Arte Terapia Y Migraciones
Arte Terapia Y Migraciones
Arte Terapia Y Migraciones
Especialidad en
Ámbitos Psicosociales, Clínicos y Educativos (EAPCE)
1. Resumen. 4
2. Justificación. 4
PRIMERA PARTE:
3. Introducción. 7
4. El individuo y el paisaje. 8
4.1 Paisaje y cultura. 9
4.1.1 La construcción de la cultura en relación al paisaje. 9
4.1.2 Lo simbólico en el paisaje, leyendas, mitos y arquetipos. 11
4.2 Procesos psicológicos en la relación individuo-entorno. 12
4.2.1 Aproximaciones desde la psicología ambiental. 12
4.2.2 Paisaje e identidad. 14
4.2.2.1 La migración y su repercusión en la identidad. 16
4.3 El paisaje en el arte contemporáneo. 18
4.3.1 La percepción y representación. 18
4.3.2 Lo proyectivo en la representación del paisaje. 20
4.3.3 Paisajes internos y externos: desde una perspectiva
corporal y experiencial. 21
4.3.4 El paisaje en la obra de artistas contemporáneos. 23
2
SEGUNDA PARTE:
5. Introducción. 32
8. Conclusiones. 56
9. Bibliografía. 59
10. Anexos. 63
3
1. Resumen.
El trabajo que a continuación se presenta parte de una revisión bibliográfica sobre el
tema del paisaje y su influencia en el individuo de forma tanto individual como grupal,
personal y cultural. Se analiza el estado de la cuestión desde las perspectivas
psicológica, social, cultural, geográfica y artística para realizar a partir de ello
aportaciones interdisciplinares que puedan abordarse a través del arteterapia,
especialmente dirigidas a colectivos de personas migrantes. Posteriormente, se elabora
una propuesta de intervención para un futuro proyecto de investigación experimental a
partir de ella. De este modo pretendemos elaborar y reelaborar nuestra experiencia
inicial con el colectivo de población migrante tras la realización de mi período de
prácticas, todo ello complementado con mi particular interés por el estudio del paisaje y
su influjo en el desarrollo individual y social.
Abstract.
This work is essentially a literature review about landscapes and its influence on people.
We analyze the estate of affairs from psychological, social, cultural, geographic an
artistic perspectives, to do interdisciplinary contributions that could be adressed though
art therapy, at migrants groups. According to it, an intervention proposal is suggested for
a future experimental research. In this way, we are trying to develop and remake our
inicial experience with the migrant group after my practice, all added to with my
particular interest in the landscape study and its influence on individual and social
development.
2. Justificacion.
La inquietud de trabajar la intervención y transformación del paisaje a través del arte
como medio para mejorar la inclusión social de personas migrantes, surge tras la
realización de las prácticas correspondientes al Máster de Arteterapia y Educación
4
Artística para la Inclusión Social, desarrolladas en un centro de migraciones de Madrid
con colectivos de refugiados políticos e inmigrantes en situación de vulnerabilidad.
Valorando las posibilidades reales que podían alcanzarse desde el taller de arteterapia
de ayuda y mejora psicosocial en este colectivo así como las necesidades detectadas,
se propone el proyecto de intervención. El desarraigo, la desorientación y ansiedad
debidos al choque social y cultural al que se tienen que enfrentar, son algunas de las
características principales y comunes del colectivo. Por ello, se propone trabajar la
autoestima y la identidad tanto personal como cultural desde un enfoque contextual.
Los objetivos de este trabajo son, por un lado, conocer de qué forma influye el paisaje
en el ser humano desde una perspectiva social, cultural e identitaria y de qué formas
puede abordarse por medio del arte. Y por otro lado, plantear las aportaciones que
pueden hacerse al arteterapia como método de trabajo para mejorar la inclusión social,
especialmente en el colectivo de personas migrantes.
Se considera que este trabajo puede abrir nuevas líneas de investigación sobre el
paisaje como elemento directamente vinculado a la identidad, no sólo desde el
arteterapia sino también desde otros campos, especialmente en el de la educación
formal y no formal.
5
PRIMERA PARTE
6
EL PAISAJE COMO ELEMENTO SOCIAL, CULTURAL Y GEOGRÁFICO.
3. Introducción.
Lo que se plantea en este TFM es investigar acerca de cómo influye el paisaje en el
individuo y cómo se puede trabajar para conseguir una mejor integración en él,
concretamente en el caso de inmigrantes en situación de vulnerabilidad o refugiados.
Se plantea la idea de paisaje como elemento formal que lleva implícita una carga social,
cultural y geográfica, la cual permanece como parte inseparable de cada individuo. Para
comprender mejor todo lo que se expondrá a continuación, es necesario definir y
concretar qué entendemos por paisaje:
7
paisaje al ser experimentado desde perspectivas multidisciplinares como la
arquitectura, el arte, la geografía, la psicología o la filosofía. El término no supone
exclusivamente un espacio abierto, al aire libre, sino que entendemos como paisaje
todo espacio que rodea al individuo, todo ambiente en el que se desenvuelve y que
percibe a través de sus sentidos, lo cual incluye espacios abiertos, cerrados, amplios,
pequeños, naturales, construidos, rurales, urbanos, agradables, desagradables,
confortables, incómodos, etc.
Entendemos entonces como paisaje algo más que el entorno físico donde cada
individuo desarrolla su vida. Esta complejidad del término hace que “hoy, y cada vez
más, sentimos la necesidad de añadir algo al término paisaje para así dar cuenta de su
actual condición interdisciplinar, para así aclararnos mejor nosotros mismos”
(Colafranceschi, 2010:57).
Utilizaremos por tanto el término paisaje como un concepto en lugar de como una
temática o disciplina cerrada.
“El tratamiento del paisaje como un proceso en el que las relaciones sociales y el mundo natural
se constituyen mutuamente en la formación de escenas visibles, espacios vividos y territorios
regulados democratiza y politiza lo que, de otro modo, sería una exploración natural y descriptiva
de morfologías físicas y culturales. Así pues se introducen en el estudio del paisaje cuestiones de
formación de la identidad, expresión, actuación e incluso conflicto” (Cosgrove, 2002:78).
4. El individuo y el paisaje.
Del trabajo abordamos lo referente a la influencia que ejerce el paisaje en el individuo y
viceversa desde la perspectiva cultural, geográfica y de la psicología social y ambiental.
8
4.1 Paisaje y cultura.
“El paisaje no es una realidad en sí misma, sino que
es un reflejo de la relación del hombre con su entorno.”
Laurens Bockemühl
Como hemos visto, el paisaje queda definido por multitud de factores. De todos ellos,
prioriza el concepto de representación cultural, entendido como la imagen que elabora
el individuo a partir de la percepción de la realidad y condicionada por ciertos rasgos
culturales. Es en este origen donde se plantea la paradoja de la cultura, la cual
condiciona al paisaje y a su vez, ésta es condicionada por el paisaje.
“Se asume que todo territorio es paisaje, más aún, paisaje cultural no sólo porque es percibido
por el ser humano en función de unos parámetros culturales concretos sino por ser el reflejo de
unas prácticas económicas, sociales, políticas, religiosas, etc. también mediatizadas por la
cultura. Así, al hablar de representación cultural se nos están sugiriendo dos imágenes: por una
parte, la imagen o construcción mental elaborada a partir de nuestra percepción o, dicho de otro
modo, de la proyección de la mirada sobre nuestros espacios de experiencia, una imagen o idea
cargada de contenidos, valores y significados que expresan una determinada manera de ver el
mundo, en definitiva, de interpretarlo y por otra, la apariencia visual que adquieren esos espacios
sobre los que el hombre proyecta esa mirada y desarrolla su actividad como actor
“territorializado” que es” (Ortega, 2010:49).
“Al utilizar el vocablo cultura pienso en la tradición heredada. Pienso en algo que está contenido
en el acervo común de la humanidad, a lo cual pueden contribuir los individuos y los grupos de
personas, y que todos podemos usar si tenemos algún lugar en que poner lo que encontremos”
(Winnicott, 1972).
9
Han sido muchos autores quienes han hablado también de la relación entre el entorno y
la cultura. En concreto, López (2005) recoge esta cita de Aristóteles:
“El lugar está definido por Aristóteles como “la primera envolvente inmóvil, abrigando cuerpos que
pueden desplazarse y emplazarse en él” (Aristóteles. Citado en López, 2005:167). Podemos decir
entonces que el lugar es el contenedor del hombre y su historia (...). La ciudad como lugar que
“agrupa y exterioriza la forma con que agrupa al hombre” (ibidem), permite al individuo recorrer
su historia y a la vez permite a la historia situar al individuo. (López, 2005:167).
Claval (1999), afirma que las culturas se forman a partir del resultado de un trabajo de
construcción que desarrollan en relación al espacio, la naturaleza, la sociedad, los
medios y las maneras de explotarlos. Del mismo modo, crean su cultura en función a lo
que puedan extraer de lo que tienen a su alcance, “sacan partido de la naturaleza para
alimentarse, ampararse de la naturaleza, vestirse, alojarse, etc., y modelan el espacio a
su imagen y en función de sus valores y de sus aspiraciones”.
No es extraño que las diferentes culturas se hayan ido formando a lo largo de la historia
vinculadas al espacio y al lugar en el que se desarrollaban. Si tomamos en cuenta la
idea que propone Maderuelo (2008b), de que el paisaje se construye, es decir, es una
creación humana, el componente cultural queda estrechamente unido a él. En cada
época y en cada sociedad se han elaborado imágenes del mundo y del entorno que
responden a las creencias, conocimientos y deseos que poseían. El ser humano ha
construido por tanto la cultura en relación al paisaje y el paisaje en relación a la cultura,
creciendo ambos simultáneamente y alimentándose para construirse y transformarse
recíprocamente.
10
4.1.2 Lo simbólico en el paisaje, leyendas, mitos y arquetipos.
Como ya hemos visto, las culturas se conforman en relación directa con el ambiente,
definiéndose a lo largo de la historia determinadas en gran medida por las
circunstancias naturales a las que se veían envueltas y en las que se encontraban
inscritas, las cuales condicionaban y guiaban la forma de vida, los rituales, las creencias
y, por tanto, la tradición. Ésto nos hace conscientes de la gran fuerza que ejerce el
paisaje sobre los seres humanos, sobre su comportamiento social e individual.
La forma en que las culturas se mantienen y persisten es a través de las leyendas y los
mitos, los cuales son el medio por el cual se han transmitido durante siglos gracias a la
tradición oral. Los mitos tienen un fuerte componente simbólico que reside en lo más
profundo de la mente humana, conectando con imágenes arquetípicas, según Jung
(1981), heredadas genéticamente. Siguiendo a este autor, el alma contiene todas las
imágenes de las que han surgido los mitos y estos se componen de un gran número de
elementos arquetípicos. Dichos elementos han sido transmitidos por la tradición, por lo
que, aunque hayan surgido de contenidos propios del inconsciente colectivo, se han
transformado en material consciente, inevitablemente cargados de contenido cultural.
Claval (1999) hace referencia a que para comprender la especificidad de los espacios
modelados por las culturas que nos son extranjeras, como la de Vanuatu, Joël
Bonnemaison (1986) interroga los mitos que los fundan y de ellos extrae un análisis
original de los sentimientos de territorialidad.
El paisaje recoge por tanto las huellas de un pasado, pero a su vez, encontramos en él
la realidad más inmediata de igual modo que indicios de lo que está por llegar. En el
paisaje se inscribe la historia de las personas y las culturas, registrando leyendas y
mitos a través de los que desenvolverse, vivir, crecer, aprender e interpretar la
naturaleza y el entorno en el que desarrollar nuestro proceso vital. “Es por tanto un
fenómeno marcado por el dinamismo y el cambio no sólo de sus perfiles y contenidos
físicos sino de los significados que se le otorgan.” (Ortega, 2010:22).
11
El paisaje está presente en todo momento de nuestra existencia, estemos donde
estemos, el lugar en el que nos ubicamos conforma nuestro paisaje inmediato. Supone
entonces una enorme fuente simbólica a través de la cual expresar no sólo lo que
sucede fuera sino también lo que sucede dentro. Con esto me refiero, al igual que dice
Winnicott, al lugar en el que nos encontramos cuando experimentamos el vivir. El
lenguaje es un aliado en el momento de describir simbólicamente la conducta con el
mundo exterior:
“Puede que yo esté en un embrollo, y entonces me arrastro fuera de él o trato de poner en orden
las cosas de manera de poder, al menos por un tiempo, saber dónde estoy. O quizá sienta que
me encuentro perdido en el mar, y trazo mi rumbo para poder llegar a puerto (a cualquier puerto
en una tormenta) y cuando piso tierra firme busco una casa construida sobre rocas, antes que en
la arena; y en mi propio hogar, que (por ser yo inglés) es mi castillo, me hallo en el séptimo cielo.”
(Winnicott, 1972:139).
12
El estudio desde la psicología ambiental puede considerarse reciente ya que no tiene
más de cuatro o cinco décadas de investigación, aunque podemos vincular algunas de
sus inquietudes con la teoría ecológica de Bronffenbrenner (1979). La psicología
ambiental trata del estudio del medio ambiente y de su repercusión en el individuo,
considerando tanto el medio ambiente natural como el medio ambiente construido para
comprender los efectos que cada uno tiene en la conducta y el comportamiento
humano.
13
espacio comprenderían básicamente tres niveles de consideración: el espacio mío, el
espacio nuestro y el espacio de todos”. Según exponen, se debe incidir en dos
conceptos propios de la psicología ambiental, el espacio personal y los procesos de
apropiación espacial.
“Si consideramos que una de las categorizaciones que configura la identidad social de un
individuo o de un grupo es la que se deriva del sentido de pertenencia a un entorno, parece
correcto pensar que los mecanismos de apropiación del espacio (Korosec, 1976) aparecen como
fundamentales para este proceso de identificación. Sea a través de la acción-transformación o
bien de la identificación simbólica (Pol, en prensa) el espacio se convierte en lugar, es decir, se
vuelve significativo (Jdrgensen, 1992). El mecanismo de apropiación facilita el diálogo entre los
individuos y su entorno en una relación dinámica de interacción, ya que se fundamenta en un
doble proceso: el individuo se apropia del espacio transformándolo física o simbólicamente y, al
mismo tiempo, incorpora a su self determinadas cogniciones, afectos, sentimientos o actitudes
relacionadas con el espacio que resultan parte fundamental de su propia definición como
individuo, de su identidad del self (Proshansky, 1976)” (Valera y Pol, 1994:13).
Para comprender el papel que desempeña el espacio que nos rodea para la formación
y definición de la identidad, Valera y Pol (1994) destacan que las primeras preguntas
que se hacen a alguien que acabamos de conocer para saber algo más acerca de
quién es esa persona, muy probablemente son: ¿De dónde eres? o ¿Dónde vives? La
respuesta a estas preguntas sitúa a la persona dentro de un marco de referencia, de un
espacio y un lugar con unas características concretas que será parte fundamental en la
configuración de su identidad social.
Estos autores, definen el concepto de identidad social urbana frente al más genérico
identidad social espacial, para referirse al concepto de identidad desarrollado en
14
relación a un entorno urbano, que es el caso de la mayoría de los habitantes en las
sociedades occidentales.
“Partimos en primer lugar de la definición de identidad social que propone Tajfel: <<es aquella
parte del autoconcepto de un individuo que se deriva del conocimiento de su pertenencia a un
grupo o grupos sociales juntamente con el significado valorativo y emocional asociado a esta
pertenencia>> (Tajfel, 1981, p. 292). Dentro de esta definición, y en función de lo dicho hasta el
momento, puede quedar incluido perfectamente el concepto de <<entorno>>, de manera que la
identidad social de un individuo también puede derivarse del conocimiento de su pertenencia a un
entorno o entornos concretos, juntamente con el significado valorativo y emocional asociado a
estas pertenencias” (Valera y Pol, 1994:8).
Estos autores, señalan también el nivel al que se encuentran los lugares y espacios de
la vida cotidiana en relación a la formación de la identidad, siendo equiparable al de los
individuos con los que la persona se relaciona:
“La identidad de lugar es considerada como una subestructura de la identidad del self y consiste
en un conjunto de cogniciones referentes a lugares o espacios donde la persona desarrolla su
vida cotidiana y en función de los cuales el individuo puede establecer vínculos emocionales y de
pertenencia a determinados entornos. Estos vínculos son, como mínimo, tan importantes como
los que se establecen con los diferentes grupos sociales con los cuales el individuo se relaciona”
(Valera y Pol, 1994:8).
“Existen determinados elementos capaces de simbolizar (...) el sentido de identidad social urbana
que define a un grupo determinado. Estos elementos, por su capacidad simbólica, facilitan los
procesos de identificación endogrupales, las relaciones entre endogrupo y exogrupo en base a
las diferencias percibidas, así como los mecanismos de apropiación espacial a nivel simbólico.
Por ejemplo, Lalli (1988) o Francis (1983) destacan como tales características propias del grupo
asociado a un entorno urbano concreto en relación a las prácticas sociales que se desarrollan en
15
él: ferias, manifestaciones culturales, fiestas mayores, etc. y, en general, otras características que
puedan ser percibidas como representativas de una categoría social urbana y, por lo tanto,
diferenciales respecto a las otras categorías” (Valera y Pol, 1994:21).
16
desorientado (López, 2005) y el lugar se vuelve insignificante, difuso, confuso y en el
límite, se confunde con la muerte, la cual no atiende a razones” (Muntañola, 2000).
“La identidad individual es, sin duda, el aspecto que más sufre los efectos del proceso migratorio.
La identidad, además de un conjunto de rasgos físicos y funcionales, es un conjunto de símbolos
y valores imprescindibles para abordar la realidad cotidiana. Está en contínua transformación
porque la persona migrante integra en su identidad el estatus de “inmigrante” y los aprendizajes
culturales adquiridos en los países/sociedades por las que transita” (Cuadros, 2010:300).
A todo esto, debemos sumar la realidad social en que la mayoría de las personas
migrantes se encuentran cuando llegan al país de acogida. Debido a su poder
adquisitivo, las personas migrantes suelen centrar su residencia en barrios de bajo nivel
socio-económico, por lo que esta concentración, asociada a necesidades económicas y
sociales se convierte en un elemento estigmatizante más.
Según Valera y Pol (1994), la identidad social se configura en relación a los espacios en
los que te desenvuelves, pero esta identidad social puede estar referida a distintos
ambientes en los que cada persona desarrolla las distintas actividades dentro de una
misma ciudad, es decir, espacio donde vives, espacio donde trabajas, etc.
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“En todo caso, reconocer la existencia de sistemas de categorización paralelos implica también
reconocer que los individuos o grupos tenderán a jerarquizar estos sistemas al definir su
identidad social urbana y que la relación con el espacio puede quedar afectada por este hecho.
Esta idea podría explicar, por ejemplo, el fenómeno de que un grupo de inmigrantes que procede
de un mismo lugar de origen (y, por lo tanto, tiene configurada su identidad en base a la categoria
urbana originaria) se apropie y se identifique, en un primer momento, con el nuevo espacio
reconstruyendo el entorno ambiental de procedencia” (Valera y Pol, 1994:20).
18
De todos los sentidos con los que percibimos información de lo que nos rodea, el más
vinculado a la percepción ha sido siempre la visión. Independientemente de que éste no
sea el único que interviene en dicho proceso, es considerado por numerosos autores
como el de mayor importancia y a través del cual se registra la mayoría de la
información que será accesibles a la mente. Es importante reconocer que estas teorías
están orientadas a sujetos que tienen intactas las capacidades sensoriales visuales, lo
cual sería absolutamente diferente en individuos que tuvieran algún tipo de trastorno en
este sentido. En ese caso, el principal canal de recepción no sería el visual, sino que
pasarían a tomar protagonismo otros como el auditivo o el táctil, los cuales están
presentes en todos los casos pero quedan, generalmente, supeditados a la visión. De
cualquier modo, a pesar de que la visión esté considerada como el canal a través del
cual percibimos la mayor cantidad de información, no es lo único que percibimos, por
tanto, la información final que percibiremos estará configurada por todos los sentidos a
través de los cuales seamos capaces de registrar. En ocasiones, esto puede realizarse
de forma inconsciente, muchas veces no nos daremos cuenta de que percibimos un
olor o un sonido y sin embargo será información muy relevante en la configuración final
del entorno percibido. “La percepción del paisaje es más que ninguna otra, una
experiencia polisensorial. La información que recibimos mediante el sentido de la vista
se enriquece y acrecienta con la percepción acústica, olfativa y táctil” (Ortega, 2010:25).
19
económicas, políticas, etc. Todas estas características culturales van a funcionar
también como condicionantes en la percepción individual. “El ojo que estudia la
geografía hoy en día no puede negar ni su propia naturaleza corpórea ni tampoco las
lentes culturales a través de las que inevitablemente genera su visión” (Cosgrove,
2002:89). Nos damos cuenta entonces de la subjetividad a la que nos vemos sometidos
en el proceso de percepción debido a la mirada cultural con la que cada individuo
observa una misma realidad.
El paisaje es, a la vez, una realidad física y la representación que culturalmente nos hacemos de
ella; la fisonomía externa y visible de una determinada porción de la superficie terrestre y la
percepción individual y social que genera; un tangible geográfico y su interpretación intangible.
Es, a la vez, el significante y el significado, el continente y el contenido, la realidad y la ficción”
(Nogué, 2010:30).
Siendo así, podemos afirmar que los significados subjetivos de cada persona forman
parte de elaboraciones relacionadas con sus experiencias previas. De este modo la
20
propia subjetividad se pone de relieve en el momento de la representación, haciéndose
explícito el significado último que cada uno le otorga en el proceso de percepción.
“El simple hecho de habitar el territorio proporciona una perspectiva perceptiva distinta a la de
aquel que se posiciona pasivamente ante él para contemplarlo en la distancia. Conlleva una
comprensión del paisaje, una interpretación del mismo que, inevitablemente, será diferente a la
del viajero o a la del observador que asiste al espectáculo de sus formas, colores, sonidos u
olores en la lejanía. El sentimiento de pertenencia, posesión y apropiación, de identificación con
el paisaje que habitan, (...) son experiencias sensibles ante la naturaleza que nos trasladan
igualmente a la dimensión de ese lugar de contenidos y referencias simbólicas que llamamos
paisaje” (Ortega, 2010:13).
21
El paisaje se ha planteado tradicionalmente como una contemplación desde la
distancia, en la que el individuo permanece ajeno a la escena contemplada. Sin
embargo, en función de cómo se desarrolle, esta contemplación puede establecer
relaciones entre el sujeto y el ambiente configurando una nueva relación entre ambos.
Cada vez más, se entiende la experiencia del paisaje desde el mismo acto de caminar.
El recorrido se convierte en la mejor forma de conocer y percibir un paisaje que no sólo
adquiere un único punto de vista sino que, de esta forma, se ponen en juego el espacio,
el tiempo y el individuo, “acto mediante el cual se hace efectivo el intercambio vital que
caracteriza la relación del habitante con su entorno, el instante de reconocimiento de su
dependencia simbiótica con el medio”.
“Si entendemos la experiencia en los términos en los que lo hace Jean Marc Besse, como una
salida o exposición a lo real, el paisaje sería la constatación de múltiples experiencias o múltiples
exposiciones a la realidad natural captadas a través de los distintos canales sensitivos. Una
experiencia del paisaje que se constata especialmente mediante el recorrido” (Ortega, 2010:25).
Porque caminar no sólo permite al individuo una relación directa con el paisaje mucho
más enriquecedora que el recorrerlo en cualquier otro medio de transporte, sino que
además permite un conocimiento específico de la realidad, una experimentación del
espacio basada en el encuentro y en el reconocimiento, tanto de lo que nos rodea como
de nosotros mismos.
1
En la exposición Cartografías Contemporáneas. Dibujando el pensamiento ,
encontramos referencias al cuerpo como medida para conocer y relacionarnos con el
mundo. Éste es nuestra referencia, “con él percibimos y acotamos el espacio a nuestro
alrededor. Medimos en pies o en palmos y hablamos de cuerpos celestes o de las
arterias de la ciudad” (Cartografías contemporáneas, dibujando el pensamiento. Dossier
de prensa, 2013).
1. Cartografías contemporáneas. Dibujando el pensamiento. Organización y producción: Obra Social ”la Caixa”.
Comisariado: Helena Tatay. Del 21 de noviembre de 2012 al 24 de febrero de 2013. CaixaForum Madrid.
22
Una vez más encontramos la subjetividad en la percepción del paisaje. En un momento
en el que la experiencia es la protagonista de la percepción y tomando el propio cuerpo
como referente, como medio e instrumento a través del cual relacionarnos con el
entorno, se potencia todavía más esta subjetividad. En el cuerpo tenemos localizados
los sentidos, pero en función de la relación de cada individuo con su propio cuerpo, la
experiencia sensorial será diferente. Denis Cosgrove (2002), aunque apoya firmemente
el hecho de que es a través de la visión el canal por el cual el ser humano recoge
mayor información en el proceso perceptivo, reconoce que el ojo con el que percibimos
el paisaje está inscrito en el cuerpo, por lo que no es posible separarla completamente
de otros aspectos propios del ser humano como los cognitivos, afectivos y sociales.
23
(...). Sus investigaciones promovían una interacción psicológica con el espacio urbano.
(López, 2005:65). Desde entonces hasta hoy, el arte ha evolucionado albergando
conceptos como el happening, performance, body art, land art... Éstas, más que
disciplinas artísticas podríamos denominarlas arte interdisciplinar, en el que la obra es
una acción, un suceso, algo que ocurre, efímero, donde lo que cobra valor es la
experiencia, el hecho y la participación. Un tipo de manifestación artística ligada a los
intereses personales e individuales pero también de significación colectiva,
relacionados con inquietudes emocionales, sociales, culturales, en definitiva vitales.
Fig. 1. Artistas
24
Guy Debord (1958): Miembro fundador de la Internacional Situacionista y autor de los
mapas psicogeográficos y la teoría de la deriva. Influenciado por el surrealismo y
dadaísmo definió la deriva como una forma de investigación espacial y conceptual de la
ciudad a través del vagabundeo, orientada a conocer y profundizar en los efectos del
entorno urbano sobre los sentimientos y las emociones individuales. Como objetivo a
partir de esta teoría se planteaba la formulación de una nueva ciencia: la
psicogeografía. Como principales características de la teoría de la deriva destaca, al
contrario que las propuestas de los surrealistas, su naturaleza consciente y el carácter
aleatorio de la misma. El azar era considerado como elemento en relación al tiempo y la
costumbre.
“La psicogeografía se definía como el estudio de los efectos que un determinado ambiente
geográfico tiene sobre los sentimientos y sobre el comportamiento del individuo. Se establecía un
reconocimiento de las unidades ambientales existentes en una ciudad, y se localizaban
espacialmente sus componentes arquitectónicos, así como los ejes principales de tránsito”
(López, 2005:92).
25
Richard Long (1967): Es un artista cuya producción se centra en la experiencia
artística en lugar del objeto. Como él mismo afirma, su arte se materializa andando. Su
primera obra realizada con esta orientación fue A line made by walking, England 1967,
en la cual trazó una línea recta a partir del rastro que dejaba en la hierba al caminar una
y otra vez sobre la misma superficie.
De la misma manera que en un ballet la obra está constituida por los fugaces movimientos de los
cuerpos de los bailarines, la línea que camina Richard Long es un acto artístico, mientras que las
fotografías tomadas en ese acto, aquellas que se exhiben en las galerías de arte y en los museos
o que se publican en las revistas, no son más que el testimonio de que se ha realizado el paseo,
de que la obra se ha consumado. De esta manera un paseo se convierte en obra de arte.
(Maderuelo, 2008b:19)
26
Alberto Carneiro (1968): Su trabajo a partir de la década de los setenta, adquiere una
línea conceptual que toma conciencia de la necesidad de la implicación del propio
cuerpo y la experimentación a través del mismo en la obra del artista. Considera
fundamental que su obra surja de momentos vividos por él mismo, por lo que su obra
de esta época se basa en esculturas producidas a partir de las sensaciones percibidas
a lo largo de numerosos recorridos por los campos de Portugal. Estas experiencias han
supuesto una relación con el paisaje y el territorio que “han transformado su manera de
entender la escultura y de relacionarse con el material. En primer lugar hay que advertir
que el material con el que trabaja ya no es madera sino árbol” (Maderuelo, 2008b:31).
“La naturaleza sustenta la obra de Alberto Carneiro más como el resultado de una experiencia
interpretativa y vivencial que como un argumento o una temática. Sus diferentes series y trabajos
han incidido, desde el inicio de su carrera, en aquellos aspectos en los que la naturaleza se
sobrepone a toda noción visual de paisaje y encuentra una conexión corporal con lo humano”
(Santiago, 2001. En www.cdan.es/cdan-P6a.asp?IdNodo=2430)
27
Fig. 6. Bruce Nauman, 1967-68. Fig. 7. Bruce Nauman, 1969.
Playing a note on the violin Revolving upside down.
while I walk around the studio. (Fig. 6 y 7: www.museoreinasofia.es)
Además de estos artistas, han sido muchos otros quienes a partir de las investigaciones
artísticas de esta época, han tratado de explorar las posibilidades que plantea el paisaje
en relación al individuo y más concretamente al propio cuerpo. Entre otros artistas de
esta década destacan Walter de María (1968) con su obra One Mile Long Drawing,
Robert Smithson (1967) con Monuments of Passaic, Dennis Oppenheim (1969) con
Shoes prints, o Christo y Jeanne Claude (1978) con Wrapped Walk Way.
A partir de estas experiencias y el impulso que estos artistas aportaron al trabajo con el
paisaje, se precipitaron los movimientos de land art y earth work, y surgieron nuevas
propuestas relacionadas con estos conceptos que se siguen desarrollando e
investigando en el panorama artístico contemporáneo. Uno de los colectivos actuales
que toma directamente la experiencia de caminar como práctica estética es Stalker.
Stalker (2007): Este colectivo se formó en sus orígenes por arquitectos interesados en
las investigaciones urbanas como forma de transformación del espacio y construcción
del paisaje. El colectivo, que se compone de un número variable de miembros,
“propone estrategias experimentales de intervención basadas en prácticas de
exploración espacial, usando técnicas interactivas y lúdicas que se relacionan con un
entorno, sus habitantes y su cultura local”. Por medio de estas técnicas investigan y
participan junto a la población local de las transformaciones del espacio. “Stalker utiliza
estas estrategias para contribuir y promover entre la población local una mejor auto-
28
conciencia de su comunidad y de su entorno con el fin de mejorar la calidad
participativo-creativa y fortalecer los métodos comunitarios para la gestión territorial
local y los problemas urbanos” (http://www.osservatorionomade.net/).
“En su artículo Rome archipel fractal, Careri ha escrito: “Hemos escogido el recorrido como una
forma de expresión que subraya un lugar trazando físicamente una línea. El hecho de atravesar,
instrumento de conocimiento fenomenológico y de interpretación simbólica del territorio, es una
forma de lectura psicogeográfica del territorio comparable al walkabout de los aborígenes
australianos” (Tiberghien, en Careri, 2002:11).
Stalker propone una reflexión que enlaza el nomadismo con el movimiento de land art,
tomando la experiencia de caminar como principio de la obra de arte y de la
construcción simbólica del espacio, desde la elevación de los menhires hasta el
momento actual.
“La reducción de la Tierra a una imagen gráfica de dos dimensiones constituyó una revolución
técnica y cultural. Permitió transmitir los conocimientos que iban adquiriéndose sobre el territorio
29
y, al mismo tiempo, interponiéndose entre nosotros y el mundo, cambió nuestra relación con la
realidad y dio forma al conocimiento europeo. Para poder representar el mundo y las cosas, los
proyectamos sobre el espacio abstracto de la geometría, que no tiene en cuenta los matices y
diferencias cualitativas de los lugares” (Cartografías contemporáneas, dibujando el pensamiento.
Dossier de Prensa, 2013).
El lenguaje cartográfico, igual que ha servido para ordenar y otorgar una lógica al caos
del territorio, ha servido también al ser humano para establecer jerarquías y ordenar su
propio caos físico y emocional. A partir de estas representaciones, pone en relación
diferentes aspectos, resultando más sencillo comprender su realidad. Por este motivo,
el mapa ha sido un recurso expresivo recurrente en numerosos artistas.
“El ser humano cartografía el mundo en un intento de captar la realidad en que vive. Desde
siempre, los mapas han representado, traducido y codificado todo tipo de territorios físicos,
mentales y emocionales. La representación del mundo ha evolucionado en los últimos siglos y,
ahora, con la globalización e Internet, se han transformado definitivamente los conceptos
tradicionales de tiempo y espacio, así como los métodos de representación del mundo y el
conocimiento. Con este cambio de paradigma, los artistas contemporáneos se cuestionan los
sistemas de representación y ofrecen nuevas fórmulas para clasificar la realidad” (Cartografías
contemporáneas, dibujando el pensamiento. Dossier de Prensa, 2013).
30
SEGUNDA PARTE
31
APORTACIONES DEL ARTETERAPIA Y PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
5. Introducción.
Después de haber profundizado acerca de la influencia psicosocial que ejerce el
entorno en el individuo, del que se extrae la amplia relación que existe entre ambos,
podemos entender mejor la problemática que emerge en la población migrante
sometida a un cambio de contexto. Esto supone la necesidad de reelaborar su identidad
en relación a un entorno, de superar el duelo migratorio, de adaptarse a una nueva
cultura, a un nuevo idioma o a nuevas costumbres. A partir de todo ello, surge la
necesidad de aportar desde el arteterapia una vía de ayuda para la mejora psicosocial y
el bienestar que mejore la calidad de vida de estas personas, incidiendo en la búsqueda
de su relación con el nuevo entorno como proceso que permita establecer nuevos
vínculos y generar nuevas estrategias de adaptación, flexibilización, integración,
bienestar y resiliencia.
El arteterapia puede ser una vía metodológica muy adecuada para desarrollar esta
intervención ya que muchas veces el lenguaje verbal no es una buena opción cuando
tratamos con personas de otros países que quizá no hablan el mismo idioma. Además
el trabajo artístico supone una forma simbólica de aproximarse a un territorio,
eliminando mensajes cerrados y abriendo posibilidades. La creación y producción
artística no sólo supone un gran desarrollo personal sino también cultural que ayuda al
32
crecimiento y a la cohesión social y que, a su vez, transmite valores como la
participación social, la integración, la libertad, el diálogo y la solidaridad. Todo esto
supone la creación de espacios de encuentro e intercambio en los que, a través del
arte, pueden comunicarse personas procedentes de distintos lugares del mundo y llegar
a comprenderse unas a otras sin necesidad de hablar la misma lengua.
Por todo ello, se plantea esta propuesta como base para una futura investigación
experimental a partir de la cual obtener los resultados que permitan extraer las
conclusiones finales de la parte práctica. Para desarrollar la propuesta, se expondrán
en primer lugar las principales características psicosociales del colectivo al que nos
dirigimos y las aportaciones que se pueden hacer desde la psicología positiva para el
trabajo con personas migrantes, incidiendo en el concepto de resiliencia como uno de
los aspectos clave para el bienestar personal. A continuación se desarrollará la
propuesta de intervención, mencionando algunas prácticas realizadas anteriormente y
que puedan servir de referente al presente trabajo. Debido al carácter interdisciplinar
del proyecto, se prestará atención también a la aplicación del mismo en otros campos
de especialización como pueden ser la educación formal y no formal, a la que puede
ser útil esta investigación debido a la creciente presencia de alumnado inmigrante.
“El movimiento migratorio actual es el resultado del enorme foso que separa a los países pobres
de los ricos, como consecuencia del contexto geopolítico internacional y el modelo de
33
globalización económica. Por consiguiente, huir, exiliarse y encontrar refugio en otro país, cuando
ello es posible, se impone antes que se decide” (Sayed-Ahmad, 2010:261).
34
alcanzado, mejor es el proceso de adaptación y participación, y viceversa (Sayed-
Ahmad, 2010).
“Se considera la enfermedad psiquiátrica más específica de este grupo de pacientes, sobre todo
de los refugiados, y tiene que ver con las circunstancias de represión política y social, e incluso
tortura a la que se encuentran sometidos en su país de origen y por el efecto de las guerras”
(García-Campayo y Sanz Carrillo, 2002).
Toda migración tiene su proceso de duelo ya que supone la pérdida de los vínculos
consolidados y la necesidad de adaptación a un nuevo lugar en el que tendrán que
adaptarse y desarrollar nuevos vínculos. El duelo migratorio se caracteriza por el tipo de
pérdida que sucede, no es una pérdida total sino parcial e inconclusa, se produce una
desvinculación por la distancia, lo que provoca el dolor de la nostalgia. La “enfermedad
de la nostalgia” puede suponer grandes conflictos en el duelo de migrantes ya que
ocasiona disociaciones entre ausencia y presencia. Una persona puede estar
35
psicológicamente ausente aunque físicamente presente, lo cual se relaciona con el
concepto de pérdida ambigua.
Pérdida ambigua: Jaes Falicob (2002) expone que “el concepto de pérdida ambigua
propuesto por la investigadora Boss (1999) para describir situaciones en las cuales la
pérdida es confusa, incompleta, o parcial, es útil para entender la pérdida del
inmigrante”. Esta autora habla de dos tipos de pérdida ambigua: por un lado aquellos
casos en los que una persona está físicamente ausente pero psicológicamente
presente y por otro aquellos en los que la persona o personas están físicamente
presentes pero psicológicamente ausentes.
“La migración representa ambos tipos de pérdida ambigua simultáneamente. Por un lado, la
gente y los lugares queridos están fisicamente ausentes, y al mismo tiempo, están agudamente
presentes en la mente del inmigrante. Por otro lado, la nostalgia y el estrés de adaptación puede
dejar a algunos miembros de la familia psicologicámente ausentes, aun cuando se hallen
fisicamente presentes” (Jaes, 2002:2).
36
6.2 Aportaciones de la psicología positiva para el trabajo con colectivos en
riesgo de exclusión social.
“La Resiliencia es el fruto de la interacción
entre el individuo y su entorno.”
Raúl Carretero
El ser humano, a pesar de las experiencias traumáticas por las que pueda pasar, tiene
la capacidad de reponerse, de seguir adelante y de reestructurar su vida para que ésta
pueda continuar de la mejor forma posible a pesar de las adversidades. En este
aspecto se fundamenta la psicología positiva (Seligman, 2003 y 2011), la cual trata de
abordar el trauma y los conflictos personales desde un modelo salutogénico en lugar de
los tradicionales modelos centrados en la patología y las debilidades del ser humano.
Se centra además en la prevención, llevada a cabo desde un cambio de mirada, desde
la toma de conciencia de las posibilidades y las capacidades personales en lugar de
focalizar la atención en las carencias y dificultades (Vázquez y Hervás, 2009).
Según este modelo “se entiende que la persona es activa y fuerte, con una capacidad
natural de resistir y rehacerse a pesar de las adversidades. (...) busca comprender los
procesos y mecanismos que subyacen a las fortalezas y virtudes del ser humano”
(Vera, Carbelo y Vecina, 2006:40). La capacidad de resistir y sobreponerse a estas
experiencias traumáticas, se denomina resiliencia, un fenómeno que incluye la
resistencia al suceso y rehacerse del mismo.
Etimológicamente, la palabra resiliencia proviene del término resilio, que significa volver
atrás, retroceder. Resiliencia se había utilizado anteriormente para referirse al estado
de una materia, era entonces a la capacidad de volver a retomar su forma después de
haber sido sometida a distintas acciones que la deformaban. Se aplica el mismo
término para este mismo significado, de forma simbólica, sobre la capacidad de las
personas de sobreponerse a las dificultades, la capacidad de “recuperar su forma
inicial” después de ser sometidos a distintas adversidades, problemas y situaciones
traumáticas de la vida.
37
El concepto de resiliencia hace referencia a comprender dónde y cómo podemos
acceder a la motivación para conducirnos y crecer en la dificultad y los riesgos. Explora
las capacidades personales e interpersonales y las fuerzas internas que se pueden
desplegar para aprender y crecer en situaciones de adversidad (Villalba, 2006).
En este sentido, nos interesa la resiliencia como elemento que no sólo depende de sí
mismo sino también de otros factores que forman parte de la realidad de la persona, en
este caso, centraremos la atención en los factores ambientales por los que aparece
condicionada la resiliencia. La mayoría de estos autores (Richardson, Rutter, grotberg,
Luthar y Cushing, Masten, Kaplan, Bernard) entienden la resiliencia como un proceso
dinámico donde las influencias del ambiente y del individuo interactúan en una relación
recíproca que permite a la persona adaptarse a pesar de la adversidad. Podrían
adscribirse al modelo ecológico-transaccional de resiliencia, basado en el modelo
ecológico de Bronfenbrenner.
38
realizada en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), como parte de las
prácticas del Máster en Arteterapia y Educación Artística para la Inclusión Social, con
refugiados políticos e inmigrantes en situación de vulnerabilidad.
Con la cada vez más creciente presencia de población inmigrante tanto en las aulas
como fuera de ellas consideramos que la educación en relación al paisaje puede
beneficiar no sólo al alumnado procedente de otros países sino también a los
autóctonos como fruto del intercambio entre las experiencias de ambos grupos. Esto
proporciona un enriquecimiento a nivel perceptivo y experiencial producido al compartir
puntos de vista, reflexiones y favorece la comunicación y la valoración del entorno.
“Los símbolos que aparecen en las obras artísticas les pueden servir de auxilio para definir su
identidad individual y la de su entorno, promoviendo el bienestar general. (...) El sentido de
identidad y el sentido del lugar al que se pertenece pueden llegar desde la creación o por la
apreciación del arte en diversos caminos. El arte también refleja la identidad cultural, la cultura es
una influencia personal dentro del lenguaje visual, y tanto los educadores como los terapeutas
39
artísticos debemos saber ver y comprender el impacto que la cultura, la estética y los valores que
la acompañan dejan huella en el trabajo artísticos” (Martínez, 2004:51).
“Siempre se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras, pero la percepción depende de
la comprensión, y la comprensión no es posible sin educación. Sociedad civil, educación y
paisaje son conceptos con mucha fuerza, aparentemente transparentes, pero en realidad difíciles
de definir: son términos dinámicos, en constante evolución, auténticos pilares de todas las
civilizaciones. Nuestro paisaje es un espejo que refleja, a veces honestamente y a veces
descarnadamente, la cultura compartida de nuestro tiempo” (O’Regan, 2011:398).
Como indica Terry O’Regan, el paisaje refleja lo que nos rodea, pero lo que más influye
del mismo en cada persona varía en función de la forma de vivenciarlo. “El aspecto más
importante del paisaje es cómo lo experimentamos, y no necesariamente el paisaje
como tal, ya que es la forma de experimentar el paisaje lo que nos permite trazar
nuestros propios caminos a través de los paisajes de nuestras vidas y cartografiar
nuestros recuerdos.” Por tanto, una educación basada no sólo en contenidos sino en
40
educación emocional y que favorezca la integración y la inclusión de los alumnos, debe
atender a los recursos que la educación artística a través del paisaje puede aportar en
este ámbito, ya sea, a través de actividades artísticas educativas vivenciales que
supongan un aprendizaje significativo.
“La educación (la formal, la no formal y la informal) en el paisaje es una condición para el
despliegue no sólo de la propia personalidad de cada individuo, sino también para el despliegue
de la plena ciudadanía, en tanto que es titular o depositaria del derecho al paisaje (derecho
moral, y esperemos que en un día no lejano también positivo). Porque es evidente que una
ciudadanía no educada en la sensibilidad y el conocimiento del paisaje es una ciudadanía titular
de un derecho, responsable de un bien, al que no tiene acceso por falta de clave” (del Pozo,
2011:376).
41
“Los estudios beben de las fuentes de los principios enunciados en el Convenio Europeo del
Paisaje, un documento que subraya la importancia de la percepción de las poblaciones al
determinar el significado del concepto paisaje y que presta una especial atención a la relación
entre una población y el paisaje que la rodea. Además, el Convenio considera que el paisaje es
en todas partes un elemento decisivo para la identidad de sus habitantes. En este sentido, se ha
tratado de comprender en qué medida puede el paisaje considerarse un punto de referencia para
la identidad de las personas, especialmente de los inmigrantes, que al abandonar sus hogares
han dejado atrás todas sus referencias, y no solo las espaciales” (De Nardi, 2011:388).
· Se incluye también una de las actividades realizadas como parte de las prácticas
extracurriculares llevadas a cabo en el Centro de Atención y Recursos Socioeducativos
para la Infancia de Alcobendas. Tomando como referencia el trabajo colectivo a través
de la experiencia del paisaje, se realizaron varias actividades desde una perspectiva de
arteterapia orientada a la educación no formal. (Ver anexo 3).
42
“La promoción de resiliencia desde la escuela (...) nos ayuda a reconocer y valorar lo mejor de
las cosas, de las personas de las situaciones y de la vida. Su promoción, desde la escuela, y su
relación con la educación, es una parte del proceso educativo que tiene la ventaja de
adelantarse y preparar al individuo para afrontar adversidades inevitables y para hacer frente a la
incertidumbre que impregna la sociedad actual” (Crespo, 2013).
43
7. Propuesta de intervención con arteterapia:
7.1 Justificación:
El paisaje, reconocido como una representación estrechamente vinculada a la cultura,
la identidad y lo simbólico, se propone como medio de trabajo para una intervención
con arteterapia. Esta intervención está dirigida a colectivos de personas migrantes, las
cuales han pasado por un proceso de desarraigo social, cultural y familiar tras el cual se
pretende encontrar una vía de trabajo que favorezca la integración social de estas
personas en el nuevo contexto.
Por ello se plantea una investigación para conocer de qué manera se puede lograr este
objetivo a través de la transformación y participación artística en el nuevo paisaje
consiguiendo una apropiación simbólica del mismo con el fin de establecer vínculos con
el nuevo entorno y convertirlo en algo propio y significativo para la persona migrante.
44
desde una perspectiva vivencial, es decir, desde propuestas artísticas contemporáneas,
en las que el creador toma el protagonismo a partir de una conciencia del entorno en la
que se implica corporal y mentalmente. A partir de la experiencia del espacio, entendiendo
por esto las distintas formas en las que el individuo se relaciona de forma directa con el
entorno, éste se convierte en paisaje percibido, consiguiendo de esta forma un paisaje
con sentido y con significado propio que reforzará el vínculo entre sujeto y entorno.
Fig. 8. Experiencias
45
- Ariadne: sentirse en casa. Es un proyecto de investigación para la inclusión social
de personas migrantes a través del arte que se llevó a cabo en el marco del proyecto
Ariadne, dentro del programa Grundtvig, Life Long Learning de la Comunidad Eurpoea y
en el que colaboró la Universidad Complutense de Madrid con el Grupo de
Investigación “Aplicaciones del Arte en la Integración Social: Arte, terapia y educación
para la inclusión”. El proyecto se llevó a cabo en un periodo de dos años comprendido
entre 2010 y 2012.
A través de este proyecto apuestan por el valor del arte como forma de apoyo y
atención psicosocial a personas migrantes durante los procesos identitarios así como
en otros derivados de las consecuencias del proceso migratorio.
“Es decir, cómo el ser humano es a veces representante y consecuencia de una situación
política, económica, educativa y/o sociocultural, pero también cómo, dentro de ese proceso, tiene
y ejerce la capacidad de elegir sobre parte de su destino y lo convierte en relato que conforma su
construcción identitaria” (López Fdz. Cao, 2012: 120).
Por medio de las intervenciones a través del arte efectuadas en distintos centros (entre
los que se encuentra CEAR, centro donde tuve oportunidad de realizar mis prácticas),
ponen de relieve la necesidad de apoyar y potenciar las capacidades para poder
construir un proyecto de vida a pesar de las circunstancias, “la capacidad que late en
cada sujeto singular para elegir y vivir su futuro” (López Fdz. Cao, 2012:120). Un trabajo
que favorezca la resiliencia de estas personas, la capacidad de sobreponerse a las
adversidades y que, siendo conscientes de su realidad puedan proponerse un proyecto
de vida acorde con su realidad.
46
- Ventillarte: un proyecto de inclusión social y terapia a través del arte en un
centro de ayuda integral a inmigrantes. El proyecto Ventillarte se desarrolla en el
centro de atención a inmigrantes de la Asociación Pueblos Unidos de Madrid. En él se
desarrollan varios proyectos de arteterapia dirigidos a población migrante. Nos
centraremos en el proyecto para niños y jóvenes migrantes que llevan desarrollando en
la institución desde el año 2004.
“El origen es un taller de arteterapia, pues se considera que, alrededor de estas obras, estamos
hablando de nuestras vidas y problemas personales y colectivos, y que el arte puede ser un
modo de prevención de la exclusión social en este contexto. Al tiempo, facilita la integración y
una comunicación positiva entre personas y entre sus diferentes culturas” (Rico e Izquierdo,
2010:154).
Las sesiones de arteterapia están orientadas a la inclusión social de los niños y jóvenes
inmigrantes. El trabajo se desarrolla por medio de propuestas que éstos elaboran
libremente en el espacio del taller que se convierte en un laboratorio donde
experimentar sobre esas diferencias y semejanzas, pero en un entorno protegido y a
través del lenguaje metafórico, y por ello menos directo o hiriente, del arte.
7.3 Objetivos.
Con este proyecto pretendemos conocer de qué manera puede contribuir el paisaje
como elemento integrador a través de un trabajo arteterapéutico con el colectivo de
personas migrantes, así como proporcionar herramientas y habilidades a los
participantes para conseguir una armonía con el entorno que se traduzca en una mejora
personal y bienestar psicosocial.
47
Objetivo de la · Conocer de qué forma contribuye el arteterapia, a través del
investigación: trabajo experiencial y simbólico con el paisaje, a la integración de
personas migrantes en el país de acogida.
Fig. 9. Objetivos
48
Dado que nuestro trabajo está enfocado a conseguir una participación activa que derive
en una implicación en el entorno a partir de la apropiación del paisaje, consideramos
que la fotografía es uno de los medios más adecuados para ello ya que es capaz de
proporcionar un registro de la experiencia aportando además la subjetividad de la
mirada del creador. Resulta un medio doblemente eficaz ya que por un lado, es el
medio artístico en sí mismo y, por otro, funciona como registro de la experiencia.
49
Sociedad de Artistas Independientes neoyorquina. Este autor produjo un cambio
definitivo en lo que sería la trayectoria del arte contemporáneo y, al tratar como obra de
arte un objeto cotidiano, no sólo cuestionó el papel del arte, las galerías y el mercado
sino que introdujo el debate acerca de la autoría y la apropiación. El movimiento Dadá,
del que Duchamp formaba parte, introdujo este concepto a partir de sus propuestas
artísticas como el readymade o el object trouvé.
A partir de las iniciativas dadaístas, fueron muchos los autores que se apropiaron de
obras ajenas para desarrollar su propia obra. Entre los autores más relevantes
destacan Piero Manzoni, Sherry Levine, Robert Longo, Richard Prince, Cindy Sherman
o Yasumasa Morimura.
El concepto de apropiación por tanto, responde no tanto a un “plagio” sino más bien a
una apertura, a la transformación y adaptación de lo existente en busca de nuevos
significados.
“Desde este punto de vista, la apropiación es entendida como un mecanismo básico del
desarrollo humano, por el que la persona se “apropia” de la experiencia generalizada del ser
humano, lo que se concreta en los significados de la “realidad”. Este énfasis en la “construcción
sociohistórica” de la realidad, en lo interpsíquico para explicar lo intrapsíquico, se apoya en la
idea de que la praxis humana es a la vez instrumental y social, y que de su interiorización surge
la conciencia.”(Vidal y Pol, 2005:282)
50
Según estos autores, la apropiación se resume en dos procesos principales: la acción-
transformación y la identificación simbólica.
“La primera entronca con la territorialidad y el espacio personal en la línea apuntada por Irving
Altman (1975), lo que también es defendido por Sidney Brower (1980) al considerar la
apropiación como un concepto “subsidiario” de la territorialidad. La identificación simbólica se
vincula con procesos afectivos, cognitivos e interactivos. A través de la acción sobre el entorno,
las personas, los grupos y las colectividades transforman el espacio, dejando en él su “huella”, es
decir, señales y marcas cargadas simbólicamente. Mediante la acción, la persona incorpora el
entorno en sus procesos cognitivos y afectivos de manera activa y actualizada. Las acciones
dotan al espacio de significado individual y social, a través de los procesos de interacción (Pol,
1996, 2002a). Mientras que por medio de la identificación simbólica, la persona y el grupo se
reconocen en el entorno, y mediante procesos de categorización del yo –en el sentido de Turner
(1990)–, las personas y los grupos se autoatribuyen las cualidades del entorno como definitorias
de su identidad (Valera, 1997; Valera y Pol, 1994).” (Valera y Pol, 2005:283).
7.5 Metodología.
Debido a que la intervención está dirigida a una investigación, se detallan por separado
las metodologías a seguir en ambos casos.
Metodología de investigación:
Debido a las características del colectivo y a que el objetivo que se plantea es conocer
de qué forma contribuye el arteterapia en cada persona de forma específica, la
metodología con la que se llevará a cabo la investigación será de corte cualitativo
desde un paradigma humanístico-interpretativo.
51
Los instrumentos de recogida de datos que se utilizarán serán:
- Observación: como parte fundamental del conocimiento por parte de los
investigadores de la realidad de los participantes.
- Diario de campo: a través del cual se registrará todo lo observado.
- Hoja de registro: Elaborada después de cada sesión. Se realizará una hoja de
registro individual de cada participante así como otra grupal (Anexo 1).
- Documentos gráficos: fotografías: que servirán como apoyo a los registros
escritos aportando además información visual de la obra de los participantes.
Metodología de la intervención:
El proyecto se abordará desde una metodología activa y participativa. Bajo un enfoque
no directivo, lo que se plantea es la creación artística a partir de propuestas abiertas
que permitan a cada participante adaptarlas a sus propias necesidades o motivaciones
personales. Esto contribuirá a convertir las propuestas en algo significativo para los
participantes de forma que puedan relacionar la actividad con su situación concreta y en
función del estado en el que se encuentren. “Para crear un espacio de seguridad para
el usuario es fundamental tomar como punto de partida uno mismo y el propio
desarrollo personal para entrar en esta relación de una manera abierta y comprometida”
(Qureshi y Revollo, 2010:342).
52
interacción de diferentes técnicas, si bien las principales serán la fotografía y el vídeo. A
través de estas técnicas se permite una exploración del entorno, se pone de manifiesto
una mirada y puede elaborarse un trabajo artístico.
7.5.1 Temporalización:
La intervención se desarrollará durante un periodo de 9 meses (coincidiendo con el
curso académico), durante el cual permanecerá abierto el taller de arteterapia para los
usuarios que lo requieran. Se llevará a cabo en un centro de migraciones u otra sala de
fácil acceso a este sector de la población que esté habilitada y reúna las condiciones
para desarrollar las actividades plásticas así como de intimidad y seguridad propias de
arteterapia. Debido a que los participantes no serán constantes, ya que en cualquier
momento pueden llegar nuevos usuarios y de igual modo irse otros, la programación
queda abierta para poder ir adaptando las propuestas a las necesidades de los
participantes que haya en cada momento.
53
modificando las propuestas para que sean lo más adecuadas posibles en cada
momento de la intervención.
En este proyecto apuntamos algunas de las propuestas elaboradas a priori pero que no
son únicas, cerradas ni definitivas sino que servirán como referente para diseñar otras a
partir de éstas así como para adaptarlas a los diferentes grupos o colectivos.
54
Tipo de actividad y título: Individual. “El recorrido II: interpretar el paisaje”.
55
8. Conclusiones.
A lo largo de estas páginas se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica del tema que
ocupa este trabajo: la relación del paisaje con el individuo y más concretamente con la
persona migrante, para conocer el estado de la cuestión. A partir de ella, se ha
elaborado una propuesta de intervención encaminada a poner en práctica los
conocimientos a través de una intervención con arteterapia. Después de la elaboración
de ambas partes, de las que se concluye la gran influencia que ejerce el paisaje en el
ser humano y el ser humano en el paisaje, especialmente en cuestiones culturales y de
identidad individual y social. Valorando las posibilidades reales de ayuda a través de la
intervención arteterapéutica, se considera que el arteterapia es una vía eficaz para
contribuir a la mejora psicosocial del colectivo de población migrante, así como ayudar
a establecer vínculos con el nuevo lugar. Sin embargo, no es posible obtener
conclusiones empíricas de este hecho hasta obtener los resultados de la investigación.
56
respuesta pero que, por medio del trabajo personal a través del arte, pueden irse
resolviendo y dar respuestas abiertas que permitan a la persona integrar significados.
Para llevar a cabo todo lo anterior, resulta imprescindible ser consciente en todo
momento de las posibilidades personales. Aceptar la situación individual en la que está
inscrita la persona permitirá valorar los inconvenientes así como descubrir las
potencialidades. Desarrollar la capacidad de resiliencia será fundamental para
conseguir llevar a cabo este propósito. De esta forma, el sujeto resiliente será capaz de
construir un proyecto vital a pesar de las posibles circunstancias adversas. Todo
proyecto vital es necesario hacerlo en relación a un contexto, es por ello que la
propuesta de intervención se ajusta a la interpretación del paisaje como forma de
relacionarse con el medio en el que la persona migrante tiene que desarrollar su
proyecto de vida. La creación artística permite trabajar desde lo simbólico y lo
metafórico, a partir de lo cual la persona interpreta, transforma, cambia y se apropia del
paisaje. Después de este proceso, el paisaje ya no se presenta extraño, ya no es un
lugar ajeno, sino que la persona puede encontrarse en él, conectarlo con sus intereses
y descubrirlo como un lugar que le pertenece. El paisaje ajeno y colectivo se convierte
en un paisaje compartido, personal y subjetivo. El trabajo creativo implica una unión,
una construcción en la que la persona inscribe su subjetividad a través de la
percepción, la experiencia y la representación.
57
Interpretar el paisaje supone hacerlo propio. A partir de esta apropiación simbólica se
genera un cambio significativo en la forma de percibir el ambiente que supone un
aprendizaje, que permite abrir nuevos horizontes y configurar nuevos significados de la
propia identidad y las relaciones sociales.
58
9. Bibliografía.
59
Psicolígicas y Educativas para la intervención en el ámbito escolar (pp 461-466).
Almería: AUEC.
60
López Fdz. Cao, M. (2012). Sentirse en casa. Ariadne: un proyecto para la inclusión
de personas migrantes a través del arte. Arteterapia: Papeles de arteterapia y
educación artística para la inclusión social. Vol.7, 121-141.
O’Reagan, T. (2011). Societat civil, paisatge i educació a Irlanda: la guía del cercle
de paisatge. En J. Nogué, L. Puigbert, G. Bretcha y A. Losantos (eds.). Paisatge i
educació. Plecs de Paisatge: Reflexions 2 (pp 18-46). Olot: Observatori del Paisatge de
Catalunya; Departament d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya.
61
Pereda Sagredo, E. (2006). Resiliencia e inmigración. TFM: Escuela Vasco-Navarra
de Terapia Familiar.
62
Vera Poseck, B; Carbelo Baquero, B. y Vecina Jiménez, M. (2006). La experiencia
traumática desde la psicología positiva: resiliencia y crecimiento postraumático. Papeles
del psicólogo, 27(1), 40-49.
Vidal Moranta, T. y Pol Urrútia, E. (2005). La apropiación del espacio: una propuesta
teórica para comprender la vinculación entre las personas y los lugares. Anuario de
Psicología, 36, 281-297.
• http://www.museoreinasofia.es/coleccion/autor/nauman-bruce (MNCARS)
• http://www.serralves.pt/pt/museu/a-colecao/obras-e-artistas/
63
10. ANEXOS:
Anexo 1: Hoja de registro.
FICHA DE REGISTRO
NOMBRE: FECHA: Nº SESIÓN:
PROCESO 1 2 3 4 5
Se adapta al nuevo Le cuesta adaptarse, se irrita
material/técnica
Se implica corporalmente en Mantiene el cuerpo al margen,
las actividades estático.
Se toma su tiempo Lo hace deprisa
Confía en sus capacidades Preocupada/o por sus errores
Tranquilidad Inquietud
Elige con confianza No se puede decidir
Cuando no tiene éxito sigue Cuando no tiene éxito se
intentándolo detiene
Es capaz de asumir los No asume los riesgos o le
riesgos que implica una tarea cuesta mucho.
nueva
OBSERVACIÓN
64
OBSERVACIÓN
ANALISIS OBRA 1 2 3 4 5
Simetría Asimetría
Estática Dinámica
Esquemática. Descriptiva. Metafórica. Simbólica.
Fría Cálida
Contraste No contraste
Geométrica Orgánica
Pobre (simple) Compleja
Uso de la repetición de No repetición
elementos
Existe relación con la anterior No hay relación con la
obra anterior
Tiene su propio lenguaje Confia en imágenes
expresivo estereotipadas
Presencia de metáfora o El tema es simple y concreto
tema
Imágenes coherentes Inconexas, fragmentadas
Refleja aspectos positivos Refleja aspectos negativos
OBSERVACION
INTERACCIÓN 1 2 3 4 5
Se relaciona con confianza Muestra
con los demás inhibición/desconfianza
Es participativo/a Se aísla
Comparte adecuadamente Incapaz de compartir
65
Anexo 2: Esquema de trabajo.
Sesión: 1
Fecha:
Sesión: 2
Fecha:
Sesión: 3
Fecha:
66
Anexo 3: Propuesta educativa.
67
DECLARACIÓN PERSONAL DE NO PLAGIO
DECLARO QUE
es fruto de mi trabajo personal, que no copio, que no utilizo ideas, formulaciones, citas
integrales e ilustraciones diversas, sacadas de cualquier obra, artículo, memoria, etc.,
(en versión impresa o electrónica), sin mencionar de forma clara y estricta su origen,
tanto en el cuerpo del texto como en la bibliografía.
Así mismo, soy plenamente consciente de que el hecho de no respetar estos extremos
es objeto de sanciones universitarias y/o de otro orden.