Resiliencia
Resiliencia
Resiliencia
resilientes
2. La empatía y la resiliencia
La empatía es la capacidad de entender al
otro y ponernos en su lugar, comprender sus
sentimientos, a través de comprender los
propios. Es un hábito resiliente, que nos
permite por ejemplo, separar pensamiento de
acción, cuando nos sentimos enfadados con
alguien querido.
Cuando tenemos empatía, el flujo de dar y
1. Auto-observación + Autoconocimiento +
Dedicarte tiempo
Conocernos mejor y fortalecer nuestras
cualidades nos permiten una adaptación positiva
al cambio.
2. Cuida cómo te hablas, qué te dices. Confía en tus
capacidades
Háblate con cariño, con respeto. Sé flexible
contigo mismo o contigo misma, tolera tus
momentos de malestar sin culparte por sentirlos.
Permítete sentir. Equilibra tus recursos, sin caer
en la autoexigencia o el perfeccionismo,
respetando tus ritmos, sin dejarte arrastrar por la
presión, recordándote tus capacidades.
3. Humor y sonrisa ante las dificultades
Fomenta las emociones placenteras, los
momentos agradables, distendidos, divertidos. Te
ayudarán a desconectar, a liberar tensión y a
coger fuerzas. Fomenta las ilusiones, las
motivaciones y la esperanza.
4. Busca un aprendizaje, un enfoque positivo ante
la adversidad
Una dificultad puede ser una oportunidad para
aprender y entrenar tus capacidades. No te
centres en el problema y en la queja. Ve en la
búsqueda de soluciones. Aprende de la
experiencia.
“La adversidad tiene el don de despertar talentos
que en la prosperidad hubieran permanecido
dormidos”. Horacio
5. Salud emocional + Equilibrio Emocional
Identifica, analiza y regula lo que sientes.
Todo es emoción, tú eres emoción, las
emociones guían tus decisiones, tus
motivaciones y tus ilusiones. Aprende a
identificaras, a regularlas, a tolerarlas, a
aceptarlas, a racionalizarlas, para decidir TÚ
cómo quieres vivir, fomentando tu bienestar y tu
serenidad.
6. Comparte emociones. Fomenta la expresividad
Las personas resilientes liberan sus emociones
ante situaciones adversas, expresan lo que
sienten y piensan, y lo hacen sin generar daño a
otras personas. Esto les ayuda a liberar tensión
acumulada. Es muy inteligente dejarse ayudar y
pedir ayuda cuando la necesites.
7. Contacto social
Elige con quién quieres vivir, quién quieres que te
acompañe, con quién quieres crecer, aprender y
compartir tu tiempo. Elimina los deberías, las
obligaciones y presiones auto-impuestas.
El contacto social te hace tener una mente más
abierta, más flexible, más tolerante ante las
circunstancias.
8. Pon límites al control. Tolera la incertidumbre
Es normal querer tener certidumbres, certezas, la
seguridad y la tranquilidad de saber lo que va a
ocurrir, pero no es posible, no lo es tenerlo todo
bajo control.
9. Cuídate, mejora tu salud física
El exceso de cortisol (provocado por el
sufrimiento psicológico mantenido en el tiempo)
empeora tu resiliencia, incrementando el estado
de hiperalerta, disminuyendo el pensamiento
asertivo, la proactividad y afectando físicamente
a las respuestas inmunes.
Una persona resiliente se cuida diariamente para
contrarrestar los efectos que generan las
situaciones de adversidad.
10. Sé realista
En la vida suceden acontecimientos tanto
positivos como negativos, la vida es una cambio
constante, esta es una de sus maravillosas
cualidades. No caigas en la personalización “no
todo te pasa a ti”.
11. Cuida a dónde llevas tu atención
Algunas emociones, como la ansiedad, la
inquietud, el nerviosismo o el enfado, pueden
dificultarnos a la hora de interpretar la realidad.
Dependiendo de en dónde enfoquemos nuestra
atención, con qué nos quedemos, qué
filtremos…, nos sentiremos de un modo u otro.
Intenta tener una visión de conjunto y céntrate en
los racional y objetivo y no sólo en tu
interpretación.
12. ¡Vive! Que el miedo no condicione tu vida
Dejemos de sentirnos atrapados por nuestros
pensamientos anticipatorios, y por las emociones
como el miedo, la impotencia o la vulnerabilidad,
y trabajemos diariamente para aceptarlas y
regularlas, coger las riendas de nuestra vida y
sentirnos más libres. Vivamos el día a día.
A una persona se le puede arrebatar todo menos la
elección de la actitud personal ante un conjunto de
circunstancias. Viktor Frankl
Diez formas de construir resiliencia