Ley de Falla en Suelos Saturados

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 4

LEY DE FALLA POR CORTANTE EN SUELOS SATURADOS

2.1 Conceptos Fundamentales


Los suelos, como cualquier material, bajo ciertas solicitaciones, se comportarán como materiales
elásticos, pero en muchas veces tendrá deformaciones mayores de las normales, por lo que será
un factor predominante el considerar la plasticidad del suelo.

El suelo puede presentar diversos tipos de fallas tales como: disgregamiento, deslizamiento en
líneas de rotura o fluencia plástica.

La resistencia al esfuerzo cortante está representada por la ecuación de Coulomb.

τ = c + σ0tanϕ
En la que:
τ= Resistencia al corte del suelo.
c= Cohesión del suelo.
σ0= Esfuerzo normal intergranular.
φ= Ángulo de fricción interna del suelo, el cual se supone que es constante.

La cohesión puede ser definida como la adherencia entre las partículas del suelo debida a la
atracción entre ellas, producidas por sus fuerzas intergranulares.

El ángulo de fricción interna es función de la uniformidad de las partículas del suelo, del tamaño y
la forma de los granos y de la presión normal.

La utilización de la ecuación de Coulomb no condujo siempre a diseños satisfactorios de


estructuras de suelo. La razón para ello no se hizo evidente hasta que Terzaghi publicó el principio
de esfuerzos efectivos σ = σ´ + u. Pudo apreciarse entonces que, dado que el agua no puede
soportar esfuerzos cortantes sustanciales, la resistencia al corte de un suelo debe ser resultado
únicamente de la resistencia a la fricción que se produce en los puntos de contacto entre
partículas; la magnitud de ésta depende sólo de la magnitud de esfuerzos efectivos que soporta el
esqueleto de suelo. Por tanto, cuanto más grande sea el esfuerzo efectivo normal a un plano de
falla potencial, mayor será la resistencia al corte de dicho plano. Entonces si se expresa la ecuación
de Coulomb en términos de esfuerzos efectivos, se tiene:

τf = c´ + σ´tanϕ´

En la cual los parámetros c´ y φ´ son propiedades del esqueleto del suelo, denominadas cohesión
efectiva y ángulo de fricción efectiva, respectivamente.

Puesto que la resistencia al corte depende de los esfuerzos efectivos del suelo, los análisis de
estabilidad se harán entonces en términos de esfuerzos efectivos. Sin embargo, en ciertas
circunstancias el análisis puede hacerse en términos de esfuerzos totales y por lo tanto, en
general, se necesitará determinar los parámetros de resistencia al corte del suelo en esfuerzos
efectivos y en esfuerzos totales. Es decir, los valores de c´, φ´ y c, φ. Estos se obtienen, a menudo
en ensayos de laboratorio realizados sobre muestras de suelo representativas mediante ensayo de
corte directo (ASTM D-3080-72) o el ensayo de compresión triaxial (ASTM D-2850-70).
Desde el punto de vista de la relación esfuerzo-deformación, debemos tener en cuenta dos tipos
de resistencia.

Resistencia máxima o resistencia pico.

Es la resistencia al corte máxima que posee el material que no ha sido fallado previamente, la cual
corresponde al punto más alto de la curva esfuerzo-deformación. La utilización de la resistencia
pico en el análisis de estabilidad asume que la resistencia pico se obtiene simultáneamente a lo
largo de toda la superficie de falla. Sin embargo, algunos puntos en la superficie de falla han
alcanzado deformaciones mayores que en otros, en un fenómeno de falla progresiva y asumir que
la resistencia pico actúa simultáneamente en toda la superficie de falla puede producir errores en
el análisis.

Resistencia residual

Es la resistencia al corte que posee el material después de haber ocurrido la falla.

Skempton (1964) observó que en las arcillas sobreconsolidadas, la resistencia calculada del
análisis de deslizamientos después de ocurridos, correspondía al valor de resistencia residual y
recomendó utilizar para el cálculo de factores de seguridad, los valores de los parámetros
obtenidos para la resistencia residual φr y cr. Sin embargo, en los suelos residuales la resistencia
pico tiende a ser generalmente, muy similar a la resistencia residual.

Otro factor que determinan las diferencias entre la resistencia pico y la residual es la sensibilidad,
la cual está relacionada con la perdida de resistencia por remoldeo o la reorientación de las
partículas de arcilla.

Ilustración 1 Grafica esfuerzo-deformación y presión cortante-presión normal

En arenas, gravas y limos no plásticos que se denominan como suelos granulares, la cohesión es
muy baja y puede en muchos casos considerarse de valor cero y el ángulo de fricción depende de
la angulosidad y tamaño de las partículas, su constitución mineralógica y su densidad.
Generalmente el ángulo de de fricción en suelos granulares varía de 27° a 42°, dependiendo del
tipo de ensayo que se realice. Por ejemplo, en un ensayo triaxial drenado el ángulo de fricción es
4° a 5° medido en un ensayo de corte directo. En arcillas normalmente consolidadas y limos
arcillosos se puede considerar la fricción igual a cero y la cohesión como el valor total del esfuerzo
de resistencia obtenida. En suelos residuales generalmente, predominan las mezclas de partículas
granulares y arcillosas y el ángulo de fricción depende de la proporción grava-arena-limo y arcilla y
de las características de cada tipo de partícula presente.

Círculo de Mohr

En un análisis de dos dimensiones, los esfuerzos en un punto pueden ser representados por un
elemento infinitamente pequeño sometido a los esfuerzos σx, σy y τxy. Si estos esfuerzos se dibujan
en unas coordenadas σ-τ, se puede trazar el círculo de esfuerzos de Mohr.

En este círculo se definen los valores de σ máximo (σ1) y σ mínimo (σ3), conocidos como esfuerzos
principales como se ve en la ilustración 26.

Ilustración 2 Grafico de esfuerzos principales

Para interpretar correctamente el fenómeno de falla al cortante en un talud debe tenerse en


cuenta cuál es la dirección de los esfuerzos principales en cada sitio de la superficie de falla. El
esfuerzo σ1 es vertical en la parte superior de la falla y horizontal en la parte inferior.

Envolvente de falla.

El círculo de Mohr se utiliza para representar o describir la resistencia al cortante de los suelos,
utilizando la envolvente de falla Mohr-Coulomb, lo cual equivale a que una combinación crítica de
esfuerzos se ha alcanzado. Los esfuerzos por encima de la envolvente de falla no pueden existir.
La envolvente de falla de Mohr-Coulomb es generalmente una línea curva que puede
representarse de la forma:

b
s = A σ´
donde:
s: Resistencia al cortante σ´:
Esfuerzo total efectivo A y b:
Constantes
En la práctica normal de Ingeniería, esta curva se define como una recta aproximada dentro de un
rango seleccionado de esfuerzos, en la cual s = c´ + σ´tanϕ´

Donde:
c´: Ordenada al eje de resistencia (cohesión)
ϕ´: Pendiente de la envolvente (ángulo de fricción)

Ilustración 3 Grafica de envolvente de falla

En la mayoría de los suelos la envolvente de falla para niveles de esfuerzos pequeños no es recta
sino curva y el error de asumirla como recta puede modificar sustancialmente los resultados de un
análisis. En la realidad no existe un ángulo de fricción para esfuerzos normales bajos y es preferible
utilizar todos los valores de la envolvente. Sin embargo, los ensayos normales de resistencia al
cortante no se realizan con suficientes puntos para determinar las características de la curva en el
rango de esfuerzos bajos. Hawkins (1996) indica que es recomendable presentar los ángulos de
fricción como una función de las presiones normales.

ϕ´ = f σ´ y ϕ´ último = pendiente de la recta de la envolvente

El círculo de Mohr puede extenderse también al análisis de suelos parcialmente saturados,


teniendo en cuenta las presiones en el agua y el aire en los vacíos (Fredlund 1978).

También podría gustarte