Reseña Por Qué Triunfó La Escuela

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¿POR QUÉ TRIUNFÓ LA ESCUELA?

O LA MODERNIDAD DIJO: “ESTO ES


EDUCACIÓN”, Y LA ESCUELA RESPONDIÓ: “YO ME OCUPO” -reseña-

El escrito de Pablo Pineau que lleva el precedente titulo, es un ejercicio explicativo de cómo la
escuela ha terminado por ser en la modernidad el mecanismo escolar por excelencia, lográndose
expandir e instaurar en prácticamente todo el globo al punto de naturalizarse su existencia en la
vida. Para Pineau sin embargo, naturalizarla es desconocer la historicidad de la escuela, es decir,
ignorar que es consecuencia no de procesos evolutivos sino de rupturas enmarcadas en sucesos
sociales concretos aunque con dinámicas propias, y en esto consiste la explicación del autor.

Para Pineau la escuela en la modernidad, concretamente entre los siglos XIX y XX, se ha
consolidado e internalizado en el paisaje social. La escuela moderna entonces se convierte en
metáfora del progreso moderno, pero para Pineau es algo más que eso, incluso más que un
dispositivo como múltiples autores la han comprendido, es a la vez una conquista social, es
inculcación ideológica, es construcción de nación, formación de movimientos de liberación, etc.
(Pineau, ¿Por qué triunfó la escuela? o la modernidad dijo: “esto es educación”, y la escuela
respondió: “yo me ocupo”. En: La Escuela como Máquina de Educar. Barcelona, Paidos. Pág.
28). En este sentido, la escuela no sólo se explica como efecto de fenómenos externos, también
tiene un interior en el que resiste y se hace importante para la sociedad, lo que se demuestra en
el hecho de que, aunque el exterior histórico-social cambió, la escuela no fue destronada (Ibíd.,
29).

De allí Pineau desprende su hipótesis: la escuela como forma educativa hegemónica se debe a
que ésta fue capaz de hacerse cargo de la definición moderna de educación. Para sostener tal
hipótesis, Pineau despega la escuela del paisaje educativo moderno y analiza sus
particularidades, y luego la reubica en dicho paisaje (Ibíd., 30). A continuación se describe su
ejercicio comprensivo.

Las piezas que según Pineau, se ensamblaron para generar la escuela y permiten verla fuera del
paisaje, fueron las siguientes (Ibíd., 31-39):

-La homología entre escolarización y otros procesos educativos, en donde la escuela se impuso
sobre otras formas educativas vigentes.
-La matriz eclesiástica, que da a la escuela la idea de escenario de separación del espacio
mundano que es la sociedad.
-La regulación artificial, lograda mediante la reelaboración de normas propias en la escuela,
-El uso del espacio y el tiempo, definido en momentos, días y épocas considerados aptos para la
enseñanza.
-La pertenencia de la escuela a un sistema mayor, donde cada escuela es un nudo de una red
denominada “sistema educativo”.
-La condición del fenómeno colectivo, donde la escuela se basa en la gubernamentabilidad,
noción foucoltiana consistente en la adopción de una forma de enseñar a muchos a la vez en la
escuela, sin dejar de actuar sobre el individuo
-La constitución del campo pedagógico y su reducción a lo escolar, entendiendo lo pedagógico
inicialmente como la preocupación por cómo enseñar, y reduciendo con ello lo pedagógico a lo
escolar y posteriormente a lo curricular. Junto con la constitución del campo pedagógico, se
presentó la formación de los docentes como especialistas dotados de tecnologías específicas,
formados en instituciones determinadas, y con un carácter ejemplar como para convertirse en
modelo.
-Una definición de infancia, que diferencia edades, segrega a los menores de los adultos en un
escenario escolarizado que los concibe como incompletos, y desemboca en la construcción de
un sujeto pedagógico, el “alumno”.
-Relación asimétrica docente-alumno, donde el docente es avanzado y portador de
conocimientos, y el alumno un neófito en todas las cuestiones del saber.
-Generación de dispositivos específicos de disciplinamiento que hacen manejables los cuerpos,
por medio de elementos y ritos como el uso del pupitre, las filas, la asistencia, las campanas,
entre otros dispositivos.
-Conformación de currículos y prácticas uniformes, basados en saberes elementales.
-Ordenamiento de contenidos previos, independiente de los destinatarios y sus particularidades.
-Descontextualización del contenido académico y creación del contenido escolar. Es decir, la
escuela descontextualiza los saberes de su universo de producción y los transforma en “saberes
escolares” según ciertas pautas, ordenados en unidades y totalmente calificables.
-Sistemas de acreditación, sanción, evaluación, que establecen un capital cultural
institucionalizado, expresado en diplomas y certificados comparables y legitimados.
-Generación de una oferta y demanda, expresada por ejemplo, en la producción de libros de
texto concebidos exclusivamente como recursos escolares.

Ahora bien luego de esta identificación de la escuela, Pineau procede a reubicarla en el paisaje
moderno. La escuela para este autor, además de lo que es internamente, es a la vez el culmen de
la educación como empresa moderna.

Desde el siglo XVI y XVII la escuela como proceso acelera su configuración; posteriormente en
el siglo XVIII la educación y la escolarización, sustentadas en ideales de la ilustración
-kantianos por ejemplo- se conciben como un fenómeno de humanización a futuro con tres
elementos característicos: los cuidados, la disciplina y la instrucción, que dan lugar a la
comprensión del niño como pequeño, educando y estudiante que busca la razón
respectivamente. De hecho, Educar se asume como desarrollar la perfección inherente a la
naturaleza humana, alejando al hombre de la animalidad por medio de los elementos
enunciados, e introduciéndolo en una forma de disciplina y gobierno moderna, entendida por
autores como Foucault, como gubernamentabilidad (Ibíd., 40).

En el siglo XIX, la escuela continuó su consolidación. Fue avalada como mejor forma
educativa, y el pensamiento pedagógico allí presente fue atravesado por los discursos del
liberalismo -con sus planteamientos de constitución de sujetos libres con derechos y
obligaciones como condición del mercado, su visión de educación como vía de ascenso social-,
el positivismo -que propuso a la escuela la difusión de una única cultura válida y la cientificidad
como criterio de validación pedagógica, así como un currículo científico-, y el aula tradicional
-organizada y controlada en tiempos y espacios determinados, centrada en procesos
intelectuales y en la asimetría en la relación docente -alumno- (Ibíd., 43-46).

Finalmente, en el siglo XX, la educación deja de lado cualquier tipo de pretensión trascendental
y se encamina, ya no al fenómeno de perfección humana -Kant-, sino a la vida moral y social
-Durkheim-. La escuela adicionalmente, a partir de autores como Durkheim según Pineau, se
naturaliza desconociendo su historicidad, y se pone bajo el control estatal. Esta comprensión de
la escuela, concluye Pineau, aún sigue en pie, y ello es en buena parte debido a que tal
definición moderna de educación condensa y potencia la concepción moderna de educación
(Ibíd., 49).

Bibliografía: Pineau, P. ¿Por qué triunfó la escuela? o la modernidad dijo: “esto es


educación”, y la escuela respondió: “yo me ocupo”. En: La Escuela como Máquina de Educar.
Barcelona, Paidos.

Pablo vargas R.

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