Descubrimientos Arqueologicos en Relacio

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 28

Seminario Teológico Adventista Interamericano

Universidad Adventista de las Antillas

DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EN RELACIÓN A LA DATACIÓN DEL


ÉXODO Y LA CONQUISTA

Presentada en cumplimiento de los requisitos de la materia

Arqueología Bíblica e Historia del Antiguo Cercano Oriente, NTST610

Maestría de Artes en Religión

Por

Rubén Alcántara Maldonado

30 de julio de 2015
TABLA DE CONTENIDO

Capítulo

1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………... 1
Identificación del problema y propósito…….............……………………………. 2
Dos posibilidades para fechar el éxodo……………………………………………4

2. INTERPRETANDO LAS EVIDENCIAS……………………………………….. .8


La estela de Merneptha……………………………………………………………..8
Las cartas de El-Amarna…………………………………………………………..10
Excavaciones en Jericó…………………………………………………………….11
Controversias al interpretar las evidencias………………………………...12
Reconsideración de los trabajos de Kenyon……………………….13

3. CONCLUSIÓN…………………………………………………………………...17
Objeciones a la datación del éxodo en el siglo XIV………………………………18
Observaciones finales……………………………………………………………...21

BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………….22

ANEXOS…………………………………………………………………………………..23
CAPÍTULO 1

INTRODUCCIÓN

En un libro escrito por Siegfried Horn, reimpreso en 1980, titulado en español “La

biblia ante la arqueología: descubrimientos arqueológicos que iluminan”, presenta el

entendimiento correcto del estudio de la Arqueología bíblica, es decir, su razón de ser. Los

descubrimientos arqueológicos no pueden probar la existencia de la gran mayoría de los

personajes bíblicos, ni tampoco decirnos que las experiencias que ellos tuvieron fueron

verídicas.1 Los descubrimientos arqueológicos iluminan el estudio de la Biblia y colocan

los sucesos bíblicos en el marco de la historia.

Edwin Yamauchi hace un planteamiento filosófico muy acertado respecto al lugar

que ocupa la Arqueología en el entendimiento de las Escrituras al referir que las mismas en

mucha medida ayudan a explicar los descubrimientos arqueológicos en un marco histórico

congruente, ya que los datos son fríos y no cuentan historias.2 Es así que tratar de probar

por la Arqueología la existencia de Moisés y sus encuentros con el faraón no sería lo más

viable si lo que se busca es hacer uso correcto de la Arqueología bíblica. Cabe destacar que

la búsqueda de estos personajes per se para poder dar credibilidad al registro bíblico

demerita el elemento de la fe al tratar los escritos sagrados. El creyente da por sentado que

1
Idea tomada del libro de Siegfried Horn, La Biblia ante la Arqueología (Mountain
View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1980).
2
Edwin M. Yamauchi, Las excavaciones y las escrituras (El Paso, Tex: Casa
Bautista de Publicaciones, 1977).
1
estos personajes existieron y sus historias son reales para alumbrar el mensaje de la

salvación, por lo tanto la Arqueología bíblica no buscará probar, sino iluminar el registro

sagrado y colocar un marco histórico de referencia que se complementa con el registro

bíblico. Dicho sea de paso el objetivo del arqueólogo bíblico no es defender la biblia,3

como Campbell lo insinúa, sino más bien los arqueólogos son científicos, que en algún

momento evidencian que el registro sagrado les ayuda a realizar su trabajo arqueológico.

Muchos de los Arqueólogos de renombre ni siquiera son cristianos o tienen alguna fe

religiosa (Mazar, Dothan, Maier, Frankelstein, entre otros).

Con respecto al uso de las evidencias arqueológicas, se debe ser lo más equilibrado

posible. “La información bíblica y arqueológica puede ser leída de diferentes maneras,

produciendo así diferentes resultados”.4 En muchas ocasiones los arqueólogos ven

discrepancias entre el registro bíblico y los hallazgos. Para los Arqueólogos de la Alta

Crítica, esto demuestra la inconsistencia de la biblia y por consiguiente ellos reducen los

relatos bíblicos a cuentos etiológicos inventados por los escritores bíblicos. En cambio para

los Fundamentalistas, que creen en la veracidad del registro sagrado, ellos buscaran ser más

mesurados ante los hallazgos considerando que es atrevido sacar conclusiones cuando solo

se tiene unas pequeñas piezas del rompecabezas que representa unir la historia antigua.

Identificación del problema

A lo largo de los años ha habido entre los teólogos, cronólogos bíblicos y

arqueólogos un fuerte debate en cuanto a la datación del Éxodo, como lo escribió Flinders

3Como este autor asevera en su libro: Charlie H. Campbell, Evidencia arqueológica


de la Biblia (Grand Rapids, Mich: Editorial Portavoz, 2013), 23.
4
James K. Hoffmeier, Israel in Egypt: the evidence for the authenticity of the
Exodus tradition (New York: Oxford University Press, 1999), 123.
2
Petrie: “la pregunta del periodo del éxodo ha sido por mucho tiempo objeto de discusión”.5

Otros arqueólogos ni siquiera se han detenido a debatir el problema porque simplemente

para ellos no ocurrió tal cosa como un éxodo. Entre ellos Sir Alan Gardnier, renombrado

egiptólogo del siglo XX y usualmente un agudo crítico del valor histórico del Antiguo

Testamento, consideró la narrativa del éxodo no menos mítica que los detalles de la

creación como están registrados en Génesis.6 Y ya en la época contemporánea, de la

corriente minimalista,7 Israel Finkelstein, líder arqueólogo de la escuela israelí, ha negado

la historicidad del éxodo tal y como es narrado en la biblia, y en su lugar ha concluido que

la edición de la historia del éxodo ocurrió a fines del siglo VII y principios del VI a. C. y

que la historia del éxodo es una adaptación tardía para crear unidad e identidad nacional por

parte del pueblo de Israel. Que sí hubo una inmigración de cananitas a Egipto y que fueron

expulsados como los anales históricos y arqueológicos lo atestiguan, pero nada más que

eso.8 También Peter Lemche refuerza ese pensamiento porque ve al éxodo como un mito

para contar la historia del surgimiento del pueblo de Israel.9

5
Hoffmeier, Israel in Egypt the evidence for the authenticity of the Exodus
tradition, 123.
6
Ibíd., 112.
7Esta corriente filosófica de la historia surge de la escuela francesa de pensamiento
que tiene como fin hacer una revisión de toda la historia que ha sido contada por los
poderosos o vencedores en detrimento de los débiles y pobres. Términos asociados:
revisionismo, deconstruccionismo. (Apuntes de la clase de Arqueología bíblica e Historia
del ACO, 21 de julio de 2014, con el Dr. Efraín Velázquez en el recinto del SETAI, UAA)
8
Israel Finkelstein and Neil A. Silberman, The Bible unearthed: archaeology's new
vision of ancient Israel and the origin of its sacred texts (New York, NY: Simon and
Schuster, 2002), 66-70.
9
Niels P. Lemche, The Israelites in history and tradition (London Louisville, Ky:
SPCK Westminster John Knox Press, 1998), 92.

3
De lo que sí hay un acuerdo que hasta los historiadores más escépticos no pueden

negar es el hecho de que ambas, la biblia y las fuentes egipcias concuerdan que hubo una

significativa población semítica a lo largo de Egipto durante el Nuevo Reino (dinastía 18-

20, 1550-1100 a. C.), por la preponderancia de evidencia epigráfica que atestigua de una

presencia siro-palestina en Egipto desde mediados hasta fines del segundo milenio a. C.10

Como fue mencionado al principio, la arqueología no nos cuenta historias bíblicas; en este

sentido no podríamos probar que existió un éxodo tal y como la biblia lo narra. Por lo tanto,

para el creyente en la palabra de Dios la veracidad del éxodo no se cuestiona, se acepta; y

lo que este trabajo pretende es buscar la evidencia arqueológica que ayude a fechar el

éxodo de forma más precisa aunque no conclusiva.

Dos posibilidades para fechar el éxodo

En los esquemas cronológicos bíblicos se ha datado el éxodo en dos fechas:

1) Siguiendo el registro de 1 de Reyes 6:1 donde dice que fueron 480 años desde el

éxodo hasta la edificación del templo de Salomón en el 4to año de su reinado alrededor del

año 967 a. C., ubicando de esta forma el éxodo en el año 1447 a. C. y la conquista en el

1407 a. C. Unos eruditos prefieren esta datación en el siglo XV a. C. y sugieren una fecha

temprana alrededor del 1470 a. C. o una fecha poco más tardía alrededor del 1445 a. C.11

2) De la interpretación de Éxodo 1:11 donde se mencionan las ciudades de

almacenamiento de Pitón y Rameses, mismas que fueron construidas por los hebreos, los

10
James K. Hoffmeier, Israel and Egypt, 112.

Paul J. Ray, Jr., “The Duration of Israelite Sojourn in Egypt”, Andrews University
11

Seminary Studies, Vol. 24, no. 3 (Autumm 1986): 247.


4
eruditos concluyen que el nombre Rameses refleja al Faraón Ramsés II (siglo XIII a. C.)12,

lo cual colocaría a la liberación de Egipto alrededor del 1220 a. C. para una fecha temprana

(Petrie) o 1280 a. C. para la una fecha tardía en el siglo XIII (Albright).13 ¿Qué evidencias

sostienen ambos puntos de vista?

Originalmente los eruditos partían del siglo XV para fechar el éxodo (alrededor del

año 1440 a. C.) sugerido en 1 Reyes 6:1 y Jueces 11:26, en vez del siglo XIII (1230-1220 a.

C.). La evidencia bíblica señala al año 1447 a. C. aprox., como la fecha del éxodo, debido a

que desde el año 967 a. C. año en el que se terminó la edificación del templo de Salomón

hacia atrás pasaron 480 años. También el libro de Jueces sugiere que en tiempos de Jefté

(1100 a. C.) transjordania había sido ocupada 300 años por los israelitas.

La datación del éxodo en el siglo XIII a. C. está basada en por lo menos 3 razones:

1) Los nombres de las ciudades de almacenamiento edificadas por los israelitas en el

delta llamadas Pitón y Rameses (Éxodo 1:11), el nombre Rameses es una evocación

del faraón Ramsés II que las construyó (1290-1224/ 1279-1213 a. C.) La mayoría de

los eruditos de la actualidad creen que Ramsés II fue el gobernante que rehusó dejar

ir a Israel (1304-1238 a. C.).14

2) Encuestas de superficie de Transjordania conducida por Nelson Glueck

principalmente en 1930´s concluyeron que en el periodo Bronce Medio II y Bronce

12
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents: are they reliable & relevant
(DownersGrove, Ill: InterVarsity Press, 2001), 114.

Paul J. Ray, Jr., “The Duration of Israelite Sojourn in Egypt”, Andrews University
13

Seminary Studies, Vol. 24, no. 3 (Autumm 1986): 247.


14
Douglas Connelly, Amazing discoveries that unlock the Bible: a visual experience
(Grand Rapids, Mich: Zondervan, 2008), 16.

5
Tardío non hubo asentamientos de población en Transjordania, periodos que

comprenden desde el siglo XIX al XIII inclusive. Esta razón atañe porque si el

éxodo se realizó alrededor del año 1440 a. C. entonces la conquista tuvo lugar

alrededor del 1400 a. C., lo cual indicaría que ya en esa fecha había asentamientos

en la región de transjordania y toda la zona de palestina. Cuando los israelitas

entraron en Canaán ya había población establecida.

3) Ninguna evidencia arqueológica de las ciudades que figuran en el registro bíblico de

la conquista para una ocupación en el Bronce Tardío de Jericó, Hai, Gabaón,

Hebrón, Horma/Zefat y Arad. 15

La evidencia bíblica apunta a una datación del éxodo temprana alrededor del 1440 a. C.

pero los eruditos que se oponen a dicha fecha aluden a una falta de evidencia arqueológica

para respaldar esa postura. Además resaltan el pasaje de éxodo 1:11 y colocan a 1 Reyes

6:1 como una tradición inferior.

Por otro lado Frankelstein ha propuesto que el supuesto éxodo ocurrió como parte de un

proceso gradual de migración hasta cierto punto común entre Egipto y la región levantina

(llamada así a la región siro-palestina). Con la expulsión de los Hicsos alrededor del año

1570 a. C. y la instauración de la dinastía XVIII, también llamada Nuevo Reino cuyo

faraón fundador fue Amosis I (1540-1515 a.C.), faraón que unificó a Egipto y expulsó

totalmente a los Hicsos del este del Delta y extendió sus fronteras más al noreste de Egipto.

Pues a este hecho Frankelstein relaciona la salida de pueblo de origen semita de la zona del

bajo Egipto y posteriormente uno de esos grupos migrantes formaron un grupo étnico más

15
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 114.

6
definido como los son los israelitas.16 Además también Frankelstein arguye que para las

fechas propuestas para un éxodo masivo (1440 temprano y 1250 tardío a. C.) es muy

improbable que hubiera ocurrido porque en esas fechas Egipto estaba ejerciendo una

influencia muy importante es la zona del Delta. En tiempos de Tutmosis III (1475-1425 a.

C.) se hicieron grandes campañas militares en Canaán y se comenzaron proyectos de

construcción, se extendieron las fortificaciones a lo largo de las fronteras con Palestina. El

punto más alto de poder se logró en el reinado de Ramsés II (1290-1224 a. C.) que llegó a

ejercer un dominio sobre la región, como los monumentos de sus ciudades construidas lo

demuestran. Es así que lo escépticos leen de forma muy diferente dos evidencias innegables

como lo son las cartas de El- Amarna y la Estela de Merneptha, dándoles poca relevancia.

Hay tres evidencias arqueológicas que apuntan a un éxodo en periodo temprano, dicho

sea de paso que no es posible ser concluyentes en cuanto a fechas exactas, pero sí es

factible colocar un marco histórico muy cercano a la realidad. No se pretende ser

dogmático en cuanto a las fechas, pero sí reforzar la idea de un éxodo temprano, fecha

respaldada por la cronología bíblica.

A continuación se hará un repaso de los hallazgos en relación a la datación del éxodo,

específicamente de tres importantes: la estela de Merneptha, las cartas de Amarna y las

excavaciones realizadas en Jericó, que ayudan a defender una datación para el éxodo en el

siglo XV a. C. encajando más con el marco cronológico bíblico.

16
Finkelstein, The Bible unearthed, 65.
7
CAPÍTULO 2

INTERPRETANDO LAS EVIDENCIAS

No es posible lograr un total consenso de parte de los eruditos al analizar las

evidencias, pero lo que se propone aquí ha sido respaldado por reconocidos arqueólogos,

quienes están haciendo ciencia y buscan ante todo la objetividad. Las piezas del

rompecabezas histórico son muchas y estamos separadas de ellas por cientos y quizá miles

de años, sin embargo hay evidencias que están apuntalando la narración bíblica. Hay otras

que parecen contradecirla, pero con un estudio cuidadoso es posible aproximarnos a la

cronología bíblica, como se propone en este trabajo.

La estela de Merneptha. (Foto A)

Esta losa de granito gris, erigida por el faraón Amenhotep III e inscrita más tarde, en

el reverso por el faraón Merneptha, fue descubierta en 1896 por Flinders Petrie en el templo

funerario de Merneptha en la región de Tebas. En esta estela se conmemora la victoria del

faraón Merneptha (1213-1204 ó 1224-1214 a. C.) sobre los Libios y sus conquistas en tierra

Levantina. La victoria referida ocurre en el quinto año del faraón Merneptha lo cual

lleva a fechar dichas hazañas alrededor del 1208 ó 1219 a. C.17

En 1896 el egiptólogo alemán Wilhelm Spiegelberg publicó una sección de la

inscripción. Lo que hace importante este hallazgo y su contenido es que por primera vez se

17
Niels P. Lemche, The Israelites in history and tradition, 35.

8
menciona en una fuente extra bíblica el nombre de Israel. En algunas líneas al final, como

un apéndice de la inscripción, también se refiere a las campañas de este faraón por Asia

oriental, y el texto reza como sigue:

Los príncipes están postrados, diciendo: ¡clemencia!


Ninguno alza sus cabezas a lo largo de los Nueve Arcos
Libia esta desolada, Hatti esta pacificada,
Canaán está despojado de todo lo que tenía malo,
Ascalón está deportada, Gezer está tomada,
Yanoam aparece como si no hubiese existido jamás,
Israel esta devastado, su semilla no es,
Hurru ha llegado a ser una viuda para Egipto,
Todas las tierras juntas son pacificadas
Cada uno quien está inquieto, ha sido atado.18

De esta inscripción se sacan algunas conclusiones relevantes: 1) por primera vez

Israel aparece como una unidad étnica, si acaso política o geográfica en la región Levantina

alrededor de finales del siglo XIII a. C. 2) la inscripción para referirse a Israel contiene una

simbología distinta a las demás naciones, ciudades o pueblos subyugados, dando a entender

que Israel es un grupo extranjero para los egipcios. Para Lemche este hallazgo no confirma

la fecha de la conquista de Palestina por parte de los Hebreos, pero si testifica de la

presencia en Asia oriental de los hebreos a fines del siglo XIII a. C. constituyendo algún

tipo de unidad étnica, la cual fue identificada por el nombre de Israel.19 Aunado a la

evidencia presentada esta el hecho de que los críticos bíblicos habían aseverado que mucha

de la historia de Israel como nación era leyenda, y que solo en tiempos del rey David ya se

podía hablar de un pueblo conformado en palestina; pero esta evidencia refuta esa

argumentación. Es cierto que la evidencia no puede decir más detalles, pero una cosa es

18
Traducción al inglés de John A. Wilson citado por Peter Lemche en su libro The
Israelites in history and tradition, 35. Traducido al español por Rubén Alcántara.
19
Peter Lemche, The Israelites in history and tradition, 36.
9
cierta: hay presencia de los hebreos como pueblo habitando en palestina a fines del siglo

XIII a. C.

Las cartas de El-Amarna (Foto B)

También llamadas las correspondencias de Amarna. Estas tablillas de arcilla fueron

descubiertas alrededor de 1886 en la villa de El-Amarna en el Alto Egipto por una mujer

egipcia que estaba cavando en los montículos de tierra cerca de su casa y encontró bultos de

arcilla endurecida que le pareció sin valor. Pero este hallazgo resultó ser una cantidad de

artefactos de incalculable valor arqueológico. Las tablillas cuneiformes escritas en su

mayoría en Acadio, para ese tiempo la lengua diplomática internacional, eran cartas

diplomáticas escritas por gobernantes, babilonios y cananeos a sus protectores, los faraones

egipcios.20 Antes de este hallazgo no se había encontrado esta escritura en Egipto, puesto

que la escritura predominante era el jeroglífico.

Estas famosas cartas abarcan un periodo que va desde el 1400 al 1366 a. C. En ellas

se hace referencia a una banda de saqueadores que está perturbando la paz en la región

levantina, los cuales son llamados los habiru. Abdi-Hiba, gobernador de Jerusalén, escribió

numerosas cartas al faraón Akenatón (1387-1366), pidiendo ayuda egipcia para hacer frente

a los Habiru, para que el país sea salvado por Egipto, en una de ella se leen: “los Habiru

saquean todas las tierras del rey. Si los arqueros están aquí para este año, entonces las

tierras del rey, el Señor, permanecerán; pero si los arqueros no están aquí, entonces las

tierras del rey, mi señor, están perdidas”.21 Estas cartas que datan del tiempo de la conquista

de Canaán por parte Israel, contienen clamores de auxilio urgentes dirigidos al faraón de

20
Douglass Connelly, Amazing discoveries that unlock, 20.
21
Samuel A. B. Mercer, “The Tell El-Amarna tablets” (Toronto, 1939), Vol. II, no.
287, 56-60.

10
Egipto y enviados desde las mismas ciudades mencionadas en el libro de Josué. Expresan

terror y pánico ante la inminente invasión de los habiru, término que probablemente se

refiera a los hebreos o israelitas.22

Estos invasores llamados Habiru están etimológicamente relacionados con la

palabra hebreos. ¿Sería posible que los habiru mencionados en las cartas de Amarna sean

los hebreos que están conquistando la tierra de palestina? ¿Será esta una versión nativa de

la entrada de los israelitas en tierra de Canaán para conquistarla? Algunos eruditos ven en

este hecho la sorprendente confirmación de las exitosas campañas militares israelitas

contras las ciudades cananitas. Josué 2:9-11 informa que el temor se había apoderado de los

habitantes de las ciudades-estado de la región y que no había quedado fuerza para resistir el

asedio de los invasores israelitas. Otros eruditos están en desacuerdo arguyendo que la

datación de las cartas es errónea porque es muy temprano que aparezca Israel en tierras

cananeas. Pero lo que sí está claro es que la presencia de pueblos nómadas en Canaán no

era inusual y Egipto parecía impotente para ayudar.

Excavaciones en Jericó (foto C)

¿Por qué la datación de la caída de Jericó tiene relevancia para la datación y

fiabilidad del éxodo? Káiser afirma que “la conquista de Jericó es central para el argumento

completo sobre la veracidad y exactitud del reporte del éxodo de Egipto y la conquista de

Canaán”.23 A causa de su importancia central en la historia bíblica, Jericó fue el segundo

sitio, después de Jerusalén en ser excavado sistemáticamente en Tierra Santa.

22
Notas de la Biblia de Estudio Andrew a Josué 2:9
23
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 109.
11
Los primeros excavadores fueron Ernst Sellin (1907-1909) y particularmente John

Garstang (1930-1936). Este último trajo mucha luz en cuanto a la historia antigua de Jericó.

El sitio fue ocupado desde el periodo Neolítico (antes del 4500 a. C), y en el periodo

Calcolítico (4500-3000 a. C.) una serie de ciudades sucesivas permanecen allí. A las

ciudades posteriores el profesor Garstang le asignó nombres alfabéticos.24 A la ciudad A se

le fechó en el 3000 a. C. la ciudad B fue fundada alrededor del 2500 a. C. y estaba en

existencia en los días de Abraham hasta su caída alrededor del 1700 a. C. La ciudad C fue

más grande que sus predecesoras; la ciudad perteneció a la era de los Hicsos y mucha

alfarería de su tiempo fue descubierta en sus ruinas, fechada alrededor del 1700 sufrió

destrucción por el 1500 a. C. Sucesivas ciudades fueron construidas sobre ese Tell (restos

de ruinas unas sobre otras de ciudades antiguas que forman un montículo).

Al excavar la ciudad D (la conquistada por Josué), el arqueólogo británico John

Garstang llegó a conclusiones opuestas a la gran mayoría de eruditos actuales que dudan

de la descripción bíblica de la conquista. Él concluyó que la ciudad fue violentamente

destruida alrededor del 1400 a. C. basado en la tipología de la cerámica, estratigrafía,

datación radiocarbono, ausencia de una cerámica importada encontrada en algunos sitios

del mismo periodo, lo cual indicaría que es de la fecha en que fue datado. En sus palabras

Garstang concluyó: “Nuestra demostración es limitada, sin embargo, de las observaciones

del material se desprende: las murallas cayeron, sacudidas aparentemente por un terremoto,

y la ciudad fue destruida por fuego alrededor del 1400 a. C. Estos son los hechos básicos

resultando de nuestra investigación”.25

24
Merrill F. Unger, Archaeology and the Old Testament: a companion volume to
Archaeology and the New Testament (Grand Rapids: Zondervan Pub. House, 1954), 147.
25
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 109.
12
Controversias al interpretar las evidencias

Estas conclusiones de Garstang produjeron controversias, porque Garstang pidió a

otra arqueóloga inglesa, Kathleen Kenyon que revisara y actualizara sus hallazgos en los

1950´s. Sin embargo, como lo narra Kaiser, Kenyon falló en apoyar a Garstang y revirtió

las conclusiones a las primeras arrojadas por las investigaciones de la expedición Austro-

Alemana de Ernst Sellin y Carl Watzinger (1911) mencionadas líneas arriba. Ella concluyó

que Jericó fue destruida al final de la edad del Bronce Medio, alrededor del 1550 a. C. y

que estuvo desocupada desde mediados del siglo XVI hasta muy entrado el periodo del

Bronce Tardío (1550-1200 a. C.), excepto por una pequeña área ocupada en el siglo XIV a.

C. Además, la doble muralla que Garstang asoció con la invasión israelita alrededor del

1400 a. C. fue datada por Kenyon mil años más temprano.26 Estas conclusiones llevan a

pensar que el registro bíblico no es más que retórica y folklor.

Reconsideración de los trabajos de Kenyon (foto D)

No mucho ocurrió para resolver este dilema por los próximos 25 años. ¿Cuáles

conclusiones estaban en lo correcto, Garstang o Kenyon? Kenyon murió en 1978 y su

reporte final sobre las excavaciones en Jericó fue publicado entre 1982 y 1983. Más

adelante Bryan Wood de la Universidad de Toronto, analizó el trabajo realizado por

Kenyon y llegó a la conclusión de que ella estaba en lo correcto en lo que respecta a los

detalles de la doble muralla descubierta encima del Tell, la cual pertenecía a una muralla de

la edad de Bronce temprana y que no pertenecía a la ciudad D como Garstang había

concluido, pero sobre la fecha del 1440 a. C para la caída de la ciudad y las circunstancias

26
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 110.

13
bajo la cual cayó, Garstang fue más que vindicado por lo publicado por Kenyon.27

Wood encontró unas piezas en forma de caracol incrustadas en los escombros que al

aplicarles el método de datación Carbono 14, permitieron fecharlas alrededor del 1410 a. C.

encontró también unos amuletos egipcios que a menudo contenían inscripciones de

nombres de faraones. Estos amuletos proveyeron una seria continua de faraones que se

extendían de la dinastía décimo tercera (siglo XVIII a. C.) a la dinastía décimo octava

(principios del siglo XIV a. C). Los amuletos de la dinastía décimo octava incluían tres

nombres reales: Hatshepsut (1503-1483 a. C. aprox.), Tutmosis III (1504-1450 a. C.

aprox.), Amenhotep III (1386-1349 a. C. aprox.). ¿Cuál es la relevancia de estos hallazgos?

Wood responde que por el hecho de que aparezcan amuletos con la inscripción de la reina

Hatshepsut (posible madre adoptiva de Moisés), hace probable la fecha del 1400 a. C. para

la caída de Jericó.28 La historia antigua egipcia atestigua que Hatshepsut fue reina madre

regente mientras el heredero al trono no tuviera la edad (Tutmosis III). A la muerte de la

madre reina se atestigua que hubo un proceso sistemático para borrar de los anales a esta

reina. Su nombre fue removido de todas las inscripciones imperiales con el propósito de

que no fuera recordado. Por lo tanto quien tuvo posesión de dicho amuleto con la

inscripciones de la reina se infiere que tuvo que haber vivido mientras la madre reina vivía

o entre el lapso de su muerte y la remoción sistemática de su existencia.

Hubo un acuerdo por todos los que estudiaron los hallazgos de que la ciudad fue

destruida violentamente por una conflagración, aun Kenyon sugirió un terremoto

27
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 110
28
Ibíd., 113.

14
seguido por fuego.29 Además fue descubierto por Kenyon al igual que por Garstang una

presencia abundante de grano en sus sacos que habían sido quemados, lo cual indica que la

ciudad no experimentó un largo asedio como sucedía en las ciudades amuralladas, sino que

fue tomada de manera súbita después que los muros cayeron y la ciudad fue quemada con

todas las provisiones de granos existentes dentro de la ciudad concordando con el registro

bíblico de la toma de Jericó (Jos. 6:17, 18).

En las excavaciones en Jericó también se descubrió un sistema de fortificaciones

con sus propias murallas. También Kenyon observó que hay evidencia de que murallas

cayeron hacia fuera de la ciudad y no por la acción de una fuerza militar; esto puede notarse

por una especie de rampa formada de los restos de la muralla hasta los remanentes de la

muralla que aun quedó en pie. Otra razón más que apunta a la narrativa de la conquista en

Josué.

Al comparar las conclusiones de Garstang (foto E) y Kenyon se ven muchas

similitudes, salvo unas correcciones hechas por Kenyon. Donde parece haber más conflicto

es con relación a la fecha de la destrucción de Jericó. Dos fechas propuestas, 1440 y 1550 a.

C. respectivamente. Kenyon fecha la caída de Jericó en un periodo más temprano basado en

los trabajos de Nelson Glueck (1930) que exploró la región Transjordana y Araba. Glueck

mostró que hay falta de población sedentaria en esa región desde 1900 al 1300 a. C.

Kenyon se ve influenciada por esta conclusión. Las conclusiones de Glueck han sido

cuestionadas por varios arqueólogos si la validez de su método es factible.30 Estudios

29
Kathleen Kenyon, Excavations at Jericho, vol. 3, The Architecture and
Stratigraphy of the Tell, ed. Thomas A. Holland (London: British School of Archeology in
Jerusalem, 1981), 370.
30
Merrill F. Unger, Archaeology and the Old Testament, 152.

15
posteriores atestiguan que durante ese periodo de aparente vida nómada, sí hubo ocupación

de tipo sedentaria, así lo requiere la narrativa de Números 20-22. Investigaciones

realizadas en 1963-1966, 1975 y otras vez en 1978 atestiguan de por lo menos 32 sitios

descubiertos en el Bronce Medio II (1600-1550 a. C.) y otros tantos sitios en el Bronce

Tardío (1550-1400 a. C.). Por lo tanto las conclusiones iniciales de Glueck han caído en

descredito, sin embargo han guiado mal a los eruditos por casi dos generaciones hasta

ahora.31 Hecho lamentable; por lo cual en 1970 Glueck produjo una segunda edición de su

primera investigación para tratar de modificar la fuerza de sus opiniones, pero el daño ya

estaba hecho. Por la abundante evidencia al respecto, las conclusiones de Glueck ya no son

un factor de discusión en el problema.

31
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 115, 116.
16
CAPÍTULO 3

CONCLUSIÓN

Hasta aquí se ha despejado el camino para encajar la datación del éxodo en la

cronología bíblica a la luz de tres hallazgos arqueológicos importantes que apuntan al

hecho de que tal evento ocurrió a mediados del siglo XIV a. C. Merrill F. Unger ha listado

4 razones32 para sostener dicho postulado, incluyendo los descubrimientos presentados en

este trabajo:

1. Las declaraciones explicitas de la Escritura que sitúan el éxodo alrededor del 1441

a. C. (comentadas en el capítulo 1)

2. La historia egipcia contemporánea permite una fecha para el éxodo de mediados del

siglo XIV a. C. Caería muy probablemente a principios del reinado de Amenhotep

II (1450-1425 a. C.) hijo del famoso conquistador y edificador del imperio Tutmosis

III (1482-1450), cuya figura bien podría encajar con el faraón de la opresión. Las

formidables construcciones en tiempos de Tutmosis III requirieron una inmensa

mano de obra. Algunos relieves encontrados identifican a esclavos de origen semita

trabajando en los proyectos masivos de construcción de este faraón. Moisés debió

huir a Madian y permanecer allá hasta la muerte de Tutmosis III (Éxodo 3:23).

Obviamente en los anales del Amenhotep II no hay ninguna referencia a un

desastre nacional producido por las diez plagas, pero esta falta de mención es

32
Merrill F. Unger, Archaeology and the Old Testament, 141-148.
17
claramente esperada ya que los egipcios no registraban sus infortunios.

3. Eventos contemporáneos en Palestina sugieren la fecha propuesta. Unger hace

referencia aquí a las correspondencias de El-Amarna.

4. La evidencia arqueológica de la caída de Jericó favorece la datación para el éxodo

en el 1441 a. C. (año sugerido por Unger)

Objeciones a la datación del éxodo en el siglo XIV a. C.

La objeción que ha tenido más eco entre la comunidad erudita es que Éxodo 1:11

cita a dos ciudades que resultaría anacrónico mencionarlas como existiendo alrededor del

1440 a. C. Pitón y Rameses son ciudades bien identificadas del tiempo de Ramsés II por lo

menos 2 siglos más tarde.

Pitón ha sido identificado con el sitio Tell er-Retabah y Rameses con Tell el-Daba.

Estas ciudades del tiempo de Ramsés II. La ciudad de Ramsés llamada en ese tiempo Pi-

Rameses o la casa de Ramsés floreció por 200 años con ese nombre (1300-1100). A la luz

de las prácticas notorias de Ramsés II de tomar crédito por los logros completados de sus

predecesores, estas ciudades fueron ciertamente reedificadas y agrandadas por él.33

Se sabe que la capital de los hicsos fue Avaris. Los Hicsos34 fueron expulsados por

Amosis I (1550-1525), sería factible pensar que esas ciudades quedaron desocupadas, pero

se ha encontrado que fueron mantenidas como bastiones y fortalezas de noroeste del Delta.

¿Cuál es la relación entre Avaris y Pi- Rameses? Tanis fue identificada con la ciudad de

Ramsés por el hecho de que había muchos monumentos con inscripciones del periodo

33
Merrill F. Unger, Archaeology and the Old Testament, 149.
34
Los Hicsos fueron una dinastía extranjera de origen cananita que gobernó Egipto
del 1750-1550 aproximadamente y establecieron su capital en la región de Delta. Ver
Jonathan N. Tubb, Canaanites (Norman: University of Oklahoma Press, 1998), 55-69.

18
Ramesita, pero después se llegó a la conclusión unánime de que esas estructuras fueron

transportadas en un tiempo posterior a esa ubicación (Tanis, nombre griego de la ciudad e

identificada con la Zoán bíblica). Así que Tanis es una ciudad que floreció durante las

dinastías XXI y XXII en las ruinas o área aledaña de lo que fue Pi-Rameses. Estas ciudades

están en la misma región del Delta. Avaris floreció a principios del periodo de la ocupación

de los Hicsos y la segunda fue reconstruida en el tiempo de Ramsés II. Hay evidencia

arqueológica de actividad constructora en Pi-Rameses desde el siglo XIX a. C. y fue un

centro administrativo mayor.35 También se encontró que hay un fuerte aspecto de la cultura

Siro-Palestina apuntando a las migraciones de la edad Bronce Medio II, y por lo tanto

debieron ser construidas algunos siglos antes del éxodo.

Avaris y Tanis son los nombre dados a ciudades antiguas que han sido excavadas en

el sitio Tell el-Daba, allí estriba la relación entre ellas. Aunque Avaris fue la capital de los

Hicsos no fue abandonada totalmente y en excavaciones recientes realizadas por un equipo

austriaco en los 90´s descubrió una estructura que data de la dinastía 18. Manfred Beitak ha

identificado esta estructura como una ciudadela edificada dentro de la antigua ciudad de

Avaris, y él la dato al principio de la dinastía XVIII. La fortificación parece haber sido

edificada como base de operaciones para campañas militares de Amosis I y sus sucesores

hacia Canaán y Siria. También concluyó al analizar los restos de cerámica cerca de los

almacenes, que las estructuras apuntan al tiempo de Tutmosis III (1479-1425 a. C.)36

Este inesperado descubrimiento, como lo observa Hoffmeier, significa que por

primera vez hay evidencia sustancial de edificación en ladrillo en la región de Avaris-Pi-

35
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 115.
36
James K. Hoffmeier, Israel in Egypt the evidence, 122.

19
Rameses inmediatamente a la salida de los Hicsos y una presencia continuada en el área

hasta mediados de la dinastía XVIII.37 Esta evidencia atestigua que antes del periodo

Ramesita para la ciudad que la biblia llama Rameses hubo ocupación previa del tiempo

posterior a la expulsión de los Hicsos y apuntando al tiempo de Tutmosis III, como el

faraón de la opresión. ¿Podría esa construcción asociada al fuerte de Amosis junto con las

instalaciones contiguas marcar el inicio de la opresión israelita y la fabricación del ladrillo

referida en Éxodo 1?

El indicador más fuerte para fechar el éxodo en el siglo XIII es la mención de las

ciudades Pitón y Rameses como las ciudades que construyeron los hebreos, pero este

escenario no encaja con los demás datos cronológicos bíblicos. Una solución que los

eruditos han propuesto es que el nombre Rameses fue usado en un sentido retrospectivo38, o

una glosa tardía del periodo Ramesita.39 Esto no sería extraño puesto que el autor bíblico de

Génesis menciona la tierra de Rameses en la historia de José (47:11) para describir la

región Delta del Nilo donde Jacob y sus hijos se asentaron. Kaiser señala que ninguno

fecha esta área de asentamiento de Jacob y sus hijos en el siglo XIII.40 Lo mismo concluye

Unger al decir que el nombre Rameses debe interpretarse como una modernización del

nombre de un lugar arcaico.41

37
James K. Hoffmeier, Israel in Egypt the evidence, 123.
38
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 114.
39
James K. Hoffmeier, Israel in Egypt the evidence, 123.
40
Walter C. Kaiser, The Old Testament documents, 114.
41
Merrill F. Unger, Archaeology and the Old Testament, 149.
20
Observaciones finales

La cantidad de información es abundante respecto al tema, aun entre los eruditos

sigue siendo debatido dicho problema. Pero se han presentado 3 hechos arqueológicos que

refuerzan la datación del éxodo alrededor del 1440 a. C. a) La mención de Israel por parte

de una fuente egipcia, como un grupo étnico viviendo en Palestina alrededor del 1210 a. C.

lo cual prueba que los israelitas vivían ya desde hace un buen tiempo en Transjordania,

aunque si se quiere interpretar como ocurriendo el éxodo en el siglo XIII, aún cabe la

posibilidad, aunque muy forzado los periodos para que Israel de ser un grupo nómada de

esclavos ya estuviera constituido como un grupo reconocido por los egipcios en menos de

una generación. b) las correspondencias de Amarna que atestiguan de invasores en las

tierras de palestina en una fecha contemporánea a la conquista. Aun así se puede cuestionar

la identificación de los Habiru mencionados con los hebreos. Hay un estudio reciente que

señala que el termino habiru es de carácter sociológico y no tanto para identificar a un

grupo específico. Aun así, no se resta fuerza a la hipótesis de que los habiru de las cartas de

Amarna hayan sido los conquistadores israelitas. Y finalmente c) la comprobación de que

la caída de Jericó se produjo de manera súbita y se sugiere fue por la acción de un

terremoto por la forma en que han sido encontradas las murallas derribadas hacia afuera de

la ciudad y otros detalles comentados, pero más aún por la datación alrededor del 1440 a.

C. de los restos calcinados de la ciudad lo cual ubicaría el éxodo alrededor del 1400 a. C.

Si a estos hallazgos y trabajos científicos se le suma todo lo que el registro bíblico

del éxodo y la conquista contiene, entonces se arriba a un cuadro que encaja perfectamente

entre lo científico y la narración bíblica. Es honesto concluir que permanecen preguntas y

detalles no aclarados, sin embargo los trabajos de la ciencia arqueológica continúan. Quizá

no sea posible tener todas las evidencias claras, pero eso no debilita la fe del creyente
21
BIBLIOGRAFÍA

Campbell, Charlie H. Evidencia arqueológica de la Biblia. Grand Rapids, Mich: Editorial


Portavoz, 2013,

Connelly, Douglas. Amazing discoveries that unlock the Bible: a visual experience. Grand
Rapids, Mich: Zondervan, 2008.

Finkelstein, Israel, and Neil A. Silberman. The Bible unearthed: archaeology's new vision
of ancient Israel and the origin of its sacred texts. New York, NY: Simon and
Schuster, 2002.

Hoerth, Alfred J., Gerald L. Mattingly, and Edwin M. Yamauchi. Peoples of the Old
Testament world. Grand Rapids, Mich. Cambridge, England: Baker Books
Lutterworth Press, 1998.

Hoffmeier, James K. Israel in Egypt the evidence for the authenticity of the Exodus
tradition. New York: Oxford University Press, 1999.

Horn, Siegfried. La Biblia ante la Arqueología. Mountain View, CA: Publicaciones


Interamericanas, 1980.

Kaiser, Walter C. The Old Testament documents: are they reliable & relevant. Downers
Grove, Ill: InterVarsity Press, 2001.

Lemche, Niels P. The Israelites in history and tradition. London Louisville, Ky: SPCK
Westminster John Knox Press, 1998.

Rasmussen, Carl. Zondervan atlas of the Bible. Grand Rapids, Mich: Zondervan, 2010.

Ray, Jr., Paul J., “The Duration of Israelite Sojourn in Egypt”, Andrews University
Seminary Studies, Vol. 24, no. 3 (Autumm 1986): 231-248.

Tubb, Jonathan N. Canaanites. Norman: University of Oklahoma Press, 1998.

Unger, Merrill F. Archaeology and the Old Testament: a companion volume to


Archaeology and the New Testament. Grand Rapids: Zondervan Pub. House, 1954.

Yamauchi, Edwin M. Las excavaciones y las escrituras. El Paso, Tex: Casa Bautista de
Publicaciones, 1977.
22
ANEXOS

Foto A. Viene de la página 8

23
Foto B. viene de la página 10

24
Foto C. viene de la página

Foto D. Viene de la página 13

Mientras hace su trabajo la Arqueóloga inglesa Kathleen Kenyon, quien excavó en Jericó.

25
Foto E. Viene de la página 15

Foto de John Garstang. Arqueólogo Británico que realizó excavaciones en el sitio de Jericó

de 1930-1936.

26

También podría gustarte