Resiliencia

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Resiliencia: Las 8 cualidades de las personas

resilientes

Tenemos que remontarnos a la obra de John


Bowlby para encontrar las primeras referencias al
término de resiliencia, que se definiría como la
capacidad de los seres humanos para superar
períodos de dolor emocional y situaciones
adversas, saliendo fortalecido de ellas.
Múltiples autores han hablado sobre este
término, cada uno con un enfoque:
 Concepto genérico que se refiere a una

amplia gama de factores de riesgo y su


relación con los resultados de la
competencia. Puede ser producto de una
conjunción entre los factores ambientales y
el temperamento, y un tipo de habilidad
cognitiva que tienen algunos niños aun
cuando sean muy pequeños. (Osborn 1996).
 La resiliencia distingue dos componentes: la

resistencia frente a la destrucción, es decir,


la capacidad de proteger la propia integridad,
bajo presión y, por otra parte, más allá de la
resistencia, la capacidad de forjar un
comportamiento vital positivo pese a las
circunstancias difíciles. Vanistendael (1994).
 Resiliencia es saber afrontar la adversidad

de forma constructiva. Saber adaptarse con


flexibilidad y salir fortalecido del suceso
traumático. Dra. Santos. (2000).
Todas las personas tenemos la capacidad de
sobreponernos a un estímulo adverso, pero el
uso decidido y firme de esta capacidad es lo que
nos hace realmente resilientes.
A mí me gusta mucho comprender la resiliencia como
“el arte de rehacerse”, rehacerse en relación con el
otro, ya que como decía F. Nietzsche “Todo puede ser
adquirido en soledad, excepto la salud mental”.
¿Aprender de una dificultad que sientes que no
mereces? ¿Usar el humor cuando algo no sale
bien? ¿Sacar lo positivo de cualquier situación?
…. No es fácil actuar de este modo en todas las
situaciones, pero ¿se puede aprender a hacerlo?
Mi respuesta es que sí, pero cada persona lo
hace a su ritmo y con su estilo personal.
Se habla de dominios de resiliencia
particulares para hacer referencia a formas
específicas de resiliencia, como puede ser la
social, la escolar o la emocional (Marie Anaut).
Un persona resiliente social será aquella que
cuenta con competencias sociales adecuadas,
la resiliencia escolar se expresa en las
competencias adaptativas en el ámbito educativo
y la resiliencia emocional corresponde a un
cierto bienestar psicológico que se mantiene ante
las perturbaciones o las situaciones estresantes
que puedan acontencer en nuestra vida.

¿Cómo podríamos ser más capaces frente a la


adversidad?

Como he señalado anteriormente, a pesar de que


las experiencias tempranas y los factores de
personalidad que se establecen en la
adolescencia son dos guías que van a marcar en
ciertos aspectos nuestra capacidad de
adaptación y resiliencia, hay cosas que podemos
hacer para minimizar los factores de riesgo e
incrementar los protectores en las situaciones de
estrés y sufrimiento.
El hecho de salir fortalecidos de las situaciones
adversas puede implicar que en un futuro, ante una
situación que nos despierte los mismos sentimientos de
frustración, tristeza, rabia o desesperanza, podamos
reaccionar de forma distinta, escribir una historia con
otro final.
Para mejorar nuestra resiliencia necesitamos
fortalecer las cualidades que nos permiten una
adaptación positiva en una situación de
adversidad o sufrimiento.
Probablemente tengamos desarrolladas más
unas cualidades que otras, lo ideal sería
equilibrar o reforzar aquellos aspectos que
necesitemos sin tratar de abarcar todos, y lo que
es muy importante, a nuestro ritmo.
Estos cambios necesitan comenzar quizás por el
primero de ellos, conocernos un poco mejor para
saber cómo afrontamos las situaciones dolorosas
o traumáticas.
La resiliencia puede adquirirse, pero siempre a

nuestro ritmo, sin ansiedad


Las 8 cualidades o atributos de la persona resiliente

1. El autoconocimiento y la autoestima de la persona


resiliente
 El autoconocimiento es un arma muy
poderosa y las personas resilientes saben
usarla a su favor. Saber cuáles son nuestras
principales fortalezas y habilidades, así como
las limitaciones y debilidades, poder trazar
metas más objetivas y realistas e identificar
los aspectos en los que podemos mejorar es
un camino directo a fortalecer
nuestra autoestima y autoconfianza.
 Además de conocerse, una persona

resiliente reconoce la importancia del trabajo


en equipo y sabe pedir ayuda cuando lo
necesita.
 El autoconocimiento nos permite mejorar la

capacidad de reconocer y expresar las


emociones. Sobre todo en momentos en que
estemos sufriendo, esta es una buena forma
de afrontar situaciones dolorosas.
 También nos permite identificar emociones

de rabia o enfado que nos estén haciendo


comportarnos de una forma poco saludable.
 Se observa que a mayor actividad cognitiva y

a mayor capacidad intelectual aumenta la


resiliencia, no sólo emocional, sino de las
neuronas y la parte más biológica de
afrontamiento del estrés.
La persona con mayores conocimiento de sí misma y
de la realidad, puede procesar y elaborar más
eficazmente los traumas y los factores estresantes.

2. La empatía y la resiliencia
 La empatía es la capacidad de entender al
otro y ponernos en su lugar, comprender sus
sentimientos, a través de comprender los
propios. Es un hábito resiliente, que nos
permite por ejemplo, separar pensamiento de
acción, cuando nos sentimos enfadados con
alguien querido.
 Cuando tenemos empatía, el flujo de dar y

recibir afecto en las relaciones con los demás


es mayor, lo que incrementa nuestra red
social de apoyo. Un punto muy importante
para ser una persona resiliente.
3. La autonomía de la persona resiliente
 La creencia de que uno puede influir en lo
que sucede a su alrededor, perdiendo el
temor a que las cosas suceden por injusticia
o causas ajenas a nuestro control. Esto va a
hacer más fuerte a nuestra autoestima y nos
va a movilizar hacia la resolución de
conflictos que de otra forma se cronificarían
en el tiempo.
4. El afrontamiento de la adversidad
 Afrontar la adversidad con humor es propio
de personas resilientes. Ser capaces de
reírnos de la adversidad y sacar una broma
de las situaciones difíciles nos ayuda a
superarlas y mantenernos fuertes y
optimistas ante la incertidumbre. Esto no
quiere decir que en mitad de un funeral
tengamos que usar el humor de forma
obligada, sino que una vez esa situación
dolorosa ha pasado seamos capaces de
recordar a esa persona en momentos
divertidos, que busquemos ratos felices que
pasamos con él o ella o incluso nos
acordemos de algo gracioso que solía decir o
hacer.
 Un enfoque hacia lo positivo de una situación

abre caminos que antes estaban ocultos.


 Evitar la queja constante.

 La creencia de que uno puede aprender con

sus experiencias, sean éstas positivas o


negativas nos permite seguir creciendo y
madurando a lo largo de la vida.
5. Conciencia del presente y optimismo
 Las personas más resilientes tienen el hábito
de vivir en el aquí y ahora, el presente, sin
que las culpas del ayer o la incertidumbre del
futuro le enturbie el momento que están
experimentando. Disfrutan de los pequeños
detalles y no pierden su capacidad para
asombrarse ante la vida; de esta forma es
más fácil enfocarse en los aspectos positivos
que nos ofrece cualquier situación,
complicada o no.
 La conciencia del presente, puede resultar
complicado con los ritmos de vida actuales
pero hay formas de entrenar esta conciencia
del momento presente, como el mindfulness.
6. Flexibilidad combinada con perseverancia
 La existencia de un propósito significativo en
la vida es otra de las características de una
persona resiliente. Esta meta les da la fuerza
interior para responsabilizarse de perseguirla,
con flexibilidad y sin obstinación.
 El hecho de que las personas resilientes
sean flexibles no implica que renuncien a sus
metas, al contrario, si algo las distingue es su
capacidad de lucha, pero cuando esta deja
de tener un sentido, pueden cambiar el
rumbo sin necesidad de sentirse mal por
haber abandonado su objetivo inicial.
 Es muy valiosa la capacidad de escucha, las
personas que nos rodean pueden tener
información que complementa la propia y en
alguna ocasión pueden servir de guía para
nuestras metas o proyectos. Siempre
crecemos en relación con los demás, el
aislamiento social favorece que nuestro
pensamiento pierda flexibilidad y amplitud o
perspectiva.
 Es importante aprender a hacer realidad los
deseos: fuerza de voluntad y autocontrol
emocional.
7. Sociabilidad en las personas resilientes
 Las personas con resiliencia saben cultivar y
valorar sus amistades. Generalmente se
rodean de personas que mantienen una
actitud positiva ante la vida. De esta forma,
logran crear una sólida red de apoyo que les
puede sostener en los momentos más
difíciles.
 Cuando pasan por un suceso potencialmente

traumático su primer objetivo es superarlo;


son conscientes de la importancia del apoyo
social y no dudan en buscar ayuda
profesional cuando lo necesitan.
8. Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre
 Una de las principales fuentes de tensiones y
estrés es el deseo de querer controlar todos
los aspectos de nuestra vida, porque
solemos tolerar mal la incertidumbre. Una
forma de ganar seguridad en nosotros
mismos y vivir con menos tensión emocional
es precisamente, aprendiendo a lidiar con la
incertidumbre, para que nos cause el menor
malestar posible.
¿CÓMO SER RESILIENTES? 12 TÉCNICAS
PARA MEJORAR NUESTRA RESILIENCIA

1. Auto-observación + Autoconocimiento +
Dedicarte tiempo
Conocernos mejor y fortalecer nuestras
cualidades nos permiten una adaptación positiva
al cambio.
2. Cuida cómo te hablas, qué te dices. Confía en tus
capacidades
Háblate con cariño, con respeto. Sé flexible
contigo mismo o contigo misma, tolera tus
momentos de malestar sin culparte por sentirlos.
Permítete sentir. Equilibra tus recursos, sin caer
en la autoexigencia o el perfeccionismo,
respetando tus ritmos, sin dejarte arrastrar por la
presión, recordándote tus capacidades.
3. Humor y sonrisa ante las dificultades
Fomenta las emociones placenteras, los
momentos agradables, distendidos, divertidos. Te
ayudarán a desconectar, a liberar tensión y a
coger fuerzas. Fomenta las ilusiones, las
motivaciones y la esperanza.
4. Busca un aprendizaje, un enfoque positivo ante
la adversidad
Una dificultad puede ser una oportunidad para
aprender y entrenar tus capacidades. No te
centres en el problema y en la queja. Ve en la
búsqueda de soluciones. Aprende de la
experiencia.
“La adversidad tiene el don de despertar talentos
que en la prosperidad hubieran permanecido
dormidos”. Horacio
5. Salud emocional + Equilibrio Emocional
Identifica, analiza y regula lo que sientes.
Todo es emoción, tú eres emoción, las
emociones guían tus decisiones, tus
motivaciones y tus ilusiones. Aprende a
identificaras, a regularlas, a tolerarlas, a
aceptarlas, a racionalizarlas, para decidir TÚ
cómo quieres vivir, fomentando tu bienestar y tu
serenidad.
6. Comparte emociones. Fomenta la expresividad
Las personas resilientes liberan sus emociones
ante situaciones adversas, expresan lo que
sienten y piensan, y lo hacen sin generar daño a
otras personas. Esto les ayuda a liberar tensión
acumulada. Es muy inteligente dejarse ayudar y
pedir ayuda cuando la necesites.
7. Contacto social
Elige con quién quieres vivir, quién quieres que te
acompañe, con quién quieres crecer, aprender y
compartir tu tiempo. Elimina los deberías, las
obligaciones y presiones auto-impuestas.
El contacto social te hace tener una mente más
abierta, más flexible, más tolerante ante las
circunstancias.
8. Pon límites al control. Tolera la incertidumbre
Es normal querer tener certidumbres, certezas, la
seguridad y la tranquilidad de saber lo que va a
ocurrir, pero no es posible, no lo es tenerlo todo
bajo control.
9. Cuídate, mejora tu salud física
El exceso de cortisol (provocado por el
sufrimiento psicológico mantenido en el tiempo)
empeora tu resiliencia, incrementando el estado
de hiperalerta, disminuyendo el pensamiento
asertivo, la proactividad y afectando físicamente
a las respuestas inmunes.
Una persona resiliente se cuida diariamente para
contrarrestar los efectos que generan las
situaciones de adversidad.
10. Sé realista
En la vida suceden acontecimientos tanto
positivos como negativos, la vida es una cambio
constante, esta es una de sus maravillosas
cualidades. No caigas en la personalización “no
todo te pasa a ti”.
11. Cuida a dónde llevas tu atención
Algunas emociones, como la ansiedad, la
inquietud, el nerviosismo o el enfado, pueden
dificultarnos a la hora de interpretar la realidad.
Dependiendo de en dónde enfoquemos nuestra
atención, con qué nos quedemos, qué
filtremos…, nos sentiremos de un modo u otro.
Intenta tener una visión de conjunto y céntrate en
los racional y objetivo y no sólo en tu
interpretación.
12. ¡Vive! Que el miedo no condicione tu vida
Dejemos de sentirnos atrapados por nuestros
pensamientos anticipatorios, y por las emociones
como el miedo, la impotencia o la vulnerabilidad,
y trabajemos diariamente para aceptarlas y
regularlas, coger las riendas de nuestra vida y
sentirnos más libres. Vivamos el día a día.
A una persona se le puede arrebatar todo menos la
elección de la actitud personal ante un conjunto de
circunstancias. Viktor Frankl
Diez formas de construir resiliencia

Establezca relaciones—Es importante establecer


buenas relaciones con familiares cercanos,
amistades y otras personas importantes en su
vida. Aceptar ayuda y apoyo de personas que lo
quieren y escuchan, fortalece la resiliencia.
Algunas personas encuentran que estar activo en
grupos de la comunidad, organizaciones basadas
en la fe, y otros grupos locales les proveen
sostén social y les ayudan a tener esperanza.
Ayudar a otros que le necesitan también puede
ser de beneficio para usted.

Evite ver las crisis como obstáculos insuperables


—Usted no puede evitar que ocurran eventos
que producen mucha tensión, pero si puede
cambiar la manera como los interpreta y
reacciona ante ellos. Trate de mirar más allá del
presente y piense que en el futuro las cosas
mejorarán. Observe si hay alguna forma sutil en
que se sienta mejor, mientras se enfrenta a las
situaciones difíciles.
Acepte que el cambio es parte de la vida—Es
posible que como resultado de una situación
adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas.
Aceptar las circunstancias que no puede cambiar
le puede ayudar a enfocarse en las
circunstancias que si puede alterar.

Muévase hacia sus metas—Desarrolle algunas


metas realistas. Haga algo regularmente que le
permita moverse hacia sus metas, aunque le
parezca que es un logro pequeño. En vez de
enfocarse en tareas que parecen que no puede
lograr, pregúntese acerca de las cosas que
puede lograr hoy y que le ayudan a caminar en la
dirección hacia la cual quiere ir.

Lleve a cabo acciones decisivas—En situaciones


adversas, actúe de la mejor manera que pueda.
Llevar a cabo acciones decisivas es mejor que
ignorar los problemas y las tensiones, y desear
que desaparezcan.

Busque oportunidades para descubrirse a sí


mismo—Muchas veces como resultado de su
lucha contra la adversidad, las personas pueden
aprender algo sobre sí mismas y sentir que han
crecido de alguna forma a nivel personal. Muchas
personas que han experimentado tragedias y
situaciones difíciles, han expresado tener mejoría
en el manejo de sus relaciones personales, un
incremento en la fuerza personal aun cuando se
sienten vulnerables, la sensación de que su
autoestima ha mejorado, una espiritualidad más
desarrollada y una mayor apreciación de la vida.

Cultive una visión positiva de sí mismo—


Desarrollar la confianza en su capacidad para
resolver problemas y confiar en sus instintos,
ayuda a construir la resiliencia.

Mantenga las cosas en perspectiva—Aun cuando


se enfrente a eventos muy dolorosos, trate de
considerar la situación que le causa tensión en
un contexto más amplio, y mantenga una
perspectiva a largo plazo. Evite agrandar el
evento fuera de su proporción.

Nunca pierda la esperanza—Una visión optimista


le permite esperar que ocurran cosas buenas en
su vida. Trate de visualizar lo que quiere en vez
de preocuparse por lo que teme.

Cuide de sí mismo—Preste atención a sus


necesidades y deseos. Interésese en actividades
que disfrute y encuentre relajantes. Ejercítese
regularmente. Cuidar de si mismo le ayuda a
mantener su mente y cuerpo listos para
enfrentarse a situaciones que requieren
resiliencia.
Formas adicionales de fortalecer la resiliencia le
podrían ser de ayuda. Por ejemplo, algunas
personas escriben sobre sus pensamientos y
sentimientos más profundos relacionados con la
experiencia traumática u otros eventos
estresantes en sus vidas. La meditación y las
prácticas espirituales ayudan a algunas personas
a establecer relaciones y restaurar la esperanza.
La clave es identificar actividades que podrían
ayudarle a construir una estrategia personal para
desarrollar la resiliencia.

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