Corona de Jesús para Salvación y Liberación - León de Jesús y María PDF
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Corona de Jesús para Salvación y Liberación.
Motivo de esta Corona.
Dios quiere que se salve el mayor número de almitas en esta tierra y por ello en estos últimos y convulsos tiempos, ha dado esta
corona para aquellas almas consagradas a Dios que desean ardientemente colaborar con el Cielo a rescatar a las ovejitas descarriadas
de las garras terribles del demonio.
Esta es un arma de gran poder en la batalla contra los enemigos demoniacos que se ciernen sobre vosotros, recordad que su batalla no
es contra este mundo sino contra el ejército angélico caído de Satanás, por ello deberán protegerse y perseverar en la fe. No
abandonéis la protección del Cielo y no os soltéis de la tierna mano de Vuestra Madre, María Santísima, que como madre amantísima,
no dejará que nada os pase.
Habla Dios Padre: Esta oración la entrego especialmente a vosotros, mis ovejitas que estáis más avanzadas por medio de mi siervo
León de Jesús y María. Vosotros podréis entregar esta oración a quienes sepáis que son almas devotas, fieles y justas para que la oren,
sin embargo no bloqueéis el camino a nadie para orarla, pues quiero que todos se acerquen a Él, no seáis igual que los fariseos que
por ser demasiado estrictos, cerraron el camino hacia Mí a los fieles de mi pueblo escogido ¿Lo podéis entender? El Cielo desea que
todos, el mayor número de almitas sean salvadas de las garras del maligno.
León de Jesús y María: El cielo me ha pedido que os recuerde que seáis totales, conservad vuestra decisión de haber optado por el
Cielo incólume, que no abandonéis por ningún motivo la Sagrada Eucaristía, los demás sacramentos y que os conservéis en la sana
doctrina, especialmente concerniendo a lo que es la liturgia de su Santo Sacrificio, conservaos siempre en Gracia y en la ortodoxia
de la fe, no forméis parte de la “nueva iglesia” por venir.
Desea recordaros también que no abandonéis sus prácticas ya adquiridas del Santo Rosario, de la Coronilla de la Divina
Misericordia, de las devociones del Via Crucis, de las Horas de la Sagrada Pasión de Jesús, así como de la llaga del hombro y espalda
de Jesús. Del mismo modo pide que no olvidéis tener en vuestros hogares y con vosotros la Liturgia de las horas del Pueblo, que
debéis practicar diariamente. Recomiendo como de particular beneficio para quienes no los conozcan, que lean los Hermosos
Diálogos Didácticos para la Humanidad que el Cielo ha entregado a nuestra hermana Y María del Getsemaní, que los llevarán de la
mano para volver al camino del Señor.
Por último pero no menos importante, recordad que cada año deberéis renovar vuestra consagración al Inmaculado Corazón de
vuestra Santísima Madre, María; del mismo modo os recomienda que hagáis los ejercicios de uno y doce años de Santa Brígida de
Suecia. El Cielo derramará sus Gracias también mediante esta corona, con tal de que la recen con devoción y santo fervor, sed los
faros que guíen a sus compañeros a refugio seguro, pues la tormenta se acerca y el Cielo a nadie espera.
Diciembre 12, año del Señor 2013, dado a León de Jesús y María.
«En cuanto a las revelaciones privadas, es mejor creer que no creer en ellas; porque si crees y resultan ser verdaderas, te sentirás
feliz de que creíste, porque Nuestra Santa Madre lo pidió. Y si resultan ser falsas, tú recibes todas las bendiciones como si fueran
verdaderas, porque creíste que eran verdad.» (Papa Urbano VIII, 1636 ).
Esta devoción usa como base la estructura del rosario y se usa uno para poder orarse; es necesario aclarar que en ningún modo
sustituye a la oración que une a toda la Iglesia, la Liturgia de la horas, y tampoco puede sustituir en modo alguno la oración del
Santísimo Rosario, sin embargo, servirá de mucho provecho para el crecimiento del fiel que la practique.
La corona contiene a lo largo de su recitación grandes protecciones, necesarias para poder hacer grandes obras del Señor sin ser
obstruido por los poderes del enemigo; según propia experiencia, al demonio no le agrada en absoluto y más bien muestra gran
encono por esta serie de oraciones entrelazadas. Primero se recitan las oraciones iniciales sosteniendo la cruz. Acto seguido se
empiezan las oraciones en la primera cuenta y así sucesivamente.
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Tres puntos son dignos de resaltar en la Corona de Jesús para Salvación y Liberación:
1) Por promesa de Nuestro Señor Jesucristo, la solicitud para salvar almas por cada latido es eficaz y válida por 24 horas. En un día
Jesús obligado por su promesa puede dentro de rangos normales, salvar potencialmente desde 86,400 personas hasta un
aproximado de 144,000 personas por día de caer en el infierno sólo por el hecho de que la oremos con fe. Sólo puede salvar a las
personas vivas, hay que recordar que quienes se han condenado ya, no pueden salir ni salvarse ya de la pena eterna.
2) La oración de Santa Gertrudis la Grande por las ánimas benditas del purgatorio, libera por promesa de Nuestro Señor Jesucristo
1,000 ánimas cada vez que se recite; una corona salva seguramente al menos 50,000 almas por vez, son potencialmente millones
de ánimas liberadas por año
3) La corona contiene las oraciones de desagravio a Jesús dadas por un ángel a los pastorcillos en Fátima, lo que calmará los
sufrimientos de Jesucristo Rey nuestro, al tiempo que pide por la conversión de los pecadores.
Promesas del Cielo a León de Jesús y María para quienes realizaren esta devoción.
1. Recordad que sólo Yahvéh, Nuestro Padre Celestial es Dios, Uno y Trino, no os desviéis de esta máxima. Con esto en mente,
presentad cualquier intención o cuita que tengáis mediante esta oración y el Cielo os escuchará.
2. Esta oración es un gran tesoro del Cielo, oradla con santa devoción. Grandes gracias serán derramadas en la familia de quien
ore esta corona devotamente.
3. Dios os acercará a Él y os mantendrá cerca si oran por lo menos una vez esta oración completa y con fervor. Les facilitará
entrar en Su Divina Gracia acercándolos a los sacramentos, especialmente a la confesión y a la Santa Eucaristía.
4. Dios os ha elegido desde el principio para ser sus siervos y amigos, no temáis que aquél que recite fervorosamente esta
oración, no será abandonado por Dios, ni en las mayores dificultades y será preservado para el Cielo.
5. Todos aquellos que os persigan quedarán derrotados por Dios, y a vosotros, os convertirá en trillo cortante nuevo, lleno de
dientes para hacer el trabajo que os ha encomendado.
6. Toda dificultad que no pudiereis manejar por vuestros propios medios, si la presentareis mediante esta corona, será allanada
por Dios para Su Mayor Gloria.
7. Todo cuanto pidieseis por medio de esta oración, si no está en contra de la Santa Voluntad del Cielo os será concedido.
Ninguna petición egoísta será concedida por este medio.
8. Los demonios podrán ser ahuyentados o expulsados del entorno de quienes reciten con fervor esta oración. No busquéis
medios extraños a Dios para combatir al demonio ya que no los hay ni habrá, tampoco os envanezcáis por efecto de esta
Gracia, ya que todo poder viene de Dios, vuestro Creador.
9. Esta corona es una gran arma del Cielo, en conjunción con el Santísimo Rosario y la Santa Misa, serán para vosotros grandes
armas para destruir las herejías, la apostasía, las influencias demoniacas, la idolatría y los ídolos en su comunidad por medio
de la oración. Son parte del ejército triunfante de los Corazones unidos y traspasados de Jesús y María, id sin temor y
encomendaos siempre a Ellos, que no os fallarán jamás.
10. Como Gracias especialísimas de esta corona, cada vez que la recen, podrán pedir las siguientes al mismo tiempo:
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Modo de orarla.
I. En la Cruz:
1. Señal de la Santa Cruz (Persignación).
(† en la frente) Por la señal de la Santa Cruz
(† en los labios) de nuestros enemigos,
(† en el tórax) líbranos Señor y Dios nuestro
(† Santiguación) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amen.
2. Acto de contrición.
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas del
infierno. Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados.
Amen.
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6. Efesios 6:10-20
10 Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su 15 calzados los pies con el Celo por el Evangelio de la paz,
poder. 16 embrazando siempre el escudo de la Fe, para que podáis
11 Revestíos de las armas de Dios para poder resistir a las apagar con él todos los encendidos dardos del Maligno.
acechanzas del Diablo. 17 Tomad, también, el yelmo de la salvación y la espada del
12 Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino Espíritu, que es la Palabra de Dios;
contra los Principados, contra las Potestades, contra los 18 siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el
Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo
del Mal que están en las alturas. por todos los santos.
13 Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir 19 y también por mí, para que me sea dada la Palabra al abrir
en el día malo, y después de haber vencido todo, mi boca y pueda dar a conocer con valentía el Misterio del
manteneros firmes. Evangelio,
14 ¡En pie!, pues; ceñida vuestra cintura con la Verdad y 20 del cual soy embajador entre cadenas, y pueda hablar de él
revestidos de la Justicia como coraza, valientemente como conviene.
7. Gloria.
V. Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amen.
2. Gloria.
V. Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amen.
Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de
nuestra redención, a fin de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos. De esta manera, deseo reparar por mi
deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del
Precioso Precio de su salvación. ¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti,
oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados!
He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los
Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te
ofenden. ¡Oh Divino Salvador! Rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor
Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amen.
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b) Salve Estrella de la mar/Ave Maris Stella.1
Salve, estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, Quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo, Pues recibiste aquel
Ave, de labios de Gabriel, ciméntanos en la paz, trocando el nombre a Eva.
Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes, Muestra que eres Madre,
reciba por tu mediación nuestras plegarias, el que nacido por nosotros, se dignó ser hijo tuyo. Virgen singular, sobre todos suave, Haz
que libres de culpas, seamos suaves y castos.
Danos una vida pura, prepara una senda segura, Para que, viendo a Jesús, nos alegremos eternamente contigo. Gloria sea a Dios
Padre, loor a Cristo altísimo y al Espíritu Santo: a los tres un solo honor. Amen.
2. Tercera cuenta.
a) Avemaría.
V. María, Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal. Por la sabiduría que te concedió el Hijo.
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
b) Memorare/Acordaos.2
Acordaos ¡Oh piadosísima Virgen María! De que jamás se ha oído decir que fuese de Vos abandonado ninguno de cuantos han
acudido a vuestro amparo, implorado vuestra protección y reclamado vuestro auxilio.
Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡Oh Madre, Virgen de vírgenes! Y gimiendo bajo el peso de mis pecados me
atrevo a parecer ante vuestra soberana presencia. No desechéis mis súplicas ¡Oh Madre del Verbo Divino! Antes bien oídlas y
acogedlas benignamente. Amen.
3. Cuarta cuenta.
a) Avemaría.
V. María, Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
b) Magnificat.3
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su
descendencia por siempre.
«Dios te salve por la omnipotencia del Padre; Dios te salve por la sabiduría del Hijo; Dios te salve por la bondad del Espíritu Santo.»
1
Promesa a quien ore esta oración, realizada a Santa Brígida de Suecia: "No importa la premeditada acción que preparan de conspirar contra tu vida. Mi poder
quebrantará la malicia de tus enemigos. Si Mis enemigos me crucificaron, es que Yo lo he permitido." Luego, Nuestra Santísima Madre añadió: "Reunid en grupo, y
cantad el Himno, 'AVE MARIS STELLA'; y yo os guardaré de todo peligro." Indulgencia parcial por vez; plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza
durante un mes.
2
Se le atribuye a San Bernardo de Claraval [1090-1153]. El 11 de diciembre de 1846 la Santa Sede aprueba y concede indulgencias a una de las más célebres oraciones
a la Virgen: el Acordaos (Memorare). Indulgencia de tres años por vez; plenaria, si se reza durante un mes. (S. P. A., 8 septiembre 1953).
3
Indulgencia parcial por vez; plenaria, con las condiciones acostumbradas, si se reza durante un mes.
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IV. En la Quinta cuenta.
1. Oración a nuestra Señora de Montligeon.
Virgen Señora Nuestra Liberadora, ten piedad de todos los difuntos, nuestros hermanos, especialmente de aquellos más necesitados
de la misericordia de Dios.
Intercede por todos los que han muerto, a fin de que se complete en ellos la obra del Amor que purifica.
Que nuestra oración, unida a la de toda la Iglesia consiga para ellos la alegría que supera todo deseo y que lleve el consuelo y la paz a
nuestros hermanos sometidos a la prueba de la espera, sobre todo los más necesitados y olvidados.
Madre de la Iglesia, ayúdanos peregrinos por el mundo a conseguir nuestra propia liberación interior y a avanzar cada día que pasa en
nuestro caminar hacia la Resurrección.
Cúranos de toda herida del corazón y del alma, haz que cada uno de nosotros un apóstol de la esperanza, siempre vigilante, siempre
dispuesto. Refugio de los pecadores y Reina de todos los Santos, reúnenos a todos un día para la Pascua eterna en la Casa del Padre,
por Jesucristo, nuestro Señor. ¡Amen! Nuestra Señora de Montligeon, ruega por nuestros difuntos.
b) Invocación a San Miguel Arcángel con carácter de exorcismo, (segunda parte de la orden papal completa.)
San Miguel arcángel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del demonio. Que Dios
manifieste sobre él Su poder es nuestro humilde ruego. Y tú príncipe de la milicia celeste, con la fuerza que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás y a los otros espíritus malignos que vagan por el mundo para perdición de las almas. Amen.
Visita Señor y permanece, en esta casa (habitación, edificio, lugar) y aleja de ella las insidias del enemigo, que tus santos ángeles
habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros
4. Gloria.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
5. Oh Jesús mío.6
Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las
más necesitadas de tu misericordia.
V. En la Medalla/Cuenta Central.
1. Oración para obtener la Misericordia Divina.7
“Oh Dios de gran misericordia, Bondad infinita, hoy toda la humanidad pide, desde el abismo de su miseria, Tu misericordia, Tu
compasión, oh Dios; y llama con la potente voz de la miseria. Dios indulgente, no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra.
4
Nuestro Santísimo Padre, el Papa León XIII (en 1886), concede 300 días de indulgencia a los que rezaren las dos oraciones.
5
Cien días de indulgencia cada vez y una plenaria al mes confesando y comulgando (Pío VII).
6
Oración que pide se inserte en cada decena del rosario la Virgen María en Fátima
7
Diario de Santa Faustina Kowalska, 1570
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Oh Señor, Bondad inconcebible que conoces perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no podemos
ascender hasta Ti, Te imploramos, anticípanos Tu gracia y multiplica incesantemente Tu misericordia en nosotros para que
cumplamos fielmente Tu santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y a la hora de la muerte. Que la omnipotencia de Tu misericordia
nos proteja de las flechas de los enemigos de nuestra salvación, para que con confianza, como Tus hijos, esperemos Tu última
venida...”
Amable Salvador, Jesucristo. Eres el Rey de reyes en el país de la dicha. Te pido que por tu misericordia oigas mi oración y liberes
las almas del Purgatorio, en particular, N... Llévalas de la prisión de las tinieblas a la luz y libertad de los hijos de Dios en el Reino de
tu gloria. Amable Salvador, te doy gracias por haber redimido las pobres almas con tu preciosísima Sangre, salvándolas de la muerte
eterna.
Dios Espíritu Santo, enciende en mí el fuego de tu divino amor. Aviva mi fe y confianza, acepta benignamente las oraciones que te
ofrezco por las almas que sufren en el Purgatorio. Quiero aplicar los méritos de esta devoción en favor de toda la Iglesia Sufriente y
en especial por mis difuntos padres, hermanos, hermanas, bienhechores, parientes y amigos. Atiende mi plegaria para que podamos
reunirnos en el Reino de tu gloria.
Dios Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que has santificado, fortalecido y aliviado a estas benditas almas y en
especial por consolarlas en los actuales sufrimientos con la certeza de la felicidad eterna. Que pronto se unan contigo y oigan aquellas
benditas palabras que las llaman al hogar del Cielo: "¡Vengan, los Bendecidos por mi Padre! Tomen posesión del Reino que ha sido
preparado para ustedes desde el principio del mundo" (Mt 25, 34).
Yo os pido humildemente me concedáis la gracia de salvar un alma por cada latido de mi corazón, unido a los latidos del vuestro y a
los del Corazón Inmaculado de vuestra Santísima Madre.
Os lo suplico por vuestra Preciosa Sangre y vuestra Divina Misericordia, salva las almas, sálvalas Señor. Amen
a) Padre nuestro.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y
no nos dejes caer en la tentación; más líbranos del mal. Amen.
b) Avemaría.
V. Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.
c) Gloria.
V. Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amen.
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Promesa extraordinaria de Cristo. “Si me piden salvar un alma por cada latido de su corazón, se lo concederé a quien me lo pida” (Mensaje del Señor a los Siervos del
Divino Amor, año 1976). Nota explicativa: Esta Oración salva a millones de pecadores que van camino del infierno, porque están en pecado mortal y no tienen quien
rece por ellos, es válida sólo durante 24 horas, y se refiere a la salvación de almas que aún viven. No es aplicable, por tanto a las almas del Purgatorio. Permitida su
difusión. S.S. Pablo VI en A.A.S., 58-1966. 1185-1186)
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4. Decena (el grupo de 10 cuentas chicas); oración en cada cuenta chica.
a) 1-10. Se rezan en el lugar de las 10 Ave Marías que corresponden al rosario.
V. Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del
mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores en la iglesia universal, por
aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amen.
R. Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Vos confío.
Al final de la decena y antes de la siguiente cuenta grande, se oran las jaculatorias; la Gloria, el Oh Jesús mío, Sagrado e inmaculado
corazones de Jesús y María, la jaculatoria de San José y la ofrenda.
Al final de la decena y antes de la siguiente cuenta grande, se oran la Gloria, el Oh Jesús mío, Sagrado e inmaculado corazones de
Jesús y María, la jaculatoria de San José y la ofrenda.
V. Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen Concebida sin la culpa del pecado
original:
3. Salve.9
Dios te salve Reina y Madre, madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a ti llamamos los desterrados
hijos de Eva, A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. ¡Ea pues! Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros tus
ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús, Fruto bendito de tu vientre. ¡Oh Clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh
dulce siempre virgen María!
El poder el honor y la majestad al Dios soberano de todo hoy y por toda la eternidad.
Santo Dios poderoso, Santo Dios Majestuoso, Santo Dios Omnipotente.
Oh Dios Padre Creador de todo, que con tu grandeza, sabiduría y omnipotencia diste vida a todo lo creado, Yo… invoco tu divino y
majestuoso poder sobre mí, ven a mí, pobre criatura necesitada de ti, ven Padre mío.
9
Salve: Indulgencia de cinco años cada vez; plenaria, si se reza durante un mes. Indulgencia plenaria in articulo mortis a los que la recitaren con frecuencia en vida, con
tal que confesados y habiendo recibido la Sagrada Comunión, o, al menos, contritos, invocaren devotamente el Sacratísimo Nombre de Jesús, si pudieren con la boca, si
no, al menos, de corazón, y recibieren pacientemente la muerte como estipendio del pecado de la mano del Señor. (S. P. A., 2 julio 1934)
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Dictadas por Dios Padre al Sacerdote Wilson Salazar.
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Padre Mío: Séllame, cúbreme, defiéndeme, protégeme y libérame hoy y siempre.
+ Contra los Arcángeles satánicos:
Padre Mío: Séllame, cúbreme, defiéndeme, protégeme y libérame hoy y siempre.
+ Contra los ángeles satánicos:
Padre Mío: Séllame, cúbreme, defiéndeme, protégeme y libérame hoy y siempre.
¿Quién como Dios Padre que me sella con su poder infinito? Dios Padre que me sella con su poder infinito.
¿Quién como Dios Padre que me sella con su poder infinito? Dios Padre que me sella con su poder infinito.
¿Quién como Dios Padre que me sella con su poder infinito? Dios Padre que me sella con su poder infinito.
Oh Dios Jesucristo Salvador de todo, que con tu vida, pasión y muerte diste redención a todo lo que existe, yo… invoco tu
preciosísima Sangre sobre mí, pobre y desvalido, necesitado de ti, ven salvador mío.
¿Quién cómo Dios Hijo que me sella con su poder infinito?... Nadie como Dios Hijo que me sella con su poder infinito.
¿Quién cómo Dios Hijo que me sella con su poder infinito?... Nadie como Dios Hijo que me sella con su poder infinito.
¿Quién cómo Dios Hijo que me sella con su poder infinito?... Nadie como Dios Hijo que me sella con su poder infinito.
Oh Dios Espíritu Santificador de todo, quien con tu poder, grandeza y santidad diste forma y figura al hombre y al universo y
sostienes todo lo creado.
Yo N… invoco tu poderosa santidad sobre mí que soy una pobre criatura sin méritos y débil. Ven Santificador mío.
¿Quién como Dios Espíritu Santo que me sella con su santidad eterna? Nadie como Espíritu Santo que me sella con su santidad eterna.
¿Quién como Dios Espíritu Santo que me sella con su santidad eterna? Nadie como Espíritu Santo que me sella con su santidad eterna.
¿Quién como Dios Espíritu Santo que me sella con su santidad eterna? Nadie como Espíritu Santo que me sella con su santidad eterna.
Dios creador mío, Dios Salvador mío, Dios Espíritu Santo santificador mío, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día, cada
semana, cada mes y cada año de mi vida tu poder me sella, protege, cuida y defiende contra el espíritu del mal y todas sus jerarquías y
agentes espirituales y materiales.
Vivo de ti Padre Creador.
Vivo en ti Señor Salvador.
Vivo por ti Señor Santificador. (Tres veces)
Amen, Amen, Amen.
Cristo Jesús, Señor mío, te doy las gracias por todo lo que hiciste por mis hermanos, que fueron atendidos en tu Nombre. Te pido que
laves y purifiques con tu Sangre Preciosa todo mi ser: cuerpo, alma y espíritu. Que tu Sangre Preciosa Purifique mi interior, mi
cerebro, mis células, mi mente, mi pensamiento, mi imaginación, mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad.
Nadie tiene derecho a tocar mi interior; que tu Sangre Señor Jesucristo purifique todo mi exterior, mi cuerpo de cabeza a pies, que me
laves de cualquier impureza, infestación, daño o mal, causado en este Ministerio que acabo de desempeñar.
Te entrego toda esclavitud y venganza que el Enemigo quisiera ejercer contra, mí como consecuencia de la liberación que haces de tus
ovejas; y todo espíritu maligno que quisiera acechar estos lugares, hacerme daño, o dañar a cualquier persona, por el Poder de tu
Preciosa Sangre quede atado y amordazado, y lo mandamos cautivo a tus pies. Y tú Cristo Jesús, lo envíes al sitio donde deba estar.
Que esta purificación llegue a toda mi familia dondequiera que se encuentre; en tu Nombre Señor Jesucristo, pido que no quede nada
de gloria en mí, vanidad u orgullo. Yo siervo inútil, sólo hice lo que tenía que hacer, pues tu has sido quien ha realizado esta obra en
mis hermanos, porque tuyo es el Poder y la Gloria por siempre Señor. Que a mi casa y a todos los lugares donde yo vaya, solo lleve
alegría, paz, salud y amor; que yo sea recibido de igual forma.
6. Salmo 34 (33)
Los de la justicia divina
1 De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue 7 Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus
despachado por él y se marchó. angustias.
2 Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su 8 Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y
alabanza; los libra.
3 en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se 9 Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que
alegren! se cobija en él.
4 Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre 10 Temed a Yahveh vosotros, santos suyos, que a quienes le
todos juntos. temen no les falta nada.
5 He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado 11 Los ricos quedan pobres y hambrientos, mas los que buscan
de todos mis temores. a Yahveh de ningún bien carecen.
6 Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su 12 Venid, hijos, oídme, el temor de Yahveh voy a enseñaros.
semblante.
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13 ¿Quién es el hombre que apetece la vida, deseoso de días 19 Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva
para gozar de bienes? a los espíritus hundidos.
14 Guarda del mal tu lengua, tus labios de decir mentira; 20 Muchas son las desgracias del justo, pero de todas le libera
15 apártate del mal y obra el bien, busca la paz y anda tras ella. Yahveh;
16 Los ojos de Yahveh sobre los justos, y sus oídos hacia su 21 todos sus huesos guarda, no será quebrantado ni uno solo.
clamor, 22 La malicia matará al impío, los que odian al justo lo tendrán
17 el rostro de Yahveh contra los malhechores, para raer de la que pagar.
tierra su memoria. 23 Yahveh rescata el alma de sus siervos, nada habrán de pagar
18 Cuando gritan aquéllos, Yahveh oye, y los libra de todas sus los que en él se cobijan.
angustias;
Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad especialmente a mis
queridos padres y antepasados.
Ayudad a mis hermanos y parientes. Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales. Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus
Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos. súbditos.
Ayudad a cuantos debo amor y oración. Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del
Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado. dinero y del placer.
Ayudad a los que han faltado contra mí. Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus
Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección. riquezas o talentos para el cielo.
Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos. Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de
Ayudad a los que os desean más ardientemente. su propia muerte.
Ayudad a los que sufren más. Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando
Ayudad a los que están más lejos de su liberación. completamente desprevenidos para el viaje más importante.
Ayudad a los que menos auxilio reciben. Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les
Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia. fue confiado.
Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres. Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos. Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis maestros y
Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera. pastores de almas.
Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo. Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas. Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho. Ayudad a los defensores de la santa fe.
Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas. Ayudad a los caídos en los campos de batalla.
Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos. Ayudad a los sepultados en los mares.
Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se Ayudad a los muertos repentinamente.
han salvado. Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.
¡Oh Dios! Nuestro Creador y Redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a Ti glorioso. Que todos tus hijos que nos
han precedido en la fe (especialmente N...) Participen de su victoria y disfruten para siempre de la visión de tu gloria donde Cristo
vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amen.
V. Descansen en paz.
R. Amen.
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María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amen
9. Oraciones conclusivas.
Oremos a nuestro Padre Celestial por la conversión de nuestros seres querido con la esperanza de que Él nos escucha y que Dios
ilumine sus mentes y corazones para que regresen a la casa del padre y reconozcan su pecado , que el Espíritu Santo les de la gracia
de abandonar la vida de pecado radicalmente y de volver con corazones limpios a los brazos amorosos del Padre Celestial
¡Almas benditas! nosotros hemos rogado por vosotros que sois tan amadas de Dios y estáis seguras de no poderlo más perder: rogadle
por nosotros miserables que estamos en peligro de condenarnos para siempre.
¡Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio!
Que la Virgen los acompañe siempre.
«Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.»
«Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e
indiferencias con que El mismo es ofendido. Por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María, os
pido la conversión de los pobres pecadores. Amen.»
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Sub tuum praesidium: Las mismas que la Salve, indulgencia de cinco años cada vez; plenaria, si se reza durante un mes. Indulgencia plenaria in articulo mortis a los
que la recitaren con frecuencia en vida, con tal que confesados y habiendo recibido la Sagrada Comunión, o, al menos, contritos, invocaren devotamente el Sacratísimo
Nombre de Jesús, si pudieren con la boca, si no, al menos, de corazón, y recibieren pacientemente la muerte como estipendio del pecado de la mano del Señor. (12
diciembre 1935). La oración Sub tuum Praesidium es la oración mariana más antigua conocida, datando de tan temprano como el 250 d.C., desde antes que dejara de ser
perseguida la Iglesia por el imperio romano.
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