Srinivasa Ramanujan

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la brillante historia del matemático indio

Srinivasa Ramunajam, matemático indio (1987 – 1920). De formación autodidacta,


descubrió y re-definió centenares de teoremas matemáticos que al día de hoy son
motivo de estudio.
Nació en 1887 en Erode, a 400 kilómetros de Madrás, en el seno de una familia humilde, hijo de un
empleado de tienda y un ama de casa.
Fue el mayor de seis hermanos, tres de los cuales murieron antes de cumplir el año de vida. Ramanujan
tuvo más suerte; sobrevivió a la viruela, que por entonces se cobraba millones de vidas. Ramajunan
estuvo varias veces a punto de morir de hambre.
Las condiciones en la que crecería serían causa de su posterior permanente precaria salud.
Su primera instrucción fue ir a una escuela primaria a los 7 años, a los 12 años dominaba la
trigonometría. A pesar de su falta de educación formal o Universitaria, Ramajunan mostraba enormes
avances en matemática.
Fue un matemático de excepción. Durante su breve vida llegó a publicar más de 3000 resultados
entre demostraciones e identidades. Decía que su inspiración era la visita de la diosa Namagiri
durante sueños.
La mayor incógnita acerca de este hombre era el mismo. Su falta de educación formal y sus múltiples
carencias económicas y todo tipo no fueron impedimento para que este hombre nacido en la india
llegara a transformarse sólo de manera autodidacta en el más grande matemático de su país.

Visitado por la diosa


Ramajunan describiría que mucha de su inspiración venía de la visita de la diosa Namagiri:

“mientras dormía, tuve una experiencia inusual. Había una pantalla roja formada
por un flujo de la sangre. De repente una mano comenzó a escribir en la pantalla.
Esa mano escribió un número de integrales elípticas que se metieron a mi mente.
Tan pronto como me desperté, las escribí”

Un biógrafo, André Weil, da cuenta de sus inicios: La carrera de este joven quedó bloqueada por su
pobre conocimiento del inglés teniendo que realizar trabajos inferiores como contable….sin contar con
ningún apoyo y por su cuenta desarrolló sus investigaciones acerca de teorías de números, teoría de
series y fracciones continuas hasta que por accidente fortuito llegaron a manos de [Godfrey] Hardy
quien le llevó a Inglaterra en 1916.
El viaje a Inglaterra
Ramanujan enviaba sus resultados a distintos profesores, la mayor parte en forma infructuosa. A uno de
ellos, Ramachandra Rao, miembro fundador de la Sociedad Matemática India.
Ramachandra reconoció el talento de Ramajunan y junto a unos colegas gestionó una solicitud de
financiamiento con profesores británicos. Una de las peticiones recibiría respuesta favorable sería una
carta al académico Geodfrey Hardy en 1913.

Carta de Ramanujan a Hardy Estimado señor: Le suplico que me permita que me


presente a usted. Soy empleado en el Departamento de Contabilidad de la Oficina de
Correos de Madrás. Tengo ahora 23 años de edad. No tengo educación
universitaria. He estado empleando mi tiempo libre para trabajar en matemáticas.
Estoy buscando un nuevo camino para mí mismo. Le pido humildemente que eche
un vistazo a los papeles que acompañan esta carta. Soy pobre. Si usted está
convencido de que hay algo que merezca la pena entre mis papeles, me gustaría ver
mis teoremas publicados. Soy inexperto. Encontraría de mucho valor cualquier
consejo que usted pudiera darme. Le pido que me disculpe por cualquier
inconveniente que pueda haberle causado. Sinceramente, S. Ramanujan

Godfrey Harold Hardy, de la Universidad de Cambridge, recibió por


correo nueve páginas de fórmulas que le parecieron, en sus propias
palabras, «casi imposibles de creer».  Hardy se tomó unos instantes
para revisar los documentos y afirmó que nadie tendría imaginación
para pergeñar un fraude tan elaborado, así que respondió a Ramanujan
solicitándole más pruebas de su trabajo.
Finalmente, Hardy encontró financiamiento para llevar a Ramanujam a Inglaterra.  Así fue que
Ramanujan tuvo contacto con el mundo académico europeo y su talento matemático no quedó en el
olvido.
Hardy y su amigo Littlewood comenzaron a echar un vistazo a los cuadernos de Ramanujan. El propio
Hardy ya había recibido 120 teoremas de Ramanujan en las dos primeras cartas, pero había muchos
más resultados y teoremas en los cuadernos. Vio que algunos estaban equivocados, otros ya habían sido
descubiertos, pero el resto eran nuevas ideas originales.
Ramanujan causó una profunda impresión en Hardy y en Littlewood, quien comentó: “Creo que es al
menos un nuevo Jacobi”, mientras Hardy dijo que “Se le puede comparar únicamente con Leonhard
Euler o Jacobi.”
Ramanujan pasó casi cinco años en Cambridge colaborando con Hardy y Littlewood, y publicó una
parte de sus hallazgos allí. Hardy y Ramanujan tenían personalidades totalmente contrapuestas. Su
colaboración fue un choque de diferentes culturas, creencias y estilos de trabajo.
Hardy era ateo y un apóstol de la prueba y el rigor matemático,
mientras que Ramanujan era un hombre profundamente
religioso y se apoyaba fuertemente en su intuición. Mientras
que Ramanujan permaneció en Inglaterra, Hardy hizo todo lo
posible para llenar las lagunas en la educación de su colega sin
interrumpir su hechizo de inspiración.
Sería un corto pero brillante periodo de colaboración. En 1918
Ramanujan recibió el reconocimiento al ser nombrado
miembro de la Royal Society que sería al fin de cuentas, el
máximo honor que se le sería concedido.
Sus resultados y el apoyo de Hardy le llevaron a la Royal Society y a ser miembro del claustro del
Trinity College, pero no disfrutaría mucho de esos honores.
En 1919 retornaría a la India para estar al lado de su esposa.
En 1920, con 32 años y solo siete después de la carta que le llevó a Inglaterra, una tuberculosis que
algunos atribuyen en parte a su trabajo extenuante acabó con su vida.

Las Matemáticas de Ramanujam


Ramanujan era un apasionado de las secuencias y las series infinitas, las que aparecen desparramadas
en todas sus notas. Junto con Hardy, emprendió el estudio de una secuencia de extrema importancia:
1, 2, 3, 5, 7, 11, 15, 22, 30, 42, 56, 77, 101, 135, 176, 231, 297, 385, 490, 627, 792, 1002, 1255, 1575,
1958, 2436, 3010, 3718, …
En ella, el término que aparece en la posición corresponde al número de maneras de escribir como
suma de enteros positivos. En otras palabras, es la cantidad de maneras distintas de “partir” el número
en piezas aditivas, sin distinguir particiones en las que aparecen los mismos sumandos pero dispuestos
en distinto orden.
Así, en la tercera posición aparece un tres, pues 3 admite tres particiones: 3 = 2+1 = 1+1+1. De igual
forma, en la cuarta posición aparece un cinco, pues 4 admite cinco particiones:
4 = 3+1 = 2+2 = 2+1+1 = 1+1+1+1.
Por su parte, las siete particiones de 5 son:
5 = 4+1 = 3+2 = 3+1+1 = 2+2+1 = 2+1+1+1 = 1+1+1+1+1.
Junto con Hardy, estableció la siguiente fórmula de aproximación para el término n-ésimo (recuerde
que la letra e se usa para denotar un importantísimo número descubierto por Euler: e=2,71728…):
Ramanujan fue galardonado con una licenciatura en Ciencias (este grado
fue más tarde renombrado PhD) en marzo de 1916 por su trabajo de
investigación en números altamente compuestos, la primera parte de la cual
fue publicada como un documento en las Actas de la London
Mathematical Society.
El artículo tenía más de 50 páginas con la demostración de diferentes
propiedades de tales números. Hardy comentó que este fue uno de los
artículos más inusuales surgidos en la investigación matemática de esa
época y que Ramanujan mostró un extraordinario ingenio en su manejo.

La anécdota del Taxi


Antes de su muerte, su amigo Hardy decidió ir a visitarle al hospital, y como sabía de su afición casi
enfermiza por los números, le dijo: “He venido en un taxi con el número 1729. Siento que sea un
número tan poco interesante”.
A lo que Ramanujan contestó: “¡Te equivocas! Es el número positivo más pequeño que puede
expresarse como la suma de dos cubos de formas distintas”. Y era cierto.
El 1729, conocido como el número de Hardy-Ramanujan cumple la
propiedad comentada por el matemático indio:

La vida de Ramanujan al Cine


La historia del matemático indio Srinivasa Ramanujan fue llevado al cine en el año 2016 con la
película: El Hombre que conocía el infinito, una película protagonizada por Jeremy Irons (Hardy) y
Dev Patel (Ramanujan).

Sinopsis:
Desde sus orígenes, se relata este encuentro improbable, entre un indio religioso, casado con una niña
de 10 años y practicante de una religión que no le dejaba cruzar el mar, con un racionalista ateo
miembro de la élite intelectual eurocentrista de la época.
“No creo en la sabiduría inmemorial de Oriente, pero creo en ti”, le dice en un momento Hardy a
Ramanujan. El indio sentía que un ser superior, su diosa, le susurraba las fórmulas que resolvían
problemas imposibles.
Hardy, fascinado por su talento natural, trataba de que él mismo reconstruyese el camino por el que
alguien sin su inspiración pudiese llegar a las mismas conclusiones.
Además de los retos científicos, la película muestra el rechazo al que tuvo que enfrentarse Ramanujan
en Inglaterra. Solo el empeño de Hardy, y el apoyo de unos pocos miembros del claustro del Trinity
como J. E. Littlewood, le permitieron ser reconocido en un mundo que aún justificaba el colonialismo
en la existencia de razas inferiores como las del matemático indio.
El ejemplo de Ramanujan puede utilizarse para apoyar la hipótesis de que el lenguaje matemático es
algo inscrito en el cerebro de todos los seres humanos.
Como Mozart hacía con la música, Ramanujan tenía la capacidad de hacer brotar de su interior
fórmulas que sirven para explicar la naturaleza.
Millones de años de evolución habrían creado las estructuras neuronales que sirven para entender el
mundo y, en el caso de Ramanujan, permiten describirlo con las ecuaciones más sofisticadas.

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