Formador de Formadores Curso

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Formador de Formadores

 1) Introducción
 2) El Formador - Competencias y Funciones
 3) El Formador (Funciones)- 2 Preparación de las Clases
 4) El Formador (Funciones) - 3 Diseño y Elaboración de material didáctico
 5) El Formador (Funciones) - 4 Impartir Clases
 6) El Formador (Funciones) - 5 Evaluar
 7) Cualidades del Formador - Perfil Docente - Conocimientos
 8) Cualidades del Formador - Perfil Docente - Habilidades
 9) Cualidades del Formador - Perfil Docente - Actitudes
 10) El Formador - Relación con el alumnado
 11) El Formador - Estilos docentes - Autoritario
 12) El Formador - Estilos docentes - Laissez-Faire
 13) El Formador - Estilos docentes - Democrático
 14) El Formador - Estilos Docentes - Cuadro resumen
 15) El Formador - Acciones tutoriales
 16) El Formador - Acciones tutoriales - Presencial
 17) El Formador - Acciones tutoriales - No Presencial
 18) El Formador - Acciones tutoriales - Cuadro Resumen
 19) Métodos Didácticos
 20) Métodos Didácticos - Tipos - Expositivo
 21) Métodos Didácticos - Tipos - Demostrativo
 22) Métodos Didácticos - Tipos - Interrogativo
 23) Métodos Didácticos - Tipos - Activo
 24) Actualización Docente
 25) Teoría de la comunicación y proceso de enseñanza-aprendizaje -
¿Cómo aprendemos?
 26) Condicionamiento Clásico
 27) Conductismo
 28) Teoría del Refuerzo
 29) Por imitación/observación
 30) Aprendizaje por Descubrimiento
 31) Aprendizaje Significativo
 32) El Adulto ante el aprendizaje
 33) Enseñar a aprender
 34) Estilos de aprendizaje
 35) Estrategias de Aprendizaje
 36) Factores que intervienen en el aprendizaje-Autoconcepto-
Representaciones Mutuas
 37) Factores que intervienen en el aprendizaje-Expectativas-
Conocimientos Previos
 38) Factores que intervienen en el aprendizaje-Atención-Motivación
 39) El/La Formador/a, sus actitudes y tipos de alumnado
 40) El/La Formador/a y sus actitudes en el aula - Componente Cognitivo
 41) Componente Conductual
 42) Componente Emocional
 43) El Alumnado
 44) El alumnado - Inquieto
 45) El Alumnado - Impuntual
 46) El alumnado - Perdido
 47) El alumnado - Introvertido
 48) El alumnado - Inadecuado
 49) El alumnado - Charlatan
 50) La Comunicación - elementos que intervienen en el proceso de
comunicación
 51) La Comunicación en el aula
 52) Estrategias para mejorar la comunicación en el aula
 53) Planificación de la formación
 54) Programación Didáctica
 55) Programación Didáctica - Utilidad
 56) Programación Didáctica - Características
 57) Elementos de una programación didáctica
 58) Estructuración de la Programación Didáctica - Objetivos
 59) Estructuración de la Programación Didáctica - Contenidos
 60) Estructuración de la Programación Didáctica - Actividades
 61) Estructuración de la Programación Didáctica - Metodología
 62) Estructuración de la Programación Didáctica - Temporalización
 63) Recursos Didácticos
 64) Recursos Didácticos - Clasificación
 65) Evaluación
 66) Tipos de Evaluaciones
 67) Conclusión
 68) Bibliografía
 69) Recomendaciones Finales
Introducción

En la actualidad, debido a los cambios profundos en los que vivimos inmersos y


que se producen cada vez a una mayor velocidad, es necesario tener la mejor
preparación posible en el ámbito académico y profesional, para poder
desarrollarnos laboralmente con éxito.

Cada vez es mayor la demanda de formaciones o capacitaciones para aprender a


enseñar, es decir, para poder organizar e impartir cursos sobre conocimientos
que tenemos (profesionales o no) y que tienen una determinada demanda en
nuestro entorno; nosotros tenemos los conocimientos pero no sabemos cómo
desarrollarlos y ponerlos en valor.

Mediante este curso de "Formador de formadores" trataremos de dotar al


alumno/a de las herramientas básicas y la metodología adecuada para un
correcto desarrollo profesional en el campo de la docencia, la enseñanza o la
formación.

El/La alumno/a estará capacitado para desarrollar programas y/o acciones


formativas que podrá impartir en función de las necesidades detectadas y los
conocimientos o habilidades que posea.

Pero, ¿Qué es la formación de formadores?

La formación de formadores es la acción de cualificar para la docencia enseñando


a desarrollar técnicas y métodos didácticos, así como capacitar para usar las
herramientas metodológicas a nuestro alcance.

Existen distintos tipos de formación según sea reglada, no reglada o informal.

La formación reglada es aquella que se encuentra dentro del sistema educativo


de un país, siendo regulada y administrada por los organismos nacionales
competentes a tal efecto, y a través del cual podemos llegar a obtener una
certificación oficial.
Por todo ello, la formación NO reglada será aquella cuyos títulos no son oficiales
o se mantienen al margen de los organismos oficiales.

Esto no quiere decir que su calidad sea menor, simplemente, que no se obtiene
un título con validez oficial.

Este tipo de formación es más variada y se utiliza para ampliar, perfeccionar, o


iniciarse en determinadas áreas de conocimiento pudiendo ser impartidas por
empresas creadas a tal efecto, por universidades, colegios profesionales,
etc... Teniendo en muchos casos gran valor profesional.
El Formador - Competencias y Funciones
¿Cuáles son las competencias y funciones principales del formador?

Las competencias del formador las podemos resumir en 3 apartados:

A) Competencias técnicas:
Actualización de conocimientos y formación continua.

B) Competencias didácticas:
Identificar posibles problemas y darles solución mediante la interacción con el alumnado.

C) Competencias sociales:
Tolerancia, flexibilidad, trabajo en equipo.

Las funciones son numerosas, pero trataremos de resumirlas en 5 fundamentales:

1) DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES:

Una vez el formador se dispone a dar una capacitación, lo primero que debe hacer es un
diagnóstico preliminar de necesidades, es decir un análisis de la materia a impartir y del
grupo al que va a dirigir sus explicaciones y enseñanzas.

Esto es fundamental para poder comenzar el proceso formativo con éxito.


No se puede comenzar a capacitar o formar a nadie sin antes haber hecho esto, pues
corremos el riesgo de fracasar a las primeras de cambio y tener que improvisar sobre la
marcha posteriormente.

En función del nivel que tiene el grupo al que nos vamos a dirigir vamos a enfocar la
enseñanza, es decir, si vamos a impartir una formación sobre cooperación al desarrollo,
no podremos dar el mismo temario a un grupo que no tiene conocimientos previos que a
un grupo formado por expertos trabajadores en ese ámbito y que necesita una formación
mucho más técnica y orientada hacia ciertas necesidades específicas.

Por tanto, debemos conocer las características que presenta el grupo al que nos vamos a
dirigir, pero no solo las características o necesidades educativas, sino las características
que presentan como individuos y cómo funcionan como grupo.

En este primer paso es fundamental que tengamos muy claro hacia donde queremos
orientar nuestras enseñanzas, qué pretendemos transmitir, a qué tipo de alumnado vamos
a dirigirnos y cómo lo vamos a hacer.
El Formador (Funciones)- 2 Preparación de
las Clases

Una vez que tenemos claras las necesidades del alumnado al que nos vamos a
dirigir, debemos planificar la formación, programar las sesiones formativas y
diseñar una estrategia de enseñanza-aprendizaje especificando los objetivos.

Por planificación entendemos el diseño del currículum, diseño que podemos


elaborar haciéndonos las siguientes preguntas:

¿Qué objetivos queremos/debemos lograr?

¿Qué contenidos queremos/debemos impartir?

¿Cuándo vamos a impartir los contenidos?

¿Dónde vamos a impartir los contenidos?

¿Cómo vamos a impartir los contenidos?

¿Qué actividades vamos a utilizar para conseguir nuestros objetivos?

¿Qué recursos vamos a necesitar/disponer?

¿Cómo vamos a evaluar al alumnado?

Una vez que hemos realizado el análisis inicial, debemos diseñar una estrategia
de enseñanza-aprendizaje, entendiendo por enseñanza-aprendizaje las
estrategias conscientes que usa el formador para conseguir que su alumnado
adquiera determinados conocimientos y las estrategias conscientes que utiliza el
alumnado para adquirir el conocimiento que se le está presentando (a este
proceso se dedica un apartado posteriormente).

Esta estrategia es la concreción de las actividades o cualquier intervención que


vamos a realizar para facilitar este proceso.
Es por esto, que adquiere especial importancia el diseño y elaboración del
material didáctico que vayamos a utilizar.

El Formador (Funciones) - 3 Diseño y


Elaboración de material didáctico

El siguiente paso que debemos realizar es el de diseñar y elaborar el material


didáctico que vamos a utilizar en nuestras clases, siempre y cuando no utilicemos
un manual o un tipo de material cerrado que nos dé el centro, escuela, empresa,
etc... para el que trabajemos en este caso; aunque siempre es muy útil el elaborar
algún material aparte para sentirnos más cómodos y seguros, a la par que
podemos fijar mucho más la atención del alumnado en nuestras explicaciones.

Este material debe ser motivador, estar relacionado con el tema a tratar, fomentar
la participación del alumnado y su autonomía, así como conducir al conocimiento
pretendido.

Debemos tener presente también la conveniencia o no de presentar este material


usando las nuevas tecnologías.

Evidentemente es mucho más llamativo un material presentado mediante


instrumentos informáticos que en papel o simplemente esquematizar en una
pizarra, pero a veces el exceso de interés en utilizar medios informáticos para
presentar según qué actividad o recursos didácticos puede jugar en nuestra
contra al no estar totalmente adaptado o dificultar el proceso de aprendizaje por
parte del alumnado.

Este material lo podemos dividir en 2, según su finalidad:

Por un lado 1) el material que vamos a presentar al alumnado, y por otro 2) el


material que vamos a utilizar durante las explicaciones.

1) Material para el alumnado:

El material que vamos a presentar al alumnado (sea cual sea el soporte que
vayamos a utilizar) debe ser siempre claro, conciso y debe estar perfectamente
estructurado en capítulos o apartados y a ser posible debe contener un índice, de
manera que se pueda encontrar fácilmente cualquier apartado o capítulo que
necesitemos.

Este material puede contener al final de cada capítulo o de cada lección un


resumen de lo contenido, así como ejercicios de auto evaluación para que el
alumno pueda ver en todo momento como progresa en su aprendizaje, y para
que también le sirva de "guía" sobre los aspectos más destacados y/o a tener en
cuenta del capítulo o lección.

No está de más el facilitar en este material esquemas y cuadros explicativos a


modo de síntesis, para que el alumnado, en caso necesario, los pueda manejar
independientemente del temario a la hora de comprender y memorizar los
contenidos.

También es conveniente entregar una lista de bibliografía consultada y otra de


interés para poder ampliar y completar las explicaciones, así como una lista de
recursos de internet (webs, vídeos, documentos...) con la misma finalidad.

2) Material para las explicaciones:

Este material será el soporte para nuestras explicaciones y tendrá por tanto un
doble uso; por un lado será una guía para el docente y el alumnado, una especie
de esquema que va a dirigir y orientar el proceso de enseñanza-aprendizaje que
se está desarrollando; y por otro lado va a ser un recurso indispensable para
mantener al alumnado concentrado en las explicaciones.

Es por ello que se recomienda el uso de animaciones gráficas, power points,


vídeos, etc...

Su diseño debe estar orientado al nivel del alumnado, así como a los puntos
básicos y fundamentales que queramos transmitir.

Debe estar presentado de una manera clara, sin excesivos adornos y lo más
simplificadamente posible.
El Formador (Funciones) - 4 Impartir
Clases

A la hora de impartir las clases se debe tener una planificación previa de lo que
vamos a llevar a cabo, de la estrategia a seguir y de los resultados que queremos
obtener.

En primer lugar lo que debemos hacer es informar al alumnado de los objetivos


marcados, cómo los pretendemos conseguirlos y la forma de evaluar finalmente
el grado de consecución de los objetivos por el alumnado.

Seguidamente debemos informar al alumnado sobre los contenidos a tratar y


dar las indicaciones básicas para poder acceder a una información
complementaria de lo que vayamos a impartir.

También debemos explicar unas normas básicas de comportamiento y actuación


en el aula, éstas pueden ser rígidas o flexibles, pero siempre deben cumplirse.

El/La formador/a debe tener siempre una actitud abierta y dialogante, debe saber
comunicar y transmitir, así como motivar.

Casi tan importante como el contenido del curso es que el/la formador/a sepa
transmitir los conocimientos al alumnado y especialmente que los sepa relacionar
con conocimientos previos de éstos.

Debemos ser capaces de dirigir al alumnado hacia la adquisición de


conocimientos de una manera sencilla, de forma que aprendan de un modo
autónomo.

Tenemos que fomentar la participación activa en clase, ya sea entre el/la


alumno/a y el/la formador/a, o entre los/as propios/as alumnos/as
individualmente o en grupo; así como gestionar los posibles errores que cometa
el alumnado para promover nuevos aprendizajes.
El proceso de aprendizaje es un proceso que debe ser dirigido y controlado por
el/la formador/a, no se debe dejar nada a la improvisación, debe estar planificado
totalmente, puesto que es el único camino a seguir para que el alumnado pueda
adquirir los conocimientos que pretendemos.

Esto se consigue con un seguimiento de lo que los/as estudiantes van asimilando,


solucionando sus dudas, volviendo a explicar lo que no ha sido del todo adquirido
y mediante el uso de recursos y actividades que resulten atractivos, llamen la
atención y fomenten el diálogo, el trabajo individual o en equipo y el debate.
El Formador (Funciones) - 5 Evaluar

No nos vamos a extender mucho en este punto, puesto que se le dedica un


apartado completo en la segunda parte del curso, pero si veremos unas
pinceladas muy básicas.

Podemos definir la acción de evaluar como el cálculo, valoración o calificación del


rendimiento de un/a alumno/a en función de unos objetivos establecidos
atendiendo a los conocimientos adquiridos y el rendimiento ofrecido por este/a.

De cara al alumnado debemos presentar la evaluación como un medio para poder


valorar el proceso de aprendizaje que están experimentando, no lo debemos
presentar como un fin, sino como una motivación.

La evaluación a la que someter al alumnado puede ser de tipos muy distintos


(inicial, continua, final, mixta, sumativa, auto evaluación…), pero lo que si
debemos tener muy en cuenta es la conveniencia o no de usar un determinado
tipo de evaluación para un grupo u otro de alumnos/as, puesto que esto también
influirá en su aprendizaje.

Pero cuando hablamos de evaluación no nos referimos simplemente a evaluar al


alumnado en su proceso de aprendizaje, también debemos tener en cuenta como
formadores/as que tenemos que evaluarnos en nuestro desempeño, por lo tanto
también debemos evaluar las acciones formativas; lo que nos proporcionará una
retroalimentación/feedback con la información suficiente para valorar si debemos
o no reelaborar las estrategias de enseñanza que estamos aplicando para obtener
unos resultados mejores.
Cualidades del Formador - Perfil Docente -
Conocimientos
A continuación vamos a ver algunas de las cualidades que debe tener un
formador para poder desempeñar su labor de la mejor manera posible.

Algunas de las cualidades citadas parecen evidentes, pero no por ello dejaremos
de comentarlas.

Las podemos dividir en tres tipos:

Conocimientos, Habilidades y Actitudes.

A) Conocimientos:

Dominio sobre su especialidad:

Evidentemente hay que dominar la materia que vamos a impartir, debemos


estar familiarizados con todo lo que pretendemos enseñar.

Si no tenemos unos conocimientos profundos y sólidos podemos caer en errores


que a su vez enseñaremos al alumnado.

No es que debamos saberlo todo, eso no es posible a veces, y no pasa nada si a


una pregunta de algún/a alumno/a no sabemos qué responder; simplemente con
decir que no lo sabemos y buscar esa información para el siguiente día es
suficiente, lo que no debemos hacer nunca es inventarnos una respuesta o dar
una respuesta vaga que cree confusión o que no se ciña a la realidad.

Conocimientos didácticos:

Es fundamental tener conocimientos sobre didáctica si nos vamos a dedicar a la


formación, pues debemos realizar esta tarea de la mejor forma posible, sacando
el máximo provecho a los materiales y al alumnado; y esto sólo se consigue con
una preparación previa en este apartado.

Cualidades del Formador - Perfil Docente -


Habilidades

Facilidad para expresarse:

Imprescindible el saber expresarse y el hacerse entender frente al alumnado,


también hay que tener rapidez mental para poder expresar una idea de varias
formas distintas con el fin de lograr un correcto entendimiento por parte del
alumnado.

Se debe tener facilidad para expresar ideas de una manera sencilla, clara y precisa.

Facilidad para saber escuchar:

La tarea de formador/a no solo consiste en formular unas ideas y hacerlas


entendibles, también se debe escuchar al alumnado y tener en consideración sus
opiniones, ideas, valoraciones y necesidades.

Si escuchamos atentamente lo que el alumnado nos expresa, la tarea formadora


será mucho más eficaz y eficiente.

Habilidad para integrar conocimientos:

Resumir puntos importantes, resaltar conceptos fundamentales y enlazar


conocimientos con precisión es una de las principales habilidades que debe
poseer un/a formador/a.

Capacidad de planificación, organización, análisis y gestión:

La acción formativa debe estar perfectamente estructurada para la correcta


adquisición de conocimientos por parte de los/as alumnos/as.
Habilidad para saber motivar:

Debemos ser capaces de lograr el nivel de atención suficiente por parte del
alumnado, así como crear interés por el tema tratado.

Dentro de esta habilidad, el/la formador/a debe ser capaz de utilizar estímulos y
saber variarlos en función de las necesidades detectadas, ya sea mediante cambio
de actividades, haciendo movimientos o favoreciendo interacciones.

Habilidad para usar indicaciones no verbales:

Gestos faciales, gestos corporales, expresiones con las manos, usos del silencio,
etc… son fundamentales dentro del “savoir faire” del/ de la formador/a.
Cualidades del Formador - Perfil Docente -
Actitudes

Aceptar al alumnado (satisfacción o insatisfacción):

El alumnado es el que es, no lo podemos cambiar, para bien o para mal; debemos
aceptarlo y amoldarnos al mismo de manera que saquemos el máximo
rendimiento posible a sus cualidades, aptitudes y características.

Sensibilidad, Flexibilidad, Cordialidad, Tolerancia, Amabilidad, Simpatía,


Empatía, Comprensión, Sentido del humor:

Son cualidades básicas que hay que poner de manifiesto en la profesión de


formador/a.

No debemos olvidar que el alumnado está compuesto por personas con sus
características individuales y particulares, y por lo tanto debemos tratar de poner
en práctica estas cualidades citadas para beneficio del grupo, pero también para
el beneficio individual del alumno/a.

Entusiasmo para realizar la tarea docente:

La tarea docente puede ser bastante dura y desagradable si no se tiene


entusiasmo e ilusión para desarrollarla, es fundamental sentirse atraído/a por esta
profesión para lograr un correcto desempeño laboral, en caso contrario es muy
probable que el desempeño no sea el más correcto ni tenga la calidad mínima
exigible.

Auto control:
Debemos tener control sobre nuestras emociones y estados de ánimo que
puedan surgir en el aula.

No debemos dejarnos llevar por la euforia, ni tampoco por el desánimo; así como
debemos controlar nuestras emociones frente a la actitud del alumnado, ya sea
positiva o negativa, impidiendo que nuestra actuación frente a éste se vea
condicionada.

Saber aceptar las críticas provenientes del alumnado:

Algunas veces el alumnado nos hará saber que no está de acuerdo con nuestros
métodos de enseñanza, es importante admitir esa divergencia de opiniones y
saber asumirlas y adquirirlas como propias, de manera que podamos analizarlas
y aprender de los posibles errores cometidos, para mejorar en nuestro
desempeño futuro.

Madurez emocional, Fortaleza y Tenacidad:

La madurez emocional es fundamental para el/la formador/a.

Hay que ser lo suficientemente fuerte y maduro como para no vernos afectados
por las circunstancias propias de un aula.

No nos pueden afectar los gestos que veamos en el alumnado, comentarios que
oigamos o actitudes que percibamos; debemos estar por encima de todo ello y
tener la suficiente personalidad como para que no nos afecte y seguir con nuestro
desempeño.
El Formador - Relación con el alumnado

El/La formador/a establecerá un trato en clase hacia el alumnado de igual a igual,


es decir, de tipo horizontal; si bien esto no menoscabará la autoridad del
formador/a que será el/la que dirija el proceso de aprendizaje en todo momento,
ejerciendo de líder y guía del grupo, teniendo siempre la última palabra.

Esta relación, en un primer momento se puede ver afectada por distorsiones de


la realidad, fruto de una primera impresión equivocada debido a valoraciones
previas y prejuicios por estilo de vestir, opiniones de otras personas
(generalmente sin fundamento ni objetividad), etc...

Adquiere gran importancia por tanto, las representaciones mutuas que se pueden
dar en el aula en los primeros días de clase, así como el concepto que tengamos
de nosotros mismos (positivo o negativo), nuestro comportamiento y actitud
frente a este nuevo reto formativo.

De estas primeras impresiones puede que dependa el éxito o el fracaso de esta


relación entre formador/a y alumnado.

Por tanto deberemos tratar de crear un ambiente de seguridad en el aula, de


confianza y de libertad, para que la interacción entre profesorado y alumnado
fluya de la manera más correcta.

Para ello deberemos tener un cierto grado de apertura; una apertura que no se
traducirá en contar intimidades, pero si en exponer experiencias, fracasos, éxitos
y anécdotas personales que tengan relación con lo que se esté dando en ese
momento en clase.

Esta actitud acorta la distancia entre ambos protagonistas y pone los pilares para
una relación cordial y basada en el respeto mutuo.
El Formador - Estilos docentes - Autoritario
El/La formador/a actúa como líder o guía en el proceso formativo.

Según sea su actitud en dicho proceso podremos calificar el estilo docente que
le caracteriza.

En este apartado vamos a señalar tres estilos docentes, viendo sus características
principales, sus ventajas e inconvenientes; si bien, las características que se
presentan en unos no excluyen a las características que se presentan en otros, no
existiendo por tanto estilos "cerrados", siendo todos los estilos complementarios
unos de otros en determinadas circunstancias.

Lo ideal es saber movernos por los estilos en función de las necesidades


detectadas y del tipo de información que queramos transmitir.

Los principales son:

Autoritario

Se caracteriza por tomar sólo las decisiones, sin tener en cuenta la opinión del
grupo.

Asigna a cada persona del grupo las tareas que debe realizar, organizando y
distribuyendo en función de criterios propios las mismas.

No forma parte de las actividades que se realizan en el aula, permanece distante,


dirige sin participar y suele evaluar de forma individual.
Ventajas:

Debido a su autoritarismo y estructuración cerrada suele conseguir una mayor


dedicación del alumnado en clase, evitando dudas e interacción formador/a-
alumno/a.

Es el estilo ideal para los/as alumnos/as sumisos/as; pues todo el trabajo está
dirigido y no tienen que tomar decisiones por sí solos.

Inconvenientes:

El alumnado no avanza hacia la autosuficiencia en el saber, no aprende a tomar


decisiones y en cierto modo, se crea una relación de dependencia que se pondrá
de manifiesto en el momento que se enfrenten a otro estilo docente, creando
inseguridad y desconcierto.

Si el alumnado no es sumiso, se creará una desmotivación que se traducirá en


una falta de motivación y el posterior fracaso.
El Formador - Estilos docentes - Laissez-
Faire

La principal característica es la falta de participación del/ de la formador/a, que


tiende a apartarse lo máximo posible, dejando que sea el grupo el que dirija el
proceso de aprendizaje e interviniendo solo cuando se le requiere.

Ventajas:

El alumnado deberá asumir responsabilidades en su proceso de aprendizaje, si


bien fomentará que los/as alumnos/as más aventajados demuestren su
creatividad y sobre salgan respecto al resto del grupo.

Potenciará también el aspecto lúdico del aprendizaje.

Inconvenientes:

Los/as alumnos/as que sobre salgan tenderán a experimentar tensiones y


conflictos entre ellos/as por el rol de líder/esa del grupo.

Es probable que el resto del alumnado se sienta desmotivado, insatisfecho y


desorientado, lo que motivará que los logros que se consigan sean bajos.
El Formador - Estilos docentes -
Democrático

El/La formador/a es el/la facilitador/a de un proceso donde el alumnado es el que


tiene el protagonismo, actuando de una manera objetiva, tomando parte del
trabajo común con una presencia en su justa medida, ni excesiva ni insuficiente.

Esto favorece la participación del alumnado, que se implica de una manera activa
en las actividades de clase.

El ser democrático no implica que el proceso de enseñanza-aprendizaje se va a


regir por lo que la mayoría quiera, el/la formador/a pondrá límites y mantendrá
su autoridad en todo momento.

Ventajas:

El alumnado participa de una manera activa, lo que le hace consciente de su


proceso de aprendizaje, al que llega por sí mismo, mediante una alta participación
en las actividades y trabajos de clase, fruto de la alta motivación y sentimiento de
protagonismo que adquieren.

Inconvenientes:

Este estilo de enseñanza requiere su tiempo en el aula, por lo que el desarrollo


de las clases será más lento y las tareas se realizarán de una manera más lenta.
El Formador - Estilos Docentes - Cuadro
resumen
ESTILO CARACTERÍSTICAS VENTAJAS INCONVENIENTES
AUTORITARIO No tiene en cuenta la Programa, No desarrolla la
opinión del grupo. clases y autosuficiencia en el
metodología aprendizaje por parte
Excesiva participación estructurada. del alumnado.
del/de la formador/a.
Buenos Desmotivación del
Muy rígido. resultados. alumnado más
participativo, activo
Proceso dirigido y/o autónomo.
en todo
momento, por lo Excesivo control del
que se debería proceso de
conseguir el enseñanza-
objetivo aprendizaje
propuesto.

Ideal para el
alumnado poco
participativo.
LAISSEZ-FAIRE Escasa participación Lúdico. Tensión entre el
por parte del/de la alumnado más activo
formador/a. Desarrolla la por dirigir el proceso.
autonomía del
Excesivo alumnado en el Desmotivación del
protagonismo del proceso de alumnado poco
alumnado. aprendizaje. activo.

Motivación del
alumnado más
autónomo y
activo.
DEMOCRÁTICO Moderada relación La participación Lento, requiere de
entre la participación y el más tiempo debido a
del profesorado y del protagonismo de la interacción de los
alumnado. los actores actores.
(formador/a y
El/La formador/a pone alumnado) es el
límites y su autoridad correcto, en su
permanece intacta. justa medida y
en los
momentos
oportunos.

El/Las
formador/a
fundamenta el
porqué de sus
decisiones,
normas, etc…

Fomenta la
participación
activa.

Estimula el
sentido crítico.
El Formador - Acciones tutoriales
Por lo general siempre hemos tendido a pensar que la acción tutorial
es simplemente una relación voluntaria entre el/la formador/a y el/la
alumno/a para tratar asuntos relativos al estudio y al aprendizaje.

Según Ángel Segovia Largo y Xoán Emilio Fresco Calvo en “La acción
tutorial en el marco docente”, Seminario Galego de Educación para a
paz, 2000; una acción tutorial es:

“(…) la función del profesor como guía y orientador en todo lo


relacionado con el centro, y a las actividades del proceso de
enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en él, con el objetivo de lograr
el pleno desarrollo de cada uno de ellos. Se trata pues de realizar una
función personalizadora de las actuaciones pedagógicas a desarrollar
en un contexto escolar estructurado en contenidos y objetivos (…)”

Estas acciones tutoriales se pueden realizar en grupo o de manera


individualizada, y debemos reservarle un espacio dentro de nuestra
programación y nuestra actividad docente diaria.

Para que la tutorización sea efectiva debemos asumir un rol


polivalente, sabiendo en qué circunstancias debemos intervenir, así
como hacer un seguimiento del alumnado que nos permita tener un
feedback constante e inmediato.

Estas tutorías se pueden realizar de manera Presencial (individual o


grupal) o de manera No presencial (telemática o telefónica).
El Formador - Acciones tutoriales -
Presencial
PRESENCIAL:

Individual:

Lo ideal es disponer de un tiempo a parte del estipulado para las clases,


disponiendo para ello de horarios flexibles y amplios, de manera que todo/a
alumno/a que desee acudir a la tutoría pueda hacerlo.

M.P. Hernández, en “La acción tutorial en la extensión experimental del


CENEBAD”, Boletín del CENEBAD nº1, 1985; destaca como objetivos de la acción
tutorial individual los siguientes aspectos:

 “(…). Motivar, estimular y orientar al alumno para que realice sus tareas a partir
de su realidad personal.
 Atender al alumno en aquellos problemas personales que puedan tener
incidencia en la marcha de sus estudios.
 Aclarar dudas de tipo académico.
 Informar y orientar al alumno con vistas a su promoción académica, profesional
y humana. (…)”

Grupal:

Las tutorías grupales también deben tener un horario flexible, si bien se pueden
programar dentro del horario lectivo.
Este tipo de tutorías favorecerá la socialización mediante la interacción de los
diferentes individuos del grupo, generará un importante intercambio de ideas
entre los mismos, así como un profundo espíritu crítico.

El Formador - Acciones tutoriales - No


Presencial
NO PRESENCIAL:

Telemática:

Generalmente por correo electrónico.

El feedback de la misma no es inmediato, pero si facilita que el/la formador/a y


el alumnado esté en contacto, de manera que el primero pueda mantener al
segundo informado de manera permanente, pueda motivarlo y orientarlo, así
como ir evaluando el proceso de enseñanza-aprendizaje por medio de la
corrección de ejercicios o actividades propuestos a tal efecto y el intercambio de
opiniones.

También facilita que el alumnado pueda exponer opiniones, hacer sugerencias y


expresar dudas hacia el/la formador/a sin el tan temido (por algunos/as
alumnos/as) “cara a cara”.

Telefónica:

Mediante este tipo de tutorías se establece un contacto fundamentalmente para


el intercambio de opiniones, resolver dudas y obtener información.

De todas las acciones tutoriales es la menos recomendable.


El Formador - Acciones tutoriales - Cuadro
Resumen
Métodos Didácticos
Los métodos didácticos son las vías que vamos a utilizar para llegar a un objetivo,
en este caso el objetivo no es otro que el alumnado obtenga los resultados
esperados en su aprendizaje.

Evidentemente el uso de un método didáctico no excluye que lo


complementemos con otro método, la eficacia reside en la integración de varios
métodos a lo largo de una programación.

No existen métodos superiores ni inferiores a otros, simplemente son más o


menos adecuados a los contenidos que pretende transmitir el/la formador/a.

Tienen unas características comunes principales:

 Objetivo claro y definido.


 Orden lógico, jerarquizado.
 Debe ser adecuado al nivel del alumnado.
 Eficiente.
 Ser una guía para el alumnado.
Métodos Didácticos - Tipos - Expositivo

Es el más común, y el docente se convierte en protagonista único.

La información se presenta al alumnado de una forma clara y concisa, de una


manera unidireccional (del formador/a hacia el alumnado) en la que el papel del
alumnado es de simple recepción (pasivo).

Antes de empezar la formación el docente debe explicar los objetivos que se


pretenden conseguir, así como realizar un cronograma de la exposición.

Es conveniente utilizar la pizarra u otros recursos visuales como apoyo de la


explicación para favorecer que el alumnado mantenga la atención, así como el
uso de preguntas al alumnado, intercalar ejemplos, notas de humor, experiencias
propias, etc… para romper la monotonía.

Una vez que se acabe la exposición se debe hacer una recapitulación de los
principales puntos tratados en la misma, de manera que se favorezca la
asimilación por parte del alumnado, además de abrir un turno de preguntas para
comprobar si el feedback ha sido el adecuado.
Métodos Didácticos - Tipos - Demostrativo
El alumnado adquirirá los conocimientos a través de una demostración práctica por parte
del formador/a y una posterior repetición por parte del alumno/a.

Tiene 4 fases:

1) Explicación al alumnado del objetivo de la sesión.

2) Descripción de la sucesión de pasos que compone la tarea a realizar.

3) Realización por parte del formador/a de la tarea anteriormente descrita, esta vez de una
manera práctica y visual, de manera que todo el alumnado pueda observar con detalle
cada paso realizado.

4) El alumnado toma protagonismo en este punto, pues tendrá que repetir la tarea que
el/la formador/a realizó con anterioridad.
Este método es muy útil para motivar al alumnado, hacerle que tome un papel
protagonista en su proceso de aprendizaje y para que se establezca un vínculo entre
docente y alumnos/as.

Hay que ser muy cuidadoso a la hora de utilizar este método, pues el docente se puede
encontrar con que el alumnado no está preparado para una sesión de este tipo.

Por supuesto, el docente debe dominar la materia que va a impartir mediante este método,
pues en caso de que aparezca algún contratiempo deberá solucionarlo sobre la marcha, ya
que en caso contrario crearía dudas e incertidumbre sobre los/as alumnos/as.

Métodos Didácticos - Tipos - Interrogativo

Este método es muy útil para ayudar al alumnado a que organice sus
conocimientos.

Si sabemos que el/la alumno/a tiene unos conocimientos sobre lo que hemos
impartido o vamos a impartir pero estos conocimientos están desorganizados,
mediante este método podemos ayudarle a que los clasifique y estructure.

El/La formador/a se comunicará con el/la alumno/a mediante preguntas que


están preparadas con anterioridad o que se improvisan sobre la marcha en
función de los cauces por los que transcurra la conversación.

Estas preguntas se pueden realizar al conjunto de la clase o a un/a alumno/a en


concreto.

Al formular las preguntas debemos ser claros, concisos y formularlas de la manera


más sencilla posible, siempre adaptándonos al nivel del alumnado.

Debemos intentar que participen todos/as los/as alumnos/as de manera


voluntaria, evitando en la medida de lo posible las preguntas individuales.

En función de la finalidad que pretendamos lograr los podemos clasificar en:

TIPO FINALIDAD EJEMPLO


De Integración Sintetizar y resumir la ¿Alguien me podría hacer
materia que hemos un resumen de lo que
explicado hasta el hemos estado viendo hasta
momento. el momento?
De Verificación Comprobar que se ha Entonces, ¿Cuántos tipos
comprendido todo lo de métodos didácticos
explicado. hay?
De Motivación Estimular al alumnado y ¿Habéis visto la película
concentrar toda su “El club de los poetas
atención. muertos”?, ¿La parte en la
que el profesor se pone de
pie en una mesa?
De Disciplina Para prevenir que el ¿Alguno/a de vosotros/as
alumnado se relaje en sería capaz de repetir lo
exceso y se distraiga, que acabo de explicar para
dejando de prestar que el compañero que
atención a las tiene una duda lo
explicaciones. comprenda?
De fundamentación Como recordatorio de ¿Recordáis las diferencias
algún tema tratado con entre el estilo autoritario y
anterioridad. el laissez-faire que
explicamos en la segunda
sesión?
Métodos Didácticos - Tipos - Activo
El/La formador/a guía el aprendizaje, si bien será la propia investigación del
alumnado la que les haga llegar al objetivo de conocimiento, requiere gran
habilidad y experiencia por parte del primero, pues tendrá que controlar y dirigir
en todo momento que el proceso siga los cauces previstos y esperados.

Este método unido a la técnica de trabajo grupal (debates, intercambios de


opiniones en grupo) es la combinación perfecta para el aprendizaje en adultos,
puesto que es una manera muy motivante de participar por parte del alumnado,
ya que a medida que van participando se van viendo los logros y avances en el
conocimiento, implicando cada vez más al alumnado y haciendo el proceso más
ameno.
Actualización Docente
Según el "INFORME DEL CONSEJO “EDUCACIÓN” AL CONSEJO EUROPEO SOBRE
LOS FUTUROS OBJETIVOS PRECISOS DE LOS SISTEMAS DE EDUCACIÓN Y
FORMACIÓN" en su apartado 2.1.1 “Mejorar la educación y la formación de los
profesores y formadores”:

(…).

Los profesores y los formadores desempeñan un importante papel para motivar


a los alumnos y conseguir que tengan éxito. En nuestros días, la formación
orientada al futuro resulta esencial; la mayoría de los profesores obtuvieron sus
titulaciones hace veinticinco años o más, y la mejora de sus capacidades, en
algunos casos, no ha seguido el ritmo de los cambios. Asimismo, el papel de los
profesores ha cambiado: siguen impartiendo conocimientos, pero hoy día
también desempeñan la función de tutores que orientan a cada alumno en su
camino individual hacia el conocimiento. La formación debería hacer capaces a
los profesores y los formadores de motivar a sus alumnos no sólo para que
adquieran los conocimientos teóricos y las capacidades profesionales que
necesitan, sino también para que se hagan responsables de su propio
aprendizaje, de manera que lleguen a poseer las competencias exigidas hoy en
día en la sociedad y el mundo laboral. (…)

En los tiempos que corren, no solo en el campo formativo como docente, sino en
todos los campos laborales, es fundamental conocer las últimas novedades y
estar al día de todas las actualizaciones que se produzcan.
La profesión de formador/a o docente ha experimentado un aumento de
protagonismo, pues ha adquirido especial importancia en el ámbito laboral y
profesional.

Actualmente el perfil de formador/a está ampliamente demandado por la


sociedad y por las empresas, que buscan una excelencia en sus trabajadores a
través de la actualización de sus conocimientos o la adquisición de otros en
función de las necesidades detectadas por estos.

Es por esto, que el/la formador/a debe actualizar también sus conocimientos,
para poder competir laboralmente en su campo y para poder ejercer su profesión
de una manera óptima.

La actualización se podrá llevar a cabo por diferentes medios:

1) Aprendizaje autónomo:

El/la formador/a trata de estar al día de las últimas novedades en lo referente a


formación de una manera personal, individual y particular.

Este aprendizaje se hace principalmente mediante la lectura de libros, artículos, y


demás publicaciones.

También mediante la presencia y participación activa en redes profesionales,


seminarios, congresos, simposios, etc...

2) Cursos formativos:

El/la formador/a mantendrá sus conocimientos actualizados mediante la


realización de cursos (presenciales, a distancia, on line) de una manera periódica.
Teoría de la comunicación y proceso de
enseñanza-aprendizaje - ¿Cómo
aprendemos?
Se han realizado múltiples estudios sobre el funcionamiento del cerebro, la forma
de procesar la información y como la asimilamos, etc... Llegándose a diferentes
conclusiones, siendo la principal, que no existe una edad tope para aprender, si
bien, en función de los estímulos que utilicemos a la hora de enseñar, el éxito que
tendremos será mayor o menor.

Por tanto, en función de cómo aprendamos, así recordaremos.

En función de esto, hay numerosas teorías del aprendizaje que tratando de


manera resumida las más destacadas.
Condicionamiento Clásico
Mediante la repetición del siguiente esquema:

Estímulo-Respuesta

Estímulo-Respuesta-Refuerzo.

Para entenderlo mejor explicaremos los experimentos de Ivan Pavlov.

Iván Pavlov fue un Premio Nobel de fisiología y medicina que formuló la Ley del
Reflejo Condicionado (1890-1900).

Pavlov observó que los perros salivaban al ponerles la comida en la boca, incluso
cuando la veían o la olían, es más, salivaban ante la simple presencia de las
personas que se encargaban de alimentarles.

A partir de esta experiencia determinó que esta salivación podía ser el resultado
de una actividad psicológica, más que una actividad natural.

Fue entonces cuando decidió realizar su experimento:

Haría sonar un metrónomo antes de dar la comida a los perros, observando como
a los pocos ensayos los perros comenzaban a salivar nada más sonar el
metrónomo; es decir, los perros habían sido condicionados de manera que ante
un determinado estímulo, respondía de una manera que antes no lo hacía.

Por lo tanto, se demuestra así que el condicionamiento clásico es un tipo de


aprendizaje asociativo por el que se produce una respuesta frente a un estímulo.
Esta respuesta condicionada se diferencia de la incondicionada en que esta última
no es aprendida, sino que son estímulos naturales (por ejemplo, cuando la pupila
se dilata o contrae en función de la cantidad de luz que tengamos).

Conductismo
En esta línea experimentó también Watson, quien quiso aplicar los principios del
condicionamiento clásico de Pavlov a la reacción de un niño hacia una rata
blanca.

Para el experimento de seleccionó a un niño de 9 meses, Albert.

A Albert se le examinó física y mentalmente, concluyendo que era un niño


totalmente sano y sin ningún tipo de miedo a los animales con pelo (ratas),
aunque con miedo a los ruidos fuertes.

Cuando Albert tenía 11 meses, comenzó el experimento.

Este consistía en presentar al niño un objeto de color blanco a la vez que se


golpeaba una barra metálica con un martillo tras su cabeza, produciendo un
enorme ruido.

Tras varias repeticiones, el niño lloró ante la presencia de una rata, generalizando
esta reacción frente a otros estímulos similares: perro, lana y abrigo de piel.

El examen no pudo concluirse debido a que se separó a Albert del experimento


antes de la fase de descondicionamiento, lo que abrió un debate sobre la
moralidad o no del uso de niños en los experimentos.
Teoría del Refuerzo
Según Skinner el ser humano aprende mediante las consecuencias que acarrea
sus acciones, es decir, según los estímulos que recibimos y los refuerzos que nos
proporciona.

Por tanto, son los refuerzos que recibimos los que condicionan nuestro
comportamiento.

Podemos recibir refuerzos positivos o negativos.

Los positivos son aquellos que hacen que la posibilidad de una conducta se
repita en el futuro; por ejemplo: Si un estudiante da una conferencia y es
reconocido su esfuerzo mediante un aplauso efusivo por parte del público
presente, seguirá esforzándose al máximo (respuesta) para seguir obteniendo ese
reconocimiento (estímulo) en las siguientes conferencias; es decir, aumenta la
respuesta para añadir un estímulo.

Los negativos aumentan la probabilidad de una conducta, pero para evitar un


estímulo aversivo en este caso; por ejemplo: si vamos en una moto por la
carretera circulando a 150km/h donde el límite es 100km/h, este comportamiento
nos acarreará una multa de tráfico. En este caso trataremos de estar atentos y
circular a la velocidad máxima permitida (respuesta) para evitar una
multa (estímulo).

El refuerzo negativo no es un castigo, puesto que trata de eliminar un estímulo


posterior, un castigo lo que hace es eliminar un comportamiento no deseado
imponiendo un hecho negativo tras este comportamiento no deseado.
Por imitación/observación
Uno de los máximos estudiosos del aprendizaje por imitación u observación es el
psicólogo canadiense Albert Bandura.

Según Bandura, hay 4 fases en este proceso:

1) Adquisición:

Observación e identificación de las características más destacadas de la acción


que el modelo a imitar está realizando.

2) Retención:

Almacenamiento en la memoria de lo observado.

3) Ejecución:

Repetición de la acción observada.

4) Consecuencias:

Si la acción repetida tiene un refuerzo positivo, se repetirá en el tiempo; si la


acción tiene un refuerzo negativo, tenderá a desaparecer.

Todo esto es el fruto de un experimento que el mismo Bandura realizó con


niños/as a los que les mostraba un vídeo de un adulto golpeando un muñeco
hinchable.
Tras esto, se introducían a los/as niños/as en un cuarto lleno de juguetes, y la
gran mayoría repetía lo que había visto en el adulto, es decir, golpeaban al
muñeco, incluso de maneras diferentes a las que lo hacía el adulto.

También introdujeron a niños/as que no habían visto el vídeo en el mismo cuarto


que a los anteriores, en este caso no reaccionaban de manera violenta con el
muñeco, sino que jugaban con él.

Aprendizaje por Descubrimiento


Destaca la figura de Jerome Brunner.

Para Brunner el estudiante debe ser capaz de resolver problemas mediante la


interacción de la teoría y la práctica, no mediante la memorización y la aplicación
de una “receta”, sino mediante la construcción de nuevas ideas y teorías en base
a los conocimientos que el alumnado ya posee.

El/La formador/a debe dirigir al alumnado mediante la motivación, el


mantenimiento de esa motivación durante la/s sesión/es, la compatibilidad del
nivel de dificultad del problema planteado y el de capacidad de respuesta del
alumnado, al manejo de la información útil para la resolución de problemas y la
práctica de estas habilidades mediante la interacción con el entorno que les
rodea, o lo que es lo mismo; el /la formador/a presenta un objetivo a alcanzar,
pone a disposición del alumnado las herramientas necesarias para alcanzar ese
objetivo, y es el alumnado mediante la investigación el que descubre el camino
que lleva a esa meta, produciéndose un aprendizaje significativo.

Todo esto ayudará también a estimular la autoestima y la seguridad del


alumnado.
Aprendizaje Significativo
Destaca la figura de Ausubel.

“Si tuviese que reducir toda la psicología educativa a un sólo principio, enunciaría
éste: el factor más importante que influye en el aprendizaje es lo que el alumno
ya sabe. Averígüese esto y enséñese consecuentemente " (Ausubel, 1986).

Como vemos, el aprendizaje significativo basa uno de sus pilares fundamentales


en la relación del nuevo conocimiento con los ya adquiridos con anterioridad por
el/la alumno/a.

Lo importante no es como se muestra la nueva información que el/la alumno/a


va a aprender, sino como se relaciona esta con sus conocimientos anteriores.

Es un aprendizaje relacional, dependiente del contexto de cada alumno/a y de la


estimulación que se haya hecho de los conocimientos previos.

Se basa en la interiorización del conocimiento en función de experiencias


anteriores relacionadas con intereses y necesidades personales.

Es por tanto, un proceso personal, activo y que sigue una lógica, donde juega un
papel fundamental el grado de motivación que el aprendiente presente por los
nuevos conocimientos.

Es por tanto, totalmente opuesto al aprendizaje memorístico.


El Adulto ante el aprendizaje
A la hora de enseñar a adultos debemos tener en cuenta diversos factores y
múltiples aspectos que pueden incidir de una u otra manera en el proceso de
aprendizaje.

En este apartado vamos a ver cuáles son esas características propias que poseen
y cómo es su influencia:

 Poseen una serie de opiniones y valoraciones preestablecidas y prácticamente


inamovibles, por lo que el/la formador/a tendrá dificultades a la hora de
introducir aspectos que puedan variar el concepto que el alumnado tiene de estas
opiniones; pueden ver la novedad como una amenaza, provocando una
resistencia al cambio.
 Tienden a la autonomía y autodirección de su trabajo en el aula, por lo que en un
principio les puede costar aceptar la autoridad del/ de la formador/a.
 Alto nivel de expectativas y de aspiraciones son otros aspectos destacables, que
pueden desembocar en impaciencia y ansiedad, pues tienden hacia la economía
del tiempo y del esfuerzo, por lo que aparecerán estas características si no ven
resultados de aprovechamiento desde el primer momento.
 Estrechamente ligado al punto anterior aparecerá el alto nivel de exigencia que
presentan hacia el/ a la formador/a.
 Miedo a hacer el ridículo frente a sus compañeros/as de clase, por lo que nunca
debemos fomentar la competitividad en el aula.
 Motivación:

Puede producirse por factores internos o externos:


-Internos: Aumentar conocimientos para satisfacción personal, por
ejemplo, el adulto que no pudo estudiar en su niñez y decide
sacarse el graduado escolar.

-Externos: Estos factores aparecen desde fuera del sujeto, por ejemplo,
el trabajador que puede promocionar de puesto de trabajo
(aumentando posición y sueldo) realizando un determinado curso
formativo.

Estas características pueden jugar un papel positivo o negativo, en función de


cómo el/la formador/a las maneje y sepa contrarrestarlas o potenciarlas.

Hay que ser muy cuidadoso, pues pueden provocar una enorme resistencia por
parte del alumnado en el caso de no saber dirigirlas.

Por todo ello trataremos en todo momento de:

 Tener grupos reducidos, que facilitarán el contacto directo con cada


alumno/a manteniendo una relación más estrecha entre
formador/a y alumno/a que redundará en el mantenimiento de la
atención y la motivación.

 Conocer cuál es la formación previa del alumnado, así como sus


intereses y motivaciones para la realización de la
formación/capacitación.

 A la hora de trabajar con el alumnado en el aula debemos procurar


facilitarles siempre la información de la manera más precisa y
concreta posible, destacando sobremanera la información más
relevante, creando una estructura que haga que organicen y
relacionen la información que ya saben con la que están
adquiriendo. Esta información deberá siempre seguir un progreso
lógico, sin saltos.

 Presentar ejercicios activos, para que el/la alumno/a se sienta


protagonista del proceso y no un mero espectador.

 Respetar los ritmos de aprendizaje de cada alumno/a.

Palladino (1981) presenta los factores condicionantes del aprendizaje adulto de


la siguiente manera:

En el adulto
Grupo heterogéneo en edad, intereses, ocupación, experiencias
Status de adulto: trabaja, estudia, etc…
Intereses adultos: ocupación, bienestar, ascenso, familia
Motivación espontánea
Objetivos claros y concretos
No puede fracasar ni perder el tiempo
Mucha preocupación por los resultados.
Inseguridad, susceptibilidad ante las críticas
Exigido por el medio social y laboral.
Responsabilidad, sentimiento de culpa
Resistencia al cambio
Ritmo más lento, razonamiento pausado y relacionante
Personalidad desarrollada, posesión de hábitos, valoraciones y actitudes
establecidos.
Menor capacidad de memorización. Tendencia a relacionar y hallar aplicaciones
concretas
Busca consecuencias prácticas, reales de lo que está aprendiendo
Pregunta para entender mejor
Integra lo nuevo al conjunto de sus adquisiciones anteriores
Atención más concentrada, a veces con esfuerzo: Dedicación a la tarea
Mayor campo de experiencias
Adaptación social y laboral
Menos capacidad de esfuerzo intelectual prolongado
Buen comportamiento
Enseñar a aprender
El/La formador/a no solo transfiere conocimientos, es decir, no solo enseña al
alumno, sino que también debe enseñarle a aprender, a hacer más eficaz y
eficiente su proceso de aprendizaje.

Por todo esto, debemos conocer los estilos de aprendizaje que existen (y ser
capaz de averiguar en cuál de estos estilos nos encontramos nosotros mismos y
nuestro alumnado), las estrategias de aprendizaje y los factores que intervienen
en todo proceso de enseñanza-aprendizaje.

El objetivo final es enseñar al/ a la alumno/a a:

 Ser capaz de detectar sus necesidades formativas por sí mismos, de una manera
autónoma e independiente.
 Recopilar y registrar la información que le están transmitiendo de una manera
eficiente, eficaz, clara y sencilla, siempre de la manera más completa posible,
especialmente cuando la información que procesa la recibe por observación
directa.
 Simplificar y estructurar dicha información.
 Analizar la información recogida.
Estilos de aprendizaje
Definición Estilo de aprendizaje es el conjunto de características
personales, cognitivas, psicológicas, de desarrollo, aptitudes y
actitud es que suelen expresarse conjuntamente cuando una
persona se enfrenta a una situación de adquisición de nuevos
conocimientos, es decir, es la forma en que un individuo
adquiere nuevos conocimientos y los factores personales que
intervienen en ese aprendizaje.
Características No existe un estilo de aprendizaje mejor o peor, ni uno que sea
más adecuado de utilizar que otro, podemos decir que tienen un
valor neutro.
No son excluyentes, es decir, se pueden combinar entre sí.
Tampoco son inamovibles, ya que mediante la experiencia el/la
alumno/a puede optar por otro estilo que considere que se
adecúa mejor a sus características y necesidades.
Clasificación Aunque hay muchas clasificaciones, la predominante y de
mayor repercusión es la de Honey y Mumford (1992), que los
agrupa en cuatro estilos:
- Activos:
No tienen prejuicios a la hora de involucrarse en experiencias
nuevas, son entusiastas, se dejan llevar, son de mente abierta,
les motivan los retos y les apasiona descubrir cosas nuevas.
Se desenvuelven mejor si las actividades que se les presenta las
realizan en grupo y son de corta duración, ya que así pueden
obtener un resultado a su esfuerzo de manera rápida.
- Teóricos:
Piensan paso a paso, son metódicos, críticos, objetivos,
disciplinados, les gusta el análisis en profundidad, la lógica y
sintetizar la información.
Las actividades que se les propone deben ser claras,
organizadas, estructuradas y concisas.
- Reflexivos:
Observan y analizan la información desde diversas posturas,
recogiendo datos de manera detallada.
Son precavidos, investigadores, planificadores, pacientes y
exhaustivos.
- Pragmáticos:
Les gusta experimentar, la practicidad, la eficacia y la rapidez.
Debe haber una relación entre la teoría y la práctica, que se
pueda aplicar y que satisfaga sus necesidades inmediatas.
No les motiva las actividades sin una finalidad aparente.
Ejemplos ¿Cómo aprenderán mejor cada uno de estos estilos?
- Activos:
En equipo, con actividades variadas, desafíos.
- Reflexivos:
Mediante la observación y el intercambio de opiniones.
- Teóricos:
Mediante preguntas, indagación, modelos y teorías.
- Pragmáticos:
Relacionando la teoría y la práctica.
Estrategias de Aprendizaje
Las estrategias de aprendizaje son un conjunto de pasos, técnicas y actividades
que un estudiante adquiere y aplica de una manera consciente, intencionada y
voluntaria para clasificar, ordenar y estructurar de una manera lógica, flexible y
sencilla una determinada información, contenido o conocimiento con el objetivo
de aprenderlo de la manera más eficiente posible.

Para lleva a cabo las estrategias de aprendizaje, el /la alumno/a debe ser
consciente de que las está aplicando y saber adaptarlas en función de las
necesidades que vaya detectando (complejidad de los contenidos, nivel del /de
la alumno/a, motivación).

Nos basaremos en el siguiente cuadro explicativo (basado en Pozo, 1990; extraído


de “Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación
constructivista” de Frida Díaz Barriga Arceo y Gerardo Hernández Rojas, McGraw-
Hill, México, 1999) para ver de una manera más clara y concisa sus tipos, procesos,
técnicas y objetivos:

TIPO PROCESO TÉCNICA FINALIDAD/OBJETIVO


Recirculación y Aprendizaje Se basa en la (1) Apoyo al repaso.
revisión de la memorístico. repetición activa
información. (2) Repaso.
de los
contenidos.

(1)Subrayar,
copiar el material
objeto de
aprendizaje,
tomar notas
literales.

(2)Repetir
términos en voz
alta.
Elaboración Aprendizaje Hacer (1) Procesamiento simple
significativo. conexiones entre de la información.
la nueva
información y la (2) Procesamiento
información que complejo de la
ya conocemos. información.

(1)Usar palabras
clave, rimas,
imágenes
mentales,
parafrasear,
abreviar, usar
códigos.

(2)Elaborar
inferencias,
resumir, usar
analogías,
interpretación de
textos.
Organización Aprendizaje Dar una Clasificar y jerarquizar la
significativo. estructura a los información.
contenidos que
queremos
aprender para
que esta tarea nos
resulte más
sencilla.

Hacer mapas
conceptuales,
diagramas,
árboles de
información,
cuadros,
resúmenes,
esquemas.
Pero, ¿cómo sabe el/la alumno/a qué estrategia de aprendizaje debe usar?

El/la alumno/a variará la estrategia a utilizar en función del tipo y cantidad de


información que deba aprender (fechas, listas de datos, conceptos…), los
conocimientos previos que posea sobre la materia, la motivación que tenga en
ese momento, el tiempo del que dispone y el tipo de evaluación al que va a
enfrentarse para ver si se han adquirido los conocimientos o no.

En función de estas variables, el/la alumno/a deberá elegir la estrategia que más
se adecúe a sus necesidades.

Es fundamental que el/la alumno/a planifique y regule el uso de estas estrategias.

Para ello debe tener claro cuál es el objetivo que desea alcanzar, hacer un
cronograma donde se programe el estudio y seleccionar la estrategia a seguir.

A medida que se van llevando a cabo los distintos pasos de esta planificación, se
puede ir observando el grado de consecución de los objetivos y metas
propuestos, por lo que se puede comprobar si la estrategia utilizada da resultado
o no, para en caso de que no funcione poder modificar o alterar lo que se
considere oportuno, con el fin de lograr el éxito final.

Además de esta evaluación propia, se certificará si la estrategia ha sido exitosa o


no en función de los resultados obtenidos en la evaluación externa.
Factores que intervienen en el aprendizaje-
Autoconcepto-Representaciones Mutuas
AUTOCONCEPTO:

El autoconcepto es la visión que un individuo tiene de sí mismo frente a los


demás, es como se ve frente al resto de la sociedad; cómo valora sus acciones,
sus habilidades, actitudes, aptitudes, comportamiento, aspecto físico, etc… frente
a lo que observa en el resto de individuos que le rodean.

Es una autovaloración que está estrechamente ligada al entorno más próximo y


a las personas de referencia que tenemos a nuestro alrededor. No es autoestima.

Este autoconcepto puede ser positivo o negativo, y no será inamovible, pues las
experiencias vitales e interacción social que vayamos acumulando harán que lo
variemos.

Si este aspecto lo trasladamos al aula, podemos encontrarnos alumnos/as que


tengan un autoconcepto positivo o negativo que influirá en su forma de actuar
frente al/a la formador/a y en su forma de enfrentarse a la capacitación.
El/La formador/a no debe entrar a valorar este autoconcepto, pero lo que si debe
hacer es tratar de que influya lo menos posible en el proceso de enseñanza-
aprendizaje.

REPRESENTACIONES MUTUAS:

Se pueden dar entre formador/a – alumno/a y alumno/a- alumno/a.

Es la opinión que nos hacemos de alguien cuando lo vemos por primera vez en
base a la información que poseemos y la que nos transmite su imagen, es decir,
cómo pensamos que es esa persona en función a lo que nos han contado de ella,
lo que nos comunica su imagen física y su expresión corporal.

Por ejemplo, como formador/a tenemos un/a alumno/a que el primer día de clase
llega tarde, sin el material necesario, y que en vez de llamar a la puerta para entrar
en el aula abre la puerta y se sienta sin excusarse por el retraso. La primera imagen
que tenemos del/de la citado/a alumno/a es que es una persona impuntual y
maleducada.

Esta representación que nos hemos fabricado puede que coincida con la realidad,
pero podemos equivocarnos y habernos hecho una imagen irreal de este/a
alumno/a, puesto que no lo conocemos, ni lo hemos visto realmente
desenvolverse en el aula.

Por estos motivos, las representaciones mutuas no se deben tomar en cuenta, ya


que pueden condicionar nuestro comportamiento con un/a determinado/a
alumno/a de una manera injusta e irracional.

Igualmente, nosotros/as como formadores/as podemos transmitir una imagen


que no concuerda con lo que realmente somos y el alumnado puede fabricar una
concepción equivocada de nuestra forma de ser, de trabajar y de actuar.
Factores que intervienen en el aprendizaje-
Expectativas-Conocimientos Previos
EXPECTATIVAS:

Las expectativas están estrechamente ligadas a las representaciones mutuas, si


bien no es la primera imagen que recibimos, sino lo que nosotros esperamos que
suceda en un futuro en función de esa representación que nos hemos formado.

Para seguir con el ejemplo anterior; si la primera impresión que tenemos del/de
la alumno/a que llega tarde es la de que es impuntual y maleducado/a; las
expectativas que tendremos serán muy pobres. Se traducirán en que
probablemente tendremos problemas de tipo disciplinario con él/ella y que tiene
poco interés en asistir a nuestras clases, por lo que su rendimiento académico
será bajo.

Pero esto es simplemente la expectativa que tenemos frente a una representación


que hemos fabricado de una primera impresión que nos ha transmitido una
persona que acabamos de conocer, por lo que puede ser errónea y cambiar en el
futuro… o por el contrario podemos estar en lo cierto.

Para entender este punto mejor vamos a poner dos ejemplos muy clarificadores,
el Efecto Pigmalión y el Experimento de Rosenthal.
Efecto Pigmalión:

Pigmalión fue un rey chipriota que nunca se casó a pesar de pasar años y años
buscando una mujer con la que hacerlo, pero ninguna de sus pretendientas le
parecía lo suficientemente bella, puesto que buscaba una mujer perfecta.

Cansado de buscar, decidió dejar de hacerlo y empezar a esculpir figuras


femeninas en mármol buscando esa perfección que ninguna mortal poseía.

Una de esas esculturas, Galatea, consiguió aunar lo que Pigmalión buscaba,


poseía todos los cánones de belleza que el rey deseaba… él la trataba como si
fuese una persona real, pero era de mármol.

Una noche, Afrodita hizo que Pigmalión soñara que Galatea cobraba vida; fue tal
el sentimiento de Pigmalión en ese sueño, que Afrodita a la mañana siguiente
decidió que haría que ese sueño se volviera realidad, ofreciéndole al rey a Galatea
en forma humana.

En el aula, el/la formador/a tendrá unas expectativas diferentes en función del


tipo de alumno/a con el que trabaje.

Existe la posibilidad de que a los/as alumnos/as que el/la formador/a considere


más interesados en la materia, que prestan mayor atención y que poseen mayores
conocimientos se les trate de una manera diferente debido a las expectativas que
el/la formador/a ha creado en torno a ellos/as, estimulándolos de una manera
diferente al resto de alumnos/as, por lo que ofrecerán un comportamiento y un
rendimiento distinto que acabará por confirmar las expectativas del/de la
formador/a hacia ellos/as en forma de mejores resultados y calificaciones.

Lo vamos a ver más claro mediante el experimento que realizó Rosenthal en


1966.

En una escuela en Estados Unidos hizo un test de inteligencia al alumnado de


varias clases.

Tras supuestamente corregir estos tests de inteligencia, seleccionó al 20% de


alumnos/as más inteligentes de cada clase (no era así, eran alumnos/as elegidos
al azar), y dio sus nombres a los/as profesores/as.

Al final del curso académico, estos/as alumnos/as seleccionados/as aumentaron


su coeficiente intelectual en 4 puntos con respecto al resto de compañeros/as.

¿Qué es lo que causó este aumento?


Evidentemente, las expectativas que generó este grupo en el profesorado fue
mucho mayor que las generadas por el resto del grupo, por lo que se le prestó
especial atención, enfocando la formación mucho más hacia ellos/as que hacia el
resto del alumnado.

Con estos ejemplos vemos claramente como las expectativas que el/la
formador/a tiene sobre un/a alumno/a o un grupo de alumnos/as va a incidir
directamente sobre el resultado final que la formación tendrá sobre estos y sobre
su rendimiento.

CONOCIMIENTOS PREVIOS:

Hay que tener en cuenta los conocimientos que el alumnado posee antes de
empezar la formación, así como la forma en la que éstos conocimientos van a
interactuar con los conocimientos que el/la formador/a pretende transmitir.

Por lo tanto, es fundamental el conocer los conocimientos previos que se poseen


para el posterior éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que si el/la
formador/a imparte un nivel demasiado alto para los conocimientos del
alumnado, éste no entenderá nada de lo explicado al no poder relacionarlo con
ningún conocimiento previo que posea, y al contrario, ya que si se imparte un
nivel inferior al deseado, el alumnado tenderá a “desconectar” debido a que lo
que se está explicando ya lo sabe y no le interesa, puesto que no está viendo
ningún avance. En ambos casos, se corre el riesgo de desmotivar al alumnado,
haciendo que no preste atención y no obtenga ningún beneficio.

Preguntas que el/la formador/a debe hacerse para que esto no suceda son:

¿Qué sabe el alumnado sobre lo que voy a explicar?

¿Qué conocimientos previos tienen?

¿Qué capacidades tienen?

¿Qué habilidades poseen?

¿Qué disposición muestran?

¿Qué recursos voy a disponer para la explicación?


Factores que intervienen en el aprendizaje-
Atención-Motivación
ATENCIÓN:

Interviene directamente en la mayor o menor absorción de la información que


recibe el/la alumno/a, ya que es la capacidad que tenemos de asimilar los
estímulos que nos vienen del exterior.

A mayor atención prestada, mayor retención de información, y viceversa.

Sobre ella influye de manera decisiva el estado físico en el que se encuentre el


alumnado, sus factores emocionales, su capacidad intelectual y su motivación.

MOTIVACIÓN:

Es el impulso que hace que tengamos un comportamiento determinado


frente a una tarea, dirigiéndonos hacia la consecución de un objetivo
concreto.

Hay cuatro factores determinantes en todo proceso de motivación, son


factores que van a iniciarla, dirigirla y mantenerla:

1) Necesidades:
Inicia la motivación.

Según Maslow, las necesidades del ser humano se pueden agrupar en


una pirámide, de manera que pasaremos al nivel inmediatamente
superior cuando hayamos satisfecho las necesidades del nivel inferior.

Estos cinco niveles serán:

a)Necesidades básicas: Respirar, beber, alimentarse,


descansar…

b)Seguridad y protección: Seguridad física, de empleo, de


recursos, vivienda, salud…

c)Necesidades sociales: Amor, amistad, pertenencia a un


grupo…

d)Estima: Maslow lo dividió en dos, por un lado el respeto que


nos tenemos a nosotros mismos (confianza, libertad…) y
por otro el respeto que los demás nos tienen a nosotros.

e)Autorrealización: Para Maslow era un apartado diferente a


los cuatro anteriores, siendo en este caso el último
escalón, al que solo se podía llegar habiendo satisfecho las
necesidades anteriores, provocando en este caso que el
individuo pudiese dar a la vida o a la actividad que haya
desarrollado un sentido de plenitud y éxito.

2) Impulsos:
Funcionan como mantenedores de la motivación.

Cuando tenemos una necesidad es debido a la carencia de algo, esa carencia o


desequilibrio es lo que originará una acción por nuestra parte, ese es el impulso.

Por ejemplo, si la necesidad que tengo es la de hidratarme, el impulso será tener


sed… el que yo tenga sed va a actuar como mantenedor de la conducta (buscar
agua) para que no siga deshidratándome y pueda cubrir ese desequilibrio
existente.

3) Objetivos:

Es la satisfacción de la necesidad, hacia lo que todos nuestros esfuerzos van a


encaminarse.

4) Incentivos:

Son estímulos generalmente externos que mantienen la motivación.


El/La Formador/a, sus actitudes y tipos de
alumnado
1.1 DEFINICIONES

La actitud, según la Real Academia de la Lengua Española, es la “disposición de


ánimo manifestada de algún modo”.

Según Milton Rockeach una actitud es una organización de creencias


interrelacionadas, relativamente duradera, que describe, evalúa y recomienda una
determinada acción con respecto a un objeto o situación, siendo así que cada
creencia tiene componentes cognitivos, afectivos y de conducta.

Otros autores la definen como “la tendencia o predisposición aprendida, más o


menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante
persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en
contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos
materiales, o a una persona o grupo de personas” (Young, Kimball).

Por tanto, podríamos decir que la actitud es la forma que un individuo tiene de
actuar frente a algo o alguien influidos por nuestra forma de pensar, experiencias
pasadas, escala de valores, etc…
El/La Formador/a y sus actitudes en el aula
- Componente Cognitivo

Podemos dividir la actitud en función del componente cognitivo, el componente


conductual y el componente emocional.

Componente cognitivo:

Será la forma en la que el/la formador/a interprete una situación, principalmente de índole
emocional.

Podemos destacar los siguientes puntos:

1) Pensamientos automáticos:

Estos pensamientos por lo general son siempre negativos, no tienen una explicación
previa y suelen aparecer como un acto reflejo.

Son involuntarios.

2) Errores cognitivos:

Destacaremos 4 puntos principales:


 Atracción selectiva:

Siempre tendemos a prestar especial atención a lo negativo.

Por ejemplo:

Estamos dando un apartado teórico al alumnado y nos quedamos en blanco o


“perdemos el hilo” en determinado momento, pero conseguimos salir adelante y
la explicación finalmente fluye.

No podemos centrarnos en la idea de que nos hemos quedado en blanco, no


debemos anclarnos en lo negativo que nos ha sucedido, ya que eso nos va a
condicionar para futuras formaciones o capacitaciones que impartamos,
apareciendo nervios e inseguridad.

Es cierto que hemos tenido un “lapsus”, pero también es cierto que hemos salido
airosos del mismo; por lo tanto es en ese aspecto positivo en el que nos tenemos
que fijar, pues nos aportará mayor seguridad en nosotros mismos.

 Uso de expresiones exageradas:

Aprovechando el ejemplo anterior; imaginemos que frente al incidente que nos


ocurrió empezamos a pensar y pensar en lo sucedido, pero además utilizamos
expresiones como “qué horror”, “qué desastre”, etc… lo que conseguiremos es
reforzar los aspectos negativos, la inseguridad y la falta de confianza; abriendo la
puerta a volver a repetir estos errores en el futuro.

 Generalización:

Es normal que se cometan errores a la hora de dar una formación, especialmente


en los primeros momentos, ya que la falta de experiencia es un hándicap que sólo
podemos superar por medio de la práctica y de la formación.

No debemos pensar que siempre vamos a cometer errores, pues esta


generalización hará que siempre los cometamos.

Debemos analizar estos errores y experiencias negativas, de manera que


aprendamos y saquemos conclusiones positivas de ellas, de manera que
adquiramos una experiencia fundamental en nuestro desempeño futuro.

 Catastrofismo:

No debemos dejarnos llevar por el negativismo y pensar siempre en aspectos


negativos.

Debemos tener siempre confianza en nosotros mismos.

Por ejemplo, debo impartir un curso y empiezo a pensar que puede haber un/a
alumno/a que sepa más que yo del tema que voy a impartir… La consecuencia
inmediata es que nos vamos a sentir abrumados, sobrepasados, intranquilos e
inseguros.

Todo esto influirá negativamente en la manera en que afrontaremos nuestro


desempeño.

3) Reestructuración cognitiva:

Por tanto, debemos ser conscientes de que los pensamientos negativos lo único que hacen
es perjudicarnos, no nos llevan a ningún camino positivo o del que podamos extraer algún
aprendizaje.

Debemos tener siempre un pensamiento positivo, que nos tranquilice, nos motive y nos
de energía para desempeñar nuestra tarea de la mejor manera posible.

Un ejemplo de esto podría ser el impartir el temario de la formación que vayamos a dar
partiendo de la parte que mejor dominemos, de manera que paso a paso nos iremos
encontrando más tranquilos y seguros, aumentando nuestra confianza y estimulación,
disminuyendo por tanto el riesgo de cometer errores.

Componente Conductual
Podemos decir que es la reacción frente a una actitud, en este caso de un/a
alumno/a o un grupo de ellos/as.

¿Cómo podemos actuar frente a una situación difícil en el aula?

Podemos seguir el siguiente esquema.


Ejemplo:

Descripción de la situación a la que nos enfrentamos:

Tenemos en el aula un/a alumno/a que siempre llega tarde al inicio de la clase,
ya sea a primera hora o tras los descansos pertinentes.

En principio le dejamos entrar en clase, pero eso hace que interrumpamos nuestra
explicación o directamente sus compañeros/as se distraigan de nuestra
exposición simplemente por el hecho de que alguien está entrando por la puerta
y eso despierta su curiosidad.

Esta actitud del/de la alumno/a puede transferirse al resto de compañeros, lo que


podría originar un retraso generalizado a la hora de comenzar/retomar la clase,
con el consiguiente perjuicio para nuestra labor docente.

Debemos, por tanto, acabar con esta situación.

Alternativas:

Podemos tratar de revertir la situación de varias formas:

 Cerrando la puerta al iniciar las explicaciones y no dejarle pasar.


 Hacer presentaciones atractivas para las explicaciones que haremos justo al
comienzo de las clases y tras los descansos.
 Abroncar al/ a la alumno/a cuando entre tarde.
 Comenzar la clase y seguir las explicaciones como si nada pasase.
 Hablar con el/la alumno/a individualmente y en privado para instarle a que deje
de llegar tarde.

Valoración de alternativas:

 Cerrando la puerta al iniciar las explicaciones y no dejarle pasar:

Este gesto hará que se pierda la explicación pertinente, con la consiguiente


molestia de tener que recuperar la misma fuera del horario lectivo.

También el hecho de que no pueda entrar en clase debería servirle para


reflexionar y ver que es necesario un cambio de actitud… aunque puede
generar cierta una reacción adversa que motive al/ a la alumno/a a persistir
en su conducta como forma de rebelarse contra el poder/autoridad
establecido en el aula.

 Hacer presentaciones atractivas para las explicaciones que haremos justo al


comienzo de las clases y tras los descansos:

El que el/la alumno/a llegue tarde puede deberse a que le falta motivación
y no tiene ningún interés por lo que allí explicamos.

Si es así el caso, seguirá persistiendo impuntualidad.

 Abroncar al/ a la alumno/a cuando entre tarde:

Se le puede exigir cuando llegue tarde, que no lo haga; se le puede


abroncar, pero quizás está acción por nuestra parte lo que haga es que
afiance su comportamiento, por lo que menoscabará nuestra autoridad
frente al grupo.

 Comenzar la clase y seguir las explicaciones como si nada pasase:

Podemos seguir explicando, como si nadie hubiese entrado en clase, pero


evidentemente el simple hecho de que una persona abra la puerta, entre
y tome asiento nos distraerá, así como al resto del grupo.

 Hablar con el/la alumno/a individualmente y en privado para instarle a que deje
de llegar tarde:

Debemos hablar con el/la alumno/a de manera que le exijamos un cambio


de conducta, explicándole la necesidad de que sea puntual, ya que en caso
contrario perjudica el desarrollo normal de la formación y a sus
compañeros/as de clase.
También trataremos de averiguar si esta conducta se debe a algún tipo de
problema con nosotros, con la materia impartida, con sus compañeros/as,
falta de motivación, etc…

Elegir alternativa:

Tras un repaso a las alternativas, elegimos la de hablar de forma individual con


el/la alumno/a.

Actuar:

Justo en el momento que decidimos hacer una parada para descansar, le digo al/
a la alumno/a que espere un momento y que vamos a mantener una breve
conversación.

Hablamos sobre su conducta y llegamos a la conclusión de que no existe ningún


problema externo, sino que simplemente se retrasa ya que cuando es el momento
de volver a ingresar en clase se pasa antes por el baño con tranquilidad y luego
se dirije al aula.

Por tanto le instamos a que trate de ser puntual y que llegue al aula junto con el
resto de compañeros/as.

Evaluación:

Hemos tenido éxito, nuestro/a alumno/a ha entendido que debe estar en la clase
a la vez que el grupo de compañeros/as y ya no se retrasa.

Componente Emocional
Componente emocional:

Es la posición que toma un individuo, en este caso el formador, frente a un


problema, un individuo o un grupo.

Está formado por expresiones y sentimientos, pueden ser positivos o negativos,


y generalmente es un sentimiento subjetivo.
Si esto se produce de una manera moderada, no genera mayores problemas, en
caso contrario y frente a sentimientos negativos, puede provocar una disminución
de la capacidad de reacción, con la consecuente sensación de malestar y
desorganización.

El Alumnado
A continuación elaboraremos un listado con la clasificación más frecuente del tipo
de alumnado y unas posibles medidas correctoras para evitar que estas conductas
perduren en el tiempo.

Aburrido/a:
Características:

Este tipo de alumno/a por lo general te escucha sin oirte, te mira sin verte, y suele
tener la mente en otro lado.

No suele molestar, está inmóvil, pensando en lo que va a hacer cuando salga de


tu clase, o en lo que va a hacer mañana o pasado mañana.

Simplemente ocupa un lugar dentro del aula.

Su lenguaje corporal es inequívoco; relajado, pasivo, etc…

Medidas correctoras:

 Explicar los objetivos que pretendemos con nuestra clase.


 Utilizar elementos pedagógicos no convencionales o llamativos.
 Estimular la formulación de preguntas y respuestas.
 Fomentar la participación del alumnado.
 Hacer cambios de ritmo en clase.
 Llevar a cabo actividades motóricas.
 Presentar durante las explicaciones elementos exagerados.
 Usar el humor y expresiones poco convencionales.
 Dinámicas de grupo.
 Hacer preguntas directas.

El alumnado - Inquieto

Características:
Alumno/a muy sociable, que destaca por las múltiples tareas que hace a la vez
durante las explicaciones o actividades propuestas por el/la formador/a.

Prestar atención a las explicaciones o actividades es una más de sus tareas.

Medidas correctoras:

 Conversación personal para conseguir que se centre en la formación.


 Aclaración de los objetivos pretendidos con las actividades propuestas.
 Actividades grupales (grupos pequeños) o por parejas.
 Preguntas directas.
 Cercanía física.
 Prohibición expresa de uso de cualquier tipo de material no ligado a la explicación
o actividad que se esté llevando a cabo en el aula en ese instante.

El Alumnado - Impuntual

Características:
Este tipo de alumno/a es el/la que siempre llega tarde a clase, ya sea al inicio de
la misma, o bien al regresar de los descansos establecidos.

Por lo general suelen tener una excusa para cada retraso, siendo esta de carácter
externo a ellos/as.

Esto no significa que no quieran aprender o que no les interese la formación que
estamos dando, por lo que generalmente molestarán a sus compañeros/as con
el fin de tratar de seguir el hilo de la explicación durante la clase o bien solicitando
los materiales dados en su ausencia tras la misma.

Medidas correctoras:

 Impedir el acceso al alumnado una vez comience la clase.


 Comenzar las clases puntualmente.
 Charla grupal (y en caso necesario, individualizada, pero nunca delante de los/las
compañeros/as) explicando la necesidad de ser puntuales.
 Remitirnos a las normas del curso, donde se exige puntualidad y se establece el
horario definitivo.

El alumnado - Perdido

Características:
Este tipo de alumnado es fácilmente detectable debido a que interrumpe la clase
continuamente para tratar de entender lo que se está explicando, pero con
preguntas y comentarios que repiten lo que ya hemos explicado, o con
comentarios fuera de toda lógica.

Este/a alumno/a se ha apuntado al curso sin saber bien de que se trata, sin tener
las ideas y objetivos claros, por lo que se siente fuera de lugar y con grandes
dificultades para seguir el ritmo de la formación.

Debemos tratar de que este tipo de alumnado se integre en la formación y


permanezca “enganchado” a la misma, pues de lo contrario podría verse
desplazado del grupo y sin motivación para continuar las explicaciones, con los
aspectos negativos que ello conlleva no solo para él/ella, sino para el resto de la
clase y para nosotros mismos como docentes.

Medidas correctoras:

 Debemos detallar el programa minuciosamente, los objetivos que pretendemos


conseguir y los medios que vamos a utilizar para ello.
 Preguntar al alumnado acerca de lo que hemos explicado.
 Hacer resúmenes, esquemas y diagramas de los puntos más complicados.
 Mantener una charla individual con el/la alumno/a para saber sus inquietudes y
dificultades, con el fin de tratar de adaptar en la medida de lo posible el curso a
sus necesidades.

El alumnado - Introvertido

Características:
Por lo general se suele prestar menos atención al alumnado introvertido o tímido
que a otro tipo de alumnado mucho más molesto; pero no quita que debamos
prestarle la misma atención y tomarlo en la misma consideración que a otros
tipos.

Por lo general, este tipo de alumnado presenta una gran dificultad para socializar,
evitando el contacto directo con el/la formador.

Suele prestar atención a todo lo que se dice en el aula, aunque le cuesta


especialmente expresar dudas y opiniones.

Debemos saber diferenciar cuando un/a alumno/a es retraído/a o tímido/a, y


cuando está aislado/a del resto de compañeros/as.

Medidas correctoras:

 Darle pequeñas responsabilidades dentro del grupo.


 No valorar negativamente intervenciones no acertadas.
 Debemos tratar de integrar a este tipo de alumnado de una manera progresiva,
paso a paso.
 Crear un ambiente de confianza dentro del aula mediante un acercamiento hacia
el/la alumno/a de manera amable y estableciendo contacto visual durante las
explicaciones.
 Reforzaremos las conductas sociales en el aula.
 Apoyar y “aplaudir” las intervenciones que el/la alumno/a haga.
 Hacer actividades grupales:

En este caso, tendríamos 2 posibilidades:

1) Poner al/ a la alumno/a introvertido/a junto a un alumno/a extrovertido/a, de


manera que le anime a participar.

2) Poner a este/a mismo/a alumno/a junto a otro/a alumno/a tímido/a, para que
se vea en la obligación de intervenir. En este caso puede producirse un cierto
malestar o incomodidad frente a la obligatoriedad de intervenir, pero sin duda
servirá para que poco a poco se pierda ese miedo a participar.
El alumnado - Introvertido

Características:
Por lo general se suele prestar menos atención al alumnado introvertido o tímido
que a otro tipo de alumnado mucho más molesto; pero no quita que debamos
prestarle la misma atención y tomarlo en la misma consideración que a otros
tipos.

Por lo general, este tipo de alumnado presenta una gran dificultad para socializar,
evitando el contacto directo con el/la formador.

Suele prestar atención a todo lo que se dice en el aula, aunque le cuesta


especialmente expresar dudas y opiniones.

Debemos saber diferenciar cuando un/a alumno/a es retraído/a o tímido/a, y


cuando está aislado/a del resto de compañeros/as.

Medidas correctoras:

 Darle pequeñas responsabilidades dentro del grupo.


 No valorar negativamente intervenciones no acertadas.
 Debemos tratar de integrar a este tipo de alumnado de una manera progresiva,
paso a paso.
 Crear un ambiente de confianza dentro del aula mediante un acercamiento hacia
el/la alumno/a de manera amable y estableciendo contacto visual durante las
explicaciones.
 Reforzaremos las conductas sociales en el aula.
 Apoyar y “aplaudir” las intervenciones que el/la alumno/a haga.
 Hacer actividades grupales:

En este caso, tendríamos 2 posibilidades:

1) Poner al/ a la alumno/a introvertido/a junto a un alumno/a extrovertido/a, de


manera que le anime a participar.

2) Poner a este/a mismo/a alumno/a junto a otro/a alumno/a tímido/a, para que
se vea en la obligación de intervenir. En este caso puede producirse un cierto
malestar o incomodidad frente a la obligatoriedad de intervenir, pero sin duda
servirá para que poco a poco se pierda ese miedo a participar.
El alumnado - Charlatan

Características:
A este/a alumno/a le da igual que estés explicando o que mandases hacer una
actividad, si tiene algo que contar, lo va a hacer.

Medidas correctoras:

 Cercanía física.
 Llamadas de atención.
 Usos de los silencios.
 Lenguaje corporal.
 Preguntas directas.
 Conversación personal.

La Comunicación - elementos que


intervienen en el proceso de comunicación
Emisor:

Es la persona que genera el mensaje, en este caso, el/la formador/a.

Elige el contenido del mensaje, su estructura, el medio por el que lo transmitirá y


el modo de hacerlo.

Código:

Conjuntos de símbolos o signos que relacionados entre sí según su función


significativa, sirven para expresar una idea por parte del emisor.

Para que la comunicación se produzca de una manera exitosa, tanto el emisor


como el receptor deben conocer estos símbolos y signos, así como sus reglas de
uso.

Mensaje:

Es el contenido de la comunicación; la información, opinión o datos que se desean


transmitir.

Canal:

Es el medio físico a través del cual se transmite o circula la información.

Puede ser el aire, papel, piedra, piel, etc…

Receptor:

En este caso es el/la alumno/a.

Es la persona a la que se destina el mensaje que transmitimos, que lo recibe y lo


descifra.

Descodificación:

Descifrado del mensaje por parte del receptor.

Situación/Contexto:

Es el entorno y todo lo que rodea al momento exacto en el que se produce la


comunicación.

Retroalimentación / Feedback:
Para que la comunicación se complete de una manera eficaz, el proceso debe
tener un doble sentido o retorno, es decir, que el receptor debe transmitir al
emisor que entiende el mensaje que le transmite; el circulo se debe cerrar para
que la comunicación sea completa.

Para ello no es necesario dar una respuesta oral o escrita, simplemente podría
valer un gesto o el lenguaje no verbal.

Por ejemplo:

En clase el/la formador/a está explicando parte de la lección y pregunta al


alumnado:

- ¿Entendéis lo que acabo de explicar?

Parte del alumnado responde:

- Si

Pero otra parte se mantiene en silencio.

Esto no significa que esa parte del alumnado que no ha contestado no lo haya
entendido, aunque debemos observar su lenguaje corporal y la expresión de sus
caras para poder comprender si lo han comprendido o no.

Observaremos si han movido la cabeza con un movimiento afirmativo, o en caso


contrario han puesto cara de no tenerlo muy claro.

Debemos interpretar esa señal que nos transmiten y actuar en función de lo que
nos comunican sus gestos.

Esquema
La Comunicación en el aula

La comunicación en el aula debe ser siempre un proceso circular, donde el/la formador/a
deberá propiciar un clima que favorezca la comunicación, ya que si el/la formador/a
simplemente se convierte en un mero informante la comunicación desaparece, pues sería
un proceso unidireccional.

La información que como formadores/as vamos a presentar deberá seguir siempre los
pasos de la coherencia y la veracidad, prestando especial atención a:

Comunicación verbal del/de la formador/a:

Nuestras construcciones gramaticales, el vocabulario y los ejemplos utilizados, el


volumen de voz y la entonación, así como la pronunciación y la velocidad al hablar
deberán ser lo más correctos posibles; ya que de esa manera facilitamos la comprensión
del mensaje por parte del alumnado.

Comunicación no verbal del/de la formador/a:

También expresamos y comunicamos cuando no hablamos; mediante la expresión facial,


gesticulando con las manos, con la mirada, desplazándonos por el aula y usando el espacio
disponible, etc…

Pero no solo transmitimos y comunicamos de una manera no verbal los/as formadores/as,


el alumnado evidentemente también comunica su estado de ánimo, grado de
concentración, cansancio, sorpresa, duda, etc… mediante sus gestos corporales y faciales.
Estrategias para mejorar la comunicación
en el aula
Debemos mostrar empatía con el alumnado, interesándonos por sus gestos y sus
actitudes en el aula; mostrando siempre un semblante amable, llamándolos por
su nombre, escuchando sus opiniones y tratando de que se sientan parte de la
formación desde el primer día.

Es fundamental que sepamos escuchar, pues frecuentemente se producen


actitudes negativas en este sentido ya sea por espera mental (parece que estás
escuchando, pero no es así, simplemente estás esperando a que acabe de hablar
el emisor para poder expresar tu opinión), por anticipación (imaginamos que
sabemos lo que el emisor quiere decir y no le dejamos acabar la frase,
anticipándonos a su final), o simplemente por no prestar atención.

Por ello debemos practicar en el aula una escucha activa (prestando atención a
lo que se nos transmite), comprensiva (expresando que entendemos lo que se
nos quiere transmitir con el mensaje), y selectiva (preguntando sobre
determinadas partes del mensaje, de manera que transmitamos interés).

También colocaremos los asientos en el aula de forma estratégica (generalmente


en forma de U); trataremos de hacer preguntas más que de contestarlas;
buscaremos que el alumnado se exprese y opine sobre lo tratado en el aula, de
manera que se favorezca el debate y la interacción, siempre estableciendo turnos
de palabras entre el alumnado para que la comunicación sea lo más fluida posible;
trataremos en la medida de lo posible de resumir lo expresado y relacionarlo con
el contenido de la formación.
Planificación de la formación
La formación debe estar planificada en su totalidad, sin dejar nada al azar.

Cuando se planifica una formación intervienen 4 niveles, en los que nosotros/as


como formadores/as participaremos en el último, ya que estos niveles responden
a fases, estructuras o niveles jerárquicos determinados en los que actúan
diferentes agentes según su grado de responsabilidad e implicación.

Estos niveles son:

1) Nivel estratégico:

Corresponde a las Administraciones públicas y a los más altos órganos de


dirección en las empresas privadas.

Consiste en elaborar una serie de orientaciones y patrones de acción en función


de una determinada línea de actuación que se pretende seguir desde estas altas
esferas (política educativa).

Por ejemplo:

A nivel nacional, en España es el gobierno a través de sus ministerios los que


elaboran los planes de formación para una anualidad o período concreto;
mientras que en una empresa privada, será el consejo de administración.

2) Nivel de gestión:

Este nivel es donde entran en acción los/as gestores/as y los/as técnicos/as de las
administraciones públicas o empresas privadas, si bien, no tiene por qué ser
personal adscrito a sus plantillas, ya que este nivel se puede encargar a alguna
empresa externa para que lo lleve a cabo.

Consistirá en el desarrollo y gestión de las políticas formativas anteriormente


consensuadas, en la planificación de estos programas de formación.

3) Nivel técnico:

Este nivel está muy cercano al anterior, ya que consiste en el diseño de la


formación, del que se encargarán los/as coordinadores/as o responsables
asignados/as a tal efecto.

Estos/as responsables/as pueden apoyarse en los/as formadores/as para el


desarrollo de dicho diseño.
4) Nivel formativo:

En este nivel es en el que participaremos de una manera directa, planificando y


programando a corto plazo las formaciones a llevar a cabo según el lugar de
impartición, el objetivo deseado y los/as destinatarios/as.

Esquema
Programación Didáctica

DEFINICIÓN:

Cuando vamos a programar una acción formativa debemos tener las ideas muy
claras sobre lo que consideramos imprescindible que nuestros/as alumnos/as
aprendan, la forma en la que vamos a tratar de acercarles ese conocimiento, el
tiempo del que disponemos, la forma en que vamos a verificar si ese aprendizaje
se ha llevado a cabo o no, etc…

Por todo ello necesitamos programar la acción formativa, ya que el proceso de


enseñanza-aprendizaje es lo suficientemente importante y delicado como para
no dejar nada al azar o a la improvisación, de manera que el tiempo destinado a
este proceso sea utilizado eficientemente, sistematizándolo y ordenándolo de
una manera lógica, a la par que flexible y revisable.

La programación didáctica la podemos definir de varias maneras y según a la


fuente a la que acudamos:

 Proceso de toma de decisiones mediante el cual el docente prevé su intervención


educativa de forma deliberada y sistemática (De Pablos y otros, 1992).
 La programación didáctica es el proceso mediante el cual se establecen y
ordenan los distintos factores que intervendrán en el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Es un proceso de reflexión y toma de decisiones en el que se ha de
reflejar por escrito qué y cómo se pretende enseñar a lo largo de un proceso
formativo. En este sentido toda programación es una declaración de intenciones,
una toma de posiciones del formador que la realiza ante la acción educativa que
tiene a su cargo. La programación de acciones formativas supone una ayuda
imprescindible en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en la medida que nos
permite anticipar y organizar la propia actuación docente, la del alumnado y la
interacción que se produce entre ellos para alcanzar los objetivos deseados
(Hueso, 2007).

Yo la definiría de la siguiente manera:

 Procedimiento a través del cual el/la formador/a planifica el proceso de


enseñanza-aprendizaje mediante la elaboración de un documento guía que
estructurará, organizará y regulará dicho proceso de una manera estable y
coherente. Servirá para implicar al alumnado en su proceso de aprendizaje ya que
estará a su disposición para estudio y consulta; por lo que sabrán desde el primer
día los contenidos a tratar, la metodología que se utilizará y la forma en que serán
evaluados, así como los recursos didácticos que se utilizarán.
Programación Didáctica - Utilidad
La programación didáctica, como hemos visto anteriormente, servirá como
herramienta de planificación del proceso de enseñanza-aprendizaje de manera
que permitirá:

 Al docente:
o No tener que improvisar en ningún momento a la hora de impartir
los contenidos.
o Ofrecer datos concretos sobre la acción que se va a desarrollar.
o Tener un apoyo en forma de guía a seguir en caso de
“desorientación”.
o Establecer:
 Los objetivos a alcanzar de una manera clara.
 Los contenidos en función los conocimientos que se desean
transmitir, así como habilidades y actitudes a desarrollar.
 La metodología a utilizar.
 Las actividades necesarias a desarrollar para alcanzar el éxito
en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
 Los recursos didácticos necesarios para el desarrollo de la
formación.
 La temporalización, evitando así que la formación quede
incompleta o acabe mucho antes de lo establecido.

 Al alumnado:
o Seguir en todo momento el estado del proceso de enseñanza-aprendizaje
al que se enfrenta, sabiendo la materia que se va a impartir, la
metodología a utilizar, los recursos necesarios y la manera de evaluación;
así como su temporalización.
o En el caso de que un/a alumno/a dude sobre si participar de la acción
formativa o no, la consulta de la programación didáctica le ayudará a
tomar una decisión que evitará futuras “sorpresas desagradables”.
Programación Didáctica - Características
Las siguientes características no son excluyentes de otras que puedan existir, son
las más generales, pero no por ello las únicas, debido a que la programación
didáctica debe ser flexible, pero debe ceñirse a un guión preestablecido para no
dejar ningún punto importante sin tratar.
Elementos de una programación didáctica
Los elementos de una programación didáctica básica son los siguientes:

 Objetivo/s
 Contenidos.
 Actividades.
 Metodología.
 Temporalización.
 Evaluación.
 Recursos didácticos.

Aunque antes de realizar la programación didáctica como tal, debemos hacer un


análisis pormenorizado de las competencias que deberán haber adquirido los/as
alumnos/as tras nuestra acción formativa.

Esto significa que si nos requieren para realizar un curso de formación profesional,
deberemos saber perfectamente cuales son los contenidos que se exigen de
manera general y específica para ese desempeño profesional.

Deberemos analizar el puesto de trabajo sobre el que vamos a enseñar (ya sea a
través de bibliografía especializada en el tema, o bien mediante la observación
directa de un/a trabajador/a que realice esa labor), descomponiendo el mismo
según las tareas, las actividades y las operaciones necesarias para el desempeño
del mismo.

Las tareas las descompondremos en actividades, y las actividades en operaciones;


entendiendo por cada una de ellas lo siguiente:
Ejemplo:
Una vez que hemos analizado el puesto de trabajo, lo siguiente que debemos
hacer es determinar cuáles son los conocimientos, destrezas y actitudes
necesarias para llevar a cabo el/los desempeño/s laboral/es encomendado/s al/a
la trabajador/a que vamos a formar/capacitar; de manera que elaboremos unos
contenidos adecuados, actuales y contextualizados.

Un buen guión para un correcto análisis de un puesto de trabajo podría ser el


siguiente:
Evidentemente este guión se puede modificar, añadiendo los ítems que
consideremos oportunos y necesarios en función del puesto de trabajo que
vayamos a analizar; siendo además aconsejable seguir este mismo guión, pero
rellenándolo mediante el uso de bibliografía especializada, para dotarlo de una
información lo más completa posible.

Una vez que tengamos los dos guiones rellenos, los cotejaremos y compararemos
para completar solo uno, que será el que utilizaremos como referencia.
Estructuración de la Programación
Didáctica - Objetivos
Una vez elaborado el análisis previo, estructuraremos la programación didáctica
de la siguiente manera:

OBJETIVOS:

Los clasificaremos en objetivo general y objetivos específicos:

Objetivo general:

Es el más amplio de todos, ya que representa la meta final que


tratamos de alcanzar con la acción formativa.

Por ejemplo:

El objetivo general de este curso de formador de formadores es que


el/la alumno/a adquiera los conocimientos, técnicas y herramientas
básicas necesarias para poder desempeñar la labor de formador/a.

Objetivos específicos:

Son logros cuya suma nos permitirá llegar al objetivo final o


general.

Se expresarán siempre con el verbo en infinitivo.

Son conductas directamente observables y evaluables.

Es recomendable que se establezcan un mínimo de tres objetivos


específicos, uno por cada tipo de contenido (teórico, práctico y
profesionalizador).

Por ejemplo:
También debemos tener en cuenta que los objetivos debemos expresarlos de una
manera clara, ordenada (generalmente desde el más fácil al más difícil), concreta
y lógica.
Estructuración de la Programación
Didáctica - Contenidos
Una vez tengamos claros los objetivos que queremos/debemos cubrir, lo
siguiente que haremos es elaborar un/a listado/relación de los módulos que
compondrán dicha programación didáctica, y de las unidades didácticas que
formarán estos módulos.

Tanto los módulos como las unidades didácticas irán enumerados, con una
denominación, y el número de horas que las componen.

Ejemplo:

Debemos tener en cuenta que hasta que no tengamos claros los contenidos, las
actividades, la metodología, la temporalización y los recursos didácticos a utilizar,
así como la evaluación, este listado de módulos y de unidades didácticas estará
en constante cambio y transformación; por lo tanto no lo consideraremos
definitivo hasta que no tengamos perfectamente delimitados los campos
anteriormente citados.

Llegamos por tanto a uno de los puntos más importantes dentro de la realización
de una programación didáctica, los contenidos, no solo por su esencia en sí, sino
también por la manera en la que vamos a organizarlos y secuenciarlos.
Debemos dividir los contenidos entre:

 Contenidos teóricos (saber/conocimientos):

Deben expresarse sin verbo, como un índice o esquema y en orden de


impartición.

 Contenidos prácticos (saber hacer/procedimientos):

Se expresan con verbo sustantivado y en orden de impartición, por lo


general del más fácil al más difícil.

 Contenidos profesionalizadores (actitudes):

Se presentarán con el verbo sustantivado, de manera esquemática y


detallada.

Este punto (contenidos) es de vital importancia, y requerirá un gran esfuerzo por


parte del/de la formador/a:

 La manera ideal de secuenciación de contenidos es la basada en Módulos y


Unidades (Ver ejemplo anterior).
 Los módulos estarán situados un punto por encima de las unidades didácticas en
la clasificación de los contenidos, siendo por tanto, las unidades didácticas las
que compongan un módulo, y estos módulos los que compongan a su vez una
programación didáctica (Ver ejemplo anterior).
 A la hora de hacer esta secuenciación es conveniente destacar que las unidades
didácticas estarán formadas por los mismos elementos que la programación
didáctica, si bien, de una manera mucho más específica y minuciosa, pues nos
acercamos a conocimientos más concretos y menos generales.

Por ejemplo (Para los ejemplos nos basaremos en Unidades didácticas):

CONTENIDOS TEÓRICOS:
CONTENIDOS PRÁCTICOS:
CONTENIDOS PROFESIONALIZADORES:
Lo fundamental de estos contenidos es que:

 Sean actuales.
 Adecuados al nivel del alumnado.
 Que partan de los conocimientos más cercanos al alumnado hacia los más
alejados.
 Estén relacionados con el desempeño que queramos enseñar.
 Sean objetivos.
 Sean adecuados a la temporalización del curso.
 Estén secuenciados de manera lógica.
Estructuración de la Programación
Didáctica - Actividades
Las actividades las utilizaremos para que el alumnado aprenda de una manera
activa, trabajando los contenidos y dándoles significado mediante la relación de
estos con los conocimientos previos que poseen.

Es conveniente que elaboremos más actividades de las inicialmente previstas


realizar, pues en función de cómo responda el alumnado nos serán de utilidad
para afianzar conocimientos.

Deben expresarse en con el verbo en tiempo futuro, de una manera detallada y


en orden.

Diseñaremos o seleccionaremos estas actividades en función de diferentes


criterios:

 Estarán adaptadas al nivel del grupo.


 Deben ser participativas en la medida de lo posible.
 Serán útiles para llegar a la conclusión deseada.
 Tendrán un orden y estructuración que nos conduzca al objetivo previsto por su
utilización.

Por ejemplo:
Estructuración de la Programación
Didáctica - Metodología
Es la forma en la que vamos a impartir las clases.

Mediante preguntas, de una manera expositiva, activa, demostrativa…


combinando varias técnicas; de una manera presencial, semi-presencial o a
distancia.

También lo debemos combinar con las estrategias de trabajo grupal que


consideremos más adecuadas.

Consiste en hacer una redacción en la que quedará explicitada la organización de


las unidades didácticas, los módulos y la programación didáctica.

Para el ejemplo anterior la metodología sería:

Clase presencial, combinando la manera activa y expositiva, trabajando en


grupo al principio y al final de la unidad didáctica y por parejas a mitad de la
unidad.
Estructuración de la Programación
Didáctica - Temporalización
Cuando tenemos la programación didáctica estructurada en módulos y unidades
didácticas, debemos distribuir el tiempo total que tenemos para el curso entre
ellos.

Para ello debemos prestar atención a los siguientes elementos:

 Número de horas de las que disponemos.


 Volumen de materia a impartir.
 Dificultad de la materia a impartir.
 Necesidad de utilizar actividades y/o ejercicios prácticos para una mejor
comprensión.
 Importancia de la materia.
 Imprevistos.

Algunos manuales recomiendan una serie de cálculos matemáticos para la


correcta temporalización, pero a mi parecer es altamente arriesgado, pues una
simple operación matemática no puede sustituir las sensaciones, experiencia e
intuición del/de la formador/a.

Por ello, abogo por una temporalización basándonos en nuestra experiencia y en


la importancia que consideremos que dicha materia tiene dentro del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Recursos Didácticos

Los recursos didácticos son parte imprescindible para el/la formador/a a la hora
de enseñar, y para el/la alumno/a a la hora de aprender.

A nosotros como formadores nos ayudará a hacer más fácilmente entendible la


materia que impartimos, al alumnado le ayudará a conectar con esos nuevos
conceptos, definiciones y conocimientos que se les presenta.

Son los recursos utilizados para lograr el objetivo del proceso de enseñanza-
aprendizaje de la manera más eficaz y fácil posible.

Por este motivo, hay que tener muy presentes los recursos didácticos a la hora de
hacer la programación.

Cuanto más atractivos y llamativos sean estos recursos, mejor servicio nos
prestarán, ya que motivarán al alumnado, acercándoles a la realidad que se les
presenta; aunque hay que prestar especial atención a no usarlos en exceso y a
que su uso esté ligado al fin que pretendemos conseguir mediante su utilización.

Si usamos un determinado recurso didáctico inadecuado, el grado de


conocimiento del alumnado no sufrirá ninguna variación.
Recursos Didácticos - Clasificación
A continuación veremos una clasificación somera de los tipos de recursos
didácticos que podemos utilizar.

1) Según su autoría:

Según su autoría los podemos clasificar en:

- De elaboración propia:

Son aquellos materiales que nosotros como formadores/as hemos elaborado a


partir de nuestra propia experiencia.

Estos materiales deben ayudar a nuestra labor docente, en ningún momento la


elaboración de nuestros propios materiales debe ser una carga para nuestra
labor, debiendo estar debidamente ajustados al nivel y el contexto educativo al
que nos enfrentamos.

La elaboración de este tipo de material favorece el proceso de enseñanza-


aprendizaje, ya que está realizado “a la carta” para un determinado grupo de
estudiantes, teniendo en cuenta sus características y necesidades especiales.

- Elaborado por otros/as profesionales:

Este tipo de material se caracteriza por estar dirigido a un tipo de alumnado más
general.

Evidentemente el material que se elabora desde una editorial, por ejemplo, no


puede tener en cuenta las necesidades especiales que nos podemos encontrar en
un aula, en un grupo determinado; deben tender hacia la heterogeneidad, hacia
la polivalencia.

A ser posible, es recomendable el uso de materiales propios, apoyándonos


también en materiales “externos”.

Es evidente que la realización de nuestro propio material hará que necesitemos


más tiempo para preparar las clases, pero también es cierto, que a la hora de
impartir las formaciones nos sentiremos más cómodos, y el alumnado adquirirá
los conocimientos con mayor facilidad por lo que nuestra labor docente se verá
reforzada.

2) Según su tipología:
Materiales convencionales:

- Pizarra:

Se debe presentar la información con orden, lógica, coherencia, limpieza y buena


caligrafía, evitando el uso de abreviaturas que sean de difícil comprensión.

- Libros de Texto

Aquí además de los libros de texto, incluiremos también recortes de prensa,


fragmentos de textos, etc…

En los libros de texto tenemos las lecciones explicadas de manera general,


mediante el uso de fotografías, recortes de periódicos y elementos de la “vida
real”, podemos darle un toque de originalidad a este material, que influirá muy
positivamente en el alumnado, “refrescando” los contenidos generalizados y
dando un toque personal a la programación.

Materiales audiovisuales:

Son tremendamente importantes, ya que servirán para que el alumnado preste


una mayor atención, les motive y estimule, así como para que el proceso de
enseñanza-aprendizaje se haga de una manera más liviana y divertida.

- Retroproyector y transparencias:

El retroproyector permite el visionado de transparencias.

Las transparencias son láminas de acetato transparente en las que mediante


impresora o rotulador podemos escribir, y posteriormente presentar al alumnado
mediante el retroproyector.

Debemos ser sumamente cuidadosos con el orden y claridad con la que vamos a
presentar la información mediante este medio.
- Fotografías:

El uso de material fotográfico real para apoyar nuestras explicaciones (en la


medida de lo posible), es un recurso muy valorado por el alumnado, ya que le
pone en contacto con la realidad de una manera inmediata, aumentando su
curiosidad y atención, así como incrementando la tangibilidad de lo que estamos
presentado.

- Material sonoro:

Música, canciones, discursos, diálogos, programas radiofónicos, etc… fijarán la


atención del alumnado y dará un valor “extra” a nuestras explicaciones.

- Películas, documentales:

Al igual que el resto de recursos didácticos audiovisuales, su uso está altamente


recomendado (sin abusar, pues podemos obtener el efecto contrario al deseado),
si bien el inconveniente es que para presentar este recurso necesitaremos mucho
más tiempo que para el resto, por lo general.

Nuevas tecnologías:

Hay que saber utilizar este tipo de recursos con conciencia, pues muchas veces
nos podemos dejar llevar por la falsa creencia de que todo lo interactivo y
“moderno” es mejor.

En este apartado englobamos todos los recursos de internet (webs, chats, foros,
etc…), así como programas interactivos (simulaciones, etc…).

Las nuevas tecnologías son muy útiles para realizar simulaciones, dirigir los
conocimientos y desarrollar habilidades.

Van a aumentar la atención del alumnado debido a su interactividad, aunque


podemos encontrar un inconveniente a la hora del aprendizaje adulto, debido a
que no todo el mundo está familiarizado con el uso de estas tecnologías, y puede
crear el efecto contrario al pretendido; por todo ello, debemos observar el grupo
de alumnos/as antes de proponer algún tipo de actividad de esta índole.
Evaluación
Entramos de lleno en la última etapa del diseño de una programación didáctica,
la evaluación.

Según lo expresa Maccario se trata de un acto donde debe emitirse un juicio en


torno a un conjunto de información y debe tomarse una decisión de acuerdo a
los resultados que presente un alumno.

Por su parte, Pila Teleña dice que consiste en una operación que se realiza dentro
de la actividad educativa y que tiene como objetivo alcanzar el mejoramiento
continuo de un grupo de alumnos.

A través de ella se consigue la información exacta sobre los resultados alcanzados


por ese alumno durante un período determinado, estableciendo comparaciones
entre los objetivos planeados al inicio del período y los conseguidos por el
alumnado.

También nos va a permitir, tras el análisis de los resultados, el definir los motivos
por los que no se han alcanzado los objetivos previstos.

Para el alumnado también será una herramienta que le transmita información


sobre el avance de su proceso de aprendizaje, cómo está aprendiendo, en qué
grado consigue los objetivos marcados, y qué puntos debe reforzar dentro de
este proceso.

Debe tener las siguientes características:


Tipos de Evaluaciones
En el siguiente cuadro expondremos los tipos de evaluaciones más comunes, si
bien no son los únicos:

No debemos caer en el error de creer que todas las evaluaciones se realizan


mediante exámenes o controles, ya en algunos casos dichas evaluaciones se
pueden realizar por observación directa del alumnado, haciendo preguntas en
clase para analizar el grado de comprensión de lo explicado, según la
participación en clase, el interés mostrado, e incluso el comportamiento en el
aula.

Hay varios tipos de técnicas y herramientas para llevar a cabo una correcta
evaluación, en función de si lo que queremos evaluar es un conocimiento
adquirido o una práctica.

Para evaluar conocimientos teóricos destacan las siguientes:

- Redacción:

El/La alumno/a escribe sobre un tema propuesto por el/la formador/a.

Esta redacción nos permitirá saber el grado de conocimientos que tienen sobre
el tema propuesto.
Nosotros/as como formadores/as deberemos proponer el tema, pero también la
duración de la prueba y el espacio disponible.

- Cuestionarios de preguntas:

a) Cortas:

Serán preguntas donde el alumnado no podrá extenderse demasiado en sus


respuestas, ni expresar opiniones personales.

Por ejemplo:

Cita las partes de una programación didáctica.

b) Amplias:

En este tipo de preguntas si se puede mostrar más el lado personal del alumnado,
mediante opiniones.

Tiene algunas desventajas, como la gran cantidad de tiempo necesario para


llevarlas a cabo y corregirlas, así como la posible subjetividad del/de la
formador/a a la hora de corregir.

Por ejemplo:

Describe cada una de las partes de una programación didáctica.

c) Tipo test:

El alumnado responderá a las preguntas propuestas marcando la opción que


crean más adecuada de entre las que se proponen.

Estas opciones pueden ser respuestas más o menos extensas (opción múltiple), o
verdadero o falso.

Por ejemplo:

En la programación didáctica deben aparece claramente especificados los


objetivos del curso: V F

Un elemento de la programación didáctica es:

- Las actividades.

- El emisor.
- Planificación a nivel estratégico.

d) Completar:

Se ofrece una frase incompleta y el alumnado debe completarla.

Por ejemplo:

La programación didáctica sirve para …………. La formación.

e) Relacionar parejas:

Se ofrecen dos columnas con diversos elementos relacionados entre sí, y el


alumnado debe unirlos.

Evaluación Autoría/Tipología

Recursos didácticos Continua


Conclusión
Con este curso de formador de formadores, se ha tratado de dar las pinceladas
básicas para que cualquiera se pueda enfrentar a una situación docente con éxito,
tratando desde los aspectos más abstractos hasta los más concretos, con el fin
de obtener una primera visión o toma de contacto del mundo docente y sus
requisitos.
Bibliografía
Monografías:

ALONSO, C.; GALLEGO D.; HONEY, P. Los Estilos de Aprendizaje: Procedimientos


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ANTUNEZ, S.; INMBERNÓM, A.; ZABALA, A. Del proyecto educativo a la


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CALVO VERDÚ, Miguel. Formador ocupacional: formador de formadores:


formación profesional ocupacional: temario, test y casos prácticos. 1ª ed., marzo
2011.Alcalá de Guadaíra, Sevilla: MAD, 2011.

CAMPOS MORALES, Laura y SÁNCHEZ MAZA, Miguel Ángel. Formador


ocupacional. 2ªed.,2011. Antequera, Málaga: Innovación y Cualificación, D.L. 2011.

GALLARDO GARRANZO, Fátima. Formador para formadores. Alcalá la Real, Jaén:


Formación Alcalá, 2010.

RUIZ BOUDET, José María. Formación de formadores.Córdoba: MP Formación,


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http://dicacticampbm.blogspot.com.es/2011/11/clasificacion-de-los-
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Consultado: 03/07/13

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Consultado: 03/07/13

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