95 Neoconstitucionalismo en El Ecuador Final PDF
95 Neoconstitucionalismo en El Ecuador Final PDF
95 Neoconstitucionalismo en El Ecuador Final PDF
EL NEOCONSTITUCIONALISMO
EN ECUADOR
REGIS PARRA
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Aval ESPOCH
(peer review)
Corrección y diseño
La Caracola Editores
Impreso en Ecuador
CDU: 342
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Riobamba: Escuela Superior Politécnica de Chimborazo
Dirección de Publicaciones, 2019
140 pp. vol: 17 x 24 cm
ISBN: 978-9942-35-647-5
1. Derecho Constitucional
2. Derecho Constitucional en el Ecuador
3. Nueva Constitución del Ecuador (2008)
CONTENIDO GENERAL
Introducción ...............................................................................................6
4
Regis Parra
CONCLUSIONES ......................................................................................................126
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................... 130
5
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
INTRODUCCIÓN
cualitativo que superan los contenidos del Estado social de derecho, reconocidos
en la mayor parte del mundo occidental.
Con los cambios que introduce el neoconstitucionalismo en las más recientes
constituciones latinoamericanas, se supera la noción moderna de Constitución,
-
do, sino como resultado sucinto de los intereses y voluntad del poder constitu-
6
Regis Parra
7
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
7 Ver: Prieto Sanchís, Luis, El constitucionalismo de los Derechos, ensayos de filosofía jurídica,
(Madrid, Trotta: 2013), p. 26.
8 Ver principalmente la declaración de principios, contenidos en el preámbulo de la carta, en
concordancia con el Título IX a partir de 424 hasta 444.
8
Regis Parra
demanda una tarea hermenéutica para aplicarlos a determinados casos de forma jus-
9
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
10
Regis Parra
11
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
sistemas jurídicos históricamente conocidos, tanto del Common Low, como del
Europeo Occidental. Este último, al que se suscriben los países latinos recono-
ce la primacía de la ley frente a la administración, la jurisdicción y los propios
ciudadanos. Sin embargo, “así como el siglo XIX ha sido el siglo del Poder Le-
gislativo y el siglo XX el del Poder Ejecutivo, el siglo XXI será, de acuerdo con
una profecía neoconstitucionalista, el del Poder Judicial. No se atiende ya tanto a
quién y cómo se decide, sino qué se decide,”15
12
CAPÍTULO I. LA CONSTITUCIÓN COMO FENÓMENO POLÍ-
TICO NORMATIVO PROPICIO PARA EL CONTROL POLÍTICO Y LA
SALVAGUARDA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
16 Ver Carbonell, Miguel, “Prólogo”. En Villabella, Carlos Manuel Nuevo constitucionalismo lati-
noamericano ¿Un nuevo paradigma?, (México, Mariel: 2014) p. 10.
17 Ver Peraza Chapeau, José, Derecho Constitucional General y Comparado. (Félix Varela, La
Habana: 2002), p. 17.
13
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
ciudad Estado, la vida sociopolítica de la época, los papeles que cada ciudada-
no jugaba en la polis, y en especial a partir de las vías y medios por medio de
los cuales se daba la creación y reforma de la legislación. “En Roma se conoció
como constitutio al “ordenamiento de las magistraturas de poder, la estructura
que da orden a la ciudad estableciendo el funcionamiento de todos los cargos y
sobre todo de la autoridad soberana”.19
En la Edad Media, no se supera la noción de constitución con relación a la
tipo legislativo, por medio del cual se otorgaban ciertas franquicias o privile-
gios – estimados como derechos reales – a los individuos de una comunidad
política – burgos, villas o ciudades”,20 los que podría considerarse como em-
briones de los derechos individuales y ciertos límites a las atribuciones del
gobernante.21
-
testades tanto a gobernantes, como privilegios y libertades a través instrumentos
libertades jerárquicamente establecidas podían ser exigidas por sus titulares, uno
de esos instrumentos fue la Carta Magna de Juan Sin Tierra,22 de 12 de junio de
1215, en Inglaterra, la que en su artículo 39 rezaba: “Ningún hombre libre podrá
ser detenido o encarcelado, o privado de sus derechos o de sus bienes, o puesto
fuera de la ley o exiliado, o privado de su rango de cualquier otro modo ni usa-
remos la fuerza contra él, o enviaremos a otros para que lo hagan, excepto por
sentencia judicial de sus pares y según la ley de su país”.23 “Estos estatutos fueron
fruto de
18 Ver Tamayo y Salmorán, Rolando, Introducción al estudio de la Constitución 1re edición corregi-
da (México: Distribuidores Fotamara S.A., 1998), p. 24.
19 Aristóteles, La Política (Paris: Casa Editorial Garnier Hermanos, 1920), p. 96.
20 Ibídem, p. 54.
21 En Inglaterra de 1215, la nobleza, la Iglesia inglesa, impusieron al monarca Juan Sin Tierra, el
reconocimiento de un conjunto de garantías procesales individuales que se conoce como Carta
Magna, que consagraba la libertad personal, y limitaciones de cargas tributarias.
22 En Prieto Valdés, Martha. Carta Magna de Juan Sin Tierra el 12 de junio. Selección de textos
constitucionales (La Habana: Félix Varela, 2002)
23 Osorio Gómez, Felipe, Hannah Arendt, El Estado, el individuo y la banalidad, (Medellín: Uni-
versidad de Medellín, 2012), p. 101.
14
Regis Parra
por naturaleza a las personas. De esta manera se reconoce, “al hombre dotado
de ciertos derechos naturales y justamente para mejor protegerlos se constituye
la sociedad política y las instituciones mediante un contrato social, es decir, me-
diante un acto de voluntad preservan los derechos, deciden dar vida a un depósito
de fuerza común, el Estado, al que se encomienda su defensa”.31
“El proceso revolucionario estadounidense tributó la primera Constitución
escrita; que entre otros elementos, teorizó la idea de supremacía de la constitu-
judicial review de la Suprema Corte, con lo cual
realizó la primera contribución sobre control de constitucionalidad; consagró la
perspectiva de los derechos individuales como realidades jurídicas que no ne-
30 Ver Ferrajoli, Luigi, El garantismo y la filosofía del derecho, (Universidad Extremado de Co-
lombia, 2001), p. 176.
31 Prieto Sanchís, Luis op. cit. p. 226.
16
Regis Parra
solemne que por ser un acto que da origen a la comunidad política es la ley su-
prema de la propia comunidad”.38
Ahora bien, estos instrumentos jurídicos que se tornaron fundacionales y crea-
dores de la comunidad política, tenían que ser escritos, es decir, tal contrato tiene el
carácter de solemne, y da la posibilidad de ser enunciado, invocado, interiorizado,
convirtiéndolo en el instrumento jurídico. En ese contexto, se dicta la Constitución
de Virginia en 1776, y de varias colonias en Norteamérica,39 hasta la Constitución
18
Regis Parra
Federal de los Estados Unidos de 1787, en la que se otorga poder público a través
de un documento escrito.
Sin embargo, es necesario hacer una distinción en la concepción del consti-
tucionalismo occidental de inspiración europea, tanto en el desarrollo del consti-
tucionalismo inglés con respecto al constitucionalismo francés o latino, frente al
cual se presentan cambios esenciales.
En el Medioevo, como en líneas generales se ha referido, el constitucionalis-
mo es una lucha contra el sistema feudal, más claramente contra el monarca como
-
blecimiento de normas negociadas entre el monarca y el pueblo. Luego entendida
la Constitución como emparentada con las nociones del Estado y comunidad; se
la concibe como acto creador, originario de la comunidad, acto en el cual no solo
se limita el poder, sino que se da origen al poder.
-
tos: la soberanía popular, los postulados del derecho natural, las decisiones de los
tribunales ingleses sobre la independencia de sus fallos, el imperio del derecho
nuevo continente que siguen la tradición, todas estas tesis son adoptadas por los
pensadores de la ilustración.40
En el derecho europeo continental, una Constitución no solo garantiza las
cosas existentes y el derecho consuetudinario como en Inglaterra; sino que la
Constitución establece nuevas condiciones de vida, a partir de la creencia de los
ilustrados franceses en la racionalidad de la naturaleza humana y, por ende, en
una organización social fruto de la razón.41
“Así, a la Constitución entendida como un conjunto de reglas fundamentales
tradicionalmente respetadas, la sustituye la idea de un mandato unilateral del so-
berano. A la idea de Constitución, comprendida como un acuerdo tácito entre el
rey y el pueblo, la sustituye la Constitución como ordenamiento jurídico del Esta-
do, al cual el rey se encuentra sometido al igual que el resto de los ciudadanos.”42
La importancia de las teorías políticas de los ilustrados franceses fueron tras-
ladadas a su texto constitucional, convirtiéndolo en un ideario, en una doctrina,
aspecto que permite marcar distancia de las constituciones de América del Norte.
http://www.constitutionnet.org/es/country/constitutional-history-united-states-america
40 Ver Tamayo y Salmorán Rolando, op. cit., p. 70.
41 Ver Rousseau, Juan Jacobo, El contrato social, (Bogotá: MOMO, 1982), pp. 18, 37.
42 Tamayo y Salmorán Rolando: op. cit., p. 79.
19
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
época, una verdad, que solo podía salir de la teoría y ser puesta en práctica. Esta
puesta en práctica era tarea de la ley”.45 Tal concepción pasa a segundo plano
cuando el neoconstitucionalismo expone la importancia y alcance de constitu-
20
Regis Parra
21
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
-
ban divorciados de la realidad. En ese sentido, puede considerarse que
“la declaración de 1789 no era propiamente derecho positivo; es decir, un derecho
nacido de un acto de voluntad creadora, era en cambio, el reconocimiento de las verdades
de una filosofía política elaborada por la filosofía de las luces y presentada como el sentido
común de toda una época, una verdad, que solo podía salir de la teoría y ser puesta en prác-
tica. Esta puesta en práctica era tarea de la ley”.49
jurídica.
En conclusión, la Constitución es en un primer momento un instrumento
de gobernabilidad; luego pasa a limitar el poder y, por último, es erigida, en el
origen mismo de la comunidad y del poder. Consecuentemente, un instrumento
que entraña límites al poder, sea a través del respeto y exigencia de los derechos
consagrados o de la separación y competencia de las funciones públicas.
De acuerdo con Carbonell, si las constituciones son tomadas en serio y se
aplican rigurosamente en toda su extensión, constituyen hoy el programa más re-
volucionario que tenemos a nuestro alcance; por eso vale la pena tener presentes
los elementos suministrados por el constitucionalismo, sobre todo en la vertiente
teórica, normativa y jurisprudencial del neoconstitucionalismo, que poco a poco
parece irse consolidando en el panorama jurídico de América Latina.50
“Un nuevo orden no se crea tan solo sobre una base de correlaciones de fuer-
zas que se estabilizan, sino que debe igualmente trasladarse al plano que Gramsci
llamaba las superestructuras complejas, creando un orden legal e institucional
que reasegure que esas sociedades pueden seguir avanzando por el camino de la
transformación revolucionaria.”52 No debe entenderse la constitución como una
doble dimensión: por una parte la Constitución política del Estado y por otra la
Constitución social; se requiere una visión más amplia.
Este salto cualitativo en el campo del derecho en general y del derecho cons-
titucional especialmente radica en el paso del Estado de Derecho, al Estado Cons-
titucional, en el cual se entiende que la Constitución no es simplemente la norma
fundante o legitimadora del resto del andamiaje jurídico del Estado, sino que es
supraordenadora, fuente de derecho y derecho mismo, condicionante de los po-
deres políticos y de los poderes de los particulares. Estos postulados contradicen
visiones reduccionistas de la Constitución. Así la teoría de Carl Schmitt limita la
Constitución a unas decisiones fundamentales: “la Constitución vale en virtud de
un acto del poder constituyente que no contiene unas normas cualesquiera, sino,
y precisamente, por un único momento de decisión”.53
De esto deriva que las cartas no cumplan simplemente un papel legitimador
de la ley, incluso más allá, que la única forma de materializarse sea a través de
ellas, y sin ley que la desarrolle se tornen en inaplicables. Muy por el contrario,
en el desarrollo de principios que rigen la aplicación de derechos establecidos
en la carta, se establece que la inexistencia de norma jerárquicamente inferior a
ella no impide su aplicación inmediata, convirtiéndole en el instrumento jurídico
ciudadano o manual del ciudadano indispensable y necesario para alcanzar sus
objetivos en sociedad, volviendo y volcando en un texto jurídico la posibilidad de
resolver los problemas más acuciantes de una sociedad y llevándolas como señala
el texto constitucional ecuatoriano a alcanzar un Buen Vivir.
La Constitución, bajo la propuesta neoconstitucional, deja de ser meramente
formal para considerarse además desde el punto de vista material, “provista de un
denso contenido sustantivo, conformado por normas que regulan no solo cómo
ha de organizarse y adoptar sus decisiones el poder, sino también qué es lo que
puede e incluso, a veces, qué es lo que debe decidir”.54 Por tanto, a la noción mo-
52 Borón, Atilio A., Diálogos sobre el poder, el Estado y la Revolución (La Habana: Centro de Inves-
tigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, 2006), p. 32.
53 Schmitt, Carl, Teoría de la Constitución (Madrid, s/e, 1934), p. 24
54 Bernal Pulido, Carlos, El neoconstitucionalismo al debate (Bogotá: Instituto de Estudios Consti-
tucionales Carlos Restrepo Piedrahita Universidad Extremado de Colombia, 2006), p. 11.
23
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
como sujeto poderdante y, por ende, delimitante del ejercicio del poder público
delegado, propósito para el cual es indispensable establecer mecanismos de par-
ticipación ciudadana y de control social, instados por la crisis de los parlamentos
y el declive de la democracia representativa.
Ahora bien, tales mecanismos son posteriores a la legitimidad que debe al-
canzar un texto constitucional. Tal legitimidad dependerá de la forma de cons-
truir los procesos constituyentes, el grado de inclusión y discusión del soberano,
y por último, la aprobación universal. Estas tesis son planteadas por el nuevo
constitucionalismo,55 añadiendo lo que, en líneas sucesivas, se atenderá con ma-
55 Ver Viciano Pastor, Roberto (editor), Martínez Dalmau, Rubén, Villabella Armengol, Carlos
Manuel, et al, Estudios sobre el nuevo constitucionalismo latinoamericano (Valencia: TIRANT LO
BLANCH, 2012).
56 Ver Ferrajoli, Luigi, La democracia a través de los derechos. El constitucionalismo garantista
como modelo teórico y como proyecto político (Madrid: Trotta, 2014), p. 44.
57 Fioravanti, Maurizio, op. cit., p. 149.
58 Artículo 11 de la Constitución de la República del Ecuador, Registro Oficial 449, 2 de octubre
de 2008.
24
Regis Parra
han ido construyendo a partir de la crisis del Estado moderno, buscando a través
del ordenamiento jurídico y la práctica judicial, el medio de realización de la
justicia,63 cambiando paulatinamente durante ese proceso la naturaleza de la juris-
dicción y la ciencia jurídica. “La jurisdicción ya no es la simple sujeción del juez
25
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
estructural que regulan la actividad de los poderes públicos frente a las personas.
Con posterioridad, las constituciones incorporan a sus textos derechos so-
ciales y normas programáticas, a la vez que los Estados asumen un conjunto de
obligaciones para con sus ciudadanos. A partir de esas condiciones, reciben la
26
Regis Parra
social, de los detentadores del poder sobre los destinatarios del poder, de lo cual
se derivan decisiones que facultan a los primeros para obligar a los segundos, a
obedecer dichas decisiones72.
Es pues hacia el poder, sus fundamentos y ejercicio contra quien se dirige el
Derecho y especialmente el Derecho Constitucional, como plantea Ferrajoli:
“en efecto, únicamente la imposición y el reconocimiento de límites y vínculos a los
poderes de la mayoría y del mercado, merced a normas constitucionales rígidamente supra
ordenados a ellos, permite no solo dar cuenta de la dimensión sustancial de las actuales de-
mocracias constitucionales, sino también de poner a cubierto de sí misma, de los excesos de
los poderes ilimitados y virtualmente salvajes, a la propia democracia política o formal”.73
71 Uno de los conceptos más propagados y admitido del poder es el concepto de Max Weber,
quien considera que “el poder no es más que la capacidad de imponer la propia voluntad a otros”.
Weber, Max, Economía y sociedad, vol. 1. (México: Fondo de Cultura Económica, 1974), p. 43.
72 Ver Loewenstein, Karl op. cit., 1979. En: Fernández Bulté, Julio y Pérez Hernández, Lissette (com-
piladores): Selección de lecturas del Estado y del Derecho. Editora Félix Varela, La Habana, 2000, p.55.
73 Ferrajoli, Luigi. 2014, op. cit., p. 74.
74 Díaz Arenas, Pedro Agustín: op. cit, p. 4.
75 Bodenheimer, Edgar, Teoría del Derecho, (México: Fondo de Cultura Económica, 2005), p.17.
28
Regis Parra
-
bus como sociedades sometidas al Derecho dependerá de la noción que se tenga
sobre la naturaleza del Derecho; es decir, si la organización es despótica por un
lado, o es anárquica por otro, no se consideraría una organización de Derecho, si
se entiende que el Derecho es un elemento que busca mediar entre ambas formas
de vida social. Pero si se aceptara que el derecho no es solamente un conjunto de
normas positivas, racionalizadas y creadas a través de un procedimiento estable-
cido, sino un conjunto de normas no necesariamente positivadas, sino también
consuetudinarias, no necesariamente racionalizadas sino dadas, cuya fuente no
sea necesariamente un texto escrito sino moral, convencional o cualquier índole,
—no se olvide que “en los orígenes más remotos del derecho, cuando este nace en
Roma, era el sacerdote el único a quien estaba reservado pronunciar las fórmulas
jurídicas—”,78 y que establezcan relaciones de poder ilimitado atribuido a perso-
na o personas, eran también sociedades de Derecho.
29
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Estado ecuatoriano de inicios del siglo XX como una sociedad de Derecho, aún
si se tiene en cuenta, por ejemplo, que las mujeres no tenían acceso a ejercer de-
rechos políticos o, peor aún en el caso de los Estados fascistas, que cumpliendo
los mismos condicionantes, podrían ser considerados Estados de Derecho. Por lo
tanto, se reconoce tales organizaciones como sociedades de Derecho, no consti-
tucionales en algunos casos como queda dicho, pero sí sometidas a un conjunto
de reglas que modulan la conducta humana en sociedad. El único fundamento de
validez que tiene este Derecho radica en la autoridad de donde emana y no en la
racionalidad de sus contenidos.
La noción de derecho como orden y organización, es anterior a la noción de
Constitución, es original y nace con las agrupaciones humanas en determinado
estadío de desarrollo, hasta llegar a la “idea” de Estado, este aspecto puede con-
siderarse la primera diferencia.
Estas sociedades de derecho desde las “primigenias”, establecían formas de
30
Regis Parra
Finalmente, es posible decir que el poder sirve como fundamento del De-
recho, el cual establece la forma de ejercerlo. “No existe el mero poder como
fuerza desnuda, o al menos no puede ser duradero. Debe revestirse siempre de
Derecho, es decir, de una pretensión de justicia, para poder consolidarse y poder
desarrollar el sentido del deber frente a la ley por él establecida”.81 Este poder
históricamente ha ido variando en la humanidad hasta llegar al punto de conside-
rar la existencia de un poder soberano, un poder social, por encima de cualquier
otro poder personal, momentos en los cuales la Constitución escrita recoge esta
voluntad.
“El poder es el hecho fundante básico del Derecho y causa última de su vali-
82
Ahora bien, no es que la detentación de poder y su ejerci-
cio provenga del Derecho, sino más el segundo se ajusta al primero, a tal punto
que el Derecho puede ser un instrumento de dominio. No obstante, el problema
radica en quién detente ese poder, en los intereses que él persiga y cómo se mani-
En este sentido,
“el paradigma del Estado constitucional, heredero de la filosofía contractualista,
supone que el consenso de los contratantes no es una cuerda vacía, sino que tiene como
cláusula y como razón social, la garantía de los derechos fundamentales, cuya violación por
parte del soberano legitima la ruptura del pacto, hasta la insurrección y la guerra civil”83.
tiempo, materia activa y pasiva, como, por otra parte, el Derecho es al mismo
tiempo, producto y productor del orden social”.85 Este puede ser fruto o no de
órganos legislativos, ya que reiteradamente, como se ha señalado, han existido
en la historia diversos legisladores. En la tradición positiva la manifestación pal-
pable del Derecho es la ley, el texto escrito en el cual constan de manera objetiva
determinada y determinante las normas que rigen la vida social. Es la fuente prin-
cipal del Derecho. Pero “nadie sino el rígido positivista a ultranza, el designado
como positivista ideológico, es decir, el que considera justa una ley por el solo
hecho de haber sido dada, estaría dispuesto a llamar Derecho a la pura y simple
ley de la fuerza. La ley no se presenta nunca como pura voluntas fundada en sí
misma. “El legislador también se presenta como ratio (es ley porque lo que yo
quiero, como legislador, es razonable”.86
La historia revela que el legislador no ha sido el único creador del derecho,
ya que, en los sistemas consuetudinarios, quien ejercía el papel de creador de
Derecho eran los tribunales, los jueces, quienes, en observancia a las conductas
aceptadas en razón de hábito, su grado de repetición y aceptación formaban parte
del Derecho que regulaba su sociedad, que a la vez se fue materializando y codi-
32
Regis Parra
van más allá del texto constitucional. Su fuente no es la ley suprema exclusiva-
mente, su fuente sigue siendo el conjunto de normas desarrolladas a partir de su
texto, sean leyes subordinadas, sean fallos, sentencias, resoluciones o cualquier
acto de potestad pública que aplique derechos individuales o colectivos, que im-
pidan el abuso de poder público, incluso normas supraterritoriales que no han
sido discutidas por el grupo social, como puede ser el caso de los tratados inter-
nacionales. Todo ello le da estructura al Derecho, incluso, las constituciones, en
33
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
34
Regis Parra
93 Ver Romano, Santi. Principii di Diritto Constituzionale Generale. s/e Milán: s/e. 1946, p. 57.
35
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
36
Regis Parra
través del recambio de las relaciones de poder económico y por ende político;
es decir, que el problema va más allá de las connotaciones de orden jurídico
constitucional a cuestiones de orden económico, ideológico, político, religioso,
entre otros aspectos.
Esta liberalidad del poder de los particulares en el orden social, dio como
-
lados con el capital, como el caso ecuatoriano, con el propósito de garantizar
la hegemonía económica y política de minorías, lo que lleva a deslegitimar el
poder y, por tanto, a la ley como su expresión. Este será otro de los fundamentos
contra los cuales reaccionan las posturas del nuevo constitucionalismo, referen-
te a la participación ciudadana no por medios clásicos de representación, sino
-
ramiento de lo público por parte de la sociedad.
Por lo dicho, en el campo jurídico, se empieza a repensar los fundamentos
de los ordenamientos a partir de las constituciones políticas, incorporando en el
98 Ibídem. p. 99
99 Ver Carbonell, Miguel (editor), 2007, op.cit.
37
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
las virtudes taumatúrgicas de la judicatura”100. Cambia el rol del juez que deja de
ser la boca muda de la ley. “El juez ya no solo aplicará el derecho preexistente,
también creará un nuevo derecho en sus sentencias”,101 en tal razón no se puede
considerar de forma general que el administrador de justicia prevarica cuando un
fallo no esté sustentado en ley, ya no existe la inteligencia de la ley, sino un juez
creador de derecho a través de la Jurisprudencia.
La barrera que en la teoría revolucionaria de la Revolución francesa impedía
que los jueces participaran en la creación de normas, al decir de Ignacio de Ot-
to,102 se ha fracturado en dos puntos concretos, a saber: en primer lugar, el hecho
de que las normas mismas se conviertan en objeto de juicio, convierte a los jueces
en legisladores negativos, consecuencia del principio de jerarquía normativa en
cuanto se hace valer mediante un control jurisdiccional de la adecuación de las
normas inferiores a las superiores; en segundo lugar, la necesidad de uniformar
la aplicación judicial ha llevado a sujetarla a reglas elaboradas por la cúspide de
la propia organización judicial, esto es, a la jurisprudencia, que adquiere así
un valor que la Revolución francesa le negó.
“La norma constitucional deja de estar secuestrada dentro de los confines que dibu-
jan las relaciones entre órganos estatales, para asumir las funciones de normas ordenadoras
de la realidad que los jueces ordinarios pueden y deben utilizar. No es necesario añadir el
protagonismo que con todo ello cobran los jueces, que de mudos ejecutores de la ley se han
convertido en instancias críticas de la voluntad legislativa a partir de una interpretación
constitucional…”103
siglo XXI, entre las cuales se encuentra la ecuatoriana, son abundantes y ge-
nerosas en sus textos, están plagadas de principios generales que no tienen la
fórmula de establecer consecuencias jurídicas, sino que es el juez quien debe
encontrar esa consecuencia. Se incorporan principios de aplicación de los
derechos, entre los cuales fundamentalmente se establece la obligatoriedad
de la aplicación de las normas constitucionales sin necesidad de haber sido
desarrolladas por leyes secundarias.
100 Bernal Pulido, Carlos. El Derecho de los Derechos (Colombia: Universidad Externado de Co-
lombia, 2008), p. 17.
101 Íbidem
102 Ver De Otto, Ignacio. Derecho constitucional. Sistema de fuentes (Barcelona: Ariel, 1995), p.
286.
103 Prieto Sanchís, Luis, op. cit., p. 28.
38
Regis Parra
39
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Pero las relaciones de los seres humanos, deben ser abordadas desde dos
perspectivas, la una desde lo público y la otra desde las relaciones privadas, ya
que un orden espontáneo librado exclusivamente a las reglas establecidas por
la voluntad de los particulares orientada a la consecución de sus intereses, es
una idea extraña a las constituciones del siglo XX.106 Es decir, que la difundida
noción que se tiene de los derechos humanos, abordados desde la óptica de
protección de los particulares frente a las decisiones del poder público o actua-
ciones de quien está investido de potestades públicas, constituye la única esfera
de los derechos humanos, es un error, ya que un ordenamiento jurídico pudiera
formalmente garantizar una relación de poder despótico, entre los miembros de
una familia.
“En razón de los derechos fundamentales, el individuo se erige dentro de
la comunidad y frente a ella como un sujeto libre, autónomo, capaz de determi-
narse en lo público y lo privado, y titular de ciertos intereses y necesidades,
cuya protección y satisfacción fundamenta la propia existencia del ámbito
social”.107
Así, en la sociedad, se limita y restringe de modo importante el poder de los
-
do. así se regularán y ordenarán las facultades de los miembros de una familia, las
relaciones de propiedad, su acceso, su distribución, las posibilidades y amplitud
de las obligaciones contractuales. Para este tipo de organización es menester la
-
prometidas, con conciencia política e ideológica que la sostengan. Tales formas
de concebir la organización social, insistiendo: la una desde la óptica del reco-
nocimiento de derechos individuales sin restricción, aun con supremacía a un
interés colectivo o social y la otra, desde la supremacía de los derechos sociales o
colectivos, limitando el poder individual, caracterizan los contenidos de derechos
estipulados en las constituciones.
Sin embargo, como se apuntó anteriormente, es a partir de los siglos XVII y
XVIII, y su desarrollo sucesivo, cuando se consagran derechos de las personas
en relación con ellas y con el poder público. Para tal hecho es menester que los
pueblos hayan caminado hasta la construcción de organizaciones y sociedades
-
tizar su ejercicio de forma efectiva. Esta fundamentación de derechos llega de
40
Regis Parra
110
acuñó
en 1832 la expresión Rechtsstaat Estado de Derecho, por oposición
a Machtstaat o Estado de Fuerza, o Estado de la monarquía absoluta, y a Poli-
zeistaat o Estado de Policía. En el Estado de Fuerza el rexfacitlegem, mientras
que, en el Estado de Derecho, lexfacitregem”.111
Para instaurar cierto conjunto de derechos subjetivos, el papel de iusnatura-
lismo fue fundamental al señalar que los derechos de las personas son inherentes
a la naturaleza humana, de carácter universal, y anteriores a cualquier derecho
positivo e incluso a costumbres aceptadas y que han generado derechos poste-
riores. Ahora bien, es preciso distinguir que el iusnaturalismo en sus diferentes
presentaciones hace diferencia sobre las características de dichos derechos. Así,
108 Comte, Auguste. Discurso sobre el espíritu positivo, digitalizado por libro dot.com, www.li-
brodot.com, 10/09/2013
109 Prieto Sanchís, Luis. 2013, op.cit., p. 77.
110 Valdés, Diego Estado de Derecho, http://www.iidh.ed.cr/comunidades/redelectoral/docs/
red_diccionario/ estado%20de%20derecho.hatm, p, 1,(consultado: 01/02/2016).
111 Dermizaky Paredo, Pablo, Estado de Derecho y buen gobierno, Red AL y C La hemeroteca cientí-
fica en línea en ciencias sociales, www.redalyc.com, Chile, 2000, p.145, (consultado: 14/02/ 2014).
112 De Aquino, Tomás, Suma de Teología 4.a ed. ( Madrid: Biblioteca de autores cristianos), pp.
886- 887
113 El racionalismo parte de contradecir el azar y la contingencia en el universo, en tal sentido
alude que los acontecimientos son necesarios y racionales, el iusnaturalismo racionalista, en con-
cordancia, se desvincula del derecho teológico, y concluye que Dios no es fuente de toda moral,
41
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
42
Regis Parra
alcanzar esa libertad, pero no solamente vista desde la óptica del derecho a la
propiedad, derecho sustancial para la sociedad liberal, sino por citar a la libertad
de culto, tránsito, opinión, asociación, igualdad, educación salud, trabajo.119
“La construcción del Estado moderno suele entenderse como la lucha por la
conquista de los derechos y los privilegios de y para el individuo”.120 La libertad
proclamada desde siempre, se tradujo en la era moderna en la posibilidad no
siempre cierta de ser propietario y el Estado no podía desde luego limitar este
44
Regis Parra
públicos.
Bajo el neoconstitucionalismo, es posible la garantía de los derechos cons-
titucionales desde los distintos órganos estatales, en tanto se redimensionan las
relaciones entre el poder y el derecho por vía constitucional.
45
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
CONCLUSIONES PARCIALES
46
CAPÍTULO II. LA ACTUACIÓN JUDICIAL EN EL NUEVO
CONSTITUCIONALISMO
-
gumentativa que reconoce su origen en la retórica aristotélica, y la racionalista
o sistemática que encuentra su máxima expresión en las grandes construcciones
123 Guastini, Riccardo. Estudios sobre la interpretación jurídica (México: Universidad Nacional
Autónoma de México, 1999), p. 13.
124 Ver Prieto Sanchís, op. cit., p. 61.
125 Ferrajoli Luigi, 2014, op. cit., pp. 18, 19.
126 Zagrebelsky, Gustavo Contra la ética de la verdad (Madrid: Trotta, 2001), p. 95.
47
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
iusnaturalista, el paso del ser al deber ser resulta posible, porque se asume la
justicia como valor. La justicia representa el máximo imperativo o la norma pri-
maria, presupuesto del que deriva cualquier otra normatividad”.131
En resumen, existe una relación sustancial entre justicia moral y Derecho, don-
de el derecho no es más que una derivación de categorías a priori y subjetivas, es
decir que tienen que ver con una noción de justicia y moral universal e inmutable.
En consecuencia, la validez del Derecho racionalizado y desarrollado tiene
como condición esencial no afectar esa categoría de justicia y moral, más no su
procedimiento de creación.
48
Regis Parra
De todo esto resulta que la competencia de los jueces bajo este esquema con-
del derecho natural pudiendo degenerar las actuaciones de juez en actos arbi-
trarios.132 “El derecho se concibe aquí sobre todo como interpretación, es decir,
consiste sobre todo en el trabajo de la comunidad de juristas (maestros, jueces y
canónicos) que, sobre la base de textos autorizados (romanos y canónicos), lee
los signos de los tiempos y construye un derecho auténticamente medieval”.133
El juez puede interpretar abiertamente normas o costumbres. En este esque-
ma, el juzgador procede a interpretar de forma abierta una norma o costumbre
encuadrándola en el hecho, sin que necesariamente el Derecho tenga que ser
-
recho romano traducían el texto latino y lo reformulaban conforme sus cánones
valorativos. Efectivamente, en esta época y sobre la base de concepciones iusna-
turalistas, la actividad interpretativa del juez puede ser un ejercicio no cognitivo
sino valorativo. Entender los valores como propio de lo humano puede permitir
comprender mejor la justicia.134 Así, para estos jueces las palabras o más preci-
samente los textos jurídicos pueden tener varios sentidos, sea el sentido de quien
la crea, sea el sentido de quien utiliza el texto. Por tanto, ante esta diversidad de
apreciaciones, la actitud del juzgador es valorativa, “el juicio jurídico incorpora
siempre valoraciones de justicia material y, por lo tanto, no se agota en la aplica-
ción de fórmulas legislativas”.135 Le son aplicables a este modelo, las reglas de
interpretación sistemática, teleológica, evolutiva y dinámica.
dor del ordenamiento jurídico, que hará posible reconocer el Derecho aplicable
y no la indeterminación jurídica de lo que para una juzgador era la justicia en la
sociedad premoderna.
Esta situación llega a un punto en el cual solamente el Derecho positivado o
escrito es considerado Derecho, con la existencia indiscutible del Estado encar-
gado de la producción jurídica de forma monopólica,140 es decir, la creación de la
ley en las asambleas, como manifestación de la voluntad soberana, dejando de un
lado el derecho consuetudinario y la ley natural, hasta el extremo de convertir a
la ciencia jurídica en una actividad autónoma e independiente de la moral, ya que
se consideraba que la subjetividad moral no aportaba a la certeza del derecho.
Los operadores de justicia y fundamentalmente quienes lo administran no debían
hacer juicios de valor tanto del hecho, como del derecho aplicable independien-
Lex
dura lex.
Al desproveer de fundamento moral y de justicia al Derecho, se lo considera
como un sistema normativo cuyos contenidos provienen de la realidad social
52
Regis Parra
“Se presumía casi de manera absoluta que la ley generaba igualdad y se desconfiaba
por ello del juez que, con márgenes de interpretación demasiado amplios, habría podido
hacer la aplicación de esa ley menos uniforme y menos rigurosa. Se ha pasado a una situa-
ción en cierta medida opuesta, en la que la ley se anula, se corrige, se integra e interpreta
continuamente, precisamente en nombre del principio de igualdad”.146
decisiva en toda la parte continental e insular de Europa, a tal punto que inspiró
decisiones judiciales y se aplicó interpretando el corpus iuris romano en diferen-
tes casos concretos,147 sobre todo, cuando las fuentes de Derecho eran diversas
y no se encontraba centralizada la creación jurídica en una sola función. Por lo
tanto, su desarrollo e interpretación obedecían a distintas reglas de conformidad
a tiempo y lugar.
El juez, bajo este esquema, actúa de la siguiente forma: la interpretación es
dado tal cual es, y no de lo que precede al texto o los valores contenidos en él,
53
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
por tanto no hay lugar a discrecionalidad del juez, los jueces aplican el derecho
existente sin crear nada nuevo.
Le es aplicable a este modelo, métodos de interpretación como el literal o
54
Regis Parra
Esta forma de actuar procede con mayor razón, cuando para Hart los conte-
nidos de las normas son abiertos, como sucede actualmente en la Constitución
ecuatoriana con respecto a los principios, los mismos que pueden ser aplicados
-
bilidad de dotar de sentido general, aceptado por todos los involucrados, la
aplicación de derechos y principios constitucionales.
Bajo esas condiciones, se requiere de un activismo judicial, para dotar de
“cierto sentido” a las normas abiertas, a principios y derechos constituciona-
les que deben ser desarrollados; sin embargo, tampoco se debe descuidar la
restricción y límites en la función judicial, ya sea con limitaciones de orden
cultural, lingüístico, económico u otros. Por tanto, la actuación de los jueces
será además de abierta, deliberativa, racional, discursiva, valorativa, aten-
diendo a una ética objetiva.
156 Según Hart, las normas primarias son las que prescriben conductas que observar, y las nor-
mas secundarias, íntimamente vinculadas con las primeras, lo que hacen, sin embargo, es es-
pecificar “la manera en que las reglas primarias pueden ser verificadas en forma concluyente,
introducidas, eliminadas, modificadas, y su violación determinada de manera incontrovertible”.
op. cit., .p. 113.
56
Regis Parra
Existe el presupuesto de que los textos jurídicos pueden no tener un solo sen-
tido, pero, a pesar de ello, es posible encontrar un sumo sentido o sentido sustan-
cial que puede determinar la solución de una controversia. Este sentido sustancial
se encuentra sujeto a ciertos métodos, unos constitucionalizados y otros cons-
Pulido158
evitar que los contenidos de la ley, producto de las deliberaciones parlamentarias,
sean reemplazados sin más, por los pareceres de los jueces, so pena de garantizar
la supremacía de la Constitución, es que han sido propuestas una pluralidad de
pautas de actuación judicial que se relacionan con los métodos de interpretación
de la Constitución.
En este modelo se utiliza como reglas y técnicas de interpretación una forma
restrictiva cuando se trata de poderes del Estado y extensiva cuando se trata de
principios de aplicación de derechos, y los tipos y técnicas interpretativas que
prevalecen son: la interpretación correctora, la interpretación evolutiva, la pon-
deración y la proporcionalidad.
En materia de teoría de la interpretación, el neoconstitucionalismo in-
troduce un nuevo punto de vista en torno a la interpretación axiológica,159
determinada por la incorporación en los textos de principios, presupuestos
teleológicos y preceptos programáticos, que, por sus características abstractas
y multívocas, y su supuesto de aplicación indeterminada, posibilita diversos
modos y grados de concreción. La interpretación deviene en un acto creativo
y concretizador a partir de la optimización semántica que debe hacer el ope-
rador jurídico del enunciado. Esto se viabiliza en Ecuador a través de la regu-
lación de métodos y reglas de interpretación constitucional, contenidos en la
Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, que se analiza en
el siguiente epígrafe.
157 Ferrajoli, Luigi: op. cit. pp. 168, 169.
158 Bernal Pulido, Carlos, op. cit., p. 38.
159 Ver Villabella, Carlos Manuel, 2014, op. cit., pp. 56-57.
57
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
-
turalismo y del positivismo jurídico, en especial en lo referido a los cimientos
-
dad, como principios que rigen la actividad interpretativa del juzgador.
La vinculación de la moral con el derecho, relación que para Alexy, es uno
de los problemas principales de la naturaleza del Derecho, niega la tesis que
161
conduce inevitablemente
58
Regis Parra
del lenguaje y de la teoría del discurso general, se aspira a hacer que la ac-
tividad interpretativa en materia jurídica tenga criterios de corrección y que
las conclusiones a las que arribe el juzgador sean lógicas y racionales,163 en
arbitrariamente.
Circunscrito el problema de la moral en el mundo del lenguaje, y siendo
esta la forma de expresión del Derecho, se podrá entonces dar explicación a su
contenido y alcance, a partir de reglas que rigen el discurso en general. Para tal
ya que puede ser intuido, pero el lenguaje no solo puede tener un uso descriptivo
de transmitir lo que se ve y/o se siente,164 sino, además de esto, siendo que los
enunciados morales de bondad y maldad se expresan a través del lenguaje, las
163 Alexy, Robert, Teoría de la argumentación jurídica, 2.a ed. (Madrid: Centro de Estudios
Políticos y Constitucionales, 2007), p. 43.
164 Pinker, Steven, El Mundo de las palabras, una introducción a la naturaleza humana (Barcelo-
na: Paidós, 2007), p. 25.
165 Alexy, Robert, op. cit., p. 69.
166 Bernal Pulido, Carlos: op. cit., p. 21.
59
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
“La moral y la justica —por más que los principios y valores estipulados en una
Constitución sean moral y políticamente compartidos (por nosotros)— son siempre pun-
tos de vista externos al derecho: los puntos de vista morales y políticos, no objetivos sino
subjetivos, de cada uno de nosotros, ya sean de adhesión o de rechazo, total o parcial, de los
principios y valores constitucionalmente establecidos.”167
esto es, una regla moral, sentamos un precedente, todo esto a través de un pro-
ceso deliberativo que busca tomar la mejor decisión, entendiendo por deliberar
la confrontación de nuestros razonamientos con el razonamiento de los otros.168
En el campo jurídico, este vaivén de razones se resuelven en orden de prioridad
(ponderación), o estableciendo límites o bordes a normas constitucionales sean
principios o reglas (proporcionalidad).
Los argumentos, por lo tanto, no serán un instrumento que se improvisa o una
herramienta que use el juez de forma arbitraria sin estar sujeto a reglas. Muy por
el contrario fundamentados, como se dijo anteriormente, en el teoría del discur-
so general, el neoconstitucionalismo presenta una teoría discursiva en el ámbito
jurídico que instrumentaliza las reglas de inferencia y análisis que deben ser ac-
cesibles de forma general,169 las mismas que pueden permitir llegar a establecer
criterios de corrección, de la misma forma que se puede establecer la verdad en
enunciados fácticos.170
60
Regis Parra
-
se, por más simple y contrastable que pueda ser con la realidad empírica, es un
171Castaño Bedoya, Alejandro, Teoría Dinámica del Derecho (Medellín: Librería Jurídica Com-
libros, 2005), p. 191.
172 Alexy, Robert, 2007, op. cit., p.300.
61
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
respuesta válida invariada, sino un sistema de jerarquía móvil que responde a las
circunstancias y las exigencias de justicia que demande cada situación.
62
Regis Parra
tas: ¿quién administra justicia?, ¿quiénes deben ser jueces?, ¿de qué forma se
designa, elige o simplemente se ubican los jueces?
El asunto de poder juzgar, a través de una función pública o poder del Estado
dedicado a ello, “se rige por la idea (de Montesquieu), según la cual solo el po-
der frena al poder”,176 aunque debe recordarse que en otros momentos históricos
han existido actuaciones judiciales con autonomía del poder, como en el caso de
ciertos Tribunales de Inglaterra.177
La búsqueda de independencia fue la reacción sobre un estado de cosas en
la cual se fusionaba en una sola persona la potestad de gobernar y juzgar. Fue
el caso de las monarquías absolutistas del continente europeo en los siglos XVI,
XVII, XVIII y parte del siglo XIX, donde el rey, nombraba y destituía a los jue-
ces y les impartía órdenes.178
“La segunda posguerra alimentó como reacción a la terrible experiencia de los años
precedentes, un proceso de afirmación de los derechos fundamentales de las persona y la
aparición de un constitucionalismo de nuevo cuño, que progresivamente lo invade todo
a impulsos de una Norma Fundamental que ya no se conforma con su papel anterior de
fuente de las fuentes, sino que se afirma como norma directamente aplicable, lo que acen-
túa la importancia de quienes tienen atribuida la función de juzgar”179.
176 Guastini, Ricardo Estudios de teoría constitucional (México, D.F.: Distribuciones Fontamara,
2001), p. 66.
177 En lo referido remitirse a las actuaciones de los Tribunales analizados en el primer capítulo
del informe investigativo.
178 Leroy Joes, Harry; Uprimny, Leopoldo; Colaitti, Carlos, et al, Memorias de la XVII, Conferen-
cia (Quito: Federación Interamericana de Abogados, 1973), p. 36.
179 Fernández Rodríguez, Tomás-Ramón, “Sobre el derecho y el quehacer de los juristas. Dar y
exigir razones”, López Menudo, Francisco. Derechos y garantías del ciudadano. Estudios en home-
naje al profesor Alfonso Pérez Moreno (Madrid: Iustel, 2011), p. 572.
180 Ferrajoli, Luigi, 2001, op. cit., p. 165.
63
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
miento del Senado181 Así se fueron conformando. en el Estado, Cortes con miem-
bros designados en su momento por el presidente de la República, por el Congre-
so Nacional o por la concurrencia de ambos; y, por último los jueces de la Corte
Constitucional, con competencias análogas al Tribunal Supremo Norteamericano
y cuya designación es menester mencionar.
La Corte Constitucional como máximo organismo de control, interpretación
y administración de justicia en materia constitucional, tiene competencias que la
ubican como un órgano no solo jurisdiccional, sino de control de los actos del
poder público y las relaciones de poder Así, una Corte Constitucional conforma-
da por miembros o ternas de los poderes constituidos, como es el caso del Ecua-
dor,182 está unida con el poder político, por un cordón umbilical nunca abolido,
puede en el ejercicio de sus competencias romper el Estado del derecho, fallando
a favor de quien ostenta el poder y no de quien o quienes en razón, en derecho
y justicia, demanden el cumplimiento de un derecho o principio constitucional
que le asiste y le es negado, ignorado o menoscabado, o también en virtud de ese
poder crear un Estado de terror o silencio en el cual las Cortes cumplen la función
-
181 Artículo II, sección segunda, Constitución de los Estados Unidos de América. Prieto Valdés,
Martha, op. cit.
182 Artículo 434, Constitución de la República del Ecuador.
183 Ferrajoli, Luigi, 2014, op. cit., p. 224.
64
Regis Parra
tucional y cualquier señor del Derecho, hay una radical incompatibilidad. El Derecho no es
un objeto de propiedad de uno, sino que debe ser objeto del cuidado de todos”.184
-
rrectamente los métodos de interpretación, se mantiene siempre en el lugar que
le corresponde, asegura de forma pertinente la supremacía de la Constitución y la
integridad de los derechos fundamentales, y no representa un peligro para el fun-
cionamiento de la democracia”,185 es posible enunciar varios cuestionamientos al
neoconstitucionalismo, en particular en lo referente a la legitimidad democrática
de actuación del juzgador, y en la interpretación de las normas constitucionales,
especialmente en relación con los principios de ponderación y proporcionalidad.
Una Constitución expresa un interés colectivo legítimo, cuando reivindi-
ca a las clases postergadas u oprimidas por un determinado status quo, y esa
-
der constituyente, legitimada democráticamente, plenamente normativa y cuyo ob-
jetivo es materializar la voluntad de los pueblos expresada en el uso de su poder
(constituyente)”.186 Por tanto, esa voluntad debe ser nítida, sin posibilidad de ser
alterada por los órganos o poderes constituidos.
Es tan sustancial esta manifestación no solamente por el contenido, sino por el
procedimiento que debe seguirse,187 que de él deviene el grado de participación, aun
cuando, las experiencias sociales son especiales, únicas, irrepetibles, en muchos ca-
sos no pueden ser homologadas. A esta experiencia no se puede otorgar paternidad
de ninguna naturaleza;188 sin embargo, puede obedecer a un proceso político e ideo-
lógico determinado. Resulta entonces, que tal manifestación no debería de ninguna
forma ser alterada o falseada por persona u organismo que nace de ella.
En Ecuador, desde la óptica de los jueces constitucionales desarrollada me-
diante resolución,189 son los jueces los que, a través del control constitucional ,
65
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
justicia.
el período de transición, Quito, 2008.
190 Zagrebelsky, Gustavo, 2009, op. cit. p. 54.
191 Sus resoluciones ya no serán en nombre de la República y por autoridad de la ley, sino en
nombre del pueblo Ecuatoriano.
66
Regis Parra
67
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
desplazada y el pueblo queda a merced del poder estatal. Los individuos crean el
Estado y luego son presos de su propia creación. Así, la Constitución ecuatoriana,
señala, en su artículo 429: “La Corte Constitucional es el máximo órgano de con-
trol, interpretación constitucional y de administración de justicia en esta materia.
Ejerce Jurisdicción nacional y su sede es la ciudad de Quito”. Para ultimar este
análisis, son elocuentes las palabras del autor colombiano Ricardo Sanín:
“La Corte reconoce que la ‘autoridad’ del pueblo es ‘suprema’, pero a renglón se-
guido determina que la Corte es la que decide, como palabra final, sobre los contenidos
mismos de la Constitución, lo cual fuerza la pregunta de si es posible predicar algún tipo
de supremacía cuando la autoridad que se reconoce como suprema no puede determinar
los propios contenidos de su obra y estos quedan desplazados a una autoridad secundaria
que tiene la palabra final, fundada por la suprema.”194
68
Regis Parra
subsistan normas injustas y dejan que poco a poco los jueces adecuen las nor-
mas a los nuevos tiempos, con declaraciones de inconstitucionalidad cuando, en
razón a la representatividad que ostentan, los parlamentos deberían desarrollar
la función legislativa en la adecuación de las normas a la realidad que regulan y
contribuir con ello a la democratización del derecho.199
No es el juez —por defecto del legislador— quien debe asumir ese papel.
“De hecho en la lógica radical la verdadera garantía contra el arbitrio del legislador
no puede ser sino política. Consiste en la efectividad del papel del pueblo soberano al
instruir a sus representantes o al revocar a quienes se aparten de esas instrucciones. Es el
pueblo en primera persona quien se provee de garantías frente al legislador. Creer que esa
función pueda ser desempeñada por una juez y que este, carente de legitimidad democrá-
tica para legislar, pueda defender adecuadamente los derechos y la Constitución creando
Derecho, en lugar del pueblo o sus representantes, es un error, y si se pone en práctica, se
corre el riesgo de provocar un auténtico atentado a la Constitución democrática”.201
70
Regis Parra
CONCLUSIONES PARCIALES
71
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
-
cuencias teóricas de gran calado aún no resueltas:
a. Considerar que los principios, tienen estructura distinta a las
reglas.
b. Que los principios operan como mandatos de optimización, pu-
diendo ser desarrollados por la jurisprudencia.
c. Que los principios son un conjunto de valores.
72
CAPÍTULO III. PRESUPUESTOS QUE CONDICIONAN LA
ACTUACIÓN JUDICIAL EN EL NUEVO CONSTITUCIONALISMO
ECUATORIANO
205 Ver Saad Herrería, Pedro, Antes del amanecer. Antecedentes de la Independencia (Quito: Crear
Gráfica, 2007), p. 123.
206 Ver Benedetti, M; Bonasso, M.; Cardoza, L; Dieterich, H. et al, Nuestra América y el V cente-
nario (Quito: Abya–Yala, 1990), pp. 38, 39.
207 Gonzáles S. Víctor A, Razas y clases en la colonia 2.a ed. (Guayaquil: Casa de la Cultura, Nú-
cleo del Guayas, 1986).
208 Ver Cerutti Guldberg, Horacio; Aguero, Oscar (coord.), Utopía y nuestra América (Quito:
Abya-Yala, 1996), pp. 88-89.
73
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
74
Regis Parra
75
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
217
217 Ver Grijalva Jiménez, Agustín, Constitucionalismo en el Ecuador (Quito: Corte Constitucio-
nal para el período de transición, 2011), p. 35.
218 Mariátegui, José Carlos, Frases y pensamiento de Mariátegui, www.frasesypensamientos.com.
ar/autor/jose-carlos-mariategui.html (consultado: 08/10/2015), p. 1.
219 Puede citarse como ejemplo al ecuatoriano Manuel Agustín Aguirre, quien realiza impor-
tantes reflexiones socialistas bajo la impronta del marxismo europeo. Ver Aguirre, Manuel Agustín,
Socialismo científico 4.a ed.(Quito: Centro Audiovisual Universidad Central del Ecuador, 1973.
220 Ver Marx, Karl, Sobre la cuestión judía y otros textos B(uenos Aires:Libros de Anarres, 2014),
pp. 11- 38.
221 Ver Marx, Karl y Engels, Frederic, Manifiesto del Partido Comunista (Madrid: Del Pueblo,
1980), p. 68.
76
Regis Parra
que los derechos del hombre son en realidad derechos del burgués y que, mien-
tras con la supresión de las clases no surja una asociación general en la que el
libre desarrollo de cada uno sea la condición para el libre desarrollo de los demás,
el Derecho y los derechos no podrán ser otra cosa que elementos secundarios de
222
-
mente los aportes marxistas, se le ha denominado socialismo del siglo XXI, como
aspiración de sustentar una nueva construcción política jurídica, no necesaria, ni
exclusivamente teórica. Sirva de ejemplo, en el caso ecuatoriano, el planteamien-
to al respecto del expresidente Rafael Correa: “Nosotros no seguimos teorías, se-
guimos principios”,227
serían los socialismos europeos, sino que, a partir del supuesto “derrumbe de las
ideologías seudorrevolucionarias —como las llama Castoriades— se ha empe-
zado a vivir la “era del vacío” de que habla por su parte, Gilles Lipovetky…”,228
que debe ser llenada, pero con contenidos propios que obedezcan a realidades
propias y locales.
A propósito decía Mariátegui “no queremos que el socialismo sea en Amé-
rica calco y copia. Debe ser creación teórica, tenemos que dar vida con nuestra
propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano.”229
“En esta línea se sitúa el movimiento de relocalización social de la economía y de la
vida, mediante la creación de comunidades campesinas basadas en la cooperación social y
la gestión comunal del territorio, actualizando instituciones históricas, claramente fuera de
lo urbano, lo productivo, lo global, la gran trilogía del modelo dominante [neolibelal]”.230
la abanderada del bien en un mundo cuya visión del bien y el mal era dual, iz-
quierda y derecha, capitalismo y socialismo. Es por esta razón que una propuesta
227 Correa, Rafael, García Linera, Álvaro Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et al: “Ecuador y
América Latina, Socialismo del siglo XXI”, Impreso NINA comunicaciones, Quito, 2007, p. 23.
228 Cerutti Guldberg, Horacio; Aguero, Oscar (coord.); et al: “Utopía y nuestra América”, Edi-
ciones Abya - Yala, Cayambe-Ecuador, 1996, p. 10.
229 Mariátegui, José Carlos, “Aniversario y Balance”, en Ideología y política (Lima: Amauta, 1969),
pp. 247-249.
230 De Cabo Martín, Carlos, op. cit., p. 109.
231 Correa, Rafael; García Linera, Álvaro; Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et al: Ob. cit., p. 87.
78
Regis Parra
232 Cerutti Guldberg, Horacio; Aguero, Oscar (Coord.); ansia, Fernando, et al, Ob. cit., p. 40.
233 Borón, Atilio A, Socialismo siglo XXI ¿Hay vida después del neoliberalismo? (La Habana: Cien-
cias Sociales, 2009), p.124.
234 El Buen Vivir forma parte de una larga búsqueda de alternativas de vida fraguadas en el calor
de las luchas populares, particularmente de los pueblos y nacionalidades indígenas. El Buen Vivir,
en cuanto sumatoria de prácticas vivenciales de resistencia al colonialismo y sus secuelas, es to-
davía un modo de vida en muchas comunidades indígenas, que no han sido totalmente absorbidas
por la modernidad capitalista o que han resuelto mantenerse al margen de ella. Esta discusión so-
bre el Buen Vivir, también encontró canales hacia la institucionalidad de algunos países en medio
de la resistencia al neoliberalismo. También, para garantizar la relación armónica entre sociedad y
naturaleza, Ver Acosta, Alberto, “El Buen Vivir como alternativa al desarrollo. Reflexiones desde la
periferia de la periferia”, en Coraggio, José Luis y Laville Jean-Louis, (organizadores), Reinventar
la izquierda en el siglo XXI, Universidad Nacional de General Sarmiento, CLACSO, 2014), p. 300
y 38.
79
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
“el heredero legítimo de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía
alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Si se definieran hoy las tres
fuentes y partes integrantes del Socialismo del Siglo XXI, tendríamos que hablar de las
ciencias de vanguardia, la economía de equivalencia, basada en el valor y el principio de
equivalencia, y la democracia participativa, extensiva a las cuatro relaciones sociales del ser
humano y con un fuerte componente electoral aleatorio”.235
235 Dieterich, Heinz, “El gran salto adelante del Socialismo del Siglo XXI”. Rebelión. http://www.
Rebelión.org/autores.php?id=13, (consultado: 11-03-2009).
236 Ver Latouche, Serge, La apuesta por el decrecimiento ¿Cómo salir del imaginario dominante
(Barcelona: Icaria, 2009), pp. 9-11.
237 Fernández Bulté, Julio, Teoría del Estado y del Derecho. (La Habana: Félix Varela, 2001), p.
155.
80
Regis Parra
“la historia, es un proceso continuo. Todas y cada una de las sociedades humanas no
son más que hitos en el peregrinaje sin fin de la humanidad desde los estadios más bajos
a los más altos de la vida. Este proceso evolutivo se ajusta a leyes definidas del desarrollo
que pueden describirse y que, una vez descubiertas, pueden utilizarse para programas de
dirección general en los que se mueve la sociedad”.241
de la cultura. Permite plantear una visión del mundo de forma racional e incluso
previsible.
Conocer leyes que permiten explicar los fenómenos naturales, ofrece la po-
sibilidad de explicar los fenómenos sociales, en muchos casos traspolando y
naturaleza misma. Una vez encontrada las causas de la opresión social es posible
implementar modelos económicos justos. Al respecto el expresidente de la Repú-
blica del Ecuador, Rafael Correa, señala:
“No existe la misma medicina para todo enfermo. Cuando me hacían las pre-
guntas, ¿y usted a que vertiente socialista pertenece? ¿A la de Chávez o a la de
Bachelet? Bueno, yo digo que a la ecuatoriana, ¿verdad? Y eso es, pues, que hay
el socialismo venezolano, chileno, ecuatoriano, entre muchos otros.”245
242 Ver: Moog, W.: “Hegel y la Escuela Hegeliana”, Revista de Occidente, Madrid, 1931, p. 241.
243 Ver: Spengler, Oswald: “La Decadencia de Occidente”, Edit. Espasa – Calpe, S.A., Madrid.
1966.
244 Comte, Aguste, Discurso sobre el espíritu positivo http://elvelerodigital.com/apuntes/filosofia/
compte.pdf, (consultado:19/05/2015), pp. 7-13.
245 Correa, Rafael; García Linera; Álvaro, Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et al: “Ecuador
y América Latina, Socialismo del siglo XXI”, Impreso NINA comunicaciones, Quito, 2007, p. 24.
82
Regis Parra
más o menos como la edad dorada de las que hablaban los socialistas utópicos.
Si tal contradicción no existe, sino una relación, esta se supera no por la elimi-
nación de la contradicción, sino por el cambio de la relación, en este caso de las
83
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
sino al modelo ético y hasta estético de vida, el trabajo juega un rol distinto, el
-
te la satisfacción de las necesidades humanas, hasta alcanzar una vida digna, para
utilizar un término constitucional sumak kausay.248 Por tal razón, las relaciones
laborales privadas no se extinguen sino que son reguladas por el Estado, es decir,
se permiten, pero no se encuentran liberalizadas.
El capital, los medios de producción, la propiedad y su acceso en general no
constituyen el eje fundamental del problema, a tal punto de reconocerse formas
de propiedad que van desde la privada hasta la estatal, formando parte de un
único sistema, es decir una democratización de los medios de producción, en una
sociedad formada por propietarios249 y productores, hacedores todos del cambio,
donde la revolución no tiene la paternidad del obrero, sino del ciudadano, se
constituye la revolución ciudadana; que no puede ser violenta, porque no busca
erradicar la propiedad privada y ceder el paso a la propiedad colectiva, sino que
se conjuguen ambos elementos.
Resulta por lo dicho una especie de Estado social capitalista, o conforme se
248 Palabras del idioma kichua, idioma oficial del Ecuador, utilizado en la actualidad como
lengua ancestral anterior a la implantación del castellano por los españoles, en tierras latinoame-
ricanas, por parte de los pueblos kichua hablantes y cuya traducción compuesta está dada por la
palabra sumak que significa realización espiritual, ideal, hermosura, bien, armonía con el planeta
y kausay, que significa vida.
249 Vargas Llosa, Mario, Desafíos a la libertad (Quito: Alfaguara, 2102), p.17.
250 El artículo 244 de la Constitución Política del Ecuador de 1998, inmediata anterior al pre-
sente, señalaba que la economía del Ecuador es social de mercado.
84
Regis Parra
medio de la cual se adquieren bienes y servicios, esta cantidad de dinero costo del
producto viene dada por algunos factores tales como: demanda del bien, escases,
y fundamentalmente por el poder adquisitivo del adquirente, pero no necesaria-
mente por el uso y la satisfacción de la necesidad a satisfacer. Resulta entonces
que el precio de la mercancía es el elemento más sustancial en la economía
capitalista y fuente de explotación de los trabajadores porque de ahí partirá el
excedente que irá a manos del capitalista. En términos sencillos, será esa can-
tidad monetaria denominada precio el resultante del trabajo empleado para su
creación, el capital invertido en ello, el tiempo de producción, y la utilidad en
su colocación, entendiendo que la acumulación del capital viene del abuso de
estos elementos, resumidos en el precio.
251 Dieterich Steffan, Heinz, El socialismo del siglo XXI, http://www.rebelion.org/docs/121968.
pdf, (consultado:15/02/2016), pp. 39-40.
252 Se puede apreciar esta política en materia laboral en Ecuador, con la vigencia de la con-
tratación del trabajo modalidad por horas (derogado por mandato constituyente), la extensión de
la jornada laboral, en general las denominadas políticas de flexibilización laboral.
253 Correa, Rafael, García Linera, Álvaro, Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et al: “Ecuador y
América Latina, Socialismo del siglo XXI”, Impreso NINA comunicaciones, Quito, 2007, p. 28.
254
85
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
trabajador que no vende su fuerza de trabajo medida en tiempo, sino sus cono-
cimientos sin relación a un tiempo determinado de dedicación al trabajo. Lo an-
terior no aplicaría. Efectivamente, “la producción de bienes materiales depende
cada vez más (en su cantidad y en su valor) de elementos inmateriales,259 la
llamada economía de conocimiento “o en términos más convencionales, capi-
talismo cognitivo. Este trabajador inmaterial introduce factores nuevos y hace
más complejo el análisis y el papel del trabajo y su relación con el capital”.260
En esta perspectiva, la Constitución del Ecuador plantea un nuevo modelo
económico y abre el abanico de la titularidad del derecho a la propiedad ya no
solamente privada, o estatal, sino colectiva y comunitaria sustancialmente. En
255 Marx, Carlos, “Salario, precios y ganancias”, en Marx, Carlos y Engels, Federico, Obras Es-
cogidas, (Moscú: Progreso, s/a), p. 208.
256 Engels, Federico, Del socialismo utópico al socialismos científico, http://literatura.itematika.
com/descargar/libro/398/del-socialismo-utopico-al-socialismo-cientifico.html, pp.56, 57.
257 Correa, Rafael; García Linera, Álvaro, Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et al, op. cit. p. 30
258 Ibídem, p. 193.
259 De Cabo Martín, Carlos op. cit., p. 105.
260 Ibídem, p. 106.
86
Regis Parra
comunitarios.261
Esta propuesta del nuevo constitucionalismo se tradujo en la Constitución
ecuatoriana no solamente en la incorporación de derechos sociales, sino nor-
mas de carácter programático de obligatorio cumplimiento. Pero estas normas
de carácter programático para ejecución de derechos sociales no solamente con-
dicionan la labor parlamentaria, sino también jurisdiccional, ya que un fallo que
llegare a declarar la violación de un derecho a la salud, por ejemplo, tendrá tam-
bién que contener la forma de subsanarlo, lo cual empuja al juez a emitir en su
sentencia disposiciones de carácter ejecutivo, alterando la esencia de la decisión
judicial, y de la funcionalidad del poder jurisdiccional.
261 Ver artículo 57, numeral 4 de la Constitución de la República del Ecuador, publicada en Reg-
istro Oficial 449, del 20 de octubre de 2008.
262 Fukuyama, Francis El fin de la historia y otros escritos, https://mega.co.nz/#F!t0QWQLQ-
J!aVbcUUh9jM1PGmmzGIG1lQ, (consultado: 20/05/2015), pp. 42, 43.
263 Marx, Carlos El Capital, (Bogotá: Gráficas Modernas, 2000), p.181.
264 Ver citado por Correa, Rafael, García Linera, Álvaro, Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et
al, op. cit., pp. 178, 179.
87
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
265 “En esencia, la teoría económica neoliberal y las políticas que de ella se derivan no son otra
cosa que darwinismo económico: la obligación del más fuerte (el más competitivo) de aplastar al
más débil en aras del desarrollo de la ‘eficiencia’. Martín, Juan Luis Siglo XXI Razones del peligro,
(La Habana: Ciencias Sociales, 2006), p. 38.
266 De Cabo Martín, Carlos, op. cit., p. 97.
267 Artículos: 56, 57, 58, 59, 60 de la Constitución de la República del Ecuador, publicada en
Registro Oficial 449 del 20 de octubre de 2008.
268 Título VII de la Constitución de la República del Ecuador, publicada en Registro Oficial 449,
del 20 de octubre de 2008.
269 Ver Garaicoa Ortiz, Xavier “El régimen constitucional intercivilizatorio del Buen Vivir y del
empoderamiento ciudadano y el proyecto de la regeneración en el Ecuador”. IV Encuentro Inter-
nacional: Constitución: Democracia y Sistemas Políticos, (La Habana, 4 al 6 de Octubre de 2011.
Guayaquil: Domingo, 2011), p. 11.
88
Regis Parra
270 Ver Alinovi, Matías, Historia de la energía (Buenos Aires: Capital Intelectual, 2007).
271 Capítulo Quinto del Título VI, del Régimen de Desarrollo, de la Constitución de la República
del Ecuador, publicada en Registro Oficial 449, del 20 de octubre de 2008.
272 Ver Conway, Edmundo, 50 cosas que hay que saber sobre economía (Colombia: Planeta Co-
lombiana, 2015), pp. 10-13
273 Capítulo Segundo, Título VI, del Régimen de Desarrollo de la Constitución de la República
del Ecuador, publicada en Registro Oficial No. 449. 20 de octubre de 2008.
274 Título IV, Capítulo I, de la Constitución de la República del Ecuador, publicada en Registro
Oficial 449. del 20 de octubre de 2008.
89
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
del poder público. “De manera que siendo las democracias de nuestro tiempo regí-
menes de opinión, el rol que desempeñan sendos órganos,275 creados en la Consti-
tución tienen diferente naturaleza”,276 esto es no solamente actuar de conformidad
a lo previamente regulado, sino rendir cuentas de lo actuado.
En resumen, para que exista una democratización de la riqueza y la propie-
277
dad, es necesaria una democratización del poder político, a través del cual en la
toma de decisiones macroeconómicas, la “ciudadanía” pueda participar.
No es lo mismo propiedad estatal, que propiedad social. La propiedad social
implica una democracia profunda, una democracia en la cual las personas funcio-
nan como sujetos, tanto al ser productores, como al ser miembros de la sociedad.278
e.- De forma concreta, las sociedades capitalistas se caracterizan porque la
actividad económica persigue la ganancia, a partir de la producción de bienes y
pasa de ser social a particular. Frente a esto, el socialismo del siglo XXI procura
que el excedente del trabajo o plus trabajo, vaya a manos del productor, es decir,
una economía solidaria, que no busque crematística. Para alcanzar este propósito,
se debe tener un marco legal que regule la propiedad, no como único elemento
que resolver, sino en comunión con la regulación de los precios de esos bienes o
-
de libre oferta y demanda, o libre competencia entre empresarios, sino una me-
dida de tiempo de trabajo invertido en él, que en consecuencia, resulta regulado
275 Para el caso ecuatoriano, este organismo es la Función de Transparencia y Control Social,
dentro del cual se encuentra el Consejo de Participación Ciudadana.
276 Alzaga, Óscar, op. cit., p. 48.
277 Artículo 334 de la Constitución de la República del Ecuador, publicada en Registro Oficial
449, del 20 de octubre de 2008.
278 Ver Lebowitz, Michael, El socialismo no cae del cielo. Un nuevo comienzo (La Habana: Cien-
cias Sociales, 2009), pp. 12-13
90
Regis Parra
-
279
da, en un sistema que operaba, en los hechos, a ciegas”.
Frente al neoliberalismo, para una nueva teoría de la democracia, resulta tan
importante reconocer los límites del Estado en el mantenimiento efectivo del
-
gica política, que debe inspirarlo en la transformación de la ciudadanía abstracta
en un ejercicio de reciprocidad.280
-
tegido por el Estado y que se compone esta vez no de un conjunto de facultades,
sino de necesidades básicas”.282
paradigma, distinto a los que empujaba las organizaciones sociales modernas tan-
279 Ayala Cruz, Gustavo, (Coomp.), Ayala Mora, Enrique, González Casanova, et al: “Volver al
futuro, La búsqueda de un socialismo latinoamericano”, Ediciones la Tierra, Quito, 2008, p. 30.
280 Ver de Sousa Santos, Boaventura, Reinventar la democracia. Reinventar el Estado (La Habana:
José Martí, 2005), p.100.
281 Ver Lebowitz, Michael, op. cit. pp. 2-4.
282 Bernal Pulido, Carlos, op. cit. p. 391.
91
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
“eudomonología”284
helénica,285 y pasa a ser una propuesta colectiva.
Frente a esto, la nueva apuesta para alcanzar justicia social se forja sobre la
base de las experiencia vividas por gran parte de la civilización occidental, du-
rante el siglo XIX y XX, a pesar de que, como se ha señalado reiteradamente en
líneas anteriores, se quiere marcar diferencias sustanciales, por obedecer a proce-
sos autóctonos de Latinoamérica, fundamentalmente a partir del reconocimiento
de pueblos y culturas ancestrales.
En este sentido un elemento rector y fundamento ético en la Constitución
ecuatoriana de 2008 está dado en el postulado de un modelo de economía social
y solidaria, como alternativo y distinto a los enunciados anteriormente y presen-
tados como parte del socialismo del siglo XXI,286 cuyo sostén viene dado en la
vivencia latinoamericana, donde la justicia a la que se aspira puede ser, conforme
al planteamiento de Campell: “la justicia socialista tiene que ver con algo más
283 Correa, Rafael, García Linera, Álvaro, Lugo, Fernando, El Troudi, Haiman, et al, op. cit., p. 21.
284 Schopenhauer, Arthur, Arte del buen vivir (Madrid: Edaf, 1983). En la obra descrita el autor
citado, nos refiere a que la eudomonología es una disciplina que tiene por objeto de estudio el vivir
bien o su traducción que sería buen vivir.
285 Ver Reyes, Alfonso La filosofía helenística (México: Fondo de Cultura Económica, 1959).
286 Ayala Cruz, Gustavo (Comp.), Ayala Mora, Enrique, González Casanova, Pablo, et al, “ Volver
al futuro, la búsqueda de un socialismo latinoamericano”, Ediciones la tierra, Ecuador, 2008, p. 107.
92
Regis Parra
se acerca más a una o a otra de las dos opuestas; no obstante, el discurso naciona-
lista y aparentemente autóctono puede verse asimilado a otros planteados por sus
opuestos políticos. Así por ejemplo, se alude a una sociedad de propietarios y
productores, abanderado por sectores de izquierda, mientras que “expresiones
como capitalismo popular y un país de propietarios había comenzado a ser un
realidad”,290 en países capitalistas como Gran Bretaña.
A partir de la recomposición del tejido social, el reconocimiento de la
diversidad cultural, étnica y de toda forma de vida que adopten las personas
291 De Souza Silva, José, Prospectiva y desarrollo (Quito: ESPE, 2002), p. 63.
292 Ferrajoli, Luigi, op. cit., p. 42.
293Rousseau, Juan Jacobo, El contrato social (Bogotá: Momo, 2012), p. 23.
294 Para evidenciar esta propuesta es más que ilustrativa la declaración de principios de la Con-
stitución: “Decidimos construir, una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y ar-
monía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, el sumak kawsay.”
94
Regis Parra
Guardini, en la mitad del siglo XX.295 Estas nuevas condiciones se pueden palpar,
en las relaciones intrafamiliares con respecto al trato hacia la mujer, en las rela-
ciones sociales y políticas, así la ley de cuotas, paridad de género, en el espacio
laboral, cultural de la sociedad, multiculturalidad, jóvenes, medio ambiente, en-
tre otros.
“El sujeto de derecho moderno es el homo iuridicus, el ciudadano, una persona que
se define precisamente por ser igual en derechos y deberes a los demás ciudadanos, con
independencia de su religión o de sus creencias filosóficas. En esto consiste básicamente
la universalidad de los derechos, en que esto se adscribe a todos en cuanto qué personas y
no como tiende el liberalismo clásico en negar los derechos culturales por innecesarios y
discriminatorios, son innecesarios porque basta el reconocimiento de los derechos de los
individuos como tales, no tiene sentido defender a unos colectivos cuando sus miembros
pueden ser protegidos por un derecho dirigido a todos los individuos…”.296
Pero si estas manifestaciones son visibles, más aún son los espacios obte-
295 Kauffman, Arthur, La filosofía del Derechos en la posmodernidad (Bogotá: Temis, 2007), p. 2.
296 Prieto Sanchís, Luis, op. cit., pp. 238, 239.
297 Cerutti Guldberg, Horacio, Agüero, Oscar (Coord.), Ainsa, Fernando, Agostini, Oscar, et al
“Utopía y nuestra América”, Ediciones Abya-Yala, Cayambe-Ecuador, 1996, p. 280
95
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
dirigido un cierto tipo de derecho, que no necesariamente es apto para regular las
relaciones comunitarias con otro tipo o práctica de vida, ejemplo de ello tenemos
en aspectos relativos a la propiedad, al trabajo, a la familia, a toma de decisiones
comunitarias, a las jerarquías intra comunidad entre otros casos.
En lo ambiental, los constituyentes de Montecristi prestaron una atención
relevante, estableciendo una regulación que versa sobre los “derechos de la natu-
raleza” en el texto constitucional. A saber, se esgrimen una serie de argumentos
para tal regulación, una de ellas, la manifestada con anterioridad sobre una cos-
movisión ancestral propia del mundo y la vida, que rompe la dualidad occidental:
hombre y naturaleza, y la fusionan en uno solo, ser humano como parte de ella
en una simbiosis que es la única forma de preservar la especie. Estos valores pos
modernos condicionan las actuaciones de las personas y los colectivos, y condi-
cionan también la forma de vida. Para comprender la cosmovisión ambientalista
se repensará la noción que se tiene sobre la tierra, el ser humano, y su relación o
su fusión en uno solo. “El indio, de acuerdo con los principios cósmicos de la na-
turaleza, es la misma Pachamama (la tierra), la relación del hombre con la tierra
es la que forma su cultura”.298 Es decir aquella separación hombre y naturaleza no
es parte de la concepción indígena. En tal sentido el etnocentrismo manifestado
de un eurocentrismo no es compatible con la visión cósmica que tuvieron y tie-
nen nuestros pueblos ancestrales. Sin embargo, formas de concebir las relaciones
del ser humano con la naturaleza como un todo único e inseparable, las encontra-
-
299
298 Movimiento Indio Tupaj Katari. El indígena y la tierra 3.a ed. (Quito: Conferencia en Gine-
bra, Abya–Yala, 1992), p. 47.
299 Reyes, Alfonso, op. cit., p. 135.
300 Movimiento Indio TupajKatari, op. cit., p. 26.
96
Regis Parra
Esta noción condiciona la relación con el medio ambiente, unido a una con-
cepción de vida distinta a la de acumulación, riqueza, desarrollo y progreso traí-
do por el industrialismo occidental, nos determina a seguir y adoptar una nueva
cosmovisión y prácticas individuales y sociales.
En el primer caso, la diferente concepción de riqueza (si el término existe en
la cultura ancestral indígena), hace que la naturaleza sea fuente de vida y de auto-
subsistencia, sin buscar excedentes para la negociación: y el segundo caso, que el
progreso material no constituye el elemento clave de la vida, más que otros como
la armonía con la naturaleza. Estas circunstancias de atribuir un orden sagrado y
una relación divina con el medio ambiente nos compelen a aceptar que material y
objetivamente la vida humana es sostenible cuando se sostenga su fuente.
A pesar de lo apuntado, no se puede ignorar que la cultura occidental también
se cuestiona por los efectos causado al medio ambiente por la actividad humana,
especialmente en la modernidad, más aún si se ve en la actualidad a la biodiver-
sidad como nueva forma de acumulación sin tomar en consideración que “según
el estudio Planeta vivo del WWF, en 2006, los seres humanos extraen un 25 %
más de los recursos que el planeta puede producir, en 2050 será el doble de la
capacidad de reproducción del planeta”.301 No obstante en los albores mismos
de la cultura occidental se proponían formas de vida similares a las planteadas,
-
turaleza, especialmente en desdén a la acumulación de riquezas. Pero, es posible
considerar también como fuente doctrinaría para la Constitución los postulados
de la ecología profunda, que devienen, como se señaló, de un proceso de auto-
crítica sobre los efectos del desarrollismo alcanzado especialmente en la época
moderna, tomando en consideración que el siglo XX es cuando el ser humano
adquiere un poder real de alterar la naturaleza de tal magnitud que cambia radi-
calmente nuestra relación con ella a tal punto que por primera vez, ha perdido la
capacidad de vivir y regenerarse por sí misma.302
“Durante el último cuarto de siglo, este poder no solo se ha sido incremen-
tado hasta una inquietante magnitud, sino que ha cambiado en características. El
más alarmante de todos los atentados del hombre contra su circunstancia, es la
contaminación del aire, la tierra, los ríos y el mar con peligrosas y hasta letales
materias. Esta polución es en su mayor parte irreparable, la cadena de males que
inicia, no solo en el mundo que debe soportar la vida, sino en los tejidos vivos, en
303 Carson, Rachel, Primavera silenciosa (Boston–New York: Houghton Mifflin Harcourt, 1962),
p.8
304 Naess, Arne, El movimiento de la ecología profunda, algunos aspectos filosóficos, www.sangay.
org/naess2.html,Acceso, octubre 2012
305 Ibídem, p. 3.
306 Ver artículo 71 de la Constitución de la República, publicada en Registro Oficial 449, del 20
de octubre de 2008.
307 Naess, Arne: op. cit., p. 10.
98
Regis Parra
100
Regis Parra
formal, frente a una democracia que debe ser sustancial. Así señala:
La dimensión formal de la democracia injertada en el paradigma legislativo con-
siste esencialmente en un método de formación de las decisiones políticas: más precisa-
mente, en el conjunto de las reglas de juego que atribuyen al pueblo o a la mayoría de sus
miembros el poder de asumir tales decisiones, directamente o a través de sus representan-
tes. Esta es la expresión de la democracia toutcourt que vertebra la historia toda del pen-
samiento político, de la clásica tripartición introducido por Platón en el Político y retomada
por Aristóteles a la idea roussoniana de la voluntad general hasta las actuales teorías de la
democracia representativa de Kelsen a Bobbio, de Schumpeter a Pooper y Waldron.315
315 Ibídem, p. 35
101
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
102
Regis Parra
-
ceso de reforma sea dado por un sujeto distinto del legislador ordinario y bajo
procedimientos no ordinarios (referéndum, asamblea convocada al efecto, inter-
321
104
Regis Parra
constitucional.338
Mientras, en el control de constitucionalidad de la ley realizada por la
justicia especializada, el “juez juzga la ley” y, encontrándola incompatible la
106
Regis Parra
tan el mismo alcance general de las leyes.339 Esto altera el sistema de fuentes
haciendo de la jurisprudencia la fuente primera del Derecho, por encima de la
ley y, en consecuencia, instituir el gobierno de jueces.
b) La fuerza vinculante de la Constitución.- Se planteó al inicio del capí-
tulo que el neoconstitucionalismo se sustenta en la existencia de constitucio-
nes materiales, es decir textos de “largo aliento”, generosos en la estipulación
de normas genéricas y principios de aplicación de derechos, que tiene como
345 Ver Guastini, Riccardo “La Constitucionalización del ordenamiento jurídico”: el caso italia-
no, op. cit. pp. 53, 54 y 55.
346 Ferrajoli, Luigi, 2001, pp. 43-46, tema en donde desarrolla las perspectivas de la filosofía
analítica del Derecho.
347 Bernal Pulido, Carlos, 2006, op. cit., p. 56.
108
Regis Parra
348 Constitución de la República del Ecuador, Registro Oficial 449 del 20 de octubre de 2008,
artículo 429.
349 Ibídem, artículo 11 numeral 3.
350 Ibídem, artículo 424 inciso segundo.
351 Ibídem, artículo 11 numeral 3.
352 Ibídem, literal c del numeral 6 del artículo 77.
109
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
interpretaciones es la que debe guiar la decisión de los jueces?, pues debe ser aquella
cuya interpretación se ajuste más a la Constitución, es más, la interpretación de la ley
tiene como condición previa ser desarrollada de forma progresiva a la previamente
establecida en la Constitución,359 de manera que pueda ser conservada la norma, caso
110
Regis Parra
contrario tendría que inobservarse, por tanto perdería su vigencia. Si así sucede, el
legislador pasivo que es el juez, pasaría a colmar el ordenamiento jurídico a través
de fallos, haciendo innecesaria la existencia de la legislatura, ya que no solo pierde el
monopolio de creación jurídica, sino también el de interpretación de la ley. Aunque
la Constitución ecuatoriana no es explícita en otorgar facultades de interpretación a
los jueces, sí lo es con la Asamblea General;360 sin embargo, al establecerle un orden
prelatorio de aplicación de normas empezando por la Constitución,361 exige que la
primera actitud del juez sea juzgar la conformidad o no de la ley para su aplicación.
.- Es posible
encontrar en la Constitución ecuatoriana facultades dadas a la Corte Constitucio-
360 Constitución de la República del Ecuador, Registro Oficial 449 del 20 de octubre de 2008,
artículo 120 numeral 7.
361 Ibídem, artículo 172 inciso 1.
362 Ferrajoli, Luigi, 2014, op. cit., p. 10
363 Constitución de la República del Ecuador, Registro Oficial 449 del 20 de octubre de 2008,
artículo 436 numeral 7.
364 Ibídem, 436 numeral 10.
365 Ibídem, artículo 173.
111
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
“El juicio constitucional sobre las leyes es un juicio de validez, en el cual la ley está
destinada a someterse a un test de compatibilidad con la Constitución. El hecho, se dice,
está representado por la ley, el derecho, por la Constitución. La ley, es degradada al hecho
y no constituiría derecho propiamente como si la Constitución: esta es la esencia del juicio
constitucional en el que la ley, de ser algo en virtud de lo cual se juzga, se transforma en lo
que es juzgado.”368
tenor literal. Para esto es pertinente ayudarse de las tesis positivistas, método que
vigencia de los derechos y que mejor respete la voluntad del constituyente. Esto,
contrariamente, sitúa el análisis en el polo opuesto de la interpretación literal.
La manera más evidente de respetar la voluntad del constituyente es atender el
contenido de su texto tal cual. Pero si se parte de la idea de que el legislador no
dice todo lo que quiere, como asume la Constitución cuando obliga una interpre-
tación más ajustada a la voluntad del constituyente, se tendrá que atribuir un sen-
tido distinto al escrito; en ese caso, deberá ser el que más favorezca la vigencia
de los derechos en razón del contexto social y político que involucró la creación
de la carta magna, condiciones particulares, que son escritas en el preámbulo de
la Constitución.372
De la lectura detenida del preámbulo constitucional, se puede colegir que
la labor del legislador constituyente se desarrollaba en un contexto de respeto
de género, religiosidad; de reconocimiento a la diversidad de pueblos, culturas,
aspirando a: una nueva forma de vida, cuyas característica se fundamentan en la
democracia, la diversidad, el respeto a la naturaleza, una posición anticolonialis-
ta, integracionista a escala latinoamericana, entre otros. En tal sentido, cuando el
juzgador interprete la norma atendiendo a la voluntad de legislador constituyen-
te, esta debe concretizarse en ese entorno del creador de la carta fundamental.
El derecho no solo se basa en normas establecidas, sino también en princi-
pios. Los principios, además de tener una función fundamentadora o directora, se
aplican también como prescripciones interpretativas.
“Una característica de los principios, dice Dworkin, citado por Riddall, es que, a
diferencia de las normas, tienen la dimensión de peso o importancia. Cuando dos prin-
cipios llegan a conclusiones diferentes, el Juez debe considerar el peso relativo de cada
uno de ellos… los principios juegan un papel esencial en los argumentos que apoyan las
sentencias”.373
-
namiento depende del hecho de que generalmente estas no provienen de una sola
fuente. Los ordenamientos jurídicos pueden ser simples y complejos, según sus
normas emanen de una o de varias fuentes. Generalmente son complejos. Esta
complejidad se deriva del hecho de que la necesidad de la sociedad de regular las
conductas es tan grande que no hay poder u órgano capaz de satisfacerlas por sí
mismo”.374
114
Regis Parra
no sea casual, con ello se quiere resaltar el carácter prescriptivo de esta fuente en
todas y cada una de sus aplicaciones. La consecuencia práctica es que el interpre-
te debe elegir entre todos los sentidos posibles que pueda tener un acto jurídico,
aquel que sea más acorde con los principios, como valores jurídicos-éticos de la
comunidad.375
Teniéndose en consideración lo regulado en la Ley Orgánica de Garantías Ju-
risdiccionales y Control de la Constitucionalidad, se establecen de la misma mane-
ra reglas y métodos de interpretación constitucional,376 que son una combinación
del modo de actuar del juzgador bajo un modelo positivista y naturalista. Así, exis-
ten en el primer caso, las soluciones de antinomias, a través de la aplicación de
la norma jerárquicamente superior,377 la interpretación literal y sistemática tratada
en el literal anterior; en el segundo caso, la interpretación evolutiva, en la cual se
la vida toda, mudable, cambiante e inmersa en ella las personas, su entorno social
y natural, es decir, un proceso de cambio y movimiento en la forma enunciada por
Heráclito.
No obstante estos clásicos métodos y reglas de interpretación, la ley regula
principios que rigen la interpretación del texto constitucional. Así se encuentran los
principios de proporcionalidad y de ponderación, que si bien se encuentran contor-
cuando en la misma doctrina son temas aun en debate.378 Además que los princi-
gradados; es decir, no se establecen sus pesos respectivos de los unos frente a los
otros, de donde surge la palabra clave proporcionalidad, es decir la consideración a
cualquier principios en su relación con los demás, igualmente importantes,379 de lo
que se deduce necesario tener en consideración las siguientes aristas:
Los principios no excluyen la validez simultánea de otros principios en con-
380
que no existe
375 Ver Beladiez Rojo, Margarita, Los principios jurídicos (Navarra: Aranzadi, 2010), p. 152 y
pp.180-192.
376 Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control de la Constitucionalidad.
377 Artículo 425 de la Constitución de la República del Ecuador.
378 Escobar García, Claudia, op. cit., pp. 87-88.
379 Zagrebelsky, Gustavo, 2008, op. cit., p. 241.
380 Ferrari Yaunner, Majela, Los principios de legalidad y seguridad jurídica como fundamentos del
proceso de integración del Derecho para colmar las lagunas de la ley en Cuba. Tesis presentada en
115
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
una jerarquización de los principios, en estos casos, no hay otro camino que acudir
a la ponderación teniendo que resolverse las tensiones entre principios.381
En lo referente al principio de ponderación,382 la materialidad de la Constitu-
ción se aprecia cuando enuncia generosamente un conjunto de derechos en la for-
ma de principios y reglas, que no necesariamente tienen una relación matemática
entre ellos, por lo que pueden en determinado momento de su aplicación colisio-
nar, primer requisito, que debe darse para la aplicación del mencionado principio.
“La ponderación trata de dar respuesta a la luz de las propiedades que presenta un
caso en el que resultan relevantes dos principios, cuál de ellos debe triunfar y cuál debe ce-
der, o en qué medida resulta exigible lo que establece uno de ellos. De ahí que el resultado
de la ponderación sea el establecimiento de una jerarquía móvil, puesto que un cambio en
las circunstancias determina un cambio en la prioridad de los principios”.383
116
Regis Parra
se agrava porque lo que entra en juego son el conjunto de derechos subjetivos cuyos
titulares y no solamente destinatarios son todos los ciudadanos, en tal sentido sus
normas deben estar sustraídas no solamente al arbitrio de las mayorías, sino tam-
bién al poder de revisión constitucional389 o justicia constitucional.
forma otro juez constitucional podrá decidir, sin tener en cuenta condiciones de
género o etnia para la asignación de tal o cual cargo, sino en razón a otras causas
o condiciones, como podrían ser, por ejemplo, los conocimientos.
En lo referente al principio de proporcionalidad, al igual que en el caso del
390
lo
deja en estado de indeterminación, por lo que es sustancial bosquejar sus carac-
terísticas.
Teniendo como referencia la doctrina,391 mientras la ponderación consistía
-
dro del otro, la proporcionalidad va más allá. En un primer momento, cuando
el juzgador se enfrenta a dos normas, sea principios o reglas constitucionales
118
Regis Parra
tal efecto, subyacen como esencia axiológica, social, moral y política en el deve-
nir histórico del derecho de cada nación.394
La Constitución del Ecuador regula que las normas constitucionales se in-
terpretarán a tenor literal que más se ajuste a la integralidad de estas, y en caso
de duda, debe de hacerse en el sentido que más favorezca a la plena vigencia
de los derechos y que mejor respete la voluntad del constituyente.395 La propia
Constitución insta a la observancia de los principios establecidos en ella, para in-
terpretar los derechos en lo que proceda.396 Al remitir los derechos fundamentales
a valores consagrados constitucionalmente, se brinda la posibilidad de acudir a
ellos como clave hermenéutica para su mejor interpretación y aplicación, valores
entre los que destacan; el respeto a la vida; a la integridad y a la dignidad (art.
66, incisos 1, 2 y 3); a la igualdad y autonomía personal, comunitario-colectiva y
asociativa (art. 66, incisos 4, 5, 6, 8, 9, 10, 11, 13, 19, 20 y 24).
El paradigma constitucional garantista de la Constitución de Montecristi im-
plica transformaciones en la estructura y funcionamiento del Estado, se convierte
en un Estado “jurisdiccional” por el papel activo que asumen los jueces, quienes
juegan un papel esencial en el proceso de creación y aplicación del derecho y la
salvaguarda de los derechos constitucionales.
119
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
397 Zárate Zárate, Edgar, “Justicia, Constitucional y Democracia en el Ecuador”. En: S/A, Insti-
tuciones Judiciales y Democracia. Reflexiones en ocasión del Bicentenario de la Independencia y del
Acto Legislativo 3 de 1910. Colombia, Consejo de Estado y Sala de Consulta y Servicio Civil, s/f,
p. 228.
120
Regis Parra
CONCLUSIONES PARCIALES
121
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
5. -
ticia en la Constitución en Ecuador y propone un modelo de desarrollo y
relación social justa, convirtiendo esos principios en imperativos interpre-
tativos de la actividad de los jueces y fundamento de todo el ordenamiento
jurídico ecuatoriano, como garantía democrática.
122
Regis Parra
CONCLUSIONES
rol que desempeñan los derechos fundamentales como puntal del neoconstitu-
cionalismo y fuente de legitimación del Estado Constitucional de derechos y
justicia en la República del Ecuador.
SEGUNDA: la constitucionalización del ordenamiento jurídico ecuatoriano
123
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
124
Regis Parra
y las causas por las cuales, un principio puede ceder frente a otro de su misma
especie y jerarquía.
El activismo judicial, propuesto por el neoconstitucionalismo ecuatoriano,
en lo referente a la legitimidad, se considera cuestionable, en consideración a
que el juez, sin ser elegido, se convierte en legislador activo a través de la juris-
prudencia, y legislador pasivo a través de la inaplicación de normas legales, y
la consiguiente invalidación práctica que este acto trae consigo. De esta forma,
el poder de la Corte se transforma en constituyente y la soberanía como autode-
terminación de los pueblos se puede quebrar, diluir o extinguir, sin los límites
apropiados y correspondientes.
125
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
RECOMENDACIONES
-
ma de conformación de la Corte Constitucional, de manera que sea un proce-
so más democrático y se contribuya con ello a superar disfuncionalidades en la
concepción del Estado constitucional de derechos y justicia en la República del
Ecuador.
SEGUNDA: si bien las normas constitucionales deben ser aplicadas de for-
ma directa, existen principios que deben ser desarrollados y concretizados a tra-
vés de la legislación y la jurisprudencia, para buscar certeza en el derecho, versus
la arbitrariedad que puede traer una interpretación ampliada de las normas cons-
titucionales.
TERCERA: sistematizar las propuestas de los pueblos ancestrales y sus cul-
turas, con una estructura coherente y unívoca y en vínculo con ello, desarrollar
los presupuestos constitucionales tomando en consideración el acervo consuetu-
dinario existente.
CUARTA: instruir a la ciudadanía formal o informalmente, para que pueda
disfrutar de forma efectiva del empoderamiento que la Constitución de Monte-
cristi propicia y se comprenda el alcance constitucional de los contenidos garan-
tistas.
QUINTA: el Sumak Kawsay exige el desarrollo de políticas públicas espe-
-
bernantes al cumplimiento de derechos y obligaciones constitucionales con alto
contenido ético, como único correlato para una existencia digna de la población.
SEXTA: la academia, a partir de nuevos planteamientos sobre la naturaleza
del Derecho que contiene la Constitución de Montecristi, debe reformar su cu-
rrículo en pos de lograr en los operadores jurídicos, en particular en los futuros
jueces, una visión interpretativa más amplia y socialmente compleja, que contri-
buya a generar aptitudes y conocimientos consecuentes con el espíritu que animó
al constituyente de Montecristi.
126
Regis Parra
BIBLIOGRAFIA
127
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Borón, Atilio A. Socialismo siglo XXI ¿Hay vida después del neoliberalismo?. La
Habana: Ciencias Sociales. 2009.
128
Regis Parra
Castaño Bedoya, Alejandro. Teoría dinámica del Derecho. Medellín: Librería Jurídi-
ca Comlibros. 2005.
Cerutti Guldberg, Horacio; Aguero, Oscar (coord.). Utopía y nuestra América. Quito:
Abya-Yala. 1996.
Correa, Rafael; García Linera, Álvaro; Lugo, Fernando; El Troudi, Haiman, et al.
Ecuador y América Latina, Socialismo del siglo XXI. Quito: NINA. 2007.
------------------------. El gran salto adelante del Socialismo del Siglo XXI. Rebelión.
Fernández Bulté, Julio. Teoría del Estado y del Derecho. La Habana: Félix Varela.
2001.
130
Regis Parra
Ferrajoli, Luigi, Ruiz Manero, Juan. Dos modelos de constitucionalismo, una conver-
sación. Madrid: Trotta. 2012.
Ferrari Yaunner: Majela. Los principios de legalidad y seguridad jurídica como fun-
damentos del proceso de integración del Derecho para colmar las lagunas de la
ley en Cuba
Jurídicas, La Habana, 2011.
131
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Gordillo, Agustín. Derechos Humanos, 4.ª ed. Buenos Aires: Fundación de Derecho
Administrativo. 1999.
Hart, H.L.A. El concepto del Derecho, Buenos Aires: Abeledo Perrot. 2009.
Jiménez Serrano: Pablo y Pinto Filho, Heitor: Metodología para las Investigaciones
Jurídicas, São Paulo, Brasil, 1998.
Kask L.I.: Las funciones y la estructura del Estado, Ed. de la Universidad Estatal de
Leningrado, 1969.
132
Regis Parra
Larenz, Karl. Metodología de la Ciencia del Derecho, 2.ª ed. Barcelona: Ariel Dere-
cho. 2001.
Latouche, Serge. La apuesta por el decrecimiento ¿Cómo salir del imaginario domi-
nante. Barcelona: Icaria. 2009.
López De Oñate, Flavio: “La certeza del derecho”, Edit. Comares, S.L., Granada,
2007.
Mena, Marcelo, Chalco, Soledad, et al. Aportes al debate del socialismo del siglo XXI,
el pensamiento de Monseñor Leonidas Proaño y Fernando Velasco
133
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
Prieto Valdés, Marta. “La defensa jurídica de la Constitución Cubana”. Revista Cu-
bana de Derecho, 30, 2008
134
Regis Parra
Romano, Santi. Una mirada completa al ordenamiento estatal; ahora en Id., La crisis
del estado moderno. Una visión desde el Derecho Constitucional, Milán, Giuffré,
1969.
De Aquino, Tomás. Suma de Teología. 4.a ed. Madrid: Biblioteca de autores cristia-
nos.
Sebreli, Juan José. El vacilar de las cosas Buenos Aires: Sudamericana. 1994.
135
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
LEGISLACIÓN CONSULTADA:
-
creto Supremo No. 1480
136
Regis Parra
el 10 de noviembre de 2014.
LEGISLACIÓN EXTRANJERA;
Carta Magna de Juan sin tierra de 12 de junio de 1215. En: Prieto Valdés, Martha.
Selección de textos constitucionales, Edit. Félix Varela, La Habana, 2002.
country/constitutional-history-united-states-america
137
EL NEOCONSTITUCIONALISMO EN ECUADOR
138