El Caso de Tomas

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EL CASO DE TOMÁS: CUANDO A VECES MENOS ES MÁS.

Tomás se entusiasmó cuando le echó el primer vistazo al curso de


Habilidades Informáticas:

"Había tantas actividades interesantes que no era capaz de decidirme por


donde empezar, quería iniciar, como recomendaba el profesor, con la
actividad uno, pero en cuanto leí la actividad dos, también me pareció muy
interesante y las páginas del IPN, que ofrecían los profesores como recursos
adicionales, parecían tener información muy importante también, de esa
forma, inicié la actividad uno, dos y cuatro al mismo tiempo, para ir
adelantando.

Estaba muy emocionado. Estudiar la licenciatura después de haber dejado


trunca la carrera de administración pública en la UAM significaba mucho para
mí, en lo personal y también en lo profesional y lo económico: No podía
darme el lujo de fracasar otra vez, así que me puse a trabajar muy duro.

Pero, de repente, sin saber cómo, me di cuenta de que mi horario estaba


repleto de actividades desde las seis de la mañana hasta las doce de la noche
todos los días de la semana. Bien pronto, mi entusiasmo se convirtió en una
sensación de estrés permanente.

Corría de una cosa a otra sin parar. Apenas me quedaba tiempo para comer o
ver a mis hijas, que vivían al otro lado de la ciudad", cuenta Tomás.

Pero su principal motivo de preocupación era otro:

"Pronto me di cuenta de que no podía seguir bien el curso. Primero temí que
podía deberse a mis conocimientos sobre Internet y a la lógica de uso de la
maldita plataforma, que cada vez que yo quería usar no estaba disponible,
pero después de pensarlo un poco me di cuenta de que me estaba volviendo
un desorden con patas.
En el trabajo me seguían presionando mucho. Yo llegaba temprano para
adelantar un poco, pero mi jefe me decía “tus trabajitos de escuela los haces
fuera del horario de trabajo y todos contentos eh??? “.

A veces, a la hora de la comida me iba al café Internet pero parecía


maldición, cada vez que intentaba trabajar la plataforma no estaba
disponible o peor aún, se desconectaba en el instante que estaba ya
haciendo un envío al foro y se perdía toda mi participación. Era como sí no
hubiera hecho nada.

Luego, al llegar a casa a las diez, mi novia estaba usando el Internet, la casa
era un cochinero y después de cenar, lavar los trastes y ordenar un poco los
ojos se me cerraban. Dejé mis sesiones de tenis los miércoles para estudiar a
esa hora, pero lo único que logré fue sentirme más cansado y malhumorado
que nunca.

El domingo llegaban las niñas temprano o yo tenía que ir por ellas y sólo en la
tarde que se iban me podía sentir a mis anchas para trabajar con el curso,
trataba de adelantar haciendo las lecturas de prisa o de plano no las hacía y
me dedicaba a realizar los trabajos, pero pronto me di cuenta de que me
hacía trampa a mí mismo y que no estaba aprendiendo nada nuevo.
Mientras tanto, todos se quejaban por mi falta de atención: Mi novia, mis
amigos, hasta mi perro empezó a gruñirme!!!

Incluso pensé abandonar la licenciatura, porque creí que esto de los estudios
no era para mí.

Después de comentarlo con Laura, una compañera del curso que vive en
Monterrey, me animé a enviarle un mensaje de auxilio al profesor, aunque ya
finalizamos la tercera semana del curso, extrañamente me dio esperanzas,
me dijo que aún me podía poner al corriente y que me permitiría entregar
trabajos atrasados y repetir el que entregué en la segunda actividad, que fue
un desastre.

Me pidió que me pusiera en contacto con Héctor, el alumno más aventajado


de la clase y que intercambiáramos experiencias y prometió enviarme una
presentación con consejos para organizar mi horario y preparar más
eficazmente el estudio de la asignatura. También prometió enviarme un plan
de trabajo emergente para trabajar con el curso.

Hoy llamé a Héctor y empecé a entender cuál es mi problema; ahora estoy


esperando recibir la presentación y el plan prometido para poner manos a la
obra.

Espero estar aún a tiempo para salvar la asignatura y continuar con la carrera
porque en realidad quiero poner en marcha esta nueva etapa de mi vida.

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