Folleto Adviento-Navidad 2019 - Guiados Por El Espíritu
Folleto Adviento-Navidad 2019 - Guiados Por El Espíritu
Folleto Adviento-Navidad 2019 - Guiados Por El Espíritu
[email protected] @Cnpjrd
Colaboración:
R.P. Miguel Ángel Amarante, Director Nacional de Pastoral Juvenil.
Karynn Angelys Ramos, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de la Pastoral Juvenil
Glenny Leydy Caba Peña, Movimiento Cursillos de Cristiandad, Diócesis de San Francisco de
Macorís
Oneiry Tomás García Lantigua, Miembro del EPAJ, Arquidiócesis de Santiago
Fátima Chabely Rodríguez Mercado, Pastoral Juvenil, Diócesis Mao- Montecristi
Fátima Escanio Javier, Pastoral Universitaria UCSD, Arquidiócesis de Santo Domingo
Juliana Paulino Frías, Hermandad de Emaús, Diócesis de San Francisco de Macorís
Kris Marie Manzueta, Arq. De SD, Pastoral Universitaria UCSD.
Marleshka Coromoto Maradei Torrealba, Joven Nacional Movimiento Escoge República
Dominicana
Martharis Rivas, Asesora del Programa Nacional “A Ritmo de Misión” de la CNPJRD
José Mezquita, Coordinador del Programa Nacional “A Ritmo de Misión” de la CNPJRD
Carlos W. Mercedes, Coordinador del Equipo Nacional de Formación de la CNPJRD
Línea Gráfica diseñada por Glenny L. Caba y el Programa Nacional de “Jóvenes en Redes”
Navidad Juvenil 2019
ADVIENTO
“Tiempo de espera en el Señor”
TEMA 1: NO TEMAS .................................................................................................................................... 2
NAVIDAD
“Celebración del nacimiento de Cristo, luz del mundo (Jn 8, 12)”
TEMA 5: TRAS LAS HUELLAS DE JESÚS, ATRÉVETE A SEGUIRLAS (Mateo 4,19) ......................................... 13
PRESENTACIÓN
¡Queridos líderes!
Ya estamos en la recta final de este año litúrgico. Los tiempos litúrgicos son continuos; es decir,
cerramos uno y al cerrar ese, damos paso a una nueva etapa de vivir y celebrar nuestra vida de
cristianos discípulos y misioneros comprometidos con la construcción de la Civilización del Amor.
Para vivir este nuevo ciclo que empieza con el Adviento, ponemos en tus manos el material que te
ayudará a vivir más plenamente este acontecimiento de preparación y espera, y el nacimiento del
Mesías. La guía de este año o folleto de Adviento-Navidad, como comúnmente lo conocemos, lleva
por título: “Guiados por el Espíritu” el mismo título deja entrever cuál es la finalidad de este material:
Que guiados por el Espíritu nos dejemos interpelar por Dios hecho hombre para nuestra salvación y
que su Espíritu nos dé la fuerza para poder seguir siendo sus testigos en medio del mundo, a pesar
de las dificultades que como jóvenes podamos encontrar en nuestro caminar.
El material de este año contiene dos bloques: El tiempo de Adviento y el tiempo de Navidad. Cada
uno de estos tiene cuatro temas para trabajarlos cada semana con nuestros grupos juveniles.
El bloque del Adviento propone los siguientes temas:
1. No temas: Nos invita a vivir sin temor, que a pesar de nuestras inseguridades y dificultades
no temamos ya que nuestra fe está apoyada en Dios Padre misericordioso y él nunca nos
falla.
2. Nivela tus senderos: Enderezar nuestros senderos y encaminarnos al encuentro de Aquel
que quiso hacerse hombre por nosotros.
3. ¿De dónde viene mi alegría?: Tratamos acá el tema del valor del “ser” sobre el “tener”. Allí
donde está tu tesoro, está tu felicidad.
4. María, joven que nunca se rindió: En este tema vemos la figura de María, joven de su
tiempo, que supo afrontar las dificultades con entereza y valentía gracias a su fe.
1. Tras las huellas de Jesús, atrévete a seguirlas, acá te invitamos a reflexionar acerca de la
gracia que nos brinda seguir el ejemplo de Jesús desde cada una de nuestras realidades.
2. La familia de Nazaret. Hoy día en que el modelo ideal de familia está tan infravalorado por la
sociedad y que incluso nos proponen otros modelos de familias contrarios a nuestra fe
cristiana, este tema nos invita a valorar ese bien y resaltar la importancia que tiene la familia
de Nazaret (Padre, Madre, hijos) en el desarrollo de nuestra fe y en el crecimiento de jóvenes
sanos afectiva y espiritualmente.
3. La Palabra de hizo carne y habitó entre nosotros, este tema nos ayuda a reflexionar acerca
de una pregunta vital para cualquier joven creyente: ¿Qué significa para ti, joven de hoy, el
nacimiento de Jesús? ¿Cuáles implicaciones tiene este acontecimiento en tu vida?
4. El último tema de este bloque es Jóvenes santos y alegres, la invitación que nos hace Jesús
de ser santos como yo soy santo (1 Pe 1,15-16) es también para nosotros los jóvenes. Sí, los
jóvenes estamos llamados a la santidad y de hecho, en nuestra historia aparecen santos
jóvenes que nos sirven de modelo y nos dicen que la santidad es una meta que también es
alcanzable por los jóvenes.
Cerramos este folleto con un tema que, aunque no es propio de este tiempo, nos ayuda a
adentrarnos en esa sacudida de toda la iglesia dominicana que pretende ir en busca de los alejados
y reavivar el espíritu misionero de la iglesia; la Misión Bíblica Católica, una iniciativa a la cual
debemos sumarnos los jóvenes y participar activamente. En este tema te presentamos algunas
pinceladas sobre esta acción de la iglesia y cómo podemos celebrar dicha misión entre los jóvenes.
La metodología utilizada para cada uno de los temas es muy práctica, lo que hace más atractivos los
temas y la dinámica a seguir para el desarrollo de los mismos.
Que el Espíritu nos guíe y nos ayude a vivir plenamente este tiempo de preparación y espera y que
nos vivir el gozo de contemplar al Emmanuel, Dios con nosotros.
¡FELIZ NAVIDAD!
ADVIENTO
“Tiempo de espera en el Señor”
El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y
termina el 24 de diciembre. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad
con la Navidad y la Epifanía.
El término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida, llegada. El color usado en la
liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado.
El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.
► La primera semana de adviento está centrada en la venida del Señor al final de los tiempos.
La liturgia nos invita a estar en vela, manteniendo una especial actitud de conversión. A vivir
la esperanza.
► La segunda semana nos invita, por medio de Juan el Bautista a «preparar los caminos del
Señor»; esto es, a mantener una actitud de permanente conversión. Jesús sigue
llamándonos, pues la conversión es un camino que se recorre durante toda la vida. A
ponernos en el camino de la fe y la conversión.
► La tercera semana preanuncia ya la alegría mesiánica, pues ya está cada vez más cerca el
día de la venida del Señor. Debemos estar alegres.
► La cuarta semana ya nos habla del advenimiento del Hijo de Dios al mundo. María es figura,
central, y su espera es modelo estímulo de nuestra espera. Nos invita a proclamar la palabra
y a vivir paz.
TEMA 1: NO TEMAS
► Sentido del tema.
► Ambientación.
Se harán pajaritos descansando en árboles y peces en el agua, recordando más tarde que, así como
Dios les da a ellos todo lo que necesitan, nos lo dará también a nosotros.
► Bienvenida.
Los jóvenes serán recibidos con un papel para cada uno que dirá “No Temas” y la cita de algunos de
los textos bíblicos en donde está esta frase, con la canción de Celinés Díaz, “No temas”. (Si es
posible se pondrá el video con letras para que vayan cantando). Canción No temas – Celinés Díaz.
https://www.youtube.com/watch?v=XLM5-u37t7s
► Oración inicial.
Señor hoy queremos darte gracias por traernos hasta aquí para comenzar a adentrarnos al tiempo
de Adviento. Gracias por todos los hermanos aquí presentes y por lo que hoy te traemos en oración,
nuestros corazones y todas sus intenciones.
Hoy nos acercamos a ti llenos de Esperanza, confiados en que en esta Navidad nacerás en nuestros
corazones y vendrás a nuestras vidas a hacerlo todo diferente.
Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al
encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para
esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos
nos adormecen.
Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la
alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
► Reflexión.
Y el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.” Lucas 1,30
Pero mientras pensaba en esto, se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciéndole: “José, hijo
de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del
Espíritu Santo.” Mateo 1,20
Entre muchas otras palabras, el ángel dijo a María y a José: “no temas”. ¿Por qué habría sido esto?
Quizá era de esperarse que se llenaran de miedo ante la gran sorpresa que fue para ellos la
voluntad de Dios. Y antes de continuar, de seguir avanzando, sus corazones necesitaban escuchar
eso… NO TEMAS. Quizá el nuestro también necesita escucharlo, creerlo, vivirlo. No un día sino DÍA
TRAS DÍA, durante toda la vida.
María, como otros personajes de las Sagradas Escrituras, tiembla ante el misterio de la llamada de
Dios, que en un instante la sitúa ante la inmensidad de su propio designio y le hace sentir toda su
pequeñez, como una humilde criatura. El ángel, leyendo en lo más profundo de su corazón, le dice:
«¡No temas!». Dios también lee en nuestro corazón. Él conoce todos nuestros miedos, inseguridades
y angustias. ¿Y nosotros? ¿Los conocemos? A veces vamos tan rápido en la vida que ni siquiera nos
hacemos conscientes de nuestros temores y de las cosas que nos impiden avanzar o caminar hacia
lo que Dios ha soñado para nosotros.
Hoy podemos mirar dentro de nosotros y dar un nombre a nuestros miedos, esto nos ayudará a
pedir a Dios que nos aumente la fe y que nos ayude a no tener miedo y confiar plenamente en Él.
Para los cristianos, en concreto, el miedo nunca debe tener la última palabra, sino que nos da la
ocasión para realizar un acto de fe en Dios… y también en la vida.
El motivo principal por el que María no debe temer es porque ha encontrado gracia ante Dios. La
palabra «gracia» nos habla de amor gratuito e inmerecido. Cuánto nos anima saber que no tenemos
que conseguir la cercanía y la ayuda de Dios presentando por adelantado un «currículum de
excelencia», lleno de méritos y de éxitos. El ángel dice a María que ya ha encontrado gracia ante
Dios, no que la conseguirá en el futuro. Y la misma formulación de las palabras del ángel nos da a
entender que la gracia divina es continua, no algo pasajero o momentáneo, y por esto nunca faltará.
También en el futuro seremos sostenidos siempre por la gracia de Dios, sobre todo en los momentos
de prueba y de oscuridad.
Las palabras del ángel a María nos hablan también a nosotros, a nuestros miedos, para disolverlos.
Cada uno de nosotros es una historia amada por Dios. El haber «encontrado gracia ante Dios»
significa que el Creador aprecia la belleza única de nuestro ser y tiene un designio extraordinario
para nuestra vida. Ser conscientes de esto hace que vivamos nuestras vidas de forma distinta,
poniendo siempre la mirada en Jesús, en quien nacen y renacen la alegría y la esperanza. La fuerza
para tener valor en el presente nos viene de la convicción de que la gracia de Dios está con
nosotros.
Hay una experiencia sobre el “no temer” que es importante mencionar: los discípulos… ellos tenían
miedo, después de la crucifixión y muerte del Señor, y se encierran para no ser descubiertos. Y ante
el temor de la persecución externa, se les aparece el Señor y calma sus miedos, con un: paz a
vosotros. Paz que es la actitud interior contraria al miedo. Y este desearles la paz, es un anuncio en
sí, del envío del Espíritu Santo, pues la paz es fruto del Espíritu, y solo puede ser adquirida por una
infusión de este mismo Espíritu. Quizás nosotros nos parecemos a los apóstoles, nos escondemos y
tenemos miedo. Jesús se manifiesta hoy deseando esa misma paz, para cada uno de nosotros.
La obra que el Espíritu Santo de Dios quiere hacer en estos tiempos tan difíciles es quitarnos el
miedo, darnos valentía, paz y seguridad en que a pesar de que las circunstancias actuales nos
hablan de sufrimientos, dificultades y luchas, Dios está en medio de nosotros, actuando,
defendiendo, guiando, ocupándonos con los medios, dones y gracias necesarias para librar la
batalla y ser fieles en la cruz y tribulación. Para que Jesús viniera al mundo se necesitaron dos
elementos: una virgen madre y el poder del Espíritu Santo. No nos cansemos de pedir el poder del
Espíritu Santo para que Jesús se siga haciendo presente entre nosotros en la Eucaristía y en el
rostro de nuestros hermanos y de nosotros mismos.
► Desarrollo del tema.
Se harán grupos de 4 o 5 personas para compartir las siguientes preguntas y/o profundizar en los
textos bíblicos.
La Biblia no niega el sentimiento humano del miedo ni sus muchas causas. Abraham tuvo miedo (cf.
Gn 12,10s.), Jacob tuvo miedo (cf. Gn 31,31; 32,8), y también Moisés (cf. Ex 2,14; 17,4), Pedro (cf.
Mt 26,69ss.) y los Apóstoles (cf. Mc 4,38-40, Mt 26,56). Jesús mismo, aunque en un nivel
incomparable, experimentó el temor y la angustia (Mt 26,37, Lc 22,44).
«¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?» (Mc 4,40). Este reproche de Jesús a sus discípulos nos
permite comprender cómo el obstáculo para la fe no es con frecuencia la incredulidad sino el miedo.
Hoy, en mi situación concreta: ¿Qué es lo que me angustia? ¿Qué es lo que más temo? ¿Qué es lo
que me bloquea y me impide avanzar? ¿Por qué no tengo el valor para tomar las decisiones
importantes que debo tomar? ¿Me da miedo no ser amado o aceptado por las personas? ¿Me da
miedo lo que Dios pudiera pedirme? ¿Seré capaz de perseverar toda mi vida?
No tengas miedo de mirar con sinceridad tus miedos, reconocerlos con realismo y afrontarlos.
Deuteronomio 31:8 Salmos 34:4
Isaías 41:10 Josué 1:9
Salmos 56:3 Mateo 10:29-31
Salmos 27:1 1 Pedro 5:7
► Compromiso.
No descuidar mi vida de oración durante todo este adviento ni durante toda mi vida. Conversar con
Dios sobre mis miedos e inseguridades y pedirle que mi fe sea siempre más grande y que Su
Espíritu Santo cambie mi miedo en paz, confianza y seguridad.
► Oración final.
Te damos gracias, Señor, porque hoy nos dijiste al corazón que no tengamos miedo. No hay a quien
temer si sabemos que Tú estás siempre con nosotros, que podemos descansar en ti, escondernos
en ti, vivir en tu presencia por siempre. Tu amor nos abraza, nos acoge y nos ayuda a seguir
caminando aun cuando no entendemos nada. Danos la fe, la confianza plena, de caminar siempre
junto a ti, de no tener miedo sino Fe.
► Fuentes consultadas.
https://www.padresam.com/oracion-encender-las-velas-la-corona-adviento/
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/youth/documents/papa-
francesco_20180211_messaggio-giovani_2018.html
https://www.corazones.org/default.htg/quienes_sctjm/mother_adela/no_tengan_miedo_les
_dado_mi_espiritu.htm
► Ambientación.
Se necesitarán hojas de papel de colores, marcadores, tijeras y cinta pegante. Las sillas se colocarán
en círculo. Se llevarán una bocina y una computadora o celular donde colocar música.
► Bienvenida.
Se invitará a los jóvenes a sentarse en un semicírculo y se les pedirá que escriban, en las hojas de
papel que le serán entregadas, todas aquellas situaciones que consideran que deben dejar detrás
para seguir el camino de Cristo y nivelar sus senderos, con el propósito de que al finalizar la
reflexión las coloquen alrededor de la cartulina.
► Oración inicial.
Salmo 24
R/. A ti, Señor, levanto mi alma
Señor, que seas tú quien ilumine nuestros corazones para poder seguirte confiados en tu Divina
Misericordia. Amén.
► Reflexión.
Preparar el camino y enderezar los senderos significa que el Evangelio y el deseo de construir el
Reino de Dios dirijan nuestra vida personal, familiar, social, académica, laboral, eclesial y apostólica.
Que todos esos «senderos» de nuestra vida estén conducidos por Cristo. También quiere decir
caminar junto a Dios, darnos cuenta cómo él va con nosotros. Es saber interpretar las situaciones de
la vida cotidiana con una mirada de fe. Tenerlo presente. Implica que cada decisión que tomemos,
ya sea pequeña o grande, esté inspirada por el amor, la misericordia y la justicia.
Juan el Bautista en su predicación, mientras nos recuerda que la venida de Dios es siempre
inminente, nos invita también con energía a la penitencia que purifica el corazón lo vuelve capaz del
encuentro con Jesús que viene al mundo, lo abre a la esperanza y al amor universal.
En este tiempo de Adviento la Palabra nos recuerda que acoger al Señor, prepararle el camino,
implica además, esperanza, conversión, firmeza y confianza. Esperamos poder acoger a nuestro
Señor del mejor modo posible. Ansiamos que no encuentre obstáculos en el trayecto, que no existan
muros que lo frenen, de ahí la necesidad de convertirnos, cambiar de mentalidad, cambiar de
camino.
Aceptar el Evangelio es la condición para convertirse, este no es sólo un contenido de mensaje, sino
que es una Persona que te pide venir a tu vida. Aceptar el Evangelio significa abrir la puerta de la
propia vida a aquel que Juan ha definido como el más poderoso.
Como Juan, también hoy nosotros somos invitados a transformarnos en mensajeros de esta buena
noticia de Dios que, en la persona de Jesús, nos trae a todos alivio y esperanza. Hay que preparar el
camino, es el tiempo propicio para ello. El Señor viene.
Se invitará a los participantes a compartir las situaciones que escribieron al inicio del tema. El
facilitador deberá dar algunas palabras de aliento, en caso de que así lo requiera el momento, con el
propósito de que el joven entienda que no está solo y que son situaciones que pasan en la vida de
cada uno desde distintas realidades. Luego se les invitará a cerrar los ojos y escuchar la siguiente
canción:
► Compromiso.
Abrirme totalmente a la acción de Dios en mi vida. Alimentar la actitud de espera que debe
caracterizar la vida de todo cristiano.
¿Qué otros compromisos se pueden hacer? Invitar a ponerlos por escrito y dar oportunidad a quien
quiera libremente compartirlos.
► Oración final.
Señor Jesús, conducidos por la palabra fuerte y vigorosa de Juan el Bautista, tu precursor,
deseamos recibir tu bautismo de Espíritu y fuego. Tú sabes cuantos miedos, perezas espirituales e
hipocresía albergan nuestros corazones. Estamos convencidos que en tu bieldo quedaría de nuestra
vida poco grano y mucha paja, pronta para el fuego inextinguible. Te decimos desde lo más profundo
del corazón: Ven a nosotros en la humildad de tu encarnación, de tu humanidad cargada de
nuestros límites y pecados y danos el bautismo de la inmersión en el abismo de tu humildad.
Concédenos estar inmersos en aquellas aguas del Jordán que fluyen de tu divino costado
atravesado en la cruz y haz que te reconozcamos verdadero Hijo de Dios, verdadero Salvador
nuestro. En este adviento llévanos al desierto del expolio, de la conversión, de la soledad, de la
penitencia para experimentar el amor del tiempo primaveral. Que tu voz no quede en el desierto,
sino que resuene en nuestro corazón de modo que toda nuestra vida, inmersa – bautizada en tu
Presencia pueda convertirse en novedad de amor. Amén. (Carmelo, 2017)
► Ambientación
Se pondrán a mano hojas de papel de colores, lápices, marcadores, colores, tijeras, pegamento. Las
sillas se colocarán en círculo. Se llevarán una bocina y una computadora o celular donde colocar
música.
► Bienvenida
Luego de invitar a todos a pasar a dentro del círculo, se les invitara a que, en una hoja de papel,
escriban un listado de 10 cosas que te traen alegría. Luego de que terminen de
escribir, escucharan la canción ¨Lo que tengo es Cristo¨ de Martin Valverde, que se puede
encontrar en el link: https://www.youtube.com/watch?v=nu9T0HA5IXs
.
► Oración inicial
Salmo 16
1 Mictán de David.
Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
2 Yo digo al Señor:
«Señor, tú eres mi bien,
no hay nada superior a ti».
► Reflexión
¿Cuántas veces no hemos estado tristes y nuestra primera reacción es salir a comprarnos alguna
vestimenta o, incluso, irnos a algún lugar nocturno para tomar algunos (o muchos) tragos?
Usualmente luego de que realizamos esa actividad nos invade una sensación placentera, que nos
llena, pero, ¿nos hemos dado cuenta que esa “Alegría” es momentánea?
Las cosas que el mundo nos ofrece suelen satisfacer nuestro cuerpo y cerebro momentáneamente,
pero luego de esa sensación inicial de bienestar pasamos nuevamente a sentirnos vacíos. Todas son
cosas pasajeras.
Ahora piensa, cuando estas en las cosas de Dios, esa sensación, ¿es momentánea o permanece?
La alegría es la representación externa de un gozo interno y Dios nos da ese gozo interno. Cuando
nuestra alegría viene del Señor se refleja en todo nuestro ser, sonreímos sin querer y vivimos con un
resplandor interno que todos los que están a nuestro alrededor lo notan, pues dice la Biblia “Miren
hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán” (Salmo 34, 6).
Las cosas de Dios nos deleitan y nos dejan con un “gustico” por ellas ya que realmente nos hace
felices. Entre más gustemos de las cosas de Dios, nuestra alegría será más completa.
Como jóvenes estamos tentados a poner nuestra alegría en las cosas que nos ofrece el mundo y a
veces puede ser difícil encontrar un equilibrio perfecto entre ESTAR en el mundo y no dejarnos llevar
por la ola de PERTENECER al mundo, pero si logramos, como dice San Ignacio de Loyola: “Buscar y
hallar a Dios en todas las cosas” veremos que al final, toda mi alegría, viene del Señor.
Se les pedirá que dividan el listado que escribieron al comenzar entre cosas del mundo y cosas de
Dios y luego pasarán a pegar sus alegrías en las cartulinas según su origen. Las alegrías que vienen
del mundo serán pegadas en las cartulinas que tienen el mundo y, las cosas de Dios, serán pegadas
en la cartulina que tiene la cruz. Al final verán de dónde viene la alegría del grupo, de Dios o del
Mundo.
Después de culminar la actividad se les pedirá que en grupos de tres reflexionen las siguientes
preguntas:
¿Dónde están la mayoría de las cosas que me traen alegrías? ¿En Dios? O ¿En el
Mundo?
¿Cómo me hace sentir que la mayoría de mis alegrías están puestas en las cosas del
mundo? O ¿Cómo me hace sentir que la mayoría de las cosas vienen de Dios?
¿Qué estoy dispuesto a hacer para poner mi alegría en las cosas de Dios y no en las
cosas del mundo?
► Compromiso
Me comprometo a buscar más de las cosas de Dios que me proporcionen una alegría verdadera y
completa. Y de hacer más de las cosas de Dios que hago en este momento que me traen alegría.
► Oración final
► Fuentes consultadas.
https://lucesparaelcamino.wordpress.com/oraciones-a-jesus/dame-senor-el-don-de-la-
alegria/
Reflexionar acerca de los retos que tuvo María, siendo joven, para
mantener el Sí definitivo, sin titubear, poniendo en peligro su
propia vida por amor a Dios.
► Ambientación.
► Bienvenida.
Después de dar la bienvenida a los jóvenes, se les pedirá que miren las preguntas que están a su
alrededor, acerca de María. Luego, se les pedirá que se acerquen a la cesta y tomen tantos recortes
de hojas como preguntas estén colgadas a la pared, instándoles a que se expresen y peguen sus
respuestas debajo de cada pregunta.
Cuando finalicen y ocupen sus asientos, se reproducirá la canción "María es esa Mujer" Coro Llama de
Fe, que puede encontrarse en el link siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=xAhdDhHJ3yA
► Oración inicial.
Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito,
concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los
cielos.
Enséñanos Señor a ver a tu madre con amor, a entender que su Sí, fue un sí eterno a tu fidelidad,
llena de fortaleza nuestro corazón para que al igual que el de ella siempre se mantenga firme en el
amor a ti, ante todas las situaciones y retos que como jóvenes nos presenta la sociedad.
Reina dignísima del mundo, María Virgen perpetua, intercede por nuestra paz y salud, tú que
engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
► Reflexión.
Al escuchar las lecturas y evangelios en los que aparece María, por su manera de responder, siempre
asumimos que María era una mujer adulta, sabia, que tenía mucha experiencia en todos los temas y
que quizás tuvo todo resuelto, pues es la madre del Salvador. Sin embargo, no nos permitimos verla
como realmente era, una mujer joven y virgen que al decirle SÍ a la voluntad de Dios, desafió todas las
leyes instituidas en la sociedad en que vivían en aquel entonces.
Vamos a imaginarnos que hacemos un viaje virtual a Nazaret, para conocer mejor los
condicionamientos que pudo tener María en su vida diaria: como mujer sencilla de Nazaret y como
madre que vivió su maternidad en condiciones muy difíciles.
Vamos a observar, con lo sentidos bien abiertos, cómo vivió María en un contexto histórico, político,
económico, social y religioso muy difícil, mucho más de lo que solemos creer, porque se ha idealizado
la vida en Nazaret. Vamos a intentar comprender sus dificultades, sus sentimientos y la hondura de
su fe.
María, como la gente de su tiempo, esperaba la llegada del Mesías, sería anunciado por unas señales
prodigiosas que ocurrirían en el cielo (Mt 16, 1-4), nacería en Judea y liberaría al pueblo de su
opresión. Pero esas señales no llegaron. Ella tuvo que aprender a “leer y comprender” unos signos
nuevos, inesperados.
Las leyes judías que estaban vigentes en su época, y los comentarios a esas leyes, nos ofrecen unos
datos muy valiosos para comprender hasta qué punto María tuvo que vivir sometida a las leyes y a las
costumbres de su tiempo. Tuvo que dar un gran paso: sintiendo sobre ella el peso de la ley judía,
acogió y vivió la Buena Noticia que predicaba su hijo. María tuvo que pasar de “lo viejo” a “lo nuevo”,
y no pudo poner remiendos, como en una tela vieja. Vivió al soplo del Espíritu, en una sociedad que
vivía bajo el peso de una ley que, en muchos aspectos, era injusta.
En el tiempo de Jesús, la sociedad judía distinguía tres edades: la menor (qatannah, hasta la edad de
doce años y un día), la joven (na’arah, entre los doce y los doce años y medio), y la mayor (bôgeret,
después de los doce años y medio). Hasta esta última edad, el cabeza de la familia tenía toda la
potestad, a no ser que la joven estuviese ya prometida o separada. Según este código social las hijas
no tenían derecho a poseer absolutamente nada: ni el fruto de su trabajo ni lo que pudiese encontrar,
por ejemplo, en la calle. Todo era del padre. La hija, hasta los doce años y medio, no podía rechazar
un matrimonio impuesto por el padre. Los esponsales solían celebrarse muy temprano. Al año de ser
mayor, la hija celebraba la boda, pasando entonces de la potestad del padre a la del marido.
Partiendo de esa información podemos asumir lo joven que era María cuando recibió el anuncio del
ángel. “María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró
encinta por obra del Espíritu Santo… Y el ángel le dice a José: “José, hijo de David, no temas tomar
contigo [no temas tomarla como esposa y llevarla a vivir a tu casa, n.d.r] a María tu mujer porque lo
engendrado en ella es del Espíritu Santo” (Mt 1,18-20).
Y aun con aquella corta edad y sabiendo todo lo que le supondría estar embarazada del Mesías,
“María dijo: He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra… Engrandece mi
alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva;
pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho
María era una mujer humilde, con mucha disposición para el servicio; llena de fe y piedad; con una
gran capacidad para guardar secretos; y una fidelidad entrañable. Sin embargo, a partir de su SI, todo
su caminar estuvo lleno de retos por superar, y con un corazón lleno de amor y del Espíritu Santo,
mostró la valentía necesaria para asumir con entereza la gracia que Dios le había confiado.
En este sentido, María fue una mujer valiente y decidida, que en la Anunciación se embarcó en una
misión que ponía en riesgo su vida. Una joven alegre que en el Magníficat demostró su compromiso
con la justicia social y cantó a un Dios con preferencia clara por los pobres: “Él hace proezas con su
brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los
humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos” (Cántico de la Virgen
María, «Magníficat» (Lc 1,46-55))
Una mujer fuerte y resiliente, que dio a luz en un pesebre, después de durar varios días andando en el
desierto, bajo el sol, con sed, y, pocos días después, huyó a otro país para que no mataran a su hijo.
Como tantas madres que hoy huyen con sus hijos de conflictos armados, de realidades dominadas
por la violencia y la falta de derechos. No olvidemos que María fue una de ellas.
Una mujer influyente y con determinación, que hizo que Jesús adelantara el inicio de su ministerio
público, al convertir el agua en vino en la boda de Caná (Juan 2) y que cuando habló, no dudó en usar
el imperativo: “Haced lo que Él os diga” (Juan 2, 5).
Ella cumplió su misión hasta el final, acompañando a su hijo mientras lo sentenciaban, lo torturaban y
lo crucificaban, apoyada en otras mujeres y en el joven Juan. Todos los hombres habían huido. En el
momento de temor y confusión María inspiró fortaleza, tranquilidad y confianza.
María fue un ejemplo y modelo de mujer fuerte, valiente, decidida, resiliente y determinada, además
de una madre amante, cariñosa, paciente, acogedora y llena de bondad y piedad. María no solo fue
madre, también fue mujer, joven, con identidad propia, con su propio carácter, con sus circunstancias
particulares, una mujer real, concreta, que descubrió su misión y se dedicó a ella todos los días de su
vida, afrontando el dolor y el miedo, con amor infinito, con confianza absoluta, con la mejor compañía
para el camino.
Se pedirá a los participantes que hagan una reflexión breve sobre María y digan sus opiniones acerca
de la vida que llevó. Luego de que se expresen, se les pedirá que se acerquen al mural en el que
habían escrito lo que conocían sobre ella al momento de la bienvenida y digan si su percepción o
punto de vista cambió.
► Compromiso.
Reconocer a María como madre del Salvador y madre nuestra, resaltando su espíritu joven y su
valentía, así como su amor, su fe y su bondad, llevando esta buena noticia a mis familiares y amigos.
► Oración final.
¡Oh María, Madre de Jesús nuestro Salvador y nuestra buena madre! Nosotros venimos a ofrecerte
nuestros corazones deseosos de agradecerte y a solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo
servicio.
Guíanos para encontrarnos con tu Divino Hijo quien, en vista de sus méritos y a nombre de su Santa
Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud. Que haga surgir la luz de la Fe sobre
aquellos que no conocen la Paternal Providencia Dios. Y que así, podamos caminar como hermanos,
todos juntos, superando las exclusiones y las divisiones que tanto entristecen tu corazón.
Que tu amor de madre atraiga muchos corazones a la Iglesia, y que en fin, cada uno de nosotros se
transforme en un testimonio vivo de la auténtica caridad que tu hijo Jesús nos vino a enseñar.
Que tu presencia nos llene de alegría, y que en medio de los desafíos de esta vida, encienda con
fuego nuestros corazones, para ser instrumentos de tu amor en nuestros hogares, en nuestros
trabajos, y en el mundo entero. Amén.
► Fuentes consultadas.
https://buscandoajesus.files.wordpress.com/2012/07/mujer.pdf
https://www.mujeresyteologia.com/2013/05/acerc%C3%A1ndonos-a-mar%C3%ADa-
condicionamiento-pol%C3%ADtico.html
http://entreparentesis.org/maria-personal/
http://www.redschoenstatt.org/oracion-final-del-mes-de-maria/prontus_tv/2012-11-
07/004640.html
NAVIDAD
“Celebración del nacimiento de Cristo, luz del mundo (Jn 8, 12)”
En este tiempo los cristianos por medio del Adviento se preparan para recibir a Cristo,” Luz del
mundo" (Jn 8, 12) en sus almas, rectificando sus vidas y renovando el compromiso de seguirlo.
Durante el Tiempo de Navidad al igual que en el Triduo Pascual de la semana Santa celebramos la
redención del hombre gracias a la presencia y entrega de Dios; pero a diferencia del Triduo Pascual
en el que recordamos la pasión y muerte del Salvador, en la Navidad recordamos que Dios se hizo
hombre y habitó entre nosotros.
Así como el sol despeja las tinieblas durante el alba, la presencia de Cristo irrumpe en las tinieblas del
pecado, el mundo, el demonio y de la carne para mostrarnos el camino a seguir. Con su luz nos
muestra la verdad de nuestra existencia. Cristo mismo es la vida que renueva la naturaleza caída del
hombre y de la naturaleza. La Navidad celebra esa presencia renovadora de Cristo que viene a salvar
al mundo.
► Ambientación.
Estas huellas pueden dirigir a un lugar en el que se encuentre la figura de Jesús (en el pesebre) y
todos juntos frente al nacimiento realizan un momento de silencio.
► Bienvenida.
Se da la bienvenida a los jóvenes que se encuentran en el grupo, se les puede entregar citas
bíblicas sobre el llamado de Jesús al servicio. Se les pide que cierren los ojos y en silencio escuchen
la canción “Sin miedo” interpretada por Cristóbal Fones SJ. Al final cada uno puede comentar
brevemente lo que le inspiró a sentir esta canción.
► Oración Inicial.
Señor Jesús, te damos gracias porque nos amas y en tu inmenso amor nos llamas a servirte. Gracias
porque con tu llamada cambias el rumbo de nuestro camino y nos das la felicidad que da el
entregarse a los demás por ti. Tú que te has fijado en nosotros danos la valentía para emprender el
camino de tu reino y anunciarlo a los demás. Amén.
► Reflexión.
La llamada de Jesús para servirle no es algo que está exclusivamente dirigido a las personas adultas
que ya tienen un camino de vida recorrido, al contrario, en la palabra de Dios encontramos muchos
ejemplos de jóvenes que han sido llamados para ser sus profetas y promover un cambio en sus
comunidades. El Papa Francisco nos menciona dos ejemplos específicos en la Exhortación
Apostólica Christus Vivit No. 8: “Samuel era un jovencito inseguro, pero el Señor se comunicaba con
él. Gracias al consejo de un adulto, abrió su corazón para escuchar el llamado de Dios: «Habla
Señor, que tu siervo escucha» (1 S 3,9-10). Por eso fue un gran profeta que intervino en momentos
importantes de su patria. El rey Saúl también era un joven cuando el Señor lo llamó a cumplir su
misión (cf. 1 S 9,2)” Esto nos demuestra que Dios ha llamado a lo largo de la historia a los jóvenes
para formar parte de su proyecto, y hoy sigue haciendo lo mismo, nos llama a ser discípulos que
testimonien su fe en los diferentes ambientes en los que nos desarrollamos, desde nuestro accionar
comunitario y social hasta los ambientes digitales.
Muchas veces puede surgir la pregunta sobre lo que se debe hacer para ser testigo del Evangelio, si
debemos salir de nuestras casas e irnos lejos o si podemos hacerlo desde lo que hacemos en el día
a día. En respuesta a estas preguntas la Exhortación Apostólica Christus Vivit No.177 nos detalla:
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El
Evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más
cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y
llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien
parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el
calor de su misericordia y de su amor”. Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio
misionero, allí donde nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio,
en el deporte, en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre
es bueno y oportuno compartir la alegría del Evangelio. Así es como el Señor se va
acercando a todos. Y a ustedes, jóvenes, los quiere como sus instrumentos para
derramar luz y esperanza, porque quiere contar con vuestra valentía, frescura y
entusiasmo.
Cada uno está llamado a ser sal y luz de la tierra en los ambientes en los que se desenvuelve, para
así impactar positivamente a los demás. La mejor forma de testimoniar a Jesús es vivir su palabra y
decir con nuestras acciones que ¡Jesús está vivo!
"El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras
de muerte una luz les ha amanecido. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos,
porque el Reino de los Cielos ha llegado.» Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos
hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran
pescadores, Y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.» Y ellos al instante,
dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de
Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y
los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. Recorría Jesús toda Galilea,
enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y
toda dolencia en el pueblo. Su fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban
mal con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó."
► Compromiso.
► Oración Final.
Mi buen Señor, dame la valentía suficiente para defenderte con mucha pasión. Quiero que los
demás te descubran bueno y misericordioso, pero también justo y generoso. Con tu ayuda podré
superar todos esos miedos que no me dejan avanzar. Muéveme con tu Santo Espíritu. Tú me
acompañas y me das valor para enfrentar todas esas circunstancias que ponen a temblar mis
rodillas. Me mantengo fiel a Ti, porque estoy seguro que no me vas a fallar. Toma mi vida Señor,
toma mi mente y mi corazón y hazme un fiel discípulo de tu amor. Amén.
► Fuentes consultadas:
https://www.pildorasdefe.net/aprender/fe/mision-oracion-discipulo-jesus-fe
Exhortación Apostólica Christus Vivit. http://es.catholic.net/op/articulos/72605/christus-
vivit.html#modal
https://www.bibliacatolica.com.br/es/la-biblia-de-jerusalen/mateo/4/
► Ambientación
► Bienvenida
Colocar canción de fondo y cantar en grupo la canción: Bendecid, oh Señor! mi familia, que puede
encontrarse en el link siguiente: https://www.youtube.com/watch?v=ZucjI8CZ6YU
► Oración Inicial
Señor bueno y misericordioso, a ti nos dirigimos en este día porque sabemos que tú nos escuchas y
estás atento a nuestras suplicas. Es por esto, glorioso Señor, que hoy ponemos nuestro corazón
ante ti y lo abrimos para recibir el mensaje que nos tienes preparado en este día, para que tu santa
presencia inunde por completo nuestra vida y la de nuestras familias.
Hoy, Padre amado, venimos a poner en tus benditas manos la vida de nuestras familias, de cada
uno de sus integrantes, nos rendimos en tu presencia para que puedas actuar en ellas, te pedimos
que los cuides, protejas y bendigas, guárdalos de todo mal, condúcelos por las sendas del bien, que
tu infinito amor los cubra y aparte de toda maldad. Señor, límpialos con tu preciosísima Sangre y sé
Tú su escudo protector en cualquier momento y lugar.
Dios nuestro, Jesucristo, te ruego que tomes nuestras familias y las unas cada día más. Ayúdanos a
vivir en paz y armonía. Aleja el temor y el rencor para que el amor pueda actuar, ven a sanar, ven a
liberar y a transformar nuestros corazones, ayúdanos a restaurar la unidad familiar y aprender a vivir
juntos y felices sin divisiones, peleas o distanciamientos.
Te imploramos, bendito Señor, que ates todo sentimiento negativo en nuestras familias y te lo lleves
lejos, para que solo el amor, la dicha y la felicidad reinen en nuestros hogares. Que cada uno de los
miembros de nuestra familia pueda sentirse apreciado, valorado y sobre todo amado y que en
nuestros hogares se respire paz, alegría y calidez de un hogar.
Bendice, Señor Todopoderoso y eterno a nuestras familias hoy y siempre, por fe sabemos que
escuchas las oraciones de tus hijos, ayúdanos a permanecer y esperar siempre en ti. Todo esto te lo
pedimos en el nombre poderoso de tu hijo Jesucristo, nuestro Señor. Que vive y reina por los siglos
de los siglos. Amén.
► Reflexión
La familia de Nazaret era única e irrepetible, pues es la única familia que ha cambiado la historia del
mundo. Al contemplar la familia de Nazaret uno podría pensar que tenían todo a su favor y nada en
contra. Es cierto que gozaban de inmensas gracias, pero también es cierto que tuvieron que sufrir
grandes pruebas, como cualquier familia: tuvieron que sufrir la escasez, la persecución, el ser
refugiados en un país extranjero, las calumnias de las malas lenguas.
Jesucristo necesitaba una familia, para tener su cuido y la atención, el desarrollo y la protección, la
ayuda y la educación propicios. María y José criaron y sustentaron al Niño Jesús, unieron su esfuerzo
y trabajo, sin que, en lo posible, sufriera carencias; le proporcionaron, en la feliz humildad de su
hogar, los elementos adecuados para su crecimiento mental y corporal.
“Descendió Jesús con ellos, fue a Nazaret y les estaba sumiso. Su madre guardaba todas las cosas
en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc
2,51-52).
La Sagrada Familia o Familia de Nazaret nos enseña en las palabras de un Niño de doce años la
lección quizá más importante de todas: Dios debe ser el centro de toda la vida familiar. Y lo será
cuando sea también el centro de la vida personal del padre, de la madre y de los hijos. Quizá esa
sea una de las tareas más difíciles en las que los padres tienen que educar a sus hijos.
Aprovechemos la celebración de esta fiesta de la familia para hacer lo que nos enseña María:
meditar y conservar la Palabra de Dios de modo que el Niño Jesús vaya creciendo en estatura y
gracia también en nuestro corazón y seamos así cada vez más semejantes a Él. Ello, sin duda,
redundará en beneficio de nuestra vida familiar.
José era trabajador manual, albañil o agricultor, tal vez, según la tradición, carpintero; y, como es
corriente, Jesús también trabajaría la madera, ya después, sus propios paisanos, al oírlo, se
preguntan: ¿No es este el hijo del “carpintero”? María se dedicaba se ocupaba de la casa de
Nazaret y de las faenas domésticas precisas al marido y al hijo, limpiaría y cocinaría y estaría al
tanto de sus necesidades con esmero y mimo de esposa y madre. El Niño colaboraba en el
quehacer, como se habituaba entre los judíos, ayudando a moler el trigo, acarreando agua del pozo
y acercando las tablas o las herramientas. Jesús, entroncado en la familia, aprendería y ayudaría
con generosidad y alegría. Obedecía a sus padres, confiaba en ellos, los abrazaba y los respetaba y
quería.
Jesús pudo escoger su nacimiento; podría haber sido en el más suntuoso palacio de Roma, Egipto o
Jerusalén y ser príncipe, rey o emperador, obedecido y aclamado por los hombres. Todo eso lo dejó,
lo rechazó, para, escondiéndose de este mundo, ocuparse de las cosas de su Padre en
cumplimiento de su misión de Siervo de los siervos; y, sometiéndose obediente a María y a José,
realizar el humilde trabajo diario del taller y de la casa de Nazaret. Aceptaba sin tristeza, sin renegar
de su situación, contento con lo mucho o lo poco, sin obtención de caprichos y exigencias superiores
a la familia, en la gozosa renuncia, en la felicidad que proporciona vivir la sencillez cotidiana de la
familia unida en las dificultades o en las pequeñas alegrías, en el calor del afecto y del amor que
envuelve; y, en la corrección y disciplina, miraba con respeto el rostro del padre que sabe por qué
corrige y amonesta, se le oye y se le atiende. Cuando, tras la dolorosa búsqueda, lo encuentran en el
Templo, María le regaña y lo llama al orden: “Hijo, ¿por qué has hecho esto? Tu padre y yo te
buscábamos angustiados” (Lc 2,48).
La familia es una unidad delicada que se ha de proteger y cuidar con el amor y el respeto, con la
paciencia y la verdad, como rosal de jardín requiere riego poda y abono de entrega y renuncia, para
que arraigue fértil en la unión y en la educación de los hijos; ha de vivir ese crecimiento de Jesús en
sabiduría y gracia ante Dios y los hombres y seguir el hermoso ejemplo de la Sagrada Familia en la
práctica de las virtudes que nos enseña: bondad, humildad, caridad, laboriosidad. La familia debe
ser una escuela de virtudes que imparte el aprendizaje y cumple su misión educativa, que funda los
cimientos de la personalidad del hijo, de lo que será el adulto y enseña el camino del buen cristiano.
La familia forma el carácter, la inteligencia y voluntad del niño, labor hermosa y trascendente. Los
niños, como Jesús, han de ser amables y respetuosos, estudiosos y obedientes, confiar en sus
padres, ayudarles y quererlos, orar y pedir por la familia.
Lo dijo el Papa Juan Pablo II: “La familia es la primera comunidad de vida y amor, el primer ambiente
donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no sólo por otras personas, sino
también y ante todo por Dios.” (Encuentro con las Familias en Chihuahua 1990). Y, en su carta a las
familias añadía, que es necesario que los esposos orienten, desde el principio, su corazón y sus
pensamientos hacia Dios, para que su paternidad y maternidad, encuentren en Él la fuerza, para
renovarse continuamente en el amor. Recordemos que “la salvación del mundo vino a través del
corazón de la Sagrada Familia”. «En la familia se fragua el futuro de la Humanidad», proclamó.
Abrir un espacio de participación colectiva, preguntando a los jóvenes ¿Qué nos enseña la Sagrada
Familia? Luego de la participación se les pedirá que elijan uno de los valores que caracterizaban a la
sagrada familia, explicando las razones de su elección.
► Compromiso.
La Familia de Nazaret o Sagrada familia nos invita a acoger, vivir y proclamar la verdad y la belleza
de la familia, según el plan de Dios.
Todas las familias del mundo en que vivimos hoy, deberían acudir al amparo y protección de la
Sagrada Familia y al modelo original diseñado por nuestro Señor, para así aprender a vivir el amor y
el sacrificio, conscientes de que la gracia del sacramento del matrimonio fortalece a los esposos
para sacrificarse el uno por el otro, y ambos por los hijos.
► Oración final.
Padre Celestial, que nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret, ayúdanos a
hacer de nuestra familia otro Nazaret donde reine amor, la paz y la alegría. Que sea profundamente
contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por
la oración en familia, en los momentos de gozo y de dolor y vivir bajo el ejemplo del diseño original
que Tú has creado. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia, especialmente
en los momentos de angustia. Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones
mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una
manera santa.
Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros
y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas, como Tú perdonas nuestros pecados. Ayúdanos, oh
Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa.
Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros. Amén.
► Fuentes consultadas.
Catholic.net
es.churchpop.com
catholic-link.com
mariología.org
► Ambientación.
En otro lugar se puede poner una biblia abierta en la Cita Bíblica Juan 1:14.
► Bienvenida.
Recibir a los jóvenes con unas cintas de colores que contenga la cita bíblica Juan 1:14 “El verbo se
hizo carne, y habitó entre nosotros”. Colocar de fondo la canción la “Como en Belén” de Alfareros.
https://www.youtube.com/watch?v=HHd0O9j23Sw
► Oración inicial.
Señor en este día te pedimos que nos ayudes a comprender mejor y saber el significado del
nacimiento de tu hijo Jesús para nosotros, y que podemos ser ejemplo de él en cada momento de
nuestras vidas con un compromiso real con la iglesia, con nosotros mismo y con tus mandatos.
Amén.
► Reflexión.
"Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que
recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad." Juan 1:14
La navidad es un tiempo hermoso y de celebración ya que nace en nuestros corazones Jesús Cristo
el hijo de Dios Padre, su nacimiento marca una etapa sumamente importante en la historia de la
salvación. Esto es lo que quiere decir el nombre de este tema “La palabra se hizo carne” la palabra
de Dios desciende a la humanidad en la persona de Jesús Cristo con la revelación de la Salvación de
todos.
Jesús nace en un simple pesebre, pero con su nacimiento trae todo lo celestial del reino de Dios y
dos naturalezas dentro de él; la humana y la divina que son inseparable dentro de él, pero a pesar
de esa realidad, trabajo como cualquier hombre, amo como hombre, pensó como hombre y nació de
la Virgen María.
Pero ¿Qué tan significativo puede ser el nacimiento, la encarnación del Hijo de Dios para nosotros?
Significa muchísimo, nació la persona más extraordinaria de todas, el mismo Dios se hizo hombre y
eso simboliza bastante para la humanidad. El profeta Isaías ya no lo había anunciado en Isaías
7:14: “El Señor mismo nos dará señal: He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamará Su
nombre Emanuel”.
Para que Jesús sea significativo en nosotros primero tenemos que entender que no es simplemente
un hombre santo o un profeta, que era Dios que andaba en medio de nosotros haciendo milagros y
convirtiendo a las personas, Segundo era un Dios que descendió para tener contacto con nosotros
desde nuestra pobreza y humildad, un Dios que experimentó todo el sentir humano pero que nunca
cometió pecado alguno y un Dios que también nos enseñó a amar, a ser justos, a aspirar a la
santidad, a ser compasivos y hoy en día estos valores aún persisten fuertemente.
Nosotros como jóvenes cristianos tenemos que asumir el reto de seguir a Jesús de una manera real
hacia el horizonte donde se encuentra Dios, pero seguirlo de manera auténtica, cumpliendo sus
mandatos y sobretodo amando al prójimo más que a nosotros mismo, también siendo fieles
servidores y misionero de su palabra para nuestra sociedad.
► Compromiso.
Asumir una postura diferente vía la oración y la reflexión antes las cosas que reconozco que son
negativa en mi vida y que hacen que me aleje de Jesús. También a que Jesús pueda entrar en vida y
marca un nuevo comienzo siguiendo sus pasos.
► Oración final.
Te damos gracias señor porque Tú siempre nos perdonas y nos permites iniciar de nuevo en Ti. En
esta navidad te pido un nuevo corazón señor, que se parezca al tuyo, para poder amar y servir en
cada momento de nuestras vidas. Amen
► Fuentes consultadas.
https://listindiario.com/puntos-de-vista/2016/12/24/448103/la-palabra-se-hizo-carne-y-
habito-entre-nosotros
http://es.catholic.net/op/articulos/11758/la-palabra-se-hizo-carne-y-habit-entre-nosotros.html
►
► Ambientación.
La ambientación del lugar debe ser decorado con cintas o telas de varios colores
(recomendablemente rojo, azul, verde, blanco, amarillo) que simbolicen la alegría y la juventud.
Puede estar en una pared un letrero que diga “Joven Santo, Alegría Eterna”.
► Bienvenida.
Se reciben a los jóvenes con canciones como “beepeme Señor” u otras canciones movidas que
reflejen la alegría y el júbilo del joven en la Iglesia y que vive en Cristo. Acompañado de algunas
dinámicas grupales y de integración o rompe hielo.
► Oración inicial.
(Se hace una invocación al Espíritu Santo, ambientado con una melodía de guitarra).
Señor, gracias por la oportunidad tan especial que nos regalas, por estar en tu presencia y estar
aquí reunidos en tu nombre, para responder al llamado que nos haces de ser jóvenes santos y
alegres en ti. Permite Señor que podamos entender todo lo que se exponga acá, a fin de que, lo
pongamos en práctica en nuestros días. Dios, Rey del cielo y la tierra, te pedimos que, así como tu
hijo Jesús nació de Santa María Virgen, nazca también en nuestros corazones la llama del amor y
la entrega a ti, y que guíes nuestros pasos por el camino de la santidad y así encontremos la
alegría que sólo viene de ti. Amén.
► Reflexión.
“Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó;
pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»” 1 Pedro 1:15-16.
Como jóvenes, día tras día somos bombardeados con diferentes filosofías, ideologías y sobre todo
por el consumismo. Somos un punto esencial para la sociedad, no sólo porque somos el “futuro”
de este País, sino porque representamos la mayoría de la población, la cual en diversas
situaciones nos hacemos indiferente ante las realidades y problemáticas existentes.
Además, también se suma la necesidad de aceptación ante la sociedad, en que nos exige estar a
la “moda” o estar atentos a las últimas tendencias, sin importar los intereses o ideas personales,
las cuales se deben aceptar para estar acorde con el ritmo insaciable y agotador de estos días.
Entre estas cosas están el consumo de drogas, el consumismo salvaje, la vanidad, el alcoholismo,
entre otros.
Ante todas estas situaciones, nos sentimos agotados y en algunos casos, existen jóvenes
depresivos, porque utilizan las cosas materiales para satisfacer o llenar el vacío de la alegría o la
paz que no brinda el mundo. Es muy triste ver como los jóvenes se preocupan más por aparentar
algo que son, sólo para tener la aceptación de un grupo de personas.
En este mismo orden, también hay jóvenes que con todas las cargas del día (estudio, trabajo,
problemas familiares o personales) buscan llenar ese vacío con cosas que no resultan
beneficiosas, y tampoco reconfortantes.
Sin embargo, ante todas estas situaciones Jesús nos hace el llamado a que «Sean santos, porque
yo soy santo.» 1 Pe. 1,16. Quizás te preguntes: “¿Yo, ser santo como Jesús?, eso está difícil, no
puedo andar por ahí con un hábito o una sotana. No tengo vocación para la vida religiosa o
sacerdotal. Pero Jesús no nos pide que seamos como los Santos de la historia, nos pide que
seamos santos desde lo que somos, sirviendo con alegría y entusiasmos en todo lo que hacemos;
que el hermano pueda encontrar la paz de Dios en ti; que reflejes serenidad, seguridad y, sobre
todo que seas un modelo de fe, alegría y esperanza a tantos jóvenes que necesitan iniciar el
camino de la santidad desde su modelo de vida.
En cada momento de nuestra vida como cristianos, nuestra vocación siempre debe ser la
santidad. Como expresó San Juan Pablo II en su carta a los jóvenes titulada “Santos del Nuevo
Milenio” es una guía y ejemplo maravilloso para el inicio de una vida en santidad.
Necesitamos Santos
que van al cine, oyen música y pasean con los amigos.
Necesitamos Santos
que coloquen Dios en primer lugar,
pero que sobresalen en la universidad.
Necesitamos Santos
que buscan tiempo cada día para rezar y
que sepan enamorar en la pureza
y castidad, o que consagren su castidad.
Necesitamos Santos
modernos, Santos del siglo XXI con una espiritualidad
insertada en nuestro tiempo.
Necesitamos Santos
comprometidos con los pobres y
los necesarios cambios sociales.
Necesitamos Santos
que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y
que no tengan miedo de vivir en el mundo.
Necesitamos Santos
que beban Coca-cola y coman hot dog, que usen jeans,
que sean internautas,
que escuchen discman. (ahora el Ipod, mp3,etc)
Necesitamos Santos
que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza
de tomar un refrigerio o
comer pizza el fin de semana con los amigos.
Necesitamos Santos
que les guste el cine, el teatro, la música,
la danza, el deporte.
Necesitamos Santos
sociables, abiertos, normales, amigos,
alegres, compañeros.
Necesitamos Santos
que estén en el mundo; y sepan saborear las cosas
puras y buenas del mundo, pero que no sean mundanos.
Este texto maravilloso presenta cada una de las cotidianidades de un joven, y no exige mucho, solo
exige que nos entreguemos a Dios sin dejar de ser jóvenes, que podamos deleitarnos en su
presencia con la Eucaristía; que podamos disfrutar de cada encuentro que tengamos con Jesús
Sacramentado; que tengamos misericordia con los hermanos; condescendencia con los más
pobres; que compartas con tu amigos sanamente, sin necesidad de exageraciones o excesos y,
sobre todo, una vida alegre y llena de esperanza para trasmitir a los demás.
Después, en una cartulina o con la ayuda de instrumentos tecnológicos se escriben las dos
preguntas, luego se presentan las repuestas de cada grupo, se hace un consenso de las
respuestas, se escriben en la cartulina y se hace una breve reflexión de las respuestas.
En este mismo orden, se le pedirá a cada joven que escriba en una hoja pequeña o en su celular la
siguiente pregunta: ¿Cuáles cosas me impiden iniciar mi camino a la santidad?, después la
responden de forma personal y sin compartirlas.
► Compromiso.
Me comprometo a determinar las cosas que me detienen para ser un joven santo, a trabajar día
tras día con esto hasta conseguir la alegría en Jesús y vivir en santidad.
► Oración final.
Amantísimo Padre, bendito y alabo en el cielo y la tierra. Gracias por la oportunidad de estar en tu
presencia. Te rogamos desde lo más profundo de nuestros corazones, que instruyas nuestros
pasos por el camino de la santidad, que cada una de nuestras obras sean una alabanza y honra
para ti.
Gracias por amarme y hacernos parte de tu plan de amor, que podamos reflejar esa alegría y
esperanza que sólo viene de ti. Que el Espíritu Santo nos reconforte ante cualquier vicisitud para no
desfallecer ante la misión que nos presentas. Te damos gracias y te lo pedimos porque Tú vives y
reinas por los siglos de los siglos, Amén. Dios te salve María…
► Fuentes consultadas.
https://www.aciprensa.com/recursos/que-es-la-navidad-1861
La MISION BIBLICA CATOLICA es una actualización de la misión de Jesucristo. Lo que realmente vale
es vivir la misión de Jesucristo hoy. Ésta es la identidad del cristiano.
La iglesia católica de Republica Dominicana nos ha invitado, que en 3 años en la primera fase de la
2da Etapa salir de misión con la palabra de Dios, nos invita a formarnos sobre la palabra de Dios,
orar con la palabra de Dios y anunciar la buena noticia con la Biblia. Esta es una oportunidad para
llegar a las familias dominicanas acercándolo a la verdad, que ya sabemos que en la biblia nos dice
que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida.
► Reflexión
Pensemos en todos los jóvenes de los sectores que se puede impactar dentro de los hogares
dominicanos, entonces debemos preguntarnos como jóvenes de la parroquia:
1. ¿estamos organizando comunidades o grupos de vidas para los jóvenes en cada sector parroquial
o capilla?
2. ¿Llegamos a toda la Juventud de los sectores de la parroquia?
3. ¿Tenemos comunidades de pastoral juvenil o de adolescente en los sectores?
4. ¿Estamos todos preparados para usar la Biblia para evangelizar en la parroquia?
Estas y otras preguntas nos llevan a pensar y reflexionar que tenemos que hacer un mayor esfuerzo,
porque nuestra población ha crecido y pareciera como que la gente no quiere hablar de Dios. Si nos
a tirar a las calles debemos vestirnos como “callejeros de la fe”, debemos entrar a la espiritualidad y
dinámica de un joven misionero de la palabra, pues si te decides debemos usar la vestimenta que
nos describe Efesios 6 y trabajar con los objetivos en mente, para cada acción misionera con
alegría, para lograr la meta, que es multiplicar las comunidades en nuestros sectores parroquiales,
para que las personas sigan enamoradas de Cristo restaurando el reino de Dios en cada sector.
Primer Objetivo: Invitar a los jóvenes a ser, cada vez más, seguidores de Jesús de Nazaret a través
del estudio bíblico con la Palabra de Dios, camino seguro para realizar una auténtica existencia
cristiana. Es convocar a ser discípulo de Jesucristo.
Segundo Objetivo: Descubrir y valorar todo lo bueno que hay en las personas y en las culturas,
promoviendo las vocaciones de una forma concreta, llamado a la vida consagrada, al orden
sacerdotal, al matrimonio.
Tercer objetivo: Despertar en la juventud el gusto por la misión. Es valorar el ministerio de los
misioneros jóvenes. Es ser presbítero y consagrados misioneros. Todo esto al estilo del apóstol
Pablo que en una ocasión llegó a gritar: “Pobre de mí si no anunciara el Evangelio” (1Cor 9, 16).
Compartamos con todos los jóvenes estos objetivos a ver como lo pueden llevar a cabo con lluvia de
ideas.
► Compromiso
Nos tenemos que unir a toda la iglesia católica en los momentos y etapas de la MISIÓN BÍBLICA
CATÓLICA:
Importante saber que la juventud es parte del “Plan Nacional de Pastoral” aparte de decir que es
una planificación a 30 años dividido en 3 etapas de 10 años y que acabamos de terminar la 1ra
etapa y que en este 2019 iniciamos con la primera fase de 3 años de la 2da etapa, también me he
dado cuenta que la base está en entender los 12 pasos del Plan de Pastoral, porque ahí está el
verdadero accionar de la iglesia católica que forma comunidades en todas las pastorales y las deja
organizada. Si tenemos organizada la parroquia con los 12 pasos del Plan Nacional de Pastoral
entonces será más fácil realizar la Misión Bíblica Católica, y si no ha hecho nada, la MBC le ayudará
a construir esos 12 pasos.
1- Formación: Al finalizar el 2020 formamos 1,200 líderes de Pastoral Juvenil, que puedan
servir en los diferentes niveles de las estructuras Pastorales.
2- Fascinación: Al concluir el 2020, 6,000 jóvenes son atraídos hacia la Pastoral Juvenil
haciendo presencia en sus lugares vitales.
3- Evangelización: 530 joven son formados y enviados a evangelizar a otros jóvenes de las
periferias.