Penitencia y Unción de Los Enfermos (Ayala)
Penitencia y Unción de Los Enfermos (Ayala)
Penitencia y Unción de Los Enfermos (Ayala)
PENITENCIA Y
UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
2017
P. Miguel Paz, L.C.
El CEC presenta los sacramentos de la confesión y de la unción de los enfermos dentro de los
sacramentos de curación. El homo viator que tiene necesidad de remedios.
Nuestras debilidades son morales y físicas. Las morales llevan al pecado y las físicas pueden
debilitarnos y llevarnos también a la debilidad moral. Para ambas están los sacramentos de la
confesión y de la unción de los enfermos.
El hilo conductor del curso será histórico, a la vez que irán emergiendo los aspectos sistemáticos.
I. PENITENCIA
1. Introducción
2. La penitencia en el AT
3. La penitencia en el NT
4. La penitencia en los escritos apostólicos
5. El problema del “pecado irremisible” en el NT
6. La penitencia en la Iglesia antigua
7. La penitencia y el perdón de los pecados graves en los primeros tres siglos
8. La penitencia canónica del s. IV al s. VI
9. La sacramentalidad de la antigua penitencia de la Iglesia
10. Transición de la penitencia pública a la privada
11. La reflexión escolástica sobre la penitencia
12. El ministro de la penitencia
13. El protestantismo y el sacramento de la penitencia
14. El concilio de Trento y el sacramento de la penitencia
15. La controversia sobre la atricción suficiente
16. El CVII y la dimensión eclesiológica de la penitencia
17. La confesión de los pecados veniales
18. La administración del sacramento de la penitencia en el contexto actual
19. Significado de la satisfacción
20. Las indulgencias
21. La penitencia y los otros sacramentos
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Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
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ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
I. PENITENCIA
1. Introducción
Hay textos bíblicos que deben aprenderse de memoria*:
i. Mc 1, 15: «el reino de Dios está cerca, convertíos y creed en el Evangelio».
ii. Mt 9, 5-8: «el Hijo del hombre tiene el poder en la tierra de perdonar los pecados».
iii. Mt 16, 19: «Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra
quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el
cielo».
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Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
2. La penitencia en el AT
Juan Pablo II decía que la reparación o penitencia es un acto natural del hombre.
Había concepción de pecado, pero no tanto como transgresión a Dios, sino al orden universal. La
penitencia buscaba restituir este orden roto.
En las culturas paganas está la idea del “eterno retorno” (cf. M. Eliade). En cambio, en el
cristianismo se da una visión totalmente diversa:
Mundo pagano:
Armonía original
Caos
Mundo cristiano:
La idea de pecado se presenta en contraste entre mal (ra’) y bien (tob). El hombre a partir de una
edad es capaz de elegir entre el bien y el mal (cf. Dt 30).
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ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
Pecado:
1) hata: «faltar a la promesa», es decir, dejar incumplidos los decretos de Dios;
2) pèsa: rebelarse: infidelidad, sublevarse contra Dios;
3) awon: desviarse del camino trazado por Dios; “andar por senderos tortuosos”; alejarse de Dios,
con el desorden y la ruptura de la comunión que eso comporta.
En el judaísmo rabínico intertestamentario se impuso el término ‘hobá’: deuda, que será retomado
por Jesús (por ejemplo, en el Padrenuestro).
La realidad del pecado en cuanto abandono de Dios, nos hace sentirnos abandonados por Dios. Se
expresa el concepto de ofensa personal a Dios que todo pecado significa. A la vez, se pone en
evidencia que es el hombre el que se hace mal a sí mismo y es artífice del propio castigo (cf. Jr
7,19).
© La idea de pecado es siempre presentada en modo religioso y existencial [relaciones Dios-
hombre, alianza], y no solo en relación con exigencias de naturaleza humana.
El sentido de la impureza legal o ritual expresa la diferencia infinita entre Dios y nosotros y la
dificultad de comunicarse con Él. Se conserva en cierta medida la confusión entre finitud y
culpabilidad. Pero poco a poco se entiende que lo que separa a Dios del hombre es el pecado. Aún
en tiempos de Cristo se confundía impureza con pecado. Pero ya desde el AT la finitud o
imperfección es presentada como motivo para la misericordia de Dios.
El esfuerzo por volver a Dios en al AT es designado con la palabra shuv (retornar, o la forma
sustantiva: retorno o teshuvá) que en la LXX se traduce como epistrephein, que tiene el sentido de
cambio externo de la conducta.
También con el término niham (gr. metanoiein) que significa el cambio interior de actitud. De aquí
la distinción entre penitencia interior (compunción, contrición) y penitencia exterior u obras de
penitencia. No son términos equivalentes, sino complementarios.
Ex 34,7: «El Señor, Dios misericordioso (raham) y piadoso (hanan), lento a la ira y rico en gracia
(hesed) y fidelidad (emet)». Otros textos que usan estos vocablos: Dt 6,9-10; Sal 51.
La misericordia es al atributo de Dios más visible para el hombre en esta vida. La definición de
Dios como compasivo y misericordioso atraviesa toda la Escritura.
Misericordia:
1) hanan: condescendencia del señor con súbdito, que eleva y honra. Encuentra gracia a sus ojos.
2) hesed: gracia, misericordia, benevolencia de quien ha hecho un pacto y permanece fiel, es
decir, dispuesto a restablecer las relaciones, sin importar a infidelidad de la otra parte.
3) raham: amor íntimo de la madre o padre “por el hijo de sus entrañas”. Amor entrañable.
Dios toma la iniciativa llamando al hombre y al pueblo a la penitencia y el perdón de Dios tiene el
poder de recrear: da un corazón nuevo. Él hace posible el retorno.
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Perdón:
1) machacha: borrar. Dios tiene un libro en el cual todo está escrito, ahí borra el pecado y no lo
ve más.
2) kabas: lavar, y en modo intensivo, enérgico.
3) tahar: purificar, limpiar. Se usa para la purificación de la lepra, para las purificaciones rituales,
pero también para designar el perdón de los pecados.
Los profetas son el medio por el cual Dios llama a la penitencia. Ellos llaman la atención del pueblo
para que reconozca sus pecados y hagan penitencia. A la vez recuerdan la bondad de Dios que no
olvida a su pueblo. En su predicación insisten en la imposibilidad del hombre de cambiar por sí
mismo, e insisten en la petición a Dios de un corazón nuevo y purificado.
- Oseas habla de Dios como un esposo fiel a la alianza esponsal que busca a la esposa infiel.
Justicia y derecho se asemejan al amor y a la misericordia. En Os 2,20 se presenta la
reconciliación como una nueva creación, un retorno a la armonía originaria.
- Jeremías hace notar que la conversión va más allá de los esfuerzos humanos, es una gracia:
«haznos volver a ti y volveremos» (Jr 31,18). Dios promete escribir una nueva ley en el
corazón del hombre en la Nueva Alianza (Jr 31,33).
- Ezequiel habla del carácter personal de la conversión, y de la necesidad de un corazón nuevo
y un espíritu nuevo que Dios crea en el hombre.
- Malaquías dice que Dios mismo purificará a su pueblo en el día del Señor.
- Salmos penitenciales: Sal 51 ("miserere") y 130 ("de profundis"). La grandeza del Señor se
manifiesta en su perdón. Sal 103 es uno de los más importantes cantos de la misericordia de
Dios. Los Sal 105 y 106 recuerdan la fidelidad de Dios, no obstante, nuestra infidelidad.
- Dn 3: el cántico penitencial de Azarías. El corazón endurecido se rompe por el dolor y llega a
ser un corazón contrito.
Expresan el deseo del retorno a Dios y se encuentran en muchos textos del AT. Se celebran a causa
de calamidades (guerras, epidemias, etc.) que se consideran castigos por el pecado.
a. Individuales: ayunos, oraciones, lamentos, limosnas.
b. Públicas: todo el pueblo guiado por un jefe o el rey. En estas ocasiones se hacía una confesión
pública de los pecados que a la vez era una alabanza a Dios (berekah) y un recuerdo (zikkaron)
de sus bondades con el pueblo. Frecuentemente se ofrecía un sacrificio.
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ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
Dilema cultual: se sentían inadecuados para ofrecer sacrificios a Dios pues todos eran pecadores.
Hacía falta que viniera uno que hiciera el sacrificio perfecto, espiritual y que lo ofreciera por todo
el pueblo. Es el siervo de Yahvé del que habla Is.
d. Las abluciones
Adquiere mayor importancia después del exilio. Era el modo de purificación ritual general.
e. Juan Bautista
Toma el símbolo del bautismo como preparación para la acogida del Mesías.
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3. La penitencia en el NT
Perfecto cumplimiento de la vdD, sacrificio espiritual capaz de expiar todos los pecados del
pueblo: tiempos mesiánicos, el Siervo de Yahvé, que obtuviese la salvación para todos. Dios
introduce en la tierra la capacidad de hacer penitencia que después, en el NT, culmina con su
perdón. Dios asume en el Hijo el proceso penitencial del hombre, que Él mismo ha suscitado.
Primero llama a la conversión y después introduce el perdón sobre la tierra. Son las dos caras de
una misma moneda: junto a la gracia de la conversión da la gracia del perdón.
“Convertíos y creed en el Evangelio” Creer en el Evangelio es creer en el perdón. La Iglesia
proclama el perdón, la posibilidad de cambiar de vida.
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ART! «Yo soy la luz del mundo;
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sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
Exigencias del proceso de conversión: p. 18. La conversión, en cuanto depende del corazón, debe
ser tendencialmente definitiva, para siempre, aunque obviamente hay que tener en cuenta la
debilidad del hombre.
Términos usados en el Ev para expresar la misericordia, perdón, compasión, pecado, etc. (no están
en la dispensa):
Hamartía = en el griego clásico es el error realizado por el protagonista de la tragedia…
Adikía = injusticia
Anomía = iniquidad, obrar contra el nomos: la ley.
Jesús viene al encuentro de la conversión con el perdón de los pecados, y tantas veces es el perdón
lo que suscita la conversión. Jesús al paralítico que bajó del techo: “Tus pecados te son
perdonados”. Análisis de las palabras de Jesús: “Para que veáis que el Hijo del hombre…” Hijo
del hombre viene de Daniel = juez escatológico. “…tiene el poder sobre la tierra…” Por lo tanto,
no es sólo sobre las nubes del cielo, sino que también en la tierra que tiene el poder “…de
perdonar los pecados” (Mt 9,6).
Primero a Pedro (Mt 16,19); después a todos los apóstoles (Mt 18,18).
A Pedro. Las llaves dadas a Pedro. En el AT las llaves se daban al administrador. ¿Qué sería atar
y desatar? Concepto rabínico doctrinal y disciplinar. En cuanto a lo doctrinal, se refiere a lo que
está permitido y lo que está prohibido. En cuanto a lo disciplinar, “atar” era separar de la
comunidad (meter a la cárcel) y “desatar” era absolver, liberar, reintegrar en la comunidad.
En Mt nos encontramos en el ámbito prepascual, por lo que Jesús habla a modo de promesa. En el
postpascual se hace eficaz. Esto se ve en Jn, al infundir el ES (Jn 20,23).
Análisis del texto. “Retener” no es no perdonar, sino que hace referencia a poner unas ciertas
condiciones antes de dar el perdón, que confirmen la conversión interna. Esto es importante por
una doctrina de Lutero: dice que el pasaje se refiere sólo a la predicación, que ha de suscitar la
conversión, la fe, y con esto se perdonan los pecados. En Mt y Mc se pone el bautismo en relación
con el perdón de los pecados… Síntesis: el verbo “retener” es importante, para afirmar que el envío
de Jesús no es sólo a predicar o a bautizar, como dice Lutero.
Conclusión de la p. 25. Tiene dos puntos. Ver dispensa. Movimiento de exilio y de retorno.
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La Iglesia para San Pablo es una comunión de santos, no es que todos lo sean, pero su unión con
Cristo por medio del bautismo exige una vida sin pecado. San Pablo retoma la imagen bíblica del
“camino”: caminad según el Espíritu; y lo presenta como una lucha de la carne [carne no es cuerpo,
sino el hombre completo dejado a sus fuerzas] contra el espíritu [la fuerza de Dios y el don de la
vida divina].
a. Exhortación a la penitencia:
En las cartas paulinas se hacen patentes las “manchas” de la Iglesia por los pecados graves de sus
miembros. Avisa que los que permanezcan en él no entrarán en el reino de los cielos (ej. 1Co 5,11).
No obstante, suplica a los bautizados volver a Dios y “reconciliarse” con Él.
Dice que los que están en pecado grave no deben acercarse a la comunión, pero no especifica cómo
deben hacer penitencia.
La Iglesia no puede permanecer pasiva frente al pecado grave de sus miembros: Pablo exhorta a
la amonestación pública del pecador por parte del jefe de la comunidad (cf. 1Tm 5,20). A veces
podía ser hecha fraternalmente por los espirituales de la comunidad (cf. Ga 6,1).
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a. Amonestación a la penitencia.
b. Confesión mutual y oración como remedio para los pecados menos graves.
c. ¿Un rito penitencial público no sacramental?
Probablemente se refiera a los pecados veniales o menos graves.
5. Exhortación a la penitencia en Ap
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Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
a. En Mc y Mt.
b. En Lc.
c. Interpretación de la enc. Dominum et vivificantem (n.46).
El pecado contra el Espíritu Santo es el pecado de creerse en el derecho de mantenerse en el pecado,
el pecado de no querer ser perdonado.
® El pecado contra el Espíritu Santo es el no querer ser perdonado o no querer reconocer un perdón
que viene de Dios.
2. La “imposible renovación” en Hb
[Desarrollo en los apuntes: interpretaciones falsas que cierran toda esperanza a quien peca
gravemente].
© En Hb se evidencia que para aquellos que conscientemente se separan de Cristo, mediador de la
Nueva Alianza, y persisten en su comportamiento, no existe algún otro camino de salvación. No
dice que sea imposible el perdón de aquellos que caen gravemente, pero que permanecen en la fe
El pecado leve se perdona con la oración del hermano, el pecado grave de otro modo.
4. Conclusión
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Los padres distinguían entre la penitencia (1) bautismal y (2) la post-bautismal. Ésta última podía
ser de dos tipos: (i) cuotidiana o leve, y (ii) ardua, que sería como un segundo bautismo. Se
reservaba a los pecados más graves.
La penitencia eclesiástica se constituye para el perdón de los pecados graves. Pero el problema
está en establecer cuáles son. El elenco varía según los autores, pero es constante la tríade:
1) Idolatría-apostasía
2) Adulterio-fornicación
3) Homicidio
Aquello que los Padres consideraban pecado grave no coincide con nuestro pecado mortal, ya que
es lógico que la conciencia moral se ha ido afinando con el paso del tiempo en la Iglesia [algunos
“pecados leves” para los Padres son pecados mortales para nosotros].
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a. Una teoría artificial: Según una teoría de fines del s. XIX e inicios del XX la Iglesia de los
primeros siglos se regulaba según la idea de una sociedad de santos, sin pecados, todos
perfectos. El bautismo era la única forma de perdonar los pecados y no habría penitencia post-
bautismal, al menos no para los pecados graves. Este comportamiento de la Iglesia se hizo
insostenible con el crecer del cristianismo. Así, según ellos, en el s. II por influencia del Pastor
de Hermas, se habría instituido una penitencia temporal eclesial para los pecados graves.
b. R/ Desde los inicios existía la penitencia eclesial y se aplicaba a todos los pecados.
A continuación, examinamos las dificultades puestas por los defensores de esta teoría y
demostraremos que la penitencia eclesial existía desde el inicio procedente de la enseñanza de
Cristo y de la práctica de los apóstoles.
*Los textos en los cuales algunos autores antiguos parecen oponerse al perdón de los pecados:
(i) O se trata de una oposición a un perdón demasiado fácil, pero no al perdón en cuanto tal
[ej. Oposición de Cipriano a Calixto].
(ii) O bien, son textos de autores que habían abrazado la herejía y, por tanto, no representan la
tradición de la Iglesia [ej. 2º Tertuliano, Novaciano].
2. Hermas y su “jubileo”
El Pastor de Hermas es una obra de género apocalíptico escrita hacia el 140 dC y su objetivo era
la reforma moral de la Iglesia. Su finalidad es dar esperanza del perdón a los cristianos en pecado
grave. Algunos interpretan el texto según la teoría descrita. Así, Hermas propone una penitencia
para ese momento y no una permanente. Se trata de una especie de jubileo. R/ (i) No se trata de un
perdón a fecha fija, sino que el tiempo de su cumplimiento se da en la Parusía [se habla de un
retardo en la construcción de la torre que es la Iglesia], por lo tanto, dura cuanto dura la Iglesia.
(ii) Además, no puede afirmarse que la Iglesia no perdonaba los pecados graves después del
bautismo, si tenemos presente tres cosas:
i. Se mantenía la penitencia en secreto para que los neófitos se tomaran en serio el
bautismo. Pero Hermas, por medio de estas alegorías y parábolas, quería decir a los
cristianos que existía esta posibilidad. No tanto porque él la inventara, sino porque
existió siempre (cf. San Pablo = amonestación, separación, etc. a fin de provocar la
conversión).
ii. Oposición clásica de los Padres entre metanoia y aphesis. La primera es la post-
bautismal [reparadora y onerosa]. La segunda es el perdón gratuito del bautismo.
Después del bautismo, no sería posible otra aphesis, pero sí una metanoia
iii. La ley en vigor de la Iglesia antigua de no reiterar la penitencia eclesial.
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Algunas conclusiones:
- Por la imagen de la torre se puede deducir que había posibilidad de reintegrarse.
- No se puede decir que Hermas inventó la posibilidad de metanoia pues es algo que ya existía.
- Tertuliano escribió el tratado de Penitentia (ca. 200) donde ya se nota el influjo montanista
(rigorismo exagerado). Por lo que no sigue la doctrina de la Iglesia.
- Caso de Hipólito v/s Calixto. San Hipolito no se oponía al perdón de los pecados, sino a la
indulgencia propuesta por Calixto.
Lo primero que sabemos es que este perdón es del concilio de Anchira (314). En general, los
concilios reflejan las prácticas que se vivían. También hay testimonios de Clemente sobre el
perdón de este tipo de pecado.
© DE ESTE CAPÍTULO: PODEMOS AFIRMAR QUE HAY SUFICIENTES INDICIOS DE QUE EN LA IGLESIA
PRIMITIVA SE PERDONABAN TODOS LOS PECADOS: LOS GRAVES CON PENITENCIA PÚBLICA Y LOS
MENOS GRAVES CON PENITENCIA PRIVADA DADA POR EL OBISPO. A LA VEZ, EXISTÍAN RIGORISTAS
QUE NO QUERÍAN QUE SE PERDONARAN LOS PECADOS GRAVES. ESTOS, SIN EMBARGO, ERAN
HERÉTICOS.
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A partir del Edicto de Constantino tenemos muchos más datos. Comienzan a abundar los decretos,
ya sea de obispos singulares, concilios, etc. Además, es el gran siglo de la Patrística.
Grandes masas se unen a la Iglesia, abandonando el paganismo. Así, aumenta mucho la práctica y
frecuencia de la penitencia. También por el hecho de que muchos se bautizaban de niños, por lo
que era más fácil que cayeran en el pecado.
b. El cumplimiento de la penitencia
Este estado al comienzo duraba años [con el tiempo se limita a la Cuaresma]. Debían vivir una
vida penitencial casi monacal. No podían comulgar, debían vivir en celibato, etc.
a) Moribundos: aquellos que esperan al fin para confesarse. Algunos les niegan la
reconciliación y comunión. Ej. Cipriano. Pero el Concilio de Nicea excluye esta forma de
proceder.
b) Clérigos: en el s. III eran degradados al estado laical y admitidos a la penitencia canónica.
En el s. IV son excluidos de la penitencia canónica, degradados y confiados a la
misericordia de Dios, debiendo hacer penitencia privada.
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c) Monjes y “conversos”: algunos pecadores elegían una vida similar a la de los monjes,
viviendo en sus casas. Eran llamados “conversos”. También la entrada en un monasterio
sustituía la penitencia canónica y servía de reconciliación.
Al final, eran readmitidos mediante una ceremonia de reconciliación. Entonces se podía participar
en la eucaristía.
Lo que contaba era la conversión interior.
Deprecativa = pedir, implorar el perdón.
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¿La reconciliación es en primer lugar con Dios o con la Iglesia? Es una discusión que aún hoy
perdura.
- El CVII dice simul, es decir, al mismo tiempo. Este simul es cronológico, pero sigue la pregunta
sobre la precedencia lógica.
- El CEC da a entender que primero es con Dios. Pero como se da por medio de un sacramento
eclesial la discusión persiste.
- Solución del profesor: R/ reconciliándose con Dios (cabeza), se reconcilia con la Iglesia
(cuerpo). Se puede hacer una analogía con ecclesia facit eucharistiam…
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En los monasterios era una práctica común la dirección espiritual que era una especie de confesión.
Comenzaron a perdonar los pecados los presbíteros (como los párrocos). Poco a poco esta usanza
comenzó a pasar a los laicos que estaban junto al monasterio. Esto pasó tanto en Oriente como en
Occidente.
2. La penitencia céltica
Esta praxis se hizo muy común, sobre todo, en Irlanda. Pero con un cambio: se daba la absolución
sin exigir la penitencia cumplida, bastaba con la aceptación y con la promesa de que se cumpliría
la penitencia (como se hace en nuestros días). Al final del s.VI los monjes misioneros irlandeses
llevan al continente este tipo de confesión.
Al comienzo hubo reticencias (cf. Concilio de Tolero en 589). Pero ya en los siglos VII y VIII
llega a ser el modo normal de hacer la penitencia. En el s. IX, durante el imperio de Carlo Magno,
se busca de restablecer la penitencia pública o canónica. Al final, la penitencia pública queda para
los pecados graves y públicos [antes era para todos los pecados graves: públicos y privados] y la
penitencia privada para el resto de los pecados.
Cada confesor tenía su libro penitencial, donde escribía las penitencias (“tarifas”) por cada tipo de
pecados. Poco a poco comienzan a desaparecer y queda a la discreción del confesor.
La reiterabilidad de la dirección espiritual pasa a la penitencia, que llega a ser reiterable, haciendo
frente a la gran dificultad de la penitencia antigua que no permitía repetición.
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a. Primeros escolásticos
b. Santo Tomás:
Santo Tomás dice que por la fuerza misma de la gracia que viene de la absolución el penitente
recibe la gracia para hacer un acto de contrición perfecta. No es que se pase de la atrición a la
contrición de modo automático, sí interviene su voluntad, que es impulsada por la gracia. Este
acto de contrición perfecta sería la causa última de la remisión del pecado. Así se salva la causa
del ministro y la del penitente.
… igualmente eficaz porque toda contrición perfecta es acompañada del deseo de confesarse.
Dado que los sacramentos pueden obrar in re o in voto. En este caso el proceso sería deseo…
Santo Tomás salva la eficacia de la contrición perfecta, sea el perdón de los pecados in re
(atrición) en voto (contrición).
c. Duns Scoto:
Scoto defiende en Oxford la posibilidad de acercarse a recibir la absolución, aunque solo fuera
con atrición. Gracias a Dios esta doctrina fue aceptada por la Iglesia.
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d. Ockam
Ni siquiera hace falta la atrición, lleva a extremo la doctrina de Scoto.
Dios no está sometido a su creación, puede condenar al inocente y al pecador convertido. Esto
va en contraste con la Sagrada Escritura.
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Conclusiones:
1) Dios introduce en el hombre la capacidad de hacer penitencia agradable a Dios, por medio
de la encarnación.
2) Cristo realiza la penitencia en nosotros y nosotros debemos realizarla en Él. Al mismo
tiempo, Cristo da a algunos hombres la capacidad de conceder en su nombre el perdón.
3) Trento considera el sacramento de la penitencia un modo de participación a la acción de
Cristo*. Esto no lo considera Lutero.
Precedentes
La Iglesia rechaza los ataques al sacramento de la penitencia que vienen de los pre-reformadores,
los cuales sostienen la doctrina nominalística de Ockam.
i. Concilio de Constanza (1415) condena la opinión de Wycliff que considera superflua
la confesión exterior si el hombre está contrito verdaderamente.
ii. Martín V (1418) impone creer, contra Wycliff y Hus, que un cristiano pecador más allá
de la contrición debía confesarse.
iii. Concilio de Florencia (1439) siguiendo a Santo Tomás considera la confesión cuasi
materia del sacramento. El pecador debe confesar todos los pecados graves que
recuerde tras un diligente examen.
1. Doctrina de Lutero
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Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
a. El terror y la fe son las dos partes subjetivas de la penitencia: aunque se esté bautizado, no
puede escaparse del terror. El terror surge de la conciencia del hombre cuando se da cuenta, a
la luz de la Palabra de Dios, del estado de condena en el que se encuentra.
La fe justificante es el único acto que dispone a recibir la gracia divina y la remisión [en el
sentido luterano de no-imputación] del pecado.
Influido por su experiencia, Lutero olvida que, más allá de la fuerza de las pasiones, la voluntad
movida por la gracia puede vencerlas. La lucha contra las pasiones no es despótica, sino
política (Santo Tomás). El error de Lutero fue extrapolar su propia experiencia psicológica a
todos.
b. Necesidad subjetiva de la confesión: niega la necesidad objetiva de la confesión. Opina que
la confesión es opcional al igual que aquellos pecados que se confiesan. No es obligatorio
confesar todos los pecados mortales. Subjetivamente, puede ser necesaria para las personas
inquietas espiritualmente para su paz y consuelo espiritual al asegurarse el perdón de Dios.
c. Naturaleza NO sacramental de la confesión: al inicio del De captivitate babylonica admite
la penitencia como sacramento. Al final lo niega porque afirma que no fue instituido por Cristo,
sino por la Iglesia. Considera las palabras de Jn 20,23 como referidas solo a la predicación de
la Palabra de Dios que mueve el hombre a la fe justificante y a la recepción del bautismo que
se confiere para la remisión de los pecados. *El verdadero y único sacramento de la penitencia
sería el bautismo.
d. Satisfacción es “ofensiva”: rechaza y condena la idea de la satisfacción como ofensiva. La
Iglesia no puede imponerla, sería una ofensa a Cristo que ha pagado por todos y
sobreabundantemente. v/s San Pablo: completo en mi carne…
e. Cualquiera puede absolver: porque no se trata de una verdadera absolución que ya se ha
recibido en el bautismo. Todo cristiano puede absolver a otro hermano en la fe. Esta absolución
consiste en el anunciar o recordar el evangelio de la misericordia, el bautismo y asegurar que
los pecados han sido perdonados a causa de la propia fe.
2. Doctrina de Calvino
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sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
2. Necesidad de la penitencia
a. Partes: contrición, confesión, satisfacción que son llamados quasi materia del sacramento.
b. Forma: las palabras del sacerdote EGO TE ABSOLVO. El Concilio de Trento se inclina por
la fórmula indicativa (yo te absuelvo).
c. Efecto: la reconciliación con Dios. A la que se añade la serenidad y consolación.
4. Contrición
a. Noción general: es el 1º y más importante acto del penitente: dolor y rechazo voluntario del
pecado cometido, e incluye el propósito de no volver a cometerlo. La necesidad de la contrición
es absoluta y universal para el perdón de los pecados. En contradicción con los protestantes
que reducen la contrición al terror y a la fe con el propósito de recomenzar una vida
externamente buena.
b. Contrición perfecta y su eficacia: perfecta porque es movida por el amor a Dios. Su eficacia
consiste en que antes de recibir el sacramento efectivamente, el hombre ya ha sido reconciliado
con Dios y justificado por la gracia.
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Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
c. Atrición y su relación son el sacramento: es una vergüenza y temor imperfecto por el pecado
cometido. Aunque se teme solo el infierno, es un temor bueno. Cumple las dos condiciones:
(i) rechazo del pecado e (ii) intención de no volver a cometerlo.
Existen diversos tipos de temor:
i. Temor filial movido por el amor del hijo que no quiere perder la amistad con el padre.
ii. Temor servil malo (serviliter servilis): persiste el apego al pecado, pero se temen sus
consecuencias.
iii. Temor servil moralmente bueno (sempliciter servilis): desapego del pecado por temor al
infierno.
Es doctrina común que basta con la atrición para recibir el sacramento*.
5. La confesión
a. Es de derecho divino en sentido riguroso, es decir, que emana de Dios mismo: Jesucristo.
b. La integridad de la confesión: deben confesarse los pecados mortales, todos y cada uno en
particular y las circunstancias que cambian la naturaleza del pecado.
Contra la afirmación protestante que es solo un anuncio del evangelio, el concilio afirma la eficacia
de la absolución. Trento afirma el carácter judicial de la absolución sacramental: “la sentencia es
pronunciada por el sacerdote como un juez”, obviamente en sentido analógico.
9. La satisfacción
La absolución perdona la culpa de los pecados y la pena eterna, pero puede permanecer una pena
temporal debida a Dios por el pecado [un acto de perfectísima contrición puede borrar toda pena
temporal]. Para expiar esa pena temporal está la satisfacción, en razón de la justicia de Dios y de
su misericordia (dado el valor medicinal y pedagógico de la satisfacción).
Según Trento la satisfacción no sirve de nada si no está unida a la satisfacción plena de Cristo. No
ofende, por tanto, el poder de la obra redentora de Cristo. Participando de sus sufrimientos
participaremos de su gloria. © LA PARTICIPACIÓN ES LA CLAVE DE LA SACRAMENTALIDAD DEL
SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
10. Conclusión: valor permanente de las declaraciones de Trento abiertas a futuros desarrollos
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ART! «Yo soy la luz del mundo;
la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
Debate: ¿Es suficiente para el perdón de los pecados? La palabra clave es “amor” ¿Cómo es posible
que sin amor a Dios el penitente se pueda reconciliar con Él? Hablan de un “inicio de amor”
(incipiunt, es decir, incipiente)…
Los contriccionistas decían que el amor debía tener por objeto a Dios por sí mismo. Estos exigían
la contricción perfecta. Los atriccionistas decían que bastaba la…
El Papa Alejandro VII en 1667 puso la paz entre ambos grupos. Dijo que la doctrina más común
era la de los atricionistas.
Catecismo 1453. Atrición como el inicio de un movimiento interior, que será llevado a
cumplimiento con la absolución sacramental.
Con el puro temor no se persevera. Se necesita el amor. Por eso, el penitente no ha de quedarse en
el momento inicial de la atrición…
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¿Qué es primero: la reconciliación con Dios o con la I? (p.84). Esto puede servir para comprender
mejor el rol de la Iglesia en el sacramento. Hubo diversas opiniones a lo largo de los siglos. Es un
debate sobre la res et sacramentum de la Penitencia. Catecismo 1499 afirma que la reconciliación
con la I es consecuencia de la reconciliación con Dios. En el momento en que se reconcilia con
Dios (Cabeza), se reconcilia también con la Iglesia (Cuerpo), sacramento de la unión de Dios con
los hombres. Esto se produce al mismo tiempo (simul cronológicamente, aunque lógicamente
primero sea con Dios). Pero esto queda al nivel de opinión teológica.
Cuando la I, sacramento de la unión de Dios con los hombres… (LG 1), realiza la reconciliación
del pecador con Dios, está realizando su misión, con lo que es más ella misma, realiza su identidad..
El punto central del sacramento es la contrición. Es lo decisivo. Si no hay esto, aun cuando se
confiesen los pecados, …
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la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
La Iglesia actualmente enseña la utilidad de la confesión de los pecados veniales, y el hacerlo con
frecuencia.
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“Absolución general” (es decir, a un grupo de personas, sin confesión individual previa). Ejemplo,
en un bombardeo, la gente se reúne en la iglesia… situaciones de grave peligro de muerte. Pero,
¿hay circunstancias fuera del peligro de muerte en que se pueda hacer esto? ¡Sí! Se tienen que
reunir algunas condiciones: muchos penitentes, que estarían privados del sacramento por un
periodo largo de tiempo (se entiende más de un mes) y hay pocos confesores. El penitente deberá
acercarse a la confesión individual apenas pueda. Esto último por razones pastorales (para ayudar
a madurar el movimiento de conversión, etc.) y por la naturaleza de la confesión (la confesión
específica e íntegra es de derecho divino) (cf. p. 96). Ejs. Situaciones de misión, de persecución,
etc. En cada país la conferencia episcopal regula esto.
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la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
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1. La enfermedad es un hecho
2. Valores humanos y cristianos de la enfermedad
3. El ejemplo de Jesucristo y la asociación a sus dolores
La Iglesia ha heredado del Señor el carisma de la sanación y el cuidado de los enfermos. Se “toca
la carne de Cristo” (cf. Francisco).
1. El hecho de la muerte
La muerte enseña y es parte de la vida. A todos nos espera la suerte de todos los cuerpos biológicos.
2. Causa histórico-teológica
La muerte es salario del pecado [raíz histórica de la muerte], pero para los cristianos es un paso a
la resurrección. Esto no quita lo trágico y lo absurdo de la muerte. Aunque el pecado es la causa
histórica, es contraria a la intención de Dios.
El apetito sensitivo se opone a la muerte. El apetito racional puede vencer esa resistencia sensitiva
a la muerte: muerte heroica, suicidio, etc.
El rechazo de la muerte en el ser humano no es solo sensitivo o biológico, sino que también
responde a un instinto del corazón o nostalgia del plan originario de Dios (cf. GS 18).
El CVII no atribuye la inmortalidad a la naturaleza, sino a la vocación del hombre, una vocación
que por disposición divina es inseparable de su creación. Al principio la inmortalidad era un don
praeternatural y ahora es un don de vocación. El alma después de la muerte conserva un habitus
hacia su cuerpo.
La cultura cristiana aún debe liberarse de restos de platonismo –desprecio del cuerpo.
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2. La unción de óleo en el AT
1. La unción con óleo en los pueblos del Antiguo Oriente
a. Ofrenda
b. Penitencia y protección divina
c. Consagración
a. Uso profano
b. Uso medicinal
c. Uso sagrado
3. La enfermedad en el AT
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2. Jesucristo y la enfermedad
3. La unción en Mc 6,13
No hay testimonios directos de Jesús usando óleo para la curación de los enfermos, pero hay un
pasaje del Evangelio en el que vemos a los apóstoles usar este medio para curar milagrosamente,
un medio común a la época entre exorcistas y taumaturgos hebreos. … ungían con óleo a muchos
enfermos y los curaban.
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la persona que me siga no caminará en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
[14] Quien entre vosotros esté enfermo, llame pronto a los presbíteros de la Iglesia, y que ellos
recen sobre él ungiéndolo con óleo en el nombre del Señor.
[15] Y la oración de la fe salvará al enfermo y el Señor lo realzará y si ha cometido pecados, le
serán perdonados.
1. Contexto remoto
2. Contexto próximo
El contexto inmediato es aquel de la consolación espiritual (v.13). Del dolor en general pasa a
tratar un caso específico de dolor o sufrimiento: la enfermedad.
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En ámbito protestante se dice que la eficacia se debe a la oración y que la unción es accesoria.
Otros dicen que se debe a la fe.
Es ciertamente de la forma –es decir, de las palabras– de donde procede la eficacia del sacramento
últimamente, y deben ser dichas en la fe de la Iglesia.
Según Lutero y Calvino, el rito enunciado por Santiago sería un modo de practicar el carisma de
curación frecuente en la Iglesia apostólica.
Las palabras “en el nombre del Señor” son un indicio de la institución por parte de Cristo, sobre
todo, si se interpretan como por mandato del Señor (como ya vimos). Pero también si se interpretan
como por la fuerza del Señor, pues difícilmente el Señor obrará por medio de un gesto que no
corresponda a su voluntad.
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sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
Durante los primeros 4 siglos no puede encontrarse un testimonio claro y cierto sobre la unción de
los enfermos como lo entiende y propone St. Aunque existía la costumbre en Oriente y Occidente
de servirse de óleo bendito en caso de enfermedad. Bendecido por el obispo o un hombre santo.
Lo que no indica que se entendiera sacramentalmente.
El primer testimonio claro de la unción como sacramento es una Carta del Papa Inocencio I al
obispo Decenxio de Gubbio (416). “Toca al obispo consagrar el óleo”, pero podían administrarlo
sacerdotes y laicos. A partir del s. VIII la unción de los enfermos se reserva solo a los sacerdotes
y prohibida a los laicos. El uso popular del óleo bendito es progresivamente eliminado.
La distinción clara entre el uso sacramental y el devocional se da en el s. VIII – IX, sobre todo,
con la reforma carolingia.
® UNCIÓN como sacramento (Carta de Santiago) y como sacramental (uso popular) van unidos
en los primeros siglos hasta que comienza a distinguirse en el s. VIII – IX. Donde prevalece el uso
litúrgico y poco a poco va desapareciendo el uso popular en la vida de la Iglesia [hoy parece haber
cierto repunte del uso popular].
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- Inocencio III (1208): en la profesión de fe de los valdenses propone la unción de los enfermos
como sacramento.
- Concilio II de Lyon (1274): ídem.
- Martín V (1418): ídem.
- Concilio de Florencia (1439) en su Decreto para los armenios enseña como doctrina
comúnmente aceptada el septenario de los sacramentos (síntesis de la teología medieval).
Explica la materia y forma.
2. La escolástica
a. Institución: colocan la unción de los enfermos entre los sacramentos de la Iglesia, pero no
están de acuerdo en cuanto a la institución: ¿mediada o no mediada? Santo Tomás dice que
todos los sacramentos fueron instituidos por Cristo inmediatamente.
b. Ministro: solo es el sacerdote y obispo.
c. Objetivo y efectos: se pensaba que era para preparar a entrar en la gloria.
i. Santo Tomás dice que es para restituir la sanidad espiritual del alma, cancelando los
resquicios del pecado.
ii. San Buenaventura, en cambio, dice que es para restituir la sanidad espiritual del alma,
borrando los pecados veniales. Esta visión espiritualista y desencarnada es la que
permanece por muchos siglos en Occidente.
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2. El Concilio de Trento
® Diferencias con la tradición medieval: (i) pone los efectos de la tradición medieval (tanto
franciscana como tomista) en los efectos condicionados. (ii) No solo a los moribundos, sino
solo principalmente. Por eso también se llama unción de los enfermos.
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SC 73 afirma que debe ser llamada Unción de los enfermos porque ha de aplicarse no solo a los
moribundos. Pide crear un nuevo ritual.
2. Profundización teológica
LG 11 [pregunta*: este número es el gran aporte del CVII sobre la unción de los enfermos] pone
todos los sacramentos al servicio de la eucaristía. Profundiza en la naturaleza sacramental de la
unción de los enfermos como participación del Misterio Pascual de Cristo: los enfermos
contribuyen al bien espiritual del Pueblo de Dios ejercitando, en unión con Cristo, su sacerdocio
universal y común.
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sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
Hoy no es difícil admitir una institución genérica por parte de Cristo. Basta que Cristo la haya
manifestado con gestos y palabras su solicitud por los enfermos y haya encargado a los apóstoles
continuar con esta solicitud (como consta en el Evangelio).
Además de lo anterior, la Iglesia admite un rito litúrgico como sacramento por el hecho de que
manifiesta y realiza un aspecto del misterio de la salvación manifestado y realizado en Cristo, que
se hace actual en la vida de la Iglesia.
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Totus tuus! «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres» Jn 8, 32
a. Remota: óleo (aceite), ordinariamente de oliva. Si no hay, puede ser otro aceite vegetal. El
óleo debe ser bendecido o consagrado, generalmente por el obispo en la Misa crismal del
Jueves Santo. En caso de necesidad lo puede bendecir un sacerdote. Esta bendición no es
la forma del sacramento. La eficacia no viene de la bendición, sino de las palabras de la
forma.
b. Próxima: la unción, que según el nuevo Ritual debe ser hecha sobre la frente y las manos
(antes era en la frente, manos, pies y los órganos de los sentidos). Si es necesario, basta
hacerla en la frente o, si no es posible, en otra parte conveniente del cuerpo.
2. Forma
Solo las palabras que deben ser pronunciadas mientras se administra la unción.
[Pregunta*] «Por esta santa Unción y por su piísima misericordia te ayude el Señor con la
gracia del Espíritu Santo» R/ Amén. «… y, liberándote de los pecados, te salve y en su bondad
te alivie» R/ Amén. +
3. Celebración litúrgica
El nuevo Ritual ofrece varios tipos de celebraciones del sacramento: dentro o fuera de la Misa,
individual o colectiva, de uno o más ministros. En todo caso, siempre tiene la categoría de
celebración litúrgica y comunitaria, como todo sacramento.
El orden normal de los últimos ritos es: confesión, unción y viático. La absolución es siempre
previa a la unción (salvo incapacidad).
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sino que tendrá la luz de la vida» Jn 8, 12
El objetivo no es solo el bien individual del enfermo, sino también el crecimiento espiritual de toda
la Iglesia (cf. Catequesis Juan Pablo II). Por tanto, la res et sacramentum de la unción de los
enfermos es la particular configuración de los enfermos con el Cristo doliente, como miembro
sufriente del Cuerpo de Cristo. Por tanto, puede decirse que el enfermo está en algún modo
consagrado para esta misión.
Se trata de la gracia santificante como en todos los sacramentos que, en este caso, está dirigida a
la curación integral del enfermo. Así la gracia sacramental propia de la unción de los enfermos es
la gracia sacramental propia de este sacramento. Curación integral que incluye:
- La remoción de los pecados y de sus reliquias, si existen (efecto condicionado).
- La salud corporal, si es requerida por la salud espiritual (efecto condicional).
- El alivio y el conforto (efecto normal, habitual y principal).
¿Qué virtudes se relacionan especialmente con la unción de los enfermos? [pregunta*]: esperanza
(virtud teologal) y fortaleza (virtud cardinal).
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2. Sujeto
Puede ser administrada al fiel que, habiendo adquirido el uso de razón, por enfermedad o vejez
comienza a encontrarse en peligro.
Se entiende cualquier condición grave del organismo (enfermedad, vejez, traumatismo,
intoxicación, etc.). Pero no enfermedades puramente físicas. Ej. se puede administrar a una
adolescente con anorexia, pero por los peligros físicos. Basta con el inicio del peligro de muerte,
no es necesario que sea inminente. Se puede repetir por otra enfermedad, o por la misma si se
agrava. También es recomendable que se reciba antes de una intervención quirúrgica. Obviamente
no puede administrarse a un muerto.
El enfermo debe mostrar su intención de recibir la Unción, sea expresa o implícita.
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EXAMEN:
1. Dos preguntas de la Penitencia
2. Una pregunta de la Unción
3. Saberse las fórmulas de los sacramentos
4. Conocer los pasajes evangélicos de memoria
TLP
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