Formador de Formadores
Formador de Formadores
Formador de Formadores
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, debido a los cambios profundos en los que vivimos inmersos y que
se producen cada vez a una mayor velocidad, es necesario tener la mejor
preparación posible en el ámbito académico y profesional, para poder
desarrollarnos laboralmente con éxito.
Por todo ello, la formación NO reglada será aquella cuyos títulos no son oficiales o
se mantienen al margen de los organismos oficiales. Esto no quiere decir que su
calidad sea menor, simplemente, que no se obtiene un título con validez oficial.
Competencias:
1. Genéricas
Capacidades comunes a varias ocupaciones o profesiones.
2. Básicas
Sobre ellas se forman los demás tipos de competencias.
3. Específicas
A) Competencias técnicas:
Actualización de conocimientos y formación continua.
B) Competencias didácticas:
Identificar posibles problemas y darles solución mediante la interacción con el
alumnado.
C) Competencias sociales:
Tolerancia, flexibilidad, trabajo en equipo.
Las funciones son numerosas, pero trataremos de resumirlas en 5 fundamentales:
1) DIAGNÓSTICO DE NECESIDADES:
Una vez el formador se dispone a dar una capacitación, lo primero que debe hacer
es un diagnóstico preliminar de necesidades, es decir un análisis de la materia a
impartir y del grupo al que va a dirigir sus explicaciones y enseñanzas.
En función del nivel que tiene el grupo al que nos vamos a dirigir vamos a enfocar
la enseñanza, es decir, si vamos a impartir una formación sobre cooperación al
desarrollo, no podremos dar el mismo temario a un grupo que no tiene
conocimientos previos que a un grupo formado por expertos trabajadores en ese
ámbito y que necesita una formación mucho más técnica y orientada hacia ciertas
necesidades específicas.
Por tanto, debemos conocer las características que presenta el grupo al que nos
vamos a dirigir, pero no solo las características o necesidades educativas, sino las
características que presentan como individuos y cómo funcionan como grupo. En
este primer paso es fundamental que tengamos muy claro hacia dónde queremos
orientar nuestras enseñanzas, qué pretendemos transmitir, a qué tipo de alumnado
vamos a dirigirnos y cómo lo vamos a hacer.
Una vez que tenemos claras las necesidades del alumnado al que nos vamos a
dirigir, debemos planificar la formación, programar las sesiones formativas y diseñar
una estrategia de enseñanza-aprendizaje especificando los objetivos.
Una vez que hemos realizado el análisis inicial, debemos diseñar una estrategia de
enseñanza-aprendizaje, entendiendo por enseñanza-aprendizaje las estrategias
conscientes que usa el formador para conseguir que su alumnado adquiera
determinados conocimientos y las estrategias conscientes que utiliza el alumnado
para adquirir el conocimiento que se le está presentando (a este proceso se dedica
un apartado posteriormente).
El material que vamos a presentar al alumnado (sea cual sea el soporte que
vayamos a utilizar) debe ser siempre claro, conciso y debe estar perfectamente
estructurado en capítulos o apartados y a ser posible debe contener un índice, de
manera que se pueda encontrar fácilmente cualquier apartado o capítulo que
necesitemos.
Este material puede contener al final de cada capítulo o de cada lección un resumen
de lo contenido, así como ejercicios de auto evaluación para que el alumno pueda
ver en todo momento como progresa en su aprendizaje, y para que también le sirva
de "guía" sobre los aspectos más destacados y/o a tener en cuenta del capítulo o
lección.
Este material será el soporte para nuestras explicaciones y tendrá por tanto un doble
uso; por un lado, será una guía para el docente y el alumnado, una especie de
esquema que va a dirigir y orientar el proceso de enseñanza-aprendizaje que se
está desarrollando; y por otro lado va a ser un recurso indispensable para mantener
al alumnado concentrado en las explicaciones. Es por ello que se recomienda el uso
de animaciones gráficas, power points, vídeos, etc...
Su diseño debe estar orientado al nivel del alumnado, así como a los puntos básicos
y fundamentales que queramos transmitir. Debe estar presentado de una manera
clara, sin excesivos adornos y lo más simplificadamente posible.
EL FORMADOR (FUNCIONES) - 4 IMPARTIR CLASES
A la hora de impartir las clases se debe tener una planificación previa de lo que
vamos a llevar a cabo, de la estrategia a seguir y de los resultados que queremos
obtener. En primer lugar, lo que debemos hacer es informar al alumnado de los
objetivos marcados, cómo los pretendemos conseguirlos y la forma de evaluar
finalmente el grado de consecución de los objetivos por el alumnado.
Seguidamente debemos informar al alumnado sobre los contenidos a tratar y dar
las indicaciones básicas para poder acceder a una información complementaria de
lo que vayamos a impartir. También debemos explicar unas normas básicas de
comportamiento y actuación en el aula, éstas pueden ser rígidas o flexibles, pero
siempre deben cumplirse.
El/La formador/a debe tener siempre una actitud abierta y dialogante, debe saber
comunicar y transmitir, así como motivar. Casi tan importante como el contenido del
curso es que el/la formador/a sepa transmitir los conocimientos al alumnado y
especialmente que los sepa relacionar con conocimientos previos de éstos.
El proceso de aprendizaje es un proceso que debe ser dirigido y controlado por el/la
formador/a, no se debe dejar nada a la improvisación, debe estar planificado
totalmente, puesto que es el único camino a seguir para que el alumnado pueda
adquirir los conocimientos que pretendemos. Esto se consigue con un seguimiento
de lo que los/as estudiantes van asimilando, solucionando sus dudas, volviendo a
explicar lo que no ha sido del todo adquirido y mediante el uso de recursos y
actividades que resulten atractivos, llamen la atención y fomenten el diálogo, el
trabajo individual o en equipo y el debate.
No nos vamos a extender mucho en este punto, puesto que se le dedica un apartado
completo en la segunda parte del curso, pero si veremos unas pinceladas muy
básicas. Podemos definir la acción de evaluar como el cálculo, valoración o
calificación del rendimiento de un/a alumno/a en función de unos objetivos
establecidos atendiendo a los conocimientos adquiridos y el rendimiento ofrecido
por este/a.
A continuación, vamos a ver algunas de las cualidades que debe tener un formador
para poder desempeñar su labor de la mejor manera posible. Algunas de las
cualidades citadas parecen evidentes, pero no por ello dejaremos de comentarlas.
Las podemos dividir en tres tipos:
A) Conocimientos:
Conocimientos didácticos:
Debemos ser capaces de lograr el nivel de atención suficiente por parte del
alumnado, así como crear interés por el tema tratado. Dentro de esta habilidad, el/la
formador/a debe ser capaz de utilizar estímulos y saber variarlos en función de las
necesidades detectadas, ya sea mediante cambio de actividades, haciendo
movimientos o favoreciendo interacciones.
Gestos faciales, gestos corporales, expresiones con las manos, usos del silencio,
etc… son fundamentales dentro del “savoir faire” del/ del formador/a.
10. CUALIDADES DEL FORMADOR - PERFIL DOCENTE - ACTITUDES
El alumnado es el que es, no lo podemos cambiar, para bien o para mal; debemos
aceptarlo y amoldarnos al mismo de manera que saquemos el máximo rendimiento
posible a sus cualidades, aptitudes y características.
Auto control:
Debemos tener control sobre nuestras emociones y estados de ánimo que puedan
surgir en el aula. No debemos dejarnos llevar por la euforia, ni tampoco por el
desánimo; así como debemos controlar nuestras emociones frente a la actitud del
alumnado, ya sea positiva o negativa, impidiendo que nuestra actuación frente a
éste se vea condicionada.
Algunas veces el alumnado nos hará saber que no está de acuerdo con nuestros
métodos de enseñanza, es importante admitir esa divergencia de opiniones y saber
asumirlas y adquirirlas como propias, de manera que podamos analizarlas y
aprender de los posibles errores cometidos, para mejorar en nuestro desempeño
futuro.
Esta actitud acorta la distancia entre ambos protagonistas y pone los pilares para
una relación cordial y basada en el respeto mutuo.
El/La formador/a actúa como líder o guía en el proceso formativo. Según sea su
actitud en dicho proceso podremos calificar el estilo docente que le caracteriza.
En este apartado vamos a señalar tres estilos docentes, viendo sus características
principales, sus ventajas e inconvenientes; si bien, las características que se
presentan en unos no excluyen a las características que se presentan en otros, no
existiendo por tanto estilos "cerrados", siendo todos los estilos complementarios
unos de otros en determinadas circunstancias.
Lo ideal es saber movernos por los estilos en función de las necesidades detectadas
y del tipo de información que queramos transmitir.
Autoritario
Se caracteriza por tomar sólo las decisiones, sin tener en cuenta la opinión del
grupo. Asigna a cada persona del grupo las tareas que debe realizar, organizando
y distribuyendo en función de criterios propios las mismas. No forma parte de las
actividades que se realizan en el aula, permanece distante, dirige sin participar y
suele evaluar de forma individual.
Ventajas:
Inconvenientes:
Ventajas:
Inconvenientes:
Ventajas:
Inconvenientes:
“(…) la función del profesor como guía y orientador en todo lo relacionado con el
centro, y a las actividades del proceso de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar
en él, con el objetivo de lograr el pleno desarrollo de cada uno de ellos. Se trata
pues de realizar una función personalizadora de las actuaciones pedagógicas a
desarrollar en un contexto escolar estructurado en contenidos y objetivos (…)”
PRESENCIAL:
Individual:
Lo ideal es disponer de un tiempo a parte del estipulado para las clases, disponiendo
para ello de horarios flexibles y amplios, de manera que todo/a alumno/a que desee
acudir a la tutoría pueda hacerlo.
M.P. Hernández, en “La acción tutorial en la extensión experimental del CENEBAD”,
Boletín del CENEBAD nº1, 1985; destaca como objetivos de la acción tutorial
individual los siguientes aspectos:
“(…). Motivar, estimular y orientar al alumno para que realice sus tareas a
partir de su realidad personal.
Atender al alumno en aquellos problemas personales que puedan tener
incidencia en la marcha de sus estudios.
Aclarar dudas de tipo académico.
Informar y orientar al alumno con vistas a su promoción académica,
profesional y humana. (…)”
Grupal:
NO PRESENCIAL:
Telemática:
Telefónica:
Métodos Didácticos
Los métodos didácticos son las vías que vamos a utilizar para llegar a un objetivo,
en este caso el objetivo no es otro que el alumnado obtenga los resultados
esperados en su aprendizaje. Evidentemente el uso de un método didáctico no
excluye que lo complementemos con otro método, la eficacia reside en la
integración de varios métodos a lo largo de una programación.
Una vez que se acabe la exposición se debe hacer una recapitulación de los
principales puntos tratados en la misma, de manera que se favorezca la asimilación
por parte del alumnado, además de abrir un turno de preguntas para comprobar si
el feedback ha sido el adecuado.
Tiene 4 fases:
Este método es muy útil para ayudar al alumnado a que organice sus conocimientos.
Si sabemos que el/la alumno/a tiene unos conocimientos sobre lo que hemos
impartido o vamos a impartir, pero estos conocimientos están desorganizados,
mediante este método podemos ayudarle a que los clasifique y estructure.
El/La formador/a se comunicará con el/la alumno/a mediante preguntas que están
preparadas con anterioridad o que se improvisan sobre la marcha en función de los
cauces por los que transcurra la conversación. Estas preguntas se pueden realizar
al conjunto de la clase o a un/a alumno/a en concreto.
ACTUALIZACIÓN DOCENTE
(…).
Los profesores y los formadores desempeñan un importante papel para motivar a
los alumnos y conseguir que tengan éxito. En nuestros días, la formación orientada
al futuro resulta esencial; la mayoría de los profesores obtuvieron sus titulaciones
hace veinticinco años o más, y la mejora de sus capacidades, en algunos casos, no
ha seguido el ritmo de los cambios. Asimismo, el papel de los profesores ha
cambiado: siguen impartiendo conocimientos, pero hoy día también desempeñan la
función de tutores que orientan a cada alumno en su camino individual hacia el
conocimiento. La formación debería hacer capaces a los profesores y los
formadores de motivar a sus alumnos no sólo para que adquieran los conocimientos
teóricos y las capacidades profesionales que necesitan, sino también para que se
hagan responsables de su propio aprendizaje, de manera que lleguen a poseer las
competencias exigidas hoy en día en la sociedad y el mundo laboral. (…)
En los tiempos que corren, no solo en el campo formativo como docente, sino en
todos los campos laborales, es fundamental conocer las últimas novedades y estar
al día de todas las actualizaciones que se produzcan. La profesión de formador/a o
docente ha experimentado un aumento de protagonismo, pues ha adquirido
especial importancia en el ámbito laboral y profesional.
Es por esto, que el/la formador/a debe actualizar también sus conocimientos, para
poder competir laboralmente en su campo y para poder ejercer su profesión de una
manera óptima.
La actualización se podrá llevar a cabo por diferentes medios:
1) Aprendizaje autónomo:
2) Cursos formativos:
ENSEÑAR A APRENDER
ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE
Pero, ¿cómo sabe el/la alumno/a qué estrategia de aprendizaje debe usar?
En función de estas variables, el/la alumno/a deberá elegir la estrategia que más se
adecúe a sus necesidades. Es fundamental que el/la alumno/a planifique y regule
el uso de estas estrategias. Para ello debe tener claro cuál es el objetivo que desea
alcanzar, hacer un cronograma donde se programe el estudio y seleccionar la
estrategia a seguir.
A medida que se van llevando a cabo los distintos pasos de esta planificación, se
puede ir observando el grado de consecución de los objetivos y metas propuestos,
por lo que se puede comprobar si la estrategia utilizada da resultado o no, para en
caso de que no funcione poder modificar o alterar lo que se considere oportuno, con
el fin de lograr el éxito final.
AUTOCONCEPTO:
REPRESENTACIONES MUTUAS:
Es la opinión que nos hacemos de alguien cuando lo vemos por primera vez en
base a la información que poseemos y la que nos transmite su imagen, es decir,
cómo pensamos que es esa persona en función a lo que nos han contado de ella,
lo que nos comunica su imagen física y su expresión corporal.
Por ejemplo, como formador/a tenemos un/a alumno/a que el primer día de clase
llega tarde, sin el material necesario, y que en vez de llamar a la puerta para entrar
en el aula abre la puerta y se sienta sin excusarse por el retraso. La primera imagen
que tenemos del/de la citado/a alumno/a es que es una persona impuntual y
maleducada. Esta representación que nos hemos fabricado puede que coincida con
la realidad, pero podemos equivocarnos y habernos hecho una imagen irreal de
este/a alumno/a, puesto que no lo conocemos, ni lo hemos visto realmente
desenvolverse en el aula.
EXPECTATIVAS:
Para seguir con el ejemplo anterior; si la primera impresión que tenemos del/de la
alumno/a que llega tarde es la de que es impuntual y maleducado/a; las expectativas
que tendremos serán muy pobres. Se traducirán en que probablemente tendremos
problemas de tipo disciplinario con él/ella y que tiene poco interés en asistir a
nuestras clases, por lo que su rendimiento académico será bajo.
Existe la posibilidad de que a los/as alumnos/as que el/la formador/a considere más
interesados en la materia, que prestan mayor atención y que poseen mayores
conocimientos se les trate de una manera diferente debido a las expectativas que
el/la formador/a ha creado en torno a ellos/as, estimulándolos de una manera
diferente al resto de alumnos/as, por lo que ofrecerán un comportamiento y un
rendimiento distinto que acabará por confirmar las expectativas del/de la formador/a
hacia ellos/as en forma de mejores resultados y calificaciones.
CONOCIMIENTOS PREVIOS:
Hay que tener en cuenta los conocimientos que el alumnado posee antes de
empezar la formación, así como la forma en la que éstos conocimientos van a
interactuar con los conocimientos que el/la formador/a pretende transmitir.
Preguntas que el/la formador/a debe hacerse para que esto no suceda son:
ATENCIÓN:
Interviene directamente en la mayor o menor absorción de la información que recibe
el/la alumno/a, ya que es la capacidad que tenemos de asimilar los estímulos que
nos vienen del exterior. A mayor atención prestada, mayor retención de información,
y viceversa. Sobre ella influye de manera decisiva el estado físico en el que se
encuentre el alumnado, sus factores emocionales, su capacidad intelectual y su
motivación.
MOTIVACIÓN:
1) Necesidades:
Inicia la motivación. Según Maslow, las necesidades del ser humano se pueden
agrupar en una pirámide, de manera que pasaremos al nivel inmediatamente
superior cuando hayamos satisfecho las necesidades del nivel inferior. Estos cinco
niveles serán:
3) Objetivos:
4) Incentivos:
1.1 DEFINICIONES
Por tanto, podríamos decir que la actitud es la forma que un individuo tiene de actuar
frente a algo o alguien influidos por nuestra forma de pensar, experiencias pasadas,
escala de valores, etc…
EL/LA FORMADOR/A Y SUS ACTITUDES EN EL AULA - COMPONENTE
COGNITIVO
Componente cognitivo:
Será la forma en la que el/la formador/a interprete una situación, principalmente de
índole emocional. Podemos destacar los siguientes puntos:
1) Pensamientos automáticos:
Estos pensamientos por lo general son siempre negativos, no tienen una explicación
previa y suelen aparecer como un acto reflejo. Son involuntarios.
2) Errores cognitivos:
Atracción selectiva:
Siempre tendemos a prestar especial atención a lo negativo. Por ejemplo:
Estamos dando un apartado teórico al alumnado y nos quedamos en blanco
o “perdemos el hilo” en determinado momento, pero conseguimos salir
adelante y la explicación finalmente fluye. No podemos centrarnos en la idea
de que nos hemos quedado en blanco, no debemos anclarnos en lo negativo
que nos ha sucedido, ya que eso nos va a condicionar para futuras
formaciones o capacitaciones que impartamos, apareciendo nervios e
inseguridad. Es cierto que hemos tenido un “lapsus”, pero también es cierto
que hemos salido airosos del mismo; por lo tanto, es en ese aspecto positivo
en el que nos tenemos que fijar, pues nos aportará mayor seguridad en
nosotros mismos.
Generalización:
Es normal que se cometan errores a la hora de dar una formación,
especialmente en los primeros momentos, ya que la falta de experiencia es
un hándicap que sólo podemos superar por medio de la práctica y de la
formación. No debemos pensar que siempre vamos a cometer errores, pues
esta generalización hará que siempre los cometamos. Debemos analizar
estos errores y experiencias negativas, de manera que aprendamos y
saquemos conclusiones positivas de ellas, de manera que adquiramos una
experiencia fundamental en nuestro desempeño futuro.
Catastrofismo:
No debemos dejarnos llevar por el negativismo y pensar siempre en aspectos
negativos. Debemos tener siempre confianza en nosotros mismos. Por
ejemplo, debo impartir un curso y empiezo a pensar que puede haber un/a
alumno/a que sepa más que yo del tema que voy a impartir… La
consecuencia inmediata es que nos vamos a sentir abrumados,
sobrepasados, intranquilos e inseguros.
3) Reestructuración cognitiva:
Por tanto, debemos ser conscientes de que los pensamientos negativos lo único
que hacen es perjudicarnos, no nos llevan a ningún camino positivo o del que
podamos extraer algún aprendizaje. Debemos tener siempre un pensamiento
positivo, que nos tranquilice, nos motive y nos de energía para desempeñar nuestra
tarea de la mejor manera posible.
Componente Conductual
Podemos decir que es la reacción frente a una actitud, en este caso de un/a
alumno/a o un grupo de ellos/as. ¿Cómo podemos actuar frente a una situación
difícil en el aula? Podemos seguir el siguiente esquema.
Ejemplo:
Alternativas:
Valoración de alternativas:
Elegir alternativa:
Tras un repaso a las alternativas, elegimos la de hablar de forma individual con el/la
alumno/a.
Actuar:
Justo en el momento que decidimos hacer una parada para descansar, le digo al/ a
la alumno/a que espere un momento y que vamos a mantener una breve
conversación. Hablamos sobre su conducta y llegamos a la conclusión de que no
existe ningún problema externo, sino que simplemente se retrasa ya que cuando es
el momento de volver a ingresar en clase se pasa antes por el baño con tranquilidad
y luego se dirije al aula. Por tanto le instamos a que trate de ser puntual y que llegue
al aula junto con el resto de compañeros/as.
Evaluación:
Hemos tenido éxito, nuestro/a alumno/a ha entendido que debe estar en la clase a
la vez que el grupo de compañeros/as y ya no se retrasa.
Componente emocional:
EL ALUMNADO
Características:
Este tipo de alumno/a por lo general te escucha sin oirte, te mira sin verte, y suele
tener la mente en otro lado. No suele molestar, está inmóvil, pensando en lo que va
a hacer cuando salga de tu clase, o en lo que va a hacer mañana o pasado mañana.
Simplemente ocupa un lugar dentro del aula.
Medidas correctoras:
Características:
Alumno/a muy sociable, que destaca por las múltiples tareas que hace a la vez
durante las explicaciones o actividades propuestas por el/la formador/a. Prestar
atención a las explicaciones o actividades es una más de sus tareas.
Medidas correctoras:
El Alumnado – Impuntual
Características:
Este tipo de alumno/a es el/la que siempre llega tarde a clase, ya sea al inicio de la
misma, o bien al regresar de los descansos establecidos. Por lo general suelen tener
una excusa para cada retraso, siendo esta de carácter externo a ellos/as. Esto no
significa que no quieran aprender o que no les interese la formación que estamos
dando, por lo que generalmente molestarán a sus compañeros/as con el fin de tratar
de seguir el hilo de la explicación durante la clase o bien solicitando los materiales
dados en su ausencia tras la misma.
Medidas correctoras:
El alumnado - Perdido
Características:
Medidas correctoras:
El alumnado - Introvertido
Características:
Por lo general se suele prestar menos atención al alumnado introvertido o tímido
que a otro tipo de alumnado mucho más molesto; pero no quita que debamos
prestarle la misma atención y tomarlo en la misma consideración que a otros tipos.
Por lo general, este tipo de alumnado presenta una gran dificultad para socializar,
evitando el contacto directo con el/la formador. Suele prestar atención a todo lo que
se dice en el aula, aunque le cuesta especialmente expresar dudas y opiniones.
Debemos saber diferenciar cuando un/a alumno/a es retraído/a o tímido/a, y cuando
está aislado/a del resto de compañeros/as.
Medidas correctoras:
El alumnado – Inadecuado
Características:
Medidas correctoras:
El alumnado - Charlatan
Características:
A este/a alumno/a le da igual que estés explicando o que mandases hacer una
actividad, si tiene algo que contar, lo va a hacer.
Medidas correctoras:
Cercanía física.
Llamadas de atención.
Usos de los silencios.
Lenguaje corporal.
Preguntas directas.
Conversación personal.
Emisor:
Es la persona que genera el mensaje, en este caso, el/la formador/a.
Elige el contenido del mensaje, su estructura, el medio por el que lo transmitirá y el
modo de hacerlo.
Código:
Conjuntos de símbolos o signos que relacionados entre sí según su función
significativa, sirven para expresar una idea por parte del emisor.
Para que la comunicación se produzca de una manera exitosa, tanto el emisor como
el receptor deben conocer estos símbolos y signos, así como sus reglas de uso.
Mensaje:
Es el contenido de la comunicación; la información, opinión o datos que se desean
transmitir.
Canal:
Es el medio físico a través del cual se transmite o circula la información.
Puede ser el aire, papel, piedra, piel, etc…
Receptor:
En este caso es el/la alumno/a.
Es la persona a la que se destina el mensaje que transmitimos, que lo recibe y lo
descifra.
Descodificación:
Descifrado del mensaje por parte del receptor.
Situación/Contexto:
Es el entorno y todo lo que rodea al momento exacto en el que se produce la
comunicación.
Retroalimentación / Feedback:
Para que la comunicación se complete de una manera eficaz, el proceso debe tener
un doble sentido o retorno, es decir, que el receptor debe transmitir al emisor que
entiende el mensaje que le transmite; el circulo se debe cerrar para que la
comunicación sea completa.
Esquema
LA COMUNICACIÓN EN EL AULA
Debemos mostrar empatía con el alumnado, interesándonos por sus gestos y sus
actitudes en el aula; mostrando siempre un semblante amable, llamándolos por su
nombre, escuchando sus opiniones y tratando de que se sientan parte de la
formación desde el primer día. Es fundamental que sepamos escuchar, pues
frecuentemente se producen actitudes negativas en este sentido ya sea por espera
mental (parece que estás escuchando, pero no es así, simplemente estás
esperando a que acabe de hablar el emisor para poder expresar tu opinión), por
anticipación (imaginamos que sabemos lo que el emisor quiere decir y no le dejamos
acabar la frase, anticipándonos a su final), o simplemente por no prestar atención.
PLANIFICACIÓN DE LA FORMACIÓN
La formación debe estar planificada en su totalidad, sin dejar nada al azar. Cuando
se planifica una formación intervienen 4 niveles, en los que nosotros/as como
formadores/as participaremos en el último, ya que estos niveles responden a fases,
estructuras o niveles jerárquicos determinados en los que actúan diferentes agentes
según su grado de responsabilidad e implicación.
Este nivel es donde entran en acción los/as gestores/as y los/as técnicos/as de las
administraciones públicas o empresas privadas, si bien, no tiene por qué ser
personal adscrito a sus plantillas, ya que este nivel se puede encargar a alguna
empresa externa para que lo lleve a cabo. Consistirá en el desarrollo y gestión de
las políticas formativas anteriormente consensuadas, en la planificación de estos
programas de formación.
Esquema
PROGRAMACIÓN DIDÁCTICA
DEFINICIÓN:
Al docente:
o No tener que improvisar en ningún momento a la hora de impartir los
contenidos.
o Ofrecer datos concretos sobre la acción que se va a desarrollar.
o Tener un apoyo en forma de guía a seguir en caso de “desorientación”.
o Establecer:
Las siguientes características no son excluyentes de otras que puedan existir, son
las más generales, pero no por ello las únicas, debido a que la programación
didáctica debe ser flexible, pero debe ceñirse a un guión preestablecido para no
dejar ningún punto importante sin tratar.
Elementos de una programación didáctica
Objetivo/s
Contenidos.
Actividades.
Metodología.
Temporalización.
Evaluación.
Recursos didácticos.
Esto significa que si nos requieren para realizar un curso de formación profesional,
deberemos saber perfectamente cuales son los contenidos que se exigen de
manera general y específica para ese desempeño profesional. Deberemos analizar
el puesto de trabajo sobre el que vamos a enseñar (ya sea a través de bibliografía
especializada en el tema, o bien mediante la observación directa de un/a
trabajador/a que realice esa labor), descomponiendo el mismo según las tareas, las
actividades y las operaciones necesarias para el desempeño del mismo.
Las tareas las descompondremos en actividades, y las actividades en operaciones;
entendiendo por cada una de ellas lo siguiente:
Ejemplo:
Una vez que hemos analizado el puesto de trabajo, lo siguiente que debemos hacer
es determinar cuáles son los conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para
llevar a cabo el/los desempeño/s laboral/es encomendado/s al/a la trabajador/a que
vamos a formar/capacitar; de manera que elaboremos unos contenidos adecuados,
actuales y contextualizados.
Un buen guión para un correcto análisis de un puesto de trabajo podría ser el
siguiente:
Una vez que tengamos los dos guiones rellenos, los cotejaremos y compararemos
para completar solo uno, que será el que utilizaremos como referencia.
OBJETIVOS:
Objetivos específicos:
Son logros cuya suma nos permitirá llegar al objetivo final o general.
Se expresarán siempre con el verbo en infinitivo.
Son conductas directamente observables y evaluables.
Es recomendable que se establezcan un mínimo de tres objetivos
específicos, uno por cada tipo de contenido (teórico, práctico y
profesionalizador). Por ejemplo:
Una vez tengamos claros los objetivos que queremos/debemos cubrir, lo siguiente
que haremos es elaborar un/a listado/relación de los módulos que compondrán
dicha programación didáctica, y de las unidades didácticas que formarán estos
módulos. Tanto los módulos como las unidades didácticas irán enumerados, con
una denominación, y el número de horas que las componen.
Debemos tener en cuenta que hasta que no tengamos claros los contenidos, las
actividades, la metodología, la temporalización y los recursos didácticos a utilizar,
así como la evaluación, este listado de módulos y de unidades didácticas estará en
constante cambio y transformación; por lo tanto, no lo consideraremos definitivo
hasta que no tengamos perfectamente delimitados los campos anteriormente
citados.
Llegamos por tanto a uno de los puntos más importantes dentro de la realización de
una programación didáctica, los contenidos, no solo por su esencia en sí, sino
también por la manera en la que vamos a organizarlos y secuenciarlos.
Sean actuales.
Adecuados al nivel del alumnado.
Que partan de los conocimientos más cercanos al alumnado hacia los más
alejados.
Estén relacionados con el desempeño que queramos enseñar.
Sean objetivos.
Sean adecuados a la temporalización del curso.
Estén secuenciados de manera lógica.
RECURSOS DIDÁCTICOS
Los recursos didácticos son parte imprescindible para el/la formador/a a la hora de
enseñar, y para el/la alumno/a a la hora de aprender.
Por este motivo, hay que tener muy presentes los recursos didácticos a la hora de
hacer la programación. Cuanto más atractivos y llamativos sean estos recursos,
mejor servicio nos prestarán, ya que motivarán al alumnado, acercándoles a la
realidad que se les presenta; aunque hay que prestar especial atención a no usarlos
en exceso y a que su uso esté ligado al fin que pretendemos conseguir mediante su
utilización.
1) Según su autoría:
- De elaboración propia:
Este tipo de material se caracteriza por estar dirigido a un tipo de alumnado más
general. Evidentemente el material que se elabora desde una editorial, por ejemplo,
no puede tener en cuenta las necesidades especiales que nos podemos encontrar
en un aula, en un grupo determinado; deben tender hacia la heterogeneidad, hacia
la polivalencia.
2) Según su tipología:
Materiales convencionales:
Materiales audiovisuales:
Nuevas tecnologías:
Tipos de Evaluaciones
- Redacción:
El/La alumno/a escribe sobre un tema propuesto por el/la formadora/a. Esta
redacción nos permitirá saber el grado de conocimientos que tienen sobre el tema
propuesto. Nosotros/as como formadores/as deberemos proponer el tema, pero
también la duración de la prueba y el espacio disponible.
- Cuestionarios de preguntas:
a) Cortas:
Serán preguntas donde el alumnado no podrá extenderse demasiado en sus
respuestas, ni expresar opiniones personales.
Por ejemplo:
Cita las partes de una programación didáctica.
b) Amplias:
En este tipo de preguntas si se puede mostrar más el lado personal del alumnado,
mediante opiniones.
Tiene algunas desventajas, como la gran cantidad de tiempo necesario para
llevarlas a cabo y corregirlas, así como la posible subjetividad del/de la formador/a
a la hora de corregir.
c) Tipo test:
El alumnado responderá a las preguntas propuestas marcando la opción que crean
más adecuada de entre las que se proponen. Estas opciones pueden ser respuestas
más o menos extensas (opción múltiple), o verdadero o falso.
d) Completar:
Se ofrece una frase incompleta y el alumnado debe completarla.
e) Relacionar parejas:
Se ofrecen dos columnas con diversos elementos relacionados entre sí, y el
alumnado debe unirlos.
a) Simulaciones:
Elabora una unidad didáctica e imparte una sesión formativa al resto de tus
compañeros/as.
b) Listas de cotejo:
c) Escalas calificativas:
Igual que las listas de cotejo anteriormente citadas, pero en vez de poner SI o NO,
se evalúa en función de una escala numérica anteriormente establecida (de 0 a 5,
por ejemplo) o una escala de valores del tipo que determinemos (a veces, casi
siempre, siempre, nunca/ rara vez, alguna vez, pocas veces, a veces…
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA