Educ. Cristiana 2019

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

INTRODUCCION

Una de las más grandes necesidades de las que adolece la iglesia del mundo cristiano actual
es la falta de aplicación de una metodología educativa con base a los principios cristianos
fundamentales. Dicha necesidad encuentra su razón en la poca o casi nula disposición de
herramientas y recursos metodológicos para el adiestramiento y desarrollo educativo de
cristianos en la iglesia local. Sumado a esto, encontramos la imperiosa influencia de patrones
educativos seculares que en muchas ocasiones han ocupado el primer lugar en la enseñanza
eclesial.
El presente Curso ofrecer una respuesta a esa necesidad desde una cosmovisión bíblica y
cristiana, proporcionando a los líderes y maestros cristianos un conjunto de herramientas
cognoscitivas que los prepararán para la labor educativa en la iglesia; un conjunto de
metodologías que lo llevarán a tomar actitudes concretas y un conjunto de programas que le
permitirán desarrollar habilidades a favor del desarrollo educativo de la iglesia local en el
contexto en que se encuentre.
En las siguientes páginas se harán una introducción a la educación cristiana eclesial y luego
se iniciará el viaje por medio del cual se explorarán cada una de las áreas que ésta implica,
tales como el estudio del maestro, lo métodos de enseñanza, conocimiento y control del grupo
de estudio y los diferentes programas de educación cristiana que pueden desarrollarse en la
iglesia local. Por lo cual, se invita al estudiante del Curso a iniciar el camino de la preparación
en educación cristiana del cual se espera obtener muchos beneficios en la edificación de la
iglesia de Dios, la cual es el cuerpo de Cristo y necesita ser edificada sobre una base
educativa de principios bíblicos.

I. EDUCACION PROCESO FORMATIVO DEL HOMBRE

II. LA EDUCACION EN LA PERSPECTIVA BIBLICA


Hay tantas ocasiones en las que nosotros y nosotras nos embarcamos en la realización de
una tarea. Tarea que hacemos porque nos gusta y por lo tanto derrivamos satisfacción en su
realización. En algún momento hemos recibido entrenamiento especial para ella, en otros,
parte solo de nuestra propia intuición, o de lo que hemos visto hacer por tanto tiempo. Cada
práctica de una profesión o vocación debe, no obstante, lo bien que creamos que lo estamos
haciendo, lanzarnos a una reflexión que nos permita darle un contenido teórico, filosófico y
teólogico a la misma. Ello requiere nuestro profundo compromiso con tal práctica, de tal
manera que nos lance en su esquematización, a modo de poder servir mejor a aquellos y
aquella que intentamos servir, entenderemos Educación Cristiana como:
«el proceso a través del cual la comunidad de fe se concientiza y transforma, a la luz de su
relación con Dios en Jesús como el Cristo, que le llama a vivir el amor, la paz y la justicia
consigo mismo, con su prójimo y con el mundo; en antelación del Reinado de Dios»
LA EDUCACIÓN CRISTIANA COMO PROCESO
Podemos entender proceso como el cambio que ocurre por medio de una serie de acciones o
eventos. El proceso denota una acción progresiva a través de esa serie de actos o eventos
que producirán cambios, rápidos o lentos, pero que llevarán a una cosa nueva o mejorada.
Una forma de entender ésto es observar los procesos de la naturaleza, como por ejemplo,
una semilla. La semilla tiene la potencialidad de convertirse en el árbol de donde provino, pero
eso no se da en un instante. Ello requiere que la semilla sea plantada o tirada en un lugar
donde haya tierra y agua. A través del tiempo y los diferentes cambios que se producen en

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ella, germinará y comenzará su proceso de crecer, y un día nos dará el fruto del cual ella
salió. Todo esto tomará tiempo, en algunos casos más que en otros.
La Educación Cristiana entendida como proceso, planifica para que a través de una serie de
pasos sistemáticos la gente pueda ser transformada a la luz de las demandas del evangelio.
Este cambio no se produce de un momento a otro. Es un cambio sistemático que demanda
que el individuo sea retado en los contenidos de su fe y que a la vez entienda la historia de la
salvación y la haga suya. Que se apropie de esa historia y que ella se convierta en un poder
transformador. Ello va más allá que el puro conocimiento de los contenidos de una creencia
en particular o los postulados de una doctrina.

UN PROCESO PARA LA COMUNIDAD DE FE


En muchos momentos se ha pensado en la Educación Cristiana como un proceso para hacer
la gente miembro de la iglesia. Se les educa o se les catequiza para que vengan a ser parte
de la comunidad de la fe. Otros han interpretado la tarea de la Educación Cristiana como
evangelizar a los nuevos miembros, a los niños, a las niñas y a los jóvenes. El objetivo final de
este tipo de educación es hacerlos parte de la comunidad de la fe.
En nuestra definición, cuando pensamos en la Educación Cristiana como un proceso no
estamos pensando sólo en los miembros nuevos, sino en toda la comunidad de la fe. La
educación es un proceso de toda la vida. No puede existir un cristiano que diga que ya no
necesita educarse, que no necesita crecer en la fe, o en el conocimiento de la historia, de la
teología, de la Biblia, del arte, de la música de la iglesia, del pensamiento histórico y doctrinal
de la iglesia o de como la fe ha sido testificada a través de los siglos por seres comprometidos
con el evangelio. Es por lo tanto que afirmarmamos que la Educación Cristiana es un proceso
que dura toda la vida y que va dirigida a la totalidad de la iglesia, no importa donde ésta se
encuentre.
Es ahí donde la educación Cristiana se hace crucial para la comunidad como un ministerio
indispensable e impostergable para ella. Entendido en ese sentido, tenemos que afirmar que
la iglesia tiene que ser más intencional en su programacion. Tiene que partir de la premisa
que todo el programa de la comunidad de la fe es uno que educa. Que existen formas
intencionales, como la Escuela Bíblica, (y si ustedes notan es la primera vez que la
nombramos aun cuando hace rato estamos hablando de educación Cristiana), el estudio
bíblico, el sermón, los cursillos bíblicos, etc., que son parte fundamental de un programa
educativo. Pero también existen formas incidentales en las cuales se puede dar el proceso de
aprendizaje. Algunos programas de las organizaciones de la comunidad de la fe, aun cuando
no tienen unos objetivos educativos trazados sistemáticamente, propenden la educación
Cristiana. Algunos de esos programas son debates, discusiones de grupos en las
organizaciones, retiros y otros.
LA CONCIENTIZACION DE LA COMUNIDAD DE LA FE
Para nosotros la Educación Cristiana tiene dos funciones básicas, la concientización y la
transformación. En este momento nos vamos a concentrar en discutir el concepto de la
concientización de la comunidad de la fe.
El término concientización ha sido usado extensamente por el pedagogo cristiano brasireiro
Paulo Freire. A tráves de sus obras se puede descubrir la riqueza de este término. Pero
mucha más importancia en el diseño de nuevas formas pedagógicas para nuestro contexto
latinoamericano.
Freire entiende concientización como:

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«el proceso de decodificar la realidad, o sea, desnudar la realidad de tal forma que podamos
entender los mitos que forman la estructura de dominación que perpetúa, de tal manera que la
gente se disponga a cambiar la realidad en dirección de la humanización.»
Cuando Paulo Freire habla de codificación y decodificación se refiere a lo siguiente, la
realidad nos llega a nosotros en formas codificadas. Esto es, en representaciones
existensiales de una situación donde sus elementos constitutivos están en interacción y
parecen lógicamente aceptables. Esta codificación puede darse como elementos verdaderos
o elementos míticos. Los elementos verdaderos son aquellos congruentes con el proceso
humanificador. Los elementos míticos son aquellos utilizados como herramienta
deshumanizante.
En términos religiosos también existen muchos mitos que nos llegan como parte de la
realidad, sólo para nombrar algunos diremos; el mito de que el cristianismo es sinónimo de
democracia. El mito de que el único propósito misionero moderno era expandir el cristianismo
en América y el Caribe. El mito de que ser humilde es aceptar ser pisoteado. El mito de que la
paciencia cristiana es esperar que Dios actúe. El mito de que la iglesia es la única que Dios
usa en su plan de salvación. El mito de que la paz es soportar en amor todo lo que se nos
haga. El mito de que sólo mi grupo tiene la verdad. El mito de que la vida externa es
testimonio de la interna.
La irrupción del Verbo de Dios en la historia marca el comienzo de un despertar a la
erradicación de los elementos míticos de la realidad. Jesús como el Cristo se encuentra con
un mundo constituído sobre unos principios religiosos antiguos que propendían la
perpetuación de un sistema dominado por una clase poderosa, los fariseos, en contra de las
multitudes pobres y desamparadas de la sociedad judía. La ley se convirtío en el elemento
mítico a través del cual se castigaba a aquellos y aquellas que por razones de las mismas
condiciones quedaban atrapados en la encrucijada de la necesidad. El fariseo, al igual que el
saduceo; interpretaba, entonces, que su posición era consecuencia de su justicia (entendida
en términos veterotestamentarios) mientras que los males y pobrezas de los otros eran
consecuencia de su pecado.
¿Qué pertinencia tiene para los educadores cristianos conocer sobre la codificación o la
introducción de los elementos míticos de la realidad? Mucha. La educación es básicamente
una tarea política. Ha sido de una o de otra manera utilizada para la domesticación de los
pueblos, o sea, para hacer que los pueblos respondan a los intereses de las clases
dominantes (que por ende controlan los sistemas educativos de los países) y puedan aceptar
sus mitificaciones de la realidad. Este proceso que se ha definido como «socialización» (y que
es uno de los objetivos universales de la educación) es una tarea política de la educación.
Trata de ajustar al individuo para que acepte la realidad tal como se le presenta, sin ser crítico
de ella. Y si por casualidad se critican los males de la sociedad, lo hace poniendo la culpa en
los desposeídos y no en las raíces mismas de los problemas sistématicos.
La educación Cristiana tiene dos tareas básicas, concientización y transformación. La
concientización es un proceso que abarca niveles diferentes, el despertar de la conciencia y la
concientización.
El despertar de la conciencia (conciousness) busca capacitar a la gente para distinguir y
decodificar la realidad. Implica guiarles para que comprendan lo que hemos descrito como los
elementos míticos de la realidad y descubran (por sí mismos y mismas) como estos
elementos se manifiestan en medio de las situaciones cotidianas de la vida.
Además, el despertar de la conciencia es una forma de llevar a la gente para que entiendan la
bendición de la vida como el regalo más grande que Dios nos ha dado, tan grande que fue

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autentificada en la resurreción de Jesucristo, y para que pueda obtener una plena satisfacción
en ella.
El evento mesiánico que como cristianos postulamos debe tener dos características
fundamentales, la humanización y la redención. La humanización, en cuanto que en Jesús
como el Cristo se superan las condiciones enajenantes del pecado, y el ser humano viene a
ser nuevamente la imagen de Dios. Por otro lado, y tal como lo expresa Filipenses en la
Kenosis; Jesús no se afana en ser igual a Dios, sino que por el contrario, se anonada,
haciéndose igual a los seres humanos.
En segundo lugar está la redención. La redención o el redimir es liberar al esclavo de los
yugos de la esclavitud. Hoy, más propiamente, le llamamos proceso de liberación. Los yugos
de la esclavitud siguen presentes, pero se manifiestan en formas totalmente diferentes. Se
manifiestan en colonialismo y neo-colonialismo, en injusticia, en pobreza, en explotación, en
persecución y desapariciones, en invasiones, en guerras, en experimentación con seres
humanos, en discrimen racial, social y económico, en explotación religiosa, en explotación
sexual, en ostracismo, y otros. Todas ellas y muchas otras más son marcas de los pecados
sociales y políticos de nuestro mundo que en muchas ocasiones se nos pasa a nosotros como
parte de la realidad histórica que no debe ser puesta en tela de juicio, pero que son elementos
de los cuales nos tenemos que liberar para poder vivir la verdadera humanidad en libertad.
El proceso de concientización no se limita al «despertar de la conciencia», sino que va más
alla. A ese segundo nivel le llamamos concientización. Si el despertar de la conciencia es el
descubrimiento o es mitificación de la realidad, una vez que la descubrimos tenemos que
hacer algo para cambiar las condiciones enajenantes o deshumanizantes que generan. A ese
proceso le llamamos praxis.
Praxis es acción. Es el tomar la realidad histórica para transformarla de tal manera que
podamos como humanos vivir a la altura que Dios nos reveló en Jesús como el Cristo. Dicha
actividad no puede ser caprichosa, sino que es intencional. Tampoco puede darse sin
reflexionar sobre ella, o de lo contrario se convertiría en puro activismo. Pero no es el análisis
sistemático que ha utilizado la teología contemporánea desde el escritorio de la escuela
teológica; esto es academia.
La tarea de la educación Cristiana, así como del mensaje profético de la iglesia es
conscientizar al pueblo cristiano para que se re-descubra, a tráves de la Gracia de Dios y la
iluminación del Espirítu Santo, cual es su llamamiento en medio de los tiempos y en medio de
la historia. Especialmente, ese descubrimiento se hace imprescindible en estos momentos
donde nuestro mundo parece haber perdido esperanza de una mañana de resurrección.
Tenemos que gritar a voces que nuestro mundo está así, no por voluntad de Dios, sino como
consecuencia del pecado systématico de nuestro mundo que enajena, embrutece y
empobrece cada día mas a las masas más desafortunadas. Estas vienen a ser víctimas de
sus opresores y de sus propios temores. En ese sentido la iglesia tiene una praxis crítica que
realizar en nuestro mundo, la praxis liberadora del evangelio. Esa tarea es resultado del
despertar de nuestra conciencia y de la concientizacion que como producto de los procesos
educativos cristianos podamos realizar a fin de que seamos fieles al evangelio y a aquel que
nos ha llamado a reconciliar al mundo con Dios. Y no hay posible reconciliación con Dios
mientras no logremos romper las ataduras de esclavitud que nos enajenan de Dios y de los
demás seres humanos.
LA TRANSFORMACIÓN DEL SER HUMANO Y LA SOCIEDAD
Hemos dicho que hay dos conceptos básicos en nuestra definición. Uno ya lo hemos tratado,
la concientización. El otro concepto es la «transformación.» Si nos preguntáramos qué quiere
decir transformar, podríamos contestar; «cambiar de forma.» Sin embargo, esta palabra debe

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tener un significado mucho más profundo. Para encontrar ese significado recordamos a un
teólogo moderno, H. Richard Nieburh, quien en su libro «The Meaning of Relevation,» define
transformación como «metanoia.» Y metanoia es: «la revolución permanente que transforma
la vida bajo la influencia continua de la iniciativa divina.»
Esa iniciativa para Nieburh es la revelación de Dios. Entonces define revelación como:
«la auto-apertura de Dios es esa revolución permanente en nuestra vida religiosa por medio
de la cual toda la verdad religiosa es dolorosamente transformada y todo comportamiento
religioso es transfigurado por medio del arrepentimiento y de una nueva fe.»
Esa «Metanoia» es lo que permite el evento de Damasco en el cual Saulo de Tarso es
confrontado por Dios y su vida toma un cambio radical. Pero para Saulo poder adquirir el
poder de ser discípulo tuvo que haber un Ananías que le explicara, que le abriera los ojos a la
nueva verdad. Y hubo un período de estudio para Pablo que le permitió asimilar el evangelio y
transformar su verdad religiosa y su comportamiento.
Ese nuevo cambio es el que Jesús le propone a Nicodemo, cuando le dice «tienes que nacer
de nuevo.» Y Nicodemo no entendió lo que Jesús le quería decir. Su verdad religiosa como
fariseo tenía que ser cambiada y su estilo de vida necesitaba ser transformado. Tenia que
comenzar allí donde comienzan los niños de Israel, sin valor social. Pensamos que aunque el
Nuevo Testamento no nos da muchos detalles de Nicodemo, después de esa experiencia con
Jesús, de alguna forma fue impactado ya que reaparece durante el sepelio de Jesús.
Ahora debemos mencionar que esa transformación es un proceso largo y doloroso. Implica la
auto-negación de nuestros deseos personalistas o egocentristas para dar cabida a Dios como
el centro de nuestra existensia. No es un cambio que ocurre de la noche a la mañana. Es un
proceso doloroso que implica una nueva forma de ver la realidad y nuestra posición humana
dentro de todo el plano redentor de Dios.
Pero en esa transformación nosotros somos movidos a transformar la realidad que nos rodea.
Esa es una diferencia básica entre este entendimiento y la teología fundamentalista. La
salvación que Dios provee tiene para nosotros un carácter universal, o sea, que todo el
universo de Dios está tocado por ella y no escapa a su poder transformador. Pensar que
haciendo a todo el mundo cristiano vamos a cambiar el mundo es una idea «naive». A lo largo
de la historia muchos cristianos han confesado la fe, y han estado en posiciones de poder,
pero han usado ese poder para su beneficio o el beneficio particular de su movimiento
religioso. Y hay páginas en la historia donde la iglesia ha escrito con sangre de los inocentes
su distanciamiento de la voluntad transformadora de Dios.
La única transformación posible es cuando nosotros como cristianos y cristianas comenzamos
a vivir el amor, la paz y la justicia. Y para describir esto necesitaríamos otro libro más. Dios
nos llama como hijos e hijas suyos a vivir el amor con nuestro prójimo, con el mundo y con
nosotros mismos. La única posibilidad de transformación de la realidad que nos rodea es a
través de una metanoia colectiva y de una praxis del evangelio de Cristo.
La educación Cristiana tiene que proveer los medios a través de los cuales dicha
transformación pueda ser efectiva. Nos parece que el énfasis que se le ha dado a la
educación Cristiana en los Estados Unidos esta caracterizado por un concepto de que la
educación Cristiana es para los niños. Los adultos de la iglesia adoran, los niños toman
educación Cristiana. Una de las sugerencias básicas de los investigadores en el campo del
desarrollo de la fe es que es crítico el que los adultos (Jóvenes, Jóvenes Adultos y Adultos)
estén sometidos a procesos educativos específicos a fin de que puedan ser transformados.
Esto plantea una enorme responsabilidad en los educadores cristianos, puesto que tienen en
sus manos el poder de un ministerio que Dios les ha dado para ser instrumentos en ese
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proceso de concientización y transformación, para poder entender como esta con ellos «aun
tierra de extraños», y como ellos y ellas pueden hacer de esta sociedad una sociedad menos
racista, menos secular, más justa y más humana.
Por último queremos afirmar que si esperamos que el Reinado de Dios venga, como
afirmamos en el Padre Nuestro; somos nosotros los que hemos sido llamados a hacer ese
Reinado posible. Los políticos no lo van a hacer, las corporaciones no lo van a hacer, lo tiene
que hacer la iglesia de Cristo. Es nuestra tarea como hijos e hijas del Rey de los Reyes

III. FUNDAMENTOS, PRINCIPIOS DE LA EDUCACION CRISTIANA

Cuando escucha las palabras “Educación Cristiana”, ¿qué le viene a la mente? ¿Piensa
solamente en la “Escuela Dominical”? ¿O piensa en la totalidad de la Educación que se
considera Cristiana? La Escuela Dominical ciertamente es una parte importante de la
Educación Cristiana, pero ésta también incluye los Centros Educativos Cristianos (educación
preescolar, primaria y secundaria), la Iglesia Infantil, Capacitación para Obreros, Capacitación
para Jóvenes, Educación Musical, Entrenamiento Misionero y Capacitación para el Liderazgo
de la Iglesia. Este último incluye muchas áreas para el desarrollo y crecimiento personal –
Explosión de Evangelismo, Discipulado, Ministerio de Oración, Desarrollo Familiar,
Capacitación para Padres, Consejería Prematrimonial y Matrimonial, Clases de Membresía,
Capacitación en Destrezas Manuales y Artísticas, Capacitación para el Desarrollo de la
Iglesia, Educación sobre el Abuso de las Drogas y el Alcohol, Capacitación en Valores – todos
estos y más están incluidos en el ministerio educativo de la iglesia. ¿Por qué la Educación
Cristiana? ¿En qué consiste? ¿Cómo vamos a implementar programas para la Educación
Cristiana? Dado que la Educación Cristiana es un área interdisciplinaria, busca orientación en
muchas direcciones. Sin embargo, dado que es una disciplina en sí misma, debe formular su
propio punto de vista como base para crear y desarrollar sus objetivos. Las definiciones son,
por lo tanto, de primordial importancia para una clara identidad y objetivos propios, y para un
claro sentido de dirección. (Miller)
La Educación Cristiana es uno de los ministerios claves dentro de la iglesia. Se nutre de la
Biblia, la teología, la historia Cristiana y la experiencia Cristiana para el contenido de sus
enseñanzas. Tiene una herencia de verdad Cristiana para recibir, entender y transmitir.
También es la responsable de nutrir la fe Cristiana en las personas a las que ministra. Es
educación Cristiana.
En 2 Timoteo 2:2 se nos informa que la enseñanza no es un ministerio de mediocridad, sino
un ministerio de multiplicación. Ningún ser humano está totalmente consciente del poder que
reside en la enseñanza. Cada vez que una persona enseña, inicia un proceso que,
idealmente, nunca termina. La iglesia debe enseñar. No es opcional, sino esencial, no sólo es
bueno, sino necesario. La iglesia que deja de educar, deja de existir como una iglesia del
Nuevo Testamento. El Cristianismo debe ser propagado. Jesucristo lo Ordena.
Mateo 28:19-20 enfoca el lente de acercamiento del Espíritu Santo en la Gran Comisión, las
últimas palabras de Cristo resucitado, Cabeza de la Iglesia, a Sus discípulos.
Mateo 28:19-20 – “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Amén.”
La Gran Comisión aparece en cinco ocasiones en el Nuevo Testamento, lo cual indica que no
es un aspecto secundario, sino parte fundamental de la estrategia de nuestro Señor. Mateo
28:19-20 (citado arriba) Marcos 16:15-16 – “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere,
será condenado”. Lucas 24:46-48 – “…y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
Cristo padeciese y resucitase de los muertos al tercer día; y que predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
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Y vosotros sois testigos de estas cosas”. Juan 20:21-23 – “Entonces Jesús les dijo otra vez:
Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto,
sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son
remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos”. Hechos 1:8 – “…pero recibiréis
poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
El mandato de “hacer discípulos” incluye esencialmente la enseñanza. Sin embargo, debemos
tomar en consideración que la enseñanza a la que se llama es de índole particular, a saber, la
enseñanza de “obedecer todo” lo que Cristo ordenó. En otras palabras, Su enseñanza está
diseñada para producir tanto información como transformación. Esta clase de instrucción es
muy demandante e increíblemente difícil de llevar a cabo. Lucas 6:40 pone de manifiesto el
objetivo de Cristo con respecto a Su enseñanza cuando dice: “el discípulo no es superior a su
maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro”. La verdad de Dios no
nos fue revelada para satisfacer nuestra curiosidad, sino para transformarnos a la imagen de
Cristo. No obstante, la educación Cristiana es también educación y debe reflexionar sobre la
pregunta de por qué y cómo ha de llevar a cabo esta tarea. Requiere una filosofía a través de
la cual llegar a algunas conclusiones operativas con respecto a sus objetivos únicos y a los
procedimientos adecuados para lograrlos. Las leyes del aprendizaje son comunes a todos los
campos del conocimiento. Por lo tanto, la Educación Cristiana necesita dominar la psicología
del aprendizaje para poder relacionar estos importantes principios con sus propias tareas de
enseñanza-aprendizaje en la promoción de la fe Cristiana.
De modo que la Educación Cristiana necesita tener un entendimiento de estas instituciones
y fuerzas para poder trabajar en conjunto con ellas de forma constructiva, siempre que sea
posible o para ayudar a los alumnos a enfrentar estos factores cuando son adversos.
La Educación Cristiana es en efecto un área interdisciplinaria y busca orientación en
muchas direcciones”, pero a la vez se mantiene fiel a su mensaje y a sus métodos únicos
como unmedio de la Iglesia Cristiana para el cumplimiento de la Gran Comisión.
Al parecer, se estádesarrollando dentro del mundo Cristiano evangélico un conjunto de convi
ccionescomúnconrespecto a los elementos esenciales para una definición adecuada de la E
ducación Cristiana.Obviamente todavía existen diferencias teológicas y filosóficas, las cuales se
discutirán más
adelante; sin embargo, está surgiendo un consenso que incluye los siguientes factores:
1. La Educación Cristiana en la Iglesia. Parece haber un consenso virtualmente universal de
que la Iglesia, concebida como el Cuerpo de Cristo, tiene un ministerio educacional, y que
este ministerio apoya y contribuye a todos los otros ministerios de la Iglesia. Esto no quiere
decir que los educadores Cristianos están intentando dominar otros ministerios – sino que la
Iglesia busca generar cambio, y en esto consiste el proceso de la educación. Ningún aspecto
del quehacer de la Iglesia puede estar separado de la tarea educacional. Un destacado
educador Cristiano menciona en su libro, La Misión Educativa, que “un programa de
educación Cristiana eficaz…necesita ser planificado a la luz de la misión total de la iglesia”.
(Shinn)
2. La transmisión de una herencia. Existe una firme convicción de que la Educación Cristiana
debe preocuparse por transmitir la herencia Cristiana esencial de fe y vida, es decir, la
doctrina y la ética. Esta herencia se encuentra primeramente en las Escrituras, y además en
la historia y la teología Cristianas. El evangelio Cristiano y la Biblia, los cuales comunican las
“buenas nuevas”, son esenciales en la Educación Cristiana.
3. La importancia del cambio personal. Si alguna vez la Educación Cristiana estuvo centrada
únicamente en el contenido o en la experiencia, ya no es así. La Educación debe involucrar
una viva interacción de ambos elementos. La mayoría de los educadores Cristianos insisten
en que el contenido y la experiencia son esenciales para la educación Cristiana. Los tesoros
de la Biblia, por ejemplo, deben ser relevantes y significativos en la experiencia del alumno
antes de que pueda ocurrir un cambio personal constructivo. Se entiende que sin la
interiorización del mensaje del evangelio, la Educación Cristiana muchas veces no tiene éxito.
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Por ende, tanto el contenido Bíblico como la experiencia Cristiana son indispensables para la
tarea educacional de la iglesia.
4. El concepto de servicio y misión. Otra convicción dentro de este consenso emergente
consiste en que la Educación Cristiana debe comunicar un sentido de mayordomía como una
filosofía de vida. En todas sus relaciones, el discípulo Cristiano debe estar motivado por un
deseo de servir a Dios y a sus semejantes; debe ser una fuerza redentora y sanadora en la
iglesia y en la sociedad.
Se puede plantear la pregunta “¿Por qué es necesaria la Educación Cristiana?” En cualquier
proceso educativo se reconoce la importancia de trazar objetivos, propósitos y metas –
términos muchas veces intercambiables. Un objetivo es una meta, un destino. Los objetivos
pueden variar en su naturaleza o carácter. Los objetivos pueden ser psicológicos, operativos o
teológicos. Los objetivos pueden enfatizar los cambios esperados en el área personal, o las
técnicas por medio de las cuales la Educación Cristiana se lleva a cabo, o el contenido del
currículo. Los objetivos pueden ser generales o específicos; por ejemplo, pueden intentar
establecer una política general, o pueden identificar metas o pasos intermedios a través de los
cuales se ha de alcanzar un propósito primario. Los objetivos son importantes por varias
razones:
1. Para establecer la dirección de la tarea educativa. “¿Qué estamos tratando de hacer?” es
una pregunta que debemos contestar. La dirección es más importante que las instrucciones,
porque la dirección determina el destino. Los objetivos en la Educación Cristiana buscan dar
respuesta a la pregunta relativa a la dirección. Por definición, la Educación Cristiana busca
alcanzar ciertas metas – avanzar en cierta dirección.
2. Para articular la razón de su existencia. Las distintas comunidades religiosas pueden
compartir metas en común. Esto es cierto para la mayoría de las iglesias Cristianas. Sin
embargo, por lo general cada grupo tiene un llamado o misión particular. Su particular razón
de existir encuentra expresión en los objetivos educativos que cada grupo decide establecer.
3. Para proveer una estructura para todos los participantes. Un objetivo básico puede
establecer una política general, y las metas intermedias pueden ofrecer dirección más
específica, pero todavía quedan las tareas más detalladas del proceso educativo. Estas
tareas incluyen la organización y administración de escuelas eclesiales, la planificación e
implementación de currículo, y el trabajo mismo del educador Cristiano, con programas,
lecciones y alumnos. La formulación de objetivos comprehensivos y satisfactorios asegura la
existencia de una estructura en la cual cada participante puede trabajar en cooperación con
los demás para alcanzar las metas establecidas.
4. Para proveer una base para la evaluación. No podemos saber cuando hemos triunfado si
no tenemos claro lo que estamos tratando de hacer. La evaluación en la Educación Cristiana
aguarda por un desarrollo más profundo, pero a menos que los objetivos estén claros, ningún
proceso educativo puede ser evaluado. Dada la importancia de los objetivos educativos,
debemos asegurar que éstos provengan de una teoría del aprendizaje y una filosofía de la
educación que sean relevantes para el Cristiano. Nuestro llamado es el de proclamar, enseñar
y practicar el evangelio.

A principios del siglo XX la Iglesia Cristiana intentó llevar a cabo su tarea educativa de la
mano con una filosofía de la educación que resultó ser contraria a la fe Cristiana.
Posteriormente se dio un rompimiento abrupto y se inició la búsqueda de una Educación
Cristiana. Actualmente, en todas partes el llamado es para que la educación en la iglesia sea
Cristiana y no meramente religiosa. Esto significa que, desde la formulación de los objetivos y
la preparación del currículo, la Educación Cristiana debe ser gobernada por el evangelio.
En las palabras de Kenneth O. Gangel, “Es esencial que el programa educativo de la iglesia
sea pedagógicamente respetable. Sin embargo, es aún más esencial que sea completamente
Bíblico”. En años recientes, los líderes de la iglesia evangélica han notado y lamentado el
hecho de que se le ha prestado muy poca atención seria y consciente a la filosofía y los
objetivos de la Educación Cristiana.
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Se ha lanzado un llamado para corregir esta situación. Citando a Edgard L. Hakes, Kenneth
O. Gangel advierte: “Desprovista de una declaración comprehensiva de los objetivos
educativos, la educación de la iglesia evangélica está en peligro de desviarse más y más
hacia el activismo frenético”.
En respuesta a este llamado a los estudiosos evangélicos, C. B. Eavey cita 2 Timoteo 3:17 –
“…a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”
– como la base para un objetivo claro y definido de la Educación Cristiana… suficientemente
inclusivo para comprender dentro de sí todos los demás objetivos. En otras palabras, “todo lo
que se hace en la Educación Cristiana tiene la meta final de conducir a aquellos que son
instruidos hacia la perfección de una vida y carácter santos”. (Eavey) Otra afirmación de
Gangel es la siguiente: “Para decirlo de manera simple y bíblica, el objetivo abrumador y
completamente comprehensivo de la iglesia es la madurez Cristiana total para todos sus
miembros”. Sería difícil, y en realidad imposible, tener un consenso entre los educadores
sobre las metas y los objetivos de la Educación Cristiana.
¿Cómo podemos alcanzar este objetivo?
La Educación Cristiana, en el poder del Espíritu Santo, busca:
1. Promover el entendimiento y la experiencia del evangelio como el poder de Dios para
salvación.
2. Promover el desarrollo continuo y progresivo de un carácter, actitudes y hábitos a
semejanza de Cristo.
3. Transmitir la herencia Cristiana de fe y moral en términos relevantes.
4. Fomentar el amor por la Iglesia como el cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu Santo.
5. Animar al pleno desarrollo de las capacidades individuales para alcanzar el crecimiento
personal, la competencia vocacional y la responsabilidad social.
6. Promover el crecimiento del compañerismo en la iglesia y el hogar, por medio del cual
todos los participantes puedan descubrir la bendición y sanidad de una comunidad
redentora.
7. Promover un sentido de misión en el mundo como mayordomos de todo lo que somos y lo
que tenemos.
RESUMEN ¿Qué es la Educación Cristiana? ¿Por qué la Educación Cristiana? Desde este
punto de partida procederemos a considerar los fundamentos de la Educación Cristiana.

VI. EL MAESTRO Y LA EDUCACION CRISTIANA


El maestro desarrolla ciertas cualidades y habilidades para la labor de su ministerio.
Asimismo, se agruparán estas habilidades y cualidades en dos grandes áreas, la espiritual y
la técnica. Finalmente, se analizará la relación que ambos grupos de habilidades deben
guardar entre si en el marco del ministerio cristiano de enseñanza en la iglesia.
1. LA PREPARACIÓN ESPIRITUAL DEL MAESTRO CRISTIANO
El maestro cristiano se diferencia de otros maestros o profesores en que desempeña una
labor sagrada. El maestro cristiano ejerce su ministerio en el marco de la iglesia y por lo tanto
su labor es eminentemente de carácter espiritual.
Esto significa que, no solamente sus propósitos, sino también su tarea completa debe estar
revestidos del carácter espiritual que la Biblia le demanda. En tal sentido, la preparación
espiritual del maestro cristiano es fundamental y no debe dejar de recalcarse.
Debido al grado de sofisticación que el ejercicio ministerial del maestro cristiano ha alcanzado
(con aulas, clases de escuela dominical, listas de asistencia, pizarras, material auxiliar,
horarios, etc.) éste podría olvidar que su tarea tiene un carácter y un propósito
primordialmente espiritual, es decir, formar almas a imagen de Cristo.
El maestro cristiano, como su nombre lo indica, es un creyente en Cristo, miembro del cuerpo
de Cristo, que ha recibido el llamado soberano de Dios al ministerio cristiano. Por lo tanto, su
labor entera (preparación, propósitos, etc.) debería estar guiada por los mismos principios
bíblicos que guían otros ministerios cristianos como el pastorado y la labor misionera o
evangelística.
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

El maestro cristiano debería tener en mente evitar el profesionalismo en su labor docente y


renovar el compromiso interno que le demanda la tarea sagrada a la que Dios le ha llamado.
Para tal fin, el maestro cristiano debería tener en mente la cualidad del llamado que ha
recibido de parte de Dios y su propio carácter cristiano.
Para poder ejercer el ministerio de la enseñanza en la iglesia, el candidato a maestro cristiano
debería reunir por los menos las siguientes cualidades. Ser un verdadero creyente, es decir,
ser convertido y haber aceptado a Cristo como Señor y Salvador; haber sido llamado por
Dios, es decir, asumir el compromiso y seriedad que el llamado divino le demanda; y ser un
creyente maduro, es decir, velar por un constante crecimiento espiritual.
1.1 DEBE SER CONVERTIDO
Puede parecer obvio y primarioso mencionar la necesidad de que el maestro cristiano sea,
realmente, cristiano. Pero muchas veces las iglesias no se percatan de que es necesario que
la persona que ocupa un lugar como maestro dentro de la iglesia deba ser un verdadero
creyente.
Ser maestro dentro de la iglesia comporta un cargo de cierto prestigio y responsabilidad, y
coloca a la persona que lo ocupa en un lugar de preeminencia que le permite ser escuchado e
influenciar sobre un gran número de creyente. En tal sentido, la iglesia en su totalidad debe
tener cuidado de a quiénes da esa responsabilidad y privilegio.
Frecuentemente se recalca la influencia que la personalidad del maestro tiene sobre las
personalidades de sus alumnos. Es necesario, por lo tanto, que la personalidad del maestro
halla sido conquistada y cambiado por Cristo a través de la experiencia de conversión.
Al ser la labor del maestro, una interacción de persona a persona, y ya que los numerosos
autores sobre pedagogía cristiana recalcan que la huella que dejan los maestro sobre sus
alumnos depende más de la persona y no tanto de la lección, entonces se hace imperiosa la
necesidad que cada maestro cristiano sea un verdadero creyente en Cristo.
En consecuencia, debido al carácter del ministerio didáctico (de influencia y poder sobre otros
creyentes), se hace imperioso que la persona que ocupa un lugar como maestro cristiano sea
un verdadero convertido. Esto implica haber oído el mensaje del evangelio de Jesucristo y,
persuadido por el accionar del Espíritu Santo, haber respondido con arrepentimiento y fe a la
invitación del Cristo resucitado.
El arrepentimiento implica convicción de pecado y de juicio divino, es decir, certeza de una
situación pecadora apartada de Dios y su inmarcesible amor. También involucra la decisión
conciente y clara (a nivel intelectual, emocional y volitivo) de dejar el pecado y someterse a la
voluntad divina. Al penetrar el mensaje evangélico en el alma del pecador, éste debe verse
movido por su intelecto, emociones y voluntad, a dejar el pecado y volverse a Dios. Es decir,
ser consciente de ser un pecador y estar separado de Dios, también sentir una compunción y
aflicción profundas de pesar emocional y la decisión firme y clara de cambiar el rumbo de la
vida.
El segundo aspecto de la conversión es la fe. Esta encierra una firme confianza en la acción
salvadora de Cristo en la cruz y la aceptación gozosa de la persona de Cristo como el Mesías
enviado por Dios para reconciliación.
El maestro cristiano debe haber pasado por esta experiencia. Ya sea de forma súbita o
progresiva, extraordinaria o cotidiana, el maestro cristiano debe haber tenido un encuentro
personal con Cristo y debe haber sido sellado por su Espíritu Santo en espera de la
culminación salvadora en la eternidad.
1.2 DEBE SER LLAMADO
El maestro cristiano deber haber sido llamado por Dios para ejercer el ministerio de la
enseñanza. La Biblia enseña que el ministerio de la enseñanza ha sido dado a la iglesia al
igual que otros ministerios, como el ministerio pastoral, misionero, evangelístico, etc., por el
Espíritu Santo para la edificación de la iglesia. Y aunque el maestro no tenga una función
gobernante dentro de la iglesia, si comparte con los demás ministros la tarea de edificar a
cada creyente en las virtudes espirituales.

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Así como sería impensable tener un pastor que no haya sido llamado por Dios al frente de
una iglesia, o un misionero sin llamado al frente de una obra nueva, debería ser también
imposible para la iglesia tener a un hermano frente a una clase de escuela dominical sin haber
sido llamado expresamente por Dios para ocupar ese lugar.
Que el maestro cristiano tenga un llamado divino es de vital importancia ya que esto significa
haber sido equipado por el Espíritu Santo con un don espiritual especial para ejercer tal tarea.
Realizar un ministerio sin tener el llamado y el don respectivo es desastroso. Muchas veces el
fracaso de la escuela dominical o de los programas de discipulado está en que los lugares de
los maestros son llenados, no con personas que tengan el llamado divino para tal fin, sino
siguiendo criterios más mundanos.
La iglesia debería promover entre los fieles el conocimiento de los dones recibidos de parte de
Dios en cada creyente. El pastor debería tener por meta el que cada creyente sea conciente
del don o los dones dados por Dios y la consiguiente puesta en práctica de tales dones por
parte de cada creyente. Asimismo, cada creyente debería estar vigilante a la voz de Dios a la
espera de tener la certeza del ministerio al que Dios le llama. El llamado de parte de Dios
podría llegar a través de la exposición de la Palabra, o en un momento de devoción personal,
o a través de otros creyentes o circunstancias varias.
Cada creyente debería ser consciente que Dios demanda un ministerio de cada hijo suyo. En
virtud de tal convencimiento, los maestros cristianos deberían ser aquellos llamados por Dios
y equipados espiritualmente para tal fin, además de gozar de la confirmación divina para el
ministerio didáctico a través del testimonio unánime de la iglesia.
1.3 DEBE SER ESPIRITUALMENTE MADURO
Además de haber nacido de nuevo (y haber sido justificado, santificado, adoptado, etc. por
gracia divina) y de haber sido llamado por Dios y equipado espiritualmente para el ministerio
cristiano, el maestro cristiano debe ser vigilante de su caminar diario en los asuntos
espirituales.
El hecho de que el maestro cristiano haya nacido de nuevo y haya sido llamado por Dios, no
lo exime de velar por su madurez espiritual. Al recordar el carácter y propósito formativos que
tiene la labor pedagógica, el que el maestro cristiano se mantenga en constante crecimiento y
perfeccionamiento, es vital para el éxito de su tarea. En tal sentido, el maestro cristiano debe
velar por su perfeccionamiento espiritual en las áreas del conocimiento, poder, comunión y
santidad.
La santidad tiene que ver con vivir una vida íntegra y consagrada a Dios. Como lo menciona
el apóstol Pablo en Ro 6.11-14 “considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios”. Pablo
resalta la dimensión humana de la santidad, es decir, la responsabilidad por parte del hombre
de hacer efectiva, cada día, la santidad operada e iniciada por Dios al momento de la
conversión.
La Biblia enseña que Dios es el que cambia nuestra naturaleza y nos limpia de pecado. En
eso la Biblia es clara, la salvación viene solo de parte de Dios y el ser humano está totalmente
impedido de alcanzar la salvación por sus propios méritos. La figura de Cristo es clave como
el único camino, iniciador y perfeccionador, de la salvación de cada creyente.
Pero la Biblia también enseña que es responsabilidad de cada creyente cultivar la piedad y el
carácter cristianos. Dios santifica a cada creyente, y cada creyente, tomado de su Señor, debe
santificarse cada día conscientemente. En otras palabras, la santificación tiene un aspecto
pasivo y otro activo. El pasivo implica dejar que Dios opere cambios esenciales en la vida del
creyente. El aspecto activo implica que cada creyente debe ejercitar su voluntad para
acercarse a la voluntad divina y cumplirla cada día.
La segunda área de crecimiento espiritual es el conocimiento. Conocimiento es tener un claro
entendimiento de la persona y obra de Dios a través de la Biblia. Como menciona Deu.6.6-7
“grábate en el corazón estas palabras”.
El maestro cristiano debe velar también por crecer en el conocimiento de la persona y obra de
Dios. Y este conocimiento se logra solamente a través de la Biblia, el único testimonio

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

autoritativo de Dios en la tierra. Dios se reveló a la humanidad en forma suma a través de su


Hijo Jesucristo, y el único testimonio físico de este hecho es la Biblia.

En tal sentido, el maestro cristiano debe esmerarse por estudiar profundamente la Biblia,
haciéndose de los medios auxiliares que sean necesarios para tal fin. Libros, revistas, cursos,
capacitaciones, etc., todo debe ser aprovechado por el maestro cristiano para crecer en el
conocimiento de la Biblia, y en consecuencia, de Dios.
Una tercer área de crecimiento espiritual es el poder. Con el poder se quiere significar el
ejercicio de los dones espirituales. Como lo señala el apóstol Pedro en su primera epístola
“cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido” (1Pd. 4.10-11). El maestro
cristiano debe conocer, practicar y perfeccionar el don o los dones espirituales que haya
recibido de parte de Dios.
Finalmente, el maestro cristiano debe crecer en comunión con Dios, debe tener una relación
íntima y personal con su Creador. Como dice el autor de la epístola a los hebreos
“acerquémonos confiadamente al trono de la gracia” (Heb. 4.14-16).
El cultivo de la oración privada, el tiempo devocional, la alabanza y adoración públicas y
privadas y la participación concienzuda en el culto público, son prácticas fundamentales en la
vida espiritual de todo maestro cristiano. El maestro cristiano no debería subestimar estar
prácticas personales y colectivas de piedad, ya que le acercan a Dios.
Además, el maestro cristiano debe vigilar que su crecimiento espiritual en estas cuatro áreas
sean lo más uniformes posibles, sin descuidar ninguna, y si detecta un estancamiento en
alguna de estas áreas, debería hacer esfuerzos por perfeccionarse.
2. LA PREPARACIÓN TÉCNICA DEL MAESTRO CRISTIANO
La preparación técnica del maestro cristiano es de vital importancia. Esta abarca el
conocimiento de la técnica didáctica, los métodos de enseñanza y el proceso de enseñanza –
aprendizaje en general.
El maestro cristiano debe estar preparado en la técnica de enseñar. Debe conocer los pasos
del proceso de enseñanza – aprendizaje y los fundamentos psicológicos y pedagógicos que
subyacen a su práctica docente.
La preparación espiritual no reemplaza ni hace innecesaria la preparación académica. Ambas
se complementan, y la segunda es una consecuencia lógica de la primera. Si el maestro
cristiano es consciente que desempeña una función sagrada, que ha sido llamado y puesto
por Dios para enseñar, entonces se debe sentir normalmente movido y empujado a
prepararse académicamente para tener un ministerio fructífero.
La preparación académica no solo potencializa la labor del maestro cristiano, sino que lo
conduce al éxito ministerial. Además, previene de caer en “espiritualismos” malsanos. Basta
mirar al Maestro por excelencia para percatarse del lugar y valor que le dio Jesucristo a la
preparación académica. Haya sido formal o no, el Señor tuvo una preparación que le dio
pericia y éxito en su tarea de enseñar. Sus discípulos no pueden hacer menos.
2.1 DEBE CONOCER LA PSICOLOGÍA DE SUS ALUMNOS
El maestro cristiano enseña a personas. El proceso de enseñanza – aprendizaje se hace de
persona a persona. Las personalidades del maestro y los alumnos interactúan y se influencian
mutuamente en el salón de clases y más allá.
El maestro cristiano debe conocer las características psicológicas, sociales, físicas y
cognitivas de sus alumnos dependiendo del periodo evolutivo vital en el que se encuentren
estos. El desarrollo humano implica que cada individuo debe pasar, conforme va creciendo en
edad, por variados periodos de desarrollo que se definen por necesidades y retos específicos.
El cuerpo físico, la mente, las emociones, las funciones cognitivas, la moral, etc. van
cambiando y evolucionando conforme el sujeto crece en edad. En la primera infancia (de 1 a 3
años de edad) los principales retos son la adquisición del lenguaje, la motricidad y movilidad,
el desarrollo cerebral y el inicio de la autonomía y la socialización.
En la segunda infancia (de 3 a 6 años de edad) es la época pre-escolar, los niños aprenden a
asimilar las reglas sociales, continúan desarrollando sus habilidades motoras y lingüísticas, y
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

la socialización, el control de emociones y el desarrollo del yo forman los hitos más


importantes de estos años. Mientras que la tercera infancia (de 6 a 11 años de edad) se
caracterizan por los retos escolares. La socialización fuera de casa y de la familia, el
desarrollo de la personalidad y el mejoramiento y enriquecimiento de las habilidades
cognitivas son los principales retos.
La adolescencia (que va de 11 a 20 años de edad) comporta retos especiales. Pubertad,
salud mental, conductas de riesgo e inmadurez, y una vocación en formación son los temas
sobresalientes. La adultez temprana (entre los 20 a 40 años de edad) y la intermedia (entre
los 40 a 60 años de edad) deben ser tenidas en cuenta como épocas de cambio también.
Deterioro de las funciones físicas, enfermedades crónicas, estrés laboral, insatisfacción,
problemas maritales, etc. son algunos de los temas que ocupan a los adultos.
La adultez tardía (de 60 años de edad a más) también tiene características distintivas que el
maestro cristiano debe considerar. Estrés social por viudez o jubilación, enfermedades y
deterioro físico, depresión, estrés y escasez económica son algunos de los asuntos que
ocupan a los gerontes.
El maestro cristiano debe estar enterado de los principales hitos del desarrollo humano y
entrenado para aplicar estos conocimientos en el salón de clases. A cualquier mente
medianamente informada le queda claro que alumnos de diferentes edades y con
necesidades diferentes demandan metodologías variadas de enseñanza.
El maestro cristiano puede echar mano de libros bien escogidos sobre el tema, cursos de
capacitación, o incluso la observación analítica de la vida misma para recabar información
pertinente que le permita adecuar su enseñanza a cada alumno.
2.2 DEBE CONOCER EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
Con relación al entendimiento del proceso de enseñanza – aprendizaje, hay varias teorías que
buscan diseñar la estructura de este proceso. Hay, sin embargo, dos perspectivas bien
difundidas al respecto, y el maestro cristiano haría bien en estudiar ambas y asimilar aquella
con la que se sienta más comprometido.
La perspectiva tradicional del proceso de enseñanza – aprendizaje sostiene que el carácter
del maestro es básicamente el de un expositor del conocimiento bíblico, y se espera que este
conocimiento por si solo motive a los alumnos a operar cambios en su vida. En ese sentido, el
maestro es visto como una fuente de sabiduría y se limita la participación del alumno a la
recepción pasiva de información.
Desde esta postura, el interés del alumnado se promueve por un sistema de recompensas y
castigos. El objetivo final del maestro es cubrir el material que tiene por delante sin prestar
atención al efecto que tiene en los alumnos. Por lo general el aula se acondiciona de manera
que permita la exposición activa del maestro de la información o material que ha preparado, y
los alumnos se sientan pasivamente a escuchar y recibir la sabiduría del maestro, sin tener
mayor participación. Esta filosofía de enseñanza es la más difundida y arraigada, incluso en
las clases de escuela dominical de las iglesias.
Una segunda perspectiva, más actual, define el carácter del maestro como el de un
motivador que mueve a hacer decisiones y compromisos a partir de las verdades bíblicas. En
ese sentido, el maestro es un guía, que orienta a los alumnos a participar activamente
(autoaprendizaje), involucrando los saberes previos y las habilidades propias de los alumnos.
Aquí el interés del alumnado se consigue apelando a las necesidades de los mismos. Para tal
efecto, es necesario el conocimiento de las principales necesidades de los alumnos. El
propósito del maestro no es cubrir un número preciso de material, sino alcanzar un propósito
previamente definido en los alumnos. Ya sea que el material se cubra totalmente o no, el
maestro busca alcanzar el propósito definido para sus alumnos. Este propósito tiene conexión
con la satisfacción de las necesidades de los alumnos y la aplicación práctica de las verdades
bíblicas en las vidas cotidianas de los alumnos.
El maestro cristiano debe estar consciente de las diferencias de ambas perspectivas y
comprometerse con una filosofía de enseñanza definida o una combinación de ambas. El

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

ideal es que el maestro cristiano actúe con conocimiento de causa, se comprometa con una
filosofía de enseñanza, y sea consecuente con ella en su accionar docente.
El maestro cristiano debe conocer también los pasos del proceso de enseñanza –
aprendizaje. Estos son la exposición, la repetición, la comprensión, la convicción y la
aplicación. El maestro no debería dar por terminada su tarea si no está convencido de haber
alcanzado cada uno de estos pasos.
La exposición tiene que ver con el conocimiento de alguna verdad. Es brindar información, o
descubrir información nueva. Es adquirir un conocimiento. La repetición tiene que ver con el
proceso de fijar la nueva información en la memoria a largo plazo del alumno. Esto se puede
lograr con tareas apropiadamente escogidas y asignadas, que se acomoden al estilo de
trabajo del alumno.
La comprensión tiene que ver con la traducción de la nueva información en nuevas actitudes y
acciones específicas. Consiste en trasladar la verdad bíblica a la realidad cotidiana del
alumno. Consiste en aterrizar las verdades eternas en el plano temporal de la vida cristiana.
El cuarto paso, la convicción, se refiere al compromiso de la voluntad del alumno en el
cumplimiento y puesta en práctica de las nuevas actitudes y acciones ideadas, producto de la
asimilación de las nuevas verdades. El maestro debe apelar a la voluntad, y no solo a las
emociones y pensamientos, de los alumnos para asegurarse la puesta en marcha de lo
enseñado.
El último paso tiene que ver con la aplicación. Esta consiste en crear espacios y
oportunidades para que los alumnos practiquen lo aprendido. No es suficiente, conocer,
asimilar, comprender y comprometerse, es necesario que el maestro guie y acompañe a los
alumnos en la ejecución de lo aprendido. El maestro cristiano debería vigilar de que cada
enseñanza suya cubra estos cinco pasos del proceso de enseñanza – aprendizaje.
El proceso de enseñanza – aprendizaje puede compendiarse en los siguientes cinco
principios. Primero, el aprendizaje debe comenzar donde está el alumno. El maestro debe
conocer a los miembros de su clase lo suficientemente de cerca para conocer su nivel de
entendimiento y sus actitudes presentes en la materia que es estudiada y debe enseñarles a
la luz y en los términos de su actual entendimiento y desarrollo.
Segundo, el aprendizaje está basado en el interés. Por lo tanto el maestro al preparar su
lección debe hacer planes cuidadosos para despertar la curiosidad y estimular el interés de la
clase al comenzar la lección, dándose cuenta que hay poca necesidad de continuarla hasta
que tal interés se haya conseguido.
Tercero, el aprendizaje se basa en la necesidad. Al preparar la lección, el maestro debería
identificar especialmente las necesidades de los miembros de la clase que puedan ser
satisfechas por esa lección particular. La materia debería entonces ser arreglada, y la lección
enseñada de tal manera que las necesidades sean satisfechas.
Cuarto, el aprendizaje toma lugar a través de la actividad. El maestro al preparar la lección,
debe hacer planes para estimular la actividad con propósito de parte de los miembros de la
clase. Esta actividad puede ser mental, emocional o física, y debe ocurrir tanto dentro como
fuera de la sesión de clases. Se aprende mejor a través de la experiencia, por consiguiente,
cuando sea posible se debe dirigir la clase hacia experiencias cristianas deseables.
Quinto, se aprende a través de la identificación. El maestro cristiano debiera buscar encarnar
los ideales de Cristo de una manera atractiva y sabia de manera que su vida sea digna, e
inspire la imitación.
2.3 DEBE CONOCER LOS MÉTODOS DE ENSEÑANZA
Algunos autores definen enseñanza como la acción de trabajar, de acuerdo con los propósitos
de Dios, para encauzar los cambios que se operan en los alumnos por medio de las
experiencias compartidas con ellos. Algunos medios para cumplir con esta definición de
enseñanza son los métodos y materiales de enseñanza.
Aunque hay muchos libros técnicos y académicos al respecto, que ilustran sobre el uso de
métodos y materiales de enseñanza, bien haría el maestro cristiano en seguir el ejemplo de

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su Mentor y explorar en las páginas de los Evangelios, los métodos y materiales que el
Maestro de Galilea utilizó en su ministerio terrenal.
Jesucristo utilizó objetos de la naturaleza para ilustrar y ejemplificar sus enseñanzas. Bien
haría el maestro cristiano al utilizar los objetos de la vida cotidiana de sus alumnos para dar
luz sobre las verdades que enseña. Las historias, en formas de parábolas, fueron quizás el
método por excelencia utilizado por Cristo para transmitir su mensaje. Estas historias están
ampliamente documentadas en los Evangelios y es harto conocida la preferencia de nuestro
Señor de las parábolas.
Las preguntas y discusiones también son métodos válidos para lograr el propósito de
enseñanza que se plantee el maestro. Las conferencias, tal vez el método más conocido y
utilizado todos los tiempos, es también provechoso cuando se utiliza con buen juicio y
discernimiento. Todos estos métodos fueron igualmente utilizados por el Maestro en su labor
educativa.

Entre los materiales que Jesucristo utilizó durante su ministerio en Palestina encontramos el
uso que hizo de Las Escrituras, los asuntos de actualidad de su tiempo, el mundo natural, las
figuras del lenguaje, dichos sentenciosos, declaraciones concretas, etc., todas ellas usadas
con tino de acuerdo al auditorio y las circunstancias.
Una vez más, estos son solo medios, herramientas, que debería tener el maestro en su
repertorio para cumplir con los principios que el proceso de enseñanza – aprendizaje precisa.

IV. LA PEDAGOGIA Y EL PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE


La palabra pedagogía es un término que nos viene del idioma griego, La palabra paidagogo.
Esta palabra era usada para señalar a un esclavo dedicado a conducir al hijo del amo, el
paidagogo era conductor de niños. La función no era solo llevar al niño a la escuela, también
tenia que vigilar su comportamiento en la escuela y en la calle así como su conducta moral.

Esta palabra ha adquirido con el transcurso del tiempo una aplicación amplia, para algunos es
el planteamiento y las respuestas a los problemas de la educación. Para otros, es el conjunto
de principios normativos que dirigen el quehacer educativo. Podemos afirmar que tiene que
ver con la disciplina metodológica que dirige el proceso de la educación. La educación no
busca solamente la transmisión del conocimiento, sino la formación integral y consciente del
hombre.

La palabra educación etimológicamente nos viene del idioma latín, son dos las palabras que
se señalan como el término que originan la palabra educación. La palabra educare, que
significa criar, nutrir, alimentar. Otros toman como base la palabra exducere que equivale a
sacar, llevar o conducir desde dentro hacia fuera. La primera palabra habla de una acción
desde a fuera y la segunda de facilitar lo que ya tiene el alumno. En este estudio sugerimos la
combinación de ambos términos. No los concebimos como palabra opuestas al contrario las
vemos como dos aspectos o caras de una misma realidad, o de un mismo proceso que recibe
el nombre general de educación.

Lo que hemos dicho hasta aquí nos lleva a considerar tres conceptos:
 La educación es una fuerza externa que forma al individuo
 La educación es una autoformación del individuo
 La educación es un proceso que proporciona los medios que necesita un
individuo para su autoformación
Un diccionario solamente dice: Es acción y efecto de educar.

En este estudio enfocamos una pedagogía calificada como Cristiana, lo cual es


fundamentalmente bíblica, es necesario recordar que el cristianismo difiere de cualquier
sistema filosófico pedagógico; ya que su concepción acerca de Dios (teología propia), del
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

hombre (antropología) y del mundo (cosmovisión) contrasta con la cultura griega-romana y


aun la judaica. Usamos el término filosofía como un estilo de vida. Así que el propósito de la
pedagogía cristiana es la formación del individuo de acuerdo al paradigma Jesucristo. Si la
educación cristiana cumple con su propósito no veremos ataques como los de algunos
filósofos que han atacado un cristianismo divorciado de la revelación bíblica. En la educación
cristiana el libro de texto es la Biblia. Al agente promotor de la educación cristiana se le exige
tener un buen manejo de La Palabra de Dios, 2ª Timoteo 2:15. La Biblia de las América dice
maneja bien, esta pericia no se logra de la noche a la mañana, se necesita invertir tiempo,
esfuerzo arduo de estudio sistemático.

La enseñanza cristiana es por llamamiento de Dios.


El enseñar las Escrituras es un privilegio que concede Dios a los que ha llamado de manera
especial y específica para ello. Observemos dos ejemplos, uno en el Antiguo Testamento y
otro en el Nuevo Testamento.

Jeremías, fue apartado y dado a las naciones para el ministerio profético aun antes de nacer.
(1:5) El mensaje de Jeremías tenía su fuente en Dios mismo (1:9). Samuel J. Schultz en su
libro Habla el Antiguo Testamento escribiendo sobre el llamado de Jeremías dice:
respondiendo a la divina llamada, Jeremías se dio perfecta cuenta del hecho de que Dios
tenía un plan y un propósito para él, incluso antes del tiempo de su nacimiento. Estaba
comisionado por Dios y divinamente fortalecido contra el temor y la oposición. Estaba también
bien equipado: El mensaje no era suyo, él era solamente el instrumento humano a quien Dios
confió su mensaje para el pueblo.
De la misma manera un maestro es llamado a ser un instrumento de Dios para comunicar no
un mensaje propio, sino el de Dios revelado en su Palabra.
Pablo, en Gálatas 1: 15-20 nos pone en perspectiva correcta la razón de su ministerio. Dios lo
apartó desde el vientre de su madre para predicar el evangelio. La comisión apostólica de
predicar a los gentiles sin ningún mérito de su parte le fue concedida en el vientre de su
madre. Del mismo modo en que Dios cumple con el consejo eterno de la elección para
salvación, cumple el de la vocación a fin de hacerlo un instrumento de bendición para la
expansión del evangelio. La vocación de acuerdo al diccionario Bíblico ilustrado es el:
Llamado o invitación a una profesión o estilo de vida. Pero en términos teológicos, la palabra
vocación no se usa en referencia a una profesión que uno pueda ejercer. Vocación es la
invitación que Dios extiende a todas las personas a ser hijos suyos a través de la obra de
Cristo.
Este llamado, trae implicado a servirle a Dios. En el caso de pablo como predicador del
evangelio a los gentiles, y en el caso de los maestros ser facilitadores en la enseñanza
aprendizaje.
1ª Corintios 12:4-11 y 28-29 establece que Dios capacita a algunos de sus hijos para que
sean maestros. Para que sean instructores, guías que conducen a otros a adquirir
conocimiento. El maestro cristiano conduce a sus alumnos al conocimiento de Cristo. Para
ello tiene la responsabilidad de despertar en sus alumnos un vivo deseo de aprender.
Bruce Wilkinson en su libro Las Siete Leyes del Aprendizaje cita a un maestro que dijo: Un
maestro excelente no simplemente imparte conocimiento a sus alumnos, sino despierta su
interés y les produce el deseo de buscar el conocimiento por si mismo. Es una bujía, no una
manguera de gasolina.

Los maestros, aunque llamados por Dios necesitan capacitarse.


Dios nos da el don de ser maestros, pero este don debe ser desarrollado y se logra a través
de una adecuada formación en la ciencia de la enseñanza, así como enseñando, es decir que
el maestro se hace enseñando.
La enseñanza bíblica tiene como propósito cambiar vidas, debemos de aspirar ser excelentes
maestros, ser verdaderos agentes de la enseñanza aprendizaje. La meta de la enseñanza es
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cambiar vidas. Es forjar caracteres, un carácter cristiano encuentra una descripción en


Gálatas 5:22-23, donde Pablo nos habla del fruto del Espíritu Santo.
La capacitación constante es necesaria en un mundo cada vez más tecnificado. La necesidad
de una enseñanza creativa calificada de exitosa requiere que el maestro nunca esté conforme
con lo que hasta ahora a desarrollado. Un buen maestro nunca deja de aprender. Un
conferencista decía que todo profesional debe graduarse cuatro veces en su profesión
durante su vida profesional. Era su manera de decir que es necesario mantenerse
actualizado. Si somos concientes de la enorme responsabilidad que un maestro cristiano tiene
de instruir a personas que poseen la imagen de Dios y que tienen un incalculable valor y
potencial. Además el contenido de la enseñanza es la palabra de Dios; buscaremos el
entrenamiento permanente en la ciencia de la enseñanza. Es esencial que un maestro
permanezca retroalimentándose en el arte de la enseñanza.

La habilidad para enseñar se incrementa con la práctica.


Se necesita una constante capacitación, pero reforzada por la práctica constante que brinda
seguridad, aumente la confianza de poseer la habilidad y al mismo tiempo la efectividad de
ayudar a los alumnos en el aprendizaje. Lucien E. Coleman Jr. En su libro Como enseñar la
Biblia dice: La habilidad para enseñar no es don mágico escondido en los cromosomas de
unos pocos favoritos. Enseñar es un arte. Puede ser aprendido, practicado y cultivado como
cualquiera otra habilidad calificada.
La iglesia debe brindar las oportunidades a sus maestros de aprender y practicar habilidades
de enseñar. Se aprende haciendo. Nadie aprende a manejar un carro solo oyendo a un
instructor. Es la práctica la que hace el buen maestro, el ser excelente es el resultado de estar
en la docencia años y años de preparar y compartir. Es la preparación la que garantiza la
eficacia del maestro en el uso de cualquier método pedagógico.

No hay ningún sustituto para la capacitación en el arte de la enseñanza.

La metodología pedagógica es muy abundante para pretender dominar cada método.


Recordando que no hay método que en si mismo sea bueno o malo. Aprendamos a caminar
primero antes de pretender correr. Primero manejemos herramientas básicas de la enseñanza
antes de que experimentemos con métodos innovadores. Necesitamos convertirnos en
estudiantes permanentes de cómo enseñar. Al hablar de método hablamos del modo de decir
o hacer con orden una cosa. Aplicado a nuestro tema, describe los procesos y las técnicas
que el maestro utiliza para comunicar cierta información a los alumnos.

En la enseñanza cristiana el libro de texto es La Biblia.

El maestro debe tener amplio conocimiento del contenido que enseña, a quienes enseña así
como la metodología de cómo enseña. Estudiaremos algunas formas que facilitarán al
maestro (a) a ser eficiente y efectivo(a)

Pero el maestro cristiano enseña la revelación de Dios, la Biblia es el libro de texto de la


enseñanza cristiana, ya que Cristo es el tema central. 2ª Timoteo 3:16-17 nos dice que las
Escrituras es La Palabra de Dios en sentido absoluto por lo tanto es la base de toda teología
sistemática, bíblica, dogmática y práctica. Hay en ella ética, vida familiar, misiones, etc. Se
puede decir que más que nada, el mundo necesita la Palabra de Dios.

Para que el maestro conozca bien lo que enseña debe tener conocimientos hermenéuticos
que le permitan realizar una buena exégesis, tener disciplina de estudio sistemático. También
recibir estudios formales de Biblia, Teología y Ministerio.

La enseñanza cristiana es una combinación de ser, conocer y hacer.


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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

No solo debe dominarse técnicas de cómo enseñar, conocer el contenido de lo que se enseña
el maestro cristiano debe aceptar la responsabilidad de quien Es. Recordando que el objetivo
de la enseñanza es cambiar actitudes y conducta. Para un maestro de Biblia es más
importante lo que él es. Es en esta dimensión personal que su enseñanza adquiere autoridad
moral. Dice un libro de homilética: Vale más un sermón vivido que cien predicados.

Cuando la verdad de Dios, forma parte de la vivencia del maestro antes de ser enseñada, y se
enseña mediante el poder del Espíritu santo las necesidades personales tanto del maestro
como del alumno son satisfechas. ¡Que bendición tenemos de Enseñar La Biblia la Palabra de
Dios!

La enseñanza cristiana evangélica como lo dice Roy B. zuck es: Cristocétrica, fundamentada
en la Biblia, y adecuada al alumno, en su proceso de comunicar la palabra escrita de Dios en
el poder del espíritu, con el propósito de guiar a los alumnos a Cristo y edificarlos en cristo.

¿Qué es enseñar la Biblia?


Queremos señalar que las lecciones a compartir en una clase no deben ser presentadas. Sino
que en un acto creativo de maestros y alumnos en acción conjunta deben ser discutidas,
tironeadas, desarmadas, vueltas armar, puestas a un lado, atrás, al revés y agarradas
fuertemente por los maestros y alumnos.

Enseñar es facilitar que otros aprendan

Esta manera de pensar coloca el énfasis en lo que el alumno hace y no en el rol del maestro.
En este sentido la enseñanza aprendizaje están íntimamente ligados. El maestro viene a
constituirse en una partera que ayuda a la madre en el parto, a dar a luz a su hijo, pero el no
da a luz. El papel del maestro es hacer que emerja del alumno el acto de aprendizaje.

¿Que es enseñar? Es la pregunta a responder


 Enseñar es un acto por medio del cual se ofrece una guía
 Enseñar es un proceso de cultivar relaciones para formar
 Enseñar es interpretar dos mundos la Biblia y el alumno.

Enseñar es guiar. Los mejores maestros no son enciclopedias del conocimiento. Los mejores
maestros son guías que señalan el camino. Cristo se llamó así mismo camino, verdad y vida.
Así que los maestros de Biblia señalamos a Cristo como la dirección correcta en la que se
debe caminar. El maestro de enseñanza cristiana logra su cometido cuando la vida del
alumno se va transformando a la semejanza de nuestro señor Jesucristo.

Cristo es la meta, Efesios 4:11-16. Dios concedió diferentes dones, personas, a la iglesia para
capacitar a cada creyente a cumplir con la tarea que le ha sido encomendada. La meta es que
cada creyente llegue ser semejante a cristo. En Romanos 8:29 nos dice que los creyentes
hemos sido predestinados para ser hechos conformes a la imagen de cristo.

Nietzsche a pesar de su virulento ataque alevoso contra el cristianismo de su época en su


libro el Anticristo dice que solo ha habido un cristiano, Cristo. Cristo es el marco de referencia
para evaluar la vida cristiana. Cristo es la norma absoluta para determinar el progreso o
crecimiento de los alumnos, que deben llegar a decir ya no vivo yo sino Cristo en mi.

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

El maestro facilita al alumno tomar decisiones correctas, y que reconozca los errores
cometidos indica límites y motiva al alumno a seguir tras la meta propuesta. La primera
obligación del maestro es guiar a sus alumnos a través del proceso enseñanza aprendizaje.

Enseñar es cultivar. Así como un jardinero se preocupa por el crecimiento de las plantas el
maestro se preocupa por el crecimiento de de sus alumnos. Pablo ilustra el trabajo de formar
a otros en el evangelio con el arduo trabajo de un labrador, 2ª Timoteo 2:6.

Un labrador cuida que su siembra tenga suficiente agua, luz, abono. Invierte suficiente tiempo
en el cuido de la plantación. Un maestro debe invertir tiempo en su preparación para poder
compartir con sus alumnos sus conocimientos, tomando en cuenta que el solo puede dar lo
que ya recibió.
Un buen maestro se cultiva así mismo cuando adquiere el hábito de un estudio sistemático y
disciplinado del texto bíblico. También posee el hábito de la lectura de excelentes libros. En el
libro Dios en las pequeñas cosa leemos: Leer es la puerta de acceso que te lleva al
crecimiento. Los libros contienen información, puntos de vistas, e inspiración, sobretodo si el
libro es la Biblia el libro más grande que jamás se haya escrito para enseñar, corregir. Pablo
siendo un anciano y prisionero le pide a su discípulo Timoteo que cuando le llegue a ver por
favor le lleve libros 2ª Timoteo 4:13. Le dice que principalmente los pergaminos,
evidentemente está hablando de los rollos del Antiguo Testamento.

Enseñar es interpretar la Biblia. Enseñar es guiar, cultivar y también interpretar. Para


interpretar se debe tener una sana hermenéutica. José M. Martínez en su libro Hermenéutica
Bíblica dice: La solidez del pensamiento cristiano y la vida misma de la iglesia dependen del
lugar otorgado en ellos a la Biblia y del modo de examinar sus textos. Puede afirmarse que las
formulaciones doctrinales, la piedad y la acción del pueblo de Dios cabalgan siempre a
caballo de la hermenéutica, y ello hasta el punto de que, como señala Gerhard Ebeling, la
historia de la Iglesia es la historia de la interpretación de la Sagrada Escritura. La
hermenéutica es la ciencia de la interpretación de los textos. La etimología de la palabra es el
termino griego hermeneuo que significa explicar, traducir, interpretar. La palabra exégesis es
sinónimo de hermenéutica. En el mundo greco romano se usaba para hablar de explicar,
exponer, interpretar. Lo más básico de la interpretación es contestar tres preguntas:
 ¿Qué dice el texto? (observación)
 ¿Qué significa? (interpretación)
 ¿Qué me dice a mí? (Aplicación)
La hermenéutica aceptada como sana es la que toma en cuenta el marco histórico, las leyes
gramaticales y la cultura en que se dio el texto. Se dice que es método literal, gramático-
histórico. Una vez más citamos a José M. Martínez quien escribió: como su mismo titulo
indica, tiene por objeto hallar el significado de un texto sobre la base de lo que sus palabras
expresan en su sentido llano y simple a la luz del contexto histórico en que fueron escritas. La
interpretación se efectúa de acuerdo con las reglas semánticas y gramaticales comunes a la
exégesis de cualquier texto literario, en el marco de la situación del autor y de los lectores de
su tiempo.
El propósito último no es decirles a los alumnos algo de Dios. Es guiarlo a vivir bajo a la
soberanía de Dios. En el libro del sistema de gobierno de la iglesia presbiteriana ortodoxa dice
en su punto 2, lo siguiente: Hay, entonces, solamente un rey y cabeza de la iglesia, el único
mediador entre Dios y el hombre, Jesucristo, que gobierna su iglesia mediante su Palabra y
su Espíritu. Entre lo que dice esta afirmación es que Cristo gobierna a través de dos agentes:
El Espíritu Santo y la Biblia. La Biblia debe ser interpretada y comunicada empleando una
buena metodología Pedagógica, sobre lo cual versa el presente módulo. Los métodos que
presentamos aquí no son buenos ni malos en si mismo, depende de la habilidad del maestro.
El maestro debe recurrir a todas las herramientas que le permitan establecer un puente entre
la Biblia y el alumno y su mundo.
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

La enseñanza de la Biblia no es:


 Presentar lecciones
 Decirles a los alumnos lo que el maestro sabe
 Impartir información
 Un medio de actuación del maestro
Para pensar:
1. En sus propias palabras, ¿Qué es enseñar la Biblia?
2. ¿por que es necesario tener conocimiento pedagógico?

¿Qué hace un maestro?


¿Qué se supone que hace exactamente un maestro? Esta pregunta es sumamente
importante y su respuesta nos lleva a ser específicos en saber cual es el papel de un
maestro. Cuando empleamos el término papel en sentido de rol, nos referimos si se quiere
decir de esta manera es una descripción de su trabajo como facilitador del aprendizaje de sus
alumnos. De tal manera que enseñe eficientemente y de manera efectiva.

Wesley R. Willis en su libro la enseñanza Eficaz nos recuerda las palabras griega del Nuevo
Testamento:
 Didasko, enseñar
 Noutheteo, amonestar
 Piadeuo, entrenar
 Matheteuo, hacer discípulos.

Es decir que el maestro es un agente facilitador en el proceso de enseñanza aprendizaje.


¿Cómo lo logra? Sin duda existen multiformes maneras de hacerlo. Aquí queremos compartir
tres:

 Creando un buen ambiente para el aprendizaje


 Planeando y preparando las actividades de aprendizaje
 Guiando las actividades que facilitan el aprendizaje

Estas tres maneras enfocan una realidad que nos recuerda Leroy Ford en su libro Pedagogía
Ilustrada: el discípulo o aprendiz es el mismo. Es diferente de cualquier otra persona en edad,
en apariencia, en habilidad para aprender y en talentos. Es diferente en gustos, en
preparación y experiencia, y en muchos otros aspectos. Las diferencias del alumno o aprendiz
afectan su manera de aprender. Los maestros y los líderes deben considerar estas diferencias
para determinar lo que van a enseñar y como hacerlo. Estas diferencias ayudan al maestro
para saber si debe enseñar para mejorar la capacidad del discípulo, o para cambiar sus
actitudes o para aumentar sus conocimientos.

Buen ambiente para el aprendizaje, enfocamos aquí el aspecto físico donde se debe el
binomio enseñanza aprendizaje y el de las relaciones interpersonales ya que cada persona en
la clase ejerce influye en el clima de aprendizaje para bien o para mal. Leroy Ford llama
estorbos en el aprendizaje el tener un salón de clase muy pequeño o demasiado grande; o es
incomodo por tener muchas cosas amontonadas, ventilación inadecuada. También el grupo
de alumnos es muy grande y las diferentes actitudes hacen difícil el aprendizaje, algunos se
exaltan muchos otros no se sienten con libertad de expresarse. Unas personas son
egocéntricas otras se sienten fuera de lugar. El maestro debe facilitar a que el grupo que
constituye la clase se esfuerce en tratar a los demás como desean que los demás los traten,
Dale Carnegie en su libro Como Ganar Amigos, en la introducción dice: Si yo fuera ministro de

pág. 20 Pr. E. Zevallos L.


Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

educación pondría como obligatoria en todos los colegios y universidades una clase semanal
de relaciones humanas, de cómo entenderse bien con todos y ganarse la simpatía de la gente
que nos trata.

La planeación y preparación de las actividades, Una buena clase es el resultado de una


cuidadosa planeación y preparación con anticipación. Planificar una clase implica establecer
en cada clase metas a alcanzar. Recordemos que enseñar no es solo hablar de una porción
bíblica. Todas las actividades a desarrollar en el transcurso de una clase tienen un objetivo a
lograr. Un objetivo a alcanzar o una meta determina hacia donde vamos. El problema de
algunos maestros es que creen que el planeamiento denota falta de confianza en Dios y no es
una actitud espiritual. Otros maestro simplemente no quieren pagar el precio que requiere una
buena preparación para cumplir con responsabilidad el cometido de su tarea, la formación del
carácter y personalidad de sus alumnos.

William Martin en su libro fundamentos para el Educador Evangélico nos dice: El


planeamiento es indispensable para una enseñanza eficaz. Aunque a veces pueda ser difícil,
es ciertamente una tarea espiritual. No ponemos nuestra confianza en los planes, pero si
reconocemos que planificar nos ayudará a lograr lo que Dios quiere que se realice. Planear
nos dice a donde vamos y nos dice como vamos. Aquí estamos hablando de la metodología
que emplearemos en una clase para alcanzar la meta propuesta.

LABORATORIO
Lo que aprendí Como lo aprendí
A escribir
Las tablas de multiplicar
Conducir bicicleta
Rechazar a las personas

Doctrina bíblica

Este laboratorio nos demuestra que el alumno aprende cuando el maestro planifica
actividades de aprendizaje.
El planeamiento ayuda a:
 Ser eficiente lo que significa lograr resultados previstos
 En la economía que consiste en manejar bien el tiempo tanto en la
preparación de la clase como al compartirla. También se economiza recursos y trabajo
 Permite la continuidad en la enseñanza y provee unidad en el contenido
 El maestro adquiere disciplina
 Se trazan objetivos claros
 Brinda seguridad al maestro
 Ayuda al maestro ser fiel a la Palabra de Dios
 Permite la retroalimentación del maestro

Guiando las actividades de aprendizaje, hasta aquí hemos dicho que un maestro debe (1)
crear un buen ambiente de aprendizaje; (2) planear y preparar las actividades de aprendizaje.
Ahora hacemos el enfoque a la tercera respuesta de lo que un maestro hace. El maestro guía
a la clase en las actividades del aprendizaje y lo logra estableciéndose por lo menos tres
grandes propósitos.
1. Despertando en los alumnos el deseo de aprender
2. Siendo guía de los alumnos en las actividades de aprendizaje
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3. Ayudando a cada alumno a evaluar lo que ha aprendido.


Estamos hablando de motivar, conducir, evaluar.
¿Cómo motivamos a los alumnos? La motivación del alumno tiene que ver mucho con la
personalidad del maestro. Una personalidad atractiva es una personalidad que refleja
madurez y confianza. El maestro debe recordar que su valor es por lo que es; no por lo que
hace, ni mucho menos por lo que no tiene. El maestro cristiano tiene una visión optimista de la
vida, un maestro con buena autoestima trata bien a sus alumnos. Los escucha
empaticamente, es decir no los juzga por lo que dicen y como lo dice, genera en sus alumnos
confianza para expresar no solo sus pensamientos sino sus sentimientos.
Alvaro Jiménez en su libro personalidad Atractiva dice: Ojala no seas tú una persona
malgeniada habitualmente pero si hoy o mañana o cualquier día amaneces de mal humor,
ponle mucho cuidado y esfuérzate por sacudir de ti eses microbio… se trata de un virus muy
nocivo. Además ten muy presente que el mal genio es una enfermedad sumamente
contagiosa.
Las personas mal geniadas a nada le encuentran gracia; nada les hace sonreír; todo lo toman
demasiado en serio, cuando no a lo trágico; los problemas las impacientan; las dificultades
las exasperan; son incapaces de charlar un rato, de reír o de contar un cuento, porque les
parece que son niñerías y que eso significa perder el tiempo. (Pág.52-53) Una persona
atractiva es una persona que posee una vida satisfactoria.
 La base de una vida satisfactoria es un auto concepto positivo de si mismo
 Posee una actitud positiva en su esquema de pensamientos, Filipenses 4:8
 Disfruta de la vida, en sus más pequeños detalles
 Vive su vida buscando alcanzar metas
 Goza de la vida al encontrarle sentido.

Para motivar al alumno cada lección debe estar dirigida de manera personal a él. Preguntas
que debe hacerse el maestro al exponer sus lecciones:
 ¿Qué aprendió?
 ¿Cómo lo aprendió?
 ¿Qué mantuvo el interés para aprenderlo?

¿Cómo conducimos las actividades del aprendizaje? Hechos 8:26 nos ilustra la
importancia de que el maestro guíe al alumno en su entendimiento de la Escritura. Para
lograrlo el maestro se capacita en una variada metodología siendo Jesús el modelo por
excelencia.
Jesús modelaba lo que enseñaba, por ejemplo fue un hombre oración de manera evidente
tanto que sus discípulos le pidieron que les enseñara a orar. También conocía bien lo que
enseñaba, contenido, no era otra cosa que la Biblia. Conocía bien a quienes enseñaba,
alumno; y conocía como enseñar. Kenneth O. Gangel nos dice en su libro 24 ideas para
mejorar su enseñanza, que a Juan Wesley se le apodó sarcásticamente el metodista cuando
empezó a insistir en que la comunicación del evangelio debía organizarse. Su entrega a este
esfuerzo muestra que existe una forma eficiente de hacerlo y otra que no lo es.
Los métodos o método seleccionado deben tomar en cuenta la edad de los alumnos el
propósito de la lección, y su contenido.
¿Qué conocía Jesús de sus alumnos? Que eran inmaduros, de naturaleza impulsiva,
inclinados al pecado, problemáticos, sin conocimiento, llenos de prejuicio, inestables y no
confiables.
Al analizar sus enseñanzas no hay ninguna duda que Jesús lo hacia con propósito. Jesús
busco forjar ideales espirituales, carácter recto, ayudar a los alumnos a relacionarse con Dios.
Orientaba a sus discípulos a como enfrentar los problemas de la vida y desarrollar buenas
relaciones interpersonales.

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

No hay ninguna duda que tubo una filosofía educativa la que le condujo a una labor
personalizada comenzando donde estaban sus alumnos para que explotaran sus
posibilidades. Los inspiraba a que sacaran lo mejor de si mismos fortaleciendo una conciencia
sana, y una respuesta a la acción.
Jesús uso materiales auxiliares como la Biblia misma, la naturaleza, la vida cotidiana y el
lenguaje figurado de las parábolas.
Jesús no fue esclavo de un método; y siempre tuvo un punto de contacto (introducción)
siempre hacia declaraciones y aclaraciones sin desviarse en su desarrollo de la enseñanza.
Utilizó los sentidos haciendo objetiva la enseñaza, entre mas sentido se utiliza es mas efectiva
la enseñanza. Uso el drama, por ejemplo la santa cena; contaba historias en parábolas, uso
preguntas, la discusión y la conferencia (discursos).
Jesús busco resultados en su enseñanza, promovió la dignidad humana, La transformación
de la vida (regeneración), la reforma del estado de cosas, y el mejoramiento de las
instituciones, así como el desarrollo de la filantropía.

QUIERES SER MAESTRO


¿Por qué evaluar? Para comprobar si cuando enseñamos damos en el blanco. Por que si no
evaluamos es como si no tuviéramos interés en los resultados del tiempo invertido y del gasto
de energías en las actividades de la enseñanza aprendizaje.
Recordemos que la enseñanza tiene como propósito formar vidas. Como lo dice Wesley R.
Willis: si nadie aprendió usted no enseñó. Toda tecnología de la educación y teoría de la
instrucción acaba haciéndose innecesaria si no podemos medir resultados tangibles.

Una enseñanza efectiva se ve en modelos concretos en la formación de alumnos con


características como la fidelidad, el respeto, el amor, la alegría por la vida; así como actitudes
de valor y personalidad saludable. La tarea principal del maestro es verificar que sus alumnos
estén siendo formados por su enseñanza aprendizaje. ¿Qué se entiende por formación? Esta
palabra en el campo antropológico y pedagógico comenzó a tener importancia en el siglo xviii.
Fritz Marz en su libro Introducción a la Pedagogía escribió: La palabra formación quizás tenga
su origen en la terminología artística y artesana. Sin embargo, desde que el místico, a través
de la teología, fue acogido en ese ámbito en el que el hombre pensante y creyente se
esfuerza en la consecución de lo que debe ser, dicho vocablo consiguió una importancia que,
precisamente en consideración al hombre como persona, pone de manifiesto un contenido
nuevo por completo.
La formación expresa el proceso a través del cual el hombre consigue la realización de su
verdadero ser-hombre. Esta realización en la enseñanza cristiana es ser como Cristo el
paradigma del creyente genuino. El alumno en debe hacerle frente a la decisión de querer
hacer algo, como hacerlo y hacerlo. La evaluación entonces tiene como propósito saber si
logramos alcanzar los objetivos trazados. El objetivo es formar al creyente en la persona de
Cristo tal como se nos revela en la Palabra de Dios. En Palabras de kenneth O. Gangel: es
esencial que el programa de la educación de la iglesia sea pedagógicamente respetable. Pero
es más esencial que sea bíblico.

RECORDEMOS QUE NUESTRA ENSEÑANZA ES CRISTIANA


¿Qué debe conocer un Maestro?
LABORATORIO
1. Dividir la clase en grupos en un tiempo máximo de 20 minutos y anotar en
una hoja de papel 10 respuestas a la pregunta: ¿Qué debe conocer un maestro?
2. La clase unida hará una lista de los resultados.(30 minutos)
A la pregunta ¿Qué debe conocer un maestro? Respondemos que hay 3 áreas esenciales
de conocimiento
El maestro debe conocer bien lo que enseña. Según Pablo en 2ª Timoteo 2:15 debe
manejar bien la palabra de verdad. Debe saberla trazar correctamente. El maestro de conocer
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

principios de interpretación (hermenéutica). Aquí les hacemos la sugerencia de realizar el


estudio bíblico en cuatro fases:
1. Observación
2. interpretación
3. evaluación
4. aplicación

También tomar en cuenta tres pasos básicos en el acercamiento al texto bíblico:


1. El determinar que quiso decir el autor a sus lectores originales
2. Determinar que verdades(principios) son universales
3. Hacerse la pregunta ¿Qué significan estas verdades para mí?

Hoy en día hay herramientas disponibles muy útiles que son excelentes auxiliares en el
estudio bíblico. Mencionamos algunos:
1. diccionarios de la lengua y bíblicos
2. Léxicos hebreos y griegos
3. Comentarios exegéticos explicativos
4. Comentarios devocionales

El maestro debe conocer a sus alumnos. El maestro debe ser un estudioso de la


personalidad de cada uno de sus alumnos si quiere ser pertinente con su enseñanza en la
vida de ellos. Solo conociendo al alumno se nos facilita una enseñanza aplicativa. Así que
aquí lo que les hacemos es un reto a leer y estudiar libro sobre la personalidad de los
alumnos; sobre característica comunes y realizar un perfil de cada uno de ellos.

Cuando se conoce al alumno se garantiza una formación de él de modo personalizado.


También se coopera con la familia cuando hablamos de la educación cristiana de los hijos.
Fomentando el entendimiento y la experiencia del evangelio como el poder de Dios para
salvación. Se trabaja estimulando al alumno a desarrollar progresivamente su carácter, sus
actitudes y hábitos teniendo a Cristo como meta. Transmitirles la herencia cristiana de fe y
ética cristo céntrica a través de un autentico discipulado. Se estimula un desarrollo pleno de
las habilidades de cada alumno para la realización de el como persona y su relación con el
cuerpo de Cristo (iglesia) así como su responsabilidad con la sociedad.

El maestro debe conocer como enseña. Toma en cuenta principios y metodología.


Hablamos de principios que nos dan un marco filosófico de nuestro quehacer como maestro,
nos fundamentan el por que enseñamos como enseñamos. Los principios nos ofrecen reglas
básicas de cómo llevamos acabo nuestra labor docente.
Algunos de los principios a tomar en cuenta por el maestro que quiere ser efectivo en su
enseñanza:

 Los alumnos aprenden mejor cuando sus necesidades son satisfechas


 Cuando la clase es participativa facilita la enseñanza
 La enseñanza se centra en un propósito determinado
 El maestro establece la dirección de la clase desde un principio

Al tomar en cuenta las necesidades de los alumnos nos ayuda a establecer que debemos
enseñar y como enseñarlo. Cuando la clase es participativa se usan mas sentidos en el
aprendizaje y entre mas sentido se usan en la enseñanza el porcentaje del aprendizaje es
mayor. El tener un propósito ayuda al maestro dirigir su clase y su enseñanza aprendizaje.
Estimula al maestro a conocer lo más posible de métodos que faciliten la enseñanza
aprendizaje.

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Al hablar de métodos conviene señalar que los métodos no son ni buenos ni malos en si
mismos; depende de la habilidad del maestro. El maestro no debe encasillarse en un solo
método, debe ser variado en su metodología.

Entre los métodos que queremos revisar en este modulo están:


 La conferencia
 Proyecto
 Preguntas y respuestas
 Película
 Debate
 Discusión
 Diálogo
 Mesa redonda
 Investigación
Recordemos que la palabra método significa modo de decir o hacer con orden una cosa.
Aplicada a nuestro tema es la presentación de de procesos y técnicas que el maestro utiliza
para realizar una sesión de enseñanza aprendizaje.
El maestro debe tomar en cuenta los siguientes factores para decidir que método utilizara.
 La edad de los alumnos
 El propósito de la lección
 El contenido de la enseñanza
 Los recursos disponibles
 El tiempo disponible
 Los antecedentes de los alumno

Métodos

Maneras de hacer las cosas. Aplicada a la pedagogía es maneras de comunicar eficiente y


efectivamente un contenido.
Preguntas y respuestas. Este método provee al alumno la oportunidad de expresar
inquietudes y necesidades, además facilita a que el alumno tenga mayor información. Con
buenas preguntas el maestro estimula la actividad mental del estudiante y le facilita el
descubrir por si mismo nuevos contenidos del tema objeto de estudio.

VENTAJAS DESVENTAJAS
1.Facilita la comunicación 1.A menudo se confunde con la discusión
2.Hace la clase particitiva 2.Se falla en el tipo de preguntas que se
3.Facilita la retro alimentación hacen
4. Descubrimos la cantidad de comprensión de3.Provoca
la períodos prolonga dos de silencio
clase.

Recordemos que un maestro al igual que un predicador, es un comunicador, con un gran


propósito, de no solo compartir un contenido sino de formar la vida cristiana de sus alumnos.
La mejor comunicación se da en el diálogo, y el método de preguntas y respuestas es en si
mismo un dialogo entre el maestro y sus alumnos, así como maestro y alumnos con el
contenido, la Biblia en el caso de el maestro cristiano.

Como este método hace la clase participativa además de hacer que la clase sea más amena,
facilita la retroalimentación no solo entre los alumnos. Esta retroalimentación se produce de
los alumnos hacia el maestro mismo. El aprendizaje puede determinarse al descubrir la
comprensión del alumno sobre el contenido compartido en clase. Permite que los alumnos
desarrollen la capacidad reflexiva.
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De la habilidad del maestro para hacer las preguntas adecuadas depende de que no se
produzcan períodos de tiempo prolongados de silencio, el maestro facilita que los alumnos
expresen sus dudas, inquietudes, sobre el contenido de la lección. Las preguntas deben
planearse de antemano en la preparación de la clase, las preguntas dirigen a los alumnos a
descubrir los grandes principios eternos que la Palabra de Dios nos revela. Recordemos que
si somos maestros en facilitar el aprendizaje de los alumnos. No comemos por ellos les
enseñamos a comer por ellos mismos.

¿Para que utilizamos las preguntas?


 Para realizar repasos
 Introducir material nuevo
 Evaluar la comprensión de los alumnos
 Para facilitarle al alumno la aplicación de la verdad bíblica aprendida.

Findley B. Edge advierte al maestro tener en cuenta dos cosas: la edad y el conocimiento y la
experiencia previos de los alumnos. Las preguntas no deben ser tan fáciles que ofendan la
inteligencia de los alumnos, o tan obvias que no justifiquen una respuesta.

Grupo de Discusión. Es el debate entre alumnos que presentan sus argumentos razonados
de puntos de vista sobre un determinado contenido. El maestro no solo lleva un contenido que
quiere compartir con los alumnos sino que logra que los alumnos desarrollen la capacidad de
reflexionar y expresar argumentativamente sus puntos de vista. El maestro descubre si los
alumnos tienen problemas doctrinales.

Este método tiene como propósito que toda la clase de manera organizada en grupos
pequeños discutan determinados problemas comunes a los miembros de la clase. Puede
discutirse un problema o asignarle a cada grupo que discutan un problema y después
compartir con la clase las soluciones bíblicas que han encontrado. Los pasos a seguir para
evitar hábitos dañinos como disciplinarnos para adquirir hábitos saludables, sobre todo que
glorifican a nuestro Dios.

Este método permite que el mismo alumno establezca mecanismos de aplicación de lo


aprendido. Provoca el deseo de hacer, y no siente forzado a prácticas que considera como
legalismo. El conoce la verdad, sabe que tiene que hacer correcciones, está convencido que
es una norma, un principio bíblico.

La comunicación en sentido de entendimiento y buena relación aumenta entre alumno y


maestro y entre alumno y alumno.

Ventajas Desventajas
Permite la interacción No se llega a conclusiones.
Permite la flexibilidad Se falla en elegir el líder de grupo
permite que se desarrolle nuevo El material a ser enseñado requiere más
liderazgo tiempo.

El maestro promueve al utilizar este método la interacción de la clase. Hay un compartir no


solo del maestro hacia los alumnos, sino de los alumnos al maestro y entre los mismos
alumnos. Este método da lugar a introducir variantes en el plan de la clase, de acuerdo a los
intereses de los alumnos, al fin lo que se busca no es solo transmitir información. Lo que se
busca es causar un aprendizaje.
Este método ayuda a descubrir líderes potenciales a quienes debe desarrollarse para que
logren realizarse como tales. J. Oswald Sanders en su libro Liderazgo Espiritual, en un
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capítulo titulado La Búsqueda de líderes escribió: Para que el mundo oiga la voz de la iglesia
hoy, se necesitan líderes de autoridad, espirituales y sacrificados. De autoridad, porque la
gente quiere líderes que sepan a donde van y tengan la confianza de que llegarán a la meta.
Espirituales por que sin una fuerte relación con Dios, hasta las personas más atractivas y
competentes no pueden guiar a las personas al Señor. Sacrificados, porque esto sigue el
modelo de Jesús, que se dio así mismo por todo el mundo, y nos llama a seguir en sus pasos.
Algunas recomendaciones:

 Planee el tiempo de de clase tomando en cuenta la organización de los


grupos; el tiempo a emplear explicando la dinámica a seguir y luego escuchar los
resultados de cada grupo.
 Seleccione un líder explicándole en que consiste su trabajo.
 Determinar de antemano cuanto tiempo se va emplear en la discusión
 El maestro debe desplazarse de grupo en grupo orientando las discusiones
 El maestro debe de hacer un resumen de los resultados de todos los
grupos haciendo aplicaciones pertinentes en la vida de sus alumnos.

En una discusión debe establecerse y definir el problema discutido. Debe analizarse principios
bíblicos que brinden posible soluciones. Estas soluciones se evalúan y se toma una decisión.

El Debate. Es el procedimiento de querer persuadir a otros a que acepten o rechacen una


determinada proposición como base de una creencia o determinado tipo de comportamiento
(Kenneth O. gangel). Se hace por medio de dos o más personas presentando cada una de
ellas su punto de vista.
 El debate enfoca un asunto especifico
 Es una competencia, mientras que la discusión busca la cooperación
 El debate no enfatiza el análisis sino los resultados

El maestro es un moderador para que cada participante no pierda el enfoque sobre el tema
discutido. Administra el tiempo, cuida el lenguaje de los participantes a manera que al
rechazar el punto de vista contrario, sean gentiles con el oponente.

VENTAJAS DESVENTAJAS
Permite el diálogo Es posible que se torne difícil definir con
Logra que el grupo participe claridad la
Se exponen varios puntos de vista proposición de un asunto
Los alumnos se interesan en invertir
Puede ocurrir desvíos del tema
tiempo Puede crear divisionismo (principalmente si el
en la clase alumno
Contribuye a la disciplina de la clase
asignado a defender un punto de vista falso,
llega a creer
que es verdadero

Es importante que el maestro sea muy cuidadoso en seleccionar a los participantes en el


debate y les proporciones suficiente información. El tema debatido debe ser polémico para
despertar interés en los participantes y en la clase. Es importante recordar que una clase
presentada usando este método busca traer luz a puntos de vistas opuestos.
La conferencia. Hay dos enfoques que se deben tomar en cuenta, uno desde el punto de
vista de los alumnos u oyentes; y el otro desde el punto de vista del maestro. Desde el punto
de vista del oyente, conferencia es la reunión de personas que escuchan frente a frente la
información que el conferenciante les proporciona. Desde el punto de vista del maestro es la
disertación a un público que más o menos ya está informado del tema expuesto de manera
profunda.
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La conferencia es una comunicación oral que demanda sencillez, empleo mínimo de palabras,
hablar de manera concreta y lógica con fuerza expresiva para ser efectiva. Una conferencia
efectiva presenta la información formalmente y sistematizadamente en orden; identificando y
aclarando problemas así como estimulando o inspirando a los oyentes. La conferencia se
utiliza para analizar diferentes puntos de vista para fomentar estudios adicionales ya sea
repasando o anticipando un tema.
SEIS CONDICIONES PARA EMPLEAR LA CONFERENCIA
 Los alumnos u oyentes están suficientemente motivados.
 Cuando hay mucho material para compartir y el tiempo disponible para
hacerlo es insuficiente.
 La información a compartir no es conocida por el grupo
 El grupo es demasiado numeroso
 El conferenciante es un experto
 Los oyentes son expertos en el material a exponer

Determinar un propósito específico, definido. Toda conferencia debe exponerse buscando un


resultado en los oyentes. Si se expone un nuevo conocimiento para lograr cambios de
paradigmas, actitudes o hábitos. Recordemos que la enseñanza busca transformar las vidas
de los alumnos.
Al preparar la conferencia primero se debe escribir lo que ya se sabe del tema, conversar con
quienes conocen el tema, leer lo que otros han escrito del tema.
Al recabar el material sobre un determinado tema debe organizarse el que se quiere compartir
de manera lógica y sistemática.

Se recomienda practicar la exposición de la conferencia. Arturo Cuyás Armengol en su libro


Hace Falta un Muchacho, hablando de la voluntad, nos recuerda al gran orador Demóstenes,
el cual tenia una naturaleza delicada y enfermiza, era de escasa voz, le faltaba aliento para
terminar largos períodos sin cortarlos y sobre todo tenía torpeza de lengua que le hacía
tartamudear. Se propuso vencer cada uno de los obstáculos para llegar a ser el más grande
de los aradores.
Hizo construir en el sótano de su casa un estudio donde ejercitaba el formar y variar tanto la
acción como el tono de voz y pasaba hasta tres meses encerrado practicando. Colocaba
objetos en su boca para vencer su tarta mudez; exponía sus discursos frente a un espejo para
poder ver y corregir ademanes. Se dice que Demóstenes es el más grande orador griego.
LeRoy Ford, en su libro la Conferencia en la Enseñanza, dice que algunas personas se
oponen terminantemente a la conferencia por que dicen que un conferenciante es aquel que
habla mientras otro duerme. Pero la conferencia no es mala, algunas personas abusan de
ella…y la emplean mal.
LeRoy Ford cita a R. M. Rigdon quien ha sugerido tres patrones en la composición de una
conferencia

 Patrón lineal
 Patrón ancla
 Patrón circular

Una conferencia elaborada de acuerdo al patrón lineal comienza con una idea global de la
cual surge una idea concreta de la cual surge una más específica.
La conferencia patrón ancla se desarrolla mediante ejemplos. Mientras que el patrón circular
destaca aspectos del tema a desarrollar.

pág. 28 Pr. E. Zevallos L.


Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Tema

Primer ejemplo Segundo ejemplo Tercer ejemplo

Conferencia Ancla

Patrón circular

Primer aspecto Segundo aspecto

Tercer aspecto

Findley B. Edge nos dice que una conferencia de forma sencilla consta de tres partes:
 Introducción
 Desarrollo
 Conclusión

Película. El uso de películas ya sea fijas o de acción es muy útil para la generación que ha
crecido junto con un medio audio visual tan atrayente como el televisor. La temática
desarrollada en una película puede ser la base de una discusión. Todos sabemos que la
enseñanza es transmisión de información; pero una buena discusión evalúa el aprendizaje del
contenido de una película.
Una buena película puede ayudar a una buena introducción a una serie biográfica. Sirve para
motivar a los alumnos es como una carnada en el anzuelo. O también puede despertar la
curiosidad de los alumnos el alumno retiene mas cuando no solo oye. Es un hecho
comprobado que cuando mas sentidos emplea el alumno en el aprendizaje, el porcentaje del
aprendizaje es mucho mayor Jesús fue un experto en despertar la curiosidad, se ve en Juan
capítulos 3 y 4 en su conversación con Nicodemo y La mujer de Samaria.

Proyecto. Técnicamente hay una serie de discusiones y debates sobre que es un proyecto.
Aquí solo diremos que es una actividad determinada en la cual la clase como conjunto o un
alumno desarrolla para exponer o profundizar el contenido aprendido.

Una manera de aprender es haciendo; Findley B. Edge en su libro metodología pedagógica


dice: Las personas aprenden de muchas diferentes maneras. Cuanto más se relacione la
enseñanza con la experiencia directa, más probable es que la enseñanza se hará significativa
y duradera. Cuanto más se aleje la enseñanza de la experiencia directa, mas difícil se hace.
Kenneth O. Gangel cita un proverbio chino que reza:

Si oigo, se me olvida
Si veo, lo recuerdo
Si lo hago, lo entiendo

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Un proyecto puede ser la lectura de un libro en grupos pequeños, y hacer un análisis de lo


leído para comprobar el aprendizaje y fortalecer lo asimilado. Un proyecto puede ser una
investigación por ejemplo sobre las finanzas de la iglesia, como se administra.

Dramatización. Con la cooperación de algunos alumnos montar un drama sobre la temática a


compartir y luego con la clase sacar conclusiones prácticas, sobre como introducir cambios en
el estilo de vida. Al mismo tiempo el maestro puede orientar a sus alumnos con algunas
nociones sobre teatro y la actuación.
Primero conviene tomar en cuenta la aclaración que hace Gangel, quien dice: el drama como
técnica en si es amoral, por que no tiene las características inherentes del bien o del mal. Lo
que marca la diferencia es la forma en que se usa. El drama como tal no es un método a usar
regularmente, solo se hace una o dos veces en el año, ya que requiere una intensa, larga
preparación con relación al argumento y el parlamento de los personajes así como la
escenografía. El drama bien montado y trabajado por sus participantes puede lograr que los
alumnos se identifiquen con algunos de los personajes y procurar las soluciones que se
sugieren.

Mesa redonda.

Proyecto. Algunos no lo consideran un método sino una actividad, para el propósito que se
sugiere no importa si es o no un método. Si es una herramienta útil, ya que le permite al
alumno o a la clase profundizar en la verdad bíblica que el maestro ha compartido en clase.
Findley B. Edge en su libro Metodología Pedagógica nos dice que una manera más efectivas
de aprender haciendo. Una mujer joven aprende a ser madre solo cuando llega a serlo.

Investigación. Kenneth O. Gangel nos comparte nueve responsabilidades del maestro y once
de los alumnos, que el reproduce del libro 40 maneras de Enseñar de Martha Leypoldt.
El maestro:
 Selecciona el problema o tema
 Dirige al grupo para discutir cual es el área que necesita in vestigarse
 Pide a los alumnos que se presenten como voluntarios
 Sugiere las fuentes o las provee a los investigadores
 Pide que los investigadores presenten un informe de sus hallazgos
 Los miembros de la clase deben opinar sobr los informes presentados
 Se hace un resumen de los informes
 Sugiere como usar la información
 Evalúa el aprendizaje logrado
Los alumnos:
 Participan en la selección del tema
 Se involucran en la decisión de que hay que investigar
 Se presentan como voluntarios
 Utilizan las fuentes asignadas por el maestro y busca adicionales
 Estudian con esmero lo que se les asigna
 Seleccionan los datos más importantes
 Organizan adecuadamente el material encontrado
 Preparan un informe de lo hallado
 Consultan con otros para aclarar puntos de vistas
 Deciden como usar la información
 Ayudan a evaluar la experiencia de aprendizaje.
Nota: Hemos hecho algunas pequeñas modificaciones en la manera de decir el listado
anterior, pero hemos respetado la idea de cada enunciado.

pág. 30 Pr. E. Zevallos L.


Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Hay sin duda un sin número de métodos, los cuales como ya hemos dicho no son ni buenos
ni malos en si mismo. Depende de la habilidad de quienes los utilizan. Solo quiero sugerir que
todo maestro por lo menos debe asistir a conferencias o seminarios de la educación unas ves
por año. Y debe leer dos o tres libros el año sobre el tema.

Los que hemos aceptado el desafío de enseñar la Biblia recordemos lo enorme que es la
responsabilidad de estar formando vidas. Vidas creadas a imagen de Dios y su valor no solo
es por su creación sino su mención a un alto costo, la sangre de nuestro señor. Además
somos maestro no de cualquier conocimiento sino de la palabra de Dios.

PASOS EN LA PREPARACION DE LA CLASE


A. LEER LA BIBLIA
1. Usar varias versiones
2. Usar Diccionarios Bíblicos
3. Usar Comentarios Bíblicos

B. ESTUDIAR EL MANUAL
1. Aprender bien la historia
2. NUNCA debe leerse la historia en la clase.

C. DISEÑAR LOS OBJETIVOS EDUCATIVOS


1. ¿Qué es un objetivo? (Una meta o punto al que queremos llegar.)
2. Deben ser diseñados teniendo en cuenta a los alumnos, las facilidades y el
desarrollo de la fe.
3. Es necesario por lo menos tener DOS objetivos.
4. Use palabras de acción o aquellas que enfaticen un cambio en conducta
aceptable.

D. ESCOGER EL METODO
1. ¿Qué es un método? (Una forma de hacer algo para llegar a un objetivo).
2. Mencionemos algunos métodos.
3. Los métodos tienen que ser adaptados a la edad que enseñamos.
4. Utilice métodos que propendan la participación del alumno.

E. PREPARAR AYUDAS VISUALES


1. Busque las actividades que usted espera que los alumnos realicen.
2. Recoja los materiales que va a usar con antelación.
3. Prepare actividades para reforzar el aprendizaje, no para entretener.

E. HAGA UN BOSQUEJO DE LA CLASE (PLAN)


1. Introducción (motivación).
2. Presentación
3. Aplicación
4. Actividades
5. Evaluación

F. PREPARE UNA APLICACION


1. La aplicación es como la Biblia nos habla hoy en medio de nuestro mundo actual,
y qué nos exige hoy.
2. ¿Cómo podemos continuar practicando lo que hemos aprendido?

G. EVALUAR LA CLASE
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

1. Nos ayuda a identificar si hemos llegado a los alumnos o no.


2. Podemos hacerlo a través de una serie de preguntas o actividades.

RECETA PARA ESCRIBIR UNA CLASE17

Muchas veces nos pasa que no encontramos el material adecuado para nuestra clase.
Quizás al escribirlas nosotros podemos adecuarlas y hasta tal vez descubrís un ¡nuevo
Don!

Los ingredientes principales son:

» Objetivos claros
» Una verdad bíblica
» Un incentivo
» Una historia explosiva
» Los gráficos
» Un versículo
» Tiempo suficiente
» Mucho amor
» Creatividad

PASITO A PASO

» Objetivos Claros
Previa oración, siéntate, y piensa qué objetivo quieres alcanzar. En una hoja escribí todo
lo que se te ocurra, y seguramente primero te va a surgir un objetivo muy amplio. Lo que
tienes que hacer es comenzar a desglosarlo en objetivos más pequeños. Ahí te vas a
dar cuenta que te surgieron varios objetivos referidos a un mismo tema, lo que implica
que de cada objetivo puedes sacar una lección.

» Una Verdad Bíblica


De acuerdo al objetivo de tu lección, tienes que buscar una verdad bíblica que le
corresponda, en base a la cual vas a proseguir escribiendo. NO te olvides que la verdad
esté relacionada con la realidad de los niños de tu clase.

» Un incentivo
Los incentivos son las introducciones a el tema que queremos tratar. Debe ser
motivante, entretenido, captar la atención. Puede ser un juego, una manualidad, una
breve historia, un dibujo, una pregunta, lo que se te ocurra. Puede tener principio y fin al
comienzo de la clase, o puede tener principio y luego de terminar la lección tener su fin.
También puede utilizar situaciones que tengan que ver con su cotidianeidad.

» Una historia explosiva


En base a la verdad bíblica que pretendés quede grabada en los corazones de los niños,
debés contar con una historia. Puede ser de la Biblia o puede ser creación tuya. Yo te
animo a que crees tus propias historias, son muy buenas las que los personajes son
animales, o pueden ser historias más reales, como te parezca. Nunca olvides que es
esencial estimular la imaginación y creatividad de los niños durante la lección. Además a
veces es bueno suprimir todo detalle en la historia que no sea relevante y muy
importante. Lo principal es que ¡no sea muy larga! Ah!!! Y es imprescindible que la sepas
narrar muy bien (doy por obvio que no se puede leer, sino que hay que saberla de
pág. 32 Pr. E. Zevallos L.
Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

memoria). La lección tiene que ser participativa y mantener al niño atrapado con los
sucesos. Es bueno al finalizar la lección realizar alguna actividad que este relacionada
con lo aprendido.

» Los gráficos
Busca siempre las imágenes bien coloridas, llamativas. Si no lo son, hazles un marco
con cartulina de color o busca la forma para que se vean bien lindas. Trata de no saturar
la lección con imágenes, y de vez en cuando, deja volar la imaginación de los niños en
alguna historia y no les muestres nada. Anda variando.

» Un versículo
El versículo buscado debe responder al objetivo. La presentación tiene que ser original y
tener una técnica para ser aprendido de memoria.

» Tiempo suficiente
Si tomamos a nuestros niños con la seriedad que corresponde, debemos dedicarle a
cada lección todo el tiempo necesario. Tanto para armarla, como para estudiarla. Una
noche no nos basta para prepararla; además es muy importante que le estemos
pidiendo a Dios en la semana que nos muestre qué quiere de esta lección para estos
niños. Los niños no son estándares y Dios tiene un propósito particular para cada uno.

» Y Mucho Amor
El amor es acción, por ende, en cada lección se va a ver reflejado el amor por cada uno
de nuestros niños. Yo te aseguro que esto, ellos lo ven.

» Creatividad
Haz un despliegue de todas tus habilidades. Pídele a Dios que dé vuelta tu cabeza y pon
lo mejor, que seguramente algo excelente va a salir. Si somos creativos captamos más
la atención.

Bueno espero que te haya servido. Hay muchas recetas más, pero ésta es con la que
por lo general trabajo yo. Que Dios te bendiga y use.

Planilla para un Plan de Enseñanza-Aprendizaje


FECHA_______________________________________ CLASE__________________________________________

ESTABLECER LA DIRECCION DE LA ENSEÑANZA

TITULO DE LA SERIE

ONJETIVO

TITULO DE LA UNIDAD

ESTUDIO NUMERO TITULO

MATERIAL BIBLICO

 CONTEXTO

 TEXTO

 PARA MEMORIZAR

VERDAD CENTRAL
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NECESIDADES DE LOS ALUMNOS

META DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE

GUIA DE LAS ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

PASO 1: MOTIVACION DEL APRENDIZAJE (3 MINUTOS)

PASO 2: DIRIGIR EL ESTUDIO BIBLICO (20-25 MINUTOS)

PASO3: RELACIONAR LOS PRINCIPIOS BIBLICOS CON LA VIDA DIARIA (3-5 MINUTOS)

PASO 4: EVALUAR EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE UTILIZADO

EVALUACION PERSONAL

¿Cómo?
Llenó las necesidades de mis alumnos….
Logre el interés de ellos
Captaron nuevos conocimie ntos
Demostraron una nueva actitud
Participaron en las activi dades
Adquirieron una nueva habilidad
Alcance la meta de ense ñanza aprendizaje

IDEAS________________________________________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________________________________________

VISITACION: ¿A QUE ALUMNOS DEBO VISITAR ESTA SEMANA?





ESQUEMA SUGERIDO PARA PREPARAR UNA LECCION

TEMA DE LA LECCION FECHA


TEXTO BIBLICO
OBJETIVOS
COGNOSCITIVOS
AFECTIVOS
ACTITUDINAL

FASE DE LA LECCION/TIEMPO METODOS RECURSOS


PRINCIPIO DE LA LECCION

CONTENIDO BIBLICO

APLICACIÓN PERSONAL

pág. 34 Pr. E. Zevallos L.


Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

EVALUACION

BIBLIOGRAFIA
1. Como enseñar la Biblia. Lucien E. Coleman. Casa Bautista de Publicaciones
2. 24 Ideas para mejorar su Enseñanza. Kenneth O. Gangel. Ediciones las Américas
3. Fundamentos para el educador Evangélico. William Martin. Editorial Vida
4. Jesús el Maestro. J. M. Price. Casa Bautista de Publicaciones
5. Modelos para el proceso de Enseñanza aprendizaje. Leroy Ford. Casa Bautista
6. La Conferencia en la enseñanza. Leroy Ford. Casa Bautista de Publicaciones
7. Sistema de la Filosofía de la Educación. Francisco Larroyo. Editorial Porrua
8. La enseñanza Eficaz. Wesley R. Willis. Ediciones Las Américas
9. Introducción a la Pedagogía. Fritz Marz. Ediciones Sígueme-Salamanca
10. Explorando la educación Cristiana. Varios. Elwood Sanner/ A.F Harper
Casa Nazarena de Publicaciones
11. Poder Espiritual en la Enseñanza. Roy B. zuck. Ediciones Las Américas
12. Enseñanza y Capacitación en su Iglesia. Guillermo G. Casa de Publicaciones
13. Pedagogía General. Ricardo Nassif. Editorial Kapelusz

METAS Y PROPÓSITOS DE LA EDUCACIÓN CRISTIANA


Desde los inicios de la civilización la educación ha desempeñado un papel dominante en la
construcción social. Las sociedades han utilizado la educación como herramienta para la
transmisión o adelanto de la cultura, la enseñanza de los patrones de conductas aceptables, y
la inculcación de conocimiento, valores, destrezas y actitudes, por medio de instituciones que
han sido creadas con ese fin. En los albores del tercer milenio continúa el mismo fenómeno
social.
La educación cristiana no excluye estas intenciones sociales, pero va más allá. En general, la
educación cristiana está más ligada a la formación integral del creyente, a la instrucción
catequética y al crecimiento espiritual del ser humano, para que se manifieste una fe
comunitaria que transforme, a su vez, a la sociedad. Esto es el discipulado. El discipulado
evangélico hace al educando y a la educanda consciente del amor de Dios. Esta verdad
teológica le conduce a experimentar la proximidad del más cercano a través de la incursión y
de la solidaridad social.
Una iglesia saludable es una iglesia que educa a la luz de las Sagradas Escrituras.
Consecuente a esta intención, la iglesia invierte sus mejores recursos y esfuerzos para
alcanzar esta hermosa aspiración eclesial. El riesgo de enseñar y aprender el Evangelio de
forma correcta es la transformación social y, sobre todo, el goce pleno de la libertad en Cristo
Jesús.
Una vez entendido que el papel constructivo de la educación cristiana pone mayor interés en
los aspectos instructivos del carácter creyente que en la ganancia numérica de adeptos,
estamos obligados a explorar el concepto. Para entender su significado tomaré prestado la
siguiente definición esbozada por el Dr. Robert Pazmiño (2002).
La educación cristiana consiste en el esfuerzo divino-humano deliberado [unión de la
intención-intervención divina y la responsabilidad humana], sistemático y continuo de
comunicar o apropiarse del conocimiento [enfoque constructivista de la educación], valores,
actitudes, habilidades, sensibilidad y el comportamiento que constituye o son consistentes
con la fe cristiana. Las palabras entre corchetes son mías.
Así entendida, la educación cristiana: Apoya el cambio, la renovación y la reforma de
personas, grupos y estructuras [eclesiales] por el poder del Espíritu Santo para conformarse a
la voluntad revelada por Dios tal y como se expresa en el Antiguo Testamento y Nuevo

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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Testamento preponderadamente en la persona de Jesucristo, así como en los resultados de


ese esfuerzo. (Pazmiño 2002)
Meta de la educación cristiana
El testimonio de la teología paulina ofrece una dirección clara acerca de las metas de la
educación cristiana. En este artículo se privilegia dos textos de la tradición paulina. El pasaje
de Romanos 12:2, parte del escrito redactado por el propio apóstol Pablo cerca del año 57/58
d.C., nos presenta los siguientes principios pedagógicos:
La vida cristiana debe ser vivida para Dios. Una existencia que honra a Dios se sostiene en el
amor, la humildad y el compromiso por el bienestar común; a su vez, descarta los valores
mundanos que acentúan el odio, la arrogancia y la intolerancia.
La intervención del Espíritu de Dios provoca en las personas cambios en la manera de ser y
de pensar. Así, pues, la transformación o la metamorfosis es más que un simple cambio
exterior. Más bien, el apóstol hace alusión al cambio interior del ser humano provocado por el
encuentro con Dios.
Ambas, la vida para Dios y la metamorphosis interna, son las vías más seguras para conocer
lo que Dios quiere.
Consecuente con el libro de Romanos, los discípulos más cercanos del apóstol, al redactar la
epístola a los Efesios, ponen de manifiesto las metas de la educación cristiana. El producto de
la pedagogía eclesial debe suscitar el perfeccionamiento de los santos para la obra del
ministerio, la edificación del cuerpo de Cristo, la unidad de la fe y el conocimiento del Hijo de
Dios (Ef. 4:12-13).
Principios rectores de la educación cristiana
De ahí que podemos dar un salto cualitativo para tratar de establecer tres principios rectores
que sustenten la comprensión de la función de la educación cristiana:
Todo y toda participante de la escuela bíblica tiene derecho a una educación integral,
innovadora y auténtica que propenda al pleno desarrollo y respeto de sus capacidades
psicológicas, motoras, emocionales, morales y espirituales.
1. Una aproximación a la educación cristiana encuentra su raíz en la revelación
de Dios, centrada en la persona de su hijo Jesucristo y su enseñanza acerca del Reino de
Dios, consecuente con el testimonio de las Sagradas Escrituras Cristiana, y la iluminación
del Espíritu Santo.
2. Los esfuerzos curriculares y metodológicos, ese currículo operacional que se
da en las aulas, debe motivar, inspirar y ser fuente que haga brotar la alegría del Evangelio.
En ocasiones, en los escenarios formativos cristianos predomina un clima educativo
lúgubre, en lugar de la alegría por aprender.
Más sencillo, una educación cristiana auténtica tiene lugar cuando se es consciente (1) del
respeto hacia la dignidad del ser humano; (2) en la afirmación y experiencia de la acción
Trinitaria en la pedagogía eclesial; (3) en fomentar la alegría y el disfrute del Santo Evangelio.
Propósitos de la Educación Cristiana
Entonces, ¿cuáles deben ser los caminos por los que debe transitar la educación
cristiana, por ende la escuela bíblica?, ¿Hacia cuál dirección nos debemos mover?, ¿Cuáles
son los elementos distintivos de la educación cristiana y de la escuela bíblica que nos guían
en el crecimiento eclesial? Thomas Groome plantea que la educación religiosa (cristiana)
tiene tres propósitos fundamentales:
 Educar para afirmar los valores del reino de Dios.
 Educar para nutrir la fe.
 Educar para vivir la libertad.
Y, respetuosamente, le añado un cuarto propósito.
 Educar para vivir y disfrutar la alegría del Evangelio en comunidad.
Exploremos cada una de estas enunciaciones con un poco de detenimiento.
Educar para afirmar los valores del reino de Dios
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

Tanto la persona de Jesús como su enseñanza acerca de los valores cardinales del
reino de los cielos son objetos de estudio en la educación cristiana. O sea son su contenido.
Pero, ¿qué significa el reino de Dios?, ¿cuál es su alcance?, ¿qué implicaciones tiene para la
vida de cada creyente?
El reino, centro del contenido de la predicación de Jesús, simboliza la presencia activa
de Dios y su poder sobre, en y al final de la historia. Como símbolo comunitario transforma las
circunstancias y trae al escenario un denuedo de esperanza y posibilidad para el corazón
abatido y cansado. Para Xavier León-Dufour, el Reino de Dios, con su advenimiento proclama
el fin del dominio de Satanás y de los poderes del pecado y de la muerte sobre los seres
humanos.
Una iglesia que crece saludablemente enseña a los feligreses a encarnar los valores
del reino de Dios en cada acto personal y en cada gesto de afirmación comunitaria. Esto es lo
que Efesios asevera con la expresión, “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio”.
Esta perfección encuentra autenticidad en la imitación del modelaje de Jesús y en la
confesión universal de la iglesia que le declara Señor y Cristo.
Educar para nutrir la fe
La educación cristiana auténtica promueve la vida en la fe cristiana. Llegar al
conocimiento del Hijo de Dios (Efesios 4:13) o conocer lo que Dios quiere (Romanos 12:2), se
aprende, se enseña. Que mejor escenario para que ocurra el misterio del crecimiento
espiritual de la iglesia que la escuela bíblica. Los elementos distintivos de esa enseñanza
germinan en un proceso de formación. Produce la creencia, la convicción y el entendimiento
de la obra de Dios. Ella ilumina y robustece la confianza en Dios. El estudio de las Sagradas
Escrituras nutre la fe, la hace fuerte a tal magnitud que nos da las herramientas para enfrentar
las pseudas-enseñanzas religiosas que denigran y laceran la dignidad del ser humano. Una fe
bien nutrida abraza la confianza, que descansa en la fidelidad de Dios y en la gracia de su
poder salvador, alumbrando el camino para hacer su voluntad, la plenitud del reino en medio
nuestro.
Educar para vivir la libertad
La iglesia cristiana ha sido instituida para vivir, modelar, educar y propiciar la libertad.
Esta cualidad humana se convierte en uno de los propósitos esenciales del proyecto
pedagógico eclesial. Pero, sin un programa educativo sólido e integral, cuya aspiración sea el
redescubrimiento de la condición de libertad, no aflora la conciencia de haber sido creado a
imagen y semejanza divina. Dicha consideración etimológica debe dirigir al magisterio de la
iglesia a reconocer que los procesos pedagógicos auspiciados por la educación cristiana
deben fomentar escenarios educativos, en donde se propicie que el participante emplee sus
funciones intelectuales con el fin de percibir, vivir y re-vivir la realidad de la libertad.
El descubrimiento del valor superior de la libertad se alcanza por medio de experiencias
de aprendizajes que inspiran al educando a valorar, sentir y anhelar la plena dimensión de
esta condición humana. En la educación cristiana para la libertad y transformación creativa, se
diseñan y aquilatan procesos pedagógicos genuinos que inspiran a los alumnos y a las
alumnas a construir utopías y a soñar con una mejor sociedad y convertirse a su vez en
mejores seguidores y seguidoras de Jesús. Esto es, permanecer en Cristo Jesús.
Educar para vivir y disfrutar la alegría del Evangelio en comunidad
Como hemos mencionado, una iglesia que crece celebra la vida y disfruta la alegría del
Evangelio en comunidad. En el cuarto evangelio, Jesús en una oración intima al Padre,
peticiona: A los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como
nosotros (Jn 17:11). De ahí que el esfuerzo constante de la educación cristiana afirma con
mayor esfuerzo el aspecto comunitario sobre el desarrollo personal, énfasis de la educación
secular.

Conclusión
Hoy es un buen día para comenzar a desarrollar la conciencia de la radicalidad del
llamado del testimonio bíblico-teológico en favor del adelanto de procesos pedagógicos más
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Curso: Educ. Cristiana I.B.T.”Salem”-Hyo.

intencionales, más responsivos y más cónsonos con los propósitos de Dios. Esto es, el logro
de una educación cristiana que atienda integralmente las necesidades de los educandos. Una
educación cristiana que abra surcos para la conversión, para el despertar, para el volver en sí.
Una iglesia que crece educa; y, educa a la luz de la verdad de un Dios que nos ama y nos
invita a la vida en comunidad, a la alegría, al amor y a la esperanza.

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