Castidad y Moralidad

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La enseñanza sobre la castidad y la moral sexual del nuevo Catecismo de la Iglesia

Católica

La parte del Catecismo de la Iglesia Católica que reproducimos a continuación trata sobre la virtud
de la castidad y sobre la moral sexual, concretamente la doctrina sobre el 6o y 9o Mandamientos.
Al reproducir estas secciones no hemos incluido aquellas que tratan sobre la homosexualidad, la
anticoncepción y la reproducción artificial, porque cada uno de estos temas ha sido tratado aparte
en otros artículos de "Documentación para la defensa de la vida y la familia" de Vida Humana
Internacional. Por ello hemos omitido algunos números en este extracto del Catecismo.

Artículo 6 EL SEXTO MANDAMIENTO

• "No cometerás adulterio" (Exodo 20:14; Deuteronomio 5:17).


• "Habéis oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio'. Pues yo os digo: Todo el que mira a una
mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mateo 5:27-28).

I "HOMBRE Y MUJER LOS CREO ..."

2331 "Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su
imagen... Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente
la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión" (Juan Pablo II, Exhortación apostólica
Familiaris consortio sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual, 1981, número 11).

"Dios creó el hombre a imagen suya ... hombre y mujer los creó" (Génesis 1, 27). "Creced y
multiplicaos" (Génesis 1, 28); "el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los
creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó ‘Hombre' en el día de su creación" (Génesis 5, 1-2).

2332 La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y
de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de
manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro.

2333 Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su identidad sexual. La
diferencia y la complementariedad físicas, morales y espirituales, están orientadas a los bienes del
matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja humana y de la sociedad
depende en parte de la manera en que son vividas entre los sexos la complementariedad, la
necesidad y el apoyo mutuos.

2334 "Creando al hombre ‘varón y mujer', Dios da la dignidad personal de igual modo al hombre y a
la mujer" (Familiaris consortio, 22; véase también Concilio Vaticano II, Constitución pastoral
Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, 1964, número 49). "El hombre es
una persona, y esto se aplica en la misma medida al hombre y a la mujer, porque los dos fueron
creados a imagen y semejanza de un Dios personal" (Juan Pablo II, Carta pastoral Mulieris
dignitatem sobre la dignidad y vocación de la mujer, 1988, número 6).

2335 Cada uno de los dos sexos es, con una dignidad igual, aunque de manera distinta, imagen
del poder y de la ternura de Dios. La unión del hombre y de la mujer en el matrimonio es una
manera de imitar en la carnela generosidad y la fecundidad del Creador: "El hombre deja a su
padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (Génesis 2, 24). De esta unión
proceden todas las generaciones humanas (véase Génesis 4:1-2, 25-26; 5:1).

2336 Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes. En el Sermón de la Montaña
interpreta de manera rigurosa el plan de Dios: "Habéis oído que se dijo: ‘no cometerás adulterio'.
Pues yo os digo: ‘Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su
corazón'" (Mateo 5: 27-28). El hombre no debe separar lo que Dios ha unido (véase Mateo 19:6).

La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como referido a la globalidad de la


sexualidad humana.

II LA VOCACION A LA CASTIDAD

2337 La castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la


unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se expresa la
pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana
cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente
ilimitado del hombre y de la mujer.

La virtud de la castidad, por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don.

La integridad de la persona

2338 La persona casta mantiene la integridad de las fuerzas de vida y de amor depositadas en ella.
Esta integridad asegura la unidad de la persona; se opone a todo comportamiento que la pueda
lesionar. No tolera ni la doble vida ni el doble lenguaje (véase Mateo 5:37).

2339 La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad
humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja
dominar por ellas y se hace desgraciado (véase Eclesiástico 1:22). "La dignidad del hombre
requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir, movido e inducido
personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción
externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las pasiones,
persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con eficacia y habilidad los medios
adecuados" (Gaudium et spes, 17).

2340 El que quiere permanecer fiel a las promesas de su bautismo y resistir las tentaciones debe
poner los medios para ello: el conocimiento de sí, la práctica de una ascesis adaptada a las
situaciones encontradas, la obediencia a los mandamientos divinos, la práctica de las virtudes
morales y la fidelidad a la oración. "La castidad nos recompone; nos devuelve a la unidad que
habíamos perdido dispersándonos" (San Agustín, Confesiones, 10:29; 40).

2341 La virtud de la castidad forma parte de la virtud cardinal de la templanza, que tiende a
impregnar de racionalidad las pasiones y los apetitos de la sensibilidad humana.

2342 El dominio de sí es una obra que dura toda la vida. Nunca se la considerará adquirida de una
vez para siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la vida (véase Tito 2:1-6).
El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas épocas, como cuando se forma la
personalidad, durante la infancia y la adolescencia.

2343 La castidad tiene unas leyes de crecimiento; éste pasa por grados marcados por la
imperfección y, muy a menudo, por el pecado. "Pero el hombre, llamado a vivir responsablemente
el designio sabio y amoroso de Dios, es un ser histórico que se construye día a día con sus
opciones numerosas y libres; por esto él conoce, ama y realiza el bien moral según las diversas
etapas de crecimiento" (Familiaris consortio, 34).

2344 La castidad representa una tarea eminentemente personal; implica también un esfuerzo
cultural, pues "el desarrollo de la persona humana y el crecimiento de la sociedad misma están
mutuamente condicionados"(Gaudium et spes, 25). La castidad supone el respeto de los derechos
de la persona, en particular, el de recibir una información y una educación que respeten las
dimensiones morales y espirituales de la vida humana.

2345 La castidad es una virtud moral. Es también un don de Dios, una gracia, un fruto del trabajo
espiritual (véase Gálatas 5:22). El Espíritu Santo concede, al que ha sido regenerado por el agua
del bautismo, imitar la pureza de Cristo (véase 1 Juan 3:3).

La totalidad del don de sí

2346 La caridad es la forma de todas las virtudes. Bajo su influencia, la castidad aparece como una
escuela de donación de la persona. El dominio de sí está ordenado al don de sí mismo. La castidad
conduce al que la practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios.

2347 La virtud de la castidad se desarrolla en la amistad. Indica al discípulo cómo seguir e imitar al
que nos eligió como sus amigos (véase Juan 15:15), a quien se dio totalmente a nosotros y nos
hace participar de su condición divina. La castidad es promesa de inmortalidad.

La castidad se expresa especialmente en la amistad con el prójimo. Desarrollada entre personas


del mismo sexo o de sexos distintos, la amistad representa un gran bien para todos. Conduce a la
comunión espiritual.

Los diversos regímenes de la castidad

2348 Todo bautizado es llamado a la castidad. El cristiano se ha "revestido de Cristo" (Gálatas 3:


27), modelo de toda castidad. Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según su
estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se compromete a dirigir su
afectividad en la castidad.

2349 La castidad "debe calificar a las personas según los diferentes estados de vida: a unas, en la
virginidad o en el celibato consagrado, manera eminente de dedicarse más fácilmente a Dios solo
con corazón indiviso; a otras, de la manera que determina para ellas la ley moral, según sean
casadas o célibes" (Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Persona humana
sobre algunas cuestiones de ética sexual, 1975, número 11). Las personas casadas son llamadas
a vivir la castidad conyugal; las otras practican la castidad en la continencia.

"Existen tres formas de la virtud de la castidad: una de los esposos, otra de las viudas, la tercera de
la virginidad. No alabamos a una con exclusión de las otras. En esto la disciplina de la Iglesia es
rica" (San Ambrosio, Vida, 23).

2350 Los novios están llamados a vivir la castidad en la continencia. En esta prueba han de ver un
descubrimiento del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad y de la esperanza de recibirse el
uno y el otro de Dios. Reservarán para el tiempo del matrimonio las manifestaciones de ternura
específicas del amor conyugal. Deben ayudarse mutuamente a crecer en la castidad.

Las ofensas a la castidad

2351 La lujuria es un deseo o un goce desordenados del placer venéreo. El placer sexual es
moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de las finalidades de
procreación y de unión.

2352 Por masturbación se ha de entender la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de
obtener un placer venéreo. "Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición
constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que la masturbación
es un acto intrínseca y gravemente desordenado". "El uso deliberado de la facultad sexual fuera de
las relaciones conyugales normales contradice a su finalidad, sea cual fuere el motivo que lo
determine". Así, el goce sexual es buscado aquí al margen de "la relación sexual requerida por el
orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación
humana en el contexto de un amor verdadero" (Persona humana, 9).

Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para orientar la
acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos,
el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales que reducen, e incluso anulan la
culpabilidad moral.

2353 La fornicación es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio. Es
gravemente contraria a la dignidad de las personas y de la sexualidad humana, naturalmente
ordenada al bien de los esposos, así como a la generación y educación de los hijos. Además, es un
escándalo grave cuando hay de por medio corrupción de menores.

2354 La pornografía consiste en dar a conocer actos sexuales, reales o simulados, fuera de la
intimidad de los protagonistas, exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende
la castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta gravemente a la dignidad de
quienes se dedican a ella (actores, comerciantes, público), pues cada uno viene a ser para otro
objeto de un placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros en la ilusión
de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades civiles deben impedir la producción y la
distribución de material pornográfico.

2355 La prostitución atenta contra la dignidad de la persona que se prostituye, puesto que queda
reducida al placer venéreo que se saca de ella. El que paga peca gravemente contra sí mismo:
quebranta la castidad a la que lo comprometió su bautismo y mancha su cuerpo, templo del
Espíritu Santo (véase 1 Corintios 6:15-20). La prostitución constituye una lacra social.
Habitualmente afecta a las mujeres, pero también a los hombres, los niños y los adolescentes (en
estos dos últimos casos el pecado entraña también un escándalo). Es siempre gravemente
pecaminoso dedicarse a la prostitución, pero la miseria, el chantaje, y la presión social pueden
atenuar la imputabilidad de la falta.

2356 La violación es forzar o agredir con violencia la intimidad sexual de una persona. Atenta
contra la justicia y la caridad. La violación lesiona profundamente el derecho de cada uno al
respeto, a la libertad, a la integridad física y moral. Produce un daño grave que puede marcar a la
víctima para toda la vida. Es siempre un acto intrínsecamente malo. Más grave todavía es la
violación cometida por parte de los padres (que se llama incesto) o de educadores con los niños
que les están confiados.

III EL AMOR DE LOS ESPOSOS

2360 La sexualidad está ordenada al amor conyugal del hombre y de la mujer. En el matrimonio, la
intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de comunión espiritual. Entre
bautizados, los vínculos del matrimonio están santificados por el sacramento.

2361 "La sexualidad, mediante la cual el hombre y la mujer se dan el uno al otro con los actos
propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo
íntimo de la persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo verdaderamente humano
solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen
totalmente entre sí hasta la muerte" (Familiaris consortio, 11):
"Tobías se levantó del lecho y dijo a Sara: ‘Levántate, hermana, y oremos y pidamos a nuestro
Señor que se apiade de nosotros y nos salve'. Ella se levantó y empezaron a suplicar y a pedir el
poder quedar a salvo. Comenzó él diciendo: ‘¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres... tú creaste
a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que de ambos proviniera la
raza de los hombres. Tú mismo dijiste: ‘no es bueno que el hombre se halle solo; hagámosle una
ayuda semejante a él'. ‘Yo no tomo a ésta mi hermana con deseo impuro, mas con recta intención.
Ten piedad de mí y de ella y podamos llegar juntos a nuestra ancianidad'. Y dijeron a coro: ‘Amén,
amén'. Y se acostaron para pasar la noche" (Tobías 8: 4-9).

2362 "Los actos con los que los esposos se unen íntima y castamente entre sí son honestos y
dignos, y, realizados de modo verdaderamente humano, significan y fomentan la recíproca
donación, con la que se enriquecen mutuamente con alegría y gratitud" (Gaudium et spes, 49). La
sexualidad es fuente de alegría y de agrado:

"El Creador... estableció que en esta función (de generación) los esposos experimentasen un
placer y una satisfacción del cuerpo y del espíritu. Por tanto, los esposos no hacen nada malo
procurando este placer y gozando de él. Aceptan lo que el Creador les ha destinado. Sin embargo,
los esposos deben saber mantenerse en los límites de una justa moderación" (Pío XII, Discurso, 29
de octubre de 1951).

2363 Por la unión de los esposos se realiza el doble fin del matrimonio: el bien de los esposos y la
transmisión de la vida. No se pueden separar estas dos significaciones o valores del matrimonio sin
alterar la vida espiritual de los cónyuges ni comprometer los bienes del matrimonio y el porvenir de
la familia.

Así, el amor conyugal del hombre y de la mujer queda situado bajo la doble exigencia de la
fidelidad y la fecundidad.

La fidelidad conyugal

2364 El matrimonio constituye una "íntima comunidad de vida y amor conyugal, fundada por el
Creador y provista de leyes propias". Esta comunidad "se establece con la alianza del matrimonio,
es decir, con un consentimiento personal e irrevocable" (Gaudium et spes, 48). Los dos se dan
definitiva y totalmente el uno al otro. Ya no son dos, ahora forman una sola carne. La alianza
contraída libremente por los esposos les impone la obligación de mantenerla una e indisoluble
(véase Código de Derecho Canónico, 1983, canon 1056). "Lo que Dios unió, no lo separe el
hombre" (Marcos 10: 9; véanse también Mateo 19:1-12; 1 Corintios 7:10-11).

2365 La fidelidad expresa la constancia en el mantenimiento de la palabra dada. Dios es fiel. El


sacramento del Matrimonio hace entrar al hombre y la mujer en el misterio de la fidelidad de Cristo
para con su Iglesia. Por la castidad conyugal dan testimonio de este misterio ante el mundo.

San Juan Crisóstomo sugiere a los jóvenes esposos hacer este razonamiento a sus esposas: "Te
he tomado en mis brazos, te amo y te prefiero a mi vida. Porque la vida presente no es nada, mi
deseo más ardiente es pasarla contigo de tal manera que estemos seguros de no estar separados
en la vida que nos está reservada ... pongo tu amor por encima de todo, y nada me será más
penoso que no tener los mismos pensamientos que tú tienes" (Homilía sobre Efesios, 20,8).

IV LAS OFENSAS A LA DIGNIDAD DEL MATRIMONIO

2380 El adulterio. Esta palabra designa la infidelidad conyugal. Cuando un hombre y una mujer, de
los cuales al menos uno está casado, establecen una relación sexual, aunque ocasional, cometen
un adulterio. Cristo condena incluso el deseo del adulterio (véase Mateo 5:27-28). El sexto
mandamiento y el Nuevo Testamento prohíben absolutamente el adulterio (véanse Mateo 5:32;
19:6; Marcos 10:11; 1 Corintios 6:9-10). Los profetas denuncian su gravedad; ven en el adulterio la
imagen del pecado de idolatría (véanse Oseas 2:7; Jeremías 5:7; 13:27).

2381 El adulterio es una injusticia. El que lo comete falta a sus compromisos. Lesiona el signo de la
Alianza que es el vínculo matrimonial. Quebranta el derecho del otro cónyuge y atenta contra la
institución del matrimonio, violando el contrato que le da origen. Compromete el bien de la
generación humana y de los hijos, que necesitan la unión estable de los padres.

El divorcio

2382 El Señor Jesús insiste en la intención original del Creador que quería un matrimonio
indisoluble (véanse Mateo5:31-32; 19:3-9; Marcos 10:9; Lucas 16:18; 1 Corintios 7:10-11), y deroga
la tolerancia que se había introducido en la ley antigua (véase Mateo 19:7-9).

Entre bautizados católicos, "el matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún
poder humano ni por ninguna causa fuera de la muerte" (Código de Derecho Canónico, canon
1141).

2383 La separación de los esposos con permanencia del vínculo matrimonial puede ser legítima en
ciertos casos previstos por el DerechoCanónico (véase Código de Derecho Canónico, cánones
1151-1155).

Si el divorcio civil representa la única manera posible de asegurar ciertos derechos legítimos, el
cuidado de los hijos o la defensa del patrimonio, puede ser tolerado sin constituir una falta moral.

2384 El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado
libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. El divorcio atenta contra la Alianza de
salvación de la cual el matrimonio sacramental es un signo. El hecho de contraer una nueva unión,
aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el cónyuge casado de nuevo
se halla entonces en situación de adulterio público y permanente:

"Si el marido, tras haberse separado de su mujer, se une a otra mujer, es adúltero, porque hace
cometer un adulterio a esta mujer; y la mujer que habita con él es adúltera, porque ha atraído a sí
al marido de otra" (San Basilio, Moral, Regla 73).

2385 El divorcio adquiere tambiÉn su carácter inmoral a causa del desorden que introduce en la
cÉlula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para el cónyuge, que se ve
abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los padres, y a menudo viviendo en
tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso, que hace de él una verdadera plaga
social.

2386 Puede ocurrir que uno de los cónyuges sea la víctima inocente del divorcio dictado en
conformidad con la ley civil; entonces no contradice el precepto moral. Existe una diferencia
considerable entre el cónyuge que se ha esforzado con sinceridad por ser fiel al sacramento del
Matrimonio y se ve injustamente abandonado y el que, por una falta grave de su parte, destruye un
matrimonio canónicamente válido (véase Familiaris consortio, 84).

Otras ofensas a la dignidad del matrimonio

2387 Es comprensible el drama del que, deseoso de convertirse al Evangelio, se ve obligado a


repudiar una o varias mujeres con las que ha compartido años de vida conyugal. Sin embargo, la
poligamia no se ajusta a la ley moral, pues contradice radicalmente la comunión conyugal. La
poligamia "niega directamente el designio de Dios, tal como es revelado desde los orígenes,
porque es contraria a la igual dignidad personal del hombre y de la mujer, que en el matrimonio se
dan con un amor total y por lo mismo único y exclusivo" (Familiaris consortio, 19; véase también
Gaudium et spes, 47). El cristiano que había sido polígamo está gravemente obligado en justicia a
cumplir los deberes contraídos respecto a sus antiguas mujeres y sus hijos.

2388 Incesto es la relación carnal entre parientes dentro de los grados en que está prohibido el
matrimonio (véase Levítico 18:7-20). San Pablo condena esta falta particularmente grave: "Se oye
hablar de que hay inmoralidad entre vosotros ... hasta el punto de que uno de vosotros vive con la
mujer de su padre ... en nombre del Señor Jesús ... sea entregado ese individuo a Satanás para
destrucción de la carne ... " (1 Corintios 5: 1,4-5). El incesto corrompe las relaciones familiares y
representa una regresión a la animalidad.

2389 Se puede equiparar al incesto los abusos sexuales perpetrados por adultos en niños o
adolescentes confiados a su guarda. Entonces esta falta adquiere una mayor gravedad por atentar
escandalosamente contra la integridad física y moral de los jóvenes que quedarán así marcados
para toda la vida, y por ser una violación de la responsabilidad educativa.

2390 Hay unión libre cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica y pública a una
unión que implica la intimidad sexual.

La expresión en sí misma es engañosa: ¿qué puede significar una unión en la que las personas no
se comprometen entre sí y testimonian con ello una falta de confianza en el otro, en sí mismo, o en
el porvenir?

Esta expresión abarca situaciones distintas: concubinato, rechazo del matrimonio en cuanto tal,
incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo (véase Familiaris consortio, 81). Todas
estas situaciones ofenden la dignidad del matrimonio; destruyen la idea misma de la familia;
debilitan el sentido de la fidelidad. Son contrarias a la ley moral: el acto sexual debe tener lugar
exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye siempre un pecado grave y excluye de la
comunión sacramental.

2391 No pocos postulan hoy una especie de "unión a prueba" cuando existe intención de casarse.
Cualquiera que sea la firmeza del propósito de los que se comprometen en relaciones sexuales
prematuras, éstas "no garantizan que la sinceridad y la fidelidad de la relación interpersonal entre
un hombre y una mujer queden aseguradas, y sobre todo protegidas, contra los vaivenes y las
veleidades de las pasiones" (Persona humana, 7). La unión carnal sólo es moralmente legítima
cuando se ha instaurado una comunidad de vida definitiva entre el hombre y la mujer. El amor
humano no tolera la "prueba". Exige un don total y definitivo de las personas entre sí (véase
Familiaris consortio, 80).

Artículo 9 EL NOVENO MANDAMIENTO

"No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva,


ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo (Exodo 20:17).

"El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón (Mateo 5:28).

2514 San Juan distingue tres especies de codicia o concupiscencia: la concupiscencia de la carne,
la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida (véase 1 Juan 2:16). Siguiendo la tradición
catequética católica, el noveno mandamiento prohíbe la concupiscencia de la carne; el décimo
prohíbe la codicia del bien ajeno.
2515 En sentido etimológico, la "concupiscencia" puede designar toda forma vehemente de deseo
humano. La teología cristiana le ha dado el sentido particular de un movimiento del apetito sensible
que contraría la obra de la razón humana. El apóstol san Pablo la identifica con la lucha que la
"carne" sostiene contra el "espíritu" (véase Gálatas 5:16,17,24; Efesios 2:3). Procede de la
desobediencia del primer pecado (véase Génesis 3:11). Desordena las facultades morales del
hombre y, sin ser una falta en sí misma, le inclina a cometer pecados (véase Concilio de Trento, DS
1515).

2516 En el hombre, porque es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, y se
desarrolla una lucha de tendencias entre el "espíritu" y la "carne". Pero, en realidad, esta lucha
pertenece a la herencia del pecado. Es una consecuencia de él, y, al mismo tiempo, confirma su
existencia. Forma parte de la experiencia cotidiana del combate espiritual:

"Para el apóstol no se trata de discriminar o condenar el cuerpo, que con el alma espiritual
constituye la naturaleza del hombre y su subjetividad personal, sino que trata de las obras -- mejor
dicho, de las disposiciones estables --, virtudes y vicios, moralmente buenas o malas, que son fruto
de sumisión (en el primer caso) o bien de resistencia (en el segundo caso) a la acción salvífica del
Espíritu Santo. Por ello el apóstol escribe: ‘si vivimos según el Espíritu, obremos también según el
Espíritu' (Gálatas 5:25)" (Juan Pablo II, Carta Encíclica Dominum et vivificantem sobre el Espíritu
Santo en la vida de la Iglesia y del mundo, 1986, número 55).

I LA PURIFICACION DEL CORAZON

2517 El corazón es la sede de la personalidad moral: "de dentro del corazón salen las intenciones
malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones" (Mateo 15:19). La lucha contra la concupiscencia de la
carne pasa por la purificación del corazón: "Mantente en la simplicidad, la inocencia y serás como
los niños pequeños que ignoran el mal destructor de la vida de los hombres" (Pastor de Hermas,
Mandamiento 2,1).

2518 La sexta bienaventuranza proclama: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos
verán a Dios" (Mateo 5:8). Los "corazones limpios" designan a los que han ajustado su inteligencia
y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, principalmente en tres dominios: la caridad
(véanse 1 Timoteo 4:3-9; 2 Timoteo 2:22), la castidad o rectitud sexual (véanse 1 Tesalonicenses
4:7; Colosenses 3:5; Efesios 4:19). el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe (véanse Tito 1:15; 1
Timoteo 1:3-4; 2 Timoteo 2:23-26). Existe un vínculo entre la pureza del corazón, la del cuerpo y la
de la fe:

"Los fieles deben creer los artículos del Símbolo "para que, creyendo, obedezcan a Dios;
obedeciéndole, vivan bien; viviendo bien, purifiquen su corazón; y purificando su corazón,
comprendan lo que creen" (San Agustín, La fe y el Credo, 10,25).

2519 A los "limpios de corazón" se les promete que verán a Dios cara a cara y que serán
semejantes a El (véanse 1 Corintios 13:12; 1 Juan 3:2). La pureza de corazón es el preámbulo de
la visión. Ya desde ahora esta pureza nos concede ver según Dios, recibir al otro como un
"prójimo"; nos permite considerar el cuerpo humano, el nuestro y el del prójimo, como un templo del
Espíritu Santo, una manifestación de la belleza divina.

II EL COMBATE POR LA PUREZA

2520 El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados. Pero el
bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los apetitos desordenados.
Con la gracia de Dios lo consigue:
• mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con un corazón
recto e indiviso;
• mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del hombre: con
una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y realizar en todo la voluntad de Dios
(véanse Romanos 12:2; Colosenses 1:10);
• mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de los sentidos y la
imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros que
inclinan a apartarse del camino de los mandamientos divinos: "la vista despierta la pasión
de los insensatos" (Sabiduría 15:5);
• mediante la oración:

"Creía que la continencia dependía de mis propias fuerzas, las cuales no sentía en mí; siendo tan
necio que no entendía lo que estaba escrito: que nadie puede ser continente, si tú no se lo das. Y
cierto que tú me lo dieras, si con interior gemido llamase a tus oídos, y con fe sólida arrojase en ti
mi cuidado" (San Agustín, Confesiones, 6,11,20).

2521 La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la
intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está
ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad
con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.

2522 El pudor protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la


moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del
compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia; inspira la elección
de la vestimenta. Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad
malsana; se convierte en discreción.

2523 Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este pudor rechaza,
por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las incitaciones
de algunos medios de comunicación a hacer pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una
manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías
dominantes.

2524 Las formas que reviste el pudor varían de una cultura a otra. Sin embargo, en todas partes
constituye la intuición de una dignidad espiritual propia al hombre. Nace con el despertar de la
conciencia personal. Educar en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de
la persona humana.

2525 La pureza cristiana exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de
comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de
corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y
los sueños indecorosos.

2526 Lo que se llama permisividad de las costumbres se basa en una concepción errónea de la
libertad humana; para llegar a su madurez, ésta necesita dejarse educar previamente por la ley
moral. Conviene pedir a los responsables de la educación que impartan a la juventud una
enseñanza respetuosa de la verdad, de las cualidades del corazón y de la dignidad moral y
espiritual del hombre.

2527 "La buena nueva de Cristo renueva continuamente la vida y la cultura del hombre caído;
combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción, siempre amenazadora, del
pecado. Purifica y eleva sin cesar las costumbres de los pueblos. Con las riquezas de lo alto
fecunda, consolida, completa y restaura en Cristo, como desde dentro, las bellezas y cualidades
espirituales de cada pueblo o edad" (Gaudium et spes, 58)
Castidad, así viven su sexualidad las personas que saben amar de verdad

La castidad es el uso correcto de la capacidad generativa y de los actos relacionados con ésta. En
el matrimonio reclama fidelidad, fuera de él, abstinencia gozosa.

Pero la vivencia de la castidad es mucho más profunda. Es una actitud interior, es pureza de la
mente y del corazón, es la capacidad de vivir la dimensión sexual en beneficio de las personas.

"Dichosos los limpios de corazón".

Sólo en el matrimonio es adecuado hacer uso de la genitalidad.

Existe por su función reproductiva (procreación) y es en el matrimonio donde se está en capacidad


de cuidar y educar bien a los hijos (consecuencia natural del uso de la genitalidad).

Da oportunidad para que un hombre y una mujer se expresen el mutuo amor de un modo pleno, y
ésto sólo lo merece quien se ha comprometido de un modo definitivo a caminar juntos (unión).

Quien vive en castidad está en armonía con la naturaleza del acto conyugal.

Si la unión genital sólo debe darse en el contexto matrimonial, entonces la excitación asociada a
esta unión también pertenece a los esposos y sólo a ellos. El cariño que se expresan los novios
será verdadero y bien orientado si saben respetar estos límites.

"Sólo mi esposo merecerá ese regalo".

Quien vive en castidad expresa un amor real. Quien ama de verdad, es capaz de esperar hasta el
matrimonio. Busca a la persona por lo que es, y no por el placer. Este es el modo de probar que se
ama al otro, y de probar el amor del otro.

"Si me amas de verdad, podrás esperar".

Un requisito para que el amor sea real es que sea generoso y disciplinado. El amor exige sacrificio.
El sexo pre-marital es egoísta y es de personas sin dominio propio. Quien lo practica no se entrena
en el sacrificio. La castidad prepara el camino a la fidelidad. No hay que "quemar etapas", el
noviazgo necesita más diálogo.

"Un buen noviazgo es la base de un buen matrimonio".

La castidad es signo de madurez afectiva y humana. No se trata de reprimir, sino de sublimar. De


hecho, sólo quien vive en castidad es realmente libre; el que no, se esclaviza, es vicioso. Sólo el
que es casto puede vivir libre de preocupaciones innecesarias.

"La castidad da alegría y libertad".

Propio del ser humano es que la razón domine la pasión. La castidad hace a la persona más
humana. El autodominio hace al hombre más hombre, y a la mujer más mujer. Los animales siguen
su instinto sin preocuparse de nada más... algunos pobres seres humanos proceden igual.

"Yo soy un ser humano, me comporto como tal".


La castidad es signo de sabiduría y sensatez, darse cuenta de que se está explotando al ser
humano por uno de sus lados más débiles para vender productos. El joven que razona no cae en el
consumismo sexual.

"No sólo tengo hormonas, también tengo neuronas".

La castidad es un modo para darse a respetar y para que nos valoren como personas, y no como
objetos de placer. Es signo de autoestima, y su práctica la aumenta.

"Valgo mucho. No soy juguete de nadie".

Los muchachos que valen la pena, valoran más a las muchachas que se hacen respetar, y
viceversa. De hecho, van a querer un(a) esposo(a) que se haya comportado con dignidad. Los y
las "fáciles" parecen ser preferidos, pero en realidad, los que saben pensar no quieren que el padre
o la madre de sus hijos haya sido un(a) persona "fácil". Cada uno con su comportamiento, escoge
el tipo de persona que quiere a su lado.

"Si me doy como persona, seré valorado(a) como persona. Si lo que ofrezco es carne, seré
valorado(a) como carne".

Sexualidad: la felicidad no está en el afecto carnal


Por Marlene Gillete Ibern

Deseo comenzar este tema sobre la sexualidad y la castidad con una lectura resumida del
Evangelio de San Lucas, 24, 13-35, sobre los discípulos de Emaús:

"Iban dos... a... Emaús... y conversaban entre sí... Jesús se acercó y siguió con ellos.... Él les dijo:
"¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?" Ellos se pararon con aire entristecido....
le dijeron: "Lo de Jesús de Nazaret.... como le condenaron a muerte y le crucificaron... Nosotros
esperábamos que sería él el que iba a liberar a Israel..." El les dijo: "¿No era necesario que... Cristo
padeciera eso y entrara así en su gloria?" Y... les explicó todo lo que había sobre él en... las
Escrituras. Al acercarse al pueblo... él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron
diciéndole ‘Quédate con nosotros'.... Y entró... Cuando se puso a la mesa con ellos... tomó el pan...
pronunció la bendición... Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron pero Él desapareció...
Se dijeron: ‘¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba'....?".

Este Evangelio es siempre conmovedor porque Jesús rescata al alma de la confusión sobre la
felicidad. Los discípulos judíos cifraban su felicidad en una fácil conquista de la libertad que les
negaba el imperio romano. Jesús se les une en su camino diciéndoles que no hay felicidad sin
amar la cruz. Jesús les habla con la verdad, y sus corazones estando dispuestos, lo entienden y
responden con ardor a esa verdad.

La ilusión y la desilusión son emociones intensas y frecuentes en el joven; y esto en particular


sucede en la búsqueda del amor. Empezar a conocer y comprender que el amor, bajo cualquier
forma, es servir a los demás, no es lo que hace dolorosa esa experiencia. Tarde o temprano, se
sabrá la verdad de que no hay felicidad si no se busca el amor en la cruz, en el sacrificio, y en la
entrega de uno mismo.

Lo que hace dolorosa la experiencia del amor es que el mundo moderno nos exige que la felicidad
suprema sea encontrada en el afecto carnal. El mundo moderno objeta que se diga que sí es
posible el amor sin una relación de afecto carnal con otro ser humano. El mundo moderno tilda
entonces de "fracasados en el amor" aquellos que guardan la castidad. Pero, como en Emaús,
Jesús nos dice que los que le aman y le siguen, no fracasan nunca; por el contrario, aman con el
Amor de Dios, siempre ardiente.

Cuando el amor divino desciende sobre el corazón humano, lo purifica como se purifica el oro en el
fuego. O como la madera, el corazón humano, se quema, se oscurece y poco a poco, va
penetrando el fuego dentro de la madera hasta que se convierte en antorcha para el fuego(1). Eso
es lo que Dios quiere de nosotros, que nos convirtamos en antorcha de su amor, extendiendo su
calor en cada persona con que nos encontremos.

La castidad de la laica soltera, bien sea durante su vida o hasta el matrimonio, es precisamente
amar al otro ser humano con el amor de Dios; es amar con limpieza de corazón. Con el amor de
Dios, no se mira al otro ser humano para tomarle para el placer ni para convertirlo en objeto del
placer; se mira al otro para dar y recibir de nuestro propio amor, de nuestra vida, de nuestra
persona. Y es grande saber que la castidad no hace imposible la maternidad. Por el contrario, en la
transmisión de nuestra personalidad y nuestro servicio hacia el otro ser humano, todas las mujeres
se convierten en madres espirituales de muchos. La castidad tampoco significa negar la sexualidad
femenina. La castidad hace uso de ella, al poner sus atributos y cualidades propias al servicio del
amor auténtico y duradero.

La castidad es ética de respeto por uno mismo y por el otro ser humano. Si bien cada uno de
nosotros adoptamos y requerimos una ética de trabajo, de estudio, del deporte, de gobierno, no es
menos cierto, y es aún más necesario y profundo, guardar una ética sobre la sexualidad.

Decir que el amor es siempre libre y arriesgado es cierto. Pero decir que el amor sólo será libre y
pleno en la expresión carnal desenfrenada es falso. Esto es sofocar el inmenso deseo de amar
verdaderamente. Y el amor verdadero es el aliento del alma y la alegría del corazón. Sin ese amor,
el alma muere y el corazón se pervierte.

Sabemos que nuestra capacidad de adhesión a la voluntad de Dios es lo que medirá el grado de
libertad que hayamos alcanzado(2). Por lo tanto, la obediencia a Dios en la castidad es lo que
libera nuestro ser para amar ¡con plenitud!

En la castidad, anclamos nuestro corazón primero al Corazón de Dios, antes que a cualquier
corazón humano. De esta manera, andamos seguros de que nuestro corazón no desfallecerá
nunca y amaremos mejor al otro. Pero si nuestro corazón depende de otro corazón para poder
amar, siempre será un corazón errante o al menos no tendrá paz. También es inevitable
comprender que el alma pertenece a Dios, y es sólo a Dios a quien desea tener el alma. Ninguna
otra persona puede llenar ese lugar; y si el alma no tiene a Dios, siempre suspirará, o estará
inconforme en su vida, por ese Alguien que le faltará.

Dios habla un idioma distinto al del mundo sobre los componentes de la sexualidad humana:

El mundo habla de entrega. Jesús añade: por la cruz.

El mundo habla de la dicha del amor. Jesús añade: siendo perfectos en el amor.

El mundo habla de madurez emocional. Jesús añade: siendo pequeños. El mundo habla de
bienestar personal. Jesús añade: dándolo todo(3).

La castidad es la aventura con Dios de amar a quienes Él nos pone delante en cada circunstancia
de nuestra vida. Si nos negamos a practicar la castidad, nunca conoceremos el amor.
Se dice que San Francisco de Asís, cuando hablaba con alguien, le prestaba tal atención a esa
persona, que esa persona era la más importante para él en ese momento. A San Francisco de Asís
no se le escapaba la dignidad de esa persona y se maravillaba pensando cuál sería el plan de Dios
para ella. ¡Eso es amor humano auténtico!

Si queremos guardar la castidad, en un mundo que considera locura amar con el Amor de Dios(4),
es imprescindible la oración. Es decir todas las mañanas: "Mi Señor, hágase tu voluntad de amor
en mí". Es caer de rodillas, extender los brazos en forma de cruz, y pedir pureza de corazón para
ese día a la Madre del Amor Hermoso, a Ella, que amó mejor que cualquiera otro en la vida,
diciendo: "María, Madre Admirable, Inmaculada desde la concepción, ruega por mí"

Planteamiento de fondo al tema de la sexualidadPor Víctor García Hoz

El asunto sexual no es un asunto meramente biológico; la educación correspondiente no es un tipo


de materia que pueda realizarse con independencia de los otros aspectos educativos: el intelectual,
el social, el moral.

La educación relativa al tema sexual es uno de los aspectos o contenidos de la educación actual
que lamentablemente se imparte muchas veces prescindiendo de los temas morales, religiosos y
sociales de la educación en su conjunto.

Tal vez las ideas falsas más difundidas se pueden reducir a tres:

1. Considerar la tendencia sexual como un impulso inocente en cuya satisfacción estaría la


felicidad del hombre. La satisfacción del impulso sexual sería una fuente de placer físico que se
encontraría en una especial clase de juego por el cual no hay que preocuparse.

2. Entender que la no conjugada tendencia sexual es un impulso puramente natural que no tendría
nada de misterioso ni complicado en su origen, pero que habría sido reprimido constantemente por
"supersticiones religiosas", por coacciones legales y tabúes convencionales, que han creado una
atmósfera de temor y miedo hacia todo lo que se refiere a la sexualidad.

3. Sostener que la tendencia sexual no podría ser reprimida sin consecuencias funestas para el
armónico desarrollo del hombre.

En el contexto de estas ideas, con pretextos de naturalidad , se rechaza cualquier preocupación o


enseñanza que tenga como finalidad la ordenación de las tendencias sexuales en el marco de la
dignidad humana dentro del matrimonio. Con el pretexto de la madurez psicológica no se ponen
obstáculos, y aun se dan facilidades a cualquier clase de experiencias sexuales, cayendo también
aquí en otro error; porque la madurez significa desarrollo, capacidad de producir frutos. La madurez
emocional y biológica no consiste únicamente en la capacidad de reaccionar biológicamente, sino
también y de modo principal, en la capacidad de someter los impulsos biológicos a la ordenación
de la razón. Madurez psicológica tiene no el que se deja llevar de sus impulsos, sino el que es
capaz de regularlos integrándolos de modo acorde con la dignidad humana.

A la desorientación doctrinal, nacida de falsos planteamientos intelectuales de la sexualidad


humana, viene a añadirse la acción de intereses comerciales y de otra índole que explotan las
tendencias sexuales para erotizar la sociedad en interés de unos cuantos. Así el erotismo en la
publicidad, para atraer la atención del consumidor, y la ligereza en el vestir, orientada
principalmente a la atracción sexual, son incompatibles con la doctrina moral u ascética; a cuya
doctrina no se la combate actualmente por vía racional, sino por el camino fácil del ridículo.
También el desprecio de las virtudes, tanto las humanas como las sobrenaturales, arranca del falso
concepto naturalista de la sexualidad.

En la unidad humana

El error común a todas estas concepciones está en considerar a la sexualidad como algo
puramente biológico, exclusivamente natural, sin tener en cuenta que en el hombre no hay ningún
factor de su vida que pueda ser considerado exclusivamente natural o biológico, sino que cualquier
manifestación de la vida revela que el hombre es un ser complejo en el cual se unen la materia y el
espíritu.

En cualquier nivel de la naturaleza humana, en cualquier zona de la experiencia del hombre, en


cualquier manifestación de la vida, la materia y el espíritu están presentes.

El sexo es un hecho biológico; pero en el hombre expresa el deseo de lo absoluto, del amor sin
límites de tiempo. Es una manifestación del deseo de unión que el hombre tiene para realizar el
afán de prolongarse mas allá de su propia vida El profundo deseo humano de paternidad está
insertado en la sexualidad humana.

Cuando se habla de amor sin límite de tiempo, de prolongación de la vida personal, se está
haciendo referencia a realidades que están más allá de la experiencia del hombre.

Nada tiene de extraño que el hombre haya experimentado la sexualidad siempre como algo
sagrado, algo que lo pone frente al misterio de la vida.

Nota: El autor es un filósofo español. Este artículo fue publicado por Pro Familia, Asociación para la
defensa y la promoción de la familia, organización afiliada a Vida Humana Internacional en la
Argentina.

Enseñe la castidad
Por Mary Beth Bonacci

Aunque no se ofreciera educación sexual en las escuelas, de todas maneras nuestros hijos tienen
que enfrentarse a una cultura que los está estimulando constantemente y que está saturada con
información errónea sobre la vida sexual. Muchos de los padres están tan confusos como sus hijos.
¿Qué podemos hacer nosotros, los educadores, y especialmente los educadores religiosos?
¿Debemos ignorar este reto a la salud, la estabilidad emocional y la salvación de sus almas?

Yo no puedo en conciencia observar en silencio la destrucción de nuestra juventud. Tenemos


mucho que perder, por ejemplo, los líderes del futuro, además de los millones de almas que estos
niños representan.

Por eso, yo viajo por todo el país dando conferencias a la juventud, a los padres, a los profesores
(y a cualquiera que quiera oírme), para hablarles sobre la castidad. Sí, la castidad. Esa virtud
olvidada e irreal de la era anterior a la "píldora".

¿Escucharán?

Sin embargo, es cierto que la juventud de nuestra época no se va a convencer por una mera
exhortación a la castidad. Muchos adultos todavía recuerdan la era en la cual el sexo era
considerado tabú, y la castidad significaba el evitar cogerse de manos. Pero lo bueno es que los
jóvenes al no oír hablar de la castidad, tampoco oyeron hablar de todas las exageraciones que se
difundieron a través de la falta de comprensión de esta virtud.

Tenemos la libertad de comenzar desde el principio y enseñar la castidad en todo su resplandor y


belleza positiva. ¿Positiva? Sí, muy positiva. Yo les quiero mostrar que la castidad es positiva y que
consiste en algo más que evitar las relaciones sexuales, para no quedar en estado, contraer
enfermedades, o ir al infierno. La castidad es vivir y respetar nuestra propia sexualidad tal como es,
y de la manera que Dios la creó, permitiéndonos participar y encontrar el amor verdadero, que es el
amor de Dios. Porque a fin de cuentas, los jóvenes no están buscando relaciones sexuales, lo que
están buscando es el amor y eso no lo están encontrando en las relaciones sexuales. Ellos
necesitan que se les explique que el amor lo van a encontrar en la castidad.

¿Y cómo creen ustedes que ellos van a reaccionar a esta virtud tan "irrealista"? Pues les diré: ¡con
mucho entusiasmo! Los jóvenes de hoy anhelan recibir consejos y guía; ellos quieren que se les
explique lo que es el bien y el mal y las razones por las cuales deben guiarse. Ellos se sienten
realmente agradecidos cuando alguien les dedica tiempo y se sienta con ellos a explicarles de
manera positiva, el porqué no deben tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Muchos de
ellos han sufrido en silencio las consecuencias emocionales y físicas de las relaciones sexuales
fuera del matrimonio, sin ni siquiera saber qué era lo que estaban haciendo mal, ni tener a dónde
recurrir para recibir ayuda o apoyo.

Enseñe la castidad, no la sexualidad

Yo no explico los detalles del acto sexual en mi programa de castidad. Las relaciones sexuales son
consideradas privadas y sagradas. Un programa serio y profesional, en el cual se promueve la
castidad, refuerza estos valores y no los menoscaba. Los jóvenes salen de nuestras charlas
inspirados, no excitados. Salen con una idea nueva de respeto hacia este poder tan inmenso que
es el don divino de la sexualidad y se dan cuenta de lo maravilloso que es el poder participar con la
Divina Providencia en la creación de la vida.

Nuestro Santo Padre, Juan Pablo II, ha reconocido de manera clara y precisa la necesidad de
promover una renovación de respeto hacia este don de la sexualidad; y por eso, dedicó varios
primeros miércoles de mes, a hablar sobre el tema: "La Teología del Cuerpo Humano" en sus
audiencias pontificales. Los jóvenes de hoy también necesitan experimentar este nuevo espíritu de
renovación y respeto hacia el don de la sexualidad... Para reconocer por qué las relaciones
sexuales son sagradas, por qué son exclusivamente para el uso dentro del matrimonio y por qué
Dios ha creado seres humanos de ambos sexos, femenino y masculino. Necesitamos buenos
programas en las iglesias y en las escuelas para ayudar a los padres y a los jóvenes a recobrar ese
respeto.

Este folleto fue publicado por American Life League y traducido por la Agrupación Católica
Universitaria de Washington, D.C. Se reproduce con autorización

Declaración sobre la castidad


Por la Liga de Pareja a Pareja

1. No volveremos a ser civilizados mientras continuemos permitiendo la legalización del aborto.

2. No podemos impedir los abortos si no hay un resurgimiento de la castidad. Un pueblo adúltero e


impuro exige el acceso al aborto para eliminar sus Aerrores".

3. No se podrá romper la cadena de la pobreza si no vuelve a surgir la castidad. La fuente de la


mayor pobreza que ha surgido es la de una mujer que está criando sola a sus hijos.
4. Grandes números de personas no volverán a guardar la castidad pre-matrimonial, sin un renacer
de la castidad en el matrimonio. Es mas fácil ser casto en el matrimonio, las parejas casadas tienen
que dar el ejemplo.

5. Los matrimonios no volverán a guardar la castidad, si no rechazan la anticoncepción. La


revolución sexual comenzó con la aceptación de la anticoncepción para los matrimonios, la idea de
que los matrimonios (esposos y esposas) pueden apartar lo que Dios ha unido en un abrazo
matrimonial.

6. Grandes números de personas casados no rechazarán la anticoncepción sin la aceptación


masiva de la enseñanza y la práctica de la planificación natural de la familia, un modo de vivir la
castidad.

7. Grandes cantidades de personas no aceptarán la planificación natural de la familia, sin que se


promueva ésta enseñanza y se ponga a la disposición de muchas personas.

Por tanto los párrocos deben tratar en todo lo posible, de convencer a los matrimonios para que
usen sólo la planificación natural de la familia, cuando tengan suficientes razones serias para
posponer o evitar el embarazo. Esta es la razón para las firmes recomendaciones del Comité de
Investigaciones y Prácticas Pastorales del Consejo Nacional de Obispos Católicos (NCCB por sus
siglas en inglés):

"Solicitamos que todos los programas de preparación al matrimonio incluyan instrucciones sobre la
planificación natural de la familia como componente, para que las parejas comprendan lo que
necesitan y tienen derecho a saber, para vivir de acuerdo a las claras enseñanzas de la Iglesia".

(Faithful to Each Other Forever: A Catholic Handbook of Pastoral Help for Marriage Preparation -
1998 - p.47)

¿Ha pasado de moda la virginidad? Por Paul Popenoe

¿Valdrá la pena ser virgen?

Eva se pregunta esto. Hace tres años que terminó la escuela secundaria y está trabajando en una
empresa inmobiliaria. Pronto cumplirá veinte años, aunque es más madura que la mayoría de las
chicas de su edad. Trata de ver la vida con los ojos bien abiertos y actuar inteligentemente.

Juan es quien le ha hecho plantearse esta duda. Claro que Eva lo había pensado ya antes, casi
todos los jóvenes se lo plantean hoy en día. Pero los dos están descubriendo la vida juntos. Creen
que la relación que los une es más intelectual que romántica. Hablan de filosofía (piensan que han
dejado la religión atrás) y ahora Juan ha tocado el tema del sexo, de una forma curiosamente
impersonal, al mismo tiempo que extremadamente personal. Dice:"la virginidad es solo algo de lo
que hay que deshacerse" y le sugiere a Eva que ya es hora de que ella actúe de acuerdo con ello.

Siempre que están juntos Juan saca a relucir el tema, pero no lo plantea con pasión, sino de una
manera abstracta. El dice que no pretende persuadirla sino que solamente quiere que ella analice
la situación claramente, despojándola de la influencia de la tradición y de todo temor infantil, y que
después de hacerlo, actúe consecuentemente. En primer lugar, le explica, si se entregan el uno al
otro completamente, su valiosa amistad se enriquecerá y se hará más honda, se comprenderán
mejor y habrá menos barreras entre ellos. El sostiene que eso es la natural culminación de una
amistad como la de ellos, amistad entre dos personas lo suficientemente maduras e inteligentes
como para tomar sus propias decisiones, sin dejar que sus mayores les dicten cóo deben
comportarse.

En segundo lugar le dice que esta actitud es necesaria para su salud mental. Que el impulso sexual
es algo natural, intenso y positivo; algo creado por la naturaleza, no precisamente para que se lo
someta a frustraciones. Que frustrarlo sería antinatural y quizás definitivamente dañino para ella,
pudiendo incluso limitar su capacidad para responder sexualmente en el futuro y hasta provocarle
una neurosis.

En tercer lugar, Juan afirma que esto la ayudará más tarde a elegir acertadamente un marido. El no
pretende que ella vea en él ese posible marido, si no que le ha dado a entender que nunca se va a
casar, o al menos no en muchos años, hasta que su puesto en la industria cinematográfica esté
seguro. Pero, claro está, ella se casará en breve y debe estar segura de que la mera curiosidad o
el impulso sexual no la hagan decidirse por el primero que le proponga matrimonio; un hombre que
le pueda parecer muy atractivo sexualmente, pero que puede resultar inadecuado para ella en
otros aspectos. Le asegura, que si ella desahoga antes parte de ese impulso sexual, tendrá un
mayor control de sí misma y estará mejor preparada para escoger una pareja estable y no ser
arrastrada por un impulso de pasión.

En cuarto lugar, Juan le asegura que ella necesita recibir educación sexual antes de casarse, si
quiere tener un ajuste sexual satisfactorio en su matrimonio. Si se casa siendo una ingenua, tal vez
con miedo como una niña, no puede esperar ser la mujer adecuada para un verdadero hombre. Un
mal comienzo haría que su matrimonio fuese de mal en peor, y muy posiblemente que terminase
en un pronto divorcio. ¿Por qué no prepararse antes para ser una pareja comprensiva y capacitada
en vez de ignorante y tonta? Al no prepararse para su futuro matrimonio lo está echando ya a
perder. ¿"Si participas en una carrera de coches sin haber aprendido a conducir, todo terminará en
una catástrofe bien merecida; no es cierto?", le dice Juan.

Eva está medio convencida. Todo lo que dice Juan le suena bien, y ella cree que él no la está
presionando. De hecho, él le dice que no quiere que ella haga nada que vaya en contra de su
criterio, o de su deseo. Muy justo, ¿no es así?

Justo e importante. Cada joven debe pensar sobre la cuestión hasta el final, teniendo presente que,
si ella escoge mal, no puede volverse atrás. Pero no llegar a una decisión puede también ser
dañino. Es a veces la duda perpetua, la indecisión, el intento de ir por dos caminos al mismo
tiempo, lo que causa serios conflictos mentales. Eva está de acuerdo de que ya es tiempo de tomar
una decisión, y ella comienza a buscar evidencias, con ese fin. Después de todo, se dice ella
misma, "estas cosas han sucedido muchas veces". Alguien sabe cuáles son los resultados. Alguien
puede darme los hechos. Yo lo averiguaré. No será difícil para ella averiguar la verdad, si ella
procede con mente abierta, puesto que los hechos son de sobra conocidos. Vamos a tomar las
proposiciones de Juan una a una, y vamos a ver lo que la ciencia tiene que decir sobre ello.

1.- La experiencia demuestra que el acto sexual, en vez de profundizar la amistad enriquecedora,
es más probable que destruya esa amistad. No hay problema en encontrar testimonios en este
asunto. Cuando la ruptura sucede, y siempre sucede; en verdad ha sido planeada para que
suceda, uno de los participantes, si no los dos, resulta lesionado. Mientras tanto, los participantes
no están aprendiendo "lo que es el amor", como ellos esperaban; solamente están recibiendo un
fragmento, sólo un pedacito, del amor verdadero. No están "entregándose uno al otro"; solamente
están entregando una pequeña parte de ellos mismos, y reteniendo la mayor parte de su
personalidad. No hay seguridad emocional en este tipo de arreglo. La experiencia enseña que la
seguridad emocional que acompaña al matrimonio es una de sus características más importantes,
y esto no se puede hallar fuera del matrimonio. La sociedad considera la conducta sexual de los
solteros un tópico de conversación, pero no la de los casados, y el encubrimiento, el secreto, la
evasión, el engaño, los encuentros furtivos en los callejones y la necesidad de tener que abandonar
cuando más desearían estar juntos; esas cosas le quitan a la relación la mayor parte del valor que
tendría, si las condiciones fuesen más favorables.

El acto sexual, en estas circunstancias, no es el intercambio que la naturaleza humana busca, la


rendición completa de uno hacia el otro, la fusión de ambos en una relación que es mayor que
cualquiera de ellos. Es probable que permanezca en un nivel infantil de mera preocupación acerca
de las sensaciones propias; y cuando una joven establece su vida afectiva al nivel infantil de
satisfacción personal, le resultará difícil alcanzar luego un nivel más alto. Por consiguiente, esos
episodios tienen menos probabilidades de promover crecimiento emocional que de lograr que una
relación de desarrollo estancado, se convierta en permanente e irreversible. Amistades profundas,
duraderas, que signifiquen algo, no pueden edificarse sobre la base del amor a uno mismo, que es
característica de los niños, que desean "lo que ellos quieren, cuando ellos quieren". Y que están
solamente preocupados con la satisfacción de sus propios deseos y no les importa quien sufra,
siempre que ellos se salgan con la suya.

Si no hay un sentimiento profundo y permanente, la personalidad se deteriora. Pero supongamos


que existe un sentimiento profundo y duradero, ¿que le sucederá a ese sentimiento? Desilusión y
pesimismo es probable que surjan, con la pérdida de un motivo que, como motor, debería haber
contribuido con algo de valor al mejoramiento de la humanidad. En resumen, una de las
desventajas del coito premarital es que "no hay futuro en el mismo".

2.- La represión, cuando se levanta como un fantasma en las discusiones sobre el sexo, ha sido
puesta de manifiesto desde hace tiempo, como un simple fantasma y nada más, especialmente por
Sigmund Freud, a quien, muy a pesar suyo, se le atribuyó la idea de que el deseo sexual debe
expresarse, a fin de prevenir daños a la personalidad. Todo lo contrario, declaró Freud
enfáticamente; el mero hecho de dar expresión al deseo físico, cuando toda la personalidad no lo
acompaña, causa mayores daños que los que existían anteriormente. En esas experiencias
premaritales la personalidad completa no interviene al mismo tiempo. Los partícipes temporales no
quieren o no pueden compartir un destino común. Su ambición es más limitada; meramemte
compartir durante unas horas un lecho común, con la determinación de que ellos no se permitirán
"verse envueltos". En realidad, ellos están creando muchas formas nuevas de frustración para sí
mismos. De todas formas, los psicólogos harán aquí una distinción entre un sentimiento de
frustración y un sentimiento de privación. El último de éstos sentimientos no causa mal a nadie,
puesto que se ve que no hay una razón para ello y porque el sentimiento de autoestima no resulta
puesto en peligro por la privación. La joven que se abstiene del acto sexual en el presente, como
medio de prepararse para algo mejor en el futuro, se ve privada del acto sexual, pero no se siente
frustrada; no ha perdido su propia autoestima, sino que la ha reforzado.

Otra joven que carece de "vida sexual" siente que ello se debe a que ningún hombre la encuentra
atractiva; ella es un descarte; un fracaso y, en un caso como éste, se siente naturalmente frustrada.
Su propia estima ha sido dañada y puede que esto la conduzca a diversas aventuras, para
asegurarse a sí misma, de que no carece de "atractivo sexual", tanto como ella teme. La mayor
parte de las experiencias sexuales prematuras de las jóvenes tienen poca relación con el sexo,
propiamente dicho; están basadas en la curiosidad, la vanidad y el hecho de llamar la atención. La
experiencia sexual, a menudo desalentadora y a veces incluso desagradable para la joven, son el
precio que ella paga por llamar la atención de alguien. No solamente no debe existir temor de la
palabra "represión", sino que ella es indispensable en toda civilización. En la medida en que
nuestros deseos biológicos se sujetan bajo control, es que podemos vivir en comunidad. Todo el
mundo ocasionalmente siente impulsos agresivos. Si fuese peligroso reprimirlos, ¿por qué no
vamos y matamos a nuestro jefe, cuando sentimos el deseo de hacerlo? ¡La sociedad no tiene el
derecho de exigirme que dañe mi salud mental negándome a obedecer a ese impulso! Si insistimos
en ser "naturales", la lógica indica que debemos serlo todo el tiempo; no escogiendo un impulso
que llamamos "natural" y olvidándonos de otros, igualmente poderosos y útiles, que aceptamos
deben ser mantenidos en línea, por el bien de todos, aunque eso resulte "no ser natural".
El acto sexual es una cosa sana y deseable, bajo ciertas condiciones. Esas condiciones suponen el
mantenimiento de una relación permanente y la creación de una familia, no la mera búsqueda de
una emoción transitoria.

3.- Hacer el acto sexual con Juan, en este momento, ayudará a Eva a seleccionar un marido, con
más éxito, un poco más tarde.

Lo contrario es lo cierto, como lo demuestra cualquier colección de casos, que enseñan que ello
conduce a una peor selección o, incluso, a ninguna. La verdad es, y las estadísticas lo demuestran
abundantemente, que el hombre promedio todavía prefiere casarse con una virgen. Hombres que
proclaman que ellos están "ilustrados", lo niegan algunas veces y en realidad hay unos pocos
neuróticos que solamente se sienten cómodos con una mujer de experiencia, como resultado de
algún episodio tortuoso en su propia educación; puede que ellos prefieran que ella sea la que lleve
la iniciativa, debido a sus propios temores, o es posible que ellos hayan unido la idea de sexo a la
idea de culpa, tan apretadamente, que inconscientemente, ellos resultan impotentes excepto con
una mujer a quienes ellos puedan considerar "impura". Pero una simple ilustración demuestra que
esto no es cierto con respecto al hombre promedio.

Supongamos una especie de experimento de las mil y una noches, en que un hombre se encuentra
con dos jóvenes muy bonitas, mellizas idénticas, que él es incapaz de distinguir una de otra, y se le
informa que tiene que escoger una de ellas de inmediato, como esposa. También se le informa que
la joven situada a su izquierda es virgen y que la otra ha estado acostándose con varios sujetos en
los últimos años. ¿Duda alguien de que nueve de cada diez hombres escogerían la virgen? Uno
tiene que ser ingenuo para creer que, siendo las otras cosas iguales, el abandono de la virginidad
mejora las posibilidades de una joven para casarse con éxito. Algunas veces ese abandono la lleva
a olvidarse del matrimonio, por la desilusión y el pesimismo en lo que concierne a los hombres, a
quienes encuentra quizás, que son pródigos en promesas pero lentos en su cumplimiento. Algunas
veces la joven adquiere una reputación que la perjudica. Algunas veces tiene sentimientos de culpa
que interfieren con su posterior matrimonio. Ella puede haber aceptado el coito premarital como
intelectualmente deseable, pero encuentra que no puede hacerlo, emocionalmente hablando. A
menudo la joven se siente guiada hacia un matrimonio que ella, en otras circunstancias,
rechazaría. Ella piensa, en efecto, que "ya he ido tan lejos que no puedo volverme atrás". La
posibilidad de que esto suceda aumenta si la joven se encuentra embarazada, inesperadamente.

El argumento de Juan y de otros, de que habiendo satisfecho sus necesidades fisiológicas, al


haberse suprimido la pasión, se encuentra en posición de seleccionar un esposo con más calma y
sin la influencia del mero deseo sexual, es particularmente irreal. La mayoría de las jóvenes antes
del matrimonio no tienen problema con su instinto de aparearse, a menos que deliberadamente se
sobreestimulen, como por ejemplo, con fuertes caricias. Pero una vez que su instinto se ha
despertado, como dice el viejo refrán, y una vez que el deseo biológico se ha desarrollado por
frecuentes actos sexuales, se convierte en más pronunciado, y algunas veces imperioso. Esto no
contribuye a una elección sabia y deliberada. Es más probable que esa elección sea hecha mejor
por una joven cuyo apetito sexual no la gobierna, sino que está preparada para elegir con calma y
a edificar después una vida sexual mutua, con el hombre de su elección. Una vez más la
experiencia sexual premarital confunde a una joven acerca de la razón de su popularidad. Ella
encuentra que es solicitada, durante un tiempo, por varios hombres que desean realizar con ella el
acto sexual. Inconscientemente, ella supone que esto es todo lo que necesita ofrecer, porque es
todo lo que ellos demandan. Ella está pasando por alto el hecho de que, en la vida conyugal, el
acto sexual ocupa una hora de cada cien. Y a pesar de que esa hora tiene mucha importancia, su
habilidad como compañera, como ama de casa, y como madre, durante las otras 99 horas, son
también importantes. Ella hace poco esfuerzo para desarrollar esas otras aptitudes, porque supone
que no necesita nada más que ser una compañera amable y complaciente en la cama. Esta
confusión es conspicua, como sucede con frecuencia, cuando el hombre insiste en que la joven
con la cual se está asociando, le facilite el acto sexual porque él "tiene que tenerlo", y si ella no se
lo proporciona, el tendrá que dejarla, para dedicar sus atenciones hacia alguien más complaciente.
Debe dársele crédito a Juan por no haber utilizado este argumento con Eva; pero muchas otras
jóvenes lo reconocerán como si fuese un viejo amigo.

Se escucha este argumento con frecuencia en los terrenos de las universidades, cuando un
hombre le ha dado a una joven su broche de la fraternidad a la que pertenece como símbolo de
fidelidad y de base para una "relación estable". Esto viene seguido de la amenaza de quitarle el
broche y de verse la joven privada de un acompañante a los juegos de fútbol y a los bailes, a
menos que ella pague su entrada convirtiéndose en su pareja sexual. La joven que se vende en
éstos términos no está ayudando a producir un mejor marido para ella, o para ninguna otra mujer.
Está simplemente contribuyendo a la infidelidad de un futuro marido al enseñarle que puede ser
todo lo egoísta que quiera, todo lo indiferente que desee acerca de las necesidades de su pareja,
según le plazca, y seguir todavía manteniendo sus "derechos". Un hombre debe demostrar algún
grado de autocontrol y de generosidad después del matrimonio; pero probablemente nunca podrá
hacerlo, a menos que lo haya aprendido antes del matrimonio.

4.- La idea de que la experiencia sexual premarital es deseable, por no decir necesaria como
preparación para un matrimonio exitoso, está contradicha por cada estudio que se ha hecho hasta
ahora. En primer lugar, las condiciones en que los encuentros premaritales se realizan, es probable
que no sean satisfactorios (como se ha mencionado anteriormente), por lo que resulta
particularmente difícil empezar bien. Los sentimientos de vergüenza o de culpa, el temor a ser
descubiertos, el miedo a quedar embarazada, el temor a las enfermedades venéreas, las dudas
sobre las intenciones de una de las partes; todas esas cosas tienden a impedir un ajuste sexual
que, en circunstancias normales, hubiese sido satisfactorio. Las encuestas demuestran que la
mitad de las jóvenes universitarias que están realizando el acto sexual (una minoría por cierto, del
total de jóvenes inscritas), son incapaces de sentir un orgasmo, aunque es posible que mientan
sobre ello y pretendan sentirlo para evitar que su compañero se pueda sentir insatisfecho o se
considere a sí mismo como defectuoso. Pero si esa joven siente que "algo está sucediéndole a
ella", desarrollará un complejo de inferioridad que la llevará a pensar, más y más, que ella debe ser
anormal. Esto puede llevarla a experimentar desesperadamente, cada vez más, tratando de buscar
al hombre que pueda darle desahogo, y quedando, con cada nuevo fallo, en peor situación que
antes. Una neurosis real puede resultar de éstos experimentos, que pudiera hacer imposible un
ajuste adulto de la sexualidad, sin una prolongada reeducación psicológica. El mero hecho de que
se pone tanto énfasis en el significado de éstos experimentos, puede conducir al fracaso. La joven
está tratando de demostrar su aptitud para el matrimonio, y con tanto en juego, ella está
sobreangustiada. Su ansiedad es la causa de su fracaso. Ella repite el proceso y pronto adquiere el
hábito del fracaso.

En el matrimonio se da por descontado que la primera vez que se realiza el acto sexual, no
alcanzará la perfección que se obtiene meses o años después. El marido y la mujer están
cooperando en una sociedad vitalicia; ellos pueden permitirse el tiempo necesario para crecer
juntos en esta materia. Pero la joven que está utilizando a un hombre conveniente como a un
simple tutor, no reconoce que este proceso de ajuste es inevitable. Y no está en el estado de
mente que le permite realizarlo con esta pareja, ni siquiera cuando ella reconoce la necesidad de
hacerlo. Pero aún suponiendo que ella establezca un ajuste sexual satisfactorio, ella estaría
imponiéndose una desventaja, porque el ajuste con su futuro esposo no sería el mismo. El es un
hombre distinto, con diferente fondo, diferente equipo emocional, diferente educación. Ella trata de
transferirle los hábitos formados con otra pareja, pero no encajan. El ajuste sexual es
esencialmente un ajuste por pareja y es más sencillo cuando no existen patrones previos, buenos o
malos, que tomar en consideración. Esa es, incidentalmente una de las razones por la que los
hombres prefieren casarse con mujeres vírgenes. Desafortunadamente, el hábito de experimentar,
una vez formado, no desaparece fácilmente y los estudios demuestran que una mujer con
experiencia sexual premarital, es más probable que cometa adulterio después del matrimonio.
Si Eva examina la evidencia, si llama a aquellos que han estudiado el tema objetivamente, no con
el ulterior motivo de "lograr una conquista", encontrará un acuerdo general en el sentido de que si
el acto sexual premarital resuelve algún problema, causa muchos problemas nuevos y más serios
que los que resuelve. Hemos mencionado solamente el embarazo inesperado y la infección de
enfermedades venéreas, no porque no tengan importancia, sino porque son más universalmente
conocidos. Las personas con experiencia pueden atestiguar que no existe un "control de la
natalidad" que sea cien por cien efectivo, y mucho menos en manos inexpertas.

Las estadísticas del gobierno muestran una difusión constante de la sífilis y la gonorrea, debido en
la mayor parte, en éstos días, a relaciones bien intencionadas como la que Juan está sugiriendo a
Eva. Pero otras dificultades como la tendencia a impedir el crecimiento emocional, están menos
claramente reconocidas. Se dice a veces que la gente joven están biológicamente preparada para
el acto sexual desde la pubertad, digamos a los catorce años; pero las dificultades sociales,
económicas y educacionales demoran su realización hasta los 24 años, por ejemplo. Hay, por
consiguiente, un período de diez años en que se alega que la sociedad está en guerra con la
naturaleza, y esta demora es la causa de muchas de las dificultades de la generación que surge.
La verdad es precisamente lo opuesto. La civilización es posible sólo cuando la fuerte disposición
sexual es mantenida a raya el tiempo suficiente para que la inteligencia y el autocontrol se
desarrollen y tomen una parte justa en el dominio de la vida del individuo. De otra manera, la más
primitiva forma de reproducción toma el control y nunca deja al cerebro dirigir, de modo que el
individuo se pasa la vida siendo incapaz de pensar por arriba de su cinturón. La continencia, por
consiguiente, no es un fin por sí mismo, como dirían los biólogos, si no un medio necesario para
conseguir un fin de más importancia, cual es, la consecución de madurez emocional, el
establecimiento de un matrimonio feliz al nivel adulto y la existencia de la civilización misma.
Estudios hechos por distintas personas, con diversos propósitos, están de acuerdo en mostrar que
los matrimonios más exitosos y los ajustes sexuales dentro del matrimonio, son los hechos por
personas que nunca han tenido experiencia sexual alguna antes del matrimonio.

Por último, los psicólogos ponen de manifiesto el hecho de que el primer acto de coito tiene un
valor simbólico como ningún otro. Es, en una forma, la iniciación de un sentido de la vida. Es la
nota clave de un concierto que dura toda la vida. Uno no comienza un concierto dando una nota
discordante. Si el primer coito representa una explotación insensible de otra persona, o una orgía
borracha, o un intento producto del pánico de contrarrestar el miedo de ser inadecuado, o el mero
dejarse persuadir para llamar la atención, será difícil cambiar la discordancia en armonía. Si por el
contrario, representa una promesa mutua de dos personas, unidas en una relación que es única,
será una nota clave que se convertirá en armonía. Estos son los hechos que Eva debe pesar
cuando tome su propia decisión, porque cada joven debe tomar esa decisión por sí misma. Eva lo
hará, al menos, estando sobria, aunque algunas jóvenes no dudan en tomar una decisión
importante e irrevocable de esta naturaleza, cuando están borrachas. Si Eva sopesa toda la
evidencia, ella evitará el aprieto en que se ven otras jóvenes que dicen más tarde "porqué alguien
no me señaló eso a mí?" ¿Por qué no indagué acerca de los hechos, en vez de tomar la palabra de
otros? Es su decisión, repito: Nadie puede hacerlo por ella. Y los resultados de esa decisión
pueden ser de más largo alcance de lo que ella nunca imaginó

En defensa de la virginidad

El SIDA es una enfermedad que ha alcanzado proporciones de epidemia mundial. Aunque el


siguiente artículo apareció originalmente en periódicos por toda Norteamérica y contiene
información relacionada específicamente con los Estados Unidos, la investigación médica y
científica, citada en él, tiene importancia universal. Este artículo ha sido adaptado para la
distribución internacional.
El gobierno de los Estados Unidos ha gastado miles de millones de dólares de sus impuestos
desde 1970, promoviendo los contraceptivos y las "relaciones sexuales sin riesgo" entre los
jóvenes.1 ¿No es ya hora de que se pregunten lo siguiente?

¿Qué hemos obtenido con nuestro dinero?

Veamos los hechos:

• Los Centros Federales de los Estados Unidos para el Control de las Enfermedades calculan
que hay ahora un millón de casos de infección del virus del SIDA (HIV) en toda la nación.2
• Uno de cada cien estudiantes que van al centro de salud de la Universidad de Texas tiene
el virus mortal.3
• El porcentage de transmisión heterosexual del HIV ha aumentado 44% desde septiembre
de 1989.4
• Las enfermedades de transmisión sexual (STDs - sexually transmitted diseases por sus
siglas en inglés) infectan a tres millones de jóvenes anualmente.5
• El 63% de todos los casos de STD ocurren entre personas de menos de 25 años de edad.6
• Un millón de nuevos casos de enfermedades de inflamación pélvica ocurren anualmente.7
• 1.3 millones de nuevos casos de gonorrea ocurren cada año, 8 y se han desarrollado tipos
de gonorrea resistentes a la penicilina.
• La sífilis está en su nivel más alto desde hace 40 años, con 134.000 nuevas infecciones por
año.9
• 500.000 nuevos casos de herpe ocurren anualmente; 10 se estima que el 16.4% de la
población de Estados Unidos, entre las edades de 15 y 74 años, está infectada, hasta llegar
a un total de más de 25 millones de estadounidenses. Entre ciertos grupos el porcentaje de
infección es tan alto como el 60%.11
• 4 millones de casos de clamidia ocurren anualmente; 12 del 10 al 30% de los jóvenes entre
los 15 y los 19 años de edad están infectados. 13
• Hay ahora 24 millones de casos del virus que causa el papiloma en los seres humanos
(HPV), los cuales ocurren más frecuentemente entre los jóvenes.14
• Hasta la fecha, más de 20 diferentes y peligrosas enfermedades de transmisión sexual
están exténdiendose entre los jóvenes. Añádale a esto los problemas asociados con un
comportamiento sexual promiscuo: la infertilidad, el aborto y los recién nacidos infectados.
El costo de esta epidemia es asombroso, tanto en sufrimiento humano como en gastos
causados a la sociedad. Sin embargo, los expertos en epidemias nos dicen que esto es sólo
el comienzo.

Increíblemente, los líderes de las "relaciones sexuales sin riesgo" y los promotores de los
condones, que nos han llevado a este desastre, todavía están determinando nuestras normas en
relación con la sexualidad de los adolescentes. Sus ideas han fracasado, y ya es hora de
reconsiderar sus métodos, los cuales han resultado ser un fiasco.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que oímos a alguien decirles a los jóvenes el por qué es bueno
que permanezcan vírgenes hasta que se casen? Se les ocultan los hechos, lo cual está
trayéndoles trágicas consecuencias. A menos que aceptemos la realidad de la enfermedad que
acecha a todos los seres humanos, la promiscuidad sexual de los adolescentes continuará y
millones de jóvenes, que piensan que están protegidos, sufrirán por el resto de sus vidas. Muchos
morirán de SIDA.

Sólo hay una manera segura de permanecer saludable en medio de una revolución sexual.
Consiste en abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el matrimonio, y después de casarse
ser fiel a un cónyuge no infectado. Este es un concepto que fue ampliamente aceptado por la
sociedad hasta la década de 1960. Desde entonces surgió una "mejor idea"; una idea que ahora
amenaza a toda la familia humana.
Cuando se propone la abstinencia, surgen algunas preguntas inevitables, y ya es hora de que
demos algunas respuestas claras:

¿Por qué, aparte de las consideraciones morales, cree usted que se les debe enseñar a los
adolescentes a abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que se casen?

Ningún otro método contra la epidemia de enfermedades de trasmisión sexual tendrá éxito. Las
llamadas "relaciones sexuales sin riesgo" son una solución desastrosa en marcha. Los condones
pueden fallar por lo menos en un 15.7% de los casos anualmente en la prevención de embarazos.
15 Fallan en el 36.3% de los casos anualmente en la prevención de embarazos entre mujeres
jóvenes y solteras, pertenecientes a clases minoritarias. 16 En un estudio de hombres
homosexuales, la British Medical Journal [Revista facultativa británica] reportó un porcentaje del
26% de fallo debido a rotura o deslizamiento del condón.17 En vista de estos resultados, es obvioel
por qué les hemos dado un nombre a aquellos que confían en los condones como un medio para
evitar el embarazo. Los llamamos "padres".

Teniendo en cuenta que una mujer puede concebir solamente unos pocos días al mes, sabemos
que el porcentaje de fallo de los condones debe ser mucho más alto cuando se trata de prevenir
enfermedades, ¡que puedan ser transmitidas los 365 días del año! Si los condones no se usan
correctamente, o si se deslizan sólo una vez, se intercambian virus y bacterias, y comienza el
proceso de la enfermedad. Un sólo error, después de 500 episodios "protegidos" es todo lo que se
necesita pra contraer una enfermedad de transmisión sexual. El daño es hecho en un solo
momento cuando la razón es dominada por la pasión.

Aquellos que dependen de un método tan inseguro deben usarlo apropiadamente en cada ocasión,
y aun así hay un alto porcentaje de fallos, debido a factores fuera de su control. Es posible que la
joven víctima, a quien las personas mayores le dicen que este pequeño dispositivo de goma
elástica es "seguro", no sepa que está arriesgándose a tener toda una vida de sufrimiento, y aún a
morir, por un momento tan breve de placer. ¡Qué carga tan pesada para ser puesta sobre una
mente y un cuerpo inmaduros!

En realidad, recientemente la Sección de Medicina de la Universidad de Texas descubrió que los


condones son eficaces solamente en el 69% de los casos para evitar la transmisión del virus de
inmunodeficiencia humana (HIV) en parejas heterosexuales. La doctora Susan Weller, de dicha
Sección de Medicina, analizó 11 estudios independientes de casos de transmisión del HIV. Su
conclusión fue: "Cuando se trata de la transmisión sexual del HIV, la ùnica manera eficaz para
evitarla es no tener relaciones sexuales con alguien que tenga o pudiera tener el HIV".18

En una conferencia que tuvo lugar hace algunos años, ni uno de 800 sexólogos levantó la mano
cuando se les preguntó si ellos confiarían en una delgada envoltura de goma elástica para
protegerse al tener relaciones sexuales con una persona infectada con el HIV. 19 ¿Quién podría
culparlos? Ellos no están locos, después de todo. Y sin embargo, están totalmente dispuestos a
decirles a nuestros jóvenes que las "relaciones sexuales sin riesgo" están a su alcance y que
pueden "dormir" con cualquiera sin ninguna consecuencia.

Sólo hay una forma de protegernos de las enfermedades mortales que nos acechan. Es la
abstinencia antes del matrimonio, y después la fidelidad mutua de por vida a un cónyuge no
infectado. Cualquiera otra cosa podría ser mortal.

Esa posición no es realista hoy en día. Es una solución imposible de realizar; los jóvenes no la
pondrán en práctica.

Algunos lo harán. Otros no. Sin embargo, sigue siendo la única respuesta. Pero consideremos una
"solución imposible de realizar". Desde 1970, el gobierno de los Estados Unidos ha gastado miles
de millones de dólares promoviendo métodos anticonceptivos y las "relaciones sexuales sin riesgo".
Solamente este año, se desperdiciarán de esa manera cientos de millones de dólares de sus
impuestos. ¿No es ya hora de que se pregunten qué han obtenido por su dinero? Después de 22
años y miles de millones de dólares, todavía aproximadamente el 58% de las muchachas menores
de 18 años no usan un contraceptivo durante su primera relación sexual. 20 Además, el promedio
de los jóvenes tienden a tener relaciones sexuales sin protegerse por todo un año, antes de
empezar a usar algún tipo de contraceptivo. 21 Ese es el porcentaje de éxito de los expertos que
llaman a la abstinencia "irreal" e "imposible de realizar".

Aunque Estados Unidos gastara otros 50 mil millones promoviendo el uso del condón, la mayoría
de los jóvenes no lo usarían constante y apropiadamente. La naturaleza del ser humano y la pasión
del acto sexual, simplemente no les permite a los jóvenes románticos comportarse de una manera
disciplinada.

¿Pero si usted supiera que un joven iba a tener relaciones sexuales, no le enseñaría acerca del
uso apropiado del condón?

No, porque hacer eso tiene consecuencias imprevistas. Recomendar el uso del condón a los
jóvenes inevitablemente comunica cinco ideas peligrosas: (1) que es posible tener "relaciones
sexuales sin riesgo"; (2) que todo el mundo lo está haciendo; (3) que adultos responsables esperan
que ellos lo hagan; (4) que es algo bueno; y (5) que sus compañeros saben que ellos creen estas
cuatro cosas, las cuales promueven la promiscuidad sexual. Estos son mensajes muy destructivos
para dárselos a los jóvenes.

Además, la información suministrada por Planned Parenthood [Paternidad Planificada] muestra que
la razón principal por la que los jóvenes tienen relaciones sexuales es la presión de sus
compañeros. 22 Por lo tanto, cualquier cosa que hagamos que dé a entender que "todo el mundo lo
está haciendo", tendrá por resultado que más, no menos personas, empezarán a tener relaciones
sexuales. Los programas de distribución de condones no reducen el número de jóvenes expuestos
a enfermedades, sino que lo aumentan radicalmente.

Desde que el gobierno de los Estados Unidos empezó su principal programa de anticonceptivos en
1970, los embarazos de muchachas solteras han aumentado en un 87% entre las edades de 15 a
19 años. 23 Asimismo, los abortos entre adolescentes aumentaron en un 67%; los 24
alumbramientos de madres solteras subieron al 83.8%; 25 y las enfermedades venéreas han
infectado a una generación de jóvenes. Buen trabajo, consejeros sexuales. Brillante idea,
senadores y congresistas. Buen sueño, Estados Unidos de América.

Después de haber cometido un disparate que ahora amenaza a la familia humana, uno podría
pensar que los creadores de estos programas se retractarían y pedirían disculpas por sus errores.
Pero en vez de hacer eso, continúan ejerciendo presión en el Congreso y en las corporaciones de
los Estados Unidos para conseguir más dinero. Teniendo en cuenta la información errónea que
existe en relación con este asunto, probablemente lo conseguirán.

Pero si usted fuera un padre o una madre y supiera que su hijo o hija está teniendo relaciones
sexuales, ¿no preferiría que él o ella usara un condón?

¿Cuánto riesgo es aceptable cuando usted habla de la vida de su hijo o hija adolescente? En un
estudio de parejas casadas en las cuales uno de los cónyuges estaba infectado con el HIV, se
descubrió que 17% de las parejas que usaban condones para protegerse contrajeron el virus en un
año y medio.26 Decirles a nuestros hijos adolescentes que "reduzcan el riesgo" a uno en seis
(17%) no es mucho mejor que recomendarles que jueguen a la ruleta rusa. Las dos cosas son
fatales, finalmente. La diferencia es que con un revólver la muerte es más rápida. Supongamos que
su hijo o hija se hace miembro de un club de paracaidismo de seis miembros. Si usted supiera que
uno de sus paracaídas fallaría irremediablemente, ¿le recomendaría que simplemente se
abrochara bien los cinturones? Claro que no. Usted le diría: ¡Por favor, no saltes! ¡Tu vida está en
peligro!" ¿Cómo podría un padre que ama a su hijo hacer algo diferente?

Los jóvenes no van a escuchar el mensaje de la abstinencia. Usted está realmente perdiendo el
tiempo tratando de convencerlos de algo como eso.

Es un mito popular que los adolescentes son incapaces de entender que lo mejor para ellos es
conservarse vírgenes hasta el matrimonio. Casi el 65% de todas las muchachas de escuela
secundaria, menores de 18 años, son vírgenes. 27

Hace algunos años, se celebró un acontecimiento juvenil que no tenía en el programa ningún
deporte, ni grupo de música "rock". La única atracción era un ex presidiario llamado Harold Morris,
hablando acerca de la abstinencia, entre otros temas. El coliseo tenía capacidad para 18.000
personas, pero llegaron 26.000 jóvenes. Finalmente, más de 2.000 estuvieron fuera del auditorio y
escucharon al conferencista por medio de un sistema de altoparlantes que fue instalado
rápidamente. ¿Quién dice que los jóvenes no escucharán este mensaje tradicional?

Hasta los adolescentes que han estado sexualmente activos pueden escoger la abstinencia. A
menudo, se le llama a esto "segunda virginidad", este es un buen concepto que comunica la idea
de que los jóvenes pueden empezar de nuevo. Una muchacha le escribió recientemente a Ann
Landers para decirle que ella hubiera querido haber conservado su virginidad, y terminó su carta
con estas palabras: "Lo siento, no lo hice, y ahora quisiera poder tenerla de nuevo". Como adultos
responsables, necesitamos decirle a ella que aunque no puede volver atrás, sí puede seguir
adelante, puede recuperar de nuevo su dignidad y proteger su salud, porque nunca es demasiado
tarde para comenzar a decir "no" a las relaciones sexuales antes del matrimonio.

Sin embargo, establecer y fortalecer las ideas sobre la abstinencia entre los adolescentes, puede
ser como arar en el mar. No porque ellos no escuchen, porque la mayoría lo hace. Pero los
mensajes a favor de la abstinencia se ahogan en el océano de propaganda tóxica de los
profesionales que promueven las "relaciones sexuales sin riesgo", quienes les dicen a los jóvenes
que como es imposible que ellos se abstengan de tener relaciones sexuales deben usar un
condón.

Según ustedes, los principales responsables son aquellos que les han dicho a los adolescentes
que la expresión sexual es su derecho, siempre y cuando lo hagan "correctamente". ¿Quién más
ha contribuído a la epidemia?

Por supuesto, la industria del entretenimiento debe compartir la culpa, incluyendo a los productores
de televisión. Es interesante que en relación con esto las cadenas de televisión y las compañías de
televisión por cable están retorciéndose las manos por causa de la terrible epidemia de SIDA.
Profesan estar muy preocupadas por las personas infectadas con enfermedades de transmisión
sexual, y tal vez sean sinceras. Sin embargo, los ejecutivos de la TV y los magnates del cine han
contribuído grandemente a la existencia de esta plaga. Por décadas, han mostrado a adolescentes
y adultos subiendo y bajando de las camas de unos y otros como robots sexuales. Solamente
mostraban a los tontos como castos, y éstos eran demasiado estúpidos o feos para poder
encontrar pareja.

Por supuesto, los bellos jóvenes actores en esos dramas eróticos nunca se enfrentaron con
ninguna consecuencia debido a su actividad sexual. Ninguno contrajo herpe, o sífilis, o clamidia,
enfermedades inflamatorias de la pelvis, o esterilidad, o SIDA, o verrugas genitales, o cáncer
cervical. A ningún paciente su médico le dijo que no había cura para su enfermedad, o que tendría
que luchar con el dolor por el resto de su vida. Ninguno oyó jamás que el cáncer cervical asociado
con el virus que causa el papiloma en los seres humanos (HPV) mata a más mujeres que el SIDA,
28 o que ahora hay tipos de gonorrea resistentes a la penicilina.29

No, no había nada negativo. Todo parecía tan divertido. ¡Pero qué precio estamos pagando ahora
por las mentiras que nos han dicho!

El gobierno de los Estados Unidos también ha contribuído a esta crisis y continúa agravando el
problema. Por ejemplo, un folleto recientemente publicado por los Centros Federales para el
Control de las Enfermedades y la ciudad de Nueva York, titulado: "Teens Have the Right" ["Los
jóvenes tienen el derecho"], parece tener como propósito el liberar a los adolescentes de la
autoridad adulta. El folleto contiene las seis declaraciones siguientes, que constituyen los
"Derechos de los jóvenes" ("Teenager's Bill of Rights"):

• Tengo el derecho de pensar por mí mismo.


• Tengo el derecho de decidir si tengo relaciones sexuales o no, y con quién.
• Tengo el derecho de protegerme cuando tengo relaciones sexuales.
• Tengo el derecho de comprar y usar condones.
• Tengo el derecho de expresarme.
• Tengo el derecho de pedir ayuda si la necesito.

Bajo la última declaración (el derecho a pedir ayuda), hay una lista de organizaciones y números de
teléfonos a los que se les anima a los lectores a llamar. La filosofía que gobierna a varias de estas
organizaciones incluye presentar la homosexualidad como un estilo de vida aceptable y una
vigorosa promoción del derecho de los jóvenes a la expresión sexual.

Seguramente hay otros que reconocen el peligro que ahora amenaza a una generación de
nuestros mejores y más brillantes jóvenes. Es hora de hablar en favor de un valor pasado de moda
llamado virginidad. Ahora, más que nunca, la virtud es una necesidad.

Si usted está de acuerdo en que ya es hora de tener una nueva actitud hacia la sexualidad de los
adolescentes, lleve este artículo a la próxima reunión de la junta directiva de su escuela. Envíelo al
cuerpo legislativo de su ciudad, estado o país. Y por favor, compártalo con sus adolescentes.
Comience a promover la abstinencia antes del matrimonio, como la única manera saludable de
sobrevivir a esta epidemia mundial.

Fuentes de información

1. La inscripción de adolescentes en sólo un programa federal (Título X) de 1970 a 1992, asciende


a más de mil millones de dólares.

2. Pamela McDonnell, División de Enfermedades de Transmisión Sexual, Centros para el Control


de las Enfermedades, Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, t.i.,
marzo 16, 1992.

3. Scott W. Wright, "1 in 100 tested at UT has AIDS virus," Austin American Stateman, julio 14,
1991, p. A14. Este estudio, sufragado con fondos federales, fue basado en ejemplos escogidos.

4. "Heterosexual HIV Transmision up in the Unites States," American Medical News (febrero 3,
1992):35.

5. Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Servicio de Salud Pública,
Centros para el Control de las Enfermedades, 1991 División de Prevención de STD/HIV, Informe
Anual, p. 13
6. Ibid.

7. McDonell,CDC, HHS,t.i., marzo 18, 1992.

8. STD/HIV Prevention, CDC, p.13.

9. Ibid.

10. Ibid.

11. Robert E. Johnson y otros. "A Seroepidemiologic Survey of the Prevalence of Herpex Simplex
Virus Type 2 Infection in the United States", New England Journal of Medicine 321 (julio 6, 1989)

12. STD/HIV Prevention, CDC p.13.

13. C.Kuehn y F. Judson, "How common are sexually transmitted infections in adolescents?"
Clinical Practice Sexuality 5 (1989): 19-25; según citadas por Sandra D. Gottwald y otros. "Profile:
Ob/Gyn Patients at the University of Michigan", 1989, The American Journal of Gynecologic Health
5 (mayo-junio 1991):23.

14. Kay Stone, División de Enfermedades de Transmisión Sexual, Centros para el Control de las
Enfermedades, Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, t.i., marzo 20,
1992.

15. Elise F. Jones y Jacqueline Darroch Forrest, "Contraceptive Failure in the United States:
Revised Estimates from the 1982 National Survey of Family Growth", Family Planning Perspectives.

16. Ibid, p. 105.

17. Lode Wigersma y Ron Oud: "Safety and Acceptability of Condoms for Use by Homosexual Men
as a Prophylactic Against Transmission of HIV During Anogenital Sexual Intercourse," British
Medical Journal 295 (julio 11, 1987):94.

18. Susan C. Weller, "A Meta-Analysis of Condom Effectiveness in Reducing Sexually Transmitted
HIV", Social Science & Medicine (junio, 1993):1635-1644.

19. Theresa Crenshaw, de comentarios hechos en la Conferencia Nacional sobre HIV, Washington,
D.C. noviembre 15-18, 1991.

20. William D. Mosher y James W. McNally, "Contraceptive Use at First Premarital Intercourse:
United States, 1965-1988." Family Planning Perpectives 23 (mayo-junio, 1991):111.

21. Cheryl D. Hayes, ed. "Risking the Future: Adolescent Sexuality, Pregnancy and Childbearing",
(Washington National Academy Press, 1987), pp. 46-49.

22. Encuesta de Planned Parenthood [Paternidad Planificada], "American Teens Speak: Sex,
Myths, TV and Birth Control," (New York: Louis Harris & Associates, Inc. 1986), p. 24.

23. "Condom Roulette," In Focus 25 (Washington: Family Research Council, febrero, 1992), p. 2.

24. Gilbert L. Crouse, Oficina de Planificación y Evaluación, Departamento de Salud y Servicios


Humanos de los Estados Unidos, t.i. marzo, 1992, basado en información del instituto Alan
Guttmacher de Planned Parenthood [Paternidad Planificada]. Aumento calculado desde 1973,
primer año del aborto legal.

25. Monthly Vital Statistics Report, Centros Nacionales para Estadísticas de Salud, Vol. 41, N0. 90
suplemento, febrero 25, 1993.

26. Margaret Fischl y otros. "Heterosexual Transmission of Human Immunodeficiency Virus (HIV):
Relationship of Sexual Practices to Seroconversion", III International Conference on AIDS, junio 1-5
1987, Abstracts Volume, p.178.

27. Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Centros Nacionales para
Estadísticas de Salud, Centros para el Control de las Enfermedades, "Percent of Women 15-19
Years of Age Who Are Sexually Experienced, by Race, Age and Marital Status: United States,
1988," National Survey of Family Growth.

28. Joseph S. McIhaney Jr., M.D. Sexuality and Sexually Transmitted Diseases, (Grand Rapids,
Baker Publ., 1990), p. 137.

29. A.M.B. Goldstein y Susan M. Garabedian-Ruffalo, "A Treatment Update to Resistant Gonorrhea,
Medical Aspects of Human Sexuality", (agosto, 1991):39.

Nota: Este informe fue preparado por la organización Focus on the Family (Enfoque a la Familia -
www.familiy.org ) con el título en inglés: In Defense of a Little Virginity: A Message from Focus on
the Family. Fue publicado en USA Today, abril 14, 1992, así como en otras publicaciones. Ha sido
distribuído a través del mundo.

El único remedio en contra del SIDA es la práctica de la castidad


Por el Padre Julián Simón

¡Aviso!: Este artículo contiene información sobre la sexualidad humana que no es apta para
menores de edad ni para otras personas moralmente vulnerables a este tema.

Como capellán del Hospital Subregional de Humacao desde el mes de mayo de 1984, he tenido
bastante experiencia en la asistencia espiritual durante la enfermedad y en la hora de la muerte de
pacientes con la enfermedad del SIDA. Puedo dar testimonio de esta experiencia con unos diez
casos, de que esta es una enfermedad terrible y temible. Comprendo la histeria que esta
enfermedad está causando en el mundo entero, la preocupación de todos por evitar el contraerla, y
la de las autoridades de los países que quieren controlar su propagación. Pero tristemente algunos
proponen remedios como el uso de preservativos durante el acto sexual, que jamás dará buenos
resultados, fomentará más la promiscuidad, y probablemente a la larga aumentará aún más los
casos de SIDA. El único remedio eficaz es la práctica de la castidad, de vivir según las leyes de
Dios, nuestro Creador, y no usar drogas.

La castidad implica la completa abstinencia del uso de la facultad sexual dentro y fuera del
matrimonio legítimo, de todo lo que no está conforme con las leyes de Dios para el matrimonio.
Implica fidelidad absoluta en el matrimonio. La castidad debe aplicarse igualmente para el sexo
masculino que para el femenino.

Prácticas como la masturbación, la homosexualidad, la bestialidad, la fornicación, el adulterio, la


prostitución, las relaciones sexuales premaritales, la contracepción, el aborto y la pornografía están
en contra de la virtud de la castidad. En la Biblia leemos como Dios condena estos pecados y nos
indica que los que no se arrepienten de ellos no entrarán al cielo sino al infierno. Y Dios quiere
salvarnos para que vivamos con Él en el cielo, por eso a veces permite enfermedades y
calamidades, como escarmiento para que las personas dejen los caminos que los llevarán al
infierno. Yo he visto que Dios ha dado extraordinarias gracias de arrepentimiento a víctimas del
SIDA y les ha "lavado" con su amor misericordioso.

Un famoso sacerdote jesuita en EE.UU., el Padre Kenneth Baker, en unos libros (Fundamentals of
Catholicism), publicados en los últimos años, indica que no hay ningun área de la vida moderna
donde la oposición de la fe y práctica católica por un lado y los valores y costumbres de muchos
neopaganos por el otro lado, sea más evidente que en el área de la sexualidad. Para el católico fiel
el acto sexual es algo sagrado porque fue creado por Dios para transmitir la vida humana. El
católico fiel reconoce que el placer que acompaña a esta obra de cooperación con la creación, es
una señal de la bondad y el amor de Dios. Pero para los paganos modernos y cristianos
secularizados, el acto sexual es mayormente para el placer, es un recurso para el juego y la
gratificación de sí mismo para usarlo donde, cuándo y como la persona lo desee sin referencia
ninguna al Dios Creador. Reconociendo estas actitudes de unos cuantos en este mundo, no
debería extrañarnos el hecho de que se ha atacado, insultado y ridiculizado a algunos católicos
prácticos en altas posiciones del gobierno de Puerto Rico, que han dicho un firme no al uso de
preservativos en el acto sexual y a los que quieran hacer propaganda en la televisión, la radio y la
prensa sobre el uso de estos. ¡Que Dios les mantenga firmes en la defensa de la buena moral!

Hay muchos que creen que la castidad es imposible, pero esto no es verdad. Dios nunca nos
manda a hacer lo imposible. El da a todos gracias suficientes para llevar una vida según sus leyes
y poder ir al cielo. Pero también nos ha dado la libre voluntad para cooperar con estas gracias o
rechazarlas. Por eso necesitamos antes que nada desear querer hacer la voluntad de Dios.
Debiéramos desear ser castos, las Sagradas Escrituras nos indican que debiéramos pedir la gracia
de la castidad. Debemos reflexionar sobre la belleza de la castidad y sus méritos. Cristo en el
Evangelio de San Mateo, Capítulo 8, dice: Además de la oración el católico también tiene la ayuda
para ser casto en la frecuente y fervorosa recepción de los sacramentos de la confesión y
comunión. Para los casados la fidelidad a Dios en todo lo que concierne al matrimonio les ayuda a
ser cada vez más castos. Entre los muchos santos y santas del Antiguo y Nuevo Testamento hay
muchos que eran casados, y nadie nunca llega a ser santo o santa sin a la vez practicar la
castidad, lo cual significa usar la facultad sexual según el plan de Dios.

Finalmente, propongo a todos la devoción a la Santísima Virgen María, la Madre de Jesucristo


nuestro Redentor, para ayudar a guardar la castidad o para recuperarla si se ha perdido. ¡Que Ella
nos proteja contra las asechanzas del demonio!

El Padre Julián Simón, O.S.B., ha sido sacerdote durante 42 años, fue párroco de Humacao y
Yabucoa, y es actualmente capellán del Hospital Subregional de Humacao y ayudante en la
parroquia de Humacao, Puerto Rico

¡Enséñenles a decir que no!Por Magaly Llaguno

El gobierno federal de los EE.UU. y organizaciones como Paternidad Planificada, que alegan
querer reducir el índice de embarazos en los adolescentes, han tenido más de dos décadas y han
gastado más de $3 mil millones para implementar sus "métodos" para promover las "relaciones
sexuales sin riesgo".

Primeramente dijeron que era necesario implementar la enseñanza de la educación sexual (sin
valores morales), en todas las escuelas públicas. Después añadieron información e instrucciones
específicas a los estudiantes sobre el uso de los anticonceptivos en dichas clases. Inclusive
llegaron al punto de abrir clínicas para entregarle anticonceptivos a la juventud, en muchas
escuelas de EE.UU. (1)
Después de más de 20 años de su "metodología", ¿cuáles han sido los resultados? Los embarazos
ilegítimos han aumentado en un 87% y los abortos en un 67% entre las adolescentes. El SIDA ha
aumentado en un 44% desde 1989 y hay más de 20 diferentes tipos de enfermedades venéreas
con miles de nuevos casos todos los años, sobre todo entre los jóvenes. (2) Este monumental
fracaso ha coincidido con un aumento sin precedentes de la promiscuidad juvenil. (3)

Lo lógico sería que los promotores de la educación sexual y los anticonceptivos para las jóvenes
hubieran aprendido su lección (como la aprendieron los suecos), y decidido promover seriamente la
abstinencia y los valores morales tradicionales.

Sin embargo, ¿cual es la "solución" que nos presentan ellos ahora? ¡El preservativo para jóvenes
adolescentes! De este modo les envían a dichos jóvenes el mensaje, de que es imposible que ellos
controlen sus deseos sexuales, y que lo más importante es "protegerles" del SIDA o de un
embarazo no deseado.

Pero este "mensaje de protección" es un engaño muy peligroso. Los preservativos pueden fallar
por los menos el 15.7% de las veces durante un año en prevenir embarazos. En el caso de las
adolescentes no casadas pertenecientes a minorías, los preservativos pueden fallar hasta el 36.3%
de las veces. (4) Si esto ocurre con la prevención de embarazos, ¡cuánto más podrán fallar en
impedir la transmisión del virus del SIDA! Un embarazo sólo puede ocurrir mientras esté el óvulo
presente y se tengan relaciones sexuales. Y esto sólo ocurre unos pocos días al mes. Sin
embargo, una persona puede ser infectada con el virus del SIDA cada vez que tenga relaciones
sexuales con alguien que ya está infectado.

Además, el virus del SIDA es 450 veces más pequeño que el espermatozoide y 50 veces más
pequeño que los microscópicos orificios que los científicos han descubierto en la goma látex, con la
cual se fabrican los mejores preservativos. Los virus de las principales y más dañinas
enfermedades venéreas también son más pequeños que el espermatozoide o que los orificios de la
goma látex. (5)

Verdaderamente es una irresponsable locura aconsejarles a los jóvenes (o a cualquiera) el uso de


los preservativos para prevenir el SIDA, las enfermedades venéreas o los embarazos "no
deseados". Sin embargo, ahora el gobierno del Presidente Clinton está transmitiendo por televisión
anuncios que promueven el preservativo para "prevenir" el SIDA. Algunos de éstos son
extremadamente sugestivos, como el que muestra un paquete de preservativos saliendo de una
gaveta y saltando sobre una cama donde se encuentra una pareja. En otro comercial se dice que:
"Un preservativo de látex, usado correctamente, previene el contagio del virus que causa el SIDA,"
lo cual, como ya hemos visto, no es cierto. (6) Inclusive la Dra. Joycelyn Elders, Ex-Cirujana
General de los EE.UU., planteó que, como parte del plan nacional de salud, se instalaran "clínicas
de salud" en todos las escuelas públicas del país, y que en dichas "clínicas" se repartieran
anticonceptivos, especialmente preservativos. (7)

El preservativo no es la solución para el SIDA. ¡La solución es tan sencilla! ¡Simplemente


enséñenles a los jóvenes a decir que no a las relaciones sexuales premaritales!

La señora Llaguno es directora ejecutiva de Vida Humana Internacional, periodista y traductora.

Notas

1. George Grant. Grand Illusions: The Legacy of Planned Parenthood. Wolgemuth & Hyatt,
Publishers, Inc., 1988, pp. 32-33; "Condom Roulette," Washington Watch 3 (Washington: Family
Research Council), enero 1992, p. 1.
2. "Condom Roulette," In Focus 25 (Washington: Family Reasearch Council, febrero 1992), p. 2;
Gilber L. Crouse, Office of Planning and Evaluation, U.S. Dept. of Health & Human Services, t.i.,
March 12, 1992; "Heterolsexual HIV Transmission Up in the U.S.," American Medical News (febrero
3, 1992): 35; "In Defense of a Little Virginity, a Message of Focus on the Family," USA Today, abril
14, 1992.

3. Grant, 116.

4. Elise F. Jones y Jacqueline Darroch Forrest, "Contraceptive Failure in the U.S.: Revised
Estimates from the 1982 National Survey of Family Growth," Family Planning Perspectives 21
(mayo/junio 1989): 103 y 105.

5. Susan G. Arnold et al., "Latex Gloves Not Enough to Exclude Viruses," Nature 335 (sept., 1,
1988): 19; Nancy E. Dirubbo, "The Condom Barrier," American Journal of Nursing, oct. 1987, p.
1306; Margaret Fischi et al, "Evaluation..." Washington Post, 6 de febrero, 1987.

6. Martin Merzer, "Anuncios sobre SIDA apuntan a jóvenes," El Nuevo Herald, 5 de enero, 1994,
pp. 1A y 7A.

7. Christopher Scanlan, "New Message for Teens: At the Least, Use a Condom," The Miami Herald,
5 de septiembre, 1993; "A Conversation With Dr. Joycelyn Elders," ABC News Nightline, 8 de
septiembre, 1993

¿Podemos resistir la tentación?


Por Cassandra Figueroa

Castidad. Si se le dice esta palabra a la mayoría de los adolescentes de hoy día, se quedan con la
mirada en blanco. ¿Acaso nadie tiene idea de las enseñanzas sobre cómo se ha de vivir de
manera moral? Cuando hay jóvenes que contraen enfermedades, quedan embarazadas o incluso
mueren, la respuesta es: "Yo no lo sabía". La castidad no es sólo abstinencia. Es pureza de mente
y vivir de manera moral. Es importante vivir castamente para evitar el embarazo premarital, el sida
y cualquier otra enfermedad de trasmisión sexual, y para impedir que el sexo se convierta en algo
"casual".

La pregunta más frecuente entre los adolescentes de hoy día, es: "¿Por qué tenemos que esperar?
¿Acaso todos los demás se abstienen de la vida sexual?" Antes que todo, el sexo no es sólo un
acto: el sexo es una gracia, un regalo de Dios, para que lo compartan el hombre y la mujer dentro
del santo sacramento del matrimonio, y colaborando con Dios en la procreación de hijos. Tres de
cada cuatro parejas que han vivido juntas fuera de los lazos matrimoniales, terminan en una
audiencia de divorcio. Estas parejas valoran el placer más que el compromiso, y confunden la
lujuria con el amor.

Reservar el sexo para el matrimonio nos salva de caer en situaciones falsas. Lo que presentan hoy
la televisión, las telenovelas y el cine, es falso. Presentan el sexo como un pasatiempo grato y sin
frenos para los adultos jóvenes. Pero no revelan las consecuencias crueles y nocivas del sexo
premarital. La verdad es que muchas personas sufren de enfermedades que amenazan sus vidas,
y criaturas inocentes se quedan sin padres, o incluso son abortadas.

Al mismo tiempo que presentan el sexo como un pasatiempo, excluyen el hecho de que el acto
sexual crea la vida humana. Esto lleva a los adolescentes a creer que el sexo carece de
responsabilidad. Pero no todos se han entregado a la vida sexual, y esperar hasta recibir el santo
sacramento del matrimonio, es garantizar que viviremos con Dios en el cielo por toda la eternidad.
Además del embarazo premarital, la vida sexual antes del matrimonio también tiene por
consecuencia el contraer enfermedades tales como sida, sífiles y herpes II. Estas enfermedades se
conocen como STD (por su sigla en inglés): enfermedades de trasmisión sexual.

Tal como escribió C. Everett Koop: "Cuando usted ejecuta un acto sexual con alguien, lo está
haciendo con toda la gente con que esa persona tuvo trato sexual durante los últimos diez años".

Lo cual multiplica las posibilidades de contraer una enfermedad fatal. Algunas de estas
enfermedades de trasmisión sexual son terminales, llevan a la muerte, o causan cáncer. Una
dolencia como la sífilis causa desórdenes cerebrales, afecciones del corazón, muertes y defectos
de nacimiento en los niños. Se ha descubierto que las nuevas manifestaciones de las
enfermedades sexuales se han vuelto capaces de resistir los tratamientos médicos.

Además de evitar el contraer enfermedades de trasmisión sexual o el embarazo premarital, vivir


castamente impide que el sexo se convierta en algo casual. Para conservar la condición sagrada
del sexo, hay que saber decir no cuando las circunstancias inviten. Como dice la Biblia: "Sea su
lenguaje: ‘Sí, sí', ‘no, no'" (Mt. 5:37).

La mayoría de las personas adolescentes que contraen una enfermedad de trasmisión sexual, o
que quedan embarazadas antes del matrimonio, dicen después: "No supe cómo decir no". Hay
muchas maneras de decir no. No es necesario darle al novio una conferencia de 30 minutos sobre
por qué queremos conservar la virginidad. Una forma de decir no al sexo premarital es mantenerse
lejos de quienes cometen este pecado mortal. La conciencia nos ayuda a discernir entre lo correcto
y lo incorrecto, y si nuestro corazón nos dice no, hay que seguir a nuestro corazón.

Ningún amor verdadero nos presionaría jamás para que hiciésemos algo que es inmoral, y ésta es
la prueba definitiva para saber si nos están manipulando, o si nos aman realmente. Reservar el
sexo para el matrimonio garantiza que cuando nuestro cónyuge nos dé todo lo que sea capaz de
ofrecernos, nosotros seamos capaces de hacer lo mismo, y no de darle sólo lo que nos ha
quedado.

La castidad es una virtud, una manera de vivir antes y después del matrimonio. Vivir una vida de
castidad nos garantiza la vida eterna en los cielos, con Dios. Es doloroso que los adolescentes de
hoy tengan que vivir bajo la presión del sexo. ¿De quién es la culpa? ¿De la televisión, de
Hollywood, o de nosotros mismos? No todos los jóvenes se han entregado a la vida sexual antes
del matrimonio porque hayan sido educados de una manera diferente. Los adolescentes que
cometen este pecado y sufren sus consecuencias, deben ser educados para bien de nuestras
futuras generaciones. Con el sexo vienen las responsabilidades, que no deberían caer sobre los
hombros de muchachos y muchachas que harían mejor en ir al cine que en criar a una familia.

¿Ayudaremos a nuestras futuras generaciones? ¿Ayudaremos a los adolescentes de mañana a


comprender la virtud que deben practicar, la virtud de la castidad?

Nota: Éste es el ensayo ganador del concurso en favor de la vida en 2003, del Programa de
Respeto a la Vida de la Arquidiócesis de Miami, Florida, EE.UU. Cassandra Figueroa es estudiante
de octavo grado de Epiphany School, en South Miami.

La castidad como virtud social


Por Adolfo J. Castañeda

La castidad es esa virtud que nos capacita para poner nuestra sexualidad al servicio del amor
auténtico, que consiste en el don de sí a Dios y a los demás, y en la transmisión de la vida. El amor
cristiano tiene dos vocaciones, dos llamados de Dios: uno a la vida consagrada y el otro al
matrimonio.

En la vida consagrada la sexualidad no se expresa genitalmente, sino que permanece como fuente
de energía afectiva al servicio del amor a Dios y al prójimo, que se expresa en el apostolado y el
servicio. Este amor engendra nuevas vidas en el sentido espiritual, pues a través del testimonio
evangélico logra ganar nuevas almas para Cristo y Su Iglesia.

En la vida matrimonial nuestra sexualidad sí se expresa genitalmente, además de espiritualmente,


ya que los dos valores inherentes a ella son la expresión y renovación del amor conyugal, así como
la transmisión generosa de la vida humana, vida que luego debe ser educada con esmero por los
padres para que alcance la madurez humana y cristiana.

Evidentemente la virtud de la castidad, "la integración lograda de la sexualidad en la persona en su


ser corporal y espiritual" (Catecismo de la Iglesia Católica, número 2337), implica la total
continencia (=abstinencia sexual) de alma, corazón y cuerpo en los no casados, y el uso correcto
de la sexualidad, es decir, el respeto de sus valores inherentes ya mencionados, en los que están
unidos en santo matrimonio.

De todo ello se deduce que la castidad no es simplemente una virtud "privada", sino que tiene
evidentes implicaciones sociales. Si en una sociedad no se vive la castidad, antes y dentro del
matrimonio, entonces aumentarán las fornicaciones, los adulterios, la anticoncepción, el aborto y,
en consecuencia, los casos de enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el SIDA, los
corazones rotos (para los cuales no hay ningún preservativo que sirva --aunque, a decir verdad,
ninguno sirve tampoco para proteger del SIDA), así como los niños sin papás. El SIDA y las demás
enfermedades de transmisión sexual, además de las secuelas de sufrimiento y muerte, traen
consigo un enorme gasto social y económico (por supuesto, a ningún enfermo se le debe dejar de
atender). Los niños sin papás pueden llegar convertirse con más facilidad en drogadictos y
pandilleros. Más sufrimientos y más gastos (por supuesto, a los drogadictos y a los pandilleros
también hay que ayudarlos).

A la luz de esta reflexión es inconcebible que se siga insistiendo en una "educación" sexual en pro
de la anticoncepción, el aborto y el preservativo, desprovista de los valores que la Iglesia enseña
en nombre de Cristo y sin respetar la autoridad de los padres de familia, a quienes Dios mismo a
puesto como los primeros y principales educadores de sus hijos. Ciertos ministerios de salud de
América Latina, la IPPF, ciertos organismos de la ONU y los que los financian tendrán que dar
cuenta ante el juicio de Dios y de la historia por el daño personal y social que han propiciado o
causado directamente, por no respetar la virtud humana y cristiana de la castidad.

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