Clase 1 Historia de Israel PDF
Clase 1 Historia de Israel PDF
Clase 1 Historia de Israel PDF
ESTUDIO INTENSIVO
Mundo
Bíblico
LECCIÓN 1
Eje de Coordenadas
¿Israel, Palestina, Tierra Santa? Llamarlo de una u otra manera es ya hacer una
decisión política. En el tiempo del Nuevo Testamento, se llamaba Judea desde el
punto de vista administrativo romano, pero desde el punto de vista espiritual Eres
Israel: Mt 2:20-21. “Ve a la tierra de Israel porque ya han muerto los que buscaban
la vida del niño. Entonces José se despertó tomó al niño y a su madre y se fue la
tierra de Israel”.
Hay una cita de Simeón Ben Yohay. “El Santo, bendito sea, consideró todas
las generaciones, y no encontró una generación más digna de recibir la Torah que
la generación del tiempo del desierto. El Santo, bendito sea, consideró todas las
montañas y no encontró otra montaña en la que proclamar la Torah que el monte
Sinaí. El Santo, bendito sea, consideró todas las ciudades y no encontró otra sobre
la que construir el templo que la ciudad de Jerusalén. El Santo, bendito sea,
consideró todas las tierras y no encontró otra tierra más apropiada para su pueblo
que la Tierra de Israel” (Lev. Rabbah 13,2).
La opción divina de esta tierra estuvo muy bien pensada. ¿Cuáles pudieron
haber sido sus razones para elegirla? Es difícil entrar en el consejo divino. ¿Quién
pudo haber aconsejado al Espíritu de YHWH, qué consejero pudo haberle
asesorado? ¿A quién iba a consultar para que le ilustrase para acertar con el mejor
método (Is 40:13-14). Pero nos vamos a atrever a entrar en este consejo divino.
Podríamos mencionar algunas razones de la aptitud de esta tierra como lugar de
revelación. La geografía es una de las infraestructuras que condicionan la
superestructura de la historia. Nuestra cultura particular es hija de condiciones
materiales, clima, relaciones laborales. La historia está moldead por la geografía
La Luz:. Dicen que Jerusalén es el punto terrestre que recibe mayor cantidad
de luz durante el año, medida en la unidad del lumen. Si tenemos en cuenta la
calidad reflectante de la piedra blanca de Jerusalén, la ciudad se convierte en un
punto de luz cegadora y deslumbrante
1. Asentamiento
Vamos a comenzar nuestro estudio sobre la historia de Israel por el momento del
asentamiento de las tribus israelitas en la montaña palestina a los comienzos de la
Edad del Hierro. Es sólo en esta época cuando tenemos datos extrabíblicos fiables
que pueden guiar nuestro estudio. Una vez que hayamos visto cómo se ha asentado
este pueblo en Canaán, y cómo se ha constituido en un estado, estudiaremos en un
flash back los recuerdos y tradiciones que guarda el pueblo de Israel sobre sus
orígenes, tal como nos han sido transmitidas en las fuentes bíblicas.
Dichas fuentes bíblicas sobre los orígenes de Israel tienen que ser utilizadas con
extremo cuidado por el historiador, debido a las dificultades metodológicas que
pasamos a reseñar:
A. Dificultades metodológicos
Por otra parte las narraciones bíblicas revelan un concepto de historia muy
distinto del que nosotros tenemos, lo cual nos invita ya de entrada a no tomarlos en
un sentido estrictamente histórico, conforme a los cánones modernos de la historia.
Las dificultades históricas para aceptar los datos bíblicos nacen de las
siguientes causas:
2.- Los esquematismos del relato bíblico nos hacen ver por parte de sus
autores un deseo de ideologizar la historia al servicio de determinadas finalidades
6.- Conflictos con los datos de la arqueología: Algunas de las ciudades que
fueron destruidas por Josué según el relato bíblico (Jericó, Ai…) no estaban
amuralladas en aquella época y deberían ser grandes entonces montones de ruinas.
Los arqueólogos han desenterrado muchos de los tells de ruinas de ciudades
bíblicas de esta época y no siempre han confirmado la evidencia de una conquista
y una destrucción.
Antes de acometer este estudio, quisiera exponer muy brevemente lo que está
sucediendo en el Oriente Medio en este momento histórico del paso del Bronce al
Hierro, que supone una tremenda conmoción como raramente se ha dado en otros
momentos históricos.
En el siglo XIII, al final de la Edad del Bronce, el Medio Oriente está dividido en
dos grandes áreas de influencia, los egipcios en el sur, y los hititas en el norte.
Al sur está el imperio egipcio de la dinastía XIX, dominado por el larguísimo reinado
del faraón Ramsés II. Es una de las épocas de mayor esplendor de Egipto, como lo
testimonian los numerosos monumentos y templos de Abu Simbel, de Karnak y Luxor.
En esta época Egipto controla el país de Canaán y los reyezuelos de las ciudades
estado cananeas son todos vasallos del faraón.
Tanto Micenas como el imperio hitita sucumben dejando tras ellos sólo montones
de ruinas. Aunque Egipto logra sobrevivir a la crisis, queda muy debilitado hasta el
punto de que la dinastía XX de Ramsés III ya no será capaz de mantener su dominio
sobre el país de Canaán. Esta crisis que pone fin a la Edad de Bronce está relacionada
también con todo el ciclo de tradiciones sobre la guerra de Troya.
Las grandes ciudades cananeas del Bronce reciente tienen casi todas niveles de
destrucción en esta época, las ciudades de la costa sur son incendiadas y reocupadas
por una nueva cultura. Jasor en el norte y Afeq en el centro arden en espantosos
incendios. Sin embargo hay que señalar que la destrucción de este mundo cananeo
no fue puntual, sino que se extendió a lo largo de un proceso de decenas de años que
va desde la destrucción de Jasor a finales del XIII, hasta las de Lakish y Megido hacia
mediados del XII.
Este es el mundo en el que los israelitas van a hacer su aparición en la historia del
Medio Oriente. Como resultado de la ruina de los grandes imperios se creará en todo
el Creciente Fértil una situación de “vacío de poder” que se va a prolongar
cuatrocientos años hasta la constitución del imperio asirio. Es precisamente durante
estos cuatrocientos años, en los que no hay ningún gran imperio en el horizonte,
cuando se va a desarrollar la historia independiente de Israel, primero como federación
de tribus en la época de los jueces, y después como estado monárquico en el Hierro
II.
A partir del siglo VIII se termina esta larga temporada de “vacío de poder” y ya no
habrá lugar ninguno en la zona para pequeños estados independientes, porque vuelve
la época de los grandes imperios que se irán sucediendo en la zona: asirios, babilonios,
persas, griegos y romanos. Israel no volverá a gozar nunca de independencia salvo en
el pequeño lapso del reino inaugurado por los Macabeos, entre mediados del siglo II y
mediados del siglo I a.C.
El libro de Josué forma parte junto con Jueces, Samuel y Reyes de lo que la
Biblia hebrea llama Profetas anteriores, y la exégesis moderna “Historia
deuteronomista”. Esta gran compilación de fuentes fue realizada después del exilio
a la luz de la teología y espiritualidad de la escuela deuteronomista. Se trata de una
historia sagrada que juzga todos los acontecimientos históricos a la luz de su mayor
o menor adecuación con la Ley de Dios y sus designios divinos. Aunque recoge
muchos datos antiguos, el marco del macrorrelato es artificioso, y manipula los
hechos para ajustarlos a la ideología predominante. Hay por ejemplo una clara
intención de proyectar estructuras modernas a las épocas antiguas, como si estas
estructuras hubiesen existido ya desde el principio. Presenta el tiempo de los
patriarcas y de Josué como normativo para el Israel de todos los tiempos, una Israel
ideada e ideal. A la luz de este resultado final, se forma el relato de la conquista
israelita.
Según el libro de Josué, esta conquista habría sido llevada a cabo por el
conjunto de las tribus, a partir del territorio de Moab, después del paso del Jordán y
la toma de Jericó. La conquista se habría hecho en dos etapas. Después de una
gran batalla en la región de Gabaón se apoderaron del sur, y después de otra gran
batalla junto a las aguas de Merom, se apoderaron del Norte, y procedieron al
reparto del país entre las tribus.
Los sucesos se presentan de una forma tan esquemática, y tan recortada que
no nos es posible averiguar qué es lo que sucedió en realidad. Al mismo tiempo hay
duplicados de algunas acciones guerreras de Josué y sus conquistas de ciudades
y territorios. En el libro de los Jueces esos mismos episodios se atribuyen a otras
personas de un tiempo posterior, lo cual nos deja en duda sobre la naturaleza
histórica del libro de Josué.
¿No es extraño que los israelitas no se asentasen en las áreas fértiles de las
ciudades destruidas, sino que se contentasen con el país montañoso
topográficamente más difícil? Para las ciudades destruidas en el siglo XIII habrá que
buscar otros agresores en otra parte y no entre unas oscuras tribus del desierto que
en cualquier caso no se asentaron allí.
Tiene su origen en Alt (1925) y más tarde Noth y Aharoni. A partir de sus estudios
sobre el hexateuco propugnan la infiltración pacífica de grupos de pastores en las
regiones poco pobladas de Canaán. Primeramente en la montaña central, después
en la montaña galilea bastante inhóspita y poco poblada. Esta visión está más de
acuerdo con lo que se nos cuenta en Josué 15 y en Jueces 1. Se trata de un largo
proceso, que comenzaría con la trashumancia, y el rozo de los bosques. La
conquista de las ciudades cananeas habría tenido lugar en un estadio mucho más
tardío de este proceso.
c. La escuela sociológica
De haberse dado flujos migratorios más bien se habrían dado desde las tierras
cultivadas hacia el desierto y no desde el desierto a las tierras cultivadas.
Esta teoría tuvo una duración muy corta. Las supuestas innovaciones técnicas
ya se conocían en la Edad del Bronce. Además es obvio que los que se asentaron
en las montañas procedían de un medio pastoril y no agrícola.
Esta tesis rechaza todo supuesto de que los israelitas vinieran de fuera de
Canaán, Según Lemche, por ejemplo, habría que identificarlos con los hapiru,
proletariado refugiado de otras partes de Canaán. Para Lemche lo que caracteriza
a los israelitas con relación a los cananeos es su religión. Lo israelitas son cananeos
yahvizados, que se sienten diferentes del resto de la población.
Los combates con los sedentarios de las grandes ciudades fueron más
defensivos que ofensivos. El libro de los Jueces no refleja una conquista efectuada
en una sola generación, sino una ocupación mucho más larga, que sólo se
completará en la época de la monarquía.
En cuanto a la Galilea, parece que fue colonizada por tribus que no estuvieron
nunca en Egipto. Son las tribus de Aser en la llanura de Akko, bajo control cananeo.
Las tribus de Neftalí en la Alta Galilea, y las de Isacar y Zabulón en las colinas de la
Baja Galilea. El caso de Isacar, "el asno robusto", cuyo nombre quiere decir
"asalariado" nos muestra que eran portadores de fardos, y fueron reclutados en las
levas al servicio de la ciudades cananeas importantes de la llanura de Esdrelón.
Estas tribus se federaron con los recién llegados y aceptaron el Yahvismo. Es sólo
entonces cuando pudieron sacudirse el yugo opresor de la ciudad de Jasor. Pero
esto no quiere decir que se apoderaran de todas las demás ciudades.
Las tradiciones que cada tribu tenía sobre sus orígenes y su establecimiento en
el país de Canaán han sufrido transformaciones para adaptarse a situaciones
nuevas , sobre todo a la constitución de un estado unitario entre todos estos clanes
que sin duda han tenido una pasado diverso. Para darse una identidad común, es
necesario reforzar los orígenes comunes, y dotarse de antepasados comunes y de
historias convergentes.
Estos son los verbos que podemos utilizar para describir lo que los autores han
ido haciendo con sus fuentes y tradiciones.
b.- Conectar o establecer puentes: Los antepasados de las diversas tribus que
se federaron, idearon un sistema de relación de parentesco para reforzar sus lazos
y su sentido de pertenencia mutua. Cada tribu tenía sus tradiciones acerca de los
antepasados. Quizás Abrahán, Isaac, Jacob, Israel, Edom... son antepasados de
tribus diversas. Más tarde cuando estas tribus se federaron, experimentaron la
necesidad de establecer entre ellas una relación de parentesco mediante un árbol
genealógico ficticio. Aunque este árbol sea ficticio, no hay que negar que todas
estas tribus pertenecen a una misma raza y a una misma cultura
En este árbol podemos distinguir dos tipos de relación familiar, la línea directa
y la colateral. En la línea directa encontramos los antepasados de las doce tribus
confederadas. En una secuencia lineal: Abrahán, Isaac, Jacob y sus doce hijos.
Forman cuatro generaciones.
Todos salieron de Egipto juntos 400 años después, liderados por Moisés.
Algunas tribus vinieron de Egipto, pero no con Moisés a través del desierto, sino
a lo largo de la costa mediterránea. Estos israelitas se establecieron directamente
en el sur, en los territorios de Judá. Ya estaban establecidos cuando el grupo de
Moisés y Josué entró en el país. La tribu de Simeón y la de Leví, así como la de
Rubén, estaban ya en proceso de disolución. Se dejaron asimilar a los recién
llegados. Corresponden a la primera serie de los hijos de Lía.
Estos recién llegados fueron el núcleo en torno al cual se reagruparon las otras
tribus. Fueron como el catalizador que hizo posible ese precipitado que hoy
llamamos Israel. La tribus se reagrupan en trono al arca y allí es donde conciencian
su unidad.
Quizás esto refleje la importancia que tuvieron las tribus de la casa de José
(Manasés, Efraín y Benjamín) al tiempo del asentamiento, la conquista y la
federación tribal, antes de que la realeza de David desplazase hacia el sur el centro
de gravedad, a la tribu de Judá.
e.- Magnificar: Según las leyes de la poesía épica, siempre aparece en las
tradiciones la tendencia a magnificar los recuerdos de pasado. Esto puede aplicarse
a relatos tales como el cruce del Mar Rojo, o los milagros del desierto. Pero tampoco
podemos exagerar demasiado esta tendencia. En los relatos patriarcales hay muy
pocos elementos fantásticos o legendarios. Los patriarcas llevan una vida muy
simple, sin los rasgos característicos de los relatos épicos.
Algunos historiadores minimalistas han defendido que los textos bíblicos son
todos ellos postexílicos y que por tanto no son fiables a la hora de intentar historiar
los períodos del Hierro I que eran ya muy distantes para ellos. Sin embargo hay que
resaltar que en los textos bíblicos hay evidencia de fuentes que reflejan un tipo de
vida muy primitivo y arcaico, costumbres y fiestas que se remontan a los años de
desierto, o los tiempos en que la sociedad israelita sedentaria se regía por usos muy
anteriores a los de la época monárquica más institucionalizada. En estos relatos es
posible descubrir ecos de tradiciones antiquísimas, aunque dichas tradiciones
hayan experimentado todo el proceso que hemos descrito mediante el uso de los
cinco verbos simplificar, conectar, secuenciar, legitimar y magnificar.
Parece que las tribus eran independientes unas de otras, y no había gobierno
central, ni capital, ni ejército profesional, ni burocracia. Diversas tribus podían
colaborar de forma esporádica cuando había un peligro que reclamaba una acción
común. En el momento de la crisis aparecía un líder carismático que convocaba a
todos para la campaña contra el opresor y juntaba a estas tropas improvisadas. Es
Con estos jueces carismáticos, cuya función eventual era salvar al pueblo en
los momentos de crisis, parece que había también otros jueces, en el sentido actual
de la palabra, que declaraban el derecho en vigor en la tradición de Israel. Se trata
de una institución duradera cuya función era vitalicia (Jc 10,2ss).
En cualquier caso hay entre las tribus lazos de pertenencia invisible. Raza,
lengua, religión, orígenes comunes... Noth detectó una estructura semejante a la de
las ciudades-estado de la Grecia clásica, la liga de los pueblos griegos en Delfos.
Dicha estructura recibe el nombre de anfictionía. Hoy día no se usa más esta
nomenclatura anfictiónica de Noth, porque actualmente no se ve el régimen tribal
como una verdadera estructura de estado, sino más bien como un conglomerado
disperso de tribus afines que aún no han establecido un estatus político común.
Cada tribu tenía sus antepasados, y cada antepasado tenía su "dios", el dios
del padre. Cuando se hace un cuadro sinóptico o árbol genealógico estableciendo
un parentesco compartido, se confunde la diversidad de los distintos dioses en uno
solo. Después de la llegada de las tribus del desierto, se identifica a YHWH con
todos los "dioses del padre" de las distintas tribus. En la zarza ardiente YHWH se
3.- La sedentarización
Hay que adaptar todas las antiguas costumbres y tradiciones a las nuevas
circunstancias. La legislación debe adaptarse a los nuevos problemas que plantea
una vida agrícola y sedentaria. Esta legislación nueva está recogida en el Código
de la Alianza (Ex 20,22 - 23,33) que responde a la situación social y cultural de la
época de los Jueces. Los israelitas van a vivir rodeados de los cananeos que tienen
una cultura superior y tendrán la tendencia a imitar sus costumbres. En este tiempo
adoptan la lengua y la escritura del país, y también todo lo relacionado con la vida
agrícola.
En esta época comienza también la vida urbana. Los israelitas van a ocupar
algunas de las ciudades cananeas, y a fundar ellos nuevas villas. Las excavaciones
arqueológicas nos muestran estos establecimientos que no tienen gruesas
murallas.
La ciencia de las religiones comparadas nos dice que siempre que un pueblo
se sedentariza cambia de religión. La religión es un epifenómeno que responde a
intereses sociales y económicos de los pueblos. La circunstancia que va a polarizar