El Voleibol

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

EL VOLEIBOL

El deporte tuvo su origen en Estados Unidos en 1895, siendo hoy


muy popular y practicándose en casi todo el mundo. Lo regula la
Federación Internacional de Voleibol (FIVB) y en ella se encuentran
representadas 220 naciones. Han encabezado los rankings de
comienzos del siglo XXI Brasil, Estados Unidos, Italia y Rusia. La lista
de naciones que lideran el deporte continúa con Japón, Serbia,
Polonia, Cuba, República Dominicana, China y Alemania.
El Voleibol Colombiano se institucionalizó como federación el 25 de
marzo de 1955, en Bucaramanga. Para esa época existían las ligas
departamentales de Cundinamarca, Santander, Chocó y Boyacá.

El voleibol, es un deporte que se juega con una pelota en el que dos


equipos, integrados por seis jugadores cada uno, se enfrentan
sobre un área de juego separada por una red central.
El objetivo del juego es pasar el balón por encima de la red,
logrando que llegue al suelo del campo contrario mientras el
equipo adversario intenta impedir simultáneamente que lo consiga,
forzándolo a errar en su intento.
El balón debe ser tocado o impulsado con golpes limpios, pero no
puede ser parado, sujetado, retenido o acompañado. Cada equipo
dispone de un máximo de tres toques para devolver el balón al
campo contrario (además del contacto del bloqueo). El balón se
golpea normalmente con manos y brazos. Desde hace algunos años
está permitido el contacto del balón con cualquier parte del cuerpo,
incluidos los pies. Una de las características más particulares del
voleibol es que los jugadores tienen que ir rotando sus posiciones a
medida que van consiguiendo puntos.
El camino del líder: un cuento

Un niño le dijo a su padre que quería ser un líder, y le preguntó cómo podía
lograrlo.
El padre le respondió que lo primero que tenía que hacer era ser consciente de su
conducta. Que cada vez que sintiera que había hecho daño a una persona,
clavara un clavo en la cerca de su casa.
El hijo aceptó el reto y empezó a tomar mayor conciencia de sus actos. Siguiendo
el consejo de su padre, comenzó a poner clavos con el martillo cada vez que
hacía daño, maltrataba a personas, compañeros o no los respetaba.
Después de un tiempo, el hijo dejó de poner clavos en la cerca porque ya era
consciente de sus actos y trataba bien a las personas.
Entonces preguntó a su padre:
-¿Y ahora qué hago?
El padre le respondió que por cada acto de buen servicio que realizase, sacara un
clavo de la cerca.
El hijo nuevamente aceptó el reto y empezó, poco a poco, a sacar los clavos. Ya
estaba despierto, era consciente y además se dedicaba a ayudar a las personas.
En poco tiempo logró todos los clavos.
Contento, se acercó donde su padre, quizás con un poco de soberbia y exclamó:
-¡He terminado! ¡Logré sacar todos los clavos! Finalmente he aprendido a ser una
mejor persona, un líder.
Sin embargo, acto seguido lo asaltó una duda:
-¿Ahora qué haremos con todos los huecos que dejaron los clavos en la cerca?

El padre le respondió:
-No los toques. Están allí para recordarte siempre que en tu camino de
aprendizaje dejaste una huella de dolor en la gente y que gracias a su entrega,
comprensión y colaboración ahora puedes ser la persona que eres.

Extraído de “La Cancha de la vida, Llega a lo más alto sin perder la cabeza”
FERRÁN MÁRTINEZ. Barcelona. Bresca Editorial 2007

También podría gustarte