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Problemática de la Producción Artística
UNC-FA, Departamento de Cine y TV - 2016
Bernardini, Sean González, Karen Jairala, Ignacio Pirsic, Ana Sánchez, Juan Matías
“Fóllame”- Análisis de la película
En nuestra puesta en común sobre las apreciaciones sugeridas por la película
“Fóllame”, las opiniones aparecen divididas entre los miembros del grupo que consideran que la película es susceptible de ser catalogada como “pornográfica” y los que no. Por parte de quienes consideran que efectivamente entraría en esta categoría, el argumento se sostiene sobre la representación explícita de los elementos sexuales, que en opinión de quienes afirman esto, están exacerbados en contenido y duración, de manera que aunque no sea esa su intención, genera excitación sexual en los espectadores. Por otro lado, quienes tienen una opinión contraria sostienen que es necesario atenerse con firmeza a la idea según la cual la película por su narrativa supedita los componentes sexuales al devenir de la historia. La película desde este punto de vista no es pornográfica puesto que la excitación sexual no deviene en masturbación y porque además la narrativa tiene peso sobre las secuencias de sexo. Sin embargo, ambas posturas coinciden en que a pesar de devenir en pornográfica o no, las secuencias sexuales, no son en sí lo más importante de la película. Aquí se pone de manifiesto un modo de constitución del género y de la vida sexual, siendo considerada como un todo que incluye también las actitudes cotidianas de las protagonistas. Se trata de dos mujeres que hastiadas de lidiar contra la violencia social que las rodea en forma de cánones de conducta y de abuso sexual, se liberan de toda referencia normativa y comienzan una vida dirigida por el deseo. El deseo es un factor fundamental en la película, puesto que es lo que conduce a las protagonistas a actuar en consecuencia sobre los crímenes, pasiones sexuales, entre otras cosas. El objeto de la fantasía masculina sale de su marco de sometimiento y comienza a actuar. La historia ficcional tiene su correlato en la vida de Trinh Thi, como bien señala Despentes en su libro. Estas dos mujeres rompen con la lógica de que el ascenso social se sostiene sobre el matrimonio y sobre la presencia de un hombre, para adquirir un carácter autónomo. En este punto es fundamental rescatar un aspecto fundamental del planteamiento de Despentes: en la película porno, la actriz despliega una sexualidad masculina. Esto es precisamente lo que resulta incómodo de la película, puesto que se trata de mujeres comportándose como tales, ejerciendo actividades que se saltan de la norma...un jaque a las formas tradicionales de empatizar con la figura del héroe en una película con una narrativa hegemónica. Otra de las razones que sustentan el hecho de que la película no es pornográfica radica en que para Despentes, la condición que define a la pornografía es la dimensión ritual: se trata de una puesta en escena en donde el sexo se convierte en un objeto de admiración. La escena de la violación (no arbitrariamente colocada al comienzo de la película) incomoda a los espectadores y no suscita (en condiciones no patológicas), admiración sino por el contrario un fuerte rechazo. Es un sentimiento asociado a lo sexual que se arrastrará por el resto de la historia. Sin embargo, la postura opuesta del grupo sostiene que a pesar de tener escenas sexualmente explícitas a lo largo de la película (con elementos de retórica pornografica clásica, como lo es por ejemplo, en términos de Gubern, la visibilidad óptima de las tomas clínicas de la penetración, en la escena de violación) es ante todo una película narrativa. Y aunque su objetivo no es, claramente, el de excitación sexual, sino el de presentar una historia en donde el sexo sea parte orgánica de la narración y representado de forma auténtica, la película comparte varios de los elementos que identifican al movimiento "pos-porno", lo que hace de su identidad dudosa y discutible. La película en su narrativa se centra en mujeres regidas exclusivamente por sus deseos e intereses (ya sea sexuales, económicos o criminales). Funciona así como una fantasía en donde el "rol social" de la mujer, y su carácter dócil y sumiso, es sacrificado por "libertad" y transgresión. En función de esto es que algunos de los miembros del grupo consideran que la película presenta numerosas escenas susceptibles de ser incluidas en la categoría pornográfica, repartidas a lo largo del relato y que funcionan como parte de la actitud libertina que adoptan las protagonistas. Su inclinación feminista y "punk" permiten para ellos que la película pueda catalogarse como pos-porno, aunque su estructura y funciones lo vuelvan algo más ambiguo. Su objetivo no parece ser el de producir placer erótico, sino el de presentar una narrativa que aborde ideas específicas sobre la sexualidad y el rol de la mujer en la sociedad. Aunque "Follame" no sea considerado como un film pornográfico, definitivamente responde a los conceptos y las representaciones por la que lucha el movimiento pos-pornográfico. Todo esto responde de alguna forma a la idea del pos-porno, en donde se presenta una pornografía que cuestiona las representaciones convencionales del porno clásico. Además de efectuar un quiebre con los modos heteronormativos de vivir la sexualidad, en su veta narrativa en la película la mujer toma el poder, denigrando y asesinando hombres (y mujeres), pero también centrándose como protagonista del acto sexual; tomando al hombre como objeto de placer, cuando su deseo se lo requiera. Esto puede verse también en la escena de masturbación, en donde la protagonista realiza el acto mientras ve un film porno, subvirtiendo así la imagen del hombre como único consumidor del universo pornográfico, además de la referencia explícita a romper con los usos de los espacios: ella quiere masturbarse en el living y no escondida en su cuarto. En contrapartida, quienes no sostienen que la película pueda entrar en la categoría de pornografía, se apoyan sobre la idea de Despentes según la cual el porno es en realidad un ansiolítico que apacigua nuestro temor a la sexualidad en el mundo real. Se insiste en el hecho de que la película no entra en el universo de la pornografía, porque la sexualidad se vive de forma violenta y no coloca al espectador en una zona de confort. No está hecha para masturbarse. Más allá de los puntos de vista opuestos, es concreto que la idea de la película es romper con la lógica patriarcal regente según la cual las mujeres que realizan actividades relacionadas con la pornografía son convertidas en víctimas por el cuerpo social, por una construcción según la cual lo tienen todo para ser mujeres más realizadas en términos de seducción. Son mujeres que liberan su libido de actuar, matar, seducir, y no dependen de la figura masculina para hacerse respetar. En otras palabras, la película en calidad de transgresora de las normativas vigentes, molesta a algunos y su categorización como pornográfica o no parece volverse más importante que el mensaje definitivo: existe un mundo de dominación masculina en el que la primer culpable es la mujer, y en verdad conviene que así sea, para no exponer la realidad de una sociedad patriarcal que se alimenta del sometimiento femenino. La película molesta, y mucho, puesto que saca a relucir muchas de las motivaciones más profundas del género femenino (con el cual los hombres también se identifican), rompiendo el status quo.