Test de Chiller
Test de Chiller
Test de Chiller
En mujeres sexualmente activas y en edad fértil, se realiza una citología rutinaria en la consulta
ginecológica. De este modo se puede evaluar a una gran mayoría de la población de riesgo, y es
posible detectar el cáncer de útero en estadíos muy iniciales, lo que mejora el pronóstico de la
enfermedad. Esta prueba se conoce como Papanicolau, y se emplea para estudiar las células
cervicales y detectar la posible presencia de células anormales. Se toman muestras de al menos
tres zonas distintas del cuello uterino para que no quede ninguna zona sin estudiar.
Colposcopia
Se realiza cuando la citología ha sido positiva, o cuando se observa a simple vista alguna anomalía
cervical. Esta prueba es una exploración meramente visual en la que se emplea un instrumento
provisto de luz y un sistema de bases de aumento.
Test de Schiller
Consiste en embadurnar todo el cuello uterino con una solución específica y comprobar si se tiñe
de marrón oscuro. Las células malignas no se tiñen.
Biopsia
Se toma un pedazo de la lesión para su estudio en el laboratorio. Con ello se determina el tipo
específico de célula que compone el tumor; de este modo se podrá ofrecer el mejor tratamiento
posible.
Técnicas de imagen
Mediante técnicas de imagen como el TAC puede valorarse la afectación de ganglios linfáticos
pélvicos y riñones.
Expuesto el cuello uterino con espéculo o valvas, se procede a embadurnarlo con una solución
yodo-yodurada, por lo cual el epitelio poliestratificado normal del exocérvix y la vagina que
contiene glucógeno, se ti?e de rojo caoba (fig. 5.11), mientras que las zonas carentes de glucógeno
resultan ser yodo-negativas y conservan su color claro, o sea, no se ti?en con la solución. Las zonas
yodo-negativas constituyen alteraciones del epitelio (ectopia, inflamación, displasias o neoplasias),
es decir la prueba de Schiller es positiva. Por tanto, estas mujeres necesitan estudios especiales
como son la colposcopia y la biopsia dirigida.
La coloración yodo-positiva con esta prueba es mucho más intensa durante el embarazo, lo que
unido a un moco compacto y signos uterinos, contribuye al diagnóstico de la gestación en el
primer trimestre.