Resiliencia
Resiliencia
Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos
difíciles. Y no se trata de una simple disquisición terminológica, sino de una
manera diferente y más optimista de ver el mundo, ya que son conscientes de
que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a
menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es
posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con
una sonrisa en los labios.
¿Cómo enfrenta la gente los eventos difíciles que cambian su vida? ¿Cómo
reacciona a eventos traumáticos como la muerte de un ser querido, la pérdida
del trabajo, una enfermedad difícil, un ataque terrorista y otras situaciones
catastróficas?
Generalmente, las personas logran adaptarse con el tiempo a las situaciones
que cambian dramáticamente su vida y que aumentan su estado de tensión.
¿Qué les permite adaptarse? Es importante haber desarrollado resiliencia, la
capacidad para adaptarse y superar la adversidad. Ésta se aprende en un
proceso que requiere tiempo y esfuerzo y que compromete a las personas a
tomar una serie de pasos.
Este ensayo tiene el propósito de ayudar a los lectores a tomar su propio
camino hacia la resiliencia. Provee información sobre la resiliencia y algunos
factores que afectan a la gente a enfrentar sus problemas. Gran parte de la
información ofrecida se enfoca en el desarrollo y el uso de una estrategia
personal para mejorar la resiliencia.
La creencia de que uno puede influir en lo que sucede a su alrededor, perdiendo el temor a que
las cosas suceden por injusticia o causas ajenas a nuestro control. Esto va a hacer más fuerte
a nuestra autoestima y nos va a movilizar hacia la resolución de conflictos que de otra forma se
cronificarían en el tiempo.
Afrontar la adversidad con humor es propio de personas resilientes. Ser capaces de reírnos de
la adversidad y sacar una broma de las situaciones difíciles nos ayuda a superarlas y
mantenernos fuertes y optimistas ante la incertidumbre. Esto no quiere decir que en mitad de
un funeral tengamos que usar el humor de forma obligada, sino que una vez esa situación
dolorosa ha pasado seamos capaces de recordar a esa persona en momentos divertidos, que
busquemos ratos felices que pasamos con él o ella o incluso nos acordemos de algo gracioso
que solía decir o hacer.
Un enfoque hacia lo positivo de una situación abre caminos que antes estaban ocultos.
Evitar la queja constante.
La creencia de que uno puede aprender con sus experiencias, sean éstas positivas o negativas
nos permite seguir creciendo y madurando a lo largo de la vida.
Las personas más resilientes tienen el hábito de vivir en el aquí y ahora, el presente,
sin que las culpas del ayer o la incertidumbre del futuro le enturbie el momento que
están experimentando. Disfrutan de los pequeños detalles y no pierden su capacidad
para asombrarse ante la vida; de esta forma es más fácil enfocarse en los aspectos
positivos que nos ofrece cualquier situación, complicada o no.
La conciencia del presente, puede resultar complicado con los ritmos de vida actuales
pero hay formas de entrenar esta conciencia del momento presente, como el
mindfulness.
Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los
aspectos de nuestra vida, porque solemos tolerar mal la incertidumbre. Una forma de ganar
seguridad en nosotros mismos y vivir con menos tensión emocional es precisamente,
aprendiendo a lidiar con la incertidumbre, para que nos cause el menor malestar posible.