais los más atroces delitos, a los que se les daba
el nombre de debilidades para dejarlos sin castigo, y nosotros sufríamos la
nota de infames hasta nuestra quinta generación.

En vuestra patria ejecutabais los crímenes que siempre se quedaban


impunes, porque vosotros mismos erais los jueces, y nosotros perdíamos la
salud y la vida en los cadalsos.

1
En convenio que celebró últimamente Carrera con el Encargado del Gobierno del Estado de El
Salvador se consignó un artículo expatriando a todos los que habían salido de la República, el
que aparece firmado por Carrera sin saber leer ni escribir. Nota del General Francisco Morazán.
En vuestra patria ostentabais los honrosos títulos de tiranos, y nosotros
representábamos el humillante papel de esclavos.

Es vuestra patria tenías la gloria tenías la gloria de apedillaros los opresores


del pueblo, y gemíamos nosotros bajo la opresión.

Y cuando en vuestra patria, ensanchando la escala de los opresores,


defendíais hasta los infames oficios de carceleros y de verdugos, a nosotros
se nos exigían los reos y las víctimas.

Y para que nada faltase a vuestra dicha y a nuestra desgracia, así en la tierra
como en el cielo, ¡Hasta los santos sacabais de vuestras propias familias!, y
los malvados, a vuestro juicio, sólo se encontraban en las nuestras.

Vosotros oíais, continuamente en sus revelaciones, la felicidad que os


aguardaba, en tanto que a nosotros sólo se nos anunciaban desgracias.

Vosotros dirigías con confianza vuestras súplicas al pie de los altares,


porque hacíais propicios a sus sacerdotes con las riquezas que exigíais al
pueblo, en tanto que éste temía elevar sus plegarias, por no poder
acompañarlas con ofrendas….

Y por último, para llenar la medida de vuestro poder y nuestro infortunio,


aun más allá de la tumba, en tanto que las almas de nuestros padres
vagaban sin consuelo en derredor nuestro, para demandarnos los medios de
lograr su eterno descanso, vosotros comprabais el cielo que no habías
merecido, con los tesoros que os proporcionaban las leyes de un infame
monopolio.

He aquí vuestra patria. Recordadla. Pero si aun insistiereis en disputarnos la


que por tantos títulos nos pertenece, exhibid vuestras pruebas, que
nosotros daremos las nuestras; y si resultase un solo hecho en vuestro favor
contra mil que presentemos nosotros, consentiremos, gustosamente en ser
a los ojos del mundo lo que hoy somos a los vuestros.

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#SoyMMV

No es vuestra patria. Porque en 1812, que por la primera vez se ventilaron


los derechos de americanos, vosotros hacías de injustos jueces, de viles
denunciantes y de falsos testigos contra los amigos de la independencia del
Gobierno absoluto.

Es nuestra patria. Porque en la misma época nosotros nos la procurábamos


difundiendo ideas de libertad y de independencia en el pueblo, sin que
vuestras amenazas nos arredrasen ni nos intimidase la muerte, ya sea que
se nos presentase en la copa de Sócrates, que la encontrásemos al cabo del
dogal que quitó la vida al Empecinado o que se pronunciase en vuestros
inicuos tribunales.

No es vuestra patria. Porque cuando triunfaron las ideas de libertad en la


metrópoli, cuando los patriotas españoles quitaron algunos eslabones a la
pesada cadena de nuestra esclavitud, revelándonos de este modo lo que
éramos y lo que podíamos ser, vosotros conspirasteis contra el Gobierno
Constitucional que se estableciera en toda la monarquía como enemigos de
las luces, cooperasteis con aquellos que pretendieron, entonces,
independizarse del Gobierno de las cortes y trasladar a la América el
Gobierno absoluto de los Borbones.

Es nuestra patria: Porque en el mismo tiempo hacíamos resonar el grito de


independencia en todo el Reino de Guatemala. Todo aquel que tenía un
corazón americano se sintió, entonces, electrizado con el sagrado fuego de
la libertad. Por una disposición de la Providencia, los amigos del Gobierno
absoluto de los Borbones.

Es nuestra patria: Porque en el mismo tiempo hacíamos resonar el grito de


independencia en todo el Reino de Guatemala. Todo aquel que tenía un
corazón americano se sintió, entonces, electrizado con el sagrado fuego de
la libertad. Por una disposición de la Providencia, los amigos del Gobierno
absoluto de los Borbones, enemigos de la independencia de España
constitucional, se unieron con los independientes de ambos Gobiernos, y
proclamaron la separación de la antigua metrópoli el 15 de septiembre de
1821. Y de este modo, vuestros nombres figurarán en la historia al lado de
los Reyes Luis IX, Luis XI y otros muchos que trabajaron sin pensarlo, a favor
de la democracia, sistema que hoy gobierna en la República de Centro
América.

No es vuestra patria: Porque en 1821, acreditasteis con un hecho, que es a


los ojos del mundo un grave crimen, vuestro tardío arrepentimiento por
haber cometido otro crimen que no es menos grave a los vuestros.

Los remordimientos de vuestra conciencia por haber cooperado a la


independencia de un pueblo indócil, que convirtió en su provecho lo que era
destinado al vuestro, quisisteis aquietarlos sacrificando a un gran
conspirador los derechos de este mismo pueblo: y en lugar de un viejo
monarca, nos distéis un nuevo usurpador: en lugar de la tiranía de los
Borbones, nos disteis el escándalo de un emperador de farsa, más opresor
porque está más inepto, y su opresión mil veces más sensible, porque lo
ejercía sin títulos, sin tino, con sus iguales y por la vez primera. Es nuestra
patria: Porque cuando vosotros, al lado del General mejicano don Vicente
Filísola, hicisteis los mayores esfuerzo por conservar la dominación del
Emperador Iturbide en los pueblos que había subyugado por la intriga,
aunque sin éxito, nosotros procuramos evitarla. Cuando muchos de
vosotros, a la retaguardia de aquel General, eráis testigos de los últimos
esfuerzos del heroico pueblo salvadoreño, que mal defendido y
cobardemente abandonado por su jefe en el momento mismo del
peligro2 sucumbió noblemente, y con más gloria que la que pudo caber a
sus vencedores; nosotros por este mismo tiempo, en el propio teatro de la
guerra, en Guatemala, Honduras y Nicaragua, corríamos la suerte de los
vencidos, por la identidad de nuestras opiniones.

El pueblo salvadoreño, sin armas y abandonado a su propia suerte, hizo


impotente la negra intriga que se formara en su seno con innobles

2
El General Arce que mandaba a los salvadoreños los abandonó, por enfermo en los momentos
que Filísola iba a atacar la plaza, su salud le permitió huir hasta la República de los Estados
Unidos. Nota del General Francisco Morazán.

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#SoyMMV

miras.3 Defendió por largo tiempo la más hermosa de todas las causas,
adquiriendo por digna recompensa de sus grandes hechos, la inmarcesible
de dar al mundo el grandioso espectáculo de un pueblo libre que se
regenera, obteniendo, en sus propias derrotas, la reivindicación de los
mismos derechos que se la ocasionaron; en tanto que sus injustos agresores
pierden todas las ventajas que les diera su malhadado triunfo.

Por un distinguido favor de la Providencia, los últimos cañonazos que


quitaron la vida a los mejores hijos de El Salvador y completaron en el Reino
de Guatemala la dominación de Iturbide, eran contestados por los que se
disparaban en México, para celebrar la completa destrucción de un Imperio
que sólo apareció al mundo para oprobio de sus autores. Y por justo
resultado de estos hechos, del Reino de Guatemala, libre del dominio del
Emperador Iturbide, en donde habías creado vuestra nueva patria, se formó
la nuestra, bajo un sistema democrático, con el nombre de República
Federal de Centro América.

Si ya que no podéis negar estos hechos, que todo el pueblo ha presenciado,


pretendiereis, en vuestro despecho, arrojar de nuevo vuestra acusación
favorita, a saber: Que muchos de nosotros nos hemos enriquecido
defendiendo la independencia y la libertad, -no pretendo dejaros ni este
miserable recurso.

Tal como es para mí de falsa e insultante la proposición, yo la levanto del


suelo, en donde la ha colocado el desprecio público, con la fundada
esperanza de tirárosla a la cara con doble fuerza. Si se puede llamar riqueza
la que obtuvieron algunos de vuestros jefes militares en el sitio de
Mejicanos, por medio de un mezquino monopolio –estamos todos de
acuerdo. Pero si los bienes de los regulares componen la única riqueza que
se ha podido encontrar en Centro América, levante la mano el más atrevido

3
El General Arce quería entregar a Filísola la plaza de El Salvador, bajo la condición de continuar
en el mando como Gobernador de la Provincia. El pueblo, excitado por los ciudadanos Juan
Manuel Rodríguez, por el General Espinoza y Coronel cerda, se opuso y fueron expatriados por
Arce los dos últimos. Nota del Gral. Francisco Morazán
de vosotros, y clave en nuestra frente la nota de infame a los que la
hubiéramos merecido por este hecho u otro semejante.

Volvamos al asunto. Después de la caída de Iturbide ¿cuál ha sido la


conducta que habéis observado? Yo os la recordaré.

Vuestra debilidad os hizo firmar la Constitución Federal de 1824, y


combatirla vuestra perfidia en 1826, 27 y 28.

Con este interés disteis vuestros sufragios de Presidente al señor Arce; y


este mismo interés os hizo despojarlos, cuando ya había llenado, en parte,
vuestras miras, porque le fuera adversa la suerte en el momento mismo de
exterminar a vuestros enemigos.

Vuestra razón de Estado llevó por segunda vez la guerra a muerte a los
pueblos de El Salvador, que perpetuaron vuestros jefes por interés.

Vuestra venganza iluminó por mucho tiempo las oscuras noches de estío
con el incendio de poblaciones indefensas, para que la rapaz y mezquina
codicia de vuestros militares, que se ejercitaba a media noche, encontrarse
alumbrado el camino por donde se condujeran a vuestro campo los
miserables despojos que habían librado de las llamas…

Esta devastación, esta mina, que sólo se habría terminado con la


dominación a que aspirabais, y que se os escapara de las manos por la
imbecilidad y cobardía de vuestros guerreros, desapareció con los triunfos
de Gualcho, Mejicanos y Guatemala, y los liberales vencedores acreditaron
con la completa reorganización de la República que eran dignos de regir los
destinos de un pueblo libre.

Vuestra venganza, jamás satisfecha, y vuestros deseos de dominar, nunca


extinguidos, trajeron otra vez la guerra a la República para dar un nuevo
testimonio al mundo de vuestras miras, y a los centroamericanos una
prueba de todo lo que debiera esperar y temer de sus enemigos.

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El Coronel Domínguez, que defendiera vuestra causa con tanto empeño en


1828, invadió los puertos del norte en 1831, se introdujo con fuerzas en el
Estado de Honduras, para presenciar sus derrotas, y encontró por último la
muerte en la ciudad de Comayagua.

El ex Presidente Arce, que apareció en el mismo tiempo por Escuintla de


Soconusco con tropas mexicanas que habían destruido la Independencia
nacional, fue completamente batido por el valiente General N. Raoul. No
pudiendo aquel desgraciado Jefe imitar a Moreau, que murió combatiendo
contra su país natal con un valor que atenuara su crimen; ni a Coriolano 4,
que obligado a retirarse de las puertas de Roma por las súplicas de la que lo
llevara en su vientre, acreditó que no le faltaban virtudes, siguió el ejemplo
de tantos griegos que se unieron con los enemigos de su patria para
combatirla, y sufrió, como ellos, el digno castigo en su propia derrota y en
las dobles maldiciones de los mercenarios extranjeros vencidos y de sus
conciudadanos vencedores.

Esta injusta guerra se terminó con la ocupación del castillo de S. Fernando


de Omoa, en donde el malvado Ramón Guzmán, que sirviera en vuestras
filas como soldado en 1828, enarboló la bandera española. Después de una
lucha obstinada de 5 meses, que diezmara nuestro ejército, y de la epidemia
que lo quitara, fue abatida esa señal oprobiosa de nuestra antigua esclavitud
por el valiente y sufrido Gral. Agustín Guzmán, que hizo rendir la fortaleza. Y
para dar al mundo un testimonio de los extremos opuestos a que pueden
conducir vuestras opiniones y las nuestras en el mismo campo en donde
está colocada la cabeza de un traidor, hijo de la República, y de vuestro

4
Nota de Anarella Vélez: Cayo Marcio Coriolano, siglo V a. C., déspota que impidió la
distribución de trigo al pueblo, fue exilado de Roma. Refugiándose en tierras de los Volscos, a
los que había sometido, se levantó en armas contra Roma, vengando así su exilio. Fue detenido
ante las puertas de la ciudad por su madre Veturia y por su mujer Volumnia.
También Coriolano es el nombre de la tragedia de William Shakespeare basada en la vida del
legendario dirigente romano. La tragedia gira alrededor de Cayo Marcio Coriolano, brillante
general romano que es desterrado de Roma y dirige un asalto a la ciudad. Sólo el ruego de su
madre evita que arrase Roma. Un cambio de opinión que le conduce a la destrucción.
partido, que elevara sobre las murallas del castillo el símbolo de nuestra
opresión, existen los sepulcros de mil centroamericanos, del nuestro que lo
despedazaran.

No pretendo asegurar que todos vosotros hayáis aplaudido aquel crimen; si


puede adivinarse que hubiesen algunos de vosotros que lo vieran con
indignación, permítaseme preguntar a los demás; ¿tiene alguna analogía con
la rendición de la plaza de San Salvador en 1823? ¿Si Fernando VII y la
bandera española tienen algo de común con la del Imperio mexicano y
Agustín I? ¿Si las garras de la joven Aguila que se ven pintadas en ésta,
oprimen o hieren con más fuerza que las del viejo León hispano que se mira
en las armas de aquellas que dominaran la América por tres siglos?

Esta guerra, tan fecunda en hechos que ilustraron las armas del Gobierno
Nacional, que no fue menos abundante en sucesos que justificaron más y
más la causa de los liberales vencedores, arrojó sin embargo elementos
funestos de discordia. A éstos se unió el descontento, que naturalmente
debió producir una Administración de diez años, continuamente contrariada
por los hábitos que dejara el Gobierno absoluto, cuyos resortes tocasteis
con oportunidad para preparar la revolución de 1840.

Vosotros, apoyados en el fanatismo religioso, destruisteis en el Estado de


Guatemala las obras que los demócratas consagraron a la libertad, en tanto
que los bárbaros las hollaron con su inmunda planta.

La profesión de los derechos del pueblo –la ley de la libertad de imprenta- la


que suprimió las comunidades religiosas- la que creara la Academia de
Ciencias, en que se enseñaban los principales ramos del saber humano,
repuesta por vosotros con la antigua Universidad de San Carlos –la
del hábeas corpus- los códigos de pruebas, de procedimientos y de juicios,
obra del inmortal Livingston5, adoptadas con el mejor éxito, y tantas otras,
5
Nota de Anarella Vélez: David Livingstone (médico y misionero británico,1813-
1873) explorador de África, se distingue de otros exploradores por su lucha constante contra la
esclavitud

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#SoyMMV

fueron al momento derogadas por vosotros y el vacío que dejaron estos


monumentos del patriotismo lo llenasteis con nombres odiosos, que
recordarán al pueblo su antigua esclavitud y sus tiranos.

En los Estados de Nicaragua y Honduras, los justos deseos de reformas, no


satisfechos con las que hiciera el Congreso en 1831 y 1835, fueron de nuevo
excitados por dos folletos que escribió el ex-Marqués de Aycinena. En ellos
pretendía éste probar que no estábamos bien constituidos, porque los
Estados, como en Norte América, no fueron antes que la Nación, y porque la
Constitución Federal es más central que la de aquella República.

Proposiciones en su origen insidiosas, risibles en su aplicación y que han


merecido el deprecio de los hombres sensatos.

Pretender que las Constituciones de nuestros Estados debieran existir antes


que la general, es pedir un imposible, porque los españoles, que nunca
fueron ni tan ilustrados ni tan generosos como los ingleses con sus colonos,
no nos permitieron otra ley que la voluntad del soberano.

Asegurar que por esta falta no estamos bien constituidos y somos


desgraciados, es ignorar las causas que han contribuido a la felicidad de
aquel pueblo afortunado.

Afirmar que la Constitución Federal de Centro América es más central que la


de los Estados Unidos del Norte, es un insulto que no podrá sufrir con
paciencia el que haya hecho una comparación de las leyes.

En fin, atreverse a asegurar ante el público tantas falsedades juntas, es


abusar demasiado de su sencillez y buena fe, y del silencio que han
observado los centroamericanos ilustrados que conocen que ni los
norteamericanos pudieron hacer su felicidad copiando las Constituciones
democráticas que habían servido a otros pueblos, ni el de Centro América,
en su actual estado, hará la suya adoptando la Ley Fundamental de aquella
República si no puede trasplantar al mismo tiempo el espíritu que le da la
vida.
Pero Aycinena sólo ha tenido por mira, al propagar estas doctrinas, producir
una revolución, -¡Ojalá sea más afortunado en esta vez que lo fuera con su
familia en la del Imperio mexicano, que defendieron con tanto ardor!
Si el Duque de Orleans encontró en la guillotina el castigo de haber
anarquizado al pueblo francés, aparentando para subir al trono ideas
liberales que no profesara, descendiendo de lo grande a lo pequeño, debe
tener igual suerte Aycinena, que usa de los mismos medios para recobrar
sus honores.

Ni el oro del Guaya, ni las perlas del Golfo de Nicoya, volverán a adornar la
corona del Marqués de Aycinena; ni el pueblo centroamericano verá más
esta seña oprobiosa de su antigua esclavitud; pero si alguna vez brillase en
su frente este símbolo de la aristocracia, será el blanco de los tiros del
soldado republicano.

Y para que nada faltase de ignominia y funesto a la revolución que habéis


últimamente promovido, apareció en la escena el salvaje Carrera,
llevando en su pecho las insignias del fanatismo, en sus labios la
destrucción de los principios liberales y en sus manos el puñal que asesinara
a todos aquellos que no habían sido abortados, como él, de las cavernas de
Mataquescuintla.6 Este monstruo debió desaparecer con el cólera morbus
asiático que lo produjo. Al lado de un fraile y de un clérigo7 se presentó por
la primera vez revolucionando los pueblos contra el Gobierno de Guatemala,
como envenenador de los ríos que aquellos conjuraban, para evitar,
decían, el contagio de la peste. Y contra este mismo Gobierno, fue el apoyo
de los que en su exasperación le dieron parte en la ocupación de la ciudad
de Guatemala, Fue su peor enemigo cuando estos quisieron poner término a
sus demasías y vandalismo, y su más encarnizado perseguidor y asesino
cuando el salvaje se uniera con vosotros.

6
Nota de Anarella Vélez: Mataquescuintla está ubicado en la zona oriental de la República de
Guatemala, dentro de la jurisdicción del departamento de Jalapa.
7
Lobos, cura de Santa Rosa, y Aqueche, de Mataquescuintla. Nota del Gral. Morazán.

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#SoyMMV

Es necesario que no se ignore la conducta de este insigne malvado, que ha


excedido con sus crímenes a todos los tiranos sin conocerlos. Su vida forma
una cadena no interrumpida de delitos, acompañada de circunstancias
horrendas.

El fusilamiento de varios jueces de circuito, en cuyo número se cuenta el


ciudadano F. Zapata, que ejercía sus funciones en Jalpatagua8, es de este
número.

Como en todos los pueblos, lo primero que hizo Carrera fue incendiar en la
plaza la ley que establecía el juicio por jurados, y los códigos que eran el
espanto de los malvados, porque se habían sentenciado en pocos días, con
arreglo a ellos reos de muchos años.

En seguida hizo colocar al juez Zapata en el lugar destinado al suplicio, a


tiempo que pasaban de camino, para la ciudad de El Salvador, las señoritas
Juana y Guadalupe Delgado. Juzgando sin duda, el malvado asesino, que
todos tenían un corazón que se complaciera como el suyo con la muerte de
la inocente víctima, las obligó a presenciar la ejecución, a pesar de sus
súplicas y lágrimas para evitarla, y de sus esfuerzos para separarse de
aquella escena de horror.
El rapto, entre tantos raptos, de una joven doncella que vivía con sus padres
en la hacienda de la Laguna de Atescatempa 9 , fue acompañado de
circunstancias que no deben ignorarse.
Carrera, que había visitado a esta honrada familia, y de ella recibió diversas
insinuaciones de cariño, quiso retribuirlas con un crimen, como acostumbra.

Para ocultar el malvado su perfidia la que era el objeto de sus torpes deseos,
recurrió a otro crimen, que pudo producir peores consecuencias por el gran
compromiso en que puso a su Gobierno.

8
Nota de Anarella Vélez: Jalpatagua, planicie ubicada en la región oriental de Guatemala.
9
Nota de Anarella Vélez: Atescatempa, Jutiapa, Guatemala.
Hizo disfrazar a un oficial para que, a la cabeza de algunos soldados que
debieran suponerse salvadoreños, y por consiguiente enemigos, ocupasen
en la noche la casa de la hacienda. A pretexto de los dueños de ella hicieron
servicios a Carrera, tenían orden de reducirlos a prisión y conducir a la joven
hacia el Estado de El Salvador. El bandido, con un considerable número de
soldados, debía encontrarse con ellos en el camino, y éstos contestar al
¿quién vive? El Salvador libre. A esta palabra de guerra se convinieron
hacerse, mutuamente, fuego las dos fuerzas. Sin usar de las balas,
dispersarse los fingidos salvadoreños en seguida y dejar en sus manos la
causa inocente de tanta maldad para exigirle su deshonra en premio de
haberla salvado.

Todo se habría ejecutado a satisfacción de Carrera, si la Divina Providencia


no hubiera destinado, en justo castigo, una bala que se introdujera en el
pecho cuando se batían, en apariencia las dos partidas. Esta bala, en
concepto de algunos, se puso por casualidad en el fusil; pero otros creen
haber sido dirigida por la venganza del oficial que había sido, en otro
tiempo, maltratado por Carrera; lo cierto es que se le condujo preso a
Guatemala, con los soldados que le acompañaban para cumplir las órdenes
de su General.

La gravedad de la herida, que lo obligara a sacramentarse, no le hizo olvidar


el único trofeo de su infernal campaña, que condujo por la fuerza a su
cuartel general de Jutiapa. La joven tuvo el profundo sentimiento de que su
criminal raptor sanase de la herida, y su desgraciada familia sufrió su
deshonra sin quejarse.
La noticia de este hecho obligó a separase del Gobierno al Presidente del
Estado de Guatemala, ciudadano Mariano Rivera Paz, para andar 27 leguas
de mal camino, con el único fin de expresar al malvado el sentimiento que le
causara ver derramar la sangre preciosa del caudillo adorado de los pueblos.
Sangre que con estas mismas palabras, tuvo el descaro de reclamar al
Gobierno del Estado de El Salvador, llevando adelante, para paliar el crimen
cometido por Carrera, la infame trama que éste urdiera para ocultarlo.

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#SoyMMV

La muerte del Diputado Cayetano Cerda, que lo obligara Carrera a cenar en


su mesa en señal de amistad, y la mandara asesinar en seguida por el mismo
centinela que lo guardaba.

La muerte que dio con su propia lanza a un elector de Cuajiniquilapa10, que


se negó a prestarle su voto.

El asesinato de todos los heridos del 19 de marzo en la plaza de Guatemala,


ocupada a la bayoneta, evacuada después, rompiendo la línea enemiga, por
falta de municiones y por no haber encontrado los auxilios que ofrecieron
los liberales. Asesinato tanto más criminal, cuanto que se habían tratado con
las debidas consideraciones al oficial Montúfar11 y 35 soldados que se
tomaron prisioneros en la acción, y respetado al padre Obispo y Canónigos
que se encontraron en la catedral, confundidos con los soldados enemigos
que se batieron con los nuestros dentro del mismo edificio.

La muerte que dio a cuarenta de los más distinguidos ciudadanos de


Quetzaltenango, en cuyo número se cuentan las autoridades municipales,
después de haber rescatado a muchos de ellos la vida, esposas y hermanas
con grandes sumas de dinero que Carrera recibió, son los menores delitos
que ha cometido este malvado.

A este monstruo estaba reservada la invención diabólica de acompañar con


su propia guitarra los movimientos del Señor Lavangnini, a quien obligaba a
danzar, y los últimos ayes de las cuarenta víctimas que asesinó el 2 de abril
en la misma plaza de Quetzaltenango, para acostumbrar así los oídos del
pueblo y prepararlo a nuevas matanzas.
A este monstruo estaba reservado el acto de mayor inmortalidad y perfidia,
que ejecutó en la propia ciudad de Quetzaltenango. Habiendo prevenido al
pueblo que se presentase en la plaza a una hora señalada, bajo la pena de
muerte, cuando se encontraba ya reunido, mandó saquear a su tropa toda
la ciudad que contiene 25,000 habitantes.

10
Nota de Anarella Vélez: Cuajiniquilapa, ubicada en Chinandega, Nicaragua
11
Manuel Montufar, sobrino del autor de las Memorias de Jalapa. Nota del Doctor Montúfar.
A este monstruo estaba, también, reservado enterrar a los vivos, como lo
ejecutó con un vecino respetable del pueblo de Salamá, porque le faltaban
mil pesos en que había valorado su vida. A pesar de que su familia le
presentó alhajas en doble valor, lo introdujo, sin embargo, en la sepultura
que le había obligado a cavar, y lo cubrió de tierra hasta la garganta,
dándole después grandes golpes en la cabeza, que le produjeron la muerte,
lo abandonó a su inocente familia, que su desolación derramaba lágrimas
sobre el cadáver, cargando en seguida el bandido con el vil precio de su
infame asesinato…………………………

Pero ¿cuál es el delito que no ha podido perpetrar ese malvado? Existe uno
¡quien lo creyera!, que sólo estaba reservado a vosotros: ¡dar a Carrera, en
precio de tanto crimen, el poder absoluto que hoy ejerce en el Estado de
Guatemala por vuestros votos!!!

Que nuestros conciudadanos que han presenciado todos estos hechos,


desde las prisiones de Belén en 1812, hasta las matanzas de Carrera en la
ciudad de Quetzaltenango, en 1840, juzguen y decidan ahora si tenéis algún
título para llamaros centroamericanos, y cuáles son los nuestros. Y si, como
esperamos, la justicia decide en nuestro favor: si los pueblos patriotas de
que se componen los Estados de Nicaragua, Honduras, El Salvador, Los Altos
y parte de Guatemala, han descubierto vuestras pérfidas miras, preparaos,
no sólo a abandonar la República, sino a andar errantes, como los hijos de
Judea, tras la patria de los tiranos, que buscaréis en vano. Si, en vano,
porque la libertad que habéis combatido tantas veces derramando la sangre
de sus mejores defensores, ha recobrado el imperio del orbe, que por un
don del cielo ejercía en los primeros tiempos. Los pueblos de ambos
mundos profesaban ya su culto; los Gobiernos del nuevo son obra suya, y los
del antiguo caen y se precipitan a su voz para no reaparecer más sobre la
tierra.

David, 16 de julio de 1841


Francisco Morazán

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#SoyMMV

TESTAMENTO DE FRANCISCO MORAZÁN

San José

15 de septiembre de 1842

Día del aniversario de la independencia cuya integridad he procurado


mantener.

En el nombre del autor del universo en cuya religión muero.

Declaro: Que todos los intereses que poseía, míos y de mi esposa, los he
gastado en dar un Gobierno de Leyes a Costa Rica, lo mismo que dieciocho
mil pesos y sus réditos, que adeudo al señor General Pedro Bermúdez.

Declaro: Que no he merecido la muerte, porque no he cometido más falta


que dar libertad a Costa Rica y procurar la paz a la República. De
consiguiente, mi muerte es un asesinato, tanto más agravante, cuanto que
no se me ha juzgado ni oído. Yo no he hecho más que cumplir las órdenes de
la Asamblea, en consonancia con mis deseos de reorganizar la República.

Protesto que la reunión de soldados que hoy ocasiona mi muerte, la he


hecho únicamente para defender el departamento de El Guanacaste,
perteneciente al Estado, amenazado, según las comunicaciones del
Comandante de dicho departamento, por fuerzas del Estado de Nicaragua.
Que si ha cabido en mis deseos el usar después de algunas de estas fuerzas
para pacificar la República, solo era tomando de aquellos que
voluntariamente quisieran marchar, porque jamás se emprende una obra
semejante con hombres forzados.
Declaro: Que al asesinato se ha unido la falta de palabra que me dio el
comisionado Espinach, de Cartago, de salvarme la vida.

Declaro: Que mi amor a Centroamérica muere conmigo. Excito a la


juventud, que es llamada a dar vida a este país que dejo con sentimiento
por quedar anarquizado, y deseo que imiten mi ejemplo de morir con
firmeza antes que dejarlo abandonado al desorden en que
desgraciadamente hoy se encuentra.

Declaro: Que no tengo enemigos, ni el menor rencor llevo al sepulcro contra


mis asesinos, que los perdono y deseo el mayor bien posible.

Muero con el sentimiento de haber causado algunos males a mi país,


aunque con el justo deseo de procurarle su bien; y este sentimiento se
aumenta, porque cuando había rectificado mis opiniones en política en la
carrera de la revolución, y creí hacerle el bien que me había prometido para
subsanar de este modo aquellas faltas, se me quita la vida injustamente.

El desorden con que escribo, por no habérseme dado más que tres horas de
tiempo, me había hecho olvidar que tengo cuentas con la casa de Mr.
Marcel Bennet, de resultas del corte de maderas en la Costa Norte, en las
que considero alcanzar una cantidad de diez a doce mil pesos, que
pertenecen a mi mujer en retribución de las pérdidas que ha tenido en sus
bienes pertenecientes a la hacienda de Jupuara, y tengo además otras
deudas que no ignora el señor Cruz Lozano.

Quiero que este testamento se imprima en la parte que tiene relación con
mi muerte y los negocios públicos. Francisco Morazán.

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#SoyMMV

El testamento de Francisco Morazán es la página más bella de nuestra


historia. Es la hoja, dijo Marco Aurelio Soto, en que debieran aprender a leer
todos los niños de Centro América.

Morazán dictó a su hijo Francisco el glorioso testamento, pocas horas antes


de marchar al patíbulo, en medio de los gritos de odio de las muchedumbres
ignorantes y fanáticas.

Para mayor vergüenza de Centro América, Morazán fue fusilado el 15 de


septiembre; y a la noticia de su muerte repicáronse las campanas en
Nicaragua y en Honduras, celebrando el triunfo de la barbarie y la opresión.

Un testigo de la tragedia dice: "El hombre era guapo, porte de guerrero, alto
y esbelto. Vestía un traje civil, su fisonomía revelaba firmeza, su mirada
centellaba. No quiso ocupar el banquillo, permaneció de pie. Se descubrió;
en la cabeza brillaban pocas canas. Con voz segura, entera, exclamó
santiguándose:

–En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Después, como si se tratara de una maniobra militar:

–¡Soldados, preparen armas! ¡Apunten, fuego!"

Así murió el más grande hombre que ha producido Centro América. Con
ningún otro hombre público del Istmo ha estado unido tan íntimamente el
destino de la Patria como con Francisco Morazán. Quiso legarnos una Patria
grande, más las tinieblas no lo comprendieron.

Casi todos los próceres de América tuvieron alguna vez un desfallecimiento,


un paso en falso. La vida de Morazán siguió una línea recta. Desde su
aparición en la escena pública hasta su muerte, fue ejemplo de sinceridad
cívica, de ardoroso amor a la patria, de valor legendario y de ecuanimidad y
desinterés personal en todos sus actos.
Francisco Morazán goza de menos fama que Simón Bolívar y Jorge
Washington, solo porque el teatro de sus hazañas fue pequeño; y porque las
maquinaciones de las clases privilegiadas, la ignorancia y el fanatismo
religioso, malograron sus empeños en engrandecer estos pueblos.

No es posible leer el testamento de Morazán sin que se encienda en nuestro


pecho la llama de la admiración y el patriotismo. Libre de odio y
mezquindad, en todas sus líneas palpita la grandeza moral, la visión del
genio y su amor a Centro América.

MORAZÁN

El diplomático y viajero norteamericano John L. Stephens, conoció a


Morazán en Guatemala en momentos en que Carrera ponía sitio a dicha
ciudad, y en su obra "Incidentes de Viaje en Centro América, Chiapas y
Yucatán", lo describe así:

"El General Morazán, acompañado de varios oficiales, estaba parado en el


corredor del Cabildo; una gran fogata había frente de la puerta, y sobre una
mesa que estaba junto a la pared, una candela encendida y varias tazas de
chocolate.

Él era como de 45 años de edad, de cinco pies diez pulgadas de altura,


delgado, con bigote negro y barba de una semana, con levita militar
abotonada hasta el cuello y espada al cinto. Estaba sin sombrero y su
fisonomía era dulce e inteligente.

Aunque todavía joven, durante diez años había sido el primer hombre del
país y ocho años presidente de la República. Se había levantado y sostenido
por su pericia militar y su valor personal; siempre conducía él mismo sus
tropas y había estado en muchos combates, siendo alguna vez herido pero
nunca derrotado".

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#SoyMMV
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#SoyMMV

Manifiesto de David
Durante los años de exilio, Morazán retoma el estudio, donde tiene la
oportunidad de leer algunas obras de autores como Montesquieu.
Esto contribuye al cambio de rumbo de su pensamiento e incluso
el reconocimiento de algunos errores cometidos durante sus
gestiones como Presidente de la Federación Centro Americana.

Esto da origen a este rico documento el Manifiesto de David


escrito en la ciudad de David ubicada en la Gran Colombia y en lo
que es ahora Panamá el 16 de julio de 1841.

Testamento de Francisco Morazán


El testamento de Francisco Morazán es la página más bella de
nuestra historia. Es la hoja, dijo Marco Aurelio Soto, en que
debieran aprender a leer todos los niños de Centro América.

Octubre 2014

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