Maria Del Carmen Izquierdo III Parte
Maria Del Carmen Izquierdo III Parte
Maria Del Carmen Izquierdo III Parte
LA MEMORIZACIÓN DEL
VOCABULARIO.
CAPÍTULO 1
LAS ESTRATEGIAS DE
APRENDIZAJE DEL
VOCABULARIO.
A lo largo de la II parte de este trabajo, nos hemos referido a diferentes
criterios o elementos que deberían ser tomados en consideración en la selección
léxica del nivel elemental. Si bien el objetivo principal de la presente investigación es
el contenido léxico de aprendizaje, no por ello debemos desatender la manera en que
se debería adquirir dicho contenido. Una de las razones que ha motivado la inclusión
de esta III parte acerca de la memorización del vocabulario reside en el gran vacío
existente en la didáctica del español en Francia sobre este aspecto. Consideramos que
las siguientes páginas podrían aportar algunas pistas de trabajo en las actuales aulas
de español. En esta tercera parte examinaremos, pues, tres factores que determinan
fundamentalmente la retención del vocabulario a largo plazo (Laufer y Osimo, 1991;
Stoller y Grave, 1995: 33; Kelly, 1991):
1
Acerca de las posibles diferencias entre la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo, véase Roulin (1998:
287-288).
2
Una unidad puede ser una letra, una palabra, un grupo de palabras, una frase, un concepto o un conjunto de
conceptos relacionados entre ellos (Tardif, 1997: 168). La capacidad de almacenamiento en la memoria a corto
plazo está asimismo determinada por el número de agrupaciones (chunks) que podemos efectuar con la
información (Roulin, 1998: 279). Así pues, si una persona es capaz de localizar en una secuencia de cifras tales
579
frecuentemente como un sistema de representaciones transitorio, provisional,
contrariamente a la memoria a largo plazo concebida como un sistema de
representaciones mentales permanente y fuertemente estructurado. Esta última
memoria se suele presentar como una amplia reserva de conocimientos de todo tipo
(sociales, afectivos, motrices e intelectuales) (Tardif, 1997: 173). El paso de las
unidades léxicas a la memoria a largo plazo exige un tratamiento cognitivo
profundo, lo cual significa que el alumno debe trabajar y manipular la unidad léxica
para integrarla en las diferentes redes asociativas existentes (Horner, 1994: 62).
como 1, 4, 9, 2, 1 7, 7, 6, dos grupos referentes a dos fechas históricas (1492, 1776), sólo existirán dos elementos
de información para memorizar, mientras que otra persona que no haya realizado estas agrupaciones, deberá
retener ocho elementos.
3
Estos mismos conocimientos se hallan alojados en sus memorias respectivas, a saber, la memoria declarativa, la
memoria procesual también llamada de acción (Kekenbosch, 1994: 35) y la memoria condicional.
4
Según Gaonac’h y Passerault (1995: 64), la memoria episódica está fuertemente contextualizada. Esta
particularidad constituye una ventaja, ya que se pueden explotar imágenes vívidas y precisas. Sin embargo,
también constituye un inconveniente, ya que el alumno puede tener un recuerdo muy claro del momento y lugar
donde se ha encontrado una información o palabra, pero ser incapaz de evocar el contenido o la forma de ésta.
5
«Lorsque des connaissances sont automatisées dans la mémoire à long terme, elles permettent, pendant une
action, de libérer de l’espace dans la mémoire de travail. Une partie très importante de la tâche de l’enseignant
580
agrupa los aprendizajes perceptivos y motores (escribir, ir en bicicleta, nadar,
pronunciar palabras extranjeras, es decir, reconocer la relación grafía-fonema, etc.),
todos los cuales están basados en un mecanismo esencial: la repetición (Lieury, 1992:
64). En el marco del aprendizaje de una LE hallamos algunos conocimientos
procesuales tales como la inferencia de significado de una unidad léxica desconocida
en un texto, ya que esta actividad cognitiva implica la aplicación de una serie de
acciones6. Otros conocimientos procesuales son: establecer la concordancia entre los
sujetos y verbos en un breve párrafo, escribir una tarjeta postal, memorizar una
palabra por medio de un keyword, etc.
est de faire en sorte que les connaissances qui peuvent être automatisées le soient le plus rapidement possible
afin que l’élève puisse employer ses unités de mémoire de travail aux éléments les plus significatifs de la tâche».
(Tardif, 1997: 175)
6
Véanse las últimas páginas del punto 2.6. de la I parte.
581
Dos estrategias son especialmente importantes en el desarrollo de los
conocimientos condicionales: la generalización y la discriminación (Tardif, 1997: 347;
Gaonac’h y Passerault, 1995: 74). Estas estrategias se apoyan, como se dijo
anteriormente, en la clasificación y la discriminación. Cada persona extrae las
condiciones esenciales de una acción a partir de la exposición a numerosas y diversas
situaciones que contienen ejemplos y contraejemplos. Los ejemplos favorecen así la
generalización, mientras que los contraejemplos reducen el campo de generalización
excesiva. Si bien todo aprendizaje suele comenzar por la referencia a conocimientos
declarativos, la eficacia del aprendizaje reside en la transformación de éstos en
conocimientos procesuales, es decir, en la coordinación y automatización o
procesualización de los conocimientos declarativos (Gaonac’h y Passerault, 1995: 71).
7
La autonomía es una capacidad que se adquiere. En este sentido, habría que hablar de autonomización,
concepto que refleja mejor la idea de aprendizaje de la autonomía o formación en el aprendizaje de lenguas.
8
William y Burden (1999: 155) nos recuerdan que tradicionalmente los currículos o programas han tendido a
concentrarse en la impartición de conocimientos y destrezas, pero se han despreocupado por enseñar la forma de
aprender. Los programas han focalizado así su atención en la forma de la lengua, pero han desatendido la manera
de aprender un idioma.
582
Antes de seguir adelante, precisaremos que los investigadores en el campo de
las estrategias en el aprendizaje de lenguas extranjeras (Oxford, 1990: 8; Wenden y
Rubin, 1987: 7-8; Fernández, 1996) definen la estrategia como una acción específica
emprendida por el alumno para lograr que su aprendizaje sea más fácil, rápido,
eficaz y transferible a nuevas situaciones. Dichas operaciones, que pueden ser físicas
o mentales, conscientes o inconscientes, se emprenden con el propósito de alcanzar
un objetivo, responder a una necesidad o resolver algún problema, por ejemplo, el
aprendizaje de vocabulario. Señalaremos, asimismo, que los estudios sobre
estrategias se empezaron a desarrollar a partir de la importancia que fue cobrando la
noción de autonomía en el aprendizaje y de la corriente metodológica del aprender a
aprender.
9
La revista Les langues modernes (2001: 67) ofrece una definición de dicha noción: «Elle [la pédagogie
différenciée] propose des objectifs, dispositifs, contenus, supports, aides et guidages, tâches ou méthodes
d’enseignement différents pour chaque élève (ou groupe d’élèves) en fonction de sa personnalité, de sa culture,
de ses habitudes et de son profil d’apprentissage, en fonction de son niveau de maîtrise de la langue, de son
degré de motivation et d’autonomie, de ses intérêts, de ses objectifs, de ses besoins, de ses capacités, ou de tout
autre paramètre dont la prise en compte oblige l’enseignant à des adaptations de sa pratique».
10
Cervero y Pichardo (2000: 106) afirman que un manual potencia el aprendizaje autónomo del vocabulario si,
entre otros aspectos, permite reflexionar sobre lo que se aprende y cómo se aprende, presenta técnicas,
estrategias teniendo en cuenta los diferentes estilos de aprendizaje, ofrece al alumno tanto actividades que
permitan la aplicación consciente de estrategias, así como tests para evaluar sus conocimientos.
11
Subrayado nuestro.
583
También Nation subraya el papel de las estrategias en el programa de
enseñanza de vocabulario de una LE:
Explicit instruction is a way to ensure that students are aware of the choices
they have for learning, understanding, and solving problems (Chamot et alii, 1999: 38)
584
Otros autores también destacan los efectos positivos de una enseñanza
explícita de las estrategias:
Strategy training seems to have a very useful role to play in second language
vocabulary development (Nation, 2001: 229)
Because teaching methods often influence how students learn, teachers should
become more aware of their students’ learning strategies in order to orient teaching
methods more appropriately (Oxford, 1989: 243)
585
La elección de determinadas estrategias depende, asimismo, del nivel de
competencia adquirido o de la etapa de aprendizaje en que se encuentre el alumno.
Según el estudio realizado por Schmitt, las listas de palabras y tarjetas utilizadas en
los niveles iniciales se abandonan en niveles más avanzados (ibidem, p. 225). Cuanto
mayor es la competencia léxica de los alumnos, más recurren a estrategias de
contextualización del vocabulario. Sin embargo, cuanto menor nivel poseen, más
utilizan las estrategias de memorización descontextualizadas (García López, 2000:
63).
Where some strategies become increasingly used over time, it seems prudent
to introduce young learners to a variety of strategies, including those which they are
likely to use more as they grown older (Schmitt, 1997: 226)
12
Schmitt (op. cit.) observó en los alumnos japoneses una tendencia acentuada a utilizar la estrategia de la
repetición verbal y escrita.
13
Para un análisis detallado, léase el artículo de Villanueva (1997), «Estilos cognitivos y estilos de aprendizaje.
Autonomía y aprendizaje de lenguas», pp. 49-84.
14
Los dependientes de campo tienen una visión general de las cosas y aplican un enfoque global, mientras que
los independientes de campo son más analíticos.
586
a aprenderlas para emplearlas. Una persona extrovertida preferirá las estrategias
sociales y afectivas tales como los trabajos en grupo o pareja, las dramatizaciones, los
juegos, etc. Por el contrario, una persona introvertida preferirá las estrategias
cognitivas y metacognitivas, tenderá a trabajar sola y a su propio ritmo, por medio de
ejercicios individuales, escuchando grabaciones, etc. Una persona que tiende a
pensar de manera secuencial, paso a paso, necesitará saber el significado de todas las
palabras para comprender un texto, mientras que a una persona intuitiva no le
importará improvisar y enfrentarse a una tarea a pesar de que sus conocimientos
sean limitados.
587
Giovannini et alii, 1996 [I]: 35): la fase de preparación, la de presentación y la de
práctica. En la primera, se suele proponer la técnica del cuestionario15 como punto de
partida para estimular la reflexión del alumno y para favorecer la identificación de
las acciones o técnicas personales empleadas en la memorización del vocabulario.
Durante la realización del cuestionario, el alumno debe valorar sus técnicas ya sea
desde el punto de vista de la frecuencia y/o de la eficacia (véanse en el anexo 6
algunos ejemplos de cuestionarios sobre el aprendizaje del vocabulario)16. Dicha
reflexión ayudará al alumno a ser consciente de su propio proceso de aprendizaje, a
percibir la manera en la que aprende (metacognitive awareness)17.
15
Aunque el cuestionario se ha considerado una técnica óptima para generar la reflexión, existen otras técnicas
tales como el diario y la verbalización de un proceso (think-aloud).
16
Acerca de la identificación de estrategias mediante la técnica del cuestionario, véase Luzón y Coll (1997).
17
Tréville (2000: 112) indica que los resultados mediocres de algunos alumnos pueden tener su origen en el
empleo de estrategias deficientes. Para corregir este comportamiento, los alumnos tienen primeramente que ser
conscientes de su manera de aprender.
18
Auto-observación introspectiva (Cohen, 1987).
588
Las fases de presentación y práctica de estrategias resultan, sin duda alguna,
las más laboriosas, ya que se desarrollan en diferentes etapas o momentos del curso.
De forma sintética indicaremos que el profesor debe:
Entre las pautas para iniciar la enseñanza de estrategias o para operar una
selección, Chamot et alii (1999: 41-42) sugieren las siguientes:
• comenzar por las más sencillas (por ejemplo, imágenes visuales) para evolucionar
hacia las más complejas,
• comenzar con estrategias que los alumnos han utilizado alguna vez (por ejemplo,
repetición, listas de palabras, asociaciones),
• comenzar con estrategias que tengan aplicaciones muy amplias, es decir, que
puedan ser utilizadas al leer o escuchar un documento, al escribir y hablar (por
ejemplo, asociación de cognados interlingüísticos),
• adaptar las estrategias al nivel de los alumnos y a las tareas a las que se
enfrentarán,
For exemple, selective attention may be more appropriate at lower levels where
vocabulary and structural knowledge is more limited [...] Questioning for clarification
19
Desde una perspectiva constructivista del aprendizaje, los individuos construyen los propios significados de su
aprendizaje, es decir, dan un sentido personal a las destrezas y a las estrategias que se les enseñan, lo cual
significa que los alumnos sólo utilizarán determinadas estrategias si tienen claro el motivo de su uso o la utilidad
(William y Burden, 1999: 173).
20
El profesor debe aprovechar cualquier actividad para utilizar las estrategias. Por ejemplo, al leer una historia
puede animar a los alumnos a predecir el significado de nuevas palabras, ya sea por la semejanza de significante
con la LM, ya sea porque reconocen el significado de un sufijo o prefijo, etc. (Cameron, 2001: 94).
589
may be more feasible when listening in a conversation that when reading a chapter in
a novel (ibidem, p. 42)
21
Numerosos autores se refieren a las estrategias de aprendizaje (Lieury, 1992; 1998; Baddeley, 1993: 202-209;
Grandcolas, 1995; Ellis y Sinclair, 2000: 34-38; Oxford, 1990: cap. 3; Oxford y Crookall, 1990; Tréville y
Duquette, 1996: 74; 81-82; Tréville, 2000: 80-84; 107-112; Schmitt, 1997; 2000: 129-141; Cornaire, 2001b;
Fortin y Rousseau, 1989: cap. 8 y 9; Buzan, 2000; Lapp, 1989; Romainville y Gentile, 1990: cap. 1; Pendanx,
1998: 24-31; 120-121; Gairns y Redman, 1996: cap. 6 y 7; Giovanini et alii, 1996: [I] 41; 45; 124-125; [II] 60;
68; McCarthy, 1990: 124-129; Nation, 2001: cap. 7 y 8; Cervero y Pichardo, 2000; Cameron, 2001: cap. 4;
Corda y Marello, 1999: 107-112; Fernández, 1996; Sökmen, 1997: 245-255; Thompson, 1987). Entre los autores
citados hallamos algunos que tratan de las técnicas de memorización en general y otros se refieren
específicamente a las estrategias de memorización del vocabulario de una lengua extranjera.
22
Las experiencias de Cohen y Aphek (apud Cohen, 1986: 151-152) y Channell (1996: 92) se llevaron a cabo
con alumnos de inglés LM que aprendían hebreo LE. El estudio de Glahn (apud Cohen, 1986: 149) relata las
estrategias empleadas por alumnos ingleses que aprendían francés LE. Sanaoui trabajó con alumnos que
aprendían francés LE. García López (2000) trabajó con adolescentes españoles que aprendían inglés LE e
Izquierdo (1997) estudió las estrategias de jóvenes universitarios franceses que aprendían español LE y sujetos
que habían acabado su formación universitaria y poseían diversas lenguas maternas (ruso LM-español LE;
español LM- inglés LE; español LM- francés LE...).
23
Oxford (1990) establece dos grandes categorías: las estrategias directas (referentes al lenguaje) y las indirectas
(referentes a la gestión mental general del proceso de aprendizaje). Las directas comprenden, a su vez, las
estrategias memorísticas, las cognitivas y las compensatorias. Las indirectas se subdividen, a su vez, en
cognitivas, afectivas y sociales. Schmitt (2000: 135) divide las estrategias de aprendizaje en cinco tipos:
Determination Strategies [DET], Social Strategies [SOC], Memory Strategies [MEM], Cognitive Strategies
[COG] y Metacognitive Strategies [MET]. Mientras que la finalidad de las estrategias de determinación y de
algunas estrategias sociales reside en el descubrimiento del significado de una nueva palabra, el resto sirve para
consolidar o recordar palabras nuevas. Como se observará, para Oxford y Schmitt, las estrategias de
memorización constituyen un grupo bien definido, sin embargo, algunos investigadores (Pendanx, 1998: 28) las
incluyen entre las estrategias de aprendizaje.
24
Véase el subcapítulo 2.6. (I parte) dedicado al aprendizaje implícito y explícito del vocabulario para un
conocimiento detallado de las estrategias de inferencia utilizadas durante la lectura.
590
La clasificación que proponemos atiende a los diferentes estilos o formas de
aprendizaje (visual, auditiva, cinética)25. Al margen de éstos, existe una categoría de
estrategias útiles para cualquier tipo de alumnos sea cual sea el estilo que predomine
en ellos, nos referimos a las asociaciones o conexiones mentales, entre las cuales se
hallan las agrupaciones semánticas. Algunos autores proponen, no obstante,
clasificaciones diferentes a la nuestra. Así, Fortin y Rousseau (1989: 260-261)
presentan una clasificación simplificada de las estrategias de memorización: ayudas
o estrategias externas e internas. Mientras que las ayudas externas son físicas (por
ejemplo, la libreta de vocabulario, una lista de palabras colgada en la habitación, un
asociograma), las internas se elaboran mentalmente (por ejemplo, la asociación de
una palabra a una imagen mental, a una sensación, a un lugar, la autorrepetición
mental, etc.). Por otra parte, Oxford y Crookall (1990) dividen las técnicas de
aprendizaje del vocabulario en tres grupos: descontextualizadas (listas de
vocabulario, tarjetas, uso del diccionario), semicontextualizadas (clasificaciones,
imágenes visuales y auditivas, keyword26, respuesta física, mapas semánticos) y
enteramente contextualizadas (lectura y práctica auditiva).
• Imágenes mentales:
Asociar una palabra con una imagen mental que ilustre su significado.
♦
25
Los estudios de Oxford y de Schmitt incluyen en un mismo grupo la utilización de imágenes y sonidos. En
nuestra clasificación realizaremos, sin embargo, una distinción entre las estrategias vinculadas a la memoria
visual y a la memoria auditiva.
26
En el punto 1.5. de esta parte se describirán algunas estrategias de memorización y se detallará el desarrollo de
esta técnica.
591
♦ Método de los lugares o loci.
♦ Keyword o técnica de la palabra clave.
27
Se dejan descubiertas las unidades léxicas de la LM, con el fin de recordar las palabras de la LE y viceversa.
28
Esta estrategia no sólo es cinética, sino que supone en cierta medida una participación de la memoria visual.
29
Algunas estrategias comprendidas en este bloque implican la elaboración verbal.
592
• Escribir una frase con la palabra.
• Utilizar una o varias palabras en una pequeña historia.
• Asociar la unidad léxica extranjera a otra por su semejanza conceptual (sinónimos)
o su oposición (antónimos).
• Asociar la unidad léxica extranjera a su traducción en LM.
• Analizar la estructura de la palabra (descomponerla en afijos y recordarlos).
30
Somos conscientes de que en la encuesta dirigida a los profesores de español LE2 de 4ème y 3ème hubiera
debido incluirse una pregunta al respecto.
31
Al margen de los manuales, no todos los docentes abordan en el aula las técnicas de aprendizaje del
vocabulario. De los cuarenta y siete alumnos universitarios francófonos (1° año) encuestados por Izquierdo
(1997: 101, 107), veintiuno confesaban haber recibido algún tipo de orientación sobre cómo aprender el
vocabulario en algún momento de su escolaridad en la enseñanza secundaria. En 4 casos se les aconsejó que se
escribieran frases con las palabras. En 5 casos se les sugirió el uso de un cuadernillo de vocabulario donde se
registraran las palabras nuevas en orden alfabético. En 4 casos el profesor hacía dibujos y aconsejaba hacerlos.
En 8 casos los profesores recomendaban aprender de memoria, repitiendo oralmente o escribiendo las palabras
varias veces o en listas de palabras (en uno de estos casos se indicó la realización de listas diferentes para los
falsos amigos o para palabras con dificultades específicas, en otro de estos casos se aconsejaba realizar grupos
de familias de palabras). De los veintiún encuestados, sólo dos afirmaban haber realizado revisiones periódicas
(cada semana) sobre las nuevas palabras aprendidas y sólo uno declaraba haber recibido diversas orientaciones
sobre el aprendizaje del vocabulario (por ejemplo, escribir las palabras en diferentes hojas de colores según el
campo semántico).
593
1.5. Descripción de algunas estrategias de memorización.
• Los colores.
El color es un recurso que permite orientar la atención del alumno hacia
aspectos específicos del aprendizaje (Williams, 1997: 116). Si bien el color se asocia
comúnmente con las estrategias visuales, Oxford (1990: 89) incluye esta estrategia
entre las técnicas cognitivas, las cuales consisten en la transformación o
manipulación de la lengua meta por el alumno. Esta investigadora enumera
diferentes medios gráficos que sirven para enfatizar o focalizar una unidad léxica
considerada importante: marcar las unidades léxicas con colores, subrayarlas,
rodearlas con un círculo, utilizar mayúsculas, etc. Algunas de estas estrategias
pueden asimismo utilizarse conjuntamente.
Las experiencias de Gnoinska (1998) mostraron que ciertos colores atraen más
la atención del alumno y favorecen una mejor concentración. Así pues, los alumnos
sometidos a una prueba32 de memorización de vocabulario recordaban mejor las
palabras en tarjetas de color azul o rojo33. Esta misma investigadora aconseja el uso
de colores en el aprendizaje del vocabulario para:
32
La autora pidió a 58 alumnos que memorizaran 20 palabras con sus significados en 5 minutos.
33
Los colores rojo, azul y las palabras en negrita son los recursos tipográficos más frecuentemente observados
en general en los diversos manuales analizados.
34
«J’utilise avec mes classes des moyens mnémotechniques associant le genre des mots à des couleurs».
(Guisset, 1992: 13) Véase también Oxford y Crookall (1990: 17).
35
Una de las alumnas encuestadas por Izquierdo (1997) indicó haber utilizado para el aprendizaje del alemán LE
hojas de diferentes colores para cada campo semántico.
594
Muchos manuales de lenguas extranjeras recurren a esta estrategia para
resaltar fundamentalmente el vocabulario denominado frecuente o de tipo
gramatical36, las irregularidades tales como los diptongos en verbos que presentan
este fenómeno, los participios irregulares y las unidades léxicas que se apocopan. En
algunos manuales de español concebidos en Francia se opta por escribir en color la
vocal acentuada de todas las palabras incluidas en las primeras páginas (en verde en
Gran Vía 1, en azul y rojo en Continentes 1). Algunas series semánticas como los meses
o los días de la semana (Continentes 1) también aparecen en color. Asimismo, las
unidades léxicas relativas al campo semántico de los colores se suelen presentar en la
mayoría de manuales en el color que semánticamente representan.
36
Véase el capítulo 4 de la II parte.
37
Se utiliza el color rojo o azul en ejercicios par:
a) completar frases con diversas palabras gramaticales en rojo (antes de, después de, los demás pag 45; nada,
nadie pag. 53, pag 117; acabar, acabar de, venir de, pag. 119). Sólo en el manual Anda 1 hallamos un
ejercicio de vocabulario en el que se ilustran en azul dos ejemplos acerca del tipo de transformaciones que
se deben realizar (parada –parar, despedida –despedir, pag. 109).
b) substituir las palabras en rojo por un pronombre (pag. 65). El profesor abre las puertas.
c) pedir la traducción o sinónimos de una expresión en color azul: «Cada año» (l. 16) «Que veut dire cada?»
(pag. 64); «Quel est le sens de mientras? Invente une phrase pour le réemployer» (pag. 70); «a lo mejor:
Connais-tu une autre expression synonyme?» (pag. 112).
595
aula el uso de esta técnica sencilla para aprender el vocabulario (véanse en el anexo 6
algunas actividades con colores).
• Técnica de la palabra-imagen.
En esta técnica visual una unidad léxica integra un dibujo de apoyo, cuya
representación semántica coincide con el significado del vocablo presentado. Existe,
pues, una relación semántica y ortográfica entre el dibujo y la palabra aprendida, ya
que una o varias letras de la unidad léxica ilustran gráficamente el significado. El
significante integra no sólo la forma de la palabra, sino también la representación
visual del significado.
38
Dicho diccionario contiene 1.056 dibujos. Aunque cada dibujo se refiere a una unidad léxica con un solo
significado, en cada entrada se indican las palabras de la misma familia afectadas por la misma dificultad
ortográfica. Según el autor, entre el refuerzo del dibujo y las reglas de ortografía básica explicitadas en el
diccionario se abarcan 3.540 palabras, que representan el 87% de las dificultades ortográficas del vocabulario
usual. Precisaremos que en este diccionario hay unidades léxicas que cuentan sólo con el apoyo del dibujo y
otras que se apoyan a la vez en el dibujo y la regla ortográfica. Se observará que el diccionario da un aire juvenil
-e incluso, a veces, humorístico- a los dibujos presentados para hacer más agradable el aprendizaje de la
ortografía.
596
Algunos investigadores proponen igualmente esta técnica para el aprendizaje
del vocabulario de las lenguas extranjeras (Cassany et alii, 1994: 422; Horner, 1994:
270-271)39. Sólo dos manuales consultados presentan esta técnica de forma puntual.
El manual ELE 1 (p. 36) introduce algunas palabras-imagen para presentar el
vocabulario de la descripción física y el manual Eurolingua 1A (p. 52) presenta
palabras-imagen relacionadas con el campo semántico de «la ciudad».
597
• Las imágenes mentales y la visualización.
40
Cf. Llorca (1993), «Comment entraîner la mémoire sensorielle».
41
Véase el artículo sobre «imagerie mentale» en el Dictionnaire des sciences cognitives (2002) de Tiberghien.
598
utilizadas para memorizar los pares (imágenes mentales, estrategias verbales o
repetición), los sujetos recurrían a la combinación de imágenes mentales como
estrategia nemotécnica. Todas estas observaciones llevaron a Paivio a formular su
teoría de la doble codificación (dual code), según la cual el aprendizaje de una unidad
léxica comprende una representación verbal y una representación visual. Ambas
representaciones se activan tanto durante el estudio inicial de la palabra como
durante el proceso de recuperación (Sökmen, 1997: 244; Lieury, 1998: 80). Mientras
que las unidades abstractas sólo permiten la codificación verbal para su
almacenamiento en la memoria, las unidades léxicas concretas se pueden recordar
más fácilmente, porque posibilitan una doble codificación, una en la memoria verbal
y otra en la memoria de imágenes42.
Considerando los beneficios de esta teoría, Lieury (1992: 177; 1998: cap. 29)
indica que las ilustraciones de los libros de texto de los alumnos deberían
acompañarse siempre de leyendas o comentarios, es decir, de palabras, con el fin de
facilitar la doble codificación, y en definitiva, la memorización o aprendizaje de
contenidos. Según esta propuesta, la imagen debe verbalizarse para ser realmente
eficaz. Esta observación debería asimismo ser válida para los métodos de español
lengua extranjera. Cualquier imagen mental o representación gráfica (un dibujo, un
esquema, una ilustración, etc.) asociada a la unidad léxica extranjera facilitará, en
principio, su memorización.
599
For instance, Mariette remembers new English verbs by imagining the place
where they are on the page. Jill remembers the expression Cédez le passage by
picturing the road sign where she first read it (Oxford, 1990: 61)
Sin embargo, como se desprende del estudio de García López (2000: 66), la
creación de imágenes mentales no suele ser una estrategia muy extendida, ni una
estrategia conscientemente utilizada por los alumnos adolescentes en la
memorización del vocabulario. Aunque el proceso de formación de imágenes
mentales a menudo es inconsciente, éste puede ser guiado y adiestrado (Arnold,
2000: 277). Así pues, hacer conscientes a los alumnos de su potencial para formar
imágenes mentales visuales (u otras) sobre acontecimientos de su vida cotidiana
puede realmente mejorar el almacenamiento y recuperación del vocabulario (Lapp,
1989: 75; Arnold, 2000: 281, «Usos de las imágenes mentales en la enseñanza de
idiomas»). Para acostumbrar a los alumnos a producir imágenes mentales y a
concienciarlos de esta capacidad, algunos autores sugieren a los docentes realizar
una serie de preguntas relacionadas con la vida cotidiana que induzcan a los
alumnos a formar imágenes mentales para poder responder44.
experiencias personales apoyan una vez más la idea de que la presentación en el aula de documentos atractivos y
motivadores influirá en el aprendizaje del vocabulario.
44
Algunas de las preguntas que podemos formular son: ¿Qué has desayunado esta mañana?, ¿Qué hiciste ayer
por la tarde?, ¿Qué tiendas hay en tu barrio (en tu pueblo)”, etc. Según Arnold, la formación de imágenes
mentales puede practicarse utilizando el material relacionado con las habitaciones de casa y con los muebles
(“Estás en tu habitación. ¿Cuántas ventanas hay?, ¿Qué hay en las paredes?, ¿Qué hay encima de la mesa?”,
etc.). Tras esta visualización, los alumnos podrían realizar una descripción verbal o escrita de la habitación, la
cual será más rica y detallada después de haber viajado hasta ella con la imaginación. Otro ejercicio podría
consistir en la visualización de un objeto ausente (“Piensa en un objeto: ¿qué forma tiene?, ¿de qué color es?,
¿dónde está?”, etc.). De la misma manera, tras el ejercicio de visualización, podemos pedir a los alumnos que
describan el objeto. Lapp (1989: 79-85) propone otros ejercicios para desarrollar la memoria de imágenes
mentales.
600
Para desarrollar la visualización durante el proceso de lectura podríamos entregar un
breve poema (o una historia) a los alumnos. Mientras que los ejercicios de prelectura
servirán para trabajar la comprensión, durante la segunda lectura invitaremos a los
alumnos a visualizar los elementos del poema o de la historia (objetos, acciones...).
Ne pas tenir compte de son rôle dans une discipline, c’est priver les apprenants
de cet outil et refuser à ceux qui ont une gestion visuelle dominante l’occasion d’acquérir
des connaissances par le canal sensoriel qui leur est le plus accessible (Williams, 1997:
96)
The first stage requires the subject to associate the spoken foreign word with
an english word, the keyword, that soundds like some part of the foreign wordd; the
second stage requires him to form a mental image of the keyword interacting with the
english translation (Carter, 1996: 154).
Por ejemplo, en una primera fase un alumno francófono que aprende español
LE asociará la unidad léxica gato a una palabra de su lengua materna por su
semejanza fonética gâteau (pastel). En una segunda fase, asociará mentalmente los
significados imaginando, por ejemplo, un gato comiendo un pastel o un pastel en
forma de gato (Tréville, 2000: 83)45. Esta técnica combina, por consiguiente, dos
estrategias: la visualización y la asociación. En este último caso, se asocian los
significantes de las dos lenguas por una parte (gato-gâteau) y los significados por otra
(significado de gato y significado de gâteau) en una sola imagen. La palabra clave,
aquélla que despertará el recuerdo de la palabra extranjera en el alumno será la
unidad léxica de la lengua materna (gâteau nos remitirá a gato). Asimismo, el
recuerdo de la imagen remitirá al alumno a la unidad léxica extranjera y a su
significado.
45
La única diferencia reside en el acento de intensidad, oxítono en el vocablo francés y proparoxítono en el
vocablo español.
601
En la bibliografía consultada se ofrecen ejemplos de esta técnica entre
diferentes idiomas (Sökmen, 1997: 247; Hulstijn, 1997: 205; Schmitt, 1997: 214;
Grandcolas, 1995: 53; Gairns y Redman, 1996: 92; Lapp, 1989: 219). La mayoría de
dichos ejemplos se establecen fundamentalmente con el inglés, idioma en el que se ha
valorado más la práctica de esta técnica en el aprendizaje del vocabulario. Así, por
ejemplo, la unidad léxica camarera posee una semejanza fonética con la palabra
inglesa camera (“cámara de fotos”), de donde podemos imaginar una camarera que
saca fotos con una cámara a sus clientes (Oxford, 1990: 62). El vocablo español
perro se puede asociar al vocablo inglés pear (“pera”) por la similaridad de sonidos.
En este caso el alumno anglófono visualiza los dos significados unidos de estas
palabras e imagina un perro con forma de pera andando por la calle (Nattinger, 1996:
66). Cuando el estudiante necesita distinguir perro (“dog”) y pero (“but”) imagina al
perro ladrando fuertemente, y por lo tanto, produciendo muchas erres (vibrante
múltiple). Este truco le ayudará a recordar que perro se escribe con erre doble.
También Cohen (1986: 150) describe un ejemplo para alumnos hispanohablantes que
aprenden inglés. El vocablo chalk (“tiza”) se podría asociar por su semejanza fonética
con el vocablo choca (“strikes”), de manera que el alumno imaginaría la tiza que
choca con la pizarra. Además de generar la imagen, en este caso el alumno podría
incluso imaginar la sensación de la tiza al chocar. Parisi (1999: 56) indica que para
aprender la unidad léxica del francés velo (“bicicleta”) un alumno hispanohablante
podría asociarla a velocidad e imaginar mentalmente una carrera ciclista en la que las
bicicletas pasan a gran velocidad. Como apreciamos en los ejemplos precedentes, la
asociación fonética puede ser parcial.
Dibujos separados:
• común: un cigarrillo / un piano 57 %
• raro: un cigarrillo encendido por los dos extremos 64 %
un piano solo que emite notas
Dibujos integrados:
• común: un cigarrillo sobre un piano 86 %
• raro: un piano fumando un cigarrillo 85 %
602
colaboradores subrayan la efectividad o superioridad de esta técnica frente a otras
tales como la repetición, los pares asociados o la elaboración de frases (Schmitt, 1997:
214; Nation, 2001: 313; 1993: 131; Coady, 1995: 12), otros investigadores (Wokusch,
1997: 55; Gairns y Redman, 1996: 92) desconfían de este procedimiento a causa del
gran esfuerzo de codificación que supone y porque implica una asociación
absolutamente arbitraria. No debemos, no obstante, olvidar que la eficacia de esta
técnica reside en las asociaciones semánticas establecidas entre la unidad léxica
nueva y una unidad léxica existente en el lexicón de la LM del alumno (Service, 1994:
157; Stoller y Grabe, 1995: 34).
Es obvio que esta estrategia requiere una gran dosis de imaginación por parte
del alumno y que no puede utilizarse de forma sistemática para aprender la mayor
parte del vocabulario de una LE. Si bien el esfuerzo de codificación puede resultar
una ventaja en la retención y recuperación de una unidad léxica, el tiempo invertido
en encontrar las asociaciones adecuadas puede representar un aspecto negativo. Así
pues, esta estrategia debería fundamentalmente emplearse de forma puntual si el
alumno encuentra una asociación de forma espontánea, si debe memorizar unidades
léxicas consideradas difíciles y tras haber recibido numerosos ejemplos de keywords
por parte del profesor (Nation, 1993: 131; Lieury, 1992: 102; Tréville y Duquette,
1996). Evidentemente, la técnica será más efectiva en los casos donde exista un alto
grado de semejanza acústica entre la unidad léxica de la LE y la LM, es decir, cuando
las unidades léxicas puestas en relación sean fáciles de generar (Hatch y Brown, 1995:
388; Nation, 1990). Asimismo, esta técnica resultará más útil para aquellos alumnos
con una gran capacidad imaginativa o creativa.
Según algunos estudios destacados sobre el keyword (Ellis y Beaton, 1993; Ellis,
1997: 137), el éxito de dicha técnica reside en los siguientes aspectos:
46
Hasta el presente no existen investigaciones que revelen si el keyword funciona igualmente entre lenguas
cuyas estructuras silábicas difieran (Nation, 2001: 314).
603
a) la posibilidad de encontrar una palabra de la LM con un significante sonoro
parcial o totalmente semejante al de la unidad léxica extranjera. En los
experimentos realizados, la semejanza acústica resulta más importante para la
recuperación que la semejanza ortográfica. Asimismo, la pronunciabilidad de la
unidad léxica extranjera determina la efectividad de la técnica.
A su vez, Cohen (apud Hatch y Brown, 1993: 388; apud Singleton, 1999: 155)
indica que la técnica dependerá del tipo de palabra aprendida (el keyword funciona
mejor con palabras concretas), de la edad del alumno (los niños no parecen generar
imágenes tan fácilmente) y de la fluidez verbal del alumno o su destreza en el manejo
de técnicas de elaboración verbal. Por las características del keyword, parece sensato
considerar que sólo podrá ser integrado en la enseñanza de la LE ante un público
lingüísticamente homogéneo, ya que en esta técnica se establece una relación
específica entre la LE y la LM del alumno. Algunos investigadores consideran que
esta estrategia funciona mejor con los alumnos de nivel elemental (Carter, 1996: 155;
Tréville y Duquette, 1996: 175). Nation (1990: 35) observa una relación entre el uso de
esta técnica y el tipo de almacenamiento fonológico de unidades léxicas en las
primeras etapas de aprendizaje de una LE.
47
Lapp (1989: 167) enumera diferentes lugares que pueden utilizarse en dicha estrategia (una calle o calles
conocidas, la propia habitación, un edificio, los bolsillos de un pantalón, etc.). En cualquier caso, el principio
director consiste en elegir un conjunto de lugares familiares que se pueda recorrer mentalmente en un orden
determinado.
604
Posteriormente, basta con realizar un recorrido o paseo mental por el circuito elegido
para recuperar en cada lugar específico el elemento léxico que le hemos asociado.
605
memorizar el vocabulario de español LE mediante la utilización de dibujos. Debemos
destacar asimismo el uso de esquemas, símbolos y otras ayudas visuales para
favorecer la memorización de ciertas unidades léxicas. Así, por ejemplo, en diversos
manuales de español LE hemos hallado el empleo de flechas para el aprendizaje de
unidades léxicas y expresiones referidas al movimiento y al espacio (girar, seguir recto
o todo recto, a la derecha, a la izquierda...). El vocabulario de la localización espacial
(encima, debajo, al lado de, entre, delante, detrás...) también se puede aprender y
memorizar mediante dibujos o esquemas simplificados50.
For many prepositions, such as the equivalent of above, over, under, among,
between, below, or into, learners can draw diagrams with arrows to illustrate meaning.
The visual products do not need to be artistic. Just about anyone can draw stick
figures, sketches, or diagrams to communicate a concept worth remembering
(Oxford, 1990: 61)
• Focalizar la atención.
50
De los manuales de español LE2 analizados, sólo Anda 1ère année incluye las preposiciones y locuciones
sobre la localización espacial mediante dibujos esquemáticos.
40
Este esquema podría haber sido útil con otra pareja de verbos más conflictiva desde la perspectiva de un
francófono llevar/traer.
51
Lapp (1989: cap. 7 «attention sélective»).
606
abril ➪ v en francés, b en español; montrer-mostrar ➪ n interior en francés, s interior
en español. Este tipo de pistas ayudará al alumno en ocasiones posteriores a recordar
más fácilmente la ortografía de la palabra.
1. Miro la palabra.
2. Copio la palabra.
3. Pronuncio lentamente la palabra en la mente.
4. Pronuncio lentamente la palabra en voz alta.
5. Fotografío la palabra imaginando que la pongo en una pantalla de ordenador o la escribo
en la pizarra.
6. Cierro los ojos y digo las letras de la palabra que veo en mi pantalla.
7. Escribo la palabra en el aire a partir de la imagen que tengo en mi mente.
8. La asocio con una palabra que tenga una grafía parecida.
9. Observo las particularidades de la palabra y las subrayo con un rotulador de color.
10. Separo la palabra en sílabas.
11. Nombro las letras de la palabra al mismo tiempo que la escribo.
12. Pongo atención en la dificultad que presenta esta palabra.
13. Escribo la palabra en una hoja y verifico si la he escrito correctamente.
52
En el marco del aprendizaje del francés como lengua materna, la revista electrónica Le Français dans le
Monde (2001) n° 313, presenta los trucos que utilizan algunos profesores para ayudar a sus alumnos a memorizar
la ortografía de las palabras francesas. Estas técnicas pueden transferirse al aprendizaje de la ortografía del
vocabulario de las lenguas extranjeras. Consúltese http://www.fdlm.org/fle/article/313/trucs.htm.
607
entre dicha palabra con la unidad léxica «casa» o de su significado cultural,
sociohistórico53.
608
(edificio), un alumno recuerda que todos los edificios tienen techo (=^). Para retener
la ortografía de bicyclette otro alumno recuerda que la i latina precede a la y griega en
el alfabeto. Un ejemplo muy extendido en francés indica que las consonantes t y m
actúan asimismo como índices ortográficos capaces de hacernos recuperar
respectivamente el significado de las unidades léxicas stalagtite y stalagmite. En la
primera palabra, la t actúa como un índice que nos recuerda que la «stalagtite
tombe» (cae), mientras que la m de «stalagmite» nos recuerda que «monte» (sube).
Las consonantes nos remiten a los verbos que empiezan por dichas consonantes
(tomber, monter) permitiéndonos descodificar el significado.
609
por ejemplo, proponer la creación de una historia con verbos que exijan la
preposición a con objeto directo de persona59, una historia con palabras que posean
hache intercalada (ahí, ahora,...), una historia con palabras relacionadas, por ejemplo,
con el campo semántico de los alimentos o, por el contrario, el profesor puede
proponer la elaboración de una historia con palabras sin vinculación semántica,
ortográfica o gramatical particular. Con el fin de reforzar esta estrategia, algunos
autores sugieren la asociación de la historia a la técnica de visualización o de
imágenes mentales. Por otra parte, está claro que la historia será más eficaz si es
producto de la imaginación del alumno60.
59
Obsérvese la siguiente historia para la memorización de verbos franceses que exigen el auxiliar être en los
tiempos compuestos: Marie est allée au collège, elle est arrivée à huit heures. Puis elle est sortie à midi et elle
est rentrée chez elle pour manger. Elle est passée voir son amie Cécile dans l’après-midi. Cécile habite au
troisième étage et il n’y a pas d’ascenseur. Marie est montée par les escaliers, mais malheureusement elle est
tombée avant d’y arriver. Elle est restée deux heures chez son amie, après elle est rentrée chez elle.
60
Para Thompson (1987: 47), esta estrategia será sobre todo beneficiosa para los alumnos con una elevada
habilidad en las estrategias de elaboración verbal.
61
Semantic maps o mapping, mind maps en inglés; mappage sémantique en francés. También en español han
recibido numerosas denominaciones: organigramas, mapas conceptuales, asociativos o mentales.
62
Cf. los mapas semánticos propuestos en Tréville y Duquette (1996), Ellis y Sinclair (2000: 36, 42) y Cervero y
Pichardo (2000: 22, 112).
610
c) repasar las unidades léxicas derivadas y las familias de palabras (Taylor, 1990:
49).
63
Cf. el capítulo sobre los scripts o schemas.
64
Obsérvese que los mapas semánticos se recomiendan incluso en la enseñanza-aprendizaje con niños (House,
1997: 82).
65
Cf. «Lessico e mappe semantiche. Esperienza didattiche per il francese» de Carla Collina (1998) en Prat
Zagrebelsky, Maria Teresa, Lessico e aprendimento linguistico. Nuove tendenze della ricerca e pratiche
didattiche, Firenze, la Nuova Italia, Quaderni del Lend n° 13. Consúltese asimismo el n° 78 de la revista Aula de
innovación Educativa (enero 1999) para profundizar en esta técnica.
611
pesar de sus ventajas, los asociogramas son aún hoy en día relativamente poco
utilizados en el aprendizaje de lenguas extranjeras66. Su empleo en el aprendizaje del
vocabulario español LE2 nos parece, no obstante, totalmente justificado (véanse en el
anexo 6 numerosos ejemplos de asociogramas).
Los árboles, las parrillas y las escalas son técnicas útiles cuando el alumno
debe memorizar diversas unidades léxicas vinculadas a un tema, a una noción, a una
categoría semántica, etc. Como en los asociogramas, en estas estrategias interviene la
memoria semántica y visual. Sin embargo, en cada una de ellas se opera una
distribución particular del espacio gráfico67. Mediante los árboles y las parrillas, los
alumnos pueden practicar las clasificaciones o categorizaciones. Según Lieury, estas
funciones junto con las asociaciones constituyen los medios de organización más
destacados en la memoria semántica, y sin duda alguna, unos de los más eficaces.
habitación cuarto de
baño
comedor
cama bañera
estantería sofá lavabo
televisión
armario silla
mesa
66
Algunos manuales de español LE publicados en España recientemente (Español 1, Chicos chicas 1), así como
ciertos manuales y libros de ejercicios de vocabulario para el aprendizaje del francés LE publicados en Francia
(Extra ! 1, Akyüz et alii, 2000) han empezado a integrarlos.
67
Según Pérez Basanta (1999: 296), este tipo de ayudas visuales parecen más apropiadas para fijar los
conocimientos léxicos que para presentarlos.
612
Si bien las parrillas o cuadros pueden utilizarse para presentar el vocabulario,
la mayoría de manuales recurren a los ejercicios en forma de parrilla o cuadro con el
fin de facilitar el almacenamiento de las unidades léxicas. En esta técnica el eje
horizontal superior proporciona los rasgos, propiedades o categorías que ayudarán a
los alumnos a clasificar las unidades léxicas. Los cuadros se utilizan, además, para
apreciar las posibilidades combinatorias de las unidades léxicas desde un punto de
vista sintagmático (Higueras, 1996: 120-121)68 (véanse en el anexo 6 diversos ejemplos
de ejercicios con parrilla)69.
«Clasifica las siguientes prendas y complementos según la estación del año en que se
lleven: abrigo, jersey, bañador, guantes, camiseta, pantalón corto, bufanda, sandalias.»
LA ROPA
De invierno De verano
Las escalas sirven tanto para presentar como para practicar las gradaciones en
ciertas nociones o temas tales como la frecuencia (siempre, casi siempre, a menudo,
algunas veces, a veces, casi nunca, nunca) y en ciertas funciones comunicativas tales
como la expresión de los gustos (no me gusta nada, no me gusta, me gusta, me gusta
mucho, me encanta) (Marta Higueras, 1996: 121; Gairns y Redman, 1996: 70, 75, 108 ;
Robinson, 1995: 253). Dado que se trata de una estrategia semicontextualizada, en
ciertas ocasiones el profesor debe señalar los problemas particulares de
pronunciación, estilo, etc. cuando propone ejercicios de vocabulario con este tipo de
técnicas (Gairns y Redman, 1996: 108). Véanse en el anexo 6, diversos ejemplos y
actividades de vocabulario con escalas encontrados en diferentes manuales
analizados.
• Las asociaciones.
68
Cf. diversas parrillas utilizadas en la enseñanza de vocabulario en Pittelman Susan D., Heimlich Joan E.,
Berglund R. et alii (1991), Trabajos con el vocabulario. Análisis de rasgos semánticos, Méndez de Andés
(Argentina), Aique Grupo Editor.
69
De entre los manuales de español LE2 utilizados en Francia, sólo Anda 1ère année propone dos actividades en
las que se aplica esta técnica (véase el anexo 6).
613
igualmente adecuada en el aprendizaje de una LE. Diversos estudios sobre
procedimientos de memorización del vocabulario han mostrado, por otra parte, que
los alumnos que realizan algún tipo de asociación retienen con más éxito las
unidades léxicas objeto de aprendizaje (Sanaoui, 1995; Carter, 1996: 157; Channell,
1996: 92; Cohen, 1986: 151-152).
b) La asociación de una unidad léxica de la LE con una unidad léxica de otra lengua
extranjera estudiada por el alumno por su semejanza formal (ortográfica y/o
fonológica) y semántica. Nótese la asociación que un alumno francófono puede
efectuar entre una unidad léxica del español LE2 y del inglés LE1: limón-lemon,
cámara-camara, ocurrir/occur...
70
Para Schmitt (2000), la asociación o comparación interlingüística de una palabra de la LE con otra de la LM
representa una “estrategia de descubrimiento del significado”, y más concretamente, una “estrategia de
determinación”. Oxford (1990: 82-84), por su parte, incluye esta estrategia entre las cognitivas (“Analyzing and
Reasoning”).
614
f) La asociación por medio de rimas. Si bien en las asociaciones más frecuentes se
establecen vínculos entre las primeras sílabas de las palabras, el alumno puede
recurrir a la asociación entre unidades léxicas cuyas sílabas finales sean semejantes.
En este caso, las palabras se asocian por sus rimas. Oxford (1990: 64) nos ofrece el
ejemplo de una alumna que, para memorizar la unidad léxica poubelle, la asoció a
belle y creó la frase “la plus belle est la poubelle”. En español LE, por ejemplo, para
aprender la unidad léxica zapato, el alumno podría recordar la frase “Hay un gato
sobre mi zapato”. La memorización de breves poemas podría desarrollar en el
alumno ciertas sensibilidad hacia la sonoridad de la lengua y favorecer la creación
espontánea de rimas. Los ejercicios fonéticos también pueden ser de un gran interés
para facilitar las asociaciones de palabras con un mismo fonema. Oxford (ibidem)
presenta el ejemplo de un alumno que utiliza las rimas para aprender los sonidos del
inglés LE.
Rollande uses rhyme to learn the sounds of English words, such as goat, coat, boat,
float, moat, dote, and she makes up nonsense rhymes using these words
• La asociación de vocablos por tópicos, temas o campos semánticos (la familia, los
alimentos, la casa, la ropa...).
• La asociación de vocablos implicados en una actividad o proceso (script). Por
ejemplo: ir al cine...
• La asociación de casi sinónimos. Hay que explicar a los estudiantes las diferencias
de uso de estos vocablos de significado similar. Ejemplo: bello, bonito, guapo, lindo...
• La asociación de vocablos que forman pares (sinónimos, antónimos...). Ejemplo:
nuevo/viejo; comprar/vender; prestar/devolver. La contextualización de este tipo de
unidades léxicas resulta esencial.
• La asociación de vocablos que ilustran diferencias de grado a lo largo de una
escala. Ejemplo: (para calificar un libro o una película) muy bueno/a o buenísimo/a,
bastante bueno/a, bueno/a, aburrido/a, malo/a, muy malo/a o malísimo/a; (para la edad
humana) bebé, niño/a, adolescente, joven, adulto, persona mayor o anciano/a; (para el
tiempo) hace calor, hace fresco, hace frío.
• La asociación de vocablos pertenecientes a la misma familia de palabras. Ejemplo:
útil, inútil, utilidad, utilizar...
• La asociación de vocablos con una semejanza gramatical72. Por ejemplo, en las
valoraciones, el uso de construcciones similares con subjuntivo: Es útil que lo
71
Los campos semánticos pueden estar construidos en grandes o en pequeñas categorías. Es evidente que una
unidad léxica puede aparecer en diferentes series o campos semánticos. Por ejemplo, mujer puede aparecer en
“género humano” (hombre, mujer, niño, adolescente, adulto, anciano...) o en las “relaciones familiares”
(marido, mujer o esposa, hijo/a, hermano/a,...).
72
Algunos investigadores (Puren et alii, 1998 : 155; O’Dell, 1997: 271; Germain y Séguin, 1998: 110-111)
apuntan la posibilidad de aprender el vocabulario a partir de una base gramatical (una misma irregularidad, una
misma construcción, etc.).
615
hagas/Es urgente que vayas a verlo./Es raro que no venga./Es importante que acabes
pronto. Citaremos asimismo el ejemplo de los verbos que se construyen de la
misma manera:
Me duele la cabeza. Me duelen los pies.
Me gusta la música. Me gustan tus zapatos.
Me encanta la película. Me encantan esos cuadros.
73
Evidentemente, en las zonas catalanohablantes del sur de Francia, el profesor puede extender esta pregunta al
catalán e incluso al occitano si en el grupo hay alumnos que siguen esta formación lingüística.
74
Lieury (1998: 67-70) distingue entre la repetición de memoria y la repetición episódica. Mientras que la
primera es el motor de la memoria léxica, la segunda es el motor de la memoria semántica que se ocupa de los
significados o conceptos y del fenómeno de comprensión. Como indica este investigador, si un alumno repite la
palabra río veinte veces, grabará “la carrocería” o la forma léxica, pero no su significado. La construcción de la
memoria semántica exige, por lo tanto, una repetición de episodios. En el capítulo siguiente se desarrollará el
concepto de aprendizaje multiepisódico.
616
y Hogben, 1996; García López, 2000). Según Lieury, psicólogo especialista en los
procesos de aprendizaje del vocabulario, para aprender la ortografía de una unidad
léxica hay que escribirla varias veces, de la misma manera que para producirla
oralmente hay que repetir muchas veces su pronunciación:
Cuq y Gruca (2002: 366) lamentan la falta de prestigio de esta técnica en los
actuales métodos comunicativos y ponen de relieve la importancia de esta estrategia
en el desarrollo de la memoria:
Prat Zagrebelsky (1998: 68) indica que la repetición escrita u oral puede ser
muy útil en los estadios iniciales de aprendizaje, así como para memorizar ciertos
sistemas léxicos básicos tales como los días de la semana y los colores. Esta técnica
puede, sin duda, rentabilizarse si enseñamos a los alumnos a organizar la
75
Una de las críticas que ha recibido la autorrepetición o aprendizaje de memoria reside en que sólo interviene
en esta técnica la memoria a corto plazo, pero no la memoria a largo plazo, necesaria para el mantenimiento de la
información.
76
Los diferentes experimentos evocados por Service (1994) y Singleton (1999) sobre la habilidad de alumnos en
tareas de repetición de palabras inexistentes en una LE subrayan la relación existente entre la codificación
fonológica y la memorización de lexemas en una lengua extranjera.
77
La lectura se acompaña automáticamente de una vocalización, en voz baja en el caso de los niños e
interiorizada en el caso del adulto. Esta última, denominada subvocalización o vocalización silenciosa, se realiza
de manera inconsciente (Lieury, 1997: 22).
617
información antes de aprenderla de memoria (Lieury, 1998: 101). Desde nuestro
punto de vista, la repetición debería ser revalorizada en el aprendizaje del
vocabulario del español como LE.
• El diccionario.
Otras investigaciones (Luppescu y Day, 1995; Knight, apud Harley et alii, 1996:
296) muestran igualmente que el uso del diccionario favorece el aprendizaje del
vocabulario de una LE, especialmente, en alumnos que poseen un bajo nivel de
competencia léxica. Dada la importancia capital del diccionario en el aprendizaje del
vocabulario, en el capítulo 3 de esta tercera parte indicaremos diversos ejercicios que
se pueden llevar a cabo con este instrumento. Como se advertirá en dicho capítulo,
algunos manuales de inglés LE publicados por la Oxford University Press (Explore 1)
y algunos de los más recientes publicados en España proponen el uso del diccionario
desde el nivel elemental en actividades diversas con el fin de facilitar la retención de
las unidades léxicas.
Can you name all the clothes you usually wear? If not, use a dictionary to help
you find the words you need (McCarthy y O’Dell, 1999: 66)
618
• Las tarjetas o fichas.
78
Una variante de éstas es el cuaderno de anillas (Gairns y Redman, 1996; Sökmen, 1997: 256).
79
Estas mismas informaciones pueden aparecer si el alumno utiliza una libreta de vocabulario para registrar las
palabras nuevas aprendidas. En dicho caso, se aconseja organizar alfabéticamente la libreta para localizar las
palabras de forma más rápida.
80
Redman y Ellis (apud McCarthy, 1990: 139) apuntan la necesidad de realizar ejercicios para enseñar a los
alumnos a anotar informaciones sobre las palabras aprendidas.
619
Una cara Otra cara
palabra LE dibujo
palabra LE ejemplo + traducción LM
palabra LE ejemplo + definición
palabra LE + dibujo traducción LM
palabra LE + ejemplo traducción LM
palabra LE + ejemplo definición en LM o en LE
palabra LE + ejemplo definición en LM o en LE + traducción
palabra LE + ejemplo + información adicional definición en LM o en LE + traducción
(pragmática, sociolingüística, fonética...)
palabra LE + ejemplo sinónimos, palabras de la misma familia,
ejemplos con diversas traduciones
a) Palabra
SPINACH
b) Definición
Dark green vegetable.
81
Consúltese en la sección de léxico de la página virtual Didactired del Instituto Cervantes las actividades sobre
ficheros con tarjetas (García Abia, 2001; Fernández Pinto, 2001):
http://cvc.cervantes.es/aula/didactiteca/apartados.asp#La%20gaveta
La actividad de Fernández Pinto (2001) parece un poco más compleja, puesto que la autora propone la
manipulación de cuatro cajas pequeñas (palabras nuevas, palabras que se están estudiando, palabras difíciles de
recordar y palabras ya conocidas). La autoevaluación realizada por parejas sobre las palabras acumuladas en los
ficheros resulta, no obstante, interesante.
82
Wokusch (1997: 55) considera que sólo las tarjetas o fichas elaboradas, es decir, aquéllas que contengan
diversas informaciones, serán realmente eficaces.
620
con las unidades léxicas nuevas que contengan una definición y frase que
contextualice cada término por detrás.
The very act of writing a word down often helps to fix in the memory, even if
only with regard to its spelling (McCarthy, 1990: 127)
• Listas de vocabulario.
Así pues, podemos ayudar a los alumnos a elaborar listas sobre diversos
fenómenos tales como los falsos amigos, los verbos usuales que diptongan, los
participios irregulares, los adjetivos –verbos o sustantivos- con sus antónimos
(Giovannini et alii, 1996 [II]: 60; Extra 1 cuaderno de ejercicios, 2002 21), los verbos
que exigen una preposición diferente en francés y en español, las colocaciones
621
sintagmáticas, los verbos que requieren preposición a con complemento directo de
persona, etc. Martínez (1997), por ejemplo, propone la creación de una minilista para
ir anotando los marcadores discursivos a medida que se van encontrando en
diferentes documentos. Herrenberger (1999 : 24) sugiere la elaboración de una lista
de cognados interlingüísticos. Las listas pueden referirse, asimismo, a diversos
campos semánticos (vocabulario de los alimentos, de la ciudad, del viaje, etc.) y
combinarse con otras técnicas ya mencionadas como la utilización de colores (cada
campo semántico o lista en un color diferente) (Gelabert, Bueso y Benítez, 2002: 56).
Cassany et alii (1994: 419) proponen incluso la elaboración de una lista personal con
palabras consideradas difíciles83 (véase el anexo 6).
83 En el caso del inglés LE, McCarthy y O’Dell (1999: 14, 20, 26, 44, 52) apuntan la creación de páginas
especiales para anotar expresiones con do, make, take (colocaciones sintagmáticas), para registrar los
denominados phrasal verbs o para registrar los verbos irregulares:
«Make a special page in your notebook. Write down any phrasal verbs you see or hear»
«When you learn a new irregular verb, add it to one of the groups of verbs on this page»
622
CAPÍTULO 2
LAS REVISIONES DEL
VOCABULARIO Y EL
FACTOR « REPETICIÓN ».
Los estudios sobre el aprendizaje de lenguas extranjeras tratan dos cuestiones
fundamentales acerca del factor “repetición” en la memorización del vocabulario:
The space between each repetition should become larger, with the initial
repetitions being closer together and the later repetitions much further apart [...] The
general principle which lies behind the spacing is that the older a piece of learning is,
the slower the forgetting (Nation, 2001: 77)
625
Sachant qu’un mot nouveau doit être vu de 6 à 10 fois avant d’être mémorisé,
cette technique préconise une révision des mots nouveaux à intervalles de durée
croissante: après 15 minutes, 3 heures, 2 jours, 3 jours et ainsi de suite (Tréville y
Duquette, 1996: 67)
626
estrategias de memorización del vocabulario con el fin de reforzar el efecto de éstas
(Oxford y Crookall, 1990: 24).
- qu’il vaut mieux travailler leurs leçons cinq minutes chaque jour de la semaine (soit
trente minutes au total) qu’une seule fois pendant une heure.
- qu’il vaut mieux revoir chez eux la même leçon qui leur paraît difficile cinq minutes
chaque semaine pendant six semaines consécutives, qu’une fois une heure la
première semaine
- et qu’il vaut même mieux relire vingt fois superficiellement la même leçon à des
jours différents, que l’étudier à fond un seul jour (Puren, 1990: 67-68)
2
Según Lieury (1992: 88), hay que favorecer el código semántico, ya que éste junto al código visual son los más
resistentes a largo plazo. Sin embargo, los códigos sensoriales son los más frágiles. A medio camino entre los
sensoriales y el semántico se hallaría el código léxico basado en significantes.
627
a) la presentación de actividades y documentos diversos con el fin de que el alumno
encuentre diversas exposiciones de la misma unidad léxica y la emplee en
diferentes contextos (Nation, 2001: 79),
b) la utilización de las unidades léxicas objeto de estudio en las cuatro destrezas
(comprensión y expresión escritas, comprensión y expresión orales),
c) multiplicar y extender temporalmente las ocasiones de repetición o revisión de
vocabulario en el aula3.
3
Las revisiones pueden realizarse oralmente o por escrito, a partir de un juego, de una lluvia de ideas, de un
dibujo, de una pregunta, de una serie de ejercicios, etc.
628
de mémoires, de l’apprentissage de l’orthographe à l’apprentissage d’un théorème
(Lieury, 1992: 65)
4
Opción 1 y 3, así como la opción 1, 3 y 4.
5
Los estudios de Gloria Matanzo Vicens en 1991 en Puerto Rico y de María Josefa Reyes en 1995 en Las
Palmas de Gran Canaria sobre el número de exposiciones necesarias para la retención de unidades léxicas del
español como lengua materna presentan una media de 8 exposiciones.
629
investigadores, apuntan que si bien los alumnos difieren en el número de
exposiciones requeridas para aprender el vocabulario, la mayoría necesitan de 5 a 7
repeticiones. También en los estudios de memorización de pares asociados ruso-
inglés de Crothers y Suppes (apud Nation, 2001: 298; Coady, 1995: 12), los alumnos
requerían por lo menos siete repeticiones.
Successful learning is a function of the type of attention given rather than the
sheer volume of repetition that occurs (Coady, 1995: 13)
6
Recuérdese el punto 2.7. de la I parte.
7
Según los estudios de Saragi, Nation y Meinster (apud Paribakht y Wesche, 1997: 176), hacen falta unas 10
exposiciones para que una unidad léxica sea aprendida de forma incidental, mediante la lectura. Cuanto más alto
sea el número de términos repetidos más de 5 veces en una lectura graduada, más fácil resultará ésta (Hatch y
Brown, 1995: 410).
8
El declinamiento natural de la memoria puede, sin embargo, frenarse si se recurre a técnicas de reactivación y
memorización.
9
Benítez Pérez reveló los resultados de su investigación en las I Jornadas sobre la enseñanza del español para
extranjeros (Universidad de Valencia, 1996).
630
una media de 6 exposiciones para retener el vocabulario. Para estos investigadores, la
motivación o necesidad de comunicarse que siente el alumno extranjero en un
contexto de aprendizaje natural o endolingüe podría explicar estos resultados.
Weltens y Grendel (1993: 145) también evocan la importancia del entorno lingüístico
del alumno11. Otros autores (Stevick, 2000; Weltens y Grendel, 1993; Bogaards, 1991:
14; Arnold, 2000; Cornaire, 2001b: 80) destacan la influencia de los factores afectivos
(el grado de motivación, la personalidad, la actitud, los intereses) en la memorización
del vocabulario y, en general, en el aprendizaje.
10
Este investigador seleccionó 30 palabras (de cuatro categorías gramaticales: adverbios, verbos, adjetivos y
sustantivos) de las cuales 20 pertenecían al vocabulario nuclear para el nivel básico, publicado por el Instituto
Cervantes. Las 10 palabras restantes se extrajeron del DRAE siendo de bajo uso e incluso desconocidas por
hablantes nativos del español.
11
Según Weltens y Grendel, los medios de comunicación en Holanda favorecen el contacto cotidiano con
diversas lenguas extranjeras, y por lo tanto, su aprendizaje.
631
632
CAPÍTULO 3
LOS EJERCICIOS EN LA
ENSEÑANZA/APRENDIZAJE
DEL VOCABULARIO.
3.1. La importancia de los ejercicios de vocabulario en contexto escolar.
Les exercices dans leur ensemble ont pour but de familiariser l’élève avec les
éléments à assimiler, de les leur faire mémoriser afin qu’ils s’automatisent dans toute
la mesure du possible; ils ont donc une fonction principale de fixation des
acquisitions (Bailly, 1998b: 104)
1
Otros investigadores también afirman que cada ejercicio presupone la asimilación de ciertos mecanismos o
conocimientos previos (Bogaards, 1994: 190).
2
Vigner (1990b: 145) señala que la función del didactólogo consiste en conocer los límites de realización del
ejercicio para no caer en la complejidad y no desbordar las capacidades de ejecución de la tarea por parte del
alumno.
3
En la revista Les langues modernes n° 4 (2001) se presenta un glosario donde se esboza una diferenciación. El
ejercicio es una tarea particular que presenta tres características principalmente:
- corresponde a una operación única o a varias operaciones definidas previamente con precisión (por ejemplo,
transformar, sustituir...),
- trata de uno o varios puntos definidos previamente con precisión (por ejemplo, utilizar la negación, expresar la
noción de concesión...) y,
635
específicos de vocabulario actúan como medios eficaces de memorización como se
deriva de numerosas experiencias (Cervero y Pichardo, 2000: 130; Lieury, 1997: 125;
Lieury y Forest, 1994: 126; Paribakht y Wesche, 1997)4. En efecto, se ha constatado
que el acto de escribir o copiar aumenta el recuerdo de la forma ortográfica de una
unidad léxica, ya que la escritura proporciona oportunidades de establecer vínculos
mentales (traces mnésiques) a partir de huellas tanto motoras como visuales (Thomas y
Dieter, 1987). La realización de ejercicios o actividades sobre el vocabulario de LE se
halla, pues, directamente relacionada, por una parte, con la memoria visual y
cinética, y por otra parte, con la revisión estructurada.
Recycling has to be consciously into any study program [...] This implies
developing a more structured way of presenting vocabulary that reintroduces words
repeatedly in classroom activities. Learning activities themselves need to be designed
to require multiple manipulations of word (Schmitt, 2000: 137)
636
On peut demander aux auteurs de méthodes de songer à cela: proposer un
matériel d’apprentissage, des tâches, des activités suffisamment diversifiés pour
préserver les stratégies individuelles et culturelles (Gaonac’h, 1990: 190)
There is no one way that is suitable to all learning styles, and that materials
need to attempt to present as diverse a range of exercice types as possible to
accommodate this plurality (Robinson, 1995: 245)
6
Imaginemos que tras haber trabajado un aspecto léxico tal como la pronunciación, ciertos alumnos siguen
teniendo problemas con sonido determinado. En este caso, dispondremos de ejercicios con esa dificultad
específica exclusivamente diseñados para dichos alumnos.
637
Es obvio, por consiguiente, que cuanto más diversificada, variada, sea la
enseñanza del español LE2 (los documentos presentados, las estrategias de
aprendizaje, los ejercicios, etc.) más se adaptará a la pluralidad de alumnos y más
probabilidades existirán de obtener buenos resultados. Esta adaptación constante y
en tiempo real a la pluralidad respondería verdaderamente a lo que se ha
denominado la enseñanza centrada en el alumno (véase 3.3., I parte):
De leur côté les élèves présentent une grande variété d’aptitudes et les moyens
d’influencer leur mémoire et d’exercer leur intelligence sont multiples. Plus donc une
méthode est variée et plus elle a de chances de produire de bons résultats (Closset,
apud Puren, 1991: 43)
638
espacios en blanco, de verdadero/falso, de respuesta múltiple...) y los semiguiados
(de reformulación, de expansión...). Por su función, los ejercicios se pueden subdividr
a su vez según la destreza trabajada (comprensión oral/escrita o expresión
oral/escrita) o según la fase de explotación didáctica (ejercicios vinculados a etapas
precoces, a la fase de reempleo/explotación, a la fase de fijación o a la fase de
evaluación). Vigner (1990b: 136) clasifica las actividades según su dimensión
funcional o formal. Según Richards y Lockhart (1998: 150-152), a pesar del enfoque
adoptado o metodología, existe una serie de actividades recurrentes en la enseñanza
de inglés lengua extranjera tales como las actividades de presentación, de práctica, de
memorización, de comprensión, de aplicación, de estrategias, afectivas, de reacción o
respuesta y de evaluación. En la detallada tipología de Dalgalian et alii (1981: 64-74)
se distinguen cinco tipos de actividades intelectuales (reproducción,
conceptualización, aplicación, movilización y resolución de problemas nuevos) todas
ellas actualizables en comportamientos observables7.
Une typologie des activités d’apprentissage, quelle qu’elle soit, doit servir non
pas à redéfinir une nouvelle fois a priori les stratégies d’enseignement, mais à
modifier le rapport de forces entre enseignement et apprentissage au profit de ce
dernier (Puren, 1990: 61, n. 4)
7
Por ejemplo, la conceptualización comprende comportamientos tales como reconocer, nombrar o elegir las
unidades léxicas que pertenecen a un paradigma léxico.
639
efecto, los conceptores de este método presentan en cada unidad didáctica una
página con ejercicios para la fijación del vocabulario (véase el anexo 7):
Il vaut lieux passer à une situation voisine mais non identique ou opposée –
situation de réemploi – qui permetra de retrouver sous une autre forme et dans une
situation différente la difficulté en question (I.O., 1999: 192)
Il doit être clair que les apports nouveaux ne seront pas fixés immédiatement:
seul leur réemploi dans des contextes voisins mais non identiques peut contribuer à
leur acquisition (I.O., 1999: 213)
8
Ese 43% lo constituyen los informantes 1, 6, 9, 10, 12, 15, 16, 22, 23, 27, 30, 31, 35, 38, 41, 43, 46, 49, 50, 51,
54, 56, 57, 58, 59, 60.
640
La mise en œuvre de cette méthode se fait dans la “conversation” sur le texte,
pendant laquelle les élèves, guidés par les questions professorales, sont amenés à
réutiliser d’emblée ses structures et son vocabulaire pour leur commentaire
personnel, c’est-à-dire pour la production d’un nouveau message (RE-
PRODUCTION) (Puren, 1990: 68)
[...] completar dibujos o frases, relacionar con otra palabra, buscar el intruso, usarlo
en clase con otros alumnos en una estructura gramatical que les doy, jugando.
[...] [encuestado 7]
[...] buscar y subrayar un intruso en una lista de palabras, dar una frase en
desorden y pedir que la reconstruyan [encuestado 36]
lo estudiamos y lo descubrimos a través del estudio de textos del libro elegidos por
mí misma [encuestado 59]
9
Sólo un 18% se refiere a la práctica de ejercicios específicos: 3, 7, 18, 19, 25, 28, 29, 32, 36, 45, 61.
10
40.a) ¿Qué técnicas, tipo de ejercicios, etc. utiliza para enseñar o presentar el vocabulario nuevo?
40.b) ¿Qué técnicas, tipo de ejercicios, etc. utiliza para reforzar el vocabulario que ya conocen sus
alumnos?
641
3.3.1. Actividades para trabajar el vocabulario a nivel fonético-fonológico.
11
A modo de sugerencia, Cassany et alii indican que cuando una palabra presenta dificultades de pronunciación,
el profesor puede repetirla de manera muy clara, exagerando y alargando los sonidos más difíciles. Asimismo
debe hacerla repetir a diversos alumnos individualmente.
12
Para Buyse (1998: 75), el alumno sentirá más confianza en sí mismo si adquiere una buena pronunciación.
Para ello, es fundamental trabajar la LE de forma agradable mediante el aprendizaje de trabalenguas, rimas,
refranes populares, adivinanzas, poemas y canciones. Según este autor, cuanto más agradable sea la actividad,
mejor se retendrá el vocabulario trabajado. Especialmente, los poemas y las adivinanzas ayudarán a mejorar las
capacidades memorísticas. Véase Giovannini et alii (1996 [II]: Cap. IV «Fonética»).
13
Véase el capítulo 4 de la II parte.
642
3.3.2. Actividades para trabajar el vocabulario a nivel ortográfico14.
➪ El profesor distribuye un texto con espacios en blanco que los alumnos tienen que
completar mientras escuchan el dictado del profesor.
➪ Se distribuye un texto en el que ciertas palabras se han substituido por dibujos que
representan el significado, el alumno ha de sustituir las imágenes por los vocablos a
partir de un dictado realizado con magnetófono.
➪ Entre los dictados de repaso, Tena se refiere a la mostración de láminas o
transparencias con palabras. Los alumnos las observan durante unos instantes. Una
vez que éstas se retiran, los alumnos deben recordarlas y escribirlas. El mismo
ejercicio se puede realizar con enunciados.
➪ El profesor escribe en la pizarra una serie de palabras que desea fijar y que los
alumnos utilizarán para construir una historia. Un alumno escoge un término y dicta
con él a los demás el inicio de un relato imaginario. Un segundo alumno lo continúa
con otro vocablo y así sucesivamente hasta que se utilicen todas las palabras.
Mediante este dictado creativo, se focaliza la atención del alumno en el vocabulario
de forma contextualizada15.
➪ Otro tipo consiste en dictar palabras, por ejemplo, que contienen la letra jota y ge,
las cuales el alumno deberá clasificar en un cuadro. Este ejercicio se realizará con
pares de sonidos que presenten dificultades (la ere y la erre, etc.). Estos dictados con
parrilla o cuadro pueden efectuarse con verbos. Así pues, el profesor puede dictar
verbos usuales que el alumno deberá clasificar en el cuadro según la persona
gramatical (Badía y Vila, 1997: 57, 60).
14
Para tener en cuenta las normas sobre las que debemos insistir y para la preparación de ejercicios, consúltense
diversas publicaciones referentes a la ortografía española:
Suazo Pacual, Guillermo (1995), Ortografía práctica, Madrid, Edaf.
Hernández, Guillermo (1994), Ortografía básica, Madrid, SGEL (8ª edición).
Alvar Ezquerra, Manuel y Medina Guerra, Antonia María (1995), Manual de ortografía de la lengua española,
Barcelona, Vox/Bibliograf.
Cruz Rodríguez, Teodoro (1991), Stop a sus faltas de ortografía, Madrid, Editorial Síntesis (2ª reimpresión).
15
Véase el Dictado-redacción colectivo en Cassany et alii (1994: 425).
643
➪ Se puede entregar a los alumnos un texto sin signos de puntuación para que ellos
los coloquen durante el dictado. De esta manera, se trabajará la entonación y la
puntuación.
➪ Dictado por parejas. Cada alumno tiene una hoja con fragmentos del dictado y con
vacíos intercalados. Mientras que el alumno A posee los vacíos que le faltan a su
compañero (alumno B), éste último posee el texto complementario, es decir, los
espacios en blanco de A. En este tipo de dictados, el alumno no sólo transcribe el
dictado (comprensión escrita), sino que puede ejercitar la lectura en voz alta y la
pronunciación (expresión escrita)16.
➪ Dictado memorístico. Los alumnos leen un dictado propuesto por el profesor e
intentan memorizar las palabras difíciles. Transcurrido un breve espacio de tiempo,
los alumnos doblan la hoja de manera que no puedan leerlo y escriben en la mitad
inferior. El profesor dicta el texto y se procede a una autocorrección desdoblando la
hoja y mirando la parte superior que contiene la solución.
➪ Dictado telegráfico. El profesor sólo dicta las palabras llenas (nombres, verbos,
adjetivos), pero sin realizar la flexión morfológica en los verbos. El alumno restituye
todo lo que falta (preposiciones, artículos, morfemas...) y conjuga los verbos.
➪ Concursos de dictado. Por parejas, el alumno A elige 25 palabras usuales con un
problema específico (por ejemplo, palabras con ve y be) con ayuda del diccionario y
se las dicta al alumno B. Este último realiza la misma acción con el alumno A. El
ganador de cada pareja se enfrenta con el ganador de otra pareja organizando así un
campeonato hasta que quede un solo ganador de la B/V. Podemos organizar tantos
campeonatos como problemas específicos existan: r/rr, z/c, h/o, c/q, g/j, g/gu.
Como apuntan Cassany et alii (1994: 428) resulta recomendable variar el tipo
de dictado y dar al alumno un papel activo. En este sentido, además de escuchar y
transcribir, los alumnos pueden encargarse de seleccionar textos para dictar,
dictarlos, corregirlos, transformar los textos dictados, etc.
Este tipo de actividades suelen ser las más comunes en los manuales de LE. En
este apartado debemos incluir aquellos ejercicios léxico-gramaticales referidos a
unidades léxicas con un alto índice de uso en la lengua (véase 2.6., I parte). Según
Taylor (1990: 51), las actividades sobre la identificación de clases o categorías de
palabras también formarían parte de este grupo. En lo que se refiere a los ejercicios
de derivación, Corda y Marello (1999: 130) los dividen fundamentalmente en dos
categorías:
16
Cf. las actividades globalizadoras en este capítulo.
644
a) de reconocimiento (encontrar la palabra base analizando la derivada, distinguir
entre una serie de palabras cuáles son o no derivadas, etc.) y,
b) de producción (construir palabras derivadas a partir de la base, producir palabras
derivadas a partir de un sufijo o prefijo determinado previamente, relacionar prefijos
con raíces para formar derivados, etc.).
17
Remitimos al lector al anexo 8 donde presentamos diversos ejercicios sobre los campos semánticos y la
antonimia. Véanse asimismo los ejercicios sobre la adquisición de hiperónimos frecuentes.
18
Véase el capítulo 2 de la II parte.
645
• Determinar las unidades léxicas que corresponden a las definiciones o imágenes
presentadas.
• Decir el sinónimo o antónimo de una palabra según el contexto.
• Determinar el hiperónimo de una palabra determinada.
« Compara con el abecedario de tu idioma: ¿Qué letras del alfabeto español no hay en él?
Anótalas » (pag. 18)20
« Esta forma verbal (condicional) se usa en español para pedir o solicitar algo cortésmente
(por ejemplo, al comprar). ¿Cómo se dice en tu idioma? Compáralo con el español. » (pag.
89)
19
Véanse las páginas 18, 23, 24, 45, 67, 68, 77, 89, 92, 102, 106 del manual Cumbre 1.
20
Hallamos ejercicios similares en Ele (p.9) y en Chicos, Chicas (pag. 10).
646
3.3.6. Actividades para trabajar el vocabulario a nivel cultural21.
21
Como se observa en las respuestas a la pregunta 31 del cuestionario, son muchos los aspectos relativos a la
cultura española que pueden presentar un interés especial en el aula de nivel elemental. Por orden decreciente de
preferencias encontramos: las rutinas conversacionales, las costumbres navideñas, los horarios, las comidas
típicas, los tipos de nombres y apellidos de chicos/as españoles y los monumentos más relevantes. Otros aspectos
propuestos en la pregunta tales como la Once, el Telediario, el Gordo, la tuna interesan a ciertos docentes, pero
no parecen tan relevantes. Asimismo, en el apartado de observaciones, los docentes encuestados proponen otros
aspectos culturales tales como la geografía, la afición por el fútbol, las fiestas, la familia real, la autonomía, la
historia, los toros y los grandes pintores entre otros.
22
Véase en Cervero y Pichardo (2000: 144) una presentación de actividades relacionadas con las mencionadas
competencias.
647
3.3.8. Actividades para trabajar la comprensión oral.
23
He aquí los enunciados más frecuentes sobre el trabajo de esta destreza extraídos de diversos manuales:
«Escucha y subraya (ordena, etc.) lo que oigas»
«Escucha y di si es verdadero o falso»
«Escucha y escribe las palabras que faltan»
«Escucha el/los siguiente/s diálogo/s y completa el cuadro»
«Escucha esta canción (descripción, conversación, etc.) y decide a cuál de estos dibujos se refiere»
24
En Littlewood (1996: 68-69) se hallarán numerosas actividades de este tipo.
648
♦ seguir las instrucciones de una grabación (por ejemplo, seguir un camino en un
mapa, completar un dibujo, etc.) (actividades de transferencia),
♦ adivinar información a partir de los datos ofrecidos por una audición (actividades
de predicción o inferencia),
♦ escuchar y comparar diversos minidiálogos grabados e identificar, por ejemplo, si
todos los personajes tienen la misma opinión, dónde se utiliza un vocabulario formal
o coloquial, etc.
649
dramatizar una escena en una tienda, etc.), los diálogos dirigidos (o con pautas), los
estímulos visuales (fotos, dibujos...), las encuestas o cuestionarios entre alumnos, las
actividades para dar instrucciones, los torbellinos de ideas28, los ejercicios de
repetición (oral drills), diferentes tipos de juegos (por ejemplo, el juego de los dibujos
con diferencias), etc.29. Entre las diversas consignas apuntadas por Pendanx para
favorecer la expresión oral en el aula, el autor se refiere a la utilización de la situación
de aprendizaje –la clase- como situación de comunicación30, así como la creación de
reflejos o automatismos en producción oral con el fin de dar prioridad al sentido31.
28
Cf. en Cassany et alii (1994: 169) algunos ejercicios de torbellino de ideas: hacer asociaciones libres con una
palabra, construir un retrato a partir de una foto, un dibujo, etc. Para potenciar la tormenta de ideas se pueden
utilizar técnicas específicas (¿quién/qué/cuándo/cómo/dónde?, mapas asociativos, palabras clave, dibujos, etc.).
29
Vázquez (2000: 73-74) indica cuatro niveles: actividades que preparan a hablar (de tipo imitativo, sobre
fonética, la entonación, etc.), ejercicios que construyen el habla, que estructuran el habla y que simulan la
comunicación. Teniendo en cuenta el factor progresión, la misma autora destaca las actividades de reproducción,
las de reproducción-producción y las de producción (ibidem, pp.66-74).
30
Cf. el capítulo 3 de la II parte.
31
Cf. Pendanx (1998: 117) la actividad « Hacer producir enunciados a partir de una situación particular »: Que
dire ou demander dans les situations suivantes?
- Vous voulez demander votre chemin
- Vous voulez savoir le prix d’un article
- Dans un café vous ne savez pas où sont les toilettes
- Vous cherchez une pharmarcie ou le bureau de tourisme
32
Según las respuestas a la pregunta 54 del cuestionario, se atribuye una mayor atención a las descripciones y a
las intervenciones en clase. Los intercambios orales se practican predominantemente en 4ème. En el apartado de
observaciones, los encuestados destacan la actividad de comentario sobre documentos diversos (texto, foto,
pintura, anuncio publicitario, etc.), así como la expresión de la opinión sobre dichos documentos (23, 25, 29, 32,
36, 37, 39, 41, 45).
33
Gelabert, Bueso y Benítez (2002: 37) indican que en niveles bajos hay que comenzar generalmente con temas
muy concretos tales como la clase, la familia, los amigos, la ciudad y en niveles más altos se trabajará con temas
de actualidad. Para un estudio más detallado de las actividades referentes a la expresión oral, consúltese el
monográfico El desarrollo de la expresión oral en el aula E/LE (2000), n° 47 de la revista Carabela.
650
3.3.10. Actividades para trabajar la comprensión escrita.
Entre las actividades propuestas por los diferentes investigadores que tratan
esta destreza (Cortés Moreno, 2000: 139-140; Giovannini et alii, 1996: cap. 2 [III];
García Hernández, 1990b: 87-104; Guerrini, 1990: 338-443; Ballester Bielsa, 2000;
Cassany et alii, 1994: 193-256; Gelabert, Bueso y Benítez, 2002: 24-34) hallamos:
34
En el apartado 2.6.(I parte) enumeramos las estrategias de inferencia del vocabulario en un texto o de
comprensión lectora que debemos desarrollar en el aula. Para un estudio más pormenorizado de las actividades
referidas a esta destreza, consúltese el monográfico La comprensión lectora en el aula E/LE (2000), n° 48 de la
revista Carabela.
651
(copiar palabras, frases, usar las convenciones de puntuación adecuadas), actividades
para trabajar la coherencia (reorganizar frases en desorden), actividades para trabajar
la cohesión (sustituir palabras repetidas, completar un texto al que le faltan los
determinantes, elegir el marcador discursivo adecuado), actividades para organizar y
desarrollar el contenido (completar la descripción de una persona u objeto),
actividades para desarrollar los esquemas funcionales y de uso (reconocer el modelo
de una carta, por ejemplo, de felicitación y escribirla), actividades de revisión (los
alumnos se intercambian sus escritos y se corrigen entre ellos), etc.35.
35
Para un estudio más profundo de esta destreza, consúltese el monográfico La expresión escrita en el aula E/LE
(1999), n° 46 de la revista Carabela.
36
Los tipos discursivos más practicados son los siguientes (pregunta 52):
4ème 3ème
Tarjeta postal 62 % 28 %
Carta 52 % 57 %
Breve autobiografía 47 % 43 %
Impresos 29 % 29 %
652
comprensión y expresión orales. Algunos investigadores apuntan, asimismo, que las
actividades en parejas tales como las que presentan vacíos informativos, donde se
establece un intercambio comunicativo, no sólo resultan más motivantes que las
individuales, sino que ayudan a memorizar el vocabulario (Guisset, 1992; Nation,
1993: 121). Algunos de los más recientes manuales de ELE, así como el libro de
actividades Dual. Pretextos para hablar (1998) de Ma. Ángeles Palomino, incluyen este
tipo de actividades interactivas. Estos ejercicios crean en el alumno la necesidad de
buscar una información que sólo se puede conseguir hablando o preguntando al
compañero, y por lo tanto, practicando unas estructuras y un vocabulario
determinados relacionados con el dibujo o documento. Cada miembro de la pareja
posee una información que le falta al compañero y entre los dos poseen toda la
información y la solución del ejercicio. Una de las actividades sobre vacíos
informativos más practicadas en los manuales consultados y en las publicaciones
sobre los juegos en el aula de español LE es la del itinerario (Bello, 1990: 156 “Dar
direcciones”; Bensoussan y Le Bigot, 1989: 88-89, “El itinerario secreto”). El objetivo
de esta actividad reside en adquirir el vocabulario para comprender las instrucciones
de un itinerario y, saber orientarse en una ciudad (cruzar la calle, seguir todo recto, girar
a la derecha/a la izquierda...). Para realizar esta actividad lúdica, los alumnos trabajan
en parejas y se les distribuyen fotocopias de planos casi idénticos o complementarios
con el nombre de calles y edificios públicos. El alumno A tiene que guiar con sus
explicaciones o instrucciones al alumno B, para que éste llegue hasta el lugar que
desea y viceversa (véanse en el anexo 8 algunos ejercicios de este tipo).
37
Esta infrautilización del diccionario en el aula de lenguas extranjeras se explicaría por la cantidad de tiempo
que exige cada consulta y por considerar el diccionario como un instrumento complejo, ya que previamente a su
uso el alumno debe conocer el sistema de codificación de la información (símbolos, abreviaturas, etc.).
653
como lo muestran ciertas publicaciones tales como El diccionario en la enseñanza del
español (1999) de Josefa Martín García o los artículos y capítulos en obras sobre el
aprendizaje del vocabulario (Cassany et alii, 1994: 391-392; Taylor, 1990: 69; Prado,
1996; Cervero y Pichardo, 2000: 121-128; Bogaards, 1994; Corda y Marello, 1999: cap.
3; Pérez Basanta, 1999: 293; Gelabert, Bueso y Benítez, 2002: 54-55). Algunos
investigadores (Luppescu y Day, 1995) han demostrado que los ejercicios para
familiarizar a los alumnos con el uso del diccionario poseen un efecto benéfico sobre
el almacenamiento y retención del vocabulario. Conviene señalar igualmente que el
uso de este instrumento no sólo favorece el enriquecimiento de la competencia léxica,
sino que también potencia la autonomía del alumno en su propio proceso de
aprendizaje (Martín García, 1999: 18; Taylor, 1990: 69).
Las actividades con diccionario deberían, por otra parte, mostrar los diversos
conocimientos que estos instrumentos nos ofrecen para aprender la LE. Desde esta
perspectiva, debemos destacar que aunque el diccionario sirve comúnmente para
conocer el significado de una unidad léxica, puede asimismo ayudar al alumno a
aprender la ortografía, el género, las familias de palabras, los falsos amigos, etc.39. La
bibliografía sobre este tema distingue las actividades de familiarización con la
organización interna del diccionario (abreviaturas, símbolos, informaciones
ofrecidas,...) y las actividades para una búsqueda rápida de cualquier información.
Así pues, antes de realizar las consultas propiamente relativas al conocimiento léxico,
el alumno debe familiarizarse con tres tipos de información referentes a la
organización interna del diccionario (Prado, 1996; Corda y Marello, 1999: 84-85;
Martín García, 1999):
38
En este sentido, algunos manuales de español LE concebidos en España (Cumbre 1, ELE 1, Sueña 1) o
cuadernos de ejercicios (Benítez et alii, 1998) introducen ejercicios de vocabulario con diccionario, pero suelen
ser escasos -apenas dos o tres en todo el manual-, lo cual parece insuficiente para que el alumno adquiera dicha
estrategia de aprendizaje.
39
Martín García (1999: 65) especifica que las actividades orientadas hacia la ortografía, pronunciación y flexión
pueden realizarse en cualquier nivel, la información sobre las palabras derivadas y sobre el contexto sintáctico-
semántico es más apropiada a partir del nivel intermedio.
654
a) Ordenar las palabras alfabéticamente.
Las primeras actividades deben centrarse en el dominio del orden alfabético.
Por lo tanto, presentaremos a los alumnos series de palabras que ordenarán
alfabéticamente. Este tipo de ejercicios, como indica Cassany et alii (1994: 391), resulta
muy rentable en el nivel inicial. Además de aprender el alfabeto español,
favoreceremos a la larga la agilización de las consultas en diccionario y
aumentaremos así la disposición de los alumnos hacia su uso (véanse en el anexo 8
algunos ejemplos de ejercicios).
40
La consigna de tal ejercicio podría ser la siguiente: «¿Qué informaciones nos dan los siguientes diccionarios?»
655
c) morfología (género, número, prefijos, sufijos, familias de palabras..),
d) combinaciones sintagmáticas,
e) significado (campos semánticos, antónimos, etc.).
Comme la poésie, par son organisation strophique, ses refrains, ses rimes et
son rythme, la chanson semble particulièrement bien convenir aux niveaux débutant
et intermédiaire et plus apte au réemploi de certains éléments d’acquisition que
d’autres supports oraux et sonores (Cuq y Gruca, 2002: 396)
41
La música, así como la televisión, constituyen elementos del entorno cotidiano, familiar del alumno (Mata
Barreiro, 1990: 159).
42
La memorización del vocabulario por medio de canciones afecta tanto a la memoria auditiva como a la visual,
ya que en numerosas de las actividades propuestas a partir de canciones el alumno dispone de la letra de la
canción (o parte de ésta).
43
Coronado y García (1994: 231) advierten que muchas canciones –así como ciertos poemas- presentan una
estructura sintáctica que se reitera con variantes léxicas. Por ejemplo, en la canción de Luz Casal «No me
importa nada», se repite la estructura sintáctica «No me importa nada + que + subjuntivo» (rías, sueñes, digas,
hagas, tomes, dejes, vengas, vayas, subas, bajes, entres, salgas...). En la canción del grupo Manu Chao «Me
gustas tú» se repite a lo largo de toda la canción la estructura «Me gusta» junto a una gran diversidad de
sustantivos y de verbos (los aviones, viajar, la mañana, el viento, soñar, la mar, la lluvia, la montaña, la noche,
el fuego...). Este tipo de canciones se caracterizan por ser textos abiertos, con lo cual se ofrece al alumno la
posibilidad de buscar otras palabras e inventar posibles versos. Desde esta perspectiva, las canciones sirven no
solamente para aprender vocabulario nuevo, sino también para ampliarlo y repasar el que ya conocen los
alumnos.
656
a) Se trata de documentos auténticos breves, con lo cual su tratamiento y
aprovechamiento didáctico resulta fácil (Santos Asensi, 1997).
b) Las canciones hacen intervenir los factores afectivos en el aprendizaje. Mediante
éstas, se consigue una predisposición psicológica y sensorial44 diferente de la que
suscita la lectura (Jiménez, Martín y Puigdevall, 1999: 129). La canción relaja,
divierte, es un factor de integración. Se trata de un material desinhibitorio,
desbloquea miedos y tensiones (Coronado y García, 1994: 227). La canción resulta,
por consiguiente, un instrumento motivador y útil en el aula, capaz de despertar
el interés del alumno y de catalizar su atención en actividades posteriores (Santos
Asensi, 1997). En este sentido, Cassany et alii (1994: 126) avanzan que la canción
resulta un estímulo pertinente para la expresión y la creatividad.
c) Este tipo de documentos es útil para desarrollar la comprensión auditiva en las
clases de E/LE, pero también se destaca por su valor lingüístico, poético y como
fuente importante de información cultural (Abio y Barandela, 2001; Cortés
Moreno, 2000: 178; Jiménez, Martín y Puigdevall, 1999: 132).
44
Como dato puramente anecdótico señalaremos que los alumnos sometidos a la sugestopedia o ciencia de la
sugestión aplicada a la enseñanza de lenguas extranjeras por Lozanov hacia 1965 alcanzaban una gran capacidad
memorística debido a las condiciones físico-ambientales utilizadas. Uno de los elementos más destacables de
esta metodología consistía en el aprendizaje con música, con el fin de que la información lingüística se asimilara
de forma inconsciente. Véase Gold (1985) para actividades y juegos en esta metodología.
45
Algunas editoriales españolas, así como algunos métodos de español para extranjeros elaborados en España
han comprendido la utilidad de la canción como motor de aprendizaje. La editorial Difusión ha publicado Gente
que canta. Canciones para estudiantes de español, y por su parte, la editorial Edinumen ha publicado el soporte
multimedia Canciones para aprender en español. Por otra parte, el manual Trotamundos 2 para niños incluye
hasta 13 canciones en un nivel, lo cual da buena cuenta del poder motivador de dicho documento. Aunque las
canciones utilizadas en el aula deben estar adaptadas a la maduración psicológica de los alumnos, algunas de las
canciones incluidas en este último manual podrían trabajarse asimismo con jóvenes adolescentes (Guantanamera,
Caminito, Cielito Lindo, María de R. Martin), mientras que otras parecen más adaptadas para niños (« Veo,
veo », « El patio de mi casa »). También es importante el número de canciones presentadas en el manual para
niños Pasacalle 1 y Entre amigos 1, en las cuales hallamos algunas canciones tradicionales aprovechables para
adolescentes de nivel elemental (« ¿Dónde están las llaves? », « Tengo, tengo, tengo »).
46
Un 13% afirma, sin embargo, no utilizarlas nunca y un 8% indica que utiliza las canciones, pero no menciona
ningún ejemplo.
47
Véanse las preguntas 44 (informantes 4, 12, 23, 29, 33, 36, 41, 50, 58), pregunta 18 (informantes 8, 28, 56), la
pregunta 21 (3, 18, 19, 28, 33, 45, 49, 50, 56, 61) y la 39 (22, 49, 50).
657
realicen ejercicios diversos (verdad/mentira, de opción múltiple, de ordenar frases,
párrafos, etc.). Según los profesores encuestados, las canciones sirven para reforzar
un tema estudiado (de vocabulario, una estructura, etc.) tal como afirman los
encuestados 2 y 53, así como para introducir valores culturales (villancicos, canciones
de la tuna, canciones populares). Los profesores suelen utilizar las canciones de
grupos y cantantes tan conocidos como Quilapayún, Mercedes Sosa, Soledad Bravo o
Atahualpa Yupanki para descubrir las culturas latinoamericanas (encuestados 48 y
53). Entre las canciones mencionadas para reforzar aspectos lingüísticos se apunta
«Piensa en mí» de Luz Casal (diptongación, cambio de preposición verbal) y
«Duerme negrito» de Atahualpa Yupanqui (diptongación).
Sin embargo, para Mata Barreiro (1990: 163), hay que seleccionar canciones
que presenten aspectos atractivos o una letra capaz de implicar y hacer reaccionar al
alumno. En este sentido, tanto la canción como las actividades propuestas deben
despertar el interés del alumno con el fin de que éstas se conviertan en motor de
aprendizaje48. Como se desprende de la encuesta, existen asimismo canciones,
cantantes o grupos que parecen no pasar nunca de moda en las clases de español.
Este es el caso de las canciones de Mecano, de los poemas puestos en música por
Paco Ibáñez o de la canción «Por qué te vas» de Jeannette. La explotación de las
canciones depende, según los encuestados, de otros factores como el tipo de clase o
motivación de los alumnos, las demandas de éstos (informante 37) y el momento del
año (informante 53). En este último caso, la Navidad se aprovecha para la
introducción de villancicos en el aula.
48
Muchos profesores seleccionan canciones de moda o actualidad (6, 8, 25, 27, 37, 48, 53, 56, 59). Los
encuestados evocan algunas canciones de moda de las que se sirven en sus clases: Manu Chao («Desaparecido»,
«Clandestino») o la canción de Nathalie Cardona «Hasta siempre» (conocida como la canción del comandante
Che). Otros cantantes modernos o de moda trabajados son Ricky Martin y Alejandro Sanz.
49
Mata Barreiro (1990: 164) apunta que debemos adaptar nuestras estrategias al grado de dificultades de la
canción y al nivel de competencia lingüística de los alumnos. Cuanto mayores sean las dificultades de una
canción y menor la competencia lingüística de los alumnos, mayor importancia deberemos conceder a las
actividades previas. Por otra parte, con el fin de evitar la tendencia a la evasión, el profesor debe proponer a los
alumnos tareas o actividades para desarrollar en el momento de la audición.
50
La página virtual del Instituto Cervantes DidactiRed (http://cvc.cervantes.es/aula/didactiteca/apartados.asp)
también presenta algunas actividades con canciones como «Mi canción favorita» de Quiñones Calonge
(29/V/2000) y «Una foto y una canción» de Rodrigo Somolinos (20/III/2000). En esta última actividad el
profesor reparte una fotocopia con las fotos desordenadas de los diferentes sustantivos mencionados en la
canción de Mecano Sólo soy una persona (un pez, una moto, una foto, un árbol de Navidad, una flor, una rata,
una lata, un hombre, una mujer) y se le pide al alumno que coloque las fotos en el mismo orden en el que
aparecen en la canción mientras la escucha. En lugar de fotografías se pueden entregar fragmentos o estrofas
para que los ordenen. Véase asimismo la actividad sobre la descripción física realizada en el nivel básico a partir
de la canción La Flaca del grupo musical Jarabe de Palo (Abio y Barandela, 2001).
658
canciones, según se utilicen como piezas centrales de la comunicación o para reforzar
distintos aspectos del proceso de adquisición lingüística o cultural:
659
mercado de algunos CDRoms con ejercicios de vocabulario. Estos instrumentos
permiten al alumno verificar rápidamente si su respuesta es correcta o equivocada.
Mediante el ordenador, el alumno puede realizar así pues diversos tipos de ejercicios
de forma autónoma:
54
Este CDRom trabaja las 4.500 formas léxicas más frecuentes del Corpus Cumbre.
55
Algunas de las publicaciones referentes al aprendizaje del español LE u otras lenguas extranjeras mediante
juegos son:
♦ De Santiago Guervós Javier y Fernández González Jesús (1997), Apender español jugando, Madrid, Huerga
y Fierro.
♦ Iglesias Casal Isabel y Prieto Grande María (1998), ¡Hagan juego!, Madrid, Edinumen.
♦ Dorrego Luis y Ortega Milagros (1997), Técnicas dramáticas para la enseñanza del español, Alcalá,
Universidad de Alcalá.
♦ Palomino M. Ángeles (1998), Dual, pretextos para hablar, Madrid, Edelsa.
♦ Palomino M. Ángeles (2000), Tapas de juegos,Paris, Ellipses junior.
♦ Bensoussan Albert et Le Bigot Claude (1989), Jugar para aprender español, Rennes, Presses Universitaires
de Rennes-2 et Laboratoire de Didactique.
♦ Prange Lisa y Pichardo Castro Francisca (1997), Por turnos. Actividades para aprender español jugando,
Madrid, Santillana.
♦ Weiss François (1983), Jeux et activités communicatives dans la classe de langue, Paris, Hachette.
Existen igualmente capítulos de libros o artículos referidos a los juegos, tanto desde una pespectiva teórica
como lúdica tales como Moreno (1996), Cortés Moreno (2000: Cap. 49), Pagès Margalef y Sánchez Riesco
(1996), Mengod (2002), Bello (1990), Nuessel (1994), Gairns y Redman (1996: cap. 11), Wallace (1984: cap. 7),
Cervero y Pichardo (2000: 156-167), Corda y Marello (1999: 150-157), Cassany et alii (1994: 389-392), Weiss
660
(Bello, 1990: 136; Décuré, 1994: 19). Diferentes investigadores se refieren a la
incidencia positiva de los juegos en el aprendizaje de una LE tanto con jóvenes
adultos, como con niños o adolescentes. Según los sondeos de Sánchez Pérez (1993:
114), los alumnos entrevistados (jóvenes adultos) consideraban más motivadoras
aquellas actividades de carácter lúdico, de simulación, o donde existía un
intercambio de información56. Girard (1995: 27) se refiere asimismo al carácter lúdico
que debe caracterizar la mayoría de actividades de lengua extranjera con alumnos de
8 a 12 años (canciones, juegos, etc.) con el fin de despertar y mantener su motivación.
Como apunta Robert (2002: 92), el juego forma parte tanto de la vida de los niños
como de la de los adolescentes y adultos. Si bien favorece la socialización de los
primeros, en los segundos crea una ruptura con la vida cotidiana.
Juego Encuestados
Crucigramas 7, 17, 20, 22, 24, 25, 28, 31, 32, 33, 35, 37, 38, 40, 45, 46, 47, 58, 61
Sopa de letras 7, 11, 19, 20, 22, 24, 25, 29, 37, 38, 40, 46, 54
Adivinanzas 11, 15, 20, 25, 31, 33, 40, 46
Bingo 16, 28, 33, 49, 52
Ahorcado 15, 17, 20, 54,
Paco dice... 16, 39, 49
Juego de la oca 33, 35
Diferencias 33, 45
Siete familias 32, 33
Palabra Intrusa 45
Trivial 16
Reorganizar la frase 45
Letras dadas en desorden 46
Pictionnary 47
Tests divertidos 59
(1983). Algunas páginas electrónicas también presentan juegos para la enseñanza del español LE: la del Instituto
Cervantes http://cvc.cervantes.es/aula/pasatiempos y http://www.adesasoc.com/didac/did.html.
56
Cfr. la lista de rasgos propuesta por Sánchez Pérez (1993: 117-125) para valorar el grado de motivación que
despertará una actividad.
661
para trabajar el vocabulario tengo pósteres que permiten pegar las palabras
correctas sobre el elemento correcto. Cada uno pasa por su turno, el que se
equivoca paga una prenda...
57
La publicación de Jeu, langage et créativité (1991) de Jean-Marc Caré y Francis Debyser ha mostrado que el
juego puede ponerse al servicio del aprendizaje de lenguas.
662
Algunos experimentos han puesto en evidencia asimismo los efectos del
humor o del ambiente en el que se efectúa una actividad sobre la memorización
(Lapp, 1989: 101). En definitiva, el juego se halla vinculado a los factores emocionales
y afectivos, todos ellos necesarios para que tenga lugar el aprendizaje (Häuptle-
Barceló y Görrissen, 1996: 166-167). Actualmente, algunos manuales de ELE
elaborados en España empiezan a integrar ciertos juegos. Así, por ejemplo, el manual
Esespañol 1 (nivel inicial) dedica en cada unidad didáctica un apartado “La lengua es
un juego”, en el que se incluyen entre otros un bingo de números, una sopa de letras
sobre países de habla hispana, un crucigrama con profesiones, letras desordenadas
para formar nombres de deportes y el juego de las diferencias. El manual ELE 1
propone, sobre todo, juegos de adivinar (una ciudad, una acción, un día del año...).
También el manual de francés LE Images 1 para adolescentes propone en todas las
unidades didácticas algún juego. Ahora bien, si nos fijamos, la mayoría de los juegos
relacionados con el vocabulario se limitan a trabajar la forma y significado de las
unidades léxicas, pero raramente se tratan los aspectos colocacionales y pragmáticos
del léxico (Bogaards, 1994: 204).
Quand les élèves ne trouvent pas un mot important nous faisons un pendu,
cela leur permet de revoir l’alphabet en espagnol et de trouver et de mémoriser le
mot [...]
58
También Bensoussan y Le Bigot (1989: 8-9) consideran que este juego puede utilizarse de manera puntual y
rápida para encontrar una palabra que los alumnos han olvidado.
663
los ejercicios de vocabulario con el fin de hacerlos más interesantes y atractivos. Así,
por ejemplo, los cuestionarios, las actividades donde se pide completar un dibujo
(Palomino, 2000: 36), los ejercicios donde se pide la asociación de una palabra o de
una descripción a un dibujo (Bravo 1, p. 31; Cuaderno de ejercicios de Bravo 1, p. 65),
las actividades de “Verdadero o falso” (Iglesias y Prieto, 1998: 83), los ejercicios de
presentación oral o expresión de gustos (Moreno, 96: 30 “Tú mismo”)59, las
actividades que implican clasificaciones (Palomino, 2000: 28-29; 45; 53; Badía y Mila,
1997: 19-21 “El juego de los paquetes”), las actividades con vacíos informativos, los
textos en los que se sustituyen las unidades léxicas por imágenes entre otros,
aparecen en la bibliografía consultada como juegos o actividades lúdicas. Algunos
autores (Cervero y Pichardo, 2000: 156; Cortés Moreno, 2000: 49) indican asimismo
que muchos juegos tradicionales tales como “el ahorcado” o “el bingo” pueden
didactizarse en el aula de español LE. Aunque el bingo suele utilizarse por muchos
profesores para el aprendizaje de los números, también puede ser útil para el
aprendizaje del vocabulario (por ejemplo, los campos semánticos) e incluso de las
horas (Iglesias y Prieto, 1998: 22)60. El juego del ahorcado puede comprender
diferentes objetivos tales como aprender a designar las letras, focalizar la atención en
una palabra y aprender a hacer preguntas (¿Tiene esta palabra una “o”?, ¿Hay una
“r”?).
Entre los numerosos tipos de juegos que se pueden practicar en el aula para
aprender el vocabulario citaremos los siguientes:
a) los juegos basados en la actividad de adivinar (un deporte, un animal, un objeto,
un personaje, etc.),
b) los crucigramas y sopas de letras,
c) el juego del intruso (o de la palabra intrusa),
d) juegos de memorización del vocabulario,
e) las letras o sílabas revueltas,
f) los juegos de correción,
g) los juegos de asociación,
h) las cadenas o series de palabras,
i) el cóctel de letras,
j) los trabalenguas,
k) los juegos de imágenes,
l) los juegos de mimo,
m) los juegos basados en la técnica de la Respuesta Física Total, etc.
En el anexo 8 se mostrarán ejemplos de juegos extraídos de diversos manuales
de lenguas extranjeras.
59
Cada alumno da su nombre completo (su edad u otros datos) y forma una frase sobre sí mismo. En las
presentaciones sucesivas no se deben repetir las frases dichas anteriormente.
60
En el caso del vocabulario, los cartones pueden contener dibujos, la grafía de las palabras o ambos (Iglesias y
Prieto, 1998: 31-32).
664
(Tremblay, 1988; Robert, 2002: 92; Puren, 1998d). En palabras de Robert, el juego de
rol es un ejercicio de simulación oral que consiste en reproducir una situación
concreta de la vida cotidiana (por ejemplo: comprar algo en una tienda, pedir una
bebida en un bar, preguntar por una calle, etc.). Esta actividad de comunicación
simulada61 permite verificar si los actos de habla estudiados en la unidad didáctica y
reutilizados en el juego de rol se han asimilado. Tanto la simulación como el juego de
rol constituyen técnicas de dramatización:
Nous appelons dramatisation toute interprétation, jouée par les élèves, d’un
dialogue de leur méthode, que cette interprétation soit fidèle au texte ou qu’elle
comporte des variantes et des éléments d’improvisation, allant jusqu’à une
transposition très souple assez éloignée du texte initial (Caré y Debyser, 1991: 64)
Ahora bien, se suelen establecer ciertas diferencias entre ambas técnicas (Caré
Debyser, 1991: cap. IV; Tremblay, 1988). Una simulación es una reproducción
experimental de ciertas situaciones de la vida cotidiana en vistas a favorecer el
desarrollo de ciertas habilidades o comportamientos comunicativos. En la simulación
existen unas pautas o esquema de intervenciones establecido previamente, con lo
cual su desarrollo es más previsible y más fácil de representar. Esta técnica permite
igualmente al alumno imitar o aproximarse a un modelo estudiado en lugar de
improvisar. La simulación favorece también el reempleo de un vocabulario o
estructuras aprendidos antes de actuar. Por otra parte, se trata de una técnica
puntual, ya que suele centrarse en un determinado acto de habla.
665
Rien n’empêche par ailleurs de préparer un jeu de rôles par des simulations
plus analytiques portant sur des actes de parole plus faciles à isoler et réutilisables
ensuite dans le jeu de rôles (ibidem, p. 70)
Aussi, avant d’arrêter son choix, le professeur doit s’assurer que la simulation
envisagée s’accorde bien avec les caractéristiques de sa clientèle (âge, intérêts,
expérience de vie, etc.) et l’environnement physique dans lequel il œuvre (nombre
d’élèves, aménagement du local, disponibilité d’appareils audio-visuels, etc.)
666