Tarea Virtual 1er Grado Semana 23 de Marzo

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TAREA 1ER.

GRADO A, B, C Y D
SEMANA DEL 23 AL 31 DE MARZO INCLUSIVE
A LAS FAMILIAS 
 RECUERDEN AYUDAR A LOS CHICOS Y LAS CHICAS EN ENTEDER QUÉ HAY QUE
HACER, DEJANDO QUE ELLOS/AS REALICEN LAS ACTIVIDADES LO MÁS SOLOS/AS
POSIBLE, A SU TIEMPO Y FORMA.
 IMPRIMIR Y PEGAR EN EL CUADERNO.
 TODO AQUELLO QUE NO SE COMPRENDA O QUE SURJAN DUDAS, MARCAR CON
UNA “X”. LO VEREMOS JUNTOS/AS AL VOLVER AL COLEGIO.

ACTIVIDAD 1
CONTÁ Y ESCRIBÍ EL NÚMERO:

ACTIVIDAD 2
COMPLETÁ EL GUSANITO NUMÉRICO CON LOS NÚMEROS QUE FALTAN:

ACTIVIDAD 3
DIBUJÁ LA CANTIDAD DE FLORES INDICADAS EN CADA CASO, AYUDATE CON EL EJEMPLO

3 2 6 4
ACTIVIDAD 4
¡UN JUEGO EN FAMILIA!
CON LAS CARTAS RECORTABLES DEL LIBRO, LAS QUE SON DEL 1 AL 9, LES PROPONEMOS
QUE JUEGUEN A LA GUERRA 
INSTRUCCIONES
1. SE REPARTEN TRES CARTAS PARA CADA JUGADOR/A
2. CADA JUGADOR/A AL MISMO TIEMPO TIENE QUE TIRAR UNA CARTA
3. QUIEN TIRA LA CARTA DE MAYOR VALOR SE QUEDA CON TODAS LAS CARTAS DE LA
MESA.
4. SE JUEGAN CINCO RONDAS Y GANA EL/LA QUE HAYA JUNTADO LA MAYOR CANTIDAD
DE CARTAS.

ACTIVIDAD 5
1. UNIR CON LÁPIZ DE ESCRIBIR LOS NÚMEROS DEL 1 AL 10
2. PINTAR LOS DIBUJOS QUE SE FORMEN.
3. ESCRIBIR EL NOMBRE DE LO QUE SE FORMÓ EN CADA CASO.
ACTIVIDAD 6
24 DE MARZO: “DIA DE LA MEMORIA, POR LA
VERDAD Y LA JUSTICIA”

1) LECTURA EN FAMILIA DEL SIGUIENTE CUENTO:


“EL DÍA QUE LAS ABUELAS PERDIERON LA
MEMORIA”, DE OSCAR SALAS.

Hace mucho, mucho tiempo, el duende Brincatablón, que era tan pícaro y ladrón, les robó la memoria a
todas las abuelas y corrió a esconderse en la cueva del bosque donde vivía.
Una vez allí, tomó la almohada de su cama y le sacó el relleno de lana. Volvió a llenarla con su precioso
botín y la cosió.
Desde entonces, cuando se iba a dormir, escuchaba una historia diferente cada noche, proveniente de las
memorias de las miles de abuelas.
Así, el pícaro duende pensaba tener cuentos para oír durante toda su vida. ¡Qué sorpresa se llevaron los
chicos al día siguiente, cuando les pidieron a sus abuelas que les contaran un cuento!
–¡Qué raro…no me acuerdo de ninguno! –decían las viejitas.
– ¡Vamos, abue, aunque sea el mismo de anoche!
–¡Tampoco lo recuerdo! –respondían ellas, sin comprender cómo, de un día para el otro, habían olvidado
todos sus relatos. De nada sirvieron los jarabes que les recetaron los doctores ni los yuyos mágicos de las
curanderas. Las abuelas no lograban recordar ni un solo cuento. Se acordaban de alguna que otra receta
de cocina, de algún remedio casero para curar o de cómo bordar un mantel.
Pero ninguna de estas cosas les interesaba a los chicos. Mientras tanto, el duende Brincatablón se la pasaba
en el fondo de su cueva oyendo cuentos. Había descubierto que, según en qué parte de la almohada pegaba
la oreja, escuchaba un relato distinto.
En el centro estaban las historias de piratas que hablaban de tesoros escondidos, playas lejanas y rudos
marineros. Un poquito más arriba sonaban cuentos de hadas, con bosques encantados, dragones que
echaban fuego y princesas prisioneras.
En la punta, donde se le formaba una orejita a la almohada, al duende se le hacía agua la boca oyendo
fábulas de ciudades de caramelo, con torres de chocolate, lagos de almíbar y árboles de turrón.
Pero sobre la costura, el duende Brincatablón se cuidaba muy bien de no volver a poner la cabeza. Ahí,
entre las puntas del hilván, había quedado cosida la memoria de una abuela que coleccionaba cuentos de
terror. Terribles fantasmas arrastraban cadenas por castillos embrujados en las noches de tormenta y…
¡Brrr! ¡Cosas que daban mucho miedo y provocaban pesadillas! Desde que tenía su “almohada de cuentos”,
como él decía, no hacía otra cosa que estar el día entero en la cama, empachándose con cuentos, caramelos
y durmiendo. Había engordado tanto, que casi no podía pararse para pasar el plumero o barrer. En poco
tiempo, la cueva se le llenó de polvo y telarañas. Y, lo que fue peor, de polillas. Las polillas le comieron la
ropa, el mantel, el colchón… Y una noche, mientras dormía, el forro de la almohada. Fue entonces…cuando
las memorias escaparon y volaron a reunirse con sus respectivas abuelas. Cuando el duende despertó, y
vio lo ocurrido, se enojó tanto con las polillas que estuvo toda la mañana persiguiéndolas y amenazándolas
con ponerlas a contar cuentos por el resto de sus vidas. Las abuelas recuperaron su memoria. Pero como
se enteraron de que había sido el duende Brincatablón quien se las había robado, decidieron escribir sus
historias en papel, por si alguna vez el pícaro ladrón volvía a hacer de las suyas. Y así fue como nacieron los
libros de cuentos.
FIN
2) PARA CHARLAR ENTRE TODOS/AS EN CASA, LUEGO DE LA LECTURA:
 ¿QUÉ HIZO EL DUENDE BRINCATABLÓN?
 ¿QUÉ SUCEDÍA CON LAS ABUELAS CUANDO QUERÍAN CONTAR UN CUENTO?
 ¿QUÉ HICIERON LAS ABUELAS CUANDO RECUPERARON SU MEMORIA?

LA MEMORIA SIRVE PARA ACORDARNOS DE LAS COSAS LINDAS, DE LAS COSAS


FELICES Y TAMBIÉN DE LAS COSAS TRISTES, NOS AYUDA A RECORDAR LAS PERSONAS
QUE QUEREMOS, LOS PASEOS QUE DIMOS, LAS COSAS RICAS QUE COMIMOS O DE
LAS NO TAN RICAS. LA MEMORIA SIRVE PARA NO OLVIDAR.

3) ESCRIBAN EN FAMILIA, UNA REFLEXIÓN A PARTIR DEL CUENTO LEÍDO Y LO CHARLADO ENTRE
TODOS/AS. LA COMPARTIREMOS EN CLASE AL VOLVER.

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4) DIBUJÁ LA PARTE DEL CUENTO QUE MÁS TE HAYA GUSTADO Y PINTALO 

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